La derecha radical en el movimiento estudiantil de la Universidad de Sonora
La ultraderecha sonorense y el movimiento estudiantil
Joel Verdugo-Córdova
Universidad de Sonora
RESUMEN
Las décadas de los sesenta y setenta se caracterizaron por un auge de los movimientos sociales en México y el mundo. Los movimientos de liberación nacional se daban en cada rincón de Latinoamérica; el fantasma del comunismo y las ideas de izquierda aterraban al imperio y a una parte de la población que veía en estos procesos la perturbación de las formas tradicionales de cómo entendían la vida y el estatus. Como antípoda posible surgen grupos que abrevan en la ideología de derecha para contraponerse a las ideas de cambio y trasformación que amenazaban el vilipendiado establishment. En Sonora, a raíz del movimiento popular-estudiantil de 1967, cuando distintos sectores de la sociedad sonorense encabezados por los estudiantes de la Universidad de Sonora se opusieron a lo que consideraban una imposición del gobierno federal en los asuntos caseros, pero sobre todo, a la revuelta estudiantil de 1970-1974, cuando los estudiantes universitarios alzaron la bandera marxista y exigieron e implementaron reformas de fondo a las estructuras de gobierno universitarias y cuestionaron normas y valores que consideraban caducos, surgen grupos altamente estructurados, con probada ideología de derecha, como oposición orgánica hacia las acciones de los grupos de izquierda, que, según ellos, “intentaban controlar la Universidad y al país para sus perversos fines”. El grupo de ideología derechista mejor estructurado y con mayor presencia en la vida política en el estado y en la universidad, lo constituye sin duda, el Movimiento Mexicanista de Integración Cristiana (MMIC), que después paso a llamarse Comité Pro-Orden Universitario o simplemente Comité Pro-Orden, pero siempre conocidos con el epíteto micos por los estudiantes y otros grupos de la sociedad sonorense. Es intención de este escrito dar cuenta de su formación y origen. El enfoque teórico-metodológico para este trabajo abreva en la historia oral y la revisión de distintos documentos.
INTRODUCCIÓN
En Sonora, a partir del movimiento popular estudiantil de 1967, donde los jóvenes estudiantes de la Universidad de Sonora irrumpen por primera vez en la vida política estatal, varios jóvenes se separan del movimiento argumentando la infiltración comunista y se organizan como grupo bajo otros objetivos y otra estructura ideológica. Uno de ellos, Gabriel Ibarra Félix, habría de convertirse en dirigente e ideólogo de este grupo, que en un primer momento se conoció como Movimiento Mexicanista de Integración Nacional (MMIN), después, Movimiento Mexicanista de Integración Cristiana (MMIC); de donde, por extensión, proviene el sobrenombre de Micos, como se conocerán mayormente. Después, en el fragor del movimiento activista durante 1970-1974, se autodenominan Comité Pro-Defensa del Orden Universitario, o simplemente Pro-Orden.
Sus orígenes se remontan a las juventudes católicas sonorenses organizadas en la Asociación Católica de Jóvenes Sonorenses (ACJS) y su participación en la problemática estudiantil se conoció inicialmente con el apodo de cadeneros o gallardistas.
Los gallardistas
El joven Luis Fernando Gallardo Rangel y su hermano Adrián, emparentados con el sacerdote Hermenegildo Rangel Lugo, miembros de la ACJS, amigo y correligionario de Gabriel Ibarra Félix, participan desde 1968 en el movimiento estudiantil, denunciando a los comunistas infiltrados en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora (FEUS). Incluso Luis Fernando se lanzó como candidato a la presidencia de la FEUS en 1969, afirmando haber ganado las elecciones y desconociendo a la FEUS legítima. Los gallardistas se asoman al escenario político universitario, mostrando desde entonces, formas porriles de accionar, “los gallardistas empiezan a moverse mucho, buscaron gente, a algunos los golpearon, los amenazaron, hubo una campaña de reclutamiento muy fuerte que dejó de ser secreta. Ciertamente surgen como una reacción contra la elección de Patricio Estévez”.
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Martín Valenzuela Baldenegro, en Hermosillo, Sonora, el 20 de marzo de 1999. Valenzuela Baldenegro fue dirigente estudiantil en el movimiento de 1970-74.
Pero es con la llegada de José Antonio de Santiago, al finalizar la década de los sesenta, que el movimiento aparentemente de jóvenes católicos, adquiere tintes fascistas, como lo asegura Abelardo Casanova,
Conocí al fundador de los micos, José Antonio de Santiago, se metió a la ACJS (...) fue y se metió ahí diciendo que era un joven estudiante de Leyes (...) y que en la Universidad lo postergaban o lo hostigaban porque era católico, que en la Universidad había mucho germen comunista (...) y empezó a hacer proselitismo a favor de un grupo ya distinto al de la juventud católica (...) el padre Rangel cuando se dio cuenta que era del movimiento de los ‘Tecos’, lo corrió.
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Abelardo Casanova Labrada, en Hermosillo, Sonora, el 30 de julio de 1999. Casanova Labrada, decano periodista sonorense ya fallecido, ex director del periódico Información.
Ya como grupo, el reclutamiento de prospectos lo hacían de manera sistemática, escogiendo preferentemente a estudiantes de secundaria, sobre todo con buenas calificaciones, invitándolos a formar núcleos clandestinos donde utilizaban seudónimos para ocultar su identidad y juraban lealtad eterna a la organización. Allí se discutían temas religiosos como punto de partida hacia la ideologización derechista.
Conversación personal con Daniel Barrientos López en Hermosillo, Sonora, el 28 de febrero de 1999. Barrientos López era estudiante de la Licenciatura en Historia e investigaba la derecha estudiantil como proyecto de tesis.
Empezaron formando pequeños grupos a manera de “células”, es decir, grupos que garantizaran la clandestinidad de la organización que empezaba a configurarse,
Bueno, entonces el 67 termina con la represión y se hizo una especie de movimiento clandestino (…), se volanteaba con pequeños volantes (…). Yo me acuerdo de que después de eso se formaron como una especie de células, en donde citaban a puros jóvenes a discutir y a planear acciones (…). Yo no estaba muy claro de quien era. Creo (…) que eso venía de gente de la ACJS, porque de pronto y fue cuando yo decidí salirme (…) me di cuenta que estaba con lo que después serían los micos. Ellos eran los que llevaban todo un movimiento clandestino después de la represión del 67, todavía en contra del PRI y en contra de todos ellos (…) ahí me acuerdo haber conocido a este “Cabezón” [se refiere a Gabriel Ibarra Félix, a quien apodaban “Cabezón”].
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Carlos Martínez de la Torre, en Hermosillo, Sonora, el 30 de julio de 2007. Martínez de la Torre fue dirigente estudiantil en el movimiento de 1970-74.
El Movimiento Mexicanista de Integración Cristiana (MMIC)
El 8 de marzo de 1970, el joven preparatoriano de familia católica, Jaime Medina Corona es golpeado a las afueras de su casa (Dr. Noriega 108 Pte.) por militantes gallardistas.
El Sonorense, 9 de marzo de 1970: “Brutal agresión de diez rebeldes con cadenas”, entre los agresores identifican y capturan a Manuel Osorio (del grupo de los Gallardistas). En El Pueblo del mismo día: “Agredido a cadenazos y tubazos en su casa”, en el centro de la nota se lee: “El grupo agresor se hace llamar Organización o Movimiento Mejicano de Integración Cristiana, cuyo jefe o presidente se llama o dice que se llama Antonio Santiago, Carlos o Bernardo”. El Imparcial del 9 de marzo de 1970, publica una nota afirmando: “(fue atacado) por varios tipos que se dicen miembros de un ‘movimiento mexicano de integración’” y cuyo jefe dice ser un tipo de nombre Antonio de Santiago. Medina Corona, denuncia bajo presión y ante la insistencia del Arzobispo de Hermosillo Carlos Quintero Arce, la existencia de una organización clandestina que se reúne bajo juramento en casas de seguridad, donde hay fetiches tanto religiosos como fascistas:
Enfrente de la Cruz Rosa (Yáñez y Yucatán) estaba la zapatería Varela, donde vivían unas señoras que habían llegado de la Universidad Autónoma de Guadalajara y trabajaban de prefectas en la escuela Secundaria de la Universidad (...) allí se encontró mucha propaganda pronazi, revuelta con propaganda religiosa, cristera, literatura de lo más conservadora, defensas de cosas como la misa en latín.
Valenzuela Baldenegro, entrevista cit.
El arzobispo Carlos Quintero Arce pronto se deslindó de estos grupos y los expulsó de las juventudes católicas, negando que tuvieran relación con el anciano arzobispo Juan Navarrete y Guerrero.
Ante el hostigamiento por parte de las autoridades eclesiásticas y las municipales, el incipiente grupo recurre, como defensa, a la estrategia de los Tecos de “máscaras y membretes” consistente en inventar varios membretes de organización ultraderechistas e inundar con desplegados la prensa local y nacional defendiendo a los golpeadores, así, aparecen una serie de desplegados, uno a nivel nacional dirigido al propio Presidente de la República, firmado por el Movimiento Mexicanista de Integración Nacional (MMIN), titulado “En Sonora es un crimen combatir el comunismo”,
El Sonorense, 28 de marzo de 1970. donde denuncian que más de veinte estudiantes hermosillenses han sido detenidos, incomunicados, amenazados y torturados por el policía panista Víctor Manuel Montoya Silva.
Acusan de comunista al presidente municipal del Pan, Víctor Valencia, también los planes de agitación del estudiantado sonorense, para lo cual han puesto como presidente de la FEUS, “al conocido agitador rojete Patricio Estévez Nénninger”, argumentando que comunistas y dirigentes panistas se han unido en Sonora para tratar de liquidar a los que verdaderamente defienden a México.
El documento lo firman: Adrián Gallardo, Ignacio Valenzuela, José Antonio López Portillo, Ricardo Barraza, Jorge Fontes, J. Luis Cabrera, Juan Luis Duarte, Armando Gómez S., Antonio Félix, José Ortiz, Hilario Olea R., José Manuel Tapia, Fausto Salazar, Salvador Gutiérrez y Miguel Ángel Romo.
Las pesquisas continúan a cargo del mayor Francisco Luken Aguilar, ante el asombro de la sociedad sonorense y la indignación de un sector de la iglesia católica. Aparecen desplegados deslindando toda relación firmados por el propio Arzobispo Juan Navarrete y Guerrero y por el Arzobispo de Hermosillo Carlos Quintero Arce.
El Imparcial, 10 de marzo de 1970: “Una voz de alerta a los padres de familia y a la sociedad de Hermosillo”, donde Quintero Arce se deslinda y reprueba la agresión del joven Medina Corona a manos del MMIN. De igual manera, el Arzobispo Titular de Vulturara, Juan Navarrete y Guerrero, hace lo propio negando cualquier apoyo al MINN de parte suya. Los MMIC organizan pintas contra la iglesia y son acusados de atentar (poner una bomba) contra el automóvil del padre progresista Miguel Ángel Montaño y de registrar la residencia del Arzobispo Quintero Arce y “revolver” los archivos de la arquidiócesis: “la condición básica de los micos es que son preconciliares, no reconocen la actual iglesia, a Paulo VI lo declararon judío, papa apócrifo, o sea no lo reconocían, dicen misa en latín”.
Casanova Labrada, entrevista cit.
El Pueblo, periódico de filiación panista, publica a ocho columnas
El Pueblo, 20 de marzo de 1970. el descubrimiento por parte de la policía de “una conspiración”, donde hay dos sacerdotes comprometidos en una “organización secreta de la que nadie puede retirarse y juran pertenecer a ella por toda la vida”, que se reunían en una casa ubicada en la calle 14 de abril No. 180-B, y que dicha organización lleva el nombre de Movimiento Mejicanista [de Integración] Cristiano con más o menos 30 miembros. Afirma la nota que el denunciante, Jaime Medina Corona, dijo que el juramento se hace en una ceremonia muy impresionante y que sólo se admite a personas católicas y puestas a prueba.
La información periodística agrega además que la organización no propugna la lucha armada y que está formada por jóvenes católicos valientes, más o menos instruidos, que tienen, entre otras instrucciones, la de infiltrarse en todos los organismos políticos y sindicales para ir haciendo adeptos hasta controlarlos.
En otra información aparecida el 27 de abril de 1970,
El Pueblo, 27 de abril de 1970. se proporciona una lista con supuestos miembros del MMIN que habían promovido una demanda de amparo en contra de las autoridades panistas: Adrián Gallardo, Ricardo Barraza, Gabriel Fontes Vázquez, Ignacio Valenzuela Santeliz, Gabriel Ibarra Félix, Antonio Duarte García, Manuel López Noriega, José Antonio de Santiago Ortiz, Porfirio Chocosa Torúa, Manuel Osorio Encinas, Oscar Valenzuela Santeliz, Oscar René Sánchez, Jesús Gálvez Yáñez, José Portillo Quintana, Francisco Landavazo Ballesteros, Francisco Javier Duarte, Ramón Gallardo Rangel, Antonio Rodríguez Lozano, Guadalupe Oceguera Andrews, Alfonsina Oceguera Andrews, María Antonieta Noriega Uribe y Leticia Varela.
La demanda de amparo es promovida a raíz del allanamiento, por parte de la policía y a partir de la denuncia de Medina Corona, de una casa de seguridad, presuntamente situada en la calle 14 de Abril No. 180-B, donde detuvieron a varios jóvenes implicados en el MMIN, el caso tomó tintes extra regionales, no sólo por los desplegados que se publicaron a nivel nacional, sino porque el abogado Ignacio Moreno Tagle,
El Pueblo, 29 de abril de 1970. vino de la Ciudad de México a promover el amparo ante el Supremo Tribunal del Estado, y “ayudar a los jovencitos católicos del MMIN en su lucha sospechosa contra el Presidente Municipal [panista], Jorge Valdés a quien acusan de actos que puede estar seguro el abogado metropolitano, no ha cometido y que los quejosos lo saben”.
Ibíd.
La misma nota aclara la filiación priísta, según el periódico, de Moreno Tagle y su interés en desprestigiar al munícipe panista en tiempos electorales: “Como el licenciado Moreno Tagle es del PRI ‘desde hace mucho tiempo’ (...) Es puramente circunstancial que el PRI esté empeñado desde hace tres años en tirar por la borda al Ayuntamiento de Hermosillo, porque en tiempo de elecciones (sic) lastre cualquier Ayuntamiento que no sea priísta”.
Ibíd. Sin duda, la presencia de Moreno Tagle, el mismo que aparece como uno de los principales dirigentes y miembro fundador de los Tecos, es prueba fehaciente del origen Teco de los grupos de la ultraderecha sonorense.
Sin embargo, lo más destacado de la nota está en que afirma la entrada de la palabra Teco en el léxico político regional,
Con la llegada del apoderado de los del MMIN las embadurnaduras (sic) de fachadas y bardas tomaron aliento (...) La otra novedad es la introducción en el medio hermosillense, de la palabra tecos, para muchos desconocidos como apodo de su clan o grupo que tuvo su origen y asiento en Guadalajara. El apoderado de los mmines, era teco. Los miembros de esa agrupación tuvieron una actuación connotada y uno de los jefes era el ingeniero Ramón Plata.
Ibíd. Ramón Plata Moreno fue miembro fundador y dirigente “mártir” del Yunque, no de los Tecos, aunque en un principio ambas organizaciones ultraderechistas estaban estrechamente relacionadas y actuaban conjuntamente.
La guerra de desplegados emprendida por el MMIN, ante el notorio silencio oficial del PAN, se completó de la siguiente forma: después del desplegado, a nivel nacional, del 2 de abril, el día 4 aparece en la prensa la publicación de una Carta Abierta a la Opinión Pública,
El Sonorense, 4 de abril de 1970. titulada “¿Qué es el MMIN?”, donde definen su objetivo de combatir la infiltración comunista; caracterizan a la organización de reservada y no secreta, tampoco como un partido político y sí cristiana pero no religiosa, afirmando que no se toma ninguna medida contra los miembros que deciden abandonarla, termina la publicación acusando al PAN de comunista y de querer acabar con el MMIN.
El 5 de abril
El Sonorense, 5 de abril de 1970. aparece un boletín del “Círculo Apologético” felicitando al MMIN por su compromiso de defender los valores mexicanos y brindándole su apoyo [apoyo que, el arzobispo titular don Juan Navarrete y Guerrero, ex dirigente del mencionado Círculo, habrá de negar públicamente].
Es necesario mencionar que en el boletín se lee: “El Círculo Apologético dirigido por el Excmo. y Rumo. Sr. Don Juan Navarrete y Guerrero, felicita al MMIN (...)”. Firman: Guadalupe Oceguera –Presidente- y Antonio Portillo Q. –Secretario- (ambos miembros del MMIN).
Dos días antes, el 3 de abril, aparece otra Carta Abierta, ahora firmada por el “Frente Estudiantil Patriótico”,
El Sonorense 3 de abril de 1970. brindando su apoyo al MMIN y acusando al PAN de protocomunista: “Las células comunistas locales en visible alianza con los dirigentes pro-comunistas del PAN...”. Ese mismo día sale publicado otro escrito con título: “Los dirigentes pro-comunistas del PAN siguen engañando a las autoridades y al pueblo”,
Ibíd. aquí el MMIN responde al señor Jorge Valdés: “El maquiavelismo de los panistas-comunistas los lleva al extremo de querer voltear el orden de las cosas y engañan al gobernador Faustino Félix Serna y al comandante Mayor Francisco Luken Aguilar”.
En el mismo tenor, el 10 de abril aparece otro desplegado donde reproducen un artículo de la página editorial de El Universal del 8 de abril,
El Sonorense, 10 de abril de 1970. titulado “El PAN y los sonorenses anticomunistas”, firmado por Diego Castro, que de igual manera defiende a los miembros y a las actividades del MMIN, acusando de comunista (“reconocidamente comunista”) a Víctor Valencia, virtual candidato panista para el ayuntamiento de Hermosillo en las próximas elecciones.
La guerra continúa una semana más. El día 11 de abril,
El Sonorense, 11 de abril de 1970. el MMIN se deslinda de cualquier acto vandálico del que pudieran acusarlo; pintas, robos, agresiones e incluso atentados. Mediante otro desplegado; el día 15, aparece un escrito del “Frente Estudiantil Defensor de la Libertad”,
El Sonorense, 15 de abril de 1970. donde se afirma: “Sigue el escándalo en Sonora; ola de terror desatada por el PAN, copiando sistemas comunistas”.
A manera de reflexión subrayo la orquestada campaña anti panista a partir de desplegados costosos (por su número y cobertura) y la adjetivación procomunista hacia el PAN, todo esto ocurrido en tiempos electorales y después de que en 1967 el PAN logró por primera vez en la historia electoral de Sonora el reconocimiento de siete triunfos electorales municipales. Las heridas del 67 sonorense seguían supurando. Además, subrayo, la utilización obvia de la estrategia Teca de “máscaras y membretes” descritas líneas arriba.
Además, la mayoría de los desplegados se publicaron en El Sonorense, propiedad de Faustino Félix Serna, gobernador de Sonora y principal impugnado por el movimiento popular estudiantil de 1967. Por otro lado, en la Universidad de Sonora, azules y activistas
Se denominaban azules a un grupo de estudiantes que se vestían de mezclilla y eran el prototipo del jipismo criollo fronterizo, y activistas a los estudiantes que participaban activamente, desde la izquierda, por la consecución de reformas radicales en la universidad. proponían cambios radicales y se representaban a sí mismos como comunistas o procomunistas; la imagen de éstos dada por la prensa oficial (mafufos, apátridas al servicio de la URSS, etcétera), fácilmente podía ser usado para “asustar” a futuros electores, también, paradójicamente, para estigmatizar al PAN de radical y apátrida.
El Comité Pro-Defensa del Orden Universitario
Cuando el movimiento activista toma fuerza y se consolida en 1971-1972, los micos, después de que algunos líderes fundadores del MMIC tuvieron que huir del Estado, José Antonio de Santiago, por ejemplo, se organizan bajo el membrete de Comité Pro-Defensa del Orden Universitario o Comité Pro-Orden como fue conocido por los estudiantes.
La labor política desarrollada por los micos al interior de la Universidad se caracterizó, desde un principio, por la defensa a ultranza de las autoridades universitarias y por los ataques virulentos a los activistas: se opusieron a la formación de la Comisión Mixta
La llamada Comisión Mixta, integrada por estudiantes y maestros en paridad, se había conformado a pujanza de los Activistas para la elaboración de un ante proyecto de ley orgánica que garantizara la paridad y el co-gobierno en la Universidad de Sonora. por considerarla un tentáculo del comunismo internacional, también a la elaboración de un proyecto de ley que remplazara a la ley universitaria vigente; en fin, se opusieron a todo intento de reforma promovida por el movimiento activista.
(…) Los micos [eran] ultraderechistas que reaccionaron contra el movimiento de los rechazados y luego contra los azules. Al parecer, no estaban patrocinados por ninguna autoridad universitaria, pues la universidad era básicamente liberal en orientación filosófica. Estaban manejados por el clero y gente de la UAG [Universidad Autónoma de Guadalajara] a través de Eugenio Hernández, a sazón alcalde de Hermosillo. Los micos eran fanáticos violentos, pero su animosidad contra la FEUS nos hacía ganar simpatías entre los moderados.
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Blas Cota Meza, en la Ciudad de México, el 20 de abril de 2000. Cota Meza fue dirigente estudiantil en el movimiento de 1970-74. Actualmente es articulista para diferentes medios de la prense nacional.
Ante los cambios en planes de estudio, ellos argumentaban a favor de la libertad de cátedra, “defendíamos (...) que no se nos encajonara en una ideología, nuestro paso por la preparatoria inicialmente se notó que había un interés muy marcado de grupos de maestros que nos querían encajonar en una ideología, que era el marxismo, que era el socialismo”.
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Guillermo Moreno Figueroa (RIP), en Hermosillo, Sonora, el 14 de marzo de 1999. Moreno Figueroa fue Dirigente y miembro fundador del grupo derechista “Comité Pro-Orden Universitario”, participó activamente en las filas de este grupo en el movimiento estudiantil de 1970-1974. Ejerció la abogacía y fue dirigente de varias ONGs.
Sostenían que el origen de la revuelta estudiantil en la Universidad de Sonora obedecía a la infiltración del Partido Comunista y sus aliados; consideraban a Patricio Estévez Nénninger como cabeza del grupo de los azules y manipulado por gente como Héctor “chino” Araiza, Raúl Sáenz Cota, Fernando Cota Madero, conocidos dirigentes procomunistas, entre otros. Se oponían a la formación de los co-gobiernos y al anteproyecto de ley que propusiera otro marco normativo para la Universidad donde el Consejo Universitario fuera la máxima autoridad y estuviera conformado por igual número de maestros y alumnos:
(…) en 1972, so pretexto de lograr una universidad “más crítica y participativa” nuevamente las células comunistas se lanzan al ataque, ahora promoviendo una reforma a la ley universitaria, que en síntesis intenta lograr que el control orgánico de la institución (...) queden en manos de algo que ellos dan en llamar co-gobierno” (Benito Borgo Fabbriz, 1996).
Borgo Fabbriz, Benito, “Aquel 19 de marzo de 1976: recuerdos de un mico”, en: Primera Plana, No. 1282 Año XIII, 29 de marzo de 1996. Borgo Fabbriz (RIP). Dirigente y miembro fundador del grupo derechista “Comité Pro-Orden Universitario”, participó activamente en las filas de este grupo en el movimiento estudiantil de 1970-1974.
La derecha militante surge en México como una reacción a la izquierda o a momentos de crisis, avance del comunismo, radicalismos estatistas, reformas liberales en la educación o ataques a la iglesia y la fe católica; de tal suerte que en la Universidad de Sonora los micos se constituyeron en el contrapeso de las acciones de la izquierda activista con el cometido “de salvar al país de las garras del comunismo”. Como lo afirma Francisco Javier Ruíz Quirrín,
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Francisco Javier Ruíz Quirrín, en Hermosillo, Sonora, el 8 de marzo de 1999. Ruiz Quirrín fue dirigente y miembro fundador del grupo derechista “Comité Pro-Orden Universitario”, participó activamente en las filas de este grupo en el movimiento estudiantil de 1970-1974. Actualmente es director del Semanario Primera Plana.
Recuerdo que estaba en boga el sistema socialista-comunista en el mundo (...) y al final de cuentas, al ventilarse públicamente en los pasillos [de la Unison] estas ideas, había alguien que quería que este país caminara rumbo al comunismo (...) y había ante ello una reacción que se oponía a esas ideas, yo recuerdo que en lo personal manejé esas ideas anticomunistas, antisocialistas y que en términos generales se estableció como una reacción (...).
Además, el grupo completamente estructurado y organizado para estas fechas, y ante el estruendo del movimiento estudiantil que empezaba a masificarse en 1973, actuaba como grupo de choque altamente entrenado en apoyo a las autoridades universitarias, capaz de disolver manifestaciones y mítines organizados por los activistas, donde, en la mayoría de las veces, eran superados en número de manera superlativa,
Los jóvenes fanáticos del Movimiento Mexicanista de Integración Cristiana (Micos), llegaron el día 10 [de septiembre de 1973] a la Preparatoria Central con el (…) fin de abrirle el camino a la Comisión Espuria nombrada por Castellanos para nombrar consejeros alumnos, pero fueron totalmente rechazados, aunque lograron lesionar a algunos compañeros de las brigadas de orden y vigilancia (…). Sin embargo, la prensa vendida El Sonorense y El Imparcial, tuvieron el puerco descaro de publicar que los micos fueron agredidos y aún estos fueron hasta el Ministerio Público a levantar una acusación por lesiones contara compañeros del movimiento, algunos de los cuales ni siquiera se encontraban en el lugar de la agresión. La intención es clara: quieren intimidar, pero en este caso ni la supuesta legalidad que arguyen los salvará. Miles de hermosillenses fueron testigos de que los micos fueron los agresores y que en todo caso los compañeros que golpearon a los fascistas, que no estudiantes, lo hicieron en defensa propia y dentro de los terrenos de la Universidad.
LUCHA, órgano de la asamblea de maestros, alumnos y trabajadores de la UNISON, septiembre de 1973.
En enero de 1972 crean el periódico estudiantil El Ahuizote, esfuerzo editorial donde plasman de manera tajante su pensamiento político, fungiendo como director J. Carlos Olea Ocaño, participan, además, Luis Francisco Martínez en redacción y Roberto Miramontes Arroyo, José Luis Hernández Salas y Martín Salazar M. como colaboradores.
En las páginas de El Ahuizote podemos encontrar el sustento ideológico y las preocupaciones políticas de los jóvenes micos:
[Surge el periódico] para hacer llegar a todos nuestros compañeros, el pensamiento y las inquietudes de una juventud patriótica (...) Por eso este periódico denunciará a las lacras estudiantiles, principalmente a los pseudodirigentes (...) a los propagadores de las corrientes que pretenden corromper a nuestra juventud [a partir] de la difusión de las drogas, el empleo del amor libre, la promiscuidad sexual (…).
El Ahuizote, Año I, No. I, 8 de enero de 1972.
Para ellos el comunismo es sinónimo de esclavitud. En un artículo refiriéndose a la Cuba socialista y firmado por José Luis Hernández S., se afirma:
Sí, carcajada de los esclavistas del comunismo como burla a los crédulos que caen en las redes de los piratas marxistas creyendo encontrar un paraíso sin ver que detrás de esas promesas los esperan la esclavitud, el horror y la muerte. (…) la más flagrante de las mentiras para los que creen en el comunismo; éste posee los atributos de una religión, para estos hombres sería la salvación de la humanidad para los que conocen el revés de la moneda comunista, el comunismo es la maldad más grande que se ha encontrado en el mundo… un enemigo que desafía a los hombres a estar en guardia como nunca tuvieron que estar.
(…) En Cuba a los inconformes se les encarcela, se les fusila, se les persigue y falta el pan, el arroz, el jabón, la electricidad y la independencia y hay que contar las descargas en el paredón, los niños sin hogar, los rostros enlutados, los presos políticos; no, no nos hagamos ilusiones; los cubanos han perdido su patria a manos de los rusos, los tiranos soviéticos que no quieren la libertad para los pueblos, vinieron a amargar la dulzura de la isla y su paisaje.
El Ahuizote, Año II, No. 7, septiembre de 1973.
Sobre la Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora (FEUS), propagaban que estaba dirigida por drogadictos, degenerados que querían llevar a la Universidad al caos y que apoyaban a la guerrilla comunista que pretendía esclavizar a México a la órbita soviética,
No hay necesidad de hacer un análisis muy profundo, para darnos cuenta de lo que actualmente es la FEUS y por que (sic) tipo de personas está dirigida y hacía que derrotero tratan de llevar al estudiantado universitario.
(…) Otro de los hechos que contribuyeron a enlodar el buen nombre de nuestra máxima casa de estudios, fue el apoyo que los pseudodirigentes de la FEUS brindaron a los guerrilleros de nuestro estado, para lo cual, se invitó a todo el pueblo a una manifestación y mitin en pro del asaltabancos Beltrán Vega (…).
Pidiendo el apoyo los activistas pseudodirigentes de la FEUS, tratan de desorientar al estudiantado, lo mismo al querer poner a aquellos revoltosos como mártires, viéndose claramente las intenciones de utilizar al estudiantado como carne de cañón.
Miramontes Arroyo, Roberto, El Ahuizote, Año I, No. 2, febrero 28 de 1972.
De los activistas escribían: “(...) el activismo de la FEUS no es otra cosa que un activismo comunista y que ésta conspiración nacional trabaja por medio de células secretas en las universidades”.
El Ahuizote, Año I, No. 5, diciembre de 1972.
También, sobre el mismo tema, en un volante mimeografiado firmado por el “Grupo Progresista Universitario”, membrete utilizado por los Micos para propagandizar sus ideas, de fecha probable septiembre de 1973, se puede leer,
La Universidad de Sonora vive bajo el imperio del miedo. Sujetos al “activista” marxista y a los detractores del verdadero espíritu universitario, se nos ha impedido la libre manifestación de nuestras ideas en un plano de concordia y diálogo analítico. Si en la Universidad no se habla de violencia, si no se impreca, si en la Universidad no se impone la ley del más fuerte, la ley gorilesca del anarquismo degradante, nuestro pensamiento y nuestra decisión de estudiar y superarnos mediante el conocimiento se ven obstaculizados por esa parvada de vagos que constantemente nos amenazan con atentar físicamente contra nosotros si no acatamos sus antiestudiantiles decisiones.
El Ahuizote, además de ser el medio para exponer sus ideas sobre la política universitaria y replicar las propuestas de los activistas, se utilizaba también para fundamentar las críticas al entramado teórico marxista-leninista que utilizaban los activistas para argumentar sus propuestas, como lo confirma este fragmento del artículo titulado “El despiadado leninismo” firmado por Roberto Miramontes A.,
El desprecio por la muerte debe extenderse entre las masas para asegurar la victoria (…) la exterminación DESPIADADA del enemigo será su cometido.
Así es como Vladimir Illich Ilinov (a) Lenin lanzaba, sus ordas (sic) de trabajadores rusos engañados, al ataque sangriento para exterminar todo aquello que se opusiera al plan comunista.
Esas masas, que creyeron en la utopía de la “Sociedad sin Clases” y la esperanza de vivir mejor, sólo obtuvieron de este líder un “Sistema de Transición”, sistema sangriento donde la falacia de la libertad se ha volcado en una explotación esclavizante, un sistema donde las garantías individuales desaparecen, un sistema en donde el hombre se reduce a un trozo de materia, un sistema de hambre: EL SOCIALISMO.
El Ahuizote, Año I, No. 5, diciembre de 1972.
En otro artículo, titulado “Marx para ignorantes”, firmado también por Roberto Miramontes A., sostiene que lo dicho en el “Manifiesto comunista” pretende reducir los factores que mueven la historia a uno solo: la lucha de clases entre explotadores y explotados,
(…) para ello afirman que la sociedad siempre ha estado dividida en dos clases. Así, con tal afirmación tan categórica se tendrán que escribir nuevos textos para la historia, pues según la historia en Roma había no dos clases, sino tres: patricios, plebeyos y esclavos. Los plebeyos eran libres con dinero, comerciantes y artesanos; los patricios eran nobles que además de riquezas tenían títulos nobiliarios, así, como había luchas entre dos clases hay que cambiar la historia y decir que eran los plebeyos los explotados, ricos pero explotados, con deseo de obtener unos títulos nobiliarios y otros derechos más entre los patricios.
El Ahuizote, Año I, No. 5, diciembre de 1972.
En el número 6 de El Ahuizote (mayo de 1973), publican un escrito titulado “Juventud rebelde”, donde ensayan una reflexión sobre lo que representa la juventud y el ser joven y como se promulgan como antípoda al modelo de juventud que, según ellos, encarnan los activistas,
Dicen que vivimos la hora de la juventud, y se nos presenta como modelo a la juventud caduca, a la juventud primitiva, a la juventud electrónica, a la juventud decrépita… porque decrepitud es derribar y no levantar (…). Decrepitud es aullar sin hablar.
Y nosotros necesitamos hablar. Necesitamos dar un mensaje auténtico. Un mensaje constructivo. Un mensaje de hombres para hombres (…). Un mensaje que barra con toda la basura y la podedumbre (sic) para traer limpieza y claridad, porque los jóvenes no somos animales; los jóvenes no somos idiotas; los jóvenes no somos estúpidos; los jóvenes no somos bestias……
¡¡Y SE NOS QUIERE CONVERTIR EN BESTIAS!! Se nos quiere convertir en carne sexual y en sexo hecho carne. En brutos sin espíritu y en espíritus apagados… En cuerpos sin alma y en almas psicoanalizadas… En idiotas televidentes y en espectáculo de televisión… En público estúpido de películas pornográficas…
Y ante esto nos revelamos contra la podedumbre (sic). Contra la corrupción. Contra la perversión. Contra la decrepitud remozada con hormonas y drogas. Contra los “Hippies” y sus mugres.
Los Micos, ahora llamándose Comité Pro-Orden Universitario en este período de principios de los setenta, además de El Ahuizote, su tejido editorial la completaban con un número importante de proclamas o manifiestos publicados en forma de volante mimeografiado y según las circunstancias y los temas tratados, usando distintos membretes para firmar la autoría.
También editaron otras publicaciones las más de las veces de una sola aparición. Como es el caso de El Guasón, publicación aparecida probablemente a principios de los setenta (1972/1974), del tipo de literatura “joco-seria” en boga en los años cuarenta y cincuenta en nuestro medio. En ésta, utilizan el recurso del cartón (caricatura) y un supuesto sentido del humor para ensalzar criticas anticomunistas, antiguerrilleras, antisoviéticas, contra el clero liberal y contra el activismo. Describo la siguiente colaboración a guisa de ejemplo: presentan una caricatura (p. 3) donde se autorepresentan como Micos: “Un mico es…”, supongamos el título, para mostrar a un joven sonriente, fortachón, de cuerpo musculoso; con el pelo corto y peinado; zapatos de vestir y camiseta ajustada con un dibujo figurando a México (mapa) en el pecho; los brazos arriba en señal de triunfo. Abajo, acostado, en actitud sumisa, derrotado y con un pie del fortachón encima, la figura de un joven desalineado; con el pelo largo y gafas; pantalón ajustado y huaraches; mostrando la hoz y el martillo en su pecho. Después como respuesta, la leyenda “Un defensor de su Patria”.
Atención aparte merece la publicación Paladín Católico, donde aparece como director Hilario Olea Ruíz y como jefe de redacción, Guillermo Hidalgo I., al parecer de regular circulación, el único ejemplar obtenido en el Archivo de Historia de la Universidad de Sonora, lo fecha de la siguiente manera: Año II, Hermosillo, Son., septiembre de 1973, No. 1. En este ejemplar, además del Editorial (p. 1), donde analizan las causas por las que se ha difundido el “progresismo” entre la grey católica tradicional, suman cuatro artículos: “El Arcángel San Miguel” (p. 3), “¿Cuál es la justicia social?”, firmado por Guillermo Hidalgo L. (p. 4), “Culto a María” (p. 6) y “Divini Redemptores” (p. 7). Los artículos segundo y cuarto, los utilizan para divulgar burdas ideas anticomunistas.
Con la entrada de Castellanos Idiáquez a rectoría en 1973 y con la brutal represión al movimiento estudiantil en octubre de 1974, la Universidad de Sonora entra en lo que podríamos considerar un reflujo del movimiento estudiantil, donde la implementación de una nueva ley, trucada desde el Congreso del Estado, permitió empezar a tomar el control casi absoluto de la vida universitaria por parte del Rector Alfonso Castellanos y su grupo.
Muchos de los militantes micos pasaron a formar parte de la administración o de la planta docente de la Universidad, baste un ejemplo: Gabriel Ibarra Félix, uno de los principales dirigentes micos, fue Coordinador Ejecutivo de la Escuela de Ingeniería durante nueve años, y principal asesor del rector Castellanos, hasta que éste, a principios de los ochenta, disuelve el maridaje mandándolo al ostracismo. Sin embargo, el naciente sindicalismo universitario, serviría como catalizador del descontento y propondría otro foro donde el accionar Mico se manifestaría con singular importancia.
Antes, el 19 de marzo de 1976, en el contexto de la huelga de los trabajadores afiliados al naciente Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora (STEUS), quienes luchaban por el reconocimiento de la organización sindical, el grupo derechista Pro-Orden Universitario, estudiantes de la Secundaría de la Universidad de Sonora y de la asociación de padres de familia, se manifiesta con singular crudeza y desaloja violentamente a los trabajadores y estudiantes del edificio principal de la Universidad.
Al finalizar la década de los setenta, los micos intentan la reconstrucción de la desaparecida Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora FEUS, a semejanza de la FEUS de finales de los sesenta, esto es, basada Sociedades de Alumnos y volviendo al presidencialismo que el accionar activista (actor colectivo de ideología de izquierda) había sustituido por los Consejos Estudiantiles y el Comité Coordinador.
A principios de los ochenta, y consumando la paradoja, los micos juegan un papel importante en la llegada de Manuel Rivera Zamudio (RIP) a rectoría, a quien muchos universitarios consideran el introductor de reformas democráticas que pusieron fin al oscurantismo castellanista, y, por ende, al fin del castellanato en la Universidad de Sonora.
La desaparición y desarticulación de la derecha organizada, es decir del Comité Pro-Orden Universitario o simplemente micos, y por ende de su participación en la política universitaria, se da en el contexto del asesinato del estudiante activista de Agronomía Manuel Fierro Dojaquez (Dólar) a manos de miembros del Comité Pro-Orden Universitario, en sucesos que hasta donde las evidencias empíricas me demuestran, no estaban relacionados con la participación de Fierro Dojaquez en la vida política universitaria, sino que fue consecuencia de un enfrentamiento que se da al concluir un festejo familiar. Como lo afirma el exlíder estudiantil activista y amigo cercano de Fierro Dojaquez, Antonio Mendoza:
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Antonio Mendoza, en Hermosillo, Sonora, el 14 de noviembre de 2006. A. Mendoza fue líder estudiantil activista durante el movimiento estudiantil de finales de los setenta y principios de los ochenta. Agrónomo egresado de la Universidad de Sonora. “Fue una muerte circunstancial, fue producto del enfrentamiento con los micos, pero fue una cuestión de circunstancia, no fue algo preparado, fue el lugar y el momento equivocado y en parte, pues que me perdone mi compadre, pero la “cagó”, porque él tuvo chance de irse pero se aferró en quedarse”.
Como lo mencioné líneas arriba, la muerte del dólar representó también la muerte de los micos como organización y la llegada de otro actor colectivo, digamos menos ideologizado, que fue protagónico del movimiento estudiantil de principio de los noventa.
Al respecto, Carlos Navarro López
Entrevista realizada por Joel Verdugo-Córdova a Carlos Navarro López, en la Ciudad de México, el 5 de junio de 2006. Navarro López fue líder y dirigente estudiantil durante el movimiento estudiantil de finales de los setenta y principios de los ochenta. Miembro del PRD, actualmente es maestro universitario. afirma que,
Como te digo yo salí de la Universidad el 81, regresé el 83, después de la muerte de El Dólar en julio, de hecho, creo que la muerte de El Dólar se resintió mucho en el activismo por el coraje, la indignación porque efectivamente fueron los micos los que lo mataron. Creo que allí fue la tumba de los micos también, porque después del 83, de agosto para arriba los micos no pueden pararse en la universidad sin correr el riesgo de que el activismo cobrara venganza de alguna manera.
COLOFÓN
Para concluir estas reflexiones diré que en la actualidad, muchos de los ex micos, están relacionados con medios de comunicación escritos o electrónicos de la localidad: Francisco Javier Ruíz Quirrín es propietario y director del Semanario Primera Plana; José Luis Hernández Salas, era propietario y director del Semanario Opinión y fue director y accionista del periódico El Independiente; Benito Borgo Fabbris (RIP) fue gerente general del Semanario Primera Plana, Hilario Olea es director y conductor de un noticiero radiofónico en Hermosillo, Sonora, por citar sólo algunos.
BIBLIOGRAFÍA
Trabajos académicos (Tesis, Tesinas, Memorias y Disertaciones):
- Rosales Gutiérrez, Gabriela S., “Historia de la Universidad de Sonora; la Reforma universitaria (1967-1973)”, Tesis profesional para obtener el título de Licenciada en Historia por la Universidad de Sonora, Hermosillo, Sonora, julio de 1996.
- Verdugo Córdova, Joel A., “Una reflexión socio-histórica de los movimientos estudiantiles en la Universidad de Sonora (1967-1992), a partir de la imagen fotográfica y el testimonio oral”, Disertación para obtener el grado de Licenciado en Sociología por la Universidad de Sonora, Hermosillo, Sonora, febrero de 1998.
Artículos, Ponencias y Documentos
- Borgo Fabbriz, Benito, “Aquel 19 de marzo de 1976: recuerdos de un mico”, en Primera Plana, No. 1282 Año XIII, 29 de marzo de 1996.
- Verdugo Córdova, Joel A., “Treinta años de rebelión estudiantil en la Universidad de Sonora: Testimonio fotográfico”, Ponencia presentada en el XXII Simposio de Historia y Antropología de Sonora, Hermosillo, Sonora, febrero de 1997.
Libros
- Delgado, Álvaro, EL YUNQUE, La ultraderecha en el poder, México, D.F., Editorial Debolsillo, 2006.
- Rivas O., Rene y Sánchez G., Hugo, UNAM; de la rebelión silenciosa al congreso, México, DF, Ed. El Día en libros,1990.
- Verdugo Córdova, Joel, Estudiantes en lucha. Los documentos personales como herramientas analíticas en el estudio de los movimientos sociales: el caso de la Universidad de Sonora, Hermosillo, Sonora, Ed. Universidad de Sonora, 2016.
Entrevistas
- Antonio Mendoza
- Abelardo Casanova Labrada
- Carlos Martínez de la Torre
- Carlos Navarro López
- Daniel Barrientos López
- Francisco Javier Ruíz Quirrín
- Martín Valenzuela Baldenegro
- Ramón Blas Cota Meza
Hemerografía
- El Imparcial
- El Sonorense
- El Pueblo
- Semanario Primera Plana
- El Ahuizote
- LUCHA, órgano de la asamblea de maestros, alumnos y trabajadores de la UNISON
- El Guasón
- Paladín Católico