DILEMAS Y DESAFIOS DE LA
SISTEMATIZACION DE EXPERIENCIAS 1
Oscar Jara H.
CEP Centro de Estudios y Publicaciones Alforja
Costa Rica
Quiero, en primer lugar, agradecerles por la oportunidad que Intercooperación y
Asocam me han dado de poder participar con ustedes en este taller de intercambio y
reflexión sobre la sistematización de experiencias de Agricultura Sostenible Campesina
de Montaña.
Lo siento como una oportunidad muy rica que me permitirá aprender de la experiencia
que ustedes desarrollan en este campo que no es mi principal campo de acción. Por
otro lado, espero poder contribuir con mi experiencia, la cual estoy realizando en
Centroamérica en el campo de la educación popular, a las búsquedas que ustedes
tienen. Creo, sinceramente, que las conclusiones de este evento deberán aportar al
debate latinoamericano sobre el importante tema de la Sistematización. La única
manera que tenemos para avanzar en este debate es que lo hagamos desde las
prácticas concretas que realizamos, partiendo de los aportes particulares a una
construcción colectiva.
Por eso, quisiera llevar adelante en estos tres días un diálogo con ustedes. Me toca
empezarlo y lo quisiera hacer no con una ponencia teórica y global, sino con una
presentación de algunas ideas que considero fundamentales tener en cuenta en las
reflexiones que se hagan en este evento, las cuales voy a plantear como una invitación
a conversar, como un insumo a la reflexión, como un aporte al debate. He organizado
esta presentación en tres dilemas y ocho desafíos que enfrenta la sistematización de
experiencias, pensando con algún énfasis, en las experiencias que conozco de
Agricultura Sostenible.
LOS DILEMAS
1.
LA CONCEPCIÓN DE LA SISTEMATIZACIÓN
El primero, tiene que ver con cómo concebimos la Sistematización:
opciones, si entendemos la noción de sistematización:
A)
tenemos dos
Como sistematización de de datos, sistematización de información
O si la tendemos
B)
1
Como sistematización de experiencias
Presentación realizada en el mes de abril 2001, Cochabamba, Bolivia, en el Seminario ASOCAM: Agricultura
Sostenible Campesina de Montaña, organizado por Intercooperation.
El significado más usado comúnmente es el primero: hace referencia al ordenamiento
y clasificación de datos e informaciones, estruturando de manera precisa categorías,
relaciones, posibilitando la constitución de bases de datos organizados, etc.
La segunda opción es menos común y más compleja: se trata de ir más allá, se trata
de mirar las experiencias como procesos históricos, procesos complejos en los que
intervienen diferentes actores, que se realizan en un contexto económico-social
determinado y en un momento institucional del cual formamos parte.
Sistematizar experiencias significa entonces entender por qué ese proceso se está
desarrollando de esa manera, entender e interpretar lo que está aconteciendo, a partir
de un ordenamiento y reconstrucción de lo que ha sucedido en dicho proceso.
Por lo tanto, en la sistematización de experiencias, partimos de hacer una
reconstrucción de lo sucedido y un ordenamiento de los distintos elementos objetivos y
subjetivos que han intervenido en el proceso, para comprenderlo, interpretarlo y así
aprender de nuestra propia práctica.
El dilema está en no quedarnos sólo en la reconstrucción de lo que sucede sino pasar
a realizar una interpretación crítica. El eje principal de preocupación se traslada de la
reconstrucción de lo sucedido y el ordenamiento de la información, a una interpretación
crítica de lo acontecido para poder extraer aprendizajes que tengan una utilidad para el
futuro.
En ese sentido, sistematizamos nuestras experiencias para aprender críticamente de
ellas y así poder:
a)
b)
c)
Mejorar nuestra propia práctica
Compartir nuestros aprendizajes con otras experiencias similares
Para contribuir al enriquecimiento de la teoría
2.
LAS MODALIDADES O ENFOQUES DE SISTEMATIZACION
Un segundo dilema tiene que ver con escoger el enfoque o las modalidades con las
que vamos a hacer una sistematización. Este es otro dilema complejo, pues existe una
enorme variedad de posibilidades, no hay una sola manera de hacer sistematización de
experiencias.
En la convocatoria de este evento se hablaba de cuatro posibilidades:
-
Desde los actores, en forma participativa
Sistematización formal al concluir la experiencia
Una sistematización que se hace sobre la marcha
Una sistematización con miras al mercado
Sin embargo, no podríamos usar estas categorías como el único criterio de
clasificación, porque hay modalidades que combinarían varios de ellos y hay,
seguramente, muchas otras posibilidades más: regular o irregularmente, una sola
experiencia o varias a la vez, en función de crear una nueva estrategia o para mejorar
la existente, etc., etc.
Este dilema sólo lo podemos enfrentar con una gran capacidad creadora y no
esperando ninguna receta: significa que tenemos que tomar opciones ante una gran
variedad de modalidades posibles. La única “receta” es que la modalidad depende de
las circunstancias, el tipo de institución, el objetivo específico que queremos alcanzar,
el tipo de experiencia que queremos sistematizar, el nivel de participación de los
diferentes actores involucrados, etc. Se trata, pues, de tomar opciones y de impulsar
un estilo propio de sistematizar adecuado a las condiciones reales.
3.
EL
PROCESO
METODOLÓGICO,
PROCEDIMIENTOS
LAS
TÉCNICAS
Y
LOS
Este dilema de qué metodología utilizar, qué pasos dar, cuáles técnicas usar, etc., es
semejante al anterior: no hay recetas y hay una multiplicidad grande de posibilidades.
Lo que si tenemos que tener claro es los criterios por los cuales vamos a escoger una
determinada metodología o una técnica específica para aplicarla con un particular
procedimiento.
Estos criterios debemos tomarlos en cuenta en dos sentidos:
»
La secuencia global del proceso que debe cuidar que tenga coherencia global en
conjunto.
Las herramientas, que pueden ser casi infinitas y para cada momento del
proceso. (Para hacer registros, recuperación histórica, hacer análisis, síntesis,
para comunicar, para socializar, etc.)
»
En cualquier caso, no debemos perder de vista la INTEGRALIDAD del proceso: que
cada herramienta utilizada sirva para alcanzar la visión y el objetivo de conjunto. No
debemos engolosinarnos con las técnicas de moda o con una que nos gusta más, sino
ser capaces de utilizar las que mejor se adecúen a las circunstancias.
Sobre la base de estos dilemas hay una serie de desafíos que quisiera plantearles
como una provocación a la reflexión crítica durante la presentación de experiencias que
vamos a realizar en estos días.
DESAFÍOS
a)
AMBITO Y ALCANCE DE LA SISTEMATIZACIÓN
Aquí la pregunta es sobre si se podrá sistematizar cualquier tipo de experiencias, de
cualquier duración o dimensión, es decir, qué criterios tener para seleccionar una
experiencia para ser sistematizada.
El desafío se relaciona con poder enfrentar por lo menos dos aspectos:
»
La delimitación clara del Objeto a sistematizar, es decir, qué experiencia,
realizada en qué período y lugar. Además, la precisión de algún o algunos ejes de
sistematización, es decir, qué aspectos principales de esa experiencia nos van a
interesar más (no se tiene que sistematizar toda la experiencia, ni todos los aspectos.)
»
El identificar practicas significativas y no sólo las llamadas “mejores” prácticas.
Porque sistematizar una experiencia “fracasada” también podría darnos muchas
lecciones.
Sería interesante ver en las exposiciones de este taller como se definió el ámbito y el
alcance de las experiencias que se presenten.
b)
CONDICIONES
Este desafío es clave: hay que crear condiciones para llevar a cabo la sistematización
de experiencias. Y condiciones en dos terrenos:
A) Personales: como por ejemplo disposición a aprender de la propia
práctica, sensibilidad para dejarla hablar por sí misma y no hacerle decir
sólo lo que nos interesa o nos conviene, tener capacidad de análisis y
síntesis, etc.
B) Institucionales: como por ejemplo el interés por impulsar una dinámica
de equipo y no sólo preocuparse por la estructura organizativa, tener un
sistema de funcionamiento institucional, impulsar un proceso acumulativo
de la práctica institucional, etc. Es decir, sin ellas, la institución no
priorizaría la sistematización y la hace inviable. Es necesario que la
institución este dispuesta a destinar recursos y tiempo para ello, así como
lo hace para la planficación y la evaluación.
En las exposiciones sería bueno que se hiciera referencia a estos aspectos.
c)
PRODUCCION DE CONOCIMIENTOS
Si la sistematización realiza realmente una interpretación crítica del proceso de la
experiencia vivida y extrae aprendizajes, quiere decir que genera un nuevo
conocimiento. Ahora bien, aquí el desafío es realmente garantizar que se produzca un
nuevo conocimiento a partir de los conocimientos existentes.
»
No hay transferencia, transmisión unilateral de conocimientos. El conocimiento
siempre supone un proceso activo en la que se relaciona el conocimiento
existente con nuevas informaciones, para producir un nuevo conocimiento. La
producción de conocimientos realmente nuevos supone desarrollar nuestra
capacidad creativa de pensar y no sólo de repetir lo que nos dicen. La
sistematización de experiencias, en la medida que tiene por objeto de
conocimiento a la propia experiencia, es un factor importantísimo para producir
nuevos conocimientos.
»
Hay que resolver dialécticamente la relación entre saber empírico y saber
científico. Lamentablemente sufrimos un paradigma de ciencia que no valora el
conocimiento empírico, el saber local y solo pone énfasis en el conocimiento
acumulado, en el saber constituido académicamente.
Es un error.
La
sistematización de experiencias es una gran posibilidad para que se expresen y
se desarrollen y divulguen los conocimientos y saberes locales, que tienen
mucho que aportar al enriquecimiento del pensamiento científico. Esto también
permitirá asumir más creativamente nuestros proyectos, pues no tendremos una
actitud pasiva que se reduce a aplicar los conocimientos y verdades que ya
existen, sino que impulsaremos nuestra capacidad de crear conocimientos
adecuados a la realidad que vivimos y sus particularidades.
»
En este campo debemos reconocer que no hablamos sólo de un proceso
limitadamente racional. Debemos tomar en cuenta los conocimientos, los
raciocinios, pero también las creencias, mitos, valores, emociones, todas las
expresiones de nuestra subjetividad con las que impulsamos nuestras prácticas.
Muchas veces esto se pretende obviar, como si fuéramos puramente razón
aplicada y no seres humanos que sentimos y somos capaces de hacer cosas
porque nos involucramos totalmente en las situaciones que vivimos. Esta
dimensión vital e integral es decisiva para generar capacidad transformadora.
»
Aquí entramos en un punto clave de carácter epistemológico y que habría que
desarrollar con mucho más detalle en otro momento:
la relación entre
Objetividad y Subjetividad. El paradigma positivista y patriarcal con el que nos
hemos formado, pretende que no valoremos las dimensiones subjetivas, lo cual
lleva a que se pretenda tener una neutralidad ante lo que sucede o ante lo que
vivimos, lo cual es imposible. Lo que si debemos buscar es objetivar lo vivido y
objetivizar nuestra práctica, explicitando y mirando críticamente lo que hacemos,
pero no pretendiendo ser neutrales ante ello. De ahí la riqueza de la
sistematización hecha por nosotros mismos sobre nuestra propia práctica,
porque tenemos todos los elementos con la que nos hemos comprometido en
dicha práctica, y lo que necesitamos es un proceso riguroso y claro que nos
permita, sin desvalorizar lo subjetivo, objetivizar lo vivido para críticamente
poderlo transformar y mejorar en el futuro.
En las exposiciones que se realicen, será interesante ver cómo se ha abordado estos
aspectos en las prácticas a presentar.
d)
RELACIÓN ENTRE CAMPESINOS/AS Y TÉCNICOS/AS
Este desafío esta relacionado estrechamente con el anterior y tiene que ver con varios
aspectos:
La Actitud con la que un técnico o una técnica se acercan a las
personas en el campo. Si están dispuestos a aprender también de
ellas o no.
El contexto teórico: esta es una noción que nos parece más útil que
el tradicional marco teórico. Tiene que ver con las referencias con las
cuales nos hemos aproximado a la experiencia. Tiene que ver con
nuestra formación, pero no sólo explícitamente académica o
conceptual, sino también con los valores, normas, conceptos de moda,
-
-
etc. que están presentes en el momento en que llevamos a cabo la
experiencia.
El contexto institucional: de qué manera se concibe o impulsa la
relación campesino/a con el técnico o la técnica de campo en cada
institución. Lo que se valora como positivo o negativo, lo que se
aprende de las otras personas del equipo, etc.
Creo es útil ver esta relación, siempre, como un proceso de coaprendizaje, con todas las implicaciones que ello tiene.
Igual que en los puntos anteriores, sería importante ver cómo se ha enfrentado esto en
las experiencias que se vayan a presentar.
d)
LA INTERPRETACIÓN CRÍTICA
El desafío en este aspecto crucial que ya mencionábamos en los dilemas, es el que
seamos capaces de pasar de lo descriptivo y narrativo a lo interpretativo crítico. Esto
no es fácil, pues no tenemos la costumbre de teorizar, no hemos desarrollado
suficientemente nuestra capacidad analítica y muchas veces nuestra formación nos ha
empujado a simplemente ser consumidores pasivos de los conocimientos que otras
personas nos querían transmitir.
Por ello, muchas veces se confunde sistematización con narración, descripción, relato
de lo ocurrido. En el mejor de los casos, se piensa que se trata de reconstruir
históricamente la experiencia vivida. Si bien estos aspectos son importantes, en
realidad son sólo el punto de partida para lo clave de la sistematización, que es el
interrogar a la experiencia para entender por qué pasó lo que pasó. No sólo ver las
etapas de lo que aconteció en la experiencia, sino, fundamentalmente, entender por
qué se pudo pasar de una etapa a la otra y qué es lo que explica las continuidades y
las discontinuidades, para poder aprender de lo sucedido.
Aquí es importantísimo entender la dialéctica entre Cambios y Resistencias.
Normalmente se da esta tensión y hay que ver cómo fue que en cada experiencia se la
enfrentó. De allí quizás podremos aprender a saber qué es necesario cambiar y qué es
más fácil o difícil de cambiar.
La interpretación crítica en la sistematización no es una mera explicación de lo que
sucedió, para justificarlo. Al contrario, es una comprensión de cómo se pusieron en
juego los diferentes componentes y factores presentes en la experiencia, para poder
enfrentarla ahora con una visión de transformación.
Por ello, la interpretación no se puede reducir solo a la particularidad de lo que hicimos
directamente, sino que deberá relacionar nuestra práctica concreta con el contexto, los
desafíos vigentes, las otras fuerzas en juego, etc., para entonces, pretender
comprender más profundamente los aspectos relevantes de nuestra experiencia. Es
decir, por ejemplo, que desde una experiencia de trabajo en agricultura sostenible
podríamos llegar a interpretar sus relaciones con los cambios en el mundo rural hoy.
Las posibilidades son grandes y múltiples en este campo, vinculando la práctica y la
teoría.
Sería importantísimo que las experiencias que se van a presentar dieran énfasis a
como se enfrento este desafío en ella.
e)
LO PARTICIPATIVO
Este desafío es uno de los más importantes, pues supone ver la forma como los
diferentes actores de la experiencia se involucran en el proceso de sistematización.
Ahora bien, aunque también las posibilidades son múltiples, quizás un criterio común
sería el considerar que los actores no son meros informantes. Que los sujetos de la
experiencia, todos ellos pueden participar en su sistematización aportando en la
interpretación crítica y no sólo dando informaciones para que otra persona las
interprete. Por supuesto, hay que encontrar modalidades que permitan trabajar
eficientemente lo participativo y eso supone también una división del trabajo entre
diferentes actores, donde incluso pueden haber aportes externos que ayuden
metodologicamente.
Lo importante es garantizar que quienes vivieron la experiencia tengan un rol
importante en su sistematización y no dejarlo en manos de una persona “experta”, que
sistematiza a nombre de los demás.
Recordemos que la participación no es solo ejecución, implica niveles de
involucramiento en las decisiones.
Entre las modalidades posibles, de todos modos, debemos considerar experiencias en
las que sistematiza la institución, otras en las que lo hacen los actores locales y otras
en las que participan ambos.
Sugiero que las exposiciones tomen en cuenta de qué forma enfrentaron este desafío y
qué recomendaciones tendrían a partir de ello.
f)
OPCIONES Y RECURSOS METODOLÓGICOS
El desafío, en este campo, que es también un dilema, es encontrar criterios claros,
justificados, que sirvan de base para escoger determinada herramienta en los
diferentes momentos de un proceso de sistematización: escoger la herramienta más
adecuada para las circunstancias concretas, por ejemplo, para hacer un buen registro,
para el ordenamiento y clasificación de aspectos, para la recuperación histórica, para
analizar componentes, para hacer síntesis y reflexión conceptual, para extraer
conclusiones, para elaborar materiales comunicativos, etc.
Por ejemplo, en algunas experiencias será más importante tener sólo panorama
histórico global de lo que sucedió , pero en otras será más importante hacer una
detallada reconstrucción histórica de los diferentes momentos del proceso.
Un aspecto a considerar acá es el relativo también a la dimensión comunicativa
presente en todas las etapas de la sistematización de experiencias y no reducida sólo a
la producción de un documento o material final.
Recomendaría que las exposiciones tomarán en cuenta un detalle de los criterios con
los que seleccionaron las diferentes técnicas y recursos que utilizaron.
g)
PRETENSIONES, POSIBILIDADES, UTILIDAD, LíMITES
Es un desafío importante: ¿qué se puede y qué no se puede hacer con la
sistematización?. ¿Qué puede aportar la sistematización de una experiencia particular
a otras? ¿Son válidas y generalizables las lecciones de una experiencia para otras?
Sin pretender responder totalmente estas preguntas, podría adelantar que de repente
la sistematización nos proporciona sugerencias, intuiciones, pistas, provocaciones,
desde sus propios aprendizajes, que incentiven a otras experiencias, pero que en
ningún caso hablamos de una replicabilidad mecánica. Ese intercambio de saberes es
muy importante. Pero es importante que sea un intercambio de aprendizajes ya
interpretados y no un intercambio descriptivo de narraciones.
Por ello será importante encontrar las relaciones y las diferencias entre
Sistematización, evaluación, investigación, monitoreo. Seguramente encontraremos
muchos aspectos en que se mezclan, otros en los que se complementan y otros en que
se distinguen.
En cualquier caso, no es por la forma que se diferencia la
sistematización de otros ejercicios, sino por su sentido específico. La sistematización
de experiencias, de la manera que se haga, siempre tendrá que poner acento en la
interpretación crítica del proceso vivido. No se fijará tanto en los resultados como la
evaluación, ni pretenderá abordar cualquier temática o problemática como la
investigación. Si bien ayudará a dar seguimiento a la experiencia, no es en sí misma
un mecanismo de monitoreo, sino un aporte crítico al mismo.
Podríamos ver las experiencias realizadas por ustedes para ver cómo se enfrentaron a
estos desafíos.
Finalmente, amigas y amigos, resaltar que nuestra propuesta de sistematización de
experiencias tiene un sentido siempre de carácter transformador. No sistematizamos
para informarnos de lo que sucede y seguir haciendo lo mismo, sino para mejorar,
enriquecer, transformar nuestras prácticas.
Espero que estas ideas iniciales den comienzo útil a este diálogo con ustedes que
desarrollaremos a lo largo de los próximos tres días.