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Paulo Freire: pedagogo del Tercer Mundo

Paulo Freire Pedagogo del Tercer Mundo

Ferreirós, F. J. (2020). Paulo Freire: Pedagogo del Tercer Mundo. Intersticios De La política Y La Cultura. Intervenciones Latinoamericanas, 9(18). Recuperado a partir de https://revistas.unc.edu.ar/index.php/intersticios/article/view/30541 En el presente artículo nos proponemos indagar acerca de la relación entre la obra y la praxis de Paulo Freire y el Tercer Mundo como concepto, como imaginario y como proyecto. Para esto procuraremos analizar el contexto intelectual y militante de la época en que Freire publica sus textos más representativos, a fin de dar cuenta del modo en el que la idea de Tercer Mundo fue tomando centralidad en su propuesta, así como el papel que el mismo Freire como pedagogo comprometido con su tiempo jugó en el despliegue de dicha idea.

Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo Paulo Freire: pedagogo do terceiro mundo Facundo Ferreirós [email protected] Enviado para su publicación: 15/10/2020 Aceptado para su publicación: 12/12/2020 Introducción En el presente artículo nos proponemos indagar acerca de la relación entre la obra y la praxis de Paulo Freire y el Tercer Mundo como concepto, como imaginario y como proyecto. Para esto procuraremos analizar el contexto intelectual y militante de la época en que Freire publica sus textos más representativos, a fin de dar cuenta del modo en el que la idea de Tercer Mundo fue tomando centralidad en su propuesta, así como el papel que el mismo Freire como pedagogo comprometido con su tiempo jugó en el despliegue de dicha idea. Para Freire el Tercer Mundo no se restringe a una categoría analítica sino a una condición socio-histórica: el Tercer Mundo es el mundo dominado, pero también el mundo que lucha por su liberación. En general, las biografías intelectuales sobre el pedagogo pernambucano han mencionado al concepto de Tercer Mundo para  Lic y Prof en Ciencias de la Educación (UBA). Docente en las carreras de Ciencias de la Educación y Profesorado Universitario en Educación Física (UNLu). Participante y co-director en proyectos de extensión con organizaciones sociales. http://revistas.unc.edu.ar/index.php/intersticios/index Universidad Nacional de Córdoba – Argentina F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 referirse exclusivamente a un conjunto de países con determinadas características (es decir, como categoría analítica). Intentaremos demostrar que para el pedagogo brasileño, el Tercer Mundo constituyó un proyecto liberador con el cual se identificó. Simultáneamente al despliegue del concepto de Tercer Mundo en América Latina, se constituyeron grupos que encuadramos dentro de las denominadas “Nuevas Izquierdas Latinoamericanas” y que contribuyeron a abonar el imaginario tercermundista en el continente, así como éste constituyó un escenario de despliegue de nuevas experiencias revolucionarias más o menos alternativas al bloque socialista. Estas “Nuevas Izquierdas” fueron el terreno fértil donde maduró la obra y la praxis freireana. Creemos que esta tarea permitirá arrojar nuevas miradas respecto de las críticas por izquierda que lo ubican como “desarrollista primermundista”, o como “pedagogo marxista” respecto de las críticas por derecha, y comprender la complejidad del contexto donde ha ido madurando su obra. Consideraremos, a su vez, que una lectura biográfica e intelectual de Paulo Freire como “hombre del Tercer Mundo” y no sólo como “pedagogo latinoamericano” podría abonar significativamente a los esfuerzos por vincularlo con los estudios poscoloniales y decoloniales de las últimas décadas. El Tercer Mundo: concepto, imaginario y proyecto El Tercer Mundo es un concepto polisémico. Desde su formulación, en 1952, la idea de “Tercer Mundo” nutrió bibliografía, justificó intervenciones imperialistas mediante agencias de diversa índole, fue la bandera de un conjunto de líderes políticos “no alineados” en el contexto de la Guerra Fría. Alrededor del Tercer Mundo se convocaron convenciones y se desarrollaron estrategias diplomáticas en organismos internacionales. El Tercer Mundo fue un concepto que operó fuertemente en el imaginario revolucionario para los pueblos del sur del mundo. El 54 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. concepto de Tercer Mundo fue una categoría analítica que pretendía objetivar determinadas variables aplicables a ciertos países del sur del mundo (considerados subdesarrollados, atrasados, etc.). Describió una situación de pobreza y desigualdad social. Expresó la injusticia de un mundo colonizado que demostraba cotidianamente la brutalidad de la “misión civilizatoria” del norte. Pero también el Tercer Mundo fue un concepto que operó fuertemente como imaginario revolucionario para los pueblos del sur del mundo, como un significante que materializaba los imaginarios de un presente de lucha y un futuro de dignidad. Los estudios sobre el Tercer Mundo constituyen una novedad en el campo de la Historia Intelectual. Christoph Kalter (2016, p. 9-10) menciona que aún faltan estudios en el campo de las humanidades que investiguen sobre una detallada historia política y cultural de la idea del Tercer Mundo. Para el autor, la incipiente literatura sobre el tema es insatisfactoria desde la perspectiva del conocimiento disciplinar histórico, a la vez que brilla por su ausencia en otros campos, entre ellos, en el campo de la Pedagogía, que es el que nos concierne. En el recorrido que sigue, intentaremos brevemente desarrollar algunos aspectos que caracterizan la idea de Tercer Mundo como concepto, como imaginario y como proyecto. Mencionaremos brevemente los hilos que la precedieron y que se anudaron con la invención del concepto. Mencionaremos el modo en el que rápidamente se instaló en América Latina, fundamentalmente en los sectores más radicalizados. El concepto de Tercer Mundo fue expresado por primera vez en 1952 en la revista L’observateur de Francia por el demógrafo Alfred Sauvy. Se refería al primer mundo como la porción capitalista del mundo y al segundo mundo como el bloque socialista soviético: Hablamos voluntariamente de los dos mundos en presencia, de su posible guerra, de su convivencia, etc. olvidando con demasiada frecuencia que hay un 55 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 tercero, el más importante y, el primero en la cronología. Es el conjunto de los llamados países subdesarrollados al estilo de las Naciones Unidas (Sauvy, 1952, p. 81, la traducción es nuestra). Haciendo una analogía con el Tercer Estado francés, el autor dirá: “este Tercer Mundo ignorado, explotado, despreciado como el Tercer Estado, quiere, también él, llegar a ser algo” (Sauvy,1952, p. 83, la traducción es nuestra). En el texto pionero en los estudios históricos acerca del Tercer Mundo “The darker nations: a people’s history of the third world”, Vijay Prashad (2007) expresa: El Tercer Mundo no fue un lugar. Fue un proyecto. Durante las interminables batallas contra el colonialismo, los pueblos de África, Asia y América Latina soñaron con un nuevo mundo. Anhelaban dignidad por sobre todo, pero también las necesidades básicas de la vida (tierra, paz y libertad. (p. xv, la traducción es nuestra). Generalmente, cuando abordamos el período de la segunda posguerra, solemos restringirnos a la Guerra Fría. Dirá Prashad: Pero el Primer y Segundo Mundo solo da cuenta de un tercio de La población mundial ¿Qué hay de los dos tercios que se mantuvieron por fuera del círculo Este-Oeste? ¿Qué hay de esos dos mil millones? (p. 8, la traducción es nuestra). Acordamos con Dirlik (2004) quien sostiene que La idea puede haber sido una invención, pero la invención apuntaba a ciertas realidades que dotaron al concepto de sustancia. Necesitamos preguntar por qué. Las críticas a la idea de los tres mundos (…) se centran casi exclusivamente en la invención del Tercer Mundo, o en el tercermundismo como un elemento emergente dentro de las semánticas de la Guerra Fría. Prestan menos atención a la historia que está implícita en el término. Una historia que precede a la invención del concepto, y que se convirtió en parte integral de su mensaje y despliegue tan pronto como fue inventado (Dirlik, 2004, p. 135). No nos detendremos en otro de los usos comunes que disputaron los sentidos del concepto de Tercer Mundo asociado a la teoría de la modernización, como modo de aggiornar la vieja tesis de la “misión civilizatoria” de las potencias occidentales 56 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. (Bergel, 2019, p. 112). Como tan cabalmente desarrolla Arturo Escobar en su libro “La invención del Tercer Mundo” (1998) y en su artículo “Power and visibility: development and the Invention and Managemente of the Third World” (1988), el concepto de Tercer Mundo se utilizó también como vía de legitimación de las intervenciones prácticas en países de América Latina, Asia y África de una nueva oleada de agencias y técnicos del “desarrollo” emparentados a instituciones del Primer Mundo. Nos interesa abordar el concepto de Tercer Mundo desde los imaginarios y las sensibilidades revolucionarias que, en las décadas del 60 y 70, movilizó a millones de militantes, a líderes políticos, intelectuales, artistas, etc. En un artículo sobre la trayectoria del concepto de Tercer Mundo, Martín Bergel (2019, p. 110) desarrolla la carga de pasado que conlleva la idea de Tercer Mundo 1, dando cuenta de los procesos que hicieron posible su emergencia y, en términos de Kosellek (citado en Bergel, 2019, p. 114), su consolidación como “Horizonte de Expectativa” de múltiples y variadas experiencias sociales, políticas y culturales emancipadoras. Este concepto no se puede comprender por fuera del horizonte de la Revolución Rusa de 1917, los movimientos de liberación nacional, los procesos de descolonización y de autodeterminación de los pueblos (Bergel, 2019, p. 110). En América Latina, el concepto fue acuñado velozmente por las vertientes nacionaldesarrollistas, por un lado, y marxistas revolucionarias, por el otro (Bergel, 2019, p. 1 Bergel dirá que el Tercer Mundo fue un concepto cargado de expectativas de futuro como de sedimentos del pasado. Así, la guerra ruso-japonesa (en la cual, por primera vez, una potencia occidental era derrotada), el panafricanismo y el panasianismo, las conferencias de Bruselas y Bandung, etc. En América Latina podemos situar el antiimperialismo de los años ’20, el tercerismo como movimiento intelectual en Uruguay durante la década del ’40, FORJA, la Tercera Posición desarrollada por el peronismo, etc. fueron de alguna manera la antesala que luego se condensan bajo el concepto de Tercer Mundo. Si bien estos desarrollos exceden las intenciones del presente texto, es interesante atender a los discursos “proto-tercermundistas” como configuraciones que luego se articularon bajo el concepto de Tercer Mundo. 57 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 113). En pocos años, la idea de Tercer Mundo se expandió como reguero de pólvora a lo largo y a lo ancho de América Latina. La literatura proveniente de las Ciencias Sociales y de las Humanidades acuñó el concepto, las revistas “militantes” como Cristianismo y Revolución, Cristianismo y Sociedad, Víspera, Marcha, etc. incorporan la temática del Tercer Mundo incluyendo noticias sobre procesos de descolonización en África y Asia, semblanzas de líderes tercermundistas como Nheru, Nasser, Mao, etc. instalando el tema en la opinión pública en general y de militantes sociales y políticos en particular. Surgieron revistas nuevas como “Tercer Mundo” y “Antropología del Tercer Mundo”. Escritores como Carlos Fuentes y Julio Cortázar asumen públicamente el compromiso con el Tercer Mundo. Las iglesias latinoamericanas rápidamente comienzan a utilizar el concepto en sus documentos y a través de sus órganos de difusión (surge a su vez el Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo). Nace el Movimiento Tercer Cine. El imaginario militante de las “nuevas izquierdas” se nutría de escenas como las de la película La batalla de Argel y, el libro Los condenados de la Tierra de Frantz Fanon, se sujetaba debajo del brazo de cientos de militantes revolucionarios latinoamericanos en las décadas del ’60 y ’70. Buena parte de los gobiernos latinoamericanos asumen posiciones neutrales frente a la “Guerra Fría”. El gobierno de Goulard en Brasil y el de Frei en Chile fueron experiencias que nutrieron el imaginario político revolucionario, aún anclados en posiciones “populistas” y “nacionalistas”. El caso más emblemático fue el de Cuba, que asumió una posición estratégica frente al Movimiento de Países no Alineados (Alburquerque, 2017). Hoy en día el concepto de Tercer Mundo está claramente en desuso, tanto en las Ciencias Sociales como en la opinión pública general, al menos en los términos que venimos abonando aquí. Bergel (2019, p. 123) considera que la principal razón de su ocaso fue la afirmación de los particularismos que los constituían por sobre su potencial emancipatorio universal. De todos modos, estas mismas razones, dirá Dirlik 58 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. (2004, p. 131-132), demuestran la relativa autonomía que el concepto tenía respecto de la bipolaridad de la Guerra Fría. A continuación desarrollo las vertientes que a mi parecer dan cuenta del clima de época en que Paulo Freire madura y escribe sus libros más representativos (fundamentalmente “La educación como práctica de la Libertad” y “Pedagogía del Oprimido”) y radicaliza su posición política e intelectual. Entiendo que estas vertientes confluyen en la asunción, por parte del pedagogo brasileño, del carácter revolucionario del Tercer Mundo. Me refiero a la influencia del nacionalismo desarrollista y del surgimiento de la nueva izquierda latinoamericana. El surgimiento de la idea de Tercer Mundo en Freire El nacionalismo desarrollista Germán Alburquerque (2013, p. 217) encuentra al “liberacionismo” en América Latina, como corriente que anticipa lo que luego devendría en el tercermundismo. Específicamente en Brasil, será el nacionalismo desarrollista del ISEB (Instituto Superior de Estudios Brasileños), así como los institutos de estudios afroasiáticos y los textos de Josue de Castro, los mojones que anteceden y dan lugar al uso del concepto de Tercer Mundo (Alburquerque, 2011). En el caso de Freire, sus abundantes citas en sus primeros libros a Alvaro Vieira Pinto, Josue de Castro y Candido Mendes, entre otros, dan cuenta de una adscripción a los postulados del ISEB. De hecho, los unía una amistad que continuaría en el exilio en Chile (Freire y Guimaraes, 2001). La marcada influencia del nacionalismo desarrollista en Freire o, como algunos autores lo denominan “desarrollismo populista” (Fernández Mouján, 2016, p. 19), fue blanco de críticas por tratarse de una propuesta presa de un optimismo que “resucita la esperanza de una solución pedagógica de validez universal” (Paiva 1982. Citada en Fernández Mouján 2016, p. 59 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 21). En la misma línea, otras críticas asocian a Freire a las teorías desarrollistas elaboradas por las agencias del Norte y, como tal, se lo ubica como “embajador” de la “misión civilizadora” de Occidente 2. Algunos conceptos como subdesarrollo, sociedad en transición, sociedad cerrada y sociedad abierta, democracia, empleados sobre todo en sus primeros textos (Educación y Actualidad Brasileña (2001) y Educación como práctica de la libertad, 1967), dan cuenta del vínculo profundo que Freire tenía en esos años con el ISEB (Instituto Superior de Estudios Brasileros) creado por decreto en 1955 por el Gobierno de Café Filho3. El objetivo de este instituto por encargo del mismo presidente era justamente “estudiar la nación para luego proponer un plan de acción que condujera al tan deseado desarrollo, verdadera obsesión del organismo” (Alburquerque, 2011, p. 179). Lo que las críticas no han podido observar es, por un lado, el principal legado que se le puede atribuir al ISEB, que fue el haber desarrollado lecturas, teorías y planes de acción propias, es decir, no tomados prestados de Europa y Estados Unidos (Albuquerque, 2011, p. 179; Rodríguez, 2015, p. 44). Por otro lado, el ISEB fue un espacio de gestación de ideas que forjaron un campo intelectual propicio para concepciones del desarrollo ligados a una revolución democrática que pudiera transformar (desde la conducción del Estado) las estructuras económicas y sociales, liberando al país de las “garras del imperialismo” (Albuquerque, 2011, p. 180). El tema del desarrollo para el ISEB (y esto se puede ver en Freire también), implicaba la primacía de una visión de democracia como participación política y justicia social y racial. Estas cuestiones llevan a Germán Alburquerque a expresar que el ISEB, junto a otras instituciones más y menos radicalizadas, hizo parte del “campo cultural donde la semilla del Tercer Mundo y el 2 Me refiero a las críticas por la financiación de su proyecto de alfabetización por parte de la Alianza para el Progreso. 3 Ciertamente uno puede rastrear citas de autores pertenecientes al ISEB como Vieira Pinto y Cándido Mendes en los textos de Freire antes mencionados, así como también en Pedagogía del Oprimido. 60 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. tercermundismo fue arrojada. Y fue aquí donde, a pesar de algunos vientos en contra logró germinar”4 (2011, p. 180). Volviendo a Freire, podemos observar cómo estas ideas influenciadas por los pensadores del ISEB van desapareciendo de sus textos con el correr de los años, para dar lugar a otras lecturas influyentes, como las de Fanon, Memmi, Fromm, Sartre, Marcuse, Mao, Guevara, Castro, Amilcar Cabral, Gramsci, etc. Y este viraje lo lleva a Freire a afirmar, en la carta de aceptación a la invitación del Consejo Mundial de Iglesias, en 1971: “Ustedes deben saber que tomé una decisión. Mi problema es el problema de los desharrapados de la Tierra. Ustedes deben saber que opté por la revolución” (Freire en Gadotti y Torres, 2001, p. 141). La radicalización de la praxis freireana La Nueva Izquierda latinoamericana Concomitantemente con el surgimiento y consolidación del concepto de Tercer Mundo en los imaginarios políticos y en la opinión pública, surge la llamada “Nueva Izquierda”. Este proceso se dio no sólo en América Latina sino también en África, 4 Como dato de color que ilustra las relaciones entre el ISEB y los países No Alineados, encontramos que Freire relata que Vieira Pinto, exiliado en Chile junto al pedagogo, lee el manuscrito de Educación como Práctica de la Libertad, luego de su viaje por Yugoslavia. (Freire, 2001, p. 90). Es sabida la influencia que ejerció la experiencia yugoslava en los movimientos revolucionarios en América Latina. Su principal atracción estaba basada en su calidad de país no alineado, en particular por poner en marcha un socialismo alternativo al del bloque soviético. Un año antes del golpe en Brasil, Tito hizo una gira por algunos países de América Latina con el objetivo de atraer a la región al Movimiento de Países no Alineados. Agustín Cosovschi (2020). “En 1964, cuando estaba exiliado en Yugoslavia, estudió serbocroata (...) en octubre del mismo año, partió hacia Yugoslavia donde se instaló en Split y Dubrovnik (Ragusa), en el mar Adriático. En Yugoslavia, Álvaro estudió serbocroata y pronto incorporó el nuevo idioma a sus conocimientos lingüísticos, lo que facilitó a los periódicos el acceso a noticias sobre Brasil. A pesar de estudiar el idioma, estaba totalmente inactivo y en 1965, por sugerencia de Paulo Freire, se fue con su esposa a Chile.”. (Mainarde, 2015, p. 21-22, la traducción es nuestra). 61 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 Asia y Europa, debido fundamentalmente al alejamiento de amplios sectores radicalizados de la órbita estalinista. En relación con la conformación de la “Nueva Izquierda” en América Latina, coincidimos con la caracterización de Tortti (2002): la NI [Nueva Izquierda] estuvo constituida por un conglomerado de fuerzas sociales y políticas que se manifestaba tanto en los estallidos sociales espontáneos como en la revuelta cultural, la militancia política, el accionar guerrillero, el sindicalismo combativo y clasista así como en agrupaciones estudiantiles, ligas agrarias o comisiones barriales. Por eso pensamos que para contribuir a explicar el fenómeno de la NI, es necesario orientar la atención hacia diversos espacios y grupos en los cuales, al menos desde los ‘60, la sociedad había comenzado a bullir y a generar «puntos de ruptura» respecto del orden social y político y de las formas tradicionales de ejercicio de la autoridad y la representación (p. 144). Christoph Kalter (2016) menciona que el surgimiento de la Nueva Izquierda en Francia se dio más o menos contemporáneamente con el surgimiento del concepto de Tercer Mundo. Una izquierda que se situaba por fuera de la socialdemocracia y el comunismo y cuya característica principal fue el anticolonialismo. Es más, el autor intenta explicar a lo largo del texto el modo en el que la idea de Tercer Mundo permitió a los militantes e intelectuales de esta Nueva Izquierda mantenerse alejados de la “vieja izquierda” y definir su propio proyecto político (Kalter, 2016, p. 2). Si bien Christoph Kalter analiza el caso de Francia nos aporta un análisis en relación con la conformación de la Nueva Izquierda y su vínculo con el advenimiento del Tercer Mundo. En América Latina, los movimientos de liberación nacional de países como Argelia, la Revolución Cubana, así como el socialismo “independiente” de Yugoslavia, entre otras experiencias, alimentaron la esperanza de poder replicar, con estrategias propias, la revolución en los propios territorios. Así, en las Nuevas Izquierdas Latinoamericanas confluyeron amplios sectores obrero-sindicales, intelectuales, militantes cristianos de izquierda, de extracción nacional-popular y de la izquierda revolucionaria. Se fueron extendiendo cientos de organizaciones 62 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. políticas y sociales, algunas de ellas incluso como fuerzas beligerantes. Algunas integraron más o menos orgánicamente frentes que les permitieron ganar elecciones en diferentes niveles de sus respectivos Estados. Tal como expresa Kalter en el texto anteriormente citado respecto de la Nueva Izquierda francesa, la conformación de las nuevas izquierdas latinoamericanas operó como facilitador de la introducción de la idea de Tercer Mundo en América Latina a la vez que el tercermundismo aportó a la conformación de nuevos grupos de izquierda más o menos independientes del bloque soviético. Nuevamente, Cuba es clave en esta construcción de sentidos, prácticas e imaginarios en torno a la revolución socialista y el tercermundismo en América Latina (Alburquerque, 2017). Freire y la Nueva Izquierda Latinoamericana En este apartado, interesa desarrollar la influencia que ha tenido para Freire el surgimiento de las denominadas “nuevas izquierdas latinoamericanas”. En el caso de Brasil, por ejemplo, se formaron movimientos como el Movimiento de Cultura Popular (del cual Paulo Freire será uno de sus fundadores) y el Movimiento de Educación de Base, donde confluyen militantes de diferentes orígenes y tendencias políticas y que expresarán claramente los debates y las expectativas de estos grupos (De Souza, 2014; Rodríguez, 2015). Si bien, en Brasil se gestaban movimientos en proceso de radicalización creciente con los que Freire mantenía una relación (que fueron interrumpidos con el golpe del ’64), fue en su exilio en Chile donde Freire pudo madurar y radicalizar su pensamiento. Fue allí donde, tomando su experiencia en Brasil, tanto en el SESI5 como en el Movimiento de Cultura Popular en Brasil, y su trabajo en el INDAP6, el CORA7 y el ICIRA8 ya en Chile, elaboró sus textos más 5 6 7 8 Servicio Social de Industria. Instituto de Desarrollo Agropecuario. Corporación de la Reforma Agraria. Instituto de Capacitación e Investigación de la Reforma Agraria. 63 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 representativos, entre ellos La educación como práctica de la libertad (1967) y Pedagogía del oprimido (1970). Santiago se convirtió casi en una especie de ‘ciudad-dormitorio’ para intelectuales políticos de las opciones más variadas. En ese sentido es posible que Santiago en sí mismo haya sido en aquella época quizás el mejor centro de ‘enseñanza’ y de conocimiento de América latina. (Freire, 2002b, p. 42). Inés Fernández Mouján (2016) dirá que: El exilio lo obliga a descentrarse de lo estrictamente nacional-desarrollista; esto significará para él un gran desafío. Su experiencia de desarraigo, de dolor y tristeza, pero de sensibilidad hacia los otros, lo acerca a las discusiones de los grupos más revolucionarios e intelectuales. (…) En esos años, el contexto latinoamericano se encuentra convulsionado por hechos históricos interrelacionados; entre los más importantes, figuran el triunfo y la consolidación de la revolución cubana y el surgimiento de movimientos populares revolucionarios. (p. 24-25). Y más adelante afirmará: En resumen, su pensamiento refleja el nuevo horizonte intelectual en América Latina, una atmósfera que tiene algunas características clave, la repercusión de Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon; la teoría de los aparatos ideológicos de Estado, de Louis Althusser; los escritos de Antonio Gramsci; las lecturas de Retratos del colonizado, de Albert Memmi; la dialéctica de Hegel y su correlato en Marx, Lenin, Lukács, Engels y Mao Tse-tung; la crítica a la idea de libertad de Erich Fromm y de Jean Paul Sartre, más las fuertes figuras políticas de Ernesto “Che” Guevara, Fidel Castro, John William Cooke, Amilcar Cabral y Ahmed Ben Bella, entre otros, son los reflejos de una praxis que asume la urgencia política (Fernández Mouján, 2016, p. 25). Para la autora, los escritos de Freire de la época, en particular Pedagogía del Oprimido, reflejan las marcas de estos debates, los que implican un: giro radical en la concepción pedagógica: la educación ya no será la vía posible para el desarrollo sino para la liberación, para la transformación efectiva de las condiciones sociales y políticas; esto incluye la revolución y la subversión del orden impuesto (Fernández Mouján, 2016, p. 25). 64 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. Freire narra su experiencia en Chile en diversas oportunidades, en especial en sus libros Pedagogía de la Esperanza (1993) y Aprendendo com a própria história (1987), y da cuenta no sólo de su propio proceso de radicalización9, sino también de los intensos debates hacia el interior de las izquierdas que redundarán luego en sus posiciones acerca del verbalismo, el dogmatismo, el mecanicismo, el objetivismo, y por el otro lado, el basismo, el activismo y el subjetivismo, y del necesario abordaje dialéctico de estas contradicciones. A su vez, estas reflexiones se plasmarán en su propuesta de una pedagogía dialógica y problematizadora, en una teoría de la acción revolucionaria, así como de sus advertencias a la militancia y los liderazgos revolucionarios, fundamentalmente en el último capítulo de Pedagogía del Oprimido. Chile, con el ascenso de la Democracia Cristiana, vivía un momento de efervescencia política que reunía a militantes e intelectuales de América Latina y el mundo (Rodríguez, 2015, p. 99 y ss.). Freire reconstruye en diferentes oportunidades este contexto que hizo posible la maduración de su propuesta: Santiago nos ofrecía, para no hablar más que del grupo de brasileños que vivían allí, ya fuera legalmente exiliados o simplemente de hecho, una oportunidad de incontestable riqueza. La democracia cristiana, que se definía a sí misma como “revolución en libertad”, atraía a un sinnúmero de intelectuales, de líderes estudiantiles y sindicales, de dirigencias políticas de izquierda de toda América Latina (Freire, 2002b, p. 41). Si bien el pernambucano sostendría luego críticas respecto del “populismo” y de la convivencia entre la derecha y sectores más radicalizados dentro de la Democracia Cristiana y el gobierno de Frei, esto no lo llevó a negar las transformaciones que vivía la sociedad chilena. En la medida en que los niveles de lucha o los conflictos de clase crecían y se profundizaban, también se profundizaba la ruptura entre las fuerzas de derecha y las diferentes tendencias de izquierda en el seno de la democracia cristiana y Este proceso es patente en los cambios en sus planteos entre “La educación como práctica de la libertad” (que él mismo considera un texto ingenuo) y “Pedagogía del Oprimido” (Fernández Mouján, 2016, p. 24 y ss.). 9 65 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 de la sociedad civil. Se crearon así militantes que, en contacto directo con las bases populares o procurando entenderlas a través de la lectura de los clásicos marxistas, empezaron a poner en tela de juicio el reformismo que terminó por ser hegemónico en los planes estratégicos de la política de la democracia cristiana (Freire, 2002b, p. 34). Dentro del gobierno de la Democracia Cristiana, Paulo Freire trabajó en el ICIRA, bajo el paraguas de Jaques Chonchol, que representaba el ala izquierdista del frente. Al mismo tiempo coexistían en este espacio sectores reaccionarios que no tardaron en manifestar su disconformidad con la presencia de Freire y en acusarlo de entrometerse en los asuntos de Chile. Esta presión ejercida por los sectores más reaccionarios del gobierno terminó por definir la partida del pedagogo de tierras chilenas. Dirá Freire que no fue él quien influyó en la radicalización de estos grupos sino justamente al revés: Empecé a trabajar predominantemente con una juventud de la democracia cristiana, que desde un principio aceptó una perspectiva no populista, ni puramente reformista, que exponía en mi trabajo. Es interesante notar que, luego de un año y medio o dos de gobierno de la democracia cristiana, en el proceso histórico chileno se produjo una creciente radicalización de los grupos jóvenes en la democracia cristiana. (Freire y Guimaraes, 2001, p. 85). (La traducción es nuestra). Freire vivió los intensos debates y asistió a los procesos de ruptura dentro de la Democracia Cristiana así como los desprendimientos de los partidos de izquierda tradicionales, y a la formación de nuevos movimientos como el MIR 10, el MAPU y la Izquierda Cristiana (Freire, 2002b, p. 34 y ss). En síntesis, tanto el nacionalismo desarrollista como la emergencia de una Nueva Izquierda Latinoamericana operaron como contexto socio-histórico e intelectual y militante, en Brasil primero y luego en Chile donde, en palabras del pedagogo, pudo 10 Freire nunca escondió su simpatía por el MIR. Si bien, durante su estadía no podía ejercer ningún tipo de opinión que fuera tomada como injerencia en la política del país que lo asilaba, luego en Pedagogía de la Esperanza y en Aprendiendo com a Própria Historia, relata varios episodios donde da cuenta de sus acercamientos y permanente diálogo con militantes y dirigentes del MIR. 66 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. radicalizar sus ideas a la vez que rompió con el “localismo” propio de la intelectualidad nacional-desarrollista de Brasil (Freire y Guimaraes, 2001, p. 84 y ss; Freire y Guimaraes, 2011, p. 43). Este contexto, a su vez, lo fue introduciendo paulatinamente en los temas propios del “Tercer Mundo”. Freire, “hombre del Tercer Mundo” Como mencionamos más arriba, las tendencias “liberacionistas” fueron un antecedente, un suelo fértil sobre el que germinó la idea de “Tercer Mundo”. Germán Alburquerque (2013) dirá: “en América Latina, un antecedente del tercermundismo en su dimensión epistémica lo constituye el liberacionismo, primero desenvuelto en pedagogía, teología y filosofía” (p. 217). En este sentido, podemos decir que la pedagogía de la liberación de Freire habría contribuido a cimentar lo que luego sería el tercermundismo. En Pedagogía de la Esperanza (2002b), Freire comenta respecto de la publicación de Pedagogía del Oprimido: en septiembre de 1970, cuando aparece la Pedagogía del Oprimido en Nueva York, inmediatamente comienza a ser traducida a varias lenguas (…) El libro apareció en una fase histórica de intensa inquietud (…) la lucha contra la discriminación sexual, racial, cultural, de clase (…) los golpes de estado, con su nueva cara en América Latina (…) las guerrillas de América Latina, las comunidades de base, los movimientos de liberación de África, la independencia de las ex colonias portuguesas, la lucha en Namibia, Amílcar Cabral, Julius Nyerere, su liderazgo en África y su repercusión fuera de ella. La China de Mao. La Revolución Cultural. La extensión viva del significado de mayo de 1968. Las luchas político-sindicales y pedagógico- sindicales (…) Guevara asesinado en la década anterior y su presencia como símbolo (…) la guerra de Vietnam (p. 115116). La pedagogía de la liberación operó como antecedente del tercermundismo a la vez que el tercermundismo aportó al desarrollo de la pedagogía de la liberación. La incorporación del concepto “Tercer Mundo” al discurso freireano se va dando de a 67 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 poco11. En Pedagogía del Oprimido (Freire, 2002a) lo encontramos por primera vez en una cita al pie (2002a, p. 183), y en dos oportunidades en el cuerpo del texto (2002a, p. 122, 238). Sin embargo, la obra está dedicada a los desharrapados “del mundo”. Esta expresión, deja a las claras su compromiso político con las y los oprimidos no sólo de Brasil o de América Latina, sino del mundo (además de ser una clara referencia a Los condenados de la Tierra de Frantz Fanon, cuya lectura abonó el imaginario tercermundista así como la praxis de miles de militantes del Tercer Mundo). Oprimidos que se ubican claramente en el sur del hemisferio, aunque también en el “Tercer Mundo en el Primer Mundo”12. En los artículos escritos en la primera mitad de la década del ’70 reunidos en su libro La naturaleza política de la educación (Freire, 1994), Freire toma el concepto de Tercer Mundo en diversas oportunidades y lo emplea de diversas formas para referirse a la designación de la porción del mundo “no alineada” a los países que conforman la polaridad de la Guerra Fría, para referirse a las campañas de alfabetización, a los especialistas y técnicos comprometidos, a la situación de opresión y pobreza extrema (el “drama” del Tercer Mundo), a los movimientos “proféticos”, a la Reforma Agraria, y a la relación entre el Tercer Mundo y el primero. Pero es en un artículo poco conocido, denominado “Tercer Mundo y Teología: carta a un joven teólogo”13, publicado en la revista Perspectivas de Diálogo (1970), 11 Es interesante la aseveración que hace Alburquerque acerca de la incorporación del concepto en los círculos intelectuales de Brasil pese a su vocación tercermundista. El autor se pregunta si al principio lo desconocían o si preferían ignorarlo en tanto neologismo vacío o peyorativo para dar cuenta luego de su paulatina incorporación hasta convertirse en un concepto central en las ciencias sociales, así como en otros sectores como la Iglesia Católica brasileña, el cine, etc. (Alburquerque, 2011). 12 Luego de su paso por Chile, Freire vivirá unos meses en Estados Unidos donde entablará vínculos con los grupos afroamericanos y puertorriqueños y desarrollará esta idea de la existencia de un “Tercer Mundo” en el “Primer Mundo”. (Freire y Guimaraes, 2001, p. 103 y ss; Freire, 2002b, p. 51). 13 Carta a un joven teólogo, Perspectivas de diálogo, V (1970) 301-303 Tercer Mundo y Teología, ibid, 304-305 Se trata de dos artículos separados que han sido fundidos en uno para su publicación. 68 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. que Freire utiliza el concepto de Tercer Mundo de modo central, incluso en el título. Y no sólo esto, sino que, de alguna manera, lo define: únicamente el Tercer Mundo -en sentido no geográfico sino de mundo dominado, sin voz- es capaz de escuchar la Palabra de Dios. Para que el Primer Mundo pueda escucharla tiene que hacer primero su experiencia de Pascua. O sea, morir como Primer Mundo para nacer de nuevo como Tercer Mundo. Por eso también sólo del Tercer Mundo puede surgir una teología Utópica, una teología de denuncia y anuncio que implica profecía y esperanza (p. 301). Para Freire entonces el Tercer Mundo no se restringe a un topos, sino a una condición socio-histórica: el Tercer Mundo es el mundo dominado, sin voz. Es muy interesante en esta cita observar el modo en el que, casi parafraseándose a sí mismo, habla de la necesidad del opresor de morir para nacer como Tercer Mundo. Esta idea tiene su correlato en Pedagogía del Oprimido, en el cual dice: “en el proceso revolucionario sólo existe un camino para la autentificación del liderazgo que emerge: ‘morir’ para renacer a través de los oprimidos” (Freire, 2002a: 168). Es decir que para Freire, el Primer Mundo es, geopolíticamente, el opresor, mientras que los pueblos que constituyen el Tercer Mundo son los pueblos oprimidos. Y continúa la carta: Por eso, para pensar -y hay quienes piensan- fuera de este esquema, es necesario hacerse hombre del Tercer Mundo. Pero ser hombre del Tercer Mundo significa renunciar a las estructuras del poder. Es estar con los oprimidos, con los "condenados de la tierra", en una postura de auténtico amor que no es la conciliación imposible entre quien oprime, aplasta y mata y quien es oprimido, aplastado, explotado y amenazado de muerte (p. 302). No hay lugar para la conciliación. La única salida es revolucionaria: Yo estoy convencido de la enorme tarea que hemos de realizar los cristianos en este dominio, siempre que seamos capaces de superar los mitos idealistas y participar en la transformación revolucionaria en vez de seguir negando la contribución realmente importante de Marx. Ni Marx es responsable de la esclavización del hombre, ni Cristo de nuestra cobardía (p. 303). 69 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 Este “opresor” que es el Primer Mundo, es además la referencia directa a una clase social: la burguesía. Sigamos leyendo: Tengo la impresión de que por eso el Tercer Mundo puede convertirse en una fuente inspiradora del resurgir teológico. Es que las Metrópolis dominadoras están impedidas de ser utópicas por su naturaleza de sociedades para las cuales el futuro es la manutención de su presente: de Metrópolis. Una teología al servicio de la burguesía no puede ser utópica, profética y esperanzada sino una teología que crea un hombre pasivo y adaptado, que espera una vida mejor en el "cielo", que dicotomiza el mundo (p. 303). En definitiva, los “condenados de la tierra” son justamente las clases sociales oprimidas del Tercer Mundo. Y el opresor, la burguesía y el Primer Mundo. El siguiente mojón en nuestra reconstrucción de la idea de Tercer Mundo en la biografía intelectual de Freire es ya, luego de su breve paso por Estados Unidos, en Ginebra, donde integra el sector de educación del Consejo Mundial de Iglesias, que es una organización que reúne más de 140 iglesias cristianas de todo el mundo y su tarea primordial por aquellos años (inicios de la década del ’70) es apoyar de diversas maneras a los países del Tercer Mundo. Freire fundará el IDAC (Instituto de Acción Cultural) desde donde acompañará diferentes proyectos educativos en países de África como Guinea Bissau, Cabo Verde, Sao Tomé e Príncipe, Tanzania y Angola. Aquí, su perspectiva tercermundista es evidenciada en una praxis que ya no se limita a América Latina, sino que se amplía a la colaboración con países recientemente liberados de la situación colonial. El diálogo fluido y permanente con dirigentes y líderes políticos africanos, así como con las militancias y los pueblos, da cuenta de los intercambios y redes de solidaridad14. En una carta a Mário Cabral, comisario de educación de Guinea Bissau, Freire se define a sí mismo como “un hombre del tercer mundo”. Dirá: 14 Destacamos la importancia de estos tejidos como constitutivos de una praxis tercermundista. 70 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. como hombre del Tercer Mundo, como educador consciente de su compromiso con este mundo, mi posición –y la de mis compañeros con quienes trabajo- no puede ser sino esta: la de ofrecer al pueblo de Guinea-Bissau nuestra contribución en toda la medida de nuestras fuerzas (Freire, 2000, p. 101). Esta apreciación de sí mismo, así como su posicionamiento como educador comprometido da cuenta del tercermundismo no tanto como un imaginario sino como “sensibilidad”15. Implica un posicionamiento y un modo de estar en el mundo, un modo de “leer” la realidad. Pero también de la importancia de entablar redes de solidaridad entre los pueblos del Tercer Mundo, encarnando el proyecto del Tercer Mundo más allá de los imaginarios y conceptualizaciones. Esta sensibilidad encarnada en su persona implicará la adhesión a la idea tercermundista. En su artículo “La educación, la liberación y la Iglesia” (1994) de 1973, Freire analiza el papel mistificador o desmitificador que pueden asumir la educación y las Iglesias en la historia. Concluye afirmando: “la cuestión de la Iglesia, la educación y el rol de las iglesias en la educación sólo puede discutirse históricamente. La humanidad debe responder al movimiento profético del tercer mundo en el marco histórico” (p. 148). Freire convoca a comprometerse con la transformación revolucionaria del Tercer Mundo, el cual constituye para él un proyecto histórico-profético, un horizonte utópico. En el año 1972, en el marco de la presentación de un informe de Paulo Freire, Irma Claire-Marie Jeannotat, miembro del Consejo Mundial de Iglesias, expresó: A fines de 1971, el profesor Paulo Freire, del Departamento de Educación del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), efectuó su primera visita a África. Fue a Zambia y a Tanzania donde encontró africanos entre su grupo de excursión y en grupos de estudio sobre varios temas, allí tuvo contacto con diversas personas relacionadas con movimientos de liberación. (…) De cuando en cuando “Con sensibilidad se alude a una forma peculiar de entender y sentir el mundo –tiene un importante componente emotivo-, un filtro con que se observa la realidad y que se hace presente en diferentes esferas, ya sea artísticas, intelectuales o científicas. Es más que una moda, si se entiende por ésta algo pasajero y superficial. Y es menos que paradigma, que tiene un carácter más permanente y totalizador” (Alburquerque, 2011, p. 178). 15 71 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 con pesar se comprueba que las relaciones económicas son hechas del Norte para el Sur y viceversa. Lo que Paulo nos está diciendo refleja el auténtico esfuerzo de un diálogo Sur-Sur, esto es, entre África y América Latina (Gadotti y Torres, 2001, p. 108). Freire fue un personaje público que no pasaba inadvertido. Él mismo relata que, en su paso por los países de África, no fue a Mozambique porque no fue invitado y, aunque hubiese querido ir como turista, su presencia hubiese levantado sospechas, ya que su presencia en cualquier país era un “acto político” (Freire y Guimaraes, 2011, p. 43). Prashad, en el libro citado, dirá: “la idea del Tercer Mundo movilizó a millones y creó héroes” (Prashad, 2007, p. xvii). Y Freire fue claramente uno de estos héroes. Conclusiones ¿Qué fue del concepto, los imaginarios y el proyecto del Tercer Mundo, es hoy objeto de debate’ Está claro que sigue utilizándose como concepto como categoría analítica que claramente no tiene la potencia y la perspectiva de futuro como imaginario revolucionario. Este recorrido intentó reconstruir una porción de la biografía y la obra de Paulo Freire a la luz de los recientes desarrollos sobre la Historia Social e Intelectual del Tercer Mundo. Se pudo advertir a partir de los análisis la importancia del Tercer Mundo como contexto, como ambiente intelectual, y como proyecto político en el que Freire desarrolló su praxis y escribió sus obras. Se pudo reconocer una sensibilidad tercermundista en el pedagogo plasmado en los textos analizados y en las redes de solidaridad y colaboración que estableció en cada uno de los países en que trabajó. Creo, finalmente, haber realizado un aporte a la comprensión de su obra y de su praxis con la introducción de una perspectiva hasta ahora no estudiada, al menos no con la profundidad que el tema exige. Comprender el contexto intelectual y militante de Paulo Freire desde esta perspectiva entiendo que nos permite arrojar 72 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. nuevas miradas respecto de las críticas por izquierda que lo ubican como “desarrollista primermundista”, o como “pedagogo marxista” respecto de las críticas por derecha, y comprender la complejidad del contexto donde ha ido madurando su obra. En las biografías intelectuales escritas hasta el momento, la centralidad está puesta en la persona de Paulo Freire como pedagogo latinoamericano. Las referencias al Tercer Mundo, cuando las hay, son reducidas a una categoría analítica (como realidad “objetivable”, ubicada geográficamente, entre otras variables como las económicas, demográficas, variables como el subdesarrollo, etc). Solo una de ellas analiza en profundidad la relación de Paulo Freire y su compromiso con las lecturas anticolonialistas (Fernández Mouján, 2016). Generalmente, simplemente se nombran las alusiones de Freire a autores como Fanon o Memmi. Es Inés Fernández Mouján quien desarrolla minuciosamente el vínculo entre estos autores, con los aportes de los estudios culturales, los estudios poscoloniales, de la subalternidad y decoloniales, dando cuenta de la centralidad de estas lecturas para la escritura de sus textos y su praxis en general. Si bien Freire ha indagado acerca de temáticas vinculadas al colonialismo y podemos observar la influencia definitoria de autores anticoloniales como Fanon y Memmi en su obra, y teniendo en cuenta que nunca se definió como un autor poscolonial (y mucho menos decolonial, ya que se trata de desarrollos posteriores a su fallecimiento), entiendo que la idea de Tercer Mundo podría operar como eslabón entre los desarrollos del pedagogo brasileño y los estudios sobre el colonialismo y la colonialidad. El concepto de Tercer Mundo podría constituir una llave con la que abrir la puerta a una serie de análisis que nos permitan comprender, por ejemplo, cómo llegaron a las manos de Freire los textos de Fanon o Memmi. Conceptos presentes en las obras de Freire como “opresor-oprimido”, “liberación”, “invasión cultural”, “revolución” deben ser comprendidas en ese contexto de 73 F. Ferreirós| Revista Intersticios de la política y la cultura… 18: 53-77 emergencia de luchas por la liberación de los ’60 y ’70 en el Tercer Mundo. Este lenguaje muchas veces es tildado de “anacrónico” y se promueven lecturas del pedagogo brasileño que buscan “esterilizar” su componente político emancipador. Para comprender una obra necesitamos del contexto. Pero no como justificación o como determinación, mucho menos para ponerlo entre paréntesis, sino como modo de hacernos cargo de su historicidad y de la nuestra (y con ella, de nuestro puesto en la Historia). En particular, una obra como Pedagogía del Oprimido, dedicada a “los desharrapados del mundo, y a quienes, descubriéndose en ellos, con ellos sufren y con ellos luchan” sigue teniendo actualidad y futuro, porque los desharrapados y quienes hoy se siguen comprometiendo con sus luchas siguen existiendo y porque las causas que llevan a millones de seres humanos a vivir en la deshumanización siguen estando intactas. La intención del presente artículo fue recuperar el carácter revolucionario de la obra y la praxis de Paulo Freire, ya que compartimos con el pedagogo brasileño su horizonte utópico, que algunos y algunas, en esta porción del planeta que alguna vez se autopercibió como Tercer Mundo, seguimos llamando Socialismo. Referencias bibliográficas Alburquerque, Germán (2011) Tercer Mundo y tercermundismo en Brasil: hacia su constitución como sensibilidad hegemónica en el campo cultural brasileño – 19581990. Estudos Ibero-americanos, Enero 2011, pp. 176-195 Alburquerque, Germán (2013) El tercermundismo como paradigma científico en América Latina: el pensamiento de Orlando Fals Borda. Universum, Vol. 28 N° 2. Universidad de Talca, pp.209-2276 74 Paulo Freire: pedagogo del tercer mundo.| Revista Intersticios de la política y la cultura…18: 53-77. Alburquerque, Germán (2017) Cuba en el Movimiento de Países No Alineados: el camino al liderazgo Causas y motivaciones. 1961-1983. 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