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ANTILHA N°10

2015, REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA

Año 4 N°10 Enero-Abril 2015 Sistemas de perspectiva prehispánica Jorge Angulo Villaseñor P. 9 Con la muerte en la mirada América Malbrán Porto P. 36 El carácter venusino en el Tonalpohualli de los códices Borgia, Vaticano B y Cospi Ofelia Márquez Huitzil P. 62

REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA, ARTE Y LITERATURA Año 4 N°1 0 Enero-Abril 2015 2 A ntil ha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA El contenido de los artículos y opiniones ex- Editores presadas en Antilha son responsabilidad América Malbrán Porto exclusiva de sus autores. Enrique Méndez Torres Antilha es una publicación cuatrimestral editada y publicada por el Centro de Estudios Diseño editorial Sociales y Universitarios Americanos S.C. América Malbrán Porto Certificado de reserva de derecho al uso exclusivo del título, Dirección General de Derechos de Autor, Secretaría de Educa- ción Pública, número ( en trámite ) . Certificados de licitud de título y de contenido, Comisión Certificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación, números ( en trámite ) , ISSN ( e n trámite ) . Portada, cenefa y viñeta: Cocina mexicana. Eduardo Pingret, siglo XIX. Colección permanente Museo Nacional de Historia. Foto. América Malbrán Porto. 3 A ntil ha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA Comité Editorial Dr. Jorge Angulo Villaseñor DEA-INAH, México. Dra. María Elena Ruiz Gallut IIE-UNAM, México. Dr. Enrique Tovar Esquivel INAH, México. Dra. Lourdes Budar Jiménez Universidad Veracruzana, México Dr. Daniel Schávelzon CAU-UBA, Argentina Dra. Ana Igareta UNLP, Argentina. Mtra. América Malbrán Porto FFyL-UNAM, México. Mtro. Alfredo Feria Cuevas INAH-México. Antrop. Alejandra Gómez Colorado INAH, México. Arqlgo. Enrique Méndez Torres ENAH, México. 4 A ntil ha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA CONTENIDO Editorial P. 7 Sistemas de perspectiva prehispánica Jorge Angulo Villaseñor P. 9 Con la muerte en la mirada América Malbrán Porto P. 36 El carácter venusino en el Tonalpohualli de los códices Borgia, Vaticano B y Cospi Ofelia Márquez Huitzil P. 62 5 6 A ntil ha REVISTA LATINOAMERICANA DE HISTORIA ARTE Y LITERATURA EDITORIAL En ésta publicación, la primera de 2015, tenemos el gusto de presentar tres artículos: en el primero, de Jorge Angulo “Sistemas de perspectiva prehispánica”, el autor nos hace una propuesta del manejo de la perspectiva en imágenes prehispánicas, tradición narrativa que subsiste hasta la fecha entre algunos grupos indígenas. La propuesta nos hace ver que no somos capaces de interpretar estas narraciones plasmadas en distintos soportes. Toca también la notable ausencia del punto de fuga que se nota en esculturas olmecas tempranas del 850 a.C. América Malbrán Porto nos ilustra sobre los basiliscos y cómo desde Europa llegó el mito, se fusionó y ha sobrevivido a través de creencias americanas resignificándose, sobretodo en la sección Sur del Continente y en específico dentro del folklore argentino. El texto hace una revisión del término y refiere en qué otros contextos se ha usado . Cierra ésta publicación Ofelia Márquez Huitzil realizando un profundo análisis sobre El carácter venusino en el Tonalpohualli de los códices Borgia, Vaticano B y Cospi, donde hace un análisis comparativo de los Tonalpohualli, calendario ritual prehispánico, que aparecen en las primeras láminas de los tres códices. También hace un estudio de la iconografía de las deidades que fueron representadas en dichas láminas y en conjunto evalúa que la división en cuatro cuartos de veinte trecenas están asociadas a los cuatro rumbos cósmicos. Esperamos que éste, como otros números sea de su agrado y les deseamos un excelente año. Los Editores 7 8 SISTEMAS DE PERSPECTIVA PREHISPÁNICA Jorge Angulo Villaseñor1 Analogías como preámbulo para abordar el tema E n el mundo todavía hay quienes consideran que la expresión artística de las culturas prehispánicas es grotesca, que no tenían noción de la perspectiva y que su arte es un tanto salvaje, aunque los más condescendientes aceptan que los mayas era el único grupo que logró plasmar sus representaciones en forma civilizada, al tener proporciones parecidas a las de los griegos. Es notable que cuando se habla de ideas y conceptos establecidos en una comunidad, ya sean artísticos, científicos, técnicos, religiosos, costumbristas o de cualquier otra índole, la mayoría de los miembros de esa sociedad rechazan la posibilidad de aceptar nuevas ideas, por temor a desequilibrar la manera establecida de pensar y, en consecuencia, sus formas de actuar. Por lo general, tal idea se debe al cúmulo de conocimientos que cada individuo hereda por medio de las tradiciones culturales a las que, consciente o subconscientemente, se integra a través de la familia, escuela, gremio, iglesia, partido u otras instituciones. No hay duda que este bloque de conceptos aprendidos o inculcados desde la infancia, por los medios de propaganda o divulgación de que todas las culturas se valen y han valido para difundir sus ideas y el poder político, comercial o religioso que defienden los afiliados a los múltiples “ismos” (o fanatismos) que éstas organizaciones, tendencias o sectas promueven, argumentando ser la solución más adecuada para resolver los problemas que existen en cada grupo humano a nivel local, regional, nacional o universal. 1 Profesor investigador Emérito, Dirección de Estudios Arqueológicos, Instituto Nacional de Antropología e Historia. 9 Poca oportunidad tiene el afiliado a cual- los demás. quiera de esos “ismos” de escudriñar el Es posible que la timidez inherente que significado profundo de los credos o existe entre los miembros de una socie- pensamientos establecidos por quienes dad o por la inseguridad que se les ha manipulan los poderes político-religiosos inculcado para confiar en sus propias y hasta los científicos, al evitar se cues- percepciones, les prohíba dudar de los tionen o substituyan las ideas implanta- credos o dogmas que manejan las insti- das por los nuevos descubrimientos de tuciones establecidas, ya que su propia las Ciencias Naturales, la lógica del sen- comunidad los acusaría de confusión tido común o por la innata percepción mental, desacato o de la irreverencia individual, con el solo hecho de repetir, que caracteriza a quien trata de profun- una y otra vez, las flagrantes mentiras dizar o escudriñar en las raíces de los en que basan la potestad de su organi- temas que les proporcionen una infor- zación. mación diferente a la que por siglos, se Tal vez por esto es que en casi todos los les ha impuesto como verdad absoluta. grupos culturales se encuentren refra- No ha sido fácil que los patrones que nes, dichos antiguos que se siguen repi- por años han estado arraigados en una tiendo, como metáfora muerta, a pesar comunidad, sean rotos por ideas nue- de haber perdido o cambiado el signifi- vas, sea de carácter científico, técnico, cado que los originó dentro del mismo social o político-religioso, puesto que al grupo o lo adoptó de otras culturas her- estar imbuidos por la constante repeti- manas (tales como: “el Rey es infalible y ción de credos y práctica de tradiciones, nunca se equivoca”, “tragarse la píldo- lograron una estabilidad mental y emo- ra”, “meter la pata”, y mil otras más) Es cional en el gremio, secta, partido o gru- curioso que estas formas ideoléxicas po social que lucha por conservar la proporcionen a la comunidad, un agluti- tranquilidad nante sentido de identidad grupal, regio- económico. nal o nacional que, al hacerlo suyo, le Sin juzgar lo positivo o negativo de esta sirve de base para solidarizarse y, hasta práctica social, se podría pensar que lo con cierto orgullo, para distinguirse de mismo ocurría en las culturas prehispá10 de su estatus socio- nicas y a la que Alfredo López Austin un bombardeo de ideas e innovaciones (1989) se refiere al explicar en la forma técnico-científicas que han provocado más racional, que estas culturas com- los cambios en los sistemas socio- partían muchas de las ideas y conceptos económicos y político-religiosos que, al cosmogónicos basados en un mismo irse acumulando a través del tiempo, “núcleo duro”. Un núcleo duro de con- transforman, modifican o cuando menos, ceptos mítico-filosóficos que, en forma han obligado a elaborar interpretaciones consciente o subconsciente, ha perdura- distintas a las que en una época se con- do entre los herederos de la culturas ceptuaban como verdades absolutas. prehispánicas, como lo atestiguan algu- Se ha visto que conforme pasa el tiempo nos remanentes arqueológicos (Angulo, y la difusión de ideas se universaliza, 1987) y prácticas ceremoniales que aún hay un proceso de transformación en el se conservan entre algunos grupos étni- pensamiento, concepción y conducta cos, a pesar de que por años, tuvieron humana en la que, para bien o para mal, que soportar una fuerte presión y la el “núcleo duro” que permanecía en el constante imposición de credos ajenos, subconsciente individual, se va amol- tanto como las innumerables humillacio- dando lentamente a las nuevas formas nes inferidas por los conquistadores his- de pensar y actuar, modificando o mati- panos. zando los pocos núcleos de tradición Es probable que debido a esto, dentro que han logrado perdurar a lo largo del de una misma sociedad siempre haya tiempo. disidentes que presentan dudas ontoló- Es lógico entonces, que aún entre los gicas y conjeturas que han minado los integrantes de una sociedad que ha con- conceptos, tradiciones y los credos que, servado las creencias y tradiciones esta- acumulados a lo largo del tiempo, siguen blecidas ancestralmente, siempre se en- proclamando ser una verdad absoluta cuentren individuos conscientes de la que no admite dudas, discernimiento so- existencia de otros grupos, otras cultu- bre su validez, ni la comparación con ras, otras religiones y otras formas de otras ideas. Es decir, que en la historia percibir o comprender en forma distinta, de todas las culturas, nunca ha faltado todo lo que pasa y ha pasado en el mun11 do. comunicación gráfica, ajenos a los esta- A manera de conclusiones parciales de blecidos en la cultura que determina esta primera parte, se podría resumir nuestros habituales puntos de vista, se que: recurre al pensamiento de los grupos 1) En todas las sociedades se ha in- etno-culturales que, resistiendo un brus- culcado el temor de pensar en forma dis- co o lento, pero constante bombardeo tinta de quienes constituyen su propia de ideas que, al imponerles conceptos comunidad. diferentes a los suyos, se vieron obliga- 2) Que hay un rechazo consciente o dos a aceptar, modificar o adaptar sus subconsciente para explorar o cuando formas de pensar y hasta de actuar, menos, a considerar el valor de ideas ocultando o relegando al olvido el nuevas o ajenas a las establecidas “núcleo duro” de sus tradiciones, trans- 3) Que no debemos olvidar, parafra- formando la raíz de sus pensamientos seando a José Martí, “que todo individuo más profundos, para sustituirlas por las tiene el derecho, o mejor dicho, la obli- nuevas creencias. gación de pensar por sí mismo” (Martí, Los remanentes de ese “núcleo duro” 2001:381). mesoamericano, han impulsado a los En forma analógica a lo que sucede en estudiosos de estas culturas, a tratar de las Ciencias Sociales, un grupo familiari- comprender las diversas formas de co- zado con los conceptos tecnológicos municación oral, visual y sensitiva que que han predominado en su cultura du- tenían entre sí. Formas que ahora son rante generaciones, rechaza otros siste- tema de análisis de los especialistas en mas de expresión gráfica ajena a su ha- las diversas disciplinas que estudian la bitual forma de ver y entender, ya que expresión y contaminación auditiva, la por el solo hecho de ser un tanto dife- visual (signos, señas, mímica y los di- rentes a lo acostumbrado, las califican versos tipos de expresión gráfica), así de mal hechas o de ser expresiones pri- como los que estudian la comunicación mitivas concebidas por grupos con un táctil y la de los otros sentidos que inclu- bajo o poco desarrollo cultural. yen a la aromática y a la gustativa. Intentando comprender los sistemas de 12 Diversas maneras de ver el arte pictó- mente se refleja la época en que fueron rico y la perspectiva a través de la pintadas; tal como lo revela la arquitec- historia tura, la vestimenta, las costumbres y de- El habitual sistema aprendido desde pe- más aspectos complementarios del me- queños en la escuela, nos ha enseñado dio ambiente que representan. a ver y a comprender que este tipo de La práctica de observar y analizar las representaciones gráficas se compagina expresiones gráficas realizadas en las con lo que ahora se considera, en los diversas culturas del pasado, ha propor- cánones de la cultura occidental, como cionado datos sumamente valiosos para imágenes realistas y escenas descripti- reconstruir los aspectos no descritos por vas en las que, al igual que en la pers- los cronistas e historiadores de la época, pectiva y hasta en la iconografía, no solo en las que plasmaron en diversas esce- se cuestiona si se trata de un modo, to- nas gráficas figuras y objetos que con- talmente convencional de representar forman la expresión iconográfica de to- los objetos en un plano, pretendiendo dos las épocas. Figuras que han origina- conservar la proporción, forma y distan- do todo tipo de estudios y análisis verti- cias que los separan entre sí. dos en los múltiples volúmenes que se Se ha considerado que desde épocas amparan en la paráfrasis favorita de los inmemoriales, todas las culturas del pla- historiadores del arte, cuando acertada- neta han esculpido relieves en acantila- mente proclaman que “una sola imagen, dos o en rocas exentas y han pintado en equivale a mil palabras”. paredes rocosas, cuevas, muros y en En cuanto al sistema gráfico conocido cuadros transportables, figuras aisladas como Perspectiva en el concepto occi- o escenas con imágenes realistas o re- dental, se incluyen algunas acepciones conocibles por sus coetáneos en las que que la definen en el Diccionario de la se pueden descubrir, además de la na- Lengua Española (1982, T. II:1049- rrativa del mensaje que el artista inter- 1050): pretaba del pensamiento cosmogónico 1) “Arte que enseña el modo de re- que enviaba a la comunidad, escenas de presentar en una superficie [o en un la vida diaria en las que irremediable- plano], los objetos en la forma y disposi13 presentaron dos ventanas por las que se ción con que aparecen a la vista…” 2) “En la perspectiva se muestra pretenden ver unas estructuras arquitec- una disminución de tamaños y la gra- tónicas dibujadas en perspectiva, utili- duación de tonos para representar el zando el mismo sistema de puntos de alejamiento de las figuras y objetos, con- fuga sobre el horizonte de acuerdo a los servando… su aspecto de (…) corporei- cánones utilizados en la actualidad (Fig. dad (…) [o integración] (…) a su ambien- 1). te”. No sé si este método de representaciones de lejanía con puntos de fuga sea 3) “Apariencia o representación en- anterior al utilizado por los romanos, pe- gañosa y falaz de las cosas”. 4) “Modo convencional de represen- ro es obvio que para los inicios de la era tar los objetos en un plano… conservan- cristiana, fue una práctica común que se do en la proporción debida, las formas y perdió en los primeros siglos de esa inci- distancias que los separan”. piente religión y permaneció en el olvido Se puede añadir también el concepto hasta la Edad Media. Es decir, durante figurado o metafórico que se le da al tér- más de 12 siglos (alrededor de sesenta mino cuando pretendiendo tener una vi- generaciones en una sola familia2), en sión más amplia o global del tema que las que, como se observa en los cua- se aborda, se agrega una opinión con un dros pictóricos que por lo regular repre- enfoque distinto o discrepante del punto sentan relatos bíblicos o acontecimien- de vista que se discute, en el que se re- tos épicos como tema principal de aque- vela la “apariencia falaz y engañosa de lla época, pintan un castillo medieval las cosas”. con una estructura en el interior o al Aceptando que la perspectiva muestra centro del castillo. El castillo, que es ata- “una disminución de tamaños” para re- cado por hordas de asalto no presenta presentar el alejamiento de las cosas, la reducción en el tamaño de sus sillares podría decir que la expresión más anti- del muro lateral, como lo requeriría la gua que conozco, quedó manifiesta en los muros pintados de la casa de Vettii en Pompeya, donde pictóricamente re- 2 Considerando 4 o 5 generaciones por siglo. 14 Fig.1. Perspectiva en la pintura al fresco, Casa de Vettiii, Pompeya. Foto del autor. perspectiva con puntos de fuga utilizada coromano, probablemente en una lucha en Pompeya. No me atrevería a decir si por liberarse de los dogmas y temas es- eso se debió al desconocimiento técnico tablecidos por el fanatismo que el régi- de este sistema, o a una rebeldía pictóri- men papal les había impuesto durante ca del nuevo orden cristiano, en contra siglos. Fue en esa etapa de cambio re- del régimen establecido por el antiguo nacentista, cuando los pintores recobra- imperio romano (Fig.2). ron el sistema romano de perspectiva Parece que fue hasta los siglos XV y XVI para expresar las distancias entre los o durante la primera etapa Renacentista, objetos representados. cuando al iniciarse las batallas internas Durante esa etapa de profundos cam- en las que el Estado intenta separar los bios en el aspecto político-religioso so- deberes cívicos de las autoridades ecle- cioeconómico y claramente cultural, ocu- siásticas, que los artistas comienzan a rrió la conquista de México y hubo una manifestar ideas más liberales y a recu- fusión de sistemas y técnicas en la ex- rrir a los relegados cánones del arte gre- presión pictórica en la que, al levantar 15 Fig. 2. Sistema de perspectiva medieval en el que no se observa reducción en el tamaño de los objetos respecto a los diferentes planos. Sitio de Jerusalén (1099) durante la Primera Cruzada. Ilustración del siglo XIII. Fig. 3. Plano de Culhuacan hacia 1580, Relaciones Geográficas, forma parte de la Colección Latinoamericana Benson de la Universidad de Texas en Austin. los planos de los poblados edificados Han pasado por lo menos 25 generacio- por los conquistadores sobre las ruinas nes después del Renacimiento y de la indígenas, siguieron las tradiciones eu- conquista de México a la fecha, en los ropeas del siglo XIII mezcladas con las que la perspectiva occidental nos ha prehispánicas, plasmando en un solo acostumbrado a ver y entender que las lienzo o en papel, planos y alzados para figuras más distantes que componen las verse en forma simultánea, en lugar de escenas dibujadas o pintadas son de la tener dos visuales separadas, como lo misma talla, aunque las pinten más pe- harían los dibujantes de arquitectura queñas que las situadas en el primer contemporáneos (Fig. 3). plano visual y que los edificios, mesas y 16 demás objetos tienen la misma medida en su lado frontal que en el distal, aun- que el flexómetro marque menos centímetros en la figura más lejana. Esta práctica privativa del mundo occidental no es totalmente observada por grupos que, al vivir un tanto marginados de la arrolladora globalización cultural que predomina en el mundo, llegaron a fundir en formas simbióticas, los sistemas de la perspectiva prehispánica con los de la cultura occidental, conservando parte del núcleo duro de una tradición gráfica que ha quedado imbuida en la forma de ver y pensar de algunos grupos que comienzan a resurgir, exigiendo sus derechos de existencia, como una reacción consciente o subconsciente que trata de resistir esa trayectoria de aculturación que, habiéndose iniciado en el siglo XVI, se incrementa cada día más, hasta el delirante extremo desatado en los últimos años del siglo XX y en los pocos años que hasta ahora llevamos del tercer milenio (Fig. 4). Fig. 4. Pintura sobre papel amate, llamados amates históricos. Donde la perspectiva no se relaciona con las dimensiones de los elementos. Autor Eliodoro García. 17 Conceptos básicos del arte y la pers- dad conocida o sentida. Él expresa pectiva entre las culturas no occiden- la realidad como la conoce, la imagi- tales na o la desea y no como la ve, des- Aspectos básicos de la expresión artísti- tacando los detalles que le ayudan a ca de culturas prehispánicas y de otras percibir su concepción del individuo, partes del mundo, diferentes a la que en la que deliberadamente omite los predomina en los grupos occidentales, detalles quedó expresada con claridad en las cé- san” (Ibíd.:12). que no le intere- dulas informativas del Museo de las Ar- Dicho en otra forma, la expresión de las tes de África y Oceanía de París, en las pinturas australianas y el llamado arte que Karel Kupta (1980), al escribir sobre que caracteriza a todas las áreas me- su colección de pinturas en trozos de la soamericanas en todas sus etapas, es corteza del eucalipto australiano, men- sugerentemente narrativo, desde el pun- ciona que el artista-chaman se ocupa de to de vista del tlacuilo y sus contemporá- plasmar en formas un tanto realistas, neos, puesto que en su expresión pictó- figuras humanas con el cuerpo plagado rica de diseños simbólicos que revelan el ca- reales, mítico-históricos, tradiciones ima- rácter esencial o interno que caracteriza ginarias o simbólicas relacionados a un al individuo. Es decir, que esos diseños pensamiento cosmogónico plasmado en describen mucho mejor el carácter de apoyo a la memoria del narrador o de una persona, que hacer una copia del quien interpretaba la escena pictórica a aspecto externo que el mismo sujeto o los correligionarios de esa misma época. las cosas representadas tienen. Parece Un mensaje visual que era entendido que esa misma idea era compartida por por las generaciones subsecuentes, los artistas mesoamericanos, como lo puesto que estaba destinado a funcionar atestiguan las figuras antropomorfas de a manera de literatura oral, o mejor di- Nayarit. cho, como una literatura escrita que utili- Kupta comenta que: zaba caracteres pictográficos en lugar consignan los acontecimientos “Para el artista, la realidad visual de letras. no es tan importante como la reali- Tal concepto coincide en una forma, con 18 el que tenían los artistas de la segunda En síntesis, las pinturas en corteza de década del siglo XX, cuando representa- eucalipto de los australianos tanto como ron en su pintura cubista, figuras y obje- las “cubistas” del siglo XX, contienen tos vistos a la manera de rayos X, tal co- conceptos similares a los localizados en mo si los observaran desde varios pun- relieves, pinturas murales y otras formas tos simultáneamente para ser vistos o de la expresión artística que han carac- percibidos en su totalidad, sin importar terizado a las culturas mesoamericanas, que la imagen se distorsionara en el así como a muchas de las culturas no plano visual (Fig. 5). occidentales que florecieron en todo el continente americano y en otros continentes, antes que la expansión de las culturas occidentales se extendiera so- bre los llamados países en vías de desarrollo o en los que la globalización político-económica se despliega ahora en un constante intento de dominar, por cualquier medio, a todas las poblaciones del planeta con ricos ámbitos naturales y en los que abunden recursos energéticos como el petróleo o algún otro elemento de gran valor económico. Respecto a la forma de expresar distancias y cercanías en la escena plasmada en un plano, como lo hace la perspectiva occidental, este ensayo visualiza cómo funcionaba el sistema que tuvieron las culturas prehispánicas para expresar la lejanía de objetos en la pictografía, sin Fig. 5. Una distinta forma de perspectiva en la pintura cubista, Guitarra y mandolina, Juan Gris, 1919, Galerie Beyeler, Basilea. recurrir a los ficticios puntos de fuga utilizados por el mundo occidental post19 de la “Visión Oblicua de baja altura”. renacentista. En esta pintura maya del siglo IX d.n.e. Sistemas de la perspectiva indígena las figuras más lejanas, es decir aque- para señalar objetos lejanos, sin pun- llas que se encuentran en la parte supe- tos de fuga rior de la estructura piramidal, aparecen En el sistema de perspectiva prehispáni- superpuestas sobre las situadas en las co, el espectador sitúa todos los motivos plataformas bajas de cada uno de los de la escena sobre un mismo horizonte cuerpos de la estructura, tal como si el visual sin alterar su tamaño, tal como si ojo del observador, al elevarse en verti- el observador se elevara en el aire para cal sobre su mismo punto de observa- tener una “Visual Oblicua de baja altu- ción, no registrara los cambios de nivel ra” (cercana a los 30 grados), sobre la del piso en los pasillos que separan a que se desplazaba en el mismo plano cada cuerpo de la estructura piramidal horizontal para conservar la misma dis- donde se efectuaba la danza ceremonial tancia entre los sujetos y objetos que (Fig. 7). registraba. Es decir, como si los puntos Una variante más de este sistema de de fuga se movieran en forma gradual y perspectiva prehispánica, que he deno- paralela al ojo del observador, sin alterar minado “Elevación o Insurgencia de Pla- la distancia proporcional de las figuras nos en Paralelo”, resulta ser un tanto incluidas en la totalidad escénica, tal co- similar a la forma comercial de las tarje- mo se expresa en el llamado mural de tas de felicitación, navidad y libros deno- los Animales Mitológicos (Fig. 6). minados comúnmente como “pop up” Otro ejemplo de este sistema, se puede ilustrados para niños en los que, al abrir apreciar en la “visión oblicua de baja al- la tarjeta o libro, “brotan” o surgen del tura” o “elevación de planos” de Bonam- plano horizontal, figuras cortadas por un pak, en la estructura piramidal donde se suaje, que se levantan hasta quedar en apoya el Edificio 1, mejor conocido como una posición vertical, totalmente inde- el Templo de las Pinturas, en el cuarto 3 pendientes de la matriz que tenían de se encuentra el mural de los danzantes, fondo. En el caso que nos ocupa la ima- expresados como una variante “vertical” gen se encuentra en el mismo escenario 20 Fig. 6. Fragmento del mural de los Animales mitológicos y maqueta en tercera dimensión, diseñada por Jorge Angulo y Francisco Villaseñor, ambas localizadas en el Museo de Murales Teotihuacanos Beatriz de la Fuente. pictórico en el que se combina el siste- Existe también la llamada “Vista Aérea” ma de “Abatimiento Radial”, un ejemplo que está sujeta a sufrir una “movilidad o claro de ello lo podemos apreciar en abatimiento horizontal” de su plano pic- Teotihuacan, en Tepantitla donde se en- tórico, que se combina con las figuras cuentra el Mural del Juego de Pelota con incluidas Bastones, en el que los marcadores limí- “Insurgencia de Planos en Paralelo”, lo- trofes de la cancha del juego, muestran calizado en la parte superior. un claro abatimiento radial, frente a las Queda claro que en los sistemas de figuras que “brotan” o se levantan con la perspectiva prehispánica hay una com- “Insurgencia de planos en paralelo” (Fig. binación de dos o más sistemas y sus 8). variantes en los que, en la parte superior 21 en el sistema de la 22 Fig. 7. Mural que representa una celebración, con danzantes y músicos, en el que se observan los diferentes niveles o plataformas del edificio en el que se encuentran los personajes, sin existir variantes en sus dimensiones. Cuarto 3, Edificio I, Bonampak. Tomado de De la Fuente y Staines Cicero, 1998. Fig. 8. Mural del Juego de Pelota con Bastones, combinación del sistema de “Abatimiento radial” con la “Insurgencia de planos en paralelo”. Teotihuacan, Tepantitla. Dibujo de Chappie Angulo. Colección particular. Fig. 9. Mural de la Medicina. Teotihuacan, Tepantitla. Dibujo de Chappie Angulo. Colección particular. 23 del mural se encuentra la “Elevación o que los olmecas (850 a. C.) labraron en insurgencia de planos en paralelo”, grandes bloques de piedra, escenas mí- mientras que en la parte inferior se apli- tico-históricas o aspectos cívicos, en ca la “Vista aérea” o del “Abatimiento y aquellos monumentos conmemorativos movilidad radial”, conjugados simultá- que ahora llamamos estelas. neamente, tal como se ve en el mural Ejemplos de esta combinación de siste- llamado “de la Medicina” localizado en mas ocurren en las Estelas 2 y 3 de la Tepantitla, Teotihuacan (Fig. 9). Venta, en las que las figuras pequeñas Poco más desconcertante de concebir, localizadas alrededor del personaje cen- pero aún relacionada con la “Visual Obli- tral, no están flotando alrededor del per- cua” tanto como con la de “Planos en sonaje principal, como lo dicen algunos Paralelo o Superpuestos” y la del autores que, al juzgar las escenas bajo “Abatimiento Radial Simétrico”, es otra las premisas de la perspectiva occiden- forma de perspectiva que parece haber- tal, han sugerido que las figuras corres- se iniciado desde la remota etapa en la ponden a visiones alteradas de carácter Fig. 10. Estela 2 de La Venta en la que se observa un personaje central, rodeado por una serie de personajes menores. Del lado Izquierdo se aprecia el dibujo realizado por Covarrubias (1961) y del lado derecho la separación de cada uno de los personajes, Digitalización América Malbrán. 24 paranormal que representan escenas míticas (Figs. 10 y 11). Creo que en el concepto mesoamericano de perspectiva, el hecho de estar en el mismo plano vertical y de ser de menor tamaño que el personaje principal, responde más bien a una forma simbólica para señalar la menor importancia jerárquica que tienen respecto a la figura principal. Intento para explicar proceso experi- mental de transformación 3D En este proceso de transformación visual de un plano vertical a otro horizontal, se puede observar, paso a paso el desarrollo de la perspectiva prehispánica en la que se combina la “Insurgencia de planos en paralelo”, con el de la “Visión Oblicua” y del “Abatimiento radial simétrico”, señalando que las figuras más pe- Fig. 11. Estela 3 de La Venta en la que se observan dos personajes centrales, en primer plano, rodeados por varios personajes menores, que parecieran flotar, dibujo realizado por Covarrubias (1961). queñas están a cierta distancia atrás del personaje central, pero siempre dentro del mismo escenario horizontal. Sin detenernos a especular la valía de las interpretaciones cosmogónicas atribuidas a la estela 2 de La Venta, para verlas con la perspectiva dialéctica de enfoques socio-políticos y en apoyo a los sistemas para entender la perspectiva 25 prehispánica, debemos entender que las perspectiva (Figs. 12, 13 y 14). figuras pequeñas no están flotando, ni En forma comparativa, y un tanto similar representan a ninguna deidad mítica o a al desarrollo de la perspectiva explicada los ancestros muertos que protegían al arriba, se puede entender la escena tri- personaje principal, como lo interpretan dimensional compuesta por un grupo de otros autores, ya que podrían verse co- figurillas de piedra que circundan a un mo testimonios narrativos de algún acto personaje supuestamente muerto, que histórico que quedó registrado como me- fuera registrada como la ofrenda 4 de la moria para el conocimiento de la comu- Venta (Fig. 15). nidad y testimonio a las siguientes gene- En conclusión se podrían redefinir los raciones. términos sobre los ejemplos utilizados La forma en que se entiende la imagen como sigue: sería abatiendo y levantando las figuras, 1) La Perspectiva es una visión con lo cual se obtendrían los diversos subjetiva para expresar distancias en un planos entendiendo la disposición de la espacio gráfico. Fig. 12. Estela 2 de La Venta, en la que se han separado los personajes y distribuido sobre un plano en el que se ha buscado la manera de dar profundidad a los personajes en cada uno de los planos en que se podrían encontrar. Digitalización América Malbrán. 26 Fig. 13. Estela 3 de La Venta, en la que se ha seguido el mismo procedimiento, separando a los personajes y ubicándolos en planos de acuerdo a su perspectiva, de esta manera ya no parecen flotar y toman una dimensión diferente respecto al personaje central. Redibujado de Covarrubias, 1961, digitalización, América Malbrán. 27 Fig. 14. Estela 2 de La Venta tras el proceso de animación, en donde se puede apreciar la distribución de los personajes, de acuerdo a los distintos planos en que se encuentran. Animación Francisco León. 28 Fig. 15. Escena tridimensional compuesta por un grupo de figurillas de piedra que circundan a un personaje central, de manera similar a los que se han observado en los ejemplos anteriores, ofrenda 4 de la Venta. Museo Nacional de Antropología. Foto del Autor. 29 2) El espacio gráfico puede ser picto- el sistema occidental y la fachada o al- gráfico o cartográfico y, en la perspecti- zado de los edificios, con “Abatimiento va prehispánica y otras no occidentales, radial, sobre un punto central”, conser- a veces se encuentran combinados. vando el estilo de la perspectiva prehispánica. 3) Hay un sistema visual de Abatimiento radial simétrico y otro de Abatimiento solamente horizontal. Proceso 3D sobre el plano de Teote- 4) Hay el sistema de Elevación o In- nango surgencia de Planos de sección vertical Para entender un poco mejor este siste- y de visión oblicua de baja altura, en el ma se seleccionó la pintura del plano de que se dividen los planos en paralelo. Teotenango (Fig. 16), correspondiente a No se puede negar que a partir de la las Relaciones Geográficas del siglo XVI conquista hispana y ahora la globaliza- (Acuña, 1986), con la cual se realizó un ción occidental, ha habido un constante modelo tridimensional en el que se pro- embate en todos los aspectos culturales, yectaron, a manera de maqueta, los edi- especialmente los socio-económicos, los ficios dándoles volumen. Esto hizo posi- religiosos y los artísticos, en los que ble visualizar el sistema de perspectiva ahora resulta difícil discernir el porqué, utilizado por los europeos y la forma de cómo y cuándo ocurrieron y siguen ocu- disponer tanto edificios como espacios rriendo una superposición o combina- geográficos (Fig. 17). ción de conceptos y sistemas técnicos A manera de conclusión dentro del fenómeno social llamado sim- Para terminar quisiera añadir una anéc- biosis. dota complementaria que nos ayudará a Un claro ejemplo de esta simbiosis o comprender la perspectiva sin puntos de combinación de expresiones gráficas, se fuga practicada por las culturas prehis- localiza en los planos geográficos manu- pánicas y otras culturas no integradas al facturados por los tlacuilos indígenas a sistema occidental. Se trata del relato de petición de encomenderos hispanos, en un artista que pasó sus vacaciones en los que dibujan el asentamiento urbano una isla de la polinesia pintando paisa- de acuerdo a los planos levantados por jes selváticos y escenas de la pequeña 30 Fig. 16. Plano de Teotenango en el que se aprecian los edificios abatidos a la manera occidental. Relaciones Geográficas, Acuña, 1986. 31 Fig.17. Modelo tridimensional del plano de Teotenango en el que se proyectaron, a manera de maqueta, los edificios dándoles volumen (Acuña, 1986). Digitalización América Malbrán; animación, Francisco León. 32 aldea donde temporalmente se alojaba3. de ellas. Notó también, que las casas Tal como era de esperarse, siempre es- sobre la calle que se perdían a la distan- tuvo rodeado de niños que lo seguían y cia, tenían el mismo tamaño y la misma curioseaban sobre el progreso del dibujo intensidad de color que las casas en el o acuarela que el pintor plasmaba en el primer plano. papel. Queriendo compartir los conocimientos Un poco incómodo por los empujones de perspectiva que él manejaba, les que su público infantil efectuaba para mostró la ya terminada acuarela que le acercarse a su caballete, el pintor deci- sirvió de ejemplo para señalarles las si- dió repartir algunos crayones y papeles guientes acotaciones: que llevaba para sus apuntes y pidió a 1. Que la visual tomada desde un los chicos que dibujaran el mismo esce- solo punto no permitiría ver el frente nario que él pintaba, entonces compues- de todas las casas que circundan la to por una pequeña plaza circundada plaza a un mismo tiempo. por las casas de más importancia y una 2. Que las casas más lejanas de- calle que se extendía hasta el bajo hori- bían pintarse de menor tamaño que zonte de una ladera cubierta por un es- el de las que están más cercanas, peso follaje que se perdía en las lejanas para así señalar la distancia entre montañas. ellas. Después de un rato de quietud, solicitó 3. Que tanto el follaje como las mon- le mostraran sus dibujos, en los que no- tañas debían pintarse en colores tó que todas las casas que circundaban más pálidos o desvanecidos, para la plaza estaban “acostadas” con la fa- señalar que están en un segundo y chada de frente a la plaza, por lo que tercer plano, respecto a la plaza que era necesario rotar cada dibujo cuatro se encuentra en el primer plano. veces, para ver la fachada de cada una Después de tan doctas explicaciones los niños solo comentaron entre ellos “Ah… él quiere que se pinte como se ven, no 3 Tomado de una revista de viajes, leída durante la habitual espera en el consultorio de un dentista. como son”. 33 Agradecimientos Covarrubias, Miguel Este trabajo es un avance de un proyec- 1961 Arte Indígena de México y Cen- to mayor en el que se está realizando la troamérica. Universidad Nacional animación de estelas y murales prehis- Autónoma de México. México. pánicos, y coloniales a partir del estudio y análisis tridimensional de los mismos, De la Fuente, Beatriz y Leticia Staines como se ha mostrado en los ejemplos Cicero (Eds.) expuestos. Dicha investigación no po- 1998 La pintura mural prehispánica en dría ser posible sin el valioso apoyo y México, Área Maya, Bonampak, auxilio de mi colega, América Malbrán Vol. 2, Instituto de Investigaciones Porto, quien se ha dedicado a la digitali- Estéticas, zación de las imágenes y al artista y ani- Autónoma de México, México. Universidad Nacional mador Francisco León, encargado de la animación y renderización de las estelas Kupta, Karel y murales. 1980 “La pintura mágica de los aboríge nes australianos” en El Correo de Biblioigrafía la UNESCO, año xxxiii, Enero, Pu- Acuña, René blicación mensual de la UNESCO 1986 Relaciones Geográficas del siglo (Organización de las Naciones Uni- XVI: México, Tomo Segundo, Vol. das para la Educación, la Ciencia y 7, Etnohistoria, Serie Antropológica la Cultura), París. Pp. 9 -14. N° 65, Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacio- López Austin, Alfredo nal Autónoma de México, México. 1989 Tamoachan y Tlalocan, Fondo de Cultura Económica, México. Angulo Villaseñor, Jorge Martí, José 1987 “The Chalcatzingo Reliefs, an Iconographic Analysis” en Ancient 2001 “Hombre del campo” en Obras Chalcatzingo, University of Texas completas, Vol. 19, Centro de Estu- Press, Texas. Pp. 132-158. dios Martianos (Comp.), publica34 ción en CD, Centro de Estudios Martianos-Karisma Digital, La Ha- bana Cuba. Pp. 379-383. Real Academia Española 1982 Diccionario de la Lengua Española, Madrid, España. 35 CON LA MUERTE EN LA MIRADA América Malbrán Porto1 E s una suerte que, gracias a Harry Potter, la imagen del basilisco no nos resulta tan ajena, como sucedía hasta hace unos años, en que pocos, y ni que decir de niños y adolescentes, tenían idea de qué era eso. Aunque el ser que nos presenta Rowling (2000) de este ser fantástico, difiera del concepto original. En Harry Potter y la Cámara Secreta, todo versa en torno a este magnífico ser. El relato empieza a ser interesante a partir de que comienzan a aparecer personas petrificadas, entre ellas Hermione. Gracias a esto es que Harry, cuando la visita en la enfermería, junto con Ron, “se ha1 Docente Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México. Directora del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. (CESUA). 36 sorprendente ni más letal que el basilisco, conocido como el rey de las serpientes. Esta serpiente, que puede alcanzar un tamaño gigantesco y cuya vida dura varios siglos, nace de un huevo de gallina empollado por un sapo. Sus métodos de matar son de lo más extraordinario, pues además de sus colmillos mortalmente venenosos, el basilisco mata con la mirada, y todos cuantos fijaren su vista en el brillo de sus ojos han de sufrir instantánea muerte. Las arañas huyen del basiFig.1. Portada del libro Harry Potter y la cámara secreta, Ilustrada por Jim Kay, Rowling, 2000. lisco, pues es éste su mortal enemi- bía fijado en que su mano derecha, (Ibid.:205-206). go, y el basilisco huye sólo del canto del gallo, que para él es mortal apretada encima de las mantas, aferra- Más adelante Harry Potter se enfrenta ba en el puño un trozo de papel estruja- con este ser al que se lo describe como do” (Ibíd.: 205). Ambos amigos tratan de a una serpiente, de un verde brillante y sacarle el papel y cuando lo hacen des- gruesa como el tronco de un roble, que cubren que “era una página arrancada mide más de siete metros, con colmillos de un libro muy viejo. Harry la alisó con largos y venenosos. emoción y Ron se inclinó para leerla Hasta aquí dejaremos el relato de Potter también” (ídem.), he aquí la primera re- para que cada uno de ustedes pueda ferencia que tenemos del Basilisco: sacar sus propias conclusiones después De las muchas bestias pavorosas y de que yo haga mi propio relato. monstruos terribles que vagan por Una realidad es que la presencia del ba- nuestra tierra, no hay ninguna más silisco se ha dejado sentir entre nosotros 37 desde hace siglos. Y tras la conquista vive en otras partes del país como las española a nuestro Continente, este ser capitales de las provincias, entre las que se trasladó a Sudamérica, una región podemos contar a Buenos Aires, Rosa- plagada de entes fantásticos y mitos. rio o Mendoza, las regiones rurales de la Muchos de estos mitos actuales son el Argentina están plagadas de mitos y le- fruto de la transculturación, donde se yendas que todavía hoy son recordadas fusionaron tradiciones, leyendas y su- y creídas por gran parte de la población, persticiones, europeas caso de los com- son éstas las que han dado origen a un ponentes africano y europeo, entre los vasto folklore nacional, producto del sin- que se encuentra el Basilisco, se dio un cretismo originado por las diferentes co- "trasplante" de elementos folklóricos que rrientes étnicas que han poblado el área. fueron trasladados desde su ámbito geo- La grandiosidad de la campiña, las gran- gráfico y cultural original, por sus propios des extensiones de territorio, así como creadores y actores, a este nuevo am- la exuberancia del paisaje tropical, pro- biente, donde fueron cultivados de ma- pician la presencia de seres míticos que nera personal o en el seno de círculos tienen su aparición en horas claves co- familiares, de amigos o de compatriotas, mo la siesta, sobre todo en los pesados que fueron modificando o cambiando y días del verano donde las temperaturas en consecuencia perdiendo, poco a po- pueden llegar a rebasar los 34°C, o bien co, algunos de los rasgos originales y se aprovechan de la posibilidad de movi- mezclándose con elementos autóctonos. miento que les brindan las sombras de Paulatinamente esta nueva generación la noche. de mitos se fue extendiendo por gran La mayoría de estas creencias y supers- parte del territorio Argentino llegando a ticiones están fundadas en el miedo. En cruzar las fronteras, de ahí que encon- estas regiones existe una legión de se- tremos relatos similares en los países res sobrenaturales que sostienen su im- cercanos como Chile, Brasil, Bolivia o perio en el terror. Tienen su guarida en Paraguay. lo profundo de la selva, en la espesura A pesar del avance económico que se del monte, en las barrancas de los ríos, en las corrientes y en los remolinos de 38 las aguas, en el mismo aire que se res- En no pocos casos la representación de pira. Algunos aparecen de imprevisto y estos mitos en los que aparecen seres paralizan de espanto a aquellos que son con connotaciones fantásticas, sirve de sorprendidos, llegando a enloquecerlos. freno, de contención para que el indivi- Otros son vengativos, sanguinarios, vio- duo no haga nada fuera de las normas lentos y jamás tienen piedad de sus víc- sociales, de la moral establecida y que timas a los que llevan a la alucinación y parece ser fijada por el temor universal, a la muerte (Coluccio, 1991:150). Gene- que invade al hombre ante la sensación ralmente estos seres aparecen en los de impotencia, de su pequeñez frente al momentos en que la gente se encuentra espectáculo magnífico e imponente de más desamparada. Por lo mismo no se la naturaleza que lo rodea (Rosemberg, recomienda aventurarse sólo en la espe- 1954:87). sura del monte o viajar durante la noche, Uno de los más aterradores de estos ya que es muy probable que uno pueda seres es sin duda el Basilisco (Fig. 2), ser sorprendido por alguno de estos per- cuyo mito se encuentra presente en las sonajes, verdaderas encarnaciones del provincias argentinas de Santiago del mal. Para salvarse, será imprescindible Estero, Misiones, Corrientes, Chaco y poseer una enorme Fe, que en muchos Formosa, y en Curicó y la isla de Chiloé, casos, tampoco llega a ser suficiente. en Chile (Fig. 3). En su afán catequizador, el fraile euro- Su nombre, universalmente extendido, peo en lugar de negar esos mitos, le ha sido utilizado de variadas formas, en- buscó fisonomía cristiana. Enseñó al in- tre las que podemos mencionar: ha ser- dígena y al esclavo negro a conjurarlos vido para nombrar a la ciudad por cuyas con la oración a la cruz y el agua bendi- cuatro puertas, se dice, salió simultá- ta. Elementos fundamentales en los ri- neamente una vez Cagliostro: Basilea; tuales que, paradójicamente, por lo ge- cuyo emblema es el basilisco (Figs. 4 y neral son llevados adelante por brujos y 5); en artillería se le conoce como basi- curanderos locales, para erradicar o ale- lisco o culebrina bastarda a un tipo de jar los males que su presencia puedan cañón de bronce y gran calibre, emplea- causar (Benítez, óp.cit.:372). da en los siglos XVI y XVII. Era la de 39 Fig. 2. El Basilisco, Gallus monstruosus. Ulisse Aldrovandi, Tavole Vol. 001-002 Animali, 1642. 40 na obispo y mártir, durante el reinado de Maximiano y” siendo presidente Agripa, lo persiguieron y le calzaron unas chinelas de hierro, clavándoselas en los pies con clavos hechos ascuas; lo atormentaron con otros diversos tormen- tos” (Croisset, 1847:421), y por último fue decapitado y su cuerpo fue arrojado a un río de Nicomedia, pero fue recuperado y trasladado a Comana. Fue éste el santo que se apareció a san Juan Crisóstomo la noche antes de su muerte. En botánica, deriva de este ser el nombre del Ocimum basilicum (albahaca blanca) planta aromática que ha sido Fig. 3 Provincias argentinas de Santiago del Estero, Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa, donde se encuentra presente el mito del basilisco. Dibujo América Malbrán Porto. frecuentemente considerada como venenosa, en tanto algunas leyendas afri- canas afirman que protege de los escorpiones. En el Caribe es llamada popularmente como basil, basilik o mayor tamaño de las que sustituyeron a albahaca, es muy utilizada en medicina la bombarda; en Astronomía una estrella tradicional para curar afecciones gastro- de la constelación de Leo, también co- intestinales (diarreas, parasitismo), res- nocida como Régulo, Estrella regia o piratorias (bronquitis, tos), dolor de oí- Corazón de León (Perrucho, 1990:17); dos y reumatismo (Sánchez Govín, et. También éste fue el nombre del usurpa- al., 2000:187). Mientras que ciertas tra- dor bizantino que destronó a Zenón en diciones europeas aseveran que es un 475 (Bueno Sánchez, 1978:64). símbolo de Satanás. Hoy en día es una En hagiografía, el nombre se correspon- planta bien conocida y saboreada por de con el de San Basilisco de Coma- muchos en la cocina mediterránea. 41 Fig. 4. Basilisco sosteniendo el escudo de armas de la ciudad de Basilea; 1511 Grabado en madera y tipografía sobre papel, Alemán. N° de catálogo: E,2.373, Colección del Museo Británico. 42 Fig. 5. Basilisco sosteniendo el escudo de armas de la ciudad de Basilea, en el Decretum Gratiani, Grabado de Johann Amerbach, en Gratianus de Clusio,1512. 43 Por último en zoología este nombre ha el recién destetado meterá la mano servido para designar un género de la- en la madriguera del basilisco (Isaías gartos (Basiliscus spp.). El reptil al que XI-8). se bautizó con el nombre de este animal mitológico pertenece al orden de los No te entregues todo á la alegría, oh saurios, familia de las iguanas, género país de los philistheos, porque haya Basilisco, con dos especies básicas: con sido hecha pedazos la vara del que capucha (B. Mitratus, B. Plumifrons) y te hería; pues que de la estirpe de la sin B. culebra nacerá el basilisco y lo que Corythaedus). Este reptil, que vive en de este saldrá engullirá las aves las regiones cálidas de América del Sur (Isaías XIV-29). capucha (B. Basiliscus, y México es completamente inofensivo para el hombre y tomó este apelativo a Anuncio pesado contra las bestias causa de la cresta dorsal escamosa que de carga del Mediodía. Van por tierra lo caracteriza y que recuerda el atributo de tribulación, y de angustia, (de del rey de las serpientes; llega a medir donde salen la leona y el león, la ví- 80 cm. de longitud, y tiene costumbres bora y la serpiente que vuela) llevan- semiacuáticas do sobre lomos de jumentos sus ri- (Bueno Sánchez, óp. cit.:64; Larousse, 1999:150). quezas , y sus tesoros sobre el dor- Este ser fantástico remonta sus orígenes so de los camellos, á un pueblo que a una antigua leyenda probablemente no podrá ayudarlos (Isaías XXX-6). oriental, que fue introducida en Europa por los romanos. Han hecho abrir ó que nacieran los En el Antiguo Testamento encontramos huevos de áspides, y con sus afanes siete referencias al basilisco, en cuatro tejieron telas de araña quien de di- libros distintos, (Isaías XI-8, XIV-29, XXX chos huevos comiere, morirá; y un -6, LIX-5; Proverbios XXIII-32; Jeremías basilisco es lo que saldrá, si hubie- VIII-17 y Salmos XC-13): ren empollado alguno (Isaías LIX-5). y el niño que aun mama, estará juMas á la postre muerde como cu- gando en el agujero de un áspid; y 44 lebra, y esparce veneno como el ba- Su silbido espanta a todas las ser- silisco (Proverbios XXIII-32). pientes. No anda, como las otras, por una serie de ondulaciones, sino Porque hé aquí que yo enviaré con- que avanza manteniéndose alta y tra vosotros á los chaldeos, como derecha sobre la mitad de su cuerpo. serpientes y basiliscos, contra los Destruye los arbolillos, tanto por su cuales no sirve ningún encantamien- resuello como por su contacto; abra- to; y os morderán, dice el Señor sa las hierbas, quiebra las piedras, (Jeremías VIII-17). tanta fuerza tiene su veneno. Se creía en otro tiempo que si era mata- Andarás sobre áspides y basiliscos, da de un lanzazo dado de lo alto de y hollarás los leones y dragones un caballo su veneno remontaba a lo (Salmos XC-13). largo del asta y mataba a la vez ca- Ya Plinio, en el siglo I, hablaba del hue- ballo y jinete. Y sin embargo este vo del Basilisco. De acuerdo con la des- monstruo –se ha hecho a menudo la cripción que nos hace, en su Historia prueba para los reyes que le desea- Natural, se trata de un híbrido nacido de ban ver muerto– no resiste el veneno la fecundación de un huevo de culebra de las comadrejas: que la naturaleza por un sapo, y se lo describía como un no ha creado nada sin contrapartida. animal verdaderamente fabuloso, seme- Se guarnecen estas en las cuevas jante a un dragón, con patas de gallina, de los basiliscos, que encuentran cola de serpiente, cresta en la cabeza y fácilmente por la infección del te- por lo común provisto de alas (Borges y rreno. Matan al basilisco por el olor Guerrero, 2001:36). que exhalan, y mueren: así termina Nos dice Plinio: el combate de la naturaleza consigo Es la provincia de la Cirenaica misma” (Plinio, citado en Bueno Sán- quien la genera, su largo no pasa chez, 1978:67). de doce dedos, tiene como marca El mito se extendió por toda Europa, una mancha blanca sobre la cabe- donde varios artistas, desde el Medioe- za, que se parece a una diadema. vo al Renacimiento se ocuparon de su 45 iconografía. Por otro lado, la literatura que los pescadores lo han apresado pa- española está plagada de estos mons- ra disfrazarlo como un pez con cara de truos así como las metáforas relaciona- hombre y mostrarlo por toda España co- das con ellos; nos los presentan autores mo un monstruo de feria: como Quevedo, Feijoo y muchos otros …víme como trucha montañesa. (Coluccio, 1964: 260; Borges y Guerre- Lloraba mi desdicha; gemía que- ro, óp. cit.:36-38, Bueno Sánchez, óp. jándome de mi hado ó fortuna; de- cit.:77), y aparece también en los clási- cía: ¿qué es esto que tanto me per- cos como el Quijote de Cervantes, cuan- sigues? En mi vida te vi ni te co- do Ambrosio compara a la pastora Mar- nozco; pero si por los efectos se cela con éste ser: rastrea la causa, por lo que de tí he Mas apenas la hubo visto Ambrosio experimentado creo no hay sirena, cuando con muestras de ánimo in- basilisco, víbora, ni leona parida dignado le dijo: ¿vienes á ver por más cruel que tú… (Mendoza, ventura, ó fiero basilisco destas 1884:82). montañas, si con tu presencia vier- “El basilisco ha servido también como ten sangre las heridas deste misera- emblema de la Dialéctica. El primero ble á quien tu crueldad quitó la vida, que personificó las ciencias fue, al pare- ó vienes á ufanarte en las crueles cer, Marciano Capella, gramático afri- hazañas de tu condición, ó á ver cano del siglo V, en su obra De nuptiis desde esa altura, como otro desapia- Philologiae et Mercurii: Mercurio (la Elo- dado Ñero, el incendio de su abrasa- cuencia) y la Filología (el amor a la ra- da Roma, ó á pisar arrogante este zón: la Sabiduría) contraen matrimonio y desdichado cadáver como la ingrata las siete artes son las damas de honor; hija al de su padre Tarquino? Dinos al divorciarse la Elocuencia y la Sabidu- presto á lo que vienes… (Cervantes ría, se condenan ambos a la esterilidad, Saavedra, 1835:66). pues Mercurio no tiene ya nada que de- En el Lazarillo de Tormes, la primera cir y Filología ya no sabe hablar. Remi- mención al basilisco la hace el mismo gio de Auxerre, que a comienzos de si- Lázaro cuando se encuentra afligido ya glo X compone un comentario a la obra 46 de Marciano Capella, dice que la Dialéc- les y demás elementos arquitectónicos tica lleva los cabellos revueltos desig- en las iglesias, a lo largo de la Edad Me- nando el silogismo, una serpiente que dia (Fig. 7). Un ejemplo se encuentra en representa los artificios sofísticos y un un arco de la puerta sur de la catedral anzuelo los argumentos capciosos. Los de Chartres, donde se aprecian las siete artistas se contentaron con hacer soste- artes liberales: la Dialéctica tiene a sus ner a la Dialéctica una, o incluso dos pies un personaje, probablemente Aris- serpientes” (Bueno Sánchez, óp.cit.:79). tóteles, sosteniendo un tintero en el que También es común encontrar estas re- moja su pluma, sobre su mano y ante- presentaciones en la arquitectura medie- brazo izquierdo se yergue un basilisco val, donde era usual insertar basiliscos y (Ídem.). También en la iglesia de San otros monstruos en los capiteles, dinte- Andrés de Soto de Bureba, podemos ver representados varios animales fantásticos en las arquivoltas de la portada, donde se encuentra otro basilisco, otro ejemplo lo tenemos en Iglesia de San Cipriano en Burgos, España. A este res- pecto Ibarburu Asurmendi menciona: Estos seres, símbolos del diablo y el pecado, pájaros-reptil, con alas, cuernos, afilados dientes y patas y cola de reptil, son uno de tantos monstruos aterrorizantes que poblaron los capiteles medievales y que surgieron en gran parte, según Baltrusaitis, de una mala interpretación de temas anteriores de origen orien- Fig. 6. Dialéctica sosteniendo un basilisco. Ilustración de Gherardo di Giovanni del Fora, en De nuptiis Philologiae et Mercurii Capella, 1476. tal, que llegaron a Europa a través de los tejidos. Fue en Oriente donde surgieron estos temas decorativos, 47 Fig. 7. Diversas representaciones medievales de basiliscos, en iglesias europeas. 48 producto de mezclas monstruosas a entender que nace del huevo de de seres distintos, afrontados o ado- un gallo. Cuando el gallo ha cumpli- sados, que tuvieron posiblemente do siete años, le nace un huevo en un valor religioso, jeroglífico o mági- el vientre. Y cuando siente este co que se perdió al llegar a Occiden- huevo, permanece maravillado de te. No son producto de una inspira- sí mismo, y siente la mayor angus- ción individual, sino de una creación tia que pueda sufrir un animal. En- genérica de un arte simbólico, resul- tonces, busca discretamente un lu- tado de los viejos «Bestiarios», tan- gar cálido, en un estercolero o en tas veces repetidos en la decoración un establo, y araña con las patas de edificios construidos entre los si- hasta que excava un agujero en el glos XI y XIII y que incluso perviven que poner su huevo. Y cuando el en bastantes edificios góticos, como huevo tenga su nido preparado, el la iglesia de Artajona, en zonas muy gallo correrá allí más veces dia- ligadas al románico, como Navarra y rias. Pensando constantemente en el sur de Francia (Ibarburu Asur- desembarazarse de él. Y el sapo es mendi, 1973:172). de tal índole que percibe por su ol- Durante la Edad Media se pensaba fato el veneno que lleva el gallo en que los basiliscos eran los que llevaban el vientre. Inmediatamente se pone las almas de los condenados al in- al acecho, de forma que no pueda fierno. Encarnaban la muerte y al demo- el gallo ir al foso, sin que el sapo lo nio mismo. vea. Y en cuanto el gallo se aparta En los bestiarios medievales es recu- del lugar en el que debe poner el rrente la presencia del basilisco, al igual huevo, allá está inmediatamente el que otros seres fabulosos, ya que se los sapo, por ver si el huevo puesto. consideraba reales y en este caso peli- Pues el sapo es de tal índole, que grosos (Malaxecheverría, 2002) (Fig. 8). toma el huevo y lo incuba, si puede Existe un animal llamado basilisco. acercarse a él de alguna manera. Y El Fisiólogo nos dice, a propósito de cuando lo ha incubado tanto, que su naturaleza, cómo nace; y nos da ha llegado el tiempo de la eclosión, 49 resulta un animal que tiene cabeza, cede con muchas cosas que son cuello y pecho como los de un gallo; atractivas, pero malas. Quien desee y desde el pecho hacia abajo, es matar a este animal, deberá tener como una serpiente. Y en cuanto un claro recipiente de cristal o de puede valerse este animal, busca un vidrio, a través del cual pueda ver a lugar oculto en una vieja grieta, o en la bestia. Pues al tener el hombre la una cisterna abandonada; y allí per- cabeza tras el vidrio o el cristal, el manece, para que nadie pueda ver- basilisco no puede distinguirlo, y su le. Pues es de tal naturaleza, que si mirada es detenida por el cristal o el hombre puede verle antes de que el vidrio; cuando el basilisco arroja él vea al hombre, muere; y si él ve al su veneno por los ojos, es de tal hombre antes, es el hombre quien naturaleza que, si choca contra al- morirá. Pues el animal es de tal na- gún objeto, rebota hacia atrás con- turaleza, que arroja su veneno por tra él, y ha de morir. Este animal los ojos; y tiene la mirada tan vene- representa al diablo, al mismo Sata- nosa, que mata a las aves que vue- nás (Malaxecheverría, 2002:159- lan por encima de él, si puede mirar- 160). las entre los ojos. Este animal es el rey de todos los demás reptiles, y temido por ellos, igual que el león es más poderoso y temido que todas las demás bestias. Y no puede pasar por un lugar, sin que éste pierda su virtud; pues jamás volverá a producir, ni hierba, ni otra cosa alguna. Y si toca un árbol, éste pierde su virtud, y jamás dará fruto; ha de perecer y secarse. No obstante, es un Fig. 8. Basilisco en el Bestiario de Aberdeen, f.66 v. Biblioteca de la Universidad de Aberdeen, MS.24. C.1200. bello animal, de hermoso color manchado de blanco. Pero otro tanto su50 En sus Etimologías, san Isidoro de Sevi- que llegan a poner los gallos colorados lla, lo describe de la siguiente manera: cuando están muy viejos o han cumplido El basilisco es nombre griego, que se siete años. Generalmente esto sucede interpreta en latín como regulus, porque en una noche de luna llena y exacta- es el rey de las serpientes, hasta el pun- mente a media noche; también puede to de que todos escapan de su presen- ocurrir que sea puesto por las gallinas, cia porque los mata con su aliento; e in- viejas y con espolones, o una ponedora cluso al hombre le causa la muerte si le cansada, que al hacerlo canta como el pone la vista encima. Ningún ave vola- gallo. Cuando ha sido un gallo el que ha dora escapa si ve al basilisco, pues, in- puesto el huevo, la gallina más vieja del cluso desde muy lejos, es quemada por corral se pone a cantar. Se recomienda el fuego de su boca. Sin embargo, es entonces matar en el acto a ambos ani- vencido por las comadrejas que colocan males. Se supone que este huevo es los hombres en los agujeros de la tierra incubado por un sapo, de ahí las carac- donde se esconden. En cuanto ve una, terísticas híbridas del animal. Cuando en escapa, pero ella le persigue y lo mata. el nido se encuentra un huevo vacío, En efecto, el padre común no ha creado surge la sospecha de que ha nacido de nada sin su remedio. Tiene medio pie de él este maligno monstruo (Ambrosetti, largo, y está manchado con líneas blan- 1917:228; Coluccio, 1991:151; 1964:260 cas. Como los escorpiones, busca los -261; Borges y Guerrero, óp. cit.:37; lugares áridos; si se acerca a las aguas Bueno Sánchez: óp. cit.:68-69). y pica a alguien, éste se vuelve hidrófo- Se dice que al nacer, el animal, tiene la bo y linfático. Este mismo animal se lla- forma de un gusano colorado que corre ma también silbido, pues mata silbando, como una lagartija y se aposenta bajo la antes de morder o de abrasar (De Sevi- casa, los establos o "enraje", donde per- lla, 1982). manece oculto hasta volverse basilisco, Regresando a nuestro continente, en lo que ocurre al cabo de un año. El Basi- Argentina el mito refiere, al igual que en lisco se asemeja a un reptil o serpiente Europa, que este ser nace de un huevo con patas muy cortas, pico y cresta de diminuto y estéril, sin yema o “huero”, gallo, de color pardo. Tiene una cabeza 51 muy grande en la que sobresalen los nalmente muere, si no se toman medi- ojos luminosos, redondos y sin párpa- das para echar al animal. El cual no dos. En Santiago del Estero se lo repre- abandonará la casa hasta que mate a senta con la forma de un "chelko" o la- todos garto negro, o de un enorme gusano con 1917:229; Colluccio, 1964:261; Colom- un solo ojo en el medio de la frente. Otra bres: óp. cit.). de las referencias nos dice que no abul- Puede suceder que cuando en la casa ta más de un palmo y que emite un can- hay una madre amamantando, el animal to monótono que se asemeja al del ga- aprovecha su sueño para deslizarse llo. cautelosamente hasta su seno y le suc- En la zona de Jujuy y parte de la puna ciona la leche, mientras entretiene al ni- se asegura que este animal se parece a ño dándole a chupar su cola. En la re- los lagartos, pero en la zona de los va- gión central de Chile existe la misma lles y parte de Tucumán, Santiago y Ca- creencia respecto a la culebra común, tamarca, muchos pobladores mencionan mientras que en México encontramos un que tiene un solo ojo en la frente. mito similar en el que interviene la Ma- Dentro de la mitología popular se cree zacuata. que este ser monstruoso huye de la luz Lo anterior ha hecho que se le atribu- del día, guareciéndose en los techos de yan, las muertes súbitas, provocadas las casas o en las ranuras de las pare- por causas desconocidas, al igual que des, donde no llega el sol, y espera has- una forma de histeria femenina común- ta que caiga la noche para entrar a las mente llamada "daño", que suele com- habitaciones donde duermen las fami- plicarse con epilepsia (Ambrosetti, 1917: lias, para comerles la “flema” y con ello 229-230). el aliento, la energía vital. La víctima co- Cualquier animal o persona que llega a mienza a adelgazar hasta quedar como sorprenderlo en su escondite y a mirarlo un esqueleto, generalmente estas perso- a los ojos quedarán aniquilados instan- nas tienen una tos seca. Se dice enton- táneamente, ya que tiene en los ojos un ces que el enfermo entonces "se va po- fuego devastador, similar a la Gorgona niendo maganta… se va secando" y fi- clásica. En el mejor de los casos la per52 sus habitantes (Ambrosetti, sona puede salvarse, pero quedará cie- todas clases de animales de corral. go o paralizado para el resto de su vida. Entonces, un día temprano entró la Sin embargo, quien logre verlo antes de señora a una pieza y cayó como que pueda fijar la mirada en uno, podrá desdescompuesta, como muerta, en matarlo. el suelo. Entonces, uno de los chicos Evidente heredero de la tradición greco- si alarma y grita y lo llama al papá y romana, es tan horrible que ni él mismo le dice: —Papá, mire que la mamá cayó puede aguantar su propia imagen reflejada en el espejo. De ahí que la mejor ahí, en la pieza. manera de protegerse sea cubrirse la Y corre uno de los chicos a verla y al cara con uno, o colocarlos frente a la entrar por la misma puerta por donde puerta o ventana por la que se supone había entrado esta señora, miró el que ha de entrar; cuando el animal se chico para arriba, y cayó él también mira en el espejo, con horrendo chillido en la misma forma que la señora. se derretirá. Luego hay que echarle Después viene el otro chico y pasa aceite y grasa en el lugar en que se di- lo mismo. solvió y posteriormente encender fuego Al mirar así, para el umbral* de la ahí mismo donde se dio su desaparición, puerta, cae también el chico ahí. En- realizado este acto deberán pasar 24 tonces el señor, el esposo, pensó: horas antes de que se aleje la maldición —No vaya a ser éste el basilisco, (Coluccio, que dicen que sabe salir de los hue- 1991:151; López Breard: 1986). vos de las gallinas, esos huevitos El relato 290, uno de los 8 que Vidal de chiquititos. Battini recopila sobre basiliscos, en las Entonces, él, rápido si acordó que no provincias de Argentina, refiere que: sé qué señora li había dicho que la Don Avitón Juárez contaba que ha- única forma de matarlo al basilisco bía una familia formada por el pa- era hacerlo ver su propia figura refle- dre, la madre y dos o tres hijos. En jada en un espejo. Entonces corrió a la casa acostumbraban a criar mu- la pieza adonde ellos usaban para chos animales, gallinas, pavos, de lavarse, peinarse, y sacó un espejo 53 grande que tenían, muy antiguo, Pero todos decían que al no matarlo vino con el espejo poniéndoselo al bicho, la gente tenía que morir, y delante de él, cosa de que se tape que si no hubiera sido por el espejo la figura de él. Entonces al entrar a no se salva él ni se salva la familia. la pieza con el espejo por delante, Antonia Díaz de Páez, 46 años. Los sentía que quedaba con vida y en- Sarmientos. Chilecito. tonce pasó el umbral de la puerta, La Rioja. 1968. poniendo el espejo para que dé (Vidal de Battini, 1984:458-459). bien al umbral, y sintió como un rui- Otra de las recomendaciones que se ha- dito, que cayó algo. Y pasó, entró a cen para prevenir sus ataques es que la pieza donde 'taba su familia des- escuche el canto de un gallo ya que este compuesta, vaya a saber, en un sonido lo asfixia. Por esta razón, y el paso de la muerte. Y entonce vio gran temor que causa el Basilisco, mu- en el suelo un bicho que era pareci- chos viajeros solían ir acompañados de do a un matuasto, a esos bichos un gallo. En cualquier caso siempre se que salen aquí, en el río, en la are- recomienda recurrir a un brujo, o espe- na, entre las piedras, parecido, así, cialista que usará su arte y algunos re- con los ojos muy grandes. Él decía cursos como tirarle agua bendita hervi- que había visto los ojos, pero otros da, para intentar deshacerse del animal opinaban que tenía un solo ojo (Borges y Guerrero, óp. cit.:37; Coluccio, grande, así redondo, sin párpado, óp. cit.151; López Breard, óp. cit.). así grande. Entonce el señor acu- Por desgracia, no hay una manera efec- dió con una pala, lo sacó afuera y tiva de combatirlo, ya que ni los brujos recién auxilió a la familia. Pero to- más experimentados pueden destruir dos decían que ése era el basilisco, este flagelo: la manera tradicional y más que había que quemarlo la única segura de liberarse de él es incendiando forma que desaparecía quemándo- la casa. Existe una receta que aplican lo. Y lo quemaron, y la familia se solamente algunos hechiceros muy ex- salvó escasamente de la muerte, pertos para desalojarlo: "Se colocan dos varillas de mechay porque parece que no la miró bien. 54 en forma de cruz en las cuatro es- totalmente, antes de que nazca el ani- quinas de la casa, a continuación mal y la tragedia se suscite. se riega el piso con agua bendita Sobre la presencia de estos huevos, hirviente" (Coluccio, óp. cit.:151). Ambrosetti menciona: La receta anterior se aplica cuando hay Tales huevos son los que se lla- algún enfermo de "tos seca" en la vivien- man ordinariamente hueros, es da y se presume que su mal es causado decir, sin yemas y cuando sospe- por la presencia de un Basilisco. De tal chan que alguno lo es, lo entierran modo, puede escucharse el silbido del profundamente, apisonando la tie- engendro y lograr desalojarlo. Empero, rra y haciendo sobre ella una cruz esta "machina" no mejora al paciente, con un palo o cuchillo. pero se tiene así la certeza de que el día Si en alguna nidada por casuali- en que fallezca también morirá el basilis- dad encuentran un huevo vacío, co, salvándose el resto de la familia de creen que de allí ha salido un basi- tan peligroso enemigo. Estos ritos, si lisco, y se lanzan a buscarlo; excu- bien observan características cristianas, sado es decir que cualquier larva o como ya se mencionó, son llevados ade- gusano que encuentren por las in- lante por brujos locales (Ídem.). mediaciones es, de no conocerlo, Debido a lo anterior es que se deben ex- arrojado al fuego sin más trámite tremar los cuidados para destruir y que- (Ambrosetti, óp. cit.:223). mar sus huevos antes de que el animal Hoy en día, cuando el folklore tradicional nazca, teniendo en cuenta que su gesta- parece diluirse la imagen del basilisco ción dura alrededor de un día. El huevo resurge, ha pasado a la literatura con- también, puede ser enterrado profunda- temporánea. Un claro ejemplo lo tene- mente. mos en “Modelo para armar” de Julio Es común que en el campo, todavía hoy, Cortázar (1995), donde el basilisco se al encontrarse con esos huevos peque- convierte en un personaje más. O bien ños la gente sienta pánico y los ponga al lo encontramos en la pintura naíf, en fuego de inmediato, en la parte central que la pintora santafecina Susana Esre- de una fogata hasta que se consuma quis recrea de manera encantadora el 55 mito, en su cuadro Retrato de una mal- parado en actitud de cantar. En el lado dad. Se trata de un pequeño cuadro de derecho observamos que del nido sale 31 cm X 27 cm realizado en acrílico so- una especie de humo gris y sobre el bre tela y madera. En el que la artista ha huevo pequeño, apenas se distingue un sintetizado la leyenda y la plasma a ma- sapo rojo que lo está incubando. A conti- nera de texto, permitiendo una lectura a nuación, en la parte inferior se advierte través de la cual identificamos cada ele- al pequeño Basilisco surgiendo del hue- mento de la tradición (Fig. 9). vo. En el centro de la pintura y como eje del En un tercer plano, en el sector derecho relato se destaca el basilisco adulto, que reparamos en una serie de casas blan- ocupa casi la altura total de la represen- cas con techos rojos, junto a una de tación, misma que está dividida en dos ellas se distingue un molino de viento. planos, izquierdo y derecho. La artista ha plasmado la vasta exten- El animal se encuentra en un campo sión de la campiña donde predominan cultivado y cercado, en el que hay clava- los pastos verdes y ha colocando pe- do un letrero donde se lee el título de la queños grupos de árboles que dan ma- obra. Se mantiene erguido y amenazan- yor armonía y sensación de lejanía. En te, con la parte posterior de su cola. Tie- este mismo plano, pero en el lado iz- ne las fauces abiertas mostrando sus quierdo se advierte un grupo de perso- colmillos y la lengua bífida. Posee la ca- nas que han sido víctimas del Basilisco. racterística cresta de gallo. Un punto interesante del análisis son los En la parte posterior, en el segundo colores empleados por la autora, utili- plano, hallamos la secuencia de su apa- zando una degradación de verdes, en la rición, en cuatro imágenes, comenzando parte inferior donde se representa la de izquierda a derecha, desde que el campiña; y azules en el cielo, en el que huevo del basilisco es puesto por el ga- distinguimos el atardecer cubierto por llo colorado. En la imagen siguiente se nubes azules que se difuminan hasta un ve al gallo frente al nido, que contiene tono más oscuro, lo que otorga mayor tres huevos de los cuales uno es mucho dramatismo a la pintura. más pequeño que los otros. El gallo está Como hemos podido apreciar, la exis56 Fig. 9. Retrato de una maldad. Cortesía de Susana Esrequis. 57 tencia de este ser, no es algo que se du- misionera, valles calchaquíes; las de, todavía hoy al calor del hogar se re- pampas. La cultura Argentina, conoce su presencia en las historias de Buenos Aires, Argentina. los abuelos, ha sobrevivido a la modernidad, reptando desde la Grecia clásica y Benítez, Justo Pastor escondiéndose entre las grietas de los 1963 “El colorido folklore paraguayo” en vetustos edificios medievales; llegó a los Journal of Inter-American Studies. barcos y se trasladó a nuestro continen- Vol. V. N° 3. Julio. Florida. Pp.371- te, donde se ha refugiado, sobre todo en 377. el cono Sur, hasta nuestros días poblando en el imaginario de los campesinos y Bestiario de Aberdeen todo aquel que se atreva nuevamente a C.1200 Biblioteca de la Universidad de Aberdeen, MS.24. Escocia. Dis- darle vida. ponible en https://www.abdn.ac. Bibliografía uk/bestiary/history, consultada en Aldrovandi, Ulisse enero de 2015. 1642 Monstrorum historia cum Paralipo- menis historiae omnium animalium. Borges, Jorge Luis y Margarita Guerrero Bartholomaeus Ambrosinus in pa- 2001 Manual de Zoología Fantástica, trio bonon Archigymnasio Simpl. Colección Breviarios N° 125. Fon- Med. Professor Ordinarius, Museis do de Cultura Económica. Méxi- ilustriss. Senatus Bonon, et Horti co. publici Prefectus labore, et studio volumen composuit. Marcus Anto- Bueno Sánchez, Gustavo nius Bernia in lucem edidit. Proprijs 1978 “Ontogenia y filogenia del basilisco” sumptibus [...] cum indice copiosis- en Revista El Basilisco, Nº 1, Ma- simo, Bologna. drid. Pp. 64-79. Ambrosetti, Juan B. Capella, Marciano 1917 Supersticiones y leyendas; región 1476 58 De nuptiis Philologiae et Mercurii, ms. urb lat 329 f 149v, Biblioteca Croisset, Juan Apostólica Vaticana, Italia. 1847 Novísimo año cristiano, o ejercicios devotos para todos los días del Cervantes Saavedra, Miguel de año. Adicionado con las vidas de 1835 El ingenioso hidalgo Don Quijote los santos y festividades que cele- de la Mancha, Librería Europea bra la iglesia de España, y que es- de Baudry, Imprenta de Everat, cribieron los PP. Fray Pedro Cen- París. teno y Fray Juan de Rojas. Aumentada con el martirologio romano Colombres, Adolfo íntegro, los santos nuevamente 1986 Seres sobrenaturales de la cultura aprobados, himnos y secuencias popular argentina. Biblioteca de que canta la iglesia, Mayo, Traduci- Cultura Popular. Ediciones del Sol. do por el P. José Francisco de Isla. Buenos Aires, Argentina. Librería católica de Pons y Ca., Barcelona, España. Coluccio, Félix De Sevilla, Isidoro 1964 Diccionario Folklórico Argentino. 1982 Etimologías, edición bilingüe; texto Ed. Corregidor. Buenos Aires, Ar- latino, versión española y notas por gentina. J. Oroz Reta y M. A. Marcos Cas1991 “Creencias populares del Nordeste quero; introducción de M. 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Vidal de Battini, Berta Elena 1984 Cuentos y leyendas populares de la Argentina, Tomo VIII, Leyendas, Ediciones Culturales Argenti- nas, Ministerio de Educación y Justicia, Secretaría de Cultura, Argentina. 61 EL CARÁCTER VENUSINO EN EL TONALPOHUALLI DE LOS CÓDICES BORGIA, VATICANO B Y COSPI Ofelia Márquez Huitzil1 Introducción L os códices Borgia, Vaticano B y Cospi comparten características intrínsecas vinculadas con los ciclos venusinos, lo que es observable desde sus prime- ras ocho láminas, ya que en cada uno se despliega un Tonalpohualli completo con una organización particular. El Códice Borgia, Codex Borgianus o Manuscrito de Velletri (1898), debe su nombre al Cardenal Stefano Borgia, quien lo adquiriera en el Palacio Giustiniani, de la familia del mismo nombre, en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando los hijos de los sirvientes lo arrojaron al fuego (Alcina Franch, 1992:167). Por este hecho, el códice perteneció en primera instancia, al Museo Velletri, propiedad de la familia Borgia, y después a la Biblioteca Borgiana en 1809, cuando la Santa Congregazione de Propaganda Fide ganara en un juicio por las propiedades del cardenal Borgia, a su muerte. Más tarde, el Códice pasó al Museo Etnográfico Borgiano y, en 1902, a la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en donde se encuentra actualmente. No obstante, Manuel Hermann Lejarazu (2009:16) toma en cuenta la versión de Franz Ehrle (1898), pues éste fue prefecto de la Biblioteca Vaticana, y afirmó que: …el Códice había sido salvado de un auto de fe en México y que un ex alumno de Francisco Xavier Clavijero lo había sacado del fuego para posteriormente enviárselo a Stefano Borgia en 1762” (Hermann, óp.cit.:17). 1 Doctora en Estudios Mesoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras y el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM (2009), Maestría en Artes Visuales de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM (1988), Licenciatura en Diseño de la École Nationale Superière des Arts Décoratifs de Paris del Ministerio francés de la Cultura (1985). Estancia Posdoctoral en el Posgrado en Historia y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia del INAH (2010-2012). 62 Sin embargo, en la lámina 68 del mismo Loubat de 1904. Esta edición mexicana, Códice, aparece una leyenda con carac- reprodujo el facsímil que el arquitecto teres italianos del siglo XVI en donde se Ramón Rodríguez Arangoiti hiciera en señala como un documento concernien- 1986, en el cual, la precisión de los dibu- te a los días de la semana. Por todo es- jos y de los colores, proporciona la infor- to, Hermann deduce que el documento mación de la que carecen otras edicio- fue salvado sí, de un auto de fe, pero del nes. siglo XVI (Hermann, óp.cit.:17), y que Respecto del Códice Vaticano B, Codex luego fue abandonado en alguna biblio- Vaticanus 3773, Códice Vaticano Rituale teca de Europa o de América, para final- o Códice Fábrega, éste era ya parte de mente, ser vendido u obsequiado al car- la Biblioteca Apostólica del Vaticano, en- denal Stefano Borgia. tre 1565 y 1570 (Ibíd.:174), pues apare- El documento consta de 39 folios, de los ce en el Catálogo de Rainaldi de 1596- cuales 76 láminas están pintadas. Su 1600, sin llevar el número de cataloga- soporte es de piel de venado con un for- ción de Marcelo Cervini, anterior a 1555. mato casi cuadrado de 26.5 x 27 cm, so- Parece haber ingresado a este lugar, bre una base de imprimatura de estuco, junto con el Códice Ríos, gracias al car- por lo que el total de su superficie pinta- denal Amulio, quien fuera embajador en da es de 10.30 m x 27 cm (Alcina la corte de Carlos V y de Felipe II y más Franch, óp.cit.:68). tarde bibliotecario del Vaticano. Numerosas han sido sus ediciones des- El Códice mide 7.24 m x 12.5 y 13 cm de los años 30 del siglo XIX cuando Lord de altura. Está plegado en forma de Kingsborough (1831-1848) lo mandó biombo y consta de 49 folios, de los cua- editar con reproducciones de los dibujos les, tenemos 96 láminas pintadas. Cada hechos por Agostino Aglio, a partir de lámina tiene 14.7 x 12.7 cm. Fue pintado los originales. Otra edición que destaca sobre piel de venado con una capa de es la de 1980, por parte del Fondo de imprimatura de estuco (Ídem.). Cultura Económica en México, con el El Vaticano B ha sido estudiado por estudio introductorio que Eduard Seler Franz Ehrle, quien hizo una introducción preparó para la edición del Duque de a la edición que en 1896 patrocinó el 63 duque de Loubat, mientras que Francis- lerio Zani, quien en 1665, lo obsequiara co del Paso y Troncoso (1896) hizo un al Marqués Ferdinando di Cospi, sena- estudio del códice, en su trabajo Los li- dor de Bolonia, para más tarde formar bros del Anáhuac para el Congreso In- parte del Instituto de las Ciencias y las ternacional de Americanistas de 1895 Artes de Bolonia, y enseguida, a la Bi- (Alcina Franch, óp.cit.:175). Existe un blioteca Universitaria de Bolonia, en análisis del códice de Eduard Seler para donde se encuentra hasta nuestros días. la edición de 1902, patrocinada por el La totalidad del Códice es de 3.64 m de Duque de Loubat. Este análisis se cen- largo por 18 cm de altura. Hecho sobre tra en aspectos de carácter astronómico. piel de venado con imprimatura de estu- Más tarde, bajo una perspectiva diferen- co, tiene un total de 20 folios, de los te, centrada más en los aspectos ritua- cuales, les, Karl Anton Nowotny, en 1961, anali- (Ídem.). za este códice en su trabajo Tlacuilolli Del Códice Cospi, como lo menciona (2005). Por otra parte, Anders, Jansen y Alcina Franch (Alcina Franch, 1992:169) Reyes García (1992a) presentaron un Francisco del Paso y Troncoso en 1895, estudio semiótico del Vaticano B, para el hace un estudio para el Congreso Inter- Fondo de Cultura Económica en 1992 al nacional de Americanistas del mismo que denominaron Manual del adivino, año, en este trabajo encuentra la dife- libro explicativo del llamado Códice Vati- rencia entre dos amanuenses en el códi- cano B. ce, en términos de minuciosidad en el Por otra parte, el Códice Cospi, Codex trazo. Mientras que Hamy en 1901 Cospianus, Códice di Bologna, Calenda- (Íbid.:170) encontró rasgos mayas en la rio messicano 4093 de la Biblioteca Uni- enumeración. Eduard Seler, en el primer versitaria de Bolonia, o Libro della Cina, tomo de su obra Collected Works in Me- Códice de Bolonia o Codice Bolognese, soamerican linguistics and Archaeology como lo denominó Francisco del Paso y (Seler, 1996), realiza un análisis breve, Troncoso (Alcina Franch, óp. cit.:169) en pero fundamental del códice, con res- su prólogo a la edición del Duque de pecto a la manera en que los Señores Loubat de 1898, perteneció al conde Va- de la Noche o Novenos, se representan 64 24 láminas están pintadas de manera abreviada. Karl Anton No- El Tonalpohualli desplegado en las wotny (2005:144-147, 206), aborda el primeras ocho láminas estudio de una parte de este códice en Respecto del Tonalpohualli que aparece su trabajo Tlacuilolli. Ferdinand Anders, desplegado en las primeras ocho lámi- Maarten Jansen y Peter Van Der Loo nas en cada uno de estos tres códices, (1994) lo llaman el Calendario de pro- debemos de mencionar que, mientras nósticos y ofrendas. Libro explicativo del que la lectura del mismo se desarrolla llamado Códice Cospi, para la edición del extremo inferior derecho, hacia la que patrocinó la Akademische Druck –u. izquierda en el Códice Borgia, tanto en Verlagsanstalt y el Fondo de Cultura el Códice Vaticano B, como en el Cospi Económica, en México en 1994. Carmen (1971), la lectura se desarrolla del extre- Aguilera también hizo un estudio impor- mo inferior izquierdo hacia la derecha, lo tante del Cospi para la edición patrocina- que constituye un argumento a favor de da por el Gobierno del Estado de Puebla que estos dos últimos códices se elabo- a través del Centro Regional de Puebla raron ya durante la colonia, en el siglo 2 del INAH XVI, con un orden de lectura eminente- en 1988. Tanto el Códice Cospi, como el Códice Laud, han sido mente occidental (Fig. 1). objeto de un análisis comparativo con El Tonalpohualli o cuenta de los días, datos etnográficos, llevados a cabo des- que consta de 260 días, es el resultado de 1933 por Paul Radin (1935) y Jena de la combinación simultánea de 20 sig- Schultze en 1938, respecto de las ofren- nos3 con 13 numerales. De manera que das contadas entre los tlapanecos de veinte signos de los días forman una Guerrero, trabajo que fue perfeccionado veintena (Fig. 2), y trece veintenas for- y superado por la etnohistoriadora Da- man un Tonalpohualli completo, desple- nièle Dehouve entre 2001 y 2007. gándose en una lectura que va de derecha a izquierda en el Códice Borgia (Fig. 2 Instituto Nacional de Antropología e Historia, México. 3 Los veinte signos de los días siempre aparecen en el mismo orden, y son: Lagarto, Viento, Casa, Lagartija, Serpiente, Muerte, Venado, Conejo, Agua, Perro, Mono, Hierba seca, Caña o Carrizo, Jaguar, Águila, Buitre, Movimiento, Pedernal, Lluvia y Flor. 3), o bien, desplegándose de izquierda a derecha, en los códices Vaticano B y Cospi. 65 66 Fig. 1, El tonalpohualli de 260 días en las primeras 8 láminas de los códices Borgia, 1898; Vaticano B, Anders, Jansen y Reyes García, 1992a y Cospi, 1971. Fig. 2. Lectura de los veinte signos de los días de derecha a izquierda. Detalles de las láminas 1, 2 y 3 del Códice Borgia, 1898. 67 Fig. 3. Bloques de las 13 veintenas en el tonalpohualli del Códice Borgia, 1898. Por otra parte, las trecenas o numerales que generalmente se encuentran seña- ladas por puntos rojos en otros códices, como el Borbónico o el Telleriano Remensis, están implícitas e implícitos en los códices que estamos estudiando, por la posición que les corresponde de acuerdo a las 52 columnas de cinco signos que se forman al cabo de las ocho láminas en cuestión. El número 52 es asimismo el total de cuatro trecenas, por lo que las ocho láminas forman el total de veinte trecenas divididas en cuatro, siendo cada cuarto, la superposición de cinco trecenas (Fig. 4). En las láminas 5 y 6 (de derecha a izquierda) del Códice Borgia, tenemos co- mo ejemplos de la combinación de un signo de los días con un numeral, dentro de las trecenas formadas por estas láminas, a los signos: 1 Lagartija, 3 Muerte, 8 Águila y 10 Serpiente como podemos observar en la figura 5. Orientación cósmica de las trecenas en el Tonalpohualli El que las ocho láminas del Tonalpohualli lo dividan en cuatro cuartos de veinte Fig. 4. Bloques de las 20 trecenas en el tonalpohualli del Códice Borgia, 1898. trecenas cada uno, es un hecho más que significativo, porque implica que se 68 Fig. 5. Los signos 1 Lagartija, 3 Muerte, 8 Águila y 10 Serpiente (de derecha a izquierda), en las láminas 7 y 8 del Códice Borgia, 1898. Fig. 6. Las 5 trecenas de las Cihuateteo (de derecha a izquierda): 1 Venado, 1 Lluvia, 1 Mono, 1 Casa, 1 Águila, en las láminas 47 y 48 del Códice Borgia, 1898. 69 superpongan cinco signos, formando 13 con una región de abundancia y creci- columnas con un numeral correspon- miento, por lo que dicho investigador diente a cada una, y que al cabo se for- considera que todo el primer cuarto del men 52 columnas en total, como hemos Tonalpohualli, corresponde al Este. podido observar. Seler (1980, Vol. I:21- Respecto al segundo cuarto del Tonal- 27) argumentó la idea de que los cuatro pohualli, de acuerdo con el mismo inves- cuartos del Tonalpohualli, correspon- tigador, la figura que se encuentra deba- dían, cada uno, a un rumbo cósmico. Su jo del signo inicial, 1 Jaguar, es la de idea se basó en el hecho de que por de- Tezcatlipoca Negro, dios que es asimila- bajo del primer signo de los días, en el do a la constelación de la Osa Mayor, en primer cuarto del Tonalpohualli, Uno La- el Norte, por el pie que le falta, en la His- garto, se encuentra un sacerdote de toria de los mexicanos por sus pinturas Ehécatl-Quetzalcóatl, con el copilli o go- (Tena, 2002:35). En el segundo cuarto rro cónico truncado que lo caracteriza, del Códice Vaticano B la figura ya no es así como con ómitl y el huiztli, el punzón visible, pero en el Códice Cospi, se ve la de hueso y la espina de maguey para el figura de Tezcatlipoca, en su advocación autosacrificio, además de su pintura cor- del Tezcatlipoca Rojo, complementario poral negra de sacerdote. Dicha figura al Negro. tiene un pie dentro del agua, hecho que Respecto a la figura que se encuentra Seler (Ídem.) asocia con el mito de los debajo del signo inicial del tercer cuarto Anales de Cuauhtitlán en el que el sa- del Tonalpohualli, 1 Venado, en el Bor- cerdote muere en el mar del Este para gia, vemos que se trata de una mujer transformarse en lucero matutino. Por por la falda que porta, con una máscara otra parte, en el Vaticano B, la figura en de Tláloc. Es el rumbo de las mujeres, cuestión es la de Tláloc, con los colores como su nombre en náhuatl lo indica, el azul y verde, y con los pies sumergidos Cihuatlampa. El rumbo cósmico por el en el agua, lo que refiere una región de que las mujeres endiosadas, muertas en vegetación, mientras que en el Códice el parto, acompañaban al Sol desde el Cospi, la figura representada es la de cenit, hasta el ocaso, en el Poniente. En una planta color azul, también asociada el Códice Vaticano B, la figura femenina 70 correspondiente, lleva rostro de calavera ción específica de cada signo, podemos y garras de águila y/o de jaguar, lo que ya suponer, que los signos con los que la asimila a la diosa serpiente de la tie- inicia cada cuarto del Tonalpohualli: 1 rra, Cihuacóatl de los Primeros Memo- Lagarto, 1 Jaguar, 1 Venado y 1 Flor, riales, lámina 74v, de Sahagún (1993), tienen en sí mismos una orientación es- cuyo emblema es, ya sea una garra de pecífica de acuerdo con el cuarto del To- águila cuauhtetepoyo chimalli, o una ga- nalpohualli que encabezan. rra de jaguar, oçelotetepoyo chimalli. En el Códice Cospi también aparece una Orientación cósmica de los días vin- figura femenina, reconocible por la falda culados a las Cihuateteo y a los que porta. Ahuiateteo En relación con el cuarto cuarto del To- Otro argumento que justifica la orienta- nalpohualli que de acuerdo con la lógica ción cósmica de cada uno de los signos que hemos seguido, vemos por debajo de los días, es la presencia de las Cinco del signo 1 Flor con el que comienza, en Cihuateteo, mujeres endiosadas muer- el Códice Borgia, tenemos a una figura tas en el parto, y de los Cinco Ahuiate- humana arrodillada sosteniendo una es- teo, dioses de la voluptuosidad, variacio- pina, lo que nos recuerda que el Sur es nes del dios Macuilxóchitl, Cinco Flor, el lugar de las espinas, el Huitznahua. dios de la danza, compañeros de las En el Vaticano B, vemos a un ser que Cihuateteo, en las láminas 47 y 48 del practica el autosacrificio con una espina Códice Borgia, y en las láminas 77 a 79 de maguey, y en el Cospi también apa- del Códice Vaticano B. En estas láminas rece representada a una figura practi- aparecen desplegadas las cinco trece- cando el autosacrificio. nas que corresponden al cuarto del To- Por todo esto, podemos constatar que la nalpohualli del Oeste, cada trecena junto orientación de cada cuarto del Tonal- a cada una de las Cihuateteo, y las cin- pohualli no es gratuita y que el conjunto co trecenas que corresponden al cuarto tiene un orden regular en el que se alter- del Tonalpohualli del Sur, junto a cada nan los rumbos Este, Norte, Oeste y uno de los Ahuiateteo. Sur. Aunque Seler no señaló la orienta- Las trecenas que corresponden a las 71 diosas, son las que comienzan con los ja, 1 Buitre y 1 Conejo, días que corres- días 1 Venado, 1 Lluvia, 1 Mono, 1 Casa ponden al cuarto del Tonalpohualli del y 1 Águila, días que podemos deducir, Sur. Asimismo, aparecen completos los corresponden, o se identifican con el signos 5 Lagartija, 5 Buitre, 5 Conejo, 5 Oeste, ya que forman la columna inicial Flor y 5 Hierba seca, en lugar de puntos de este cuarto del Tonalpohualli. Asimis- rojos, en cada trecena, además de que mo, aparecen completos los signos 5 corresponden al nombre de cada Ahuia- Mono, 5 Casa, 5 Águila, 5 Venado y 5 teteo, entre los cuales destaca la repre- Lluvia, en lugar de puntos rojos, en cada sentación de 5 Flor, Macuilxóchitl, quien trecena, y nuevamente aparecen com- aparece como una de las caracterizacio- pletos al final, como 13 Lluvia, 13 Mono, nes del Tezcatlipoca Rojo, ya que porta 13 Casa, 13 Águila y 13 Venado (Fig. 7). la pintura facial de franjas rectangulares De la misma manera, las trecenas que longitudinales rojas y amarillas, estas corresponden a los dioses, son las de últimas, hechas con excremento de be- los días 1 Flor, 1 Hierba seca, 1 Lagarti- bé conecuítlatl, pues se trata de un dios Fig. 7. Las 5 trecenas de los Ahuiateteo (de derecha a izquierda): 1 Flor, 1 Hierba, 1 Lagartija, 1 Buitre, 1 Conejo, en las láminas 47 y 48 del Códice Borgia, 1898. 72 joven. Característica de las representa- signos Mono, Casa, Águila, Venado y ciones del dios 5 Flor, es también la Lluvia, pertenecen al primero, siendo el mano extendida en forma horizontal que signo Casa, el signo portador de los lleva por encima de la boca, y que indica años con orientación Oeste, como vere- su nombre relacionado con el número 5. mos más adelante, así como el signo Al final de las trecenas que vemos junto Venado, con el que inicia el cuarto del a cada dios, están representados en for- Tonalpohualli del Oeste, y los signos La- ma completa los signos 13 Hierba seca, gartija, Buitre, Conejo, Flor y Hierba se- 13 Lagartija, 13 Buitre, 13 Conejo y 13 ca, pertenecen al segundo, al rumbo del Flor (Fig. 8). Sur, y es, entre estos signos, el signo Estas secciones en los códices Borgia y Conejo quien aparece también, como Vaticano B, indican de manera inconfun- signo portador del los años con orienta- dible la orientación de los signos que en- ción Sur, como veremos después, mien- fatizan, con respecto a los rumbos cós- tras que el signo Flor lo hemos visto co- micos del Oeste y del Sur, por lo que los mo signo inicial del cuarto del Tonal- Fig.8. Los signos portadores de los años: Caña, Pedernal, Casa y Conejo, insertados en una orientación cósmica de acuerdo a la lámina 1 del tratado 3° del Códice Durán (1990), y a las columnas del tonalpohualli en el Códice Borgia, 1898. 73 pohualli del Sur. influencia del Sur (Fig. 9). Orientación cósmica de los signos Orientación cósmica de los días en el portadores de los años Códice Dresde Como acabamos de ver en el apartado En el análisis comparativo que hace Se- anterior, un elemento para justificar el ler (1980, Vol. I:226 y 234) entre los sig- hecho de que los signos del Tonal- nos de los días del calendario del Alti- pohualli tienen todos y cada uno una plano mexicano, con los signos de los orientación cósmica específica, es que, días del área maya4, que se encuentran los signos portadores de los años apare- en las láminas 46 a 50 del Códice Dres- cen ya con dichas orientaciones, en la de (Thomson,1988), es evidente que los lámina 1 del Tratado 3º del Códice Du- signos mayas del tzolkin o calendario de rán (1990), elaborado en el siglo XVI, en 260 días, aparecen vinculados con una donde vemos como la trecena de los orientación cósmica específica y que ra- años que inician con el signo Ácatl, Carrizo o Caña, perteneciente, por una par- 4 En las láminas 46-50 del Códice Dresde, los signos chicchan (serpiente), muluc (pez), been (caña), caban (tierra), imix (lirio acuático), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Oeste: Chikín, aunque esos signos mayas corresponderían a los signos cóatl (serpiente), atl (agua), ácatl (caña o carrizo), ollin (movimiento) y cipactli (cocodrilo) del Altiplano central, de orientación Este. Los signos mayas cimi (muerte), oc (perro), ix (jaguar), etznab (espejo), ik (viento), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Sur: Nohol, que corresponderían a los signos miquiztli (muerte), itzcuintli (perro) océlotl (jaguar), técpatl (pedernal) del Altiplano central, de orientación Norte. Los signos mayas manik (venado), chuen (mono), men (águila), cauac (tormenta, relámpago), akbal (noche), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Este: Likín, aunque esos signos mayas corresponderían a los signos mázatl (venado), ozomatli (mono), cuautli (águila), quiáhuitl (lluvia), calli (casa), de orientación Oeste. Por último, los signos mayas lamat (estrella), eb (diente, humano), cib (ave), ahau (señor), kan te, a las columnas de signos con los que inicia el cuarto del Tonalpohualli del Este, aparece dentro de la rúbrica del Este, mientras la trecena de años que inician con el signo Técpatl o Pedernal perteneciente a la columna de signos con los que inicia el cuarto del Tonalpohualli del Norte, se encuentra en la lámina del Códice Durán, bajo la influencia del rumbo cósmico del Norte, así como la trecena de años que inician con el signo Calli o Casa, tiene la influencia del rumbo cósmico del Oeste, y los años que inician con el signo Tochtli o Conejo tienen la 74 Fig. 9. Cada signo de la veintena con su orientación cósmica específica de derecha a izquierda. Detalles de las láminas 1, 2 y 3 del Códice Borgia, 1898. te en el Tonalpohualli y viceversa. tifican, tanto un orden, como una orientación cósmica en los signos del Tonalpohualli aunque desde sentidos opues- Orientaciones cósmicas de los sig- tos, pero sobre un mismo eje cósmico, nos de los días de manera que los signos que en el ca- Por todo lo anterior, podemos entonces lendario maya se vinculan con el Norte, precisar que cada signo de los días tie- en el calendario del altiplano central se ne una orientación cósmica: Lagarto la vincularán con el Sur y viceversa, y los del Este, Viento la del Norte, Casa la del que se relacionan con el Oriente en el Oeste, Lagartija la del Sur, Serpiente es calendario maya, lo harán con el Ponien- del Este, Muerte del Norte, Venado del Oeste, Conejo del Sur, Agua del Este, Perro del Norte, Mono del Oeste, Hierba (maíz, amarillo, cielo), se encuentran vinculados con el rumbo cósmico del Norte: Xamán, aunque esos signos mayas no corresponden en sentido literal a los signos del Altiplano central, podrían ocupar los espacios correspondientes a los signos tochtli (conejo), malinalli (hierba seca), cozcacuauhtli (buitre), xóchitl (flor), cuetzpalin (lagartija), de orientación Sur. seca del Sur, Caña o Carrizo del Este, Jaguar, del Norte, Águila del Oeste, Buitre del Sur, Movimiento del Este, Pedernal del Norte, Lluvia del Oeste, y final75 mente, Flor, del Sur (Fig. 10). Secciones de los ataques de Venus Este mismo orden, al extenderse la su- El carácter venusino en los códices Bor- cesión de signos a 52 columnas, como gia, Vaticano B y Cospi se hace patente múltiplo de las cuatro direcciones, trae en las láminas 53 y 54 del primero, 80 a como consecuencia que el siguiente ren- 84 del segundo, y 9 a 11 del tercero, en glón de trecenas empiece nuevamente donde aparecen representados los ata- con un signo del Este, sucediéndose los ques del dios Tlahuizcalpantecuhtli, Se- signos siguientes de la misma manera, y ñor de la aurora, encarnación humaniza- haciendo que al cabo de todo un Tonal- da del planeta Venus. En dichas lámi- pohualli completo de 260 días, se es- nas, es innegable la presencia de los tructuren columnas de 5 signos con una días que corresponden a la primera co- misma orientación, y con una combina- lumna del Tonalpohualli con orientación ción numeral única de 1 a 13 (Fig. 11). Este: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña o Fig. 10. La combinación de los signos en el tonalpohualli, en columnas de 5 trecenas que ofrece la misma orientación cósmica para 5 signos. Primeras 8 láminas del Códice Borgia, 1898. 76 Fig. 11. Los 5 paneles de los ataques de Venus en las láminas 53 y 54 del Códice Borgia (lectura de derecha a izquierda desde el panel inferior, para continuar de izquierda a derecha en la parte superior), con las trece variaciones numéricas de los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Códice Borgia, 1898. Carrizo y Movimiento, y que por lo tanto, pata de pavo, la pintura corporal blanca tienen que ver con las salidas heliacas con rayas rojas que caracterizaba a los de Venus cada 584 días, tiempo de su huahuantli o destinados al sacrificio, así ciclo sinódico (Figs. 12, 13 y 14). como al dios cazador Camaxtli o Mixcóatl, padre de Quetzalcóatl, quien a su Iconografía de Tlahuizcalpantecuhtli vez es el lucero matutino, en el que se En los tres documentos que estamos convierte al morir, según los Anales de estudiando, Cuauhtitlán y la traducción de Primo Fe- aparece Tlahuizcalpante- cuhtli con varias de las características liciano Velázquez: del Tlahuizcalpantecuhtli de la Foja 14v Se dice que en este año 1 ácatl, ha- del Códice Telleriano Remensis (1899), biendo llegado a la orilla celeste del identificado como tal por el intérprete del agua divina (a la costa del mar), se siglo XVI, y que porta el penacho en for- paró, lloró, cogió sus arreos, aderezó ma de corona de plumas, de cola o de su insignia de plumas y su máscara 77 Fig. 12. Los 5 paneles de los ataques de Venus en las láminas 80 a 84 del Códice Vaticano B (lectura de derecha a izquierda), con las trece variaciones numéricas de los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Anders, Jansen y Reyes García, 1992a. Fig. 13. Los 5 paneles de las láminas 9 a 11 del Códice Cospi, de izquierda a derecha desde el panel inferior izquierdo, de la lámina 9, para continuar hacia arriba, después en la parte superior de la lámina 10 y luego hacia debajo de la misma lámina, terminado en la parte inferior de la lámina 11, con los signos correspondientes al Este en el tonalpohualli: Lagarto, Serpiente, Agua, Caña y Movimiento. Códice Cospi, 1971. 78 Fig. 14. Tlahuizcalpantecuhtli, Venus con el quincunce en el rostro. Detalles de las láminas 53 del Códice Borgia (1898), 80 del Códice Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a), 9 del Códice Cospi (1971) y 8 del Códice TellerianoRemensis (1899). verde […] Luego se atavió, el mismo cielo. Decían los viejos que se convir- se prendió fuego y se quemó. Por tió en la estrella que al alba sale; así eso se llama el quemadero ahí don- como dicen que apareció, cuando él de fue Quetzalcóatl a quemarse. Se murió Quetzalcóatl, a quien por eso dice que cuando ardió, al punto se nombran Señor del Alba [Tlahuizcal- encumbraron sus cenizas, y que pantecuhtli] (Velázquez, 1975:11). aparecieron a verlas todas las aves Tlahuizcalpantecuhtli tiene la boca des- preciosas, que se remontan y visitan carnada, ojos redondos y cejas, en los el cielo: el tlauhquechol, el xiuhtótotl, códices Borgia y Cospi, aunque en el el tzinizcan, los papagayos toznene, Telleriano Remensis aparece un cráneo allome y cochome y tantos otros pá- como yelmo del dios, quien tiene el ros- jaros lindos. Al acabarse sus ceni- tro humanizado y el antifaz que caracte- zas, al momento vieron encumbrar- riza a Mixcóatl. En los tres casos, el dios se el corazón de Quetzalcóatl. Se- lleva el anillo pectoral anáhuatl que ge- gún sabían, fue al cielo y entró en el neralmente porta el Tezcatlipoca Negro, 79 Yayauhqui Tezcatlipoca (Fig. 15). res de Tlatelolco, y que aparece repre- El quincunce de su rostro, es otro de los sentado con un quincunce de formas elementos que definen al Señor de la rectilíneas en el rostro, en el folio 262r aurora y que corresponde a las repre- de los Primeros Memoriales de Saha- sentaciones de Venus en el área maya y gún, del siglo XVI: de las que ya había ofrecido varios Este dios llamado Yacatecuhtli hay ejemplos Eduard Seler (Seler, 1980, Vol. conjetura que començó los tratos y I:187-190), mostrando incluso el desdo- mercaderías entre esta gente y an- blamiento de esta pintura facial en el sí los mercaderes le tomaron por rostro (Fig. 16). dios y le honraban de diversas ma- Por otra parte, existen dioses que no neras (Sahagún, 2003:80). han sido plenamente estudiados y que En esta representación, Yacatecuhtli de alguna manera se vinculan con porta un manto de red con una tela azul Tlahuizcalpantecuhtli y con Quetzalcóatl. por debajo, conocido como xiuhtlalpilli, Uno de estos dioses es Yacatecuhtli, el que generalmente porta Quetzalcóatl, Señor de la nariz, dios de los mercade- además de que lleva un penacho de lar- Fig. 15. Comparación del quincunce en el rostro de Tlahuizcalpantecuhtli, con glifos mayas según Eduard Seler, 1980, Vol. I: 191. 80 gas plumas de quetzal, y en su escudo o tierra muy apartados y remotos chimalli, tiene la greca escalonada espi- (Durán, 1980:118-119). ral como la que tiene dibujada Quetzal- Otro dios vinculado con Quetzalcóatl y cóatl en la banda que rodea su cabeza por ende, con Venus-Tlahuizcalpante- en la lámina 56 del Códice Borgia. La cuhtli, es Omacatl, el dios Dos Caña, greca escalonada que forma una espiral, también representado en los Primeros nos recuerda también la forma del cara- Memoriales de Sahagún, pero en el folio col marino Strombus, cortado en forma 266v, y en la figura 19 del presente tra- transversal, como el que este último dios bajo, en donde vemos su desdoblamien- lleva en el pecho. to virtual. Omacatl aparece descrito en De dios Yacatecuhtli hemos hecho el la obra de Sahagún como dios de los desdoblamiento virtual de su pintura fa- banquetes, y se le describe como: cial en la figura 16 del presente trabajo, …muy ataviado, tiene un casquete para poder observar más claramente el de plumas, tiene puesto un tocado quincunce antes mencionado. Este dios de dardos. Su manto de cordeles se vincula con Quetzalcóatl, pues este con un ribete de anillos rojos. Su último es el dios de los mercaderes de escudo con banderola de papel lle- Cholula, tal y como lo describe fray Die- va en una mano. Tiene un mirador. go Durán: (Está sentado en) su sillita de jun- …este ídolo llamado (Quetzalcóatl) cias” (León Portilla, 1958:151). el cual era el dios de los mercado- De la descripción anterior es interesante res donde empleaban tanto cuando observar, tanto en la imagen como en el hauían grangeado todo el año solo texto, la precisión en torno al tocado en para auentajarse de las demás ciu- forma de corona, que aunque no es de dades y mostrar y dar a entender la plumas de cola o de pata de pavo, como grandeça y riqueça de Chollolan los que caracterizan a Tlahuizcalpante- donde oy en día los naturales de cuhtli en los códices del Grupo Borgia, sí aquella ciudad permanecen en el tiene esta forma enhiesta, colocada jus- trato y contrato de la mercadería to encima de la coronilla, además de corriendo todos los lugares de la que porta la manta de red, sin la tela 81 Fig. 16. Desdoblamiento del rostro de Yacatecuhtli en el folio 262r de los Primeros Memoriales de Sahagún (1993), digitalización de la autora. azul por debajo, pero, otro hecho intere- do por un anillo amarillo y con un borde sante, es que el dios se encuentra sen- ancho blanco y la parte superior roja; tado sobre un atado de cañas, elemento tiene también el conjunto de flechas tla- que se asocia con Venus Tlahuizcalpan- cochtli, el escudo o chimalli y el lanza- tecuhtli-Quetzalcóatl, el 1 Caña, 1 Ácatl, dardos átlatl, que indican su carácter otro de sus nombres. guerrero (Fig. 17). Es importante mencionar que muchos Muchos son los hechos que hacen que son los elementos que Tlahuizcalpante- los dioses Tezcatlipoca y Quetzalcóatl cuhtli comparte con varias de las repre- sean entidades complementarias y pa- sentaciones de Tezcatlipoca en el Códi- ralelas. Por un lado, se consideran her- ce Borgia, láminas 12, 14, 15, 17, 21 y manos, hijos de la pareja primordial To- 69. Esos elementos son: el pectoral en nacatecuhtli y Tonacacíhuatl en la His- formas de ojo o anáhuatl que ya había- toria de los mexicanos por sus pinturas mos mencionado, cuyo centro tiene un (Tena, 2002:25-27). Por otra parte, en fondo oscuro con puntos negros, rodea- la Histoire du Mechique (Tena, 2002: 82 Fig. 17. Desdoblamiento del rostro de Omacatl en el folio 266v de los Primeros Memoriales de Sahagún (1993), digitalización de la autora. 149), entre los dos levantan el cielo y de la Nueva España de Sahagún (Saha- deliberan hacer al hombre que habite en gún, 2003:280-294), y según la Histoire la tierra. También en la Histoire du Me- du Mechique (Tena, óp. cit.:159-165), es chique (Ibíd.:153), ambos dioses se con- atacado por el hechicero nigromante vierten en grandes culebras para estirar Tezcatlipoca, por lo cual tiene que emi- a la diosa de la Tierra, a la cual habían grar al Este. bajado del cielo. Además, Tezcatlipoca El concepto Quetzalcóatl-Tlahuizcalpan- mismo es creador del aire, elemento del tecuhtli se fusiona como ya hicimos cual Ehécatl-Quetzalcóatl es dios, en la mención, en los Anales de Cuauhtitlán. Histoire du Mechique (Ibíd.:55-157). En No obstante, encontramos un hecho in- la Historia de los mexicanos por sus pin- contestable en las láminas 49 y 51 del turas (Ibíd.:33-35), los mismos dioses se Códice Borgia, en donde dicho concepto alternan como soles. Y en la historia parece separarse, pues por una parte, misma de Quetzalcóatl como sacerdote en el extremo superior derecho de la lá- de Tula, según la Historia de las cosas mina 49, Tlahuizcalpantecuhtli parece 83 sostener la bóveda celeste, y también que podemos cuestionarnos en torno a parece situarse entre el día Malinalli, la presencia de Venus como estrella Hierba seca, de acuerdo al orden siste- vespertina que desaparece en el Po- mático de los signos de los días, coloca- niente, como si aquí ésta estuviera re- do en la parte superior de la lámina, por presentada como Quetzalcóatl. Mientras encima de las franjas celestes, y de la que la estrella matutina, del Este, estu- franja de oscuridad celeste que repre- viera representada por Tlahuizcalpante- senta la noche, y que sostiene el dios, cuhtli. para que este último se coloque por en- Es necesario destacar que la pintura fa- cima del día Ácatl, caña o Carrizo, al cial de Tlahuizcalpantecuhtli en la lámi- que parece presidir, como emergiendo na 53 del Códice Borgia, lleva dos líneas de la oscuridad nocturna. Día que tiene longitudinales, una que parte de la comi- una orientación Este, además de que sura de la boca, y otra que parte de la toda la lámina se encuentra por encima comisura del ojo, destacando apenas de la columna de signos con los que em- del rostro gris oscuro. Esta misma pintu- pieza el cuarto del Tonalpohualli del Es- ra facial es la que caracteriza a Xiuhte- te. Y por otra parte, retomando la idea cuhtli, el Señor de la turquesa, dios del inicial de este párrafo, en extremo supe- fuego, como vemos claramente, en la rior derecho de la lámina 51, vemos no a lámina 50 del mismo códice, además del Tlahuizcalpantecuhtli, Señor de la aurora cabello amarillo largo, de fuego, tzon- como tal, sino a Quetzalcóatl, quien tie- cóztic (Fig. 19). ne un ojo desorbitado, indicando su ca- Por otra parte, es un hecho interesante, rácter astral en esta representación, y que tanto en las láminas 53 y 73 del Có- ubicado entre los días Ehécatl, Viento, y dice Borgia, como en las láminas 75 y Calli, Casa, este último de orientación 76 del Códice Vaticano B, uno de los Oeste. En donde, también, como en la dos dioses que abarcan casi toda la su- lámina 49, toda esta lámina se encuen- perficie sea Quetzalcóatl, con todas sus tra por encima de la columna de los sig- características y detalles, lo cual viene a nos con los que empieza el cuarto del formar parte de los argumentos a favor Tonalpohualli del Oeste (Fig. 18), con lo del carácter venusino de dichos códices, 84 Fig. 18. Elementos comunes entre Tezcatlipoca y Tlahuizcalpantecuhtli: pectoral en formas de ojo o anáhuatl, rodeado por un anillo amarillo y con un borde ancho blanco y la parte superior roja; conjunto de flechas tlacochtli, escudo o chimalli y lanzadardos átlatl, que indican su carácter guerrero. Detalles de las láminas 69 y 53 del Códice Borgia, 1898. Fig. 19. Quetzalcóatl y Tlahuizcalpantecuhtli portando o saliendo tangencialmente del cielo. Detalles de las láminas 51 y 49 del Códice Borgia, 1898. 85 pues además en el Borgia, aparece co- que corroboramos la idea de que el Se- mo personaje principal, el sacerdote de ñor de la Aurora, como Quetzalcóatl, se Quetzalcóatl en la sección de las lámi- ubique en el camino de la salida y del nas 29 a 46 (Figs. 20 y 21). ocaso del Sol, acompañándolo tanto co- En la lámina 56 del Borgia y en la 76 del mo lucero matutino y como lucero ves- Vaticano B, vemos también un Tonal- pertino. En la figura 22 señalamos las pohualli completo con los signos de los cuatro primeras trecenas del Tonal- días del Este y del Oeste que encabe- pohualli: 1 Cipactli o Lagarto, 1 Océlotl o zan las trecenas con esa orientación, a Jaguar, 1 Mázatl o Venado y 1 Xóchitl o manera de columna, en el borde dere- Flor, y la manera como se van alternan- cho, y con los signos del Norte y del Sur do en los rumbos cósmicos del Este que en la columna del extremo izquierdo, preside Quetzalcóatl. presidiendo el eje cósmico Este-Oeste el Por otra parte, en las láminas 80 a 84 dios Quetzalcóatl, mientras que el eje del Códice Vaticano B, Tlahuizcalpante- cósmico Norte-Sur del lado izquierdo, es cuhtli, Venus, aparece con rostro hu- presidido por Mictlantecuhtli, el Señor mano, pero con el quincunce y con un del Mictlán, región de los muertos, con lo nuevo aditamento que viene redondean- Fig. 20. Elementos comunes en la pintura facial de Xiuhtecuhtli y de Tlahuizcalpantecuhtli en las láminas 50 y 53 del Códice Borgia, 1898. 86 Fig. 21. Presencia de Venus-Quetzalcóatl en las láminas 53 y 73 del Códice Borgia, 1898. Fig. 22. Presencia de Venus-Quetzalcóatl en las láminas 75 y 76 del Códice Vaticano B. Anders, Jansen y Reyes García, 1992a. 87 do la parte inferior del ojo para terminar hacer sol y habían hecho la guerra sobresaliendo por encima de la nariz. para darle de comer, quiso Quetzal- Este mismo aditamento parece presen- cóatl que su hijo fuese sol, el cual tarse en la Deidad del Oeste, del nume- tenía a él por padre y no tenía ma- ral 7, del relieve en madera de Tikal, y dre, y también quiso que Tlaloca- que fue tomada como ejemplo por Seler teuctli, dios del agua, hiciese a su (Seler, 1902-1903:317), para mostrar la hijo de él y de Chalchiuhtlicue, que asociación de Venus con Tláloc, el dios es su mujer, luna. Y para los hacer de la superficie terrestre o de la lluvia, tal ayunaron, no comiendo […] y sacá- y como aparece representado en otras ronse sangre de las orejas; y por dos obras que también analiza el mismo eso ayunaban y se sacaban sangre investigador. Siendo una de ellas, el re- de las orejas y del cuerpo en sus lieve en piedra del descanso 1 de la Pi- oraciones y sacrificios. Y esto he- ráde la Colección Seler, que se encuen- cho, el Quetzalcóatl tomó a su hijo tra en el Museo Etnológico de Berlín, y y lo arrojó en una grande lumbre, y la otra, la vasija-incensario, cava 1 de de allí salió hecho sol para alum- Pueblo Viejo Quen Santo, que también brar la tierra; y después de muerta pertenece a la misma colección (Fig. la lumbre, vino Tlalocateuctli y echó 23). a su hijo en la ceniza, y salió hecho No es nuevo el vínculo de Tláloc con luna, y por esto parece cenicienta y Tlahuizcalpantecuhtli, y con Quetzal- oscura. Y en este postrero año de cóatl, pues en el capítulo VII de la Histo- este trece comenzó a alumbrar el ria de los mexicanos por sus pinturas, sol, porque hasta entonces había los hijos de ambos, con respecto a la sido noche… (Tena, óp. cit.:39). creación del mundo, se convierten en sol En el trabajo de Ivan Šprajc (1998) Ve- y luna: nus se asocia de diferentes maneras En el treceno año de este segundo con la lluvia y el maíz. Entre los nahuas cuento de trece, que es el año de 26 de Guerrero se invoca a la Santa Cruz el después del diluvio, visto que estaba 3 de mayo, junto con San Nicolás, quien acordado de hacer por los dioses de porta la estrella que representa a Venus, 88 para asegurar lluvias y buenas cose- Venus era visible entre febrero y abril, chas. El mismo planeta es el dueño de así como entre junio y septiembre, perio- las nubes y de las lluvias entre los coras, dos vinculados con el cultivo del maíz y como lucero matutino, y como lucero la época de lluvias (Ibíd.:85-91). vespertino trae del Norte las nubes, las Por todo esto, observamos que efectiva- plumas de la urraca azul y las flores de mente, aunque los periodos venusinos la época de lluvias. Cuando Venus apa- sean de 584 días, mientras que los pe- rece en junio, entre los mismos coras, riodos solares son de 365 días marcan- como estrella matutina, se dice que ma- do éstos últimos los ciclos agrícolas, los ta de un flechazo a la serpiente acuática periodos venusinos coincidirán con cier- con lo que impide el diluvio (Ibíd.:41-43). tas etapas agrícolas de acuerdo a su Por otra parte, en la misma obra de regularidad. Hecho que reinicia sus ci- Šprajc, se invoca entre los lacandones a clos en forma coincidente con un mo- Äh Säh K’in el lucero de la tarde, mien- mento del año, cada 8 años solares, co- tras que el lucero de la mañana es el rrespondientes a 5 ciclos venusinos, o que mata al dios de la lluvia Mensäbäk 2920 días (Fig. 24). De manera que con (Ibíd.:44-45). Entre los kekchís y mopa- respecto a los calendarios de horizonte nes de Belice, Venus o Xulab, es el dios que marcan las salidas del sol con res- de la agricultura así como de la caza y pecto al perfil montañoso Norte-Sur en de la pesca, siendo sus ayudantes los el Oriente y en el Poniente, las salidas Memes, deidades de los cerros, del re- heliacas o las primeras salidas del pla- lámpago y de la lluvia, de la misma ma- neta, en el Oriente, al iniciar sus ciclos, nera en que los Tlaloques son los ayu- como estrella matutina, se ubicarán en dantes de Tláloc en el Altiplano Central diferentes momentos y estaciones del (Ibíd.:45). año. La primera vez, más cerca del sols- De los múltiples ejemplos que Šprajc ticio de verano, otras veces, cerca del proporciona en torno a los paralelos en- solsticio de invierno, o bien, cerca de los tre Tláloc y Venus, destaca el análisis equinoccios de primavera o de otoño que hace el Templo 22 de Copán, ya (Fig. 25). que a través de una de sus ventanas, 89 Fig. 23. Relación de las trecenas del Este y del Oeste con Venus-Quetzalcóatl en la lámina 56 del Códice Borgia, 1898. Fig. 24. Comparación que hace Seler entre el aditamento por encima de la nariz entre el Tlahuizcalpantecuhtli de las láminas 80 a 84 del Códice Vaticano B, con el que lleva la Deidad del Oeste, del numeral 7, del relieve en madera de Tikal (Seler, 1902-1903: 317). 90 Secciones de los ataques de Venus venusino en el signo Agua, terminando en los códices Borgia, Vaticano B y en el signo Hierba seca. Así, el cuarto Cospi ciclo iniciará en Caña o Carrizo, y termi- Retomando el objetivo del presente tra- nará en Buitre, para comenzar el quinto bajo, que es el de fundamentar el carác- ciclo en Movimiento, que concluirá sus ter venusino de los códices Borgia, Vati- 584 días en Flor, por lo que un nuevo cano B y Cospi, debemos de señalar có- ciclo iniciará luego de 5 ciclos, otra vez mo los días del Este: Lagarto, Serpiente, en Lagarto, y continuará desarrollándo- Agua Caña, y Movimiento tienen que ver se como en el primer ciclo, de manera con los ciclos sinódicos de Venus. sistemática y desarrollando otros cuatro Pues bien, el que dichos signos tengan ciclos de la misma manera, siempre ini- que ver con Venus se basa en el hecho ciando en Lagarto, Serpiente, Agua, Ca- de que siendo el ciclo sinódico de este ña o Carrizo y Movimiento (Fig. 26). planeta de 584 días, en dicha cantidad Con respecto a las trece posibilidades pueden desarrollarse 29 ciclos de 20 de cada uno de los signos iniciales de días o veintenas (580 días), sobrando 4 los periodos de Venus que aparecen en días. Al sobrar 4 días, al terminar nues- las láminas 53 y 54 del Códice Borgia, tras 29 veintenas, entableremos la cuen- 80 a 84 del Vaticano B y 9 a 11 del Cos- ta de una nueva veintena, de tal manera pi, Seler (1904, Vol. II:120) hace referen- que si habíamos iniciado nuestras 29 cia y traducción de los Anales de veintenas en el signo Lagarto y termina- Cuauhtitlán en donde se habla de los mos en Flor, al cabo de los 580 días, pa- disparos de la deidad del Lucero matu- ra iniciar nuevamente en Lagarto y llegar tino hacia diferentes sectores de la so- al día 584 en Lagartija o Cuetzpalin que ciedad: es el cuarto día de una nueva veintena, Auh in iuh quimitia…yn ícuac y el número 584 del ciclo venusino, el hualneztiuh siguiente ciclo sinódico de Venus no ini- Y cómo supieron los antiguos…que ciará en Lagarto, sino en Serpiente, ter- cuando aparece (sale) minando su ciclo de 584 días en un Yn tleun ypan tonalli cecentla- signo Conejo, para iniciar el tercer ciclo mantin ynpan miyotia quinmina 91 Fig. 25. Relación de 5 periodos venusinos con 8 periodos del año. Gráfica de la autora. 92 Fig. 26. Perfiles montañosos que funcionan como calendarios de horizonte durante el ciclo solar. Gráfica de la autora. quintlahuilia 1 Flor, dispara contra los niños pe- Según el signo bajo el cual sale, queños hiere a diferentes clases de perso- Auh intla ce ácatl, quinmina tlato- nas con sus rayos, dispara contra que. ellas, contra ellas arroja su luz Y bajo el signo 1 Caña, dispara Intla ce cipactli ypan yauh quin- contra los reyes mina huehuetque ylamatque mo- Mochi yuhqui yntla ce miquiztli, chi yuhque yntla ce océlotl auh intla ce quiáyuitl, quinmina Y bajo el signo 1 Lagarto dispara a in quiyáhuitl los ancianos y ancianas lo mismo Lo mismo bajo el signo 1 Muerte, y bajo el signo 1 Jaguar bajo el signo 1 Caña, dispara con- Yntla ce mázatl, yntla ce xóchitl, tra la lluvia quinmina pipiltotontin Amo quiyáhuiz Bajo el signo 1 Ciervo, bajo el signo No lloverá 93 Auh intla ce ollin, quinmina tel- anterior, con respecto a las salidas he- popochtin ychpopochtin liacas de Venus en otros días que no Y bajo el signo 1 Movimiento, dis- son Lagarto, Serpiente, Caña o Carrizo, para contra jóvenes y doncellas Agua o Movimiento, pueden ser entendi- Auh yntla ce atl, ye tohuáquiz dos dentro de la mecánica que ella plan- Y bajo el signo 1 Agua, hay sequía tea, pues en su artículo: “A method for general dating Venus almanacs in the Borgia (Anales de Cuauhtitlan, citado por Codex” (2001), donde correlacionó las Seler, 1904, Vol. II:120). salidas heliacas de Venus con los sig- Al parecer, Seler intuyó la manera en nos correspondientes que aparecen en que deben de leerse estás láminas en las láminas 53 y 54 de acuerdo con la los códices, aunque parece desfasarse posible época de producción del Códice de una lectura puntual, precisamente Borgia para el Posclásico, aparecen porque parte de un documento originario otros días como salidas heliacas de Ve- en Cuauhtitlán que no puede referirse nus, como días margen, con respecto a exactamente a los lugares específicos los días titulares que acabamos de men- en donde se realizaron los códices en cionar, desglosados en sus trece posibi- cuestión, muy probablemente en el co- lidades. rredor Alta, Respecto a la estimación que Bricker además de que en esta cita, aparecen hace en relación con la producción del como días iniciales de los periodos ve- Códice Borgia en el Posclásico, estamos nusinos, además de los signos ya men- de acuerdo, pues el estilo en el que se cionados, los días 1 Jaguar, 1 Ciervo, 1 elaboró dicho códice, corresponde al de Flor, 1 Muerte. De lo cual Seler no hace la Cerámica policroma tipo Catalina del un análisis exhaustivo. Posclásico Tlaxcala-Puebla-Mixteca de la Región Tlaxcala- Puebla, según lo confirman, los estudios La datación de los almanaques venu- de H.B. Nicholson (1994), Chadwick y sinos según Bricker MacNeish (1967), Eduardo Noguera Gracias al análisis de Victoria Bricker, (1954, 1965, 1996), Florencia Müller los desfases señalados en la sección (1977), 94 Alfonso Caso (1961, 1996 [1927]), Michael Lind (1967), Gilda Her- que corresponde a las variaciones del nández Sánchez (2005), entre otros. En ciclo siguiente a Lagarto, el del signo donde además del estilo se aborda el Serpiente (Fig. 28). análisis de su repertorio iconográfico co- Con 1 Mono, que corresponde al 12 de rroborado con datos arqueológicos. noviembre de 1476, sucede lo mismo, Ahora bien, de acuerdo con la correla- perteneciendo al margen de días de las ción que elaboró Bricker (óp. cit.:S26), el variaciones del signo Agua (Fig. 29). día 2 Ehécatl o 2 Viento, corresponde a De la misma manera, sucede con los la primera salida heliaca de Venus el 31 ciclos que siguen a los antes menciona- de agosto de 1473. Al retomar dicha fe- dos: 1 Buitre correspondiente al 20 de cha para relacionarla con los signos e junio de 1478, 12 Lluvia, que correspon- imágenes del Códice Borgia, de las lámi- de al 24 de enero de 1480 (Fig. 30), pa- nas 53-54, siguiendo el orden de lectura ra iniciar un nuevo ciclo en 9 Lagarto co- de la totalidad del códice de derecha a rrespondiente al 28 de agosto de 1481, izquierda, vemos que ese día aparece del que siguen: 9 Muerte que correspon- dentro del margen de días (en la parte de al 5 de abril de 1483, 8 Perro que co- superior de la escena) del primer rectán- rresponde al 9 de noviembre de 1484, 9 gulo, con respecto al signo Lagarto, en Buitre correspondiente al 18 de junio de la lámina 53, en donde se encuentran 1486, y 6 Pedernal que corresponde al las trece posibilidades de este signo, 21 de enero de 1488 (Fig. 31). desglosadas en torno de la escena en Así, continuarían iniciándose otros ci- que Tlahuizcalpantecuhtli o Venus, lanza clos, hasta comenzar a desfasarse en el un dardo sobre la diosa Chalchiuhtlicue, momento en el que la salida heliaca de la diosa de la falda de jade, del agua te- Venus ya no corresponda a ninguna de rrestre (Fig. 27). las 13 variaciones del signo siguiente, ni De la misma manera, Bricker (Ídem.) ha- a ninguno de sus días-margen, como ce otras correlaciones con los siguientes sucedió con el día 6 Flor, 22 de agosto periodos venusinos para los días: 2 Ve- de 1505 y las salidas heliacas posterio- nado correspondiente al 8 de abril de res a 3 Movimiento del 15 de enero de 1475, día margen dentro del rectángulo 1512. 95 Fig. 27. Días iniciales en los periodos sinódicos de 584 días de Venus. Gráfica de la autora. 96 Fig. 28. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 2 Viento, día margen al día 1 Lagarto. Detalle de la lámina 53 del Códice Borgia, 1898. Fig. 29. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 7 Venado, 2° día margen al día 5 Serpiente. Detalle de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898. 97 Fig. 30. Cuando la salida de Venus tiene lugar en un día 10 Perro, día margen al día 9 Agua. Detalle de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898. Fig. 31. Cuando las salidas de Venus tienen lugar en los días 3 Buitre, 3er día margen al día 13 Caña, y 6 Lluvia, 2° día margen al día 4 Movimiento. Detalles de la lámina 54 del Códice Borgia, 1898. 98 Por otro lado, no es posible negar el he- hualli en cinco campos o escenas que cho de que las láminas que conciernen a suman 65 ciclos sinódicos de Venus 13 los periodos de Venus en los códices x 5, indica un ciclo de 104 ciclos o años Borgia, Vaticano B y Cospi, son, siguien- solares de 365 días cada uno, es decir, do una lectura lineal que comience en el un Huehuetiliztli, la suma de dos fuegos extremo inferior derecho con el signo 1 nuevos, es decir, 37960 días o 65 ciclos Lagarto, desde la lámina 53, siguiendo venusinos de 584 días. Dos niveles o con los días margen 2 Viento, 3 Casa y más de lectura se plantean entonces, en 4 Lagartija, para continuar en el siguien- estas secciones de los códices Borgia, te panel con el signo 5 Serpiente y los Vaticano B y Cospi. días margen que serían, de acuerdo con Por otra parte, Geraldine Patrick (s/f:1- este orden de lectura, 6 Muerte, 7 Vena- 3), ha encontrado5 nuevas implicaciones do y 8 Conejo, continuando después en de los signos de los días de las láminas el siguiente panel con 9 Agua, sus días 53 y 54 del Códice Borgia con el ½ Gran margen, y así hasta el último panel, que Ciclo venusino de 11960 tonalli o días terminaría en el día margen 7 Flor, para contados con sus cuartos de día absor- iniciar otro ciclo en 8 Lagarto, como apa- bidos en forma ritual, no expresados en rece de manera irrefutable en la segun- número a partir de su propuesta de co- da posición de las trece posibilidades de rrelación 583 172. dicho signo. Así, reiteramos, una nueva Esto es, Patrick parte del ½ Gran Ciclo lectura de trecenas y veintenas iniciaría de 11960 tonalli que aparece desglosa- en el segundo signo del primer panel, en do en las láminas 54 a 58 del Códice 8 Lagarto, para continuar la lectura de Dresde (Fig. 33), conocidas como las sus días margen y de los siguientes pa- tablas de eclipses, y que ya había sido neles, iniciando nuevos ciclos en otra de las trece posibilidades de Lagarto, de 5 Correlación que Patrick propone a partir de evidencias etnográficas entre los otomíes de Huitzizilapan y entre los mayas, en donde todos los días del año comienzan con el desfase de ¼ de día según el rumbo cardinal de su cargador, tres años antes de la propuesta de Thompson, Goodman y Martínez. manera que al cabo de toda la lectura lineal, se completaría un solo Tonalpohualli de 260 días. En otra lectura, la división del Tonalpo99 referido por Satterthwaite (Ibíd.:1) y por ciclos venusinos en el Borgia, a manera Thompson en 1988 (Ídem.) enseguida, de referente espacio temporal fijo (se- ella considera que este cúmulo de días mejante a la función de un gnomon), se relaciona con Venus en el ciclo con que corresponde al 16 de agosto de signos de días de 11960 y con la Luna 1545, avanza un Gran Ciclo y llega a la en el ciclo con signos de número de fecha 5 Serpiente correspondiente al 27 11952. La investigadora toma en cuenta de febrero de 1611, avanza cuatro días el hecho de que 65 sea un número recu- e inicia en 9 Agua, el 3 de marzo de rrente en las láminas 53 y 54, para ob- 1611, avanza el Gran Ciclo y llega al 9 servar que ½ Gran Ciclo (11960 tonalli Agua del 14 de septiembre de 1676. En divididos en 365 = 32.7672 años) multi- fin, cuando cierra el 8º Gran Ciclo en 3 plicado por 2 (1 Gran Ciclo completo) es Agua el 6 de junio de 2004, avanza los congruente con el número 65, lo que cuatro días, para entrar al Gran Ciclo en equivale, a 65 años solares y fracción, 7 Caña o Carrizo y avanza los 8 años en donde caben 40.9919 revoluciones que equivalen a 5 periodos sinódicos de sinódicas de Venus que al aumentar 4 Venus (2920 tonalli), llegando al 10 de días redondean 41 revoluciones exac- junio de 2012 en 2 Caña o Carrizo. tas. A manera de ejemplo, Geraldine Patrick El inicio de los ciclos venusinos en (Ibíd.:2) parte de la fecha 1 Cipactli que Lagarto, luego de los tránsitos venu- tuvo lugar el 29 de enero de 1480 de su sinos a mediados del año solar correlación, avanza 1 Gran Ciclo de 2 x Es un hecho sorprendente que el tránsi- 11960 tonalli y llega a la fecha 12 to venusino del 5 de junio de 2012, con Quiáhuitl que corresponde al 12 de la posterior salida heliaca de Venus el 8 agosto de 1545, 2 días antes de que se de junio en la fecha 1 Viento o 1 Ehé- cierre este ciclo en 1 Lagarto y avanza catl, o del 9 de junio correspondiente a cuatro días para entrar a un nuevo Gran la fecha 2 Casa o 2 Calli según la corre- Ciclo el día 5 Serpiente, una de las sali- lación 584.2856 calculada por Stanislaw das heliacas de Venus por el Este como Iwaniszewski7, se encuentren dentro de lo estipula la organización gráfica de los los días-margen con respecto a las trece 100 Fig. 32. Vista de los días de salidas heliacas de Venus. Láminas 53 y 54 del Códice Borgia, 1898. Fig. 33. Medio gran ciclo de 11960 días en las láminas 53 a 58 del Códice Dresde. Thomson, 1988. 101 posibilidades de las salidas de Venus en te, Oeste, Sur y Centro, sino muy proba- los días Lagarto, siendo éste el primer blemente, al orden: Sur (junio, solsticio de los ciclos venusinos, y mostrando de verano), Norte (enero, dejando atrás que empieza de manera irrefutable a el solsticio de invierno), Centro (agosto, mediados del año solar, cada ocho años llegando al equinoccio de otoño), Centro o 2920 días, por lo que los ciclos si- (marzo, equinoccio de primavera) y Nor- guientes comenzarán en enero, agosto, te octubre (entre el equinoccio de otoño marzo y octubre, dada la diferencia de y el solsticio de invierno) con respecto a 584 días entre cada uno. Por lo tanto, un calendario de horizonte, en donde con respecto a los cinco paneles o a las cada salida heliaca corresponde a un cinco posibilidades de las salidas helia- momento del año, diferente. cas de Venus, podemos atribuir una época del año a cada uno, así como una Descripción iconográfica de las trece orientación cósmica de acuerdo con un posibilidades del signo inicial Lagarto calendario de horizonte, ya sea que di- En la lámina 53 del Códice Borgia cha época del año se acerque al Norte, (extremo superior izquierdo de la figura al Sur o al Centro, con respecto al perfil 34), respecto de las trece posibilidades geográfico de dicho calendario, aún y del signo Lagarto, Tlahuizcalpantecuhtli, cuando las salidas del planeta sean el Señor del alba, Venus, aparece con el siempre por el Este, en su carácter de quincunce en el rostro que lo caracteri- lucero matutino predecesor del Sol (Fig. za, el fondo de su rostro es gris muy os- 25). Aunque dichas salidas no corres- curo o negro deslavado, lleva también pondan al orden sistemático: Este, Nor- las dos líneas transversales que caracterizan el rostro del dios del fuego. Además, porta el pectoral anáhuatl de Tezcatlipoca, la pintura corporal huahuantli 6 La correlación 584285 son los días lineales contados hasta el 13 de agosto de 3114 a.C. a partir de la fecha 1º de enero de 4713 a.C., según Eric Thompson. 7Comunicación personal, Seminario de Arqueoastronomía, 27 de junio de 2011, Posgrado de Arqueología, Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH, México. de los sacrificados y de Mixcóatl, el yaóyotl o conjunto de armas del guerrero, y el átlatl o lanzadardos, como lo mencionamos con anterioridad. 102 Tlahuizcalpantecuhtli ataca en el tobillo la herida de la diosa tiene discos o esfe- a la diosa del agua terrestre Chalchiuhtli- ras amarillas (muy probablemente de cue, a quien reconocemos por las dos oro) en sus puntas. Por otra parte, el co- rayas negras en la barbilla y el sartal de lor de estas esferas parece vincularlas discos de concha que ciñe su cabeza. con el fuego o el brillo y el calor solar. La La diosa aparece desnuda, lo que nos diosa del agua del mar en este caso, permite apreciar que tiene pliegues en el asociada con el Lagarto, signo inicial del vientre, señal de que ha dado a luz. Se Tonalpohualli, indica el origen como el encuentra dentro de su elemento, el signo mismo, como lo resume Seler agua, que aquí aparece como un recinto (1905, vol. I:63-64) haciendo referencia interminable de agua, pues no vemos de la Historia de los mexicanos por sus sus bordes. Dentro del agua vemos tam- pinturas, cuando del pejelagarto, ser an- bién, la presencia de un caracol marino fibio, se forma la tierra: tecciztli, strombus gigas y de una tortuga Allí se narra que cuando los dioses de mar áyotl, lo que muy probablemente habían creado el mundo inferior, los indique que la diosa se encuentra en el cielos y el agua con sus deidades mar del Este, lugar en el que se inmoló crearon en el agua «un pexe grande Quetzalcóatl para salir convertido en el que se dice cipacuali que es como lucero del alba, ya que todos los signos cayman» y que con este pez hicieron refieren a este rumbo. Venus ha herido a la tierra, llamada tlaltecli, y que so- la diosa en el tobillo, lo que puede indi- lían representarlo como dios de la car que su caminar, su curso, puede ser misma, «tendido sobre un pescado defectuoso o nulo. por se haver hecho del». Así el pez La diosa, aunque tiene cerrados los erizado que surge del agua es el ci- ojos, no está muerta, y prueba de ello es pactli y es la Tierra, de cuya superfi- que flexiona uno de sus brazos hacia cie sobresalen los «dientes», las arriba extendiendo la palma de su mano. «púas» de los picos. Entre los zapo- Probablemente aún duerme cuando el tecas una misma palabra designaba dios se presenta al amanecer. Al pare- la cordillera y el primer signo de los cer, el chorro de sangre que emana de días chijlla-tani y chijlla (Seler, 1980, 103 de concha en sus puntas. Es por todo Vol. I:63-64). En la lámina 80 del Códice Vaticano B o esto, que el dios se vincula con la san- Códice 3773 (extremo superior derecho gre o con el agua preciosa de la vegeta- de la figura 35), Tlahuizcalpantecuhtli se ción, la savia de las plantas, ya que el encuentra frente a un dios que porta un color jade, ocre verdoso, es el mismo de tocado con una planta de maíz que lleva las plumas del quetzal en el Códice Bor- una mazorca en la parte inferior, ade- gia, en donde el signo Serpiente, presi- más de dos franjas negras longitudina- dido por la diosa del agua Chalchiuhtli- les, quebradas, a la altura de la sien, lo cue, está formado por teselas de jade que lo define como Cintéotl, dios del ocre verdoso en la lámina 11 del mismo maíz. Lleva también un conjunto de códice entre otras, además de que, por chalchíhuitl o de teselas de jade, circu- otra parte, el origen del concepto de lar, doblado a la mitad, como pectoral, Quetzalcóatl (avatar de Venus), se vin- muy semejante al que vemos en varias cula con la vegetación, según el análisis ocasiones en el Códice Borgia, que con- del ya mencionado Eduard Seler: siste en un círculo de jade rodeado de El nombre de Quetzalcóatl se com- una franja roja y luego de un cordón pone de quetzalli, vocablo que de- blanco en todo su contorno y del que signa las preciosas plumas de cola, pende una correa ancha con las mismas de un color brillante, del ave quet- características del color del chalchíhuitl, zal, perteneciente a las aves trepa- con un gran apéndice anular colgando doras (trogonidae), y de cóatl, de ésta. Pensamos que se trata de un «serpiente». Con toda probabilidad conjunto chalchíhuitl, porque en la lámi- ambas voces fueron originalmente, na 58 del mismo códice, en el extremo como el ser mítico llamado quetzal- superior izquierdo vemos una pareja con cóatl, símbolos del agua o de la cabezas de quetzal, de cuyos picos pen- humedad producida por el agua den sartales de cuentas chalchíhuitl que que vuelve a despertar la vegeta- sostienen lo que parece ser el conjunto ción después de la larga estación doblado a la mitad a manera de bolsa, de sequía. Los sabios-sacerdotes de la que cuelgan las correas con discos chiapanecos explicaban el nombre 104 Cuchul chan como la serpiente El dios porta una orejera azul de la que emplumada que anda en el agua pende una correa ocre verdosa. No de- (Fray Francisco Núñez de la Vega, bemos de olvidar que el ocre verdoso es Constituciones del referencia al chalchíhuitl o jade, mientras Roma, que el azul o el azul turquesa, puede re- 1702, Tomo II:132). Esto significa ferirse al xíhuitl, o turquesa, vinculado al que identificaban la serpiente em- fuego y a lo precioso en el Códice Bor- plumada con el dios de la lluvia, gia, o bien, al agua. En este mismo códi- Tláloc, según veremos enseguida. ce, también aparece el dios Cintéotl ata- También el K’ucumatz del mito cado por Venus-Tlahuizcalpantecuhtli, guatemalteco tiene sin duda el sig- pero vinculado a las salidas heliacas con nificado del principio vivo del agua, el signo Agua. U c’ux cho u c’ux palo, «corazón En la misma lámina del Códice Vaticano del lago, corazón del agua» lo lla- B, Tlahuizcalpantecuhtli porta el átlatl o ma el Popol Vuh (Seler, 1980, Vol. lanzadardos en un brazo, y en el otro, el I:68). tlacochtli o conjunto de 3 dardos. Lleva Obispado de diocesanas Chiappa, Cabe señalar que las cuentas de las que además, como pectoral, el anáhuatl u cuelga el conjunto chalchíhuitl son de al ojo de Tezcatlipoca y junto al anáhuatl, menos tres colores: ocre verdoso, azul y el ojo trilobulado de Venus y tres rizos blanco, que alcanzamos a distinguir. A enhiestos en la frente, siendo el número este respecto, no hay que olvidar que tres, el número del fuego, pues se colo- también en el Códice Borgia, cuando se caban tres piedras en el fogón. No se quiere hacer referencia a los cuatro rum- encuentra blandiendo el átlatl, pero el bos cósmicos vemos franjas con rectán- dios del maíz ya se encuentra herido, gulos rojos, amarillos, azules y verde u alcanzado por un dardo en la espalda, ocre verdoso. La cabellera del dios tiene por lo que los dardos que portaba el dios líneas rojas alternadas con líneas ocre- de la aurora eran cuatro, lo que los vin- rojizo como si se tratara de estrías, o del cula con los cuatro rumbos cósmicos, cabello de la mazorca, o de la hoja del hacia donde el dios lanza sus flechas. elote. La sangre del dios del maíz fluye en 105 chorros que presentan franjas transver- sado, yollotopilli, es el estandarte de Xo- sales rojo oscuro y rosa. Al parecer, esto chipilli en la lámina 35v del Códice Ma- señala la intermitencia del correr de la gliabecchi. Cintéotl porta una nariguera sangre, la manera en que fluye. Su fal- color turquesa, dentada. El dios se en- dellín es blanco. Lleva esclavinas de cuentra semi-hincado como a punto de plumones, quechquémitl blanco, y el par caer sobre un campo de cultivo denota- de plumas de garza blanca aztaxelli, só- do por sus surcos. Detrás del dios se lo que en este caso las plumas están yergue un tronco que se bifurca, con la separadas, lo que confirma que se trata misma textura del campo de cultivo color de un dios guerrero. Alrededor de la ca- ocre, y justo en la separación de sus ra- beza lleva la banda de cuero roja, con mas, vemos una espiral siguiendo el di- una cabeza de mariposa a la altura de la bujo de las estrías del tronco. Tiene la frente, como las que portan los dioses pintura facial del dios del maíz, consis- solares. tente en dos líneas delgadas transversa- Los 5 frutos, objetos u ornamentos con les a la altura del ojo y una línea roja al- discos blancos y adornos colocados en- rededor de la boca con tres segmentos tre los dioses, pueden referir, según An- sobresalientes a los lados, en forma ho- ders, Jansen y Reyes García (1992a: rizontal. Su yelmo es la cabeza de un 332) a los 5 periodos de Venus que co- ave color turquesa. También tiene el ca- rresponden a 8 años solares o 2920 días, en que ambos ciclos coinciden 8 El color ocre en el Códice Borgia es reminiscencia de un color verde olivo o verde planta, como lo explica Seler, y como lo extrema la reproducción de Lord Kingborough de 1851, en donde se convierte en color verde, vinculado con el agua y el chalchíhuitl o el jade de la diosa del agua. Por lo que en general se establece un vínculo entre este color verde del jade del altiplano, verde olivo o verde planta semitransparente, con el agua y con la vegetación, pues el quetzal también aparece revestido con este color, mientras que el color azul turquesa aparece vinculado con el xíhuitl, la piedra turquesa y el fuego en el Altiplano, diferente del jade color azul turquesa de la península de Yucatán. reiniciándose, además de coincidir con la misma época del año. En la lámina 9 del Códice Cospi (Fig. 32), vemos nuevamente a Tlahuizcalpantecuhtli vinculado al signo Lagarto, pero esta vez dirige su lanza al dios del maíz Cintéotl, quien ya ha sido flechado y traspasado su corazón, corazón de colores rojo y ocre8. El corazón traspa106 racterístico rectángulo de colores tlapa- manera de pectoral, además de un disco palli en la mejilla, propio de los dioses blanco en la sien, con un disco pequeño vinculados con la agricultura. Porta el verde al centro, probable representación xiuhtotomacalli o recipiente hecho de del agujero en la sien para colocar los plumas del ave de fuego, xiuhtótotl, de cráneos en el tzompantli o hilera de crá- colores rojo, amarillo y azul, que contie- neos. El dios lleva además el conjunto ne mazorcas de maíz. de implementos de guerra yaóyotl, con- Tlahuizcalpantecuhtli, al mismo tiempo sistente en el amapámitl o banderola que se dispone a arrojar su lanza, o su blanca para señalar a los cautivos que flecha, traga un corazón sangrante. Tie- tomará en la guerra, el chimalli o escudo ne ojo y mandíbula descarnados de blanco, el tlacochtli o conjunto de tres muerto, propios de Mictlantecuhtli y de flechas, el chitlalli, la bolsa de red del la materia lunar y estelar, calcárea, so- cazador o del guerrero, y el átlatl o lan- bre su pintura facial verde oscuro. La zadardos. pintura de la parte inferior de su cuerpo El que algunas veces aparezca la o el y de su quechquémitl, son color verde dios del agua vinculado al signo Lagarto, oscuro, como las plumas de quetzal que o el que sea el dios del maíz vinculado a porta en la frente. Su penacho es de plu- este signo, o al signo Serpiente nos lleva mas de cola de pavo. La pintura corporal a las siguientes reflexiones. Por un lado, de su torso es negra con plumones, ci- pensamos que la presencia de Cintéotl, citlallo, de la oscuridad celeste. De su el dios del maíz, también es congruente disco-orejera de concha blanca, penden con los días iniciales del periodo de Ve- tres tiras de algodón sin hilar. Porta el nus como Lagarto, pues, el dios de los disco de la espalda o tezcacuitlapilli, en mantenimientos, Tonacatecuhtli, quien forma de cabeza de ave, probablemente también porta una planta de maíz como de faisán. Su cabello es ígneo, amarillo, tocado, muy parecida a la de Cintéotl, se tzoncóztic. Lleva la banda de cuero rojo representa como regente de los días La- alrededor de la cabeza, propia de los garto en las lámina 9 del Códice Borgia dioses solares y del fuego. En el pecho y en las láminas 28 y 87 del Códice Vati- tiene el anáhuatl u ojo de Tezcatlipoca a cano B, siendo regente de las trecenas 1 107 Lagarto en los códices Borgia, lámina la agricultura, en donde tanto Cintéotl el 61, Vaticano B, lámina 49, y Vaticano A dios del maíz, como Chalchiuhtlicue, la o Códice Ríos, lámina 13v. En la lámina diosa del agua, tendrían un papel funda- 15 del Códice Borgia, el dios Cintéotl mental, que en este caso, se coordinan perfora el ojo del recién nacido durante con la presencia de Venus como estrella los cuatro primeros días de la veintena, matutina, al iniciar un nuevo ciclo de que inician, obviamente, con Lagarto. Lo 2920, luego del cual el Tonalpohualli o mismo sucede en la lámina 23 del Códi- cuenta de 260 días se sincroniza con el ce Fejérváry-Mayer (Seler, 1901), en ciclo de 365 del año solar. donde, de la boca que ha sido perforada del recién nacido, brota el maíz, justo en Descripción iconográfica de las trece los 4 primeros días de la veintena, en posibilidades del signo inicial Ser- donde se señala el día Lagarto. Por lo piente que pensamos que ambas posibilidades En la lámina 54 del Códice Borgia ve- son correctas, como variantes, de signi- mos en el rectángulo grande del lado ficados alternativos, ligeramente diferen- inferior derecho, las trece posibilidades tes, con respecto a lecturas puntuales del signo Serpiente en relación con las que enfatizan ciertos calificativos, cada salidas heliacas de Venus (Fig. 34). En una. esta lámina Venus Tlahuizcalpantecuhtli Finalmente, recordamos el hecho de tiene características muy similares a Ve- que la salida heliaca de Venus tenga lu- nus de la página 53, ya que lleva la pin- gar en el día 2 Calli del 2012, cuya co- tura corporal del torso, cicitlallo, negra rrelación corresponde al 9 de junio, la con plumones blancos, porta el anáhuatl sitúa dentro del margen de las salidas u ojo de Tezcatlipoca como pectoral, heliacas de Venus vinculadas con el pintura signo Lagarto, y con los ocho años sola- huahuantli sobre fondo amarillo, tiene el res correspondientes a cinco ciclos ve- rostro con el rostro de búho, signo vincu- nusinos, que tendrán que ubicarse en el lado con la noche y con el sacerdote tla- verano desde el tiempo mesoamericano. catecólotl, aquél que tiene la capacidad El verano, época del año definitiva para de transformarse, como vemos en el tra108 corporal del sacrificado Fig. 34. Detalles de las láminas 53, 80 y 9 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971). 109 bajo de Francisco Rivas Castro (Rivas del mismo códice, salvo que aquí su ata- Casto, 2010:318-329). Porta el patzactli, que ha sido dirigido contra una diosa tocado en forma de cresta de plumas de que se encuentra arrodillada, dándole la cola de pavo recortadas de la punta, su espalda, pero volteando el rostro hacia cabellera es ígnea o amarilla, tzoncóztic, él. La diosa tiene la pintura corporal del porta el átlatl o lanzadardos y el yaóyotl sacrificado huahuantli, blanca con rayas o conjunto de armas de guerra. En esta longitudinales rojas. Tiene también un escena, el dios ha herido con su lanza la rectángulo negro alrededor de la boca, parte inferior de la rodilla de una figura como el que caracteriza a Tlazoltéotl, la semi-hincada sobre una montaña partida diosa comedora de inmundicias, de los a la mitad. La figura es negra y tiene los partos, de la tierra y de la luna. Porta la ojos cerrados, como la diosa del panel nariguera escalonada que normalmente anterior, Chalchiuhtlicue. La figura que caracteriza a Xochiquetzal y que en ge- ha sido herida, puede identificarse ple- neral, es azul. Podemos pensar que se namente como Tezcatlipoca, ya que pre- trata de la nariguera de Xochiquetzal senta la pintura facial que caracteriza a porque en el Vaticano B, muchos obje- este dios, de franjas rectangulares an- tos representados que eran azules, apa- chas longitudinales negras y amarillo- recen blancos con restos de pintura ocre, ixtlan tlaalan. Otro rasgo inconfun- azul, la cual parece no haber tenido sufi- dible del dios, es el espejo humeante ciente adherente. Por otra parte, tam- que porta en la sien. bién lleva el yelmo de serpiente que ca- De la montaña partida que se encuentra racteriza a la diosa del agua Chal- debajo del dios, parte un chorro de agua chiuhtlicue, así como a Xochiquetzal. que lleva en sus crestas volutas de fue- Dicho yelmo de serpiente tiene dos go o de excremento cuítlatl, muy seme- adornos de plumas en los belfos, al igual jantes a las pinzas del alacrán de la lá- que en la representación de la misma mina 13 del códice Borgia. Xochiquetzal en la lámina 62 del Borgia. En la lámina 81 del Códice Vaticano B, De la parte superior del penacho surgen Tlahuizcalpantecuhtli tiene las mismas dos conjuntos de plumas separados. La características que en la lámina anterior diosa porta también un quechquémitl y 110 una falda o cuéitl, blancos, con un dibujo Tlahuizcalpantecuhtli, en este caso, tie- a línea color rojo. Este dibujo semeja flo- ne la misma forma que en el panel ante- res con sus pétalos y es como el que rior del Cospi, sólo que aquí su rostro es caracteriza a las Tlazoltéotl de las lámi- completamente blanco y sus piernas son nas 51 y 61 del Códice Vaticano B, al blancas con franjas longitudinales amari- que pertenece la lámina que estamos llas. analizando. Lleva también la pintura cor- poral de sacrificado, al igual que la de la Descripción iconográfica de las trece diosa Tlazoltéotl en este mismo códice. posibilidades del signo inicial Agua La diosa ha sido herida con la lanza en En la lámina 54 del Códice Borgia, ve- el vientre, por la parte delantera, pero el mos en el panel del lado inferior izquier- chorro de sangre brota de su espalda, lo do, las trece posibilidades del signo que quiere decir que ha sido atravesada Agua referidas a Venus (Fig. 36). Venus por la lanza. Tlahuizcalpantecuhtli tiene las mismas La diosa Chalchiuhtlicue que era ataca- características que en los paneles ante- da por Venus en el Códice Borgia con riores, a excepción del rostro, que aquí respecto a las 13 variantes del signo La- lleva una cabeza de perro, Itzcuintli, garto, ahora es atacada por el astro en signo vinculado con el Norte y el frío, y el Códice Cospi, en la parte superior de por lo tanto con la región de la oscuri- la lámina 9, pero vinculada a los ciclos dad. venusinos que inician con el signo Ser- El dios que es atacado por Venus en es- piente, y dentro de un recinto de agua te caso, en el Códice Borgia, es Cintéotl, bien delimitado. En la lámina 11 del Có- dios del maíz, el mismo que es atacado dice Borgia, Chalchiuhtlicue es regente en el panel de las trece posibilidades del del signo Cóatl (extremo inferior de la signo Lagarto, en los códices Vaticano B figura 35). Además de que rige este y Cospi. Lo sabemos por el tocado que signo, porta el yelmo de cabeza de ser- porta, con mazorcas de maíz por encima piente en las láminas 11, 14, 17, 24, 26, de un yelmo en forma de cabeza de ave. 57, y 65 del mismo códice, así como una El dios se encuentra desnudo como los serpiente dioses que han sido atacados en los pa- bicéfala como nariguera. 111 Fig. 35. Detalles de las láminas 54, 81 y 9 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971). Fig. 36. Detalles de las láminas 54, 82 y 10 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971). 112 neles anteriores, y también tiene los ojos Tezcatlipoca, sino a un águila, la cual cerrados. también ha sido flechada al frente, mien- Por debajo del dios, vemos rectángulos tras que de su espalda surge un chorro con franjas que pueden semejar sem- de sangre. bradíos, dos son de color gris oscuro En la parte superior de la lámina 10 del con líneas anchas y delgadas negras, y Códice Cospi, Tlahuizcalpantecuhtli apa- uno más es ocre, con las mismas líneas. rece representado de la misma manera Por encima de éstos, vemos dos mazor- que en los paneles anteriores del mismo cas de maíz reventadas a la mitad, códice, sólo que aquí su rostro y cuerpo mientras que seres semejantes a gusa- son amarillo oscuro. En este caso, el nos blancos con escamas o signos en dios ataca una montaña en su parte forma de «u» rojos, parecen extraer el central, en donde la herida la ha partido, interior de las mazorcas que es blanco atravesando también un corazón, como también, con puntos rojos. Un gusano si éste perteneciera a la montaña. Por en particular parece extraer la misma detrás de la montaña emerge un chorro substancia del dios del maíz. de sangre, mientras que un chorro de En el Códice Vaticano B, en la lámina agua surge de su parte inferior. En la 82, Tlahuizcalpantecuhtli, tiene las mis- herida causada por la lanza, vemos, co- mas características de las láminas ante- mo decíamos, un corazón y un chorro riores en el mismo códice. Ha atacado a de sangre, pero también emerge una una montaña con su lanza, por la parte sustancia que tiene prolongaciones ha- delantera, mientras que el chorro de cia arriba, coronadas en sus puntas con sangre de la herida surge por la parte plumones y pares de cintas. La sustan- trasera, como si la montaña hubiera sido cia color amarillo oscuro, tiene dibujos atravesada. De la parte inferior de la de espirales a línea, probablemente pa- montaña, emerge un chorro de agua, lo ra indicar que se trata de una masa. que nos recuerda al segundo panel del La montaña de color verde oscuro, en la Códice Borgia, en la lámina 54, con res- mayor parte de su superficie, tiene un pecto al signo Serpiente, sólo que por casquete en su punta, de forma inclina- encima de la montaña no vemos al dios da, indicando que se trata de una mon113 taña antigua o anciana, encorvada, co- Frente al dios vemos la figura de un mo la montaña de la que salieron los az- hombre con una corona semejante a la tecas al inicio de la Tira de la Peregrina- corona mexicana, lo que lo identifica con ción, en Aztlán Cohuatepec, el cerro en- la nobleza. Está sentado sobre un banco corvado del lugar de las garzas. trípode y una piel de ocelote, probable variación del teoicpalli, frente al dios. Descripción iconográfica de las trece Tiene los ojos cerrados, está semi- posibilidades del signo inicial Caña o hincado, tiene los brazos flexionados, y Carrizo cabellera negra larga de Tezcatlipoca. En la lámina 54 del Códice Borgia ve- Vemos también, una probable quemadu- mos en el rectángulo grande del lado ra (brotan volutas y lenguas de humo) al superior izquierdo, las trece posibilida- centro del teoicpalli a la altura del tobillo des del signo Caña o Carrizo referidas a del noble. Los recipientes de ofrendas Venus (Fig. 37). En esta lámina, Venus frente a la figura han sido probablemen- Tlahuizcalpantecuhtli tiene característi- te reventados por el humo o el vapor ne- cas muy similares al Venus de la página gro brillante. 53, lleva la pintura corporal del torso, ci- En la lámina 83 del Códice Vaticano B, citlallo, negra con plumones blancos, la escena es muy semejante. Tlahuizcal- porta el anáhuatl u ojo de Tezcatlipoca pantecuhtli hiere con sus dardos un como pectoral, la pintura corporal del trono, mientras que el noble se encuen- sacrificado huahuantli, sobre fondo ama- tra agazapado en una esquina. En el rillo, tiene el rostro cubierto por la cabe- Códice Cospi, lámina 11, la escena es za de un conejo, Tochtli, signo vinculado semejante, sólo que aquí sobre el trono con el Sur y la Luna, con el pulque y la vemos un sol que ha sido flechado. Este fertilidad, también porta el patzactli, to- sol tiene centro de chalchíhuitl así como cado en forma de cresta de plumas de hace referencia al fuego o al calor del cola de pavo recortadas de la punta, su sol con sus rayos. Un colibrí aparece en cabellera es ígnea o amarilla, tzoncóztic, la escena acercándose al trono. Tlahuiz- lleva el átlatl o lanzadardos y el yaóyotl o calpantecuhtli presenta pintura facial y conjunto de armas de guerra. corporal amarillo oscuro. 114 Fig. 37. Detalles de las láminas 54, 83 y 10 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971). Descripción iconográfica de las trece po- Movimiento, es hacia un conjunto de ar- sibilidades del signo inicial Movimiento mas de guerra yaóyotl, compuesto de En la parte superior izquierda de la lámi- escudo o chimalli y conjunto de flechas na 54 del Códice Borgia (Fig. 38), vemos o tlacochtli. De la misma manera que en a Tlahuizcalpantecuhtli con las mismas los casos anteriores, la lanza del dios ha características de los paneles anteriores provocado una herida por la que brota en el mismo códice, sólo que aquí tiene un chorro de sangre. Por encima del el rostro blanco, con mandíbula descar- conjunto de armas, vemos una cabeza nada, ojo concéntrico y ceja de muerto, de águila, al parecer arrancada, por las además del agujero para el tzompantli terminaciones irregulares que tiene en el en la sien, como el Tlahuizcalpantecuhtli corte del cuello. asociado al signo Serpiente en el Códice El conjunto de armas se encuentra por Cospi. encima de una superficie amarillo oscu- El ataque del dios en el Códice Borgia, ro, con pequeñas líneas que forman la con respecto a las variaciones del signo textura de pasto seco. En el flanco supe115 Fig. 38 Detalles de las láminas 54, 84 y 11 de los códices Borgia (1898), Vaticano B (Anders, Jansen y Reyes García, 1992a) y Cospi (1971). rior de la superficie, vemos partes en las armas. que la tierra se ha reventado, haciendo En la lámina 84 del Códice Vaticano B que broten ensanchándose, masas de (Fig. 38), Tlahuizcalpantecuhtli tiene las tierra negra abombadas. Del lado iz- mismas características que en las lámi- quierdo del conjunto de armas, frente al nas anteriores del mismo códice, sólo espectador, vemos una serpiente color que aquí ha herido a un jaguar por la ocre o amarillo muy oscuro. La cabeza espalda y un chorro de sangre brota de se ha separado del cuerpo, como si se la herida, mientras que otro chorro brota hubiera tronchado, por las partes irregu- por el frente del jaguar, como si éste hu- lares que muestran los cortes. Junto al biera sido traspasado. El jaguar voltea el cuerpo de la serpiente vemos una espi- rostro hacia el dios como si hubiera sido ral negra, como si se tratara de una lom- sorprendido. briz enroscada. Otro dibujo similar se En la parte inferior de la lámina 11 del encuentra del otro lado del conjunto de Códice Cospi (Fig. 38), también es un 116 jaguar quien ha sido atacado, justo en el Organización del Tonalpohualli en co- corazón, por Tlahuizcalpantecuhtli. Sólo lumnas de 4 días para 5 rumbos cós- que aquí, el dios aparece nuevamente micos pintado todo de color verde oscuro como Un último argumento en torno al carác- en el primer panel. El jaguar porta en ter venusino de los códices Borgia, Vati- una de sus patas delanteras otro cora- cano B y Cospi, es el ya elaborado por zón. Además, tiene un peluquín de plu- Seler (Seler, 1980, Vol. II:11-13) y reto- món prensado como el que porta el dios mado por Anders, Jansen y Reyes Gar- y que le sirve de base a su penacho de cía (Anders, Jansen y Reyes García, plumas de cola o de pata de pavo. Del 1992a:167-174), que señala la diferen- peluquín del jaguar, únicamente sobre- cia entre la organización en columnas sale un conjunto de dos plumas de ala de cinco signos del Tonalpohualli en las de águila que parten de un plumón, y ocho primeras láminas de los códices sobresalen a su vez de las plumas de que estamos analizando, y la posibilidad águila, lo que parece ser, dos plumas de de otra organización del Tonalpohualli quetzal. en columnas de cuatro signos, que daría Todas estas imágenes muestran el ata- por resultado un total de 65 columnas y que del dios del lucero matutino hacia la concepción de un quinto rumbo del los elementos agrícolas, ya sea el agua Tonalpohualli, el del centro. Esta nueva que parece originarse en el mar, en don- distribución haría que las trecenas se de se encuentra la diosa Chalchiuhtli- desplazaran de tal forma, que las trece- cue, o el agua que emerge de la monta- nas que iniciaban con un signo de la ña, o bien, los cultivos en donde el dios misma orientación, ahora se alternarán. del maíz es herido. Tlahuizcalpantecuhtli Por ejemplo, la quinta trecena que em- parece tener una influencia nefasta tam- pieza con un signo del Este, 1 Caña o bién en el lugar en donde moran los se- Carrizo, ya no se colocaría por encima res humanos, tanto en el trono, como en de la primera trecena 1 Lagarto en el los implementos de guerra. primer cuarto del Tonalpohualli, sino que se desplazaría para iniciar un quinto rumbo, de manera que la sexta colum117 na, que iniciaba con un signo del Norte, Las primeras cinco trecenas sobrepues- 1 Muerte, ahora se coloque por encima tas pertenecen al rumbo cósmico del Es- de la trecena 1 Lagarto, con lo que em- te. Las segundas cinco trecenas sobre- piezan a alternarse las orientaciones puestas pertenecen al rumbo cósmico cósmicas de las columnas, de manera del Norte, así como las terceras cinco que, en cada columna veremos alternar- trecenas corresponden al Oeste, y las se un signo del Este, otro del Norte, otro últimas cinco trecenas corresponden al del Oeste, y uno más del Sur. Curiosa- Sur. mente, los signos de la columna con la En las secciones de láminas vinculadas que empezaría el quinto rumbo, serían 1 a las Cihuateteo y a los Ahuiateteo, es Caña del Este, 1 Pedernal del Norte, 1 incuestionable la orientación del Oeste y Casa del Oeste y 1 Conejo del Sur, sig- del Sur del Tonalpohualli, puntualizando nos que portan los ciclos solares de 365 la asignación de todas y cada una de días, signos de los años referidos al Sol, sus trecenas respecto de los nombres y a los ciclos agrícolas que durante la de las diosas y de los dioses. Lo que atadura de 52 años, tendrán cada uno fundamenta el argumento de que cada trece variaciones o trece numerales, res- uno de los veinte signos de los días tie- pecto a uno de los cuatro rumbos cósmi- ne una orientación cósmica. cos. El hecho de que los signos portadores de los años: Caña o Carrizo, Pedernal, Resultados Casa y Conejo, refieran un rumbo cós- Los códices Borgia, Vaticano B y Cospi mico y que se encuentren dentro de la presentan una organización semejante columna al desplegar un Tonalpohualli de 260 pohualli, es un argumento más, a favor días en sus primeras ocho láminas. Ca- de la idea de que cada signo de los días da dos láminas de esta sección, mues- tiene una orientación cósmica. tran cinco hileras de trecenas de días En las láminas 46 a 50 del Códice Dres- sobrepuestas, con una misma orienta- de, los signos de los días del tzolkin, o ción cósmica, separadas entre sí por calendario maya de 260 días, aparecen tres trecenas en el orden secuencial. vinculados a un rumbo cósmico, tenien118 correspondiente del Tonal- do un paralelo con los signos de los días de que los signos del Este adquieren del Tonalpohualli en el Altiplano Central, una importancia fundamental en el To- respecto del rumbo cósmico opuesto pe- nalpohualli organizado de esta manera, ro en el mismo eje cósmico, ya sea Nor- pues con ellos da inicio la primera co- te-Sur o Este-Oeste. lumna. Cada signo de los días tiene una orien- Las características iconográficas de Ve- tación específica, por lo que enfatizamos nus lo vinculan, por una parte, de mane- que los signos Lagarto, Serpiente, Agua, ra incontestable, con el número cinco, Caña o Carrizo, y Movimiento, corres- como lo muestra el quincunce de su ros- ponden al Este, lugar de las salidas dia- tro, con la oscuridad, el frío, la muerte y rias del Sol y de Venus cada ciclo de los cuerpos óseos, manera iconográfica 584 días durante 243 días aproximada- en que se conciben los astros. Con su mente. Por lo que las secciones de los corona de plumas de pata o de cola de ataques de Venus refieren únicamente pavo, negras con punta blanca, vemos dichas salidas en el Este, especificando su carácter nocturno. Con su anillo pec- secuencias sinódicas en el orden de los toral en forma de ojo anáhuatl que gene- signos Lagarto, Serpiente, Agua, Caña o ralmente porta Tezcatlipoca, vemos su Carrizo y Movimiento, que son al mismo vínculo con este dios nombrado también tiempo secuencias de cinco ciclos venu- bajo el difrasismo yohualli-ehécatl, no- sinos correspondientes a ocho ciclos so- che-viento, así como otras característi- lares de 365 días cada uno. cas no tan relevantes, pero importantes Un argumento más en torno a la impor- que lo vinculan con el dios del fuego por tancia de los ciclos venusinos en los có- su pintura facial, o con los dioses caza- dices Borgia, Vaticano B y Cospi, es la dores, por su pintura corporal de sacrifi- datación que de los almanaques venusi- cado, huahuantli. Así como con el dios nos hace Victoria Bricker para la época Quetzalcóatl, del cual es avatar. del Postclásico con respecto a la cerámi- En la descripción iconográfica de las tre- ca policroma de la región Tlaxcala- ce posibilidades del signo inicial Lagarto, Puebla, comprobando la eficacia y rele- pudimos observar como éste lanza sus vancia de dichos almanaques, además dardos hacia la diosa del agua, el dios 119 del maíz, o la diosa de la tierra, en el vincula con el Oeste lugar del nacimien- rumbo del Este, lugar en el que, con res- to, del descenso, del Tamoanchan, pecto a México, se encuentra el mar siempre dentro de la cruz cósmica en el océano Atlántico, correspondiendo por rumbo del Este. otra parte, de acuerdo con los tránsitos A pesar de hacer una descripción icono- venusinos cada ocho años solares, a las gráfica de las trece posibilidades del salidas del astro a mitad del año solar, signo inicial Caña o Carrizo, sólo encon- en el mes de junio, en el solsticio de ve- tramos coherencia con respecto al rum- rano. bo cósmico del Sur, en el hecho de que Con respecto a la descripción iconográfi- Venus porta en este caso, una máscara ca de las trece posibilidades del signo de Conejo, signo del Sur. inicial Serpiente, vimos como éste se Con respecto a las trece posibilidades involucra con el dios del Norte Tezcatli- del signo inicial Movimiento, vinculado poca, aún dentro del mismo rumbo cós- con Venus y que correspondería a la re- mico del Este, lugar de la salida heliaca gión del Centro, hemos encontrado úni- de Venus, como si se tratara de una camente que las salidas correspondien- cruz cósmica, dentro del mismo rumbo tes se llevarían a cabo en el mes de oc- del Este. En este panel Tlahuizcalpante- tubre, fecha cercana al equinoccio de cuhtli aparece como un Venus-Tecólotl, Otoño, y por lo tanto, al centro que mar- correspondiendo a las primeras salidas caría un calendario de horizonte. heliacas de Venus al inicio del año, en la Un último argumento a favor del carácter temporada más fría, sin duda asociada venusino del Tonalpohualli en los códi- con el frío del Norte en el solsticio de in- ces Borgia, Vaticano B y Cospi, es el vierno. hecho de que, si la organización de éste El análisis iconográfico que hicimos de no fuera en columnas de cinco con res- Tlahuizcalpantecuhtli-Venus con respec- pecto a cuatro rumbos cósmicos, sino to a las trece posibilidades del signo ini- de columnas de cuatro signos con res- cial Agua, nos muestra que con su más- pecto a cinco rumbos cósmicos, la orien- cara de perro, atacando al dios del maíz tación cósmica de los días variaría, sien- Cintéotl y a las montañas del origen, se do no sólo signos de una misma orienta120 ción, sino signos que alternarían su México. orientación, pero que representarían los cuatro rumbos cósmicos: Este, Norte, 1992b Los Templos del Cielo y de la Os- Oeste y Sur, siendo los rumbos con los curidad: oráculos y liturgia, libro que se clasifican los ciclos solares de explicativo del llamado Códice 365 días y que sólo con 4 signos pueden Borgia, Fondo de Cultura Econó- iniciarse: Caña, Pedernal, Casa o Cone- mica, México. jo, cada uno correspondiente a una Anders, Ferdinand, Maarten Jansen y orientación cósmica. 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