Informe sobre
EL ESTADO DE LA CULTURA
EN ESPAÑA 2019
CULTURA LOCAL, DEMOCRACIA, DESARROLLO
INFORME SOBRE EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA
CULTURA LOCAL, DEMOCRACIA, DESARROLLO [ICE-2019]
INFORME SOBRE EL ESTADO DE LA
CULTURA EN ESPAÑA
CULTURA LOCAL, DEMOCRACIA,
DESARROLLO [ICE-2019]
Coordinación:
Enrique Bustamante
Autores:
Inmaculada Ballesteros
Patricia Corredor
Xavier Fina
Diego López Garrido
Isidro Moreno
Pau Rausell
Blanca de la Torre
Luis Ben
Juana Escudero
Aintzane Larrabeiti
Alfons Martinell
Manuel Ortuño
Manuel Rico
Ramón Zallo
Observatorio de Cultura y Comunicación
FUNDACIÓN ALTERNATIVAS
MADRID
2019
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la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo
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incumbe exclusivamente a sus autores.
© Los autores
© Fundación Alternativas
Realización e impresión: Lúa Ediciones 3.0
www.luaediciones.com
ISBN: 978-84-120248-0-7
Depósito legal: M-16340-2019
ÍNDICE
9
Presentación. El desafío de la cultura local y urbana
Diego López Garrido
11
Prólogo. Informe sobre el estado de la cultura en España 2019
Carlos Daniel Casares Díaz
13
Prefacio. Ciudades, cultura y sostenibilidad. Los nuevos desafíos urbanos
Inmaculada Ballesteros
17
Introducción. Tiempos convulsos, también para la cultura
Enrique Bustamante
29
PARTE I. CUATRO DÉCADAS DE POLÍTICAS CULTURALES LOCALES EN ESPAÑA
31
La política cultural en los cuarenta años de ayuntamientos democráticos: una aproximación
histórica
Alfons Martinell Sempere
41
En el contexto de los cambios socioeconómicos y políticos: objetivos y desafíos de las políticas
culturales locales
Ramón Zallo
55
Ámbito competencial: evolución y estado de la cuestión. ¿Se ha perdido la autonomía local?
Luis Ben
7
AUTOR
69
Financiación de la cultura local. Retos y propuestas
Pau Rausell Köster
79
Reconocimiento institucional de la acción cultural de los Gobiernos locales. El papel de la
FEMP
Juana Escudero Méndez
97
PARTE II. BALANCE CULTURAL DE ESPAÑA, 2019
99
Museística y nuevas redes digitales: en busca de la interafectividad con todas las personas
Isidro Moreno Sánchez
109
Lecturas políticas del entorno del libro. Crisis y renovación
Xavier Fina, Aintzane Larrabeiti y Manuel Ortuño
123
El Estatuto del Artista está a punto. Propuestas para la aplicación del acuerdo
Manuel Rico
133
El estado de las artes visuales. Un largo, aunque posible, camino a recorrer
Blanca de la Torre
149
El estado de la cultura en España (2019): aprobado exacto, esperanzas en medio de la
incertidumbre
Patricia Corredor Lanas
177
Equipo de investigación
8
PRESENTACIÓN
El desafío de la cultura local y urbana
Diego López Garrido
La Fundación Alternativas es un think tank
que tiene como uno de sus fundamentos el estudio de las políticas públicas de lo que conocemos con el nombre de cultura, que el Diccionario de la RAE define como «el conjunto
de modos de vida y costumbres, conocimientos y grados de desarrollo artístico, científico,
industrial, en una época, grupo social, etc.».
la cultura. Que es también aquello que más necesita para la convivencia cotidiana y que más
expresa la capacidad creadora de una sociedad.
Una muestra del valor que concedemos a esta
esencial dimensión de los seres humanos es la
publicación cada año, desde 2011, de un Informe
sobre el estado de la cultura en España, anual, coordinado por el profesor Enrique Bustamante.
No es casualidad que la Constitución le dé
a la cultura un lugar de particular relevancia.
El artículo 16 garantiza la libertad ideológica
y de creencias. Los artículos 44 y 46 dicen que
los poderes públicos han de promover y tutelar
«el acceso a la cultura, a la que todos tienen
derecho» y la conservación y enriquecimiento
del «patrimonio histórico, cultural y artístico
de los pueblos de España y de los bienes que
lo integran».
Asimismo, forma parte permanente de la
estructura de la Fundación Alternativas lo que
llamamos Observatorio de Cultura y Comunicación (OCC), que dirige Inmaculada Ballesteros y en cuyo seno se integra el informe citado.
La cultura es la base «espiritual» o creativa
de una sociedad, y de su desarrollo y transformación. Es la parte más dinámica de la civilización y, por ello, intrínsecamente diversa. España es uno de los mejores ejemplos de ello.
Si un think tank quiere profundizar –sin las
urgencias de la acción institucional o partidista
inmediata– en las políticas que se desarrollan
en un país, en España, ha de situar en su radar
a aquello que identifica más a un grupo social:
La cultura es el oxígeno de la mentalidad y
estilo de vida de un país; Sin ella, se ahogaría y
sucumbiría.
Esa característica de la cultura la hace tan
cercana a nuestra epidermis sociológica y te9
DIEGO LÓPEZ GARRIDO
rritorial. La cultura nace y se consolida en el
ámbito de lo local. Nada tan diverso y cosmopolita como el tejido local: nada es tan democrático, en su sentido más genuino. Por eso,
hemos dedicado el Informe sobre el estado de la
cultura en España de 2019 a la cultura local.
museos y las artes visuales, las nuevas redes digitales, el libro y los agentes culturales.
Es especialmente oportuno, además, por
estar en un año electoral. Electoral a todos los
niveles, empezando por lo municipal. Hay todo
un desafío para las políticas culturales de los
ayuntamientos el 26 de mayo de este año 2019.
Las ciudades han adquirido en el siglo XXI
una estatura de enormes proporciones. Algunas son más importantes que países enteros.
Otras mantienen una magnitud más manejable.
En cualquier caso, la ciudad es el corazón de la
creación cultural. Sigue haciendo suyo ese grito
de los campesinos alemanes que huían de la servidumbre de la gleba y llegaban a las villas medievales diciendo «la ciudad nos hace libres».
Este informe mira a este reto desde las cuatro décadas de democracia que hemos vivido,
en las perspectivas socioeconómica, institucional, política y de financiación de las políticas
públicas culturales. A la vez, el informe hace
un balance de 2019 en los ámbitos en que operan los grandes actores culturales: el artista, los
10
El informe no se limita al análisis o la descripción. Es un trabajo de propuesta política,
cuyos contenidos relevantes los resume en su
introducción Enrique Bustamante.
Una de las causas de esa respiración tan
abierta era precisamente la cultura que nacía y
crecía en el ámbito local. Como hoy.
PRÓLOGO
INFORME SOBRE EL ESTADO DE LA CULTURA
EN ESPAÑA 2019
Carlos Daniel Casares Díaz
Secretario General de la FEMP
La España que conocemos y disfrutamos en
2019 nunca habría sido posible sin la voluntad
decidida y el compromiso de los Gobiernos locales democráticos con el ambicioso objetivo
de modernizar nuestro país y convertirlo en
el espacio de convivencia que, desde abril de
1979, hemos construido y vertebrado diariamente.
Bibliotecas, auditorios, teatros, casas de
cultura, archivos, museos, aulas de formación
para todas las personas de todas las edades a lo
largo de la vida, centros de enseñanzas artísticas, festivales y ciclos anuales de música, cine,
artes escénicas, literatura, artesanía y tantas
otras formas de expresión, concursos y premios para reconocer e impulsar el talento local, espacios compartidos para el desarrollo de
las culturas comunitarias, centros de conservación, interpretación y socialización del patrimonio histórico, natural, artístico, científico y
técnico e infinidad de programas y servicios
que hoy consideramos imprescindibles y son
parte sustancial de nuestra vida en nuestros
pueblos y ciudades. La apuesta de los Gobier-
nos locales por la democratización de la cultura, primero, y por una auténtica democracia
cultural, después, es una realidad de la historia
de nuestra democracia local.
Los servicios culturales básicos de acceso
universal han llegado a nuestros territorios de
la mano de las entidades locales, animadas por
el afán de asegurar a toda la ciudadanía el acceso a la cultura, a la que todos tenemos igual derecho (artículo 44.1 C.E.); de proteger, conservar y devolver a la sociedad nuestro patrimonio
histórico, cultural y artístico (artículo 46 C.E.);
de garantizar la participación de todas y todos
los ciudadanos en la vida política, económica,
cultural y social (artículo 9.2 C.E.), con especial atención a la juventud (artículo 48 C.E.) y a
las personas mayores (artículo 50 C.E.).
La Constitución española de 1978 configura un “Estado de cultura” que pasa por la necesaria descentralización cultural en un Estado
plural y diverso. La promoción de la cultura es
competencia de todas las instancias territoriales del Estado que corresponde a todas las
11
CARLOS DANIEL CASARES DÍAZ
administraciones en régimen de perfecta concurrencia, pues el pluralismo cultural es un
principio no solo sustantivo, sino organizativo,
como bien explica el profesor Luciano Parejo.
Aun cuando nuestra Constitución reserva
al Estado y a las comunidades autónomas algunas competencias exclusivas, la respuesta de
los Gobiernos locales democráticos a las necesidades y aspiraciones de su población han
consolidado una realidad en la que, incluso en
los años de recortes más severos en las políticas públicas, los presupuestos destinados a
la promoción de la cultura por las entidades
locales se han mantenido y han supuesto la
misma inversión que la dedicada por todos los
Gobiernos autonómicos y el Gobierno central
juntos. Este hecho muestra, sin lugar a duda,
12
el papel insustituible de los Gobiernos locales
en el desarrollo cultural habido en nuestro país
durante las últimas décadas.
Cuando celebramos los primeros cuarenta
años de democracia local, este Informe sobre
el Estado de la Cultura en España viene a hacer
balance de los logros de las políticas culturales desarrolladas por las administraciones más
próximas a la ciudadanía cuya fortaleza es,
como afirma la Carta Europea de la Autonomía
Local, garantía de la mayor calidad democrática de los Estados.
Gracias a la Fundación Alternativas por el
acierto de este informe y al Ministerio de Cultura y Deporte, por su apoyo.
PREFACIO
Ciudades, cultura y sostenibilidad.
Los nuevos desafíos urbanos
Inmaculada Ballesteros
Las ciudades son el ámbito principal del desarrollo de la vida contemporánea, y todo parece indicar que esta tendencia se mantendrá en
el futuro. La población urbana en el siglo XIX
suponía un 2% del total, mientras que a principios del siglo XXI alcanzamos cotas del 50%,
aunque si hablamos del continente americano
llegamos a alcanzar el 80%1. Ante esta situación es necesario impulsar dinámicas que permitan vincular los entornos urbanos al desarrollo sostenible.
En 2007, la Carta de Leipzig sobre Ciudades
Europeas Sostenibles2 recomendaba el diseño
de planes de desarrollo urbano integrales que
permitieran conciliar todas las políticas que se
diseñan en el territorio. Este enfoque implica a
todos los entes territoriales, sea cual sea su tamaño o naturaleza, rural o urbana. Asimismo,
1. Naciones Unidas, 2014.
2. https://www.fomento.gob.es/recursos_mfom/pdf/91B5958A
-585C-4E92-8B1F-C06F5CBC4C4B/111500/LeipzigCharte_Es_
cle139ba4.pdf
las ciudades deben asumir el compromiso de
actuar como elementos de cohesión territorial,
favoreciendo la creación de espacios públicos
de calidad, mejorando la eficiencia energética
y las redes de infraestructuras, promoviendo
un desarrollo urbano integrado que favorezca
el diálogo intercultural. En este sentido, experiencias como la ciudad de Budapest, que
había enfocado su agenda de desarrollo 2030
en la creación de un entorno multicultural y
el fortalecimiento de las industrias creativas,
pueden ser un ejemplo de una planificación estratégica que tome como referencia la cultura y
la generación de un ecosistema que permita el
desarrollo de iniciativas en esta línea.
I. LA CULTURA, EN LA AGENDA URBANA DE
DESARROLLO
En 2010, una resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas reconoció el papel
de la cultura en la sociedad y la legitimó para
formar parte de la agenda urbana de desarrollo. Las primeras acciones que se pusieron en
13
INMACULADA BALLESTEROS
marcha se dirigieron a la conservación del patrimonio cultural, material e inmaterial. Sin
embargo, rápidamente las ciudades descubrieron el potencial de las industrias creativas para
generar nuevas dinámicas urbanas. Por otro
lado, es necesario reconocer el papel que los
equipamientos culturales están jugando como
catalizadores de la cohesión social.
Siguiendo con nuestra particular línea
temporal, en 2015 UNESCO lanzó el Informe
Mundial sobre la Cultura en el Desarrollo Urbano Sostenible3, y en 2016 UN-Habitat recibió
el mandato de liderar las acciones que permitieran alcanzar este objetivo. Así surgió la
Conferencia Habitat III, buscando fortalecer
el compromiso de los países para implementar la Nueva Agenda Urbana, en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS). Hay que recordar que el Objetivo 11
de la Agenda 2030 está dedicado a las ciudades de cara a conseguir que los asentamientos
humanos sean «inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». La conferencia se celebró
en Quito y dio como resultado la Declaración
de Quito sobre ciudades y asentamientos humanos sostenibles para todos4. En el documento se
recogen las inquietudes de los jefes de Estado y de Gobierno ante el creciente auge de las
ciudades y los retos que habrá que afrontar en
materia de vivienda, infraestructura, servicios
básicos, recursos naturales, etc. Para evitar la
proliferación de bolsas de pobreza que aumenten la desigualdad en los entornos urbanos y
afecten a la conservación del medio ambiente,
se tomaron una serie de decisiones de cara a
generar dinámicas a favor de la sostenibilidad.
3. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000248920
4. https://unesdoc.unesco.org/in/documentViewer.xhtml?id=p::
usmarcdef_0000248920&file=/in/rest/annotationSVC/
DownloadWatermarkedAttachment/attach_import
_ f 7 3 9 3 e 3 e - 5 e c 8 - 4 e 82 - a 1 3 f - 0 2 f f 3 0 2 1 3 0 2 d % 3 F _ %
3D248920spa.pdf&locale=es&multi=true&ark=/ark:/
48223/pf0000248920/PDF/248920spa.pdf#page=
18&zoom=auto,25,870
14
Para la cultura es importante la Declaración
de Quito porque la reconoce como «fuente de
enriquecimiento para la Humanidad», empoderando a los ciudadanos para asumir posiciones activas en la defensa de nuevos modelos
productivos que favorezcan un uso responsable de los recursos. Ante el nuevo ideal de
ciudades más equitativas, inclusivas y sostenibles, la cultura cobra un papel protagonista
por muchos motivos. Podemos afirmar que a
través de la cultura se promueve el desarrollo
en las personas, respetando todos los derechos
humanos, incluidos los derechos culturales.
Con la cultura como centro, es más fácil establecer sinergias ante la diversidad poblacional
en los entornos urbanos y rurales. También favorecer que el espacio público sea un lugar de
encuentro, seguro e inclusivo, permitiendo la
construcción de sociedades pacíficas. Que los
entornos urbanos, sea cual sea su tamaño, se
conviertan en espacios para la cohesión social
y el desarrollo de la ciudadanía, solo puede ser
posible si se respeta la diversidad cultural.
II. NUEVOS RETOS CULTURALES
Las ciudades europeas se enfrentan en la actualidad a nuevos desafíos generados por el
impacto ambiental de sus entornos y la presión
demográfica. Por otro lado, al tratarse de urbanizaciones que responden a una estratificación
histórica, deben asumir el reto de preservar los
lugares patrimoniales. La confrontación ante
la modernidad y la salvaguarda de los espacios
históricos favoreció que en los años noventa
del siglo pasado algunas ciudades como Bolonia o Lyon desarrollaran planes urbanos dirigidos a la preservación de sus centros históricos,
desplazando el desarrollo a las afueras de la
ciudad. El problema es que esta tendencia favorecía la creación de ciudades museo sin vida
ni entidad propia, a pesar de los beneficios
económicos que generaban con la llegada de
turistas. Con el tiempo, se llegó a comprender
la necesidad de dotar a estos espacios de vida
PREFACIO. CIUDADES, CULTURA Y SOSTENIBILIDAD. LOS NUEVOS DESAFÍOS URBANOS
propia, favoreciendo la actividad contemporánea, adaptando los edificios a las necesidades
de habitabilidad del siglo XXI y planificando
una red de transporte sostenible que cubriera
las necesidades de visitantes y residentes. No
obstante, surgen otros problemas vinculados a
la especulación inmobiliaria, la gentrificación
o la pérdida de identidad local.
La planificación urbana es un proceso continuo que debe tener en cuenta las incesantes
transformaciones que se producen en la ciudad. En este sentido, en la década de 1980 las
políticas culturales se convirtieron en potentes
transformadores de las ciudades, interviniendo en la recuperación de espacios degradados.
La evolución del modelo llevó a plantearse el
poder transformador de la clase creativa en
los espacios urbanos (Florida, 2002). No obstante, por lo general las políticas urbanas que
han incorporado la cultura se han dirigido a los
espacios más desfavorecidos, con la intención
de generar participación y espíritu de pertenencia. Y es que el factor de proximidad que
aporta la cultura a la política local favorece la
transmisión de mensajes a la ciudadanía.
dinámicas en la integración de la cultura en la
gestión del territorio. En una primera fase, de
1978 a 19925, recuperando el espacio público;
entrados los años 1990, innovando con alianzas público privadas. De los 2000 hasta hoy
buscando nuevos modelos y reconociendo el
vínculo entre cultura, educación y el factor
de proximidad. Ahora nos enfrentamos a un
nuevo reto. Es importante que la nueva agenda
de la política cultural local incorpore los ODS.
Como documento de referencia ante este desafío, la Federación Española de Municipios
y Provincias (FEMP) ha elaborado una estrategia que aparece detallada más adelante en
este informe. Cabe destacar como principales
objetivos el fortalecimiento de capacidades del
personal de la administración local, el empoderamiento municipal y el enfoque de gobierno abierto que permita incorporar las voces
de todos los agentes presentes en el territorio.
Pero habría que añadir la incorporación del
enfoque cultural en el diseño de las nuevas políticas. Únicamente con este planteamiento seremos capaces de afrontar los nuevos desafíos
con una visión de conjunto.
En el caso de España, las competencias que
asumen los gobiernos locales en la gestión de
su territorio les permiten abordar acciones de
planificación dirigidas a favorecer la regeneración urbana y el uso sostenible de sus recursos.
En los cuarenta años de democracia, las ciudades españolas han ido asumiendo diferentes
5. Barbieri, N., Fina, X. y Subirats, J. (2012): «Culture and
Urban Policies: Dynamics and effects of cultural third sector
intervention in Barcelona», Metropoles.
15
INTRODUCCIÓN
TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
Enrique Bustamante
Esta sexta entrega del Informe sobre el Estado de la Cultura en España trae consigo varios
méritos, propios y contextuales, más allá de
su afianzamiento como cita periódica de reflexión sobre nuestra cultura, en medio de un
ambiente en el que la prelación de la economía,
las convulsiones políticas y las derivas nacionalistas extremistas corren el riesgo añadido
de marginar más aun el papel de la cultura en
la cohesión social y en el diálogo entre pueblos
y sociedades.
Iniciada nuestra colección en 2011, bajo un
gobierno socialista y en un ambiente todavía
no plenamente consciente de la gravedad, longitud y consecuencias de la crisis financiera,
este informe de 2019 parece cerrar un ciclo
tanto en lo que respecta a la aparente y provisional salida económica como en cuanto al
cambio de modelo de políticas públicas, con el
inicio de la recuperación de un cierto Estado
de bienestar.
Sin embargo, la inestabilidad política nacional propia de un Gobierno en minoría y de una
coyuntura plenamente preelectoral a fecha de
su redacción y edición (elecciones municipales
y regionales inmediatas; elecciones generales
anticipadas) imprime a este análisis un inédito
sello de provisionalidad e incertidumbre. Ciñéndonos solo a nuestro objetivo central cultural, se acumulan como resultado los interrogantes sobre la evolución de las políticas culturales
públicas y, en consecuencia, más aún en medio
de una débil recuperación del enfermo, de la/s
cultura/s española/s, en todas sus dimensiones.
Basta recordar cómo en las recientes elecciones
andaluzas, en sus campañas publicitarias y en
sus proclamaciones finales, las grandes banderas regionales «culturales» dominantes se ciñeron a los toros, la caza y la Semana Santa como
supuestas enseñas de los símbolos compartidos españoles, y por tanto necesitados de protección pública, olvidando y ninguneando a la
cultura contemporánea, la que une a la inmensa
mayoría de la población en sus múltiples dimensiones: sus complejos tejidos sociales, sus raíces
creativas e industriales, sus transformaciones
digitales aceleradas.
17
ENRIQUE BUSTAMANTE
I. AVANCES INTERNACIONALES: CULTURAS
LOCALES Y DESARROLLO
Frontalmente en contra de esa visión miope
y carpetovetónica, la bandera de la diversidad
cultural, como ya señalábamos en anteriores ICE, ha sido enarbolada sobre todo por la
UNESCO desde comienzos del siglo XXI, después de un largo paréntesis tras la culminación
del movimiento por el NOMIC (Informe MacBride, 1980), con algunos matices como la iniciativa del «decenio mundial para el desarrollo
cultural» (1988-1997). La actualización más
acabada de este proceso de proclamaciones y
reivindicaciones tuvo lugar en la conferencia
internacional de Hangzhou «La cultura para
las ciudades sostenibles» (diciembre de 2015).
En cuya declaración se apela a que: «La dimensión cultural debe integrarse sistemáticamente
en la definición sobre el desarrollo sostenible
y el bienestar, así como en la concepción de la
evaluación y la práctica concreta de las políticas y los programas de desarrollo»1.
Ciertamente, en la resolución de las Naciones Unidas de septiembre de 2015, «Transformar nuestro mundo», Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible (en adelante ODS), emitida quince años después de los Objetivos del
Milenio que proclama retomar, la cultura no se
considera directamente como factor clave de
desarrollo, junto a la dimensión económica, la
social y la ambiental, aunque se la cita indirectamente en numerosos párrafos de los 17 objetivos «integrados e indivisibles» marcados y,
sobre todo, en muchas de las 169 metas en que
estos se desglosan2.
1. UNESCO (2013): Conferencia internacional de Hangzhou
«La Cultura para las ciudades sostenibles», 17 de mayo de 2013.
Disponible en: http://www.unesco.org/new/fileadmin/
MULTIMEDIA/HQ/CLT/pdf/final_hangzhou_declaration_
spanish.pdf
2. Naciones Unidas (2015): Resolución de septiembre de
2015, «Transformar nuestro mundo», Agenda 2030 para el
18
Así, se alude a la cultura, por ejemplo, al
reconocer la importancia de su diversidad, su
contribución al desarrollo sostenible, se proclama que la cultura es «clave para el futuro
urbano», y se incita a redoblar los esfuerzos
«para proteger y salvaguardar el patrimonio
natural y cultural del mundo» (meta 11.4).
Una base más firme para esta reflexión y
sus consecuencias imperativas puede encontrarse por tanto en la labor prolongada de la
UNESCO, cuyo informe más reciente, el Informe Mundial para el desarrollo urbano sostenible
«Cultura futuro urbano», publicado en 2017,
supone un documento marco para los Gobiernos a todos los niveles, local, nacional, global3,
en donde se reclama de los ODS, al establecer que la pobreza, su objetivo principal, no
es solo una cuestión de «privación material»,
sino también de las identidades culturales, colectivas e individuales, de las infraestructuras
culturales disponibles, de la visibilidad del rico
tejido creativo de las zonas marginadas». En
otras palabras, que la cultura es «crucial para el
bienestar, la expresión y las conexiones dentro
de la sociedad», para la lucha contra la pobreza
en suma en un desarrollo urbano sostenible.
Entreverando el factor cultural con los otros
tres factores claves del desarrollo, se concluye
que las ciudades centradas en las personas son
también espacios centrados en la cultura; que
la cultura es clave para conseguir un ambiente
urbano de calidad; y que las ciudades sostenibles exigen políticas integradas basadas en la
cultura. Y todo ello con una insistencia sistemática en la participación ciudadana a todos
los niveles (estrategias, planes, normas, implementación) y en una colaboración intensiva
Desarrollo Sostenible. Disponible en: https://unctad.org/
meetings/es/SessionalDocuments/ares70d1_es.pdf
3. UNESCO (2016): Informe Mundial para el desarrollo urbano
sostenible «Cultura futuro urbano», París. Disponible en:
http://www.unesco.org/culture/culture-for-sustainableurban-development/flip-es-open/
INTRODUCCIÓN. TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
entre las ciudades. Dos principios esenciales
que contradicen a muchas políticas públicas
del pasado, orientadas al margen de los usuarios y concebidas como competencia mercantil
feroz de las «marcas» de las ciudades.
Mención aparte por su importancia global y
su incidencia directa en la cultura local merece la Agenda 21 de la Cultura, cuyo germen en
Porto Alegre fructificó en Barcelona en mayo de
2004, en el Foro Universal de la Cultura, en la
estela del movimiento de protección medioambiental anterior. Acompañada de la constitución
ese mismo mes de la organización mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU), la
Agenda 21 de la Cultura, con sus 67 artículos originales, ha tenido un alcance trascendental en
la reflexión, la enunciación y la cooperación de
las políticas públicas en el ámbito de la cultura
local. A rebufo de las crisis económicas que se
han sucedido, en Europa como en Latinoamérica como en otros continentes, y de sus políticas
austericidas, es preciso recordar las palabras del
añorado Eduard Delgado, cuando afirmaba que
«La pérdida de la utopía cultural acompaña el
abandono de las utopías sociales (empezando
por el espacio público) y con ellas la calidad intelectual y la capacidad crítica de la sociedad»4.
Entre sus logros intelectuales sobre este
ámbito pueden destacarse sintéticamente:
•
Informes tan influyentes como el de
«Políticas culturales para la diversidad
cultural» (2006)5.
•
En la misma línea, el buró ejecutivo de
CGLU aprobó en noviembre de 2010
en Ciudad de México una declaración
afirmando que «la cultura es el cuarto
pilar del desarrollo sostenible», apelando para ello a los Gobiernos nacionales
y a las Naciones Unidas, y llamó a las
ciudades y Gobiernos locales y regionales de todo el mundo a «integrar la
dimensión de la cultura en sus políticas
de desarrollo», no solo desarrollando
una política cultural de gran calado,
sino también incluyendo la dimensión
cultural en todas las políticas públicas
(CGLU, 2010)6.
•
El Consejo Mundial de Florencia (2011),
con su declaración sobre «Cultura, ética
y sostenibilidad» (CGLU, 2011)7.
•
A esta misma instancia corresponden
confirmaciones tajantes de las declaraciones de Río+20 sobre cultura y desarrollo (diciembre de 2012)8.
•
Especialmente, en Bilbao, en 2014 con
asistencia de representantes de 75 ciudades y 69 asociaciones locales, en la
primera cumbre de cultura de la CGLU
se aprobó el documento Cultura 21: acciones. Compromisos sobre el papel de la
cultura en el desarrollo sostenible (CGLU,
2014)9, que ofrece orientaciones y herramientas para desarrollar y evaluar
políticas culturales locales y la cooperación entre entidades. De nuevo se ponía
el acento en la participación en el deba-
6. CGLU (2010): Declaración de noviembre de 2010, Ciudad de
México. Disponible en: https://www.uclg.org/sites/default/
files/9890675313_(ES)_cultura_cuarto_pilar_desarrollo_
sostenible_spa.pdf
7. CGLU (2011): Declaración sobre «Cultura, ética y sostenibilidad», Consejo Mundial de Florencia, diciembre de 2011.
Disponible en: https://www.uclg-cisdp.org/sites/default/
files/SP_WC_FLORENCE.pdf
4. Delgado, E. (2011): «Temas
Temas para el debate económico y político del contexto», OEI, Cultura Documentos. Disponible en:
http://red.pucp.edu.pe/ridei/files/2011/08/090212.pdf,
también en: http://www.oei.es/cultura/debatesdelgado.htm
8. CGLU (2012): Cultura como cuarto pilar del desarrollo, Cumbre de Río+20, diciembre de 2012. Disponible en:
http://www.agenda21culture.net/sites/default/files/files/
documents/es/rio20_spa_def.pdf
5. http://www.agenda21culture.net/sites/default/files/files/
circulars/es_207_wgc_circular_3_es.pdf
9. http://www.agenda21culture.net/sites/default/files/files/
documents/es/c21_015_spa.pdf
19
ENRIQUE BUSTAMANTE
te y en la toma de decisiones por encima de todo asomo de despotismo ilustrado, tal y como exigía Amartya Sen en
sus textos sobre este ámbito (2004). En
definitiva, cómo combinar la democracia representativa con una permanente
democracia participativa.
•
En España, la Agenda 21 ha integrado a
numerosas entidades locales, incluyendo grandes ciudades como Barcelona o
Bilbao (o Las Palmas, Zaragoza, Madrid,
Sevilla, Tarrasa…) que han jugado un
papel estelar (leading cities) en su impulso y aplicación.
II. ESPAÑA: LOS AYUNTAMIENTOS
DEMOCRÁTICOS Y LA CULTURA
El inicio de este proceso de abordaje de la cultura local en España es unánimemente fijado
en el 19 de abril de 1979, con la constitución
de los ayuntamientos democráticos, tras las
primeras elecciones democráticas municipales
del 3 de abril. Un jalón histórico del que justamente se celebra el 40 aniversario en abril de
2019, y que ha simbolizado con fuerza en todo
ese tiempo la llegada de la democracia a nuestro país.
Sin menoscabo de ese prestigio bien ganado durante años, hay que recordar sin embargo
que el potente movimiento vecinal de los años
sesenta y setenta que lo hizo posible, en buena
medida en las más difíciles circunstancias de
la dictadura (asociaciones de vecinos especialmente), analizado reiteradamente por Manuel
Castells (1986), se comenzó a desmantelar justamente a partir de entonces, en parte por la
institucionalización de las quejas y reivindicaciones, con el vuelco de muchos de sus líderes
a los puestos municipales, pero también por la
renovada competencia electoral de los partidos
de oposición al franquismo a escala local. Habrá que esperar al siglo XXI, en términos generales, para que renaciera un nuevo espíritu
20
de gobernanza participativa, que concibe a los
ciudadanos y sus asociaciones de la sociedad
civil como elementos claves de la eficacia de la
gestión y no como obstáculos a esa eficiencia.
Las notables aportaciones de expertos reconocidos a la primera parte de este ICE 2019,
que glosamos más adelante, nos eximen de todo
resumen sobre la labor cultural de estos municipios democráticos. Pero no podemos obviar
la evidencia de que también, en casos contados
pero sonoros, los ayuntamientos españoles se
han visto aquejados de la repercusión de escándalos de corrupción, especialmente urbanística, que ha opacado su función y su labor,
como no podía dejar de ser en medio de una
cascada de casos que han impregnado en los
años 80 y 90, y 2000 y 2010, a todas las Administraciones públicas. Lejos de toda visión angélica de la política, esta constatación obligada
resalta aún más el prestigio de los municipios y
diputaciones (y cabildos insulares y diputaciones forales) justamente cuando han atendido
a necesidades de bienestar social de los más
desfavorecidos y, en ese marco, a demandas de
la creación y las necesidades culturales locales
para las que ni la legislación estatal ni las disponibilidades financieras las habían preparado
ni las han sostenido. Como bautiza gráficamente una analista, ha sido como «bailar con
las manos atadas»: ambigüedad competencial
y financiación estancada e interlocución de segunda con los entes estatales o regionales (E.
Rodero, 2016).
En efecto, y como múltiples expertos han
constatado, y la colección de los ICE atestigua,
las políticas culturales locales han sido el sostén
fundamental de las políticas públicas en el ámbito
cultural, y el último refugio en ese ámbito durante los años de hierro de la crisis: «Los principales
protagonistas en el ámbito de la cultura han sido
los gobiernos locales, en lo que se ha llamado su
giro local y emprendedor […] y en segundo lugar los gobiernos regionales» (Rius-Uldemolins y
Martínez i Illa, p. 128).
INTRODUCCIÓN. TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
Matizando este protagonismo reconocido,
y para no caer en una visión angélica que no
se compaginaría con la experiencia vital de
muchos ciudadanos, es preciso añadir que estas políticas se han desarrollado de forma muy
desigual en cuanto a presupuestos y ambición
política según municipios y diputaciones (y cabildos), con lo que arrastraban inevitablemente desigualdades de apoyo y acceso a la cultura
según lugares de nacimiento y residencia.
También es preciso destacar, como muchos
analistas han reconocido, que estas acciones
públicas han estado a veces demasiado centradas en la visión turística y comercial del territorio, sin compaginarla con la promoción de la
creatividad artística local ni con la participación de los habitantes de esas zonas o barrios.
Y que, en ocasiones, han provocado así daños
colaterales de «gentrificación» (elitización de
las zonas céntricas urbanas), con expulsión de
sus habitantes originales, envejecidos y empobrecidos.
También han perjudicado a veces a estas
políticas las orientaciones hacia una «innovación» de nuevo cuño que adoptaba un afán
exclusivo de emprendimiento mercantil, que
despreciaba las iniciativas no comerciales, y
con una obsesión por el branding competitivo
de ciudad, que suspendía la necesaria cooperación entre ciudades, incluso de una misma
comarca o región, perjudicando a todas ellas.
Otro agujero negro de esta dimensión municipal ha venido siendo la generalizada falta
de medios locales de comunicación (de «proximidad», en la terminología comunicativa), especialmente públicos o del tercer sector, que
aqueja hoy a la mayor parte de las entidades de
la Administración local española y que ha lastrado tradicionalmente las políticas culturales
locales, privándolas de sus mejores potencialidades de difusión y participación. En parte,
condicionada por las omisiones o la animadversión de los Gobiernos centrales de todos los
partidos e ideologías contra los medios locales
no lucrativos sometidos a un cerco legal insoportable durante años (ausencia de frecuencias
y licencias legales, normativas discriminatorias
en cuanto a concesiones y financiación), pero
también hipotecada por la incomprensión de
muchas autoridades locales que o no se molestaron en generar medios audiovisuales locales,
o fomentaron su conversión en medios comerciales o ignoraron a los conatos de medios asociativos. Internet ha venido a colmar este vacío
en parte, con una notable actividad de las webs
municipales, pero no puede por sí sola sustituir el papel y el impacto actual de los medios
audiovisuales locales, radio y televisión especialmente.
A cambio, es preciso destacar la labor de la
Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que ha prestado atención durante
años a esta acción cultural y ha sido capaz de
generar documentos esenciales como la Guía
para la evaluación de las políticas culturales de
2009, alejada de los indicadores de éxito de audiencias y centrada sobre todo en las dimensiones cualitativas de los resultados culturales.
Diversos capítulos de este informe dan buena
cuenta de esa labor trascendental durante décadas10.
III. EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA,
2019: DÉCADA PERDIDA Y ESTANCADA
Las estadísticas que reflejan el estado económico y social de la cultura española siguen
ofreciendo lecturas agridulces –la botella medio llena o medio vacía–, pero no despejan la
conclusión de que la cultura española sigue caracterizada por el duro impacto de la crisis y
continúa inmersa en lo que hemos calificado
de «década perdida», de regresiones profundas
10. FEMP (2009): Guía para la evaluación de las políticas culturales, Madrid. Disponible en: http://femp.femp.es/files/
120-18 CampoFichero/Evaluacionpol%C3%ADticas.pdf
21
ENRIQUE BUSTAMANTE
iniciales y recuperaciones parciales e insuficientes. Y ello tanto en términos macroeconómicos como en cuanto a políticas culturales públicas, así como en la relación cotidiana
de los españoles con la cultura, en la cultura
clásica y en las industrias culturales. La coincidencia nefasta de estas vicisitudes de crisis
y estancamiento con años decisivos de mutación tecnológica de la producción, distribución
y consumo digital hace mucho más dramático
este balance.
En primer lugar, en términos macroeconómicos, la aportación de las actividades culturales al PIB sigue representando en los dos
últimos ejercicios un 2,5%, y sumado a las actividades de propiedad intelectual un 3,3%, manteniéndose así tres décimas de pérdida respecto al año 2008 en cultura (2,8%) y dos décimas
al añadir la propiedad intelectual (3,5%).
Efectivamente, según las Cuentas Satélite
de la Cultura en España (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte [MECD] y Ministerio de Cultura [MC]), algunas comparaciones
temporales parecen indicar una recuperación
empresarial clara, desde las 111.631 entidades
mercantiles de 2008 a las 118.407 de 2018.
Pero el empleo cultural no ha seguido esa progresión, aun con más de 80.000 puestos añadidos desde 2011, y todavía no ha recuperado
estrictamente (con 68.200 puestos de trabajo
más en 2017, hasta los 687.200 empleos) el
nivel de 2008 (706.300) ni siquiera con los
693.000 puestos de trabajo contabilizados en
2018 (datos de la EPA y del INE). En su composición por género, se mantiene casi inalterado el porcentaje de desigualdad en los últimos
cinco años, de forma que, si el empleo masculino ha pasado de 372.500 en 2011 a 417.000
en 2017, el femenino ha aumentado en unas
dimensiones similares de 232.900 a 270.100,
manteniendo sustancialmente sus desequilibrios y subiendo apenas un 0,83% en su proporción sobre el total (del 38,47 al 39,1%) en
2018 frente al 60,9% masculino. La precarie-
22
dad también se deduce de la alta proporción de
no asalariados, un 30,1% en 2018.
Dos factores esenciales parecen determinar
esa aparente contradicción entre más empresas y menos trabajadores, que anticipa una mayor atomización empresarial general (apenas
el 6,7% cuentan con más de seis trabajadores).
De una parte, el gasto público en cultura que se
mantenía en 2016 (último año de estadísticas
completas) en 4800 millones de euros, frente
a los 7090 de 2008 (un 32,3% menos). El principal factor de este descenso duro radica por
un lado en el Estado central, que ha bajado de
1075 millones de euros en 2008 a 663 en 2016
(con un ligero incremento en el presupuesto
de 2018, a 678 millones de euros), es decir,
más de un 38% de recorte; y por otro en las comunidades autónomas, que han pasado dramáticamente en esta década de 2129 millones de
euros (2008) a 1054, un tajo del 50,5%, aunque
de forma profundamente desigual. De modo
que, como ya habíamos reseñado, las políticas
públicas culturales apenas se sostienen, dentro
de su brutal caída agravada por la inflación, por
el gasto de las Administraciones locales (municipios y diputaciones) hasta el punto de representar en 2016 un 64,22% de la inversión
pública en cultura.
Por su lado, el mercado cultural español privado fue recuperándose lentamente desde 2014
hasta 2016, pero en 2017 ha sufrido un nuevo
ligero retroceso, de 14.099 millones de euros
(2016) a 13.298 (2017), lo que en términos
de porcentaje sobre el gasto total de los hogares españoles significa una disminución en una
década del 2,7 al 2,5%. Y eso que estas cifras
incluyen gastos en conexión y servicios mediadores de la comunicación digital (conexión a
Internet, telefonía móvil, equipamientos…) en
alza cada año frente al gasto estrictamente dedicado a contenidos culturales (MECD, Anuario
de Estadísticas Culturales, 2018).
En términos más ilustrativos de esta recuperación dubitativa, el gasto medio cultural
INTRODUCCIÓN. TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
por persona ha bajado de 307 euros al año en
2016 a 288,6 en 2017. Y el gasto medio por hogar de 764,4 en 2016 a 718,3 en 2017 (Anuario
Estadístico del Ministerio de Cultura, 2018).
Por debajo de estas frías estadísticas, subyacen millones de ciudadanos españoles en situaciones radicalmente diferenciales, fundamentalmente según variables de situación laboral,
nivel de estudios, nivel de ingresos y tamaño
del hábitat, una parte sustancial de los cuales
siguen sin tener acceso a la cultura de pago en
ninguna de sus modalidades, como revelaba
con detalle Javier Callejo en nuestro ICE 2018.
Por ejemplo, según ingresos, el gasto por español medio pasa de 1456, 3 euros/año, a más de
3000 euros mensuales de ingresos netos frente
a los 336,1 a menos de 1000 euros de ingresos.
Brechas profundas de oferta y acceso que afectan cada vez más a la igualdad entre españoles
entre grandes ciudades y pequeñas poblaciones rurales, entre comunidades autónomas y
municipios, entre parados y empleados, entre
estos y los subempleados…
Como ilustraciones de esta realidad en términos puntuales, puede citarse el caso de la
televisión de pago, que ha aumentado en su
abono en 2016 hasta alcanzar los 6,14 millones
de usuarios (un 11% más). Pero esa cifra solo
representa el 13,23% de usuarios, manteniéndose los restantes fuera de su acceso. Y de la
misma forma, la conexión a Internet por banda
ancha (fija o móvil) llega ya al 86% de penetración, pero queda el 24% restante, marcado
según la CNMC por el bajo nivel de rentas disponibles, en donde el acceso medio es un 18%
menor al medio de la UE y un 26% menor al
medio de España (CNMC, 2017).
El balance en términos de industria y de
economía cultural tampoco resulta muy halagüeño a tenor de los diversos informes tradicionales:
Según el Anuario de las artes escénicas, musicales y audiovisuales de 2018, se acumulan
importantes descensos de actividad, consumo
y facturación en las artes escénicas, en música
(clásica, popular y grabada) en cine, en vídeo,
en publicidad radiofónica y televisiva y en videojuegos. Destaca aisladamente la televisión
de pago, cuyo gasto en abono habría subido
un 35% (SGAE, 2018). Pero incluso este éxito encierra lecturas controvertidas, porque si
según la CNMC en 2017 la televisión de pago
ha aumentado ciertamente un 11% en un año,
hasta 1884,9 millones de euros de facturación, alcanzando a 6,1 millones de usuarios,
hay que concluir que más de la mitad de los
hogares españoles no tienen acceso a ese gran
canal de contenidos audiovisuales (CNMC,
2017).
La encuesta de la Fundación Contemporánea de 2018, pese a su neutralidad positiva habitual, no deja de resultar ilustradora asimismo
de esta situación de estancamiento: las actividades más valoradas por su «momento actual
de creación y repercusión internacional» son,
por este orden, la gastronomía, la moda, la literatura, el diseño, la fotografía y la arquitectura,
casi todas ellas situadas en nuestra opinión en
los márgenes de un concepto excesivo y abusivo de la cultura, mientras que las propiamente
culturales bajan del puesto 6, como teatro, artes plásticas, música clásica y contemporánea,
cine, danza videoarte y museos.
Podría pensarse que esta decadencia de las
artes, la cultura y las industrias culturales clásicas marcha en paralelo a la emergencia de la
cultura digital. Pero las escasas fuentes oficiales, pese a su optimismo sistemático, no dan
muchas cifras que avalen esa esperanza. Así,
sobre las últimas cifras disponibles de 2016
(ONTSI, 2017), la facturación de contenidos
digitales aumentaba respecto al año anterior
sumando los 9834 millones de euros (un 4,8%
más), con 9749 empresas, pero ni siquiera alcanzaba los datos de 2011 (10.172 millones de
euros) sobre un total de 39.491 millones de euros para toda la economía digital (ONSI, 2017).
23
ENRIQUE BUSTAMANTE
IV. APORTACIONES DEL ICE 19: EL FUTURO DE
LAS CULTURAS LOCALES
La primera parte del ICE 2019 constituye una
amplia reflexión sobre las políticas culturales
locales al filo del 40.º aniversario de los ayuntamientos democráticos españoles. Expertos
académicos y gestores culturales de amplia
trayectoria en este ámbito analizan detalladamente los diversos aspectos de la gestión local, en lo que constituye sin duda una de las
más profundas y actuales aportaciones en la
materia.
Alfons Martinell (Universidad de Gerona,
cátedra UNESCO) realiza una aproximación
histórica desde la recuperación de la democracia de la labor de las políticas y la gestión cultural local, incluyendo su desarrollo y su caída
con la crisis económica de la segunda década
del siglo XXI, para concluir en propuestas estratégicas de futuro.
Ramón Zallo (Universidad del País Vasco
(UPV/EHU) contextualiza los desafíos de las
políticas culturales locales en el contexto de las
importantes mutaciones económicas, sociales
y políticas contemporáneas, para desbrozar los
clásicos y vigentes desafíos y los nuevos retos
de futuro.
Luis Ben aplica su larga experiencia de gestor local (Ayuntamiento de Cádiz) al estudio
de la evolución de las políticas culturales locales en España, profundizando especialmente
en las indefiniciones legales de sus servicios y
competencias culturales que se traducen asimismo en graves problemas de coordinación y
de insuficiencia del gasto público.
Pau Raussell (Universidad de Valencia)
examina la financiación pública y privada de
la cultura, desde la base de las importantes externalidades demostradas de este tipo de gasto.
Concluye la necesidad de diversificar las fuentes financieras de la cultura, de garantizar su
acopio y de profesionalizar la gestión cultural.
24
En el último capítulo de este primer bloque del ICE 19 que da título a nuestro eslogan
central, Juana Escudero (FEMP) analiza detalladamente el papel histórico de la Federación
Española de Municipios y Provincias en materia de gestión local de la cultura y sus políticas
públicas, para concluir los déficits esenciales
de regulación que están lastrando esa importante misión del servicio público y del Estado
de bienestar.
La segunda parte de este ICE está destinada, como ya es habitual, a aportar una visión
actualizada y novedosa de diversos sectores y
aspectos de actividad de la cultura española.
Isidro Moreno (Universidad Complutense)
expone las funciones del museo como espacio
de comunicación cultural, analizando sus actuales retos digitales, no solo para aumentar su
difusión, sino como nuevo concepto de museo
virtual y social, imbricado con la ciudadanía y
su participación afectiva, como parte esencial
de un ecosistema cultural en red.
Un equipo de trabajo compuesto por Manuel
Ortuño (Trama Editorial), Aintzane Larrabeiti (ICC Consultors) y Xavier Fina (Escuela de
Música de Cataluña) analiza la situación del
libro en España en todas sus vertientes creativas e industriales, planteando desde esa base la
necesidad de una revitalización de las políticas
públicas que atiendan a sus diversas perspectivas interconectadas como una auténtica ecología cultural, las industriales, las que atienden a
la excepción cultural y la de servicio público.
Manuel Rico (Asociación Colegial de Escritores) se plantea las peculiaridades de la
situación del artista y del creador para revisar
las últimas aportaciones legislativas (Informe
sobre el Estatuto del Congreso, Real Decreto de
diciembre de 2018) y destacar las tareas pendientes en este campo.
Blanca de la Torre (crítica de arte, comisaria, asesora de arte) se dedica a estudiar el estado de las artes visuales en España en sus as-
INTRODUCCIÓN. TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
pectos normativos, económicos y de gestión, y
repasa las características del artista de las artes
visuales y los elementos fundamentales de este
sector en términos económicos pero también
de igualdad de género, de políticas públicas,
de innovación y proyección exterior, con propuestas finales de actuación, especialmente en
términos de aplicación de las NTIC en consonancia con una visión humanista del arte.
Finalmente, en nuestro último apartado,
Patricia Corredor (Universidad Rey Juan Carlos) sintetiza los resultados de la encuesta que
desde hace ocho años (2011) se ha venido sometiendo a la opinión de un abanico representativo de todos los roles y sectores culturales
españoles, con el fin de dar voz a sus protagonistas.
V. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS: CONATOS
DE RECUPERACIÓN Y URGENCIA DE NUEVAS
POLÍTICAS CULTURALES
Más allá del alcance temporal de las estadísticas y cifras reseñadas, siempre desgraciadamente publicadas con mucho retraso para
poder orientar los análisis y las estrategias,
parece indudable que se ha producido, tras la
moción de censura y la llegada del nuevo Gobierno socialista, un cambio notable del ambiente que rodea a la cultura y, sobre todo, a las
políticas públicas culturales. Aunque parciales
e insuficientes respecto a la larga crisis económica y sus consecuencias, es imposible dejar
de reseñar indicios ilustrativos de este cambio
positivo de tendencia, al menos a título provisional en la inestable situación política existente al filo de la edición de este ICE 2019.
•
El Ministerio de Cultura ha sido restituido en la arquitectura gubernamental,
separándose de Educación, aunque no
de Deportes. Por encima de un primer
nombramiento tempestuoso, la designación de un gestor con experiencia cultural y sus primeras actuaciones parecen
revelar un nuevo peso relativo de la acción cultural en el conjunto del poder
ejecutivo que se había desmoronado en
el último sexenio.
•
El IVA reducido cultural ha culminado su restauración con su aplicación al
cine (del 21 al 10%), después de casi
seis años de que se penalizara brutalmente a buena parte de los sectores y
actividades culturales españolas.
•
El Estatuto del Artista, reivindicado
desde hace años por múltiples agentes y
expertos culturales, ha avanzado seriamente con el informe de la Comisión de
Cultura del Congreso de los Diputados
y presentado en público (BOE de 20 de
junio de 2018). Aunque iniciado a instancias de Podemos, resulta esperanzador que su aprobación se haya producido con unanimidad de todas las fuerzas
políticas parlamentarias (septiembre de
2018), con ese reconocimiento de «la
especificidad del trabajo de creadores,
artistas y profesionales de la cultura».
En sus 75 puntos se abordan análisis y
recomendaciones que enfrentan a los
principales problemas de los creadores:
de fiscalidad, como la consideración del
conjunto de la cadena de valor de la cultura para el IVA reducido, las necesarias
adaptaciones de las normativas legales
sobre IRPF o IAE; de protección laboral
y de seguridad social; de derechos sindicales o económicos como la compatibilidad entre los derechos de propiedad
intelectual y las prestaciones sociales.
Sobre ese jalón trascendental, una parte
de estas conclusiones se vehiculó en el
real Decreto-ley de 26/2018 de 28 de
diciembre (BOE, 29/12/2018). Pero es
de esperar un desarrollo reglamentario
pronto de todas sus consecuencias legales, que una comisión interministerial
amplia (12 ministerios) va a coordinar.
Quedan, entre otros puntos pendientes
25
ENRIQUE BUSTAMANTE
de regulación, reivindicaciones masivas
como la compatibilidad entre pensiones de jubilación y las actividades de
creación artística, o la regulación de relaciones laborales especiales de los artistas en espectáculos públicos.
•
•
26
La «marca España», impregnada durante años de una visión empresarista en
donde la cultura apenas jugaba un papel
de blanqueo de la imagen mercantil del
país, y que se había distorsionado hasta
extremos insostenibles con su cambio a
la «marca en español», se ha transformado en «España global» y confiada
a una Secretaría de Estado dentro del
Ministerio de Exteriores, anunciando
una nueva orientación cultural más
que empresarial. Aunque aún es pronto
para saber qué prioridades y acciones
desarrollará, indica al menos una nueva
sensibilidad hacia nuestros auténticos
embajadores internacionales.
Finalmente, el proyecto frustrado de
presupuestos estatales para 2019 presentado por el Gobierno del Partido Socialista a principios de este año ostentaba un incremento importante de gasto
cultural público, del 9,7%, hasta los 953
millones de euros (de los 869 de 2018
con el Gobierno del Partido Popular).
Aunque aún no se alcanzaban los presupuestos logrados en los años de bonanza socialista de 2008-2009 (todavía
de 1050 millones de euros en 2011), se
intentaba al menos comenzar a recuperar los retrocesos sufridos durante los
Gobiernos del PP y especialmente los
de 2012 y 2013. Más allá del reparto por
actividades culturales, condicionadas
en parte por circunstancias externas
(como las deudas del fondo de la cinematografía para las películas producidas
en 2016), se advertía un incremento importante de las dotaciones para museos
(13%) o para las industrias culturales
(37,83%). Además, se contemplaba la
reducción del IVA a la cultura escrita digital, tan reclamada desde hace años por
muchos países y que, por fin y tras el
permiso de Bruselas, pasa del 21 al 4%.
En paralelo, y en lo que respecta al servicio público radiotelevisivo, de enorme trascendencia sobre la cultura, otro signo positivo
provisional, aunque claramente insuficiente,
ha sido la subida de la asignación destinada a
RTVE en el proyecto de presupuestos generales del Estado para 2019 (un 9,5% sobre 2018)
hasta los 376 millones de euros, después de los
recortes brutales que sufrió desde 2012. Se trataba solo de un principio de recuperación pero
que podría haber comenzado a apuntalar el papel cultural del servicio público aunadamente
con el gasto público cultural.
El problema, una vez más, es que la no aprobación de este proyecto de presupuestos en
febrero de 2019 vuelve a hacer planear todos
los interrogantes futuros sobre la financiación
pública de la cultura española.
De nuestros balances de seis ediciones y del
contenido de este ICE, recuperamos así algunas propuestas sintéticas de primera magnitud
que, sin ninguna pretensión de originalidad ni
de exhaustividad sino de prioridad y urgencia,
aspiran a impulsar a la/s cultura/s española/s
en todas sus dimensiones:
•
La próxima concentración de convocatorias electorales en abril y mayo de
2019 constituirá una ocasión de oro
para que los partidos políticos democráticos se retraten en sus programas y promesas sobre la cultura, abandonando su
ya tradicional marginación. Y para que
se comprometan a un pacto futuro de
Estado y social por la cultura que saque
a esta de una vez por todas de la pugna
partidista. Los electores, que también
votan con su mente y su alma, y no solamente con sus estómagos, sacarán lecciones de esa atención o de sus olvidos.
INTRODUCCIÓN. TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN PARA LA CULTURA
•
•
•
•
El recién recuperado Ministerio de
Cultura no debe ni puede volver a ser
diluido en otras responsabilidades administrativas. Y sus presupuestos, y los
de las comunidades autónomas y los
Gobiernos locales, tienen que recuperar, al menos, los niveles precrisis de
2008-2009, si se quiere realizar una política pública –cultural e industrial– de
mínima eficacia.
De la misma forma, es vital recuperar
y asegurar la independencia, la financiación y la profesionalidad de RTVE
y de las radiotelevisiones autonómicas
y locales, ahora necesariamente multiplataforma y multimedia, especialmente en lo que respecta a sus misiones de
fomento de la creación y difusión de la
cultura y la creación artística, sin las
cuales toda política cultural carece de
herramientas de acción masiva y eficiente.
Como todos los capítulos de nuestra
primera parte reiteran, es fundamental
profundizar en la descentralización de
la cultura y de las políticas culturales,
que en la crisis retrocedió perversamente y agudizó las desigualdades entre
territorios, reconociendo y regulando
el peso y la trascendencia de las competencias culturales locales y dotándolas
de una financiación blindada.
El acceso universal a la cultura de calidad debe ser el referente permanente de estas políticas a todos los niveles
administrativos, lo que implica la lucha
contra la profunda desigualdad cultural
española actual como eje esencial de
sus objetivos. Pero también la apertura
a una participación ciudadana intensiva
(en la cultura y en las políticas culturales), fuera de toda concepción elitista de paternalismo ilustrado y de toda
concepción corporativista y de lobbies
privados, lejos de cualquier tentación
de resucitar una «cultura de Estado».
•
El Estatuto del Artista y del Creador necesita todavía de desarrollos reglamentarios importantes no culminados, entre ellos las garantías de compatibilidad
entre jubilaciones y remuneraciones de
los creadores.
•
La acción contra la desigualdad y los
desequilibrios de género, en la creación, en la formación y el acceso a las
NTIC, y el acceso igualitario a la cultura
diversa y de calidad es el tercer e imprescindible gran objetivo estratégico
de esta acción pública, sin el cual nuestro presente y nuestro porvenir cultural
estará gravemente mutilado.
•
Una nueva ley de mecenazgo específicamente diseñada para la cultura es
fundamental en tiempos de crisis fiscal
para arropar y complementar el gasto
público en cultura, siempre que esté subordinado al interés general y a la participación social (micromecenazgo) y
que esté orientado por las prioridades
de la sociedad.
•
La aplicación del IVA cultural a la cultura online, tan tardíamente abierta
por Bruselas, es una medida capital
para hacer competitiva la creatividad
y la industria cultural española y europea frente a la amenaza creciente que
suponen los mastodontes estadounidenses (GAFA) para la autonomía, el
pluralismo y la diversidad de nuestra/s
cultura/s y de su difusión.
27
ENRIQUE BUSTAMANTE
BIBLIOGRAFÍA
Castells, M. (1986): La ciudad y las masas, Madrid, Alianza Editorial.
Fundación Contemporánea (2018): La cultura en España, 2017, Observatorio de la Cultura.
MacBride, S. (1980): Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo,
México, Fondo de Cultura Económica. Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/
pf0000040066_spa
ONSI/Red.es (2018): Informe Anual del sector de contenidos digitales en España, 2017.
Rius-Uldemolins, J. y Martínez i Illa, S. (2016): «El sistema de políticas culturales en el estado español desde la recuperación de la democracia», en J. Rius-Uldemolins y J. Arturo Rubio (eds.), Treinta
años de políticas culturales en España, Valencia, PUV.
Rodero, E. (2016): Bailar con las manos atadas: régimen local y políticas culturales en España. Disponible
en: http://estefaniarodero.es/bailar-con-las-manos-atadas-regimen-local-y-politicas-culturales-enespana#comments
SGAE (2018): Anuario de las Artes escénicas, musicales y audiovisuales, 2018, Fundación SGAE.
Sen, A. (2004): «¿Cómo importa la cultura en el desarrollo?», Letras Libres, 30 de noviembre de 2004.
Disponible en: http://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/como-importa-la-cultura-enel-desarrollo
28
PARTE I
CUATRO DÉCADAS DE POLÍTICAS
CULTURALES LOCALES EN ESPAÑA
LA POLÍTICA CULTURAL EN LOS CUARENTA AÑOS
DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS:
UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
Alfons Martinell Sempere
Este trabajo presenta una reflexión sobre lo que representaron las primeras elecciones democráticas a los ayuntamientos en 1979. A partir del análisis de algunos parámetros históricos, se pone en valor la contribución de los municipios a la construcción de la sociedad
española contemporánea. Formula unas etapas de evolución de los ayuntamientos en estos cuarenta años de democracia. Y se presentan algunas interpretaciones críticas sobre
la necesaria actualización de la función de la Administración local en las políticas culturales
públicas en España.
Palabras clave: ayuntamientos democráticos, política cultural local, desarrollo local, democracia en España, gestión cultural local.
I. RECUPERACIÓN DEMOCRÁTICA
Las elecciones municipales del año 1979 representaron la vivencia más intensa y compartida
de la recuperación democrática y del fin de la
dictadura en España. Miles de personas, sin
ningún tipo de limitación y en pleno ejercicio
de sus derechos civiles y políticos, accedieron
como concejales o alcaldes a los ayuntamientos para asumir responsabilidades de gestión.
La proximidad de las casas consistoriales a la
ciudadanía permitió apreciar los cambios y vivir una apertura institucional que no se había
percibido en décadas.
En este periodo, la influencia de los movimientos sociales, asociaciones de vecinos,
grupos culturales que estaban participando en
la vida cultural sin ningún tipo de apoyo insti-
tucional encontraron, en las primeras concejalías de cultura, una nueva interlocución con las
nuevas corporaciones municipales. El espíritu
de recuperación democrática generó un gran
dinamismo en la recuperación del espacio público, la memoria colectiva, el patrimonio, la
tradición, el reconocimiento de la aportación
creativa, etc., que provocará una primera estructuración de servicios públicos culturales.
Posiblemente lo más revelador de este periodo
se puede identificar en la contribución de la
cultura en la construcción simbólica del cambio democrático. El uso del espacio público y la
calle como expresión de libertad y superación
de las limitaciones de la dictadura fue la evidencia de nuevos tiempos, donde la cultura adquirió un protagonismo político significativo.
La restauración de fiestas populares, la reha31
ALFONS MARTINELL SEMPERE
bilitación de edificios históricos, la reivindicación de la memoria, etc., requirieron la contribución de los artistas, grupos y asociaciones
culturales que se volcaron a participar en este
proceso cultural y político. En este contexto,
los ayuntamientos ejercieron una función facilitadora de recuperar la participación en la
vida cultural, que fue muy bien aceptada por la
población como afirmación de las transformaciones que la democracia proporcionaba.
Un cambio de relaciones entre el poder municipal con las personas y organizaciones que
hasta este momento no habían tenido oportunidad de interactuar con el municipio, proceso que abrió las puertas de la institucionalidad
cultural local a la población.
Este periodo se caracteriza por los siguientes aspectos:
•
32
La cultura como elemento de vivencia y recuperación del espacio público
democrático representó el aporte más
significativo de los primeros años de los
ayuntamientos democráticos. La alianza entre ayuntamiento y sector cultural
para proponer una nueva forma de vivir
y compartir las calles y las plazas representó una innovación para las nuevas
generaciones y una cierta liberación de
otras que vivieron más oprimidas.
•
Cambio en las relaciones culturales entre el ayuntamiento, con movimientos
sociales como asociaciones de vecinos,
grupos culturales varios, artistas e intérpretes que deseaban trasladar a los
nuevos responsables sus reivindicaciones, ideas y propuestas.
•
Creación de áreas y servicios culturales
con la incorporación de personas procedentes de la sociedad civil sin experiencia ni formación especializada que han
de asumir responsabilidades por necesidad, inicialmente con buena voluntad,
que fue evolucionando hacia profesionales y funcionarios competentes.
•
Esfuerzos por recuperar la memoria colectiva y los agentes culturales represaliados conexión con los centros de estudios históricos locales y personalidades
con conocimientos sobre la realidad
cultural del municipio.
•
Esfuerzos para situar el patrimonio cultural, la tradición y el folklore en una
dimensión abierta e integradora frente
a la utilización nacionalista de la dictadura. Voluntad de recuperar el tiempo
perdido y responder a los retos del momento.
•
Tendencia a la búsqueda de consenso en
la política cultural local y en las primeras
programaciones de las concejalías, buscando integrar una pluralidad amplia de
diferentes sectores de la cultura local.
II. ORGANIZACIÓN ESTRUCTURAL
Y DESARROLLO LOCAL
En las primeras legislaturas se produjeron
transformaciones estructurales y definición de
nuevas políticas culturales a diferentes ritmos
según el tipo de población o regiones. Estas
iniciativas respondieron a diferentes tanteos
experimentales a partir de iniciativas personales y la capacidad de los grupos políticos gobernantes. No fue un proceso homogéneo en
todo el país, pero se fue diseminando de acuerdo con diferentes ritmos o intensidades a partir del principio de «necesidad comparada»,
entendida como la integración de propuestas
después de observarlas en otros lugares. En
esto influyeron mucho el gran número de encuentros, jornadas y reuniones1 para tratar los
temas de cultura y municipio que permitieron
1. Entre muchos destacan: Encuentro «Cultura y Sociedad, las
políticas de promoción sociocultural a debate», Ministerio de
Cultura, diciembre de 1983. Madrid, Interacció 84. Escola d’Estiu
d’Acció Sóciocultural. Diputación de Barcelona, julio de 1984,
Barcelona.
LA POLÍTICA CULTURAL EN LOS CUARENTA AÑOS DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
de décadas de dictadura. Muchos municipios buscaron su singularidad con actuaciones que quizás no les correspondían por competencias pero que veían
importantes para su futuro; estas «anomalías municipales»2 permitían apostar por proyectos que muchas veces no
correspondían al nivel de gestión o a
la posibilidad de mantenimiento, pero
que respondían a un flujo de opiniones
favorables a nivel de adhesión local.
compartir los procesos que estaban implementando los diferentes ayuntamientos en el campo de las políticas culturales locales.
Podemos destacar algunas particularidades
de este primer periodo:
•
•
•
La realidad municipal de España presentaba, en la década de los ochenta,
un gran número de ayuntamientos con
población y extensión muy variables
que no permitió una estructuración racional. Más de 8000 municipios que van
desde muy pequeños (unos 6000 menores de 1000 habitantes) a ciudades medianas y grandes concentraciones urbanas con unos desniveles que es difícil
planear una estructuración homogénea.
Problema que durante estas décadas de
democracia no se ha resuelto y presenta una de las desventajas de futuro que
trataremos más adelante.
En la forma de actuar de las primeras
legislaturas se expresa un cierto sentimiento de recuperación del tiempo
perdido y de conexión histórica con los
antecedentes de la dictadura y con una
mirada al exterior, principalmente en
los países vecinos.
Paulatinamente se van tomando decisiones de acuerdo con los programas
electorales, pero más significativamente en el diálogo con los agentes culturales para la asunción de nuevas responsabilidades, de acuerdo con una cierta
fisura legal que permitía asumir competencias voluntarias como respuesta
a necesidades de la población, lo cual
facultó iniciar un proceso de estructuración en las concejalías de cultura
que ampliaron mucho su campo de acción. De la misma forma, se asumieron
iniciativas ascendentes, participativas
o reclamaciones vecinales de gran importancia en la perspectiva de asumir
desde los ayuntamientos la superación
•
Estos nacientes servicios culturales reclamaron la incorporación de personas
de diferentes procedencias que expresaban un encargo social para profesionalizarse en el campo de la gestión cultural.
De los pocos trabajos que han estudiado
este fenómeno, destaca un estudio (Casas Rom, 1992) sobre los perfiles publicados en boletines oficiales, durante la
década de los ochenta, alrededor de lo
que hoy conocemos como gestión cultural, con más de 10.000 plazas en el
sector público, como evidencia de un
cambio importante en las estructuras
municipales.
•
Las dinámicas culturales locales que
estimularon los ayuntamientos democráticos fueron muchas y variadas. Situando en la agenda de proximidad la
necesidad de identificar los activos culturales de cada municipio, sus particularidades e idiosincrasia, que recorren
desde la recuperación del patrimonio
histórico al anhelo de situar la localidad
en el mapa de un país enormemente
centralizado a lo largo de la historia moderna. Estas transformaciones tuvieron
excelentes resultados a partir de conseguir amplios consensos para las priori-
2. Expresión de un alcalde para justificar asumir un proyecto
que quizás por competencias o dimensión no le corresponde.
33
ALFONS MARTINELL SEMPERE
dades de recuperación cultural elemento fundamental para la consolidación de
una política cultural a nivel local.
•
•
Como en otros ámbitos de la vida política,
estos cambios se realizaron en el marco
de leyes que procedían de la dictadura3, a
partir de interpretaciones generosas sobre las competencias de los municipios.
No fue hasta 19854 que la democracia
legisló para dotar de un marco regulatorio a los ayuntamientos democráticos;
esta ley establecía un genérico «prestar
servicios públicos que contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones
de la comunidad vecinal» y resumía las
competencias en cultura a: «Patrimonio
histórico artístico» y «Actividades o instalaciones culturales y deportivas; ocupación del tiempo libre; turismo» (Art.
25). Pero pocas cosas relacionadas con el
dinamismo de los ayuntamientos en estos años. Una vez más, la evidencia de la
dificultad de legislar de acuerdo con las
necesidades del momento.
En este nuevo contexto de municipalismo y de descentralización del Estado
(comunidades autónomas) que incorporó la Constitución Española5, surgió
una aspiración informal para el nuevo
marco democrático a nivel de reparto
de los fondos públicos. La expresión
50% de los recursos para el gobierno
central, 25% para los gobiernos autonómicos y 25% para los gobiernos locales
recogía un modelo de estructuración
del financiamiento próximo a los sistemas federales y a la expresión unánime
de la democracia española a la descen-
3. Ley de 16 de diciembre de 1950 por el que se aprueba el
texto articulado de la Ley de Régimen Local de 1945.
tralización y la función de la autonomía
local. Principio que no prosperó por los
intereses partidistas de trasferencias de
competencias a las comunidades autónomas y por la falta de un verdadero
debate político sobre la función de lo
local en el nuevo marco español.
•
El movimiento municipal empieza a
conectar con la tendencia extendida en Europa del desarrollo local, las
«tecnopol», entendidas como ciudades
que atraen innovación tecnológica con
servicios culturales y sus papel en relación con Europa y los Estados (Troin,
Jean-François, 2003), así como el papel
de las ciudades pequeñas y medianas
en la estructuración de la recuperación
democrática de Europa después de la
Segunda Guerra Mundial. La declaración de Bremen en 19836 contempla la
ciudad como verdadero espacio de civilización y subraya la importancia de
las relaciones entre desarrollo cultural
y económico. La democracia cultural y
la participación se asumen como principios en las políticas culturales locales.
•
El necesario orden en la planificación
urbana heredada de un periodo de crecimiento descontrolado en las grandes
urbes requirió esfuerzos normativos y
de líneas de acción innovadoras que incorporaron la recuperación y restauración de antiguos equipamientos culturales como la construcción de nuevos.
III. ENTRADA EN EUROPA Y APERTURA
AL EXTERIOR
Después de los primeros años de ayuntamientos democráticos caracterizados por la recuperación democrática, surgió un interés por una
4. Ley 7/1985, del 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local.
5. Constitución Española, 1978.
34
6. Consejo de Europa (1983): Declaración de Bremen.
LA POLÍTICA CULTURAL EN LOS CUARENTA AÑOS DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
lación de política culturales como el
proyecto «Cultura y Ciudad» o el proyecto «Cultura y Región» (M. Bassand,
1992), que representaron una aportación conceptual para la incorporación
de la dimensión territorial a las política
culturales locales y regionales de gran
importancia para dar más solidez conceptual a las políticas iniciales.
mirada al exterior para apreciar las diferencias,
a la vez que para alcanzar los hitos de las políticas culturales en nuestro entorno iniciadas
después de la Segunda Guerra Mundial. Es evidente que los municipios españoles no vivieron el proceso de recuperación local después
de la guerra en las décadas de los años cincuenta y sesenta que dio protagonismo a los gobiernos locales en Europa.
La sociedad española identifica la entrada como miembro de pleno derecho en 1986,
como una oportunidad de modernidad y de
plena integración en un contexto que hasta
este momento se vivía como algo inalcanzable.
•
La entrada en Europa representó para
los ayuntamientos más pequeños o más
aislados su integración en el discurso de
desarrollo local y desarrollo económico
que solo se había instalado en los municipios más grandes o con más centralidad. En este sentido, la vida cultural,
el patrimonio cultural y las formas culturales propias se convierten en activos
que pueden tener su valor en un proceso que se relacionará, en el futuro, con
la atracción y el turismo.
•
Las relaciones e intercambios entre
ciudades y la participación en foros
europeos inciden positivamente en las
estructuras de los municipios y son un
empuje importante para finalizar un
proceso de modernización interna y
una apertura a la cooperación internacional entre ciudades.
•
La aplicación de la Constitución española, con los diferentes itinerarios de
acceso a las comunidades autónomas,
prioriza la consolidación de este nuevo
nivel de gestión con amplias competencias en cultura. A pesar de la Ley 7/85
de Bases del Régimen Local, no se llega
a abordar en profundidad la estructuración territorial de España, que sigue
con los problemas ancestrales de falta
de articulación y viabilidad administrativa, como veremos más adelante
•
La existencia de estructuras más o menos consolidadas en los departamentos
culturales patentiza la falta de forma-
En esta etapa destacamos:
•
•
La búsqueda de recursos en la UE obligó a los ayuntamientos a un cambio de
sistema de funcionamiento de acuerdo
con los criterios comunitarios y sistemas de acceso a los fondos estructurales o culturales, lo cual incidió en sus
estructuras y en la adaptación a formas
administrativas nuevas.
Se produce una lenta incorporación
de estrategias de relaciones y cooperación internacional con los otros países
miembros, ya que las convocatorias
obligaban a presentarse con otras ciudades como socios. Este hecho tiene
una gran trascendencia en la evolución
y modernización de las estructuras, ya
que han de disponer de personal preparado, así como de una agenda de contactos que obliga a la superación de la
endogamia tradicional.
•
Se empieza a trabajar con redes de ciudades y aparece la necesidad de proyección exterior de la ciudad y presencia
externa, en lo que se ha denominado
diplomacia local.
•
En este periodo destaca la influencia
de los trabajos del Consejo de Europa
a partir de sus aportaciones a la formu-
35
ALFONS MARTINELL SEMPERE
ción especializada en gestión cultural
que se convierte en una necesidad imperiosa para el mundo local. Desde diferentes iniciativas7 se ofrecen todo tipos de curso y formaciones, llegando a
finales de la década del ochenta (1989)
a crear el primer máster especializado
en la universidad de Barcelona, en convenio con la Diputación de Barcelona,
que se extenderá por otros niveles y
propuestas en diferentes instancias
hasta la configuración de un movimiento profesional en el campo de la gestión
cultural.
mayor apertura y diálogo de la cultura
con otras dimensiones de las políticas
locales (urbanismo, educación, medio
ambiente, etc.).
•
La relación del desarrollo urbanístico
con la cultura, que ya se aplicó a los
eventos de 1992, se incorpora de forma
muy contundente a partir de alguna iniciativa muy atrevida como la de Bilbao,
con la recuperación de zonas urbanas
industriales con el Museo Guggenheim.
El debate sobre los impactos contagia
muchas iniciativas y florece un intenso esfuerzo para realizar propuestas de
grandes equipamientos, como la Ciudad de la Cultura en Santiago de Compostela, los diferentes equipamientos
culturales de Valencia, el Fórum de las
Culturas de 2004 en Barcelona, etc., que
marcaron una época donde parecía que
todo era posible. Los éxitos y fracasos
de estas iniciativas son muy diferentes,
pero en mayoría son apuestas de inversión con dudosa rentabilidad social y
cultural para las ciudades que asumen
sus decisiones, con diferentes estrategias y fracasos.
•
Esta tendencia se traslada, con intervenciones adaptadas, a otros municipios más
pequeños o medianos de diferentes formas. El resultado se puede observar en
las diferencias entre municipios del mismo tamaño con acciones que a veces se
pueden considerar inadecuadas o difíciles de mantener en el futuro.
•
En estos periodos de desarrollo local
no se consiguió consolidar aspectos
fundamentales de las competencias
culturales de los municipios y sistemas
de financiación estables más allá de los
aportes puntuales por medio de fondos
estructurales o subvenciones de los niveles superiores de la administración.
Se observa una falta de legislación sobre las relaciones entre cultura y ciudad
IV. PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO Y GRANDES
OPERACIONES
El proceso de relación entre desarrollo local y cultura, unido a la entrada en la Unión Europea y la
internacionalización de las ciudades, se consolida
con los grandes megaproyectos de 1992 (Olimpiadas y Expo 92). Dos ciudades españolas, una en el
sur y otra en el norte, se presentan al mundo con
éxito de gestión y como reflejo del esfuerzo de las
ciudades para situarse en el nuevo contexto de final de siglo. Estos eventos estimulan las grandes
operaciones en algunas ciudades, buscando las
plusvalías en estos proyectos para generar sinergias y consensos internos para el desarrollo local
y cultural.
•
La evolución de los objetivos de las
políticas culturales y su relación con
dinámicas de desarrollo local evidencian la necesidad de disponer de un
planeamiento estratégico a corto y largo plazo, que obliga a una nueva forma
de entender la política cultural. Los esfuerzos en este sentido conllevan una
7. Destaca el CERC de la Diputación de Barcelona, pero se
extiende al SARC de Valencia y otras organizaciones de las
diferentes comunidades autónomas de España.
36
LA POLÍTICA CULTURAL EN LOS CUARENTA AÑOS DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
que resuelvan los problemas de competencias, financiación, sostenibilidad
etc., y la consolidación de un paquete
de servicios culturales de las ciudades
al servicio de la ciudadanía.
V. CRISIS ECONÓMICA Y CONCLUSIONES
El auge económico y los efectos de la burbuja inmobiliaria permitieron operaciones de
inversión excepcionales, muchas veces sin el
consiguiente estudio de viabilidad o sostenibilidad, en una carrera de difícil asentamiento
que ha afectado a la vida municipal.
A finales de 2011, el gobierno del Partido
Popular decide un conjunto de medidas de recorte del gasto público para asegurar el déficit comprometido con la UE que afectan a la
administración local, limitando su autonomía
y estableciendo un tipo de tutela en los gastos
municipales que perjudica a algunos proyectos
culturales y a la remisión de cuentas previo al
gasto. Este hecho influye enormemente en la
voluntad municipal, que sigue con su opción
de mantener su acción cultural municipal a pesar de las limitaciones. La reforma de la Ley
de Bases de 2013 mantiene las competencias
de «promoción de la cultura y equipamientos
culturales», pero estas competencias serán supervisadas por ley para evitar un mayor gasto
de las Administraciones públicas8.
Este control y supervisión no altera la vocación del municipio de ser la administración
pública que más invierte/gasta en cultura, a
pesar de que sus fuentes de financiación no
han cambiado. Un análisis detallado de esta situación evidencia la falta de un modelo claro
de relación entre niveles o esferas de la administración en las que, a pesar de las competen-
8. Ley 27/2013, de 27 de diciembre, de Racionalización y
Sostenibilidad de la Administración Local.
cias, la efectividad en el gasto público es muy
diferente. Podemos afirmar que, sin los ayuntamientos, los efectos de la crisis económica
reciente hubieran sido mucho más duros para
el sector cultural.
En la tabla 1 se observa la evolución del gasto público en cultura entre los diferentes niveles de la Administración. Se comprueba una
tendencia de aumento del peso de las Administraciones locales (64%) frente a las otras Administraciones. También podemos observar la
rápida recuperación frente a los años de crisis
(2012) en relación con las últimas estadísticas,
donde la Administración local ha recuperado
y aumentado su aportación al gasto público en
cultura.
En esta misma tendencia se puede observar
el impacto de las diferentes administraciones
en el aporte por gasto por habitante y el porcentaje del PIB (tabla 2).
Los efectos de la crisis económica ponen
en entredicho el modelo creado durante estos
cuarenta años y evidencian los problemas actuales y de futuro de la acción municipal en el
campo de la cultura que la sociedad española
tendrá que asumir. La perspectiva histórica
nos permite identificar los evidentes avances,
pero también las dificultades que se perciben
para la consolidación de los objetivos alcanzados en clave de sostenibilidad para las próximas generaciones.
En este sentido presentamos algunas conclusiones y propuestas:
•
En primer lugar, la estructuración de
las políticas culturales locales estables
y sostenibles reclama una consideración sobre las diferentes tipologías de
municipios que necesitan una regulación adecuada a sus particularidades.
Actualmente España (2018) dispone
de 8176 municipios de diferente extensión y población, lo que configura un
mosaico muy plural, incapaz de definir
37
ALFONS MARTINELL SEMPERE
Tabla 1. Gasto público en cultura y en porcentajes entre administraciones (2000-2016)
2000
%
2003
%
2012
%
2015
%
2016
%
Administración General
del Estado (AGE)
560.712*
18
795.535
17
772.443
16
672.320
14
662.627
14
Administración autonómica (AA)
951.693
30
1.217.834
26
1.273.763
27
1.080.935
23
1.054.331
22
Administración local (AL)
1.663.787
52
2.645.865
57
2.725.907
57
3.017.421
63
3.083.367
64
Total
3.176.192
4.659.234
4.772.113
4.770.676
4.800.325
Fuente: Estadísticas Culturales 2018 (entre 2013-2014 no hay datos de la AL)9 (* en miles de euros).
Tabla 2. Gasto público en cultura por administraciones: porcentaje del PIB (2000-2016)
Año 2000
Administración General del Estado
Porcentaje de gasto público
18 %
14%
% del PIB
0,09
0,06
13,8 €
14 €
Gasto por habitante
Administración autonómica
Porcentaje de gasto público
30%
22%
% del PIB
0,16
0,09
23,5 €
22,7 €
Gasto por habitante
Administración local
Año 2016
Porcentaje de gasto público
52%
64%
% del PIB
0,27
0,28
41,1 €
66,4 €
Gasto por habitante
Fuente: Estadísticas Culturales, 2018.
un modelo de gestión eficaz y la capacidad de asunción de todos los servicios.
El 84%9de los municipios españoles
tiene menos de 5000 habitantes y las
ciudades a partir de 20.000 habitantes
representan el 16% de los municipios,
incluidas las grandes capitales. Con este
mapa no es posible gestionarlos de la
misma forma y con la misma normativa, lo que requiere una adecuación para
ver cómo los municipios más pequeños
pueden ofrecer los servicios, así como
9. Ministerio de Cultura y Deporte (2018): Anuario de Estadísticas Culturales, Madrid.
38
las particularidades de las grandes ciudades. Todo esto sin considerar el papel
de las diputaciones provinciales y, en
algunas comunidades autónomas, de las
comarcas como entidades intermedias.
Es decir, el futuro reclama una ordenación para disponer de elementos de
cómo se han de gestionar los servicios
públicos locales de cultura para consolidar población y responder a los problemas reales.
•
Como ya constatamos en otros trabajos
(A. Martinell, 2017), la democracia española no ha proporcionado un cuadro
legislativo al sector de la cultura en general, pero especialmente en la función
de los diferentes niveles de la adminis-
LA POLÍTICA CULTURAL EN LOS CUARENTA AÑOS DE AYUNTAMIENTOS DEMOCRÁTICOS: UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICA
tración pública, situando las competencias y responsabilidades de cada uno
de ellos. La falta de reglamentación e
interpretación de las competencias por
cada tipo de municipio y en relación
con otras Administraciones es primordial para garantizar derechos culturales. Como hemos visto anteriormente,
la Administración local, en 2016, representaba el 64% del gasto público en
cultura en relación con las otras Administraciones. Pero dentro del conjunto
del gasto público en general, los municipios reciben el 14% del conjunto del
gasto público. Casi lo mismo que en los
primeros años de ayuntamientos democráticos, a pesar de la asunción de
responsabilidad del gasto por habitante
(tabla 1).
•
El municipio es el primer espacio para
el ejercicio de los derechos culturales y
participar en la vida cultural de acuerdo
con los compromisos con la comunidad
internacional10. Es importante definir
estos derechos con políticas de acceso
a la cultura y con el compromiso del
establecimiento de los servicios culturales mínimos (Martinell y Barreiro,
2018), donde los ayuntamientos han de
asumir unas responsabilidades públicas
imprescindibles. Para esto es necesario
estructurar sus funciones de acuerdo
con estos principios, que emanan de los
derechos fundamentales como de la Comunidad Europea y otras legislaciones.
•
Si respetamos el principio de subsidiariedad para que las decisiones se tomen
lo más cerca posible de la ciudadanía,
10. Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas
(2009): Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Observación general n.º 21 Derecho de toda persona a participar en la vida cultural (artículo 15, párrafo 1 a), del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturas.
es importante disponer de mecanismos
para que «la delegación de responsabilidades culturales por parte de los gobiernos debe ir acompañada de la transferencia de recursos apropiados»11.
•
Para asumir el reto de la sostenibilidad,
será necesaria una mayor cooperación
entre municipios y entre estos con otros
niveles de la administración. La ordenación de competencias, mancomunar
gestiones y asegurar servicios con eficacia será unos de los mandatos más importantes en la estructura municipal española. En este sentido, el trabajo en red
será imprescindible, así como la emergencia de servicios tecnológicos que la
sociedad de la información provee.
•
La emergencia de grandes posibilidades
en la digitalización de la cultura incide
en la vida cultural de pueblos y ciudades,
donde las propuestas y situaciones que
presentan las ciudades se ven ampliadas
por todos estos intercambios y comunicaciones. A pesar de la existencia de
grandes ofertas de contenidos culturales
en Internet, la cultura en la ciudad, la
cultura en vivo y directo, mantiene un
atractivo importante entre la población
local como la visitante (turista). La ciudad es el espacio de las vivencias culturales reales «en vivo», como pueden ser
visitas a museos, conciertos en directo,
asistencia a espectáculos, contacto con
creadores, etc., es decir, la vivencia con
otros del disfrute del producto cultural
frente al conjunto de consumos culturales que podemos realizar a distancia y
sin ningún tipo de intermediación. Las
ciudades saben que su oferta cultural va
más allá de la presentación de servicios a
11. Consejo de Europa (1999): Sueños e identidades. Una
aportación al debate sobre cultura y desarrollo en Europa, Barcelona, Fundación Interarts y Península.
39
ALFONS MARTINELL SEMPERE
sus conciudadanos y que ha de ser abierta al mundo, con capacidad de atraer e
intercambiar con diferentes. Este potencial se convierte en una necesidad local
para explotar su proyección como para
fomentar su realidad a nivel global.
•
Existe una preocupación mundial para
el desarrollo sostenible que se agrupa
bajo la Agenda 203012. Entre estos objetivos se define el 11, «Lograr que las
ciudades y los asentamientos urbanos
sean inclusivos, seguros, resilientes y
sostenibles», lo que, unido a otros objetivos, ha de configurar lo que Ciudades
y Gobiernos Locales Unidos ha definido
como una agenda local para los objetivos de desarrollo sostenible. Estos planteamientos reclaman una adecuación de
las políticas culturales locales en clave
de sostenibilidad y con la responsabilidad de construir un futuro cultural
para las próximas generaciones. En este
sentido, las funciones de los municipios
en el campo cultural tendrán que adaptarse a estos objetivos y, sobre todo, generar un cambio de mentalidad sobre
el papel de la cultura en las sociedades
contemporáneas.
BIBLIOGRAFÍA
Asamblea General de las Naciones Unidas (2015): Resolución Transformas nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Nueva York, Naciones Unidas.
Bassand, M. (1992): Cultura y regiones en Europa, Barcelona, Diputación de Barcelona.
Casas Rom, P. (1992): Educador Social, problemática i formació, tesis doctoral, Universitat Rovira i Virgili.
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Consejo de Europa (1999): Sueños e identidades. Una aportación al debate sobre cultura y desarrollo en
Europa, Barcelona, Fundación Interarts y Península.
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (2009): Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Martinell, A. (2017): «La igualdad de acceso y la diversidad como objetivos centrales: nuevas políticas culturales», en E. Bustamante (coord.), Informe sobre el estado de la cultura en España 2017,
Madrid, Fundación Alternativas.
Martinell, A. y Barreiro, B. (2018): «Potencialidades de los compromisos internacionales para unas
políticas adecuadas: España y los derechos culturales», en E. Bustamante (coord.), Informe sobre el
estado de la cultura en España 2018. España y el espacio cultural iberoamericano, Madrid, Fundación
Alternativas.
Ministerio de Cultura y Deporte (2018): Anuario de Estadísticas Culturales, Madrid.
Troin, J. F. (2003): Las metrópolis del Mediterráneo: ciudades bisagra, ciudades fronteras, Madrid, Icaria
Editorial.
12. Asamblea General de las Naciones Unidas (2015): Resolución Transformas nuestro mundo: la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, Nueva York, Naciones Unidas.
40
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS
SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS
Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
Ramón Zallo
Tras señalar algunos cambios globales con incidencia en lo local y viceversa, se apuntan
objetivos tradicionales y nuevos de las políticas culturales locales vistas desde los gastos
públicos reales e indicativos de las políticas practicadas en el septenio de crisis (2008-2014)
y los dos años siguientes (2015 y 2016). Se añaden algunos desafíos de las políticas culturales locales para recuperar el tiempo perdido y de cara al futuro, ordenados desde cuatro
ejes: sostener el ecosistema cultural y comunicativo; promover accesos e intercambios en
parámetros de diversidad, igualdad y desarrollo; apostar por la innovación y dinamismo, y
una gobernanza para una cultura compartida.
Palabras clave: industrias culturales, industrias creativas, políticas culturales, gasto público
cultural local, políticas culturales locales.
I. OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS
CULTURALES LOCALES
La importancia y especificidad de lo local estriba
en que se trata del lugar geográfico natural de la
vida, de la convivencia, del trabajo, de la reproducción y la sociabilidad y, por ende, el lugar de
la integración, la gestión colectiva… y de los conflictos. El territorio significa la apropiación del espacio físico, que pasa a ser construido, articulado
e institucionalizado (Flores, 2008, p. 36) desde
la ventaja del conocimiento cercano y la identificación colectiva. Es una base para la acción tanto
privada como pública, pudiendo esta última responder mejor a muchas necesidades ciudadanas.
Una comunidad –sea pueblo o ciudad– que
quiera ser equitativa, habitable, viva, sosteni-
ble, saludable, resiliente, inclusiva, compartida, imaginativa, dinamizadora, eficiente y
amada habrá de contar con una política cultural a la altura de esa aspiración integral porque,
además, ha de ser culta.
Los recursos humanos, sociales, creativos y
productivos en el campo comunicativo y cultural tienen anclajes territoriales. La proximidad
y la interacción entre los agentes favorecen las
sinergias relacionales, creativas, productivas,
de recursos y de usos (Zallo y Miguel, 2011).
Conviene recordarlo en la era del entorno virtual que, al fin y al cabo, tiene un doble rol, instrumental y transformador para la gestión de
la vida, pero, además, lo local es un nodo relevante de lo global en el que inciden los cambios
en el mundo.
41
RAMÓN ZALLO
II. CAMBIOS EN EL MUNDO CON INCIDENCIA
EN LO LOCAL
Seleccionando algunos de los cambios más influyentes cabría subrayar:
En primer lugar, el capitalismo cognitivo,
posindustrial o posfordista, con liderazgo financiero, es ya otro modelo de acumulación y
regulación del capitalismo. El conocimiento y
la innovación en no importa qué actividad es
el valor añadido más dinamizador. Opera sobre espacios globales y locales y es compatible
tanto con libres mercados desregulados como
con proteccionismos de grandes potencias.
Las industrias culturales y creativas1 se desarrollan fuertemente –con el paréntesis de la
crisis– pero las propias «ciudades creativas»2
han legitimado expulsiones, acompañando
la gentrificación de los centros urbanos. En
el aspecto cultural, la mercantilización de la
cultura por vías diferentes (pago, publicidad,
abonos, gratuidad a costa de privacidad…) se
traduce en procesos de desposesión simbólica dada la hegemonía de las grandes culturas,
de los idiomas centrales y de las transnacionales de las redes y de contenidos. Sitúan
en malas condiciones de competitividad y
remuneración a buena parte de las empresas culturales y comunicativas nacionales o
locales (prensa, radio, audiovisual Internet,
apps …) y va achicando la visibilidad de los
espacios no mercantiles, la comunicación social, los intercambios colaborativos o el procomún. Le acompañan fracturas digitales de
clase, de género y generación (Granjon, 2009,
pp. 33-39).
1. Para un análisis crítico ver Zallo (2016). Una buena clasificación se encuentra en Observatorio Vasco de la Cultura
(2018), «Delimitación conceptual y definición de los sectores
de las ICC en Euskadi».
2. El sistema comparativo de índices más sofisticado entre
ciudades europeas diferencia los siguientes índices sintéticos:
Cultural Vibrancy y Creative Economy and Enabling Environment. Ver European Commission, 2018.
42
En segundo lugar, a lo largo del septenio de
crisis reciente (2008-2014)3, los Estados han
erosionado sus propias políticas de bienestar
social, y más acentuadamente en el campo cultural, deteriorándose su capacidad integradora y conllevando la decepción de las mayorías
sociales, lo que se ha traducido en malestar
democrático. En el campo cultural y comunicativo, el capital cognitivo y las plataformas
escapan, en buena medida, a las gestiones públicas nacionales. Paralelamente y con bastante menor capacidad decisoria, las sociedades
civiles, físicas o de Internet, la cultura amateur
y la cultura popular no tienen necesariamente a las administraciones como referencia para
actuar, al ser competentes tecnológicamente y
autónomas en muchas de sus decisiones. Ese
desapego entre realidad cultural y administraciones es harto peligroso (Martinell, 2012).
En tercer lugar, a pesar del protagonismo
de las sociedades civiles, reclamando participación y gobernanzas, que pone en cuestión
el delegacionismo partitocrático, es aún más
fuerte el giro hacia gobiernos de ultraderecha
en buena parte del mundo en la última década,
con emergencia de liderazgos destructivos que
abundan en autoritarismo y xenofobia –transferencia de culpa a los más pobres no nacionales– con desdén absoluto sobre lo que significa
la cultura y el rechazo creciente a la diversidad.
Ello solo puede profundizar la crisis sistémica
y hacer más cercanos los regímenes de barbarie o las reacciones sociales.
En cuarto lugar, lo más interesante y positivo es el afloramiento de la diversidad social, en
3. El sector cultural y creativo decreció más acentuadamente
que la media. Tomando como ejemplo el caso de la comunidad autónoma de Euskadi de la que hay datos en continuidad:
«En el periodo analizado (2008-2014), las cifras globales de
los cuatro principales indicadores [de industrias culturales y
creativas] muestran que el empleo se redujo un 20% y el número de empresas en un 10%. El volumen de negocio descendió un 36% y el VAB un 41%» (Crusafón, 2017, p. 2).
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
particular la diversidad de género y de comunidades inmigradas. La diversidad incomoda porque es expresión del derecho a elegir la forma
de vida. El reconocimiento social de la diversidad de personas y colectivos es así condición
para metas de igualdad y de ciudadanía inclusiva y para acciones afirmativas que permitan
superar las diferencias de partida con igualdad
real de capacidades al final del camino4. Tiene
también dificultades el reconocimiento de las
comunidades culturales y políticas internas a
los Estados, antes invisibilizadas. A todo ello
hay que añadir las identidades virtuales de
miríadas de microrredes, con lo que se están
reformulando los fundamentos de las sociedades, aunque los resultados, hoy por hoy, son inquietantes: fragmentación social, problemas de
transmisión generacional, influencia creciente
de las formas de vida vinculadas a los cambios
digitales y, como siempre, diferencias sociales
por estatus de conocimiento o por disponibilidades de renta.
En suma, se vive una etapa incierta con expresiones en lo local por el contraste entre hechos (el crecimiento exponencial de los bienes
comunes en la era digital, largas experiencias
de interacción y cooperación); deseos (la conciencia colectiva sobre el desarrollo sostenible
que evite la depredación; la participación; la
consciencia de los derechos culturales); avances doctrinales (la promoción de la diversidad;
la obligada gobernanza legitimadora; la apropiación social de la ciudad) y verdades nada
«alternativas» como la xenofobia, el mercado
que se impone en la red, la cultura como el activo instrumental más noble pero banal «en la
boutique de las consolaciones» (Brossat 2016,
p. 144), los gigantes tecnológicos universales,
el nuevo panóptico digital de hipercomunicación, transparencia y narcisismo de la sociedad
4. Hay de todos modos quien la ve sobrevalorada y utilizada contra los proyectos comunes y la igualdad (Duru Bellat,
2011, p. 7) incluso como una tiranía del grupo.
de control (Byung-Chul Han, 2016, p. 89) o la
ciudad creativa o inteligente como ciudad mercantilizada y subordinada a fines económicos y
urbanísticos más allá de la retórica de los empoderamientos ciudadanos.
III. CAMBIOS EN LO LOCAL CON INCIDENCIA
EN EL MUNDO
En el septenio de crisis se ha producido una
pérdida de capital cultural local, pérdida cubierta desde dos referencias contrapuestas:
la producción transnacional ha dado un salto
cualitativo, pero también la cultura gratuita y
amateur nacida de prácticas comunicacionales y sociales; ambas vaciando el espacio de la
cultura profesionalizada de los territorios. En
estos ha cambiado al final del periodo la proporción interna, al crecer los autónomos sobre
las empresas y las industrias creativas sobre las
culturales. Todas ellas están ahora en proceso
de recuperación, aunque en condiciones más
precarias y cruzadas5.
La eclosión de la cultura amateur gracias a
la red y a los equipamientos locales6 es un plus
que va más allá del nivel de las demandas culturales para contribuir a la socialización cultural, e incluso es pórtico para la creación profesionalizada, que debería favorecerse aliviando
situaciones de subempleo o precariedad.
La comunicación global aparece como compatible con la comunicación de proximidad,
pero la obligada simbiosis de las políticas de
cultura, comunicación y telecomunicación tie-
5. El Gobierno Vasco puso en marcha en 2017 un programa
de innovación de las industrias culturales y creativas, ICC-KSI.
Veáse: http://www.ksiberritzaile.eus/. El sector da empleo a
cerca de 71.000 personas y aporta entre el 3 y el 5% del PIB vasco, según lo que se compute. Se ha incorporado a la Estrategia
Vasca de Especialización Inteligente RIS3.
6. Hay una guía de estándares de los equipamientos culturales
en España de la FEMP que ayuda a los ayuntamientos.
43
RAMÓN ZALLO
ne la contradicción de que las competencias o
la capacidad de incidir en telecomunicación y,
también en comunicación, escapan a lo local y
territorial y en buena parte a los Estados para
situarse en el dominio transnacional, con lo
que se reduce el campo de las decisiones culturales.
Las ciudades en la posmodernidad se han
empapado de un urbanismo tan ambiguo como
potente en sus exigencias, que limitan la capacidad de la política cultural para domeñarlo,
con lo que sigue vigente el modelo de ciudades creativas o inteligentes que funcionalizan
la cultura al urbanismo, incluso en los «ayuntamientos del cambio», en tanto los grandes
equipamientos y las agencias de gestión suponen una carga fija, aunque hayan mejorado los
niveles de gobernanza y de accesos al procomún7.
En primer lugar, si la política cultural está en la
centralidad o no de la gestión pública local. En
segundo lugar, el modelo de gobernanza. Y, en
tercer lugar, los acentos estratégicos: si se trata
de políticas más centradas en la oferta o en la
demanda social; en la decisión política autorreferencial o en la interacción; en el patrimonio
y la identificación comunitaria o en la innovación; en el mercado y sector cultural o en el
procomún o en la comunidad en su conjunto;
en la eficiencia o en la eficacia de resultados;
en la exclusión, la interculturalidad o la multiculturalidad…
•
La inserción y training ciudadano en la
sociedad de la (sobre) información se
puede hacer sea animando destrezas
bajo la premisa de que el nivel cultural
está en la red, sea dando prioridad a una
estrategia de contacto artístico y de elevación del nivel cultural del conjunto
de la ciudadanía de los barrios y localidades pequeñas, además de los apoyos
instrumentales.
•
La cultura y la comunicación son también parte de las políticas de desarrollo
local en tanto favorecen fenómenos de
asociación y solidaridad y potencian
recursos endógenos. La concepción del
territorio como una unidad económica
en competencia y en relación con otras
(Cantarero y Clavo, 2013, p. 74) puede
tener efectos inducidos y transversales
en la vida económica (turismo, urbanismo, economía de servicios) y equilibrar
el tejido sectorial con yacimientos de
empleo relevantes. Es parte de la calidad de vida el aprendizaje de convivencia y democracia.
•
La creatividad es un atributo individual
y colectivo, pero por sus raíces sociales,
locales y relacionales es gestionable, o
bien desde los nichos que indica el mercado o bien favoreciendo bases educativas ad hoc, estrategias y proyectos. Se
IV. OBJETIVOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES
LOCALES
No hay discurso al uso que no resalte algunos
de los propósitos, en su mayoría compatibles,
que se señalan a continuación para el ámbito
local –hay una temática compartida8–, pero
hay algunos factores que marcan la diferencia.
7. Así lo muestran Rius-Uldemolins y Gisbert (2018) al comparar Madrid y Barcelona en la etapa de las alcaldesas Manuela Carmena y Ada Colau, partidarias de mejorar y extender el
procomún. Se suponía que la cultura era un eje central para
la hegemonía; y, sin embargo, los cambios en política cultural
práctica, más allá de lo discursivo y de una mayor financiación, han sido limitados por encontrarse con más obstáculos
de los imaginados: agencias, partidas fijas, grupos de interés,
lobbies, inercias administrativas, objetivos complejos…
8. En la Guía para la evaluación de las políticas culturales de
la FEMP (2009) se subrayan: la cultura como factor de desarrollo económico, social y territorial; la transversalidad de
la cultura; el acceso a la cultura; la cultura y la participación
ciudadana; la memoria e innovación en la construcción de la
identidad local. Después se pasa a proponer una interesante
batería de indicadores en consonancia con la Agenda 21 de
la Cultura.
44
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
abordaría mejor desde un análisis previo de déficits, necesidades y potencialidades, que combine objetivos polivalentes para la ciudad, la calidad de las
nuevas propuestas, su extensión social,
el desarrollo de capacidades y la creación de empleos.
•
•
•
La ciudadanía no se conforma con votar
cada cuatro años a sus ediles, reduciendo la democracia de espacio de representación a espacio de delegación; es
por lo que se reivindican agendas conocidas para una gobernanza con participación antes de la toma de decisiones y
una autoorganización para diversificar
la sociedad civil.
El acceso a las distintas expresiones culturales es un objetivo general ya desde
el paradigma de la democratización cultural; además es necesario saber hasta
dónde llegan los contenidos, el nivel de
públicos, el tipo de uso (pasivo o activo), el alcance a colectivos, la frecuencia de interacción entre el servicio y la
comunidad, y viceversa.
La diversidad y el modelo relacional de
una comunidad requiere un diagnóstico
previo para la gestión pública puesto que
caben distintos grados de desarticulación (violencia, fractura, rivalidad...) o
de articulación social (coexistencia, tolerancia, reconocimiento y aceptación
del otro, inclusión, cohesión social)
en relación con géneros, comunidades,
orientaciones sexuales, pobreza…
•
El nivel, calidad y usos de los servicios
culturales es cotejable desde un mapping
cualitativo de disponibilidades y usos de
equipamientos y programaciones.
•
El dinamismo cultural en la ciudad puede verse por su nivel de actividades
culturales, su movilidad interbarrial,
las ofertas comarcales, el intercambio
de programas y actividades entre casas
de cultura y programadores de distintas
localidades.
•
La aceleración de los cambios en los
usos sociales es tan grande que trae
problemas de entendimiento y de
transmisión intergeneracional del conocimiento, lo que hace recomendables
espacios mixtos y polivalentes, entre
otras medidas.
•
Se requieren sistemas de comunicación
local de calidad que acerquen la vivencia de la ciudad a la comunicación sobre
sus necesidades, realidades y ofertas.
V. EL GASTO PÚBLICO MUESTRA TENDENCIAS
DE HECHO
El deterioro del gasto público cultural en los
últimos años hasta el inicio de la recuperación
en 2015 no refleja el valor e importancia de la
cultura, pero sí la importancia de lo local y de
la Administración local para la cultura.
En el caso español, las cifras del gasto público cultural no están a la altura de los objetivos
teóricos antes señalados de política cultural
local o de la Guía para la evaluación de las políticas culturales locales (2009) y suponen un
contrapunto de realismo para abordar después
los desafíos inmediatos.
En 2008, el gasto público cultural local
(GPCL) era un 54,8% sobre el total del gasto
público cultural en España, pero pasó en 2015
a ser el 63,2% y en 2016 un 64,2%. Se acerca
así al nivel de los dos tercios sobre el total, a
costa de los porcentajes de la Administración
del Estado y de las comunidades autónomas
(CC. AA.), que redujeron fuertemente su contribución. Sin embargo, ese peso creciente del
GPCL no es el reflejo de una mejora, sino de
un deterioro de las políticas culturales en su
conjunto en esa época y que ha conllevado una
redistribución interna de roles, tocándole a la
Administración local –por su proximidad– la
45
RAMÓN ZALLO
función de intentar ser mínimamente compensatoria y la institución de gestión cultural por
antonomasia9.
Este efecto hay que situarlo en relación con
varios parámetros.
Primero, ha sido muy acentuado el desplome del gasto público cultural en el marco de
la crisis del Estado del Bienestar (tabla 1). Los
7090 millones de euros del gasto público cultural total de 2008 –año de inicio de la crisis y
punto álgido del gasto público cultural– pasaron a ser solo 4800 en 2016, un descenso del
32,2%. El incremento del peso porcentual del
GPCL es así sobre una cuantía inferior a la de
2008 (un 20% menor) aunque casi es benigna
comparada con la caída brutal de la aportación
de la Administración central, de un 38,3%, y ya
no digamos de las CC. AA. que, atadas por los
objetivos de reducción de déficit, cayeron un
50,4%, la mitad de lo que fue en 2008.
En 2008 la situación era más equilibrada: la
Administración local gastaba o invertía 86,3 €
por habitante, las CC. AA. 47 € y la Administración del Estado 23,7 €. En cambio, en 2016
las Administraciones locales han gastado en
cultura 66,4€ por habitante, las CC. AA. ya solo
lo hacen con 22,7 € por habitante y la Administración General con 14,3 €. Tiene poco que
ver esa proporción vertical de gasto cultural de
las tres administraciones con los presupuestos globales, ya que la Administración central
(22,8%), más Seguridad Social (34,4%) alcanza
el 57,2%, las CC. AA. el 34,5% y la Administración local es solo el 10,9% (Nadal, 2015) y, sin
embargo, debe hacer el mayor esfuerzo en cultura10. Además, la Administración local asume
9. El presupuesto cultural ha crecido con los Gobiernos locales Podemos-En comú. Suponía en 2007 el 5,3% del global
municipal en Barcelona y el 3,9% en Madrid, lo que responde
al ciclo, pero también a su concepto de ciudad.
10. Y ello a pesar de que la desfasada Ley Reguladora de Bases del Régimen Local de 1985 solo contempla, en el artículo
46
casi todos los ámbitos culturales: equipamientos y sus servicios (biblioteca, casa de cultura,
centros de música), patrimonio (museo local),
creadores y asociacionismo, difusión (sala con
programación), asociacionismo y fiestas.
Segundo, el ascenso porcentual de la Administración local viene a enjugar el descenso de
las CC. AA., mientras que la Administración
general queda bastante estable. El tiempo dirá
si eso significa la dilución del compromiso general autonómico o, al contrario, tendrá más
rol en proyectos estratégicos y equipamientos
estables en detrimento de las líneas de promoción y difusión cultural de las que se harían
aún más cargo las entidades locales. En la actualidad, el 95,5% del GPCL ya se dedica a esos
conceptos mientras que los Ayuntamientos dedican solo el 4,5% a patrimonio. Al tiempo, la
Administración central se responsabiliza casi
solo de proyectos estratégicos generales y de
equipamientos e instituciones estables de titularidad estatal de carga presupuestaria fija.
Tercero, el gasto doméstico en cultura ha
sido el gran sacrificado, como es comprensible en una crisis brutal de rentas y empleo,
aunque ha caído menos de lo que lo ha hecho el gasto público para sonrojo institucional. En 2008 era de 16.694 millones de euros
y un gasto medio por persona de 368,6 €. En
2017, y ya en fase de recuperación –aunque
ese año ha sido peor que 2016– aún se estaba
lejos, con 13.298 millones de euros y 288,6 €
de gasto medio por persona11. Sin embargo, la
26.1 b, para los «Municipios con población superior a 5000
habitantes» como único servicio cultural que hay prestar la
«biblioteca pública» (Font, 2002, p. 18). El contraste entre
la evolución institucional de hecho –por presión social y cercanía a las demandas ciudadanas– y la ley es rotundo, puesto
que los municipios hacen lo que la ley no impide y se hacen
cargo subsidiariamente de las competencias que las otras administraciones le delegan (artículo 27).
11. Las CC. AA. con media más alta de gasto personal en bienes y servicios culturales en 2017 eran, y por ese orden, Madrid, Navarra, Asturias, Cataluña, Euskadi y Aragón.
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
Tabla 1. Gasto liquidado en cultura (millones de euros), 2008-2015
2008
2016
Millones de
euros
Gasto por
habitante (€)
En % vertical
Millones de
euros
Gasto por
habitante (€)
En % vertical
Administración General
del Estado
1075
23,7
15,16
662,6
14,3
13,8
Administración
autonómica
2129
47,0
30,02
1054,4
22,7
21,9
Administración local
(aytos. y otras entidades)
3886
86,3
54,80
3083,3
66,4
64,2
Total
7090
157
100
4800,6
103,4
100
Fuente: Anuario de estadísticas culturales 2017, MECD.
cifra sería bastante más baja si excluimos la telefonía móvil y los servicios relacionados con
Internet que, habiendo crecido en el periodo,
hacen que el gasto cultural en servicios tradicionales solo sea de 8414,2 millones, 182,6€
por habitante. Los epígrafes que cayeron en
el consumo medio por persona entre 2008 y
2017 fueron notablemente publicaciones periódicas y cuotas de televisión –menos de la
tercera parte de lo que significaban en 2008–,
bajaron ligeramente equipos audiovisuales y
fotográficos, mientras aguantaron los servicios de espectáculo y mejoró algo lo relativo a
Internet y telefonía móvil (solo habrían subido de 101,6 a 106 €), que ya llega a suponer un
36,7% del total de consumo doméstico cultural, indicativo de un giro radical en las formas
de acceso a la cultura. Para consuelo colectivo
y contrapunto, mejoró especial y sorprendentemente el libro: de 28,7 € a 42,4 €, pero se trata más de un espejismo estadístico. En 2008,
paradójicamente, solo se computaban «libros
no de texto», si bien en 2017 ese epígrafe bajó
a 21,4 €, mientras los libros de texto suponen
solo 21 €.
Cuarto, dentro de la Administración local,
la parte del león la gestionan los ayuntamientos (2589,23 millones de euros), pero es re-
levante el rol de diputaciones, consejos y cabildos, que suponían en 2001, 471,46 millones
de euros, un 15,3% del total local12, 1,7 puntos
menos que en 2008. Sin embargo, el porcentaje de esas instituciones sobre el total local
es mucho mayor en cabildos canarios (45,2%),
diputaciones vascas (25,4%), Baleares (23,8)
y también en algunas otras CC. AA. no uniprovinciales en las que tienen un rol complementario. En cambio, las CC. AA. uniprovinciales
(Rioja, Murcia, Asturias, Cantabria, Madrid y
Navarra), como solo cuentan con Gobierno
autonómico y ayuntamientos como agentes
públicos, las cifras de Administración local en
12. Ahora que se discute el rol de las instituciones intermedias (consejos, cabildos, diputaciones), hay que recordar que
«como administraciones subsidiarias de los ayuntamientos
[…] son la condición para un sistema local fuerte, eficiente
y autónomo» (Font, 2002, p. 19). En gasto público cultural
tienen un rol positivo en tanto no se dedican a las mismas
cosas que los ayuntamientos y las CC. AA. Dedicaban en 2016
un 45,8% de sus presupuestos a promoción cultural, un 40%
a equipamientos y servicios (bibliotecas, museos, patrimonio…) y un 13,4% a su administración. Un perfil bien distinto a
los ayuntamientos (Anuario de Estadísticas Culturales, 2018,
3.19) que dedicaban solo el 28,5% a promoción; los equipamientos y bibliotecas como servicios suponían el 21,9%, patrimonios y archivos el 4,5%, las fiestas el 24,27% y la gestión
el 20,6%.
47
RAMÓN ZALLO
Tabla 2. Gasto liquidado en cultura por los ayuntamientos según tamaño (en % horizontal), 2016
Protección y
gestión del
patrimonio
Archivos
Biblioteca
Fiestas
Equipamientos
populares y
y museos
festejos
Municipios de +5000
3,37
1,16
11,07
13,16
Municipios de -5000
3,85
0,43
5,86
5,36
Promoción
cultural
Administración
18,51
30,74
21,94
51,37
18,41
14,70
Estimación propia sobre la base de cuenta 3.15 de Estadísticas culturales 2018.
conjunto tienden a estar por debajo o cerca de
la media de España (66,4 € por habitante). El
caso más llamativo es el de la Comunidad de
Madrid, que tiene un bajo GPCL por habitante, de 47,3 €, casi 20 € por debajo de la media
española; y aún más bajo gasto autonómico
puesto que supone el 8,1% del gasto autonómico cultural de España (ver cuadro 3.4 del
Anuario de 2018) cuando por población le tocaría un 13,8%. La explicación más plausible
es la de ser sede de la mayor parte de instituciones que financia la Administración General del Estado, y de disponer de una oferta
cultural envidiable a la que acude la población
madrileña con significativo gasto doméstico
(primera comunidad por gasto doméstico cultural por persona).
Quinto, la crisis del gasto público cultural
no solo no compensó la caída del gasto doméstico cultural en ese periodo –que pasó
de 368,3 € por persona en 2008 a 288,6 € en
2017–, sino que la apuntilló. A este respecto
es llamativo que la crisis del gasto doméstico
cultural fue mucho más intensa en las ciudades de más de 100.000 habitantes (de 428,2 €
dedicados a consumos de servicios culturales
cayó hasta 318,3 €), mientras que, en las localidades de menos de 10.000 habitantes, el gasto
–siendo bastante menor– ha vuelto a su media
(ha pasado de 269,7 € por persona a 249,4 €
en 2017), con lo que provisionalmente habría
recortado distancias con los grandes núcleos
48
de población. Ello es indicativo del desplome
del nivel de vida y del ascenso de la pobreza
en la gran recesión, especialmente en grandes
núcleos urbanos.
En los municipios de menos de 10.000 habitantes, el gasto doméstico es inferior a la media
en compra de libros, prensa, servicios culturales y soportes del audiovisual (un 10-20% por
debajo, según el concepto), pero llama la atención que, en cambio, es más alto en «cuotas de
televisión y tratamiento de información», con
114,8 € por persona, por encima de la media
española (106 €) y, desde luego, por encima
de la media de las ciudades de más de 100.000
habitantes (100,9 €); síntoma de un consumo
refugio y claustrofílico muy pegado a la televisión, móvil e Internet en el mundo rural, con
pocas oportunidades de oferta cultural.
Por último, con 453,894 millones de euros,
los municipios de menos de 5000 habitantes
solo suponen el 17,6% del gasto cultural liquidado de los ayuntamientos, que se estimaba en
2016 en 2537,6 millones de euros (tabla 2).
Lo más llamativo es la orientación del gasto.
Nótese el gran peso de fiestas y festejos en los
municipios pequeños y el escaso peso de archivos, bibliotecas y equipamientos y un cierto
esfuerzo en promoción cultural y patrimonio.
Con todo, hay que advertir que algunos de esos
epígrafes son ofertados por diputaciones o autonomías. En cambio, en los municipios de más
de 5000 habitantes la distribución es más equi-
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
librada, con un significativo peso de la promoción cultural13.
niendo en cuenta los valores específicos que aporta el nivel cultural, como
son la convivencia, creatividad, reconocimiento de la diversidad, estética, calidad, comprensión del nuevo tiempo,
artes, gusto, etc.
VI. CONCLUSIONES: DESAFÍOS DE LAS
POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
Los desafíos por fuerza son polivalentes. Deben responder en el ámbito local, tanto a una
parte de los grandes cambios en el mundo
como a las problemáticas diagnosticadas.
•
Los equipamientos son parte de la estructura del ecosistema. Se trataría de
completar los equipamientos (casas de
cultura, centros cívicos, salas de espectáculos y cine) y servicios públicos (bibliotecas, escuelas de música…), pero
dando paso a otra generación de equipamientos como fábricas de creación y
medialabs en los municipios más grandes y comarcas, promoviéndolos en régimen cooperativo o autogestionario.
•
Los patrimonios son los legados recibidos como bienes de mérito de cada localidad. Ponerlos en valor es mostrarlos
y reinterpretarlos, impulsando, de paso,
un turismo sostenible.
•
Dado que el volumen de equipamientos
es significativo y los índices de prácticas sociales culturales conocen estancamientos, hay que poner más intensidad
tanto en los contenidos que se programan como en los usos reales (aforos,
frecuencias…), de tal modo que los esfuerzos se correspondan con los resultados.
•
Chequeo del capital cultural e informacional de los distintos segmentos de la
población del municipio, así como de la
oferta educativa reglada y no reglada y
multinivel, específica en artes y cultura
del municipio, dependiendo de tamaño
y necesidades.
•
El rol de las bibliotecas y bibliobuses y
la promoción de la lectura siguen siendo centrales para la transmisión de la
cultura.
•
Aunque hay un importante nivel de promoción sociolingüística en las CC. AA.
Cabe ordenarlas mediante cuatro ejes.
1. Sostener el ecosistema cultural y comunicativo
Un ecosistema cultural local nos remite a recursos, comunicación interactiva, cultura local, creatividades, producción cultural, medias,
prácticas sociales, microculturas, diversidad,
lenguajes, proyección de futuros, servicios colectivos, experiencias culturales… Se trata de
generar un ecosistema cultural y comunicativo
con capacidad de autorreproducción, incluyendo al agente público, con el resultado de un
tejido que combine armónicamente cultura de
base, industrias culturales y creativas y equipamientos con sus programaciones.
•
Parecería razonable que los paradigmas de ciudad inteligente (sostenible
y eficiente) y de ciudad creativa que
conciben la ciudad como cuenca de negocios y de innovación rentable se vieran compensados por la idea de ciudad
culta desde indicadores de educación,
cultura, prácticas, hábitos culturales,
equipamientos, programaciones... y te-
13. Lamentablemente no hay estadística oficial comparativa
entre municipios de menos de 10.000 y las ciudades como, en
cambio, sí cabe comparar en el gasto privado. Tampoco cabe
comparar 2008 y 2015 el gasto público local por asignaciones
en municipios según tamaño, porque en 2008 los epígrafes
eran solo dos: arqueología y protección del patrimonio, y promoción y difusión cultural.
49
RAMÓN ZALLO
con lengua minoritaria cooficial, están
lejos de haber superado su situación
disglósica, por lo que su normalización
forma parte del ecosistema cultural local. Aún es más penosa la situación de
las lenguas de baja protección y promoción, como son las comunidades lingüísticas del bable, aragonés o leonés.
•
Los municipios requieren políticas de
comunicación propias y proporcionadas a sus tamaños, pero que cubran el
ámbito de la comunicación local lo que
requiere la presencia de revistas locales,
cibermedias locales, radio, televisión local, portal.
•
Estímulos a las actividades culturales
de la sociedad civil o respeto a su autogestión y la formación de redes y espacios compartidos, lo que puede ayudar al capital social y colaborativo de la
colectividad y a las capacidades de las
personas.
•
Seguimiento de los usos de la comunicación local para estimular su conexión
social.
•
Presencia de oferta de aprendizaje
tecnológico –dentro de las redes autonómicas de servicios de base monitorizadas– para la vida cotidiana y la
capacitación (Moreno, 2015), con especial incidencia en los menos jóvenes,
combinada con centros de recursos tecnológicos de mayor gama para los más
jóvenes y entendidos, como un lugar de
training y experimentación amateur.
•
Formación en competencias culturales
mediante cursos y talleres locales dirigidos a personas de edad madura.
•
Acción específica sobre la inmigración
en centros culturales, casas de cultura
y bibliotecas, con materiales culturales
e informativos de sus países de origen y
con facilitación de la inserción lingüística en los distintos idiomas oficiales…
•
Toma de conciencia organizada de los
derechos de los internautas de cara a definir un mosaico de condiciones de autorregulación exigibles a los servicios de
telecomunicaciones de una comunidad.
2. Promover accesos e intercambios en
parámetros de diversidad, igualdad y desarrollo
El paradigma de la democracia cultural gana en
complejidad y profundidad.
•
•
El modelo de interculturalidad (Pascual, 2016, p. 128) en el ámbito local
parece el más adecuado, evitando guetos y buscando áreas de comunicación,
integración y mestizaje que pasan por el
mutuo conocimiento y reconocimiento.
•
Importancia de los servicios públicos
como condición de democratización
cultural a nivel local: museos, archivos, bibliotecas, radio o televisión local,
webs, e-administración…
•
50
Impulso específico para la igualdad de
género en creación, visibilidad y gestión, para responder a las desigualdades
de partida (cuotas, plus de puntuación
en subvenciones…), pero, sobre todo,
educación, cambio de roles y estereotipos, presencia en jurados, empoderamiento personal y colectivo de las mujeres con aptitudes culturales.
Sigue siendo relevante contar con salas
de artes visuales, escénicas y musicales
con programación regular.
3. Apostar por la innovación y dinamismo
Sacudirse la rutina de las políticas culturales tradicionales significa repensar su rol proactivo.
•
Parece necesario contar con un inventario municipal de creadores –profesionales y amateurs– y de recursos,
empresas, asociaciones y de cara a estimular su desarrollo.
EN EL CONTEXTO DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS Y POLÍTICOS: OBJETIVOS Y DESAFÍOS DE LAS POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
•
•
La cultura, además de intercambio, es
también producción e innovación en
sede local de empresas y profesionales.
Promover la diversidad pasa por la pluralidad de agentes desde regulaciones
protectoras y estímulos.
Los ayuntamientos, incluso los pequeños, deben estar atentos a los sistemas de promoción, asesoramiento de
proyectos y gestión, emprendimiento
y financiación con base en programas
de diputaciones y Gobiernos autonómicos.
•
Colaborar con otros ayuntamientos para
proyectos comunes, vía consorcios de
servicios.
•
El desarrollo cultural se traduce en un
aumento del capital cultural y el capital
social de una comunidad, que así se prepara para afrontar los cambios tecnológicos y económicos. Ello justifica que
los departamentos de cultura tengan
coordinación con otros departamentos
como urbanismo, educación, desarrollo
económico y medioambiente.
•
Las nuevas tecnologías de comunicación deben pensarse desde el lado de la
creación y los nuevos públicos con base
en la escuela, los media y la comunicación personalizada.
•
Las administraciones locales deben
contar con un mapa integral de servicios digitales tanto en e-administración
como en servicios finalistas (web local,
digitalización del patrimonio y de los
servicios) y un impulso cierto de las
ayudas a iniciativas en cultura digital
(Kulesz, 2018, p. 83). En las ciudades,
apoyo a los proyectos y contenidos multisoporte, transmedia, multiplataforma,
incluidos los referidos a juegos para
móviles, videojuegos y aplicaciones.
•
Impulso de la creación local y favorecer
la instalación de empresas culturales en
la localidad dentro de los planes de promoción económica.
•
Visibilidad local con algún festival o
feria de referencia útil para finalidades
culturales.
4. Una gobernanza para una cultura compartida
Para un diagnóstico local se requiere la implicación ciudadana en la política cultural conforme
a los parámetros (principio, compromisos y recomendaciones) de la Agenda 21 de la Cultura.
•
Desarrollo de áreas de autogestión ciudadana con mera supervisión, combinada con consejos de gestión cultural y
comunicativa de carácter mixto –público/social– y decisorio.
•
Desarrollo de iniciativas conjuntas públicas, privadas y sociales y presencia
de organismos intermedios de gestión
compartida.
•
Cooperación entre ciudades, como invita el municipalismo internacional desde
la Organización Mundial de Ciudades y
Gobiernos Locales Unidos (CGLU).
•
Desde una gobernanza multinivel, intermediar con otras instancias, tanto
internas a la corporación como autonómicas o estatales, para facilitar el acceso a ayudas –subvenciones, incentivos,
avales, viveros de empresas, capitalriesgo, business angels, crowfunding–, al
asesoramiento empresarial –producto,
servicios, gestión o tecnológico– o a
medidas dinamizadoras como incubadoras, networking, espacios…
•
Los planes estratégicos culturales que
se lanzaron en la década de los 2000 deberían ser hoy planes participativos en
sintonía con los «presupuestos participativos».
En suma, más allá de una democracia cultural tutelada y de su antónimo, la economiza-
51
RAMÓN ZALLO
ción de la cultura con centro en el mercado, se
abre paso vía Internet y vía local, la posibilidad de compartir cultura: «cultura compartida» como nuevo paradigma de política cultural en línea con el procomún. Es la expresión
de que la comunidad misma es el agente titular por antonomasia. Ello obliga a redefinir las
políticas culturales desde un rol anticipador,
estratégico, promotor y animador más que de
protagonista de la oferta, pero el derecho a la
cultura de la ciudadanía y de sus colectivos
implica también equipamientos para las prácticas culturales, servicios, educación, transferencias.
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52
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Observatorio Vasco de la Cultura (2018): Análisis de las empresas, empleos y mercado de trabajo del
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Unesco (2018): «Re/penser les politiques culturelles. La créativité au coeur du développement», Rapport mondial Convention 2005, París, Unesco.
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Cultura digital y poder. Disponible en http://www.gedisa.com/downloads/Anexo_I.Tendencias_en_
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53
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN
Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO
LA AUTONOMÍA LOCAL?
Luis Ben
Después de cuarenta años de ayuntamientos democráticos, las competencias y los servicios
públicos culturales locales siguen en la indefinición legal de sus competencias, con graves
consecuencias financieras. Estas carencias de nuestro proceso histórico democrático se han
visto reveladas y agravadas durante la crisis económica, exigiendo perentoriamente soluciones legales.
Palabras clave: competencias culturales, políticas locales, gasto cultural local, derechos
constitucionales.
I. UNA SITUACIÓN DE PESIMISMO
E INDEFINICIÓN
Corría el año 2016, con la sociedad española
sin creerse aún que lo peor de la crisis había
quedado atrás, cuando un grupo de veteranos
gestores culturales, poco más de media docena de ellos, se reúnen un fin de semana en
un pequeño pueblo de Aragón bajo la sombra
del Moncayo. El grupo, masculino en su integridad, cincuentones próximos a los sesenta,
provenientes de toda la geografía española de
norte a sur y con varios trienios de función
pública en las administraciones locales, dedica
unas densas horas al análisis de qué está pasando con las políticas culturales en el ámbito local y ante un doble impacto crítico de los
últimos tiempos. De una parte, la consabida y
profunda crisis económica que ha golpeado inmisericorde a los poderes locales, dejando las
arcas municipales exhaustas. Por otro lado, no
menos importante, la crisis social y política, la
derivada del que ya parece lejano 15-M, y que
se concreta en la irrupción de nuevas fuerzas
políticas y nuevos movimientos sociales que
están removiendo los cimientos de la democracia española.
Estos sismos sociales, económicos y culturales sin duda son la causa de la reflexión conjunta
de este grupo de profesionales que en general
hace un retrato muy pesimista del sector público
de la cultura, pero sobre todo inciden en su muy
negativo impacto dentro del mundo local (Ben,
2016). De entre las varias conclusiones que alcanza este grupo de gestores vamos a destacar
dos, que son esenciales en el tema que tratamos.
En primer lugar, destacan que «se han consolidado poco los servicios de cultura, lo que nos
ha hecho más vulnerables y prescindibles ante
la crisis» (ibid.), una constatación que reafirman
cuando advierten que «se observa que a los ac55
LUIS BEN
tuales servicios de cultura lo que les queda es
aguantar, peor que mejor, la actual estructura
existente (bibliotecas, museos, archivos, teatros,
etc.) y dar un precario apoyo al precario tejido
social y cultural existente». Están sin duda describiendo una realidad en la que los departamentos de cultura de los municipios se encuentran con una parte importante de su menguado
presupuesto cautivo por parte de servicios estructurales, que se prestan desde equipamientos
especializados, la mayoría de ellos de carácter
patrimonial, como son museos, archivos y bibliotecas, quedando restos presupuestarios para
aquellos programas que podríamos encajar en
lo que se entiende como fomento y promoción
cultural de una parte (artes en vivo y visuales
esencialmente) y apoyo al mundo asociativo y a
la cultura de proximidad.
Pero ¿cómo se ha llegado a esta situación?,
nos preguntamos, ¿cómo después de cuarenta
años de ayuntamientos democráticos, que han
demostrado sin duda una preocupación histórica por la gestión pública de la cultura, nos
encontramos todavía en un grado tan alto de
indefinición de los servicios y de las competencias? La respuesta debemos buscarla en el
proceso histórico que arranca en 1978 con el
texto constitucional, forjador del sistema político democrático, que es donde se detallan las
fronteras y responsabilidades competenciales
en el ámbito de la cultura.
Traemos esta larga cita a colación porque es
expresiva de la situación tanto en términos de
competencias como de recursos y, por último,
de estrategias políticas en que se encontraban
la gran mayoría de los municipios españoles en
esa fecha y que poco ha variado en los dos años
transcurridos. Una situación que se sintetiza
en tres aspectos primordiales. De un lado, unas
competencias centradas en el mantenimiento de equipamientos culturales especializados
donde el peso de lo patrimonial, de contenedores de la memoria si se prefiere, es preponderante, más museos, centros de interpretación,
archivos y bibliotecas que teatros y centros
cívicos. En segundo lugar, unos presupuestos
escasos, restringidos, con pocos visos de aumentar y que se destinan casi en exclusiva a un
funcionamiento vegetativo de los equipamientos comprometidos por cada corporación local
y, para finalizar, los restos marginales de esos
presupuestos empleados en apoyar a la también
asfixiada iniciativa cultural social. Por último,
latente en toda la reflexión, la idea de que las
administraciones públicas locales han desistido
de plasmar un mínimo de derechos culturales
en cartas de servicios y se han acomodado a
mantener lo poco que la crisis ha respetado.
Es indudable que la Constitución Española de
1978 abre un periodo democrático en nuestro
país y, a partir de su articulado, establece lo
que se suele denominar las reglas del juego político. De la misma manera que lo hace en numerosos ámbitos de la vida económica, social,
estrictamente política, igualmente establece en
el mundo de la cultura la manera en que los poderes públicos deben regular, ordenar, apoyar
o fomentar dicho espacio de nuestra sociedad.
De hecho, la Constitución se refiere en numerosas ocasiones a la cultura, hasta el punto de
que hay quien desde ya hace tiempo se refirió
a ella como la Constitución cultural española,
en concreto el constitucionalista Ruiz Robledo
que, en una publicación del mismo título, afirma de nuestra carta magna que nos ofrece «el
conjunto de normas destinadas a proporcionar
el marco jurídico fundamental para la estructura y el funcionamiento de la vida cultural» (A.
Ruiz Robledo, 1988)1.
56
II. LA CONSTITUCIÓN COMO MARCO ESENCIAL
DEL SISTEMA DE COMPETENCIAS PÚBLICAS
EN MATERIA DE CULTURA
1. Ruiz Robledo, A. (1998): La Constitución cultural española,
Sevilla, Instituto Andaluz de Administración Pública.
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
Tabla 1. Derechos y deberes en la Constitución española de 1978
Artículo
3.3
9.2
Texto
La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un
patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que
la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra
sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten
su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social
Derecho/
Principio
Diversidad,
patrimonio
Protección
Igualdad,
libertad
Accesibilidad
Libertad
Protección
de derecho
fundamental
Libertad
Protección
de derecho
fundamental
Igualdad
Promoción y tutela
Patrimonio
Conservación y
policía
Igualdad
Promoción
Bienestar
Promoción
Patrimonio
Promoción
Propiedad
Legislar
Se reconocen y protegen los derechos:
20.1.a
20.1.b
44.1
46
48
50
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones
mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción
Se reconocen y protegen los derechos:
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica
Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que
todos tienen derecho
Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el
enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de
España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen jurídico
y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este patrimonio
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre
y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y
periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos
durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones
familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales
que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio
1. Las comunidades autónomas podrán asumir competencias en las
siguientes materias:
Deber de los
poderes públicos
14.a La artesanía
148.1 14.a 15.a Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la
a 17.a
comunidad autónoma
16.a Patrimonio monumental de interés de la comunidad autónoma
149.1.9a
17.a El fomento de la cultura, la investigación y, en su caso, la enseñanza de
la lengua de la comunidad autónoma
1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias:
9.a Legislación sobre propiedad intelectual e industrial
1. El Estado tiene completencia exclusiva sobre las siguientes materias:
149.1.28a 28.a Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra Patrimonio
la exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad
estatal, sin perjuicio de su gestión por parte de las comunidades autónomas
149.2
Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las comunidades
autónomas, el Estado considerará el servicio de la cultura como deber
y atribución esencial y facilitará la comunicación cultural entre las
comunidades autónomas, de acuerdo con ellas
Diversidad
Defensa del
patrimonio
Gestión de
equipamientos
Servicio público
Coordinación
y cooperación
interadministrativa
Fuente: elaboración propia.
57
LUIS BEN
La alusión a la cultura aparece ya en el
Preámbulo, cuando proclama su voluntad de
«Promover el progreso de la cultura y la economía para asegurar a todos una digna calidad
de vida», amén de citar la voluntad de «Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos,
sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones». Dos proclamaciones solemnes: en la
primera se equipara la economía con la cultura
como pilar para una sociedad desarrollada; en
la segunda, se enfatiza el hecho de respetar la
diversidad cultural y lingüística de la nación.
Visto lo anterior, no es de extrañar que el texto
del articulado recoja en numerosas ocasiones
el término cultura con mayor o menor prolijidad, pues hay al menos doce artículos en los
que esa inclusión tiene importancia desde el
punto de vista de los derechos ciudadanos y los
deberes que comporta para los poderes públicos. La tabla 1 nos ofrece una visión de los referidos textos y sus implicaciones en términos
de derechos y deberes.
Estos doce artículos recogen una amplia variedad de temas y materias en torno a la cultura y sus agentes. Dicha temática va desde la
salvaguarda de derechos fundamentales como
la libertad de expresión y de creación artística a los deberes de protección de diversos aspectos del patrimonio cultural entre otros. Se
puede afirmar que no hay aspecto del sector
cultural que no esté contemplado en el texto constitucional: el patrimonio, las artes, las
lenguas, la propiedad intelectual, el acceso a la
cultura o la propia cultura como pilar del bienestar y elemento del desarrollo. Por otra parte,
en la columna referida a los deberes que para
los poderes públicos implican estos derechos
ciudadanos y principios, nos encontramos con
una también amplia variedad de estos. Así, por
ejemplo, el deber de protección y tutela es el
más referido, también hay claras referencias a
las garantías de acceso y disfrute de la cultura,
así como a la ineludible tarea de legislar para
el sector.
58
Pero parémonos en el asunto que más nos
interesa, una vez comprobado que la cultura
es un aspecto importante del ordenamiento
político del país, en la delimitación de quiénes
deben asumir los deberes públicos respecto a
la misma, el ámbito de las competencias. Una
gran parte de los artículos solo tienen referencias genéricas a los poderes públicos como garantes o promotores, un hecho lógico pues se
trata de reflejar deberes y derechos, nada más
y nada menos, que posteriormente tendrán su
desarrollo normativo por los cauces que la propia constitución establece. Estas referencias
genéricas nos indican que las administraciones
públicas, en los niveles que se determinen, serán las encargadas de su ejecución y ejercicio.
Para nosotros, el hecho fundamental es que
cuando el articulado desciende a la delimitación de competencias culturales, tan solo diferencia entre competencias estatales y autonómicas.
Sin duda la división está configurando una
estructura de Estado casi federal y en la que lo
local, al menos en el caso de la cultura, no se
considera como esencial sino más bien como
subsidiario. Esta parece ser la voluntad o las
miras de los legisladores constitucionales, sin
embargo, la realidad del país ha evolucionado
por caminos más complejos en los que lo local
ha reclamado un papel más allá de ser prestadores de servicios básicos. Un mundo local
donde este ha pedido y combatido por un papel más activo en el gobierno y desarrollo de
sus propios territorios. Una demanda que desde muy temprano ha sido comprendida como
esencial también en el ámbito de la cultura. En
este sentido se reafirma Jordi Borja cuando escribe que «una gran parte de las nuevas funciones sociales y económicas del Estado se han
realizado por medio de las Administraciones
locales y casi siempre se ha tratado de cuestiones básicas para la vida colectiva (urbanismo,
salud pública, cultura, servicios sociales, transporte, agua, abastecimientos, vivienda, etc.).
El moderno welfare state no existiría sin esta
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
acción de los poderes locales» (J. Borja, 1988).
Una afirmación que recoge sin duda el espíritu
y la convicción en que se sentían muchos alcaldes y concejales de los tiempos posteriores a la
promulgación de la Constitución de 1978 y aun
en la actualidad.
La cuestión central es sin duda que desde
el texto constitucional no se contempla una
delimitación competencial en cultura más allá
del reparto entre la organización del Estado y
las de las comunidades autónomas, no preocupándose de asignar funciones, competencias y
deberes indudables para las entidades locales.
Y si es evidente que en España se ha producido
un proceso claro y más o menos rápido de descentralización desde el Estado a las comunidades autónomas, un proceso que ha conllevado
un reparto de competencias y recursos, no ha
sucedido lo mismo desde las administraciones
autonómicas hacia los entes locales. Hasta tal
punto que algunos han hablado de la ausencia
de una segunda descentralización necesaria
para completar el mapa institucional del Estado2. En esta historia de los derechos y deberes
en el sector de la cultura, la Constitución de
1978 cumple sobradamente cuando se trata de
definir qué debe esperar la ciudadanía de las
Administraciones (derechos) pero se queda
corta a la hora de definir quién tiene que hacer
las tareas (deberes institucionales), ya que deja
en la indefinición, mejor dicho en la inconcreción, a uno de los niveles administrativos, casualmente al que está en mayor proximidad
con los ciudadanos, el de las Administraciones
locales. Esta tarea sin hacer, o al menos sin
orientar para futuras normativas de todo tipo,
ha sido una carencia que nuestra democracia
2. A modo de ejemplo: https://www.eldiario.es/cv/politica/
Ximo-Puig-segunda-descentralizacion-fortalecer_0_
580941962.html y https://pemb.cat/es/noticiasla_necesidad
_ d e _ u n a _ s e g u n d a _ d e s ce n t r a l i z a c i o n _ e n _ c l av e _
metropolitana_y_de_geometria_variable_una_de_las_
conclusiones_del_debate_sobre_el_libro_la_espana_de_
las_ciudades/118/
ha ido arrastrando en el transcurso de su ya no
tan corta vida.
III. LA LEY REGULADORA DE LAS BASES DEL
RÉGIMEN LOCAL (LRBRL) COMO MARCO
COMPETENCIAL
La Ley reguladora de las Bases del Régimen
Local desarrolla el marco competencial de
las Administraciones públicas locales a partir
del mandato constitucional. Igualmente actúa
como palanca impulsora de esta norma la necesidad de cerrar la arquitectura del Estado
tras la puesta en marcha de las administraciones autonómicas. Un Estado que queda definitivamente estructurado en tres niveles: el
Estado central, las comunidades autónomas y
las Administraciones locales (ayuntamientos,
diputaciones y cabildos insulares). Uno de los
resultados deseables de la ley debía ser el marco competencial asignado a los poderes locales,
qué debe hacer un ayuntamiento, qué servicios
prestar, y en líneas generales la LRBRL resulta
bastante exhaustiva y clarificadora.
Sin embargo, en lo referido al ámbito de la
cultura los resultados son más escasos. Como
definió años más tarde Jordi Font, la ley nos
ofrece una marco competencial residual (J.
Font i Cardona, 1988). De hecho, como es de
sobra sabido, tan solo dos artículos aluden a
competencias culturales en los municipios, los
número 25 y 26. En el primero de ellos se refiere a competencias culturales de manera bastante genérica e inconcreta. Así dice que «El municipio ejercerá competencias, en los términos de
la legislación del Estado y de las Comunidades
Autónomas, en las siguientes materias: […] e.patrimonio histórico-artístico […] m.- actividades o instalaciones culturales […] ocupación
del tiempo libre». Todo queda a expensas de lo
que los correspondientes poderes legislativos
vayan legislando y desarrollando las normativas en cada caso. Respecto al artículo 26 de
la ley, podemos afirmar que nos encontramos
59
LUIS BEN
ante el único que concreta una competencia
cultural municipal cuando delimita que «Los
municipios por sí o asociados deberán prestar,
en todo caso, los servicios siguientes: […] b.- En
los municipios mayores de 5000 habitantes […]
la biblioteca pública».
La realidad es que si las administraciones
locales españolas se hubieran atenido al literal de la ley, estarían ejerciendo prácticamente una competencia, la de la lectura pública a
través del servicio de bibliotecas. En el mejor
de los casos, según del artículo 25, ejerciendo
las funciones de vigilancia y control del patrimonio en sus territorios, conforme a lo que la
legislación de este área ha ido desarrollando en
el tiempo (que no es poca ni carece de importancia dando un papel relevante a lo local) y,
de otro lado, gestionando algunas escasas actividades en igualmente escasos equipamientos
culturales. Pero es este segundo artículo el que
abre, probablemente a su pesar, la vía por la
que los poderes locales se colaron para atender
a la demanda de servicios culturales que desde
la sociedad se les hacía. Los ayuntamientos y
diputaciones responden de manera vehemente
a la petición que hace la ciudadanía de más y
mejor cultura en sus calles y barrios. De hecho,
en los años que van de 1979 a mediados de los
ochenta a lo que asistimos es a una eclosión de
activismo cultural desde las administraciones
locales, una respuesta en claves de proximidad
y accesibilidad, lo que Vidal-Beneyto ya definió en 1981 como democratización de la cultura (J. Vidal Beneyto, 1981).
IV. 1978 A 2000, AÑOS DE ACTIVISMO EN UN
ESCENARIO DE RECURSOS Y CONCURRENCIAS
CONFLICTIVAS
En el año 1991 se publica un libro infrecuente
en su momento tanto por el título como por su
contenido. El expolítico asturiano, gestor cultural y profesor de lengua, Emiliano Fernández
Prado titula La política cultural, qué es y para
60
qué sirve (Fernández Prado, Emiliano, 1991) a
la obra. En ella realiza una profunda descripción de las políticas culturales públicas, tanto
en Europa como en España, y analiza diferentes aspectos de estas. Sin embargo, en el conjunto de un sin duda interesante texto, lo que
dedica a las administraciones locales y su papel
en la cultura apenas supone un par de párrafos. Sin embargo, en estas escasa palabras nos
desvela nítidamente las realidad de la política
cultural municipal de su tiempo, una docena
de años después de aprobada la constitución,
y que nos sitúan en el momento histórico. Tras
afirmar que «ayuntamientos y diputaciones
tienen determinadas competencias de carácter cultural…, que no tienen un carácter muy
definido –salvo en el caso de crear bibliotecas
públicas e instalaciones deportivas–, pero que
en la práctica se plasman en la gestión de una
amplia gama de servicios», continúa afirmando
que «han optado por la creación de secciones
administrativas de diverso rango para la gestión de los asuntos culturales…».
Lo que en definitiva nos viene a decir es
que las Administraciones locales, evidentemente a partir de un cierto tamaño y capacidad
tanto económica como de recursos humanos,
están prestando más servicios culturales a la
ciudadanía de aquellos a los que les obligan las
leyes y normativas tal y como hemos podido
ver más arriba. Resulta evidente que los poderes locales no renuncian a su capacidad y deseo
de atender la demanda que, desde el territorio,
tan cercano a ellos, se realiza de optar a unos
servicios de cultura acordes con el estándar
europeo de nuestro entorno; no olvidemos que
en estos momentos España es ya miembro de
derecho de las estructuras políticas unitarias
de Europa y que esta encarna el ideal democrático y de calidad de vida para una gran mayoría
de la población.
Sin embargo, hacia el final del milenio, quizás años antes, la situación que supone ejercer
competencias no propias sin la financiación co-
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
rrespondiente y sin el encaje normativo que ordene el sector, comienza a aflorar en términos
de competencia entre Administraciones, duplicidades de servicios y de oferta, asfixia económica y un cierto desorden en el sector público
considerado en su conjunto. El panorama sin
duda es el de unas Administraciones públicas
que han asumido competencias por encima de
sus posibilidades humanas y financieras ante la
demanda social de servicios culturales de calidad. La eclosión que se produce de fundaciones
o empresas públicas dedicadas a la gestión de
políticas culturales, de equipamientos tanto de
proximidad (centros cívicos y casas de cultura)
como especializados, de mayor o menor sofisticación (bibliotecas, teatros, auditorios o museos preferentemente centrados en arte contemporáneo), se acompaña de la proliferación
de grandes festivales, certámenes y convocatorias varias, hasta el punto que dibujan el mapa
de una península coloreado de una fiesta cultural permanente. Para unos, efectos secundarios
tanto de la Expo 92 como de unas olimpiadas
coloridas y festivas adornadas de un ropaje
cultural contemporáneo y en cierta medida excesivo. Otros apuntan a la estela del éxito del
Guggenheim de Bilbao, que resulta tan efectivo
que es capaz de generar un específico síndrome
de Stendhal político-administrativo en las autoridades locales. Museo veo, museo quiero, sería
la máxima aplicable a esta época.
V. NUEVO MILENIO E INTENTOS DE
ORDENACIÓN DE COMPETENCIAS
CULTURALES EN EL SECTOR PÚBLICO
Tal situación empieza demandar respuestas y
algunos intentos de clarificación se producen
con más voluntad que eficacia. En las postrimerías del milenio cesante, año 1998, se celebra en Barcelona el encuentro periódico Interacció. La Diputación de Barcelona cuenta en
estos momentos con un amplio prestigio en
base a su modelo de gestión cultural territorial
y además al esfuerzo que realiza en la cualifi-
cación de los responsables políticos y gestores
culturales locales. Una oferta amplia de seminarios, cursos y encuentros entre los que destaca el mencionado y que con cierta regularidad
se lleva celebrando desde 1984. Interacció era
en aquellos momentos un referente a nivel de
toda España, un lugar de encuentro sobre todo
de gestores locales preocupados por la gestión
de los servicios públicos culturales y a la búsqueda de propuestas y alternativas de mejora
de estos. En esta edición llevaba el ilustrativo
título de «Cultura y poder local», que marcaba la dirección que las reflexiones sobre servicios culturales locales iban a tener en los años
siguientes. Las principales ideas y estrategias
que resultan del encuentro se reflejan en una
publicación que reúne lo más esencial de lo
presentado y debatido. Tiene Interacció como
culminación una Carta de Servicios Culturales
Municipales, una propuesta de mínimos cara
a la homogenización de estos. Anteriormente,
desde 1996, se venía reuniendo la denominada
Mesa de Concejales de Cultura de la provincia
de Barcelona. Fruto de estas reuniones y culminando en Interacció son una serie de documentos y textos que buscan poner orden en
el sector cultural a nivel de administraciones
locales, sin duda textos propositivos pero cargados de lógica competencial (VV. AA., 2000).
Se constata un hecho esencial en las políticas culturales y que es básico para comprender
su fragilidad y el relativo desorden en el que se
han desarrollado a lo largo del tiempo; queda
para la mayoría claro que «la secuencia entre
derechos humanos, deberes institucionales y
servicios públicos que se evidencia en otras
políticas sectoriales de los llamados servicios
personales (educación, sanidad…) escasamente toma forma en el domino de las políticas
culturales con la misma agilidad» (A. Forqué)
escribe en la publicación el que entonces era
teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa
Coloma de Gramenet, rematando con un diagnóstico compartido por gran parte de la clase
política local y de los gestores culturales del
61
LUIS BEN
momento y en el que afirma que «las políticas
culturales despliegan sus servicios, sus programas y sus infraestructuras, a menudo con más
voluntad que ciencia, evidenciando, por una
parte, que una acción política sectorial sin un
desarrollo normativo sólido es siempre, a medio y a largo plazo, una estrategia fácil, y por
otra parte, que allá donde la acción institucional es más intensa (es decir en la escala local)
es donde el marco competencial es paradójicamente más débil» (ibid.).
Como podemos observar, en estos momentos se tiene conciencia plena de que la indefinición competencial de los poderes locales, sobre
todo en el ámbito de la promoción y fomento
de las artes y la cultura, que en su día pudiera
haber sido una ventaja por los amplios márgenes de libertad que otorgaba a los ayuntamientos y diputaciones para definir sus servicios
culturales, con el tiempo se habían transformado en una carga financiera y de servicios a los
que ya empezaban a no poder atender con los
niveles de calidad exigibles en las sociedades
avanzadas. En este sentido, en los foros citados,
se realizan propuestas que van desde explorar
fórmulas de cooperación entre ayuntamientos,
nuevos modelos de gestión o búsqueda de modelos de financiación público privado. Destaca
por primera vez la necesidad de elaborar un
pacto cultural de carácter global y basado en
el principio de subsidiariedad (sin duda el más
favorable a las administraciones locales y de
proximidad). Pacto que en principio ciñen al
espacio de Cataluña, pero que, como veremos,
pronto se extiende como propuesta al conjunto
de España. Como culminación del proceso, se
aprueba una guía, en el marco de Interacció, en
un documento denominado «Elementos para
una carta de los servicios municipales» (ibid.)
y que concreta dichos servicios en tres ámbitos culturales delimitados: patrimonio cultural,
lectura pública y, por último, difusión artística.
Pero estas inquietudes y desasosiegos ante
una situación que ya se percibía como insoste-
62
nible a medio plazo no eran exclusivas de Cataluña, sino que en otros puntos del territorio
y en otras instituciones se compartían y se estudiaban. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se toma en serio la
cuestión competencial y así la celebración de
unas jornadas de carácter nacional se concreta
en una publicación donde se acomete de frente el asunto de las competencias municipales
en cultura (P. Aldanondo y J. Escudero, 2002);
dentro de la misma encontramos un clarificador texto de Jordi Font citado más arriba. En el
mismo, el autor, desde la perspectiva de veintitrés años de experiencia de las corporaciones
locales democráticas surgidas de la Constitución de 1978, realiza un análisis pormenorizado de la situación y de las deseables alternativas de futuro. En resumen, el autor, político
y gestor cultural desde los primeros tiempos
del municipalismo democrático, mantiene las
ideas reseñadas anteriormente: indefinición y
confusión competencial en lo local, déficit de
orientación política y ausencia de un régimen
claro de prioridades.
El diagnóstico es coincidente con el anterior, ya que en cierta medida él es protagonista
relevante en ambos casos, y lo que nos interesa
es que se avanza sobre todo en la necesidad de
una reforma profunda del marco competencial. La misma pasaría por cuatro ejes esenciales: en primer lugar, la aplicación del principio
de subsidiariedad en el sentido clásico de que
«ningún servicio público que pueda residir en
un nivel cercano de la Administración debe
quedar en otro más lejano y ello por razones
de eficiencia y de control democrático» (ibid.).
El autor demanda directamente una reforma
de la LRBRL «estableciendo delegaciones de
competencias hacia la Administración local,
acompañadas de los correspondientes recursos». También se demanda la consolidación de
las diputaciones provinciales como administraciones locales de segundo grado con funciones de reequilibrio y coordinación territorial.
Apunta por último la necesidad de completar
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
las redes básicas de equipamientos culturales
en el territorio a partir de las funciones planificadoras y reguladoras de estándares de las administraciones públicas.
En el año 2003 se completa este esfuerzo
de regulación por parte de la FEMP cuando
su comisión de cultura aprueba el documento «Pautas para la cooperación institucional
en materia de cultura»3, que es una lectura y
análisis de la situación de los poderes locales
en lo referido a las políticas culturales públicas,
destacando los conflictos competenciales y las
carencias presupuestarias y de planificación.
En lo que a nosotros incumbe, señalar que el
texto apunta ya una necesaria reforma y la detalla con cierta precisión. En concreto, incide
en la necesidad de una reforma de la LRBRL
en el sentido de que recoja la realidad del momento en lo que respecta a los servicios culturales que prestan las administraciones locales
y que van más allá de las bibliotecas públicas.
En segundo lugar, se apela a las comunidades
autónomas para que, mediante la legislación
y elaboración de normas y reglamentos, ordenen el sector y los servicios públicos culturales. Igualmente les demanda un esfuerzo de
planificación y de elaboración de estándares
con referencias expresas a las competencias.
Una última y conflictiva propuesta que queremos destacar es que se pide a las comunidades
autónomas que «en orden a la financiación de
las dotaciones culturales básicas municipales,
se propone, como referencia, que las comunidades autónomas contribuyan, al menos, con
el 50% del gasto de los equipamientos y de su
mantenimiento, de instalaciones y de personal,
siempre que estos se ajusten a los estándares
establecidos en los proyectos de creación, desarrollo y mantenimiento de infraestructuras
culturales previamente acordados».
No se trata del único esfuerzo que en su
momento realiza la FEMP en el camino de
tratar de ordenar las políticas y la gestión culturales en el ámbito local, ya que a modo de
ejemplo podemos citar dos trabajos reseñables
y que sin duda se encuentran en el camino de
ordenar las competencias locales en servicios
culturales. En primer lugar, nos encontramos
con la Guía de estándares de los equipamientos
culturales en España4 (2009), un intento de regular la tipología de los equipamientos culturales. Del mismo año es la Guía para la evaluación de las políticas culturales locales5, todo un
sistema de indicadores diseñado para evaluar
y por consiguiente racionalizar y planificar las
políticas culturales locales.
Parecería que por fin se entraba en la senda
de regular en profundidad el sistema competencial en cultura de las administraciones públicas, sobre todo de las locales las más necesitadas de orden y concierto, pero llegó la crisis
y le dio la vuelta a todo.
VI. TIEMPOS DE CRISIS, TIEMPOS DE
CONFUSIÓN, TIEMPOS DE REFLEXIÓN
La irrupción de la crisis, en su faceta económica, se data en 2008. Sin duda sus aspectos sociales y culturales se venían gestando de tiempo
antes, no obstante, este aspecto se nos va fuera
del foco de nuestro objetivo. Los impactos que
la crisis tiene en las políticas y en los servicios
culturales locales llegan a nuestros días, no por
casualidad hemos comenzado el capítulo con
una reflexión conjunta de un grupo de gestores
culturales al respecto. Por fortuna desde el año
4. http://femp.femp.es/files/566-60-archivo/Gu%C3%ADa%
20FEMP%20de%20estándares%20de%20los%20equipamientos
%20culturales.pdf
3. http://femp.femp.es/files/566-63-archivo/Pautas%20para%
20la%20Cooperación%20institucional%20en%20materia%20
de%20Cultura.pdf
5. http://femp.femp.es/files/566-61-archivo/Gu%C3%ADa
%20FEMP%20para%20la%20evaluación%20de%20las%20
pol%C3%ADticas%20culturales%20locales.pdf
63
LUIS BEN
2000 tenemos acceso a estadísticas culturales
regulares y normalizadas desde el Ministerio
de Cultura6, y esto nos permite poner cifras
a determinados hechos. En primer lugar, hay
que destacar que históricamente la aportación
económica de las Administraciones locales a
las cuentas públicas de la cultura es la mayor
de entre los tres niveles administrativos tal y
como vemos en la tabla 2. Esta constatación
nos indica claramente que quien más gasta, a
pesar de tener menos competencias obligatorias, es quien más competencias probablemente esté asumiendo de manera voluntaria.
Tabla 2. Gasto público en cultura por
Administraciones (2000-2016)
Evolución del gasto por habitante
Administración
2000
2004
2008
2012
2016
Estado
14,00
17,60
23,50
16,50
14,30
CC.AA
23,80
31,20
46,60
27,20
22,60
CC. Locales
41,50
63,20
85,10
58,20
66,40
Fuente: Ministerio de Cultura y Deporte. Elaboración propia.
Sin lugar a duda, las Administraciones locales realizan un esfuerzo presupuestario de gran
magnitud, pese a la tan nombrada y denostada
por ellas Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local (27/2013) que
impone serios corsés sobre el gasto público en
las mismas con el consiguiente aprieto para
aquellos servicios considerados no esenciales,
tal es el caso de los culturales. Pues a pesar de
la ley citada los poderes locales siguen apostando por los servicios culturales a la ciudadanía, más allá de sus competencias obligatorias.
Sin duda, un gesto claro de autonomía política y administrativa que podemos comprobar
igualmente en el gráfico 1.
6. http://www.culturaydeporte.gob.es/servicios-al-ciudadano/estadisticas/cultura/mc/culturabase/portada.html?L=0
64
Por lo que digan de verdad las cifras está
claro que los poderes locales, en porcentaje y
en cantidades absolutas, sostienen más de la
mitad de la inversión pública en el sector de la
cultura en España. ¿Es posible un gasto mayor
sin ejercer más competencias o al menos atendiendo sectores culturales abandonados por los
otros dos niveles de la administración pública?
Sinceramente creemos rotundamente que no.
Es obvio que los ayuntamientos y las diputaciones han estado todos estos años, con crisis y sin
ella, prestando servicios y asumiendo competencias más allá de lo regulado en las leyes.
No obstante, este ejercicio tuvo costes evidentes en las políticas culturales. Uno de los
más graves fue la deserción de las Administraciones públicas de políticas basadas en los
derechos culturales para acogerse a modelos
economicistas y de emprendimiento. Esta tendencia minimizó las aportaciones a servicios
que podemos calificar, sin duda alguna, como
básicos (lectura pública, proximidad, apoyo a
la creación, etc.), en detrimento de un apoyo a
las denominadas industrias culturales o creativas. Si volvemos a nuestros gestores reunidos a
la sombra del Moncayo nos encontramos con
esa opinión. Afirman sin titubeos que «en la
gran mayoría de las instituciones culturales
han tomado cuerpo y han sido aceptadas como
verdades incuestionables tanto la retórica de
las industrias culturales como el concepto de
industria cultural»7. Bajo este enunciado, los
autores sospechan que el discurso dominante
de industrias y emprendimiento no es más que
la justificación de adelgazamientos presupuestarios y competencial de los servicios públicos
culturales, esos que se apoyan en la batería de
derechos y principios que enumera tan exhaustivamente la Constitución española.
Los poderes locales se han visto pillados a
raíz de la crisis en una sofisticada trampa, de
7. Ibid.
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
Gráfico 1. Evaluación del porcentaje de gasto
90,00
67,50
45,00
22,50
0,00
2000
2004
Central
2008
Autonómico
2012
2016
Local
Fuente: Ministerio de Cultura y Deporte. Elaboración propia.
una parte la indefinición y flexibilidad del marco competencial les permitió desarrollar políticas culturales cercanas a las demandas ciudadanas e incluso de lucimiento institucional,
pero, una vez llegaron tiempos de vacas flacas,
se vieron sobrepasados por las carencias, lastrados por los compromisos adquiridos (sobre
todo en equipamientos y actividades periódicas) y finalmente desbordados por la falta de
recursos económicos. La apelación al emprendimiento, la innovación y la narración economicista no parece tratarse más que de una tabla
de salvación a la que agarrarse en momentos de
ahogo. Ya en 2013 Eduard Miralles, uno de los
más finos y sagaces escrutadores de la políticas
culturales públicas en España y Latinoamérica,
en un artículo de rotundo título afirmaba que
«Se impone promover el debate social amplio
sobre qué debemos pagar con nuestros impuestos y qué nuevas formas debemos implementar para la financiación de todo lo público, y no
solo de la cultura. A este debate, la cultura debe
llegar con ideas claras sobre qué líneas rojas
no se pueden atravesar bajo ningún concepto» (E. Miralles, 2013). Claramente las líneas
rojas eran competencias y sobre todo aquellos
derechos culturales que es preciso atender, a
demandas de una sociedad y una ciudadanía
que ya han interiorizado el papel esencial de la
cultura en el bienestar y en los procesos de desarrollo. Lo que falta es la tarea fundamental de
delimitar recursos, competencias y legitimidad
política desde las que actuar.
VII. UNA ÚNICA CONCLUSIÓN PARA UNA
EXCLUSIVA PROPUESTA
La realidad, las prácticas política y administrativa de estos cuarenta años de municipios
democráticos han sido esencialmente apasionantes. Porque la pasión es sin duda el motor
que movió en sus inicios a la construcción de
un sistema político y administrativo de autogobierno democrático para los municipios de
nuestra nación, una generación de jóvenes políticos, acompañados de incipientes gestores
culturales, se puso manos a la obra para construir servicios culturales públicos para una ciudadanía que, de forma más intuitiva que racional, los demandaba. En ese proceso se produjo
un hecho de relevancia especial: la indefinición
de las competencias que los poderes locales debían asumir cara a la satisfacción de los derechos culturales y los consiguientes deberes del
poder político al respecto. Este factor determi65
LUIS BEN
nó la evolución histórica de la acción política
en cultura del mundo local a veces para bien,
libertad y autonomía de decisión y ejecución,
y otras veces para mal, incapacidad de prestar
servicios de calidad en tiempos de crisis. La
cuestión es si, dada la experiencia histórica y
las lógicas políticas y administrativas, es conveniente la reforma y perfección del modelo
competencial en el que nos hemos movido hasta ahora. Pero la pregunta no sería tanto si hay
que reformar el régimen de competencia, sino
¿cuál debe ser la orientación del cambio?
Sin duda, la situación actual de indefinición
y delimitación clara de competencias, como
también del conflicto en paralelo de la financiación de los servicios, no soportan más tiempo de irresolución.
Salvo que la opción sea la liquidación de muchos de los servicios prestados hasta el presente. Como no creemos que esta última opción
sea aceptable, sino que, por el contrario, lo deseable es profundizar en la mejora de los servicios públicos y la consolidación de los derechos
de la ciudadanía, solo se nos ocurre una única
propuesta, la redacción y promulgación de una
Ley General de Cultura, de carácter orgánico si
fuese técnicamente posible. De cara a concretar
la propuesta, retornemos al mandato constitucional de forma esquemática en la tabla 3.
Observemos que ahora, a diferencia de en la
tabla 1, las dos columnas finales reflejan de un
lado lo que hemos denominad como «Valor dominante». Con esta denominación apuntamos
a las grandes líneas estratégicas que caminan
en la línea de políticas amplias, como es el caso
de la participación, la accesibilidad de la ciudadanía, la construcción de la memoria o la búsqueda de la inclusión o la cohesión social. Estamos ligando mandatos constitucionales con
prácticas políticas. En la segunda columna nos
referimos al ámbito competencial preferente
en el que debe inscribirse el mandato constitucional y a la luz del valor dominante definido.
El cruce de estos dos parámetros, valor dominante y ámbito competencial, deberían ser las
guías desde las que construir una Ley General
de Cultura que dignifique tanto al sector cultural, en tanto que protagonista de nuestra realidad social y económica como país, como que
clarifique la delimitación de servicios públicos
desde las diferentes administraciones. Sobre
todo de la local. ¿Han perdido autonomía los
poderes locales en estos años después de tantos dimes y diretes competenciales? No es probable, quizás lo que se trate es de adaptación a
diferentes circunstancias. En todo caso habría
que preguntarle, si ello fuera posible, al Pedro
Crespo de Calderón de la Barca.
Tabla 3. La cultura en la Constitución de 1978
Artículo
66
Texto
Valor
dominante
Ámbito territorial
preferente
Concurrencia
(estatal,
autonómica y
local)
3.3
La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un
Diversidad
patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección
9.2
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que
la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra
sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten Participación Local
su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida
política, económica, cultural y social
ÁMBITO COMPETENCIAL: EVOLUCIÓN Y ESTADO DE LA CUESTIÓN. ¿SE HA PERDIDO LA AUTONOMÍA LOCAL?
Artículo
Texto
Valor
dominante
Ámbito territorial
preferente
Se reconocen y protegen los derechos:
20.1.a
20.1.b
44.1
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones Diversidad
mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción
Se reconocen y protegen los derechos:
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica
Creatividad
Estatal
Estatal
Concurrencia
Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que
(estatal,
Participación
todos tienen derecho
autonómica y
local)
46
Los poderes públicos garantizarán la conservación y promoverán el
enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos
de España y de los bienes que lo integran, cualquiera que sea su régimen Memoria
jurídico y su titularidad. La ley penal sancionará los atentados contra este
patrimonio
48
Concurrencia
Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre
Participación (autonómica y
y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural
local)
50
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y
periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos
durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones Cohesión e
familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios inclusión
sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda,
cultura y ocio
Concurrencia
(estatal,
autonómica y
local)
Concurrencia
(autonómica y
local)
1. Las comunidades autónomas podrán asumir competencias en las siguientes
materias:
14.a La artesanía
148.1 14.a a
17.a
15.a Museos, bibliotecas y conservatorios de música de interés para la
Identidad
comunidad autónoma
Autonómico
16.a Patrimonio monumental de interés de la comunidad autónoma
17.a El fomento de la cultura, la investigación y, en su caso, la enseñanza
de la lengua de la comunidad autónoma
149.1.9a
1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias:
9.a Legislación sobre propiedad intelectual e industrial
Economía y
creatividad
Estatal
1. El Estado tiene completencia exclusiva sobre las siguientes materias:
149.1.28a
149.2
28.a Defensa del patrimonio cultural, artístico y monumental español contra Identidad
la exportación y la expoliación; museos, bibliotecas y archivos de titularidad
estatal, sin perjuicio de su gestión por parte de las comunidades autónomas
Sin perjuicio de las competencias que podrán asumir las comunidades
autónomas, el Estado considerará el servicio de la cultura como deber y
Gobernanza
atribución esencial y facilitará la comunicación cultural entre las comunidades
autónomas, de acuerdo con ellas
Estatal
Concurrencia
(estatal y
autonómica)
Fuente: Constitución Española de 1978. Elaboración propia.
67
LUIS BEN
BIBLIOGRAFÍA
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Española de Municipios y Provincias. Disponible en: http://femp.femp.es/files/566-62-archivo/
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VV. AA. (2000): Cultura y poder local. Reflexiones y propuestas desde la Mesa de Concejales de Cultura
de los municipios de la provincia de Barcelona, Barcelona, Editorial Milenio, Diputación de Barcelona.
68
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA LOCAL.
RETOS Y PROPUESTAS
Pau Rausell Köster
El artículo destaca la funcionalidad de las políticas culturales locales, haciendo un recorrido
sobre algunas de las características de la evolución tanto del gasto público como del privado
desde el inicio de la crisis. Alerta sobre el escaso nivel de cambio de las políticas culturales
locales por parte de los Gobiernos surgidos de las elecciones de 2015 y, finalmente, realiza
una serie de propuestas que reclaman la recuperación de las fuentes de financiación perdidas, tanto públicas como privadas, pero también la aplicación de un mayor rigor y racionalidad instrumental en el diseño e implementación de las políticas culturales locales.
Palabras clave: financiación cultural, políticas culturales, desarrollo local, ecosistema cultural.
I. INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO
En el conjunto de los países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), el papel y el protagonismo de la administración local en la provisión de bienes y servicios culturales varía enormemente. Países como
Francia o Irlanda tienen instituciones centrales
dedicadas a las artes y la cultura, cada una de las
cuales tiene la mayor parte de la responsabilidad, y solo delegan una parte pequeña hacia niveles subnacionales de gobierno. Por otro lado,
países como Austria, Bélgica y Alemania tienen
un modelo más descentralizado, en el que puede
o no existir un ministerio central (Alemania),
pero los niveles inferiores del Gobierno son responsables de la mayoría de los asuntos culturales. Para dimensionar el caso español, decir que,
en 2010, el año en que aún la financiación pública de la cultura no se había descalabrado, de los
6800 millones de euros destinados a la cultura,
1000 millones de euros correspondían al Gobierno central, 1800 millones a las comunidades
autónomas y los restantes 4000 millones eran
gestionados por las corporaciones locales. Es
decir, casi el 60% de los recursos públicos eran
administrados por los niveles locales.
Los argumentos a favor de la descentralización, en el campo de la satisfacción de los derechos culturales, tienen que ver con la proximidad a las necesidades de los ciudadanos, y parece
razonable que sea a nivel local donde mejor se
pueden detectar y satisfacer las necesidades culturales de la ciudadanía, en un contexto diverso.
Pero también hay que ser conscientes que la codificación de las experiencias culturales no solo
se alcanza a partir de la provisión pública, e incluso dentro de esta se interpreta mediante canales
que van más allá de la política cultural convencional (aquella dependiente de los organismos
69
PAU RAUSELL KÖSTER
político-administrativos con competencias en
cultura), como la política educativa, o la política
comunicativa (o de los medios de comunicación
públicos). Por tanto, aunque la mayor parte de
los recursos de la política cultural se instrumentalice a través de las políticas locales, muchos de
los impactos culturales de la ciudanía tienen una
referencia nacional (política educativa, de comunicación) o incluso marcadamente mundial
a través de los mercados globalizados. La digitalización e Internet, además, ha transformado de
manera radical la creación, la producción y el acceso a los bienes y servicios culturales, por lo que
la ciudadanía se enfrenta a un «menú complejo»
para satisfacer sus derechos culturales.
Pero las estrategias sobre los sectores culturales y creativos van más allá de la satisfacción de los derechos culturales. Como señala
la OCDE en un reciente documento, hay que
tener en cuenta que ya en 2004, la Rand Corporation (K. F. McCarthy et al., 2004) identificaba
cinco categorías principales de beneficios de
las actividades culturales para los territorios, la
comunidades y los individuos que los habitan:
1) impactos cognitivos: mejorar las habilidades
de aprendizaje y el rendimiento académico de
los jóvenes en edad escolar; 2) impactos actitudinales: las experiencias culturales pueden
desarrollar habilidades más generales y actitudes prosociales; 3) impactos sobre la salud y el
bienestar: efectos terapéuticos de las artes; 4)
impactos sobre la cohesión: la cultura promueve la interacción social, genera identidad comunitaria y construcción de capital social, y 5) impactos económicos: beneficios directos para el
empleo, la renta, y los ingresos fiscales o sobre
la productividad y la capacidad de crecimiento
Cada vez tenemos evidencias empíricas más
abrumadoras de estas externalidades, en prácticamente todos los espacios de impacto señalados (Sacco, 2017), por lo que parece claro que
las políticas culturales locales deben devenir en
parte central y estratégica en el conjunto de las
políticas locales. Para el caso español cabe des-
70
tacar los trabajos sobre el impacto de la cultura
en espacios no metropolitanos (Orcao Escalona et al., 2017) o los recientes estudios para la
Comunidad Valenciana, que han medido por
primera vez el impacto de los sectores culturales y creativos sobre la renta per cápita a nivel
municipal. Dichas estimaciones confirman que
la dimensión de los sectores culturales y creativos tiene una relación directa con mejoras en la
renta y la productividad de los municipios, así
como en su crecimiento y desarrollo económico, y estos trabajos confirman investigaciones
previas con carácter regional (Boix Doménech
y Soler y Marco, 2014; Rausell-Köster et al.,
2011) y que parten de relaciones causales circulares. También para Estados Unidos, otras investigaciones (Florida et al., 2008) encuentran
que la presencia de grupos profesionales en los
sectores de las artes tiene un impacto importante en las diferencias de ingresos, productividad y salarios en 331 áreas metropolitanas de
Estados Unidos.
II. LA DÉCADA PERDIDA. EVOLUCIÓN DE LA
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA POR PARTE
DE LAS CORPORACIONES LOCALES DESDE EL
INICIO DE LA CRISIS
La crisis económica ha supuesto un fuerte golpe a la financiación de las actividades culturales,
aunque el gasto orientado a la cultura por parte
de las corporaciones locales mostró una mayor
resiliencia que el resto del gasto público cultural.
Tanto el gobierno central como las comunidades autónomas redujeron rápidamente su
gasto cultural, mientras que las corporaciones
locales mantuvieron hasta 2010 los gastos en
cultura, superando los 4000 millones de euros
en ese año para reducir la cantidad hasta poco
más de 2500 millones en 2013, el peor año de
la serie, y volviendo a crecer a partir de entonces hasta alcanzar los 3500 millones de 2017,
aún por debajo de los datos al inicio de la crisis,
incluso en términos corrientes (gráfico 1).
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA LOCAL. RETOS Y PROPUESTAS
Gráfico 1. Datos sobre evolución del gasto público en cultura. 2008-2017 por niveles de administración
4.500.000
4.000.000
3.500.000
Miles de euros
3.000.000
2.500.000
2.000.000
1.500.000
1.000.000
500.000
0
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
956.931
772.443
629.722
679.470
672.320
662.627
678.184
Administración General del Estado
1.075.338 1.135.273 1.050.642
Administración autonómica
2.128.971 2.046.369 1.769.059 1.482.593 1.273.763 1.071.063 1.035.499 1.080.935 1.054.331 1.075.754
Administración local
3.886.044 3.836.844 4.042.551 3.396.862 2.725.907 2.581.448 2.707.413 3.017.421 3.083.367 3.529.961
Fuente: Estadística de Financiación y Gasto Público en Cultura.
En este sentido la Administración central
está al 63% de su valor en 2008, las administraciones autonómicas a un 51% y las corporaciones locales alcanzan ya el 91% del valor
de 2008. Si lo observamos en términos por
habitante, podemos comprobar que en España
pasamos de disponer de 155 € por habitante en
2008 a reducir esa cifra a 92 € en 2013, para recuperarse solo hasta los 117 € por habitante en
2007 (gráfico 2). Para contextualizar esta cifra,
resulta pertinente indicar que el gasto privado
en cultura por habitante en 2017 era de 288 €,
es decir, aproximadamente 2,5 veces más.
Estamos por tanto ante una década perdida
en términos de gasto público en cultura.
El ajuste en la disminución del gasto de las
corporaciones locales en cultura se ha producido en la partida del capítulo de inversiones,
que han pasado de 1400 millones en 2010 a los
solo 226 en 2013. Este ajuste naturalmente vie-
ne forzado por las circunstancias de la crisis y
la consolidación fiscal consiguiente, pero también supone el fin a un ciclo de cierta burbuja de equipamientos e inversiones culturales,
al aliento del supuesto «efecto Guggenheim».
«La bonanza económica dio lugar a una nueva generación de museos que se construyeron
para regenerar las ciudades, atraer al viajero y
procurar réditos políticos y de imagen. Se convirtieron en piezas imprescindibles del canon
urbano de toda ciudad y, por ello, no se escatimaron las inversiones» (V. Collera, 2011)1.
Desde 2013 y en cuanto a la recuperación
del gasto, prácticamente no ha habido cambios
en su estructura y modelo. Una ligera reducción
de los gastos en personal, que pasan de consti-
1. Collera, V. (2011): «La burbuja de los museos», El País, 14
de mayo de 2011.
71
PAU RAUSELL KÖSTER
Gráfico 2. Datos sobre evolución del gasto público en cultura, euros/habitante por niveles de
administración, 2008-2017
180,0
160,0
Euros por habitante
140,0
120,0
100,0
80,0
60,0
40,0
20,0
0,0
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
Administración Local
85,1
83,0
87,0
72,8
58,2
55,48
58,2
65,0
66,4
2017
75,9
Administración Autonómica
46,6
44,3
38,1
31,8
27,2
22,9
22,3
23,3
22,7
23,1
Administración General del Estado
23,5
24,6
22,6
20,5
16,5
13,5
14,6
14,5
14,3
14,6
Fuente: Estadística de Financiación y Gasto Público en Cultura.
tuir el 31% al 29%. Esos dos puntos los recogen
los gastos corrientes que pasan del 39% del total al 41%, pero prácticamente deja sin tocar el
conjunto de los gastos corrientes (personal más
capítulo II) alrededor del 70% (tabla 1).
Tabla 1. Distribución del gasto público en
cultura de las administraciones locales por su
clasificación económica (2010, 2013 y 2017)
2010
2013
2017
Cap. I (Personal)
22%
31%
29%
Cap. II (Gasto
Corriente)
35%
39%
41%
Cap. IV
(Transferencias)
14%
19%
19%
Cap. VI
(Inversiones)
26%
9%
9%
Cap. VII
(Transferencias
de capital)
2,0%
2%
1%
4.326.116
2.583.461
3.531.978
Total en miles
de euros
Fuente: Estadística de Financiación y Gasto Público en Cultura.
72
Por tanto, podemos deducir que se ha producido una mejora de la eficiencia de las Administraciones locales (ya que cada unidad de
coste de personal gestiona más cantidad de
presupuesto) o por el contrario se han empeorado las condiciones laborales a partir de menos retribución media o más carga de trabajo:
probablemente se hayan dado ambos fenómenos, y en estos momentos la administración
cultural local se encuentre con una plantilla
escasa, sobrecargada, envejecida y poco motivada.
Este cambio del contexto económico tan
restrictivo se encabalga a partir de 2015 con
el cambio en el Gobierno de algunas grandes y
medianas ciudades que pasan de Gobiernos de
centro derecha a Gobiernos liderados por coaliciones de izquierda (Madrid, Barcelona, Valencia, Cádiz, Santiago). Este cambio del marco político, sin embargo, tampoco ha supuesto
grandes transformaciones ni en los modos de
hacer política cultural ni en las prioridades
presupuestarias hacia la cultura.
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA LOCAL. RETOS Y PROPUESTAS
«A partir de 2015, esta corriente cristalizó
en candidaturas de los comunes que alcanzaron las alcaldías de ciudades como Madrid y
Barcelona, donde parecía que se abría un profundo ímpetu de cambio que transformaría la
relación entre cultura, ciudad y ciudadanía. Sin
embargo, dos años después del inicio de esta
etapa, el balance es bastante pobre: los presupuestos en ambas ciudades muestran una gran
continuidad en sus líneas maestras, una permanencia del gasto principalmente orientado
a las grandes organizaciones e instituciones de
alta cultura y aumentos moderados de gasto en
acción cultural de proximidad. […] Finalmente, las experiencias en la introducción de autogestión o gestión comunitaria han sido muy
secundarias y no han afectado al núcleo de la
política cultural, que sigue desarrollándose en
buena medida según los paradigmas anteriores. En ambos casos se observa el triunfo de la
inercia sobre el cambio» (Rius Ulldemolins y
Gisbert, 2018).
Aunque la razón de esta escasa capacidad
de cambio responde en cada caso a factores
con cierta lógica local, desde nuestra perspectiva una de los motivos principales de la inercia, más allá del contexto presupuestario restrictivo, ha sido el escaso conocimiento, por
parte de los nuevos gobernantes, de la lógica
procedimental burocrático-administrativa, la
limitada implicación emocional de unos cuerpos técnicos poco motivados y el limitado instrumental de información e inteligencia para
desarrollar políticas culturales basadas en la
evidencia y con conocimiento de las relaciones
causa efecto en el manejo de las variables de
intervención2.
2. Aunque no en todos los lugares, también es cierto que «la
cultura se ha convertido en un elemento destacado en las
guerras culturales que los adversarios de estos Gobiernos
han utilizado contra los nuevos responsables de las políticas
culturales, forzando una cierta parálisis de sus proyectos de
cambio» (Rius Ulldemolins y Gisbert, 2018).
Finalmente, aunque el concepto de la capacidad transformadora de la cultural se utiliza a
nivel retórico, la práctica política no tiene clara conciencia y conocimiento de las evidencias
sobre sus impactos reales y concretos.
En este sentido, resulta imprescindible un
nuevo empuje sobre la idea de la enorme potencialidad de transformación, ya que hay que
tener en cuenta que a partir de determinados
niveles de renta per cápita la correlación entre
ingresos y felicidad se debilita y aparecen nuevos factores que afectan a la construcción del
bienestar, como son el placer, el compromiso
con la comunidad y el significado y sentido de
nuestras actividades y propósitos (Peterson et
al., 2005), y todos estos elementos tienen que
ver con la dimensión simbólica, esto es, con la
producción cultural.
La producción cultural deviene por tanto
en la principal herramienta para provocar mejoras en los niveles de bienestar de las población en contextos desarrollados.
III. LA FINANCIACIÓN DE LA CULTURA EN EL
ÁMBITO LOCAL: NUEVAS PERSPECTIVAS
1. Más y mejor gasto público
Una primera consideración ineludible es reclamar y exigir a la Administración local que
vuelva a recuperar los niveles de gasto de antes
de la crisis. Esto supondría aumentar el gasto
actual en al menos entre 10 y 15 € por habitante, lo que tendría un efecto agregado de entre
500 y 700 millones de euros. Pero esta recuperación del gasto de las políticas locales debe
hacerse en paralelo con una mejora de los niveles de eficacia y eficiencia.
En estos momentos, en la mayoría de los
casos las limitaciones en la satisfacción de los
derechos culturales ya no tienen que ver con
la falta de infraestructuras (a lo que ya se dedicó la política cultural local desde el inicio
73
PAU RAUSELL KÖSTER
de los ayuntamientos democráticos), sino con
dificultades en la definición de los objetivos a
partir de la agregación de preferencias, o en la
aplicación de los instrumentos de intervención
con limitaciones importantes en su grados de
eficacia. Pero hoy disponemos de un corpus de
investigaciones y análisis mucho más amplio,
tenemos a nuestro alcance una mayor cantidad
de información (que nos permite evaluar los
impactos) y el conjunto de la ciudadanía exige una mayor transparencia y participación.
Resulta imprescindible un nuevo modelo de
gestión pública de la política cultural local para
superar los retos a los que ha sido sometida,
por los rápidos cambios tanto en el ámbito de
la financiación como en las características de
su modelo de gobernanza.
Este nuevo modelo requiere una mayor
coordinación y colaboración entre municipios (enfrentando una de las grandes fuentes
de ineficiencia de la política cultural municipal, por contraprogramación, solapamiento y
deficiente dimensionamiento de las infraestructuras, competencia por la notoriedad), así
como una mayor coordinación interinstitucional, ya que si integramos todos los efectos positivos de las políticas culturales (promoción
económica, educación, salud, bienestar, inclusión, integración de los inmigrantes, turismo,
transmisión de valores, regeneración urbana),
comprobamos su completa transversalidad.
También es un modelo que requeriría prácticas de gestión con mayor autonomía y flexibilidad en sus operativas, pero dado el historial de corrupción e irregularidades que estos
mismos argumentos han justificado en el pasado reciente prácticas de escasa transparencia,
nepotismo y falta de control, nos empuja a ser
conscientes de los riesgos de esta reclamación.
Aun así, seguimos pensado que gestionar el espacio simbólico común, con eficacia, eficiencia
y responsabilidad y en marcos de mayor participación e interacción con la ciudanía, exige
delinear entornos que vayan un poco más allá
74
de la lógica de la ley de procedimiento administrativo. Más aún, estamos convencidos de
que la administración cultural debe convertirse en inductora necesaria de la burocracia
creativa3. Solo así será posible que la política
cultural tenga un impacto transformador real.
2. Y más gasto privado
A pesar de la recuperación económica y el crecimiento del empleo, el gasto privado destinado a la adquisición de bienes y servicios culturales muestra un preocupante y continuado
descenso, tanto en servicios culturales4 como
en libros y publicaciones periódicas. Hay que
tener en cuenta que el gasto de los hogares
en libros y servicios culturales prácticamente
iguala el agregado del gasto público de todas las
administraciones (gráfico 3).
En 2017 los hogares se gastaban casi 2000
millones de euros menos que en 2007. Es cierto que parte de ese cambio es debido a la transformación radical de los modos de acceso a
la cultural por la extensión de Internet, pero
también podría ser el momento de recordar a
los ciudadanos que, si queremos mantener la
salud de nuestro ecosistema cultural, resulta
3. Burocracia Creativa es una conceptualización desarrollada
por el ensayista y consultor británico Charles Landry. «La
La �burocracia creativa” pone de relieve la perspectiva humana. Entiende que las personas están en el corazón del sistema. […]
Una burocracia no es solo una estructura u �organigrama”
con relaciones y roles funcionales. Es un grupo de personas
con vidas, emociones, aspiraciones, energía, pasión y valores.
[…] La idea de la �burocracia creativa” no es un plan, sino una
forma de operar que ayuda a crear mejores planes y mejores
formas de funcionar. Se trata de una forma de organización
adaptable, reactiva y colaborativa que, en principio, puede aprovechar la iniciativa y la plena inteligencia de quienes
trabajan en ella y responder a las demandas cambiantes de
aquellos a quienes tratan de servir». Ver: http://charleslandry.com/themes/creative-bureaucracy/
4. Los servicios culturales incluyen cines, teatros espectáculos, museos, bibliotecas y parques zoológicos, servicios fotográficos y otros servicios culturales (suscripción a plataformas de televisión, canales privados).
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA LOCAL. RETOS Y PROPUESTAS
Gráfico 3. Evolución del gasto privado en servicios culturales y libros
7000
6000
Miles de euros
5000
4000
3000
2000
1000
0
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2505
2493
2581
2664
2411
2309
2224
2099 1947
2036
2280
1954
09.3.2 T Servicios culturales 3473
3993
3810
3686
3581
3376
3156
3022
3225
2563
2542
09.4.1 T Libros
3156
Fuente: INE. Encuesta de presupuestos familiares.
indispensable manifestarlo a través de nuestra
disponibilidad a pagar por bienes y servicios
culturales.
Desde la perspectiva de las políticas culturales locales, esto implica cierta pedagogía en las
políticas de precios, ya que en muchas ocasiones la gratuidad o precios muy bajos por parte
de provisión pública local, no tienen efectos
en la reducción de las barreras de acceso a la
oferta, sino que provocan un efecto distributivo
regresivo (se financia el acceso a la población
con niveles de renta medio-altos). También se
podría incentivar la recuperación del gasto privado en cultura a través de campañas de comunicación, subrayando la responsabilidad ciudadana en sus estrategias de consumo.
Otro objetivo plausible desde la perspectiva
pública es articular entornos legales donde sea
posible las prácticas de asociaciones, fundaciones u otras organizaciones sin ánimo de lucro
que activan, coordinan y promueven una enorme cantidad de talento, energía y actividad y
conforman un escenario donde se satisfacen
una gran parte de los derechos culturales de
la ciudadanía. La colaboración público-tercer
sector cultural no debe articularse exclusivamente vía subvenciones, sino que desde el
marco político se debe visualizar el reconocimiento a los beneficios del asociacionismo y a
su implicación con las dinámicas locales. Aun
así, consideramos que sería razonable que un
25% (frente al 19% actual) de los presupuestos
de las corporaciones locales fuera destinado al
capítulo IV como transferencia a la sociedad
civil diversa y organizada, pero que parte de
estos recursos se destinara a mejorar las capacidades de gestión, organización, coordinación
con otras organizaciones, técnicas de comunicación, digitalización o internacionalización en
aras de conseguir mayores niveles de eficacia y
eficiencia del conjunto del ecosistema cultural
Respecto a los fondos del mecenazgo y de
la responsabilidad social corporativa, es cierto
que la crisis supuso una reducción y un cierto
efecto de sustitución entre gastos destinados
a los campos culturales y creativos y aquellos
destinados a gasto social. Con la recuperación,
resultaría conveniente que los gestores culturales públicos y privados recordaran a los
posibles financiadores que se puede volver a
75
PAU RAUSELL KÖSTER
destinar gasto corporativo al mecenazgo y el
patrocinio cultural. Sin embargo, también hay
que ser cauteloso con una excesiva dependencia del sector empresarial en la financiación de
la cultura, más aún si esa intervención está basada en incentivos fiscales, ya que finalmente
supone cierta dejación de responsabilidades
(Rausell-Köster et al., 2013), y supone ciertos
riesgo de captura de intereses colectivos por
parte de particulares.
Donde sí cabría un amplio recorrido es
en las posibilidades de articular mecanismos
de la utilización de la financiación colectiva
(crowdfunding) como mecanismo institucionalizado de participación en la promoción de
proyectos culturales en el ámbito local. Algunas leyes autonómicas de mecenazgo, como la
de Navarra o la de la Comunidad Valenciana,
reconocen este tipo de financiación y le otorgan beneficios fiscales en las deducciones autonómicas de IRPF.
En cuanto a la financiación de proyectos
culturales estrictamente a través de mecanismos de mercado, muchas veces las posibilidades dependen de la madurez de la organización
cultural, el modelo de negocio, el capital necesario y la capacidad para cubrir los riesgos.
Las instituciones financieras convencionales
no tienen ni los conocimientos ni los procedimientos para evaluar riesgos de proyectos que
tienen que ver con lo simbólico y con la valorización del capital humano creativo. En este
campo, las posibilidades de colaboración entre
los agentes públicos y privados radicarían en
la constitución de avales y en el desarrollo de
metodologías para la evaluación de riesgos y
constitución de garantías para proyectos culturales.
una cuestión coyuntural que volverá de manera natural, en algún momento, a la situación
previa a la crisis, sino que el empuje neoliberal
puede convertirla en una pérdida estructural a
menos que estemos muy atentos y reforcemos,
depuremos y sofistiquemos los argumentos y
las abrumadoras evidencias de que la cultura
es una herramienta básica para mejorar la utilidad social. Desde el ámbito local es necesario
incrementar los recursos públicos destinados a
la activación de los sectores culturales y creativos. Desde nuestra experiencia y para el caso
español, si queremos que dichos recursos tengan un impacto en la realidad socioeconómica
del espacio local la proporción del gasto público total debe estar al menos entre el 5 y el 10%.
Como señala P. Kern5, entramos en nueva era, donde resulta necesario reformular
las aproximaciones conceptuales previas y
considerar que «la cultura va más allá de los
museos, los sitios patrimoniales o las instituciones culturales tradicionales y se infiltra en
nuestra vida cotidiana. Puede encontrarse en
los centros tecnológicos, en los hubs o clusters
que alimentan la innovación, en los muros de
las ciudades en forma de graffiti y murales, o
en los centros comunitarios locales y en los
festivales callejeros que desencadenan interacciones sociales. Sirve para crear una estética,
un ambiente y, en definitiva, el atractivo de
los lugares». Su impacto transformador reside
precisamente en esta diversidad, pero tiene
la contrapartida que la gestión de todas estas
dimensiones implica grados más elevados de
complejidad, y sofisticación. Tanto en el bando
del sector público, como en las organizaciones
económicas o en el tercer sector, necesitamos
profesionales competentes, formados, motivados y comprometidos con el sentido de servicio público a la comunidad y que entiendan de
IV. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
Hay que ser conscientes de que el retroceso
de la financiación pública de la cultura, en España, y en general en toda Europa, no es solo
76
5. Kern, P. (2017): «Cities are driving new cultural policies»,
KEA European Affairs, 13 de diciembre de 2017. Disponible en:
http://www.keanet.eu/cities-driving-new-cultural-policies
FINANCIACIÓN DE LA CULTURA LOCAL. RETOS Y PROPUESTAS
forma holística la relación de la cultura con el
resto del ecosistema local.
La ciencia, la tecnología y la innovación son
aliados naturales del ecosistema cultural y que
deben trenzar relaciones densas, profundas y
fructíferas. En consecuencia, las universidades, los centros de investigación, los hubs tecnológicos, las incubadoras o las comunidades
de emprendedores son y deben ser espacios
de cultura y la cultura les debe proporcionar el
marco de valores que favorezca la cooperación
frente a la competición, y que defina la solidaridad y el bien común como objetivos finales.
Exigir tanto la responsabilidad individual a
través del consumo cultural o el crowdfunding,
como la corporativa mediante el ejercicio del
patrocinio, el mecenazgo o la responsabilidad
social es parte fundamental de la receta para
sostener la vitalidad y el impacto del ecosistema cultural y creativo, pero también debemos
ser capaces de articular relaciones público- privadas que permitan mayor flexibilidad y unas
interacciones más sofisticadas.
Solo en las últimas décadas se hace una
aproximación más sofisticada entre la dimensión e intensidad de las actividades culturales
y creativas y el potencial del desarrollo local.
Hasta hace muy poco, las relaciones causales
entre uno y otro fenómeno –cultura y desarrollo local–, resultaban difíciles de argumentar,
más allá de cuatro generalidades, pero hoy tenemos numerosas evidencias que nos demuestran esa intrincada relación a partir de relaciones concretas en el desarrollo integral de los
individuos, la cohesión de las comunidades, la
salud, la propensión a la innovación o la mejora en las habilidades cognitivas la productividad y la capacidad de crecimiento. Pero estas
evidencias no nos liberan de dotar a las políticas culturales locales de los recursos adecuados, utilizar los medios adecuados y evaluar los
resultados de forma rigurosa. La política cultural local ha de pasar de modelos ocurrenciales
a otros de mayor responsabilidad social.
La OCDE (2018) considera que la política
cultural local sigue siendo un pilar fundamental del estado del bienestar que ha sido cuestionado por los rápidos cambios sufridos tanto
en el ámbito financiero como en las características de su modelo de gobernanza. Y estamos
completamente de acuerdo en que las políticas
culturales locales necesitan renovación, herramientas más sofisticadas, mayores niveles de
participación y transparencia y nuevas miradas y aire fresco. Pero también estamos convencidos de que las políticas orientadas a las
actividades culturales y creativas han pasado
de limitarse a afectar a lo estético y cosmético para devenir en aspectos centrales de la dimensión estratégica que determina la frontera
de posibilidades de los niveles de prosperidad,
bienestar y felicidad de la ciudadanía.
En ese contexto los responsables del desarrollo de las políticas culturales deben asumir
una mayor responsabilidad que debe ser sustentada en más y mejor información, mayor
conocimiento e investigación y mayor racionalidad instrumental. Pero, dado que estamos
hablando de la gestión del espacio simbólico,
necesitamos también mayor inteligencia emocional, empatía ante la diversidad, belleza y autenticidad.
Respecto a las fuentes de financiación, con
todos estos objetivos en mente, resulta imprescindible diversificar, profesionalizar su captación e incrementar y construir marcos regulares de flujos que definan un marco más o menos
estable y previsible que permitan el desarrollo
y crecimiento de los ecosistemas culturales locales. Resulta necesario dotar a los agentes culturales locales de herramientas y capacidades
y técnicas para la captación de fondos. En este
sentido también hay que recomendar la exploración de las posibilidades de obtener financiación europea de las distintas convocatorias disponibles, tanto en Europa Creativa como en los
programas de cooperación interregional como
en el programa H2020. Cada vez se incorporan
77
PAU RAUSELL KÖSTER
aspectos que tienen que ver con la cultura en
más convocatorias.
En esta Europa turbulenta e inquieta, la cultura, al margen de satisfacer nuestros derechos
culturales, como herramienta de trasformación de la realidad socioeconómica, muestra
una enorme versatilidad, así que constituye
un antibiótico de amplio espectro que puede
ser dirigido a curar diversos males económicos o sociales como la falta de solidaridad, la
desigualdad o la intolerancia. Nos jugamos la
sostenibilidad de la cultura, el cuarto pilar del
desarrollo, pero también la posibilidad de la
convivencia en entornos de tolerancia, diversidad y respeto mutuo.
BIBLIOGRAFÍA
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Florida, R.; Mellander, C. y Stolarick, K. (2008): «Inside the black box of regional development-human capital, the creative class and tolerance», Journal of Economic Geography, vol. 8, n.º 5, pp. 615-649.
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2017. Disponible en: http://www.keanet.eu/cities-driving-new-cultural-policies
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Rius-Ulldemolins, J. y Gisbert, V. (2018). «¿Por qué las políticas culturales locales no cambian? Constricciones del modelo urbano, inercia en la gestión y batallas culturales en los “gobiernos del cambio”
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Sacco, P. L. (2017). «Health and Cultural welfare: a new policy perspective?», Economia della Cultura,
vol. 62, n.º 2, pp. 165-174.
78
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN
CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES.
EL PAPEL DE LA FEMP
Juana Escudero Méndez
A lo largo de los cuarenta años transcurridos desde las elecciones municipales de 1979,
los ayuntamientos democráticos han asumido como propia, con mayor compromiso que
ninguna otra Administración, la responsabilidad de promover el desarrollo cultural de pueblos y ciudades. Conseguida la democratización de la cultura y, después, una democracia
cultural que prosigue su evolución hacia el pleno ejercicio por la ciudadanía de sus derechos
culturales, se hace perentorio el necesario reconocimiento –institucional, competencial
y financiero– de la acción cultural de los Gobiernos locales hasta consumar el modelo de
descentralización cultural configurado por la Constitución de 1978, aún pendiente de desarrollo. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) viene desempeñando,
desde su creación, un papel convencido en pos de esta «segunda descentralización» y del
fortalecimiento de las políticas culturales locales.
Palabras clave: Gobiernos locales, políticas culturales locales, descentralización cultural, diversidad cultural, gestión cultural local, planificación cultural.
I. LAS ELECCIONES LOCALES DE 1979
Y LOS PRIMEROS GOBIERNOS LOCALES
DEMOCRÁTICOS TRAS LA CONSTITUCIÓN
DE 1978
El día 3 de abril de 1979 se celebraban en España las primeras elecciones locales democráticas desde las que el 12 de abril de 1931 llevaron a la proclamación de la Segunda República.
Aquel día, en que «España se acostó monárquica y se levantó republicana», en palabras del
almirante Aznar, quedó de manifiesto el poder
de unas elecciones locales para transformar,
incluso, la forma de Estado. Casi medio siglo
después, en 1979, la participación en estas
elecciones para elegir a los Gobiernos locales
de 7870 municipios fue del 62,51%1.
Tras constituirse, los ayuntamientos de menor tamaño y menos recursos crearon cuatro o
seis áreas de gobierno. Para aquellos con mayor
población, se hizo imprescindible crear más
para atender las muchas y apremiantes necesidades existentes. La creación de las concejalías
de cultura, unidas o no a otras áreas, dio lugar
a la creación de miles de puestos de gestoras
1. Ministerio del Interior. Disponible en: http://www.infoelectoral
.mir.es/infoelectoral/min/
79
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
y gestores culturales antes de que hubiese formación específica para desempeñar esta nueva
profesión: por primera vez en más de cuarenta
años, se restauraba la esencial y necesaria relación de la cultura con el territorio2.
El régimen que se impuso en España al término de la Guerra Civil arrasó la riqueza cultural desarrollada durante el siglo XIX y los
comienzos del siglo XX: la proliferación de
ateneos, liceos y centros artísticos y culturales
creados durante el siglo XIX; el Plan Nacional de Bibliotecas Públicas de 1813, propuesto tras la promulgación de la Constitución de
1812; la institución en 1858, por virtud de la
Ley Moyano de 1857, del cuerpo facultativo de
archiveros y bibliotecarios, primeros gestores
culturales profesionales reconocidos; la Institución Libre de Enseñanza, fundada en 1876,
los sindicatos de clase, las universidades populares, las primeras extensiones universitarias y
la creación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1901, al que correspondían
«las enseñanzas pública y privada, sus diferentes clases y grados, el fomento de las ciencias
y letras, Bellas Artes, Archivos, Bibliotecas y
Museos, así como la Dirección General del Instituto Geográfico y Estadístico»3.
La proclamación de la Segunda República
trajo la consideración de la cultura como un
bien común y un derecho de todos. Así se recogía en la Constitución de 9 de diciembre de
1931. Trajo también las misiones pedagógicas,
el Consejo Nacional de Cultura, el Ministerio
de Educación Nacional, creado en 1938, del
que dependerían las Casas de Cultura de ámbito provincial, fruto de la colaboración del Estado, la provincia y el municipio, gobernadas
2. Cantero Martínez, J (2014): «Historia
Historia de la Gestión Cultural», Manual Atalaya de apoyo a la gestión cultural. Ed. Observatorio Cultural del Proyecto Atalaya. Disponible en: http://
atalayagestioncultural.es/
3. Ibid., p. 10.
80
por las autoridades locales y las asociaciones
culturales de la provincia.
El franquismo instalado con la victoria de
la «guerra incivil», en abril de 1939, estaba
basado en los ideales de patria, familia y religión. Los maestros, figura equivalente en la
represión del bando nacional a los curas en el
bando rojo, habían pasado por una dura depuración tras la guerra a cargo de la Comisión de
Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del
Estado, presidida por el escritor católico José
María Pemán. La dictadura vendría a imponer
en todo el país una cultura controlada por los
principios fundamentales del movimiento en
lo político (1958), por la moral nacional católica en lo social, por la glorificación del pasado imperial en lo histórico y por la censura
en todos los ámbitos: desde la educación y los
medios de comunicación a todas las manifestaciones de la cultura4. La Iglesia monopolizó la
educación, ejerció la censura moral de espectáculos y libros y mantuvo prensa, editoriales
y medios de comunicación propios. Pese a tan
férreo control, a partir de la década de los sesenta empezó a producirse un cambio cultural
de honda importancia. Décadas de recelo hacia
la cultura y de utilización propagandística de
la acuñada como «oficial» no pudieron impedir la eclosión de un espíritu intelectual crítico
que supuso nuevas formas de entender y de
explicar la realidad: nuevas formas también de
repensar España. Con unas ciencias sociales
interesadas en la democracia como sistema5, la
4. Fusi Aizpurúa, J. P. (2017): Espacios de libertad. La cultura
española bajo el franquismo y la reinvención de la democracia
(1960-1990), Barcelona, Galaxia Gutenberg.
5. En marzo de 1966 se fundaba el Centro de Enseñanza e
Investigación, S. A. (CEISA), iniciativa académica que surgió
como respuesta a la expulsión de la universidad de los profesores Aranguren, Tierno Galván y García Calvo. Como señalaban varios conocedores directos de CEISA (F. Álvarez Uría y
J. Varela, 1992, p. 63), «se trataba de una escuela de ciencias
sociales de carácter privado que, gracias fundamentalmente
a las gestiones del activo José Vidal Beneyto, estableció una
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
cultura española tuvo así función formativa en
la reinvención y, por tanto, en la recuperación
de la democracia en España6.
En 1979, los nuevos ayuntamientos democráticos asumían con ilusión el mandato directo e impostergable de modernizar sus pueblos
y ciudades, dotándolos no solo de las infraestructuras y los servicios más básicos –para los
que se llevó a cabo el Programa General de Reconstrucción Municipal–, sino dando cauce a
la expresión libre de las ideas, manifestaciones
artísticas y culturales de un país diverso en un
nuevo marco de convivencia.
Los Gobiernos locales, sin tener atribuida competencia ni obligación legal alguna en
estos ámbitos7, asumieron la responsabilidad
serie de conexiones con instituciones sociológicas de otros
países y reunió a los principales agentes de la reinstitucionalización de la Sociología en España». El repaso de profesores
de dicha escuela es todo un testimonio para la historia de
la Sociología en España: lo más granado de los catedráticos
de Derecho, entre otros, Tierno, Truyol, Álvarez Junco, Elías
Díaz, Ollero, Maravall, Morodo, Elorza, López Pina y algunos
economistas como Tamames, Velarde, José Luis Sampedro,
Pradera y Rojo, así como un elenco de profesores destacados
como Aranguren, Pinillos, Amando de Miguel, Jesús Ibáñez,
Alfonso Ortí, Juan Linz, José Castillo, Víctor Pérez Díaz y un
largo etcétera. Al cierre de CEISA, crearon la Escuela Crítica de Ciencias Sociales de Madrid. Veáse: Sánchez Vera, P.
(2003): «Antecedentes de la Sociología en la Universidad de
Murcia», Anales de Derecho, n.º 21, pp. 253-282, Universidad
de Murcia.
6. Fusi Aizpurúa, J. P. (2017): Ibid., pp. 97 y siguientes.
7. Hasta abril de 1985 no se promulgaría la Ley 7/1985, reguladora de las Bases del Régimen Local, cuyo artículo 26.1
únicamente establecía la obligación de la Administración local
de ofrecer servicio de biblioteca pública en los municipios mayores de 5000 habitantes, en tanto que el artículo 25 de esta
ley facultaba a los municipios para prestar «cuantos servicios
públicos contribuyan a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la comunidad». Este artículo establecía, en todo caso,
la reserva de competencias en los términos que determine la
legislación del Estado y de las comunidades autónomas, en
materias de «[…] e) Patrimonio histórico-artístico […]. m)
Actividades e instalaciones culturales […] y ocupación del
tiempo libre […]».
Tras su modificación por la Ley 27/2013, de 27 de diciembre,
de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local
(LRSAL), el artículo 25 LRBRL atribuye a los Gobiernos loca-
de dar respuesta a la necesidad de servicios,
espacios y recursos culturales básicos: centros
cívicos, que aglutinaban numerosos espacios
y servicios para la ciudadanía; bibliotecas públicas8, de accesibilidad gratuita y universal,
que se han convertido en centros de acogida y
socialización, de alfabetización y adquisición
de competencias informacionales, de integración y capacitación, que garantizan el acceso
a la información, la cultura y el conocimiento a través de la mediación, la creación y la
participación; archivos, que custodian la memoria individual y colectiva; casas de cultura,
museos y centros de arte, teatros y auditorios
para la creación y la difusión de las artes escénicas y la música, las artes visuales, el patrimonio material e inmaterial, el encuentro y el
diálogo intergeneracional, la promoción de los
creadores locales; ciclos culturales y festivos
en los que la cultura lúdica y participativa ha
les, en materia de cultura, las siguientes competencias: «[…]
m) Promoción de la cultura y equipamientos culturales. […]
ñ) Promoción en su término municipal de la participación de
los ciudadanos en el uso eficiente y sostenible de las tecnologías de la información y las comunicaciones».
El artículo 27 de la LRBRL de 1985 establecía que «La Administración del Estado, de las comunidades autónomas y
otras entidades locales podrán delegar en los municipios el
ejercicio de competencias en materias que afecten a sus intereses propios, siempre que con ello se mejore la eficacia
de la gestión pública y se alcance una mayor participación
ciudadana. La disposición o el acuerdo de delegación deben
determinar el alcance, contenido, condiciones y duración de
esta, así como el control que se reserve la Administración
delegante y los medios personales, materiales y económicos
que esta transfiera».
Por último, el artículo 28 de aquella LRBRL –hoy derogado
por la LRSAL de 2013– abría la puerta a la actuación discrecional de los municipios en materia de cultura al disponer:
«Los municipios pueden realizar actividades complementarias de las propias de otras Administraciones públicas y, en
particular, las relativas a la educación, la cultura, la promoción
de la mujer, la vivienda, la sanidad y la protección del medio
ambiente».
8. De las 4632 bibliotecas públicas existentes en España,
4505 son municipales, es decir, un 97,26%. Ministerio de
Cultura y Deporte (2016): Bibliotecas Públicas Españolas en
cifras. Disponible en: http://www.culturaydeporte.gob.es/
cultura/areas/bibliotecas/mc/ebp/portada.html
81
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
contribuido a la construcción de identidades
integradoras y compartidas, de comunidades
plurales entrelazadas por vínculos culturales
aun diversos; espacios todos de fomento de
una ciudadanía organizada en torno a la cultura, tras décadas en las que todo intento de
organización ciudadana era sistemáticamente
desarticulado; festivales de cine, música y artes escénicas; ferias de arte, del libro, de artesanía y saberes locales; concursos y premios
para visibilizar e impulsar al talento local; redes de cooperación y trabajo conjunto, etc., al
tiempo que asumían también la provisión de
enseñanzas artísticas, de formación complementaria a la formal en múltiples disciplinas
(artes escénicas, plásticas, creación audiovisual y demás lenguajes creativos, tecnologías,
programación y robótica, medio ambiente e
infinidad de actividades socioeducativas); de
la educación en el ciclo de 0 a 3 años, que tan
decisiva se va mostrando para la infancia y su
desarrollo futuro, para las familias y sus posibilidades reales de conciliación y, por ende,
garantía de condiciones de igualdad; formación permanente a lo largo de la vida; completos programas para la compensación de desigualdades para el acceso y la permanencia de
todos en el sistema educativo, etc.
El empeño era lograr, en palabras de Eduard
Miralles, «la excelencia a partir de la proximidad y la proximidad a partir de la excelencia.»
La libertad recobrada demandó la creación
de una nueva figura, la del gestor cultural, que
irrumpió para dar respuesta a las aspiraciones
de expresión y participación en la vida cultural
colectiva de la ciudadanía, canalizadas por los
Gobiernos locales. En poco tiempo, se crearon
miles de puestos de animadores y gestores culturales cuyo quehacer se conformó como «una
práctica de memoria viva con aquellas actividades que dieron lugar a la movilización cultural de la sociedad y que permitieron armar
la democracia municipal y situar en sus listas a
ciudadanos con grandes ideas de cambio y re-
novación social»9. Estos primeros profesionales del sector provenían de otros marcos sociales próximos, como la educación, la creación,
el asociacionismo o el trabajo social. A finales
de los años ochenta se empezó a hablar, propiamente, de la gestión cultural tal como se entiende en la actualidad, se diseñaron los primeros programas formativos especializados y se
crearon las primeras asociaciones profesionales en las diferentes comunidades autónomas,
hasta constituirse en 1999 la Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales.
La Diputación de Barcelona fue pionera en
la formación de gestores culturales ávidos de
claves para la acción. El Centro de Estudios
y Recursos Culturales (CERC) de la Diputación de Barcelona, impulsado por figuras claves como Alfons Martinell, Eduard Delgado y
Eduard Miralles, se convirtió en un centro de
encuentro y formación referente en España,
Europa y América Latina. Así se gestó la red de
centros culturales de Europa y la cooperación
cultural al desarrollo. Interacció fue, desde su
inicio, encuentro obligado que llegó a concitar, en su primera convocatoria en 1984, a un
millar de personas que acudían en busca de
su identidad profesional, demandando formación, compartiendo dudas y reflexiones y generando conocimiento. En palabras de Alfons
Martinell, «este CERC […] es donde se constituyó un territorio de ideas, de confrontación,
de pluralidad que permitió crear las bases conceptuales de las políticas culturales locales en
Catalunya, España y otros países y la sensibilización para la construcción profesional de lo
que hoy entendemos como gestión de la cultura o profesiones del sector cultural».
A los seminarios del CERC seguirían, desde 1989, el máster universitario y el posgrado
en Gestión Cultural y, desde 1995, el posgrado en Cooperación y Gestión Cultural Inter-
9. Cantero Martínez, J.: Ibid. p. 13.
82
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
nacional. El I Campus Euroamericano de Cooperación Cultural, organizado conjuntamente
por la Fundación Interarts, la Organización de
Estados Iberoamericanos para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Diputación
de Barcelona, con el apoyo, entre otros, de la
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), los Ministerios
de Cultura de España y de Francia, el Consejo
de Europa y la Unidad de América Latina de la
Dirección de Relaciones Exteriores de la Unión
Europea diseñó una estrategia y logró sensibilizar a otros actores para la articulación de un
proceso bienal de organización de campus en
Europa y en América Latina, que condujo a que
el II Campus tuviera lugar en el continente americano en 2001. Siguieron a este los Campus de
Cooperación Euroamericanos (organizados por
Interarts en colaboración con la OEI, desde el
año 2000) y Euroafricanos (junto a la AECID).
También fue pionero el Ayuntamiento de
Valladolid, que promovió en diciembre de
1985 el I Encuentro Nacional de Animadores
y Gestores Culturales, celebrado en las instalaciones de Boecillo de la Diputación Provincial
de Valladolid.
La formación universitaria llegaría a partir
de 1989. En 1992 iniciaba su andadura el máster en Gestión Cultural del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU). Pronto
lo harían los de las universidades Complutense, Carlos III, las Universidades de Salamanca,
Barcelona, Complutense de Madrid, La Laguna,
Murcia, Valencia, Vigo, Córdoba, Bilbao, Elche,
Alicante, Cartagena, León, Palma de Mallorca,
Girona, Ferrol, A Coruña, Universidad Nacional
de Educación a Distancia (UNED), Huelva, Navarra y tantos otros. Más recientemente, llegarían los estudios de Grado en Gestión Cultural.
Los temas a los que se ha dedicado Interacció en sus sucesivas ediciones indican los que
en cada momento constituían los retos y debates centrales a los que las gestoras y los gestores culturales habían de hacer frente e ilustran
en buena medida la evolución de las políticas
culturales locales en estos años10: si en 1984,
se configuró como una «escuela de verano de
acción sociocultural», una década después, en
1994, llamaba a una «universidad de verano de
política y gestión culturales». Configurada en
adelante como un encuentro bienal, en 1996,
estuvo dedicada a «Las políticas públicas y la
cultura»; en 1998, a «Cultura y poder local»; en
2000, a «Cultura y servicio público»; en 2002,
a «Políticas para la interculturalidad»; en 2004
su título fue «Hacia una Agenda 21 de la cultura»; en 2006, «Políticas culturales de proximidad»; en 2008, «Políticas para el diálogo intercultural a escala local»; en 2010, «Democracia
cultural y transformación social»; en 2013, «El
valor público de la cultura»; en 2015, «Repensando las políticas culturales locales» y en 2017,
«Ciencia y cultura: restablecemos la conexión».
Asimismo, en 2016, el Debate Interacció estuvo
dedicado a los pequeños municipios; en 2014,
a «Los retos de las políticas culturales locales».
Por su parte, la administración central promovía en diciembre de 1983 el «Encuentro cultura y sociedad», organizado por el Ministerio
de Cultura, que concluía «la necesidad de diseñar un nuevo marco y una nueva concepción
de la acción cultural en España». El esfuerzo,
según sus conclusiones, «debe centrarse no
solo en mejorar la oferta cultural de las instituciones sociales y de las distintas administraciones, local, autonómica y central, sino, sobre
todo, en promover un proceso de movilización
social y cultural que permita a los ciudadanos
participar como actores y creadores de la cultura y no como meros consumidores»11.
La FEMP, creada apenas unos meses después de la constitución de los primeros Go-
10. https://www.diba.cat/es/web/cerc/edicionsanteriors
11. El País, sábado 24 de diciembre de 1983. Disponible en:
https://elpais.com/diario/1983/12/24/cultura/441068407
_850215.html
83
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
biernos locales resultantes de las elecciones de
abril de 1979, dedicó desde el principio de su
actividad una atención prioritaria a la acción
cultural de los nuevos ayuntamientos, diputaciones, consejos y cabildos insulares.
Así, al tiempo que, en el plano político, defendía el necesario reconocimiento de la vital
acción cultural desplegada por los Gobiernos
locales y reivindicaba la descentralización de
las competencias culturales al ámbito local ante
la Administración General del Estado y las comunidades autónomas, en el plano técnico proveía instancias de encuentro y formación, elaboraba documentos de referencia, generaba e
impulsaba redes, concluía acuerdos de colaboración con instituciones públicas y privadas en
beneficio de los Gobiernos locales, impulsaba
la profesionalización de la gestión cultural local
y coordinaba la construcción de herramientas
para la planificación y la evaluación de las políticas culturales locales y el reforzamientos de
los sistemas de información cultural.
En sus primeros años de andadura, los encuentros de la FEMP reunieron a más de 7000
personas, cargos electos, técnicos locales, cargos públicos y responsables técnicos del Estado
y de las comunidades autónomas para debatir
y avanzar en la construcción del nuevo modelo
de Estado configurado por la Constitución de
1978 en todos los ámbitos; por supuesto, también en cultura12.
Empecemos esta historia por el principio…
II. EL NACIMIENTO DE LA FEDERACIÓN
ESPAÑOLA DE MUNICIPIOS Y PROVINCIAS
Apenas unos meses después de constituirse las
casi 8000 corporaciones locales surgidas de las
elecciones de abril de 1979, un grupo de alcaldes que participaban en una reunión del Con-
12. Memoria de Gestión de la FEMP 1983-1985, p. 14.
84
sejo de Municipios de Europa13, celebrada en La
Haya en el mes de diciembre, decidió proponer
a sus respectivos Gobiernos locales la creación
de una sección española de dicho Consejo.
Tras el encuentro de La Haya, primer paso
para el nacimiento de la FEMP, fue elaborado
un anteproyecto de estatutos que el alcalde de
Madrid, don Enrique Tierno Galván, envió a los
regidores de los municipios capitales de provincia y de las ciudades de más de 100.000 habitantes, convocándolos a una reunión en Madrid
el 12 de enero de 1980. En esta reunión fue elegida una Comisión Gestora de la Sección Española del Consejo de Municipios de Europa, que
a los pocos días presentó en París la solicitud
formal de incorporación de España al Conseil
des Communes d’Europe y la candidatura de
Madrid como sede de los Estados Generales de
los Municipios de Europa, que se celebrarían,
efectivamente, en la capital de España en 1981.
El 4 de febrero de 1980 se recibió la carta oficial
de aceptación de estas peticiones.
En posteriores reuniones de la Comisión
Gestora se elaboró el proyecto de estatutos que
recoge ya la decisión unánime de sus miembros de constituir una federación de ámbito
estatal que aglutinara a los Gobiernos locales.
Así, el 23 de junio de 1980 se constituyó la
FEMP, cuyos recién aprobados estatutos fueron enviados a todos los municipios españoles
con el propósito de que todos aquellos que así
lo decidieran pudiesen someterlos a la aprobación de su pleno. Tras un periodo de adhesión
tan respetuoso con el principio constitucional
de autonomía local como el descrito, se convocaba la primera Asamblea General de la FEMP,
su Asamblea Constituyente, que tuvo lugar los
días 13 y 14 de junio de 1981 en el Palacio de
13. El Consejo de Municipios y Regiones de Europa (CMRE) es
una organización creada en 1951 por alcaldes europeos que
ha venido trabajando en favor de la democracia local y la contribución de esta en la construcción europea.
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
Congresos de Torremolinos (Málaga), a la que
acudieron delegaciones de quinientos municipios españoles, en representación de los 1492
Gobiernos locales y más de veinticinco millones de habitantes que, en solo unos meses, formaban ya parte de la federación.
Una filosofía ajena a las posiciones de partido, forjada por las tensiones municipales con la
Administración General del Estado en aquellos
momentos, alumbró el nacimiento de la FEMP:
el trabajo por un mayor bienestar de los ciudadanos y su proximidad a los mismos constituyó la base del acuerdo. En frase de Herriot,
invocada por quienes sentaron los cimientos
de la FEMP: «mientras que los Estados oponen
entre ellos sus intereses, sus necesidades o sus
ideologías, los municipios ofrecen para todos
los alcaldes los mismos problemas. Es, pues,
ante los alcaldes de Europa, entre los alcaldes
del mundo, entre quienes debería desarrollarse el sentimiento de una solidaridad y de una
fraternidad verdaderamente humanas»14.
El 8 de mayo de 1983, al término del primer
mandato de los Gobiernos locales constituidos
en 1979, se celebraban nuevamente elecciones
locales en 8045 ayuntamientos. Tras la formación de las corporaciones que resultaron de
ellas, la II Asamblea General de la FEMP tenía
lugar en Barcelona los días 8 y 9 de octubre con
la participación ya de 2700 Gobiernos locales.
En 1985 los adheridos a la FEMP ascendían a
400015.
La FEMP participó en esos momentos en la
elaboración de las leyes que más directamente
iban a afectar a los Gobiernos locales durante
décadas: la Ley reguladora de las Bases del Régimen Local16 y la Ley reguladora de las Hacien-
14. Memoria de Gestión de la FEMP, junio 1981-octubre 1983,
p. 15.
15. Memoria de Gestión de la FEMP 1983-1985, p. 9.
16. Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local, publicada en el BOE n.º 80 de 3 de abril de 1985.
das Locales17. Participó activamente, asimismo,
en la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, haciendo valer en la
dilatada elaboración de esta la necesaria perspectiva municipalista, en este caso en razón de
las importantes competencias municipales implicadas en la conservación y rehabilitación de
nuestro patrimonio histórico-artístico.
Desde su II Asamblea General, la FEMP
acordó en su resolución sobre «Cultura y Administración Local» la creación de una Comi-
17. Ley 39/1988, de 28 de diciembre, reguladora de las Haciendas Locales, publicada en el BOE n.º 313, de 30 de diciembre
de 1988, cuya exposición de motivos alude a cómo la Hacienda
local española vuelven a entrar en una fase de deterioro financiero para cuya solución han sido precisas diversas actuaciones
legislativas de carácter coyuntural y transitorio. […] La entrada
en vigor de la Constitución de 27 de diciembre de 1978 exige
la adaptación del Estado a la nueva estructura en ella diseñada.
Comienza entonces una enorme tarea legislativa de construcción del nuevo modelo de Estado que determina el establecimiento de prioridades sobre todo en el ámbito de la organización territorial, sustancialmente alterada al pasar de un modelo
unitario y centralista a otro fuertemente descentralizado e inspirado en el principio de autonomía. En este ámbito, la necesidad más urgente se centra en la construcción del llamado «Estado de las Autonomías», lo que induce el aplazamiento temporal
de la organización del sector local incluyendo la reforma de las
Haciendas Locales. […] Consolidado el proceso autonómico y
sentadas las bases del nuevo sistema de organización territorial
del Estado, llega el momento de acometer la tarea pendiente
respecto del sector local y se pone en marcha la gran reforma
que supone la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases
del Régimen Local, Ley que no culminó íntegramente la ordenación del sector local, por cuanto que un aspecto fundamental de
este último, cual es el relativo a la actividad financiera, solo pudo
ser regulado en algunos de sus aspectos generales.
Se trata pues de una Ley complementaria de la Ley 7/1985,
la cual, en su título VIII, plasmó el modelo previsto en la Constitución, en cuyos artículos 137 y 142 se consagran los principios generales básicos con arreglo a los cuales se debe diseñar
el sistema posconstitucional de financiación de las entidades
locales, dotando a las mismas de autonomía para la gestión
de sus respectivos intereses en el primero de los preceptos
citados e imponiendo el principio de suficiencia financiera en
el segundo de ellos. Son, pues, dos las notas caracterizadoras de la presente ley: la primera de ellas, de carácter formal,
está constituida por la atribución a la misma del carácter de
complementaria, respecto de la Ley 7/1985; la segunda, de
carácter material, está constituida por la ordenación de un
sistema financiero encaminado a la efectiva realización de los
principios de autonomía y suficiencia financiera.
85
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
sión de Cultura para profundizar en el conocimiento de la realidad cultural a nivel provincial
y municipal; establecer las líneas de colaboración y coordinación con la Administración
central, comunidades autónomas e intermunicipales, así como con entidades y asociaciones
privadas que actúen o estén interesadas en la
promoción y desarrollo culturales; fomentar el
papel de los Gobiernos locales en la vida cultural y dotar a los municipios de un servicio de
información, intercambio de experiencias, asesoramiento y apoyo en la gestión, realización
de estudios, investigaciones, etc.
El análisis de los equipamientos culturales
existentes llevó a la Federación a la constatación del escaso esfuerzo realizado en este campo durante las largas décadas precedentes, instando a las Administraciones del Estado y de
las comunidades autónomas a que acelerasen
su política inversora. La FEMP llamó a la creación de bibliotecas públicas, casas de cultura
e instalaciones deportivas y a la recuperación
del patrimonio cultural, instando a reconvertir
edificios histórico-artísticos y a dar nuevo uso
a equipamientos infrautilizados para fines de
«producción cultural». La FEMP, a través de su
Comisión de Cultura, estableció un programa
de prioridades para desarrollar por los municipios y diputaciones provinciales, resumido en
tres ejes básicos:
•
Creación e impulso de instituciones que
actúen en campos específicos del hecho
cultural.
•
Desarrollo de una política de descentralización y de participación en el ámbito
de la cultura.
•
Promoción y multiplicación de los agentes culturales, estimulando la formación
de promotores y animadores culturales.
La FEMP acordó dotarse de un informe jurídico sobre competencias culturales, realizado
por el Ministerio de Cultura, y de un informe
sobre demandas culturales de la ciudadanía.
En su memoria de gestión de aquellos años, la
86
FEMP relata cómo aquel informe se limitaba a
recoger «cuáles son las competencias propias
de las comunidades autónomas en materia cultural, cuáles corresponden exclusivamente a
la Administración del Estado y en cuáles son
concurrentes ambas administraciones»18, sin
hacer mención alguna a los Gobiernos locales,
justamente los que, desde el primer momento, asumieron la responsabilidad de atender las
demandas expresas y las necesidades no expresadas de la ciudadanía.
Desde sus inicios, la FEMP se proclamó solidaria, especialmente atenta a las necesidades
de los pequeños municipios, con una sólida vocación europeísta y de cooperación con Europa
e Iberoamérica, promotora de hermanamientos, de alianzas, de consensos en un quehacer
incuestionable a favor de la profundización de
la democracia y de la descentralización.
Como volvería a recoger la Memoria de Gestión de la FEMP 1987, elaborada al término del
segundo mandato de los Gobiernos locales: «El
principal problema que hemos enfrentado [...]
es la difuminación de las competencias culturales en los tres niveles de la administración.
La Ley Reguladora de las Bases del Régimen
Local es demasiado escueta. Por ello, la FEMP,
en colaboración con el Instituto de Estudios
de Administración Local (IEAL), procedió a la
realización de un estudio jurídico que nos ha
llevado a la conclusión de que existe capacidad
local para promover toda clase de actividades y
prestar cuantos servicios públicos contribuyan
a satisfacer las necesidades y aspiraciones de la
comunidad vecinal»19.
Paralelamente, el 15 de octubre de 1985
concluía en Estrasburgo, en el seno del Consejo de Europa, la Carta Europea de la Autonomía
18. Memoria de Gestión de la FEMP 1983-1985, p. 40.
19. Memoria de Gestión de la FEMP 1987. IV Asamblea General
de la FEMP, pp. 12 y 46.
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
Local20, firmada por España ese mismo día, ratificada el 20 de enero de 1988 y publicada en
el BOE de 24 de febrero de 1989, una vez obtenida la autorización de las Cortes Generales.
La Carta, cuyo preámbulo afirma la mayor
calidad democrática de los Estados más descentralizados y con un poder local más fuerte y una administración eficaz y próxima a
la ciudadanía, obliga al reconocimiento de la
autonomía local por las leyes internas de cada
Estado signatario y la define como «el derecho
y la capacidad efectiva de las entidades locales
de ordenar y gestionar una parte importante
de los asuntos públicos, en el marco de la Ley,
bajo su propia responsabilidad y en beneficio
de sus habitantes», partiendo de la consideración de que el ejercicio de las competencias
públicas «debe incumbir preferentemente a las
autoridades más cercanas a los ciudadanos». La
Carta exige garantizar la proporcionalidad entre los recursos financieros y las competencias
locales.
III. EL PAPEL DE LA FEMP EN POS DEL
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA
ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS
LOCALES Y DEL FORTALECIMIENTO DE LAS
POLÍTICAS CULTURALES LOCALES
1. Los primeros años
La Constitución española de 1978 configura lo que se ha dado en llamar un Estado de
cultura21 que pasa, necesariamente por la descentralización cultural en un Estado plural y
diverso. Como explica el profesor Parejo, «el
presupuesto mismo del Estado de Cultura es el
20. https://www.boe.es/buscar/pdf/1989/BOE-A-1989-4370consolidado.pdf
21. Prieto de Pedro, Jesús (1993) Cultura, Culturas y Constitución. Madrid. Congreso de los Diputados y Centro de Estudios Constitucionales.
pluralismo, que únicamente se da donde hay
libertad». La cultura reposa necesariamente
sobre el pluralismo (que implica libertad y,
por tanto, organización social descentralizada)
y demanda, en consecuencia, la construcción
asimismo descentralizada del poder estatal
constituido22.
Una vez llevada a cabo la descentralización
de las competencias atribuidas por la Constitución a las comunidades autónomas, se ha de
avanzar en la descentralización a favor de los
Gobiernos locales, reconociendo las muchas
competencias –durante años denominadas
«impropias»– que estos han asumido en beneficio de su ciudadanía y dotándolos de recursos estables y suficientes. En el sistema configurado por la Constitución española de 1978,
la promoción de la cultura es competencia de
todas las instancias territoriales del Estado verdadera y plenamente descentralizado, que pertenece a y se ejerce por estas en régimen de
perfecta concurrencia, pues el pluralismo cultural es un principio no solo sustantivo, sino
organizativo23.
La VI Asamblea General de la FEMP, celebrada en Madrid bajo el lema «El pacto local,
ahora», da idea del afán que aún aglutinaba a
todos los Gobiernos locales en 1995. En aquellos años, la FEMP llevó a cabo el proyecto de
formación «Universidad y municipio: programa para el cambio cultural» que, con la ayuda
del Fondo Social Europeo, permitió desarrollar
un total de 71 acciones en 14 corporaciones
locales al tiempo que, a través del Proyecto TECA, con ayuda del FEDER, se inició en
el uso de las tecnologías de la información y
comunicación (TIC) a técnicos de 55 biblio-
22. Parejo Alfonso, Luciano. (2013) Cultura y descentralización. Cuadernos de Derecho de la Cultura. Cátedra Andrés
Bello de Derechos Culturales. Instituto Interuniversitario para
la Comunicación Cultural. Universidad Carlos III de Madrid.
23. Ibid. p. 9.
87
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
tecas municipales de otros tantos municipios
ubicados en territorio Objetivo 1 y se mantuvo
una estrecha cooperación con la Federación de
Universidades Populares (FEUP)24.
La década de los años noventa fue la del
desarrollo de los equipamientos culturales en
España, la de la llegada a muchos gobiernos locales de los resultados de las reflexiones compartidas por los profesionales de la gestión cultural con la implantación de cartas de servicios
culturales que conducirían a los primeros planes estratégicos de Cultura, ejercicios de diagnóstico, mapeo de recursos, reflexión, participación, explicitación de objetivos, previsión de
mecanismos y fórmulas de coordinación y colaboración, seguimiento y evaluación. Durante
estos años se evolucionó de la democratización
de la cultura, garantizando de manera estable
vías precisas de acceso de los ciudadanos a los
bienes culturales, hacia la democracia cultural,
es decir, hacia aquel horizonte en el cual los
ciudadanos tengan la capacidad de ser sujetos
culturalmente activos, generadores de contenidos, creadores25.
En estos años, la FEMP, por un lado, proseguía sus trabajos para desarrollar el modelo
configurado por la Constitución26, de plena
concurrencia de todos los poderes públicos
en el deber de cumplir los mandatos constitucionales en materia de cultura, con respeto
a los principios de subsidiariedad y descentralización de la acción pública y, por otro,
desplegaba una intensa actividad con el fin
de dotar a los gestores culturales locales de
24. Memoria de Gestión de la FEMP (1995), VI Asamblea General, pág. XIV.
25. Font i Cardona, J. (2002): «Radiografía de la política cultural local: competencias, funciones y perspectivas», La política
cultural en el municipio, Madrid, Fundación Autor, pp. 22-23.
26. A lo largo de su historia, la FEMP solo ha celebrado una
Asamblea General Extraordinaria, fue en A Coruña, en 1993 y
tuvo como objetivo la reivindicación de un pacto competencial y financiero para las Entidades Locales.
88
recursos y herramientas útiles y fiables para
su labor.
La obligada relación de los más de 8000 Gobiernos locales de toda España con la entonces Sociedad General de Autores de España,
refundada en 1995 como Sociedad General
de Autores y Editores (SGAE), ha constituido
una de las líneas de trabajo casi permanentes
para la FEMP, toda vez que, desde 1979, son
los Gobiernos locales los principales promotores culturales de nuestro país. Pero sería en
1996, momento en que las tarifas generales
establecidas por el uso de sus obras pasaron
de ser cantidades a tanto alzado a formularse
como un porcentaje bien del rendimiento económico obtenido con su utilización, bien del
presupuesto total de gastos necesarios para la
organización de cada evento en que se hiciese uso de obras protegidas, cuando la FEMP y
la SGAE concluirían un Convenio de Colaboración. Este acuerdo sustanciaba la previsión
contenida en el entonces recién publicado Real
Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por
el que se aprueba el texto refundido de la Ley
de Propiedad Intelectual que, al tiempo de sentar la obligación «de todas las entidades de gestión de derechos de propiedad intelectual de
establecer tarifas generales que determinen la
remuneración exigida por la utilización de su
repertorio», establecía también que «las tarifas
generales deberán prever reducciones para las
entidades culturales que carezcan de finalidad
lucrativa».
El Convenio vino a materializar el acuerdo
de toda una serie de bonificaciones y reducciones a favor de los Gobiernos locales, ampliados en el diálogo permanente mantenido a
lo largo de los años en el seno de la Comisión
Mixta FEMP-SGAE. Estableció un calendario
transitorio para la introducción progresiva de
las nuevas tarifas porcentuales, creó y dotó
un Servicio de información, documentación y
asesoramiento al servicio de todos los Gobiernos locales en materia de cultura y propiedad
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
intelectual, instituyó un sencillo procedimiento de mediación en caso de conflicto o incumplimientos por cualquiera de las partes que ha
logrado centenares de soluciones acordadas,
previó un programa de colaboración gracias al
cual se ha llevado a cabo formación específica y
se han dotado hasta hoy 76 becas reservadas a
gestoras y gestores culturales locales para cursar el máster en Gestión Cultural del ICCMU,
ha permitido llevar a numerosos pueblos y ciudades programas de apoyo a los creadores locales y de promoción de la cultura local y, desde
2015, ha posibilitado crear una tarifa opcional
simplificada para los municipios de hasta 3000
habitantes que voluntariamente deseen acogerse a la misma y satisfacer, mediante el pago
de una cantidad anual establecida en razón de
la población del municipio, los derechos de autor correspondientes a su actividad cultural y
festiva del año.
Esta fórmula, de la que ya se benefician 1800
municipios, supone simplificación de trámites,
reducción de costes y seguridad jurídica. A diciembre de 2018, son 4200 los Gobiernos locales adheridos a este Convenio FEMP-SGAE,
cuyo texto vigente, así como la relación de
acuerdos que han mejorado desde su firma las
condiciones aplicables a los Gobiernos Locales
que lo suscriban, se encuentran publicados en
www.femp.es27.
2. La llegada del siglo XXI
A partir del año 2000, la FEMP, a través de su
Comisión de Cultura, inició un periodo de intensa actividad, precedida por la VII Asamblea
General, celebrada en Madrid en noviembre de
1999 y por la aprobación de la Declaración Institucional de la FEMP con ocasión del XX Aniversario de las Elecciones Municipales del 3 de
abril de 1979 que reivindicaba cómo «la actua-
27. https://bit.ly/2HJR8hg
ción de los ayuntamientos, diputaciones, consejos y cabildos insulares durante las dos últimas
décadas han convertido la vida política local en
una auténtica “escuela de democracia”».
Destinado a los responsables de la gestión
cultural local, la FEMP promovía un decidido
programa de formación28. La riqueza de las
reflexiones y experiencias compartidas en algunos de los muchos encuentros formativos
organizados dieron lugar a publicaciones que
las recogerían y difundirían entre todos los Gobiernos locales: así, el encuentro «Modelos de
gestión cultural: la política cultural en el municipio» daría lugar al manual La política cultu-
28. Entre otras, se llevaron a cabo las siguientes acciones formativas: «Modelos de gestión cultural: la política cultural en
el Municipio», Madrid, 6-8 de noviembre de 2000; «La propiedad intelectual y su incidencia en el ámbito local», Madrid,
26-28 de noviembre de 2000; «La contratación de espectáculos y actividades culturales por las Corporaciones Locales»,
Madrid, 6-8 de junio de 2001; «Ciudad, Patrimonio Cultural
y Turismo», Pamplona, 3-5 de octubre de 2001; «La gestión
cultural local con ayuda de Internet: casos prácticos y necesidades», Burgos, 7-9 de noviembre de 2001; «La oferta cultural de las Corporaciones Locales: implantación de las cartas
de servicio y de sistemas de evaluación», Madrid, 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre de 2002; «El Pacto Local en materia de Cultura: la Guía de estándares de los equipamientos
culturales en España», Madrid, 25-27 de noviembre de 2002;
«Evaluación de las políticas culturales locales: indicadores de
gestión y contabilidad de costes» (2.ª edición), Madrid, 2224 de septiembre de 2003; «Propiedad intelectual y gestión
cultural local», Madrid, 6-8 de julio de 2004; «Métodos estadísticos para el control de la calidad de los servicios socioculturales», Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Peñaranda
de Bracamonte, octubre de 2004; «El sistema público de la
cultura en España: reparto de competencias y financiación»,
Cáceres, noviembre de 2004; «La seguridad en la celebración
de eventos culturales», Madrid, 22-24 de noviembre de 2005;
«Planes de prevención de riesgos laborales y evaluación de
programas de prevención en el entorno de los eventos culturales», Albacete, 21-23 de noviembre de 2006; «Las políticas
culturales: herramienta eficaz para construir identidad local e
integrar a la población inmigrante», sede de la FEMP, 9 y 10
de diciembre de 2008; «La Evaluación de las políticas culturales locales, sistemas de información e indicadores», Madrid,
14 y 15 de octubre de 2009; «Acción formativa FEMP-INAEM
sobre Dirección y gestión de teatros de titularidad pública»,
Toledo, 25-27 de noviembre de 2009; «La Evaluación de las
políticas culturales locales. Aplicación práctica de indicadores», Madrid, 7-9 de julio de 2010, y un muy largo etcétera.
89
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
ral en el municipio, publicado en 2002, gracias
a la colaboración de la Fundación Autor, que
financió su publicación y distribución a todos
los Municipios de más de 3000 habitantes. Los
contenidos de la acción formativa dedicada a
«La contratación de espectáculos y actividades
culturales por las corporaciones locales», celebrada en Madrid los días 6-8 de junio de 2001,
quedarían recogidos en la publicación del mismo título por la Editorial Trea29.
En 2002 se concluía asimismo el documento Pautas sobre los servicios de las bibliotecas
públicas, elaborado por el grupo de trabajo
constituido dos años antes por representantes
de las comunidades autónomas, el Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte y la FEMP,
con el fin de elaborar una guía para la creación,
planificación y prestación de los servicios de
biblioteca con la calidad y la cooperación requeridas.
Paralelamente, en el plano político, se elaboraba el documento Pautas para la cooperación institucional en materia de cultura: en el
año 2000, se había publicado el documento
Cultura y poder local. Reflexiones y propuestas
desde la Mesa de Concejales de Cultura de los
Municipios de la provincia de Barcelona. Gracias
a la estrecha colaboración de la Diputación
de Barcelona y de los autores de aquel documento, que arrojaba valiosas e incontestables
Ideas para un pacto local en materia de cultura,
la Comisión de Cultura de la FEMP inició un
debate que culminaría con la aprobación de
un nuevo documento en febrero de 2002, con
el título inicial Por un pacto local en materia de
cultura, que sería remitido a todas las comunidades autónomas, federaciones territoriales de
municipios y Ministerio de Cultura, invitándolos a hacer sus aportaciones. Solo después, el
documento sería aprobado por unanimidad de
29. https://www.trea.es/books/la-contratacion-de-espectaculosy-actividades-culturales-por-las-corporaciones-locales
90
la Comisión de Cultura en su reunión de 23 de
octubre de 2002 e incluido, por acuerdo de la
Comisión de 9 de abril de 2003, en las resoluciones propuestas por esta a la VIII Asamblea
General de la FEMP.
En 2005, durante la elaboración del Libro
Blanco sobre la Reforma del Gobierno Local, las
propuestas presentadas por la FEMP para la revisión de las competencias locales en materia
de cultura fueron nuevamente las contenidas
en este documento, así como en el titulado Un
perfil para la política cultural de las Diputaciones, aprobado por la Comisión Ejecutiva de
la FEMP el 5 de junio de 2001. El documento
volvería a formar parte de las resoluciones en
materia de cultura elevadas por la Comisión de
Cultura a la IX Asamblea General de la FEMP,
celebrada en noviembre de 2007.
El hecho de que las entidades locales (ayuntamientos, diputaciones provinciales, cabildos
y consejos insulares) soporten desde hace décadas la parte mayor del gasto público en cultura30 a pesar de carecer de competencias definidas y de recursos financieros estables para
ello reclamaba una revisión urgente tanto del
marco legislativo estatal como de la forma en
que los distintos niveles de la Administración
ejercen sus respectivas competencias. Asimismo, se hacía perentorio redistribuir adecuadamente los recursos públicos destinados a la
cultura, a fin de dotar proporcionalmente a las
administraciones que de forma directa promueven, sostienen y desarrollan, de acuerdo
con los principios de la Carta Europea de la Autonomía Local, los servicios culturales. Aquellas reivindicaciones formuladas hace casi dos
décadas mantienen en 2019 toda su vigencia.
30. Estadística de Financiación y Gasto Público en Cultura.
Resultados a 27 de noviembre de 2018. Ministerio de Cultura y Deporte. Disponible en: http://www.culturaydeporte.
gob.es/dam/jcr:fcf39b56-7d11-4b89-ad60-422d805ccfbc/
nota-resumen-financiacion-y-gasto-publico-en-cultura.pdf
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
Una de las propuestas contenidas en este
documento de Pautas para la Cooperación Institucional en materia de Cultura decía: «Para
obtener la máxima rentabilidad social de los
servicios culturales que las administraciones
públicas prestan a los ciudadanos, es preciso establecer programas a largo plazo para la
creación de infraestructuras, definir estándares de equipamientos adaptados a la diversidad
de situaciones que presenta la administración
local […]. Dando respuesta a esta necesidad,
la FEMP, en el año 2003, publicó, en colaboración con la Diputación Provincial de Barcelona –que a principios de 2001 había presentado
su Estudio sobre los estándares de los equipamientos culturales– y el entonces Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte, la Guía de
Estándares de los equipamientos culturales en
España que, basada en el análisis y diagnóstico
previos sobre estos equipamientos, establece
los parámetros funcionales, espaciales, económicos y humanos a los que deben atender los
diez equipamientos culturales más frecuentes
que los Gobiernos locales crean y mantienen
en sus municipios: teatro, sala polivalente,
museo, colección, centro de interpretación del
patrimonio, archivo con servicio, archivo sin
servicio, centro de arte, centro cultural y biblioteca pública.
3. La Guía para la evaluación de las políticas
culturales locales
En octubre de 2004 tenía lugar, patrocinado
por el Ayuntamiento de Barcelona, el Taller
Nacional del Proyecto EUROCULT 21, dedicado a la evaluación cultural, a la necesidad de
elaborar indicadores culturales válidos que
permitiesen una aproximación al conocimiento de la realidad cultural española, esencialmente territorial.
En febrero de 2005, se constituía en la sede
de la FEMP el Grupo Técnico designado por la
Comisión de Cultura con el fin de vertebrar la
cooperación de los observatorios, laboratorios,
unidades de análisis y evaluación y centros de
estudios y recursos culturales creados por gobiernos locales, que logró, desde entonces y
durante cuatro años, aglutinar a todos ellos.
Asumida por la Comisión de Cultura esta
misión, el 29 de marzo de 2005, el presidente
de la FEMP firmaba con la ministra de Cultura un Acuerdo Marco de Colaboración FEMPMinisterio de Cultura, al amparo del cual se
concluían inmediatamente tres convenios específicos de desarrollo, uno de ellos para la
creación de un observatorio de las culturas en
España mediante la vertebración de las iniciativas territoriales existentes.
Desde la FEMP se coordinaron los apasionantes trabajos y reflexiones que condujeron
a la construcción de un sistema de indicadores
para la evaluación de las políticas culturales
locales. Como diría Eduard Miralles, director
del proyecto, «evaluar es planificar al revés»
pues, para evaluar, es necesaria una planificación previa. La ingente y comprometida labor
que asumieron cuantos participaron en este
proyecto estaba dirigida deliberadamente a reforzar y facilitar recursos para la planificación
cultural local y su evaluación, a proponer ámbitos de actuación en los que la política cultural encierra potencialidades esperanzadoras y
extraordinarias, a sugerir otros modos de planificar y gestionar la política cultural local.
Los ejes en torno a los que se vertebró el
sistema, de entre los propuestos por la Agenda
21 de la cultura, son:
•
Cultura y desarrollo: económico, social,
territorial/urbano.
•
Transversalidad de las políticas culturales en las políticas locales.
•
Accesibilidad de la cultura local.
•
Cultura y participación ciudadana.
•
Papel de las iniciativas relacionadas con
la memoria y la innovación en la construcción de la identidad local.
91
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
Aquel proceso de cooperación promovido
por la FEMP queda descrito en «La construcción del Sistema de indicadores para la evaluación de las políticas culturales locales desarrollado por la FEMP: historia de un proceso de
cooperación»31.
La Guía para la evaluación de las políticas
culturales locales, que contenía el resultado
de los trabajos realizados, fue presentada en
el Ministerio de Cultura el 2 de abril de 2009.
Su publicación fue también la de dos estudios,
previos a la construcción del sistema de indicadores contenido en la guía, realizados en 2006
por encargo de la Comisión de Cultura de la
FEMP: Información sobre la acción cultural local disponible en organismos de ámbito estatal
y Experiencias internacionales de evaluación de
políticas culturales.
El sistema de indicadores construido, que
ofrece 316 indicadores –cualitativos y cuantitativos, clasificados por niveles de aplicación–, se propone como una «caja de herramientas» a disposición de todos los gobiernos
locales, como una herramienta de autoevaluación orientada a la calidad y la mejora continua, una guía práctica de orientación para la
formulación de las políticas culturales locales,
una fórmula de mejorar y robustecer los sistemas de información cultural local y un necesario avance en el desarrollo y la consolidación
de las políticas culturales en España. La FEMP
operó como instancia de encuentro y cooperación de excelentes profesionales de la Administración local, que trabajaron con generosidad para dar lugar a la primera experiencia
a nivel internacional en la construcción de
31. Escudero Méndez, J. (2008):
2008): «La
La construcción del �Sistema de indicadores para la evaluación de las políticas culturales
locales” desarrollado por la FEMP: historia de un proceso de
cooperación», Periférica Internacional. Revista para el análisis
de la cultura y el territorio, n.º 9, p. 115 y siguientes. Disponible en: https://revistas.uca.es/index.php/periferica/article/
view/84
92
indicadores para la evaluación de las políticas
culturales locales.
Al tiempo de publicarse la guía, la FEMP
emprendió una virtuosa colaboración con la
Unidad de Métodos Cuantitativos para la Medición de la Cultura U[MC]2 de la Universidad de
Valencia, que culminaría con la construcción
de la plataforma BÁCULO, tras el análisis y verificación del sistema de indicadores recogido
en la guía y una primera aplicación tutelada del
mismo, que permitió el desarrollo de la aplicación informática que facilitaría la implantación
a gran escala del sistema y la comparabilidad
de los resultados de la autoevaluación de los
Gobiernos locales participantes en el proyecto.
El desarrollo de este proyecto se vio interrumpida en 2012, con el cese de la colaboración del Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte.
4. Hoy
Al tiempo que la FEMP mantiene una participación activa y leal en todos los órganos de
participación, representación y cooperación
institucional a los que es llamada en nombre
de los Gobiernos locales32 y su colaboración en
la organización de convocatorias, congresos y
encuentros promovidos por otras administraciones, tales como el Encuentro Bibliotecas y
Municipio, convocado con carácter bienal desde 2005, el Congreso Nacional de Bibliotecas,
bienal también, alternándose con el Encuentro
anterior, desde 2002 y tantos otros, continúa
reclamando la participación de los Gobiernos
locales en todas aquellas instancias en las que
su presencia se hace necesaria.
32. Consejo Estatal de las Artes Escénicas y de la Música, Consejo de Cooperación Bibliotecaria y sus Comisiones técnicas y
grupos de trabajo; Consejo de Cooperación Archivística, Comisión Nacional de Asuntos Taurinos, Consejo Superior de Enseñanzas Artísticas, las distintas Comisiones creadas en cada
momento para la celebración de diversas efemérides, etc.
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
Entre los proyectos en colaboración que
merecen una mención especial se encuentran:
•
•
La Campaña María Moliner de Animación a la Lectura en municipios de menos de 50.000 habitantes: desde 1998,
año en que se firmaba con la Subdirección General para la Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas el
convenio que ha permitido la convocatoria durante 20 ediciones en 2019 de
este concurso, en el que han participado más de 13.000 proyectos presentados por la mayoría de los más de 4500
ayuntamientos de menos de 50.000 habitantes de nuestro país. Cada año, 300
bibliotecas municipales se han hecho
merecedoras de una importante dotación bibliográfica y, desde 2017, económica. Tras la colaboración, durante
quince ediciones, de la Fundación Coca-Cola, la participación, desde 2018,
de la Fundación Banco Santander permite dotar tres premios en metálico por
valor de 10.000 euros, destinados a los
tres mejores proyectos de animación a
la lectura, así como un premio a la inclusión social de colectivos vulnerables
destinado al proyecto más innovador de
promoción de la lectura y diálogo intergeneracional, por valor de 6000 euros.
El Programa PLATEA: con la firma en
2013 del primer Protocolo de Colaboración entre el Instituto Nacional de las
Artes Escénicas y de la Música y la FEMP
para la puesta en marcha del Programa
Estatal de Circulación de espectáculos
de Artes Escénicas en espacios de titularidad municipal (PLATEA), se iniciaba
en 2014 este programa que ha canalizado, incluida la previsión para el programa en 2019, 31,5 millones de euros.
PLATEA nació en un contexto de profunda
contracción de la actividad económica y de la
inversión cultural que provocó una reducción
de la contratación de compañías de artes escénicas de hasta un 90%, coincidente con una disminución drástica de las ayudas a la producción, y
vino a paliar la infrautilización de una magnífica
infraestructura escénica municipal construida o
proyectada en las pasadas décadas33. Una media
superior a los 160 Gobiernos locales cada año
vienen beneficiándose de este programa, que
habrá acercado en 2019 a más de un millón de
personas las más de 5500 representaciones de
teatro, danza, lírica y circo celebradas y habrá
hecho posibles los encuentros formativos dirigidos a los responsables de los espacios escénicos
locales iniciados en 2016.
Durante los años más duros de crisis de la acción pública en la cultura, la FEMP ha reafirmado la dimensión central de las políticas culturales
en las estrategias y políticas locales por su capacidad para generar cohesión social, para crear
una identidad integradora, capaz de generar un
necesario sentimiento de pertenencia a ciudadanos de procedencia diversa y de facilitar la
convivencia de culturas e identidades distintas;
para regenerar espacios, promover participación
ciudadana, sustentar el desarrollo económico,
social, urbano y medioambiental, profundizar la
sociedad del conocimiento y mejorar la calidad
de vida de todas las personas; para establecer
vínculos de cooperación entre comunidades,
para procurar las condiciones en que la diversidad cultural enriquezca las expresiones culturales, siempre locales y, finalmente, para frenar y
revertir el proceso de despoblamiento de buena
parte de nuestro territorio, que pasa por la igualdad de derechos, también culturales.
Desde la FEMP se mantiene una colaboración activa con universidades, redes, entidades
de gestión de derechos de propiedad intelec-
33. Según el Mapa Informatizado de Recintos Escénicos y Musicales de España (MIREM) de la Fundación Autor, existen en
nuestro país 1112 espacios escénicos públicos, la gran mayoría de titularidad municipal, según la información accesible en
http://www.mirem.net, a diciembre de 2018.
93
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
tual, asociaciones de profesionales del sector
cultural, etc., y se siguen elaborando y difundiendo documentos de referencia: en diciembre de 2016, se publicaba el Informe sobre las
facultades de los Gobiernos locales en relación
con la acogida de circos con animales34 elaborado por los Servicios Jurídicos de la FEMP tras
el minucioso análisis de la normativa vigente
en todo el territorio, así como la Guía básica
para el diseño de un modelo de plan local de lectura, elaborada en el seno del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, la Guía de actividades
de animación a la lectura en las bibliotecas, que
recoge las mejores experiencias presentadas a
la Campaña María Moliner a lo largo de dos décadas, etc.
La Comisión de Cultura trabaja asistida por
grupos de trabajo, formados por técnicos de
los Gobiernos locales, que la asesoran y elevan
propuestas sobre asuntos prioritarios para una
acción cultural reflexiva, eficiente y legitimada. En los últimos años, el Grupo de Bibliotecas
Municipales se ha centrado en la elaboración
de propuestas para la revisión del Real Decreto 624/2014 a fin de que sean el Estado y, en
su caso, las comunidades autónomas, quienes
asuman el pago de una remuneración verdaderamente equitativa a los autores por el préstamo de sus obras en las bibliotecas públicas.
2019 comienza con el compromiso de la
Dirección General de Industrias Culturales y
Cooperación del Ministerio de Cultura y Deporte de renovar la colaboración que permita
la actualización de la Guía para la evaluación
de las políticas culturales locales en materia de
igualdad; sostenibilidad, en los términos de la
Agenda 2030, y conectividad, como condición
para el acceso a la cultura, entendiendo acceso
también como participación en sentido amplio.
Comienza también con la urgencia con que
la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible reclama dotar a los Gobiernos locales de la autonomía y los recursos precisos para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El Plan de Acción para la Implementación de la
Agenda 2030: Hacia una Estrategia Española de
Desarrollo Sostenible, aprobado por el Consejo
de Ministros de 29 de junio de 2018, recoge las
aportaciones formuladas por la FEMP y afirma
la cultura como elemento clave para la transformación, al tiempo que reconoce expresamente
«el potencial que la acción cultural desplegada
por los gobiernos encierra para difundir la Agenda 2030, provocar e inducir el necesario cambio
de paradigma para conseguir las metas y objetivos enunciados en ella y desarrollarse de manera sostenible, como la propia agenda demanda»
y destaca «el papel protagónico que los Gobiernos locales pueden ejercer como administración
más próxima a la ciudadanía» y por ser, «de hecho, la administración que lleva a cabo una mayor inversión en cultura, promoción, difusión y
contratación cultural en nuestro país.»
A propuesta de la Comisión de Cultura
de la FEMP, la Junta de Gobierno aprobó por
unanimidad en octubre de 2018 la Declaración
de Compromiso de los Gobiernos Locales con la
Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en su
acción cultural que irá acompañada de la creación de un banco de recursos destinados a los
responsables de las políticas culturales locales
a fin de que, a través de espacios, políticas, programas y acciones culturales medioambientalmente sostenibles y socialmente inclusivos,
alineen sus políticas culturales y la forma de
llevarlas a cabo con los valores, objetivos y metas enunciados en la Agenda 2030.
IV. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
1.
34. http://femp.femp.es/files/566-2116-archivo/12-01-2017_
Informe_%20prohibici%C3%B3n_circos_con_animales-definitivo
.pdf
94
Se hace perentorio un pacto de Estado
que, con la implicación de todos los
niveles de la Administración, lleve a
RECONOCIMIENTO INSTITUCIONAL DE LA ACCIÓN CULTURAL DE LOS GOBIERNOS LOCALES. EL PAPEL DE LA FEMP
2.
cabo el necesario reconocimiento –institucional, competencial y financiero–,
acorde con las obligaciones inaplazables que exige el cumplimiento de la
Agenda 2030, del decisivo papel que
los Gobiernos locales desempeñan en
todos los ámbitos de la cultura en que
despliegan su acción y promueven el
desarrollo cultural de los territorios y
su ciudadanía, hasta haberse consolidado como los principales agentes y promotores culturales de nuestro país. Para
ello, será necesaria la revisión y actualización de las normas actualmente vigentes que deban ser modificadas para
reflejar y dar respuesta a nuestra actual
realidad local35.
Es necesario establecer procedimientos
que garanticen la participación normada y vinculante de los Gobiernos
locales, a través de la FEMP como representante institucional de estos, en
toda iniciativa legislativa, planificación
de políticas o programas de actuación
que incidan en la vida local. Su participación en la Conferencia Sectorial de
3.
4.
5.
35. Al terminar 2017, por el conjunto de entidades locales
ha sido un superávit de 7139 millones de euros, cifra que representa el 0,61% del PIB. No solo han cumplido el objetivo
previsto para el conjunto de las Administraciones locales, con
una desviación positiva de 0,6 puntos del PIB. El conjunto de
las corporaciones locales ha registrado un aumento del 1,1%
en el gasto computable del ejercicio 2017, lo que supone el
cumplimiento de la regla de gasto en este ejercicio, ya que la
tasa de variación permitida es el 2,1%. El objetivo de deuda
era del 2,9% del PIB, habiendo alcanzado su deuda al final del
ejercicio el 2,5% del PIB, lo que supone con creces el cumplimiento del objetivo fijado.
6.
Cultura, con una presencia equilibrada,
se hace impostergable.
Por parte de los Gobiernos locales se
hace necesario el planteamiento de políticas culturales enunciadas en clave de
satisfacción y tutela de los derechos culturales de la ciudadanía considerados
como derechos humanos fundamentales y atender la necesidad de profundizar en el «desarrollo cultural» como
concepto superador y a la vez complementario de la mera consideración de
la cultura como «factor de desarrollo».
La dedicación de entre un 5 y un 10%
del presupuesto local a las políticas culturales, conforme a las recomendaciones de la Unión Europea y otros organismos internacionales, orientando las
políticas locales hacia las prácticas culturales, la promoción de la creación y el
ejercicio activo de la cultura y la participación activa de la ciudadanía en la vida
cultural, tanto más cuanto mayor es la
relevancia de los sectores culturales y
creativos en los modelos de desarrollo
regional y su impacto local.
Se hace imprescindible contemplar la
transversalidad de las políticas culturales y, por tanto, la vital dimensión cultural de todas las políticas locales.
Se propone una planificación de las políticas culturales locales que se respete
más allá de los ciclos políticos, permitiendo que los procesos de desarrollo
acordados para el territorio y su ciudadanía puedan llevarse a cabo y ser evaluados adecuadamente pues, como dijo
Eduard Miralles, «en cultura, hay que
planificar, como mínimo, a largo plazo».
95
JUANA ESCUDERO MÉNDEZ
BIBLIOGRAFÍA
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96
PARTE II
BALANCE CULTURAL DE ESPAÑA, 2019
MUSEÍSTICA Y NUEVAS REDES DIGITALES:
EN BUSCA DE LA INTERAFECTIVIDAD
CON TODAS LAS PERSONAS
Isidro Moreno Sánchez
El museo es un espacio de comunicación cultural que se expande a través de las redes digitales. En España hay 1521 museos, a los que asisten unos sesenta millones de personas
cada año. Interactividad, interacción y accesibilidad constituyen una irrenunciable trilogía
para lograr la interafectividad con todas ellas. Consumo cultural y desarrollo constituyen un
binomio indisociable y el museo, una institución clave en ese proceso. El reto de las redes
digitales es acercar el museo a sus públicos y a sus no públicos para demostrar que es imprescindible para la vida.
Palabras clave: accesibilidad, economía cultural, interafectividad, museo, redes digitales.
I. INTRODUCCIÓN: EL MUSEO MÚLTIPLE Y LAS
MÚLTIPLES REDES DIGITALES
El concepto museo, los fondos que debe albergar y las relaciones con sus públicos han experimentado una notable evolución. Además
de su clásicas labores de adquisición, estudio
y conservación, la comunicación con todas las
personas, comprendiendo y respetando su diversidad y medioambiente, la incorporación
del patrimonio inmaterial al mismo nivel que
el material (ICOM, 2018), la potenciación de
las TIC y la utilización de todos los medios y
procesos de una manera coordinada y participativa (transmedialidad) constituyen las claves más significativas del museo del siglo XXI.
El museo in situ mantiene un diálogo continuo con el museo virtual, que ha dejado de
ser una simple extensión para erigirse en un
museo en red con las puertas virtuales siem-
pre abiertas. Museo que comenzó siendo un
folleto virtual y hoy se va convirtiendo en un
verdadero museo que comienza a explorar las
posibilidades de la web semántica. Las redes
sociales del museo se están afianzando no solo
como un espacio de participación, sino como
un museo social. El museo sale a la calle buscando la memoria tangible e intangible de las
obras y de los artistas y sus relaciones con el
espacio mediante aplicaciones móviles, dando
lugar al museo móvil, museo expandido y museo escondido. Por otra parte, las redes digitales plantean diálogos entre museos y colecciones, entre personas que disfrutan de la cultura,
surgiendo museos de museos, múltiples redes
sociales de museos o redes sociales cambiantes
que permiten comunicaciones concretas entre
artistas, proyectos y públicos.
Advertía Bustamante (2009, p. 21) de que
las industrias de contenido (digitales) convier99
ISIDRO MORENO SÁNCHEZ
ten al soporte en el elemento central de distinción. con lo que se produce una asimilación
total de la cultura a las telecomunicaciones y a
sus nuevos servicios. Son los peligros del deslumbramiento tecnológico si no se utiliza al
servicio de los contenidos. Así que las redes digitales deben tener muy presente que son redes
de comunicación que facilitan la expansión del
museo y de la cultura para llamar la atención de
las personas de su entorno y de aquellas para
las que puede ser un elemento diferenciador a
la hora, por ejemplo, de programar un viaje. Según el Anuario de Estadísticas Culturales (MCD,
2017, p. 31), el 16,8% de total de los viajes de
ocio (14,4 millones) realizados por los residentes en España en 2016 tuvieron una motivación
cultural. Asimismo, el 12,5% de los turistas internacionales manifestaron también dicha motivación (8 millones de viajes). En lo referido
a los museos, en 2014-2015 los visitaron un
33,2% de la población (INE, 2018, p. 131).
Y todo ello después de una crisis que, según
Moreno-Caballud (2012, p. 536), había dejado
tétricas imágenes: museos vacíos, bibliotecas
sin recursos, salas de teatro clausuradas, grandes ciudades de las artes a medio construir y
muchos profesionales de la cultura sin empleo.
Las cifras son aún más elocuentes: los Presupuestos Generales del Estado para cultura pasaron de 1220 millones de euros en 2008 a 722
en 2013; 498 millones de euros menos cinco
años después, es decir, un 59,18% menos (Bustamante, 2013, p. 12). En 2017, el Gobierno
del Partido Popular en ese momento propuso
un presupuesto para cultura de 828 millones
de euros para 2018. Es decir, todavía 392 millones de euros menos que en 2008, aunque
las previsiones para 2019 sean ahora algo más
optimistas.
El informe sobre la cultura en España 2016
(Bustamante, 2016) tenía el significativo subtítulo: La cultura como motor del cambio, y en
él se pedía a los Gobiernos que situasen las
políticas culturales en el centro de su labor,
100
en los sistemas educativos, en los medios de
comunicación y en la opinión pública. Bedate
y Prieto (2003, p. 2) relacionan directamente
consumo cultural y desarrollo económico, argumentando que la cultura ha pasado de ser un
placer escaso para convertirse en una exigencia de muchos ciudadanos, de ser un producto
elitista y minoritario a disfrutarse en masa. Sin
embargo, «me doy cuenta de que, en los aspectos prácticos de la sociedad, el arte es siempre
tan frágil. Se critica, se margina y a menudo se
trata como si no fuera esencial para la vida»,
manifestaba Scorsese (2018, p. 3) en la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Así, en
tiempos de crisis, el arte, la cultura y, por ende,
los museos, suelen ser los primeros en sufrir
recortes.
«Es un fallo muy común por parte del discurso económico tradicional seguir creyendo
que la cultura es un producto que se puede
capturar con un valor de utilidad y asignar por
tanto un precio de intercambio. Cierto es que
al menos para la cultura material sí se puede,
pero el componente simbólico de las distintas
conceptualizaciones de cultura dota de una polivalencia a lo “cultural” difícilmente mensurable por los modelos económicos. La tecnología
digital y las aspiraciones de la gente a que la
cultura sea libre y gratuita ha cambiado las reglas de juego. Es difícil mantener un modelo
basado en una tecnología de hace siglos con la
actual tecnología digital y las nuevas preferencias sociales» (Monasterio, 2017, p. 6).
Conviene recordar que España es el tercer
país con más sitios declarados Patrimonio de la
Humanidad por la UNESCO, después de Italia
y China. Estos espacios son museos en las distintas variantes mencionadas, tanto museos in
situ como museos expandidos. Por otra parte,
conviene destacar el compromiso de las personas que trabajan, a veces con precariedad, en
cultura. Es significativo que, en la red cultural
de la institución Europa Nostra (2018), sea España el país más premiado hasta ahora.
MUSEÍSTICA Y NUEVAS REDES DIGITALES: EN BUSCA DE LA INTERAFECTIVIDAD CON TODAS LAS PERSONAS
Redes digitales de instituciones nacionales e internacionales que aglutinan a distintos
museos como la Red Digital de Colecciones y
Museos de España (MCD, 2018c), el Directorio
de Museos y Colecciones de España (2018) o
a profesionales de estos, como ICOM España
(2018) y su revista ICOM CE Digital, o a profesionales y personas aficionadas, como la Asociación Española de Museólogos (2018) que
publica desde 1994 la Revista de Museología.
La Asociación Profesional de Museólogos de
España (APME), actualmente en periodo de
redefinición, es un referente a través de las Jornadas de Museología publicadas en su revista
Museo (Dialnet, 2018).
Redes digitales de los propios museos en
forma de museo virtual o museos virtuales
independientes de museos tradicionales in
situ, como el Museo Virtual de la Ciencia del
Centro Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) (2018). Redes sociales de museos que
configuran el museo social o redes sociales utilizadas por artistas o personas aficionadas para
compartir proyectos o crearlos, como hacen
habitualmente en Medialab Prado utilizando
distintas plataformas y redes sociales para desarrollar proyectos culturales colaborativos.
Hay que subrayar que la titularidad de los
museos es múltiple, también en el caso de los
de titularidad pública. Solo hay 16 museos de
titularidad estatal (Subdirección General de
Museos Estatales, 2018), aunque existe también la mencionada Red Digital de Colecciones
y Museos de España (MCD, 2018c), que agrupa actualmente a 195 museos que comparten
el Sistema Integrado de Documentación y Gestión Museográfica Domus desarrollado por el
Ministerio de Cultura y Deporte. El Laboratorio Permanente de Públicos de Museos (MCD,
2018d) del Ministerio de Cultura y Deporte
aglutina a los museos estatales dependientes
de la Dirección General de Bellas Artes y a todos los museos que deseen firmar un convenio de colaboración, pero, hasta ahora, su red
tiene 21 museos. El Ministerio de Cultura y
Deporte publica bianualmente la revista digital
Museos.es (2018) y, a través de la Subdirección
General de Museos Estatales y de las personas
designadas por Patrimonio de las comunidades y ciudades autónomas, ha creado el Observatorio de Museos de España (2018). Este
Observatorio pretende ser un lugar de encuentro para los casi 1600 museos de nuestro país,
donde los profesionales puedan encontrar
recursos útiles y grupos de trabajo y diálogo.
Por otra parte, cualquier persona podrá acudir
a la sede web del Observatorio para tener una
visión completa del rico panorama museístico
de España. En la cabecera de la web del International Council of Museums (ICOM, 2018),
aparece el significativo lema: «Los museos no
tienen fronteras, tienen una red».
II. LA TRILOGÍA QUE BUSCA LA
INTERAFECTIVIDAD DEL MUSEO Y SUS REDES
DIGITALES CON LA DIVERSIDAD DE LAS
PERSONAS
En España hay 1521 instituciones museísticas censadas, aunque el estudio se refiere a
las 1504 (98,9% del total) que respondieron
a la encuesta para elaborar el Anuario de Estadísticas Culturales (MCD, 2018a). En total,
los 1504 museos que participaron en el estudio recibieron 59,9 millones de visitantes en
2016, un 2,6% más que en el estudio de 2014
(tabla 1). El 70,8% de los museos investigados
son de titularidad pública, el 17% de titularidad
privada y el 2,2% de titularidad mixta. Dentro
de los de titularidad pública, el 47,1% pertenecen a la Administración local, el 11,4% a la
Administración General del Estado y el 10,2%
a la Administración autonómica. Del 17% de
los privados, el 9,7% son de titularidad eclesiástica. En cuanto al empleo cultural (no solo
el específico de museos), en 2016 ascendió a
544.700 personas, un 3% del empleo total en
España (MCD, 2018).
101
ISIDRO MORENO SÁNCHEZ
Tabla 1. Museos y colecciones museográficas: tipos y número de visitantes en 2016
Total de museos y colecciones de España: 1521
Total de museos que respondieron
a la encuesta: 1504
Total número de visitantes: 59.909.098
Arqueológico
191
6.567.818
Arte contemporáneo
134
11.140.716
Artes decorativas
28
610.661
Bellas artes
218
15.159.550
Casa-museo
86
2.256.544
Ciencia y tecnología
62
4.179.334
Ciencias naturales e historia natural
57
1.471.910
Tipo de museo
De sitio
36
1.652.197
Especializado
152
3.466.756
Etnografía y antropología
262
2.319.151
General
141
4.479.335
Historia
133
6.282.259
4
322.867
Otros
Fuente: Estadística de Museos y Colecciones Museográficas, Ministerio de Cultura y Deporte (2018).
A pesar de las múltiples redes, como se ha
mencionado, existe bastante dispersión entre las distintas tipologías de museos y entre
los múltiples museos. Espejo (2018) llama la
atención sobre la proliferación de museos en
España: «la mayoría fueron de titularidad local o regional, construidos en ocasiones sin
demanda social, por antojo político y sin contexto». La supervivencia de estos museos, especialmente de los pequeños y medianos, pasa
por su interconexión en red, por su organización supramuseística (Grau, 2006, p. 17). Por
motivos políticos, las redes de museos, yacimientos arqueológicos, etc., suelen ser de las
distintas comunidades (Andalucía, Castilla-La
Mancha, Cataluña…), pero incluso en las redes
de una misma comunidad no aparecen todos.
En la web de Patrimonio Histórico de CastillaLa Mancha (Gobierno Regional de Castilla-La
Mancha, 2018), por ejemplo, hoy en día, no
aparece el Yacimiento de Guarrazar (2018), a
102
pesar de que es visitable, aporta novedades y
plantea nuevas hipótesis sobre el significativo
tesoro que custodia el Museo Arqueológico
Nacional (2018). El Museo Arqueológico Nacional, por su parte, obvia las nuevas hipótesis
sobre el origen de dicho tesoro en su museo
virtual y también en su museo físico.
La abundancia de museos refleja, entre
otras cosas, la alta consideración de la institución museal. Montebello (Bono, 2018) afirma
que «un país o una ciudad sin museo no tiene
verdadero prestigio, no son una verdadera ciudad o un verdadero país». De ahí que, políticamente, resulte tentador mezclar lo popular y lo
populista.
«El peso de las cifras de visitantes es algo
reciente en la historia de los museos. Hace
unas décadas, nadie hablaba de ello, seguramente porque el contrapeso de la política cultural era menor y la libertad creativa mayor. En
MUSEÍSTICA Y NUEVAS REDES DIGITALES: EN BUSCA DE LA INTERAFECTIVIDAD CON TODAS LAS PERSONAS
realidad, es relativamente fácil hacer un museo
con una inmensa audiencia. Se requieren una
arquitectura espectacular, un programa con los
gustos de la audiencia masiva y mucho dinero. Lo más difícil es hacer un museo con gran
audiencia, con un edificio digno, una programación crítica y con un escaso presupuesto»
(Espejo, 2018).
¿Cuáles son las claves para comunicarse de
una manera atractiva y responsable con la diversidad de esos 59,9 millones de personas que
visitan los museos en España? Y todavía más
difícil: ¿cuáles son las claves para comunicarse
con los no-públicos, con esas personas que jamás han pisado un museo real o virtualmente?
La respuesta es múltiple como múltiple es
el museo; pero existe una trilogía ineludible
(interactividad, interacción y accesibilidad)
que hay que tener en cuenta para acercarse a
la interafectividad (Stern, 1985), esa relación
afectiva fundamental entre el museo y todas y
cada una de las personas que lo visitan in situ,
en red o en movilidad.
Aunque coloquialmente las consideremos
sinónimas, interactividad conlleva una intermediación tecnológica, luego la comunicación,
por más cuidada que pueda ser, es con una máquina; mientras que interacción significa que
se lleva a cabo una relación física o personal.
El gran éxito de las redes sociales radica, entre otros factores, en que se da interactividad
(existe una intermediación tecnológica: móvil, ordenador, tableta…) con interacción (detrás de la máquina hay personas). Pero si no
es posible comunicarse con todas y cada una
de las personas, independientemente de sus
limitaciones, la comunicación no es completa, de ahí que la accesibilidad universal sea un
vértice imprescindible del triángulo. Hay que
partir siempre de la premisa de que la accesibilidad beneficia a todas las personas porque
todas tienen (tenemos) limitaciones. Luego
las cifras cuantitativas hay que completarlas y
complementarlas con los aspectos cualitativos,
especialmente los referidos a la accesibilidad.
Y la accesibilidad contempla todo tipo de diversidad: social, funcional, visual, auditiva,
cognitiva, sexual, estética…
Museo y redes digitales deben tener en
cuenta esa comunicación en la que debe primar lo personal y redefinir la tecnología para
que sea exclusivamente una herramienta y así
pasar de un discurso invasivo a otro inclusivo (Navarro y Moreno, 2015). Stoffel y Víctor (2015, p. 72) recuerdan que las funciones
educativa y social son expresiones que se usan
hoy para definir y renovar las funciones de los
museos, a pesar de que se mencionan desde
hace más de cincuenta años. En la sociedad
del conocimiento, los museos son espacios
de conocimiento y aprendizaje informal para
vislumbrar el pasado, comprender el presente y atisbar el futuro (Arbués y Naval, 2014,
p. 135). Las redes digitales de los museos facilitan el acceso a ese conocimiento de una
manera ubicua y potencian la necesidad del
disfrute directo en el museo real.
III. EL MUSEO Y SUS REDES DIGITALES:
ESCENARIOS PRESENTES Y FUTUROS
Las TIC están presentes en el museo en forma de instalaciones interactivas, aplicaciones
móviles, audioguías y videoguías. Estos aditamentos tecnológicos pueden ayudar a un mayor disfrute de piezas y procesos. Además, si
son útiles en el museo real, mucho más pueden
serlo para sentir el virtual. Las redes digitales
facilitan este intercambio (tabla 2); sin embargo, si se analizan las distintas aplicaciones digitales para el museo in situ y se comparan con
el museo virtual o museo en red, es habitual
que funcionen con la mentalidad analógica de
que cada museo es independiente. Se pondrá
un ejemplo de un museo paradigmático como
el Louvre, para no caer en el tópico del pesimismo unamuniano que supuestamente define
lo español. De hecho, la reputación de España
103
ISIDRO MORENO SÁNCHEZ
Tabla 2. Ejemplos de redes digitales de y sobre museos en España
Nombre de la red
URL acortada
Número de museos
Asociación Española de Museólogos
www.museologia.net
Casi todos los museos están representados
Directorio de museos y colecciones de España
https://goo.gl/pMRmZM
Más de 1500
Europeana. Portal del patrimonio cultural
europeo con numerosos fondos de museos
españoles
www.europeana.eu/portal/es
Museos y fondos culturales de 28 países
Ibermuseos. Red de museos iberoamericanos
http://www.ibermuseus.org/es/
Museos de los 22 países de la Comunidad
Iberoamericana
International Council of Museums (ICOM),
España (asociación)
http://www.icom-ce.org/
Casi todos los museos están representados
Museos.es es una publicación bienal de la
Subdirección General de Museos Estatales
https://goo.gl/bZCHsR
Es una publicación para comprender
mejor el museo y sus redes
Red de Ciencia del CSIC. Museo Virtual de la
Ciencia
http://museovirtual.csic.es/
Museos y colecciones del CSIC, como el
Museo Nacional de Ciencias Naturales
Red de museos estatales
https://goo.gl/WGqRju
22 museos (16 museos estatales más los
seis del MCD)
Red digital de la diáspora del arte español.
Patrimonio artístico, guerra civil y posguerra
http://pgp.ccinf.es/PGP/#/
Numerosos museos implicados.
Seguimiento de más de 10.000 obras
Paseo del Arte Imprescindible (aplicación
móvil sobre los museos Prado, Thyssen y
Reina Sofía)
https://goo.gl/6Ho33N
Tres museos
Red Digital de Colecciones de Museos de España https://goo.gl/nWZfEb
195 museos
Fuente: elaboración propia.
(cómo nos ven) ocupaba en 2018 el puesto número 14 de los 55 países encuestados con mayor PIB del mundo. La media española era de
7,3, por encima de países como el Reino Unido, Francia, Alemania o Estados Unidos (Reputation Institute, 2018, p. 10). En el ranking
de autopercepción (cómo nos vemos), solo referido a 19 países, España, con una media de
7, aparecía en el lugar 12, por debajo de países
como Portugal, Rusia, Reino Unido, Francia o
Alemania (Reputation Institute, 2018, p. 15).
Si se visita el Museo del Louvre y se alquilan
las videoguías interactivas sobre la consola portátil Nintendo 3DS, al estar frente a esculturas
como la Victoria de Samotracia, pueden verse
estas en realidad virtual. Si se está frente a la
obra, ¿qué necesidad hay de verla en realidad
virtual? Pues, por ejemplo, para ver una impo104
sible visión cenital en directo o un detalle que
no puede observarse porque no está permitido
acercarse demasiado. De todas maneras, en directo es mucho más prescindible esta visión en
realidad virtual que en el museo virtual. Ahí, si
se ve desde cualquier lugar, la realidad virtual
permite hacerse una idea mucho más exacta
que a través de fotografías bidimensionales.
Pues en el museo virtual del Louvre se ven solo
fotografías de la Victoria de Samotracia y no la
realidad virtual que se ve en el museo in situ. Así
queda patente que, aunque las redes sean digitales, sigue primando una mentalidad analógica
que concibe cada museo independientemente,
sin aprovechar las sinergias del mundo digital.
Noël (2014, p. 79) se pregunta «¿Qué es lo
que no veo en lo que veo?». Pues las redes digitales pueden ayudar a responder la pregun-
MUSEÍSTICA Y NUEVAS REDES DIGITALES: EN BUSCA DE LA INTERAFECTIVIDAD CON TODAS LAS PERSONAS
ta. Por otra parte, Noël refleja el predominio
que se le concede a la visión en detrimento del
resto de los sentidos. Es adecuado preguntarse
qué es lo que no veo en lo que veo; pero también habría que preguntarse qué es lo que no
escucho en lo que escucho; qué es lo que no
huelo cuando huelo; qué es lo que no toco en lo
que todo; qué es lo que no degusto cuando degusto. El museo y sus redes deben pensar multisensorialmente, no solo porque beneficiará a
las personas que tengan limitada, por ejemplo,
la visión. Si se profundiza, se comprende que la
mayoría de las personas tienen (tenemos) muy
limitados el resto de los sentidos y que potenciarlos beneficia a todos.
Así que museos físicos, en red, en movilidad… deben compartir los elementos expresivos que facilitan los multimedia interactivos o
hipermedia in situ y en red diseñando multisensorialmente y pensando en la diversidad,
que es el signo que nos define como personas. Inclusiva-Net (Medialab Prado, 2018),
por ejemplo, es una plataforma dedicada a la
investigación, documentación y difusión de la
teoría de la cultura de las redes, pensando en la
inclusión social y cultural de las redes de telecomunicaciones y sus efectos en el desarrollo
de prácticas artísticas y de producción crítica
de conocimiento.
Ya no existe discusión alguna de que cada
museo in situ debe tener su correspondiente
museo virtual y social. La mayoría de los museos tienen aplicaciones, incluso existen aplicaciones como «Paseo del arte imprescindible»
que contemplan varios museos; en este caso
Prado, Thyssen y Reina Sofía. Casi todas están
orientadas al interior del museo y sus colecciones, pero muy pocas sacan el museo a la calle
para indagar en obras, artistas y experiencias
ligadas al entorno físico de espacios existentes,
transformados o desaparecidos. «La cuna del
arte aragonés» (Fundación Fuendetodos Goya,
2018), por ejemplo, ayuda no solo a conocer
la casa natal de Goya, sino la iglesia, el Museo
del Grabado, los restos del castillo o el espacio
de sensibilización ambiental. Es fácil pensar
en redes de aplicaciones sobre Goya también
en Madrid. Redes que conecten, además, con
las específicas de los museos madrileños en
los que hay obras del pintor como el Prado, la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el Palacio Real de Madrid, la Fundación Lázaro Galdiano o la Ermita de San Antonio de
la Florida. O con otros lugares, como el Museo
de Historia de Madrid, que tiene una maqueta
del Madrid de 1830 en la que aparece la Quinta
del Sordo o Quinta de Goya. Y de la Quinta del
Sordo en maqueta al espacio real de la misma,
en el que solo encontrará una placa en un edificio de la calle Saavedra Fajardo, 32, recordando
que allí vivió y pintó Goya las pinturas negras
sobre las paredes de una casa ya desaparecida
y que pueden disfrutarse hoy en el Museo del
Prado. Quinta, por otra parte, cuyo apelativo
«del Sordo» ya lo tenía antes de que la comprase Goya.
Todas estas aplicaciones, todas estas redes,
podrían y deberían formar un ecosistema de
redes digitales que interactúen e interacciones
con museos, con las obras del artista y de otros
artistas, en definitiva, redes que potencien los
diálogos con el/los museo/s, la ciudad y con
la vida que alberga, ha albergado y albergará.
Dicho así parece sencillo, pero unos buenos
desarrollos no son fáciles ni baratos, ni tal vez
proporcionen espectaculares cifras de uso y,
menos aún, beneficios económicos. Pero estas
redes de redes son imprescindibles. La clave
está en si se considera el museo y sus redes digitales, como apuntaba Scorsese (2018, p. 3),
esenciales para la vida.
IV. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
La responsabilidad cultural, de aprendizaje y
social que recae sobre el museo en sus variantes física, virtual, móvil, personal, escondida,
desaparecida y social requiere un decidido
105
ISIDRO MORENO SÁNCHEZ
y sostenido apoyo de las políticas públicas y
una implicación sostenida de las estrategias de
las instituciones privadas. Los museos y, por
ende, la cultura, no pueden ser los primeros
afectados por las crisis o los cambios gubernamentales. En ese sentido, se plantean algunas
propuestas para generar un necesario debate
de manera que el museo y sus redes digitales
se consoliden y se comprenda su importancia
para el aprendizaje, para el entretenimiento,
para la participación y, sobre todo, para la vida:
1.
2.
3.
4.
106
Instituciones públicas, instituciones privadas y ciudadanos deben comprender
y sentir que consumo cultural y desarrollo constituyen un binomio indisociable, y el museo es una institución clave en ese proceso.
La accesibilidad pensando en la diversidad de las personas debe primar conceptual y museográficamente para que
cualquiera pueda disfrutar del museo
en todas sus variantes.
Se deben potenciar las redes digitales
participativas que permitan la interactividad y la interacción entre las distintas
materializaciones del museo transmedia: museo in situ, museo virtual, museo
social, museo móvil, museo escondido
y museo expandido.
Son necesarias redes digitales que saquen el museo a la calle e indaguen en
obras, artistas, experiencias… ligadas al
entorno físico de espacios existentes,
transformados o desaparecidos. El museo móvil puede solidificar los lazos de
las personas con la ciudad y su cultura
y resignificar espacios aparentemente
anodinos a través, por ejemplo, de la
realidad aumentada.
5.
Aunque los museos y espacios culturales sean de distinta titularidad (estatal,
regional o local, públicos o privados),
es vital que compartan redes nacionales e internacionales para fomentar el
intercambio y potenciar las visitas y el
acercamiento real y virtual con ciudadanas y ciudadanos.
6. Los presupuestos de los museos y de la
cultura no deberían estar sujetos a cambios políticos según el partido o partidos que gobiernen en cada momento.
7. Los museos, por otra parte, deben abandonar viejos prejuicios y volcarse al
servicio de las personas y de la cultura.
8. La museografía debe alejarse del modelo de información notarial para potenciar no solo la información, sino las
emociones que el arte material e inmaterial es capaz de transmitir. Gamificación, realidad virtual, realidad aumentada, aplicaciones móviles, bases de datos
narrativas… Recursos TIC al servicio de
la comunicación cultural.
9. El museo debe buscar la bidireccionalidad de las redes sociales y desterrar la
mentalidad de que se trata de simples
publicaciones digitales del museo y no
de diálogos ininterrumpidos.
10. Las personas que visitan el museo son
excelentes colaboradoras en la comunicación de este y deben sentir que el
museo les pertenece. Por ejemplo, no
se comprende que todavía muchos museos, como el Museo del Prado, prohíban hacer fotos, incluso sin flash, eliminando esa colaboración comunicativa
fundamental en las redes sociales que
realizan las personas que los visitan.
MUSEÍSTICA Y NUEVAS REDES DIGITALES: EN BUSCA DE LA INTERAFECTIVIDAD CON TODAS LAS PERSONAS
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108
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO.
CRISIS Y RENOVACIÓN
Xavier Fina, Aintzane Larrabeiti y Manuel Ortuño
El análisis sobre la situación de la lectura y el libro en España implica una reflexión sobre un
entorno en el que conviven la lógica privada que rige el negocio, la lógica pública vinculada
a las políticas, y la lógica comunitaria que genera la lectura. Las tres miradas conforman una
trama de relaciones entre la industria editorial, las librerías, la lectura y las bibliotecas. Por
una parte, partimos de los datos para reflexionar sobre su situación tras la crisis. Desde ahí,
con vocación integral y estratégica, y voluntad clarificadora, planteamos tres ejes para las
políticas públicas sobre el libro y la lectura: unas políticas industriales con fórmulas creativas
de ayuda a la I+D+i y que cubran los vacíos jurídicos que perjudican a la industria; unas políticas desde la excepción cultural que garanticen un ecosistema rico y diverso; y unas políticas
de accesibilidad y mediación, vinculadas a la lectura como servicio público.
Palabras clave: libro, lectura, políticas públicas, excepción cultural, accesibilidad, mediación.
I. SITUACIÓN ACTUAL: REFLEXIONES EN TORNO
A LOS DATOS
Al igual que sucede en otros ámbitos de la cultura, el análisis sobre la situación de la lectura y
el libro en España implica una reflexión sobre
un entorno en el que conviven la lógica privada
que rige el negocio, la lógica pública vinculada
a las políticas y la lógica comunitaria que genera la lectura. Las tres miradas conforman una
trama de relaciones entre la industria editorial,
las librerías, la lectura y las bibliotecas.
En este primer apartado partimos de los
datos, de lo que nos permiten ver y conocer,
tratando de interpretarlos con claridad, pero
asumiendo su complejidad. Muestran algunas
evidencias y no pocos dilemas.
1. El negocio del libro
La primera evidencia es que, en los últimos 10
años, las ventas de libros han caído un 10%. La
diferencia más acusada es entre el año 2008 y
el 2013, con una reducción del 23% si se suman
el volumen de ventas del comercio interior y
las exportaciones. Es el mercado interior el que
más ha sufrido en estos años: perdió el 32% de
las ventas, lo que se traduce en 1000 millones
de euros menos (de 3186 a 2182 millones). A
partir de 2013 comienza una recuperación lenta pero progresiva, con un aumento acumulado
del 7% hasta el año 2016 (gráfico 1).
En todo caso, con 2900 millones de euros de mercado, España se sitúa en el noveno
puesto en volumen de ventas en el mundo, por
109
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
Gráfico 1. Evolución del volumen de ventas 2006-2016 del sector del libro (millones de euros)
4000
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Facturación comercio interior
2012
2013
2014
2015
2016
Facturación exportaciones
Fuente: elaboración propia a partir de Comercio interior del libro en España (FGEE) y Comercio exterior del libro (FEDECALI).
detrás de Alemania, Noruega, Estados Unidos,
Reino Unido y Australia. Es más, si se relaciona
el volumen de ventas con el número de habitantes por país, España se coloca en el sexto
puesto, por detrás de Alemania, Noruega, Estados Unidos, Reino Unido y Australia (Bookmap, 2017).
Otro de los indicadores relativamente positivos es que la ratio de ejemplares producidos
respecto a los vendidos mejora, y supera ya el
70%. Esto se debe no solo al ligero aumento de
la demanda, sino también a la bajada en la tirada media. No obstante, continúan sin venderse
aproximadamente tres de cada diez ejemplares
editados (gráfico 2).
Sobre la oferta de novedades y títulos del
mercado, aunque los datos varían según las
fuentes que se empleen (ISBN, Federación de
Gremios de Editores de España o Instituto Nacional de Estadística [INE]), no cabe duda de
que la oferta es amplia. De hecho, fuentes eu110
ropeas indican que es el cuarto país con mayor
número de novedades y el quinto con mayor
disponibilidad de títulos.
Según el ISBN, en 2018 se registraron
76.180 títulos, de los que el 97,2% son primeras ediciones. Se produce un descenso significativo (15,3%) de los títulos inscritos respecto a 2017. Cabe destacar también la bajada de
inscripciones de libros en formato distinto al
papel, que pasan del 31,6% en 2017 a un 25,1%
en 2018. Habrá que prestar atención a estas
tendencias para ver si se consolidan.
Con los datos del informe del Comercio Interior, en 2017 se editaron un total de 87.262
títulos. Si nos fijamos en el campo de la literatura, más concretamente en la novela, se publicaron 12.825 títulos (un 13,3% más que en
2016) que suponen 43,3 millones de ejemplares a la venta (gráfico 3).
La pregunta es: ¿se publica demasiado? El
dilema consiste en si debe interpretarse como
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
Gráfico 2. Evolución de ejemplares editados y vendidos 2006-2016 (millones)
367,4
400
350
300
250,9
224
250
200
157,2
153,6
150
100
50
0
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Ejemplares editados
2012
2013
2014
2015
2016
Ejemplares vendidos
Fuente: Comercio interior del libro en España (FGEE).
Gráfico 3. Títulos editados por materias
100.000
90.000
80.000
16.122
70.000
60.000
50.000
40.000
14.965
14.782
15.181
15.957
4877
4689
18.109
18.145
12.705
12.244
13.267
14.344
14.679
16.127
2015
2016
2017
17.358
5280
19.108
30.000
20.000
10.000
0
Literatura
Infantil y juvenil
Texto no universitario
Científico técnico y universitario
CCSS y humanidades
Otros
Fuente: Comercio Interior del Libro en España (FGEE).
111
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
un indicador positivo de diversidad, o si es fruto de una mecánica enfebrecida. Seguramente
las dos lecturas son ciertas. Por una parte, esta
variedad de la oferta puede entenderse como riqueza a la hora de elegir. Pero, por otra, hay que
tener en cuenta que el negocio editorial es muy
incierto. En el sector se suele comentar que,
de cada diez libros editados, se pierde dinero
con ocho y solo se gana con dos. Así, la propia dinámica del negocio exige lanzamientos
de novedades hasta dar con el éxito comercial.
No faltan voces críticas que señalan la burbuja
que vive un modelo poco sostenible, basado en
lanzar novedades de forma continua. El mercado está saturado y quienes más lo sufren son
las distribuidoras y las librerías, inmersas en un
constante ir y venir de novedades y devoluciones. Y, desde luego, el público lector, incapaz de
asimilar la avalancha que llega.
En relación con la configuración del mercado, en los últimos años se tiende a la polarización. Se está produciendo un fenómeno de
concentración, con un aumento del peso de los
dos grandes grupos editoriales por la absorción
de sellos medianos (Planeta y Penguin Random House). Entre las dos suman un tercio del
mercado, sin contar el libro de texto. Este último, con una cuota en torno al 35-40% del mercado global del libro, está dominado por tres
grupos (Hachette, SM y Santillana). El peso de
estos grandes grupos en el mercado mundial
hace que se hable de España como «potencia
editorial mundial».
Pero se produce un fenómeno curioso. En
paralelo al aumento de la concentración, se
incrementa también el peso de las editoriales
pequeñas, dando lugar a un fenómeno de «sobrepoblación». Hoy es fácil montar un negocio editorial, al menos en cuanto a los medios
técnicos que se necesitan, y, en los huecos que
van dejando las grandes, aparecen pequeñas
editoriales de nicho especializadas en géneros
concretos. Algunas de ellas consiguen una reputación y un segmento de mercado fiel que
112
se identifica con su perfil independiente o alternativo.
En cuanto a los canales de ventas, la red de
librerías es una de las más extensas de Europa, según datos de Eurostat de 2014. En 2016,
el mapa de librerías de Cegal contabilizaba en
torno a 4000 establecimientos especializados
en la venta de libros (3967 establecimientos).
En ese cómputo no se incluyen las librerías de
segunda mano o de libro antiguo, que rondan
los 380 comercios de acuerdo con datos del
mapa de librerías de España que elabora José
María Barandiarán. La crisis hizo mella en estos comercios, cómo no: entre 2013 y 2014
desaparecieron un 16% (de 4336 a 3650). Desde entonces han aumentado un 8,7%. Respecto
a su antigüedad, en torno a siete de cada diez
comenzaron su actividad antes de 1999. Cabe
destacar que un 16,5% abrieron tras la crisis
iniciada en 2008. La cuestión es que siguen cerrando librerías, pero a la vez se abren nuevos
establecimientos que, en muchos casos, llevan
a cabo una importante actividad cultural, con
presentaciones y firmas de libros, conferencias
y clubes de lectura. La tipología de librería más
frecuente es del tipo general de proximidad (el
37,6%), muy común en los comercios pequeños. Le siguen las especializadas (26,5%), las
generales de fondo (23%) y las generales con
especialización (13%).
Desde el punto de vista del mercado, las librerías continúan siendo el principal canal de
comercialización del libro. De hecho, de acuerdo con los datos del Comercio Interior, sus
ventas casi duplican a las cadenas: las librerías
alcanzan 810 millones de euros de ventas, y las
cadenas de librerías, 410 millones. Hay que tener en cuenta que ocho de cada diez librerías
no pertenecen a ninguna cadena. Los distintos
canales de venta en línea facturan 139 millones de euros.
Y desde el punto de vista del público, es
el canal preferido para la compra del libro: el
lugar habitual para el 69% de los encuestados
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
en el informe sobre Hábitos de lectura y compra de libros 2018 de la Federación de Gremios
de Editores de España (FGEE). Pero hay que
prestar atención a la consolidación de la compra de libros a través de Internet en los últimos
cinco años, hasta situarse en el cuarto lugar de
compra (tras librería, cadena y grandes almacenes). Hay que destacar que, entre quienes
compran a través de Internet, siete de cada
diez dicen hacerlo en Amazon (78,6%). No es
posible ir más allá en el conocimiento de ese
mercado. Como es sabido, la opacidad informativa de esta empresa puede calificarse como
una zona de sombra.
2. La disponibilidad de gasto de los hogares
Hasta ahora tenemos la certeza de que se compran menos libros. Podemos dar un paso más
si conocemos cuál es la capacidad de gasto de
los hogares españoles y cómo se distribuye. La
pregunta que interesa hacerse es: ¿qué presupuesto destinan a la compra de libros y publicaciones periódicas? Según la Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, en 2017 el gasto
medio total por hogar fue de 29.188 euros, registrándose la mayor subida interanual desde
2007. A priori, es un dato positivo. El aumento
se debe, en parte, a la subida de la inflación,
pero especialmente al aumento de los gastos
familiares en coches nuevos, restauración, ocio
y viajes.
La distribución del presupuesto familiar se
reparte de la siguiente manera: casi dos tercios
se dedican a pagar las facturas de la vivienda,
comida y transporte. La vivienda y los gastos asociados a ella suponen un 30,1% (8774
euros de media al año); un 14,1% se dedica a
comida y bebida en casa (4108 euros al año)
y un 12,6% al transporte (3667 euros). Es en
ese resto en el que se ubica el gasto en cultura, entre otras muchas cosas. Hay que tener en
cuenta que, a menor renta, mayor peso tienen
los capítulos esenciales. Así, el 20% de la población más pobre destina casi el 40% del dine-
ro a la vivienda y el 20,3% a alimentación. Para
ocio y cultura solo queda un 3%. Conforme aumenta la capacidad adquisitiva, sube el peso de
los capítulos secundarios. En concreto, el gasto
en ocio y cultura alcanza de media el 5,7% del
total, y en el 20% de los de más gasto, el 6,9%
del presupuesto total.
Si nos centramos en el gasto de los hogares
en bienes y servicios culturales, ascendió en
2017 a 13.298,4 millones de euros, lo que supone el 2,5% del gasto total estimado en bienes
y servicios. El gasto medio por hogar vinculado
a la cultura fue de 718,3 euros, y el gasto medio
por persona se situó en 288,6 euros. Es importante constatar que el gasto en libros y publicaciones periódicas ha caído significativamente
desde 2006, pasando de 102 euros por persona
(56,9 en libros y 45,5 en publicaciones periódicas) a 58,3 euros por persona en 2017 (42,4
en libros y 15,9 en publicaciones periódicas).
Estamos hablando de la media.
3. La lectura
Como sucede con otras prácticas culturales, a
menudo los titulares en relación con la lectura
tienden a mostrar visiones extremas que oscilan entre el catastrofismo y el triunfalismo.
Veamos qué indican los datos.
La primera cuestión que hay que considerar
es si la práctica de la lectura genera interés entre la ciudadanía. Según los datos del Barómetro del CIS de 2016 vemos que en torno al 60%
de la población declara tener mucho o bastante
interés por ella. Solo la música y el cine atraen
más. La evolución entre 2009 y 2016 muestra
que ese interés es bastante estable, en comparación con otras prácticas culturales. Otro de
los aspectos que hay que destacar es que son
bastantes más las personas que muestran mucho interés (27,5%) que las que no muestran
ninguno (11,3%) (gráficos 4 y 5).
Es interesante conocer la percepción que
tienen los españoles respecto a la lectura: en
113
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
Gráfico 4. Evolución del interés por actividades culturales (mucho o bastante interés, %)
80
74,6
70
65,4
61,6
60
50
40,6
38,9
40
26,6
30
20
10
0
Música
Cine
Lectura
2009
Teatro
2014
Artes plásticas
Danza
2016
Fuente: elaboración propia a partir del Barómetro CIS.
Gráfico 5. Interés por las actividades culturales, 2016
100%
5,5
90%
80%
8,6
11,3
25,8
70%
34,8
26,9
60%
50%
38,4
34,1
42
30%
20%
27,7
27,7
31,7
10%
23,4
18,1
27,5
0%
Música
Cine
Mucho
Fuente: Barómetro del CIS (2016).
114
37,5
39,1
42,9
40%
21,6
21,3
19,7
Lectura
Bastante
Poco
11,2
12,9
8,5
Teatro
Artes plásticas
Danza
Nada
Resto
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
torno al 70% declaran que se lee poco. Pero
cuando se pregunta si más o menos que diez
años atrás los resultados se reparten entre bastante más, igual o bastante menos. Esto parece confirmar que la sensación es pesimista y
que no evoluciona. Este subtexto puede estar
detrás de ciertos titulares agónicos en relación
con la lectura, en los que se destaca precisamente lo poco que se lee.
Veamos cuánto. Las distintas fuentes señalan que en torno al 60% de la población lee
libros en su tiempo libre (un 61,8% según el
último informe de Hábitos de lectura y compra de libros en España de la FGEE; un 62,2%
leyó al menos un libro en el último año, según
la Encuesta de hábitos y prácticas culturales en
España 2014-2015). La media europea está por
encima de ese dato, alcanza el 68% de la población de acuerdo con el Eurobarómetro 366
(2013), pero entre 2007 y 2013 la tasa de lectura en Europa ha descendido tres puntos porcentuales.
Se debe destacar el grupo de lectores fuertes, un 32,6%, que leen a diario o casi a diario.
No es desdeñable. Lo hacen por placer y principalmente en papel.
Conocemos las variables sociodemográficas que inciden en la práctica de la lectura:
las mujeres, las personas de mediana edad, con
estudios superiores, y un estatus socioeconómico medio-alto leen más. Además, el capital
cultural heredado de la familia tiene una influencia clara en la generación del hábito de
la lectura: el contacto durante la socialización
primaria en la infancia incide de forma positiva; así, las lecturas de los padres, la lectura en
voz alta y las bibliotecas familiares son variables que correlacionan con el nivel de lectura
(Urgel Parreño, 2015).
Se suele insistir en que el 36-38% de la población no lee nunca o casi nunca. A las variables estructurales descritas anteriormente,
como el nivel de estudios, la renta familiar y
el capital cultural heredado, hay que añadir las
barreras que aducen para no leer. La principal
es la falta de tiempo, especialmente entre la población entre 35 y 44 años. Entre los mayores
de 65 años, el 31% señala los motivos de salud
o los problemas de vista. Y no hay que olvidar
que un 28,2% de la población no lectora indica
que prefiere dedicar su tiempo a otro tipo de
entretenimiento. Por último, no se debe perder de vista que un 16% de la población total
dice que no le gusta leer. Este es el motivo que
señalan la mitad del colectivo de jóvenes no
lectores entre 14 y 24 años (51,1%). Son datos
del Barómetro de hábitos de lectura y compra de
libros en España de la FGEE (2018).
4. Las bibliotecas
Son el servicio cultural de proximidad básico, con una red en España de 4634 bibliotecas
públicas, según la última estadística del Ministerio de Cultura y Deporte (2016). Los datos
avalan su importancia como servicio público:
más de 17 millones de socios, 463 millones de
presupuesto y 10.676 profesionales trabajando
a tiempo completo. Son servicios que se caracterizan por tener una triple función: cultural,
educativa e informativa. Se debe subrayar también que son los servicios culturales más democráticos y accesibles que existen. De hecho, en
los últimos años, su función de cohesión social
se ha reforzado trabajando en colaboración con
otras instituciones y atendiendo a los sectores
más vulnerables. Sirva como ejemplo que la biblioteca suele ser el primer equipamiento cultural que visitan las personas recién llegadas.
¿Qué más nos dicen los datos? Cuando se
afirma que son el club de cultura más extenso
se pone el foco en su cuota de socios. El promedio de población con carnet de bibliotecas
públicas alcanza el 37%. Destacan comunidades como Asturias (58,4%) seguida de Castilla
y León, Cataluña y País Vasco, todas ellas situadas en torno al 49% de su población.
115
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
Respecto a su oferta de colecciones, entre
todas las bibliotecas públicas suman en torno a
88 millones de documentos, una ratio de 1,88
documentos por habitante. La mayor colección
la reúne Cataluña, seguida de Andalucía y la Comunidad Valenciana. En cuanto a las adquisiciones, la media en un año por cada 1000 habitantes se situó en 72,77 documentos. El País Vasco
duplica esa ratio (116,57). Respecto al préstamo
gratuito de libros electrónicos en línea eBiblio,
que ofrecen las bibliotecas españolas (salvo el
País Vasco), en 2017 contenía una colección de
13.239 títulos distintos (principalmente libros,
pero también audiolibros, revistas y periódicos). Se alcanzaron 510.888 préstamos. Aumenta también el número de usuarios activos, con
55.625 nuevos lectores de eBiblio.
de que llegaron en el momento más difícil para
el negocio, han sabido detectar el vacío de fondo que tenían las librerías culturales y han ido
cubriendo los huecos que dejaban los grandes
grupos editoriales. Se han ido asentando arropadas por el público, la prensa y las propias librerías.
Las luces rojas vienen, por una parte, del
número de visitas, con un descenso de dos millones y medio respecto a 2015, aunque el dato
significativo es que estos servicios recibieron
en 2016 más de 107 millones de visitas, lo que
supone 2,3 por habitante. Castilla y León, Cataluña y La Rioja superan las tres visitas por
habitante. Por otra parte, a pesar de que se realizaron 49,3 millones de préstamos, han bajado
respecto a 2015 (2,3 millones menos).
2. Librerías
Por último, hay que destacar las actividades
culturales que organizan las bibliotecas: 4,84
por cada 1000 habitantes de media nacional.
II. MODELOS QUE FUNCIONAN
Tanto desde la perspectiva del negocio como
de la promoción de la lectura existen iniciativas
que están funcionando y que conviene destacar.
1. Las editoriales independientes
Pocos años antes de la crisis económica, fueron
surgiendo proyectos editoriales independientes promovidos desde iniciativas individuales,
generalmente por personas jóvenes. A pesar
116
En los últimos diez años han conseguido hacerse notar y, lo que es más importante, crear
una comunidad de lectores muy fiel que busca en sus catálogos títulos y autores que descubrir. Rastrean lo desconocido, descubren lo
que estaba escondido, textos clásicos olvidados
o descatalogados, pero de gran calidad: hacen
«literatura de rescate». Son ediciones que cuidan los diseños y las traducciones.
En el caso de las librerías, destacamos los modelos de negocio que van más allá de la venta
de libros, aunque sin soslayar su perspectiva
empresarial. Son aquellas que cumplen una
función cultural y social, y propician el encuentro, la conversación y la recomendación.
Arropados por los libros y las revistas culturales, son espacios para la lectura, que ocupan a
su vez un espacio urbano en los barrios, pueblos y ciudades y que generan vida. Lugares de
agitación cultural capaces de crear comunidad
y de regenerar el tejido social de su entorno.
De hecho, algunos de ellos están vinculados a
proyectos sociales.
Aprovechando las palabras de Paco Puche,
uno de los fundadores de la librería Proteo Prometeo, reconocida con el último Premio de Librería Cultural, las librerías cumplen con una
función de información, de recomendación, de
encuentro, de valores, de resistencia, de diversidad, e incluso poética. En definitiva, tienen
un cometido cultural y social en su sentido
más profundo y comprometido.
Desde un punto de vista más especializado,
resulta interesante también seguir la pista a las
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
librerías que venden libros de segunda mano.
Voces del sector indican que contribuyen mucho a la creación de un público lector. Es un
fenómeno creciente, están naciendo muevas librerías con este perfil que se suman a otras en
las que conviven el libro nuevo y el de segunda
mano. Aunque no se dispone de información
de lo que este mercado supone, y señalamos
así otra de las zonas de sombra en torno a la
información del sector, hay fuentes que indican que en países como Francia o Inglaterra la
mitad de la población prefiere comprar libros
usados antes que nuevos. Se debería investigar
este fenómeno.
3. Clubes de lectura
Todo lo dicho sobre las librerías cabe aplicarlo
a las bibliotecas como servicios públicos que
deben ir más allá de la consulta y el préstamo.
Buen ejemplo de su función cultural y social
son los clubes de lectura, iniciativas que viven un auge en los últimos años y que tienen
gran aceptación. En España, miles de personas
participan en clubes de lectura. Tienen como
aliciente la combinación de una actividad personal con el hecho de compartirlo con otras
personas. Suman lo íntimo con lo público.
Vinculados en sus comienzos en los años
ochenta a las bibliotecas públicas, en los últimos 15 años están viviendo un boom y se han
extendido a otros entornos como las librerías,
los centros educativos, las editoriales, los centros culturales, los hospitales, etc. En todas las
comunidades autónomas existen numerosos
clubes de lectura de todo tipo. Además de crecer en número, se han ido desarrollando servicios en torno a los clubes, como la compra
y el préstamo centralizados, los servicios relacionados con Internet (webs, blogs…) y actividades de dinamización cultural.
Hacemos nuestras las palabras de la red de
bibliotecas de Navarra en torno a los clubes de
lectura y las bibliotecas: «En el futuro las bi-
bliotecas públicas, sin dejar de cumplir con los
que tradicionalmente han sido sus cometidos
–la garantía de una igualdad de oportunidades en el acceso a la información y al conocimiento, la conservación de la memoria local,
el apoyo para la formación a lo largo de toda la
vida, etc.– deberán atender nuevas demandas
sociales, como la de convertirse en espacios de
socialización, albergar foros de reflexión y de
debate que nos hagan no solo más cultos sino
más respetuosos con las opiniones de los demás, proporcionar a sus usuarios un ocio participativo y creativo, dinamizar la cultura escrita
o devolver a la lectura aspectos rituales que
tuvo en el pasado y que ha ido perdiendo. En
todas estas nuevas funciones los clubes de lectura tienen un papel destacado; es más: son la
forma en que en estos momentos se articulan
la mayor parte de ellas».
III. POLÍTICAS CULTURALES DEL LIBRO Y LA
LECTURA. A MODO DE RECOMENDACIONES
Las políticas culturales tienen, en su fundamento, una doble naturaleza. Por un lado, son
políticas de apoyo a un sector y, por tanto, tienen como objetivo contribuir a su sostenibilidad y desarrollo como actividad empresarial y
profesional. Por el otro, son políticas de vocación pública, dirigidas a dar respuesta a necesidades colectivas y al interés general. Estas dos
vertientes no son contradictorias. Especialmente si nos referimos a un sector como el del
libro. Su contribución a la generación de riqueza y empleo forma parte del interés general. Y
solo desde la existencia de un sector maduro y
sólido es posible dar respuesta a la mayoría de
los retos culturales stricto sensu.
Asimismo, una estrategia pública dirigida a
la promoción del libro y la lectura debe tener
un planteamiento integral que incorpore las
diversas vertientes. La contraposición entre
industria y valor público siempre va acompañada de juicios de valor en uno u otro sentido.
117
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
Con ello se simplifica una realidad compleja y
se empobrece la dimensión estratégica de las
políticas.
Sin embargo, desde un punto de vista conceptual y para aproximarse a una evaluación
de las políticas, es conveniente separar las dos
vertientes. Porque a menudo se confunden y
las políticas culturales devienen excesivamente cautivas de los sectores. En este sentido, por
ejemplo, las políticas de compras de las bibliotecas o las campañas de fomento de la lectura
tienen, obviamente, impacto en el sector. Pero
su objetivo nuclear es ofrecer un servicio a la
ciudadanía y prescribir con voluntad transformadora. Desde una vocación integral y estratégica, y desde una voluntad clarificadora,
planteamos tres ejes para las políticas públicas
sobre el libro y la lectura. Se trata de una taxonomía que permite identificar objetivos con
intersecciones, en ningún caso de establecer
compartimentos estancos y rígidos.
Además de clarificar objetivos y lógicas, las
políticas públicas en relación con el libro y publicaciones culturales precisan cooperación y
coordinación interinstitucional. El carácter indefinido y concurrente de las competencias en
cultura en España obligan a los responsables
de los distintos niveles de la Administración a,
como mínimo, hacer unas políticas no contradictorias.
1. Una política industrial
La industria del libro, en toda su cadena de
valor, es –si se permite la obviedad– una industria. Con sus especificidades, como todas.
Desde esta perspectiva su valor, nada desdeñable, reside en la capacidad de generar riqueza y
crear empleo. Asimismo, es condición de posibilidad para el desarrollo de un sector en el que
la calidad y la excelencia tengan su lugar.
Los retos de la industria –a los que las políticas públicas deben contribuir a dar respuesta– son consecuencia del cambio de época en
118
el que estamos inmersos. En este sentido, la
política sectorial debe contribuir a realizar el
tránsito con las mayores garantías posibles.
Entendiendo, como punto de partida, que trata
con un sector maduro capaz de encontrar sus
propias salidas a la crisis estructural y evitando, por tanto, un excesivo intervencionismo
y generando unas buenas condiciones para la
transformación del sector. Una transformación
tecnológica que obliga a una transformación de
modelo, a una transformación conceptual: de
los libros a los contenidos.
La transformación tecnológica necesita
ayudas financieras desde una lógica industrial.
Ayudas a la I+D+i con fórmulas creativas que
trasciendan las subvenciones y las políticas de
compras. En este sentido son imprescindibles
los espacios de colaboración entre los ámbitos de cultura y de industria de las distintas
administraciones. No es una cuestión de adscripción departamental: se trata de definir los
instrumentos necesarios.
El ámbito en el que las políticas públicas
son imprescindibles es en el de la regulación.
Las grandes plataformas están en manos de
las tecnológicas y se aprovechan de unos vacíos jurídicos –o de las frágiles voluntades
para hacer cumplir las leyes– que perjudican
a la industria. En este sentido, la aparición de
infraestructuras abiertas sería una opción y
podría constituir el núcleo de una política pública. Acompañado, obviamente, de una protección efectiva a los derechos de propiedad
intelectual de autores y editores.
Por último, pero no menos importante, la
industria de libro necesita lectores. Y aquí sus
objetivos coinciden con los de las políticas públicas que, de un modo que podríamos cualificar de axiomático, tienen en el fomento de la
lectura una de sus señas de identidad. Esta feliz
coincidencia debería garantizar unas políticas
de fomento de la lectura que combinaran estrategias de marketing y prescripción, evitando el
estéril proselitismo del convencido.
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
2. Una política desde la excepción cultural
Las industrias culturales son industrias, pero
también son culturales. A pesar de una vocación por ser consideradas desde la lógica del
negocio, no se puede obviar su carácter simbólico y su carga de valor más allá de lo económico. Esto se hace evidente cuando se negocian tratados de libre comercio y se defiende la
«excepción cultural», verbigracia, que la cultura no puede ser tratada como una mercancía
más. La excepción tiene su fundamento en una
defensa de la diversidad cultural en su acepción más amplia. La Convención sobre la Diversidad Cultural de la UNESCO, firmada por
España, permite y obliga a desarrollar políticas
y protecciones para el desarrollo cultural.
El mercado del libro no garantiza un ecosistema rico y diverso. Es por ello por lo que son
necesarias políticas de fomento que lo garanticen. Nuevos talentos, editoriales y librerías
independientes, obras de especial calidad con
un mercado minoritario, la variedad y heterogeneidad de revistas de pensamiento y cultura,
obras en lenguas oficiales con mercado reducido. Estos son algunos de los principales ámbitos en los que las políticas públicas intervienen
con intensidades diversas.
El Ayuntamiento de Barcelona aprobó en
2018 una medida de gobierno de apoyo al sector que incluía iniciativas interesantes en este
sentido. Las librerías de la ciudad, por ejemplo,
reciben una ayuda para pagar el IBI como primer paso para su exención. También en otras
ciudades hay medidas de protección a las librerías como espacios culturales. El Ministerio de
Cultura complementa estas políticas con líneas
de ayuda especialmente dirigidas a librerías de
municipios de menos de 50.000 habitantes.
También hay –aunque insuficientes– ayudas a las editoriales independientes y a las
revistas de pensamiento y cultura. Obviamente, no se puede vincular el tamaño y la dependencia de una editorial a la calidad de los
contenidos que edita. Pero para garantizar la
diversidad, las editoriales independientes son
imprescindibles. Y solo desde el apoyo de las
políticas públicas son sostenibles a corto y medio plazo sin caer en la precariedad.
Finalmente, la edición en las lenguas cooficiales en sus respectivos territorios (catalán,
gallego y vasco) necesita un apoyo complementario que permita editar desde unos parámetros de competitividad. Son expresión de
diversidad y tienen un mercado relativamente
reducido. Las políticas públicas actúan como
elementos compensatorios. Y en un Estado
plurilingüe como el nuestro, estas políticas no
pueden depender solo de los gobiernos autonómicos: el gobierno central debe considerarlas
como lenguas propias y, por tanto, apoyarlas.
3. Una política de accesibilidad y mediación
Las políticas vinculadas a la lectura como servicio público representan el núcleo duro de las
políticas culturales. Tanto es así que el único
servicio cultural público obligatorio es la biblioteca en los municipios con una población
superior a los 5000 habitantes.
Al margen de las externalidades positivas
que para el sector pueda tener este protagonismo, su justificación es consecuencia de una
identificación entre capital cultural y lectura.
La competencia lectora, los hábitos de lectura
han sido, tradicionalmente, el indicador básico
de desarrollo cultural individual y colectivo. Es
por ello por lo que las bibliotecas han devenido el servicio cultural básico. Sin embargo, el
cambio de época en el que estamos inmersos
ha puesto en crisis estos principios y sus modelos derivados.
La lectura ha perdido prestigio como expresión de nivel cultural. Los canales de información y conocimiento se han expandido y parece
que las únicas opciones posibles son la resistencia o la rendición. O se mantiene la sacralización del libro (cuanto más complejo mejor) o
119
XAVIER FINA, AINTZANE LARRABEITI Y MANUEL ORTUÑO
se renuncia a cualquier vocación transformadora deudora del proyecto moderno aceptando el
más absoluto de los relativismos. El reto, entendemos, es superar esta dialéctica encontrando
el modo de incidir en una realidad que ha cambiado sin renunciar a una vocación transformadora a través de la democratización del conocimiento y el fomento del espíritu crítico.
Las bibliotecas públicas han cambiado, se
han adaptado a los tiempos. Ya no son el templo sagrado y silencioso en el que se rinde culto al libro. Son espacios de socialización, de
información, de conexión, de tecnología, de
programación artística… La pregunta –con una
cierta vocación de exagerada provocación– es
si queda espacio a los libros y a la lectura. Seguramente, y sin que ello suponga desandar lo
andado, es necesario repensar las bibliotecas
recordando su espíritu fundacional. Un equilibrio entre este espíritu y que continúen siendo
centros culturales atractivos.
Son necesarias políticas de accesibilidad en
su sentido más activo. No se trata solo de posibilitar el acceso, el reto es provocarlo. Y esto
supone mediación. Una mediación que implica vínculos entre educación y cultura (el más
evidente, pero no el único ni el principal, las
bibliotecas escolares), aprendizaje de la lectura
digital sin renunciar a la complejidad, pequeñas acciones en los espacios cotidianos (familia, espacios de ocio).
Todo ello, y aquí está la clave, desde la
proximidad. Una proximidad territorial, pero
también conceptual y psicológica. La lectura
como algo cercano y como emocionante, evitando la prescripción mal entendida (la de la
superioridad moral y cultural), pero con vocación transformadora y crítica. Sin nostalgias de
un tiempo pasado (producto en buena medida
de la fantasía) pero sin renunciar a los objetivos de la modernidad. Sin proselitismo. Desde
el entusiasmo, el contagio y las pequeñas dosis.
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120
LECTURAS POLÍTICAS DEL ENTORNO DEL LIBRO. CRISIS Y RENOVACIÓN
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Wischenbart, R. (2017): Content and Consulting. BookMap. How big is global publishing? Disponible en:
https://www.wischenbart.com/page-59
121
EL ESTATUTO DEL ARTISTA ESTÁ A PUNTO.
PROPUESTAS PARA LA APLICACIÓN DEL ACUERDO
Manuel Rico
La crisis económica ha afectado a todos los sectores laborales, pero ha tenido especiales
efectos devastadores sobre la cultura y el empleo cultural, tradicionalmente más vulnerables. El Informe sobre el Estatuto del Artista y su desarrollo legislativo urgente en 2018 han
respondido cumplidamente a estos retos, aunque quedan importantes problemas sin resolver, que se recopilan y enuncian.
Palabras clave: estatuto del artista, especificidad del trabajo creativo, derecho de propiedad
intelectual, empleo cultural, políticas culturales.
I. LA CRISIS ECONÓMICA PRECARIZA AÚN MÁS
AL SECTOR CULTURAL
La crisis económica iniciada en el verano de
2008 con la caída de Lehmann Brothers golpeó
en España a todos los sectores económicos y,
como consecuencia de ello, a todos los sectores
laborales. Eso es una evidencia que el paso del
tiempo (una década ya) no ha hecho sino confirmar. En las realidades económicas occidentales, el mundo de la cultura ocupa un lugar estructuralmente decisivo para la proyección del
país en el exterior, para su salud democrática
y para el nivel medio de formación de sus ciudadanos. Es un sector decisivo, pero también
es uno de los más sensibles a los efectos de las
crisis.
A una primera fase de ajustes cuya repercusión en España fue moderada (entre 2008
y 2011), sucedió, a partir de las elecciones de
diciembre de 2011 y de la llegada al gobierno
del Partido Popular, un periodo en el que los
trabajadores de la cultura, entendida esta en un
sentido amplio, comenzaron a ver seriamente
afectados sus ya de por sí deteriorados derechos. Desde los primeros años de la Transición,
los distintos agentes culturales, que estuvieron
en la avanzada de las propuestas democráticas
(solo hay que recordar el papel de los actores,
de los escritores, del mundo del cine, etc., en la
lucha por las libertades), venían reclamando un
tratamiento específico hacia este sector, sobre
todo en todo lo referido a sus trabajadores y artistas.
No le bastó al gobierno del Partido Popular
con la supresión del Ministerio de Cultura. Entre sus primeras medidas, adoptadas en 2012,
se encuentra la subida del 8% hasta el 21% del
IVA cultural (al cine, al teatro y en general al
conjunto de los espectáculos públicos que tenían como soporte la cultura). De otro lado,
se produjo, en el mundo del libro, una modifi123
MANUEL RICO
cación radical de la legislación que regulaba la
copia privada, algo que afectó de inmediato a
los ingresos de las entidades de gestión de derechos, al eximir a las empresas tecnológicas
de su aportación vía aparatos de reproducción
(el llamado canon digital), canalizando el pago
de los derechos reprográficos a los autores a
través de las entidades de gestión vía Presupuestos Generales del Estado, con una brutal
reducción de los recursos que hasta entonces
recibían los autores por ese concepto.
Esas medidas, aplicadas en un país en el que
no existe la excepcionalidad cultural, que está
a un gran distancia de otros países europeos
como Francia o países nórdicos en el entendimiento de la cultura como un ingrediente vertebral de la vida democrática, tuvieron consecuencias devastadoras en el tejido cultural. La
subida del IVA cultural se añadió, sin duda, a la
reducción radical del poder adquisitivo de los
ciudadanos generada por la crisis, lo que supuso una fuente de pérdidas para la industria
del cine y para el teatro, lo cual conllevó a su
vez cierre de salas, desempleo y precariedad:
las víctimas fundamentales fueron los trabajadores de la cultura. Entre ellos y de manera
muy especial, los artistas y los autores, pero
también todo el tejido «productivo» que hace
posible una representación teatral, un espectáculo musical o el funcionamiento de una sala
cinematográfica. Al mismo tiempo, los recursos del Estado y del conjunto de las Administraciones dedicadas a la cultura se resintieron
notablemente, con lo que la pérdida de empleo
cultural en el sector privado tuvo como colofón inevitable pérdida de empleo y de oportunidades en el «aparato de cultura» de carácter
público: Estado, ayuntamientos y comunidades
autónomas.
Todo ello se acompañó de los efectos de
la revolución tecnológica, del incremento de
la piratería y de un importante drenaje de ingresos para autores y para la propia industria
cultural (editoriales de libros, casas discográfi-
124
cas, etc.) en concepto de derechos de autor y,
en general, de ingresos por venta o prestación
de servicios vía Internet. Llovía sobre mojado.
En un país en el que la relegación de la cultura es endémica (con momentos, todo hay que
decirlo, de excepción, cuando los Gobiernos
han mostrado una mínima preocupación por el
asunto), en el que no existe una visión de globalidad desde las administraciones que la ubique en un espacio de clara singularidad por su
estrecha vinculación con la salud democrática
del país, con su desarrollo moral e intelectual y
con un patrimonio intangible que, en el caso de
la literatura, el teatro y el cine y la música, tiene en la lengua española un instrumento trasnacional con el que muy pocos países cuentan,
las consecuencias son aún peores.
II. EL EMPLEO CULTURAL Y SU PESO EN EL
CONJUNTO
Ese universo cultural tiene tras de sí, para que
funcione de manera cotidiana, un amplísimo
colectivo de trabajadores y profesionales. Según datos del Anuario de Estadísticas Culturales de 20181, publicado por el Ministerio de
Cultura, extraídos a su vez de la Encuesta de
Población Activa (EPA), su número asciende
a 687.200, es decir, un 3,7% del conjunto del
empleo en España. Las características de ese
empleo son diversas y solo muy parcialmente
coinciden, en cuanto a sus condiciones de desarrollo, con el de otros sectores «laborales».
Tal y como se recoge en esa base de datos, hay
diferencias significativas por sexo entre el empleo vinculado al ámbito cultural y el empleo
total, con una mayor proporción de hombres,
del 60,7%, frente al 54,5% del conjunto del empleo, y por grupos de edad, ya que la propor-
1. Ministerio de Cultura y Deportes (2018): Anuario de Estadísticas Culturales 2018, Madrid. Disponible en: http://www.
culturaydeporte.gob.es/dam/jcr:f818fa71-6313-468b9db1-6a44d4fbd461/principales-resultados-2018.pdf
EL ESTATUTO DEL ARTISTA ESTÁ A PUNTO. PROPUESTAS PARA LA APLICACIÓN DEL ACUERDO
ción de ocupados es ligeramente superior en
edades centrales.
El empleo en el ámbito de la cultura se caracteriza también por una formación académica superior a la media, con porcentajes más
elevados de educación superior a las del conjunto nacional, del 67,1% frente al 42,5%. El
68,3% del empleo cultural es asalariado, cifra
muy inferior a la observada en el total, 83,5%,
y presenta tasas de empleo a tiempo completo
y a tiempo parcial del 87,1% y 12,9% respectivamente. La diversidad de las ocupaciones,
su complejidad y, en gran parte de los casos,
el alto contenido de creatividad y de conexión
con el conjunto de la ciudadanía a través de
diversos medios, hacen de ese colectivo, pese
a su limitado peso porcentual, un colectivo
con un enorme capacidad de influencia y de
conformación de la conciencia colectiva. Así,
según el citado anuario, hablamos de empleo
que o bien se sitúa en empresas dedicadas a
actividades culturales (edición, bibliotecas, archivos, museos, cinematográficas, de vídeo, de
radio y televisión, artísticas y de espectáculos,
entre otras) o bien a la actividad individual
derivada de labores con un claro componente cultural (el decisivo en la dedicación individualizada): escritores, artistas, archivistas,
bibliotecarios, etc.
Pese a los malos augurios que anunciaba
la revolución digital, el empleo por esa razón se ha visto afectado de manera limitada.
Incluso ha abierto caminos para nuevas ocupaciones en el sector. El ejemplo lo tenemos
en Europa. El 3,7% de España está todavía lejos de los porcentajes de empleo cultural en
otros países de la Unión: con datos de 2015,
por ejemplo, Estonia, un país que ha hecho de
la innovación digital su seña de identidad, es
el país de la UE que más personas emplea en
el sector cultural, un 5,3% del total, seguida
de Luxemburgo (5,1%) y Suecia (5%). En el
lado opuesto, destacan negativamente Rumanía, con solo el 1,6% de empleados, junto a
Eslovaquia (2,5%) y Bulgaria (2,8%). España
se situaría en una zona intermedia tirando a
la baja2.
III. LA NECESIDAD DEL ESTATUTO DEL ARTISTA
Desde hace décadas, los trabajadores de ese
sector, desde los asalariados que contribuyen
a levantar la tramoya de un teatro hasta los autores que hacen posible la obra o los compositores que le pusieron música, han hecho de
la inestabilidad y la precariedad casi una opción de vida. Un componente existencial que
va aparejado a la condición de artista. En ese
sentido, poco se ha modificado la visión que
la sociedad tiene del global de sus empleados,
aunque la existencia de minorías con gran proyección pública y éxito económico enturbie a
veces esa lectura.
Trabajos ocasionales, contratos temporales
cuando los hay, discontinuidad en los ingresos y, por ello, imposibilidad de mantener la
regularidad en las cotizaciones a la Seguridad
Social y, como consecuencia de ellos, de lograr contar con los 15 años preceptivos para
recibir una pensión contributiva, permanente
amenaza del desempleo, dudosas liquidaciones
de derechos de autor, y necesidad de recurrir a
las ayudas sociales que ofrecen las Administraciones o las propias entidades de gestión como
la SGAE, CEDRO y otras. Si a ello añadimos
las dificultades que encuentra el sector para la
organización sindical de sus asalariados debido a la discontinuidad de su trabajo (en pocas
ocasiones se cumple el requisito de contratado
con antigüedad igual o superior a seis meses
para presentarse a las elecciones sindicales) y
la confusión existente entre trabajadores por
cuenta ajena y «falsos autónomos», no es difí-
2. Fundación La Caixa (2015): Dossier Participación cultural y
bienestar. ¿Qué nos dicen los datos? Observatorio Social de «La
Caixa», Barcelona, Fundación La Caixa, Obra Social La Caixa.
125
MANUEL RICO
cil entender la complejidad y singularidad del
sector.
Sobre ese precipitado de necesidades y problemas se agregó, en enero de 2013, el Decreto
sobre «jubilación activa»3, que se acompañó
de una interpretación de la Ley General de la
Seguridad Social por parte del Gobierno que
endurecía los criterios con que se había aplicado hasta entonces, sancionando duramente
a algunos autores jubilados por compatibilizar
la pensión con los ingresos por derechos de
autor o por actividades con ellos relacionadas.
Tal vez ahí residiera el desencadenante de la
sostenida movilización y presencia en la opinión pública de entidades como la Plataforma
Seguir Creando (respaldada por más de cien
organizaciones profesionales y de gestión de
derechos) y la aparición en todos los medios
de declaraciones, artículos y reportajes protagonizados por autores con más de setenta años
de edad, requeridos para devolver la pensión
cobrada durante varios años tras ser multados
y obligados a cotizar en el Régimen de Trabajadores Autónomos para realizar cualquier actividad cultural remunerada.
Todas las fuerzas políticas, el Defensor del
Pueblo, el presidente del Congreso de los Diputados, la Comisión de Cultura del congreso
en pleno (con una actitud beligerante y comprometida de su presidenta actual), altos cargos del anterior y del actual Gobierno, los sindicatos y otros sectores vinculados al mundo
de la cultura prestaron su apoyo a la demanda de los autores y de Seguir Creando hasta el
3. Real Decreto Ley 5/2013 de enero de ese año sobre
«Jubilación activa». Contempla la posibilidad de compatibilizar
la pensión con otras dedicaciones siempre que se renuncie
a la percepción del 50% de la pensión correspondiente. Es
evidente que la inmensa mayoría de los autores jubilados
perciben pensiones que no llegan a los 800 euros. Renunciar
al 50% sin tener seguridad alguna de que esa pérdida vaya a
ser cubierta con derechos de autor o con otras actividades
culturales es una opción que casi ninguno ha contemplado.
Sería añadir precariedad a una situación de por sí precaria.
126
extremo de propiciar, en el otoño de 2017, la
creación de la Subcomisión para el Estatuto del
Artista que, tras recibir a responsables de las
más importantes entidades profesionales en el
sector de la cultura, elaboró el Informe sobre el
Estatuto de Artista que, por unanimidad de todos los grupos políticos, aprobó el Congreso de
los Diputados en junio de 2018, tras un largo
año de trabajo.
IV. UN DOCUMENTO CON 75 RECOMENDACIONES
El Informe sobre el Estatuto de Artista, que ha
mantenido la unanimidad en su paso por el
Congreso, es un documento poliédrico, pluridisciplinar e interministerial que, precisamente por ello, obliga a «enfatizar la importancia
de la cooperación entre los diferentes ámbitos
legislativos y ministerios implicados». Es decir,
es un desafío que ha de implicar necesariamente a los Departamentos de Hacienda, Trabajo,
Migraciones y Seguridad Social y Cultura.
El propio Informe resalta que su objetivo es
«mejorar las condiciones materiales [ ] pero
también de llamar la atención sobre la importancia de la cultura y de manifestar claramente
que los autores y profesionales de la cultura
merecen una remuneración justa y merecen
estar protegidos en la misma medida en que lo
están otros trabajadores»4.
Dado que el Informe está accesible en la web
del Congreso (y en las páginas web de diversas
entidades) en su integridad, destacamos aquellas medidas que se contemplan en cada una de
las áreas de actuación, que se corresponden con
los «puntos débiles» de la situación de los profesionales de la cultura que las Administraciones tienen que atender de manera preferente.
4. Informe sobre el Estatuto del Artista, Boletín Oficial de las
Cortes Generales, Congreso de los Diputados, n.º 373, 20 de
junio de 2018.
EL ESTATUTO DEL ARTISTA ESTÁ A PUNTO. PROPUESTAS PARA LA APLICACIÓN DEL ACUERDO
En el ámbito fiscal, se proponen tratamientos específicos a los ingresos obtenidos por el
trabajo cultural: promediando los rendimientos irregulares en medias móviles basadas en
las declaraciones de la renta de los últimos tres
o cuatro años; estableciéndose un límite máximo anual para aplicar a esas rentas una tarifa
especial; incorporando al Reglamento del IRPF
las rentas obtenidas por la actividad cultural y
los derechos de la propiedad intelectual para
que se beneficien también de la exención general del 30% que beneficia a las rentas irregulares. Ello conllevará (otra recomendación del
Informe) modificar la Ley 35/2006 para adaptarla a los ingresos de ese carácter de artistas y
creadores, por ser rentas altamente fluctuantes
e inciertas.
De otro lado, se recomienda admitir la deducción de gastos básicos que el creador contrae en el desarrollo de toda actividad cultural:
gastos en formación, en instrumentos y herramientas de trabajo, en comisiones abonadas a
agentes literarios y representantes; en adquisición y arrendamientos de vehículos, en relaciones públicas, en viajes. Asimismo, se aconseja
la aplicación de tipos reducidos de retención
del IRPF en rendimientos de escaso importe
(por debajo del salario mínimo interprofesional), además de recomendar la identificación
de los anticipos a cuenta de derechos de autor
y la reducción del tipo impositivo del IVA del
21 al 10% en las facturas emitidas por los artistas por labores profesionales de su ámbito de
trabajo.
En el ámbito de la protección laboral y de
Seguridad Social, el objetivo es lograr la equiparación, en cobertura de la Seguridad Social,
a estos profesionales con el resto de los asalariados ya protegidos por el Estatuto de los
Trabajadores, haciendo especial énfasis en las
que afectan a los riesgos del embarazo o a la
maternidad de las profesionales de la cultura.
Se trata de «igualar derechos individuales y colectivos y garantizar oportunidades, además de
proteger el trabajo cultural por cuenta propia
y ajena» La discontinuidad en las cotizaciones
no debe de ser discontinuidad en la protección
tanto social como sanitaria.
Otra de las carencias que afectan al sector
es el de las limitadas posibilidades de representación sindical, lo que afecta a la capacidad de
interlocución de su tejido asociativo. El documento recomienda la apertura de un diálogo
con los agentes sociales con el fin de ampliar
el sistema de representación, además de canalizar esas demandas a la Subcomisión para el
estudio de la reforma del Régimen Especial de
Trabajadores Autónomos (RETA). Se trata de
otorgarles legitimidad suficiente como interlocutores ante la Administración y para la publicación, con carácter orientativo e informativo,
de catálogos o listas de precios medios de mercado de los servicios culturales a prestar a fin
de establecer acuerdos con los empresarios del
sector.
Una buena parte de los artistas desarrollan
su actividad como trabajadores autónomos. Esa
realidad y sus necesidades se contemplan en
los puntos 37 a 40 del Informe. De las recomendaciones expuestas cabe destacar: incorporar
un capítulo al Estatuto del Trabajo Autónomo
en el que se incluya un «régimen profesional
especial del profesional de la cultura y su traslado a la Ley de Seguridad Social», además de
la mejora en la cobertura y acceso a las prestaciones por cese de actividad, maternidad,
paternidad, lactancia, enfermedad y accidentes de trabajo; cotización a la Seguridad Social
por el régimen de autónomos proporcional a
los ingresos generados y cuota gratuita para los
que estén por debajo del SMI. Abrir la puerta
al alta en la cotización por día trabajado, a la
cotización parcial (prevista pero no aplicada)
y al establecimiento de un sistema de bonificaciones para flexibilizar el RETA en situaciones
de discontinuidad en las altas de los trabajadores culturales son, entre otras, algunas de las
propuestas que también se recogen. Evidente-
127
MANUEL RICO
mente, uno de los objetivos de fondo es luchar,
además, contra la proliferación de los llamados
«falsos autónomos».
Las 75 medidas contemplan también una
sustancial mejora del Impuesto sobre Actividades Económicas, ajustando los epígrafes a
la realidad de las profesiones artísticas, completando en las secciones correspondientes el
catálogo de profesiones que en la actualidad
no constan (cine, circo, baile, música) y delimitando con claridad la ocupación de algunos
profesionales, en concreto los escritores. Otras
recomendaciones son la actualización y mejora de la regulación de la situación laboral y
contractual especial de los artistas en espectáculos públicos (Real Decreto 1435/1985 de 1
de agosto), incluyendo los entornos web y los
servicios que se prestan online a través de las
nuevas tecnologías (el streaming, por ejemplo)
y, entre otras medidas, la adopción de fórmulas
equiparables al alta en la Seguridad Social para
proteger a los profesionales desde el mismo
momento que inician una actividad hasta su
finalización, incluyendo los desplazamientos
también a efectos de cotización.
La búsqueda de fórmulas que permitan a los
artistas acceder a la prestación por desempleo,
además de contemplar la peculiar situación
de artistas de profesiones que «conllevan un
desgaste físico estructural» (bailarines, trapecistas, etc.), ampliando los periodos a los que
es posible trasladar y prorratear los excesos de
cotización antes de la edad de jubilación (de
21 a 26 años) son otras propuestas de especial
interés.
Ocupan sendos epígrafes la recomendación
de medidas en materia de transiciones profesionales, potenciando las posibilidades de empleabilidad en los a veces inevitables cambios
de actividad con mención expresa a la «necesaria inclusión de los perfiles profesionales de
los artistas escénicos en el Catálogo Nacional
de Cualificaciones Profesionales».
128
La salud laboral es objeto de un abanico de
medidas que se recogen en el punto 59 del Informe y que, una vez que se lleven a cabo, darán lugar a un cambio sustancial en la realidad
cotidiana de no pocos profesionales del sector:
reconocimiento de las enfermedades profesionales, particularmente en el ámbito de las artes
escénicas y creación de sistemas eficaces de
seguimiento de la salud entre los profesionales del espectáculo. El objetivo es «La construcción de una cultura preventiva en las artes
escénicas como elemento fundamental para la
sostenibilidad del sector».
Las medidas que van del punto 62 al 75 del
Informe están orientadas al reconocimiento de
la compatibilidad de la percepción de prestaciones públicas, fundamentalmente la pensión
de jubilación o las prestaciones por invalidez,
con ingresos por derechos de propiedad intelectual y por actividades creativas. En el fondo
y a expensas de los detalles de desarrollo reglamentario del Artículo 213 de la Ley General de la Seguridad Social que abordamos en el
siguiente apartado, se trata de equiparar a los
autores y creadores jubilados de nuestro país
a los de países de nuestro entorno como Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Portugal, países nórdicos, Holanda o Luxemburgo por citar
solo los más significativos, en los que existe (y
no solo en el campo de la cultura) plana compatibilidad entre pensiones de jubilación y rendimientos de la propiedad intelectual y otras
actividades profesionales.
V. UN DECRETO QUE ABRE CAMINO: HACIA
LA COMPATIBILIDAD
El Gobierno del Partido Socialista se comprometió, a través del Ministro de Cultura y Deportes, a abordar las medidas más accesibles
recogidas en el Informe sobre el Estatuto del
Artista en el corto plazo. Aunque en Seguir
Creando éramos escépticos respecto a la rapidez con que se cumpliría ese compromiso, la
EL ESTATUTO DEL ARTISTA ESTÁ A PUNTO. PROPUESTAS PARA LA APLICACIÓN DEL ACUERDO
realidad ha ido en dirección contraria. Afortunadamente.
La aprobación, en el último Consejo de Ministros de 2018 (28 de diciembre), del Real
Decreto por el que «se aprueban medidas de
urgencia sobre la creación artística y la cinematografía, que son reflejo de las recomendaciones del Informe sobre el Estatuto del Artista […],
aprobado por unanimidad por el Congreso de
los Diputados el pasado mes de septiembre»,
ha sido un acontecimiento de primer orden.
Ha supuesto la concreción de parte de las 75
medidas planteadas en el documento que aprobó la Cámara el pasado mes de septiembre.
Junto al visto bueno a medidas como la bajada del IVA a los servicios prestados por autores y creadores a productores y empresarios
del 21% al 10%, la reducción en cuatro puntos
en la retención del IRPF a los rendimientos del
capital mobiliario procedentes de la propiedad
intelectual cuando el contribuyente no sea el
autor, la inclusión de los artistas en la Seguridad Social en sus periodos de inactividad, y la
protección de la trabajadora cultural embarazada o en periodo de lactancia, se contempla
la satisfacción de la demanda de mayor repercusión mediática del mundo de la cultura, especialmente de los escritores y, en general, de
los autores titulares de derechos. Se trata del
reconocimiento de la compatibilidad entre la
pensión de jubilación y los rendimientos derivados de la propiedad intelectual (esencialmente, los derechos de autor). El único aporte
de incertidumbre es que su materialización
concreta queda a expensas de un reglamento
que se debe aprobar en un plazo máximo de
seis meses por el que tendrá su desarrollo el
Artículo 213 de la Ley General de la Seguridad Social regulando la «compatibilidad de la
pensión de jubilación con las actividades de
aquellos profesionales dedicados a la creación
artística que perciban por esa actividad derechos de propiedad intelectual», tal y como se
afirma en el propio Decreto.
Con ello quedaría resuelto, en lo esencial,
el problema: crear después de la jubilación ya
no entraría en colisión con la situación jurídica
de pensionista (gran parte de los escritores jubilados lo son por haber cotizado en profesiones no directamente literarias: funcionarios,
profesores, empleados administrativos ), con
lo que la sociedad española no se vería privada
de la aportación de numerosos autores en una
etapa de la vida en la que la mezcla de experiencia y tiempo disponible pueden ofrecer los
mejores frutos de la creación intelectual a una
sociedad moderna y democrática como la España del siglo XXI. Parece obvio que el mismo
tratamiento habrá de aplicarse (así lo recoge
con claridad el Informe del Estatuto del Artista)
a las pensiones de invalidez y a otras prestaciones públicas, algo que ha de clarificarse en
los próximos meses. Aunque este prevé, tal y
como se recogía en el Informe5 que la compatibilidad vaya aparejada con una «cotización
de solidaridad del 8% de los ingresos», el salto
cualitativo que se da en relación con la situación anterior y actual es gigantesco.
Es preciso destacar que también se contempla el desarrollo reglamentario, en el plazo de
otros seis meses, de las relaciones laborales
especiales de los artistas en los espectáculos
públicos mediante un nuevo Real Decreto que
sustituya al actualmente vigente, que data de
1985.
Y volviendo a la compatibilidad, parece
necesario subrayar una vez más que la propiedad intelectual ha de ser considerada como
un bien patrimonial. Que su tratamiento ha de
ser de una singularidad extrema, similar al de
las rentas mobiliarias o inmobiliarias, con una
diferencia fundamental: a los setenta años de
5. «Esta propuesta estaría sometida a la condición de
solicitud expresa del interesado y a la realización de una
contribución especial de solidaridad del 8% de los ingresos
anuales que perciba por el ejercicio de la actividad posterior
a la jubilación». Punto 72 del Informe del Estatuto del Artista.
129
MANUEL RICO
la muerte de su autor, toda obra pasa a dominio público, es «devuelta a la sociedad», algo
que no ocurre con ninguna otra propiedad y
que conviene subrayar para evitar incomprensiones. Y que es preciso avanzar hacia el logro
de un objetivo que el Real Decreto no incluye:
la creación, en la Ley del IRPF, de un epígrafe
bajo el título «Rendimientos de la Propiedad
Intelectual».
Llegar hasta aquí ha sido muy complicado,
ha sido un proceso que se ha saldado con éxito
gracias a la cultura organizada, en el que se ha
puesto de relieve el valor de las organizaciones
profesionales cuando estas sitúan en el centro
de sus preocupaciones la defensa de los derechos de los creadores. Sin ACE, y sin VEGAP,
sin CEDRO, sin SGAE, sin JAM, sin FEMA, sin
ALMA y sin el resto de las entidades integradas
en la Plataforma Seguir Creando nada de lo que
contempla el Real Decreto hubiera sido posible. Los autores afectados habrían batallado individualmente con muy escasas posibilidades
de que sus reivindicaciones fueran atendidas.
Hoy se pone de relieve la enorme importancia
de la organización. Sin profesionales de la cultura no hay cultura y sin cultura una sociedad
es democráticamente más frágil y más permeable a las amenazas de la irracionalidad y el autoritarismo.
VI. SUSPENDER LAS SANCIONES A LOS
AUTORES, UN OBJETIVO APREMIANTE
Mientras llega el desarrollo reglamentario de la
compatibilidad, es necesario suspender de manera inmediata las sanciones. Sería un contrasentido que se mantuvieran a la vez que todas
las fuerzas políticas y el propio Gobierno de la
nación plantean modificar a fondo la legalidad
en que se basaron. Hoy estamos más cerca del
objetivo central de Seguir Creando, del cumplimiento de las demandas que se empezaron a
apuntar en el verano de 2015.
130
Lo que queda pendiente:
Además de la exigencia apuntada sobre los
artistas sancionados, es preciso tener en cuenta que el Estatuto del Artista es un corpus legal
que tiene múltiples vías de concreción y desarrollo. Como se ha podido ver en las líneas
anteriores, su complejidad es extrema y son
precisas muy altas dosis de decisión política
y de articulación jurídica y legal para hacerlo
realidad de manera íntegra.
De las 75 recomendaciones del Parlamento,
el Real Decreto de 28 de diciembre recoge solo
algo menos de un tercio de ellas, las de más
fácil materialización, que quedarán convertidas en medidas concretas, incluida la compatibilidad pensiones-derechos de propiedad
intelectual (a pesar de la espera semestral del
desarrollo reglamentario). En lo que se refiere
al resto, parece necesario, dados los buenos resultados del trabajo de conjunto al que hemos
asistido en el último año y medio, estructurar
una comisión mixta Parlamento-entidades culturales (que debería concretarse en un plazo
relativamente corto) para analizar cada una
de las posibles medidas que habrían de dar
cuerpo a las recomendaciones aprobadas por
el Congreso de los Diputados. El paso de una
condición a otra no puede ser un hecho burocrático y despegado de la labor que, de manera
cotidiana, venimos realizando las asociaciones
y entidades profesionales. Las referencias no
hay que buscarlas demasiado lejos: están en la
Europa de la Unión y son realidad desde hace
décadas en muchos países de nuestro entorno.
Quizá la pretensión última, vinculada con la
máxima dignificación del trabajo cultural, no
sea otra que lograr que el Estado, más allá de la
coyuntura o el mandato de cada Gobierno, asuma la «excepción cultural» como un elemento
matriz de las democracias modernas y avanzadas, de nuestra democracia.
Es obvio que el Estatuto del Artista no aborda asuntos de enorme importancia que influ-
EL ESTATUTO DEL ARTISTA ESTÁ A PUNTO. PROPUESTAS PARA LA APLICACIÓN DEL ACUERDO
yen en el desarrollo cultural del país: la Ley
de Mecenazgo, la Ley de Propiedad Intelectual
y sus desarrollos para combatir la piratería y
otras prácticas que afectan negativamente al
sector, la legislación sobre Préstamo Público Bibliotecario, las políticas de inversiones
en materia de cultura, las políticas sectoriales
que afectan a las distintas disciplinas artísticas,
pero sí es evidente que pone en el centro del
debate la dignificación del trabajo cultural y de
la vida de sus profesionales. Un paso de enorme importancia que ha de tener como colofón
una finalidad estratégica, de largo alcance: la
cultura como preocupación prioritaria del Estado, de los gobiernos y de toda la estructura
administrativa del país. La cultura como cemento y fermento del edificio democrático.
BIBLIOGRAFÍA
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131
MANUEL RICO
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– (2017): «El individualismo del escritor en la era digital: contra la indiferencia y la resignación», Nueva
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www.nuevatribuna.es/opinion/manuel-rico/autores-cultura-pensar-actuar-colectivamente/20180320105214149957.html
– (2019): «El Estatuto del artista, un feliz acontecimiento», El País, 16 de enero de 2019. Disponible en:
https://elpais.com/cultura/2019/01/16/actualidad/1547625587_709049.html
132
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO,
AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
Blanca de la Torre
El presente informe tiene como objetivo ofrecer un diagnóstico sintético de la situación de
las artes visuales en España. El texto pone de relieve cómo toda una serie de problemáticas
que se han ido enquistando y afectan a un sector que a pesar de contar con un enorme potencial –en artistas y agentes culturales– se enfrenta a un inmovilismo de carácter sistémico
donde predominan las fórmulas enquistadas, los sistemas endogámicos y la falta de visión
a largo plazo. La complejidad de estas problemáticas y la necesidad de superarlas exige una
mejor comprensión de las cuestiones subyacentes para la adopción de directrices más eficientes, la renovación de las estrategias y la elaboración de nuevos planteamientos.
Palabras clave: poscrisis, políticas culturales, artes visuales, sostenibilidad integral.
I. BALANCE GENERAL EN UN PERIODO
DE POSCRISIS
Podemos comenzar por los aspectos más positivos de la situación actual. A nivel ministerial, destacan dos hitos; el actual nombramiento de un ministro de Cultura especializado en
las artes visuales de destacada trayectoria y la
creación de un Ministerio de Transición Ecológica. Estos hechos, aparentemente aislados,
deberían generar un espacio de posibilidad que
instaure un trabajo transversal entre ambas
instituciones a fin de generar una transición a
una mayor sostenibilidad para la cual la cultura
puede ser un elemento indispensable a la hora
de generar imaginarios y promover prácticas y
ejemplos.
1. Una diagnosis sintética
Haciendo un ejercicio de balance histórico, nos
encontramos en una suerte de bucle melancólico que evidencia la repetición de patrones y
patologías: la falta de financiación e interés del
sector privado, la brecha entre la academia y el
ámbito de la praxis, la priorización de los discursos extranjeros versus atender a lo local, el
priorizar o identificar cifras con calidad (aplicable a número de públicos, de exposiciones,
de actividades, etc.), las condiciones de trabajo precarias de artistas y agentes culturales, la
desigualdad de género, la falta de preocupación
por la sostenibilidad, la inclusión de personas
con diversidad funcional y colectivos vulnerables, entre muchas otras.
133
BLANCA DE LA TORRE
Considero pertinente recordar aquí el texto de Alfons Martinell y Beatriz Barreiro que
formaba parte del informe sobre el estado de
la cultura (Martinell y Barreiro, 2018, p. 100)
precedente a este, donde se evidenciaba el divorcio entre los derechos y las políticas culturales tanto en el discurso como en la práctica.
Los autores apuntaban el error de no abordar
las necesidades de las políticas culturales desde una óptica de derechos humanos y advertían de sus «lagunas» constitucionales. En el
capítulo 44.1 de la Constitución se afirma que
«los poderes públicos promoverán y tutelarán
el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho», un contenido muy generalista cuya falta de concreción dificulta enormemente buscar el amparo legal en el paraguas de la cultura
y su función en el desarrollo de un Estado.
Asimismo, Severiano Fernández Ramos1
advertía de que «no existen en España leyes
estatales generales en materia de cultura. La
norma más general, que se suele utilizar de
referencia, es la Ley 16/1985, de 25 de junio,
del Patrimonio Histórico Español (LPHE)». A
esta cabría añadir ahora la nueva Ley 10/2015,
de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial; también la Ley
10/2007, de 22 junio, de la Lectura, del Libro
y de las Bibliotecas; y la Ley 55/2007, de 28 de
diciembre, del Cine (ibid.)2.
Es interesante señalar el decrecimiento de
la oferta expositiva, ya que permanentemente
hay unas 1000 exposiciones activas en el Estado español, de las cuales 600 son individuales, un 30% de ellas se celebran en galerías y
el resto en museos y otras organizaciones. Al
parecer el número de exposiciones en España
1. Fernández Ramos, S. (2014): «Legislación
Legislación española en materia de cultura», Manual Atalaya. Apoyo a la Gestión Cultural,
Universidad de Cádiz. Disponible en: http://atalayagestioncultural.es/capitulo/legislacion-espanola-materia-cultura
2. Ibid.
134
ha disminuido, frente a las 6497 que se contabilizaron en 2017 (de las cuales individuales
fueron 4105), la cifra ha descendido a 5590 en
2018 en la fecha de redacción de este informe
(3596)3.
En todo caso, la voluntad de este documento no es la de dictar directrices sobre aspectos como la gestión, sino señalar síntomas y
problemas endémicos, cuya identificación nos
puede ayudar a perseguir una renovación integral.
2. La resaca de la crisis
Los efectos de la crisis no solo han afectado
profundamente a las estructuras y profesionales del sector de la cultura, sino también a
la construcción de un imaginario insano que
ha condicionado muchas de sus políticas, alimentando una situación de falsa transitoriedad que bloquea el ejercicio de la autocrítica y
no permite que de una vez por todas se pueda
transformar el espacio simbólico de los «problemas» en el espacio simbólico de las «posibilidades».
La no asunción de la situación económica
como un reflejo de una crisis sistémica, que
afecta a la sostenibilidad y los recursos, conllevaba aferrarse a un anhelo del regreso de los
tiempos de bonanza, alimentando un estado de
falsa transitoriedad que impedía la autocrítica
y se estancaba en una cultura de la queja.
Sí señalamos algunos de los síntomas de
una cultura del despilfarro, como presupuestos desorbitados que no atendían a una planificación a futuro, catálogos desproporcionados,
colecciones que no respondían a un proyecto
lo que las convertía en miméticas e incoherentes y proyectos de aspiraciones faraónicas
3. Datos proporcionados por ARTEINFORMADO, con fecha
de 19 de noviembre de 2018.
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
a golpe de talonario. A todo esto, se unía el
efecto Guggenheim y el incremento de museos
y centros de arte que, en aras de este, proliferaron. Estos equipamientos no surgían de una
planificación, sino que, desde sus inicios, se
encontraban fuera de escala, lo que impedía su
correcto funcionamiento.
Pero estos síntomas y la situación precedente no han impedido que se perpetúen determinados hábitos, que, más allá de la precariedad, tienen que ver con la mala gestión,
el inmovilismo y las prácticas endogámicas e
irresponsables con nuestro entorno ciudadano
o ambiental, por poner solo dos ejemplos.
Esto no contradice la necesidad de seguir
incrementando los presupuestos y las inversiones culturales, pero la gestión de estos fondos
debe ser transparente y planificada, atendiendo
a proyectos y objetivos a largo plazo y teniendo
en cuenta el impacto, tanto económico como
ecológico, de las decisiones que se tomen.
3. Retrato robot del artista español
La naturaleza gaseosa de las profesiones relacionadas con la cultura hace que no resulte
fácil su traslado a cifras y gráficos estadísticos.
Es por ello que el anuario de estadísticas
culturales publicado por el Ministerio de Cultura resulta sesgado y epidérmico, mientras los
resultados del informe Eurostat (2016) Culture
Statistics ofrecen resultados que no discriminan entre profesiones creativas como las de
escritores, actores y músicos, con las relativas
a las artes plásticas y visuales. Resulta significativo el predominio del autoempleo respecto
al total de empleo del Estado, y más si lo ponemos en relación con el resto de los países de la
Unión Europea4.
4. Eurostat (2016): European Labor Force Survey, Employment
by occupation and economic activity (from 2008 onwards,
Isidro López-Aparicio y Marta Pérez Ibáñez han publicado este año una revisión de su
libro La actividad económica de los/las artistas
en España (2017), resultado de un arduo trabajo de investigación de la actividad artística
profesional en España. De la encuesta que realizaron a más de 1100 artistas se desprende un
retrato muy veraz del artista como trabajador
autónomo en una precariedad que desgraciadamente es compartida con la mayor parte de
los agentes culturales, no solamente del sector
sino de otros creadores que forman parte de las
industrias culturales de nuestro país. A partir
de datos provenientes de organismos como la
Agencia Tributaria, la Seguridad Social y Eurostat cuantifican aproximadamente a 25.000
artistas profesionales en España. En lo referente a su práctica, el medio utilizado que más predomina es la pintura, seguida del dibujo, fotografía, mientras los artistas que trabajan en los
llamados «nuevos medios» suponen un 26,1%
(gráficos 1 y 2).
Pérez Ibáñez y López-Aparicio también
reseñan la proliferación de colectivos artísticos y proyectos de cocreación en los últimos
años, siendo el 70,5% los artistas españoles
que declaran haber participado en algún tipo
de proyectos colaborativos (ibid.). Respecto a
los derechos de autor, el 81,4% declara mantenerse al margen de entidades de gestión de
derechos de propiedad intelectual (gráficos 3
y 4).
En relación con la retribución económica,
casi la mitad de los artistas encuestados, el
46,9 %, declara que sus ingresos totales anuales, contabilizando todas sus actividades profesionales, es igual o inferior a 8000 euros al
año, cifra considerada como el umbral del salario mínimo interprofesional. La encuesta deja
claro que el porcentaje de artistas que pueden
NACE Rev. 2), p. 68. Disponible en: http://ec.europa.eu/
eurostat/web/lfs/data/database
135
BLANCA DE LA TORRE
Gráfico 1. Artistas en España
100,0%
90,0%
80,0%
70,0%
60,0%
51,8%
58,6%
62,5%
41,1%
34,5%
23,8%
84,6%
50,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
58,8%
48,1%
37,5%
41,3%
21-30
31-40
65,4%
76,1%
15,3%
0,0%
Menos de 20
41-50
51-60
61-70
Más de 70
Edad (años)
Hombres
Mujeres
Gráfico 2. Medios utilizados por los artistas. Nuevos medios
Pintura
45,8%
Escultura
9,1%
Dibujo
Obra gráfica
6,9%
1,9%
Fotografía
10,3%
Nuevos medios
0,0%
136
26,1%
5,0%
10,0%
15,0%
20,0%
25,0%
30,0%
35,0%
40,0%
45,0%
50,0%
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
Gráfico 3. Porcentaje de artistas que han
participado en exposiciones en los dos últimos años
vivir solo del arte es mínimo, llegando apenas
al 14,8%.
La filósofa Remedios Zafra achaca esta situación al carácter vocacional de la profesión.
En su ensayo El entusiasmo (2017), desarrolla
cómo el afán de poder dedicarse a un trabajo creativo de manera pasional nos empuja a
aceptar condiciones precarias que mantienen
a los artistas en una situación de permanente
inestabilidad.
16,1%
4. Retrato robot del coleccionista
83,9%
Sí
La situación del coleccionismo, distribución
geográfica, intereses y agentes, no ha variado
en demasía. Por poner un ejemplo, encontramos que el perfil del coleccionista español es
mayoritariamente masculino, empresario, mayor de 60 años y autodidacta, que a pesar de
No
Gráfico 4. Tipos de exposiciones realizadas en los dos últimos años
En mi propio local o estudio
12,3%
En espacios alternativos
48,7%
En galerías de arte
47,6%
En salas de exposiciones (bancos, ayuntamientos)
50,6%
En museos o instituciones artísticas
0,0%
48,9%
10,0%
20,0%
30,0%
40,0%
50,0%
60,0%
137
BLANCA DE LA TORRE
Gráfico 5. Ingresos de los artistas
Menos de 8000 €
46,9%
8000 -10.000 €
13,4%
10.000 -20.000 €
18,4%
20.000 -30.000 €
12,1%
30.000 -40.000 €
5,3%
40.000 -50.000 €
2,4%
50.000 -60.000 €
0,8%
Más de 60.000 €
0,6%
0,0%
5,0%
10,0% 15,0% 20,0% 25,0% 30,0% 35,0% 40,0% 45,0% 50,0%
iniciar sus colecciones en arte español cada vez
busca más artistas internacionales y consagrados5 (gráfico 6).
II. PANORÁMICA DOMINANTE
1. Ley de mecenazgo
La Ley de Mecenazgo parece haberse convertido en un Godot cuya espera no ha hecho sino
sublimar una ley que todos sabemos que no
solo está llena de carencias, sino que funciona
como una suerte de metáfora de la situación
general: una permanente espera a que pronto
cambiarán las cosas, en un intento por adver-
5. Disponible en: https://www.arteinformado.com/magazine/
n/como-es-el-coleccionista-espanol-de-arte-6041 Fecha última de consulta 11 de noviembre.
138
tir que ese Godot somos todos. Se deben tener
en cuenta los proyectos de leyes de mecenazgo
de nivel autonómico como la –nunca aprobada– de Andalucía, que fue una fuente de inspiración de la actual de Valencia, única en vigor
junto a la de Navarra. También sería aconsejable plantear a los ayuntamientos la posibilidad
de ordenanzas de mecenazgos, que en algunos
casos han sido propuestos por iniciativas independientes y que, aunque el impacto sea menor, ayudarían al impacto de las artes visuales
a nivel local.
2. Igualdad de género
También se aduce a la igualdad de género tanto
en anteriores informes como en todo tipo de
plataformas y foros públicos. El hecho de que
esta preocupación sea tan recurrente se ve refrendado por una situación bastante inmovilista como evidencian las cifras:
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
Gráfico 6. La distribución geográfica del coleccionismo español
2%
2%
2%
1% 1%
2% 2%
3%
4%
39%
4%
5%
6%
27%
Madrid
Galicia
Castilla y León
Cataluña
Valencia
Murcia
Cantabria
Andalucía
Asturias
País Vasco
Baleares
Navarra
Castilla-La Mancha
Canarias
Fuente: Arteinformado.
•
De los 4408 artistas que han expuesto
en el último año, 2862 son hombres,
1337 mujeres y 13 colectivos6.
•
A pesar de que la Ley de Igualdad de
2007 recoge en su Artículo 26 la obligatoriedad de la presencia equilibrada
entre mujeres y hombres en la oferta
artística y cultural pública, es constatable que todavía hay algunos centros que
han seguido elaborando programas sin
aplicar la Ley, en los que no se recogen
exposiciones de ni una sola artista.
6. Disponible en https://www.arteinformado.com/guia/
profesionales/artistas Fecha última de consulta de 19 de noviembre de 2018.
•
Arteinformado reveló este año datos
preocupantes sobre la desigualdad expositiva femenina en siete países iberoamericanos, donde España se situaba
junto con México entre los más desiguales7 (gráfico 7).
A lo largo del documento se incorporarán
más datos respecto a la desigualdad de género
en otros apartados con el fin de destacar el carácter transversal y multidimensional de esta
problemática.
7. Disponible en: https://www.arteinformado.com/magazine/
n/datos-preocupantes-sobre-desigualdad-expositiva-femeninaen-siete-paises-iberoamericanos-5856 Fecha última de consulta 11 de noviembre.
139
BLANCA DE LA TORRE
Gráfico 7. Reparto entre hombres y mujeres en siete países iberoamericanos (2018)
80
40
20
% actividad expositiva 2017
60
Hombres
Mujeres
España
México
Argentina
Brasil
Chile
Portugal
Colombia
0
País
Fuente: Arteinformado.
3. Escasa consistencia en las políticas públicas
culturales
Escasa consistencia en las políticas públicas
culturales y predominio de modelos de gestión
individualista para alimentar curricula, trayectorias personales y devolución de favores versus una toma de responsabilidades reales con
la cultura, generando planes estratégicos y proyectos a largo plazo que busquen imbricarse
con la realidad local, nacional y global.
4. Emprendimiento, innovación y nuevas
iniciativas en el panorama español
Se percibe un leve incremento en el emprendimiento con tintes de transdisciplinariedad
como las mostradas en el desarrollo de las in140
dustrias culturales y creativas, donde destaca
el apoyo de la iniciativa Factoría Cultural.
Resultan a su vez alentadoras las iniciativas independientes desarrolladas en zonas
más periféricas como Carabanchel en Madrid
y L’Hospitalet en Barcelona, como respuesta a
la necesidad de una mayor diversidad y oferta
alternativa, así como necesidad por parte de
la comunidad artística de espacios más económicos.
A pesar de esta corriente de iniciativas
puntuales se echan en falta los espacios intermedios y a escala con el entorno, de características similares a las kunsthalle y kunstverein
alemanas.
El IAC recoge un informe con las conclusiones de la Mesa Sectorial del Arte Contem-
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
poráneo en torno al desarrollo de la capacidad
de emprendimiento e innovación del sector
cultural y creativo, sobre el documento publicado por Voices of Culture, iniciativa de la Comisión Europea para el diálogo con la sociedad
civil, presentado en 2016. El informe destaca
la función de los labs, viveros o espacios de
coworking para compartir costes. Entre otras
reivindicaciones se subraya que, a consecuencia de la tradicional autonomía de la cultura y
la creatividad respecto al mercado cultural, se
generan políticas aisladas, para lo cual se propone la implementación de políticas holísticas,
transectoriales, transnacionales, que tengan en
cuenta que las necesidades del sector van más
allá de su financiación y que impliquen no solo
a los ministerios de cultura, sino también a los
de economía, industria e igualdad8.
5. Situación de las artes visuales españolas en
el exterior
En el momento de redacción del presente informe solamente 48 artistas españoles tienen
exposiciones en el exterior9.
Se lleva hablando desde hace años de la
notoria carencia de una buena gestión de políticas de internacionalización del arte español.
Ya que existe una confusión entre diplomacia
cultural y políticas culturales, también sería
necesario plantear modificaciones en las políticas de AECID y AC/E, que hasta ahora han
centrado sus recursos en el apoyo y desarrollo
de proyecto en instituciones y organizaciones
de gran tamaño que cuentan con una mayor
infraestructura frente a otras de tamaño intermedio o sin ánimo de lucro. Sería interesante aumentar tanto la cuantía de las ayudas
8. Disponible en http://www.iac.org.es/documentos/emprendimiento-e-innovacion-arte-contemporaneo-espanol.html.
9. Datos proporcionados por Arteinformado con fecha de 19
de noviembre de 2018.
a este tipo de instituciones a fin de que pueda
compensarles la tramitación burocrática de
las mismas. Un incremento en las cantidades
aportadas tanto por AC/E como las PICE facilitaría la realización de muchos proyectos internacionales de potencial interés.
Las cantidades aportadas en las dos convocatorias anuales de AC/E como las PICE, conducen a que a algunas de las instituciones no
les compense la tramitación burocrática de las
mismas para aportaciones tan anecdóticas, y
como resultado quedan en el tintero muchos
proyectos internacionales de potencial interés.
6. Ferias, bienales y residencias
Este año las ventas durante Estampa recayeron en su mayoría en artistas de media carrera,
que viven y trabajan en el país (el 70% de los
artistas son nacidos o trabajan en España), y
se aprecia un aumento de los artistas internacionales representados por galerías nacionales,
mientras el mercado secundario parece casi
desaparecer10.
Se destaca una vez más la desigualdad de
género en el ámbito ferial. Tanto por motivos
de espacio como por no disponer de datos de
Loop, Swab, ArteSantander y demás ferias, me
remito al informe de Mujeres en las Artes Visuales (MAV) sobre la presencia de mujeres en
las ferias de 2018 en Madrid, el cual no resulta
muy alentador.
En el caso de ARCO18, solamente el 6% fueron artistas mujeres españolas, el 34% de las galerías participantes están lideradas por mujeres
y el 71,4% de los premios de ARCO son concedidos a artistas hombres. Curiosamente, el 80% de
los miembros del comité organizador de ARCO
10. https://gallery.mailchimp.com/73a3aa0e3e780582bc
007050f/files/1d6c28fd-4580-47a8-9ffc-e673d5663dd8/
ESTAMPA_vendió_en_su_edición_de_2018_obras_de_164_
artistas..pdf
141
BLANCA DE LA TORRE
está formado por hombres. Según determina
el propio informe este modelo androcéntrico
es repetido por ArtMadrid, mientras JustMad
y Hybrid dan protagonismo a la creación por
mujeres. Como contrapeso, MAV organiza en
segunda convocatoria, de marzo a diciembre de
2018 la Bienal de Mujeres en las Artes Visuales11.
tiempo y energía de los demás concursantes.
Los observadores externos brillan por su ausencia, algunos miembros del comité no han
participado jamás en un concurso y casi parecería más propio hacer concursos para elegir a
la propia comisión, situándonos ante la eterna
disyuntiva de «quién vigila al vigilante».
Pese a que las bienales y grandes eventos internacionales sean modelos que han de ser ajustados y repensados en un futuro próximo, siguen
siendo un importante medidor de la presencia
internacional de artistas estatales; las bienales
continúan siendo un contador de la presencia
internacional de los artistas españoles. En este
sentido el resultado no es solo suspenso sino
muy deficiente, reduciéndose a cuatro nombres
los únicos artistas de representación española.
A esto hay que añadir que este documento se está interpretando exclusivamente como
una recomendación para la elección de la dirección de los museos, olvidando el resto de
los ámbitos.
Respecto a las residencias, además de las
impulsadas por Matadero Madrid, que continúan ampliando sus países socios, destaca
cómo se empiezan a ver resultados alentadores
en el proceso de renovación de instituciones
destacadas como la Real Academia de España
en Roma (RAER).
7. Las buenas prácticas
El documento de buenas prácticas12 tan necesario para establecer una regulación en la gestión,
ha generado un gran nivel de insatisfacción ya
que, salvo contadas excepciones, no hace sino
cubrir de una pátina de buenas prácticas los
puestos de libre designación, que incluso en
ocasiones pueden ser más transparentes y basados en la meritocracia. Por mucho que apelemos a un código deontológico, los concursos
son creados en numerosas ocasiones con nombre y apellidos, con la consiguiente pérdida de
11. https://mav.org.es/informe-mav-18-presencia-de-mujeresartistas-en-arco-madrid-art-madrid-hybrid-y-justmad-2018/
12. http://www.iac.org.es/documentos/documento-buenaspracticas-museos-centros-arte.html
142
8. Los discursos
La última revisión historiográfica del arte en
España, de la mano de Jorge Luis Marzo y Patricia Mayayo, Arte en España (1939-2015), ideas,
prácticas, políticas (2015), ofrece una síntesis
pormenorizada de las prácticas de los creadores españoles desde el final de la Guerra Civil,
de las principales teorías y debates en torno al
arte, la historia de sus instituciones más relevantes y políticas artísticas. Afortunadamente
y al contrario que el trabajo revisionista anterior, a cargo de Valeriano Bozal, dedica una
especial atención a las mujeres –artistas, galeristas, teóricas y gestoras– y a los discursos feministas, así como a manifestaciones de carácter más contrahegemónico y contracultural.
Entre los discursos del panorama nacional
de las artes visuales, percibo que se empieza a
mirar a figuras que desde hace tiempo merecían más atención, como demuestran el último
premio nacional de artes plásticas otorgado a
Ángel Bados, y que ya se apuntaba en años anteriores a figuras como Esther Ferrer, Concha
Jerez o Juan Hidalgo, así como destacadas exposiciones de todos ellos, atendiendo por fin
a trayectorias consagradas y dejando de lado
tanto afán por lo novedoso.
Se hace notar la presencia de líneas discursivas clásicas, conviviendo con los más jóvenes
y el reconocimiento de algunas mujeres invisi-
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
bilizadas, mientras las influencias de líneas de
pensamiento anglosajón cada vez se hacen más
notables, aunque con cierto retardo, como viene siendo habitual.
Dentro de la polifonía discursiva española se
atisba la aparición de discursos renovados, como
los relativos a la intersexualidad, LGTBQI, la revisión poscolonial y decolonial, derechos de los
animales no humanos y otros discursos posantropocéntricos, etc., aunque en la mayor parte
de los casos se trabajan los temas de modo bastante epidérmico, especialmente desde los planteamientos curatoriales, tal vez debido a la escasez de trabajos de investigación en España, de
bibliografía y de departamentos universitarios
dedicados a estos temas. En algunos casos quedan en un formalismo bastante vacuo que pide
urgentemente una renovación teórica y formal.
9. Diversidad funcional y colectivos vulnerables
El espacio de las artes visuales contemporáneas no es un espacio inclusivo. Más allá de
programas especiales, siempre de la mano de
los departamentos de educación y de algunos
avances en la accesibilidad arquitectónica, son
puntuales las instituciones dedicadas al arte
contemporáneo que realmente desarrollan políticas de integración de los colectivos vulnerables desde las artes visuales.
Si uno de los objetivos es promover el pensamiento crítico, deberíamos promover una
autocrítica que nos obligue a reflexionar sobre para quién dirigimos nuestros proyectos y
cómo hacemos que estas personas tengan un
acceso real a los mismos. Máxime si hablamos
de instituciones públicas que deberían atender
las necesidades de los distintos grupos sociales
que componen la ciudadanía.
La accesibilidad va mucho más allá de la
eliminación de barreras físicas, y pasa por el
derecho a acceder a la información de las exposiciones y actividades. La mirada crítica sobre
el presente, propia del arte contemporáneo,
debería considerar entre sus prioridades reales a las personas con diferencias funcionales y
capacidades diferentes, entre otros colectivos
vulnerables, tanto como público habitual como
trabajadores y colaboradores.
Según Europa Press13, solo hay tres museos
en España completamente accesibles para personas con discapacidad, el Guggenheim de Bilbao, el Museo del Hombre y la Naturaleza del
Cabildo de Tenerife y el Museo Thyssen-Bornemisza. Al parecer, estos son los únicos que
han eliminado todas las barreras arquitectónicas, auditivas, visuales y sensoriales en sus instalaciones, aunque merece la pena citar otras
instituciones que están haciendo programas
destacados en este ámbito, como la Red Museística Provincial de Lugo, Matadero Madrid,
la Fundación Miró o el MACBA en Barcelona.
También hay que destacar la acogida que continúa teniendo la Bienal de la ONCE, pero en la
mayor parte de los casos son propuestas puntuales y las buenas intenciones de la llamada
«nueva museología» quedan en papel mojado.
Las artes visuales, desde todos sus vértices,
agentes e instituciones, tienen que ser accesibles e inclusivas, tanto en discurso como en la
praxis14.
10. Artes visuales y sostenibilidad. La Agenda
2030
Por un lado, se siente que las artes visuales han
comenzado a interesarse por incluir en sus discursos las problemáticas ecológicas, pero se
percibe, sin embargo, una escasez de aproximación a estas temáticas de manera rigurosa.
13. https://www.europapress.es/epsocial/igualdad/noticiasolo-hay-tres-museos-espana-completamente-accesiblespersonas-discapacidad-20180518105527.html
14. Para más información sobre algunos ejemplos, recomiendo la lectura de http://www.icom-ce.org/recursos/ICOM_
CE_Digital/02/ICOMCEDigital02.pdf
143
BLANCA DE LA TORRE
Tampoco parecen las instituciones artísticas tomar responsabilidad del momento de
ecocidio en que nos encontramos, y del alto
grado de consumo y de la huella de carbono
emitida como resultado de su funcionamiento
y actividades. A pesar de pequeños avances,
como la ley de contratación del 8 de marzo,
donde ya puntúa la toma de medidas sostenibles en la contratación de empresas externas,
se advierte que esta no ha sido especialmente
tenida en cuenta y continúa formando un apartado de carácter anecdótico dentro de la ley.
La ONU alerta de que estamos llegando a
un punto de no retorno y propone «un cambio
redistributivo y cultural que garantice formas
sostenibles de producción y consumo»15.
Sin cultura no hay desarrollo sostenible16.
En este sentido, el marco de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) hace referencia a
la cultura en los objetivos relacionados con la
educación, el logro de ciudades sostenibles, la
seguridad alimentaria, la protección del medio
ambiente, el crecimiento económico, las pautas
de consumo y producción sostenibles y la promoción de sociedades inclusivas y pacíficas.
Ante esta situación en España surge en 2017
la Plataforma #CulturaSostenible17, como una
iniciativa impulsada por la REDS Sostenibilidad + Cultura, en el marco de la Red Española
para el Desarrollo Sostenible, que forma parte
de la europea Sustainable Development Solutions Network (SDSN). Formada por agentes
del sector cultural y otros actores interesados
en trabajar desde la cultura para el desarrollo
de una sociedad más sostenible, se crea con
15. https://elpais.com/elpais/2018/10/30/planeta_futuro/
1540907945_638055.html?id_externo_rsoc=FB_CC&fbclid
=IwAR2FS7W5dlDV0y5jAzu3HoLoPNi8QHT24ZSBr29mj2o
OichmLF3-sZ7bCDA
16. UNESCO y Agenda 2015.
17. Para más información sobre la plataforma, recomiendo
consultar: https://www.facebook.com/groups/culturaODS/
144
el fin de movilizar al sector cultural en torno
al nuevo paradigma global que promueve la
Agenda 2030 y los 17 ODS. #CulturaSostenible
quiere servir como plataforma de conexión entre agentes culturales comprometidos con un
desarrollo sostenible, fomentar el debate y la
reflexión sobre los retos ecológicos actuales,
guiar en la consecución de los ODS e impulsar
unas prácticas más sostenibles y responsables
en el sector.
Los tres objetivos principales del grupo se
sintetizan en: inspirar y promover cambios,
conectar a través de sinergias y colaboraciones, e impulsar la acción (cambios en políticas,
en gestión y en maneras de hacer).
III. EL DOBLE FILO DE LAS NTIC
En el anterior Informe del Estado de la Cultura
se alude someramente el «apoyo de las redes
digitales», haciéndose ya necesario un pequeño apartado dedicado a las conocidas como
NTIC.
Tras varias décadas en la llamada aldea global, los medios van aumentando su función
en las artes para intensificar la visibilidad del
sector. Pero este ingente número de anuncios
de exposiciones, proyectos, etc., puede ser
contraproducente y causar indigestión, a causa de la inflación en la producción de contenidos culturales. Esta inflación en la producción
de contenidos se debe contrarrestar con otras
fórmulas. El potencial de Internet de apoyar
la democracia comunicacional ha supuesto un
aliento a los principios de libertad de expresión y libre circulación de ideas, pero el mejor
modo de lograr un ecosistema comunicativo
sano es su combinación con esquemas de difusión convencionales.
En el libro citado de Pérez Ibáñez y LópezAparicio (2017) se recalca cómo «El avance en
el uso de la tecnología es evidente en los últimos años (Cuende, 2010), no ya circunscrito
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
solamente a las clases medias y altas de la sociedad, sino a todos los estratos sociales, y no
solo entre la población con un cierto nivel educativo, sino también en ámbitos menos favorecidos. Además, el perfil de artista profesional
al que nuestro estudio se dirige está, precisamente, entre el espectro de población que más
uso hace de internet (Dillman et al., 2011)».
Pero la democratización que proporciona
el formato online puede ser un arma de doble
filo, ya que la falta de filtros hace que se desvirtúe de alguna manera la profesionalización
del sector.
Uno de los ámbitos donde este doble filo se
refleja muy bien es en las publicaciones, un sector que ha visto un descenso vertiginoso de sus
formatos físicos, desencadenando una proliferación de publicaciones digitales en los proyectos
que no están dotados económicamente para el
físico.
Esto ha supuesto un gran paso en el ámbito
de la sostenibilidad, quedando casi olvidados
los gruesos volúmenes del pasado, que además
de la alta huella de carbono de su producción
y distribución, continúan ocupando cajas en
gran parte de los almacenes de las instituciones, al no contar además con una buena red de
distribución, otra de las problemáticas habituales en España, y para la que también proporciona soluciones el formato digital.
Otro de los ámbitos que ha desbancado al
papel es la importancia de la difusión a través
de la red. Merece destacar que recientemente
los anuncios de exposiciones más efectivos ya
no son los que ocupaban las páginas enteras
de revistas como el Artforum americano o Art
Review británico –a pesar de que estas mantengan sus dos versiones, física y digital–, sino
que estos han sido superados por newsletters
enviadas a través de plataformas especializadas
como e-flux o exitmail. También plataformas
como Arteinformado, que solo funcionan en el
medio digital, se han situado a la cabeza como
medio que combina agenda expositiva, información especializada, entrevistas y ofrece una
destacable panorámica del ámbito de las artes
en Iberoamérica.
El último informe El mercado español del
arte (2017) de la mano de la Dra. Clare McAndrew, fundadora y directora de Arts Economics, revela la importancia que los nuevos canales de distribución están suponiendo para
los artistas como vía para acceder al mercado
y que les proporcionan canales alternativos de
subsistencia18.
A esto último hay que añadir que las NTIC
también han favorecido la eficiencia del trabajo de los trabajadores del sector cultural, no
solamente favoreciendo la rapidez y ubicuidad
de la comunicación, sino facilitando el envío
de información por canales como WeTransfer o Google Drive, así como la visualización
de vídeos a través de Vimeo. Por el contrario,
también emergen las posturas detractoras de la
panacea de Internet. Autores como Zach Blas,
en Contra-Internet, señala la red como mecanismo de opresión y vigilancia de sus usuarios,
disfrazada de ágora ideal para la libertad de expresión (2016)19.
Por su parte, la ya mencionada Zafra (2015)
recalca la pantalla como profiláctico de la mirada, y la necesidad de advertir las zonas de
sombra, exclusión e invisibilidad que suscitan
las imágenes en esta nueva articulación de lo
real que supone internet, donde «los matices
se ampliarían y apuntaría a una nueva circularidad descentrada»20.
18. McAndrew, C. (2017): El mercado español del arte. Para
el desarrollo del estudio de McAndrew también fueron clave
los datos aportados por el estudio anterior de Marta PérezIbáñez e Isidro López-Aparicio.
19. Blas, Z. (2016): «Contra-Internet»,
Contra-Internet»,
», E-flux, n.º 74, junio
de 2016. Disponible en: https://www.e-flux.com/journal/
74/59816/contra-internet/
20. Zafra R. (2015): Ojos y capital, Bilbao, Consonni, pp. 22 y 34.
145
BLANCA DE LA TORRE
IV. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS
1.
2.
3.
Romper con el «cortoplacismo». Se
debe apostar por las políticas a largo
plazo, de activación real y regeneración
continua, que permitan construir un tejido cultural sano para todos los agentes
involucrados.
Leyes y políticas fiscales. No cesar en la
consecución de las propuestas de imposición directa (IRPF), indirecta (IVA) y
el Impuesto de Actividades Económicas
(IAE). De aquí se desprende también la
importancia de incluir las actividades
específicas de los agentes diferentes del
arte contemporáneo incluyéndolas en el
Código Nacional Ocupacional de Actividad Económica. Según apunta Martinell
en el informe aludido anteriormente, los
agentes culturales que reivindican mejoras como la reducción del IVA y mejores condiciones de trabajo como las
que se reivindican a través del Estatuto
del Artista, no enmarcan estas como demandas que puedan reivindicar en términos de derechos humanos culturales
para que de este modo impliquen obligaciones concretas para el Estado. «Es
importante constatar que las políticas
culturales responden a planteamientos
tradicionales de la función de la cultura
en los Estados nación en lugar de basarse en la arquitectura de los derechos humanos» (Martinell y Barreiro, 2018)21.
Elaboración del Estatuto del Artista, el autor/creador y el trabajador de la cultura
y su concreción legal y jurídica, según el
informe propuesto por la unión de artis-
21. Martinell Sempere, A. y Barreiro Carril, B. (2018): «PoPotencialidades de los compromisos internacionales para unas
políticas adecuadas: España y los derechos culturales», en E.
Bustamante (coord.): Informe sobre el Estado de la Cultura en
España 2018, Madrid, Observatorio de Cultura y Comunicación, Fundación Alternativas, p. 105.
146
4.
5.
6.
7.
tas contemporáneos de España (UNIóN
AC), con el objetivo de que sean atendidas las especificidades de la profesión.
También la implantación de la ley de
mecenazgo y mejora de esta, así como
la incentivación de todas sus modalidades, entre ellas el micromecenazgo.
Desde 1986 ya la legislación contempla
el saldo de deuda con la Agencia Tributaria con entrega de obras, pero esta se
puede realizar de manera muy limitada
y con unas lagunas que la acotan prácticamente a la modalidad de «dación», es
decir empresas que pagan los impuestos
con obras de sus colecciones. La posibilidad de que los artistas puedan pagar los
impuestos a través de obra funciona muy
bien en países como México, favoreciendo no solo al propio artista sino también
impulsando el incremento del patrimonio público a través de un sistema regulado por profesionales del sector.
Políticas eficientes de internacionalización del arte español. Se propone el
desarrollo de un plan real de internacionalización del arte español, con unos
objetivos estratégicos y metodología
que incluya un programa de curadores
visitantes a los que se preparen visitas
guiadas a los estudios de los artistas,
similar a los que realizan instituciones
como la sueca IASPIS. Estos programas
han de centrarse en los artistas y evitar –al contrario de cómo se plantean
en este momento– que coincidan con
eventos destacados como ARCO, que
impiden que puedan dedicar plena atención a los creadores. Del mismo modo
se incluirían programas de comisarios
españoles en el extranjero destinados a
incentivar un intercambio cultural con
una mirada a largo plazo.
Políticas de sostenibilidad. Para promover un planeta más sostenible, se hace
necesario transformar los imaginarios
EL ESTADO DE LAS ARTES VISUALES. UN LARGO, AUNQUE POSIBLE, CAMINO A RECORRER
8.
9.
y buscar alternativas, y es aquí donde
las artes visuales pueden jugar un rol
fundamental. Desde el prisma de la
creatividad, es más fácil buscar nuevos
modelos e inspirar otras vías que otros
sectores o profesiones no suelen ofrecer. Es por ello que las instituciones
culturales se deben situar como baluartes del cambio de paradigma que es más
que necesario, y aprovechar su poder
simbólico. Propongo la creación de un
plan de sostenibilidad en museos e instituciones culturales con la finalidad de
que las artes visuales, sus instituciones
y museos sean el epicentro de creación
de nuevas narrativas para los ODS y que
inspiren voluntad de actuar para generar cambios sustanciales que se hagan
visibles dentro de la agenda 203022.
Políticas de igualdad. Obligación real de
las instituciones de cumplir de manera
real la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de
marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres (especialmente el artículo 26 sobre la igualdad en el ámbito
de la creación y producción artística e
intelectual), mediante la fijación de plazos, la aplicación de índices de evaluación y el establecimiento de métodos de
supervisión y rectificación.
Estrategias de accesibilidad e inclusión dirigidas a los colectivos vulnerables. Estas
deberían trabajarse desde la planificación
de los proyectos, con el fin de cooperar
colectivamente en la búsqueda de fórmulas más justas que conlleven una progresiva atención hacia públicos invisibilizados,
con el fin de construir entre todos un futuro de las artes visuales más inclusivo.
22. Para más información sobre la aplicación de los 17 ODS a
las instituciones culturales, recomiendo http://www.uimptv.
es/video-2366_los-museos-ante-el-reto-de-la-sostenibilidad·-iii.html
10. Ruptura real con el antiguo orden y revisión de las conocidas como buenas
prácticas, desarticulación de los lobbies
de poder y las estructuras endogámicas
favoritistas.
11. Instauración de un programa riguroso
de políticas culturales y apoyos económicos. Este apartado podría desarrollarse a través de varios vectores:
a. Asegurando la profesionalización
de quienes toman las decisiones en
materia de las artes visuales del Estado.
b. Aplicación de políticas de matching
funds.
c. Igualamiento en las ayudas de las
comunidades para contrarrestar
que no sea tan determinante el lugar
de nacimiento de un artista o agente
cultural.
d. Aplicación al fomento de la creatividad artística contemporánea de
un porcentaje (se está solicitando
un mínimo de un 20%) del total del
Programa 1,5% Cultural procedente de las obras públicas financiadas
por el Ministerio de Fomento y por
las entidades del sector público y
vinculadas.
e. Transparencia real en los gastos
mediante una aplicación estricta de
la Ley 19/2013, de 9 de diciembre,
de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno.
12. Plan de promoción del arte en la educación, tanto primaria y secundaria como
académica. Se identifican tres ejes de importancia:
a. Establecer puentes reales entre la
academia y las prácticas artísticas,
introduciendo agentes teóricos internacionales en los circuitos, promoviendo las traducciones de sus obras,
seminarios internacionales, etc.
147
BLANCA DE LA TORRE
b.
Planteamiento a largo plazo de museos y centros de arte de las universidades siguiendo el modelo anglosajón.
c. Poner el valor la capacidad del arte
como vehículo de saber transversal
que complemente la formación reglada.
13. Trabajar en aras de una total transdisciplinariedad que implique, de manera
efectiva, el ámbito académico, científico, político, la economía, el arte y la cultura, como único modo de cambiar unos
relatos que solo pueden aproximarse
desde un enfoque transversal integral.
Debemos perseguir una cultura dinámica
acorde con la velocidad de los nuevos retos del
presente, para lo cual se vuelve necesaria una
tarea de reflexión en torno a los desafíos y mejora continua. Para ello se hace especialmente
necesaria una actitud que supere las limitaciones de las conocidas como buenas prácticas,
elaborar nuevos planteamientos en torno a las
estrategias reales de apoyo a las artes visuales
en el Estado español y su internacionalización,
y, sobre todo, trabajar en torno a una idea de
sostenibilidad que necesariamente ha de incluir y priorizar la inclusión, la igualdad de género y el respeto por un planeta de recursos
finitos.
Solamente este enfoque integral puede impulsar un cambio sistémico –tarea compleja pero
factible– para una renovación multifocal que trabaje en aras de un cambio de paradigma para que
las artes visuales en España no sigan quedándose
a la cola de otros discursos culturales.
BIBLIOGRAFÍA
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https://www.arteinformado.com/magazine/n/como-es-el-coleccionista-espanol-de-arte-6041
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com/journal/74/59816/contra-internet/
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la Gestión Cultural, Universidad de Cádiz. Disponible en: http://atalayagestioncultural.es/capitulo/
legislacion-espanola-materia-cultura
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Arte y Mecenazgo, Obra Social La Caixa. Disponible en: https://obrasociallacaixa.org/documents/10280/666266/05_aym_elmercadoespanoldelarteen2017_es.pdf
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Informe sobre el Estado de la Cultura en España 2018, Madrid, Observatorio de Cultura y Comunicación, Fundación Alternativas.
Marzo, J.L. y Mayayo, P. (2015): Arte en España. Ideas, prácticas, políticas, Madrid, Cátedra.
Pérez Ibáñez, M. y López-Aparicio, I. (2017) La actividad económica de los/las artistas en España. Estudio y análisis: 2018 Ed. Revisada y ampliada. Granada (España): Universidad de Granada.
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– (2017): El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital, Barcelona, Anagrama.
148
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019):
APROBADO EXACTO, ESPERANZAS EN MEDIO
DE LA INCERTIDUMBRE
Patricia Corredor Lanas
RESUMEN EJECUTIVO
La sexta encuesta realizada entre los agentes
culturales españoles, con un 43% de respuestas
de mujeres, cierra un ciclo económico y político, además de cobrar un valor especial por su
permanencia en el tiempo (2011- 2019). Desde una perspectiva política, ese arco temporal
comenzó con un Gobierno socialista (presidido por Rodríguez Zapatero, siguió por dos periodos interrumpidos de mandato del PP (con
Mariano Rajoy como presidente) y termina
por el momento en otro gobierno del PSOE,
construido tras la moción de censura del 1
de junio de 2018. En perspectiva económica,
2011, año de la aparición del primer Informe
sobre el estado de la Cultura en España y de
esta encuesta, fue el momento en que la crisis
financiera internacional y española se reveló
como la «gran crisis» de efectos devastadores.
Y 2018- 2019 los años anunciados de recuperación, aunque quedaran enquistados numerosos efectos de la recesión y de las políticas de
austeridad.
Los resultados de esta encuesta, realizada
entre finales de 2018 y principios de 2019, pa-
recen marcados por esas dos coordenadas. Con
una media redonda de 5 puntos, sobre todas las
preguntas y apartados, se consigue el aprobado que no se lograba desde 2011 (un 5,1), pero
las evoluciones al alza y a la baja de los años
siguientes ya fueron seguidos, en nuestra edición de 2018, de un ascenso general de las calificaciones que mostraban inicialmente un «optimismo prudente y moderado», claramente
achacable a la mejora de la situación económica
general y de su impacto sobre el mercado cultural, aun sin llegar al aprobado general (4,7).
Ahora, a la permanencia de esa mejoría relativa
se añade un clima político diferente que ha llevado a la recuperación del Ministerio de Cultura, a la promulgación del Estatuto del Artista y
del Creador o a la culminación de la recuperación del IVA cultural reducido (en el cine), lo
que explica complementariamente esa mejora.
Calificación media de la Cultura en España: 5.
La evolución general indica ya que el mundo de la cultura es bastante prudente en sus
juicios, sin dejarse llevar por el catastrofismo,
moviéndose siempre en evaluaciones y cam149
PATRICIA CORREDOR LANAS
dan unas puntuaciones claramente por debajo
de la media, con un 4,1 para la representación
y visibilidad de las culturas locales en el Estado español, y un 4,2 para la promoción de la
diversidad cultural española por parte de las
políticas locales.
bios relativos pero significativos de la situación
de cada momento. Tampoco parece dejarse
arrastrar por la euforia de los discursos políticos incluso cuando estos son más favorables.
Pero la cautela actual parece plenamente justificada por esos mismos dos factores explicativos que citamos: en la economía, los datos y
avisos de una ralentización del crecimiento; en
la política, la inestable situación gubernamental que ha derivado en la convocatoria de nuevas elecciones generales, mediando la paralización de muchos proyectos de políticas públicas
culturales, como la ampliación del presupuesto
en este campo en casi un 10%.
Culturas locales y políticas públicas
Cuestión n.º 55
Las culturales locales están suficientemente
representadas y visibles en el estado español
Cuestión n.º 56
Las políticas culturales locales promocionan
satisfactoriamente la diversidad cultural española
Evolución de la calificación del estado de la
cultura en España 2011-2019
Cuestiones de actualidad
Estatuto legal del Artista
Como es ya tradicional en nuestro sondeo, se
han añadido cuatro cuestiones de actualidad al
cuestionario habitual. Las dos primeras versan
sobre el asunto central de nuestro ICE 2019,
las culturas locales y sus políticas públicas, y
Cuestión n.º 57
Artistas y creadores gozan de un estatuto legal
suficiente para su protección
5,1
150
3,5
5
4,5
Calificación
4,2
La tercera pregunta ligada a acontecimientos recientes arroja una evaluación aún más
baja, un 3,5 para la cuestión de si los artistas y
creadores gozan de un estatuto legal suficiente
para su protección. Lo que ampara y legitima
las recientes actuaciones legislativas para su
reforzamiento, pero también es interpretable
como la distancia percibida entre esos cambios
positivos y la transformación de la realidad.
La recuperación del aprobado es pues una
buena noticia en ese contexto. Pero su consolidación y mejora dependerá mucho de los
acontecimientos en este 2019 que se adivinan
cruciales, también para la cultura española.
Año
4,1
4,7
4,6
4,4
1
2
3
4
5
6
2011
2013
2015
2017
2018
2019
5,1
4,5
4,6
4,4
4,7
5
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Finalmente, hemos incluido una cuestión
sobre el estado de los museos y centros de arte
en su transformación digital, complementaria
de los dos capítulos que en este ICE 2019 examinan la situación de nuestras artes visuales. Y
la respuesta es prudentemente positiva al atribuir un 5,2 al estado de aplicación de las redes
y dispositivos digitales a estos centros capitales de nuestra cultura.
Digitalización de los museos
Cuestión n.º 58
Nuestros museos y centros de arte están
ampliamente avanzados en la aplicación de redes y
dispositivos digitales
5,2
PUNTUACIONES
Por esferas de actividad: producción
y distribución aprueban
Aunque la creación y el consumo cultural se
mantienen como las esferas de actividad mejor
valoradas, y en ascenso, lo más significativo es
que la producción/edición y la distribución/
comercialización aprueban frente al reiterado
suspenso de los últimos años. Más relevante
es aún la subida de valoración de las políticas
públicas y las estrategias comerciales, que pasan del 3,9 a un 4,6, un salto muy significativo
que no alcanza sin embargo al apto, y que no se
extiende a la proyección exterior y la cooperación que apenas sube dos décimas.
Por sectores: los videojuegos saltan al segundo
puesto
Todos los sectores de actividad mejoran su puntuación, manteniéndose en cabeza y aprobado,
como en 2018, la creatividad publicitaria y el
diseño, pero salta al segundo puesto el de los
videojuegos y el multimedia, con seis décimas
más. Ninguno de los restantes sectores consi-
gue llegar a esta cota, pero suben dos o tres décimas, rozando el aprobado, las artes visuales, y
el cine, seguidos por la música y el libro.
Por roles profesionales: los creadores mejoran
significativamente
Como es habitual, los gestores-productores lideran las mejores puntuaciones del conjunto
de la cultura española, seguidos por los expertos, pero ambas categorías suben sus valoraciones hasta superar el aprobado (5,3 y 5, respectivamente). Los creadores no llegan a ese
optimismo, pero mejoran sus resultados por
segundo año consecutivo, hasta el 4,6.
Puntuaciones máximas y mínimas: NTIC versus
políticas públicas
La persistencia en la concentración de las máximas puntuaciones revela unas convicciones
compartidas y consistentes, de forma que en
esta edición también la aplicación de las redes
y dispositivos digitales a la cultura acumula siete de las diez cuestiones mejor valoradas (del
5,7 al 7,5), siendo las restantes alusivas al papel
de las pymes, la capacidad de expresión de las
corrientes y estilos innovadores, y la riqueza
ideológica de la creación cultural española.
De la misma manera se muestra la permanencia de las cuestiones peor valoradas, que
podrían ser calificadas en función de las notas
recibidas como los peores agujeros negros de la
cultura española (del 4 al 3). Aquí, predominan
las cuestiones alusivas a la proyección exterior
de la cultura, tanto en términos mercantiles
como de cooperación.
I. INTRODUCCIÓN: SÉPTIMO SONDEO A LOS
AGENTES CULTURALES
Pocos sondeos no institucionales y no mercantiles consiguen resistir el paso del tiempo hasta
llegar a ese abanico temporal de casi una dé151
PATRICIA CORREDOR LANAS
+
De las 10 puntuaciones máximas
alcanzadas, 7 se refieren a las NTIC y sus
efectos y esperanzas sobre la cultura.
cada, con el valor que implican sus resultados
detallados para examinar las evoluciones en el
estado de ánimo de los encuestados. Más aun
en un periodo de tiempo caracterizado por las
duras consecuencias que la crisis económica
acarreó sobre la cultura española.
La encuesta a los agentes culturales españoles, mantenida desde el ICE 2011, única en
su género al pulsar las opiniones de los agentes
culturales, ha gozado por ello de una notable
repercusión mediática y social en ascenso, e
incluso ha suscitado debates parlamentarios.
Sobre una base de datos reiteradamente depurada en ese plazo, se ha remitido el sondeo a
casi trescientos agentes culturales españoles, en
nuestro esfuerzo permanente por acentuar su
representatividad relativa en términos territoriales y de género, con la particularidad de que
casi tres cuartas partes del centenar de los encuestados se reiteran en los últimos años. La dificultad añadida de esa muestra consiste en que se
persigue siempre cuotas equilibradas cruzadas
en términos de esferas, sectores y roles profesionales, aunque la categoría de expertos transversales, que no influye en los resultados por
sectores, puede ser algo mayor. En esta ocasión
hemos conseguido elevar la participación de las
mujeres al 43% (57% hombres y 43% mujeres
sobre 100). Y ello gracias al compromiso y la
participación de representantes de muy diversas
asociaciones de mujeres en la cultura española,
que están enriqueciendo con su actividad en favor de la igualdad nuestra diversidad cultural.
152
De entre las 10 peores valoraciones
recopiladas, 3 aluden a las políticas
públicas, 3 a la proyección exterior, 2 a
la remuneración de los creadores y 2 a la
diversidad ofertada.
-
A partir de un cuestionario estable de 54
preguntas y cuatro de actualidad en cada ocasión, enunciadas siempre en términos positivos y calificables de 1 a 10, se busca cuantificar
opiniones que abarcan a los principales parámetros de nuestra cultura en términos de diversidad, lo que implica necesariamente cuestiones económicas e industriales, pero también
de declinación de derechos democráticos y sobre las políticas públicas que pueden y deben
reforzar ambas caras de la cultura.
El sondeo ha sido realizado a finales de 2018
y principios de 2019, en dos oleadas no exentas de riesgo sociológico, al producirse en unos
momentos convulsos de la política española,
cuando se amontonaban los factores de inestabilidad y se incrementaba la polarización partidista. Un ambiente que sin duda ha aumentado
también los interrogantes de futuro a medio
plazo (hasta cinco años) que planteamos habitualmente en muchos de nuestros apartados.
II. RESULTADOS GENERALES (2019)
1. Calificación media total de la cultura en
España: aprobado sin alegrías
5
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Los resultados medios totales de esta consulta alcanzan los 5 puntos redondos, tres décimas más que en 2018, que a su vez mostraba
el mismo incremento sobre 2017. Se consigue
el aprobado que no se lograba desde 2011 (un
5,1), seguido después por una cadena de descensos en 2013 (4,5), en 2015 (4,6), en 2017
(4,4) y de los primeros incrementos consistentes en 2018 (4,7).
Por segundo año consecutivo se verifica
así una progresión general al alza de las puntuaciones asignadas a la cultura en España por
muy diversos agentes y sobre un cuestionario
muy amplio, lo que indica un estado de opinión
claramente mejorado. Sin embargo, en sentido
contrario, cabría matizar que el cúmulo de interrogantes, económicos y políticos, sobre el
mercado y las políticas públicas en particular,
en el terreno de la cultura no han permitido
mayores alegrías, pese a los indicios de restauración desde ambas perspectivas: esperanzas
medidas e ilusiones prudentes.
2. Nuevas cuestiones de actualidad: cultura
local, estatuto del artista y museos
Dos de las preguntas de actualidad incorporadas en este ICE 19 están destinadas a pulsar la
opinión de los encuestados sobre la situación
de la cultura local y de las políticas culturales
locales, objeto central de esta edición y que
ocupa la mitad de su volumen.
La cuestión número 55 interpela así sobre la
representación y visibilidad de este ámbito de
creación en el Estado español, esencial para calibrar la diversidad y la riqueza de nuestra cultura, porque sin ellos la creatividad local se asfixia en el gueto próximo y no puede prosperar
hacia el espacio nacional y menos aún internacional, pero también se empobrece la capacidad
de opción de los usuarios en todo el territorio.
Sin embargo, la media de valoraciones no parece infundir mucho optimismo en este sentido,
al atribuir un 4,1 a este interrogante.
Culturas locales y políticas públicas
Cuestión n.º 55
Las culturales locales están suficientemente
representadas y visibles en el estado español
4,1
Cuestión n.º 56
Las políticas culturales locales promocionan
satisfactoriamente la diversidad cultural española
4,2
Tampoco parece prosperar la apreciación de
si las políticas culturales locales promocionan
satisfactoriamente la diversidad cultural española, al recibir una calificación similar, del 4,2.
Puesto que, como se analiza detalladamente
en este informe, el gasto público de las políticas culturales locales, de municipios y diputaciones, sobre todo, ha llegado a ser el baluarte
del gasto público total en España tras los años
de crisis económica, habrá que concluir que
esas actuaciones no gozan de un consenso general en el mundo de la cultura, sea por su falta
de comunicación e imagen, sea por la necesidad de adecuarse a las demandas y necesidades
actuales. Todo un reto para la investigación y la
reflexión política.
La tercera pregunta está motivada por acontecimientos recientes importantes para el ambiente cultural de nuestro país, relativos al informe de la comisión de cultura del Congreso
de los Diputados sobre el autor y el creador,
que fue insólitamente aprobado por unanimidad en la cámara baja en junio pasado, y a su
tramitación como decreto ley en diciembre de
2018. La cuestión planteaba simplemente si los
artistas y creadores gozaban de un estatuto legal suficiente para su protección –se suponía
que en este marco–, pero las valoraciones dan
un bajo 3,5 como respuesta, sea porque se valoran sobre todo los aspectos que restan por legislar o por la desconfianza de que este nuevo
estatus legal, que intentaba reconocer la especificad del trabajo de los autores, de respuesta
total a las necesidades reales.
153
PATRICIA CORREDOR LANAS
cultura, que acumulan nada menos que siete
respuestas de las diez mejor evaluadas del cuestionario:
Estatuto legal del Artista
Cuestión n.º 57
Artistas y creadores gozan de un estatuto legal
suficiente para su protección
3,5
Finalmente, en nuestro informe de 2019
hemos dedicado una atención especial, con
dos capítulos realizados por sendos expertos,
al estado de las artes visuales y sus «templos»
del arte, sobre todo desde la perspectiva de
la aplicación de las nuevas tecnologías. Por lo
que nos interesaba mucho saber la valoración
que los agentes culturales tenían de esta situación enunciada como siempre en positivo:
si nuestros museos y centros de arte «están
ampliamente avanzados» en esta aplicación
de las NTIC. Y aquí, efectivamente, hay una
respuesta que valora positivamente la situación, aunque limitada a poco más del aprobado (5,2).
•
Dos de esas cuestiones que obtienen
las máximas notas, se refieren al impacto sobre la creación: los autores se
estarían aprovechando de las NTIC para
conectar con sus públicos (7,5), y para
aumentar su creatividad (6,7).
•
Tres máximas calificaciones aluden al
efecto de las NTIC sobre los usuarios:
para potenciar el boca a boca de los
usuarios (6,8), para disponer de una
gran capacidad de elección (6,2), para
garantizar el pluralismo a disposición
de los usuarios (5,7).
•
Y otras dos se pueden remitir a la oferta
(creación, producción) y la demanda,
es decir a toda la cadena de valor cultural: mayor diversidad por la distribución por todos los canales permitirá
una mayor diversidad y rentabilidad
(5,8), y las redes digitales reducen drásticamente los costes y permiten su democratización (5,7).
•
Finalmente, las tres restantes cuestiones mejor puntuadas se refieren al papel esencial de las pymes en la innovación (6,8), a la diversidad de corrientes
y estilos que «pueden expresarse y llegar a su público» (6,7), y a la expresión
plural ideológica de la creatividad cultural (6,1).
•
En todo caso, es interesante constatar,
dentro del general ascenso de las notas
de este año, que se estancan cuestiones tales como el incremento del boca
a boca y que resulta expulsada de esta
lista del top de notas la cuestión del aumento de la participación en la creatividad cultural gracias a las nuevas redes,
que pasa del puesto 10 al 19 en calificación, aunque desciende solo una décima (de 5,6 a 5,5).
Digitalización de los museos
Cuestión n.º 58
Nuestros museos y centros de arte están
ampliamente avanzados en la aplicación de redes y
dispositivos digitales
5,2
3. Las máximas valoraciones de la cultura:
Internet y las NTIC
La concentración de las valoraciones positivas
en determinadas cuestiones y la estabilidad de
sus mayores puntuaciones –este año entre el
5,7 y el 7,5– muestra un estado de ánimo bastante consensuado entre los agentes culturales
de todo tipo de roles profesionales y sectores
de actividad, aunque se puedan percibir matices de cambio a lo largo de los años.
Sigue destacando en primer lugar, de entre
las calificaciones máximas (cuadro 1), las que
se refieren a cuestiones sobre Internet, las redes digitales o las NTIC y sus efectos sobre la
154
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Cuadro 1. Los puntos más fuertes de la cultura en España 2019
0
1
2
3
4
5
6
7
8
04. Los creadores se están aprovechando de las nuevas
redes para conectar con sus públicos
6,9
08. Las pymes juegan un papel esencial como canteras de
innovación
6,8
31. Las redes digitales potencian la capacidad del boca a
boca (etiquetado y recomendación) de los usuarios
6,8
01. Las corrientes y estilos innovadores pueden expresarse
y buscar su público
6,7
33. Los usuarios disponen en Internet de una gran libertad
de elección
6,2
02. La creación cultural expresa el abanico de valores
ideológicos presente en la sociedad española
6,1
5,8
23. Las redes digitales garantizan el pluralismo de
creaciones y voces a disposición de los usuarios
5,7
32. Las redes digitales reducen drásticamente los costes de
la cultura y permiten su democratización
5,7
4. Los agujeros negros de la cultura en España:
la proyección exterior
Igual regularidad y estabilidad tienen las peores
calificaciones de nuestra encuesta en el periodo
analizado –de entre el 3 y el 4 este año–, aunque
con ciertos matices importantes de cambio. Así,
el protagonismo de las políticas públicas culturales, contempladas durante años en negativo,
ha ido cediendo terreno para concentrar estos
puntos negros en cambio en las valoraciones de
la proyección exterior de nuestra cultura, tanto comercial como de cooperación, aunque en
este último ámbito se vuelven a cuestionar lógicamente las políticas y estrategias públicas. A
resaltar en positivo que la apreciación de que las
políticas públicas fomentaban la autonomía de
la creación, muchas veces en la mira principal
de la desconfianza, ha salido por fin este año de
la lista de las 10 peores preguntas al pasar del
3,7 al 4,3 en un año (cuadro 2).
10
7,5
03. Los autores están beneficiándose de las nuevas
tecnologías para aumentar su creatividad
25. La distribución por todos los canales permitirá una
mayor diversidad y rentabilidad a medio plazo (cinco años)
9
En todo caso, como indicábamos, la proyección internacional de nuestras creaciones
y bienes culturales sigue siendo poco apreciada por los encuestados, al acumular cinco de
las peores puntuaciones: la proyección exterior de las pymes culturales (3), de las políticas públicas de cooperación (3,2), de su capacidad de incentivar la diversidad intercultural
(4), de los intercambios comerciales en general (3,5) y de los intercambios culturales con
la UE (3,6).
Otras tres puntuaciones muy negativas se
remiten a la remuneración de la cultura: para
los creadores (3,1), para las pymes (3,5) y su
defensa por los poderes públicos (4).
Y otras dos finalmente, se refieren al pluralismo ofertado por los grandes grupos culturales (4) y a la promoción de la diversidad
por los medios de comunicación tradicionales (4).
155
PATRICIA CORREDOR LANAS
Cuadro 2. Los puntos más débiles de la cultura en España en 2019
0
49. La proyección exterior de las pymes culturales es
suficiente
05. Los creadores consiguen una remuneración justa para
mantener su trabajo
50. Las políticas públicas de cooperación exterior son
suficientes y efectivas
45. Los intercambios comerciales con el exterior son
equitativos
46. Los intercambios culturales con la UE son suficientes y
equilibrados
13. Las pymes de la edición/producción consiguen una
remuneración suficiente para su sostenibilidad
11. Los grandes grupos culturales ofrecen un abanico plural
de productos y servicios
43. Las políticas públicas defienden la remuneración justa
del autor
51. Las políticas públicas de cooperación incentivan el
intercambio y la diversidad intercultural
18. Los medios de comunicación tradicionales promocionan
la diversidad cultural
III. RESULTADOS POR ESFERAS: APRUEBA LA
PRODUCCIÓN/EDICIÓN
Por segundo año consecutivo, y después de
caídas generalizadas de varios años, todas las
esferas ganan en puntuación, aunque de forma
diferencial y con resultados todavía distantes
entre ellas. Las únicas que conseguían el aprobado generalmente, la creación y el uso y consumo de la cultura, mantienen su opinión general positiva, pero se incorpora a esta sección
la producción/edición, que asciende al 5,1 y
consigue también el aprobado la distribución/
comercialización (5) (cuadro 3).
Dos cambios significativos probablemente del clima económico y empresarial más
positivo de los últimos tiempos que repercute también en los agentes culturales (ver
gráfico 1).
En cambio, y a pesar del ascenso notable en
ocho décimas, las políticas públicas se mantie-
156
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
3,0
3,1
3,2
3,5
3,6
3,8
4,0
4,0
4,0
4,0
nen en suspenso alto, y la proyección exterior
y la cooperación siguen infravaloradas ampliamente.
1. La creación [puntuación: 6]
La creación sigue mejorando, con tres décimas
más que el año pasado, hasta alcanzar el aprobado alto (6), aunque con matices para sus declinaciones: la capacidad de expresión y de búsqueda de su público de las corrientes y estilos
innovadores aumenta en cuatro décimas (6,3),
y el beneficio para la creatividad de los autores
por las NTIC sube significativamente también
tres décimas (6,9). Pero la máxima puntuación
de este apartado sigue recayendo en la capacidad de conectar con los públicos gracias a las
nuevas redes (7,5), mientras que continúa suspendiendo ostentosamente la remuneración
justa de los creadores (3,1) y suben levemente
las perspectivas de mejorar la diversidad creativa a medio plazo (5,3) (cuadro 4).
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Cuadro 3. Calificación de las esferas del mundo
cultural en 2019
1.º
La creación
2.º
La producción/edición
6
3.º
La distribución/comercialización
4.º
El uso y consumo de la cultura
5,5
5.º
Las políticas públicas y estrategias comerciales
4,6
6.º
La proyección exterior y la cooperación
5,1
5
4
2. La producción/edición [puntuación: 5,1]
La producción alcanza el aprobado y se sitúa
nuevamente por encima de la nota media de la
encuesta entera (5,1) por vez primera en los últimos años (4,9 en 2018 con un aumento registrado). Pero este incremento, ilustrativo de una
mejoría del clima empresarial, se debe a algunas preguntas concretas: al papel de las pymes
en la innovación (cuatro décimas más, hasta el
6,8), al reflejo de la diversidad de nuestra identidad cultural en la oferta de bienes simbólicos
(crecimiento similar hasta el 5,6), la descentralización de la producción cultural (5,4) y
al papel de las nuevas redes en diversificar las
fuentes financieras e incrementar la rentabilidad (5,2), así como a las previsiones de mejora
de la diversidad creativa a medio plazo (5,2).
En cambio, y pese a aumentos de una o
dos décimas en los dos últimos años, siguen
suspendiendo el desarrollo equilibrado en esa
oferta cultural de las lenguas reconocidas españolas (4,8), la potencialidad de las nuevas
redes para una economía sustentable (4,7), la
pluralidad de oferta de los grandes grupos culturales (4) y la remuneración suficiente de las
pymes para su sostenibilidad (3,8) (cuadro 5).
3. La distribución/comercialización
[puntuación: 5]
También la distribución, habitualmente suspendida en estos años pasados, ha dado un salto cualitativo al aprobado exacto de la media
Gráfico 1. Calificación de las esferas del mundo cultural. Comparativa 2018-2019
6
5,7
5,5
5,4
5,1
4,9
5
4,8
4,6
Creación
Producción,
edición
Distribución,
Uso y consumo
comercialización
de la cultura
3,9
4
3,8
Políticas públicas
y estragias
comerciales
Proyección
exterior y
cooperación
2019
6
5,1
5
5,5
4,6
4
2018
5,7
4,9
4,8
5,4
3,9
3,8
157
PATRICIA CORREDOR LANAS
Cuadro 4. Calificación por esferas: 1. La creación
0
1
2
3
4
5
6
7
01. Las corrientes y estilos innovadores pueden expresarse y
buscar su público
8
9
10
9
10
6,7
02. La creación cultural expresa el abanico de valores
ideológicos presente en la sociedad española
6,1
03. Los autores están beneficiándose de las nuevas tecnologías
para aumentar su creatividad
6,9
04. Los creadores se están aprovechando de las nuevas redes
para conectar con sus públicos
7,5
05. Los creadores consiguen una remuneración justa para
mantener su trabajo
3,1
06. La diversidad creativa tiende a mejorar en el medio plazo
(cinco años)
5,3
Cuadro 5. Calificación por esferas: 2. La producción/edición
0
1
2
3
4
5
6
07. Los productores/editores componen un abanico plural de
voces e intereses
5,4
08. Las pymes juegan un papel esencial como canteras de
innovación
6,8
09. La oferta cultural refleja la diversidad de nuestra identidad
cultural
5,6
10. La descentralización de la producción cultural refleja la
España de las autonomías
11. Los grandes grupos culturales ofrecen un abanico plural de
productos y servicios
5,4
4,0
12. Las lenguas reconocidas en el Estado español encuentran un
desarrollo equilibrado en la oferta disponible
13. Las pymes de la edición/producción consiguen una
remuneración suficiente para su sostenibilidad
14. Las nuevas redes permiten diversificar las fuentes financieras
y aumentar la rentabilidad
15. Las nuevas redes permiten una economía sustentable para el
futuro
16. La producción cultural incrementará su diversidad y
rentabilidad a medio plazo (cinco años)
158
7
4,8
3,8
5,2
4,7
5,2
8
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
4. El uso y consumo de la cultura [puntuación: 5,5]
general. Aunque el ascenso mayor se verifica
en las dos preguntas que afectan a los medios
públicos, sin llegar al aprobado: seis décimas
más para la afirmación de que los medios públicos promueven la diversidad cultural (4,9),
y cinco más para la idea de que impulsan la
producción independiente (4,6).
El uso y consumo de la cultura ha venido aprobando habitualmente, incluso en medio de la
crisis, de forma qua la novedad es su relativo
estancamiento dentro del aprobado, con incrementos débiles en los últimos años de algunas
cuestiones e incluso retrocesos pequeños de
otras que, sin embargo, y por su reincidencia,
parecen representativos de una cierta desilusión contenida (cuadro 7).
Aprueban claramente la diversidad a medio
plazo (cinco años) que permitirá la distribución «por todos los canales» (5,8), la garantía
por las redes digitales del pluralismo a disposición de los usuarios (5,7), y el derecho de acceso a la cultura posibilitado por esas mismas
redes (5,4). Suspenden en cambio, además de
las citadas de los medios públicos, y pese a aumentos de varias décimas, la diversidad de las
redes de distribución analógica (4,7), la de los
medios de comunicación tradicionales (4,1),
y el impulso a la creación y promoción cultural de los medios de comunicación en general
(4,5) (cuadro 6).
De esta forma, es interesante observar que
suben ligeramente –una o dos décimas– la
apreciación de la libertad de elección de los
usuarios y su capacidad de elección (5,4), su
acceso asequible a la cultura (5), la reducción
de costes y democratización potencial por las
nuevas redes, la libertad de opción según identidades culturales (5,4) y su diversidad de elección a medio plazo (5,6). Pero retroceden cuestiones aprobadas y casi siempre vinculadas a las
NTIC, como la diversidad de oferta disponible
Cuadro 6. Calificación por esferas: 3. La distribución/comercialización
0
1
2
3
4
5
17. Las redes de distribución analógicas ofrecen una oferta
suficientemente diversa
18. Los medios de comunicación tradicionales promocionan la
diversidad cultural
19. Los medios de comunicación impulsan la creación y
promoción de la cultura
20. Los medios públicos promueven la diversidad cultural
21. Los medios públicos impulsan la producción independiente
22. La comercialización de los productos y servicios culturales
permite una amplia capacidad de elección del usuario
23. Las redes digitales garantizan el pluralismo de creaciones y
voces a disposición de los usuarios
24. Las redes digitales garantizan el derecho de acceso general a
la cultura
25. La distribución por todos los canales permitirá una mayor
diversidad y rentabilidad a medio plazo (cinco años)
6
7
8
9
10
4,7
4,1
4,3
4,9
4,6
5,2
5,7
5,4
5,8
159
PATRICIA CORREDOR LANAS
Cuadro 7. Calificación por esferas: 4. El uso y el consumo de la cultura
0
1
2
3
4
5
6
7
5,6
28. Los usuarios tienen una gran diversidad de oferta disponible
5,0
29. Los usuarios disponen de un acceso asequible a la cultura
30. Las nuevas redes permiten una gran participación de los
usuarios en la creación cultural
5,5
31. Las redes digitales potencian la capacidad del boca a boca
(etiquetado y recomendación) de los usuarios
6,8
32. Las redes digitales reducen drásticamente los costes de la
cultura y permiten su democratización
5,7
33. Los usuarios disponen en Internet de una gran libertad de
elección
36. Los ciudadanos/consumidores incrementarán su diversidad
de elección a medio plazo
(5,6), la participación de los consumidores por
las nuevas redes (5,5), o su capacidad del «boca
a boca» por las nuevas redes (5,5). A destacar
en cambio el incremento de valoración de tres
décimas en la única cuestión que no aprueba
de este apartado: los usuarios pagan un «precio
justo» por la cultura (de 4 a 4,3).
5. Las políticas públicas y las estrategias
comerciales [puntuación: 4,6]
Aun manteniendo el suspenso, el apartado de
las políticas públicas parece emerger del hundimiento crónico en nuestra encuesta, con un
incremento medio de ocho décimas. Lo que
puede revelar un nuevo ambiente de muy prudentes ilusiones, que se muestra sobre todo en
términos relativos en aumentos de calificación
en un año de preguntas como el papel de las
160
10
5,4
27. Los usuarios saben bien lo que quieren elegir
35. Los usuarios pueden elegir la cultura adecuada a sus
identidades culturales (nacionales, regionales, locales)
9
5,5
26. Los usuarios tienen una gran libertad de elección cultural
34. Los usuarios pagan un precio justo por la creación cultural
8
6,2
4,3
5,4
5,6
políticas públicas culturales en el estímulo de la
innovación creativa (de 4,2 a 4,9), su fortalecimiento del tejido industrial (de 4,1 a 5, único
parámetro aprobado), su impulso a la diversidad para el usuario (de 3,9 a 4,8), a la sostenibilidad económica de la cultura (de 3,6 a 4,5),
su respeto a la autonomía de la cultura (de 3,8 a
4,3), al apoyo a la transformación digital (de 4,6
a 5), el otro aprobado; e incluso la nota atribuida
a la defensa por las políticas públicas de la remuneración justa del autor (que pasa del 3,4 al
4), aun manteniéndose siempre baja (cuadro 8).
6. La proyección exterior y la cooperación
[puntuación: 4]
Las esperanzas de los agentes culturales españoles parecen agotarse al llegar al apartado de
la proyección exterior de nuestra cultura, sea
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Cuadro 8. Calificación por esferas: 5. Las políticas públicas y las estrategias comerciales
0
1
2
3
4
5
6
37. Las políticas públicas culturales estimulan la innovación
creativa
4,9
38. Las políticas públicas fortalecen el tejido industrial de la
edición/producción
5,0
39. Las políticas públicas impulsan la diversidad de oferta y de
elección del usuario
40. Las políticas públicas estimulan la sostenibilidad económica
de la cultura
41. Los poderes públicos respetan la autonomía de la cultura
por los intercambios comerciales o por las políticas de cooperación, en donde se muestra
un cuasi estancamiento de puntuaciones, en el
suspenso generalizado que mantiene de forma
endémica. Se exceptúan, sin embargo, las mejoras de calificación este año de las previsiones de aumento de la diversidad a medio plazo
(que pasa del 4,9 al 5,2), único aprobado, el
incentivo del intercambio y la diversidad (del
3,5 al 4), su promoción de la presencia latinoamericana en España (del 3,7 al 4) o su empeño
en la creación de nuevos públicos (del 4 al 4,3).
Por el contrario, se mantienen casi intactas las
puntuaciones referentes a la cultura española
«en el lugar que le corresponde en el mundo»
(4,3), a lo equitativo de los intercambios comerciales exteriores (3,5), a los intercambios
culturales con América Latina (4,1), a la proyección exterior de las pymes (3), e incluso
retrocede la apreciación de suficiencia de los
intercambios culturales con la UE (de 3,8 a
3,6) (cuadro 9).
8
9
10
4,7
4,5
4,3
5,0
42. Las políticas públicas apoyan la transformación digital
43. Las políticas públicas defienden la remuneración justa del
autor
7
4,0
IV. LA CULTURA VISTA POR SECTORES
La creatividad publicitaria y el diseño se mantienen en cabeza del ranking por sectores de actividad de la cultura este año, aunque con ligera
variación respecto al fuerte incremento y la posición conquistada en 2018 (de 5,3 a 5,4). De forma que la gran novedad es el ascenso rápido de
los videojuegos y el multimedia, que incrementa
en seis décimas su puntuación, consecuentemente con los datos económicos publicados por
el sector en los últimos meses, quedando en el
segundo puesto, con un 5,1 (cuadro 10).
Ninguno de los otros sectores aprueba ni
llega a la media total de la cultura, pero ascienden en todos los casos dos o tres décimas en
su puntuación. En el tercer puesto, las artes visuales, que ya se recuperaron mucho en 2018
(4,9 ahora), seguidas por el cine y la producción audiovisual (4,8). La música y la industria
musical y discográfica y el sector del libro y
161
PATRICIA CORREDOR LANAS
Cuadro 9. Calificación por esferas: 6. La proyección exterior y la cooperación
0
1
2
3
4
5
44. La cultura española ocupa el lugar que le corresponde en el
mundo
45. Los intercambios comerciales con el exterior son equitativos
48. Las estrategias comerciales de los grandes grupos son
acertadas para la expansión exterior
4,1
52. Las políticas de cooperación promocionan la presencia de la
cultura latinoamericana en España
53. Las políticas públicas de cooperación crean nuevos públicos
para la cultura española
54. La cooperación y el comercio generarán una mayor diversidad
a medio plazo
Cuadro 10. Ranking por sectores
1.º
Creatividad publicitaria y diseño
5,4
2.º
Videojuegos y multimedia
5,1
3.º
Artes visuales
4,9
4.º
Cine y producción audiovisual
4,8
5.º
Música e industria discográfica
4,7
5.º
Libro y bibliotecas
4,7
6.º
Artes escénicas
4,5
bibliotecas empatan en el 4,7, con aumentos similares este año, lo que resulta especialmente
significativo en el caso del libro, que se redujo
el año pasado. Finalmente, se mantienen a la
cola de este ranking las artes escénicas, aunque
con un ligero aumento en su calificación (4,5).
Destaca de nuevo el optimismo de los expertos
162
9
10
3,6
4,1
51. Las políticas públicas de cooperación incentivan el intercambio
y la diversidad intercultural
8
3,5
47. Los intercambios culturales con América Latina responden
suficientemente a los lazos lingüísticos y culturales
50. Las políticas públicas de cooperación exterior son suficientes y
efectivas
7
4,3
46. Los intercambios culturales con la UE son suficientes y
equilibrados
49. La proyección exterior de las pymes culturales es suficiente
6
3,0
3,2
4,0
4,2
4,3
5,2
transversales, no contabilizados en el análisis
de los sectores, que puntúan al conjunto de las
actividades con un 5,5, muy por encima de la
media de los agentes consultados y de la apreciación de los sectores (gráfico 2).
V. LA CULTURA VISTA POR TIPOS DE AGENTES
Este apartado pretende matizar los resultados
en función de la procedencia profesional de
los encuestados, lo que ilustra bien el estado
de ánimo de cada uno de ellos. De esta forma
y como es ya tradicional, los gestores de la cultura (productores-editores, distribuidores) expresan su mayor optimismo e incluso lo elevan
en cinco décimas de puntuación (del 4,9 al 5,3),
superando el aprobado y la media general de las
respuestas. Mientras que los creadores mantienen también su habitual pesimismo, incluso
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Gráfico 2. Calificación por sectores: comparativa 2018-2019
5,4
5,3
5,1
4,9
4,5
4,7
4,7
4,4
4,3
4,8
4,7
4,5
4,5
4,3
1. Artes
escénicas
2. Artes
visuales
3. Música e
industria
discográfica
4. Cine y
producción
audiovisual
5. Libro y
bibliotecas
6. Videojuegos y
multimedia
7. Creatividad
publicitaria y
diseño
2019
4,5
4,9
4,7
4,8
4,7
5,1
5,4
2018
4,3
4,7
4,4
4,5
4,3
4,5
5,3
con un ligero aumento medio de dos décimas,
elevando su valoración media al 4,6 (del 4,4 de
2018). Dos universos en interrelación permanente muestran así sus muy diferentes circunstancias y visiones de la evolución del mundo
cultural español (cuadro 11 y gráfico 3).
En contraste con ambos, los expertos y críticos, tomados en su conjunto más allá de los
sectores de procedencia, se sitúan, como es
tradicional, entre ambos polos citados, aunque
más próximos siempre en sus esperanzas y proyecciones a los gestores: con dos décimas de ascenso llegan a evaluar el conjunto del cuestionario con un aprobado raso de 5 que, quizás no
por casualidad, coincide con la media general.
ción al 5,3 (5,1 en 2018) pero no tanto como la
visión general (de 5,5) (cuadro 12).
Además, aumentan su apreciación de la
producción/edición hasta el 4,8 (respecto del
4,4 del año pasado), pero lejos del 5,1 general;
y suspenden también, pese a mejoras ligeras,
a la distribución de los bienes y servicios culturales (4,7), a las políticas públicas y las estrategias comerciales (4,5) y a la proyección
exterior y la cooperación (3,6).
2. Gestores [puntuación: 5,3]
El optimismo relativo de los gestores culturales es ya proverbial en nuestra encuesta, pero
viene aumentado en tiempos de expectativas
1. Creadores [puntuación: 4,6]
La mirada de los creadores encuestados sobre los
grandes apartados en que puede dividirse la cultura española resulta de gran interés para conectar estado de ánimo con situación socioeconómica (y simbólica): contemplan a su propia función
de creación con un alto 5,4, con tres décimas de
incremento este año, pero por debajo de la calificación general (6), lo que implica que conocen
mejor sus problemas. Y valoran bien asimismo la
situación del uso y consumo al elevar su puntua-
Cuadro 11. Calificación por tipo de agentes
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
4,6
Creadores
5,3
5
Gestores
(productores,
editores,
distribuidores)
Expertos/críticos
163
PATRICIA CORREDOR LANAS
Gráfico 3. Calificación por tipo de agentes: comparativa 2018-2019
5,3
4,9
5
4,8
Creadores
Gestores (productores,
editores, distribuidores)
Expertos/críticos
2019
4,6
5,3
5
2018
4,4
4,9
4,8
4,6
4,4
Cuadro 12. Calificación de los creadores
0
1
2
3
4
5
7
8
9
10
5,4
Creación
6
4,8
5,1
Producción/edición
4,7
5
Distribución/comercialización
5,3
5,5
Uso y consumo de la cultura
4,2
4,6
Políticas públicas y estrategias comerciales
3,6
4
Proyección exterior y la cooperación
Creadores
generales empresariales. De forma que los gestores puntúan la situación general de la cultura
española en un 5,3 (del 4,9 del año pasado) y
suben tres o cuatro décimas a la creación (hasta el 6,4), a la propia producción/edición (del
5,1 al 5,4), al uso y consumo (del 5,5 al 5,9) y
a la distribución en menor medida (del 4,9 al
5,2). Pero siguen suspendiendo con leves au164
6
Total
mentos a las políticas públicas (4,2) y a la proyección exterior (3,6) (cuadro 13).
3. Expertos/críticos [puntuación: 5]
Los críticos de cultura de los diversos sectores
aprueban también, como ya hemos señalado,
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Cuadro 13. Calificación de los gestores (productores, editores, distribuidores)
0
1
2
3
4
5
6
10
5,4
5,1
5,2
5
Distribución/comercialización
5,9
5,5
Uso y consumo de la cultura
4,8
4,6
Políticas públicas y estrategias comerciales
4,1
4
Proyección exterior y la cooperación
Gestores (productores, editores, distribuidores)
Resulta interesante sintetizar y glosar las respuestas abiertas de algunos encuestados en el
espacio libre dedicado a ello, porque comentan
muchas veces las políticas públicas, las NTIC
y en menor proporción, los medios de comunicación:
9
6
Producción/edición
VI. OBSERVACIONES ABIERTAS 2019
8
6,4
Creación
el conjunto de la cultura con un 5, idéntico a
la nota media general de la encuesta en todas
sus cuestiones y respuestas. Pero resulta interesante matizar sus respuestas por actividades
y en su evolución. Así, este año, mientras elevan fuertemente su puntuación del uso y consumo (de 4 a 4,5) y de las políticas públicas (de
4 a 4,8) aun suspendiéndolas, y aumentan su
opinión sobre la creación (del 5,8 al 6,3) y la
distribución (del 4,9 al 5), pero disminuyen su
valoración del uso y consumo (del 5,8 al 5,4)
y estancan su puntuación de la producción/
edición (5,1 en los dos años) y sobre la proyección exterior (de 4 a 4,1) (cuadro 14).
7
Total
1. Las políticas públicas culturales
•
«Hace falta un mayor apoyo económico desde las administraciones públicas
para poder garantizar la diversidad de
contenidos; en especial, es necesario
incentivar a las pymes con ayudas a su
funcionamiento estructural y no solo a
proyectos concretos».
•
«Hace falta distinguir entre las políticas
públicas nacionales y autonómicas, y
entre estas últimas a su vez, ya que su
grado de implicación en la cultura difiere mucho en función del color político
de los gobiernos».
•
«Considero que el papel de los ayuntamientos en las políticas culturales locales no tiene el suficiente reconocimiento
y apoyo desde las instancias autonómicas y nacionales. Pero es importante dar
más protagonismo a las ciudades como
agentes culturales de primer orden y
favorecer el gran esfuerzo presupuesta165
PATRICIA CORREDOR LANAS
Cuadro 14. Calificación de los expertos y los críticos
0
1
2
3
4
5
6
5,4
5,5
Uso y consumo de la cultura
4,8
4,6
Políticas públicas y estrategias comerciales
4,1
4
Proyección exterior y la cooperación
«La legislación española tiene que ser
más avanzada y ambiciosa que las directivas europeas recientes, especialmente
la de servicios audiovisuales y la de los
derechos de autor, y la ocasión es su
transposición al marco normativo legal
español».
2. Los medios de comunicación y la cultura
•
166
«Los medios de comunicación no llegan
a dedicar un 3% de su tiempo de emisión a la cultura y casi nada a la literatura. Salvando el caso de los premios literarios de grandes grupos editoriales, el
silencio sobre literatura en los mismos
programas informativos es total, hasta
el punto de que el premio nacional de
literatura último ha sido recibido de
forma unánime por los medios con la
omisión de toda información».
10
5
5
Distribución/comercialización
•
9
5,1
5,1
Producción/edición
rio que están haciendo en este capítulo
desde poscomienzos de la crisis económica».
8
6,1
6
Creación
Expertos/críticos
7
Total
•
«El sistema mediático español es alérgico a las lenguas cooficiales y a la diversidad cultural, de forma que las audiencias
no encuentran oportunidad de escuchar
en la vida cotidiana las otras lenguas que
no sean la común del español. Ni siquiera se practica la regla lógica de mantener
la expresión en sus lenguas originales de
los agentes sociales que aparecen en las
pantallas, procediendo inmediatamente
al doblaje y no al subtitulado, e incluso a
obligarles a repetir en lengua castellana
sus expresiones. La consecuencia es un
artificio que limita gravemente nuestra
diversidad lingüística y cultural».
VII. PRINCIPIOS, OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
1. La muestra consultada: sobre una base de
cerca de trescientos agentes culturales
A) La muestra: estructura y composición
Para pulsar estas opiniones, se construyó una
amplia base de datos de agentes culturales es-
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
pañoles, basada en la acumulación de actividades, informes y seminarios, que la Fundación
Alternativas ha ido realizando desde hace una
década, actualizada y depurada para combinar
mejor actividades privadas e instituciones públicas, y tanto grandes empresas como pymes
o agentes autónomos. Sobre la experiencia de
cinco ediciones anteriores, esta base de personalidades depurada ha alcanzado a cerca de
trescientas direcciones consignadas para conseguir como objetivo un centenar de encuestas
respondidas, una proporción previsible en un
campo muy atomizado, en el que el esfuerzo
y el voluntarismo individual han primado muchas veces sobre los esfuerzos colectivos. Una
parte importante de los encuestados (en torno
al 75%) repite respecto a ediciones anteriores.
En esta ocasión especialmente, nos hemos
esforzado en buscar una mayor representatividad de las mujeres en la cultura, consiguiendo
por vez primera la casi equiparación entre las
mujeres y los hombres encuestados, de forma
que las primeras han alcanzado ya un 43% de la
muestra final (43 sobre 100).
La vía de la consulta, realizada online sobre una
plataforma profesional de Internet (e-encuesta.
com), ha facilitado nuestro trabajo de recogida y
tabulación de los resultados, aunque también ha
mostrado, a veces en tiempo real, las dificultades
y el rigor de muchos agentes culturales para enfrentarse al largo cuestionario planteado.
Sin embargo, la muestra completa y las
respuestas efectivas no han sido indiferenciadas, sino equilibradas entre roles productivos
desempeñados en la cultura y entre sectores
centrales culturales, no solo para ganar en representatividad del conjunto de la cultura, sino
también para poder matizar los resultados según las muy diversas actividades desempeñadas en un campo tan amplio y diverso.
De esta forma, hemos buscado sistemáticamente una ponderación de los encuestados entre tres grandes categorías:
1
Creadores
2
Gestores públicos y privados
3
Investigadores y críticos
Y los hemos segmentado equilibradamente
entre siete grandes sectores de actividad que
sintetizan los mayores procesos culturales en
nuestra sociedad (en proyección social y en
peso económico):
1
Artes escénicas
2
Artes plásticas
3
Música e industria discográfica
4
Cine y producción audiovisual
5
Libro y bibliotecas
6
Videojuegos y multimedia
7
Creatividad publicitaria y diseño
Además, aunque excluida del cómputo de
las notas medias en los resultados por sectores,
para evitar un sesgo externo a esos roles profesionales, hemos añadido una octava categoría
polivalente que venía obligada por la realidad,
por la existencia de expertos académicos y
profesionales que, en función de su trayectoria, tenían una experiencia valiosa que atravesaba los diferentes sectores y actividades y que
no podíamos ignorar:
8
Expertos transversales (gestores, investigadores)
2. Premisas del cuestionario
Lógica y objetivos
El conjunto de 54 preguntas se mantiene idéntico al de las Encuestas de 2011-2014-20152017 y 2018 para facilitar las comparaciones
durante este periodo. Se trata de un cuestionario exhaustivo, con vocación de perennidad,
para poder ser comparado en el tiempo, y que
pretende por ello abarcar las principales problemáticas que atraviesan el campo cultural.
Pero hemos añadido cuatro preguntas de ac167
PATRICIA CORREDOR LANAS
tualidad, sobre temas puntuales importantes
de este informe, en particular sobre las culturas y las políticas públicas locales, objeto central de este ICE 2019, sobre la protección del
artista y el creador y sobre la digitalización de
los museos y centros de arte.
Todas las preguntas son enunciadas en términos positivos, para evitar cualquier condicionamiento sobre los encuestados, a quienes
se pide que valoren cada cuestión en una escala que va de 1 a 10 (de máximo desacuerdo a
máximo acuerdo).
La comprensión plena del cuestionario y,
por tanto, de los resultados, exige recalcar su
filosofía esencial mantenida: una perspectiva
central sobre la diversidad, cultivada tradicionalmente por la Fundación Alternativas en
todos sus estudios sobre cultura, pero avalada
por el propio Estado español en su ratificación de la Convención por la Diversidad de
la UNESCO (octubre, 2007). De ahí nuestra
declinación del cuestionario en términos de
pluralismo cultural y de políticas públicas, de
economía e industria, pero también de democracia, de cooperación intercultural, pero asimismo de exportación o proyección de nuestras creaciones culturales.
Para representar a todas las grandes fases
de la cadena de valor de la cultura y de las industrias culturales y creativas, tanto en su versión clásica analógica como en su traducción al
mundo digital, se delimitaron seis esferas que
estructuraban enteramente el cuestionario:
1
La creación
2
La Producción/edición
3
La distribución/comercialización
4
El uso y consumo de la cultura
5
Las políticas públicas y estrategias comerciales
6
La proyección exterior y la cooperación
168
Y se buscó enunciar las cuestiones, orientándolas por áreas axiales de valoración de
la cultura, que debían traducir en términos
explícitos sus valores democráticos fundamentales y las condiciones económicas necesarias para sostenerlos, con un número de
preguntas flexible y capaz de aprehender los
aspectos fundamentales de cada área en cada
esfera:
Innovación
Pluralismo creativo
1
La creación
Pluralismo ideológico
Remuneración justa
Pluralismo de voces
Identidad
2
La producción/edición
Diversidad de oferta
Sostenibilidad financiera
Diversidad de oferta
3
La distribución/
comercialización
Pluralismo de voces
Sustentabilidad financiera
Diversidad
4
El uso y consumo de la
cultura
Participación
Identidad
Apoyo a la diversidad y el
pluralismo
5
Las políticas públicas y
estrategias comerciales
Apoyo a la sostenibilidad
financiera
Independencia de la
cultura
Comercio potente
6
La proyección exterior y la
Diversidad intercultural
cooperación
Sostenibilidad económica
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
B) Cuestionario (2019)
1. La creación
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Las corrientes y estilos innovadores pueden expresarse y buscar su público.
La creación cultural expresa el abanico de valores ideológicos presentes en la sociedad
española.
Los autores están beneficiándose de las nuevas tecnologías para aumentar su creatividad.
Los creadores se están aprovechando de las nuevas redes para conectar con sus públicos.
Los creadores consiguen una remuneración justa para mantener su trabajo.
La diversidad creativa tiende a mejorar en el medio plazo (cinco años).
2. La producción/edición
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.
Los productores-editores componen un abanico plural de voces e intereses.
Las pymes juegan un papel esencial como canteras de innovación.
La oferta cultural refleja la diversidad de nuestra identidad cultural.
La descentralización de la producción cultural refleja la España de las autonomías.
Los grandes grupos culturales ofrecen un abanico plural de productos y servicios.
Las lenguas reconocidas en el Estado español encuentran un desarrollo equilibrado en la
oferta disponible.
Las pymes de la edición/producción consiguen una remuneración suficiente para su sostenibilidad.
Las nuevas redes permiten diversificar las fuentes financieras y aumentar la rentabilidad.
Las nuevas redes permiten una economía sustentable para el futuro.
La producción cultural incrementará su diversidad y rentabilidad a medio plazo (cinco
años).
3. La distribución/comercialización
17.
18.
19.
20.
21.
22.
Las redes de distribución analógicas ofrecen una oferta suficientemente diversa.
Los medios de comunicación tradicionales promocionan la diversidad cultural.
Los medios de comunicación impulsan la creación y promoción de la cultura.
Los medios públicos promueven la diversidad cultural.
Los medios públicos impulsan la producción independiente.
La comercialización de los productos y servicios culturales permite una amplia capacidad
de elección del usuario.
23. Las redes digitales garantizan el pluralismo de creaciones y voces a disposición de los usuarios.
24. Las redes digitales garantizan el derecho de acceso general a la cultura.
25. La distribución por todos los canales permitirá una mayor diversidad y rentabilidad a medio plazo (cinco años).
169
PATRICIA CORREDOR LANAS
4. El uso y consumo de la cultura
26.
27.
28.
29.
30.
31.
32.
33.
34.
35.
36.
Los usuarios tienen una gran libertad de elección cultural.
Los usuarios saben bien lo que quieren elegir.
Los usuarios tienen una gran diversidad de oferta disponible.
Los usuarios disponen de un acceso asequible a la cultura.
Las nuevas redes permiten una gran participación de los usuarios en la creación cultural.
Las redes digitales potencian la capacidad del boca a boca (etiquetado y recomendación)
de los usuarios.
Las redes digitales reducen drásticamente los costes de la cultura y permiten su democratización.
Los usuarios disponen en Internet de una gran libertad de elección.
Los usuarios pagan un precio justo por la creación cultural.
Los usuarios pueden elegir la cultura adecuada a sus identidades culturales (nacionales,
regionales, locales).
Los ciudadanos/consumidores incrementarán su diversidad de elección a medio plazo.
5. Las políticas públicas y las estrategias comerciales
37.
38.
39.
40.
41.
42.
43.
Las políticas públicas culturales estimulan la innovación creativa.
Las políticas públicas fortalecen el tejido industrial de la edición/producción.
Las políticas públicas impulsan la diversidad de oferta y de elección del usuario.
Las políticas públicas estimulan la sostenibilidad económica de la cultura.
Los poderes públicos respetan la autonomía de la cultura.
Las políticas públicas apoyan la transformación digital.
Las políticas públicas defienden la remuneración justa del autor.
6. La proyección exterior y la cooperación
44.
45.
46.
47.
48.
49.
50.
51.
52.
53.
54.
170
La cultura española ocupa el lugar que le corresponde en el mundo.
Los intercambios comerciales con el exterior son equitativos.
Los intercambios culturales con la UE son suficientes y equilibrados.
Los intercambios culturales con América Latina responden suficientemente a los lazos lingüísticos y culturales.
Las estrategias comerciales de los grandes grupos son acertadas para la expansión exterior.
La proyección exterior de las pymes culturales es suficiente.
Las políticas públicas de cooperación exterior son suficientes y efectivas.
Las políticas públicas de cooperación incentivan el intercambio y la diversidad intercultural.
Las políticas de cooperación promocionan la presencia de la cultura latinoamericana en
España.
Las políticas públicas de cooperación crean nuevos públicos para la cultura española.
La cooperación y el comercio generarán una mayor diversidad a medio plazo.
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
7. Anexo. Cuestiones de actualidad
55. Las culturales locales están suficientemente representadas y visibles en el Estado español.
56. Las políticas culturales locales promocionan satisfactoriamente la diversidad cultural española.
57. Artistas y creadores gozan de un estatuto legal suficiente para su protección.
58. Nuestros museos y centros de arte están ampliamente avanzados en la aplicación de redes
y dispositivos digitales.
8. Observaciones abiertas
59. Si desea añadir algún comentario libre, especialmente en relación con el Anexo de actualidad, puede hacerlo en este apartado (máximo 10 líneas).
171
PATRICIA CORREDOR LANAS
Apéndice I. Resultados generales 2019
0
1
2
3
4
5
6
7
01. Las corrientes y estilos innovadores pueden expresarse y
buscar su público
8
6,7
02. La creación cultural expresa el abanico de valores ideológicos
presente en la sociedad española
6,1
03. Los autores están beneficiándose de las nuevas tecnologías
para aumentar su creatividad
6,9
04. Los creadores se están aprovechando de las nuevas redes para
conectar con sus públicos
05. Los creadores consiguen una remuneración justa para
mantener su trabajo
7,5
3,1
06. La diversidad creativa tiende a mejorar en el medio plazo
(cinco años)
5,3
07. Los productores-editores componen un abanico plural de
voces e intereses
5,4
08. Las PYMES juegan un papel esencial como canteras de
innovación
6,8
09. La oferta cultural refleja la diversidad de nuestra identidad
cultural
5,6
10. La descentralización de la producción cultural refleja la
España de las autonomías
11. Los grandes grupos culturales ofrecen un abanico plural de
productos y servicios
5,4
4,0
12. Las lenguas reconocidas en el Estado español encuentran un
desarrollo equilibrado en la oferta disponible
13. Las PYMES de la edición/producción consiguen una
remuneración suficiente para su sostenibilidad
4,8
3,8
14. Las nuevas redes permiten diversificar las fuentes financieras
y aumentar la rentabilidad
5,2
15. Las nuevas redes permiten una economía sustentable para el
futuro
4,7
16. La producción cultural incrementará su diversidad y
rentabilidad a medio plazo (cinco años)
5,2
17. Las redes de distribución analógicas ofrecen una oferta
suficientemente diversa
18. Los medios de comunicación tradicionales promocionan la
diversidad cultural
19. Los medios de comunicación impulsan la creación y
promoción de la cultura
20. Los medios públicos promueven la diversidad cultural
21. Los medios públicos impulsan la producción independiente
22. La comercialización de los productos y servicios culturales
permite una amplia capacidad de elección del usuario
23. Las redes digitales garantizan el pluralismo de creaciones y
voces a disposición de los usuarios
24. Las redes digitales garantizan el derecho de acceso general a
la cultura
25. La distribución por todos los canales permitirá una mayor
diversidad y rentabilidad a medio plazo (cinco años)
26. Los usuarios tienen una gran libertad de elección cultural
27. Los usuarios saben bien lo que quieren elegir
172
4,7
4,0
4,3
4,9
4,6
5,2
5,7
5,4
5,8
5,5
5,4
9
10
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
0
1
2
3
4
5
6
28. Los usuarios tienen una gran diversidad de oferta disponible
7
5,5
31. Las redes digitales potencian la capacidad del boca a boca
(etiquetado y recomendación) de los usuarios
6,8
32. Las redes digitales reducen drásticamente los costes de la
cultura y permiten su democratización
5,7
33. Los usuarios disponen en Internet de una gran libertad de
elección
6,2
34. Los usuarios pagan un precio justo por la creación cultural
4,3
35. Los usuarios pueden elegir la cultura adecuada a sus
identidades culturales (nacionales, regionales, locales)
5,4
36. Los ciudadanos/consumidores incrementarán su diversidad
de elección a medio plazo
5,6
37. Las políticas públicas culturales estimulan la innovación
creativa
4,9
38. Las políticas públicas fortalecen el tejido industrial de la
edición/producción
5,0
39. Las políticas públicas impulsan la diversidad de oferta y de
elección del usuario
4,7
40. Las políticas públicas estimulan la sostenibilidad económica
de la cultura
4,5
41. Los poderes públicos respetan la autonomía de la cultura
4,3
42. Las políticas públicas apoyan la transformación digital
5,0
43. Las políticas públicas defienden la remuneración justa del
autor
4,0
44. La cultura española ocupa el lugar que le corresponde en el
mundo
4,3
3,5
46. Los intercambios culturales con la U.E. son suficientes y
equilibrados
3,6
47. Los intercambios culturales con América Latina responden
suficientemente a los lazos lingüísticos y culturales
4,1
48. Las estrategias comerciales de los grandes grupos son
acertadas para la expansión exterior
50. Las políticas públicas de cooperación exterior son suficientes
y efectivas
51. Las políticas públicas de cooperación incentivan el
intercambio y la diversidad intercultural
52. Las políticas de cooperación promocionan la presencia de la
cultura latinoamericana en España
53. Las políticas públicas de cooperación crean nuevos públicos
para la cultura española
54. La cooperación y el comercio generarán una mayor
diversidad a medio plazo
10
5,0
30. Las nuevas redes permiten una gran participación de los
usuarios en la creación cultural
49. La proyección exterior de las PYMES culturales es suficiente
9
5,6
29. Los usuarios disponen de un acceso asequible a la cultura
45. Los intercambios comerciales con el exterior son equitativos
8
4,1
3,0
3,2
4,0
4,2
4,3
5,2
173
PATRICIA CORREDOR LANAS
Apéndice II. Relación de expertos participantes en la encuesta 2019
Natalia Abuín Vences
Profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Juan Miguel Aguado Terrón
Director General de Radio Televisión de la Región de Murcia (RTRM)
Luis A. Albornoz
Profesor de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)
Nieves Álvarez Martín
Vicepresidenta de Genialogías (Asociación Feminista de Mujeres Poetas)
Icíar Alzaga Ruiz
Catedrática de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
Carlos Ares
Guionista y Productor. Presidente da Academia Galega do Audiovisual
Xaime Arias
Director de Proyección Social en Corporación Radio e Televisión de Galicia (CRTVG)
Antonio M.ª Ávila Álvarez
Director Ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE)
Inmaculada Ballesteros Martín Directora del Observatorio de Cultura y Comunicación (OCC) de la Fundación Alternativas (FA)
Sagrario Beceiro
Profesora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)
Enrique Bustamante Ramírez
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Profesor invitado en la
Universidad de Málaga (UMA)
Carmen Caffarel Serra
Catedrática de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)
Javier Callejo
Profesor de la Universidad Nacional de Educación a distancia (UNED)
Juan Calvi
Profesor de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)
Francisco Campos Freire
Catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela (USC)
Uxía Caride Blanco
Gerente de la Asociación Galega de Productoras Independentes (AGAPI). Profesora de la
Universidad de Santiago de Compostela (USC)
Antonio Caro Almela
Presidente de la Red Iberoamericana de Investigadores en Publicidad
Alberto Corazón
Diseñador y artista
Jorge Corrales
Director General del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO)
Carlos Soto Cuadros
Director General del Centro Niemayer Avilés
Víctor Domingo Prieto
Presidente de la Asociación de Internautas
Raúl Eguizábal Maza
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Jorge Fernández León
Director de Programas de la Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular
de Gijón
Emelina Fernández Soriano
Presidenta del Consejo Audiovisual de Andalucía
Héctor Fouce
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Antonio Fumero
Ingeniero de Telecomunicaciones, experto en Tecnología Digital
Nicolás García García
Productor Ejecutivo de Catorce Comunicación SL
M.ª Trinidad García Leiva
Profesora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)
Emilio Gil Cerracín
Director creativo en Tau Diseño
Belén Gil Jiménez
Gestora cultural de UNA MÁS UNA, Consultoría, gestión y producción cultural S.L.
Mercedes Giovinazzo
Directora de la Fundación Interarts
Rafael González Alvarado
Artista Plástico
Francisco González
Fernández
Comisario de Fotografía. Director de adfhoto.com
Paloma González Rubio
Escritora
174
EL ESTADO DE LA CULTURA EN ESPAÑA (2019): APROBADO EXACTO
Stéphane M. Grueso
Cineasta
Eduardo Guillot
Director de programación de la Mostra de València - Cinema del Mediterrani
Antonio Guisasola
Presidente de Promusicae, Productores de Música de España
Ana Jorge Alonso
Profesora de la Universidad de Málaga (UMA)
María Lamuedra Graván
Profesora de la Universidad de Sevilla (US)
Susana Lanas
Directora de la plataforma digital TIMELESS. Fotógrafa
Tiscar Lara
Directora de Comunicación y Marketing de la Escuela de Organización Industrial (EOI)
Margarita Ledo Andión
Catedrática de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Escritora y cineasta
Donald B. Lehn
Director de la Escuela de Circo Carampa de Madrid. Vicepresidente de las Federaciones de
Escuelas Profesionales de Circo de Europa y América Latina (FEDEC y FIC)
Nieves Limón
Profesora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). Género y Figura (Fotografía)
Xosé López García
Catedrático y Director del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de
Santiago de Compostela (USC)
Tecla Lumbreras Krauel
Vicerrectora de Cultura y Deporte de la Universidad de Málaga (UMA)
Manuel Luque Taviel de
Andrade
Director de la Revista Anuncios (Publicaciones Profesionales)
Eduardo Madinaveitia
Foronda
Strategy Services en Zenith España
Beatriz Madrigal Gómez
Titular de la Secretaría Técnica de Clásicas y Modernas, Asociación para la Igualdad de Género
en la Cultura
Saila Marcos García
Periodista de infoLibre
Judith Martín Prieto
Subdirectora del programa «Aquí la tierra» (La 1, RTVE)
Alfons Martinell Sempere
Director Honorario de la Cátedra UNESCO de la Universidad de Girona
Inmaculada J. Martínez
Martínez
Profesora de la Universidad de Murcia (UM)
Carmen Martínez Ten
Portavoz de Cultura en la Asamblea de Madrid
Sonia Megías
Compositora. Vocal de la Asociación de Mujeres en la Música (AMM)
Arancha Mielgo Álvarez
Profesora de la Universidad CEU San Pablo
Francesca Minguella Rubió
Presidenta de Honor de la Asociación Cultura y Alianzas
Enrique Morales Corral
Profesor de U-TAD, Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital
Robert Muro Abad
Director de las empresas culturales Elmuro SL y Asimétrica SL
Carlos Navarro Gutiérrez
Creativo publicitario. Colaborador Honorífico de la Universidad Complutense de Madrid
(UCM)
Carlos Navia Atienza
Administrador de Digital Cornucopia SL
Trinidad Núñez Domínguez
Profesora de la Universidad de Sevilla (US)
Manuel Ortuño Armas
Director de Trama editorial. Presidente de la Asociación de Revistas Culturales de España
(ARCE)
Rosario Otegui Pascual
Profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
José Manuel Palacio Arranz
Catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)
Félix Palomero
Director Gerente de la Fundación Baluarte (Navarra)
Josefa Parra Ramos
Directora de actividades de la Fundación Caballero Bonald
175
PATRICIA CORREDOR LANAS
José Ignacio Pastor Pérez
Presidente de la Associació Ciutadania i Comunicació (ACICOM)
Cristina Pato
Artista independiente
Carmen Peñafiel Saiz
Catedrática de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU)
Rosa Pérez Vicente
Directora y presentadora del programa de Radio Nacional de España (RNE) �Fluido Rosa”
sobre música y arte contemporáneo
Eduardo Pérez-Rasilla Bayo
Profesor de la Universidad Carlos III (UC3M). Asesor, gestor cultural
Antonio José Planells de la
Maza
Profesor del Tecnocampus de la Universitat Pompeu Fabra (UPF)
Inmaculada Postigo Gómez
Decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga (UMA)
Emili Prado
Catedrático de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
Jesús Prieto de Pedro
Catedrático de la Universidad Nacional a Distancia (UNED)
Alberto Ramos Lizana (MC
Alberto)
Artista multidisciplinar. Profesor de Arte y redactor cultural en distintos medios
Diana Raznovich Schrager
Humorista gráfica y autora teatral
Antonio Resines
Actor
Francisco Reyes Sánchez
Realizador de RTVE. Profesor de la Universidad Complutense Madrid (UCM)
Manuel Rico Rego
Presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE). Escritor y crítico literario
Carmen Rivas Ávilas
Periodista de Telemadrid. Directora del Observatorio Medios de Comunicación y Sociedad,
Fundación 1º de Mayo
Ricard Robles
Codirector de Sónar Festival
Pere Roca Comet
Director Focus Audiovisual y Operaciones Especiales en Grupo Focus
Raúl Rodríguez Ferrándiz
Profesor de la Universidad Alicante (UA)
Joan Roig Prats
Fotógrafo. Experto en la Asociación Fotógrafos Profesionales de España (AFPE)
Juan Arturo Rubio Aróstegui
Director de la Escuela de Doctorado de la Universidad Antonio de Nebrija
Carmen Rubio Díaz
Escritora y productora audiovisual de La Najarra Producciones
Alex Ruiz-Pastor
Director de Escena
M.ª José Sánchez Leiva
Profesora de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC)
Antonio Saura Medrano
Director General de Latido Films
Ana Segovia Alonso
Profesora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Isabel Sevilla
Coordinadora de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA)
Begoña Soto Vázquez
Miembro del Comité Coordinador de Unión de Cineastas
David Torrejón Lechón
Director General de La FEDE-Federación de Empresas de Publicidad y Comunicación.
Secretario General de la Academia de la Publicidad. Escritor
Xesca Vidal Riera
CEO de xescavidal.com, Asesoría Ciudadana SL
Manuel Francisco Vieites
García
Director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Galicia. Profesor
Hipólito Vivar Zurita
Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Ramón Zallo Elguezabal
Catedrático de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU) (UPVEHU)
Maximino Zumalave Caneda
Director Asociado de la Real Filharmonía de Galicia
176
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Inmaculada Ballesteros
Directora del Observatorio de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas. Doctora
con mención de Doctor Europeo en Historia
del Arte, European Diploma in Cultural Project
Management y máster en Derecho de la Unión
Europea. Cuenta con una amplia experiencia en
el sector cultural, desarrollada en países como
España, Italia, Perú, Guatemala y Nicaragua. Es
consultora experta en cooperación cultural y
elabora propuestas para el desarrollo de políticas públicas en materia de cultura y comunicación. Además de analizar los fenómenos y las
prácticas culturales, ha llevado a cabo proyectos
para instituciones culturales, universidades y
otros organismos públicos y privados. Ha sido
directora del Centro Cultural de España en Guatemala y del Centro Cultural de España en Nicaragua, y docente en programas de posgrado en
Europa y Latinoamérica.
Luis Ben
Gestor cultural. Director adjunto de la Fundación Provincial de Cultura (Diputación de
Cádiz, 1997-2001). Profesor en los másteres
de Gestión Cultural de las Universidades de
Sevilla y Granada y en numerosos cursos y seminarios de formación en gestión y políticas
culturales. Miembro de la Comisión Técnica
de la FEMP para la redacción de Indicadores
Culturales Municipales, y de la comisión de
redacción de los Indicadores para la Cooperación Cultural al Desarrollo (AECID). Miembro
del Consejo Científico de Periférica. Revista
para el análisis del territorio y la cultura de la
Universidad de Cádiz. Autor del libro Indicadores Culturales para Extensión Universitaria y director de proyectos del Consorcio para la Conmemoración del II Centenario de la Constitución
Española de 1812 (2010) así como del estudio
Industrias culturales en Guatemala, el sector de
las Artes Escénicas en medios urbanos.
Enrique Bustamante
Catedrático de Comunicación Audiovisual en
la Universidad Complutense desde 1992, y presidente de la Asociación Española de Investigación en Comunicación (AE-IC). Actualmente,
es investigador distinguido en la Universidad
de Málaga. Ha sido catedrático UNESCO (Universidades de Grenoble y Lyon), secretario
general de la UIMP y fundador y director de
la revista Telos (1985-2017). Ha publicado numerosas obras y artículos, especialmente sobre
las industrias culturales y la televisión. Fundador y consejero del OCC de la Fundación Al177
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
ternativas, donde ha coordinado sus informes
de cultura de 2011, 2014, 2016, 2017 y 2018.
Patricia Corredor Lanas
Doctora en Ciencias de la Información y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid)
desde 2000. Anteriormente, ha sido profesora
asociada de la Universidad Complutense y de
la Universidad Pontificia de Comillas ICADE.
Como periodista especializada en comunicación, ha sido directora de contenidos de la edición digital de Anuncios, semanario de publicidad y marketing, redactora jefe de Interactiva,
revista de comunicación digital, y redactora en
otras publicaciones especializadas. Es directora
y ponente habitual en másteres y otros cursos
de postgrado en diferentes instituciones.
Juana Escudero
Jurista especializada en Propiedad Intelectual
y Derecho Comunitario Europeo. Desde el año
2000, es responsable del área de cultura de la
FEMP y actualmente subdirectora de Educación
y Cultura de la FEMP y secretaria de ambas comisiones. Entre 2010 y 2012, fue subdirectora
de cultura del Instituto Cervantes, responsable
de los departamentos de Actividades Culturales
y de Bibliotecas y Documentación del Instituto.
Autora y coordinadora de varias publicaciones
sobre planificación, gestión y evaluación de políticas culturales, derechos culturales, diplomacia pública y propiedad intelectual; miembro de
la asociación Clásicas y Modernas para la igualdad de género en la cultura; de la Plataforma
Sostenibilidad y Cultura, y de la Red HERStory,
Disorderly Women, de mujeres europeas profesionales de la cultura por la igualdad.
Xavier Fina Ribó
Licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y máster en Gestión Cultural por la Universidad de Barcelona
178
(UB). Ha sido coordinador académico del máster en Gestión Cultural de la UB y profesor de
Políticas Culturales en la UAB. Actualmente es
jefe de departamento de Producción y Gestión
Cultural de la Escuela Superior de Música de
Cataluña. Ha sido director de Contenidos del
Observatorio Vasco de la Cultura (2006-2010).
Formó parte de la Oficina del Comisionado
para el Consejo de la Cultura y de las Artes de
Cataluña. Es autor de diversas publicaciones en
el ámbito del estudio de los sectores y las políticas culturales, y participa como experto en
diferentes espacios de trabajo vinculados a la
planificación estratégica.
Aintzane Larrabeiti San Román
Licenciada en Filosofía y máster en Gestión
Cultural por la Universidad de Deusto. Ha sido
coordinadora de la asistencia técnica del Observatorio Vasco de la Cultura (2006-2010), y participa en la elaboración de estudios del Observatorio desde 2011. Trabaja en ICC Consultors,
empresa especializada en la investigación, el
análisis y el asesoramiento en el sector cultural.
Diego López Garrido
Vicepresidente ejecutivo de la Fundación Alternativas, preside el Consejo de Asuntos Europeos de la Fundación. Es economista, catedrático en Derecho Constitucional y letrado de
las Cortes. Ha sido secretario de Estado para
la UE desde abril de 2008 hasta diciembre de
2011, y coordinó la presidencia española de la
UE de 2010. Fue portavoz del Grupo Socialista
en el Congreso (2006-2008) y diputado durante seis legislaturas. Perteneció a la convención
que elaboró el Tratado Constitucional Europeo, antecedente del vigente Tratado de Lisboa, en representación de las Cortes Generales (2002-2003). Es autor de numerosos libros
sobre derechos humanos, economía, política,
historia contemporánea y derecho europeo.
Colaborador habitual del diario El País.
EQUIPO DE INVESTIGACIÓN
Alfons Martinell Sempere
Profesor jubilado y director honorífico de la
Cátedra Unesco Políticas Culturales y Cooperación de la Universidad de Girona. Fue
director general de Relaciones Culturales y
Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos
Exteriores y de Cooperación de España (20042008). Presidente y fundador del Observatorio
Interarts (1995-2004). Fundador y miembro
del Laboratorio de Investigación e Innovación
en Cultura y Desarrollo con sede en Colombia
y España. Experto en el campo de la formación
de gestores culturales, cooperación cultural y
desarrollo y políticas culturales. Tiene publicados diferentes libros, artículos y trabajos en el
campo de gestión cultural, políticas culturales,
cultura y desarrollo y cooperación cultural internacional.
Isidro Moreno
Profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid. Fundador del grupo de investigación Museum I+D+C (www.ucm.es/gi5068).
Investigador, autor y asesor de museos y proyectos culturales hipermedia y transmedia. Ha
creado y dirigido siete museos, numerosas exposiciones y sistemas interactivos aplicados a
la cultura. Sus publicaciones pueden consultarse en: http://ucm.academia.edu/IsidroMoreno
de Oaxaca, Centro de las Artes de Monterrey;
NC-Arte de Bogotá; Elisabeth Foundation for
the Arts de Nueva York; LAZNIA en Gdansk,
Polonia; MUSAC en León; CAAM y TEA en las
Islas Canarias; Sala Alcalá 31 y CentroCentro
en Madrid, y National Gallery de Nueva Delhi,
entre otros, y participa regularmente en publicaciones y simposios internacionales.
Manuel Ortuño Armas
Editor. Director de Trama Editorial y director
de la revista Texturas, publicación especializada en el universo del libro y la lectura. En la
actualidad preside la Asociación de Revistas
Culturales de España (ARCE).
Pau Rausell Köster
Economista y profesor titular del departamento de Economía Aplicada de la Universitat de
València. Director de Econcult. Autor de numerosas publicaciones relacionadas con la cultura y la comunicación. Ha dirigido equipos de
investigación internacionales para el desarrollo de proyectos europeos.
Manuel Rico
Escritor. Licenciado en Periodismo por la
UCM, es presidente de la Asociación Colegial
de Escritores y portavoz de la Plataforma Seguir Creando.
Blanca de la Torre
Comisaria, crítica de arte y asesora de diversos museos y fundaciones. Fue la comisaria
y responsable de exposiciones de ARTIUM,
Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo
(Vitoria-Gasteiz, España). Ha desarrollado exposiciones en numerosos lugares, destacando
el MoCAB de Belgrado, Salzburger Kunstverein de Salzburgo, A Fundation de Londres,
en los museos mexicanos Carrillo Gil, MACO
Ramón Zallo
Catedrático de Comunicación Audiovisual en
la Universidad del País Vasco. Especializado
en temas de estructura, economía y políticas
audiovisuales, culturales y comunicativas. Su
último libro individual es Tendencias en comunicación. Cultura digital y poder (2016). Ejerció
de asesor de Cultura del Gobierno Vasco en las
legislaturas 2002-2009.
179
Este año 2019 conmemoramos el cuarenta aniversario de las primeras
elecciones municipales en el marco de la Constitución de 1978. Desde
la recuperación de la democracia en España, las políticas culturales han
jugado un papel fundamental en el desarrollo de los derechos ciudadanos, la cohesión social y la articulación territorial. El ICE 2019 quiere
destacar el papel de la cultura en la construcción de nuestra democracia,
enfocándose en el cuarenta aniversario de la política cultural local de los
ayuntamientos democráticos. Creemos que es importante destacar el
papel de la cultura en la construcción de la España moderna y de la convivencia basada en valores compartidos.
Dirección: Inmaculada Ballesteros
Coordinación: Enrique Bustamante