UNIVERSIDAD NACIONAL
DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO
VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
Cuadernos de Investigación Universitaria
N° 01
HISTORIA, CULTURA Y SOCIEDAD
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO
RECTOR
Dr. Germán Zecenarro Madueño
VICERRECTOR ACADÉMICO
Dr. Pompeyo Cosio Cuentas
VICERRECTORA DE INVESTIGACIÓN
Dra. Gladys Georgina Concha Flores
© Serie: Cuadernos de Investigación Universitaria Nº 01
Historia, Cultura y Sociedad
COMITÉ EDITORIAL. “RIQCH'ARIY”, Revista de Ciencias Sociales:
Ángela María Concha Pacheco
Ivo Edgar Villafuerte Acuña
Roberto Ojeda Escalante
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Roberto Ojeda Escalante
COLABORACIÓN: Christian Walter Salas Larico
IMPRESIÓN: Editorial Universitaria de la UNSAAC
ISBN : 978-612-45446-3-7
Area : Ciencias Sociales
Formato: A-4 (29.7 x 21 cm.)
Pág.: 248
2012 © VICERRECTORADO DE INVESTIGACIÓN
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO
Av. de la Cultura Nº 733 - Pabellón “A” 2do. piso
www.unsaac.edu.pe /vrin
Edición, Cusco, diciembre 2012
Queda hecho el deposito que establece la Ley Nº 28377, Ley Nº 29165 y D.S. Nº 017-98-ED. Nº 2012-0599114
Tiraje: 500 ejemplares
COMITÉ CONSULTIVO:
Juan Marchena Fernández (Universidad Pablo de Olavide- Sevilla, España)
Charles Walker (Universidad de California en Davis)
Rubén Pachari Romero (Universidad Nacional de San Agustín- Arequipa)
Lidio M. Valdez (University de Calgary, Canadá)
Juvenal Luque (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima)
Emil Beraún Beraún (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima)
Mercedes del Río (National Museum of Natural History, Smithsonian Institution)
Marco Curatola Petrocchi (Pontificia Universidad Católica del Perú)
Miriam Salas Olivari de Coloma (Pontificia Universidad Católica del Perú)
FOTO DE PORTADA: Martín Chambi: “Fiesta de la Cruz”. 3 de mayo de 1930
Los artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores
Hecho en Perú
Presentación
E
l Vicerrectorado de Investigación de la Universidad
Nacional de San Antonio Abad del Cusco, inicia con
este primer numero la publicación de la colección
“Cuadernos de Investigación Universitaria”, espacio exclusivo
para estudiantes y egresados de las diversas carreras
profesionales, con el objetivo de dar a conocer los resultados
de las investigaciones científicas y los procesos de
transferencia tecnológica que se da en el seno de nuestra
Tricentenaria Casa de Estudios Superiores, muchas veces en
colaboración con instituciones y organizaciones nacionales y
extranjeras.
En esta edición se abordan la Historia, la Cultura y la Sociedad
como temáticas articuladas desde tres ópticas complementarias: una primera que nos permite reconocer un punto de
partida desde donde podemos reflexionar, en segundo lugar se
retorna al pasado para elaborar una realidad concreta en el
presente y finalmente los aportes ideológicos de ilustres
pensadores como Mariátegui y Arguedas permiten una
concreción teórica sobre las temáticas en cuestión.
Gladys Georgina Concha Flores
VICERRECTORA DE INVESTIGACIÓN
UNSAAC.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01, es el resultado de
un proactivo Comité Editorial conformado por jóvenes
investigadores egresados de la Facultad de Ciencias Sociales,
quienes junto con expertos de un Comité Consultivo Ad hoc
han puesto todo su esfuerzo y dedicación en la redacción,
revisión, edición y publicación de los artículos científicos que
en este impreso se agrupan en tres secciones: Perspectivas,
estudio sobre nuestra larga historia; Miradas, diversas formas
de conocer el pasado y Aspectos, reflexión sobre historia,
ideología y sociedad. Asimismo en las últimas páginas a
manera de colofón breves reseñas de otras publicaciones
brindan información adicional.
De esta manera, con el ánimo de promover mayor cantidad de
publicaciones que reflejen la intensa actividad investigativa
que es poco conocida por la colectividad cusqueña y la
comunidad científica nacional e internacional, invitamos
principalmente a los estudiantes antonianos a presentar sus
propuestas editoriales para darle continuidad a esta novel
colección.
Finalmente les proponemos leer cada artículo, revisar sus
contenidos y la forma de presentación para posteriormente
hacernos llegar sus sugerencias que nos permitan mejorar los
siguientes números.
Contenido
Presentación
Dra. Gladys Georgina Concha Flores
Vicerrectora de Investigación
3
El proyecto “Riqch'ariy”
A manera de introducción
7
PERSPECTIVAS, estudios sobre nuestra
larga historia
9
Espíritu Pampa, local y foráneo: Sedes
administrativas Wari en Cusco o primeras
ocupaciones Inca
Gonzalo Valderrama Escalante
11
Los motivos de Don Phelipe: Revisitando la
Nueva Corónica de Guaman Poma
Juan Marchena Fernández
25
Espacios de Inclusión y exclusión: Etnias, ayllus y
cofradías en la doctrina eclesiástica de Cocharcas
1570-1614
Ángela María Concha Pacheco,
Edgar Villafuerte Acuña
45
El Ejército Realista Durante el Periodo de la
Independencia en Perú y Alto Perú
Solange Leonor Zalles Cuestas
71
Túpac Amaru II y el Derecho Constitucional
peruano: los orígenes del discurso oficial sobre la
multiculturalidad
Pável H. Valer Bellota
119
Los tempranos usos oficiales de la imagen del
bosque: Exploración, fotografía y Estado en la
montaña peruana (1868-1907)
Juan Carlos La Serna Salcedo
131
De Marcelino Halire a Miguel Quispe:
Mentalidad Indígena en Torno a la Problemática
por la Titulación de Comunidades Campesinas en
el Cusco
Jhonatan Cavero Aquise
155
Los Intercambios Comerciales Entre Perú y
Francia. 1945-1975
Getsiva Cayo Durand
169
ASPECTOS, reflexiones sobre historia,
ideología y sociedad
183
Mariátegui, el Eurocentrismo y la Modernidad
Erick Tejada Sánchez
185
Entre el Eurocentrismo y el Excepcionalismo:
Los Aportes de Mariátegui Para la Producción
de un Marxismo Latinoamericano
Diego Martín Giller
195
Repensando la revolución desde la historiografía.
Prensa, redes de comunicación y discurso
político en la coyuntura de la independencia.
Perú, 1790-1826
Daniel Morán
83
Mariátegui y el factor geográfico
Augusto Ruiz Zevallos
MIRADAS, diversas formas de conocer el
pasado
Claves de interpretación arguedianas respecto al
indio, el mestizo y el señor: complejizando los
retos de la interculturalidad
Martín Cavero Castillo
213
101
Cuando los dioses cambian: Las
transformaciones histórico-culturales coloniales
según la historia oral de Chinchaypucyo
Roberto Ojeda Escalante
103
Necesidades Sociales y Ciudadanía: Reflexiones
Sobre el Papel de la Historia en la Educación del
Siglo XXI
José Fernando Tinoco Díaz
225
RESEÑAS
5
207
239
UNSAAC - Riqch´ariy
El Proyecto Riqch'ariy
A manera de introducción
urante el siglo XX Cusco tuvo una
rica tradición intelectual, una
fuerte producción y reflexión que
se movía más por ímpetu que por proyectos
financiados como los del presente. Los
intelectuales no estaban profesionalizados
pero producían bastante, claro que eran
otros tiempos y la vida era bastante diferente a la de ahora.
D
esa situación. Queremos contribuir al
reencuentro de los intelectuales con la
opinión pública, de los del Cusco con los de
otros lugares, de las generaciones diversas,
en fin; brindar un pequeño espacio para
emular a nuestros antepasados (salvando
las diferencias) que supieron reflexionar y
debatir colectivamente, con el pueblo y para
el pueblo.
En la segunda mitad del mismo siglo, esa
tradición se fue perdiendo a medida que lo
político subordinaba a lo intelectual, el
marxismo también puso su granito de arena
en la desvaloración de lo crítico y reflexivo
(lamentablemente no le hicieron caso a
Mariátegui). Después vinieron los técnicos,
aplicadores de conocimientos alejados de la
creatividad y el pensamiento crítico. Lo
reflexivo se refugió en algunas ONGs como
el CBC y el IPA, que desarrollaron una gran
labor con el apoyo de intelectuales foráneos
(nacionales y extranjeros) que apoyaron sus
páginas, eventos y hasta trabajaron en esas
instituciones. Tal vez por esas características, ese trabajo se ha mantenido alejado de la
sociedad local, del espacio público. Incluso
algunos intelectuales locales tomaron una
actitud de contrarrestar esos espacios con
actitudes chauvinistas.
“Riqch'ariy” surgió como una publicación
estudiantil que buscaba “despertar” de la
modorra de nuestra facultad. Ha pasado el
tiempo y volvemos a tomar ese reto pero en
un sentido más amplio, pues vemos necesario un “despertar” intelectual, que contribuya a confrontar la delicada situación cultural
de nuestro pueblo. Ahora la edición corre a
cargo del Vicerrectorado de Investigación
de la Universidad Nacional de San Antonio
Abad del Cusco, que además nos honra al
inaugurar los Cuadernos de Investigación
Universitaria con la presente edición,
ofreciendo un espacio para fomentar la
investigación y el debate académico; en este
sentido la presente edición concentra una
diversidad de artículos interdisciplinarios,
mostrandonos una variedad metodológica y
novedosas perspectivas de análisis, esto
gracias al dialogo académico que se logró
forjar con diferentes investigadores del Perú
y el extranjero. También logramos el apoyo
“Riqch'ariy” (”despierta”en quechua)
quiere hacer su modesto aporte para revertir
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
7
Introducción
de científicos sociales de varias universidades a manera de Comité Consultivo. A todos
ellos nuestro más profundo agradecimiento.
Y
a es un hecho que existe una carencia
de discursos y propuestas locales y
regionales, sobre lo que queremos
hacer en adelante, en el futuro, como colectividad y sociedad. No hay un proyecto de nación
y menos de región en el caso del Cusco, y de la
tan mencionada “macrosur”. Las dos décadas
de neoliberalismo han contribuido fuertemente a suprimir la creatividad y la reflexión en
buena parte de las nuevas generaciones, sus
técnicos y políticos incluidos; reemplazando
estos aspectos por la repetición y la imitación
como únicas fuentes de conocimiento.
Vivimos gobernados por tecnócratas no
reflexivos, sin ideas propias. Que repiten
conceptos como “democracia” y “desarrollo”
como simples dogmas, sin dar espacio al
análisis y replanteamiento de los mismos.
Claro que esta tendencia no es reciente, sólo se
ha incrementado a la herencia marxista, como
bien lo dijo Flores Galindo en 1990: “estábamos acostumbrados a repetir”.
Y es que para proponernos qué queremos
hacer colectivamente, primero debemos
conocer nuestra colectividad, sus problemas y
potencialidades, cómo estamos y por qué
estamos así, de dónde viene y cómo se formó
la realidad que ahora existe. Entender las
causas ayudará a comprender las consecuencias, volver la mirada a la historia es indispensable, sin comprender el pasado no podremos
enfrentar el futuro. Del mismo modo, es
necesario comprender las relaciones sociales y
culturales que determinan los modos de ser y
actuar de nuestra población, pues no somos
una colectividad homogénea y desconectada,
es imprescindible analizarnos, conocernos,
debatirnos.
L
a revista aborda temas históricos y
sociales desde una diversidad de
fuentes y enfoques, porque nuestra
sociedad requiere múltiples formas de aproxi-
8
marnos a la verdad. Está dividida en cuatro
secciones. La primera (Perspectivas) aborda el
“de dónde venimos”, aspectos históricos que
es necesario revisar, con aportes que nos
hagan repensar lo que hasta ahora hemos
dado por cierto. En esta edición contamos con
trabajos sobre la presencia wari e inka en
Espíritu Pampa, las motivaciones -no siempre
claras- de Guaman Poma, las transformaciones socio-religiosas en el Cocharcas colonial,
analizada desde la perspectiva y necesidades
de la población indígena, así también se
analiza algunos aspectos de la época de la
independencia, ahora que se acerca el bicentenario.
La segunda (Miradas) presenta diversas
formas y fuentes utilizadas para comprender
el pasado y su relación con el presente, como la
historia oral en Chinchaypujio, la influencia
de Tupac Amaru en el derecho constitucional,
la mirada oficial de la Amazonía desde las
fotografías de la época, los movimientos
campesinos de Acomayo en los periódicos de
la época y las relaciones comerciales entre
Perú y Francia.
La tercera (Aspectos) vuelve la mirada a los
aportes teóricos de los principales intelectuales peruanos y temas de debate aún presente.
Esta edición aborda varios aspectos de las
propuestas de Mariátegui, algunas categorías
arguedianas y el papel de la historia en la
educación del siglo XXI.
La cuarta incluye reseñas de importantes
libros sobre sociedad y cultura (principalmente locales) editados en los últimos años.
Esta publicación está elaborada en Cusco,
pero no se cierra a este espacio físico, hemos
invitado a investigadores de otros lugares del
país y el extranjero, porque la problemática y
la temática de sus escritos son similares a los
nuestros pero sobre todo porque consideramos necesario debatirnos.
Cusco, noviembre de 2012
Los editores
UNSAAC - Riqch´ariy
Estudios sobre nuestra
larga historia
Representación de Señor Principal Wari de Espíritu Pampa. Foto
tomada de: http://elsenordewari.blogspot.com/
Página anterior: “La milagrosa imagen de Nuestra Señora de
Cocharcas”, Autor: Anónimo. Año: 1765. Lienzo, óleo sobre tela, 198.8
× 143.5 cm. Ubicación: Colección del Museo de Brooklyn, EE.UU.
Espíritu Pampa, local y foráneo
Sedes administrativas Wari en Cusco o primeras ocupaciones Inca
Gonzalo Valderrama Escalante*
Resumen
En este artículo realizamos una aproximación
al modo en que las poblaciones Wari ocuparon
distintas zonas del actual departamento de
Cusco, a partir de bibliografía y estudios
arqueológicos sobre asentamientos waris en el
Cusco, revisando también la reinterpretación
de la crónica de Montesinos. Estas fuentes nos
presenta la posibilidad de plantear una
continuidad entre las culturas Wari e Inca,
siendo los señores de Espíritu Pampa los
primeros gobernantes de la Vilcabamba inca,
permitiéndonos reflexionar sobre si los
señores Wari que habitaron esta zona
permanecieron allí hasta el tiempo de los incas,
mostrando una continuidad entre ambas
sociedades.
Pisillapi Rimasupaq
Kayqellqa pi ruwayku hoq qhawariyta ima
hina warikuna llaqta tiyaranku kay Qosqo
patakunapi pampakunapi, allpakunapi,
* Licenciado en Antropología por la UNSAAC, cursa
la Maestría en Antropología con Mención en
Estudios Andinos en la Escuela de Posgrado de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
qellqakunamantapacha arquelogiamantawan
hawariyku iman karan Wari llaqtakuna
tiyaranku Qosqopi, Montesinos qellqanta
hawaspa. Chaymanta qallarispa rikunchis hoq
pacha inkakunaq warikunawan yachayninkunata qatinakuranku. Espíritupampamanta
weraqochakuna karanku aswan umalliqkuna,
inkaq Willkapampalmanta, ichaqa atisun
yuyaymanta Wari weraqochamanta chay
llaqtapi tiyasqankuta, chaypi kausaranku
inkakunaq watankaman, chayta rikuchiwanchis chaynata qati qati kausanankuta warikunawan inkakunawan.
Palabras Clave: Vilcabamba, Wari, inca,
Espíritu Pampa, Antisuyo.
****
Introducción
A
partir de la bibliografía disponible
sobre el Horizonte Medio y las
ocupaciones Wari en la región de
Cusco, planteamos un marco referencial para
discutir las implicancias del hallazgo de
tumbas de élite en el sitio de Espíritu Pampa,
en Vilcabamba1, región correspondiente al
1
En febrero de 2011 la Dirección Regional de
Cultura Cusco organizó la exposición “Espíritu
Pampa Una Nueva Historia. Los Señores Vilca, Tras
las Huellas de los Wari en el Antisuyo”. (Catálogo:
11
Espíritu Pampa
Antisuyo inca. Para así tener una aproximación al modo en que poblaciones Wari
ocuparon distintas zonas del actual departamento de Cusco.
Para tener una mirada panorámica sobre
costumbres funerarias y asentamientos Wari
en Cusco hemos revisado las observaciones y
conclusiones de Bauer (2008) sobre el material
cerámico y restos arquitectónicos del periodo
Wari en el valle del Cusco. El estudio de J.
Zapata (1997) sobre contextos funerarios en
Batán Urqu. Las nuevas interpretaciones sobre
Pikillacta y la ocupación Wari en Cusco de
Glowackiy y McEwan(2001). Y el trabajo de Mc
Ewan, Gibaja y Chattfield (2005) sobre ceremonias de culto a los ancestros y continuidad en la
reciprocidad ritual entre horizonte medio y
tardío en el complejo de Chokepukio muy
cercano a la laguna de Huacarpay.
Con estos referentes hemos revisado la reinterpretación de la crónica de Fernando de
Montesinos de Hiltunen (1999), como lo
sugiere también el equipo de investigación del
proyecto de Espíritu Pampa. La idea de los
incas como una continuidad de dinastías de
gobernantes Wari tiene como antecedentes la
propuesta de Rostworoski sobre la posibilidad
de que algunos soberanos Wari llevaran el
apelativo de Pachacuti, reseñada en el trabajo
mencionado de Hiltunen. También Pease
(1978) sugiere una lectura de las campañas de
conquista incas mencionadas en diferentes
crónicas, como la narración de un ritual de
conquista, en el marco de guerras rituales que
precisaban de la escenificación del recorrido
ritual del gobernante por una geografía
sacralizada y cargada de significados. Pease
propone como figura retórica con un significado casi literal, el cómo cada inca tenía que
“hacer un Tahuantinsuyo cada vez”.
Estos hallazgos calzan muy bien en relación a
Dirección de Investigación y Catastro. Dirección
Regional de Cultura Cusco). Y se hicieron públicas
las piezas halladas en un complejo de estructuras
funerarias de élite, en la lejana zona de Vilcabamba,
por el arqueólogo residente del proyecto. Dichas
excavaciones empezaron un año antes, en abril de
2010 a raíz de la comunicación a funcionarios del
INC de huaqueos realizados en años anteriores a la
Reforma Agraria por la familia propietaria de la
12
la observación hecha por Isbell (2001) de la
necesidad de evidencias arqueológicas
concretas a partir de más trabajos de excavación de sitios Incas para desarrollar analogías
Inca – Wari convincentes, mejor sustentadas
en evidencias que en modelos idealizados y
homogeneizados.
Tras realizar este recuento de estudios sobre el
tema, hemos llegado a las siguientes preguntas: ¿Estuvo en algún momento perdida
Vilcabamba para los Incas?, es decir, si los
Señores Vilca de Espíritu Pampa fueron una
continuación de varias dinastías de
gobernantes Wari ¿abandonaron en algún
momento Vilcabamba para replegarse en sus
tierras de origen, o mantuvieron lazos de
parentesco con población local?, y en relación a
esos puntos ¿cómo mantuvieron y acumularon
estos linajes de poder su capital social y
simbólico?
****
1. Poblaciones locales y advenedizas en las
fronteras del Antisuyo Wari
En base al hallazgo en Espíritu Pampa se ha
señalado en las notas de difusión y comentarios sobre el proyecto de investigación, que es
preciso desarrollar un modelo de continuidad
Wari – Inca, que explique el contacto entre
poblaciones Wari de fines de horizonte medio
2
con poblaciones incas emergentes. Así,
tomando como referencia la lectura de la
crónica de Montesinos de Hiltunen, es posible
ver, por ejemplo, en el relato mítico de la
llamada Guerra de los Incas contra los Chancas
un arquetipo de historia cuyo fin era sustentar
linajes de poder. Un modo de representar y
legitimar la autoridad, y de reproducción del
capital cultural entre las dinastías de
gobernantes Wari, en épocas muy anteriores a
los Incas. A propósito de esta idea se ha
hacienda. Ver Fonseca Santa Cruz (2011). El 26 de
Agosto del presente el Arq. Javier Fonseca presentó
avances de sus trabajos de investigación en la sede
central del Ministerio de Cultura Lima, "El rostro
oculto de Espíritu Pampa, Vilcabamba. Últimas
Investigaciones Arqueológicas realizadas en la Selva
del Cusco”.
2
Thierry Jamin Los Señores de Vilca. Una nueva
historia. En: El blog de Inkarri.
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
resaltado la cita de Sarmiento de Gamboa que
hace Rostworowski en “Historia del Tahuantinsuyu”, donde se mencionan a líderes
militares llamados Vilca, quienes serían
miembros de familias extensas Wari en una
incursión al Antisuyu previa a la de los
gobernantes incas:
“Durante el gobierno de Viracocha, los
Chancas salieron de sus tierras, decididos a
conquistar el mundo, partieron de
Paucaray, su pueblo principal, situado a
tres leguas de Parcos. Según la usanza
andina, dividieron sus ejércitos en tres
partes, una de ellas tomó la ruta hacia
Cuntisuyo, teniendo por jefes a Malma y a
Irapa o Rapa, quienes representaban las
mitades organizadoras de arriba y de abajo.
El segundo ejército se dirigió también al
Cuntisuyu, aunque Sarmiento de Gamboa
afirma que fue al Antisuyo; sus generales
fueron Yana Vilca y Toquello Vilca o Teclo
Vilca. El tercer grupo tomó la ruta más
directa al Cusco, y era conducido por
Tumay Huaraca y Astu Huaraca; también
llevada consigo a Huaman Huaraca que era
el encargado de negociar la rendición del
Inca”. (Rostworowski 1988: 47).
Bajo estos enfoques se podría también
considerar que la narración de Garcilaso de la
Vega sobre las conquistas del primer Inca,
Manco Capac, puede estar construida en base a
narraciones sobre gobernantes Wari. Así el
primer inca es quien funda trece pueblos en la
primera frontera del Antisuyo desde el Cusco,
“en el espacio que hay hasta poblar el río
Paucartambo”, es decir, “a una y otra bandas
del camino real del Antisuyu” (Garcilaso de la
Vega Cap. 1 Libro XX). Luego narra una
expedición posterior en tiempos de Inca Roca,
donde el gobernante llega a un área inmediata
posterior a la referida en la anterior cita, a
Pillcupata, nombre asociado al área de
Vilcabamba:
“El rey Inca Roca… determinó enviar a la
conquista de Antisuyu a su hijo… el
príncipe fue con buen suceso hasta el río
Paucartampu y pasó adelante a Challapampa, y redujo a los pocos indios que por
aquella región halló; de allí pasó a Pillcupata, donde mandó poblar cuatro pueblos
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Fig. 1. Mascarillas de plata. Catálogo de la
Exposición “Espíritu Pampa una nueva historia.
Los Señores Vilca: Tras la huella de los Wari en el
Antisuyo”. Dirección Regional de Cultura Cusco.
Febrero 2011.
Fig. 2. Botella Wari, recuperada
en Vilcabamba.
de gente advenediza. De Pillcupata pasó a
Hauisca y a Tunu, que son las primeras
chacras de cuca que los Incas tuvieron… En
esta jornada aumentó el príncipe Yahuar
Huácac casi treinta leguas de tierra a su
imperio, aunque de poca gente y mal
poblada, y no pasó adelante por la mucha
maleza de montes, ciénagas y pantanos que
hay en aquella región, donde confina la
13
Espíritu Pampa
provincia que propiamente se llama Anti,
por quien toda aquella banda se llama
Antisuyu”. (Garcilaso Libro 4, cap. XVI y
XVII).
Enfocar bajo esta nueva óptica los escritos
sobre los orígenes y formación del Tawantinsuyo da más luces sobre la transición de los
periodos Horizonte Medio e Intermedio
Tardío en la región cusqueña. Es posible
asumir que la expedición inca al Antisuyo que
en la crónica de Bernabé Cobo es atribuida a
Pachacuteq, pueda referirse también a las
expediciones de gobernantes Wari en dicha
región, considerando que son varios los
gobernantes que tomaron dicho nombre, los
incas habrían recreado los actos heroicos y
fundacionales de los Wari, legitimándose
como los señores naturales de la tierra. En la
narración de Cobo a continuación, resalta
cómo Pachacuteq muestra su poder reconstruyendo el famoso puente de Choquechaka,
rehaciéndolo en la parte que solía estar:
Dio principio a sus conquistas por las
provincias de Viticos y de Vilcabamba,
tierra muy dificultosa de sujetar por su gran
aspereza y muchos arcabucos y cerrados de
selva. Partió el inca del Cuzco con la gente
más valiente y escogida que tenía; entró por
el valle de Yucay y caminó río abajo hasta
Tambo, llegó al valle de Amaybamba, y
tuvo allí noticias que no había puente en el
río para pasar adelante, porque habían
quitado sus contrarios los de Chuquichaca
(quiere decir puente de oro); los cuales
confiados en que no podría el Inca pasar el
río, se habían puesto en quererle resistir.
Mas fue tanto el
poder el Inca que no
solamente hizo aquella puente en la parte
que solía estar, sino otras muchas… En
teniendo el Inca acabadas las puentes,
mandó marchar el campo… y llegado a
Cocospata, como veinticinco leguas del
Cuzco, le vinieron embajadores de los
caciques Viticos y Vilcabamba, que le
dijeron cómo aquella era una tierra áspera
de breñas y bosques y muy enferma, que
podría ser que adoleciese Su Alteza si
insistiese en pasar adelante… No quiso el
Inca admitir este ofrecimiento…
Estaban los caciques de Vilcabamba,
cuando volvieron sus embajadores, en los
14
llanos de Pampacona, que es antes de entrar
en la montaña, e informados del gran poder
del Inca… se perdieron de ánimo, juzgando
que si el Inca los acometiese habían de ser
destruidos… no pasó el Inca de los llanos de
Pampacona; allí vinieron los demás señores
de la tierra a hacerle homenaje, trayéndole
gran refuerzo de vitualla y de regalos para
el ejército. Los caciques, para más contentar
al Inca y ganar su gracia, le d i j e r o n q u e
tenían que darle una sierra toda de plata
fina y unas muy ricas minas de oro. (Cobo.
Historia del Nuevo Mundo Cap. XII).
En el anterior párrafo aparecen los lugares
emblemáticos del Vilcabamba de la resistencia
Inca a inicios de la colonia: El puente de
Choquechaka, y un curacazgo dividido en dos
parcialidades, con sus caciques de Vitcos y de
Vilcabamba. En su Relación, Titu Cusi
Yupanqui describe cómo Manco Inca hizo
construir su casa en Vitcos para no dormir en
las de sus antepasados.
¿Quiénes eran los ancestros incas de Vitcos y
desde cuándo estaban en sus recintos?. Qué
modelos se pueden proponer para la evidencia
de Espíritu Pampa de cómo poblaciones Wari
habrían logrado instalarse en la selva alta de la
región cusqueña. Es posible suponer que los
mallkis mencionados por Titu Cusi Yupanqui
estuvieran colocados junto a piedras
enterradas como huancas para marcar el
territorio. De ser así, se trataría la población
local de una colonia, con una probable dinastía
de gobernantes, señores regionales de una
sociedad de frontera y zona de contacto entre
diversos grupos.
Bauer (2008) establece un contexto social de las
ocupaciones Wari en la región de Cusco en
Horizonte medio en el que la población Wari
convive y procura acceder a la fuerza laboral
de poblaciones locales:
A la llegada de los Wari a la región del
Cuzco, se toparon con sociedades prósperas. Numerosas jefaturas se habían desarrollado por toda la región, a partir de aldea
grandes establecidas durante Periodo
Formativo. Las más grandes y poderosas se
encontraban en las zonas de mayor producción agrícola (Anta, Cuzco, Lucre y Huaro).
En otros lugares jefaturas más pequeñas,
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
probablemente en constante conflicto y
alianzas con las formaciones políticas más
grandes de la región. (Bauer 2008: 111, 112).
La zona de Vilcabamba debió tener
importancia por sus cocales desde la llegada
de población Wari a la región del Cusco, ¿qué
tan principal o secundaria fue? Renard de
Casevitz (1981) en su estudio sobre las
fronteras incas en el Antisuyo sustenta un
modelo de relación entre población Anti e
Incas, basado principalmente en relaciones de
intercambio y lazos de reciprocidad que en
conquistas, si los incas reprodujeron los modos
de gobierno Wari, la relación entre la
población Anti y Wari durante el Horizonte
Medio debió ser similar:
Entre los Andes de la Montaña baja del Sur
de Huánuco al Tono y los Incas del Tahuantinsuyu había relaciones no de conquista
sino de intercambios y de alianza (en cuanto
al proyecto de atracción pacífica). Se trata
de relaciones frágiles, continuas o e s p o r ádicas según las tribus, frecuentes o escasas:
así… los Piros del Alto Ucayali subían una
vez al año hasta el Cuzco para cambiar
bienes adquiridos a lo largo del Urubamba
y del Ucayali hasta el Marañón; así, los
guerreros andes de Vilcabamba habían
subido a residir en esa provincia antes de
retroceder a la Montaña en la época
colonial. (Casevitz 1981: 26).
¿Eran los caciques de Vitcos y Vilcabamba que
salen al encuentro de Pachakuteq en horizonte
tardío una continuidad de los linajes de poder
Wari?, ¿Estas poblaciones advenedizas en la
zona, fundadas por Wari primero e incas
después, abandonaron del todo en algún
momento esta región a fines del Horizonte
Medio, o se mantuvieron en la zona y así luego
se incorporaron rápidamente al Tawantinsuyu?
Para un panorama sobre élites locales en Cusco
durante el Horizonte Medio hemos revisado
los trabajos sobre tumbas de élite de estilo Wari
documentadas en la región, específicamente
las similitudes entre Espíritu Pampa y Batan
Urqu con tumbas en el sector de Molinuchayoq en Huari. Y las continuidades de
ceremonias de culto a los ancestros en Choquepukio en el Intermedio Tardío.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
2. Tumbas de élite Wari: Espíritu Pampa,
Vilcabamba; Batan Urqu, Huaro, Cusco.
Sector Molinuyuq, Huari, Ayacucho.
Visitar y recorrer Pikillakta en Cusco remite a
la idea de un tiempo primigenio, sus muros
antiguos aparecen al visitante contemporáneo
como los vestigios de un tiempo que por ser
anterior a los incas se confunde con lo mítico e
incluso con lo atemporal, como si esas calles
hubiesen estado desde siempre. Ya a la llegada
de los españoles, destacaban en el paisaje por
su antigüedad evidente los edificios de Muina
o Pikillacta, y eran atribuidos efectivamente a
un periodo anterior al de los incas. Marc Augé
en “El Tiempo en ruinas” describe la
experiencia de visitar edificios antiguos: “La
ruina, es el tiempo que escapa a la historia: un
paisaje, una mezcla de naturaleza y cultura
que se pierde en el pasado y surge en el
presente como un signo sin significado, sin
otro significado, al menos, que el sentimiento
del tiempo que pasa y que al mismo tiempo,
dura”. Esa experiencia no debió de ser muy
distinta en tiempos prehispánicos. Puesto que
la arquitectura monumental de los Wari fue
conservada por los incas, precisamente para
evidenciar la antigüedad de su linaje, como
pruebas del poder de los ancestros.
Así, cuando Manco Inca en su retirada a
Vilcabamba hace construir casas para no
dormir en la casa de sus ancestros, ahora es
posible considerar que estas casas de los
ancestros puedan haber sido construcciones
de Horizonte Medio. El hallazgo en Espíritu
Pampa por su importancia llama a más
trabajos sobre la temática en cuestión:
Es único en el contexto de la arqueología
andina en general, en tanto que nunca antes
se había expuesto un contexto mortuorio
perteneciente a la cultura Wari (cerca 5501000 dC.) de magnitudes similares. La
importancia de este hallazgo radica en el
hecho de que constituye la primera
evidencia concreta de la existencia de
individuos de alta jerarquía y poder dentro
de la estructura social de la cultura Wari. La
segunda importancia del hallazgo de
Espíritu Pampa es que éste proviene de una
zona que forma parte de la región
15
Espíritu Pampa
Fig 3. Lajas de la tumba principal.
Espíritu Pampa.
Fig. 4 Estructura Funeraria 4.
Batan Urqu (Zapata 1997)
Amazónica. Tradicionalmente, todo
estudio relacionado con el Estado Wari se
ha centrado en la sierra y la costa del
Pacífico. (Fonseca 2011)
Los entierros de élite Wari en los lugares
donde ha quedado evidencia de ellos han sido
destrozados desde épocas tempranas en la
colonia, y hasta el presente se hallan expuestos
al huaqueo. Por ejemplo las tumbas en
Conchopata Ayacucho descritas por Isbell. De
similar forma en Cusco, el sitio de Huaro
estudiado por Zapata en 1997 deja ver tumbas
saqueadas por profanadores primero y
puestas en valor por el Instituto Nacional de
Cultura en su momento, pero no se han
hallado ahí entierros íntegros.
En Espíritu Pampa, se hallaron once cestas, de
las cuales dos estaban ya profanadas, y tres
tumbas, una se ha identificado como el
entierro del Señor principal del lugar. Están
ubicadas dentro de una habitación cuya
extensión es de 12.65 x 4.88 m. El cuarto tenía
un piso de arcilla amarilla apisonada, bajo el
cual se encontraron dos lajas, de 1.50 x 0.65m
de ancho, con orificio circular de 5 cm. de
diámetro. Bajo las dos lajas se encontró una
estructura cilíndrica, ligeramente ovoide, con
16
paredes de piedra y barro enlucida con arcilla
muy fina de color gris. Los principales
elementos encontrados son: Dos cetros de
chonta forrados con láminas de plata, una
pechera, una máscara, 687 cuentas de
turquesa, dos brazaletes de oro, 230 pequeñas
láminas de plata. No se recuperó material óseo,
salvo unos dientes que corresponden a un
Individuo masculino de 25 a 35 años.
Sobre este hallazgo se llevó a cabo un conversatorio organizado por la Dirección Regional
de Cultura Cusco, y sigue pendiente la
publicación de las exposiciones y discusiones.
En la exposición de Javier Fonseca en la sede
central del Ministerio de Cultura en agosto de
2011 se mostró abundante material y detalles
de las excavaciones que siguen en curso en
Espíritu Pampa. Un primer detalle es que la
tumba principal se halla dentro de lo que
parece ser una cámara mortuoria rectangular,
y que la estructura cilíndrica al interior llegaba
a una profundidad de tres metros.
Estas características son similares al hallazgo e
identificación de tumbas de élite en la zona de
Batan Urqu en Huaro Cusco, donde Zapata
realizó excavaciones en 1997. En Huaro la
historia es similar, un antecedente directo de la
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
presencia de tumbas de élite estaba en los
informes del ex INC, donde se daba cuenta que
en 1952 se recuperaron piezas y figurines
provenientes de lo que sería un hallazgo
mayor. No se especifica quien, pero el Director
del Museo e Instituto Arqueológico de la
UNSAAC recibió: Una escultura pequeña de
una llama hecha de oro, cuatro esferas
pequeñas de oro, fragmentos de espondilos y
cuentas de turquesa, y un fragmento de tejido.
Zapata identificó lo que denomina la estructura funeraria Nro 4 de Batan Urqu, de donde
provienen los objetos arriba mencionados, la
boca de la tumba tiene un diámetro de 0.8 m,
una profundidad de 4,5m, donde alcanza un
diámetro de 1,6m. Zapata concluye en base a
su análisis de la cerámica, construcciones y
patrones funerarios que Batan Urqu tuvo una
población de distintas etnias, esto reflejado en
los distintos estilos cerámicos, de procedencia
diversa:
Batan Urqu constituyó un lugar de contacto
donde convergieron manifestaciones
culturales de procedencias diversas… el
valle de Huaro debió ser una vía de
intercambio regular entre las tradiciones
culturales de este y oeste en la sierra Sur de
los Andes. (Zapata 2007: 204)
Surgen las siguientes preguntas, ¿cuáles hayan
sido las relaciones entre el Señor Vilca de
Espíritu Pampa y los señores de Batan Urqu?
Mary Glowacki y Gordon McEwan realizaron
en 2001 una revisión de los supuestos sobre la
ocupación Wari en la región cusqueña, en base
a los últimos hallazgos y evidencias arqueológicas obtenidas a la fecha, publicando
“Pikillacta, Huaro y la gran región del Cuzco:
nuevas interpretaciones de la ocupación Wari
de la sierra sur”. Trabajo donde lo novedoso y
significativo es la proposición de cómo la
ocupación Wari de Cusco fue más temprana,
más intensa y de más larga duración de lo que
previamente se había considerado.
Pikillacta es el sitio después de Huari más
conocido (¿acaso Tumipampa y Cusco luego?).
Ocupa un área de 50 Ha o 2 Km2 (Mc Ewan
1984), esto concuerda con el perímetro del
centro del Cuzco incaico (Mc Ewan 1984). Jhon
Rowe (1956) y Dorothy Menzel (1964) fueron
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
los primeros en proponer que Pikillacta fue el
mayor centro provincial Wari en el altiplano
sureño. Acaso un Cusco, en los mismos
términos en que luego Garcilaso se referiría a
los centros administrativos Inca como
Huánuco Pampa. Pero fue una ciudad que no
se terminó de construir, ni fue totalmente
ocupada a pesar de la inmensa inversión de
tiempo y trabajo en ella -como Sacsayhuaman,
como la Akapana en Tiahuanaco-, y que en su
mismo tiempo de vida pudo mostrar a sus
visitantes un área en uso, ya antigua y con
modificaciones, y que por ello mismo dejaba
ver el paso del tiempo en sus instalaciones, y
un sector en construcción, otra imagen
igualmente sugerente. Huaro, no muy distante
de Pikillacta también fue un extenso complejo
Wari, con 9 km2. Con las excavaciones hechas
por Glowacki, Zapata, Roman entre 1998 y
2000, se concluyó que Huaro fue establecido
con anterioridad a Pikillacta y funcionó como
un establecimiento primario, desde el cual se
construyó Pikillacta.
Estos autores sostienen que la expansión Wari
en Cusco tuvo raíces en el Periodo Intermedio
Temprano, 200 a.C. – 600 d.C. tiempo en el cual
los pueblos de Cusco y Ayacucho establecieron contacto. Por ejemplo hay semejanzas
entre los estilos cerámicos Intermedio
Temprano Qotakalli del Cusco y cerámica
Huarpa de Ayacucho (Glowacki 1996).
a) Pigmento negro sobre engobe blanco o
crema sobre superficie anaranjada no
pigmentada.
b) Cántaros con cuellos y caras antropomorfas
c) Diseños o patrones de líneas paralelas,
triángulos concéntricos, rombos entrecruzados
d) Figuras decorativas, posibles llamas.
Surgen así interesantes posibilidades interpretativas para Horizonte Medio en Cuzco:
- En Pikillacta se ve que cerámica Qotakalli y
algunos estilos de cerámica Wari son contemporáneos, de épocas 1B a 2 de horizonte Medio.
- Trabajos de McEwan en Chokepukio (1995)
indican que el estilo q´otakalli ya estaba en uso
cuando los Wari ocupan el valle.
- Esta cerámica q´otakalli, no comparte caracte-
17
Espíritu Pampa
rísticas con estilos cerámicos locales del
Horizonte Temprano y del Periodo Intermedio
Tardío en Cusco, su aparición en Horizonte
medio fue influenciada por factores externos.
- A partir de las excavaciones en Huaro: “La
presencia de estos tiestos sugieren influencias
altiplánicas previas al Horizonte Medio y otros
de la cultura de la costa sur (Ver botella nazca
en Qoripata) y puede ser indicativo de una
interacción más temprana entre Wari
cusqueño y otros grupos étnicos de este
periodo”. (Glowacki y Zapata 1998; Glowacki
2000).
Hay dos tendencias para las interpretaciones:
1. Según los cronistas (resumidos por Rostworowski 1972), cuentan conflictos por el control
del Cuzco entre distintos grupos étnicos.
2. De acuerdo a la evidencia de la arqueología,
se sugiere que por la similitud composicional
entre cerámica qotakalli y Wari, estas
sociedades tuvieron relaciones amistosas, ya
que parece que compartieron recursos de
producción alfarera
En Qoripata, cerca al área del centro histórico
de la ciudad de Cusco (Glowacki y Zapata
1998, 2000), se encontraron estructuras de
recintos alrededor de un patio interior, de finos
acabados, paredes y pisos de yeso, con diseño
similar a Moraduchayuq, sector gubernamental en Huari Ayacucho, esto sugiere que
pudo haber tenido una función similar.
Sobre estructuras funerarias en el complejo
Huari tenemos el trabajo de Pérez (2000),
donde describe los alrededores de complejo
Huari donde se encuentran asentamientos de
menor jerarquía como Molinuyoq, cerro que
limita los valles de Huamanga y Huanta, a
3800 msnm, allí se ubican estructuras funerarias con grandes losas que sirven de tapas.
Restos de una población fortificada, con
estructuras funerarias de forma cónica. Se
deduce: enterramientos selectos, personajes de
elite relacionados con prácticas de culto o
sacerdocio. El cerro es el más elevado en el
sector noreste de la ciudad, y desde ese lugar se
ve el apu Rasuvilca y cumbres de la cordillera
Central, o personajes asociados a la administración del área. (Pérez 2000: 539, 54).
18
Luego, el autor sostiene que en la construcción
de las tumbas megalíticas, hay influencia de
estilo de construcción Tiahuanaco. “En el caso
de las cámaras megalíticas de Cheqohuasi, y
de las losas que sirven de tapa a las estructuras
de funerarias en la cima de los cerros San
Cristóbal y Molinuyoc, la técnica del tallado de
piedra es diferente” (al sector Monqachayoq y
Huacaraura, con influencia sierra norte y
oriente como Kotosh, Markahuamachuco), se
presentan “llaves” que en la parte superior de
los lados que soportan los techos de las
cámaras, y hay entradas de doble jamba,
ambos rasgos arquitectónicos asimilados de
cultura Tiahuanaco. (Pérez 2000. 543).
3. Continuidades en la reciprocidad ritual y el
manejo administrativo entre los horizontes
medio y tardío en la región de Cusco,
¿Costumbres locales o foráneas?
En base al trabajo sobre el complejo de
Chokepukio, adyacente a la laguna de
Huacarpay en el valle bajo del Huatanay,
Cusco, “Arquitectura monumental en el
Cuzco del periodo intermedio tardío: Evidencias de continuidades en la reciprocidad ritual
y el manejo administrativo entre los horizontes
medio y tardío” de Mc Ewan, Gibaja y
Chattfield (2005), tenemos un acercamiento al
desarrollo de los señoríos locales en la región
de Cusco post Horizonte Medio. Este vendría a
ser al momento la referencia más cercana para
hacer comparaciones con intermedio tardío en
Espíritu Pampa.
Los autores parten de los siguientes supuestos
básicos: Una tradición cultural de muy larga
duración en el tiempo y que se extiende desde
el presente hasta la más remota antigüedad,
luego las relaciones de poder se concretan por
medio del concepto de obligaciones recíprocas
y los rituales requeridos para invocarlas. En
toda escala los líderes usaron los festines
rituales como medio para movilizar la fuerza
de trabajo necesaria: “…hasta el punto que se
desarrollaron artículos de servicio y arquitectura especializados con el fin de proporcionar
un escenario adecuado para estas fiestas”
(p.258). Los autores citan el trabajo de Morris y
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
3
Thompson 1985, sobre Huánuco Pampa, y
cómo una de las principales funciones de los
centros administrativos era de servir como
lugares apropiados para banquetes y festines
relacionados con el gobierno estatal y las
obligaciones religiosas.
Luego, para la región de Cusco, señalan que los
edificios llamados “galpones con nichos” de
Pikillacta parecen haber tenido como principal
función ser escenario de banquetes de culto a
los ancestros. (Glowacki 2005; McEwan 2005).4
Los autores desarrollan la idea de que los incas
continuaron esta tradición como forma de
administración (McEwan 2006).5
Choquepukio es considerado como el sitio con
el único vestigio de arquitectura monumental
del periodo Intermedio Temprano en todo el
valle del Cuzco. Se ubica a 30 Km del centro
histórico del Cuzco, en la cuenca del río Lucre.
Adyacente al cerro Condor Moqo, 3138 msnm.
1km2 de extensión. Choke en aymara oro,
pukio en quechua manantial, tiene una fuente
de agua termal. Tiene ocupación desde el 400 a.
c. Para el estudio los autores se centran en las
datación según carbono 14 entre el 1000 d.c. a
1450 d.c. La arquitectura inca del lugar es
reducida en escala, y “opacada del todo por los
gigantescos recintos del periodo preinca
inmediatamente anterior” (Mc Ewan, Gibaja,
Chatfield 2005: 259). Su importancia geográfica, geografía sagrada, cerca al tinkuy de los
ríos Vilcanota y Huatanay, y en el camino al
Collasuyo.
Tiene tres áreas claramente diferenciadas:
A 12 grandes recintos aglutinados
B 6 grandes recintos independientes
C numerosos pequeños edificios de una sola
habitación, ocupación inca
El análisis sobre el área A y B. la configuración
general del plano de planta es similar tanto a la
de la cancha inca, como en la ciudad de Cuzco,
como en la de los grupo patio Wari de
3
Morris C., y D. E. Thompson. Huánuco Pampa: An
Inca City and its hinterland. Thames and
Hudson,London / New York.
4
Glowacki, M. L. “Dating Pikillacta”. En: G. F.
McEwan (ed.), Pikillacta: The Wari Empire in
Cuzco, 115-124, University of Iowa Press, Iowa City.
McEwan G. F. “The Functions of Pikillacta”. En:
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Pikillacta. Los recintos se componen de un
patio central rodeado por recintos periféricos
construidos contra los muros perimétricos.
El estudio sobre Chokepukio sirve a nuestros
fines en la medida en que en base a los trabajos
en el lugar los arqueólogos han cuestionado el
aparente surgimiento meteórico del Estado
inca, hacia 1438 dc., ya que según la historiografía tradicional y la historia fundamentada
más en crónicas que en evidencias arqueológicas, el incario pasa de ser una pequeña e intrascendente entidad política a un vasto y
complejo imperio. Chokepukio, como sede de
un grupo o señorío local contemporáneo a
Wari, luego independiente en intermedio
tardío y vigente en horizonte tardío genera las
siguientes reflexiones sobre los Incas y la
manera en la que se hicieron señores de estas
tierras:
“ellos debieron haber heredado de sus
antepasados en el valle del Cusco una
organización administrativa y una infraestructura política y económica ya desarrolladas (McEwan et al. 2002; McEwan 2005,
2006). Los estudios de Horizonte Medio en
el Cuzco (McEwan 1987, 1996, 2005; Zapata
1993; Glowacki 1996, 2005; Valencia 1996,
2005) han demostrado que esta región
estaba fuertemente integrada al imperio
Wari por casi cuatro siglos hasta que su
régimen colapsó alrededor de 1000 d. C.
recientes estudios realizados en Pikillacta
sugieren que los Wari parecen haber
dominado el Cuzco por medio de la
manipulación de conceptos de ancestros y
huacas ancestrales de una manera muy
parecida a los posteriores incas. Los
gobernantes Wari construyeron su
autoridad por medio de la lógica de obligaciones recíprocas de parentesco tanto reales
como ficticias. La administración activa
estaba entrelazada con los ritos de
parentesco. Las cabezas y los miembros del
G. F. McEwan (ed.), Pikillacta: The Wari Empire in
Cuzco, 147-164, University of Iowa Press, Iowa City.
5
McEwan G. F. “Inca State Origins: Collapse and
Regeneration in the Southern Peruvian Andes”. En:
G. M. Schwartz y J. J. Nichols (eds.), After Collapse:
The Regeneration of Complex Societies, 85-98,
University of Arizona Press, Tucson.
19
Espíritu Pampa
linaje se reunían en los galpones destinados
para los festines con el objeto de venerar a
sus ancestros y, al mismo tiempo, llevar a
cabo los ritos de administración política”.
(McEwan, Gibaja, Chatfield 2005:277, 278)
El asentamiento del Periodo Intermedio
Tardío de Chokepukio necesitó de una
economía política capaz de producir lo
suficiente para su construcción, mantenimiento. Alfredo Valencia en su tesis de
doctorado “Las obras hidráulicas del
Horizonte Medio en la cuenca de Lucre”
(1996), muestra que los Wari instalaron una
“impresionante” infraestructura hidráulica y
agrícola, que como fuente de recursos fue
heredada por su sucesor en el valle del Cusco
durante el periodo Intermedio Tardío, y
testimonian la presencia de una estructura
administrativa competente y bien organizada,
que pudo mantener y administrar una red de
canales terrazas más grande de lo que una
pequeña comunidad pudiera necesitar ¿Eran
un grupo de élite? o ¿un grupo rico en
relaciones de parentesco sobre los territorios
en derredor capaz de convocar mano de obra y
de redistribuir los bienes producidos (maíz),
por productos de la periferia?.
Estas interpretaciones son preliminares y
están basadas en los resultados obtenidos
hasta hoy. Lo que sí parece ser claro es que
la compleja organización política y social no
desapareció con la caída del imperio Wari,
sino que continuó posteriormente. El
Periodo Intermedio Tardío en el Cuzco fue
dominado por una o más entidades políticas, mientras que el Estado inca nació en
medio de un ambiente de sociedades
complejas gobernadas por vínculos de
parentesco recíprocos y que poseía una
infraestructura bien establecida que sirvió
como base para el ascenso del imperio.
(McEwan, Gibaja, Chatfield 2005: 278)
Si el Tawantinsuyuo nació en el siglo XV en un
ambiente de sociedades complejas, vale la
pena insistir en más trabajos de excavación e
investigación en sitios Wari en la región de
Cusco, y en Espíritu Pampa a fin de establecer
si la sociedad compleja, resultante del contacto
de poblaciones Wari con Antis subsistió en el
lugar en el Intermedio Tardío.
20
4. Apuntes sobre élites y mecanismos de
poder en Horizonte Medio
Isbell (2000) plantea la siguiente propuesta
sobre la difusión amplia de un arte emblemático en el Horizonte Medio: Que estos objetos
representaban principios cosmológicos de una
poderosa ideología religiosa. Y plantea la
siguiente pregunta ¿si acaso estas representaciones míticas se difundieron gracias a la
adopción de un culto religioso, promovido tal
vez por misioneros proselitistas?, o ¿sino
cuáles fueron los mecanismos de incorporación imperial?
Ensayamos una respuesta en base a dos
trabajos de Makowski, el primero sobre los
personajes frontales de los Báculos (2001),
donde plantea las siguientes hipótesis sobre
las excavaciones en los centros de poder Huari:
Que los rituales abiertos a representantes de
diferentes grupos étnicos y destinados al culto
de sus ancestros y deidades constituían el
fundamento institucional del Estado. Y que el
complejo sistemas de signos en horizonte
medio, sirvió para sustentar y hacer visible los
sistemas de parentesco que eran la base de la
doctrina religiosa y política de Huari y Tiahuanaco.
Luego, Makowski en su trabajo sobre
“Vestido, Arquitectura y Mecanismos de
Poder en el Horizonte Medio” (2010), da más
elementos para afinar las respuestas posibles:
…las evidencias presentadas sugieren que
los mecanismos de poder habrían sido de
carácter eminentemente hegemónico. Los
gobernantes huari ampliaban probablemente sus dominios por negociación,
eventualmente respaldada por el
matrimonio o por la conquista cuando no
cabía otra solución, y la consolidaban
mediante regalos y privilegios a las élites
locales que se convertían en las representantes de los intereses
del imperio en
su región.
Cabe entonces decir que si hubo misioneros
proselitistas que promovían la adopción del
culto religioso Wari y la incorporación de las
poblaciones al Imperio, debieron haber sido
señores emparentados a las elites gobernantes
de Huari. Miembros de una extensa red de
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
parentesco y lazos de reciprocidad inherentes
a los vínculos parentales. Habría que afinar la
respuesta en base a mayores evidencias, para
determinar si estas élites se mantuvieron en el
tiempo una vez finalizado el horizonte medio,
si se constituyeron en las élites regionales de
los periodos posteriores, o si eventualmente
abandonaron por completo los enclaves Wari
provinciales.
Para responder a la pregunta de quién fue el
Señor Vilca de Espíritu Pampa, y quiénes
fueron los Wari en dicha región, tomaremos
dos citas también de Makoswki, a fin de
contrastar sus modelos con las evidencias:
Las élites locales se subordinaron a los
nuevos líderes de origen serrano. Los
regalos -como unkus, mantos, vasijas,
armas con puntas de obsidiana- que los
curacas provincianos, administradores del
imperio de diferente rango e importancia
política, recibían como regalo de sus
superiores como símbolo de su investidura,
y llevaban a la tumba como parte del ajuar
funerario, se convierten, de acuerdo con
este escenario, en el principal vestigio
material de la nueva situación política. Por
ello, en lugar de los ansiados centros
administrativos y otras construcciones
imperiales, los arqueólogos suelen
encontrar en las cámaras funerarias de élite
la única huella tangible de la presencia
6
huari. (Makoswki 2007: 17)
de las deidades del imperio, los apus del
lago y de la cuenca de Ayacucho. Esta legitimación se realizaba durante las ceremonias
públicas, las fiestas religiosas y la pompa
fúnebre, a través del atuendo y de la
parafernalia ceremonial profusamente
decorada.
2) Las élites locales subalternas del imperio:
huarpa, nasca, lima, recuay, huamachuco,
cajamarca, etc. El uso de formas de vasijas,
gorros y unkus, así como emblemas
exóticos de origen tiahuanaco sensu lato,
realza está relación. Sin embargo, la
ausencia de glifos señala que los usuarios
del atuendo y las vasijas así decoradas no
tenían derecho a rendir culto a las deidades
protectoras de los linajes nobles tiahuanaco
y huari.
3) Las élites de las periferias o de las áreas
recientemente dominadas y no incluidas en
la administración imperial. Para ellos, los
estilos huari -con su característica
iconografía tiahuanaco, a veces entremezclada con elementos huarpa y nasca- eran
considerados estilos de alto prestigio,
valiosos y exóticos, y como tales son fuente
de poder y objeto de deseo. Era parte de la
moda emularlos, retomar sus convenciones, disfrazar a los dioses propios y sus
símbolos ancestrales con el uso de nuevas
Sobre Espíritu Pampa, falta en efecto una
mayor difusión de los hallazgos, por ejemplo
los trabajos referidos a las construcciones en
derredor de las tumbas encontradas, al parecer
de considerable extensión y de arquitectura
compleja. Pero para definir si el Señor Vilca de
Espíritu Pampa fue un Señor de un linaje local,
o un misionero proselitista de un linaje de
poder foráneo a Vilcabamba consideremos la
clasificación de Makowski (2010):
“1) La élite suprema huari que deseaba
legitimar sus derechos políticos por medio
de la demostración de su parentesco directo
con los reyes de Huari y de Tiahuanaco, así
como la protección que recibían por parte
6
En el texto PDF de “Señores de los Imperios del Sol”.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Fig. 7 Agente 102 Who was Who in the Huari Empire.
21
Espíritu Pampa
convenciones y detalles exóticos prestados.” (Makowski 2010).
Tenemos una élite suprema Wari, élites locales
de lugares incorporados al imperio, aquéllos
que recibían los regalos que figuran en la
primera cita, y en tercer lugar élites de las
periferias, de lugares no incluidos en la
administración imperial. Estas élites definidas
en relación a la posibilidad o no de usar glifos
Tiahuanaco, da un interesante marco para el
Señor Vilca de Espíritu Pampa.
Puesto que, si vemos la Fig. 1 de este ensayo,
apreciamos allí en láminas de plata, la
representación de cabezas, con glifos Tiahuanaco como lacrimales. El detalle de la
iconografía en brazaletes y pectoral no es
posible aún ya que no se han difundido dibujos
sobre los mismos. Tampoco se encontraron
tejidos, pero la botella retrato encontrada junto
a la tumba principal parece ser una representación del propio personaje hallado (según los
arqueólogos del equipo de investigación, que
así presentan el objeto), o también podría
tratarse de un ancestro del mismo.
En base a las cabezas repujadas en las láminas
de plata y el retrato de la botella escultórica, es
posible asociar al Señor Vilca de Espíritu
Pampa con el agente 102 de la clasificación de
Knobloch8, ya que se distinguen el diseño
trenzado en el tocado del personaje, tanto en el
agente 102 como en las láminas de plata del
Señor Vilca. Sobre los lacrimales, son distintos
los de las láminas a los de la botella escultórica.
El dibujo del agente 102 es formalmente
parecido al de la botella escultórica.
AGENT: 102 This agent is one the earliest
Huari depictions found in the 1977 Huari
excavation dating back to Middle Horizon
Epoch 1. Early effigy jars are simple faceneck vessels with round body. The facial
features include black hair, black sideburns,
chevron headband and rectangular motifs
on the cheeks that are similar to motifs
painted on the interior of open bowls in the
Ocros and Chakipampa style pottery. Such
rectangular motifs may indicate ethnic
identity and be precursors to Inca style
tocapusquares used to designate known
populations in the Inca Empire as often
depicted by textiles.
Acknowledged
by Huari, Conchopata and Pachacamac
artisans, this agent is typically associated
with stylized images of profile attendants,
front face deity and abstract geometrical
motifs. I argue that this individual participated in the development of the new
religious cult in its early proselytizing
phase as it spread between these distant
areas.7
Si combinamos las referencias arriba citadas,
tendremos que, asumiendo que el sitio de
Espíritu Pampa haya estado plenamente
integrado al imperio Wari, el Señor Vilca
parece tratarse de una persona vinculada
parentalmente a los linajes de poder de la
época, de Pikillacta, Huari y Conchopata.
Puesto que en su parafernalia se hallan glifos
tiahuanaco, tuvo que pertenecer al primer
grupo, al linaje de poder Wari, y haber sido
una suerte de misionero proselitista, ya que
Knocbloch asocia al agente 102 con el
desarrollo de un nuevo culto religioso y su
difusión en áreas distantes.
Quedan pendientes las interrogantes referidas
al periodo de ocupación Wari en Espíritu
Pampa y la transición del mismo al periodo
intermedio tardío. Para la zona de Pikillacta y
Huaro la cronología es interesante como
referencia, ya que los estudios indican que la
construcción de Pikillacta pudo comenzar
alrededor del 530 d.C. Época 1A de Horizonte
Medio y siguió en uso por los Wari hasta
aproximadamente 1155 d.C. ya en periodo
Intermedio Tardío (McEwan 1984), el tiempo
de ocupación es considerablemente largo. A su
vez, la zona de Vilcabamba como vimos en el
primer punto de este texto, corresponde al
Antisuyo próximo inmediato a los valles de
Cusco, ¿entonces quiénes eran los Wari
cusqueños, mitmakunas ayacuchanos, o
cusqueños en seco, a partir de dónde y de
cuándo se puede definirlos como locales o
foráneos? Hace ya medio siglo Menzel en base
a los patrones similares de distribución del
material Wari e inca sugirió que los Wari
7
Was Who in the Huari Empire. Institute of Andean Studies 33rd annual meeting, January 8-9, 1993, UCBerkeley, Patricia Knobloch, 1993
22
UNSAAC - Riqch´ariy
Gonzalo Valderrama
tuvieron una estructura política similar a la
inca. Glowacki y Mac Ewan (2001) sugieren
que la expansión Wari en Cusco tuvo raíces en
el Periodo Intermedio Temprano, 200 a.C. –
600 d.C. tiempo en el cual los pueblos de Cusco
y Ayacucho establecieron contacto. Por
ejemplo hay semejanzas entre los estilos
cerámicos Intermedio Temprano Qotakalli del
Cusco y cerámica huarpa de Ayacucho
(Glowacki 1996). Lo Inca como continuidad
Wari, nos deja los siguientes puntos en claro:
Que la ocupación Wari de Cuzco pudo haber
tenido origen en presencia de ayacuchanos pre
Wari. Que la relación Cuzco Ayacucho fue
intensa, compleja, con por lo menos dos colonizaciones mayores de Cusco, y que esta relación
continuó por varios siglos.
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24
UNSAAC - Riqch´ariy
Los Motivos de Don Phelipe
Revisitando la Nueva Corónica de Guaman Poma
Juan Marchena F.*
Resumen
Los propósitos de Felipe Guaman Poma de
Ayala para escribir su crónica fueron muchos y
variados. En este trabajo quiero analizar dos de
estos motivos, cuyas huellas podemos hallar
dispersas por todo el texto: de una parte
realizar una vigorosa defensa de los derechos
de la nobleza indígena, reivindicando sus
linajes; de otra, exigir el retorno “al mundo
antiguo”, con todas sus manifestaciones
políticas y culturales.
****
S
Key Word
in duda que los propósitos de Felipe
Guaman Poma de Ayala al escribir su
crónica fueron muchos y variados. Sobre
este asunto ha sido mucho lo que se ha escrito,
pero ahora, en este ensayo, producto de una
lectura muy sosegada del manuscrito, quiero
analizar dos de estos motivos que me parecen
cardinales, y cuyas huellas podemos hallar
dispersas por todo el texto. A pesar de la
reiteración de sus informaciones, Don Felipe
parece mostrar un cierto temor a manifestar
abiertamente estos propósitos centrales: basta
observar el desorden con que aparecen
expuestos los argumentos que sostienen estas
ideas, y lo enmarañado de sus explicaciones,
para deducir que no deseó explicitarlas
directamente, lo que obliga al lector a realizar
una laboriosa tarea de ubicación de estos
argumentos para comprenderlos a cabalidad;
tarea que en estas páginas pretendo aliviarle1.
Ambas líneas argumentales constituyen a mi
entender el motivo central de la crónica: a la
par que plantea una vigorosa defensa de los
derechos de la nobleza indígena, reivindicando sus linajes, entre los cuales sitúa
obviamente al suyo, exige el retorno “al
mundo antiguo” con todas sus manifestaciones políticas y culturales.
Guaman Poma, chronicle andina, lineage
andchief, inkas, illicit of the conquest,
resistance, denunciation.
Obviamente que ambas intenciones están
enlazadas: para el autor era del todo ilegítima
Palabras claves:
Guaman Poma, crónicas andinas, linajes y
principales, inkas, ilicitud de la conquista,
resistencia, restitución de las autoridades,
denuncia.
Abstract
The purposes of Felipe Guaman Poma de
Ayala to write his Chronicle were many and
varied. In this paper I want to discuss two of
these reasons, whose traces we can find
scattered throughout the text: a part made a
vigorous defense of the rights of the indigenous nobility, claiming their lineages; another,
require the return "the ancient world", with all
its political and cultural manifestations.
* Director del Máster y Doctorado en Historia Latinoamericana en la Facultad de Humanidades de la Universidad Pablo de Olavide. Sevilla.
1
Para este trabajo hemos manejado directamente el original. De modo que los números de referencia en
cuanto a localización de los textos transcritos se refieren a las páginas del manuscrito. El primer nueva
corónica y buen gobierno, Mss. Gammel Kongelig Samling (GKS) 2232, 4°, Biblioteca Real de Dinamarca,
Copenhague. El manuscrito en la red, en: www.kb.dk/permalink/2006/poma/info/es/frontpage.htm
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
25
Los motivos de Don Phelipe
la postergación y persecución a que habían
sido y estaban siendo sometidas las autoridades originarias (su familia entre ellas,
insiste) por parte de los conquistadores y
representantes del monarca, puesto que suya
era genuinamente la tierra, afirma con
rotundidad y en reiteradas ocasiones.
Conquistadores y representantes españoles
que, amparándose en un poder delegado del
rey, o por un seudo derecho de conquista que
él no reconoce, hicieron mal uso del mismo
multiplicando “sus desmanes y traiciones”, y
tornando en ilegal y “tiránico” el gobierno de
las Indias. De ahí que, concluye, el poder y la
soberanía sobre el reino del Perú tenía que ser
inmediatamente restituido a las autoridades
originarias, explicitando que éstas no fueron
vencidas ni conquistadas sino que pactaron
con el emperador, y aceptaron apenas sin
objeciones su potestad y su evangelización;
debiendo por tanto el rey, en cuanto
emperador universal y también en cuanto
cabeza de la iglesia americana, poner remedio
a tantos desafueros como se estaban
cometiendo en su nombre y en el de la conversión de los naturales. Para lograr todo esto,
aclara, debía crearse un nuevo reino, soberano
y andino, dentro de un imperio cristiano bajo el
dominio del rey emperador, como tal
“monarca del mundo”2.
1.- La defensa de los linajes.
En la página 949 Guaman Poma explicita esta
propuesta acerca de su concepción del mundo,
de la autoridad, y de un pretendido “Imperio
Universal”, con profundas influencias de la
cuatripartita cosmovisión andina. La que él
2
He podido realizar un estudio a fondo del
manuscrito, insertado en la excelente y completa
bibliografía sobre el texto y el autor: Marchena F.,
Juan, “La memoria de los cerros: Felipe Guaman
Poma de Ayala”, en Marchena Fernández, Juan,
Glave Testino, Luis Miguel y De la Puente Luna, José
Carlos, Caminando con Don Phelipe Guaman Poma de
Ayala. Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno, 1615,
págs: 1-146, Municipalidad Provincial del Cusco,
Cusco, 2009.
26
titula “Consideración para la grandeza de Su
Majestad el rey”, la resume en la necesaria
creación de una corte imperial, con un
emperador y cuatro reyes: “Ha de ser monarca el
rey don Felipe el tercero que Dios le acreciente su
vida, estado para el gobierno del mundo y defensa de
nuestra santa fe católica, servicio de Dios. El
primero: ofrezco un hijo mío, príncipe de este reino,
nieto y biznieto de Topa Inca Yupanqui, el décimo
rey, gran sabio, el que puso ordenanzas; ha de tener
en esa corte al príncipe para memoria y grandeza del
mundo. El segundo, un príncipe rey de Guinea,
negro; El tercero, del rey de los cristianos de Roma o
de otro rey del mundo; El cuarto, el rey de los moros
del Gran Turco. Los cuatro coronados con su cetro y
tusones3. En medio de estas cuatro partes del mundo
estará la Majestad y monarca del mundo, rey don
Felipe que Dios le guarde de la alta corona.
Representa monarca del mundo y de los dichos
cuatro reyes, sus coronas bajas iguales4. Y cuando
saliere a pie Su Majestad monarca, salgan a pie; y si
sale a caballo, salgan a caballo con sus palios5. En la
mano derecha, el rey cristiano; detrás el rey moro.
En la mano izquierda, el rey de las Indias; detrás el
rey de Guinea negro. Con ello se representa
monarca del mundo, que ningún rey ni emperador... se puede igualar con el dicho monarca. Porque
el rey es rey de su jurisdicción, el emperador es
emperador de su jurisdicción, monarca no tiene
jurisdicción; tiene debajo de su mano mundo estos
reyes coronados. Han de ser asalariados en la dicha
corte para la grandeza del universo mundo de todas
las naciones y géneros de personas, indios, negros y
españoles cristianos, turcos, judíos, moros del
mundo”.
Es decir, en el reino de las Indias el “monarca”
sería una autoridad local bajo la potestad
imperial del rey6, sujeto al mismo pero con
plena jurisdicción sobre su territorio, en el que
las autoridades tradicionales conservarían su
3
Cadena con el Toisón de Oro, símbolo de la realeza.
- Una clara referencia a las jerarquías andinas: el
tamaño de las coronas o tiaras, símbolo de mayor o
menor autoridad. Aquí debían ser las cuatro iguales.
5
- Reproduce el ritual incaico, con el uso de parasoles.
6
Él propone a su propio hijo, príncipe, descendiente
de los Incas, como rey de las Indias.
4
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
poder, rango, distinciones y preeminencias en
sus respectivas regiones, como las habían
tenido y ejercido tradicionalmente. Eso es lo
que Don Felipe entiende como “restitución” y
“regresar al tiempo antiguo”, “poner
remedio” en el nuevo orden del mundo que la
irrupción de Europa en América había
provocado.
Pero para lograr que esta “consideración” se
llevase a efecto necesitaba argumentar y
defender una serie de proposiciones, y
formularlas del mismo modo como lo hacía la
escolástica de la época, en línea con los
argumentos lascasianos y con las “Relecciones” de Francisco de Vitoria7. Argumentos con
los que habían sido elaborados en Europa los
llamados “justos títulos” que avalaban teóricamente el dominio del rey de España sobre
América y que constituían la más extendida
doctrina del momento. Es decir, Guaman
Poma podía, -y eso hizo- utilizar los mismos
medios doctrinales y las mismas explicaciones
que los jurisconsultos españoles, aunque con
muy distintos objetivos.
Estas proposiciones que aunque muy desordenadamente y de forma un tanto velada realiza
el autor, y que esparce por el manuscrito–sin
duda con prudencia, pues su mera formulación ya era arriesgada en el Perú de finales del
S.XVI- vienen a ser las siguientes: Primero, que
la conciencia del rey –y aunque no lo dice
expresamente lo deja entrever, la salvación de
su alma- está en peligro por lo que sucede en el
Perú con sus vasallos indígenas, de modo que
el monarca debe estar correctamente
informado, despejando así las mentiras y
falsedades que al respecto le han contado; y él
está dispuesto a hacerlo mediante la crónica
que está redactándole. Segundo, intenta
demostrar la existencia en aquel reino de una
nobleza legítima, de un conjunto de linajes
indígenas reconocidos, depositarios de una
fidedigna autoridad como propietarios de la
7
- Jurisconsulto dominico autor de las Relecciones, de las
cuales “De Temperantia” (1537) y “De Jure belli”
(1539) son las más importantes. En ella revisa las
razones o “títulos” que se habían utilizado para
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
tierra, con derecho a regir a sus moradores
según las aceptadas costumbres tradicionales;
y aclarar que éstas eran justas, cristianas,
loables y “sanas” para el desarrollo,
crecimiento y salvación de los naturales.
Tercero, que esta nobleza local rindió pleitesía
al emperador, por lo que no cabe alegar
derecho alguno de conquista para arrebatarles
sus bienes y despojarles de su autoridad,
máxime cuando en todo momento actuaron de
“la banda” del rey en las sublevaciones de los
oprobiosos “traidores y tiranos” conquistadores. Cuarto, que la evangelización nunca fue
rechazada sino aceptada por los naturales,
toda vez que la palabra divina, en su opinión,
ya había sido predicada por los apóstoles de
Jesucristo y admitida en el Perú antes de la
llegada de los españoles. Quinto, que en todo
caso había sido la mala doctrina y el afán de los
curas y frailes doctrineros por enriquecerse “a
costa de los indios” lo que llevó a muchos de
ellos a volver a las idolatrías, por lo que esos
malos curas y padres deben ser removidos de
sus cargos y castigados; por tanto, conociendo
estas idolatrías y “erronías” como ellos, las
autoridades tradicionales, las conocían,
podían ser eliminadas con facilidad sin
castigos ni violencias. Y sexto, que los
encomenderos y autoridades enviadas por Su
Majestad han enajenado y tomado para sí
tierras que no eran suyas, incumpliendo las
ordenanzas reales y las del virrey Toledo,
extorsionando sin derecho alguno a los
“pobres indios de Jesucristo” y a sus autoridades legítimas, sustituyendo a muchas de
ellas por personas de bajo rango pero dóciles
con su política, robando a la vez al rey y a sus
humildes súbditos, ocasionando el despoblamiento de los territorios y “desapareciendo los
indios”, “leales vasallos de Su Majestad en este
reino”.
En aquel “mundo al revés”, era por tanto el rey
el que tenía que poner “remedio” a tantos
justificar la conquista americana y los motivos de la
misma, negando la licitud de las “guerras privadas”.
Esta obra tuvo una gran influencia sobre el emperador
Carlos V y sobre las Leyes Nuevas de 1542.
27
Los motivos de Don Phelipe
males a través de sus legítimas autoridades; y
eran ellos, los grandes y antiguos nobles de la
tierra, los que debían ser repuestos en sus
cargos y reconocidos y preferidos en adelante
como únicos representantes del monarca
imperial en aquel reino: “Considerando de esto,
Su Majestad debe volver por sus caciques principales... de este reino. Y no hay otro que mejor vuelva
como quien tiene mejor derecho por la ley, ... que no
hay otro ninguno sino el rey para esto” (Pág.958).
De modo que defensa de la nobleza antigua, y
crítica al sistema de dominación, constituían
los dos planos en que debían ser presentados
sus argumentos. Y así lo hizo Don Felipe efectivamente. Al realizar la crítica al sistema y a las
personas encargadas del gobierno, mostraba a
los españoles y a su régimen colonial ante sí
mismos, como reflejados en un espejo,
situados en un despeñadero moral en lo
político y en lo espiritual. Y a la vez los ubicaba
en su propio terreno jurídico e ideológico,
donde los argumentos de la guerra justa y de la
necesidad de extender la fe no podían ser
alegados por falsos y equivocados,
apareciendo los españoles que señoreaban el
Perú –y según sus propios códigos y leyescomo los verdaderos usurpadores, corrompidos y anticristianos “en aquel reino”. Por el
contrario, describía a los indígenas, con sus
autoridades al frente, capacitadas, alfabetas,
incorruptas, obedientes al rey, religiosas,
temerosas de Dios, piadosas y caritativas, y
alejadas de toda idolatría, como los más
celosos defensores del rey y de las leyes “de
Dios y de Su Majestad”.
Por tanto la “corónica” había de servir,
primero, como aviso y remedio: (Pág.1105) “Y
así tornó el dicho autor otra vez a su camino a darle
el aviso y remedio que ponga su Majestad. Y así otra
vez tornó a caminar”. Él debe advertirle al rey,
dice, porque “unos le informan mentiras y otros
verdades, y otros con color de que Vuestra Majestad
le haga merced de obispado o de deán, canónigo,
presidente, oidor y otros cargos y oficios” le
mantienen ignorante (Pág.962). De ahí que,
cuando figuradamente dispone una entrevista
con el monarca a través de la crónica, escribe:
(Pág.960) “Pregunta Sacra Católica Real Majestad
28
al autor Ayala para saber todo lo que hay en el reino
de las Indias del Perú para el buen gobierno y
justicia, y remediarlo de los trabajos y malaventura,
y que multipliquen los pobres indios del dicho reino
y enmienda y buen ejemplo de los españoles y
corregidores y justicias, padres doctrinantes,
encomenderos, caciques principales y mandoncillos. A la pregunta de su Majestad responde el autor
y habla con su Majestad y dice: <Sacra Católica
Real Majestad, a mí ha de oír muy atentamente.
Acabado, pregunte vuestra Majestad. Yo me huelgo
de darle el aviso de todo el reino para memoria del
mundo y grandeza de vuestra Majestad. Quisiera
servir a vuestra Majestad como nieto del rey del
Perú; verme cara en cara y hablar. Comunicar de
presente sobre lo dicho no puedo por ser viejo de
ochenta años y enfermo, ir a tan lejos. Agradézcame
este servicio de treinta años y de andar tan pobre,
dejando mi casa y mis hijos y haciendas para servir a
Vuestra Majestad. Y así por lo escrito y carta nos
veremos. Y así vuestra Majestad me vaya preguntando, (que) yo le iré respondiendo de esta
manera>”.
En este orden de argumentaciones, la crónica
debía servir también para testimoniar y dejar
constancia del valor, antigüedad y méritos de
los antiguos linajes del Perú. De ahí que las
páginas dedicadas a este tema sean tantas, lo
que indica la importancia que dio al asunto.
Felipe Guaman Poma era, o decía que era,
miembro de la nobleza indígena no cuzqueña,
y esto es una interesante innovación en el
conjunto de las noticias que poseemos sobre
las élites serranas del periodo incaico y sobre la
visión que tenemos de ellas, un tanto focalizadas en la dicotomía entre lo incaico y lo
español, puesto que buena parte de las
informaciones fueron recogidas por cronistas
españoles fundamentalmente de los grupos de
poder en Cuzco antiguo. Guaman Poma ofrece
en cambio una perspectiva diferente, en
cuanto insiste en que la civilización andina es
fundamentalmente preincaica, por lo que su
mirada sobre los Incas es menos aparatosa que
la que mantuvo la élite cuzqueña sobre sí
misma. Quizás a su reivindicación del linaje
Yarovilca como su ascendiente -por tanto nocuzqueño- y al hecho de haber sido conquistados por los Incas, se deba su particular visión
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
de éstos como déspotas; una visión, no
obstante, plagada de contradicciones.
Entre otras cosas, acusa a los primeros Incas de
ser grandes hechiceros y de haber introducido
la idolatría entre los naturales, que al ser
conquistados por ellos resultaron corrompidos. Por ejemplo, la madre de Manco Capac,
Mama Guaco, aparece en el texto como “una
gran fingidora, idólatra, hechicera, la cual hablaba
con los demonios del infierno”, que “hacía hablar a
piedras y leñas y palos y cerros y lagunas porque le
respondían los demonios”,“y con ello les engañó a
los dichos indios”, “y se echaba con los hombres que
ella quería de todo el pueblo” (Pág.81). Incluso
niega a los Incas su legitimidad porque, según
él, llegaron al poder mediante conquistas
ilícitas. Afirma que al primer Inca “no le viene el
derecho de ser señor y rey como lo escriben”
(Pág.82), de manera que “no le venía casta ni
honra ni se puede pintar por hombre de todas las
generaciones del mundo”, porque “no hubo guerra
ni batalla, sino (que) ganó (la tierra) con engaño y
encantamiento, idólatras. Con suertes del demonio”
(Pág.87). En su opinión, los primeros Incas “no
conquistaron ni hicieron nada, sino todo era dormir
y comer y beber y putear y holgar y hacer fiestas y
banquetes y pasearse en la ciudad con los demás
caballeros auquiconas” (Pág.146. Ver también
Pág.119).
1
2
Los Incas adquieren en la pluma de Guaman
Poma una consideración de advenedizos
frente al señorío y empaque del linaje antiguo
de los poderosos patriarcas étnicos (los
Yarovilcas, por ejemplo) constructores de un
tiempo viejo, anterior a la expansión incaica,
cuando los hombres andinos habían alcanzado
altas cotas de justicia, equidad y desarrollo.
Así, al describir “las edades de los indios”,
antes de Manco Capac Inca, destaca cómo
imperaba en ellos la idea de comunidad, de
redistribución y reciprocidad, una ajustada
moral y una acordada severidad en el
gobierno, habiendo logrado además notables
avances en la arquitectura y la astronomía
(Pág.67-68). “De como en aquel tiempo no se
mataban ni se robaban ni se echaban maldiciones ni
había adúlteras ni ofensas en servicio de Dios, ni
había lujuria, envidia, avaricia, gula, soberbia, ira,
8
acidia , pereza. Y no había deudas ni mentiras, sino
todo verdad, y con ello una sombrilla del conocimiento de Dios. Y había mandamientos de Dios y la
buena obra de Dios y caridad y temor de Dios y
limosna se hacían entre ellos. Y tenían buena
justicia y grave temor de Dios” (Pág.73). Luego,
tras la conquista incaica, todo cambió, escribe,
y en las “consideraciones” que realiza Don
Felipe sobre los “principales” de la tierra,
mucho más adelante en el texto, vuelve a
ensalzar a los antiguos señores a fin de
3
Escudos de los Guaman Poma: el de su abuelo Guaman Chaua; el suyo en la portada de la crónica; el de los
Yarovilcas como señores del Chinchaysuyo.
Imag.1. Página 165 (fragmento); Imag.2. Pág.(S/N) Portada. (frag.); Imag.3. Pág.983 (frag.)
8
Desgana, flojera, desinterés.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
29
Los motivos de Don Phelipe
colocarlos en su lugar frente a los Incas, siendo
más antiguos que ellos: “Considera que los indios
no fueron tan bárbaros ni pusilánimes, sino que
tuvieron ley antes que hubiese Inca” (Pág.949).
Por eso añade, junto a las figuras de ciertos
personajes que quiere destacar, en concreto los
señores de los cuatro suyos, sus escudos
correspondientes (Fig. 4,5 y 6).16
De ahí que insista varias veces: (Pág.65) “Ha
habido grandes reyes y señores y señoras principales y caballeros, duques, condes y marqueses en
todo el reino”, comparando la nobleza indígena
con la castellana, en un intento por hacer
entender al lector español o españolizado el
carácter estamental y ancestral de las noblezas
andinas.
Sin olvidar a los Incas, a los que también
confecciona un escudo castellanizado, aunque
sin perder de vista la simbología andina (Fig. 7
y 8).
Nobleza que asimila con uno de sus símbolos
distintivos: el escudo de armas, cuestión que
repite una y otra vez al referirse a los Guaman
Poma; escudos castellanizados de águilas y
leones, porque el autor entiende que es en este
contexto hispanizante donde debe ganar la
batalla del reconocimiento.
En otro lugar del texto propone que a las
autoridades y “principales” les corresponda
tener su propio escudo donde figuren las
armas de su linaje, y sea fijado en las casas de
su morada, al igual que hacían los españoles
preeminentes: (Pág.687) “Así mismo mande el
dicho visitador que se pinten... las armas... del
cacique principal de la dicha provincia o de la
gobernadora, y abajo <Jesús, María> y más abajo se
pinte de una letra gruesa que diga así: <Temed a
17
Dios y a la justicia>” .
No obstante, y como muestra de esa
permanente bipolaridad en que instala su
discurso, relaciona otros símbolos indígenas
con escudos castellanos, haciendo figurar en
ellos los animales totémicos. Así, cuando
escribe sobre los “capitanes y valerosos príncipes”, anota: (Pág.65) “Dicen que ellos se tornaban
en batalla leones y tigres y zorras y buitres,
gavilanes y gatos de monte. Y así sus descendientes
hasta hoy se llaman poma, otorongo9, atoc10, cóndor,
11
12
13
14
anca , usco y viento, acapana , pájaro, uayanay ,
15
culebra machacuay, serpiente amaro ”.
Estos linajes debían ser mantenidos y
respetados cual era la costumbre, pues
–afirma- incluso durante los duros años de las
guerras entre los mismos Incas y luego con los
españoles, las madres indígenas, esposas de
los grandes señores muertos en los combates,
mostraban a sus hijos a los visitadores para que
les reconociesen y fuesen guardadas sus
preeminencias. En la ilustración de la página
408 (Imagen 9) dibuja Guaman Poma la escena
de una madre –una Coya seguramente- que
presenta su hijo al visitador general español
9
simboliza al Collasuyo es un condor o mallku, y las
armas del capitán son la lanza y la lanzadera o
impulsor. El capitán del Condesuyo porta espada y
lanza, y sus símbolos en el escudo son sus mismas
armas y el famoso mullo (spondilus) que caracteriza
a la costa (En la página 948 aclara que éste señor
enviaba al Inca este molusco, porque “comía caracoles
que le traía de mil leguas vivo, mullo de la ciudad de Tumi” Tomebamba, la actual Cuenca en Ecuador, a donde
lo llevaban desde la costa-). El escudo del Collasuyo,
el cóndor, vuelve a repetirlo a pequeño tamaño en la
página 984.
17
- Como han estudiado numerosos especialistas, a lo
largo de los siglos XVII y XVIII fueron abundantes
los nobles indígenas que solicitaron al rey que les
concediera el uso de escudo de armas, símbolos de su
linaje.
- Uturunqu, jaguar.
- Atuq, zorro.
11
- Gavilán.
12
- Usqu, gato montés.
13
- Celajes, nubes altas y tenues con matices de
color.
14
- Papagayo.
15
- Más referencias sobre estos animales totémicos
en páginas 146 y 154.
16
- Es sumamente interesante la composición que
realiza Guaman Poma con estos personajes y los
elementos que sitúa en sus escudos heráldicos. El
capitán del Andesuyo aparece entre árboles (propios
de la yunga o la selva) y sus animales son el jaguar y la
serpiente, característicos de la fauna de esta región,
situados bajo una corona obviamente occidental;
porta arco y flecha, como tal cazador. El animal que
10
30
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
Imag.4. Pág.167. “El trece capitán,
Imag.5. Pág.169. “El catorce
Imag.6. Pág.171. “El quince
Capac Apo Ninarua. Andesuyo.
capitán, Mallco Castilla Pari, Colla
capitán Mallco Mullo. Conde
Capac”.
Suyo. Mallco”
Suyo. Mallco”.
Imag.7. Pág.79. “Primer capítulo de los Incas. Armas propias. Ynti Raymi (Fiesta del sol); Coya Raymi (Fiesta de la
reina); Choqui Ylla Uillca (Señor del rayo); Idolo de Uana Cauri, Pacaritambo, Tambo Toco, ídolo de los Incas y
Armas del Cuzco. Armas reales del reino de las Indias de los reyes Incas”.
Imag.8. Pág.83. “Segunda Arma. Las Armas; Curi quinquitica pluma (el picaflor de oro); Otorongo achachi inca
(Jaguar violento); Chunta (árbol); Masca paycha Tusón (corona y borla real); Amaro inca (serpientes). Armas reales
del reino de las Indias de los reyes Incas”.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
31
Los motivos de Don Phelipe
(según el autor,“Damián de Bandera, primer
Visitador General de los Indios de este reino, en el
tiempo del señor emperador y rey”). El visitador
dice o pregunta: “Este es hijo de principal”. La
madre contesta: “Caymi, cino, Zapra Inca.
Nocap uauay. Capac apop churinmi” (Éste,
señor, es el inca reinante. Mi hijo. Concebido
por un gran señor poderoso).
Mantener los linajes mediante matrimonios
adecuados se transforma así para Guaman
Poma en algo prioritario, consustancial con su
pervivencia en el nuevo tiempo colonial,
procurando que no se disuelvan en el tráfago
del mestizaje. Por ello propone evitar drásticamente las uniones entre desiguales so pena de
perder “las honras y preeminencias de cacique
principal” (Pág.788). Y opina además que debe
existir una señalada separación entre “indios
nobles y principales” e “indios comunes” para
evitar la pérdida (o degradación) del linaje,
que él identifica con la “honra”, porque añade
“con la honra se sirve a Dios... y la Madre de Dios y
Dios propio hizo casta y honra. Y todos los santos
fueron de casta y buena y honrados y de mala casta
fue Judas Iscariote. De mala casta jamás pueden
salir santos ni bueno en este mundo.. Para llamarse
Don ha de ser... caballero y de buena sangre, que
18
tenga título para ello de Su Majestad... Y todas las
justicias lo hagan cumplir... y castigar en este reino
(a los que falseen los linajes)”. Y continua:
(Pág.789) “Que a los dichos caciques principales se
debe honrar en estos reinos. Que los hijos y
hermanos legítimos o naturales bastardos18... no se
ajunten con los indios comunes ningún día en la
plaza... (o con) los indios en la fiesta... Que a las
señoras indias principales se debe honrar, mujeres
de los caciques principales den título a las dichas
doñas, hijas y hermanes legítimas, naturales bastardas, de manera no casándose con indio bajo y
tributario ni con español, mestizo, negro, mulato. Y
si se casare con bajo, que se asiente con los indios
comunes”.
Es decir, Guaman Poma mantiene a lo largo de
toda su crónica un encendido discurso rigurosamente estamental y jerarquizado, con una
rotunda defensa de la estanqueidad social, lo
que nos aclara bastante la posición y la mirada
que los miembros de estos linajes tenían
respecto de la sociedad andina en general; una
sociedad de la que habían sido rectores, y
obviamente una sociedad a la que, a pesar del
terremoto de la conquista, deseaban seguir
rigiendo desde la cúspide de la pirámide
social, política, económica y religiosa que
habían ocupado. Recuperar esta posición se
transformaba, pues, en el objetivo principal de
nuestro autor como representante de todo el
grupo.
Un linaje que no solo defendió para los
antiguos en la tierra sino también para los
Incas, a los que Guaman Poma, a pesar de
denigrarlos en muchas páginas del texto,
acaba finalmente aceptando –otra de sus
contradicciones- y de los que dice ser su
descendiente por línea materna. Si en ciertos
párrafos los rechaza por idólatras, indolentes o
hechiceros, admira en cambio y en otro lugar
de la crónica la eficacia de su administración y
de sus instituciones, las que, añade, no
debieron ser eliminadas por los españoles, en
especial las que tenían que ver con la impartición de justicia. Una buena opinión que no
extiende a todos los Incas, sino que la concede a
partir del que dice proceder su madre, o del
- Para Guaman Poma, la bastardía no ocasionaba la exclusión del linaje.
32
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
que fueron consejeros o “segundas” su abuelo
y su padre. Entonces sí, a partir de éstos el
linaje incaico debía ser respetado: (Págs.949950) “Desde entonces tuvieron ley y rey Inca y
príncipes, capitanes generales”. Especialmente
enfático se muestra con la grandeza de Tupac
Yupanqui y Guaina Cápac, a quienes compara
con los grandes emperadores del mundo:
(Pág.948) “Habéis de considerar... tan gran
majestad que tenía el Inca Topa Inca Yupanqui, rey
del Perú, y Guayna Capac Inca... (He) leído todas
las historias y crónicas del mundo de los reyes y
príncipes, emperadores del mundo así cristianos
como del Gran Turco y del rey chino, emperadores
de Roma y de toda la cristiandad y de judíos y del rey
de Guinea... (y) no he hallado a ninguno que haya
tenido tan gran majestad y sea menospreciado. Y no
han tenido tan gran majestad ni (sido) tan gran rey
y de tan alta corona como mi abuelo rey Topa Inca
Yupanqui, (y) Guayna Capac, Incas. Tenía una
majestad grandísima...” para indicar que estas
preeminencias el Inca las pasó a sus “reyes de
las cuatro partes de este reino”, en especial a su
abuelo capac apo Guaman Chaua: “Dándosela
una vez la corona (se refiere a la del Chinchaysuyo) no se la quitaba jamás a sus hijos ni a sus
nietos” (entre los cuales, obviamente se incluye
él) (Pág.948).
A salvo los linajes y engrandecidos sus antepasados, debía tender ahora el puente hacia el
presente: cómo demostrar las continuidades
de esta nobleza después de la invasión,
después de las guerras de conquista. Su
argumento central es que la tal conquista,
jurídicamente, no existió.
Primero, siguiendo una vez más la doctrina
dominica y lascasiana, señala que los indios
del Perú no habían dado motivo para que los
españoles les declarasen guerra justa, uno de
los posibles “justos títulos” abordados por
Francisco de Vitoria. Es más, cuando se refiere
a la embajada que su padre hizo a Pizarro y a
Almagro en Tumbes, escribe: “Se dieron paz el
rey emperador de Castilla y el rey de la tierra de este
reino del Perú Uascar Inca, legítimo” (Pág.375).
Afirma por tanto que no hubo conquista
militar del Perú, sino “el acabamiento” de los
Incas cuando Atahualpa -según él bastardo e
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
ilegítimo- mató al Inca legítimo Huascar. De
ahí que los grandes señores ofrecieran la paz al
rey emperador del mundo y se declararan sus
súbditos: (Pág.117) “Y así como dicho es, que en
este dicho Uascar inca se acabaron los reyes y capac
apo inca legitimo por la ley del Perú de este reino, y
dejó la borla y masca paycha y corona a nuestro
señor y rey Sacra Católica Real Majestad, el que
manda todo el mundo. (Y en mitad del conflicto
entre Atahualpa y Huascar...) ...en este alboroto,
saltaron de Castilla a este reino los españoles y no se
defendieron los indios como en Chile. Y se dieron al
servicio de Dios de la corona real de Su Majestad los
señores indios de este reino”. Y más adelante
(Pág.162) “que a buen tiempo saltaron los cristianos, que no se defendieron los indios, que se dieron
luego a la corona real de Su Majestad”. En otro
párrafo, al referirse a la conquista de Chile por
los Incas, dice (Pág.158) “se dejaron vencerse y
conquistarse como en la conquista de este reino”; y
más adelante (Pág.395), que “los primeros
españoles conquistaron la tierra con solo dos
palabras que aprendieron, decían <Ama mancha.
Noca Inca>, que no tenga miedo, que él era el Inca,
decían a voces a los indios, y se huían de ellos por
temor. Y no conquistaron con armas ni derramamiento de sangre ni trabajo”.
Ni siquiera reconoce “la conquista” en las
guerras que siguieron contra los Incas de
Vilcabamba pues, según él (Pág.445), la batalla
en la selva contra Tupac Amaru Inca, “no fue
nada, ni se defendió, antes se huyó el dicho inca por
ser muchacho y no saber nada, y le prendió junto al
río solo, sin indios”.
Ni puede reconocer tampoco la licitud de
“guerra privada” declarada por los conquistadores, a los que acusa de traidores al rey por
matar al Inca sin orden real y luego haberse
sublevado contra el monarca español
(Pág.958), “de puro goloso quísose alzar y se alzó
con la tierra y quiso ser otro rey inca”, con lo cual,
aunque vinieron como embajadores con
“expresa licencia del muy santo padre Papa de
Roma y del glorioso cristianísimo emperador don
Carlos, no trajeron cédula para matar al rey Inca ni
a los excelentísimos señores ni a los capitanes de
este reino, y para alzarse con la tierra primero (los)
mató, (y ) acabados, se alzaron con la tierra y con la
33
Los motivos de Don Phelipe
corona real de Su Majestad”. De ahí que los
conquistadores perdieran toda legitimidad,
ellos y sus descendientes, pues el “monarca del
mundo”, el “emperador”, se defendió, los
persiguió, los venció (con ayuda de los grandes
señores étnicos) y finalmente los castigó y
desahució.
Guaman Poma, como vemos, no niega la
autoridad ni el dominio del rey sobre las
Indias. La idea de una soberanía universal
prima en él, por lo demás acorde con su
concepción jerárquica del mundo, en las que
ellos (los linajes a los que dice pertenecer)
ocuparían un segundo escalón como tantas
veces apunta. Así que, sin romper el régimen
real, su teoría es que lo que se produjo fue una
traslación de la autoridad del Inca al
emperador español (Pág.738), pues a la muerte
de “Gualpa Uascar Inca, aquí se acabaron los reyes
legítimos Incas y no tuvo heredero. Dejó la corona al
rey emperador don Carlos y a su hijo don Felipe el
segundo y don Felipe el tercero... los primeros
príncipes se acabaron”. Una traslación que el
cielo apoyó, y por eso los santos aparecieron
del lado de los españoles en el sitio del Cuzco
por Manco Inca, como dando una señal divina
(Págs.400-405), tanto la Virgen como el apóstol
Santiago, quien “como rayo cayó del cielo”,
Yllapa desde entonces19.
Por tanto, continúa el autor, convencidos por
esta señal divina, los indígenas “de la banda”
de Manco dejaron de pelear. De ahí que los
grandes señores y sus naturales permanecieran del lado de la corona durante las guerras
civiles y sublevaciones de los conquistadores,
porque el rey español era ahora el Inca, “y desde
entonces no se han relevado del servicio de Su
Majestad” (Pág.957).
De ahí que, deduce Guaman Poma, acabados
los Incas debe producirse forzosamente el
regreso al estado anterior a los mismos: un
estado en el que ya explicó cómo los indios
eran bondadosos, trabajadores, obedientes;
solo restaba sacarlos de las idolatrías a las que
les habían obligado los Incas; un estado
anterior donde los indios eran cristianos,
vuelve a afirmar, porque en su religión natural
antigua guardaban los mandamientos de la ley
de Dios y se practicaban las obras de misericordia: (Pág.65) “Adoraron a Dios y Creador.. y había
mucha caridad y mandamiento desde antiguo,
buenos hombres y buenas mujeres” y (Pág.67) “se
holgaban sin tentación de los demonios... de cómo
no se consentían pecados.... y había mucha justicia
por el rey y capitanes y... señores justicias que en
aquel tiempo había.... ni se mataban ni se emborrachaban como en este tiempo de español cristiano.
Son todos borrachos y matadores, cambalacheros y
no hay justicia”. Por lo cual, concluye, fueron los
malos españoles los que pusieron el mundo al
revés, porque si el emperador era una especie
de Inca universal, sus gobernantes debían ser
justos y sabios, y no lo fueron: “Y esta vida la
echan a perder los españoles y más los sacerdotes y
mucho más las justicias y visitadores porque todo es
contra indios y pobres” (Pág.70)
19
- Nótese cómo el dibujo del apóstol Santiago que
realiza Guaman Poma (Pág.404) (Imagen 10) posee
todos los elementos y la misma composición que las
posteriores representaciones del mismo en la
iconografía cuzqueña, aún en nuestros días. Debió ser
una imagen y una forma de mostrar al santo ya muy
extendida en la sierra peruana antes de que la dibujara
Guaman Poma, es decir, antes de 1615, porque de
otro modo no se explica la similitud, habida cuenta de
que los dibujos de nuestro autor no se conocieron en
la sierra sino hasta ya avanzado el siglo XX.
34
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
Pero además del argumento de la negación de
la conquista, usa otro: los señores y sus
indígenas nunca negaron la evangelización, ni
se opusieron a ella, por lo que no se les puede
hacer la guerra por ese motivo. Afirma que los
antiguos ya conocían los rudimentos de la fe
cristiana antes de la llegada de los españoles:
(Pág.1080) “Y así los indios somos cristianos por la
redención de Jesucristo y de su madre bendita Santa
María, patrona de este reino, y por los apóstoles de
Jesucristo, San Bartolomé, Santiago el mayor y por
la Santa Cruz de Jesucristo, que llegaron a este reino
más primero que los españoles. De ello somos
cristianos y creemos en un solo Dios de la Santísima
Trinidad”. Una idea bastante extendida en el
Perú de fines del S.XVI, especialmente a partir
de la leyenda de Tunupa (más desarrollada
por otro cronista contemporáneo, también
indígena, de Orcosuyo, Juan de Santa Cruz
Pachacuti) según la cual el apóstol Santo
Tomás habría predicado en el Perú y convertido a los Indios muchos siglos atrás. Guaman
Poma por el contrario adjudica esta primera
evangelización al apóstol San Bartolomé (al
que sitúa en el Perú temporalmente entre el
segundo y el tercer Inca); él fue el que predicó
contra las idolatrías, combatió a los demonios,
hizo muchos milagros y trajo la cruz a aquella
tierra (Págs.92-93). También señala la llegada
en esos años remotos, enviados por Dios, de
otros “frailes pobres”, “ermitaños”, que
pedían limosna, “aunque de esto no dieron fe
porque no había escritura” (Pág.94).
Por tanto, aclara, cuando los dioses de los Incas
murieron con ellos, como murieron los ídolos y
las huacas, rebrotaron en los naturales estas
enseñanzas aprendidas de antiguo del Dios
justo y creador, con lo cual la evangelización
fue aceptada por los naturales porque la
palabra y justicia de Dios ya constituía la base
de su religión antigua. (Pág.858) “Cómo los
indios antiguos fueron mucho más cristianos.
Aunque eran infieles, guardaron los mandamientos
de Dios y las buenas obras de misericordia;
sacándoles las idolatrías fueron cristianos”. El
argumento del rechazo a la predicación para
justificar la conquista quedaba así también
desmantelado.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
En cambio, y una vez más, coloca a los
españoles ante su propio espejo y les devuelve
el argumento: ellos sí que cambiaron su Dios
cristiano por los dioses de metal, afirma, en el
afán de obtenerlo, robando y matando, y no los
indios: (Pág.367) “Cristiano lector, ved aquí toda
la ley cristiana. No he hallado que sean tan
codiciosos en oro ni plata los indios, ni he hallado
quien deba cien pesos, ni mentiroso ni jugador ni
perezoso ni puta ni puto ni quitarse entre ellos, que
vosotros (los españoles) ... tenéis toda
inobediencia a vuestro padre y madre y prelado y
rey. Y si negáis a Dios, lo hacéis a pie juntillo...
Paréceme a mi, cristiano, que todos vosotros os
condenáis al infierno... Y vosotros tenéis ídolos en
vuestra hacienda y plata en todo el mundo”. Por
eso, el autor pone en su boca estos reclamos,
implorando la justicia divina que será la que
acabará con los españoles: (Pág.1106) “<Señor,
esperanza tengo que ha de venir Jesucristo otra vez a
juzgar a los malos y castigar(los), y a los buenos
dará la gloria>”; (Pág.1109) “Y les consoló y aplacó
(a los indios que se quejaban de las injusticias
de los españoles), (y les) dijo, <Hijo, encomendaos a Dios y a la Virgen María. Presto tendremos
remedio>”.
Por tanto, concluye y así cierra sus argumentaciones, que si no existió legitimidad en la
conquista por parte de los españoles, ni hubo
rechazo a la evangelización, la tierra, la
jurisdicción, la justicia de las leyes divinas y
humanas, quedaban del lado de las autoridades originales, y no se las podían arrebatar
los conquistadores: (Pág.550) “Los dichos
encomenderos no se pueden llamar encomenderos
de indios ni conquistadores por derecho de justicia,
porque no fueron conquistadores de los indios, sino
que de buena voluntad se dio de paz a la corona real
sin alzamiento”.
De donde deduce con toda contundencia que
(Pág.657) “así por de Dios y de la justicia, no hay
propietario español en este reino, aunque sea nacido
en este reino, hijo de extranjero... porque solo el rey
es propietario legitimo Inca rey, porque fue rey Inca
Uascar, su hermano Atahualpa, bastardo rey inca,
le mató, y por su culpa le sentenció don Francisco
Pizarro y murió y dejó su corona al rey emperador.
Y después los conquistadores de su golosina y de
35
Los motivos de Don Phelipe
gente baja quiso ser rey y se alzó y de todos estos se
defendió (el rey español) y trabajó y ganó la tierra
(frente a los conquistadores). Y así es propietario
legítimo Inca rey. Y así no hay otro propietario
legítimo en todo el reino, sino los príncipes principales indios. ... porque solo los indios son propietarios legítimos que Dios plantó en este reino”.
Y le dice al lector en sus “consideraciones”:
(Pág. 958) “Así haz de considerar y acabar con esto,
que (tras la conquista) no hay encomendero ni
señor de la tierra sino nosotros propietarios
legítimos de la tierra por derecho de Dios y de la
justicia y leyes. Quitando al rey que tiene derecho,
no hay otro español. Todos son extranjeros,
mitimays en nuestra tierra, en nuestro mando y
señorío que Dios nos dio”.
Añade que, por desconocimiento de lo que en
verdad sucedía, el rey quitó injustamente su
autoridad y bienes a los “grandes principales
de este reino” para dárselos a los conquistadores, que no lo merecían por no haber hecho
nada. A lo cual había que ponerle remedio, y
dice a éstos: (Pág.559) “Dadle gracias infinitas y
acordaos primeramente del rey que os ha hecho
merced de daros de comer de gracias, no debiendo(os) nada, quitando a los señores naturales
grandes principales de este reino. Decís que sois
conquistadores, que la conquista la conquistasteis
con dos palabras que aprendisteis de decir: <Ama
mancha, noca Inca> (traducido, <No temáis, yo
soy el Inca>) No disteis más. No os costó nada, que
las batallas y alzamientos fueron entre vosotros,
traidores. Queristeis ser otro rey, que como católico
cristiano os ha dado de comer sin derecho a vosotros.
No considerando de todo, por detrás agraviáis tanto
a los pobres de los indios. ... Temed a Dios y a la
justicia y decidle a vuestros indios que son de Dios y
de la corona real, de su Majestad sois vosotros y yo:
así les enseñéis y les desengañéis y no les engañéis
con mentiras. Con esto servís a Dios y ganarás el
cielo. Dios te ayudará, el rey te agradecerá”.
Ha de notarse que este corolario tan rotundamente expuesto no fue construido y situado
por el autor de modo tal que alcanzara a tener
la fuerza que poseen los argumentos así
ubicados, como hemos hecho nosotros; sino
que están en cambio y como ya indicamos,
dispersos por todo el manuscrito. Nótese que
36
hemos citado, solo para el corolario, las
páginas 550, 657, 958 y 559. No hay otra
explicación para tal desorden sino que deseó
quitarle fuerza y disolver los argumentos en el
interior del texto por temor a ser demasiado
contundente. Pero está escrito.
De todo lo cual extrae la siguiente conclusión
(también dispersa por el texto): ellos, los
principales, la antigua nobleza de la tierra, no
sólo son los dueños de la tierra, sino las
legítimas autoridades de ella. Hablándoles a
sus “hermanos indígenas”, les dice, refiriéndose a su padre: “Este no es español, sino indio
como vosotros, y su mujer india como vosotras, que
no fue señora de Castilla. Si hacéis todo lo dicho (es
decir son cristianos y obedientes a las autoridades originarias), será contigo Dios y os dará
gracia y virtud, riquezas en el mundo y después os
llevará a su gloria a donde os dará la corona del
cielo...” concluyendo el párrafo dirigiéndose a
ellos mismos como autoridades étnicas: “y así
los principales y principalas llevemos el camino de
los pobres menores (indígenas del común) para
que nos sigan los pobrecitos indios, indias de este
reino a sécula, sin fin de Dios” (Pág.819).
De ahí que estas autoridades étnicas debieran
robustecer sus linajes, controlarlos,
mantenerlos sin interferencias de aquellos
otros “mandoncillos” que ponían los
españoles a su antojo y conveniencia, precisamente para sustituirlos, para desbancarlos del
poder, para desestructurar el orden jerárquico
antiguo y aumentar la extorsión sobre los
naturales. Por eso protesta enérgicamente
contra estas arbitrariedades, a las que exige al
rey poner remedio: (Pág.975) “Y así a vuestra
Majestad le consta de esta corónica, a cada principal
de cada provincia de que le viene de derecho que en
todas las provincias y corregimientos de sus antepasados había un solo príncipe y señor no más. Ahora
un mitayo tiene titulo; el mundo está perdido”;
(Pág.624): “Que de indios pobres se hacían muchos
caciques”. O que, después de todas estas
guerras (Pág.409) “y destrucción... y muerte del
rey Inca y de los señores grandes como Duque de
Alba, conde, marqueses y caballeros y señores de
este reino de los indios y principales, curacas, como
se perdió, se hicieron de indios bajos y de mandonciUNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
llos caciques, no lo siendo... De indio tributario,
mitayo, se hizo cacique principal y se llaman don y
sus mujeres doña... De esto los jueces no lo
remedian; por ser cohechado con los sacerdotes y
padres, se llaman doctores y licenciados, bachilleres,
maestros, no teniendo título ni derecho y no saber
letra. Alguno por chocarrear20 y burlarse le dice
<licenciasno>. Esto es decir que hay mundo al
revés, pero la justicia debe ajustar y castigar”.
2.- El revés del mundo.
El segundo conjunto argumental de la crónica
lo constituye, como ya indiqué, la denuncia.
Una denuncia que realiza ante el rey, pero al
que al mismo tiempo hace responsable de todo
lo que sucede en el Perú, ya que él es ahora el
Inca, el soberano:“¿Quién es el Inca?: el rey
católico”, escribe (Pág.904) y solicita y casi
ordena: (Pág.624)“Remédielo Dios y Su
Majestad, que puede”. El rey es responsable por
omisión de tanto desgobierno como hay en el
reino, asevera, y de la ruina y muerte de los
indígenas inocentes: “¿Qué sierpe le come y
desuella a las dichas ovejas sin pastor y sin dueño,
que no tiene amo? Si tuviera dueño, todavía se
doliera de sus ovejas de Jesucristo que le costó su
sangre. ¿Adónde estás, Dios del cielo?... ¿Adónde
estás, nuestro señor rey Felipe, que así lo pierdes tu
reino y tu hacienda, servicio de tu corona real?
(Pág.1112). Pero -continúa en otro párrafo,
varias páginas más adelante- se trata de una
omisión producto de su desconocimiento, que
él quiere paliar precisamente enviándole la
crónica y siendo “los ojos de Su Majestad en
aquel reino” (Pág.1104). Afirma y se pregunta:
(Pág.1126 y 1127) “Mundo al revés. Es señal de
que no hay Dios y no hay Rey. Está en Roma y
Castilla. Para los pobres y castigarlos, hay justicia.
Y para los ricos no hay justicia. Dios lo remedie que
puede, amén. Ved aquí por qué causa y remediarlo,
trabajo, haciéndose pobre el dicho autor.... Cómo era
forzoso defender su reino y hablar y comunicar con
tan gran alto señor, rey y monarca del mundo sobre
todos los reyes emperadores de la cristiandad y de los
infieles, moros y turcos, ingleses y de otras naciones
20
del mundo que tiene Dios creado, todo lo que rueda
el sol de día y de noche de todo el mundo. ¿Quién
podrá escribirle ni hablarle ni allegarse a un
personaje tan gran señor cristiano católico, Sacra
Católica Real Majestad?”. La respuesta es obvia:
él; él a través de su crónica. Una respuesta que
da con fuerza: “Digo a Vuestra Sacra Católica
Real Majestad llorando y clamando, dando voces al
cielo, pidiendo a Dios y a la Virgen Maria y a todos
los santos y santas, ángeles. Digo que a nosotros
pobres nos envía tantos castigos y malaventuras y
destrucciones. Dios y Vuestra Majestad no
permitan que nos acabemos y se despueble su reino”
(Pág.980). Si el monarca sigue sus consejos “con
esto será remediado Vuestra Majestad. Se descargará su real conciencia y bien de los pobres de este
reino”, y “que esto es muy santa cosa informarle...
a Vuestra Majestad, servicio de Dios y de Vuestra
Majestad y multiplico y aumento y descaso y bien y
conservación de los pobres indios de este reino”
(Pág.980-981)
Una vez se supone al rey en disposición de oír,
de mirar por los ojos del autor, se viene la
denuncia. Una denuncia que tiene dos ejes: el
primero, el despoblamiento del reino, “se
acaban los indios”, afirma; el segundo, las
causas de éste, el mal trato y el enriquecimiento
ilícito de los españoles a costa de los naturales,
sean encomenderos, corregidores, jueces y
visitadores, curas y doctrineros, y -en un lugar
también muy destacado- las ilegítimas autoridades indígenas, mandocillos y falsos curacas
puestos por los españoles para que no les
estorben en su rapiña y les colaboren en sus
atropellos y violencias. Ante tanto oprobio y
tiranía a que son sometidos, los naturales
abandonan sus pueblos, se van a la ciudad, se
malean, se corrompen, no quieren casarse
entre ellos y multiplicarse sino sobrevivir
juntándose con españoles y mulatos, mestizándose, un proceso odioso para Guaman Poma.
Del despoblamiento del reino, por la muerte y
dispersión de los naturales, dice que “contar
estas cosas y escribir es nunca acabar” (Pág.966); y
que este es el peor daño que se ha hecho en el
Perú, advirtiendo seriamente al rey con frases
- Decir chocarrerías, chiste, cuento grosero
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
37
Los motivos de Don Phelipe
contundentes: (Pág.964) “Porque sin los indios
vuestra Majestad no vale cosa, porque se acuerde
(que) Castilla es Castilla por los indios. El serenísimo emperador y rey que Dios tiene en la gloria fue
poderoso por los indios de este reino, y su padre de
vuestra majestad también fue monarca con gran
poderío y potestad sonada por los indios de este
reino, y vuestra majestad también”. Y más
adelante: (Pág.970) “Y digo más a vuestra
Majestad: que quien... pierde todos sus vasallos
indios lo pierde todo”; para concluir que
(Pág.965) “ha de considerar que un reino lo pierda
de tanto valor vuestra Majestad, que tanto le haya
valido se pierda y se acaben todos los indios que ya
están despoblados. Adonde había mil ánimas, ya no
hay ciento... Y no hay remedio porque todos se
aúnan: el juez, el corregidor, teniente, encomendero
y mayordomos y otros españoles y mestizos y visitadores de la santa madre iglesia y vicarios y curas.
Todos son contra los pobres, todos a una mano
vienen a favor de españoles dones y señoras doñas...
De todos los pobres se sirven... Escribirlo es llorar.
Ninguno de ellos le informa a su Majestad”.
El problema, según Guaman Poma, se agravó
con las medidas dictadas por el virrey Toledo
obligando a los naturales a “reducirse” a
pueblos de indios: (Pág.951) “Considera que
don Francisco de Toledo, virrey, mandó despoblar y
reducir los pueblos de este reino. Desde entonces se
han muerto y se van acabando los indios de este
reino por las causas siguientes: el primero porque se
apartaron los indios de los pueblos que tenían
escogidos, sitios, rincones, por sus principales
sabios y doctores, licenciados, filósofos, aprobados
de los primeros Incas los temples y tierra y agua
para multiplicar la gente. Adonde había diez mil
personas... ahora no hay diez indios de tributo... Los
cuales sitios causa en partes tierra húmeda y
pestilenciales... y así entran enfermedades que trae
aquel aire; en partes viene aquella aire de la mar que
es pestilencial y hedor. Y así, en otras partes, lo
causa del sol o de la luna o de los planetas que apunta
y da la fuerza en los sitios y lugares... Como tengo
dicho.. ha sido gran daño de los indios la venida de
don Francisco a este reino”. Y en otro lugar de la
crónica insiste en el mismo asunto: (Págs.445446) “Hizo reducir y poblar a los indios, algunos en
buena parte, algunos en mala parte, como la suerte
38
cayó. Y por ello se desbarataron los indios de su
querencia, por tener las sementeras muy lejos... y
cómo se perderá la tierra y quedará solitario y
despoblado todo el reino y quedará muy pobre el
rey... por donde no multiplica ni multiplicarán los
indios de este reino”.
Por eso, por el descontento consiguiente, por lo
imposible que era para muchos naturales
sobrevivir en esos nuevos pueblos, por lo
abultado de los tributos a pagar, y por el mal
trato y expolio de sus bienes y personas,
comenzaron a morir o a marcharse, ya que
(Pág.903) “adonde le llaman tributario es
claramente decirle esclavo. Y así no multiplica ni
puede multiplicar”. De manera que, concluye,
por el miedo al trabajo compulsivo y por la
opresión a que los sometían, los indígenas
salieron de sus pueblos y sementaras yéndose
a las ciudades donde han sido empujados a los
vicios de los españoles (alcohol y “puterío”
señala repetidísimas veces). Nadie quiere vivir
en el campo, añade, y por eso no crecen los
indios sino los mestizos en las ciudades y se
despuebla el Perú: (Pág.1115) “Y (el autor) vio
más, otra media provincia de indias hechas putas.
Traen faldellines, mangas, botines y camisas, todas
cargadas (de) media docena de mestizos y mulatos,
cholos, zambaígos. De tan grandes putas ya no
quiere casarse con sus iguales indios... Y así se
ausentan los dichos indios y no multiplican y se
despueblan los pueblos y se acaban. Es la causa que
el cacique principal viene a casar (a) sus hijas y
hermanas con mestizos y mulatos... Ya no... quieren
casarse con los indios y se pierde el reino”.
(Pág.1119) “Y asimismo las dichas indias que
traían faldellines. Y así estaba medio despoblado,
todos las cuales se hacían las más pleitistas las
dichas indias, por las causas que son queridas de los
dichos padres y curas doctrinantes y de los dichos
españoles y mestizos y mulatos. Y así les da fuerza y
ala, y así las dichas indias revuelven la tierra y saben
levantar testimonio a sus maridos, fornicándose con
españoles...” En este sentido, Lima era para
Guaman Poma el paradigma del despoblamiento de la sierra: (Pág.1128) “En servicio de
Dios y de la corona real de Su Majestad el dicho
autor, habiendo entrado a la dicha ciudad de los
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
Reyes de Lima, (la) vio atestada de indios ausentes y
cimarrones hechos yanaconas, oficiales siendo
mitayos, indios bajos y tributarios se ponían cuello
y se vestían como español y se ponían espada, y otros
se trasquilaban por no pagar tributo ni servir en las
minas. Ved aquí el mundo al revés. Y así, como ven
estos indios ausentes, se salen otros indios de sus
pueblos, y no hay quien pague el tributo ni hay
quien sirva en las dichas minas. Y asimismo vio el
dicho autor muy muchas indias putas cargadas de
mesticillos y de mulatos, todas con faldellines y
botines, escofietas. Aunque son casadas, andan con
españoles y negros. Y así otras no quieren casarse
con indio ni quieren salir de la dicha ciudad por no
dejar la putería. Y están llenos de indios en las
dichas rancherías de la dicha ciudad y no hay
remedio... Y así no multiplican los dichos indios en
este reino”.
Resumiendo en un lastimero “no temen a Dios y
no hay remedio. Escribir es nunca acabar. Y así en
común escribo para el buen ejemplo. Ya los lectores
sabrán y apurarán de saber de qué es la culpa...”
(Pág.644). Y mucho más adelante (Pág.1104)
“Y así, Dios mío, ¿adónde estás? No me oyes para
el remedio de tus pobres, que yo harto remediado
ando. Y así, ¿cómo han de vivir casados y
multiplicar los indios? Después decís: ¡Oh, qué
mala doctrina y malos indios pleitistas!... Todo es
acá mentira...”.
Las causas de todo ello, aparte del mal ocasionado por Toledo con sus reducciones forzosas,
las encuentra Guaman Poma en varias circunstancias, todas sobrevenidas sobre los naturales
sin que se le ponga remedio: la llegada masiva
de españoles sin escrúpulos, ávidos de metales
a obtener a cualquier precio; el mal trato y
extorsión a que son sometidos los naturales
por los representantes del monarca, tanto
corregidores y jueces como visitadores,
robando a los indios y robando al rey; el afán
de muchos doctrineros y sacerdotes por
hacerse rápidamente de riquezas a costa de sus
feligreses; y el mal ejemplo que todos los
españoles han dado a los naturales, tanto
principales como del común, corrompiéndoles
y destruyéndolos. En definitiva, todos esos
males eran debidos al mal gobierno de los
españoles.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Al enviarse a España, tras el reparto de
Cajamarca, los más grandes tesoros, allí “todo
fue Perú y más Perú, Indias y más Indias, oro y
plata, oro, plata de este reino... Y por la riqueza
envió el emperador gobernadores y oidores,
presidentes y obispos y sacerdotes y frailes y
españoles y señoras. Todo era decir Perú y más
Perú” (Pág.391). Terminada la guerra (Pág.395)
“los españoles se desparramaron por todas las
partes de la tierra de este reino, de dos en dos y
algunos, cada uno haciendo gente yanaconas,
indios, buscando cada uno sus venturas. Y
buscaban sus remedios, haciendo muy grandes
males y daños a los indios, pidiéndoles oro y plata,
quitándoles sus vestidos y comidas, los cuales se
espantaron por ver gente nueva nunca vista... y
después van puliendo y adelgazando la tierra y
mucho más en este reino... Después de haber
conquistado y de haber robado comenzaron a quitar
las mujeres y doncellas y desvirgar por fuerza. Y no
queriendo, las mataban como a perros y castigaba
sin temor de Dios ni de la justicia. No había
justicia”.
Estos españoles malhechores acabaron
asentándose por todas partes: (Pág.978) “De
manera hay treinta o cuarenta ladrones en cada
provincia y jueces, escribanos de cocina y con ellos
otros españoles y mestizos. Todos son ladrones,
todos comen a costa de los pobres indios.... Ahora en
una provincia hay diez vicarios, niños que no han
salido de la cáscara del huevo y otros tantos sólo
para ajuntar las doncellas y desvirgarlas”. Y así,
escribe, se multiplicaron los enemigos de los
naturales: (Pág.906) “Son enemigos mortales de
los dichos caciques principales los españoles,
corregidores y padres, encomendero, teniente del
mayordomo, vicario, jueces...”
En la página 694 representa gráficamente, en
una especie de metáfora iconográfica, al
indígena cercado por todos sus enemigos
(Imagen 11). Así titula el dibujo: “Pobre de los
indios. De seis animales que comen, que temen los
pobres de los indios en este reino: Corregidor, sierpe;
tigre, españoles del tambo; león, encomendero;
zorra, padre de la doctrina; gato, escribano; ratón,
cacique principal; Estos dichos animales que no
temen a Dios desuellan a los pobres de los indios en
este reino y no hay remedio. Pobre de Jesucristo”.
39
Los motivos de Don Phelipe
Mientras el indígena suplica: “<Ama
llapallayque llatanauaycho, por amor de Dios
rayco>” (traducción libre, <No me robes
totalmente, por amor de Dios, desnudo
quedaré>)21.
La mayor parte de las denuncias están
resumidas en los 19 “prólogos al lector”
situados al final de cada bloque del Buen
Gobierno -que más que prólogos son colofones
o conclusiones- escritos a manera de prédicas o
sermones, y en los que mezcla avisos al lector
con reprimendas y reconvenciones, siempre
bajo la perspectiva de que (Pág.1115) “el dicho
autor estuvo en medio del pueblo y plaza y del
mundo, viendo todo”. A veces estos “prólogos”
adquieren tintes bien dramáticos, como
lanzados furibundamente desde púlpito de
iglesia, los que tantas veces oiría el autor:
(Pág.702) “Y (de) la poca cristiandad de este reino
me espanto y comienzo a llorar, y (pregunto) por
que Dios, (que) es gran misericordioso, cordero
santo... por tantos pecados y males cómo no nos
envía su castigo y su ira, ni nos hace tragar la tierra,
como hizo tragar a Sodoma y las tres provincias..
(que) quemó con el fuego del cielo”.
La denuncia, como muestra el dibujo anterior,
va dirigida fundamentalmente contra los que
“desuellan a los indios”. Y comienza por los
funcionarios reales, corregidores y jueces
sobre todo, a los que dedica decenas de
páginas acusándolos de todo tipo de maldades
e iniquidades, y a quienes responsabiliza en
primer lugar del despoblamiento del reino. Y
si alguien, como él mismo, los descubría en sus
perversidades y llevaba ante la justicia por no
cumplir las ordenanzas, era vituperado por
“pleitista”, “santico” o “ladinejo”, y castigado
por ello, como cuenta que le sucedió varias
veces (Pág.824 y 1097). (Pág.905) “Y así, mira,
Dios mío, qué labor dan a tus pobres. Esto hizo
conmigo; ¿Qué me harán con otros pobres que no
saben? Espantado estoy. Ahora digo que más pobres
son los españoles que lo que manda Dios y la
justicia. ¡Oh qué azotes, o qué castigos merece este
juez de palo! Y así no alcanza (a) ningún pobre, que
los ricos la tiene (la justicia), como lo he visto a vista
de ojos”.
Un argumento más para explicar que, por
buenos que fuesen en España los funcionarios
que manda el rey, se hacen venales y corruptos
nada más llegar al Perú: (Pág.972) “Digo a
vuestra Majestad, para que conste la verdad, (que)
vuestra majestad envía jueces y justicias y prelados,
obispos y canónigos, deán, para que le favorezca a
los señores principales y pobres indios. Dícele a
vuestra Majestad que yo favoreceré, sí, sí, que haré
justicia. Pero saliendo de la puerta de la mar, se
muda otro hombre: antes ha de favorecer a los ricos
españoles”. De nuevo propondrá que nadie
mejor que ellos, sus autoridades antiguas y
legítimas, para regirlos. Y para probar que no
hay justicia contra estos malos funcionarios
explica repetidamente que todos estos
quedaban a salvo del castigo del rey, cuando
debería ser exactamente al contrario, poniendo
como ejemplo (no cita de donde lo sacó) la
“fábula del mal capitán”, que por haber
perdido por su desidia e incompetencia “la
guerra que le encargó su monarca”, siempre
andará escondido y no podrá regresar a su
casa, ni el rey le abrirá su puerta: “Le niega la
tierra, el mundo... Le ha de negar, maldecir el
21
- En la página 302 inserta otro dibujo similar referente al infierno del Inca, “Castigo, justicia, sancai, inquisición”, encerrado en una cueva y rodeado con animales y alimañas que se prestan a devorarlo.
40
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
mundo” (Pág.959). Pero aquí en el Perú,
concluye, esto no es así. “El mundo al revés”.
Y contra los curas doctrineros y eclesiásticos en
general, formula la misma acusación de
corruptos, deshonestos y livianos de moral,
dedicados al robo y al estupro. Una denuncia
que ocupa igualmente decenas de páginas,
deteniéndose especialmente en la perversidad
sexual de los curas en sus doctrinas. Y lo
corrobora como testigo principal: (Pág.702)
“Esto se escribe... a ojos y a vista si escribiese de cada
padre... no ha habido remedio, y al servir a Dios y a
su Majestad todo lo que veis es contra el evangelio y
diez mandamientos de Dios y cristiandad y
santidad”.
Un maltrato, además, psicológico, realizado
desde la predicación, citando entre cientos de
casos aquel que le sucedió en la iglesia de
Chinchay Yunga en 1614: (Pág.1104) “Estuvo el
dicho autor el día de la ceniza oyendo un sermón (a
los indios del pueblo) tan espantable del dicho
padre en que decía que les había de matarles y
curarles22 como carneros, caraches23, y desollarles a
los indios. Como oyó el dicho autor de las malas
palabras y sermón, luego en esa hora salió el autor
por no ver más tantos tormentos de los pobres, que
estaba ya muy harto de verlos en el mundo”.
Combinándolo además con el maltrato físico,
como lo que vio en Huancavelica: (Pág.1113)
“Dice el dicho autor que estaba espantado y
admirado de ver en aquella plaza tantas bofetadas y
pescozadas a los pobres principales. A unos les
llamaban caballos, perros, los cuales principales; y
de muchas maneras maltrataban a los demás indios
pobres”. Así, “la policía y cristiandad de los indios
de este reino” está en grave peligro: “Y si los
dejaran los padres, curas de las doctrinas y los
dichos corregidores y encomenderos y españoles,
hubiera santos y grandes letrados y cristianos. Todo
lo estorban los dichos con sus tratos”, concluyendo que “lo que han aprendido de cristiandad y
policía es por fuerza en todo este reino” (Pág.819).
De manera tal que todos estos funcionarios y
doctrineros, asegura, están confabulados para
arruinar el Perú y “acabar con los indios”. Un
expolio que presenta mediante una escena
22
23
- Salarlos y secarlos.
- Caracha. Sarna o roña, enfermedad que ataca a las
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
teatral: (Pág.957) “El corregidor entra diciendo:
<Que yo te haré justicia> y roba. Y el padre entra:
<Yo te haré cristiano. Bautizaré, casaré, adoctrinaré> y roba y desuella y quita mujer e hija. El
encomendero y los demás españoles dicen: <Justicia
que sirva al rey, porque soy su vasallo> y roba y
hurta cuanto tiene. Y peor los caciques y mandones,
les desuellan del todo a los pobres y desventurados
indios... ¡Oh desventurados.. pobres españoles!...
Por la mar de Castilla vinisteis a nuestra tierra a
quitarnos y a cobrarnos nuestras pobrezas”.
Una teatralidad dramática que usa en varios
fragmentos de su denuncia, como para dar
más fuerza a sus argumentos, explicitando
cómo nadie estaba dispuesto a hacerle justicia
ni a él ni a los “pobres indios de este reino”:
(Pág.905) “Dejando de confiar en los españoles, me
vine a confiar a los caciques principales, diciendo:
<Éstos son mis hermanos y deudos>. (Pero) más
cambalaches veo entre ellos, como sea borracho,
jugador, coquero... No hay que fiar de éstos en los
tributos; hay tanto rezago y gastos en cobrar los
tributos... Los cobran y más gastan de las comunidades y sapci, y la hacienda de los pobres indios y
(la) quitan por fuerza. Desviándome de esto, entré a
conversar con los sacerdotes y padres, diciendo:
<Éstos son santos, lugar de Dios>. Dejé una caja de
ropa, camisas y fieltro y otras cosas a un padre que se
llamaba Francisco Caballeros.
No había yo
caminado (cuando) descerrajó la caja y lo sacó
luego y lo gastó y lo perdió hasta ahora. Y en otra
parte me sucedió otra desgracia que a otro padre
llamado don Martín de Arteaga me tomó de fuerza
dos caballos que en aquel tiempo valía cada uno a
cincuenta pesos, que de los dos montó cien pesos. Y
tomó otras menudencias que valían plata. El cual,
pidiéndoselo, me respondió <Que ya me dijo de
misas>. Y así, sucediéndome tan mal con los padres,
me acordé de confiarme en los indios pobres. De
dejar mi hato y dejé en el pueblo de Santiago de
Quirauara una caja cerrada (con) mis pobrezas y
con otras menudencias en casa de un indio pobre; en
mi ausencia tomó la caja el dicho padre del dicho
pueblo, hombre muy rico. Y lo abrió y lo gastó.
Después le escribí, pidiendo. Respondió diciendo
que ya pensaba que estaba muerto y dijo de misas”.
llamas y alpacas. Debe referirse a que los golpearía
hasta sacarles la roña.
41
Los motivos de Don Phelipe
Y concluye: (Idem) “Mira, cristiano, qué mal y
daño se me hizo como a pobre. ¿Qué me hará a otros
pobres que no saben nada y son más pobres y sin
favor? Después dicen los padres: <¡Oh, qué mala
doctrina!>. Cómo no serán ricos si hacen todo esto.
Diréis que los protectores a costa del rey los pone
para que defienda, antes ellos hurtan y roban y se
conseja con ellos y no hay remedio. Así lo propio
usan los curacas principales y alcaldes y fiscales,
que todos hurtan y son soberbiosos, enemigos de los
pobres, amigos de quitarles sus haciendas, mucho
más los (Pág.906) mestizos y mulatos y criollos,
españoles, cómo en mi presencia los maltratan a los
indios. Mira, cristiano, todo a mí se me ha hecho...
Todos pretenden que fueran bobos, asnos, para
acabarles de quitar cuanto tienen, hacienda, mujer e
hija”.
De manera tal que, ante este estado de cosas y
ante tales patrones de comportamiento, los
naturales no han hecho sino aprender
maldades y seguir el ejemplo de los españoles:
(Pág858) “Como en siendo bachiller un indio luego
se hace por fuerza curaca principal o mandón del
dicho ayllo sin tener título ni tener derecho. Y se
ajuntan una cuadrilla de bellacos indios. Estos
dichos les roban y hurtan públicamente sacándoles
de casa en casa de los pobres indios en este reino y
mucho más de las indias pobres. Cuando pueden les
llevan toda su hacienda y el dicho corregidor
consiente, porque con color de la mita de los susodichos les roban en este reino. Cómo aprendieron de lo
más malo los indios. Antes, habiendo de aprender lo
bueno de cristiano, les enseñan lo más malo. Y no
hay remedio en ellos por ser el mundo perdido.
Aunque en el santo evangelio lo enseñan, no lo
acaban de creer los maestros; preguntándoles quién
se las enseñó tantas bellaquerías e inobediencias,
responden que el viracocha24 lo enseñó, porque ellos
son codiciosos de plata, oro, ropa, ladrón, puto,
puta, desobedientes a Dios y a su rey: lujuria,
soberbia, avaricia, gula, envidia, pereza, todo lo
trajo a este reino... Cómo aprenden de los malos
maestros; no salen los discípulos buenos sino
conforme al maestro que tienen. Pues que el padre
tiene todas las solteras encerradas en su casa, unas
le rascan y otras le soban la barriga. Si ven
esto,¿cómo han de ser buenos cristianos (los
24
- Extranjero, blanco, español.
42
indios) habiendo muchos hijos mesticillos,
multiplico del padre?”.
Un mal ejemplo, insiste en otro fragmento de la
crónica, que ha llevado a distorsionar las cosas
completamente en el Perú. Y ello le da pie a
construir uno de los pasajes de la obra con
mayor sentido literario, más fina ironía y más
crítica social: el diálogo de un matrimonio de
blancos decidiendo sobre el futuro de sus hijos
en aquel mundo puesto al revés. Lo titula,
como un entremés, “Lo que imaginan los
cristianos españoles teniendo muchos hijos”
(Pág.536), y termina, como las obras teatrales
de la época, con danzas y canciones.
Primero, la presentación:“Procuran, imaginan,
todo en plata, oro y tener riquezas y están de día y de
noche marido y mujer”.
Luego comienza el coloquio:
“Dice el marido a la mujer: <Señora, no sabéis nada;
que siempre estoy pensando que todos nuestros
hijos entren al estudio, que (por) poco o mucho que
sepan la letra han de ser sacerdotes>.
Responde la mujer: <¡Qué bien dicho y pensado,
señor mío de mis ojos! Pues(to) que Dios nos ha
dado tantos hijos para ganar plata y ser ricos, el hijo
llamado Yaquito25 sea cleriguito, y Francisquillo
también. Porque ganarán plata y nos enviarán
indios, indias a servirnos. Y además de esto, muchos
regalo de perdiz y gallinas, huevos, fruta, maíz,
papa, hasta las hierbas que comen los indios. Y nos
enviarán chinitas y muchachitos, indias depositadas. Pues, señor, ¿no será bueno que Alonsito sea
fraile agustino, y Martinillo, dominico, Gonzalico,
mercedario? ¡Oh mi Dios, que viene tal al justo, que
nos han de regalar mucho estos hijos!>.
(Pregunta el marido) <Señora, ¿no será bueno
que Alonsito fuera fraile franciscano, y Martinillo
fuera de la Compañía de Jesús?>.
(Responde la mujer) <No, señor, que es esa orden
que no se acuerda de su padre y madre, y son pobres
órdenes y se hacen santos y no ganan plata ni
tendrán qué darnos>.
Responden los hijos: <Padre, madre mía, mejor era
servir a Dios casado y tener hijos y alzar una
25
- Santiago, Santiaguito.
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Marchena
barreta26 y trabajar, que no robar a los pobres de los
indios con poco temor de Dios.... (Sólo faltaría)
que fuera(mos) sacerdotes, (que) fuera(mos)
frailes franciscanos>.
todos clérigos, que no frailes. Y mañana en aquel
punto hagamos una fiesta muy solemne y cantemos
de esta manera>:
(Responden los padres) <Calla, hijos, que no
sabéis nada. Sois tontillo. Que muchos sacerdotes
enriquecen a su padre y madre y a sus hermanos. Y
ellos están ricos de plata, de oro macizo. Con más de
cincuenta mil pesos se van a Castilla que, lo he visto
a vista de ojos. Y así otros muchos están en la
doctrina y tienen hijos mesticillos y mesticillas y
esos niños tu madre les criará; estando grandes,
servirán en casa. Más vale eso que no comprar
negros que sirvan en casa. Y así no andéis
rumiando, sino que habéis de ser doctrinante y rico
y habéis de veros con mucho tesoro>.
Oh qué bien dicho, Dios mío,
(Preguntan los hijos) <Señor,(¿)el sacerdote
puede ser rico(?). Yo he oído que el primer sacerdote
fue Jesucristo y fue el más pobre. Y luego su apóstol
San Pedro fue muy pobre y (con) la pobreza que
tenía lo dejó todo y siguió a Jesucristo, como (que)
no fueron ricos>.
(Responden los padres) <¿No os digo que
calléis? Tontillos, que no sabéis nada. Vení acá; si
ahora el obispo les quitase (los beneficios de los
curas) y los aplicase a la iglesia y tomase cuenta del
salario... y las misas y ofrendas, y todo lo aplicase
para la iglesia y para los mismos pueblos, sería
malo, como lo hacen los frailes, y mandase que no
fuesen ricos como la ley de Dios. Sería otra cosa, y
no... (querría nadie) ser sacerdote ni se llamaría
propietario (de la doctrina)>.
(Concluyen los hijos) <Señor padre, señora
madre, que ahora digo que hemos de ser sacerdotes,
26
<Oh qué bien dicho, Dios mío,
Que con el cantar el réquiem
seremos ricos, seremos ricos.
Qué buen pensar de padre,
seremos ricos.
Qué buen pensar de madre,
seremos ricos.
Y nos embarcaremos a España,
seremos ricos,
que en España seremos ricos,
en el mundo seremos ricos>”.
Una denuncia, en definitiva, que
concluye, aunque sea a mitad de una página y
en estilo sermonario, con una invocación al
grito: “Todo el mundo den voces y mucho más
vosotros, indios, indias. Dad voces con los profetas
como dijo el profeta: <Señor,¿hasta cuándo daré
voces y no me oirás? Señor,¿hasta cuándo clamaré
y no me responderás?> Con ellos juntamente decid
a voces llorando, gimiendo con tu corazón y ánima
y boca, lengua y los ojos. No cesad de llorar con los
profetas que os ayudarán”, culminando la frase
con una petición, en la que solicita acepten
todos los naturales lo que denuncia en su
crónica: “Y todo el mundo me responda <Amén.
Jesús>. Y vosotros, hermanos, hermanas de este
reino, indios, indias, respondedme <Amén.
Jesús>”.
- Instrumento de hierro para perforar en la mina.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
43
Espacios de Inclusión y Exclusión:
Etnias, ayllus y cofradías en la conformación de la doctrina
eclesiástica de Cocharcas 1570-1614*
Ángela María Concha Pacheco**
Edgar Villafuerte Acuña***
Resumen
Abstract
El presente artículo se enmarca en el difícil
proceso de reorganización social y religiosa
que las poblaciones indígenas padecieron
dentro de la región de Huamanga en la
coyuntura finisecular del siglo XVI. Nuestra
preocupación por comprender dichas reorganizaciones obedece a un doble interés, primero
dar cuenta de la conformación del espacio
social de la doctrina de Cocharcas, y segundo
realizar un análisis de las relaciones interétnicas y las nociones de inclusión/exclusión a
partir de la implantación de la institución de la
cofradía, convirtiéndose en el medio de mayor
eficacia para canalizar y viabilizar los intereses
étnicos locales de poder para así ganarse un
espacio dentro de la nueva sociedad colonial
que se conformaba.
This article is part of the difficult process of
social and religious reorganization that indigenous people within the region suffered at the
juncture Huamanga finisecular XVI century.
Our concern for understanding such reorganizations due to a double interest, first to account
for the formation of social space Cocharcas
doctrine, and second analysis of inter-ethnic
relations and notions of inclusion / exclusion
from the implementation the institution of the
brotherhood, becoming the most effective
means to channel and enable local ethnic
interests and power to gain a place in the new
colonial society that was content.
Palabras claves: Etnias, ayllus, élites indígenas, cofradías, doctrina, Cocharcas, espacios
de inclusión/exclusión.
key words: Ethnic, ayllus, indigenous elites,
brotherhoods, doctrine, Cocharcas, spaces of
inclusion and exclusion.
***
* Este artículo aborda parte de nuestra tesis de licenciatura “Nuestra Señora de Cocharcas: Elaboración de un proyecto
religioso jesuita e indígena, sustentado en la imagen para la construcción de una nueva identidad indiana-cristiana 1582-1636”,
Universidad San Antonio Abad del Cusco, 2013.
** Historiadora por la Universidad San Antonio Abad del Cusco, con experiencia en transcripción paleográfica (S. XVI-XVII), investigación histórica, catalogación de archivos, bibliotecas e Investigación en Museología. Correo electrónico:
[email protected]
*** Historiador por la Universidad San Antonio Abad del Cusco, con estudios y especialidad en la Pontificia
Universidad Católica del Perú en lectura y transcripción paleográfica siglo XVI, gestión archivística y conservación e investigación museográfica y museológica. Correo electrónico:
[email protected].
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
45
Inclusión y exclusión
Introducción
L
a coyuntura finisecular del siglo XVI,
fue un contexto en el que se dieron las
influencias más determinantes de
nuestra historia, las severas políticas del rey
Felipe II, la contrarreforma católica y el
barroco colonial, devino en una gigantesca
empresa de occidentalización que se abatió
sobre el continente americano con innegables
consecuencias en el Perú colonial, principalmente para las poblaciones indígenas. Dichas
influencias se materializaron y canalizaron en
diversos proyectos sociopolíticos y religiosos
que no siempre iban de la mano uno con el
otro, muchas veces contradictorios y antagónicos entre sí, principalmente por los intereses
de los actores sociales que las ejecutaban. Así,
las autoridades españolas civiles y eclesiásticas aplicaron en los Andes sus más diversos
proyectos que devinieron en una reorganización espacial y transformación cultural tan
ambicioso que en ningún lugar de las Indias se
vio jamás, con un claro sentido de control,
administración y justificación ideológicopolítico de imposición sobre las poblaciones
indígenas. Pero es de considerar que estas
mismas influencias que llegaron de occidente a
América, determinaron que dichas
poblaciones indígenas buscaran nuevas
respuestas, mecanismos y estrategias de
sociabilización-interacción, que la institución
de la cofradía viabilizara o canalizara para
ocupar un lugar dentro de la nueva sociedad
colonial que se conformaba.
En este sentido y a partir de una documentación inédita del Santuario de Nuestra Señora
de Cocharcas -que pertenece a la diócesis de
Abancay- fechada entre finales del siglo XVI
hasta inicios del siglo XIX,1 pretendemos desde
un enfoque regional -pero un enfoque en el
1
Nuestro interés por realizar una investigación
histórica sobre Cocharcas nace a partir de nuestra
experiencia laboral dentro de una institución pública
dedicada a la protección y restauración del
patrimonio cultural durante el año 2009. En dicho
año se produce el hallazgo de más de cincuenta
legajos coloniales dentro del Santuario de Nuestra
Señora de Cocharcas, el mismo que se hallaba en
pleno proceso de restauración a cargo de la
46
cual se tiene presente el contexto más amplio
que condiciona toda la historia de la regióndescribir y analizar dos dinámicas que se
engranan dentro de los aspectos social y
religioso. La primera dinámica que denominamos de reorganización social nos sirve para
comprender y analizar la conformación del
espacio social de la doctrina de Cocharcas. En
la segunda dinámica evidenciamos los
conflictos jurisdiccionales y de poder entre los
diferentes ayllus originarios y mitimaes
trasplantados dentro de la doctrina de Cocharcas, creando espacios de inclusión y exclusión.
Esta rivalidad étnica se verá resuelta en el
plano religioso, canalizada e instrumentalizada mediante la institución de la cofradía.
Dos son los procesos coyunturales a manera de
ejes fundamentales e influyentes que marcan
el rumbo de nuestro análisis, el primer eje se
sustenta en el aspecto sociopolítico y el
segundo en el aspecto religioso: en el primero,
será el rey de España Felipe II quien puso fin a
la situación incierta del virreinato peruano
convocando la junta magna (1568), en ella se
establece que era necesario incorporar coercitivamente a la población indígena al mercado de
trabajo, como también se diseñó las bases para
una nueva configuración administrativa, estas
medidas serán encomendadas a Francisco de
Toledo, quien es partícipe de la citada junta.
Con la llegada del virrey Toledo al Perú (1569)
se produce una transformación sociopolítica e
incluso religiosa definitiva e irreversible del
Perú colonial, Toledo no hace otra cosa que
establecer los acuerdos y preceptos alcanzados
en la junta magna ordenados por el rey Felipe
II, y de esta manera el nuevo sistema implantado se asienta; pero no sólo se trata de poner
en marcha un proyecto administrativo, era un
cambio en la forma de encarar la moral política
y la historia misma (Estenssoro 2003: 179). Por
el lado religioso, la promulgación del Concilio
Dirección Regional de Cultura-Cusco. A partir de este
hecho, surge la necesidad de organizar y catalogar los
legajos con el fin de tener un mejor manejo del fondo
documental, y tomando también dicha acción como
una medida preventiva de conservación sobre el
patrimonio documental. Asimismo se aplicó una
adecuada metodología para la lectura y transcripción
paleográfica como punto de partida para una serie de
futuras investigaciones.
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
de Trento (1564), constituye lo que se
denomina el catolicismo contrarreformista;
éste llega a los Andes con instituciones políticas, administrativas y religiosas que no dudan
de sí mismas ni de la “verdad” que las anima;
imponen una ética, una forma de creer y de
celebrar e imponer su religión; no dialoga,
silencia y rara vez se conmueve (Valenzuela
2006). Las disposiciones del Concilio de
Trento, con los intentos de normalización y
fiscalización consecuentes, sólo entrarán
plenamente en vigor en el Perú a partir de 1583
en manos de la iglesia secular y apoyada
firmemente por los jesuitas(Estenssoro 2003:
243). Es en este sentido que a partir de la
celebración del tercer concilio limense (158384), se convierte en el año clave para las
poblaciones indígenas, una fecha definitiva,
un verdadero punto de no retorno. Ambos
aspectos están íntimamente imbricados y
tendrán innegables repercusiones e influencia
en las poblaciones indígenas, especialmente en
sus élites que buscarán acomodarse e
insertarse en esta nueva sociedad colonial que
se gestaba en la difícil coyuntura finisecular
del siglo XVI.
En este sentido, los diferentes estudios que se
abocaron ha comprender este proceso socioreligioso, obedecen principalmente a dos
2
Las primeras publicaciones de corte histórico sobre
Cocharcas datan desde finales del XIX e inicios del
siglo XX. Serán los señores Emilio Montes en su
“Breve Reseña Histórica del Santuario de Kocharkas”,
Manuel Gamboa Antesana en su “Noticias sobre la
venida de la Virgen de Copacabana” y el Obispo de
Ayacucho Doctor Fidel Olivas Escudero quien en su
libro “Flores de Santidad en el Ameno Jardín de la Iglesia de
Guamanga”, que incluirá un artículo sobre Cocharcas;
todos ellos nos proporcionarán aunque de forma
descriptiva el primer acercamiento histórico sobre
Cocharcas, especialmente preocupados por el origen
de la imagen de la virgen de Cocharcas. Se concluye
que los tres autores trataron los mismos temas y
revisaron las mismas fuentes pero los escritos de los
tres difieren en la forma de la presentación de sus
textos más no en el fondo del contenido. Emilio
Montes y Manuel Gamboa Antesana muestran
mayor diversidad de información, a manera de
resúmenes construidos como si fueran pasajes
bíblicos; en cambio el aporte del Obispo Fidel Olivas
Escudero radica en publicar la primera transcripción
paleográfica esencialmente de los primeros folios del
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
corrientes historiográficas bien marcadas, el
positivismos histórico de inicios del siglo XX, y
el estructuralismo francés, influenciados por la
etnohistoria que tendrá gran acogida en la
historiografía peruana desde mediados del S.
XX hasta la actualidad. Pero es de considerar
que los estudios directamente vinculados con
la doctrina de Cocharcas son pocos y de vieja
data; sobre el aspecto religioso se halla cierta
producción bibliográfica, pero todos influenciados por sus vínculos con la iglesia católica, y
de ahí que sus escritos muestran una clara
influencia de justificación providencialista al
describir los hechos históricos.2 Sobre el
aspecto social se halla una producción con
mayor acuciosidad científica pero trabajada de
manera genérica, estos trabajos se verán
dinamizados principalmente por la producción historiográfica de la Universidad San
Cristóbal de Huamanga, especialmente en la
segunda mitad del siglo XX.3
Así, son principalmente Steve J. Stern, I. Silverblatt-John Earls, Luis Millones y Huertas
Vallejo, los investigadores que ahondaron los
aspectos socio-religioso de la región
Huamanga y sus zonas periféricas como
Andahuaylas en donde se halla la doctrina de
Cocharcas. En 1993, Steve Stern analizó la
problemática social de las élites indígenas de la
libro 01 de cofradías del Archivo del Santuario, que
posteriormente tal transcripción será utilizada por la
mayoría de autores locales y nacionales que intentarán
escribir sobre Cocharcas.
3
Cabe destacar las diferentes publicaciones
académicas de las últimas décadas del siglo pasado,
que si bien es cierto no abordaron el tema directamente, sí elaboran breves o sucintos comentarios
sobre Cocharcas desde diferentes perspectivas, sobre
todo aquellos investigadores impulsados por la
Universidad San Cristóbal de Huamanga, así tenemos
a Navarro del Águila, 1939: Morote Best, 1953;
1983:28; Urrutia Ceruti, 1985; Cavero Carrasco, 1994;
Huertas Vallejos, 1998:7-28; García Miranda,
1998:51-85; Salas Coloma, 1998; Purizaga Vega,
2006:45-61; entre otros. Quienes a través de sus
diferentes obras nos ayudaron a comprender desde
una perspectiva científica el panorama colonial en sus
aspectos social, político, económico y religioso de los
siglos XVI-XVII y XVIII de la región de Ayacucho y
Apurímac.
47
Inclusión y exclusión
región Huamanga, estrechamente vinculada
con los encomenderos, Stern identifica a dos
actores sociales determinantes en el recién
conformado sistema colonial, los curacas y
encomenderos, de los cuales se valdrá para
analizar las transformaciones económicas
capitalistas a nivel local y regional. La incapacidad del insipiente estado colonial en la
segunda mitad del siglo XVI para controlar el
territorio andino e imponer su autoridad por
encima de intereses particulares llevó a la
mayoría de comerciantes, mineros, propietarios y administradores españoles a competir
por beneficios económicos en una arena política.4 Aunque algo distanciado de los conceptos
Gramscianos de hegemonía y contra
hegemonía que Steve J. Stern sigue; otros
historiadores como Silverblatt-Earls y Huertas
exploraron las estructuraciones y desestructuraciones sociales de la región Huamanga, los
primeros a partir de estudios de caso y el
segundo de forma integral o genérica,
llegando a proponer diferentes superposiciones étnicas en toda la región, producida en
distintas etapas históricas, lo que complejiza el
panorama étnico regional.5 Pero es sin lugar a
dudas al historiador peruano Luis Millones a
quien le cupo el honor de sacar a la luz una
serie de documentos del Archivo de Indias
(Sevilla), concernientes a las tempranas
idolatrías indígenas de la región huamanguina, conocido como el movimiento del Taky
Onkoy, causando cierta alteración en la
6
historiografía peruana; la percepción de
dominación/resistencia en los Andes se ve
ejemplificada por Millones en sus publicaciones. Consideramos que este esfuerzo de
interpretación nos parece algo injusto, reduce
o esencializa el accionar indígena, limitándolo
a un solo lado de la historia, inmóvil, momificado, casi como un monumento pétreo, que
hace ver el accionar indígena - especialmente
dentro del aspecto religioso- reducido a ser
idólatra, pagano o diabólico, sin dejar la
4
Steve Stern 1993.
Huertas 1991, 2002; Silverblatt-Earls 1979.
6
El movimiento del Taky Onkoy, durante décadas se
convirtió en uno de los temas más estudiados por las
Ciencias Sociales en el Perú, ejemplificando cómo se
puede crear un discurso político, nacional y
académico en el imaginario colectivo contemporá5
48
opción abierta que los propios indígenas
pudieron construir su historia, mediante
mecanismos, estrategias o proyectos que
permitan reinventarse, redefinirse de acuerdo
a la coyuntura que los oprime, sin que ello
caiga en desmedro o menosprecio por aquellas
poblaciones indígenas que llegaron a ocupar
un lugar en la nueva sociedad colonial, o que
recibieron la influencia de occidente. De esta
manera las denominaciones como aculturados, arribistas, o en definitiva, de traicionar su
causa y “venderse” al colonizador constituye,
además de un anacronismo, una profunda e
injusta incomprensión. Consideramos que la
institución de la cofradía nos ayudará a
explicar nuestra propuesta, especialmente
dentro de la doctrina de Cocharcas.
1. Contextualizando la reorganización social
en la región: Huamanga a finales del siglo
XVI
La segunda mitad del siglo XVI, sin lugar a
dudas, fue una época de grandes cambios
socio-culturales, políticos y religiosos para las
poblaciones étnicas a lo largo y ancho del
virreinato del Perú. Estos cambios hallarán su
impulso de manera organizada y sistematizada con la llegada del virrey Francisco de
Toledo (1568-1580), las reglas de juego de la
situación colonial fueron fijadas en definitiva,
dicho virrey reorganizó por completo el
espacio andino, alterando la organización
vertical, característica de la territorialidad
indígena tradicional (F. Pease 1978:62). En
ningún lugar de las Indias se puso en práctica
un proyecto de organización social y espacial
tan ambicioso como el que se impuso en los
Andes, y de esta manera se cimentaría las bases
de una nueva sociedad colonial peruana.
En este sentido, existen diferentes factores que
dinamizaron esta transformación social-étnica
en el Perú colonial pero son principalmente
neo, más fuerte que el verdadero movimiento
religioso indígena de su época, llegando a ser
denominado como “el gran movimiento de
resistencia cultural”, de rechazo a la alienación,
progresivamente interiorizada, hasta alcanzar los más
profundos recintos de la conciencia colectiva.
(Ramos 1993:137-165; Estenssoro 2003: 356).
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
dos factores que lograrán cambios fundamentales en la población indígena, el primero se
debe a la aplicación de la distribución de los
repartimientos entre los conquistadores, dicha
distribución tendría como objetivos poner fin
y orden a las disputas (herencia de las guerras
civiles) entre encomenderos españoles por su
posesión indeterminada y la excesiva explotación del indígena, esta última percepción
defendida por los lascasianos, y en segundo
lugar la implantación de las reducciones
indígenas, las cuales determinarán la línea de
la reorganización del espacio sociopolítico
colonial andino que el virrey Toledo se
dispuso a realizar. Las reducciones eran parte
de las políticas regalistas del virrey y tenían
por objetivos facilitar el cobro del tributo y la
mita minera, y dentro del aspecto religioso
facilitaría asegurar la instrucción religiosa de
los indios.
deros españoles, quedando distribuidos de la
siguiente manera:
La región de Huamanga no fue ajena a las
referidas políticas coloniales impuestas en la
segunda mitad del siglo XVI, sin embargo no
fueron los únicos procesos de organización
social que padeció. En la época prehispánica
dicha región había sufrido una importante
intromisión étnica por la ocupación inca en
toda la región, el traslado de mitimaes y la
persecución a determinadas etnias- principalmente de la zona de Andahuaylas- por parte
de los incas alteró el panorama étnico regional.
Ya con la invasión hispana, la región
Huamanga y su zona periférica-fronteriza de
Andahuaylas volverían a pasar una nueva
organización social integral, reconfigurando
nuevamente el panorama étnico huamanguino.
v Los Acos de Quinua: Se le otorgó a Pedro Díaz.
v “Los Xauxas: fueron divididos en dos encomiendas, una para Cristóbal de Peña y la otra para
Gómez de Cervantes.
v Los Soras: Pasaron al tutelaje de Melchor
Palomino.
v Los Angaras: fueron divididos en varias
encomiendas, una de ellas correspondió a Luis de
Sotelo y otro a Amador de Cabrera.
v Los Chilques: Se le otorgó a Pedro Ordóñez y
Antonio Abrerrio.
v Los Lucanas: Se le otorgó a Juan Velásquez
v Los Atun Lucanas: Se le otorgó a Pedro
Avedaño.
v Los Vilcanchos: Cedidos a Juan Manueco.
v Los Chocorbos de Huaytara: Se le otorgó a
Francisco de Cárdenas.
v Los Indígenas de Guamanga: Se le otorgo a
Hernán Guillen.
v Los Tanguiguas: Se le otorgó a Juan Palomino.
v Los Chancas de Uramarca: Se le entregó a
Hernán García Carrillo.
v Los Pobladores de Ongoy: Se le entregó a un tal
García.
v Los de Papres: Se le otorgó a Vasco Sánchez de
Ulloa.
v Los de Pausa: A Diego Gavilán.
v Los Quispillactas de Pomabamba: Se le otorgó a
Miguel Astete.
v Los Parcos: Se le otorgó a Vasco Suárez.
v Los Pobladores de Ocobamba: Se le otorgó a
Francisco Barrientos.
Así, la primera alteración -colonialmente
hablando- del espacio social huamanguino se
dio a partir de los repartimientos realizados
por los españoles; dicha región abarca según
Damián de la Bandera la extensión territorial
“desde Uranmarca que es de aquel cabo de vilcas
seis leguas hasta Acosquesta junto al valle de
7
Xauxa…” en el que se encontraban una serie
de etnias que en 1561, por disposiciones
heredadas del pacificador La Gasca, se dispuso
los repartimientos otorgados a los encomen-
7
Jiménez de la Espada, 1965: T. I: 178
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
v Los de Totos: A Beatriz Sánchez.
v Los de Callamarca y Uripa: Se le otorgó a
8
Martín Lezama”.
Pero esta repartición de los territorios indígenas, dejó a los curacas locales ante la necesidad
de elaborar alianzas con los encomenderos
españoles. Ambos en realidad se necesitaban
en la medida de sus intereses, normalmente
disímiles entre ambos actores sociales. Las
8
Ibídem
49
Inclusión y exclusión
sociedades étnicas locales de Huamanga
percibían unos beneficios positivos en elaborar
alianzas con los europeos ya que por fin
podían deshacerse del yugo de la dominación
inca y defender sus intereses étnicos en una
nueva era que se iba gestando. Es el caso de las
poblaciones mitimaes que ejemplifican el
hecho en la región de Huamanga septentrional, algunas poblaciones mitimaes asentadas
por los incas regresaron a sus comunidades de
origen y dejaron sus vidas de extranjeros entre
poblaciones locales hostiles, pero otros
establecieron alianzas con los encomenderos
para imponerse ante la diversidad étnica que
existía en los territorios que ocupaban (Salas
de Coloma 1979; Steve Stern 1993: 66). Esto
también se ve manifestado por la ayuda
indígena proporcionada a los españoles en las
guerras civiles, como es el caso de los chachapoyas y cañaris, trasladados por los hispanos a
la villa de Huamanga, e incluso desplazaron
9
un grupo cañari a la zona de Pomabamba,
complejizando el panorama étnico en la zona,
creando conflictos y disputas internas en la
sociedad indígena, es así que el nuevo sistema
implantado por los europeos se mostraba
como una nueva oportunidad de emerger y
construir nuevas posibilidades, sobre todo
para las élites indígenas.
De esta manera los indígenas, principalmente
los curacas, se sumaron a la creación de una
nueva sociedad colonial impulsada por la
búsqueda del dinero y de lucro comercial
(Steve Stern 1993: 77). Las alianzas entre
indígenas y blancos de la nueva era no sólo
mejoraron la capacidad de los colonizadores
de Huamanga para crear una variedad
impresionante de empresas y relaciones
comerciales,10 sino que además reforzaron las
estrategias abiertas entre los autóctonos, es
decir, la voluntad de aprovechar las nuevas
oportunidades, en lugar del abstenerse
9
Huertas 1998: 19.
Salas de Coloma, 2005: 301
11
Pero el virrey Toledo se basaba en el jurista Juan de
Matienzo Peralta, oidor de la real audiencia de
Charcas, quien es el verdadero ideólogo de este plan
sistemático para implementar las reducciones de los
indios del Perú, según Matienzo “los indios por estar
apartados en huaycos y quebradas no vivían en
policía y es el principal inconveniente para ser doctri10
50
rencoroso de todo contacto. Como veremos,
los objetivos de los indígenas y de los
españoles eran diferentes y a fin de cuentas
contradictorios, no obstante, trabajaron en la
medida de sus intereses juntos bajo una
alianza tensa que en cualquier momento se
podía romper.
Otro de los puntos fundamentales para la
reorganización social, no sólo de la región sino
de todo el Perú colonial, se dará a partir de la
aplicación de las reducciones indígenas. Esta
política de aplicar reducciones a los poblados
de los Andes ya tenía antecedentes, realizándose los primeros intentos con virreyes y
funcionarios reales como Pedro de la Gasca
(1548-1551) y el gobernador Lope García de
Castro (1564-1569), quienes fracasaron en su
intento de concentrar a la población andina. Es
con el enérgico virrey Toledo que se llevó a
cabo a gran escala11 marcando un precedente
no sólo en la gobernación española sino en las
poblaciones indígenas; la reorganización
social era un hecho y sus consecuencias serán
determinantes en todos los aspectos de la vida
indígena.
Para llevar a cabo esta tarea, era necesario
realizar una inspección general del virreinato
(la visita general del 23 de octubre de 1570), en
la que participaron más de 60 personalidades;
una oligarquía o clase dirigente que inmediatamente adquirió prestigio, poder, privilegios
y un elevado estatus político, entre los que
destacan el dominico García de Toledo y Pedro
Gutiérrez Flores, el inquisidor Servan
Cerezuela, el cronista Pedro Sarmiento de
Gamboa, el jesuita José de Acosta, el jurista
12
Juan Polo Ondegardo y el propio Matienzo.
Los objetivos de la Visita General eran
esencialmente dos: Asegurar los lugares más
propicios y saludables para establecer las
reducciones13 y visitar los lugares habitados
para realizar un empadronamiento muy
nados”; había que reorganizar a los nativos de los
antiguos pueblos en nuevos asentamientos
permanentes. (Lohmann Villena, 1967).
12
Zimmerman 1938: 54-87.
13
Dichas reducciones fueron ejecutadas teniendo en
cuenta la “comodidad de aguas, tierras, montes, entradas y
salidas y labranzas, y un ejido de una legua de largo, donde los
indios puedan tener sus ganados, sin que se revuelvan con otros
de españoles” (Leyes Indias, pág. 211). Tenían un
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
preciso que determinara los recursos humanos
14
del Virreinato.
De esta manera, realizada la visita general de
Toledo (1570), el virrey respondía de manera
detallada a las instrucciones del rey, informándolo sobre el estado de la organización del
virreinato peruano y de la propia Iglesia, los
problemas son múltiples, la solución única:
reducir a la población, concentrándola en
nuevos pueblos. Según dice el mandato, el
cambio se hacía para el “buen gobierno de estos
reinos, y bien y conservación de los naturales y de
ellos y con mas comodidad puedan ser doctrinados y
enseñados en las cosas de nuestra santa fe católica,
ley natural y buena policía”.15 Francisco de
Toledo, mandó juntar a los indígenas del
distrito, lo mismo que al corregidor, al visitador, a los miembros del clero regular y secular,
a los encomenderos y les propuso la necesidad
de reducir los pueblos por estar tan divididos y
apartados. La intención era cambiar el patrón
de asentamiento disperso tan típico en los
Andes, por el nucleado.
Toledo 1974: 260). Los cuales realizaron un
recorrido por toda la región de Huamanga,
visitando los diferentes repartimientos de
dicha zona, ratificando y cambiando a los
encomenderos a cargo de dichos repartimientos, en las que destacan por su producción
económica y número de tributarios los repartimientos de Atun Lucana Laramati, dada en
encomienda por dos vidas a Pedro de
Córdoba, con una tasa económica de 6,088
pesos, conformado el primer lugar en la
producción económica de toda la región
huamanguina, siguiéndole están los repartimientos de quichuas, aymaraes y los Soras.16
Estas reducciones no sólo concentraban a las
poblaciones indígenas sino que los sometían a
una nueva organización de traza urbana
totalmente occidental, el modo de traza se
encuentra explicado en la instrucción para los
visitadores:
“Daréis orden de trazar los dichos pueblos por
sus calles y cuadras anchas y derechas, dejando
el hueco de plaza y sitio para la iglesia, sino la
hubiere, y para casa del sacerdote, y solar para
casas de comunidad, y cabildo y juzgado de los
alcaldes que ha de haber, y carcel con aposentos
distintos para hombres y mujeres, y corrales
para servicio de tal carcel, y aposento para el
carcelero”(F. Toledo 1986, t. I, 90).
Es a partir del 11 de diciembre de 1570 que el
virrey Francisco de Toledo firmó la ordenanza
de reducción de los naturales de Huamanga, y
con ello devendrá la segunda perturbación de
las estructuras indígenas en la región, dando
inicio a uno de los cambios sociales más
intensos y traumatizantes que padeció dicha
población oriunda. En este sentido los visitadores que nombró el virrey comenzaron a
aplicar estas disposiciones; para la región de
Huamanga fue designado Rodrigo Cantos de
Andrada quien ya tenía experiencia por haber
visitado anteriormente una parte de Lima, y
acompañándolo en su visita fueron
designados Jerónimo Silva y su ayudante, el
visitador eclesiástico el licenciado Merlo (F.
Es precisamente este modelo de concentración
poblacional que se impuso como un modelo de
sociabilidad para los pueblos andinos. El
análisis de esta imposición de civilización
revela que la corona no solamente pretendía
asegurar una abundante mano de obra barata
para la industria minera -Potosí, Castrovirreyna, Porco, Oruro, Vilcabamba, Carabaya y
Huancavelica- sino también imponer un
nuevo orden social o policía de acuerdo a los
carácter permanente y se recomendaba que se
ubicaran en lugares apartados de las antiguas wacas,
de modo que los indios no continuaran practicando
sus creencias paganas.
14
Se trataba de efectuar un serie de preguntas de tipo
estadístico que proporcionaran el número de parcialidades y señores naturales de cada repartimiento, así
como una relación de acuerdo a sus diversas categorías: tributarios casados con hijos legítimos; viejos o
viudos con hijos; jóvenes de todas las edades, sexo y
estado civil, estado físico; viejos, solteras, ciegos e
impedidos de tributar, indios ausentes, así como
también los nombres de los caciques principales y
subalternos (principales, mandones y mandoncillos),
procurando elaborar un censo detallado con un fin
exclusivamente fiscalista. Otras de las cuestiones
importantes eran las relaciones existentes entre
caciques y encomenderos, el tiempo de trabajo de
cada indio, las condiciones de la propiedad de la tierra
(sistema de herencia), tipos de costumbres matrimoniales (servinacuy, etc.). (Romero 1923:126-127).
15
Toledo, Francisco de 1986, t. I, p. 65.
16
Noble Cook; Alejandro Málaga Medina; Thérese
Bouysse-Cassagne 1975:291.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
51
Inclusión y exclusión
Fig. N° 01 - Delimitación étnica en la región Huamanga S. XVI
(Fuente: Jaime Urrutia Ceruti 1985, área de influencia de Cocharcas = agregado nuestro)
52
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
modelos hispánicos de población y evangelización ( Coello de la Rosa 2006: 87). El afán
proyectista del virrey por la reorganización
social y política de los Andes inauguró una
nueva óptica en las relaciones de la corona con
sus súbditos. Efectivamente, Toledo no
solamente se interesa por las riquezas del
Nuevo Mundo, lo hará también por la regulación de las costumbres de la población
indígena y lo hizo a partir de la aplicación de
las reducciones.
Hacia 1586 las visitas realizadas en la región de
Huamanga por Rodrigo Cantos de Andrada,
Pedro de Carbajal, Pedro de Rivera y Antonio
Chaves, nos muestran el ascenso productivo
de la región, debido principalmente a la
producción minera, básicamente la extracción
del mercurio de Huancavelica. Así las décadas
de los ochenta y noventa del siglo XVI
muestran la cúspide económica de la región,
sustentada en el trabajo de la mita y la contribución de mano de obra indígena indispensable para la extracción de los minerales. Sin
embargo las consecuencias demográficas,
culturales, religiosas y políticas para las
poblaciones indígenas de la región, especialmente dentro de la provincia de Andahuaylas,
serán importantes.
17
La historiografía peruana y extranjera se ha interesado desde finales del siglo XIX por estudiar la
cultura Chanca, pero es principalmente a partir del
siglo XX que la producción -especialmente históricadesarrollará una cantidad de trabajos importantes
como: en 1923, Alberro Arca Parró publicó en la
revista inca el artículo ¿Dónde vivieron los chancas?;
en 1936 aparece el trabajo de Víctor Navarro del
Águila “monografías sobre Pocras, Wancas y
Chancas”; tres años después desarrolla la tesis
titulada “las Tribus de Ancku Wallock”; también en
1936, Pio Max Medina publicó su estudio sobre los
Pocras. En 1946, Lizardo Guillén escribió su tesis
“algunos aspectos de la historia y arqueología de los
chancas”; en 1953 María Rostworowski publica
“Pachacutec inca yupamqui”, en donde elabora
algunos alcances de los Chancas; años más tarde, en
1959, Luis G. Lumbreras escribió un trabajo titulado
“Los Chancas”, en la que evidencia por primera vez
cierto tipo de cerámica Chanca denominándola
“arjalla”. Ya en las últimas décadas del siglo XX se
incursiona de forma diferente en el análisis de la
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
2. Espacios de Inclusión y Exclusión: Los
avatares en la conformación socio-religiosa
de la doctrina eclesiástica de Cocharcas
Para comprender el proceso de reorganización
social y religioso de la doctrina eclesiástica de
Cocharcas, primero es necesario detenernos en
analizar la provincia de Andahuaylas en los
inicios del recién conformado sistema colonial,
ya que la doctrina de Cocharcas -como
veremos más adelante- jugará un rol determinante para la supervivencia y desarrollo étnico
dentro de dicha provincia en la difícil
coyuntura finisecular del siglo XVI.
Andahuaylas obedece a un proceso histórico
particular que arqueólogos, antropólogos e
historiadores discutieron por décadas y que le
vincularon -gracias principalmente a las
referencias cronísticas- con la cultura denominada Chanca.17 Pero son las últimas investigaciones que demuestran que la provincia de
Andahuaylas obedece a intrincados procesos
sociales de diferente data, como las diferentes
superposiciones étnicas que padeció a través
de los mitimaes impuestos por los incas, como
también a la vigencia de algunas de sus
poblaciones étnicas originarias hasta la
posterior intromisión hispana. Esto manifiesta
los distintos procesos sociales disturbativos
cultura Chanca, la corriente interpretativa francesa se
hace presente, y es precisamente el Francés Pierre
Duviols que comienza a sacudir los cimientos
interpretativos anteriores, caracterizados por
monografías regionales especialmente de la sierra surcentral de nuestro país. Duviols propone una nueva
línea interpretativa cuestionando las fuentes que nos
remiten a los chancas, estas fuentes son eminentemente cronísticas y obedecen a percepciones o
comprensiones del invasor, Duviols plantea la
necesidad de analizar estas versiones por ejemplo “la
guerra de los chancas con los incas”, mediante análisis
hermenéuticos y comparativos con otros procesos
similares. Años después el propio Franklin Pease pide
prudencia con el manejo cronístico, especialmente
para leer la historia Chanca. En este sentido será el
historiador Lorenzo Huertas que para nuestro criterio
elabora hasta la fecha mediante sus diferentes trabajos
como el “estudio preliminar de las tribus de
AnckuWallock” (1983) y en “Los Chancas: Proceso
disturbativo en los andes”, (1990) la aproximación
más precisa y crítica sobre la cultura chanca.
53
Inclusión y exclusión
que padeció Andahuaylas a lo largo de su
historia, complejizando el panorama étnico en
la región.
Dicha provincia para la segunda mitad del
siglo XVI era un corregimiento de la región de
Huamanga, ambos dentro de la jurisdicción
eclesiástica pertenecían al Obispado del Cusco
que posteriormente en los inicios del siglo XVII
se verá fragmentado. Steve Stern considera
que la ubicación de la provincia de
Andahuaylas es estratégica e importante, ya
que se encuentra ubicada en la zona septentrional de Huamanga por la vertiente del río
pampas, una zona que dicho investigador le
denominaría como intermedia o hinterland,
entre la regiones de Huamanga y Cusco, es
precisamente que esta posición fronteriza e
intermedia hizo de Andahuaylas una
provincia importante de acceso necesario para
la comunicación y comercio entre Cusco y
Huamanga, tomando en cuenta que ésta
marcaba el camino de la minería de Huancavelica a Potosí, un camino que incluso ya existía
prehispánicamente. La provincia de
Andahuaylas construirá su historia vinculada
estrechamente con las regiones de Cusco y
Huamanga, la influencia de estas dos regiones
será innegable y determinante, principalmente
de la segunda, pues es en esta segunda región
que Andahuaylas jugará una activa e
importante participación, tanto en la producción económica como en el desarrollo sociopolítico y religioso, en la que su población tendrá
injerencia determinante.
En este sentido la provincia de Andahuaylas a
finales del siglo XVI fue una de las provincias
más importantes de la región Huamanga,
debido principalmente a la cantidad
poblacional de la zona, que se ve manifestada
18
Con el descubrimiento de las minas de Huancavelica en 1564, y el posterior arribo del virrey Toledo a
Huamanga, se reacondicionaron los repartimientos
de la región con dos objetivos económicos
fundamentales en la que la mano de obra indígena
será determinante para llevarlas a cabo, Primero
para el trabajo en la tierra que permitía un excedente
que iba a las manos del encomendero, doctrinero,
para la justicia lo mismo que para el cacique, para la
construcción o mantención de las iglesias y para el
hospital del repartimiento. También parte de este
excedente iba para la construcción de la iglesia
54
en el número considerable de tributarios y que
genera una producción económica importante,18 destacando sobre los demás corregimientos del recién conformado espacio
colonial Humanguino. De esta manera el
corregimiento de Andahuaylas a través de su
repartimiento principal Andahuaylas “La
Grande”, nombrado así por los documentos
coloniales, será el repartimiento más poblado
en términos de tributación de toda la región,
incluso entre todos los repartimientos del
19
virreinato peruano. Andahuaylas “contaba
con 28.900 habitantes en 1570, de los cuales
5.330 eran tributarios; los repartimientos de
Lucanas Andamarcas, Lucanas Laramati y
Soras que son, después de Andahuaylas, los de
mayor tributación en esa misma época,
contaban con 15.169; 15.362 y 11.660 habitantes
respectivamente, sumados entre los tres
contaban con 7.351 tributarios, casi la misma
cantidad de tributarios en relación al reparti20
miento de Andahuaylas”.
Pero esta alta producción del corregimiento de
Andahuaylas, sobre todo de las décadas de los
70 y 80 del siglo XVI, puede llevarnos a conclusiones engañosas, ya que el corregimiento
andahuaylino no era homogéneo étnicamente
ni poblacionalmente, sino se encontraba
fragmentado en repartimientos que variaban
diametralmente en su producción y población
en relación al repartimiento principal que era
Andahuaylas “la grande”, esto se ve
claramente en la relación de repartimientos
del Cusco que aparece en las provisiones del
Virrey Toledo de 1581, en donde se menciona a
Andahuaylas con sus comprensiones de
Huancarama, Curamba, Cayara, Ongoy,
Uripa y Ocobamba (Valcárcel 1978: 46). Estos
repartimientos integrantes del corregimiento
catedral del Cusco y el hospital de Huamanga.
Segundo para los trabajos en las minas, en el caso de
las de Huancavelica y Castrovirreina las ganancias
iban para la corona y el minero. Y es precisamente
que la provincia de Andahuaylas realizó el mayor
aporte poblacional indígena de toda la región a
través de sus seis repartimientos en los que se
encontraban los repartimientos de la doctrina de
Cocharcas (Huertas 1983:15).
19
Urrutia 1988: 42.
20
Ibídem 43.
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
CUADRO N° 01
Tributación dentro de la provincia de Andahuaylas, S. XVI
Repartimientos de la
provincia de
Andabaylas:
Guancarama
Andahuailas
grande)
Cayara
Ongoy
Oripa
Acobamba
Vásquez de Espinoza
T
(la 3130
321
160
206
213
Francisco de Toledo
V
317
1019
N
192
3127
M
347
9110
T
1057
5330
V
N
M
2488
6271
14811
147
91
70
65
435
62
209
164
1055
256
597
411
580
326
315
285
170
89
95
82
594
317
372
302
854
854
864
767
Fuente: David Cook 1975.
de Andahuaylas suman un total de tributarios
que llega a 6.836; todos estos otros repartimientos sólo cubren el 22% de la tributación
provincial, siendo Andahuaylas “La Grande”
el 78% restante. Estos números de habitantes y
tributarios de considerable proporción
económica, nos muestran la exclusividad de
producción económica del repartimiento de
Andahuaylas “la Grande”, conformada por la
concentración de tributarios integrantes de la
denominada etnia Chanca o al menos parte
importante de ella, que
permitió a su
encomendero, Diego Maldonado,
el
sobrenombre de “el rico” entre el vecindario
cuzqueño. La contraparte de este proceso de
producción económica la conforman los
demás repartimientos de la provincia (corregimiento), en el cual se encuentra el poblado de
Cocharcas dentro del repartimiento de Cayara,
que no destaca precisamente por una gran
producción económica.
Con los distintos cambios sociopolíticos y
religiosos sufridos por la intromisión hispana
y dinamizada a través de los repartimientos y
las políticas regalistas del virrey Toledo, la
provincia de Andahuaylas entrará en un
crítico proceso sociopolítico. El descenso
demográfico producto de las enfermedades y
el impacto de la mita minera, determinó el
empobrecimiento del corregimiento. Como la
provincia tenía numerosa población, las
autoridades españolas repartían los indios a
diferentes trabajos mineros, así cuando el
virrey Marqués de Cañete, García Hurtado de
Mendoza, en 1590 dispuso que la población
21
indígena de Andahuaylas contribuya al
trabajo de las minas de azogue de Huancavelica con 196 trabajadores permanentes,
designándoles con el sobrenombre de
21
MUSTIVOS, causa el descenso demográfico
más importante en toda la región. Este acontecimiento se ve ejemplificado de manera más
especifica por Luis E. Valcárcel quien
menciona “en el estudio comparativo hecho el año
1580 de la administración pública inkaica-española
por un autor “Anónimo”, se llegó a la conclusión
que, durante el régimen inkaico, la población iba en
aumento; y se señalaron a Andahuaylas y
Cotabambas como que tenían 30 mil indios, y al ser
administradas por los castellanos disminuyeron a 6
mil, y así está todo estragado y aniquilado”(Valcárcel 1978: 55).
Estos problemas para finales del siglo XVI
determinaron un contexto de crisis social
generalizado entre la población indígena, que
lo encarnaba especialmente el corregimiento
de Andahuaylas. Aunado todo esto al
complejo proceso entre las poblaciones
indígenas y su rivalidad histórica a partir de su
diversidad étnica local y a su acomodamiento
al nuevo sistema implantado por los hispanos,
les obligó a los curacas o caciques locales a
buscar nuevos caminos y estrategias para
afrontar esta nueva coyuntura mediante la
interacción entre encomendero, doctrinero y
curaca. Esta dinámica se volvería determinante
para la reproducción del sistema que se iba
implantando, tales articulaciones se verían con
mayor nitidez a través de las posibles alianzas
que se conformaban entre estos tres actores
G. Quintana 1967: 126
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
55
Inclusión y exclusión
sociales y que se manifestaban como primer
paso a seguir para buscar intereses comunes.
Por todas estas razones, el panorama étnico en
esta región de los Andes es mucho más
complejo que en otras jurisdicciones. Aquí
encontramos etnias originarias de vieja data
como la de Uramarca (etnia Chanca) o también
encontramos las etnias mitimaes trasplantados por los incas como los chilques, quiguaris, antas, etc. (Salas de Coloma 1979; Huertas
1998: 19). Posteriormente los españoles trasladaron hacia esta región las etnias chachapoyas
y cañaris, y al fundarse las reducciones, los
hispanos agruparon ayllus de diferentes
etnias; por eso encontramos en los diferentes
corregimientos (provincias) de la región de
Huamanga -especialmente la de Andahuaylas- una conglomeración de diferentes etnias,
que crearán diversas comunidades a las que
Lorenzo Huertas agrupa como: Comunidades
Poli-étnicas, Comunidades Tri-étnicas,
Pueblos Bi-étnicos y Pueblos Mono-étnicos.
(Veáse también Salas de Coloma 1998: t. I: 351362 )
2.1. La conformación del espacio social de la
doctrina de Cocharcas
En las últimas décadas del siglo XVI,
Cocharcas era un pueblo producto de las
reducciones de indios, integrante de la parcialidad étnica de los hurin Chancas, el cual era
encabezado por el pueblo de Uranmarca.22 Esta
parcialidad étnica no fue ajena a la desestructuración social sufrida en las diferentes etapas
históricas que la región Huamanguina y su
22
Cieza de león (1554) 1985:10; Vásquez Espinoza
1948:723; Garcilaso (1617) 1985: I: 61; Jiménez de la
Espada 1965: I: 203.
23
Los incas con el fin de sofocar el constante
belicismo de estos pueblos, pusieron en práctica una
vertical política de disturbación étnica. Ahí donde
existía un grupo adverso al Cusco, si no lo desplazaban, ponían junto a ellos un grupo adepto al
gobierno de los incas. Este es el caso de varias etnias
como en Angaras: Quiguariorejon del Cusco, Ayllu
guaman de tambillo. Los incas también realizaban
resguardo de sus fronteras con grupos étnicos
amigos como fueron los Antas, Acos, Quiguaris,
colocados en zonas colindantes con la selva.
(Waldemar Espinosa 1988).
56
provincia Andahuaylas padecieron y a la que
pertenecían ambos poblados circunvecinos
(Uranmarca y Cocharcas), que se encuentran
enclavados en la vertiente derecha del río
Pampas o río Vilcas, precisamente es esta zona
de la cuenca del río Pampas que obedece a un
especial proceso social complejo, único por la
diversidad étnica que existe en dicha zona que,
siguiendo la estructura social propuesta por
Huertas, en este espacio Andahuaylino
encontraremos pueblos mono-étnicos y
comunidades poli-étnicas. Aquí se hallan
ayllus originarios de la zona como mitimaes o
advenedizos trasladados en diferentes etapas
históricas, así por ejemplo mediante la
intervención inca en toda la zona o provincia
de Andahuaylas estaba conformado por: los
Hanan y Hurin Chancas, Soras, Lucanas,
Antamarcas, Parinacochas, Mallcos,
Pomabambas. La ubicación de cada uno de
estos grupos respondía a la que Waldemar
Espinoza denominó “trasfondo táctico” para el
control militar, político, económico y social de
23
las naciones intervenidas.
De la distribución étnica realizada por los incas
se destaca la división y ubicación de los Hanan
y Hurin Chancas, los primeros ocuparon el
territorio que hoy es la propia ciudad de
Andahuaylas, que son mono-étnicos, y el
segundo abarca el territorio que comprende la
24
etnia Uranmarca que son eminentemente
poli-étnicos. Esta división tradicional del
territorio Chanca (Hurin y Hanan), durante la
intromisión hispánica refleja una desigualdad
productiva como poblacional, así por ejemplo
para la visita general ordenada por el virrey
Toledo (1570-75) se puede observar:
24
El poblado de Uramarca era lo que se conocía como
“tambo real”, eran ciudades administrativas de la
región que los Incas convirtieron en provincias y que
tuvieron por capital Vilcas Huaman, cuya jurisdicción
comprendía Acostambo cerca de Huancayo, dentro
de los actuales departamentos de Huancavelica,
Ayacucho, y la provincia de Andahuaylas. En esta
extensa región se erigieron los siguientes tambos
reales: Curumba, Andahuaylas, Uramarca, Vilcas,
Chupas, Yangar Marce, Parcos, Picoy y Aco que
podían llegar a tener la capacidad de diez mil
personas. (Huertas, 1990: 37). Siguiendo esta misma
línea los cronistas Cieza de León y Vásquez de
Espinoza mencionan que el camino real inca al
Chinchaysuyo (camino comprendido desde Cusco
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
CUADRO N° 02
Tributación dentro de las dos parcialidades hurin y hanan Chanca, S. XVI
PARCIALIDAD
Viejos
Muchachos
Mujeres
Tributarios
Hananchanca
1366
3852
8669
3201
Hurinchanca
1062
2410
6141
2109
Total
TOTAL
17088
11752
28840
Fuente: Cook 1975.
Ya con la intromisión hispana la parcialidad de
los Hanan Chancas estaba conformada por
una sola etnia, la
Chanca,25 dada en
encomienda al capitán Diego Maldonado por
el pacificador la Gasca. Durante el gobierno del
Virrey Toledo fue puesta para 1579 al servicio
de “la corona real de su majestad, mandando los
cobros de los tributos, rentas de dicho repartimiento
sean enviados a la caja real de la ciudad de los reyes
por hacienda real”.26 En cambio la parcialidad de
los hurin Chancas se sub divide en diferentes
repartimientos, y por ende entregados a
diferentes encomenderos. Este territorio de los
hurin chancas, del que la etnia Uranmarca era
pueblo oriundo y principal por herencia
prehispánica y su ascendencia Chanca, estaba
conformado por diferentes poblados que eran
producto de las reducciones de indios de 1570,
en la que destacan los pueblos de: Cayara,
Uripa, Uchubamba y Cocharcas, siendo los
dos primeros repartimientos de vieja data
heredada y conformada por las disposiciones
del pacificador la Gasca. A partir de la distribución de los repartimientos, devendrá una
nueva reorganización social de la zona en la
que el poblado de Uranmarca -etnia original
chanca- se conformará como pueblo principal
y cabeza de doctrina27 de los pueblos citados
hasta Huamanga), cuentan con nueve puestos o
tambos que son: “de cuzco a limatambo; de limatambo a
curahuasi; de curahuasi a bancay; de bancay a guancaramas;
de guancaramas a andaguaylas; de andaguaylas a uramarca;
de uramarca a bilcas; de bilcas a tambillo; de tambillo a
guamanga”. (Vásquez de Espinoza 1948: 431).
25
Varios historiadores consideran que durante la
intromisión inca en la zona de Andahuaylas, estos
respetaron las estructuras sociales e ideológicas de
los chancas, especialmente de los hanan chancas
asentados en lo que es hoy es la ciudad de Andahuaylas. (Rostworowski, 1953-2001; Espinoza Soriano,
1986; Huertas, 1983-1990).
26
Noble Cook; Alejandro Málaga Medina; ThéreseBouysse-Cassagne 1975: 115.
27
La documentación colonial de la doctrina de
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
que se mantendrá hasta finales del siglo XVI.
Detengámonos en analizar con mayor
minuciosidad la reorganización social de esta
parcialidad de los Hurin Chancas, espacio en
donde se encuentran ubicados los repartimientos de Uranmarca, Cayara y Uripa como
los poblados de Cocharcas y Uchubamba,
estos cinco pueblos serán determinantes en la
construcción histórica de la doctrina de
Cocharcas.
En 1561, los Chancas de Uranmarca o hurin
Chancas estaban encomendados a Hernán
García Carrillo, que por ese año residía en
España; este repartimiento sólo producía una
renta tributaria de 600 pesos, lo que nos
indicaría una bajísima población. Por su parte
las poblaciones indígenas de Cayara fueron
otorgadas en repartimiento a Juan Palomino,
28
quien lo recibió de Don Pedro de la Gasca.
Para 1570 a raíz de la visita general del quinto
virrey del Perú, Francisco de Toledo, es que se
organiza formalmente el sistema y se nombra
visitadores para inspeccionar y controlar los
diferentes repartimientos de dicha zona;
dichos visitadores tenían por facultad ratificar
o cambiar a los encomenderos a cargo de los
repartimientos, es así que para la visita de los
Cocharcas de finales del siglo XVI, a través de sus
libros de cofradía, nos muestran claramente que el
poblado de Uranmarca era cabeza de doctrina, que
dentro de la jurisdicción de dicha doctrina se
encontraban los cinco pueblos principales (Cayara,
Uripa, Cocharcas, Uchubamba y Uranmarca), estableciéndose el cura-doctrinero Francisco de Aguilar
Villacastin en el pueblo chanca de Uranmarca,
ejemplificándose en el auto ordenado por el visitador
Lic. Gaspar Rivera de Acuña: “…en 12 días del mes de
agosto del dicho año de 1604 el dicho visitador y juez eclesiástico
mando se notifique al padre Francisco de Aguilar Villacastin
cura de la doctrina de Uranmarca”. (ASC. Libro de
Cofradías, Leg. 7, COD.L-B7, 1604, f. 3r).
28
Huertas 1998:21; Purizaga 2006: 55.
57
Inclusión y exclusión
repartimientos de Uranmarca, Uripa y Cayara
que eran reparticiones heredadas de las
disposiciones del pacificador la Gasca, se
verían sometidos a una nueva inspección por
los visitadores toledanos en la que consta: “el
repartimiento de Oripa (Uripa) en 1572 pertenecía
en segunda vida en encomienda a Don Juan de
Lezana, como sucesor del capitán Martín de Lezna,
que lo recibió a su vez del pacificador de la Gasca;
sus tributarios eran 315 indios (de 18 a 50 años de
edad) con una tasa de 809, entre pesos y especies;
este ocupaba el 21 lugar de rendimiento (en toda la
región)”.29 Y el repartimiento de Uranmarca fue
ratificado bajo el régimen toledano al mismo
encomendero español.
La herencia del repartimiento de Uripa entre la
familia encomendera de los Lezama
permanece y su producción no es nada despreciable. Pero lo que llama la atención es el
repartimiento de Cayara, del cual la visita
realizada se refiere:
“el repartimiento de Cayara fue puesto en
propiedad en la Corona y Patrimonio Real de Su
Majestad por el virrey Francisco de Toledo para
la cura y sustento de los pobres y enfermos del
hospital de Huamanga por el tiempo que fuese la
voluntad de Su Majestad. Sus tributarios eran
580 indios (de 18 años a 50 años de edad) y su
tasa de 1,285 en pesos y en especies. Ocupando en
el 19 lugar en rendimiento”(F. de Toledo
(1570) 1974: 265).
Es notorio que dentro de los tres repartimientos que conforman la denominada etnia
de los hurin chancas (Uranmarca, Uripa y
Cayara), existe una mayor concentración
poblacional que deviene en una mayor
producción económica dentro del repartimiento de Cayara, pero además llama la
atención que el virrey Toledo destinara dicho
repartimiento en propiedad a la Corana Real
de su Majestad, despojándo de su encomienda
a Luis Palomino. Son dos razones las que
motivaron a Toledo a realizar dicha medida, el
primero: se debe a la diversidad étnica que este
repartimiento concentra, causando incesantes
conflictos interétnicos e incluso pleitos con su
29
Francisco de Toledo (1570) 1974: 260
La relación de indígenas que contribuirán en la
conformación y poblamiento de las dos parroquias
huamanguinas es extensa, todos estos indígenas son
de origen mitimaes principalmente de los
30
58
encomendero, segundo: la producción
económica del repartimiento de Cayara era el
más alto dentro de la doctrina de Uranmarca, y
ocupaba el segundo lugar dentro de la
provincia de Andahuaylas. Estas dos razones
sopesaron en el Virrey Toledo para que
decidiera que dicho repartimiento pagara
tributo directo a la Corona Real de su Majestad
y que sus fondos fueran destinados al hospital
de naturales de Huamanga. Pero esta acción
desencadenará una influencia más directa y
permanente del repartimiento de Cayara con
la ciudad de San Juan de la Frontera de
Huamanga, incluso llegando a contribuir
poblacionalmente mediante mitayos y
yanaconas en la conformación de las dos
parroquias de indios más antiguas de la
ciudad Huamanguina, como son la parroquia
de Santa Ana y la parroquia de Santa María
30
Magdalena.
De esta manera el repartimiento de Cayara
muestra su realce e importancia dentro de la
parcialidad étnica de los hurin chancas,
llegando su influencia hasta la propia ciudad
de Huamanga. Pero dentro de dicha parcialidad, que era encabezada por su pueblo
original Uranmarca y que también era pueblo
principal o cabeza de la doctrina de indios de
los tres repartimientos que lo conformaban
(Cayara, Uripa y Uranmarca), cabe preguntarse ¿Cuáles fueron las diferencias étnicas
entre estos tres repartimientos? y ¿qué
vínculos establece el poblado de Cocharcas
con el poblado y repartimiento de Cayara y con
los demás repartimientos de la doctrina?. Para
responder estas interrogantes es necesario
profundizar en la estructura interna de los
pueblos que conforman la doctrina de indios
de Uranmarca a finales del siglo XVI.
La doctrina de indios de Uranmarca estaba
conformada por una diversidad étnica
claramente delimitada, por un lado se
encontraban los descendientes de los chancas,
denominados como hurin chancas, que se
hallaban afincados en el pueblo de uranmarca,
y por otro lado los mitimaes o advenedizos
repartimientos de Cayara, Ongoy y Uripa, que debido
a las ordenanzas del virrey Toledo en 1571 fueron
concentrados en las dos parroquias de la ciudad de
San Juan de la Frontera. (Huertas 1998: 21)
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
trasplantados por los incas, que producto de
las reducciones de indios se vieron concentrados en cuatro poblados que son: Cayara,
Uripa, Uchubamba y Cocharcas, estos cuatro
pueblos muestran una diversidad étnica
importante y entablarán una clara oposición
con el poblado chanca de Uranmarca por la
supremacía étnica-cacical dentro de dicha
doctrina.
La estructura de cada pueblo reducido dentro
de la doctrina de Uranmarca muestra su
complejidad social y diversidad étnica, así
tenemos por ejemplo que el poblado de Cayara
concentra más de cinco ayllus, todos mitimaes
y de una procedencia más que variada, en la
que sobresalen los ayllus de los caxamarcas,
huamachucos y chachapoyas,31 todos del norte
del país, que obedecen a diferentes etapas de
ocupación étnica en la zona,32 siendo el
poblado con mayor concentración de ayllus y
de una heterogeneidad étnica única dentro de
la doctrina de Uranmarca. En menor medida el
poblado de Uripa concentra una población
indígena de dos orígenes diferenciados, por un
lado los callamarcas, ayllu originario de la
zona y vecinos históricos de los chancas de
uranmarca, y por otro, los mitimaes trasplantados a la zona. Por último la reducción del
CUADRO N° 03
Reducción de los ayllus dentro de la doctrina de Uranmarca S. XVI
AYLLUS
Cayau Caxamarca
Collana Caxamarca
Ayllo U(V)ampo
Ayllo Chachapoya
Ayllo allanca chachapoya
Ayllo collana chachapoya
Ayllo huamanchucu
Aillo Guaillas-( huayllas)
Aillo collana
Ayllo Pampamarca
Ayllo Aiaocto
Ayllu Callamarca
Ayllu Piros
Ayllu Chaupis
Ayllu Pusas
Ayllu Huamachuco
Ayllu Huampo
Ayllu Collana
Ayllu Isma
Ayllu Mollepampa
Ayllu Matma ?
POBLADO CONFORMADO
CAYARA
URIPA
COCHARCAS
UCHUBAMBA
URANMARCA
Fuente: ASC. Libros de Cofradías: “Cofradía del Niño Jesús del pueblo de Cayara”, COD.LB2, 1591-1768, ff. 21r-36v; “Cofradía del Apóstol Santiago de Mollepampa-Uranmarca”,
COD.L-B3, 1593-1757, f, 23v; “Cofradía de Nuestra Señora del Rosario del pueblo de Cayara”,
COD.L-B4, 1594-1768, ff. 08r-12v; “Cofradía de Nuestra Señora de Cocharcas”, COD.L-B5,
1604-1686, ff. 28r-46v; “Cofradía del Patrón San Martín del pueblo de Uchubamba”, COD.LB9, 1610-1779, ff. 04r-07v; “Cofradía del Santísimo Sacramento”, COD.L-B10, 1621-1761,
ff. 8r-15v; “Hacienda de Ayaocro”, COD.L-B17, ff. 23v-36r.
31
ASC. Libro de Cofradías, Leg. 02, 1591, COD.L-B2,
ff. 56v-60r.; ASC. Libro de Cofradía, Leg. 04, 1594,
COD.L-B4, ff. 23v-26r.
32
La implantación de mitimaes en la zona obedece
primordialmente a dos etapas, la primera a la
ocupación inca en la zona y con ellos llegaron los
ayllus caxamarcas y huamachucos. La segunda
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
ocupación llegará con la intervención hispana en la
zona, donde los ayllus Chachapoyas se establecerán
como premio a su colaboración y posibles alianzas
con los conquistadores, estos ayllus Chachapoyas
también ocuparán diversos territorios en la región de
Huamanga, como en la propia ciudad San Juan de la
Frontera de Huamanga. (Huertas 1998:19).
59
Inclusión y exclusión
poblado de Cocharcas que se encuentra entre
los límites fronterizos de los repartimientos de
Uranmarca y Cayara, obedece a una concentración poblacional eminentemente de
mitimaes en donde se hallan los ayllus: pusas,
chaupis, piros y huamachucos.33 Es evidente
que existe una influencia del poblado de
Cayara sobre el de Cocharcas por la presencia
de mitimaes asentada en la zona, especialmente por el ayllu huamachuco que se
encuentra en ambos poblados reducidos. En
definitiva a partir de la reorganización
hispana en la zona, el poblado reducido de
Cocharcas fue parte integrante del repartimiento de Cayara, que como vimos anteriormente, fue entregado en encomienda a Luis
Palomino por disposición del pacificador La
Gasca.
De esta manera Cayara, Cocharcas y parte de
Uripa evidencian la ocupación de un territorio
por ayllus mitimaes, manifestando notoriamente la diversidad étnica existente en un solo
territorio que la administración hispana,
mediante las políticas regalistas del virrey
Toledo (reducciones y repartimientos), los
volvió a re-organizar en centros poblados
nucleados. Ante tal coyuntura la lucha por la
supremacía étnica era evidente, de la que las
etnias originarias de la provincia de
Andahuaylas sacaron provecho conformado
alianzas con los encomenderos españoles ya
que era infranqueable la rivalidad histórica
con los incas y los advenedizos mitimaes
34
trasladados a su territorio. Es así que la etnia
Uranmarca se ve beneficiada por la intromisión hispana, en un inicio, volviéndose sede
principal de estos repartimientos que integran
la jurisdicción de los hurin chancas, llegando a
ser cabeza de doctrina que llevaría su nombre
33
ASC. Libro de Cofradía, “Hacienda de Ayaocro”,
Leg. 17, COD.L-B17, ff. 23v-36r.
34
Las comunidades y grupos étnicos locales
esperaban que la alianza con los europeos les sirviera
para triunfar en sus propias rivalidades autóctonas,
el caso se ejemplifica de mejor manera con los
chancas de Andahuaylas que fueron feroces rivales
de los incas desde siempre, y que emplearon el
poderío europeo contra sus enemigos, por ejemplo
cuando los neoincas secuestraron a los guardianes
chancas de los campos de coca de Mayomarca (entre
Huanta y Andahuaylas), los grupos étnicos de
60
“la doctrina de Uranmarca” manteniendo la
supremacía chanca ante la diversidad étnica
local. Esta confluencia o variabilidad étnica
creó situaciones tensas y ocasionalmente
conflictos inter-étnicos importantes en la zona,
principalmente con las etnias más importantes
de dicha doctrina, que se encuentran dentro de
los poblados de Uripa, Cayara, Uchubamba y
Cocharcas, que como vimos estos propios
“pueblos nuevos” -conformados por las
reducciones de indios- cuentan con su propia
variedad étnica interna, que obedece a estructuras sociales poli-étnicas en su mayoría,
complejizando el panorama socio-político y
religioso de la entonces doctrina de
Uranmarca y que se valdrán de nuevos
mecanismos e instituciones implantados por
los hispanos como la cofradía para buscar
beneficios sociopolíticos y religiosos e
imponer su supremacía étnica-cacical dentro
del territorio que comparten y si es necesario,
forjar alianzas con los curas-doctrineros para
justificar y legitimar su posición e intereses.
2.2 De las etnias locales a la cofradía de
Cocharcas: La conformación del espacio
religioso de la doctrina de Cocharcas
La reorganización del espacio social dentro de
la provincia de Andahuaylas, significó
también la alteración de los espacios y estructuras ideológicas de dicha provincia. Ya desde
1570 el famoso extirpador de Idolatrías
Cristóbal de Albornoz visitó junto a Juan de
Palomares las regiones de Parinacochas y
Andahuaylas por orden directa del virrey
Toledo, cuando este se encontraba de paso por
35
la ciudad de Huamanga. Dicha visita
Huamanga amenazaron con apoderarse de aquellas
ricas tierras limítrofes. Los chancas resolvieron sus
dificultades al persuadir a su encomendero para que
encabezara una expedición a Mayomarca, que sirvió
para garantizarles el control sobre las tierras. De esta
manera la colaboración entre los caciques y encomenderos españoles, pese a su carga de guerra, tributos y
mano de obra, también tenía sus ventajas (Stern, 1993:
66-67).
35
Según Hernando Arias y Cristóbal de Molina,
Toledo pidió al Cabildo que le recomendase dieciséis
sacerdotes para el oficio de visitadores eclesiásticos, y
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
consistía en inspeccionar la situación del clero,
en particular la de aquellos a cargo de doctrinas, así como de evaluar los progresos de la
evangelización entre la población indígena. De
esta manera y por medio de su visita, Cristóbal
de Albornoz encuentra en la provincia de
Andahuaylas dos huacas importantes a las que
juzga de origen chanca que son: Ascovilca y
Ancovilca, el primero era la huaca mayor de
los de hanan chancas, que era una piedra a
manera de indio vestido y teníia templo en
Andahuaylas, y el segundo era la huaca mayor
de los hurin chancas, que también era una
piedra, que traían consigo los indios donde
quieran que iban, y tenía su templo en
36
Uranmarca. (Ver foto N° 03).
LEYENDA
ETNIAS
PUEBLOS REDUCIDOS
DIVISIÓN HURIN CHANCA
CIUDADES PRINCIPALES
DIVISIÓN HANAN CHANCA
LAGUNAS
DOCTRINA DE COCHARCAS
RIOS
Fig. 02 - Conformación de los espacios Hanan y Hurin Chancas S. XVI.
Fuente: Elaboración propia.
entre los seleccionados estuvo Albornoz, tocándole
visitar los partidos de Parinacochas y Andahuaylas la
grande, en donde gracias a su “buena maña, yndustria y
zelo”, descubrió entre los indígenas la “seta y apostasía
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
del Taquiongo”, especialmente dentro de la provincia de
Parinacochas. (Información de servicios 1577, f. 6r.;
reproducido en Guibovich 1990: 30).
36
Información de Servicios 1577; Huertas 1983:18.
61
Inclusión y exclusión
Estas huacas delimitan claramente el espacio
ideológico ocupado por las etnias asentadas
dentro de la provincia de Andahuaylas, es
interesante ver que el espacio ocupado por los
hurin chancas, tenga a la etnia Uranmarca
como la más importante de la zona y en donde
se halla su huaca principal. Es de entender que
los visitadores eclesiásticos lo sabían porque
hicieron de este pueblo cabeza de doctrina
para la segunda mitad del siglo XVI, ya que su
influencia y supremacía étnica en esta parte de
la provincia de Andahuaylas se mostraba
como punto de referencia y pueblo principal
para poner en marcha la evangelización de los
indios de esta doctrina y que además
Uranmarca dinamizaba la zona a partir de la
existencia de un camino prehispánico, reutilizado por los hispanos para la articulación y
comunicación con las provincias más
importantes de la región como Vilcashuamán
y la propia ciudad de San Juan de la Frontera
de Huamanga.
Sin embargo, en las últimas décadas del siglo
XVI la provincia de Andahuaylas deviene en
un decaimiento demográfico y económico
principalmente dentro del repartimiento de
Andahuaylas la grande, debilitando el poder y
prestigio de las etnias de ascendencia chanca.
Esto permite que los mitimaes asentados en
esta zona comiencen a ganar terreno, no sólo
en el plano sociopolítico sino dentro del
religioso. Un ejemplo de ello es el poblado de
Cayara -que como vimos líneas arribaconcentra una diversidad étnica impresionante y que producto de las políticas regalistas
del virrey Toledo se ven favorecidas, volviéndose en el poblado con mayor población y
producción económica dentro de la doctrina
de Uranmarca, generando con ello que todos
los curas-doctrineros quieran establecerse y
asentarse dentro de dicho pueblo, tal cual lo
informa el libro 01 de cofradía del santuario de
Cocharcas: “...en dicho pueblo de Cayara, que es el
principal de la doctrina y donde todos los curas
37
solían tener su especial asistencia…”.
Dicha diversidad étnica existente dentro del
espacio de los hurin chancas genera también
37
ASC. Libro de Cofradía, “Erección, breves pontificios y
constituciones de la cofradía de nuestra señora de cocharcas”,
Leg. 01, COD.L-B1, f. 11r.
62
una variedad ideológica en la zona, así como
los chancas de Uranmarca contaban con su
huaca principal denominado Ancovilca, el
pueblo de Cayara -mitimaes por excelenciacontaba con su propia huaca principal, que los
padres jesuitas lo descubrieron a inicios del
siglo XVII, tal cual lo informa una de sus cartas
annuas:
“entre los mas altos, junto a Cayara, descuella el
famoso monte llamado Guamaco, coronado por tres
empinadas cumbres, centro y refugio de la mas
nefanda idolatría, donde se adoraba al demonio con
el nombre de Apumaguaco… en este mismo sitio,
fue donde un hechicero llamado Hernando y el
cacique don Francisco tenían sus entrevistas
frecuentes con el mismo Apumaguaco. Un día les
ordeno azotar y, después de azotado, quemar un
santo Crucifijo; y como no pudieron conseguirlo a
pesar de sus diabólicas intenciones, les inspiro que
lo enterraran para que no quedara vestigio de todo lo
fraguado. Lo hecho quedo oculto por algunos años.
Al fin, algo debió traslucirse pues llegó el caso a
oídos del Obispo de la Diócesis el Istmo. Doctor Fr.
Agustín Carvajal de la orden de San Agustín, y
mandando hacer las debidas inquisiciones, dio con
el lugar de tan horrendo sacrilegios. Mas, caso
extraño al desenterrarle, aparecieron heridas frescas
y ampollitas en el santo Crucifijo como si se
hubieran hecho en un cuerpo animado y en época no
lejana. Este santo Crucifijo fue mandado custodiar
en la iglesia de Cayara y, mas tarde, el P. Carvajal
ordeno que lo trasladaran a la ciudad de Ayacucho,
entregándolo a los padres de la Compañía, en cuya
iglesia se le ha venido dando esplendido culto.”38
La referencia de la carta annua nos muestra
varios puntos a resaltar, primero: que el
poblado de Cayara muestra su propia estructura ideológica, distinta de la etnia oriunda de
Uranmarca. Segundo: si bien la referencia no
muestra específicamente a qué etnia pertenece
la huaca “Apumaguaco”; llama la atención la
innegable capacidad de convocación que dicha
huaca produce dentro del repartimiento y
poblado más heterogéneo de la zona,
agrupando ayllus de diverso origen en un solo
referente ideológico. Tercero: las políticas de
sustitución y estrategias evangelizadoras de la
orden jesuita se ponen de manifiesto, pero
38
Carta Annua del Padre Torres, reproducida en
Apuntes para la Historia de Ayacucho por el Obispo
Doctor Fidel Olivas Escudero. Año 1924. p. 472.
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
sobre todo, se observa el interés de dicha orden
por misionar en la zona, enfocándose en el
poblado de Cayara, más no en el de
Uranmarca.
Pero la pugna por la supremacía de estos dos
pueblos (Cayara-Uranmarca), que son los más
importantes dentro del espacio de los hurin
chancas y el que dicho espacio fue reorganizado en una doctrina eclesiástica, nos
direcciona a preguntarnos ¿Cómo es que el
poblado de Cocharcas se convierte en el pueblo
principal de la zona y cabeza de doctrina? y
¿qué vínculos ideológico-religioso comparte
Cocharcas con los dos pueblos más
importantes de la zona?, aquí las fuentes nos
invitan a analizar a la Compañía de Jesús,
principalmente el accionar del Padre Gregorio
de Cisneros y la utilización de la institución de
la cofradía.
Es precisamente a partir de la proliferación de
una institución religiosa como la cofradía que
se abrirán nuevas oportunidades y posibilidades para las poblaciones indígenas. Las
cofradías llegan a difundirse en las últimas
décadas del siglo XVI en el Perú colonial, a
partir de las disposiciones heredadas de
Trento (1564), e impulsadas y afianzadas por la
celebración del tercer concilio limense (158384), como instrumento principalmente de
conversión y mecanismo para combatir las
idolatrías indígenas, poniendo de manifiesto
la influencia contrarreformista de la época.39
Las primeras cofradías fundadas dentro de la
doctrina de Uranmarca pertenecen a los dos
pueblos más importantes de dicha doctrina,
que pugnan por su supremacía. La rivalidad
histórica e infranqueable existente entre ambos
pueblos a partir de su diversidad étnica se ve
manifestada también en la diversidad ideológica que ambos pueblos poseen y que encuentran respuestas a manera de mecanismos y
estrategias en el nuevo contexto colonial que se
les impone. Es así que la institución de la
cofradía aparece como una verdadera arma
39
La expansión misional por el territorio peruano, en
buena parte posterior a los decretos tridentinos,
estuvo acompañada frecuentemente por la
fundación de cofradías de forma pareja a la erección
de nuevas iglesias en la naciente doctrina de indios,
tales hechos se dieron con gran dinamismo a partir
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
para engranar y ocupar un espacio dentro del
nuevo sistema colonial, como también para
imponer sus intereses particulares, étnicos, de
prestigio social e incluso ideológico entre sus
pares.
Para 1591 se funda la primera cofradía dentro
de la doctrina de Uranmarca, y son las élites
indígenas del poblado mitma de Cayara que
fundan la cofradía del “Niño Jesús” bajo la
égida de los jesuitas. Aquí cabe precisar la
misión del padre Gregorio de Cisneros, como
predicador itinerante dedicándose exclusivamente a la evangelización de los indios. Este
padre jesuita que en 1584 fue destacado al
Cusco, donde pasó toda su vida y en donde
todos los años realizaba misiones por dos o tres
meses en los actuales departamentos del
Cusco, Apurímac, Ayacucho y Puno, fundó
más de 100 cofradías por todos los territorios
que recorrió (Antonio de Vega 1948: 88-126;
Vargas Ugarte 1951: 67). Y es precisamente que
en una de sus misiones por la región de
Apurímac, se interesa por la doctrina de
Uranmarca, especialmente por el pueblo y
repartimiento de Cayara, siendo uno de los
primeros jesuitas que se aventuró por estos
territorios, fundando la mayoría de las
cofradías más antiguas de dicha doctrina, así
tenemos que las cofradías del Niño Jesús
(1591), de Nuestra Sra. del Rosario (1594) y del
Apóstol San Pedro (1595), se fundan en el lapso
de cinco años y dentro de un mismo pueblo
que es el de Cayara.40
Pronto los indígenas advirtieron que tener una
cofradía dentro de su pueblo generaba réditos
económicos y beneficios directos para quienes
lo conformaban, así por ejemplo los cantores,
mayordomos principales y hasta los propios
“fiscales de indios” estaban exceptos del pago
de tributo y de acudir a las mitas mineras de la
época, por su servicio y actividad eminentemente religiosa que los curas-doctrineros
consideraban necesarias para realizar sus
actividades (Guibovich 1990: 31). En este
de la llegada del arzobispo Toribio de Mogrovejo
quien impone firmemente la voluntad tridentina en
su arzobispado. (Coello la Rosa 2006).
40
ASC. Libro de Cofradía, “Fundación de la cofradía
del Rosario del pueblo de Cayara”, Leg. 04, COD.LB4, ff. 11r-27v.
63
Inclusión y exclusión
sentido el poblado de Uranmarca no tardará en
fundar su cofradía bajo la advocación del
Apóstol Santiago (1593); es interesante
observar que por los mismos años que el padre
jesuita Gregorio de Cisneros fundaba las
cofradías en Cayara, nunca se interesó en
acercarse al poblado vecino de Uranmarca,
haciéndolo los diocesanos que fundan dicha
cofradía a través del cura principal de la zona,
el padre Francisco de Aguilar Villacastín.
Lo cierto es que la lectura de las fuentes nos
lleva a pensar que los seculares toman
posesión del pueblo principal de la zona, que
en un inicio era Uranmarca, por su
ascendencia oriunda vinculada a los chancas,
pero sobre todo por que en este poblado se
encontraba la huaca principal de la zona
denominada Ancovilca, y es mediante este
hecho que los diocesanos logran aplicar sus
burdas políticas de sustitución, aprovechando
el “espacio sagrado” apropiado. En cambio los
jesuitas después de realizar una “triangulación
especial de la zona” a través de sus diferentes
misiones,41 evidenciaron que el poblado de
Uranmarca para fines del siglo XVI se
encontraba en franco decaimiento social e
ideológico, y hallan en la población mitma de
Cayara un dinamismo socioeconómico
importante por encima de las demás
poblaciones locales. Sin embargo dichas
poblaciones mitimaes no lograban ser reconocidas del todo como verdaderos gobernantes
de estas tierras y que bajo la denominación/calificación de advenedizos e invasores
no gozaban del verdadero reconocimiento
social e ideológico de sus pares, dentro del
espacio-territorio de los hurin chancas.
Pese a la colaboración de los jesuitas, Cayara
no logra imponerse dentro de la doctrina de
Uranmarca; es un pequeño poblado anexo al
repartimiento de Cayara que logrará
imponerse de manera inesperada dentro del
41
Para finales del siglo XVI y comienzos del siglo
XVII “fueron los Jesuitas, los que triangularon el espacio de
la vieja provincia de vilcas que incluye: Cocharcas, Angaras,
Huambalpa y Pacaicasa, que fueron constantemente visitados
por los jesuitas”.(Huertas 1983: 38).
42
Manuel Gamboa Artesana, distinguido católico de
la provincia de Andahuaylas, escribió una pequeña
reseña histórica del poblado de Cocharcas y de la
64
espacio de los hurin chancas, este poblado se
llama Cocharcas.
Cocharcas a finales del siglo XVI, era una
reducción de indios integrante del repartimiento de Cayara, ambos pueblos estaban
estrechamente vinculados dentro del aspecto
social, ya que la estructura social de estos dos
pueblos reducidos comparten la integración
de la mayoría de ayllus mitimaes asentados en
la zona. Dentro del aspecto ideológico
Cocharcas evidencia la ocupación de un
espacio sacro que las fuentes arqueológicas
muestran. Allá por la mitad del siglo XX
Lizardo Guillén comprobó la existencia de
estructuras arqueológicas dentro y fuera del
actual poblado de Cocharcas, a las que juzga
de ocupación Chanca, y que varias de estas
estructuras fueron de uso ceremonial o
religioso (Guillén 1946: 23). Con la ocupación
hispana y a partir de la persecución antiidolátrica en la zona, se pudo comprobar la
existencia de una huaca que las poblaciones
mitimaes asentadas en la zona rendían culto:
“no se dude que antes los habitantes de Cocharcas
eran idólatras; pues que, en el lugar donde adoraban
al enemigo, está el altar mayor de este magnífico
templo. Allí donde arrecia el viento impuro de la
maldad y la corrupción, colocó el baluarte antidotario, para la salvación de la humanidad que pulula en
42
el universo”. Es evidente que los ayllus que
ocuparon dicho espacio contaban con su
propia huaca local y que de alguna manera
estaban vinculadas al agua (yaku) y la luna
43
(quilla), estos vínculos no eran gratuitos ya
que el poblado de Cocharcas para el siglo XVI
contaba con una laguna que ocupaba gran
parte de dicho poblado, y de ahí proviene su
nombre jocha-jharka, que quiere decir lagunaamparo o atajo (Navarro del Águila 1939: 31; óp.
cit. 1982: 32).
De esta manera a finales del siglo XVI es
evidente la diversidad no sólo social sino
Virgen, basado en los documentos y legajos del propio
Santuario, que hoy muchos de los manuscritos se
hallan desaparecidos. Esta reseña histórica será
reproducida en la publicación del Obispo de Ayacucho
Doctor Fidel Olivas Escudero en su libro “Flores de
Santidad en el Ameno Jardín de la Iglesia de
Guamanga” Ayacucho 1913.
43
García Miranda 1998: 71.
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
ideológica existente dentro del espacio conformado de la doctrina de Uranmarca, en donde
las poblaciones mitimaes tienen gran
injerencia y preponderancia, destacan dos
huacas mitmas y una oriunda. Precisamente
donde se hallan las principales huacas de la
zona, es donde se fundan las primeras
cofradías de esta doctrina; no es casualidad
que las cofradías del Niño Jesús, Apóstol
Santiago y San Pedro Apóstol tengan que ver
con los dos pueblos principales de la zona y
que contraen una rivalidad étnica de antaño,
creando espacios de exclusión social e ideológicos, delimitando territorios principalmente
por su ascendencia social y grado de
parentesco. En este sentido la institución de la
cofradía sólo vendría a reforzar dicha
situación al menos en un inicio, ya que esta
institución foránea comenzará a agrupar
poblaciones indígenas por el carácter étnico de
sus integrantes pero esto tomará un nuevo
rumbo y un impulso inusitado a partir de 1598.
1598 significará para las poblaciones indígenas
de Cocharcas y de la doctrina de Uranmarca,
una fecha definitiva, un verdadero punto de
no retorno, pero es ante todo el inicio de una
larga ruta hacia el reconocimiento e inserción
de dichas poblaciones indígenas dentro del
nuevo sistema colonial. En dicho año se
produce un acontecimiento aparentemente
convencional “la entronización de la imagen de
Nuestra Señora de Copacabana en el poblado de
Cocharcas”, y con este hecho, Cocharcas marca
un antes y un después, en donde la institución
de la cofradía es el medio y mecanismo
fundamental para que este pequeño poblado
mitma rompa el esquema de la exclusión para
lograr integrar poblaciones étnicas de diverso
origen en un nuevo espacio de inclusión total,
dinamizando las relaciones sociales, económicas, políticas y religiosas dentro de la doctrina
de Uranmarca y a nivel regional.
El fenómeno de la entronización de la imagen
de Copacabana en el poblado de Cocharcas y la
fundación de su cofradía es un punto a parte
de investigación que sería amplio tocar en
44
Este tema se desarrolla ampliamente en nuestra
tesis de licenciatura, especialmente en el capítulo III,
llamada “De Copacabana a Cocharcas: la construcción del
proyecto jesuita-indígena de Cocharcas”. UNSAAC, 2012.
45
ASC. Libro de Cofradía, “Erección, breves pontificios y
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
estas páginas.44 Lo concreto es que a partir de la
fundación de la cofradía de Cocharcas en 1598
se logra agrupar-incluir a la poblaciones
étnicas de la entonces doctrina de Uranmarca,
así lo muestra el acta de fundación de dicha
cofradía en donde firman todos los caciques
principales y españoles de la doctrina con gran
injerencia de la orden jesuita.
“…procuro en la ciudad del Cuzco con toda la
diligencia posible que se fundase la cofradía de
nuestra santa de la purificación en su pueblo de
Cocharca; para cuyo efecto compro un libro, y en
el hizo poner y asentar los nombres así del Padre
Gregorio Cisneros de la Compañía de Jesús; y del
dicho su cura; como de los españoles residentes
en la doctrina y como de los curacas principales
de los cinco pueblos de la doctrina; y hechas las
constituciones por su confesión, procuro con
todas de veras; y pidió con afectos muy grandes
de devoción a su señoría ilustrísima que se las
confirmase que con benignidad las confirmo”.45
De esta manera Cocharcas comienza a concentrar el poder de las autoridades indígenas y
españolas, a través del poder de convocación
de su cofradía y para 1609 por disposición de
su santidad Paulo V, el obispado del Cusco se
ve desmembrada en tres obispados, conformando así los nuevos obispados de Cusco,
Arequipa y Huamanga (Rodríguez 1950, t. I:
203). Esta nueva delimitación religiosa de
inicios del siglo XVII, le sirvió al poblado de
Cocharcas para acceder y ser nombrado
cabeza de doctrina, desplazando al poblado de
Uranmarca, principalmente por la influencia y
prestigio que su cofradía fue ganando dentro
46
del área local y regional. Así, cuando el
obispo Fray Agustín de Carbajal toma
posesión del nuevo obispado de Huamanga en
1614, el poblado de Cocharcas consagra
legalmente su ascensión al poder y control de
los cinco pueblos principales de la zona, que
conforman ahora su doctrina o parroquia de
indios, manejado desde Cocharcas.
constituciones de la cofradía de nuestra señora de Cocharcas”,
Leg. 01, COD.L-B1, f. 11r.
46
ASC. Libro de Cofradía, “cofradía de nuestra señora de
Cocharcas”, Leg. 07, COD.L-B7, ff. 11r- 56v.
65
Inclusión y exclusión
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Cocharcas, y de las limosnas que van adquiriendo de los diferentes hermanos cofrades sencillos y 24 como
también las relaciones del lugar de origen de los diferentes cofrades desde 1604-1686”.
Cofradía. L-B8, años 1605-1679, siglo. XVII. “Libro de la Cofradía de Cocharcas”.
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68
UNSAAC - Riqch´ariy
Concha y Villafuerte
Foto N° 01 Valle del río
pampas septentrional,
donde se hallan los
poblados del presente
estudio. Foto de
Angela María Concha
2010.
Foto N° 02 Actual
poblado de San Pedro
Cocharcas, provincia
de Chincheros. Foto
de Angela María
Concha 2010.
Foto N° 03 Ushuno
“Muyomuyo” donde
se hallaba la huaca
“Ancovilca” de los
hurin chancas, actual
distrito de Uranmarca.
Foto de Angela María
Concha 2010.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
69
Inclusión y exclusión
ANEXO N° 01
RELACIÓN DE LAS PRIMERAS COFRADÍAS FUNDADAS DENTRO DE LA DOCTRINA DE COCHARCAS
PUEBLOS DE
LA DOCTRINA
CAYARA
NOMBRE DE LA
COFRADÍA
COCHARCAS
1er domingo
del mes de
octubre
1594
Don Diego Naucayalli, Don Juan
Pizarro cacique principal, El padre
Francisco de Aguilar Villacastin cura
propietario, El padre Gregorio de
Cisneros de la Compañía de Jesús
¿?
1595
Cofradía de Nuestra
Sra. del Rosario
Cofradía Nuestra
Sra. de Cocharcas
con advocación de
Copacabana (15981635)
FUNDADOR(ES) DE LA COFRADÍA
1591
1° de Enero
Cofradía del Apóstol
Santiago
(Mollepampa)
AÑO DE
FUNDACIÓN
Don Martín Valli curaca, Joan
Puyqui, El padre Francisco de
Aguilar cura y beneficiado, El padre
Gregorio de Cisneros de la
Compañía de Jesús, Don Pedro
Naucayalli
Cofradía del Niño
Jesús
Cofradía del Apóstol
San Pedro
URANMARCA
(MOLLEPAMPA)
FECHA DE
CELEBRACIÓN
25 de julio
1593
Fundado el 02
de febrero y
cambiado al 8
de setiembre
1598
Padre Francisco de Aguilar
Villacastin, Pedro Huancapoma,
Goncalo Varaguill, Martin
Chucohuaman
Padre Francisco de Aguilar
Villacastin, Joan Martin de
Gamboa, Diego Talaverano “el
mozo”, Don Thomas guamanricra,
Don Diego Cumpilas, Anton Pisan
Viguil
Padre Francisco de Aguilar
Villacastin, Gregorio de Cisneros,
Don cucamoza toigmada,Don Juan
Tito, Juan Giraldo Comas Puma,
Juan Martin de Lezana, Andrés de
Zamora, Don Tomas carvascuri,
Don miguel taycuri, Luis de Silvera,
Don Pablo Carguahuatay, Juan
Giraldo Camaspoma, Don Pedro
Gabriel Marquez, Don domingo
Yanchaco
UCHUBAMBA
Cofradía del Patrón
San Martin
Fines de oct.quincena de
nov.
1610
Don Juan Chana, Hernando Yari,
Hernando Songo, Martín Chumbi,
Martín Yurico y Francisco Tacuchi.
URIPA
Cofradía Santísimo
Sacramento
5 de julio
¿?
¿?
Fuente: ASC. Libros de Cofradías: “Erección, breves pontificios y constituciones de la cofradía de
nuestra señora de Cocharcas”, COD.L-B1, 1583-1735, ff. 01r-05v; “Cofradía del Niño Jesús del
pueblo de Cayara”, COD.L-B2, 1591-1768, ff. 06r-08v; “Cofradía del Apóstol Santiago de
Mollepampa-Uranmarca”, COD.L-B3, 1593-1757, ff, 1r-05v; “Cofradía de Nuestra Señora del
Rosario del pueblo de Cayara”, COD.L-B4, 1594-1768, ff. 02r-04v; “Cofradía del Apóstol San
Pedro de Cayara”, COD.L-B5, 1595-1761, ff. 02r-05v; “Cofradía del Patrón San Martín del pueblo
de Uchubamba”, COD.L-B9, 1610-1779, ff. 01r-04v.
70
UNSAAC - Riqch´ariy
El Ejército Realista Durante el
Periodo de la Independencia
en Perú y Alto Perú
Solange Leonor Zalles Cuestas*
Resumen:
Abstract
El ejército realista en América y especialmente
en Perú y Alto Perú, fue muy importante para
el intento de recuperación del territorio de la
corona española. En la península se vivía
también un periodo de la independencia y
también se necesitó ejército para la lucha.
América, tomado en cuenta como una colonia
a partir de las reformas borbónicas fue un
territorio imprescindible para la corona tanto
por los productos que se extraían como por los
recursos que se generaban. Los militares que
llegaron a América fueron pocos, pero
importantes en el sentido de la organización de
los ejércitos en América. En lo que corresponde
al Perú y Alto Perú, resaltamos las últimas
décadas del siglo XVIII y principalmente los
primeros años del siglo XIX hasta la batalla
ganada por el ejército de Don Joaquín de la
Pezuela en 1815.
The royal army in América and especially in
Perú and Alto Perú, had been very important
to the attempt of recover the territory of the
Spanish Crown. The peninsula also lived the
independence period and, in the same way, it
took the army to fight. América, as a colony
from the Bourbon reforms, was essential for
the crown territory by the products extracted
and the resources that were generated. This
article is a study of the royal army in America,
pointing to an army man. Army men who
came to América were few, but had an
important rol in the organization of the armies
in América. Talking about Perú and Alto Perú,
we have to remark the last decades of the
eighteenth century and especially the early
nineteenth century to the battle won by the
army of Don Joaquín de la Pezuela in 1815.
Palabras clave: Ejército realista, independencia, Perú, Alto Perú, Joaquín de la Pezuela
Key words: Royalist army, independence,
Perú, Alto Perú, Joaquín de la Pezuela
***
* Es licenciada en Historia de la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz, Magíster de historia del mundo
hispánico: Las independencias en Iberoamérica de la Universidad Jaume I, Docente de la Universidad San
Francisco Xavier de Chuquisaca.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
71
Ejército Realista
L
as investigaciones son escasas sobre el
tema militar no solamente para el caso
de América sino también para el de
España, sin embargo para América podemos
mencionar el estudio de Julio Albi Banderas
olvidadas: el Ejército Realista en América (1990).
También Brian Hamnet con Revolución y
contrarrevolución en México y Perú (1978). De la
misma manera, José Seprum y Alfonso Bullon
de Mendoza escribieron sobre este tema y no
podríamos olvidarnos de las investigaciones
de Juan Marchena, quien sobre este tema ha
aportado muchísimo, asegurando el papel
protagónico que tendrían en la determinación
del rumbo que habría de tomar la “historia
americana”, además de plantear en el contexto
de los problemas económicos, sociales y
políticos estableciendo el orden colonial del
ejército y plantear que en realidad fue una
pugna entre intereses y lealtades.
Sobre el ejército en América durante el siglo
XVII, es Juan Marchena que explica la
existencia de tres grandes colectivos, que son
los siguientes:
1. El ejército de dotación que estaba
compuesto por unidades “fijas de guarnición” que estaban en las principales
ciudades americanas, estos ejércitos eran de
carácter netamente defensivo y tenían la
misma estructura que las unidades
peninsulares, pero lo que caracterizó fue su
composición a “nivel humano” era
puramente americano.
2. El ejército de operaciones en Indias, estaba
compuesto por unidades peninsulares que
eran enviadas temporalmente al “otro lado
del mar como refuerzo de algunas plazas
amenazadas de invasión”, o también con el
objetivo de realizar alguna campaña
ofensiva contra el enemigo, por lo tanto se
trataría de evitar la utilización del ejército
de dotación.
3. Las milicias, que eran un conjunto de
“unidades regladas” y de “carácter territorial” que comprendía al total de la
1
El relevo se realizaba aproximadamente cada 20
años principalmente por “la debilidad numérica del
Ejercito Real” ya que según asegura Albi, simplemente España no tenía suficientes efectivos como
para mantener una guarnición permanente de tropas
72
población masculina de cada jurisdicción
que se encontraba entre los 15 y 45 años.
Estas milicias eran consideradas ejército de
reserva y muy rara vez fueron movilizadas
(Marchena 2000: 110).
Se puede entender entonces, que fueron pocos
militares de formación en tierras americanas. Y
los que tenían mayor jerarquía eran los
peninsulares.
Por su parte Julio Albi (1990), asegura que
fueron los tres siguientes componentes:
Unidades peninsulares, cuerpos fijos y
milicias, tríada defensiva. En cuanto a los
profesionales son los cuerpos del Ejército Real
y los Fijos; los adscritos a las indias son; los fijos
y las milicias (Julio Albi 1990: 39). En su mismo
estudio, asegura que la columna vertebral del
sistema estaba formada por las fuerzas
peninsulares, que por un mecanismo de
relevación periódica siempre estaban
presentes en este territorio aunque de cierta
manera estas autoridades eran “prestadas” a
“las indias”.1
Se puede entender que de estas autoridades,
aunque su estancia sea temporal, su presencia
era importante en estas tierras, representando
por lo tanto “un papel esencial”. En tiempos de
paz “servían de modelo para la organización y
para la instrucción de los Cuerpos locales, a la
vez que constituían un elemento disuasorio. Y
por otra parte, cuando se daba el caso de estar
en guerra pues formaban “el núcleo de la
defensa” y por lo cual en su entorno se aglutinaban las tropas “consideradas de menor
calidad” (Albi, 1990: 41).
Por su parte José Seprum y Alfonso Bullon
(1992) al tratar el tema del ejército en España,
hacen referencia que para 1802 y siguiendo las
políticas de Godoy se reorganizó el sistema de
reclutamiento y la enseñanza militar además
de crearse el cuerpo de Ingenieros, “como
arma independiente”. Entonces la base de la
organización de las fuerzas de infantería,
caballería y artillería era el regimiento.2 El
regimiento muy rara vez fue empleado como
europeas en América por muy reducida que esta
fuese (Julio Albi, 1990:41).
2
Aseguran los autores que este planteamiento fue
discutido y rebatido pero el carácter como unidad
táctica, es decir, que estaba “destinada su utilización
UNSAAC - Riqch´ariy
Solange Zalles
unidad táctica.
Para graficarnos la idea, cada regimiento de
infantería estaba formado por distintos
batallones, y éstos en compañías. Por su parte,
los regimientos de caballería estaban formados
por varios escuadrones subdivididos en
compañías. En América, por su parte, rara vez
actuaron regimientos completos de caballería,
ya que eran “sustituidos en operaciones de
importancia por agrupaciones de escuadro3
nes, de efectivos en definitiva equivalentes”.
Por otro lado, el número de batallones,
compañías y escuadrones que articulaban las
unidades superiores varía, pero como
aseguran que poco antes de la invasión
francesa a España estaba organizado de la
siguiente manera:
[…] cada regimiento de infantería de línea
cuenta con tres batallones, el tercero en
cuadro para completar sus servicios en
tiempo de guerra y los regimientos de
infantería ligera con un solo batallón. Los
batallones cuentan normalmente con ocho
compañías, la primera de granaderos y la
última de cazadores o fusileros cuya utilización táctica varía… En cuanto a la caballería, cada regimiento está formado por cinco
escuadrones cada uno con tres compañías.
Las unidades de elite de cada regimiento,
equivalentes a las compañías de granaderos
en la infantería reciben en la caballería el
nombre de carabineros […].4
Posteriormente, y a medida que pasó el tiempo
la conformación fue sufriendo modificaciones
y más en tiempos de guerra cuando se crearon
una serie de unidades militares. Y cuando se
inició la invasión francesa se crearon
como un todo en operaciones militares” (Seprum y
Bullon 1992:16).
3
Seprum y Bullon 1992:16
4
Ibid.:17
5
Ibídem.
6
Uno de los casos especiales se registró cuando se
organizaron para la defensa del Río de la Plata en
Buenos Aires y contra los ingleses. Por otro lado al
comienzo de las “guerras producidas por la Revolución Francesa y hasta el comienzo de la revolución
hispanoamericana, sólo se creó un regimiento de dos
batallones para la defensa de Chiloé en el Virreynato
del Perú”. Y al iniciarse la “guerra”, se crearon
unidades “asimiladas” a veteranas; en el Perú, se
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
trescientos regimientos entre infantería de
línea y ligera y alrededor de cuarenta
regimientos de caballería, pero para tomar en
cuenta que la mayor parte de éstas fueron
improvisadas con “reclutas” con poca o sin
5
preparación militar.
Entonces para graficar la idea, los autores
clasifican en cinco categorías la organización
del Ejército, que es presentada de la siguiente
manera:
1. Unidades del ejército de Refuerzo. Eran las
unidades expedicionarias enviadas desde
España, después del inicio de los
movimientos recién empezaron a llegar ya
que al “iniciarse la contienda no se
encuentra en el continente ninguna fuerza
terrestre de ese tipo”.
2. Unidades veteranas y fijas adscritas al
servicio de Ultramar. Las que se llamaron
Ejército de Dotación. Relativamente poco
numerosas, por la gran extensión del
territorio al que estaban adscritas, no
encuentran gran diferencia ni cualitativa ni
cuantitativa con relación a fines del siglo
XVIII, cuando fueron creadas la mayor
parte de estas unidades. En ese momento
existían en toda la América española
alrededor de 25 regimientos de infantería y
100 compañías independientes.6
3. Fuerzas de la milicia provisional, también
eran llamadas “milicias regladas o disciplinadas”. Compuestas por “el grueso de las
fuerzas de la Corona en las provincias
americanas”. Formada por los reclutados
entre “todos los habitantes útiles para el
7
servicio”. A comienzo de las “insurrecciones americanas” existen, en muchos
elevan a este tipo unidades de milicia y se aumentan
los efectivos de otras preexistentes (Seprum y Bullon
1992: 43)
7
Seprum y Bullon aseguran que constituyen unidades
que cuando estaban “en tiempo de paz” realizaban
sus actividades diarias, realizando de vez en cuando
alguna instrucción. Durante los primeros momentos
de enfrentamiento constituyeron “la gran mayoría de
las fuerzas realistas y también de sus oponentes que o
contarán con la unidades que se suman a la “rebelión”
en los puntos que ésta triunfa, o se pasarán a ellas
(fueron pocos), o también organizaron “sobre su
modelo sus primeros contingentes militares, que, por
su nivel de instrucción, armamento y mandos, no se
diferencian de forma apreciable de las unidades
73
Ejército Realista
casos sólo en teoría. Alrededor de 100
regimientos de infantería de milicia, unas
140 compañías independientes y alrededor
de 90 cuerpos de caballería, la mitad de
dragones. Es importante hacer notar que
dependiendo de la ubicación de las mismas,
influenció en su actuación en los primeros
momentos del alzamiento, “determinado
en ocasiones la suerte de ciudades o territorios de importancia”.
4. Milicias urbanas o no regladas. Fueron
unidades locales destinadas al servicio de
vigilancia de las ciudades o zonas concretas
a las que estaban adscritas, organizadas a
veces sobre “una base territorial o por
gremios, categorías de ciudadanos o según
el origen de estos”. La utilidad militar, la
disciplina del reclutamiento, el tiempo de
guerra o misiones, en principio fue muy baja
“De hecho, nos encontraremos con muchos
jefes de las fuerzas militares de ambos
bandos que, antes del comienzo de la
insurrección, pertenecían de forma más o
menos honoraria a la oficialidad de
unidades de este tipo, donde adquirieron,
por tanto, sus primeros conocimientos
militares”.8
5. Ultramar.
Sabiendo ya, cómo fue el ejército tanto en
España como en América, veremos a continuación la organización y un poco de la historia de
la conformación del ejército de forma general
del Perú y más específica del Alto Perú.
El ejército en el Perú y Alto Perú
El Ejército Realista en lo que corresponde a esta
región, no ha sido estudiado como para
milicianas anteriores al inicio de la revolución”. Sin
embargo, durante los primeros meses de la lucha la
mayor parte de las fuerzas de ambos bandos fueron
cualitativamente similares. Posteriormente, ambos
bandos fueron tratando de regularizar sus fuerzas
militares, por ejemplo, las unidades de milicia se irán
asimilando a fuerzas veteranas o bien fueron disueltas
o reducidas a la categoría urbanas. Por su parte, las
unidades de milicia provinciales, además de las
misiones bélicas en que participaban en mayor o
menor medida tienen la importante utilidad de ser
empleadas como centros de reclutamiento y
74
seguirlo de forma orgánica, tampoco en su
proceso, se tiene una visión en conjunto del
inicio y de sus actividades durante la independencia.
Para poder llegar a saber cuál fue el proceso de
organización del ejército del Alto Perú,
tendremos que remontarnos a los inicios del
ejército en Perú. Nos remontaremos para esto a
la época del Virrey D. Manuel de Guirior (17761780), quien había hecho diversos arreglos y
mejoras en la organización y ramos de artillería, concedido al cuerpo independiente y creó
el juzgado privativo, esta medida fue aprobada
por el Rey en 1777. Explica Mendiburú que,
este Virrey:
También formó una compañía de obreros
de cantería, carpintería, herrería, carrocería
y talabartería. Designó terreno para escuela
práctica, fundó una academia, preparó
trenes (sic. Borroso) de campaña, dio más
9
extensión a la sala de armas.
Este autor además de rescatar quiere resaltar
las actividades realizadas por el “ilustrado”
virrey, como algunos de los antecedentes y no
llevar todo el crédito a Joaquín de la Pezuela
(de quien hablaremos posteriormente).
Asegura que entre otro de los antecedentes,
estarían las fundiciones para la fortaleza del
Callao bajo el mandato de los Virreyes José
Antonio Manso, Conde de Superunda (17451761) y Manuel de Amat y Junyent (1761-1776).
Por ejemplo, en 1775 fundieron cañones de
Bronce de alto calibre y además culebrinas que
tenían relieves, “jeroglíficos” e inscripciones
además “que no cedían en perfección a las
mejores piezas fabricadas y traídas de
10
Sevilla”. Posteriormente, explica que la
decadencia llegó en lo referente a artillería y
esto debido a la “falta de aptitud de los
virreyes” por lo que quedó abandonado.
selección de los futuros componentes de fuerzas
veteranas, así como para el reemplazo de bajas, la
creación de unidades nuevas (asimiladas a aquellas) e
incluso, como veremos, la de unidades “peninsulares” creadas en América sobre la base de una pequeña
fracción (tipo compañía) de las realmente expedicionarias y completadas con fuerzas americanas
(Seprum y Bullon 1992: 44).
8
Ibid.:46
9
Mendiburú 1885: 281
10
Íbidem.
UNSAAC - Riqch´ariy
Solange Zalles
En 1803, cuando gobernaba el Virreinato,
Gabriel de Avilés y del Fierro, Marqués de
Avilés (1801-1806) solamente existía una
compañía con 92 plazas “sobre el pie de inválidos, sin instrucción ni disciplina en un estrecho
alojamiento en la casa de los desamparados”, y
el material que tenía era unas cuantas piezas de
batalla y otras de montaña, (montajes en el
Callao y Chile), su encargado era el
comandante de Artillería. Además explica:
[…] se hallaban dos compañías inferiores en
todo… La parte administrativa corría a
cargo de los oficiales reales con total
independencia; y la cuenta y razón, confundida, no dejaba conocer los propios de los
ramos de artillería. Era difícil demostrar las
existencias de artículos de guerra en los
parques de las provincias y aun en la
capital. En el interior del palacio del Virrey,
se encontraba un número de fusiles encajonados como habían venido de España
tiempo antes: otros… en amontonados en
rincones de cuartos inmediatos. Esta sala de
armas no dependía del cuerpo; y el que la
manejaba tenía allí mismo unos cuantos
negros esclavos y artesanos que mas
trabajaban en obras de particulares que en
11
provecho del Estado.
Asegura también que había otra maestranza,
muy parecida en la plaza del Callao “y se veían
en olla operarios ancianos que usaban anteojos
por escasez de vista”. La misma se llamaba
Escuela práctica”, y tenía las siguientes
características, estaba en
morteros 30 días seguidos para su trituración.12
Quedó así hasta que llegó Joaquín de la
Pezuela según dice, cuando se dio a conocer
“la inteligencia, el acierto y actividad” de su
persona a quien le tocaba realizar la reorganización pero lo que le benefició es tener el apoyo
del Virrey D. José Abascal.
Cuando empezó la reorganización, el cuerpo
de artillería se “elevó a una fuerza respetable
así como las milicias disciplinadas del arma”,
la gente fue escogida y también los caballos; se
edificó el cuartel en la Plaza Santa Catalina y se
proyectó establecer la fundición de cañones
una llanura a espaldas del cuartel. También,
[…] se construyó la maquinaria constando
de 5 molinos de percusión cada uno con 10
morteros en dos baterías, una tahon para
pulverizar azufre y las oficinas de salitrería… En breve quedó la fábrica espedita y
en estado de poder producir 20 quintales
por día; ella dio abasto para proveer de
pólvora por muchos años a todas las plazas
de Sud América hasta Montevideo […].13
Durante el período de José Fernando Abascal y
Sousa (1806-1816), se fundieron más de 100
cañones “proveyéndolos de montajes y
abundantes proyectiles; la maestranza
construyó todo género de artículos de parque
para cubrir las crecidas necesidades de las
tropas que sostenían el poder español en el
Alto Perú, Quito, Chile, &…”.14
[…] un terreno cercano a la portada de
barberos donde había un espaldón
arruinado con 5 piezas de a uno, dos y tres
cubiertas bajo un tinglado y con unas pocas
municiones. La maquinaria de la fábrica de
Pólvora situada en el Martinete era de
antigua constitución y tan imperfecta y
maltratada que en último año corrido el
asentista que la administraba por remate,
no pudo elaborar más de 135 quintales; las
pastas tenían que permanecer en los
11
Mendiburú 1885:281
Íbid.: 282
13
Mendiburú 1885: 283
12
14
Ibídem.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Joaquín de Pezuela
75
Ejército Realista
Barnadas (2002), asegura que los orígenes del
ejército estarían por octubre de 1809 cuando el
Virrey Abascal dio orden a José Manuel
Goyeneche de “que reuniera un ejército de
4.500 hombres para someter a los revolucionarios paceños”; y cuando en 1810 Buenos Aires
“derrocó la estructura de autoridades reales”,
fue que el Virrey Abascal reincorporó Charcas
a la jurisdicción peruana, y decidió consolidar
dos grandes unidades militares: el Ejército el
Alto Perú “documentada por lo menos desde
noviembre de 1811” y del Bajo Perú.15
El Alto Perú se encontraba bajo la dirección de
José Manuel de Goyeneche y cuando renunció,
siguieron J. Ramírez de forma interina por un
tiempo del año 1813. Posteriormente, Don
Joaquín de la Pezuela entre 1813 y 1816, luego
José de la Serna e Hinojosa entre 1816 y 1822,
después J. Valdés en 1822 fue ascendido “a Jefe
de estado Mayor” y por último en 1824 Pedro
Antonio de Olañeta quien estuvo en diversos
territorios de la Audiencia (Barnadas 2002:
731).
En cuanto Goyeneche renunció al cargo de
General en Jefe del Ejército del Alto Perú en
1813 a consecuencia de las batallas perdidas en
Tucumán y Salta por el Brigadier Pio Tristán.
El Virrey Abascal eligió a D. Juan de
Henestrosa como sucesor quien era responsable de la Subinspección de las tropas del
Virreinato, pero se dice que tenía exigencias
que en ese momento no se podían cumplir, por
lo que no tomó el mando y Abascal nombró a
Pezuela quien era Brigadier y cinco días
después se fue hacia Arica (27 de abril)16 y
posteriormente partió hacia la Audiencia de
Charcas, a continuación veamos cómo
organizó su ejército y lo principal sus logros
mientras estuvo al mando don Joaquín de la
Pezuela.
Antes de dejar el mando por completo, envió
una nota que titula “Carta del General en jefe
del Ejército del Alto Perú, José Manuel
Goyeneche” con fecha de 27 de septiembre de
1813; la misma iba dirigida a Gaspar Bigodet
haciéndole conocer el estado del ejército y su
“dimisión” que había presentado. Acompañan
15
Barnadas 2002:731
16
Su partida se dice que fue llevando 200 hombres del
regimiento de Lima y diez piezas de a 4 de montaña
(Mendiburú 1885: 284).
76
a la nota un oficio de Pío de Tristán, que era el
jefe de la vanguardia, a José Manuel de
Goyeneche “dándole cuenta del estado del
ejército antes de la batalla de Saltas”. También
la “proclama impresa de José Manuel de
Goyeneche a sus compañeros de ejército
avisándole su retirada por motivo de salud y
recomendándoles fidelidad a sus nuevos jefes
(dada en Oruro, 12 de mayo 1813); por último
una copia de proclama del Virrey de Lima al
Ejército Real del Alto Perú, pidiéndoles estar
“en guardia de los peligros que les acechan y
17
pidiéndoles fidelidad a su nuevo general”.
El ejército antes y durante el mando de
Joaquín de la Pezuela
Relata Joaquín de la Pezuela en su diario que la
llegada a Desaguadero fue el 6 de julio de 1813
donde estaba encargado el Coronel de milicias
D. Felipe de la Hera, juramentado en Salta, “y
tenía a sus órdenes una porción de oficiales, y
como 400 soldados de los mismos juramentados”18 asegura a su vez que su antecesor los
había despedido por perjuicio al ejército, “por
seductores de él; y por haber querido valerse
del juramento prestado a unos revolucionarios”.19 Asegura a su vez que había también
oficiales muy honrados, fieles y adictos a la
causa del Rey, afirmando que uno de ellos era
el Coronel de Milicias D. Felipe de la Hera
quien lo recibió en el Desaguadero, además de
su hermano y de otros que le solicitaron
iniciarse en el ejército de su mando.
Posteriormente, y después de dejar instrucciones al Coronel de Milicias de Pacajes partió
con rumbo a La Paz, llegando el 14 de julio.
Uno de los que fue “pasado por armas” al
llegar fue el Teniente Coronel de Milicias D.
Antonio Goyburú quien juró a la llegada de
Pezuela pero posteriormente asegura su
traición. Otra de las primeras acciones fue
pedir empréstito a “los pudientes de la
ciudad” que le dieron 50.000 pesos y dejó un
destacamento de 150 hombres con tres piezas
de artillería.20
17
AGI/1.16417.12.2//ESTADO,79,N.98
Pezuela Memoria militar primera parte, pp246.
19
Ibídem.
20
Ibídem.
18
UNSAAC - Riqch´ariy
Solange Zalles
Pezuela con la idea de llegar a “batirse” con los
cochabambinos pasó primero por Calamarca,
donde ya le esperaba su tropa y juntos llegaron
a Oruro donde encontraron los residuos del
ejército del General Goyeneche, después de las
batallas de Tucumán y Salta. Dice Pezuela que
estaba “a pique de disolverse por la seducción
de muchos oficiales, que pasaban de dos mil
soldados que se habían desertado a centena21
res”. Y que los oficiales, superiores, edecanes
“temerosos de una inmediata catástrofe” se
separaron del Ejército, algunos con enfermedades.22
El Brigadier Juan Ramírez, mientras esperaban
la llegada de Pezuela “para evitar la total
disolución del corto ejército que había
quedado” había tomado la decisión incentivarlos con un ataque a Potosí. A éste grupo le
llegó la orden en Challapata para llegar hasta
Ancacato. Pezuela en su mismo diario asegura
que al saber su estado23 dudó de hacerse cargo
del Ejército dadas las características, él dice:
“Por todas estas consideraciones estuve
vacilante algunas horas sobre si tomar el
mando (con seguridad casi positiva de
sacrificar [m]i vida y mi honor) o volverme a
Lima exponiendo a su ruina por esta determinación al ejército y provincias”.24
Al expresarse del ejército que recibió, asegura
las deficiencias incluso en la vestimenta tanto
fue así que algunos ni tenían zapatos. Lo que le
llamó la atención fue que según sus palabras,
“la disciplina no la conocían, raro era el que
sabía hablar castellano, excepto los pocos
25
limeños y de Arequipa que habían” según
21
Pezuela Memoria militar primera parte, pp246.
Grande fue la sorpresa de Pezuela al llegar a Oruro
y encontrar al Regimiento 1º sin oficiales y “en forma
de motín y que el General Goyeneche se había
marchado para la costa sin esperar por lo que dejó
mientras tanto y en su lugar al Brigadier D. Juan
Ramírez.
23
in plata en la caja” (Pezuela, Joaquín de la. Memoria
militar primera parte, pp247).
24
Ibídem.
25
Ídem.: 248.
26
Asegura Pezuela que las mujeres todas “indias y
cholas les guizaban a su uzansa, papas, chuño y maíz”
además dice que para conseguirla ellas eran las
encargadas y en algunos casos la robaban de los
pueblos de indios. También asegura que las mujeres
22
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
asegura todos los demás hablaban “lengua
india”, no especifica a cual se refiere. Además
que ellos no comían “rancho” ya que la
mayoría de ellos “tenían sus mozas siempre a
lado, sin podérselas quitar, so pena de
desertarse infaliblemente”.26 Además asegura
que el Ejército vivía del merodeo ya que no
tenían el apoyo de los “indios” ni para darles
víveres. Y según dice que cuando algunos
“indios” atrapaban a algún soldado “no
dudaban siguiera en matarlo a palos”.27 Y si
ellos sabían que la tropa llegaría se iban y que
incluso se lo llevaban los víveres o lo
enterraban con tal de no dárselos.
Cuando se estaba haciendo cargo, se
encontraban en manos de “los enemigos” las
provincias de Cochabamba, Charcas y Potosí.
Y eran quienes tenían víveres, plata,
“vestuario y brazos” asegura que las tres
cuartas partes de sus habitantes “eran
decididos por el sistema de ellos, y los
ayudaban con extraordinaria voluntad”.28
Según dice, los que hicieron más daño al rey
fueron “los curas” ya que ellos podían
movilizar incluso en “los púlpitos y hasta en
los confesionarios” a quienes quisieran
independencia
[…] y a los indios a quienes ellos dominan
los tenían prontos a su voz, y los levantaban
cuando les convenía , ya para interceptar
nuestros transportes de lo interior, y ya para
llevar a los enemigos su artillería, municiones, carruajes, y cuanto necesitaban, sin más
trabajo que decir a los curas y caciques tres o
29
cuatro mil indios.
intentaban estar delante del ejército de manera que
cuando el soldado llegaba a su jornada “ya la mujer o
la moza le tenía hecha la comida”. Ibídem.
27
Ya que dice que el “indio” aborrecían al soldado, al
oficial y todo lo que era del Rey “por el contrario
servían de balde con sus personas y víveres a los de
Buenos Aires… por que éstos les trataban con la
mayor crueldad” dice también que ellos no tenían
voluntad ni con uno ni con otro ya que “son enemigos
natos de todo el que no es de su casta”, les servían
fielmente de espías, y sabían la posición y
movimientos del Ejército del Rey al momento de
ejecutarlos” y cuando el Ejército del Rey quería
pedirles que sean espías no lo aceptaban por ningún
precio (Ídem.: 249).
28
Ídem.: 249.
29
Ídem.: 249.
77
Ejército Realista
Las provincias de Charcas, Cochabamba y
Potosí se encontraban “en poder de los
enemigos”.30 Y las tropas realistas estaban
desde el Desaguadero, también en la Villa de
Oruro y en la ciudad de La Paz, aunque
asegura que Oruro era poco de fiar ya que
“encerraba muchos sospechosos” tanto que su
Gobernador “vivía lleno de cuidado, siempre
amenazado de Cochabamba”. Y de La Paz dice
que era “la ciudad más criminal que se conocía,
por sus hechos anteriores, y por su desvergüenza en manifestar públicamente sus
opiniones y en una palabra el Ejército del Rey
estaba vendido y en la situación más deplorable”.31
Decidió de todos modos, según asegura,
continuar al mando y dejó en Oruro como
Comandante Militar y político, al Coronel de
Milicias D. Joaquín Revuelta; con 150 hombres
de guarnición, el depósito principal de
municiones y principalmente encargada para
su seguridad, contra las ideas de la provincia
de Cochabamba “Que estaba en poder de los
enemigos y, ya les habían atacado sin fruto
anteriormente”.32
A su llegada a Ancacato el 7 de agosto tomó el
mando y el ejército estaba formado por 3.040
hombres divididos en:
Al hacerse cargo del ejército también se ocupó
de poner en “estado de disciplina” arreglar el
División de Picoaga
Batallón Estevez
Caballería en diferentes
escuadrones y partidas
Un piquete de Gragones de la
guardia del General
8 piezas de artillería de artillería
de a 4 de montaña
885
275
500
armamento, el parque y municiones. Después
Pezuela y su ejército el 6 de septiembre se
dirigieron a Vilcapujio donde estableció su
Cuartel General y donde ya le esperaba su
avanzada.
Durante su cargo como Comandante General
del Ejército Realista, Joaquín de la Pezuela lo
organizó en guarniciones, las que corresponden a nuestro territorio estudiado se
encontraban en Potosí, Chuquisaca,
Cochabamba, Vallegrande, Oruro, Chayanta,
Sicasica, La Paz y Desaguadero. Dentro de
éstas guarniciones se encontraban las
Compañías, los escuadrones, partidas y
batallones.33 Pero otra visión de cómo recibió el
ejército está relatada por Mendiburú quien
dice:
Constaba el Ejército de 2,700 infantes, 850
caballos y 18 piezas de Artillería. Además la
guarnición del Desaguadero se componía
de 600 (sic. Borroso) hombres 100 de ellos
montados y 12 cañones a órdenes del
coronel Goybau; y la de Oruro de 200
hombres de infantería, 100 caballos y 8
piezas al mando del gobernador Revuel34
ta”.
Pezuela es conocido y reconocido por haber
ganado tres batallas para el ejercito realista,
que son: Vilcapugio, Ayohuma y Viluma en
1813 y 1815. Los movimientos del ejército real
División de Lombera
Compañía de Pardos y morenos
Tres compañías de infantería y una
de Caballería de Cazadores
729
77
Un piquete nombrado de La Paz
30
TOTAL
3044
43
200
305
Fuente: Pezuela Memoria Primera parte: 247
30
[…] y según menciona su diario “tenían cuanto
había menester de plata, víveres, vestuario y brazos” y
según su visión las tres cuartas partes de los
habitantes de estos lugares eran “decididos por el
sistema de ellos y los ayudaban con extraordinaria
voluntad, especialmente los curas que son los que
más daño han causado a las armas del Rey”, Y el
ejército del Rey nada tenía y las pocas mulas de carga
y caballos de la tropa que podían conseguir se iban
muriendo en el camino por falta de forrajes ya que
78
todo esto pasaba en la época de invierno (Ídem.: 249).
Ibídem.
32
Ídem.: 247.
33
Pezuela 1817:120
31
34
Mendiburú 1885:284. Según estos datos el ejercito
estaría compuesto de 3.500 y no como menciona
Pezuela en su diario 3044, sería interesante poder
encontrar otra fuente mas para cotejar los datos y
poder una cantidad exacta, mientras tanto tenemos las
dos opciones.
UNSAAC - Riqch´ariy
Solange Zalles
MAPA No 1
PUNTOS ESTRATEGICOS DE MOVILIZACION DEL EJÉRCITO REALISTA
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA EN BASE A MAPA DE ABNB MUJIA 20 SEGÚN LAS
DESCRIPCIONES DE LA MEMORIA DE JOAQUIN DE LA PEZUELA
que realizó en ésta región, podemos resaltarlo
en el siguiente mapa.
A manera de conclusión podemos mencionar
que el ejército en América y lo que correspondía a la Real Audiencia de Charcas, fue
organizado siguiendo los lineamientos de lo
que ya existía en España y en Europa, tomando
principalmente las bases españolas. En
América, se encontraban pocos militares
formados y era en ellos que recaía toda la
responsabilidad. La organización del ejército
en el Virreinato del Perú se inició a fines del
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
siglo XVIII pero recién en el siglo XIX es que se
va ha organizar y fortalecer. En la Audiencia
de Charcas, llamada durante el periodo de la
independencia Alto Perú, siguió los
lineamientos establecidos en el Perú, aunque
esta Audiencia formaba parte del último
creado Virreinato del Río de la Plata. Joaquín
de la Pezuela quien era un militar formado en
Segovia llegó al Perú para organizar un ejército
y fue en 1813 quien toma el liderazgo del
ejército del Alto Perú logrando ganar tres
batallas importantes.
79
Ejército Realista
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
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Unidades: Audiencia de Lima, Estado, Sala de Alcaldes de Casa y Corte, Diversos, Audiencia
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Serie: Consejos
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82
UNSAAC - Riqch´ariy
Repensando la revolución
desde la historiografía
Prensa, redes de comunicación y discurso político en la
coyuntura de la independencia. Perú, 1790-1826*
Daniel Morán**
Resumen
Esta investigación reflexiona el proceso de la
guerra de independencia a partir de un
sistemático análisis bibliográfico de los
estudios dedicados a la prensa, las redes de
comunicación y el discurso político en el Perú.
Desde los trabajos primigenios de Pablo
Macera sobre el desarrollo de la conciencia
nacional criolla, pasando por los de Ascensión
Martínez Riaza referente a la prensa doctrinal
y la mutación ideológica de la elite, hasta las
últimas indagaciones de los periódicos
vinculados a la historia política y cultural, la
historiografía de la prensa ha permitido
advertir tres áreas centrales de análisis: a) la
prensa como una fuente más para conocer las
ideas y el pensamiento político de la época; b)
la prensa como objeto de estudio, considerando al periódico mismo como un actor; y c) la
* Una versión inicial de esta investigación se expuso
en el II Encuentro de historiadores peruanos y argentinos que
se desarrolló en Buenos Aires el 9 y 10 de agosto del
2010. Un agradecimiento especial a la Dra. Cristina
Ana Mazzeo y al Dr. Fernando Jumar por la invitación a participar de la reunión, y a mi esposa María
Isabel Aguirre por leer críticamente esta versión final
del trabajo.
** Licenciado en Historia por la Universidad
Nacional Marcos de San Marcos (Perú, 2008),
Magister en Historia por el IDAES de la Universidad
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
recurrencia a indagar los espacios públicos, las
redes de comunicación y la función pedagógica y política de la prensa en una coyuntura
revolucionaria. Esta realidad sugiere la
reorientación que ha venido produciéndose
recientemente en la historiografía de la prensa
preocupada ahora en estudiar la producción,
circulación, recepción, lectura e impacto de los
periódicos y el discurso político en las
sociedades que transitan del antiguo régimen
a la modernidad.
Palabras clave: Independencia, Perú, historiografía, prensa, redes de comunicación,
discurso político.
Abstract
This research reflects the process of the war of
independence from a systematic bibliographic
analysis of studies dedicated to the press,
Nacional de San Martín (Argentina, 2012), becario
Roberto Carri (2009-2010) y, actualmente, es becario
doctoral del CONICET (Argentina). Ha publicado
los libros: Sociedad colonial y vida cotidiana en Lima a través
de las páginas de El Investigador del Perú, 1813-1814
(2007); Lima a través de la prensa (2008); Reformistas,
fidelistas y contrarrevolucionarios. Prensa, poder y discurso
político en Lima durante las Cortes de Cádiz, 1810-1814
(versión digital, 2008); La educación popular en los tiempos de
la independencia (2011); y, Plebe, sociabilidad y revolución.
El Perú y el Río de la Plata en el contexto de las guerras de
independencia (2012).
83
Repensando la revolución
communication networks and political
discourse in the Peru. Since Pablo Macera
original works on the development of the
Creole national consciousness, through the of
Ascension Martinez Riaza concerning the
doctrinal press and ideological mutation of the
elite, until the latest investigations of the
newspapers linked to the political and cultural
history, the historiography of the press has
enabled warn three central areas of analysis: a)
press as one source for ideas and the political
thought of the time; b) the press as an object of
study, whereas the same newspaper as an
actor; (and c) the recurrence to investigate
public spaces, communication networks and
the pedagogical and political function of the
press in a revolutionary situation. This reality
suggests the shift that has been occurring
recently in the historiography of the press now
concerned to study the production, circulation, reception, reading and impact of newspapers and political discourse in societies that
pass from the old regime to modernity.
Key words: Independence, Perú, historiography, press, communication networks, political
discourse.
****
1
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Francois-Xavier Guerra: 'considerar al periódico
mismo como un actor'”, en Debate y perspectivas, núm.
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3
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Mata (comps.), Entre la colonia y la república. Insurgencias,
rebeliones y cultura política en América del Sur, Buenos
Aires, Prometeo, 2009.
4
Carmen Corona, Ivana Frasquet y Carmen
Fernández (eds.), Legitimidad, soberanías, representación:
84
“
E
l mundo de la opinión no se limita a
los periódicos, ni al impreso, ni al
escrito, ni a las élites, ni a las
ciudades. Hay, como en la sociedad misma
formada por múltiples grupos imbricados,
una multiplicidad de espacios y modali1
dades de opinión.”
Los prolegómenos de una renovación
historiográfica
Las inminentes conmemoraciones de los
bicentenarios de los procesos de independencia en América Latina se convierten en la
mejor oportunidad de evaluar, debatir y
replantear el estado actual de la historiografía
de la revolución.2 En ese examen se advierte las
diversas tendencias historiográficas que van
desde la historia social preocupada en el papel
trascendental de los sectores populares en el
ciclo revolucionario,3 los estudios de las elites y
las múltiples alternativas políticas que estás
desarrollaron en el terrero de la lucha ideológica y militar,4 la historia económica que
indaga las bases materiales y las consecuencias
financieras que las naciones de América
experimentaron en aquel período,5 hasta la
independencias y naciones en Iberoamérica, Castelló de la
Plana, U. Jaume I, 2009; y, Manuel Chust y Juan
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5
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207-233; Heraclio Bonilla, “Las consecuencias
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La economía de Buenos Aires en el país de la abundancia,
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UNSAAC - Riqch´ariy
Daniel Morán
renovada historia política relacionada a la
6
historia cultural. Precisamente, esta última
perspectiva que analiza la esfera del poder y la
cultura política en el transito del antiguo
régimen a la modernidad ha cobrado
importancia en las recientes investigaciones de
las revoluciones de independencia. Fue
Francois-Xavier Guerra con la publicación de
Modernidad e independencias en 1992 que ofreció
esta nueva mirada de indagar la coyuntura de
las revoluciones hispánicas como parte de un
mismo proceso histórico que afectó a España y
América. Asimismo, Guerra sostuvo la
pertinencia de reflexionar sobre la opinión
pública, las redes de comunicación, los
espacios públicos de sociabilidad, el discurso
ideológico y político, la proliferación de la
prensa, los impresos y manuscritos, y lo que
7
denominaría como la modernidad política.
Esta novedosa tendencia de investigación se
dejó sentir en América a partir de los nuevos
estudios preocupados en desarrollar la
vinculación existente entre la historia política y
6
Francois-Xavier Guerra y Annick Lempériére (eds.),
Los espacios públicos en Iberoamérica. Ambigüedades y
problemas. Siglos XVIII-XIX, México, CFEMC-FCE,
1998; Marie Danielle Démelas, La invención política.
Bolivia, Ecuador, Perú en el siglo XIX, Lima, IFEA-IEP,
2003; Eugenia Molina, El poder de la opinión pública.
Trayectos y avatares de una nueva cultura política en el Río de
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del Litoral; 2009; Jaime E. Rodríguez (coord.), Revolución, independencia y las nuevas naciones de América,
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de México, 1810-1821, México, FCE, 2006.
7
Francois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias.
Ensayos sobre las revoluciones hispánicas, Madrid,
Editorial MAPFRE, S.A., 1992.
8
Noemí Goldman, Historia y lenguaje. Los discursos de la
revolución de mayo, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina, 1992; Noemí Goldman, El discurso
como objeto de la historia. El discurso político de Mariano
Moreno, Buenos Aires, Hachette, 1989; y, José Carlos
Chiaramonte, La ilustración en el Río de la Plata. Cultura
eclesiástica y cultura laica durante el virreinato, Buenos
Aires, Puntosur editores, 1989.
9
Ascensión Martínez Riaza, La prensa doctrinal en la
independencia de Perú, 1811-1824, Madrid, Ediciones
Cultura Hispánica-Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1985; y, Ascensión Martínez Riaza,
“Libertad de imprenta y periodismo político en el
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
la historia cultural de los procesos de independencia. No obstante, en Argentina, los trabajos
de Noemí Goldman y José Carlos Chiaramonte,8 y en Perú la importante contribución de
9
Ascensión Martínez Riaza, precedieron esta
línea de reflexión al sostener la conveniencia
de investigar el discurso político y el influjo de
la prensa en la cultura política de la revolución.
Incluso, en trabajos precedentes de Pablo
Macera y Carmen Villanueva en Perú,10 y de
Óscar Beltrán y Óscar Urquiza en Argentina,11
se pudo observar la recurrencia en el análisis
de los periódicos y otros impresos para
comprender el mundo ideológico, la cultura
política y el desarrollo de un conciencia
nacional en las elites criollas como prolegómeno de las guerras de independencia. Más
aún los trabajos primigenios de la segunda
mitad del siglo XIX de Mariano Felipe Paz
Soldán y de comienzos de XX de José Toribio
Medina,12 revaloraron la utilización de la
prensa como fuente importante para el conoci13
miento de la historia peruana decimonónica.
Perú, 1811-1824”, en Revista de la Universidad Católica
del Perú, núm. 15-16, 1984, pp. 149-177.
10
Pablo Macera, “El periodismo en la independencia”, en Trabajos de Historia, Lima, Instituto Nacional
de Cultura, t. 2, 1977, pp. 325-342; Pablo Macera, Tres
etapas en el desarrollo de la conciencia nacional, Lima,
Ediciones Fanal, 1956; y, Carmen Villanueva, “El
Peruano y la libertad de Imprenta”, en Boletín del
Instituto Riva Agüero, núm. 8, 1969-1971, pp. 523-595.
11
Óscar Beltrán, Historia del periodismo Argentino:
Pensamiento y obra de los forjadores de la patria, Buenos
Aires, 1943; y, Óscar Urquiza, La cultura de Buenos Aires
a través de su prensa periódica desde 1810 hasta 1820,
Buenos Aires, 1972.
12
Mariano Felipe Paz Soldán, Biblioteca peruana, Lima,
Imprenta Liberal, administrada por M. Fernández,
1879; Mariano Felipe Paz Soldán, Historia del Perú
independiente, Lima, Imprenta y Estereotipia de Carlos
Paz Soldán, 1868; y, José Toribio Medina, La imprenta
en Lima, Santiago de Chile, Fondo Histórico y Bibliográfico J. T. Medina, 4 t., 1965, [1904].
13
En el caso argentino podemos citar los estudios de
Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sud-americana, Buenos Aires, Félix Lajuane editor,
1889; Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la
independencia Argentina, Buenos Aires, Félix Lajuane
editor, 1887; y, Vicente Fidel López, Historia de la
República Argentina. Su origen, su evolución y su desarrollo
político, Buenos Aires, Kraft, 1913, [1883].
85
Repensando la revolución
Además, las investigaciones de Jorge Basadre
y Raúl Porras Barrenechea, en el contexto de
las celebraciones del centenario de la independencia, tomaron estas aportaciones y
ofrecieron breves síntesis del periodismo
peruano enfocando su atención en el proceso
de ruptura con España.14
probablemente no tuvieron noticia alguna del
Mercurio Peruano o del Diario de Lima y ni
siquiera supieron la existencia de un círculo
intelectual llamado Amantes del País.”16 Por
su parte, Raúl Porras Barrenechea fue más
categórico al señalar que “la colonia no tuvo
periódicos.”17
Todas estas referencias previas, en donde los
periódicos constituyen una de las fuentes
centrales de análisis, serían los antecedentes de
la renovación historiográfica que tomó los
aportes teóricos y metodológicos de FrancoisXavier Guerra, desarrollados en Modernidad e
15
independencia y estudios posteriores, para
indagar la realidad del proceso de independencia en el Perú y el papel central de la prensa
como objeto de estudio de la historia política y
cultural durante el ciclo revolucionario.
Estos argumentos han merecido, a partir de la
renovación historiográfica propiciada por los
estudios de Francois-Xavier Guerra, un
cambio significativo en el análisis y un replanteamiento de las premisas propuestas. En el
Perú, los trabajos que vinculan la historia
política-cultural en los procesos de independencia y los inicios de la república han sido
realizados por Joelle Chassin, Carmen Mc
Evoy, Víctor Peralta Ruiz, Jean-Pierre
Clément, Luis Miguel Glave, Charles Walker,
Claudia Rosas Lauro, Gustavo Montoya,
Fernando Calderón y Rolando Rojas.18
El periódico mismo como un actor: La
“revolución historiográfica” de la prensa.
Antes de la aparición de Modernidad e independencias, en el Perú Alberto Flores Galindo
afirmó: “Para la plebe no hubo ilustración:
14
Estos estudios han sido ampliados en posteriores
trabajos. Al respecto véase: Jorge Basadre, Introducción a las bases documentales para la historia de la república
del Perú con algunas reflexiones, Lima, Ediciones P.L.V., t.
I, 1971; Raúl Porras Barrenechea, Los ideólogos de la
emancipación, Lima, Editorial Milla Batres, 1974; y
Raúl Porras Barrenechea, El periodismo en el Perú,
Lima, Ediciones del sesquicentenario de la independencia del Perú, 1971. En Argentina, destacan las
investigaciones de Juan Canter, Las sociedades secretas,
políticas y literarias, Buenos Aires, Imprenta de la
Universidad, 1942; Juan Canter, La imprenta en el Río
de la Plata, Buenos Aires, 1938; y, Juan Canter, Monteagudo, Pazos Silva y El Censor de 1812, Buenos Aires,
Peuser, 1924.
15
Francois-Xavier Guerra, Modernidad e independencias…”, ob. cit.; Francois-Xavier Guerra, “Epílogo.
Entrevista con Francois-Xavier Guerra…”, ob. cit.;
Francois-Xavier Guerra y Annick Lempériére (eds.),
Los espacios públicos en Iberoamérica…, ob. cit.; y,
Francois-Xavier Guerra, “Voces del pueblo. Redes
de comunicación y orígenes de la opinión en el
mundo hispánico (1808-1814)”, en Revista de Indias,
vol. LXII, núm. 225, pp. 357-384.
16
Alberto Flores Galindo, La ciudad sumergida. Aristocracia y plebe en Lima, 1760-1830, Lima, Editorial
86
Nuestra ponencia busca advertir las principales ideas que sostienen las recientes investigaciones de todos estos historiadores para la
coyuntura específica de la independencia. En
ese sentido, un análisis de esta historiografía
Horizonte, 1991, p. 123.
Raúl Porras Barrenechea, El periodismo en el
Perú…, ob. cit., p. 7.
18
Joelle Chassin, “Lima, sus elites y la opinión
durante los últimos tiempos de la colonia”, en
Francois-Xavier Guerra y Annick Lempériére (eds.),
Los espacios públicos en Iberoamérica…, ob. cit., 1998, pp.
241-269; Carmen Mc Evoy, “Seríamos excelentes
vasallos, y nunca ciudadanos: Prensa republicana y
cambio social en Lima (1791-1822)”, en Margarita
Guerra (ed.), Sobre el Perú, Lima, PUCP, t. II, 2002,
pp. 825-862; Carmen Mc Evoy, “El motín de las
palabras. La caída de Bernardo Monteagudo y la forja
de una cultura política en Lima, 1821-1822”, Carmen
Mc Evoy, Forjando la nación: Ensayos de historia republicana, Lima, IRA-University of the South, 1999, pp. 160; Víctor Peralta Ruiz, La independencia y la cultura
política peruana, 1808-1821, Lima, IEP-Fundación M.
J. Bustamante De la Fuente, 2010; Víctor Peralta
Ruiz, “Prensa y redes de comunicación en el Virreinato del Perú, 1790-1821”, en Tiempos de América,
núm. 12, 2005, pp. 113-131; Víctor Peralta Ruiz, En
defensa de la autoridad. Política y cultura bajo el gobierno del
virrey Abascal. Perú, 1806-1816, Madrid, CSICInstituto de Historia, 2002; Jean-Pierre Clément,
“José Hipólito Unanue (1755-1833), journaliste,
17
UNSAAC - Riqch´ariy
Daniel Morán
supone reconsiderar tesis precedentes y
plantear una serie de nuevos argumentos.
En la actualidad la historiografía no puede
sostener la existencia de una prensa cerrada,
eminentemente elitista y sin ningún contacto
con las diversas clases sociales de la sociedad
colonial. Tampoco se puede señalar que la
ilustración no fue percibida por la plebe y que
éstas no tuvieron ni idea que una inmensa
profusión de impresos inundaba las calles y los
espacios públicos de sociabilidad del virreinato peruano.19 Sin embargo, esta constatación
no puede llevarnos a argumentar en forma
scientifique et politique péruvien”, en El Argonauta
Español, núm. 6, 2009; Jean-Pierre Clément, “Aproximación al Diario de Lima (1790-1793) y a Jaime
Bausate y Mesa, su autor”, El Argonauta Español,
núm. 3, 2006; Jean-Pierre Clément, El Mercurio
Peruano, 1790-1795, Vol. 1, Estudio, Frankfurt y
Madrid, Vervuert-Iberoamericana, 1997; Luis
Miguel Glave, “Cultura política, participación
indígena y redes de comunicación en la crisis
colonial. El virreinato peruano, 1809-1814”, en
Historia Mexicana, núm. 229, 2008, pp. 369-426; Luis
Miguel Glave, La república instalada: formación nacional y
prensa en el Cuzco, 1825-1839, Lima, IEP-IFEA, 2004;
Luis Miguel Glave, “Del pliego al periódico. Prensa,
espacios públicos y construcción nacional en
Iberoamérica”, en Debate y Perspectivas, núm. 3, 2003,
pp. 7-30; Charles Walker, Diálogos con el Perú. Ensayos
de historia, Lima, Fondo Editorial del Pedagógico San
Marcos, 2009; Charles Walker, De Túpac Amaru a
Gamarra. Cuzco y la formación del Perú republicano, 17801840, Cuzco, Centro Bartolomé de Las Casas, 1999;
Charles Walker, “La orgía periodística: Prensa y
cultura política en el Cuzco durante la joven república”, en Revista de Indias, vol. LXI, núm. 221, 2001, pp.
7-26; Claudia Rosas Lauro, Educando al bello sexo: La
imagen de la mujer en la prensa ilustrada peruana (17901795), Tesis (Mg. Historia), Lima, PUCP, 2007;
Claudia Rosas Lauro, Del trono a la guillotina: El impacto
de la revolución francesa en el Perú (1789-1808), Lima,
PUCP-IFEA-Embajada de Francia, 2006; Claudia
Rosas Lauro, “La reinvención de la memoria. Los
Incas en los periódicos de Lima y Cusco de la colonia
a la república”, en Luis Millones (ed.), Ensayos de
Historia Andina, Lima, Fondo Editorial de la
UNMSM, 2005, pp. 119-152; Claudia Rosas Lauro,
“El imaginario político regional en los espacios
cuzqueños entre la independencia y la república”, en
Scarlett O' Phelan Godoy (comp.), La independencia en
el Perú. De los borbones a Bolívar, Lima, PUCP-IRA,
2000, pp. 99-118; Gustavo Montoya, “Prensa
popular y cultura política durante la iniciación de la
república. Monárquicos, republicanos, heterodoxos
y católicos”, en Uku Pacha, Lima, núm. 10, 2006, pp.
71-88; Fernando Calderón, “Poder y conflicto en el
primer periódico de Arequipa: “La primavera de
Arequipa”, 1825”, en Álvaro Espinoza de La Borda,
Fernando Calderón y Lorenzo Tacca Quispe (eds.),
Arequipa a través del tiempo. Política, cultura y sociedad,
Arequipa, Centro de Estudios Arequipeños-UNSA,
2008, pp. 151-166; Fernando Calderón, “La prensa
arequipeña a inicios de la república, 1825-1834”, en
Academia Nacional de la Historia (ed.), Pueblos, provincias y regiones en la historia del Perú, Lima, Academia
Nacional de la Historia, 2006, pp. 765-780; y, Rolando
Rojas, La República imaginada: Representaciones culturales y
discursos políticos en la independencia peruana (Lima, 18211822), Tesis (Mg. Historia), Lima, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, 2009.
En el caso argentino podemos citar a modo de
ejemplo las investigaciones de Noemí Goldman,
"Libertad de imprenta, opinión pública y debate
constitucional en el Río de la Plata (1810-1827)", en
Prismas, núm. 4, 2000, pp. 9-20; Noemí Goldman,
Lenguaje y revolución: Conceptos políticos clave en el Río de la
Plata, 1780-1850, Buenos Aires, Prometeo Libros,
2008; José Carlos Chiaramonte, Ciudades, provincias,
Estados: Orígenes de la Nación Argentina (1800-1846),
Buenos Aires, Emecé Editores, 2007; José Carlos
Chiaramonte, Nación y Estado en Iberoamérica. El lenguaje
político en tiempos de las independencias, Buenos Aires,
Editorial Sudamericana, 2004; Pilar González
Bernaldo, Civilidad y política en los orígenes de la nación
argentina. Las sociabilidades en Buenos Aires, 1829-1862,
Buenos Aires, FCE, 2001; Alejandra Pasino, “El
concepto de independencia en el Río de la Plata,
1750-1870”, en XII Jornadas Interescuelas de Departamentos de Historia, San Carlos de Bariloche, octubre,
Universidad Nacional de Comahue, 2009; Alejandra
Pasino, “El Español de José María Blanco-White en la
prensa porteña (1810-1814)”, en Fabián Herrero
(comp.), Revolución. Política e ideas en el Río de la Plata
durante la década de 1810, Buenos Aires, Ediciones
Cooperativas, 2004, pp. 55-84; Graciana Vázquez,
Revolución y discurso. Un portavoz para la integración
hispanoamericana: Bernardo Monteagudo (1809-1825),
Buenos Aires, La isla de la luna, 2006; Eugenia
Molina, El poder de la opinión pública. Trayectos y avatares
de una nueva cultura política en el Río de la Plata, 18001852, Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral,
2009; y, Eugenia Molina, “Opinión pública y revolución: El imaginario de una nueva autoridad (18101820)”, en Revista de historia del derecho, núm. 31, 2003,
pp. 271-324.
19
Luis Miguel Glave, “Cultura política, participación
indígena…”, ob. cit.; Gustavo Montoya, “Prensa
a) Premisas
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
87
Repensando la revolución
contundente que los sectores subalternos en el
Perú y en otras partes de América Latina
tuvieron acceso directo a la información y al
discurso propagado en las páginas de estos
impresos.
La historiografía de la prensa sostiene que
estos papeles públicos se difundieron en un
espacio mucho más amplio y no solamente en
las zonas urbanas y en el ámbito del poder
político. La elite y los miembros de las otras
clases sociales utilizaron y pusieron en práctica
diversas formas de circulación de la información de la prensa, los impresos y los manuscritos. Así, es recurrente encontrar en la
documentación múltiples referencias de la
participación y el debate político generado en
los cafés, las tertulias y los círculos literarios,
las corridas de toros, los espectáculos teatrales,
en las plazas, iglesias, mercados, chicherías,
20
ceremonias civiles y religiosas. En estos
espacios públicos la historiografía ha probado
que la comunicación oral fue fundamental,
Lima y el Perú antes de ser caracterizadas
como una sociedad de cultura impresa y
libresca, tuvo un componente eminentemente
verbal. Las noticias antes de ser leídas en los
periódicos, escasos para el siglo XVIII peruano
y de mayor notoriedad a principios del XIX, se
difundían de boca en boca y palabra por
palabra. Entonces, durante la independencia la
prensa no solo consiguió propagar su discurso
en formato impreso y participar en la guerra de
la tinta y el papel, sino que además pudo entrar
en la lucha política del poder del discurso
hablado y difundido a un público amplio y
heterogéneo.
En esa perspectiva, los recientes estudios han
revalorado el análisis de la coyuntura de la
crisis hispana y las Cortes de Cádiz cómo una
etapa central para comprender la politización
de la población, el inicio del debate político y el
surgimiento de una opinión pública que
configuraría la cultura política de la sociedad
peruana en todo el proceso del ciclo revolucionario. Así, se viene indagando con mayor
detenimiento la prensa y los impresos entre
1808-1814, porque las propuestas y
discusiones que estos papeles plantearon,
sentando las bases para el debate doctrinario
21
acaecido con más intensidad desde 1821.
Igualmente, la historiografía ha buscado
prestarle atención al ámbito regional y las
vinculaciones de los impresos y la prensa de
aquellos espacios con la generada en la capital
del virreinato. Si bien la prensa en las regiones
se percibe con la llegada de las expediciones
libertadoras de San Martín y Bolívar, esto no
debería soslayar la importante circulación de
impresos, folletos, sermones e incluso de los
mismos periódicos editados en Lima y que
llegaron a las provincias por diversos canales y
redes de comunicación antes de la edición de
los primeros periódicos regionales.22
Los recientes trabajos de la prensa están
dedicados a examinar además la producción
de los periódicos (redactores, editores y
financiamiento), la circulación de los mismos
por los diversos espacios públicos, su vinculación con los grupos de presión y del poder
político, y la lectura, apropiación y recepción
que estos periódicos podían generar en el
conjunto de la sociedad.23 Entonces, no
solamente se buscaba la descripción monótona
y técnica de la prensa, sino advertir además su
función política y las repercusiones que pudo
ocasionar en la coyuntura de las guerras de
22
popular y cultura política…”, ob. cit.; Víctor Peralta
Ruiz, En defensa de la autoridad…, ob. cit.; y, Charles
Walker, De Túpac Amaru a Gamarra. …, ob. cit.
20
Charles Walker, “La orgía periodística…”, ob. cit.;
Víctor Peralta Ruiz, “Prensa y redes de comunicación…”, ob. cit.; Luis Miguel Glave, “Del pliego al
periódico…”, ob. cit.; y, Claudia Rosas Lauro, “La
reinvención de la memoria…”, ob. cit.
21
Víctor Peralta Ruiz, En defensa de la autoridad…, ob.
cit.; Víctor Peralta Ruiz, La independencia y la cultura
política peruana…, ob. cit.; Luis Miguel Glave, “Cultura
política, participación indígena…”, ob. cit.; y, Joelle
Chassin, “Lima, sus elites y la opinión…”, ob. cit.
88
Claudia Rosas Lauro, “La reinvención de la
memoria…”, ob. cit.; Claudia Rosas Lauro, “El
imaginario político regional…”, ob. cit.; Luis Miguel
Glave, La república instalada…, ob. cit.; Charles Walker,
“La orgía periodística…”, ob. cit.; Charles Walker, De
Túpac Amaru a Gamarra.…, ob. cit.; y, Fernando
Calderón, “La prensa arequipeña…”, ob. cit.
23
Víctor Peralta Ruiz, La independencia y la cultura
política peruana…, ob. cit.; Claudia Rosas Lauro, “La
reinvención de la memoria…”, ob. cit.; Charles
Walker, Diálogos con el Perú…, ob. cit.; Luis Miguel
Glave, “Del pliego al periódico…”, ob. cit.; JeanPierre Clément, “José Hipólito Unanue…”, ob. cit.; y,
Rolando Rojas, La República imaginada…, ob. cit.
UNSAAC - Riqch´ariy
Daniel Morán
independencia. Más aún, investigaciones
recientes han advertido también la intensa
circulación y difusión de la información de una
multiplicidad de impresos y de la denominada
prensa ilustrada de fines del siglo XVIII por
24
diversos canales y redes de comunicación.
Finalmente, estos trabajos a parte de
considerar al periódico mismo como un actor y
como objeto principal de estudio, vienen
indagando también la historia del lenguaje y el
vocabulario político para comprender los
significados y los usos de los conceptos clave
utilizados por los diversos actores sociales
25
durante el ciclo revolucionario.
De todas estas premisas se puede llegar a
sostener que la prensa no fue únicamente una
tribuna de elite, privilegio de un sector
ilustrado, sino representó un intentó de
convertirse en un medio de difusión masiva de
información y del discurso ideológico de la
época. Así, la prensa y el discurso que se
propagó en ella recogen las preocupaciones de
la elite y los grupos de poder, y esas mismas
inquietudes hacen deducir que la elite creaba
sus argumentos y pensamientos de acuerdo a
la praxis política de la plebe y las circunstancias políticas de esos años. No era una relación
vertical totalmente, elite y pueblo intercambiaron experiencias e intereses, se influyeron
mutuamente, manteniendo en varias
ocasiones relaciones horizontales. Sin
embargo, todo ello no pretende demostrar que
las relaciones fueron igualitarias, por el contrario, existió una marcada diferenciación y
jerarquización social y política.
b) Estudios de caso
Desagregando los estudios de la prensa
durante el proceso de independencia en el
24
Claudia Rosas Lauro, Educando al bello sexo…, ob.
cit.; Claudia Rosas Lauro, Del trono a la guillotina…, ob.
cit.; Jean-Pierre Clément, “Aproximación al Diario de
Lima…, ob. cit.; Jean-Pierre Clément, El Mercurio
Peruano…, ob. cit.; Víctor Peralta Ruiz, En defensa de la
autoridad…, ob. cit.; y, Víctor Peralta Ruiz, “Prensa y
redes de comunicación…”, ob. cit.
25
Carmen Mc Evoy, “Seríamos excelentes vasallos, y
nunca ciudadanos…”, ob. cit.; Rolando Rojas, La
República imaginada…, ob. cit.; Víctor Peralta Ruiz, La
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Perú obtenemos diversos argumentos particulares que merecen ser destacados. El trabajo de
Joelle Chassin sobre la prensa contestataria de
1811-1812 que circuló en Lima permite captar
el discurso contra el despotismo y el
surgimiento de una incipiente opinión política
contraria a los preceptos oficiales de las autori26
dades coloniales. Esta misma argumentación
ha sido tratada recientemente por Víctor
Peralta, cuando analiza el nacimiento de la
retórica contra la arbitrariedad, que tuvo como
objetivo liquidar el despotismo, a partir del
estudio del Diario Secreto de Lima, los oficios de
Manuel Villalta, los debates de la libertad de
imprenta sostenidos en El Peruano y El Satélite
del Peruano, el nacimiento de una corriente
constitucionalista en el Cuzco y el enfrentamiento del virrey con el diputado a las Cortes
27
por Arequipa Mariano Ribero. La lectura
atenta de estos impresos y de la prensa contestataria señalan la presencia de un fuerte
discurso crítico en plena coyuntura de las
Cortes de Cádiz, y que resulta más interesante
aún si en aquellos años esta prensa se enfrentó
a la censura y la presión de las autoridades
gubernamentales. Incluso, Peralta insiste en
sugerir que entre 1808 y 1810, la prensa y los
impresos se convirtieron en un arma trascendental en la guerra de opinión al dar origen a la
28
propaganda política fidelista. Además, en
otro trabajo Peralta, ha incidido en demostrar
la existencia de debate político en la prensa a
partir del análisis de las polémicas suscitadas
en los periódicos entre 1791 y 1821. Específicamente: “entre el Mercurio Peruano y el
Semanario Crítico en 1791, la contienda verbal
entre El Argos Constitucional y el Anti-Argos en
1813, y el enfrentamiento entre El Triunfo de la
29
Nación y El Pacificador del Perú en 1821.” Sin
embargo, si bien el autor destaca esta confron-
independencia y la cultura política peruana…, ob. cit.; Luis
Miguel Glave, “Del pliego al periódico…”, ob. cit.; y,
Luis Miguel Glave, La república instalada…, ob. cit.
26
Joelle Chassin, “Lima, sus elites y la opinión…”, ob.
cit.
27
Víctor Peralta Ruiz, La independencia y la cultura
política peruana…, ob. cit., pp. 201-238.
28
Ibid, pp. 139-165.
29
Víctor Peralta Ruiz, “Prensa y redes de comunicación…”, ob. cit., p. 125.
89
Repensando la revolución
tación en la prensa, afirmaría que sería recién
en 1816 cuando se dé inicio a la guerra de
propaganda a escala continental entre la
prensa fidelista de Lima y la prensa revolucio30
naria de Buenos Aires. En resumen, los
trabajos de Chassin y Peralta se insertan en
indagar el discurso político disidente y constitucionalista, los canales de difusión y las redes
de comunicación, los espacios públicos y el
surgimiento de la opinión pública política.
En esa misma perspectiva, Luis Miguel Glave
y Claudia Rosas Lauro, han señalado está
dinámica de circulación y debate político
generado en el espacio regional por la prensa
en la coyuntura de las Cortes de Cádiz y en la
etapa final del proceso de independencia. Para
Glave, la difusión y lectura de periódicos,
sermones, gacetas, el intercambio de correspondencia, proclamas, pasquines, panfletos y
manuscritos, influyeron en los movimientos
rebeldes de Huánuco y Cuzco de 1812 y 181415, respectivamente.31 Por su parte, Claudia
Rosas ha destacado el carácter político y
partidista de la prensa limeña y cuzqueña en
donde la elite política criolla “reinterpretó la
30
No obstante, en nuestras investigaciones sobre la
prensa de Lima y de Buenos Aires hemos podido
advertir que la guerra de propaganda tiene su origen
unos meses después de producida la revolución de
mayo en 1810. Específicamente, véase La Gaceta de
Lima y La Gaceta Buenos Aires entre octubre y
90
memoria del glorioso pasado inca en función
del presente” con la intención de construir el
Estado-nación y la “legitimación de posturas
independentistas”, pero, olvidando, paradóji32
camente, a los indígenas del presente. En
ambas investigaciones se percibe el estado
general de ebullición de ideas y discusión
política a través de la prensa y los impresos
políticos en espacios públicos compartidos por
distintos estamentos sociales que habrían
ocasionado “una vehemente seducción” en la
población del interior del virreinato por los
sucesos tumultuosos y las luchas por el poder
de esos años. Incluso, esta constatación,
también ha sido advertida por Charles Walker
en su sistemático estudio de la prensa y la
cultura política cuzqueña en los inicios de la
república, en donde muestra, al igual que
Glave y Rosas, la peligrosidad que significó, en
manos de las clases populares, el recurso a la
lectura y el debate público de los periódicos
doctrinarios.33
En ese sentido, Gustavo Montoya, ha
propuesto para el espacio limeño la existencia
de un tipo de prensa que él denomina popular
noviembre.
Luis Miguel Glave, “Cultura política, participación
indígena…”, ob. cit.
32
Claudia Rosas Lauro, “La reinvención de la
memoria…”, ob. cit., p. 121.
33
Charles Walker, “La orgía periodística…”, ob. cit.
31
UNSAAC - Riqch´ariy
Daniel Morán
y en donde se publicaron opiniones de carácter
político que expresó la formación de una
cultura política popular en la independencia.34
De posturas semejantes, Rolando Rojas,
reconstruye el discurso político y las representaciones sobre los sectores populares que las
elites criollas difundieron en la prensa republicana entre 1821 y 1822, con la clara intención de
justificar la inclusión condicional y subordinada de la plebe y legitimar el predominio
35
político de las elites criollas.
Una temática importante de la renovación
historiográfica de la prensa que debemos
subrayar ha sido dada por Claudia Rosas y
Jean-Pierre Clément al estudiar la prensa
ilustrada de fines del siglo XVIII. Por un lado,
se ha advertido las representaciones y el
impacto de la revolución francesa en el Perú a
partir del análisis sistemático de los periódicos
y los impresos de la época que circularon
profusamente por diversas redes y espacios
públicos de comunicación.36 Por el otro, se ha
indagado la cultura ilustrada de la elite criolla
que tuviera como referente central las páginas
37
del Mercurio Peruano. Y, además, Claudia
Rosas, en una investigación sistemática y bien
documentada, ha reconstruido la imagen de la
mujer en la prensa ilustrada peruana de 17901795.38
Para el período que va desde los primeros años
de la independencia hasta el final de la
confederación peruano boliviana, Luis Miguel
Glave en La República instalada, ha estudiado el
papel central de la prensa del Cuzco en la
formación nacional y el surgimiento de identidades políticas regionales. En la investigación
de Glave el periódico se convierte en el
principal actor de la historia cultural y en el
instrumento clave de la politización de los
actores sociales en plena coyuntura de pugnas
39
políticas y definiciones del poder. Desde una
34
Gustavo Montoya, “Prensa popular y cultura
política…”, ob. cit.
35
Rolando Rojas, La República imaginada…, ob. cit.
36
Claudia Rosas Lauro, Del trono a la guillotina…, ob.
cit.
37
Jean-Pierre Clément, “Aproximación al Diario de
Lima…, ob. cit.; Jean-Pierre Clément, El Mercurio
Peruano…, ob. cit.
38
Claudia Rosas Lauro, Educando al bello sexo…, ob. cit.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
línea de indagación más acotada, pero no por
ello menos sugerente Fernando Calderón,
desarrolló la función pedagógica y política de
la prensa arequipeña en los inicios de la
40
república. Recientemente, Calderón ha
advertido la importancia ideológica de La
Primavera de Arequipa (1825), primer periódico
patriota de esta ciudad, en la configuración y
legitimidad política de las nuevas autoridades
republicanas.41
Una última temática de la renovación historiográfica está representada por los estudios de la
historia del lenguaje y el vocabulario político.
Carmen Mc Evoy, ha reflexionado sobre la
prensa republicana y el cambio social en Lima
entre 1791-1822, a partir del análisis de algunos
periódicos destacados como el Mercurio
Peruano, El Peruano y La Abeja Republicana.42 Mc
Evoy ha señalado que en esta coyuntura las
palabras reemplazaron a las balas y el
acontecer político fue expresado en el espacio
de discusión ideológica creado por la prensa.
Así, sustenta que durante la independencia se
mantuvo una esfera pública política en donde
la intelectualidad limeña algunas veces
asociada al régimen y otras en abierta
oposición, expresó los gérmenes del republicanismo y el lenguaje político en conceptos como
república, ciudadanía, patria y nación. Incluso,
en un trabajo previo Mc Evoy había advertido
la función doctrinaria de la prensa vinculada al
poder y en la forja de la cultura política
peruana en plena instalación de la república.43
Víctor Peralta ha bosquejado también en
varios capítulos de su último libro algunos
argumentos sugerentes para comprender el
lenguaje político antidespótico y autoritario
presente en la prensa y los impresos políticos y
los usos dados a los conceptos clave como
independencia, liberal, despotismo, patriotismo y nación en la coyuntura de las guerras
39
Luis Miguel Glave, La república instalada…, ob. cit.
Fernando Calderón, “La prensa arequipeña…”, ob.
cit.
41
Fernando Calderón, “Poder y conflicto en el primer
periódico de Arequipa…”, ob. cit.
42
Carmen Mc Evoy, “Seríamos excelentes vasallos, y
nunca ciudadanos…”, ob. cit.
43
Carmen Mc Evoy, “El motín de las palabras…”,
ob.cit.
40
91
Repensando la revolución
44
de independencia. Por su parte, mientras Luis
Miguel Glave pudo observar en la prensa del
Cuzco los significados otorgados a los
términos patria, región, identidad y república;45 Rolando Rojas al analizar los discursos
políticos de la sociedad indígena pudo percibir
el manejo de ciertos términos como libertad,
civilización, barbarie, independencia y
república que se fueron difundiendo en la
prensa de Lima de aquellos años.46 Finalmente,
dedicados más en el estudio del lenguaje
político, antes que en un análisis profundo de
la prensa como objeto de investigación,
Francisco Núñez, Marcel Velásquez y
Cristóbal Aljovín han venido indagando los
significados de los conceptos políticos de
pueblo, América, nación y ciudadano en el
47
período de 1750-1850.
A modo de conclusión: Balance y nueva
perspectiva.
La renovación en los estudios de la prensa
durante el proceso de independencia y los
inicios de la república en el Perú ha mostrado
diversas temáticas de reinterpretación y
análisis de la historiografía previa. Estas
nuevas inquietudes y aportes brindados por
los trabajos recientes se sintetizan en: a) la
consideración de la prensa como objeto de
investigación y no una simple fuente más de la
historia; b) el reconocimiento de la función
pedagógica y política de los periódicos en la
coyuntura de las guerras de independencia; c)
la intensa difusión y circulación de la prensa
por una diversidad de canales, redes y
espacios públicos en donde la recepción y el
44
Víctor Peralta Ruiz, La independencia y la cultura
política peruana…, ob. cit.
45
Luis Miguel Glave, La república instalada…, ob. cit.
46
Rolando Rojas, La República imaginada…, ob. cit.
47
Cristóbal Aljovín, “América-americanismos (17501850)”, en Luis Orrego, Cristóbal Aljovín e Ignacio
López Soria (comps.), Las independencias desde las
perspectivas de los actores sociales, Lima, OEI-UNMSMPUCP, 2009a; Cristóbal Aljovín, “Pueblo-Perú”, en
Javier Fernández Sebastián (dir.), Diccionario político y
social del mundo iberoamericano. Conceptos políticos en la era
de las revoluciones, 1750-1850, Madrid, Fundación
Carolina, Sociedad Estatal de Conmemoraciones
92
impacto de la información llegó tanto a los
miembros de las elites como a los sectores
populares; d) el papel asumido por los
periódicos en la lucha política y en la
formación de identidades locales, regionales y
nacionales; e) la incipiente búsqueda por
explorar mejor la prensa regional y su vinculación con la prensa de Lima y la historia
nacional; f) la revalorización de la prensa de
fines del siglo XVIII como evidencia
importante de la cultura ilustrada de la elite
criolla peruana; g) el nuevo foco de atención en
los años de 1808-1814 como una etapa central
para comprender la politización de la
población y el surgimiento de una inédita
cultura política que configuraría la esfera del
poder y el debate ideológico en todo ciclo de la
independencia; y, h) la sugerente tendencia de
indagar la historia del lenguaje y el vocabulario político en coyunturas de cambios y
transformaciones revolucionarias.
A pesar de estos aportes de la historiografía de
la prensa no se debe olvidar que queda aún por
desarrollar a profundidad esta multiplicidad
de temáticas y problemas de investigación. Por
ejemplo, no existe aún en el Perú un estudio
parecido al realizado por Eugenia Molina
sobre el poder de la opinión pública y la
cultura política en el Río de la Plata en el
48
período de 1800-1852, menos todavía un
sistemático trabajo como el de Pilar González
Bernaldo, referente a las sociabilidades y la
política en Buenos Aires en la primera mitad
49
del siglo XIX. La mayor parte de las investigaciones de la historiografía peruana de la prensa
está compuesta por artículos y estudios focalizados antes que por estudios amplios y libros
orgánicos.
Culturales, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2009b, pp. 1218-1227; Marcel Velázquez,
“Notas sobre los usos y sentidos de nación en la ciudad
de Lima (1780-1846)”, en Marcel Velázquez (comp.),
La república de papel. Política e imaginación social en la prensa
peruana del siglo XIX, Lima, Fondo Editorial de la
Universidad de Ciencias y Humanidades, 2009, pp.
123-163; y, Francisco Núñez, “El concepto de
vecino/ciudadano en Perú (1750-1850)”, en Araucaria, núm. 17, 2007, pp. 235-253.
48
Eugenia Molina, El poder de la opinión pública…, ob.
cit.
49
Pilar González Bernaldo, Civilidad y política…, ob.cit.
UNSAAC - Riqch´ariy
Daniel Morán
Cómo epílogo de esta exposición debo señalar
algunas líneas de indagación que vengo
realizando desde el 2004 circunscrito al
análisis de la prensa y los impresos políticos
durante el proceso de independencia. He
desarrollado una aproximación a la difusión,
circulación y lectura de la prensa de Lima en la
coyuntura de las Cortes de Cádiz a partir de un
examen sistemático de los propios periódicos,
sermones, impresos y manuscritos de esos
50
años. También hemos advertido en una serie
de estudios la existencia de un discurso contrarrevolucionario impregnando de un fuerte
contenido religioso y la propuesta de una
educación popular, cómo parte de la política
de las autoridades coloniales con el objetivo de
evitar movimientos revolucionarios y
legitimar su propia autoridad política en
momentos de crisis.51 Igualmente, acabamos
de publicar una investigación sobre los usos y
significados del concepto político de
pueblo/pueblos en el Perú entre 1808-1814
relacionándola también al espacio latinoame52
ricano. Precisamente, este último trabajo se
inserta en nuestra propuesta más amplia de
indagar en forma conjunta la revolución, la
guerra de propaganda y el vocabulario político
50
Daniel Morán, “Prensa, difusión y lectura en Lima
durante las Cortes de Cádiz, 1810-1814”, en Revista del
Archivo General de la Nación, núm. 27, 2009a, pp. 165189.
51
Daniel Morán, “Entre temores e intereses contrapuestos. El discurso contrarrevolucionario en la
prensa limeña: En defensa del rey, la religión y la patria
(1810-1814)”, en Illapa, núm. 2, 2008, pp. 71-100;
Daniel Morán, “'Sin religión no puede existir Estado
alguno.' El fenómeno religioso y la ideología providencialista en el Perú durante las guerras de independencia, 1810-1825”, en CSOnline. Revista Electrónica de
Ciencias Sociales, núm. 11 (4), 2010c; Daniel Morán,
“Educando al pueblo: Clases populares, cultura
política y hegemonía social durante la independencia
en el Perú, 1808-1814”, en Illapa, núm. 5, pp. 27-44;
Daniel Morán, “¿Educando a los súbditos?
Modernidad y tradición en una época revolucionaria.
El Investigador [del Perú] (1813-1814)”, en Revista
Historia Crítica, núm. 41, 2010b, pp. 110-133; y, Daniel
Morán, “Educando al ciudadano: El poder de la
prensa y la propuesta de educación popular en Lima y
el Río de la Plata en una coyuntura revolucionaria
(1808-1816)”, en Revista Historia Caribe, núm. 17,
2010a.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
presente en la prensa de Lima, Buenos Aires y
Santiago de Chile en todo el ciclo revolucionario de las guerras de independencia en
53
América del Sur.
Esta perspectiva de escala continental si bien
fue señalada por Francois-Xavier Guerra no ha
54
merecido un análisis meditado. Únicamente
contamos con el libro de Joao Paulo Pimenta
sobre la prensa de Buenos Aires, Montevideo y
55
Río de Janeiro. Entonces, una temática que la
historiografía de la prensa en América Latina
convendría que abordara en adelante debería
ser lo que Guerra denominó como guerra de
propaganda en donde: “el debate es constante,
pero a una escala geográfica diferente. Las
capitales insurgentes polemizan con las
capitales realistas: Buenos Aires y Santiago de
Chile con Lima; Bogotá y Caracas también con
Lima y con México; y todas con Cádiz, y
56
recíprocamente.” Por ahora consideró que
este tipo de investigaciones podrían ayudar a
mejorar la comprensión de la cultura política
de las sociedades latinoamericanas y de los
intereses particulares que los diversos actores
sociales sostuvieron en plena coyuntura
revolucionaria.
52
Daniel Morán, “'La causa de los rebeldes no es la causa
de la América.' El concepto político de pueblo/pueblos
durante las guerras de independencia. Perú, 18081814”, en Tiempos Modernos. Revista electrónica de
Historia Moderna, núm. 21, 2010d, pp. 1-29.
Igualmente, se encuentra en prensa nuestro libro
Prensa y revolución. La cultura política durante las guerras
de independencia en América del Sur, Lima, 2011; y otro
en coautoría con María Isabel Aguirre: La educación
popular en los tiempos de la independencia, Lima, 2011.
53
Recientemente hemos empezado el proyecto de
tesis doctoral financiado por una beca de posgrado
del CONICET, con el título: “La revolución y la
guerra de propaganda en América del Sur. El poder
de la prensa en Lima, Buenos Aires y Santiago de
Chile (1810-1818).” Un agradecimiento especial a
mi director Fabio Wasserman por sus acertados
comentarios y sugerencias.
54
Francois-Xavier Guerra, “Voces del pueblo…”,
ob. cit.
55
João Paulo Pimenta, Estado e Nação no fim dos
impérios ibéricos no prata (1808-1828), San Pablo,
Editora Hucitec, Fapesp, 2002.
56
Francois-Xavier Guerra, “Voces del pueblo…”,
ob. cit., pp. 382-383.
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UNSAAC - Riqch´ariy
Diversas formas de
conocer el pasado
Virgen Asunta “bailando” en hombros de la danza Wayllascha. Chinchaypucyo, agosto de 2011.
Página anterior: Congreso de pueblos indígenas en Puno, 2009.
Foto: Lucha Indígena.
Cuando los dioses cambian
Las transformaciones histórico-culturales coloniales
según la historia oral de Chinchaypucyo
Roberto Ojeda Escalante*
Resumen
En este artículo relatamos cómo en el distrito
de Chinchaypucyo, varios hechos históricos se
cuentan con interacciones entre los seres
sagrados y los humanos. Según la memoria
oral, cada cambio de época implica el cambio
del ordenamiento de las divinidades, como si
lo que pasa en el mundo de los humanos
repercutiese en el mundo de los dioses. Esto lo
apreciamos claramente en la forma en que se
introdujeron los cultos cristianos y se reorganizaron los antiguos.
A través de estos relatos propongo que lo que
hasta ahora consideramos leyendas, en
realidad son ricas fuentes etnohistóricas que
podemos descifrar para entender mejor el
pasado y la cosmovisión de nuestros pueblos.
willanku ima hina sapa watan watan hunt'akuqtin, tiqrakunan Dioskuna hina yapamanta
ordenakuranku, ichaqa llipin ruwakun
kausaqtin chaynapas tiyananpipas ruwakun.
Chayta rikuyku iman hina cristianokunaq
cultunta haykuchiranku ñawpa cultukunata
tiqrarichispa, taqruranku.
Kay willakunapi nini, kunakama pacha ninku
leyendakuna nispa, allinpiqa kakunku sumaq
pukyukuna ñawpaq llatakunaq kausaymanta,
chayta allinta reqsispa aswanta rqsisunchis
ñawpa runakunaq kausayninta ichapas hatun
yachayninkunatapas umallichisunchis.
Palabras clave
Apus, divinidad, historia oral, mitos y
leyendas, sueños.
“
Pisillapi Rimasupaq
Kay qellqapi willamuyku iman Chinchaypuqyullaqtapi willanku ima hina kausaranku
runakuna diosninkunawan. Simillapi
****
N
osotros como católicos, no olvidamos
nuestras costumbres y siempre
pedimos el bien de los apus. También la
Madre Tierra y el cielo existen y están vivos”
Juan Pallardel Chayña (Anansaya)
* Estudió historia en la UNSAAC. Ha publicado los libros “Historia de los inkas” (1999), “A la izqierda de la
historia“ (historieta 2008) y en coautoría con Claudia Palomino Valdivia, “Chinchaypucyo: testimonios de su
cultura” (2012).
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
103
Cambian los dioses
Introducción
Este trabajo ha sido realizado gracias a la
Municipalidad Distrital de Chinchaypujio,
gestión 2011-2014, que aprobó un proyecto que
presentamos con Claudia Palomino Valdivia.
Entre las varias actividades culturales que
asumimos, incluimos la recopilación y
difusión de la memoria oral del distrito, trabajo
que nos llevó a elaborar el libro “Chinchaypucyo, testimonios de su cultura” (Municipalidad de Chinchaypujio – Centro Bartolomé de
Las Casas, 2012).
Este y otros trabajos que seguimos realizando,
se caracterizan por la interacción con los
pobladores, así como ellos nos brindan
información, nosotros se las devolvemos, en
periódicos murales, boletines y el libro, porque
consideramos fundamental la reciprocidad,
que los pobladores vean que valoramos la
información que dieron, que sí se está
difundiendo. Y así, vimos también que eso
fortalece su orgullo e identidad, proporcionándonos sus saberes con más cariño. Así
llegamos a enterarnos de la forma en que ellos
se siguen comunicando con los seres sagrados,
lo que motivó el presente texto.
Hoy en día es bastante conocido que las
personas se comunican con las divinidades a
través de rezos y rituales, sean los ritos
cristianos o los “haywarikuy” (alcanzos) a la
Pachamama y los apus. Y la forma en que estos
seres corresponden esa comunicación generalmente es proporcionando bienestar a sus
fieles, pero también se comunican directamente con personas “importantes” dentro de
la comunidad, no solo a quienes dirigen el
culto, sino a personas que cada divinidad
escoge comunicársele. Comunicación que
mayormente se realiza a través de sueños.
La mayoría de los relatos que mencionan estos
mensajes “divinos” se refieren a hechos
antiguos, y que casi siempre implican un
cambio histórico en relación a la religiosidad,
aunque éstos se producen en contextos que
1
El Distrito de Chinchaypucyo pertenece a la
provincia de Anta, en la región del Cusco. Su
superficie es de 390.58 Km2, con una topografía
accidentada, entre los 2200 y los 4200 msnm. Tiene
una población de 4,208 habitantes, distribuidos en 9
104
trascienden lo religioso, siendo más bien
cambios culturales, transformaciones del
sistema de creencias y cosmovisión. Como de
hecho lo fue la implantación del catolicismo,
estrechamente vinculado a la implantación del
sistema de haciendas.
“…a pesar de que la antropología tiene la
tendencia a incorporar la religión como un
aspecto de la cultura. Creo poder demostrar que
una es sustento de la otra, y hasta llegan a ser
sinónimos…” (Velaochaga 2007: 254)
Es interesante que cada “cambio de época”,
cada transformación social, presenta una
modificación de los cultos existentes. Algo
común en la mitología andina desde tiempos
remotos (los inkas imponían nuevas wak'as y
más antes, Tutaykiri y Coniraya anduvieron
“voltando el mundo” por los valles de Lima,
como ejemplo). Lo que voy a profundizar en
adelante es la permanencia de este tipo de
relatos a lo largo de la historia y cómo hoy en
día, se convierten en una importante fuente
etnohistórica. Una fuente que proporciona
información sobre la forma en que los hechos
quedan en la memoria histórica, además de
proporcionarnos varios elementos simbólicos.
Resaltaré el cambio de nombre del apu
K'añaqo y el advenimiento de Santos y
Vírgenes, en una lectura de “larga duración”
para reconstruir la forma en que la memoria
histórica de Chinchaypucyo recuerda los
cambios producidos después de la invasión
occidental.
“…el mito cuenta cómo, gracias a las hazañas de
los seres sobrenaturales, una realidad ha venido a
la existencia, sea ésta una realidad total, el
cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una
especie vegetal, un comportamiento humano,
una institución. Es, pues, siempre el relato de
una “creación”: se narra cómo algo ha sido
producido, ha comenzado a ser”. (Eliade 1999:
14)
En Chinchaypucyo1 -como en otros tantos
lugares del Ande- no existen recopilaciones
antiguas de estos relatos, por lo que nos vemos
comunidades y 32 anexos. El 81.3% es población
rural y el 18.7% habita en la capital distrital, que es el
pueblo de Chinchaypujio, ubicado a 3 horas de la
ciudad del Cusco. En este artículo nos centramos en
el curso alto y medio del Ch'eqemayo y sus afluentes.
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
forzados a compararlos con fuentes antiguas
como el “Manuscrito de Huarochirí” (Ávila
1609). En ese libro hallamos relatos en que los
dioses antiguos se comunican con las
personas, 400 años después, Alejandro Ortiz
encontró una asombrosa supervivencia de los
relatos del “Manuscrito” en los pueblos de
Huarochirí (Ortiz 1980), lo que nos permite
deducir que los relatos que actualmente
existen en Chinchaypucyo provienen de
tiempos remotos, sólo que no tuvieron un
extirpador2 que los recopilara siglos atrás.
Una fuente importante para acercarnos
al pasado es la historia oral, la forma en
que cada pueblo cuenta su historia. Las
demás fuentes permiten corroborarla,
ampliarla, contrastarla y entenderla.
Pero además, las leyendas nos dan
información sobre aspectos simbólicos,
que a su vez pueden corroborar,
ampliar y entender datos proporcionados por fuentes arqueológicas o
documentales.
Debo agradecer a mi yanantin Claudia
Palomino, con quien realizamos el
trabajo y la investigación en Chinchaypucyo; al Gerente Municipal Yuri
Mendoza y otros funcionarios de la
municipalidad, por apoyar nuestro
proyecto y dar un ejemplo a otros
municipios de lo que se puede hacer en
el campo de la cultura; a los
compañeros de Chinchaypucyo que
investigan junto a nosotros: Alfredo
Chacón Huaycochea, Amílcar
Huallpayunca y Miguel Sánchez
Ramos, quien además es un joven
comunero que viene realizando sus
propias investigaciones. Finalmente,
agradecer a los pobladores y divinidades de Chinchaypucyo que nos han
brindado su confianza y cariño.
Mapa de la provincia de Anta
Mapa del distrito de Chinchaypucyo indicando sus
comunidades y algunos lugares mencionados en el
artículo.
2
“Extirpador de idolatrías” fue el nombre que
tomaron los sacerdotes que se encargaron de
perseguir los cultos andinos, en campañas planificadas para reemplazar las religiones antiguas por el
catolicismo. La primera de estas campañas fue
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
El nombre del distrito actualmente se
escribe Chinchaypujio legalmente,
pero la población sigue escribiendo
Chinchaypucyo. Yo continuaré haciéndolo de la misma manera, por respeto a
la población y porque creo que para un
cambio de escritura del nombre, falta la
aprobación de algún ser sagrado.
iniciada por Francisco de Ávila, quien no logró
dirigirla pero mandó recopilar gran cantidad de
relatos de “idolatrías”, que permiten conocer la
religiosidad y mitología prehispánica, exactamente
lo contrario de lo que pretendía Ávila.
105
Cambian los dioses
3
1 Cambios y permanencias de los apus
después de la conquista: los hermanos
Wamant'ika
El canto del gallo
“Esta roca hace mucho tiempo era llevada por los
inkas para la construcción del puente Huallpachaca, dicen el inka lo arreaba con su qorilaso,
pero cantó el gallo y la piedra se quedó parada
allí”. (Zenón Mescco Huamputupa, 64 años,
comunidad Anansaya. En Ojeda y Palomino
2012: 112)
Este mito es bastante común en Chinchaypucyo. En lugares con enormes formaciones
rocosas se cuentan leyendas parecidas, en este
caso se refiere al lugar llamado Qowiyoq,
específicamente a la piedra denominada
Llullawarkuna. Algo curioso es que no se
mencione el significado de su nombre (donde
se ahorca al mentiroso), sino que se resalte la
explicación histórica. Como explica Andrés
Chirinos (Chirinos 1998), los inkas aparecen
como domadores de piedras, a las que arrean
como animales por distancias enormes, hasta
que se acabó su tiempo, con la llegada de los
españoles simbolizada por el canto del gallo.
Un relato más extenso es el de Wachurumiyoq:
“Estas piedras fueron traídos para hacer puente
de calicanto en K'utuqtay, desde Sacsayhuaman-Cusco en dos grupos. Con el fin de hacer
trueque con la región Chanka. Uno actualmente
está cerca a ese lugar donde iban a hacer puente
en el lugar denominado Sauce Pampa en
Huamancharpa. Dejando en ese lugar,
regresaron a traer otras piedras, lo trajeron con
azotes de oro hasta Wachurumiyoq, hoy en día
queda en la comunidad Paucarccoto, donde los
inkas han podido descansar para seguir arreando
a las piedras. Ahí nomás el gallo cantó, entonces
los inkas han dejado un cuidante, esa persona se
encantó y se convirtió en forma de león, que se
nota en el medio de las piedras”. (Sebastián
Astete Gamarra, 69 años, anexo Pampahuasi.
Ojeda y Palomino 2012: 111)
3
Apus son seres sagrados de la naturaleza que
protegen a las personas, a los cultivos y a los animales,
desde tiempos ancestrales. Generalmente son cerros,
pero también pueden ser otros elementos geográficos e incluso lugares arqueológicos.
4
La época inka en la historia oral no se refiere exclusi106
Estas leyendas están describiendo todo un
4
tiempo histórico: la época inka , época de
control y “domesticación” de las piedras, pues
éstas son consideradas seres, no cosas. Por eso
se dice que las arreaban como si fueran
ganado. El hecho que en todos los casos fueran
llevadas para construir un puente es otro
simbolismo que merece su propio análisis. El
puente (chaka) representa la unión y de alguna
manera está ligado al elemento “chakana” que
ha merecido varias interpretaciones relacionadas a la cosmovisión andina (la chakana es
una constelación con forma de cruz o ligada a
esta figura, que representa la unión, el cruce).
Los mitos contienen muchos elementos que los
convierten en fuentes múltiples de conocimiento de una sociedad.
Varias crónicas recogieron leyendas sobre las
piedras “cansadas”, que se detuvieron por que
no querían seguir siendo arrastradas y se
volvieron wak'as (adoratorios) locales, la
historia del canto del gallo proviene de esta
idea pero además explica que esa época acabó
con la invasión española y por eso, las obras
5
inkas quedaron truncas. Lo curioso es que
estas leyendas se ubican en lugares que no
presentan restos arqueológicos (por lo menos
no cercanos o visibles), sino en formaciones
naturales, pero que sí son apus o se relacionan
con éstos. Queda claro que nos están hablando
de lugares sagrados antes que históricos, pero
relacionando ambos espacios. Esto se hace más
notorio en el lugar denominado Rumiqatina,
que describe unas rocas cercanas al apu Santos
Wamant'ika, de las que se cuenta que fueron
traídas desde Limatambo por el inka para
construir el puente de Sumaro, y en el camino
se quedaron a descansar cerca del abra. De ese
apu nos referiremos en seguida.
El apu K'añaqo se cambia el nombre
En la comunidad de Parccotica existe un apu
llamado Santos Wamant'ika y conocido
vamente al periodo inka de la arqueología, sino a un
tiempo más largo, más antiguo.
5
Los pobladores de Paucarccoto utilizan la palabra
león en vez de puma, otro indicio que esto sucedió en
tiempos españoles, que llamaban leones a los pumas.
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
también como K'añaqo. Es quizás el cerro más
alto del valle y venerado por cuatro comunidades. Algunos lo consideran el apu principal de
Chinchaypucyo.
Dicen que cuando llegaron los españoles, los
hermanos Santos y Mariano Wamant'ika
pasteaban a los animales del sol, los venados y las
vicuñas, cerca de las ruinas de Qollmay.6 Ellos
cogieron sus hondas, Santos corrió al cerro
K'añaqo, Mariano fue al frente. Los hermanos
estaban siendo disparados por los españoles,
Santos subió a un cerro y gritó: “Noqa qanta
Mariano qawamusayki kaymanta qantaq chay
chimpamanta kuska uywanchiskunata
qawananchipaq.”, que quiere decir “Yo a ti
Mariano te estoy viendo de aquí y tú de allí del
frente me ves, juntos para vigilar a nuestros
animalitos.” Los dos murieron y por eso a esos
dos cerros se les dio sus nombres. (Relatado por
alumnos de Chinchaypucyo.7 Ojeda y Palomino
2012: 38)
Desde entonces “cuando el altomisayoc hacía
llamar a los apus, el apu le decía “yo no soy
K'añaqo, yo me llamo Santos Wamant'ika.”
(José Chávez, 73 años, anexo Paro)
La leyenda de los hermanos Wamant'ika se
refiere al tiempo de la conquista, los dos
personajes aparecen con nombres castellanos,
lo que insinúa que ya habían sido bautizados.
Lo curioso es que aparecen como guardianes
del “ganado del sol” y resultan claramente
identificables con apus al punto de convertirse
en ellos mismos, ambos datos indican su
condición de sacerdotes andinos. Entonces,
¿de qué momento histórico nos están
hablando?
Después de la conquista, los españoles se
repartieron algunas tierras en el valle, pero no
llegaron a instalarse definitivamente hasta por
lo menos la década de 1560, según datos
estudiados por Donato Amado (Amado 1998).
Recién en la década de 1570, con las
reducciones ordenadas por el virrey Toledo, el
“visitador” Estrada fundó los pueblos San
Antón de Chinchaypuquio, Visitación de
Nuestra Señora de Zumaro y la Encarnación
de Pantipata (Jiménez 1897).
6
Principal centro ceremonial inka ubicado en la
comunidad de Sumaro.
7
Katherin M. Rodríguez Segovia, 3º de secundaria
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Si tomamos en cuenta que -al igual que el
Sapan Inka- el kuraqa era a la vez líder político
y religioso, es muy probable que se tratase de
kuraqas. La dualidad es otro dato interesante,
pues los kuraqas siempre eran dos, para las
dos parcialidades o sayas: hanansaya y
urinsaya. En Chinchaypucyo dos comunidades llevan estas palabras en sus nombres.
Sin embargo, al fundarse los pueblos de
Zumaro y Chinchaypuquio sus caciques
fueron los hermanos Capquin y ese apellido
nombra a caciques durante todo el siglo XVII.
No hay documentos que mencionen el
apellido Huamantica, pero sí una leyenda
recopilada en Huarocondo y que relataremos
más adelante. La similitud de ambas historias
nos habla de unos kuraqas Wamant'ikas en un
espacio más amplio que Chinchaypucyo.
En el distrito de Zurite –también en la
provincia de Anta- existe otra leyenda sobre
los cerros (apus) San Cristóbal y Santos, que los
presenta como personajes de tiempos prehispánicos (Cristóbal Sonqo se enamoró de la hija
del inka Qoriñawi y fue enfrentado por
Santos). Vemos la similitud de nombres
cristianos para designar a los personajes
prehispánicos, incluso se repite el nombre
Santos como un personaje claramente identificado con los inkas. (Estudiante Yeni Sihua
Quispe, en Municipalidad de Anta 2009: 6)
La leyenda del K'añaqo nos estaría contando la
historia del cambio que significó la dominación española antes de que ésta se formalizara
en el valle. Los Wamant'ika aparecen derrotados, pero su recuerdo es tan grande que
permanecen convertidos en apus. Las
leyendas andinas antiguas muestran estas
transformaciones con frecuencia, personajes
históricos importantes terminan convirtiéndose en varios apus de los andes, Wallallo
Karwincho y Pariaqaqa serían un ejemplo en el
valle del Mantaro, así como Sawasiray y
Pitusiray en el Vilcanota. En realidad parece
tratarse más de una fusión, los héroes que se
“divinizan” se vuelven uno solo con su deidad
anterior, con su apu. Eso simbolizaría el
del colegio de Chinchaypujio; Oscar Yulder Astete
Tupa y Rober Juan Sacsahuillca, 1º de secundaria de la
I.E. Paucarccoto.
107
Cambian los dioses
cambio de nombre anunciado por el apu
K'añaqo.
Lo que sí está claro es que esta leyenda habla
del culto antiguo y su permanencia a pesar de
la nueva religión, describiéndonos el conflictivo siglo XVI. Al imponerse un nuevo orden,
el culto antiguo se reorganiza, los apus
“renacen” con nuevos nombres, recordándonos que pasaron a ser un culto fuera de lo
formal, marginal, pero resistente, tan
resistente que llegó hasta nuestros días.
Mariano Wamant'ika, el apu viajero
El otro hermano de la leyenda tiene una
presencia más compleja. Los de Parccotica
ubican al apu Mariano Wamant'ika en el cerro
también llamado Sunchuqaqa, ubicado al otro
lado del río y bajo el anexo Sunchumarca de la
misma comunidad. Sin embargo, en la
comunidad Anansaya dicen que su apu
principal se llama Mariano Wamant'ika, “que
es la lomita más alta”, también llamada
Qanqaro.8
Anansaya se llamaba antiguamente
Wak'awaylla y con la adjudicación posterior a
la reforma agraria se hizo reconocer como
Comunidad Campesina Anansaya (1973),
probablemente para garantizar los terrenos de
casi todo el sector conocido como Anansaya.
Actualmente la mayoría de comuneros de
Anansaya pertenece a iglesias cristianas
evangélicas o la israelita, por lo que el recuerdo
de sus apus se ha reducido, a diferencia de lo
que sucede en Parccotica. Podría tratarse de un
emparentamiento de los apus principales de
los sectores hanan y urin del curso alto del
valle de Chinchaypucyo.
Efraín Cáceres recogió una leyenda del mismo
personaje en el distrito de Huarocondo,
también ubicado en la provincia de Anta.
“Existía un Inka en Huarocondo, ha podido ser
el último inka, llamado Mariano Huamantica. Y
llegando a saber de su existencia el cuartel del
Cusco ha ido a Huarocondo a cogerlo al Inka.”
(Cáceres 1986: 109)
“Antiguamente había un Inka Huamantica, que
vivía aquí en Huarocondo. El Inka era muy
poderoso (“munayniyoc”), hasta el señor cura lo
respetaba. Solo cuando él ya entraba a la iglesia,
recién el cura comenzaba la misa. Este inka tenía
una mula que solo comía choclos de oro y plata y
caminaba montado en este mulita.
Los gendarmes vinieron hartos, y el Inka los vio
que venían por la pampa y montó en su mulita y
escapó por la ladera de Aymaraes, como quien va
a Huayllacocha. Y cuando los gendarmes ya
estaban por agarrarlo al Inka, este entró a la
laguna de Pichuisu y no salió más (…) Cada vez
que llega la nube a ese sitio (…) siempre llueve en
Huarocondo.” (Cáceres 1986: 107)
La leyenda es recogida en dos versiones que se
complementan, Mariano Wamant'ika aparece
como el último inka de Huarocondo, que es
perseguido por los soldados (el cuartel) del
Cusco. El inka convive con el cura, que está en
menor jerarquía (hace misa sólo cuando entra
el inka), podría tratarse de un cacique en los
tiempos que la iglesia todavía no tenía tanto
control de los pueblos, cosa que se dio mucho
después, como veremos adelante.
El inka tiene una mula, animal traído por los
conquistadores. En los años de la invasión
española, se decía que los caballos comían
metales, por los fierros que les ponían en el
hocico y porque algunos españoles decían esto
para que les regalen objetos preciosos.
Finalmente el inka entra a una laguna, un
espacio sagrado para el pueblo de
Huarocondo, un apu o una wak'a.
Sin embargo, parece que la huida de este
kuraqa fue más larga, volteando la cordillera
hasta Parccotica y Anansaya, y quizás más allá.
En las alturas de la comunidad de Paucarccoto
existe el apu Sombreruyoc, venerado también
por la comunidad de Huancancalla, el nombre
se debe a que posee una roca que parece un
sombrerito y le dicen que es un apu elegante.
Pues bien, algunas pocas personas antiguas de
Paucarccoto dicen que se llama Mario
Huamán Wamant'ika y que cuando hacían el
alcanzo, el apu les dijo que éste era su nuevo
nombre, de forma similar a la del K'añaqo.
Termina emparentado con los “hermanos” e
incluso, podría tratarse de una variación del
8
Testimonio de personas mayores de Anansaya como Zenón Mescco y el hampeqruna (curandero) Benedicto
Aranívar, año 2012
108
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
El Apu K'añaqo y Santos Wamant'ika convertido en piedra en su cima.
nombre Mariano Wamant'ika, quizás se
trataba de una divinidad con varios adoratorios. Es posible que Mariano fuera adorado en
un espacio más amplio que su hermano, pero
como Santos es el apu local, resalta más en la
leyenda de Chinchaypucyo.
El tiempo de los dioses montaña
En el Manuscrito de Huarochirí las leyendas
de Pariaqaqa se combinan e interactúan con la
organización espacial del territorio, organización atribuida a los hijos y otros “parientes” de
Pariaqaqa (Arroyo 2006: 50). Este apu es un
nevado que aparece con atributos humanos en
las leyendas, aunque muchas de sus hazañas
son realizadas por sus hijos, que a su vez son
wakas de cada uno de los pueblos de
Huarochirí y Yauyos, siendo el apu principal el
“padre” Pariaqaqa. Otro tanto puede verse en
la mitología de Libiac Cancharco en Cajatambo
y otros “llacuaces” (Robles).
La leyenda de los Wamant'ika también parece
reflejar la organización espacial de Chinchaypucyo. En Parccotica y Chinchaypucyo el apu
hoy es llamado Santos Wamant'ika, pero en las
comunidades de Sumaro, Ocra y Anansaya le
siguen diciendo K'añaqo. Ubicando geográfiCuadernos de Investigación Universitaria 01
camente las comunidades el nombre nuevo se
ubica en el norte (Parccotica) y sur (Chinchaypucyo), mientras el nombre antiguo en el Oeste
(Sumaro) y este (Ocra-Anansaya). Otra vez
aparecen los números dos y cuatro, comunes
en las divisiones espaciales del mundo andino.
Los ayllus de Urinsaya corresponden al culto
de Santos Wamant'ika, los de hanansaya al de
Mariano Wamant'ika. El relato de los
hermanos Wamant'ika pudo ser una forma de
recordar la antigua organización territorial de
la zona, alterada por las reducciones toledanas. Hoy quedan restos de las poblaciones
inkas anteriores al tiempo de las rerducciones.
Cerca al pueblo de Parccotica, en el lugar
llamado Sit'o existen los restos del antiguo
pueblo inka, conocido también como Pauqarpampa. Cerca al anexo Paro existen restos de
construcciones conocidos como K'umur,
descendiendo al río Ch'eqemayo está una
enorme cueva llamada Pumawasi, porque un
tiempo atrás servía de refugio a pumas que
solían atacar el ganado de la hacienda. En las
paredes de la cueva existen pinturas rupestres.
Las pinturas son casi únicas en todo el valle, no
han sido cabalmente estudiadas y podrían
completar el conocimiento histórico del lugar.
Hosting da a entender que se ubican en la
época inka (Hosting 2008).
109
Cambian los dioses
Entre el “territorio” del K'añaqo (es decir el
espacio de su dominio sagrado), y el “territorio” del Wamansinchi (apu tutelar del pueblo
de Chinchaypucyo y que algunos mayores
también llaman “Wamant´ika”), se ubica el
centro arqueológico de Qollmay, en terrenos
que pertenecen a la comunidad de Sumaro.
Según las investigaciones fue un importante
centro administrativo y religioso inka, con
construcciones unidas a la base de enormes
rocas, donde habían tumbas importantes
(Dueñas). En la colonia fue abandonado y
perteneció a una hacienda, en el siglo XX Max
Uhle hizo excavaciones en el lugar, hallando
momias y diversos objetos. Está declarado
como patrimonio nacional por la Dirección
Regional de Cultura, aunque se encuentra
abandonado. La leyenda de los Wamant'ika
los presenta interactuando con este lugar,
indicándonos una vez más su identificación
con los inkas. Pero Qollmay, a diferencia de
otros lugares, no es considerado apu. Quizás
porque aquí la represión religiosa fue más
fuerte.
2 El establecimiento de las divinidades9
cristianas durante la colonia: La llegada de la
virgen
El cacique y la cruz
“Así es que vino un gran jefe cuyo nombre fue
Gregorio Kapkin. Dice que Gregorio Kapkin
reunió a todos los indios dispersos”. (Chirinos
1998)
La historia oral de Sumaro dice que el
fundador del pueblo fue el cacique, no el
“visitador”, que como ya vimos, ordenó la
fundación del pueblo de Sumaro en la década
de 1570. Podemos leer en esto la importancia
que tiene el cacique como autoridad local en la
legitimidad de las reducciones, demostrando
una especie de alianza que los nuevos caciques
(los Capquín) entablan con las autoridades
para participar en la reorganización de sus
ayllus, la descripción de lo que significaba una
“reducción” es exacta: “reunir a los indios
dispersos.”
9
Utilizo el término divinidad que indica un ser
sagrado, que incluye tanto a dioses locales,
110
Los caciques también legitiman su poder
estrechando vínculos con las nuevas autoridades, accediendo a vender algunas de sus
tierras. Sobre el cerro Wamansinchi existía una
pequeña qocha (lagunilla) que brota de un
manante, por eso el cerro también es llamado
Orqoqocha y llamaron Cocha a la hacienda que
allí fundó Alonso Vera Figueroa. El español
Domingo Ross compró tierras para instalar un
Molino junto al pueblo de Chinchaypucyo,
donde surgió la hacienda llamada Molino.
Estos hacendados pusieron sus viviendas en el
pueblo de Chinchaypucyo, perteneciente a los
ayllus gobernados por el cacique Jerónimo
Capquín. Esa convivencia fortaleció la
dualidad de sociedades, reflejada también en
la dualidad de cultos. Como varios estudios
han demostrado, los caciques servían de
“puente” entre ambos “mundos”.
Los españoles se fueron apropiando de las
mejores tierras y aparecieron las haciendas, en
un largo proceso que duró desde fines del siglo
XVI hasta todo el XVII y mediante las sucesivas
“composiciones de tierras” (Amado 1998).
Estas consistían en procesos legales que legitimaban las adquisiciones de los hacendados ya
fuesen compras o usurpaciones, al comienzo
se dividió el territorio entre ayllus y haciendas,
pero poco a poco estas últimas fueron
extendiéndose, impulsando a los indígenas a
trabajar en aquéllas, incluso trayendo trabajadores de otros lados. Los ayllus perdieron
buena cantidad de tierras pero mantuvieron
siempre parte de su territorio.
Este proceso fue acompañado por una lenta y
paulatina sustitución de divinidades y cultos,
lo que implicó una transformación cultural
muy fuerte. Ya vimos cómo se reorganizó el
culto andino, expresado en la historia de los
Wamant'ika. Ahora veamos cómo se implantó
el catolicismo y qué historias lo recuerdan.
En Sumaro existe la leyenda de que en la zona
llamada Manqoki existían dos piedras
enormes que solían moverse, las dos piedras
eran hermanos y les llamaban Sumaq Rumi
(piedra linda) (Hildebrando Cruz Gallegos,
100 años, Sumaro). Algunos dicen que de allí
deriva el nombre de Sumaro. Lo interesante es
intermediadores divinos (santos, ángeles) y dioses
mayores (Pachamama, Dios).
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
que la cruz de piedra que todavía puede verse
en la plaza de Sumaro (un hermoso tallado en
una sola piedra) también es considerada
oriunda de Manqoki, es decir que la trajeron
del mismo lugar de las Sumaq Rumi, ¿habría
sido elaborada con esas mismas piedras y por
eso ya no hay rastro de ellas? No sería nada
raro que para legitimar el nuevo orden, los
sacerdotes cristianos confeccionaran la
principal representación de su Dios con el
material de los antiguos dioses locales, como lo
hicieron en muchas partes.
Para la sustitución de los viejos dioses era
necesario destrozar las wak'as, para
mostrarlas vencidas. “Porque la comunidad tiene
en poco la guaca que una vez fue vencida, que
llaman ellos atisca”. (Albornoz 1988) Parece que
los ayllus aceptaron al dios de los vencedores
porque había demostrado su poder al vencer a
las wak'as, pero lo aceptaron en un sentido
politeísta, por eso cada pueblo tuvo su propio
santo patrón, y estas nuevas divinidades se
comportaron de modo similar a las anteriores,
como veremos en seguida.
El Obispo y la Virgen Inmaculada
Cuentan que el Obispo Manuel Mollinedo y
Angulo10 mandó esculpir imágenes de la Virgen
Inmaculada y las hizo juntar en la zona de
Chequereq en la altura de Urubamba, de ahí
partieron a diferentes lugares hasta donde
resistían cargando, una se quedó en Anta y la
otra llegó a Chinchaypucyo, se dice que ambas
son hermanas. Cargando en una mula dentro de
un cajón, llegó a una de las haciendas de
Chinchaypucyo, posiblemente la hacienda de
Cocha. Años después fue trasladada al templo de
San Antonio Abad y fue puesta en un lugar
privilegiado, con el tiempo se convirtió en la más
importante en el santoral de Chinchaypucyo,
incluso tenía terrenos destinados a financiar a
los mayordomos encargados de su fiesta.
(Relatado por la familia Huallparimachi,
residentes de Anta; Paulino Carrasco Tonccochi, 71 años, Chinchayucyo; y Armando Chávez
Llamocca, 39 años, Chinchaypucyo)
Mollinedo fue obispo del Cusco entre 1673 y
10
Obispo de Cusco (1673-1699), recordado como
“mecenas del arte colonial”, se dedicó a consolidar el
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
1699. Según documentos estudiados por
Horacio Villanueva, en un memorial de 1678,
Mollinedo se queja de que la iglesia de
Chinchaypucyo se encontraba ruinosa pero el
corregidor de Abancay, don Alonso de
Espinoza, se negó a colaborar con la reparación. Recién en la visita pastoral de 1687 el
enviado del Obispo, Martín Irure, interviene
los pueblos de Zumaro y Chinchaypuquio.
(Villanueva 1959: 27), debió ser en esta oportunidad que envía la virgen del relato.
Encontramos una similitud con el mito inka de
las “piedras cansadas”, pues insinúa que las
imágenes fueron llevadas hasta donde ellas
“quisieran”, que sería el mismo lugar hasta
donde sus cargadores pudieran llevarlas.
Además se ubica en el tiempo posterior a las
“extirpaciones de idolatrías”, época en la que
abundan apariciones milagrosas de imágenes
que sustituyen a las wak'as perseguidas. Existe
bastante parecido con la historia del Señor
Exaltación de Mollepata y el Señor de Inquilpata que se quedaron en esos pueblos por
decisión propia y sólo su hermano llegó a
Cusco, convirtiéndose en el Señor de los
Temblores. (Mollepata también fue visitada
por Irure en 1686)
La sustitución de cultos no se logró por la
fuerza, los santos y vírgenes tuvieron que
realizar milagros que demostrasen su fuerza,
su poder, como antes hacían las wak'as. El
Señor de los Temblores paró un terremoto en
Cusco en 1650 y muchos otros hicieron obras
semejantes desde entonces. Existe la hipótesis
bastante aceptada de que los dioses antiguos se
transformaron en las nuevas deidades, se
camuflaron para no ser vencidos completamente, como la cruz de Sumaq Rumi. Sin
embargo, el caso de los Wamant'ika muestra
que los dioses antiguos se reorganizaron,
mientras los santos y vírgenes se sumaban al
panteón local. Deidades antiguas y nuevas
convivieron más que mezclarse, aunque sí
mezclaron algunos de sus atributos.
Los santos y vírgenes también son considerados “hermanos”, atribuyéndoles características particulares pese a ser imágenes que
representan al mismo santo. En el centro de
catolicismo en la región, completando un proceso
iniciado con las extirpaciones de idolatrías.
111
Cambian los dioses
Perú existen cuatro imágenes de Cristo
considerados hermanos: Señor de Huayllay en
Pasco, señor de Muruhuay en Acobamba,
señor de Huayllay en Lircay y Señor de
Maynay en Huanta (Arroyo 2006: 169). Esa es
una de las peculiaridades del catolicismo
andino, que se ha “politeizado”. Esto no
resulta nada raro, ya que la propia teología
católica habla de tres dioses en uno, así como
de la existencia de la “madre de Dios”. Nunca
ha sido tan monoteísta que digamos.
El tiempo de los jesuitas
En la tradición oral de Chinchaypucyo es
común la referencia a la presencia de los
jesuitas como verdaderos reorganizadores de
la sociedad colonial, incluso en la comunidad
de Pantipata se recuerda que ellos explotaron
las minas de Cotaña y Qorqoroe (Ojeda y
Palomino 2012: 25) y en otras menciones se
dice que “gobernaban los jesuitas”.
El crecimiento del cristianismo tuvo como
actor importante a los jesuitas, orden religiosa
fundada por Ignacio de Loyola en España en el
siglo XVI para contrarrestar a las iglesias
evangélicas surgidas con la reforma de Lucero
y Calvino. Una de sus formas de hacerlo fue
hallando más fieles en América. Para ellos los
indígenas eran los nuevos fieles a evangelizar,
contrarrestando el esclavismo que intentaban
implantar los encomenderos. Su política fue
atraer a los indígenas al cristianismo,
protegiéndolos de los abusos de encomenderos y corregidores. Los caciques vieron en
ellos un aliado para enfrentar los abusos que
los amenazaban.
Los jesuitas llegaron a controlar su propia
economía adquiriendo haciendas. En 1684 la
hacienda Cocha fue vendida al colegio de
caciques del Cusco “San Francisco de Borja”,
propiedad de los jesuitas. La contigua
hacienda Asaguana pasó a manos de una
cofradía jesuita en 1670 y en 1680 quedó en
poder del colegio de caciques. Los jesuitas
obtuvieron un gran terreno entre los pueblos
indios de Sumaro y Chinchaypucyo. (Amado
1998 y Dueñas)
El Obispo Mollinedo había sido educado en un
colegio jesuita y tenía bastante relación con
112
esta orden, al punto de llegar a una situación
complicada cuando el Seminario de San
Antonio Abad y el Cabildo Eclesiástico del
Cusco exigían la conversión de ese seminario
en una Universidad, debido a la oposición de
los jesuitas que a su vez dirigían la universidad
de San Ignacio de Loyola. Mollinedo no quiso
enfrentarse a los jesuitas pero debió ceder a las
exigencias del Seminario, por bula papal se
fundó la universidad de San Antonio en 1692,
pero recién entró en actividad cuatro años
después, aunque solo brindaba grados a
estudiantes de la universidad de San Ignacio.
El poder jesuita se había impuesto pese a todo.
(Villanueva 1959: 56)
Mollinedo también tiene contradicciones con
algunos corregidores, envía varias cartas al
Rey denunciando los abusos con los indios y
cuestionando al corregidor Balbín de Cusco.
En 1679 critica a los corregidores de no
colaborar con la evangelización y pide al
Consejo de Indias le autoricen reprimir los
abusos de estas autoridades con los indios
(Villanueva 1959: 38). Ahí vemos juntas las dos
ideas eje del accionar jesuita: evangelización y
defensa de los indígenas, en ese orden, pues la
“defensa” fue más bien una estrategia.
Mollinedo era parte de una gran campaña de la
iglesia, encabezada por los jesuitas, que luego
de las brutales “extirpaciones de idolatrías”
(finalizadas en la década de 1670) se propone
evangelizar a todos los indios.
Contigua a la hacienda Asaguana existía la
hacienda Tamborada, que en 1680 estuvo en
poder del Colegio de Novicios de la Compañía
de Jesús. En la “visita” que se da en años
siguientes, el maestro de novicios Miguel Oña
denuncia que el cacique Lázaro Chanchon
estaba repartiendo estancias que no le pertenecían entre los ayllus de Sumaro, en realidad
estas tierras les pertenecían a los ayllus, pero
las autoridades se las entregaron a los jesuitas
en 1699. El cacique se vio forzado a aceptar esa
decisión, “reconociendo su falta” (Amado
1998: 87).
Resulta que los “defensores de los indios” se
adueñaban de tierras de los “indios”, pues más
allá de la evangelización también tenían
aspiraciones económicas. Su poder ahora era
tal que el cacique debe aceptar su abuso. Es en
ese momento que la Virgen Inmaculada llega a
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
Chinchaypucyo. Esto no es casual, pues el
culto a la Inmaculada Concepción había sido
motivo de controversias teológicas durante
siglos, pero en el siglo XVII se difundió fuertemente y uno de su propulsores fue el jesuita
Juan Berchmans, que lo hizo constar en el Sello
de la Compañía de Jesús de 1620. En 1661 el
papa Alejandro VII ordena se sancione a
quienes se opongan al culto (Sernani 2002: 6869), años después los jesuitas lo llevaron a
todos sus dominios.
La Virgen Asunta pide su danza
Una señora mandaba a su hijita a pastear su
oveja y a puskar (hilar la lana) todos los días por
la zona de Asaqwana. Hasta que un día se le
apareció otra niña con la que jugaba y jugaba,
todos los días, sin hilar la lana que su mamá le
había encargado. La niñita se preguntaba de
dónde venía esa niña, que era tan bonita.
La niña empezó a preocuparse porque en algún
momento su mamá le iba a preguntar por la
lana, pero la otra niña le hizo comer la lana a la
oveja y esta empezó a cagar ya hilado. La niña
estaba sorprendida de ello y cuando fue a su casa
le contó a su mamá, pero no le creyó y le prohibió
ir a arrear a Asaqwana.
La niña desobedeció y fue otra vez al mismo
sitio, pero su mamá la siguió. De lejos la mamá
vio a su hija, jugando con la niña y se acercó. Al
ver a la mamá que se acercaba, esa niña se
escondió y por más que la buscaba, no la
encontraba.
En los sueños de la señora la niña le dijo que era
Asunta y quería que le traigan danzas “del que
tiembla” y “del que baila con cueros” . La señora
contó en asamblea lo que ocurría y había soñado.
Todos los pobladores fueron a buscar a la niñita,
aprendiendo a bailar las danzas “chujchu” (el
que tiembla) y “llamera” (vestidos con cueros) y
se la llevaron al templo de Chinchaypucyo, pero
se regresaba a su sitio original, cada vez que se la
llevaban. (Resumen de varias versiones de este
relato, de pobladores de Chinchaypucyo)
Esta leyenda guarda similitud con muchas
leyendas católicas andinas, y presenta
claramente la comunicación a través de
sueños. La virgen se le presenta a una niña,
porque los niños representan la inocencia, hay
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
similitud con la historia de Marianito Mayta y
el Señor Qoyllorit'i, sucedida en 1780 según la
tradición oral (en el distrito de Ocongate).
En el santoral andino, cada representación de
la virgen María es considerada una entidad
aparte (Asunta, Carmen, Inmaculada, etc),
cada una tiene sus propios poderes y atributos,
así como lo tenían las wak'as antiguas. En el
pueblo de Chacas (provincia Asunción,
Ancash) se rinde culto a la Virgen Asunta,
llamándola Mama Ashu y relatando una
historia similar a la de Chinchaypucyo. La
virgen decide mudarse de lugar y se lo
comunica a una vieja pastora, recordándonos
que esta virgen tiene una vocación peregrina.
Lo importante aquí es recordar que en
Asaguana no había un pueblo sino una
hacienda, que hasta 1630 era considerada solo
una “chacra”, recién en años posteriores se
establece como hacienda y en 1680 pasa a
propiedad del colegio de los jesuitas (Amado
1998: 81). Cuentan que del “pueblo” de
Asaqwana se mudaron por escasez de agua,
trasladándose a Sumaro y a Chinchaypucyo.
Aún existen algunos cimientos de las construcciones que allí había, así como restos de la
acequia de Qaqanaki, en el camino del anexo
Cconcahuaylla al pueblo de Sumaro. Se dice
que con las piedras de la iglesia de Asaqwana
se construyó la de Sumaro. Las pinturas y la
imagen de la Virgen Asunta fueron llevadas a
Chinchaypucyo.
Ya vimos que los jesuitas habían adquirido
mucho poder en todas las colonias españolas,
al punto de competir con la corona, en algunos
lugares como las misiones de Paraguay prácticamente gobernaban autónomamente. El año
1767, el Rey de España dispuso la expulsión de
los jesuitas y les confiscaron sus bienes.
Documentos de la época dan cuenta de que los
jesuitas fueron confinados al local del Cabildo
de Cusco para luego ser deportados “a puntos
retirados de Europa”, mientras sus propiedades eran expropiadas, “se incautaron las
valiosas haciendas que tenían en Cuzco y
provincias” (Covarrubias 1957: 313). Sus
propiedades pasan a control del virreynato y
posteriormente serán encargados o vendidos a
propietarios particulares. Todavía en 1786 se
siguen rematando los otros bienes (lienzos,
113
Cambian los dioses
alfombras, etc. Covarrubias 1957: 314). Sus
haciendas de Chinchaypucyo debieron ser
confiscadas y los nuevos administradores
habrían abandonado sus elementos sagrados.
Entonces, la historia de un pueblo que se mudó
en realidad estaría contándonos el cambio de
dueños y población realizado con la expulsión
de los jesuitas. Una hacienda era un lugar con
poder pero sin mucha cultura, a diferencia de
las propiedades jesuitas, llenas de arte. La
referencia a que se fueron “porque faltó agua”
parecería hablar de una sequía, pero también
podría referirse al simbolismo cristiano del
agua y el vino, la sed y el “beber” la sabiduría
divina. Sin jesuitas allí, sus seguidores no
tuvieron más agua que beber y se llevaron lo
más valioso, nótese que la historia sólo da
cuenta de que se llevaron reliquias religiosas.
El hecho de que la virgen pida la danza
“chujchu” podría estar datando la historia.
Los estudiosos de esta danza originaria de los
valles de la selva cusqueña, no encuentran una
mención anterior al siglo XIX y es probable que
su difusión se diera cuando los trabajadores
que migraban a los valles volvían a las zonas
altas con el mal del paludismo, satirizado en la
danza. Todo eso pasó en los inicios de la época
republicana (López 2005).
11
La virgen se comunica en sueños a la mamá
de la pastorita, el relato no dice qué
importancia tenía esta señora, pero por la
forma en que el pueblo le hace caso, da a
entender que se trata de una persona
importante. Por esos años haciendas como
Tamborada y Huambomayo tenían propietarias mujeres (Dueñas), quizás la mamá de la
pastorita indique a una de esas matronas.
El hallazgo de la virgen también se asemeja con
otros hallazgos de imágenes milagrosas
abandonadas como la virgen de Charagua en
Tarija (Bolivia) o la imagen hallada en el río
11
El sueño, aparte de ser el descanso físico que todos
conocemos, tiene una connotación simbólica muy
importante. Las creencias populares los vinculan con
“profecías”, conocimientos futuros que uno puede
recibir en sueños. También son uno de los espacios
en los que se comunican las divinidades, desde los
relatos bíblicos, mitos andinos, el misticismo colonial
y aún en el presente.
12
Ambas historias se refieren a imágenes
114
que en su honor fue llamado Madre de Dios12,
en ambos casos su hallazgo fortalece el establecimiento de nuevos tiempos. Entonces, el
origen de la virgen Asunta de Chinchaypucyo
se estaría situando en otro importante “cambio
de época”, otro de esos momentos nuevos que
exigen modificar ciertas costumbres y rituales.
La hermana de Huancancalla
En la comunidad de Huancancalla existe otra
imagen de la Virgen Asunta, considerada
hermana de la imagen de Chinchaypucyo. La
leyenda sobre su origen es similar a la de
Asaqwana y algunas versiones insisten en que
ambas imágenes fueron encontradas juntas,
sólo que mientras unos dicen que sucedió en
Asaqwana, los otros dicen que pasó en
Huancancalla.
Dicen que el Señor Pablo Gamarra, más
conocido como niño Pablo porque era soltero,
una tarde bajó por sus ganados a Huantaro y
cuando los estaba buscando encontró jugando a
dos hermosísimas niñas de cabellos rubios
brillantes, pero cuando quiso acercarse habían
desaparecido.
Al día siguiente bajó por su ganado y ve a esas
mismas niñas, con vestimenta blanca pura, en el
mismo lugar. La familia Gamarra le comunica a
toda la población, entonces van en busca de esas
niñas y las trajeron a la casa del Sr. Lucas Lobón.
Al día siguiente van a ver a esa casa a las niñas,
pero nuevamente desaparecieron.
Entonces toda la población quedó muy admirada
por la desaparición, y en un sueño les reveló la
virgen: “Si quieren traerme al pueblo tienen que
venir disfrazados de color blanco tembladera,
mula vestida”. La población no sabía qué era
blanco tembladera y entre ellos determinaron la
danza chujchu y albazo. (Ojeda y Palomino
2012: 8013)
abandonadas tras los ataques de pueblos amazónicos
que obligaron a huir a los sacerdotes y pobladores.
Ubicadas también en el siglo XVIII y el XIX.
13
Relatado por Fernanda Salas Gonzales, 106 años
(Paucarccoto) y Augusto Peralta Laurente, 45 años
aprox. (Huancancalla). Recopilado por Baleria Núñez
Zúñiga, María Isabel Peralta Puma y Flor de María
Gonzales Acuña del 1º de secundaria (I.E.
Paucarccoto)
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
La zona de Huantaro se encuentra al otro lado
del río, en la comunidad de Huancancalla. En
este caso la aparición se da a un hombre adulto
soltero, pero que simbólicamente es llamado
“niño”, aunque la mayoría de personajes
mencionados parecen más recientes, bien
podría estar refiriéndose al mismo tiempo de la
anterior. La zona donde fue hallada es cercana
al apu Waman Wachana, donde existen cuevas
con entierros que según el mito pertenecen a la
época de la “ninapara” (lluvia de fuego),
similar a Wañeq, ubicada al otro lado del río y
cercana al lugar donde apareció la otra virgen.
Esta imagen se celebra en la octava de la otra, el
24 de agosto (la fiesta de la virgen Asunta es
normalmente el 15 de Agosto), esto lo hacían
para que ambas pudieran visitarse
mutuamente y participar en ambas fiestas. Una
impresionante supervivencia de cultos duales,
aunque en la segunda mitad del siglo XX la
visita de las imágenes se fue perdiendo y hoy
en día la fiesta ha disminuido por la presencia
de iglesias evangélicas en Huancancalla.
3 Las divinidades de Chinchaypucyo ante los
cambios de nuestros tiempos: La cruz se queja
del frío
Actualmente las deidades de Chinchaypucyo
mantienen su presencia pero con varias
modificaciones en sus cultos, que se encuentran en retroceso ante la presencia de la
modernidad. Los cambios producidos en el
siglo XX volvieron a reordenarlos, apareciendo
nuevas imágenes católicas, que a su vez ven
sus territorios invadidos por nuevas religiones
cristianas. Quizás por esto los apus se vieron
un poco liberados de la presión católica, pero
ahora corren el riesgo de ser eliminados por el
“dios único” de los evangélicos. Una nueva
“extirpación” a llegado a los andes.
Existe otra historia sobre la aparición
milagrosa de una cruz que es colocada en el
cerro Wamansinchi, hasta que una fuerza
“superior” obliga a bajarlo del lugar:
“Año tras año, la gente de Chinchaypucyo subía
toda la noche, porque decían que era muy
14
milagroso y hay varios testimonios de gente que
se curó.
Hasta que en el año 92, aproximadamente, un
rayo cayó al cerro, rajó la cruz y ésta se cayó. Esto
coincidió con que a la persona que iba a hacer el
último cargo, en sus sueños el Señor de
Wamansinchi le había dicho: “Para qué me han
traído a este cerro tan solitario que me hace frío.”
Desde esa fecha ya no han vuelto a subir a la
cruz, hasta que en el año 2011 lo han vuelto a
realizar. (Relatado por Erasmo Victoria
Gallegos, 28 años, Chinchaypucyo)
Tenemos los elementos narrativos ya conoci14
dos. Le habla en sueños al mayordomo (el
principal del momento) justo antes de que un
rayo lo libere del lugar que no le gustaba. Este
sueño explica que el Señor dejó el lugar por
decisión propia, no por accidente. Las divinidades siguen decidiendo sus acciones, como
las piedras que se detenían a medio camino en
tiempos inkas.
Es una forma de explicar los cambios religiosos
actuales. Las divinidades católicas pierden
fieles porque están cansados o se sienten
molestos con ellos, insinuando que no los
pierden, más bien los abandonan. Estos son
hechos recientes, no se sabe si las nuevas
religiones desplazarán a los apus, santos y
vírgenes, por eso no sabemos si esta historia
permanecerá como lo hicieron las anteriores.
Un cambio de época es un proceso. En años
recientes han vuelto a colocar una cruz similar
en el Wamansinchi, algunos dicen que esto
contradice los deseos del Señor y podría volver
a irse.
El cambio religioso actual está ligado a
transformaciones culturales, invasión de
nuevos patrones y desaparición de antiguas
tradiciones. En 1969 se produjo una profunda
reforma agraria que transformó el mundo
rural andino, los cambios sociales fueron más
de los que normalmente se cree: nuevas
relaciones económicas, migración y desaparición de la élite de hacendados “gamonales”,
“ciudadanía” de los comuneros, reorganización de las comunidades y reemplazo de
autoridades (Presidentes comunales en vez de
Varayoqs) y también hubo cambios culturales,
Mayordomo o Carguyoc es el encargado de realizar una fiesta religiosa en el catolicismo andino.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
115
Cambian los dioses
Colocación de la nueva cruz de Wamansinchi, año 2012.
la mayor valoración de la cultura escrita frente
a la tradición oral, que deviene en una preponderancia de los jóvenes (escribales) frente a los
viejos (orales), contradicción bien descrita por
Washington Rozas en la comunidad de Huama
(Lamay, Rozas 2012).
Poco nos hemos percatado de la relación
cronológica entre los cambios sociales y
religiosos. En Chinchaypucyo la Virgen
Asunta se convirtió en la principal, desplazando a las vírgenes Inmaculada y del Carmen.
Nuevos tiempos exigieron cambios en el
santoral local.
15
Apareció la iglesia “israelita”, surgida casi
junto con el proceso de reforma agraria15. Pero
luego vinieron otras iglesias cristianas,
iconoclastas y que predican monoteísmo
extremo, cuya presencia suele relacionarse al
crecimiento de la política extractiva, se dice
que si los apus ya no son sagrados (por las
predicaciones cristianas) entonces la
resistencia a las minas sería menor. Este dato es
importante pues Chinchaypucyo ya tuvo un
conflicto con una empresa que intentó iniciar
exploraciones mineras en la comunidad de
Paucarccoto el año 2008. Si bien ahí la empresa
fue expulsada por los comuneros, en la
Fundada a principios de los 70s, postulando que Perú era el nuevo pueblo elegido por Dios (Israel).
116
UNSAAC - Riqch´ariy
Roberto Ojeda
comunidad de Pantipata se cuenta que los
expulsaron los apus o la Pachamama, pues la
camioneta de una ingeniera de la mina fue
arrastrada por un río que normalmente es
pequeño, produciendo su muerte (Ojeda y
Palomino 2012: 27).
La modernidad fue propagada en los andes
principalmente por activistas comunistas,
pero les faltó construir el mito que reclamaba
Mariátegui para aplicar el socialismo,
limitados al racionalismo, su trabajo fue
cosechado por las iglesias evangélicas, que
ofrecen organizaciones sólidas, bienestar
económico y controlan eficazmente el alcoholismo, a la vez que prometen una ciudadanía
“universal” de fieles cristianos, como lo hacían
los jesuitas en el siglo XVII.
Conversando con algunos comuneros sobre la
disminución de la producción en años recientes, dicen que esto se produce porque la gente
está dejando de venerar a los apus, santos y
vírgenes. “Ahora todo se cultiva común, sin
agradecer a los productos ni a sus santos y
apus”. Los conflictos en el mundo de los
humanos se siguen reflejando en el mundo de
los dioses, y viceversa.
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118
UNSAAC - Riqch´ariy
Túpac Amaru II y el
Derecho Constitucional peruano:
Los orígenes del discurso oficial sobre la multiculturalidad
Pável H. Valer Bellota*
Resumen:
Los discursos oficiales sobre la multiculturalidad pueden ser estudiados desde la apreciación de la Constitución histórica peruana y del
proceso de fundación de la república después
de las guerras de independencia, que empieza
a dibujarse a mediados del siglo XVIII. A
finales de dicho siglo se produce un deterioro
importante de las aristocracias indígenas a
partir del naufragio del proyecto político de
Tupac Amaru II. La derrota de dicho proyecto
abrió un proceso social de represión de todo
aquello que pudiera considerarse subversivo,
es decir indígena.
La liquidación de la élite autóctona impidió la
propuesta de un proyecto nacional propio de
los pueblos originarios a considerarse en las
Constituciones de la naciente república del
Perú. La eliminación de las élites intelectuales
autóctonas privó a este segmento social
'peruano' del medio para elaborar un discurso
político en base a su identidad nacional
tawantinsuyana.
Se constituyó de esa manera un contrato social
criollo, un acuerdo de creación de un nuevo
Estado sin contar con los indígenas. La
República Peruana se instituyó oficialmente
sin considerar los aportes políticos programáticos y los proyectos de construcción nacional
de este segmento social autóctono, y organizó
posteriormente su aparato político y
económico en contra de él.
Palabras clave: Multiculturalismo, derecho
constitucional, pueblos indígenas, discurso
jurídico
Summary:
The official discourses on multiculturalism can
be studied from the appreciation of the historical Peruvian Constitution and the founding
process of the republic after the wars of
independence, which begins to take shape in
the mid-eighteenth century.
In the late eighteenth century the indigenous
aristocracies has suffered a huge deterioration
on its social position due to the wreck of the
political project of Tupac Amaru II. The defeat
of that project opened a social process of
repression of anything that could be considered subversive, namely indigenous.
The termination of the native elite prevented
the proposal of an indigenous national project
* Doctor en Derecho por la Universidad del País Vasco. Investigador sobre sociedad multicultural, Estado y
Derecho. Abogado graduado en la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (Perú).
http://pavelvaler.blogspot.com
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
119
Túpac Amaru
to be considered in the Constitutions of the
nascent Peruvian republic. The elimination of
the autochthon intellectual elites deprived this
social 'Peruvian' segment of the means to
develop a political discourse based on their
national identity.
In this manner, it was constituted a Creole
social contract: an agreement among the elites
to create a new state without the Indians. The
Peruvian Republic was formally constituted
excluding the programmatic political contributions, and national construction projects, of
this indigenous social segment, and
subsequently organized its political and
economic apparatus against him.
Key words: Multiculturalism, constitutional
law, indigenous peoples, juridical discourse
****
D
espués de la declaración de la
independencia del Perú en 1821 las
élites apoderadas del naciente Estado
comenzaron a desplegar el proceso de
construcción de la “nación peruana”,
excluyente de las naciones indígenas. Los
pueblos originarios descendientes de las
naciones conformantes del Tawantinsuyo
habían desenvuelto a lo largo del siglo XVIII
una serie de rebeliones contra el régimen de
dominación colonial –lo que les habría dado
1
Las Constituciones y Estatutos políticos que han
regido en el Perú han sido los siguientes:
Reglamento provisional de 1821 (Expedido por
San Martín en Huaura sobre demarcación y administración del territorio ocupado; rigió del 12 de febrero
al 8 de octubre de 1821). Estatuto provisional de
1821 (durante el Protectorado de San Martín; rigió del
8 de octubre de 1821 al 17 de diciembre de 1822).
Bases de la Constitución de la República
Peruana (Primer Congreso Constituyente; rigió del
17 de diciembre de 1822 al 12 de noviembre de 1823).
La Constitución de 1823 (Primer Congreso Constituyente el 12 de noviembre de 1823, rigió solo de
enero de 1827 hasta la Constitución de 1828; fue
suspendida por el mismo Congreso la Simón Bolívar
ejerciera la suprema autoridad de la República). La
Constitución de 1826 (conocida como la Constitución Vitalicia aprobada por el Consejo de Gobierno
que presidía Santa Cruz; rigió del 9 de diciembre de
1826 al 27 de enero de 1827). La Constitución de
1828 (Congreso Constituyente y promulgada por el
General La Mar, rigió del 18 de marzo de 1828 al 10 de
junio de 1834). La Constitución de 1834 (Congreso
120
un excelente título histórico para la fundación
nacional del Perú–, pero se encontraban
considerablemente agotados y debilitados
después del proceso de represión que siguió a
las guerras indígenas de independencia. Con
la derrota de Tupac Amaru II se abrió un vacío
político dejado por la desaparición de las élites
indígenas, este espacio fue aprovechado por el
grupo criollo/occidental que, mediante un
discurso basado únicamente en sus preceptos
culturales y políticos, constituyó jurídicamente el Estado.
Como parte de ese proceso el grupo criollo
hispanista difundió un discurso formal/
jurídico de justificación del modelo político
implementado para dominar a otros grupos
nacionales subestatales. Desde entonces, la
Constitución del Perú republicano como
sociedad política se funda en la realidad post
colonial de la historia peruana, y en la relegación jurídica de la diferencia étnica/nacional a
favor de la entronización del criollo como
modelo político “normal” de ciudadano. Esta
relegación se ha plasmado jurídicamente en
los dieciocho documentos constitucionales
que han regido la vida del Perú republicano.1
Dicha plasmación jurídica constitucional se
dio en medio de una sociedad plurinacional y
culturalmente diversa; la sociedad política
llamada Perú es eminentemente multicultural.
Constituyente y promulgado por el Mariscal
Orbegoso; rigió desde el 10 de junio de 1834, fue
declarada insubsistente por ley de 22 de agosto de
1839). El Pacto de Tacna de 1837 (Congreso de
Plenipotenciarios de los Estados Norte y SurPeruano y Boliviano el 9 de mayo de 1837. Fija la
unión de los tres Estados para formar la Confederación). La Constitución de 1839 (Congreso
Constituyente de Huancayo; rigió del 10 de
noviembre de 1839 al 27 de julio de 1855). Estatuto
Provisorio de 1855 (Convención Nacional, mientras
se aprobara la nueva Carta; rigió del 27 de julio de
1855 al 19 de octubre de 1856). La Constitución de
1856 (Convención Nacional y promulgada por el
Presidente Ramón Castilla; Rigió del 19 de octubre
de 1856 al 13 de noviembre de 1860). La Constitución de 1860 (Congreso Ordinario de 1860, rigió del
13 de noviembre de 1860 al 18 de enero de 1920,
salvo los breves períodos de vigencia de las de 1867 y
de 1879). La Constitución de 1867 (Congreso
Constituyente de 1867 y promulgada por el
Presidente Prado; rigió del 29 de agosto de 1867 al 6
de enero de 1868). El Estatuto Provisorio de 1879
UNSAAC - Riqch´ariy
Pável Valer
Sin embargo, las personas que han inspirado y
elaborado sus Constituciones Políticas no han
percibido este hecho sobresaliente. Los constituyentes constitucionalistas peruanos,
tradicionalmente, han hecho como si esta
realidad multicultural no existiera y han
legislado como si el país fuera un conjunto
nacional homogéneo, inspirándose más en
modelos políticos venidos de Francia, Estados
Unidos o Inglaterra. Han convertido en
invisible la diferencia que existe entre
costa/sierra, ciudad/campo, grupos sociales
occidentales/grupos sociales autóctonos. Han
olvidado el origen trágico colonial de su
historia contemporánea y seguido la tradición
constitucional conservadora de relegar la
diferencia étnica que atraviesa toda su
sociedad.
Los resultados de esto han sido la invisibilización legal de las nacionalidades y regiones que
no fueran criollas u occidentales; el olvido del
indio, de su sociedad y su organización
2
política; el olvido del cholo y, centralmente, la
construcción hegemónica de una 'normalidad'
cultural por la que se convencía de la idea de
que, en medio de la diversidad peruana, había
un modelo político 'normal' de ciudadano, una
manera adecuada de ser peruano: ser criollo
hispano, de clase media o acomodada,
citadino, castellanohablante, entre otras
características del grupo cultural dominante.
La alteridad cultural de los grupos culturales
originarios se construyó discursivamente
como una falta, una disfunción, una expresión
de minoría de edad.
(Dictada por Nicolás de Piérola en medio de la
Guerra con Chile; rigió del 27 de diciembre de 1879
al 6 de enero de 1881). La Constitución de 1920
(Asamblea Constituyente de 1919 y promulgada
por el Presidente Leguia; rigió desde el 18 do enero
de 1920 al 18 de enero de 1933). La Constitución
de 1933 (Congreso Constituyente de 1931 y promulgada por el Presidente Sánchez Cerro; rigió desde el
18 de enero de 1933 hasta 1979). Constitución de
1979 (Congreso Constituyente); Constitución de
1993 (Congreso Constituyente, aprobada en
referéndum por escasísimo margen, vigente actualmente).
2
Cholo es una palabra usada en Perú para referirse al
mestizo, hijo(a) de un(a) criollo(a) e indio(a), quien
conserva importantes rasgos culturales indígenas.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
1. Túpac Amaru, sol vencido. La exclusión
del sujeto constitucional indígena
La Constitución histórica peruana, es decir las
líneas generales de organización y distribución
del poder subsistentes en el tiempo, realmente
aplicadas en el contexto social, las tendencias
políticas que alumbran los diseños de la
Constitución más allá del derecho en los libros,
tienen su origen en el hecho colonial y en la
condición en la que se fundó la república
después de las guerras de independencia.
Estas líneas históricas empiezan a dibujarse a
mediados del siglo XVIII.3
Una realidad histórica que hay que tomar en
cuenta es que el modelo político constitucional
de la colonia fue centralmente una continuación, con otros modos y maneras, de la
tradición constitucional antigua, es decir, de la
tradición constitucional del Tawantinsuyo.
Esta idea es explicada por Rowe (1954, 20)“el
Virreinato del Perú se consideró como la continuación histórica del imperio de los inkas”. La
integridad del territorio del Tawantinsuyo fue
respetada durante casi dos siglos de vida
colonial antes de las reformas borbónicas que
desmembraron el virreinato de Buenos Aires y
la audiencia de Charcas (1776), e incluso las
divisiones territoriales más importantes tenían
los mismos límites y nombres que en la época
de los inkas.
El gobierno español, pragmáticamente y en
servicio de sus intereses, permitió la sobrevivencia en la colonia de ciertas tradiciones
políticas inkas y reconoció el valor de estas
Esta palabra, cholo, en algunos contextos sociales ha
tenido un significado peyorativo en exclusiva, pero
actualmente ha dejado esta exclusividad y ha pasado a
ser utilizado como una expresión de la reivindicación
del origen social, algunas veces como expresión de
orgullo y otras como cariño paternalista.
3
El origen de las constituciones peruanas es
encontrado en los constitucionalistas clásicos
peruanos en los documentos constitucionales
surgidos después de la declaración de la independencia. Existe sin embargo, lo que García Belaúnde llama
–por comodidad- una prehistoria constitucional (…) que
empieza en 1780 y termina en 1820. (García Belaúnde
2000).
121
Túpac Amaru
tradiciones como antecedentes o títulos legales
para los derechos y privilegios de los caciques;
dichos derechos eran fundamentados por los
caciques no en el Derecho español sino en el
Derecho inka, en el nombramiento de algún
antepasado como curaca o gobernador por los
reyes inkas del Perú. Los caciques tuvieron
interés en preservar la tradición inka, debido a
que basaron en esta tradición la legitimación
de sus pretensiones a una posición social
privilegiada.
Hasta fines del siglo XVIII el segmento
indígena se había acomodado de alguna
manera en la sociedad colonial y había
desarrollado complejos mecanismos de
supervivencia social y cultural. En algunas
ciudades como Cusco, a finales de la colonia,
había un grado considerable de mezcla racial,
incluso las élites criollas, y más aun las descendientes de los inkas reclamaban sus créditos de
nobleza haciéndolos derivar de algún antepasado de las familias (“panacas”) reales de la
época del Tawantinsuyo, existía una especie
de devoción inka expresada en una nostalgia
por el incario, el uso del idioma quechua, la
reivindicación de una autonomía política del
aparato administrativo español, y la legitimación oriunda de sus propiedades y riqueza.
(Cahill 2008: 140)
Hasta entonces existía aún una nobleza
indígena heredera de los privilegios de la
época inkaica, con los denominados curacas
que gozaban de una consideración social que
los colocaba por encima de los indígenas 'del
común' y los convertían en un intermediario
legitimado de los indios ante las instituciones
4
del Estado colonial.
4
“…durante la colonia los curacas andinos habían cumplido
no sólo la misión de gobernar las poblaciones andinas. Fueron,
asimismo, los intermediarios culturales que articulaban a las
sociedades andinas con la sociedad mayor. Por un lado, tenían la
legitimidad de su linaje nobiliario de sangre, que les convertía en
representantes de sus pueblos originarios. Eran parte de ellos,
hablaban los idiomas originarios, estaban atados a ellos por los
vínculos culturales y de sangre. Por otro lado, constituían parte
de la burocracia colonial, encargándose de tareas claves como la
confección de las listas de quienes debían ir a las mitas, cobrar el
tributo indígena, velar por la evangelización de la población
indígena, etc. Culturalmente se educaban en colegios de
indígenas nobles, que buscaban socializarlos como una nobleza
122
El siglo XVIII fue el siglo de las rebeliones
indígenas. La situación económica de la
corona, agravada por la situación de guerra
permanente con Inglaterra,5 hicieron más
agudos los métodos de explotación colonial en
el del siglo XVIII. Esto, aunado a la existencia
de un sentimiento nacional neo-inka, provocó
el descontento social y una serie de rebeliones
indígenas.
Dos de estas rebeliones contra el régimen
colonial son consideradas muy importantes
por la historiografía contemporánea: la
liderada por Juan Santos Atahuallpa6 (17421752) en los Andes centrales; y la liderada por
José Gabriel Condorcanqui –curaca de
Surimana, Tungasuca y Pampamarca (Cusco)–
llamado Tupac Amaru II por ser descendiente
del último rey inka de Vilcabamba, en 1780.
La rebelión de Tupac Amaru II congregó a los
indígenas quechuas y aymaras de una inmensa
región en la sierra sur. Tuvo un área de irradiación que abarcaba desde Huarochirí, en la
región central peruana, hasta Salta, Jujuy
(Argentina) y Tarapacá (Chile) y la actual
Bolivia. Algunos investigadores han explicado
que esta rebelión tuvo dos fases: un ciclo
Quechua, liderado por los Tupac Amaru con
centro en Cusco, y otra fase Aymara, dirigida
por Tupac Catari en el Altiplano del Qollao
(DOMINGUEZ 2088). El levantamiento y su
represión dejaron aproximadamente cien mil
muertos sobre una población total de un
millón de habitantes, lo que puede ayudar a
hacerse una idea de su magnitud.
La rebelión de Tupac Amaru II fue derrotada
por diversas causas ya estudiadas ampliamente. La derrota propició el sometimiento del
funcional al mantenimiento del orden colonial. Hablaban
castellano, leían, escribían, conocían de latín y se consideraban
buenos súbditos del rey de España.” (Manrique Gálvez: 19)
5
Inglaterra estuvo en guerra con España casi todo el
siglo XVIII: 1701-1713, 1718-1720, 1727-1729,
1739-1741, 1762-1763, 1779-1783 y 1796-1800.
ROWE Óp. Cit.
6
Su nombre completo fue Juan Santos Atahualpa Apu
Inka Huayna Capac. Una crónica misionera lo describe
como “indio cristiano de la ciudad del Cusco”.(Klaren:
147)
UNSAAC - Riqch´ariy
Pável Valer
segmento político indígena que se encontraba
muy debilitado debido a la guerra y la fiera
represión posterior a la rebelión.
exclusión social-cultural-económica del hecho
indígena, que se acrecentó con el tiempo y que
persiste actualmente.
La importancia del levantamiento de Tupac
Amaru II radica en que pretendió hacer un
frente común compuesto por indígenas,
mestizos, negros, y 'españoles americanos'
unido por un proyecto político multinacional,
multirracial y pluriétnico. Sin embargo este
proyecto naufragó debido entre otras razones
a que los indígenas presentaban grandes
rivalidades y diferencias étnico-culturales
como para unirse en torno a la independencia;
los pueblos originarios dirigidos por Tupac
Amaru II no percibían mucho juicio en hacer la
independencia con los criollos hispanistas, a
quienes veían como opresores junto a la elite
virreinal.
Como dice Manrique Gálvez (1999), la
marginación y la exclusión reforzaron el
estereotipo de la 'inferioridad natural del
indio' en el imaginario oligárquico, que pasaría
en la república a reclamar que, en aras del
progreso y la modernidad, el Estado peruano
desindigenizara a los vencidos.
La derrota del proyecto político de Tupac
Amaru II abrió un proceso social de represión
de todo aquello que pudiera considerarse
subversivo, es decir indígena; dio lugar a que
la condición social de los pueblos originarios
peruanos se deteriore gravemente. El proceso
de reacción virreinal contra el proyecto
tupacmarista fue continuado en la práctica por
el naciente Estado peruano después de la
independencia, y terminó a mediados del siglo
XIX con la prohibición de los títulos nobiliarios
indígenas y la subsiguiente
desaparición/mestización/acriollamiento acelerado
de la nobleza indígena. Con su dispersión se
estableció una situación de marginación y
El mismo autor, detalla que la derrota de
Tupac Amaru II abrió y aceleró un proceso de
destrucción de las elites indígenas tradicionales. Aunque sobrevivieron los que se alinearon
con las fuerzas coloniales, el poder global de
las aristocracias indígenas andinas se vio
gravemente recortado con las medidas
represivas tomadas por la burocracia colonial.
Dichas medidas incluían la orden de castellanizar forzadamente a la población indígena en
cinco años, liquidar progresivamente la
institución del curacazgo y remplazarlo por los
alcaldes de indios, una institución española que
permitía un mejor control de la población
indígena, y eliminar todos aquellos elementos
culturales que pudieran recordarle su glorioso
pasado, prohibiéndose inclusive hasta la
lectura de los Comentarios Reales del Inka
Garcilaso de la Vega, que eran vistos como
literatura sediciosa.
Cuando en 1814 en el Cusco se incorporaron a
la fallida revolución de los hermanos Angulo
algunos caciques que anteriormente habían
combatido contra Tupac Amaru e incluso
apoyado a las fuerzas realistas en el cerco de La
Paz de 1810, como Mateo Pumacahua,
sufriendo luego las represalias del poder
colonial, se aceleró el irreversible proceso de
decadencia de los linajes nobiliarios andinos
(Manrique Gálvez 2006).
La liquidación de la elite autóctona impidió la
propuesta de un proyecto nacional indígena a
considerarse en las Constituciones de la
naciente república del Perú. La eliminación de
las élites intelectuales indígenas privó a este
segmento social 'peruano' del medio para
elaborar un discurso político en base a su
identidad nacional tawantinsuyana. La
desaparición de los curacazgos privó a las
poblaciones andinas de las elites que habrían
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
123
Túpac Amaru
podido construir nuevos discursos de
identidad en el futuro. La derrota de Tupac
Amaru II abrió las puertas a la equiparación
entre la condición de 'indio 'y 'pobre'. Al no
existir más esta elite, o al estar proscrita por el
Derecho realmente existente, durante el resto
del periodo republicano no surgieron
proyectos nacionales indígenas, ni la reivindicación del reconocimiento de nacionalidades
originarias, o al menos no fueron tomadas en
cuenta por el modelo político postcolonial
peruano.
Después de la derrota de las rebeliones indígenas, las elites criollas no estaban seguras de
apoyar la causa independentista, la independencia fue más un hecho impuesto que
aceptado por las elites peruanas. Así, la suerte
del Perú estuvo en manos del Ejército
Libertador del Sur, al mando de San Martín,
que al llegar tuvo que escoger entre diversos
intereses. Los descendientes de los inkas
tenían un mejor título histórico por sus luchas a
lo largo del siglo XVIII, pero la represión a sus
rebeliones les habían dejado casi sin dirigentes.
San Martín prefirió cooperar con la aristocracia
limeña, formando el gobierno con la misma
élite que había dominado el Perú bajo la
administración de España. “En aquel momento
se perdió la causa de los inkas, por que los criollos y
mestizos conocieron aun mejor que los españoles el
peligro que el movimiento nacionalista representaba para ellos, y cuidaron de dejarle volver a tomar
su antigua importancia política (Rowe: 40).
Se produce de esta manera la exclusión
histórica del sujeto constitucional indígena, se
pierde la oportunidad de fundar un Estado, de
establecer una Constitución que refleje los
anhelos históricos de todos los sectores políticos, culturales y nacionales que conformaban
la polys peruana. El sujeto constitucional
indígena es expulsado del contrato social que
constituyó oficialmente la República del Perú,
el contrato social criollo que funda oficialmente la sociedad política excluye a los
indígenas y proyecta la construcción de la
nación peruana en su contra.
Las Constituciones fueron dejadas a la suerte
de las pugnas y del debate ideológico entre los
autoritarios, los liberales y conservadores. Las
nacientes líneas constitucionales peruanas del
124
Reglamento, el Estatuto Provisional, las Bases de la
Constitución, la propia Constitución Peruana de
1823 (suspendida mientras durara el gobierno
de Bolívar), no impidieron –por ejemplo– que
los primeros gobiernos del Perú independiente en sus primeras actuaciones decretaran
oficialmente la extinción de los cacicazgos
indígenas el 4 de julio de 1825 y el establecimiento del castellano como el único y
verdadero idioma oficial del Perú (Rowe: 40).
2. El contrato social criollo
Vencidas las insurrecciones indígenas a finales
del siglo XVIII, y anulada la capacidad de la
élite indígena peruana de plantear proyectos y
programas que pudieran plasmarse en un
acuerdo fundacional de una nueva sociedad
política incluyente de todas las sensibilidades
étnico-nacionales, el panorama estaba abierto
para la elaboración de estos programas y
proyectos a un solo grupo social poderoso: la
aristocracia criolla hispana colonial.
A más del levantamiento indígena de Tupac
Amaru II, muchos factores favorables a la
independencia se sumaban a las condiciones
internas del Virreinato del Perú a principios
del siglo XIX. Se produjo una crisis económica
causada por el descenso de la producción de
plata (desde finales del siglo XVIII), el descontento de las élites comerciantes creció debido a
las reformas Borbónicas de libre comercio que
redujeron la participación del Perú en el tráfico
con el Alto Perú y Chile – ahora las mercancías
llegaban por tierra desde Buenos Aires–. La
creación del Virreinato del Río de la Plata
redujo la importancia y actividad de la
burocracia real en Lima, conformada crecientemente por españoles venidos de la metrópoli
(Skidmore y Smith: 206). Como comenta Luis
E. Manrique , entre 1808 y 1825 todos los
factores conspiraron a favor de la independencia americana: las revoluciones en Europa,
la independencia de Estados Unidos, los
excesos del absolutismo español, las doctrinas
constitucionales de Cádiz, la fe romántica de
los libertadores, las ambiciones políticas de las
oligarquías criollas, la difusión de las ideas de
Rousseau y los enciclopedistas y la decadencia
de España. (Manrique: 104)
UNSAAC - Riqch´ariy
Pável Valer
A pesar de los vientos favorables para
deshacerse de la dominación de la Corona, los
dominantes criollo-hispanos se mantuvieron
fieles a ultranza al Estado colonial, debido a
que vivían en una condición de dependencia
estructural de los privilegios del virreinato. A
mediados de 1820 los criollos no estaban
convencidos de la necesidad de la independencia ya que sus intereses económicos y
financieros estaban íntimamente ligados al
régimen colonial. Los historiadores coinciden
en que los grupos criollos hispanos temían que
la experiencia de la rebelión de Tupac Amaru
II, en caso de que movilizaran a los indígenas
en nombre de la independencia, podría producir un levantamiento social más grande que
amenazaría sus intereses económicos estratégicos.7
Cuando el 20 de setiembre de 1822 se instala el
primer Congreso Constituyente la mayoría de
representantes serán de las capas medias
provincianas mestizas criollas, este frágil
sector no conseguirá sustituir ideológicamente
y simbólicamente a la aristocracia colonial
española. La República nació sin una clase, sin
un bloque de poder capaz de levantar un
proyecto de carácter nacional en buena
medida porque hasta entrado el siglo XIX no
existieron condiciones para que surgiera un
grupo dominante que pudiera cubrir el vacío
dejado por la aristocracia colonial. “El Perú
emergió a la vida independiente sin una clase
dominante que encarnara el nuevo orden y el vacío
de poder fue llenado por los militares durante el
siguiente medio siglo. Recién en 1872 se eligió en el
Perú un presidente civil”. (Manrique Gálvez: 21)
La independencia del Perú fue un hecho
impuesto a las élites criollas peruanas, no fue
un proceso político organizado por ellas sino
más bien un hecho militar implementado desde afuera. El colapso del antiguo régimen se
debió a la intervención de ejércitos extranjeros,
primero las fuerzas del general José de San
Martín por el sur, y luego el ejército norteño
del general Simón Bolívar que derrotó definitivamente a los realistas en la Batalla de
Ayacucho, en la sierra del Perú.
7
Una corriente de la historiografía peruana considera
que el rechazo a la causa independentista de parte de
las élites coloniales, junto con su expulsión decretada
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
La independencia fue declarada en 1821 por
San Martín, pero no fue hasta 1824 que fue un
hecho irreversible. Lima fue ocupada por un
ejército fidelista en 1824, por ejemplo, y el vacío
de poder dio lugar a una anarquía política.
Cuando Bolívar desembarca en Lima en 1823,
gran parte del Perú estaba en poder del ejército
virreinal, el Congreso había nombrado
presidente a Torre Tagle y el vacío de poder fue
aprovechado por José de la Riva Agüero que se
amotina contra el Congreso –negándose a
entregar la presidencia– iniciando la tradición
de los golpes militares.(Klaren: 271)
Muestra de la endeblez política de las
posiciones de los grupos dominantes tardocoloniales ilustrados respecto a la independencia
puede encontrarse en las publicaciones de sus
intelectuales orgánicos. Por ejemplo, una parte
de intelectuales limeños –considerados por la
historia oficial como precursores de la
independencia– influenciados por el liberalismo europeo y norteamericano publicaron el
periódico liberal el Mercurio Peruano en 1791.
Estos precursores no planteaban la independencia de España, sino, pedían determinadas
concesiones dentro del marco colonial, que les
devolvieran los privilegios de la era preborbónica.
Respecto a los indígenas, dichos intelectuales
liberales se mostraban plenamente partidarios
de una política cultural de hispanización de las
poblaciones nativas que comprendía la
imposición del aprendizaje del castellano, la
consideración de las costumbres españolas
como manifestaciones culturales adecuadas
que los indígenas debían practicar, y el olvido
del pasado prehispánico. En palabras de
Margarita Rodríguez, “los redactores del
periódico contemplaban a las poblaciones indígenas, y especialmente a las que recientemente se
habían incorporado al Virreinato en las expansiones
misioneras y militares que se desarrollaban en la
zona selvática, con la misma mirada que muchos
ilustrados europeos mantenían sobre el territorio
americano: considerando que éstas eran el reflejo de
lo que habían sido las primeras civilizaciones,
ajenas a los beneficios del comercio y la moderna
sociabilidad”. (Rodriguez García 2003)
durante el protectorado de San Martín, contribuyó al
derrumbe de la clase alta colonial.
125
Túpac Amaru
Es éste, a grandes rasgos, el panorama en el
que surge el contrato social criollo que dio
forma a la mayoría de las Constituciones del
siglo XIX en el Perú. Se trata de un acuerdo
dentro de la propia élite dominante –conformada por un grupo cultural criollo hispano–
que funda una sociedad política sin interlocutores que pudieran servir de contrapeso social
de equilibrio democrático. En este contrato
está ausente el indio, y sólo incluye a una
fracción de la población minoritaria, conformada por el sector dominante, que se corona a
sí misma como la 'nación', como el modelo
cultural al cual se deben parecer obligatoria y
paulatinamente los otros grupos sociales. El
contrato social criollo instaura lo que Bonfil
Batalla denomina un falso Estado, y haciendo
más preciso este término, un falso contrato
social en el que falta una parte fundamental del
acuerdo político constitucional. (Bonfil
Batalla: 52)
El contrato social criollo produjo un Estado
orientado al dominio de los pueblos indígenas
por parte de los criollos herederos de los
Mural, Organización Barrial Túpac Amaru,
Avenida Independencia, San Telmo - Buenos Aires.
126
privilegios de la antigua élite colonial. Los
indígenas no fueron considerados un grupo
social con suficientes méritos históricos y
políticos para fundar una nación, y como tales
se les negó la condición de ciudadanos. El
liberalismo sobre el que se fundamenta la
nueva república reconoció como sujeto de la
democracia únicamente a una pequeña
fracción criolla de la población, en cambio los
indígenas no fueron reconocidos como parte
de la 'nación peruana'. El concepto a cerca de
los indígenas que tenían las élites que
fundaron el Estado peruano los consideró
objetos políticos y no sujetos de derechos
políticos.
La independencia dirigida por los criollos fue
una revolución política, no una revolución
social. Ellos querían romper los vínculos
coloniales con España, pero no tenían interés
en modificar las estructuras coloniales de
dominación al interior de su país sino en
usufructuarlas en su propio beneficio. Los
criollos estaban interesados más en utilizar en
su provecho los mecanismos de poder de la
dominación colonial que en derribarlos;
buscaron hacerse del poder sin modificar las
estructuras coloniales de dominación
vigentes.
Es necesario reiterar y concluir que la independencia no significó un cambio en la condición
social de pueblos indígenas, sino en muchos
casos empeoró la condición de exclusión. Las
élites criollas hispanistas, a las que se impuso
la independencia del Perú, lograron mantener
las estructuras internas de dominación
coloniales que les favorecían. Asimismo, el
modelo político virreinal de las dos repúblicas
–la de indios y la de españoles– fue retomada y
renovada por los criollos hispanistas que
diseñaron teóricamente un concepto de
superioridad y de racismo anti-indígena que
se instituyó como la base de su imaginario
político, y el soporte legitimador de la dominación sobre los nativos de la élite criolla y de los
gamonales terratenientes. El orden oligárquico que se implantó en el periodo republicano peruano utilizó este imaginario racista y
su discurso legitimador para sustentar la
dominación centralista de la misma manera
que antes sirvió a las élites virreinales, que
heredaron sus privilegios de dominio de los
UNSAAC - Riqch´ariy
Pável Valer
pueblos indígenas a sus descendientes políticos: los criollos hispanistas.
3. El discurso del Derecho Constitucional
peruano frente a la multiculturalidad
El nacimiento de la República del Perú fue
también el surgimiento del constitucionalismo
peruano como una forma nueva de representación de la realidad política; los teóricos de la
independencia peruana se dotaron de un signo
formal de organización del naciente modelo
político que expresara su ideología y los
valores culturales de su grupo social. Esas
representaciones políticas del Estado peruano
se ocuparon indirectamente de la multiculturalidad del país desde la perspectiva del
Derecho Constitucional, es decir desde un
ideario político plasmado en los dieciocho
documentos constitucionales que han regido
durante la historia post colonial peruana.
Las Constituciones peruanas han aplicado a lo
largo de su historia constitucional unos
modelos de relación jurídica entre los grupos
étnico-nacionales que han proyectado la
construcción de la nación peruana desde la
perspectiva del grupo criollo-hispano
predominante privilegiado por el Estado,
descartando toda posibilidad de tolerancia de
procesos de construcción nacional diferentes o
alternativos al proyecto de nation building
único y dominante.
Desde la sociología política, los procesos de
nation building o de construcción nacional se
refieren a los procesos sociales que por lo
general son promovidos desde el Estado para
constituir una nacionalidad, una identificación
de los integrantes de la sociedad política con
los ideales, discursos, historiografía, valores,
símbolos y cultura en general consideradas
“nacionales” por dicho Estado. Kymlicka
(2003) ha explicitado que las decisiones sobre
la lengua oficial en el Estado, la educación, el
empleo público, los requisitos de la ciudadanía, y el diseño de las fronteras internas no son
tomadas de manera aislada de acuerdo a la
norma –generalmente reconocida– de neutralidad etnocultural. Al contrario, todas estas
decisiones tienen un carácter cultural
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
eminente y son tomadas con la intención de
promover la integración en una determinada
cultura societaria, que incluye elementos
culturales –como la lengua– y unas instituciones sociales comunes.
Así, en el Perú se ha establecido históricamente
un proceso de construcción nacional que ha
proyectado una sociedad “oficial”, un tipo de
relación entre los diferentes grupos étnicos y
nacionales marcada, por un lado, por el
dominio incontestable del grupo
criollo/occidental privilegiado por el Estado,
y por otro lado, por la subordinación y sometimiento de los restantes grupos no privilegiados. Bajo el manto de la teoría liberal clásica
que postula la neutralidad cultural del Estado,
el grupo étnico nacional privilegiado ha
administrado el Estado y manejado sus
aparatos como si sólo perteneciesen a este
grupo criollo hispanista, arrebatando toda
posibilidad a los grupos nacionales subordinados de participar en su conducción. Se
establece así, históricamente, un Estado
apoyado en la teoría liberal que en la práctica
cotidiana se comporta como un Estado autoritario que entroniza un totalitarismo cultural
alejado enormemente del ejercicio democrático del poder.
Diferente ha sido la condición de los pueblos
originarios. Mientras que la sociedad peruana
“oficial” ha proyectado un plan de construcción nacional en base a sus ideas y proyectos
culturales, religiosos, económicos y políticos;
los pueblos indígenas (y las minorías nacionales) no han tenido en los ordenamientos constitucionales los mecanismos para ejercer el
mismo derecho que el grupo dominante.
Por el contrario, el proceso de construcción
nacional hegemónico ha determinado en gran
manera las condiciones sociales de existencia
de las sociedades nacionales subestatales
peruanas: exclusión de los ámbitos de poder
político, extrema pobreza, y que, por lo
general, se encuentren entre los grupos más
vulnerables cuya única alternativa es
sobrevivir en los márgenes de la sociedad o
sucumbir al proceso de aculturación alienante
promovida desde la sociedad política oficial.
Sus derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales son violados con
127
Túpac Amaru
frecuencia o no han sido reconocidos
plenamente en la legislación nacional peruana,
son excluidos y estigmatizados debido a su
identidad indígena y sus rasgos distintivos son
clasificados ideológicamente como patrones
de discriminación racial, étnica y religiosa.
Los pueblos diferentes al grupo nacional
predominante han sido por lo general
privados de las posibilidades de desarrollar un
proyecto de construcción nacional propio que
se reconozca y se garantice en las Constituciones políticas debido a la existencia de
estructuras sociales, políticas y legales que lo
impiden.
Las estructuras sociales coloniales heredadas,
la existencia de una república de indios y una
república de españoles, han sido reproducidas
por el Estado postcolonial peruano de manera
que los grupos sociales autóctonos, sus
expresiones culturales, económicas, religiosas
y de organización social son relegadas a una
situación de subordinación, marginación,
desprecio y olvido.
La colonialidad de las estructuras sociales se
complementan con el proceso histórico del
centralismo. La estructura política del Perú es
peculiar en lo referente a la distribución
geográfica del poder, se ha caracterizado por
un centralismo político exacerbado por el afán
de control de los grupos dominantes, situados
en la capital de la república, hacia los grupos
autóctonos de los departamentos del 'interior'
del país, para lo cual han construido una
relación jurídica de dependencia política que
ha dado lugar al fenómeno del gamonalismo y
su heredero político: el clientelismo político.
Luego del proceso de desmembración que
caracterizó los últimos años del Virreinato del
Perú, los grupos dominantes adueñados de la
naciente república se embarcaron en el
proyecto de construir un centro político
inspirados en el Estado-nación europeo
convertido en un nuevo modelo que sirvió
8
Así, la Constitución de 1823 establecía que “Art.
17º.– Para ser ciudadano es necesario: 1.– Ser peruano. 2.–
Ser casado, o mayor de veinticinco años. 3.– Sabe leer y escribir,
cuya calidad no se exigirá hasta después del año de 1840. 4.–
Tener una propiedad, o ejercer cualquiera profesión, o arte con
título público, u ocuparse en alguna industria útil, sin sujeción
a otro en clase de sirviente o jornalero. Art. 18º.– Es también
128
para estructurar su dominación sobre los
grupos subalternos. El centralismo político
concentró el poder político y el centro
simbólico cultural en Lima, y en las capitales
de departamento.
Este proceso de creación de un nuevo centro
político-cultural siguió modelos desenvueltos
en Europa. Está caracterizado por la adopción
de una lengua “nacional” oficial –el
castellano– como signo cultural de unidad
política por encima de las lenguas indígenas
(como el Quechua, el Aymara o el Muchiq),
por el impulso al modelo de economía liberal
individualista (el mercantilismo y la unificación de la moneda) y por la unión del nuevo
Estado con la Iglesia para promover al
ciudadano católico como modelo correcto de
individuo “peruano”. Estos procesos de
afirmación del centralismo refuerzan la idea
de que los nuevos peruanos, a partir del
proceso de la independencia, deben formar
una comunidad cultural uniforme.
(Letamendia 1997)
El Estado-nación era el modelo político en
boga durante todo el siglo XIX, impulsado por
las revoluciones burguesas. Los independentistas únicamente siguieron este proceso en
boga y lo utilizaron a su favor, un ejemplo de
esto puede ser encontrado en los derechos de
ciudadanía.
¿Quién podía ser ciudadano en la nueva
república? En el Perú el modelo político que
instauró el naciente constitucionalismo del
siglo XIX, siguiendo el modelo de las primeras
constituciones norteamericanas y europeas,
otorgó la ciudadanía únicamente a un grupo
pequeño de propietarios cuyas características
económicas y culturales eran calcadas del
concepto de “buen ciudadano” europeo, que
en el Perú se reprodujeron como el “ciudadano
católico”, características que no llenaban los
integrantes de pueblos indígenas.8 Virtudes
morales, condiciones económicas, probidades
cívicas, y observancia irrestricta de la religión
ciudadano el extranjero que obtuviere carta de ciudadanía.
Art. 22º.– Solo la ciudadanía abre la puerta a los empleos,
cargos o destinos de la República, y da el derecho de elección en
los casos prefijados por la ley. Esta disposición no obsta para
que los peruanos que aún no hayan comenzado a ejercer la
ciudadanía, puedan ser admitidos a los empleos, que por otra
parte no exijan edad legal.”
UNSAAC - Riqch´ariy
Pável Valer
del Estado: éstas eran las normas y que debían
observar y los requisitos que debía llenar el
sujeto peruano para ser considerado sujeto
íntegro de derechos.
El sistema político peruano, y las Constituciones que lo han regido, han desarrollado una
suerte de colonialismo interno hacia las regiones
con poblaciones pertenecientes a nacionalidades no preeminentes políticamente. En
efecto, el proceso de modernización y el
contacto entre los grupos étnicos no ha llevado
necesariamente a la unidad étnica o cultural
del país, sino, a una situación de desigualdad
que, agravada por el centralismo, puede llegar
a presentar un conflicto étnico. Las desigualdades entre las regiones del país han relegado
a las regiones periféricas a una posición
inferior, dejando al centro –Lima y las capitales
de provincia– como dominantes. En una
situación de colonialismo interno, habrá una
estratificación social de los grupos culturales o
étnicos, una división cultural del trabajo, con el
grupo central ocupando las mejores posiciones
de clase y los grupos periféricos las posiciones
inferiores. Esto corresponde a las naciones
'colonizadoras' y a las naciones 'colonizadas'
(Kellas 1998), y es el panorama que puede ser
descrito, respecto al grupo criollo hispano y a
las naciones autóctonas, en el Perú.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
La 'nación peruana' es una idea creada, a partir
del proceso de independencia, por los
representantes criollos del Estado republicano
bajo una inspiración liberal, es un proyecto
político de un grupo étnico particular determinado. De esta idea y proyecto de nación fueron
eliminadas las comunidades indígenas, aun
cuando en varias ocasiones y discursos políticos-jurídicos fueran simbólicamente tomadas
en cuenta. Los núcleos sociales que
representan la subsistencia de la organización
social precolombina, su cultura, su organización productiva desarrollada a lo largo de los
siglos, fueron excluidos de la construcción
nacional, de la fundación política y cultural
oficial del Perú.
Se constituyó de esa manera un contrato social
criollo, un acuerdo de creación de un nuevo
Estado, que se organizó primigeniamente sin
contar con un componente social básico de la
sociedad política peruana: los pueblos indígenas. La República Peruana se instituyó oficialmente sin considerar los aportes políticos
programáticos y los proyectos de construcción
nacional de este segmento social autóctono, y
organizó posteriormente su aparato político y
económico en contra de él. La república del
Perú nace coja, le faltó el pilar político popular
e indígena.
129
Túpac Amaru
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130
UNSAAC - Riqch´ariy
Los tempranos usos oficiales
de la imagen del bosque
Exploración, fotografía y Estado en la montaña peruana (1868-1907)*
Juan Carlos La Serna Salcedo**
Sumilla
Abstract
El texto que presentamos busca dar cuenta de
los usos establecidos para la fotografía por
parte del Estado peruano, dentro del proceso
de exploración y temprana colonización de los
territorios de frontera amazónica. Evidenciamos que la fotografía se convirtió en una
herramienta clave para la construcción discursiva sobre la Amazonía dentro de las políticas
decimonónicas, expandiendo sus usos y
funciones a lo largo del siglo XX. Así, reconocemos la manera en que los diversos actores
sociales que comulgaron acerca de la
importancia de la montaña para el devenir del
país, utilizaron copiosamente la herramienta
fotográfica a fin de proyectar, dentro de los
imaginarios colectivos, un sentido compartido
por el territorio y la población sobre los cuales
se habría de construir el proyecto nacional.
The text that we present seeks to realize of the
uses established for the photography by the
Peruvian State, inside the process of exploration and early settling of the territories of
Amazonian border. We demonstrate that the
photography turned into a key tool for the
discursive construction on the Amazonia
inside the nineteenth-century policies,
expanding his uses and functions along the
20th Century. Thus, we recognize the way in
which the diverse social actors who agreed it
brings over of the importance of the montaña
for to develop of the country, they used
copiously the photographic tool in order to
project, inside the collective imaginaries, a
sense shared by the territory and the population on which the national project should be
constructed.
Palabras clave: Fotografía, exploración,
montaña, imaginario
Key words: Photography, exploration,
montaña, imaginary
* Ponencia presentada en la mesa de Historia Amazónica del V Congreso Nacional de Historia, organizado por la
UNMSM (2012).
** Historiador y Magister en Ciencias de la Religión por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con
estudios en la Maestría de Antropología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Sus temas de interés se
relacionan a la historia, religiosidad y cultura visual de los pueblos amazónicos. Ha publicado De Golondrinos y
enganches a empresarios exportadores. Historia del café y el Cooperativismo Cafetalero en la selva central (JNC, 2010) y
Misiones, modernidad y civilización de los campas. Historia de la presencia adventista entre los asháninkas de la selva central
(Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales – UNMSM, 2012). Actualmente se desempeña como
docente de la cátedra de Historia Contemporánea en la Universidad de Lima.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
131
Imagen del bosque
***
L
a Amazonía ha representado el
escenario sobre el cual la imaginación y
fantasía se desbordan. Una fuente
inagotable de sueños e ilusiones que, históricamente, ha trastocado la realidad, ofreciéndonos visiones complementarias y contrapuestas a la vez. Es por ello que nunca ha
dejado de significar una mezcla de temor y
fascinación para los foráneos. Tierra de bestias
y animales fabulosos, escenario de El Dorado,
paraíso de tesoros perdidos y recursos
inagotables, de exotismo, de sensualidad, de
magia; pero también de hechicería, venganza y
muerte. Territorio de encanto y de terror
causados por imágenes de una realidad poco
conocida.
Acompañando el proceso de domesticación de
los territorios amazónicos de parte de los
Estados nacionales decimonónicos, desde el
último tercio del siglo XIX, la fotografía fue
implementada como una herramienta de
dominio y manejo estatal sobre el bosque,
generando discursos visuales mediante una
especie de «domesticación visual» de la
frontera interna. Al mismo tiempo, su
presencia significó la progresiva desaparición
de las antiguas técnicas de reproducción de
imágenes: el grabado y la litografía, que
dejaron de ser los mecanismos exclusivos para
la exposición visual de los espacios contemplados, dando paso al uso de una tecnología
moderna de medición y objetivación que, a su
vez, ha permitido la masificación de estas
imágenes alrededor de diversos circuitos
culturales, intelectuales y comerciales.
El texto a continuación busca dar cuenta de los
usos establecidos para la fotografía por parte
del Estado peruano, dentro del proceso de
exploración y temprana colonización de los
territorios de frontera amazónica. Evidenciamos que la fotografía se convirtió en una
herramienta clave para la construcción discursiva sobre la Amazonía dentro de las políticas
decimonónicas, expandiendo sus usos y
funciones a lo largo del siglo XX. Así, reconocemos la manera en que los diversos actores
sociales que comulgaron acerca de la
importancia de la montaña para el devenir del
país, utilizaron copiosamente la herramienta
132
fotográfica a fin de proyectar, dentro de los
imaginarios colectivos, un sentido compartido
por el territorio y la población sobre los cuales
se habría de construir el proyecto nacional.
Por lo general, los estudios dedicados a la
visualidad histórica amazónica han tenido
como objetivo analizar la manera en que las
imágenes han representado la “otredad”, en
relación a la población indígena y la exotización del bosque [Flores (2012), Chaumeil
(2009),Biffi (2009)]. Contrariamente, lo que
buscamos en este trabajo es ofrecer una
reflexión acerca del papel que jugó la
fotografía dentro de las lógicas del Estado y las
elites políticas e intelectuales peruanas. Así, en
vez de reforzar este imaginario sobre la
“otredad” –como hicieron etnógrafos y
viajeros del siglo XIX–, la «fotografía oficial»
generó imágenes de cercanía, como proyección visual de un discurso recurrente sobre la
significancia que tenía la nacionalización de la
montaña.
El marco temporal al que haremos referencia
en la siguiente presentación se circunscribe a la
primera etapa de la fotografía de parte de las
agencias estatales –ministerios, prefecturas o
comisiones especiales–, desde los primeros
indicios de su utilización, con las expediciones
científico-militares de finales de la década de
1860, hasta la reproducción de estas imágenes
mediante la circulación de publicaciones
oficiales, en especial merced a la Junta de Vías
Fluviales, en la primera década del siglo XX.
1. Contextualizando los usos políticos de la
fotografía
Una vez que el desarrollo de las innovaciones
técnicas permitió superar las barreras que
habían limitado la actividad fotográfica a los
estudios de salón –pasando del daguerrotipo
al colodión húmedo–la fotografía se convertiría, desde mediados del siglo XIX, en un
elemento destacado dentro de las tareas de
objetivación y comprobación empírica,
herramienta inseparable de las exploraciones
de los espacios interiores todavía inhóspitos,
ofreciendo, al mismo tiempo, la posibilidad de
satisfacer la obsesión científica con la clasificación y medición de la alteridad, característico
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
del pensamiento científico occidental(Schartz
y Ryan, 2003).
En la década de 1840 la fotografía llega al Perú,
unos pocos años después de su invención y
difusión en Europa. En esta primera etapa los
complejos procedimientos técnicos que exigía
la producción de imágenes limitaron su acceso
a los sectores acomodados urbanos los cuales,
progresivamente, fueron incorporando este
artificio de la modernidad a su cotidianidad.
Más adelante esta herramienta encontrará
nuevos usos y públicos, merced a la simplificación técnica y al abaratamiento de sus costos.
Al igual que en el resto del mundo, había
“escapado” de los estudios, ganando el
espacio público –la ciudad y su circunstancia–
y, posteriormente, encontraría en los escenarios abiertos del interior del país un nuevo ciclo
de expansión.1
Como afirma Natalia Majluf, desde mediados
del siglo XIX, la fotografía ofrecerá el soporte
visual a diversos viajeros, románticos y científicos, que recorrieron y buscaron documentar
diversos escenarios andinos y costeños del
interior peruano: «Es precisamente a partir de
la década de 1850, época que coincide con el
desarrollo técnico de la fotografía, que los
gobiernos nacionales (…) emprendieron con
renovado interés el proyecto descriptivo que
había sido demarcado por la corona española y
1
El colodión húmedo fue el primer sistema de
reproducción mecánica de imágenes gracias al cual
los fotógrafos se lanzaron al mundo, dando inicio a lo
que llamamos expediciones fotográficas. La técnica
del colodión exigía, como algo indispensable, que los
viajeros llevasen consigo una tienda-laboratorio,
puesto que: «la utilización del procedimiento
húmedo requería un laboratorio oscuro dispuesto a
servir inmediatamente antes y después de la toma de
vista. Como el colodión se diluía en éter, el preparado
se evaporaba rápidamente, máxime en lugares de
temperatura elevada [como el bosque tropical] (…).
La oscuridad necesaria a los manipulados requería
una tienda de campaña perfectamente cerrada,
donde todo estuviese colocado en orden para facilitar
el manejo a ciegas»(Sougez, 1981: 153). En el caso de
las expediciones amazónicas, los equipos descritos
en las fuentes incluyen, además de las máquinas
fotográficas, las cajas con las planchas de cristal,
trípodes, objetivos, una serie de pomos con
diferentes sustancias químicas, prensas de álbumes,
prensas de vistas, embudos de fierro, secadores de
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
los intelectuales ilustrados de fines del siglo
XVIII» (Majluf, 1997: 10). Dentro de esta
renovación positiva y objetiva moderna de la
conciencia del territorio nacional es que la
fotografía jugó un rol clave, desplazando a
otras técnicas de producción de imágenes,
como la litografía o el grabado:2
«Como ningún otro medio visual, la
fotografía construyó una primera visión del
Perú moderno sobre la base de cientos de
imágenes. Circularon masivamente, sueltas
o en álbumes familiares e institucionales,
incorporadas al equipaje de turistas,
ilustrando libros de viajeros o publicaciones
documentales. Su abundancia respondía a
esfuerzos de una generación de fotógrafos
nacionales y extranjeros que, en las décadas
anteriores a la Guerra del Pacífico,
registraron la apertura de nuevas vías de
comunicación y renovación urbana de la
3
capital, signos de la modernidad (…)».
Paralelamente, la bonanza económica que
gozó el Estado decimonónico mercedal
manejo del guano, permitió que diversos
gobiernos desarrollasen estrategias de
exploración, penetración y control de los
territorios orientales, proceso conocido como
la«conquista interna» peruana, política similar
a la aplicada por diversos gobiernos latinoamericanos para la misma época. Los recursos
papel, paños, cubetas, etc. Una descripción de las
complicaciones que significó el uso del colodión
húmedo en la selva peruana, a fines del siglo XIX, nos
la ofrece el franciscano Gabriel Sala (Sala, 1897).
Véase el Anexo 1. Para inicios del siglo XX ubicamos
el uso de una nueva tecnología, la máquina kodak, que
progresivamente va incorporándose al equipo de los
expedicionarios amazónicos.
2
Es interesante anotar la evolución de las tecnologías
de reproducción de imágenes una vez que se establece
el objetivo de plasmar la “realidad”, pasando de los
artistas litográficos a la fotografía «basada en fotografía» y, finalmente, la fotografía. En el caso que
tratamos observamos este tránsito, por ejemplo, en
las en las ilustraciones de los textos de Raimondi
(1884) y Carlos Fry (1889).
3
Majluf y Wuffarden (2001: 91). Dentro del escenario
amazónico, los autores destacan el uso de la
fotografía en las expediciones del ingeniero sueco
John William Nystrom a la selva de Chanchamayo a
inicios de 1869 y del Prefecto Cnel. Baltasar La Torre,
hacia 1873, en la selva del Cusco.
133
Imagen del bosque
provenientes de las exportaciones, sumados a
cierta estabilidad política generada en el
clientelaje y el patrimonialismo distributivo de
los ingresos guaneros, permitieron llevar a la
práctica iniciativas de dominio territorial en
4
algunas regiones del bosque amazónico.
Expediciones conformadas por peruanos y
extranjeros, militares, navegantes, naturalistas, cartógrafos y dibujantes. Estos fueron los
miembros recurrentes de las misiones de
exploración del territorio peruano desde los
albores republicanos. A ellos habrían de
agregarse, desde la década de 1860, los
primeros fotógrafos de campo quienes, con el
tiempo, se convirtieron en actores fundamentales dentro del trabajo de exploración y
“peruanización” del espacio interior peruano.
De esta manera el Estado utilizó los
mecanismos fotográficos dentro de sus
proyectos de ampliación de las fronteras
interiores y el proceso de colonización y
conocimiento interno. Como indica Valeria
Biffi «las fotografías construyeron la
Amazonía como un lugar a ser intervenido/colonizado y ayudó a ampliar los límites
imaginarios de una nueva nación moderna»
(Biffi, 2009: 5, nuestra traducción libre).
2. Los tempranos usos de la fotografía en la
montaña
Las primeras fotografías oficiales que se
conocen sobre la Amazonía peruana están
fechadas en 1869 y corresponden a las
imágenes generadas por dos comisiones
geográficas establecidas por el gobierno
central. La primera de ellas, la «Comisión
Hidrográfica del Amazonas (CHA)», creada
en 1867 y la segunda, la «Comisión Exploradora al Chanchamayo», creada en diciembre
de 1868.
La CHA fue una delegación científica formada
4
Dentro de estas políticas se destaca la compra de
embarcaciones para la exploración fluvial, el
establecimiento en Iquitos de un apostadero naval y
una fuerza militar permanente y fuertes militares en
las zonas de frontera, interna como externa.
5
Oficio del Jefe de la Comisión Hidrográfica del
Amazonas al Prefecto de Loreto, Iquitos, 14 de octubre de 1867, Comisión Hidrográfica del Amazonas,
134
por el gobierno de Mariano I. Prado, bajo
recomendación del entonces ministro Mariano
Paz Soldán, por R.S. del 25 de mayo de 1867, y
que tuvo vigencia hasta 1873. Su objetivo era
desarrollar una serie de exploraciones a los
afluentes navegables del río Amazonas, muy
especialmente, al Ucayali, Pachitea y Palcazu,
fijando el curso de los ríos, reconocimiento del
terreno adyacente y realizar estudios astronómicos. En este momento era evidente el
profundo desconocimiento que tenía el país,
de los territorios fluviales correspondientes a
la Amazonía, luego de casi medio siglo de
establecido el Estado republicano.
La comisión estuvo conformada por un grupo
de marinos norteamericanos confederados,
llegados al país tras la Guerra de Secesión y
liderados por el almirante John R. Tucker. A
ellos se sumarían algunos oficiales e ingenieros
peruanos. Hacia octubre de 1867, poco
después que los comisionados arribaran a
Iquitos, ciudad donde establecerían su centro
de operaciones, Tucker solicitó al Prefecto de
Iquitos, Federico Alzamora, una serie de
instrumentos de navegación y observación
astronómica, herramientas que habían sido
utilizadas un par de años antes por una
comisión de delimitación fronteriza con el
Brasil y que, una vez finalizado el encargo,
habían pasado a custodia del cónsul peruano
en Pará. A la par, solicitará al prefecto se
gestione la adquisición de un equipo fotográfico:
«También necesito una máquina de
fotografía y sus respectivos ingredientes,
sírvase Ud. proporcionarme sus importes o
una orden para el cónsul en el Pará para este
gasto, y otros imprevistos como de compostura de instrumentos»5
Hasta la solicitud de Tucker, la tecnología
fotográfica no había sido integrada a ninguna
comisión científica en nuestro país.6 La
respuesta del prefecto, para «mejor
documentos varios (1867-73), en: Instituto de Estudios Histórico Marítimos (IEHM).
6
Las imágenes fotográficas amazónicas que se conocen para de esta época fueron realizadas por los miembros de la Comisión Científica Española al Pacífico
(1862-65) –quienes, si bien llegaron a recorrer territorio oriental peruano, solo generaron imágenes del
Napo ecuatoriano– y del alemán A. Frish quien, hacia
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
«Vista del Ocuracay en el río Ucayali», imagen grabada en El Perú de Raimondi (1879). Fotografía Reproducida
en Werlich (2010).
Imagen litográfica a partir de una fotografía, probablemente de Alberto La Rose, fechada hacia 1868, como
parte de la exploración de la Comisión Hidrográfica del Amazonas al río Ucayali. En la vista aparece el almirante John Tucker, jefe de la comisión y Gualterio Butt acompañados de un grupo de indígenas en el poblado
de San Antonio de Acurucay.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
135
Imagen del bosque
Miembros de la Comisión La Torre con indígenas huarayos.
Fotografía de Luis Alviña, 1873. Colección Jean Pierre Chaumeil
Imagen ampliada, al parecer, para ser exhibida en la Exposición Departamental del Cusco organizada por el
Prefecto Carrión en 1897 y donde se rindió homenaje al desaparecido explorador Baltasar La Torre. La
fotografía, en tal sentido, es parte de la mistificación que alcanzó esta expedición a la montaña del Cusco de parte
de la elite política e intelectual regional. Dice la reseña original: «Expedición del Coronel La Torre, Prefecto del
Cuzco, al Madre de Dios con tres huachipairis, vista tomada en la pampa de Ccosñipata. Año 1873. Masacrados
por huachipaires en el río Carbón.- Nota.- Murieron todos menos el fotógrafo».
«Vista de un salón chuncho». Fotografía, probablemente de Bernardo Puente de la Vega, durante la expedición
del ingeniero John Nystrom al fuerte San Ramón, en Chanchamayo, hacia 1869.Reproducida en Milla Batres
(1986), del «Álbum Javier Prado Heudebert», bajo el título “Vivienda del Chanchamayo”.
136
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
desempeño de la comisión», fue confiar a
Tucker la compra de los instrumentos solicitados, otorgándole «los fondos necesarios para
la adquisición de una máquina de fotografía
con sus respectivos ingredientes». Es
entendible que la adquisición de estos
aparatos se hiciera en Pará, importante ciudad
comercial en el curso del Amazonas, donde el
desarrollo de la fotografía llevaba algunos
años establecida.7 En esta ciudad Tucker
adquiriría no solamente los aparatos fotográficos, sino que también incorporaría a la
comisión al fotógrafo Alberto La Rose, quien
participó de un viaje de exploración hacia el
Ucayali en el vapor Napo, entre septiembre y
8
diciembre de 1868. Más adelante otros
miembros de la comisión, utilizando el equipo
adquirido por Tucker, también realizaron
fotografías. Es el caso de las vistas tomadas por
Timoteo Smith Buitrón, que fueron remitidas
al Prefecto de Alzamora en 1870.9 El doctor
Francis Galt, por su parte, nos ofrece un
testimonio sobre su primera experiencia
maniobrando la «cámara oscura»:
«(…) incursionando en cosas de las que
nada sé, esta mañana probé mi ignorancia
en la fotografía, pasando por un proceso
algo similar al del sábado, consiguiendo una
borrosa imagen del habilitador [tesorero de
la comisión] por medio de la cámara oscura,
dándole una impresión de chino mandarín
que era divertida.
otro miembro de la comisión] con una
pistola en una mano, con un ojo cerrado, el
otro mirando salvajemente, una manchada
condición leprosa de las manos y camisa,
que le acercó más al aspecto corriente de
algún irlandés que había estado sentándose
sobre alguna "estela" que a otra cosa. Nos
proponemos poner mañana a los desafortunados en las impresiones para ver si estas
mismas víctimas son lo que parecen o no»
(nuestros corchetes y traducción libre).10
Paralelamente a los trabajos emprendidos por
la CHA en el extremo oriente peruano, por R.S.
del 28 de diciembre de 1868 se creaba una
comisión científica al Chanchamayo, al mando
del ingeniero sueco John Nystrom. Esta
comisión contó, a solicitud de Nystrom, con la
participación del fotógrafo cusqueño
Bernardo Puente de la Vega, quien formaría
una colección de vistas de los alrededores del
fuerte San Ramón (Majluf y Wuffarden, 2001:
89). El material elaborado por Puente sería
incorporado como un elemento sustantivo
dentro del informe elevado a las autoridades
por el jefe de la expedición:
«(…) me propongo, primero, dar un informe
preliminar explicando la condición de la
expedición, segundo, un informe circunstanciado de materia científica e ilustraciones
de objetos de interés, algunos de los cuales
han sido fotografiados i otros necesitan
dibujos originales»11
También capturamos a Butt [Gualterio Butt,
la primera mitad de la década de 1860, generó un
importante repertorio gráfico del Amazonas brasileño, llegando a fotografiar indígenas en la zona de
Tabatinga, para la época, frontera peruano-brasileña
(Billeter, 2003: 18).
7
Hasta el establecimiento de los primeros estudios
fotográficos en Iquitos, hacia fines del siglo XIX, las
autoridades peruanas acudían a salones fotográficos
de Pará.
8
No se conocen mayores datos sobre este fotógrafo.
En los informes y pase de revistas elevados desde
Iquitos por Tucker al Ministro de Guerra y Marina, se
indica que continuó como miembro de la comisión
hasta el 31 de enero de 1869 en que fue dado de baja.
Su sueldo como «astillero de preferencia» fue de 16
libras.
9
«Me es grato adjuntar a Ud. tres vistas fotográficas
tomadas en la frontera del Brasil por el capitán (…)
Timoteo Smith (…). Las vistas de los indios Ticunas
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
las creo interesantes por pertenecer a una numerosa
tribu semi-salvaje que se extiende desde el Distrito de
Loreto en el Perú hasta más debajo de Tabatinga en el
Brasil. La escasez de ingredientes necesarios para el
buen manejo de la máquina fotográfica impide al
capitán Smith tomar mayor número de vistas de otros
puntos interesantes que remitiré a Ud. más tarde». En:
Oficio del Prefecto de Iquitos, F. Alzamora, al Ministro de Guerra y Marina. Iquitos, 31 de marzo de 1870,
Comisión Hidrográfica del Amazonas, documentos
varios (1867-73), en: Archivo Histórico del Instituto
de Estudios Histórico Marítimos.
10
Nota fechada el 24 de octubre de 1870, en: Galt,
Francis, Diary of a triptotheHeadwaters of the Amazon
River, 1870-1873, 2 vols., 1874, Ms. 3975, fotocopia,
NationalAnthropological Archives, Smithsonian
Institution, Wash. D.C., pp. 187-188 (por cortesía de
Fernando Santos Granero).
11
«Exploración de las montañas de Chanchamayo por
137
Imagen del bosque
Un tercer caso en el cual es incorporada la
fotografía como parte integral de las
comisiones de exploración científica a la
montaña fue la «Fuerza Expedicionaria al
Madre de Dios», organizada por el Prefecto del
Cusco, Cnel. Baltasar La Torre, la cual recorrió
las selvas adyacentes a su jurisdicción, y que
contó con la participación del fotógrafo Luis
Alviña.12
En el informe elevado al gobierno por el
ingeniero German Göhrin (1877) aparecen
fotografías de Alviña así como comentarios
sobre las dificultades que tuvieron que
sortearse para llevar adelante sus propósitos:
«(…) además de los casi continuos nublados y
frecuentes tempestades, también le
impidieron ocupaciones ajenas a su destino, la
realización de su deseo». En otro momento, el
oficial Camilo Cayo, también partícipe de la
expedición, describe las actividades del
fotógrafo: «El señor Luis Alviña con cinco
soldados marchó al mismo tiempo en sentido
contrario al nuestro hacia la confluencia del río
Carbón situado cerca del estrecho de Ccoñec
con la comisión de tomar las vistas fotográficas
de estos lugares» [Cayo (1873), en MREP
(2008)]
Oriente, las cuales reaparecerán con el advenimiento del nuevo siglo y, más adelante, por la
estabilidad que marca la «república aristocrática». Así, las primeras iniciativas expedicionarias que surgen en el período posterior a la
guerra, a fines de la década de 1880, tienen por
objetivo establecer caminos que articulenla
selva central con Iquitos, para la época,
floreciente capital del comercio de la goma
peruana. Estas comisiones también contaron
con equipos fotográficos, manejados por los
propios ingenieros expedicionarios, hábiles en
el manejo de los aparatos.13 La constitución de
la Sociedad Geográfica de Lima [SGL
(1888)]fue otro momento importante dentro
del descubrimiento visual amazónico.14 En este
sentido, tomamos una cita ilustrativa:
El descalabro que significó la Guerra del
Pacífico desbarató las proyecciones de
dominio territorial durante más de una
década. Luego del fin de la prosperidad
guanera y en los primeros años de la «reconstrucción nacional» vemos que han desaparecido las grandes comisiones fluviales al
«Habiendo el gobierno organizado una
comisión especial exploradora al Ucayali
(…)el Ministerio de Fomento invitó a la
Sociedad Geográfica de Lima [para que]
aprovechara los servicios de aquella
encomendándole estudios topográficos y
climatológicos(…) Aceptada esta invitación
se hizo un pliego de instrucciones que se
envió al Sr. J.F. Remy, socio de la SGL y que
era parte de la comisión quien a su vuelta
nos ha traído [entre otras muestras]
imágenes fotográficas de paisajes y
panoramas de la montaña (…). Como se ve,
el Sr. Remy cumplió, en parte, las instrucciones que se le dieron, no habiéndole sido
posible satisfacerlas todas, porque le
aparato fotográfico, así como el barómetro
el ingeniero Nystrom (1869)», en: Larrabure y Correa
(1905, Tomo I, p. 480).
12
Fotógrafo activo en Arequipa durante década de
1860 y en el Cusco las décadas siguientes. De
nacionalidad argentina, se desconoce la fecha exacta
de su arribo al Perú (Majluf y Wuffarden, 2001). En
enero de 1890 El Perú Ilustrado reproduce,
litográficamente, una de sus vistas de la Iglesia de San
Cristóbal en el Cusco. Hacia 1897 el diario El
Comercio del Cusco anunciaba la reapertura de su local
en la calle Matará 125. Ese mismo año participó de la
Exposición Departamental organizada por el
prefecto Carrión, donde hubo diversos actos de
homenaje al fenecido coronel Baltasar La Torre.
13
Es el caso de los ingenieros de caminos Carlos
Pérez, Enrique Silgado o Federico Remy. Remy,
asimismo, fue miembro del «Foto Club de Lima»
creado en 1888.
14
En la memoria presentada por el Presidente de la
Sociedad (1895-96) Luis Carranza, indica la
adquisición de diversos equipos entre los que se
destaca «un aparato para vistas estereoscópicas; una
cámara oscura fotográfica con tres objetivos», en:
Carranza, L., “Memoria que el Presidente de la SGL
presenta (…) en la última sesión del año de 1895-96,
en: Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima (BSGL),
Tomo VI, N° 1-3, junio 1896, pp. 9-10. En el Tomo V,
N° 10-12 del Boletín (1896), aparece la fototipia
(basado en fotografía) de una hacienda de café en
Chanchamayo. Es la primera imagen fotográfica
reproducida en esta revista con motivos amazónicos,
138
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
propiedad ambos de la Sociedad, quedaron
inutilizados a causa de la caída de la bestia
que los conducía, viéndose por este inesperado accidente obligado a suspender sus
observaciones barométricas y a continuar
tomando imágenes fotográficas» (nuestros
15
corchetes).
«Las vistas fotográficas deberán tomarse,
especialmente como ilustraciones de la
región atravesada. Se tomarán dobles en
cada punto importante, cuidando por el
empleo de una mira colocada a 13 o 15 m.
del aparato, en dirección del eje de éste, que
cada negativo señale el número de orden de
la vista y la orientación magnética de este
eje. En la libreta se tomarán las indicaciones
que corresponden a ese número»17
Este empuje por la exploración científica y
proyección visual amazónica llega a su
máxima expresión con la creación de la Junta
16
de Vías Fluviales a inicios del siglo XX. En
relación a la Junta, los documentos referidos al
uso de las fotografías son explícitos al señalar
una serie de indicaciones que debían cumplir
los comisionados, evidenciando la
importancia que las autoridades daban a las
imágenes como parte sustancial de los
informes que debían ser presentados al
finalizar las expediciones. Así, en las «Instrucciones» dadas al ingeniero César Cipriani, jefe
de la expedición que buscaba abrir la ruta
navegable del Perené hacia el Ucayali (1905), se
indica que:
En esta etapa el desarrollo de la actividad
fotográfica no estuvo exento de dificultades y
tropiezos. Una serie de problemas, técnicos,
logísticos y de salud afectaron el desempeño
de los fotógrafos en el bosque. Diversas notas
indican las dificultades que tuvieron que
afrontar estos especialistas de la imagen, desde
el mal tiempo por la incidencia de días lluviosos, la rotura de los aparatos fotográficos, la
carencia de insumos químicos, la falta de una
«sala oscura» para el revelado, hasta el
naufragio de las lanchas que trasladaban los
equipos –y a los propios fotógrafos– en los
al parecer, de autoría de F. Remy.
Se refiere a la expedición del Cnel. Jessup al Pichis
con dirección a Iquitos, en 1896. En: Carranza, Luis,
“Memoria que el presidente de la S.G.L. presenta a la
Junta General en su última sesión del año (1897)”,
en: BSGL, Tomo VII, N° 1-3, junio 1897, pp. 47-48.
16
La Junta de Vías Fluviales (JVF) fue una institución
creada por R.S. el 22 de abril de 1901 con el fin de
desarrollar una serie de exploraciones e
investigaciones en los bosques de la selva sur, en
especial el Urubamba y el Madre de Dios, aunque
también iniciaron exploraciones en otras partes del
Oriente peruano. Los comisionados entregaron una
serie de informes que fueron conservados en el
archivo de la Junta los cuales, una vez disuelto este
organismo, pasaron al Archivo Especial de Límites
de la Cancillería, creado en 1896. Hoy se ubican en el
Ministerio de Relaciones Exteriores.
17
En: Cipriani, C., Informe del Ing. César Cipriani sobre la
ruta Perené-Ucayali, Lima, Imp. del Estado, 1906, p. 2.
Para esta comisión, Cipriani contó con los servicios
del fotógrafo Carlos Meyer (algunas de las cuales se
publicarían en la revista limeña Prisma, hacia marzo
de 1906. Estos mismos términos losencontramos en
el contrato pactado entre Cipriani y la Junta, para la
exploración del Madre de Dios: «(…) el señor
Cipriani se obliga a acompañar los trabajos que se
ocupan las cláusulas anteriores con una colección de
vistas fotográficas de los puntos más importantes de
la región que va a explorar». En: Correspondencia cursada
entre el Ministerio de RR.EE. y el Ministerio de Guerra y
Marina con la Junta de Vías Fluviales,en:AHL, Fondo
Bolivia, N° LB - 1221.1.C, Caja 297, ff. 25. Fueron,
también,las mismas condiciones en las que se
estableció el contrato de la Junta con el ingeniero Jorge
Von Hassel: «(…) acompañar los trabajos que se
ocupan las cláusulas anteriores con una colección de
vistas fotográficas de los lugares más importantes de
la región explorada». En: Expedición Von Hassel en el río
Pilcopata, en: AHL, Fondo Bolivia, Caja 297, N° 12211-G, f. 3. Por último, se repiten las indicaciones en el
acuerdo de la Juntacon el Cnel. Ernesto La Combe:
«El fotógrafo tomará las vistas que puedan
complementar las observaciones del resto del
personal; procurando fotografiar a los habitantes
indígenas o extranjeros en sus ocupaciones
habituales; y en general todas las fotografías
referentes al hombre debe procurarse que tengan
valor etnográfico; como las que se refieran al terreno,
a los animales y a las plantas deben tener valor
geológico, zoológico y botánico». En: “Instrucciones
que la Junta creada por decreto supremo del 22 de
abril imparte al ingeniero Cnel. E. de la Combe”. En:
Informe del Sr. Crnl. E. L. C. al Presidente de la JVF. AHL,
Fondo Bolivia, Caja 297, N° LB 1221-1-J, f. 7.
15
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
139
Imagen del bosque
torrentosos ríos amazónicos, evidenciando los
desafíos que se tuvieron que superar para
lograr el objetivo que era plasmar visual y
“objetivamente” el escenario amazónico
18
peruano.
Por ejemplo, en septiembre de 1901, el jefe de la
expedición al istmo de Fitzcarrald, Ernesto La
Combe, informaba a las autoridades el fallecimiento del fotógrafo Carlos Zagazeta, quien
murió ahogado en el Pachitea:
«Tengo el profundo sentimiento de darle
parte del fin trágico del joven D. Carlos
Alberto Zagazeta, fotógrafo de la expedición (…) En Iquitos, trataré de conseguir
otro fotógrafo y en último caso tomaré un
joven escribiante (sic) haciendo el señor
ingeniero ayudante del que escribe el papel
de fotógrafo».19
De igual manera, en el informe de la expedición a las regiones del Ucayali, istmo de
Incluso, el traslado de las planchas fotográficas
hacia la capital –donde habrían de ser seleccionadas,
reproducidas, impresas y exhibidas– no estaba
exento de complicaciones. Así, La Combe se quejaba
de la poca precaución con la que los empleados de la
casa Wenshe habían embalado los bultos que partían
del puerto de Iquitos con dirección a Lima «(…) me
es sensible comunicarle que debido a la poca
precaución con la que se han encajonado los objetos,
todo ha llegado roto, las planchas, la mayor parte
rotas, y las demás en muy mal estado, los frascos
rotos, los que sin alcohol habían descompuesto los
animales que contenían». En: La Combe, E., Informe
del Sr. Crnl. E. L. C. al presidente de la JVF. AHL,Fondo
Bolivia, Caja N° 297, N° LB 1221-1-B, f. 123.
19
La Combe, E. Nota de Ernesto La Combe en Puerto
Victoria anotando el fallecimiento del fotógrafo Zagazeta. En:
AHL, fondo Bolivia, Caja 297, N° LB-1221.1.B, ff. 26
(26 V) 40, 40v, 41 41v. Más adelante, el fotógrafo que
pudieron contratar –al parecer en Iquitos–, Arcángel
Lino, no pudo acompañar –ni fotografiar– la última
etapa del recorrido de la expedición en el Madre de
Dios, relegándose en Puerto Markham, puesto que
sus pies estaban muy maltratados y no podía hacer
una caminata hasta Sandia conjuntamente con La
Combe.
20
La Comisión mixta peruano brasileña de
delimitación del Purús y Yurúa fue creada por un
acuerdo entre ambos gobiernos firmado en julio de
1904. Esta misión se dividió en dos subcomisiones
18
140
Fizcarrald y Madre de Dios (1904), dirigida por
Germán Stiglich, se anota las penurias del
técnico Kruse: «En las correntadas del
Coengua (sic) se volcó una canoa, perdiéndose
víveres, armas, materiales de fotografía i
muchos irremplazables artículos (…) El
fotógrafo Carlos Kruse estuvo en inminente
peligro de perecer ahogado por salvar sus
útiles» (Stiglich, 1907: 4).
Por su parte, la comisión peruano-brasileña
encargada de la demarcación de los ríos Purús
y Yurúa (1905) se hizo de dos cámaras fotográficas y los técnicos respectivos.20 Sin embargo, a
poco de iniciar su cometido, el capitán Numa
Pompilio León informaba sobre el retiro del
fotógrafo que hacía parte de la subcomisión al
Yurúa, por lo cual la delegación peruana tuvo
que echar mano de los materiales fotográficos
generados por sus pares brasileros.21 El
fotógrafo Ernesto Netoffen (Netafen) fue
técnicas, una para el río Yurúa y otra para el Purús.
Inicialmente, la subcomisión peruana del Yurúa fue
dirigida por el Enrique Espinar, mientras que la del
Purús fue encomendado a Pedro Buenaño. Como
jefe de ambas comisiones expedicionarias fue
nombrado Espinar, quien luego renunciaría, siendo
remplazado por el propio Buenaño, y pasando Numa
León a comandar la subcomisión al Yurúa. Ambas
comisiones partieron de Iquitos, hacia julio de 1905,
con el respaldo del prefecto Hildebrando Fuentes
quien, asimismo, autorizó a Buenaño la compra de los
materiales fotográficos necesarios –equipos e
insumos que una vez concluida la misión pasaron a
custodia de la Prefectura de Iquitos, hacia fines de
1905–. El jefe de la comisión, además, debía remitir al
despacho del Prefecto de Loreto tres colecciones de
vistas del recorrido: uno para el Archivo de Límites,
otro para la Sociedad Geográfica y un tercero para la
propia prefectura.
21
«Mi antecesor antes de hacer entrega del puesto, dio
de baja al ayudante técnico que, a la vez, desempeñaba
las funciones de fotógrafo de la comisión [Eugenio
Espinar Meza], privando a esta de los útiles servicios
que en el curso de nuestra exploración debía prestar
dicho empleado. Según me dijo: lo hizo porque
estando afectada su salud con principios de beriberi,
no era posible exigirle continuara al servicio de la
comisión, pues justa la razón aducida por el Sr.
Espinar, tuve que desprenderme del fotógrafo bien a
mi pesar puesto que no habiendo quien lo remplazara
quedábamos sin tener cómo sacar vistas ilustrativas
de la región que íbamos a explorar» (nuestros
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
«Grupo de Amueshas de Oxapampa con el viejo Mateo». Fotógrafo anónimo.
Imagen de de indígenas yáneshas asentados cerca de la misión franciscana de Sogormo (Oxapampa).
Reproducida (costado) en los Anales Obra para la Propagación de la Fe en el Oriente del Perú (Vol 2, N° 2, 1902) y,
litografiada (arriba), en el texto del explorador cusqueño Carlos Fry (1887).
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
141
Imagen del bosque
«Expedición Yessup – La Merced», 1896 / «Cosechando café – Chanchamayo», s/f.
Fotografías de Carlos Meyer. Colección de Mario La Rosa Sanz.
Arriba: Los miembros de la expedición dirigida por el Cnel. Jessup en su paso por el pueblo de La Merced,
hacia junio de 1896, con dirección Iquitos a fin de reprimir el levantamiento federalista de Ricardo
Seminario. Abajo: Imagen alegórica al desarrollo de la caficultura entre los inmigrantes europeos,
colonizadores privilegiados por el Estado dentro de las iniciativas de «peruanización» de la montaña. Ambas
fotografías fueron parte del grupo de 240 vistas de la selva central que Meyer elaboró para el Ministerio de
Fomento las que fueron remitidas a la Oficina de Informaciones y Propaganda del Perú en Europa, hacia
1912.
142
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
nombrado como miembro de la expedición al
Purús, mientras que la del Yurúa estuvo
integrada por Eugenio Espinar, quien «desempeñaba las funciones de fotógrafo», pero sería
dado de baja antes de iniciar el recorrido.22
Es importante señalar que, más allá de los
documentos visuales elaborados por la JFV,
entrado el siglo XX las expediciones y
empresas de colonización/explotación
llevadas a cabo en la selva sur –las montañas de
Cusco y Puno– evidencian una activa participación de instituciones privadas, como la Inca
Mining&Rubber Co. o Forga Hnos., que
también produjeron imágenes que, en algunos
casos, fueron remitidas y luego reproducidas
en publicaciones oficiales sobre la región.23
3. Los circuitos de consumo: usos políticos de
la fotografía
orientándose hacia ciertos espacios de opinión
pública que, con el tiempo, se fueron masificando. En algunos casos se ofreció la comercialización de fotografías en tarjetas de visitas, en
otros se buscó reproducirlas en publicaciones
y en la prensa escrita, mediante litografías o
fotograbados «a partir de fotografía». En este
sentido, las opciones de reproducción estaban
supeditadas a las tendencias y tecnologías del
momento.
No se conoce si las imágenes generadas por los
fotógrafos de la Comisión Hidrográfica del
Amazonas fueron puestas a disposición del
público en general. Algunas, sin embargo,
fueron publicadas, mediante litografías, en el
libro de Raimondi (1880). Las fotografías
originales que actualmente conocemos son las
que quedaron en poder de los norteameri24
canos miembros de la comisión.
Desde los orígenes de la fotografía oficial
amazónica, las instituciones encargadas de
gestionar las políticas de exploración y
ocupación de los territorios orientales
mostraron interés en divulgar el material
fotográfico generado por las diversas
comisiones científicas remitidas a la región,
Los diferentes textos publicados por John
Nystrom sobre su experiencia en Chanchamayo carecen de imágenes, aunque en alguno
se hace referencia a las mismas. Asimismo, en
los informes que entregó al Ministerio de
Gobierno se adjuntó un grupo de vistas [«la
fotografía adjunta, representa el puente que en
el día existe sobre el Chanchamayo» (Nystrom,
1869: 483)]. Estas fotografías, tomadas por
corchetes), en: León, N., Informe que presenta el Capitán
de Navío (…) NumaLeón al Ministerio de Relaciones
Exteriores. En: AHL, Fondo Brasil, Caja 211, N°
LBB-13-8, ff. 2-3.
22
(Buenaño, 1906: 342). En otro informe, el mismo
autor hace referencia al «fotógrafo soldado Antonio»
como parte de la comisión al alto Purús. En las
comisiones brasileras fueron comisionados, para el
alto Yurúa, el fotógrafo VictorSchubnel, mientras
que al Purús fue nombrado Egas Chaves Florence.
23
En una misiva del Gerente de la Inca MiningCompany, Chester W. Brown, al Presidente de la Junta de
Vías Fluviales, fechada en junio de 1904, le comunicaba que «el señor Augusto Tamayo (…) se ha prestado gustoso á llevarle unas fotografías que recién
hemos tomado del camino al río West, que esperamos le sean entregadas por dicho señor una vez que
las haya visto el Ministro, Señor Balta» En: Archivo
Histórico de Límites, Fondo Bolivia, Correspondencia e informes de la comisaría del Tambopata. Originales y copias, folio 217. Por este medio, vistas generadas por empleados de la Inca Mining, como Fred
Magner, serían luego reproducidas en las publicacio-
nes de la Junta. Según Bruce Graham, Magner, ingeniero y fotógrafo norteamericano, llegó contratado al
asiento minero de Santo Domingo de Coaza (Puno),
entre 1892 y 1893, realizando diversas labores por más
de una década Véase:
http://bruce.graham.free.fr/family/santo_domingo
24
Como las que fotografías que acompañan el diario
de Francis Galt, fechadas a inicios de la década de
1870, actualmente en los archivos del SmithsonianInstitution [entre otras: «Cocamas Indianwomen
living in theneighborhood of Nauta» (s/f), «Indianhutsonthe Amazon (s/f)», «My home in Iquitos onthe
Amazon» (1874)] o las imágenes ubicadas por David
Werlich (2010) entre descendientes de los marinos
norteamericanos. Desde Iquitos, estas imágenes fueron remitidas al Ministerio de Guerra y Marina. Es
probable que, para la época, esta institución no haya
tenido interés en la divulgación de las fotografías –a
diferencia del Ministerio de Gobierno y Obras Públicas–, por lo cual el material pasó a los archivos sin ser
reproducido o quedó en poder de las autoridades
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
143
Imagen del bosque
Puente de la Vega, fueron puestas a disposición del público por medio de tarjetas postales
en la casa Richardson, uno de los más prestigiosos estudios fotográficos limeños de la
25
época. Caso similar al material fotográfico de
Luis Alviña, elaborado durante la exploración
al Paucartambo dirigida por el siniestrado
prefecto Baltasar La Torre en 1873. Estas
fueron reproducidas en papel albumina y
adjuntadas en los ejemplares del texto
publicado por el ingeniero German Göhring
26
(1877).
secciones como “del interior” o “de provincias”, donde ubicamos pequeñas reseñas de
los viajes de exploración, apertura de caminos
o recorridos científicos, relatos que son
acompañados de singulares imágenes
realizadas por los comisionados, por lo
general, ingenieros con destrezas fotográfi27
cas. De esta manera, la prensa se convierte en
un efectivo mecanismo de exposición de las
imágenes amazónicas generadas por el
Estado.
Reiniciados los proyectos de exploración
amazónica tras la crisis del guano y la Guerra
del Pacífico, las fotografías que se produjeron
en las comisiones de fines de la década de 1880
y el decenio de 1890, serían ampliamente
consumidas por el público citadino. Se
evidencia la importancia que, para fines del
siglo XIX e inicios del siglo XX, alcanzaron los
medios impresos limeños en la construcción
visual del interior amazónico, mediante
Esta herramienta permitió la divulgación de
imágenes que evidenciaban los esfuerzos
científicos y técnicos del Estado con el objetivo
de articular la montaña al proyecto nacional.
Ahora, si recordamos que fue la selva central
–y en especial, Chanchamayo– donde se
materializaron las primeras iniciativas de
vialidad y colonización en el último tercio del
siglo XIX, entenderemos el motivo por el cual
hay una preferencia iconográfica por esta
región. Así, se destacan las ilustraciones que
militares. En el caso de las imágenes reproducidas
por Raimondi, estas le habrían sido remitidas por su
amigo personal, el Mayor Ramón Herrera, miembro
de la CHA hasta 1873.
25
«El Señor Ministro de Gobierno, ha tenido la
bondad de permitir la venta de las fotografías
tomadas en la expedición de Chanchamayo, con la
condición que solo se cobre cuatro reales por cada
una de las copias. (…) De las fotografías que se
pueden conseguir en el establecimiento á la
Richardson (…) [tenemos] “Vista del Fuerte San
Ramón”, “Vista del Puente sobre el río Chanchamayo”, Grupo de la Comisión Científica Exploradora
de Chanchamayo”, “Vista de Nijandaris”, “Vista de
un salón chuncho”, “Vista interior de una choza de
los chunchos”», en: Nystrom (1869: 18-19, nuestros
corchetes). Las reproducciones que conocemos de
esta serie corresponden al «Álbum Javier Prado
Heudebert», publicadas, parcialmente, en Majluf y
Wuffarden (2001) y Milla Batres (1986).
26
Si bien la expedición quedó inconclusa por el
fallecimiento del Prefecto La Torre, Alviña consiguió
que, por R.S. del 12 de noviembre de 1783, se le
remuneren los servicios prestados a la comisión,
reconociéndose sus servicios como fotógrafo.
Asimismo, El Ministerio de Gobierno facultó al
ingeniero Göhring la elaboración de planchas
fotográficas para incluirlas en su informe impreso.
Luego, las reproducciones debieron pasar a los
archivos de la Dirección de Obras Públicas, donde
pudieron ser tomadas por los editores de la obra de
Raimondi (1880), conjuntamente con otras
imágenes de la Comisión Hidrográfica del
Amazonas. Ver: Ministerio de Gobierno, Policía y
Obras Públicas, R.S. del 12 de agosto de 1875. Cabe
anotar que estas imágenes fueron luego modificadas
y reproducidas en el texto del viajero francés Charles
Wiener (1880), además «muchas e interesantes vistas
de paisages (sic) y grupos de salvajes, tomados por el
fotógrafo, señor Alviña que formó parte de la
expedición (…)» pasaron a la redacción de El Perú
Ilustrado que esperaba reproducirlas juntamente al
diario de Domingo Rosas, también miembro de la
comisión La Torre, hacia fines de 1890.
27
Entre los que se destacan, a fines del siglo XIX, El
Perú Ilustrado, El Monitor Popular, Lima Ilustrado y
Prisma y, en las primeras décadas del XX, Novedades,
Ilustración Peruana, Variedades y Actualidades. Estos
medios escritos limeños permitieron, a su vez, la auto
representación de las elites locales frente a la opinión
pública nacional. De esta manera también a ellas
aparecen como artífices del proceso de modernización en la Amazonía (La Serna, 2009). Más adelante,
hacia las décadas de 1900 y 1910, una vez que la
prensa del interior del país empiece a adquirir la
tecnología de fotograbados, encontraremos en sus
144
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
acompañan las notas periodísticas de los viajes
del Ing. Carlos Pérez con dirección a la montaña
del Pichis,28 del Ing. Enrique Silgado en los
trabajos de construcción del camino entre
Tarma y Chanchamayo (1890), y la comisión
científica del Ing. Federico Remy a la Vía
Central,29 todas con notoria repercusión en la
prensa de la época.
Caso aparte es el material generado por los
misioneros católicos, empezando por el
prolífico franciscano Gabriel Sala quien, de
alguna manera, ha venido a encarnar la
sociedad generada entre los intereses evange31
lizadores y las prácticas de dominio estatal.
Las misiones contaron con publicaciones
denominacionales donde se exponían los
alcances de la labor entre diversos grupos
indígenas, destacándose, para la época, el
folleto periódico Anales de la Obra de Propaga32
ción de la Fe en el Oriente del Perú, el cual sirvió
como medio publicitario oficial de las misiones
católicas una vez establecidas las tres prefec33
turas apostólicas del Oriente peruano.
Más adelante, se destaca la difusión que
alcanzarían las imágenes generadas en la
expedición dirigida por el entonces Prefecto de
Ayacucho, Pedro Portillo Silva, con el fin de
asegurar la salida de los productos de su
departamento hacia el Atlántico. Su travesía,
iniciada en mayo de 1900, fue acompañada por
el fotógrafo César Aguirre, quien nos ha
dejado diversas vistas de los viajeros, el
territorio y la población asentada en las
cuencas del Apurímac, Ene, Tambo, Perené,
Pachitea y Pichis y alto Ucayali.30
La Obra proveyó a diversos misioneros de
materiales fotográficos para asegurarse el
envío de estos documentos visuales,
fundamentales para explotar la causa
misionera dentro de la feligresía católica
portadas el uso de imágenes como referencia a los
procesos de construcción de sus espacios orientales.
Es el caso de los diarios El Sol del Cusco, El Comercio
de Puno o El Oriente de Iquitos.
28
En 1889 Pérez dirigió a un grupo de colonos
militares en la selva central, comisión por la cual se
generó un grupo de imágenes, algunas de las cuales
serían reproducidas mediante litografías en El Perú
Ilustrado, cuyos editores indicaban que poseían «(…)
otros grabados referentes a la exposición que, así
como el que describimos, lo hemos copiado de
fotografías tomadas por el Señor Carlos Pérez», en:
EPI, N° 100, 1889.
29
Las imágenes del viaje de Remy fueron
reproducidas en las revistas pierolistasMonitor
Popular (entre abril y mayo de 1897) y Lima Ilustrado
(1899), además de su texto La Vía Central del Perú.
Apuntes sobre el clima y flora de la región del Pichis (1898)
30
Portillo, P. (1901). Algunas de estas imágenes serían
luego portada de diferentes ejemplares de Lima
Ilustrado durante 1902.
31
Sala cumplió una serie de comisiones oficiales por
lo cual sería directamente financiado por el Estado.
Posteriormente, su obra sería reproducida por el
Ministerio de Fomento, ampliamente ilustrada con
litografías en base a sus fotografías (Sala, 1897). Si
bien Sala autor de las fotografías publicadas en dicho
texto, anteriormente, hacia 1886, había hecho
algunos recorridos en la selva de Chanchamayo y
Oxapampa con el fotógrafo Luis Arce: «Con este
pude observar satisfactoriamente todas las quebradas
y pampas que rodean el famoso Cerro de la Sal, y al
fin me convencí que para la formación de un pueblo
un poco numeroso, ningún lugar reunía tantas y
buenas condiciones, como el que hoy se llama San
Luis de Shuaro (...)» (Izaguirre, Tomo XII,1926: 2930). Según nuestro parecer, estas imágenes son las
que hoy, sin mayor datación, se encuentran acopiadas
en la Fototeca de la Biblioteca Nacional del Perú.
32
La OPFOP fue lainstitución tutelar del desarrollo
misionero en el Oriente peruano, creado tras la
realización del 1° Congreso Católico, realizado en
Lima en 1896, encargada de organizar y coordinar los
recursos y el trabajo evangélico entre los grupos
indígenas amazónicos, a instancias de la Obra creada
en Lyon en 1822. Su comité central fue presidido por
la hija del entonces Presidente de la República, Eva
María de Piérola. La estructura de su revista y el uso
continuo de imágenes –litográficas y fotográficas–
acompañando los relatos misioneros, sigue el modelo
que la organización mundial había establecido con
sus propios Anales.
33
Como ha señalado Lucía Chiriboga, para el caso
ecuatoriano, el uso de las imágenes cumplió un rol
destacado dentro de la actividad misionera: «(…) las
fotografías cumplían varias funciones. Por una parte,
publicadas en los libros o boletines de las misiones o
repartidas como postales servían para idealizar el rol
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
145
Imagen del bosque
peruana, especialmente femenina, financista
de las misiones.34 En una misiva de Ángel
Pérez a E.M. Piérola, fechada en la misión de
Sogormo (Oxapampa) el 1 de octubre de 1902,
el franciscano hacía la siguiente referencia:
«Siento mucho no haberle podido mandar
todavía algunas vistas o paisajes sacado con
la maquinita fotográfica que Uds. se
dignaron obsequiarme, pero como a mi
llegada a esta, una vez que hube revisado
los ingredientes, noté que me faltaba un
frasquito de SolutionThoning, y habiéndolo
pedido a Lima, aún no me lo han remitido,
por eso no he podido satisfacer sus deseos y
los míos (…) Sin embargo (…) le envío una
fotografía muy imperfecta sacada con la
maquinita que representa la escuela de
Sogormo».35
exposición de imágenes y contenidos
amazónicos sobre públicos diversos. Con este
objetivo financió exhibiciones que pusieran «
al alcance del público la región de la Montaña,
que en breve será comunicada por camino
definitivo con los puertos fluviales del Oriente
(…) [a fin de] propagar el conocimiento de esas
regiones y provocar hacia ellas una corriente
36
de inmigración espontanea» (nuestros
corchetes).
Paralelamente, se utilizaron otras estrategias
de divulgación de contenidos visuales oficiales. La creación del Ministerio de Fomento, en
1896, institución que tuvo entre sus propósitos
el desarrollo de las políticas con relación a la
montaña, promovió diversos escenarios de
Hacia 1899 el Ministerio de Fomento decidió la
elaboración de un álbum fotográfico sobre las
diversas regiones, recursos e industrias el Perú
que debería ser remitido a la Exposición
Universal de Paris de 1900. Para esta obra,
inicialmente se contrató al fotógrafo Eugenio
Cummins. Sin embargo, la obra terminada
apareció bajo la rúbrica del fotógrafo Fernando
37
Garreaud. Este trabajo, intitulado «Perú
1900», está compuesto en su sección
amazónica por imágenes seleccionadas de las
colecciones existentes en los archivos del
Ministerio de Fomento y los materiales que
algunos fotógrafos vinculados al gobierno
de los misioneros y de las religiosas, enfatizando el
sacrificio, la dedicación e incluso el martirio que
implicaba vivir entre pueblos “salvajes”. Estas
imágenes vendían al público blanco europeo y
ecuatoriano el trabajo de las misiones con la
intención de conseguir apoyo moral y financiero. Por
otra parte, las fotografías intentan documentar los
pasos que los indígenas habían dado ya hacia su total
integración en la sociedad y culturas blancas. A
diferencia de otras imágenes fotográficas
contemporáneas fabricadas primeramente para los
turistas, donde lo que se busca representar es el
“buen salvaje”, lo exótico, lo diferente, el Otro en su
estado natural, la mayoría de las imágenes creadas
por o para los misioneros intenta “vender” otras
mercancías: la domesticidad ya sometida, las almas
ya salvadas, las costumbres salvajes ya abolidas: el
parecido no la diferencia (…)» (Chiriboga, 1992: 20)
34
Véase: «Balance anual de fondos de la obra en
1905», donde se destina al Prefecto de la Misión de
San Francisco del Ucayali los recursos para la
compra de una máquina de fotografía (APFOP, Vol.
IV, N° 4, marzo de 1906, p. 200); el Balance de 1906, en
el que se indican los recursos destinados a insumos
diversos para el trabajo fotográfico de las misiones
del Ucayali (“método para melodium”) (APFOP, Vol.
V, N° 1, marzo de 1907, p. 348); o el balance del año
siguiente (1907), en el cual se anota pastos por: «(…)
una máquina de fotografiar y remisión al Cusco de un
cajón con artículos diversos» (APFOP, Vol. 5, N° 4,
marzo de 1908, pp. 461-464)
35
En: APFOP, Vol. 2, N° 12, octubre de 1902, pp.
303-304. Algunas de estas fotografías fueron también
remitidas y reproducidas en otras publicaciones como
Monitor Popular (N° XLVII, 29 de mayo de 1897; N°
XLVIII–XLIX, Lima junio 15 de 1897; y, años
después, en Variedades (N° 365, 20 de febrero de 1915)
y El Obrero Ilustrado (N° 60, 1917).
36
R.S. del 16 de enero de 1897, «Exhibición
panorámica de vistas de la Montaña», en: Capelo
(1897/98: 84). Esta comisión fue encargada a
Antonio Martrou. No sabemos si este fue el fotógrafo
contratado o el reproductor de las imágenes
generadas, anteriormente, por diversos ingenieros
que tuvieron actividad la selva central peruana.
Asimismo, el Ministerio de Fomento contaba con su
propio Boletín el cual, desde 1905, empieza a
acompañar las notas amazónicas con fotograbados.
37
En una circular del 29 de marzo de 1899, remitida a
diversos prefectos, el entonces Director de Fomento,
146
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
pierolista generaron con anterioridad, entre
38
ellos J. C.Kroehle y F. Remy.
Hacia marzo de 1911, por encargo del
Ministerio de Fomento, el ingeniero de la Vía
del Pichis, Rodolfo Zavala, decidió la contratación del alemán Carlos Meyer, fotógrafo
establecido en la colonia de La Merced
(Chanchamayo), desde la década de 1890, a fin
de elaborar un álbum con vistas de la selva
central destinada a la Oficina de Propaganda,
Inmigración e Informaciones establecida
39
recientemente en Paris. La colección fotográfica fue remitida hacia enero de 1912 «en cinco
cajoncitos» y estaba compuesta por vistas de
establecimientos colonos, la población
indígena y, sobre todo, destacando la
importancia de las obras en el camino hacia los
40
ríos navegables. Posteriormente, estas
fotografías fueron ampliamente reproducidas
en la prensa y en diversas publicaciones
41
peruanas y extranjeras.
Joaquín Capelo, indicaba la contratación de
Cummins y solicitaba la especial atención de las
autoridades departamentales, ante el interés del
gobierno por que dicha «obra se haga en el menor
tiempo y en las mejores condiciones».
38
Muchas de las fotografías reproducidas en este
álbum elaborado por Garreaud, fueron anteriormente publicadas en Lima Ilustrado y Monitor Popular
o corresponden a los clichés que el Kroehle, en
sociedad con Huebner, habían elaborado a finales de
la década de 1880 (La Serna, 2012). Además, en
diversas portadas de Lima Ilustrado desde septiembre
de 1900, la revista se presenta como «Premiado con
mención honrosa en la Exposición Universal de
1900». Algo interesante de destacar es el hecho que
las fotografías de las misiones no fueron incorporadas dentro del álbum, aún cuando también habían
circulado en los mismos medios que los trabajos de
Kroehle o Remy. Al parecer la selección buscó
mantener al margen la obra modernizadora de los
evangelizadores, sobre todo, franciscanos.
39
Esta dependencia fue creada por R.S. del 17 de
febrero de 1911 y abrió sus puertas al público el 28 de
julio del mismo año, bajo la dirección de Carlos
Larrabure y Correa, quien, en una nota publicada el
año siguiente indicaba que «(…) en los salones
destinados al público, como en los reservados al
personal de la oficina se han colocado mapas y
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Paralelamente, las fotografías fueron también
utilizadas por instituciones y reconocidos
expedicionarios en exposiciones y conferencias abiertas al público interesado en conocer la
temática amazónica, despertando el interés
empresarial, filantrópico o académico, por el
devenir de las diversas empresas iniciadas en
el Oriente peruano.42 En este sentido, tomamos
una nota del geógrafo alemán Jorge Von
Hassel:
«Gustoso acepto la invitación de dar a
ustedes una relación de mis viajes y aventuras, en el misterioso país de las Amazonas
(…) Unos dicen: nuestra época es el tiempo
de la fotografía; todo el mundo está
entregado a este sport, y yo, también ando
en esta corriente. En el curso de esta
conferencia voy a demostrar a ustedes unas
instantáneas de mi vida, unas planchas
tomadas aquí en el Perú, y otras, ahora cosa
43
de diez a doce años, en Alemania»
fotografías de nuestras principales ciudades, de las
instalaciones industriales (…), vistas de la montaña y
de las obras de arte más interesantes de los ferrocarriles del Perú (…)». En: Larrabure, c. “La Oficina de
Inmigraciones y propaganda del Perú en Europa, en:
Anales de la Dirección de Fomento, N° 7, 1912, p. 2-3.
40
El pedido inicial del ministerio fue de 300 imágenes,
de las cuales solo se generaron 240. Estas fotografías
fueron clasificadas por el ingeniero Zavala en cinco
series, siendo cada una de las vistas enumerada y
reseñada, por ejemplo: «Serie A/N° 1.- HerreríaChacra-Camino entre La Merced y San Ramón»;
«Serie C/N° 12.- chunchos en Balsa-Río Perené»;
«Serie C/N° 1.- Secadores de café-Hacienda “San
Juan” Perené»; «Serie D/N° 50.- Pan de AzúcarCamino entre Chanchamayo y Tarma».
41
Algunas de las imágenes remitidas por Zavala al
Ministerio eran trabajos previos de Meyer quien,
desde la década de 1890, estuvo activo entre la
colonia del Perené, La Merced y San Ramón. Al
parecer, éste siguió ofreciendo sus fotografías a
viajeros que ingresaron a la selva central por
Chanchamayo en los años siguientes, como es el caso
del reverendo A. Miles Moss, en 1909.
42
Eventos organizados, por ejemplo, por la Sociedad
Geográfica de Lima, las instituciones misioneras o el
Ministerio de Fomento.
43
«Trozos de una conferencia (dedicada al Club
147
Imagen del bosque
Una vez que se tomó conciencia del hecho
fundamental que significaba la divulgación de
fotografías ante diferentes públicos,
entendemos el valor que alcanzaron los
materiales generados por la Junta de Vías
Fluviales dentro de las políticas oficiales. Los
informes fueron publicados y, ampliamente
ilustrados, remitidos a diversas instituciones
públicas y centros de investigación en el país y
44
el extranjero. Asimismo, estos materiales
fueron, además de incorporadas a los libros
impresos sobre las expediciones, reproducidos
en diversos medios de prensa de la época
(Variedades, Actualidades).
A manera de conclusión
Las regiones amazónicas representadas en la
«temprana fotografía oficial» corresponden a
los objetivos expresados por las propias lógicas
e intereses del Estado peruano a través de sus
diversas instituciones y se pueden clasificar,
temporalmente, en la medida que los ritmos de
la colonización va atravesando nuevos territorios. Así, las primeras imágenes reflejan las
entradas de exploración al piedemonte, en
Chanchamayo y las montañas del Cusco, o las
exploraciones fluviales a los ríos navegables
del Amazonas (Ucayali, Tambo y Pachitea).
Más adelante el repertorio se amplía, en la
medida que el proceso de dominio territorial se
alemán)», en: Von Hassel, J. Hechos y sueños. Episodios
de la vida del explorador Jorge Von Hassel, Imp. Mercantil, 1905: 20.
44
Ejemplares de las publicaciones de la JVF fueron
remitidas, entre otras, a las siguientes instituciones:
Prefectura Apostólica del Ucayali; Universidad del
Cusco; Subprefectura de la Provincia de Paucar148
expande espacialmente, como ejemplifican las
imágenes de la vía del Pichisy, en la selva sur,
las vistas del Madre de Dios. En tal sentido,
evidenciamos que las imágenes generadas en
las diversas comisiones tienen claras limitaciones (lo que no se fotografía) pues la vistas de
la montaña responden a los discursos oficiales y
políticos manejados por la clase dirigente
acerca del territorio y la población, lo que
determina lo que debe ser representado en las
imágenes.
Desde esta temprana etapa encontramos un
claro interés de los agentes productores de
imágenes en reproducir las vistas en públicos
diversos a fin de corroborar el éxito y la
importancia de las empresas que se llevaban a
cabo en el bosque. Esta motivación explica la
recurrente utilización y reproducción de
fotografías en diversos medios, desde tarjetas
de visita, exposiciones abiertas o su masificación en la prensa escrita, fomentando lo que se
ha denominado la construcción visual del
territorio oriental y la peruanización de su
población indígena,“empresa estatal” que, en
las décadas siguientes, continuaron diversos
fotógrafos, como Walter Runcie, George M.
Gyott y Antonio Wong; empresarios con
interés en la comercialización de postales,
como es el caso de Eduardo Pollack; o las
propias instituciones misioneras, católicas y
evangélicas.
tambo; Parroquia de Paucartambo; Biblioteca y
Museo de Arequipa; Club de Arequipa; Club de Tiro
al Blanco de La Libertad, a la Prefectura del Madre de
Dios. Fueron además solicitados por TheRogalGeographicalSociety, JustusPerthes' GeographischeAnstalt y la
Prefectura de Junín.
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
Portada del semanario Lima Ilustrado, 8 de abril de 1902, año IV, N° 22
Fotografía de César Aguirre, hacia 1900.
La imagen, reproducida en Portillo (1901), muestra a los miembros de la expedición dirigida por el prefecto de Ayacucho
en su paso por la Vía del Pichis.
En la parte superior de la página aparece un texto que indica la adjudicación que los editores de la revista hicieron del
premio logrado por el Álbum Perú 1900 en la Exposición Universal de Paris de 1900.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
149
Imagen del bosque
«Andrés el Piro, su mujer y su hermano». Fotografía de Arcángel Lino, en la región del Tambopata, hacia 1901. Archivo
Histórico de Límites, Lima.
Imagen tomada del informe entregado por Ernesto La Combe a la Junta de Vías Fluviales (1901).
Sobre la participación de los indígenas dentro de la expedición, afirmaba La Combe: «El 5 de marzo regresaron los guías
Sánchez y Galdós, con toda una flotilla de canoítas de Piros y con la bandera peruana desplegada, subieron a bordo donde
se les agasajó con un supuesto coñac, cachaza, monedas, etc. Y empecé con el curaca Emilio: “La Palabra” (creo oportuno
servirme de la palabra que las principales naciones que tienen posesiones en África emplean cuando tienen que
conferenciar con un jefe de tribu)». Y, más adelante, el conocido Coronel Pereira, felicitaba el éxito de la misión
reafirmando el rol que los nativos jugaban en las exploraciones fluviales: «¿Quién podría dar un paso en esos ríos sin el
generoso y útil auxilio de esos infelices, más nobles, más sumisos y, sobre todo, más veraces que los que vienen de allá a
contar o escribir cuanto les parece a propósito para dar importancia a sus viajes»
«Oficina de informaciones del gobierno del Perú»
Fotógrafo anónimo. Archivo Histórico de Marina, Lima.
Institución de promoción a las inversiones y conocimiento del territorio y recursos peruanos en el extranjero. Dirigida
inicialmente por Carlos Larrabure y Correa permitió la divulgación de imágenes amazónicas: Chanchamayo en el lente de
Carlos Meyer o la colección del cauchero Julio C. Arana sobre la región del Putumayo. Su salón de lectura -y exhibición
fotográfica- se ubicaba en la 6, Boul. de la Madeleine, 6, Paris.
150
UNSAAC - Riqch´ariy
Juan Carlos La Serna
Anexo 1
Revelando imágenes en medio del bosque
Escrito desde Puerto Esperanza, en el bajo Pichis, el 30 de noviembre de 1886
«En este día quise hacer un experimento sobre las planchas que llevaba de “Schmit”; porque como nunca
las había usado no sabía si las que había sacado durante el viaje estaban bien ó mal; y para no exponerme
á perderlas todas durante mi larga excursión, juzgué hasta necesario hacer este experimento, quiero
decir, el desarrollo. Para esto tuve que armar una cámara oscura, y lo hice con ocho frazadas nuevas que
tenía dicho señor [Belfort]; también puse mi poncho, y luego con alfileres los juntamos bien por los ángulos, á fin de impedir lo mejor posible la penetración de la luz. Me faltaban cubetas y en su lugar me serví de
ollas de fierro aporcelanado, de fondo plano. Me faltaba agua limpia y destilada y en su lugar tuve que
valerme de agua sucia pero bien hervida y reposada: el río estaba muy cargado y sucio. Preparadas así tan
imperfectamente las cosas, procedí al desarrollo: encendí mi farolito de cristales rojos (y en su defecto me
valgo también de pañuelo o frazada colorada); eché las planchas dentro del baño de sulfato de fierro y
oxalato neutro de potasa y á los cinco minutos todavía conseguí ver por completo el desarrollo de la imagen negativa. Lavé la plancha con agua bastante sucia, la fijé con el hiposulfito y la dí el último baño de
alumbre. Como aquí en la montaña es muy difícil poder sacar planchas al aire libre, por la mucha humedad de que está impregnada: tuve que irme á la cocina y puesto á media vara de distancia del fuego estuve
moviendo las planchas recién lavadas en todas direcciones, como quien se está abanicando. No conviene
estar quieto porque entonces se derrite la gelatina y se pierde el retrato, como me pasó una vez. El trabajo
principal me estaba reservado en el papel sensibilizado. Pasé a querer poner una hoja para sacar un positivo, y me encuentro que las hojas se habían pegado mutuamente, formándose de cada dos una sola hoja
pero con tanta tenacidad que no había manera de despegarlas.
Entonces se me ocurrió llevar un braserito dentro del cuarto oscuro y allí estar manipulando, sobre las
brasas, á dos pulgadas de distancia, las hojas de papel sensibilizado hasta conseguir que se desprendiera
una de otra. Una vez conseguido esto, coloqué la plancha y el papel en la prensa, la puse al sol ó á la luz que
despedían las nubes, y conseguí varias vistas positivas, las que bañadas con el hiposulfito y cloruro de oro,
las dejé pegadas con otras tantas cartulinas, en testimonio de mi gratitud.
Nota.- Como esta operación me costaba mucho tiempo y siempre me malograba algo las hojas, he probado despegarlas metiéndolas dentro de una palangana de agua limpia y fría en el cuarto oscuro, y al cabo
de media hora las he despegado fácilmente sin malograrse nada. Después las he hecho secar en la misma
oscuridad y las he usado del modo que se acostumbra.
He querido poner aquí todo el procedimiento, porque si algún fotógrafo piensa sacar y desarrollar vistas
en la montaña, especialmente en tiempo de aguas, sepa los inconvenientes que hay y como se puede de
alguna manera conjurarlos.
Respecto al papel sensibilizado, creo que sería muy bueno separar una hoja de otra antes de entrar a la
montaña; quiero decir en lugar de estar tocándose las dos caras albuminadas, voltear una de las hojas,
para que la cara albuminada de una hoja descanse sobre la espalda de la otra. De esta manera, y estando
bien encarpetadas, se ahorrará el trabajo inmenso y fastidioso de estar una hora sobre las brasas para
despegar una sola hoja como he tenido que hacerlo yo varias veces. También conviene tener presente, que
en tiempo de aguas lo que más embaraza las operaciones fotográficas es el agua sucia, pues no hay río, ni
quebrada, ni laguna, que no esté todo turbio. El remedio más fácil contra este mal, es recoger el agua de la
lluvia mediante alguna toldera, tocuyo o encauchado; y si ni esta agua pudiera conseguirse por no llover
aquel día ó momento en que se necesita, entonces se tomará agua del río, charco ó acequia, se dejará reposar y luego se hará hervir bien, y colándola con un trapo bien tupido, se podrá hacer uso de ella, como si
fuese destilada».
Tomado de: Sala, G. Exploración de los ríos Pichis, Pachitea y Alto Ucayali y la región del Gran Pajonal, Imp.
La Industria, Lima, pp. 31-34
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
151
Imagen del bosque
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UNSAAC - Riqch´ariy
De Marcelino Halire a Miguel Quispe:
Mentalidad Indígena en Torno a la Problemática por
la Titulación de Comunidades Campesinas en el Cusco
Jhonatan Cavero Aquise*
Resumen
degree and recognition of communal land as a
way to defend against the abuses of the bosses.
El presente trabajo trata de los movimientos
campesinos que se desarrollaron en la primera
mitad del siglo XX en la provincia de Acomayo
(Cusco), específicamente durante el gobierno
de Leguía, mostrando los actores principales
como el dirigente Marcelino Haliri, a través de
los que podemos ver que una demanda
importante de aquellos años fue la titulación y
reconocimiento del territorio comunal, como
una forma de defenderse de los abusos de los
gamonales.
Key words:
Palabras clave: Acomayo, movimiento
campesino, gamonalismo, comunidades,
indigenismo.
Abstract:
This paper deals with farmers' movements
that developed in the first half of the twentieth
century in the province of Acomayo (Cusco),
specifically during the Leguia government,
showing the main actors as the leader
Marcelino Haliri, through which we can see
significant demand in those years was the
Acomayo, peasant movement, gamonalismo,
communities, indigenous.
****
Q
uisiera iniciar estas líneas señalando
que la presente temática forma parte
integrante de un conjunto de ideas y
planteamientos que se intenta plasmar en la
tesis intitulada “Violencia y Conflictos en el
Proceso de Reconocimiento y Titulación de
Comunidades Campesinas en el Cusco:
Acomayo 1920 - 1975”, la misma que la
desarrollo con la finalidad de alcanzar el título
de Licenciado en Historia.
En este entender, cabe destacar que 1920 es un
año de mucha trascendencia dentro de la
Historia de las Comunidades Campesinas del
Perú, pues es en este período en que bajo el
gobierno de Augusto B. Leguía se promulgara
una nueva Constitución dentro del cual se
reconocería nuevamente a las Comunidades
Campesinas, insertándolas dentro del
contexto jurídico nacional. Si bien es cierto que
* Bachiller egresado de la Facultad de Ciencias Sociales, Carrera Profesional de Historia de la Universidad
Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
155
Marcelino Halire
desde años antes se habían dado una serie de
movimientos de protesta por parte de los
campesinos en contra del abuso de las autoridades, gamonales, etc, las Comunidades
buscan de una manera efectiva no sólo ser
reconocidas como tales, sino, y esto es
fundamental, en recuperar las tierras de las
cuales habían sido despojados metódicamente
muchos años antes.
Nuestra intención es poder comprender este
proceso a partir de un contexto particular:
Acomayo. La información que se pudo ubicar
en los periódicos de la época, en el Archivo
Regional del Cusco; así como en el Archivo del
Ministerio de Agricultura de Sicuani nos da
ciertas pautas que nos pueden ayudar mucho
en este aspecto, además que a partir de ello
pretendo analizar a dos personajes que
influyeron bastante en lo social y mental de las
comunidades Campesinas del Cusco:
Marcelino Halire y Miguel Quispe.
Deustua y Renique (1984), Renique (1987) y
Tamayo Herrera (1992) sostienen que desde
1917, a partir de rumores, y en 1919, de una
manera real, se dieron una serie de levantamientos violentos en el ámbito rural del Cusco
y Puno. La forma simultánea en que dieron
estos movimientos originaría comentarios
disímiles, en el ideario de hacendados y
terratenientes que eran los que más se sentían
amenazados por esta coyuntura de protesta.
Ideas como el de la guerra de castas y la del
retorno del Inca como forma de gobierno y
sociedad serían propaladas abiertamente.
¿Remembranza a los movimientos revolucionarios del siglo XVIII? ¿Mesianismos?
“… esta agitación mal encaminada de los
aborígenes no es un caso que deba interesar tan
solo a los propietarios rurales, sino que debe
despertar en toda la sociedad un movimiento de
solidaridad indispensable ante la sombría
amenaza de las multitudes indígenas que, si se
las deja sin control consumaran su obra de
destrucción en los campos i luego atacaran las
poblaciones y exterminaran a sus habitantes... el
indio no pretende únicamente reivindicar las
1
Diario El Comercio del Cusco, 15 de septiembre de
1922.
2
Diario El Comercio del Cusco, 21 de diciembre de
1922. “Carta de Luís Felipe Aguilar al Patronato de
la Raza Indígena.”
156
tierras que dice le han arrebatado algunos
gamonales, sino que anhela restaurar el Imperio
del Tahuantinsuyo i el culto al sol i limpiar de
blancos todo el territorio nacional…”1
Mas la realidad visible sería diferente a este
temor racial de los grandes terratenientes:
“… casi la totalidad de las quejas de los
indígenas se refieren al despojo que de sus propiedades comunitarias les han inferido los vecinos de
su respectivos pueblos, sucediendo esto con
mayor frecuencia en la provincia de Espinar,
Chumbivilcas i Canas, donde la propiedad rural
indígena casi ha desaparecido absorbida por la
acción paulatina, sistemática y constante, no solo
de los gamonales i latifundistas, sino hasta de
cualquier mestizo que ha amanecido con los
2
deseos de hacerse propietario…”
Pero cabe en este parámetro establecer la
siguiente interrogante: ¿El problema del
indígena peruano se contextualizaba
únicamente en el despojo de sus tierras, ya
sean éstas de propiedad particular o comunal?
O plasmándolo en otros términos, ¿Existían
otras modalidades de explotación al indígena
peruano y que se encontraban fuera del
sistema de expulsión sistemática de sus tierras
por parte de gamonales y autoridades?
Bajo estas disyuntivas, creemos que no era
nada raro el observar que durante la primera
mitad del siglo XIX el estado y las clases
dominantes optaron por descargar el peso de
la crisis fundamentalmente sobre los hombros
de la masa campesina. Contradictoriamente,
encontramos que durante los primeros meses
de iniciado el conflicto con Chile y antes de la
toma de Lima; Piérola se declaró “… unido a su
carácter de jefe supremo de la República, protector
de la raza indígena…”3
De acuerdo a las consideraciones de un decreto
firmado por este gobernante el 22 de mayo de
1880, se puntualiza que: “… los indígenas han
sido y son objeto de desafuero y exacciones contrarias a la justicia… ellos reclaman reparación y a
pesar de la guerra no es posible desatenderles por
más tiempo…”4
3
BASADRE, Jorge. “Historia de la República del
Perú.” Editorial Universitaria S.A., Lima, Sin Año
de Publicación, Tomo VIII, p 243
4
Íbid.
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
En las secciones resolutivas de dicho decreto se
designaban artículos de protección frente a
todo el “atropello e injusticia”; además, “toda
servidumbre o contribución exigida al indio y no
impuesta a los demás, sería considerado como un
daño público”, y como tal se encontraba
comprendida en el Art. 8 del Estatuto Provisorio, dicho artículo esgrimía la “Pena Capital”
5
bajo el sustento jurídico de traición a la patria.
De esta manera es fácil discernir que los
párrocos de las doctrinas debieran difundir
dicho decreto publicándolo en quechua y en
aymará; con la consigna de este mandato no es
difícil pensar en las burlas y el escarnio que
arreciaron en contra de Piérola. En realidad,
esta noción aparentaba ser una copia de la
actitud tutelar asumida por la Legislación de
Indias y la “intervención del estado a favor de los
pobres, frente al dominio de los poderosos”. En
esencia, dicho decreto presentaba una sola
finalidad: “… atraer hacia el gobierno peruano, y
por consiguiente en contra del invasor la simpatía
de la población de la sierra, la misma que era
6
necesaria para la defensa nacional…”
Bajo estas premisas, podríamos señalar que el
Perú no sufrió calamidad más desastrosa que
la guerra con Chile, el perjuicio causado por
nuestro vencedor no está en los asesinatos, en
las devastaciones ni en las rapiñas; está en lo
que nos deja y nos enseña. Es cierto que Chile
se llevó el guano, el salitre y largos jirones de
territorio, pero nos dejó el amilanamiento, la
pequeñez de espíritu, la conformidad con la
derrota y el tedio de vivir modesta y honradamente. Contradictoriamente, mientras Chile
crecía en una progresión aritmética, nosotros
decrecíamos en una progresión geométrica.
Nuestro enemigo nos aventajó en su espíritu
práctico y hasta en la humildad que le hizo
buscar la luz en todas partes y aceptar el bien
viniera de donde viniera. Como consecuencia
de esta etapa coyuntural de fracasos y amilanamiento era fácil avizorar que después del
conflicto con Chile -y las posteriores guerras
5
Íbid.
Íbid.
7
MARIATEGUI, José Carlos. “7 Ensayos de
Interpretación de la Realidad Peruana.” Biblioteca
Amauta, Lima. 1968,pp. 19.
8
De acuerdo a los estudios de Wilfredo Kapsoli, esta
6
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
civiles que le sucedieron-, se encontraría
durante los primeros decenios del siglo XX a
un país desangrado, mutilado y con una
terrible anemia.7
Durante la guerra con Chile y después de ella,
8
el cobro de la “Contribución Personal” se hizo
de una forma más violenta y compulsiva.
Abolida por Ramón Castilla en 1854, fue
nuevamente restablecida por Manuel Pardo y
Ugarteche en el año de 1877; cambiando de
denominación al de “Recurso de Guerra” en el
año de 1879. Dicho cobro consistía en una
aportación de dinero al Estado anualmente. En
ciertos casos, esta contribución era acompañada por el “Impuesto de la República” que
consistía en el trabajo gratuito que prestaban
los campesinos en las labores y faenas de bien
común.9
Particularmente, podemos observar que el
“Impuesto de la República” era conocido en la
ciudad del Cusco con el nombre de la “Ley de
Conscripción” o la “Ley del Reclutaje.” De
acuerdo a un documento correspondiente al
año de 1862 sabemos que por medio de esta
ley, los pobladores de la ciudad; muy en
particular los indígenas y campesinos se
encontraban en la obligación de realizar
“trabajos comunales de características agrícolas y
urbanas por medio de faenas” entre las que se
encontraban consignadas “la producción
agrícola de los campos, el barrido, la canalización y
el empedrado de las calles de la ciudad”, para tal
efecto las autoridades cusqueñas solicitaban al
Ministro de Estado “… se sirva dictar sus órdenes
a las autoridades correspondientes para el logro de
los interesantes objetos que van indicados en la
presente nota, dando el necesario paso de excitar el
patriotismo y espíritu público del señor vicario
capitular para que ordene a los párrocos que en sus
doctrinas exhorten a los indígenas al trabajo, y
circulando ordenen a los subprefectos para que por
medio de los gobernadores y caciques los estimulen a
ello del modo más eficaz posible…”10
Inicialmente, esta ley se encontraba ejercida
contribución en la época colonial era conocida con el
nombre de “Tributo Indígena.”
9
BASADRE, Jorge. Ob. Cit. Tomo VIII. p. 244.
10
Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal del
Cusco, Legajo N° 2, Año 1860 – 1869. (En
referencia al documento, ver el año de 1861, folio
17V – 18.)
157
Marcelino Halire
por los funcionarios municipales entre los que
destacaban “… los celadores de barrios y maestros
de gremio, quienes procedían a reclutarlos entre los
vagos dispersos y desertores…”11
Parece ser que esta ordenanza no cumplía con
las expectativas deseadas por el gobierno
central a razón de sl incumplimiento por parte
de la población cusqueña, siendo una de las
principales características de esta etapa las
innumerables quejas por parte de las autoridades municipales, motivo por el cual el
gobierno opta que se ejecute el reclutaje “…
diariamente en la ciudad por los oficiales y soldados
de los batallones de Cusco y Huancané… con
infracción de la ley fundamental, cometiendo
violencias inauditas con los artesanos y celadores de
12
la Municipalidad…”
Como se puede apreciar, tanto las ordenanzas
del Gobierno Central, así como las del
Gobierno Municipal iban siempre mayoritariamente en contra de los campesinos e indígenas; era pues muy común el observar el disgregamiento racial y humano por las acciones
políticas que eran tomadas por sus gobernantes; siendo lo más resaltante el cobro de
múltiples impuestos y los trabajos a los que
estaban sometidos.
Podríamos señalar y sin dudarlo que, el
problema indígena es componente del
problema campesino, y por otro lado al
referirnos a la persistencia de las relaciones
coloniales, estamentales y segregadoras; que
estas forman el componente central del
problema nacional.
Cabe considerar que en los últimos decenios
del siglo XIX, la población campesina se
11
Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal del
Cusco, Legajo N° 2, Año 1860 – 1869. (En referencia
al documento, ver el año de 1861, folio 24V – 25.)
12
Archivo Histórico de la Biblioteca Municipal del
Cusco, Legajo N° 2, Año 1860 – 1869. (En referencia
al documento, ver el año de 1861, folio 25V – 26.)
13
KAPSOLI, Wilfredo. “Los Movimientos
Campesinos en el Perú 1879 - 1965”. Delva Editores,
Lima. 1977, p. 25.
14
Sobre el origen, formación y consolidación de las
haciendas en el Cusco son clásicos y de consulta
obligada: los “Mapas Coloniales de Haciendas
Cusqueñas” de Macera (1968) y “Perfil de la
158
encontraba movilizada a lo largo de todo el
Perú. Formó parte del ejército nacional
durante la guerra con Chile o de los ejércitos de
Cáceres, Iglesias o Piérola, creciendo considerablemente en ciertas regiones como
Ayacucho, Huánuco, Puno, Cuzco, Ancash y
Cajamarca; pero también fue arrasada por
epidemias de viruela (1886, 1889, 1890); angina
(1889); sarampión (1889, 1892). Soportó
también la agresión creciente del estado y de
las clases dominantes. Su respuesta ante tal
opresión se objetivó en fenómenos de bandolerismo, asonadas, revueltas y sublevaciones
que comprometieron a todo el territorio
peruano.13 Junto con el usufructo gratuito de la
fuerza de trabajo campesina, podemos
encontrar en algunos casos una agudización
de contradicciones en torno a las clases
sociales, motivo por el cual era común que se
gestasen algunos movimientos; muchos de los
cuales no presentaban una dirección definida.
Podemos encontrar de la misma manera que
los mecanismos que dieron origen a la
propiedad de las tierras precursoras de las
haciendas, en los andes fueron la merced de
tierras; compra y traspaso por deudas;
contratos fraudulentos; desvirtuaciones de
tributos; fusión de los pueblos indígenas; así
como el abandono y la migración, más el
origen de las haciendas como unidad “cualitativamente superior a la mera suma de pedazos de
tierras, sumados en los espacios rurales” se daría a
partir de 1591 con la primera visita y composición de tierras lo que significaría legalizar la
tenencia, legal o no, de las grandes extensiones
14
territoriales.
Sociedad Rural Cusqueña a Fines de la Colonia” de
Morner (1978) a ellos se sumarian el trabajo
descriptivo realizado a partir de un exhaustivo
seguimiento documental intitulado “Historia de la
Hacienda Colonial Cusqueña” de Gutiérrez (1993);
el trabajo sobre Pachachaca de Polo y la Borda (1976)
“Estructura Agraria y Vida Rural en una Región
Andina” de Glave y Remy (1983) el trabajo de
Donato Amado (1998) sobre el valle de
Chinchaypuquio. Sobre producción textil que se dio
en las haciendas a través de obrajes: Moscoso (1965)
y Escandell (1997), el aspecto jurídico y de derecho es
tratado por Guevara (1993).
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
De acuerdo a ello, el origen de las comunidades están relacionadas con los ayllus prehispánicos, lejanos a la información histórica, el
origen colonial de éstas se presenta a partir de
las reducciones que buscaban reubicar a la
población indígena de tal manera que
pudieran ser más fácilmente evangelizados y
15
sujetados al control tributario.
Es bien sabido que para la existencia y supervivencia del campesinado es imprescindible la
“posesión de la tierra.” Empero, en el caso
peruano la conquista española, así como el
sometimiento de territorio, el reparto y el
arrebato de las tierras indígenas, marcó el
inicio del padecimiento que de generación en
generación se vendría agudizando cada vez y
con una mayor intensidad. Cuando a finales
del siglo XIX y los primeros años del XX se
produjeron los grandes movimientos campesinos, sólo algunas personas advirtieron la
existencia del problema; tratando de presentar
desde luego una serie de causas y soluciones,
que por lo común no tocaban el meollo del
mismo, sin embargo, otros como José Carlos
Mariátegui planteaban la cuestión certeramente: “… colocando en primer plano el problema
económico – social asumimos la actitud menos lírica
y menos literaria posible. No nos contentamos con
reivindicar el derecho del indio a la educación, a la
cultura, al amor y al cielo. Comenzamos por reivin16
dicar, categóricamente su derecho a la tierra…”
Evidentemente es de observar que el problema
campesino, particularmente en la ciudad del
Cusco y en sus provincias, se encontraba
enmarcado en la usurpación de las tierras por
parte de los gamonales; por lo tanto era común
que una de las maneras de solucionar esta
disyuntiva se encontraba inicialmente en la
devolución de los territorios arrebatados al
campesinado, sean por “medios legales”, por
“razones de protección” y “por ocupación de
facto”, siendo éstas las maneras más usuales de
15
PEASE, Franklin. “Curacas, Reciprocidad y
Riqueza.” Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima. 1992, pp. 18.
16
MARIATEGUI, José Carlos. Ob. Cit. pp. 41
17
CCOA, Mariano. (Delegado de la Comunidad de
Marcapata.) “Libro de Actas del Patronato de la Raza
Indígena, Tomo N° I. Folio N° 208.” Sesión N° 93
del 19 de octubre de 1928. Cf. KAPSÓLI, Wilfredo y
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
formación de las haciendas en el Perú. A pesar
de todas las quejas que se presentaban en
contra de las autoridades y gamonales, el
Patronato de la Raza Indígena no presentaba el
poder suficiente como para poder solucionar
los problemas que se acrecentaban cada vez
más en torno a la masa campesina. Debemos
señalar también que, cualquier reclamo por
parte de los campesinos por sus tierras, era
contestada con represalias por parte de los
terratenientes y en muchos casos hasta con
“represalias legales de la mano protectora del
estado”. Se señalaba además que aparte de
privar de sus tierras a los campesinos, los
sometían a servicios gratuitos a cambio del
usufructo de sus propias tierras. Esta situación
fue denunciada por el comunero Mariano
Ccoa de Marcapata, en la provincia de Quispicanchis; quien se presentó directamente ante el
Patronato Central a exponer que:
“… el gamonal Julio Ochoa, después de conseguir
que paguemos arrendamientos por nuestras tierras,
de legendaria posesión y dominio, nos quita
nuestros pequeños capitales del ganado y nos
ultraja repetidamente, ya en nuestras personas con
castigos indebidos y apresamientos, con la punible
opresión de las autoridades del distrito y la
17
provincia de nuestra residencia…”
Resumiendo, cabe afirmar que desde la
colonia, las tierras de los indígenas fueron
anexadas como propiedad de las haciendas
mediante diferentes modalidades. Este mismo
proceso se siguió dando a lo largo del Oncenio
de Leguía, bajo las modalidades que
señalamos líneas arriba. En cada uno de los
casos podría ser ampliado para diferentes
zonas y a lo largo de todo el territorio nacional
a través de los documentos existentes en el
Archivo Nacional, en la sala de Investigaciones
de la Biblioteca Nacional y en el Archivo del
Ministerio de Trabajo y Comunidades, así
18
como en el trabajo de José Antonio Encinas .
REÁTEGUI, Wilson. “El Campesinado Peruano
(1919 - 1930)” Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, Seminario de Historia Rural Andina. Lima,
1972. p. 30.
18
Para un mayor entendimiento de las modalidades de
expropiación de terrenos que se realizó en contra de
las comunidades campesinas, sugerimos la consulta
de ENCINAS, José Antonio. “Legislación Tutelar del
159
Marcelino Halire
Es por ello que era muy común apreciar que en
las primeras décadas del siglo XX, la explotación laboral del indígena iba de la mano
conjuntamente con la expropiación de sus
tierras, muchas de ellas pertenecientes a los
terrenos de la comunidad desde tiempos
inmemoriales y cuya finalidad era más que
nada el conseguir la ampliación de las haciendas.
Miguel Quispe, representante legal de los
indígenas comuneros de la parcialidad de
Saillapata, señalaba la problemática existente
entre hacendados e indígenas bajo los
siguientes términos: “… impulsados por la
insaciable avaricia e ilimitada ambición de poseer
extensos latifundios, nos han despojado violenta e
injustamente y sin que les cueste un solo centavo
nuestras comunidades indígenas, los señores
gamonales de todo el departamento del Cusco… no
contento con obligarnos a sostener pleitos injustos y
desventajosos, donde eternizándonos, nos hemos
arruinado; todavía nos esclavizan inhumanamente
y a todo rigor para explotar sin piedad ninguna
nuestras energías físicas, haciéndonos trabajar sin
descanso y gratuitamente peores que bestias de
carga...”19
Es curioso notar que aunque se realizaban
muchas quejas por parte de los indígenas en
contra de los gamonales, éstas nunca o casi
nunca eran escuchadas; muy al contrario las
autoridades que decían estar a favor de la raza
andina hacían caso omiso a sus necesidades;
sufriendo en muchas oportunidades represalias por parte de los hacendados y representantes legales, “… desde que nos hemos quejado a
la comisión investigadora indígena, reclamando
nuestros derechos, somos peores despojados, toman
posesiones ilegales a diario, deslindes, escrituras
falsas, registros inmuebles desprovistos de toda
formalidad de justicia, ataques a mano armada,
maltratos, ultrajes y violaciones de nuestras
20
indefensas esposas y nuestros hijos… ”
Indígena” en las que se presentan otras modalidades
de apropiación de la tierra y que no son tratados por
nosotros.
19
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani,
Sección de Asuntos Indígenas. “Reclamo de Miguel
Quispe en contra de los Gamonales de la Parcialidad
de Saillapata por el despojo de Tierras.” Año de 1923,
folio Nº 1.
20
Íbid.
160
Miguel Quispe, “El Inca”. Foto de Carlos y
Miguel Vargas, Arequipa, c. 1925
Ante la necesidad de amparo legal y social en
varias comunidades de la ciudad del Cusco,
por parte de las autoridades: se da la apertura
de Comités y Sub Comités a favor de la defensa
de los Derechos Indígenas, siendo el más
importante de esta época el “Sub Comité Pro
Derecho Indígena Tahuantinsuyo”, fundado el 15
de septiembre de 1922 y cuya finalidad era la
de defender y proteger los intereses indígenas,
muy en particular de los oriundos de la
Provincia de Acomayo21, jugando un papel
importante en la defensa de los campesinos de
esta provincia encontramos a la familia Halire,
quienes sufrían muchos desdenes y vilipendios por parte de los hacendados y autoridades por su accionar.
Recopilamos pues una queja por parte de
Marcelino Halire en contra de los hacendados
21
Cabe destacar que la apertura del “Sub Comité Pro
Derecho Indígena Tahuantinsuyo” se realizó por la
problemática existente entre hacendados e indígenas
de la Provincia de Acomayo, Departamento del
Cusco: particularmente en los distritos y
comunidades de Papres, Rondocán, Parará,
Huayque, Sangarará, Llactabamba, Lampa Janac
Marpa, Mancura Chocicanetio (Pomacanchi).
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
y autoridades, cuya razón de ser se encuentra
en los abusos que cometían con los indígenas
de la Provincia de Acomayo; “… la situación
desesperada por la que atraviesa la raza indígena de
Acomayo en general y muy especialmente de
nuestras familias, no es para descrita y para que te
formes una idea aproscimada voy a concretarme a
relatártelo lo acaecido ahora doce días osea, la noche
del sábado once y el domingo doce cuando menos
pensábamos se presentaron en complot en
Mancura, los gamonales de Pomacanchi encabezados por el gobernador Domingo Sánchez y entre
los gentes puedo conocer a los gamonales Antonio
Mujica, Francisco Casapino, Augusto Sánchez,
Manuel Casapino, Timotio Oroz (…) así como el
gobernador de Sangarará Nazario Torre quien a la
cabeza de diez gendarmes de la guarnición de
Acomayo con el propósito de victimarnos principalmente a los delegados, ingresaron a la parcialidad de
Mancura sembrando el terror y atropellando a las
pocas mujeres que se hallaban por calles y que
despavoridas huían por el nutrido y constante
fogueo de fusiles, carabinas y revólveres allanando
domicilios, arrastrando y torturando a los que por
desgracia eran hallados; como que sucidio con el
indígena Pedro Qcorahua, nuestros hermanos
Edgar y Tiburcio Halire, así como nuestra madre
que fue perseguida y apaleada por los gendarmes
(…) como consecuencia de estos abusos y por las
quejas que presente ante el “Sub Comité Pro
Derecho Indígena Tahuantinsuyo” el gobernador
Nazario Torre, acompañado de gendarmes me
persiguió a balazos y al indígena Gregorio Bayona
de la parcialidad de (…)22 .y llevándose los carneros
de Nazario Uscamayta quien ante su negativa fue
agarrado a culatazos de fusiles y patadas sin pagarle
ni un centavo; manifestando que era para el sub
prefecto y amenazando terminar con nuestro
ganado. El gobernador de Pomacanchi nos ha
obligado el servicio de Pongo que había abolido
nuestro Supremo Gobierno, más bien nos obligan a
los servicios gratuitos; pongos durante diez días por
23
lista (…)”
El viernes 27 de abril de 1923, un suceso es
motivo de información alarmante en el diario
El Comercio del Cusco, que en titulares grandes
hace mención de graves sucesos que ocurrían
22
Letra Ilegible en el Documento.
23
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani,
Sección de Asuntos Indígenas. “Quejas de Marcelino
Halire por los Abusos Cometidos en Contra de su
Familia”. Año 1923, folio Nº 1 – 3.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
en Acomayo, las noticias propalaban que se
habría producido una rebelión indígena de
proporciones que habrían victimado al
subprefecto de esa provincia Ernesto Luisar
Marmanillo. Este rumor
motivaría la
inmediata puesta en marcha del prefecto del
Cusco Luis Ernesto Denegrí que con fuerzas de
infantería ligera se dirigió en tren hacia la zona
en convulsión24. Al día siguiente se desmentiría esta información de rebelión por la de un
desacuerdo que estaba ocurriendo en la
provincia de Acomayo entre los indígenas y
gamonales:“…como en todas las provincias de la
región en Acomayo desde algún tiempo las indiadas
comenzaron a sentir aversión terrible a los mistes i
los propietarios, caldeándose los ánimos en aquella
tranquila i laboriosa región, a pesar que en
Acomayo no hai gamonales, no existe la formidable i
ominosa presión del elemento mestizo sobre las
comunidades (...) los indios temían desmanes y
atropellos de los blancos i estos a la vez veían
acercarse el peligro de una lucha racial cuyas
consecuencias no eran de presumir...”25
Para entonces ya se tenía noticias de esos
conflictos que se daban en Acomayo motivo
por el cual en días anteriores el Prefecto había
enviado una comisión militar al mando del
alférez Jaime Santillana para que verificase y
pusiere orden entre la población. Asimismo
había mandado comparecer en su despacho a
uno de los “cabecillas” principales de los
indígenas de Acomayo: Marcelino Halire, el
vecindario de Pomacanchi, había enviado un
telegrama al prefecto pidiendo se apresase y
tuviese en un lugar seguro al cabecilla, que
efectivamente se presentó en la oficina prefectural el día del suceso en Acomayo (27 de
abril), más el viaje precipitado del prefecto
frustraría la comparecencia.26
Al llegar al pueblo de Marcaconga y
Sangarara, el prefecto se encontró con un
grupo de indígenas que le pusieron al corriente
de lo que había pasado, así como también le
previnieron de una emboscada que los usurpadores habían tendido, quienes armados de
explosivos, al enterarse de la venida del
24
Diario El Comercio del Cusco, 27de Abril de
1923.
25
Ídem
26
Diario El Comercio del Cusco, 28 de Abril de
1923.
161
Marcelino Halire
prefecto, esperaban en las cercanías de
Acomayo, el prefecto entonces mueve las
tropas que iban con él de tal forma que caen
sobre los emboscados apresándolos. Ya con el
control de la situación el prefecto libera a la
autoridad defenestrada, quien herido en la
ingle de un sablazo, estaba preso en las oficinas
de la subprefectura, instalándolo de nuevo en
sus funciones, pero como se encontraba herido
y necesitaba convalecer nombra a otra persona
27
en su lugar.
los hechos, ha dictado enérgicas medidas de justa
represión; pues sin embargo ha triunfado la
injusticia y el abuso…”.
La versión de los indígenas era similar a la que
se publicó en El Comercio. El 7 de junio de 1923
el diario La Prensa de Lima publicaría una carta
fechada en 20 de mayo de ese año, en ella el
delegado indígena de Acomayo Marcelino
Halire denunciaba los hechos acaecidos en
Acomayo, denunciando una confabulación de
los gamonales de esa provincia quienes
estarían organizando una matanza de los
indígenas de los distritos de Acomayo, organizados militarmente: Coronel Andrés Zegarra;
1er Comandante Esteban Solís; 2º Comandante
Natividad Mújica; Mayor Toribio Visaga; Sub
Teniente Luis Frisancho; Capitán Antonio
Valenzuela; Teniente Cesar la Torre; 2º Sub
Teniente Eulogio la Torre; Sargento 1º Rafael
Escalante; Sargento 2º Nicanor Pérez; Cabos y
Gobernadores Antonio Mújica, Francisco
Frisancho, Víctor Chuquimamani, Antonio
Mújica, Francisco Casapona, Francisco Frisancho, Teodoro Román, Modesto Paucar,
Mariano F. Paucar, Avelino Villafuerte,
Aurelio Luna, José Morveli, Alejandro Salas,
Salomón Delgado, Matías Farfán, Víctor
Choque y otros armados con más de cien
carabinas Winchester, revólveres y dinamitas,
en número de doscientas personas, atacaron
reduciéndolo a prisión en su mismo despacho
al Sub Prefecto destituyéndolo violentamente,
sentenciándolo a muerte después de haber
hecho un malicioso telegrama al señor Prefecto
donde calumniosamente manifestaban que
nosotros los indígenas sublevándonos,
habíamos muerto al señor Sub Prefecto
Marmanillo; “...desarmaron a la guarnición de esa
plaza, nombraron por si un Sub Prefecto y con este
apoyo marcharon a la sangrienta masacre de todos
los indígenas (...) Aunque salvamos al Sub Prefecto
y el señor Prefecto convenciéndose de la verdad de
Habiendo un nuevo Sub Prefecto Basilio
Farfán, a quien Halire acusa de gamonal se
empezó una serie de actos de venganza,
violación de mujeres, persecución, encarcelamiento de los indígenas, liberando a los
gamonales que participaron en dicho suceso,
acusando a los indígenas de haber sustraído
del Tesoro Público 3000 soles. Ante estos
acontecimientos Marcelino Halire en esta carta
pide garantías para todos los indígenas de
Acomayo, que vuelva el anterior Sub Prefecto
“o sino un jefe u oficial del ejército que son mejores
autoridades”, así como pide se suspendan los
trabajos gratuitos, de la conscripción vial,
rectificación equitativa de las contribuciones y
por último castigo severo y ejemplar para los
crímenes que realizan los gamonales “ en
contra del orden interno y contra la vida de los
indígenas”28 Esta asonada de los gamonales
acomaínos sería motivo de acusar a José Ángel
Escalante, a la sazón dueño del diario El
Comercio, político de renombre, opuesto hasta
ese entonces al régimen de Leguía. Desgraciadamente no pudimos acceder a otros
periódicos de la época, como El Diario El Sol
del Cusco para poder dilucidar con más
claridad de donde provendrían las
acusaciones que sindicaban a Escalante como
cabecilla de dicho suceso. Para contrarrestar
estas acusaciones, El Comercio publica
entrevistas al subprefecto Marmanillo y al
prefecto Denegrí en donde ambos niegan la
participación de Escalante en estos sucesos,
considerado por ambos como un simple
pánico colectivo de los terratenientes y demás
personas que viven del esfuerzo del indio. Este
suceso concluiría en las páginas periodísticas
con una carta que José Ángel Escalante envía al
diario “El Pueblo” de Arequipa, en ella negaba
tajantemente cualquier intervención en dichos
sucesos mencionando que los cabecillas de este
suceso: César la Torre, Navidad Mújica, Pió
Benjamín Díaz eran enemigos personales
suyos: “…el juez Díaz, miserable a quien lo
nombraron juez de Acomayo con el único objeto de
espiarme i molestarme. Tantas perrerías i
canalladas hizo contra mí que hace poco más de un
27
28
Diario El Comercio del Cusco, 05 de Mayo de1923.
162
Diario El Tiempo de Lima, 7 de Junio de 1923.
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
año, me vi obligado a castigarlo a bofetadas i
puntapiés.”29
El caso de José Ángel Escalante merece
mención aparte, aunque no sea un caso
singular, defensor de los indígenas y uno de
los impulsores de la corriente regionalista que
se dio en contraparte al centralismo de Lima,
fue enemigo a ultranza de quienes pretendían
solucionar la problemática indígena mediante
formas de gobierno socialistas y comunistas,
hizo de las páginas de su diario un medio para
denunciar los abusos y la violencia que se
infringía a los indígenas, más no se puede
olvidar que Escalante era un hacendado que
tenía intereses bastante fuertes en Acomayo,
su tierra natal, en donde era considerado un
señor local que podía darse la libertad de
castigar físicamente a autoridades (como el
caso del juez Pío Benjamín Díaz) que lo
molestaban o que no estaban de acuerdo con él.
Esa figura de personaje omnipotente lo
cimentaría aún más durante el oncenio de
Leguía, de quien de opositor suyo pasó a ser
ministro de justicia, instrucción y culto. Tras la
caída del régimen supo mantener su poder
local ante la represión anti leguiísta que se
desató en Acomayo, pasados esos momentos
de crisis volvió de nuevo a la vida política
como parlamentario hasta 1956.
Retomando el hilo de nuestro trabajo, en
octubre del mismo año en una carta dirigida al
Presidente de la Cámara de Diputados los
representantes de los indígenas de Acomayo,
encabezados por Marcelino Halire,
denunciaba de manera detallada diversos
despojos de tierras en todo el ámbito de
Acomayo, en Huajra- Pucara el gamonal
Andrés Gamarra expulsó a más de 600
familias; en el distrito de Sangarara el gamonal
Alejandro Salas despojó la parcialidad de este
pueblo que pertenencía a más de 800 familias;
en el mismo distrito el gamonal Casafranca
despojó a la comunidad de Huano Calla, sin
darles un centavo y empleando la fuerza para
ello. En el distrito de Marcaconga, los
indígenas sufrieron también despojos; en el
29
Diario El Comercio del Cusco, 11 de Mayo de1923.
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani,
Expediente de Reconocimiento de la Comunidad
Campesina de Acomayo. “Queja de los Indígenas de
30
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
distrito de San Juan el gamonal Villafuerte
despoja arbitrariamente las tierras comunitarias de San Juan y Puma Cancha, propiedad de
900 familias indígenas; en el distrito de Tarca
los indígenas de las parcialidad de Saihua y
Muskha también sufren despojos y esclavitud
por parte del gamonal Casapino afectando a 40
familias; en el distrito de Pafre (Papres) las
comunidades de Ahuacpata, Sucho-Sotapa,
Lloclla, Asna Cocha, han sido despojados por
el gamonal Isaac Escalante, y damnificados 300
familias. En el distrito de Acomayo las parcialidades de Lampa y Quispe Llacta han sufrido
despojos por parte de la Beneficencia Pública
que tiene en ella un fundo: Collpa.
En el distrito de Kkoño, el gamonal Modesto
Paucar ha despojado tierras comunales a más
de 200 familias; en el distrito de Huayqui el
cura gamonal don Mujica despoja tierras a más
de 60 familias. “Todos estos despojos tan
numerosos son hechos concretos a tal extremo que
toda la provincia de Acomayo ya no tiene comunidades indígenas y que todas las tierras se han constituido en haciendas mal adquiridas de rigurosa
esclavitud que para legalizar se han fraguado y
siguen fraguándose escrituras, posesiones,
mensuras y permutas por demás injustas y falsificadas”30 No contento con ello allanan sus
domicilios, saquean sus enseres, viveres les
arrebatan sus ganados, talan sus campos de
sembrío, recogen sus cosechas. También se
quejan del enorme peso de las contribuciones
rústicas e industriales que son obligados a
pagar por influencia gamonal, pagan sumas de
5 soles, 7 soles, 12, 20, y 30 soles semestrales. El
cual los agentes recaudadores cobran muchas
veces con intereses arbitrarios, bajo multa,
cárcel y despojo de enseres y ganado, “estas
contribuciones todavía pagamos por terrenos
despojados que retienen los mismos gamonales.”31
Abusos de arriendos, herbajes, marca y
recuento del ganado comunal, chaqueos de
acémilas, inscripción militar, y básicamente la
Ley de Conscripción Vial, de reciente creación,
que según los denunciantes “es la síntesis y la
realidad de la injusticia y del crimen contra nuestra
32
raza que ya no podemos soportar”
Acomayo por diversos despojos y abusos.” 1923,
folios Nº 1 - 2.
31
Ídem
32
Íbid folio Nº 3V
163
Marcelino Halire
Los Gamonales aprovechándose de esta ley y
confabulados con autoridades provinciales los
hacen trabajar forzadamente en sus propiedades particulares con herramientas suyas (de
los indígenas) sin remuneración, descanso ni
alimento y si no lo hacen se les impone multas
crecidas y encarcelamiento.
Los curas y sus acciones también son motivo
de quejas, tildados como aliados de los
gamonales, son acusados de cobrar 2 soles por
cada bautizo, entre 30 a 100 soles por cada
defunción, 12 a 20 soles por celebrar misas;
considerados como inmorales, corruptores de
hogares que fomentan vicios, superstición y
que junto a los gamonales sumen a los
indígenas en el alcohol, “para las fiestas
religiosas de nuestro señor Santiago nos hacen
bailar de chunchos, de capitanes, otro chuncho
mayor y pagamos multa de 10 i 20 soles si no asistimos, esto trae la decadencia i pobreza de nuestra
raza, cuando pasan estas fiestas nos exigen multas,
todo lo vuelven multas en provecho de ellos”33
Los dirigentes indígenas piden se les dé
garantías pues las persecuciones en contra de
ellos y de sus familiares es constante, “a mi
anciano padre Pedro Halire sin que se meta en estos
asuntos lo persiguen para victimarlos”34
Es por medio de una carta dirigida al Ministro
de Fomento que Marcelino Halire, denuncia
que ha recibido noticias de Acomayo, Halire
se encontraba en esos momentos en Lima, en
donde le comunican que el Sub Prefecto de
Acomayo ha saqueado su casa con 15
gendarmes y otros gamonales y se han llevado
presos a sus hermanos Igidio y Tiburcio Halire
y a su madre amarrándolos de pies y manos,
arrastrándolos por los suelos como
escarmiento para que tengan temor los
35
indígenas y no reclamen sus derechos.
Enfrentamientos entre indígenas comuneros y
colonos de haciendas también son mencionados en esta carta. El 6 de julio de 1923 en los
linderos de la comunidad de Ahuacpata con la
de la hacienda Lloclla, en Papres, propiedad de
33
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani,
Expediente de Reconocimiento de la Comunidad
Campesina de Pomacanchi.
34
Acomayo. “Queja de los Indígenas de la Parcialidad
de Lampa y Janac Marca, al Ministro de
Fomento.”1922, folio Nº 3
164
Isaac Escalante se dieron enfrentamientos en el
que más de 20 indígenas acabaron con heridas
quedando 12 con la cabeza rota y encarcelados.
Aprovechando esto el gamonal Gerardo
Morveli buscó victimar a balazos al indígena
Juan Salas y al no hallarlo maltrató a su hija
menor Elena Salas. Amenazados varios
indígenas huyeron a cerros y lugares altos,
pues según se rumoreaba se estaría
preparando una masacre general de todos los
indígenas de Papres. Aprovechando la fuga
atemorizada de los indígenas se empiezan a
apropiar de terrenos, queman chozas, etc. José
Ángel Escalante es denunciado de iniciar
levantamientos contra los indígenas y el
gobierno de Leguía. En fin el cuadro que se
pinta pareciera ser el preludio de una bomba
social a punto de estallar.
En 1924 Halire que como sabemos estaba en
Lima desde mayo de 1923, en una comunicación al Ministro de Fomento recusa y niega
tajantemente las denuncias que lo acusan de
soliviantar a los indígenas de Acomayo, “que
yo de cabecilla instigador pretendo atacar y hacer
perecer a los vecinos de Acomayo, que desconozco
autoridades legales i que nombre este indígenas
/autoridades/ que mi anciano padre Pedro Halire,
mis hermanos Juan y Presentación son otros tantos
cabecillas atacantes de Acomayo junto conmigo,
que yo he ordenado a los indios para que no paguen
contribuciones rusticas (...)”36 Halire expresa que
muchos de los indígenas que lo acusan de ello
han sido obligados bajo amenaza a hacer
declaraciones falsas diciendo que él se
encuentra en Acomayo en forma oculta. Hace
conocer que en noviembre de 1923 ocurrió una
masacre en la parcialidad de Accha (Pomacanchi) en donde los gamonales encabezados por
el Sub Prefecto Escalante victimaron a balazos
a 4 indígenas: Domingo Lloclle, Francisco
Ayma, Gregorio Laora y Manuel Jara y ocho
días después a Lucas Layme de la comunidad
de Lampa-Marca, tras perpetrar estos hechos
alarman a las autoridades del Cusco con
noticias falsas de ataques indígenas, impiden
35
Íbid, folios 6 – 7V.
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani,
Expediente de Reconocimiento de Comunidades
Campesinas del Distrito de Acomayo. “Quejas
diversas de los Indígenas de Acomayo.” 1924, folio
Nº 1V.
36
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
el registro legal de los cadáveres, haciéndolos
37
enterrar a la fuerza fuera de sus pueblos. La
versión del subprefecto recogida por El
Comercio efectivamente señalaba a Marcelino
Halire como el cabecilla instigador de los
movimientos indígenas en Acomayo y que en
salvaguarda de los intereses amenazados de
los vecinos y a fin de evitar un conflicto funesto
en esa provincia había dispuesto el apresamiento de Halire, y yendo en su búsqueda
fueron atacados por los indígenas a pedradas
por lo que tuvieron que defenderse con
disparos al aire y al bulto asesinando así a 4
indígenas.38
Pasados los momentos de movilización y
protestas que se dieron en toda la década del
20, el ámbito rural cuzqueño parecía haber
retomado la calma pero esta calma no significaría para las comunidades, trajinadas y con
muchísima más experiencia en sus luchas de
reivindicación, ahora ya de manera abierta
luchando y defendiendo los derechos e
intereses ganados un primer paso, iniciado
desde 1925, sería el ser reconocidos oficialmente como comunidades, dicho reconocimiento significaría acceder e integrarse a la
estructura política administrativa de la nación,
pero sólo un número muy reducido lograría
conseguir el ansiado reconocimiento.
Veamos cómo se da este proceso en nuestra
zona de estudio.
En 1936 los indígenas de Pitumarca y
Cabracancha, ubicados en el distrito de
Acomayo, inician ante el Ministerio de
Asuntos Indígenas los trámites para ser
reconocidos como comunidad. “… A fin de que
la comunidad indígena no sufra desmembraciones
por las ambiciones de nuestros colindantes o por
enajenaciones parciales comunitarias, estando
protegido la existencia de las comunidades
indígenas por la constitución y con el objeto de dar a
nuestro ayllo personalidad jurídica (...) deseamos se
inscriba como comunidad libre ...”39
37
Íbid, folio Nº 3.
38
Diario El Comercio del Cusco, 05 de Noviembre
de 1923
39
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani.
Expediente de reconocimiento de la comunidad de
Pitumarca y Cabracancha. Fol. 3
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
A continuación se proporcionaban datos
diversos como número de habitantes, la
extensión aproximada de la comunidad,
describiendo muchas veces la topografía del
territorio comunal, la producción agropecuaria y ganadera, si tenían escuelas o no, los
problemas limítrofes que pudieran tener con
sus colindantes y más un plano manual,
muchas veces pintorescos, de la comunidad.
En el caso de la comunidad de Cabracancha y
Pitumarca ellos tenían pequeños problemas
con sus vecinos de Sangarará, mas nada
importante. La comunidad sería reconocida ya
en 1963, no sabemos qué pudo haber pasado
para que demorase tanto tiempo (27 años) en
ser reconocidos por el estado.
Es difícil entender de pronto cómo una
provincia que se había mostrado tan activa en
momentos coyunturales de protesta y reivindicación y que contó con dirigentes como
Marcelino Halire, quien no solo se movió en
niveles locales sino que estuvo buscando
justicia para sus representados en Lima en
periplos y viajes que hacen recordar a esos
caciques que en la colonia también llegaron en
muchos casos hasta la capital en busca de
defender sus tierras de los hacendados. Lo
cierto es que las comunidades de Acomayo
serían reconocidas entre 1963 hasta 1976, aún
falta precisar el porqué de este tardío reconocimiento pues casi todas las comunidades
contaban con uno de los requisitos indispensables exigido a toda comunidad que buscaba ser
reconocida como tal: tenían sus títulos
coloniales todos ellos provenientes de la
tercera visita y composición de tierras y
desagravio de indígenas efectuado por Fray
40
Domingo Cabrera Lartaum en 1656. Hipotéticamente pudiera ser que la presión de los
terratenientes locales hayan obstaculizado y
puesto trabas a los trámites y su aprobación o
tal vez hayan surgido al interior de las comunidades discrepancias debido a la falta de dinero
40
Cabe señalar que en el Archivo Regional del Cusco,
logramos ubicar el titulo original de los pueblos de
Santa Lucia, San Juan y Sayhua, ubicados en el distrito
de Quispicanchi. Este título es de la segunda visita y
composición de tierras efectuado por don Diego de
Alcázar.
165
Marcelino Halire
para enviar a los delegados a efectuar los
trámites, caso que por ejemplo no sucede con
una provincia no tan distante: Espinar, en el
cual la mayoría de comunidades obtienen su
reconocimiento en 1928 con títulos coloniales
falsos, inventados, frutos de la tradición oral
41
lugareña Renique (1991) y Flores Galindo
(1986), muestran a las comunidades
campesinas utilizando las vías legales que se
les había abierto con Leguía para defender y
denunciar diversos asuntos, “estas disputas
legales, erosionarían poco a poco el paternalismo de
las haciendas mientras que los campesinos iban
acumulando la experiencia y confianza necesarias
para intentar medidas más audaces.”
los indígenas irían consignadas dentro de los
alegatos de los indígenas de Corma quienes se
quejarían:
“… en el tiempo del virreynato sin ser peruano el
Rey de España mando a un juez visitador de la
orden /de/ predicadores Fray Domingo de Cabrera
Lartaum (en 1656) aquí al Perú para que en nombre
del rey, reconozca las parcialidades, comunidades,
ayllos indígenas del tahuantinsuyo que ahora le
decimos Perú”42
El poder de los dueños de fincas y haciendas
poco a poco se iría desmoronando, ahora ya no
eran esos señores que abusaban a los indígenas
a su antojo, aun los colonos de haciendas
exigían mejoras en sus trabajos o bien estos
mismos unidos a las comunidades pedían se
expropien haciendas. En suma cuando en 1969
se da la ley de la Reforma Agraria en Acomayo
eran pocos los dueños de haciendas que aún
trataban de luchar e imponerse a los campesinos. La imagen del gran hacendado finalmente
se había desmoronado. Este aspecto sería
general en todo el ámbito rural cuzqueño.
Pleitear, denunciar y también sufrir actos de
violencia por parte de los terratenientes serían
actos continuos en Acomayo; de todas las
denuncias sobre despojos que se ubicaron
dentro de los expedientes de titulación de
comunidades la mayoría de estas denuncias
son hechas por los campesinos en contra de los
dueños de haciendas,
los pleitos entre
miembros de una comunidad se ven en dos
casos y los relacionados a quejas entre
comunidades no aparecen en estos expedientes, aunque cabe aclarar que estas denuncias
insertadas dentro de los mencionados
expedientes no pueden ser el total del universo
que nos puedan ayudar a afirmar de manera
categórica una realidad dada en Acomayo en
esos años, suponemos que deben de existir
aún más casos dentro de los fondos documentales de la Corte Superior de Justicia del Cusco
que podrían dar más luces al tema pero por el
momento nos contentaremos con mostrar los
casos ubicados que sirven para poder aproximarnos algo a esa realidad.
Aunque se establecieron en lugares distantes,
tanto la mentalidad e ideología de Marcelino
Halire y Miguel Quispe parece que presentan
el mismo derrotero. El primero, dirigente
indígena y representante legal de las Comunidades Campesinas y Parcialidades de la
Provincia de Acomayo; y el segundo, dirigente
indígena de la Provincia de Paucartambo y que
suponemos que por una coyuntura política se
autoproclamaba como “El Inca Miguel
43
Quispe”.
Las remembranzas a épocas pasadas en donde
resalta la figura del rey español protector de
El contexto político y social de la sociedad
peruana da un giro importante en torno a la
41
43
Luís Miguel Glave (1992) es quien hace el estudio
amplio de la singularidad de estos títulos de la
comunidad de Antaycama (Espinar) bajo un título
sugerente: “Lectura campesina de la Historia” (pp.
262-270)
42
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani.
Queja de los indígenas de Corma y Llansa del distrito
de Acos, en contra de don Juan Crisóstomo Flores,
dueño de la hacienda de Ccarccobamba por
usurpación de tierras. ff. 6.
166
Conclusiones.
No sabemos a ciencia cierta cuál era la finalidad de
autoproclamarse con la acepción del antiguo
soberano de la dinastía andina. Pero por las
características sociales que se presentan en los
primeros decenios del siglo XX, es muy probable que
esta se diera con la finalidad de mostrar una imagen
de nacionalidad y de esta manera conseguir la mayor
cantidad de adeptos posibles, los mismos que se
encontraban contra los abusos cometidos por las
autoridades y gamonales de la Ciudad del Cusco.
UNSAAC - Riqch´ariy
Jhonatan Cavero
Fiesta en hacienda, fotografía de Martín Chambi
Promulgación de la Constitución Política de
1920, que fuera establecida por Augusto B.
Leguía un año después de su llegada al poder
para gobernar al país por un segundo período.
Es en este contexto que desde la promulgación
de dicha Carta Magna, muchas de las Comunidades Campesinas del territorio nacional
empezarían a tener una personería jurídica, y
por lo mismo, se encontraban en la capacidad
de poder integrarse al sistema político
nacional.
Pero lastimosamente, esta coyuntura de
integración nacional no se presentó con las
mismas características en gran parte de las
Comunidades Campesinas de la Sociedad
Peruana. Muy al contrario de ello, en Paucartambo y muy en particular en Acomayo, se
desarrollaba un sistema de “pánico colectivo”
por parte de los gamonales ante la presencia de
los indígenas, quienes “tenían el temor de ser
eliminados por estos con la finalidad de recuperar
sus tierras, así como que recuperasen la hegemonía
que tenían los andinos antes de la llegada de los
españoles.”
Era muy común apreciar, por decirlo de
alguna manera, el temor por parte de los
gamonales de Acomayo hacia los indígenas de
44
las parcialidades y distritos de esta provincia,
quienes por una coyuntura de autodefensa
presionaban a las autoridades para que
encarcelasen a Marcelino Halire. De la misma
manera, cabe destacar que para la década de
1970 y aún para nuestros días, queda en la
memoria colectiva de los pobladores de
Acomayo y migrantes hacia esta zona los
recuerdos de los acontecimientos de la década
de 1920, remembranzas que a nuestros días
llevan en sus mentes como el “Movimiento
Halirista”, la misma que buscaba el apresar a
todos los gamonales y terratenientes con la
finalidad de ahogarlos en las lagunas que
circundan la provincia de Acomayo, con la
finalidad de poder recuperar sus tierras y de
reivindicarse como sociedad. Creo que tales
acusaciones escapan a la realidad histórica y
social del momento en que se realizaron dichos
acontecimientos, pero gracias a ello, muchos
de los descendientes de Marcelino Halire
lograron ganar el prestigio de “defensores de los
indígenas”, llegando a ser en muchas oportunidades presidentes comunales o alcaldes, tal es
el caso de Mauro Hancco Halire quien fuera en
dos oportunidades alcalde provincial de
Acomayo y Consejero Regional.44
Jesús Orcottoma, Comunicación Personal.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
167
Marcelino Halire
BIBLIOGRAFÍA.
Fuentes Documentales
BASADRE, Jorge.
Sin A/P.
“Historia de la República del Perú.” Tomo VIII. Editorial Universitaria S.A., Lima.
KAPSOLI, Wilfredo.
1977
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KAPSÓLI, Wilfredo y REÁTEGUI, Wilson.
1972
“El Campesinado Peruano (1919 - 1930)” Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
Seminario de Historia Rural Andina. Lima.
MARIATEGUI, José Carlos.
1968
“7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.” Biblioteca Amauta, Lima.
PEASE, Franklin.
1992
“Curacas, Reciprocidad y Riqueza.” Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú, Lima.
Fuentes de Archivo.
Archivo del Ministerio de Agricultura de Sicuani.
Archivo Histórico de la Municipalidad del Cusco.
Archivo Regional del Cusco.
Fuentes de Hemeroteca.
Diario El Comercio del Cusco, entre los años de 1920 – 1930.
168
UNSAAC - Riqch´ariy
Los Intercambios Comerciales Entre
Perú y Francia. 1945-1975
Getsiva Cayo Durand*
Resumen
Résumé
Cet article a étudié les relations économiques
entre le Pérou et la France du point de vue
commercial entre 1945 et 1975. C'est pour cela
qu'il faut connaître de façon brève et complémentaire quelques données de l'histoire
économique du Pérou. Au lendemain de la
Seconde Guerre mondiale, le système
économique des pays industrialisés et celle des
pays en voie de développement, ont été
caractérisés pour avoir de plus en plus un
marché libre et variable. Le Pérou et la France
ont été l'exemple de comment deux pays
d'évolution commerciale et industrielle assez
différente, ont essayé de s'approcher et de
s'aider par rapport à ses intérêts. Il s'agit donc,
de bien reconnaître quels étaient les produits
d'échange les plus représentatifs de chaque
pays. Au même temps se montreront les fonds
économiques et statistiques avec d'exemples
réels. Ce sujet est développé en deux moments:
l'importation française depuis le Pérou et
l'exportation française dirigée au Pérou. A la
fin de cette lecture on pourra avoir des
connaissances basiques et détaillées sur la
relation économique franco-péruvienne dans
Palabras claves: Economía Perú-Francia, le cours de ces trente années.
Intercambios comerciales
franco-peruanos, Mots clés: Économie Pérou-France, Échanges
commerciaux Pérou-France, Relations économiRelaciones económicas internacionales.
ques internationaux.
* Estudió historia en la UNSAAC. Actualmente estudia en la Universidad de Paris, Sorbona Paris IV. Francia.
Correo:
[email protected]
El presente artículo aborda las relaciones
económicas entre Perú y Francia desde el
punto de vista comercial entre 1945 y 1975.
Para tal fin se da a conocer de manera sucinta y
complementaria datos de la historia
económica del Perú. Dado el fin de la Segunda
Guerra mundial, el sistema económico de los
países industrializados y en vía de desarrollo,
se caracterizaron por tener, cada vez más, un
mercado libre y versátil. Perú y Francia fueron
el ejemplo de cómo dos países de distinta
evolución económica, trataron de abastecerse
mutuamente de acuerdo a sus necesidades. Se
trata pues, de revelar cuáles fueron los
productos de intercambio más representativos
de cada país y conocer los fondos económicos y
estadísticos con ejemplos claros. Este tema se
explica en dos momentos claves: las importaciones francesas demandadas desde el Perú y
las exportaciones francesas dirigidas al Perú.
Al fin de esta lectura, uno podrá lograr conocimientos básicos y detallados de la relación
económica franco-peruana en el curso de estos
treinta años.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
169
Perú - Francia
I. INTRODUCCIÓN
E
l presente texto es el extracto de un
capítulo de la tesis de maestría intitulada: LAS RELACIONES
ECONÓMICAS Y FINANCIERAS ENTRE
FRANCIA Y PERÚ: EL EJEMPLO DE LAS
EMPRESAS INDUSTRIALES Y
1
COMERCIALES. 1945-1975. Durante el
período de estudio, las fuentes históricas del
Perú en Francia sobre la economía, particularmente las relaciones diplomáticas y la
economía política se mostraron vastas e
inéditas. Para el desarrollo del tema se dio
origen a un abanico de preguntas que dividió
tal tesis en nueve capítulos. Entre ellos, un
capítulo especializado del aspecto comercial se
focalizó bajo las siguientes interrogantes:
¿Cuál fue el escenario de las relaciones
económicas y comerciales franco-peruanas
entre 1945 y 1975? ¿Cuáles fueron los
productos de intercambio comercial más
representativos de cada país? ¿Cómo
evolucionó o disminuyó el mercado entre
dichos productos y por qué razones? Tales
cuestiones fueron el hilo conductor de la
búsqueda de información y resultados para
“Los intercambios comerciales entre Perú y
Francia”. En este contexto es posible contrastar
dos tipos de economía: el de un país en vía de
desarrollo, y el de un país industrializado;
abordando de esta manera las relaciones
económicas comerciales entre América Latina
y Europa ejemplificados en Perú y Francia
durante estos treinta años, época que es actualmente catalogada en Francia como los años de
los “Treinta Gloriosos”.2
1
Tesis de maestría realizada en la Universidad de
París-Sorbona - París IV. Especialidad: “Asuntos,
conflictos y sistemas internacionales en la época
moderna y contemporánea”, bajo la dirección del Dr.
en Historia Dominique Barjot, Paris, Junio 2011.
2
La economía francesa conoció entre 1945-1975, un
periodo de crecimiento globalmente fastuoso, calificado por Jean Fourastié como «Treinte Glorieuses ».
Designando así, el período próspero que conoció
Francia del final de la Segunda Guerra Mundial al
primer choque petrolífero (1973). DE BOISSIEU
Christian, Las mutaciones de la economía francesa, Paris,
Económica, 1997. p. 1
3
“Revista de la Cámara de Comercio Francia-América
Latina”, Volumen IX, 1955, n°5, p. 7
170
El éxito de una política de libertad de
intercambio comercial y de garantías de
inversión instaurado en el Perú desde el año
1949 por el Presidente Manuel Odría, fue
conocido también por instancias francesas.
Todo parecía favorecer al desarrollo de los
intercambios comerciales entre estos dos
países que ya poseían una amistad desde años
atrás.3 En 1953 el Perú calificaba el séptimo
lugar como país proveedor entre los demás
países latinoamericanos. Situación aún mejor
se presentó en 1954, pues el Perú se posicionó
en cuarto lugar como país exportador.4
De esta manera, es también transcendental
conocer más sobre la economía peruana y cuál
era su imagen ante un mundo económico
internacionalizado. Así vemos que en
términos generales, durante el período de
estudio, el Perú atravesó una época económica
relativamente favorable. De hecho, la
coyuntura económica del Perú desde los años
1950 parecía propicia para un desarrollo
creciente de las relaciones comerciales. Sin
embargo, no fue posible admitir un
crecimiento totalmente homogéneo. Al mismo
tiempo, el Perú fue escogido porque presentaba las características de un "mercado libre
prometedor”. Vale decir que en esta época el
Perú era considerado como un país de
mediana categoría entre los otros países de
Latinoamérica. Al mismo tiempo, el Perú,
miembro de la G.A.T.T. (General Agreement on
5
Tariffs and Trade) fue calificado como una
“nación de menor desarrollo relativo” entre los
países de América Latina.6 Ciertamente, a
pesar de las crisis temporales que otros países
atravesaron, la importancia económica del
4
Intercambios comerciales de los 10 últimos meses
de 1962, Centro de Archivos Económicos y
Financieros CAEF, Caja N° 54915, Carta n°896, 12
diciembre 1962, p. 1
5
La creación de la G.A.T.T. en 1947 jugó un rol
preponderante en la integración rápida de los países
vencido el ámbito de los intercambios comerciales
internacionales y contribuyó enormemente a las
negociaciones comerciales multilaterales y a
fortificar el comercio internacional. Designada por
su abreviación en inglés, es un tratado multilateral
concluido por más de 80 Estados del mundo.
Buridant J. Figliuzzi A. Montoussé M. Historia de los
hechos económicos, Bréal, Paris, 2007, p. 170
6
Situación económica del Perú. Relaciones
UNSAAC - Riqch´ariy
Getsiva Cayo
Perú no fue comparable con otros países más
desarrollados de la región (Brasil, Argentina,
Chile).
Para el desarrollo de nuestra problemática es
conveniente dividir el estudio en dos partes.
Primeramente se realizará un análisis general
de las importaciones francesas provenientes
del Perú seguido de los principales productos
de intercambio comercial. En segundo lugar,
se darán a conocer las exportaciones francesas
dirigidas al Perú así como sus respectivos
productos e industrias más relevantes. Este
artículo aportará fundamentalmente datos
sustraídos de los archivos históricos más
importantes de París, algunos de ellos jamás
han sido explorados hasta la fecha, como es el
caso de ciertos archivos privados de instituciones financieras. Todo ello permitió un
análisis cuantitativo y estadístico de la
evolución y decadencia de la relación francoperuana en el dominio de la exportación y la
importación. Asimismo vale indicar que la
irregularidad cronológica de los datos recolectados, no permitieron la realización de cuadros
informativos más análogos.
II. DESARROLLO DE CONTENIDOS
Después de la Segunda Guerra mundial
comenzó indudablemente una nueva época de
apertura de los mercados internacionales. El
proceso de reconstrucción de los países
implicados se llevó a cabo, en parte, gracias a
un a cooper ación e nt re dos mundos
económicos bastante alejados pero siempre
relativamente dependientes. Ante el
crecimiento de la actividad industrial y las
necesidades en materias primas aparecidas en
la época, los países de Europa probaron poco a
poco la necesidad de facilitar la venta en el
extranjero de los bienes de equipo de su
fabricación a los países en vía de desarrollo.
Así es como en la inmensa mayoría de estos
países, las empresas industriales tuvieron
rápidamente la posibilidad de ofrecer a sus
compradores extranjeros los plazos de pago
importantes gracias al concurso de sus bancos.
Es necesario especificar que la cantidad
expresada en millones de soles, fue el
resultado de la transformación de millones de
francos, a la época un sol de oro equivalía a 0.18
francos, siendo esta la expresión de las
cantidades mostradas.
1.- Las importaciones francesas abastecidas
desde Perú.El Perú de la postguerra se hizo cada vez más
prometedor ante los ojos de los países desarrollados. La situación económica comenzó a
despertar el interés de los países visionarios,
las exportaciones se volvieron bastante
atractivas y Francia no perdió la oportunidad
de fortalecer sus intercambios comerciales con
un país calificado por ellos mismos como "muy
liberal". Efectivamente, la influencia del
sistema americano ocasionó cambios diversos
y legales que convirtieron al Perú en un país de
economía internacionalizada más accesibles
que nunca.
Cuadro n°1: Principales productos importados por Francia desde el Perú (1938-1948)
1938
1947
1948
Millones/soles En % del total Millones/soles
En % del
total
Millones/soles
En % del total
Algodón
61
18,1
225
22,4
220
25,6
Azúcar y derivados
25
7,5
302
30,1
198
23,1
Cueros y pieles
3
0,8
7
0,7
4
0,5
Lanas
11
3,2
12
1,2
11
1,3
Petróleos y derivados
Otros productos (métaux non
ferreux)
116
33,9
115
11,5
159
18,5
126
36,5
342
34,1
266
31,0
Total
342
100,0
1,003
100,0
858
100,0
Productos
Fuentes : Archivos del Banco Crédit Lyonnais, Nota sumaria de la situación financiera, 1949, p. 23
comerciales franco-peruanas, Centro de Archivos Económicos y Financieros CAEF, Caja 54915, Carta n °
1054, 6 de julio de 1967, p. 1
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
171
Perú - Francia
Consideramos que para una mejor comprensión del análisis comparativo, es necesario
conocer referencialmente algunos años de
intercambio comercial precedentes a la fecha
de estudio. En el cuadro n° 1 se muestran los
productos importados por Francia entre 1938 y
1948. Durante este periodo los números
muestran una relación ya en descenso frente a
años anteriores, se tuvo que esperar algunos
años para apreciar el incremento de las cifras.
La posición de Francia como país comprador
del Perú no se pudo calificar como importante
con relación a otros países del mundo, pero
para el espacio europeo, este perteneció a una
categoría intermedia. Entre 1938 y 1948
algunos productos de exportación tradicional
conocieron un avance considerable. Así lo
muestra el ejemplo del algodón y del azúcar,
pero a pesar de ello, no tuvieron un progreso
continuo. El nivel de los intercambios
comerciales se dio por ciclos “cortos” y
excepcionalmente “medianos” hasta que
finalmente algunos fueron desapareciendo de
las listas y cuadros de estudio.
En términos agregados, el desenvolvimiento a
largo plazo de la economía peruana se pudo
observar a través del PBI total y del PBI per
cápita. En el reciente medio siglo fue posible
distinguir tres etapas que caracterizan la
economía peruana: un período de crecimiento
o expansión 1950-1964; un período de estancamiento 1965-1974 y un período de declinación
7
de 1975 hasta el 2001.
Ciertamente la
economía peruana se desarrolló de manera
rápida en el curso de los años 1950 y 1964. En
este período la economía mostró un
crecimiento importante: el PBI creció a una
tasa promedio anual de 5.7%; ello significó
2.9% en crecimiento per cápita; la de inflación
anual promedio fue de 7.7%. Fue importante el
alto ritmo de crecimiento de las exportaciones;
estas en términos de valor crecieron a un ritmo
promedio de 8.39% anual; medidas en
volumen tuvieron un crecimiento del 13% de
1950 a 1959 y 21.3% de 1959 a 1964. La
tendencia de largo plazo de la economía
peruana como exportadora de materias
primas, no cambió, solo cambiaron los productos. En este período los productos con mayor
dinamismo fueron: el algodón y el azúcar, el
cobre, plata, plomo, zinc y el petróleo.8
Es así que la producción peruana fue diversificada y se basaba principalmente en los
productos minerales. El cobre tuvo un rol
fundamental en la exportación, 114 millones
de dólares en 1966. Los productos de la pesca,
primordialmente la harina de pescado, 1 470
000 toneladas en 1966 y los productos agrícolas
tales como algodón y el azúcar, 810 000
toneladas y el café, 530 000 toneladas, entre
otros. La exportación de estos productos
permitió resultados favorables para el
intercambio franco-peruano. Sin embargo, las
exportaciones en el período siguiente,
perdieron todo dinamismo (1965-1974).
Durante estos años las exportaciones solo
crecieron a una tasa anual de 1.6%. Las
exportaciones mineras y de hidrocarburos
tuvieron un crecimiento superior al de las
exportaciones agrícolas. La agricultura
Cuadro n° 2: Exportación de los productos agrícolas y alimenticios más
representativos en Francia (en millones/soles)
Producto
Azúcar
Algodón
Harina de pescado
1948
1 100
220
-
1950
249
-
1955
12 544
-
1965
193
1966
157
118
1969
220*
Fuente: Comercialización de los productos de exportación, Archivos del Ministerio de Asuntos
extranjeros y europeos. Caja 13.9.1. Carta n ° 688, 1970, 1-3 pp., Importaciones eventuales de
conservas de atún de origen peruano. Centro de Archivos Económicos y Financieros, Caja
54915, Carta n°1674, 1965. *Cifras en dólares.
7
GUERRERO, Milton, “Ensayos sobre Historia
Económica Peruana”, en Prensa. En ALVA
CASTRO, Luis, “La economía peruana en los últimos
172
50 años”, Lima, 2001
ALVA CASTRO, Luis, “La economía peruana en los
últimos 50 años”, Lima, 2001
8
UNSAAC - Riqch´ariy
Getsiva Cayo
enfrentó en esta etapa una menor tasa de
crecimiento de 2.6%.9
No obstante, se puede admitir que la situación
financiera del Perú se presentó relativamente
favorable a todo nivel. Ciertas medidas fueron
tomadas para la reducción del déficit
presupuestario entre 1965 y 1966. Los gastos
públicos inscritos al presupuesto de 1967
fueron reducidos al 10%. El balance de pagos
seguidos en 1966 portó un déficit de 276
millones de dólares a los servicios de
reembolsos de préstamos. Este fue compensado por aportes de capitales públicos y
privados. El monto de la deuda pública
exterior se elevó a 823 millones de dólares a
fines de 1966, pero la amortización de la deuda
en el curso de los cinco próximos años fue
evaluado a 392 millones de dólares por año
(68,6% para el reembolso de los capitales
propios y 31,4% para los pagos de los intereses)
las reservas en oro y en divisas extranjeras del
Perú se elevaron a 128 millones de dólares a
10
fines de febrero de 1966.
Los reportes revelaron resultados estadísticos
muy satisfactorios en 1962. Las importaciones
francesas aumentaron a un 52% aproximadamente y las exportaciones progresaron hasta
11
un 71%. Francia se mostró optimista y
entusiasta después de los primeros resultados
de 1962. Según las fuentes informativas
obtenidas en el Centro de Archivos económicos y
financieros y en el Ministerio de Asuntos Exteriores
los productos de importación francesa más
resaltantes fueron los siguientes:
A/ Los productos agrícolas y alimenticios
En esta primera categoría resaltaron el
algodón, el azúcar, la caña de azúcar, el café, la
coca, y por supuesto la harina de pescado.12
Estos productos no conocieron una evolución
continua o un crecimiento constante, de hecho
fue irregular. Por ejemplo el azúcar en 1948
generó 198 millones de soles, en 1955 sumó 249
055 soles y en la década de 1965 desapareció
completamente de la lista de los preferidos. La
harina de pescado que en 1965 generó la suma
de 192 450 soles, en 1966 exportó 470 000
toneladas hacia Francia y generó la suma de
116 millones de soles. A ésta época, fue
considerada todavía una industria reciente,
pero más tarde en 1970, se vio que la demanda
de harina de pescado fue superior a la oferta.
Desgraciadamente no fue el mismo caso para
otros productos de exportación tradicional
como el azúcar o el algodón, donde la venta se
tornó cada vez más laboriosa. El producto más
representativo fue el algodón, que en 1948
registró 220 millones de soles, en 1955, la suma
de 12 millones de soles y en 1966 pasó a 155
13
millones de soles.
Cuadro n° 3: Exportación de los minerales peruanos más representativos
en Francia (en millones/soles)
Minerales
Cobre
Mineral cinc
Plata
Oro
1953
1954
4 916
1 877
1955
683
4 972
-
533
5 316
-
1958
125*
-
1965
1966
78
-
114*
-
Fuente: Archivos del Ministerio de Asuntos extranjeros, Caja 13.9.1. Carta n ° 1121, Incidencias
sobre la economía peruana y las restricciones tomadas por los Estados Unidos con respecto al
plomo y al zinc, 1958, p. 1., Carta N ° 247, Compra de carbón peruano por Francia, 1960, p. 1.
*Cifras en dólares.
9
12
Se debe notar que la harina de pescado, el primer
Ídem
10
producto
de exportación del Perú, es comprendida en
Perú, estudios políticos, económicos y financieros,
la
rúbrica
de
los productos alimentarios.
Archivos del Banco Crédit Lyonnais. Caja n° 49, Nota 13
Comercialización
de los productos de exportación,
de 1949, p. 34
11
Archivos
del
Ministerio
de Asuntos Exteriores, Caja
Ibid., 2-3 pp.
n° 13.9.1., Carta n° 688, 1970, 2-3 pp.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
173
Perú - Francia
Después de la nacionalización del comercio de
exportación de la harina de pescado, el Perú se
preocupó más por sus condiciones de venta,
pues fue este producto junto con el cobre los
que reportaron la mayor parte de las divisas
(220 millones de dólares en 1969 sobre un total
de 825 millones de dólares). El Perú fue uno de
los principales exportadores de este mineral.
Aquello explica ampliamente el interés que le
dio el gobierno, hoy en día responsable de su
emplazamiento mundial al exterior.14 Es
necesario recordar que en esta época, Francia
poseía una industria de conservas de atún muy
bien posicionada. Naturalmente esta industria
fue protegida por su propia nación y en
consecuencia se impusieron ciertas limitaciones con el mercado peruano. En relación a
las importaciones eventuales de conservas de
atún de origen peruano, en 1965 se muestra
como las autoridades francesas de la época
intentaron atenuar la importación de este
producto desde el Perú.15
B/ Minerales
Esta categoría se caracterizó por la importación del cobre, el mineral zinc y de manera
discontinua la plata, el oro y el carbón. El cobre
generó la suma de 4 millones de soles en 1953,
de 534 944 soles en 1955, de 114 millones de
dólares en 1966 y en los años sucesivos desapareció trágicamente de la lista. El mineral zinc
en 1954 registró la suma de 685 788 soles, y en
1955 la suma de 5 millones de soles. El oro
figura en 1953 con la suma de 1 millón de soles.
Francia prácticamente no importó el plomo
extranjero. En cambio, importaciones relativamente considerables del mineral zinc fueron
efectuadas cada año. A título indicativo, los
créditos abiertos para el segundo semestre de
1958 para las importaciones del mineral zinc
14
Carta n° 688, Archivos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, Caja n° 13.9.1., 1970, p. 1
15
Importaciones eventuales de conservas de atún de
origen peruano, Centro de Archivos Económicos y
Financieros, Caja n° 54915, Carta n°1674, 1965. p. 1
16
Incidencias sobre la economía peruana de las restricciones tomadas por los Estados Unidos respecto
al plomo y al zinc, Archivos del Ministerio de Asuntos
174
ascendieron a 125 millones para la zona del
dólar. Así mismo, parecía muy poco probable
el aumento de compras del mineral zinc
peruano.16 En 1960, Francia compró al Perú 140
000 toneladas de antracita y 18 000 toneladas
de carbón peruano.17
C / Los productos textiles peruanos.La industria textil en el Perú ocupó uno de los
primeros lugares en la producción manufacturera del país. En 1960, con 8 838 333 soles, es
decir el 13,6% de la producción industrial. Esta
industria se colocó en la segunda fila detrás de
la alimentaria que representaba el 24,6 %.
Durante el período 1955-1962, la tasa anual de
crecimiento de la producción textil fue del 4,4
%, entre las que el 2 % volvieron a las
industrias tradicionales del algodón y de la
lana. Por ejemplo, en 1955 pelos de alpaca, de
llama, de vicuña representaban 998 905 soles y
en 1954, 1 494 488 soles. Se notó entonces que la
comercialización de estos productos comenzó
a ser vigorizada a partir de 1950.
Por otro lado a partir de 1959, la promulgación
de la ley de Promoción Industrial n°13270
favoreció la renovación y el desarrollo de las
instalaciones de modo que la capacidad
instaurada fue elaborada en condiciones de
sobrepasar su nivel de producción. Se
considera que existió a fines de 1962, 348
establecimientos textiles que ocupaban a 26
531 personas. Entre 1959 y 1962, el consumo de
materias primas del conjunto de las fábricas
textiles aumentó por término medio el 8,4 % al
año.18
Esta industria que estuvo dividida al mismo
tiempo en industria algodonera, industria
lanera, industria de fibras artificiales,
industrias de fibras duras, tejidos de bonetería,
Exteriores, Caja n°13.9.1., Carta n° 1121, Octubre
1958, p. 1
17
Compra de carbón peruano por Francia, Archivos
del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja n°13.9.1.,
Carta n° 247, 1960, p. 1
18
Situación de la industria textil peruana en 1962,
Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja
n°13.9.1., Carta n° 160, Junio 1964, 1-2 pp.
UNSAAC - Riqch´ariy
Getsiva Cayo
19
productos terminados, etc., fueron introducidas como productos de exportación en
Francia, unas tuvieron más éxito que otras. Los
datos de la importación francesa de los
productos que provinieron de Perú durante
estas tres décadas, no son suficientes para
tener un conocimiento más puntual de los
productos peruanos. Pero es posible hacerse
una idea concisa de los productos que, en una
época determinada, evocaron la industria
peruana.
2.-Las exportaciones francesas dirigidas al
Perú.El Perú de los años 1950 fue un país motivado
en desarrollar sus industrias nacionales y tener
una visibilidad en el nivel mundial como un
Estado “próspero para negociar”. En América
del Sur, en los años 1950-1955, el Perú tuvo una
imagen fiable con relación a otros países que
habían atravesado diferentes tipos de crisis.
Como resultado de una buena época en 1953,
se observó al Perú como el octavo comprador
de Francia entre los países latinoamericanos
con una suma de 11 millones de soles, al año
siguiente en 1954 se situó en el mismo rango
con una inversión de 20 millones de soles.20
Organizado a principios de los años 1950, el
sistema de financiación francesa fue ampliamente acogido por un gran número de países
compradores. La mayoría de los países de
América del Sur vieron, muy rápidamente
todas las ventajas posibles de financiamiento
para la ejecución de sus diversos programas de
desarrollo industrial. Estos fueron realizados,
recurriendo también a los créditos franceses,
cuyo empréstito fue empleado sobre todo por
el Banco de París y de los Países Bajos (PARIBAS)
en Colombia, Brasil, Perú, Chile, y otros. Como
la mayoría de los países de América Latina, el
19
Ibid., 2-4 pp.
“Revista de la Cámara de Comercio FranciaAmérica Latina”, Volumen IX, 1955, N°5, p. 27
21
Situación económica del Perú. Relaciones
comerciales franco-peruanas, Centro de Archivos
Económicos y Financieros CAEF, Caja n° 54915,
Carta n° 1054, 1967, 4-5 pp.
22
Por ejemplo los consejeros comerciales escribieron
en 1969: "las reglas comerciales peruanas se muestran
20
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Perú también necesitó productos de mercados
diversos, así como de importaciones de ciertos
bienes de equipo. Francia era el séptimo
proveedor del Perú en 1938, algunos años más
tarde, en 1947, pasó a la fila número trece. Un
ejemplo de ese decaimiento puede apreciarse
al comparar las ventas con el Perú de 1947 y de
1938, de esta manera se comprueba la desaparición casi completa del puesto de los
productos farmacéuticos que representaban
en 1938 un valor de 33 millones de soles en
razón a la creación de laboratorios peruanos
que explotaban fórmulas extranjeras durante
la guerra. Así mismo se comprobó la desaparición de ventas de equipos eléctricos.
Las exportaciones francesas en 1966 constaron
de productos siderúrgicos por 98 millones de
soles, automóviles por 69 millones de soles,
aparatos mecánicos por 63 millones de soles,
helicópteros por la suma de 32 millones de
soles y aparatos eléctricos por 33 millones de
soles. A pesar de la progresión de sus ventas,
Francia permaneció como un proveedor muy
“modesto” del Perú. El porcentaje en las
importaciones totales fue sólo del 2,1 % en
1966.21 Hay que añadir que para el intercambio
de otros productos los gobiernos no siempre
fueron favorecidos por razones políticas y
legales. 22 Lamentablemente el contexto
económico-político inestable del Perú, tuvo
consecuencias desfavorables en el ámbito
comercial. Las crisis son sinónimo de “dudas
inversionistas” e influyeron en las iniciativas
que pudieron ser tomadas por los gobiernos
extranjeros. En 1969 el Perú se sitúo en onceavo
lugar entre los países exportadores y en
décimo lugar entre de los países comprado23
res.
El comercio de importación procedente de
Francia representó sólo una parte “relativamente irrisoria”. En 1948 las máquinas, los
a lo largo de estas décadas varias veces irregulares.
Fueron caracterizadas por una tendencia liberal que
favorecía a los Estados Unidos y otras veces más
abierta a Europa Occidental…es evidente que las
relaciones políticas afectaron las relaciones
económicas" Ibid 6-8 pp.
23
Los intercambios franco-peruanos, Archivos del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja n°13.9.1.,
Carta n°1454, 1969, p. 1
175
Perú - Francia
Cuadro n° 4: Exportaciones francesas hacia el Perú*
Productos
1er semestre 1961
1er semestre 1962
778
1.700
9.660
24.400
406
19.197
12.500
0
11.900
20.400
25.637
1.600
2.011
0
16.377
12.600
16.955
15.700
9,128
29.934
142.575
3.400
22.400
114.100
Seda y relleno de seda
Textiles sintéticos y
artificiales continuos
Hilados metálicos
Lanas, pelajes y cerdas
Algodón
Tejidos sintéticos
artificiales discontinuos
Otras fibras textiles
vegetales
Alfombras, encajes
Algodones en rama,
fieltros, cordajes
Bonetería
Trajes
Total
Fuente: Centro de Archivos Económicos y Financieros CAEF, Caja n° 54915, Carta n°819,
Disminución de artículos textiles, 16 noviembre de 1962.* En millones de dólares.
aparatos eléctricos y los vehículos sumaron
104 millones de soles. En 1955 las máquinas y
sus herramientas reportaron la suma de 468
683 soles y en 1966 los aparatos mecánicos la
suma de 63 millones de soles. En 1955 los
productos siderúrgicos 8 926127 de soles; en
1966 registraron 97 millones de soles.
Las ventas evolucionaron en efecto en el
período 1960-1968, pero las puntas excepcionales registradas en 1961-1962, se explicaron
muy ciertamente por adjudicaciones internacionales de centrales hidroeléctricas. Lo
mismo en 1968, la entrega de aviones Mirages
III. El mismo fenómeno se dio en 1969 con la
entrega de Mirages V y el abastecimiento de
24
equipos siderúrgicos. La debilidad de las
exportaciones francesas provino en parte de
sus condiciones crediticias diferentes a las
consentidas por sus competidores ingleses,
italianos, americanos y japoneses. Es así que no
siempre pudieron ser calificados en los
concursos para el abastecimiento de centrales
24
hidroeléctricas, de fábricas de abono y para la
realización de trabajos de irrigación.
A/ Los productos textiles franceses
Las estadísticas francesas del comercio
exterior pusieron de manifiesto una disminución del 20 % de las exportaciones francesas de
artículos textiles. Las estadísticas del comercio
con Perú en 1961 evidenciaron, con relación a
1960, una situación bastante favorable ya que
se notó un aumento del 24 % cerca de las ventas
francesas. Sin embargo, este aumento fue
inferior a la de las exportaciones de otros
países de Europa occidental. (Italia: el 30 %,
Alemania: el 27 % y de Inglaterra: 32 %). Por
otra parte, si las ventas de los productos
siderúrgicos y de los vehículos automóviles
mejoraron indistintamente, un pequeño
número de corrientes de exportación estuvo en
regresión: productos químicos y siderúrgicos,
Ibid., p. 2
176
UNSAAC - Riqch´ariy
Getsiva Cayo
abonos, materias colorantes, aceites esenciales,
tejidos sintéticos y artificiales particularmente.
En este caso, las autoridades se preocuparon
en conocer las razones de los déficits
comerciales y desearon desarrollar sus ventas
con “estudios monográficos”, elaborados para
los Consejeros comerciales de la Embajada de
Francia en Perú, estos estudios no siempre
fueron especializados, amplios, o productivamente utilizados, pero permitirían rectificar
ciertas carencias y debilidades en la política
económica bilateral.
B/ Los autos y autobuses.
La industria francesa del automóvil, considerada como una industria de tecnología
avanzada, fue concebida como un medio
privilegiado para favorecer el crecimiento y
crear empleos.25 En 1968, los coches y otros
vehículos representaron, a nivel de las
exportaciones francesas, un importe de 33
millones de soles. El Perú no perdió de vista
tales cualidades. En 1966, el Presidente Belaunde26 inauguró la cadena " Industria Automotriz
Peruana S.A. " (IAPSA). EL IAPSA fue una
asociación franco-americana constituida a
partes iguales por la Administración de rentas
Nacional de las Fábricas RENAULT y la
empresa de los Estados Unidos AMERICAIN
MOTORS CORPORATION. Se realizó el
ensamblaje por término medio de 3 700
vehículos de marca RENAULT, RAMBLER Y
PEUGEOT. Fue la octava "fábrica" de la marca
de automóvil RENAULT en América Latina y
la quinta cadena de montaje de automóviles
creada en Perú, desde el inicio del mandato del
Presidente Belaunde. El hecho de afianzar las
exportaciones fue sin duda una esperanza del
crecimiento comercial.
25
SOLANO Daniel, “Mercosur : La emergencia de
un nuevo polo de industria automóvil mundial”,
Cámara de Comercio y de la Industria de Paris, n° 78,
Accomex, 2007, p. 14
26
Inauguración
de la cadena de vehículos
automóviles IAPSA por el Presidente Belaunde
(RENAULT, RAMBLER ET PEUGEOT),
Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja
n° 13.9.1., Carta n°1038, 1971, p. 2
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Una exposición de Lima prevista el 15 de
septiembre de 1957, permitió a las principales
marcas francesas dar a conocer sus producciones y asentarse sobre el mercado local27.
Desde 1964, gracias a un sistema válido de
concesiones para cinco años, el gobierno
peruano abrió un régimen de ensamblaje de
automóviles que contuvo preferencias tarifarias (decreto N°80, noviembre de 1963).
Progresivamente las marcas extranjeras
instalaron en los alrededores de Lima las
fábricas de ensamblaje, estas respetaban este
programa, pero su actividad no podía ser
considerada como una “industria verdadera”.
Finalmente no se favoreció a Francia, ocho
sociedades de ensamblaje se vieron excluidas,
28
entre ellas FORD, RENAULT Y PEUGEOT.
En 1955 los automóviles registraron 69
millones de soles. Los coches de turismo, los
camiones y los vehículos automóviles 153
millones de soles.
C / Aviones, sobre todo militares.Para el caso franco-peruano la exportación de
los aviones y los buques no se trató de un
asunto de gran envergadura, sino fue sobre
todo un hecho resaltante en el contexto político-militar y por ende la importancia
económica que éste produjo. En 1966, durante
el gobierno de Belaunde Terry, la compra de
helicópteros significó para el Perú la suma de
33 millones de soles. En 1967 la compra de
material militar referente a 78 carros de
combate, le costó al Perú 444 millones de soles.
Otra negociación fue dada en 1957 cuando la
Sociedad Comercial Transoceánica de París,
abasteció eventualmente a la Marina Peruana,
29
un buque de 3 200 T. En los años precedentes
no fueron registrados convenios de similar o
mayor consideración. Pero en 1967, el
27
Perú, venta de automóviles, Archivos del Ministerio
de Asuntos Exteriores, Caja n°13.9.1., Carta n° 1455,
1956, p. 3
28
El ensamblaje automóvil en Perú, Archivos del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja °13.9.1., Carta
n° 1708, 1970, p. 1-2
29
Carta n° 256, Archivos del Ministerio de Asuntos
Exteriores, Caja 13.9.1., 1970, p. 1
177
Perú - Francia
Gobierno peruano emprendió una nueva
demanda de 14 aviones Mirage V. Después, las
autoridades peruanas manifestaron la
intención de pedir cuatro aviones Mirage V
suplementarios (más piezas de recargo y
equipos anexos). Eran pues 10 aviones nuevos
en total es decir 1 333 millones de soles en lugar
de 788 millones de soles. Finalmente las
Direcciones del tesoro y de las relaciones
económicas exteriores pidieron negar este
compromiso adicional, porque en efecto la
situación peruana se había deteriorado muy
gravemente.30 Durante este período existieron
unos proyectos atinados y también otros
inconclusos. Por ejemplo, en 1965, la empresa
SAVIEM-RENAULT perdió la negociación de
210 autobuses en la ciudad de Lima, frente a la
sociedad alemana BUSSING. Las causas se
dieron por la insuficiencia de los motores y la
inadaptación de los neumáticos.31 A pesar de
todo, sí se consideran las cifras de exportaciones francesas con destinación al Perú en
1968, percibimos que el primer lugar se dirigió
al puesto "navegación aérea" porque las
aduanas clasificaron la entrega de dos Mirages
dentro de esta rúbrica valorizada en 163 333
millones de soles.32
D/ Maquinarias y otros rubros
El principal contrato concluido con los
franceses entró en vigencia en 1967 que se
refirió al proyecto de la Acería de Chimbote
realizado por un grupo francés que invirtió la
suma 222 millones de soles. Existieron en
aquella época, pocos proyectos importantes de
orden económica susceptibles de interesar a la
industria francesa. Las creaciones de un
complejo químico en Los Organos fue objeto de
30
Venta de Mirages al Perú, Centro de Archivos Económicos y Financieros CAEF, Caja B 54915, Carta n°
1531, 6 agosto de 1968, p.1
31
Venta de autobuses a la ciudad de Lima, Archivos
del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja n°13.9.1.,
Carta n°165, 1965, p. 1
32
Venta de 14 Mirages al Perú, Archivos del Ministerio
de Asuntos Exteriores, Caja n° 13.9.1., Carta n°2925,
1969 , p. 1
33
Carta n° 1054, Centro de Archivos Económicos y
178
varios estudios efectuados, en parte, por
expertos franceses.33
La Administración francesa ansiosa en
desarrollar sus exportaciones en el Perú,
decidió participar por primera vez en la Feria
Internacional del Pacífico en Lima del 27 de
octubre al 12 de noviembre de 1967. Además,
los servicios franceses de la cooperación
técnica concedieron al Perú una “asistencia”
importante. Su importe ascendió en 1966 a 4
294 444 soles, para las solas intervenciones de
carácter económico. El movimiento nacionalista francés principalmente se apoyó en 1966
en el funcionamiento de Centros de
formaciones profesionales en el dominio de la
mecánica y la electricidad (2 761 111 soles) y en
el envío de tres expertos para el estudio del
problema de la productividad en la industria
textil. Otras misiones también estuvieron en
proceso para el estudio del mercado de Lima:
el desarrollo del melocotón, la industria
petroquímica y la acción del desarrollo
34
regional. Fue de esperar que estas actividades
pudieran permitir a los peruanos conocer
mejor las posibilidades de la industria francesa
e incitar a los fabricantes a expandir sus
35
relaciones con el mercado peruano, pero los
datos estadísticos mostraron lo contrario.
En 1969 el Ministerio de la Defensa recibió, de
la Manufactura de máquinas Haut-Rhin, cinco
maquinarias destinadas a la Fábrica de
Municiones de Armado peruana generando
36
un importe de 200 000 dólares. El nuevo
gobierno de Velasco Alvarado (1968), creó
“nuevas esperanzas” para el desarrollo de las
relaciones bilaterales entre estos dos países, sin
embargo la situación financiera en 1969 fue
delicada. La composición de ventas, no fue
satisfactoria a comparación de otros países
tales como los Estados Unidos, Alemania o
Financieros CAEF, Caja n° 54915, 1967, p. 6
Idem.
35
Situación económica del Perú, Centro de Archivos
Económicos y Financieros CAEF, Caja n° 54915,
Carta n° 1054, 1967, 1-6 pp.
36
Abastecimiento de 5 tipos de máquina Manurhin a
la Fábrica de municiones del Ejército peruano Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja
n°13.9.1., Carta n°3330, 1969, 1-2 pp.
34
UNSAAC - Riqch´ariy
Getsiva Cayo
Japón.37 Los resultados obtenidos en 1968, no
fueron suficientes para renovar tales expectativas. Las cifras registradas en los años siguientes, no superaron a los precedentes.38 A
mediados de la década del 70, el Estado
Peruano controlaba la mayor parte del sistema
bancario y había nacionalizado todas las
refinerías de petróleo, la minería, y las
empresas de servicios públicos; las fabricas de
harina de pescado, cemento, la siderurgia, etc.
La economía creció en este período, a una tasa
promedio anual de 4.8%. Esta tasa fue inferior
a la del período anterior de 5.72%. Surgió un
Régimen Militar que se instauró a partir de
1968 bajo la dirección del General Juan
Velasco, su ideología se reflejó en un intento de
transformación nacionalista política y
económica. Sin embargo su desconexión con
las fuerzas políticas más importantes y errores
en la política económica de corto plazo, le
impusieron limitaciones que le llevaron a su
término. Sus relaciones comerciales con
Francia se vieron consecuentemente afectadas.
Es así que a pesar del esfuerzo que ambos
países mostraron por el fortalecimiento de sus
relaciones comerciales, la primera gran crisis
petrolera de 1973, desfavoreció aún más las
relaciones que pretendieron ser recuperadas,
siendo esta la etapa del “inicio del
decaimiento” de los intercambios comerciales
franco-peruanos.
III. CONCLUSIONES
-El sistema económico y financiero de la
mayor parte de los países de la post-guerra fue
caracterizado por una circulación liberal. Perú
y Francia no escaparon a esta realidad. En ese
mercado internacionalizado las importaciones
y las exportaciones francesas se caracterizan
por su irregularidad, los intercambios
comerciales no formaron una línea creciente ni
homogénea.
fue el único país interesado, existieron
diversos rivales para Francia aún más notables
y audaces según sus especialidades. A pesar
del esfuerzo francés por reimplantarse en el
mercado peruano, sus intentos no fueron
suficientes. Una debilidad notable según las
fuentes halladas en los archivos, fue la falta de
estudios y reportes más específicos y
detallados de las potencialidades comerciales
peruanas.
-La inestabilidad política del Perú fue un
fenómeno casi continuo, como en todos los
países de América Latina. No obstante, Francia
jamás renunció a sus aspiraciones de “líder
exportador”. Durante el período de estudio
Francia confió en el Perú, no dudó en seguir
invirtiendo en diversos proyectos, aunque
estos no siempre se concluyeron con éxito. El
Perú atravesó ciertas falencias repetitivas ante
la presencia de una administración muchas
veces incompetente y proteccionista según
intereses propios en determinados años.
-La coyuntura económica peruana sumada a la
coyuntura económica francesa y mundial de la
primera mitad de la década de los años setenta,
no contribuyeron a las relaciones comerciales
entre ambos países. Sin embargo ello no
significó una falta de interés ni de abandono
por parte de los representantes comerciales o
gubernamentales.
-El periodo económico de crecimiento o
expansión del Perú dado entre 1950 y 1964
puede ser comparado con el mejor periodo de
relaciones comerciales entre Perú y Francia. A
ello se agregarían las ventas “excepcionales”
realizadas por los franceses en el ámbito
militar y por concesiones específicas entre 1965
y 1969. Mientras Francia gozó de casi 30 años
de absoluto crecimiento económico (19451973), el Perú se contentó con la mitad (19501964).
-Francia fijó sus intereses comerciales en el
Perú a escala intermedia entre 1945 y 1969 y a
baja escala en los años posteriores. A su vez, no
37
Intercambios económicos y financieros con el Perú, Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, Caja
n°13.9.1, Nota, 1969, p. 1
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
179
Perú - Francia
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“Inauguración de la cadena de vehículos automóviles IAPSA por el Presidente Belaunde (RENAULT, RAMBLER ET PEUGEOT)”. En: Carta n°1038, Caja n° 13.9.1, Paris:
Archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores. 1-2
-Tesis
CAYO DURAND, Getsiva
Les relations économiques et financières entre la France et le Pérou: l'exemple des entreprises industrielles et commerciales. 1945-1975. Thèse de Master en Histoire contemporaine. Université Paris - Sorbonne-Paris IV.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
181
Reflexiones sobre historia,
ideología y sociedad
Representación de edificio en tumba, cementerio de Azángaro 2010.
Foto de Claudia Palomino.
Página anterior: Ingreso de comparsas a la Plaza Haukaypata del
Cusco, diciembre 2011
Foto: Colectivo El Muro
Mariátegui, el Eurocentrismo
y la Modernidad
Erick Tejada Sánchez*
Resumen:
En este artículo se ensaya una lectura contemporánea y postmoderna del pensamiento de
José Carlos Mariátegui, explorando sus
aproximaciones a la crítica del eurocentrismo y
al lugar de Occidente y su cultura en la
construcción de un proyecto de modernidad
socialista para el Perú. En esta particular
lectura de Mariátegui, juegan un papel central
sus ideas y argumentos en torno al protagonismo histórico de las sociedades indígenas
del continente.
Key words: Mariátegui, Eurocentrism,
modernity, socialism, indigenous.
Palabras clave: Mariátegui, eurocentris-mo,
modernidad, socialismo, indígenas.
Cuestión previa: sobre los posibles anacronismos y la lectura contemporánea de
Mariátegui
****
L
as respuestas, no se encontrarán en la
época de Mariátegui, ni en sus escritos,
porque el escenario de la búsqueda no es el
pasado, sino el futuro.
Alberto Flores Galindo
Abstract:
In this article, we try to make a contemporary
and postmodern review to the thinking of José
Carlos Mariátegui, exploring his rapprochements to the critic of Eurocentrism and to the
role of the Western and its culture in the project
of a socialist modernity in Peru. In this particular appraisal of Mariátegui's writings, his
ideas and arguments about the historical
prominence of continental indigenous
societies are so relevant.
Una legítima preocupación de los historiadores ha sido la de situar temporalmente a los
pensadores y sus ideas, e interpretarlas casi de
manera exclusiva con relación a su propio
contexto histórico. En ese sentido, Alberto
Flores Galindo, uno de los más abnegados y
brillantes estudiosos de Mariátegui, advertía
que con relación a la obra del Amauta se había
incurrido deliberada y repetidamente en
lecturas anacrónicas, reuniendo citas suyas
para sustentar empíricamente la imagen de un
* Sociólogo por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
185
Mariátegui
Mariátegui trotskista, maoísta, gramsciano o
precursor prácticamente de cualquier tendencia, según haya sido la inclinación y la
intención ideológica de sus comentaristas
(Flores Galindo 1994:582).
Estas impugnaciones de Flores Galindo a las
interpretaciones “interesadas”, por decirlo de
alguna manera, de Mariátegui, corresponden
sobre todo, desde nuestro punto de vista, a un
criterio excesivamente académico, tributario
de la rigurosidad histórica como valor
supremo que preservar. Una lectura más bien
política de Mariátegui, en cambio, antes que a
sólo descifrar las coordenadas históricas en las
cuales su obra fue producida, está llamada a
re-crearla y actualizarla permanentemente. Tal
ejercicio no puede ser de ninguna manera
arbitrario, como podría temerse; antes bien,
está condicionado necesariamente por las
posibilidades, potencialidades y limitaciones
de la obra mariateguiana misma. De la
amplitud y la profundidad de esas condiciones
de recreación, creemos que depende la
vigencia de la producción intelectual en el
largo plazo; en esa posibilidad de interacción
temporal de los lectores con los textos del
pasado se halla la clave de su contemporaneidad o, en su defecto, de su superación y su
desfase.
Hechas estas aclaraciones, podemos señalar
que lo que nos proponemos en este ensayo es
precisamente intentar una lectura contemporánea de Mariátegui, con el propósito de
explorar sus ideas y constatar lo mucho que
tienen por decirnos todavía y con cuánta
vitalidad pueden aún enriquecer nuestras
reflexiones. No obstante, tal como enfatiza el
epígrafe que encabeza este trabajo, no creemos
que se deba o se pueda intentar resolver los
dilemas del socialismo peruano del siglo XXI
anclados en el pensamiento del más
encumbrado de sus líderes. Hacer contemporáneos a los clásicos (Portocarrero 1995:13), es
sólo una parte de la reconstrucción de un
1
“Se ha inventado ese término soberanamente
irrisorio de 'postmodernismo' para esconder la
esterilidad ecléctica, el reino de la facilidad, la
incapacidad de crear, la evacuación del pensamiento
en provecho del comentario en el mejor de los casos,
de los juegos de palabras o de la eructación, con más
186
horizonte socialista para el Perú. Ni en los
libros ni en las cátedras, empero, es donde es
más importante recuperar a Mariátegui y al
socialismo; sino más bien en la acción política y
en la praxis cotidiana de la construcción de una
alternativa progresista para el país.
Sobre el contexto de este debate
Así, hemos decido situar esta exposición en el
contexto de la llamada crisis de la modernidad,
que está asociada fundamentalmente al
agotamiento o a la insuficiencia regulatoria de
las principales instituciones emergidas de la
ilustración y de la modernidad eurocéntrica.
Frente a ese fenómeno, Boaventura de Souza
Santos sostiene que hay cuando menos dos
posturas básicas posibles: por un lado, un
postmodernismo celebratorio, que se centra en la
deconstrucción y la exaltación de la contingencia, abandonando de antemano cualquier
intento y/o deseo de pensar alternativas a lo
que se critica; y por el otro, un posmodernismo de
oposición que toma la crítica de la modernidad
como punto de partida para construir nuevas
alternativas epistemológicas y políticas
(Santos 2006:17).
No existe, sin embargo, ningún consenso en
torno a que la crítica de la modernidad necesariamente deba devenir en posturas de corte
postmoderno. Los conceptos mismos de
postmodernidad y de postmodernismo son
cuestionados y resistidos frecuentemente con
vehemencia1. Y es que para algunos autores, se
trata más bien de redescubrir y rescatar
aquellos procesos de modernizaciones alternativas que han tenido lugar o se han emprendido a despecho de la modernidad occidental
2
y su inherente reverso colonial . Pensadores
notables de América Latina como la boliviana
Silvia Rivera Cusicanqui, han sustentado la
emergencia de una modernidad andina
sustentada en circuitos de mercado interno, la
frecuencia.” (Castoriadis 2006:187).
2
Si la modernidad eurocéntrica representó para
Occidente la emergencia de formas de regulación y
de emancipación social, simultáneamente, fuera de
Europa la modernidad occidental dio lugar al
colonialismo. (Santos 2006:42).
UNSAAC - Riqch´ariy
Erick Tejada
articulación del mercado y la reciprocidad
como formas de intercambio, y el surgimiento
de ciudadanías cholas e indígenas (Rivera
2003:23).
En ese sentido, continúa el autor, Mariátegui
no se situaría en la línea del “tercermundismo
anti-occidental” que se propagaría en el
mundo en las décadas posteriores (2011:95).
En cualquier caso, nos interesa aquí ubicar la
presentación y la discusión de las ideas de
Mariátegui en el contexto mayor de los
procesos de descolonización del imaginario y de
desuniversalización de las formas coloniales del
saber, que son imprescindibles para la
transformación democrática de nuestras
sociedades (Lander 2006:211). Es decir que nos
proponemos poner de relieve algunos
aspectos del pensamiento mariateguiano que
refuerzan el criterio de que tanto su reflexión
como su proyecto político están más allá de los
supuestos y los condicionamientos de la
modernidad occidental; y que es por lo tanto
un despropósito pretender, so pretexto de la
crisis de la modernidad o del postmodernismo, prescindir de Mariátegui para seguir
pensando al Perú y su futuro3. Nos proponemos, en suma, ensayar una suerte de lectura
postmoderna de Mariátegui, que nos permita
recuperar desde esa mirada ciertos rasgos de
su pensamiento, que puedan a su vez contribuir a repensar la problemática y el destino del
país más allá del eurocentrismo, que en gran
medida alimenta todavía –desde nuestro
punto de vista- opciones políticas y
económicas como el fallido proyecto de
modernización neoliberal, implementado
desde hace más de dos décadas en el Perú.
Una constatación preliminar que conviene
hacer al respecto, es que el pensamiento de
Mariátegui es frecuentemente asistémico y
contradictorio, dado que la mayor parte de su
producción se hizo al ritmo periodístico del día
a día (Flores Galindo 1994:586). De lo que se
trata entonces es de prestar atención a las
diferentes maneras en las que Mariátegui
abordó las mismas cuestiones en los distintos
pasajes de su obra. En este caso, con relación a
lo que ha venido a llamarse eurocentrismo, y
que siguiendo a Bergel habría sido a menudo
asumido por Mariátegui, es pertinente
considerar, en primer lugar, que la inclinación
de Mariátegui hacia Occidente tenía varias
motivaciones. La más evidente –basta solo con
revisar los temas de los cuales se ocupa en sus
escritos- era la fuerte atracción que la cultura
occidental ejercía sobre él (Flores Galindo
1997:138). Pero además de ello jugaba un papel
significativo el clima político que se vivía en
Europa en los años veintes y que Mariátegui
había conocido de primera mano durante el
tiempo en que permaneció allí entre 1919 y
1923. Las expectativas que este ambiente le
suscitaba, lo llevaban a pensar que era en
Europa en donde se estaba elaborando la
nueva civilización y que América tenía en ese
particular momento –tal como él remarcaba- un
rol secundario. (Mariátegui 1987b:142). Sin
perjuicio de ello, Mariátegui estaba
plenamente consciente de la singular vocación
colonizadora que distinguía a la cultura
occidental y sus reflexiones están –tambiénbastante próximas a la crítica explícita del
eurocentrismo:
El eurocentrismo y la dimensión cultural de
la dominación
En un interesante trabajo sobre el lugar de
“Oriente” en la producción escrita de Mariátegui, Martin Bergel plantea y documenta la
adhesión del Amauta, en última instancia, a
Occidente. “El relativismo histórico varias
veces invocado por Mariátegui –sostiene
Bergel- tenía como límite una normatividad
occidental que no solamente aceptaba, sino
que defendía enfáticamente” (Bergel 2011:92).
3
Tal parece ser la intención de López Soria (2007) en
su libro Adiós a Mariátegui. Pensar el Perú en
perspectiva postmoderna, cuando encasilla a
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
“La civilización europea atrae, gradualmente, a su órbita y a sus costumbres a
todos los pueblos y a todas las razas. Es una
civilización dominadora que no tolera la
existencia de ninguna civilización
concurrente o rival. […] Junto con las
máquinas y las mercaderías se desplazan
Mariátegui en los límites de la modernidad y luego da
por terminado el papel de los pensadores y las
ideologías “modernas” en el Perú.
187
Mariátegui
las ideas y las emociones occidentales.”
(Mariátegui 1987a:61)
Las implicancias de este razonamiento se
desprenden de su literalidad: la dominación
capitalista –y por ende, imperialista- era
ejercida no sólo a través de la dependencia o la
expoliación económica, sino que tenía una
indiscutible dimensión cultural, o si se
prefiere, civilizatoria. Ello, además desde
luego de alejar radicalmente a Mariátegui del
economicismo que subordinaba de forma
absoluta todos los conflictos al conflicto de
clases, tenía necesarias repercusiones tanto
4
para su peculiar análisis marxista como para la
práctica política del socialismo en sociedades
no-occidentales como la peruana:
“La lucha de clases […] reviste indudablemente características especiales cuando la
inmensa mayoría de los explotados está
constituida por una raza, y los explotadores
pertenecen casi exclusivamente a otra.”
(Mariátegui 1988:61)
Para Mariátegui resultaba evidente que a la luz
de las circunstancias había que “indianizar” la
lucha de clases y la lucha antimperialista
(González Casanova 2006:420). Raza y cultura
tenían pues un correlato visible entre ellas, el
mismo que queda claro cuando, por ejemplo,
Mariátegui no solo relativiza sino que
minimiza hasta la negación los efectos “civilizatorios” de la dominación del “blanco” sobre
la sociedad indígena:
“Lo que en las comunidades indígenas del
Perú subsiste de elementos de civilización
es, sobre todo, lo que sobrevive de la
antigua civilización autóctona. […] en el
latifundio serrano, con excepción de ciertas
estancias ganaderas, el dominio del blanco
no representa, ni aun tecnológicamente,
ningún progreso respecto de la cultura
aborigen.” (Mariátegui 1988:25)
Mariátegui, en principio, no cuestiona el
carácter de civilizaciones de las culturas
indígenas. Si se repara en que Occidente ha
reclamado para sí un supuesto monopolio
civilizatorio que ha alimentado desde siempre
sus cruzadas, estamos ante un punto incuestio-
nable de deslinde, que se sustenta en el
impacto específico que la dominación
occidental ha tenido sobre el mundo andino.
La modernización anti-andina–u oligárquicapropiciada por las élites y cuestionada por
Mariátegui (Ruiz 1995:139) no había tenido
pues ni por asumo resultados encomiables. En
cambio, había no sólo prolongado sino muchas
veces exacerbado los vicios coloniales en la
República, profundizando las brechas entre la
costa y la sierra, la ciudad y el campo;
agravando, en suma, la dualidad de la
sociedad peruana surgida del trauma colonial
(Mariátegui 1988:222; 1975:65) y configurando
una situación de colonialismo interno
(González Casanova 2006:410). La propuesta
de Mariátegui se centrará en la superación de
esa dualidad constitutiva y la apuesta por
construir un Perú integral a través un proyecto
de modernidad alternativo (Ruiz 1995:139),
necesariamente socialista (Castro 1995:182) y
radicalmente propio, que no fuera un mero
reflejo de Occidente, en el que las tradiciones
comunitarias andinas deberían re-crearse
fecundadas por la doctrina del socialismo
moderno. Pero por razones de espacio no nos
extenderemos aquí sobre ese punto. De
momento sólo nos interesa destacar que de ese
proyecto socialista provendrán los insumos
para revertir esa dimensión cultural de la
dominación; para resolver ese conflicto civilizatorio que Mariátegui codifica en los
términos de una confrontación discursiva, de
una lucha del mito revolucionario contra el
mito explotador, que habrá de revelar la
falsedad de los supuestos de la modernización
oligárquica, continuadora inequívoca de la
dominación colonial:
“Sólo una conciencia de clase, sólo el mito
'revolucionario' con su profunda raigambre
económica […] lograrán substituir los mitos
artificiales impuestos por la 'civilización' de
los invasores y mantenidos por las clases
burguesas, herederas de su poder.” (Mariátegui 1988:58)
Nótese que la “civilización de los invasores” es
presentada aquí como una productora de
“mitos artificiales” –va de suyo que para
4
Raymundo Prado ha subrayado la especificidad del de suponer la sola presencia del marxismo en
marxismo de Mariátegui, remarcando lo inadecuado Mariátegui. (Prado 1995:49)
188
UNSAAC - Riqch´ariy
Erick Tejada
Mariátegui existen mitos movilizadores,
sustanciales y auténticos-. Uno de ellos, de los
más arraigados, tiene que ver con el estereotipo de los indígenas asumidos como objetos de
la dominación. La pretendida pasividad de los
pueblos originarios frente a sus dominadores
–que hasta cierto punto fue suscrita inclusive
por los primeros indigenismos, más bien
románticos, como los de Melgar, González
Prada o Clorinda Mato, que denunciaron la
situación de explotación de los indígenas y se
solidarizaron sinceramente con ellos- es
rechazada por Mariátegui, que se empeña más
bien en mostrar a los indígenas como sujetos en
constante pugna por sacudirse de la violenta
dominación a la que están sometidos desde la
llegada de los conquistadores europeos:
“Cuando se habla de la actitud del indio
ante sus explotadores, se suscribe generalmente la impresión de que, envilecido,
deprimido, el indio es incapaz de toda
lucha, de toda resistencia. La larga historia
de insurrecciones y asonadas indígenas y
de las masacres y represiones consiguientes, basta por sí sola para desmentir esta
impresión.” (Mariátegui 1988:40)
Mostrar y denunciar esas falsificaciones de la
ideología dominante en la sociedad oligárquica de su tiempo era pues para Mariátegui
una tarea de primer orden, para validar y
posicionar a los pueblos indígenas como
sujetos históricos de la nueva sociedad
peruana que se quería construir.
Una modernidad más allá de la racionalidad
instrumental
En esa realidad cultural heterogénea pero
sobre todo conflictiva, Mariátegui tenía que
enfrentarse al desafío de encontrar un modo
efectivo de aproximarse a las masas trabajadoras que poseían, como explica Quijano,
universos subjetivos diversos; en ese camino,
Mariátegui habría avanzado en la elaboración
de una racionalidad alternativa alimentada
por las especificidades y necesidades de la
5
Para una ilustrativa aproximación al debate sobre la
racionalidad andina puede consultarse la valiosa
publicación colectiva de Antonio Peña, Zenón
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
sociedad peruana (Quijano 1995:46). En efecto,
la innegable apertura de Mariátegui hacia
otras racionalidades distintas de la racionalidad instrumental (Ruiz 1995:241), y en
particular su “adhesión a la raza” proclamada
en el nombre y en el primer número de Amauta
(Mariátegui 1988:238), están mediadas por su
opción política. A propósito de la polémica con
Luis Alberto Sánchez con respecto al indigenismo, Mariátegui replicará:
“Confieso haber llegado a la comprensión,
al entendimiento del valor y el sentido de lo
indígena, en nuestro tiempo, no por el
camino de la erudición libresca, ni de la
intuición estética, ni siquiera de la especulación teórica, sino por el camino –a la vez
intelectual, sentimental y práctico- del socialismo.” (Mariátegui 1988:217-218, resaltado
nuestro)
Esa racionalidad socialista que parece delinear el
Amauta incorpora la afectividad –los
sentimientos y las emociones- como elemento
decisivo y al hacerlo, no sólo toma distancia de
la racionalidad instrumental occidental, sino
que se aproxima al mismo tiempo a la raciona5
lidad andina , que tiene en la afectividad uno
de sus componentes centrales (Eastermann en
Casas 2005:20). La razón y la ciencia, pilares de
la civilización occidental, también fueron
como se sabe, audazmente criticadas y desbordadas por Mariátegui, precisamente para
reafirmar la necesidad de lo irracional –el mitocomo combustible de las grandes empresas de
trascendencia histórica como el socialismo
(Mariátegui 1987a:23). La misma idea del
progreso, tan cara a todas las vertientes
occidentales de la modernidad, liberales o
socialistas, le parecía que había sido objeto de
un “respeto supersticioso” (Mariátegui
1987a:17-18). En el ámbito del desarrollo
teórico del marxismo, aunque en su momento
no haya sido ni difundida ni apropiada en la
medida necesaria, se trata de una adquisición
mayor, si se toma en cuenta que el racionalismo y el cientificismo eurocéntricos radicalizados desde la teorización de Lenin, fueron el
soporte epistemológico del autoritarismo en
Depaz, Félix Quesada, Mario Mejía, María Luisa Rivara, Emilio Mendizábal y Amancio Chávez (2005). La
racionalidad andina. Editorial Mantaro. Lima.
189
Mariátegui
los países que enrumbaron por el camino del
llamado socialismo real (Lander 2006:227).
Mariátegui tuvo la agudeza intelectual para
advertir en su tiempo que esos artefactos
occidentales aparentemente todopoderosos
–repárese en la afirmación de Lenin de que el
marxismo es todopoderoso porque es exactono alcanzaban para dar cuenta de la realidad
que él se proponía transformar como parte de
un gran proyecto colectivo:
“La ciencia mata la leyenda, destruye el
símbolo. Y, mientras la ciencia […] no nos
ayuda eficazmente a entender el Tawantinsuyu, la leyenda o la poesía nos presentan,
cuajado en ese símbolo, su sentimiento
cósmico.” (Mariátegui 1975:64)
Nuevamente la vocación liquidadora de otras
racionalidades del eurocentrismo aparece en
Mariátegui con total nitidez. Que el mundo
andino sea inaprehensible para Occidente y
sus instrumentos cognoscitivos sólo puede ser
una tragediasi por no ser comprendido
termina siendo arrasado; de lo contrario otras
formas de conocimiento, igualmente válidas
para Mariátegui,tales como la leyenda y la
poesía –que testimonian acaso ese horizonte
mítico de sentido del que habla Depaz, en
donde se recrean las verdades más profundas
y las experiencias vivenciales originarias de las
colectividades andinas (Depaz 2005:49)- hacen
accesible ese mundo y sus misterios, que son al
mismo tiempo insumos imprescindibles para
la construcción del proyecto socialista moderno
en el Perú. Las sociedades no-occidentales
como la andina no están entonces condenadas
a ser meros objetos de conocimiento por la
razón científica y colonizadora occidental,
sino que son sujetos plenos de conocimiento
capaces de producir y acumular sabiduría y
transmitirla a través de otros instrumentos
distintos que tienen el mismo valor. “Los
filósofos –sanciona el Amauta- nos aportan
una verdad análoga a la de los poetas” (Mariátegui 1987a:26). Pero además de estas otras
formas de conocimiento centradas en lo
simbólico, Mariátegui va a detenerse a celebrar
6
Siempre viene a mi memoria una extraordinaria caricatura aparecida en la revista Marka, en la que los líderes de la izquierda peruana, ganados por el exotismo
de sus filiaciones ideológicas protagonizan una tragi-
190
otro elemento de la racionalidad andina
presente con especial vitalidad en el mundo
popular: el espíritu festivo de la colectividad:
“Las fiestas populares tienen sus propias
leyes biológicas. Estas leyes exigen que las
fiestas se nutran de la alegría, la pasión, el
inst int o del pue b lo.” (Ma r iát e g ui
1987b:123)
La fiesta y sus excesos son un componente
central de la recreación de los mitos y de los
vínculos comunitarios de solidaridad y
cooperación en el mundo andino (Depaz
2005:64-65). Ese temperamento festivo de las
sociedades andinas llamaba la atención de
Mariátegui quizá por su propia propensión a
la melancolía durante sus años juveniles;
actitud que –tal como da cuenta Osmar
González en un entrañable ensayo- abandonó
después de regresar de Europa y de abrazar el
marxismo, cuando asumió el compromiso
personal de no estar triste, a pesar de las
múltiples dificultades que tuvo que afrontar y
de la amputación de su pierna derecha
(González 2011:64-65).
Comentarios finales
Proponer una re-lectura contemporánea de
Mariátegui puede tener mayor sentido si se
repara en el hecho de que a pesar de haber sido
virtualmente santificado en los predios de la
izquierda peruana desde mediados del s. XX,
siempre fue de muchas maneras una fuente
secundaria entre aquellos grupos tan dados a
alinearse dogmáticamente con las corrientes
internacionales del socialismo6. El estudio y la
recuperación crítica y creativa de su obra se
emprendieron mucho después, desde el
ámbito másprogresista, comprometido y
consecuente de la academia. El imprescindible
trabajo de Alberto Flores Galindo y sus
esfuerzos por la recuperación y la continuación del mariateguismocomo pensamiento,
como praxis y como programa alternativo para
el Perú, son quizá el hito más sobresaliente de
cómica escena en la que nunca llegan a entenderse:
Jorge del Prado hablando en ruso, Hugo Blanco en
francés y Rolando Breña en chino.
UNSAAC - Riqch´ariy
Erick Tejada
este postergado emprendimiento (Flores
Galindo 1994:583; 2007:27).
No deja pues de ser sorprendente, y acaso un
poco escandaloso, que a pesar de Mariátegui y
su obra, el socialismo peruano como corriente
política haya estado durante la mayor parte de
su historia de espaldas al mundo andino, presa
fácil del cientificismo y el racionalismo
eurocéntricos que impregnaron las vertientes
dominantes del marxismo hasta el colapso de
los regímenes de la órbita soviética. Y que otro
tanto haya sucedido en los fueros de la
academia. Un testimonio particularmente
chocante de esto último lo constituye el infeliz
episodio de la mesa redonda sobre Todas las
sangres, en el que destacados intelectuales de
izquierdas –con la sola excepción del Alberto
Escobar- hicieron gala de su infinita soberbia y
de su lamentable desconocimiento de la
complejidad del país, por igual. Pero además
hicieron evidentes para la historia las ataduras
coloniales de su progresismo, cuando suscribieron sin más una concepción que contraponía como elementos antitéticos e irreconciliables el socialismo “moderno”,y el mundo
andino y su tradición. José María Arguedas y
su idea de un “mundo de fraternidad” forjado
“mediante concepciones científicas y
modernas y el capital de la tradición indígena”
(Arguedas en Rochabrún 2011:39), estuvieron
desde siempre mucho más hermanados con el
proyecto mariateguiano.
En este punto vale la pena preguntarse si se
trata de debates superados en la historia o de
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
curiosidades académicas o personales, sin una
vinculación con lo que ocurre en el Perú de
nuestros días; es decir, si una lectura contemporánea de Mariátegui tiene algo que ver con
el Perú contemporáneo. Puestos en el contexto
de un país que viene ensayando desde hace
más de dos décadas un agresivo proyecto de
modernización neoliberal, que en los últimos
años ha tenido que valerse sobre todo y cada
vez más de la violencia para tratar de abrirse
paso en distintas regiones, dejando una
secuela de muertes atroces en su camino,
creemos que sí. Frente al proyecto de la
modernización oligárquica anti-andina –que
en su esencia y en sus formas se parece mucho
al de la modernización neoliberal, si se atiende
entre otros aspectos a su modelo de desarrollo
extractivista primario exportador y a su
desprecio visceral por el Perú andino llevado
hasta el asesinato- Mariátegui levantó en su
tiempo la alternativa de una modernización
andina y socialista del país. Hoy por hoy,
habida cuenta de que el mito de la modernidad
(Dussel en Lander 2006:211) ha sido en gran
medida desmontado y de que el modelo
burocrático, despótico y eurocéntrico de los
extintos socialismos reales no es ni deseable ni
realizable, nos toca reditar la audacia de
Mariátegui de construir una alternativa
integral y verosímil para el país, que nos
permita dejar atrás el escenario de exclusión,
desigualdad y muerte que lamentablemente
venimos repitiendo desde hace varios años, en
medio del creciente cinismo y la indiferencia
del Perú oficial.
191
Mariátegui
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Cuadernos de Investigación Universitaria 01
193
Entre el Eurocentrismo
y el Excepcionalismo:
Los Aportes de Mariátegui Para la Producción
de un Marxismo Latinoamericano
Diego Martín Giller*
Resumen
El presente trabajo indaga en las posibilidades
de producción de un marxismo latinoamericano como disposición antropofágica. La obra
de José Carlos Mariátegui -quien, según la
célebre fórmula de Antonio Melis, puede ser
considerado como el primer marxista de
América- producirá (y traducirá) en disputa
con el Partido Comunista una forma de
práctica y reflexión política. En tal sentido, el
presente artículo convoca a reflexionar sobre la
inédita y original relación que estableció el
Amauta con el marxismo en Nuestra América,
haciendo especial hincapié en sus disputas con
el eurocentrismo y el excepcionalismo.
political practice and reflection in opposition
to the one held by the Communist Party. This
article calls for reflection on the new and
original relationship established with
Marxism by Amauta in Our America, with
particular emphasis on his disputes against
Eurocentrism and exceptionalism.
Palabras clave
1) Mariátegui; 2) Marxismo; 3) Eurocentrismo;
4) Excepcionalismo; 5) Antropofagia
Keywords
1) Mariátegui; 2) Marxismo; 3) Eurocentrism;
4) Exceptionalism; 5) Anthropophagy
Abstract
This paper investigates the possibilities of
producing a Latin American Marxism as an
anthropophagistic disposition. José Carlos
Mariátegui´s work -who, according to the well
known formula of Antonio Melis, can be
considered the first American Marxistproduces (and translates) a diferent way of
****
N
o vale la idea perfecta, absoluta,
abstracta, indiferente a los hechos, a la
realidad cambiante y móvil; vale la
idea germinal, concreta, dialéctica, operante,
rica en potencia y capaz de movimiento
José Carlos Mariátegui
* Instituto de Estudios de América Latina y El Caribe, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos
Aires (UBA)
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
195
Eurocentrismo
1. A modo de bienvenida
La figura de José Carlos Mariátegui siempre ha
resultado enigmática. A punto tal de haberse
desatado una polémica en torno al año y lugar
de su nacimiento.1 Sin embargo, no fueron sólo
los datos biográficos los únicos que generaron
discusiones. La incomodidad que supusieron
sus modos de concebir la realidad, llevó a que
se apliquen sobre él diversos epítetos, cuyo
propósito se volvía evidente: menospreciar su
obra y su vida militante. Así, fue acusado de
populista, pero a la vez de europeista,2 al
tiempo que se lo rotulaba como soreliano pero
también como aprista. Si bien tales difamaciones fueron proferidas en tiempos en que el
Amauta se hallaba con vida, luego de su
muerte –acontecida en abril de 1930- siguieron
operando de tal modo que lograron desterrar
su obra de las arcas del pensamiento crítico
latinoamericano. En su país de origen, el Perú,
tendrían que pasar unos 30 años de su deceso
para que se asista a una recuperación de sus
reflexiones revolucionarias. Años más tarde, a
raíz del 50º aniversario de la publicación de 7
ensayos de interpretación de la realidad
peruana, el revival mariateguiano se
propagaría no sólo por nuestra América sino
también por Europa (Aricó, 1980a; Quijano,
1991).
Lo perturbador de sus reflexiones no hizo sino
colocarlo en una posición singular, aquella
reservada para los pensadores que, por
iconoclastas y heterodoxos, se tornaban
inclasificables. No obstante, para combatir no
sólo las difamaciones sino también la “inclasificabilidad”, él mismo se definiría como
“marxista convicto y confeso”. Partiremos de
esta autoconfesión althusserianamente
culpable, tomándola a modo de brújula para
seguir su itinerario político-intelectual –que en
el fondo, digámoslo sin eufemismos, son parte
constitutiva de un mismo hacer-; vale decir, su
condición de marxista será la clave para
entender tanto sus posiciones políticas como
1
Durante mucho tiempo se creyó que había nacido el
14 de junio en 1895 en la ciudad capital del Perú,
Lima. Más tarde, se descubrió que el sitio había sido
Moquegua –una pequeña ciudad del sureste, ubicada
en la vertiente occidental de la cordillera de Los
196
ideológicas. Con todo, habrá que hacer
hincapié en lo que supone ser marxista para el
propio Mariátegui, sobre todo si acordamos en
el hecho de que al interior de esta corriente
revolucionaria conviven conflictivamente una
variedad incontable de marxismos. En todo
caso, nos interesa recorrer aquellos sitios en los
que su pensamiento adquiere características
excepcionales, para, de este modo, intentar
dilucidar por qué el marxismo “a la Mariátegui” se distingue por su creatividad y originalidad respecto de aquellos otros que hacían –y
hacen- suelo en Nuestra América.
Para emprender nuestro recorrido contamos
con algunas pistas: por un lado, la ya célebre
frase con la que el italiano Antonio Melis (1980)
tituló un artículo publicado hacia 1967,
Mariátegui, el primer marxista de América;
por el otro, aquella sentencia del argentino José
Aricó (1980a), según la cual 7 ensayos de
interpretación de la realidad peruana se trata
de la “única obra teórica realmente significativa del marxismo latinoamericano”. Junto a
los propios escritos de nuestro autor en
cuestión, se constituyen en autenticas huellas
que nos interpelan a pensar en la posibilidad
de producción de un marxismo latinoamericano. Volviendo nuevamente a las interesantes
lecturas que hiciese Aricó sobre la obra de
Mariátegui, nos vemos tentados a enunciar la
idea rectora que atraviesa de principio a fin a
este escrito: a partir del peruano el marxismo
deja de ser un marxismo en América Latina
para constituirse como marxismo de América
Latina; vale decir, como un marxismo específicamente latinoamericano. Desde una perspectiva similar, Néstor Kohan (2000) sostiene que
si bien es cierto que hubieron otros personajes
–en el buen sentido del término- que
precedieron a Mariátegui en la difusión del
marxismo en estas latitudes, en rigor de la
verdad, no fueron más que eso: divulgadores y
propagandistas de esta corriente revolucionaria en Nuestra América. Hasta el Amauta, la
relación con esa tradición se estableció en
Andes- y el año, 1894.
El primer epíteto le fue impuesto por la
Internacional Comunista (IC), el segundo fue
asignado por Víctor Raúl Haya de la Torre y la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA).
2
UNSAAC - Riqch´ariy
Diego Giller
términos de una recepción pasiva que no
intentó más que la aplicación mecánica de las
ideas provenientes de Europa; esta recepción
no supuso en sí misma una producción.
2. Contexto de producción
Toda concepción que sostiene que las ideas
nacen y se desarrollan en la mente “genial” de
ciertos personajes de la historia, por el sólo
hecho de ser –pedimos perdón por la
redundancia- esencialmente geniales, constituye uno de los obstáculos con los que a diario
se tiene que enfrentar el pensamiento crítico. El
principal equívoco de tal postura, está dado
por el abandono de las condiciones de posibilidad, que son el sustento para el surgimiento de
esas ideas. Su efecto inmediato parece ser la
producción típicamente postmoderna de una
interpretación puramente textual de las
producciones intelectuales. Frente a ello, es
preciso volver una y otra vez sobre la indagación de los contextos de producción de los
discursos; vale decir, evitar despegar al texto
de su contexto concibiéndolos de un modo
históricamente situados. Desde nuestro punto
de vista, esto es lo que reclama para sí un
discurso como el mariateguiano.
En los albores del corto siglo XX, según la
célebre nominación del historiador Eric
Hobsbawm, se producen una serie de acontecimientos históricos –la revolución china
(1949), la revolución mexicana (1911), la
revolución rusa (1917) y la Reforma Universitaria de Córdoba (1918)- que, a su manera,
supusieron una transformación en los modos
de pensar la realidad latinoamericana. Para los
intelectuales, significó repensar la sociedad
emprendiendo –en términos homologables al
populismo ruso- una “marcha hacia el
pueblo”. Con estas experiencias históricosociales como trasfondo, el Perú de la década
del ´20 del siglo pasado –coincidente con el
llamado “oncenio de Leguía” (1919-1930)atravesaba el apogeo y la crisis de la república
aristocrática. En este contexto, la intelligentzia
peruana “(…) se preguntaba por las
condiciones mismas de existencia y de
transformación de un país que no era todavía
una nación, sino apenas una posibilidad, un
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
'concepto por crear', según las palabras de
Mariátegui” (Aricó, 1980b). La interpelación
de lo nacional empezaba a enraizarse en las
tendencias intelectuales del país andino. Sin
embargo, el problema nacional, esto es, la
pregunta por el Perú, no encontraba respuesta
afirmativa (Flores Galindo, 1980). Por el
contrario, la caracterización se realizaba en
términos negativos: el Perú no constituía una
nación y el proyecto de República había
fracasado. Por su parte, José Carlos Mariátegui, no se encontraba ajeno a esta suerte de
renovación intelectual –pero también de
recambio en la historia de nuestros pueblosque implicó un “redescubrimiento de
América” en tanto búsqueda de las identidades latinoamericanistas y nacionales. Con el
marxismo como brújula, el Amauta emprenderá su camino.
Con todo, mientras la intelectualidad peruana
se renovaba, el marxismo hegemónico a nivel
continental –aquel que seguía los dictámenes
de la Internacional Comunista (IC)- nadaba en
dirección contraria a la corriente de cambio. El
excesivo internacionalismo que profesaban se
convertía en la expresión sintomática de la
negación –no sólo en términos psicoanalíticos
sino también políticos y epistemológicos- de la
existencia de especificidades nacionales. Así,
marxismo y nación no eran posibles de ser
conjugados en un mismo horizonte. Según
Michael Löwy (2007), esto se debió a una de las
dos grandes tentaciones teóricas que habrían
amenazado al marxismo en esta región: el
eurocentrismo. Desde ésta perspectiva, autosituada en el orden de lo universal, se intentaba
deducir y aplicar mecánicamente la realidad
europea a la nuestra bajo una mirada fija y
cerrada, adscribiendo al postulado que
profesaba que nuestros países debían pasar
por una revolución democrático-burguesa
antes de arribar al socialismo. La otra gran
tentación estaba constituida por el excepcionalismo indo-americano, el cual pretendía “leer”
la singularidad latinoamericana sosteniendo
la idea de que nuestro continente conformaba
un “mundo aparte”. Esta lectura, instalada en
el plano de lo particular, condujo al rechazo de
cualquier teoría –entre ellas el marxismoproveniente desde otras latitudes, pero sobre
todo de Europa.
197
Eurocentrismo
En este escenario, caracterizado, por un lado,
por la renovación de la intelectualidad
peruana que se preguntaba por el problema de
la nación; y por el otro, por una concepción
enfrentada y dicotómica de los polos en
cuestión –nos referimos al eurocentrismo
versus el excepcionalismo, pero también a lo
nacional versus lo internacional, América
versus Europa, etc.-; emergerá el pensamiento
político mariateguiano. La originalidad de sus
aportes, tal vez responda a ese esfuerzo que
todo intelectual crítico debiera realizar:
instalarse desde el punto de vista de la tensión
que es propia de la relación constitutivamente
contradictoria entre lo particular y lo universal
(Grüner, 2010). Frente a éste devenir desventurado del marxismo en nuestras latitudes, el
autor de 7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana nos invita a pensar que los
polos no deben ser abandonados ni
rechazados apriorísticamente; por el contrario,
ambos traban entre sí una relación dialéctica
reclamando ser transitados.
3. Batallando al eurocentrismo: las
discusiones con la Internacional Comunista
El año 1928 es clave en la vida política de
Mariátegui. En abril, rompe sus relaciones
políticas con Víctor Haya de la Torre al no estar
de acuerdo con la precipitada decisión del
principal referente político de la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA)
de transformar el carácter frentista en un
Partido Nacionalista Libertador –partido que a
la postre nunca terminaría de constituirse-.3 De
3
Como sostiene Aricó, Mariátegui consideraba que
“…aún estaba inmaduro el proceso de diferenciación
política que necesariamente debía de operarse en el
interior del APRA como frente único” (Aricó, 1980b:
146)
4
Justo es señalar que a la par de Mariátegui otros seis
hombres participaron de esta formación. Ellos
fueron: Julio Portocarrero, Avelino Navarro, César
Hinojosa, Fernando Borja, Bernardo Regman y
Ricardo Martínez de la Torre.
5
El VI Congreso inspiró a la Conferencia Comunista
de América Latina en Buenos Aires, realizada en
junio de 1929, donde se produjo el debate al que
hacemos referencia en este escrito entre el grupo de
198
esta ruptura, se deriva la posterior fundación,
en el mes de septiembre, del Partido Socialista
del Perú, en la que Mariátegui tuvo una
4
actuación destacada. Este hecho, supuso un
enfrentamiento con la nueva línea política
adoptada por la Comintern luego de la celebra5
ción de su VI Congreso. Las controversias con
ambos movimientos pueden ser consideradas
como un punto de condensación de sus
posiciones respecto del eurocentrismo, en
tanto se enfrentaba a dos tendencias que
compartían la caracterización de una América
Latina feudal que debía pasar por una revolu6
ción democrático-burguesa. La disputa se
cristalizó en enérgicas discusiones que giraron
principalmente alrededor de la organización
política del frente de clases, y la relación entre
el proceso nacional peruano y la revolución
socialista. Siguiendo a Aricó, sostenemos que
dicha disputa supuso un punto de condensación en tanto “(…) es en el sitio teóricamente
privilegiado de su práctica política, allí donde
se conjuga pensamiento y acción, donde
debemos buscar el real significado de su
conciencia crítica de la sociedad, el sentido
fundante de la unidad de sus propuestas”
(Aricó, 1980b: 143).
Buena parte de nuestro objetivo de trabajo se
basa en rastrear el carácter distintivo del
marxismo de Mariátegui. Puesto que creemos
que uno de los lugares donde se condensa tal
singularidad se aloja en la disputa que
mantuvo con la IC, dejaremos de lado aquella
7
otra que sostuvo con el APRA. Respecto de la
organización política revolucionaria, el
Amauta sostenía que la forma partido debía
cristalizarse en dos ejes fundamentales: por un
Mariátegui –quien por problemas de salud no pudo
viajar, delegando la representación en Julio
Portocarrero y Hugo Pesce- y la IC –cuyo principal
referente latinoamericano era Vittorio Codovilla-.
6
En el fondo, esta caracterización presupone que
América Latina “… tenía forzosamente que
asemejarse a la Europa donde se había generado ese
marxismo y donde se estaba conquistando los logros
de la revolución soviética” (Flores Galindo, 1980:
29).
7
Para una profundización de la discusión de
Mariátegui con el APRA, recomendamos la lectura
del capítulo III de Mariátegui, J. C. (1991): Textos
Básicos. México: Fondo de Cultura Económica,
compilada por Aníbal Quijano.
UNSAAC - Riqch´ariy
Diego Giller
lado, el partido debía ser clasista, lo cual, desde
su concepción supone incluir no sólo al
proletariado sino también a las masas
campesinas indígenas y a las capas de intelectuales radicalizados provenientes de la
pequeña burguesía; y por el otro, el partido
debía ser popular, en el sentido de una organización política que de cuenta de los caracteres
distintivos de las sociedades periféricas, a la
vez que fuera capaz de aglutinar en su seno a
un amplio movimiento de masas “(…) movilizado política y nacionalmente en torno a un
definido propósito de transformación revolucionaria” (Aricó, 1980b). Por su parte, la IC
proponía para nuestra región la creación de
Partidos Comunistas esencialmente proletarios. Desde esta posición, se sostenía que los
diversos sectores de la pequeña burguesía
–entre ellos la figura del intelectual- no eran
más que enemigos del proletariado, y en
consecuencia, de la Revolución social.
Asimismo, a pesar de reconocer el potencial
revolucionario inscripto en la clase campesina,
también se cuestionaba la posibilidad de
constituir un bloque social en que aquélla
represente el papel de una fuerza revolucionaria inmediata (Aricó, 1980b). La idea de
partidos “esencialmente proletarios” se
enmarcaba al interior de la nueva estrategia de
la IC, conocida como la política de “clase
contra clase”, que venía a modificar su
estrategia inmediatamente anterior, basada en
una alianza entre los sectores burgueses,
8
pequeño burgueses e intelectuales.
Una posible lectura sobre el porqué de la
adopción de este tipo de estrategias por parte
de la IC, está constituida por la idea de que
aquéllas serían profundamente tributarias del
modo en que se “leía” e interrogaba a la
realidad latinoamericana: para la IC Perú,
América Latina y todo el mundo colonial eran
–en cuanto a la composición de sus
formaciones económico-sociales- substancialmente idénticos; vale decir, no existían las
especificidades nacionales (Flores Galindo,
1980). Este tipo de interpretación es propia de
un marxismo que en América Latina, producto
8
En el III Congreso de la IC, celebrado en junio de
1921, se activa “… la consigna de “ir a las masas” y de
esa manera reemplazar la guerra de asaltos por un
prolongado sitio de la fortaleza capitalista (…) Surge
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
de su desatención de las historias nacionales,
aparece colonial en sus orígenes; vale decir, de
un marxismo falto de raíces, que se dio aquí
como “calco y copia”. Por su parte, la utilización que hiciera Mariátegui de las categorías
producidas bajo el prisma eurocentrista,
redefiniéndolas desde una perspectiva
latinoamericana, lo convertiría en un crítico
radical de esta concepción (Quijano, 1991).
El contexto en que se expandió y desarrolló el
marxismo en nuestra región es el del colonialismo interno. Según González Casanova
(1969), esta categoría designa no ya al colonialismo a nivel internacional sino también a
escala intranacional. Este fenómeno, nacido a
partir de los movimientos independentistas
que tuvieron lugar en nuestro continente en los
albores del siglo XIX, supone que la sociedad
colonial es la propia sociedad nacional: “Con la
desaparición directa del dominio de los
nativos por el extranjero aparece la noción del
dominio y la explotación de los nativos por los
nativos” (González Casanova, 1969: 224). Tal
explotación no se produce solamente a nivel
económico, sino también, a nivel político,
cultural y militar. En este escenario, es justo
reconocer que el pensamiento mariateguiano
también se inscribe en la trama del colonialismo interno. Y eso es algo que él no
desconoce. De ahí, su postura respecto de la
posibilidad de una literatura indígena:
La literatura indigenista no puede darnos una
versión rigurosamente verista del indio. Tiene
que idealizarlo y estilizarlo. Tampoco puede
darnos su propia ánima. Es todavía una literatura de mestizos. Por eso se llama indigenista y
no indígena. Una literatura indígena, si debe
venir, vendrá a su tiempo. Cuando los propios
indios estén en grado de producirla (…)
(Mariátegui, 2004: 257).
Uno de los modos que encuentra Mariátegui
para hacer inteligible el colonialismo interno
es el estudio de la tradición y de la historia,
como así también de los pueblos indígenas
peruanos. En tal sentido, la referencia al
pasado -anclada en la benjaminiana idea de
también la idea del “frente único proletario”, se
insiste en las necesarias alianzas con las otras clases y
ya no se piensa en partidos monolíticamente obreros”
(Flores Galindo, 1980: 75).
199
Eurocentrismo
que nunca se podrá hacer justicia con el
presente sino se hace lo propio con su pasadointeresa en la medida en que puede servir para
explicar el presente (Mariátegui, 2004). Hacía
un tiempo ya que el Amauta y su grupo
estaban dedicados a un tenaz estudio de la
historia peruana, actividad que consideraban
un prerrequisito para la concepción de una
firme estrategia política que pudiera alcanzar
la ansiada regeneración nacional. Así, el
estudio de la historia nacional les revelaría
tanto las características esenciales de su
sociedad como de las fuerzas sociales
contenidas en su seno: en un escenario característicamente colonial y periférico como el
peruano el despliegue de las clases excede su
posición estructural. De tal modo, el proletariado compondría más una categoría analítica
antes que una realidad política. Se deriva de
dicha caracterización la siguiente conclusión:
la formación de partidos comunistas de centralidad proletaria se tornan en estas latitudes tan
improductivos políticamente como imposibles.
9
Asimismo, concebía que el tránsito de la experiencia
es siempre un camino doloroso. Al respecto,
afirmaba que “La revolución no es una idílica
apoteosis de ángeles del renacimiento, sino la
tremenda y dolorosa batalla de una clase por crear un
200
Así presentados, los debates con la
IC expresaban la cristalización de
una disputa por la forma de
organización del partido revolucionario y, en consecuencia, por
las estrategias revolucionarias
para el cambio social. Sin
embargo, no era sólo ello lo que
estaba en pugna. También se
enfrentaban diversos modos de
concebir al marxismo. De un lado,
un marxismo exterior, esencialmente receptivo y pasivo;
concebido como un cuerpo
cerrado cuya teoría, lista para
aplicarse indistintamente, tendría
validez universal; del otro, uno
que se autoconstituía interiormente –puesto que emergía desde
lo profundo de la historia
peruana-, que, partiendo de la
interrogación de la realidad como
forma de diálogo, suponía en sí
mismo una producción activa en tanto se lo
pensaba como instrumento de análisis en
permanente regeneración.
Mariátegui fue la punta de lanza de un
marxismo creativo, inédito y original en
nuestra región. Para apuntalar esta idea, Aricó
(1980b) gustaba decir que el peruano nunca
aparecería más marxista que cuando funda sus
análisis partiendo del carácter particular de la
formación económico-social peruana para
establecer una acción teórica y política
transformadora. La forma en que concebía la
germinación de un partido revolucionario va
en consonancia con esta idea: éste debía ser el
resultado –nunca clausurado- de un proceso,
un punto de llegada, antes que un presupuesto
y/o un esquema preestablecido que guiara la
lucha de masas. Mariátegui comprendía que la
verdad está en el proceso –y en el carácter
inevitable de los procesos, que implica la
necesidad de no saltear las etapas que las
coyunturas históricas imponen-9 y no sólo en el
resultado; o mejor, que el resultado es parte
orden nuevo. Ninguna revolución, ni la del
cristianismo, ni la de la Reforma, ni la de la burguesía,
se ha cumplido sin tragedia. La revolución socialista,
que mueve a los hombres al combate sin promesas
ultraterrenas, que solícita de ellos una tremenda eUNSAAC - Riqch´ariy
Diego Giller
constitutiva del proceso mismo. De ahí la idea
de
(…) que los puntos de condensación y de
organización de la experiencia histórica de
esas masas constituían la trama a partir de la
cual, y como un producto propio de la
voluntad colectiva en formación, emergía un
nuevo organismo político, una nueva institución de clase donde se sintetiza toda esa
experiencia histórica de luchas y se despliega
en un programa concreto la irresistible
tendencia de las masas a convertirse en el
soporte de un nuevo proyecto de sociedad. El
partido político debía crecer, no como un todo
completo, sino en sus elementos constitutivos,
en el interior del movimiento de masas en
desarrollo, y solo en la relación con dicho
movimiento el partido encontraba su razón de
ser (Aricó, 1980b: 163).10
De este modo, la relación de exterioridad
respecto de los movimientos de masas que
pretendía establecer la IC, encontraba junto a
Mariátegui una salida que se anclaba en un
permanente diálogo con la realidad; vale decir,
el partido de la revolución sólo podrá iniciar el
camino hacia el socialismo desde el interior de
un movimiento de masas, creadas “(…) a
partir de luchas que son nacionalmente
diferenciadas (con todo lo que eso implica) y a
partir de un grado determinado de organiza-
incondicional entrega, no puede ser una excepción
en esta inexorable ley de la historia. No se ha
inventado aún la revolución anestésica, paradisíaca y
es indispensable afirmar que no será jamás posible,
porque el hombre no alcanzará nunca la cima de su
nueva creación, sino a través de un esfuerzo difícil y
penoso, en el que el dolor y la alegría se igualará en
intensidad” Citado en Flores Galindo (1980: 88-89).
10
Sin embargo, está forma paciente de organización
del partido se vio alterada por el conflicto con Haya
de la Torre. Este hecho llevó a omitir fases previas
acelerando la formación del Partido Socialista
cuando aún el proceso de gestación interno no estaba
plenamente desarrollado
11
Mariátegui formaba parte de la corriente indigenista
que había nacido en el Perú hacia 1926. El
indigenismo en tanto género no es extemporáneo,
por el contrario, responde a las necesidades de su
época. Aunque Mariátegui no fue el mentor del
movimiento, si fue uno de los primeros, junto a Raúl
Haya de la Torre, en imprimirle un carácter de
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
ción del movimiento de masas” (Aricó, 1980b:
167). Para el caso peruano, el Amauta afirmaba
que “(…) las masas –la clase trabajadora- son
en sus cuatro quintas partes indígenas.
Nuestro socialismo no sería, pues, peruano -ni
siquiera socialismo- si no se solidarizase,
primeramente, con las reivindicaciones
indígenas” (Mariátegui en: Flores Galindo,
2005: 378). Por ello, sostenía que “La nueva
generación peruana siente y sabe que el
progreso del Perú será ficticio, o por lo menos
no será peruano, mientras no constituya la
obra y signifique el bienestar de la masa
peruana (…)” (Mariátegui, 2004: 44).
En suma, el peruano supo exponer, para
decirlo con Hegel, el despliegue de lo real,
donde la centralidad de la cuestión campesina
–que en el Perú era fundamentalmente indígena11- jugaba un rol primordial para cualquier
12
intento de regeneración nacional. Desde su
perspectiva, el marxismo sólo podía
conjugarse con el Perú a condición de confluir
con la cultura andina. De este modo, a partir de
Mariátegui, marxismo, nación e historia
andina se conformaban en elementos de un
mismo horizonte. El socialismo sólo podría ser
peruano e indoamericano: pero a condición de
que el punto de partida sea el Perú, y no al
revés (Flores Galindo 1980).
reivindicación político-social, exaltando al indio y
sus valores. La pregunta por lo nacional, en tanto
condición de posibilidad del discurso mariateguiano,
encuentra un principio de respuesta en el
indigenismo. La originalidad del amauta está no tanto
en su activa adscripción al indigenismo sino en
haberlo conjugado con el marxismo.
12
Mariátegui formaba parte de la corriente
indigenista que había nacido en el Perú hacia 1926. El
indigenismo en tanto género no es extemporáneo,
por el contrario, responde a las necesidades de su
época. Aunque Mariátegui no fue el mentor del
movimiento, si fue uno de los primeros, junto a Raúl
Haya de la Torre, en imprimirle un carácter de
reivindicación político-social, exaltando al indio y
sus valores. La pregunta por lo nacional, en tanto
condición de posibilidad del discurso mariateguiano,
encuentra un principio de respuesta en el
indigenismo. La originalidad del amauta está no tanto
en su activa adscripción al indigenismo sino en
haberlo conjugado con el marxismo.
201
Eurocentrismo
4. Contra el excepcionalismo: una lectura
antropofágica
Mientras que en el Perú, Mariátegui publicaba
en 1928 los 7 ensayos de interpretación de la
realidad peruana –año clave, como ya fue
referido, para su práctica política– Oswald de
Andrade en Brasil daba a conocer el Manifiesto
Antropófago. Retomando las ideas vertidas en
el Manifiesto Pau-Brasil de 1924, de Andrade
delineará una creativa forma de concebir la
relación con la cultura europea: la antropofagia. Ella supone la necesidad de apropiarse de
todo aquello que nos sirva de los otros culturales, en términos de digestión -“Lo necesario de
química, de mecánica, de economía y de
balística. Todo digerido” (de Andrade, 2008:
25). En tal sentido, para de Andrade no habría
posibilidad de una cultura latinoamericana si
esta no es pensada en relación dialéctica -de
Andrade, entre otras cosas, era un agudo lector
de Hegel- con la cultura de los colonizadores.
Ya en el Manifiesto de 1928, proyectará la
necesidad de componer con los pueblos
“cultos” y “civilizados” una relación en
términos de devoración. No se niega al otro
cultural; mucho menos se postula un latinoamericanismo puro frente a un europeísmo
“decadente”; sino que se trata de atrapar,
deglutir y digerir todo aquello que nos sea útil,
y descartar y vomitar aquello que no. En el acto
de apropiación/expropiación, se experimenta
no sólo una in-corporación, sino una
13
Es hecho conocido que los conquistadores
españoles difundieron desde su llegada a las Antillas
el carácter “canibalesco” de las culturas americanas.
Tiempo después, los portugueses harían lo propio en
el Brasil. Espantados ante las costumbres de los
indios tupíes, los cuales se comían literalmente al
enemigo, no dudaron en reconocer allí a la barbarie
necesaria de ser combatida. Para ellos, no había otro
camino que la civilización propugnada dentro de los
cánones de la cultura europea. Retomando
críticamente aquella identificación impuesta por los
colonizadores, y revalorizando la experiencia de
resistencia de los indios caribes y tupíes, de Andrade
redacta en 1928 su célebre Manifiesto Antropófago, en el
cual acuña el concepto de antropofagia.
14
De forma similar, y para apuntalar esta idea de la
tensión entre el pensamiento moderno y eurocéntrico
con todo pensamiento otro, Flores Galindo sostiene:
202
verdadera transformación, en la que el
enemigo es absorbido por nuestro cuerpo
cultural. De Andrade, transformando el
shakespeareano “to be or not be that is the
question”, resumirá su propuesta en aquel
creativo juego de palabras: “Tupí or not tupí
13
that is the question”, frase que condensa e incorpora la cultura europea a nuestras propias
necesidades.
La disposición antropofágica es una buena
manera de acercarse al marxismo mariateguiano. Como sostiene el ensayista Eduardo
Grüner (2010), cualquier pensamiento que se
precie de llamar latinoamericano se sostuvo –y
se sostiene- en una inevitable tensión con el
14
pensamiento europeo. De esa tensión –y no
del infantil abandono de toda producción
europea- es de la que hay que partir para llegar
a otra cosa.15 Pensar como latinoamericanos
implica “(…) pensar desde 'nosotros' con –y
cuando sea necesario contra- todo lo que de
'ellos' seamos capaces de re-apropiarnos”
(Grüner, 2010: 27). Una reapropiación
antropofágica que supone devorar críticamente el legado cultural europeo –que se
pretende a sí mismo universal-, pero no en
relación sumisa frente a él, sino una activa
destrucción -donde se mastica y se come
aquello que nos es útil y se escupe lo que noque implica la incorporación de lo devorado a
nuestra propia realidad. Reapropiación que
deviene en una original y creativa expropiación: “Sólo la antropofagia nos une” (de
Andrade, 2008).
“… la revolución rusa era un producto de Occidente
–tanto como la gran guerra- pero con un contenido
evidentemente distinto: nació en el extremo oriental
de esa civilización pero en umbilical unión con un
producto occidental como era el marxismo” (Flores
Galindo, 1980: 43).
15
Grüner (2010) afirma que el eurocentrismo ha
relegado a América Latina al lugar de residuo de la
historia, a una alteridad absoluta. El hombre
moderno sería un sujeto dividido internamente
producto de la negación de todo otro distinto del
europeo ilustrado. No obstante, nos pone de
sobreaviso acerca de la importancia de no perder de
vista que a “nosotros”, los latinoamericanos,
también nos ha dividido, que somos el producto de
un conflicto no resuelto de nuestra propia historia.
Por lo tanto, es de esa fractura de la que debemos
partir si pretendemos construir algo distinto.
UNSAAC - Riqch´ariy
Diego Giller
Si el eurocentrismo implica una transplantación mecánica hacia América Latina de los
modelos de desarrollo europeo –y con ello, de
los sujetos revolucionarios y las estrategias
para el cambio social-, el excepcionalismo
tiende a absolutizar la especificidad de nuestro
continente concibiéndolo como un “mundo
aparte”. Si frente a aquél Mariátegui
emprendió una dura batalla que lo llevó, junto
a otros intelectuales de su época, a emprender
una “vuelta hacia el pueblo”, un “redescubrimiento de América”, un estudio profundo de
la historia nacional; frente a éste, libró otra
ofensiva igualmente productiva que no
supuso un abandono de la teoría –ni mucho
menos de la riqueza de las experienciasproducida en Europa. Por el contrario, la etapa
de su exilio europeo –transcurrida entre los
años 1919 y 1923- se convertirá en “(…)
escenario de un aprendizaje indispensable: el
descubrimiento de las diferencias con Latinoamérica, lo que no significó abjurar del conocimiento de esa cultura y de sus beneficios”
(Flores Galindo, 1980: 44). Al respecto,
afirmará
(…) no me sentí americano sino en Europa. Por
los caminos de Europa, encontré el país de
América que yo había dejado y en el que había
vivido casi extraño y ausente. Europa me
reveló hasta que punto pertenecía yo a un
mundo primitivo y caótico; y al mismo tiempo,
me impuso, me esclareció el deber de una tarea
americana (…) Europa me había restituido,
cuando parecía haberme conquistado enteramente, a Perú y a América (Mariátegui, 1959:
162).
En tal sentido, para Mariátegui las lecciones de
las experiencias europeas podían iluminar
nuestra identidad extraviada (Aricó, 1985).
Al mismo tiempo, la estadía en Europa le sirvió
no sólo para “desposar una mujer y algunas
ideas socialistas”, sino también, para entrar en
16
La conformación de su heterodoxo abanico teórico
junta entre sus barajas a autores tales como Benedetto Croce, Georges Sorel, Piero Gobetti, Lenin, Henri
Bergson, Waldo Frank, Bernard Shaw, James Joyce,
Miguel de Unamuno, Romain Rolland, Friedrich
Nietzsche, Sigmund Freud, Charles Chaplin, Gorki y
al movimiento surrealista.
17
De clara orientación indigenista, revelada tanto en
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
contacto con numerosos teóricos tanto de
tradición marxista como de tradiciones ajenas
16
a ésta corriente. Su formación teórico-política
–insistimos en el carácter tautológico de esta
expresión- lo llevó a apropiarse –en un sentido
antropofágico- de aquellas teorías europeas
críticas del eurocentrismo, rechazando el
postulado que sostiene que por el sólo hecho
de ser producidas del otro lado del Atlántico,
el contenido y el valor crítico de dichas teorías
queda disuelto y anulado. De lo que se trata, es
de reinscribirlas en nuestra propia situación: la
latinoamericana.
5. Entre el eurocentrismo y el excepcionalismo: la concepción de un marxismo
nuestroamericano
En 1928 –la vuelta a este año en la vida de
Mariátegui se torna inevitable-, a propósito del
segundo aniversario de la Revista Amauta,17
escribirá una frase que se hará célebre –aunque
su nombre quechua como en la estética incaica de las
tapas, Amauta expresaba la importancia de la recuperación de los valores indígenas, de la adhesión a la
raza. Pero no como una vuelta utópica hacia un pasado mejor sino desde una recreación permanente. Al
respecto, Mariátegui afirmaba que la palabra amauta
“… adquiere una nueva acepción. La vamos a crear
otra vez” (Mariátegui en Flores Galindo, 2005: 358).
203
Eurocentrismo
muchos años después de haber sido elaborada-: “No queremos, ciertamente, que el
socialismo sea en América calco y copia. Debe
ser creación heroica” (Mariátegui, 1991: 127).
Toda una declaración de principios, la cual
dirigía lanzas contra los intentos de aplicar
mecánica y acríticamente, esto es, no antropofágicamente, las ideas producidas en Europa.
De lo que se trata, entonces, es de crear un
socialismo y un marxismo nuestroamericano.
Sin embargo, quizá lo más interesante sea la
fórmula -infinitamente menos difundida- que
le sigue inmediatamente: “Tenemos que dar
vida, con nuestra propia realidad, en nuestro
propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una
generación nueva” (Mariátegui, 1991: 127).
Pero, ¿por qué le asignamos tanto valor a esta
expresión? Precisamente, porque allí aparece
la idea de enfrentarnos con nuestra propia
realidad, lo que supone hacerlo con un
lenguaje propio y no importado. Lo que surge
es un proyecto de traducción –no en sentido
literal, sino como un acto constitutivamente
imperfecto- del marxismo a “nuestra propia
realidad” pero, y esto es bien importante, “con
nuestro propio lenguaje”. Si, como afirma
Mariátegui, “El arte es una evasión cuando el
artista no puede aceptar ni traducir la época y
la realidad que le tocan” (Mariátegui, 2004:
231), el Amauta reclama para si el estatuto de
artista pleno.
En suma, a partir de la incansable lucha frente
al eurocentrismo y al excepcionalismo que
pululaban –y aún hoy pululan- por Nuestra
América, emerge de la mano de José Carlos
Mariátegui un marxismo de características
distintivas respecto de las otras expresiones de
esta corriente revolucionaria en la región. Y
ese singular distingo, estará marcado por la
forma de concebir el conocimiento; vale decir,
por comprender junto a nuestro Marx que
“(…) la teoría nunca puede ser 'aplicada'
puesto que siempre es 'recreada' por el proceso
social del que quiere dar cuenta o contribuir a
crear” (Aricó, 1980b: 139). Y ese proceso social
es uno que, en tanto es esencialmente abierto,
experimenta una permanente y compleja
mutación. Siguiendo a Oscar Del Barco (2008),
vale pensar que la teoría no puede ser clausurada, en tanto el objeto de estudio –y de acción204
que es la propia realidad siempre se escapa,
constituyéndose no en un objeto fijo sino en
fuga. El propio Mariátegui (2004) tenía bien en
claro esto, por ello afirmaba que ninguno de
sus ensayos estaba acabado, ni lo estaría
ninguno mientras viviese, pensase y tuviese
algo que añadir. Y ello partía de la firme
convicción de que todo en el mundo cambia y
se renueva, de que nada permanece nunca
igual a sí mismo.
Así, el marxismo mariateguiano deviene en
una forma de interrogar el mundo, que, a su
vez, se constituye en la brújula que guía el viaje
hacia la liberación. La originalidad está en su
búsqueda; en el haber tenido el coraje de
enfrentar a éste método revolucionario de
conocimiento –y de emancipación- con su
realidad; en concebir la verdad como un
proceso abierto en perpetuo movimiento en
tanto experiencia que hay que transitar
inevitablemente –aunque ese camino esté
plagado de obstáculos- para conocernos en
nuestra historia. Esos eran los únicos caminos
que encontraba Mariátegui para hacer avanzar
al marxismo en clave latinoamericana, por
producir un marxismo de y para América
Latina. Es ese el proyecto amautico. De ahí, su
urgencia.
6. ¿Por qué volver a Mariátegui?
Llegados a este punto, no parece tan difícil
responder la pregunta que titula este apartado
final. Un principio de respuesta está en su
legado, cuyo rasgo de mayor originalidad
parece estar constituido por el modo en que
nos enseña a pensar(nos), el cual supone un
diálogo permanente con la realidad en la que
nos hallamos inscriptos. Para nada importan
sus análisis si con ellos intentamos traspolarlos acríticamente a nuestra época. Por el
contrario, su “lección de método” es la
enseñanza de enfrentarnos con nuestro
mundo de un modo auténtico, interrogándolo
e interrogándonos en ese permanente diálogo.
Como sostiene Aricó,
(…) la 'producción' de un marxismo latinoamericano, que encuentra en una sede nacional
privilegiada, en una realidad histórica
contrastada con un patrón evolutivo al que se
UNSAAC - Riqch´ariy
Diego Giller
cuestiona en su pretensión de universalidad,
sus paradigmas de constitución. Y esa es una
lección de método que mantiene su vigencia
hoy (Aricó, 1985: 11).
“Lección” que supone una concepción del
marxismo como un método productivo de
interpretación de la realidad histórico-social, y
no como una teoría prescriptiva presta a
aplicarse indiferentemente a cualquier
formación económico-social. Para Mariátegui,
El marxismo del cual todos hablan pero que
muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un medio fundamentalmente dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es,
como algunos erróneamente suponen un
cuerpo de principios de consecuencias rígidas,
iguales para todos los climas históricos y todas
las latitudes sociales. Marx extrajo su método
de la entraña misma de la historia. El
marxismo en cada país, en cada pueblo, opera
y acciona sobre el ambiente, sobre el medio sin
descuidar ninguna de sus modalidades
(Mariátegui, 1991: 168-169).
Tal como dijese el propio Amauta a propósito
del pensamiento de su coterráneo González
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Prada, no es la letra sino el espíritu lo que
representa un valor duradero (Mariátegui,
2004). En todo caso, la perduración de una
escritura tiene que ver con la posibilidad de
que ciertas formas de interrogar, dialogar y
mirar al mundo se vuelvan, de algún modo,
extemporáneas; vale decir, que ante nuevas
coyunturas tengan la capacidad de establecer
nuevas relaciones con su mundo (Quijano,
1991). Por ello, creemos que su vida y su obra
no son privativas del texto escrito, sino que se
hallan en el espíritu inquieto que interrogaba
intrépidamente a su realidad -“Mi testimonio
es convicta y confesamente un testimonio de
parte. Todo crítico, todo testigo, cumple,
consciente o inconscientemente, una misión”
(Mariátegui, 2004: 177)-, aunque ésta haya
cambiado profundamente. Su producción es
una permanente invitación por intentar crear
sentidos nuevos; por producir nuevas miradas
localmente situadas –pero en permanente
diálogo con lo extralocal-; por proseguir en la
tarea de producir preguntas –en tanto ellas son
lo que perduran- y no sólo respuestas que se
pretenden clausuradas; en suma, un convite a
descubrir nuestra historia con nuestro propio
lenguaje.
205
Eurocentrismo
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UNSAAC - Riqch´ariy
Mariátegui y el factor geográfico
Augusto Ruiz Zevallos*
RESUMEN
ABSTRACT
En este artículo estudio las reflexiones de
Mariátegui en torno al factor geográfico. La
idea general que persuade a Mariátegui,
sugiere que algunos hechos de trascendencia,
como el progreso capitalista del país o los
movimientos regionales, solo se pueden
entender si se toma en cuenta el factor geográfico. Aquí tenemos a un Mariátegui que
incorpora perspectivas de análisis que normalmente formaban parte del conjunto teórico de
la derecha militante, sin que esto implique una
argumentación a favor de estos intereses. Por
el contrario, al mostrar que tras el éxito relativo
de algunas regiones o países no sólo han
estado la política y el esfuerzo de su gente sino
también los regalos de la naturaleza, nos invita
a pensar que las desventajas geográficas de
países como el nuestro —y las de algunas
regiones del interior— demandan inversiones
adicionales que los países o regiones
premiados por la geografía no tuvieron que
realizar.
In this paper we study Mariátegui reflections
around the geographical factor. The general
idea that persuades Mariátegui, suggests that
some facts of importance, as the capitalist
progress of the country or regional
movements, can only be understood if one
takes into account the geographical factor.
Here is a Mariátegui incorporating analytical
perspectives that normally form part of the
theoretical set of militant right, without
implying an argument in favor of these
interests. On the contrary, to show that after
the relative success of some regions or
countries have not only been the policy and
efforts of its people but also the gifts of nature,
invites us to think that the geographical
disadvantages of countries like ours - and
some interior regions, demand additional
investments that countries or regions awarded
by geography did not need to.
Palabras Clave: factor geográfico, región,
crecimiento económico
*
Augusto Ruiz Zevallos. Magister en Historia. Entre
sus varias publicaciones se encuentra el libro La
multitud, las subsistencias y el trabajo: Lima 18901820 (PUCP 2001), “Historia y Verdad en
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Key words: geographic factor, region,
economic growth
****
Mariátegui” (Editorial Minerva 2009) y “Los
indígenas como orientales (en Tipshe, 8, 2010). Es
profesor de la Facultad de Humanidades de la UNFV
y en la Escuela de Post Grado de la Universidad José
Carlos Mariátegui.
207
Mariátegui y la geografía
J
osé Carlos Mariátegui ha sido presentado
como un autor que observó la importancia
de lo subjetivo en el desenvolvimiento de la
sociedad. Contra un marxismo vulgar que
enfatizó el aspecto económico, Mariátegui
optó por una visión que destaca la espiritualidad en los actos humanos. Ligado a esto se
precisa el carácter superestructural de su
temática: la mayor parte de su libro 7 ensayos
está destinada al análisis de las instituciones y
procesos jurídicos, religiosos y culturales;
además, el grueso de su obra reunida en
diversos volúmenes gira en torno a esos
factores. Todo esto es interesante. Pero hay un
aspecto desatendido que va más allá del
esquema binario estructura/superestructura,
factores económicos/factores subjetivos. Me
estoy refiriendo al hecho geográfico del cual
Mariátegui tomó debida cuenta. Este aspecto
remite a una visión que sobre el Amauta he
1
venido defendiendo en otras intervenciones , a
saber, la de un intelectual que profesa una fe
—la utopía socialista— sin ponerse al servicio
de alguna teoría sobre lo social, lo que
podemos encontrar también en su ponderación del factor geográfico al analizar algunos
fenómenos como el crecimiento industrial, las
regiones o el desarrollo del Perú. Mariátegui
expresa esta perspectiva en el primer ensayo,
“Esquema de la evolución económica”, y en el
sexto ensayo, “Regionalismo y centralismo”,
de su más celebrado libro. Aquí tenemos a un
Mariátegui que escapa del marxismo para
incorporar perspectivas de análisis que
normalmente formaban parte del conjunto
teórico de la derecha militante.
I
La idea general que persuade a Mariátegui
sugiere que algunos hechos de trascendencia,
como el progreso capitalista del país o los
movimientos regionales, solo se pueden
entender si se toma en cuenta el factor geográfico. Esta tesis se comprueba, sostiene, en el
hecho de que el regionalismo es un fenómeno
principalmente del sur del Perú, es decir de los
departamentos de Cusco, Arequipa, Puno y
1
Ver “Historia y verdad en Mariátegui”, en: Ponencias
del Simposio Internacional 7 Ensayos: 80 años, Lima,
Librería Editorial Minerva, 2009.
2
José Carlos Mariátegui, 7 ensayos de interpretación de la
208
Apurimac, que constituían la más definida y
orgánica región en el Perú. “Los Andes son sus
bastidores”.
“El Sur es fundamentalmente serrano. En el
sur la costa se estrecha. Es una exigua y
angosta faja de tierra, en la cual el Perú
costeño y mestizo no ha podido asentarse
fuertemente. Los Andes avanzan hacia el
mar convirtiendo a la costa en una estrecha
cornisa. Por consiguiente las ciudades no se
han desarrollado en la costa sino en la
sierra. En la costa del sur no hay sino
2
puertos y caletas ”
Donde la costa se ensancha, comprueba
Mariátegui, no se desarrolla un movimiento
político similar. Mientras los Andes congregan
al sur andino, haciendo posible el regionalismo, la geografía une las ciudades del norte
con Lima, potenciando su integración. En
suma, un fenómeno político, el regionalismo,
es dependiente del hecho geográfico.
Una perspectiva similar la expone cuando
somete a crítica las predicciones que por
entonces presentaban a Lima como una urbe
cercana a convertirse en una megalópolis
industrial similar a Buenos Aires. ¿Qué hace
posible que la capital de un país sea al mismo
tiempo una gran urbe de importancia internacional? “El hecho político no basta”, vuelve a
3
señalar el Amauta . “Los factores esenciales de
la urbe son tres: el factor natural o geográfico,
el factor económico y el factor político”. Lima
carece de un sólido factor geográfico que vaya
de la mano del económico. “Lima no es,
geográficamente, el centro de la economía
peruana. No es sobre todo, la desembocadura
4
de sus corrientes comerciales” . Lejos de ello,
Lima es una desembocadura más. Diferentes
puertos del norte y del sur son las muchas
puertas por donde salen los productos
peruanos. Aunque el puerto de El Callao se
mantendrá en el primer puesto de las estadísticas de aduana, no se beneficiará del
crecimiento de las diversas exportaciones. Un
caso visible era Talara que por el volumen de
sus exportaciones e importaciones se había
realidad peruana, Lima: Empresa Editorial Amauta,
1980, p. 208.
3
Op. Cit. p. 220.
4
Op. Cit. p. 220.
UNSAAC - Riqch´ariy
Augusto Ruiz
convertido en la década de 1920 en el segundo
puerto de la República. “Los beneficios
directos de la industria del petróleo escapan
5
completamente a la capital.” . Y lo mismo
sucederá, asegura Mariátegui, con otras
industrias que se desarrollen en la sierra y en la
costa. Lima no canalizará esos recursos. “No se
podrá hacer de Lima el centro de la red de
caminos y ferrocarriles. El territorio, la naturaleza, oponen su veto”6. En otras palabras, las
posibilidades de desarrollarse industrialmente se van alejando de la ciudad capital,
porque ésta no goza de las ventajas de otras
capitales que son el centro del sistema de
circulación. En esos casos, “la capital es la
usina porque es, además, el mercado. Una red
centralista de caminos y de ferrocarriles es tan
indispensable a la concentración industrial
como la concentración comercial. Y ya hemos
visto en los anteriores artículos hasta qué
punto la geografía física del Perú resulta
7
anticentralista” .
No solo Lima ve limitadas estas posibilidades.
En general, al Perú le está vedado soñar en
convertirse, en breve plazo, en un país
manufacturero, entre otras razones “a causa de
las deficiencias de su posición geográfica”. A
pesar de los esfuerzos que se hicieron desde la
Independencia, el Perú quedó rezagado con
respecto a países situados en el Atlántico,
como Brasil y Argentina, que se vieron favorecidos por la exportación de sus productos y
porque recibían capitales, “máquinas y mil
productos” además de inmigrantes europeos
que llegaron en gran cantidad:
“Por su geografía, unos estaban destinados
a marchar más de prisa que otros. La
independencia los había mancomunado en
una empresa común para separarlos más
tarde en empresas individuales. El Perú se
encontraba a una enorme distancia de
Europa. Los barcos europeos, para arribar a
sus puertos, debían aventurarse en un viaje
larguísimo. Por su posición geográfica, el
Perú resultaba más vecino y más cercano al
Oriente. Y el comercio entre el Perú y Asia
comenzó como era lógico a tornarse
5
Op. Cit. p. 219.
6
Op. Cit. p. 220.
7
Op. Cit. p. 223.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
considerable […] Pero el tráfico con Asia, no
podía concurrir eficazmente a la formación
de la nueva economía peruana”8.
Aquí nuevamente explica la historia del Perú
en términos geográficos. La lejanía geográfica,
que hacía más costoso el comercio con las
metrópolis capitalistas, era un factor a tomar
en cuenta para explicar el atraso de la
economía peruana.
II
Llegado a este punto conviene preguntarse por
la fuente de inspiración para esta manera de
entender las relaciones entre historia y geografía. Ciertamente, no fueron las lecturas de
Marx y los marxistas, que fueron siempre
ajenos al tema; ni de autores como Sorel o
Gobbetti, de quienes tomó otras ideas. En la
tradición intelectual peruana era posible
encontrar cierta importancia a lo geográfico, en
Mariano Felipe Paz Soldán quien intuyó la
existencia de regiones naturales en el Perú o
Francisco García Calderón y años después
Pedro Dávalos y Lissón quienes destacaron su
relevancia. García Calderón señaló que
Argentina y Brasil se habían beneficiado de su
proximidad a Europa y que la distancia y la
anarquía “son las dos causas para que el capital
europeo fuese relativamente débil en nuestro
país… El alejamiento daba al éxodo de
9
capitales más riesgos que ventajas” . Sin duda,
esta es una referencia importante para
entender la perspectiva de Mariátegui, aunque
hubo otras más cercanas.
Un autor que anticipó el razonamiento del
Amauta fue su amigo César Falcón. Él había
escrito por lo menos dos artículos donde
plantea estas ideas. El primero, “El desarrollo
industrial del Perú”, apareció en El Comercio de
Lima en 1925 y difícilmente pudo haber sido
ignorado por el Amauta, aunque éste no lo cita.
Allí sostiene que la primera causa de la
languidez de la industria algodonera “y de
todas las industrias” en el Perú era su situación
geográfica.
8
9
Op. Cit. p. 224
Ver Francisco García Calderón pp. 353 y 345.
209
Mariátegui y la geografía
“Colocado en el Pacífico, sin comunicaciones rápidas con los centros manufactureros de Europa, no ha podido recibir, por
una parte, los grandes contingentes
migratorios que han acudido a otras tierras
más cercanas, y por otra parte tiene que
sufrir la competencia de la producción
mejor situada. Estados Unidos y Egipto son,
en lo que respecta al algodón, sus dos
10
grandes e invencibles rivales” .
Como se puede apreciar, esta es una idea
parecida a la que Mariátegui desarrolla en el
primero de sus ensayos.
El segundo artículo, “La capitale dello
Spirito”, publicado en una revista italiana, sí
aparece citado por Mariátegui en el sexto de
sus 7 ensayos. Allí Falcón compara a Lima con
Buenos Aires, que es el puerto y el mercado de
la agricultura y ganadería argentinas. En
Argentina, sostiene Falcón, todas las grandes
vías del comercio desembocan en la capital,
beneficiándola con la gran circulación
económica y fortaleciendo la industria. En el
Perú, las muchas desembocaduras para el
comercio ultramarino dificultan el engrandecimiento industrial de la capital: “La extensión
de la costa restringe la posibilidad de Lima”11.
Por ello, argumenta Falcón, no será fácil que la
capital del Perú se convierta en una gran
potencia económica. Al contrario, era más
seguro que “su preponderancia económica
actual disminuirá a medida que se intensifi12
cará la economía del país” . Favorecida por el
clima dulce, separada del tráfico industrial,
Lima era más bien un amable refugio del
espíritu.
Probablemente el autor que influyó de manera
importante en ambos –con seguridad en
Mariátegui- fue Lucien Romier, destacado
escritor de principios del siglo XX, miembro
activo de la derechista Acción Francesa, cuyo
10
Sin embargo, a diferencia de Mariátegui, Falcón no
llega al fatalismo: “Estas desventajas, claro es, no
constituyen una derrota definitiva. Otros países en
iguales condiciones, han logrado modificar las
circunstancias espontáneas y hacerse aptos para la
competencia. Así como los ingleses han dado agua al
Sudán, el Perú tiene que oponer la ciencia a la
naturaleza y a la geografía”. Ver: César Falcón.
Exaltación y Antología, Lima, Editorial Gráfica
210
libro Explication de notre temps fue un éxito de
librería. Allí se encuentra la idea que Falcón y
Mariátegui aplican al caso de Buenos Aires.
Una ciudad que llega a ser importante desde el
punto de vista económico, dice Romier,
“supone conexiones y corrientes de valor
internacional” La fortuna de una gran ciudad
depende de una red de actividades más vastas.
“Su destino desborda, pues, los cuadros
administrativos y a veces las fronteras; sigue
13
los movimientos generales de la circulación” .
París era para Romier una zona de pasaje
forzoso para los viajeros que salen de Flandes
hacia los valles de la Sambre y de L´Oise; de
Lorena hacia el valle de la Marne; de Alsacia
hacia los valles del Sena; del océano hacia el
valle de Loir. Solo dos ciudades, Lyon y
Marsella, situadas al pie del Mediterráneo,
podían rivalizar con París14. Las tesis de
Romier sobre la circulación en torno a un
centro geográfico que en el caso del Perú el
Amauta ve inexistente, ayudó a reforzar la
desconfianza frente al descentralismo que
Mariátegui identificó con el gamonalismo. A
través de Romier, se convenció de la necesidad
de potenciar un solo centro urbano industrial
en lugar de varios, como proponía Víctor
Andrés Belaunde.
En otra parte de su libro, Romier se refiere a las
potencialidades marítimas y fluviales que
tiene, en desmedro de Francia, la zona septentrional de Europa, conectada con Norteamérica por el Atlántico y con el Oriente a través de
15
ríos que desembocan en el Adriático . Ciertamente no es el único aspecto que el autor
analiza, pero todo esto nos está hablando del
importante desarrollo que la geografía, como
disciplina científica, adquirió en Francia desde
finales del siglo XIX. Romier expresaba el
avance de la escuela francesa que, en respuesta
a la escuela alemana de Frederic Ratzel, era al
mismo tiempo determinista y posibilista y en
Labor, 1971, p. 73.
César Falcón “La capitale dello Spirito”, en Le vie
DÍtalia e dellÁmerica Latina, Milán, Noviembre de
1925, p. 1272
12
Op. Cit. p. 1275.
13
Romier citado por Mariátegui, Op. cit. p. 219.
14
Lucien Romier, Explication de notre temps, París,
Bernard Grasset editeur, 1925, p. 51.
15
Op. Cit. pp. 7-8.
11
UNSAAC - Riqch´ariy
Augusto Ruiz
este sentido se entroncaban con las precursoras reflexiones que Adam Smith había
realizado en 1776 en el capítulo III de su libro
sobre la prosperidad de las naciones.
barbarie y ausencia de civilización en que hoy
las encontramos”18. Alejados de los grandes
mercados, estas naciones tienen que conformarse con negocios de poca escala.
En efecto, si bien Adam Smith consideraba al
mercado como factor decisivo, era consciente
de que éste no existe fuera de los accidentes
geográficos. Qué pasaría, se preguntaba, si por
ejemplo, no hubiera transporte acuático entre
Londres y Edimburgo y se tuviera que llevar
doscientas toneladas de mercancía por tierra.
Habría que cargar con la manutención de cien
hombres durante tres semanas y la amortización de cuatrocientos caballos y de cincuenta
carretas, y no ocho hombres y la amortización
del navío que demanda el trasporte por agua.
“Si entre ambas plazas no hubiera más
comunicación que la terrestre”, concluye
Smith, “prosperaría menos el tráfico que hoy
16
enriquece recíprocamente sus industrias” .
Siendo a mayor distancia mayores los costos,
es con el transporte terrestre en que se
incrementan más. Por ello, como puntualiza
Smith, las zonas interiores de un país carentes
de acceso acuático sufren el encarecimiento de
los productos que compran o que venden,
debido a que la lejanía de los mercados
demandaba mayor inversión que la que se
demandaría si el trasporte fuera a través del
mar o de los ríos. En consecuencia, el adelanto
de estas zonas “es muy posterior al progreso
general del país”17. Por esta misma razón, las
zonas no costeras de África y todas aquellas
que se extienden hacia el norte del Mar Negro,
donde no hay ni ríos navegables ni mares
interiores, así como la Tartaria y la Siberia,
donde el mar glacial está cerrado a la navegación, “parece que estuvieron en todas las
edades del mundo sumidas en la misma
****
16
Op. Cit. p. 21.
Adam Smith, Investigación sobre la naturaleza y
causas de la riqueza de las naciones. México, Fondo
de Cultura Económica, 1958, p. 22.
18
Op. Cit. p. 23. Recientemente, el economista
17
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
A pesar de que Mariátegui, (como Falcón y
García Calderón) no se sentía influenciado por
Adam Smith, no se puede negar que hay cierto
aire de familia en las reflexiones que hemos
presentado. Un aire de familia más que un
vínculo directo ya que en los comienzos del
siglo XX muy pocos leían a Adam Smith,
aunque sus ideas sobre lo geográfico se habían
hecho sentido común con los debates que
conducen a la construcción del Canal de Suez y
del Canal de Panamá. La idea que subyace a
ambos, a Mariátegui y a Smith, está referida al
papel que juegan los altos costos del transporte
en el atraso económico de países o regiones
geográficamente desfavorecidas y nos
muestra que tras el relativo éxito de algunos
países, como Estados Unidos o, en menor
escala, Argentina y Brasil, no sólo han estado la
política y el esfuerzo de su gente sino también
los regalos de la naturaleza: sus ríos navegables, sus costas cercanas al centro capitalista,
en una palabra su geografía. El fondo de esta
idea hoy mantiene plena actualidad porque
nos invita a pensar que las desventajas geográficas de países como el nuestro —y las de
algunas regiones del interior— demandan
inversiones adicionales que los países o
regiones premiados por la geografía no
tuvieron que realizar. Lo que a su vez nos
remite a conceptos como equidad y compensación. Una situación que no se toma en cuenta
en las políticas uniformizantes de los
organismos internacionales de desarrollo y de
los Estados centralistas.
Jeffrey Sachs ha rescatado estas ideas de Adam Smith
para argumentar su plan de reducción de la miseria en
el mundo. Ver: El fin de la pobreza. Como conseguirlo en el
mundo. Bogotá: Editorial Random Hause Mondadori
Ltda.
211
Claves de interpretación arguedianas
respecto al indio, el mestizo y el señor:
complejizando los retos de la interculturalidad
Martín Cavero Castillo*
Resumen
Basado en una serie de textos antropológicos
de Arguedas, el presente texto intenta mostrar
el aporte teórico y analítico de este autor
respecto a la trama compleja sociocultural de la
sierra peruana. Así, hace brotar tres conceptos
claves (el indio, el mestizo y el señor) que, bajo
una interpretación que salva los riesgos de la
esencialización, abre camino a indagaciones
más complejas sobre las historias y marcas
socioculturales de los diferentes personajes de
la sierra peruana. Creemos que estos términos
antiguos (que han sido dejados de lado por las
ciencias sociales, sin encontrar una rectificación o reemplazo justificado) respecto a los
cambios socioculturales, pero reinterpretados
de forma novedosa y sugerente, nos permiten:
1) re-incorporar una mirada sociocultural a la
reflexión sobre el Perú (¿qué se puede decir de
la gran masa heterogénea de mestizos?, ¿cómo
pueden comprenderse los procesos complejos
de mestizaje?, ¿qué lugar ocupan los indígenas
y cómo se dan los procesos de cambio
cultural?, etc.), y 2) complejizar los retos del
proyecto político moderno de la interculturalidad, develando posibles quiebres o tensiones
al interior del movimiento indígena, respecto a
una asimetría en los recursos de poder (capital
cultural) y visiones de desarrollo según sus
diferentes marcas socio-culturales.
Palabras clave: indio, mestizo, movimiento
indígena, cultura, interculturalidad.
Abstract
Based on a series of anthropological texts
Arguedas, this paper attempts to show the
theoretical and analytical contribution of this
author regarding complex sociocultural fabric
of the Peruvian highlands. Thus, three key
concepts sprouts (Indian, mestizo and Mr) that
under an interpretation that saves the risks of
essentializing, paves the way for more
complex inquiries about the stories and
cultural marks of the different characters in the
Peruvian mountains . We believe these old
terms (which have been neglected by social
science, without finding a justified correction
or replacement) for socio-cultural changes, but
reinterpreted in new and suggestive, allow us
to: 1) re-incorporate a sociocultural view to
* Sociólogo por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Lima. A realizado algunas investigaciones en
la región del Cusco.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
213
Claves arguedianas
reflect on Peru (what is true of the large heterogeneous mass mestizos, how can understand
the complex processes of mestizaje, and what
role do the Indians and how they give cultural
change processes, etc.? .), and 2) complicate the
challenges of modern political project of
multiculturalism, revealing possible breaks or
tensions within the indigenous movement,
compared to an asymmetry in power
resources (cultural capital) and visions of
development according to their different socio
brands -cultural.
Key words: Indian, mestizo, indigenous
movement, culture, multiculturalism.
****
J
osé María Arguedas, además de ser un
insigne novelista y literato peruano, fue
también un brillante etnólogo y logró una
producción cuantiosa de escritos antropológicos que tenían como ambiciosa locación de
estudio la sierra peruana (en sus múltiples
realidades sociales). Muchos de estos escritos
son poco conocidos y mantienen una riqueza
etnográfica y analítica que consideramos
pertinente exponerla, pues creemos que traen
a colación preguntas, cuestionamientos y
nuevas miradas a debates actuales fundamentales respecto a la compresión de procesos
políticos y culturales del Perú: como la
discusión por el movimiento indígena, el
reconocimiento de derechos especiales a los
pueblos indígenas y la propuesta política de la
interculturalidad.
Para llegar a esta problemática, es necesario
exponer el particular aporte que realiza
Arguedas en materia conceptual y analítica
para comprender lo que es el indio, así como la
definición del mestizo (que implica una
diferenciación interna según el grado de
mestizaje) y del misti (“señor” o “principal”).
Esta tarea la hemos realizado en base a una
selección de pequeños escritos etnográficos
que ubicamos en 3 principales compilaciones
(Arguedas 1986, 1987b, 1989), 2 artículos
(Arguedas 1956, 1957) y su libro antropológico
en el que compara comunidades españolas con
comunidades andinas (Arguedas, 1987a).
214
Lo indio (más allá del sistema de castas)
“…si admitimos que la situación de casta
tal como la hemos admitido hasta aquí, ha
sido ya eliminada de la situación peruana,
pero si admitimos al mismo tiempo que los
elementos de casta todavía son en algún
grado pervivientes, la noción de lo indio
debe ser ya más nítidamente elaborada…lo
indio no puede ser más tomado en este
momento ni desde el punto de vista racial,
ni desde el punto de vista estrictamente de
casta. Tomándolo desde un punto de vista
estrictamente cultural, lo indio ya no es de
ninguna manera la cultura prehispánica,…
¿pero qué es lo indio, entonces?”
Aníbal Quijano
Arguedas parte por constatar que su uso de la
categoría “indio” no refiere a su aspecto físico
sino a una terminología que corresponde a las
ciencias sociales; es decir, la categoría de
“indio” refiere a una cultura particular: a un
modo distintivo de ser y costumbres correspondientes a este modo de ser (ver por
ejemplo, Arguedas 1986: 204). Hecha esta
aclaración, la primera duda a resolver es cómo
evitar caer en tomar al “otro cultural” como
algo esencial en sí e inmutable, y que, por
tanto, resulte incongruente con la condición
humana. Arguedas rápidamente zanja una
posición crítica a esta visión purista del indio,
pues:
1) Reconoce a la cultura como un proceso vivo
que se reinventa y transforma por sus
actores; en base a esta premisa, a la literatura a la que tuvo acceso y, en especial, a sus
propios descubrimientos, también
2) Reconoce que el indio de entonces fue fruto
de la amalgama entre elementos prehispánicos e hispánicos que influyeron
tanto en su religión y creencias, como en su
particular forma de organización política y
de cooperación comunal (véase 1987a: 197,
305), por lo que no se puede hablar de una
continuidad a secas entre el indio prehispánico y el indio de mitad del siglo XX (en
igual medida, entre el ayllu prehispánico y
la comunidad indígena de mitad del siglo);
y, en coherencia con estos dos reconocimientos,
UNSAAC - Riqch´ariy
Martín Cavero
3) Rechaza tajantemente una propuesta política-cultural en la que el indio deba preservarse lo más puro posible al modo de una
pieza de museo (véase por ejemplo, su
artículo periodístico “El libro 'Canto de
amor' y el fanatismo indigenista” en El
Comercio, Suplemento Dominical, 17 de Junio
de 1956, p.3).
Ahora bien, afirmar que el indio puede ser
comprendido como un ser (con una cultura)
particular, pero que al mismo tiempo ha sido
fruto de la constante incorporación de
elementos ajenos a su cultura, requiere
establecer límites claros para diferenciar
cuándo un indio deja de ser indio, producto de
la incorporación de estos elementos ajenos.
Teniendo esta problemática en mente,
Arguedas opta por una estrategia analítica
sumamente sugerente. Primero, señala que la
incorporación de elementos importantes de
otra cultura no implica total aculturación:
“La forma de organización social y económica,
religión, el régimen de la familia, las técnicas
de fabricación y construcción de los llamados
elementos materiales de la cultura, las artes;
todo ha cambiado desde los tiempos de la
Conquista; pero ha permanecido, a través de
tantos cambios importantes, distinta de la
occidental”. (Arguedas 1989: 2)
Luego, Arguedas también evidencia que el
solo contraste con una cultura occidental
(principalmente definida como individualista,
mercantilista y secular) no resulta suficiente
para definir la particularidad del indio.
Mediante sus viajes de trabajo de campo en el
Valle del Mantaro y a comunidades de
labradores (campesinos) en España, se
pregunta por la particularidad de los indios
que él conoció, pues considera totalmente
insuficiente definirlos por su condición
económica y productiva. Así lo expresa en la
célebre mesa redonda de Todas las Sangres, en
1965:
“Entre este indio [se refiere al pongo de una
hacienda en Huancavelica], y un campesino de
Huarochirí, o de Yauyos, que ya no hablan
quechua, o del Valle del Mantaro, hay una
diferencia cultural bastante seria. Si no se usa la
palabra indio habría que inventar alguna otra,
porque la palabra “campesino”, para ambos, no
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
resulta precisa. Hay una distancia, indudable y
muy grande, entre el uno y el otro.” (Rochabrún
2011: 58)
Finalmente, realiza una diferenciación
analítica clave que nos permitirá definir
particularmente al indio, aun cuando este haya
incorporado elementos culturales de otras
culturas tan disímiles a la de él. Creemos que
citar extensamente el siguiente pasaje es
imprescindible para evidenciar su sugerente
propuesta:
“Han pasado cinco siglos desde el encuentro
de los dos pueblos y el indio no ha alcanzado
todavía a comprender y asimilar, por entero, el
concepto occidental de la propiedad y del
trabajo… En cuanto al indio, por circunstancias especiales, consigue comprender este
aspecto de la cultura occidental, en cuanto se
arma de ella, procede como nosotros; se
convierte en mestizo y en un factor de producción económica positiva. Toda su estructura
cultural logra un reajuste completo sobre una
base, un 'eje'. Al cambiar, no uno 'de los
elementos superficiales de su cultura', sino el
fundamento del mismo, el desconcierto que
observamos en su cultura se nos presenta como
ordenado, claro y lógico: es decir que su
conducta se identifica con la nuestra. ¡Por haberse
convertido en un individuo que realmente
participa de nuestra cultura! Una conversión
total, en la cual, naturalmente, algunos de los
antiguos elementos seguirán influyendo como
simples términos especificativos de su
personalidad que en lo sustancial estará
movido por incentivos, por ideales, semejantes
a los nuestros. Tal es el caso de los ex indios del
valle de Mantaro, provincias de Jauja, Concepción y Huancayo; primer caso de transculturación en masa que estudiamos someramente en
las páginas iniciales del presente trabajo.”
(Arguedas, 1989: 25-26, resaltado nuestro)
Lo que el etnólogo Arguedas está planteando
es que se pueden discernir ciertos fundamentos
culturales y económicos que harían de un actor
social un ser particular, definible como indio
(incluso cuando haya incorporado elementos
provenientes de otros pueblos y culturas).
Llegado a este punto, podemos presentar su
propuesta conceptual sobre aquello que
definiría a un indio:
215
Claves arguedianas
1) Respecto a su relación con la naturaleza, a
consecuencia de su particular religiosidad
(véase, Arguedas 1956: 230; 1986: 205; 1989:
167).
ajeno-, estableciendo, incluso, relaciones de
asimetría entre estas creencias). Este primer
fundamento o criterio es fundamental para
que el propio Arguedas establezca diferencias
entre el indio y el campesino del Valle del
Mantaro o de las comunidades zamoranas de
Españas que el mismo estudió.
El indio concibe a la naturaleza (la
tierra/pachamama) como un ser vivo y sagrado
al cual se tiene que rendir culto. Además,
ligado al territorio que ocupa y desde el cual
obtiene sus productos, también cree en la
sacralidad de ciertas montañas situadas
localmente o con las cuales puede tener un
contacto inmediato (en el cual siembra, pastea
o desde el que cree que surge el agua que bebe
o utiliza para su cultivo). Dicho de otro modo,
el indio vincula directamente estos dioses
locales con sus condiciones de vida también
localizadas, pues buena parte de su reproducción y vivencias se sostienen sobre el territorio
que se extiende en y por debajo de tales
montañas sagradas (estos dioses lo protegen
–de cualquier mal o enfermedad- y permiten
que pueda seguir subsistiendo, mediante el
mantenimiento de la fertilidad de las tierras
que el indio cultiva). Arguedas sostiene que
estas creencias básicas se han sostenido aún
cuando se han llegado a incorporar elementos
de religiosidad hispánica; de modo que uno de
los criterios clave para diferenciar culturalmente a un indio, es el peso o nivel de arraigo
de estas creencias en las personas y las
prácticas coherentes con estas creencias que el
indio realiza.
2) Respecto a su relación con una comunidad
local, a consecuencia de su particular modo de
producción (véase Arguedas 1987a: 31-32, 102106, 197, 257, 279; 1989: 25). Arguedas
comprende que otro fundamento o “eje” clave
para diferenciar al indio es el concepto de
propiedad que éste maneja. Así, señala que su
concepción es colectivista (inmersa, además,
dentro de la religiosidad antes explicada) y en
total contraste con una visión más occidental,
no la concibe como un medio o “fuente de
enriquecimiento individual ilimitado”
(Arguedas 1989: 25). En la misma línea,
sostiene que el indio reproduce relaciones de
cooperación en la producción (como el ayni) y
vínculos comunales de identificación mutual
que giran en torno a la propiedad de una tierra
común.De tal manera, podemos reconocer que
otro fundamento clave para definir al indio, es
el lugar de reproducción que lo define como
un campesino-comunero: el tipo de
comunidad en el que vive, desde la cual se
reproduce, sostiene vínculos comunales y
mantiene una concepción colectiva de la
propiedad.
Quien ya no crea en la existencia de estos
dioses locales, dejaría de ser indio; pues rompe
con el vínculo mágico que tiene el indio con la
tierra. Así lo plantea Arguedas respecto a
Rendón Willka (Rochabrún 2011: 59). No es
entonces la incorporación de elementos
religiosos hispánicos el factor crucial para que
un indio deje de ser indio culturalmente, sino el
nivel en que esta religión u otros cambios
logran desplazar a la religión india y toda la
concepción del mundo que ésta implica. Lo
anterior, implica que los elementos que son
incorporados son reinterpretados y modificados sin resquebrajar la base de tales
creencias indias (así, véase cómo en su estudio
sobre Puquio, los indígenas distinguen
claramente las diferentes concepciones de los
dioses locales –que son propios, sólo de ellos- y
el dios católico –que es más general y de origen
De esta manera, una comunidad que aún
mantiene lazos de reciprocidad, alrededor de
compartir y administrar una tierra en común,
correspondería con la existencia de indios; a
menos que sea necesario diferenciar más de un
sector económico y cultural dentro de la
misma comunidad: entonces, una misma
comunidad puede contener indios y mestizos.
Una vez que cambian sustancialmente las
condiciones de la comunidad en la que viven,
mediante la parcelación total de sus tierras y la
desaparición de las tierras del común, el indio
va dejando de ser indio, ya habría comenzado a
asumir una serie de objetivos culturales distintos: se extiende el minifundio y el individualismo se acrecienta, pues todos buscan un
camino individual para la consecución de
cierta prosperidad y acumulación individual
(“el afán de lucro y enriquecimiento sería el
216
UNSAAC - Riqch´ariy
Martín Cavero
móvil principal que alentaría a los hombres”).
Luego, estos cambios irían unidos al debilitamiento de la cooperación para el trabajo
agrícola, de otras actividades importantes
(como la faena de techa-casa) y probablemente
de las propias faenas comunales (salvo que
fueran de utilidad pública y no estrictamente
relacionadas con la tierra o ceremonias de
religiosidad india, “como las que eran necesarias para la construcción de escuelas”).
3) Finalmente, como factores adicionales (pues
no encontramos que Arguedas haya señalado
que sean ejes o fundamentos) que se encuentra
unido a la reproducción de estos lazos
comunales y en torno a la religiosidad india,
también se identifica:
a) Ciertas instituciones políticas indias, que
cuando vivía Arguedas, se expresaban bajo la
figura del varayoq en muchas comunidades.
Esta autoridad cumplía roles internos (como la
repartición del agua unida ciertos ritos
religiosos de base india), pero también de
mediación entre la comunidad y las instancias
estatales u otros actores externos (de representación política, que también serán encargados
a otra figura más 'formal' como los personeros
y, luego, presidentes comunales –para el caso
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
puneño resaltan los tenientes gobernadores).
Así, la autoridad colectiva se encuentra muy
ligada a la existencia de una tierra en común,
desde la cual tener un soporte para tener legitimidad y utilidad demandable por los comuneros.
b) Ciertas artes indias: canciones (y correspondientes instrumentos), danzas, artesanías, etc.
Todas estas, definidas como indias en tanto su
objetivo es reproducir los dos fundamentos
anteriormente explicados: canciones y danzas
referidas al culto a la pachamama a modo de
ritos propiciatorios, artesanías que simbolizan
a los dioses sagrados, etc.
El orden en que se han expuesto estos
fundamentos, siguen la misma jerarquía que
Arguedas le brinda a cada uno. Sólo así se
entiende, que Arguedas no defina como indios
a los labradores-campesinos de otras comunidades campesinas (como las que estudió en
España o en el Valle del Mantaro), aun cuando
estas comunidades compartan el fundamento
económico. De igual modo, se comprende que
las instituciones y artes indias se sostienen en
los dos primeros fundamentos, pues son
instituciones que reproducen los dos primeros
fundamentos culturales de lo indio o indígena.
217
Claves arguedianas
Ahora bien, la interrelación entre estos dos
fundamentos nos parece sumamente necesaria. Pues, muy probablemente, el primer
fundamento cultural y religioso no podría
sostenerse en el tiempo sin la existencia del
segundo fundamento, referido al aspecto
económico. Lamentablemente, no
encontramos mayores pistas brindadas por el
autor para especificar tal problemática de
forma más clara. Pero, cualquiera fuera el caso,
sí nos queda contundentemente claro que
Arguedas refiere al proceso de desindianización (o, en términos afirmativos, de
mestizaje) cuando el indio va cediendo en la
deslegitimación de tales creencias indias y su
individualismo económico se va haciendo
cada vez más fuerte, asentándose en la forma
de la propiedad individual que le permite
obtener ingresos económicos y nuevos
objetivos principales de vida (económicos e
individualistas).
Habiendo expuesto ciertas claves conceptuales para la definición de sujetos culturalmente indios, nos resulta necesario señalar que
nuestro autor también era consciente de las
estructuras mayores en las que se ubicaban los
indios de ese entonces. Nos bastará con señalar
(por límites de espacio) que establecía una
diferencia entre los indios que formaban parte
de comunidades inmersas en relaciones de
poder y coloniales con hacendados, y aquellas
comunidades que no lo fueron (como los casos
de las comunidades del Valle del Mantaro y, en
menor medida, de tres comunidades en
Puquio). Así mismo, establece diferencias
entre comunidades que forman parte de una
configuración territorial más acotada (a lo que
él denomina “aldeas”, similar a capitales de
distrito rurales pequeñas) y comunidades que
están inmersas en un ámbito de influencia
mayor como las capitales de provincia
(pequeñas urbes envueltas en un extenso
territorio rural). Esta diferencia sería
importante para establecer el nivel de
presencia y poder de los otros sectores sociales
con los que se relaciona: los mestizos (usualmente comerciantes o artesanos) y los mistis o
señores (autoridades políticas y dueños de
grandes propiedades).
218
El mestizo (en su variedad y complejidad)
Para Arguedas, el mestizo es un personaje (así
suele llamar el etnólogo a la personificación de
las categorías o conceptos que usa) que aparece
desde la colonia. Sin embargo, para mediados
del siglo XX este personaje ha tomado
caracteres distintos y ha logrado una exposición demográfica sobresaliente. Una vez más,
Arguedas habla en términos culturales y no
físicos:
“Durante siglos, las culturas europeas e
india han convivido en un mismo territorio
en incesante reacción mutua…; en estos
siglos, no sólo una ha intervenido sobre la
otra, sino que como resultado de la
incesante reacción mutua ha aparecido un
personaje, un producto humano que está
desplegando una actividad poderosísima,
cada vez más importante: el mestizo.
Hablamos en términos de cultura; no
tenemos en cuenta para nada el concepto de
raza. Quienquiera puede ver en el Perú
indios de raza blanca y sujetos de piel
cobriza, occidentales por su conducta.”
(Arguedas, 1989: 2)
Este personaje multi-forme es el fruto de la
constante asimilación de elementos de la
cultura occidental (industrial y urbana) por
parte de un sujeto de origen indio. Por tal
motivo, el mestizo aparece como fruto del
proceso de mestizaje que hemos descrito
anteriormente respecto a la definición de indio.
En base a lo expuesto, podemos aprehender la
definición conceptual de Arguedas sobre el
mestizo como: un sujeto que, habiendo vivido
entre indios o como un indio en una etapa
temprana de su vida (infancia, adolescencia),
en su etapa madura se encuentra marcadamente influenciado por elementos culturales
provenientes de una cultura más individualista, comercial y de desacralización de la
naturaleza (lo cual puede llevar a creencias
católicas, evangélicas, o en un proceso de
secularización). Tal ruptura y cambio en sus
referentes culturales, implicaría un proceso de
mestizaje que sería empujado por una
variedad disímil de procesos sociales (que
pueden darse de forma combinada): a) su
mayor grado de vinculación con el mercado en
UNSAAC - Riqch´ariy
Martín Cavero
tanto campesino; b) convertirse y pertenecer a
un sector de comerciantes; c) castellanizarse,
llegar a ser profesional y manejar los códigos
modernos; d) migración a ciudades
importantes o de menor tamaño para escapar
de la miseria económica en la que vive; etc.
A toda vista, el propio lector advertirá que esta
caracterización es mucho más vaga y ambigua
que la del indio. Esto se debe, en particular, a
que Arguedas comprende que hay una
variedad de grados y tipos de mestizaje que
están formándose (sin dejar de ser procesos
conflictivos y ambivalentes) al mismo
momento que él escribe sus líneas, así como la
muy escasa literatura en ese entonces respecto
al mestizo (a pesar de su creciente importancia
social y demográfica):
“El mestizo es el hombre más debatido del
Perú y el menos estudiado. Naturalmente no
tomamos en consideración a quienes niegan su
existencia. Nos bastará, para los fines de este
artículo, señalar que hay infinidad de grados
de mestizaje: que es muy distinto el que se
forma en los pueblos pequeños de la sierra y el
que aparece en ciudades, que en lugares como
Ayacucho y Huaraz, pueden encontrarse
mestizos apenas diferencias del indio y del
tipo que podríamos denominar representativo
del hombre asimilado por entero a la cultura
occidental.” (Arguedas, 1989: 3)
Habiendo abierto esta gran trocha de investigación respecto a los sujetos socio-culturales y
económicos que dejan de ser indios en sus
fundamentos, Arguedas no se detiene a
detallarnos sus impresiones respecto a los
diferentes grados de mestizaje que él ha
podido identificar. Aun así, algunas escasas,
pero decisivas líneas, nos permiten realizar
diferenciaciones internas dentro del gran
grupo de mestizos.
Para el caso de mestizos que aún mantienen
muchos rasgos indios (por ejemplo, el vínculo
mágico con la naturaleza) y que viven en
ciudades, lejos de la comunidad en la que se
formaron y criaron, Arguedas los denomina
como indomestizos, es decir, como mestizos con
predominio del indio (Arguedas 1989: 3).
Quedaría como pregunta abierta, el cómo este
mestizo mantiene tales elementos culturales
indios, habiendo dejado de ser la comunidad y
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
la propiedad colectiva su referente de
desarrollo individual y colectivo. Existe una
respuesta posible (entre otras imaginables)
que Arguedas parece darnos, al mostrarnos
una realidad particular de los mestizos que
comienzan a residir en ciudades importantes.
Estos mestizos encuentran otros modos de
recreación y de auto-identificación, las
colonias de provincianos (hijos de las provincias y distritos serranos), en las cuales:
“…reviven en Lima sus fiestas principales en
una reproducción muy aproximada del
original, constituyen núcleos representativos
de los intereses de sus pueblos de procedencia
en la capital. Mantienen en constante vinculación con sus pueblos, se aferran a sus costumbres y tradiciones maternas… Las 'colonias' de
provincianos están integradas por mestizos, y
una minoría de indios, que llegan a Lima
atraídos por la aparentemente ilimitada
perspectiva de mejor suerte que ofrece la
ciudad, aunque en ella se sufran 'al principio'
los horrores de la desocupación, del hambre y
la vivienda en los barrios 'clandestinos'.”
(Arguedas 1989: 5)
Respecto al proceso de mestizaje que no
involucra desplazamiento, sino cambios en la
propia comunidad en que viven; Arguedas
plantea (pensando en el caso de Puquio) que el
cambio a condiciones económicas favorables
en la comunidad es un factor fundamental
para originar un proceso de mestizaje y de
desarraigo de las creencias indias:
“El fortalecimiento de la economía familiar
mediante el comercio con la costa parece
haberse convertido ya en el ideal dominante de
los naturales. La vida de los individuos es
orientada hacia el adiestramiento para
alcanzar mejor este objetivo. Todo el complejo
religioso está siendo sacudido por este
movimiento que cuenta con la alianza de la
clase de los mestizos comerciantes: con
espíritu de empresa. El debilitamiento de las
antiguas creencias y culto (oficial y local)
remueve las bases de la vida comunal, que se
muestra aún firme, pero duramente combatida
por los agentes que hemos señalado.”
(Arguedas 1956: 231)
Por ejemplo, este tipo de comunidades ricas en
calidad y cantidad de tierras, que lograron un
219
Claves arguedianas
incremento prodigioso en las economías
familiares al integrarse a un mercado
mayor(Arguedas 1987b: 20), tendrían tales
procesos de mestizaje que pesarían con mayor
fuerza en los jóvenes: Arguedas señala el
desencadenamiento de un proceso de escepticismo religioso al que van llegando los jóvenes
de ciertas comunidades indígenas de Puquio
(Arguedas 1987a:152, 310). Algo similar habría
acontecido con las comunidades del Valle del
Mantaro.
Dicho esto, se puede inferir (a modo de
hipótesis de investigación) que en aquellas
comunidades con buenas tierras (en cantidad
y calidad) y, por tanto, de fuerte potencial
económico, sería más probable un proceso de
mestizaje y de desarraigo de ciertas creencias
indias ante el acceso a un importante mercado
de consumidores, así como de debilitamiento
de los vínculos comunales (aunque no necesariamente desaparición total de estos vínculos,
como bien lo deja entender para el caso de las
comunidades huancaínas que aún practican
sus faenas comunales).
Por si fuera poco, como coordenadas de este
proceso complejo y variado de mestizaje,
Arguedas también introduce el factor de la
discriminación cultural como factor clave que
condiciona el modo en que se asume la
condición de mestizo. Así, la aculturación
(como un tipo de mestizaje) puede ser
entendida como el deseo explícito de romper
con los elementos culturales y económicos
indios, por considerarlos inferiores (aun
cuando en el fondo, exista un deseo de
mantenerlos vivos, en secreto); mientras que
habría otro modo de mestizaje que asume y
acepta la convivencia de los elementos
culturales provenientes de distinta matriz
(india y occidental), aun cuando una
predomina sobre la otra.
Asimismo, el autor es consciente de los
diferentes ritmos y formas de llegar a ser
mestizo:
“Permítasenos anotar aquí que, cuanto mayor
es el grado de influencia o de aproximación de
un mestizo a la cultura urbana moderna, o
modernísima, y cuanto más reciente la
agresión de esta influencia, los síntomas de
220
desajuste parecen ser también mayores”
(Arguedas 1986: 167)
Con esta afirmación, Arguedas expone su
preocupación por las consecuencias psicológicas de los diferentes tipos de mestizaje.
Mientras que un proceso de cambio violento
puede producir una condición de vida con
fuertes cargas emocionales, en la que se genera
una desazón por el nuevo rumbo tomado y de
fuerte conflicto cultural (entre elementos
culturales indios y los nuevos elementos a los
que va teniendo contacto y asimilando);
existen otros procesos de mestizaje de mayor
afirmación e integración no perturbadora
psicológicamente, como el que describe para
los campesinos del Valle del Mantaro.
Por último, no podemos dejar de señalar que
Arguedas era totalmente consciente de que la
aparición de esta variedad de personajes en la
sierra marcaba una serie de cambios en la
dinámica política, económica y cultural de la
configuración territorial en la que iba
apareciendo y preponderando (por ejemplo,
en el Valle del Mantaro, Puquio, zonas altoandinas, en capitales de distrito o al interior de
una comunidad). Así, al igual que al indio,
resulta trascendental ubicar al mestizo
estudiado en el contexto y escala en que se
encuentra (ciudad, capital serrana de
provincia o de distrito, o al interior de una
comunidad), y luego la estructura de poder en
la cual está inmerso: con quién se relaciona y
de qué modo, en qué medida depende o no de
otra clase o grupo de poder, y a quiénes
domina, con qué recursos económicos,
culturales y políticos cuenta, etc. Por supuesto,
estas preguntas tienen que actualizarse a la luz
de los múltiples cambios que se han dado
luego de la caía del régimen gamonal, y que
condicionan múltiples procesos de cambio
cultural, político y económico: la extensión
masiva de la educación y de los medios de
comunicación, la mayor relación entre lo
urbano y lo rural, el acceso a tecnologías de la
comunicación, efectiva expansión de sectas
religiosas evangélicas, derecho al voto y a
ocupar cargos de autoridad estatal, profesionalización de campesinos, etc.
Por último, pero no menos importante,
Arguedas también sugiere otro tipo de mestizo
UNSAAC - Riqch´ariy
Martín Cavero
que se mantiene a través del tiempo, al cual
casi no dedica líneas. Ante la presencia del
mestizo (sea en las ciudades vía la migración
definitiva, o constituida ya como una clase de
comerciantes y/o de pequeños productores
exitosos), surge un personaje que ya no tiene
raigambre indígena previa, sino que ha nacido
y crecido bajo la incorporación de elementos
mestizos (es decir, que reinterpretaron lo
indígena o que ya no creían en ellos, etc.): son
los hijos de los primeros mestizos (podría
denominársele mestizo de segunda generación). Respecto a su condición, no
encontramos mayor desarrollo en Arguedas;
sin embargo, entendemos que es un personaje
igualmente variado y complejo que bien
podría constituir el gran grueso de citadinos de
ciudades importantes en la actualidad.
Señores o “mistis”
Respecto a este personaje, Arguedas se detiene
en mucha menor cuantía que ante los dos
personajes anteriores. Debido a esto, nos
reduciremos a señalar una definición básica
respecto al “señor” o misti peruano: el misti no
labra la tierra con sus propias manos y pies, es
dueño de extensas tierras que son trabajadas
por indios bajo el modo de relaciones serviles o
semi-serviles. Podríamos decir, que su poder
se basa en la propiedad de la tierra y en el
modo en que ha naturalizado las diferencias de
poder económico, cultural y político que su
grupo de identificación (señores o “principales”) y la de otros grupos como el indio y
mestizos. Esta naturalización se basa en la
creencia de la natural (biológica) inferioridad
del indio respecto del señor; es decir, del
racismo (véase Arguedas 1987a: 164,175; 1989:
33). Además, este personaje es representante
máximo del poder político local o tiene fuertes
vínculos con aquellos representantes.
Una vez más, este personaje también necesita
ponerse en un contexto y escala, así como en la
estructura de poder en la cual se inserta.
Respecto a los cambios de este personaje,
Arguedas también indica el interés de esta
clase (refiriéndose a Huamanga) por
aprehender rasgos modernos e ir despojándose cada vez más de sus aspectos más
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
tradicionales (1989: 171). Mientras que, para el
caso de Puquio, Arguedas muestra un camino
más radical tomado por la clase señorial,
debido al ascenso económico y social de los
indios y mestizos:
“Esta situación de prosperidad y de activa
producción ha sido posible por la fuerte
economía de los indios,... Tal estado de
competencia y de economía activa se hizo más
plena con la eliminación de las familias que no
quisieron aceptar el nuevo estado de cosas, la
“insolencia” de indios y mestizos, y prefirieron
liquidar sus pertenencias y huir a Lima, y en
menor proporción, a las ciudades próximas de
la costa.” (Arguedas 1989: 31-32)
Habiendo planteado las claves para definir al
indio, la variedad de mestizos y del señor, así
como sus posibles trayectorias; llega el
momento de ver cómo la reactualización del
uso de estos conceptos (a la luz de los múltiples
cambios en las últimas décadas) mantiene
cierta importancia y vigencia.
Reflexiones finales sobre interculturalidad y
movimientos indígenas
Múltiples pueden ser las reflexiones a extraer
de lo expuesto anteriormente; no obstante,
para efectos de este ensayo corto, nos limitaremos a recoger la estrategia analítica de
Arguedas unido a su aporte conceptual, para
interpelar ciertos discursos comunes actuales
en torno a la interculturalidad. Antes de
continuar, debemos aclarar que, en lo
siguiente, utilizaremos el concepto de indio
como una forma de aprehender a un otro
cultural.
La interpretación e imagen de la realidad que
está asociada al proyecto político intercultural
(entendida como el reconocimiento y valoración igualitaria de los diversos modos de ser en
el Perú, que implica la promoción y exigencia
de ciertas formas y mecanismos de
convivencia horizontal –sin la imposición de
una sobre otra), es la de una diversidad de
culturas que conviven cual instancias
colectivas claramente distinguibles, en donde
la cultura occidental se posicionaría por
encima de todas las demás e irradiando su
supuesta superioridad como ideal de vida, de
221
Claves arguedianas
modo de ser y vivir. Si bien, a todas luces, esta
lectura puede ser acertada, Arguedas la
interpela en dos sentidos complementarios: 1)
cómo se define a los “otros” culturales (en base
a qué herramientas analíticas y qué utilidad y
congruencia con la realidad tiene la estrategia
analítica planteada por Arguedas) y 2) cuánto
se reconoce la extensa masa heterogénea de
mestizos (indo-mestizo, mestizo acriollado,
etc.) en las distintas ciudades y configuraciones territoriales de la sierra y qué papel les
asigna el proyecto intercultural (siendo estos
actores fundamentales para el desarrollo del
país -al menos, en términos demográficos).
En lo sucesivo, nos centraremos en el segundo
punto. Así, el discurso de la interculturalidad
no podría limitarse a hacer referencia a
culturas distintas y a la estructura de dominación en la que están implicadas, sino también
debiera incluir a todos aquellos actores que
ocupan capas intermedias entre el otro
cultural (no occidental, los indios) y la asimilación de un estilo de vida occidental. Como
podrá advertir el lector, reconocer la gran
masa heterogénea mestiza en el Perú implicaría, al menos, tener en cuenta su multiplicidad
y esbozar una suerte de inventario de las
distintas formas de ser mestizo y clasificarlas
en base a: sus creencias (mayormente seculares, de religiosidad india o aquella cuya
sacralidad no está vinculada directamente con
la naturaleza), visión de desarrollo (individualista y el enriquecimiento como principal
objetivo de vida, o de generar una relación
armónica con la naturaleza sagrada y de
desarrollo individual en colectividad), valores
(mayor solidaridad –en especial con quienes
comparte un mismo y localizado espacio de
vida-, o mayor egoísmo), posiciones
económicas (entre un comerciante rural o
urbano, obrero-campesino u obrero a tiempo
completo, empleado profesional del Estado,
profesor rural o técnico de origen campesino
que trabaja para una ONG, etc.) y sus prácticas
correspondientes.
Con este marco de interpretación, se puede
acoger una multiplicidad de actores sociales
mestizos en su particularidad y diferencia con
el otro cultural marcadamente indio (del ande o
indio amazónico): el mestizo urbano y
empleado aculturado, el campesino pragmá222
tico y con mayores recursos culturales (usualmente dirigente) que establece relaciones
clientelares con ONG's y autoridades estatales,
el campesino minero que pasa gran parte de su
vida en la mina, el campesino convertido en
ganadero exitoso y que se presenta como
modelo de progreso en su comunidad, el
campesino/a evangélico-israelita que vive en
una comunidad alto-andina económicamente
pobre, etc.
Establecidas estas nuevas coordenadas,
preguntas y líneas de reflexión al discurso de
la interculturalidad; el aporte de Arguedas
también interpela y abre preguntas a un tema
político clave para la interculturalidad: los
movimientos indígenas.
Asimismo, a propósito, equivaldremos lo indio
con lo indígena, al que actualmente se lo
denomina indígena, concepto cuya revisión
analítica y reactualizada resulta aún una tarea
pendiente para las ciencias sociales peruanas.
La revitalización del estudio sobre la identidad
indígena ha ido a contracorriente (de una
necesaria) recuperación de una agenda teórica
y analítica para comprender lo indígena desde
una mirada socio-cultural. Este desajuste
resulta problemático, en tanto descuida los
procesos socioculturales diversos desde los
cuales uno puede auto-identificarse como
indígena. Evita la comprensión compleja de
actores que puede contener un movimiento
indígena y qué tipo de relaciones de poder se
establecen entre ellos. Por ejemplo, no se
problematiza la diferencia entre un dirigente
de una comunidad campesina tradicional y un
dirigente de origen mestizo que vive en la
ciudad y que se ha profesionalizado.
Sobre este punto, consideramos vital la
recuperación analítica de los conceptos que
Arguedas ha utilizado a lo largo de sus
escritos. Por ejemplo, podemos comprender
que bajo el mismo manto de autoidentificación indígena encontremos: 1) desde
indios de la selva (como algunas autoridades
tradicionales de los Awajum-Wampis), 2)
indios andinos (como los comuneros antiguos
de comunidades alto-andinas que se localizan
de forma muy marginal frente a las principales
redes mercantiles y carreteras), 3) indomestizos(comuneros de comunidades de altura que
UNSAAC - Riqch´ariy
Martín Cavero
se han castellanizado y tenido mayor contacto
con redes mercantiles, como los comuneros no
tan antiguos de variadas comunidades de
altura que aún realizan despachos a los apus),
4) mestizos aculturados (que han migrado a las
ciudades y pasado por procesos de profesionalización, intentando cumplir el mito del
progreso, como el caso de algunos dirigentes
jóvenes y mayores de comunidades
campesinas de altura y, sobre todo, de valle
que han dejado de creer en la sacralidad de la
naturaleza); etc.
Como podrá notar el lector, esta tipología en
base a ciertos fundamentos culturales simplifica realidades e historias de vida que son
mucho más complejas. No obstante,
utilizamos estos tipos como herramienta
general y preliminar para realizar diferenciaciones y comparaciones entre estos actores.
Queda claro que para estudios empíricos y
una elaboración teórica más ajustada a la
realidad, se invoca la necesidad de
comprender la complejidad y ambigüedad de
estos procesos de cambio y permanencia
socio-cultural.
Otra utilidad de esta lectura socio-cultural, es
que abre la posibilidad de evidenciar las
relaciones problemáticas de representación de
dirigentes mestizos auto-identificados como
indígenas. A modo de ejemplo, algunos
dirigentes pueden mantener un estilo de vida
desligado de la cultura y política comunal, y
han pasado por experiencias de formación
occidental que han llevado a desarraigarlo de
sus creencias mágicas. Tal perfil podría
encuadrarse con: el establecimiento de
relaciones políticas distantes de sus bases (no
son relaciones orgánicas), una particular
Ritual durante congreso internacional indígena en Puno, mayo 2009. Foto: Periódico Lucha Indígena
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
223
Claves arguedianas
forma de concebir el desarrollo indígena y de
sus raíces indígenas, lo cual podría conducir
en la imposibilidad de poner en agenda
pública problemáticas indígenas particulares
(como la sacralización de la naturaleza, o la
necesidad de educación enraizada en este
fundamento cultural antes que en discursos
reivindicativos del origen ancestral de los
pueblos quechuas) e ir a tono con agendas más
vinculadas a la cooperación internacional de
las cuales depende el financiamiento de las
organizaciones representativas en que se
ubican. Y así como para este perfil particular,
se pueden plantear una serie de perfiles
diversos (mestizos acriollados pero con autoidentificación indígena, indo-mestizos, etc.), y
la problematización de sus relaciones políticas
con 'bases indígenas', otros dirigentes, las
ONGs y a su particular modo de concebir el
proyecto político indígena.
temas antiguos que mantienen una clara
importancia actual. En primer lugar, por
ciertos procesos políticos actuales (como los
conflictos socio-ambientales y la discusión
actual sobre la implementación de “La Ley de
Consulta a los pueblos indígenas”) que exigen
un aporte en la discusión por parte de las
ciencias sociales, en materia de ofrecer
esquemas teóricos e interpretaciones más
elaboradas y congruentes con la realidad
actual. Y finalmente, las ciencias sociales (y en
especial la antropología) también se ve exigida
a aportar con ideas que colaboren en el proceso
inacabable de construir una democracia
intercultural, el cual resulta claramente un
proyecto político contemporáneo y moderno.
Como señalamos al inicio, esperamos que todo
lo dicho anteriormente, ayude a refrescar
BIBLIOGRAFÍA
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2006 Los Hervores de Chimbote en El zorro de arriba y el zorro de debajo de José María Arguedas. Río
Santa Editores, Chimbote.
224
UNSAAC - Riqch´ariy
Necesidades Sociales y Ciudadanía:
Reflexiones Sobre el Papel de la Historia
en la Educación del Siglo XXI
José Fernando Tinoco Díaz*
Resumen:
El presente artículo corresponde a una
reflexión sobre el papel de la Historia dentro
del panorama educativo de la Educación.
Desde la relación de la disciplina con la
sociedad donde se desarrolla y con la
pedagogía a seguir, se plantea una verdadera
nueva finalidad para el ejercicio de su
enseñanza. Ésta se produce en una época de
crisis cultural actual, en el seno de la sociedad
española, pudiéndose transpolar al resto de la
sociedad occidental.
Palabras clave: Educación Secundaria,
Didáctica, Pedagogía, Ciencia histórica.
Summary:
This article is a reflection on the role of History
within Education system. In view of the
relation of this discipline with the society in
which it is developed, and with the pedagogy
to follow, a new essential purpose for the
exercise of its teaching/ a really new aim arises
in order to exercise its teaching. This purpose
occurs/ takes place in times of current cultural
crisis, in the bosom of the Spanish society,
being able to be moved/shift to the rest of the
western society.
Key Word: education secondary, didactic,
pedagogy, science history.
***
INTRODUCCIÓN: VERITAS VOS
LIBERAVIT.
Q
uiero comenzar esta reflexión sobre el
papel educativo de la Historia con esta
cita del Evangelio de Juan, utilizada
por infinidad de instituciones educativas, que
encierra una enorme reflexión tras de sí. “La
verdad os hará libres”, ¿pero hasta qué punto
esa verdad es libre? ¿Puede considerarse la
Historia como verdadero camino a ella? La
Historia tiene el campo de historiar, explicar
desarrollos sociales en el tiempo, y el presente
es parte de ese tiempo. Sin embargo, los
historiadores sabemos del uso y abuso de su
utilidad educativa.
Actualmente la ciencia histórica está inmersa
en un profundo movimiento de renovación
* Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Extremadura (España). Licenciado en Historia 2011, Máster
en Formación de Profesorado en Educación Secundaria 2012. Recibió el segundo premio de ensayo jurídico
de San Raimundo, de la Facultad de Derecho de la Uex el 2011. Correo:
[email protected]
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
225
Necesidades Sociales
teórico y conceptual. Momento de discontinuidad en el sentido en que los supuestos
teóricos, largamente establecidos en el campo
de los estudios, han perdido su anterior poder
explicativo y han sido puestos en entredicho. A
esta situación hay que sumar que la Historia se
ha convertido en una arena pública de
discusiones mediáticas, donde el aspecto
académico ha quedado ahogado a los últimos
intereses. Nos encontramos por tanto en lo que
se podría denominar como un momento de
debilidad frente a la sociedad.
Frente a ello, urge una Historia que se ocupe de
los problemas de hombres y mujeres. Ésta,
debe recordarle al Estado sus obligaciones
respecto a los mismos y no su dependencia
respecto a él. Debe ser por tanto producto de la
necesidad social, responder sus cuestiones.
Pero si rechazamos los patrones oficiales, ¿qué
deberíamos enseñar? ¿Cuáles son los grandes
problemas de nuestro tiempo que deberían
servir de inspiración básica para guiar nuestro
trabajo? A todo ello intentaremos contestar con
el presente texto.
I. ¿CÓMO ENSEÑAR EL PASADO PARA
COMPRENDER EL PRESENTE? ESTUDIO
DEL OBJETO DE CONOCIMIENTO.
La Historia que se investiga y la Historia que se
enseña no son términos comparables. Mientras
una es únicamente científica, la segunda bebe
de la primera y la transforma para cumplir una
función social. Cabe por tanto preguntarse en
primer lugar, ¿qué es la Historia en cuanto a su
función educativa personal? Una cita clásica
de Diego de San Pedro responde a ello: “el
pensamiento del sabio, por no caer en el error
tiene memoria en el pasado, por tomar lo mejor
de ello y ordenar lo presente con templanza y
contemplar lo porvenir con cordura por tener
aviso de todo” SAN PEDRO (1971: 68). La
incomprensión del presente nace de la
ignorancia del pasado, pero un pasado social;
por ello detrás de toda la reflexión histórica no
debe de encontrarse la “ciencia del pasado”,
226
sino la “ciencia de lo humano” BLOCH (1952:
15).
La Historia entendida en un escalón más
amplio como memoria de la sociedad, con
proyección en el presente y el futuro, aporta un
puente entre pasado y realidad viva. Sin
embargo en cuanto a su utilidad social, me
quedo con una cita más actual de Josep
Fontana que explica perfectamente la situación
de uso y abuso de ésta: “desde sus comienzos,
en sus manifestaciones más primarias y
elementales, la Historia ha tenido siempre una
función social, generalmente la de legitimar el
orden establecido, aunque haya tendido a
enmascararla, presentándose con la apariencia
de una narración objetiva de acontecimientos
concretos” FONTANA (1982: 15).
Este primer apartado voy a dedicarlo por tanto
a la evolución de la Historia como materia
educativa y al gran problema de su
dependencia tanto a la sociedad como al poder
establecido.
1.1.
Necesidad y objeto de la educación
histórica: la creación de identidad crítica en
un marco democrático.
Como punto de partida de este apartado,
podemos comenzar por describir la relación
Educación-Historia en los siglos XVII y XVIIII,
cuando pasó a ser una de las articulaciones
entre el Estado y la Nación. Su objetivo se
centró en reconciliar todos los términos de
sociabilización, forjando individuos, pero
procurando su asimilación de forma uniforme,
estandarizada y disciplinada al grupo. Desde
este punto de vista, la Historia no tuvo como
fin comprender los problemas historiográficos
persé, sino la formación de sentimiento patrio,
presentando así una imagen atemporal y
ahistórica CARRETERO Y GONZÁLEZ (1992:
173-196).
Introducimos así la reflexión sobre algo que
Rousseau ya nombró, la necesidad de abordar
los conceptos patria y ciudadano en relación a
una educación pública. La Historia debe tener
un carácter necesariamente ideológico y
político en una realidad cambiante. La
UNSAAC - Riqch´ariy
José Tinoco
necesidad de una conciencia social nos hace ser
humanos en tanto se nos muestra, desde el
pasado, la identidad personal, la permanencia
de nuestro grupo como pasado no vivido,
abstracto y simbólico. Nuestra experiencia en
un presente continuo, e igual pasa con la
memoria colectiva en tanto produce una
cultura que tiene un gran componente de
memoria y de experiencia histórica pasada
LOTMAN (2004). La Historia sería la forma
institucionalizada de la memoria episódica y
autobiográfica del grupo, que le da estabilidad, significación y sentido al “ser” de ese
nosotros, en relación con los eventos que se
recuperan y el momento en que se evocan. No
es neutral, incluye una moral con
componentes ideológico, pero a la vez es un
saber reglado.
Si la memoria es esencial para el establecimiento de identidad, el aprendizaje de la
Historia es un instrumento fundamental para
la formación. Pero, ¿es lo mismo identidad
nacional que ciudadanía? ¿qué signos de
identidad queremos conservar y cuales
transformar? ¿qué cives queremos? La
respuesta no es fácil. Por una parte, la
formación ciudadana no debe descansar sólo
en la Historia, sino completada con otras
materias de contenido cívico. Por otra, la
enseñanza de la Historia no debe tener como
finalidad la instauración, conservación o
profundización en la identidad nacional y en la
ideología nacionalista, sino que debe convertirse en instrumento fundamental para que las
nuevas generaciones ganen capacidad de
análisis y control sobre el funcionamiento de la
sociedad, la cultura y la res pública.
De esta manera, la enseñanza de la Historia
mejoraría su contribución al proceso de
educación de una ciudadanía más activa en la
construcción de su propia identidad, pues los
individuos se sentirían más participantes en la
constitución de los recuerdos y olvidos colectivos, además de serlo en la interpretación de su
presente y la planificación de su futuro. No se
debe olvidar que la herencia justifica el
presente y construye el futuro, por ello los
recuerdos alternativos a las historias oficiales
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
también pueden ejercer un papel de recuperación de las dimensiones morales.
El reto de la Historia es formar una ciudadanía
responsable, orientada con respecto a sus
ámbitos de participación, que tenga claro a qué
ciudadano, a qué colectivo de participación
pública, pertenece. Que sea capaz de articular
su identidad en el seno de una estructura
sociopolítica en proceso de transformación. El
fin último es formar a ciudadanos como
consumidores informados de información,
capacitándolos para ser conscientes de los
riesgos que representa.
Podría plantearse que la Historia debe enseñar
las capacidades de razonamiento, de solución
de problemas que se plantean los historiadores. En este caso, el fin sería tanto la solución
como el propio planteamiento de problemas
históricos la meta de la formación. Así se
suministran recursos para defenderse de las
narrativas ya hechas, dotando de una
capacidad crítica por vía de la exposición a
fuentes contradictorias, mediante la discusión
activa sobre qué historiar. En definitiva
suministrar así procedimientos para poder
orientar una acción presente hacia el futuro
que los ciudadanos sean capaces de construir,
en lugar de canalizar una visión del pasado y
del presente que les aboque a preparar un
futuro deseado por quién suministra los
instrumentos de conocimiento limitados.
Entramos en contradicción entre objetivos
cognitivos o instruccionales, de origen
ilustrado y los de naturaleza identitaria, cuya
fuente es romántica. Pensar críticamente entra
en lucha con forjar la conciencia nacional de los
futuros ciudadanos o conativa. La vieja
hipótesis de una Historia entendida como
producto de la acción acumulada del hombre
debe complementarse con la idea de que los
retos históricos preparan para el futuro.
Nuestros actos presentes tienen una inevitable
dimensión moral, describiendo lo que hicimos,
fuimos, lo que somos y cómo lo somos; sino
que también abren las perspectivas sobre
nuestro “ser” futuro. La memoria no es sólo
una condición necesaria de identidad, sino que
es también un requisito de futuro ROSA Y
GONZÁLEZ (2006).
Hilando con la anterior realidad de la
consumición de información, resulta claro que
227
Necesidades Sociales
en nuestra sociedad contemporánea existe una
enorme polifonía de voces, con múltiples
identidades entrecruzadas y formas de
discurso contradictorias. Distintas formas
todas ellas de valorar los mismos productos
simbólicos del pasado colectivo, entre las
cuales están las enseñanzas de las asignaturas
de Historia y los productos de la práctica
disciplinada de los historiadores.
Esa multiplicidad, lejos de ser entendida como
una cacofonía que ha de ser uniformada,
reducida a una línea monódica. Ello debe ser
entendido como una muestra de riqueza
cultura que al mismo tiempo presenta un reto
social, cultural y político de armonización en el
consenso. Si bien es cierto que los productos de
investigaciones y los recuerdos de la memoria
individual y social difícilmente llegarán a
coincidir, tampoco lo es menos que no puede
haber futuro sin memoria, a pesar de que
nunca dejaremos de reconocer que toda la
memoria siempre incluye una construcción
interesada.
La enseñanza de la historia es insustituible
para el arraigo de la identidad nacional; ¿pero
y a la inversa? ¿Es posible una historia
desarraigada, más universal, en un nuevo
proyecto ético ciudadano? El proyecto de la
Unión Europea, centrado en el ámbito político
más allá de lo estatal, se centra en la recuperación de los ideales de la ilustración en clave
humanística e intercultural. El ideal educativo
ya no queda en él restringido dentro de los
límites y confines del propio Estado, sino que
se encamina hacia la configuración de un
sujeto concreto. Capaz de moverse en un
contexto más plural, a éste se le pretende dotar
de la capacidad suficiente para saber valorar
realidades complejas y orientarse en un
mundo en que una gran cantidad de valores
están en competencia entre sí. Se busca por
tanto “un carácter más abierto e integrador de
la enseñanza, que facilite la comprensión entre
los distintos grupos interculturales presentes
en cada conjunto social, aunque sea regional o
intraestatal” VALLS MONTES Y LÓPEZ
SERRANO (2002: 9). Así se asimila la globalización y el multiculturalismo como procesos
interrelacionadas.
Tal vez sea hora ya de que España deje de ser
una excepción en la Unión Europea y oriente la
228
enseñanza de la Historia desde posiciones
menos nacionalistas y centradas en el logro
democrático cohesionador, optando por
visiones más universalistas. A esto se podría
llegar dando mayor importancia al desarrollo
real de las capacidades intelectuales del
alumnado, en coherencia con las finalidades y
objetivos que habitualmente se declaran
LÓPEZ FACAL (2008: 171-193).
Por lo demás, como Benedetto Croce afirma, la
Historia podemos considerarla siempre
contemporánea a su momento. Siendo así,
debe responder a las necesidades de la
sociedad donde se desarrolla. Vemos como en
el caso que nos ocupa, actualmente nos
encontramos en un momento de transición
entre lo nacional y lo postnacional, en la
transnacionalización. Sin embargo ahora la
lucha se encuentra entre investigadores y
policy makers. La realidad que se transluce es la
incapacidad de la sociedad de crear nuevas
metáforas sobre las que instituir representaciones que puedan ser reconocidas por la
memoria colectiva como auténtica y propia. Lo
importante no es la educación, sino la imagen
que la sociedad tiene de sí misma, desenfocada
en la lucha de tensiones entre identidades
globales y locales CARRETERO Y KRIGER
(1992: 71-98).
1.2. Magistrae vita et testis temporum: hacia
la concepción de la enseñanza actual de la
Historia Total.
Tradicionalmente la Historia enseñada, según
el eje político-diplomático-militar, englobaba
la persona y la sociedad del individualismo en
coherencia con un modelo didáctico y una
concepción educativa. Con pretensiones de
exhaustividad, esta formación favorecía el
desconocimiento de cómo se desarrolla un
análisis histórico, produciendo una concepción “mágica” que hacía aceptar los
contenidos transmitidos de manera acrítica e
incuestionable.
Sin embargo, ¿sigue siendo en el siglo XXI la
Historia maestra de la vida y testigo de los
tiempos? Posiblemente a partir de las influencias de Annales se debe de responder negativaUNSAAC - Riqch´ariy
José Tinoco
Maestras, padres de familia y estudiantes del colegio Clorinda Matto de Turner (Cusco) realizaron
clases en la calle como protesta, exigiendo la pronta construcción de su local. Marzo 2012.
mente a esta afirmación. Las reformas que a lo
largo del tiempo fue sufriendo la enseñanza de
la Historia la han ido relajando progresivamente de su función radicalmente adoctrinadora de la ideología nacionalista. A partir de
los años 30, tenemos una reconstrucción de la
ciencia histórica en la búsqueda de una
Historia Total, lo que Chaunu denomina “la
ciencia humana unificadora”. Partimos por
tanto de una unión con las distintas ciencias
sociales, un acercamiento en la trayectoria
social.
La civilización se presenta ahora como aquella
suma de lo que es permanente, de lo que corre
a través de los siglos de forma invariable en su
esencia, aunque vaya sufriendo modificaciones de matiz. Al prevalecer así lo que
continua sobre lo que cambia, lo histórico, lo
que se modifica queda empañado por lo que
continúa. La actitud crítica ideal ante los
contenidos y en la metodología es el rechazo
del dogmatismo. Así la Historia buscará
situarse en una dinámica de interdisciplinariedad entre diferentes perspectivas que
inciden, condicionan y construyen los
procesos históricos. Proposición por tanto de
una educación histórica integradora de las
sociedades humanas, no de historias
parceladas que unifiquen la base material, la
organización jurídico-política y el campo de
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
ideas en un sentido amplio MONCLUS
ESTELLA (1992: 11-28).
Sin embargo, quizá no es descaminado pensar
que esta transformación nunca ha llegado a ser
no ya competa, sino ni siquiera dominante
VÁZQUEZ GARCÍA (2002: 84-101). Podemos,
según las reflexiones de Carlos MartínezShaw, hablar de los cuatro enemigos de la
Historia actual en la enseñanza para introducirnos en ella. MARTÍNEZ SHAW (2004: 2547). El primero de ellos es la todavía existente
limitación de su servicio a los hechos políticos,
su entrega por tanto a la memorística. De este
tema me encargué más detenidamente en el
punto anterior, aunque ahora cabría hacer una
puntualización sobre la importancia de la
democratización y el proceso de las autonomías en España. Actualmente, nos
encontramos en una sociedad donde la
creación histórica del Estado español ha sido
un punto de referencia, una autosatisfacción
por la plenitud de la vida democrática
española, que silencia la realidad. Esto es,
verbigracia, llamar Historia Contemporánea
de España a algo que se pretende análisis
histórico de la España actual desde 1978 como
cumbre de todo el proceso político desde el
siglo XIX.
En segundo lugar e hilando con lo anterior, el
presentismo tiende a limitar la enseñanza de la
229
Necesidades Sociales
Historia sólo a los períodos más recientes con
razones utilitaristas en base a dos polos. Por un
lado, se trata de prevenir el fracaso escolar
comprimiendo los contenidos. Por otro la
Historia se percibe como guía para orientarse
en el mundo actual cercano. Ahora bien, como
antes reflexione pasado y presente forman un
continuum indisoluble. Por tanto la realidad
que se consigue es la de mermar la capacidad
de reacción y respuesta frente a los hechos que
afectan al ciudadano. La reivindicación teórica
de la proclamación de una unidad de la
Historia se extiende así a la formación integral
de los jóvenes.
En relación al concepto piagetiano de “pensamiento concreto” y a lo anteriormente mencionado, nace un localismo que impone la
absoluta prioridad de la aproximación a la
realidad inmediata como método didáctico.
De esta forma, empirismo e inductismo como
base del conocimiento siguen el principio de la
secuencia de lo cercano a lo lejano para
organizar los contenidos de la enseñanza.
Resultado de una nueva enseñanza basaba en
una “Historia local”, los jóvenes tienen conocimientos globales antes que locales. Esta
realidad, además de suponer una realidad
neopositivista, vuelve a la Historia exhaustiva
de un espacio microscópico. Estos datos son
irrelevantes, discontinuos y fragmentados, o lo
que es lo mismos intransferibles a una realidad
local global.
Por último el reduccionismo, apoyado en lo
pedagógico, proclama la Historia Total como
realidad imposible de atender en la práctica
cotidiana de la docencia. Selección y reducción
por tanto son los elementos claves de una
programación didáctica, en base a criterios de
“miedo pedagógico” y nivel del alumnado. La
labor del historiador como docente de una
Historia parcial rompe la dinámica de acercamiento a la realidad de interrelación de
factores, que permite comprender los
mecanismos que articulan la permanencia o
generan el cambio en el seno de las sociedades
ROSA RIVERO (2004: 48-70).
Es evidente que la Historia actual que se
enseña en los niveles educativos de Primaria y
Secundaria tiene como objetivo la asimilación
del individuo de la sociedad concreta en que
230
vive. Es decir, existe un predominio casi
absoluto de la función social, dado que la
pretensión es contribuir a la formación de
ciudadanos. En esta medida podría considerarse al sujeto como una construcción
histórica, cultural, propia de cada época.
Pero la cultura no es entendida como reivindicación de las tradiciones, sino como creación,
manejo de interpretación de símbolos en la que
el sujeto, como actor social, cumple un papel
fundamental MANGANO (2009: 447-460). La
enseñanza de la Historia debe ser aquí una
ficha crucial en la medida en que brinda al
sujeto la oportunidad de adquirir una
memoria histórica, una conciencia que le
permitirá ser consciente de sí mismo, de su
pasado, para ser sujeto crítico y reflexivo, lo
cual constituye el paradigma de cualquier
propuesta de enseñanza.
La enseñanza total a partir del estudio de las
sociedades humanas en el pasado, desde su
estructura, evolución y cambio en los lugares,
tiempos y dimensiones dadas, hace posible
cumplir la verdadera función de la Historia al
servicio del ser humano. La Historia universal
es una necesidad en tanto que la Historia total
es la necesidad de una sociedad que necesita
transformar el presente para participar de
alguna forma en la construcción del futuro.
Historia por tanto como necesidad y requisito
para el ejercicio cotidiano de la ciudadanía y la
libertad.
II. ¿ENSEÑAR UNA CIENCIA HUMANA O
UNA CIENCIA SOCIAL?
Podemos resumir de todo lo anterior que de la
interrelación entre conceptos disciplinarios,
sociales, y políticos puede resultar la
formación de ciudadanos como sujetos críticos
frente a situaciones sociales concretas. Por esta
razón, al haber analizado la Historia como
objeto a tratar, tenemos que incorporar la
praxis pedagógica. Este elemento cambia de
perspectiva cuando asume, en cada uno de sus
actos educativos, la intencionalidad que
promueve la enseñanza, entendiendo que ésta
UNSAAC - Riqch´ariy
José Tinoco
se debe a la concepción anteriormente
asumida.
Tradicionalmente se ha criticado la enseñanza
de la Historia porque implica una exposición
superficial de relatos. Desde el punto de vista
educativo, el planteamiento a tratar estribaría
en cómo utilizar una narración compleja y
significativa en la enseñanza de la Historia, de
manera tal que ayude a promover una
comprensión profunda y real. En contraposición con esta idea, con frecuencia la actividad
de los historiadores académicos logra
desconectar la realidad del presente de la del
pasado produciendo, consciente o inconscientemente, una explicación inútil de la Historia.
Así, es perceptible una enseñanza que suele
adoptar posiciones acríticas, incomprometidas
y sin finalidades claras.
Conocedor de su disciplina, de las metodologías didácticas relacionadas con ellas,
consciente de que debe existir una coherencia
entre los contenidos y la metodología, el
profesor debe estar dispuesto a destruir en los
alumnos la concepción de la ciencia como algo
infalible. El fin último consistiría en aunar la
Historia académica con la educación, en base a
demostrar la utilidad y necesidad de las
Ciencias Sociales en la vida de los individuos.
Frente a ello, nos encontramos con la inexistencia de un plan específico de formación
docente en la disciplina. El profesor de
Historia actual se siente más seguro como
historiador que como profesor, luego le resulta
más sencillo transmitir unos conocimientos
acabados que desarrollar nuevas estrategias
de aprendizaje SUÁREZ SUÁREZ (2010).
Debemos de partir de que el pensamiento
histórico se debe analizar desde el diálogo
entre la disciplina y los procesos psicológicos y
pedagógicos implicados en el aprendizaje
GÓMEZ (2000). El último escalón lo ocupa la
necesaria conexión entre la investigación
educativa relacionada con la didáctica, la
experimentación curricular y la formación del
profesorado. De fondo se plantea la dialéctica
entre los problemas de narración, análisis y
causalidad.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
2.1. Principios metodológicos: ¿Enseñar
Historia o educar históricamente?
La mayoría de los grandes pedagogos
anteriores al siglo XIX, piensan que la función
fundamental de la Historia y de su enseñanza
es la de servir de ejemplo, de guía para la
acción. Sin embargo actualmente la Historia,
como objeto de enseñanza escolar, puede y
debe servir para desarrollar en el alumno una
capacidad de pensamiento histórico, de
comprensión crítica del pasado, de sintonía y
respeto hacia los demás. En definitiva, para
conseguir establecer ante las situaciones
presentes una capacidad de análisis racional,
que evite la acción irracional por una percepción deficiente, sesgada o manipulada de los
hechos.
La Historia tiene relativamente pocos
conceptos procedimentales básicos. La
información puede presentarse de diversas
maneras, incluyendo narraciones escritas y
formas expositivas, así como otras representaciones físicas, como el caso del arte. A partir de
los mismos, se reconstruye y reexplicar la
Historia como ciencia objetiva, siendo la más
verbal e interpretables de las materias. Los
alumnos pueden desarrollar el razonamiento,
en base a la causalidad, como laberinto filosófico en la cual se la considera a partir de la
plausibilidad de un acto. Aprender a través de
los textos pone en relación teoría y evidencia,
causalidad y reconstrucción, cuando trata de la
sociedad desde diferentes enfoques
CARRETERO Y VOSS (1994).
En referencia a la edad a la que comenzar a
impartir la disciplina, podemos comenzar con
una cita de Rousseu al respecto: “por un error
aún más ridículo, se les hace estudiar Historia: se
imaginan que la Historia está a su alcance porque
ella es una colección de hechos” ROUSSEAU
(1985: 297). Para poder acceder al tiempo
histórico, primero hay que comprender el
tiempo personal y el tiempo físico, al integrar
éste cuestiones como la secuenciación,
concurrencia, continuidad causal, etc.
Mientras que los estudiantes de 13 años
231
Necesidades Sociales
tienden a olvidar con rapidez la información
causal, y los de 15 retienen este tipo de
información durante un tiempo relativamente
corto (25 minutos), los alumnos de 17
muestran una capacidad admirable para
recordar la totalidad de las causas históricas
aun después de un periodo prolongado (24
horas). Sólo se comienza a integrar los
elementos de producción a partir de los 16
años. Probablemente estos resultados se
relacionen con la construcción de representaciones cognitivas en que la importancia de la
estructura, en su conjunto, sea mayor que la de
sus proposiciones específicas por separado
RIVIÉRE, NÚÑEZ, CARQUERO Y
FONTANELA (1992: 197-216).
Los estudios de Franz (2003) observan cuatro
niveles de atención en base a las conclusiones
anteriores. El primero de ellos, denominado de
comprensión ingenua, se crea en base a
concepciones intuitivas o míticas por la falta de
conocimiento disciplinar. El conocimiento así
no es cuestionado y no hay reflexión, no hay
consciencia de la interacción y la representación cultural. A partir de un segundo nivel de
comprensión ya comienza una interpretación
aunque fragmentada, que combina lo intuitivo
con fragmentos de conocimiento disciplinar.
El siguiente nivel ya sí incorpora una fértil red
de ideas previas que pueden establecer
relaciones significativas entre el contexto, la
biografía personal y la sociedad en que vivía el
autor de la obra.
Una vez se produce la maduración del adolescente, se dominan conceptos disciplinares que
permiten superar las interpretaciones del
sentido común, concibiendo el carácter social.
Se acepta por tanto que caben múltiples
interpretaciones posibles a una imagen, de
modo tal que cada lectura también produce
parte de su sentido.
En algunos países la Historia es una materia
que comienza a impartirse en la escuela
Primaria, y es un elemento importante
curricular desde la escuela elemental (por
ejemplo, en Italia, Argentina y México). En
otros, es una materia de menor importancia
incluso en Secundaria. También puede verificarse grandes diferencias en cuanto a la
cantidad de horas semanales que se le asignan
232
en relación con el currículo en su totalidad. Por
ejemplo, en los países europeos se le asigna
mucho más tiempo que en los Estado Unidos.
Y lo mismo puede afirmarse de forma
deductiva con respecto a la cantidad total de
tiempo anual. Estas tendencias, sin embargo,
en los últimos tiempos tienden a la semejanza.
En cuanto a temas a tratar, surgen una serie de
notables diferencias. Por ejemplo, algunos
sistemas educativos incluyen sólo unos pocos
temas acerca de su Historia nacional, mientras
que otros incluyen una Historia de diversas
civilizaciones y acontecimientos internacionales CARRETERO, JACOTT Y LÓPEZMANJÓN (1992: 153-172). En la mayoría de los
países, los libros de texto ofrecen básicamente
un enfoque de Historia oficial. Esto no llama la
atención, ya que los libros de texto se caracterizan por contener información que reproduce
gran parte de los valores predominantes de
cualquier sociedad. El problema de la identidad, como hemos visto anteriormente, es una
de las cuestiones con mayor importancia en la
investigación histórica.
Frente a esta realidad en algunos países la
enseñanza informal ha producido historias no
oficiales (tradición oral, instituciones religiosas, encuentros y debates,..) que se enseñan
por encima de la versión academicista. La
historia no oficial en Estonia, verbigracia,
cumplía ese objetivo TULVISTE Y WRESTCH
(194: 311-329).
La composición del currículo gira por tanto en
torno a un eje temporal o específicamente
político de la enseñanza de lo histórico. En lo
general, nos encontramos ante una enseñanza
reglada secuencialmente. En líneas generales,
la dificultad erradicaría en lo que Bloch
denominó la “dificultad de conseguir una
experiencia global de la Historia”
DUMOULIN (2003). Parece claro que la
amplitud de los contenidos que se pretendan
abarcar es proporcional a la superficialidad de
los resultados que se consiguen. Un exceso de
contenidos sólo puede ser abarcado mediante
una metodología expositiva que, lejos de
generar aprendizajes, únicamente propicia la
memorización indiscriminada de datos.
Por ello, dada la complejidad que entraña el
estudio y comprensión de conceptos históricos
UNSAAC - Riqch´ariy
José Tinoco
hasta lograr un aprendizaje significativo, sería
conveniente delimitar el objeto de estudio.
Para lograrlo, es necesario establecer
relaciones entre la nueva información y la
adquirida previamente, lo que requiere un
progreso gradual, con distintos niveles
intermedios de profundidad cuyo resultado
será más sólido y no se olvidará tan fácilmente.
Es preciso, por tanto, seleccionar un número
reducido de contenidos que puedan ser
estudiados y trabajados con una mínima
profundidad y eficacia LÓPEZ FACAL (2000:
46-56). Evidentemente, lo anterior es incompatible con la pretensión de una Historia
universal basada en la transmisión de un
conocimiento histórico ya elaborado, y que los
alumnos sólo pueden memorizar.
Actualmente nos encontramos un predominio
de la Geografía e Historia sobre las disciplinas
del currículo educativo. En segundo plano
podemos destacar la Historia del Arte y en
menor medida la Economía y la Antropología.
En último caso, las Ciencias Políticas,
Sociología y la Piscología en algunos casos ni
siquiera tienen presencia explícita. Este
panorama choca con la realidad actual de la
Historia frente a otras disciplinas, ya que la
participación de especialistas de muy diversos
orígenes y formaciones en la investigación
histórica determina la introducción de
conceptos y categorías científicas ajenos por
completo a los planteamientos originales de la
Historia.
Podemos destacar dos posiciones en cuanto a
su aplicación educativa. Desde una de ellas se
establece que no hay justificación desde el
punto de vista psicológico, para introducir una
diferenciación por materas en edades tan
temprana. Desde la contraria se matiza que,
aunque no se introduzcan las disciplinas
académicas, sí resulta interesante adoptar una
cierta perspectiva “disciplinar” como preparación para el aprendizaje de grandes conceptos
estructurales (tiemplo, explicación, evidencias, “lo social”,…) o como aproximación a
aspectos como el relato histórico, la narración,
el análisis de las fuentes, etc.
El tránsito de la Historia, entendida como
análisis y explicación interdisciplinar, trabaja
sobre tres hipótesis. En primer lugar se debe
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
superar la yuxtaposición en el sentido disciplinario, reconsiderando las disciplinas ausentes.
Rechazando la exclusividad del binomio
Geografía e Historia dentro de las Ciencias
Sociales, se abre el abanico a disciplinas como
la Antropología, Sociología, Economía y
Política. En segundo lugar, es necesario una
revisión de estrategias que permitan llevar a
cabo la integración: técnicas y métodos
particulares que por su concepción implican
un diálogo fecundo entre los componentes de
la didáctica específica. Por último, a partir del
mismo, la integración operante responde a una
actitud cuya clave es la colaboración. Implica
la búsqueda de un método cuya elección
propicia la comunicación y la experimentación. Sin duda, de ambas premisas se
desprende la conquista de valores: veracidad y
solidaridad CALAF MASACHS (1994).
En definitiva, todo lo referido tiene como
objetivo el “método del historiador”. Se
trabajan los conceptos específicos de la
Historia, aun admitiendo que existe una
controversia científica al respecto, acerca de la
existencia o no de un cuerpo conceptual
específico de la misma. Los procedimientos
explicativos se centrarían en las formas específicas que tiene la Historia de relacionar los
conceptos, siendo fundamental en este
sentido, la explicación causal y temporal. Por
último, los procedimientos de investigaciónverificación se centran en la forma de reconstruir, validar y comprender los fenómenos
históricos, con las habilidades y técnicas
pertinentes. La metodología así entendida
construye conocimiento en el aula como
proceso interno y social significativo.
El mismo Freire dice, refiriéndose concretamente a la enseñanza de la Historia: “se podría
decir que ésta es la tarea propia de un profesor
de Historia, la de situar, en la totalidad, la
«parcialidad» de un hecho histórico. Pero su
tarea primordial no es ésta, sino la de, problematizando a sus alumnos, posibilitarlos para
ejercitarse en el pensar crítico, obteniendo sus
propias interpretaciones del porqué de los
hechos”FREIRE (1973).
233
Necesidades Sociales
2.2. Aunar principios didácticos y científicos:
¿Conocimientos históricos o razonamientos
históricos?
La didáctica tiene una preocupación lógica por
las cuestiones metodológicas. Pero en nuestra
opinión no puede reducirse de ningún modo
su campo a la metodología, ya que de hacerlo
así, se convertiría en una especie de expendeduría de recetas de cuya inutilidad en
educación todos somos conscientes, dada la
complejidad y multiplicidad de variables que
intervienen en el proceso de enseñanzaaprendizaje. Los métodos no pueden ser
independientes de los contenidos y así la
preocupación epistemológica es necesariamente inherente a la didáctica SÁNCHEZ
DELGADO (1999: 209-322). Partiendo de la
Historia como disciplina científica y como
objeto de enseñanza, la didáctica podría
concebirse como “una nueva construcción de
las perspectivas ciencias del aula” GIMENO
SACRISTÁN (1985).
El conocimiento escolar viene como resultado
del proceso enseñanza-aprendizaje. Éste va a
ser productor de la interacción entre el
“conocimiento científico”, propuesto como
objeto de enseñanza, y las concepciones de los
alumnos acerca de las cuestiones que van a ser
objeto de aprendizaje, el “conocimiento
cotidiano”. Por ello el conocimiento escolar se
va construyendo a través de sucesivas
formulaciones, cada vez más aproximadas a la
meta del conocimiento científico. De ser así la
didáctica sería un punto de encuentro entre la
educación y las disciplinas científicas GARCÍA
PÉREZ (1991).
De acuerdo con el estudio de Lautier, es
posible proponer cuatro modelos de la práctica
didáctica y de fines educativos en el ámbito de
la enseñanza de la Historia. El primer modelo
presupone que, con sólo presentarse, el conocimiento del pasado puede brindar lecciones
que nos permitan evitar que reproduzcamos
los errores cometidos alguna vez. Conforme al
siguiente modelo, el propósito educativo
puede lograrse no tanto por la demostración
del proceso histórico como por el entrena234
miento de las capacidades cognitivas y
comportamentales de los educandos. El tercer
modelo descripto por Lautier es una transición
clásica de conocimientos, que restringe la
cronología y la argumentación histórica sin
priorizar el alcance educativo. Por último, en el
cuarto modelo, llamado “modelo de la
autonomía de la Historia enseñada”, los
docentes no aseguran que siempre encuentren
una lógica subyacente en la Historia y no
solicitan lecciones del pasado. No consideran
que la función educativa de la Historia
enseñada esté particularmente ligada a los
contenidos de la enseñanza TOPOLSKI (1992:
101-120). En los cuatro encontramos un enfrentamiento dualidad entre los contenidos y el
desarrollo de capacidades.
Serían necesarios trabajos de análisis de las
materias enfocados a facilitar la reflexión y la
aplicación didácticas, estableciendo así una
mayor vinculación investigadora entre las
reflexiones teóricas sobre la Historia como
ciencia y la investigación didáctica. Diferenciar por tanto entre objeto de conocimiento y
enseñanza ofrecería los criterios para
establecer núcleos conceptuales, establecer
diversos tipos de relaciones entre ellos, y
definir niveles progresivos de formulación en
orden a su utilización en las diversas etapas.
El método científico puede y debe ser considerado contenido de enseñanza, pero su utilización como método didáctico es otra cosa.
Puede producirse una desconexión, no
produciéndose una construcción del nuevo
procedimiento. El concepto del método como
principio didáctico orientativo intenta
imbricar aspectos procedimentales y estrategias de actuación con lo conceptual. Así el
planteamiento de problemas como el proceso
de resolución no se desvincula de la cuestión
de los contenidos de la disciplina ni se pierde
de vista la disciplina global del conjunto de
elementos del curriculum.
Ante determinada información, el alumnado
elabora sus propias hipótesis interpretativas
en función de sus conocimientos previos o en
su defecto, de intuiciones. Después, cada uno
de ellos comprueba, por sí mismo, los aciertos
y errores en sus hipótesis, para finalizar
UNSAAC - Riqch´ariy
José Tinoco
explicando los resultados. Por su parte, el
profesor actúa como mediador en el proceso:
regula la metodología de trabajo con las
fuentes, seleccionándolas en función de los
objetivos a conseguir, y plantea cuestiones que
susciten pensamiento. Realizando una
adecuada selección de los contenidos pueden
planificarse diversas investigaciones a lo largo
del curso, a desarrollar en varias sesiones que
permitirán, además de lo comentado anteriormente, una aproximación al estado de la cuestión
o planteamientos de nuevas cuestiones.
En definitiva, aprender Historia utilizando la
metodología de los historiadores es posible.
Utilizando la investigación como modelo de
enseñanza-aprendizaje ayudaremos a los
alumnos a comprender que, aunque la
Historia nos acerca a un conocimiento riguroso
y objetivo de tiempos pretéritos, está formada
por diferentes interpretaciones; entenderán
que el conocimiento histórico es un constructo
humano y por tanto sujeto a cambios. Aproximándose al estudio del pasado, a la resolución
de hipótesis y problemas, y sabedores de la
existencia de diferentes puntos de vista,
adquirirán una conciencia crítica válida para el
presente. Y esto, sin duda, constituye la mayor
virtud de esta disciplina. De lo contrario, la
Historia en Secundaria seguirá condenada a la
indefinición: un área moldeable a determinados intereses ajenos a lo educativo, cuya
presencia en los currículos podrá incluso ser
cuestionada bajo el argumento de la inutilidad.
CONCLUSIÓN: NUEVOS DESAFÍOS DEL
SIGLO XXI.
En un mar de información, que genera olas de
interrogantes, la sociedad plantea preguntas
que no encuentran respuestas al ser éstas
vacíos intentos de conocimiento. En este
panorama no es razonable plantearse las
mismas finalidades para la enseñanza de la
Historia que en el pasado. Una enseñanza
orientada a promover la identificación acrítica
de la población hacia una determinada nación,
que se justificaba por medio de un relato
teleológico y determinista es inaceptable para
la ciencia histórica actual. Pero además, son
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
contradictorios con las finalidades educativas
universalmente asumidas: contribuir a
desarrollar la capacidad crítica del individuo
para que alcance la autonomía intelectual y
social necesaria para ser un ciudadano responsable en una sociedad democrática y plural.
Nuevas finalidades deben llevar a reformular
contenidos históricos que sean más adecuados
y a seleccionar unos pocos que permitan
trabajarlos en profundidad. La Historia sirve
para dominar, conservar, someter, reproducir,
adormecer, acallar, legitimar al poder,
imponer una visión determinada del pasado o
del presente..., pero también sirve para
libertar, regocijar, emocionar, independizar,
tomar conciencia, comprender, hacer
comprender, explicar, recordar, reconocer...
Como March Bloch afirma sobre la labor del
docente de Historia: “(…) debe formarse una
idea de las necesidades sociales y esforzarse en
difundirla” BLOCH (1996: 27). El trabajo del
historiador debe tener como razón final los
problemas reales que de una u otra forma
tienen que ver con las vidas de los hombres y
las mujeres, de ayer y de hoy, con el propósito
de aportar conocimientos que sirvan para
crear en ellos una conciencia crítica
FONTANA (2006: 1-12).
Sin embargo es erróneo hacer a la Historia
explicar el presente. La Historia por supuesto
que es una contribución a la explicación
multilateral de la sociedad en la que vivimos
como sentido global. Sin embargo una explicación total sale de la suma de todas las Ciencias
Sociales. La Historia no puede tener el
monopolio de la explicación del entorno social
presente del educando ARÓSTEGUI (1992:
145-162).
En este siglo XXI, la Historia debe despertar y
tomar nuevas decisiones con las cuales
enfrentar el mundo sórdido y voraz de los
medios de comunicación, que actualmente
cumplen una inevitable labor “educativa” que
logra de-formar a quienes acuden a ella más
frecuentemente que a un libro. Frente a ello,
debe tomar su papel formativo de forma
coherente y estudiada, a la par que resaltar su
235
Necesidades Sociales
atractivo y utilidad. Al fin y al cabo, como John
Locke afirma: “nada deleita, ni nada enseña
tanto, como la Historia. De estos dos méritos, el
primero es una razón para que se recomiende
su estudio a los hombres hechos; el segundo,
me hace pensar que la Historia es la ciencia que
más conviene a los jóvenes” LOCKE (1986:
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238
UNSAAC - Riqch´ariy
rigurosa en los contenidos seleccionados.
Silva-Santisteban, arqueóloga, da cuenta de
sus investigaciones en el Valle de Lurín,
transportándonos a Huaycán de Cieneguilla,
en uno de los espacios cercanos a Lima y muy
concurrido en los últimos años. Según la
autora, la arquitectura pertenece a la época
incaica y servía de residencia para las élites
incaicas, que intercomunicaban con Cuzco y
otras regiones andinas. Silva-Santisteban
examina los restos bajo la idea de privacidad
de la construcción, diseñando un mapa de las
estructuras socio políticas locales y regionales
(pp. 11-57).
Sobre los Incas
Liliana Regalado de Hurtado y Francisco
Hernández Astete (eds.). Lima, Instituto Riva
Agüero/ Pontificia Universidad Católica del Perú,
2011, 253 p.
En plena efervescencia de los estudios sobre el
bicentenario en América, la historiadora
Liliana Regalado de Hurtado, rompe el
consenso y nos trae una compilación sobre los
Incas. Se trata de un conjunto de estudios
publicados en memoria de Franklin Pease G. Y.
por sus discípulos y colegas de la Pontificia
Universidad Católica del Perú. Los temas
abarcan varias disciplinas, arqueología,
lingüística, historia. No hay una coherencia
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Volcado hacia el análisis del lenguaje, CerrónPalomino ataca el tema del proverbio
atribuido a los incas, ama sua, ama llulla, ama
quella (pp. 67-87). Y termina por acogerse a la
opinión de aquellos que afirman que se trata
de un dicho forjado en tiempos de la Colonia,
con variantes que pueden remontar a ciertos
escritos publicados a partir del siglo XVI.
Carlos Araníbar (1999), referido por CerrónPalomino, fue muy preciso: la trilogía tiene
nombre propio, el historiador italiano Cantú,
que la publicó a mediados del siglo XIX, en las
páginas de una enciclopedia de historia
universal. Interesante seguir los meandros del
proverbio atribuido a los incas y ver cómo él va
ganando poco a poco espacio en los estudios
consagrados a las costumbres incaicas. A todas
luces, estamos frente a un caso de construcción
239
Reseñas
de un ideal ético, que sin negar los méritos
incas, no traduce la realidad de sus normas y
valores sino más bien la de la Colonia en sus
distintas versiones pro-indígenas.
ciones norteñas como Huaylas, Recuay, Jauja,
Tarma o Cajamarca antes de la conquista inca.
Ellas constituyeron también la base de las
provincias incas y de las encomiendas
hispanas.
Las guarangas fueron los elementos bisagra
que confirieron legitimidad y coherencia a los
sucesivos cambios o adaptaciones políticas
que se produjeron antes y después de las
conquistas inca e hispana.
La conquista negociada: guarangas, autoridades locales e imperio en Huaylas Perú
Marina Zuloaga Rada. Lima, Instituto de
Estudios Peruanos e Instituto Francés de Estudios
Andinos, 2012, 316 pp.
La construcción de imágenes divinas tuvo un
punto de partida importante en los seres que el
presente libro explora, la historia de las
guarangas -organizaciones sociopolíticas
fundamentales del mundo andino- y sus
líderes, los caciques de guaranga, en el
temprano siglo colonial en Huaylas. El libro se
encuentra estructurado con los siguientes
temas: Las guarangas y la conquista; las
guarangas y las encomiendas (1532-1548), una
época de transición: las guarangas y los
corregimientos (1548-1570), las reducciones y
las guarangas (1570-1580), las guarangas tras
la reforma (I). Los efectos de la implantación de
las reducciones en el sistema de poder local
(1580-1590), las guarangas tras la reforma (II).
Las reacciones a la reforma (1580-1610).
Estas estructuras políticas, intermedias entre
los grandes señoríos/confederaciones y las
pachacas o ayllus, constituyeron la base de
cualquier organización política y administrativa, tanto en la época preinca como en la inca y
en la hispana. Una agregación de guarangas
conformaba los señoríos, reinos o confedera-
240
Pensamiento colonial crítico: textos y actos de
Polo Ondegardo
Gonzalo Lamana Ferrario. Instituto Francés de
Estudios Andinos y Centro Bartolomé de las Casas,
2012, 406 pp.
El investigador Gonzalo Lamana nos presenta
un estudio introductorio de la cuidadosa
transcripción, sobre una documentación
producida por uno de los más activos
representantes españoles en el recién conformado virreinato peruano, hablamos de Polo
Ondegardo (dichos documentos son fuente
obligatoria para todos aquellos que se dedican
al estudio de los tiempos prehispánicos y a las
primeras experiencias de vida colonial en los
Andes). A partir de su producción intelectual y
su accionar sociopolítico en los Andes, nos
propone revisar y re-pensar el pensamiento
colonial de la época, especialmente de finales
del siglo XVI, al cual considera el autor que su
pensamiento y accionar tendrá innegables
implicancias en la cimentación y desarrollo del
sistema colonial que se implantó en el Perú.
UNSAAC - Riqch´ariy
Reseñas
Para su cometido, Gonzalo Lamana, emprende
una rigurosa selección y análisis heurístico de
las fuentes que se hallan del citado Polo
Ondegardo en la actualidad (A. él informe del
licenciado Juan Polo Ondegardo al licenciado
Briviescas de Muñatones sobre la perpetuidad
de las encomiendas en el Perú, B. las
ordenanzas de las minas de Humanga, C. las
razones que movieron a sacar esta relación y
notable daño que resulta de no guardar a estos
indios sus fueros, D. al parecer el licenciado
Polo sobre la guerra propuesta contra los
Chiriguanaes, E. los errores y supersticiones
de los indios sacadas del tratado y averiguación que hizo el licenciado Polo, y F. la copia de
unos capítulos de una carta del licenciado
Polo... para el doctor Francisco Hernández de
Liébana). A partir de dicha documentación
Lamana propone una interpretación alternativa que se sustenta en dos ejes aparentemente
separados pero que considero son vinculantes:
Primero, construye el centro o argumento
principal de su ensayo que es el proyecto
político de Polo Ondegardo, que en líneas
generales sustenta que los textos de Polo, no
responden a un interés anticuario o etnográfico, sino a uno político que es definir el pasado
como medio de criticar el presente y proponer
un futuro especifico que asegure el dominio
español, llegando a elaborar dichos textos de
Polo una teoría cristiano-racial del orden, pero
a la vez esencialista e histórica. Segundo,
muestra la consecuencia del análisis del autor,
que vendría a ser la interpretación de los
estudios andinos a partir de la obra de Polo; el
autor considera que las obras de Polo no solo
influenciaron en la segunda mitad del siglo
XVI sino en los propios estudiosos de los
Andes del siglo XX y aun hoy en día. A este
intrincado proceso interpretativo la historiografía le denomina como “el problema
hermenéutico de las fuentes coloniales del Ande”.
Por último, este estudio introductorio,
también muestra un sugerente e interesante
estudio biográfico de Polo Ondegardo,
realizado por el historiador Teodoro Hampe
Martínez, en la que presenta una historia
concisa de la vida de Polo Ondegardo, basada
en la documentación recogida pacientemente
por los que lo precedieron en esa tarea,
Romero, Urteaga, Lohmann Villena, y, claro
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
está, Laura González Pujana, que no se cansó
de buscar en archivos españoles y latinoamericanos las huellas del ilustre vallisoletano.
Un siglo de rebeliones anticoloniales. Perú y
Bolivia 1700-1783
Scarlett Ophelan Godoy. Lima, Instituto de
Estudios Peruano, segunda edición, 2012, 410 pp.
La Dra. Scarlett Ophelan Godoy, nos trae la
segunda edición de uno de los libros más
importantes dentro de la historiografía
peruana, nos referimos a “Un siglo de rebeliones
anticoloniales. Perú y Bolivia 1700-1783”. La
autora toma como base una muestra de 140
revueltas y rebeliones que estallaron en el siglo
XVIII en el virreinato del Perú, incluyendo el
Alto Perú, en la que identifica tres coyunturas
rebeldes o nudos de intranquilidad social
donde se aglutinaron los movimientos
sociales. La primera coyuntura ocurre durante
el gobierno del virrey Marqués de Castelfuerte
(1724-1736) como resultado de su incisiva
política fiscal de revisitas y ajustes del tributo y
la mita luego de la epidemia que azotó el sur
andino en 1720. La segunda coyuntura tuvo
lugar luego de la legalización del reparto de
mercancías del corregidor (1751-1756), que
desembocó en una álgida competencia entre
las autoridades locales (corregidor, doctrinero,
cacique, hacendados, obrajeros) sin llegar a
cuajar en una rebelión de envergadura. La
tercera y última coyuntura se produjo durante
la puesta en vigor de las reformas fiscales
borbónicas, llevada a cabo por el visitador José
241
Reseñas
Antonio de Areche, a partir de 1777. Esta
coyuntura culminó con la gran rebelión de José
Gabriel Túpac Amaru II que tuvo un carácter
regional delimitando el circuito comercial
Cusco- Potosí que cubría el amplio territorio
del sur andino peruano y llegando a articularse con la insurrección liderada por el líder
aymara Julián Apasa Túpac Catari en Charcas.
De esta manera la rebelión de Túpac Amaru
aparece como la culminación de un proceso de
revueltas menores, por un lado, y de una
acumulación de presiones económicas y
fiscales, de otro. Sin duda, la gran rebelión fue
un movimiento de masas sin precedentes en
Hispanoamérica durante el período colonial y
sus alcances políticos a través de la prensa
tuvieron connotaciones continentales y,
posteriormente, un fuerte impacto a nivel
europeo.
perdida escrita por el mismo Fernando Tupac
Amaru, redactada clandestinamente en
Getafe, en una vida martirizada, aislado, mal
comido, mal dormido, llegando a odiar las
noches porque en sus sueños volvían los
recuerdos.
Se trata de una ficción sobre hechos reales,
pero de los que apenas tenemos indicios. Este
ejercicio literario es interesante, porque en
buena cuenta es un recurso bastante utilizado
por los historiadores, que basándose en
indicios reconstruyen el pasado hipotéticamente. Destaca que al conocerse que la historia
del personaje es imposible de ser reconstruida
completamente, no existe lugar a confusiones,
aunque con el pasar de los años podría llegar a
creerse que este libro realmente fue escrito por
el autor, cosa que ocurrió con algunos libros
antiguos, generando dudas y confusiones;
quizás le faltó explicar más este asunto al
autor, pero suponemos que no lo hizo por
tratarse de un libro destinado para el público
de estos tiempos.
Este cautiverio y agonía sin fin. Fernando
Túpac Amaru Bastidas
José Luis Ayala Olazával. AFA Editores, Lima
2011, 282 pp.
Ayala es un destacado literato puneño, que
esta vez ha querido escribir un libro histórico,
combinando ambos lenguajes. El texto está
construido a partir de información verídica mensajes, notas, factura, cartas, recibos,
reclamos, etc.- escritos por el propio Fernando
Túpac Amaru Bastidas, que obran hoy en los
registros españoles, en particular en el Archivo
General de Indias; pero recreados por su vena
literaria, presentando el texto como una obra
242
Los orígenes libertarios del Primero de
Mayo: de Chicago a América Latina (1886 –
1930)
José Antonio Gutiérrez D. (compilador).
Editorial Quimantú, Santiago de Chile, mayo 2010
Un interesante libro escrito por varios autores,
que rememora la forma en que se instituyó la
celebración del primero de mayo (día del
trabajador) en distintos países de América
UNSAAC - Riqch´ariy
Reseñas
Latina, apuntando a la relación estrecha entre
esta institución y las luchas obreras de fines del
siglo XIX e inicios del XX. Nos cuentan la
historia de los anarcosindicalistas que por
aquel entonces fueron la “vanguardia” del
movimiento obrero, con detalladas investigaciones breves elaboradas por un autor (individual o colectivo) en cada uno de los países
incluidos en el libro. Se trata de una producción colectiva, voces simultáneas de distintos
países.
Lo interesante también es que los autores
pertenecen a movimientos o colectivos que se
reivindican anarquistas, es decir, que
revaloran la memoria de aquellos hombres con
la convicción de seguir sus pasos. La
diversidad de movimientos que se dieron en
aquellos años, según las coyunturas y especificidades de cada país (México, Cuba,
Argentina, Uruguay, Brasil, Costa Rica,
Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Bolivia) nos
muestra lo dinámica que es la historia, quizás
los únicos puntos en común entre todos esos
movimientos es que asumieron la ideología
anarquista como respuesta a la opresión y la
corrupción del sistema, y el hecho de que todos
fueran urbanos, aún a pesar de casos ligados al
mundo indígena y campesino, su principal
espacio de lucha fue urbano (el caso de las
“anarquistas cholas” de Bolivia incluyó a
migrantes indígenas en las ciudades).
Los autores son periodistas (alternativos) y
activistas que recurren a fuentes impresas y
memorias de quienes vivieron aquellos años.
Resulta así una investigación a la vez histórica
y a la vez reivindicativa, sin el objetivismo
académico, que en este caso no es necesario,
pues se trata de una memoria colectiva específica.
Crear y sentir lo nuestro: folclor, identidad
regional y nacional en el Cuzco, siglo XX
Zoila Mendoza. Lima, PUCP 2006
Un interesante estudio sobre el enorme
movimiento cultural indigenista de la primera
mitad del siglo XX cusqueño, y cómo contribuyó a (re)construir la identidad cultural local,
una identidad urbana pero con fuerte
presencia y fundamento andino. Resalta la
importancia de eventos como la Misión
Peruana de Arte Incaico, fundación del Centro
Qosqo de Arte Nativo, fundación del Instituto
Americano de Arte, la Hora del Charango y la
creación de las fiestas del Cusco.
Rememora la labor realizada por varios
artistas académicos que volvieron la mirada a
lo indígena y andino como fuente de la cultura
que pretendían reconstruir, pero destacando la
presencia e interacción de artistas populares e
indígenas, poniendo los casos ejemplares de
Manuel Pillco, Pancho Gómez Negrón y Julio
Benavente, especialmente el primero. Todos
estos personajes actuaron al mismo tiempo
que surgía la imagen turística del Cusco y
luchaban por contrarrestar la visión criolla de
lo nacional, presentada así desde las élites y
grupos de poder nacional.
Nos muestra también cómo este movimiento
fue “derrotado” cuando a nivel nacional se
asumió lo criollo y afro como representativo de
“lo nacional”. Finalmente y volviendo al
presente, hace referencia a la presencia de otras
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
243
Reseñas
culturas andinas en el Cusco turístico de fines
del siglo pasado, como es el caso de la música
boliviana. Sin embargo, resalta que todo lo que
ahora es considerado típicamente cusqueño
(de la ciudad del Cusco) es producto del
trabajo de aquellos artistas e intelectuales
indigenistas.
continúe, y que motive esfuerzos similares en
otros estudiantes actuales.
Cultura andina: cosmovisión, arqueología
Estructura Salvaje; análisis social y debate
académico N° 1
César Aguilar León (directo). Lima, Lluvia
Editores, 2012, 104 pp.
Esta nueva publicación agrupa a estudiantes
de ciencias sociales con algunos investigadores consagrados, principalmente de la
Universidad Mayor de San Marcos, pero
también de otros lugares. Apunta a crear un
espacio de reflexión y debate inter generacional de temática mayormente antropológica,
resultado de un proyecto estudiantil de la
universidad del Cusco, que se enriqueció con
la mudanza de su director a la ciudad de Lima.
Los artículos abordan aspectos variados de la
sociedad peruana contemporánea (aunque
también hay textos que escapan a esta temática), que en su mayoría no profundizan en los
temas elegidos. Vemos temas amplios como
patrimonio cultural, cultura, discriminación;
temas más específicos como la lucha de la
Fenamad o las expresiones de las mujeres
campesinas de Espinar; también hallamos el
interés por reflexionar sobre la importancia de
la música, sea el origen serrano de la “chicha” o
los vaivenes del huayno en las ciudades
contemporáneas.
Saludamos este esfuerzo y esperamos que
244
Jesús Washington Rozas Álvarez y Delmia
Valencia Blanco (editores). Cusco, UNSAACConvenio CIUF-UNSAAC, 2012.
Esta publicación trae un conjunto de trabajos
de investigación de docentes de ciencias
sociales de la Universidad Nacional de San
Antonio Abad del Cusco. Destacan temas
como un estudio comparativo del culto a los
apus en varias zonas del sur peruano, escrito
por Carmen Escalante y Ricardo Valderrama;
Oscar Paredes Pando reconstruye el tiempo en
que Madre de Dios fue convertido en una
“Siberia” amazónica, cuando el gobierno
militar deportaba allí a sus opositores políticos
(1932-1933); Washington Rozas describe las
contradicciones generacionales en una
comunidad campesina, en este caso la
comunidad de Huama (Lamay), los viejos
representando la tradición milenaria y los
jóvenes influenciados por la modernidad y la
cultura escrita que desplaza los valores
ancestrales. Jean Jeaques Decoster revisa la
dualidad espacial como reflejo de una división
complementaria social y cultural, en el distrito
de Accha; Jorge Flores Ochoa hace una
revisión etnohistórica de la coca.
Hay más artículos en esta publicación, algunos
son más opiniones que investigaciones. En
síntesis es un valioso aporte aunque el
UNSAAC - Riqch´ariy
Reseñas
subtítulo no ayuda a imaginar el contenido y la
separación de las secciones no está acorde al
mismo.
No se trata de una investigación académica
detallada, sino de una especie de etnografía
colectiva, donde son muchos pobladores los
que terminan contando su cultura a través de
los varios capítulos de la publicación.
Chinchaypucyo: testimonios de su cultura
Roberto Ojeda Escalante y Claudia Palomino
Valdivia (editores). Cusco, Municipalidad
Distrital de Chinchaypujio, 2012
Es poco común que un municipio realice
publicaciones culturales y lo es más tratándose
de un municipio distrital, pero es un buen
ejemplo que ojalá otros municipios tomen en
cuenta. Este libro trae un conjunto de textos
elaborados en base a testimonios de
pobladores de las comunidades campesinas
de Chinchaypucyo, algunos transcritos literalmente. Abordando la historia, leyendas,
costumbres, fiestas, lugares atractivos y
cuentos; mostrando la riqueza de la tradición
oral de esos pueblos.
Resalta la presencia de la mitología y
ritualidad de los apus, la descripción de varias
costumbres que se vienen perdiendo, otras que
se conservan, las costumbres y leyendas del
santoral católico local, los saberes agrícolas y
las diversas historias que acompañan a los
lugares señalados como atractivos. El libro
está decorado con fotos y dibujos de niños del
distrito, varios textos son producto de
averiguaciones de los mismos niños,
mostrando una interesante motivación para
que éstos se interesen por su historia y su
cultura.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
Nación K'ana: paisajes, cultura, historia,
turismo
Anael Pilares Valdivia (editora). Municipalidad
Provincial de Espinar, Cusco 2010.
Esta publicación reúne ponencias presentadas
en el Primer Congreso de la Nación K'ana,
realizado en la provincia de Espinar en agosto
del año 2010. Los textos abordan aspectos
históricos, arqueológicos, culturales y sociales
de la provincia de Espinar y la identidad k'ana,
que se remonta a tiempos ancestrales pero se
ve reivindicada en el presente. Importante
información sobre los lugares históricos y
algunas tradiciones de la provincia más alta
del Cusco, aunque por lo amplio del tema, sólo
se abordan algunos aspectos de su cultura.
Los autores son del lugar pero también de la
región del Cusco y de otros lugares,
destacados investigadores que han abordado
algún aspecto de la cultura e historia de los
k'anas. Este evento fue el primero de esa
magnitud en la provincia y la publicación deja
notar esto en sus páginas. La identidad k'ana
viene siendo reivindicada con mayor fuerza
hace poco más de una década y una publicación como ésta ayuda a entender las causas y
las formas en que dicha reivindicación étnica
245
Reseñas
ha ido creciendo en los últimos años, pues
aunque no es la única de este tipo en los andes
actuales, sí es la más fuerte en el ámbito
regional cusqueño, a parte de las identidades
amazónicas de la región y el caso particular de
los qeros de Paucartambo.
capítulo, puesto que el libro ha sido elaborado
en Cusco. El racionalismo y el patriotismo son
descritos desde sus elementos religiosos, se
insinúa también la religiosidad intrínseca en el
comunismo, aunque lamentablemente no
desarrolla este aspecto.
El autor describe y analiza las religiones con
mucho respeto, explicando la necesidad de su
existencia en las sociedades humanas, no sin
cuestionar aquellos aspectos negativos que
trajeron algunas de esas iglesias. Propone que
la principal función de las religiones es
controlar el ego humano, que suele ser el
causante del desequilibrio, tan cuestionado
por todas esas creencias. Es interesante este
tipo de acercamiento, donde el investigador
no se sitúa desde “arriba”, tomando lo
estudiado como algo “superado” por la
ciencia, quizás es muy complaciente en
algunos aspectos pero así cumple con el
propósito del libro.
Psicología y religión, una visión antropológica
Carlos Velaochaga Dam. Lima, 2007.
El antropólogo Carlos Velaochaga presenta un
interesante resumen de todas las religiones,
comparándolas con la psicología moderna
como una forma de “ocuparse del alma”.
Desde el concepto de religión y clasificaciones
de las religiones, pasa a describir los principales aspectos de las religiones mundiales.
Vemos que las religiones más difundidas
(Cristianismo, Islam, Budismo) son las que
buscan ser universales y se sustentan en la
historicidad de su origen, mientras que las
otras “3000” religiones son más bien étnicas y
no recurren a la historia como argumentación
principal (salvo el judaísmo que en esto se
parece a sus “vecinas”, mientras el budismo no
recurre a la historia). Muestra el origen remoto
de muchas creencias de las religiones
modernas, como la presencia de dioses
binarios, uno bueno y otro malo, que se
mantienen en la creencia de Dios y el diablo.
En sus páginas pasan también las demás
religiones históricas y actuales, incluyendo lo
que se llama chamanismo y animismo.
Destaca el considerar a la religión andina en un
246
Misiones, modernidad y civilización de los
campas: Historia de la presencia adventista
entre los asháninkas de la selva central
peruana (1920-1948)
Juan Carlos La Serna Salcedo. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2012, 178
pp.
Históricamente, la Amazonía ha representado
el escenario sobre el cual la imaginación y la
fantasía se desbordan. La montaña ha sido una
fuente inagotable de sueños e ilusiones que
UNSAAC - Riqch´ariy
Reseñas
trastocan la realidad, que se complementan y
contraponen, se diseminan y retraen continuamente dentro de los imaginarios colectivos.
Será por ello que nunca ha dejado de significar
una mezcla de temor y fascinación para los
foráneos. Tierra de bestias y animales fabulosos, escenario de El Dorado, paraíso de tesoros
perdidos y recursos inagotables, de exotismo,
de sensualidad, de magia; pero también de
hechicería, venganza y muerte. Territorio de
encanto y de terror que ocupa más del 50% de
nuestro suelo patrio.
En esta región poco estudiada y basándose en
una gran variedad de fuentes – publicaciones
periódicas denominacionales, actas de
reuniones e informes de la Unión Incaica y
libros de memorias e historias de vida de
misioneros – el historiador Juan Carlos La
Serna reconstruye de manera rigurosa la
historia de las misiones adventistas en la selva
central, a la par que propone un análisis
novedoso de las ramificaciones sociales,
políticas y religiosas del proyecto misionero
adventista en el Perú. Un proyecto no exento
de ambigüedades, pero cuyos efectos – como
lo señala el autor – aun se sienten a lo largo y
ancho de la selva central.
La importancia e impacto que tuvo la Iglesia
Adventista del Séptimo Día entre las
poblaciones indígenas de la selva central, no
sólo se dio en la defensa de los derechos de las
poblaciones indígenas, sino sobre todo a su
labor civilizadora y modernizadora, que los
indigenistas de la ápoca consideraban esencial
para la “integración del indio”. Los valores
propugnados por los adventistas tuvieron un
efecto liberador, siendo adoptados por las
poblaciones indígenas como un medio para
lograr sus propios objetivos como la ruptura
de los lazos tradicionales de servidumbre,
mayor seguridad económica, defensa de su
especificidad cultural y mantenimiento de una
cierta autonomía política. Es por esta razón
que este libro esta llamado a ocupar un lugar
importante en la creciente historiografía sobre
el papel que las iglesias protestantes han
jugado en el proceso de formación de la nación
peruana.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
“Colonialismo en ruinas: Lima frente al
terremoto y tsunami de 1746”.
Charles Walker. Lima, Instituto de Estudios
Peruanos, 2012, 293 pp.
A 250 años de uno de los mayores desastres
sísmicos en Lima, el historiador norteamericano Charles Walker se pregunta ¿qué tan
vulnerables seguimos siendo? ¿Qué rol les
corresponde al Estado y a la sociedad civil para
enfrentar estos desastres? Estas son algunas de
las preguntas que se desprenden de su libro
“Colonialismo en ruinas: Lima frente al
terremoto y tsunami de 1746”.
Este libro analiza las consecuencias del
terremoto y tsunami que devastaron Lima y el
Callao en octubre de 1746, no solo entre
quienes lo sufrieron en carne propia sino su
repercusión en el Imperio español. Con una
ciudad en ruinas y miles de personas damnificadas y otras tantas sepultadas bajo los
escombros, el libro nos permite aproximarnos
a una realidad que no nos es ajena, dada la
regularidad de los sismos y tsunamis
ocurridos en los últimos años en diversas
partes del mundo. Aquí parte de la crónica que
pertenece al libro en mención:
“Día 28 de octubre de 1746. Hora 10:30 p.m.: La
placa tectónica de Nasca se sacude violentamente a
unos 160 kilómetros de la costa peruana. La tierra se
estremece de abajo hacia arriba y provoca un
terremoto en Lima y el Callao. Murallas, techos,
fachadas, torres de iglesias, balcones caen en pocos
segundos. La gente se refugia en huertas y descampados, pero muchos quedan aplastados debajo
247
Reseñas
debajo de pesados adobes. Lima, la capital del
virreinato más importante de América del Sur, la
ciudad que había llegado a su punto de perfección,
como decía el jesuita Bruno Morales, llena de
conventos, plazoletas y murallas, y que había sido
levantada en 211 años, es destruida en poco más de
tres minutos”.
***
“11:00 p.m. Un espeluznante ruido viene del mar.
El agua retrocede y en contados minutos una gran
ola golpea el Callao. Avanza con tal violencia que,
después de destruir las murallas del puerto y
despedazar los cañones de bronce que lo
resguardan, ingresa cinco kilómetros tierra
adentro. Las naves de guerra Fermín y San
Antonio terminan destrozadas a kilómetro y medio
de la costa; el barco Michelot es lanzado contra un
hospital, el cual queda totalmente destruido; y el
Socorro acaba detrás de la aldea pesquera de
Pitipiti. El tsunami hundió diecinueve
embarcaciones; y, de los cinco mil habitantes que
tenía el Callao, sobrevivieron menos de doscientos.
En Lima los muertos fueron más de dos mil y los
efectos de la catástrofe se sintieron desde Ecuador
hasta Chile”.
***
“Día 29 de octubre de 1746. El sol había salido
sobre la ciudad y, tal como lo cuenta en su
“Relación” el virrey Manso de Velasco, Lima era
“un lugar de espanto, a la manera que suelen verse
en una guerra los lugares cuando entra el enemigo a
sangre y fuego, y convierte en montones de tierra y
piedras los más hermosos edificios”. El cronista
José del Llano Zapata, quien mejor retrató la
tragedia, predijo ante tal panorama que Lima no
podría ser reconstruida en dos siglos y ni con
doscientos millones de pesos. De sus 3.000 casas,
distribuidas en 150 manzanas, solo unas 25 habían
quedado en pie. Don José de Ovando y Solís,
marqués de Ovando y comandante de la flota
española del Pacífico, relató en una carta que tuvo
que caminar encima de cadáveres de ambos sexos
248
“en el modo más violento que es imaginable a un
[ser] racional”. “No hay hipérbole –escribió– que
llegue a significar tanta tragedia en tan corto
tiempo”.
***
“Varias semanas después el mar seguía varando
cuerpos en la orilla. En Lima no había alimentos,
pues los almacenes de la costa habían sido
devastados. El virrey Manso de Velasco, temeroso
del desorden de la plebe, ordenó disparar y ahorcar a
los saqueadores. Los códigos sociales que regían la
ciudad se habían roto y no se podía distinguir entre
ricos y pobres, pues todos andaban en harapos y
hambrientos. Los remezones fueron interminables.
Del Llano Zapata contabilizó 340 réplicas en un
mes. Otros testimonios más alarmistas dijeron que
los temblores superaron el millar. En medio de la
zozobra, circularon rumores sobre el fin del mundo.
Una monja predijo el fin del reino y en el Cusco la
gente esperó, entre rezos, un anunciado terremoto
para el 5 de enero de 1747. Lima tardó años en
levantarse de entre sus escombros, y quien más
ayudó en la reconstrucción fue el virrey Manso de
Velasco, a quien le fue concedido el título nobiliario
de conde de Superunda, que significa 'sobre las
olas'. Él había logrado vencer a esa gigantesca ola
que había arrasado la Ciudad de los Reyes una
noche de 1746”.
De esta manera, el autor nos invita a
reflexionar a través de las experiencias de
quienes vivieron y trataron de aprovechar este
desastre: las autoridades con sus planes de
reconstrucción y control social, los religiosos y
sus profecías, y las clases populares y sus
sueños de rebelión contra la dominación
española. El libro, escrito por Charles Walker,
nos acerca a una ciudad en ruinas,
relatándonos la experiencia de los miles de
damnificados, así como su repercusión sobre
el Imperio español.
UNSAAC - Riqch´ariy
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4. Toda entrega deberá ser redactada con claridad y coherencia. La remisión del texto se
hará en forma electrónica (CD o e-mail), indicando el programa utilizado.
5. La bibliografía citada deberá respetar el formato siguiente:
- Libros
ESTENSSORO FUCHS, Juan Carlos
2003
Del paganismo a la santidad. La incorporación de los indios del Perú al
catolicismo 1532-1750. Lima: IFEA.
-Capítulos de libros
LA RIVA GONZALEZ, Palmira
2005
“El zorro mutilado, el zorro despedazado. Reflexiones sobre las
representaciones de la fertilidad en los Andes meridionales”. En:
A. Moliniè (comp.), Etnografías de Cusco. Cusco: Centro de Estudios
Regionales Andinos Bartolomé de las Casas – Instituto Francés de
Estudios Andinos – Laboratoire d`ethnologie et de sociologie
comparative, 19-45.
Cuadernos de Investigación Universitaria 01
249
-Obras colectivas
DAMONTE, Gerardo, Bernardo FULCRAND y Rosario GOMEZ (eds.)
2008
Perú: El problema agrario en debate. SEPIA XII. Lima: Seminario Permanente
de Investigación Agraria.
-Revistas
OJEDA ESCALANTE, Roberto
2008
“Pachanchis: La historia desde los Andes”. Revista Riqch`ary 03, 64-72.
-Enlace Web
REVILLA, José
1995
Galería de fotografía peruana (http://antara.recp.netpe/galeria).
-Fuentes documentales
1989 (1580) “Instrucción y ordenanzas de los corregidores de naturales”. En:
M.
J. Saravia Viejo (ed.), Francisco de Toledo: disposiciones gubernativas para el virreinato
del Perú. Volumen 2: 1575-1580. Madrid: Escuela de Estudios HispanoAmericanos-Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Piedad de
Ahorros de Sevilla, 409-49.
-Tesis
ROBIN, Valèrie
Miroirs de L`Autre vie: et representations des morts dans les Andes sud
pèruviennes Thèse de doctorat en ethnologie. Nanterre: Universitè de Paris X.
6. Las referencias bibliográficas del texto irán entre paréntesis con el apellido del autor
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(Rowe 1951: 124-125).
Rowe (1951: 124-125)
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