Revista iiPsi
Facultad de Psicología
uNMsM
issN iMPResa: 1560 - 909X
issN electRóNica: 1609 - 7445
vol. 15 - N.º 1 - 2012
PP. 203 - 208
PSICOANÁLISIS Y JACQUES LACAN
PSYCHOANÁLYSIS AND JACQUES LACAN
ReNzo Pita z.1; RobeRto galváN s.; aMPaRo PéRez s.; aNa suRichaqui l.; NayRovi vásquez c.;
José Ríos a.
uNiveRsidad NacioNal MayoR de saN MaRcos, liMa, PeRú
(Recibido 03/2/2012; acePtado 15/6/2012)
RESUMEN
Este trabajo pretende mostrar parte del estudio realizado por el Grupo de psicoanálisis
lacaniano de San Marcos, el cual toma como eje el postulado de Lacan el inconsciente se
estructura como un lenguaje. Buscamos aquí realizar una primera aproximación a los argumentos que hicieron posible semejante enunciado, así como mostrar las consecuencias que
produjo en el psicoanálisis su puesta en práctica. Para ello se hace un recorrido que inicia
con una pequeña explicación sobre el lugar que ocupa Jacques Lacan en el psicoanálisis,
luego se lleva a cabo un desarrollo sobre la estructura de lenguaje que hay en el inconsciente,
para lo cual se hace referencia a Ferdinand de Saussure y a Roman Jakobson. Ya al final se
introducen algunos conceptos como otro e intersubjetividad con el fin de mostrar el modo
de abordaje clínico que se deduce de los postulados de Lacan.
Palabras clave: Jacques Lacan, psicoanálisis, estructura, lenguaje, significante, intersubjetividad
ABSTRACT
This paper aims to show part of the study by the Lacanian Psychoanalysis Group of San
Marcos University, which takes as the central postulate of Lacan the unconscious is structured like language, we make a first approximation to the arguments that made possible
such a statement, and show the consequences that occurred in psychoanalysis during its
implementation. For this paper we made a brief explanation of the place of Jacques Lacan
in psychoanalysis, then performs a development on the structure of language that is in the
unconscious, to which reference is made to Ferdinand de Saussure and Roman Jakobson.
Finally, we introduce some concepts as Other and Intersubjectivity in order to show the
clinical approach way that follows the tenets of Lacan.
Keywords: Jacques Lacan, psychoanalysis, structure, language, significant, intersubjectivity
1 Licenciado en Psicología UNMSM, egresado de la escuela de la Nueva Escuela Lacaniana de Lima. E-mail: renzompz@
gmail.com
PsicoaNálisis y Jacques lacaN
Hemos escogido como título “Psicoanálisis y Jacques Lacan”, la elección tiene
como motivo intentar tomar la atención del lector desde el punto de comprensión
del psicoanálisis en donde suponemos se encuentra. Punto en donde sospechamos
que sería necesario para él la conjunción “y” para asociar el psicoanálisis con
Jacques Lacan, en tanto podría ser asociado también a una postura kleiniana,
junguiana, etc.
Pensamos, sin embargo, que entre la invención de Freud y lo desarrollado por
Lacan no existe un cambio trascendente, es decir que en el nivel de los fundamentos y los principios los postulados del primero se encuentran conservados en los
del segundo, pero modificados por lo que podríamos llamar una generalización,
o sea, llevados a un terreno más extenso pero conservando su lógica esencial.
Por lo tanto consideramos que no hay una separación real entre el psicoanálisis
lacaniano y el freudiano, que el primero no es una reinvención más del segundo,
sino una continuidad, y que cuando usamos la expresión psicoanálisis lacaniano
se hace alusión a esa operación que hemos denominado generalización.
El grupo de estudios de psicoanálisis lacaniano de San Marcos tiene entre sus
objetivos demostrar la veracidad de dicha operación, mostrar su alcance y su pertinencia actual. No obstante, estamos advertidos que una de las dificultades más
conocidas del psicoanálisis es su transmisión, admitimos que en buena medida
esto se debe a un lenguaje que se presenta a primera vista encriptado y que parece
accesible solo a aquellos que son cercanos a alguna sociedad psicoanalítica2.
Pretendemos por ello disminuir algunas de estas brechas sin más herramientas que
el estudio, la investigación y la discusión abierta de los textos fundamentales del
psicoanálisis y de casos clínicos en el espacio de la universidad. Este artículo se
inscribe en esa línea y busca ser un medio para facilitar la lectura del psicoanálisis.
Al mismo tiempo pretende hacer un recorrido al estilo de una sinopsis de lo que
se ha trabajado y se trabajará en el grupo de estudios, labor que se ha enmarcado
en lo que se conoce como la primera y la segunda enseñanza de Lacan3. Por lo
tanto, dicho artículo consistirá en una presentación, no solo del psicoanálisis, sino
también de algo que podría tener el nombre de programa de estudio.
Un buen punto de partida para un estudio de psicoanálisis es el que nos ofrece la
pregunta ¿qué es el psicoanálisis?, ¿qué hace que el psicoanálisis sea tal? Nuestra
hipótesis es la misma que la de Jacques Lacan: el psicoanálisis es la cura por la
palabra, pues no tiene sino un medium: la palabra del paciente4.
2 Esto es sin duda más evidente en el caso de Jacques Lacan, pues su escritura es –como señala Jacques-Alain Miller- aforística y esconde
la articulación razonada de sus enunciados. Todo ello tiene sin duda un porqué que no es posible explicar en este trabajo, no obstante
ofrecemos una pequeña ayuda que, para variar, es algo enigmática pero que si se reflexiona facilitará la lectura de los escritos de Lacan:
lo que se transmite en el contenido de sus escritos es tan o menos importante que lo que se muestra en su forma.
3 Nos referimos a la organización que hiciera Jacques-Alain Miller de la obra de Lacan, en la cual ubica tres momentos en su enseñanza.
El primero se caracteriza por tomar como fundamental a las leyes de la palabra, el segundo por tomar como eje central a las leyes del
lenguaje, y el tercero por colocar a su noción de real como el pivote de la práctica psicoanalítica. Las dos primeras pueden ser consideradas
como dos formas diferentes de abordar la tesis el inconsciente se estructura como un lenguaje.
4 Jacques Lacan, “Función y Campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis”, en Escritos 1, (Buenos Aires: Siglo XXI, 2008), 240.
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ReNzo Pita, RobeRto galváN, aMPaRo PéRez, aNa suRichaqui, NayRovi vásquez, José Ríos.
Esta proposición implica en primer lugar que, si bien es cierto, el medium es la
palabra, el uso que hace de esta el psicoanálisis es lo que lo diferenciaría de otros
procedimientos que también se valen de ella, como por ejemplo la consejería, el
coaching, alguna psicoterapia de inspiración psicoanalítica, etc. Pero para precisar
este uso es necesario antes entender que lo que está en el centro del psicoanálisis
es la experiencia de la clínica, que el quid del asunto es ese encuentro entre el
analista y el analizante5. En otras palabras –y para meternos de lleno al tema- el
psicoanálisis no es exactamente una teoría del inconsciente, sino sobre todo
una teoría de la práctica clínica, lo que sucede es que al analizar los fenómenos
que acontecen en dicha práctica la estructura que viene a explicar su orden y que
se impone no es otra que la del inconsciente. Porque es la experiencia clínica la
que lleva a Freud en un inicio a formular su noción de inconsciente, y no una
idea preconcebida del inconsciente lo que hace crear el dispositivo del análisis.
Esto se ve claramente en el inicio de su obra cuando notamos que el primer fenómeno que le sirvió para llegar al descubrimiento del inconsciente fue aquel en
donde los síntomas de los pacientes eran susceptibles de la palabra, no importaba
si esta venía de la persona en tratamiento o de la interpretación del analista, la
palabra tenía un poder, eso era innegable. Todo el trabajo de Freud tuvo como
eje poder responder a la pregunta ¿cómo es posible que la palabra pueda operar
sobre el síntoma? Así deduce su noción de inconsciente y una serie de mecanismos
que desde ahí va aislando poco a poco.
El que entendió mejor este recorrido de Freud fue Jacques Lacan, quien buscó
siempre los medios de ordenar ese bosque de conceptos y conjeturas que era la
obra del fundador, y que había llevado a muchos a extravíos increíbles6. Este
último toma la posta en la consigna freudiana pero buscando esta vez darle un
rigor formal a las teorías que el fundador había elaborado.
Por ello, una de las principales tesis de Lacan es aquella que responde a la pregunta sobre las condiciones de posibilidad del psicoanálisis, tesis que es ahora
muy conocida y que toma la siguiente forma: el psicoanálisis es posible si y solo
si, el inconsciente está estructurado como un lenguaje. Es verdad que Freud
nunca dijo semejante proposición, pero la idea de Lacan es que la única forma de
explicar los efectos de la palabra en los sujetos es a partir de este aforismo que
postula que el inconsciente y el lenguaje tienen una estructura homóloga.
5 Analizante es el término que utiliza Lacan para referirse a la persona que está en un análisis, pues para Lacan es éste el que realiza el
verdadero trabajo de analizar. La intervención del analista se limita a puntuar el discurso del analizante, a interrogar, en otras palabras, a
ser motor de la operación de analizar que realiza ese sujeto. Esto dista mucho de la idea que suele tenerse en cuanto a la forma en que
interviene un analista donde éste hace explicaciones “sabias” del pasado o utiliza la fórmula: lo que realmente pasa con usted es…
6 Sin duda la más notable es aquella que pretende hacer del yo el concepto eje del psicoanálisis y que propone una cura por medio de una
identificación a un ideal que eventualmente sería la persona del analista. Aún en la actualidad hay muchas personas que consideran que
en esto consiste el psicoanálisis, sin embargo Lacan se opuso abiertamente a esta concepción desde un primer momento en un trabajo
conocido como El estadio del espejo como formador de la función del yo tal como se nos revela en la experiencia analítica, lo que le valió
en buena parte su separación de la International Psychoanalytic Association (IPA).
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Entonces, la respuesta de Lacan a la pregunta de Freud sería la siguiente: si la
palabra es capaz de operar sobre el síntoma es solo porque este último es efecto
de la estructura de lenguaje que posee el inconsciente. De la misma manera los
lapsus, los sueños y una serie de fenómenos inconscientes –que Lacan llamará
formaciones del inconsciente– son producto de una dinámica isomorfa a la que se
da en el campo del lenguaje. Esto nos permite decir que un estudio de psicoanálisis debe pretender poder verificar la pertinencia de aquella fórmula de Lacan.
Una lectura directa de Freud –y no a través de otros autores– ya permite comprobar
los planteamientos de Lacan, pues no es complicado observar que las manifestaciones del inconsciente que el primero explica son efecto de mecanismos que
tienen su correlato en el campo del lenguaje. En otras palabras, aquello que Freud
llamaba condensación y desplazamiento –mecanismos a través de los cuales entra
en acción el inconsciente–, son mecanismos que en el terreno del lenguaje toman
el nombre de metáfora y metonimia.
Es fácil ya deducir que para nuestro estudio es necesario hacer un pequeño recorrido
en el campo de la lingüística, sobre todo en aquel movimiento en el cual Lacan se
apoyó. Nos referimos a la lingüística estructural, pero sobre todo a los trabajos de
Ferdinand de Saussure y de Roman Jakobson. Este último amigo cercano de Lacan.
Ahora, si bien es cierto que Lacan toma su noción de estructura de lenguaje de
la lingüística, es verdad también que dicha apropiación no es sin antes producir
algunas modificaciones a ella, pues lo que le interesa a Lacan es dar cuenta del
sujeto del inconsciente y para ello habrá de hacer un refinamiento de la noción
prestada. Esta operación tiene toda validez pues no es posible tomar conceptos
que intentan dar cuenta de fenómenos que son propios de un campo de estudio
para dar cuenta de los fenómenos de otro, se correría el peligro de caer en una
simple explicación metafórica, es decir no se estaría demostrando realmente nada,
ya que los conceptos que se han tomado prestados han sido construidos a partir
de objetos de estudio cualitativamente diferentes.
Una de las transformaciones conceptuales más importantes a tener en cuenta para
comprender a Lacan es aquella en donde señala –a diferencia de lo postulado por
Saussure– que el significante tiene la primacía sobre el significado y no viceversa.
La tesis de Lacan está en contra de que un significante esté unido a un significado
unívocamente, por ejemplo, el significante luna unido al significado único satélite
natural de la tierra. Él postula que la única manera que un significante encuentre
su significado es a través de la articulación con otro significante, es decir cuando
digo luna la única forma de saber de qué se trata es cuando aparece articulado con
otros significantes, por ejemplo sol, luna, estrellas. Pues si apareciera articulado
de la forma luna de miel otro es el efecto de significación.
Darle la primacía al significante es una de las operaciones más importantes de Lacan
ya que es a partir de ella que puede crear una teoría del lenguaje que considere
dentro de su fenomenología a los lapsus, los sueños, los síntomas e incluso una
serie de funciones psíquicas que uno pensaría imposible incluir, como por ejemplo
la función del ideal e incluso el falo. Podemos decir entonces que es gracias a
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esta inversión del postulado saussuriano que Lacan puede explicar la estructura
de lenguaje que posee el inconsciente.
Todo esto nos permite decir que los primeros años de la enseñanza de Lacan –marco
en el que se inscribe el trabajo del Grupo de estudio– no se entienden si no se ve
allí un trabajo de dilucidación de la obra de Freud a la luz de lo que le ofrece su
teoría del significante.
El alcance de esta teoría significante es muy amplio, permite derivar de ella una
serie de postulados que tienen su pertinencia y legitimidad pero cuyas razones
no son necesariamente evidentes cuando no se tiene cierto conocimiento de ella.
No obstante, cuando uno se ha aproximado lo suficiente a este trabajo de Lacan,
puede notarse que es absolutamente necesario detenerse en aquella proposición
que quedará sin variación a lo largo de toda su enseñanza y que apunta a que el
emisor recibe del receptor su propio mensaje de forma invertida. Dicha proposición es vital para comprender la dirección que toma el analista en una cura y
en el uso que hace este de la palabra.
Esa frase vendría a explicar la estructura de la comunicación humana en donde el
sentido de un mensaje no es decidido por su emisor. Un ejemplo simple de ello
nos lo podría dar aquella situación donde la persona que emite el mensaje sufre un
momento de incertidumbre al no saber cómo será tomado por –digamos- su jefe o
su pareja; o cuando uno no sabe si lo que ha dicho es algo brillante o una torpeza
hasta que alguien sanciona con una sonrisa o un desdén. Siempre hay un tiempo
de incertidumbre entre el instante en que uno emite un mensaje y el momento en
que este es sancionado.
Sin duda, estos ejemplos quedan cortos para expresar toda la riqueza del enunciado
de Lacan, pero como hemos dicho pretendemos solamente hacer una mostración
de los puntos fundamentales. Por ello, lo importante sería mencionar que lo que
está en juego en esta estructura de la comunicación es algo que él llamará intersubjetividad, esto quiere decir simplemente que en todo diálogo el sujeto siempre
se dirige a un tercero que Lacan llama Otro (con mayúsculas), que en toda comunicación hay Otro implicado y que incluso si hablamos solos en una habitación
se puede apreciar muy bien cómo es que el discurso del sujeto se dirige siempre
a una dirección. Esto es fundamental a lo largo de toda la enseñanza de Lacan.
Este punto que mencionamos se articula perfectamente con lo que venimos señalando que para Lacan la psique humana tiene una estructura intersubjetiva y dicha
estructura es homóloga a la estructura del lenguaje una vez que se reconoce la
primacía del significante sobre el significado.
Es así que en su primera enseñanza Lacan concluirá dos cosas de todo este tramado intersubjetivo:
1.- Por estructura el lenguaje induce automáticamente a la sugestión, es decir, a que el
sujeto se haga permeable a la palabra de ese Otro que decide en su propio mensaje. Es
justamente por ello que en su primera enseñanza Lacan se encuentra muy preocupado
en buscar una manera de intervenir o de hacer uso de la palabra sin caer en un
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fenómeno de sugestión. A esta vertiente sugestiva Lacan le llamará palabra vacía y
consiste en la alienación del sujeto al discurso de un Otro.
2.- Lacan encuentra una manera de hacer uso de la palabra sin caer en el campo de la
sugestión, es decir desarrolla un modo de intervención que se centra en la puntuación
del discurso del analizante así como en la interrogación. De esta forma se impedían
las grandes explicaciones –a veces delirantes– del analista que al entender de Lacan
no hacían más que llevar al sujeto a la alienación a un Otro. Esto es muy importante
porque implica que la estructura del lenguaje puede funcionar de tal manera que sirva
también para revelar la verdad del sujeto. A este uso de la palabra que no aliena al
sujeto al Otro, Lacan le llamará vertiente de la palabra plena.
Para Lacan nada muestra mejor la intersubjetividad de la comunicación que el
surgimiento de una palabra plena, en dicha situación se puede observar que el
analizante necesita que su verdad sea dicha por el analista para encontrarse con
ella, pues por sí solo él no puede advertir que ella se encuentra subrepticiamente
en su enunciado. Es como si el sujeto necesitara para la comprensión de su verdad
el eco del analista, a veces basta simplemente que este último repita la misma frase
para toparse con una significación diferente y reveladora.
Antes de concluir debemos añadir que para este trabajo no hemos considerado
oportuno desarrollar dos cuestiones fundamentales de la obra de Lacan. La primera tiene que ver con la diferencia que establece entre el yo y el sujeto,diferencia
fundamental que sirve para precisar los conceptos de palabra plena y palabra
vacía, pero sobre todo para entender por qué el psicoanálisis no consiste en hacer
consciente los contenidos inconscientes. Queda pendiente entonces dicha labor.
La segunda se refiere a la cuestión del deseo. De ella solo adelantaremos que sufrió algunas modificaciones a lo largo de su enseñanza, por ejemplo en un primer
momento el deseo en Lacan será susceptible de ser nombrado y estará íntimamente
ligado con la definición de deseo de Hegel. En cambio, en un segundo momento
abandona esta concepción y dirá que el deseo es justamente aquello que no puede
ser nombrado por el lenguaje. Es este punto el que marca el inicio de la última
enseñanza Lacan y el término de nuestro programa de estudio actual.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Lacan, J. (2008). Escritos 1. Buenos Aires: Editorial Siglo XXI.
Miller, J. (2006). Recorrido de Lacan: ocho conferencias. Buenos Aires: Editorial
Manantial.
Saussure, F. (2007). Curso de lingüística general. Buenos Aires: Editorial Losada
Jakobson, R. y Halle, M. (1967). Fundamentos del lenguaje. Madrid: Editorial Ciencia
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