¿Por qué acercar a los niños pequeños a
la cultura escrita y cómo hacerlo?
Análisis de experiencias de trabajo docente
Curso de Formación Continua. Educación
Preescolar
Material para situación de
Experimentación pedagógica. Escribir
un texto (con otros)
ANEXO 2
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
SOBRE EL CUENTO Y EL ARTE DE ESCRIBIR 1
Entrevista a Víctor Montoya
¿Qué es lo más importante en el cuento, según tu opinión?
La autenticidad del tema, la originalidad del estilo y la intensidad narrativa. Una de las
características fundamentales del cuento, que se distingue entre otros de la novela, es su
brevedad, que consiste precisamente en narrar una historia completa en pocas páginas y en poco
tiempo. En esto consiste su ventaja sobre otros géneros, en que puede ser leído rápidamente y,
además, es capaz de sostener la atención del lector de principio a fin, así como ocurre en los
cuentos de Chéjov, Maupassant, Borges, Cortázar o Leopoldo Alas, quienes están considerados
como maestros tradicionales del cuento, porque sabían hilvanar una historia, irse al grano y
llegar enseguida al punto de destino, al desenlace. Es decir, la poca extensión del cuento no
permite que se malgasten palabras. El narrador está consciente de que un cuento breve, bien
concebido, es similar a una obra de orfebrería; más todavía, el cuento, tanto por su perfección
como por su brevedad, creo que está llamado a sobrevivir a la novela, pues el hombre moderno,
apremiado por la prisa y el estrés, tendrá más inclinación por una narración corta que por una
novela de largo aliento.
¿Qué relación sueles darles al principio y final de un cuento?
El principio y el final de un cuento, cuyo tema sigue un hilo argumental, están enlazados a la
trama, a la disposición interna, que nos conduce al desenlace. Por lo tanto, todo escritor que
incursiona en el arte de narrar sabe, de alguna manera, que su cuento debe tener un principio
que atrape la atención del lector y un final que, sin ser necesariamente explícito, sea sorpresivo y
eficaz. Guy de Maupassant, entre otros, demuestra su maestría a través del desenlace inesperado
que le sorprende al lector, sus cuentos están llenos de efectos y precisiones en el manejo del hilo
argumental. Algunos de sus cuentos tienen un final inesperado, un signo de exclamación; algo que
dice ya mucho del cuentista y de su calidad literaria.
En mi caso, cada vez que me dispongo a escribir un cuento, pienso muchas veces cómo debo de
empezar y terminar el cuento, de manera que el tema que voy a abordar tenga una coherencia
lógica y sea accesible para el lector. El cuento, aun siendo experimental, no tiene por qué ser un
rompecabezas ni un laberinto sin salida. Mientras más depurado sea el lenguaje y más
transparente sea el argumento del cuento, siempre tiene la ventaja de ser mejor. Además, yo no
creo en los cuentos cuyo principio y final no tienen relación alguna ni en los cuentos que
contienen trampas para despistar la atención del lector.
1
En http://sololiteratura.com/mon/montoyasobre.htm
2
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
¿Qué elementos trabajas más cuando escribes?
Si se parte del criterio de que el principio y el final de un cuento son elementos importantes,
entonces se entiende que tanto la forma como el contenido son otros elementos esenciales que
nos proporcionan la sensación de que cada una de las partes de un cuento están integradas en
una totalidad. En realidad, ninguno de sus componentes esenciales puede ser omitido; por el
contrario, todos sus elementos requieren ser trabajados con la debida atención durante el acto
creativo. Por eso mismo, la invención y elaboración de un cuento me implica estar consciente de
que cada uno de los elementos que lo constituyen son iguales de importantes a la hora de
escribir, sin que por esto se desmienta el hecho de que durante el proceso narrativo intervengan
otros elementos subconscientes que no están previstos racionalmente desde el instante en que se
concibe el cuento. A veces suele ocurrir que el protagonista o las acciones surgen de manera
espontánea, que hacen que el escritor se dirija en una dirección u otra, más como una expresión
de eso que se llama inspiración, que de una planificación premeditada.
De todos modos, pienso que un cuento bien planificado tiene mejores posibilidades de ser un
buen cuento, que otro que surgió de manera espontánea, sobre todo, si se considera que un buen
cuento es como un pan bien horneado, que requiere una temperatura adecuada y una cocción
que está en su punto. No siempre es fácil de lograrlo, pero tampoco es imposible si se trabaja con
paciencia y rigor, haciendo hincapié en la importancia semántica de cada palabra y en los otros
elementos técnicos que intervienen en la elaboración del cuento.
¿Y qué me dices de la estructura de un cuento bien trabajado?
La buena estructura de un cuento depende, en gran medida, del profesionalismo del narrador,
quien, además de dominar los complejos recursos del arte literario, debe aprender a domar el
lenguaje. La construcción de un cuento, por decir de alguna manera, es similar a la construcción
de un edificio, que requiere una planificación desde los cimientos hasta el techo. Es la única
manera de evitar que se nos desmorone a media construcción.
Ahora bien, en prosa, y ésta es mi opinión particular, no hay género literario más perfecto que el
cuento, que se concibe como un vaciado total. No como la novela que, por su propia estructura, es
el resultado de la composición de varios temas y personajes yuxtapuestos. Al cuento primero se
lo concibe y después se lo escribe; no como la novela, que se la va inventando y estructurando
conforme se la escribe, tropezando, cayendo y desviándose a veces de la idea central.
El cuento exige una estructura trabajada con precisión de joyero. No admite, por ejemplo,
descripciones extensas o temas entreverados que obstaculicen la agilidad del relato. El autor, sin
redundancias ni explicaciones didácticas, debe contar una historia completa con brevedad,
tratando de satisfacer con rapidez la curiosidad del lector. Es decir, al tener que narrar una
historia con principio, nudo y desenlace, con personajes, acción, ambiente e ideas precisas, con
identidad propia, el narrador se ve obligado a concentrar el relato, o sea, a referir y precisar
solamente lo fundamental. Por lo tanto, el cuento bien estructurado es aquel que nos deslumbra
como un fogonazo, porque, a diferencia de la novela, es tiempo concentrado, quizás por eso
3
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
García Márquez dice que el esfuerzo de escribir un cuento corto es tan intenso como el de
empezar una novela, una apreciación que nos da la pauta de lo que más o menos es el cuento,
cuya estructura es bastante completa por su brevedad como por la economía del lenguaje.
CÓMO PREPARAR UN CUENTO PARA PODERLO CONTAR 2
Lo primero y más importante es encontrar un cuento, historia o relato que nos guste, que nos
motive e incluso que nos entusiasme. Para los principiantes, recomiendo los cuentos a ser posible
populares, ya que éstos han sido contados innumerables veces.
Al estudiarlos detenidamente, veremos que suelen empezar con la presentación del personaje
principal, el lugar dónde vive y la época en la que se desarrollará el relato. Más adelante se
iniciarán las acciones, por ejemplo: el protagonista abandona su casa en busca de fortuna
(primera acción); se encuentra con algún personaje mágico o un animal al que ayuda y por eso
éste le dará un objeto mágico o un consejo (segunda acción); por el camino se aparece un
malvado dragón que ha raptado a la princesa (tercera acción), y finalmente nuestro héroe
vencerá al dragón y rescatará a la princesa gracias al objeto mágico o el consejo, (última acción
o también llamado, el desenlace).
Una vez hecho esto, ya tenemos el esquema que nos servirá para recordar las secuencias del
cuento, (que no es memorizarlo, como ya he comentado en otras ocasiones). Hay que desterrar
de la narración todo lo superfluo, como grandes descripciones, muy bonitas y poéticas en muchos
casos, pero que desorientarían al auditorio y nos desviarían del objetivo central del cuento.
Y para terminar, buscaremos vocablos fáciles de entender. Por una razón bien sencilla, cuando
leemos tenemos la posibilidad de ir atrás, si nos hemos perdido o no hemos entendido muy bien
el significado de alguna palabra, pero cuando alguien está contando un cuento, esto no es posible
por tanto, si eliminamos palabras poco usuales evitaremos que nuestros oyentes se queden
anclados en ella y pierdan el resto de la narración.
JORGE CLAUDIO MORHAIN 3
Esa pregunta ("Cómo se aprende a escribir") me la hacía también yo, cuando era un niño al que le
gustaba mucho escribir. ¿Qué carrera debía seguir? ¿Hay una profesión llamada "escritor"? Pues
bien, chicos: no la hay. […]
Llamo premisas básicas a:
1. Capacidad. Esto quiere decir saber escribir. Es posible que nadie escriba un guión de historieta
si no sabe escribir. Sí, también en el sentido literal, porque hay casos en el que no tanto las
2
Elisa García en http://cuentosconencanto.blogspot.com/2007/11/cmo-preparar-un-cuento-para-poderlo.html
3
En http://www.letralia.com/43/ar02-043.htm
4
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
faltas ortográficas como los desconocimientos de gramática y de sintaxis son graves. Pero en
general, hay que saber escribir una narración.
2. Conocimiento técnico. Esto es lo que vamos a tratar de dejar en ustedes a través de este curso;
el conocimiento de qué es la historieta y cómo se hace.
Llamo pasos previos a:
1. Inspiración. Aunque parezcan frases hechas, la inspiración es una cosa que aparece de pronto,
y no se sabe de dónde. Suele aparecer de un pedido editorial, de la necesidad de dinero, etc. Sí,
eso es lo más corriente. Pero, vean qué cosa, eso suele ser el motivo pero no la inspiración. A
mí se me han ocurrido historias soñando, leyendo otras historietas (lo más frecuente), viendo
cine (también sirve), o simplemente, y esto es casi siempre así, pensando algún planteo más o
menos clásico, y plantando los personajes. Después empiezo a escribir y trabajan solos. A
veces usan ese planteo clásico, pero lo más frecuente es que se vayan por otro lado y al final
salga una historia que me haga dar un salto de sorpresa cuando yo mismo me veo escribiendo
la resolución final. Es así: inexplicable. No tengo fórmulas ni recetas.
2. Base argumental. Esto es lo que decía, plantearse una historia coherente, con algunos pasos
generales. Como esas clásicas del cine americano: chico busca chica - chico encuentra chica chico pierde chica - chico lucha para reencontrar chica - chico encuentra chica.
3. Documentación. Una vez que uno tiene el tema y la base argumental hay que documentarse:
ver, leer, investigar sobre el tema. Aunque después no se use, es imprescindible saber de qué
se escribe. Judith Merril y Theodor Sturgeon dicen al respecto: "No escribas una palabra hasta
que hayas imaginado toda la escena: la habitación o los exteriores; los personajes incluidos
los secundarios; los colores y las formas, el tiempo, las ropas, los muebles, todo. Luego
describe solo aquéllo que se relacione con la acción: o no describas nada sino las acciones y
los personajes".
Eso nos lleva a la instrumentación.
1. Coherencia. Toda historia será creíble -por más disparatado que sea el argumento, los
personajes o el ambiente- si es coherente.
2. Personajes: Deben estar bien definidos, bien individualizados, y cuanto menos mejor.
3. Ambientación: Hay que seguir la premisa anterior. Saber exactamente dónde se mueven
los personajes, consultar mapas, fotos, todo. Y después sintetizar en las descripciones al
máximo.
La otra frase de Merril y Sturgeon dice: "Se empieza con un personaje de una personalidad de trazo
fuerte, incluso dominante. Se lo coloca en una situación que niegue de algún modo un rasgo vital. Se
observa cómo resuelve el problema el personaje. Procura visualizar todo cuanto escribas".
Estos autores hablan del escritor de cuento. Para el escritor de historieta visualizar, "ver" con la
mente el cuadrito dibujado, es imprescindible.
5
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
EDGAR ALLAN POE REVELÓ SU MÉTODO PARA ESCRIBIR CUENTOS 4
Jueves, 20 de Septiembre de 2007
Para el escritor, nada en la composición del cuento debe dejarse al azar. Todo tiene que ser
planeado. Si sólo bastara una idea para escribir un cuento, muy seguramente escritores como
Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Horacio Quiroga o Julio Cortázar no hubieran
alcanzado la fama que tienen hoy en día por sus historias.
Si sólo bastara una idea para escribir un cuento, muy seguramente escritores como Gabriel García
Márquez, Jorge Luis Borges, Horacio Quiroga o Julio Cortázar no hubieran alcanzado la fama que
tienen hoy en día por sus historias.
Pero un cuento, según muchos escritores, es uno de los géneros más complejos por que en menos
páginas, a comparación de una novela, se debe crear, presentar y desarrollar una historia junto
con sus personajes, además de crear un ritmo y un tono adecuado que no aburra o aleje al lector.
Respecto a la estructura y el método para construir un buen cuento, Edgar Allan Poe dijo una vez:
"A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser la del efecto que se pretende
causar. Teniendo siempre a la vista la originalidad, yo me digo, ante todo: entre los innumerables
efectos o impresiones que es capaz de recibir el corazón, la inteligencia o, hablando en términos
generales, el alma, ¿cuál será el único que yo deba elegir para escribir la historia?".
Habiendo escogido el tema y el efecto que se quiere causar, Poe aconseja también, analizar la
forma de relatar esa historia, ya sea con anécdotas o casos que le hayan pasado el escritor o solo
con incidentes simples y vulgares. Pero algo que resaltaba es que nada puede dejarse al azar a la
hora de escribir: "ningún punto de la composición puede atribuirse a la intuición ni al azar".
Luego se debe considerar la dimensión o extensión del texto. "Hay un límite, evidentemente
positivo, y es el de una sola sesión de lectura. Nunca será conveniente traspasarla para no
restarle fuerza al efecto que queremos mantener en el lector. Si una obra literaria es demasiado
extensa para ser leída en una sola sesión, debemos resignarnos a quedar privados del efecto".
Teniendo esto organizado de forma milimétrica el trabajo es más sencillo, aconsejaba el autor,
quien se hizo famoso por sus cuentos macabros en los que el suspenso estaba presente en cada
palabra, en especial en El Cuervo , con el que se dio a conocer mundialmente.
4
En http://www.mineducacion.gov.co/cvn/1665/article-134100.html
6
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
MÉTODO DE COMPOSICIÓN 5
Edgar Allan Poe
Un texto vinculado al arte de narrar
En una nota que en estos momentos tengo a la vista, Charles Dickens dice lo siguiente,
refiriéndose a un análisis que efectué del mecanismo de Barnaby Rudge: "¿Saben, dicho sea de
paso, que Godwin escribió su Caleb Williams al revés? Comenzó enmarañando la materia del
segundo libro y luego, para componer el primero, pensó en los medios de justificar todo lo que
había hecho".
Se me hace difícil creer que fuera ése precisamente el modo de composición de Godwin; por otra
parte, lo que él mismo confiesa no está de acuerdo en manera alguna con la idea de Dickens. Pero
el autor de Caleb Williams era un autor demasiado entendido para no percatarse de las ventajas
que se pueden lograr con algún procedimiento semejante. Si algo hay evidente es que un plan
cualquiera que sea digno de este nombre ha de haber sido trazado con vistas al desenlace antes
que la pluma ataque el papel. Sólo si se tiene continuamente presente la idea del desenlace
podemos conferir a un plan su indispensable apariencia de lógica y de causalidad, procurando
que todas las incidencias y en especial el tono general tienda a desarrollar la intención
establecida.
Creo que existe un radical error en el método que se emplea por lo general para construir un
cuento. Algunas veces, la historia nos proporciona una tesis; otras veces, el escritor se inspira en
un caso contemporáneo o bien, en el mejor de los casos, se las arregla para combinar los hechos
sorprendentes que han de tratar simplemente la base de su narración, proponiéndose introducir
las descripciones, el diálogo o bien su comentario personal donde quiera que un resquicio en el
tejido de la acción brinde la ocasión de hacerlo.
A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser la de un efecto que se
pretende causar. Teniendo siempre a la vista la originalidad (porque se traiciona a sí mismo
quien se atreve a prescindir de un medio de interés tan evidente), yo me digo, ante todo: entre los
innumerables efectos o impresiones que es capaz de recibir el corazón, la inteligencia o, hablando
en términos más generales, el alma, ¿cuál será el único que yo deba elegir en el caso presente?
Habiendo ya elegido un tema novelesco y, a continuación, un vigoroso efecto que producir,
indago si vale más evidenciarlo mediante los incidentes o bien el tono o bien por los incidentes
vulgares y un tono particular o bien por una singularidad equivalente de tono y de incidentes;
luego, busco a mi alrededor, o acaso mejor en mí mismo, las combinaciones de acontecimientos o
de tomos que pueden ser más adecuados para crear el efecto en cuestión.
5
En http://www.avizora.com/publicaciones/literatura/textos/textos_2/0041_metodo_composicion_edgar_allan_poe.htm
7
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
He pensado a menudo cuán interesante sería un artículo escrito por un autor que quisiera y que
pudiera describir, paso a paso, la marcha progresiva seguida en cualquiera de sus obras hasta
llegar al término definitivo de su realización.
Me sería imposible explicar por qué no se ha ofrecido nunca al público un trabajo semejante;
pero quizá la vanidad de los autores haya sido la causa más poderosa que justifique esa laguna
literaria. Muchos escritores, especialmente los poetas, prefieren dejar creer a la gente que
escriben gracias a una especie de sutil frenesí o de intuición extática; experimentarían
verdaderos escalofríos si tuvieran que permitir al público echar una ojeada tras el telón, para
contemplar los trabajosos y vacilantes embriones de pensamientos. La verdadera decisión se
adopta en el último momento, ¡a tanta idea entrevista!, a veces sólo como en un relámpago y que
durante tanto tiempo se resiste a mostrarse a plena luz, el pensamiento plenamente maduro pero
desechado por ser de índole inabordable, la elección prudente y los arrepentimientos, las
dolorosas raspaduras y las interpolación. Es, en suma, los rodamientos y las cadenas, los artificios
para los cambios de decoración, las escaleras y los escotillones, las plumas de gallo, el colorete,
los lunares y todos los aceites que en el noventa y nueve por ciento de los casos son lo peculiar
del histrión literario.
Por lo demás, no se me escapa que no es frecuente el caso en que un autor se halle en buena
disposición para reemprender el camino por donde llegó a su desenlace.
Generalmente, las ideas surgieron mezcladas; luego fueron seguidas y finalmente olvidadas de la
misma manera.
[…]
Lo cierto es que la originalidad -exceptuando los espíritus de una fuerza insólita- no es en manera
alguna, como suponen muchos, cuestión de instinto o de intuición. Por lo general, para
encontrarla hay que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta
categoría, el espíritu de invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los
medios idóneos de alcanzarla. […]
CÓMO ESCRIBIR UN CUENTO 6
Pasos
1. Lee todos los cuentos que puedas. Nada puede "enseñar" a cómo escribir cuentos mejor que
leer cuentos. Escoge autores que te agraden así como también autores clásicos. Pon mucha
atención en la forma en la que los autores desarrollan los personajes. Escribe el diálogo y la
estructura de los argumentos.
2. Busca y reúne ideas para tu cuento. La inspiración puede llegar en cualquier momento, así
que carga una libreta de notas o algo similar de modo que puedas escribir tus ideas a medida
6
Alhen, Anónimo, Rob S, Miasea, Chris Hadley, Jack H, en Wikihow, http://es.wikihow.com/escribir-un-cuento
8
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
que aparezcan. La mayor parte del tiempo solamente pensarás en pequeños pedazos de
tormenta de ideas |tormenta de ideas].
Escoge una idea y desarrolla los detalles. En el mejor de los casos, una historia debe tener
una introducción (la parte de la historia que lleva al centro de la historia), el centro de la
historia (un momento decisivo dentro de la historia donde existe un conflicto entre varios
personajes o uno solo) y el desenlace (un final satisfactorio donde el conflicto de la parte
central es resuelto) Muévete de atrás hacia adelante desde tu idea principal (esta puede o no
ser el principio de tu historia) y pregunta ¿Qué ocurre luego? o ¿Qué ha pasado antes de esto?
Conoce a tus personajes. Para que una historia sea creíble, los personajes tienen que serlo y
sus acciones tiene que parecer inevitablemente guiados por su forma de ser. En otras palabras,
debes saber lo más que puedas acerca de tus personajes, de donde viene sus motivaciones, sus
miedos, sus gustos. No incluirás toda esta información en tu historia, pero mientras más sepas
acerca de ellos, tus personajes se volverán más y más reales, tanto para ti como para el lector.
Determina la extensión de tu historia. En una novela puede transcurrir millones de años,
incluir una multitud de subargumentos, tener una variedad de escenarios y una tropa de
caracteres secundarios. Los eventos principales en un cuento deben ocurrir en un período
corto de tiempo (días e incluso minutos) y típicamente no será posible desarrollar más de un
argumento, dos a tres caracteres principales y un escenario. Si tu historia tiene una extensión
mayor, es probable que necesite ser una novela corta o una novela con todas las letras.
Escoge quién contará la historia. Existe tres puntos principales de vista desde donde se
puede contar una historia: primera persona ("Yo"), segunda persona ("tú") y tercera persona
("el" o "ella"). En una historia en primera persona, el personaje principal es el que cuenta la
historia; en una historia en segunda persona, el lector es convertido en parte de la historia; y
en una historia en tercera persona, es un narrador quién cuenta la historia. La narración en
segunda persona es raramente utilizada. Ten en cuenta que un narrador en primera persona
solo puede decir lo que sabe. Esto se limita a lo que ha visto en persona o lo que otras personas
le han dicho. En cambio, en el narrador de un historia contada en tercera persona puede saber
todo, explorar los pensamientos de cada personaje o limitarse a lo que puede ser observado.
Empieza a escribir. Dependiendo cuan profundamente hayas dado detalles de tu argumento y
de tus personajes, el proceso de escribir el cuento será simplemente elegir las palabras
adecuadas. Generalmente, escribir es una ardua tarea. Es probable que descubras que no
conoces bien a tus personajes, pero no importa. El resumen o perfil no es la historia en sí y la
única forma de completar la historia es escribiéndola.
Impresiona al público. La primera página —alguna gente diría la primera oración— de
cualquier obra escrita debe atrapar al lector y dejarle con ganas de más. Un comienzo rápido es
especialmente importante cuando se escribe un cuento porque uno no tiene mucho espacio
para contar la historia. No te entretengas con largas introducciones para tus personajes o
descripciones innecesarias del escenario. Ve directo al centro de la historia y muestra detalles
acerca de los personajes como si estuvieras mostrando las piezas de un rompecabezas.
Sigue escribiendo. Es casi seguro que vas a encontrar baches en tu camino, también es cierto
que tiene que saber sobrellevarlos. Separa un poco de tiempo para escribir cada día y traza un
objetivo. Una página por día o dos puede ser un buen objetivo. Aun si botas a la basura lo que
escribiste es día, las cosas no están perdidas. Esto solo significa que has estado escribiendo y
pensando acerca de tu cuento lo cual te mantendrá en el camino.
9
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
10. Deja que el cuento siga su propio curso. A medida que escribes el cuento, es posible que
sientas la tentación de cambiar la dirección de tu argumento o tal vez cambiar y hasta eliminar
un personaje. Pon atención si es que tus personajes te dicen que hagas algo diferente y no te
preocupes si tienes que reordenar y cambiar todo si es que con este cambio el cuento se
convertirá en algo mejor.
11. Revisa y corrige. Una vez que hayas terminado la historia, vuelve a leerla, corrige los errores
que puedas encontrar y observa que no haya errores semánticos. Haz una revisión general,
asegúrate que la historia sea fluida, que los problemas de cada personaje sean resueltos de
manera natural y que cada personaje en sí tenga una introducción apropiada. Si tienes tiempo,
deja la historia por unos días o semanas antes de hacer la revisión. El que te distancies un poco
del cuento te ayudará a ver las cosas más claramente cuando decidas revisarlo
12. Pide segundas opiniones. Envía tu cuento, previamente revisado y editado, a alguna persona
de tu confianza para que la revise, edite y te de alguna sugerencia. Explica a tu o tus revisores
que deseas un opinión sincera del texto. Provee la oportunidad para que lean el cuento y lo
estudien, provee también una copia para que ellos puedan escribir en él. Considera todo lo que
tus revisores te diga, aun las partes que no quieras escuchar. Da gracias a tu o tus revisores y
no discutas con ellos por alguna parte de la revisión.
13. Incorpora las ediciones, revisiones, sugerencias que pienses que son válidas. Tu cuento
será mucho mejor si consideras cuidadosamente las críticas, esto no significa que tengas que
seguir todos los consejos que te dan. Algunas de las sugerencias puede que no sean buenas. Al
final, es tu historia y eres tú quien hará los retoques finales
Consejos
[…]
Más de una vez querrás descartar una historia. Asegúrate de tener una buena razón para ello,
no una excusa. Si simplemente te atascaste, trata de sobreponerte utilizando un poco de
imaginación. Es posible que surja un idea muy buena y luego otra, mejor que la anterior. Si esto
ocurre frecuentemente puede convertirse en un problema. Es posible que empieces muchas
historias y no termines de concretar el cuento en sí.
Piensa que si lees muchos libros, podrás adquirir el lenguaje, y también podrás aprender sobre
ortografía y gramática, porque te parecerá familiar y estarás propenso a no cometer ciertos
errores.
Advertencias
[…]¡Cuida la gramática y la ortografía! Muestra a tus lectores que sabes lo que estás haciendo
al mostrar un cuento libre de errores. […]
10
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
CÓMO ESCRIBIR UN CUENTO
Por Katia el 25 Abr 2008, 16:56
CONTENIDOS
http://www.codelcoeduca.cl
El cuento.
Los cuentos son textos literarios breves que pertenecen a género narrativo. Se caracterizan por la
presencia de un narrador que cuenta un acontecimiento central -real o ficticio- que ocurre en un
espacio y en un tiempo determinados, y en los que intervienen unos personajes. Predomina en
ellos la función expresiva del lenguaje.
Algunas de las características de los cuentos son las siguientes:
Presentan un título.
Están escritos en prosa y se organizan en distintos párrafos.
El narrador se puede presentar en primera o tercera persona con un conocimiento relativo u
omnisciente de los hechos y del pensar, querer o sentir de los personajes.
El relato presenta un momento introductorio, desarrollo, nudo y desenlace de uno o más
acontecimientos.
El acontecimiento principal y los secundarios pueden narrarse en orden cronológico o artístico
(raconto o flash back).
Durante el desarrollo del relato nos invitan a seguir leyendo para descubrir qué ocurrirá.
También nos dan pistas para saber si se trata de un cuento fantástico, policial, de cienciaficción, costumbrista, etc.
Presentan uno o dos personajes principales.
A lo largo del relato, se desarrolla un motivo o tema central y otros secundarios.
El narrador puede recurrir a la función adjetiva en el lenguaje para describir la situación.
Algunos de estos recursos pueden ser:
- La descripción: es una forma de hacer visible al lector lo que se percibe con los sentidos en
relación con el ambiente o los personajes que intervienen en la narración.
La descripción de personas se pueden clasificar en varias categorías:
o Prosopeya: si de una persona se describen sus rasgos físicos.
o Etopeya: si de una persona se describen los rasgos morales.
- Retrato: cuando se realiza una descripción tanto de los rasgos físicos como de los morales.
- El diálogo: es la participación que hacen los personajes en una historia utilizando sus propias
palabras con el fin de que digan lo que piensan o sienten.
Se utiliza para dar vivacidad a lo relatado. Se distinguen dos modalidades:
o Diálogo directo: aparecen los interlocutores, expresándose con sus propias palabras.
Para esto, se utiliza la raya (–).
o Diálogo indirecto: está contado por el narrador quien describe a un personaje, objeto,
acción o situación, cede la palabra a los personajes y actúa como intermediario entre
ellos y el lector.
11
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
OTROS RECURSOS –DE INTERNET- RECOMENDABLES
-
¿Cómo aprender a escribir? La lectura como escritura, Por Germán Lacanna, en
http://www.leergratis.com/literatura/%C2%BFcomo-aprender-a-escribir.html
Cómo Escribir con Claridad, Parte I: Cómo Contar un Cuento, Mariana Wade., (2002), en
http://www.miespacio.org/cont/aula/escrib1.htm
Letralia. Tierra de letras, http://www.letralia.com/43/ar02-043.htm
Julio
Cortázar.
Algunos
aspectos
del
cuento,
en
http://www.literatura.us/cortazar/aspectos.html
Graciela Montes en: http://www.chicosyescritores.org/secc4/trabajandocon.html
El arte de escribir cuentos breves, Víctor Montoya, en http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/montoya_victor/arte_de_escribir_cuentos_breves.htm
12
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
12
Un lector pequeño , es decir, un niño que comienza a leer a través de
escuchar
leer a otros, no tiene por qué desarrollar una pequeña lectura .
Mirta Castedo
Por pequeña lectura no me refiero, claro está, a la extensión del
Profesora en Ciencias de
texto que se escucha leer sino a otras ideas muy difundidas: los niños solo
la Educación y Doctora
pueden interpretar lo explícito, lo evidente, lo que dicen las palabras. Jamás ir
en Ciencias con
más allá, hacia esos lugares de adultos donde las palabras, además de decir,
Especialidad en
quieren decir…
Investigación Educativa.
Más aún, en el ámbito escolar, son muchos los que sostienen que
Áreas de interés:
primero es necesario aprender a descifrar y solo después se comprende, que
enseñanza de la lectura y
la escritura en la
primero se comprende lo literal y, cuando esto se logra, recién es posible
educación básica,
entrar en los mundos de lo no dicho… Pero la lectura se resiste al estereotipo.
formación y capacitación
Leer, interpretar, construir sentidos a través de la lectura y de la escucha no
de docentes, procesos
es algo ajeno a interpretar y construir sentidos sobre el mundo. El mundo de
infantiles de
las palabras y las imágenes de los textos es parte de ese mundo que los niños
construcción de la lengua
tratan de entender, sobre el que se preguntan y nos preguntan sin pedir
escrita, organización
permiso alguno. Los niños no están preocupados por los niveles de lectura
curricular de la lectura y
sino por el sentido de aquello que no les es evidente. Dichosamente, hay
la escritura en la
muchos docentes que tampoco están preocupados por los niveles de lectura
institución educativa.
sino por compartir las diversas interpretaciones del mundo con sus alumnos,
Actualmente se
desempeña como
sin temor a perder el control sobre algo que, por definición, es incontrolable.
Profesora Titular de
El propósito de este trabajo es aportar a la discusión sobre las
Didáctica de la Lectura y
prácticas de lectura en la escuela. Me interesa analizar algunas situaciones
la Escritura en la
donde el trabajo de la clase gira en torno a un texto que se ha leído o se ha
Universidad Nacional de
escuchado leer previamente y enfatizar que para ocuparse de la lectura es
La Plata, donde dirige el
también
preciso ocuparse de la escritura, a propósito de esas lecturas
Departamento de
(Ferreiro, 20023, p. 32).
Ciencias de la Educación.
Durante las últimas décadas, esta idea está presente en gran parte de
la producción didáctica tanto mexicana como argentina4 y también aparece en autores francófonos del
denominado enfoque sociohistórico y en otros estudios psicolingüísticos de origen anglófono5.
Personalmente, mi atención sobre este problema se originó en dos razones complementarias.
Una fue la lectura de un artículo reciente de Emilia Ferreiro, Acerca de las no previstas pero
lamentables consecuencias de pensar sólo en la lectura y olvidar la escritura cuando se pretende formar al
lector (Ferreiro, 2002). Si bien, las ideas allí planteadas no son absolutamente nuevas para muchos de
nosotros, la manera polémica y hasta desafiante de exponerlas encendió en mí cierta avidez por volver a
pensar en situaciones didácticas muy trabajadas, como la escritura de recomendaciones de libros leídos,
pero desde otras perspectivas no tan conceptualizadas.
13
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
La otra razón fue un hecho cronológicamente anterior a la lectura del artículo que acabo de
evocar. Durante el período 2002-2003 tuve la
oportunidad de desarrollar un trabajo de formación de
educadoras en servicio sobre la enseñanza de la
lectura y la escritura, mencionado inicialmente,
organizado por el Fondo de Cultura Económica y la
Secretaría de Educación Pública de México6. Como
parte de las tareas formativas, los asistentes
desarrollaron microexperiencias en aula, las
registraron, las discutimos y comentamos en
reiteradas oportunidades. Como es usual, la discusión
sobre las situaciones registradas no sólo resultó
formativa para los asistentes. A quienes trabajamos
como profesoras nos fue inevitable aprender del
trabajo de nuestras circunstanciales alumnas.
Fueron muchos los registros surgidos de clases
Willy era incapaz de matar una mosca
de todo México que nos provocaron reflexiones
nuevas. Uno de ellos nació en un jardín de niños de
Tabasco, gracias a la tarea de Yanely Espinosa Sánchez
y la colaboración de Hailed Tablada Flores y Soraya
Beltrán Picos, en un grupo de niños de 5 años. Allí los
niños escucharon leer Willy el tímido7 desde la voz de
la educadora y, al mismo tiempo, examinaron las
imágenes. Se cuenta una historia donde un chimpancé
tímido y debilucho parece transformarse en un
héroe decidido y fuerte. Por obra y gracia del sutil
juego de palabras y de imágenes logrado por el autor,
la interpretación queda abierta a varios sentidos
posibles. ¿Es que Willy se transformó, tal cual se ve en
su espejo, en un gorila físicamente fuerte y
psicológicamente poderoso o se trata del mismo
chimpancé con otra mirada sobre sí mismo?
Los niños conversaron sobre lo leído y más
tarde escribieron de manera colectiva, por dictado a la
maestra, una recomendación sobre la obra. Días
después volvieron sobre lo producido con el propósito
Willy estaba orgulloso
de revisarlo. Allí se suscita un largo intercambio del
que quiero mostrarles el fragmento que corresponde a la sinopsis de la obra.
…
Docente: Entonces ¿qué les podemos decir en la recomendación a los niños sobre Willy?
Montserrat: Repitiendo el enunciado ya anotado No, primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte y toda la cosa .
Docente: Si, ya lo anoté ¿pero creen que queda claro? Les voy a leer lo que dictó Monse:
primero era tímido, flaco y triste, era fuerte y toda la cosa . ¿Queda claro, se
entiende?
La mayoría: Sí (elevando la voz a coro).
Sergio: No, no lo entiendo, y toda la cosa , quítalo.
Docente: Se los leo para ver cómo quedó: primero era tímido, flaco y triste, era fuerte… .
14
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
Sergio: Ahora sí.
Docente: Pero ahí no dice quién era tímido, flaco y triste.
Todos: ¡Willy!
Docente: ¿Dónde pongo Willy? (señalando la escritura).
Pati: Al final.
(La mayoría hace silencio)
Docente: Escribe Willy al final . Entonces quedaría así: primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte Willy . ¿Se entiende? Y si lo pongo al principio diría así escribe la otra
alternativa : Willy primero era tímido, flaco y triste, era fuerte .
Sergio: Si, así sí.
(Todos apoyan)
Docente: ¿No creen que no queda claro esto de que es tímido flaco y triste y fuerte? ¿Es todo
al mismo tiempo?
Montserrat: No, primero es tímido, flaco y triste.
Mónica: Si, en la otra hoja es cuando se vuelve fuerte, es decir en tiempo pasado.
Docente: ¿Quieres decir que pasa después?
Mónica: Si, ponle después era fuerte .
Docente: Escribe Entonces les leo para ver cómo queda: Willy primero era tímido, flaco y
triste, después era fuerte .
Sergio: Terminó flaco pero valiente , así ponlo.
Docente: Escribe Quedó así: Willy primero era tímido, flaco, y triste. Después, era fuerte,
terminó flaco pero valiente.
Docente: ¿Qué más podemos ponerle?
Claudia: Ya, ya pensamos mucho.
Pati y Carla: (Se paran y señalan el texto como simulando leer el contenido, repitiendo
frases que ya saben de memoria). Sí, ya dijimos todo: que es chistoso, triste y
Willy…ya, ya está listo.
Sergio: Lee ahí (dirigiéndose a su maestra y señalando el punteo de ideas que han realizado
previamente).
Docente: (Lee el punteo)
Sergio: Ya pusimos todo: que era chistoso, lo de Willy y Millie (se refiere a otra parte del
texto), todo ya así queda.
En este pequeño fragmento hay mucho para analizar. Me interesa centrarme en el detalle de las
modificaciones introducidas que intento sintetizar a continuación (los tachados indican segmentos
eliminados y los subrayados, agregados).
Primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte
y toda la cosa.
Primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte
y toda la cosa.
Primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte Willy.
Willy primero era tímido, flaco y triste,
15
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
era fuerte Willy.
Willy primero era tímido, flaco y triste,
después era fuerte.
Willy primero era tímido, flaco y triste,
después era fuerte
terminó flaco pero valiente
Señalemos de manera muy puntual algunas cuestiones.
Primero, como se aprecia en el registro, las palabras no fueron puestas en la boca de los niños por
la docente. Más que imponer su voz, prestó sus oídos para escucharlos, sus manos para fijar en escritura lo
dicho y sus ojos para leerles lo que ellos mismos dictaron. La sola lectura ayuda a los niños a advertir una
expresión propia de la oralidad mexicana ( y toda la cosa . Más tarde, señala el problema de la
simultaneidad de los estados psíquicos de Willy y devuelve a los niños cómo formularlo en lenguaje. Lee
una y otra vez lo producido para que los niños puedan controlarlo. La docente cuestionó lo producido, los
interrogó para que se interrogasen, pero no les dio su propia respuesta sobre las preguntas.
Segundo, la breve formulación que logran estos niños de 5 años es compleja en un doble sentido.
Desde el punto de vista lingüístico, consiguen encontrar los recursos para expresar tres momentos
sucesivos y no dejar dudas acerca de que la ’ltima clausura el relato terminó . Allí, introducen un
contraste entre las dos cualidades del personaje que apuntan al núcleo de la historia. Desde el punto de
vista del desarrollo de la comprensión como lectores de narraciones, despliegan un análisis minucioso
sobre la interpretación de los estados psíquicos del personaje, reflexiones que la literatura especializada
no considera propias de lectores pequeños y menos aún de construcción espontánea Tolchinsky, 99 8,
Pág.92; Colomer, 20019, p. 13-14).
A través de las sucesivas modificaciones provocadas por la necesidad de revisar lo escrito, los
niños logran reformular su enunciado inicial donde la timidez, la tristeza, la flaqueza y la fuerza parecen
coexistir como cualidades del mismo personaje, en el mismo tiempo. El texto final describe un proceso de
transformación del personaje en tres estados – … primero… después… terminó… - y, simultáneamente,
incluye una de las interpretaciones posibles sobre los hechos –Willy terminó siendo físicamente igual de
flaco pero psicológicamente fuerte-.
Por último, apreciemos la formulación final.
Primero era tímido, flaco y triste,
era fuerte
y toda la cosa.
Willy Primero era tímido, flaco y triste,
después era fuerte,
terminó flaco pero valiente.
La versión final es más precisa que la inicial y comprometida con una interpretación exigente
sobre el sentido de la obra. ¿Qué la hizo posible? Se construyó a propósito de revisar lo escrito e ir
reflexionando sobre las modificaciones introducidas. La tarea supone fijar un sentido posible a través de
la escritura y volver a la formulación con conciencia de la posibilidad de textualización alternativa. En este
caso, como le suele suceder a los buenos escritores, el distanciamiento provocado por la escritura
permitió volver sobre lo pensado inicialmente para transformarlo, no sólo en escritura sino, y al mismo
tiempo, en pensamiento. La idea finalmente formulada no es sólo el producto de la lectura y del
intercambio oral en la clase, es producto de escribir sobre lo que se lee. De allí que me parece importante
resaltar el papel de la escritura en la formación del lector.
16
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
Leer, comprender, interpretar, construir sentido… ¿Qué lectura dentro de la escuela?
Pareciera que en la escuela siempre es necesario agregar algo más a la palabra lectura. Lectura
comprensiva, lectura inferencial, lectura con sentido, lectura oral o lectura silenciosa y tantas otras.
Pareciera que este es un problema de la escuela, más precisamente de las preocupaciones que una y otra
vez invaden lo escolar con aroma a novedad. Pero vale la pena mirar a la historia para advertir que la
lectura, también fuera de la escuela, no siempre ha tenido el mismo sentido.
que Prácticas completamente diferentes pueden recibir el nombre
Dice Olson (199410, pág.
de lectura. Uno de los grandes aportes de los historiadores ha sido mostrar que los modos de lectura han
cambiado históricamente. Estos cambios surgen de la estructura de los textos mismos y de las
suposiciones acerca del significado del texto . Cuando leer se entiende como interpretar puede querer
decir –como en el período clásico- revelar o hacer más claro o explícito el significado de un texto pág.
140). Esta manera de entender la interpretación supone cargar sobre el texto y supone también que el
texto contiene una verdad en sus marcas que el lector devela. Interpretar un texto es saber lo que
significa. En la versión moderna, interpretar puede ser explicar o ver bajo determinada luz pág. 140). Ya
no se trata de lo que el texto significa sino de lo que el interpretante piensa que significa. Allí cobra
importancia no sólo el texto sino la actividad del lector y, especialmente, el contexto de interpretación.
Si focalizamos sobre la lectura en voz alta, también encontraremos que las prácticas de lectura
escolares no son ajenas a las prácticas de lectura fuera de la escuela. Leer en voz alta puede querer decir
sonorizar un texto para otro. Durante la antig“edad y la Edad Media, se leía con los labios aquello que se
miraba con los ojos. Pero no es éste el único modo de leer. Leer en voz alta puede exigir una tarea de
interpretación. Quien no sólo sonoriza sino que interpreta un texto en voz alta restaura las propiedades de
la voz del autor porque lo que el texto escrito hace es conservar las palabras no la voz pág. 210 -211). Es
tarea del lector reinventar una voz, un acento, una fuerza ilocutoria.
Agreguemos por lo menos una discusión más muy vigente en estos tiempos. La discusión acerca de
la construcción de sentido sobre los mensajes, textos incluidos. Sentido es un término que muchos
lingüistas y semiólogos admiten dentro de la categoría de los indefinibles. No obstante, es un término de
circulación cotidiana. Sin propósitos académicos hablamos permanentemente del sentido. Decimos que
objetos, acontecimientos o hechos tienen uno u otros sentidos, o bien, que carecen del mismo. En realidad,
cuando decimos que algo no tiene sentido, lo que queremos decir es que no compartimos el sentido con
otros o que no tienen sentido para nosotros11.
Si pensamos en perspectiva histórica, es fácil entender cómo juega el contexto, tanto del
interpretante como del productor del texto. Un mismo texto puede ser interpretado de diferente manera
en diferentes momentos de la historia porque quien lo interpreta lo hace desde un lugar diferente de
saber, de creencias, de preocupaciones… Ese lugar puede ser más o menos compartido con sus
contemporáneos y el hecho de hacerlo hace de ese grupo una comunidad de interpretación. El productor
del texto, a su vez, procuró comunicar un sentido. Su capacidad para lograrlo, en gran parte dependiente
de su capacidad para dominar el lenguaje con el que se comunica, se cruzará con la capacidad del
interpretante. De allí que puede considerarse que el sentido no existe antes del encuentro del lector con el
texto y ello no supone, en absoluto, negar la existencia material del texto.
Por ello, para algunos, el sentido no es más ni menos que el cruce de las subjetividades entre
productores e interpretantes de los discursos. Como productor, prefiero decir de acuerdo a la declaración
mundial de los derechos del niño que nuestro país ha suscripto, es obligación de todas las instituciones del
estado garantizar educación para todos los niños y niñas que de acuerdo a la declaración mundial de los
derechos del niño, habría que garantizar educación para todos los niños y niñas . Prefiero el primer
enunciado porque quiero incidir sobre mi interlocutor haciendo sentir el peso de los compromisos
internacionales asumidos sin dejar opción a la posibilidad de eludirlos. Pero mi interlocutor o mi lector,
según el caso, puede ser tan activo como yo en la interpretación del mensaje, puede advertir mi intención,
17
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
leer entre líneas y reaccionar ante mis especificaciones y mis tiempos verbales modalizados desde el
deber ser.
El productor del mensaje refuerza, debilita o afianza algún sentido a través de la selección de la
información, el orden en que la presenta, la manera de formularlo usando unas u otras palabras.
El interpretante construye un sentido que puede o no coincidir totalmente con el del productor;
puede no sólo interpretar el mensaje sino también la intención del lector. Desde el momento en que el
sentido es una construcción que hacen las personas en su interacción con el mundo, dar sentido es (...) un
proceso y una acción que se construye entre varios (...) lo que lectores y oyentes aportan a la construcción
de sentido puede ser completamente imprevisible. Lo que se lee de un mensaje planteado desde el poder
12 . Agreguemos que ese entre varios
no siempre se construye como el poder quería. Drucaroff,
es, sin duda, un contexto histórico, varios que bajo ciertas condiciones históricas quieren decir o
pueden interpretar … hasta ciertos límites, excepcionalmente sobrepasados.
Pues entonces, ante un panorama en cuyo extremo hallamos una lectura entendida como verdad
contenida en el texto que el lector devela hasta el otro extremo, la lectura entendida como cruce de
subjetividades, ¿qué hacer en la escuela? Como es esperable, hay muchas respuestas. Voy sólo a proponer
una respuesta posible tanto por razones ideológicas y conceptuales como por su demostración de
viabilidad dentro de las aulas.
Ante todo, asumimos el derecho a la posibilidad de interpretaciones alternativas ante un mismo
texto. Al mismo tiempo, reconocemos que felizmente hay un límite: el de las marcas dejadas en el
enunciado interpretadas desde los contextos de interpretación y producción.
Algo de aquello que se interpreta del texto se vincula con las relaciones que se establecen dentro
de un texto. Un banco puede ser un asiento o una institución financiera, pero en habría girado los
fondos a un banco del exterior no puede ser más que el banco de la segunda acepción.
Algo de aquello que se interpreta del texto se vincula con el soporte material que contiene al texto.
Soporte que en determinado momento de la cultura se emplea para contener algún género. La expresión
Las pulgas no vuelan puede resultar absurda en un tratado de zoología actual ya que no es usual que se
describa a los animales por lo que no son o no hacen sino por lo que son o hacen. Pero la misma expresión
en un catálogo de obras infantiles, destacada con negritas en determinado lugar de la página, no puede ser
otra cosa más que el título de un texto donde hay personajes que son pulgas.
Algo de aquello que se interpreta del texto se vincula con la microhistoria de intercambios entre
los interlocutores. Ayer estuve en tu casa y no estabas puede ser un ruego para que hoy sí te pueda
encontrar, un reproche por la ausencia o una excusa para salvar una tarea no cumplida. La dimensión de
estos intercambios crece cuando no nos referimos a intercambios cara a cara sino a autores y lectores que,
instalados desde ámbitos, situaciones y acontecimientos de escritura históricamente generados, se
comunican a distancia espacial y temporal con lectores también situados en circunstancias precisas.
Convengamos también que entre un poema y una escritura notarial hay más que un margen
diferente de interpretación. A la multitud de sentidos que es posible atribuir al primero, se opone un
’nico significado que es posible atribuir al segundo. Único en tanto eso y no otra cosa es lo que se
debe interpretar de tal escrito en tal circunstancia, porque es un género para el que no se nos autoriza
imaginar. Podemos hacerlo, pero esa interpretación no será válida a la hora de las interacciones sociales
que el discurso regula. Estas distinciones también necesitan ser objeto de enseñanza.
Las interpretaciones posibles son, al incluir al interpretante, interpretaciones históricas. No se
interpreta lo mismo en diferentes culturas y en diferentes momentos de la historia de una misma cultura.
Distintos grupos constituyen comunidades de interpretación, es decir, grupos donde es más probable que
los mismos textos sean interpretados de maneras más o menos próximas.
De manera que el sentido se construye en contexto, desde el contexto más local del texto mismo –
que algunos llaman el contexto- hasta el contexto más amplio donde el texto se inscribe. El contexto, que
abre a las interpretaciones, sirve, a la vez, como límite de las interpretaciones posibles. Afortunadamente,
el contexto abre y a la vez limita.
18
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
Pero aún con ciertos límites resulta inevitable la coexistencia de sentidos alternativos.
Un breve y puntual ejemplo en el que todos, seguramente podemos reconocernos:
En otra clase diferente, pero con el mismo texto de Willy, la maestra interroga ¿Qué piensan sobre
el cambio de Willy? Inmediatamente varios dicen Willy estaba dormido y estaba soñando y otros, al
mismo tiempo, sostienen que estaba usando su imaginación (clase desarrollada por Soraya Beltran en
Baja California, con la colaboración de Yanely Espinoza Sanchez y Hailed Tablada).
Posiblemente esta inevitable coexistencia resulte una de las razones por las cuales construir
sentido sobre lo leído EN la escuela no es tarea sencilla. Y no se trata de que los maestros y maestras no
conozcan estos problemas o no puedan aprender a conocerlos. Se trata de un problema de las escuelas,
por las formas históricamente constituidas para comunicar el conocimiento. Dice Delia Lerner,
refiriéndose a las prácticas de lectura y escritura en general, que presentan rasgos que obstaculizan su
escolarización: a diferencia de los saberes típicamente escolarizables –que se caracterizan por ser
explícitos, públicos y secuenciables (Verret citado Chevallard, 199713)-, estas prácticas son totalidades
indisociables, que ofrecen resistencias tanto al análisis como a la programación secuencial, que aparecen
como quehaceres aprendidos por participación en las actividades de otros lectores y escritores e implican
14, p. 28).
conocimientos implícitos y privados Lerner,
¿Cómo convivir con sentidos alternativos sobre un mismo texto cuando se tiene la intención de
marchar con todos los alumnos al mismo tiempo, tratando que todos vayan comprendiendo más o menos
lo mismo? No podemos lograrlo si no renunciamos a la homogeneidad, al menos cuando se trata de
compartir sentido sobre lo leído. Pero entonces, ¿cómo saber si lo niños van avanzando?, ¿cuáles son los
indicadores que me aseguran que estoy ayudando a progresar a los niños? Puedo contar con notas
tomadas de sus numerosas participaciones pero bien sabemos que no todos los niños participan con su
voz. Y aún con niños que participan no se trata de una línea recta de competencias observables por las que
todos avanzarán del mismo modo.
Los saberes escolarizables, decía Verret, son explícitos. Pero, justamente éste es un saber que
tiende a no serlo. Dice Deleuze15 ... nunca digo el sentido de lo que digo. Pero en cambio, puedo siempre
tomar el sentido de lo que digo como el objeto de otra proposición de la que, a su vez, no digo el sentido.
Se entra así en una regresión infinita que ... atestigua a la vez la mayor impotencia de aquel que habla y la
más alta potencia del lenguaje: mi impotencia para decir el sentido de lo que digo, para decir a la vez algo
y su sentido, pero también el poder infinito del lenguaje de hablar sobre las palabras.
Objeto difícil de ingresar a la escuela en tanto no parece congeniar con la explicitación y,
paradójicamente, institución privilegiada para hacer uso y abuso de ese poder infinito del lenguaje de
hablar sobre las palabras: en la escuela, todo se explicita porque es la única manera de poner en común el
conocimiento.
Un lugar para la escritura en la formación del lector
A pesar de estas y otras dificultades, es posible pensar en algunas situaciones en las que podemos confiar
para apoyar nuestra tarea. Se trata de situaciones donde los niños tienen oportunidades de expresar
diferentes maneras de decir acerca de aquello que leyeron o escucharon leer.
Dice Emilia Ferreiro: Si pensamos en todos los tipos de actividades que se pueden desarrollar con
los textos, alrededor de los textos teniendo en cuenta los textos y a propósito de los textos, veremos que se
pasa de hablar a leer, de leer a escribir, de escribir a hablar y volver a leer de manera manual, circulando
por la lengua escrita... Ferreiro,
, p.
. La autora señala que en prácticas tales como parafrasear y
comentar un texto, resumir otros, comparar varios o revisar el propio escrito hay interfase entre el leer y
el escribir; entre el leer, el hablar sobre lo leído, el hablar sobre lo escrito, reflexionar sobre lo dicho y
reflexionar sobre lo escrito. Coincidiendo con esta misma idea, los diseños y materiales curriculares de la
Ciudad de Buenos Aires16, en Argentina, también plantean situaciones como tomar notas sobre lo leído,
revisar las propias escrituras y las de los compañeros, escribir una nueva versión de un cuento clásico
19
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
maravilloso luego de haber leído numerosas versiones de la misma historia o, como es el caso que nos
ocupa, recomendar lo leído a otros.
Brevemente, deseo referirme a tres tipos de situaciones para centrarme luego en algunos aspectos
de las dos últimas.
Primero, la situación que denominamos lectura del maestro y apertura de un espacio de
opinión 17, es decir, compartir la lectura con otros, construir sentido sobre lo leído a través de hablar con
otros sobre lo escuchado. Segundo, escribir para recomendar la lectura a otros, construir sentido sobre lo
leído a través de escribir a otros sobre lo leído. En los ejemplos que presentamos al principio, se trata de
escribir por dictado a la maestra. Tercero, revisar lo recomendado18, construir sentido sobre el sentido de
lo escrito a propósito de un texto que pasa de referir al mundo a constituirse en el mundo referido. Se
trata, en realidad, de tres momentos de un mismo proceso de aproximaciones sucesivas y necesariamente
provisorias al sentido del texto.
Cuando los niños recomiendan una lectura, enuncian desde el lugar de un lector que opina,
argumenta o informa sobre la interpretación de un texto para convencer o incidir sobre el deseo de
lectura de otro, a su vez, un virtual lector. El contexto de interacción con los virtuales lectores puede
restringirse al ámbito de la clase o la escuela o ampliarse a otros espacios extraescolares. Los
destinatarios pueden ser próximos o distantes, colectivos o individuales. Los niños pueden distanciarse de
la obra ( El trapito feliz19 es mágico... o involucrarse A nosotros nos gustó por el final, pero a muchos
no nos pareció justo –a todos los hijos tendría que haberle dejado lo mismo- para El gato con botas).
Pueden comentar la historia sin dirigirse directamente al lector o apelarlo sin mediaciones Cuando lo
lean, sabrán quién es la gansa tonta y quien es Max , refiriéndose a La gansa tonta20).
Cualquiera sea el caso, aquello que se dice en la recomendación, se dice desde alguna
aproximación al sentido del texto construida a partir de la lectura y ahora fijada a través de la escritura, en
consecuencia, disponible para ser objeto de análisis y de eventual modificación. Cuando se desarrolla este
proceso, se abre la posibilidad de revisar no solo el texto sino la misma interpretación. Es esta la idea que
sostuvimos al inicio con el ejemplo de los niños que revisan la recomendación de Willy el tímido.
Veamos otro caso donde se registra la misma situación. Los niños están revisando la
recomendación de la obra El trapito feliz, dictada colectivamente a la maestra. La clase se desarrolló en un
Jardín de niños del Distrito Federal, conducida por Norma Rangel, con la colaboración de María Teresa
Sandoval y Angélica Zuñiga.
Docente: Entonces ¿le quitamos la parte donde dice que se asustan?
Algunos: ¡Nooo!
Otros: ¡Sííí!
Niña: Es que yo ya no sé.
Docente: Se me hace que se los voy a leer para saber qué pasa (realiza la lectura de una
parte del cuento. Cuando llega donde dice ... de pronto al llegar a la esquina escuchó
un ruido espantoso .
Leo: (Interrumpiendo) ¿Ya viste cómo sí se asusta?
Niña: Ya encontramos dónde lo dice.
Docente: Si, ya sabemos dónde lo dice (continúa la lectura hasta terminar esa parte del
cuento).
(Durante la lectura los niños y niñas permanecen muy atentos e interesados).
Leo: Yo pensé que el niño tenía el oso y la niña tenía la alfombra y no es.
Docente: Leo se dio cuenta de algo que no sabía del cuento, ¡qué bien! Oigan, ¿entonces qué
le ponemos?
Leo: Se asustan el niño y la niña por unos ruidos.
Docente: A ver, adónde lo ponemos.
Niño: Aquí señala el lugar donde dice el niño y la niña se asustan .
Docente: A ver, díctame.
20
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
Leo: Se asustan el niño y la niña por unos ruidos .
La necesidad de escribir para otro promueve la búsqueda de precisiones y los caminos de la búsqueda
llevan a advertir detalles no considerados inicialmente. Además, al buscar una prueba sobre una posible
interpretación (¿se asustan o no se asustan?), se perciben otros detalles que hacen variar interpretaciones
previas yo pensé que el niño tenía el oso y la niña tenía la alfombra y no es . La clase contin’a.
Docente: ¿Oigan, por qué es muy bonito y muy chistoso? (se refiere a algo ya escrito en la
recomendación).
Saúl: No tiene nada de chistoso.
Docente: ¿Y los demás que piensan?
Niños: No, no es chistoso.
Docente: ¿Entonces le quitamos esta palabra chistoso?
Niños: Sííí (varios)
Docente: ¿Entonces la borramos? (señala la parte donde dice chistoso).
Leo: Es que está muy divertido.
Docente: ¿Por qué les parece divertido y no chistoso?
Niño: Es divertido porque tiene juegos, como eso de la nave y del pirata y todo eso.
Docente: Le ponemos muy divertido tacha donde dice chistoso y escribe divertido .
Oigan y ¿divertido y chistoso no es lo mismo?
Niños: Nooo (varios)
Niños: Sííí (varios)
Leo: No, porque divertido es que esté divertido lo que dice y chistoso es que te ríes.
La distinción entre chistoso y divertido apunta directamente al efecto que la obra provoca en el
lector. Una interpretación que no se conforma con aproximar una cualidad aplicable a cualquier obra sino
una específica y precisa de la obra que se está comentando en función de una audiencia que se está
imaginando: ¿qué es lo que esta obra –y no otra- provoca en el lector?
En las situaciones referidas, los niños utilizan la escritura para comunicarse con sus potenciales
lectores pero, a la vez, la utilizan para representar, crear y recrear los objetos de nuestro pensamiento .
La escritura establece una distancia entre el productor y el destinatario del texto y genera un artefacto
(el texto escrito) que, a diferencia de la oralidad, permite revisión y reflexión acumulativa y diversificada,
no limitada por la capacidad de memoria inmediata. Estas son dos de las razones mayormente invocadas
para justificar el peso de la función representativa o ideacional de la escritura (Olson y Torrance,
198121 22. Autores como Mariana Miras23 llaman función epistémica al uso de la escritura como
instrumento de toma de conciencia y de autorregulación intelectual, al servicio de la construcción del
propio pensamiento. No es el único instrumento. Existen otros, e inclusive, la lengua oral también lo es.
Pero aún cuando pueda cumplir esta función epistémica, la mayor parte de los autores consideran que la
escritura da mayor potencialidad. Olson lo plantea con mayor precisión afirmando que la escritura, al fijar
el texto, permite mayor multiplicidad de interpretaciones.
De la misma manera en que cuando se conversa con otro existe la posibilidad de contrastar las
propias ideas y transformarlas, cuando se escribe el diálogo entre el escritor y el supuesto lector, cumple
una función similar.
Hasta dónde llegar con la formación del lector y cuándo empezar
La lectura que vale la pena desarrollar en la escuela es esencialmente compleja y exigente. Tan compleja
que sólo leer a coro un texto repetitivamente no es suficiente para formar lectores críticos. Pero ¿qué
significa lectores críticos? Específicamente, ¿por qué nos vemos obligados a modificar directamente al
lector para hacerlo necesariamente crítico ? Sin duda, la respuesta es objeto de controversias, hasta
21
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
podríamos cuestionar la necesidad de explicar tal cualidad. ¿Qué significa formar lectores críticos en el
preescolar o en el inicio de la educación básica?
Cuando trabajamos con niños pequeños, uno de los sentidos posibles de la expresión formar
lectores críticos es hacer ingresar a los niños en el mundo de la cultura escrita con toda su complejidad.
Una de ellas consiste en que es un mundo plagado de imágenes y palabras que comunican sentidos y
plagado de no dichos, de implícitos, que comunican tantos o más sentidos que las mismas palabras dichas.
Este es un concepto que quisiera resaltar: formar al lector es formar para poder entender lo que el texto
dice y también lo que el texto no dice pero quiere decir. No se acaba de construir sentido si no es a través
de coordinar estos dos tipos indisociables de saberes.
No por ello se trata de inventar sentidos libremente. Se trata de descubrir las marcas dejadas en
la materialidad del enunciado y considerarlas a la luz del contexto de producción. Se trata, a la vez, de
descubrir las propias subjetividades a la hora de tal construcción: ¿por qué el mismo enunciado puede
significar cosas tan diferentes para unos y otros lectores?
Allí es posible observar esas otras intenciones, ocultas. Tampoco se trata de que las intenciones no
dichas persigan, necesariamente, propósitos manipulativos. Algo se puede ocultar tras una metáfora
persiguiendo un efecto estético o una idea sencilla en lenguaje coloquial puede requerir ser formulada de
otro modo en un contexto específico. Quisiera ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y
estercolas Miguel (ernández es una expresión poética para referir el dolor ante la muerte de un amigo
y es a la vez, una manera de no nombrar la muerte, ni el dolor, ni el cadáver al que alude bajo la tierra.
Tenga a bien considerar la posibilidad de incluir nuestra moción en el orden del día... en vez de
queremos tratar nuestra moción hoy mismo , es -en algún contexto- la forma adecuada de solicitar
manteniendo asimetría de roles entre interlocutores y seguramente las formas instituidas de
comunicación institucional; en tal contexto, pueden ocultar la decisión de incluir de cualquier modo el
tema propuesto en el orden del día, pero a la vez garantizar que ello suceda. Cuando leo las fuerzas
aliadas lamentaron los daños colaterales sé que el medio de comunicación prefiere no decir que un
ejército invasor mató civiles y destruyó sus medios materiales de vida.
¿Pueden los niños pequeños adentrarse en los no dichos? Creemos que progresivamente pueden
hacerlo.
Para cerrar una recomendación sobre un texto de Graciela Montes, La venganza de la trenza24, los
niños dictan una pregunta a su maestra: ¿Te gustaría saber cómo una hija toma venganza de su mamá? .
Estos niños de 7 años han mantenido el siguiente diálogo en una escuela del Distrito Federal (clase
registrada por Esther Mondlak y Fernando Valdés).
Docente: A ver, ¿en donde dice en el libro que Emota la ayuda a Emita a liberarse de la
trenza? A ver, Josy, ¿me puede decir tú? ¿Me lo puedes señalar?
(...)
Niño: Le ayuda a que no se la hagan.
Docente: ¿Le ayuda a que no se la hagan?
Varios: No, no, no.
(...)
Niño: Le ayuda haciéndole una trenza a su mamá.
Niño: (Gritando) ¡Le ayuda a vengarse de su mamá!
Según los niños. Ema, la protagonista, toma venganza. Esto no está dicho explícitamente en el
texto. En el título, quien realiza la venganza es la trenza, no la niña. En el texto, la niña se complace con la
llegada de Emota, su amiga imaginaria, quien termina peinando a su mamá y provocándole tanto dolor
como inmediatamente antes la mujer se lo provocó a su hija. Interpretar que las acciones de Emota son la
venganza que directamente toma Ema contra su madre es ir más allá de lo dicho y, por cierto, uno de los
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Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
sentidos posibles de esta historia donde la figura de Emota crea una distancia necesaria entre el lectorniño y la trasgresión de las normas sociales que el texto plantea.
Parafraseando a Delia Lerner, ¿Es posible leer en la escuela 25 más allá de las palabras?
Seguramente sí. Desde los niños, parecen mostrarnos todo lo que pueden una y otra vez. Desde nosotros,
desde los adultos, necesitamos generar condiciones de viabilidad. Aceptar y valorar las interpretaciones
alternativas y los riesgosos caminos de las interpretaciones sobre lo no dicho parece ser imprescindible.
Tomemos el riesgo porque necesitamos formar niños que puedan reconocer el poder mediador de
las palabras. Necesitamos que nuestros niños puedan escuchar al otro, puedan entender no sólo el texto
sino también las interpretaciones diferentes a las propias que los otros hacen de los textos. Se trata, sin
duda de un aprendizaje lingüístico y discursivo, pero su propósito no se agota en la enseñanza de la
lengua. Se trata de enseñar con la esperanza de que esta vez sí las próximas generaciones poseerán la
capacidad para no caer en manipulaciones porque sabrán leer entre líneas y para no caer en egoísmos
porque sabrán entender por qué otros piensan el mundo de maneras diferentes. Ayudar a los niños a
tomar conciencia de que la propia voz es sólo una entre muchas que merecen ser escuchadas es un
propósito por el que sigue valiendo la pena trabajar en la escuela. La escritura parece ayudar bastante al
lector en esta tarea.
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Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
Este texto ha sido publicado en las Actas del Primer Congreso de Lectura y Escritura: la Escuela y la Literatura
Infantil y Juvenil organizado por el Programa Nacional de Lectura de la Secretaría de Educación Pública de México y
el Consejo Puebla de Lectura. Agradezco a los organizadores la autorización para su publicación en Argentina.
1
Este trabajo contiene una serie de reflexiones sobre la lectura en la escuela generadas en gran parte a partir de un
trabajo compartido con Claudia Molinari y Ana Siro, un proyecto de formación de docentes en servicio desarrollado
en México durante el ciclo lectivo 2002-03. Castedo, Mirta; Molinari, Claudia; Siro, Ana (2004). Diplomado Enseñanza
de la Lectura y la Escritura. Fondo de Cultura Económica. Secretaría de Educación Pública de México. Informe de
resultados. Proyecto Escribir en la Escuela. CERLALC. UNESCO. Publicación en página Web:
www.cerlalc.or/Escuela/dosb.htm
2
3 Ferreiro, E.
: Acerca de las no previstas pero lamentables consecuencias de pensar sólo en la lectura y
olvidar la escritura cuando se pretende formar al lector . Consejo Nacional para la Cultura y las Artes - Feria
Internacional del Libro Infantil y Juvenil.
Castedo Mirta, Molinari Claudia, Torres Mirta, Siro, Ana (2001): Propuestas para el aula – Material para docentes –
Lengua – Nivel Inicial. Programa Nacional de Innovaciones Educativas – Ministerio de Educación de la Nación.
Buenos Aires.
4
Castedo Mirta, Molinari Claudia, Torres Mirta, Siro, Ana (2001): Propuestas para el aula – Material para docentes –
Lengua – EGB 1. Programa Nacional de Innovaciones Educativas – Ministerio de Educación de la Nación. Buenos
Aires.
Lerner, Delia; Castedo, Mirta; Cuter, María Elena y otros (1999): Pre-Diseño Curricular para la EGB – Primer Ciclo.
Prácticas del lenguaje. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires – Secretaría de Educación – Dirección de Curricula.
Molinari, C; Siro, A (2004): Un proyecto didáctico para leer y escribir en contextos de estudio. Experiencias en aulas
multigrado rural. Programa de Ayuda a Escuelas Rurales. Fundación Bunge y Born/ Fundación Perez Companc.
Buenos Aires.
Pellicer, A.; Vernon, S. (2004): Aprender y enseñar la lengua escrita. México: SM.
Siro, Ana y Santoro, María del Carmen (2000): Textos que hablan sobre los textos. Sobre reseñas y recomendaciones.
Documento de circulación interna. Buenos Aires.
Irwin, J.; Doyle, (comp. 1994). Conexiones entre lectura y escritura. Buenos Aires: Aique. Petitjean (1998):
"Enseignement / Apprentissage de l´ecriture et transposition didactique". En Revista Pratiques, N° 97-98, p.105-132.
5
Castedo, M.; Molinari, C.; Siro, A.
. Diplomado `Enseñanza de la lectura y la escritura´ . En: Proyecto Escribir
en la escuela . Colombia, CERLALC-UNESCO. www.cerlalc.org
6
7
Browne, Anthony (1991): Willy el tímido. México: FCE.
8
Tolchinsky, L. (1993): Aprendizaje del lenguaje escrito. Barcelona: Anthropos/UPN.
Colomer, Teresa
Año 22, Nº 1.
9
: La enseñanza de la literatura como construcción de sentido en Revista Lectura y Vida.
10 Olson, D. R. y Torrance, N.
99 : La cultura escrita como actividad metaling“ística . En: Olson, D. & Torrance, N.
Cultura escrita y oralidad. Barcelona: Gedisa.
Idea sostenida en diálogos de ARCHIVO DE SEMIÓTICA por Francisco Umpiérrez Sánchez, http://www.archivosemiotica.com.ar
11
12
Idea sostenida en diálogos de ARCHIVO DE SEMIÓTICA por Elsa Drucaroff, http://www.archivo-semiotica.com.ar
Chevallard, Yves (1997): La transposición didáctica. Del saber sabio al saber enseñado. Aique, Buenos Aires
(selección de capítulos).
13
14
Lerner, D. (2001): Leer y escribir en la escuela: Lo real, lo posible y lo necesario. México: FCE.
24
Anexo 2
Escribir un texto (con otros)
15
Citado por SERGIO CALETTI, ARCHIVO DE SEMIÓTICA. http://www.archivo-semiotica.com.ar
Cuter, M.; Lobello, S.; Torres, M. (2001): La encuesta. Leer y escribir en Primer Ciclo. Prácticas del Lenguaje. Aportes
para el desarrollo curricular. Dirección de Currícula. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
16
Cuter, M.; Lobello, S.; Torres, M. (2001): Yo leo, t’ lees, él lee… Leer y escribir en Primer Ciclo. Prácticas del Lenguaje.
Aportes para el desarrollo curricular. Dirección de Currícula. Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Lerner y otros (1995): Documento de trabajo nª 1. Lengua. Actualización curricular. Dirección de currícula.
Secretaría de Educación. Municipalidad de Buenos Aires.
17
Lerner, Delia; Levy, Hilda; Lotito, Liliana y otros (1996): Leer y escribir en primer ciclo. Documento de
actualización curricular Nº 2. Dirección de Currículum. Municipalidad de Buenos Aires.
18
Molinari, Claudia
: (ablar sobre los libros en el Jardín de )nfantes . En: Textos en contextos. Asociación
Internacional de lectura.
19
Ross, Tony: El trapito feliz. México: FCE.
20
Ellen Stoll Walsh (1992): Gansa Tonta. México. FCE.
21
Olson, D. y Torrance, N (1994). Cultura escrita y oralidad. Barcelona: Gedisa.
22
Otros autores son más radicales, por ejemplo, Godoy, 1996.
23 Miras, Mariana (2000): La escritura reflexiva. Aprender a escribir y aprender acerca de lo que se escribe. Infancia y
aprendizaje. Nº 89.
24
Graciela Montes: La venganza de la trenza. México: FCE.
25 Nombre de uno de los capítulos del libro de Delia Lerner, Leer y escribir en la escuela: Lo real, lo posible y lo
necesario, 2001. México: FCE.
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