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Dios y hombre: una mirada desde Pascal

2022, Dios y la Filosofía. Una aproximación histórica al problema de la trascendencia

30. Casales, R., “Dios y hombre: una mirada desde Pascal”, en: Casales, R. & Bastos, L. (eds.), Dios y la filosofía. Una aproximación histórica al problema de la trascendencia, México: Tirant Lo Blanch, 2022, pp. 205-222, ISBN: 978-84-19286-36-9

COLECCIÓN DIÁSPORA Ciencias de las Religiones Dirigida por Juan José Tamayo ÚLTIMOS TÍTULOS PUBLICADOS: Carta encíclica “Fratelli tutti” Carlos Mendoza-Álvarez (Coord.) Hacia un diálogo entre espiritualidades Félix Placer Ugarte Disputas religiosas en una comunidad afrobrasileña tradicional José Antonio Boareto La brújula rota de la masculinidad Joan Sanfélix Albelda Roberto Casales García y Livia Bastos Andrade La cuestión de Dios, con todo lo que esta implica, es una de esas preguntas que no se pueden evadir sin, por eso, renunciar también a hacer auténtica filosofía, más allá de que cada uno tenga o no sus propias creencias religiosas. No es raro, en consecuencia, que entre los filósofos que abordan directamente esta serie de problemáticas y cuestiones, exista una amplia diversidad que va, no sólo de los que son creyentes a los que no lo son, sino también a diversas creencias religiosas que inclusive dialogan entre sí. A través de cada uno de los capítulos que componen el presente libro, así, se ofrece al lector una cierta aproximación histórica al problema de Dios y la trascendencia, cara a comprender no sólo la amplia diversidad de propuestas que se pueden encontrar a lo largo y ancho de la historia de la filosofía, sino también una mirada a las diversas problemáticas que están, sea directa o indirectamente, relacionadas con la cuestión de Dios. Editores Religiones y espiritualidades en diálogo José Luis Marqués Utrillas Mujeres, hombres y catolicismo en la España contemporánea. Nuevas visiones desde la Historia Inmaculada Blasco Herranz La Máquina Reaccionaria. La Lucha Declarada a los Feminismos María Ávila Bravo Villasante Sentires Emergentes y Fe AAVV Masculinidades igualitarias y alternativas. Procesos, avances y reacciones Anastasia Téllez Infantes Javier Eloy Martínez Guirao Joan Sanfélix Albelda De la Iglesia colonial al cristianismo liberador en América Latina. Juan José Tamayo Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica Héctor Samour DIOS Y LA FILOSOFÍA Deconstruyendo la masculinidad.Cultura, género e identidad. Javier Eloy Martínez Guirao Anastasia Téllez Infantes Joan Sanfélix Albelda (Editores) DIOS Y LA FILOSOFÍA Una aproximación histórica al problema de la trascendencia Imagen de portada: “Personalidad (es)” Autor: Ricardo Enríquez Ramírez ACCESO GRATIS a la Lectura en la Nube Para visualizar el libro electrónico en la nube de lectura envíe junto a su nombre y apellidos una fotografía del código de barras situado en la contraportada del libro y otra del ticket de compra a la dirección: [email protected] En un máximo de 72 horas laborables le enviaremos el código de acceso con sus instrucciones. La visualización del libro en NUBE DE LECTURA excluye los usos bibliotecarios y públicos que puedan poner el archivo electrónico a disposición de una comunidad de lectores. Se permite tan solo un uso individual y privado 1 DIOS Y LA FILOSOFÍA Una aproximación histórica al problema de la trascendencia COMITÉ CIENTÍFICO DE LA EDITORIAL TIRANT HUMANIDADES Manuel Asensi Pérez Catedrático de Teoría de la Literatura y de la Literatura Comparada Universitat de València Ramón Cotarelo Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia M.ª Teresa Echenique Elizondo Catedrática de Lengua Española Universitat de València Juan Manuel Fernández Soria Catedrático de Teoría e Historia de la Educación Universitat de València Pablo Oñate Rubalcaba Catedrático de Ciencia Política y de la Administración Universitat de València Joan Romero Catedrático de Geografía Humana Universitat de València Juan José Tamayo Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid Procedimiento de selección de originales, ver página web: www.tirant.net/index.php/editorial/procedimiento-de-seleccion-de-originales Editado: ROBERTO CASALES GARCÍA LIVIA BASTOS ANDRADE DIOS Y LA FILOSOFÍA Una aproximación histórica al problema de la trascendencia tirant humanidades Ciudad de México, 2022 Copyright ® 2022 Todos los derechos reservados. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, o cualquier almacenamiento de información y sistema de recuperación sin permiso escrito de los autores y del editor. En caso de erratas y actualizaciones, la Editorial Tirant Humanidades publicará la pertinente corrección en la página web www.tirant.com. Este libro será publicado y distribuido internacionalmente en todos los países donde la Editorial Tirant lo Blanch esté presente. Director de la colección: Juan José Tamayo Director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Universidad Carlos III de Madrid © Varios autores © TIRANT HUMANIDADES EDITA: TIRANT HUMANIDADES MÉXICO Av. Tamaulipas 150, Oficina 502 Hipódromo, Cuauhtémoc 06100 Ciudad de México Telf.: +52 1 55 65502317 [email protected] www.tirant.com/mex/ www.tirant.es ISBN: 978-84-19286-36-9 MAQUETA: Innovatext Imagen de portada: “Personalidad (es)” Autor: Ricardo Enríquez Ramírez Si tiene alguna queja o sugerencia, envíenos un mail a: [email protected]. En caso de no seratendida su sugerencia, por favor, lea en www.tirant.net/index.php/empresa/politicas-de-empresa nuestro Procedimiento de quejas. Responsabilidad Social Corporativa: http://www.tirant.net/Docs/RSCTirant.pdf Juan Pablo Aranda Livia Bastos Andrade Mauricio Beuchot Jacob Buganza Roberto Casales García J.-Martín Castro-Manzano Emanuele Costa Marcelo D. Boeri Alexandre de Pomposo García-Cohen Sonia E. Rodríguez Catalina Elena Dobre Francisco Fernández Labastida Urbano Ferrer Santos Pedro García Casas Gabriel González Nares Jorge Medina Adriana Menassé Rubén Pereda Rómulo Ramírez Daza y García Paniel Reyes Cárdenas Roberto Rivadeneyra Carlos Román Dávila Suazo Arturo Romero Contreras Alejandro Sada Rubén Sánchez Muñoz Ignacio Yarza Índice INTRODUCCIÓN ................................................................................... 17 Roberto Casales García y Livia Bastos Andrade 1. MUERTE Y VISIBILIDAD EN PLATÓN. ARMONÍA Y TRASCENDENCIA................................................................................... 21 Roberto Rivadeneyra 1. 2. 3. 4. 5. 2. EL CUERPO COMO CÁRCEL ................................................ CUERPO Y ALMA COMO PUROS......................................... CUERPO Y ALMA COMO IMPUROS .................................... EL TEMOR A LA MUERTE Y LA FALTA DE TONO ............. LA MUERTE COMO DEVELACIÓN DEL SER...................... 21 24 27 30 36 ARISTÓTELES Y LA TRASCENDENCIA ................................... 41 Rómulo Ramírez Daza y García 1. 2. INTRODUCCIÓN ................................................................... DIMENSIÓN PERSONAL E INTERPERSONAL DE LA TRASCENDENCIA ................................................................. ¿TRASCENDENCIA DEL ALMA? .......................................... TRASCENDENCIA POLÍTICA ............................................... TRASCENDENCIA HISTÓRICA ............................................ CONCLUSIONES ................................................................... 42 44 47 50 56 EPICURO Y LOS HABITANTES DE SU JARDÍN ..................... 61 3. 4. 5. 6. 3. 41 Livia Bastos Andrade 1. 2. 3. 4. INTRODUCCIÓN ................................................................... QUIÉNES PUEDEN ENTRAR EN EL JARDÍN ..................... AQUÍ LOS DIOSES NO ENTRAN ........................................ CONCLUSIONES ................................................................... 61 63 75 86 4. EL ESTOICISMO Y SU “TRASCENDENCIA INMANENTISTA”: ¿ES POSIBLE TRASCENDER SIN SALIR DEL MUNDO CORPÓREO? .......................................................................................... 93 Marcelo D. Boeri 1. INTRODUCCIÓN: EN QUÉ SENTIDO EL OXÍMORON “TRASCENDENCIA INMANENTISTA” PUEDE SER RAZONABLE ................................................................................... 93 9 2. EL DIOS ESTOICO COMO CAUSA INMANENTE DEL COSMOS................................................................................. MUERTE Y “TRASCENDENCIA” COMO “PERSISTENCIA” OBSERVACIONES CONCLUSIVAS: ¿POR QUÉ PREOCUPARSE POR LA MUERTE SI, EN CIERTO MODO, SEGUIREMOS EXISTIENDO? .......................................................... 112 PLOTINO Y LA TRASCENDENCIA DEL UNO .......................... 119 3. 4. 5. 99 104 Ignacio Yarza 1. 2. 3. 6. PLATÓN Y LA TRASCENDENCIA DEL PRINCIPIO ............ EL UNO TRASCENDENTE DE PLOTINO ........................... UNA TRASCENDENCIA HERIDA ......................................... 120 125 129 LA TRASCENDENCIA COMO DESCUBRIMIENTO Y LA PERSONA COMO RAZÓN DE SER EN EL PENSAMIENTO DE MAIMÓNIDES ............................................................................... 135 Alexandre de Pomposo García-Cohen 1. 2. 3. 4. 5. 7. LA KABBALAH TEÓRICA ..................................................... EL MÉTODO MAIMONIDIANO ........................................... TRASCENDENCIA: CONCIENCIA DE UNA NECESIDAD .. PERSONA: IMAGEN Y SEMEJANZA ................................... CONCLUSIÓN ........................................................................ 137 140 143 147 151 SEVERINO BOECIO A LA BÚSQUEDA DE DIOS EN LA FILOSOFÍA, LA TEOLOGÍA CRISTIANA Y EL CONSUELO. ........... 155 Gabriel González Nares 1. 2. 3. INTRODUCCIÓN ................................................................... BREVE SEMBLANZA BIOGRÁFICA DE BOECIO ................ EL DIOS DE LOS FILÓSOFOS NEOPLATÓNICOS: SER UNO Y BIEN TRASCENDENTAL .......................................... EL DIOS REVELADO: LOS PROBLEMAS TRINITARIOS Y CRISTOLÓGICOS EN LOS OPUSCULA SACRA .................... EL DIOS QUE CONSUELA EN MEDIO DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO ...................................................................... 155 156 LA IMPRONTA ANSELMIANA.................................................... 177 4. 5. 8. 158 166 171 J.-Martín Castro-Manzano 1. 2. 10 INTRODUCCIÓN ................................................................... EL ARGUMENTO DE ANSELMO ......................................... 2.1. Premisa mayor: la estrategia ........................................ 2.2. Premisa menor: el principio anselmiano ..................... 177 178 179 181 3. 4. 9. LA IMPRONTA ANSELMIANA ............................................. CONCLUSIONES ................................................................... 184 187 DIOS EN SANTO TOMÁS DE AQUINO: EL ITINERARIO ANALÓGICO-ICÓNICO DE LA MENTE HUMANA HACIA DIOS ... 189 Mauricio Beuchot 1. 2. 3. 4. 5. INTRODUCCIÓN ................................................................... DE DEO................................................................................... DE TRINITATE ....................................................................... EN LA ESCRITURA ................................................................ EN LAS POLÉMICAS DE LOS PADRES CONTRA LOS HEREJES ..................................................................................... EN LA SÍNTESIS DE SANTO TOMÁS .................................. REFLEXIÓN TEOLÓGICO-ANALÓGICA ............................. CONCLUSIÓN ........................................................................ 189 190 194 195 10. DIOS Y HOMBRE: UNA MIRADA DESDE PASCAL.................. 205 6. 7. 8. 195 199 201 202 Roberto Casales García 1. 2. 3. INTRODUCCIÓN: LA CONDICIÓN HUMANA SEGÚN PASCAL................................................................................... LA MISERIA DEL HOMBRE SIN DIOS: AGITACIÓN Y REPOSO ...................................................................................... LA GRANDEZA DEL HOMBRE CON DIOS: EL CORAZÓN Y SU APUESTA POR LA EXISTENCIA DE DIOS .................. 11. DE LA TRAMA CAUSAL DE LAS COSAS A LA POTENCIA INFINITA DE LA SUBSTANCIA, EL DIOS DE SPINOZA ............. 205 209 216 223 Carlos Román Dávila Suazo 1. 2. 3. 4. 5. INTRODUCCIÓN .................................................................. LA TRAMA CAUSAL DE LAS COSAS ................................... LAS FIGURAS MALDITAS DE LO DIVINO .......................... EL DIOS DE SPINOZA .......................................................... RESPUESTAS DESDE LA EXCOMUNIÓN, LA POTENCIA INFINITA DE LA SUBSTANCIA ............................................ 223 225 229 233 12. TRANSCENDENCE AND IMMANENCE IN ANNE CONWAY . 247 241 Emanuele Costa 13. EL DIOS DE LEIBNIZ ................................................................... 263 Rubén Pereda 1. EL DIOS DE LAS DEMOSTRACIONES................................. 265 11 2. 3. LA ESENCIA DE DIOS ........................................................... DIOS Y EL MUNDO ............................................................... 269 276 14. LA INCÓMODA PERO IMPRESCINDIBLE “B” EN EL ABSOLUTO SCHELLINGUIANO ........................................................... 283 Arturo Romero Contreras 1. 2. PRESENTACIÓN .................................................................... SCHELLING, PENSADOR DEL ABSOLUTO ........................ 2.1. El absoluto como globalidad y conectividad ................ 2.2. El absoluto como pensamiento en sí de lo otro ........... 2.3. El absoluto como libertad ............................................. 2.4 El absoluto como lo determinado ................................ UNA EXTRAÑA EXTRAÑA B ............................................... 283 286 288 289 289 291 294 15. LA COMPRENSIÓN DE DIOS EN EL PENSAMIENTO DE KIERKEGAARD ............................................................................. 307 3. Catalina Elena Dobre “EL GRAN TERREMOTO” .............................................................. 309 16. CHARLES SANDERS PEIRCE Y LA REALIDAD DE DIOS ....... 331 Paniel Reyes Cárdenas 1. 2. CHARLES SANDERS PEIRCE ................................................ EL CUERPO DE CREENCIAS DEL PRAGMATISMO PEIRCEANO ................................................................................... 3. METAFÍSICA CIENTÍFICA: LOS UNIVERSOS DE LA EXPERIENCIA Y LA ARQUITECTÓNICA ................................. 4. CATEGORÍAS CENO-PITAGÓRICAS ................................... 5. LAS CATEGORÍAS: 1,2,3 ....................................................... 5.1. Primeridad..................................................................... 5.2. Segundidad .................................................................... 5.3. Terceridad ...................................................................... 6. MODOS DE INFERENCIA Y ‘MUSEMENT’ ......................... 7. LOS TRES MOMENTOS DEL ‘MUSEMENT’ ...................... 8. REALISMO ESCOLÁSTICO CONTRA NOMINALISMO ..... 9. LA REALIDAD DE DIOS EN EL PENSAMIENTO DE PEIRCE ............................................................................................ 10. EL ARGUMENTO OLVIDADO Y LA REALIDAD DE DIOS . 10.1. La realidad de Dios ....................................................... 10.2. Dios es personal y amoroso .......................................... 11. CONCLUSIÓN ........................................................................ 12 332 333 335 341 342 343 343 343 345 347 348 348 349 350 351 353 17. HUSSERL Y LA TRASCENDENCIA DE DIOS ............................ 355 Urbano Ferrer Santos 1. 2. PLANTEAMIENTO ................................................................ DE LAS OTRAS TRASCENDENCIAS A LA TRASCENDENCIA DE DIOS .......................................................................... INTENTOS DE APROXIMACIÓN A DIOS DESDE LA CONCIENCIA REDUCIDA ............................................................. 3.1. El valor moral y la trascendencia de Dios .................... 3.2. La teleología como vía de acceso a Dios ....................... 3.4. Del alter ego a la Persona divina .................................. 3.5. La trascendencia en la vía ética del amor..................... CONCLUSIONES ................................................................... 361 361 363 365 368 370 18. PERSONA HUMANA Y DIOS. NOTAS SOBRE EL FENÓMENO RELIGIOSO EN EDITH STEIN ............................................. 375 3. 4. 355 355 Rubén Sánchez Muñoz 1. 2. 3. 4. 5. INTRODUCCIÓN ................................................................... EL FENÓNEMO RELIGIOSO ................................................ PERSONA E INTERIORIDAD ............................................... ÁNIMO Y PERSONA .............................................................. CONCLUSIONES ................................................................... 375 376 382 388 393 19. ¿CÓMO SE APROXIMA LEVINAS AL MISTERIO DE DIOS? . 397 Jorge Medina 1. 2. 3. LA CRÍTICA AL PENSAMIENTO INMANENTISTA DE LO DIVINO................................................................................... UNA PRIMERA APROXIMACIÓN NO INMANENTISTA A DIOS: DESCARTES ................................................................ UNA SEGUNDA APROXIMACIÓN NO INMANENTISTA A DIOS: LA TRADICIÓN HEBREA ........................................... 20. JOHN HENRY NEWMAN Y LA VALIDEZ DE LA CERTEZA RELIGIOSA .................................................................................... 397 399 404 409 Alejandro Sada 1. 2. 3. 4. INTRODUCCIÓN ................................................................... LA NATURALEZA DEL ASENTIMIENTO ............................ 2.1. Incondicional ................................................................ 2.2. Absoluto ........................................................................ LOS LÍMITES DE LA INFERENCIA FORMAL EN CONTRASTE CON EL ASENTIMIENTO ...................................... EL SENTIDO ILATIVO .......................................................... 409 414 414 418 421 426 13 4.1. El razonamiento probable ............................................ 4.2. La mente implícita y explícita ...................................... 4.3. La operación del sentido ilativo ................................... CONCLUSIÓN ........................................................................ 426 430 433 438 21. LA NOCIÓN DE DIOS EN EL PENSAMIENTO DE FRANZ ROSENZWEIG ............................................................................... 443 5. Adriana Menassé 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. INTRODUCCIÓN ................................................................... NOTAS PERSONALES .......................................................... EL ANTEMUNDO .................................................................. EL PAGANISMO..................................................................... EL MUNDO REVELADO ....................................................... LAS CLAVES........................................................................... EN SÍNTESIS ......................................................................... 443 444 448 450 452 454 457 22. TRASCENDENCIA Y TEOLOGÍA POLÍTICA EN EL PENSAMIENTO DE JOSEPH RATZINGER ........................................... 461 Juan Pablo Aranda 1. 2. CONTINGENCIA, TRASCENDENCIA Y PARADOJA .......... TEOLOGÍA POLÍTICA Y TRASCENDENCIA ....................... 2.1. Las fuentes del pensamiento de Ratzinger ................. 2.2. La crítica ratzingereana a la teología política ............. LA TRASCENDENCIA EN RATZINGER .............................. 3.1. El trabajo del cristiano en el mundo ........................... 3.2. La vida futura: un esbozo ............................................ RATZINGER HOY ................................................................. 461 465 465 468 472 472 476 478 23. LA IDEA DE DIOS EN ROSMINI .................................................. 483 3. 4. Jacob Buganza 1. 2. 3. 4. 5. INTRODUCCIÓN ................................................................... LENGUAJE Y DISCURSO SOBRE DIOS ............................... LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS .......... LA NATURALEZA DE DIOS .................................................. CONCLUSIÓN ........................................................................ 483 485 489 492 499 24. EL CRISTIANISMO NO RELIGIOSO DE GIANNI VATTIMO. DEBILITAMIENTO DEL SER, SECULARIZACIÓN Y KÉNOSIS DIVINA .................................................................................... 503 Francisco Fernández Labastida 1. 14 GIANNI VATTIMO Y EL PENSAMIENTO DÉBIL ................ 503 2. 3. 1.1. Razón “fuerte” y violencia ............................................ 1.2. La muerte del Dios moral, sin superación del nihilismo 1.3. Distorsión-aceptación (Verwindung) del nihilismo y de la metafísica.............................................................. 1.4. Una verdad flexible y maleable: caritativa ................... LA SECULARIZACIÓN COMO DESTINO DEL CRISTIANISMO.................................................................................... 2.1. Desactivación de la violencia mimética ....................... 2.2. La kénosis divina........................................................... 2.3. La edad del Espíritu Santo ............................................ 2.4. La secularización, culminación natural del Cristianismo .. ¿UN CRISTIANISMO “INTRASCENDENTE”? ..................... 25. TRASCENDENCIA DE LA PERSONA EN LA ACCIÓN EN KAROL WOJTYŁA ............................................................................. 505 507 511 514 517 517 519 520 521 523 529 Pedro García Casas 1. TRASCENDENCIA DE LA PERSONA EN LA ACCIÓN: ESTRUCTURA PERSONAL DE LA AUTODETERMINACIÓN . LA INTEGRACIÓN DE LA PERSONA EN LA ACCIÓN........ 529 540 26. TAYLOR Y LA TESIS DEL DESENCANTAMIENTO DEL MUNDO: DE FUENTES DEL YO A LA ERA SECULAR .............. 543 2. Sonia E. Rodríguez 1. 2. 3. 4. 5. TAYLOR Y LA CUESTIÓN RELIGIOSA ................................. EL DESENCANTAMIENTO DEL MUNDO .......................... DEL DESENCANTAMIENTO AL GRAN DESARRAIGO ...... EL YO DEL MUNDO DESENCANTADO .............................. TRASCENDENCIA Y REENCANTAMIENTO ...................... 543 546 550 554 559 15 10. Dios y hombre: una mirada desde Pascal Roberto Casales García UPAEP, Universidad “Las pruebas metafísicas de Dios están tan alejadas del razonamiento de los hombres y tan embrolladas que impresionan poco, y aunque pudiesen servir a algunos, sólo les servirán durante el instante en que ven esa demostración, pero una hora después temen haberse equivocado”, Pascal, Pensamientos, §190-543. 1. INTRODUCCIÓN: LA CONDICIÓN HUMANA SEGÚN PASCAL A diferencia de otras concepciones sobre la trascendencia presentes a lo largo de la modernidad temprana, como lo son la de Descartes, Spinoza o Leibniz, la propuesta de Pascal se encuentra profundamente marcada por su experiencia religiosa, en especial por dos sucesos biográficos que influyeron de manera decisiva en su conversión religiosa1: por un lado, su primer encuentro con la teología jansenista en 1646 a través de los hermanos Deschamps, quienes estaban vinculados directamente con el monasterio de Port-Royal2; por otro lado, la conversión o experiencia extática que tuvo durante la noche del 23 de noviembre de 1654, la cual fue documentada por Pascal en un texto conocido 1 2 Para estudiar su biografía y conocer más sobre el contexto en el que se desenvuelve, véase: Rogers, B., “Pascal’s life and times”, en: Hammond, N. (ed.), The Cambridge Companion to Pascal, Cambridge: Cambridge University Press, 2003, pp. 4-19. Cf. Villar Ezcurra, A., “Blaise Pascal, pensar sin límites”, en: Pascal, B., Pensamientos, Madrid: Gredos, 2012, pp. XV-XVII. como el Memorial.3 Basta observar algunas líneas de este texto para dar cuenta del cambio que se produjo en Pascal a partir de esta experiencia, como cuando afirma: “Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos y de los sabios”; o cuando dice: “no se le encuentra más que por las vías enseñadas en el Evangelio”4. En este sentido, no es raro que Jean Guitton, al contrastar el pensamiento de Leibniz con el de Pascal, afirme que “el acto de fe, tal como la tradición del cristianismo lo ha concebido sin desmayo, está mejor justificado en Pascal que en Leibniz”5. Tampoco lo es encontrarnos con pasajes como el fragmento 424-278, donde afirma que “El corazón es el que siente a Dios y no la razón. He aquí en lo que consiste la fe. Dios sensible al corazón, no a la razón”6; o pasajes como el fragmento 44-82, en donde sostiene que “aquel que sólo quisiera seguir a la razón sería un loco de remate”7. De acuerdo con la filosofía apologética de Pascal, la relación del ser humano con Dios, tal y como trataremos de indagar a lo largo de este trabajo de investigación, está sujeta a la duplicidad y ambivalencia propia de la condición humana, cuya grandeza y miseria se encuentran íntimamente relacionadas, cara a comprendernos como seres necesitados de Dios. Para Pascal es claro que, así como el ser humano se encuentra en un estado de miseria “sin Dios”, de igual forma podemos afirmar que la felicidad sólo es asequible al hombre “con Dios”, de modo que, incluso cuando “la naturaleza está corrompida por la naturaleza misma”, nos damos cuenta, “por la Escritura”, “que hay un Reparador”8. Esa duplicidad y ambivalencia se muestra cuando reflexionamos sobre el “puesto que ocupa [el ser humano] en 3 4 5 6 7 8 206 Cf. Villar Ezcurra, A., “Blaise Pascal, pensar sin límites”, pp. XXII-XXIII; véase también: Clarke, D., “Blaise Pascal”, en: The Standford Encyclopedia of Philosophy (Fall 2015 Edition), URL: https://plato.stanford.edu/entries/pascal/ Pascal, B., Pensamientos, trad. por De Dampierre, C.R., Madrid: Gredos, 2012, §913, p. 314. Citado en adelante como: Pensamientos. Guitton, J., Pascal y Leibniz. Estudio sobre dos tipos de pensadores, trad. por Barinaga, J.M., Madrid: Encuentro, 2011, p. 117. Pensamientos, §424-278, p. 154. Pensamientos, §44-82, p. 31. Pensamientos, §6-60, p. 24. Roberto Casales García el cosmos”, ya que aquí, tal y como señala Alicia Villar, “la desproporción define al ser humano”9: “ardemos en deseos de encontrar unos fundamentos sólidos, una última base firme para edificar sobre ella una torre que se eleve hasta el infinito, pero todos nuestros cimientos se resquebrajan y la tierra se abre hasta los abismos”, de modo que “nuestra razón siempre queda decepcionada por la inconstancia de las apariencias”10. De ahí que el uso adecuado de la razón exija “saber dudar donde es preciso, afirmar donde es preciso” y someterse “donde es preciso”, ya que “el que no lo hace así no comprende la fuerza de la razón” y termina “asegurando todo como demostrativo, por no estar ducho en demostración”, o bien “dudando de todo, por no saber en lo que hay que someterse”, o “sometiéndose a todo, por no saber dónde hay que juzgar”11. Esto quiere decir que el ser humano debe situarse en un punto intermedio respecto al uso de la razón, pues, por un lado, “si sometemos todo a la razón, nuestra religión no tendrá nada de misterioso y sobrenatural”, al mismo tiempo que, por otro lado, “si ofendemos los principios de la razón, nuestra religión será absurda y ridícula”12. Tal y como se aprecia en el fragmento 1001 de sus Pensamientos, una opinión recogida por su sobrina y biógrafa, Marguerite Périer, la filosofía cartesiana es una muestra significativa de lo primero, en cuanto que Descartes, según Pascal, “hubiera querido, en toda la filosofía, poder prescindir de Dio; pero no ha podido evitar, para poner el mundo en movimiento, hacer que le diese un capirotazo; después de esto ya no necesita a Dios para nada”13. Incluso cuando Pascal concuerda con el cartesianismo en adscribir el uso de la razón al método geométrico, —en cuanto que, como sostiene en Del espíritu geométrico, “aquello que sobrepasa a la geome- 9 10 11 12 13 Villar Ezcurra, A., “La espiritualidad de Pascal: los tres órdenes de realidad: cuerpo, espíritu, caridad”, en: Thémata. Revista de Filosofía, no. 63, 2021, p. 134. Pensamientos, §199-72, p. 89. Pensamientos, §170-268, p. 79. Pensamientos, §173-273, p. 79. Pensamientos, §1001, p. 363. Para un análisis más detallado sobre las diferencias entre Pascal y Descartes, véase: Villar Ezcurra, A., “El yo inasible de Pascal frente a la fortaleza del sujeto cartesiano”, en: Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política, no. 42, 2010, pp. 265-278. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 207 tría nos sobrepasa”14—, reconoce que “la misma geometría nos sitúa ante ideas como la de infinito, referido al movimiento, al número, al espacio extenso y al tiempo, que abre la mente humana a la consideración de «otras maravillas»” y “permite que el ser humano se estime en su justo precio”, apertura a lo infinito que, sin embargo, “nunca podrá ser colmada por ciencia alguna”15. Razón por la cual Pascal termina subordinando la razón al corazón, no sólo porque “el corazón tiene sus razones que la razón no conoce”16, sino también porque “la razón sólo demuestra y deduce a partir de principios que son intuidos, sentidos por el corazón”17. Pascal, según Albert Béguin, trata de “despertar a este durmiente, de abrirle los ojos a este ciego voluntario, de hacerle reconocer que su universo racional es una mentira, que la realidad viviente no tiene nada en común con semejante construcción”, cara a hacerle comprender que “el corazón humano exige respuestas que la ciencia es incapaz de darle”18. Para comprender los alcances de esta concepción antropológica y su respectiva noción de trascendencia, así, es necesario realizar dos cosas: en primer lugar, articular la concepción paradójica del hombre que aparece en sus Pensamientos; en segundo lugar, mostrar cómo la dialéctica misma entre la miseria y la grandeza, entre el divertimento y el reposo, nos conduce a descubrir su grandeza en el corazón humano y su peculiar apertura a la trascendencia: “la fe es diferente de la prueba. Ésta es humana y aquélla es un don de Dios. Justus ex fide vivit. Ésa es la fe que Dios mismo pone en el corazón, cuya prueba es a menudo el instrumento, fidex ex auditu, pero esa fe está en el corazón y no hace decir scio, sino Credo”19. Aquella peculiaridad de la condición humana que descubrimos en Pascal, por tanto, nos conduce a descu- 14 15 16 17 18 19 208 Pascal, B., Del espíritu geométrico, trad. por De Dampierre, C.R., Madrid: Gredos, 2012, p. 269. Villar Ezcurra, A., “El yo inasible de Pascal frente a la fortaleza del sujeto cartesiano”, p. 267. Pensamientos, §423-277, p. 154. Villar Ezcurra, A., “El yo inasible de Pascal frente a la fortaleza del sujeto cartesiano”, p. 268. Béguin, A., Pascal, trad. por Almeda, J., México: FCE, 2014, p. 68. Pensamientos, §7-248, p. 24. Roberto Casales García brir su miseria y vacuidad sin Dios, y a redescubrir su grandeza en su estar necesitado de Dios, lo cual nos permite releer la apuesta pascaliana no ya como un mero cálculo racional, sino como una exigencia propia del corazón humano que descubre su felicidad en su relación con la divinidad: Pascal reconoce, en este sentido, “que sin Dios no hay una verdad plena, y sin inmortalidad no hay satisfacción honda: no puede haberla si todo es pasajero”20. 2. LA MISERIA DEL HOMBRE SIN DIOS: AGITACIÓN Y REPOSO “La posición de Pascal, una vez más, es diferente. Según el autor de los Pensamientos, ni siquiera el espíritu puede imaginar en el hombre la grandeza sin la miseria, y la miseria sin la grandeza, toda vez que la grandeza proviene de la miseria, y la miseria de la grandeza. Sin grandeza, no hay miseria; sin miseria, no hay grandeza. Retomemos el símil de los platillos de la balanza: si un platillo no desciende, no asciende el otro”, Strowski, Les Pensées de Pascal, 1965, p. 119. “¿Qué debo hacer? Sólo veo oscuridades por todas partes. ¿Creeré que no soy nada? ¿Creeré que soy dios?”, Pascal, Pensamientos, §2-227. Para el autor de los Pensamientos y de las Provinciales, lo propio de la condición humana radica en su ser ambivalente y paradójico, un ser que, como señala Béguin, “no es ni todo ni nada, que es algo entre estos dos absolutos del ser y de la nada, y en cierto modo móvil entre el uno y el otro, acercándose o alejándose de los dos polos según se lo considere desde tal o cual punto de vista”21. Si privamos al ser humano de sus distracciones, así, lo veremos “languidecer de tedio”, ya que en ese estado, según Pascal, “se dan cuenta entonces de su vaciedad sin conocerla; porque es ser muy desgraciado sufrir una tristeza insoportable tan pronto como nos vemos reducidos a mirarnos a nosotros 20 21 Villar Ezcurra, A., “Blaise Pascal, pensar sin límites”, p. CVII. Cabe señalarse que el tema de la apuesta de Pascal se omite a lo largo del trabajo, razón por la cual se reserva para futuras investigaciones. Béguin, A., Pascal, p. 21. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 209 mismos y a no divertirnos de ello”22. Nos damos cuenta de nuestra propia pequeñez y miseria cuando reflexionamos sobre la poca duración de nuestra vida, cuando consideramos “el pequeño espacio que ocupo e incluso que veo sumido en la infinitud inmensa de los espacios que ignoro y que me ignoran”23. Sin embargo, al mismo tiempo que nos damos cuenta de nuestra propia pequeñez y miseria, descubrimos nuestra propia grandeza, ya que, como sostiene en el fragmento 114397, “ser miserable es saberse miserable; pero es ser grande saber que se es miserable”24. Al compararnos con la inmensidad del cosmos, en efecto, reparamos en nuestra propia pequeñez y miseria, pues “¿qué es el hombre en el infinito?”25 —“abandonado a sí mismo, como perdido en este rincón del universo, sin saber quién le ha puesto en él, lo que ha venido a hacer, lo que será de él al morir”26—. Sin embargo, el hecho mismo de poder considerar y reflexionar sobre nuestra propia pequeñez y miseria nos revela nuestra grandeza, ya que, por más que sea “sólo una caña, la más débil de la naturaleza”, por más que sea polvo cósmico, siempre frágil y vulnerable, el ser humano “es una caña que piensa” y que, al hacerlo, “sabe que muere” y conoce “la ventaja que el universo tiene sobre él”27. Ser conscientes de nuestra peculiar condición humana, en especial de esta ambivalencia o duplicidad entre la miseria y la dignidad de nuestra existencia, según el pensador francés, es fundamental para poder estimar nuestro ser en su justa medida, amando su capacidad para hacer el bien, pero despreciando, al mismo tiempo, su carencia de verdad28: “el hombre es naturalmente crédulo, incrédulo; cobarde, temerario”29. Pascal, en este sentido, se da cuenta de que el ser humano constantemente tiende a ocultar o a desconocer su propia miseria —y, por tanto, su genuina grandeza—, y por eso mismo lo incita a conocer- 22 23 24 25 26 27 28 29 210 Pensamientos, §36-164, p. 29. Pensamientos, §68-205, p. 40. Pensamientos, §114-397, p. 52. Pensamientos, §199-72, p. 86. Pensamientos, §198-639, p. 84. Pensamientos, §200-347, p. 92. Véase también: Pensamientos, §113-348, p. 52. Cf. Pensamientos, §119-423, p. 53. Pensamientos, §124-125, p. 54. Roberto Casales García se: “hay que conocerse a sí mismo. Aunque sólo sirviese para encontrar la verdad, nos sirve por lo menos para ordenar nuestra vida, y no hay nada más justo”30. De ahí que, tal y como sostiene Alicia Villar, “la vanidad y la superficialidad llevan a ocultar o desconocer la duplicidad del alma humana que Pascal extrema hasta la hipérbole”31, puesto que “si nuestra condición fuese realmente feliz no habría que distraernos de pensar en ella”32. Si bien Pascal advierte que “la naturaleza del hombre no consiste en avanzar siempre: tiene sus idas y sus retrocesos”33, nos encontramos ante la necesidad de salir de ese estado de vanidad y vanagloria: “somos tan presuntuosos que quisiéramos ser conocidos de toda la tierra, e incluso de las gentes que la habiten cuando ya no estemos en ella. Y somos tan vanos, que la estimación de cinco o seis personas que nos rodean nos alegra y nos contenta”34. Es peligroso hacer ver demasiado al hombre lo semejante que es a los animales, sin demostrarle su grandeza. Y también es peligroso hacerle ver demasiado su grandeza y su bajeza. Es aún más peligroso dejarle en la ignorancia de lo uno y de lo otro; en cambio es muy conveniente hacerle ver lo uno y lo otro. // No conviene que el hombre crea que es igual a los animales ni a los ángeles, ni que ignore lo uno y lo otro, sino que sepa lo uno y lo otro.35 Pascal busca, pues, un cierto equilibrio: “si se ensalza, le humillo. // Si se humilla, le ensalzo. // Y le contradigo siempre. // Hasta que comprenda // que es un monstruo incomprensible”36. Si es verdad que “la naturaleza apoya a la razón impotente y le impide disparatar hasta tal extremo”, el extremo propio del pirronismo, entonces debemos cuestionarnos “¿qué quimera es, pues, el hombre? ¿Qué novedad, qué monstruo, qué caos, qué montón de contradicciones, qué prodigio?”, hasta llegar a reconocer “qué paradoja sois para vosotros mismos”, puesto que 30 31 32 33 34 35 36 Pensamientos, §72-66, p. 41. Villar Ezcurra, A., “La espiritualidad de Pascal: los tres órdenes de realidad: cuerpo, espíritu, caridad”, p. 135. Pensamientos, §70-165, p. 41. Pensamientos, §27-354, p. 27. Pensamientos, §120-148, p. 54. Pensamientos, §121-418, p. 54. Pensamientos, §130-420, p. 56. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 211 “el hombre sobrepasa infinitamente al hombre”37. Es así que descubrimos, entre la bajeza y la grandeza del ser humano, su peculiar condición paradójica, ante la cual no podemos permanecer neutros, ya que quien “piense permanecer neutral será pirroniano por excelencia”38. Aquella condición paradójica de nuestra existencia, así, nos conduce a reflexionar que, por un lado, “si el hombre hubiese estado corrompido, no hubiese tenido nunca ninguna idea de la verdad ni de la felicidad”, al mismo tiempo que, por otro lado, “como somos desgraciados, y más que si no hubiese grandeza en nuestra condición, tenemos una idea de la felicidad y no podemos alcanzarla. Sentimos una imagen de la verdad y sólo poseemos la mentira”39. De ahí que, como sostiene William Wood, “inmersos como estamos en la paradoja de la grandeza y miseria, los seres humanos caídos inevitablemente se comprometen en conductas paradójicas como mentirse a sí mismos”40, tal y como observamos en su paradójica búsqueda del reposo por agitación —que es lo que en otros textos hemos llamado “la paradoja de Pascal”41—. De acuerdo con el fragmento 136-139 de sus Pensamientos, “toda la infelicidad de los hombres procede de una sola cosa que consiste en que no sabemos quedarnos tranquilos en un cuarto”42; algo que, sin embargo, nos parece insoportable en cuanto que, al estar “en total reposo, sin pasiones, sin ocupaciones, sin diversiones, sin interés”, nos damos cuenta de nuestra propia “nulidad”, “abandono”, “insuficiencia”, “dependencia”, “impotencia” y “vacío”43. Razón por 37 38 39 40 41 42 43 212 Pensamientos, §131-434, pp. 57-58. En este mismo sentido nos encontramos con el fragmento 620-146, donde afirma que “el hombre está hecho evidentemente para pensar. Es toda su dignidad y todo su talento; y todo su deber es pensar como es debido. Ahora bien, el orden del pensamiento es empezar por uno mismo y por su autor y su fin” (Pensamientos, §620-146, p. 235). Pensamientos, §131-434, p. 57. Pensamientos, §131-434, p. 59. Wood, W. Blaise Pascal on Duplicity, Sin, and the Fall. The Secret Instinct, Oxford: Oxford University Press, 2013, pp. 146-147. Cf. Casales, R., “Desigualdad, indiferencia y descarte. Reflexiones sobre la pandemia de COVID19 en México y Latinoamérica”, en: V.A., COVID México, México: Torres y Asociados, 2020, pp. 120-121. Pensamientos, §136-139, p. 61. Pensamientos, §622-131, p. 236. Roberto Casales García la cual el ser humano suele creer que su “único bien…consiste… en que se les divierta de pensar en su condición, bien por medio de una ocupación que les aleje de ese pensamiento, bien por algún sentimiento agradable y nuevo que les ocupe, o por el juego, la caza, algún espectáculo apasionante y, finalmente, por eso que llamamos diversión”44. En este sentido, según Pascal, al no poder remediar la muerte, la ignorancia y nuestra miseria, ideamos una forma para ser felices, a saber, “no pensar en ellas”45, gracias a lo cual, en palabras del filósofo francés, “corremos despreocupados hacia el precipicio después de haber puesto algo ante nosotros para que no nos deje verlo”46. Incluso cuando somos conscientes de que la verdadera felicidad no consiste en ninguna de estas formas de divertimento, antes de tener que “pensar en nuestra desgraciada condición”, que es a lo que irremediablemente nos conduce el reposo, preferimos “el ajetreo que nos aparta de pensar en ello y nos divierte”47. De ahí que, según Pascal, el error de quienes piensan así, no consista en buscar el tumulto por divertimento, sino en buscarlo “como si la posesión de las cosas que buscan debiese hacerles verdaderamente felices, y en eso es en lo que se tiene razón de acusar su búsqueda de las cosas vanas… Creen buscar sinceramente el reposo y sólo buscan en realidad la agitación”48. La paradoja se observa cuando reparamos en que, así como tenemos un “instinto secreto” que nos inclina “a buscar la diversión y la ocupación en el exterior, que procede de la percepción de sus miserias continuas”, de igual forma tenemos “otro instinto secreto, resto de la grandeza de nuestra primera naturaleza”, que nos hace darnos cuenta de que “la felicidad sólo reside, en realidad, en el reposo y no en el tumulto”49. Lo paradójico de la condición humana, en este sentido, consiste en darse cuenta de que “de esos dos instintos contrapuestos 44 45 46 47 48 49 Pensamientos, §136-139, p. 62. Pensamientos, §133-168, p. 61. Más adelante, en el fragmento 138-166, añade que “la muerte es más fácil de soportar sin pensar en ella” (Pensamientos, §138166, p. 66). Pensamientos, §166-183, p. 78. Pensamientos, §136-139, pp. 62-63. Pensamientos, §136-139, p. 64. Pensamientos, §136-139, p. 64. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 213 se forma en ellos un proyecto confuso que se oculta a su vista en el fondo de su alma y les induce a tender al reposo y a la agitación”50 o, mejor dicho, a creer que podemos buscar el reposo en la agitación, el tumulto y el divertimento. De ahí que Pascal advierta dos cosas: por un lado, que “la mayor de nuestras miserias” consiste en creer que “la única cosa que nos consuela de nuestra miseria es la diversión”, so pretexto de que “es lo que nos impide pensar en nosotros y lo que nos hace perdernos insensiblemente”, cuando, en realidad, “sin esto nos aburriríamos y ese aburrimiento nos empujaría a buscar un medio más efectivo para salir de él, pero la diversión nos distrae y nos hace llegar insensiblemente a la muerte” 51; por otro lado, que aun cuando “nuestra naturaleza está en el movimiento” y “el reposo total” nos parece “la muerte”52, “si estuviésemos solos… Buscaríamos la verdad sin vacilación”53, aunque esto nos condujera a reflexionar sobre nuestra propia miseria, ya que esto nos permitiría darnos cuenta de que “si el hombre fuese feliz, lo sería tanto más cuanto menos divertido estuviese, como los santos y Dios”54. Somos seres erráticos que, de acuerdo con Pascal, en lugar de pensar sobre su propio ser y todo lo que esto conlleva —nuestra vacuidad, nuestra miseria, etc.—, preferimos el divertimento como forma de ocultarnos a nosotros mismos nuestra condición: “buscamos el reposo atacando algunos obstáculos y, cuando lo hemos superado, el reposo se nos hace insoportable por el tedio que engendra. Hay que salir de él y mendigar el tumulto”55. Nuestra propia grandeza y dignidad, aquellas que descubrimos cuando pensamos sobre nuestra condición, no nos parecen suficientes para alcanzar la felicidad y por eso buscamos distraernos con el tumulto y el ajetreo del día a día, como ocurre cuando ocupamos todo nuestro “pensamiento con la preocupación de bailar bien”, sin darnos cuenta de que esto, en el fondo, daña nuestra “ale- 50 51 52 53 54 55 214 Pensamientos, §136-139, p. 64. Pensamientos, §414-171, p. 147. Pensamientos, §641-129, p. 239. Pensamientos, §151-211, p. 76. Pensamientos, §132-170, p. 60. Pensamientos, §136-139, p. 64. Roberto Casales García gría al ocupar [nuestra] alma en preocuparse de ajustar sus pasos a la cadencia de la melodía… en vez de dejarle gozar tranquilamente de la contemplación de la gloria majestuosa que le rodea”56. De ahí que a los hombres se les agobie “desde la infancia con el cuidado de su honor, de su fortuna, de sus amigos y encima con el cuidado de la fortuna y del honor de sus amigos; se les abruma con negocios, con el aprendizaje de lenguas y de ejercicios… se les dan cargos y ocupaciones que les hacen trabajar desde que despunta el día”57, creyendo que con eso se les prepara para la vida y para su propia felicidad. Esto se hace peculiarmente patente en el fragmento 143-464, donde se ve cómo, en esa búsqueda del reposo por agitación, terminamos volcándonos al exterior: “nuestro instinto nos hace sentir que tenemos que buscar nuestra felicidad fuera de nosotros. Nuestras pasiones nos empujan al exterior, aunque los objetos no se ofreciesen para excitarlas. Los objetos del exterior nos tientan por sí mismos y nos llaman aunque no pensemos en ellos”58. Si queremos hacer justicia al nosce te ipsum socrático, que nos invita a buscar nuestra felicidad no en las cosas exteriores, cuanto en nuestro interior, debemos quitarles a los hombres “todas esas preocupaciones, porque entonces se verían a sí mismos, pensarían en lo que son, de dónde vienen, adónde van”59. Quien hace esto, de acuerdo con un breve opúsculo de 1653: Comienza por extrañarse ante la ceguera en la que ha vivido. Y, cuando considera, por una parte, todo el tiempo durante el cual ha vivido sin reflexionar de este modo, así como la gran cantidad de personas que viven en esta condición y, por otra parte, la invariable manera como el alma, por ser ella misma inmortal, no puede dar con su felicidad entre cosas perecederas, que la muerte no dejará de arrebatarle, entra en un estado de santa confusión y de extrañeza que le aportan una turbación de lo más saludable.60 56 57 58 59 60 Pensamientos, §137-142, p. 66. Pensamientos, §139-143, p. 67. Pensamientos, §143-464, p. 68. Pensamientos, §139-143, p. 67. Pascal, B., Acerca de la conversión del pecador, trad. por Falcó, R., México: FCE, 2010, p. 22. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 215 3. LA GRANDEZA DEL HOMBRE CON DIOS: EL CORAZÓN Y SU APUESTA POR LA EXISTENCIA DE DIOS “Los hombres tienen desprecio de la religión. Tienen odio y temor de que sea verdadera. Para remediarlo hay que empezar por demostrar que la religión no es en modo alguno contraria a la razón. Venerable. Inspirar respeto hacia ella; hacerla luego amable, hacer desear a los buenos que sea verdadera y después demostrar que es verdadera. // Venerable porque ha conocido bien al hombre. // Amable porque promete el verdadero bien”, Pascal, Pensamientos, §12-187. “El Eclesiastés (7,17) demuestra que el hombre sin Dios está en la ignorancia de todo y en una desgracia inevitable, porque es ser desgraciado querer y no poder. Pero él quiere ser feliz y estar seguro de alguna verdad. Y, sin embargo, no puede saber ni no querer saber. No puede ni siquiera dudar”, Pascal, Pensamientos, §75-389. Quien se encuentra en ese estado de perplejidad se da cuenta de que, al depositar su felicidad en el mundo, según Pascal, por más que “las cosas mundanas pudieran ofrecer algún placer sólido, lo cual infinidad de experiencias tan funestas como continuas nos muestra ser falso”, se percata también de que “es de una necesidad ineludible que termine [el alma] por verse despojada de todos los objetos de su felicidad, y que, por lo tanto, si pudieron satisfacerla, no podrán hacerlo por siempre… ya que ésta no puede exceder los límites de esta vida”61. Al percatarse de esto, el alma “se encamina hacia la búsqueda del bien verdadero” y “se dispone a buscarlo por encima de ella”, elevación que “atraviesa todas las criaturas y no puede detener el impulso de su corazón si no ha llegado hasta el mismísimo trono de Dios, ante el cual comienza a encontrar su quietud y ese bien que es lo más amable y que sólo puede serle retirado si así lo consiente”62. Por más que todos los seres humanos tiendan a buscar la manera de ser felices, según sostiene en el fragmento 148-425 de sus Pensamientos, “una prueba tan larga, tan continuada y tan uniforme debiera convencernos de nuestra 61 62 216 Pascal, B., Acerca de la conversión del pecador, p. 22. Pascal, B., Acerca de la conversión del pecador, pp. 22-23. Roberto Casales García impotencia para llegar al bien por nuestros esfuerzos”, así como convencernos también de que “esta avidez y esta impotencia”, “ese abismo infinito”, por tanto, “sólo puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable, es decir, por el mismo Dios”63. En otras palabras, es preciso que se le demuestre “que hay un Dios; que estamos obligados a amarle; que nuestra verdadera felicidad consiste en estar en Él y nuestro único mal en estar separados de Él; que reconozca que estamos llenos de tinieblas que nos impiden conocerle y amarle; que al obligarnos nuestro deber a amar a Dios y al alejarnos de Él nuestras concupiscencias, estamos llenos de iniquidad”64. Nos percatamos, sin embargo, de dos cosas: por un lado, que nuestra mera razón es insuficiente para conocerle y amarle, en cuanto que la razón misma es consciente de que “hay infinidad de cosas que la rebasan” y, “si las cosas naturales la rebasan, ¿qué se dirá de las sobrenaturales?”65; por otro lado, que así como “el conocimiento de nuestra miseria sin el de Dios produce la desesperación”, asimismo “el conocimiento de Dios sin el de nuestra miseria produce el orgullo”66, razón por la cual resulta “útil para nosotros que Dios esté oculto en parte y descubierto en parte”67. Esto último nos descubre algo más de nuestra condición, cara a comprender la relación que, según Pascal, existe entre Dios y el hombre, a saber: “que Dios ha puesto señales perceptibles en la Iglesia para hacerse reconocer por aquellos que le buscan sinceramente; y que, sin embargo, las ha ocultado de tal suerte que sólo será 63 64 65 66 67 Pensamientos, §148-425, pp. 69-70. Pensamientos, §149-430, p. 71. Pensamientos, §188-267, p. 81. Dada esta finitud, según Ernst Cassirer, “nos vemos obligados a reconocer, de modo general, que toda explicación racional falla ante el problema que tenemos delante” y, por lo mismo, “tratar de deducir la solución de un principio único y supremo, equivaldría a no resolver el problema, sino a negarlo y descartarlo, a desconocer el originario e irremediable dualismo del que cobramos conciencia en la pugna de nuestra naturaleza consigo misma” (Cassirer, E., El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia modernas I. El renacer del problema del conocimiento. El descubrimiento del concepto de la naturaleza. Los fundamentos del idealismo, trad. por Roces, W., México: FCE, 2018, pp. 527-528). Pensamientos, §192-527 p. 83. Pensamientos, §446-586, p. 165. Véase también: Pensamientos, §444-557, p. 165. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 217 visto por aquellos que le buscan con toda su alma”68. Se trata, pues, de un Deus absconditus respecto del cual el hombre se muestra, a la vez, como digno e indigno de Él69, razón por la cual en el fragmento 450494 termina afirmando que es “necesario que la verdadera religión enseñase la grandeza, la miseria, inclinase al aprecio y al desprecio de uno mismo, al amor y al odio”70. Si hay un solo principio de todo, un solo fin de todo —todo por él, todo para él— es preciso entonces que la verdadera religión nos enseñe a no adorar más que a él y a no amar más que a él. Pero como nos encontramos en la imposibilidad de adorar lo que no conocemos y de no amar más que a nosotros, es preciso que la religión que instruya estos deberes, nos instruya también de esas imposibilidades y nos diga igualmente los remedios. Nos informe de que por un hombre se perdió y se rompió la relación entre Dios y nosotros, y que por un hombre se ha reparado esa relación. // Nacemos tan contrarios a este amor de Dios, y es tan necesario, que sería preciso que naciésemos culpables, o Dios sería injusto.71 A pesar de que en su Del espíritu geométrico mostraba una cierta reverencia por las verdades fundamentales y evidentes de la matemática, mostrando con ello una cierta cercanía al racionalismo cartesianismo de su época, el Pascal de los Pensamientos, en su afán de construir una apologética del cristianismo, sitúa al corazón y a la fe por encima de la razón72, ya que “la fe dice lo que los sentidos no dicen, pero no lo contrario de lo que ven; está encima, no contra”73. El filósofo francés, en 68 69 70 71 72 73 218 Pensamientos, §427-194, p. 154. Cf. Pensamientos, §449-556, p. 166. Pensamientos, §450-620, p. 168. Véase también: Pensamientos, §210-451, p. 95. De acuerdo con Carmen Herrando, a partir de aquí se sigue que, en Pascal, “la vida de fe oscila entre el ocultamiento y el desvelamiento, que viene a ser como decir entre la pobreza del hombre y la grandeza de un Dios que se deja hallar a la luz de esta actitud humilde, que es la actitud por excelencia del cristiano” (Herrando, C., “Blaise Pascal”, en: Fernández-Labastida, F. & Mercado, J.A. (eds.), Philosophica: Enciclopedia filosófica on line, URL: http://www.philosophica.info/ archivo/2018/voces/pascal/Pascal.html). Pensamientos, §205-489, p. 93. Cf. Cassirer, E., El problema del conocimiento en la filosofía y en la ciencia modernas I, p. 531. Pensamientos, §185-265, p. 81. Roberto Casales García este sentido, sostiene que, así como el espíritu tiene su método, “que es por principio y demostración”, “el corazón tiene otro”, el “método de la caridad”, el cual consiste “principalmente en la digresión sobre cada punto que tiene relación con el fin, para demostrarlo siempre”74. De ahí que, según Antonio Gómez Robledo, el corazón se asocie con el noûs aristotélico, en el sentido de un “intellectus principiorum”75, que no se opone a la razón, pero, en cierto sentido, la desborda. Se trata, en palabras de Romano Guardini, de “una estructura humana fundamental a través de la cual se capta el amor y la verdad”, i.e., “el órgano que capta el valor del ser”76. De ahí que en el fragmento 110-282, Pascal afirme que: “conocemos la verdad, no solamente por la razón, sino también por el corazón”, en cuanto que gracias a éste “conocemos los primeros principios y es en vano que el razonamiento, que no tiene ninguna parte en ello, trate de combatirlos”77. Por más impotente que sea la razón, esta impotencia de alguna forma se ve compensada por las verdades del corazón, i.e., por el conocimiento de primeros principios en los cuales debe apoyarse y basarse todos nuestros razonamientos78. En este mismo sentido, Pascal afirma que, mientras que las proposiciones se deducen, los primeros principios se sienten, y ambas con certeza, “aunque con diferentes medios”, razón por la cual “es tan inútil y tan ridículo que la razón pida al corazón pruebas de sus primeros principios para querer aceptarlos, como sería ridículo que el corazón pidiese a la razón un sentimiento de todas las proposiciones que ésta ha demostrado para querer aceptarlas”79. Con esto, en particular, el filósofo francés no quiere decir que debamos negarle toda certeza a la razón, en cuanto que ésta es fundamental tanto para comprender nuestra constitución, como para la adquisición de ciertos conocimien- 74 75 76 77 78 79 Pensamientos, §298-283, p. 121. Cf. Gómez-Robledo, A., Estudios pascalianos, México: FCE-El Colegio Nacional, 1992, p. 37. Guardini, R., Pascal o el drama de la conciencia cristiana, Buenos Aires: Emecé, 1955, p. 160. Pensamientos, §110-282, p. 51. Cf. Pensamientos, §110-282, p. 51. Pensamientos, §110-282, pp. 51-52. Dios y hombre: una mirada desde Pascal 219 tos que “sólo pueden ser adquiridos por el razonamiento”80. Se trata, por tanto, de una impotencia que sirve “para humillar a la razón —que quería juzgarlo todo— pero no para oponerse a nuestra certidumbre”, de modo que es necesario que los seres humanos se abran a una lógica del corazón que, al permitirles conocer y desenmascarar su propia condición, se vuelve no sólo consciente de su fragilidad, sino también, como sostiene Catalina Elena Dobre, de su necesidad de Dios81. Por más que la razón nos puede ofrecer algunas pruebas sobre la existencia de Dios, éstas se muestran del todo insuficientes para abrirnos al ámbito propio de la fe, “una fe que nace en el corazón, y no una fe argumentada y demostrada racionalmente”, que nos “habla de un Dios vivo y no del dios de los filósofos o de los sabios”82: Y esta es la razón por la que a aquellos a quienes Dios ha dado la religión por sentimiento de corazón son bienaventurados y están muy legítimamente convencidos. Pero a aquellos que no la tienen, nosotros sólo podemos dársela por razonamiento, en espera de que Dios se la dé por sentimiento de corazón, sin el que la fe no es más que humana, e inútil para la salvación.83 Gracias al corazón, en efecto, el ser humano es capaz no sólo de encontrarse cara a cara con la miseria y grandeza de su propia condición —“de suerte que”, según el fragmento 131-434, “si podemos llegar a conocernos, no es por las altivas agitaciones de nuestra razón, sino por la simple sumisión de la razón”84—, sino también la posibilidad de entablar una cierta relación y comunidad con Dios, “porque la comprensión de los bienes prometidos depende del corazón, que llama «bien» a lo que ama”85. Así como “de todos los cuerpos juntos no sabríamos hacer surgir un pequeño pensamiento”, por ser “de un orden diferente”, de igual forma “de todos los cuerpos y espíritus no se sabría sacar un impulso de verdadera caridad”, ya que “esto es imposible y de 80 81 82 83 84 85 220 Pensamientos, §110-282, p. 52. Cf. Dobre, C.E., “Pascal y Kierkegaard. La lógica del corazón y la fe como pasión”, en: Metafísica y Persona, núm. 18, 2017, p. 159. Dobre, C.E., “Pascal y Kierkegaard. La lógica del corazón y la fe como pasión”, p. 165. Pensamientos, §110-282, p. 52. Pensamientos, §131-434, p. 60. Pensamientos, §255-758, p. 103. Roberto Casales García un orden distinto, sobrenatural”86. Es por esto mismo que el corazón nos conduce no a un Dios calculador o geómetra, cuanto a un Dios vivo que sólo puede conocerse, en opinión de Pascal, a través de la figura de Jesucristo, tal y como se observa, en conclusión, en el fragmento 189-547: Sólo conocemos a Dios por J.C. Sin ese mediador se suprime toda comunicación con Dios. Por J.C. conocemos a Dios. Todos aquellos que han pretendido conocer a Dios y demostrarlo sin J.C. sólo tenían pruebas impotentes. Pero para probar a J.C. tenemos las profecías, que son pruebas reales y palpables. Y esas profecías, al haberse cumplido y demostrado como verdaderas por el resultado, prueban la certeza de esas verdades, y son, por lo tanto, pruebas de la divinidad de J.C. En Él conocemos, por lo tanto, a Dios. Fuera de ahí y sin la Escritura, sin el pecado original, sin mediador necesario, prometido y venido, no se puede demostrar irrefutablemente a Dios, ni enseñar buena doctrina ni buena moral. Pero por J.C. y en J.C. demostramos a Dios y enseñamos la moral y la doctrina. J.C. es por lo tanto, el verdadero Dios de los hombres.87 BIBLIOGRAFÍA Béguin, A., Pascal, trad. por Almeda, J., México: FCE, 2014. Casales, R., “Desigualdad, indiferencia y descarte. 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