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COSTA RICA
Chapter · January 2013
DOI: 10.13140/2.1.1558.7849
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Lilliana María Piedra Castro
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COSTA RICA
Costa Rica se ubica en el Istdad de especies que existen
Lilliana Ma. Piedra Castro
mo Centroamericano, cuenta
dentro del territorio. Hasta
Tania Bermúdez Rojas
con una superficie terrestre de
la actualidad, se han regisMarilyn Romero Vargas
51,100 km2 y una extensión matrado aproximadamente 18%
2
rítima de 589,000 km . El país
de las especies estimadas,
limita al sureste con la República de Panamá, al noreste
lo que representa más de 5% de la biodiversidad cocon la República de Nicaragua, al oeste con el océano
nocida para el mundo. Los grupos que mejor se coPacífico y al este con el mar Caribe (Flores 1991). Costa
nocen son los vertebrados (79%) y las plantas (95%),
Rica está geográficamente dominado por dos costas y por
mientras que los más desconocidos son los hongos,
una serie de montañas con orientación noreste-sureste
los insectos y demás invertebrados (Obando 2007).
que cubren cerca de la mitad del territorio y que influyen
A nivel global, Costa Rica ha logrado un merecido
en la particularidad de sus características climáticas.
prestigio por su política ambiental, la cual ha derivaEn conjunto con su posición geográfica, la diversido en la protección de la biodiversidad nacional. En
dad de microclimas en Costa Rica determina su impreel Plan Nacional de Desarrollo 2011-2014, se plantea
sionante biodiversidad. Con un territorio equivalente
la necesidad de mejorar la gestión ambiental en áreas
a sólo 0.03% de la superficie terrestre, es considerado
relacionadas con la salud, el ambiente, la calidad del
como uno de los 20 países del mundo con mayor riqueza
aire, el manejo de recursos hídricos, el manejo de bosde especies de vida silvestre. Se estima que existen más
ques, la actividad pesquera, la agricultura y el enfrende 500,000 especies en el país, lo que corresponde a 4% de
tamiento al cambio climático. En conjunto, ésta serie
la biodiversidad total del planeta (sensu Obando 2001).
de políticas y estrategias contribuirán al posicionaOtro factor importante de Costa Rica es la densimiento del país como potencia mundial en materia am27
Piedra Castro y colaboradores
COSTA RICA
biental (Gobierno de Costa Rica 2010).
Además, se han reconocido los esfuerzos
de conservación del país a nivel internacional, siendo
considerado líder en la protección y la conservación de
la biodiversidad. Aproximadamente 26% del territorio nacional se encuentra protegido y bajo administración del Estado en las categorías de Reserva Biológica, Parque Nacional y Refugio de Vida Silvestre, entre
otros. Además, cerca de 6% de la superficie nacional
se encuentra protegida legalmente bajo la administra-
ción del sector privado (Obando 2007).
A pesar de los esfuerzos para la protección de la biodiversidad y de los recursos naturales
en el país, las políticas de conservación y manejo se han
aplicado de forma exclusiva en áreas silvestres, sin considerar las áreas urbanas. Estas últimas se encuentran
principalmente concentradas en la Gran Área Metropolitana (GAM), que incorpora a las cabeceras de las
provincias y aloja a la mayor parte de la población del
país. Con un área de 406 km2, la GAM incluye cuatro
Vista panorámica parcial de la Región Metropolitana de Costa Rica, año 2004 (Fotografía: Francisco Rodríguez - PRUGAM-CR).
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Piedra Castro y colaboradores
COSTA RICA
Primeras aproximaciones en el
estudio ecológico de sistemas urbanos en Costa Rica
provincias (i.e., Heredia, Alajuela, Cartago, San José), 24 cantones y 110 distritos. Además de la GAM, otras ciudades importantes
están ubicadas en las costas del país, como es el caso de
Puntarenas, la zona urbana más grande del Pacífico, y
la ciudad de Limón, la más importante del Caribe. Para
el año 2000, la población estimada para el país era de
aproximadamente 3,950,000 habitantes (INEC 2010),
de los cuales 40% residían en la GAM (Collado 2004).
Las condiciones ambientales que exhiben las zonas
urbanas de Costa Rica son muy similares a aquellas que
caracterizan a la mayoría de las ciudades latinoamericanas. Por ejemplo, la mayor parte de las aguas negras
generadas por los asentamientos urbanos en Costa Rica
no son tratadas. Para el caso específico de la GAM, cerca de 95% de las aguas negras no reciben tratamiento
adecuado, los desechos sólidos no son clasificados, tratados ni reciclados, las aguas subterráneas están contaminadas y su capacidad de recarga es reducida. Por otro
lado, el aire está contaminado con altas concentraciones
de dióxido de azufre, monóxido de carbono y óxidos de
nitrógeno. Además, las áreas verdes no son suficientes
para satisfacer las necesidades de la población urbana
(MIVAH 2006). Datos preliminares del Plan de Arborización Urbana (PLANARBU) de la Municipalidad de
San José sugieren que se cuenta con 5 m2 de área verde por
habitante en el cantón de San José (J. Arias, com. pers.).
Los primeros trabajos ecológicos en sistemas urbanos
de Costa Rica estuvieron relacionados con la colecta de
vertebrados terrestres. En 1864, Julian Carmiol (naturalista botánico alemán), colectó un individuo de
codorniz crestada (Colinus cristatus leucopogon) en la
ciudad de San José, siendo el primer ejemplar ornitológico colectado en las inmediaciones de una ciudad costarricense. Posteriormente, Alexander von Frantzius
y su asistente José Castulo Zeledón, ornitólogo costarricense, reportaron algunas especies de aves para la
ciudad de San José (Monge-Nájera y Barrientos 1991).
En 1889, se colectó el primer mamífero en una zona urbana, en la localidad de Aserrí (poblado cercano a San
José): la ardilla común (Sciurus granatensis). Después,
Anastasio Alfaro, naturalista costarricense y fundador del Museo Nacional, describió diferentes especies
de mamíferos y realizó observaciones sobre interacciones entre las especies descritas dentro de la GAM.
En cuanto a la herpetofauna, no existen registros de
ejemplares colectados. Sin embargo, el primer informe
relacionado con este taxón fue elaborado por Drinker
(1871), cuyo objetivo fue documentar una colección privada de anfibios y reptiles del valle central, generan29
Piedra Castro y colaboradores
COSTA RICA
do así la primer lista de especies de anfibios y reptiles para esta zona del país.
ta Rica, los estudios relacionados con la
contaminación ambiental encabezan la
lista. Particularmente, se han identificado las zonas
con mayores niveles de contaminación del suelo, agua
y aire (i.e., Heredia, San José), además de los tipos de
contaminantes involucrados (Alfaro 2001a, Rodríguez
y Herrera 2003). Además, se ha utilizado a los líquenes como bioindicadores de contaminación en el ciudad de San José (Saénz et al. 2007, Bustamante 2010).
Posteriormente, un grupo importante de publica-
Tendencias actuales en ecología urbana en
Costa Rica
Los estudios de ecología urbana han sido escasos en el
país. En total hemos identificado 45 documentos relacionados con esta disciplina, realizados en un lapso
de 21 años (1990-2011). Previo al año 2000 sólo encontramos cuatro estudios enfocados en temas de ecología urbana. Sin embargo, a partir del año 2001 y
hasta abril de 2011, la producción de este tipo de trabajos se incrementó notablemente. Dichos trabajos
han sido generados por diversas organizaciones, siendo las universidades públicas las que han contribuido
en mayor medida a la producción de estos estudios.
La mayor parte de los estudios sobre ecología urbana en Costa Rica ha sido publicada en revistas de
carácter divulgativo. Esta tendencia podría deberse a que los investigadores están mayormente interesados en generar información útil para los tomadores
de decisiones y los ciudadanos. El resto de los trabajos relacionados con esta disciplina han sido publicados en revistas científicas regionales, y en menor número, en revistas con reconocimiento internacional.
Entre las publicaciones de ecología urbana en Cos-
Parque Alfredo González Flores, Heredia (Fotografía: Francisco
Monge G.).
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ciones se ha concentrado en temas meramente ecológicos dentro de zonas urbanas, básicamente en su componente vegetal. Dichos
trabajos han analizando la riqueza, abundancia, manejo y conservación de los árboles urbanos en sitios tales
como parques, calles y cuencas urbanas (Valle 2011).
También se ha investigado la invasión de especies exóticas en áreas con cobertura vegetal nativa (Di Stéfano
et al. 1998) y se ha analizado la composición vegetal
en zonas urbanas y peri-urbanas (Groenendijk 1983,
Vargas et al. 2003, Morales y Lange 2009, Monge-Nájera y Perez-Gomez 2010). Posterior al número de publicaciones sobre el componente vegetal de las zonas
urbanas en Costa Rica, los estudios de ecología de las
aves sobresalen. El objetivo principal de dichos estudios ha sido determinar la composición avifaunística
de zonas urbanas (Stiles 1990, Naoki et al. 2003, Cárdenas-Carmona et al. 2004, Alvarado y Dúran 2006).
Finalmente, existen algunos estudios relacionados
con plagas urbanas (Alfaro 1991, Ramírez 2003, Ramírez et al. 2008), especies introducidas (Barrientos y
Monge-Nájera 2010a) y gestión de los recursos naturales (Sagot 2007, Barrientos y Monge-Nájera 2010b).
Recientemente se ha registrado un aumento en el
interés por comprender a los sistemas urbanos del país
desde una perspectiva ecológica, posiblemente debido
a la necesidad de mejorar la calidad de vida de los ciu-
dadanos que habitan en zonas urbanas.
Dos sectores principales han impulsado
las investigaciones de ecología urbana en Costa Rica: (1)
el académico, y (2) el gubernamental. Desde el sector
académico, los esfuerzos realizados de manera conjunta
entre la Escuela de Ciencias Geográficas y la Escuela de
Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional son destacables. Ambas instituciones realizaron una evaluación
ecológica a corto plazo de la microcuenca urbana del
río Pirro, ubicada en la provincia de Heredia (Romero
et al. en prensa). A partir de este estudio se determinó
que los ecosistemas urbanos de la microcuenca exhiben
niveles de degradación moderados y severos. Asimismo, se determinó que: (1) más de 90% de la superficie
ocupada por bosque natural ripario ha sido eliminada,
(2) los niveles de contaminación del agua superficial son
muy altos, (3) se ha reducido 36% de especies de fauna nativa (i.e., aves, anfibios, reptiles), y (4) la dinámica fluvial del río ha sido modificada (Romero et al. en
prensa). La información generada a través de esta evaluación ha sido la base fundamental para la construcción de un plan de manejo participativo de la microcuenca, el cual incluye tanto a los actores locales como
a los tomadores de decisiones. Dentro de este mismo
proceso, actualmente se realiza la validación del plan
de gestión, el cual será implementado posteriormente.
Desde el sector gubernamental, sobresale la actua31
Piedra Castro y colaboradores
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ción del gobierno local representado por
la Municipalidad de San José, misma que
aloja la mayor concentración de población urbana del
país. Particularmente, este municipio ha llevado a cabo
un programa denominado Plan de Arborización Urbana
(PLANARBU), el cual se encuentra a cargo de la Sección de Parques y Áreas Verdes de dicha institución. A
través de este programa, se ha desarrollado un inventario georreferenciado de los árboles presentes en los parques y las aceras del cantón (Arias 2011). Además, se ha
realizado el inventario de las aves y mariposas diurnas
presentes en áreas urbanas, relacionándolas con la información florística generada (Solórzano y Artavia 2011).
A partir de los datos generados en el PLANARBU,
se ha elaborado un reglamento para la selección y el
manejo de árboles en zonas urbanas, mismo que cuenta
con una lista de criterios para la selección de árboles
que pueden utilizarse en estas zonas. Además, se ha establecido un vivero con plantas nativas cuyas semillas
y plántulas han sido colectadas en las pocas áreas naturales que quedan en el valle central de Costa Rica. En
dicho vivero se determinan los periodos de germinación
y el manejo silvicultural adecuado para las especies de
plantas colectadas. Finalmente, las plantas seleccionadas son introducidas en las zonas urbanas y se les da
mantenimiento y seguimiento a lo largo del tiempo (Valle 2011). Adicionalmente, el Gobierno Municipal ha lle-
vado a cabo la medición de la calidad del
aire de forma anual (Alfaro 2001b). Esta
información les ha permitido realizar programas de planificación para mejorar la calidad del aire de San José.
El futuro de la ecología urbana en Costa Rica
A pesar de los avances que se han logrado en relación
con la comprensión de los ecosistemas naturales tropicales en Costa Rica en las últimas décadas, se ha relegado
notablemente el estudio de los ecosistemas urbanos del
país, en donde se concentra la mayor parte de la población nacional y donde ocurre la mayoría de los problemas
ambientales, de conservación y de manejo. En la últi-
Parque Central, Heredia (Fotografía: Francisco Monge G.).
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ma década aumentó de manera importante el número de estudios enfocados en
la comprensión de los ecosistemas urbanos nacionales.
No obstante, los temas de investigación se han centrado principalmente en la determinación de indicadores
de contaminación y la evaluación de la diversidad de la
flora y la avifauna de microcuencas y parques urbanos.
Por ello, es esencial ampliar la gama de grupos biológicos
y hábitats estudiados, no sólo a nivel de áreas verdes urbanas, sino incluyendo también a las áreas “grises”, que
representan sitios con escasa vegetación y alta cobertura construida (MacGregor-Fors y Schondube 2011).
Además, es necesario incrementar la investigación en
las zonas peri-urbanas con el propósito de comprender
los procesos que ocurren a lo largo de los gradientes urbanos (McDonnell et al. 2008, MacGregor-Fors 2010).
Consideramos que sería deseable llevar a cabo estudios en zonas urbanas costarricenses utilizando
perspectivas ecosistémicas. Por otro lado, valoramos
la importancia de llevar a cabo monitoreos de los patrones y los procesos ecológicos ocurridos en los sistemas urbanos a largo plazo. Cabe mencionar que todos estos estudios deberían, en el mejor de los casos,
ser incluidos en programas de investigación interdisciplinarios que contemplen aspectos geográficos, sociales y económicos, con la finalidad de comprender a
los ecosistemas urbanos de Costa Rica en su totalidad.
La práctica y la investigación de restauración ecológica han sido totalmente ignoradas dentro de los sistemas urbanos del país,
tendencia que creemos que es imperante revertir en un
futuro inmediato. Consideramos que los esfuerzos relacionados con la restauración ecológica deben ir más
allá de la elaboración de propuestas para dar pie a la
generación de proyectos que integren tanto aspectos
teóricos como experimentales, con el propósito de generar información científica que permita la implementación de programas de restauración por parte de los
gobiernos locales. Finalmente, consideramos importante conocer la opinión que tienen los ciudadanos
sobre sus ciudades. Lo anterior permitiría formular e
implementar programas de educación ambiental que
promuevan tanto la conservación, como el manejo de
los ecosistemas urbanos. Dichas actividades podrían
promover cambios ambientales importantes a mediano plazo que serán percibidos por los habitantes urbanos, lo cual re-establecería el vínculo que muchos
habitantes urbanos han perdido con la naturaleza.
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