Desde de su poblamiento en 1519 hasta 1825, la fortaleza de San Juan de Ulúa y el puerto de Veracruz formaron parte del sistema de defensa del Gran Caribe español que consistía en el auxilio mutuo en caso de peligro ante un ataque enemigo. Por su ubicación geográfica, Veracruz fue la plaza militar menos vulnerable, la menos atacada por corsarios y enemigos de la Corona; de ella partían las remesas del situado y de soldados para el sostenimiento de las otras plazas. Todo cambió con el inicio de la guerra civil de 1810 en Nueva España porque ahora el gobierno español dependió del envío de tropas y recursos de Cuba para retenerla, lo más que pudo, hasta su rendición en 1825.