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La Comunidad Iberoamericana de Naciones

Analiza lo que, tanto desde una perspectiva histórica como actual, es la Comunidad Iberoamericana de Naciones, que las Cumbres Iberoamericanas han venido afirmando desde 1991, así como sus características y principales hitos en su proceso de institucionalización y sus posibilidades de proyección internacional.

LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua LA COMUNIDAD IBEROAMERICANA DE NACIONES Celestino del Arenal Catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense 1. Introducción La Comunidad Iberoamericana de Naciones hunde sus raíces en la historia de las relaciones entre España, Portugal y América y en los vínculos, interdependencias, valores e intereses que se han ido fraguando a lo largo de los tiempos hasta llegar a nuestros días y que unen a los países de habla española y portuguesa de ambas orillas del Atlántico. Encuentra sus fundamentos en el entramado de interacciones de todo tipo, históricas, lingüísticas, culturales, políticas, económicas y sociales, que se ha desarrollado, primero, durante los cuatro siglos de convivencia mutua y, después, a partir de la emancipación de las colonias españolas y portuguesa en el continente americano, ya como Estados independientes, hasta el momento presente. Su máxima expresión, pero ni mucho menos única, la constituyen las Cumbres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, que vienen reuniéndose anualmente desde 1991 y que han puesto en marcha un mecanismo de diálogo, concertación y cooperación multilateral iberoamericano, con presencia propia en el actual escenario internacional. La Declaración de Guadalajara (México), aprobada en la I Cumbre Iberoamericana, celebrada en julio de 1991, constata formalmente la existencia de esta Comunidad: “Representamos un vasto conjunto de naciones que comparten raíces y el rico patrimonio de una cultura fundada en la suma de pueblos, credos y sangres diversos. A quinientos años de distancia de nuestro primer encuentro, y como uno de los grandes espacios que configuran el mundo de nuestros días, estamos decididos a proyectar hacia el tercer milenio la fuerza de nuestra comunidad”. La idea de la existencia de una Comunidad, aplicada a las relaciones entre España y Portugal y una parte substancial de América no es, en consecuencia, un objeto de mero interés histórico o intelectual, sino algo actual, vivo, punto de partida para la puesta en práctica de acciones comunes y solidarias por parte del conjunto de los países iberoamericanos. No es algo abstracto, sino una realidad concreta, que tiene unas raíces históricas, un contenido político, económico, sociológico y cultural específicos y unas señas de identidad propias. No es una realidad acabada y plenamente configurada, sino una realidad abierta y con proyección de futuro, que hay que continuar afirmando y desarrollando día a día. 2. La cuestión terminológica: América Latina e Iberoamérica Sin embargo, antes de entrar a considerar los aspectos más concretos de la Comunidad Iberoamericana, es necesario aclarar el sentido y alcance de los términos 1 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua América Latina e Iberoamérica, objeto con frecuencia de confusión e, incluso, en el caso del último, de desconocimiento, a efectos de dejar establecido su significado. En este punto, se parte del concepto de Iberoamérica consagrado por las propias Cumbres Iberoamericanas. Iberoamérica designa al conjunto de países europeos y latinoamericanos y caribeños de lengua española y portuguesa, es decir, a España, Portugal y Andorra, por parte europea, y a los 19 países de América Latina y el Caribe, que tienen el español y el portugués como lenguas oficiales. Designa, en consecuencia, a un conjunto de 23 países que comparten unas historias, unas lenguas y una cultura comunes y que constituyen una comunidad. Son los que denominamos países iberoamericanos, que en algunos casos serán al mismo tiempo europeos y en otros latinoamericanos o caribeños. Estos países son: Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En consecuencia, Iberoamérica designa una realidad plenamente compatible con la realidad representada por América Latina y el Caribe, en cuanto que se refiere, además de a los países europeos señalados, exclusivamente a una parte de los países latinoamericanos y caribeños. Hablar de Iberoamericana para nada supone, por lo tanto, desconocer el significado y alcance que tiene el término América Latina y el Caribe, que designa una realidad geográfica y política diferente, aunque un número considerable de los países que la componen sean también parte de Iberoamérica. 3. Bases socio-históricas y actuales La existencia de la Comunidad Iberoamericana descansa, como se destacaba al principio, en un entramado de vínculos, interdependencias, valores e intereses que están presentes en las relaciones entre los países iberoamericanos y que juegan un papel decisivo a la hora de entender el alcance y significado de la misma. Estos vínculos, interdependencias e intereses comunes son, por un lado, de naturaleza histórica, por cuanto que se han fraguado y afirmado a lo largo de varios siglos de convivencia común y de dos siglos de independencia mutua. Es el caso de la historia, la lengua, la cultura y los valores comunes, que compartimos hasta el presente, pero también el importante entramado de interdependencias, vínculos, intereses y relaciones políticas, económicas, sociales y culturales, que se han desarrollado entre España, Portugal y América Latina a partir de la independencia de la América ibérica. a) En primer lugar, no guste o no, tendamos a ignorarla, denigrarla o ensalzarla, existe una historia común desde 1942 hasta la independencia de las Repúblicas iberoamericanas a principios del siglo XIX, basada en un intercambio continuo y poderoso entre los dos lados del Atlántico, que 2 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua abarcó todas las formas de vida, desde la lengua y la cultura hasta las formas políticas y jurídicas, las costumbres y los valores. A partir de la independencia, aunque la historia deja de ser común, sin embargo, las historias a ambos lados del Atlántico se construirán con rasgos y dinámicas parecidas, habrán de hacer frente a problemas similares y seguirán haciéndose a través de un constante trasvase de personas e ideas, que enriquecerá el sentido de comunidad y de cultura común. b) En segundo lugar, entre los vínculos de naturaleza histórica, está la lengua común, el español y el portugués, que constituye una de las señas de identidad más importantes sobre las que se sustenta el hecho de la Comunidad Iberoamericana. La historia, como realidad común, puede ignorarse e, incluso, reescribirse, pero no así la lengua común, que une y aproxima a los pueblos, generando sentimientos, vivencias, imágenes y percepciones comunes, mas allá de las diferencias que puedan existir. c) Finalmente, está la cultura, basada en gran medida en la lengua común, que implica todo un sistema de creencias y valore compartidos y que se afirma y convive con la gran diversidad cultural, que caracteriza a Iberoamérica, a través de un proceso de mestizaje cultural, que se prolonga en el tiempo hasta llegar a nuestros días. La recuperación de la democracia en España, Portugal y los países latinoamericanos ha supuesto, en este sentido, una importante intensificación de ese trasvase de ideas y valores. Por encima de la diversidad cultural, que caracteriza a Iberoamérica, existe un espacio cultural y lingüístico común, una Comunidad cultural y lingüística, que desborda las fronteras estatales y se sitúa por encima de las diferencias políticas, económicas y culturales existentes, constituyendo una seña de identidad característica de la existencia de una Comunidad. Estos vínculos e intereses de naturaleza histórica, especialmente a nivel lingüístico y cultural, continúan plenamente presentes y en pleno proceso de expansión, demandando la creciente atención del conjunto de los países iberoamericanos y la articulación de políticas iberoamericanas de cooperación en este ámbito. La Comunidad Iberoamericana tiene, en este sentido, una fuerte dimensión identitaria, que proporciona a la misma unas singulares señas de identidad frente a otras comunidades y que permite hablar de la existencia de una identidad iberoamericana. 3 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Por otro lado, estos vínculos, interdependencias y realidades comunes son, en una medida cada vez más importante, de naturaleza actual, por cuanto se han desarrollado de forma especialmente importante a partir de la afirmación de la democracia en España, Portugal y en América Latina, conformando un entramado de vínculos e intereses, en prácticamente todos los campos y con una intensidad, que nunca antes había existido. Ello es consecuencia principalmente del espectacular desarrollo que han conocido las relaciones entre España, Portugal y América Latina en el último cuarto del siglo XX y principios el XXI, en los ámbitos político, económico, social, cultural, científico-técnico y comunicacional. a) Nos referimos en concreto, en primer lugar, a la intensificación y profundización que han experimentado las relaciones político-diplomáticas, muy especialmente de España, con América Latina, alcanzando unos niveles de diálogo y concertación política y cooperación, con todos los países latinoamericanos, que han permitido establecer, a pesar de las tensiones o problemas ocasionales que se puedan producir, relaciones privilegiadas con todos ellos. El desarrollo que han conocido esas relaciones a partir de 1976 ha sido espectacular, cambiando radicalmente la imagen, el peso y el papel de España en América Latina. b) En segundo lugar, y en directa relación con lo anterior, hay que referirse al espectacular avance que ha conocido la cooperación con América Latina, y muy especialmente la cooperación al desarrollo, cualitativa y cuantitativamente, tanto en términos gubernamentales como no gubernamentales, tanto centralizada como descentralizada, siendo esa región uno de los destinos prioritarios de la ayuda al desarrollo española. c) En tercer lugar, al impresionante desarrollo de los flujos económicos, especialmente de inversión directa, a partir de mediados de la década de los años 90 del siglo XX, que, por un lado, han transformado a las empresas españolas en actores claves en los sistemas económicos y sociales latinoamericanos, con las consecuencias políticas, económicas, sociales y científico-tecnológicas, de muy distinto alcance, que ello tiene para los Estados y las sociedades latinoamericanas y para las relaciones de España con las mismos y las mismas, y que, por otro lado, ha hecho de la evolución política, económica y social de América Latina un factor importante en la cuenta de resultados de las empresas españolas con intereses en la región y, consecuentemente, en la propia evolución económica española. Pero también, en este caso, hay que hablar, en los últimos años, de las inversiones de empresas latinoamericanas en España y Portugal. Todo ello ha generado importantes interdependencias económicas entre España, Portugal y América Latina, generando nuevos intereses en la región, directamente ligados a cuestiones nuevas como la seguridad jurídica y la protección de las inversiones, que incrementan significativamente la interdependencia y, consiguientemente, la vulnerabilidad económica de España frente a América Latina y de algunos países latinoamericanos frente a España. 4 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua d) En cuarto lugar, hay que mencionar los cada vez más intensos y amplios lazos culturales, académicos, de investigación y sociales, que se han derivado de la intensificación de la comunicación y la cooperación entre la sociedad española y portuguesa y las sociedades latinoamericanas, a través de actores no gubernamentales, como organizaciones no gubernamentales, universidades y centros de investigación, fundaciones y asociaciones de toda naturaleza, que han dado lugar a la conformación de un entramado de vínculos, interdependencias e intereses comunes de capital importancia a la hora de entender la propia existencia y desarrollo de la Comunidad Iberoamericana. e) En quinto lugar, hay que referirse al desarrollo de los flujos migratorios que se ha producido entre los países iberoamericanos de ambos lados del Atlántico, muy especialmente en los últimos tiempos de latinoamericanos hacia España y Portugal, que constituye un fenómeno de consecuencias políticas, económicas, sociales y culturales de gran importancia, tanto en lo que hace a la integración en la sociedad española y portuguesa de importantes comunidades latinoamericanas y a su impacto en el desarrollo económico de estos países, como en lo que se refiere al reforzamiento que supone de los vínculos económicos, sociales y culturales entre las sociedades española y portuguesa y las sociedades latinoamericanas de origen. f) Como sexto vínculo, en directa relación con lo anterior, hay que destacar las remesas que dichos emigrantes envían a sus familias en sus países de origen, que tienen, en muchos casos, una importancia decisiva en sus economías y sociedades, contribuyendo al desarrollo de dichos países y vinculando aún más, política, económica y socialmente, a los mismos con España y Portugal. Estos dos últimos vínculos, flujos migratorios y remesas, han generado igualmente importantes y nuevas interdependencias sociales, culturales y económicas entre España, Portugal y América Latina, que refuerzan la Comunidad Iberoamericana e inciden de manera cada vez más significativa en las Cumbres Iberoamericanas. g) Finalmente, no se puede dejar de mencionar, por el peso que el mismo tiene en el funcionamiento de las Cumbres Iberoamericanas, el nuevo vínculo que se ha generado en las relaciones entre los países iberoamericanos, como consecuencia de la pertenencia de España y Portugal a la Unión Europea (UE) y del protagonismo que España ha asumido en el impulso y profundización de las relaciones entre Europa y América Latina. Un vínculo que, por otro lado, provoca crecientes contradicciones y tensiones en el seno de la Comunidad Iberoamericana, como consecuencia de las limitaciones que se derivan las políticas comunes de la UE para sus Estados miembros. 5 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Toda esta serie de vínculos, interdependencias, realidades, valores e intereses, de naturaleza histórica y actual, constituyen elementos fundamentales en la existencia y consolidación de la Comunidad Iberoamericana, como una realidad y un espacio político, económico, social y cultural, de fuerte sentido identitario, con presencia en el actual escenario global. 4. Identidades, valores e intereses La dimensión identitaria propia de la Comunidad Iberoamericana y los vínculos e interdependencias que la caracterizan se sustentan, como es lógico, en determinados valores y principios y generan ciertos intereses que proporcionan unas señas de identidad a la misma y favorecen su institucionalización, a través de la Cumbres Iberoamericanas. Los valores y principios en los que descansa la Comunidad Iberoamericana, basados en la afinidad lingüística y cultural existente con el conjunto de los países iberoamericanos son, entre otros, sin perjuicio e su exposición mas detallada posteriormente, la democracia, los derechos humanos, la igualdad jurídica de los Estados, la unidad en la diversidad, el multilateralismo, el respeto del derecho internacional, la solución pacífica de los conflictos, el compromiso con la paz, la solidaridad, la cooperación, y el compromiso con el desarrollo y la justicia social. Los ideales democráticos son un elemento substancial en la Comunidad Iberoamericana. Todos estos principios y valores son lo que, en el ámbito de las Cumbres Iberoamericanas se ha denominado el “acervo iberoamericano”, que esas mismas Cumbres han venido consagrando reiteradamente en sus declaraciones finales desde 1991. En este sentido, la Declaración de Salamanca establece: “Los Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Iberoamericana de Naciones reunidos en su XV Cumbre en Salamanca, España, los días 14 y 15 de octubre de 2005, ratificamos la totalidad del acervo iberoamericano integrado por los valores, principios y acuerdos que hemos aprobado en las anteriores Cumbres. Estos se sustentan en la plena vigencia y el compromiso con los propósitos y principios consagrados en la carta de las Naciones Unidas, en nuestra adhesión al Derecho Internacional, la profundización de la democracia, el desarrollo, la promoción y protección universal de los derechos humanos, el fortalecimiento del multilateralismo y de las relaciones de cooperación entre todos los pueblos y naciones, y el rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contrarias al Derecho Internacional”. Por su parte, la Declaración aprobada en la Cumbre de Montevideo, en 2006, completa el listado anterior: “Reafirmamos los valores proclamados, los principios defendidos y los objetivos acordados en el curso de las anteriores Cumbres, y que constituyen el acervo iberoamericano. En ese marco han merecido y merecen especial atención el derecho al desarrollo, así como las condiciones fundamentales para lograrlo. Asimismo, expresamos nuestro compromiso en el cumplimiento de los 6 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Objetivos de Desarrollo del Milenio. Manifestamos nuestra voluntad de seguir luchando contra la desigualdad, el hambre y la pobreza, factores que pueden comprometer la democracia y limitar el ejercicio efectivo de los derechos ciudadanos, y para cuya progresiva superación se requiere la ejecución de políticas de promoción del desarrollo económico con inclusión social, la generación de trabajo decente y la solución duradera del problema de la deuda externa. Reafirmamos la prioridad concedida al combate del terrorismo en todas su formas y manifestaciones, y a la lucha contra otros flagelos como la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de las drogas ilícitas, así como el lavado de activos, el problema de la corrupción, el tráfico ilícito de armas, el tráfico ilícito de inmigrantes y la trata de personas, entre otros”. El acervo iberoamericano está constituido, por lo tanto, por un conjunto de principios, valores y compromisos que encuentran sus bases no sólo en una historia, una Comunidad, unas lenguas y una cultura común, sino también en la propia dinámica de diálogo, concertación y cooperación iberoamericana puesta en marcha por las Cumbres Iberoamericanas, que ha permitido el progresivo desarrollo y afirmación de dicho acervo. Se trata, en consecuencia, de principios y valores que comparten el conjunto de los países iberoamericanos, más allá de que en determinadas coyunturas alguno pueda apartarse temporalmente de los mismos. Particular relevancia para entender el sentido de la Comunidad Iberoamericana tiene el principio de unidad en la diversidad, es decir, de la unidad, que define a la misma, dentro del absoluto respecto a la soberanía, personalidad, particularidades culturales y lingüísticas e intereses propios de cada Estado iberoamericano. Este principio define claramente el sentido y alcance con que se plantea, en su proyección práctica, por los países iberoamericanos la Comunidad Iberoamericana. Un sentido igualitario, basado en la soberanía y la personalidad de cada país participante y una dinámica hacia el futuro que descansa en el compromiso voluntario y libre de los pueblos y Estados iberoamericanos. Este principio clave explica también el reconocimiento de la diversidad cultural que, dentro de su unidad, caracteriza a Iberoamérica. Así lo proclama, en términos genéricos, la Declaración de la Cumbre de Santa Cruz de la Sierra, de 2003: “Reconocemos la riqueza de nuestra diversidad cultural como un valor fundamental de la Comunidad Iberoamericana”. Con mayor detalle, la Carta Cultural Iberoamericana, aprobada en la Cumbre de Montevideo, en 2006 establece: “Las manifestaciones culturales y lingüísticas de las comunidades tradicionales, indígenas y afrodescendientes, son parte del patrimonio cultural iberoamericano y se les reconocen sus derechos”. El principio de unidad en la diversidad explica igualmente que la existencia y operatividad de la Comunidad Iberoamericana sea plenamente compatible con la pertenencia de España y Portugal a la UE y la pertenencia de los países latinoamericanos a otros mecanismos de integración y concertación regionales y 7 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua subregionales. Explica también que la Comunidad Iberoamericana no se plantee a futuro como un proceso de integración política y económica. Por su parte, los intereses presentes en la Comunidad Iberoamericana derivan directamente del entramado de vínculos e interdependencias, históricas y actuales, políticas, económicas, sociales, culturales y lingüísticas, que existen entre los países iberoamericanos, materializándose consecuentemente en muy distintos ámbitos y siendo protagonizados por muy diferentes actores, gubernamentales y no gubernamentales. Estos intereses, con independencia de que en determinados momentos y coyunturas se puedan interpretar como contrapuestos y den lugar a tensiones y conflictos, son también comunes y compartidos entre los países iberoamericanos. La puesta en marcha de las Cumbres Iberoamericanas con el objetivo de dar operatividad a la Comunidad Iberoamericana, responde de una manera clara a esos intereses comunes y compartidos, a los que se pretende dar adecuadas respuestas en base a la cooperación y concertación iberoamericanas puestas en marcha en el seno de las mismas. 5. Lo que es y no es la Comunidad Iberoamericana A la vista de las consideraciones anteriores queda claro lo que es y no es la Comunidad Iberoamericana de Naciones en términos de su concreción práctica y operativa, desde la perspectiva de las realidades e interdependencias en las que se basa y desde los intereses de los países iberoamericanos que la conforman. La Comunidad Iberoamericana no es ni se concibe, desde una perspectiva de futuro, como un Estado, ni como una alianza, ni siquiera como un sistema de integración política y económica, que sin lugar a dudas entraría en colisión con la pertenencia de España y Portugal a la UE y de los países latinoamericanos a otros mecanismos de integración. Tampoco se aspira ni se pretende desarrollar un entramado formal al estilo de la Commonwealth británica, de la Communauté Française o de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. De momento ni siquiera es una organización internacional. La Comunidad Iberoamericana es una comunidad de fuerte componente identitaria, en razón de la historia, las lenguas y la cultura común. Es y se concibe como un “mundo”, con sus propias señas de identidad, en razón de sus múltiples dimensiones, histórica, lingüística, cultural, política, económica, social, que le son inherentes, y de sus múltiples y variados actores, pero también es y se plantea, al mismo tiempo, como una realidad sociológica, cultural, política y económica generadora de una dinámica capaz de articular un espacio común voluntariamente integrado en algunos aspectos. La Comunidad Iberoamericana de Naciones no se reduce, por lo tanto, a una simple comunidad de Estados, es decir, a una exclusiva comunidad políticadiplomática integrada por el conjunto de los países iberoamericanos, sino que también es una comunidad de pueblos, de todas las sociedades iberoamericanas, con la diversidad cultural y lingüística que las caracteriza. 8 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua La Comunidad Iberoamericana se presenta como un entramado de interacciones e interdependencias de la más variada naturaleza y como una llamada a realizar una tarea común que aúne los esfuerzos de los países iberoamericanos, susceptible de articularse de alguna forma como unidad de acción para poder avanzar en la afirmación de los valores y principios que la inspiran y en la promoción de los intereses que la caracterizan y, consecuentemente, poder jugar un papel significativo en el escenario internacional. Aparece, así, la idea de un espacio iberoamericano, de un espacio social voluntariamente integrado, de un polo autónomo en la vida internacional, llamado a cumplir una función propia y de defensa de determinados valores e intereses, comunes a los países iberoamericanos. Lo anterior supone que la Comunidad Iberoamericana no se concibe como algo abstracto, que simplemente existe, sin incidencia en la realidad, sino que se concibe con una función transformadora, en función de los valores e intereses que la conforman, tanto de la realidad interna de los países que la integran como de la realidad internacional en la que está inmersa. Se presenta, por lo tanto, como objetivamente necesaria y beneficiosa para todos los países iberoamericanos. Su punto de partida y su motor es la solidaridad y su principal instrumento de realización es la cooperación. La Comunidad Iberoamericana es, de esta forma una realidad histórica, sociológica, cultural, política y económica, que existe como tal en el actual escenario global, y un proyecto que, al mismo tiempo, hay que ir construyendo día a día. Es no sólo una realidad estática, sino también dinámica. Para ello hay que ir desarrollando políticas y actuaciones concretas, a través de las cuales se afirme y se extienda en el sentido de comunidad en todos los países iberoamericanos y esta sea cada día más operativa. En este sentido, es indispensable, en primer lugar, el acrecentamiento del conocimiento mutuo, de forma que se vayan superando las imágenes muchas veces distorsionadas que tenemos de nuestras historias, las reticencias y perjuicios nacidos del pasado y que se proyectan sobre el presente y el desconocimiento que tenemos de nuestros vínculos, valores e intereses comunes y de las potencialidades beneficiosas para todos que tienen la concertación y la cooperación iberoamericana. En segundo lugar, la Comunidad Iberoamericana debe basarse en la puesta en común de las realidades, problemas y retos a los que hay que ir haciendo frente, dando una respuesta conjunta a los mismos a través, como se ha apuntado, de la concertación y la cooperación. Desde el momento en que se comparten realidades, intereses y valores, la puesta en común de los mismos, mediante las oportunas políticas, programas y acciones, se traduce en la materialización práctica de lo que es común, con lo que se va afirmando la propia idea de comunidad. En tercer lugar, la Comunidad Iberoamericana en su traducción operativa, tiene que entenderse y desarrollarse como una empresa global, en la que participan no sólo los gobiernos, sino igualmente el resto de la sociedad, es decir, los intelectuales, los educadores, los científicos e investigadores, los empresarios, los 9 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua trabajadores, en suma, las sociedades iberoamericanas, con todos sus actores, públicos y privados, individuales y colectivos. Sólo de esta forma llegará realmente a tener peso e influencia en la sociedad global actual. 6. La institucionalización de la Comunidad Iberoamericana 6.1. Una mirada hacia atrás: un camino largo y fructífero La conformación de la Comunidad Iberoamericana ha recorrido ya un largo camino, que, aunque, como se ha visto, hunde de sus raíces en los casi cuatro siglos de convivencia común durante la colonia, encuentra sus primeras formulaciones a partir del momento que se produce la independencia de las colonias españolas y portuguesa en el continente americano, a partir de 1810. Desde ese momento, a pesar de las independencias, que separan políticamente a España y Portugal de los nuevos Estados americanos, la idea de la existencia de una Comunidad Iberoamericana se afirma a lo largo del siglo XIX, como consecuencia del constante trasvase de personas, ideas y mercancías, originando un complejo entramado de vínculos económicos, sociales y culturales entre las dos orillas del Atlántico, que con distintos altibajos, como consecuencia de los encuentros y desencuentros que se producen a lo largo de los siglos XIX y XX, llega hasta nuestros días. La Comunidad Iberoamericana, por lo tanto, en si misma, no es algo que se haya construido por acuerdo expreso de los Estados iberoamericanos, a partir de una fecha concreta, a pesar de que los Estados jugarán en determinados momentos un papel decisivo en su institucionalización y formalización, ni es algo que haya respondido a un plan o una estrategia intergubernamental o no gubernamental previamente diseñada, ni tiene como actores exclusivos a los gobiernos iberoamericanos, aunque en los últimos tiempos su protagonismo ha sido cada vez más importante. Es una Comunidad que existe de hecho desde el momento mismo de la independencia de las colonias americanas de España y Portugal y que descansa principalmente, como se ha visto, en unas señas de identidad, históricas, culturales y lingüísticas, pero también en unos vínculos e interdependencias sociales, políticas y económicas y empresariales, que generan un sentimiento muchas veces inconsciente de pertenencia a una Comunidad, lo aceptemos o le rechacemos, que ha tenido como actores principales a los ciudadanos iberoamericanos, que bien individual o colectivamente y de una forma autónoma en la mayor parte de los casos, han ido forjando una red de relaciones e intereses que abarca prácticamente todos los ámbitos de la actividad humana. Sólo a partir del siglo XX, la actuación de los Estados se va a dejar sentir, de muy distinta forma y con muy diferentes alcances, en esa Comunidad iberoamericana. Dejando al margen proyectos anteriores sin incidencia significativa, va a ser la España franquista la que primero va tratar de institucionalizar ese espacio en función de unos intereses paternalistas y hegemónicos que partían de una 10 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua interpretación mesiánica de la historia de España. Los proyectos de la “Hispanidad” y de la “Comunidad Hispánica de Naciones”, que el franquismo tratará sucesivamente de hacer realidad, responderán a esos planteamientos ideológicos. El final del franquismo supondrá el arrinconamiento definitivo de esos proyectos, que suscitaron un importante rechazo por parte de muchos países iberoamericanos, aunque en esa época se crearán las primeras organizaciones propiamente iberoamericanas. El segundo intento intergubernamental de articular e institucionalizar esa Comunidad Iberoamericana, desde unos planteamientos nuevos, basados en los principios de la igualdad y el consenso, se producirá por parte de la España democrática, a partir de finales de los años ochenta, sumándose rápidamente al proyecto los demás países iberoamericanos. Con el fin de marcar claramente diferencias con proyectos anteriores se acuñará un nuevo término, surgiendo así el concepto de Comunidad Iberoamericana de Naciones, que las propias Cumbres Iberoamericanas, máxima expresión de ese proyecto, han consagrado formalmente. Este nuevo proyecto tendrá pleno éxito, produciéndose un progresivo entrelazamiento de las dimensiones gubernamental y no gubernamental de la Comunidad Iberoamericana, que conocerá a partir de esos momentos un importante desarrollo. 6.2. Los hitos del proceso En ese largo y no siempre fácil camino, pero al mismo tiempo fructífero a la vista de los resultados actuales, que sólo vamos a recorrer a partir de mediados del siglo XX, podemos destacar una serie de hechos o hitos, que nos permiten entender mejor lo que ha sido el proceso de institucionalización y lo que es actualmente la Comunidad Iberoamericana. - La creación en 1949 de una Oficina de Educación Iberoamericana, que en 1985 se transformaría en la actual Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), junto con la creación en 1954 de la Organización Iberoamericana de la Seguridad Social (OISS), actualmente operativas, constituirán las primeras expresiones institucionalizadas a nivel intergubernamental de una cooperación iberoamericana sectorial, que empezaba a dar sus pasos iniciales. En 1994, siguiendo ese camino, se crearía la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ). - Los “Encuentros en la Democracia”, celebrados en Madrid, en abril de 1983 y noviembre de 1985, que reunieron en cada una de las reuniones a más de 100 representantes de la política, la cultura, la economía y la ciencia de los países iberoamericanos con el objeto de dialogar y examinar en profundidad los problemas y retos que aquejaban a los pueblos iberoamericanos. Estos “Encuentros”, además de tratar de tender por primera vez puentes entre las dimensiones gubernamental y no gubernamental de la Comunidad Iberoamericana, fueron el detonante de una renovada cooperación política iberoamericana, con la democracia como principio inspirador. 11 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua - La Conferencia Iberoamericana de Comisiones Nacionales del Quinto Centenario, y sus diez reuniones anuales, la primera en Santa Fe de Granada (España), en octubre de 1983, y la última en Veracruz (México), en mayo de 1992, que jugó un papel clave en la puesta en marcha de las Cumbres Iberoamericanas. No sólo preparó el terreno que hizo posible la celebración de la I Cumbre Iberoamericana en Guadalajara, sino que durante muchos años fue el único foro no especializado de encuentro, diálogo, concertación y cooperación, integrador de todos los países iberoamericanos, en el que se fue institucionalizando el sentido de identidad iberoamericana y se empezó a tomar conciencia de los intereses comunes. En este sentido, la Conferencia Iberoamericana sirvió para ir perfilando algunos de los campos de actuación, especialmente en materia de cooperación, de las Cumbres Iberoamericanas. En la Cumbre Iberoamericana de Madrid, en 1992, se produjo el traslado de sus programas a las Cumbres, asegurando una cierta continuidad del espíritu comunitario que se había ido fraguando. - La Cumbre Iberoamericana de Guadalajara (México), celebrada en julio de 1991, que inauguraba el proceso de las Cumbres Iberoamericanas, con todo lo que tenía de símbolo de una nueva etapa al máximo nivel político en la institucionalización de la Comunidad Iberoamericana. En esta Cumbre, que por primera se reconoce expresamente la existencia de una Comunidad, de un espacio común iberoamericano y se procede a su institucionalización, mediante la creación de una Secretaria Pro-Tempore, que corresponde llevar al país que organizaba la Cumbre, sin sede permanente ni estructura burocrática. Esta Secretaría Pro- Tempore actuaría apoyada en una Troika, integrada por el país que ha desempeñado la Secretaria el año anterior, el que la ejerce en el año en curso y el que la ejercerá el siguiente. - La celebración de reuniones sectoriales ministeriales iberoamericanas, a partir de 1991, que ampliaba significativamente las dimensiones funcionales de las Cumbres y reforzaba la Comunidad. Se trataba de un elemento institucional complementario de las Cumbres que acabará adquiriendo una dinámica propia, aunque relacionada con las mismas, y abarcando todos los ámbitos actuación ministerial. Se trata de un componente esencial de la Comunidad Iberoamericana por el nivel de las reuniones y la multidimensionalidad de los ámbitos que son objeto de concertación y cooperación. - La Cumbre Iberoamericana de Madrid, celebrada en julio de 1992, que sirvió para afirmar lo “ibero” de lo iberoamericano en el año de la celebración del Quinto Centenario, con toda la carga simbólica que ello suponía en cuanto superación y afirmación al mismo tiempo de una historia común llena de luces y sombras. Es, por otro lado, en esta Cumbre cuando se empiezan a poner en marcha los programas de cooperación iberoamericanos. - El I Encuentro de Fundaciones Iberoamericanas, celebrado en octubre de 1992, en Cáceres (España), con el lema “El reto de la sociedad civil iberoamericana”, que supuso un paso decisivo en el proceso de 12 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua institucionalización de la Comunidad Iberoamericana en su dimensión no gubernamental. Desde entonces se han celebrado distintos Encuentros Iberoamericanos del Tercer Sector, participando en alguno de ellos más de 1000 representantes de instituciones privadas sin ánimo de lucro, lo que da idea de la amplitud y fuerza de este espacio iberoamericano. - La V Cumbre celebrada en San Carlos de Bariloche (Argentina), en octubre de 1995, que implicó un salto importante en el proceso de racionalización e institucionalización de la cooperación. Con la aprobación del Convenio para la Cooperación en el marco de la Conferencia Iberoamericana, o Convenio de Bariloche, se institucionalizó el sistema iberoamericana de cooperación, fijándose una serie de principios ordenadores y un procedimiento de presentación y aprobación de programas, que permitirán garantizar su viabilidad y el respaldo político de las Cumbres Iberoamericanas. Para facilitar sus funcionamiento se creó una red de Responsables de Cooperación por cada país. Al mismo tiempo, se avanzó también en la institucionalización del sistema de las Cumbres, mediante la creación de una red de Coordinadores Nacionales, responsables político-diplomáticos de la gestión habitual del sistema iberoamericano por cada país, que se transformara en el foro por excelencia de negociación diplomática como preparación de las Cumbres. - La Cumbre de Viña del Mar (Chile), celebrada en noviembre de 1996, introdujo un importante cambio en el formato de las Cumbres, que reforzó su útil condición de foro de diálogo y concertación iberoamericano, al reducir al máximo los discursos y actos públicos y ampliar los tiempos y los espacios para los encuentros y diálogo entre los mandatarios. - Las Cumbres de Oporto (Portugal), en octubre de 1998, donde se propuso su creación, y La Habana (Cuba), en noviembre de 1999, en la que se aprobaron el Protocolo y los Estatutos de la Secretaria de Cooperación Iberoamericana (SECIB), organismo internacional que, aunque formalmente con funciones limitadas a la cooperación, contribuirá de forma notable a revitalizar las Cumbres y el proceso de consolidación de la Comunidad Iberoamericana, por cuanto suponía el establecimiento una estructura institucional permanente. - Las Cumbres de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), en noviembre de 2003, y San José de Costa Rica, en noviembre de 2004, a través del Convenio de Santa Cruz de la Sierra constitutivo de la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) y los Estatutos de la misma, pusieron en pié la SEGIB, que integraba a la SECIB, pero ampliando y reforzando notablemente sus funciones. Por primera vez en se creaba un órgano permanente representativo a todos los niveles, no sólo en materia de cooperación, de las Cumbres, con importantes funciones de representación, ejecución y coordinación. En la Cumbre de San José de Costa Rica se produce además una significativa reorientación hacia planteamientos más sociales, que son reflejo del giro social que caracteriza a las políticas de muchos países iberoamericanos y que contribuirá a incrementar el interés por las Cumbres. 13 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua - La Cumbre de Salamanca (España), en octubre de 2005, que supuso la puesta en marcha en la práctica de la SEGIB y con ello la apertura de una nueva etapa, en cuanto a operatividad y visibilidad, y la institucionalización de los vínculos entre las Cumbres y las sociedades civiles iberoamericanas, a través de los Foros Empresarial, Cívico, Parlamentario Iberoamericano y el de Gobiernos Locales, que se celebran previamente a cada Cumbre, elevando sus conclusiones a las mismas. 7. Los resultados: una Comunidad Iberoamericana rica, multidimensional y operativa La mirada hacia atrás que acabamos de hacer nos permite ver y tomar conciencia del camino recorrido hasta el presente y de lo mucho que casi sin hacer ruido se ha hecho en la afirmación práctica de la Comunidad Iberoamericana. Nos encontramos, hoy, con una Comunidad Iberoamericana, rica, compleja, multidimensional, por cuanto que abarca todos los ámbitos de actividad humana, en el que participan actores gubernamentales y no gubernamentales de la más diversa naturaleza, con unas señas de identidad perfectamente definidas. Esta Comunidad, expresamente reconocida por las Cumbres Iberoamericanas, es operativa en el actual escenario internacional a través muy diversas actuaciones, de carácter gubernamental y no gubernamental, que no sólo tienen un alcance en el ámbito iberoamericano, sino que se proyecta también en el escenario mundial. Es una Comunidad que se asienta no sólo en unas bases históricas, culturales y lingüísticas, sino sobre todo, cada vez con más fuerza, en un entramado de vínculos, interdependencias e intereses de todo tipo, especialmente políticos, económicos y sociales, que se han ido desarrollado sólidamente de manera muy especial en los últimos años. La Comunidad Iberoamericana de nuestros días se parece muy poco a la de hace sólo 20 años. Hoy los procesos y los intereses comunes que se generan en la misma afectan de forma directa a muchos de los retos y problemas mas importantes a los que tienen que hacer frente los países iberoamericanos. La naturaleza de esta Comunidad se está haciendo cada vez más compleja y más rica, sin que todavía los países iberoamericanos hayan sido capaces de asumirla con todas sus consecuencias y, por lo tanto, de articular las políticas adecuadas para atender sus demandas e intereses, que son las de los pueblos iberoamericanos. Es una Comunidad, por lo tanto, desarrollada, sólida y eficaz en muchas de sus manifestaciones, pero que todavía no ha sido suficientemente valorada, ni ha sido objeto de atención suficiente. Es una Comunidad sólo articulada funcionalmente en una medida mínima, en el que queda mucho por hacer. Sus potencialidades son grandes. Es una Comunidad, por todo ello, todavía poco visible. 14 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Es también una Comunidad que no tiene parangón con ninguna de los otras comunidades que podemos encontrar en la actual sociedad mundial, por sus singulares características. 8. Definiendo la Comunidad Iberoamericana Ya se ha visto lo que es y lo que no es la Comunidad Iberoamericana en una primera aproximación general y lo que ha sido su proceso de institucionalización. Es el momento, por lo tanto, de profundizar en lo que es dicha Comunidad en términos más concretos. La riqueza y complejidad que presenta la Comunidad Iberoamericana hace difícil una definición de la misma, si queremos aprehender su multidimensionalidad y las diferentes características que lo singularizan en el actual escenario global. Es por ello que, partiendo de una definición muy simple, se ha optado por resaltar sus rasgos mas significativos, como forma de entender mejor lo que supone y lo que puede representar en el mundo cambiante y problemático de nuestros días, desde la perspectiva de los intereses y valores iberoamericanos y los de la sociedad global. Los rasgos característicos que se esbozan están íntimamente interrelacionados, de forma que no es posible entender unos sin los otros. Se podría definir la Comunidad Iberoamericana como un espacio interregional, complejo y multidimensional, con unas señas de identidad propias, de orden principalmente histórico, cultural y lingüístico, basado en unos valores y un código de conducta y escasamente articulado a nivel intergubernamental, que responde, cada vez en mayor medida, a la existencia de un entramado de vínculos, interdependencias e intereses comunes de naturaleza política, económica, social y cultural a los que trata de responder y que se proyecta en el escenario mundial. 8.1. Una Comunidad con señas de identidad propias La Comunidad Iberoamericana es, en primer lugar, un espacio de signo marcadamente identitario. Sus señas de identidad se basan en una historia, una cultura, unas lenguas y unos valores comunes. Ello nos facilita el compartir formas de pensar y de actuar, con la importancia que tiene a la hora de concertarnos y cooperar. Como señala la Declaración de la Cumbre de Guadalajara, en 1991, “representamos un vasto conjunto de naciones que comparten raíces y el rico patrimonio de una cultura fundada en la suma de pueblos, credos y sangres diversos”. Ninguna de las Comunidades interregionales existentes actualmente tiene una señas de identidad tan sólidas y definidas. Este rasgo permite a la Comunidad Iberoamericana proyectarse en el escenario internacional y explica la fuerza con la que autónomamente, al margen de las iniciativas intergubernamentales, se ha venido desarrollando ese espacio iberoamericano a nivel de las sociedades iberoamericanas. Las potencialidades que se derivan de esta sólida identidad común, especialmente a nivel cultural y lingüístico, en un mundo marcado decisivamente 15 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua por la revolución en el campo de la información y la comunicación, pero también por la afirmación de los particularismos, son enormes en todos los aspectos. 8.2. Un espacio con unas sólidas bases políticas, económicas y sociales El espacio iberoamericano no sólo descansa en unas particulares y fuertes señas de identidad cultural y lingüística, sino que además, especialmente en los últimos tiempos, ha desarrollado unos cada vez más importantes vínculos, interdependencias e intereses de carácter político, económico, cultural y social. Hemos asistido a un cambio en la naturaleza misma de la Comunidad Iberoamericana, que de ser casi exclusivamente cultural y lingüística ha pasado a ser también política, económica, cultural y social. El espectacular desarrollo de los flujos de inversión con vocación de permanencia, la intensificación de los intercambios comerciales, la imparable fuerza de los movimientos migratorios y los lazos sociales que generan, el creciente volumen de las remesas, con sus decisivos efectos en las sociedades de destino, la intensificación y profundización de las relaciones político-diplomáticas, con el establecimiento de relaciones estratégicas entre los países iberoamericanos de las dos orillas del Atlántico y entre los propios iberoamericanos de América Latina, el desarrollo de redes científicas iberoamericanas, son, como se ha visto, elementos nuevos que han transformado la Comunidad Iberoamericana, que ya no es sólo historia, cultura y lengua, por muy importantes que estás continúen siendo. En este sentido, al confluir en el mismo espacio unas sólidas dimensiones identitarias, con todo lo que suponen, con unas cada vez más fuertes dimensiones políticas, económicas, sociales y científico-técnicas, nos encontramos con unas potencialidades que hace poco no se podían imaginar y que todavía ahora nos cuesta asumir plenamente. 8.3. Una Comunidad basada en la confianza, la tolerancia y el pluralismo Uno de los principales activos de la Comunidad Iberoamericana es la confianza que, más allá de las diferencias que puedan existir, se ha generado entre los países que participan en la misma. Una confianza que nace de las señas de identidad, de compartir los mismos valores y las mismas formas de pensar, de hablar y de actuar, del conocimiento mutuo y de los intereses comunes. Es, además, un espacio de tolerancia, en que se respeta al que disiente desde el respeto mutuo a los valores de libertad, justicia y paz y en el que ni la raza, ni la lengua, ni la religión, ni el sexo, ni las ideas políticas se admiten como criterios de discriminación. Como dice la Declaración de la Cumbre de Madrid, en 1992, “La identidad iberoamericana está fundada en la idea de la dignidad e igualdad de sus diversas culturas y en una concepción integral y liberadora del hombre y de la sociedad… Ni el racismo ni la xenofobia, que condenamos sin paliativos, pueden tener nunca cabida en nuestros comportamientos y actitudes”. 16 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Es también una Comunidad pluralista, basada, como dice la Declaración de la Cumbre de Guadalajara, en 1991, “en la aproximación respetuosa de nuestras diferencias y en la voz múltiple de nuestras sociedades”, que está abierto a todos los que compartimos las señas de identidad mencionadas. 8.4. Una Comunidad con unos valores y un código de conducta propios La Comunidad Iberoamericana descansa y se inspira en unos valores y unos principios que las Cumbres Iberoamericanas han consagrado reiteradamente, dando lugar a un acervo iberoamericano. Los principios y valores esenciales del mismo, formulados en las Cumbres de Guadalajara y Madrid y reiterados y desarrollados en todas las Cumbres hasta el presente, son a) el compromiso con la democracia representativa y el pleno respeto de los derechos humanos, como principios inspiradores de la convivencia; b) el compromiso con la justicia, la equidad y el desarrollo sostenible y la lucha contra el hambre, la pobreza y la desigualdad social; c) la adhesión a los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, el respeto a la soberanía e igualdad jurídica, el principio de no intervención, la prohibición de la amenaza o uso de la fuerza, el respeto a la integridad territorial y la solución pacífica de las controversias; d) el respeto a las normas del derecho internacional; e) la apuesta por el desarme y la no proliferación; f) la apuesta por el multilateralismo y el papel de las Naciones Unidas como foro para la resolución pacífica de las controversias internacionales y para la promoción del desarrollo económico y social, reconociendo el protagonismo que corresponde al Consejo de Seguridad en el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales; g) el apoyo a la Corte Penal Internacional; h) la condena del terrorismo en todas sus facetas y manifestaciones, con el compromiso de combatirlo con estricto apego a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario y consiguiente el apoyo a la lucha contra el mismo; i) el apoyo a la diversidad cultural, resaltando la importancia de la cultura como elemento de desarrollo y cohesión social y defendiendo la identidad de las culturas originarias de América, las afrodescendientes y las de otras procedencias; j) el apoyo a todos los convenios auspiciados por las Naciones Unidas, que buscan la conservación y mejora de las condiciones de nuestro planeta; k) la condena del narcotráfico y el apoyo a la lucha contra el mismo; m) la apuesta por la liberalización del comercio, sin monopolios, esquemas proteccionistas o prácticas distorsionadoras, rechazando la aplicación unilateral y extraterritorial de las leyes. 8.5. Una Comunidad parcialmente institucionalizada La riqueza, gubernamental y no gubernamental, y multidimensionalidad de esa Comunidad sólo esta institucionalizada parcialmente. A nivel intergubernamental tenemos, por un lado, la Conferencia o Cumbre Iberoamericana y el sistema de Cumbres, con las reuniones de cancilleres, las reuniones ministeriales sectoriales, las reuniones de coordinadores naciones y de responsables de cooperación, la Secretaria Pro Tempore, y la SEGIB, y, por otro, la OEI, la OISS y la OIJ. A nivel de sociedades iberoamericanas existen multitud de asociaciones y organizaciones no gubernamentales, que en parte ordenan el funcionamiento de ese espacio y que 17 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua limitadamente tienen relación con las Cumbres Iberoamericanas, a través de los Foros Cívico y Empresarial, del Foro Parlamentario Iberoamericano y del Foro Iberoamericano de Gobiernos Locales, que se celebran con ocasión de cada Cumbre. Por lo tanto, aunque se ha avanzado significativamente en los últimos años, queda aún mucho por hacer en este orden. Ni la institucionalización abarca todos los ámbitos de la Comunidad Iberoamericana, ni todavía existe un adecuado desarrollo y coordinación de la misma. 8.6. Una Comunidad de diálogo y concertación De acuerdo con la confianza que la inspira y con los principios y valores que conforman el acervo iberoamericano, desde la primera Cumbre se afirmó la condición de foro privilegiado de diálogo y concertación que las mismas tenían tanto en cuanto a las cuestiones políticos, económicas, sociales y culturales, internas a esa Comunidad, como en cuanto a los asuntos y acontecimientos internacionales, destacándose las características propias de dicha Comunidad, en concreto su carácter pluralista y su transcontinentalidad, con los efectos positivos que las mismas pueden tener en el escenario mundial. En la práctica, las Cumbres han cumplido esa condición de espacio de diálogo y concertación, facilitando la aproximación y el entendimiento entre los países participantes, contribuyendo a la solución pacífica y dialogada de distintos contenciosos y problemas existentes entre sus miembros y actuando en ocasiones como un actor internacional con voz propia en los foros y organizaciones internacionales, para defender determinadas posiciones y apoyar ciertas candidaturas iberoamericanas a los organismos internacionales. Las potencialidades que presenta las Cumbres como espacio de diálogo y concertación son enormes en todos los sentidos y en una medida importante están aún por desarrollar. 8.7. Una Comunidad de cooperación con características singulares La Comunidad Iberoamericana y de forma muy concreta las Cumbres Iberoamericanas han ido conformando también un espacio de cooperación, con unas características singulares que le diferencian de otros espacios. La articulación de esta Comunidad, que integra, por un lado, elementos característicos de la cooperación internacional, basada en la definición de intereses comunes, y, por otro, elementos derivados de la cooperación al desarrollo, basada en la transferencia de recursos financieros y de asistencia técnica, responde a las necesidades de seguridad, gobernación, bienestar, desarrollo económico, social y cultural y de afirmación de identidades colectivas, que en un mundo crecientemente interdependiente y global, los Estados no pueden atender en términos individuales. La cooperación iberoamericana, con sus distintos programas en marcha, es, por lo tanto, un elemento fundamental de la Comunidad Iberoamericana, que confiere razón de ser a todo el proceso de las Cumbres. 18 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua Sus características específicas frente a otros espacios de cooperación son a) el principio de corresponsabilidad que inspira su funcionamiento, que permite establecer una relación marcadamente multilateral y horizontal entre los países participantes, por cuanto que las prioridades, los contenidos y la orientación de los programas de cooperación se realizan en términos estrictamente igualitarios, lo que, por ejemplo, no sucede en la cooperación entre la UE y América Latina; b) el fuerte y directo respaldo político que tiene, como consecuencia de la aprobación por las Cumbres Iberoamericanas de los programas de cooperación, y c) el carácter identitario, en este caso específicamente “iberoamericano”, que tiene una parte importante de la cooperación, lo que supone que la cooperación se plantea no sólo en términos de dar respuesta a los retos y problemas de los países participantes, sino también de contribuir a la consolidación y desarrollo de la propia Comunidad Iberoamericana, mediante el reforzamiento de sus señas de identidad. Podríamos decir que la cooperación iberoamericana al mismo tiempo que ha contribuido, junto con otros actores y mecanismos, a hacer realidad la Comunidad Iberoamericana, dotándola de contenidos y dando respuestas a algunos de sus problemas, ha actuado también de forma importante en el sentido de afirmar sus características identitarias, reforzando su elemento iberoamericano. 8.8. Una Comunidad abierta a la sociedad civil Es otra de las características más significativas de la Comunidad Iberoamericana. No se puede entender la misma si no es tomando en consideración las sociedades iberoamericanas, que son las que, mucho antes que los gobiernos, han ido fraguando la existencia de esa Comunidad, a través de múltiples interacciones y vínculos, desarrollados por los actores más diversos, desde asociaciones profesionales, pasando por las empresas, los sindicatos y los partidos políticos, hasta las organizaciones no gubernamentales, las universidades y fundaciones. Con el tiempo se ha forjado una tupida y sólida red civil iberoamericana, que no sólo atestigua la existencia de esa Comunidad sino que además contribuye decisivamente a su desarrollo y vitalidad. Una red que funciona con limitadas y precarias conexiones con la dimensión intergubernamental de esa misma Comunidad. La institucionalización limitada en sus relaciones con las Cumbres se ha producido a partir de la Cumbre de Salamanca, en 2005, con la puesta en marcha, como ya se ha apuntado, de distintos foros en los que participan esas sociedades civiles. En este punto de las conexiones, apoyos y sinergias entre las dimensiones civil e intergubernamental de la Comunidad Iberoamericana se encuentra sin lugar a dudas uno de los campos mas fructíferos para explorar en un futuro próximo desde la perspectiva de la consolidación y operatividad de esa Comunidad. 8.9. Una Comunidad interregional que une América y Europa La pertenencia de España, Portugal y Andorra a Europa y la del resto de los países participantes a América, unido la existencia de unos valores y un acervo iberomericano, confiere a esta Comunidad una característica muy valiosa en la actual sociedad mundial y le otorga unas significativas posibilidades de concertación y cooperación entre 19 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua regiones y de incidencia internacional indispensables en un mundo crecientemente interdependiente y global. La Comunidad Iberoamericana sitúa a América Latina en Europa y a esta región en la segunda, reforzando la proyección internacional de ambas y su peso a nivel mundial. La coincidencia de valores y la apuesta de ambas regiones por el multilateralismo constituye una aportación importante en el actual escenario internacional. La UE, de la que forman parte España y Portugal, y América Latina han articulado e institucionalizado unas relaciones de diálogo y concertación política, cooperación económica y cooperación al desarrollo, que se han desarrollado con especial fuerza e intensidad a partir del ingreso de España y Portugal en la UE. Ello ha permitido diversificar las relaciones internacionales de ambas regiones y reforzar sus posiciones internacionales. Sin embargo, en los últimos años, por diversas razones, esas relaciones se han estancado, perdiendo la UE interés en América Latina. De alguna manera, como consecuencia de este carácter interregional, se podría entender que las Cumbres Iberoamericanas ocupan una parte del espacio de las Cumbres UE-América Latina y el Caribe, con todo lo que ello supone desde el punto de vista de las propias relaciones birregionales. La pertenencia de los países de habla española y portuguesa de América Latina y de España y Portugal a la Comunidad Iberoamericana y su participación en el sistema de las Cumbres Iberoamericanas constituye en este sentido un importante activo de la Comunidad Iberoamericana, que puede contribuir al desarrollo de las relaciones birregionales, por cuanto que España y Portugal han sido y deben seguir siendo los defensores de los intereses de América Latina en la UE, al mismo tiempo que son para los países latinoamericanos unos interlocutores privilegiados en Europa. 8.10. Una Comunidad diferente y complementaria a otros espacios internacionales El carácter interregional, europeo-latinoamericano, nos lleva a la conexión que la Comunidad Iberoamericana tiene con otros espacios, como el hemisférico, representado por la OEA y las Cumbres Hemisféricas, y la región Asia-Pacífico, representado por el Foro APEC. Hemos visto que la Comunidad Iberoamericana es un todo discontinuo que se solapa con otros espacios de integración, pero que es diferente a los mismos. Las Cumbres Iberoamericanas definen un espacio diferente a otros espacios en los que participan sus países miembros. Este hecho, el solapamiento con otros espacios de integración y cooperación, al mismo tiempo que refuerza los intereses divergentes y debilita los intereses comunes existentes entre los países iberoamericanos, limitando y complejizando los ámbitos de concertación y cooperación, genera también intereses específicos y proporciona unas oportunidades importantes de actuación, como consecuencia del carácter complementario de la Comunidad Iberoamericana respecto de los demás espacios. En concreto, permite la articulación de triangulaciones favorables para los intereses de los 20 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua países participantes en base a su pertenencia simultánea a otros espacios internacionales, ya sean éstos hemisférico, europeo o la región Asia-Pacífico. La Comunidad Iberoamericana, aunque descansa en unas señas de identidad específicas y tiene unos intereses propios, en ningún momento se ha construido contra nadie. Por el contrario, se afirma en el intersección de varios espacios, hemisférico, europeo-latinoamericano, europeo y asiático-pacífico, además de los espacios regionales y subregionales propios de América Latina, con carácter complementario de los mismos y tratando de atender unos intereses que no son cubiertos o son cubiertos deficientemente por éstos. Es una Comunidad para sumar, no para competir o restar. Las Cumbres Iberoamericanas no son, por lo tanto, competidoras de la OEA, ni de las Cumbres Hemisféricas, ni las Cumbres entre la UE y América Latina, ni de las Cumbres de la APEC, ni pretenden sustituir a los mecanismos de integración en los que participan separadamente los países latinoamericanos y España y Portugal. Pero si pueden proporcionar proyecciones adicionales a los países iberoamericanos por sus pertenencias a otros mecanismos de integración y cumplir funciones que, por razones muy diversas, escapan o no pueden ser atendidas adecuadamente por esos otros espacios regionales e interregionales. Pueden también colaborar en las tareas de otras organizaciones internacionales, afirmando el protagonismo internacional de la Comunidad Iberoamericana. De hecho, la SEGIB ya ha suscrito acuerdos con la Organización de las Naciones Unidas, la OEA, la UE, la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico (OCDE), la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y otras organizaciones internacionales 8.11. Una Comunidad que afirma un multilateralismo eficaz El multilateralismo es tanto una expresión de la realidad compleja, interdependiente y global de nuestro mundo, como una manera de enfrentarse a los problemas del mismo, desde una perspectiva y unos planteamientos políticos diferentes a los unilateralistas, hegemónicos o jerárquicos que han caracterizado y caracterizan las relaciones internacionales. El multilateralismo, desde la independencia de las colonias de España y Portugal en el continente americano, ha sido siempre un principio inspirador de la actuación internacional de los países iberoamericanos. Ha sido un principio que ha formado parte del acervo iberoamericano. En este sentido, no hay duda de que la filosofía del multilateralismo ha inspirado tanto los procesos de integración en Europa y en América Latina, como las Cumbres Iberoamericanas desde sus primeros pasos. Las Cumbres Iberoamericanas reiteradamente han apostado por un sistema multilateral eficaz, han apoyado la labor de las Naciones Unidas, han apostado por la legalidad internacional, por la solución pacífica y negociada de los conflictos y por la creación de un orden internacional más justo, participativo y democrático. La propia Comunidad Iberoamericana es marcadamente multilateral en su forma de funcionar. 21 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua El multilateralismo que inspira a las Cumbres y que éstas tratan de proyectar internacionalmente presenta unas características específicas. En primer lugar, no es un multilateralismo sectorial o centrado en un solo plano de las relaciones internacionales, sino que es un multilateralismo global, que abarca todas las dimensiones de las mismas y todos los retos y desafíos que presenta la gobernanza de la sociedad global. Segundo, además, es un multilateralismo eficaz y democrático, que surge como consecuencia de las profundas transformaciones experimentadas por la sociedad mundial y de la existencia de desafíos comunes y globales, que sólo a través de la concertación y cooperación es posible atender, y que descansa en el consenso y en el respeto mutuo entre los países iberoamericanos. Es un multilateralismo que, por lo tanto, se fundamenta en los derechos humanos, que comporta la necesidad de integrar en el mismo no sólo a los Estados, sino también a los actores no gubernamentales representantes de la sociedad civil, que incluye en su agenda los distintos problemas que enfrenta la gobernanza de la actual sociedad global y que se basa en el principio de subsidariedad, ocupándose sólo de los desafíos que superan las posibilidades de acción de los Estados, considerados individualmente. 8.12. Una Comunidad con proyección universalista La Comunidad Iberoamericana, como ha quedado de manifiesto en las Declaraciones de las sucesivas Cumbres Iberoamericanas, no se ha construido para atender exclusivamente a las necesidades y desafíos de los países iberoamericanos, no pretende ser un espacio cerrado al mundo y a sus problemas, sino que pretende contribuir, desde sus propias señas de identidad y valores, al reforzamiento de las solidaridades mundiales en torno al multilateralismo, la protección del medio ambiente, la tolerancia, el diálogo, el derecho internacional, el desarrollo, la seguridad y la paz. Esta Comunidad tiene, por lo tanto, una clara vocación universalista. Las Cumbres Iberoamericanas hasta ahora se han ocupado principalmente de los desafíos a los que se enfrenta la Comunidad Iberoamericana y deben continuar haciéndolo, pero también deben proyectar sus valores en el escenario mundial. Su vocación universalista les debe llevar a incidir en la problemas de la gobernanza global, desde la lucha contra el hambre y la pobreza, pasando por el apoyo al multilateralismo y la solución pacífica de los conflictos, hasta llegar a la defensa de la democracia y los derechos humanos. La voz y el hacer de la Comunidad Iberoamericana tiene que dejarse sentir en el escenario global. La Comunidad Iberoamericana es un actor internacional, forjado desde los orígenes en la tolerancia frente a la diversidad cultural, étnica y religiosa, cuyos valores están más vigentes que nunca en el mundo heterogéneo, conflictivo y global que nos ha tocado vivir. 8.13. Una Comunidad con vocación de futuro. Hoy, la Comunidad Iberoemericana constituye una sólida y densa red de vínculos e intereses comunes en todos los ámbitos y niveles, gubernamentales y no gubernamentales. No es un espacio estático y acabado, sino que es un espacio abierto, que tiene una creciente vitalidad. Es un espacio que continúa afirmándose día a día en 22 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua sus respuestas a los grandes desafíos que enfrentan nuestros países, en materia de democracia, derechos humanos y gobernabilidad, desarrollo y lucha contra la pobreza y la desigualdad, incremento de la cooperación cultural, educativa y científico-técnica, y que ofrece nuevas oportunidades a medida que avanza en su acción. Es una Comunidad con una clara vocación de futuro. En el horizonte más próximo se dibuja la celebración de los Bicentenarios de la Independencia, que deben servir como acicate para continuar reforzando los vínculos e interdependencias y la concertación y cooperación y para proyectar la Comunidad en el mundo. Es la apuesta de futuro que tienen las Cumbres y la Comunidad Iberoamericana. 23 LABORATORIO IBEROAMERICANO DOCUMENTOS DE TRABAJO D.T. 2009/1: La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Celestino del Arenal Moyua BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA Arenal, Celestino del y Nájera, Alfonso (1992): La Comunidad Iberoamericana de Naciones. Pasado, presente y futuro de la política iberoamericana de España, Madrid, ICI/CEDEAL. Arenal, Celestino del (coord.) (2005): Las Cumbres Iberoamericanas (1991-2005). Logros y desafíos, Madrid, Fundación Carolina/Siglo XXI. Arenal, Celestino del (2006): El acervo iberoamericano. Valores, principios y objetivos de la Comunidad Iberoamericana, Madrid. Secretaria General Iberoamericana. Arenal, Celestino del (coord..) (2009): España y América Latina 200 años después de la Independencia. Valoración y perspectivas, Madrid, Real Instituto Elcano/Marcial Pons. 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