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Caída de Constantinopla

Caída de Constantinopla Caída de Constantinopla Parte de las guerras otomano-bizantinas y de las guerras otomanas en Europa Representación del asedio a Constantinopla. Fecha 7 de abril - 29 de mayo de 1453. Lugar Constantinopla Coordenadas 41°01′00″N 28°58′37″ECoordenadas: 41°01′00″N 28°58′37″E (mapa) Resultado Victoria decisiva otomana Cambios territoriales • Fin del Imperio bizantino. • Constantinopla se convirtió en capital del Imperio otomano. Beligerantes Imperio bizantino República de Génova Imperio otomano Comandantes Constantino XI † Lucas Notaras (ejecutado) Giovanni Giustiniani Longo †1 Mehmed II Süleyman Baltoğlu Zağanos Pasha Mahmud Pasha Fuerzas en combate 7.0002 -10.0003 tropas 26 barcos4 160.000;5 6 200.000;1 300.0007 soldados (estimaciones occidentales de la época) 80.000 soldados8 9 10 70 barcos9 20 galeras11 (estimaciones modernas basadas en archivos otomanos de la época) 100.000-150.000 soldados12 (estimación occidental moderna) Bajas 4.000 soldados muertos3 13 Desconocidas, muy altas. La caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos el martes 29 de mayo de 1453 (de acuerdo con el calendario juliano) fue un hecho histórico que, en la periodización clásica, y según algunos historiadores, marcó el fin de la Edad Media en Europa y el fin del último vestigio del Imperio romano de Oriente. El saqueo de Constantinopla y el Imperio latino El Imperio bizantino alrededor de 1400 Puede decirse que el declive de Constantinopla, la capital del Imperio romano de Oriente, comenzó en 1190 durante los preparativos de la Tercera Cruzada en los reinos de Occidente. Los bizantinos, creyendo que no había posibilidades de vencer a Saladino (sultán de Egipto y Siria y principal enemigo de los cruzados instalados en Tierra Santa), decidieron mantenerse neutrales. Con esta reticencia bizantina como excusa, y con la codicia por los tesoros de Constantinopla como motor, los cruzados tomaron por asalto la ciudad en 1204, ya en la Cuarta Cruzada, dando origen al efímero Imperio latino que duró hasta 1261. Los bizantinos, despojados de su capital imperial, fundaron nuevos Estados: el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Epiro serían los más influyentes. En tanto, el reino creado por los cruzados fue perdiendo territorios. Finalmente, en 1261, el Imperio de Nicea, bajo Miguel VIII Paleólogo, reconquistó la ciudad. Implicaciones La caída de Constantinopla causó una gran conmoción en Occidente, y se pensaba que era el principio del fin del cristianismo. Se llegaron a iniciar conversaciones para formar una nueva cruzada que liberase Constantinopla del yugo turco, pero ninguna nación pudo ceder tropas en aquel tiempo. Los mismos genoveses se apresuraron a presentar sus respetos al sultán y así pudieron mantener sus negocios en Pera por algún tiempo. Con Constantinopla, y por ende el Bósforo, bajo dominio musulmán, el comercio entre Europa y Asia declinó súbitamente. Ni por tierra ni por mar los mercaderes cristianos conseguirían pasaje para las rutas que llevaban a la India y a China, de donde provenían las especias usadas para conservar los alimentos, además de artículos de lujo, y hacia donde se destinaban sus mercancías más valiosas. De esta manera, las naciones europeas iniciaron proyectos para el establecimiento de rutas comerciales alternativas. Portugueses y castellanos aprovecharon su posición geográfica junto al océano Atlántico para tratar de llegar a la India por mar. Los portugueses trataron de llegar a Asia circunnavegando África, intento que culminó con el viaje de Vasco da Gama entre 1497-1498. En cuanto a Castilla, los Reyes Católicos financiaron la expedición del navegante Cristóbal Colón, quien veía una posibilidad de llegar a Asia por el oeste, a través del Océano Atlántico, intento que culminó en 1492 con el arribo a América, dando inicio al proceso de ocupación del Nuevo Mundo. Los dos países, otrora con escasa influencia en el escenario político europeo, ocupados como habían estado en la Reconquista, se convirtieron en el siglo XVI en las naciones más poderosas del mundo, estableciendo un nuevo orden mundial, denominado según Immanuel Wallerstein, el sistema moderno mundial. La caída de Constantinopla Búsqueda de apoyo en Occidente El cisma entre las Iglesias Romana y Ortodoxa había mantenido a Constantinopla distante de las naciones occidentales e, incluso durante los asedios de los turcos musulmanes, no había conseguido más que indiferencia de Roma y sus aliados. En un último intento de aproximación, teniendo en vista la constante amenaza turca, el emperador Juan VIII promovió un concilio en Ferrara, donde se resolvieron rápidamente las diferencias entre las dos confesiones. Entretanto, la aproximación provocó tumultos entre la población bizantina, dividida entre los que rechazaban a la iglesia romana y los que apoyaban la maniobra política de Juan VIII. Constantino XI y Mehmed II Mehmed II Fatih Juan VIII había muerto en 1448 y su hermano Constantino XI asumió el trono al año siguiente (mientras tanto la regente en Constantinopla fue Elena Dragases, madre de ambos). Era una figura popular, habiendo luchado en la resistencia bizantina en el Peloponeso frente al ejército otomano, mas seguía la línea de su hermano y predecesor en la conciliación de las iglesias oriental y occidental, lo que causaba desconfianza no sólo entre el clero bizantin, sino también en el sultán Murad II, que veía esta alianza como una amenaza de intervención de las potencias occidentales en la resistencia a su expansión en Europa. En 1451 murió Murad II y fue sucedido por segunda vez por su joven hijo Mehmed II. Inicialmente, Mehmed prometió no violar el territorio bizantino. Esto aumentó la confianza de Constantino que, en el mismo año, se sintió seguro y suficiente para exigir el pago de una renta anual para la manutención de un oscuro príncipe otomano, retenido como rehén, en Constantinopla. Furioso, más por el ultraje que por la amenaza a su pariente en sí, Mehmed II ordenó los preparativos para un asedio completo a la capital bizantina. Preparativos Ambos bandos se prepararon para la guerra. Los bizantinos, ahora con la simpatía de las naciones occidentales, enviaron mensajeros a dichas naciones pidiendo refuerzos y consiguiendo promesas. Tres navíos genoveses contratados por el Papa estaban en camino con armas y provisiones. El Papa también había enviado al cardenal Isidro con 300 arqueros napolitanos como su guardia personal. Los venecianos mandaron a mediados de 1453 un refuerzo de 800 soldados y 15 navíos con pertrechos, mientras que los ciudadanos venecianos residentes en Constantinopla aceptaron participar en la defensa de la ciudad. La capital bizantina recibió asimismo refuerzos de los ciudadanos de Pera y de los genoveses renegados, entre los cuales estaba su capitán Giovanni Giustiniani Longo, quien se encargaría de las defensas de la muralla oriental, y 700 soldados. Se aprestaron a la defensa con barriles de fuego griego, armas de fuego y todos los hombres y jóvenes capaces de empuñar una espada o un arco. Para esa época Constantino XI Paleólogo había hecho un censo en la ciudad para ver las fuerzas disponibles para la defensa de Constantinopla. El resultado fue decepcionante: la población apenas llegaba a los 50.000 habitantes (en su máximo esplendor en el siglo V había llegado a 500.000 habitantes) y apenas había entre 5.000 a 7.000 soldados para la defensa. Implicaciones La caída de Constantinopla causó una gran conmoción en Occidente, y se pensaba que era el principio del fin del cristianismo[cita requerida]. Se llegaron a iniciar conversaciones para formar una nueva cruzada que liberase Constantinopla del yugo turco, pero ninguna nación pudo ceder tropas en aquel tiempo. Los mismos genoveses se apresuraron a presentar sus respetos al sultán y así pudieron mantener sus negocios en Pera por algún tiempo. Con Constantinopla, y por ende el Bósforo, bajo dominio musulmán, el comercio entre Europa y Asia declinó súbitamente[cita requerida]. Ni por tierra ni por mar los mercaderes cristianos conseguirían pasaje para las rutas que llevaban a la India y a China, de donde provenían las especias usadas para conservar los alimentos, además de artículos de lujo, y hacia donde se destinaban sus mercancías más valiosas. De esta manera, las naciones europeas iniciaron proyectos para el establecimiento de rutas comerciales alternativas. Portugueses y castellanos aprovecharon su posición geográfica junto al océano Atlántico para tratar de llegar a la India por mar. Los portugueses trataron de llegar a Asia circunnavegando África, intento que culminó con el viaje de Vasco da Gama entre 1497-1498. En cuanto a Castilla, los Reyes Católicos financiaron la expedición del navegante Cristóbal Colón, quien veía una posibilidad de llegar a Asia por el oeste, a través del Océano Atlántico, intento que culminó en 1492 con el arribo a América, dando inicio al proceso de ocupación del Nuevo Mundo. Los dos países, otrora con escasa influencia en el escenario político europeo, ocupados como habían estado en la Reconquista, se convirtieron en el siglo XVI en las naciones más poderosas del mundo, estableciendo un nuevo orden mundial, denominado según Immanuel Wallerstein, el sistema moderno mundial. En la literatura Stefan Zweig trató, entre otros acontecimientos históricos, la conquista de Constantinopla por los turcos en Momentos estelares de la humanidad, bajo el título «La conquista de Bizancio». Por otra parte, Steven Runciman, reputado historiador británico, recogió este episodio histórico en su obra La caída de Constantinopla 1453.15 Se ha mencionado que el asedio a la ciudad pudo inspirar a Tolkien para escribir algunos pasajes de El Señor de los Anillos.15 En el cine La conquista de Constantinopla es el tema principal de la película turca Fetih 1453, estrenada en 2012 y que se convirtió en la producción cinematográfica más vista de la historia del país.