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La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’

2019, Ensayos: Historia y teoría del arte

Various forms of religious radicalism, extreme nationalism, ethnic expulsions, and ill-conceived policies of the political and military superpowers have provoked armed conflicts in recent years with large-scale destruction of tangible and intangible heritage, making the preservation of this heritage a critically urgent issue. And yet, our international music societies (IMS, ICTM, IAML), and other international music networks, keep pursuing their long-established missions without change or reaction to the changing world around them. Why are our societies not reassessing tools or practices which may be needed in order to raise awareness about, and to respond to, the destruction of heritage that is underway, and to advance actions for the preservation and protection of endangered musical practices and monuments in peril? When it comes to the organization of social interactions and preservation efforts, international music networks are far behind the networks of art historians, archaeological institutions, or encyclopedic museums (such as the Louvre, Metropolitan Museum, and British Museum). In the last years even, international political organizations have started dealing with cultural heritage atrocities in a radically new way. For example, the Resolution 2100 (2013) of the United Nations Security Council included for the first time the safeguarding of cultural heritage as part of the mandate of a peace mission, and in 2016, for the first time, the International Criminal Court established that the destruction of religious sites is a war crime. This paper proposes a new advocacy role for international societies of music scholars and other music networks in the preservation of endangered musical heritage, borrowing possible models from the art and museum world, and implementing methods developed in heritage diplomacy – defined as “a set of processes whereby cultural and natural pasts shared between and across nations become subject to exchanges, collaborations and forms of cooperative governance” – which has been effectively included in the toolbox of bilateral political diplomacy for a long time.

ENSAYOS ISSN 1692-3502 HISTORIA Y TEORÍA DEL ARTE NÚMERO 36 4 0 años Instituto de Investigaciones Estéticas FACULTAD DE ARTES UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE BOGOTÁ VOL. XXIII 2019 Zdravko Blažeković [email protected] Ens.hist.teor.arte Zdravko Blažeković, "La preservación de la música como 'diplomacia del patrimonio'", Ensayos. Historia y teoría del arte, Bogotá, D. C., Universidad Nacional de Colombia, Vol. XXIII, No. 36 (enero-junio 2019), pp. 19-29. RESUMEN Varias formas de radicalismo religioso, nacionalismo extremo, xenofobia y normas mal concebidas, han provocado recientemente, diferentes conflictos armados, con destrucción a gran escala de patrimonio histórico, tangible o intangible, haciendo que su preservación sea un asunto de emergencia. Por su parte, las asociaciones internacionales de estudiosos de la música (IMS, ICTM, IAML) y otras redes afines, continúan llevando a cabo desde hace tiempo sus misiones establecidas, sin transformaciones ni reacciones ante este mundo cambiante. Este trabajo propone un nuevo papel de gestión pública para estas y los estudiosos de la música que estén interesados en el patrimonio musical en vía de desaparición; a través del uso de modelos del ámbito del arte y de los museos- y de la implementación de métodos desarrollados en la diplomacia del patrimonio, eficaces herramientas de la diplomacia política bilateral desde hace tiempo. Director del Research Center for Music Iconography del Graduate Center de la City University of New York así como Executive Editor del Répertoire International de Littérature Musicale (RILM). Fundador en 1998 de la revista Music in Art, que se centra en la relación entre la música y las artes visuales, de la cual ha sido editor desde su fundación. Se desempeña como Director del Study Group on Iconography of the Performing Arts del International Council for Traditional Music (ICTM) y ha publicado sobre organología, iconografía musical, e historiografía de la música de Europa Centro-Oriental de los siglos XVIII y XIX. PALABRAS CLAVE Diplomacia del patrimonio, defensoría de la música, patrimonio cultural, International Musicological Society (IMS), International Association of Music Libraries (IAML), International Council for Traditional Music (ICTM). TITLE Music Preservation as Heritage Diplomacy ABSTRACT Various forms of religious radicalism, extreme nationalism, ethnic expulsions, and ill-conceived policies have provoked armed conflicts in recent years with large-scale destruction of tangible and intangible heritage, making the preservation of this heritage a critically urgent issue. And yet, our international music societies (IMS, ICTM, IAML), and other international music networks, keep pursuing their long-established missions without change or reaction to the changing world around them. This paper proposes a new advocacy role for international societies of music scholars interested in the preservation of endangered musical heritage, borrowing possible models from the art and museum world, and implementing methods developed in heritage diplomacy which has been effectively included in the toolbox of bilateral political diplomacy for a long time. KEYWORDS Heritage diplomacy, music advocacy, cultural heritage, International Musicological Society (IMS), International Association of Music Libraries (IAML), International Council for Traditional Music (ICTM) Recibido 23 de octubre de 2018 Aceptado 4 de noviembre de 2018 ARTÍCULOS MÚSICA La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković La preservación de la música es un concepto complejo, pero puede hacérsele un acercamiento por lo menos desde dos direcciones. Por un lado, tiene que ver con el sonido, ya sea grabado (grabaciones de sonido en formatos diferentes) o escrito (en manuscritos e impresiones) al igual que mediante objetos que producen sonido. Por otro lado, tiene que ver con la música como un sistema cultural y una tradición viviente. En este tributo a mi colega MiraVeselinović Hofman quiero referirme al potencial de la diplomacia del patrimonio para la preservación de la música, y lanzar una iniciativa para un compromiso más contundente por parte de las redes globales de música—primordialmente la International Musicological Society, el International Council for Traditional Music (ICTM) y la International Association of Music Libraries, Archives, and Documentation Centres (IAML), pero también, por parte de otras organizaciones profesionales como bibliotecas de música bien financiadas- en lo que respecta a la preservación del patrimonio musical, al encontrarse amenazado por inestabilidades sociales regionales. En años recientes las diferentes formas de radicalismo religioso, el nacionalismo extremo, la xenofobia y las normas políticas y militares mal concebidas por parte de los superpoderes han conducido a conflictos armados y a la destrucción a gran escala del patrimonio, tanto tangible como intangible, lo que hace que su preservación sea un asunto de suma importancia y de una urgencia crítica. Iraq, Afganistán, Somalia, Yemen, Myanmar, Mali o Siria son solamente los puntos más visibles afectados por la destrucción. Estos nos hacen un llamado para evaluar las herramientas que necesitamos tener en nuestra caja de herramientas musicológica para ayudar a la preservación de sus prácticas amenazadas y de sus monumentos en peligro. Es muy cómodo estar sentados en nuestras instituciones bien financiadas donde los escáneres trabajan de más, haciendo que nuestras fuentes, de por sí protegidas, se encuentren disponibles a nivel mundial, gracias a internet, mediante el cual se puede observar la destrucción en sitios lejanos, con indiferencia, alegando que ello no es nuestro problema. Sin embargo, la pérdida de la cultura en cualquiera de estos lugares nos empobrece a todos, cultural y espiritualmente. Podremos pensar que la reciente destrucción [19] de Palmira es irrelevante para los historiadores de la música, pero, ¿realmente podríamos tener la certeza de que otra caminata por el foro Romano no nos brindaría la solución a alguna incógnita que aún no se nos haya presentado? Yo argumentaría que con las nuevas amenazas al patrimonio cultural en general y a las tradiciones musicales en particular—amenazas que ocurren en lugares diversos, y que se dan por una variedad de conflictos— se hace necesario reinventar nuestras acciones en lo referente a la preservación de dicho patrimonio. Dar pequeños pasos es mejor que no dar ninguno en absoluto. La diplomacia del patrimonio — definida como “un conjunto de procesos, en el cual el pasado cultural y natural compartido entre y a través de las naciones, se convierta en sujeto de intercambios, colaboración y formas de gestión cooperativa”1 — ha sido incluida eficazmente en las herramientas de la diplomacia política social desde hace mucho tiempo y ahora es el momento para con fuerza hagamos oír nuestras voces en los asuntos globales donde los puntos de crisis estén poniendo en peligro la cultura musical. En general, al leer los informes respecto a las actividades de nuestras asociaciones, en sus boletines y comunicaciones, uno queda bajo la impresión de que estamos más interesados en promover las publicaciones de nuestros miembros, y en informar quiénes han asistido las reuniones de nuestros grupos de estudio, que en involucrarnos en importantes asuntos globales y en las crisis que afectan a la cultura musical. Desde finales del 2016, hemos sido testigos de las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas y la policía de Myanmar contra los musulmanes Rohingya, las cuales Rex W. Tillerson, Secretario de Estado de los Estados Unidos de entonces, calificó de limpieza étnica, lo cual ha sido objeto de críticas por parte de las Naciones Unidas, de grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional y de los gobiernos vecinos de Bangladesh y Malasia2. Aun así, el Concejo Internacional para la Música Tradicional, el cual en su red mundial incluye Funcionarios de Enlace en los tres países afectados —Myanmar, Bangladesh y Malasia — no ha dicho nada acerca de la crisis. Nadie en los altos cargos de la organización vio la necesidad de buscar dentro de la red mundial de la sociedad, a un especialista que por medio del boletín informara a los miembros sobre las características de la cultura de la música Rohingya, y que comunicara su punto de vista de experto sobre potenciales pérdidas musicales. Demasiado a menudo olvidamos que el estar informado es el primer y el más necesario de los pasos para tomar cualquier tipo de acción, sin importar que tan pequeño pueda ser. La destrucción en el conflicto sirio, que ha sido constante desde marzo de 2011, ha llamado más la atención de la prensa occidental que el genocidio a los Rohingya, a causa de la ola de refugiados que han ingresado a Europa. Pero, de nuevo, ninguna de las tres asociaciones Tim Winter, “Heritage diplomacy”, International Journal of Heritage Studies XXI/10 (2015), pp. 997-1015 (p. 1007). 1 Ver Declaración para la prensa por parte del Secretario de Estado de EEUU, Rex W. Tillerson publicada el 22 Noviembre 2017. https://www.state.gov/secretary/remarks/2017/11/275848.htm (28 January 2018). 2 [20] Ensayos. Historia y teoría del arte Vol. XXIII, No. 36, enero-junio 2019 globales de estudiosos de la música ha hecho intento alguno para evaluar la extensión de la destrucción infligida por el conflicto sobre la cultura de música local. La intervención a favor de la preservación de la cultura, cuando colapsan los gobiernos nacionales, pierde el control, o simplemente cambian sus prioridades, dejando al patrimonio cultural desprotegido es un asunto sumamente sensible. Sin embargo, tales momentos también son de una importancia crítica para la preservación, tanto de la cultura tangible como de la intangible. En esta situación en particular, ni siquiera era necesario que fuéramos a Siria con el fin de hacer alguna diferencia. Entre casi el millón de refugiados sirios que llegaron a Europa entre el 2014 y el 2016, también había músicos y profesores de música, en otras palabras, personas que tenían conocimiento acerca del patrimonio bajo amenaza de perderse. Darles la oportunidad de tocar en vivo y en los medios, y presentarlos en entrevistas no solo daría a estos músicos dignidad profesional, habría sido una oportunidad pertinente para informarnos acerca de la destrucción de su país y de sus tradiciones. Aunque actualmente gozamos de una conectividad global sin precedentes y afirmamos que somos parte de un cosmopolitismo postcolonial, nuestras instituciones musicales y otras redes de música siguen llevando a cabo su misión sin cambio alguno desde los tiempos cuando la comunicación era lenta y el mundo se definía estrictamente por identidades locales. Cuando se trata de la preservación del patrimonio musical, a menudo mantenemos nuestros intereses limitados a nuestro entorno inmediato. Para mencionar tan solo un ejemplo entre muchos: la Sächsische Landesbibliothek / Staats- und Universitäts bibliothek Dresden (SLUB) es una de las bibliotecas académicas más grandes y mejor dotadas de Alemania, la cual sirve como biblioteca universitaria al Technische Universität Dresden. Es además la biblioteca estatal de Sajonia y una gran innovación y centro de coordinación para las bibliotecas de Alemania. En los últimos años, la biblioteca ha puesto a la disposición de los usuarios mediante internet una gran parte de su inmensa colección de impresiones de partituras y de manuscritos3. Ciertamente este ha sido un esfuerzo muy meritorio, para beneficio de la comunidad de estudiosos en el mundo entero que trabajan sobre la historia de la música de Europa Central. Sin embargo, contemporáneo con este extenso proyecto de digitalización, Alepo — la ciudad más grande de Siria con una población de 4.6 millones (2010), que es también una de las ciudades más antiguas del mundo continuamente habitadas, y que en 1986 fue declarada por la UNESCO como patrimonio histórico de la humanidad —fue gradualmente destruida. La ciudad fue un centro musical importante, pero posiblemente nunca sabremos que tradiciones y que practicas milenarias se han interrumpido y se hayan perdido para siempre, ni cuántos antiguos manuscritos no tuvimos la oportunidad de digitalizar, para su preservación y beneficio de la humanidad. La colección de música que se completó entre 2011 y 2015, digitalización de los proyectos “Schrank II” con aprox. 1.750 fuentes musicales y el “Dresden Opera Archive” con aprox. 1.300 fuentes musicales, y desde 2015 en el proyecto Dresden Court Church y Royal Private Music Collection” digitalizó aproximadamente 1.500 fuentes. 3 La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković [21] No solo las dirigencias de las bibliotecas con programas de preservación significativos, como la Sächsische Landesbibliothek o la Bayersische Staatsbibliothek, permanecieron en silencio respecto a la destrucción del patrimonio musical durante la crisis de Siria, sino que la International Association of Music Libraries, Archives, and Documentation Centres (IAML) —con liderazgo a nivel mundial, de la red de bibliotecarios y archivistas profesionales— no ha considerado relevante organizar sesiones, durante sus congresos anuales, para evaluar y examinar la pérdida de la cultura musical en Alepo o en Damasco ; y si vamos al caso, tampoco lo ha hecho sobre ningún otro lugar del mundo que se encuentre en peligro. Podríamos leer acerca de la música siria en riesgo y sobre los eventos que apunten a su resurgimiento en artículos escritos por periodistas en The Economist, The New York Times, o The Financial Times, mas no escritos por bibliotecarios de música y publicados en Fontes artis musicae, la revista emblemática de la International Association of Music Libraries. La publicación no ha sentido la curiosidad de buscar uno o dos autores que aborden el tema de las pérdidas irreparables de las fuentes musicales y que llamen la atención de los miembros de la asociación. Recordamos los oídos sordos respecto a las pérdidas de bibliotecas y colecciones de música, durante el comienzo del sitio de Sarajevo o durante el bombardeo sobre Bagdad4. Las sociedades internacionales de música se encuentran muy atrás con respecto a las redes de los historiadores y los museos de arte o de las instituciones arqueológicas en lo que respecta a la organización de interacción social y a los esfuerzos en pro de la preservación en tiempos críticos. Hacia junio del año 2015, el expresidente de Francia, François Hollande, comisionó al director del Louvre, Jean-Luc Martinez, para que diseñara un plan para proteger el patrimonio en las áreas del conflicto sirio. En su propuesta de cincuenta puntos, Martínez recomendó que se estableciera un fondo para conservación del patrimonio de la humanidad, que pudiera financiar la reconstrucción de lugares como Palmira, la creación de una base de datos europea sobre objetos robados y un Centro Europeo de Monitoreo que lucharía contra el tráfico ilegal de objetos de arte en la UE. El exsecretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, concurrió al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York en septiembre de 2014 para anunciar la financiación que la administración del entonces presidente Obama, había asignado para la preservación de objetos en Siria e Iraq. Dicha financiación incluía, entre otros proyectos, las “Schools of Oriental Research” (escuelas de investigaciones o estudios sobre oriente) para documentar las condiciones de los sitios de patrimonio histórico en Siria, y el “Iraqi Institute Ver por ejemplo la Conferencia Charles Seeger de la Sociedad por la Etnomusicología presentada por Scheherazade Qassim Hassan, la cual aborda la destrucción en Bagdad de las tradiciones musicales y la documentación sobre música, www.facebook.com/TheSocietyForEthnomusicology/ videos/1645423142192191 (consultado el 28 de Abril de 2018). 4 [22] Ensayos. Historia y teoría del arte Vol. XXIII, No. 36, enero-junio 2019 for the Conservation of Antiquities and Heritage” (Instituto Iraquí para la Conservación de Antigüedades y Patrimonio)5. Entiendo que aparecer en una foto con un músico de Alepo parecería menos glamuroso que estar parado frente a las esculturas de los leones de Mesopotamia en el Louvre o en el Templo de Dendur en el Museo Metropolitano de Nueva York. Todos sabemos que puede que a los políticos les guste que los vean en los noticieros de televisión, con un atractivo monumento de fondo. Pero ¿por qué ni Kerry ni Hollande mencionaron la música como una de las prioridades a preservarse?, ¿por qué los arqueólogos, los directores de museos y los historiadores de arte reciben tanta atención cuando se trata de la preservación y, por extensión, más financiación para sus proyectos?, ¿comunicamos con suficiente fuerza que los sonidos de Alepo necesitan salvarse y ser documentados al igual que las construcciones de Palmira? Durante la campaña presidencial de 2016 en los Estados Unidos, al candidato del partido Libertario, Henry Johnson, se le preguntó en una entrevista por televisión acerca de las soluciones que daría a la crisis de Alepo6. Su respuesta fue: “¿Qué es Alepo?”. El electorado de ese país, en ese momento, quedó consternado por su ignorancia, pero la pregunta es: ¿sabemos todos nosotros qué es Alepo? ¿Sabemos nosotros cuántas fuentes de su música han sido destruidas allí?, ¿cuántos músicos han sido desplazados?, ¿cuántas salas y estudios musicales arrasados ?, ¿cuántas tradiciones interrumpidas? Alepo, solía ser y fue durante siglos un importante centro musical, y, aun así, en la actual crisis se encuentra totalmente ausente de nuestro horizonte musical y de nuestras conversaciones. Aunque el estudio de la música es un campo diverso, el mundo exterior ve a la musicología como algo impenetrable y estrecho. La culpa de ello la tenemos nosotros, ya que demasiados académicos de la música occidental están interesados en publicar sus libros con importantes imprentas universitarias y escribir artículos únicamente para revistas de alto nivel académico, las cuales nunca salen de las bibliotecas universitarias; prefieren presentar ponencias en conferencias organizadas exclusivamente alrededor de un tema musical o por alguna institución ligada a la música. Un resultado de esta arraigada tradición es que los que toman las grandes decisiones, como Hollande y Kerry, generalmente no perciben que la preservación de la cultura musical sea relevante y beneficiosa en cuanto a su diplomacia del patrimonio. El director del Louvre, Jean-Luc Martinez, nunca pierde la oportunidad de comunicar en los medios, su visión sobre la importancia del patrimonio y su preservación, o sobre el papel de los museos en educar sobre la historia, preservar el patrimonio, o para establecer un diálogo entre factores políticos. Él no duda en expresar su compromiso político y acoge para su museo un papel diplomático. Su doctrina es que “los grandes museos enciclopédicos....tienen una responsabilidad”, y arguJohn Kerry, “Remarks at Threats to Cultural Heritage in Iraq and Syria Event”, Metropolitan Museum of Art, Nueva York (22 September 2014). Website of the U.S. Department of State. 5 Entrevista con Mike Barnicle, en “Morning Joe”, 8 September 2016. www.msnbc.com/morningjoe/watch/gary-johnson-asks-what-is-aleppo-760358979962 (consultado el 28 de abril de 2018). 6 La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković [23] ye que la misión de un museo como el suyo es “organizar exposiciones sobre la importancia del patrimonio...y ayudar a formar a los profesionales en países afectados, así como el Museo Británico lo hecho en Iraq”7. En el punto más álgido de las tensiones entre los gobiernos de Francia y Marruecos, en 2014, lo cual fue incitado por un comentario colonialista por parte del embajador de Francia ante las Naciones Unidas, Martinez, entonces recién nombrado director del Louvre, salió adelante con la inauguración de una exposición sobre el Marruecos medieval, lo cual procuró un dialogo bilateral en un momento cuando otros canales estaban congelados8. En noviembre de 2017 presidió la inauguración del Louvre de Abu Dhabi, lo cual cambió la museografía del mismo Louvre, articulando grandes obras de arte en la imaginación visual colectiva de billones de personas con diferentes experiencias culturales. Construyendo a partir del éxito obtenido en Abu Dhabi, actualmente se encuentra trabajando en colaboración con unas instituciones de arte iraní y con un acuerdo por cuatro años, firmado en enero de 20169 entre el Louvre y el gobierno de Irán. Durante su gestión, el Louvre ha más que duplicado sus excavaciones arqueológicas, ha compartido su experiencia y financiación al llevar a cabo excavaciones en Italia, Bulgaria, Rumania, Egipto, Uzbekistan, Arabia Saudita, y Sudan; además entrena curadores de Libia, Tunisia, China y Bosnia. Estas excavaciones proveerán el contexto para unas exposiciones que el Louvre va a montar en los próximos años en Sudán, Bulgaria y Uzbekistan. El apoyar y llevar a cabo acciones de este tipo da a Martinez una voz de autoridad y lo hace un conducto natural del gobierno de Francia en cuanto a su diplomacia del patrimonio a lo largo del Medio Oriente. 7 Gareth Harris, “Louvre’s Global Role Expands under Jean-Luc Martinez”, The Art Newspaper XXV/285 (December 2016), p. 8. El comentario colonialista que aparentemente hizo Gérard Araud, Embajador de Francia ante las Naciones Unidas, tres años antes, fue reportado a los medios por el productor de cine español, Javier Bardem, el 17 de febrero de 2014 durante el lanzamiento en París de su documental Hijos de las nubes, la última colonia, sobre el disputado Sahara Occidental. Presuntamente Araud dijo que Marruecos es “ maîtresse avec laquelle on dort toutes les nuits, dont on n’est pas particulièrement amoureux mais qu’on doit défendre” (Marruecos es una amante con la que se duerme todas las noches, de quien no se está particularmente enamorado, pero a quien hay que defender) “ Coups de froid dans les relations franco-marocaines”, Le Monde (24 February 2014). La exposición Le Maroc médieval: Un empire de l’Afrique à l’Espagne estuvo abierta al público en el Louvre del 17 de octubre de 2014 al 19 de enero de 2015. 8 El intercambio de exposiciones bajo el acuerdo entre el Louvre y el gobierno de Irán se inició con la exposición de obras de la colección del Louvre en el Museo Nacional de Irán en Teherán (The Louvre in Tehran, 5 March-3 June 2018). A cambio, una exposición sobre la dinastía persa Qajar 1786–1925) se monta en el Louvre-Lens (El Imperio Rosa: Obras Maestras del Arte Persa en el siglo 19, 28 marzo–23 Julio 2018). El departamento de arte Islámico del Louvre, se dirige a enviar una misión arqueológica para visitar lugares para una nueva excavación en Khorasan, en la antiquísima Ruta de la Seda en Irán oriental. Ver Vincent Noce, “ Second time Lucky, Louvre seals Iran deal”, The Art Newspaper XXVII/299 (March 2018), p. 21. 9 [24] Ensayos. Historia y teoría del arte Vol. XXIII, No. 36, enero-junio 2019 El anterior director del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, Thomas Campbell, esbozó su posición de manera similar. En una entrevista de 2017 dijo: “He estado tratando de desarrollar una agenda que se aleje del Museo Occidental principalmente como un acumulador de objetos y conocimiento, hacia una que lo posicione como parte de una matriz entre colegas internacionales”10. Y ciertamente Campbell fue uno de los primeros directores de museos que condenó públicamente la destrucción del patrimonio cultural en Siria e Iraq. Organizó en Estambul una reunión entre el personal del Museo Metropolitano de Nueva York y sus colegas provenientes de países con monumentos en peligro y creó un kit portátil para ayudarles a documentar los sitios en riesgo, a medida que estos se volvieran seguros para entrar11. Los directivos de las sociedades internacionales de música, al igual que otras organizaciones musicales, deberían seguir estos modelos y tomar partido de forma clara acerca de asuntos críticos en lo que respecta a la preservación del patrimonio. Nuestros esfuerzos en el ámbito de la preservación no deberían dirigirse únicamente al patrimonio que se mantiene seguro en los recintos climatizados de nuestras bibliotecas y archivos, es incomparablemente más importante tomar medidas cuando fuentes y tradiciones están en peligro de perderse para siempre. Con nuestra experiencia y nuestra autoridad, nuestras sociedades internacionales de música deberían iniciar y dar forma a un debate público referente a los puntos de crisis, abogar por los asuntos críticos para los gobiernos nacionales y la comunidad internacional, organizar conversatorios públicos con la participación de legisladores y difundir estas posiciones ante la prensa. Mediante estas redes no solo deberíamos brindar oportunidades para unir a la gente, crear puentes entre divisiones nacionales y abrir las mentes de los miembros de las sociedades, sino también hacer esfuerzos para llegar allá de nuestros propios círculos profesionales al momento de explicar los asuntos que nos preocupan. Tales acciones no son solo lo correcto, sino que en tiempos de nuevas realidades, también son una obligación. En los últimos años, las organizaciones políticas internacionales han creado una nueva conciencia sobre el papel que el patrimonio cultural puede tener en albergar seguridad y cooperación entre los gobiernos nacionales; las sociedades musicales y las redes deberían seguir el ejemplo. Las razones para este cambio de actitud hacia los monumentos culturales por parte de las organizaciones políticas son obvias. Los extremistas religiosos, ahora más que nunca, apuntan a los lugares de culto y a los monumentos históricos con alguna asociación religiosa. Todos recordamos con estupor el momento cuando los Talibanes declararon que los Budas de Bamiyan ( de 507 y 554 DC, respectivamente) eran ídolos y dinamitaron el lugar en Marzo de 2001, bajo las órdenes de su supremo comandante y líder espiritual, el Javier Pes, “China Show Signals Met’s Expanding Global Role”, The Art Newspaper XXVI/289 (April 2017), p. 5. 10 11 Ibíd. La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković [25] Mullah Mohammed Omar12. Más recientemente, el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) se embarcó en la destrucción sistemática de sitios religiosos no islámicos, en un intento por borrar la historia y la identidad de cristianos, yazidíes y otros grupos minoritarios de la región. La persecución física de las personas se ha combinado (como muchas veces a lo largo de la historia) con una limpieza cultural en un intento de borrar la memoria, ya que sin memoria perdemos la historia13. En tales circunstancias, la preservación de una iglesia, una mezquita o una sinagoga puede tener una inmensa importancia simbólica para el grupo victimizado. Por lo tanto, se hizo imposible buscar soluciones a atrocidades con tonos de religiosidad, sin abordar la destrucción de objetos y tradiciones culturales y religiosas. La resolución 2100 (2013) del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas, estableció la Misión de Estabilización Integrada Multidimensional en Mali (MINUSMA) e incluyó la salvaguarda del patrimonio cultural por primera vez en la historia de las Naciones Unidas como un mandato de su misión de paz. A MINUSMA se le confió el ayudar a las “autoridades transicionales de Mali” en colaboración con la UNESCO14, en cuanto fuera necesario y viable, a proteger de ataques los sitios culturales e históricos en Mali” A esta resolución la siguió una nueva primera: en 2016 la Corte Penal Internacional declaró culpable al Yihadista Mali, Ahmad Al Faqi Al Mahdi, por crímenes de guerra por la destrucción de diez lugares de culto en Timbuktú, en el 2010, cuando la ciudad estaba bajo el control de Ansar Dine, un grupo afiliado a al-Queda. La destrucción del patrimonio cultural nunca ha sido considerada como un crimen de guerra. Como reacción a la destrucción del Templo de Bel en Palmira a manos de Yihadistas de ISIS, Italia hizo una propuesta a la Asamblea General de las Naciones Unidas, para que se crearan los Cascos Azules por la Cultura. La proposición fue aceptada y en 12 Como cabeza del Concejo Supremo de Afganistán, Mullah Omar (ϡϝ΍ ϡΡϡΩ ωϡ; ca. 1960–2013) fue Jefe de Estado, de facto, de Afganistán desde 1996 hasta finales de 2001. Él explicó el porqué de su decisión con respecto al Buda Bamiyan, en una entrevista al The Rediff, periódico de Kabul: “Yo no quise destruir al Buda Bamiyan. De hecho, unos extranjeros se me acercaron para decirme que querían hacer un trabajo de reparación al Buda de Bamiyan, ya que se había dañado levemente a causa de las lluvias. Esto me horrorizó. Pensé, estos seres desalmados no tienen compasión por miles de seres vivos —los afganos que se están muriendo de hambre, pero sí están tan preocupados por objetos inanimados, como el Buda. Eso me pareció extremadamente deplorable y por eso ordené su destrucción. Si ellos hubieran venido a hacer trabajo humanitario, yo jamás habría ordenado la destrucción del Buda”. Mohammad Shehzad, “The Rediff Interview: Mullah Omar”, The Rediff (3 marzo de 2001) consultado el 27 de febrero de 2017. El Ministro de Relaciones Exteriores, sin embargo, aclaró que la destrucción fue el resultado de la iconoclasia religiosa islámica. Posteriormente, el Mullah Omar también afirmó que, “Los Musulmanes deben sentirse orgullosos de destrozar ídolos. Alabamos a Alá al haberlos destruido“. Ver Markos Moulitsas Zúniga, American Taliban: How War, Sex, Sin, and Power Bind Jihadists and the Radical Right, Sausalito, Calif: POliPoint Press, 2010. Robert Bevan, The Destruction of Memory: Architecture at War, London: Reaktion Books, 2006, passim. 13 14 Resolución 2100 (2013) del Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en la reunión número 6952 del Concejo el 25 de abril de 2013. [26] Ensayos. Historia y teoría del arte Vol. XXIII, No. 36, enero-junio 2019 febrero de 2016, Italia logró un acuerdo con la UNESCO para crear —por primera vez — una fuerza de trabajo de emergencia por la cultura, la cual está constituida por civiles expertos y los carabinieri italianos. Bajo este acuerdo, la UNESCO puede solicitar el despliegue de una fuerza especial en cualquier momento, para la conservación del patrimonio cultural afectado por alguna crisis15. Aunque la protección de los monumentos culturales incluida en la Resolución 2100 era una nueva clase de tarea para la Misión de Paz de las Naciones Unidas, la ayuda financiera para la preservación del patrimonio cultural ha sido una herramienta estándar utilizada por los diplomáticos de países con el PIB más alto desde el periodo posterior a la Primera Guerra Mundial. Tales ayudas económicas con frecuencia se usan en el ámbito de la gestión pública como la apertura para conducir a diferentes formas de colaboración multilateral o bilateral. El gobierno japonés, por ejemplo, ha estado utilizando la diplomacia del patrimonio desde la Segunda Guerra Mundial como una herramienta efectiva para reconstruir su prestigio post guerra en la región, mediante el fomento de enlaces culturales, religiosos e históricos con una serie de países asiáticos: (Afganistán, Bangladesh, Camboya, India, Laos, Mongolia, Myanmar, Nepal y Paquistán) fomentando a lo largo del camino, una narrativa de paz y reconciliación16. Tim Winter, el presidente de la Association of Critical Heritage Studies, (Asociación de estudios del patrimonio en alto riesgo), ha observado en su reciente análisis de las tendencias en la diplomacia del patrimonio cómo, tan pronto como se volvió aparente que Myanmar abriría sus mercados y su economía, Manmonhan Singh, por entonces primer ministro de India, dio un discurso en Yangon, en mayo de 2012, en el cual enfatizó cómo “India y Myanmar comparten antiquísimos vínculos en cuanto a civilización y cultura. Mercaderes, monjes y comerciantes marítimos, llevaban sus influencias y tradiciones del uno al otro...nuestra herencia Budista en común es un vínculo espiritual aún más fuerte entre nuestras gentes”17. Como seguimiento inmediato a su visita, el Archaeological Survey of India (Investigaciones Arqueológicas de India) ofreció ayuda para la restauración de una cantidad de templos en Bagan, uno de los sitios históricos más importantes de Myanmar, como un primer paso de colaboración bilateral y construcción de confianza y vínculos diplomáticos entre los dos países. La resolución sobre los Cascos Azules fue trasmitida en la Conferencia General número 38 de la UNESCO, Paris, 3–18 noviembre de 2015. Ver Paolo Foradori, “Protecting Cultural Heritage during Armed Conflict: The Italian Contribution to ‘Cultural Peacekeeping”, Modern Italy XXII/1 (febrero de 2017), pp. 1-17Ver igualmente el documento “Reinforcement of UNESCO’s Action for the Protection of Culture and the Promotion of Cultural Pluralism in the Event of Armed Conflict”, Conferencia General de la UNESCO, sesión 28 (Paris, noviembre 2 de 2015), <http://unesdoc. unesco.org/images/0023/002351/235186E.pdf> 15 16 Tim Winter, “Heritage Diplomacy”, p. 1004. Tim Winter, “Heritage Diplomacy: Entangled Materialities of International Relations”, FuroreAnterior: Journal of Historical Preservation History, Theory, and Criticism, XIII/1 (Summer 2016), pp. 17-34 (pp. 25-26). 17 La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković [27] En un momento en el que estructuras políticas conservadoras discuten si cerrar fronteras nacionales y promueven políticas aislacionistas, es importante hacerles un contrapeso acogiendo la internacionalización. Los nacionalistas que promueven doctrinas como “America Fisrt” o “Alternative für Deutschland” pueden argüir que las culturas de Siria y de Mali no son sus culturas, pero la situación de fondo no es compatible con su exclusividad nacional. En la actualidad viven en Alemania alrededor de un millón y medio de turcos y más de 600,000 nacionales de Siria. La decreciente población italiana en Italia está siendo suplida a diario por inmigrantes de Afganistán, Albania, Bosnia, Macedonia, Marruecos, Paquistán o Túnez; un igual número de estudiantes chinos e italianos aprende cómo cantar bel canto en los conversatorios italianos; teatros chinos para ópera occidental, que se están construyendo en cada ciudad principal de China, abren con una representación de Turandot de Puccini, la cual ha llegado a considerarse como una verdadera ópera nacional china. En una internacionalización tal de poblaciones y culturas, la pregunta sobre cuál es nuestro patrimonio no es simple. Un ataque a un monumento que represente la identidad cultural, nacional o religiosa de cualquier grupo étnico es un ataque a nuestra diversidad común, y su destrucción significa privación para todos nosotros. Por lo tanto, independientemente de dónde fue creado el patrimonio y de quién reclama propiedad sobre éste, todos —en nuestra sociedad global— deberíamos sentirnos responsables de su protección y su preservación18. Permanecer en silencio sobre la destrucción no implica nuestra neutralidad dentro del conflicto. La neutralidad es una fantasía porque no tomar posición en asuntos críticos refleja apoyo al status quo. La International Musicological Society, el International Council for Traditional Music y la International Association for Music Libraries tienen un enfoque diferente con respecto a la preservación de la cultura de la música, algunos están más involucrados que otros y, aunque efectivamente tengan un rol activo y colaboren con otras organizaciones (como la colaboración entre la ICTM y la UNESCO), ninguna de estas sociedades utiliza la diplomacia del patrimonio como una herramienta efectiva para fortalecer sus redes de manera organizada. A través de sus miembros, las capacidades de estas redes son significativas, pero este potencial necesita ser canalizado por un liderazgo efectivo. Al abogar por la diplomacia del patrimonio, las sociedades internacionales de música se volverían institucionalmente más fuertes, obtendrían una mayor autoridad y potencialmente podrían atraer el apoyo de organizaciones gubernamentales y de patrocinadores individuales. Como hemos visto, modelos para ese tipo de intervenciones sí existen y podrían tomarse de historiadores del arte, de museos de arte y otras organizaciones que ya han ajustado su rol y sus herramientas a los nuevos tiempos. Además, no dudan en iniciar También es simplemente justo que las economías con una inmigración significativa apoyen la preservación del patrimonio en los países de donde provienen muchos de sus contribuyentes al fisco. Por ejemplo, en Alemania viven cerca de 4 millones de contribuyentes de origen completa o parcialmente turco (que incluye casi 1.5 millones ciudadanos turcos); o en los Estados Unidos, 11.7 millones de contribuyentes con ascendencia mexicana. 18 [28] Ensayos. Historia y teoría del arte Vol. XXIII, No. 36, enero-junio 2019 proyectos emocionantes con responsabilidad social y con el potencial de influenciar la toma de decisiones políticas. Después de todo, el apoyo a la preservación de las fuentes de la música y a las tradiciones en crisis estaría en línea con el concepto de etnomusicología aplicada, el cual es un importante tema de estudio en la agenda del ICTM19. Al iniciar este tipo de apoyo, las redes internacionales de música crearían un espacio en el cual el potencial intelectual y profesional de sus miembros sería un catalizador efectivo para influir a quienes toman las decisiones y por extensión, para llevar las interacciones sociales en una dirección positiva. Al fin y al cabo, una nueva misión de este tipo las volvería más fuertes y más relevantes. La vigésima novena conferencia Mundial del ICTM en Viena, adoptó la siguiente definición de “Applied Ethnomusicology” (etnomusicología aplicada): “La Etnomusicologia Aplicada, es el enfoque guiado por principios de responsabilidad social que extiende la meta académica usual, consistente en la ampliación, profundización y comprensión hacia la solución de problemas concretos y dirigido al trabajo tanto dentro de y más allá de los conceptos académicos”. El grupo de estudio del ICTM sobre la Etnomusicología Aplicada tiene la misión de: “ Promover el uso del conocimiento etnomusicológico al influir en interacciones sociales y en el curso del cambio cultural. Sirve como un foro para la cooperación continua, mediante reuniones académicas, proyectos, publicaciones y correspondencia.” Svanibor Pettan, “Applied Ethnomusicology and Empowerment Strategies: Views from Across the Atlantic”, Muzikološki zbornik XLIV/1 (2008), pp. 85-99 (p. 91). 19 La preservación de la música como ‘diplomacia del patrimonio’ Zdravko Blažeković [29]