Edward J.Tarbuck
Frederick K. Lutgens
La octava edición de Ciencias de la tierra: una introducción a la geología física,
como sus predecesoras, es un texto universitario para estudiantes que cursan su primer año
de Geología. Además de ser informativo y estar actualizado, uno de los principales objetivos
de Ciencias de la Tierra es satisfacer las necesidades de los estudiantes de disponer de un
texto que sea una «herramienta» para el aprendizaje de los principios y los conceptos
básicos de la geología.
El lenguaje de este libro es directo y está escrito para entenderse con facilidad. Se ha
procurado que los comentarios sean claros y de fácil lectura, con un mínimo de lenguaje
técnico. Los títulos y subtítulos frecuentes ayudan a los estudiantes a seguir el argumento
y a identificar las ideas importantes presentadas en cada capítulo. Hay grandes secciones del
libro que se han vuelto a escribir en un esfuerzo por hacer más comprensible el material.
Así, esta nueva edición de Ciencias de la Tierra es más que una simple versión
actualizada de ediciones anteriores. Se ha reorganizado para reflejar un papel unificador
en nuestra comprensión del planeta Tierra.
El CD que acompaña al libro contiene un programa dinámico que refuerza los conceptos
clave mediante animaciones, clases y ejercicios interactivos.
Otros libros de interés:
Manuel Pozo Rodríguez,
Javier González Yélanos y
Jorge Giner Robles:
Geología práctica. Madrid,
Pearson Prentice Hall, 2004.
ISBN 978-84-205-3908-9
Incluye:
LibroSite es una página web asociada
al libro, con una gran variedad de
recursos y material adicional tanto
para los profesores como para
estudiantes. Apoyos a la docencia,
ejercicios de autocontrol, enlaces
relacionados, material de
investigación, etc., hacen de
Ciencias de la Tierra
8ª ed.
académico perfecto para este libro.
Tarbuck
Lutgens
9
www.pearsoneducacion.com
788420 544007
Incluye CD-ROM
Ciencias de la Tierra
Una introducción a la geología física
www.librosite.net/tarbuck
LibroSite el complemento
ISBN 978-84-205-4400-7
8ª edición
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Ciencias de la
Tierra
UNA INTRODUCCIÓN A LA GEOLOGÍA FÍSICA
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Página II
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Página III
Ciencias de la
Tierra
UNA INTRODUCCIÓN A LA GEOLOGÍA FÍSICA
Octava edición
Edward J. Tarbuck
Frederick K. Lutgens
Ilustrado por
Dennis Tasa
Traducción
AMR Traducciones científicas
Revisión técnica y adaptación
Manuel Pozo Rodríguez
José Manuel González Casado
Universidad Autónoma de Madrid
Madrid • México • Santanfé de Bogotá • Buenos Aires • Caracas • Lima • Montevideo
San Juan • San José • Santiago • Sao Paulo • White Plains
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Página IV
Datos de catalogación bibliográfica
CIENCIAS DE LA TIERRA
Tarbuck, E. J.; Lutgens, F. K., y Tasa, D.
Pearson Educación S. A., Madrid, 2005
ISBN edición española: 84-205-4400-0
ISBN edición latinoamericana: 978-84-832-2690-2
Materia: Geología, 55
Formato 21,5 x 27
Páginas: 736
Todos los derechos reservados.
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción,
distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización
de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser
constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal).
DERECHOS RESERVADOS
© 2005 por PEARSON EDUCACIÓN S. A.
Ribera del Loira, 28
28042 Madrid
CIENCIAS DE LA TIERRA
Tarbuck, E. J.; Lutgens, F. K., y Tasa, D.
ISBN edición española: 84-205-4400-0
ISBN edición latinoamericana: 84-205-4998-3
Depósito Legal:
PEARSON PRENTICE HALL es un sello editorial autorizado de PEARSON EDUCACIÓN S. A.
Autorized translation from the English language edition, entitled EARTH: AN INTRODUCTION TO PHYSICAL
GEOLOGY, 8th Edition, by TARBUCK, EDWARD J.; LUTGENS, FREDERICK K.; TASA, DENNIS,
published by Pearson Education, Inc, publishing as Prentice Hall, Copyright © 2005. ISBN: 0-13-114865-6
All rights reserved. No part of this book may be reproduced or transmitted in any form or by any means, electronic
or mechanical, including photocopying, recording or by any information storage retrieval system, without permission
form Pearson Education, Inc.
Equipo editorial:
Editor: Miguel Martín-Romo
Técnico editorial: Marta Caicoya
Equipo de producción:
Director: José A. Clares
Técnico:
Diseño de cubierta: Equipo de diseño de Pearson Educación S. A.
Impreso por: Diego Marín
IMPRESO EN ESPAÑA - PRINTED IN SPAIN
Este libro ha sido impreso con papel y tintas ecológicos
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Página V
En memoria de nuestros padres, nuestros primeros
y mejores profesores, y a nuestras esposas, Joanne
y Nancy, por su apoyo y su paciencia
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Resumen del contenido
Capítulo 14
Capítulo 1
Introducción a la Geología
1
Bordes convergentes: formación de las montañas
y evolución de los continentes 395
Capítulo 2
Tectónica de placas: el desarrollo
de una revolución científica 33
Capítulo 15
Procesos gravitacionales: la fuerza
de la gravedad 425
Capítulo 3
Materia y minerales
77
Capítulo 16
Capítulo 4
Rocas ígneas
Corrientes de aguas superficiales
445
107
Capítulo 17
Capítulo 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
135
Aguas subterráneas
479
Capítulo 18
Capítulo 6
Meteorización y suelo
Glaciares y glaciaciones
175
Capítulo 7
505
Capítulo 19
Rocas sedimentarias
201
Desiertos y vientos
Capítulo 8
537
Capítulo 20
Metamorfismo y rocas metamórficas
227
Líneas de costa
559
Capítulo 9
El tiempo geológico
Capítulo 21
255
Energía y recursos minerales
Capítulo 10
Deformación de la corteza
283
Los terremotos
Capítulo 22
Geología planetaria
Capítulo 11
307
623
Apéndice A
Capítulo 12
El interior de la Tierra
589
341
Comparación entre unidades métricas
y británicas 653
Capítulo 13
Glosario
Bordes divergentes: origen y evolución
del fondo oceánico 361
Índice analítico
655
677
VII
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GEODe: Ciencias de la Tierra
Índice de contenido
Cap. 1 Introducción a la Geología
Una visión de la Tierra
La estructura en capas de la Tierra
Características de los continentes y del fondo
oceánico
Cuestionario
Cap. 2 Tectónica de placas: el desarrollo
de una revolución científica
Introducción
Bordes divergentes
Bordes convergentes
Bordes de falla transformante
Cuestionario
Cap. 3 Materia y minerales
Introducción
Propiedades físicas de los minerales
Grupos de minerales
Cuestionario
Cap. 4 Rocas ígneas
Introducción
Texturas ígneas
Composiciones ígneas
Denominación de las rocas ígneas
Cuestionario
Cap. 5 Los volcanes y otra actividad
ígnea
Naturaleza de las erupciones volcánicas
Materiales expulsados durante una eurpción
Estructuras volcánicas y estilos de erupción
Actividad ígnea intrusiva
Cuestionario
Cap. 6 Meteorización y suelo
Procesos externos de la Tierra
Meteorización
Meteorización mecánica
Meteorización química
Velocidades de meteorización
Cuestionario
Cap. 7 Rocas sedimentarias
Introducción
Tipos de rocas sedimentarias
Rocas sedimentarias detríticas
Rocas sedimentarias químicas
Ambientes sedimentarios
Cuestionario
Cap. 8 Metamorfismo y rocas
metamórficas
Introducción
Factores del metamorfismo
Cambios de textura y mineralógicos
Rocas metamórficas comunes
Cuestionario
Cap. 9 El tiempo geológico
Datación relativa: principios fundamentales
Datación con radiactividad
Escala de tiempo geológico
Cuestionario
Cap. 10 Deformación de la corteza
Deformación
Cartografía de las estructuras geológicas
Pliegues
Fallas y fracturas
Cuestionario
Cap. 11 Los terremotos
¿Qué es un terremoto?
Sismología
Localización de un terremoto
Terremotos: pruebas de la tectónica de placas
Cuestionario
Cap. 12 El interior de la Tierra
Ondas sísmicas y estructura de la Tierra
Cuestionario
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GEODe: Ciencias de la Tierra
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Página X
Índice de contenido
Cap. 13 Bordes divergentes: origen
y evolución del fondo oceánico
Cartografía del fondo oceánico
Dorsales oceánicas y expansión del fondo oceánico
Formación de cuencas oceánicas
Pangea: formación y fragmentación
de un supercontinente
Cuestionario
Cap. 14 Bordes convergentes:
formación de las montañas
y evolución de los continentes
Introducción
Colisiones continentales
Fragmentos de la corteza y formación
de las montañas
Cuestionario
Cap. 15 Procesos gravitacionales:
la fuerza de la gravedad
Controles y desencadenantes de los procesos
gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
Cuestionario
Cap. 16 Corrientes de aguas
superficiales
El ciclo hidrológico
Características de las corrientes
Repaso de los valles y las características relacionadas
con las corrientes
Características de las corrientes
Cuestionario
Cap. 17 Aguas subterráneas
Importancia y distribución de las aguas subterráneas
Manantiales o fuentes y pozos
Cuestionario
Cap. 18 Glaciares y glaciaciones
Introducción
Balance de un glaciar
Repaso de las características de un glaciar
Cuestionario
Cap. 19 Desiertos y vientos
Distribución y causas de las regiones secas
Conceptos erróneos habituales sobre los desiertos
Repaso de las formas y los paisajes
Conceptos erróneos habituales sobre los desiertos
Repaso de las formas y los paisajes
Cuestionario
Cap. 20 Líneas de costa
Olas y playas
Erosión causada por las olas
Cuestionario
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Índice de contenido
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Este icono del CD-ROM GEODe II aparece cuando un texto se corresponde con una actividad del GEODe II.
Prólogo xxi
Recursos del alumno
Capítulo 2
xxv
Tectónica de placas: el desarrollo
de una revolución científica 33
Capítulo 1
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Recuadro 1.2 Entender la Tierra:
¿Se mueven los glaciares? Una aplicación del método
científico 10
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Recuadro 1.1 Entender la Tierra:
El estudio de la Tierra desde el espacio
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La Geología 2
La Geología, el hombre y el medio ambiente 2
Algunas reseñas históricas acerca de la Geología 3
Tiempo geológico 5
La datación relativa y la escala de tiempo geológico 5
La magnitud del tiempo geológico 5
Naturaleza de la investigación científica 7
Hipótesis 7
Teoría 8
El método científico 8
La tectónica de placas y la investigación científica 9
Una visión de la Tierra 9
Hidrosfera 11
Atmósfera 11
Biosfera 11
Tierra sólida 11
La Tierra como un sistema 11
La ciencia del sistema Tierra 11
El sistema Tierra 13
Evolución temprana de la Tierra 14
Origen del planeta Tierra 14
Formación de la estructura en capas de la Tierra 16
Estructura interna de la Tierra 16
Capas definidas por su composición 16
Capas definidas por sus propiedades físicas 18
¿Cómo sabemos lo que sabemos? 19
La superficie de la Tierra 19
Principales características de los continentes 21
Principales características del fondo oceánico 23
Las rocas y el ciclo de las rocas 24
Tipos de rocas básicos 24
El ciclo de las rocas: uno de los subsistemas
de la Tierra 27
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Introducción a la Geología
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Deriva continental: una idea que se adelantó
a su época 34
Encaje de los continentes 35
Evidencias paleontológicas 37
Tipos de rocas y semejanzas estructurales 39
Evidencias paleoclimáticas 39
El gran debate 40
Rechazo de la hipótesis de la deriva continental 40
La deriva continental y el método científico 41
Deriva continental y paleomagnetismo 41
El campo magnético de la Tierra
y el paleomagnetismo 41
Deriva polar aparente 44
Comienzo de una revolución científica 45
La hipótesis de la expansión del fondo oceánico 45
Inversiones magnéticas: pruebas de la expansión del fondo
oceánico 46
La última pieza de un rompecabezas 50
Tectónica de placas: el nuevo paradigma 51
Principales placas de la Tierra 51
Bordes de placa 54
Bordes divergentes 54
Las dorsales oceánicas y la expansión del fondo
oceánico 55
La fragmentación continental 56
Bordes convergentes 56
Convergencia océanica-continental 58
Convergencia océanica-océanica 58
Convergencia continental-continental 60
Bordes de falla transformante (bordes pasivos) 61
Comprobación del modelo de la tectónica
de placas 64
Pruebas procedentes de sondeos oceánicos 64
Puntos calientes y plumas del manto 64
Medición del movimiento de las placas 67
El paleomagnetismo y los movimientos de placas 67
Medición de las velocidades de las placas desde
el espacio 68
¿Qué impulsa los movimientos de las placas? 69
Fuerzas que impulsan el movimiento de las placas 70
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Recuadro 2.1 Entender la Tierra:
Fragmentación de Pangea 36
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Modelos de convección placas-manto 71
La importancia de la teoría de la tectónica
de placas 73
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Índice de contenido
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Recuadro 2.4 Entender la Tierra:
Recogida de muestras del fondo oceánico
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Recuadro 2.3 Ententer la Tierra:
La prioridad en la ciencia 47
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Recuadro 2.2 Entender la Tierra:
Alfred Wegener (1880-1930): explorador polar y
visionario 42
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Capítulo 3
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Minerales: componentes básicos de las rocas 78
Composición de los minerales 80
Estructura atómica 80
Enlace 82
Isótopos y radiactividad 86
Estructura de los minerales 86
Propiedades físicas de los minerales 88
Principales propiedades diagnósticas 88
Otras propiedades de los minerales 91
Grupos minerales 92
Los silicatos 93
El tetraedro silicio-oxígeno 93
Otras estructuras de silicatos 93
Ensambleaje de las estructuras de silicatos 95
Silicatos comunes 95
Los silicatos claros 97
Los silicatos oscuros 99
Minerales no silicatados importantes 100
Recuadro 4.1 Entender la Tierra:
Pegmatitas 113
Recuadro 4.2 Entender la Tierra:
Láminas delgadas e identificación de las rocas
Recuadro 4.3 Entender la Tierra:
Un acercamiento a la serie de reacción de Bowen
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Rocas ígneas
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107
Magmas: el material de las rocas ígneas
Naturaleza de los magmas 108
De los magmas a las rocas 109
108
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Recuadro 3.3 Entender la Tierra:
Piedras preciosas 103
Capítulo 4
127
Los volcanes y otra actividad
ígnea 135
Recuadro 3.1 El hombre y el medio ambiente:
Hacer cristal a partir de minerales 80
Recuadro 3.2 El hombre y el medio ambiente:
Asbesto: ¿cuáles son los riesgos? 83
116
Capítulo 5
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Materia y minerales
Texturas ígneas 110
Factores que afectan al tamaño de los cristales 110
Tipos de texturas ígneas 110
Composiciones ígneas 113
Composiciones graníticas frente a composiciones
basálticas 114
Otros grupos composicionales 115
El contenido de sílice como indicador
de la composición 115
Denominación de las rocas ígneas 115
Rocas félsicas (graníticas) 117
Rocas intermedias (andesíticas) 120
Rocas máficas (basálticas) 120
Rocas piroclásticas 122
Origen de los magmas 122
Generación de magmas a partir de roca sólida 122
Evolución de los magmas 125
Serie de reacción de Bowen y composición de las rocas
ígneas 126
Asimilación y mezcla de magmas 128
Fusión parcial y formación de los magmas 129
Formación de magmas basálticos 130
Formación de magmas andesíticos y graníticos 130
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Naturaleza de las erupciones volcánicas 137
Factores que afectan a la viscosidad 139
Importancia de los gases disueltos 140
Materiales expulsados durante una erupción 140
Coladas de lava 140
Gases 142
Materiales piroclásticos 142
Estructuras volcánicas y estilos de erupción 143
Anatomía de un volcán 143
Volcanes en escudo 144
Conos de cenizas 146
Conos compuestos 147
Vivir a la sombra de un cono compuesto 149
El continente perdido de la Atlántida 149
Erupción del Vesuvio 79 d.C. 150
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Índice de contenido
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Nubes ardientes: una colada piroclástica mortal
Lahares: corrientes de barro en conos activos
e inactivos 152
Otras formas volcánicas 153
Calderas 153
Erupciones fisurales y llanuras de lava 155
Domos de lava 156
Chimeneas y pitones volcánicos 156
Actividad ígnea intrusiva 157
Naturaleza de los plutones 158
Diques 159
Sills y lacolitos 159
Batolitos 160
Tectónica de placas y actividad ígnea 161
Actividad ígnea en los bordes convergentes
de la placa 162
Actividad ígnea en los bordes de placa
divergentes 163
Actividad ígnea intraplaca 166
¿Pueden los volcanes cambiar el clima
terrestre? 168
La premisa básica 168
Tres ejemplos modernos 169
151
XIII
Meteorización diferencial 185
Suelo 186
Una interfase en el sistema Tierra 186
¿Qué es el suelo? 186
Factores formadores del suelo 187
Roca madre 187
Tiempo 188
Clima 188
Plantas y animales 189
Topografía 189
El perfil del suelo 189
Clasificación de los suelos 191
Erosión del suelo 193
Cómo se erosiona el suelo 193
Velocidad de erosión 195
Sedimentación y contaminación química 197
Recuadro 6.1 Entender la Tierra:
El Hombre Viejo de la Montaña 178
Recuadro 6.2 La Tierra como un sistema:
Precipitaciones ácidas: un impacto humano sobre el
sistema Tierra 181
Recuadro 6.3 El hombre y el medio ambiente:
Despejar el bosque tropical: impacto en sus
suelos 193
Recuadro 5.1 Entender la Tierra:
Anatomía de una erupción 138
Recuadro 6.4 El hombre y el medio ambiente:
Dust Bowl: la erosión del suelo en las Grandes
Llanuras 196
Recuadro 5.2 El hombre y el medio ambiente:
Crisis volcánica en Montserrat 157
Recuadro 5.3 La Tierra como sistema:
Una posible conexión entre el vulcanismo y el
cambio climático en el pasado geológico 169
Capítulo 7
Rocas sedimentarias
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Procesos externos de la Tierra 176
Meteorización 176
Meteorización mecánica 177
Fragmentación por el hielo (gelifracción) 177
Descompresión 177
Expansión térmica 178
Actividad biológica 179
Meteorización química 179
Disolución 179
Oxidación 180
Hidrólisis 182
Alteraciones causadas por la meteorización química 183
Velocidades de meteorización 184
Características de la roca 184
Clima 185
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175
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Meteorización y suelo
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Capítulo 6
S D LA
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201
¿Qué es una roca sedimentaria? 202
Transformación del sedimento en roca sedimentaria:
diagénesis y litificación 202
Tipos de rocas sedimentarias 203
Rocas sedimentarias detríticas 203
Lutita 204
Arenisca 205
Conglomerado y brecha 207
Rocas sedimentarias químicas 207
Caliza 208
Dolomía 210
Rocas silíceas (sílex) 211
Evaporitas 211
Carbón 212
Clasificación de las rocas sedimentarias 212
Ambientes sedimentarios 214
Tipos de ambientes sedimentarios 215
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XIV
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Página XIV
Índice de contenido
Facies sedimentarias 220
Estructuras sedimentarias 221
Recuadro 7.1 La Tierra como sistema:
El ciclo del carbono y las rocas sedimentarias
209
Recuadro 7.2 La Tierra como sistema:
El uso de los sedimentos del fondo oceánico para
aclarar los climas del pasado 218
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Recuadro 7.3 Entender la Tierra:
Naturaleza y distribución de los sedimentos del
fondo oceánico 220
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Capítulo 8
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Recuadro 9.1 Entender la Tierra:
Aplicación de los principios de datación relativa en la
superficie lunar 262
I
Recuadro 9.2 Entender la Tierra:
El yacimiento de Burgess Shale 265
Recuadro 9.3 El hombre y el medio ambiente:
El radón 268
Recuadro 9.4 Entender la Tierra:
Utilización de los anillos de los árboles para la
datación y el estudio del pasado reciente 272
Recuadro 9.5 La Tierra como sistema:
La desaparición de los dinosaurios 276
Capítulo 10
Deformación de la corteza
246
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Recuadro 8.1 Entender la Tierra:
El metamorfismo de impacto y las tectitas
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Metamorfismo 228
Factores del metamorfismo 229
El calor como factor metamórfico 229
Presión y esfuerzo diferencial 230
Fluidos químicamente activos 232
La importancia del protolito 233
Texturas metamórficas 233
Foliación 233
Texturas foliadas 234
Otras texturas metamórficas 236
Rocas metamórficas comunes 237
Rocas foliadas 237
Rocas no foliadas 240
Ambientes metamórficos 241
Metamorfismo térmico o de contacto 242
Metamorfismo hidrotermal 242
Metamorfismo regional 243
Otros tipos de metamorfismos 244
Zonas metamórficas 247
Variaciones de textura 247
Minerales índice y grado metamórfico 247
Metamorfismo y tectónica de placas 248
Ambientes metamórficos antiguos 250
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Metamorfismo y rocas
metamórficas 227
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Capítulo 9
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La Geología necesita una escala temporal 256
Datación relativa: principios fundamentales 257
I
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255
IE N C
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El tiempo geológico
Ley de la superposición 257
Principio de la horizontalidad original 257
Principio de intersección 258
Inclusiones 258
Discontinuidades estratigráficas 258
Aplicación de los principios de datación relativa 261
Correlación de las capas rocosas 262
Fósiles: evidencias de vida en el pasdo 262
Tipos de fósiles 263
Condiciones que favorecen la conservación 264
Fósiles y correlación 265
Datación con radiactividad 267
Repaso de la estructura básica del átomo 267
Radiactividad 267
Período de semidesintegración 270
Datación radiométrica 271
Datación con carbono-14 272
Importancia de la datación radiométrica 274
Escala de tiempo geológico 274
Estructrura de la escala temporal 274
El Precámbrico 277
Dificultades para datar la escala de tiempo
geológico 278
S D LA
E
283
Geología estructural: estudio de la arquitectura
terrestre 284
Deformación 284
Fuerza y esfuerzo 284
Tipos de esfuerzo 285
Deformación 286
Cómo se deforman las rocas 286
Cartografía de las estructuras geológicas 288
Dirección y buzamiento 290
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XV
El interior de la Tierra
I
A
I
Recuadro 10.1 Entender la Tierra:
Denominación de las unidades rocosas locales
ERR
TI
ERR
Capítulo 12
IE N C
IE N C
S D LA
E
Pliegues 291
Tipos de pliegues 292
Domos y cubetas 294
Fallas 295
Fallas con desplazamiento vertical 296
Fallas de desplazamiento horizontal 299
Diaclasas 301
TI
I
TI
IE N C
A
S D LA
E
ERR
I
A
S D LA
E
TI
IE N C
A
ERR
Índice de contenido
S D LA
E
289
Recuadro 10.2 El hombre y el medio ambiente:
El sistema de fallas de San Andrés 302
Capítulo 11
Capítulo 13
TI
A
ERR
Bordes divergentes: origen y
evolución del fondo oceánico
S D LA
E
I
IE N C
I
A
333
TI
IE N C
A
Recuadro 11.4 Entender la Tierra:
Un terremoto importante en Turquía
ERR
326
Recuadro 11.3 El hombre y el medio ambiente:
El sistema de aviso de los tsunamis 329
354
Recuadro 12.3 Entender la Tierra:
Tomografía sísmica del manto 356
Recuadro 11.1 El hombre y el medio ambiente:
Terremotos al este de las Rocosas 319
Recuadro 11.2 Entender la Tierra:
Amplificación de las ondas y riesgos sísmicos
TI
ERR
TI
350
Recuadro 12.2 Entender la Tierra:
¿Por qué la Tierra tiene un campo magnético?
I
I
Localización de un terremoto 315
Cinturones sísmicos 317
Profundidad de los focos 318
Medición de las dimensiones sísmicas 318
Escalas de intensidad 320
Escalas de magnitud 321
Destrucción causada por los terremotos 324
Destrucción causada por las vibraciones sísmicas 325
Tsunamis 327
Deslizamientos y subsidencia del terreno 328
Incendios 329
¿Pueden predecirse los terremotos? 331
Predicciones a corto plazo 331
Pronósticos a largo plazo 332
Terremotos: pruebas de la tectónica de placas 335
Sondeo del interior de la Tierra 342
Naturaleza de las ondas sísmicas 342
Ondas sísmicas y estructura de la Tierra 343
Capas definidas por su composición 344
Capas definidas por sus propiedades físicas 344
Descubrimiento de los límites principales de la
Tierra 346
Discontinuidad de Mohorovicic 346
Límite núcleo-manto 348
Descubrimiento del núcleo interno 348
La corteza 349
El manto 351
El núcleo 352
Densidad y composición 353
Origen 353
El campo magnético terrestre 353
La máquina térmica del interior de la Tierra 355
Flujo de calor en la corteza 355
Convección del manto 355
Recuadro 12.1 Entender la Tierra:
Inge Lehmann: una geofísica pionera
312
IE N C
IE N C
S D LA
E
¿Qué es un terremoto? 308
Terremotos y fallas 309
Rebote elástico 310
Sismos precursores y réplicas 310
Ruptura y propagación de un terremoto 310
La falla de San Andrés: una zona sísmica activa
Sismología 313
S D LA
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307
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E
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Los terremotos
341
S D LA
E
361
Imagen del fondo oceánico 362
Cartografía del fondo oceánico 362
Observación del fondo oceánico desde el espacio 363
Provincias del fondo oceánico 364
Márgenes continentales 365
Márgenes continentales pasivos 367
Márgenes continentales activos 368
Características de las cuencas oceánicas
profundas 368
Fosas submarinas 369
Llanuras abisales 369
Montes submarinos, guyots y llanuras oceánicas 370
Anatomía de una dorsal oceánica 371
Origen de la litosfera oceánica 374
Expansión del fondo oceánico 375
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XVI
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Índice de contenido
Montañas de bloque de falla 414
Provincia Basin and Range 414
Movimientos verticales de la corteza 415
Isostasia 415
Convección del manto: un motivo del movimiento
vertical de la corteza 418
Origen y evolución de los continentes 419
Los primeros continentes de la Tierra 419
Cómo crecen los continentes 419
¿Por qué las dorsales oceánicas están elevadas? 375
Velocidades de expansión y topografía de las dorsales 376
Estructura de la corteza oceánica 376
Formación de la corteza oceánica 377
Interacción entre el agua marina y la corteza
oceánica 379
Ruptura continental: el nacimiento de una nueva
cuenca oceánica 380
Evolución de una cuenca oceánica 380
Mecanismos de ruptura continental 382
Destrucción de la litosfera oceánica 384
¿Por qué la litosfera oceánica subduce? 385
Placas en subducción: la desaparición de una cuenca
oceánica 386
Apertura y cierre de cuencas oceánicas: el ciclo del
supercontinente 387
Antes de Pangea 388
La tectónica de placas en el futuro 388
Recuadro 13.1 Entender la Tierra:
Susan DeBari: una carrera en Geología
Recuadro 14.1 Entender la Tierra:
Terremotos en el noroeste del Pacífico
Recuadro 14.3 Entender la Tierra:
¿Las montañas tienen raíces? 416
Capítulo 15
366
Procesos gravitacionales: la fuerza
de la gravedad 425
Recuadro 13.2 Entender la Tierra:
Explicación de los atolones de coral: la hipótesis
de Darwin 372
I
A
TI
IE N C
Capítulo 14
ERR
Recuadro 13.3 La Tierra como sistema:
Las biocomunidades de las chimeneas hidrotermales
submarinas: ¿la primera vida terrestre? 379
S D LA
E
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ERR
TI
ERR
TI
ERR
IE N C
I
IE N C
I
A
S D LA
E
TI
I
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S D LA
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IE N C
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S D LA
E
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I
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ERR
IE N C
TI
A
I
I
IE N C
I
S D LA
E
Formación de las montañas 396
Convergencia y subducción de placas 397
Principales estructuras de las zonas
de subducción 397
Dinámica en las zonas de subducción 399
Subducción y formación de montañas 400
Arcos insulares 400
Formación de montañas a lo largo de los bordes de tipo
andino 401
Sierra Nevada y las sierras litorales 403
Colisiones continentales 405
Himalaya 406
Apalaches 408
Terranes y formación de montañas 411
La naturaleza de los terranes 411
Acreción y orogénesis 412
IE N C
IE N C
S D LA
E
ERR
I
A
S D LA
E
TI
IE N C
A
ERR
Bordes convergentes: formación
de las montañas y evolución
de los continentes 395
A
400
Recuadro 14.2 Entender la Tierra:
El sur de las Rocosas 411
S D LA
E
Un desastre provocado por un deslizamiento
en Perú 426
Procesos gravitacionales y desarrollo de las formas
del terreno 426
Papel de los procesos gravitacionales 427
Las pendientes cambian con el tiempo 427
Controles y desencadenantes de los procesos
gravitacionales 427
Papel del agua 427
Pendientes sobreempinadas 428
Eliminación de la vegetación 428
Terremotos como desencadenantes 429
¿Deslizamientos sin desencadenantes? 430
Clasificación de los procesos gravitacionales 430
Tipo de material 430
Tipo de movimiento 430
Velocidad de movimiento 432
Desplomes 434
Deslizamiento de rocas 434
Flujo de derrubios 436
Flujos de derrubios en las regiones semiáridas 436
Lahares 436
Flujos de tierra 439
Movimientos lentos 439
Reptación 439
Solifluxión 440
Deslizamientos submarinos 442
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Página XVII
Índice de contenido
Capítulo 17
Recuadro 15.1 El hombre y el medio ambiente:
El desastre de la presa de Vaiont 429
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I
IE N C
I
A
S D LA
E
S D LA
E
ERR
IE N C
A
TI
A
I
Recuadro 15.3 El hombre y el medio ambiente:
Flujos de derrubios en los abanicos aluviales: estudio
de un caso de Venezuela 437
Aguas subterráneas
IE N C
Recuadro 15.2 El hombre y el medio ambiente:
Control a tiempo real de los deslizamientos
activos 433
S D LA
E
Recuadro 15.4 Entender la Tierra:
El paisaje del delicado permafrost 441
TI
ERR
TI
ERR
S D LA
E
479
Importancia de las aguas subterráneas 480
Distribución de las aguas subterráneas 481
El nivel freático 481
Variaciones en el nivel freático 481
Interacción entre las aguas subterráneas
y las aguas corrientes 483
Factores que influyen en el almacenamiento y la
circulación de las aguas subterráneas 485
Porosidad 485
Permeabilidad, acuicluidos y acuíferos 485
Circulación de las aguas subterráneas 486
Manantiales o fuentes 487
Fuentes termales y géiseres 488
Pozos 490
Pozos artesianos 491
Problemas relacionados con la extracción del agua
subterránea 493
Tratamiento del agua subterránea como un recurso no
renovable 493
Subsidencia 494
Contaminación salina 494
Contaminación del agua subterránea 497
El trabajo geológico del agua subterránea 499
Cavernas 499
Topografía kárstica 500
Recuadro 17.1 La Tierra como sistema:
El impacto de la sequía en el sistema hidrológico
484
Recuadro 17.2 El hombre y el medio ambiente:
El acuífero de Ogallala: ¿cuánto va a durar el agua? 495
Recuadro 17.3 El hombre y el medio ambiente:
Subsidencia del terreno en el valle de San Joaquín 496
Capítulo 18
IE N C
I
A
IE N C
I
A
ERR
I
Glaciares y glaciaciones
TI
TI
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S D LA
E
S D LA
E
ERR
IE N C
Recuadro 16.2 El hombre y el medio ambiente:
Avenidas 473
S D LA
E
TI
I
TI
IE N C
Recuadro 16.1 El hombre y el medio ambiente:
Las zonas húmedas costeras desaparecen del delta
del Mississippi 462
A
I
I
S D LA
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IE N C
IE N C
A
S D LA
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A
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I
A
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IE N C
IE N C
A
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I
A
S D LA
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IE N C
A
ERR
I
A
La Tierra como sistema: el ciclo hidrológico 446
Las aguas de escorrentía 448
Flujo de corriente 448
Gradiente y características del cauce 449
Caudal 450
Cambios de corriente arriba a corriente abajo 450
Nivel de base y corrientes en equilibrio 452
Erosión de las corrientes fluviales 454
Transporte del sedimento por las corrientes 454
Carga disuelta 454
Carga suspendida 455
Carga de fondo 455
Capacidad y competencia 456
Depósitos de sedimentos por las corrientes
fluviales 456
Depósitos de canal 456
Depósitos de llanura de inundación 458
Abanicos aluviales y deltas 459
Valles fluviales 463
Valles estrechos 463
Valles anchos 464
Meandros encajados y terrazas fluviales 466
Redes de drenaje 468
Modelos de drenaje 468
Erosión remontante y captura 470
Formación de una garganta 470
Inundaciones y control de la inundación 471
Causas y tipos de inundaciones 472
Control de inundaciones 474
TI
IE N C
445
ERR
Capítulo 16
Corrientes de aguas superficiales
XVII
S D LA
E
505
Los glaciares: una parte de dos ciclos básicos 506
Tipos de glaciares 506
Glaciares de valle (alpinos) 506
Glaciares de casquete 506
Otros tipos de glaciares 506
¿Qué pasaría si se fundiera el hielo? 509
Formación del hielo glaciar 510
Movimientos de un glaciar 510
Velocidades de movimiento de un glaciar 512
Balance de un glaciar 512
Erosión glaciar 514
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Índice de contenido
Formas creadas por la erosión glaciar 514
Valles glaciares 516
Aristas y horns 517
Rocas aborregadas 517
Depósitos glaciares 517
Formas compuestas por tills 519
Morrenas laterales y centrales 519
Morrenas terminales y de fondo 520
Drumlins 522
Formas constituidas por derrubios glaciares
estratificados 524
Llanuras aluviales y «valley trains» 524
Depósitos en contacto con el hielo 525
La teoría glaciar y el período glacial cuaternario
Algunos efectos indirectos de los glaciares
del período glacial cuaternario 526
Causas de las glaciaciones 530
Tectónica de placas 530
Variaciones en la órbita de la Tierra 532
Recuadro 19.1 Entender la tierra
¿Qué se entiende por «seco»? 539
Recuadro 19.2 El hombre y el medio ambiente:
La desaparición del mar de Aral 542
Recuadro 19.3 Entender la Tierra:
El monte Uluru de Australia 547
Recuadro 19.4 El hombre y el medio ambiente:
Los desiertos se están expandiendo 550
Capítulo 20
Líneas de costa
IE N C
I
A
IE N C
Recuadro 18.1 Entender la Tierra:
El derrumbamiento de los casquetes polares
del Antártico 508
I
A
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525
TI
TI
Página XVIII
S D LA
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IE N C
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S D LA
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XVIII
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S D LA
E
Recuadro 18.2 Entender la Tierra:
Los ríos antes y después del período glacial
cuaternario 528
IE N C
I
A
Capítulo 19
I
TI
ERR
TI
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TI
IE N C
IE N C
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IE N C
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S D LA
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ERR
I
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E
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IE N C
A
ERR
Desiertos y vientos
S D LA
E
537
Distribución y causas de las regiones secas 538
Desiertos de latitudes bajas 538
Desiertos de latitudes medias 540
Procesos geológicos en climas áridos 543
Meteorización 543
Papel del agua 543
«Basin and Range»: la evolución de un paisaje
desértico 544
Transporte de sedimentos por el viento 546
Carga de fondo 547
Carga en suspensión 548
Erosión eólica 548
Deflación, depresiones de deflación y pavimento
desértico 548
Ventifactos y yardangs 551
Depósitos eólicos 552
Depósitos de arena 552
Tipos de dunas de arena 554
Depósitos de loess (limo) 555
ERR
531
TI
Recuadro 18.3 Entender la Tierra:
El hielo glaciar: un almacén de datos climáticos
S D LA
E
559
La línea de costa: una interfase dinámica 560
La zona costera 560
Olas 562
Características de las olas 562
Movimiento orbital circular 563
Olas en la zona de rompiente 563
Erosión causada por las olas 564
Movimiento de la arena de la playa 565
Movimiento perpendicular a la línea de costa 565
Refracción de las olas 568
Deriva y corrientes litorales 569
Características de la línea de costa 570
Formas de erosión 570
Formas deposicionales 571
El litoral en desarrollo 572
Estabilización de la costa 572
Estabilización firme 573
Alternativas a la estabilización dura 576
Problemas de erosión a lo largo de las costas
estadounidenses 577
Clasificación de las costas 579
Costas de emersión 581
Costas de inmersión 581
Mareas 582
Causas de las mareas 583
Ciclo mensual de las mareas 583
Modelos mareales 583
Corrientes mareales 584
Mareas y rotación de la Tierra 585
Recuadro 20.1 El hombre y el medio ambiente:
Los huracanes: el máximo peligro en la costa 566
Recuadro 20.2 El hombre y el medio ambiente:
La mudanza del siglo: la recolocación del faro del
cabo Hatteras 578
Recuadro 20.3 El hombre y el medio ambiente:
La vulnerabilidad de la costa a la elevación del nivel
del mar 580
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Página XIX
XIX
Índice de contenido
Capítulo 21
Energía y recursos minerales
Capítulo 22
589
Recursos renovables y no renovables 591
Recursos energéticos 591
Carbón 592
Petróleo y gas natural 594
Formación del petróleo 594
Trampas petrolíferas 594
Algunos efectos ambientales de la combustión
de los combustibles fósiles 596
Contaminación del aire urbano 596
El dióxido de carbono y el calentamiento global 596
Arenas asfálticas y lutitas bituminosas: ¿petróleo para
el futuro? 601
Arenas asfálticas 601
Lutitas bituminosas 602
Fuentes de energía alternativas 603
Energía nuclear 603
Energía solar 604
Energía eólica 605
Energía hidroeléctrica 606
Energía geotérmica 607
Energía mareal 608
Recursos minerales 609
Recursos minerales y procesos ígneos 611
Segregación magmática 611
Diamantes 612
Soluciones hidrotermales 612
Recursos minerales y procesos metamórficos 613
Meteorización y yacimientos de menas 614
Bauxita 615
Otros depósitos 615
Depósitos de placeres 615
Recursos minerales no metálicos 616
Materiales de construcción 616
Minerales industriales 617
Recuadro 21.1 Entender la Tierra:
Hidratos de gas: un combustible procedente de los
sedimentos del fondo oceánico 592
Recuadro 21.2 El hombre y el medio ambiente:
Aerosoles procedentes del «Volcán humano» 598
Recuadro 21.3 Entender la Tierra:
Bingham Canyon, Utah: la mayor mina de fosa
abierta 611
Geología planetaria
623
Los planetas: una visión de conjunto 625
El interior de los planetas 625
Las atmósferas de los planetas 626
La Luna 627
La superficie lunar 627
Historia lunar 631
Los planetas: características generales 631
Mercurio, el planeta más interno 631
Venus, el planeta velado 632
Marte, el planeta rojo 633
Júpiter, el señor del cielo 636
Saturno, el planeta elegante 638
Urano y Neptuno, los gemelos 641
Plutón, el planeta X 642
Cuerpos menores del Sistema Solar 643
Asteroides: microplanetas 643
Cometas 644
Meteoritos 647
Recuadro 22.1 Entender la Tierra:
Pathfinder: el primer geólogo en Marte
634
Recuadro 22.2 Entender la Tierra:
¿Es Plutón realmente un planeta? 643
Recuadro 22.3 La Tierra como sistema:
¿Está la Tierra en una dirección de colisión?
645
Apéndice A
Comparación entre unidades métricas
y británicas 653
Glosario
655
Índice analítico
677
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Prólogo
La Tierra es una parte muy pequeña de un vasto universo, pero es nuestro hogar. Proporciona los recursos que
sostienen nuestra sociedad moderna y los ingredientes
necesarios para mantener la vida. Por consiguiente, el conocimiento y la comprensión de nuestro planeta son cruciales para nuestro bienestar social y, de hecho, son vitales para nuestra supervivencia. La Geología contribuye
mucho a nuestra comprensión del Planeta Tierra.
Las publicaciones de los medios de comunicación
nos recuerdan a menudo las fuerzas geológicas que actúan en nuestro planeta. Las noticias de los informativos retratan gráficamente la fuerza violenta de una erupción
volcánica, la devastación general causada por un terremoto de gran intensidad y el gran número de personas que
se quedan sin hogar a causa de los desprendimientos de
tierra y inundaciones. Acontecimientos como éstos, y
otros muchos, son destructivos para la vida y las propiedades y debemos aprender a afrontarlos. Además, también
se tratan muchos temas ambientales básicos que tienen un
componente geológico significativo. De ello son ejemplos la contaminación del agua subterránea, la erosión del
suelo y los numerosos impactos generados por la extracción de recursos minerales y energéticos. La comprensión
de estos acontecimientos y el intento de encontrar soluciones a los problemas relacionados con ellos precisa conocer los principios científicos que influyen en nuestro
planeta, sus rocas, montañas, atmósfera y océanos.
La octava edición de Ciencias de la Tierra: una introducción a la Geología física, como sus predecesoras, es un
texto universitario significativo para estudiantes que realizan un primer curso de Geología. Además de ser informativo y estar actualizado, uno de los principales objetivos de Ciencias de la Tierra es satisfacer las necesidades de
los estudiantes de disponer de un texto fácil de leer y de
utilizar, un libro que sea una «herramienta» muy utilizable para el aprendizaje de los principios y los conceptos
básicos de la Geología.
Organización revisada
En ediciones anteriores de Ciencias de la Tierra se utilizó
una organización más tradicional, en la que la teoría de la
tectónica de placas se desarrollaba por completo al final
del texto. En la octava edición de Ciencias de la Tierra un
cambio importante es una reorganización en la que esta
teoría representa un papel fundamental y unificador. Así,
esta nueva edición de Ciencias de la Tierra es más que una
simple versión actualizada de versiones anteriores. Se ha
reorganizado para reflejar el papel unificador que la teoría de la tectónica de placas representa en nuestra comprensión del planeta Tierra.
Desde finales de los años 60, los científicos han observado que la capa externa de la Tierra está fragmentada
en segmentos denominados placas. Impulsadas por el calor procedente del interior de la Tierra, estas enormes
placas se desplazan gradualmente unas en relación con las
otras. Donde las masas continentales se separan, se crean
nuevas cuencas oceánicas. Mientras tanto, las antiguas
porciones de fondo oceánico se vuelven a sumergir en el
interior de la Tierra. Estos movimientos generan terremotos, provocan la formación de volcanes y la creación de
las principales cordilleras montañosas de la Tierra. En el
Capítulo 1 se presenta una introducción a la Geología, seguida de un vistazo a la naturaleza de la investigación
científica y una exposición sobre el nacimiento y la evolución inicial del planeta Tierra. A continuación, en el
Capítulo 2, se relata el desarrollo histórico de la teoría de
la tectónica de placas como ejemplo de cómo funciona la
ciencia y cómo trabajan los científicos. Inmediatamente
después, se expone una visión de conjunto de la teoría de
la tectónica de placas. La comprensión básica de este modelo del funcionamiento de la Tierra ayudará a los estudiantes en la exploración de los numerosos fenómenos
comentados en los capítulos siguientes.
Una vez establecido firmemente el marco básico
de la tectónica de placas, pasamos a estudiar los materiales de la Tierra y los procesos relacionados, el volcanismo, el metamorfismo y la meteorización. A lo largo
de este recorrido, los estudiantes verán claramente las
relaciones entre estos fenómenos y la teoría de la tectónica de placas. A continuación, se presentan con detalle
los conceptos fundamentales del tiempo geológico seguidos de una exploración de los terremotos, la estructura interna de la Tierra y los procesos de deformación
de las rocas.
Volvemos a tratar la tectónica de placas en los Capítulos 13 y 14. En estos capítulos se amplían las exposiciones anteriores al considerar la naturaleza de los principales rasgos físicos de la Tierra: las cuencas oceánicas y
los continentes. En el Capítulo 13 se explora el origen y
la estructura del fondo oceánico. Se pide a los estudiantes que examinen cómo se genera el fondo oceánico, por
qué se destruye constantemente y qué pistas puede proporcionar sobre los acontecimientos ocurridos en épocas
anteriores de la historia de la Tierra. En el Capítulo 14
XXI
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XXII
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Página XXII
Prólogo
se considera el papel de la tectónica de placas en la formación de las principales cordilleras montañosas y se
concluye con una mirada al origen y la evolución de los
continentes. Después de esta exploración de los rasgos a
gran escala de la Tierra, examinamos el trabajo geológico de la gravedad, el agua, el viento y el hielo. Son estos
procesos los que modifican y esculpen la superficie de la
Tierra, creando muchas de sus variadas formas. Por último, el texto concluye con capítulos relativos a los recursos naturales y el Sistema Solar.
Como en ediciones previas de este texto, hemos diseñado cada capítulo como una unidad independiente, de
modo que se pueda enseñar el material en una secuencia
distinta según las preferencias del instructor o los dictados del laboratorio. Por tanto, el instructor que desee comentar los procesos erosivos antes que los terremotos, la
tectónica de placas y la formación de montañas puede hacerlo sin ninguna dificultad.
Características distintivas
Facilidad de lectura
El lenguaje de este libro es directo y está escrito para entenderse con facilidad. Se ha procurado que los comentarios sean claros y de fácil lectura, con un mínimo de lenguaje técnico. Los títulos y subtítulos frecuentes ayudan
a los estudiantes a seguir el argumento y a identificar las
ideas importantes presentadas en cada capítulo. En esta
octava edición se ha conseguido una mayor facilidad de
lectura al examinar la organización y el flujo de los capítulos y al escribir en un estilo más personal. Hay grandes
secciones del libro que se han vuelto a escribir prácticamente en un esfuerzo por hacer más comprensible el material.
Ilustraciones y fotografías
La Geología es muy visual. Por consiguiente, las fotografías y el material gráfico son una parte muy importante de un libro introductorio. Ciencias de la Tierra, octava edición, contiene docenas de fotografías de gran
calidad que fueron cuidadosamente seleccionadas para
ayudar a comprender, añadir realismo y estimular el interés del lector.
Las ilustraciones de cada nueva edición de Ciencias
de la Tierra van siendo cada vez mejores. En la octava edición se han vuelto a diseñar más de 100 gráficos. Las nuevas figuras ilustran las ideas y los conceptos de forma más
clara y realista que en ninguna de las ediciones anteriores.
El programa artístico fue llevado a cabo por Dennis Tasa,
un artista con talento y afamado ilustrador de las ciencias
de la Tierra.
Hincapié en el aprendizaje
Cuando finaliza un capítulo, tres apartados útiles ayudan
a los estudiantes a repasar. En primer lugar, el Resumen del
capítulo recapitula todos los puntos importantes, luego hay
una lista de Términos fundamentales con referencia a la página donde se citan. Se cierra cada capítulo con un recordatorio para visitar la Guía de estudio en línea de Ciencias
de la Tierra, octava edición (http://www.librosite.net/tarbuck), que contiene excelentes y abundantes oportunidades para repasar y explorar.
La Tierra como un sistema
Un aspecto importante de la ciencia moderna ha sido el descubrimiento de que la
Tierra es un sistema multidimensional gigante. Nuestro
planeta consta de muchas partes separadas, pero interactuantes. Un cambio en una parte puede producir cambios
en otra o en todas las demás, a menudo de maneras que
no son obvias ni evidentes inmediatamente. Aunque no es
posible estudiar el sistema entero de una vez, es posible
desarrollar un conocimiento y apreciación del concepto
y de muchas de las interrelaciones importantes del sistema. Por tanto, empezando con una amplia exposición en
el Capítulo 1, se repite el tema de «La Tierra como sistema» en lugares oportunos a lo largo del libro. Es un hilo
que «se teje» a lo largo de los capítulos y que ayuda a
unirlos.
Varios recuadros de especial interés, nuevos y revisados, se refieren a «La Tierra como sistema». Para recordar al lector este tema importante, se utiliza el pequeño icono que puede ver al principio de esta sección para
marcar estos recuadros.
El hombre y el medio ambiente
Dado que es necesario conocer nuestro
planeta y cómo funciona para nuestra supervivencia y bienestar, el tratamiento de los temas medioambientales y de recursos ha sido siempre una parte
importante de Ciencias de la Tierra. Estos aspectos sirven
para ilustrar la importancia y la aplicación del conocimiento geológico. Con cada nueva edición, se ha ido poniendo cada vez mayor énfasis en este punto, lo cual es especialmente cierto en esta octava edición. El texto integra
una gran cantidad de información sobre la relación entre
las personas y el medio ambiente y explora la aplicación
de la Geología para comprender y resolver problemas que
surgen de esas interacciones.
Además de los muchos aspectos básicos del texto, en
22 de los recuadros de especial interés del texto, que se reconocen fácilmente por el icono distintivo que puede verse al principio de esta sección, se aborda el tema «Las personas y el medio ambiente».
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Prólogo
Entender la Tierra
Como miembros de una sociedad moderna, se nos está recordando constantemente los beneficios derivados de la ciencia. Pero, ¿cuál
es la naturaleza exacta de la investigación científica? Llegar a comprender cómo se hace la ciencia y cómo trabajan los científicos es otro tema importante que aparece a
lo largo de este libro, empezando con la sección sobre
«La naturaleza de la investigación científica» del Capítulo 1. Los estudiantes examinarán algunas de las dificultades que los científicos afrontan al intentar obtener
datos fiables sobre nuestro planeta y algunos de los ingeniosos métodos que se han desarrollado para superar estas dificultades. Los estudiantes también explorarán muchos ejemplos de cómo se formulan y se prueban las
hipótesis a la vez que aprenderán la evolución y el desarrollo de algunas de las principales teorías científicas.
Muchos comentarios del texto, así como algunos de los
recuadros de especial interés sobre «Entender la Tierra»
permiten al lector identificar las técnicas de observación
y los procesos de razonamiento que intervienen en el desarrollo del conocimiento científico. El énfasis no se pone
sólo en lo que saben los científicos, sino en cómo lo dedujeron.
Más sobre la octava edición
La octava edición de Ciencias de la Tierra representa una
revisión exhaustiva. Todas las partes del libro se examinaron con sumo cuidado con el doble objetivo de mantener
los temas actuales y mejorar la claridad de la exposición del
texto. Además de los cambios reorganizativos que ya se
han descrito, también debe destacarse que los tres capítulos centrados en la tectónica de placas (Capítulos 2, 13 y
14) se reescribieron por completo para reflejar los últimos
avances e ideas en esta dinámica área de la Geología.
Quienes conocen las ediciones anteriores de Ciencias
de la Tierra también encontrarán muchos otros cambios
en la octava edición. A continuación les damos algunos
ejemplos:
• GEODe: CD-ROM de Ciencias de la Tierra. Cada
ejemplar de Ciencias de la Tierra, octava edición, viene acompañado por esta herramienta de aprendizaje para el estudiante considerablemente revisada y ampliada. ¿Qué hay de nuevo? Desde la
perspectiva de la organización, GEODe: Ciencias de
la Tierra tiene ahora una estructura por capítulos
para ajustarse a los Capítulos del 1 al 20 del libro.
Además, el tratamiento de la tectónica de placas
se ha revisado por completo y se ha ampliado de
una manera considerable. Se han añadido además
•
•
•
•
•
•
•
XXIII
todos los nuevos capítulos sobre «Meteorización
y Suelo» (Capítulo 6) y «Procesos gravitacionales» (Capítulo 15). Cada capítulo de GEODe acaba con una prueba de revisión que consiste en
preguntas formuladas al azar para ayudar a los estudiantes a revisar los conceptos básicos.
Veintiuno de los recuadros de especial interés son
nuevos. Todos tienen el objetivo de reforzar los
temas de «La Tierra como sistema», «El hombre
y el medio ambiente» y «Entender la Tierra». El
mayor número de recuadros nuevos (12) se dedica a este último.
El Capítulo 1, Introducción a la Geología, ofrece una sección ampliada sobre «La Tierra como
sistema» que incluye nuevo material sobre sistemas abiertos y cerrados y los mecanismos de realimentación. Además, el texto sobre «Las rocas
y el ciclo de las rocas» se ha ampliado para proporcionar los conocimientos básicos necesarios
para el Capítulo 2.
El Capítulo 3, «Materia y minerales», incluye
más de una docena de nuevas ilustraciones y dibujos con el fin de ayudar a los estudiantes a visualizar mejor los que a veces pueden ser conceptos difíciles como el enlace, la estructura cristalina
y las propiedades minerales.
El Capítulo 8, «Metamorfismo y rocas metamórficas», contiene textos revisados y reescritos sobre
«El calor como agente metamórfico», «La presión y el esfuerzo diferencial» y «El metamorfismo regional».
El Capítulo 9, «El tiempo geológico», incluye un
apartado ampliado de «Fósiles: pruebas de una
vida pasada».
Varios capítulos relativos a los procesos erosivos
contienen textos nuevos o considerablemente revisados. Son ejemplos de ello «Las inundaciones
y su control» (Capítulo 16), «El movimiento de
las aguas subterráneas» (Capítulo 17), «La zona
costera» y «Estabilización de la costa» (Capítulo 20).
Un tratamiento ampliado y actualizado de «El
dióxido de carbono y el calentamiento global»,
«La energía eólica» y «La energía geotérmica»
puede encontrarse en el Capítulo 21, Energía y
recursos minerales.
El CD-ROM GEODe: Ciencias de la Tierra
Cada ejemplar de Ciencias de la Tierra, octava edición, va
acompañado de GEODe: Ciencias de la Tierra, de Ed Tarbuck, Fred Lutgens y Dennis Tasa de Tasa Graphic Arts,
Inc. GEODe: Ciencias de la Tierra es un programa dinámi-
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Página XXIV
Prólogo
co que refuerza los conceptos clave mediante animaciones,
clases y ejercicios interactivos. Esta nueva versión ha sido
ampliada y sustancialmente reorganizada con el fin de que
el contenido se relacione de una manera más estrecha con
el contenido del texto. Un icono especial de GEODe: Ciencias de la Tierra aparece a lo largo del libro cuando un
tema tratado en el texto tiene una actividad GEODe correspondiente. Esta oferta especial proporciona a los estudiantes dos productos valiosos (GEODe: Ciencias de la
Tierra y el libro de texto) por el precio de uno.
Agradecimientos
Escribir un libro de texto universitario requiere el talento y la cooperación de muchas personas. Trabajar con
Dennis Tasa, que es responsable de todas las extraordinarias ilustraciones y de gran parte del trabajo de desarrollo
de GEODe: Ciencias de la Tierra, es siempre algo especial
para nosotros. No sólo valoramos su talento e imaginación
artísticos, sino también su amistad.
Expresamos nuestro agradecimiento sincero a aquellos colegas que prepararon revisiones exhaustivas. Sus
comentarios críticos y su aportación ayudaron a guiar
nuestro trabajo y fortalecieron de una manera clara el texto. Agradecemos también en especial al profesor Alan
Golding su extensa revisión del Capítulo 6. También queremos expresar nuestro agradecimiento a:
Anne Argast, Indiana-Purdue Fort Wayne; Richard
Ashmore, Texas Tech University; James E. Barrick, Texas
Tech University; Raymond E. Beiersdorfer, Youngstown
State University; Michael P. Bunds, Utah Valley State College; Mark J. Camp, University of Toledo; Richard C.
Capps, Augusta State University; Oliver Christen, San
José City College; Beth A. Christensen, Georgia State
University; Jennifer Coombs, Northeastern University;
Linda L. Davis, Northern Illinois University; Carol M.
Dehler, Idaho State University; Mike Farabee, Estrella
Mountain Community College; Horacio Ferriz, California State University-Stanislaus; Nels F. Forsman, University of North Dakota; Katherine A. Giles, New Mexico State University; Alan Goldin, Westminster College;
Scott P. Hippensteel, University of North Carolina-Charlotte; Gregory J. Holk, California State University-Long
Beach; Eric Jerde, Morehead State University; Ming-Kuo
Lee, Auburn University; Steve Macias, Olympic College;
Tibisay Marin, Kansas State University; Don Van Neiuwenhuise, University of Houston; Mark R. Noll, State
University of New York at Brockport; Gary S. Solar, State University of New York en Buffalo; R. Jeffrey Swope,
Indiana University-Purdue University Indianapolis; Wan
Yang, Wichita State University.
Damos nuestro agradecimiento al equipo de profesionales de Prentice Hall; apreciamos sinceramente el
fuerte y constante apoyo de la empresa a la excelencia y la
innovación. Gracias también a nuestro editor ejecutivo,
Patrick Lynch. Apreciamos su liderazgo y agradecemos su
atención por el detalle, su gran capacidad de comunicación y su estilo relajado. También queremos expresar
nuestro agradecimiento a nuestra directora de marketing,
Christine Henry, por su aportación útil, su entusiasmo, su
trabajo duro y su amistad. El equipo de producción, dirigido por Ed Thomas, ha hecho, una vez más, un trabajo
extraordinario. El fuerte impacto visual de Ciencias de la
Tierra, octava edición, se benefició mucho del trabajo de
búsqueda de fotografías de Yvonne Gerin y la coordinadora de los permisos de imagen, Debbie Hewitson. Agradecemos también a Barbara Booth su excelente capacidad
de edición y corrección. Todos ellos son unos verdaderos
profesionales con quienes nos sentimos muy afortunados
de estar asociados.
Edward J. Tarbuck
Frederick K. Lutgens
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CAPÍTULO 1
Introducción
a la Geología
La Geología
La Geología, el hombre y el medio ambiente
Algunas reseñas históricas acerca de la
Geología
Tiempo geológico
La datación relativa y la escala de tiempo
geológico
La magnitud del tiempo geológico
Naturaleza de la investigación
científica
Hipótesis
Teoría
El método científico
La tectónica de placas y la investigación
científica
Una visión de la Tierra
Hidrosfera
Atmósfera
Biosfera
Tierra sólida
La Tierra como un sistema
La ciencia del sistema Tierra
El sistema Tierra
Evolución temprana de la Tierra
El origen del planeta Tierra
Formación de la estructura en capas de la
Tierra
Estructura interna de la Tierra
Capas definidas por su composición
Capas definidas por sus propiedades físicas
¿Cómo sabemos lo que sabemos?
La superficie de la Tierra
Principales características de los continentes
Principales características del fondo oceánico
Las rocas y el ciclo de las rocas
Tipos de rocas básicos
El ciclo de las rocas: uno de los subsistemas
de la Tierra
1
1Capítulo 1
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2
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Página 2
CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
L
a espectacular erupción de un volcán, el terror causado por un terremoto, el espléndido escenario de un
valle de montaña y la destrucción causada por una
avalancha son temas de estudio para el geólogo. El estudio
de la Geología aborda muchas cuestiones fascinantes y prácticas sobre nuestro entorno. ¿Qué fuerzas producen las montañas?, ¿habrá pronto otro gran terremoto en California?,
¿cómo fue el período glacial?, ¿habrá otro?, ¿cómo se formaron estos yacimientos?, ¿deberíamos buscar agua aquí?,
¿es útil la explotación a cielo abierto en esta zona?, ¿se encontrará petróleo si se perfora un pozo en este lugar?
La Geología
El tema de este libro es la geología, del griego geo, «Tierra», y logos, «discurso». Es la ciencia que persigue la
comprensión del planeta Tierra. La ciencia de la Geología se ha dividido tradicionalmente en dos amplias áreas:
la física y la histórica. La Geología física, sobre la que
trata este libro, estudia los materiales que componen la
tierra y busca comprender los diferentes procesos que actúan debajo y encima de la superficie terrestre. El objetivo de la Geología histórica es comprender el origen de
la Tierra y su evolución a lo largo del tiempo. Por tanto,
procurar ordenar cronológicamente los múltiples cambios físicos y biológicos que han ocurrido en el pasado
geológico. El estudio de la Geología física precede lógicamente al estudio de la historia de la Tierra, porque, antes de intentar revelar su pasado, debemos comprender
primero cómo funciona la Tierra.
Entender la tierra constituye un reto, porque nuestro planeta es un cuerpo dinámico con muchas partes que
interaccionan y una historia larga y compleja. En el
transcurso de su larga existencia, la Tierra ha ido cambiando. De hecho, está cambiando mientras lee esta página y continuará haciéndolo en un futuro previsible. Algunas veces los cambios son rápidos y violentos, como
cuando se producen deslizamientos o erupciones volcánicas. A menudo, los cambios tienen lugar de una manera
tan lenta que no se aprecian durante toda una vida. Las
escalas de tamaño y espacio también varían mucho entre
los fenómenos que los geólogos estudian. Algunas veces
éstos deben concentrarse en fenómenos submicroscópicos, mientras que en otras ocasiones deben tratar con características de escala continental o global.
La Geología se percibe como una ciencia que se realiza en el exterior, lo cual es correcto. Una gran parte de
la Geología se basa en observaciones y experimentos llevados a cabo en el campo. Pero la Geología también se
realiza en el laboratorio donde, por ejemplo, el estudio
de varios materiales terrestres permite comprender muchos procesos básicos. Con frecuencia, la Geología re-
quiere una comprensión y una aplicación del conocimiento y los principios de la Física, la Química y la Biología. La Geología es una ciencia que pretende ampliar
nuestro conocimiento del mundo natural y del lugar que
ocupamos en él.
La Geología, el hombre
y el medio ambiente
El objetivo principal de este libro es desarrollar una comprensión de los principios geológicos básicos, pero a lo
largo del texto exploraremos numerosas relaciones importantes entre la humanidad y el entorno natural. Muchos de los problemas y cuestiones tratados por la Geología tienen un valor práctico para las personas.
Los riesgos naturales son parte de la vida en la Tierra. Cada día afectan de forma adversa literalmente a millones de personas en todo el mundo y son responsables de
daños asombrosos. Entre los procesos terrestres peligrosos
estudiados por los geólogos, se cuentan los volcanes, las inundaciones, los terremotos y los deslizamientos. Por supuesto, los riesgos geológicos son simplemente procesos
naturales. Sólo se vuelven peligrosos cuando las personas
intentan vivir donde estos procesos suceden (Figura 1.1).
Los recursos representan otro importante foco de
la Geología, que es de gran valor práctico para las personas. Estos recursos son el agua y el suelo, una gran variedad de minerales metálicos y no metálicos, y la energía.
En conjunto, forman la verdadera base de la civilización
moderna. La Geología aborda no sólo la formación y la
existencia de estos recursos vitales, sino también el mantenimiento de sus existencias y el impacto ambiental de
su extracción y su uso.
El rápido crecimiento de la población mundial y las
aspiraciones de todos a un mejor modo de vida están
complicando todas las cuestiones ambientales. Cada año
la población terrestre aumenta en cien millones de personas, lo cual significa una demanda cada vez mayor de
recursos y una presión creciente para que las personas
habiten en ambientes con peligros geológicos significativos.
No sólo los procesos geológicos tienen un impacto
sobre las personas, sino que nosotros, los seres humanos,
podemos influir de forma notable en los procesos geológicos también. Por ejemplo, las crecidas de los ríos son
algo natural, pero las actividades humanas, como aclaramiento de bosques, construcción de ciudades y construcción de embalses, pueden cambiar su magnitud y frecuencia. Por desgracia, los sistemas naturales no se ajustan
siempre a los cambios artificiales de maneras que podamos
prever. Así, una alteración en el medio ambiente que se
preveía beneficiosa para la sociedad a menudo tiene el
efecto opuesto.
1Capítulo 1
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Página 3
La Geología
3
▲
Figura 1.1 Imagen del Monte
Vesuvio, en Italia, en septiembre de
2000. Este gran volcán está rodeado
por la ciudad de Nápoles y la Bahía de
Nápoles. El año 70 a.C. el Vesuvio entró
en erupción de una manera explosiva y
enterró las poblaciones de Pompeya y
Herculano en cenizas volcánicas.
¿Volverá a ocurrir? Los riesgos
geológicos son procesos naturales. Sólo
se convierten en riesgos cuando las
personas intentan vivir donde estos
procesos tienen lugar. (Imagen cortesía
de la NASA.)
En determinados puntos de este libro, tendrán la
oportunidad de examinar distintos aspectos de nuestra
relación con el medio físico. Será raro encontrar un capítulo que no se refiera a algún aspecto de los riesgos
naturales, las cuestiones ambientales o los recursos. Partes importantes de algunos capítulos proporcionan el conocimiento geológico básico y los principios necesarios
para comprender los problemas ambientales. Además, algunos recuadros de especial interés del libro se concentran en la Geología, las personas y el medio ambiente exponiendo estudios de casos o destacando una cuestión de
actualidad.
Algunas reseñas históricas acerca
de la Geología
La naturaleza de nuestro planeta (sus materiales y procesos) ha sido objeto de estudio durante siglos. Los escritos
sobre temas como los fósiles, las gemas, los terremotos y
los volcanes se remontan a los griegos, hace más de 2.300
años.
Sin duda, el filósofo griego más influyente fue Aristóteles. Por desgracia, las explicaciones de Aristóteles sobre la naturaleza del mundo no se basaron en observaciones y experimentos sagaces. Antes bien, fueron opiniones
arbitrarias. Aristóteles creía que las rocas habían sido creadas bajo la «influencia» de las estrellas y que los terremotos se producían cuando el aire entraba con fuerza en
la tierra, se calentaba por los fuegos centrales y escapaba
de manera explosiva. Cuando se enfrentaba a un pez fósil, explicaba que «muchos peces viven en la tierra inmóviles y se encuentran cuando se excava».
Aunque las explicaciones de Aristóteles pudieran
ser adecuadas para su época, por desgracia se las siguió
aceptando durante muchos siglos, impidiendo así la elaboración de explicaciones más racionales. Frank D.
Adams afirma en The Bird and Development of the Geological Sciences (Nueva York: Dover, 1938) (El nacimiento y
desarrollo de las Ciencias Geológicas) que «a lo largo de
toda la Edad Media Aristóteles fue considerado el principal filósofo, aquél cuya opinión sobre cualquier tema era
la definitiva y más autorizada».
Catastrofismo. A mediados del siglo XVI, James Ussher, arzobispo anglicano de Armagh, primado de Irlanda,
publicó un importante trabajo que tuvo influencias inmediatas y profundas. Afamado estudioso de la Biblia, Ussher construyó una cronología de la historia humana y de
la Tierra en la que determinó que la Tierra tenía sólo
unos pocos miles de años, ya que había sido creada en el
4004 a.C. El tratado de Ussher consiguió aceptación generalizada entre los líderes científicos y religiosos de Europa, y su cronología acabó figurando impresa en los
márgenes de la misma Biblia.
Durante los siglos XVII y XVIII la doctrina del catastrofismo influyó con gran fuerza en el pensamiento sobre la dinámica de la tierra. Dicho brevemente, los catastrofistas creían que los paisajes de la Tierra habían sido
formados inicialmente por grandes catástrofes. Por ejemplo, las montañas o los cañones, cuya formación hoy sabemos que requiere mucho tiempo, se explicaban como
si fueran el resultado de desastres súbitos y a menudo a
escala planetaria, producidos por causas desconocidas
que ya no actúan. Esta filosofía era un intento por encajar la velocidad de los procesos terrestres con las ideas entonces reinantes sobre la antigüedad de la Tierra.
La relación entre el catastrofismo y la edad de la
Tierra se puede resumir como sigue:
1Capítulo 1
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Página 4
CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
Que la Tierra había sufrido grandes y extraordinarios cambios durante su oscuro pasado era claramente evidente para cualquier ojo inquisitivo; pero
concentrar esos cambios en unos pocos y breves
milenios precisaba una filosofía hecha a medida,
una filosofía cuya base era el cambio súbito y violento*.
Nacimiento de la Geología moderna. La Geología moderna se inició en los años finales del siglo XVII, cuando
James Hutton, médico y terrateniente escocés, publicó su
Theory of the Earth (Teoría de la Tierra). En su trabajo,
Hutton estableció un principio que constituye el pilar de
la Geología actual: el uniformismo. Establece simplemente que las leyes físicas, químicas y biológicas que actúan
hoy, lo han hecho también en el pasado geológico. Esto significa que las fuerzas y los procesos que en la actualidad observamos que dan forma a nuestro planeta actuaron también en el pasado. Por tanto, para comprender las rocas
antiguas, debemos entender primero los procesos petrogenéticos y sus resultados en la actualidad. Esta idea
suele expresarse diciendo que «el presente es la clave del
pasado».
Antes de la Theory of the Earth de Hutton, nadie había demostrado de manera eficaz que los procesos geológicos se producían a lo largo de períodos extremadamente largos. Sin embargo, Hutton sostuvo con persuasión
que fuerzas que parecen pequeñas producen, a lo largo de
lapsos prolongados de tiempo, efectos exactamente igual
de grandes que los derivados de acontecimientos catastróficos súbitos. A diferencia de sus predecesores, Hutton citó con sumo cuidado observaciones verificables
para apoyar sus ideas.
Por ejemplo, cuando sostenía que las montañas eran
esculpidas y, en última instancia, destruidas por la meteorización y la acción de las aguas superficiales, y que sus restos eran llevados a los océanos por procesos observables,
Hutton dice: «Tenemos una cadena de hechos que demuestran claramente (…) que los materiales de las montañas destruidas han viajado a través de los ríos»; y además:
«No hay un solo paso en toda esta sucesión de acontecimientos (…) que no se perciba en la actualidad». Pasó a
continuación a resumir este pensamiento planteando una
pregunta y proporcionando inmediatamente la respuesta.
«¿Qué más podemos necesitar? Nada, salvo tiempo.»
En nuestros días, los principios básicos del uniformismo son tan viables como en época de Hutton. De hecho, nos damos cuenta con más fuerza que nunca de que el
presente nos permite una percepción del pasado y que las
leyes físicas, químicas y biológicas que gobiernan los pro* H. E. Brown, V. E. Monnett y J. W. Stovall, Introduction to Geology
(Nueva York: Blaisdell, 1958).
cesos geológicos se mantienen invariables a lo largo del
tiempo. Sin embargo, también entendemos que esta doctrina no debería tomarse demasiado al pie de la letra.
Cuando se dice que en el pasado los procesos geológicos
fueron los mismos que los que operan en la actualidad no
se pretende sugerir que tuvieran siempre la misma importancia relativa o que actuaran precisamente a la misma velocidad. Además, algunos procesos geológicos importantes no pueden observarse en la actualidad, pero hay
pruebas fehacientes de que suceden. Por ejemplo, sabemos
que la Tierra ha sufrido impactos de grandes meteoritos
aunque no haya testigos humanos. Acontecimientos como
estos alteraron la corteza de la Tierra, modificaron su clima e influyeron enormemente en la vida sobre el planeta.
La aceptación del uniformismo significó la aceptación de una historia muy larga para la Tierra. Aunque la
intensidad de los procesos terrestres varía, estos siguen
tardando mucho en crear y destruir los principales accidentes geográficos del paisaje.
Por ejemplo, los geólogos han llegado a la conclusión de que en el pasado existieron montañas en zonas de
las actuales Minnesota, Wisconsin y Michigan. En la actualidad, la región consiste en colinas bajas y llanuras. La
erosión (proceso que desgasta la Tierra) destruyó de forma gradual esos picos. Los cálculos indican que el continente norteamericano está siendo rebajado a un ritmo de
unos 3 centímetros cada 1.000 años. A este ritmo, el agua,
el viento y el hielo tardarían 100 millones de años en rebajar unas montañas cuya altitud fuera de 3.000 metros.
Pero incluso este lapso de tiempo es relativamente
pequeño en la escala temporal de la historia de la Tierra;
el registro rocoso contiene pruebas de que la Tierra ha experimentado muchos ciclos de formación y erosión de
montañas. En lo referente a la naturaleza en continuo
cambio de la Tierra a través de grandes períodos de tiempo, Hutton hizo una afirmación que se convertiría en una
cita clásica. En la conclusión de su famoso artículo publicado en 1788 en las Transactions of the Royal Society of Edinburgh, afirmó: «Por consiguiente, el resultado de nuestra
presente investigación es que no encontramos vestigios de
un principio; ni perspectivas de un fin». Una cita de William L. Stokes resume la importancia del concepto básico de Hutton:
En el sentido de que el uniformismo requiere la actuación de leyes o principios intemporales e invariables, podemos decir que nada de nuestro conocimiento, incompleto, pero extenso, discrepa de él†.
En los capítulos siguientes examinaremos los materiales que componen nuestro planeta y los procesos que
†
Essentials of Earth History (Englewood Cliffs, New Jersey: Prentice
Hall, 1966), pág. 34.
1Capítulo 1
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Tiempo geológico
lo modifican. Es importante recordar que, si bien muchos rasgos de los paisajes de nuestro entorno parecen no
cambiar durante los decenios que nosotros los observamos, sin embargo, sí están cambiando, pero a escalas
temporales del orden de centenares, millares o incluso
muchos millones de años.
Tiempo geológico
Aunque Hutton y otros reconocieron que el tiempo geológico es extremadamente largo, no tuvieron métodos
para determinar con precisión la edad de la Tierra. Sin
embargo, en 1896 se descubrió la radiactividad. La utilización de la radiactividad para datación se intentó por
primera vez en 1905 y se ha perfeccionado desde entonces. Los geólogos pueden ahora asignar fechas bastante
exactas a acontecimientos de la historia de la Tierra*. Por
ejemplo, sabemos que los dinosaurios se extinguieron
hace alrededor de 65 millones de años. En la actualidad
se sitúa la edad de la Tierra en unos 4.500 millones de
años.
La datación relativa y la escala de tiempo
geológico
Durante el siglo XIX, mucho antes del advenimiento de la
datación radiométrica, se desarrolló una escala de tiempo
geológico utilizando los principios de la datación relativa. Datación relativa significa que los acontecimientos
se colocan en su secuencia u orden apropiados sin conocer su edad en años. Esto se hace aplicando principios
como la ley de superposición (super sobre, positum
situar), que establece que en las capas de rocas sedimentarias o de coladas de lava, la capa más joven se encuentra en la parte superior y la más antigua, en la inferior (en
el supuesto de que nada haya volcado las capas, lo cual a
veces sucede). El Gran Cañón de Arizona proporciona
un buen ejemplo, en el que las rocas más antiguas se sitúan en el interior del desfiladero y las rocas más jóvenes
se hallan en el borde. Así, la ley de superposición establece el orden de las capas de roca (pero no, por supuesto, sus edades numéricas). En nuestros días, esta proposición parece elemental, pero hace 300 años, significó un
gran avance en el razonamiento científico al establecer
una base racional para las determinaciones del tiempo
relativo.
Los fósiles, restos o impresiones de vida prehistórica, fueron también esenciales para el desarrollo de la escala de tiempo geológico. Los fósiles son la base del
principio de sucesión biótica, que establece que los or* En el Capítulo 9 hay una discusión más completa sobre esta cuestión.
5
ganismos fósiles se sucedieron unos a otros en un orden definido
y determinable, y, por tanto, cualquier período geológico puede
reconocerse por su contenido en fósiles. Este principio se desarrolló con gran laboriosidad durante decenios recogiendo fósiles de incontables capas de rocas por todo el mundo. Una vez establecido, este principio permitió a los
geólogos identificar rocas de la misma edad en lugares
completamente separados y construir la escala de tiempo
geológico mostrada en la Figura 1.2.
Obsérvese que las unidades en que se divide el tiempo geológico no comprenden necesariamente el mismo
número de años. Por ejemplo, el período Cámbrico duró
unos 50 millones de años, mientras que el Silúrico abarcó
sólo 26 millones. Como destacaremos de nuevo en el Capítulo 9, esta situación existe porque la base para el establecimiento de la escala de tiempo no fue el ritmo regular
de un reloj, sino el carácter variable de las formas de vida
a lo largo del tiempo. Las fechas absolutas se añadieron
mucho después del establecimiento de la escala temporal.
Un vistazo a la Figura 1.2 revela también que el eón fanerozoico se divide en muchas más unidades que los eones
anteriores aun cuando abarque sólo alrededor del 12 por
ciento de la historia de la Tierra. El escaso registro fósil de
esos primeros eones es la principal razón de la falta de detalle en esta porción de la escala. Sin fósiles abundantes,
los geólogos pierden su principal herramienta para subdividir el tiempo geológico.
La magnitud del tiempo geológico
El concepto de tiempo geológico es nuevo para muchos
no geólogos. Las personas estamos acostumbradas a tratar con incrementos de tiempo que se miden en horas,
días, semanas y años. Nuestros libros de Historia suelen
examinar acontecimientos que transcurren a lo largo de
siglos; ahora bien incluso un siglo es difícil de apreciar
por completo. Para la mayoría de nosotros, algo o alguien que tenga 90 años es muy viejo, y un artefacto de
1.000 años es antiguo.
Por el contrario, quienes estudian la Geología deben tratar a diario con enormes períodos temporales: millones o miles de millones de años. Cuando se contempla
en el contexto de 4.500 millones de años de antigüedad
de la Tierra, un acontecimiento geológico que ocurrió
hace 10 millones de años puede ser calificado de «reciente» por un geólogo, y una muestra de roca que haya sido
fechada en 10 millones de años puede denominarse
«joven».
En el estudio de la Geología, es importante la apreciación de la magnitud del tiempo geológico, porque
muchos procesos son tan graduales que se necesitan
enormes lapsos de tiempo antes de que se produzcan
resultados significativos.
1Capítulo 1
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Página 6
CAPÍTULO 1
Eón
Era
Introducción a la Geología
Período
Época
Holoceno
Cenozoico
Cuaternario
Pleistoceno
Plioceno
Mioceno
Terciario
Oligoceno
Eoceno
Paleoceno
0,01
Desarrollo de plantas
y animales
Espacio de tiempo
relativo de las eras
Desarrollo de los
seres humanos
Cenozoico
Mesozoico
1,8
5,3
23,8
«Edad de los
mamíferos»
Paleozoico
33,7
54,8
65,0
Extinción de los
dinosaurios y otras
muchas especies
Mesozoico
Cretácico
144
Jurásico
«Edad
de los
reptiles»
Primeras plantas
con flores
Primeras aves
Fanerozoico
206
Dinosaurios dominantes
Triásico
248
Pérmico
Carbonífero
290
Pensilvaniense
«Edad
de los
anfibios»
Extinción de los
trilobites y muchos
otros animales marinos
Primeros reptiles
Grandes pantanos
carboníferos
323
Misisipiense
Anfibios abundantes
Precámbrico
Paleozoico
354
Primeros insectos fósiles
Devónico
417
«Edad
de los
peces»
Silúrico
Peces dominantes
Primeras plantas
terrestres
443
Primeros peces
Ordovícico
490
«Edad
de los
invertebrados»
Cámbrico
Trilobites dominantes
Primeros organismos
con concha
540
Proterozoico
2.500
Arcaico
Hádico
Denominado colectivamente
precámbrico, abarca alrededor
del 88 por ciento de la escala
de tiempo geológico
3.800
Primeros organismos
pluricelulares
Primeros organismos
unicelulares
Origen de la Tierra
4.500
▲ Figura 1.2 Escala de tiempo geológico. Las cifras indicadas en la escala vertical representan el tiempo en millones de años antes
del presente. Estas fechas fueron añadidas mucho después de que se hubiera establecido la escala de tiempo utilizando técnicas
de datación relativa. El Precámbrico representa más del 88 por ciento del tiempo geológico. (Datos procedentes de la Sociedad Geológica
de América.)
1Capítulo 1
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Naturaleza de la investigación científica
¿Qué representan 4.500 millones de años? Si empezáramos a contar a un ritmo de un número por segundo y continuáramos 24 horas al día, siete días a la semana
y nunca paráramos, ¡tardaríamos aproximadamente dos
vidas (150 años) en alcanzar los 4.500 millones! Otra interesante base de comparación es la siguiente:
Comprimamos, por ejemplo, los 4.500 millones de
años de tiempo geológico en un solo año. A esa escala, las rocas más antiguas que conocemos tienen
fecha de mediados de marzo. Los seres vivos aparecieron en el mar por primera vez en mayo. Las
plantas y los animales terrestres emergieron a finales de noviembre y las amplias ciénagas que formaron los depósitos de carbón florecieron aproximadamente durante cuatro días a principios de
diciembre. Los dinosaurios dominaron la Tierra a
mediados de diciembre, pero desaparecieron el día
26, más o menos a la vez que se levantaron por primera vez las Montañas Rocosas. Criaturas de aspecto humano aparecieron en algún momento de la
tarde del 31 de diciembre y los casquetes polares
más recientes empezaron a retroceder desde el área
de los Grandes Lagos y el norte de Europa alrededor de 1 minuto y 15 segundos antes de la media noche del 31. Roma gobernó el mundo occidental durante cinco segundos, desde las 11 h 59,45 hasta las
11 h 59,50. Colón descubrió América tres segundos
antes de la medianoche, y la ciencia de la Geología
nació con los escritos de James Hutton pasado un
poco el último segundo del final de nuestro memorable año*.
Lo anterior no es más que una de las muchas analogías que se han concebido en un intento por comunicar la
magnitud del tiempo geológico. Aunque útiles, todas
ellas, por muy inteligentes que sean, sólo empiezan a
ayudarnos a comprender la vasta extensión de la historia
de la Tierra.
Naturaleza
de la investigación científica
Toda la ciencia se basa en la suposición de que el mundo
natural se comporta de una manera constante y predecible que puede comprenderse mediante el estudio atento
y sistemático. El objetivo general de la ciencia es descubrir los modelos subyacentes en la naturaleza y luego utilizar ese conocimiento para hacer predicciones sobre lo
que cabría o no cabría esperar que ocurriera dados cier* Don L. Eicher, Geologic Time, segunda edición (Englewood Cliffs,
New Jersey: Prentice Hall, 1978), págs. 18-19. Reimpreso con permiso.
7
tos hechos y circunstancias. Por ejemplo, sabiendo cómo
se forman los depósitos de petróleo, los geólogos pueden
predecir los sitios más favorables para la exploración y,
quizá igual de importante, cómo evitar las regiones con
escaso o nulo potencial.
El desarrollo de nuevos conocimientos científicos
implica algunos procesos lógicos básicos que son universalmente aceptados. Para determinar qué está ocurriendo
en el mundo natural, los científicos recogen «datos»
científicos a través de la observación y la medida. Como
el error es inevitable, la exactitud de una medida o una
observación particulares es siempre cuestionable. No
obstante, esos datos son esenciales para la ciencia y sirven
como trampolín para el desarrollo de las teorías científicas (véase Recuadro 1.1).
Hipótesis
Una vez recogidos los datos y formulados los principios
que describen un fenómeno natural, los investigadores
intentan explicar cómo o por qué las cosas suceden de la
manera observada. Lo hacen elaborando una explicación
provisional (o no probada), que denominamos una hipótesis científica o modelo. (El término modelo, aunque a
menudo se utiliza como sinónimo de hipótesis, es un término menos preciso, ya que también se emplea a veces
para describir una teoría científica.) Es mejor que un investigador pueda formular más de una hipótesis para explicar un conjunto determinado de observaciones. Si un
solo investigador no puede idear múltiples modelos, los
otros miembros de la comunidad científica desarrollarán
casi siempre explicaciones alternativas. Con frecuencia, a
todo ello le sigue un debate encendido. Como consecuencia, quienes proponen modelos opuestos llevan a
cabo una investigación extensa y los resultados se ponen
a disposición del resto de la comunidad científica a través
de las publicaciones científicas.
Antes de que una hipótesis sea aceptada como parte
del conocimiento científico, debe someterse a pruebas y
análisis objetivos. (Si una hipótesis no puede probarse, no
es científicamente útil, por muy interesante que pueda parecer.) El proceso de verificación requiere que las predicciones se hagan según el modelo que se esté considerando y
que las predicciones se prueben comparándolas con observaciones objetivas de la naturaleza. En otras palabras,
las hipótesis deben poder aplicarse a observaciones distintas de las utilizadas para formularlas en primer lugar. A la
larga, las hipótesis que suspenden esta prueba se descartan. La historia de la ciencia está repleta de hipótesis descartadas. Una de las mejor conocidas es la idea de que la
Tierra era el centro del universo, una propuesta que se
sustentaba en el aparente movimiento diario del Sol, la
Luna y las estrellas alrededor de la Tierra. Como afirmó
con tanta habilidad el matemático Jacob Bronowski: «La
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
▲
Recuadro 1.1
Entender la Tierra
El estudio de la Tierra desde el espacio
Los datos científicos se recogen de muchas maneras, como en los estudios de laboratorios y en las observaciones y mediciones de campo. Las imágenes de satélite
como la que muestra la Figura 1.A son
otra fuente de datos útil. Estas imágenes
proporcionan perspectivas difíciles de obtener mediante otras fuentes más tradicionales. Además, los instrumentos de alta
tecnología instalados a bordo de muchos
satélites permiten a los científicos recoger
información de regiones remotas cuyos
datos serían escasos de otro modo.
En la imagen de la Figura 1.A se ha
empleado el Radiómetro Espacial de
Emisión y Reflexión Térmica Avanzado
(ASTER). Puesto que los distintos materiales reflejan y emiten la energía de maneras diferentes, ASTER puede proporcionar información detallada sobre la
composición de la superficie de la Tierra.
La Figura 1.A es una imagen tridimensional enfocada hacia el norte del Valle
de la Muerte, en California. Los datos
han sido realzados por computador para
exagerar las variaciones de color que destacan las diferencias en los tipos de materiales de la superficie.
Los depósitos de sal del fondo del Valle de la Muerte aparecen como sombras
amarillas, verdes, moradas y rosas, indicando la presencia de carbonatos, sulfatos
y cloruros. Las Montañas Panamint al
oeste (izquierda) y las Montañas Black al
este están formadas por calizas, areniscas
y lutitas sedimentarias, y rocas metamór-
ficas. En las zonas de color rojo brillante
domina el cuarzo, que se encuentra en la
arenisca; las zonas de color verde son calizas. En la parte central inferior de la imagen aparece Badwater, el punto más bajo
de Norteamérica.
▲ Figura 1.A Esta imagen de satélite muestra información detallada sobre la composición
de los materiales de la superficie en el Valle de la Muerte, California. Se realizó superponiendo
los datos del infrarrojo térmico nocturno, adquiridos el 7 de abril de 2000, a los datos
topográficos del Servicio Geológico de los Estados Unidos. (Imagen cortesía de la NASA.)
ciencia es muchas cosas, pero al final todos vuelven a esto:
la ciencia es la aceptación de lo que funciona y el rechazo
de lo que no lo hace».
Teoría
Cuando ha sobrevivido a una comprobación intensiva y
cuando se han eliminado los modelos competidores, una
hipótesis puede ser elevada al estatus de teoría científica.
En el lenguaje cotidiano solemos decir «eso es sólo una
teoría». Pero una teoría científica es una visión bien
comprobada y ampliamente aceptada que, en opinión de
la comunidad científica, es la que mejor explica ciertos
hechos observables.
Las teorías muy documentadas se sostienen con un
elevado grado de confianza. Las teorías de esta talla con
un gran alcance tienen un estatus especial. Se denominan
paradigmas, porque explican una gran cantidad de aspectos interrelacionados del mundo natural. Por ejem-
plo, la teoría de la tectónica de placas es un paradigma de
las ciencias geológicas que proporciona un marco para la
comprensión del origen de las montañas, los terremotos
y la actividad volcánica. Además, la tectónica de placas
explica la evolución de los continentes y las cuencas oceánicas a lo largo del tiempo (tema que consideraremos
más adelante en este capítulo).
El método científico
El proceso que se acaba de describir, en el cual los investigadores recogen datos a través de observaciones y formulan hipótesis y teorías científicas, se denomina método
científico. Al contrario de la creencia popular, el método
científico no es una receta estándar que los científicos
aplican de una manera rutinaria para desenmarañar los
secretos de nuestro mundo natural. Antes bien, es una
empresa que implica creatividad e intuición. Rutherford
y Ahlgren lo expresaron de esta forma: «Inventar hipóte-
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Una visión de la Tierra
Una ley científica es un principio básico que describe un comportamiento particular de la naturaleza que, en general, tiene
un alcance reducido y se puede exponer brevemente, a menudo como una ecuación matemática simple. Dado que se ha
demostrado una y otra vez que las leyes científicas coinciden
con las observaciones y las medidas, se descartan en muy
pocas ocasiones. Sin embargo, puede ser necesario modificar las leyes para ajustarlas a los nuevos descubrimientos. Por
ejemplo, las leyes del movimiento de Newton son todavía
útiles para las aplicaciones cotidianas (la NASA las utiliza para
calcular las trayectorias de los satélites), pero no funcionan a
velocidades próximas a la velocidad de la luz. Por ello, han
sido sustituidas por la teoría de la relatividad de Einstein.
A
I
* F. James Rutherford y Andrew Ahlgren, Science for All Americans
(Nueva York: Oxford University Press, 1990), pág. 7.
Una visión de la Tierra
IE N C
Otros descubrimientos científicos pueden proceder
de ideas simplemente teóricas, que se enfrentan resueltamente a un extenso examen. Algunos investigadores utilizan computadores de gran velocidad para simular lo que
sucede en el mundo «real». Estos modelos son útiles para
tratar los procesos naturales que suceden en escalas de
tiempo muy largas o que se producen en lugares extremos o inaccesibles. También, otros avances científicos
tienen lugar después de un suceso totalmente inesperado
durante un experimento. Estos descubrimientos casuales
son más que pura suerte; como dijo Louis Pasteur, «en el
campo de la observación, la suerte favorece sólo a la mente preparada».
En las páginas de este libro tendrá muchas oportunidades
para desarrollar y reforzar su comprensión sobre el funcionamiento de la ciencia y, en particular, sobre el funcionamiento de la Geología. Aprenderá los métodos de recogida de datos y desarrollará un sentido de las técnicas de
observación y los procesos de razonamiento que utilizan
los geólogos. El Capítulo 2, «Tectónica de placas: el desarrollo una revolución científica», es un ejemplo excelente.
En las últimas décadas, se ha aprendido mucho sobre la dinámica de nuestro planeta. Este período ha
constituido una revolución sin igual en nuestra comprensión de la Tierra. La revolución empezó a principios
del siglo XX con la propuesta radical de la deriva continental, la idea de que los continentes se movían sobre la superficie del planeta. Esta hipótesis contradecía el punto
de vista establecido, según el cual los continentes y las
cuencas oceánicas eran características permanentes y estacionarias sobre la superficie terrestre. Por esta razón, la
idea de los continentes a la deriva se recibió con gran escepticismo. Tuvieron que pasar más de 50 años antes de
que se recogieran datos suficientes para transformar esta
hipótesis controvertida en una teoría sólida que enlazara
todos los procesos básicos que, se sabía, actuaban en la
Tierra. La teoría que finalmente apareció, denominada
teoría de la tectónica de placas, proporcionó a los geólogos el primer modelo exhaustivo del funcionamiento
interno de la Tierra.
Al leer el Capítulo 2, no sólo adquirirá conocimientos sobre el funcionamiento de nuestro planeta, sino que,
además, verá un ejemplo excelente de cómo las «verdades» geológicas se ponen al descubierto y se reelaboran.
ERR
En clase, se comparó una hipótesis con una teoría.
¿En qué se diferencian cada una ellas de una ley
científica?
La tectónica de placas y la investigación
científica
TI
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
El conocimiento científico se adquiere a través de
varias vías, de modo que quizá sea mejor describir la naturaleza de la investigación científica como métodos de la
ciencia y no como el método científico. Además, debe recordarse siempre que incluso las teorías científicas más
convincentes siguen siendo sólo explicaciones simplificadas del mundo natural.
Introducción a la Geología
Una visión de la Tierra
▲
sis o teorías para imaginar cómo funciona el mundo y
luego apañárselas para ponerlas a prueba con los hechos
reales es tan creativo como escribir poesía, componer
música o diseñar rascacielos»*.
No hay un camino fijo que los científicos puedan
seguir siempre y les conduzca infaliblemente al conocimiento científico. No obstante, en muchas investigaciones científicas intervienen las siguientes etapas: (1) recogida de datos científicos a través de la observación y la
medida; (2) desarrollo de una o varias hipótesis de trabajo que expliquen esos datos; (3) desarrollo de observaciones y experimentos para probar la hipótesis; y (4) aceptación, modificación o rechazo de las hipótesis sobre la
base de extensas pruebas (véase Recuadro 1.2).
9
S D LA
E
Una imagen de la Tierra proporcionó a los astronautas
del Apolo 8 y al resto de la humanidad una perspectiva
única de nuestro planeta. Vista desde el espacio, la Tierra
es espectacular por su belleza y llamativa por su soledad.
1Capítulo 1
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
▲
Recuadro 1.2
Entender la Tierra
¿Se mueven los glaciares? Una aplicación del método científico
El estudio de los glaciares proporciona
una temprana aplicación del método científico. En las zonas altas de los Alpes suizos y franceses existen pequeños glaciares
en las zonas superiores de algunos valles.
A finales del siglo XVIII y principios del
XIX, los agricultores y ganaderos de esos
valles sugerían que los glaciares de los trechos más elevados de los valles habían sido
antiguamente mucho mayores y ocupado
las zonas bajas del valle. Basaban su explicación en el hecho de que en el suelo de
los valles se encontraban cantos angulosos
y otros derrubios rocosos dispersos que
parecían idénticos a los materiales que podían ver en los glaciares y cerca de ellos en
las cabeceras de los valles.
Aunque la explicación para estas observaciones parecía lógica, otros no aceptaban la idea de que masas de hielo de
centenares de metros de grosor fueran
capaces de moverse. El desacuerdo se
resolvió al diseñarse y llevarse a cabo un
experimento sencillo para comprobar la
hipótesis de que el hielo del glaciar podía moverse.
Se colocaron marcadores en línea
recta atravesando por completo un glaciar alpino, y la posición de la línea se señaló en las paredes del valle de manera
que, si el hielo se movía, pudiera detectarse el cambio de posición. Después de
un año o dos, los resultados eran claros:
los marcadores colocados en el glaciar
habían descendido por el valle, demostrando que el hielo glaciar se mueve.
Además, el experimento demostró que,
dentro de un glaciar, el hielo no se mueve a una velocidad uniforme, porque los
marcadores del centro avanzaban más
deprisa que los que había a lo largo de los
márgenes. Aunque la mayor parte de los
glaciares se mueve demasiado despacio
para una detección visual directa, el experimento demostró de manera satisfactoria que se produce movimiento. En los
años siguientes se repitió muchas veces
este experimento utilizando técnicas de
vigilancia más modernas y precisas. Cada
vez, se verificaron las relaciones básicas
establecidas por los primeros intentos.
El experimento ilustrado en la Figura 1.B se llevó a cabo en el glaciar Rhone
suizo a finales del siglo XIX. No sólo permitió trazar el movimiento de los marcadores dentro del hielo, sino también
cartografiar la posición del frente del
glaciar. Obsérvese que, aun cuando el
hielo situado dentro del glaciar estuviera avanzando, el frente de hielo estaba
retrocediendo. Como suele ocurrir en
ciencia, las observaciones y los experimentos diseñados para comprobar una
hipótesis proporcionan nueva información que precisa análisis y explicación ulteriores.
Posición original
de las estacas 1874
Posición de las
estacas en 1878
Posición de las
estacas en 1882
Frente
en 1882
Frente
en 1878
Frente del glaciar
en 1874
▲ Figura 1.B Movimiento del hielo y cambios en el frente del glaciar Rhone, Suiza. En
este estudio clásico de un glaciar de valle, el movimiento de las estacas demostró
claramente que el hielo se mueve más despacio a lo largo de los lados del glaciar.
Obsérvese también que, aun cuando el frente de hielo estaba retrocediendo, el hielo
dentro del glaciar seguía avanzando.
Una imagen como ésta nos recuerda que la Tierra es,
después de todo, un planeta pequeño, autónomo y, de algún modo, incluso frágil.
A medida que nos acercamos a nuestro planeta
desde el espacio, se pone de manifiesto que la Tierra es
mucho más que roca y suelo. De hecho, los rasgos más
llamativos no son los continentes, sino las nubes turbulentas suspendidas encima de la superficie y el enorme
océano global. Estas características subrayan la importancia del aire y el agua en nuestro planeta.
La visión cercana de la Tierra desde el espacio nos
ayuda a apreciar por qué el medio físico se divide tradicionalmente en tres partes principales: la porción de
agua de nuestro planeta, la hidrosfera; el envoltorio gaseoso de la Tierra, la atmósfera; y, por supuesto, la Tierra sólida.
Debe destacarse que nuestro medio ambiente está
muy integrado. No está dominado únicamente por rocas,
agua o aire. En cambio, se caracteriza por interacciones
continuas entre ellas a medida que el aire entra en con-
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La Tierra como un sistema
tacto con las rocas, las rocas con el agua y el agua con el
aire. Además, la biosfera, que constituye la totalidad de
vida vegetal y animal sobre nuestro planeta, interacciona
con cada uno de los tres reinos físicos y es una parte
igualmente integrada del planeta. Así, se puede pensar
que la Tierra está formada por cuatro esferas principales:
la hidrosfera, la atmósfera, la Tierra sólida y la biosfera.
Las interacciones entre las cuatro esferas de la Tierra son incalculables. La línea de costa es un lugar obvio
de encuentro entre las rocas, el agua y el aire. Las olas
oceánicas, que se forman por el arrastre de aire que se
mueve sobre el mar, se rompen contra la costa rocosa. La
fuerza del agua puede ser poderosa y el trabajo de erosión
que se lleva a cabo, importante.
Hidrosfera
A la Tierra se le llama a veces el planeta azul. El agua, más
que cualquier otra cosa, hace que la Tierra sea única. La hidrosfera es una masa de agua dinámica que está en movimiento continuo, evaporándose de los océanos a la atmósfera, precipitándose sobre la Tierra y volviendo de nuevo
al océano por medio de los ríos. El océano global es, por
supuesto, el rasgo más destacado de la hidrosfera: cubre
casi el 71 por ciento de la superficie terrestre hasta una profundidad media de unos 3.800 metros y representa alrededor del 97 por ciento del agua de la Tierra. Sin embargo,
la hidrosfera incluye también el agua dulce que se encuentra en los torrentes, lagos y glaciares. Además, el agua
es un componente importante de todos los seres vivos.
Aunque estas últimas fuentes constituyen tan sólo
una diminuta fracción del total, son mucho más importantes de lo que indica su escaso porcentaje. Además de
proporcionar el agua dulce, tan vital para la vida en la
Tierra, los torrentes, glaciares y aguas subterráneas son
responsables de esculpir y crear muchos de los variados
paisajes de nuestro planeta.
Atmósfera
La Tierra está rodeada de una capa gaseosa denominada
atmósfera. En comparación con la Tierra sólida, la atmósfera es delgada y tenue. La mitad se encuentra por debajo de una altitud de 5,6 kilómetros y el 90 por ciento ocupa una franja de tan sólo 16 kilómetros desde la superficie
de la tierra. En comparación, el radio de la Tierra sólida
(distancia desde la superficie hasta el centro) es de unos
6.400 kilómetros. A pesar de sus modestas dimensiones, este
delgado manto de aire es una parte integral del planeta. No
sólo proporciona el aire que respiramos, sino que también
nos protege del intenso calor solar y de las peligrosas radiaciones ultravioletas. Los intercambios de energía que se
producen de manera continua entre la atmósfera y la superficie de la Tierra y entre la atmósfera y el espacio, producen los efectos que denominamos tiempo y clima.
11
Si, como la Luna, la Tierra no tuviera atmósfera,
nuestro planeta no sólo carecería de vida, sino que, además,
no actuarían muchos de los procesos e interacciones que
hacen de la superficie un lugar tan dinámico. Sin la meteorización y la erosión, la faz de nuestro planeta se parecería
mucho a la superficie lunar, que no ha cambiado apreciablemente en casi tres mil millones de años de historia.
Biosfera
La biosfera incluye toda la vida en la Tierra. Está concentrada cerca de la superficie en una zona que se extiende desde el suelo oceánico hasta varios kilómetros de la
atmósfera. Las plantas y los animales dependen del medio ambiente físico para los procesos básicos de la vida.
Sin embargo, los organismos hacen algo más que responder a su medio ambiente físico. A través de incontables
interacciones, las formas de vida ayudan a mantener su
medio y lo alteran. Sin la vida, la constitución y la naturaleza de la Tierra sólida, la hidrosfera y la atmósfera serían muy diferentes.
Tierra sólida
Debajo de la atmósfera y los océanos se encuentra la
Tierra sólida. Gran parte de nuestro estudio de la Tierra sólida se concentra en los accidentes geográficos
superficiales más accesibles. Por fortuna, muchos de estos accidentes representan las expresiones externas del
comportamiento dinámico de los materiales que se encuentran debajo de la superficie. Examinando los rasgos
superficiales más destacados y su extensión global, podemos obtener pistas para explicar los procesos dinámicos que han conformado nuestro planeta. Un primer
vistazo a la estructura del interior de la Tierra y a las
principales estructuras de la superficie de la Tierra sólida se presentará más adelante en este capítulo.
La Tierra como un sistema
Cualquiera que estudie la Tierra aprende pronto que
nuestro planeta es un cuerpo dinámico con muchas partes o esferas separadas pero interactuantes. La hidrosfera,
la atmósfera, la biosfera, la Tierra sólida y todos sus componentes pueden estudiarse por separado. Sin embargo,
las partes no están aisladas. Cada una se relaciona de alguna manera con las otras para producir un todo complejo y continuamente interactuante que denominamos sistema Tierra.
La ciencia del sistema Tierra
Un ejemplo sencillo de las interacciones entre distintas
partes del sistema Tierra tiene lugar cada invierno, cuando
la humedad se evapora del océano Pacífico y cae después
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
en forma de lluvia en las colinas del sur de California, provocando deslizamientos destructivos. Los procesos que
mueven el agua desde la hidrosfera hacia la atmósfera y
luego hacia la Tierra sólida tienen un profundo impacto en
las plantas y los animales (incluidos los seres humanos) que
habitan las regiones afectadas.
Los científicos han reconocido que para comprender
mejor nuestro planeta, debemos aprender cómo están interconectados sus componentes (tierra, agua, aire y formas
de vida). Esta tentativa, denominada ciencia del sistema Tierra, tiene el objetivo de estudiar la Tierra como un sistema
compuesto por numerosas partes interactuantes o subsistemas. Mediante un enfoque interdisciplinario, quienes
practican la ciencia del sistema Tierra intentan alcanzar el
nivel de comprensión necesario para entender y resolver
muchos de nuestros problemas ambientales globales.
¿Qué es un sistema? Muchos de nosotros oímos y utilizamos el término sistema a menudo. Quizá atendamos al
sistema de enfriamiento de nuestro coche, hagamos uso
del sistema de transporte de la ciudad y participemos en el
sistema político. Una noticia quizá nos informe de la
aproximación de un sistema meteorológico. Además, sabemos que la Tierra es tan sólo una pequeña parte de un
gran sistema conocido como Sistema Solar, que, a su vez,
es un subsistema de un sistema todavía mayor llamado
Vía Láctea.
Una definición poco precisa de sistema podría ser
la de un grupo, de cualquier tamaño, de partes interactuantes que forman un todo complejo. La mayoría de los
sistemas naturales pueden funcionar gracias a fuentes de
energía que desplazan la materia o la energía de un lugar
a otro. Una analogía simple es un sistema de enfriamiento de un coche, que contiene un líquido (habitualmente
agua y anticongelante) que sale del motor hacia el radiador y vuelve. El papel de este sistema es transferir el calor generado por combustión en el motor al radiador,
donde el aire en movimiento lo hace salir del vehículo.
De ahí el término sistema de enfriamiento.
Los sistemas como el de enfriamiento de un coche
son autónomos con respecto a la materia y se denominan
sistemas cerrados. Aunque la energía se desplaza libremente dentro y fuera de un sistema cerrado, no entra ni
sale materia (líquido en el caso de nuestro sistema de enfriamiento de un coche) del sistema. (En el supuesto de
que no haya una fuga en el radiador.) Por el contrario, la
mayoría de los sistemas naturales son sistemas abiertos
y son mucho más complicados que el ejemplo anterior.
En un sistema abierto, tanto la energía como la materia
fluyen hacia dentro y hacia fuera del sistema. En un sistema meteorológico como un huracán, factores como la
cantidad de vapor de agua disponible para la formación
de nubes, la cantidad de calor liberado por el vapor de
agua que se condensa y la corriente de aire que entra y
sale de la tormenta pueden fluctuar mucho. En ocasiones
la tormenta puede fortalecerse; en otras ocasiones puede
permanecer estable o debilitarse.
Mecanismos de realimentación. La mayoría de los sistemas naturales tiene mecanismos que tienden a intensificar el cambio, así como otros mecanismos que tienden a
resistirlo y, de este modo, estabilizar el sistema. Por ejemplo, cuando tenemos demasiado calor, transpiramos para
enfriarnos. Este fenómeno de enfriamiento sirve para estabilizar nuestra temperatura corporal y se denomina mecanismo de realimentación negativa. Los mecanismos
de realimentación negativa sirven para mantener el sistema tal como es o, en otras palabras, para mantener el status quo. Por el contrario, los mecanismos que intensifican
o impulsan el cambio se denominan mecanismos de realimentación positiva.
La mayoría de los sistemas terrestres, en especial
el sistema climático, contienen una amplia variedad de
mecanismos de realimentación negativa y positiva. Por
ejemplo, pruebas científicas sustanciales indican que la
Tierra ha entrado en un período de calentamiento global. Una consecuencia del calentamiento global es que
algunos de los glaciares y los casquetes polares han empezado a fundirse. Las superficies cubiertas por nieve o
hielo, muy reflectantes, están siendo sustituidas de una
manera gradual por suelos marrones, árboles verdes u
océanos azules, todos ellos más oscuros, de modo que
absorben más luz solar. El resultado es una realimentación positiva que contribuye al calentamiento.
Por otro lado, un aumento de la temperatura global
también provoca un incremento de la evaporación del
agua de la superficie continental y oceánica de la Tierra.
Un resultado de la existencia de más vapor de agua en el
aire es el aumento del espesor de las nubes. Como la parte superior de las nubes es blanca y reflectante, una mayor cantidad de luz solar se refleja de nuevo hacia el espacio, con lo cual se reduce la cantidad de luz solar que
llega a la superficie terrestre y las temperaturas globales
disminuyen. Además, las temperaturas más cálidas tienden a fomentar el crecimiento de la vegetación. Las plantas, a su vez, toman el dióxido de carbono (CO2) del aire.
Como el dióxido de carbono es uno de los gases invernadero de la atmósfera, su eliminación tiene un impacto negativo en el calentamiento global*.
Además de los procesos naturales, debemos considerar el factor humano. La tala y el desbroce extensivos
de las selvas y la quema de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) provocan un aumento del
* Los gases invernadero absorben la energía calorífica emitida por la
Tierra y de este modo ayudan a mantener la atmósfera cálida.
1Capítulo 1
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La Tierra como un sistema
CO2 atmosférico. Esta actividad parece haber contribuido al aumento de la temperatura global que nuestro planeta está experimentando. Una de las tareas abrumadoras
de los científicos del sistema Tierra es predecir cómo será
el clima en el futuro teniendo en cuenta muchas variables: los cambios tecnológicos, las tendencias de la población y el impacto general de numerosos mecanismos de
alimentación positiva y negativa.
El sistema Tierra
El sistema Tierra tiene una serie casi infinita de subsistemas en los que la materia se recicla una y otra vez. Un
subsistema conocido es el ciclo hidrológico (Figura 1.3).
Representa la circulación sin fin del agua terrestre entre
la hidrosfera, la atmósfera, la biosfera y la Tierra sólida.
El agua entra en la atmósfera por evaporación desde la
superficie de la Tierra y por transpiración desde las plantas. El vapor de agua se condensa en la atmósfera y forma
nubes, que a su vez producen precipitación que cae de
nuevo sobre la superficie terrestre. Una parte de la lluvia
que cae sobre la superficie penetra y es absorbida por las
plantas o se convierte en agua subterránea, mientras otra
parte fluye por la superficie hacia el océano.
El sistema Tierra es impulsado por la energía procedente de dos fuentes. El Sol impulsa los procesos externos que tienen lugar en la atmósfera, la hidrosfera y la
superficie de la tierra. El tiempo y el clima, la circulación
oceánica y los procesos erosivos son accionados por la
energía del Sol. El interior de la Tierra es la segunda
fuente de energía. El calor que queda de cuando se formó
nuestro planeta y el calor que está siendo continuamente
generado por la desintegración radiactiva impulsan los
13
procesos internos que producen los volcanes, los terremotos y las montañas.
Las partes del sistema Tierra están relacionadas, de
manera que un cambio en una de ellas puede producir
cambios en otra o en todas las demás. Por ejemplo, cuando un volcán hace erupción, la lava del interior de nuestro planeta puede fluir en la superficie y bloquear un valle próximo. Esta nueva obstrucción influye en el sistema
de drenaje de la región creando un lago o haciendo que
las corrientes de agua cambien su curso. Las grandes cantidades de cenizas y gases volcánicos que pueden emitirse durante una erupción pueden ascender a las capas altas
de la atmósfera e influir en la cantidad de energía solar
que llega a la superficie. El resultado sería una disminución de las temperaturas del aire en todo el hemisferio.
Allí donde la superficie es cubierta por coladas de
lava o por un grueso estrato de ceniza volcánica, los suelos existentes son enterrados. Esto hace que los procesos
de formación del suelo empiecen de nuevo a transformar
el nuevo material superficial en suelo. El suelo que finalmente se forma reflejará la interacción entre muchas partes del sistema Tierra. Por supuesto, habría también
cambios significativos en la biosfera. Algunos organismos
y su hábitat serían eliminados por la lava y las cenizas,
mientras que se crearían nuevos ámbitos de vida, como
los lagos. El posible cambio climático podría afectar también a algunas formas de vida.
Los seres humanos son parte del sistema Tierra, un
sistema en el cual los componentes vivos y no vivos están
entrelazados e interconectados. Por consiguiente, nuestras acciones producen cambios en todas las otras partes.
Cuando quemamos gasolina y carbón, construimos rom-
Condensación
Precipitación
Evaporación de lagos
y ríos
Evaporación
del océano
Transpiración
de las plantas
▲
Escorrentía
superficial
Agua subterránea
Figura 1.3 El ciclo hidrológico es tan sólo
uno de los numerosos subsistemas de la
Tierra. El agua de nuestro planeta está en un
ciclo constante entre las cuatro esferas
terrestres.
1Capítulo 1
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
peolas a lo largo de la línea de costa, eliminamos nuestros
residuos y preparamos los terrenos para cultivo, hacemos
que otras partes del sistema respondan, a menudo de manera imprevista. A lo largo de todo este libro conoceremos muchos de los subsistemas de la Tierra: el sistema
hidrológico, el sistema tectónico (formación de montañas) y el ciclo de las rocas, por citar unos pocos. Recordemos que estos componentes y nosotros, los seres humanos,
formamos todos parte del todo interactuante complejo
que denominamos sistema Tierra.
Evolución temprana de la Tierra
Los terremotos recientes causados por los desplazamientos de la corteza terrestre, junto con las lavas procedentes
de la erupción de volcanes activos, representan sólo el último de una larga serie de acontecimientos por medio de
los cuales nuestro planeta ha alcanzado su forma y su estructura actuales. Los procesos geológicos que se producen en el interior de la Tierra se pueden comprender mejor cuando se observan en el contexto de acontecimientos
muy anteriores en la historia de la Tierra.
El origen del planeta Tierra
El siguiente escenario describe las opiniones más ampliamente aceptadas sobre el origen de nuestro Sistema Solar.
Aunque este modelo se presenta como un hecho, recuerde
que como todas las hipótesis científicas, ésta está sujeta a
revisión y expuesta incluso al rechazo absoluto. Sin embargo, continúa siendo el conjunto de ideas más coherente
para explicar lo que observamos en la actualidad.
Nuestro escenario empieza hace unos 12.000 a
15.000 millones de años con el Big Bang, una explosión
incomprensiblemente grande que lanzó hacia el exterior
toda la materia del universo a velocidades increíbles. En
ese momento, los restos de la explosión, que consistían
casi por completo en hidrógeno y helio, empezaron a enfriarse y condensarse en las primeras estrellas y galaxias.
En una de estas galaxias, la Vía Láctea, fue donde nuestro
Sistema Solar y el planeta Tierra tomaron forma.
La Tierra es uno de los nueve planetas que, junto
con aproximadamente una docena de lunas y numerosos
cuerpos más pequeños, gira alrededor del Sol. La naturaleza ordenada de nuestro Sistema Solar lleva a la mayoría
de los investigadores a deducir que la Tierra y los otros
planetas se formaron esencialmente al mismo tiempo, y de
la misma materia primordial, que el Sol. La hipótesis de
la nebulosa primitiva sugiere que los cuerpos de nuestro
Sistema Solar se formaron a partir de una enorme nube
en rotación denominada nebulosa solar (Figura 1.4).
Además de los átomos de hidrógeno y helio generados durante el Big Bang, granos de polvo microscópicos y la ma-
teria expulsada de estrellas muertas desde hacía tiempo
formaban la nebulosa solar. (La fusión nuclear en las estrellas convierte el hidrógeno y el helio en los otros elementos que se hallan en el universo.)
Hace cerca de 5.000 millones de años, esta inmensa nube de gases y granos diminutos de elementos más
pesados empezó a contraerse lentamente debido a las
interacciones gravitacionales entre sus partículas. Una
influencia externa, como una onda de choque procedente de una explosión catastrófica (supernova), pudo haber
provocado el colapso. Al contraerse, esta nube que giraba
lentamente en espiral rotaba cada vez más deprisa por el
mismo motivo por el que lo hace un patinador sobre hielo cuando repliega los brazos sobre sí mismo. Al final, la
atracción gravitacional se equilibró con la fuerza centrífuga causada por el movimiento rotacional de la nube
(Figura 1.4). Pero esta vez, la nube, antes extensa, había
adoptado la forma de un disco plano con una gran concentración de material en el centro denominada protosol
(Sol en formación). (Los astrónomos están bastante seguros de que la nebulosa formó un disco porque se han detectado estructuras similares alrededor de otras estrellas.)
Durante el colapso, la energía gravitacional se convirtió en energía térmica (calor), lo cual hizo que la temperatura del interior de la nebulosa aumentara espectacularmente. A estas temperaturas elevadas, los granos de
polvo se descompusieron en moléculas y partículas atómicas. Sin embargo, a distancias posteriores a la órbita de
Marte, las temperaturas probablemente se mantuvieron
bastante bajas. A 200 ºC, es posible que las pequeñas
partículas de la parte exterior de la nebulosa estuvieran
cubiertas por una capa gruesa de hielo constituido por
agua, dióxido de carbono, amoníaco y metano congelados. (Algo de este material todavía reside en los confines
del Sistema Solar, en la región llamada la nube de Oort.)
La nube con forma de disco también contenía cantidades
considerables de gases más ligeros: hidrógeno y helio.
La formación del Sol marcó el fin del período de
contracción y, por tanto, el fin del calentamiento gravitacional. Las temperaturas de la región en la que ahora se
encuentran los planetas interiores empezaron a disminuir. Esta disminución de la temperatura hizo que las
sustancias con puntos de fusión elevados se condensaran
en pequeñas partículas que empezaron a unirse. Materiales como el hierro y el níquel y los elementos que componen los minerales que forman las rocas (silicio, calcio,
sodio, etc.) formaron masas metálicas y rocosas que orbitaban alrededor del Sol (Figura 1.4). Colisiones repetidas
provocaron la unión de estas masas en cuerpos más grandes, del tamaño de un asteroide, denominadas protoplanetas, que en unas pocas decenas de millones de años crecieron hasta convertirse en los cuatro planetas interiores
que llamamos Mercurio, Venus, Tierra y Marte. No to-
1Capítulo 1
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Evolución temprana de la Tierra
15
A.
B.
C.
D.
E.
▲ Figura 1.4 Formación del Sistema Solar de acuerdo con la hipótesis de la nebulosa primitiva. A. El nacimiento de nuestro Sistema Solar
empezó cuando una nube de polvo y gases (nebulosa) empezó a colapsarse gravitacionalmente. B. La nebulosa se contrajo en un disco en
rotación que se calentaba gracias a la conversión de la energía gravitacional en energía térmica. C. El enfriamiento de la nebulosa provocó la
condensación de material rocoso y metálico en pequeñas partículas sólidas. D. Colisiones repetidas hicieron que las partículas del tamaño del
polvo se unieran de una manera gradual hasta formar cuerpos del tamaño de un asteroide. E. En un período de unos pocos millones de años
estos cuerpos formaron los planetas.
das estas masas de materia se incorporaron en los protoplanetas. Las piezas rocosas y metálicas que permanecieron en órbita se denominan meteoritos cuando sobreviven
a un impacto con la Tierra.
A medida que los protoplanetas atraían cada vez
más material, el impacto de gran velocidad de los restos
de la nebulosa provocó el aumento de temperatura de estos cuerpos. A causa de sus temperaturas relativamente
elevadas y sus campos gravitacionales débiles, los planetas interiores no podían acumular muchos de los componentes más ligeros de la nebulosa. Los más ligeros de estos componentes, el hidrógeno y el helio, fueron
finalmente barridos de la parte interna del Sistema Solar
por los vientos solares.
Al mismo tiempo que se formaban los planetas interiores también se estaban desarrollando los planetas exteriores (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), más grandes, junto con sus extensos sistemas de satélites. A causa
de las bajas temperaturas debido a la larga distancia del
Sol, el material del que estos planetas se formaron contenía un alto porcentaje de hielos (agua, dióxido de carbono, amoníaco y metano) y detritus rocosos y metálicos.
La acumulación de hielos explica en parte las grandes dimensiones y la baja densidad de los planetas exteriores.
Los dos planetas con mayor masa, Júpiter y Saturno, tenían una gravedad superficial suficiente para atraer y sostener grandes cantidades de los elementos más ligeros, el
hidrógeno y el helio.
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
Formación de la estructura en capas
de la Tierra
Estructura interna de la Tierra
IE N C
A
I
A medida que se acumulaba el material para formar la
Tierra (y poco después), el impacto a gran velocidad de
los restos de la nebulosa y la desintegración de los elementos radiactivos provocó un aumento constante de la
temperatura en nuestro planeta. Durante este período de
calentamiento intenso, la Tierra alcanzó la temperatura
suficiente para que el hierro y el níquel empezaran a fundirse. La fusión produjo gotas de metal pesado que penetraron hacia el centro del planeta. Este proceso sucedió
rápidamente en la escala de tiempo geológico y formó el
núcleo denso rico en hierro de la Tierra.
El primer período de calentamiento provocó otro
proceso de diferenciación química, por medio del cual
la fusión formó masas flotantes de roca fundida que ascendieron hacia la superficie, donde se solidificaron y
formaron la corteza primitiva. Estos materiales rocosos
estaban enriquecidos en oxígeno y elementos «litofilos», en especial silicio y aluminio, con cantidades menores de calcio, sodio, potasio, hierro y magnesio. Además, algunos metales pesados como el oro, el plomo y
el uranio, que tienen puntos de fusión bajos o eran muy
solubles en las masas fundidas ascendentes, fueron retirados del interior de la Tierra y se concentraron en la
corteza en desarrollo. Este primer período de segregación química estableció las tres divisiones básicas del
interior de la Tierra: el núcleo rico en hierro; la corteza
primitiva, muy delgada; y la capa más gruesa de la tierra, denominada manto, que se encuentra entre el núcleo y la corteza.
Una consecuencia importante de este período de
diferenciación química es que permitió que grandes cantidades de compuestos gaseosos se escaparan del interior
de la Tierra, como ocurre en la actualidad durante las
erupciones volcánicas. Gracias a este proceso fue evolucionando de manera gradual la atmósfera primitiva. Fue
en este planeta, con esa atmósfera, donde apareció la vida
como la conocemos.
Después de los acontecimientos que establecieron
la estructura básica de la Tierra, la corteza primitiva se
perdió a causa de la erosión y otros procesos geológicos,
de manera que no disponemos de ningún registro directo de su composición. Cuándo y cómo exactamente apareció la corteza continental (y con ella las primeras masas
continentales terrestres) es una cuestión que todavía es
objeto de investigación. Sin embargo, existe un acuerdo
general en que la corteza continental se formó de una
manera gradual durante los últimos 4.000 millones de
años. (Las rocas más antiguas descubiertas hasta hoy son
fragmentos aislados, encontrados en el noroeste del Ca-
nadá, que tienen unas fechas radiométricas de unos 4.000
millones de años.) Además, como se verá en el Capítulo
2, la Tierra es un planeta en evolución cuyos continentes
(y cuencas oceánicas) han cambiado constantemente de
forma e incluso de situación durante una gran parte de
este período.
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Introducción a la Geología
La estructura en capas de la Tierra
▲
1Capítulo 1
S D LA
E
En la sección anterior, ha aprendido que la segregación
de material que empezó muy temprano en la historia de
la Tierra tuvo como resultado la formación de tres capas
definidas por su composición química: la corteza, el manto y el núcleo. Además de estas tres capas de diferente
composición, la Tierra se puede dividir en capas en función de sus propiedades físicas. Las propiedades físicas
utilizadas para definir estas zonas son su caracter sólido o
líquido y cuán dúctil o resistentes son. El conocimiento
de ambos tipos de estructuras en capas es esencial para la
comprensión de los procesos geológicos básicos, como el
volcanismo, los terremotos y la formación de montañas
(Figura 1.5).
Capas definidas por su composición
Corteza. La corteza, capa rocosa externa, comparativamente fina de la Tierra, se divide generalmente en corteza oceánica y corteza continental. La corteza oceánica
tiene alrededor de 7 kilómetros de grosor y está compuesta por rocas ígneas oscuras denominadas basaltos. Por
el contrario, la corteza continental tiene un grosor medio
de entre 35 y 40 kilómetros, pero puede superar los 70 kilómetros en algunas regiones montañosas. A diferencia
de la corteza oceánica, que tiene una composición química relativamente homogénea, la corteza continental
consta de muchos tipos de rocas. El nivel superior de la
corteza continental tiene la composición media de una
roca granítica denominada granodiorita, mientras que la
composición de la parte inferior de la corteza continental
es más parecida al basalto. Las rocas continentales tienen
una densidad media de unos 2,7 g/cm3 y se han descubierto algunas cuya edad supera los 4.000 millones de
años. Las rocas de la corteza oceánica son más jóvenes
(180 millones de años o menos) y más densas (aproximadamente 3,0 g/cm3) que las rocas continentales*.
* El agua líquida tiene una densidad de 1 g/cm3; por consiguiente, la
densidad del basalto es el triple que la del agua.
1Capítulo 1
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17
Estructura interna de la Tierra
Litosfera
Astenosfera
500
Corteza
continental
660
Litosfera
(esfera de roca)
1.000
100
Mesosfera
Profundidad (km)
Profundidad (km)
Corteza oceánica
1.500
Astenosfera
(esfera débil)
200
Litosfera
5-250 km
a
fer
os
ten
As
Mesosfera
(manto inferior)
Corteza 5-70 km
Manto
Núcleo
interno
Núcleo
Núcleo
externo
2.900
km
3.486
km
1.216
km
2.270
km
2.240
km
660
km
▲ Figura 1.5 Perspectivas de la estructura en capas de la Tierra. El lado izquierdo de la sección transversal muestra que el interior de la
Tierra se divide en tres capas distintas según sus diferencias composicionales: la corteza, el manto y el núcleo. El lado derecho de la sección
transversal ilustra las cinco principales capas del interior de la Tierra según sus propiedades físicas y, por tanto, según su resistencia mecánica:
la litosfera, la astenosfera, la mesosfera, el núcleo externo y el núcleo interno. Los bloques diagrama situados encima de la sección transversal
muestran una perspectiva aumentada de la porción superior del interior de la Tierra.
Manto. Más del 82 por ciento del volumen de la Tierra
está contenido en el manto, una envoltura rocosa sólida
que se extiende hasta una profundidad de 2.900 kilóme-
tros. El límite entre la corteza y el manto representa un
cambio de composición química. El tipo de roca dominante en la parte superior del manto es la peridotita, que
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
tiene una densidad de 3,3 g/cm3. A una mayor profundidad, la peridotita cambia y adopta una estructura cristalina más compacta y, por tanto, una mayor densidad.
Núcleo. Se cree que la composición del núcleo es una
aleación de hierro y níquel con cantidades menores de
oxígeno, silicio y azufre, elementos que forman fácilmente compuestos con el hierro. A la presión extrema del
núcleo, este material rico en hierro tiene una densidad
media de cerca de 11 g/cm3 y se aproxima a 14 veces la
densidad del agua en el centro de la Tierra.
Capas definidas por sus propiedades físicas
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y la densidad con la profundidad. Los cálculos sitúan la temperatura a una profundidad de 100 kilómetros entre 1.200 °C y 1.400 °C,
mientras que la temperatura en el centro de la Tierra puede superar los 6.700 °C. Por supuesto, el interior de la
Tierra ha retenido mucha de la energía adquirida durante
sus años de formación, a pesar de que el calor fluye de manera continua hacia la superficie, donde se pierde al espacio. El aumento de presión con la profundidad provoca el
correspondiente incremento de la densidad de las rocas.
El aumento gradual de la temperatura y la presión
con la profundidad afecta a las propiedades físicas y, por
tanto, al comportamiento mecánico de los materiales terrestres. Cuando una sustancia se calienta, sus enlaces
químicos se debilitan y su resistencia mecánica (resistencia a la deformación) se reduce. Si la temperatura supera
el punto de fusión de un material, los enlaces químicos de
este material se rompen y tiene lugar la fusión. Si la temperatura fuera el único factor que determinara si una sustancia se va a fundir, nuestro planeta sería una bola fundida cubierta por un caparazón externo delgado y sólido.
Sin embargo, la presión también aumenta con la profundidad y tiende a aumentar la resistencia de la roca. Además, como la fusión va acompañada de un aumento de
volumen, se produce a temperaturas mayores en profundidad debido al efecto de la presión confinante. Este aumento de la presión con la profundidad produce también
el correspondiente aumento de la densidad. Así, dependiendo de las condiciones físicas (temperatura y presión),
un material particular puede comportarse como un sólido quebradizo, deformarse como la masilla o incluso fundirse y convertirse en líquido.
La Tierra puede dividirse en cinco capas principales en función de sus propiedades físicas y, por tanto, según su resistencia mecánica: litosfera, astenosfera, mesosfera (manto inferior), núcleo externo y núcleo interno.
Litosfera y astenosfera. Según sus propiedades físicas, la
capa externa de la Tierra comprende la corteza y el manto superior y forma un nivel relativamente rígido y frío.
Aunque este nivel consta de materiales cuyas composiciones químicas son notablemente diferentes, tiende a
actuar como una unidad que muestra un comportamiento rígido, principalmente porque es frío y, en consecuencia, resistente. Esta capa, denominada litosfera («esfera
de roca»), tiene un grosor medio de unos 100 kilómetros
pero puede alcanzar 250 kilómetros de grosor debajo
de las porciones más antiguas de los continentes (Figura 1.5). Dentro de las cuencas oceánicas, la litosfera tiene
un grosor de tan sólo unos pocos kilómetros debajo de las
dorsales oceánicas pero aumenta hasta quizá 100 kilómetros en regiones donde hay corteza más antigua y fría.
Debajo de la litosfera, en el manto superior (a una
profundidad de unos 660 kilómetros), se encuentra una
capa blanda, comparativamente plástica, que se conoce
como astenosfera («esfera débil»). La porción superior
de la astenosfera tiene unas condiciones de temperatura y
presión que permiten la existencia de una pequeña porción de roca fundida. Dentro de esta zona muy dúctil, la
litosfera está mecánicamente separada de la capa inferior.
La consecuencia es que la litosfera es capaz de moverse
con independencia de la astenosfera, un hecho que se
considerará en la sección siguiente.
Es importante destacar que la resistencia a la deformación de los diversos materiales de la Tierra es función, a la vez, de su composición y de la temperatura y
la presión a que estén sometidos. No debería sacarse la
idea de que toda la litosfera se comporta como un sólido quebradizo similar a las rocas encontradas en la superficie. Antes bien, las rocas de la litosfera se vuelven
progresivamente más calientes y dúctiles conforme aumenta la profundidad. A la profundidad de la astenosfera superior, las rocas están lo suficientemente cerca de
sus temperaturas de fusión (de hecho, puede producirse
algo de fusión) que son fáciles de deformar. Por tanto,
la astenosfera superior es blanda porque se aproxima a
su punto de fusión, exactamente igual a como la cera caliente es más blanda que la cera fría.
Mesosfera o manto inferior. Por debajo de la zona dúctil de la parte superior de la astenosfera, el aumento de la
presión contrarresta los efectos de la temperatura más
elevada, y la resistencia de las rocas crece de manera gradual con la profundidad. Entre las profundidades de 660
kilómetros y 2.900 kilómetros se encuentra una capa más
rígida denominada mesosfera («esfera media») o manto
inferior. A pesar de su resistencia, las rocas de la mesosfera están todavía muy calientes y son capaces de fluir de
una manera muy gradual.
Núcleos interno y externo. El núcleo, compuesto principalmente por una aleación de hierro y níquel, se divide
en dos regiones que muestran resistencias mecánicas
muy distintas. El núcleo externo es una capa líquida de
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La cara de la Tierra
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La superficie de la Tierra
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Llegados a este punto debe de preguntarse: «¿Cómo conocimos la composición y la estructura del interior de la
Tierra?». Puede suponer que se han extraído muestras
del interior de la Tierra directamente. Sin embargo, la
mina más profunda del mundo (la mina Western Deep
Levels, en Sudáfrica) tiene una profundidad de tan sólo 4
kilómetros, y la perforación más profunda del mundo
(terminada en la península de Kola, en Rusia, en 1992)
sólo penetra aproximadamente 12 kilómetros. En esencia, los seres humanos nunca han perforado un agujero
en el manto (y nunca lo harán en el núcleo) con el fin de
sacar muestras directas de estos materiales.
A pesar de estas limitaciones, se han desarrollado teorías que describen la naturaleza del interior de la Tierra
y que coinciden con la mayoría de los datos procedentes
de las observaciones. Así, nuestro modelo del interior de
la Tierra representa las mejores deducciones que podemos hacer según los datos disponibles. Por ejemplo, la estructura en capas de la Tierra se ha establecido mediante
observaciones indirectas. Cada vez que se produce un terremoto, unas ondas de energía (denominadas ondas sísmicas) penetran en el interior de la Tierra, de una manera parecida a como los rayos X penetran en el cuerpo humano.
Las ondas sísmicas cambian de velocidad y se desvían y reflejan al atravesar zonas con propiedades distintas. Un
amplio conjunto de estaciones de control en todo el mundo detecta y registra esta energía. Con la ayuda de computadores, se analizan estos datos, que luego se utilizan
para determinar la estructura del interior de la Tierra. En
el Capítulo 12, «El interior de la Tierra», encontrará más
información de cómo se lleva esto a cabo.
¿Qué pruebas tenemos que respalden la supuesta
composición del interior de nuestro planeta? Puede resultar sorprendente conocer que rocas que se originaron
en el manto se han recogido en la superficie de la Tierra,
entre ellas, muestras que contienen diamantes, que, según los estudios de laboratorio, pueden formarse sólo en
ambientes con una presión elevada. Dado que estas rocas
deben de haber cristalizado a profundidades superiores a
los 200 kilómetros, se deduce que son muestras del manto que sufrieron muy pocas alteraciones durante su ascenso a la superficie. Además, hemos podido examinar láminas del manto superior y de la corteza oceánica que lo
TI
¿Cómo sabemos lo que sabemos?
recubre que han sido empujadas por encima del nivel del
mar en lugares como Chipre, Terranova y Omán.
Establecer la composición del núcleo es otra cuestión completamente diferente. Debido a su gran profundidad y su densidad elevada, ninguna muestra del núcleo
ha llegado a la superficie. Sin embargo, disponemos de
pruebas significativas que sugieren que esta capa consta
principalmente de hierro.
Sorprendentemente los meteoritos proporcionan
importantes pistas sobre la composición del núcleo y el
manto. (Los meteoritos son objetos extraterrestres sólidos que chocan contra la superficie de la Tierra.) La mayoría de los meteoritos son fragmentos derivados de colisiones de cuerpos más grandes, principalmente del
cinturón de asteroides situado entre las órbitas de Marte
y Júpiter. Son importantes porque representan muestras
del material (planetesimales) del que se formaron los planetas interiores, incluida la Tierra. Los meteoritos están
compuestos principalmente por una aleación de hierro y
níquel (metálicos), minerales silicatados (rocosos) o una
combinación de ambos materiales (mixtos). La composición media de los meteoritos rocosos es muy parecida a
la que se supone que tiene el manto. Por otro lado, los
meteoritos metálicos contienen un porcentaje mucho
más elevado de este material metálico del que se encuentra en la corteza terrestre o en el manto. Si, de hecho, la
Tierra se formó a partir del mismo material en la nebulosa solar que generó los meteoritos y los demás planetas
interiores, debe contener un porcentaje mucho más elevado de hierro del que se encuentra en las rocas de la
corteza. Por consiguiente, podemos concluir que el núcleo es enormemente rico en este material pesado.
Este punto de vista también está respaldado por los
estudios de la composición del Sol, que indican que el hierro es la sustancia más abundante hallada en el Sistema Solar que posee la densidad calculada para el núcleo. Además,
el campo magnético de la Tierra requiere que el núcleo
esté hecho de un material conductor de la electricidad,
como el hierro. Puesto que todas las pruebas disponibles
apuntan a que una gran parte del núcleo está compuesta de
hierro, tomamos esto como un hecho, al menos hasta que
nuevas pruebas nos indiquen lo contrario.
S D LA
E
Introducción a la Geología
Características de los continentes
y del fondo oceánico
▲
2.270 kilómetros de grosor. Las corrientes convectivas
del hierro metálico en esta zona son las que generan el
campo magnético de la Tierra. El núcleo interno es una
esfera con un radio de 1.216 kilómetros. A pesar de su
temperatura más elevada, el material del núcleo interno
es más resistente que el del núcleo externo (debido a la
enorme presión) y se comporta como un sólido.
19
Las dos principales divisiones de la superficie de la Tierra
son los continentes y las cuencas oceánicas (Figura 1.6).
Una diferencia significativa entre estas dos áreas son sus
alturas relativas. Los continentes son superficies nota-
1Capítulo 1
20
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
Fosa submarina
de las Aleutianas
rin
subma
Montes or
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Empera
Dorsal
Juan
de Fuca
Fosa
submarina
de las Kuriles
Fosa submarina
Ryukyu
Isla
os
sH
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Fosa submarina
de las Marianas
Fosa submarina
de Centroamérica
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Fosa submarina de Tonga
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Fosa submarina
de Java (Sunda)
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l
Fosa submarina
de las Filipinas
Fosa submarina
de Japón
Fosa submarina de Kermadec
▲ Figura 1.6 En estas dos páginas se muestra la topografía de la superficie sólida de la Tierra.
blemente planas con el aspecto de llanuras que sobresalen
por encima del nivel del mar. Con una elevación media de
alrededor de 0,8 kilómetros, los bloques continentales se
encuentran cerca del nivel del mar, con excepción de unas
áreas algo limitadas de terreno montañoso. Por el contrario, la profundidad media del fondo oceánico es de unos 3,8
kilómetros por debajo del nivel del mar o unos 4,5 kilómetros inferior a la elevación media de los continentes.
La diferencia de elevación entre los continentes y las
cuencas oceánicas es consecuencia principalmente de las
diferencias entre sus densidades y sus grosores respectivos.
Recordemos que el grosor medio de los continentes oscila
entre los 35 y los 40 kilómetros y que éstos están compuestos de rocas graníticas con una densidad de alrededor
de 2,7 g/cm3. Las rocas basálticas que conforman la corteza oceánica tienen un grosor medio de tan sólo 7 kilóme-
1Capítulo 1
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La cara de la Tierra
21
Plataforma
continental
Fosa submarina
Puerto-Rico
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Fosa submarina
Perú-Chile
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Plataforma
continental
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ico
suro
rien
tal
Fosa submarina
de las Sandwich del Sur
tros y una densidad media de aproximadamente 3,0 g/cm3.
Por tanto, la corteza continental, más gruesa y menos densa, es más flotante que la corteza oceánica. Como consecuencia, la corteza continental flota sobre la parte superior
de las rocas deformables del manto a un nivel más elevado
que la corteza oceánica por el mismo motivo por el que un
barco de carga grande y vacío (menos denso) navega a mayor altura que un barco pequeño y cargado (más denso).
Principales características
de los continentes
Las principales características de los continentes pueden
agruparse en dos categorías diferenciadas: áreas extensas,
planas y estables que se han erosionado hasta casi el nivel
del mar, y regiones elevadas de rocas deformadas que en
la actualidad forman los cinturones montañosos. Véase
22
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Página 22
CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
elevados, son ahora bajos, producto de millones de años
de erosión.
en la Figura 1.7 que los cinturones montañosos jóvenes
tienden a ser largos y estrechos y se encuentran en los
márgenes continentales, mientras que las áreas llanas y
estables se sitúan por regla general en el interior de los
continentes.
El interior estable. A diferencia de los cinturones montañosos jóvenes, que se han formado durante los últimos
100 millones de años, los interiores de los continentes,
denominados cratones, han permanecido relativamente
estables (sin cambios) durante los últimos 600 millones
de años, o incluso más. Normalmente estos bloques de
corteza intervinieron en un episodio de formación de
montañas muy anterior en la historia de la Tierra.
Dentro de los interiores estables existen zonas conocidas como escudos, que son regiones extensas y llanas compuestas por rocas cristalinas deformadas. Obsérvese en la Figura 1.7 que el Escudo Canadiense aflora en
gran parte del noreste de Norteamérica. La datación radiométrica de varios escudos ha revelado que se trata de
regiones verdaderamente antiguas. Todas ellas contienen
rocas del Precámbrico con una edad superior a los 1.000
millones de años y algunas muestras se aproximan a los
4.000 millones de años. Incluso estas rocas, las más antiguas que se conocen, exhiben muestras de las fuerzas
enormes que las han plegado, fallado y metamorfizado.
Así, concluimos que estas rocas una vez formaron parte
de un sistema montañoso antiguo que desde entonces se
ha erosionado hasta producir estas regiones extensas y
llanas.
Existen otras zonas cratónicas en las que rocas muy
deformadas, como las que se encuentran en los escudos,
están cubiertas por una capa relativamente fina de rocas
Cinturones montañosos. Los rasgos topográficos más
prominentes de los continentes son los cinturones montañosos lineales. Aunque la distribución de las montañas
parece ser aleatoria, no es así. Al considerar las montañas
más jóvenes (de menos de 100 millones de años), encontramos que están situadas principalmente en dos zonas.
El cinturón del Pacífico (la región que rodea el océano
Pacífico) incluye las montañas del oeste del continente
americano y continúa en el Pacífico occidental en forma
de arcos de islas volcánicas (Figura 1.6). Los arcos insulares son regiones montañosas activas compuestas en gran
parte de rocas volcánicas y rocas sedimentarias deformadas. Las islas Aleutianas, Japón, Filipinas y Nueva Guinea son ejemplos de arcos insulares.
El otro cinturón montañoso importante se extiende
hacia el este desde los Alpes a través de Irán y el Himalaya y luego baja al sur y entra en Indonesia. Una exploración atenta de los terrenos montañosos revela que la mayoría de ellos son lugares donde se han comprimido gruesas secuencias de rocas que han experimentado una gran
deformación, como si estuvieran en un torno gigantesco.
También se encuentran montañas más antiguas en los
continentes. Son ejemplos de ello los Apalaches, al este de
Estados Unidos, y los Urales, en Rusia. Sus picos, antes
Ci
nt
u
Escudo de
Groenlandia
Escudo
Canadiense
Cor
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Báltico
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Escudo de
la India
Escudo
del Orinoco
Escudo
Brasileño
e
i ll
Escudo
Australiano
Gran
ra divisora
Plataformas estables (escudos
cubiertos por rocas sedimentarias)
Cinturones montañosos jóvenes
(menos de 100 millones de años
de antigüedad)
Cinturones montañosos antiguos
Escudo
Africano
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Escudos
s
de
An
Leyenda
Escudo
de Angara
n ic o
Urales
1Capítulo 1
▲ Figura 1.7 Este mapa muestra la distribución general de los cinturones montañosos, las plataformas estables y los escudos de la Tierra.
1Capítulo 1
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La cara de la Tierra
sedimentarias. Estas áreas se denominan plataformas
estables. Las rocas sedimentarias de las plataformas estables son casi horizontales, excepto en los puntos en los
que se han combado y han formado grandes cuencas o
domos. En Norteamérica, una gran porción de las plataformas estables se sitúa entre el Escudo Canadiense y las
Montañas Rocosas.
Principales características del fondo
oceánico
Si se secara toda el agua de las cuencas oceánicas, se observaría una gran variedad de rasgos, incluidas cadenas lineales de volcanes, cañones profundos, llanuras y largas
extensiones de altiplanicies monótonamente llanas. De
hecho, el paisaje sería casi tan diverso como en los continentes (véase Figura 1.6).
Durante los últimos 50 años, los oceanógrafos han
cartografiado lentamente gran parte del fondo oceánico
utilizando modernos equipos de sónar. A partir de estos
estudios han establecido las tres principales unidades topográficamente distinguibles: los márgenes continentales,
las cuencas oceánicas profundas y las dorsales oceánicas (centrooceánicas).
Márgenes continentales. El margen continental es la
porción de fondo oceánico adyacente a las principales
masas continentales. Puede incluir la plataforma continental, el talud continental y el pie de talud.
Aunque la tierra y el mar entran en contacto en la
línea de costa, ésta no es el límite entre los continentes y
las cuencas oceánicas. Antes bien, a lo largo de la mayoría
de las costas una plataforma suavemente inclinada de material, denominada plataforma continental, se extiende
en dirección al mar desde la costa. Dado que está sobre la
corteza continental, se trata claramente de una extensión
inundada de los continentes. Un vistazo a la Figura 1.6 demuestra que la anchura de la plataforma continental es variable. Por ejemplo, es ancha a lo largo de la costa oriental y la del Golfo en Estados Unidos, pero relativamente
estrecha a lo largo del margen Pacífico del continente.
El límite entre los continentes y las cuencas oceánicas profundas se encuentra a lo largo del talud continental, que es una estructura relativamente empinada
que se extiende desde la superficie exterior de la plataforma continental hasta el fondo oceánico profundo (Figura 1.6). Utilizando el talud como línea divisoria, encontramos que las cuencas oceánicas representan el 60
por ciento de la superficie terrestre y que el 40 por ciento restante corresponde a los continentes.
En regiones donde no existen fosas, el empinado
talud continental pasa a tener una inclinación más gradual, conocida como pie de talud. El pie de talud está
formado por un grueso cúmulo de sedimentos que se
23
movieron pendiente abajo desde la plataforma continental hacia los fondos oceánicos profundos.
Cuencas oceánicas profundas. Entre los márgenes continentales y las dorsales oceánicas se encuentran las
cuencas oceánicas profundas. Una parte de esta región
consiste en estructuras increíblemente llanas denominadas llanuras abisales. Sin embargo, el fondo oceánico
también contiene depresiones extremadamente profundas, que llegan en ocasiones a los 11.000 metros de profundidad. Aunque estas fosas submarinas son relativamente estrechas y representan tan sólo una pequeña
fracción del fondo oceánico, son estructuras muy importantes. Algunas fosas se encuentran adyacentes a montañas jóvenes que flanquean los continentes. Por ejemplo,
en la Figura 1.6, la fosa Perú-Chile que recorre la costa
occidental sudamericana es paralela a los Andes. Otras
fosas son paralelas a cadenas de islas lineales denominadas arcos de islas volcánicas.
Los suelos oceánicos están salpicados de estructuras
volcánicas sumergidas llamadas montes submarinos, que
a veces forman cadenas estrechas y largas. La actividad
volcánica también ha producido varias extensas llanuras de
lava, como la llanura Ontong Java, situada al noreste de
Nueva Guinea. Además, algunas llanuras sumergidas están compuestas de corteza de tipo continental. Algunos
ejemplos son la llanura Campbell, al sureste de Nueva
Zelanda, y la llanura Seychelles, al noreste de Madagascar.
Dorsales oceánicas. La estructura más prominente del
fondo oceánico es la dorsal oceánica o centrooceánica.
Como se muestra en la Figura 1.6, la dorsal Centroatlántica y la dorsal del Pacífico oriental son partes de
este sistema. Esta estructura ancha y larga forma un cinturón continuo que serpentea a lo largo de más de 70.000
kilómetros alrededor del planeta de una manera similar a
la costura de una pelota de béisbol. Lejos de estar constituido por rocas muy deformadas, como la mayoría de las
montañas de los continentes, el sistema de dorsales oceánicas consta de capas superpuestas de rocas ígneas fracturadas y elevadas.
La comprensión de las estructuras topográficas que
forman la superficie de la Tierra es esencial para entender los mecanismos que han dado forma a nuestro planeta. ¿Qué importancia tiene el enorme sistema de dorsales
que se extiende a través de los océanos de todo el mundo?
¿Cuál es la conexión, si la hay, entre los cinturones montañosos jóvenes y activos y las fosas oceánicas? ¿Qué
fuerzas deforman las rocas para producir cadenas de
montañas majestuosas? Éstas son cuestiones que se tratarán en el próximo capítulo, cuando empecemos a investigar los procesos dinámicos que dieron forma a nuestro
planeta en el pasado geológico y continuarán haciéndolo
en el futuro.
1Capítulo 1
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
Las rocas y el ciclo de las rocas
Las rocas son el material más común y abundante de la
Tierra. Para un viajero curioso, la variedad parece casi infinita. Al examinar una roca con atención, encontramos
que consta de cristales o granos más pequeños denominados minerales. Los minerales son compuestos químicos
(o en algunas ocasiones elementos únicos), cada uno de
ellos con su propia composición y sus propiedades físicas.
Los granos o cristales pueden ser microscópicos o fácilmente visibles sin ayuda de un microscopio.
La naturaleza y el aspecto de una roca están fuertemente influidos por los minerales que la componen. Además, la textura de una roca, es decir, el tamaño, la forma
o la disposición de los minerales que la constituyen, también tiene un efecto significativo en su aspecto. La composición mineral y la textura de una roca, a su vez, son el
reflejo de los procesos geológicos que la crearon.
Las características de las rocas proporcionaron a los
geólogos las pistas que necesitaban para determinar los
procesos que las formaron, lo cual es cierto para todas las
rocas. Estos análisis son esenciales para la comprensión
de nuestro planeta. Esta comprensión tiene muchas aplicaciones prácticas, como en la búsqueda de recursos minerales y energéticos básicos y la solución de problemas
ambientales.
Tipos de rocas básicos
Los geólogos dividen las rocas en tres grandes grupos: ígneas, sedimentarias y metamórficas. A continuación, da-
A.
mos un breve vistazo a estos tres grupos básicos. Cada
grupo está relacionado con los demás por los procesos
que actúan sobre el planeta y dentro de él.
Rocas ígneas. Las rocas ígneas (ignis fuego) se forman cuando la roca fundida, denominada magma, se enfría y se solidifica. El magma es roca fundida que se puede formar a varios niveles de profundidad en el interior
de la corteza de la Tierra y el manto superior. A medida
que se enfría el magma, se van formando y creciendo los
cristales de varios minerales. Cuando el magma permanece en el interior profundo de la corteza, se enfría lentamente durante miles de años. Esta pérdida gradual de
calor permite el desarrollo de cristales relativamente
grandes antes de que toda la masa se solidifique por completo. Las rocas ígneas de grano grueso que se forman
muy por debajo de la superficie se denominan plutónicas.
Los núcleos de muchas montañas están constituidos por
roca ígnea que se formó de esta manera. Sólo la elevación y la erosión posteriores dejan expuestas estas rocas
en la superficie. Un ejemplo común e importante es el
granito (Figura 1.8). Esta roca plutónica de grano grueso es rica en los minerales silicatados de color claro cuarzo y feldespato. El granito y las rocas relacionadas son
constituyentes principales de la corteza continental.
A veces el magma se abre paso hacia la superficie de
la Tierra, como durante una erupción volcánica. Dado
que se enfría con rapidez en un ambiente de superficie, la
roca fundida se solidifica muy deprisa y no hay tiempo
suficiente para que crezcan grandes cristales. Antes bien,
se produce la formación simultánea de muchos cristales
B.
▲ Figura 1.8 El granito es una roca ígnea plutónica especialmente abundante en la corteza continental de la Tierra. A. La erosión ha
descubierto esta masa de granito en el Parque Nacional Yosemite de California. B. Muestra de granito que exhibe una textura de grano
grueso. (Foto: E. J. Tarbuck.)
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Las rocas y el ciclo de las rocas
pequeños. Las rocas ígneas que se forman en la superficie
terrestre se denominan volcánicas y suelen ser de grano
fino. Un ejemplo abundante e importante es el basalto.
Esta roca de color verde oscuro a negro es rica en minerales silicatados que contienen una cantidad significativa
de hierro y magnesio. Debido a su mayor contenido en
hierro, el basalto es más denso que el granito. El basalto
y las rocas relacionadas constituyen la corteza oceánica
así como muchos volcanes, tanto en el océano como en
los continentes.
Rocas sedimentarias. Los sedimentos, la materia prima de
las rocas sedimentarias, se acumulan en capas en la superficie de la Tierra. Son materiales que se forman a partir de rocas preexistentes por los procesos de meteorización. Algunos de estos procesos fragmentan físicamente la
roca en piezas más pequeñas sin modificar su composición. Otros procesos de meteorización descomponen la
roca, es decir, modifican químicamente los minerales en
otros nuevos y en sustancias fácilmente solubles en agua.
El agua, el viento o el hielo glacial suelen transportar los productos de la meteorización a lugares de sedimentación donde éstos forman capas relativamente planas. Normalmente los sedimentos se convierten en roca
o se litifican por uno de los dos procesos siguientes. La
compactación tiene lugar a medida que el peso de los materiales suprayacentes comprime los sedimentos en masas
más densas. La cementación se produce conforme el agua
que contiene sustancias disueltas se filtra a través de los
espacios intergranulares del sedimento. Con el tiempo, el
material disuelto en agua precipita entre los granos y los
cementa en una masa sólida.
Los sedimentos que se originan y son transportados como partículas sólidas se denominan sedimentos detríticos y las rocas que éstos forman son las llamadas rocas
sedimentarias detríticas. Las dimensiones de las partículas
son la principal base para clasificar los miembros de esta
categoría. Dos ejemplos comunes son la lutita y la arenisca. La lutita es una roca de grano fino compuesta por partículas del tamaño del limo (menos de 1/256 mm) y de la
arcilla (entre 1/256 y 1/16 mm). La sedimentación de estos pequeños granos está asociada a ambientes «tranquilos» como ciénagas, llanuras fluviales expuestas a inundaciones y porciones de las cuencas oceánicas profundas.
Arenisca es el nombre dado a las rocas sedimentarias en
las que predominan granos del tamaño de la arena (entre
1/16 y 2 mm). Las areniscas se asocian con gran variedad
de ambientes, entre ellos las playas y las dunas.
Las rocas sedimentarias químicas se forman cuando
el material disuelto en el agua precipita. A diferencia de
las rocas sedimentarias detríticas, que se subdividen según el tamaño de las partículas, la principal base para
distinguir las rocas sedimentarias químicas es su compo-
25
sición mineral. La caliza, la roca sedimentaria química
más común, está compuesta principalmente por el mineral calcita (carbonato de calcio, CaCO3). Existen muchas
variedades de caliza (Figura 1.9). Los tipos más abundantes tienen un origen bioquímico, lo que significa que
los organismos que viven en el agua extraen la materia
mineral disuelta y crean partes duras, como los caparazones. Después, estas partes duras se acumulan como sedimento.
Los geólogos calculan que las rocas sedimentarias
representan sólo alrededor del 5 por ciento (en volumen)
de los 16 km externos de la Tierra. Sin embargo, su importancia es bastante mayor de lo que podría indicar este
porcentaje. Si tomara muestras de las rocas expuestas en
la superficie, encontraría que la gran mayoría son sedimentarias. Por consiguiente, podemos considerar las rocas sedimentarias como una capa algo discontinua y relativamente delgada de la porción más externa de la corteza,
lo cual tiene sentido, ya que el sedimento se acumula en
la superficie.
A partir de las rocas sedimentarias, los geólogos reconstruyen muchos detalles de la historia de la Tierra.
Dado que los sedimentos son depositados en muchos
puntos diferentes de la superficie, las capas rocosas que
acaban formando contienen muchas pistas sobre los ambientes de la superficie en el pasado. También pueden exhibir características que permiten a los geólogos descifrar
información sobre cómo y desde dónde se transportó el
sedimento. Además, son las rocas sedimentarias las que
contienen fósiles, que son pruebas vitales en el estudio
del pasado geológico.
▲ Figura 1.9 La caliza es una roca sedimentaria química en la
que predomina el mineral calcita. Existen muchas variedades. La
capa superior del Gran Cañón de Arizona, conocida como la
Formación Kaibab, es caliza del Pérmico y su origen es marino.
(Foto: E. J. Tarbuck.)
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
Rocas metamórficas. Las rocas metamórficas se producen a partir de rocas ígneas, sedimentarias o incluso
otras rocas metamórficas. Así, cada roca metamórfica
tiene una roca madre, la roca a partir de la que se ha formado. Metamórfico es un adjetivo adecuado porque su
significado literal es «cambiar la forma». La mayoría de
cambios tienen lugar a temperaturas y presiones elevadas
que se dan en la profundidad de la corteza terrestre y el
manto superior.
Los procesos que crean las rocas metamórficas a
menudo progresan de una manera incremental, desde
cambios ligeros (metamorfismo de grado bajo) hasta
cambios sustanciales (metamorfismo de grado alto). Por
ejemplo, durante el metamorfismo de grado bajo, la roca
sedimentaria común lutita se convierte en una roca metamórfica más compacta denominada pizarra. En cambio, el metamorfismo de grado alto provoca una transformación tan completa que no se puede determinar la
identidad de la roca madre. Además, cuando las rocas situadas a una profundidad (a la que las temperaturas son
elevadas) están sujetas a una presión dirigida, se deforman de una manera gradual y generan pliegues complicados. En los ambientes metamórficos más extremos, las
temperaturas se aproximan a las temperaturas de fusión
de las rocas. No obstante, durante el metamorfismo la roca
debe permanecer esencialmente sólida, ya que, si se funde
por completo, entramos en el ámbito de la actividad ígnea.
La mayor parte del metamorfismo sucede en uno
de estos tres ambientes:
1. Cuando un cuerpo magmático intruye en la roca,
tiene lugar el metamorfismo térmico o de contacto.
En este caso, el cambio está controlado por un
A.
aumento de la temperatura dentro de la roca
huésped que rodea una intrusión ígnea.
2. El metamorfismo hidrotermal implica alteraciones
químicas que se producen cuando el agua caliente rica en iones circula a través de las fracturas de la roca. Este tipo de metamorfismo suele
asociarse con la actividad ígnea que proporciona
el calor necesario para provocar reacciones químicas y hacer que estos fluidos circulen a través
de la roca.
3. Durante la formación de las montañas, grandes
cantidades de rocas enterradas a una gran profundidad están sujetas a las presiones dirigidas y
a las temperaturas elevadas asociadas con la deformación a gran escala denominada metamorfismo regional.
El grado de metamorfismo se refleja en la textura de la
roca y la composición mineral. Durante el metamorfismo
regional, los cristales de algunos minerales recristalizarán
con una orientación perpendicular a la dirección de la
fuerza compresiva. La alineación mineral resultante a
menudo da a la roca una textura en láminas o en bandas
llamada foliación. El esquisto y el gneis son dos ejemplos de
rocas foliadas (Figura 1.10A).
No todas las rocas metamórficas presentan una
textura foliada. Se dice que estas rocas son no foliadas.
Las rocas metamórficas compuestas sólo por un mineral que forma cristales equidimensionales no son, por
regla general, visiblemente foliadas. Por ejemplo, la caliza, si es pura, está compuesta por un solo mineral, la
calcita. Cuando una caliza de grano fino experimenta
metamorfismo, los pequeños cristales de calcita se combinan y forman cristales entrelazados más grandes. La
B.
▲ Figura 1.10 Rocas metamórficas comunes. A. El gneis a menudo presenta bandas y con frecuencia tiene una composición mineral similar
a la del granito. B. El mármol es una roca de grano grueso, cristalina, no foliada, cuya roca madre es la caliza. (Fotos: E. J. Tarbuck.)
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Las rocas y el ciclo de las rocas
roca resultante es similar a una roca ígnea de grano grueso. Este equivalente metamórfico no foliado de la caliza se denomina mármol (Figura 1.10B).
En todos los continentes afloran áreas extensas
de rocas metamórficas. Estas rocas son un componente
importante de muchos cinturones montañosos, donde
constituyen una gran porción del núcleo cristalino de
las montañas. Incluso debajo de los interiores continentales estables, que en general están cubiertos por rocas
sedimentarias, hay basamentos de rocas metamórficas.
En todos estos ambientes, las rocas metamórficas suelen
estar muy deformadas y contienen grandes intrusiones
de masas ígneas. De hecho, partes importantes de la cor-
27
teza continental de la Tierra están compuestas por rocas metamórficas y rocas ígneas asociadas.
El ciclo de las rocas:
uno de los subsistemas de la Tierra
La Tierra es un sistema. Esto significa que nuestro planeta está formado por muchas partes interactuantes que
forman un todo complejo. En ningún otro lugar se ilustra mejor esta idea que al examinar el ciclo de las rocas
(Figura 1.11). El ciclo de las rocas nos permite examinar
muchas de las interrelaciones entre las diferentes partes
del sistema Tierra. Nos ayuda a entender el origen de las
Sedimento
Meteorización,
transporte
y sedimentación
Cementación
y compactación
(litificación)
Ascenso,
meteorización,
transporte
y sedimentación
Ascenso,
meteorización,
transporte
y
sedimentación
Roca
sedimentaria
Roca
ígnea
Calor
y presión
Enfriamiento
y solidificación
(cristalización)
Calor
y presión
(metamorfismo)
Lava
Magma
Fusión
Fusión
Calor
Roca
metamórfica
▲ Figura 1.11 Consideradas a lo largo de espacios temporales muy prolongados, las rocas están en constante formación, cambio y
reformación. El ciclo de las rocas nos ayuda a entender el origen de los tres grupos básicos de rocas. Las flechas representan los procesos que
enlazan cada grupo con los demás.
1Capítulo 1
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, y a ver que
cada tipo está vinculado a los otros por los procesos que
actúan sobre y dentro del planeta. Aprender bien el ciclo
de las rocas permite examinar sus interrelaciones con mayor detalle a lo largo de este libro.
Ciclo básico. Empecemos en la parte inferior de la Figura 1.11. El magma es la roca fundida que se forma a una
gran profundidad por debajo de la superficie de la Tierra.
Con el tiempo, el magma se enfría y se solidifica. Este
proceso, denominado cristalización, puede ocurrir debajo
de la superficie terrestre o, después de una erupción volcánica, en la superficie. En cualquiera de las dos situaciones, las rocas resultantes se denominan rocas ígneas.
Si las rocas ígneas afloran en la superficie experimentarán meteorización, en la cual la acción de la atmósfera desintegra y descompone lentamente las rocas. Los
materiales resultantes pueden ser desplazados pendiente
abajo por la gravedad antes de ser captados y transportados por algún agente erosivo como las aguas superficiales, los glaciares, el viento o las olas. Por fin, estas partículas y sustancias disueltas, denominadas sedimentos, son
depositadas. Aunque la mayoría de los sedimentos acaba
llegando al océano, otras zonas de acumulación son las
llanuras de inundación de los ríos, los desiertos, los pantanos y las dunas.
A continuación, los sedimentos experimentan litificación, un término que significa «conversión en roca».
El sedimento suele litificarse dando lugar a una roca sedimentaria cuando es compactado por el peso de las capas
suprayacentes o cuando es cementado conforme el agua
subterránea de infiltración llena los poros con materia
mineral.
Si la roca sedimentaria resultante se entierra profundamente dentro de la tierra e interviene en la dinámica de formación de montañas, o si es intruida por una
masa de magma, estará sometida a grandes presiones o a
un calor intenso, o a ambas cosas. La roca sedimentaria
reaccionará ante el ambiente cambiante y se convertirá
en un tercer tipo de roca, una roca metamórfica. Cuando la
roca metamórfica es sometida a cambios de presión adicionales o a temperaturas aún mayores, se fundirá, creando un magma, que acabará cristalizando en rocas ígneas.
Los procesos impulsados por el calor desde el interior de la Tierra son responsables de la creación de las
rocas ígneas y metamórficas. La meteorización y la erosión, procesos externos alimentados por una combinación de energía procedente del Sol y la gravedad, producen el sedimento a partir del cual se forman las rocas
sedimentarias.
Caminos alternativos. Las vías mostradas en el ciclo básico no son las únicas posibles. Al contrario, es exactamente igual de probable que puedan seguirse otras vías
distintas de las descritas en la sección precedente. Esas alternativas se indican mediante las líneas azules en la Figura 1.11.
Las rocas ígneas, en vez de ser expuestas a la meteorización y a la erosión en la superficie terrestre, pueden
permanecer enterradas profundamente. Esas masas pueden acabar siendo sometidas a fuertes fuerzas de compresión y a temperaturas elevadas asociadas con la formación
de montañas. Cuando esto ocurre, se transforman directamente en rocas metamórficas.
Las rocas metamórficas y sedimentarias, así como
los sedimentos, no siempre permanecen enterrados. Antes bien, las capas superiores pueden ser eliminadas, dejando expuestas las rocas que antes estaban enterradas.
Cuando esto ocurre, los materiales son meteorizados y
convertidos en nueva materia prima para las rocas sedimentarias.
Las rocas pueden parecer masas invariables, pero el
ciclo de las rocas demuestra que no es así. Los cambios, sin
embargo, requieren tiempo; grandes cantidades de tiempo.
Resumen
• Geología significa «el estudio de la Tierra». Las dos amplias ramas de la Geología son: (1) la Geología física, que
examina los materiales que componen la Tierra y los
procesos que actúan debajo y encima de su superficie; y
(2) la Geología histórica, que intenta comprender el origen de la Tierra y su desarrollo a lo largo del tiempo.
• La relación entre las personas y el medio ambiente es
un objetivo importante de la Geología y abarca los
riesgos naturales, los recursos y la influencia humana
en los procesos geológicos.
• Durante los siglos XVII y XVIII, el catastrofismo influyó
en la formulación de explicaciones sobre la Tierra.
El catastrofismo establece que los paisajes terrestres
se han desarrollado fundamentalmente debido a
grandes catástrofes. Por el contrario, el uniformismo,
uno de los principios fundamentales de la Geología
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Resumen
moderna, avanzado por James Hutton a finales del siglo XVIII, establece que las leyes físicas, químicas y
biológicas que actúan en la actualidad han actuado
también en el pasado geológico. Esta idea suele resumirse como «el presente es la clave para el pasado». Hutton sostenía que los procesos que parecen
ser lentos, podrían, a lo largo de lapsos prolongados
de tiempo, producir efectos que fueran exactamente
tan grandes como los resultantes de acontecimientos
catastróficos súbitos.
• Utilizando los principios de la datación relativa, la
ordenación de los acontecimientos en su secuencia
u orden apropiados sin conocer su edad absoluta en
años, los científicos desarrollaron una escala de tiempo geológico durante el siglo XIX. Pueden establecerse fechas relativas aplicando principios como los
de la ley de superposición y el principio de sucesión biótica.
• Toda ciencia se basa en la suposición de que el mundo natural se comporta de una manera constante y
predecible. El proceso mediante el cual los científicos recogen datos y formulan hipótesis y teorías
científicas se denomina método científico. Para determinar lo que ocurre en el mundo natural, los
científicos suelen: (1) realizar observaciones; (2) desarrollar una hipótesis científica; (3) construir experimentos para comprobar la hipótesis, y (4) aceptar, modificar o rechazar la hipótesis después de
haberla sometido a prueba. Otros descubrimientos
representan ideas puramente teóricas que han soportado un examen exhaustivo. Algunos avances
científicos se han realizado cuando se produjo un
acontecimiento totalmente inesperado durante un
experimento.
• El medio físico de la Tierra se divide tradicionalmente en tres partes principales: la Tierra sólida; la
porción de agua de nuestro planeta, la hidrosfera; y la
envuelta gaseosa de la Tierra, la atmósfera. Además,
la biosfera, la totalidad de vida sobre la Tierra, interacciona con cada uno de los tres reinos físicos y es
igualmente una parte integrante de la Tierra.
• Aunque cada una de las cuatro esferas de la Tierra
puede estudiarse por separado, todas ellas están relacionadas en un todo complejo y continuamente
interactuante que denominamos sistema Tierra. La
ciencia del sistema Tierra utiliza una aproximación interdisciplinaria para integrar el conocimiento de varios ámbitos académicos en el estudio de nuestro
planeta y sus problemas ambientales globales.
29
• Un sistema es un grupo de partes interactuantes que
forman un todo complejo. Los sistemas cerrados son
aquellos en los que la energía entra y sale libremente, mientras que la materia no entra ni sale del sistema. En un sistema abierto, tanto la energía como la
materia entran y salen del sistema.
• La mayoría de sistemas naturales tiene mecanismos
que tienden a intensificar el cambio, llamados mecanismos de realimentación positiva, y otros mecanismos,
denominados mecanismos de realimentación negativa,
que tienden a resistir el cambio y, así, a estabilizar el
sistema.
• Las dos fuentes de energía que alimentan el sistema
Tierra son: (1) el Sol, que impulsa los procesos externos que tienen lugar en la atmósfera, la hidrosfera y la superficie de la Tierra; y (2) el calor del interior de la Tierra, que alimenta los procesos internos
que producen los volcanes, los terremotos y las montañas.
• La hipótesis de la nebulosa primitiva describe la formación del Sistema Solar. Los planetas y el Sol empezaron a formarse hace unos 5.000 millones de años a
partir de una gran nube de polvo y gases. Conforme
la nube se contraía, empezó a rotar y a adoptar una
forma de disco. El material que era lanzado gravitacionalmente hacia el centro se convirtió en el protosol. Dentro del disco en rotación, pequeños centros,
denominados protoplanetas, absorbían cada vez más
cantidad de los restos de la nube. Debido a las elevadas temperaturas cerca del Sol, los planetas interiores fueron incapaces de acumular muchos de los elementos que se evaporan a bajas temperaturas. Debido
a las temperaturas muy frías existentes en la lejanía
del Sol, los planetas exteriores, grandes, consisten en
enormes cantidades de materiales más ligeros. Esas
sustancias gaseosas explican los tamaños comparativamente grandes y las bajas densidades de los planetas externos.
• La estructura interna de la Tierra se establece en capas basadas en diferencias de composición química y
en los cambios de las propiedades físicas. En cuanto
a composición, la Tierra se divide en una corteza externa delgada, un manto rocoso sólido y un núcleo
denso. Según sus propiedades físicas, las capas de la
Tierra son: (1) la litosfera, la capa externa rígida y fría
cuyo grosor medio es de unos 100 kilómetros; (2) la
astenosfera, una capa relativamente dúctil situada en
el manto debajo de la litosfera; (3) la mesosfera, más
rígida, donde las rocas están muy calientes y son ca-
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CAPÍTULO 1
Introducción a la Geología
paces de fluir de una manera muy gradual; (4) el núcleo externo líquido, donde se genera el campo magnético de la Tierra; y (5) el núcleo interno sólido.
• Las dos divisiones principales de la superficie terrestre son los continentes y las cuencas oceánicas. Una
diferencia significativa son sus alturas relativas. Las
diferencias de elevación entre los continentes y las
cuencas oceánicas son consecuencia principalmente
de diferencias entre sus densidades y grosores respectivos.
• Las estructuras más grandes de los continentes pueden dividirse en dos categorías: los cinturones monta-
ñosos y el interior estable. El fondo oceánico se divide
en tres grandes unidades topográficas: los márgenes
continentales, las cuencas oceánicas profundas y las dorsales oceánicas.
• El ciclo de las rocas es uno de los muchos ciclos o bucles del sistema Tierra en los que la materia se recicla. El ciclo de las rocas es una manera de observar
muchas de las interrelaciones de la Geología. Ilustra
el origen de los tres tipos de rocas básicos y el papel
de varios procesos geológicos en la transformación
de un tipo de roca en otro.
Preguntas de repaso
1. La Geología se divide tradicionalmente en dos
amplias áreas. Nombre y describa esas dos subdivisiones.
14. Compare la astenosfera y la litosfera.
15. Describa la distribución general de las montañas
más jóvenes de la Tierra.
2. Describa brevemente la influencia de Aristóteles
en las ciencias geológicas.
16. Distinga entre escudos y plataformas estables.
3. ¿Cómo percibían la edad de la Tierra quienes proponían el catastrofismo?
17. Enumere las tres principales unidades topográficas
del fondo oceánico.
4. Describa la doctrina del uniformismo. ¿Cómo consideraban los defensores de esta idea la edad de la
Tierra?
18. Diga el nombre de cada una de las rocas que se describen a continuación:
• Roca volcánica de grano grueso.
5. ¿Cuál es la edad aproximada de la Tierra?
• Roca detrítica rica en partículas de tamaño limo.
6. La escala de tiempo geológico se estableció sin la
ayuda de la datación radiométrica. ¿Qué principios
se utilizaron para desarrollar esta escala temporal?
• Roca negra de grano fino que compone la corteza oceánica.
7. ¿En qué se diferencia una hipótesis científica de
una teoría científica?
8. Enumere y describa brevemente las cuatro «esferas» que constituyen nuestro medio ambiente.
9. ¿En qué se diferencia un sistema abierto de un sistema cerrado?
10. Compare los mecanismos de realimentación positiva y los mecanismos de realimentación negativa.
11. ¿Cuáles son las dos fuentes de energía del sistema
Tierra?
12. Enumere y describa brevemente los acontecimientos que llevaron a la formación del Sistema Solar.
13. Enumere y describa brevemente las capas composicionales en las que se divide la Tierra.
• Roca no foliada cuya roca madre es la caliza.
19. Para cada una de las siguientes características, indique si está asociada con las rocas ígneas, sedimentarias o metamórficas:
• Puede ser plutónica o volcánica.
• Litificada por compactación y cementación.
• La arenisca es un ejemplo.
• Algunos miembros de este grupo tienen foliación.
• Este grupo se divide en las categorías detrítica y
química.
• El gneis forma parte de este grupo.
20. Utilizando el ciclo de las rocas, explique la afirmación: «una roca es la materia prima para otra».
1Capítulo 1
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08:00
Página 31
Recursos de la web
31
Términos fundamentales
astenosfera
atmósfera
biosfera
catastrofismo
ciclo de las rocas
corteza
cratón
cuenca oceánica profunda
datación relativa
dorsal oceánica (centrooceánica)
escudo
fosa submarina
Geología
Geología física
Geología histórica
hidrosfera
hipótesis
hipótesis de la nebulosa
primitiva
litosfera
llanura abisal
manto
manto inferior
margen continental
mecanismo de
realimentación negativa
mecanismo de
realimentación positiva
mesosfera
modelo
monte submarino
nebulosa solar
núcleo
núcleo externo
núcleo interno
paradigma
pie de talud
plataforma continental
plataforma estable
roca ígnea
roca metamórfica
roca sedimentaria
sistema
sistema abierto
sistema cerrado
principio de superposición
talud continental
teoría
uniformismo
Recursos de la web
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y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
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• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
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2_Capítulo 2
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas:
el desarrollo de una
revolución científica
Deriva continental: una idea que
se adelantó a su época
Encaje de los continentes
Evidencias paleontológicas
Tipos de rocas y semejanzas estructurales
Evidencias paleoclimáticas
El gran debate
Rechazo de la hipótesis de la deriva
continental
La deriva continental y el método científico
Deriva continental y
paleomagnetismo
El campo magnético de la Tierra y
paleomagnetismo
Deriva polar aparente
Comienzo de una revolución
científica
La hipótesis de la expansión del fondo
oceánico
Inversiones magnéticas: pruebas de la
expansión del fondo oceánico
La última pieza de un rompecabezas
Tectónica de placas: el nuevo
paradigma
Principales placas de la Tierra
Bordes de placa
Bordes divergentes
Las dorsales oceánicas y la expansión del
fondo oceánico
La fragmentación continental
Bordes convergentes
Convergencia oceánica-continental
Convergencia oceánica-oceánica
Convergencia continental-continental
Bordes de falla transformante
(bordes pasivos)
Comprobación del modelo
de la tectónica de placas
Pruebas procedentes de sondeos oceánicos
Puntos calientes y plumas del manto
Medición del movimiento
de las placas
El paleomagnetismo y los movimientos de
placas
Medición de las velocidades de las placas
desde el espacio
¿Qué impulsa los movimientos
de las placas?
Fuerzas que impulsan el movimiento de las
placas
Modelos de convección placas-manto
La importancia de la teoría
de la tectónica de placas
33
2_Capítulo 2
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Página 34
CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
L
a idea de que los continentes van a la deriva por la superficie de la Tierra se introdujo a principios del siglo
XX. Esta propuesta contrastaba por completo con la
opinión establecida de que las cuencas oceánicas y los continentes son estructuras permanentes muy antiguas. Esta opinión era respaldada por las pruebas recogidas del estudio de
las ondas sísmicas que revelaron la existencia de un manto sólido rocoso que se extendía hasta medio camino hacia el centro de la Tierra. El concepto de un manto sólido indujo a la
mayoría de investigadores a la conclusión de que la corteza
externa de la Tierra no podía moverse.
Durante este período, la opinión convencional de la comunidad científica era que las montañas se forman a causa
de las fuerzas compresivas que se iban originando a medida
que la Tierra se enfriaba paulatinamente a partir de un estado fundido previo. Sencillamente la explicación era la siguiente: a medida que el interior se enfriaba y se contraía, la
capa externa sólida de la Tierra se deformaba mediante pliegues y fallas para ajustarse al planeta, que se encogía. Se
consideraban las montañas como algo análogo a las arrugas
que aparecen en la piel de la fruta cuando se seca. Este modelo de los procesos tectónicos* de la Tierra, aunque inadecuado, estaba profundamente arraigado en el pensamiento
geológico de la época.
Desde la década de los años sesenta, nuestra comprensión de la naturaleza y el funcionamiento de nuestro planeta han mejorado de manera espectacular. Los científicos se
han dado cuenta de que la corteza externa de la Tierra es móvil y de que los continentes migran de una manera gradual a
través del planeta. Además, en algunas ocasiones las masas
continentales se separan y crean nuevas cuencas oceánicas
entre los bloques continentales divergentes. Entretanto, porciones más antiguas del fondo oceánico se sumergen de nuevo en el manto en las proximidades de las fosas submarinas.
A causa de estos movimientos, los bloques de material continental chocan y generan las grandes cadenas montañosas
de la Tierra. En pocas palabras, ha surgido un nuevo modelo revolucionario de los procesos tectónicos de la Tierra.
Este cambio profundo de la comprensión científica se
ha descrito de manera muy acertada como una revolución
científica. La revolución empezó como una propuesta relativamente clara de Alfred Wegener, llamada deriva continental. Después de muchos años de acalorado debate, la gran
mayoría de la comunidad científica rechazó la hipótesis de
Wegener de los continentes a la deriva. El concepto de una
Tierra móvil era particularmente desagradable para los geólogos norteamericanos, quizás porque la mayoría de las pruebas que lo respaldaban procedían de los continentes meridionales, desconocidos para la mayoría de ellos.
Durante las décadas de los años cincuenta y sesenta,
nuevos tipos de pruebas empezaron a reavivar el interés por
esta propuesta que estaba casi abandonada. En 1968, esos
∗ Por Tectónica se entiende el estudio de los procesos que deforman la
corteza de la Tierra y las principales características estructurales producidas por esa deformación, como las montañas, los continentes y las
cuencas oceánicas.
nuevos avances indujeron el desarrollo de una explicación
mucho más completa que incorporaba aspectos de la deriva
continental y de la expansión del fondo oceánico: una teoría
conocida como tectónica de placas.
En este capítulo, examinaremos los acontecimientos
que llevaron a este gran cambio de la opinión científica en un
intento de proporcionar una visión de cómo funciona la ciencia. También describiremos brevemente los avances que tuvieron lugar desde la concepción del concepto de deriva continental, examinaremos los motivos por los que se rechazó al
principio y consideraremos las pruebas que finalmente condujeron a la aceptación de la teoría de la tectónica de placas.
Deriva continental: una idea
que se adelantó a su época
La idea de que los continentes, sobre todo Sudamérica y
África, encajan como las piezas de un rompecabezas, se
originó con el desarrollo de mapas mundiales razonablemente precisos. Sin embargo, se dio poca importancia a
esta noción hasta 1915, cuando Alfred Wegener, meteorólogo y geofísico alemán, publicó El origen de los continentes y los océanos. En este libro, que se publicó en varias
ediciones, Wegener estableció el esbozo básico de su radical hipótesis de la deriva continental.
Wegener sugirió que en el pasado había existido un
supercontinente único denominado Pangea (pan todo,
gea Tierra) (Figura 2.1). Además planteó la hipótesis de
que en la era Mesozoica, hace unos 200 millones de años,
este supercontinente empezó a fragmentarse en continentes más pequeños, que «derivaron» a sus posiciones actuales. Se cree que la idea de Wegener de que los continentes pudieran separarse se le pudo ocurrir al observar la
fragmentación del hielo oceánico durante una expedición
a Groenlandia entre 1906 y 1908.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Si todos los continentes estaban unidos durante el período de Pangea, ¿qué aspecto tenía el resto de la Tierra
Cuando todos los continentes estaban unidos, también debió
existir un océano enorme que los rodeaba. Este océano se denomina Panthalassa (pan = todo; thalassa = mar). Panthalassa
tenía varios mares más pequeños, uno de los cuales era el
poco profundo mar de Tethys, situado en el centro (véase Figura 2.1). Hace unos 180 millones de años, el supercontinente Pangea empezó a separarse y las distintas masas continentales que hoy conocemos empezaron a derivar hacia sus
posiciones geográficas actuales. Hoy todo lo que queda de
Panthalassa es el océano Pacífico, cuyo tamaño ha ido disminuyendo desde la fragmentación de Pangea.
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Deriva continental: una idea que se adelantó a su época
35
Mar de Tethys
P A
N
G
E
A
A. Reconstrucción moderna de Pangea
Norteamérica
Europa
Asia
África
Sudamérica
Australia
Antártida
B. La Pangea de Wegener
▲ Figura 2.1 Reconstrucción de Pangea como se piensa que era hace 200 millones de años. A. Reconstrucción moderna. B. Reconstrucción
realizada por Wegener en 1915.
Wegener y quienes defendían esta hipótesis recogieron pruebas sustanciales que respaldaban sus opiniones.
El ajuste de Sudamérica y África y la distribución geográfica de los fósiles y los climas antiguos parecían apoyar la
idea de que esas masas de tierra, ahora separadas, estuvieron juntas en alguna ocasión. Examinemos sus pruebas.
Encaje de los continentes
Como algunos antes que él, Wegener sospechó por primera vez que los continentes podrían haber estado unidos
en alguna ocasión al observar las notables semejanzas existentes entre las líneas de costa situadas a los dos lados del
Atlántico. Sin embargo, la utilización que él hizo de las líneas de costa actuales para hacer encajar los continentes
fue inmediatamente contestada por otros geólogos. Estos
últimos sostenían, correctamente, que las líneas de costa
están siendo continuamente modificadas por procesos
erosivos y sedimentarios. Aun cuando hubiera tenido lugar el desplazamiento de los continentes, sería improba-
ble tal ajuste en la actualidad. Wegener parecía consciente
de este hecho, ya que su ajuste original de los continentes
era muy aproximado (Figura 2.1B).
Los científicos han determinado que una aproximación mucho mejor del verdadero límite externo de los
continentes es la plataforma continental. En la actualidad,
el borde de la plataforma continental se encuentra sumergido unos cuantos centenares de metros por debajo del
nivel del mar. A principios de la década de los sesenta Sir
Edward Bullard y dos de sus colaboradores produjeron un
mapa en el que se intentaba ajustar los bordes de las plataformas continentales sudamericana y africana a profundidades de 900 metros. El notable ajuste que se obtuvo se
muestra en la Figura 2.2. Aunque los continentes se solapaban en unos pocos lugares, se trata de regiones donde
las corrientes han depositado grandes cantidades de sedimentos, aumentando con ello el tamaño de las plataformas
continentales. El ajuste global fue incluso mejor de lo que
habrían sospechado quienes apoyaban la teoría de la deriva continental.
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Recuadro 2.1
Entender la Tierra
Fragmentación de Pangea
do bien las fechas en las que fragmentos
individuales de corteza se separaron unos
de otros y también sus movimientos relativos (Figura 2.A).
Una consecuencia importante de la
fragmentación de Pangea fue la creación
de una «nueva» cuenca oceánica: el atlántico. Como puede verse en la parte B de
la Figura 2.A, la separación del supercontinente no fue simultánea a lo largo de
los bordes del Atlántico. Lo primero que
se separó fueron Norteamérica y África.
Wegener utilizó las pruebas procedentes
de fósiles, tipos de rocas y climas antiguos para crear un ajuste de los continentes en forma de rompecabezas, creando así su supercontinente, Pangea. De
una manera similar, pero utilizando herramientas modernas de las que carecía
Wegener, los geólogos han recreado las
etapas de fragmentación de este supercontinente, un acontecimiento que empezó hace cerca de 200 millones de años.
A partir de este trabajo, se han estableci-
P
A
G
E
Eurasia
Norteamérica
Mar de
Tethys
N
Allí, la corteza continental estaba muy
fracturada, lo que proporcionaba vías para
que grandes cantidades de lava fluida alcanzaran la superficie. En la actualidad
estas lavas están representadas por las rocas ígneas meteorizadas que se encuentran a lo largo de la costa oriental de Estados Unidos, principalmente enterradas
debajo de las rocas sedimentarias que forman la plataforma continental. La datación radiométrica de estas lavas solidificadas indica que la separación empezó en
Sudamérica
A
Sureste
asiático
África
Tíbet
India
Antártida
A. Hace 200 millones de años (Jurásico inferior)
B. Hace 150 millones de años (Jurásico superior)
Eurasia
Norteamérica
Australia
Eurasia
Norteamérica
África
Tíbet
Océano
de Tethys
África
Sudamérica
India
Sudamérica
India
Australia
Australia
Antártida
Antártida
C. Hace 90 millones de años (Cretáceo)
D. Hace 50 millones de años (Cenozoico inferior)
Eurasia
Norteamérica
África
malaya
Hi
India
Sudamérica
Arabia
Golfo de
California
Panamá
Mar
Rojo
Australia
Antártida
E. Hace 20 millones de años (Cenozoico superior)
F. En la actualidad
▲ Figura 2.A Esquemas de la fragmentación de Pangea a lo largo de un período de 200 millones de años.
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Deriva continental: una idea que se adelantó a su época
varios estadios hace entre 180 y 165 millones de años. Este lapso de tiempo puede utilizarse como la «fecha de nacimiento» de esta sección del Atlántico norte.
Hace 130 millones de años, el Atlántico sur empezó a abrirse cerca de la punta de lo que ahora es Sudáfrica. Conforme esta zona de separación migraba hacia
el norte, el Atlántico sur se abría de manera gradual (compárense los esquemas B
y C de la Figura 2.A). La fragmentación
continua de la masa continental meridional condujo a la separación de África y la
Antártida y empujó a la India a un viaje
hacia el norte. Al principio del Cenozoico, hace unos 50 millones de años, Australia se había separado de la Antártida y
el Atlántico sur había emergido como un
océano completamente desarrollado (Figura 2.A, parte D).
Un mapa moderno (Figura 2.A, parte
F) muestra que la India acabó colisionando con Asia, un acontecimiento que empezó hace unos 45 millones de años y creó
la cordillera del Himalaya, junto con las
tierras altas tibetanas. Aproximadamente
37
al mismo tiempo, la separación de Groenlandia de Eurasia completó la fragmentación de la masa continental septentrional. Durante los últimos 20 millones de
años, aproximadamente, de la historia de
la Tierra, Arabia se separó de África y se
formó el mar Rojo, y la Baja California
se separó de Méjico, formando el golfo de
California (Figura 2.A, parte E). Mientras, el arco de Panamá se unió a Norteamérica y Sudamérica, produciéndose así
el aspecto moderno que conocemos de
nuestro planeta.
dos de organismos) estaban de acuerdo en que era necesario algún tipo de conexión continental para explicar la
existencia de fósiles idénticos de formas de vida mesozoicas en masas de tierra tan separadas. (Igual que las formas de vida autóctonas de Norteamérica son muy distintas de las africanas, cabría esperar que durante la era
Mesozoica los organismos de continentes muy separados
serían también bastante diferentes.)
África
Sudamérica
Superposición
Hueco
▲ Figura 2.2 Aquí se muestra el mejor ajuste entre Sudamérica y
África a lo largo del talud continental a una profundidad de unos
900 metros. Las áreas de solapamiento entre los bloques
continentales están coloreadas en marrón. (Tomado de A. G.
Smith, «Continental Drift». En Understanding the Earth, editado por
I. G. Gass).
Evidencias paleontológicas
Aunque la semilla de la hipótesis de Wegener procedía de
las notables semejanzas de los márgenes continentales a
ambos lados del Atlántico, al principio pensó que la idea
de una Tierra móvil era improbable. No fue hasta que
supo que se habían encontrado organismos fósiles idénticos en rocas de Sudamérica y de África cuando empezó a
tomar en serio esta idea. A través de una revisión de la literatura científica, Wegener descubrió que la mayoría de
paleontólogos (científicos que estudian los restos fosiliza-
Mesosaurus Para añadir credibilidad a su argumento
sobre la existencia de un supercontinente, Wegener citó
casos documentados de varios organismos fósiles que se
habían encontrado en diferentes masas continentales, a
pesar de las escasas posibilidades de que sus formas vivas
pudieran haber cruzado el vasto océano que ahora separa
estos continentes. El ejemplo clásico es el del Mesosaurus,
un reptil acuático depredador de peces cuyos restos fósiles se encuentran sólo en las lutitas negras del Pérmico
(hace unos 260 millones de años) en el este de Sudamérica y en el sur de África (Figura 2.3). Si el Mesosaurus hubiera sido capaz de realizar el largo viaje a través del enorme océano Atlántico meridional, sus restos deberían tener
una distribución más amplia. Como esto no era así, Wegener supuso que Sudamérica y África debieron haber estado juntas durante este período de la historia de la Tierra.
¿Cómo explicaban los científicos de la época de
Wegener la existencia de organismos fósiles idénticos
en lugares separados por miles de kilómetros de mar
abierto? La explicación más ampliamente aceptada a este
tipo de migraciones fueron los puentes de tierra transoceánicos (Figura 2.4). Sabemos, por ejemplo, que durante el último período glacial la bajada del nivel del
mar permitió a los animales atravesar el corto estrecho
de Bering entre Asia y Norteamérica. ¿Era posible que
puentes de Tierra hubieran conectado en alguna ocasión África y Sudamérica y luego se hubieran sumergido por debajo del nivel del mar? Los mapas actuales del
fondo oceánico confirman el argumento de Wegener de
que nunca habían existido puentes de tierra de esta mag-
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38
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Figura 2.3 Se han encontrado fósiles de
Mesosaurus a ambos lados del Atlántico sur y
en ningún otro lugar del mundo. Los restos
fósiles de éste y otros organismos en los
continentes africano y sudamericano
parecen unir estas masas de tierra entre el
final del Paleozoico y el comienzo del
Mesozoico.
África
Sudamérica
▲
Figura 2.4 Estos bocetos de John
Holden ilustran varias explicaciones para
la aparición de especies similares en
masas de tierra que en la actualidad
están separadas por un enorme océano.
(Reimpreso con el permiso de John
Holden.)
nitud. De ser así, sus restos estarían todavía debajo del
nivel del mar.
Glossopteris Wegener citó también la distribución del
helecho fósil Glossopteris como una prueba de la existencia de Pangea. Se sabía que esta planta, caracterizada por
sus grandes semillas de difícil distribución, estaba muy
dispersa entre África, Australia, India y Sudamérica durante el Paleozoico tardío. Más tarde, se descubrieron
también restos fósiles de Glossopteris en la Antártida. Wegener también sabía que esos helechos con semilla y la flora asociada con ellos crecían sólo en un clima subpolar.
Por consiguiente, llegó a la conclusión de que cuando las
masas de tierra estuvieron unidas se encontraban mucho
más cerca del Polo Sur.
Organismos actuales En una edición posterior de su libro, Wegener citó también la distribución de los organismos actuales como una prueba de apoyo para la deriva de
los continentes. Por ejemplo, los organismos actuales cuyos antepasados eran similares tuvieron que evolucionar
claramente en aislamiento durante las últimas decenas de
millones de años. El caso más obvio son los marsupiales
australianos (como los canguros), que tienen un vínculo
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Deriva continental: una idea que se adelantó a su época
fósil directo con la zarigüeya, marsupial encontrado en el
continente americano. Después de la fragmentación de
Pangea, los marsupiales australianos siguieron un camino
evolutivo distinto que las formas vivas del continente americano relacionadas con ellos.
Montañas
Caledónicas
Groenlandia
Islas
Británicas
Escandinavia
Tipos de rocas y semejanzas estructurales
Cualquiera que haya intentado hacer un rompecabezas
sabe que, además de que las piezas encajen, la imagen
debe ser también continua. La imagen que debe encajar
en el «rompecabezas de la deriva continental» es la de los
continentes. Si los continentes estuvieron juntos en el pasado, las rocas situadas en una región concreta de un continente deben parecerse estrechamente en cuanto a edad
y tipo con las encontradas en posiciones adyacentes del
continente con el que encajan. Wegener encontró pruebas de rocas ígneas de 2.200 millones de años de antigüedad en Brasil que se parecían mucho a rocas de antigüedad semejante encontradas en África.
Pruebas similares existen en forma de cinturones
montañosos que terminan en la línea de costa, sólo para
reaparecer en las masas continentales situadas al otro lado
del océano. Por ejemplo, el cinturón montañoso que
comprende los Apalaches tiene una orientación noreste
en el este de Estados Unidos y desaparece en la costa de
Terranova. Montañas de edad y estructuras comparables
se encuentran en las Islas Británicas y Escandinavia.
Cuando se reúnen esas masas de tierra, como en la Figura 2.5, las cadenas montañosas forman un cinturón casi
continuo.
Wegener debía de estar convencido de que las semejanzas en la estructura de las rocas en ambos lados del
Atlántico relacionaban esas masas de tierra cuando dijo:
«Es como si fuéramos a recolocar los trozos rotos de un
periódico juntando sus bordes y comprobando después si
las líneas impresas coinciden. Si lo hacen, no queda más
que concluir que los trozos debían juntarse realmente de
esta manera».
Evidencias paleoclimáticas
Dado que Wegener era meteorólogo de profesión, estaba
muy interesado en obtener datos paleoclimáticos (paleo
antiguo, climatic clima) en apoyo de la deriva continental. Sus esfuerzos se vieron recompensados cuando encontró pruebas de cambios climáticos globales aparentemente notables durante el pasado geológico. En concreto,
dedujo de depósitos glaciares antiguos que grandes masas
de hielo cubrían extensas áreas del hemisferio Sur, a finales del Paleozoico (hace unos 300 millones de años). En
el sur de África y en Sudamérica se encontraron capas de
sedimentos transportados por los glaciares de la misma
edad, así como en India y en Australia. Gran parte de las
39
Europa
Norteamérica
Montañas
Apalaches
África
▲ Figura 2.5 Unión de cordilleras montañosas a través del
Atlántico Norte. Los Apalaches se sitúan a lo largo del flanco oriental
de América del Norte y desaparecen de la costa de Terranova.
Montañas de edad y estructuras comparables se encuentran en las
islas Británicas y Escandinavia. Cuando esas masas de tierra se
colocan en sus posiciones previas a la separación, esas cadenas
montañosas antiguas forman un cinturón casi continuo. Esos
cinturones montañosos plegados se formaron hace
aproximadamente 300 millones de años conforme las masas de
tierra colisionaron durante la formación del supercontinente Pangea.
zonas que contienen pruebas de esta glaciación paleozoica tardía se encuentra en la actualidad en una franja de 30
grados en torno al Ecuador en un clima subtropical o tropical.
¿Pudo la Tierra haber atravesado un período de frío
suficiente como para generar extensos glaciares en zonas
que son tropicales en la actualidad? Wegener rechazó esta
explicación, porque durante el Paleozoico tardío existieron grandes pantanos tropicales en el hemisferio norte.
Estas ciénagas, con su lujuriosa vegetación, se convirtieron finalmente en los principales campos de carbón del
este de Estados Unidos, Europa y Siberia.
Los fósiles de estos niveles de carbón indican que los
helechos arbóreos que produjeron los depósitos de carbón
tenían grandes frondas, lo que indica un ambiente tropical. Además, a diferencia de los árboles de los climas más
fríos, estos árboles carecían de anillos de crecimiento, una
característica de las plantas tropicales que crecen en regiones con fluctuaciones mínimas de la temperatura.
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Wegener sugirió que el supercontinente Pangea
proporcionaba una explicación más plausible para la glaciación del final del Paleozoico. En esta configuración los
continentes meridionales están unidos y se sitúan cerca del
Polo Sur (Figura 2.6B). Esto explicaría las condiciones
necesarias para generar extensiones enormes de hielo glacial sobre gran parte del hemisferio meridional. Al mismo tiempo, esta geografía colocaría las masas septentrionales actuales más cerca del Ecuador y explicaría sus
enormes depósitos de carbón. Wegener estaba tan convencido de que su explicación era correcta que escribió:
«Esta prueba es tan convincente que, por comparación,
todos los demás criterios deben ocupar una posición secundaria».
¿Cómo se desarrolló un glaciar en el centro de la caliente y árida Australia? ¿Cómo migran los animales terrestres a través de extensiones enormes de mar abierto?
Ecuador
Por muy convincente que esta evidencia pudiera haber
sido, pasaron 50 años antes de que la mayoría de la comunidad científica aceptara el concepto de la deriva continental y las conclusiones lógicas que de él se derivan.
El gran debate
La propuesta de Wegener no fue muy discutida hasta
1924, cuando su libro fue traducido al inglés, francés, español y ruso. Desde ese momento hasta su muerte, en
1930, su hipótesis de la deriva tuvo muchas críticas hostiles. El respetado geólogo norteamericano R. T. Chamberlain afirmó: «La hipótesis de Wegener es en general
del tipo de las hipótesis poco fundadas, en las que se toman considerables libertades con nuestro planeta, y está
menos ligada por restricciones o atada por hechos desagradables e inconvenientes que la mayoría de sus teorías
rivales. Su atractivo parece radicar en el hecho de que se
desarrolla un juego en el cual hay pocas reglas restrictivas
y un código de conducta poco estipulado».
W. B. Scott, antiguo presidente de la Sociedad Filosófica Norteamericana, expresó la opinión que predominaba en Norteamérica sobre la deriva continental en
menos palabras al describir la hipótesis como «un completo disparate».
A.
Rechazo de la hipótesis de la deriva
continental
Norteamérica
Eurasia
Mar de
Tethys
Sudamérica
África
Polo Sur
India
Antártida
Australia
B.
▲ Figura 2.6 Pruebas paleoclimáticas de la deriva continental.
A. Casi al final del Paleozoico (hace unos 300 millones de años) los
casquetes de hielo cubrían áreas extensas del hemisferio sur y la
India. Las flechas indican la dirección del movimiento del hielo que
puede deducirse de las estrías glaciares de la roca subyacente.
B. Se muestran los continentes recolocados en su posición anterior,
con el polo Sur situado aproximadamente entre la Antártida y
África. Esta configuración explica las condiciones necesarias para
generar un extenso casquete glaciar y también explica las
direcciones del movimiento glaciar que se alejaban del polo Sur.
Una de las principales objeciones a la hipótesis de Wegener parece haber procedido de su incapacidad para identificar un mecanismo capaz de mover los continentes a través del planeta. Wegener sugirió dos mecanismos posibles
para la deriva continental. Uno de ellos era la fuerza gravitacional que la Luna y el Sol ejercen sobre la Tierra y que
provoca las mareas. Wegener argumentaba que las fuerzas
mareales afectarían principalmente la capa más externa de
la Tierra, que se deslizaría como fragmentos continentales separados sobre el interior. Sin embargo, el destacado
físico Harold Jeffreys contestó correctamente con el argumento de que las fuerzas mareales de la magnitud necesaria para desplazar los continentes habrían frenado la
rotación de la Tierra en cuestión de unos pocos años.
Wegener sugirió también, de manera incorrecta, que
los continentes más grandes y pesados se abrieron paso por
la corteza oceánica de manera muy parecida a como los
rompehielos atraviesan el hielo. Sin embargo, no existían
pruebas que sugirieran que el suelo oceánico era lo bastante
débil como para permitir el paso de los continentes sin deformarse él mismo de manera apreciable en el proceso.
En 1929, una fuerte oposición a la idea de Wegener
procedía de todas las áreas de la comunidad científica. A
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Deriva continental y paleomagnetismo
pesar de estas afrentas, Wegener escribió la cuarta y última edición de su libro, manteniendo su hipótesis básica y
añadiendo nuevas pruebas de apoyo.
En 1930, hizo su cuarto y último viaje a la zona glaciar de Groenlandia. Aunque el objetivo fundamental de
esta expedición era estudiar el duro clima invernal en esta
isla cubierta de hielo, Wegener continuó comprobando su
hipótesis de la deriva continental. Wegener creía que las
determinaciones repetidas de la longitud en el mismo punto exacto verificarían la deriva de Groenlandia hacia el
oeste con respecto a Europa. Aunque los primeros esfuerzos en los que se utilizaron métodos astronómicos parecían prometedores, los trabajadores daneses que tomaron las
medidas en 1927, 1936, 1938 y 1948 no encontraron pruebas de la deriva. Por tanto, la prueba fundamental de Wegener fracasó y su hipótesis perdió crédito. En la actualidad las técnicas modernas permiten a los científicos medir
el desplazamiento gradual de los continentes que Wegener había esperado detectar.
En noviembre de 1930, mientras volvía de Eismitte
(una estación experimental localizada en el centro de Groenlandia), Wegener murió junto con su compañero. Su intrigante idea, sin embargo, no murió con él.
La deriva continental y el método
científico
¿Qué fue mal? ¿Por qué no fue capaz Wegener de modificar el punto de vista científico establecido de su época?
En primer lugar, aunque el núcleo de su hipótesis era correcto, contenía muchos detalles incorrectos. Por ejemplo,
los continentes no se abren paso a través del suelo oceánico, y la energía de las mareas es demasiado débil para
impulsar el movimiento de los continentes. Además, para
que cualquier teoría científica exhaustiva gane aceptación
general, debe hacer frente al examen crítico desde todas
las áreas de la ciencia. Esa misma idea fue comentada muy
bien por el propio Wegener en respuesta a sus críticos
cuando dijo: «Los científicos todavía no parecen entender
suficientemente que todas las ciencias deben aportar pruebas para desvelar el estado de nuestro planeta en los períodos más primitivos, y la verdad de la cuestión sólo puede alcanzarse combinando todas estas pruebas». A pesar
de la gran contribución de Wegener a nuestro conocimiento de la Tierra, no todas las pruebas apoyaban la hipótesis de la deriva continental como él la había formulado. Por consiguiente, el propio Wegener respondió a la
misma pregunta que probablemente él debió formularse
muchas veces. «¿Por qué rechazan mi propuesta?»
Aunque muchos de los contemporáneos de Wegener se oponían a sus puntos de vista, incluso hasta considerarlo claramente ridículo, unos pocos consideraron
plausibles sus ideas. Entre los más notables de este último
41
grupo se encontraba el eminente geólogo sudafricano Alexander du Toit y el bien conocido geólogo escocés Arthur
Holmes. En 1937, du Toit publicó Our Wandering Continents, donde eliminó algunos de los puntos más débiles de
la teoría de Wegener y añadió una gran cantidad de nuevas pruebas en apoyo de su revolucionaria idea. En 1928
Arthur Holmes propuso el primer mecanismo impulsor
plausible para la deriva continental. En el libro de Holmes
Geología física, elaboraba esta idea sugiriendo que las corrientes de convección que actúan dentro del manto eran
responsables de la propulsión de los continentes a través
del planeta.
Para estos pocos geólogos que continuaron la búsqueda, el apasionante concepto del movimiento de los
continentes atraía su interés. Otros consideraban la deriva continental como una solución a observaciones previamente inexplicables. Sin embargo, la mayor parte de la comunidad científica, en especial en Norteamérica, rechazó
abiertamente la deriva continental o al menos la trató con
un escepticismo considerable.
Deriva continental
y paleomagnetismo
En las dos décadas siguientes al fallecimiento de Wegener
en 1930, se arrojó muy poca luz nueva sobre la hipótesis
de la deriva continental. Sin embargo, a mediados de la
década de los años cincuenta, empezaron a surgir dos nuevas líneas de evidencia, que cuestionaban seriamente la
comprensión científica básica del funcionamiento de la
Tierra. Una línea procedía de las exploraciones del suelo
oceánico y se tratará más adelante. La otra línea de pruebas procedía de un campo relativamente nuevo: el paleomagnetismo.
El campo magnético de la Tierra
y el paleomagnetismo
Cualquiera que haya utilizado una brújula para orientarse sabe que el campo magnético de la Tierra tiene un polo
norte y un polo sur magnéticos. En la actualidad estos polos magnéticos se alinean estrecha, pero no exactamente,
con los polos geográficos. (Los polos geográficos, o polo
norte y polo sur verdaderos, son los puntos en los que el
eje de rotación terrestre hace intersección con la superficie.) El campo magnético de la Tierra es similar al generado por una barra imantada. Líneas de fuerza invisibles
atraviesan el planeta y se extienden de un polo magnético
al otro como se muestra en la Figura 2.7. La aguja de una
brújula, un pequeño imán con libertad para rotar sobre un
eje, se alinea con esas líneas de fuerza y apunta hacia los
polos magnéticos.
2_Capítulo 2
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Recuadro 2.2
Entender la Tierra
Alfred Wegener (1880-1930): explorador polar y visionario
Alfred Wegener, explorador polar y visionario, nació en Berlín en 1880. Completó sus estudios universitarios en Heidelberg e Innsbruck. Aunque obtuvo su
doctorado en Astronomía (1905), también desarrolló un gran interés por la Meteorología. En 1906, él y su hermano
Kurt establecieron un récord de duración
de vuelo en globo al permanecer en el
aire durante 52 horas, batiendo el récord
anterior, de 17 horas. Ese mismo año, se
incorporó a una expedición danesa al noreste de Groenlandia, donde es posible
que se planteara por primera vez la posibilidad de la deriva continental. Ese viaje
marcó el inicio de una vida dedicada a la
exploración de esta isla cubierta por hielo donde moriría unos 25 años después.
Tras su primera expedición a Groenlandia, Wegener regresó a Alemania en
1908 y obtuvo un puesto académico como
profesor de Meteorología y Astronomía.
Durante esta época, firmó un artículo sobre la deriva continental y escribió un libro sobre Meteorología. Wegener volvió
a Groenlandia entre 1912 y 1913 con su
colega J. P. Koch para una expedición que
distinguió a Wegener como la primera
persona que hizo una travesía científica,
de 1.200 kilómetros, del núcleo glaciar de
la isla.
Poco después de su regreso de Groenlandia, Wegener se casó con Else Köppen, hija de Wladimir Köppen, un eminente climatólogo que desarrolló una
clasificación de los climas del mundo que
todavía hoy se utiliza. Poco después de su
boda, Wegener combatió en la I Guerra
Mundial, durante la que fue herido dos
veces, pero permaneció en el ejército hasta el fin de la guerra. Durante su período
de convalecencia, Wegener escribió su
controvertido libro sobre la deriva continental titulado The Origin of Continents
and Oceans. Wegener firmó las ediciones
revisadas de 1920, 1922 y 1929.
Además de su pasión por encontrar
pruebas que respaldaran la deriva continental, Wegener también escribió numerosos artículos científicos sobre Meteorología y Geofísica. En 1924 colaboró
con su suegro, Köppen, en un libro sobre
los cambios climáticos antiguos (paleoclimas).
En la primavera de 1930, Wegener
partió a su cuarta y última expedición a su
querida Groenlandia. Uno de los objetivos del viaje era establecer una base glaciar
(estación Eismitte) situada a 400 kilómetros de la costa occidental de Groenlandia,
a una elevación de casi 3.000 metros.
Dado que el inusual mal tiempo entorpeció los intentos de establecer este puesto,
sólo llegó al campo una parte de los suministros necesarios para los dos científicos
allí emplazados.
Como jefe de la expedición, Wegener
dirigió un grupo de auxilio formado por
el meteorólogo Fritz Lowe y trece groenlandeses para reabastecer la estación
Eismitte. La abundante nieve y unas temperaturas inferiores a los 50 °C hicieron
que todos los groenlandeses salvo uno regresaran al campo base. Wegener, Lowe
y Rasmus Villumsen continuaron caminando.
Cuarenta días después, el 30 de octubre de 1930, Wegener y sus dos compañeros llegaron a la estación Eismitte. Incapaces de establecer comunicación con
el campo base, los investigadores a quienes se creía desesperadamente necesitados de suministros, habían conseguido
excavar una cueva en el hielo a modo de
A diferencia de la fuerza de gravedad, no podemos
percibir el campo magnético de la Tierra; su existencia
se revela porque desvía la aguja de una brújula. De una
manera parecida, ciertas rocas contienen minerales que
sirven como «brújulas fósiles». Estos minerales ricos
en hierro, como la magnetita, son abundantes en las coladas de lava de composición basáltica. Cuando se calientan por encima de una temperatura conocida como
refugio e intentado alargar sus suministros durante todo el invierno. La heroica
carrera para transportar suministros había
sido innecesaria.
Lowe decidió pasar el invierno en Eismitte debido a su agotamiento y que tenía los miembros congelados. Sin embargo, se dijo que Wegener «parecía tan
fresco, feliz y en forma como si se hubiera ido a dar un paseo». Dos días después,
el 1 de noviembre de 1930, celebraron el
50° cumpleaños de Wegener y él y su
compañero groenlandés, Rasmus Villumsen, empezaron su camino cuesta abajo,
de regreso a la costa. Nunca llegaron.
Debido a la imposibilidad de mantener contacto entre las estaciones durante
los meses de invierno, se creyó que ambos
habían pasado el invierno en Eismitte. Si
bien se desconocen la fecha y la causa
exactas de la muerte de Wegener, un
equipo de búsqueda encontró su cuerpo
debajo de la nieve, aproximadamente a
medio camino entre Eismitte y la costa.
Como se sabía que Wegener estaba en
buena forma física y en su cuerpo no había señales de traumatismos, inanición o
exposición a la intemperie, se cree que
pudo sufrir un ataque cardíaco mortal. Se
supone que Villumsen, el compañero
groenlandés de Wegener, murió también
durante el viaje, aunque nunca se encontraron sus restos.
El equipo de búsqueda enterró a Wegener en la posición en la que le habían
encontrado y, con mucho respeto, construyeron un monumento de nieve. Después, en el mismo lugar se erigió una cruz
de hierro de 6 metros. Desde hace tiempo todo ello ha desaparecido bajo la nieve y se ha acabado convirtiendo en una
parte de este casquete glacial.
el punto de Curie, estos minerales magnéticos pierden
su magnetismo. Sin embargo, cuando esos granos ricos
en hierro se enfrían por debajo de su punto de Curie
(aproximadamente 585 °C para la magnetita), se magnetizan de manera gradual según una dirección paralela a las líneas de fuerza magnéticas existentes en ese
momento. Una vez que los minerales se solidifican, el
magnetismo que poseen permanecerá «congelado» en
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43
Deriva continental y paleomagnetismo
Norte
geográfico
Norte
magnético
Líneas de fuerza
magnética
Aguja de
inclinación
Ecuador
Ecuad
or mag
nético
▲ Figura 2.7 El campo magnético de la Tierra consiste en líneas
de fuerza muy parecidas a las que produciría una barra imantada
gigante si se colocara en el centro de la Tierra.
▲ Figura 2.8 El campo magnético de la Tierra hace que una
aguja de inclinación (brújula orientada en un plano vertical) se
alinie con las líneas de fuerza magnética. El ángulo de inclinación
disminuye de manera uniforme desde 90 grados en los polos
magnéticos hasta 0 grados en el ecuador magnético. Por
consiguiente, puede determinarse la distancia a los polos
magnéticos desde el ángulo de inclinación.
90
80
Inclinación magnética
esa posición. A este respecto, se comportan de manera
muy parecida a como lo hace la aguja de una brújula:
«apuntan» hacia la posición de los polos magnéticos
existentes cuando se enfriaron. Luego, si la roca se
mueve, o si cambia la posición del polo magnético, el
magnetismo de la roca conservará, en la mayoría de los
casos, su alineamiento original. Las rocas que se formaron hace miles o millones de años y que contienen
un «registro» de la dirección de los polos magnéticos en
el momento de su formación se dice que poseen magnetismo remanente o paleomagnetismo.
Otro aspecto importante del magnetismo de las rocas es que los minerales magnetizados no sólo señalan la
dirección hacia los polos (como una brújula), sino que
también proporcionan un medio para determinar la latitud de su origen. Para comprender cómo puede establecerse la latitud a partir del paleomagnetismo, imaginemos
una aguja de brújula montada en un plano vertical, en vez
de en posición horizontal como en las brújulas ordinarias.
Como se muestra en la Figura 2.8, cuando esta brújula
modificada (aguja de inclinación) se sitúa sobre el polo magnético norte, se alinea con las líneas de fuerza magnéticas
y apunta hacia abajo. Sin embargo, a medida que esta aguja de inclinación se aproxima al Ecuador, el ángulo de inclinación se reduce hasta que la aguja queda horizontal al
alinearse paralela con las líneas de fuerza horizontales en
el Ecuador. Por tanto, a partir del ángulo de inclinación
de esta aguja, puede determinarse la latitud.
De una manera similar, la inclinación del paleomagnetismo en las rocas indica la latitud de la roca cuando se magnetizó. En la Figura 2.9 se muestra la relación
70
60
50
40
30
20
10
0
0
10
Ecuador
20
30
40
50
60
70
80
90
Polo
Latitud
▲ Figura 2.9 Inclinación magnética y latitud correspondiente.
entre la inclinación magnética determinada para una
muestra de roca y la latitud en la que se formó. Conociendo la latitud en la que se magnetizó una muestra de
roca, puede determinarse también su distancia con respecto a los polos magnéticos. Por ejemplo, las lavas que
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
se forman en Hawaii en la actualidad (unos 20° N de latitud) se encuentran a alrededor de 70 grados del polo
magnético norte. (En el supuesto de que la posición media del polo norte magnético es la misma que la del polo
norte geográfico, que es de 90° N de latitud.) Por tanto,
las rocas del pasado distante con una magnetización que
indica que se formaron en una latitud de 40° N se habrían encontrado a 50° del polo norte magnético en el momento de su formación. Si estas mismas rocas se encontraran hoy en el ecuador, podríamos medir su magnetismo
y determinar que se movieron 40 grados hacia el sur desde su formación.
En resumen, el magnetismo de las rocas proporciona un registro de la dirección y la distancia a los polos
magnéticos en el momento en el que se magnetizó una
unidad rocosa.
Migración polar
aparente
para Eurasia
400 m. a.
Migración polar
aparente para
Norteamérica
500 m. a.
400 m. a.
300 m. a.
500 m. a.
300 m. a.
200 m. a.
Norteamérica 100 m. a.
200 m. a.
100 m. a.
Eurasia
A.
África
Deriva polar aparente
Un estudio del magnetismo de las rocas llevado a cabo en
Europa por S. K. Runcorn y su equipo durante los años
cincuenta llevó a un descubrimiento inesperado. Se observó que el alineamiento magnético en los minerales ricos en hierro de las coladas de lava de diferentes épocas
variaba mucho. Una representación de la posición aparente del polo norte magnético con respecto a Europa reveló que, durante los últimos 500 millones de años, la posición del polo había migrado de manera gradual desde
una posición próxima a Hawaii hacia el norte a través de
Siberia oriental y, por fin, a su localización actual (Figura
2.10A). Ésta era una prueba sólida a favor de que o bien
los polos magnéticos se habían desplazado a lo largo del
tiempo, una idea conocida como deriva polar, o bien que
las coladas de lava se movían: en otras palabras, Europa se
había desplazado con respecto a los polos.
Aunque se sabe que los polos magnéticos se mueven
en una trayectoria errática en torno a los polos geográficos, los estudios de paleomagnetismo de numerosos puntos demuestran que las posiciones de los polos magnéticos, cuya media se ha calculado durante miles de años, se
corresponden estrechamente con las posiciones de los polos geográficos. Por consiguiente, una explicación más
aceptable para las trayectorias de la aparente migración de
los polos era la proporcionada por la hipótesis de Wegener. Si los polos magnéticos se mantienen estacionarios,
su movimiento aparente es producido por la deriva de los
continentes.
Esta última idea fue apoyada aún más al comparar la
latitud de Europa, determinada a partir del magnetismo
fósil, con pruebas obtenidas de los estudios paleoclimáticos. Hay que recordar que durante el período Pensilvaniense (hace unos 300 millones de años) los pantanos del
carbonífero cubrían gran parte de Europa. Durante este
Migración polar
aparente para
Norteamérica
Migración polar
aparente
para Eurasia
Eurasia
Norteamérica
B.
África
▲ Figura 2.10 Recorridos simplificados de migración aparente de
los polos según se ha deducido de los datos paleomagnéticos de
Norteamérica y Eurasia. A. El recorrido más occidental, determinado
a partir de los datos procedentes de Norteamérica, se produjo por el
movimiento hacia el oeste de Norteamérica siguiendo una trayectoria
de unos 24 grados con respecto a Eurasia. B. Las dos trayectorias
cuando se reúnen las masas de tierra.
mismo período, las pruebas paleomagnéticas sitúan a Europa cerca del Ecuador, un hecho compatible con el ambiente tropical indicado por esos depósitos de carbón.
Unos pocos años después se obtuvo otra prueba a
favor de la deriva continental cuando se representó una
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Comienzo de una revolución científica
trayectoria de las migraciones polares para Norteamérica (Figura 2.10A). Resultó que las trayectorias para Norteamérica y Europa tenían formas similares pero estaban
separadas por unos 30° de longitud. ¿Es posible que,
cuando se cristalizaron esas rocas, hubiera dos polos norte magnéticos que migraron paralelos uno con respecto
al otro? Los investigadores no han encontrado pruebas
que respalden esta posibilidad. Sin embargo, las diferencias en esas trayectorias de deriva pueden reconciliarse si
se colocan los dos continentes que en la actualidad están
separados uno al lado del otro, como ahora creemos que
se encontraron antes de que se abriera el océano Atlántico. Véase en la Figura 2.10B que estas trayectorias de
deriva aparente casi coincidieron hace entre 400 y 160
millones de años, lo cual es una prueba de que Norteamérica y Europa estaban unidas durante este período y
se movían, en relación con los polos, como parte del mismo continente.
Para los investigadores que conocían los datos paleomagnéticos y se fiaban de ellos, esto constituía una prueba de peso de que la deriva continental había ocurrido. Sin
embargo, las técnicas utilizadas en la extracción de datos
paleomagnéticos eran relativamente nuevas y no aceptadas universalmente. Además, la mayoría de geólogos no
estaban familiarizados con los estudios en los que se utilizaba el paleomagnetismo y eran algo suspicaces con respecto a los resultados. Pese a esos problemas, las pruebas
paleomagnéticas restituyeron la deriva continental como
un tema respetable de la investigación científica. ¡Había
empezado una nueva era!
Comienzo de una revolución
científica
Después de la II Guerra Mundial, oceanógrafos equipados con nuevas herramientas marinas y una gran financiación de la Oficina Norteamericana de Investigación
Naval se embarcaron en un período de exploración oceanográfica sin precedentes. Durante las dos décadas siguientes, empezó a surgir, de una manera lenta y laboriosa, una imagen mucho mejor de grandes extensiones del
fondo oceánico. De estos estudios llegaría el descubrimiento del sistema global de dorsales oceánicas que serpentea por todos los principales océanos de una manera
similar a las costuras de una pelota de béisbol. Uno de los
segmentos de esta estructura interconectada se extiende
por el centro del océano Atlántico y por ese motivo se la
denomina Dorsal Centroatlántica. También fue importante el descubrimiento de un valle de rift central que se extiende a todo lo largo de la dorsal Centroatlántica. Esta estructura es una prueba de que las fuerzas tensionales
apartan activamente la corteza oceánica en la cresta de la
45
dorsal. Además, se observó que el sistema de dorsales
oceánicas estaba caracterizado por un intenso volcanismo
y un elevado flujo térmico.
En otras partes del océano se estaban haciendo
también nuevos descubrimientos. Los estudios sobre terremotos llevados a cabo en el Pacífico occidental demostraron que se producía actividad tectónica a grandes
profundidades por debajo de las fosas submarinas. Se descubrieron montañas submarinas de cima plana, llamadas
guyots, a cientos de metros por debajo del nivel del mar.
Se creía que estas estructuras habían sido previamente islas volcánicas cuyas cimas habían sido erosionadas antes
de sumergirse por debajo del nivel del mar. De igual importancia fue el hecho de que los dragados del fondo
oceánico no descubrieron corteza oceánica con una edad
superior a los 180 millones de años. Además, las acumulaciones de sedimentos en las cuencas oceánicas profundas eran delgadas y no de miles de metros como se había
predicho.
Muchos de estos descubrimientos eran inesperados
y difíciles de encajar en el modelo existente de procesos
tectónicos de la Tierra. Recordemos que los geólogos creían que el enfriamiento y la contracción del interior de la
Tierra provocaban las fuerzas compresivas que deformaban la corteza mediante pliegues y fracturas. Las pruebas
procedentes de la dorsal centroatlántica demostraron que
allí al menos la corteza se estaba separando realmente.
Además, la delgada capa de sedimentos que cubre el suelo oceánico requiere que la velocidad de sedimentación en
el pasado geológico fuera muy inferior a la actual o que el
suelo oceánico fuera en realidad mucho más joven de lo
que antes se creía.
La hipótesis de la expansión del fondo
oceánico
A principios de los años sesenta, Harry Hess, de la Universidad de Princeton, incorporó estos hechos recién descubiertos a una hipótesis que más tarde se denominaría
expansión del fondo oceánico. En el artículo, ahora clásico, de Hess, proponía que las dorsales oceánicas estaban
localizadas sobre zonas de ascenso convectivo en el manto (Figura 2.11). A medida que el material que asciende
desde el manto se expande lateralmente, el suelo oceánico es transportado de una manera parecida a como se
mueve una cinta transportadora alejándose de la cresta de
la dorsal. En estos puntos, las fuerzas tensionales fracturan la corteza y proporcionan vías de intrusión magmática para generar nuevos fragmentos de corteza oceánica.
Por tanto, a medida que el suelo oceánico se aleja de la
cresta de la dorsal, es sustituido por nueva corteza. Hess
propuso, además, que la rama descendente de una corriente de convección en el manto tiene lugar en los alre-
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Océano
Atlántico
Sudamérica
Fosa de
Perú-Chile
Borde
convergente
Borde
divergente
Astenosfera
Dors al C
a
en
tro lántic
at
Fallas transformantes
África
Litosfera
oceánica
Ascenso
Océano
Pacífico
Manto inferior
Núcleo externo
Núcleo interno
▲ Figura 2.11 Expansión del fondo oceánico. Harry Hess propuso que la ascensión del material del manto a lo largo del sistema de dorsales
centrooceánicas creaba nuevos fondos oceánicos. El movimiento de convección del material del manto transporta el fondo oceánico de una
manera parecida a como se mueve una cinta transportadora hasta las fosas submarinas, donde el fondo oceánico desciende al manto.
dedores de las fosas submarinas∗. Hess sugirió que éstas
son sitios donde la corteza oceánica es empujada de nuevo hacia el interior de la Tierra. Como consecuencia, las
porciones antiguas del suelo oceánico se van consumiendo de manera gradual a medida que descienden hacia el
manto. Como resumió un investigador, «¡no sorprende
que el suelo oceánico sea joven, está siendo renovado
constantemente!».
Una de las ideas centrales de Hess era que «la corriente convectiva del manto provocaba el movimiento
de la capa externa de toda la Tierra». Así, a diferencia de
la hipótesis de Wegener de que los continentes se abrían
paso por el suelo oceánico, Hess propuso que la parte horizontal de la corriente convectiva del manto transportaba de una manera pasiva los continentes. Además, en la
propuesta de Hess se explicaba la juventud del fondo oceánico y la delgadez de los sedimentos. Pese a su atracción
lógica, la expansión del fondo oceánico continuó siendo
un tema muy controvertido durante algunos años.
Hess presentó su artículo como un «ensayo en geopoesía», lo que podría reflejar la naturaleza especulativa
∗
Aunque Hess propuso que la convección en la Tierra consiste en corrientes ascendentes procedentes del manto profundo de debajo de las
dorsales oceánicas, ahora es evidente que estas corrientes ascendentes
son estructuras someras no relacionadas con la convección profunda del
manto. Trataremos este tema en el Capítulo 13.
de su idea. O, como otros han sugerido, quizás quería
desviar la crítica de quienes seguían siendo hostiles a la deriva continental. En cualquier caso, su hipótesis proporcionó ideas específicas demostrables, lo que constituye la
marca distintiva de la buena ciencia.
Con el establecimiento de la hipótesis de la expansión del fondo oceánico, Harry Hess había iniciado otra
fase de esta revolución científica. Las pruebas concluyentes que apoyaron esta idea procedieron, unos pocos años
después del trabajo del joven estudiante de la Universidad
de Cambridge, Fred Vine, y su supervisor, D. H. Matthews. La importancia de la hipótesis de Vine y Matthews
radicaba en que conectó dos ideas que antes se pensaba
que no estaban relacionadas: la hipótesis de la expansión
del fondo oceánico y las inversiones magnéticas recién
descubiertas (véase Recuadro 2.3).
Inversiones magnéticas: pruebas
de la expansión del fondo oceánico
Aproximadamente en la misma época en que Hess formuló el concepto de la expansión del fondo oceánico, los
geofísicos empezaban a aceptar el hecho de que, durante
períodos de centenares de millares de años, el campo magnético de la Tierra cambia periódicamente de polaridad.
Durante una inversión geomagnética, el polo norte magnético se convierte en el polo sur magnético, y viceversa.
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Comienzo de una revolución científica
▲
Recuadro 2.3
47
Entender la Tierra
La prioridad en la ciencia
Suele darse la prioridad, o crédito, de una
idea o descubrimiento científicos al investigador, o grupo de investigadores, que
publica primero sus descubrimientos en
una publicación científica. Sin embargo,
no es infrecuente que dos o incluso más
investigadores alcancen conclusiones parecidas casi a la vez. Dos ejemplos bien
conocidos son los descubrimientos independientes de la evolución orgánica de
Charles Darwin y Alfred Wallace, y el desarrollo del cálculo de Isaac Newton y
Gottfried W. Leibniz. Del mismo modo,
algunas de las ideas principales que condujeron a la revolución de la tectónica en
las ciencias de la Tierra también fueron
descubiertas independientemente por más
de un grupo de investigadores.
Aunque la hipótesis de la deriva continental se asocia, correctamente, con el
nombre de Alfred Wegener, no fue el primero que sugirió la movilidad continental. De hecho, Francis Bacon, en 1620,
apuntaba las similitudes de los contornos
de África y Sudamérica; sin embargo, no
desarrolló más esta idea. Casi tres siglos
más tarde, en 1910, dos años antes de que
Wegener presentara sus ideas de una manera formal, el geólogo estadounidense
F. B. Taylor publicó el primer artículo que
esbozaba lo que ahora llamamos deriva
continental. Entonces, ¿por qué se atribuye esta idea a Wegener?
Porque los artículos firmados por Taylor tuvieron un impacto relativamente pequeño entre la comunidad científica; Wegener no conocía el trabajo de Taylor. Por
consiguiente, se cree que Wegener llegó
a la misma conclusión simultáneamente y
de una manera independiente. No obstante, es todavía más importante el hecho de que Wegener hizo grandes esfuerzos durante su vida profesional para
proporcionar una gran cantidad de pruebas que respaldaran su hipótesis. Por el
contrario, parece que Taylor se contentó
con afirmar: «Existen muchos enlaces de
unión que muestran que África y Sudamérica estuvieron unidas alguna vez».
Además, mientras Taylor veía la deriva
continental como una idea algo especulativa, Wegener estaba seguro de que los
continentes habían ido a la deriva. De
acuerdo con H. W. Menard en su libro
The Ocean of Truth, a Taylor le incomodaba que sus ideas se asociaran con la hipótesis de Wegener. Menard cita a Taylor,
que escribió: «Wegener era un joven profesor de meteorología. Algunas de sus
ideas son muy distintas de las mías y fue
demasiado lejos con su especulación».
Otra controversia relacionada con la
prioridad apareció con el desarrollo de
la hipótesis de la expansión del fondo
oceánico. En 1960, Harry Hess, de la
Universidad de Princeton, escribió un artículo que resumía sus ideas sobre la expansión del fondo oceánico. En vez de
darse prisa para publicarlo, envió copias
del manuscrito a numerosos colegas, una
práctica habitual entre los investigadores.
Mientras tanto, y aparentemente de una
manera independiente, Robert Dietz, de
la Institución de Oceanografía Scripps,
publicó un artículo similar en la respetada revista Nature (1961), titulado «Evolución de los continentes y las cuencas
oceánicas por expansión del fondo oceánico». Cuando Dietz conoció el artículo
anterior no publicado de Hess, reconoció
que la prioridad para la idea de la expansión del fondo oceánico era de Hess. Es
interesante destacar que las ideas básicas
del artículo de Hess aparecían, de hecho,
en un libro de texto que Arthur Holmes
escribió en 1944. Por tanto, la prioridad
para la expansión del fondo oceánico debería pertenecer a Holmes. Sin embargo,
tanto Dietz como Hess presentaron nuevas ideas que influyeron en el desarrollo
La lava que se solidifica durante uno de los períodos de
polaridad inversa se magnetizará con la polaridad opuesta
a la de las rocas que se están formando en la actualidad.
Cuando las rocas muestran el mismo magnetismo que el
campo magnético terrestre actual, se dice que tienen po-
de la teoría de la tectónica de placas. Así,
los historiadores asocian los nombres de
Hess y Dietz con el descubrimiento de la
expansión del fondo oceánico con menciones ocasionales a las contribuciones de
Holmes.
Quizás el aspecto más controvertido
de la prioridad científica se produjo en
1963, cuando Fred Vine y D. H. Matthews publicaron su artículo que relacionaba la hipótesis de la expansión del fondo
oceánico con los datos recién descubiertos
sobre las inversiones magnéticas. No obstante, nueve meses antes, un artículo similar del geofísico canadiense L. W. Morley no fue aceptado para publicación. Un
revisor del artículo de Morley comentó:
«Una especulación como ésta es un tema
de conversación interesante en una fiesta,
pero no es el tipo de tema que debería publicarse bajo la protección científica seria». Al final, el artículo de Morley se publicó en 1964, pero ya se había establecido
la prioridad y la idea se conoció como la
hipótesis de Vine y Matthews. En 1971,
N. D. Watkins escribió, acerca del artículo de Morley: «El manuscrito tenía desde
luego un interés histórico sustancial, situándose como el artículo probablemente más significativo entre los artículos de
Geología a los que se ha negado la publicación».
Con el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas se iniciaron muchas otras
carreras por la prioridad entre investigadores de varias instituciones competidoras. Algunas de las nuevas ideas que surgieron de este cuerpo de trabajo se
presentarán en este capítulo y en los siguientes. Dado que la frecuencia de descubrimientos independientes y casi simultáneos complican la prioridad de las
ideas científicas, es prudente que los investigadores publiquen sus ideas lo antes
posible.
laridad normal, mientras que las rocas que muestran el
magnetismo opuesto se dice que tienen polaridad invertida.
Se obtuvieron pruebas de las inversiones magnéticas cuando los investigadores midieron el magnetismo de
48
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
las lavas y los sedimentos de diversas edades en todo el
mundo. Encontraron que las rocas magnetizadas, normal
e inversamente, de una edad determinada en un punto se
correspondían con el magnetismo de las rocas de la misma edad halladas en otros puntos. Ésa fue la prueba convincente de que, de hecho, el campo magnético de la Tierra se había invertido.
Una vez confirmado el concepto de las inversiones
magnéticas, los investigadores empezaron a establecer una
escala temporal para las inversiones magnéticas. La tarea
consistía en medir la polaridad magnética de numerosas
coladas de lava y utilizar técnicas de datación radiométrica para establecer sus edades (Figura 2.12). En la Figura
2.13 se muestra la escala de tiempo magnético establecida para los últimos millones de años. Las divisiones principales de la escala de tiempo magnético se denominan
crones y duran aproximadamente un millón de años. A medida que se dispuso de más mediciones, los investigadores se dieron cuenta de que se producen varias inversiones de corta duración (menos de 200.000 años) durante
cada cron.
Mientras, los oceanógrafos habían empezado a realizar estudios magnéticos del fondo oceánico junto con sus
esfuerzos por cartografiar con detalle la topografía del
fondo. Se consiguió realizar esos estudios magnéticos utilizando instrumentos muy sensibles denominados magnetómetros. El objetivo de estos estudios geofísicos era
cartografiar las variaciones de la intensidad del campo
magnético de la Tierra provocadas por diferencias de las
Campo
magnético
normal
Hace 0,4 m. a.
(normal)
Hace 0,8 m. a.
(invertida)
Hace 1,2 m. a.
(normal)
Edad
Escala de tiempo magnético Millones
de años
0
Brunhes normal
Acontecimiento
normal Jaramillo
1
Polaridad de las
lavas datadas
Normal
Inversa
•
•••
•
•
•
••
••
Matuyama
inversa
Acontecimiento
normal Olduvai
2
Gauss normal
3
••
•
•
•••
••
•
••
Acontecimiento
inverso Mammoth
Gilbert inversa
4
•
••
•
•
•
•
•
•
•
•
••
•
•
•
•••
•
••
••
•
••
•••
••
•
•
▲ Figura 2.13 Escala temporal del campo magnético de la Tierra
en el pasado reciente. Esta escala temporal se desarrolló
estableciendo la polaridad magnética para coladas de lava de edad
conocida. (Datos de Allen Cox y G. B. Dalrymple.)
▲
2_Capítulo 2
Figura 2.12 Ilustración esquemática
del paleomagnetismo conservado en
coladas de lava de varias edades. Datos
como éstos, procedentes de varios puntos,
se utilizaron para establecer una escala
temporal de inversiones de polaridad
como la mostrada en la Figura 2.13.
2_Capítulo 2
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Página 49
Comienzo de una revolución científica
propiedades magnéticas de las rocas subyacentes de la
corteza.
El primer estudio exhaustivo de este tipo fue llevado a cabo en la costa Pacífica de Norteamérica y se obtuvo un resultado inesperado. Los investigadores descubrieron bandas alternas de magnetismo de alta y baja
intensidad, como se muestra en la Figura 2.14.
Este modelo relativamente simple de variación
magnética desafió cualquier explicación hasta 1963, cuando Fred Vine y D. H. Matthews demostraron que las bandas de alta y baja intensidad respaldaban el concepto de
Hess de expansión del suelo oceánico. Vine y Matthews
sugirieron que las franjas de magnetismo de alta intensidad son regiones donde el paleomagnetismo de la corteza
oceánica tiene polaridad normal (Figura 2.15). Por consiguiente, esas rocas potencian (refuerzan) el campo magnético de la Tierra. A la inversa, las franjas de baja intensidad son regiones donde la corteza oceánica está polarizada
en la dirección inversa y, por consiguiente, debilita el campo magnético existente. Pero, ¿cómo se forman las franjas paralelas de roca con magnetización normal e invertida por todo el suelo oceánico?
Vine y Matthews razonaron que, conforme el magma se solidifica a lo largo de los estrechos rifts de la cres-
49
Alta intensidad
Baja intensidad
A. Registro del magnetómetro
que muestra el campo
magnético simétrico a
través de una dorsal
Eje de
la dorsal
B. Buque de investigación que pasa el magnetómetro sobre
la cresta de una dorsal
▲ Figura 2.15 El fondo oceánico como una cinta registradora
magnética. A. Representación esquemática de las intensidades
magnéticas registradas cuando se hace atravesar un
magnetómetro sobre un segmento de la dorsal Centroatlántica.
B. Nótense las bandas simétricas de magnetismo de alta y baja
intensidad que corren paralelas a la cresta de la dorsal. Vine y
Matthews sugirieron que las bandas de alta intensidad se
producen donde los basaltos oceánicos con magnetismo
normal potencian el campo magnético actual. A la inversa, las
bandas de baja intensidad son regiones donde la corteza está
polarizada en la dirección inversa, lo que debilita el campo
magnético.
CA
NA
DÁ
50°
Polaridad
normal
Polaridad
invertida
45°
ESTADOS UNIDOS
Eje de
la dorsal de
Juan de Fuca
OCÉANO
PACÍFICO
135°
130°
125°
▲ Figura 2.14 Modelo de franjas alternas de magnetismo de alta y
baja intensidad descubierto en la costa del Pacífico de Norteamérica.
ta de las dorsales oceánicas, se magnetiza con la polaridad
del campo magnético existente (Figura 2.16). A causa de
la expansión del fondo oceánico, la anchura de esta franja de corteza magnetizada aumentaría de una manera gradual. Cuando se produce una inversión de la polaridad del
campo magnético de la Tierra, el fondo oceánico recién
formado (con polaridad inversa) se formará en el medio de
la antigua franja. Gradualmente las dos partes de la antigua franja son transportadas en direcciones opuestas lejos
de la cresta de la dorsal. Las inversiones posteriores construirían un modelo de franjas normales e inversas como se
muestra en la Figura 2.16. Dado que se van añadiendo
nuevas rocas en cantidades iguales en los dos lados del suelo oceánico en expansión, cabe esperar que el modelo de
franjas (tamaño y polaridad) existente en un lado de la dor-
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50
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Magma
Normal
A. Período de magnetismo normal
Magma
Invertido
B. Período de magnetismo invertido
Magma
C. Período de magnetismo normal
Normal
▲ Figura 2.16 A medida que se añade nuevo basalto al fondo oceánico en las dorsales centrooceánicas, se magnetiza de acuerdo con el
campo magnético existente en ese momento en la Tierra. Por consiguiente, se comporta de forma parecida a una grabadora a medida que
registra cada inversión del campo magnético de nuestro planeta.
sal oceánica sea una imagen especular del otro lado. Unos
pocos años después, un estudio a través de la dorsal centroatlántica justo al sur de Islandia reveló un modelo de
franjas magnéticas que mostraban un grado considerable
de simetría con respecto al eje de la dorsal.
La última pieza de un rompecabezas
La década de 1960 se ha caracterizado como un período
de caos en cuanto al debate sobre la tectónica. Algunos geólogos creían en la expansión del fondo oceánico y la deriva continental, mientras que otros sostenían que una
Tierra en expansión podría explicar mejor el desplazamiento que se producía en las crestas de las dorsales oceánicas. De acuerdo con este último punto de vista, las masas continentales habrían cubierto toda la superficie de la
Tierra alguna vez, como se muestra en la Figura 2.17. A
medida que se expandía la Tierra, los continentes se separaron en sus configuraciones actuales, mientras que el
fondo oceánico nuevo «rellenaba» el espacio entre ellos a
medida que se apartaban (Figura 2.17).
Contra este planteamiento intervino J. Tuzo Wilson, físico canadiense, convertido en geólogo. En un ar-
tículo publicado en 1965, Wilson proporcionó la pieza
que faltaba para formular la teoría de la tectónica de placas. Wilson sugirió que grandes fallas conectaban los cinturones móviles globales en una red continua que dividía
la capa externa de la Tierra en varias «placas rígidas».
Además, describió los tres tipos de bordes de placa y cómo
los bloques sólidos de la capa externa de la Tierra se mo-
▲ Figura 2.17 Una hipótesis alternativa a la deriva continental
era la de una Tierra en expansión. Según esta perspectiva, la Tierra
medía sólo la mitad de su diámetro actual y estaba cubierta por
una capa de continentes. A medida que la Tierra se fue
expandiendo, los continentes se separaron en sus configuraciones
actuales, mientras que el fondo oceánico nuevo «rellenaba» el
espacio entre ellos a medida que e apartaban.
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Tectónica de placas: el nuevo paradigma
vían unos con respecto a los otros. En las dorsales oceánicas, las placas se separaban, mientras que a lo largo de
las fosas submarinas, las placas convergían. Además, a lo
largo de grandes fallas, que denominó fallas de transformantes, las placas se deslizan lateralmente una con respecto a la otra. En un sentido amplio, Wilson había presentado lo que luego se llamaría la teoría de la tectónica de
placas, un tema que trataremos a continuación.
Una vez presentados los conceptos clave de la tectónica de placas, la fase de hipótesis-prueba avanzó muy
rápido. Algunas de las pruebas que estos investigadores
descubrieron para respaldar el modelo de la tectónica de
placas se presentarán en este y en otros capítulos. Muchas
de las pruebas que respaldan el modelo de la tectónica de
placas ya existían. Lo que esta teoría proporcionó fue una
explicación unificada a lo que parecían numerosas observaciones sin relación entre ellas de los campos de la Geología, la Paleontología, la Geofísica y la Oceanografía,
entre otros.
¡De hecho, a finales de los años sesenta la marea de
la opinión científica había cambiado de rumbo! Sin embargo, siguió habiendo algo de oposición a la tectónica de
placas durante al menos un decenio. No obstante, se había hecho justicia a Wegener y la revolución de la Geología se estaba aproximando a su final.
I
TI
Tectónica de placas
Introducción
▲
IE N C
A
ERR
Tectónica de placas: el nuevo
paradigma
S D LA
E
En 1968 se unieron los conceptos de deriva continental
y expansión del fondo oceánico en una teoría mucho
más completa conocida como tectónica de placas (tekton construir). La tectónica de placas puede definirse
como una teoría compuesta por una gran variedad de
ideas que explican el movimiento observado de la capa
externa de la Tierra por medio de los mecanismos de
subducción y de expansión del fondo oceánico, que, a su
vez, generan los principales rasgos geológicos de la Tierra, entre ellos los continentes, las montañas y las cuencas oceánicas. Las implicaciones de la tectónica de placas son de tanto alcance que esta teoría se ha convertido
en la base sobre la que se consideran la mayoría de los
procesos geológicos.
Principales placas de la Tierra
Según el modelo de la tectónica de placas, el manto superior, junto con la corteza suprayacente, se comportan
51
como una capa fuerte y rígida, conocida como la litosfera (lithos piedra, sphere esfera), que está rota en fragmentos, denominados placas (Figura 2.18). Las placas de
la litosfera son más delgadas en los océanos, donde su
grosor puede variar entre unos pocos kilómetros en las
dorsales oceánicas y 100 kilómetros en las cuencas oceánicas profundas. Por el contrario, la litosfera continental,
por regla general, tiene un grosor de entre 100 y 150 kilómetros, pero puede superar los 250 kilómetros debajo de
las porciones más antiguas de las masas continentales. La
litosfera se encuentra por encima de una región más dúctil del manto, conocida como la astenosfera (asthenos
débil, sphere esfera). El régimen de temperatura y presión de la astenosfera superior es tal que las rocas que allí
se encuentran se aproximan mucho a sus temperaturas de
fusión, lo que provoca una zona muy dúctil que permite
la separación efectiva de la litosfera de las capas inferiores. Así, la roca poco resistente que se encuentra dentro
de la astenosfera superior permite el movimiento de la
capa externa rígida de la Tierra.
La litosfera está rota en numerosos fragmentos, llamados placas, que se mueven unas con respecto a las otras
y cambian continuamente de tamaño y forma. Como se
muestra en la Figura 2.18, se reconocen siete placas principales. Son la placa Norteamericana, la Sudamericana, la
del Pacífico, la Africana, la Euroasiática, la Australiana y
la Antártica. La mayor es la placa del Pacífico, que abarca una porción significativa de la cuenca del océano Pacífico. Obsérvese, en la Figura 2.18, que la mayoría de las
grandes placas incluye un continente entero además de
una gran área de suelo oceánico (por ejemplo, la placa Sudamericana). Esto constituye una importante diferencia
con la hipótesis de la deriva continental de Wegener,
quien propuso que los continentes se movían a través del
suelo oceánico, no con él. Obsérvese también que ninguna de las placas está definida completamente por los márgenes de un continente.
Las placas de tamaño mediano son la Caribeña, la de
Nazca, la Filipina, la Arábiga, la de Cocos, la de Scotia y
la de Juan de Fuca. Además, se han identificado más de
una docena de placas más pequeñas, que no se muestran
en la Figura 2.18.
Uno de los principales fundamentos de la teoría de
la tectónica de placas es que las placas se mueven como
unidades coherentes en relación con todas las demás placas. A medida que se mueven las placas, la distancia entre
dos puntos situados sobre la misma placa (Nueva York y
Denver, por ejemplo) permanece relativamente constante, mientras que la distancia entre puntos situados sobre
placas distintas, como Nueva York y Londres, cambia de
manera gradual. (Recientemente se ha demostrado que las
placas pueden sufrir alguna deformación interna, en particular la litosfera oceánica.)
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Placa Norteamericana
Urales
Arco de las Aleutianas
Placa Euroasiática
Rift Baikal
Arco de Japón
Himalaya
Cad
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Placa
Arábiga
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tal
en
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Arco de las Marianas
Placa
del Pacífico
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Placa africana
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Placa Filipina
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Rift
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Placa Australiana e India
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Arco
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las Tonga
Arco de
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suro
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Falla Alpina
Placa Antártica
▲ Figura 2.18 El mosaico de las placas rígidas que constituyen la superficie externa de la tierra. (Tomada de W. B. Hamilton, U.S.
Geological Survey.)
era
dor
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Tectónica de placas: el nuevo paradigma
53
Placa
Norteamericana
Islandia
Placa Euroasiática
Escudo Canadiense
M
on
ta
ña
Alpes
es
ch
s
la
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Placa de Juan
de Fuca
Cuenca
y
cordillera
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Placa
Caribeña
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San Andrés
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Placa Africana
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Placa
de Nazca
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Placa Sudamericana
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cí
Dorsal de
las Galápagos
en
Arco de
las Antillas
M
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Placa del Pacífico
Placa
de Cocos
Dorsal de Chile
Placa de Scotia
Placa Antártica
A. Borde divergente
B. Borde convergente
C. Borde transformante
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Las placas litosféricas se mueven en relación con las
demás a una velocidad muy lenta pero continua que es, de
media, de unos cinco centímetros anuales. Este movimiento es impulsado en último extremo por la distribución desigual del calor en el interior de la Tierra. El material caliente que se encuentra en las profundidades del
manto se mueve despacio hacia arriba y sirve como una
parte del sistema de convección interna de nuestro planeta. Simultáneamente, láminas más frías y densas de la litosfera oceánica descienden al manto, poniendo en movimiento la capa externa rígida de la Tierra. Por último, los
titánicos roces entre las placas litosféricas de la Tierra generan terremotos, crean volcanes y deforman grandes masas de roca en las montañas.
Bordes de placa
Las placas litosféricas se mueven como unidades coherentes en relación con las otras placas. Aunque el interior
de las placas puede experimentar alguna deformación, las
principales interacciones entre las placas individuales (y,
por consiguiente, la mayor deformación) se produce a lo
largo de sus bordes. De hecho, los bordes de placa se establecieron por primera vez representando las localizaciones de los terremotos. Además, las placas tienen tres tipos
distintos de bordes, que se diferencian en función del tipo
de movimiento que exhiben. Esos bordes se muestran en
la parte inferior de la Figura 2.18 y se describen brevemente a continuación:
A
I
Cada placa está rodeada por una combinación de estos tres
tipos de bordes de placa. Por ejemplo, la placa de Juan de
Fuca tiene una zona divergente en su borde oeste, un borde convergente en el este y numerosas fallas transformantes, que cortan segmentos de la dorsal oceánica (véase Figura 2.18). Aunque la superficie total de la Tierra no
cambia, el área de las placas individuales puede disminuir
Bordes divergentes
IE N C
1. Bordes divergentes (bordes constructivos): donde
dos placas se separan, lo que produce el ascenso
de material desde el manto para crear nuevo suelo oceánico (Figura 2.18A).
2. Bordes convergentes (bordes destructivos): donde dos placas se juntan provocando el descenso
de la litosfera oceánica debajo de una placa superpuesta, que es finalmente reabsorbida en el
manto, o posiblemente la colisión de dos bloques continentales para crear un sistema montañoso (Figura 2.18B).
3. Bordes de falla transformante (bordes pasivos):
donde dos placas se desplazan lateralmente una
respecto de la otra sin la producción ni la destrucción de litosfera (Figura 2.18C).
o crecer dependiendo de cualquier desequilibrio entre la
velocidad de crecimiento en los bordes divergentes y la velocidad de destrucción de la litosfera en los bordes convergentes. Las placas Antártica y Africana están casi por
completo rodeadas por bordes divergentes y, por tanto, están aumentando de tamaño al añadir nueva litosfera a sus
bordes. Por el contrario, la placa del Pacífico está siendo
consumida hacia el manto a lo largo de sus flancos septentrional y occidental y, por consiguiente, su tamaño se
está reduciendo.
También es importante destacar que los bordes de
placa no son fijos, sino que se mueven. Por ejemplo, la
deriva hacia el oeste de la placa Sudamericana está provocando que ésta se superponga a la placa de Nazca.
Como consecuencia, el borde que separa estas placas
también se desplaza de una manera gradual. Además,
dado que la placa Antártica está rodeada por bordes
constructivos y que su tamaño está aumentando, los bordes divergentes migran alejándose del continente de la
Antártida.
Pueden crearse nuevos bordes de placa en respuesta a cambios en las fuerzas que actúan sobre estas láminas
rígidas. Por ejemplo, en el mar Rojo, se localiza un borde
divergente relativamente nuevo. Hace menos de 20 millones de años, la península Arábiga empezó a separarse de
África. En otras localizaciones, placas que transportan
corteza continental se están moviendo en la actualidad
unas hacia otras. Es posible que, finalmente, esos continentes colisionen y se junten. En este caso, el borde que
una vez separó dos placas desaparecerá cuando las placas
se conviertan en una sola. El resultado de una colisión
continental de este tipo es una majestuosa cordillera montañosa como la del Himalaya.
En las siguientes secciones resumiremos brevemente la naturaleza de los tres tipos de bordes de placa.
ERR
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Tectónica de placas
Bordes divergentes
▲
2_Capítulo 2
S D LA
E
La mayoría de los bordes divergentes (di aparte; vergere moverse) se sitúa a lo largo de las crestas de las
dorsales oceánicas y puede considerarse bordes de placa
constructivos, dado que es donde se genera nueva litosfera oceánica (Figura 2.19). Los bordes divergentes también se denominan centros de expansión, porque la expansión del fondo oceánico se produce en estos bordes.
Aquí, a medida que las placas se separan del eje de la dorsal, las fracturas creadas se llenan inmediatamente con
roca fundida que asciende desde el manto caliente situa-
2_Capítulo 2
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55
▲
Bordes divergentes
Figura 2.19 La mayoría de
bordes de placa divergentes están
situados a lo largo de las crestas de
las dorsales oceánicas.
Valles
de rift
Litosfera
Cámara
magmática
Astenosfera
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África
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Aste
a
nos
do debajo. Este magma se enfría de una manera gradual
generando una roca dura y produciendo así nuevos fragmentos de fondo oceánico. De una manera continua, las
placas adyacentes se separan y una nueva litosfera oceánica se forma entre ellas. Como veremos más adelante,
los bordes divergentes no están confinados al fondo oceánico sino que también pueden formarse sobre los continentes.
Las dorsales oceánicas y la expansión
del fondo oceánico
A lo largo de bordes de placa divergentes bien desarrollados, el fondo oceánico se eleva, formando una dorsal
oceánica. El sistema de dorsales oceánicas interconectadas
es la estructura topográfica más larga de la superficie de
la Tierra, que supera los 70.000 kilómetros de longitud.
Representando el 20 por ciento de la superficie de la Tierra, el sistema de dorsales oceánicas serpentea a través de
todas las principales cuencas oceánicas como la costura
de una pelota de béisbol. Aunque la cresta de la dorsal
oceánica suele ser 2 a 3 kilómetros más alta que las cuencas oceánicas adyacentes, el término «dorsal» puede confundir, dado que esta estructura no es estrecha, al contra-
fera
rio, tiene anchuras de entre 1.000 y 4.000 kilómetros.
Además, a lo largo del eje de algunos segmentos de la dorsal existe una profunda estructura fallada denominada
valle de rift.
El mecanismo que actúa a lo largo del sistema de
dorsales oceánicas para crear nuevo fondo oceánico se denomina, con toda propiedad, expansión del fondo oceánico.
Las velocidades típicas de expansión del fondo oceánico
son de 5 centímetros al año. Ésta es aproximadamente la
velocidad a la que crecen las uñas de los dedos de los seres humanos. A lo largo de la dorsal Centroatlántica se
encuentran velocidades de expansión comparativamente
lentas de 2 centímetros al año, mientras que en secciones
de la dorsal del Pacífico oriental se han medido velocidades de expansión superiores a los 15 centímetros. Aunque estas velocidades de producción litosférica son lentas en una escala temporal humana, son, sin embargo, lo
suficientemente rápidas como para haber generado todas
las cuencas oceánicas de la Tierra durante los últimos
200 millones de años. De hecho, ningún fragmento del
fondo oceánico datado supera los 180 millones de años de
antigüedad.
La razón principal de la posición elevada de la dorsal oceánica es que la corteza oceánica recién creada está
Página 56
CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
También pueden desarrollarse bordes de placa divergentes en el interior de un continente, en cuyo caso, la masa
continental puede escindirse en dos o más segmentos más
pequeños, como Alfred Wegener había propuesto para la
ruptura de Pangea. Se piensa que la fragmentación de un
continente empieza con la formación de una depresión
alargada denominada rift continental. Un ejemplo moderno de rift continental es el rift del África oriental. Es pura
especulación determinar si este rift va a evolucionar hasta un centro de expansión por sí mismo y si, al final, dividirá el continente africano.
Sin embargo, el valle del rift del África oriental representa el estadio inicial de la ruptura de un continente.
Allí, las fuerzas tensionales han estirado y adelgazado la
corteza continental. Como resultado, la roca fundida asciende desde la astenosfera e inicia la actividad volcánica
en la superficie (Figura 2.20A). La extensa actividad volcánica que acompaña la formación de un rift continental
tiene su ejemplo en las grandes montañas volcánicas como
el Kilimanjaro y el Monte Kenia. Las investigaciones sugieren que, si se mantienen las fuerzas tensionales, el valle del rift se alargará y aumentará de profundidad, alcanzando al final el borde de la placa, separándola en dos
(Figura 2.20C). Llegados a este punto, el valle se convertirá en un mar lineal estrecho con una desembocadura al
océano, similar al actual mar Rojo, que se formó cuando
la península Arábiga se escindió de África, un acontecimiento que empezó hace unos 20 millones de años. Por
consiguiente, el mar Rojo proporciona a los oceanógrafos una perspectiva de cuál era el aspecto del océano
Atlántico en su infancia.
A
I
La fragmentación continental
Bordes convergentes
IE N C
caliente y ocupa más volumen, lo cual la hace menos densa que las rocas más frías. A medida que se forma nueva
litosfera a lo largo de la dorsal oceánica, ésta se separa de
una manera lenta pero continua de la zona de afloramiento a lo largo del eje de la dorsal. Por tanto, empieza
a enfriarse y contraerse, aumentando así su densidad. Esta
contracción térmica explica las mayores profundidades
oceánicas que hay lejos de la cresta de la dorsal.
Deben pasar unos 80 millones de años antes de que
el enfriamiento y la contracción cesen por completo. En
este momento, la roca que había formado parte del sistema de dorsales oceánicas elevadas se sitúa en la cuenca
oceánica profunda, donde queda enterrada por acumulaciones sustanciales de sedimentos. Además, el enfriamiento provoca el fortalecimiento de las rocas del manto
debajo de la corteza oceánica, aumentando así el grosor de
la placa. En otras palabras, el grosor de la litosfera oceánica depende de la antigüedad. Cuanto más antigua (más
fría) es, mayor es su grosor.
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Tectónica de placas
Bordes convergentes
▲
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Aunque continuamente se está produciendo nueva litosfera en las dorsales oceánicas, el tamaño de nuestro planeta no aumenta: su superficie total permanece constante. Para compensar la adición de litosfera recién creada, las
porciones más antiguas de la litosfera oceánica descienden
al manto a lo largo de los bordes convergentes (con
junto; vergere moverse). Dado que la litosfera se «destruye» en los bordes convergentes, éstos también se denominan bordes de placa destructivos.
Aparecen bordes de placa convergentes donde dos
placas se mueven una hacia la otra y el movimiento se ajusta con el deslizamiento de una placa por debajo de la otra.
A medida que dos placas van convergiendo lentamente, el
borde frontal de una de ellas se dobla hacia abajo, permitiéndole deslizarse por debajo de la otra. La expresión superficial producida por la placa descendente es una fosa
submarina, como la fosa Perú-Chile (Figura 13.8). Las
fosas formadas de esta manera pueden tener miles de kilómetros de longitud, de 8 a 12 kilómetros de profundidad y de 50 a 100 kilómetros de anchura.
Los bordes convergentes también se denominan zonas de subducción porque son lugares donde la litosfera desciende (es subducida) hacia la astenosfera. La subducción se produce porque la densidad de la placa
litosférica descendente es mayor que la de la astenosfera
subyacente. En general, la litosfera oceánica es más densa que la astenosfera subyacente, mientras que la litosfera continental es menos densa y resiste la subducción. Por
consiguiente, es siempre la litosfera cubierta por corteza
oceánica la que experimenta la subducción.
Las capas de litosfera oceánica descienden en la astenosfera a unos ángulos de unos pocos grados o pueden
caer casi en vertical (90 grados), pero el ángulo medio es
de unos 45 grados. El ángulo al que la litosfera oceánica
desciende en la astenosfera depende de su densidad. Por
ejemplo, cuando un centro de expansión está localizado
cerca de la zona de subducción, la litosfera es joven y, por
consiguiente, caliente y con alta flotación. Por consiguiente, el ángulo de descenso es pequeño. Ésta es la situación que existe a lo largo de varias zonas de la fosa
Perú-Chile. Los ángulos bajos suelen provocar una interacción considerable entre la placa descendente y la placa
superior. Por consiguiente, esas regiones experimentan
grandes terremotos.
A medida que la litosfera envejece (se aleja del centro de expansión) se va enfriando gradualmente, lo cual
hace que aumente su grosor y su densidad. En cuanto la
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Bordes convergentes
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Ascensión
Corteza continental
A.
Valle de rift
B.
Mar lineal
C.
Dorsal Centroatlántica
Valle de rift
Corteza continental
Corteza oceánica
D.
▲ Figura 2.20 Fragmentación continental y formación de una nueva cuenca oceánica. A. Se cree que la fragmentación continental se
produce cuando las fuerzas tensionales estiran y adelgazan la corteza. Como consecuencia, la roca fundida asciende desde la astenosfera e
inicia la actividad volcánica en la superficie. B. Conforme la corteza se va separando, grandes fragmentos de roca se hunden, generando una
zona de rift. C. La posterior expansión genera un mar somero. D. Por fin, se crean una cuenca oceánica en expansión y un sistema de dorsales.
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
litosfera oceánica tiene unos 15 millones de antigüedad,
se vuelve más densa que la astenosfera subyacente y se
hundirá cuando tenga una oportunidad. En partes del Pacífico occidental, alguna parte de la litosfera oceánica tiene más de 180 millones de años de antigüedad. Se trata de
la más gruesa y la más densa de los océanos actuales. Las
láminas en subducción de esta región descienden normalmente en ángulos de casi 90 grados. Se pueden encontrar ejemplos en las zonas de subducción asociadas
con las fosas de las Tonga, de las Marianas y de las Kuriles (véase Figura 13.9).
Aunque todas las zonas convergentes tienen las mismas características básicas, tienen rasgos muy variables.
Cada uno está controlado por el tipo de material de la corteza que interviene y por el ambiente tectónico. Los bordes convergentes se pueden formar entre dos placas oceánicas, una placa oceánica y una continental o dos placas
continentales. Las tres situaciones se ilustran en la Figura 2.21.
Convergencia oceánica-continental
Dondequiera que el borde frontal de una placa con corteza continental converja con una capa de litosfera oceánica, el bloque continental seguirá «flotando», mientras que
la placa oceánica más densa se hundirá en el manto (Figura 2.21A). Cuando una placa oceánica descendente alcanza una profundidad de unos 100 kilómetros, se desencadena la fusión dentro de la cuña de la astenosfera caliente
suprayacente. Pero ¿cómo la subducción de una capa fría
de litosfera oceánica provoca la fusión de la roca del manto? La respuesta reside en el hecho de que los componentes volátiles (principalmente el agua) actúan igual que la sal
en la fusión del hielo. Es decir, la roca «húmeda», en un
ambiente de alta presión, se funde a temperaturas sustancialmente inferiores que la roca «seca» de la misma composición.
Los sedimentos y la corteza oceánica contienen una
gran cantidad de agua que es transportada a grandes profundidades por una placa en subducción. A medida que la
placa se hunde, el agua es «expulsada» de los espacios porosos conforme aumenta la presión de confinamiento. A
profundidades incluso mayores, el calor y la presión extraen el agua procedente de los minerales hidratados (ricos en agua) como los anfíboles. A una profundidad aproximada de 100 kilómetros y a varios kilómetros del borde
superior de la capa oceánica en subducción, el manto es
lo suficientemente caliente como para que la introducción
de agua conduzca a la fusión. Este proceso, denominado
fusión parcial, genera tan sólo un 10 por ciento de material fundido, que se entremezcla con la roca del manto no
fundida. Como es menos densa que el manto que la rodea,
esta mezcla móvil y caliente (magma) asciende de una ma-
nera gradual hacia la superficie como una estructura en
forma de gota. Según el entorno, estos magmas derivados
del manto pueden ascender a través de la corteza y provocar una erupción volcánica. Sin embargo, mucha de
esta roca fundida nunca alcanza la superficie; antes bien,
se solidifica en profundidad donde contribuye a aumentar el grosor de la corteza.
La fusión parcial de la roca del manto genera roca
fundida con una composición basáltica parecida a la de las
erupciones que se producen en la isla de Hawaii. En un
ambiente continental, sin embargo, el magma basáltico
suele fundirse y asimila algunas de las rocas de la corteza
a través de las que asciende. El resultado es la formación
de un magma rico en sílice (SiO2) con una composición andesítica. En ocasiones, cuando los magmas andesíticos alcanzan la superficie, suelen provocar erupciones explosivas, generando grandes columnas de cenizas y gases
volcánicos. Un ejemplo clásico de una erupción de este
tipo fue la erupción del monte Santa Helena en 1980.
Aprenderá más sobre la formación del magma y su influencia en la explosividad de las erupciones volcánicas en
los Capítulos 4 y 5.
Los volcanes de los imponentes Andes son el producto del magma generado por la subducción de la placa
de Nazca por debajo del continente sudamericano (véase
Figura 2.18). Montañas como las de los Andes, que se
producen en parte por la actividad volcánica asociada con
la subducción de la litosfera oceánica, se denominan arcos volcánicos continentales. Otro arco volcánico continental activo está localizado en el oeste de Estados Unidos. La cordillera Cascade de Washington, Oregón y
California consiste en varias montañas volcánicas bien conocidas, entre ellas el monte Rainier, el monte Shasta y el
monte Santa Helena (véase Figura 5.9, pág. 49). (Este arco
volcánico activo también se extiende hasta Canadá, donde incluye el monte Garibaldi y el monte Silverthrone, entre otros.) Como testifica la actividad continua del monte Santa Helena, la cordillera Cascade sigue estando
activa. Los magmas surgen aquí por la fusión desencadenada por la subducción de la placa de Juan de Fuca.
Convergencia oceánica-oceánica
Un borde convergente oceánico-oceánico tiene muchos
rasgos en común con los márgenes de placa oceánicacontinental. Las diferencias son atribuibles principalmente a la naturaleza de la corteza que cubre la placa suprayacente. Cuando convergen dos placas oceánicas, una
desciende por debajo de la otra, iniciando la actividad volcánica por el mismo mecanismo que actúa en un borde
convergente oceánico-continental. El agua «expulsada»
de la capa de litosfera oceánica subducente provoca la fusión en la cuña suprayacente de roca del manto. En este
2_Capítulo 2
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59
▲
Bordes convergentes
Figura 2.21 Zonas de convergencia
entre placas. A. Océano-continente.
B. Océano-océano. C. Continentecontinente.
Arco volcánico
continental
Fosa
Corteza oceánica
Lit
Corteza continental
os
fer
100 km
ao
ce
Litosfera
continental
án
ica
en
su
bd
Astenosfera
uc
ció
n
Fusión
200 km
A.
Arco de islas volcánicas
Fosa
Corteza oceánica
Corteza continental
Litosfera oceánica
Fusión
100 km
a
nic
en
n
ció
uc
d
ub
s
eá
Astenosfera
ra
sfe
oc
o
Lit
200 km
B.
Montañas colisionales
Litosfera
continental
100 km
Sutura
Lito
sfe
ra o
Litosfera
continental
ceá
nic
Astenosfera
ae
ns
ubd
ucc
ión
200 km
C.
marco, los volcanes crecen desde el fondo oceánico antes
que sobre una plataforma continental. Cuando la subducción se mantiene, acabará por construir cadenas de
estructuras volcánicas que emergen como islas. Las islas
volcánicas suelen estar separadas aproximadamente 80 kilómetros y están formadas sobre dorsales sumergidas de
unos cuantos centenares de kilómetros de anchura. Esta
tierra recién formada que consiste en una cadena en for-
2_Capítulo 2
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
ma de arco de pequeñas islas volcánicas se denomina arco
de islas volcánicas, o simplemente arco de islas (Figura 2.21B).
Las Aleutianas, las islas Marianas y las Tonga, son
ejemplos de arcos de islas volcánicas. Arcos de islas como
éstos están localizados generalmente a 100-300 kilómetros de una fosa submarina. Adyacentes a los arcos de islas antes mencionados se encuentran la fosa de las Aleutianas, la fosa de las Marinas y la fosa de las Tonga (véase
Figura 13.9).
La mayoría de los arcos de islas volcánicas están localizados en el Pacífico occidental. En estos lugares, la
corteza Pacífica en subducción es relativamente antigua y
densa y, por consiguiente, se hundirá fácilmente en el manto. Esto explica el gran ángulo de descenso (que a menudo se aproxima a 90 grados) común de las fosas de esta región. Además, muchas de esas zonas de subducción carecen
de los grandes terremotos que están asociados con algunas
otras zonas convergentes, como la fosa Perú-Chile.
Sólo hay dos arcos de islas volcánicas en el Atlántico: el arco de las Antillas Menores adyacente al mar Caribe, y las islas Sandwich del Sur en el Atlántico sur. Las
Antillas Menores son el producto de la subducción de la
placa Atlántica debajo de la placa Caribeña. Localizada
dentro de este arco se encuentra la isla de la Martinica,
donde el volcán Pelée hizo erupción en 1902 destruyendo la ciudad de San Pedro y cobrándose una cantidad estimada en 28.000 vidas humanas, y la isla de Montserrat,
donde se ha producido actividad volcánica muy recientemente∗.
Los arcos de islas volcánicas jóvenes son estructuras
bastante simples situadas sobre corteza oceánica deformada, en general, con un grosor inferior a los 20 kilómetros. Son ejemplos los arcos de las Tonga, las Aleutianas y
las Antillas Menores. Por el contrario, los arcos de islas
más antiguos son más complejos y tienen por debajo corteza con un grosor de 20 a 35 kilómetros. Son ejemplos
de estos arcos el Japonés y el Indonesio, que se formaron
sobre el material generado por episodios anteriores de
subducción o, en algunas ocasiones, sobre un pequeño
fragmento de corteza continental.
Convergencia continental-continental
Como ya hemos visto anteriormente, cuando una placa
oceánica es subducida por debajo de la litosfera continental, se desarrolla un arco volcánico de tipo andino a lo
largo del margen del continente. Sin embargo, si la placa en subducción también contiene litosfera continental,
la subducción continuada acabará uniendo los dos blo∗
Para más información sobre estos acontecimientos volcánicos, véase el
Capítulo 5.
ques continentales (Figura 2.21C). Mientras la litosfera
oceánica es relativamente densa y se hunde en la astenosfera, la litosfera continental flota, lo cual impide que
ésta sea subducida a una gran profundidad. El resultado
es una colisión entre los dos bloques continentales (Figura 2.21C).
Una colisión semejante se produjo cuando el subcontinente de India «embistió» Asia y produjo el Himalaya: la cordillera montañosa más espectacular de la Tierra
(Figura 2.22). Durante esta colisión, la corteza continental se abombó, se fracturó y, en general, se acortó y engrosó. Además del Himalaya, se han formado otros diversos sistemas montañosos importantes, entre ellos los
Alpes, los Apalaches y los Urales, durante colisiones continentales.
Antes de una colisión continental, las masas de tierra afectadas estaban separadas por una cuenca oceánica.
A medida que los bloques continentales convergen, el
fondo oceánico que queda entre ellos es subducido debajo de una de las placas. La subducción inicia la fusión parcial de las rocas del manto suprayacente, lo cual, a su vez,
puede provocar la formación de un arco volcánico. Dependiendo de la localización de la zona de subducción, el
arco volcánico podría desarrollarse en cualquiera de las
masas de tierra convergentes o, si la zona de subducción
se desarrollara varios centenares de kilómetros hacia el
mar desde la costa, se formaría un arco de islas volcánicas.
Por último, a medida que se consume el fondo oceánico
situado entre medias, esas masas continentales colisionan.
Esto pliega y deforma los sedimentos acumulados a lo
largo del margen continental como si estuvieran colocados en una prensa gigante. El resultado es la formación de
una nueva cordillera montañosa compuesta por rocas sedimentarias deformadas y metamorfizadas, fragmentos
del arco de islas volcánicas y posiblemente fragmentos de
corteza oceánica.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Los continentes volverán a unirse y formarán una sola
masa continental algún día?
Sí, es muy probable que los continentes acaben uniéndose
otra vez, pero no será pronto. Dado que todos los continentes se encuentran en el mismo cuerpo planetario, ningún continente puede viajar sin colisionar con otra masa continental.
Las investigaciones recientes sugieren que puede formarse
un supercontinente una vez cada 500 millones de años aproximadamente. Puesto que han pasado unos 200 millones de
años desde la fragmentación de Pangea, nos quedan sólo unos
300 millones de años hasta que se forme el próximo supercontinente.
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Bordes de falla transformante (bordes pasivos)
61
Arco volcánico continental
India
Prisma
de acreción
en desarrollo
Depósitos
de plataforma
continental
Tíbet
Cuenca oceánica
Corteza
continental
Litosfe
ra oce
A.
ánica
en sub
ducció
n
Fusión
Astenosfera
B.
Himalaya
India
en la
actualidad
Llanura
del Ganges
Hace
10 millones
de años
India
Altiplanicie
Tibetana
Hace
38 millones
de años
Sutura
Hace
55 millones
de años
Hace
71 millones
de años
Astenosfera
C.
▲ Figura 2.22 La colisión en curso entre la India y Asia, que empezó hace unos 45 millones de años, produjo el majestuoso Himalaya. A.
Las placas convergentes generaron una zona de subducción, mientras la fusión parcial provocada por la placa oceánica en subducción
producía un arco volcánico continental. Los sedimentos arrancados de la placa en subducción se añadieron al prisma de acreción. B. Posición
de la India en relación con Euroasia en varios momentos (modificado de Peter Molnar). C. Al final las dos masas continentales colisionaron,
deformando y elevando los sedimentos que habían sido depositados a lo largo de los bordes continentales. Además, fragmentos de la corteza
india se superpusieron a la placa India.
I
TI
Tectónica de placas
Bordes de falla transformante
▲
IE N C
A
ERR
Bordes de falla transformante
(bordes pasivos)
S D LA
E
El tercer tipo de borde de placa es el transformante (trans
a través de; forma forma), en el cual las placas se des-
plazan una al lado de la otra sin producir ni destruir litosfera (bordes pasivos). Las fallas transformantes fueron identificadas en primer lugar allí donde desplazan los segmentos desalineados de una dorsal oceánica (Figura 2.23).
Al principio se supuso erróneamente que el sistema de
dorsales había formado originariamente una cadena larga
y continua que fue segmentada por el desplazamiento horizontal a lo largo de esas fallas. Sin embargo, se observó
que el desplazamiento a lo largo de esas fallas era exacta-
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Figura 2.23 Diagrama que ilustra
un borde de falla transformante
(pasivo) que desplaza los segmentos
de la dorsal Centroatlántica.
Zona de fractura
Zona
inactiva
Falla transformante
(activa)
Zona
inactiva
Corteza oceánica
Litosfera
oceánica
Astenosfera
África
Do
rsa
lC
en
tro
atl
Sudamérica
mente paralelo a la dirección necesaria para producir los
desplazamientos de la dorsal.
La verdadera naturaleza de las fallas transformantes la
descubrió en 1965 H. Tuzo Wilson, de la Universidad de
Toronto. Wilson sugirió que esas grandes fallas conectan los
cinturones activos globales (bordes convergentes, bordes divergentes y otras fallas transformantes) en una red continua
que divide la superficie externa de la tierra en varias placas
rígidas. Por tanto, Wilson se convirtió en el primero en sugerir que la Tierra estaba compuesta por placas individuales, a la vez que identificó las fallas a lo largo de las cuales es
posible el movimiento relativo entre las placas.
La mayoría de las fallas transformantes une dos segmentos de una dorsal centrooceánica (Figura 2.23). Aquí,
án
tic
a
LEYENDA
Centros de expansión
Zonas de fractura
Fallas transformantes
son parte de unas líneas prominentes de rotura en la corteza oceánica conocidas como zonas de fractura, que
abarcan las fallas transformantes y sus extensiones inactivas en el interior de las placas. Estas zonas de fractura se
encuentran aproximadamente cada 100 kilómetros a lo
largo de la dirección del eje de la dorsal. Como se muestra
en la Figura 2.23, las fallas transformantes activas se encuentran sólo entre los dos segmentos desplazados de la dorsal. Aquí, el fondo oceánico producido en un segmento de
la dorsal se desplaza en la dirección opuesta al fondo oceánico generado en el segmento opuesto. Entonces, entre los
dos segmentos de la dorsal las dos placas adyacentes se están rozando conforme se desplazan a lo largo de la falla.
Más allá de las crestas de la dorsal hay zonas inactivas, don-
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Bordes de falla transformante (bordes pasivos)
Falla de
Mendocino
asc
nC
cció
e su
bdu
Placa
de Juan
de Fuca
Oregón
California
Zon
Placa del
Pacífico
Falla transformante
Aunque la mayoría de las fallas transformantes está
localizada dentro de las cuencas oceánicas, unas pocas
atraviesan la corteza continental. Dos ejemplos de ellas
son la falla de San Andrés, en California, con tendencia a
los terremotos, y la falla Alpina, en Nueva Zelanda. Obsérvese en la Figura 2.24 que la falla de San Andrés conecta un centro de expansión localizado en el golfo de California con la zona de subducción Cascade y la falla
transformante de Mendocino, localizada a lo largo de la
costa noroccidental de Estados Unidos. A lo largo de la falla de San Andrés, la placa del Pacífico se mueve hacia el
noroeste. Si este movimiento continúa, esta parte de California al oeste de la zona de falla, que abarca la península de la Baja California, acabará convirtiéndose en una
isla separada de la costa occidental de Estados Unidos y
Canadá. Podrá finalmente alcanzar Alaska. Sin embargo,
una preocupación más inmediata es la actividad sísmica
desencadenada por los movimientos ocurridos a lo largo
de este sistema de fallas.
ad
Dorsal
de Juan
de Fuca
ade
de las fracturas se conservan como cicatrices topográficas
lineales. La orientación de estas zonas de fractura es aproximadamente paralela a la dirección del movimiento de la
placa en el momento de su formación. Por tanto, estas estructuras pueden utilizarse para cartografiar la dirección
del movimiento de las placas en el pasado geológico.
Otro papel de las fallas transformantes es proporcionar el medio mediante el cual la corteza oceánica creada en
las crestas de la dorsal puede ser transportada a una zona de
destrucción, las fosas submarinas. En la Figura 2.24 se ilustra esta situación. Obsérvese que la placa de Juan de Fuca se
mueve en dirección sureste, y es finalmente subducida bajo
la costa occidental de Estados Unidos. El extremo sur de
esta placa está limitado por la falla transformante de Mendocino. Este borde de falla transformante conecta la dorsal
de Juan de Fuca con la zona de subducción de Cascade (Figura 2.24). Por consiguiente, facilita el movimiento del
material de la corteza creado en la dorsal hasta su destino,
debajo del continente norteamericano (Figura 2.24).
63
Placa
de Juan
de Fuca
Zona de
subducción
Cascade
PLACA
NORTEAMERICANA
San Francisco
s
ndré
an A
de S
PLACA DEL
PACÍFICO
Falla
Falla de
Mendocino
Los
Ángeles
Movimiento relativo
de la Placa del Pacífico
Golfo de
California
▲ Figura 2.24 La falla transformante mendocino permite el movimiento hacia el sur del fondo oceánico generado en la dorsal de Juan de
Fuca sobrepasando la placa Pacífica y por debajo de la placa Norteamericana. Por tanto, esta falla transformante conecta un borde divergente
con una zona de subducción. Además, la falla de San Andrés, también una falla transformante, conecta dos centros de expansión: la dorsal de
Juan de Fuca y una zona divergente localizada en el Golfo de California.
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
Comprobación del modelo
de la tectónica de placas
Con el desarrollo de la tectónica de placas, los investigadores de todas las ciencias relacionadas con nuestro planeta empezaron a comprobar este modelo sobre el funcionamiento de la Tierra. Algunas de las pruebas que
apoyaron la deriva continental y la expansión del fondo
oceánico ya se han presentado. Además, a continuación,
se comentarán algunas de las pruebas que fueron fundamentales para que esta nueva idea se consolidara. Obsérvese que muchas de estas pruebas no eran nuevas; antes
bien, eran interpretaciones nuevas de datos ya existentes
que modificaron la opinión general.
Pruebas procedentes de sondeos
oceánicos
Algunas de las pruebas más convincentes que confirman
la expansión del fondo oceánico proceden directamente de
los sondeos en los sedimentos del fondo oceánico. Desde
1968 hasta 1983, la fuente de estos importantes datos era
el Deep Sea Drilling Project, un programa internacional
promocionado por varias instituciones oceanográficas importantes y la National Science Foundation. El objetivo
fundamental era recoger información de primera mano
sobre la edad de las cuencas oceánicas y sus procesos de
formación. Para llevarlo a cabo, se construyó un nuevo buque para realizar sondeos marinos, el Glomar Challenger.
Las operaciones empezaron en agosto de 1968, en
el Atlántico sur. En varios sitios, se sondeó a través de todo
el grosor de los sedimentos hasta la roca basáltica inferior.
Un importante objetivo era recoger muestras de los sedimentos situados justo por encima de la corteza ígnea como
un medio para datar el fondo oceánico en cada lugar∗.
Dado que la sedimentación empieza inmediatamente después de que se forma la corteza oceánica, los restos de microorganismos encontrados en los sedimentos más antiguos (los que reposan directamente en la corteza) pueden
utilizarse para datar el fondo oceánico en ese lugar.
Cuando se representó la edad de los sedimentos más
antiguos de cada punto de perforación frente a su distancia con respecto a la cresta de la dorsal, se demostró que
la edad de los sedimentos aumentaba a medida que lo hacía la distancia desde la dorsal. Este hallazgo respaldaba la
hipótesis de expansión del fondo oceánico, que predecía
que la corteza oceánica más joven se encontraría en la
cresta de la dorsal y que la corteza oceánica más antigua
estaría en los márgenes continentales.
∗
Las dataciones radiométricas de la corteza oceánica en sí mismas no
son fiables debido a la alteración del basalto por el agua del mar.
Los datos procedentes del Deep Sea Drilling Project reforzaron también la idea de que las cuencas oceánicas son geológicamente jóvenes, porque no se encontró
sedimentos con edades superiores a los 180 millones de
años. Por comparación, se ha datado corteza continental
con una edad que supera los 4.000 millones de años.
El grosor de los sedimentos del fondo oceánico proporcionó una verificación adicional de su expansión. Las
muestras de perforación del Glomar Challenger revelaron
que los sedimentos están casi por completo ausentes en la
cresta de la dorsal y que el grosor de los sedimentos aumenta con la distancia a la dorsal. Debido a que la cresta
de la dorsal es más joven que las áreas que están más alejadas de ella, cabe esperar este modelo de distribución de
los sedimentos si la hipótesis de expansión del fondo oceánico es correcta.
El Ocean Drilling Project sucedió al Deep Sea Drilling Project y, como su predecesor, constituyó un importante programa internacional. El buque perforador más
avanzado desde el punto de vista tecnológico, el JOIDES
Resolution continúa ahora el trabajo del Glomar Challenger
(véase Recuadro 2.4)∗. El JOIDES Resolution puede perforar en aguas profundas de hasta 8.200 metros y contiene
laboratorios a bordo equipados con grandes y variados
equipos de investigación científica (Figura 2.25).
A finales de 2003, empezó el Integrated Ocean Drilling Program. Dentro de unos años se planea tener, en
este programa, dos nuevos buques para realizar sondeos
marinos para sustituir al JOIDES Resolution.
Puntos calientes y plumas del manto
La cartografía de los montes submarinos (volcanes submarinos) del océano Pacífico reveló varias cadenas de estructuras volcánicas. Una de las cadenas más estudiadas se
extiende desde las islas Hawaii a la isla Midway y continúa hacia el norte, hacia la fosa de las Aleutianas (Figura
2.26). Esta cadena casi continua de islas volcánicas y montes submarinos se llama cadena islas Hawaii-Emperador.
La datación radiométrica de estas estructuras demostró
que la edad de los volcanes aumenta a medida que se distancian de Hawaii. Hawaii, el volcán más joven de la cadena, se elevó del fondo oceánico hace menos de un millón de años, mientras que la isla Midway tiene 27 millones
de años y el monte submarino Suiko, cerca de la fosa de
las Aleutianas, tiene 65 millones de años (Figura 2.26).
Si nos acercamos a las islas Hawaii, observamos un
incremento similar de la edad desde la isla volcánicamente activa de Hawaii, en el límite suroriental de la cadena,
hasta los volcanes inactivos que componen la isla de Kauai
en el noroeste (Figura 2.26).
∗
Las siglas JOIDES proceden de Joint Oceanographic Institutions for
Deep Earth Sampling.
2_Capítulo 2
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Página 65
Comprobación del modelo de la tectónica de placas
▲
Recuadro 2.4
65
Entender la Tierra
Recogida de muestras del fondo oceánico
Un aspecto fundamental de la investigación científica es la recogida de datos básicos mediante la observación y la medida.
Formular y probar hipótesis requiere datos fiables. La adquisición de esta información no es una tarea fácil cuando se trata de extraer muestras del gran almacén de
datos contenidos en los sedimentos del
fondo oceánico y la corteza oceánica. Adquirir muestras supone un desafío técnico
y es muy caro.
En el Ocean Drilling Program (ODP)
se utiliza el barco JOIDES Resolution para
sondear el fondo oceánico y recoger largos cilindros (testigos) de sedimentos y
rocas. Las siglas JOIDES del nombre del
barco significan Joint Oceanographic Institutions for Deep Earth Sampling (Unión de
instituciones oceanográficas para muestreo de la Tierra profunda) y reflejan el
compromiso internacional de los 22 países que participan en el programa. «Resolution» hace honor al barco HMS Resolution, comandado hace más de 200 años
por el prolífico explorador inglés, el capitán James Cook.
El JOIDES Resolution tiene una alta
grúa metálica que se utiliza para dirigir el
sondeo rotatorio, mientras los propulsores
del barco lo mantienen en una posición
fija en el mar (Figura 2.C). Las secciones
individuales del cañón de perforación se
unen para construir una sola columna de
tubería de hasta 8.200 metros de longitud. La broca de la tubería, situada al final de la columna, rota conforme es presionada contra el fondo oceánico y puede
perforar hasta 2.100 metros en el fondo
oceánico. Como sucede al girar una caña
de refresco en un pastel de capas, la perforación corta a través de los sedimentos y las rocas y retiene un cilindro de
material (un testigo) en el interior de la
tubería hueca, que puede entonces subirse a bordo del barco y analizarse en las
instalaciones de un laboratorio de vanguardia.
Desde 1985, el barco ha perforado más
de 2.000 sondeos en todo el mundo. El resultado ha sido la recuperación de más de
168.000 metros de testigos que representan millones de años de la historia de la
Tierra. El legado de la perforación oceánica incluye validar el modelo de la tectó-
nica de placas y rastrear la evolución del
clima de la Tierra millones de años atrás.
▲ Figura 2.B El JOIDES Resolution perfora el fondo
oceánico y recoge núcleos de sedimentos y rocas para
analizarlos. El sistema de posicionamiento dinámico del
barco consiste en potentes propulsores (laterales) que le
permiten permanecer estacionario sobre el punto de
perforación. Los puntos de perforación anteriores pueden
reutilizarse unos años después y se localizan mediante
ondas sonoras entre los hidrófonos del barco y las balizas
sónar. Una cámara de televisión a distancia ayuda a
posicionar el tubo de perforación en el cono de
reentrada.
2_Capítulo 2
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Página 66
CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Figura 2.25 El JOIDES
Resolution, el buque para realizar
sondeos del Ocean Drilling
Program. Este moderno buque
perforador ha sustituido al
Glomar Challenger en el
importante trabajo de tomar
muestras de los fondos de los
océanos mundiales. (Foto
cortesía del Ocean Drilling
Program.)
▲
Figura 2.26 La cadena de islas y de
montañas sumergidas que se extiende
desde Hawaii a la fosa de las Aleutianas y
que se produce por el movimiento de la
placa del Pacífico sobre un punto
caliente aparentemente estacionario. La
datación radiométrica de las islas
hawaianas pone de manifiesto que la
edad de la actividad volcánica disminuye
conforme nos acercamos a la isla de
Hawaii.
Kauai
3,8-5,6
Oahu
2,2-3,3
Dirección
del movimiento
de la placa
Molokai
1,3-1,8
Maui
inferior a 1,0
Punto caliente
Hawaii 0,7 hasta
la actualidad
Litosfera
oceánica
Suiko
65 m. a.
Cadena de
montes submarinos
Emperador
Cadena Hawaiana
Islas
Midway
27 m. a.
Pluma
del manto
Hawaii
Las edades
se presentan
en millones de años
Los investigadores están de acuerdo en la existencia de una pluma ascendente de material del manto debajo de la isla de Hawaii. A medida que la pluma de
manto ascendente entra en el ambiente de baja presión
de la base de la litosfera, se produce fusión. La manifestación superficial de esa actividad es un punto caliente,
un área volcánica, con un flujo térmico elevado y un
abombamiento de la corteza que tiene unos pocos cientos de kilómetros de anchura. Conforme la placa del Pa-
cífico se movió sobre este punto caliente, se formaron estructuras volcánicas sucesivas. Como se muestra en la Figura 2.26, la edad de cada volcán indica el momento en
el que se situó sobre la pluma del manto relativamente estacionaria.
Kauai es la más antigua de las grandes islas de la cadena hawaiana. Hace 5 millones de años, cuando estaba
colocada sobre el punto caliente, Kauai era la única isla
hawaiana (Figura 2.26). Examinando sus volcanes extin-
2_Capítulo 2
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Página 67
Medición del movimiento de placas
tos, que han sido erosionados en picos dentados y enormes cañones, pueden verse las pruebas de la edad de
Kauai. Por el contrario, la isla de Hawaii, comparativamente joven, exhibe coladas de lava fresca, y dos de los
volcanes de Hawaii, el Mauna Loa y el Kilauea, siguen activos.
Dos grupos de islas corren paralelas a la cadena de
islas Hawaii-Emperador. Una cadena consiste en las islas
Tuamotu y Line, y la otra en las islas Austral, Gilbert y
Marshall. En cada caso, la actividad volcánica más reciente se ha producido en el extremo suroriental de la cadena, y las islas son progresivamente más antiguas hacia
el norte occidental. Por tanto, como la cadena de islas
Hawaii-Emperador, estas estructuras volcánicas se formaron aparentemente por el mismo movimiento de la
placa del Pacífico sobre plumas del manto fijas. Esta prueba, no sólo apoya el hecho de que las placas se mueven en
realidad en relación con el interior de la Tierra, sino que
también las «huellas» del punto caliente marcan la dirección del movimiento de la placa.
Obsérvese en la Figura 2.26 que la cadena de islas
Hawaii-Emperador se dobla. Esta flexión de la traza se
produjo hace unos 40 millones de años, cuando el movimiento de la placa del Pacífico cambió desde una dirección casi norte a una dirección noroeste. De igual forma,
los puntos calientes localizados en el fondo del Atlántico
han aumentado nuestro conocimiento sobre la migración
de las masas de tierra después de la fragmentación de
Pangea.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Si los continentes se mueven, ¿también se mueven
otras estructuras, como los segmentos de la dorsal centrooceánica?
Ésa es una buena observación, y sí, lo hacen. Es interesante
apuntar que hay muy pocas cosas realmente fijas sobre la superficie de la Tierra. Cuando hablamos de movimiento de
estructuras sobre la Tierra, debemos tener en cuenta la siguiente cuestión: «¿Moverse en relación con qué?» Sin duda,
la dorsal centrooceánica se mueve en relación con los continentes (lo cual a veces provoca la subducción de segmentos
de las dorsales centrooceánicas debajo de los continentes).
Además, la dorsal centrooceánica se mueve en relación con un
punto fijo situado fuera de la Tierra. Eso significa que un observador que orbite por encima de la Tierra vería, tras sólo
unos pocos millones de años, que todas las estructuras continentales y del fondo oceánico, así como los bordes de placa,
realmente se mueven. La excepción son los puntos calientes,
que parecen ser relativamente estacionarios y pueden utilizarse para determinar los movimientos de otras estructuras.
67
La existencia de las plumas del manto y su relación
con los puntos calientes están bien documentadas. La
mayoría de plumas del manto son estructuras muy antiguas que parecen mantener posiciones relativamente fijas dentro del manto. Además, la investigación sugiere
que al menos algunas plumas del manto se originan a
gran profundidad, quizás en el límite manto-núcleo.
Otras, en cambio, pueden tener un origen mucho menos
profundo. De los aproximadamente 40 puntos calientes
identificados, más de una docena están localizados cerca
de centros de expansión. Por ejemplo, la pluma del manto
situada debajo de Islandia es responsable de la gran acumulación de rocas volcánicas que se encuentra a lo largo
de la sección septentrional de la dorsal Centroatlántica.
Medición del movimiento de las placas
Se han utilizado algunos métodos para establecer la dirección y la velocidad del movimiento de las placas. Como
se ha comentado antes, las «huellas» de los puntos calientes como los de la cadena de islas Hawaii-Emperador
marcan la dirección del movimiento de la placa del Pacífico en relación con el manto subyacente. Además, midiendo la longitud de esta cadena volcánica y el intervalo
de tiempo entre la formación de la estructura más antigua
(el monte submarino Suiko) y la estructura más joven
(Hawaii), se puede calcular una velocidad media del movimiento de la placa. En este caso, la cadena volcánica
mide unos 3.000 kilómetros de longitud y se formó durante los últimos 65 millones de años: el cálculo de la velocidad media de movimiento da como resultado unos 9
centímetros al año. La exactitud de este cálculo depende
de la posición fija del punto caliente en el manto.
El paleomagnetismo y los movimientos
de placas
El paleomagnetismo almacenado en las rocas del fondo
oceánico también proporciona un método de medición de
las velocidades del movimiento de las placas (al menos la
media durante millones de años). Recordemos que aparece un modelo simétrico de franjas magnéticas a ambos lados de la dorsal oceánica. Poco después de este descubrimiento, los investigadores empezaron a asignar edades a
las franjas magnéticas mediante la escala de tiempo magnético elaborada a partir de las coladas de lava en la tierra. Una vez determinadas la edad de la franja magnética
y su distancia a la cresta de la dorsal, puede calcularse la
velocidad media del movimiento de las placas.
Por ejemplo, el límite entre las épocas de Gauss y de
Matuyama se sitúa hace unos 2,5 millones de años. A lo largo de una sección de la dorsal Centroatlántica, la distan-
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
cia desde el eje de la dorsal a este límite es de alrededor de
25 kilómetros en ambas direcciones, para una distancia total de 50 kilómetros. La velocidad de expansión del fondo
oceánico de esta sección de la dorsal Centroatlántica es de
50 kilómetros cada 2,5 millones de años, o de 2 centímetros al año. Por tanto, Norteamérica se mueve en relación
con Europa a una velocidad de aproximadamente 2 centímetros al año. Recordemos que la dirección de la expansión del fondo oceánico puede establecerse a partir de las
zonas de fractura encontradas en el fondo oceánico. (Es
importante destacar que estas mediciones son el movimiento de una placa en relación con sus vecinas.)
Medición de las velocidades de las placas
desde el espacio
En la actualidad es posible, utilizando la tecnología espacial,
medir directamente el movimiento relativo entre placas.
Eso se realiza estableciendo periódicamente las localizaciones exactas y, por tanto, la distancia entre dos estaciones
de observación situadas en los lados opuestos de un borde
de placa. Dos de los métodos utilizados para realizar este
cálculo son la Interferometría basal muy larga (VLBI, del inglés Very Long Baseline Interferometry) y una técnica de
posicionamiento por satélite que utiliza el Sistema de Posicionamiento Global (GPS). En el sistema de la Interferometría
basal muy larga se utilizan grandes radiotelescopios para registrar señales de quásares (objetos casi estelares) muy distantes (Figura 2.27). Los quásares se encuentran a millares
de millones de años luz de la Tierra, de modo que actúan
como puntos de referencia estacionarios. Las diferencias de
milisegundos en los tiempos de llegada de la misma señal
a distintos observatorios con dirección a la Tierra propor-
cionan una manera de establecer la distancia precisa entre
los receptores. La realización de un estudio típico puede
tardar un día y obliga a utilizar dos radiotelescopios muy separados que observen quizás una docena de quásares, de 5
a 10 veces cada uno. Este esquema proporciona una estimación de la distancia entre estos observatorios con una
precisión de unos 2 centímetros. Repitiendo este experimento más tarde, los investigadores pueden establecer el
movimiento relativo de estos lugares. Este método ha sido
particularmente útil para establecer los movimientos a
gran escala de las placas, como la separación que se está
produciendo entre Estados Unidos y Europa.
Quizás esté familiarizado con el Sistema de Posicionamiento Global, que es parte del sistema de navegación utilizado en los automóviles para localizar la posición
propia y dar direcciones hacia otra localización. En el Sistema de Posicionamiento Global se utilizan numerosos satélites en lugar de una fuente extragaláctica para medir con
precisión la localización de un punto determinado en la
superficie terrestre. Utilizando dos receptores de GPS
muy separados, pueden utilizarse las señales obtenidas por
estos instrumentos para calcular sus posiciones relativas
con una precisión considerable. Se ha demostrado que las
técnicas en las que se utilizan receptores de GPS son útiles para establecer los movimientos a pequeña escala de la
corteza como los que se producen a lo largo de las fallas
en regiones tectónicamente activas.
Los datos obtenidos de éstas y otras técnicas confirman el hecho de que se ha detectado movimiento de placas real. Los cálculos demuestran que Hawaii se mueve hacia el noroeste y se aproxima a Japón a 8,3 centímetros al
año (Figura 2.28). Un punto de Maryland se está alejando
de otro en Inglaterra a una velocidad de aproximadamente 1,7 centímetros al año (una velocidad próxima a la velocidad de expansión de 2,3 centímetros al año que se estableció a partir de los datos paleomagnéticos).
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Finalizará la tectónica de placas?
▲ Figura 2.27 Radiotelescopios como éste de Green Bank, West
Virginia, se utilizan para determinar con precisión la distancia entre
dos puntos alejados. Los datos recogidos por mediciones repetidas
han detectado movimientos relativos de las placas de 1 a 15
centímetros al año entre distintos puntos de todo el mundo
(cortesía de National Radio Astronomy Observatory).
Dado que los procesos de la tectónica de placas son alimentados por el calor procedente del interior de la Tierra (que es
una cantidad finita), las fuerzas irán disminuyendo en algún
momento del futuro lejano hasta el punto de que las placas
dejarán de moverse. El trabajo de los procesos externos, sin
embargo, continuará erosionando las estructuras de la superficie de la Tierra, la mayoría de las cuales acabarán erosionándose hasta ser planas. Qué mundo tan distinto será: una
Tierra sin terremotos, sin volcanes y sin montañas. ¡Dominarán las llanuras!
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¿Qué impulsa los movimientos de las placas?
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Dorsal
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Placa
Norteamericana
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Velocidades
de la VLBI en
centímetros al año
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Pacífico
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Placa Norteamericana
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Placa de Scotia
Placa Antártica
Placa Antártica
▲ Figura 2.28 Este mapa ilustra las direcciones y las velocidades del movimiento de las placas en centímetros al año. Las velocidades de la
expansión del fondo oceánico (como se muestra con flechas y cifras negras) se basan en el espaciado de las franjas magnéticas datadas
(anomalías). Las flechas coloreadas muestran los datos sobre el movimiento de placas obtenidas por la Interferometría basal muy larga (VLBI)
en localizaciones seleccionadas. Los datos obtenidos mediante estos métodos son consistentes. (Datos del fondo oceánico de DeMets y
colaboradores, datos de la VLBI de Ryan y colaboradores.)
¿Qué impulsa los movimientos
de las placas?
La teoría de la tectónica de placas describe el movimiento
de las placas y el papel que este movimiento representa en
la generación o la modificación de las principales estructuras de la corteza terrestre. Por consiguiente, la aceptación de la tectónica de placas no depende del conocimiento exacto de qué impulsa los movimientos de las
placas. Afortunadamente es así, porque ninguno de los
modelos propuestos hasta ahora puede explicar todos los
principales aspectos de la tectónica de placas. Sin embargo, en general los investigadores están de acuerdo en lo siguiente:
1. El flujo convectivo del manto rocoso de 2.900
kilómetros de espesor (donde las rocas calientes y flotantes ascienden y el material más frío
y denso se hunde) es la fuerza impulsora subyacente que provoca el movimiento de las placas.
2. La convección del manto y la tectónica de placas forman parte del mismo sistema. Las placas
oceánicas en subducción conducen la porción
fría de la corriente de convección que se mueve hacia abajo, mientras el afloramiento some-
ro de rocas calientes a lo largo de las dorsales
oceánicas y las plumas calientes del manto son
la rama de flujo ascendente del mecanismo convectivo.
3. Los movimientos lentos de las placas terrestres y
el manto son dirigidos, en última instancia, por
la distribución desigual del calor en el interior de
la Tierra. Además, esta corriente es el mecanismo que transmite el calor del núcleo de la Tierra y lo hace ascender a través del manto.
Lo que no se conoce con ningún grado de certeza es la naturaleza precisa de esta corriente de convección.
Algunos investigadores han argumentado que el
manto es como un pastel de capas gigante, dividido a una
profundidad de 660 kilómetros. La convección actúa en
ambas capas, pero la mezcla entre capas es mínima. Al otro
extremo del espectro se encuentra el modelo según el cual
se parece ligeramente a un cazo de sopa justo a punto de
hervir, agitándose muy despacio de arriba abajo durante
eones de tiempo geológico. Ninguno de los modelos se
ajusta a todos los datos disponibles. Primero observaremos
algunos de los mecanismos que se cree que contribuyen al
movimiento de las placas y luego examinaremos algunos
de los modelos que se han propuesto para describir la
convección placas-manto.
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
cidades de movimiento de las placa son relativamente rápidas, también respalda la noción de que la fuerza de arrastre de la placa es más importante que la fuerza de empuje de la dorsal. Son ejemplos de ello las placas del Pacífico,
de Nazca y de Cocos, todas ellas con velocidades de expansión que superan los 10 centímetros al año.
Otra fuerza impulsora se produce por el arrastre de
una placa en subducción en el manto adyacente. El resultado es una circulación inducida del manto que empuja
ambas placas, la subducida y la superpuesta hacia la fosa.
Dado que esta corriente de manto tiende a «succionar» las
placas cercanas (de una manera parecida a cuando se saca
el tapón de la bañera), se denomina fuerza de succión de
la placa (Figura 2.29). Aun cuando una placa en subducción se separe de la placa suprayacente, ésta continuará su
descenso por la corriente en el manto y, por consiguiente, continuará provocando el movimiento de placas.
Fuerzas que impulsan el movimiento
de las placas
Varias fuerzas actúan sobre las placas terrestres: algunas de
ellas son fuerzas impulsoras, mientras que unas pocas se
oponen al movimiento de las placas. Las fuerzas impulsoras son: la fuerza de arrastre de la placa, la fuerza de empuje de la dorsal y la fuerza de succión de la placa; las fuerzas que
tienden a impedir el movimiento de las placas son la fuerza de resistencia de la placa y la fuerza de arrastre del manto.
Fuerza de arrastre de la placa, fuerza de empuje de dorsal y fuerza de succión de la placa Existe acuerdo general en que la subducción de las capas frías y densas de la
litosfera oceánica es la principal fuerza impulsora del movimiento de las placas (Figura 2.29). A medida que estas
capas se hunden en la astenosfera, «tiran de» la placa a remolque. Este fenómeno, denominado fuerza de arrastre
de la placa, se produce porque las capas antiguas de la litosfera oceánica son más densas que la astenosfera subyacente y, por tanto, se «hunden como una roca».
Otra fuerza impulsora importante se denomina
fuerza de empuje de la dorsal (Figura 2.29). Este mecanismo accionado por la gravedad es consecuencia de la
posición elevada de la dorsal oceánica, que hace que las capas de la litosfera se «deslicen» hacia abajo por los flancos de la dorsal. La fuerza de empuje de la dorsal parece
contribuir mucho menos a los movimientos de las placas
que la fuerza de arrastre de la placa. Nótese que, a pesar
de su mayor altura media sobre el fondo oceánico, las velocidades de expansión a lo largo de la dorsal Centroatlántica son considerablemente inferiores que las velocidades de expansión a lo largo de la dorsal del Pacífico
oriental, que es menos empinada (véase Figura 2.28). El
hecho de que cuando más del 20 por ciento del perímetro de una placa consta de zonas de subducción, las velo-
Fuerza de arrastre del manto y fuerza de resistencia de
la placa Entre las fuerzas que contrarrestan el movimiento de las placas se cuenta la fuerza de resistencia
de la placa (fricción), que se produce cuando una placa
en subducción roza contra una placa superpuesta (Figura 2.29). La cantidad de resistencia a lo largo de una zona
de subducción puede calcularse a partir de la actividad
sísmica.
Debajo de la placa, la fuerza de arrastre del manto ayuda a producir el movimiento de las placas cuando
la corriente de la astenosfera tiene la misma dirección y
su magnitud supera la de la placa. Sin embargo, a menudo la fuerza de arrastre del manto actúa en la dirección
opuesta y contrarresta el movimiento de la placa. La fuerza de arrastre del manto por debajo de los continentes es
varias veces mayor que por debajo de la litosfera oceánica, porque la litosfera continental es más gruesa que la litosfera oceánica y, por tanto, se extiende a más profundi-
▲
Figura 2.29 Ilustración de algunas de
las fuerzas que actúan sobre las placas:
algunas son fuerzas impulsoras, mientras
unas pocas se oponen al movimiento de
las placas.
Succión de la placa
Ar
ra
st
re
Corriente
inducida
del manto
Arrastre
del manto
de
la
pl
ac
a
Resistencia
de la placa
(fricción)
La corriente inducida
del manto provoca
la succión de la placa
Empuje de la dorsal
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¿Qué impulsa los movimientos de las placas?
dad en el manto, donde el material es más viscoso (menos fluido).
Modelos de convección placas-manto
Cualquier modelo de convección placa-manto debe ser
coherente con las propiedades fisicoquímicas observadas
del manto. Cuando se propuso por primera vez la expansión del fondo oceánico, los geólogos sugirieron que la
convección en el manto consistía en corrientes ascendentes que procedían de las profundidades del manto por debajo de las dorsales oceánicas. Se creía que, después de alcanzar la base de la litosfera, estas corrientes se expandían
lateralmente y separaban las placas. Por tanto, se consideraba que las placas eran transportadas pasivamente por
la corriente del manto. Sin embargo, según las pruebas físicas, empezó a verse claro que el flujo por debajo de las
dorsales oceánicas es poco profundo y no está relacionado con la convección profunda del manto. Es el movimiento horizontal de las placas litosféricas que se apartan
de la dorsal el que provoca el afloramiento del manto y no
al revés. También observamos que el movimiento de las
placas controla las corrientes de convección del manto.
Cuando las placas se mueven, arrastran el material adyacente, induciendo así la corriente del manto. Por tanto, los
modelos modernos consideran las placas como parte integral de la convección del manto y quizás incluso como
su componente más activo.
Además, cualquier modelo aceptable debe explicar
por qué las lavas basálticas que entran en erupción a lo largo de la dorsal oceánica tienen una composición bastante homogénea y carecen de algunos elementos traza. Se ha
demostrado que los basaltos de la dorsal derivan de rocas
situadas en el manto superior que experimentaron un período anterior de diferenciación química, en el que desaparecieron estos elementos. Por el contrario, se encuentran concentraciones mayores de estos mismos elementos
en las erupciones basálticas asociadas con el volcanismo de
puntos calientes. Puesto que las lavas basálticas que entran
en erupción en lugares distintos tienen distintas concentraciones de elementos traza, se supone que derivan de regiones químicamente diferenciadas del manto. Se cree
que los basaltos asociados con las plumas del manto proceden de una fuente primitiva (menos diferenciada), que
es más parecida a la composición química media del manto primitivo.
Estratificación a 660 kilómetros Antes nos hemos referido a la versión del «pastel de capas» de la convección del
manto. Como se muestra en la Figura 2.30A, uno de estos modelos estratificados tiene dos zonas de convección:
una capa convectiva delgada por encima de los 660 kilómetros y otra gruesa situada debajo. Este modelo ofrece
71
una explicación satisfactoria de por qué las lavas basálticas que entran en erupción a lo largo de las dorsales oceánicas tienen una composición algo diferente de las lavas
que entran en erupción en Hawaii como consecuencia de
la actividad de los puntos calientes. Los basaltos de la dorsal centrooceánica proceden de la capa convectiva superior, que está bien mezclada, mientras que la pluma del
manto que alimenta los volcanes hawaianos utiliza una
fuente más profunda, más primitiva, que reside en la capa
convectiva inferior.
A pesar de las pruebas que respaldan este modelo, las
imágenes sísmicas han demostrado que las placas en subducción de la litosfera oceánica fría pueden atravesar el límite de los 660 kilómetros. La litosfera en subducción debería servir para mezclar ambas capas, la superior y la
inferior. Por consiguiente, la estructura estratificada del
manto se destruiría.
Convección de todo el manto A causa de los problemas
que plantea el modelo estratificado, los investigadores
empezaron a preferir la convección de todo el manto. En
un modelo de convección de todo el manto, las placas de
litosfera oceánica fría descienden al manto inferior, agitando así todo el manto (Figura 2.30B). A la vez, las plumas del manto caliente que se generan cerca del límite
manto-núcleo transportan el calor hacia la superficie. Se
ha sugerido que a las velocidades extremadamente lentas
de la convección, habría rocas del manto primitivo (con
todos sus componentes) en cantidades suficientes para
alimentar las plumas del manto ascendentes.
Sin embargo, estudios recientes han demostrado
que la mezcla de todo el manto haría que éste se mezclara en cuestión de unos pocos centenares de millones de
años. Esta mezcla tendería a eliminar la fuente de magma
primitivo observada en el volcanismo de puntos calientes.
Modelo de capa profunda Una posibilidad que queda es
la estratificación más profunda del manto. Se ha descrito
un modelo de capa profunda como analogía de una «lámpara de lava» en una localización baja. Como se muestra
en la Figura 2.30C, quizás el tercio inferior del manto es
como el fluido coloreado de la parte inferior de una lámpara de lava. El calor procedente del interior de la Tierra
hace que las dos capas crezcan y se encojan según unos esquemas complejos sin que se produzca una mezcla sustancial, de una manera similar a los patrones observados
en una lámpara de lava. Una pequeña cantidad de material de la capa inferior asciende mientras las plumas del
manto generan volcanismo de puntos calientes en la superficie.
Este modelo proporciona las dos fuentes del manto
químicamente distintas que los datos observacionales necesitan. Además, es compatible con las imágenes sísmicas
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
▲
Litosfera
oceánica
Arrastre
de las placas
en una fosa
Empuje de la dorsal
Astenosfera
Mesosfera
Núcleo
A. Estratificación a 660 kilómetros
Rastro
volcánico
Dorsal
Punto
caliente
Placa oceánica
descendente
Astenosfera
Pluma
ascendente
Mesosfera
Núcleo
B. Convección de todo el manto
Rastro
volcánico
Dorsal oceánica
Punto
caliente
fera
nos
e
Ast
660 km
Figura 2.30 Modelos propuestos para la
convección del manto. A. El modelo que se
muestra en esta ilustración consiste en dos
niveles de convección: una capa de
convección delgada por encima de los 660
kilómetros y otra gruesa por debajo. B. En este
modelo de convección de todo el manto, la
litosfera oceánica fría desciende a la parte
inferior del manto mientras las plumas
calientes del manto transportan el calor hacia
la superficie. C. Este modelo de capa profunda
sugiere que el manto funciona de una manera
similar a como lo hace una lámpara de lava. El
calor de la Tierra hace que estos niveles de
convección crezcan y se encojan lentamente
en modelos complejos sin que se produzca
ninguna mezcla sustancial. Algún material del
nivel inferior asciende en forma de plumas del
manto.
C. Modelo de capa profunda
Pluma
del manto
Núcleo
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La importancia de la teoría de la tectónica de placas
que muestran el hundimiento de las placas litosféricas frías en las profundidades del manto. Pese a su atractivo,
existen muy pocas pruebas sísmicas que sugieran la existencia de una capa profunda del manto de esta naturaleza, a excepción de una capa muy delgada situada justo encima del límite manto-núcleo.
Aunque todavía hay mucho que aprender sobre los
mecanismos que provocan el movimiento de las placas,
algunos hechos son claros. La distribución desigual del
calor en el interior de la tierra genera algún tipo de convección térmica que acaba produciendo el movimiento
de las placas y el manto. Las placas litosféricas descendentes que sirven para transportar material frío al manto proporcionan la principal fuerza impulsora. Además,
las plumas del manto, que se generan en el límite núcleo-manto, transportan calor desde el núcleo hacia el
manto.
La importancia de la teoría
de la tectónica de placas
La tectónica de placas es la primera teoría que proporciona una visión exhaustiva de los procesos que produjeron las principales estructuras de la superficie terrestre,
73
incluidos los continentes y las cuencas oceánicas. Como
tal, ha relacionado muchos aspectos de la Geología que
antes se consideraban no relacionados. Varias ramas de la
Geología se han unido para proporcionar una mejor comprensión del funcionamiento de nuestro dinámico planeta. Dentro del marco de la tectónica de placas, los geólogos han encontrado explicaciones para la distribución
geológica de los terremotos, los volcanes y los cinturones
montañosos. Además, ahora podemos explicar mejor las
distribuciones de plantas y animales en el pasado geológico, así como la distribución de los depósitos de minerales económicamente importantes.
Pese a su utilidad para explicar muchos de los procesos geológicos a gran escala que operan en la Tierra,
la tectónica de placas no se comprende por completo. El
modelo que se presentó en 1968 era simplemente un
marco básico que dejaba muchos detalles para la investigación posterior. Mediante pruebas fundamentales, este
modelo inicial se ha ido modificando y ampliando para
convertirse en la teoría que hoy conocemos. Sin duda, la
teoría actual se perfeccionará conforme se obtengan más
datos y observaciones. La teoría de la tectónica de placas, pese a ser una herramienta poderosa, es, sin embargo, un modelo evolutivo de los procesos dinámicos de la
Tierra.
Resumen
• A principios del siglo XX Alfred Wegener estableció la
hipótesis de la deriva continental. Uno de sus más importantes principios era que un supercontinente denominado Pangea empezó a separarse en continentes
más pequeños hace unos 200 millones de años. Los
fragmentos continentales menores «emigraron» entonces a sus posiciones actuales. Para apoyar la afirmación de que los continentes ahora separados estuvieron unidos en alguna ocasión, Wegener y otros
utilizaron el ajuste entre Sudamérica y África, las evidencias fósiles, los tipos y estructuras rocosas y los climas
antiguos. Una de las principales objeciones a la hipótesis de la deriva continental fue su incapacidad para
proporcionar un mecanismo aceptable para el movimiento de los continentes.
• Del estudio del paleomagnetismo los investigadores
aprendieron que los continentes habían migrado,
como proponía Wegener. En 1962, Harry Hess formuló la idea de la expansión del fondo oceánico, que establece que se está generando continuamente nuevo
fondo oceánico en las dorsales centrooceánicas y que
el fondo oceánico antiguo y denso se consume en las
fosas submarinas. El descubrimiento de franjas alternas de magnetismo de intensidad alta y baja, que son
paralelas a las crestas de las dorsales, proporcionaron
apoyo a la teoría de la expansión del fondo oceánico.
• En 1968, la deriva continental y la expansión del fondo oceánico se unieron en una teoría mucho más completa conocida como tectónica de placas. Según la tectónica de placas, la capa externa rígida de la tierra
(litosfera) se encuentra por encima de una región más
débil, denominada astenosfera. Además, la litosfera está
dividida en siete grandes fragmentos y otros más pequeños, denominados placas, que están en movimiento y cambiando continuamente de forma y tamaño.
Las placas se mueven como unidades relativamente
coherentes y se deforman fundamentalmente a lo largo de sus bordes.
• Los bordes de placa divergentes aparecen donde las placas se separan, provocando el ascenso de material desde el manto para crear nuevo fondo oceánico. La ma-
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CAPÍTULO 2
Tectónica de placas: el desarrollo de una revolución científica
yoría de los bordes divergentes se localiza a lo largo
del eje del sistema de dorsales oceánicas y está asociada con la expansión del fondo oceánico, que se produce a velocidades de 2 a 15 centímetros al año. Dentro de un continente pueden formarse nuevos bordes
divergentes (por ejemplo, los valles de rift del este de
África), donde pueden fragmentar las masas continentales y desarrollar una nueva cuenca oceánica.
• Los bordes de placa convergentes aparecen donde las placas colisionan, provocando la subducción (consumo)
de la litosfera oceánica en el manto a lo largo de una
fosa submarina. La convergencia entre un bloque
oceánico y uno continental provoca la subducción de
la placa oceánica y la formación de un arco volcánico
continental como el de los Andes de Sudamérica. La
convergencia océano-océano produce una cadena en
forma de arco de islas volcánicas denominada arco de
islas volcánicas. Cuando dos placas que transportan corteza continental convergen, las dos placas tienen demasiada capacidad de flotación como para subducir. El
resultado es una «colisión» que provoca la formación
de una cadena montañosa como la del Himalaya.
• Los bordes (pasivos) de falla transformante se localizan
donde las placas se desplazan una con respecto a la
otra sin producción ni destrucción de litosfera. La
mayoría de las fallas transformantes une dos segmentos de dorsal Oceánica. Otras conectan centros de expansión con zonas de subducción y facilitan así el
transporte de la corteza oceánica creada en la cresta de
una dorsal a su lugar de destrucción, una fosa subma-
rina. Aún otras, como la falla de San Andrés, atraviesan la corteza continental.
• La teoría de la tectónica de placas se ve apoyada por:
(1) la distribución global de los terremotos y su estrecha asociación con los bordes de placa; (2) la edad y el
grosor de los sedimentos de los fondos de las cuencas
submarinas, y (3) la existencia de cadenas de islas que
se formaron sobre puntos calientes y proporcionaron un
entramado de referencia para trazar la dirección del
movimiento de las placas.
• En la actualidad se están evaluando tres modelos básicos para la convección del manto. Los mecanismos
que contribuyen al flujo convectivo son la fuerza de
arrastre de la placa, la fuerza de empuje de la dorsal
y las plumas del manto. La fuerza de arrastre de la
placa se produce cuando la litosfera oceánica fría y
densa es subducida y tira de la litosfera. La fuerza de
empuje de la dorsal tiene lugar cuando la gravedad
pone en movimiento las placas elevadas a ambos lados de las dorsales oceánicas. Las plumas del manto,
calientes y flotantes, son consideradas las ramas de
corriente ascendente de la convección del manto. Un
modelo sugiere que la convección del manto se produce en dos capas separadas a una profundidad de
660 kilómetros. Otro modelo propone una convección de todo el manto que afectaría a todo el manto
rocoso de 2.900 kilómetros de grosor. Y un último
modelo sugiere que el tercio inferior del manto se
abomba de manera gradual hacia arriba en algunas
zonas y se hunde en otras sin una mezcla apreciable.
Preguntas de repaso
1. ¿A quién se atribuye el desarrollo de la hipótesis de
la deriva continental?
2. ¿Cuál fue probablemente la primera prueba que
condujo a algunos a sospechar que los continentes
habían estado conectados?
3. ¿Qué es Pangea?
4. Enumere las pruebas que Wegener y sus partidarios
recogieron para apoyar la hipótesis de la deriva continental.
5. Explique por qué el descubrimiento de restos fósiles de Mesosaurus en Sudamérica y África, pero no
en ningún otro lugar, respalda la hipótesis de la deriva continental.
6. A principios del siglo XX, ¿cuál era la opinión predominante sobre cómo migraban los animales terrestres a través de los enormes espacios oceánicos?
7. ¿Cómo explicó Wegener la existencia de glaciares
en las masas continentales meridionales, mientras al
mismo tiempo en algunas zonas de Norteamérica,
Europa y Siberia se encontraban pantanos tropicales?
8. Explique cómo puede utilizarse el paleomagnetismo
para establecer la latitud de un lugar específico en
algún momento anterior.
9. ¿Qué se entiende por expansión del fondo oceánico? ¿A quién se atribuye la formulación del concepto de expansión de fondo oceánico? ¿Dónde se
2_Capítulo 2
9/6/05
08:59
Página 75
Recursos de la web
está produciendo expansión activa del fondo oceánico en la actualidad?
10. Describa cómo Fred Vine y D. H. Matthews relacionaron la hipótesis de la expansión del fondo
oceánico con las inversiones magnéticas.
11. ¿Dónde se forma la litosfera? ¿Dónde se consume?
¿Por qué la litosfera debe producirse aproximadamente a la misma velocidad que se destruye?
12. ¿Por qué es subducida la porción oceánica de una
placa litosférica, mientras que no lo es la porción
continental?
13. Describa brevemente cómo se formaron las montañas del Himalaya.
14. Distinga entre fallas transformantes y los otros dos
tipos de bordes de placa.
15. Algunas personas predicen que California se hundirá en el océano. ¿Esta idea es compatible con el
concepto de la tectónica de placas?
75
16. ¿Qué edad tienen los sedimentos más antiguos recuperados mediante la perforación submarina?
¿Cómo se comparan las edades de estos sedimentos
con las edades de las rocas continentales más antiguas?
17. Aplicando la idea de que los puntos calientes permanecen fijos, ¿en qué dirección se estaba moviendo la placa del Pacífico mientras los montes
Emperador se estaban formando? (véase Figura
2.26, pág. 66) ¿Y mientras se formaban las islas
Hawaii?
18. ¿Con qué tipo de borde de placa están asociados los
siguientes lugares o estructuras?: Himalaya, islas
Aleutianas, mar Rojo, Andes, falla de San Andrés,
Islandia, Japón, monte de Santa Helena.
19. Describa brevemente los tres modelos propuestos
para la convección manto-placa. ¿Qué falta en cada
uno de estos modelos?
Términos fundamentales
arco de islas
arco de islas volcánicas
arco volcánico continental
arrastre de placas
astenosfera
borde convergente
borde transformante
(borde pasivo)
borde divergente
centro de expansión
deriva continental
escala de tiempo
magnético
expansión del fondo
oceánico
fosa submarina
fuerza de arrastre del
manto
fuerza de empuje de la
dorsal
fusión parcial
inversión geomagnética
litosfera
magnetismo remanente
magnetómetro
paleomagnetismo
Pangea
placa
pluma del manto
polaridad invertida
polaridad normal
punto caliente
punto de Curie
resistencia de la placa
rift o valle de rift
sistema de dorsales
oceánicas
succión de la placa
tectónica de placas
zona de subducción
zona de fractura
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
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• Búsquedas de términos clave en toda la red.
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3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 77
CAPÍTULO 3
Materia
y minerales
Minerales: componentes básicos
de las rocas
Composición de los minerales
Estructura atómica
Enlace
Isótopos y radiactividad
Estructura de los minerales
Propiedades físicas de los minerales
Principales propiedades diagnósticas
Otras propiedades de los minerales
Grupos minerales
Los silicatos
El tetraedro silicio-oxígeno
Otras estructuras de silicatos
Ensamblaje de las estructuras de silicatos
Silicatos comunes
Los silicatos claros
Los silicatos oscuros
Minerales no silicatados importantes
77
Página 78
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
L
en cierta manera dependientes de las propiedades de esos
materiales básicos de la Tierra. Acontecimientos como las
erupciones volcánicas, la formación de montañas, la meteorización y la erosión, e incluso los terremotos, implican rocas
y minerales. Por consiguiente, es esencial un conocimiento
básico de los materiales terrestres para comprender todos
los fenómenos geológicos.
Minerales: componentes básicos
de las rocas
IE N C
A
I
a corteza terrestre y los océanos son la fuente de una
amplia variedad de minerales útiles y esenciales (Figura
3.1). De hecho, prácticamente todos los productos fabricados contienen materiales obtenidos de los minerales. La
mayoría de la gente está familiarizada con los usos comunes
de muchos metales básicos, entre ellos el aluminio de las latas
de bebida, el cobre de los cables eléctricos y el oro y la plata
en joyería. Pero algunos no saben que la mina de un lapicero
contiene el mineral de tacto graso denominado grafito y que
los polvos de talco que se utilizan con los bebés proceden de
una roca metamórfica compuesta del mineral talco. Además,
muchos no saben que las brocas utilizadas por los dentistas
para taladrar el esmalte de los dientes están impregnadas de
diamante, o que el mineral común cuarzo es la fuente de silicio para los chips de computador. Conforme crecen las necesidades de minerales de la sociedad moderna, lo hace también la necesidad para localizar más zonas de abastecimiento
de minerales útiles, lo que se vuelve también más estimulante.
Además de los usos económicos de las rocas y los minerales, todos los procesos estudiados por los geólogos son
ERR
78
09:40
TI
9/6/05
Materia y minerales
Introducción
▲
3Capítulo 3
S D LA
E
Vamos a empezar nuestra discusión de los materiales terrestres con una visión panorámica de la mineralogía
(mineral mineral; ología el estudio de), ya que los
A.
B.
C.
D.
E.
F.
G.
H.
I.
▲ Figura 3.1 Muestras de minerales. A. Cuarzo; B. Olivino (variedad fosterita); C. Fluorita; D. Rejalgar; E. Berilo (variedad aguamarina);
F. Bornita y calcopirita; G. Cobre nativo; H. Pepita de oro; I. Diamante tallado. (Fotos A-F de Dennis Tasa; G de E. J. Tarbuck; H e I de Dane
Pendland, cortesía de la Smithsonian Institution.)
3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 79
Minerales: componentes básicos de las rocas
minerales son los componentes básicos de las rocas. Los
geólogos definen los minerales como cualquier sólido
inorgánico natural que posea una estructura interna ordenada y una composición química definida. Por tanto,
para que se considere mineral cualquier material terrestre, debe presentar las siguientes características:
1. Debe aparecer de forma natural.
2. Debe ser inorgánico.
3. Debe ser un sólido.
4. Debe poseer una estructura interna ordenada, es
decir, sus átomos deben estar dispuestos según un
modelo definido.
5. Debe tener una composición química definida, que
puede variar dentro de unos límites.
Cuando los geólogos utilizan el término mineral, sólo
consideran minerales las sustancias que satisfacen estos
criterios. Por consiguiente, los diamantes sintéticos, y
una gran variedad de otros materiales útiles producidos
por los químicos, no se consideran minerales. Además, la
piedra preciosa ópalo se clasifica como un mineraloide, an-
79
tes que como un mineral, porque carece de una estructura interna ordenada.
Las rocas, por otro lado, se definen de una manera
menos precisa. Una roca es cualquier masa sólida de materia mineral, o parecida a mineral, que se presenta de
forma natural como parte de nuestro planeta. Unas pocas
rocas están compuestas casi por completo de un solo mineral. Un ejemplo común es la roca sedimentaria caliza,
que está compuesta de masas impurificadas del mineral
calcita. Sin embargo, la mayoría de las rocas, como el
granito común (mostrado en la Figura 3.2), aparece
como agregados de varias clases de minerales. Aquí, el
término agregado significa que los minerales están unidos
de tal forma que se conservan las propiedades de cada
uno. Obsérvese que pueden identificarse con facilidad los
constituyentes minerales de la muestra de granito mostrada en la Figura 3.2.
Unas pocas rocas están compuestas de materia no
mineral. Entre ellas las rocas volcánicas obsidiana y pumita, que son sustancias vítreas no cristalinas, y el carbón,
que consiste en restos orgánicos sólidos.
Aunque en este capítulo se aborda fundamentalmente la naturaleza de los minerales, se tiene en cuenta
Cuarzo
(mineral)
Hornblenda
(mineral)
Feldespato
(mineral)
▲
Granito
(roca)
Figura 3.2 La mayoría de las rocas
son agregados de varias clases de
minerales.
3Capítulo 3
80
9/6/05
09:40
Página 80
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
que la mayor parte de las rocas son simplemente agregados de minerales. Dado que las propiedades de las rocas
vienen determinadas en gran medida por la composición
química y la estructura interna de los minerales contenidos en ellas, consideraremos primero esos materiales terrestres. En los capítulos posteriores se considerarán los
principales tipos de rocas.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Los minerales de los que hemos hablado en clase
son los mismos que los que se encuentran en los
complementos alimenticios?
Normalmente no. Desde un punto de vista geológico, un mineral debe ser un sólido cristalino presente en la naturaleza.
Los minerales que se encuentran en los complementos alimenticios son compuestos inorgánicos fabricados por el hombre que contienen elementos necesarios para sustentar la vida.
Estos minerales alimenticios suelen contener elementos que
son metales (calcio, potasio, magnesio y hierro) y cantidades
mínimas de una docena de otros elementos, como el cobre,
el níquel y el vanadio. Aunque estos dos tipos de «minerales»
son diferentes, están relacionados. La fuente de los elementos utilizados para hacer complementos alimenticios son, de
hecho, los minerales presentes en la naturaleza en la corteza
terrestre. También debe observarse que las vitaminas son
compuestos orgánicos producidos por organismos vivos, no compuestos inorgánicos, como los minerales.
▲
Recuadro 3.1
Composición de los minerales
Cada uno de los casi 4.000 minerales de la Tierra está exclusivamente definido por su composición química y su
estructura interna. En otras palabras, cada muestra del
mismo mineral contiene los mismos elementos reunidos
en un modelo regular y repetitivo. Revisaremos primero
los componentes básicos de los minerales, los elementos, y
luego examinaremos cómo los elementos se reúnen para
formar estructuras minerales.
En la actualidad se conocen 112 elementos. De
ellos, sólo 92 aparecen de forma natural (Figura 3.3). Algunos minerales, como el oro o el azufre, están compuestos exclusivamente de un elemento. Pero la mayoría
consta de una combinación de dos o más elementos, reunidos para formar un compuesto químicamente estable.
Para entender mejor cómo se combinan los elementos
para formar moléculas y compuestos, debemos considerar primero el átomo (a no; tomos cortar), la parte
más pequeña de la materia, que conserva todavía las características de un elemento. Es esta partícula extremadamente pequeña la que hace la combinación.
Estructura atómica
En la Figura 3.4 se muestran dos modelos simplificados
que ilustran la estructura atómica básica. Obsérvese que
los átomos tienen una región central, denominada núcleo (nucleos nuez pequeña), que contiene protones
muy densos (partículas con carga eléctrica positiva) y
El hombre y el medio ambiente
Hacer cristal a partir de minerales
Muchos objetos cotidianos están fabricados con vidrio, entre ellos los cristales de
las ventanas, las jarras y las botellas, y las
lentes de algunas gafas. El ser humano ha
estado haciendo vidrio durante al menos
2.000 años. En la actualidad, el vidrio se
fabrica fundiendo materiales naturales y
enfriando el líquido rápidamente, antes
de que los átomos tengan tiempo de disponerse en una forma cristalina ordenada. (De esta misma manera se genera el
vidrio natural, denominado obsidiana, a
partir de la lava.)
Es posible producir vidrio a partir de
varios materiales, pero el ingrediente principal (75 por ciento) de la mayor parte
del cristal producido comercialmente es
sílice (SiO2). El mineral cuarzo es la principal fuente de sílice. Debido al elevado
punto de fusión de la sílice, se añaden
cantidades inferiores de calcita (carbonato cálcico) y cenizas de sosa (carbonato
sódico) a la mezcla, reduciendo así la temperatura de fusión y mejorando la maniobrabilidad.
En Estados Unidos, el cuarzo de alta
calidad (normalmente arenisca de cuarzo) y la calcita (caliza) son muy asequibles en muchas zonas. El carbonato sódico (cenizas de sosa), por otro lado,
procede casi por completo del mineral
trona, que se extrae de manera casi exclusiva de la zona de Green River, al suroeste de Wyoming. Además de su uso
en la fabricación de vidrio, el carbonato
sódico (trona) se utiliza para fabricar detergentes, papel e incluso bicarbonato
sódico.
Los fabricantes pueden modificar las
propiedades del vidrio añadiendo pequeñas cantidades de otros ingredientes. Los
colorantes son el sulfuro de hierro (ámbar), el selenio (rosa), el óxido de cobalto
(azul) y los óxidos de hierro (verde, amarillo, marrón). La adición de plomo da
claridad y brillo al vidrio y, por tanto, se
utiliza en la fabricación de cristalerías finas. La vajilla refractaria, como Pyrex®,
debe su resistencia al calor al boro, mientras que el aluminio hace que el vidrio
resista la meteorización.
3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 81
81
Composición de los minerales
Tendencia
a perder
los últimos
electrones
para dejar
completamente
libre la última
capa
1
He
H
4.003
Helio
1,0080
Hidrógeno
IA
3
Li
6,939
Litio
37
Rb
85,47
Rubidio
55
Cs
132,91
Cesio
87
Fr
(223)
Francio
III A
24,31
Magnesio
20
Ca
40,08
Calcio
38
Sr
Tendencia a perder electrones
21
Sc
44,96
Escandio
39
Y
IV B
22
Ti
47,90
Titanio
40
Zr
88,91
Itrio
91,22
Circonio
56
57
TO
71
178,49
Hafnio
Ba
88
Ra
226,05
Radio
89
TO
103
72
Hf
VB
23
V
50,94
Vanadio
41
Nb
92,91
Niobio
73
Ta
180,95
Tantalio
VI B
VII B
13
24
25
Cr
52,00
Cromo
Mn
54,94
Manganeso
42
43
Mo
Tc
95,94
Molibdeno
(99)
Tecnecio
74
W
183,85
Wolframio
75
Re
186,2
Renio
VIII IB
26
Fe
55,85
Hierro
44
Ru
101,1
Rutenio
76
Os
190,2
Osmio
27
Co
58,93
Cobalto
45
Rh
102,90
Rodio
77
Ir
192,2
Iridio
B
28
Ni
58,71
Níquel
46
Pd
106,4
Paladio
78
Pt
195,09
Platino
II B
29
30
Cu
Zn
63,54
Cobre
65,37
Cinc
47
48
Ag
Cd
107,87
Plata
112,40
Cadmio
79
Au
197,0
Oro
80
Hg
200,59
Mercurio
15
Si
P
28,09
Silicio
31
30,974
Fósforo
33
32
Ga
As
Ge
74,92
Arsénico
72,59
Germanio
49
In
114,82
Indio
81
Tl
204,37
Talio
50
Sn
118,69
Estaño
51
Sb
121,75
Antimonio
82
Pb
207,19
Plomo
VI A
8
N
14,007
Nitrógeno
14
26,98
Aluminio
69,72
Galio
7
C
12,011
Carbono
Al
III B
VA
6
B
10,81
Boro
87,62
Estroncio
137,34
Bario
IV A
5
4
Be
12
K
2
He
9,012
Berilio
Mg
19
Peso atómico
II A
11
39,102
Potasio
Símbolo del elemento
Nombre del elemento
Na
22,990
Sodio
Tendencia
a completar
la última capa
compartiendo
electrones
Metales
Metales de transición
No metales
Gases nobles
Series de lantánidos
Series de actínidos
Número atómico
2
Tendencia
a ganar
Gases
electrones
nobles
para
(inertes)
completar
la última
VIII A
capa
83
Bi
208,98
Bismuto
VII A
9
O
15,9994
Oxígeno
16
S
32,064
Azufre
34
Se
78,96
Selenio
52
Te
127,60
Teluro
84
Po
(210)
Polonio
4,003
Helio
10
F
18,998
Flúor
17
Cl
35,453
Cloro
35
Br
79,909
Bromo
53
I
126,90
Iodo
85
At
(210)
Astato
Ne
20,183
Neón
18
Ar
39,948
Argón
36
Kr
83,80
Kriptón
54
Xe
131,30
Xenón
86
Rn
(222)
Radón
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
La
Ce
Pr
Eu
Gd
Tb
Dy
Ho
Er
Tm
Yb
Lu
144,24
Pm
Sm
140,91
Nd
Praseodimio
Neodimio
Promecio
138,91
Lantano
89
Ac
(227)
Actinio
140,12
Cerio
90
91
Th
Pa
232,04
Torio
(231)
Protactinio
(147)
92
93
U
Np
238,03
Uranio
(237)
Neptunio
150,35
Samario
151,96
Europio
157,25
Gadolinio
94
95
96
Pu
Am
Cm
(242)
Plutonio
(243)
Americio
(247)
Curio
158,92
Terbio
162,50
Disprosio
164,93
Holmio
167,26
Erbio
168,93
Tulio
173,04
Iterbio
174,97
Lutecio
102
103
97
98
99
100
101
Bk
Cf
Es
Fm
Md
(249)
Berkelio
(251)
Californio
(254)
Einstenio
(253)
Fermio
(256)
Mendelevio
No
(254)
Nobelio
Lw
(257)
Lawrencio
▲ Figura 3.3 Tabla periódica de los elementos.
neutrones igualmente densos (partículas con carga
eléctrica neutra). Rodeando al núcleo hay partículas muy
ligeras denominadas electrones que viajan a grandes velocidades y tienen carga negativa. Por comodidad, a menudo representamos los átomos en diagramas que muestran los electrones en órbitas alrededor del núcleo, como
las órbitas de los planetas alrededor del Sol. Sin embargo,
los electrones no viajan en el mismo plano, como los planetas. Además, debido a su rápido movimiento, los electrones crean zonas esféricas de carga negativa alrededor
del núcleo denominadas niveles de energía o capas. Por
consiguiente, puede obtenerse una representación más
realista del átomo considerando capas a modo de nubes
de electrones en movimiento rápido alrededor de un núcleo central (Figura 3.4B). Como veremos, un hecho importante sobre estas capas es que cada una puede acomodar un número específico de electrones.
El número de protones encontrado en un núcleo
atómico determina el número atómico y el nombre del
elemento. Por ejemplo, todos los átomos con 6 protones
son átomos de carbono, los que tienen 8 protones son
átomos de oxígeno, y así sucesivamente. Dado que los
átomos tienen el mismo número de electrones que de
protones, el número atómico también iguala al número
de electrones que rodean el núcleo (Tabla 3.1). Además,
dado que los neutrones no tienen carga, la carga positiva
de los protones se equilibra de manera exacta por la carga negativa de los electrones. Por consiguiente, los átomos son eléctricamente neutros. Por tanto, un elemento
es un gran cúmulo de átomos eléctricamente neutros,
que tienen todos el mismo número atómico.
El elemento más sencillo, el hidrógeno, está compuesto por átomos que tienen sólo un protón en el núcleo y un electrón rodeándolo. Cada átomo sucesivamente más pesado tiene un protón más y un electrón más,
además de un cierto número de neutrones (Tabla 3.1).
Los estudios de las configuraciones electrónicas han demostrado que cada electrón se añade de una manera
sistemática a un nivel de energía particular o capa. En
general, los electrones entran en niveles de energía supe-
3Capítulo 3
82
9/6/05
09:40
Página 82
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
Tercer nivel
de energía (capa)
Electrones de alta
velocidad
(carga )
Núcleo
Segundo
nivel
de energía
(capa)
Protones
(carga+)
Neutrones
(sin carga)
Primer nivel
de energía (capa)
A.
B.
▲ Figura 3.4 Dos modelos del átomo. A. Una visión del átomo muy simplificada, que consiste en un núcleo central, compuesto por
protones y neutrones, rodeados por electrones de alta velocidad. B. Otro modelo de los átomos que muestra nubes de electrones de forma
esférica (capas de nivel de energía). Obsérvese que estos modelos no están dibujados a escala. Los electrones son de tamaño minúsculo en
comparación con los protones y los neutrones, y el espacio relativo entre el núcleo y las capas de electrones es mucho mayor que la
mostrada.
Tabla 3.1 Número atómico y distribución de electrones
Número de electrones en cada capa
Elemento
Hidrógeno
Helio
Litio
Berilio
Boro
Carbono
Nitrógeno
Oxígeno
Flúor
Neón
Sodio
Magnesio
Aluminio
Silicio
Fósforo
Azufre
Cloro
Argón
Potasio
Calcio
Símbolo
H
He
Li
Be
B
C
N
O
F
Ne
Na
Mg
Al
Si
P
S
Cl
Ar
K
Ca
Número atómico
1ª
2ª
3ª
4ª
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
1
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
2
1
2
3
4
5
6
7
8
8
8
8
8
8
8
8
8
8
8
1
2
3
4
5
6
7
8
8
8
1
2
riores después de que los niveles de energía inferiores se
hayan llenado hasta su capacidad*. La primera capa principal contiene un máximo de dos electrones, mientras
que cada una de las capas superiores contiene ocho o más
electrones. Como veremos, son generalmente los electrones más externos, a los que se hace referencia también
como electrones de valencia, los que intervienen en el
enlace químico.
* Este principio se mantiene para los 18 primeros elementos.
Enlace
Los elementos se combinan entre sí para formar una amplia variedad de sustancias más complejas (véase Recuadro 3.2). La gran fuerza de atracción que une los átomos
se denomina enlace químico. Cuando un enlace químico
une dos o más elementos en proporciones definidas, la
sustancia se denomina compuesto. La mayoría de los
minerales son compuestos químicos.
¿Por qué los elementos se unen para formar compuestos? De los estudios experimentales se ha deducido
3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 83
Composición de los minerales
▲
Recuadro 3.2
83
El hombre y el medio ambiente
Asbesto: ¿cuáles son los riesgos?
¿Qué es el asbesto?
El asbesto no es un material simple. Es
más bien un término general para un grupo de silicatos que se separan fácilmente en
fibras delgadas y fuertes (Figura 3.A). Dado
que estas fibras son flexibles, resistentes al
calor y relativamente inertes desde el punto de vista químico, tienen muchos usos. El
asbesto ha sido muy utilizado para fortalecer el cemento, fabricar fibras incombustibles y aislar calderas y tuberías de agua caliente. Es un componente de las baldosas y
el ingrediente principal de las guarniciones
de freno de los automóviles. Durante el
«boom» de construcción de Estados Unidos y durante la década de los cincuenta y
principios de los sesenta se utilizaron de
manera generalizada revestimientos de las
paredes ricos en fibras de asbesto.
La mayor parte del asbesto procede de
tres minerales. El crisótilo («asbesto blanco») es una forma fibrosa de la serpentina.
Es el único tipo de asbesto procedente de
Norteamérica, y antes constituía el 95 por
ciento de la producción mundial. La crocidolita («asbesto azul») y la amosita («asbesto
marrón») se obtienen en la actualidad en las
minas sudafricanas y constituyen alrededor
del 5 por ciento de la producción mundial.
Exposición y riesgo
No hay duda de que la exposición prolongada al aire cargado con ciertos tipos de
polvo de asbesto en un lugar de trabajo no
reglamentario puede ser peligrosa. Cuando se inhalan las delgadas fibras en forma
de varilla, no son fáciles de descomponer
ni de expulsar de los pulmones, sino que
pueden permanecer de por vida. Pueden
producirse tres enfermedades pulmonares: (1) asbestosis, cicatrización del tejido
que disminuye la capacidad pulmonar para
absorber oxígeno; (2) mesotelioma, tumor
raro que se desarrolla en el tórax o en el
intestino; y (3) cáncer de pulmón.
Las pruebas que incriminan al «asbesto azul» y al «asbesto marrón» proceden
de estudios médicos llevados a cabo en las
minas sudafricanas y de Australia occidental. Los mineros y los trabajadores de
los molinos mostraban una incidencia extremadamente elevada de mesotelioma, a
veces poco después de un año de exposición.
Sin embargo, la U.S. Geological Survey concluyó que los riesgos derivados de
la forma más utilizada de asbesto (el crisótilo o «asbesto blanco») son mínimos o
inexistentes. Citan estudios de mineros
del asbesto blanco de Canadá y del norte
de Italia, donde los índices de mortalidad
por mesotelioma y cáncer de pulmón difieren muy poco de los índices generales.
Se llevó a cabo otro estudio entre esposas
de mineros del área de Thetford Mines,
Québec, que fue la mayor mina de crisótilo del mundo. Durante muchos años no
hubo control de polvo en las minas ni en
los molinos, de manera que esas mujeres
estuvieron expuestas a niveles extremadamente elevados de asbesto transportado
por el aire. No obstante, exhibían niveles
por debajo de lo normal de la enfermedad
que se pensaba asociada con la exposición
al asbesto.
Los diversos tipos de fibras de asbesto
difieren en cuanto a composición química,
forma y durabilidad. Las delgadas fibras en
forma de varilla del «asbesto azul» y el
«asbesto marrón», que pueden penetrar
fácilmente el revestimiento pulmonar, son
por supuesto patógenas. Pero las fibras de
crisótilo son rizadas y pueden ser expulsadas con más facilidad que las fibras alargadas. Además, si se inhalan, las fibras de
crisótilo se descomponen al cabo de un
año. Esto no ocurre con las otras formas
de asbesto, ni con la fibra de vidrio, que se
utiliza con frecuencia como sustituto del
asbesto. Se piensa que estas diferencias explican el hecho de que los índices de mortalidad para los trabajadores del crisótilo
difieran muy poco de los índices de la población general.
En Estados Unidos se utiliza muy
poco de este mineral, antes ensalzado.
Sin embargo, el crisótilo se sigue extrayendo de las minas de California y se exporta a otros países, como Japón, que no
prohiben el uso de este tipo particular de
asbesto. (La mayor parte de países industrializados prohiben los otros tipos de asbesto.) Quizá los estudios que se realicen
en el futuro determinarán si el pánico al
asbesto, que empezó en 1986, estaba justificado o no.
▲
Considerado inocuo al principio, incluso
para utilizarse en la pasta de dientes, el asbesto puede haberse convertido en el más
temido contaminante sobre la Tierra. Aunque los primeros interrogantes con respecto a su efecto sobre la salud surgieron
hace dos décadas, el pánico por el asbesto
cundió en 1986 cuando la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency) instituyó la Respuesta de
Urgencia al Peligro del Asbesto (Asbestos
Hazard Emergency Response Act), que
exigía la comprobación de la existencia de
asbesto en todas las escuelas públicas y privadas. Esto atrajo la atención pública sobre
él e hizo surgir en los padres el miedo de
que sus hijos pudieran contraer cánceres
relacionados con el asbesto, dados los elevados niveles de fibras de ese elemento
presentes en el ambiente escolar. Desde
entonces, se han gastado miles de millones
de dólares en la comprobación y eliminación del asbesto.
2 cm
Figura 3.A Asbesto
de crisótilo. Esta muestra
es una forma fibrosa del
mineral serpentina. (Foto
de E. J. Tarbuck.)
3Capítulo 3
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Página 84
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
que son las fuerzas eléctricas las que mantienen juntos a
los átomos. Además, se sabe que el enlace químico provoca un cambio en la configuración electrónica de los
átomos unidos. Como se mencionó antes, son los electrones de valencia (electrones de la capa externa) los que
intervienen generalmente en el enlace químico. Salvo en
la primera capa, que contiene dos electrones, se produce
una configuración estable cuando la capa de valencia contiene
ocho electrones. Sólo los denominados gases nobles, como
el neón y el argón, tienen una capa electrónica externa
completa. Por tanto, los gases nobles son los menos reactivos desde el punto de vista químico, de ahí su designación de «inertes». Sin embargo, todos los demás átomos
buscan una capa de valencia que contenga ocho electrones, como los gases nobles.
La regla del octeto, literalmente «un conjunto de
ocho», se refiere al concepto de un nivel de energía externo completo. De forma sencilla, la regla del octeto
establece que los átomos se combinan para formar compuestos y moléculas con el fin de obtener la configuración electrónica estable de los gases nobles. Para satisfacer la regla del octeto, un átomo puede ganar, perder o
compartir electrones con otro o más átomos. El resultado de este proceso es la formación de un «pegamento»
eléctrico que une los átomos. En resumen, la mayoría de
los átomos son químicamente reactivos y se unen entre sí para
alcanzar la configuración estable de los gases nobles conservando a la vez la neutralidad eléctrica general.
Enlaces iónicos. Quizá el tipo de enlace más fácil de visualizar sea el enlace iónico. En él, se transfieren uno o
más electrones de valencia desde un átomo a otro. Dicho
en términos sencillos, un átomo cede sus electrones de
valencia y el otro los utiliza para completar su capa externa. Un ejemplo común de enlace iónico es la unión del
sodio (Na) y el cloro (Cl) para producir cloruro sódico (la
sal de mesa común). Esto se muestra en la Figura 3.5.
Nótese que el sodio cede su único electrón externo al
cloro. Como consecuencia, el sodio alcanza una configu-
ración estable que tiene ocho electrones en su capa más
externa. Al adquirir el electrón que pierde el sodio, el cloro, que tiene siete electrones de valencia, completa su
capa más externa. Por tanto, a través de la transferencia
de un solo electrón, los átomos de sodio y de cloro han
adquirido la configuración estable de gas noble.
Una vez ocurrida la transferencia electrónica, los
átomos ya no son eléctricamente neutros. Al ceder un
electrón, un átomo de sodio neutro (11 protones/11
electrones) se convierte en un átomo con carga positiva (11
protones/10 electrones). De igual modo, al adquirir un
electrón, el átomo de cloro neutro (17 protones/17 electrones) se convierte en un átomo con carga negativa (17
protones/18 electrones). Átomos como éstos, que tienen
una carga eléctrica debido a un número desigual de electrones y de protones, se denominan iones. (Un átomo
que capta un electrón extra y adquiere una carga negativa se denomina anión. Un átomo que pierde un electrón
y adquiere una carga positiva se denomina catión.)
Sabemos que las partículas (iones) con cargas iguales
se repelen y las que tienen cargas opuestas se atraen. Por
tanto, un enlace iónico es la atracción de iones con cargas
opuestas entre sí produciendo un compuesto eléctricamente neutro. En la Figura 3.6 se ilustra la disposición de
los iones de cloruro sódico en la sal de mesa ordinaria. Obsérvese que la sal consiste en iones sodio y cloro alternativos, colocados de tal manera que cada ion positivo es atraído —y rodeado por todas partes— por iones negativos y
viceversa. Esta disposición aumenta al máximo la atracción
entre iones con cargas distintas a la vez que reduce al máximo la repulsión entre iones con la misma carga. Por tanto, los compuestos iónicos consisten en una disposición ordenada
de iones con cargas opuestas reunidos según una proporción definida que suministra una neutralidad eléctrica global.
Las propiedades de un compuesto químico son
completamente diferentes de las propiedades de los elementos que los componen. Por ejemplo, el cloro es un gas
verde venenoso, que es tan tóxico que se utilizó como
Núcleo
Electrones
Sodio (Na)
Cloro (Cl)
▲ Figura 3.5 Enlace químico de sodio y cloro a través de la transferencia del electrón externo solitario de un átomo de sodio a un átomo de
cloro. El resultado es un ion sodio positivo (Na) y un ion cloro negativo (Cl). El enlace para producir cloruro sódico (NaCl) se debe a la
atracción electrostática entre los iones positivos y negativos. En este proceso, obsérvese que los dos átomos, el sodio y el cloro, han alcanzado
la configuración de gas noble estable (ocho electrones en su última capa).
3Capítulo 3
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Composición de los minerales
85
Ion cloro (Cl–)
Na+
Cl
Ion sodio
(Na+)
–
Cl–
Na+
Na
+
Na+
Cl–
–
Cl Cl
–
+
Na+ Na
Cl–
Na+
Cl–
Na
Na+ Na+
Cl
–
Cl
–
Cl–
Na+
Na
Cl–
A.
Cl–
+
+
Na+
Cl
–
Na+
B.
▲ Figura 3.6 Diagramas esquemáticos que ilustran la disposición de los iones cloro y sodio en la sal de mesa. A. Se ha abierto la estructura
para mostrar la disposición de los iones. B. Los iones reales están estrechamente empaquetados.
arma química durante la I Guerra Mundial. El sodio es
un metal plateado y blando que reacciona vigorosamente
con el agua y, si se tiene en la mano, puede producir quemaduras graves. Juntos, sin embargo, esos átomos producen el compuesto cloruro sódico (sal de mesa), un sólido
claro y cristalino que es esencial para la vida humana.
Este ejemplo ilustra también una diferencia importante
entre una roca y un mineral. La mayoría de los minerales
son compuestos químicos con propiedades únicas que son
muy diferentes de los elementos que los componen. Una
roca, por otro lado, es una mezcla de minerales, conservando cada mineral su propia identidad.
Enlaces covalentes. No todos los átomos se combinan
mediante la transferencia de electrones para formar
iones. Otros átomos comparten electrones. Por ejemplo
los elementos gaseosos oxígeno (O2), hidrógeno (H2) y
cloro (Cl2) existen como moléculas estables que consisten en dos átomos reunidos, sin transferencia completa
de electrones.
En la Figura 3.7 se ilustra cómo comparten un par
de electrones dos átomos de cloro para formar una molécula del gas cloro (Cl2). Solapando sus capas externas, estos átomos de cloro comparten un par de electrones. Por
tanto, cada átomo de cloro ha adquirido, a través de una
acción cooperativa, los ocho electrones necesarios para
completar su capa externa. El enlace producido al compartir electrones se denomina enlace covalente.
Una analogía común puede ayudar a visualizar un
enlace covalente. Imaginemos dos personas en extremos
opuestos de una habitación poco iluminada, que esté
Par de electrones
compartido
▲ Figura 3.7 Ilustración de cómo se comparte un par de electrones entre dos átomos de cloro para formar una molécula de cloro. Nótese
que al compartir un par de electrones los dos átomos de cloro tienen ocho electrones en su capa de valencia.
3Capítulo 3
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Página 86
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
leyendo cada una bajo una lámpara distinta. Moviendo las
lámparas al centro de la habitación, pueden combinar sus
recursos luminosos de manera que cada uno pueda ver
mejor. Exactamente igual como se mezclan los haces luminosos solapantes, los electrones compartidos que proporcionan el «pegamento eléctrico» en los enlaces covalentes son indistinguibles entre sí. El grupo mineral más
común, el de los silicatos, contiene el elemento silicio, que
forma con facilidad enlaces covalentes con el oxígeno.
Otros enlaces. Como cabe suponer, muchos enlaces químicos son en realidad híbridos. Consisten en cierto grado en compartir electrones, como en los enlaces covalentes, y en cierta medida en la transferencia de electrones,
como en el enlace iónico. Además, puede haber enlaces
covalentes e iónicos dentro del mismo compuesto. Esto
ocurre en muchos silicatos, donde los átomos de silicio y
de oxígeno forman enlaces covalentes para constituir el
bloque de construcción básico común a todos los silicatos. Esas estructuras, a su vez, se unen mediante enlaces
iónicos a iones metálicos, produciendo diversos compuestos químicos eléctricamente neutros.
Existe otro enlace químico en el cual los electrones
de valencia son libres para migrar de un ion a otro. Los
electrones de valencia móviles actúan como el «pegamento eléctrico». Este tipo de compartición electrónica se encuentra en los metales, como el cobre, el oro, el aluminio
y la plata, y se denomina enlace metálico. El enlace metálico es el responsable de la elevada conductividad eléctrica
de los metales, de la facilidad con que son moldeados y de
sus otras numerosas propiedades especiales de los metales.
protones (número atómico), y el carbono tiene siempre
seis. Por tanto, el carbono-12 debe tener seis protones
más seis neutrones para proporcionarle un número másico de doce, mientras que el carbono-14 debe tener seis
protones más ocho neutrones para proporcionarle un número másico de catorce. La masa atómica media de cualquier muestra aleatoria de carbono está mucho más cerca
de doce que de trece o de catorce, porque el carbono-12
es el isótopo más abundante. Esta media se denomina
peso atómico*.
Obsérvese que en un sentido químico todos los isótopos del mismo elemento son casi idénticos. Distinguir
entre ellos sería como intentar diferenciar miembros de
un grupo de objetos similares, todos con la misma forma,
tamaño y color, pero algunos sólo ligeramente más pesados. Además, los diferentes isótopos de un elemento suelen encontrarse juntos en el mismo mineral.
Aunque los núcleos de la mayoría de los átomos son
estables, algunos elementos tienen isótopos en los cuales
los núcleos son inestables. Los isótopos inestables, como
el carbono-14, se desintegran a través de un proceso denominado desintegración radiactiva. Durante la desintegración radiactiva los núcleos inestables se descomponen espontáneamente, emitiendo partículas subatómicas
o energía electromagnética similar a rayos X, o ambas cosas. La velocidad a la cual se descomponen los núcleos inestables es uniforme y medible, lo que convierte a estos
isótopos en «relojes» útiles para la datación de los acontecimientos de la historia terrestre. En el Capítulo 9 se
comenta la desintegración radiactiva y sus aplicaciones a
la datación de los acontecimientos del pasado.
Isótopos y radiactividad
Las partículas subatómicas son tan increíblemente pequeñas que se ideó una unidad especial para expresar su masa.
Un protón o un neutrón tienen una masa que es sólo ligeramente mayor que una unidad de masa atómica, mientras
que un electrón es sólo aproximadamente dos milésimas la
unidad de masa atómica. Por tanto, aunque los electrones
desempeñan un papel activo en las reacciones químicas, no
contribuyen de manera significativa a la masa de un átomo.
El número másico de un átomo es simplemente el
total de neutrones y protones que tiene en el núcleo. Los
átomos del mismo elemento tienen siempre el mismo número de protones, pero frecuentemente tienen números
variables de neutrones. Esto significa que un elemento
puede tener más de un número másico. Esas variantes del
mismo elemento se denominan isótopos de ese elemento.
Por ejemplo, el carbono tiene tres isótopos bien conocidos. Uno tiene un número másico de doce (carbono12), otro de trece (carbono-13) y el tercero, el carbono14, tiene un número másico de catorce. Todos los átomos
del mismo elemento deben tener el mismo número de
Estructura de los minerales
Un mineral está compuesto por una disposición ordenada de átomos químicamente unidos para formar una estructura cristalina concreta. Este empaquetamiento ordenado de los átomos se refleja en los objetos de formas
regulares que denominamos cristales.
¿Qué determina la estructura cristalina particular
de un mineral? La disposición atómica interna de los
compuestos formados por iones viene determinada en
parte por la carga de los iones que intervienen, pero, más
importante aún, por su tamaño. Para formar compuestos
iónicos estables, cada ion de carga positiva se rodea por el
mayor número de iones negativos que puedan acomodarse para mantener la neutralidad eléctrica general, y viceversa. En la Figura 3.8 se muestran algunas disposiciones
ideales para iones de varios tamaños.
* El término peso tal como se utiliza aquí es un término incorrecto que
ha sido autorizado por el uso. El término correcto es masa atómica.
3Capítulo 3
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Estructura de los minerales
A. Tetraedro
B. Octaedro
C. Cubo
D. Cuboctaedro
▲ Figura 3.8 Empaquetamiento geométrico ideal para iones
positivos y negativos de varios tamaños.
Examinemos la disposición geométrica de los iones sodio y cloro en el mineral halita. Vemos que los iones sodio y cloro se empaquetan para formar una estructura interna de forma cúbica. Obsérvese también que la
disposición ordenada de los iones que se encuentra al
nivel atómico se refleja en una escala mucho mayor en
los cristales de halita de forma cúbica. Como la halita,
todas las muestras de un mineral concreto contienen los
mismos elementos, reunidos en la misma disposición ordenada.
Aunque es verdad que cada muestra del mismo
mineral tiene la misma estructura interna, algunos elementos son capaces de reunirse de más de una forma.
Por tanto, dos minerales con propiedades totalmente
diferentes pueden tener exactamente la misma composición química. Minerales de este tipo se dice que son
polimorfos (poli muchos; morfo forma). El grafito y
el diamante son ejemplos particularmente buenos de
polimorfismo porque consisten exclusivamente en carbono y, sin embargo, tienen propiedades drásticamente
diferentes. El grafito es un material gris y blando del
cual se fabrica la mina de los lapiceros, mientras que el
diamante es el mineral más duro conocido. Las diferencias entre esos minerales pueden atribuirse a las condiciones bajo las cuales se formaron. Los diamantes se
forman a profundidades de alrededor de 200 kilómetros, donde las presiones extremas producen la estructura compacta que se muestra en la Figura 3.9A. El gra-
87
fito, por otro lado, consiste en láminas de átomos de
carbono muy espaciados y débilmente unidos (Figura
3.9B). Dado que esas láminas de carbono se deslizan fácilmente una sobre otra, el grafito constituye un excelente lubricante.
Los científicos saben que calentando el grafito a
presiones elevadas pueden producir diamantes. Aunque
los diamantes sintéticos no tienen en general la calidad
de la gema, debido a su dureza tienen muchos usos industriales.
La transformación de un polimorfo en otro se denomina cambio de fase. En la naturaleza ciertos minerales
atraviesan cambios de fase conforme pasan de un ambiente a otro. Por ejemplo, cuando las rocas son transportadas a mayores profundidades por una placa en subducción, el mineral olivino cambia a una forma más
compleja denominada espinela.
Otros dos minerales con composiciones químicas
idénticas (CaCO3), pero diferentes formas cristalinas,
son la calcita y el aragonito. La calcita se forma fundamentalmente a través de procesos bioquímicos y es el
principal constituyente de la roca sedimentaria caliza. El
aragonito es comúnmente depositado por los manantiales termales y es también un importante constituyente de
las perlas y los caparazones de algunos organismos marinos. Dado que el aragonito cambia a la estructura cristalina más estable de calcita, es raro en rocas de más de cincuenta millones de años. El diamante es también algo
inestable en la superficie terrestre, pero (por fortuna para
los joyeros), su velocidad de cambio a grafito es infinitesimal.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Existen materiales artificiales más duros que los
diamantes?
Sí, pero no conseguirá verlos pronto. Una forma dura del nitruro de carbono (C3N4), descrita en 1989 y sintetizada en un
laboratorio poco después, puede ser más dura que el diamante, pero no se ha producido en cantidades suficientes
como para realizar un examen adecuado. En 1999, los investigadores descubrieron que una forma de carbono hecha a
partir de esferas fundidas de 20 y 28 átomos de carbono (emparentadas con las famosas «buckyballs») también podría ser
tan dura como un diamante. La producción de estos materiales es cara, de modo que los diamantes continúan utilizándose como abrasivos y en ciertos tipos de instrumentos
cortantes. Los diamantes sintéticos, producidos desde 1955,
se utilizan mucho en la actualidad en estas aplicaciones industriales.
3Capítulo 3
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Página 88
CAPÍTULO 3
Átomos
de carbono
Materia y minerales
Enlaces
fuertes
A. Diamante
Diamante
Átomos
de carbono
Enlaces
fuertes
Enlaces
débiles
B. Grafito
Grafito
▲ Figura 3.9 Comparación de las estructuras del diamante y el grafito. Las dos son sustancias naturales con la misma composición química:
átomos de carbono. No obstante, su estructura interna y sus propiedades físicas reflejan el hecho de que cada uno se formó en un ambiente
muy diferente. A. Todos los átomos de carbono del diamante están unidos por enlaces covalentes en una estructura tridimensional
compacta, que explica la dureza extrema del mineral. (Foto cortesía de la Smithsonian Institution.) B. En el grafito, los átomos de carbono se
enlazan en láminas que se unen de una manera laminar a través de fuerzas eléctricas muy débiles. Estos enlaces débiles permiten que las
láminas de carbono se deslicen fácilmente unas respecto a otras, lo que hace blando y resbaladizo el grafito, y por tanto útil como un
lubricante seco. (A.: fotógrafo Dane Pendland, cortesía de la Smithsonian Institution; B.: E. J. Tarbuck.)
I
TI
Materia y minerales
Propiedades físicas de los minerales
posición química de un mineral son difíciles de determinar sin la ayuda de ensayos y aparatos sofisticados, se
suelen utilizar en su identificación las propiedades físicas
más fácilmente reconocibles.
▲
IE N C
A
ERR
Propiedades físicas de los minerales
S D LA
E
Los minerales son sólidos formados por procesos inorgánicos. Cada mineral tiene una disposición ordenada de
átomos (estructura cristalina) y una composición química
definida, que le proporciona un conjunto único de propiedades físicas. Dado que la estructura interna y la com-
Principales propiedades diagnósticas
Las propiedades físicas diagnósticas de los minerales son
las que se pueden determinar mediante la observación o
realizando una prueba sencilla. Las principales propiedades físicas utilizadas habitualmente para identificar
muestras pequeñas de minerales son: la forma cristalina,
3Capítulo 3
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Propiedades físicas de los minerales
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el brillo, el color, la raya, la dureza, la exfoliación o la
fractura y el peso específico. Las propiedades secundarias
(o «especiales») que una cantidad limitada de minerales
exhiben son: el magnetismo, el sabor, el tacto, el olor, la
elasticidad, la maleabilidad, la birrefracción y la reacción
química con ácido clorhídrico.
tienen el aspecto de metales, con independencia del color, se dice que tienen un brillo metálico. Los minerales
con brillo no metálico se describen mediante diversos adjetivos, entre ellos vítreo, perlado, sedoso, resinoso y terroso (mate). Algunos minerales tienen un brillo parcialmente metálico y se dice que son submetálicos.
Forma cristalina. La mayoría de nosotros piensa en un
cristal como un lujo raro, cuando en realidad la mayoría
de los objetos sólidos inorgánicos está compuesta por
cristales. La razón de este concepto erróneo es que la mayoría de los cristales no exhibe su forma cristalina. La
forma cristalina es la expresión externa de un mineral
que refleja la disposición interna ordenada de los átomos.
En la Figura 3.10 se ilustra la forma característica del mineral que contiene hierro pirita.
En general, dondequiera que se permita la formación de un mineral sin restricciones de espacio, desarrollará cristales individuales con caras cristalinas bien formadas. Algunos cristales, como los del mineral cuarzo,
tienen una forma cristalina muy clara que puede ser útil
en su identificación. Sin embargo, casi siempre el crecimiento cristalino es interrumpido debido a la competición por el espacio, lo que se traduce en una masa de intercrecimiento de cristales, ninguno de los cuales exhibe
su forma cristalina.
Color. Aunque el color es una característica obvia de un
mineral, a menudo es una propiedad diagnóstica poco
fiable. Ligeras impurezas en el mineral común cuarzo,
por ejemplo, le proporcionan una diversidad de colores,
entre ellos el rosa, el púrpura (amatista), blanco e incluso
negro (véase Figura 3.24, pág. 99). Cuando un mineral,
como el cuarzo, exhibe una variedad de colores, se dice
que posee coloración exótica. La coloración exótica suele
estar causada por la inclusión de impurezas, como iones
extraños, en la estructura cristalina. De otros minerales,
por ejemplo, el azufre, que es amarillo, y la malaquita,
que es verde brillante, se dice que tienen coloración inherente.
Brillo. El brillo es el aspecto o la calidad de la luz reflejada de la superficie de un mineral. Los minerales que
▲ Figura 3.10 La forma cristalina es la expresión externa de una
estructura ordenada interna del mineral. La pirita, normalmente
conocida como «el oro de los tontos», a menudo forma cristales
cúbicos. Puede exhibir líneas paralelas (estriaciones) en las caras.
(Foto de E. J. Tarbuck.)
Raya. La raya es el color de un mineral en polvo y se
obtiene frotando a través del mineral con una pieza de
porcelana no vidriada denominada placa de raya (Figura 3.11). Aunque el color de un mineral puede variar de
una muestra a otra, la raya no suele cambiar y, por consiguiente, es la propiedad más fiable. La raya puede ser
también una ayuda para distinguir minerales con brillos
metálicos de minerales que tienen brillos no metálicos.
Los minerales metálicos tienen en general una raya densa y oscura, al contrario que los minerales con brillos no
metálicos.
▲ Figura 3.11 Aunque el color de un mineral puede no ser de
mucha utilidad para su identificación, la raya, que es el color del
mineral en polvo, puede ser muy útil.
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CAPÍTULO 3
Materia y minerales
Dureza. Una de las propiedades diagnósticas más útiles
es la dureza, una medida de la resistencia de un mineral a
la abrasión o al rayado. Esta propiedad se determina frotando un mineral de dureza desconocida contra uno de
dureza conocida, o viceversa. Puede obtenerse un valor
numérico utilizando la escala de Mohs de dureza, que
consiste en diez minerales dispuestos en orden desde 1 (el
más blando) hasta 10 (el más duro), como se muestra en la
Figura 3.12. Nótese que la escala de Mohs es una clasificación relativa, y que no implica que el mineral número 2,
yeso, sea dos veces más duro que el mineral 1, talco.
Cualquier mineral de dureza desconocida puede
compararse con minerales u otros objetos de dureza conocida. Por ejemplo, las uñas tienen una dureza de 2,5,
una moneda de cobre, de 3,5, y un trozo de cristal, de 5,5.
90
10
Diamante
80
Corindón
9
Talco
Yeso
Calcita
Fluorita
Apatito
Ortosa
Cuarzo
Topacio
Corindón
70
60
50
40
30
20
10
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Escala de Mohs
Topacio
8
Cuarzo
7
Placa (6,5)
Ortosa
6
Apatito
5
Fluorita
4
Calcita
3
Yeso
Talco
2
1
Vidrio (5,5)
Hoja de un cuchillo (5,1)
Clavo (4,5)
MINERALES
ÍNDICE
Moneda de cobre (3,5)
Uña de la mano (2,5)
OBJETOS
COMUNES
▲ Figura 3.12 Escala de dureza de Mohs, con la dureza de
algunos objetos comunes.
Valores de dureza absoluta
Diamante
El mineral yeso, que tiene una dureza de 2, puede rayarse fácilmente con una uña. Por otro lado, la calcita mineral, que tiene una dureza de 3, rayará una uña, pero no el
cristal. El cuarzo, el más duro de los minerales comunes,
rayará el cristal.
Exfoliación y fractura. En la estructura cristalina de un
mineral, algunos enlaces son más débiles que otros. Esos
enlaces se sitúan en los puntos en los cuales un mineral se
romperá cuando se someta a tensión. La exfoliación
(kleiben tallar) es la tendencia de un mineral a romperse a lo largo de planos de enlaces débiles. No todos los
minerales tienen planos definidos de enlaces débiles,
pero los que poseen exfoliación pueden ser identificados
por sus superficies lisas distintivas, que se producen
cuando se rompe el mineral.
El tipo más sencillo de exfoliación es exhibido por
las micas. Dado que las micas tienen enlaces débiles en
una dirección, se exfolian formando láminas planas y delgadas. Algunos minerales tienen diversos planos de exfoliación, que producen superficies lisas cuando se rompen,
mientras que otros exhiben poca exfoliación y, aún otros,
no tienen en absoluto esta característica. Cuando los minerales se rompen uniformemente en más de una dirección, la exfoliación se describe por el número de planos
exhibido y los ángulos a los cuales se producen (Figura 3.13).
No confundir exfoliación con forma cristalina.
Cuando un mineral exhibe exfoliación, se romperá en
trozos que tengan la misma geometría. Por el contrario, los
cristales de cuarzo no tienen exfoliación. Si se rompen, se
fracturan en formas que no se parecen entre sí ni a los
cristales originales.
Los minerales que no exhiben exfoliación cuando
se rompen, como el cuarzo, se dice que tienen fractura.
Los que se rompen en superficies curvas lisas que recuerdan a vidrios rotos tienen una fractura concoide (Figura 3.14). Otros se rompen en astillas, pero la mayoría de
los minerales se fracturan de forma irregular.
Peso específico. El peso específico es un número que
representa el cociente entre el peso de un mineral y el
peso de un volumen igual de agua. Por ejemplo, si un mineral pesa tres veces un volumen igual de agua, su peso
específico es 3. Con un poco de práctica, se es capaz de
calcular el peso específico de los minerales sosteniéndolos en la mano. Por ejemplo, si un mineral parece tan pesado como las rocas comunes que se ha manejado, su
peso específico estará probablemente en algún punto entre 2,5 y 3. Algunos minerales metálicos tienen un peso
específico dos o tres veces el de los minerales que constituyen las rocas comunes. La galena, que es una mena de
plomo, tiene un peso específico de unos 7,5, mientras
que el peso específico del oro de 24 quilates es de aproximadamente 20 (Figura 3.15).
3Capítulo 3
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09:40
Página 91
Propiedades físicas de los minerales
Número de
direcciones
de exfoliación
Esquema
Ilustración de las direcciones
de exfoliación
91
Ejemplo
1
2 a 90˚
2 no a 90˚
3 a 90˚
3 no a 90˚
4
▲ Figura 3.13 Direcciones de exfoliación comunes exhibidas por los minerales.
Otras propiedades de los minerales
Además de las propiedades ya comentadas, algunos minerales pueden reconocerse por otras propiedades distintivas. Por ejemplo, la halita es la sal ordinaria, de manera
que puede identificarse fácilmente con la lengua. Las finas láminas de mica se doblarán y recuperarán elásticamente su forma. El oro es maleable y puede ser fácilmente moldeable. El talco y el grafito producen sensaciones
3Capítulo 3
92
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Página 92
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
2 cm
5 cm
▲ Figura 3.14 Fractura concoide. Las superficies curvas lisas se
producen cuando los minerales se rompen como el vidrio. (Foto de
E. J. Tarbuck.)
▲ Figura 3.15 La galena es sulfuro de plomo y, como otras
menas metálicas, tiene un peso específico relativamente elevado.
(Foto de E. J. Tarbuck.)
distintas; el talco produce la sensación jabonosa y el grafito, de grasa. Unos pocos minerales, como la magnetita,
tienen un elevado contenido en hierro y pueden ser captados por un imán, mientras que algunas variedades son
imanes naturales y atraerán pequeños objetos que contengan hierro, como los alfileres y los clips.
Además, algunos minerales exhiben propiedades
ópticas especiales. Por ejemplo, cuando se coloca una
pieza transparente de calcita sobre material impreso, las
letras aparecen duplicadas. Esta propiedad óptica se conoce como birrefracción. Además, la raya de muchos minerales que contienen azufre huele a huevos podridos.
Un ensayo químico muy sencillo consiste en colocar
una gota de ácido clorhídrico diluido de un cuentagotas
en la superficie fresca de un mineral. Algunos minerales,
denominados carbonatos, producirán efervescencia con el
ácido clorhídrico. Este ensayo es útil para identificar el
mineral calcita, que es un carbonato mineral común.
En resumen, una serie de propiedades químicas y
físicas especiales son útiles para identificar ciertos minerales. Entre ellas se cuentan el sabor, el olor, la elasticidad, la maleabilidad, el tacto, el magnetismo, la birrefracción y la reacción química con ácido clorhídrico. Hay
que recordar que cada una de estas propiedades depende
de la composición (elementos) de un mineral y de su estructura (cómo están dispuestos sus átomos).
minerales, ¡sólo una docena de minerales son abundantes! En conjunto estos pocos constituyen la mayor parte
de las rocas de la corteza terrestre y como tales se clasifican como los minerales formadores de rocas. También es interesante observar que sólo ocho elementos constituyen la
mayor parte de esos minerales y representan más del 98
por ciento (en peso) de la corteza continental (Figura
3.16). Estos elementos son, por orden de abundancia:
oxígeno (O), silicio (Si), aluminio (Al), hierro (Fe), calcio
(Ca), sodio (Na), Potasio (K) y magnesio (Mg).
Como se muestra en la Figura 3.16, el silicio y el
oxígeno son con mucho los elementos más comunes de
la corteza de la Tierra. Además, estos dos elementos se
combinan fácilmente para formar la estructura del grupo
mineral más común, los silicatos. Las rocas ígneas están
compuestas casi en su totalidad por minerales silicatados
Grupos minerales
Se conocen por su nombre casi 4.000 minerales y se identifican cada año varios minerales nuevos. Por fortuna,
para los estudiantes que están empezando a estudiar los
Oxígeno (O)
46,6%
Silicio (Si)
Aluminio (Al)
Hierro (Fe)
27,7%
8,1%
5,0%
Calcio (Ca)
3,6%
Sodio (Na)
2,8%
Potasio (K)
2,6%
Magnesio (Mg)
2,1%
▲ Figura 3.16 Abundancia relativa de los ocho elementos más
comunes en la corteza continental.
3Capítulo 3
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Página 93
Grupos minerales
y este grupo mineral representa más del 90 por ciento de
la corteza terrestre. Dado que las rocas sedimentarias
suelen estar compuestas por productos meteorizados
de las rocas ígneas, los minerales silicatados también
abundan en los sedimentos y las rocas sedimentarias.
Esto es especialmente cierto para el mineral cuarzo, que
es resistente a la meteorización; y para los minerales arcillosos, que son minerales silicatados producto de determinados procesos de meteorización. Los minerales
silicatados también son constituyentes importantes de
algunas rocas metamórficas.
Puesto que otros grupos de minerales son mucho
menos abundantes en la corteza terrestre que los silicatos,
a menudo se agrupan bajo la denominación de no silicatados. Aunque no son tan comunes como los silicatos, algunos minerales no silicatados son muy importantes desde el punto de vista económico. Nos proporcionan el
hierro y el aluminio para construir nuestros automóviles;
el yeso para las placas y los muros que construyen nuestras casas; y el cobre para los cables que transportan la
electricidad y para conectarnos a Internet. Algunos grupos de minerales no silicatados son los carbonatos, los
sulfatos y los haluros. Además de su importancia económica, estos grupos de minerales incluyen miembros que
son componentes importantes de los sedimentos y las rocas sedimentarias. Además, algunos minerales no silicatados se encuentran en las rocas metamórficas, pero tienden a ser raros en ambientes ígneos.
Comentaremos primero el grupo mineral más común, los silicatos, y luego consideraremos algunos de los
otros grupos minerales más destacados.
I
TI
Materia y minerales
Grupos de minerales
▲
IE N C
A
ERR
Los silicatos
S D LA
E
Todo silicato contiene los elementos oxígeno y silicio.
Además, excepto unos pocos, como el cuarzo, todos los
silicatos contienen uno o más elementos necesarios para
establecer la neutralidad eléctrica. Esos elementos adicionales dan lugar a la gran variedad de silicatos y a sus
diversas propiedades.
El tetraedro silicio-oxígeno
Todos los silicatos tienen el mismo componente básico
fundamental, el tetraedro silicio-oxígeno (tetra cuatro; hedra base). Esta estructura consiste en cuatro
iones de oxígeno que rodean a un ion de silicio mucho
menor (Figura 3.17). El tetraedro silicio-oxígeno es un
ion complejo (SiO44 ) con una carga de 4.
93
A.
B.
▲ Figura 3.17 Dos representaciones del tetraedro silicio-oxígeno.
A. Las cuatro esferas grandes representan los iones oxígeno y la
esfera azul representa un ion silicio. Las esferas se dibujan en
proporción al radio de los iones. B. Visión extendida del tetraedro
utilizando varillas para indicar los enlaces que conectan los iones.
En la naturaleza, una de las formas más sencillas
mediante las cuales estos tetraedros se reúnen para convertirse en compuestos neutros es a través de la adición
de iones de carga positiva (Figura 3.18). De esta manera
se produce una estructura químicamente estable, que
consiste en tetraedros individuales enlazados a través de
cationes.
Otras estructuras de silicatos
Además de los cationes que proporcionan la carga eléctrica opuesta necesaria para unir los tetraedros, estos últimos pueden unirse entre sí, según una variedad de configuraciones. Por ejemplo, los tetraedros pueden reunirse
para formar cadenas sencillas, cadenas dobles o estructuras laminares, como las mostradas en la Figura 3.19. La unión
de los tetraedros en cada una de esas configuraciones se
produce porque átomos de silicio de tetraedros adjuntos
comparten átomos de oxígeno.
Para entender mejor cómo ocurre esto, seleccionemos uno de los iones de silicio (esferas azules pequeñas)
situado cerca de la mitad de la estructura de cadena simple mostrada en la Figura 3.19A. Obsérvese que este silicio está completamente rodeado de cuatro iones oxígeno
94
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Página 94
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
Ion negativo
(anión)
Iones positivos
(cationes)
Si4+
0,39
Al3+
0,51
Fe3+
0,66
0,64
O2–
1,40
Mg2+
Na1+
0,97
0,74
Ca2+
0,99
mayores (lo observamos a través de uno de los cuatro para
ver el ion de silicio azul). Nótese también que, de los cuatro iones oxígeno, dos están unidos a otros iones de silicio, mientras que los otros dos no están compartidos en
modo alguno. Es la conexión a través de los iones oxígeno
compartidos lo que une los tetraedros en una estructura de cadena. Ahora, examinemos un ion de silicio de los situados
cerca del medio de la estructura laminar y contemos el
número de iones oxígeno compartidos y no compartidos
que lo rodean (Figura 3.19C). El aumento en el grado de
A. Cadenas sencillas
Fe2+
B. Cadenas dobles
▲
3Capítulo 3
K1+
1,33
Figura 3.18 Tamaños relativos y
cargas eléctricas de los iones de los
ocho elementos más comunes en la
corteza terrestre. Son los iones más
comunes en los minerales formadores
de rocas. Los radios iónicos se expresan
en Angstroms (un Angstrom es igual a
108 centímetros).
compartición explica la estructura laminar. Existen otras
estructuras silicatadas, y la más común tiene todos los
iones de oxígeno compartidos para producir una estructura tridimensional compleja.
Ahora podemos ver que la proporción de iones de
oxígeno con respecto a los iones de silicio difiere en cada
una de las estructuras de silicatos. En el tetraedro aislado,
hay cuatro iones de oxígeno por cada ion de silicio. En la
cadena simple, la proporción oxígeno a silicio es de 3 a 1,
y en la estructura tridimensional es de 2 a 1. Por consi-
C. Estructuras laminares
▲ Figura 3.19 Tres tipos de estructuras silicatadas. A. Cadenas sencillas. B. Cadenas dobles. C. Estructuras laminares.
3Capítulo 3
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Página 95
Silicatos comunes
I
A
ERR
Silicatos comunes
IE N C
La mayoría de las estructuras silicatadas, entre ellas las
cadenas individuales, las cadenas dobles o las láminas, no
son compuestos químicos neutros. Por tanto, como en el
tetraedro individual, están todas neutralizadas por la inclusión de cationes metálicos que las unen en una variedad de configuraciones cristalinas complejas. Los cationes que más a menudo enlazan las estructuras silicatadas
son los correspondientes a los elementos hierro (Fe),
magnesio (Mg), potasio (K), sodio (Na), aluminio (Al) y
calcio (Ca).
Obsérvese en la Figura 3.18 que cada uno de esos
cationes tiene un tamaño atómico concreto y una carga
particular. En general, los iones de aproximadamente el
mismo tamaño son capaces de sustituirse libremente entre sí. Por ejemplo, los iones de hierro (Fe2) y magnesio
(Mg2) son casi del mismo tamaño y se sustituyen sin alterar la estructura del mineral. Esto es también cierto
para los iones calcio y sodio, que pueden ocupar el mismo lugar en una estructura cristalina. Además, el aluminio (Al) a menudo sustituye al silicio en el tetraedro silicio-oxígeno.
Dada la capacidad de las estructuras de silicio para
acomodar con facilidad diferentes cationes en un sitio
de enlace determinado, los especímenes individuales de
un determinado mineral pueden contener cantidades
variables de ciertos elementos. Un mineral de este tipo
suele expresarse mediante una fórmula química en la
que se utilizan paréntesis para demostrar el componente variable. Un buen ejemplo es el mineral olivino,
(Mg, Fe)2SiO4, que es el silicato de magnesio/hierro.
Como puede verse en la fórmula, son los cationes de
hierro (Fe2) y magnesio (Mg2) del olivino los que se
sustituyen libremente entre sí. En un extremo, el olivino puede contener hierro sin nada de magnesio
(Fe2SiO4, o silicato férrico) y en el otro, el hierro está
absolutamente ausente (Mg2SiO4, o silicato de magnesio). Entre esos miembros finales, es posible cualquier
proporción de hierro con respecto al magnesio. Por tanto, el olivino, así como muchos otros silicatos, es en realidad una familia de minerales con un espectro de composición comprendido entre dos miembros finales.
En ciertas sustituciones, los iones que se intercambian no tienen la misma carga eléctrica. Por ejemplo,
cuando el calcio (Ca2) sustituye al sodio (Na1), la es-
TI
Ensamblaje de las estructuras de silicatos
tructura gana una carga positiva. En la naturaleza, una
forma según la cual se lleva a cabo esta sustitución, manteniendo aún la neutralidad eléctrica global, es la sustitución simultánea de aluminio (Al3) por silicio (Si4).
Esta particular sustitución doble se produce en el feldespato denominado plagioclasa. Es un miembro de la familia más abundante de minerales encontrada en la corteza
terrestre. Los miembros finales de esta serie concreta de
feldespatos son el silicato de calcio-aluminio (anortita,
CaAl2Si2O8) y un silicato de sodio-aluminio (albita,
NaAlSi3O8).
Estamos ahora preparados para revisar las estructuras de silicatos a la luz de lo que sabemos sobre los enlaces químicos. Un examen de la Figura 3.18 demuestra
que entre los constituyentes principales de los silicatos
sólo el oxígeno es un anión (con carga negativa). Dado
que los iones con cargas opuestas se atraen (y los de carga similar se repelen), los enlaces químicos que mantienen juntas las estructuras de los silicatos se forman entre
el oxígeno y cationes de carga opuesta. Por tanto, los cationes se disponen de manera que estén lo más cerca posible al oxígeno, mientras que, entre ellos, mantienen la
mayor distancia posible. Debido a su pequeño tamaño y
su elevada carga (4), el catión del silicio (Si) forma los
enlaces más fuertes con el oxígeno. El aluminio (Al), aunque no se une con tanta fuerza al oxígeno como el silicio,
se une con más fuerza con el calcio (Ca), el magnesio
(Mg), el hierro (Fe), el sodio (Na) o el potasio (K). En
muchos aspectos, el aluminio desempeña un papel similar al silicio siendo el ion central en la estructura tetraédrica básica.
La mayoría de los silicatos consiste en un entramado básico compuesto por un solo catión de silicio o aluminio rodeado por cuatro iones de oxígeno con cargas
negativas. Esos tetraedros a menudo se reúnen para formar una diversidad de otras estructuras silicatadas (cadenas, láminas, etc.) a través de átomos de oxígeno compartidos. Por último, los otros cationes se unen con los
átomos de oxígeno de esas estructuras silicatadas para
crear las estructuras cristalinas más complejas que caracterizan los silicatos.
Materia y minerales
Grupos de minerales
▲
guiente, cuantos más iones oxígeno se compartan, mayor será el porcentaje de silicio en la estructura. Los silicatos se describen, por consiguiente, como con «alto» o
«bajo» contenido de silicio, en función de la relación oxígeno/silicio. Esta diferencia en el contenido de silicio es
importante, como veremos en el capítulo siguiente cuando consideremos la formación de las rocas ígneas.
95
S D LA
E
Como ya dijimos, los silicatos son el grupo mineral más
abundante y tienen como componente básico el ion silicato (SiO44). En la Figura 3.20 se recogen los principales
grupos de silicatos y minerales comunes. Los feldespatos
(feld campo; spato mineral) son con mucho el silicato
3Capítulo 3
96
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Página 96
CAPÍTULO 3
Mineral
Materia y minerales
Fórmula idealizada
Exfoliación
Estructura de silicatos
Olivino
(Mg, Fe) 2SiO4
Ninguna
Grupo de los piroxenos
(augita)
(Mg,Fe)SiO3
Dos planos
en ángulos
rectos
Cadenas
sencillas
Grupo de los anfíboles
(hornblenda)
Ca2 (Fe,Mg)5Si8O22(OH)2
Dos planos a
60° y 120°
Cadenas
dobles
Biotita
K(Mg,Fe)3AlSi3O10(OH)2
Micas
Un plano
Moscovita
Ortosa
Tetraedro simple
Láminas
KAl2(AlSi3O10)(OH)2
KAlSi3O8
Feldespatos
Dos planos a
90°
Plagioclasa
Cuarzo
Redes
tridimensionales
(Ca,Na)AlSi3O8
SiO2
Ninguna
▲ Figura 3.20 Silicatos comunes. Obsérvese que la complejidad de la estructura del silicato aumenta hacia abajo del diagrama.
más abundante, que comprende más del 50 por ciento de
la corteza terrestre. El cuarzo, el segundo mineral más
abundante de la corteza continental, es el único mineral
común compuesto completamente por silicio y oxígeno.
Obsérvese en la Figura 3.20 que cada grupo mineral
tiene una estructura interna y puede exhibir exfoliación.
Dado que los enlaces silicio-oxígeno son fuertes, los silicatos tienden a exfoliarse entre las estructuras silicio-oxígeno más que a través de ellas. Por ejemplo, las micas tie-
nen una estructura laminar y, por tanto, tienden a exfoliarse en placas planas. El cuarzo, que tiene enlaces silicio-oxígeno de igual fuerza en todas las direcciones, no
tiene exfoliación, pero, en cambio, se fractura.
La mayoría de los silicatos se forman (cristalizan)
conforme el magma se va enfriando. Este enfriamiento
puede producirse en la superficie terrestre, cerca de ella
(temperatura y presión bajas) o a grandes profundidades
(temperatura y presión elevadas). El ambiente durante la
3Capítulo 3
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Silicatos comunes
cristalización y la composición química del magma determinan en gran medida qué minerales se producen. Por
ejemplo, el olivino cristaliza a temperaturas elevadas,
mientras que el cuarzo cristaliza a temperaturas mucho
más bajas.
Además, algunos silicatos se forman en la superficie
terrestre a partir de productos meteorizados de silicatos
más antiguos. Otros silicatos se forman bajo las presiones
extremas asociadas con la formación de montañas. Cada
silicato, por consiguiente, tiene una estructura y una
composición química que indican las condiciones bajo las
cuales se formó. Por tanto, mediante un examen cuidadoso
de los constituyentes minerales de las rocas, los geólogos
pueden determinar a menudo las circunstancias bajo las
cuales se formaron las rocas.
?
mente, estas diferencias son fundamentalmente atribuibles a la presencia o ausencia de hierro y magnesio. Los
silicatos claros contienen cantidades variables de aluminio, potasio, calcio y sodio, más que hierro y magnesio.
Grupo de los feldespatos. El feldespato, el grupo mineral
más común, puede formarse bajo un intervalo muy amplio de temperaturas y presiones, un hecho que explica
en parte su abundancia (Figura 3.21). Tienen dos planos
de exfoliación que se cortan a 90°, o cerca, son relativamente duros (6 en la escala de Mohs) y tienen un brillo
que oscila entre vítreo y perlado. Como componentes de
una roca, los cristales de feldespato pueden identificarse
por su forma rectangular y sus caras brillantes bastante lisas (Figura 3.22).
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Son estos silicatos los mismos materiales utilizados
en los chips informáticos de silicio y en los implantes
mamarios de silicona?
En realidad, no, pero los tres contienen el elemento silicio
(Si). Además, la fuente del silicio para numerosos productos,
incluidos los chips informáticos y los implantes mamarios,
procede de los minerales silicatados. El silicio puro (sin el
oxígeno que tienen los silicatos) se utiliza en la fabricación
de los chips informáticos, de lo que surge el nombre «Silicon
Valley» (valle del silicio) para la región de alta tecnología de
San Francisco, la zona de la bahía sur de California, donde se
diseñan muchos de estos dispositivos. Los fabricantes de chips
informáticos graban obleas de silicio con líneas conductoras
increíblemente estrechas, metiendo millones de circuitos en
cada chip de la medida de una uña de la mano.
La silicona (el material utilizado en los implantes
mamarios) es un gel compuesto por un polímero de siliciooxígeno con un tacto parecido a la goma y que repele el agua,
es químicamente inerte y estable a temperaturas extremas.
Aunque la preocupación por la seguridad a largo plazo de
estos implantes limitó su utilización a partir de 1992, no se
han encontrado pruebas que los relacionen con distintas enfermedades.
Examinaremos ahora algunos de los silicatos más
comunes, que dividimos en dos grupos principales en
función de su composición química.
Los silicatos claros
Los silicatos claros (o no ferromagnesianos) tienen
generalmente un color claro y un peso específico de alrededor de 2,7, que es considerablemente inferior al de los
silicatos ferromagnesianos. Como se indicó anterior-
97
Ortosa
12%
Cuarzo
12%
Plagioclasas
39%
Piroxenos
11%
Minerales no
silicatados
8%
Arcillas
5%
Micas
5%
Anfíboles
5%
Otros silicatos
3%
▲ Figura 3.21 Porcentajes estimados (por volumen) de los
minerales más comunes en la corteza terrestre.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
He visto papel de lija de granate en la ferretería.
¿Está hecho realmente de granates?
Sí, y es una de las muchas cosas de la ferretería que están hechas de minerales. Los minerales duros como el granate (dureza de Mohs de 6,5 a 7,5) y el corindón (dureza 9) dan
lugar a buenos abrasivos. La abundancia y la dureza de los
granates los hacen adecuados para producir discos abrasivos,
materiales de pulido, superficies antiadherentes y aplicaciones de chorro de arena. Por otro lado, los minerales con valores bajos en la escala de dureza de Mohs se utilizan
normalmente como lubricantes. Por ejemplo, otro mineral
encontrado en las ferreterías es el grafito (dureza 1), que se
utiliza como lubricante industrial (véase Figura 3.9B).
3Capítulo 3
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Página 98
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
5 cm
▲ Figura 3.22 Muestra del mineral ortosa. (Foto de E. J. Tarbuck.)
La estructura de los feldespatos es una red tridimensional formada cuando átomos de silicio adyacentes
comparten átomos de oxígeno. Además, entre una cuarta
parte y la mitad de los átomos de silicio en la estructura
del feldespato son sustituidos por átomos de aluminio. La
diferencia de carga entre el aluminio (3) y el silicio (4)
implica la inclusión de uno o más de los siguientes iones
en el retículo cristalino: potasio (1), sodio (1) o calcio
(2). Debido al gran tamaño del ion potasio, en comparación con el tamaño de los iones sodio y calcio, existen
dos estructuras diferentes de feldespatos. Un grupo de
feldespatos contiene iones potasio en su estructura y, por
tanto, se denomina feldespatos potásicos. (La ortosa y la microclina son miembros comunes del grupo del feldespato
potásico.)
El feldespato potásico suele ser de color crema claro a rosa salmón. El color de las plagioclasas, por otro
lado, oscila entre blanco y grisáceo. Sin embargo, el color
no debe utilizarse para distinguir estos grupos. La única
forma segura de distinguir físicamente los feldespatos es
buscar una multitud de finas líneas paralelas, denominadas estriaciones (striat estría). Las estriaciones se encuentran en algunos planos de exfoliación de las plagioclasas, pero no están presentes en el feldespato potásico
(Figura 3.23).
Cuarzo. El cuarzo es el único mineral común de los silicatos formado completamente por silicio y oxígeno.
Como tal, se le aplica el término de sílice al cuarzo que
tiene la fórmula química (SiO2). Dado que la estructura
del cuarzo contiene una proporción de dos iones de oxígeno (O2) por cada ion silicio (Si4), no se necesitan
otros iones positivos para alcanzar la neutralidad.
2 cm
▲ Figura 3.23 Estas líneas paralelas, denominadas estriaciones,
son una característica que permite distinguir las plagioclasas. (Foto
de E. J. Tarbuck.)
En el cuarzo se desarrolla un armazón tridimensional al compartir por completo átomos de silicio adyacentes a los oxígenos. Por tanto, todos los enlaces del cuarzo
son del tipo silicio-oxígeno fuerte. Por consiguiente, el
cuarzo es duro, resistente a la meteorización y no muestra exfoliación. Cuando se rompe, suele exhibir fractura
concoide. En su forma pura, el cuarzo es transparente y
si se le deja cristalizar sin interferencia formará cristales
hexagonales que desarrollan en sus extremos formas piramidales. Sin embargo, como la mayoría de los otros
minerales claros, el cuarzo suele estar coloreado por la
inclusión de diversos iones (impurezas) y se forma sin
desarrollar buenas caras cristalinas. Las variedades más
comunes de cuarzo son el cuarzo lechoso (blanco), el
ahumado (gris), el rosa (rosa), la amatista (púrpura) y el
cristal de roca (transparente) (Figura 3.24).
Moscovita. La moscovita es un miembro común de la familia de las micas. Su color es claro y tiene un brillo perlado.
Como otras micas, la moscovita tiene una excelente exfoliación en una dirección. En láminas finas, la moscovita es
transparente, una propiedad que explica su utilización
como «vidrio» de las ventanas durante la Edad Media.
Dado que la moscovita es muy brillante, a menudo puede
identificarse, por los destellos que proporciona, a una roca.
Incluso si alguna vez ha mirado de cerca la arena de la playa, quizá haya visto el brillo resplandeciente de las escamas
de mica dispersas entre los otros granos de arena.
Minerales de la arcilla. La arcilla es un término utilizado para describir una variedad de minerales complejos
que, como las micas, tiene estructura laminar. Los minerales arcillosos suelen ser de grano muy fino y sólo pueden estudiarse al microscopio. La mayoría de los minera-
3Capítulo 3
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99
▲
Silicatos comunes
Figura 3.24 Cuarzo. Algunos minerales, como
el cuarzo, se presentan en diversos colores. Aquí
se muestran el cristal de roca (incoloro), la amatista
(cuarzo púrpura), el citrino (cuarzo amarillo)
y el cuarzo ahumado (de gris a negro). (Foto de
E. J. Tarbuck.)
les arcillosos se origina como productos de la meteorización química de otros silicatos. Por tanto, los minerales
de la arcilla constituyen un gran porcentaje del material
superficial que denominamos suelo. Debido a la importancia del suelo en la agricultura, y su papel como material de soporte de los edificios, los minerales de la arcilla
son extremadamente importantes para los seres humanos. Además, los minerales arcillosos representan casi la
mitad del volumen de las rocas sedimentarias.
En general, los minerales arcillosos tienen un grano muy fino, lo cual dificulta su identificación, a menos
que se estudien con el microscopio. Su estructura laminar y el enlace débil entre las capas les dan un tacto característico cuando están húmedos. Los minerales arcillosos son comunes en las pizarras, las lutitas y otras rocas
sedimentarias. Aunque los minerales arcillosos tienen un
grano fino, pueden formar estratos o capas muy gruesos.
Uno de los minerales de la arcilla más comunes es
la caolinita, que se utiliza en la fabricación de porcelana y
en la producción de papel satinado, como el utilizado en
este libro de texto. Además, algunos minerales de la arcilla absorben grandes cantidades de agua, lo que les permite hincharse hasta varias veces su tamaño normal. Estas arcillas se han utilizado comercialmente en multitud
de formas ingeniosas, entre ellas como aditivos para espesar los batidos en los restaurantes de comida rápida.
Los silicatos oscuros
Los silicatos oscuros (o ferromagnesianos) son los minerales que contienen iones de hierro (hierro ferro) o
magnesio, o ambos, en su estructura. Debido a su conte-
nido en hierro, los silicatos ferromagnesianos tienen un
color oscuro y un mayor peso específico, entre 3,2 y 3,6,
que los silicatos no ferromagnesianos. Los silicatos oscuros más comunes son el olivino, los piroxenos, los anfíboles, la mica negra (biotita) y el granate.
Grupo del olivino. El olivino es una familia de silicatos
de temperatura elevada cuyo color oscila entre el negro y
el verde oliva, con un brillo vítreo y una fractura concoide. En vez de desarrollar cristales grandes, el olivino forma normalmente cristales pequeños y redondeados que
dan a las rocas constituidas por él un aspecto granular. El
olivino está compuesto por tetraedros individuales, unidos entre sí por iones de hierro y magnesio colocados de
manera que permitan la unión de los átomos de oxígeno
con los de magnesio. Dado que la red tridimensional generada de esta manera no tiene sus enlaces débiles alineados, el olivino no posee exfoliación.
Grupo de los piroxenos. Los piroxenos son un grupo de
minerales complejos que se consideran componentes importantes del manto terrestre. El miembro más común,
la augita, es un mineral negro y opaco con dos direcciones de exfoliación que se cortan a un ángulo de casi 90º.
Su estructura cristalina consiste en cadenas simples de tetraedros ligados por iones de hierro y magnesio. Dado
que los enlaces silicio-oxígeno son más fuertes que los
enlaces que unen las estructuras de silicato, la augita se
exfolia en dirección paralela a las cadenas de silicato. La
augita es uno de los minerales dominantes en el basalto,
una roca ígnea común de la corteza oceánica y de las áreas volcánicas de los continentes.
3Capítulo 3
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Página 100
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
Grupo de los anfíboles. La hornblenda es el miembro
más común de un grupo químicamente complejo de minerales denominados anfíboles (Figura 3.25). La hornblenda suele tener un color de verde oscuro a negro y,
excepto por sus ángulos de exfoliación, que son de alrededor de 60° y 120°, es muy similar en aspecto a la augita (Figura 3.26). Las cadenas dobles de tetraedros en la
estructura de la hornblenda son responsables de su exfoliación particular. En una roca, la hornblenda a menudo
forma cristales alargados. Eso ayuda a distinguirla del piroxeno, que forma cristales bastante achatados. La hornblenda se encuentra predominantemente en rocas continentales, donde a menudo es el componente oscuro de
una roca generalmente clara.
Biotita. La biotita es el miembro de color negro, rico en
hierro de la familia de las micas. Como otras micas, la biotita posee una estructura laminar que produce una excelente exfoliación en una dirección. La biotita tiene también un aspecto negro brillante que ayuda a distinguirla
de otros minerales ferromagnesianos oscuros. Como la
hornblenda, la biotita es un constituyente común de las
rocas continentales, entre ellas la roca ígnea granito.
Granate. El granate es similar al olivino en que su estructura está compuesta por tetraedros individuales vinculados por iones metálicos. También como el olivino, el
granate tiene un brillo vítreo, carece de exfoliación y posee fractura concoide. Aunque los colores del granate son
variados, el color de este mineral oscila más a menudo
entre el marrón y el rojo oscuro. El granate forma fácilmente cristales equidimensionales que se encuentran con
más frecuencia en las rocas metamórficas (Figura 3.27).
Cuando los granates son transparentes, pueden utilizarse
como piedras preciosas.
▲ Figura 3.25 Anfíbol hornblenda. La hornblenda es un silicato
común oscuro que tiene dos direcciones de exfoliación que se
cortan a 60° y 120°.
TI
I
5 cm
Materia y minerales
Grupos de minerales
▲
IE N C
A
ERR
Minerales no silicatados importantes
S D LA
E
Los minerales no silicatados suelen subdividirse en clases,
según el anión (ion con carga negativa) o el anión complejo
que los miembros tienen en común (Tabla 3.2). Por ejemplo, los óxidos contienen el anión de oxígeno (O2), que
~90°
~90°
Cadena sencilla
A. Augita (piroxeno)
~120°
~60°
▲
Figura 3.26 Ángulos
de exfoliación para la augita
y la hornblenda.
Cadena doble
B. Hornblenda (anfíbol)
3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 101
Minerales no silicatados importantes
2 cm
▲ Figura 3.27 Cristal de granate rojo oscuro incluido en una roca
metamórfica rica en mica y de color claro. (Foto de E. J. Tarbuck.)
está unido a uno o más tipos de iones positivos (cationes).
Por consiguiente, dentro de cada clase mineral, la estructura básica y el tipo de enlace son parecidas. Como consecuencia, los minerales de cada grupo tienen propiedades físicas similares útiles para la identificación del mineral.
Aunque los minerales no silicatados constituyen
aproximadamente sólo el 8 por ciento de la corteza te-
101
rrestre, algunos minerales, como el yeso, la calcita y la
halita aparecen como constituyentes de las rocas sedimentarias en cantidades significativas. Además, muchos
otros son económicamente importantes. En la Tabla 3.2
se enumeran algunas de las clases de minerales no silicatados y algunos ejemplos de cada una. A continuación se
comentan algunos de los minerales no silicatados más comunes que forman las rocas.
Algunos de los minerales no silicatados más comunes pertenecen a una de estas tres clases de minerales: los
carbonatos (CO32), los sulfatos (SO42) o los haluros
(Cl1, F1, B1). Los carbonatos son estructuralmente
mucho más sencillos que los silicatos. Este grupo mineral
está compuesto por el ion carbonato (CO32) y uno o varios iones positivos. Los dos carbonatos más comunes
son la calcita, CaCO3 (carbonato cálcico) y la dolomita,
CaMg(CO3)2 (carbonato de calcio y magnesio). Dado
que estos minerales son similares tanto desde el punto de
vista físico como químico, son difíciles de distinguir entre sí. Los dos tienen un brillo vítreo, una dureza entre 3
y 4 y una exfoliación romboédrica casi perfecta. Sin embargo, pueden distinguirse utilizando ácido clorhídrico
diluido. La calcita reacciona vigorosamente con este ácido, mientras que la dolomita reacciona mucho más lentamente. La calcita y la dolomita suelen encontrarse juntas
como constituyentes principales de las rocas sedimentarias caliza y dolomía. Cuando el mineral dominante es la
calcita, la roca se denomina caliza, mientras que la dolo-
Tabla 3.2 Grupos de minerales comunes no silicatados
Grupos de minerales
(aniones o elementos clave)
Carbonatos (CO32)
Haluros (Cl, F, Br)
Óxidos (O2)
Sulfuros (S2)
Sulfatos (SO42)
Elementos nativos (elementos simples)
Miembro
Fórmula
Interés económico
Calcita
Dolomita
Halita
Fluorita
Silvina
Hematites
Magnetita
Corindón
Hielo
Galena
Esfalerita
Pirita
Calcopirita
Cinabrio
Yeso
Anhidrita
Baritina
Oro
Cobre
Diamante
Azufre
Grafito
Plata
Platino
CaCO3
CaMg(CO3)2
NaCl
CaF2
KCl
Fe2O3
Fe3O4
Al2O3
H2O
PbS
ZnS
FeS2
CuFeS2
HgS
CaSO4 2H2O
CaSO4
BaSO4
Au
Cu
C
S
C
Ag
Pt
Cemento portland, cal
Cemento porland, cal
Sal común
Utilizado en la fabricación de acero
Fertilizante
Mena de hierro, pigmento
Mena de hierro
Piedra preciosa, abrasivo
Forma sólida del agua
Mena de plomo
Mena de cinc
Producción de ácido sulfúrico
Mena de cobre
Mena de mercurio
Argamasa
Argamasa
Lodo de perforación
Comercio, joyería
Conductor eléctrico
Piedra preciosa, abrasivo
Fármacos de azufre, productos químicos
Mina de lápiz, lubricante seco
Joyería, fotografía
Catalizador
3Capítulo 3
102
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Página 102
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
mía resulta de un predominio de dolomita. La caliza tiene muchos usos, entre ellos como agregado para las carreteras, como roca de construcción y como el principal
ingrediente del cemento portland.
Otros dos minerales no silicatados que se encuentran a menudo en las rocas sedimentarias son la halita y el
yeso. Los dos minerales se encuentran a menudo en capas
potentes, que son los últimos vestigios de mares antiguos
que se han evaporado hace tiempo (Figura 3.28). Como la
caliza, los dos son recursos no metálicos importantes. La
halita es el nombre mineral para la sal común (NaCl). El
yeso (CaSO4 · 2H2O), que es el sulfato cálcico con agua
unida estructuralmente, es el mineral del cual se elaboran
la argamasa y otros materiales de construcción similares.
La mayor parte de los minerales no silicatados
contienen miembros apreciados por su valor económico. Entre ellos se cuentan los óxidos, cuyos miembros
hematites y magnetita son menas importantes de hierro
(Figura 3.29). También son significativos los sulfuros,
que son básicamente compuestos de azufre (S) y uno o
más metales. Ejemplos de sulfuros importantes son la
galena (plomo), la esfalerita (cinc) y la calcopirita (cobre). Además, los elementos nativos, entre ellos el oro,
la plata y el carbono (diamante), y otros minerales no silicatados como la fluorita (fundente en la producción de
acero), el corindón (gema, abrasivo) y la uranitita (una
fuente de uranio), son económicamente importantes
(véase Recuadro 3.3).
▲
Figura 3.28 Capa gruesa de
halita (sal) en una mina subterránea
en Grand Saline, Texas. (Foto de Tom
Bochsler.)
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Según el libro de texto, las capas gruesas de halita y
yeso se formaron al evaporarse los océanos antiguos.
¿Eso ha tenido lugar en el pasado reciente?
Sí. Durante los últimos seis millones de años el mar Mediterráneo puede haberse secado y rellenado varias veces. Cuando se evapora el 65 por ciento del agua del mar, el mineral
yeso empieza a precipitar, lo cual significa que precipita de la
disolución y se deposita en el fondo. Cuando se ha evaporado el 90 por ciento del agua, se forman los cristales de halita, seguidos por sales de potasio y magnesio. Las perforaciones profundas en el Mediterráneo han puesto de manifiesto
la presencia de capas gruesas de yeso y depósitos salinos (principalmente halita) unas encima de las otras a una profundidad máxima de 2 kilómetros. Se supone que estos depósitos
son el resultado de acontecimientos tectónicos que periódicamente cerraron y reabrieron la conexión entre el océano
Atlántico y el mar Mediterráneo (el actual estrecho de Gibraltar) durante los últimos millones de años. Durante los períodos en los que el Mediterráneo estaba separado del Atlántico, el clima cálido y seco de esta región provocó la casi
evaporación del Mediterráneo. Luego, tras la apertura al
Atlántico, la cuenca mediterránea se rellenaría con agua marina de salinidad normal. Este ciclo se repitió una y otra vez,
produciendo las capas de yeso y sal encontradas en el fondo
del Mediterráneo.
3Capítulo 3
9/6/05
09:40
Página 103
Minerales no silicatados importantes
A.
103
B.
▲ Figura 3.29 Magnetita A. y hematites B. son óxidos e importantes menas de hierro. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
▲
Recuadro 3.3
Entender la Tierra
Piedras preciosas
Las piedras preciosas han sido muy apreciadas desde la antigüedad. Pero abunda
la información errónea sobre las gemas y
su composición mineral. Esto deriva en
parte de la práctica antigua de agrupar las
piedras preciosas por color, en vez de por
composición mineral. Por ejemplo, los
rubíes y las espinelas son muy similares en
color, pero son minerales completamente diferentes. La clasificación por color
hizo que las espinelas más comunes fueran tomadas por rubíes. Aún hoy, con las
técnicas de identificación moderna, el
cuarzo amarillo se vende a veces como una
piedra preciosa más valiosa, el topacio.
Denominación de las piedras
preciosas
La mayoría de las piedras preciosas tiene
un nombre que no coincide con el mineral que las compone. Por ejemplo, el zafiro es uno de los dos nombres por los
que se conoce el corindón. Cantidades
mínimas de elementos extraños pueden
producir zafiros vívidos de casi cualquier
color. Cantidades diminutas de titanio y
de hierro en el corindón producen los
zafiros azules más preciados. Cuando el
corindón contiene una cantidad suficien-
te de cromo, exhibe un color rojo brillante, y la piedra se denomina rubí. Además, si una muestra no es adecuada como
piedra preciosa, pasa simplemente por el
nombre del mineral corindón. Debido a
su dureza, el corindón carente de calidad
de piedra preciosa suele molerse y venderse como abrasivo.
En resumen, cuando el corindón exhibe un color rojo, se denomina rubí, pero
si tiene cualquier otro color, es una piedra
preciosa denominada zafiro. Mientras que
el corindón es el mineral básico de dos
piedras preciosas, el cuarzo es el progenitor de más de una docena de ellas. En la
Tabla 3.A se enumeran algunas de las piedras preciosas bien conocidas y los minerales de los que proceden.
¿Qué constituye una piedra
preciosa?
Cuando se encuentran en estado natural, casi todas las piedras preciosas son
opacas y podrían pasar desapercibidas
«como una roca más» para la mayoría de
las personas. Las gemas deben ser cortadas y pulidas por profesionales experimentados antes de desplegar su verdadera belleza. Sólo se consideran piedras
preciosas las muestras minerales cuya
calidad es tal que pueden alcanzar un
precio superior al del coste de procesamiento.
Las piedras preciosas pueden dividirse en dos categorías: preciosas y semipreciosas.
Una piedra preciosa tiene belleza, durabilidad, tamaño y rareza, mientras que
una piedra semipreciosa tiene sólo una o
dos de esas cualidades. Las gemas tradicionalmente más valoradas son los diamantes, los rubíes, los zafiros, las esmeraldas y algunas variedades de ópalo
(Tabla 3.A). Todas las demás gemas se
clasifican como semipreciosas. Sin embargo, las muestras grandes de gran calidad de las piedras semipreciosas a menudo alcanzan un precio elevado.
En la actualidad, se prefieren las piedras translúcidas con colores uniformemente teñidos. Los tintes más favorecidos
son el rojo, el azul, el verde, el púrpura, el
rosa y el amarillo. Las piedras más preciadas son los rubíes denominados sangre
de paloma, los zafiros azules, las esmeraldas verde hierba y los diamantes amarillo
canario. Las gemas incoloras son generalmente poco apreciadas, excepto en el
3Capítulo 3
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Página 104
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
Tabla 3.A Piedras preciosas importantes
Piedra
Nombre mineral
Colores apreciados
Preciosa
Diamante
Esmeralda
Ópalo
Rubí
Zafiro
Diamante
Berilo
Ópalo
Corindón
Corindón
Incoloro, amarillos
Verdes
Brillantes
Rojos
Azules
Semipreciosa
Alexandrita
Amatista
Ojo de gato
Calcedonia
Citrino
Granate
Jade
Piedra de la Luna
Peridoto
Cuarzo ahumado
Espinela
Topacio
Turmalina
Turquesa
Circón
Crisoberilo
Cuarzo
Crisoberilo
Cuarzo (ágata)
Cuarzo
Granate
Jadeita o nefrita
Feldespato
Olivino
Cuarzo
Espinela
Topacio
Turmalina
Turquesa
Circón
Variable
Púrpuras
Amarillos
Bandeados
Amarillos
Rojos, verdes
Verdes
Azules transparentes
Verdes oliva
Marrones
Rojos
Púrpuras, rojos
Rojos, azul verdosos
Azules
Rojos
caso de los diamantes que exhiben «destellos de color» conocidos como brillo.
La durabilidad de una gema depende
de su dureza; es decir, su resistencia a la
abrasión por los objetos encontrados
normalmente en la vida diaria. Para que
tengan una buena durabilidad, las gemas
deben ser tan duras o más que el cuarzo,
definida la dureza mediante la escala de
Mohs. Una notable excepción es el ópalo,
que es comparativamente blando (dureza
de 5 a 6,5) y quebradizo. El valor del ópalo procede de su «fuego» que es una exhibición de una variedad de colores brillantes, entre ellos, verdes, azules y rojos.
Parece formar parte de la naturaleza
humana el atesorar lo que es raro. En el
caso de las piedras preciosas, los ejemplares grandes de gran calidad son mucho
más raros que las piedras más pequeñas.
Por tanto, los rubíes, los diamantes y las
esmeraldas grandes, que son raros, además de hermosos y duraderos, son los
más caros.
Resumen
Resumen
• Un mineral es un sólido inorgánico de origen natural
que posee una estructura química definida que le
proporciona un conjunto único de propiedades físicas. La mayoría de las rocas son agregados compuestos por dos o más minerales.
• Los componentes básicos de los minerales son los elementos. Un átomo es la partícula más pequeña de materia que sigue conservando las características de un
elemento. Cada átomo tiene un núcleo, que contiene
protones (partículas con cargas eléctricas positivas) y
neutrones (partículas con cargas eléctricas neutras).
En órbita alrededor del núcleo de un átomo, en regiones denominadas niveles de energía o capas, se encuentran los electrones, que tienen cargas eléctricas
negativas. El número de protones que hay en el núcleo de un átomo determina su número atómico y el
nombre del elemento. Un elemento es un enorme
conjunto de átomos eléctricamente neutros, que tienen todos el mismo número atómico.
• Los átomos se combinan entre sí para formar sustancias más complejas denominadas compuestos. Los áto-
mos se enlazan entre sí ya sea para ganar, perder o
compartir electrones con otros átomos. En el enlace
iónico se transfieren uno o más electrones de un átomo a otro, lo que da a los átomos una carga neta positiva o negativa. Los átomos eléctricamente cargados que resultan se denominan iones. Los compuestos
iónicos consisten en iones con cargas opuestas reunidos en una estructura cristalina, regular, que permite
la máxima atracción de los iones, en función de sus
tamaños. Otro tipo de enlace, el enlace covalente, se
produce cuando los átomos comparten electrones.
• Los isótopos son variantes del mismo elemento, pero
con un número másico diferente (el número total de
neutrones más protones que se encuentran en el núcleo de un átomo). Algunos isótopos son inestables y
se desintegran de manera natural a través de un proceso denominado radiactividad.
• Las propiedades de los minerales son: forma cristalina,
brillo, color, raya, dureza, exfoliación, fractura y peso específico. Además, un número de propiedades químicas
y físicas especiales (sabor, olor, elasticidad, maleabilidad,
3Capítulo 3
9/6/05
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Página 105
Preguntas de repaso
tacto, magnetismo, birrefracción y reacción química con
ácido clorhídrico) son útiles para identificar ciertos minerales. Cada mineral tiene un conjunto específico
de propiedades que pueden utilizarse para su identificación.
• De los casi 4.000 minerales, sólo una escasa docena
constituyen la mayor parte de las rocas de la corteza
terrestre y, como tales, se clasifican como minerales
formadores de roca. Ocho elementos (oxígeno, silicio,
aluminio, hierro, calcio, sodio, potasio y magnesio)
constituyen la mayor parte de estos minerales y representan más del 98 por ciento (en peso) de la corteza continental de la Tierra.
• El grupo mineral más común es el de los silicatos.
Todos los silicatos tienen el tetraedro silicio-oxígeno
cargado negativamente como componente básico
fundamental. En algunos silicatos, los tetraedros se
reúnen en cadenas (los grupos de piroxenos y anfíbo-
105
les); en otros, los tetraedros se disponen en láminas
(las micas, biotita y moscovita) o en redes tridimensionales (el feldespato y el cuarzo). Los tetraedros y
diversas estructuras silicatadas suelen enlazarse mediante los iones positivos de hierro, magnesio, potasio, sodio, aluminio y calcio. Cada silicato tiene una
estructura y una composición química que indica las
condiciones bajo las cuales se formó.
• Los grupos minerales no silicatados, que contienen varios minerales importantes desde el punto de vista
económico, son los óxidos (por ejemplo, el mineral
hematites, aprovechado para obtener hierro), los sulfuros (por ejemplo, el mineral esfalerita, para cinc),
los sulfatos, los haluros y los elementos nativos formadores de roca no silicatados más comunes son los carbonatos, calcita y dolomita. Otros dos minerales no silicatados que se encuentran con frecuencia en las rocas
sedimentarias son la halita y el yeso.
Preguntas de repaso
1. Defina el término roca.
2. Enumere las tres principales partículas de un átomo y explique cómo se diferencian entre sí.
3. Si el número de electrones de un átomo neutro es
35 y su número másico es 80, calcule lo siguiente:
a) número de protones
b) número atómico
c) número de neutrones
4. ¿Cuál es la importancia de los electrones de valencia?
5. Distinga brevemente entre enlace iónico y covalente.
6. ¿Qué ocurre en un átomo para producir un ion?
7. ¿Qué es un isótopo?
8. Aunque todos los minerales tienen una disposición
ordenadamente interna de átomos (estructura cristalina), la mayoría de los minerales no exhibe su
forma cristalina. ¿Por qué?
9. ¿Por qué puede ser difícil identificar un mineral
por su color?
10. Si encontrara un mineral de aspecto vítreo mientras está en el campo y tuviera esperanzas de que
fuera un diamante, ¿qué prueba sencilla le ayudaría
a decidirse?
11. Explique el uso del corindón como se muestra en la
Tabla 3.2 (pág. 101) en función de la escala de dureza de Mohs.
12. El oro tiene un peso específico de casi 20. Si un
cubo de 25 litros de agua pesa 25 kilogramos,
¿cuánto pesaría un cubo de 25 litros de oro?
13. Explique la diferencia entre los términos silicio y
silicato.
14. ¿Qué tienen en común los minerales ferromagnesianos? Enumere ejemplos de minerales ferromagnesianos.
15. ¿Qué tienen en común la moscovita y la biotita?
¿En qué se diferencian?
16. ¿Debe utilizarse el color para distinguir entre los
feldespatos ortosa y plagioclasa? ¿Cuál es la mejor
manera de distinguir entre estos dos tipos de feldespato?
17. Cada una de las afirmaciones siguientes describe
un mineral o grupo de silicatos. En cada caso, cite
el nombre apropiado:
a) el miembro más común del grupo de los anfíboles;
b) el miembro más común no ferromagnesiano de
la familia de la mica;
3Capítulo 3
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9/6/05
09:40
Página 106
CAPÍTULO 3
Materia y minerales
c) el único silicato compuesto enteramente de silicio y oxígeno;
f ) se origina como producto de la meteorización
química.
d) un silicato de elevada temperatura con un nombre que se basa en su color;
18. ¿Qué prueba sencilla puede utilizarse para distinguir la calcita de la dolomita?
e) caracterizado por estriaciones;
Términos fundamentales
átomo
brillo
capa
color
compuesto
desintegración radiactiva
dureza
electrón
electrón de valencia
elemento
enlace covalente
enlace iónico
enlace metálico
escala de Mohs
exfoliación
forma cristalina
fractura
ion
mineral
mineralogía
neutrón
nivel de energía o núcleo
número atómico
número másico
peso atómico
peso específico
polimorfo
protón
raya
regla del octeto
roca
silicato
silicato claro
silicato ferromagnesiano
silicato oscuro
tetraedro silicio-oxígeno
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
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• Búsquedas de términos clave en toda la red.
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4Capítulo 4
9/6/05
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Página 107
CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
Magmas: el material de las rocas
ígneas
Naturaleza de los magmas
De los magmas a las rocas
Texturas ígneas
Factores que afectan al tamaño de los cristales
Tipos de texturas ígneas
Composiciones ígneas
Composiciones graníticas frente a
composiciones basálticas
Otros grupos composicionales
El contenido de sílice como indicador de la
composición
Denominación de las rocas ígneas
Rocas félsicas (graníticas)
Rocas intermedias (andesíticas)
Rocas máficas (basálticas)
Rocas piroclásticas
Origen de los magmas
Generación de magmas a partir de roca
sólida
Evolución de los magmas
Serie de reacción de Bowen y composición
de las rocas ígneas
Asimilación y mezcla de magmas
Fusión parcial y formación de los
magmas
Formación de magmas basálticos
Formación de magmas andesíticos y
graníticos
107
4Capítulo 4
9/6/05
108
10:03
Página 108
CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
L
as rocas ígneas forman la mayor parte de la corteza
terrestre. De hecho, con la excepción del núcleo exterior líquido, la porción sólida restante de nuestro planeta es básicamente una enorme roca ígnea parcialmente
cubierta por una delgada capa de rocas sedimentarias. Por
consiguiente, para comprender la estructura, composición y
funcionamiento interno de nuestro planeta, es esencial un
conocimiento básico de las rocas ígneas.
I
TI
Rocas ígneas
Introducción
▲
IE N C
A
ERR
Magmas: el material
de las rocas ígneas
S D LA
E
En nuestra discusión del ciclo de las rocas, se señaló que
las rocas ígneas (ignis fuego) se forman conforme se
enfría y solidifica una roca fundida. Abundantes pruebas
apoyan el hecho de que el material parental de las rocas
ígneas, denominado magma, se forma por un proceso denominado fusión parcial. La fusión parcial se produce a
varios niveles dentro de la corteza terrestre y el manto
superior a profundidades que pueden superar los 250 kilómetros. Exploraremos el origen de los magmas más
adelante en este capítulo.
Una vez formado, un cuerpo magmático asciende
por flotación hacia la superficie porque es menos denso
que las rocas que le rodean. Cuando la roca fundida se
abre camino hacia la superficie, produce una erupción
volcánica espectacular. El magma que alcanza la superficie de la Tierra se denomina lava. A veces la lava se emite en forma de surtidores que se producen cuando los gases que escapan impulsan la roca fundida desde la cámara
magmática. En otras ocasiones el magma es expulsado de
una chimenea de una manera explosiva, provocando una
erupción catastrófica. Sin embargo, no todas las erupciones son violentas; algunos volcanes generan tranquilas
emisiones de lavas muy fluidas.
Las rocas ígneas que se forman cuando se solidifica
la roca fundida en la superficie terrestre se clasifican como
extrusivas (ex fuera; trudere empujar) o volcánicas
(de Vulcano, el dios del fuego). Las rocas ígneas extrusivas son abundantes en la costa occidental del continente
americano, incluidos los conos volcánicos de la cordillera
Cascade y las extensas coladas de lava de la llanura de Columbia. Además, muchas islas oceánicas, tipificadas por la
cadena Hawaiana, están compuestas casi por completo de
rocas ígneas extrusivas.
El magma que pierde su movilidad antes de alcanzar la superficie acaba cristalizando en profundidad. Las
rocas ígneas que se forman en profundidad se denominan
intrusivas (in dentro; trudere empujar) o plutónicas
(de Plutón, el dios del mundo inferior en la mitología clásica). Las rocas ígneas intrusivas nunca se observarían si
la corteza no ascendiera y las rocas caja no fueran eliminadas por la erosión. (Cuando una masa de roca de la corteza está expuesta, es decir, no cubierta por un suelo, se
denomina afloramiento.) En muchas partes existen afloramientos de rocas ígneas intrusivas, como el monte Washington, New Hampshire; la Stone Mountain, Georgia;
las Black Hills, Dakota del Sur, y el Parque Nacional
Yosemite, California.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Son las lavas y los magmas lo mismo?
No, pero su composición podría ser similar. Ambos términos
describen roca fundida o líquida. El magma existe debajo de
la superficie de la Tierra, y la lava es roca fundida que ha alcanzado la superficie. Por esta razón pueden tener una composición similar. La lava se produce a partir del magma, pero
en general ha perdido los materiales que escapan en forma gaseosa, como el vapor de agua.
Naturaleza de los magmas
Los magmas son material completa o parcialmente fundido, que al enfriarse se solidifica y forma una roca ígnea.
La mayoría de los magmas constan de tres partes: un
componente líquido, un componente sólido y una fase
gaseosa.
La porción líquida, llamada fundido, está compuesta por iones móviles de los elementos que se encuentran comúnmente en la corteza terrestre. El fundido está
formado principalmente por iones de silicio y oxígeno
que se combinan fácilmente y forman sílice (SiO2), así
como cantidades menores de aluminio, potasio, calcio,
sodio, hierro y magnesio.
Los componentes sólidos (si los hay) del magma
son silicatos ya cristalizados desde el fundido. Conforme
una masa de magma se enfría, aumentan el tamaño y la
cantidad de los cristales. Durante el último estadio del
enfriamiento, una masa de magma es, básicamente, un
sólido cristalino con cantidades sólo menores de fundido.
El vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono
(CO2) y el dióxido de azufre (SO2) son los gases más comunes hallados en el magma y están confinados por la inmensa presión ejercida por las rocas suprayacentes. Estos
componentes gaseosos, denominados volátiles, se disuelven dentro del fundido. (Los volátiles son los materiales
que se evaporarán [formarán un gas] fácilmente a las pre-
4Capítulo 4
9/6/05
10:03
Página 109
Magmas: el material de las rocas ígneas
siones de la superficie.) Los volátiles continúan formando
parte del magma hasta que éste se acerca a la superficie
(ambiente de baja presión) o hasta que la masa de magma
cristaliza, momento en el que cualquiera de los volátiles
restantes migra libremente. Estos fluidos calientes representan un papel importante en el metamorfismo y se considerarán en el Capítulo 8.
109
Conforme se enfría un magma, los iones del fundido empiezan a perder movilidad y a disponerse en estructuras
cristalinas ordenadas. Este proceso, denominado cristalización, genera granos minerales silicatados que se encuentran dentro del fundido remanente.
Antes de examinar cómo cristaliza un magma, veamos primero cómo se funde un sólido cristalino sencillo.
En cualquier sólido cristalino, los iones están dispuestos
según un empaquetado regular. Sin embargo, no carecen
de movimiento. Exhiben un tipo de vibración restringida
alrededor de puntos fijos. Conforme la temperatura aumenta, los iones vibran cada vez más deprisa y, por consiguiente, colisionan con más intensidad con sus vecinos.
Por tanto, el calentamiento hace que los iones ocupen
más espacio provocando la expansión del sólido. Cuando
los iones vibran con suficiente rapidez como para superar
la fuerza de los enlaces químicos, el sólido empieza a fundirse. En esta etapa, los iones pueden deslizarse unos al
lado de otros, y así desintegrar su estructura cristalina ordenada. Por tanto, la fusión convierte un sólido, que consiste en iones uniformemente empaquetados, en un líquido compuesto por iones desordenados que se mueven
libremente.
En el proceso de cristalización, el enfriamiento invierte los acontecimientos de la fusión. Conforme disminuye la temperatura del líquido, los iones se acercan a
medida que disminuye su velocidad de movimiento.
Cuando se enfrían suficientemente, las fuerzas de los enlaces químicos confinarán de nuevo los átomos en una
disposición cristalina ordenada.
Cuando el magma se enfría, son generalmente los
átomos de silicio y oxígeno los que primero se enlazan
para formar tetraedros de silicio-oxígeno, los bloques de
construcción básica de los silicatos. Conforme el magma
sigue perdiendo calor hacia su entorno, los tetraedros se
unen entre sí y con otros iones para formar embriones de
núcleos de cristales. Los núcleos crecen lentamente conforme los iones pierden su movilidad y se unen a la red
cristalina.
Los primeros minerales que se forman tienen espacio para crecer y tienden a tener caras cristalinas mejor
desarrolladas que los últimos, que rellenan el espacio restante. Por último, todo el magma se transforma en una
masa sólida de silicatos interpenetrados que denominamos rocas ígneas (Figura 4.1).
Como veremos más adelante, la cristalización del
magma es mucho más compleja de lo que se acaba de describir. Mientras que un compuesto sencillo, como el
agua, cristaliza a una temperatura específica, la solidificación del magma con su diversidad química a menudo
abarca un intervalo de temperatura de 200 °C. Durante la
cristalización, la composición del fundido cambia continuamente a medida que los iones son retirados de manera selectiva e incorporados en los primeros minerales que
se forman. Si el fundido se separa de los primeros minerales que se forman, su composición será distinta de la del
A.
B.
De los magmas a las rocas
▲ Figura 4.1 A. Vista de cerca de cristales entrecrecidos en una roca ígnea de grano grueso. Los cristales más grandes tienen alrededor de
un centímetro de longitud. B. Microfotografía de cristales entrecrecidos en una roca ígnea de grano grueso. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
magma original. Por tanto, un solo magma puede generar rocas con una composición muy diferente. Por consiguiente, existe una gran variedad de rocas ígneas. Volveremos a esta importante idea más adelante, en este
capítulo.
La cristalización del magma es compleja. No obstante, es posible clasificar las rocas ígneas en función de
su composición mineral y de las condiciones bajo las cuales se formaron. El ambiente durante la cristalización
puede deducirse de manera aproximada del tamaño y la
ordenación de los granos minerales, una propiedad denominada textura. Por consiguiente, las rocas ígneas se clasifican por su textura y composición mineral. Consideramos
estas dos características de las rocas en las siguientes secciones.
I
TI
Rocas ígneas
Texturas ígneas
▲
IE N C
A
ERR
Texturas ígneas
S D LA
E
El término textura, cuando se aplica a una roca ígnea, se
utiliza para describir el aspecto general de la roca en función del tamaño, forma y ordenamiento de sus cristales
(Figura 4.2). La textura es una característica importante
porque revela datos sobre el ambiente en el que se formó
la roca. Esto permite a los geólogos hacer deducciones
sobre el origen de la roca mientras trabajan en el campo
donde no disponen de un equipo sofisticado.
Factores que afectan al tamaño
de los cristales
Tres factores contribuyen a la textura de las rocas ígneas:
(1) la velocidad a la cual se enfría el magma; (2) la cantidad de
sílice presente, y (3) la cantidad de gases disueltos en el magma.
De ellos, la velocidad de enfriamiento es el factor dominante, pero, como todas las generalizaciones, ésta tiene
numerosas excepciones.
Conforme una masa de magma se enfría, disminuye la movilidad de sus iones. Un cuerpo magmático muy
grande localizado a gran profundidad se enfriará durante
un período de quizá decenas o centenares de millares de
años. Al principio, se forman relativamente pocos núcleos cristalinos. El enfriamiento lento permite la migración
de los iones a grandes distancias de forma que pueden
juntarse con alguna de las escasas estructuras cristalinas
existentes. Por consiguiente, el enfriamiento lento promueve el crecimiento de menos cristales, pero de mayor
tamaño.
Por otro lado, cuando el enfriamiento se produce
más deprisa (por ejemplo, en una delgada colada de lava)
los iones pierden rápidamente su movilidad y se combinan con facilidad. Esto provoca el desarrollo de numerosos núcleos embrionarios, que compiten a la vez por los
iones disponibles. La consecuencia es una masa sólida de
pequeños cristales intercrecidos.
Cuando el material fundido se enfría rápidamente
puede no haber tiempo suficiente para que los iones se
dispongan en una red cristalina. A las rocas que consisten
en iones desordenados se las denomina vidrios.
Tipos de texturas ígneas
Como hemos visto, el efecto del enfriamiento sobre las
texturas de las rocas es bastante directo. El enfriamiento
lento promueve el crecimiento de grandes cristales,
mientras que el enfriamiento rápido tiende a generar
cristales más pequeños. Consideraremos los otros dos
factores que afectan al crecimiento del cristal conforme
examinemos los principales tipos de textura.
Textura afanítica (de grano fino). Las rocas ígneas, que
se forman en la superficie o como masas pequeñas dentro
de la corteza superior donde el enfriamiento es relativamente rápido, poseen una estructura de grano muy fino
denominada afanítica (a no; phaner visible). Por definición, los cristales que constituyen las rocas afaníticas
son demasiado pequeños para que los minerales individuales se distingan a simple vista (Figura 4.2A). Dado que
la identificación del mineral no es posible, normalmente
caracterizamos las rocas de grano fino por su color claro,
intermedio u oscuro. Utilizando esta clasificación, las rocas afaníticas de color claro son las que contienen fundamentalmente silicatos no ferromagnesianos y de color
claro, y así sucesivamente (véase la sección titulada «Silicatos comunes» del Capítulo 3).
En muchas rocas afaníticas se pueden observar los
huecos dejados por las burbujas de gas que escapan conforme se solidifica el magma. Esas aberturas esféricas o
alargadas se denominan vesículas y son más abundantes
en la parte superior de las coladas de lava. Es en la zona
superior de una colada de lava donde el enfriamiento se
produce lo bastante deprisa como par «congelar» la lava,
conservando así las aberturas producidas por las burbujas
de gas en expansión.
Textura fanerítica (de grano grueso). Cuando grandes
masas de magma se solidifican lentamente bastante por
debajo de la superficie, forman las rocas ígneas que muestran una estructura de grano grueso denominada fanerítica. Estas rocas de grano grueso consisten en una masa
de cristales intercrecidos que son aproximadamente del
mismo tamaño y lo suficientemente grandes como para
que los minerales individuales puedan identificarse sin la
ayuda de un microscopio (Figura 4.2B). (Los geólogos
4Capítulo 4
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Texturas ígneas
2 cm
A. Afanítica
111
2 cm
B. Fanerítica
2 cm
C. Porfídica
2 cm
D. Vítrea
▲ Figura 4.2 Texturas de las rocas ígneas. A. Afanítica (grano fino). B. Fanerítica (grano grueso). C. Porfídica (granos grandes rodeados por
una matriz). D. Vítrea (enfriamiento demasiado rápido para formar cristales). (Fotos de E. J. Tarbuck.)
suelen utilizar una lupa que les ayuda a identificar los minerales de grano grueso.) Dado que las rocas faneríticas se
forman en el interior de la corteza terrestre, su afloramiento en la superficie de la Tierra sólo ocurre después de
que la erosión elimina el recubrimiento de rocas que una
vez rodearon la cámara magmática.
Textura porfídica. Una gran masa de magma localizada
profundamente puede necesitar de decenas a centenares
de miles de años para solidificar. Dado que los diferentes
minerales cristalizan a temperaturas diferentes (así como
a velocidades diferentes) es posible que algunos cristales
se hagan bastante grandes mientras que otros estén em-
112
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
pezando a formarse. Si el magma que contiene algunos
cristales grandes cambia de condiciones (por ejemplo,
saliendo a la superficie) la porción líquida restante de la
lava se enfriará relativamente rápido. Se dice que la roca
resultante, que tiene grandes cristales incrustados en una
matriz de cristales más pequeños, tiene una textura
porfídica (Figura 4.2C). Los grandes cristales que hay
en una roca de este tipo se denominan fenocristales
(pheno mostrar; cristal cristal), mientras que la matriz de cristales más pequeños se denomina pasta. Una
roca con una textura de este tipo se conoce como pórfido.
Textura vítrea. Durante algunas erupciones volcánicas
la roca fundida es expulsada hacia la atmósfera donde se
enfría rápidamente. Este enfriamiento rápido puede generar rocas que tienen una textura vítrea. Como indicamos antes, el vidrio se produce cuando los iones desordenados se «congelan» antes de poder unirse en una
estructura cristalina ordenada. La obsidiana, un tipo
común de vidrio natural, es de aspecto similar a una
pieza oscura de vidrio corriente o manufacturado (Figura 4.2D).
En algunos lugares aparecen capas de obsidiana
(denominadas coladas de obsidiana) de varias decenas de
centímetros (Figura 4.3). Por tanto, el enfriamiento rápido no es el único mecanismo mediante el cual puede formarse una textura vítrea. Como regla general, los magmas con un elevado contenido en sílice tienden a formar
estructuras largas y en cadena antes de que la cristalización sea completa. Estas estructuras, a su vez, impiden el
transporte iónico y aumentan la viscosidad del magma.
(La viscosidad es una medida de la resistencia del fluido a
fluir.)
El magma granítico, que es rico en sílice, puede ser
emitido como una masa extremadamente viscosa que acaba solidificando como un vidrio. Por el contrario, el magma basáltico, que contiene poco sílice, forma lavas muy
fluidas que, tras enfriarse, suelen generar rocas cristalinas
de grano fino. Sin embargo, la superficie de la lava basáltica puede enfriarse con la suficiente rapidez como para
dar lugar a una fina capa vítrea. Además, los volcanes hawaiianos a veces emiten fuentes de lava que arrojan la lava
basáltica decenas de metros en el aire. Una actividad de
este tipo puede producir hilos de vidrio volcánico denominado cabellos de Pele, que reciben su nombre de la diosa
hawaiiana de los volcanes.
Textura piroclástica. Algunas rocas ígneas se forman
por la consolidación de fragmentos de roca individuales
que son emitidos durante erupciones volcánicas violentas. Las partículas expulsadas pueden ser cenizas muy
finas, gotas fundidas o grandes bloques angulares arrancados de las paredes de la chimenea volcánica durante la
erupción. Las rocas ígneas formadas por estos fragmentos de roca se dice que tienen una textura piroclástica o
fragmental (Figura 4.4).
Un tipo común de roca piroclástica denominada
toba soldada está compuesta por finos fragmentos de vidrio que permanecieron lo suficientemente calientes durante su vuelo como para fundirse juntos tras el impacto.
Otras rocas piroclásticas están compuestas por fragmentos que se solidificaron antes del impacto y se cementaron juntos algún tiempo después. Dado que las rocas piroclásticas están compuestas de partículas o fragmentos
individuales antes que de cristales interconectados, sus
texturas suelen ser más parecidas a las de las rocas sedimentarias que a las de las otras rocas ígneas.
▲
4Capítulo 4
Figura 4.3 Esta colada de obsidiana
fue emitida desde una chimenea a lo largo
de la pared meridional de la caldera New
Bery, Oregón. Obsérvese la carretera para
escala. (Foto de E. J. Tarbuck.)
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Composiciones ígneas
113
historias de enfriamiento excesivamente largas, sino que
son consecuencia del ambiente rico en líquido en el que
tiene lugar la cristalización.
La composición de la mayor parte de las pegmatitas
es parecida a la del granito. Por tanto, las pegmatitas contienen cristales grandes de cuarzo, feldespato y moscovita. Sin embargo, algunas contienen cantidades significativas de minerales comparativamente raros y, por tanto,
valiosos (véase Recuadro 4.1).
TI
Rocas ígneas
Composiciones ígneas
▲
▲
Recuadro 4.1
A
I
Textura pegmatítica. Bajo condiciones especiales, pueden formarse rocas ígneas de grano especialmente grueso, denominadas pegmatitas. Esas rocas, que están compuestas por cristales interconectados todos mayores de
un centímetro de diámetro, se dice que tienen una textura pegmatítica. La mayoría de las pegmatitas se encuentra alrededor de los márgenes de las rocas plutónicas
como pequeñas masas o venas delgadas que comúnmente se extienden en la roca huésped adyacente.
Las pegmatitas se forman en las últimas etapas de la
cristalización, cuando el agua y otros volátiles, como el
cloro, el flúor y el azufre, forman un porcentaje inusualmente elevado del fundido. Dado que la migración iónica
aumenta en estos ambientes ricos en líquido, los cristales
que se forman son anormalmente grandes. Por tanto, los
grandes cristales de las pegmatitas no son consecuencia de
IE N C
▲ Figura 4.4 Textura piroclástica. Esta roca volcánica consiste en
fragmentos de roca angulares englobados en una matriz de
cenizas de color claro. (Foto de E. J. Tarbuck.)
ERR
Composiciones ígneas
S D LA
E
Las rocas ígneas están compuestas fundamentalmente
por silicatos. Además, la composición mineral de una
roca ígnea concreta está determinada en última instancia
por la composición química del magma a partir del cual
cristaliza. Recordemos que el magma está compuesto
fundamentalmente por los ocho elementos químicos que
son los principales constituyentes de los silicatos. El análisis químico demuestra que el oxígeno y el silicio (normalmente expresado como contenido en sílice [SiO2] de
un magma) son los constituyentes mayoritarios de las rocas ígneas. Estos dos elementos, más los iones aluminio
(Al), calcio (Ca), sodio (Na), potasio (K), magnesio (Mg),
hierro (Fe) constituyen aproximadamente el 98 por ciento en peso de muchos magmas. Además, el magma contiene pequeñas cantidades de muchos otros elementos,
entre ellos el titanio y el manganeso, y trazas de muchos
elementos más raros, como oro, plata y uranio.
Entender la Tierra
Pegmatitas
Pegmatita es un nombre dado a una roca
ígnea compuesta por cristales anormalmente grandes. ¿Qué se entiende por
grande? Los cristales de la mayoría de
muestras de pegmatita tienen más de
un centímetro de diámetro. En algunas
muestras, son comunes los cristales que
tienen un diámetro de un metro o superior. Se han encontrado cristales hexagonales gigantes de moscovita que
miden unos pocos metros de diámetro
en Ontario, Canadá. En las colinas Negras de Dakota del Sur, se han extraído
cristales tan grandes como un poste telefónico del mineral rico en litio espo-
dumena. El más grande de estos cristales medía más de 12 metros de longitud. Además, se han extraído masas de
feldespato del tamaño de casas de una
pegmatita localizada en Carolina del
Norte.
La mayor parte de pegmatitas tiene la
composición del granito y es poco habitual que contenga cristales grandes de
cuarzo, feldespato y moscovita. Además
de ser una fuente importante de muestras minerales excelentes, las pegmatitas
graníticas se han explotado por sus constituyentes minerales. El feldespato, por
ejemplo, se utiliza en la producción de
cerámica, y la moscovita se utiliza para el
aislamiento eléctrico. Aunque las pegmatitas graníticas son las más comunes,
también se conocen pegmatitas con
composiciones químicas parecidas a las
de otras rocas ígneas. Además, las pegmatitas pueden contener cantidades significativas de algunos de los elementos
menos abundantes. Así, además de los
silicatos comunes, se conocen pegmatitas con minerales que contienen los elementos litio, cesio, uranio y tierras raras.
Además, a veces se encuentran piedras
semipreciosas como el berilo, el topacio
y la turmalina.
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
Conforme el magma se enfría y solidifica, esos elementos se combinan para formar dos grupos importantes
de silicatos. Los silicatos oscuros (o ferromagnesianos) son
minerales ricos en hierro y en magnesio, o en ambos, y normalmente con bajo contenido en sílice. El olivino, el piroxeno, el anfíbol y la bistita son los constituyentes ferromagnesianos comunes de la corteza terrestre. Por el contrario,
los silicatos claros contienen mayores cantidades de potasio, sodio y calcio que de hierro y magnesio. Como grupo,
esos minerales son más ricos en sílice que los silicatos oscuros. Entre los silicatos claros se cuentan el cuarzo, la
moscovita y el grupo mineral más abundante, los feldespatos.
Los feldespatos constituyen al menos el 40 por ciento de la
mayoría de las rocas ígneas. Por tanto, además del feldespato, las rocas ígneas contienen alguna combinación de los
otros silicatos claros y oscuros que se han enumerado.
Composiciones graníticas frente
a composiciones basálticas
Pese a su gran diversidad composicional, las rocas ígneas
(y los magmas de los que se forman) pueden clasificarse
Félsica
(granítica)
Intermedia
(andesítica)
Máfica
(basáltica)
Ultramáfica
Granito/riolita
Diorita/andesita
Gabro/basalto
Peridotita/komatita
Composición
Tipos de rocas
grosso modo en función de sus proporciones de minerales oscuros y claros. Cerca de uno de los extremos se encuentran las rocas compuestas fundamentalmente por silicatos de colores claros: cuarzo y feldespatos. Las rocas
ígneas en las que éstos son los minerales dominantes tienen una composición granítica. Los geólogos también
se refieren a las rocas graníticas como félsicas, un término derivado de feldespato y sílice (cuarzo). Además del
cuarzo y el feldespato, la mayoría de las rocas ígneas contiene alrededor del 10 por ciento de silicatos oscuros,
normalmente biotita y anfíbol. Las rocas graníticas son
ricas en sílice (aproximadamente el 70 por ciento) y son
constituyentes principales de la corteza continental.
Las rocas que contienen cantidades sustanciales de
silicatos oscuros y plagioclasa rica en calcio (pero no
cuarzo) se dice que tienen una composición basáltica
(Figura 4.5). Dado que las rocas basálticas contienen un
elevado porcentaje de minerales ferromagnesianos, los
geólogos pueden referirse también a ellas como rocas
máficas (de magnesium y ferrum, el nombre en latín
para el hierro). Debido a su contenido en hierro, las ro-
100
Cuarzo
lcio
n ca
e
Rica
80
Plagioclasa
Porcentaje 60
de
volumen
Feldespato
potásico
Rica
odio
en s
Piroxeno
40
Biotita
20
Olivino
Anfíbol
Moscovita
75%
Aumento de sílice (SiO2)
40%
Aumento de potasio y sodio
Aumento de hierro, magnesio y calcio
700°C
Temperatura de inicio de fusión
1.200 °C
▲ Figura 4.5 Mineralogía de las rocas ígneas comunes y de los magmas a partir de los que se forman. (Tomado de Dietrich, Daily y Larsen.)
4Capítulo 4
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Página 115
Denominación de las rocas ígneas
cas máficas son normalmente más oscuras y densas que
otras rocas ígneas. Los basaltos constituyen el suelo
oceánico, así como muchas de las islas volcánicas localizadas dentro de las cuencas oceánicas. Los basaltos se
encuentran también en los continentes.
700 ºC. Por otro lado, los magmas basálticos tienen bajo
contenido en sílice y generalmente son más fluidos. Además, los magmas basálticos cristalizan a temperaturas superiores que los magmas graníticos y son completamente
sólidos cuando se enfrían a 1.000 ºC.
Otros grupos composicionales
Técnicamente no. El verdadero granito es una roca intrusiva de grano grueso con un determinado porcentaje de minerales clave, principalmente cuarzo de color claro y feldespato,
con otros minerales oscuros secundarios. Sin embargo, entre
los geólogos se ha convertido en algo habitual aplicar el término granito a cualquier roca intrusiva de grano grueso compuesta predominantemente por minerales silicatados de color
claro. Además, algunas rocas se pulen y se venden como granito para encimeras o como losas, cuando, además de no ser
granito, ¡ni siquiera son rocas ígneas!
En resumen, las rocas ígneas pueden dividirse grosso modo en grupos de acuerdo con las proporciones de
minerales claros y oscuros que contengan. Las rocas graníticas (félsicas), que están casi totalmente compuestas
por los minerales claros cuarzo y feldespato, se encuentran en un extremo del espectro composicional (Figura
4.5). Las rocas basálticas (máficas), que contienen abundantes silicatos oscuros además de plagioclasa, forman el
otro grupo principal de rocas ígneas de la corteza terrestre. Entre estos grupos se encuentran las rocas con una
composición intermedia (andesítica), mientras que las rocas ultramáficas, que no contienen minerales claros, se sitúan en el extremo opuesto del espectro composicional
de las rocas graníticas.
I
A
ERR
Denominación de las rocas ígneas
IE N C
Un aspecto importante de la composición química de las
rocas ígneas es su contenido en sílice (SiO2). Recordemos
que el silicio y el oxígeno son los dos elementos más
abundantes de las rocas ígneas. Normalmente, el contenido en sílice de las rocas de la corteza oscila entre un
porcentaje por debajo del 45 por ciento, en las rocas ultramáficas, y un porcentaje por encima del 70 por ciento,
en las rocas félsicas (Figura 4.5). El porcentaje de sílice de
las rocas ígneas varía en realidad de una manera sistemática, que es paralela a la abundancia de los otros elementos. Por ejemplo, rocas con contenido comparativamente
bajo en sílice contienen cantidades grandes de hierro,
magnesio y calcio. Por el contrario, rocas con elevado
contenido en sílice contienen cantidades muy pequeñas
de estos elementos y, en cambio, están enriquecidas en
sodio y potasio. Por consiguiente, la composición química de una roca ígnea puede deducirse directamente de su
contenido en sílice.
Además, la cantidad de sílice presente en un magma
condiciona en gran medida su comportamiento. El magma granítico, que tiene un contenido elevado en sílice, es
bastante viscoso (pegajoso) a temperaturas de tan solo
A veces he oído describir como «graníticas» a algunas
rocas ígneas. ¿Todas las rocas graníticas son granito?
TI
El contenido de sílice como indicador
de la composición
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Rocas ígneas
Denominación de las rocas ígneas
▲
Como se puede observar en la Figura 4.5, las rocas con
una composición comprendida entre las rocas graníticas
y las basálticas se dice que tienen una composición intermedia o andesítica, por la roca volcánica común andesita. Las rocas intermedias contienen al menos un 25
por ciento de silicatos oscuros, principalmente anfíbol,
piroxeno y biotita, el otro mineral dominante es la plagioclasa. Esta importante categoría de rocas ígneas se
asocia con la actividad volcánica que normalmente se localiza en los márgenes de los continentes.
Otra roca ígnea importante, la peridotita, contiene
fundamentalmente olivino y piroxeno, y por tanto se encuentra en el lado opuesto del espectro composicional de
las rocas graníticas (Figura 4.5). Dado que la peridotita
está compuesta casi por completo por minerales ferromagnesianos, se hace referencia a su composición química como ultramáfica. Aunque las rocas ultramáficas son
infrecuentes en la superficie de la Tierra, se cree que las
peridotitas son el constituyente principal del manto superior.
115
S D LA
E
Como indicamos anteriormente, las rocas ígneas son clasificadas, o agrupadas, en función de su textura y de su
composición mineral (Figura 4.6). Las diferentes texturas
ígneas son consecuencia fundamentalmente de distintas
historias de enfriamiento, mientras que la composición
mineral lógica de una roca ígnea es consecuencia del contenido químico de su magma primario (véase Recuadro
4.2). Dado que las rocas ígneas se clasifican en función de
4Capítulo 4
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Página 116
CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
▲
Recuadro 4.2
Entender la Tierra
Láminas delgadas e identificación de las rocas
Las rocas ígneas se clasifican en función
de su composición mineral y de su textura. Cuando analizan las muestras, los
geólogos las examinan de cerca para
identificar los minerales presentes y determinar el tamaño y la disposición de
los cristales. Si esto ocurre en el campo,
los geólogos utilizan técnicas megascópicas para estudiar las rocas. Las características megascópicas de las rocas son los
rasgos que pueden determinarse a simple
vista o utilizando una lupa de poco aumento (10). Cuando resulta práctico
hacerlo así, los geólogos recogen muestras de mano que pueden llevarse al laboratorio, donde pueden emplear métodos microscópicos o de gran aumento. El
examen microscópico es importante para
identificar los minerales, así como los
rasgos texturales que son demasiado pequeños para verse a simple vista.
Dado que la mayoría de las rocas no
son transparentes, el trabajo microscópico precisa la preparación de un corte
muy delgado de la roca conocido como
lámina delgada (Figura 4.A). En primer
lugar, se utiliza una sierra con diamantes
en su hoja para cortar una lámina fina de
la muestra. A continuación, un lado de la
lámina se pule utilizando polvo de pulir y
luego se pega a un portaobjetos para microscopio. Una vez que la muestra montada está firmemente sujeta, el otro lado
es pulido hasta un grosor de unos 0,03
milímetros. Cuando una sección de roca
es de este grosor, suele ser transparente.
No obstante, algunos minerales metálicos, como la pirita y la magnetita, siguen
siendo opacos.
Una vez hechas, las secciones delgadas
se examinan bajo un microscopio, especialmente diseñado, denominado microscopio de polarización. Dicho instrumento
tiene una fuente de luz debajo de la platina, de manera que la luz puede transmitirse hacia arriba a través de la lámina
delgada. Dado que los minerales tienen estructuras cristalinas que influyen en la luz
polarizada de una manera medible, este
procedimiento permite identificar hasta
los componentes menores de una roca. El
apartado C de la Figura 4.A es una microfotografía (fotografía tomada con un mi-
croscopio) de una lámina delgada de granito mostrada bajo luz polarizada. Los
constituyentes minerales se identifican por
sus peculiares propiedades ópticas. Ade-
más de ayudar al estudio de las rocas ígneas, las técnicas microscópicas se utilizan
con gran éxito en el análisis de las rocas sedimentarias y metamórficas.
11 cm
A. Muestra de mano de granito
B. Lámina delgada
Cuarzo
Biotita
Feldespato
C. Fotomicrografía tomada con luz polarizada
aumentada unas 27 veces
▲ Figura 4.A Las secciones o láminas delgadas son muy útiles en la identificación de los
componentes minerales de las rocas. A. A partir de la muestra de mano se corta una
porción plana mediante una sierra de diamante. B. Esta porción se pega a un portaobjetos
siendo sometida a desbaste hasta hacerse transparente a la luz (aproximadamente 0,03
mm de grosor). Esta porción muy fina de roca se denomina sección o lámina delgada.
C. Lámina delgada de granito observada con luz polarizada. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
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Denominación de las rocas ígneas
Composición
química
T
E
X
T
U
R
A
Granítica
(félsica)
Andesítica
(intermedia)
Basáltica
(máfica)
Ultramáfica
Minerales
dominantes
Cuarzo
Feldespato potásico
Plagioclasa rica
en sodio y calcio
Anfíbol
Plagioclasa rica
en sodio y calcio
Piroxeno
Plagioclasa rica
en calcio
Olivino
Piroxeno
Minerales
accesorios
Anfíbol
Moscovita
Biotita
Piroxeno
Biotita
Anfíbol
Olivino
Plagioclasa
rica en calcio
Fanerítica
(grano grueso)
Granito
Diorita
Gabro
Peridotita
Afanítica
(grano fino)
Riolita
Andesita
Basalto
Porfídica
Komatita
(poco común)
«Porfídico» precede cualquiera de los nombres anteriores
siempre que haya fenocristales apreciables
Vítrea
Obsidiana (vidrio compacto)
Pumita (vidrio vacuolar)
Piroclástica
(fragmentaria)
Toba (fragmentos de menos de 2 mm)
Brecha volcánica (fragmentos de más de 2 mm)
Color de la roca
(basado en el % de minerales oscuro)
117
0% a 25%
25% a 45%
Poco comunes
45% a 85%
85% a 100%
▲ Figura 4.6 Clasificación de los principales grupos de rocas ígneas según su composición mineral y su textura. Las rocas de grano grueso
son plutónicas y solidifican en profundidad debajo de la superficie. Las rocas de grano fino son volcánicas o solidifican como pequeños
plutones. Las rocas ultramáficas son oscuras y densas, compuestas casi en su totalidad por minerales que contienen hierro y magnesio.
Aunque son relativamente poco comunes en la superficie terrestre, estas rocas son constituyentes principales del manto superior.
su composición mineral y de su textura, dos rocas pueden
tener los mismos constituyentes minerales pero diferentes texturas y, por consiguiente, nombres diferentes. Por
ejemplo, el granito, una roca plutónica de grano grueso,
tiene un equivalente volcánico de grano fino denominado riolita. Aunque estas rocas son mineralógicamente
idénticas, tienen texturas diferentes y no tienen en absoluto la misma apariencia (Figura 4.7).
Rocas félsicas (graníticas)
Granito. El granito es quizá la mejor conocida de todas las rocas ígneas (Figura 4.7A). Esto se debe en parte a su belleza natural, que se intensifica cuando se pule,
y en parte a su abundancia en la corteza continental. Las
losas de granito pulido se utilizan habitualmente para
las tumbas y los monumentos y como piedras de construcción. Son zonas bien conocidas de Estados Unidos
de donde se extrae el granito, entre otras, Barre, Vermont; el monte Airy, Carolina del Norte, y Saint Cloud,
Minnesota.
El granito es una roca fanerítica compuesta por alrededor del 25 por ciento de cuarzo y aproximadamente
el 65 por ciento de feldespato, principalmente las variedades ricas en potasio y sodio. Los cristales de cuarzo, de
forma aproximadamente esférica, suelen ser vítreos y de
color claro a gris claro. Por el contrario, los cristales de
feldespato no son vítreos, tienen un color generalmente
de blanco a gris o rosa salmón, y exhiben una forma rectangular más que esférica. Cuando el feldespato potásico
domina y es de color rosa oscuro, el granito es casi rojizo.
Esta variedad es popular como piedra de construcción.
Sin embargo, los granos de feldespato suelen ser de color
blanco a gris, de modo que cuando se mezclan con cantidades menores de silicatos oscuros, el granito parece tener un color gris claro.
Otros constituyentes menores del granito son la
moscovita y algunos silicatos oscuros, en particular la
biotita y el anfíbol. Aunque los componentes oscuros
constituyen generalmente menos del 10 por ciento de la
mayor parte de los granitos, los minerales oscuros destacan más de lo que indicaría su porcentaje.
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
2 cm
A. Granito
2 cm
B. Riolita
Vista de cerca
Vista de cerca
▲ Figura 4.7 A. Granito, una de las rocas ígneas faneríticas más comunes. B. Las riolitas, el equivalente afanítico del granito son menos
abundantes. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
El granito puede tener también una textura porfídica. Estos tipos contienen cristales de feldespato de un
centímetro o más de longitud que están repartidos entre
la matriz de grano grueso de cuarzo y anfíbol.
El granito y otras rocas cristalinas relacionadas suelen ser productos secundarios de la formación de montañas.
Dado que el granito es muy resistente a la meteorización,
frecuentemente forma el núcleo de montañas erosionadas.
Por ejemplo, Pikes Peak de las Montañas Rocosas, el monte Rushmore en las Colinas Negras y las montañas blancas
de New Hampshire, la Stone Mountain en Georgia y el
parque nacional Yosemite en Sierra Nevada son áreas donde afloran grandes cantidades de granito.
El granito es una roca muy abundante. Sin embargo, se ha convertido en una práctica común entre los geólogos aplicar el término granito a cualquier roca de silicatos claros que contenga cuarzo. Continuaremos con
esta práctica en virtud de la sencillez. Debe tenerse en
cuenta que este uso del término granito abarca rocas que
tienen un espectro de composiciones más amplio.
Riolita. La riolita es el equivalente extrusivo del granito
y, como el granito, está esencialmente compuesta por silicatos claros (Figura 4.7B). Este hecho explica su color,
que suele ser de marrón claro a rosa o, a veces, un gris
muy claro. La riolita es afanítica y contiene frecuentemente fragmentos vítreos y huecos que indican un rápido
enfriamiento en un ambiente superficial. Cuando la riolita contiene fenocristales, son normalmente pequeños y
están compuestos por cuarzo o por feldespato potásico.
Al contrario que el granito, que está muy distribuido
como grandes masas plutónicas, los depósitos de riolita
son menos frecuentes y, en general, menos voluminosos.
El parque Yellowstone es una excepción bien conocida.
Aquí, los depósitos de lavas riolíticas y los de cenizas de
composición similar son extensos.
Obsidiana. La obsidiana es una roca vítrea de color oscuro que normalmente se forma cuando lava rica en sílice
se enfría rápidamente (Figura 4.8). Al contrario que en
los minerales donde hay una disposición ordenada de los
iones, en el vidrio, los iones están desordenados. Por consiguiente, las rocas vítreas como la obsidiana no están compuestas por minerales en el sentido estricto.
Aunque normalmente de color negro o marrón rojizo, la obsidiana tiene un elevado contenido en sílice (Figura 4.8). Por tanto, su composición es más parecida a la
de las rocas ígneas claras, como el granito, que a las rocas
oscuras de composición basáltica. Por sí misma, la sílice
es clara como el cristal de las ventanas; el color oscuro es
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Denominación de las rocas ígneas
119
2 cm
▲
B. Muestra de mano de una obsidiana
A. Colada de obsidiana
consecuencia de la presencia de iones metálicos. Si examinamos un borde delgado de un fragmento de obsidiana, será casi transparente. Debido a su excelente fractura
concoide y a su capacidad para conservar un borde duro
y cortante, la obsidiana fue un material preciado con el
cual los nativos americanos elaboraron puntas de flecha y
útiles cortantes.
Pumita. La pumita es una roca volcánica que, como la
obsidiana, tiene textura vítrea. Normalmente asociada
con la obsidiana, la pumita se forma cuando grandes cantidades de gases escapan a través de la lava para generar
una masa gris y porosa (Figura 4.9). En algunas muestras,
los agujeros son bastante evidentes, mientras que en
otros, la pumita recuerda a fragmentos finos de cristal
entretejido. Debido al gran porcentaje de huecos, muchas muestras de pumita flotarán cuando se las coloque
en agua. A veces, en las pumitas se ven estructuras de flujo, que indican que hubo algún movimiento antes de que
se completara la solidificación. Además, la pumita y la
obsidiana pueden encontrarse a menudo en la misma
masa rocosa, alternando en capas.
Figura 4.8 La obsidiana es una roca vítrea de color oscuro
formada a partir de lava rica en sílice. La imagen A muestra
la base de un domo de lava al sur del lago Mono, California. (Fotos
de E. J. Tarbuck.)
2 cm
▲ Figura 4.9 Pumita, una roca vítrea que contiene numerosas
vesículas. (Foto de E. J. Tarbuck.)
4Capítulo 4
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10:03
Página 120
CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
?
2 cm
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Dijo que los nativos americanos utilizaban la
obsidiana para hacer puntas de flecha y utensilios
cortantes. ¿Es el único material que utilizaron?
No. Los nativos americanos utilizaban cualquier material del
que dispusieran en su zona para hacer herramientas, incluido cualquier material rocoso compacto y duro que pudiera ser
moldeado. Eso incluye materiales como las rocas metamórficas pizarra y cuarcita, depósitos sedimentarios formados por
sílice llamados jaspe, distintas variedades de cuarzo, ópalo,
sílex e incluso jade. Algunos de estos depósitos tienen una
distribución geográfica limitada y en la actualidad pueden
ayudar a los antropólogos a reconstruir las rutas comerciales
entre los diferentes grupos de indios.
A. Andesita porfídica
Rocas intermedias (andesíticas)
Andesita. La andesita es una roca de color gris medio, de
grano fino y de origen volcánico. Su nombre procede de
los Andes de América del Sur, donde numerosos volcanes
están formados por este tipo de roca. Además de los volcanes de los Andes, muchas de las estructuras volcánicas
que rodean el océano Pacífico son de composición andesítica. La andesita muestra frecuentemente una textura
porfídica (Figura 4.10). Cuando éste es el caso, los fenocristales suelen ser cristales claros y rectangulares de plagioclasa o cristales negros y alargados de anfíbol. La andesita se parece a menudo a la riolita, de modo que su
identificación suele requerir el examen microscópico
para verificar la abundancia, o la falta, de cristales de
cuarzo. La andesita contiene cantidades pequeñas de
cuarzo, mientras que la riolita está compuesta de aproximadamente un 25 por ciento de cuarzo.
Diorita. La diorita es el equivalente plutónico de la andesita. Es una roca intrusiva de grano grueso que tiene un aspecto similar al granito gris. Sin embargo, puede distinguirse del granito por la ausencia de cristales de cuarzo
visibles y porque contiene un porcentaje más elevado de silicatos oscuros. La composición mineral de la diorita es
fundamentalmente plagioclasa rica en sodio y anfíbol, con
cantidades menores de biotita. Debido a que los granos de
feldespato de color claro y los cristales de anfíbol oscuros
parecen ser aproximadamente iguales en abundancia, la
diorita tiene un aspecto de «sal y pimienta» (Figura 4.11).
Rocas máficas (basálticas)
Basalto. El basalto es una roca volcánica de grano fino
y de color verde oscuro a negro, compuesta fundamen-
B. Vista de cerca
▲ Figura 4.10 Andesita porfídica. A. Muestra de mano de un
pórfido andesítico, una roca volcánica común. B. Microfotografía
de una sección delgada de un pórfido andesítico para ver su
textura. Obsérvese que unos pocos cristales grandes (fenocristales)
están rodeados de cristales mucho más pequeños (matriz
microgranuda). (Foto de E. J. Tarbuck.)
talmente por piroxeno y plagioclasa rica en calcio con
cantidades menores de olivino y anfíbol (Figura 4.12A).
Cuando es porfídico, el basalto contiene comúnmente
fenocristales pequeños de plagioclasa cálcica de colores
claros o fenocristales de olivino de aspecto vítreo embebidos en una pasta oscura.
El basalto es la roca ígnea extrusiva más común (Figura 4.12). Muchas islas volcánicas, como las islas Hawaii
e Islandia, están compuestas fundamentalmente de basalto. Además, las capas superiores de la corteza oceánica
son de basalto. En Estados Unidos, grandes áreas de la
parte central de Oregón y de Washington fueron zonas
de extensas erupciones basálticas (véase Figura 5.14). En
algunas localizaciones, esas coladas basálticas se han acumulado hasta alcanzar grosores que se aproximan a los 3
kilómetros.
Gabro. El gabro es el equivalente intrusivo del basalto
(Figura 4.12B). Como el basalto, es de color verde muy
oscuro a negro y está compuesto fundamentalmente de
piroxeno y de plagioclasa rica en calcio. Aunque el gabro
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Denominación de las rocas ígneas
121
2 cm
Vista de cerca
▲ Figura 4.11 La diorita es una roca ígnea fanerítica de composición intermedia. Los cristales blancos son plagioclasa y los cristales negros
son anfíbol y biotita. (Foto de E. J. Tarbuck.)
no es un constituyente común de la corteza continental,
indudablemente constituye un porcentaje significativo de
la corteza oceánica. Aquí, grandes proporciones del mag-
ma que formó los depósitos subterráneos que una vez alimentaron las erupciones basálticas acabaron por solidificar en profundidad, formando gabros.
2 cm
A. Basalto
2 cm
B. Gabro
Vista de cerca
Vista de cerca
▲ Figura 4.12 Estas rocas máficas de color oscuro están compuestas fundamentalmente de piroxeno y de plagioclasa rica en calcio.
A. El basalto es una roca afanítica y una roca extrusiva muy común. B. El gabro, el equivalente fanerítico del basalto, es menos abundante.
(Fotos de E. J. Tarbuck.)
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
En la ferretería, vi una barbacoa con material que el
dependiente llamó «roca de lava». ¿Se trata
realmente de una roca volcánica?
No sólo encuentra «roca de lava» en su ferretería, sino también en los comercios de bricolaje para utilizarla como material de construcción y paisajismo y se suele encontrar en las
tiendas con productos para acuarios. Los geólogos dan a este
material el nombre de escoria, que es una roca máfica roja u
oscura caracterizada por una textura vesicular (llena de agujeros). También se denomina ceniza volcánica. En las barbacoas
de gas, la roca de lava se utiliza para absorber y reirradiar el
calor para garantizar la cocción uniforme.
Rocas piroclásticas
Las rocas piroclásticas están compuestas por fragmentos
expulsados durante una erupción volcánica. Una de las
rocas piroclásticas más comunes, denominada toba, se
compone fundamentalmente de diminutos fragmentos
del tamaño de cenizas que se cementaron después de su
caída. En situaciones donde las partículas de cenizas permanecieron lo suficientemente calientes como para fundirse, la roca se denomina toba soldada. Aunque las tobas
soldadas son fundamentalmente diminutos copos vítreos,
pueden contener fragmentos de pumita del tamaño de
una nuez y otros fragmentos de roca.
Las tobas soldadas cubren enormes regiones del
occidente de Estados Unidos que fueron volcánicamente
activas en el pasado. Algunos de esos depósitos de toba tienen grosores de centenares de metros y se extienden a lo
largo de decenas de kilómetros desde su origen. La mayoría se formó hace millones de años conforme las cenizas
volcánicas arrojadas de grandes estructuras volcánicas (calderas) en forma de avalanchas, se expandieron lateralmente
a velocidades de aproximadamente 100 kilómetros por
hora. Los primeros investigadores de esos depósitos los
clasificaron, de manera incorrecta, como coladas de riolitas. En la actualidad, sabemos que esta lava rica en sílice es
demasiado viscosa (pegajosa) para fluir más allá de unos pocos kilómetros desde la chimenea volcánica.
Las rocas piroclásticas compuestas fundamentalmente por partículas de tamaño mayor que la ceniza se
denominan brechas volcánicas. En las brechas volcánicas,
las partículas pueden consistir en fragmentos con perfil
aerodinámico que se solidificaron en el aire, bloques procedentes de las paredes de la chimenea, cristales y fragmentos vítreos.
A diferencia de algunos nombres de rocas ígneas,
como el granito y el basalto, los términos toba y brecha
volcánica no indican composición mineral. Por tanto, suelen utilizarse a menudo con un calificador, por ejemplo,
toba riolítica.
Origen de los magmas
Aunque algunos magmas exhiben pruebas de al menos
algunos componentes derivados de la fusión de las rocas
de la corteza, hoy los geólogos están seguros de que la
mayor parte de los magmas se genera por la fusión del
manto terrestre. También está claro que la tectónica de
placas desempeña un papel importante en la generación
de la mayor parte del magma. La mayor cantidad de actividad ígnea tiene lugar en los límites de placa divergentes
en asociación con la expansión del fondo oceánico. También se producen cantidades sustanciales de magma en las
zonas de subducción en las que la litosfera oceánica desciende al manto. El magma generado allí contiene componentes del manto, así como corteza y sedimentos subducidos. Además, parece que algunos magmas se generan
en las profundidades del manto, donde no recibe la influencia directa de los movimientos de placas.
Generación de magmas a partir de roca
sólida
En función de las pruebas científicas disponibles, la corteza y el manto terrestres están compuestos fundamentalmente
de rocas sólidas, no fundidas. Aunque el núcleo externo es
fluido, está formado por un material rico en hierro, muy
denso y que está situado a bastante profundidad dentro
de la Tierra. Así pues ¿cuál es el origen de los magmas
que producen la actividad ígnea?
Los geólogos proponen que la mayor parte de los
magmas se originan cuando se funden rocas esencialmente sólidas, localizadas en la corteza y el manto superior. La forma más obvia para generar magma a partir de
roca sólida consiste en elevar la temperatura por encima
del punto de fusión de la roca.
Papel del calor. ¿Qué fuente de calor es suficiente para
fundir las rocas? Los trabajadores de las minas subterráneas saben que la temperatura aumenta con la profundidad. Aunque la velocidad con que aumenta la temperatura varía de un lugar a otro, en la corteza superior oscila
entre 20 y 30 ºC por kilómetro. El cambio de la temperatura con la profundidad se conoce como gradiente geotérmico (Figura 4.13). Los cálculos indican que la temperatura a 100 kilómetros de profundidad oscila entre
1.200 y 1.400 ºC*. A estas elevadas temperaturas, las rocas
* Trataremos las fuentes de calor para el gradiente geotérmico en el
Capítulo 12.
4Capítulo 4
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Página 123
Origen de los magmas
troducen fluidos (volátiles). Ahora vamos a considerar
los papeles de la presión y los volátiles en la generación
de los magmas.
500
1.000
1.500
2.000
2.500
0
1.000
2.000
3.000
4.000
5.000
Temperatura (°C)
▲ Figura 4.13 Este gráfico muestra la distribución de
temperaturas calculadas para el manto y la corteza. Obsérvese que
la temperatura aumenta significativamente desde la superficie
hasta la base de la litosfera y que el gradiente de temperatura
(ritmo de cambio) es mucho menor en el manto. Dado que la
diferencia de temperatura entre la parte superior y la inferior del
manto es relativamente pequeña, los geólogos deducen que debe
producirse en él un flujo convectivo lento (el material caliente
asciende y el manto frío desciende).
de la corteza inferior y del manto superior están próximas
a sus puntos de fusión, pero todavía están algo por debajo. Por tanto, están muy calientes pero, en esencia, todavía sólidas.
Hay varias maneras por medio de las cuales se puede generar, dentro de la corteza o el manto superior, el
calor adicional suficiente para producir magma. En primer lugar, en las zonas de subducción, la fricción genera
calor conforme grandes placas de corteza se deslizan unas
sobre otras. En segundo lugar, las rocas de la corteza se
calientan a medida que descienden hacia el manto durante la subducción. En tercer lugar, las rocas calientes del
manto pueden ascender e introducirse en las rocas de la
corteza. Aunque todos estos procesos generan algo de
magma, las cantidades producidas son relativamente pequeñas y la distribución está muy limitada.
Como veremos, la mayor parte del magma se genera sin la adición de otra fuente de calor. Las rocas que
están cerca de su punto de fusión pueden empezar a fundirse si la presión de confinamiento disminuye o si se in-
Papel de la presión. Si la temperatura fuera el único factor que determinara si una roca se funde o no, nuestro
planeta sería una bola fundida cubierta por una fina capa
exterior sólida. Esto, por supuesto, no es así. La razón es
que la presión también aumenta con la profundidad.
La fusión, que se acompaña de un aumento de volumen, se produce a temperaturas más altas en profundidad debido a una mayor presión de confinamiento (Figura 4.14).
O sea, un aumento de la presión de confinamiento produce un incremento de la temperatura de fusión de las rocas.
A la inversa, la reducción de la presión de confinamiento
reduce la temperatura de fusión de una roca. Cuando la
presión de confinamiento disminuye lo suficiente, se dispara la fusión por descompresión. Esto puede ocurrir
cuando la roca asciende como consecuencia de una corriente convectiva ascendente, desplazándose así a zonas
de menor presión. (Recordemos que, aun cuando el manto es un sólido, fluye a velocidades muy lentas a lo largo de
escalas temporales de millones de años.) Este proceso es
responsable de la generación de magmas a lo largo de los
límites de placa divergentes (dorsales oceánicas) donde las
placas se están separando (Figura 4.15).
Papel de los volátiles. Otro factor importante que afecta
a la temperatura de fusión de las rocas es su contenido en
agua. El agua y otras sustancias volátiles actúan al igual
que la sal para fundir el hielo. Es decir, las sustancias volátiles hacen que la roca se funda a temperaturas inferio-
Temperatura (°C)
400
0
600
800
1.000
1.200
Curva de fusión
(basalto seco)
Curva de fusión
(granito húmedo)
Profundidad (km)
0
Profundidad (km)
123
10
20
Curva de fusión
(granito seco)
30
▲ Figura 4.14 Curvas idealizadas de temperatura de fusión. Estas
curvas muestran las temperaturas mínimas necesarias para fundir
una roca dentro de la corteza terrestre. Obsérvese que el granito y
el basalto anhidros funden a temperaturas cada vez más elevadas
conforme aumenta la profundidad. Por el contrario, la temperatura
de fusión del granito húmedo disminuye en realidad a medida que
aumenta la presión de confinamiento.
4Capítulo 4
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
▲
124
10:03
Figura 4.15 Conforme asciende una
roca caliente del manto, se desplaza
continuamente hacia zonas de menor
presión. Esta disminución de la presión
de confinamiento puede desencadenar
la fusión, incluso sin calor adicional.
Corteza
Cámara
magmática
Fusión por
descomprensión
Dorsal
Litosfera
Corriente de
convección ascendente
de las rocas del manto
res. Además, el efecto de los volátiles se incrementa con
el aumento de la presión. Por consiguiente, una roca
«húmeda» en profundidad tiene una temperatura de fusión mucho menor que una roca «seca» de la misma
composición y bajo la misma presión de confinamiento
(Figura 4.14). Por consiguiente, además de la composición de una roca, su temperatura, la profundidad (presión
de confinamiento) y su contenido acuoso determinan si
estará en estado sólido o líquido.
▲
Las sustancias volátiles desempeñan un papel importante en la generación de magmas en los límites de
placa divergentes, donde láminas frías de litosfera oceánica descienden hacia el manto (Figura 4.16). Conforme
una placa oceánica se hunde, el calor y la presión expulsan el agua de las rocas de la corteza subducida. Estas sustancias volátiles, que son muy móviles, migran hacia el
manto caliente que se encuentra por encima. Se cree que
este proceso disminuye la temperatura de fusión de la
Figura 4.16 Conforme una placa
oceánica desciende hacia el manto, el
agua y otros compuestos volátiles
desaparecen de las rocas de la corteza
subducida. Estos volátiles disminuyen la
temperatura de fusión de las rocas del
manto lo bastante como para generar
fusión.
Arco volcánico
continental
Fosa
Corteza oceánica
Corteza continental
Subducción de la litosf
era
Astenosfera
oc
Litosfera
continental
eá
nic
a
El agua es
expulsada
La roca del
manto se funde
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Página 125
Evolución de los magmas
disminución de la presión (sin la adición de calor) puede
causar fusión por descompresión, y (3) la introducción de volátiles (principalmente agua) puede reducir la temperatura
de fusión de las rocas del manto lo bastante como para
generar magma.
Evolución de los magmas
Dado que existe una gran variedad de rocas ígneas, es lógico suponer que también debe existir una variedad
igualmente grande de magmas. Sin embargo, los geólogos descubrieron que algunos volcanes pueden generar
lavas que tienen composiciones bastante diferentes (Figura 4.17). Este tipo de datos les llevaron a examinar la
posibilidad de que el magma pudiera cambiar (evolucio▲
roca del manto lo suficiente como para generar algunos
fundidos. Los estudios de laboratorio han demostrado
que la adición de tan sólo un 0,1 por ciento de agua puede reducir el punto de fusión del basalto en hasta 100 ºC.
Cuando se forme suficiente magma basáltico derivado del manto, ascenderá flotando hacia la superficie.
En un ambiente continental, el magma basáltico puede
«estancarse» debajo de las rocas de la corteza, que tienen
una densidad menor y están muy cerca de su temperatura de fusión. Esto puede provocar algo de fusión de la
corteza y la formación de magmas secundarios ricos en
sílice.
En resumen, los magmas pueden generarse bajo
tres tipos de condiciones: (1) por aumento de la temperatura; por ejemplo, un cuerpo magmático de una fuente
profunda intruye y funde las rocas de la corteza; (2) una
125
Figura 4.17 Cenizas y pumitas
expulsadas durante una gran erupción del
monte Mazama (Crater Lake). Obsérvese la
gradación desde cenizas ricas en sílice y
colores claros en la base hasta rocas de
colores oscuros en la parte superior. Es
probable que antes de esta erupción el
magma empezara a segregarse conforme
el magma rico en sílice y menos denso
migraba hacia arriba en la cámara
magmática. La zonación observada en las
rocas se produjo porque una erupción
sostenida expulsaba niveles cada vez más
profundos de la cámara magmática. Por
tanto, esta secuencia de rocas es una
representación invertida de la zonación
composicional en la cámara magmática; es
decir, el magma de la parte superior de la
cámara hizo erupción primero y se
encuentra en la base de esos depósitos de
ceniza y viceversa. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Erupción del
monte Mazama
Magma
riolítico
rico en sílice
Magma
andesítico
Magma basáltico
pobre
Cámara
en sílice
magmática
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10:03
Página 126
CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
nar) y, por tanto, llegar a ser el origen de varias rocas
ígneas. Para explorar esta idea N. L. Bowen llevó a cabo
una investigación pionera sobre la cristalización de los
magmas en el primer cuarto del siglo XX.
Serie de reacción de Bowen
y composición de las rocas ígneas
Recordemos que el hielo se congela a una única temperatura mientras que un magma cristaliza en un intervalo de
al menos 200 ºC. En el laboratorio, el equipo de Bowen
demostró que, conforme se enfría un magma basáltico,
los minerales tienden a cristalizar de una manera sistemática que está en función de sus puntos de fusión. Como se
muestra en la Figura 4.18, el primer mineral que cristaliza a partir de un magma basáltico es el ferromagnesiano
olivino. El enfriamiento adicional genera plagioclasa rica
en calcio, así como piroxeno, y así sucesivamente según el
diagrama.
Durante el proceso de cristalización, la composición
de la porción líquida del magma cambia continuamente.
Por ejemplo, en la etapa en la que alrededor de una tercera parte del magma se ha solidificado, el fundido carecerá
casi por completo de hierro, magnesio y calcio porque esos
elementos son constituyentes de los minerales que se formaron primero. La eliminación de esos elementos del fundido hará que se enriquezca en sodio y potasio. Además,
Regímenes
de temperatura
Altas temperaturas
(primero
en cristalizar)
dado que el magma basáltico original contenía alrededor
del 50 por ciento de sílice (SiO2), la cristalización del mineral formado primero, el olivino, que contiene sólo alrededor del 40 por ciento de sílice, deja el fundido restante
más rico en SiO2. Por tanto, el componente sílice del fundido también se enriquece conforme evoluciona el magma.
Bowen demostró también que si los componentes
sólidos de un magma permanecen en contacto con el fundido restante, reaccionarán químicamente y evolucionarán al siguiente mineral de la secuencia mostrada en la
Figura 4.18. Por esta razón, esta disposición de minerales
llegó a ser conocida como serie de reacción de Bowen
(Recuadro 4.3). Como comentaremos más adelante, en
algunos ambientes naturales los minerales formados en
primer lugar suelen separarse del fundido, interrumpiendo así cualquier reacción química ulterior.
El diagrama de la serie de reacción de Bowen de la
Figura 4.18 describe la secuencia de cristalización de los
minerales a partir del magma de una composición media
en condiciones de laboratorio. Pruebas de que este modelo de cristalización tan idealizado se aproxima a lo que
puede ocurrir en la naturaleza proceden del análisis de
las rocas ígneas. En particular, encontramos que los minerales que se forman bajo el mismo régimen de temperaturas general en la serie de reacción de Bowen se encuentran juntos en las rocas ígneas. Por ejemplo, nótese
en la Figura 4.18 que los minerales cuarzo, feldespato
Composición
(tipos de rocas)
Series de reacción de Bowen
Olivino
Fe
Mica biotita
Máfica
(gabro/basalto)
lde
Anfibol
sp
ato
Se
pla
r
gio
de ie c
cla
cri on
sta tin
sa
liza ua
ció
n
Piroxeno
a
nu
nti ón
i
co
dis izac
rie tal
Se cris
de
Enfriamiento del magma
Rico en
calcio
Ultramáfica
(peridotita/
komatita)
Intermedia
(diorita/andesita)
Rico en
sodio
Bajas temperaturas
(último
en cristalizar)
Feldespato potásico
+
Mica moscovita
+
Cuarzo
Félsica
(granito/riolita)
▲ Figura 4.18 La serie de reacción de Bowen muestra la secuencia en la cual cristalizan los minerales a partir de un magma. Compare esta
figura con la composición mineral de los grupos de rocas de la Figura 4.6. Obsérvese que cada grupo de rocas está definido por minerales
que cristalizan en el mismo intervalo de temperaturas.
4Capítulo 4
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10:03
Página 127
Evolución de los magmas
▲
Recuadro 4.3
127
Entender la Tierra
Un acercamiento a la serie de reacción de Bowen
Serie de reacción discontinua. La rama
superior izquierda de la serie de reacción
de Bowen indica que, conforme un magma se enfría, el primer mineral que cristaliza es el olivino. Una vez formado, el
olivino reaccionará químicamente con el
fundido restante para formar piroxeno
(Figura 4.18). En esta reacción, el olivino, que está compuesto por tetraedros
de sílice-oxígeno aislados, incorpora más
sílice en su estructura, de forma que sus
tetraedros forman estructuras en cadena
características de los piroxenos. (Nota:
los piroxenos tienen una temperatura de
cristalización más baja que el olivino y
son más estables a temperaturas bajas.)
Conforme el cuerpo magmático se enfría más, los cristales de piroxeno reaccionarán a su vez con el fundido para generar estructuras de cadena doble típicas
de los anfíboles. Esta reacción continuará hasta que se forme el último mineral
de la serie, la biotita. En la naturaleza,
estas reacciones no suelen transcurrir
hasta completarse, de manera que pueden existir diversas cantidades de cada
uno de esos minerales en cualquier momento dado, y algunos de esos minerales, como la biotita, quizá no se formen
nunca.
Esta parte de la serie de reacción de
Bowen se denomina serie de reacción discontinua porque en cada etapa se forma
un silicato con distinta estructura. El olivino, el primer mineral de la secuencia
en formarse, está compuesto por tetraedros aislados, mientras que el piroxeno
está compuesto por cadenas sencillas, el
anfíbol por cadenas dobles y la biotita
por estructuras laminares.
Serie de reacción continua. La rama derecha de la serie de reacción, denominada la serie de reacción continua, muestra
que los cristales de plagioclasa rica en
calcio reaccionan con los iones sodio en
el fundido para enriquecerse progresivamente en ellos (véase Figura 4.18). Aquí
los iones sodio se difunden en los cristales de feldespato y desplazan los iones
calcio en la red cristalina. A menudo, la
velocidad de enfriamiento ocurre con la
suficiente rapidez como para impedir
una sustitución completa de los iones
calcio por los iones sodio. En esos casos,
los cristales de feldespato tendrán interiores ricos en calcio rodeados por zonas
progresivamente más ricas en sodio (Figura 4.B).
Durante la última etapa de la cristalización, después de que se haya solidificado gran parte del magma, se forma el feldespato potásico. (Se formará moscovita
en las pegmatitas y otras rocas ígneas
plutónicas que cristalizan a profundidades considerables.) Por último, si el magma remanente tiene exceso de sílice, se
formará el cuarzo.
Prueba de la serie de reacción de Bowen.
Durante una erupción del volcán hawaiiano Kilauea en 1965, se vertió lava
basáltica en el orificio de un cráter, formando un lago de lava que se convirtió
en un laboratorio natural para probar la
serie de reacción de Bowen. Cuando la
superficie del lago de lava se enfrió lo
bastante como para formar una corteza,
los geólogos perforaron hacia el magma
y extrajeron con periodicidad muestras
que se templaron para conservar el fundido y los minerales que crecían en su
interior. Mediante el muestreo de la lava
en los estadios sucesivos del enfriamiento, se registró una historia de la cristalización.
Como la serie de reacción predice, el
olivino cristalizó inicialmente, pero después dejó de formarse y fue parcialmente
reabsorbido en el fundido que se enfriaba.
(En un cuerpo magmático más grande
que se enfriaba más despacio, cabría esperar que la mayor parte del olivino, si no
todo, reaccionaría con el fundido y se
convertiría en piroxeno.) Lo que es más
importante es que la composición del fundido cambió en el curso de la cristalización. A diferencia de la lava basáltica original, que contenía alrededor del 50 por
ciento de sílice (SiO2), el fundido final
contenía más del 75 por ciento de sílice y
tenía una composición similar al granito.
Aunque la lava en este ambiente se
enfriaba rápidamente en comparación
con las velocidades observadas en las cámaras magmáticas profundas, lo hacía
con suficiente lentitud como para verificar que los minerales cristalizan de una
manera sistemática que más o menos va
paralela a la serie de reacción de Bowen.
Además, si el fundido se hubiera separado en cualquier estadio en el proceso de
enfriamiento, habría formado una roca
con una composición muy diferente de la
lava original.
▲
Aunque muy idealizada, la serie de reacción de Bowen nos proporciona una representación visual del orden en el que
los minerales cristalizan a partir de un
magma de composición media (véase Figura 4.18). Este modelo supone que el
magma se enfría lentamente en profundidad en un ambiente por lo demás inalterable. Nótese que la serie de reacción
de Bowen se divide en dos ramas: una
serie discontinua y una serie continua.
Figura 4.B Fotomicrografía de un
cristal de plagioclasa dividido en zonas.
Después de la solidificación de este cristal
(compuesto por feldespato rico en calcio),
un enfriamiento ulterior provocaría que los
iones sodio desplazaran los iones calcio.
Dado que no se completó la sustitución,
este cristal de feldespato tiene un interior
rico en calcio rodeado por zonas
progresivamente más ricas en sodio. (Foto
de E. J. Tarbuck.)
4Capítulo 4
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
potásico y moscovita, que están localizados en la misma
región del diagrama de Bowen, suelen encontrarse juntos como constituyentes principales de la roca ígnea plutónica granito.
Diferenciación magmática. Bowen demostró que los
minerales cristalizan a partir del magma de una manera
sistemática. Pero, ¿cómo explica la serie de reacción de
Bowen la gran diversidad de rocas ígneas? Se ha demostrado que, en una o en más etapas durante la cristalización, puede producirse la separación de los componentes
sólido y líquido de un magma. Un ejemplo es la denominada sedimentación cristalina. Este proceso ocurre si
los minerales formados en primer lugar son más densos
(más pesados) que la porción líquida y se hunden hacia el
fondo de la cámara magmática, como se muestra en la Figura 4.19. Cuando la colada restante se solidifica (ya sea
en el lugar donde se encuentra o en otra localización si
migra a través de las fracturas de las rocas circundantes),
formará una roca con una composición química muy diferente del magma inicial (Figura 4.19). La formación de
uno o más magmas secundarios a partir de un solo magma inicial se denomina diferenciación magmática.
Un ejemplo clásico de diferenciación magmática es
el que se encuentra en el Sill de Palisades (Estados Unidos), que es una masa tabular de 300 metros de grosor de
roca ígnea oscura, que aflora a lo largo del margen occidental del río Hudson en su curso inferior. Debido a su
gran grosor y lenta velocidad de solidificación posterior,
los cristales de olivino (el primer mineral que se forma) se
hundieron y constituyen alrededor del 25 por ciento de la
parte inferior del Sill. Por el contrario, cerca de la parte
superior de este cuerpo ígneo, donde cristalizaron los remanentes del fundido, el olivino representa sólo un 1 por
ciento de la masa rocosa*.
En cualquier etapa de la evolución de un magma,
los componentes sólido y líquido pueden separarse en
dos unidades químicamente distintas. Además, la diferenciación magmática en el fundido secundario puede
generar fracciones adicionales químicamente distintas.
Por consiguiente, la diferenciación magmática y la separación de los componentes sólido y líquido en varias etapas de cristalización puede producir varios magmas químicamente diversos y, en último extremo, una variedad
de rocas ígneas (Figura 4.19).
Asimilación y mezcla de magmas
Bowen demostró satisfactoriamente que, a través de la
diferenciación magmática, un magma primario puede ge* Estudios recientes indican que este cuerpo ígneo se produjo por inyecciones múltiples de magma y representa algo más que un simple
caso de sedimentación cristalina.
Lava y
magma con
composición A
Roca
huésped
Cuerpo
magmático
A.
Lava y
magma con
composición B
Cristalización
y sedimentación
B.
Lava y
magma con
composición B
Cristalización
y sedimentación
C.
▲ Figura 4.19 Ilustración de la evolución del magma conforme
los minerales formados primero (los más ricos en hierro, magnesio
y calcio) cristalizan y sedimentan en el fondo de la cámara
magmática, dejando el fundido restante más rico en sodio, potasio
y sílice (SiO2). A. La localización de un cuerpo magmático y la
actividad ígnea asociada genera rocas con una composición similar
a la del magma inicial. B. Después de un período de tiempo, la
cristalización y la sedimentación modifican la composición del
fundido y a la vez generan rocas con una composición bastante
diferente de la del magma original. C. Una mayor diferenciación
magmática tiene como consecuencia otro fundido altamente
evolucionado con sus tipos de roca asociados.
nerar varias rocas ígneas mineralógicamente diferentes.
Sin embargo, trabajos más recientes indican que este
proceso por sí solo no puede explicar la gran diversidad
de rocas ígneas.
4Capítulo 4
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Fusión parcial y formación de los magmas
Una vez formado el cuerpo magmático, su composición puede cambiar a través de la incorporación de material extraño. Por ejemplo, conforme el magma asciende,
puede incorporar alguna de las rocas de sus alrededores,
un proceso denominado asimilación (Figura 4.20). Este
proceso puede operar en un ambiente próximo a la superficie donde las rocas son frágiles. Conforme el magma
empuja hacia arriba, las presiones producen numerosas
grietas en la roca caja. La fuerza del magma inyetado es
a menudo lo suficientemente fuerte como para romper
bloques de roca «extraña» e incorporarlos en el cuerpo
magmático. En ambientes más profundos, el magma puede estar lo suficientemente caliente como para simplemente fundir y asimilar algunas de las rocas calientes de
su alrededor, que estén cerca de sus temperaturas de fusión.
Otro medio a través del cual puede alterarse la composición de un cuerpo magmático se denomina mezcla
de magmas. Este proceso se produce cuando un cuerpo
magmático es intruido por otro (Figura 4.20). Una vez
combinados, el flujo convectivo puede agitar los dos magmas y generar una mezcla con una composición intermedia. La mezcla de magmas puede ocurrir durante el ascenso de dos cuerpos magmáticos químicamente distintos
conforme la masa más flotante alcanza la masa de magma que está ascendiendo con más lentitud.
En resumen, Bowen demostró satisfactoriamente
que, mediante la diferenciación magmática, un único magma original puede generar varias rocas ígneas mineralógicamente diferentes. Por tanto, este proceso, de acuerdo
con la mezcla de magmas y la contaminación por las rocas
de la corteza, explica en parte la gran variedad de magmas
129
y rocas ígneas. A continuación, consideraremos otro proceso importante, la fusión parcial, que también genera
magmas con composiciones variantes.
Fusión parcial y formación
de los magmas
Recordemos que la cristalización de un magma sucede en
un intervalo de temperaturas de al menos 200 ºC. Como
cabe esperar, la fusión, el proceso inverso, abarca un intervalo de temperaturas similar. A medida que la roca
empieza a fundirse, los minerales con las temperaturas de
fusión más bajas son los primeros que se funden. Si la fusión continúa, los minerales con puntos de fusión más
elevados empiezan a fundirse y la composición magmática se aproxima a un ritmo constante a la composición general de la roca a partir de la cual derivó. Sin embargo, es
mucho más frecuente que la fusión no sea completa. La
fusión incompleta de las rocas se conoce como fusión
parcial, un proceso que produce la mayor parte, si no la
totalidad, de los magmas.
Nótese en la Figura 4.18 que las rocas con una
composición granítica están compuestas de minerales
con las temperaturas de fusión (cristalización) más bajas:
concretamente el cuarzo y el feldespato potásico. Nótese
también que, a medida que ascendemos por la serie de reacción de Bowen, los minerales tienen temperaturas de
fusión progresivamente más elevadas y que el olivino,
que se encuentra en la parte superior, tiene el punto de
fusión más elevado. Cuando una roca experimenta la fusión parcial, formará un fundido enriquecido en iones
Asimilación de la roca huésped
Roca
huésped
Dique
Magma
▲
Cuerpos
magmáticos
Mezcla
magmática
Cristalización y sedimentación
Figura 4.20 Esta ilustración muestra
tres formas por medio de las cuales puede
alterarse la composición de un cuerpo
magmático: mezcla magmática;
asimilación de la roca huésped; y
sedimentación cristalina (diferenciación
magmática).
4Capítulo 4
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
procedentes de minerales con las temperaturas de fusión
más bajas. Los cristales no fundidos son los de los minerales con temperaturas de fusión más elevadas. La separación de estas dos fracciones produciría un fundido con
una composición química más rica en sílice y más próxima al extremo granítico del espectro que la roca de la que
derivó.
Formación de magmas basálticos
La mayor parte de los magmas basálticos se originan probablemente a partir de la fusión parcial de la roca ultramáfica peridotita, el principal constituyente del manto superior. Los magmas basálticos que se originan de la
fusión directa de las rocas del manto se denominan magmas primarios porque todavía no han evolucionado. La
fusión necesaria para producir estos magmas derivados
del manto puede estar provocada por una reducción de la
presión de confinamiento (fusión por descompresión).
Esto puede producirse, por ejemplo, en los lugares donde las rocas del manto ascienden como parte del flujo
convectivo de movimiento muy lento en las dorsales centrooceánicas (véase Figura 4.15). Recordemos que los
magmas basálticos también se generan en zonas de subducción, donde el agua procedente de la capa descendente de la corteza oceánica provoca la fusión parcial de las
rocas del manto (véase Figura 4.16).
Dado que la mayoría de magmas basálticos se forman aproximadamente entre los 50 y los 250 kilómetros
por debajo de la superficie, cabe esperar que este material se enfríe y cristalice en profundidad. Sin embargo,
conforme el magma basáltico migra hacia arriba, la presión de confinamiento disminuye proporcionalmente y
reduce la temperatura de fusión. Como veremos en el siguiente capítulo, existen ambientes en los que los magmas basálticos ascienden lo bastante rápido como para
que la pérdida de calor hacia su entorno sea compensada por una disminución de la temperatura de fusión.
Por consiguiente, en la superficie de la Tierra son comunes los grandes flujos de magmas basálticos. No obstante, en algunas situaciones, los magmas basálticos que
son comparativamente densos se estancarán debajo de
las rocas de la corteza y cristalizarán en la profundidad.
Formación de magmas andesíticos
y graníticos
Si la fusión parcial de las rocas del manto genera magmas
basálticos, ¿cuál es el origen de los magmas que generan
rocas andesíticas y graníticas? Recordemos que los magmas intermedios y félsicos no son expulsados por los volcanes de las cuencas oceánicas profundas; antes bien, se
encuentran sólo en los márgenes continentales, o adya-
centes a ellos. Ésta es una prueba evidente de que las
interacciones entre los magmas basálticos derivados del
manto y los componentes más ricos en sílice de la corteza terrestre generan esos magmas. Por ejemplo, conforme un magma basáltico migra hacia arriba, puede fundir
y asimilar algo de las rocas de la corteza a través de las
cuales asciende. El resultado es la formación de un magma más rico en sílice de composición andesítica (intermedio entre el basáltico y el granítico).
El magma andesítico puede evolucionar también
de un magma basáltico por el proceso de diferenciación
magmática. Recordemos, en relación con lo que se comentó sobre la serie de reacción de Bowen, que, conforme se solidifica un magma basáltico, son los minerales
ferromagnesianos pobres en sílice los que cristalizan primero. Si estos componentes ricos en hierro se separan
del líquido por sedimentación cristalina, el fundido restante, que está ahora enriquecido en sílice, tendrá una
composición más parecida a la andesita. Estos magmas
evolucionados (cambiados) se denominan magmas secundarios.
Las rocas graníticas se encuentran en una cantidad
demasiado grande como para que se generen solamente a
partir de la diferenciación magmática de los magmas basálticos primarios. Lo más probable es que sean el producto final de la cristalización de un magma andesítico, o
el producto de la fusión parcial de las rocas continentales
ricas en sílice. El calor para fundir las rocas de la corteza
a menudo procede de los magmas basálticos calientes derivados del manto que se formaron por encima de una
placa en subducción y que después se sitúan dentro de la
corteza.
Los fundidos graníticos tienen un alto contenido
en sílice y son por tanto más viscosos (pegajosos) que
otros magmas. Por consiguiente, al contrario que los
magmas basálticos que producen a menudo enormes flujos de lava, los magmas graníticos suelen perder su movilidad antes de alcanzar la superficie y tienden a producir
grandes estructuras plutónicas. En las ocasiones en que
los magmas ricos en sílice alcanzan la superficie, las erupciones piroclásticas explosivas, como las del volcán Santa
Elena, son lo habitual.
En resumen, la serie de reacción de Bowen es una
guía simplificada útil para comprender el proceso de fusión parcial. En general, los minerales de temperatura
baja de la parte inferior de la serie de reacción de Bowen
se funden primero y producen un magma más rico en sílice (menos basáltico) que la roca madre. Por consiguiente, la fusión parcial de las rocas ultramáficas del manto
produce los basaltos máficos que forman la corteza oceánica. Además, la fusión parcial de las rocas basálticas generará un magma intermedio (andesítico) comúnmente
asociado con los arcos volcánicos.
4Capítulo 4
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Resumen
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Resumen
Resumen
• Las rocas ígneas se forman cuando un magma se enfría
y se solidifica. Las rocas ígneas extrusivas o volcánicas
se forman cuando una lava se enfría sobre la superficie. El magma que se solidifica en zonas profundas
produce rocas ígneas intrusivas o plutónicas.
• Conforme el magma se enfría los iones que lo componen se disponen según modelos ordenados durante un proceso denominado cristalización. El enfriamiento lento se traduce en la formación de cristales
bastante grandes. A la inversa, cuando el enfriamiento se produce rápidamente, el resultado es una masa
sólida que consiste en diminutos cristales intercrecidos. Cuando el material fundido se enfría instantáneamente, se forma una masa de átomos desordenados a los que se conoce como vidrio.
• Las rocas ígneas se clasifican casi siempre por su textura y su composición mineral.
• Por textura de una roca ígnea se entiende el aspecto
general de la roca basado en el tamaño y disposición
de los cristales. El factor más importante que condiciona la textura es la velocidad de enfriamiento del
magma. Las texturas comunes de las rocas ígneas son
afanítica, con granos demasiado pequeños para ser
distinguidos a simple vista; fanerítica, con cristales intercrecidos de aproximadamente igual tamaño y lo
suficientemente grandes para ser identificados a simple vista; porfídica, que tiene cristales grandes (fenocristales) englobados en una matriz de cristales más
pequeños, y vítrea.
• La composición mineral de una roca ígnea es consecuencia de la composición química del magma inicial
y del ambiente de cristalización. Por consiguiente, la
clasificación de las rocas ígneas se corresponde estrechamente con la serie de reacción de Bowen. Las rocas félsicas (por ejemplo, el granito y la riolita) se forman a partir de los últimos minerales que cristalizan,
el feldespato potásico y el cuarzo, y son de colores
claros. Las rocas de composición intermedia (por
ejemplo, la andesita y la diorita) están formadas por
los minerales plagioclasa y anfíbol. Las rocas máficas
(por ejemplo, el basalto y el gabro) se forman con los
primeros minerales que cristalizan (olivino, piroxeno
y plagioclasas cálcicas); tienen elevado contenido en
hierro, magnesio y calcio, y bajo en silicio, y son de
color gris oscuro a negro.
• La composición mineral de una roca ígnea viene determinada en último extremo por la composición
química del magma a partir del cual cristalizó. N. L.
Bowen descubrió que, conforme se enfría un magma
en el laboratorio, los minerales con puntos de fusión
más altos cristalizan antes que los minerales con puntos de fusión más bajos. La serie de reacción de Bowen
ilustra la secuencia de formación mineral en un magma basáltico.
• Durante la cristalización del magma, si los minerales
formados primero son más densos que el líquido residual, se depositarán en el fondo de la cámara magmática durante un proceso denominado sedimentación
cristalina. Debido al hecho de que la sedimentación
cristalina elimina los minerales formados en primer
lugar, el fundido restante formará una roca con una
composición química muy diferente de la del magma
inicial. El proceso de formación de más de un tipo de
magma a partir de un magma común se denomina diferenciación magmática.
• Una vez formado el cuerpo magmático, su composición puede cambiar mediante la incorporación de
material extraño, un proceso denominado asimilación
o por mezcla magmática.
• Los magmas se originan a partir de rocas esencialmente sólidas de la corteza y el manto. Además de la
composición de las rocas, su temperatura, profundidad (presión de confinamiento) y su contenido en volátiles determinan si estará en forma sólida o líquida.
Por tanto, el magma puede generarse mediante la elevación de la temperatura de una roca, como ocurre
cuando una pluma caliente ascendente del manto «se
estanca» debajo de las rocas de la corteza. Una disminución de la presión también puede fundir las rocas.
Además, la introducción de volátiles (agua) puede disminuir el punto de fusión de una roca lo bastante
para generar un magma. Dado que la fusión no es generalmente completa, un proceso denominado fusión
parcial produce un fundido originado a partir de los
minerales que funden a menos temperatura, que tienen un contenido más elevado en sílice que la roca
original. Por tanto, los magmas generados por fusión
parcial están más próximos al extremo félsico del espectro de composición que las rocas de las cuales
proceden.
4Capítulo 4
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CAPÍTULO 4
Rocas ígneas
Preguntas de repaso
1. ¿Qué es un magma?
2. ¿Cómo se diferencia una lava de un magma?
3. ¿Cómo influye la velocidad de enfriamiento en el
proceso de cristalización?
4. Además de la velocidad de enfriamiento, ¿qué otros
dos factores influyen en el proceso de cristalización?
9. ¿En qué se diferencian el granito y la riolita? ¿En
qué se parecen?
10. Compare y contraste cada uno de los siguientes
pares de rocas:
a) Granito y diorita.
b) Basalto y gabro.
c) Andesita y riolita.
5. La clasificación de las rocas ígneas se basa fundamentalmente en dos criterios. Nombre esos criterios.
11. ¿Cómo se diferencian las tobas y las brechas volcánicas de otras rocas ígneas, como los granitos y los
basaltos?
6. Las definiciones siguientes están relacionadas con
términos que describen las texturas de las rocas
ígneas. Para cada una de ellas, identifique el término apropiado.
12. ¿Qué es el gradiente geotérmico?
13. Describa las tres condiciones que se piensa que originan la fusión de las rocas.
b) La obsidiana tiene esta textura.
14. ¿Qué es la diferenciación magmática? ¿Cómo podría inducir este proceso la formación de varias rocas ígneas diferentes a partir de un solo magma?
c) Una matriz de cristales finos que rodea a los fenocristales.
15. Relacione la clasificación de las rocas ígneas con la
serie de reacción de Bowen.
d) Los cristales son demasiado pequeños para verse a simple vista.
16. ¿Qué es la fusión parcial?
a) Aperturas producidas por los gases que escapan.
e) Una textura caracterizada por dos tamaños de
cristales claramente diferentes.
17. ¿En qué se diferencia composicionalmente un fundido originado por fusión parcial de la roca de la
que procede?
f ) Grano grueso con cristales de tamaños aproximadamente iguales.
18. ¿Cómo se genera la mayor parte de los magmas
basálticos?
g) Cristales excepcionalmente grandes que superan 1 centímetro de diámetro.
19. El magma basáltico se forma a grandes profundidades. ¿Por qué no cristaliza conforme asciende a
través de la corteza relativamente fría?
7. ¿Por qué los cristales son tan grandes en las pegmatitas?
8. ¿Qué indica una textura porfídica sobre las rocas
ígneas?
20. ¿Por qué las rocas de composición intermedia (andesítica) y félsica (granítica) no se encuentran generalmente en las cuencas oceánicas?
Términos fundamentales
andesítico
asimilación
basáltico
cristalización
diferenciación
magmática
extrusivo
félsico
fenocristal
fundido
fusión parcial
fusión por descompresión
gradiente geotérmico
granítico
intermedio
intrusivo
lava
máfico
magma
mezcla de magmas
pasta
pegmatita
plutónico
pórfido
roca ígnea
sedimentación cristalina
serie de reacción de
Bowen
textura
textura afanítica
textura fanerítica
textura pegmatítica
textura piroclástica
textura porfídica
textura vesicular
textura vítrea
ultramáfico
vidrio
volátiles
volcánico
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Recursos de la web
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Recursos de la web
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CAPÍTULO 5
Los volcanes
y otra actividad ígnea
Naturaleza de las erupciones
volcánicas
Factores que afectan a la viscosidad
Importancia de los gases disueltos
Materiales expulsados durante
una erupción
Coladas de lava
Gases
Materiales piroclásticos
Estructuras volcánicas y estilos
de erupción
Anatomía de un volcán
Volcanes en escudo
Conos de cenizas
Conos compuestos
Vivir a la sombra de un cono
compuesto
El continente perdido de la Atlántida
Erupción del Vesuvio 79 d.C.
Nubes ardientes: una colada piroclástica
mortal
Lahares: corrientes de barro en conos activos
e inactivos
Otras formas volcánicas
Calderas
Erupciones fisurales y llanuras de lava
Domos de lava
Chimeneas y pitones volcánicos
Actividad ígnea intrusiva
Naturaleza de los plutones
Diques
Sills y lacolitos
Batolitos
Tectónica de placas y actividad ígnea
Actividad ígnea en los bordes convergentes
de la placa
Actividad ígnea en los bordes de placa
divergentes
Actividad ígnea intraplaca
¿Pueden los volcanes cambiar
el clima terrestre?
La premisa básica
Tres ejemplos modernos
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5_Capítulo 5
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E
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
l domingo 18 de mayo de 1980, la mayor erupción
volcánica ocurrida en Norteamérica en tiempos históricos destruyó un volcán típico (Figura 5.1). Ese día entró en erupción con tremenda fuerza el monte Santa Elena
(St. Helens), situado en la zona sudoccidental del estado de
Washington. La explosión reventó todo el flanco norte del volcán dejando una gran abertura. En un instante, un gran volcán, cuya cima había sobresalido más de 2.900 metros por
encima del nivel del mar, perdió 400 metros de altura.
El acontecimiento devastó una amplia franja de tierra
boscosa del lado norte de la montaña. En un área de 400
kilómetros cuadrados, los árboles estaban tumbados, entrelazados y aplastados, despojados de sus ramas y, desde
el aire, parecían mondadientes esparcidos por todas partes.
Las corrientes de barro acompañantes transportaron cenizas, árboles y restos de rocas saturadas de agua 29 kilóme-
tros corriente abajo del río Toutle. La erupción se cobró 59
vidas: algunas personas murieron debido al intenso calor y
a la nube sofocante de cenizas y gases, otras fueron heridas por la explosión y algunos otros quedaron atrapados
por las corrientes de barro.
La erupción expulsó casi un kilómetro cúbico de cenizas y restos de rocas. Después de la devastadora explosión, el
monte Santa Elena siguió emitiendo grandes cantidades de
gases y cenizas calientes. La fuerza de la explosión fue tal que
una parte de las cenizas fue lanzada a más de 18.000 metros
de altura a la estratosfera. Durante los días siguientes, este material de grano muy fino fue transportado alrededor de la Tierra por los fuertes vientos estratosféricos. En Oklahoma y Minnesota se acumularon depósitos medibles, y en Montana
central se destruyeron cosechas. Mientras tanto, la precipitación de cenizas en los alrededores inmediatos superó los 2 me-
Seattle
Mt. Rainier
Mt. St. Helens
ID
WA
OR
▲ Figura 5.1 Las fotografías anterior y posterior muestran la transformación del volcán Santa Elena causada por la erupción del 18 de mayo
de 1980. El área oscura en la foto más moderna es el lago «Spirit» lleno de detritos, parcialmente visible en la foto más antigua. (Fotos
cortesía de U. S. Geological Survey.)
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Naturaleza de las erupciones volcánicas
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Los volcanes y otra actividad ígnea
Naturaleza de las erupciones
volcánicas
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Naturaleza de las erupciones volcánicas
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Lago Spirit
lo abordará estas y otras cuestiones a medida que exploremos
la naturaleza y el movimiento del magma y la lava.
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tros de grosor. El aire sobre Yakima, Washington (130 kilómetros al este), estaba tan repleto de cenizas que sus habitantes
experimentaron al medio día la oscuridad de media noche.
No todas las erupciones volcánicas son tan violentas
como la del año 1980 en el monte Santa Elena. Algunos volcanes, como el volcán Kilauea de Hawaii, generan erupciones
relativamente tranquilas de lavas fluidas. Estas erupciones
«suaves» no están exentas de episodios violentos; a veces
erupciones de lava incandescente se esparcen centenares de
metros en el aire. Tales acontecimientos, sin embargo, constituyen normalmente una amenaza mínima a las vidas y las
propiedades humanas y, en general, la lava vuelve a caer en
un cráter.
Un testimonio de la naturaleza tranquila de las erupciones del Kilauea es el hecho de que el observatorio de volcanes de Hawaii ha funcionado en su cima desde 1912. Y ello
a pesar de que el Kilauea ha tenido más de 50 fases eruptivas
desde que se empezó a llevar el registro de erupciones en
1823. Además, las erupciones más largas y grandes del Kilauea empezaron en 1983 y el volcán sigue activo, aunque ha
recibido muy poca atención de los medios de comunicación.
¿Por qué los volcanes como el monte Santa Elena hacen erupción explosiva, mientras que otros, como el Kilauea,
son relativamente tranquilos? ¿Por qué los volcanes aparecen
en cadenas, como las islas Aleutianas o la cordillera Cascade?
¿Por qué algunos volcanes se forman en el suelo oceánico,
mientras que otros aparecen en los continentes? Este capítu-
137
La actividad volcánica suele percibirse como un proceso
que produce una estructura pintoresca en forma de cono
que, como el monte Santa Elena, hace erupción de manera
violenta con cierta periodicidad (Recuadro 5.1). Algunas
erupciones pueden ser muy explosivas, pero muchas no lo
son. ¿Qué determina que un volcán expulse el magma con
violencia o con «tranquilidad»? Los principales factores
que influyen son la composición del magma, su temperatura
y la cantidad de gases disueltos que contiene. Estos factores
afectan, en grados variables, a la movilidad, o viscosidad
(viscos pegajoso), del magma. Cuanto más viscoso es un
material, mayor es su resistencia a fluir. (Por ejemplo, el
jarabe es más viscoso que el agua.) Un magma asociado
con una erupción explosiva puede ser cinco veces más viscoso que el magma expulsado de una manera tranquila.
5_Capítulo 5
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
▲
Recuadro 5.1
Entender la Tierra
Anatomía de una erupción
Los acontecimientos que llevaron a la
erupción del volcán Santa Elena el 18 de
mayo de 1980 se iniciaron unos dos meses antes en forma de una serie de temblores de tierra centrados debajo de la
montaña que despertaba (Figura 5.A,
parte A). Los temblores fueron causados
por el movimiento ascendente del magma dentro de la montaña. La primera actividad volcánica tuvo lugar una semana
después, cuando una pequeña cantidad
de cenizas y vapor ascendieron por la
cima. En las siguientes semanas, se produjeron erupciones esporádicas de diversa intensidad. Antes de la gran erupción, la principal preocupación había
sido el riesgo potencial de las coladas de
barro. Estos lóbulos en movimiento de
suelo y roca saturados en agua, se crean
cuando el hielo y la nieve se funden por
el calor emitido desde el magma del interior del volcán.
La única advertencia de una posible
erupción fue la aparición de un abultamiento en el flanco norte del volcán (Figura 5.A, parte B). El control meticuloso de esta estructura en forma de domo
indicó una velocidad de crecimiento
muy lenta, pero uniforme, de unos pocos metros por día. Se pensaba que si la
velocidad de crecimiento de esta protuberancia cambiaba de manera apreciable, se produciría enseguida una erupción. Por desgracia, no se detectó esa
variación antes de la explosión. De hecho, la actividad sísmica disminuyó durante los dos días anteriores al enorme
estallido.
Docenas de científicos estaban controlando la montaña cuando explotó:
«¡Vancouver, Vancouver, está aquí!» fue
la única advertencia (y las últimas palabras de un científico) que precedió a la
liberación de tremendas cantidades de
gases encerrados. El desencadenante fue
un terremoto de tamaño medio. Sus vibraciones enviaron al río Toutle la ladera septentrional del cono, disminuyendo
las capas que habían sujetado al magma
(Figura 5.A, parte C). Al reducirse la
presión, el agua del magma se evaporó y
expandió, causando la ruptura de la la-
dera de la montaña como si se tratara de
una olla a presión sobrecalentada. Dado
que la erupción se originó alrededor de
la zona abultada, varios centenares de
metros por debajo de la cima, el estallido inicial se dirigió en dirección lateral,
en vez de verticalmente. Si la fuerza total de la erupción hubiera sido ascendente, la destrucción producida hubiera
sido bastante menor.
El monte Santa Elena es uno de los
quince grandes volcanes y de los innume-
Norte
Abombamiento
A. 20 de marzo de 1980.
La intrusión del magma
produce terremotos.
B. 23 de abril de 1980.
La intrusión continua
de magma produce
el abultamiento.
Explosión
lateral
Deslizamiento
de tierras
C. 18 de mayo de 1980.
Se desarrolla
una erupción
vertical completa
D. 18 de mayo de 1980.
▲ Figura 5.A Diagramas idealizados que muestran los acontecimientos de la erupción
del volcán Santa Elena el 18 de mayo de 1980. A. Primero, un terremoto considerable
registrado en el volcán Santa Elena indica que es posible una reactivación volcánica.
B. Crecimiento alarmante de un bulto en el flanco norte, que sugiere aumento de la
presión magmática inferior. C. Desencadenado por un terremoto, un gigantesco
deslizamiento de tierras redujo la presión de confinamiento sobre la cámara magmática e
inició un estallido explosivo lateral. D. En unos segundos, una gran erupción vertical envió
una columna de cenizas volcánicas a una altitud de unos 18 kilómetros. Esta fase de la
erupción continuó durante más de 9 horas.
5_Capítulo 5
9/6/05
11:18
Página 139
Naturaleza de las erupciones volcánicas
rables volcanes pequeños que comprende
la cordillera Cascade, que se extiende desde la Columbia Británica hasta el norte de
California. Ocho de los mayores volcanes
han estado activos en los últimos centenares de años. De los siete volcanes «activos» restantes, los que más probablemente volverán a hacer erupción son el
Factores que afectan a la viscosidad
El efecto de la temperatura sobre la viscosidad es fácil de
ver. Exactamente igual a como se vuelve más fluido (menos viscoso) un jarabe al calentarlo, la movilidad de la lava
está muy influida por la temperatura. Conforme la lava se
enfría y empieza a congelarse, su movilidad disminuye y
el flujo acaba por pararse.
Un factor más significativo que influye en el comportamiento volcánico es la composición química del magma, algo que se comentó en el Capítulo 4 con motivo de
la clasificación de las rocas ígneas. Recordemos que una diferencia importante entre las diversas rocas ígneas es su
contenido en sílice (SiO2) (Tabla 5.1). Los magmas que
producen rocas máficas como el basalto contienen alrededor de un 50 por ciento de sílice, mientras que los magmas que originan rocas félsicas (granitos y sus equivalentes extrusivos, riolitas) contienen más del 70 por ciento de
sílice. Los tipos de roca intermedios, andesitas y dioritas,
contienen alrededor del 60 por ciento de sílice.
La viscosidad de un magma está directamente relacionada con su contenido en sílice. En general, cuanta más sílice tenga un magma, mayor será su viscosidad. El flujo magmático se ve impedido porque las estructuras de sílice se enlazan
formando largas cadenas incluso antes de que empiece la
cristalización. Por consiguiente, debido a su elevado contenido en sílice, las lavas riolíticas (félsicas) son muy viscosas y tienden a formar coladas gruesas, comparativamente cortas. Por el contrario, las lavas basálticas (máficas),
que contienen menos sílice, tienden a ser bastante fluidas
y se conoce el caso de coladas que han recorrido distancias
de 150 kilómetros o más antes de solidificarse.
Tabla 5.1
139
monte Baker y el monte Rainier en Washington, el monte Shasta y el Lassen Peak
en California, y el monte Hood en Oregón.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Después de toda la destrucción durante la erupción del
volcán Santa Elena, ¿qué aspecto tiene el área en la
actualidad?
El área continúa recuperándose con lentitud. Sorprendentemente muchos organismos sobrevivieron a la explosión,
entre ellos los animales que viven bajo tierra y las plantas
(en especial las protegidas por la nieve o cercanas a corrientes de agua, donde la erosión retiró rápidamente las
cenizas). Otros tienen adaptaciones que les permiten repoblar con rapidez las zonas devastadas. Veinte años tras la
explosión, las plantas han reforestado el área, se están empezando a establecer bosques de primer crecimiento y muchos animales han regresado. Una vez completado el bosque de crecimiento antiguo (en unos pocos centenares de
años), puede ser difícil encontrar pruebas de la destrucción, excepto una gruesa capa meteorizada de ceniza en el
suelo.
El propio volcán también se está reconstruyendo. Se
está formando un gran domo de lava en el interior del cráter de la cima, lo cual sugiere que la montaña se formará
de nuevo. Muchos volcanes parecidos al monte Santa Elena exhiben este comportamiento: una destrucción rápida
seguida de una reconstrucción lenta. Si quiere ver qué aspecto tiene, vaya al sitio web del Mount St. Helens National Volcanic en http://www.fs.fed.us/gpnf/mshnvm/,
donde tienen una webcam con imágenes a tiempo real de la
montaña.
Los magmas tienen diferentes composiciones, lo que hace que varíen sus propiedades
Tendencia a formar
Composición
Contenido en sílice
Viscosidad
Contenido gaseoso
Piroclásticos
Volcánicos
Magma
máfico
(basáltico)
Bajo (50%)
Baja
Bajo (1-2%)
Baja
Volcanes en escudo
Llanuras basálticas
Conos de ceniza
Magma
intermedio
(andesítico)
Intermedio (60%)
Intermedia
Intermedio
(3-4%)
Intermedia
Conos compuestos
Magma
félsico
(granítico)
Alto (70%)
Alta
Alto (4-6%)
Alta
Domos volcánicos
Coladas piroclásticas
Página 140
CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Importancia de los gases disueltos
Materiales expulsados durante
una erupción
Los volcanes y otra actividad ígnea
Materiales expulsados durante
A
S D LA
una erupción
E
Los volcanes expulsan lava, grandes volúmenes de gases y
rocas piroclásticas (rocas rotas, «bombas» de lava, ceniza
fina y polvo). En esta sección examinaremos cada uno de
esos materiales.
IE N C
I
El contenido gaseoso de un magma afecta también a su
movilidad. Los gases disueltos tienden a incrementar la
fluidez del magma. Otra consecuencia bastante importante es el hecho de que los gases que escapan proporcionan fuerza suficiente para impulsar la roca fundida desde
una chimenea volcánica.
Las cimas de los volcanes empiezan a dilatarse, a
menudo, meses o incluso años antes de que tenga lugar la
erupción. Eso indica que el magma se está desplazando
hacia un depósito poco profundo situado en el interior del
cono. Durante esta fase, los volátiles (el componente gaseoso del magma que está formado principalmente por
agua) tienden a desplazarse hacia arriba y a acumularse
cerca de la parte superior de la cámara magmática. Por
tanto, la porción superior de un cuerpo magmático está
enriquecida en gases disueltos.
Cuando empieza la erupción, el magma cargado de
gases sale de la cámara magmática y asciende por el conducto volcánico, o chimenea. Conforme el magma se
aproxima a la superficie, disminuye mucho su presión de
confinamiento. Esta reducción de la presión permite la liberación súbita de los gases disueltos, exactamente igual
a cómo la apertura de una botella de gaseosa caliente permite que escapen las burbujas gaseosas de dióxido de carbono. A temperaturas de 1.000 °C y presiones próximas a
las de superficie, bajas, los gases disueltos se expandirán
hasta ocupar centenares de veces su volumen original.
Los magmas basálticos, muy fluidos, permiten que
los gases en expansión migren hacia arriba y escapen por
la chimenea con relativa facilidad. Conforme escapan, los
gases pueden impulsar la lava incandescente a centenares
de metros en el aire, produciendo fuentes de lava. Aunque
espectaculares, dichas fuentes son fundamentalmente inocuas y no suelen ir asociadas con episodios explosivos importantes causantes de gran pérdida de vidas y propiedades. Antes bien, las erupciones de lavas basálticas fluidas,
como las que se producen en Hawaii, son generalmente
tranquilas.
En el otro extremo, los magmas muy viscosos expulsan de manera explosiva chorros de gases calientes cargados de cenizas que evolucionan a plumas con gran fuerza ascensional denominadas columnas eruptivas que se
extienden a miles de metros en la atmósfera. Antes de una
erupción explosiva, se produce un largo período de diferenciación magmática en la cual cristalizan y se depositan los
minerales ricos en hierro, dejando la parte superior del
magma enriquecida en sílice y gases disueltos. Conforme
este magma rico en volátiles asciende por la chimenea
volcánica hacia la superficie, esos gases empiezan a reunirse en forma de diminutas burbujas. Por razones que todavía no se entienden bien, a una cierta altura del conducto esta mezcla se transforma en un chorro gaseoso que
contiene diminutos fragmentos de vidrio, los cuales son
expulsados del volcán de manera explosiva. Ejemplos de
este tipo de erupción explosiva son el monte Pinatubo de
Filipinas (1991) y el monte Santa Elena (1980).
Conforme el magma de la parte superior de la chimenea es expulsado, disminuye la presión en la roca fundida situada directamente debajo. Por tanto, en vez de una
explosión única, las erupciones volcánicas son realmente
una serie de explosiones sucesivas. Lógicamente, este proceso podría continuar hasta que la cámara magmática estuviera vacía, de una manera muy parecida a como un géiser se vacía de agua (véase Capítulo 17). Sin embargo,
generalmente no ocurre esto. En un magma viscoso los
gases solubles migran hacia arriba con bastante lentitud.
Solamente en la parte superior del cuerpo magmático el
contenido en gases aumenta lo suficiente como para desencadenar erupciones explosivas. Por tanto, un acontecimiento explosivo suele ir seguido de una emisión tranquila de lavas «desgasificadas». Sin embargo, una vez se
termina esta fase eruptiva, el proceso de acumulación gaseosa vuelve a empezar. Este intervalo explica probablemente en parte los modelos de erupciones esporádicas característicos de los volcanes que expulsan lavas viscosas.
En resumen, la viscosidad del magma, junto con la
cantidad de gases disueltos y la facilidad con la que pueden escapar, determina la naturaleza de una erupción volcánica. Podemos entender ahora las erupciones volcánicas «tranquilas» de lavas líquidas y calientes de Hawaii y
las erupciones explosivas, y a veces catastróficas, de las lavas viscosas de los volcanes del tipo monte Santa Elena.
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5_Capítulo 5
Coladas de lava
Se calcula que la gran mayoría de la lava terrestre, más del
90 por ciento del volumen total, tiene una composición
basáltica. Las andesitas y otras lavas de composición intermedia constituyen prácticamente todo el resto, mientras que las coladas riolíticas ricas en sílice representan
sólo el uno por ciento del total. Las coladas basálticas recientes de dos volcanes hawaiianos, Mauna Loa y Kilauea,
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Materiales expulsados durante una erupción
emitieron volúmenes de hasta 0,5 kilómetros cúbicos. Una
de las coladas de lava basáltica más grandes en tiempos históricos procedió de la fisura Laki de Islandia en 1783. El
volumen de esta colada medía 12 kilómetros cúbicos y
parte de la lava se desplazó hasta 88 kilómetros desde su
fuente. Algunas erupciones prehistóricas, como las que
formaron el altiplano de Columbia en el Pacífico noroccidental, fueron incluso mayores. Una colada de lava basáltica superó los 1.200 kilómetros cúbicos. Tal volumen
sería suficiente para formar tres volcanes del tamaño del
monte Etna, en Italia, uno de los conos más grandes de la
Tierra.
Debido a su menor contenido en sílice, las lavas basálticas calientes suelen ser muy fluidas. Fluyen formando láminas delgadas y anchas o cintas semejantes a torrentes. En la isla de Hawaii se ha cronometrado una
velocidad de 30 kilómetros por hora pendiente abajo para
este tipo de lavas, pero son más frecuentes velocidades de
100 a 300 metros por hora. Además, se conocen lavas basálticas que han viajado distancias de 150 kilómetros o
más antes de solidificarse. Por el contrario, el movimiento de las lavas ricas en sílice (riolíticas) puede ser demasiado lento como para percibirse. Además, la mayoría de
las lavas riolíticas son comparativamente gruesas y rara vez
se desplazan más de unos pocos kilómetros desde sus chimeneas. Como cabría esperar, las lavas andesíticas, con
una composición intermedia, exhiben características que
se encuentran entre los extremos.
Coladas cordadas Cuando se solidifican las lavas basálticas fluidas del tipo hawaiiano, suelen formar una corteza relativamente lisa que se arruga a medida que la lava situada debajo de la superficie, todavía fundida, sigue
avanzando. Estas lavas se conocen como lavas cordadas
y recuerdan a las hebras trenzadas de las cuerdas.
Las coladas cordadas solidificadas suelen contener
túneles que antes fueron los conductos horizontales por
donde se transportaba la lava desde la chimenea volcánica hasta el frente de la colada. Estas cavidades se desarrollan en el interior de una colada donde las temperaturas se
mantienen elevadas durante bastante tiempo después de
que se solidifique la superficie. En esas condiciones, la
lava todavía fundida del interior de los conductos continúa su movimiento hacia delante, dejando atrás las cavidades semejantes a cavernas que se denominan tubos de
lava (Figura 5.2). Los tubos de lava son importantes porque permiten que las lavas fluidas avancen grandes distancias desde su fuente. Los tubos de lava son poco habituales en las lavas andesíticas y riolíticas.
Coladas aa Otro tipo común de lava basáltica, denominada aa, tiene una superficie de bloques ásperos y desiguales con bordes afilados y rugosidades. Las coladas aa
activas son relativamente frías y gruesas y avanzan a velo-
141
▲ Figura 5.2 Las corrientes de lava que fluyen en canales
confinados a menudo desarrollan una corteza sólida y se
convierten en coladas dentro de tubos de lava. Vista de un tubo de
lava activo a través del techo hundido. (Foto de Jeffrey Judd, U. S.
Geological Survey.)
cidades de 5 a 50 metros por hora. Además, los gases que
escapan de la superficie producen numerosos huecos y
agudas rugosidades en la lava que se solidifica. Conforme
avanza el interior fundido, la corteza exterior se va rompiendo, lo que proporciona a la colada el aspecto de una
masa de cascotes de lava que avanzan.
La lava que salió del volcán mexicano Parícutin y
que enterró la ciudad de San Juan Parangaricutiro era de
tipo aa (véase Figura 5.7). En algunas ocasiones una de las
coladas del Parícutin se movía sólo un metro al día, pero
siguió avanzando día tras día durante más de tres meses.
Parece que varios factores son responsables de las
diferencias entre las coladas cordadas y las de tipo aa. En
Hawaii, las coladas cordadas son más calientes, más ricas
en gases y más rápidas que las coladas aa en pendientes
comparables. Además, la mayoría de coladas hawaianas
empiezan como cordadas pero pueden convertirse en coladas aa conforme descienden.
Coladas de bloques A diferencia de los magmas basálticos fluidos, que en general producen coladas cordadas y
de tipo aa, los magmas andesíticos y riolíticos tienden a
generar coladas de bloques. Las coladas de bloques consisten en gran medida en bloques separados con superficies ligeramente curvadas que cubren la lava no rota del
interior. Aunque son parecidas a las coladas aa, estas lavas
están formadas por bloques con superficies comparativamente lisas, en lugar de tener superficies ásperas, de escoria.
Coladas almohadilladas Recordemos que mucha de la
producción volcánica terrestre se da a lo largo de las dorsales oceánicas (límites de placa divergentes). Cuando las
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
efusiones de lava se originan en una cuenca oceánica, o
cuando la lava entra en el océano, las zonas superiores de
las coladas se enfrían rápidamente. Sin embargo, normalmente la lava puede moverse hacia delante rompiendo la
superficie endurecida. Este proceso ocurre una y otra vez,
conforme el basalto fundido es expulsado (como la pasta
de dientes sale de un tubo que se apriete fuerte). El resultado es una colada de lava compuesta por estructuras alargadas parecidas a almohadas grandes pegadas unas encima de las otras. Estas estructuras, denominadas lavas
almohadilladas, son útiles para la reconstrucción de la
historia terrestre. Dondequiera que se encuentren las lavas almohadilladas, su presencia indica que su deposición
se produjo en un ambiente subacuático.
Gases
Los magmas contienen cantidades variables de gases disueltos (volátiles) que se mantienen en la roca fundida por
la presión de confinamiento, exactamente igual a como se
conserva el dióxido de carbono en los refrescos. Como en
el caso de estos últimos, en cuanto se reduce la presión, los
gases empiezan a escapar. Obtener muestras de gases de
un volcán en erupción es difícil y peligroso, de manera que
los geólogos suelen estimar indirectamente la cantidad de
gases contenidos originalmente dentro del magma.
La porción gaseosa de la mayoría de los magmas
constituye del 1 al 6 por ciento del peso total, y la mayor
parte es vapor de agua. Aunque el porcentaje puede ser
pequeño, la cantidad real de gases emitidos puede superar varios miles de toneladas por día.
La composición de los gases volcánicos es importante porque contribuye de manera significativa a configurar los gases que forman la atmósfera de nuestro planeta. Los análisis de muestras tomadas durante erupciones
hawaiianas indican que los gases son: alrededor del 70 por
ciento vapor de agua, un 15 por ciento dióxido de carbono,
un 5 por ciento nitrógeno, un 5 por ciento dióxido de
azufre y cantidades menores de cloro, hidrógeno y argón.
Los compuestos de azufre se reconocen fácilmente por su
olor. Los volcanes son una fuente natural de contaminación
del aire, que incluye el dióxido de azufre, el cual se combina
fácilmente con el agua para formar ácido sulfúrico.
Además de impulsar el magma desde los volcanes,
los gases desempeñan un papel importante en la creación
del estrecho conducto que conecta la cámara magmática
con la superficie. En primer lugar, las temperaturas elevadas y la capacidad de flotación del cuerpo magmático
rompen la roca que está por encima. A continuación, las
ráfagas de gases calientes a gran presión amplían las fracturas de la roca y abren un camino hacia la superficie.
Una vez completado este pasadizo, los gases calientes
junto con los fragmentos de roca que arrastran erosionan
sus paredes, ensanchando el conducto. Dado que esas
fuerzas erosivas se concentran en cualquier saliente a lo
largo del camino, las chimeneas volcánicas que se producen tienen forma circular. A medida que el conducto
aumenta de tamaño, el magma va ascendiendo para producir actividad en la superficie. Después de una fase
eruptiva, la tubería volcánica suele obturarse con una
mezcla de magma solidificada y derrubios que no fueron
lanzados por la chimenea. Antes de la siguiente erupción, una nueva ráfaga de gases explosivos debe limpiar
de nuevo el conducto.
En algunas ocasiones, las erupciones emiten cantidades colosales de gases volcánicos que ascienden mucho
en la atmósfera, donde pueden permanecer durante varios
años. Algunas de estas erupciones pueden tener un impacto en el clima terrestre, una cuestión que consideraremos más adelante en este capítulo.
Materiales piroclásticos
Cuando se expulsa lava basáltica, los gases disueltos escapan libremente y continuamente. Esos gases impulsan gotas incandescentes de lava a grandes alturas. Una parte del
material expulsado puede caer cerca de la chimenea y
construir una estructura en forma de cono, mientras que
las partículas más pequeñas serán arrastradas a grandes
distancias por el viento. Por el contrario, los magmas viscosos (riolíticos) están muy cargados de gases; tras su liberación, se expanden miles de veces conforme lanzan rocas pulverizadas, lava y fragmentos de vidrio desde la
chimenea. Las partículas producidas en estas dos situaciones se denominan material piroclástico (pyro fuego; clast fragmento). El tamaño de estos fragmentos
expulsados oscila entre un polvo muy fino y cenizas volcánicas de tamaño de arena (inferior a 2 milímetros de diámetro) y trozos que pesan más de una tonelada.
Las partículas de ceniza y polvo se producen a partir
de los magmas viscosos cargados de gases durante una
erupción explosiva. Conforme el magma asciende por la
chimenea, los gases se expanden rápidamente generando
una espuma en el fundido que recuerda a la espuma que
sale de una botella de champán recién abierta. Conforme
los gases calientes se expanden de manera explosiva, la espuma se rompe en fragmentos vítreos muy finos. Cuando las cenizas calientes caen, las sartas vítreas a menudo
se funden para formar una roca llamada toba soldada. Capas de este material, así como depósitos de ceniza que
más tarde se consolidan, cubren enormes porciones del
occidente de Estados Unidos.
También son comunes los piroclastos cuyo tamaño
oscila entre el de una cuenta de collar pequeña y el de una
nuez denominados lapilli («piedras pequeñas»). Estos materiales expulsados habitualmente se llaman cenizas (2-64
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Estructuras volcánicas y estilos de erupción
Estructuras volcánicas y estilos
de erupción
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Los volcanes y otra actividad ígnea
Estructuras volcánicas y estilos
A
S D LA
de erupción
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La imagen popular de un volcán es la de un cono solitario, elegante, cubierto de nieve como el monte Hood de
Oregón o el Fujiyama de Japón. Estas montañas cónicas
y pintorescas se producen por la actividad volcánica que
tuvo lugar con intermitencias durante miles, o incluso
centenares de miles, de años. Sin embargo, muchos volcanes no se ajustan a esta imagen. Algunos volcanes miden sólo 30 metros de altura y se formaron durante una
única fase eruptiva que pudo haber durado sólo unos pocos días. Además, numerosas formas volcánicas no son,
de ningún modo, «volcanes». Por ejemplo, el valle de los
Diez Mil Humos, en Alaska, es un depósito de superficie
plana que consiste en 15 kilómetros cúbicos de ceniza que
se expulsaron en menos de 60 horas y que cubrió una sección del valle fluvial hasta una profundidad de 200 metros.
Las formas volcánicas se presentan en una gran variedad de formas y tamaños y cada estructura tiene una
historia eruptiva única. No obstante, los vulcanólogos han
podido clasificar las formas volcánicas y determinar sus
esquemas eruptivos. En esta sección consideraremos la
anatomía general de un volcán y nos fijaremos en los tres
tipos principales de volcanes: los volcanes en escudo, los
conos de cenizas y los conos compuestos. Esta discusión
irá seguida de una visión general de otras formas volcánicas significativas.
IE N C
milímetros). Las partículas con un tamaño superior a 64
milímetros de diámetro se denominan bloques cuando están formados por lava solidificada y bombas cuando son expulsados como lava incandescente. Dado que, tras su expulsión, las bombas están semifundidas, a menudo adoptan
una forma aerodinámica conforme viajan por el aire. Debido a su tamaño, las bombas y los bloques suelen caer en
las laderas del cono volcánico. Sin embargo, a veces son expulsadas a grandes distancias del volcán por la fuerza de los
gases que escapan. Por ejemplo, durante una erupción del
volcán japonés Asama, se expulsaron bombas de 6 metros
de longitud y con un peso aproximado de 200 toneladas a
600 metros de la chimenea volcánica.
Hasta el momento, hemos distinguido varios materiales piroclásticos basados en gran medida en el tamaño
de los fragmentos. Algunos materiales también se identifican por su textura y composición. En particular, la escoria es el nombre aplicado a los materiales expulsados
vesiculares (que contienen huecos) producto del magma
basáltico (Figura 5.3). Estos fragmentos de color negro a
marrón rojizo se encuentran generalmente en el intervalo de tamaños de los lapilli y parecen cenizas y escorias
producidas por los hornos utilizados para la fundición de
hierro. Cuando un magma con una composición intermedia o rica en sílice genera erupciones vesiculares, se llama pumita (véase Figura 4.9). La pumita suele tener un
color más claro y es menos densa que la escoria. Además,
algunos fragmentos de pumita tienen tal cantidad de vesículas que pueden flotar en el agua durante períodos prolongados.
143
2 cm
Anatomía de un volcán
▲ Figura 5.3 La escoria es una roca volcánica que exhibe una
textura vesicular. Las vesículas son pequeños agujeros que dejan las
burbujas de gas que se escapan. (Foto de E. J. Tarbuck.)
La actividad volcánica suele empezar cuando se desarrolla una fisura (grieta) en la corteza a medida que el magma fuerza su camino hacia la superficie. Conforme el magma rico en gas asciende hacia esta fisura linear, su camino
se halla habitualmente en un conducto circular, o tubo,
que termina en una apertura en la superficie denominada
chimenea (Figura 5.4). Las sucesivas erupciones de lava,
material piroclástico, o, con frecuencia, una combinación
de ambos, a menudo separadas por largos períodos de inactividad acaban formando la estructura que llamamos
volcán.
En la cima de muchos volcanes hay una depresión
de paredes empinadas llamada cráter (crater cuenco).
Los cráteres son rasgos estructurales que se fueron construyendo paulatinamente a medida que los fragmentos
expulsados se acumulaban alrededor de la chimenea formando una estructura en forma de donut. Algunos volca-
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Cráter
Chimenea
Cono
parásito
Lava
Material
piroclástico
Conducto
(tubo)
▲ Figura 5.4 Anatomía de un cono compuesto «típico» (en la Figura 5.5 se puede comparar con un volcán en escudo y un cono de ceniza,
respectivamente).
nes tienen más de un cráter en la cima, mientras que otros
tienen depresiones muy grandes, más o menos circulares,
denominadas calderas. Las calderas son grandes estructuras de hundimiento que pueden o no formarse en asociación con un volcán. (Más adelante consideraremos la
formación de varios tipos de calderas.)
Durante los primeros estadios del crecimiento, la
mayor parte de descargas volcánicas proceden de la chimenea central. A medida que un volcán madura, el material también tiende a emitirse desde las fisuras que se
desarrollan a lo largo de los flancos, o en la base, del volcán. La actividad continuada de una erupción del flanco
puede producir un pequeño cono parásito (parasitus el
que come en la mesa de otro). El Etna de Italia, por ejemplo, tiene más de 200 chimeneas secundarias, algunas de
las cuales han formado conos. Sin embargo, muchas de estas chimeneas sólo emiten gases y se denominan, con toda
propiedad, fumarolas (fumus humo).
La forma de un volcán en particular está determinada en gran medida por la composición del magma que
contribuye a su formación. Como veremos, las lavas de
tipo hawaiiano tienden a producir estructuras amplias con
pendientes suaves, mientras que las lavas ricas en sílice más
viscosas (y algunas lavas basálticas ricas en gas) tienden a
generar conos con pendientes de moderadas a empinadas.
Volcanes en escudo
Los volcanes en escudo se producen por la acumulación
de lavas basálticas fluidas y adoptan la forma de una estructura ligeramente abovedada en forma de domo amplia que recuerda la forma del escudo de un guerrero (Fi-
gura 5.5). La mayoría de volcanes en escudo han crecido
a partir del suelo oceánico profundo y forman islas o
montes submarinos. Por ejemplo, las islas de la cadena hawaiiana, Islandia y las Galápagos son un solo volcán en escudo o la unión de varios escudos. No obstante, algunos
volcanes en escudo tienen lugar en los continentes. Se incluyen en este grupo estructuras bastante grandes situadas en el este de África, como Suswa, en Kenya.
Un estudio extenso de las islas Hawaii confirma que
cada escudo se formó a partir de una miríada de coladas
de lava basáltica de unos pocos metros de grosor. Además,
estas islas constan de tan sólo un uno por ciento de erupciones piroclásticas.
El Mauna Loa es uno de los cinco volcanes en escudo superpuestos que constituyen juntos la isla de Hawaii. Desde su base, en el suelo del océano Pacífico,
hasta su cima, la altura del Mauna Loa se acerca a los 9
kilómetros, superando la del Everest. Esta pila masiva
de lava basáltica tiene un volumen estimado de 40.000
kilómetros cúbicos, que fueron expulsados a lo largo de
aproximadamente un millón de años. En comparación,
el volumen del material que forma el Mauna Loa es
unas 200 veces mayor que el que forma un cono compuesto grande como el monte Rainier (Figura 5.6). No
obstante, la mayoría de escudos tiene un tamaño más
modesto. Por ejemplo, el clásico escudo islandés, el
Skjalbreidur, alcanza una altura aproximada de sólo
unos 600 metros y su base tiene 10 kilómetros de diámetro.
Pese a su enorme tamaño, el Mauna Loa no es el
volcán más grande conocido del Sistema Solar. El monte
Olimpo, un enorme volcán marciano en escudo, tiene una
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Estructuras volcánicas y estilos de erupción
Figura 5.5 Los volcanes en escudo se
construyen fundamentalmente a partir de
coladas de lava basáltica fluida y contienen
sólo un pequeño porcentaje de materiales
piroclásticos.
Caldera de la cima
Erupción lateral
Cámara magmática
poco profunda
Corteza oceánica
Manto litosférico
Región de
fusión parcial
Pluma del manto
Astenosfera
coria. Una vez una erupción se ha establecido bien, una
gran fracción de la lava (quizás el 80 por ciento) fluye a
través de un sistema bien desarrollado de tubos de lava
(véase Figura 5.2), lo que aumenta en gran medida la distancia que la lava puede recorrer antes de solidificar. Por
tanto, la lava emitida cerca de la cima suele alcanzar el
mar y, de este modo, se añade a la anchura del cono a expensas de su altura.
Otra característica común de un volcán en escudo
maduro y activo es una gran caldera con paredes empinadas que ocupa su cima. Las calderas se forman al hundirse el techo del volcán conforme el magma procedente del depósito magmático central migra hacia los flancos,
a menudo alimentando las erupciones fisurales. La caldera de la cima del Mauna Loa mide de 2,6 a 4,5 kiló-
altura de 25 kilómetros y un diámetro de 600 kilómetros
(véase Capítulo 22).
Los escudos jóvenes, en especial los que se encuentran en Islandia, emiten lava muy fluida desde una
chimenea en el centro de la cima y tienen laderas con
pendientes suaves que oscilan entre 1 y 5 grados. Los escudos maduros, como el Mauna Loa, tienen pendientes
más empinadas en las secciones centrales (unos 10 grados), mientras que sus cimas y sus flancos son comparativamente planos. Durante el estadio de madurez, las lavas salen desde las chimeneas de la cima, así como de las
zonas hendidas que se desarrollan a lo largo de las pendientes. La mayor parte de las lavas son lavas cordadas,
pero conforme estas coladas se enfrían en el descenso,
muchas se convierten en coladas aa con aspecto de es-
Volcán en escudo
Mauna Loa, Hawaii
Perfil NE-SO
Caldera
Nivel del mar
0
A.
10
20 km
4 km
Cráter
B.
Cono compuesto
monte Rainier, Washington
Perfil NO-SE
Cono de cenizas
Cráter
Sunset Crater, Arizona
Perfil N-S
C.
▲ Figura 5.6 Perfiles de los edificios volcánicos. A. Perfil del Mauna Loa, Hawaii, el mayor volcán en escudo de la cadena hawaiana.
Obsérvese el tamaño en comparación con el volcán Rainier, Washington, un gran cono compuesto. B. Perfil del volcán Rainier, Washington.
Nótese cómo hace pequeño a un cono de cenizas típico. C. Perfil de Sunset, Arizona, un cono de cenizas típico de laderas empinadas.
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
metros y tiene una profundidad media de alrededor de
150 metros.
En sus últimas etapas de crecimiento, la actividad en
los escudos maduros es más esporádica y las erupciones piroclásticas, más frecuentes. Además, aumenta la viscosidad
de las lavas, lo que provoca coladas más cortas y potentes.
Estas erupciones tienden a aumentar la pendiente de la ladera en el área de la cima, que a menudo se cubre con grupos de conos de ceniza. Esto explica por qué el Mauna
Kea, un volcán muy maduro que no ha entrado en erupción en los tiempos históricos, tiene una cima más empinada que el Mauna Loa, que entró en erupción en 1984.
Los astrónomos están tan seguros de que el Mauna Kea
está en declive que han construido en su cima un elaborado observatorio, que alberga algunos de los mejores (y
más caros) telescopios del mundo.
Kilauea, Hawaii: erupción de un volcán en escudo El
Kilauea, el volcán en escudo más activo y estudiado con
más detalle del mundo, se encuentra en la isla de Hawaii,
en el costado del Mauna Loa. Se han observado más de 50
erupciones desde que se inició el registro de las erupciones en 1823. Algunos meses antes de una fase eruptiva, el
Kilauea se infla conforme el magma asciende gradualmente y se acumula en el depósito central situado a unos
pocos kilómetros por debajo de la cima. Durante unas 24
horas antes de una erupción, multitud de pequeños terremotos advierten de la actividad inminente.
La mayor parte de la actividad del Kilauea durante los últimos 50 años sucedió a lo largo de los flancos del
volcán en una región llamada la zona del rift oriental.
Aquí, una erupción fisural en 1960 sumergió la población
litoral de Kapoho, situada a unos 30 kilómetros del origen. La erupción fisural más larga y mayor registrada en
el Kilauea empezó en 1983 y continúa hasta hoy, sin signos de disminuir. La primera descarga empezó a lo largo de una fisura de 6 kilómetros de longitud en la que se
formó una «cortina de fuego» de 100 metros de altura
conforme la lava era expulsada hacia el cielo. Cuando se
localizó la actividad, se formó un cono de ceniza y salpicaduras al que se dio el nombre hawaiano Puu Oo. Durante los tres años siguientes, el patrón eruptivo general
consistía en períodos cortos (de horas a días) en los que
se expulsaban fuentes de lava rica en gas hacia el cielo.
Detrás de cada acontecimiento hubo alrededor de un mes
de inactividad.
En el verano de 1986 se abrió una nueva chimenea
3 kilómetros hacia el interior de la fisura. Aquí, la lava cordada de superficie lisa formó un lago de lava. En algunas
ocasiones el lago se desbordó, pero con más frecuencia la
lava se escapó a través de los túneles para alimentar las coladas cordadas que descendían por el flanco suroriental del
volcán hacia el mar. Estas coladas destruyeron casi un
centenar de casas rurales, cubrieron una carretera principal y acabaron desembocando en el mar. La lava se ha estado vertiendo de manera intermitente en el océano desde ese momento, añadiendo nueva superficie a la isla de
Hawaii.
Situado justo a 32 kilómetros de la costa meridional
del Kilauea, un volcán submarino, el Loihi, también es activo. Sin embargo, debe recorrer otros 930 metros antes
de romper la superficie del océano Pacífico.
Conos de cenizas
Como su nombre sugiere, los conos de cenizas (también
llamados conos de escoria) están construidos con fragmentos de lava proyectada que adoptan el aspecto de cenizas o escorias cuando empiezan a solidificarse durante
su vuelo. Estos fragmentos tienen un tamaño que oscila
entre la ceniza fina y las bombas, pero están formados
principalmente por lapilli del tamaño de un guisante a
una nuez. Normalmente producto de magma basáltico
relativamente rico en gas, los conos de cenizas están formados por fragmentos redondeados a irregulares marcadamente vesiculares (contienen huecos) y de color negro
a marrón rojizo. Recordemos que estos fragmentos de
roca vesicular se denominan escoria. En ocasiones una
erupción de magma rico en sílice generará un cono de cenizas de color claro compuesto por fragmentos de ceniza
y pumita. Aunque los conos de ceniza están formados mayoritariamente por material piroclástico suelto, a veces
expulsan lava. En esas ocasiones, las descargas proceden
de las chimeneas situadas en la base o cerca de ella en lugar de proceder del cráter de la cima.
Los conos de cenizas tienen una forma característica muy sencilla, condicionada por el ángulo de reposo del
material piroclástico suelto. Dado que las cenizas tienen
un gran ángulo de reposo (el ángulo más empinado en el
que el material permanece estable), los conos de cenizas
jóvenes tienen pendientes empinadas, con laderas de entre 30 y 40 grados. Además, los conos de cenizas exhiben
cráteres grandes y profundos en relación con el tamaño
total de la estructura. Aunque son relativamente simétricos, muchos conos de cenizas son alargados y más altos
por el lado por el que descendían los materiales durante
las erupciones.
Normalmente, los conos de cenizas son fruto de un
único episodio eruptivo que a veces dura sólo unas pocas
semanas y en raras ocasiones supera unos pocos años. Una
vez este acontecimiento para, el magma del tubo que conecta la chimenea a la cámara magmática se solidifica y el
volcán no vuelve a entrar en erupción jamás. Como consecuencia de esta corta vida, los conos de cenizas son pequeños, normalmente entre 30 y 300 metros y rara vez superan los 700 metros de altura (véase Figura 5.6).
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Estructuras volcánicas y estilos de erupción
Parícutin: vida de un cono de cenizas de variedad jardín Uno de los escasos volcanes que los geólogos han estudiado desde su principio hasta su fin es el cono de cenizas denominado Parícutin, situado a unos 320 kilómetros
al oeste de la ciudad de México. En 1943, empezó su fase
eruptiva en un campo de maíz propiedad de Dionisio Pulido, quien presenció el acontecimiento mientras preparaba el campo para el cultivo.
Durante dos semanas antes de la primera erupción,
numerosos temblores de tierra atemorizaron al pueblo
cercano de Parícutin. A continuación, el 20 de febrero,
empezaron a salir gases sulfurosos de una pequeña depresión que había estado en el maizal durante todo el tiempo que la gente podía recordar. Por la noche, fragmentos
de roca incandescente y caliente lanzados al aire desde el
agujero produjeron una espectacular exhibición de fuegos
artificiales. Las descargas explosivas continuaron, lanzando de vez en cuando fragmentos calientes y cenizas a una
altura de hasta 6.000 metros por encima del anillo del
cráter. Los fragmentos mayores caían cerca del cráter, algunos permanecían incandescentes mientras descendían
rodando por la ladera. Éstos construyeron un cono de as-
pecto estéticamente agradable, mientras que la ceniza más
fina caía sobre un área mucho mayor, quemando y, por fin,
cubriendo el pueblo de Parícutin. Durante el primer día,
el cono creció hasta 40 metros y el quinto día alcanzaba
100 metros de altura. Durante el primer año, se había
descargado más del 90 por ciento del total del material
proyectado.
La primera colada de lava procedió de una fisura que
se abrió justo al norte del cono, pero después de unos pocos meses empezaron a surgir coladas de la misma base del
cono. En junio de 1944, una colada de escorias de tipo aa
de 10 metros de grosor cubrió gran parte del pueblo de
San Juan Parangaricutiro, dejando únicamente a la vista la
torre de la iglesia (Figura 5.7). Después de nueve años de
explosiones piroclásticas intermitentes y una descarga casi
continua de lava de las chimeneas de la base, la actividad
cesó casi tan rápidamente como había empezado. En la actualidad, el Parícutin no es más que otro de los numerosos conos de cenizas inactivos que salpican el paisaje de
esta región de México. Como los otros, probablemente no
volverá a hacer erupción.
Conos compuestos
Los volcanes más pintorescos aunque potencialmente peligrosos de la Tierra son los conos compuestos o estratovolcanes (Figura 5.8). La mayoría se encuentra en una
zona relativamente estrecha que rodea el océano Pacífico,
a la que se denomina con bastante propiedad, el anillo de
fuego (véase Figura 5.20). Esta zona activa incluye una ca▲
Los conos de cenizas se encuentran a millares en
todo el mundo. Algunos están situados en campos volcánicos como el que se encuentra cerca de Flagstaff, Arizona, que está formado por unos 600 conos. Otros son
conos parásitos de volcanes más grandes. El Etna, por
ejemplo, tiene docenas de conos de cenizas que salpican
sus flancos.
147
Figura 5.7 La localidad de San
Juan Parangaricutiro cubierta por
lava aa del Parícutin, que aparece
al fondo. Sólo quedan las torres de
la iglesia. (Foto de Tad Nichols.)
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
▲ Figura 5.8 Monte Shasta, California, uno de los conos compuestos más grandes de la cordillera Cascade. Shastina es el volcán parásito
más pequeño de la izquierda. (Foto de David Muench.)
dena de volcanes continentales que se distribuyen a lo largo de la costa occidental de Suramérica y Norteamérica,
incluidos los grandes conos de los Andes y la cordillera
Cascade del oeste de Estados Unidos y Canadá. Este último grupo incluye el monte Santa Elena, el monte Rainier y el monte Garibaldi. Las regiones más activas del
Anillo de Fuego se encuentran a lo largo de cinturones
curvados de islas volcánicas adyacentes a las fosas oceánicas profundas del pacífico septentrional y occidental. Esta
cadena casi continua de volcanes se extiende desde las islas Aleutianas hasta el Japón y las Filipinas y acaba en la
isla Norte de Nueva Zelanda.
El cono compuesto clásico es una gran estructura,
casi simétrica, compuesta por lava y depósitos piroclásticos. Exactamente igual que los volcanes en escudo deben
su forma a las lavas basálticas fluidas, los conos compuestos reflejan la naturaleza del material que expulsan. En su
mayor parte, los conos compuestos son fruto de magma
rico en gas con una composición andesítica. (Los conos
compuestos también pueden emitir cantidades diversas de
material con una composición basáltica o riolítica.) En relación con los escudos, los magmas ricos en sílice típicos
de los conos compuestos generan lavas viscosas y gruesas
que recorren distancias cortas. Además, los conos compuestos pueden generar erupciones explosivas que expulsan grandes cantidades de material piroclástico.
El crecimiento de un cono compuesto «típico» empieza con la emisión de material piroclástico y lava de la
chimenea central. Conforme la estructura madura, las lavas tienden a fluir de las fisuras que se desarrollan en los
flancos inferiores del cono. Esta actividad puede alter-
narse con erupciones explosivas que expulsan material piroclástico del cráter de la cima. Algunas veces pueden
producirse simultáneamente ambas actividades.
Una forma cónica, con un área de la cima empinada y flancos más gradualmente inclinados, es típica de
muchos conos compuestos grandes. Este perfil clásico,
que adorna calendarios y postales, es en parte consecuencia de cómo las lavas viscosas y las emisiones piroclásticas
contribuyen al crecimiento del cono. Los fragmentos
gruesos expulsados desde el cráter de la cima tienden a
acumularse cerca de su origen. Debido a su gran ángulo
de reposo, los materiales gruesos contribuyen a las inclinaciones empinadas de la cima. Por otro lado, las emisiones más finas se depositan como una capa delgada por encima de un área extensa, lo cual sirve para allanar el flanco
del cono. Además, durante las primeras etapas del crecimiento, las lavas tienden a ser más abundantes y a fluir a
distancias más largas de la chimenea que las lavas posteriores. Eso contribuye a la base ancha del cono. Conforme el volcán madura, las coladas cortas procedentes de la
chimenea central sirven para blindar y fortalecer el área de
la cima. Por consiguiente, puede haber laderas empinadas
que superan los 40 grados. Dos de los conos más perfectos (el monte Mayon de las Filipinas y el Fujiyama en Japón) exhiben la forma clásica que cabe esperar de un cono
compuesto, con su cima empinada y los flancos suavemente inclinados.
Pese a su forma simétrica, la mayoría de conos compuestos tiene una historia compleja. Los grandes montículos de derrubios que rodean muchos conos proporcionan pruebas de que, en el pasado remoto, una gran sección
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Vivir a la sombra de un cono compuesto
Vivir a la sombra de un cono
compuesto
En los últimos 200 años, han entrado en erupción más de
50 volcanes en Estados Unidos (Figura 5.9). Afortunadamente las más explosivas de esas erupciones, excepto la del
volcán Santa Elena en 1980, sucedieron en regiones muy
poco habitadas de Alaska. A escala mundial, han tenido lu-
gar numerosas erupciones destructivas durante los últimos
miles de años, algunas de las cuales pueden haber influido en el curso de la civilización humana.
El continente perdido de la Atlántida
Los antropólogos han propuesto que una erupción catastrófica en la isla de Santorini (también llamada Tera) contribuyó al hundimiento de la avanzada civilización minoica, centrada en torno a Creta, en el mar Egeo (Figura
5.10). Este acontecimiento también dio origen a la leyenda perdurable del continente perdido de la Atlántida. Según un escrito del filósofo griego Platón, un imperio insular llamado Atlántida fue absorbido por el mar en un día
y una noche. Aunque la conexión entre la Atlántida de Platón y la civilización minoica es algo tenue, no hay duda de
que una erupción catastrófica tuvo lugar en Santorini alrededor del año 1.600 a.C.
Esta erupción generó una columna eruptiva alta y
ondulante compuesta por grandes cantidades de materiales piroclásticos. Llovieron ceniza y pumita procedentes
de esta pluma durante varios días y el paisaje circundante
acabó cubierto a una profundidad máxima de 60 metros.
Una ciudad minoica cercana, ahora llamada Akrotiri, quedó enterrada y sus restos permanecieron ocultos hasta
1967, cuando los arqueólogos empezaron a investigar la
Erupciones de los últimos 4.000 años
Monte
Baker
Pico Glacier
WA
Monte
Rainier
Monte
Santa Elena
Monte
Adams
Monte
Hood
Monte
Jefferson
Tres
Hermanas
Volcán
Newberry
Cráter Lake
OR
CA
200
Años anteriores a la actualidad
Actualidad
2000
4000
Volcán
Medicine Lake
Monte
Shasta
Pico
Lassen
▲
del volcán se deslizó descendiendo por la ladera como un
deslizamiento pasivo. Otros desarrollan depresiones en
forma de herradura en sus cimas como consecuencia de las
erupciones explosivas o, como ocurrió durante la erupción
de 1980 del monte Santa Elena, una combinación de un
deslizamiento y la erupción de 0,6 kilómetros cúbicos de
magma que dejaron un gran vacío en el lado septentrional del cono. A menudo, ha tenido lugar tanta reconstrucción desde estas erupciones que no queda ninguna
huella de la cicatriz en forma de anfiteatro. El Vesuvio, en
Italia, nos proporciona otro ejemplo de la historia compleja de una región volcánica. Este volcán joven se formó
en el mismo lugar en el que una erupción que tuvo lugar
en el año 79 d.C. había destruido un cono más antiguo. En
la sección siguiente nos fijaremos en otro aspecto de los
conos compuestos: su naturaleza destructiva.
149
Figura 5.9 De los 13 volcanes
potencialmente activos de la cordillera
Cascade, 11 han hecho erupción en los
últimos 4.000 años y 7 en sólo los últimos
200 años. Más de 100 erupciones, la
mayoría de las cuales fueron explosivas, han
sucedido en los últimos 4.000 años. El Santa
Elena es el volcán más activo de la cordillera
Cascade. Sus erupciones han oscilado entre
expulsiones de lava relativamente tranquilas
a acontecimientos explosivos mucho
mayores que el del 18 de mayo de 1980.
Cada símbolo de erupción en el diagrama
representa de una a doce erupciones en
muy poco espacio de tiempo. (Tomado de
U. S. Geological Survey.)
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
25°
Grecia
Turquía
Santorini
Santorini
Mar Mediterráneo
Terasia
35°
Fira
Creta
Tera
Aspronisi
Akrotiri
▲ Figura 5.10 Mapa que muestra los restos de la isla volcánica
de Santorini después de que la parte superior del cono se hundiera
en la cámara magmática vacía tras una erupción explosiva. Se
muestra la localización de la población minoica recientemente
excavada de Akrotiri. Las erupciones volcánicas durante los últimos
500 años formaron las islas centrales. Pese a la posibilidad de que
se produzca otra erupción destructiva, la ciudad de Fira se edificó
en los flancos de la caldera.
zona. La excavación de bellas jarras de cerámica y pinturas murales elaboradas indica que Akrotiri daba cobijo a
una sociedad rica y sofisticada.
Tras la emisión de esta gran cantidad de material, la
cima del Santorini se hundió, produciendo una caldera de
8 kilómetros de diámetro. En la actualidad este volcán, antes majestuoso, consiste en cinco pequeñas islas. La erupción y el hundimiento del Santorini generaron grandes
olas marinas (tsunamis) que provocaron la destrucción generalizada de las poblaciones costeras de Creta y las islas
cercanas situadas al norte.
Aunque algunos expertos sugieren que la erupción
del Santorini contribuyó a la desaparición de la civilización minoica, ¿fue esta erupción la principal causa de la
descomposición de esta gran civilización o sólo uno de los
muchos factores desencadenantes? ¿Fue Santorini el continente insular de la Atlántida descrito por Platón? Cualesquiera que sean las respuestas a estas preguntas, es claro que el vulcanismo puede cambiar drásticamente el
curso de los acontecimientos humanos.
Erupción del Vesuvio 79 d.C.
Además de producir alguna de la actividad volcánica más
violenta, los conos compuestos pueden entrar en erupción
inesperadamente. Uno de los acontecimientos de este tipo
mejor documentados fue la erupción, en el año 79 d.C.,
del volcán italiano que ahora llamamos Vesuvio. Antes de
esta erupción, el Vesuvio había estado dormido durante si-
glos y había viñedos adornando sus solanas. Sin embargo,
el 24 de agosto la tranquilidad acabó y, en menos de 24 horas, la ciudad de Pompeya (cerca de Nápoles) y más de
2.000 de sus 20.000 habitantes desaparecieron. Algunos
quedaron sepultados debajo de una capa de pumita de casi
3 metros de grosor, mientras otros quedaron enterrados
por una capa de cenizas solidificadas. Permanecieron así
durante casi diecisiete siglos, hasta que se excavó parcialmente la ciudad, dando a los arqueólogos una imagen
magníficamente detallada de la vida en la antigua Roma.
Conciliando los registros históricos con los estudios
científicos detallados de la región, los vulcanólogos han
recompuesto la cronología de la destrucción de Pompeya. Es muy probable que la erupción empezara con descargas de vapor la mañana del 24 de agosto. A primeras
horas de la tarde las cenizas finas y los fragmentos de pumita formaron una nube eruptiva alta que emanaba del
Vesuvio. Poco después, los derrubios de esta nube empezaron a caer sobre Pompeya, situada a 9 kilómetros viento a favor del volcán. Sin duda, muchas personas huyeron
durante esta primera fase de la erupción. Durante las horas siguientes, cayeron sobre Pompeya fragmentos de pumita de hasta 5 centímetros. Según un registro histórico
de esta erupción, las personas que vivían más alejadas de
Pompeya se ataron almohadas a la cabeza para esquivar los
fragmentos que volaban.
La caída de pumita continuó durante varias horas,
acumulándose a una velocidad de 12 a 15 centímetros por
hora. La mayoría de los techos de Pompeya acabaron cediendo. Pese a la acumulación de más de 2 metros de pumita, es probable que muchas de las personas que no habían salido de Pompeya estuvieran vivas todavía la mañana del
25 de agosto. Entonces, de repente y de una manera inesperada, una oleada de polvo y gas ardientes descendió con
rapidez por los flancos del Vesuvio. Se calcula que esta oleada mató a 2.000 personas que de alguna manera habían
conseguido sobrevivir a la caída de pumita. Los derrubios
que volaban podían haber matado a algunas personas, pero
la mayoría murió de asfixia como consecuencia de la inhalación de gases cargados de cenizas. Sus restos quedaron rápidamente enterrados por la ceniza que caía, que la lluvia cimentó en una masa dura antes de que sus cuerpos tuvieran
tiempo de descomponerse. La posterior descomposición de
los cuerpos produjo cavidades en la ceniza solidificada que
reproducían exactamente la forma de los cuerpos sepultados, conservando incluso las expresiones faciales en algunos
casos. Los excavadores del siglo XIX encontraron estas cavidades y crearon moldes de los cadáveres echando escayola en los huecos. Algunos de los moldes de escayolas muestran víctimas que intentan cubrirse las bocas en un esfuerzo
por tomar lo que sería su último aliento.
En la actualidad los vulcanólogos piensan que varias
coladas destructivas de gas caliente y asfixiante cargado de
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Vivir a la sombra de un cono compuesto
cenizas invadieron los campos de los alrededores del Vesuvio. Los esqueletos excavados de la población cercana de
Herculano indican que la mayoría de sus habitantes murieron probablemente a causa de estas coladas. Además, es
probable que muchos de los que huyeron de Pompeya toparan con un destino parecido. Se calcula que 16.000 personas pudieron haber muerto en este acontecimiento trágico e inesperado.
Nubes ardientes: una colada piroclástica
mortal
Aunque la destrucción de Pompeya fue catastrófica, las
coladas piroclásticas, constituidos por gases calientes infundidos con cenizas y fragmentos rocosos más grandes
incandescentes pueden ser incluso más devastadores. Los
flujos calientes más destructivos, llamados nubes ardientes (y también denominados avalanchas incandescentes), son
capaces de correr por las empinadas laderas volcánicas incandescentes a velocidades que pueden aproximarse a los
200 kilómetros por hora (Figura 5.11).
La parte basal de una nube ardiente próxima al suelo es rica en materia particulada suspendida en chorros de
151
gases que circulan a través de la nube. Algunos de estos gases han escapado de fragmentos volcánicos recién expulsados. Además, el aire que es alcanzado y atrapado por una
nube ardiente que avanza puede calentarse lo suficiente
como para transmitir capacidad de flotación al material
particulado de la nube ardiente. Por tanto, estas corrientes, que pueden incluir fragmentos de roca más grandes
además de las cenizas, viajan pendiente abajo en un medio casi carente de fricción. Esto puede explicar por qué
algunos depósitos de nubes ardientes se extienden a lo
largo de más de 100 kilómetros desde su origen.
La fuerza de la gravedad es la fuerza que hace que
estos flujos más pesados que el aire desciendan de una manera muy parecida a un alud de nieve. Algunas coladas piroclásticas aparecen cuando una erupción potente expulsa lateralmente material piroclástico de la ladera de un
volcán. Probablemente con más frecuencia las nubes ardientes se forman a partir del colapso de columnas eruptivas altas que se forman encima de un volcán durante un
acontecimiento explosivo. Una vez la gravedad supera el
impulso ascendente inicial proporcionado por los gases
que escapan, los materiales expulsados empiezan a caer.
Cantidades masivas de bloques incandescentes, cenizas y
fragmentos de pumita que caen sobre el área de la cima
empiezan a caer en cascada, vertiente bajo por la influencia de la gravedad. Se ha observado que los fragmentos mayores descienden los flancos de un cono botando, mientras que los materiales más pequeños viajan
rápidamente como una nube con forma de lengua en expansión.
La destrucción de San Pedro En 1902 una nube ardiente procedente de la montaña Pelée, un pequeño volcán de la isla caribeña de la Martinica, destruyó la ciudad
portuaria de San Pedro. La destrucción ocurrió en minutos y fue tan devastadora que murieron casi los 28.000 habitantes de San Pedro. Sólo una persona de las afueras de
la ciudad (un preso protegido en un calabozo) y unas pocas personas que estaban en barcos en el muelle se salvaron (Figura 5.12). Satis N. Coleman, en Volcanoes, New and
Old, narra un vívido relato de este acontecimiento, que
duró menos de cinco minutos.
▲ Figura 5.11 Una nube ardiente desciende por la ladera del
monte Santa Elena el 7 de agosto de 1980, a velocidades que
superan los 100 kilómetros por hora. (Foto de Peter W. Lipman, U.
S. Geological Survey.)
Vi San Pedro destruido. La ciudad fue cubierta por
una gran ráfaga de fuego. […] Nuestro buque, el Roraima, llegó a San Pedro el jueves por la mañana. Durante horas antes de entrar en la rada, pudimos ver llamas y humo que ascendían de la montaña Pelée. […]
Había un constante estruendo sordo. Era como la mayor refinería de petróleo del mundo ardiendo en la
cima de una montaña. Hubo una tremenda explosión
sobre las 7 h 45, poco después de que entráramos. La
montaña estalló en pedazos. No hubo aviso. Una ladera del volcán se desmoronó y una sólida pared en
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
75°
70°
Islas Turks y Caicos
60°
OCÉANO
ATLÁNTICO
Cuba
20°
República
Dominicana
Haití
Islas
Vírgenes
la
de
co
Ar
Puerto
Jamaica
65°
San Vicente
tillas Menore
Martinica
MAR CARIBE
s An
Montserrat
Guadalupe
15°
Barbados
s
10°
Trinidad
Sudamérica
▲ Figura 5.12 San Pedro con el aspecto que presentaba poco después de la erupción del monte Pelée, 1902. (Reproducido de la colección
de la Biblioteca del Congreso.)
llamas fue lanzada directamente hacia nosotros. Sonaba como mil cañones. […] El aire era cada vez más
sofocante y nosotros estábamos en medio de todo
ello. Por donde la masa de fuego golpeaba el mar, el
agua hervía y elevaba enormes columnas de vapor.
[…] La explosión de fuego del volcán duró sólo unos
pocos minutos. Marchitó e incendió todo lo que tocó.
Se conservaban en San Pedro miles de barriles de ron,
que explotaron por el terrible calor. […] Antes de que
el volcán estallara, las tierras de San Pedro estaban cubiertas de personas. Después de la explosión, no se
veía alma viviente en la tierra∗.
Poco después de esta erupción desastrosa, los científicos llegaron al escenario. Aunque San Pedro estaba cubierto por sólo una fina capa de derrubios volcánicos, descubrieron que los muros de mampostería de casi un metro
de grosor habían sido derribados como fichas de dominó;
las raíces de los árboles estaban boca arriba y los cañones
∗
Nueva York: John Day, 1946, págs. 80-81.
habían sido arrancados de sus soportes. Otro recuerdo de
la fuerza destructiva de esta nube ardiente se conserva en
las ruinas del hospital psiquiátrico. Una de las inmensas sillas de acero que se habían utilizado para confinar a los pacientes alcohólicos se puede ver hoy, retorcida, como si estuviera hecha de plástico.
Lahares: corrientes de barro en conos
activos e inactivos
Además de sus violentas erupciones, los grandes conos
compuestos pueden producir un tipo de corriente de barro denominado por su nombre indonesio lahar. Estas
coladas destructivas se producen cuando los derrubios
volcánicos se saturan de agua y se mueven rápidamente
pendiente abajo por las laderas volcánicas, siguiendo
normalmente los valles de los ríos. Algunos lahares se
desencadenan cuando grandes volúmenes de hielo y nieve se funden durante una erupción. Otros se producen
cuando una lluvia intensa satura los depósitos volcánicos
meteorizados. Por tanto, pueden aparecer lahares aun
cuando un volcán no esté en erupción.
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Otras formas volcánicas
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Algunas de las mayores erupciones volcánicas, como la
erupción del Krakatoa, deben haber sido
impresionantes. ¿Cómo fue?
El 27 de agosto de 1883, en lo que ahora es Indonesia, la isla
volcánica de Krakatoa explotó y fue casi arrasada. El ruido de
la explosión se oyó a una distancia increíble de 4.800 kilómetros, en la isla Rodríguez, en el océano Índico occidental.
El polvo procedente de la explosión fue propulsado a la atmósfera y circundó la Tierra en vientos de gran altitud. Este
polvo produjo puestas de sol inusuales y bellas durante casi
un año.
La explosión no mató directamente a muchas personas,
porque la isla estaba deshabitada. Sin embargo, el desplazamiento de agua como consecuencia de la energía liberada durante la explosión fue enorme. La ola marina sísmica o tsunami resultante excedió los 35 metros de altura. Arrasó la región
litoral del estrecho de Sunda entre las islas próximas de Sumatra y Java, inundando más de 1.000 poblaciones y llevándose más de 36.000 vidas. La energía transportada por esta
ola alcanzó todas las cuencas oceánicas y se detectó en estaciones de registro de mareas tan lejanas como las de Londres
y San Francisco.
Cuando el volcán Santa Elena hizo erupción en
1980, se formaron varios lahares. Estas corrientes y las
avenidas que las acompañaron fueron pendiente abajo hacia los valles del río Toutle a velocidades que superaron los
30 kilómetros por hora. Los niveles del agua del río subieron 4 metros por encima del nivel máximo, destruyendo o dañando seriamente casi todas las casas y puentes a lo largo del área afectada. Por fortuna, el área no
estaba densamente poblada.
En 1985 se produjeron lahares mortales durante una
pequeña erupción del Nevado del Ruiz, un volcán de
5.300 metros situado en los Andes, en Colombia. El material piroclástico caliente fundió el hielo y la nieve que cubrían la montaña e hizo descender torrentes de cenizas y
derrubios a los tres principales valles fluviales que flanquean el volcán. Alcanzando velocidades de 100 kilómetros por hora, estas corrientes de barro se llevaron de una
manera trágica 25.000 vidas.
Muchos consideran que el monte Rainier, en Washington, es el volcán más peligroso de Estados Unidos,
porque, como el Nevado del Ruiz, tiene un grueso manto de nieve y hielo durante todo el año. Se añade al riesgo el hecho de que 100.000 personas viven en los valles
que rodean el Rainier y se han construido muchas casas en
los lahares que fluyeron pendiente abajo del volcán hace
centenares o millares de años. Una erupción futura, o qui-
153
zás solamente un período de precipitaciones intensas, puede producir lahares que probablemente seguirán caminos
parecidos.
Otras formas volcánicas
La estructura volcánica más obvia es el cono. Pero hay
también otros relieves distintivos de la actividad volcánica.
Calderas
Las calderas (caldaria cazo) son grandes depresiones de
colapso con una forma más o menos circular. Sus diámetros superan el kilómetro y muchas tienen un diámetro de
decenas de kilómetros. (Las depresiones con menos de un
kilómetro de diámetro se llaman calderas de hundimiento.)
La mayoría de calderas se forman por uno de los procesos siguientes: (1) el hundimiento de la cima de un volcán
compuesto después de una erupción explosiva de fragmentos de pumita rica en sílice y cenizas; (2) el hundimiento de la parte superior de un volcán en escudo provocado por un drenaje subterráneo desde una cámara
magmática central, y (3) el hundimiento de una gran área,
independiente de cualquier estructura volcánica preexistente, provocado por la descarga de volúmenes colosales
de pumita rica en sílice y cenizas a lo largo de fracturas en
anillo.
Calderas de tipo Crater Lake El Crater Lake, Oregón,
se encuentra en una caldera con un diámetro máximo de
10 kilómetros y 1.175 metros de profundidad. Esta caldera
se formó hace unos 7.000 años, cuando un cono compuesto, que después se llamó monte Mazama, expulsó de
una manera violenta entre 50 y 70 kilómetros cúbicos de
material piroclástico (Figura 5.13). Con la pérdida de soporte, se hundieron 1.500 metros de la cima de este cono,
que había sido prominente. Después del hundimiento, el
agua de la lluvia llenó la caldera. La actividad volcánica
posterior construyó un pequeño cono de cenizas en el
lago. En la actualidad, este cono, llamado Wizard Island,
representa un recuerdo mudo de la actividad del pasado.
Calderas de tipo hawaiano Aunque la mayoría de las calderas se produce por hundimiento después de una erupción
explosiva, algunas no se crean así. Por ejemplo, los volcanes en escudo activos de Hawaii, el Mauna Loa y el Kilauea, tienen grandes calderas en sus cimas. La del Kilauea
mide 3,3 kilómetros por 4,4 kilómetros y tiene 150 metros
de profundidad. Cada caldera se formó por subsidencia
gradual de la cima conforme el magma drenaba de una
manera lenta y lateralmente desde la cámara magmática
central hacia una zona de fisuras, produciendo a menudo
erupciones laterales.
5_Capítulo 5
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Página 154
CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Erupción del
monte Mazama
Cámara magmática
parcialmente vacía
Hundimiento del
monte Mazama
Formación del Crater Lake y la isla Wizard
▲ Figura 5.13 Secuencia de acontecimientos que formaron el
Crater Lake, Oregón. Hace alrededor de 7.000 años, una violenta
erupción vació parcialmente la cámara magmática causando el
hundimiento de la cima del primitivo monte Mazama. La lluvia y el
agua subterránea contribuyeron a formar el Crater Lake, el lago
más profundo de Estados Unidos. Las erupciones subsiguientes
produjeron el cono de cenizas denominado isla Wizard. (De H.
Williams, The Ancient Volcanoes of Oregon.)
Calderas de tipo Yellowstone Aunque la erupción de
1980 del volcán Santa Elena fue espectacular, palidece en
comparación con lo que ocurrió hace 630.000 años en la
región que ahora ocupa el Yellowstone National Park.
Allí, se expulsaron alrededor de 1.000 kilómetros cúbicos
de material piroclástico, que acabaron produciendo una
caldera de 70 kilómetros de diámetro. Este acontecimiento provocó lluvias de ceniza que llegaron hasta el
golfo de México. Son vestigios de esta actividad los numerosos géiseres y las aguas termales de la región.
A diferencia de las calderas asociadas con conos
compuestos, estas depresiones son tan grandes y poco definidas que muchas permanecieron sin detectar hasta que
se dispuso de imágenes aéreas, o de satélite, de gran calidad. Una de ellas, la caldera LaGarita, situada en las montañas San Juan del sur de Colorado, tiene una anchura de
unos 32 kilómetros y una longitud de 80 kilómetros. Pese
a las modernas técnicas cartográficas, todavía se desconoce el perfil completo de esta estructura.
La formación de una gran caldera de tipo Yellowstone empieza cuando un cuerpo magmático rico en sílice (riolítico) se sitúa cerca de la superficie, empujando
hacia arriba las rocas suprayacentes. A continuación, se
desarrollan fracturas de anillo en el techo, abriendo una
vía hacia la superficie para el magma rico en gas y muy
viscoso. Esto da inicio a una erupción explosiva de proporciones colosales que expulsa grandes volúmenes (que
normalmente superan los 100 kilómetros cúbicos) de
materiales piroclásticos, principalmente en forma de cenizas y fragmentos de pumita. Normalmente estos materiales forman una colada piroclástica que se extiende a
través del paisaje a velocidades que pueden superar los
100 kilómetros por hora destruyendo los seres vivos que
se encuentra a su paso. Después de detenerse, los fragmentos calientes de cenizas y pumita se funden, formando una toba soldada muy parecida a una colada de
lava solidificada. Por último, con la pérdida de apoyo, el
techo de la cámara magmática se hunde, generando una
gran caldera.
Otro rasgo distintivo asociado con la mayoría de las
grandes calderas es un lento levantamiento, o resurgencia,
del suelo de la caldera después de una fase eruptiva. Por
tanto, estas estructuras consisten en una depresión grande, más o menos circular con una región central elevada.
La mayoría de las grandes calderas exhiben una historia
compleja. En la región de Yellowstone, por ejemplo, han
tenido lugar tres episodios de formación de calderas durante los últimos 2,1 millones de años. El más reciente de
estos acontecimientos fue seguido por efusiones episódicas de lavas riolíticas y basálticas. Las pruebas geológicas
sugieren que todavía existe un depósito de magma debajo de Yellowstone; por tanto, es posible otra erupción formadora de calderas, pero no es inminente.
Las calderas del tipo localizado en la llanura de Yellowstone del noroeste de Wyoming son las estructuras
volcánicas más grandes de la Tierra. Algunos geólogos
han comparado su fuerza destructiva con la del impacto de
un asteroide pequeño. Por fortuna, en tiempos históricos
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Otras formas volcánicas
no se ha producido ninguna erupción de este tipo. Otros
ejemplos de grandes calderas en Estados Unidos son la
caldera de Long Valley de California y los Valles Caldera
localizados al oeste de Los Álamos, Nuevo México.
Fuentes
de lava
Erupciones fisurales y llanuras de lava
Pensamos en las erupciones volcánicas como constructoras de conos o escudos a partir de una chimenea central.
Pero, lejos de esto, el mayor volumen de material volcánico es extruido por fracturas de la corteza denominadas
fisuras (fissura separación). En vez de construir un
cono, estas grietas, largas y estrechas, permiten la salida de
lavas basálticas de baja viscosidad, tipo hawaiiano, que recubren amplias áreas.
La extensa llanura de Columbia, en el noroeste de
Estados Unidos, se formó de esta manera (Figura 5.14).
Aquí, numerosas erupciones fisurales expulsaron lava
basáltica muy líquida (Figura 5.15). Coladas sucesivas, algunas de hasta 50 metros de espesor, enterraron el relieve previo conforme iban construyendo una llanura de lava
(plateau) que tiene casi kilómetro y medio de grosor. La
naturaleza fluida de la lava es evidente, ya que parte de la
lava permaneció fundida durante el tiempo suficiente para
recorrer 150 kilómetros desde su origen. La expresión
basaltos de inundación (flood basalts) describe de manera apropiada estas coladas. Las acumulaciones masivas
de lava basáltica, parecidas a las de la llanura de Colum-
WASHINGTON
155
Coadas de lava
basáltica
Fisura
A.
MONTANA
B.
Casc
a
Otras
rocas
volcánicas
OREGON
e
da R
ange
Basaltos
del río
Columbia
L l a n ura
d el
rí
n
oS
ak
Yellowstone
National Park
IDAHO
▲ Figura 5.15 Cuando el volcán Santa Elena hizo erupción el 18
de mayo de 1980, se emitieron grandes cantidades de cenizas
volcánicas en la atmósfera. Esta imagen de satélite se tomó menos
de ocho horas después de la erupción. La nube de cenizas ya se
había extendido hasta el oeste de Montana. Las cenizas volcánicas
tienen un impacto a largo plazo en el clima global porque se
depositan con rapidez. Un factor más importante que afecta al
clima es la cantidad del gas dióxido de azufre emitido durante una
erupción. (Foto cortesía del National Environmental Satellite
Service.)
WYOMING
UTAH
CALIFORNIA
NEVADA
▲ Figura 5.14 Áreas volcánicas que forman la llanura de
Columbia en el Pacífico noroccidental. Los basaltos del río
Columbia cubren un área de casi 200.000 kilómetros cuadrados.
La actividad empezó aquí hace unos 17 millones de años conforme
la lava salió de grandes fisuras, acabando por producir una llanura
basáltica (plateau) con un grosor medio de más de un kilómetro.
(Tomado de U. S. Geological Survey.)
bia, se producen en todo el mundo. Una de las más grandes es la meseta de Deccan, una gruesa secuencia de coladas basálticas llanas que cubren cerca de 500.000 kilómetros cuadrados al oeste de la India central. Cuando se
formó la meseta de Deccan hace unos 66 millones de años,
se expulsaron casi 2 millones de kilómetros cúbicos de
lava en menos de un millón de años. Otro gran depósito
de basaltos de inundación, llamado la llanura Ontong Java,
se encuentra en el fondo del océano Pacífico. Más adelante
5_Capítulo 5
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
en este capítulo, en la sección «Actividad ígnea intraplaca», se ofrece una discusión sobre el origen de las grandes llanuras basálticas.
Islandia, que está localizada a horcajadas de la dorsal centroatlántica, ha experimentado erupciones fisurales
de manera regular. Las erupciones más grandes de Islandia ocurridas en tiempos históricos tuvieron lugar en 1783
y se denominaron las erupciones laki. Una fractura de 25
kilómetros de largo generó más de veinte chimeneas que
expulsaron inicialmente gases sulforosos y depósitos de
ceniza que dieron lugar a diversos conos de ceniza pequeños. Esta actividad fue seguida de enormes flujos de
lava basáltica muy fluida. El volumen total de lava expulsada por las erupciones laki fue superior a 12 kilómetros
cúbicos. Los gases volcánicos redujeron el crecimiento de
las praderas y mataron directamente a la mayor parte del
ganado islandés. La hambruna subsiguiente causó 10.000
muertos.
Domos de lava
Al contrario de las lavas máficas, las lavas ricas en sílice,
próximas al extremo félsico (riolítico) del espectro composicional, son tan viscosas que apenas fluyen. Conforme
la lava es extruida fuera de la chimenea, puede producir
una masa en forma de domo con paredes empinadas de
lava solidificada denominada domo de lava.
Los domos de lava caracterizan los últimos estadios
de actividad de conos compuestos maduros principalmente
andesíticos (véase Recuadro 5.2). Estas estructuras riolíticas se forman en el cráter de la cima y conforme se forman
estructuras parásitas en los flancos de estos conos después
de una erupción explosiva de un magma rico en gases. Esto
viene ilustrado por el domo volcánico que sigue «creciendo» desde la chimenea que produjo la erupción del volcán Santa Elena en 1980. Aunque la mayoría de los domos
volcánicos se forman en asociación con conos compuestos
preexistentes o volcanes en escudo, algunos se forman de
manera independiente, como la línea de domos riolíticos
y de obsidiana en los cráteres Mono de California.
Chimeneas y pitones volcánicos
La mayoría de los volcanes se alimentan de magma a través de cortos conductos, denominados chimeneas, que conectan la cámara magmática con la superficie. En raras
circunstancias, las chimeneas pueden extenderse como
tuberías hasta profundidades que superan los 200 kilómetros. Cuando esto ocurre, los magmas ultramáficos
que migran hacia arriba por estas estructuras producen
rocas que se consideran muestras del manto que han experimentado muy pocas alteraciones durante su ascenso.
Los geólogos consideran estos conductos extraordinaria-
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Si los volcanes son tan peligrosos, ¿por qué las personas
viven en ellos o en sus proximidades?
Hay que tener en cuenta que muchas de las personas que viven cerca de los volcanes no escogieron el lugar; simplemente nacieron allí. Es posible que sus antepasados vivieran
en la región durante generaciones. Históricamente las regiones volcánicas han atraído a muchas personas por sus suelos fértiles. No todos los volcanes tienen erupciones explosivas, pero todos los volcanes activos son peligrosos. En
realidad, la elección de vivir cerca de un cono compuesto activo como el monte Santa Elena o el Soufriére Hills tiene un
elevado riesgo inherente. Sin embargo, el tiempo transcurrido entre erupciones sucesivas puede ser de varias décadas o
más (mucho tiempo para que las generaciones olviden la última erupción y consideren que el volcán está dormido y que,
por tanto, es seguro). Otros volcanes, como el Mauna Loa o
los de Islandia, están en permanente actividad, de modo que
las poblaciones locales recuerdan vivamente las erupciones
recientes. Muchas personas que escogen vivir cerca de un volcán activo creen que el riesgo relativo no es mayor que en
otros lugares propensos al peligro. En esencia, apuestan que
podrán vivir toda su vida antes de la próxima gran erupción.
mente profundos como «ventanas» al interior de la Tierra, ya que nos permiten ver rocas que normalmente se
encuentran sólo a gran profundidad.
Las chimeneas volcánicas mejor conocidas son las
estructuras sudafricanas cargadas de diamantes. Aquí, las
rocas que rellenan las chimeneas se originaron a profundidades de al menos 150 kilómetros, donde la presión es
lo bastante elevada como para generar diamantes y otros
minerales de alta presión. La tarea de transportar magma
esencialmente inalterado (junto con inclusiones de diamante) a través de 150 kilómetros de roca sólida es excepcional. Este hecho explica la escasez de los diamantes
naturales.
Los volcanes situados en los continentes están siendo continuamente rebajados por la meteorización y la
erosión. Los conos de ceniza son fácilmente erosionables,
porque están compuestos de materiales no consolidados.
Sin embargo, todos los volcanes acabarán por sucumbir a
la erosión implacable a lo largo del tiempo geológico.
Conforme progresa la erosión, la roca que ocupa la chimenea volcánica es a menudo más resistente y puede permanecer en pie sobre el terreno circundante mucho tiempo después de que el cono haya desaparecido. Shiprock,
Nuevo México, es una estructura de este tipo y se denomina pitón volcánico. Esta estructura, más alta que mu-
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Actividad ígnea intrusiva
▲
Recuadro 5.2
157
El hombre y el medio ambiente
Crisis volcánica en Montserrat
75°
70°
Islas
Turks y Caicos
Cuba
20°
Islas
Vírgenes
Puerto
Rico
St. Peter’s
es
nor
Me
San Vicente
as
Martinica
MAR CARIBE
St. John’s
till
Guadalupe
An
Montserrat
15°
55°
Montserrat
las
Barbados
Harris
10°
Cork Hill
Trinidad
Soufriére
Hills
Sudamérica
Plymouth
Crater
St. Patrick’s
3 km
▲ Figura 5.B Mapa del Caribe y del arco de las Antillas Menores que muestra la
localización de Montserrat y del volcán Soufriére Hills.
Los volcanes y otra actividad ígnea
Actividad ígnea intrusiva
▲
IE N C
ERR
60°
OCEANO
ATLÁNTICO
de
Haití
Jamaica
Actividad ígnea intrusiva
I
TI
65°
República
Dominicana
chos rascacielos, no es sino una de las formas de relieve
que se alzan visiblemente en los rojos paisajes desérticos
del sudoeste americano.
A
después de que empezara la inesperada
actividad, se estableció el observatorio de
volcanes de Montserrat, en el que trabajaban científicos procedentes de la Universidad de las Indias Occidentales y del
British Geological Survey. La montaña se
llenó de sismómetros, inclinómetros y
analizadores de gas. Se están recogiendo
valiosos datos que quizá algún día contribuyan a proporcionar un método fiable de predicción de las erupciones volcánicas.
de 6.000 metros o más. En enero de 1998,
muchos de los casi 12.000 residentes en
la isla habían sido evacuados a las islas
vecinas. La erupción del volcán causó,
como mínimo, penurias y sufrimiento
económico a las personas de Montserrat.
El lado positivo es que la pérdida de vidas
fue pequeña.
Desde que inició su actividad eruptiva, el Soufriére Hills se ha convertido en
uno de los volcanes más controlados de
todo el mundo. Casi inmediatamente
co
Ar
Las Antillas Menores caribeñas son de origen fundamentalmente volcánico y se extienden desde cerca de la costa nororiental de América del Sur, en arco hacia
Puerto Rico y las Islas Vírgenes (Figura
5.B). Poco antes de empezar el siglo XX,
las devastadoras erupciones de los volcanes de la Martinica (montaña Pelée) y San
Vicente (Soufriére) acabaron con la vida
de más de 30.000 personas. Cuando el siglo XX llega a su fin, el Caribe es una vez
más el centro de atracción para los vulcanólogos. Esta vez su atención se centra en
la isla de Montserrat.
Esta pequeña isla está dominada por el
volcán Soufriére Hills, que empezó a hacer erupción en julio de 1995, después de
miles de años de inactividad. El volcán,
como la mayoría de los volcanes caribeños, expulsa lava viscosa que mana a la
superficie formando un domo de lava.
Estos domos tienen la capacidad de producir devastadoras explosiones de roca
pulverizada, cenizas y gases conocidos
como coladas piroclásticas. Estas erupciones pueden ser extremadamente peligrosas, porque no suelen advertir de su
inminencia.
La actividad del volcán Soufriére Hills
incluyó muchas coladas grandes piroclásticas que acabaron por cubrir grandes zonas de la isla. Además, a veces las plumas
de cenizas volcánicas alcanzaron alturas
S D LA
E
Las erupciones volcánicas pueden encontrarse entre los
acontecimientos más violentos y espectaculares de la naturaleza y, por consiguiente, son dignos de un estudio detallado, pero la mayor parte de los magmas se emplazan
en profundidad. Por tanto, el conocimiento de la activi-
dad ígnea intrusiva es tan importante para los geólogos
como el estudio de los acontecimientos volcánicos.
Las estructuras que son consecuencia de la ubicación
del material ígneo en profundidad se denominan plutones,
nombre que deben a Plutón, el dios del mundo subterráneo
según la mitología clásica. Dado que todos los plutones se
forman fuera de la vista debajo de la superficie terrestre,
sólo pueden estudiarse después de ascender y de que la erosión los haya dejado expuestos. El reto reside en reconstruir
los acontecimientos que generaron esas estructuras hace
millones o incluso centenares de millones de años.
Por claridad, hemos separado la explicación del vulcanismo y de la actividad plutónica. Debe tenerse en cuenta, sin
embargo, que esos diversos procesos ocurren de manera simultánea e implican básicamente los mismos materiales.
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Naturaleza de los plutones
Se sabe que los plutones aparecen en una gran variedad de
tamaños y formas. Algunos de los tipos más comunes se
ilustran en la Figura 5.16. Obsérvese que algunas de esas
estructuras tienen una forma tabular, mientras que otros
son bastante masivos. Obsérvese también que algunos de
estos cuerpos atraviesan estructuras existentes, como capas
de roca sedimentaria; otros se forman cuando se inyecta el
magma entre las capas sedimentarias. Debido a estas dife-
rencias, los cuerpos ígneos intrusivos se clasifican generalmente según su forma como tabulares (tabula mesa) o
masivos y por su orientación con respecto a la roca caja.
Se dice que los plutones son discordantes (discordare no
concordar) si atraviesan las estructuras existentes y concordantes (concordare concordar) si se forman en paralelo a estructuras como los estratos sedimentarios. Como
puede verse en la Figura 5.16A, los plutones están muy relacionados con la actividad volcánica. Muchos de los ma-
▲
Figura 5.16 Ilustraciones que muestran las
estructuras ígneas básicas. A. Este corte muestra la
relación entre el vulcanismo y la actividad ígnea
intrusiva. B. Esta vista ilustra las estructuras ígneas
intrusivas básicas, algunas de las cuales han aflorado
debido a la erosión mucho tiempo después de su
formación. C. Después de millones de años de
elevación y erosión aflora en la superficie un
batolito.
Conos
compuestos
Conos
de cenizas
Erupción
fisural
Cámara
magmática
A. Emplazamiento del magma
Pitones
volcánicos
Lacolito
Sills
Dique
Batolito
B. Cristalización de plutones ígneos y erosión
Batolito
Batolito
C. La elevación y la erosión generalizadas
hacen que el batolito aflore
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Actividad ígnea intrusiva
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yores cuerpos intrusivos son los restos de cámaras magmáticas que en el pasado alimentaron volcanes.
Diques
Los diques son cuerpos tabulares discordantes producidos cuando el magma se inyecta en fracturas. La fuerza
ejercida durante la inyección del magma puede ser lo bastante grande como para separar aún más las paredes de la
fractura. Una vez cristalizadas, estas estructuras laminares
tienen grosores que oscilan desde menos de un centímetro hasta más de un kilómetro. Los mayores tienen longitudes de varios centenares de kilómetros. La mayoría de
los diques, sin embargo, tienen un grosor de unos pocos
metros y se extienden lateralmente no más de unos pocos
kilómetros.
Los diques suelen encontrarse en grupos que actuaron como los caminos verticales que seguía la roca fundida que alimentó las antiguas coladas de lava. El plutón
progenitor no suele ser visible. Algunos diques se disponen en forma radial, como los radios de una rueda, desde
un pitón volcánico erosionado. En estos casos, se supone
que el ascenso activo del magma generó fisuras en el cono
volcánico del cual fluyó la lava.
Los diques suelen meteorizarse más lentamente que
las rocas circundantes. Cuando afloran como consecuencia de la erosión, los diques tienen el aspecto de una pared, como se muestra en la Figura 5.17
▲ Figura 5.17 La estructura vertical del fondo es un dique, que
es más resistente a la meteorización que la roca circundante. Este
dique se encuentra al oeste de Granby, Colorado, cerca del
Arapaho National Forest. (Foto de R. Jay Fleisher.)
Sills y lacolitos
Los sills y los lacolitos son plutones concordantes que se
forman cuando el magma intruye en un ambiente cercano a la superficie. Tienen formas distintas y suelen tener
una composición diferente.
Sills Los sills son plutones tabulares formados cuando
el magma es inyectado a lo largo de superficies de estratificación (Figura 5.18). Los sills con disposición horizontal son los más comunes, aunque se sabe ahora que
existe todo tipo de orientaciones, incluso verticales. Debido a su grosor relativamente uniforme y a su gran extensión lateral, los sills son probablemente el producto de
lavas muy fluidas. Los magmas que tienen un bajo contenido de sílice son más fluidos, por eso la mayoría de los
sills está compuesta por basaltos.
El emplazamiento de un sill exige que la roca sedimentaria situada encima de él sea levantada hasta una altura equivalente al grosor de la masa intrusiva. Aunque
esto es una tarea formidable, en ambientes superficiales a
menudo requiere menos energía que la necesaria para forzar el ascenso del magma a la distancia que falta hasta alcanzar la superficie. Por consiguiente, los sills se forman
sólo a poca profundidad, donde la presión ejercida por el
Sill
▲ Figura 5.18 Cañón del río Salt, Arizona. La banda oscura y
esencialmente horizontal es un sill de composición basáltica que
intruyó en las capas horizontales de roca sedimentaria. (Foto de E.
J. Tarbuck.)
peso de las capas de roca situadas encima es pequeña.
Aunque los sills se introducen entre capas, pueden ser localmente discordantes. Los grandes sills atraviesan con
frecuencia las capas sedimentarias y retoman su naturaleza concordante en un nivel más alto.
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Uno de los sills mayores y más estudiado de Estados
Unidos es el sill de Palisades que aflora a lo largo de 80
kilómetros en el margen occidental del río Hudson, en el
sureste de Nueva York y el noreste de Nueva Jersey; este
sill tiene un grosor de unos 300 metros. Dada su naturaleza resistente, el sill de Palisades constituye un imponente resalte que puede verse con facilidad desde el lado
opuesto del Hudson.
En muchos aspectos, los sills se parecen mucho a las
coladas de lava enterradas. Las dos son tabulares y a menudo muestran disyunción columnar. Las diaclasas columnares se forman conforme las rocas ígneas se enfrían
y desarrollan fracturas de contracción que producen columnas alargadas parecidas a pilares. Además, dado que los
sills se forman en general en ambientes próximos a la superficie y pueden tener sólo unos pocos metros de grosor,
el magma emplazado se enfría a menudo con la suficiente rapidez como para generar una textura afanítica.
Cuando se intenta reconstruir la historia geológica
de una región, resulta importante diferenciar entre sills y
coladas de lava enterradas. Por fortuna, al estudiarse de
cerca, estos dos fenómenos son fáciles de distinguir. La
porción superior de una colada de lava enterrada suele
contener huecos producidos por las burbujas de gas que
escaparon. Además, sólo las rocas situadas debajo de la colada muestran signos de metamorfismo. Los sills, por otro
lado, se forman cuando el magma es introducido de forma forzada entre capas sedimentarias. Por tanto, sólo en
los sills pueden encontrarse fragmentos de las rocas situadas encima. Las coladas de lava, por el contrario, son
extruidas antes de que se depositen los estratos superiores.
Además, las zonas metamorfizadas por encima y debajo de
la roca son típicas de los sills.
Lacolitos Los lacolitos son similares a los sills porque se
forman cuando el magma se introduce entre capas sedimentarias en un ambiente próximo a la superficie. Sin
embargo, el magma que genera los lacolitos es más viscoso. Este magma menos fluido se acumula formando una
masa lenticular que deforma los estratos superiores (véase Figura 5.16). Por consiguiente, un lacolito puede detectarse a veces por el bulto en forma de domo que crea
en la superficie.
Los lacolitos más grandes probablemente no superan unos pocos kilómetros de anchura. Las montañas
Henry del sureste de Utah están compuestas en su mayor
parte por varios lacolitos que, según se cree, fueron alimentados por un cuerpo magmático mucho mayor emplazado en sus proximidades.
Batolitos
Con mucho, los cuerpos ígneos intrusivos mayores son los
batolitos (bathos profundidad; lithos piedra). La ma-
yor parte de las veces, los batolitos aparecen en grupos que
forman estructuras lineales de varios centenares de kilómetros de longitud y de hasta 100 kilómetros de anchura,
como se muestra en la Figura 5.19. El batolito Idaho, por
ejemplo, abarca un área de más de 40.000 kilómetros cuadrados y está formado por muchos plutones. Pruebas indirectas recogidas de estudios gravitacionales indican que
los batolitos son también muy gruesos, extendiéndose posiblemente docenas de kilómetros en la corteza.
Por definición, un cuerpo plutónico debe tener una
extensión de afloramiento mayor de 100 kilómetros cua-
Batolitos
de la cordillera
de la costa
Batolito
Idaho
Océano
Pacífico
Batolito
de Sierra Nevada
Batolito
del sur
de California
▲ Figura 5.19 Batolitos graníticos localizados a lo largo del
margen occidental de Norteamérica. Estos cuerpos alargados y
gigantescos consisten en numerosos plutones que fueron
emplazados durante los últimos 150 millones de años de la historia
de la Tierra.
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Actividad ígnea intrusiva
drados para que se le considere un batolito. Plutones más
pequeños de este tipo se denominan stocks. Muchos
stocks parecen ser porciones de batolitos que todavía no
afloran.
Los batolitos suelen estar formados por rocas cuya
composición química se halla próxima al extremo granítico del espectro, aunque las dioritas también son comunes. Los batolitos más pequeños pueden ser estructuras
bastante simples compuestas casi por completo de un tipo
de roca. Sin embargo, los estudios de grandes batolitos
han demostrado que consisten en varios plutones distintos que intruyeron a lo largo de un período de millones de
años. La actividad plutónica que creó el batolito de Sierra
Nevada, por ejemplo, se produjo casi continuamente durante un período de 130 millones de años, que finalizó
hace unos 80 millones de años, durante el Cretácico.
Los batolitos pueden constituir el núcleo de los sistemas montañosos. En este caso, la ascensión y la erosión
han eliminado la roca circundante, exponiendo con ello el
cuerpo ígneo resistente. Algunos de los picos más altos de
Sierra Nevada, como la montaña Whitney, están tallados
sobre una masa granítica de este tipo.
También aparecen grandes extensiones de roca granítica en los interiores estables de los continentes, como
en el escudo canadiense de Norteamérica. Estos afloramientos relativamente planos son los restos de montañas
antiguas que han sido niveladas por la erosión hace mucho tiempo. Por tanto, las rocas que constituyen los batolitos de las cadenas montañosas jóvenes, como los de
Sierra Nevada, se generaron cerca de la parte superior de
una cámara magmática, mientras que en las áreas de escudo, afloran las raíces de lo que antes fueron montañas
y, por tanto, las porciones inferiores de los batolitos. En
el Capítulo 14 consideraremos con más detalle el papel de
la actividad ígnea en lo que se refiere a la formación de las
montañas.
Emplazamiento de los batolitos Un problema interesante al que se enfrentaron los geólogos fue intentar explicar cómo los grandes batolitos graníticos llegaron a residir en el interior de rocas sedimentarias y metamórficas
sólo moderadamente deformadas. ¿Qué les sucedió a las
rocas que fueron desplazadas por estas masas ígneas?
¿Cómo se abrió paso el cuerpo magmático a través de varios kilómetros de roca sólida?
Sabemos que el magma asciende porque es menos
denso que la roca que lo rodea, de una manera muy parecida a como un corcho puesto en la parte inferior de un
recipiente con agua se elevará cuando sea liberado. Pero
la corteza de la Tierra está constituida por roca sólida. No
obstante, a profundidades de varios kilómetros, donde la
temperatura y la presión son elevadas, incluso la roca sólida se deforma fluyendo. Por tanto, a grandes profundi-
161
dades, una masa de magma flotante ascendente puede
abrirse espacio a la fuerza apartando la roca suprayacente. A medida que el magma sigue ascendiendo, parte de la
roca caja que fue empujada a los lados llenará el espacio
que el cuerpo magmático va dejando a medida que pasa∗.
Conforme un cuerpo magmático se aproxima a la superficie, encuentra rocas relativamente frías y quebradizas
que resisten la deformación. El ulterior movimiento ascendente se lleva a cabo por un proceso denominado
arranque (stoping). En este proceso, las fracturas que se desarrollan en la roca huésped suprayacente permiten que el
magma ascienda y desaloje los bloques de roca. Una vez incorporados en el cuerpo magmático, estos bloques pueden
fundirse, alterando de este modo la composición del cuerpo magmático, que acabará enfriándose lo suficiente como
para que el movimiento ascendente cese. Las pruebas que
respaldan el hecho de que el magma puede atravesar la roca
sólida son las inclusiones denominadas xenolitos (xenos
extraño; lithos piedra). Estos remanentes no fundidos de
la roca caja se encuentran en las masas ígneas exhumadas
por la erosión.
Tectónica de placas y actividad ígnea
Durante décadas, los geólogos han sabido que la distribución global del vulcanismo no es aleatoria. De los más
de 800 volcanes activos∗∗ que se han identificado, la mayoría se encuentra a lo largo de los márgenes de las cuencas oceánicas, y, en particular, dentro del cinturón que
rodea el Pacífico, conocido con el nombre Anillo de Fuego (Figura 5.20). Este grupo de volcanes está formado
principalmente por conos compuestos que emiten magma
rico en volátiles con una composición intermedia (andesítica) que en algunas ocasiones producen erupciones aterradoras.
Los volcanes que comprenden un segundo grupo
emiten lavas basálticas muy fluidas y se encuentran confinados en las cuencas oceánicas profundas, incluidos
ejemplos famosos en Hawaii e Islandia. Además, este grupo contiene muchos volcanes submarinos activos que salpican el fondo oceánico; son notables en especial las innumerables pequeñas montañas submarinas que se hallan
a lo largo del eje de la dorsal centrooceánica. A estas pro∗
Se produce una situación análoga cuando se almacena una lata de pintura con óleo. La fase oleica es menos densa que los pigmentos utilizados para la coloración; por tanto, el aceite se reúne en gotas que migran
lentamente hacia arriba mientras que los pigmentos más pesados se sedimentan en el fondo.
∗∗
Para nuestro propósito, los volcanes activos son aquellos con erupciones fechadas. Al menos otros 700 conos exhiben pruebas geológicas
que han hecho erupción en los últimos 10.000 años y se consideran potencialmente activos. Los innumerables volcanes submarinos activos están fuera de la vista en las profundidades del océano y no se cuentan en
estas cifras.
5_Capítulo 5
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Bezymianny
Fujiyama
Monte Unzen
Pinatubo
Hekla
Pavlof
Shishaldin
Surtsey
Vesuvio
Monte Santa Elena
Katmai
Santorini
(«Valle de
las 10.000
Fumarolas»)
Popocatepetl
Kilauea
Islas Marianas
Monte Mayon
Mauna Loa
Islas Canarias
Etna
Pelée
Parícutin
Islas Galapagos
Krakatoa
Tambora
Laki
Nevado del Ruiz
Cotopaxi
Misti
Kilimanjaro
Islas Tonga
Isla de Pascua
Islas Sandwich del Sur
Isla Decepción
▲ Figura 5.20 Localizaciones de algunos de los principales volcanes de la Tierra.
fundidades, las presiones son tan grandes que el agua marina no hierve de una manera explosiva, ni siquiera en
contacto con lavas calientes. Por tanto, el conocimiento de
primera mano de estas erupciones es limitado y procede
principalmente de los sumergibles de gran profundidad.
Un tercer grupo incluye las estructuras volcánicas
que están irregularmente distribuidas en el interior de los
continentes. No hay ninguno en Australia ni en los dos
tercios orientales de Norteamérica y Suramérica. África
destaca porque tiene muchos volcanes potencialmente activos, entre ellos el monte Kilimanjaro, el punto más alto
del continente (5.895 metros). El vulcanismo en los continentes es muy diverso y abarca desde erupciones de lavas basálticas muy fluidas, como las que generaron la llanura de Columbia, hasta erupciones explosivas de magma
riolítico rico en sílice, como ocurrió en Yellowstone.
Hasta finales de la década de los sesenta, los geólogos no tenían ninguna explicación para la distribución
aparentemente aleatoria de los volcanes continentales ni
tampoco podían explicar la cadena casi continua de volcanes que rodea el margen de la cuenca pacífica. Con el
desarrollo de la teoría de la tectónica de placas, la imagen
se aclaró mucho. Hay que recordar que el magma más
primario (no alterado) se origina en el manto superior y
que el manto es esencialmente sólido, no roca fundida. La
conexión básica entre la tectónica de placas y el vulcanismo es que los movimientos de las placas proporcionan los mecanismos por los que las rocas del manto se funden y generan
magmas.
Examinaremos tres zonas de actividad ígnea y su relación con los límites de las placas. Estas áreas activas se
encuentran (1) a lo largo de los bordes de la placa convergentes, donde las placas se mueve la una hacia la otra
y una de ellas se hunde por debajo de la otra; (2) a lo largo de bordes de la placa divergentes, donde las placas se
separan la una de la otra y se crea fondo oceánico nuevo,
y (3) zonas dentro de las propias placas que no están asociadas con ningún borde de placa. (Nótese que en raras
ocasiones se produce actividad volcánica a lo largo de bordes de placa transformantes.) Estos tres escenarios volcánicos se describen en la Figura 5.21. (Si no le queda claro cómo se genera el magma, le sugerimos que estudie la
sección titulada «Origen de los magmas», que se encuentra al final del Capítulo 4, antes de continuar.)
Actividad ígnea en los bordes
convergentes de la placa
Recordemos que en los límites de placa convergentes, la
placa con corteza oceánica se dobla a medida que desciende en el manto, generando una fosa oceánica. Conforme una placa se hunde más en el manto, el aumento de
la temperatura y la presión expulsa los volátiles (principalmente H2O) de la corteza oceánica. Estos fluidos móviles migran hacia arriba hacia la pieza del manto en forma de cuña situada entre la placa en subducción y la placa
suprayacente (Figura 5.21A). Una vez la placa que se hunde alcanza una profundidad aproximada de 100 a 150 ki-
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Actividad ígnea intrusiva
lómetros, estos fluidos ricos en agua reducen el punto de
fusión de la roca del manto caliente lo suficiente como
para provocar algo de fusión. La fusión parcial de la roca
del manto (principalmente peridotitas) genera magma con
una composición basáltica. Después de haberse acumulado una cantidad suficiente de magma, migra lentamente
hacia arriba.
El vulcanismo en un borde de placa convergente
tiene como consecuencia el desarrollo de una cadena lineal
o ligeramente curvada de volcanes llamada arco volcánico.
Estas cadenas volcánicas se desarrollan más o menos paralelas a la fosa asociada, a distancias de 200 a 300 kilómetros. Los arcos volcánicos pueden construirse en la litosfera oceánica o continental. Los que se desarrollan
dentro del océano y crecen lo suficiente como para que sus
puntas se eleven por encima de la superficie se denominan
archipiélagos insulares en la mayoría de atlas. Los geólogos
prefieren el término más descriptivo arcos de islas volcánicas, o simplemente arcos insulares (Figura 5.21A).
Varios arcos de islas volcánicas de este tipo, como las Aleutianas, las Tongas y las Marianas, bordean la cuenca del
Pacífico occidental.
El primer estadio del vulcanismo del arco insular
está comúnmente dominado por la erupción de basaltos
fluidos que construyen numerosas estructuras semejantes a escudos en el fondo oceánico. Dado que esta actividad empieza a una gran profundidad, los conos volcánicos deben expulsar una gran cantidad de lava antes de
que sus cimas se eleven por encima del mar y formen islas. Esta actividad de formación de conos, junto con las
intrusiones basálticas masivas así como el magma que se
añade a la parte inferior de la corteza, tiende a aumentar con el tiempo el grosor de la corteza del arco. Como
consecuencia, una corteza comparativamente gruesa se
extiende por debajo de los arcos volcánicos maduros e
impide el flujo ascendente de los basaltos derivados del
manto. A su vez, esto da tiempo para que suceda la diferenciación magmática, en la que los minerales pesados
ricos en hierro cristalizan y se asientan, dejando el fundido enriquecido en sílice (véase Capítulo 4). Por consiguiente, conforme el arco madura, los magmas que alcanzan la superficie tienden a expulsar andesitas ricas en
sílice e incluso algunas riolitas. Además, la diferenciación
magmática tiende a concentrar los volátiles (agua) disponibles en los componentes más ricos en sílice de estos magmas. Puesto que emiten magma viscoso rico en
volátiles, en general los volcanes de los arcos insulares
tienen erupciones explosivas.
También puede producirse vulcanismo donde las
placas de la litosfera oceánica son subducidas bajo la litosfera continental y producen un arco volcánico continental (Figura 5.21C). Los mecanismos que generan
estos magmas derivados del manto son en esencia los
163
mismos que actúan en los arcos insulares. La principal
diferencia es que la corteza continental es mucho más
gruesa y está compuesta por rocas con un contenido más
elevado de sílice que la corteza oceánica. Por tanto, mediante la asimilación de las rocas ricas en sílice de la corteza, más la larga diferenciación magmática, un magma
derivado del manto puede experimentar una gran evolución a medida que asciende a través de la corteza continental. En otras palabras, los magmas primarios generados en el manto pueden pasar de ser un magma basáltico
fluido comparativamente seco a ser un magma viscoso
andesítico o riolítico con una elevada concentración de
volátiles conforme asciende a través de la corteza continental. La cadena volcánica de los Andes, que se encuentra a lo largo de la superficie occidental de Sudamérica, es quizás el mejor ejemplo de un arco volcánico
continental.
Puesto que la cuenca del Pacífico está rodeada básicamente por límites de placa convergentes (y zonas de
subducción asociadas), es fácil ver por qué el cinturón
irregular de volcanes explosivos que llamamos Anillo de
Fuego se formó en esta región. Los volcanes de la cordillera Cascade, al noroeste de Estados Unidos, que incluye el monte Hood, el monte Rainier y el monte Shasta,
forman parte de este grupo (Figura 5.22).
Actividad ígnea en los bordes de placa
divergentes
El mayor volumen de magma (quizás el 60 por ciento de
la emisión anual total de la Tierra) se produce a lo largo
del sistema de dorsales oceánicas en asociación con la expansión del fondo oceánico (Figura 5.21D). Aquí, debajo
del eje de la dorsal, donde las placas litosféricas están siendo continuamente apartadas, el manto sólido aunque móvil responde a la disminución de la sobrecarga y asciende
hasta rellenar la hendidura. En el Capítulo 4 hemos visto
que a medida que la roca asciende, experimenta una disminución de la presión de confinamiento y se funde sin la
adición de calor. Este proceso, llamado fusión por descompresión, es el proceso más común por el que se funden las
rocas del manto.
La fusión parcial de la roca del manto en los centros
de expansión produce magma basáltico con una composición sorprendentemente parecida a la del magma generado en los bordes de placa convergentes. Dado que este
magma basáltico recién formado es menos denso que la
roca del manto de la que deriva, asciende a una velocidad
mayor que el manto.
Alrededor del 10 por ciento de este magma, que se
acumula en depósitos situados justo debajo de la cresta de
la dorsal, acaba migrando hacia arriba a lo largo de las fisuras y es expulsado en forma de coladas sobre el fondo
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
A. Vulcanismo de borde
convergente (arco insular)
Arco de islas
volcánicas
Fosa
Corteza
oceánica
Mar marginal
Corteza
continental
ión
cc
u
bd
Fusión de las
rocas del manto
Agua procedente
de la placa subducida
en
su
á
ce
ao
r
sfe
a
nic
o
Lit
Astenosfera
Corteza
oceánica
Punto caliente
Hawaii
Fusión por
descompresión
Pluma
del manto
ascendente
B. Vulcanismo intraplaca (oceánico)
Arco volcánico
continental
Fosa
Corteza
oceánica
Lit
os
fer
Corteza
continental
ao
ce
án
ica
en
su
bd
uc
Fusión de las
rocas del manto
ció
n
Agua procedente
de la placa
subducida
▲ Figura 5.21 Tres zonas de vulcanismo. Dos de estas zonas son límites de placa, y la tercera es intraplaca.
C. Vulcanismo de borde
convergente (arco
volcánico continental)
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Actividad ígnea intrusiva
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D. Vulcanismo de borde
divergente (dorsal oceánica)
Corteza
oceánica
Cámara
magmática
Fusión por
descompresión
Astenosfera
E. Vulcanismo intraplaca
(continental)
Basaltos
de inundación
Punto caliente
Corteza
continental
Fusión por
descompresión
Pluma
del manto
ascendente
Valle
de rift
Corteza
continental
Fusión por
descompresión
F. Vulcanismo de borde
divergente (Rift continental)
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
▲
Figura 5.22 Conforme una placa
oceánica desciende hacia el manto, el agua
y otros volátiles son expulsados de las rocas
de la corteza en subducción. Estos volátiles
reducen la temperatura de fusión de la roca
del manto lo suficiente como para generar
fundido.
Arco volcánico
continental
Seattle
Monte Rainier
Corteza
oceánica
Monte Santa Elena
Monte Adams
Portland
Monte Hood
Lit
Corteza
continental
os
fer
ao
ce
án
ica
en
su
bd
Astenosfera
oceánico. Esta actividad añade continuamente roca basáltica nueva a los márgenes de las placas y los suelda
temporalmente, tan sólo para volver a separarlos conforme la expansión continúa. A lo largo de algunas dorsales,
la expulsión de lavas almohadilladas bulbosas construye
numerosas montañas submarinas pequeñas. En otros lugares, las lavas emitidas producen coladas fluidas que crean una topografía más tenue.
Aunque la mayor parte de los centros de expansión
están situados a lo largo del eje de una dorsal oceánica, algunos no lo están. En particular, el rift del este de África
es un lugar donde la litosfera continental se está separando y forma un rift continental (Figura 5.21F). Aquí, la fusión por descompresión genera el magma de la misma
manera en la que éste se produce a lo largo del sistema de
dorsales oceánicas. Las enormes emisiones de lavas basálticas fluidas son habituales en esta región. El rift del este
de África también contiene algunos conos compuestos
grandes, como ejemplifica el monte Kilimanjaro. Como
los conos compuestos que se forman a lo largo de los bordes de placa convergentes, estos volcanes se forman cuando los basaltos derivados del manto evolucionan hacia un
magma andesítico rico en volátiles conforme migran hacia arriba a través de las rocas gruesas ricas en sílice del
continente.
uc
ció
n
Fusión de
la roca
del manto
Agua procedente
de la placa
subducida
Actividad ígnea intraplaca
Sabemos por qué la actividad ígnea se inicia a lo largo de
los límites de placa, pero ¿por qué se producen erupciones en medio de las placas? El Kilauea de Hawaii se considera el volcán más activo del mundo, aunque está situado
a miles de kilómetros del límite de placas más cercano, en
medio de la enorme placa pacífica (Figura 5.21B). Otros
puntos de vulcanismo intraplaca (que significa «dentro
de la placa») son las islas Canarias, Yellowstone y varios
centros volcánicos que se encuentran en el desierto del
Sahara, en el África septentrional.
Ahora reconocemos que la mayor parte de vulcanismo intraplaca ocurre donde una masa de material del
manto más caliente de lo normal denominada pluma del
manto asciende hacia la superficie (Figura 5.23). Aunque
la profundidad a la que se originan las plumas del manto (al menos algunas) es todavía objeto de un debate encendido, parece que muchas se forman en las profundidades del interior de la Tierra, en el límite núcleo-manto.
Estas plumas de roca del manto sólida pero móvil ascienden hacia la superficie de una manera parecida a las
burbujas que se forman dentro de una lámpara de lava.
(Se trata de lámparas que contienen dos líquidos inmiscibles en un recipiente de vidrio. Al calentar la base de la
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Movimiento
de la placa
Rastro
volcánico
Basaltos de inundación
Punto caliente
Litosfera
Cabeza
Tallo
Pluma
ascendente
Tallo de
la pluma
ascendente
Manto
Manto
Pluma
ascendente
Manto
Núcleo
Núcleo
A.
167
▲
Actividad ígnea intrusiva
B.
Actividad
volcánica
de puntos
calientes
Figura 5.23 Modelo de una pluma del
manto y vulcanismo de puntos calientes
asociado. A. Una pluma del manto
ascendente con una cabeza bulbosa grande
y un tallo pequeño. B. La fusión por
descompresión rápida de la cabeza de una
pluma del manto produce grandes
emisiones de basalto. C. La actividad menos
voluminosa causada por el tallo de la pluma
produce una cadena volcánica lineal en el
fondo oceánico.
Núcleo
C.
lámpara, el líquido más denso de la parte inferior se aumenta su capacidad de flotación y forma burbujas que
ascienden hacia la parte superior.) Como las burbujas de
la lámpara de lava, una pluma del manto tiene una cabeza bulbosa que conforme asciende deja debajo de sí un tallo estrecho. Una vez la cabeza de la pluma se aproxima
a la parte superior del manto, la fusión por descompresión genera magma basáltico que puede acabar provocando vulcanismo en la superficie. El resultado es una región volcánica localizada a unos pocos centenares de
kilómetros de diámetro denominada punto caliente (Figura 5.23). Se han identificado más de 40 puntos calientes y la mayoría ha perdurado millones de años. La superficie de tierra que rodea los puntos calientes suele
estar elevada, lo cual demuestra que una pluma de material caliente de baja densidad la empuja. Además, midiendo el flujo de calor de estas regiones, los geólogos
han determinado que el manto que se extiende por debajo de los puntos calientes debe ser de 100 a 150 °C más
caliente que el normal.
La actividad volcánica en la isla de Hawaii, con sus
emisiones de lava basáltica, es consecuencia, con toda seguridad, del volcanismo de puntos calientes. En los lugares donde ha persistido una pluma del manto durante largos períodos, se puede formar una cadena de estructuras
volcánicas conforme la placa suprayacente se mueve por
encima de ésta. En las islas Hawaii, la actividad del punto caliente se centra actualmente en el Kilauea. No obstante, durante los últimos 80 millones de años, la misma
pluma del manto generó una cadena de islas (y montes
submarinos) de origen volcánico que se extienden a lo
largo de miles de kilómetros desde la isla de Hawaii en dirección noroeste a través del Pacífico.
También se cree que las plumas del manto son responsables de las enormes emisiones de lava basáltica que
crean grandes llanuras de basalto, como la llanura de
Columbia, en el noroeste de Estados Unidos, la meseta
Deccan, en India, y la llanura Ontong Java, en el Pacífico occidental (Figura 5.24). La explicación más ampliamente aceptada para estas erupciones, que emiten volúmenes extremadamente grandes de magma basáltico
durante intervalos relativamente cortos de tiempo, involucra una pluma con una cabeza de un tamaño considerable. Estas grandes estructuras pueden tener cabezas
con un diámetro de centenares de kilómetros conectadas
a un tallo largo y estrecho que asciende desde el límite
núcleo-manto (Figura 5.23). Tras alcanzar la base de la
litosfera, se calcula que la temperatura del material de la
pluma es de 200 a 300 °C más caliente que la roca del alrededor. Por tanto, se funde hasta el 10 o el 20 por ciento del material de manto que constituye la cabeza de la
pluma. Esta fusión es la que provoca las emisiones voluminosas de lava y forma una gran llanura de basalto en
cuestión de más o menos un millón de años (Figura 5.23).
Hay pruebas sustanciales que respaldan la idea de que las
emisiones masivas de lava asociadas a una superpluma liberaron grandes cantidades de dióxido de carbono en la
atmósfera, que, a su vez, pudieron alterar de una manera significativa el clima del período Cretácico (véase Recuadro 5.3). La fase eruptiva inicial, comparativamente
corta, va seguida de decenas de millones de años de actividad menos voluminosa, a medida que el tallo de la
pluma asciende lentamente hacia la superficie. Por tanto, alejándose de las provincias de basaltos de inundación
más grandes hay una cadena de estructuras volcánicas
parecida a la cadena hawaiiana, que acaba sobre un punto caliente activo que marca la posición actual del tallo
de la pluma.
Según el conocimiento actual, parece que el vulcanismo de puntos calientes, con sus plumas del manto asociadas, es responsable de la mayor parte del vulcanismo intraplaca. Sin embargo, hay algunas regiones volcánicas
muy dispersas situadas lejos de cualquier límite de placa
que no están relacionadas con puntos calientes. Se en-
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
Basaltos
del Atlántico
Norte
80°
Basaltos
del río
Columbia
60°
40°
Meseta
siberiana
Islandia
Keweenawan
Hess
Yellowstone
Deccan
Rajmahal
Caribe
20°
Afar
Ontong
Java
Galápagos
0°
Manihiki
Parana
Etendeka
20°
Karoo
Reunión
Tristan
40°
Tasmania
Marion
Louisville
Kerguelen
60°
Balleny
160°
120°
80°
40°
0°
40°
80°
120°
160°
▲ Figura 5.24 Distribución global de las provincias de basaltos de inundación (en negro) y puntos calientes asociados (puntos rojos). Las
líneas discontinuas rojas son rastros de puntos calientes, que aparecen como líneas de estructuras volcánicas en el fondo oceánico. Las
mesetas de Keweenawan y de Siberia se formaron en rifts continentales fallados donde el grosor de la corteza había disminuido mucho. Si
existe una conexión entre los basaltos del río Columbia y el punto caliente de Yellowstone es una cuestión que todavía se investiga.
cuentran ejemplos conocidos en la provincia de la cuenca
y la cordillera al oeste de Estados Unidos y al noroeste de
México. Consideraremos la causa del vulcanismo de esta
región en el Capítulo 14. Algunas regiones volcánicas desafían esta explicación. Por tanto, el mundo natural guarda todavía algunos secretos que deberán explicar las futuras generaciones de geólogos.
¿Pueden los volcanes cambiar
el clima terrestre?
Un ejemplo de la interacción entre las distintas partes del
sistema terrestre es la relación entre la actividad volcánica y los cambios climáticos. Sabemos que los cambios en
la composición de la atmósfera pueden tener un impacto
importante en el clima. Además, sabemos que las erupciones volcánicas pueden emitir grandes cantidades de gases y partículas en la atmósfera y alterar su composición
(véase Recuadro 5.3). Así, ¿las erupciones volcánicas influyen en realidad en el clima terrestre?
La idea de que las erupciones volcánicas explosivas
modifican el clima de la Tierra fue propuesta por primera
vez hace muchos años. Todavía se considera una explicación plausible para algunos aspectos de la variabilidad climática. Las erupciones explosivas emiten a la atmósfera
enormes cantidades de gases y fragmentos de grano fino
(Figura 5.25). Las erupciones más grandes son suficientemente potentes como para inyectar material en las zonas
altas de la estratosfera (una capa atmosférica que se extiende entre las alturas aproximadas de 10 a 50 kilómetros),
desde donde se expanden alrededor del globo terráqueo y
donde permanecen durante meses o incluso años.
La premisa básica
La premisa básica es que este material volcánico en suspensión filtrará una porción de la radiación solar incidente, y esto, a su vez, reducirá las temperaturas de la capa inferior de la atmósfera (esta capa, llamada troposfera, se
extiende desde la superficie terrestre hasta una altura de
unos 10 kilómetros).
Hace más de 200 años, Benjamin Franklin utilizó
esta idea para argumentar que el material procedente de
la erupción de un gran volcán islandés podría haber reflejado la luz solar al espacio y, por tanto, podría haber sido
responsable del invierno extraordinariamente frío de
1783-1784.
Quizás el período frío más notable relacionado con
un acontecimiento volcánico sea el «año sin verano» que
siguió a la erupción del monte Tambora en Indonesia en
1815. La erupción del Tambora es la mayor de los tiempos modernos. Entre el 7 y el 12 de abril de 1815, este volcán de casi 4.000 metros de altura, expulsó con violencia
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¿Pueden los volcanes cambiar el clima terrestre?
▲
Recuadro 5.3
169
La Tierra como sistema
Una posible conexión entre el vulcanismo y el cambio climático
en el pasado geológico
El período Cretácico es el último período de la era Mesozoica, la era de la vida
media que a menudo se denomina «edad
de los dinosaurios». Empezó hace unos
144 millones de años y acabó hace alrededor de 65 millones de años con la extinción de los dinosaurios (y también muchas otras formas vivas).*
El clima del Cretácico fue uno de los
más cálidos de la larga historia de la Tierra. Los dinosaurios, que están asociados
con temperaturas suaves, recorrían el
norte del Círculo Ártico. Había bosques
tropicales en Groenlandia y en la Antártida, y los arrecifes de coral crecían hasta
15 grados de latitud más cerca de los polos que en la actualidad. Los depósitos de
turba que acabarían formando extensas
capas de carbón se acumulaban a latitudes
elevadas. El nivel del mar era hasta 200
metros más alto que en la actualidad, lo
cual indica que no había capas de hielo
polar.
¿Cuál era la causa de los climas extraordinariamente cálidos del período
Cretácico? Entre los factores significativos que pueden haber contribuido se
cuenta un aumento de la cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera. El dióxido de carbono (CO2) es un gas que se
encuentra de forma natural en la atmósfera. La importancia del dióxido de carbono reside en el hecho de que es transparente a la radiación solar entrante de
longitud de onda corta, pero no es transparente a algunas de las radiaciones sa∗
Para más información acerca del final del Cretácico, véase Recuadro 9.5, «La desaparición de los dinosaurios».
lientes de longitud de onda larga emitida
por la Tierra. Una porción de la energía
que deja el suelo es absorbida por el dióxido de carbono y luego es reemitida; una
parte, hacia la superficie, manteniendo el
aire próximo al suelo más cálido de lo que
estaría sin el dióxido de carbono. Por tanto, el dióxido de carbono es uno de los gases responsables del calentamiento de la
atmósfera inferior. El proceso se llama
efecto invernadero. Dado que el dióxido
de carbono es un importante absorbente
de calor, cualquier modificación del contenido de dióxido de carbono en el aire
puede alterar las temperaturas de la atmósfera inferior.
¿De dónde procedía el CO2 adicional
que contribuyó al calentamiento en el
Cretácico? Muchos geólogos sugieren
que probablemente su origen fuera la actividad volcánica. El dióxido de carbono
es uno de los gases emitidos durante el
vulcanismo y ahora existen pruebas geológicas considerables de que el Cretácico medio fue un período en el que se dio
una tasa extraordinariamente elevada de
actividad volcánica. Durante este período, aparecieron varias enormes llanuras
oceánicas de lava en el fondo del Pacífico occidental. Estas vastas estructuras estaban asociadas con puntos calientes que
podían haber sido fruto de grandes plumas del manto (véase Figura 5.23). Las
emisiones masivas de lava durante millones de años podrían haber ido acompañadas de la liberación de grandes cantidades de CO2 que, a su vez, habrían
intensificado el efecto invernadero en la
atmósfera. Por tanto, la calidez que caracterizó al Cretácico puede haber tenido su
más de 100 kilómetros cúbicos de derrubios volcánicos. Se
cree que el impacto de los aerosoles volcánicos en el clima se extendió en el hemisferio norte. Desde mayo hasta
septiembre de 1816, una serie de rachas de frío sin precedentes afectó el noreste de Estados Unidos y las porciones adyacentes de Canadá. Hubo copiosas nevadas en junio y heladas en julio y agosto. También se experimentó
un frío extraordinario en gran parte de la Europa occi-
origen en las profundidades del manto terrestre.
Hubo otras consecuencias probables
de este período extraordinariamente cálido que están relacionadas con la actividad
volcánica. Por ejemplo, las elevadas temperaturas globales y el CO2 atmosférico
enriquecido del Cretácico provocaron aumentos de la cantidad y de los tipos de fitoplancton (plantas diminutas, mayoritariamente microscópicas, como algas) y
otras formas vivas del océano. Esta expansión de la vida marina se refleja en los
extensos depósitos de creta asociados con
el período Cretácico. La creta está formada por las partes duras ricas en calcita
de los organismos marinos microscópicos. El petróleo y el gas se producen a
raíz de la alteración de los restos biológicos (principalmente fitoplancton). Algunos de los campos de petróleo y gas más
importantes del mundo se encuentran en
los sedimentos marinos del período Cretácico, como consecuencia de la mayor
abundancia de vida marina durante esta
época cálida.
Esta lista de posibles consecuencias relacionadas con el período extraordinario
de vulcanismo durante el Cretácico no se
ha completado ni mucho menos, aunque
sirve para ilustrar las interrelaciones entre
las partes del sistema terrestre. Los materiales y los procesos que en un primer
momento aparentemente no guardan
ninguna relación, al final la tienen. Ahora hemos visto cómo los procesos que se
originaron en las profundidades del interior de la Tierra están conectados, de una
manera directa o indirecta, a la atmósfera, los océanos y la biosfera.
dental. Efectos parecidos, aunque aparentemente menos
dramáticos, se asociaron con otros grandes volcanes explosivos, entre ellos el Krakatos de Indonesia en 1883.
Tres ejemplos modernos
Tres acontecimientos volcánicos importantes han proporcionado datos considerables y conocimientos relativos
5_Capítulo 5
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Página 170
CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
B.
A.
▲ Figura 5.25 El monte Etna, un volcán de la isla de Sicilia, en erupción a finales de octubre de 2002. El Etna es el mayor volcán y el más
activo de Europa. A. Esta imagen de la sonda atmosférica por infrarrojos en el satélite Aqua de la NASA muestra la pluma de dióxido de azufre
(SO2) sombreada con los colores morado y negro. El clima puede quedar afectado cuando se inyectan grandes cantidades de SO2 en la
atmósfera. B. Esta foto del monte Etna en dirección sureste fue tomada por un miembro de la Estación Espacial Internacional. Muestra una
pluma de cenizas volcánicas alejándose del volcán en dirección sureste. (Imágenes cortesía de la NASA.)
al impacto de los volcanes sobre las temperaturas globales. Las erupciones del volcán Santa Elena del estado de
Washington en 1980, el volcán mexicano El Chinchón en
1982 y el volcán Pinatubo de las Filipinas en 1991 han
dado a los científicos una oportunidad de estudiar los efectos atmosféricos de las erupciones volcánicas con la ayuda de tecnología más sofisticada de la que se disponía en
el pasado. Las imágenes de satélite y los instrumentos de
recepción a distancia permitieron a los científicos controlar de cerca los efectos de las nubes de gases y cenizas
que estos volcanes emitían.
Monte Santa Elena Cuando el monte Santa Elena hizo
erupción, hubo una especulación inmediata sobre los posibles efectos en nuestro clima. ¿Podría una erupción de
este tipo cambiar nuestro clima? Sin duda, la gran cantidad de ceniza volcánica emitida por la erupción explosiva
tuvo efectos locales y regionales significativos durante un
breve período. Sin embargo, los estudios indicaron que
cualquier descenso de las temperaturas hemisféricas a más
largo plazo era insignificante. El enfriamiento fue tan te-
nue, probablemente inferior a 0,1 °C, que no se podía distinguir de otras fluctuaciones térmicas naturales.
El Chinchón Los controles y estudios realizados dos
años después de la erupción de El Chinchón en 1982 indicaron que su efecto de enfriamiento de la temperatura
media global era mayor que el del monte Santa Elena, del
orden de 0,3 a 0,5 °C. La erupción de El Chinchón fue
menos explosiva que la del monte Santa Elena; por tanto,
¿por qué tuvo un mayor efecto en las temperaturas globales? El motivo es que el material emitido por el monte
Santa Elena era en gran medida ceniza fina que se depositó en un tiempo relativamente corto. Por otro lado, El
Chinchón emitió cantidades mucho mayores del gas dióxido de azufre (unas 40 veces más) que el monte Santa Elena. Este gas se combina con el vapor de agua de la estratosfera y forma una nube densa de pequeñas partículas de
ácido sulfúrico. Las partículas, llamadas aerosoles, se asientan por completo al cabo de varios años. Disminuyen la
temperatura media de la troposfera porque reflejan la radiación solar hacia el espacio.
5_Capítulo 5
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Página 171
Resumen
Ahora sabemos que las nubes volcánicas que permanecen en la estratosfera durante un año o más están formadas en gran parte por gotitas de ácido sulfúrico y no por
polvo, como se pensaba antes. Por tanto, el volumen de los
derrubios finos emitidos durante un acontecimiento explosivo no es un criterio preciso para predecir los efectos
atmosféricos globales de una erupción.
Monte Pinatubo El volcán de las Filipinas, Pinatubo, hizo
erupción explosiva en junio de 1991, inyectando de 25 a 30
millones de toneladas de dióxido de azufre en la estratosfera. El acontecimiento proporcionó a los científicos la oportunidad de estudiar el impacto climático de una gran erupción volcánica explosiva utilizando el Earth Radiation
Budget Experiment de la NASA llevado a cabo en el espacio.
Durante el año siguiente, la bruma de los diminutos aerosoles aumentó el porcentaje de luz reflejada por la atmósfera y, por tanto, redujo las temperaturas globales en 0,5 °C.
Puede ser cierto que el impacto de erupciones
como la de El Chinchón y el monte Pinatubo sobre la
171
temperatura global sea relativamente pequeño, pero muchos científicos coinciden en que el enfriamiento producido podría alterar el esquema general de la circulación atmosférica durante un período de tiempo limitado.
A su vez, un cambio de este tipo podría influir en el
tiempo en algunas regiones. Predecir o incluso identificar los efectos regionales específicos todavía representa
un reto considerable para los científicos que estudian la
atmósfera.
Los ejemplos anteriores ilustran que el impacto de
una única erupción volcánica sobre el clima, con independencia de su dimensión, es relativamente pequeño y
tiene una duración corta. Por consiguiente, para que el
vulcanismo tenga un impacto pronunciado durante un
período prolongado, deben tener lugar muchas erupciones grandes y muy próximas en el tiempo. Si eso ocurre,
la estratosfera podría cargarse con la cantidad de dióxido
de azufre y de polvo volcánico suficiente como para disminuir seriamente la cantidad de radiación solar que llegue a la superficie.
Resumen
• Los principales factores que determinan la naturaleza
de las erupciones volcánicas son la composición de los
magmas, su temperatura y la cantidad de gases disueltos
que contienen. Cuando se enfría, la lava empieza a solidificarse y conforme aumenta su viscosidad disminuye su movilidad. La viscosidad del magma está directamente relacionada con su contenido en sílice. Las lavas
riolíticas (félsicas), con su elevado contenido en sílice
(más del 70 por ciento), son muy viscosas y forman coladas cortas y gruesas. Las lavas basálticas (máficas),
con un contenido menor de sílice (alrededor del 50 por
ciento), son más fluidas y pueden viajar a distancias más
largas antes de solidificarse. Los gases disueltos tienden a aumentar la fluidez del magma y, conforme se expanden, proporcionan la fuerza que impulsa a las rocas fundidas desde la chimenea de un volcán.
• Los materiales asociados con una erupción volcánica
son: (1) coladas de lava (coladas de lava cordada, que recuerdan hebras trenzadas, y las coladas aa, que consisten en bloques dentados irregulares (las dos se forman
a partir de lavas basálticas); (2) gases (fundamentalmente vapor de agua), y (3) material piroclástico (roca
pulverizada y fragmentos de lava expulsados desde la
chimenea de un volcán y que se clasifican en cenizas,
pumitas, lapillis, bloques y bombas).
• Las erupciones sucesivas de lava a partir de una chimenea central provocan una acumulación montañosa
de material conocida como volcán. Localizada en la
cima de muchos volcanes hay una depresión de paredes empinadas denominada cráter: los volcanes en escudo son volcanes con forma de grandes cúpulas, construidos fundamentalmente por lavas basálticas, fluidas.
Los conos de ceniza tienen laderas empinadas compuestas por material piroclástico. Los conos compuestos,
o estratovolcanes, son estructuras grandes y casi simétricas constituidas por capas interestratificadas de lavas y depósitos piroclásticos. Los conos compuestos
producen algunas de las actividades volcánicas más
violentas. A menudo asociadas con una erupción violenta, se forman nubes ardientes, una mezcla de gases
calientes y cenizas incandescentes que corren pendiente abajo por las laderas volcánicas. Los grandes
conos compuestos pueden dar lugar también un tipo
de corriente de barro conocida como lahar.
• La mayoría de los volcanes son alimentados por conductos o chimeneas. Conforme progresa la erosión, la
roca que ocupa la chimenea suele ser más resistente y
puede permanecer sin erosionar por encima del terreno circundante, formando un pitón volcánico. Las cimas de algunos volcanes tienen grandes depresiones
casi circulares denominadas calderas que se producen
como consecuencia del derrumbe posterior a una
erupción explosiva. Las calderas también se forman en
los volcanes en escudo por drenaje subterráneo desde
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CAPÍTULO 5
Los volcanes y otra actividad ígnea
una cámara magmática central, y las calderas más
grandes se forman por la descarga de volúmenes colosales de pumitas ricas en sílice a lo largo de fracturas
en anillo. Aunque las erupciones volcánicas procedentes de una chimenea central son las más familiares,
con mucho, las mayores cantidades de material volcánico proceden de grietas de la corteza denominadas fisuras. La expresión basaltos de inundación describe las
coladas de lava basáltica muy fluida, como agua, que
cubren una región extensa del noroccidente de Estados Unidos, conocida como la llanura de Columbia.
Cuando un magma rico en sílice es expulsado, suele
producir coladas piroclásticas consistentes fundamentalmente en fragmentos de pumita y cenizas.
• Los cuerpos ígneos intrusivos se clasifican en función
de su forma y por su orientación con respecto a la roca caja,
por lo general roca sedimentaria. Las dos formas generales son tabular y masiva. Los cuerpos ígneos intrusivos que atraviesan las capas sedimentarias preexistentes se dice que son discordantes; los que se forman en
paralelo a los sedimentos existentes son concordantes.
• Los diques son cuerpos ígneos tabulares y discordantes
producidos cuando el magma es inyectado a través de
fracturas que cortan los estratos. Los cuerpos tabulares
concordantes, denominados sills, se forman cuando el
magma es inyectado a lo largo de superficies de estratificación de rocas sedimentarias. En muchos aspectos,
los sills se parecen mucho a coladas de lava enterradas.
Los lacolitos son similares a los sills, pero se forman a
partir de magma menos fluido que se acumula formando estructuras en domo que arquean las capas situadas por encima. Los batolitos, los cuerpos ígneos intrusivos mayores con superficies de afloramiento de
más de 100 kilómetros cuadrados, frecuentemente
constituyen los núcleos de las cadenas de montañas.
• Los volcanes más activos están asociados con los límites de
placa. Las áreas de vulcanismo activo donde se está
produciendo expansión del fondo oceánico (límites de
placa divergentes), adyacentes a las fosas oceánicas donde una placa está siendo subducida debajo de otra (límites de placa convergentes), y en los interiores de las
propias placas (vulcanismo intraplaca). Las plumas ascendentes de roca del manto caliente son el origen de
la mayor parte del vulcanismo intraplaca.
• Las erupciones volcánicas explosivas se consideran
como una explicación de algunos de los aspectos de la
variabilidad climática de la Tierra. La premisa básica es
que el material volcánico en suspensión filtrará una
porción de la radiación solar incidente, lo cual, a su vez,
reducirá la temperatura del aire en la atmósfera inferior.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué acontecimiento desencadenó el 18 de mayo de
1980 la erupción del volcán Santa Elena? (véase Recuadro 5.1)
2. Enumere tres factores que determinan la naturaleza de una erupción volcánica. ¿Qué papel desempeña cada uno?
3. ¿Por qué un volcán alimentado por magma muy
viscoso es probablemente más peligroso que un volcán abastecido con magma muy fluido?
4. Describa las lavas cordadas y aa.
5. Enumere los principales gases liberados durante
una erupción volcánica. ¿Por qué los gases son importantes en las erupciones?
6. ¿En qué se diferencian las bombas volcánicas de los
bloques de derrubios piroclásticos?
10. Cite un volcán importante de cada uno de los tres
tipos.
11. Compare brevemente las erupciones del Kilauea y
el Parícutin.
12. Contraste la destrucción de la ciudad de Pompeya
con la destrucción de la ciudad de San Pedro (marco temporal, material volcánico y naturaleza de la
destrucción).
13. Describa la formación de Crater Lake. Compárela
con la caldera que se encuentra en los volcanes en
escudo, como el Kilauea.
14. ¿Cuáles son las mayores estructuras volcánicas de la
Tierra?
15. ¿Qué es Shiprock, Nuevo México, y cómo se formó?
7. ¿Qué es la escoria? ¿En qué se diferencian la escoria y la pumita?
16. ¿En qué difieren las erupciones que crearon la llanura de Columbia de las erupciones que crean los
picos volcánicos?
8. Compare un cráter volcánico con una caldera.
17. ¿Dónde son más comunes las erupciones fisurales?
9. Compare y contraste los principales tipos de volcanes
(tamaño, composición, forma y estilo de erupción).
18. ¿Con qué estructuras volcánicas están más a menudo asociadas las grandes coladas piroclásticas?
5_Capítulo 5
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Recursos de la web
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19. Describa cada una de las cuatro estructuras intrusivas discutidas en el texto (diques, sills, lacolitos y batolitos).
26. Los volcanes del anillo de fuego del Pacífico, ¿se definen generalmente como tranquilos o violentos?
Nombre un volcán que apoyaría su respuesta.
20. ¿Por qué podría detectarse un lacolito en la superficie de la Tierra antes de ser expuesto por la erosión?
27. Describa la situación que genera magmas a lo largo
de los bordes de placa convergentes.
21. ¿Cuál es el mayor de todos los cuerpos ígneos intrusivos? ¿Es tabular o masivo? ¿Concordante o discordante?
22. Describa cómo se emplazan los batolitos.
23. ¿Con qué tipo de roca se asocia el vulcanismo en los
límites de placa divergentes? ¿Qué hace que las rocas se fundan en estas regiones?
24. ¿Qué es el anillo de fuego del Pacífico?
25. ¿Qué tipo de límite de placa se asocia con el anillo
de fuego del Pacífico?
28. ¿Cuál es la fuente de magma para el vulcanismo intraplaca?
29. ¿Qué se entiende por vulcanismo de puntos calientes?
30. ¿Con cuál de las tres zonas de vulcanismo están asociados las islas Hawaii y Yellowstone? ¿La cordillera Cascade? ¿Las provincias de basaltos de inundación?
31. ¿Qué componente liberado por una erupción volcánica se cree que tiene un efecto a corto plazo sobre el clima? ¿Qué componente puede tener un
efecto a largo plazo? (véase Recuadro 5.3).
Términos fundamentales
almohadillada
arco insular
arco de islas volcánicas
arco volcánico continental
basalto de inundación
batolito
caldera
chimenea
colada piroclástica
columna de erupción
concordante
conducto
cono compuesto
cono de cenizas
cono de escoria
cono parásito
cráter
diaclasa columnar
dique
discordante
domo de lava
erupción fisural
escoria
estratovolcán
fisura
colada aa
fumarola
lacolito
lahar
lava cordada
lavas en bloque
masivo
material piroclástico
nube ardiente
pitón volcánico
pluma del manto
plutón
pumita
punto caliente
sill
stock
tabular
tubo
tubo de lava
viscosidad
volátiles
volcán
volcán en escudo
vulcanismo intraplaca
xenolito
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
• Búsquedas de términos clave en toda la red.
http://www.librosite.net/tarbuck
6_Capítulo 6
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
Procesos externos de la Tierra
Meteorización
Meteorización mecánica
Fragmentación por el hielo (gelifracción)
Descompresión
Expansión térmica
Actividad biológica
Meteorización química
Disolución
Oxidación
Hidrólisis
Alteraciones causadas por la meteorización
química
Velocidades de meteorización
Características de la roca
Clima
Meteorización diferencial
Suelo
Una interfase en el sistema Tierra
¿Qué es el suelo?
Factores formadores del suelo
Roca madre
Tiempo
Clima
Plantas y animales
Topografía
El perfil del suelo
Clasificación de los suelos
Erosión del suelo
Cómo se erosiona el suelo
Velocidad de erosión
Sedimentación y contaminación química
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
L
a superficie terrestre cambia continuamente. La roca se
desintegra y se descompone, es desplazada a zonas de
menor elevación por la gravedad y es transportada
por el agua, el viento o el hielo. De este modo se esculpe el
paisaje físico de la Tierra. Este capítulo se concentra en el primer paso de este proceso interminable, la meteorización.
¿Qué hace que la roca sólida se desmorone y por qué el tipo
y la velocidad de la meteorización varían de un lugar a otro?
También se examina el suelo, un producto importante del
proceso de meteorización y un recurso vital.
Meteorización
IE N C
Procesos externos de la Tierra
vidad. Sin embargo, no es fácil separar la meteorización
de los procesos gravitacionales y de la erosión porque,
conforme la meteorización separa las rocas, la erosión y
los procesos gravitacionales retiran los derrubios. Este
transporte del material mediante la erosión y los procesos gravitacionales desintegran y descomponen aún más
la roca.
I
TI
▲
IE N C
A
ERR
I
A
Meteorización y suelo
Procesos externos de la Tierra
S D LA
E
La meteorización, los procesos gravitacionales y la erosión
se denominan procesos externos porque tienen lugar en
la superficie terrestre o en sus proximidades y porque se alimentan de la energía solar. Los procesos externos son una
parte básica del ciclo de las rocas porque son los responsables de la transformación de la roca sólida en sedimento.
Al observador casual puede parecerle que la superficie de la Tierra no cambia, que no le afecta el tiempo. De
hecho, hace 200 años la mayor parte de la gente creía que
las montañas, los lagos y los desiertos eran rasgos permanentes de una Tierra de la que se creía que no tenía más
de unos pocos millares de años. En la actualidad sabemos
que la Tierra tiene 4.500 millones de años y que las montañas acaban por ceder a la meteorización y la erosión, los
lagos se llenan de sedimentos o son drenados por corrientes, y los desiertos vienen y van con los cambios climáticos.
La Tierra es un organismo dinámico. Algunas partes de la superficie terrestre se elevan de una manera gradual por la formación de montañas y la actividad volcánica. Estos procesos internos obtienen su energía del
interior de la Tierra. Mientras tanto, procesos externos
opuestos están continuamente rompiendo la roca y desplazando los derrubios a zonas de menor elevación. Estos
últimos procesos son:
1. Meteorización: fragmentación física (desintegración) y alteración química (descomposición)
de las rocas de la superficie terrestre, o cerca de
ella.
2. Procesos gravitacionales: transferencia de roca
y suelo pendiente abajo por influencia de la gravedad.
3. Erosión: eliminación física de material por agentes dinámicos como el agua, el viento o el hielo.
En este capítulo nos concentraremos en la meteorización
de las rocas y en los productos generados por esta acti-
ERR
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TI
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Meteorización y suelo
Meteorización
▲
6_Capítulo 6
S D LA
E
Se produce meteorización continuamente a todo nuestro
alrededor, pero parece un proceso tan lento y sutil que es
fácil subestimar su importancia. No obstante, hay que recordar que la meteorización es una parte básica del ciclo de
las rocas y, por tanto, un proceso clave del sistema Tierra.
Todos los materiales son susceptibles de meteorización. Consideremos, por ejemplo, el producto fabricado
hormigón, que se parece mucho a una roca sedimentaria
denominada conglomerado. Una pared de hormigón recién dado tiene un aspecto liso, fresco, inalterado. Sin
embargo, no muchos años después, la misma pared aparecerá desconchada, agrietada y rugosa, quedando expuestos, en su superficie, los cantos. Si hay un árbol cerca, sus raíces pueden también desplazarse horizontalmente
y combar el hormigón. Los mismos procesos naturales
que acaban separando una pared de hormigón actúan también para desintegrar la roca.
La meteorización se produce cuando la roca es fragmentada mecánicamente (desintegrada) o alterada químicamente (descompuesta), o ambas cosas. La meteorización mecánica se lleva a cabo por fuerzas físicas que
rompen la roca en trozos cada vez más pequeños sin modificar la composición mineral de la roca. La meteorización química implica una transformación química de la
roca en uno o más compuestos nuevos. Se pueden ilustrar
estos dos conceptos con un trozo de papel. El papel puede desintegrarse rompiéndolo en trozos cada vez más pequeños, mientras que la descomposición se produce cuando se prende fuego al papel y se quema.
¿Por qué se meteoriza la roca? Dicho en términos
sencillos, la meteorización es la respuesta de los materiales terrestres a un ambiente cambiante. Por ejemplo, después de millones de años de levantamiento y erosión, las
rocas situadas encima de un gran cuerpo ígneo intrusivo
pueden ser eliminadas, dejándolo expuesto a la superficie.
Esta masa de roca cristalina (formada bajo la superficie en
zonas profundas donde las temperaturas y las presiones
son elevadas) queda ahora sometida a un ambiente super-
6_Capítulo 6
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Meteorización mecánica
Fragmentación por el hielo (gelifracción)
ficial muy diferente y comparativamente hostil. Como
respuesta, esta masa rocosa cambiará de manera gradual.
Esta transformación de la roca es lo que denominamos
meteorización.
En las siguientes secciones comentaremos los diversos modos de meteorización mecánica y química. Aunque vamos a considerar estos dos procesos por separado,
debe tenerse en cuenta que en la naturaleza normalmente actúan a la vez.
Ciclos repetidos de congelación y deshielo representan un
proceso importante de meteorización mecánica. El agua
líquida tiene la propiedad única de expandirse alrededor
de un 9 por ciento cuando se congela, porque en la estructura cristalina regular del hielo, las moléculas de agua
están más separadas de lo que están en el agua líquida
próxima al punto de congelación. Como consecuencia, la
congelación del agua en un espacio confinado ejerce una
tremenda presión hacia fuera sobre las paredes del lugar
donde se encuentra. Para verificar esto, consideremos una
jarra de vidrio herméticamente sellada llena de agua.
Cuando el agua se congela, el envase se rompe.
En la naturaleza, el agua se abre camino a través de las
grietas de las rocas y, tras su congelación, expande y aumenta el tamaño de esas aberturas. Después de muchos ciclos de congelación-deshielo, la roca se rompe en fragmentos angulares. Este proceso se denomina, con toda
propiedad, rotura por cuñas de hielo (gelifracción). La
acción de las cuñas de hielo es más notable en las regiones
montañosas, donde suele existir un ciclo diario de congelación-deshielo (véase Recuadro 6.1). En esas regiones, las
secciones de roca se desmenuzan por acción del acuñamiento y pueden caer desordenadamente en grandes montones denominados canchales o pedregales que se forman
a menudo en la base de afloramientos de roca empinados.
Los acuñamientos de hielo también producen gran
destrucción en las carreteras del norte de Estados Unidos,
en particular al principio de la primavera cuando el ciclo
congelación-deshielo está bien establecido. Las carreteras
se llenan de baches y a veces se levantan y se abomban por
esta fuerza destructiva.
Meteorización mecánica
S D LA
E
Cuando una roca experimenta meteorización mecánica, se
rompe en fragmentos cada vez más pequeños, que conservan cada uno las características del material original. El
resultado final son muchos fragmentos pequeños procedentes de uno grande. En la Figura 6.1 se muestra que la
ruptura de una roca en trozos más pequeños aumenta el
área superficial disponible para el ataque químico. Una situación análoga se produce cuando se añade azúcar a un
líquido: un cubito de azúcar se disolverá mucho más despacio que un volumen igual de gránulos de azúcar porque
el cubito tiene mucha menos área superficial disponible
para su disolución. Por consiguiente, al romper las rocas
en fragmentos más pequeños, la meteorización mecánica
incrementa la cantidad de área superficial disponible para
la meteorización química.
En la naturaleza, hay cuatro procesos físicos importantes que inducen la fragmentación de la roca: fragmentación por helada, expansión provocada por la descompresión,
expansión térmica y actividad biológica. Además, aunque la
acción de los agentes erosivos, como el viento, el hielo de
glaciar y las aguas corrientes, se considera independiente de
la meteorización física, ésta es, sin embargo, importante.
Conforme estos agentes dinámicos retiran los restos rocosos, desintegran inexorablemente estos materiales.
2
Descompresión
Cuando grandes masas de roca ígnea, en particular granito, quedan expuestas a la erosión, empiezan a soltarse losas concéntricas. El proceso que genera estas capas semejantes a las de una cebolla se denomina lajeamiento. Se
piensa que esto ocurre, al menos en parte, debido a la
0,5
1
0,5
1 1 unidad
cuadrada
2
4 unidades
cuadradas
4 unidades cuadradas ⫻
6 lados ⫻
1 cubo ⫽
24 unidades cuadradas
1 unidad cuadrada ⫻
6 lados ⫻
8 cubos ⫽
48 unidades cuadradas
0,25 unidades cuadradas ⫻
6 lados ⫻
64 cubos ⫽
96 unidades cuadradas
▲
ERR
I
TI
Meteorización y suelo
Meteorización mecánica
▲
IE N C
A
177
Figura 6.1 La meteorización química
puede ocurrir sólo en aquellas porciones de
una roca que quedan expuestas a los
elementos. La meteorización mecánica
rompe la roca en fragmentos cada vez más
pequeños, lo que aumenta el área
superficial disponible para el ataque
químico.
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Página 178
CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
▲
Recuadro 6.1
Entender la Tierra
El Hombre Viejo de la Montaña
El Hombre Viejo de la Montaña, también
conocido como la Gran Cara de Piedra o,
simplemente, el Perfil, era uno de los símbolos más conocidos y más duraderos de
New Hampshire (el Estado de granito). Al
principio de 1945, aparecía en el centro del
emblema oficial del estado. Era una formación rocosa natural esculpida del granito rojo de Conway que, cuando se miraba
desde el lugar adecuado, parecía un anciano. Cada año cientos de miles de personas
viajaban hasta allí, para ver al Hombre Viejo, que sobresalía a una altura de la montaña Cannon, 360 metros por encima del
lago Profile en el Franconia Notch State
Park, en el norte de New Hampshire.
La mañana del sábado 3 de mayo de
2003, los habitantes de New Hampshire
gran reducción de la presión que se produce cuando la
roca situada encima es erosionada, un proceso denominado descompresión. Acompañando a esta descompresión, las
capas externas se expanden más que la roca situada debajo y, de esta manera, se separan del cuerpo rocoso (Figura 6.2). La meteorización continua acaba por separar y
desgajar las lajas, creando los domos de exfoliación
(ex fuera; folium hoja).
La minería profunda nos proporciona otro ejemplo
de cómo se comportan las rocas una vez que se ha eliminado la presión de confinamiento. Se conocen casos de estallidos de grandes bloques de roca de las paredes de las
galerías de minas recién cortadas debido a la abrupta reducción de la presión. Pruebas de este tipo, más el hecho
de que la fractura se produce en paralelo al suelo de una
cantera cuando se eliminan grandes bloques de roca, apoyan con fuerza el proceso de descompresión como causa
del lajeamiento.
Aunque muchas fracturas se crean por expansión,
otras se producen por contracción durante la cristalización
del magma, y otras son debidas a las fuerzas tectónicas que
actúan durante la formación de montañas. Las fracturas
producidas por estas actividades forman generalmente un
modelo definido y se denominan diaclasas. Las diaclasas
son estructuras rocosas importantes que permiten la penetración del agua hasta zonas profundas y el comienzo
del proceso de meteorización mucho antes de que la roca
quede expuesta.
Expansión térmica
El ciclo diario de temperatura puede meteorizar las rocas,
en particular en los desiertos cálidos donde las variaciones
diurnas pueden superar los 30 °C. El calentamiento de una
roca produce expansión y el enfriamiento causa contracción. La dilatación y reducción repetida de minerales con
índices de expansión diferentes deben ejercer lógicamente cierta tensión sobre la capa externa de la roca.
recibieron la noticia de que el famoso
punto de referencia había sucumbido a la
naturaleza y se había hundido. El hundimiento acabó con décadas de esfuerzos
para proteger el símbolo estatal de los
mismos procesos naturales que lo había
creado antes. Al final se impusieron la gelifracción y otros procesos de meteorización.
A.
Plutón
profundo
Expansión
y
lajeamiento
B.
Elevación
y erosión
▲ Figura 6.2 El lajeamiento es provocado por la expansión de la
roca cristalina a medida que la erosión se lleva el material
suprayacente. Cuando el plutón enterrado en la profundidad de A
queda expuesto en la superficie después de la elevación y la
erosión de B, la masa ígnea se fractura en capas delgadas.
Aunque en alguna ocasión se pensó que este proceso era de gran importancia para la desintegración de las
rocas, los experimentos de laboratorio no han respaldado
6_Capítulo 6
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Página 179
Meteorización química
▲ Figura 6.3 Estas piedras fueron antes cantos rodados; sin
embargo, la larga exposición al clima desértico cálido las
desintegró. (Foto de C. B. Hunt, U. S. Geological Survey.)
ERR
TI
A
Meteorización y suelo
Meteorización química
▲
Las actividades de los organismos, entre ellos las plantas,
los animales excavadores y los seres humanos, también llevan a cabo meteorización. Las raíces vegetales crecen entre las fracturas en busca de nutrientes y agua, y, conforme crecen, resquebrajan la roca. Los animales excavadores
descomponen aún más la roca desplazando material fresco hacia la superficie, donde los procesos físicos y químicos pueden actuar con más efectividad. Los organismos de
la descomposición también producen ácidos que contribuyen a la meteorización química. Allí donde se ha vola-
Meteorización química
I
Actividad biológica
do la roca en busca de minerales o para la construcción de
carreteras, el efecto de los humanos es particularmente
notable.
IE N C
esta opinión. En una prueba, se calentaron rocas no meteorizadas a temperaturas mucho más elevadas que las
normalmente experimentadas en la superficie de la tierra
y luego se enfriaron. Este proceso se repitió muchas veces para simular centenares de años de meteorización,
pero las rocas mostraron poco cambio aparente.
No obstante, los cantos rodados de las áreas desérticas sí muestran signos de fragmentación que puede haber sido causada por cambios de temperatura (Figura 6.3).
Una solución propuesta para este dilema sugiere que las
rocas deben ser debilitadas por la meteorización química
primero, antes de que puedan romperse como consecuencia de la actividad térmica. Además, este proceso puede ser reforzado por el rápido enfriamiento producido
por una tempestad de lluvia en el desierto. Se necesitan
más datos antes de llegar a una conclusión definitiva con
respecto al efecto de la variación de temperaturas sobre la
desintegración de las rocas.
179
S D LA
E
Por meteorización química se entienden los complejos procesos que descomponen los componentes de las rocas y las
estructuras internas de los minerales. Dichos procesos
convierten los constituyentes en minerales nuevos o los liberan al ambiente circundante. Durante esta transformación, la roca original se descompone en sustancias que
son estables en el ambiente superficial. Por consiguiente,
los productos de la meteorización química se mantendrán
esencialmente inalterados en tanto en cuanto permanezcan en un ambiente similar a aquel en el cual se formaron.
El agua es con mucho el agente de meteorización disolvente más importante. El agua pura sola es un buen disolvente y cantidades pequeñas de materiales disueltos
dan como resultado un aumento de la actividad química
para las soluciones de meteorización. Los principales procesos de meteorización química son la disolución, la oxidación y la hidrólisis. El agua desempeña un papel principal en cada uno de ellos.
Disolución
Quizás el tipo de descomposición más fácil que se pueda
imaginar es el proceso de disolución. Exactamente igual
a como se disuelve el azúcar en el agua lo hacen ciertos minerales. Uno de los minerales más hidrosolubles es la halita (sal común) que, como quizá recuerde, está compuesta de iones sodio y cloro. La halita se disuelve fácilmente
en agua porque, aunque este compuesto mantiene una
neutralidad eléctrica general, sus iones individuales conservan sus cargas respectivas.
Además, las moléculas de agua circundantes son polares, es decir, el oxígeno de la molécula tiene una pequeña carga negativa residual; el hidrógeno tiene una pequeña carga positiva. Cuando las moléculas de agua entran en
contacto con la halita, sus extremos negativos se aproximan a los iones sodio y sus extremos positivos se agrupan
alrededor de los iones cloro. Esto altera las fuerzas de
atracción existentes en el cristal de halita y libera los iones a la solución acuosa (Figura 6.4).
Aunque la mayoría de los minerales son, para todos
los efectos prácticos, insolubles en agua pura, la presencia de una cantidad incluso pequeña de ácido aumenta de
una manera notable la fuerza corrosiva del agua. (Una so-
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
productos que son hidrosolubles. Por ejemplo, el mineral
calcita, CaCO3, que es el componente de rocas ornamentales comunes, el mármol y la caliza, resulta fácilmente
atacado incluso por una solución débilmente ácida:
H+
H+
O–
CaCO3 (H HCO3 ) →
Cl–
calcita
Na+
ácido carbónico
Ca2 2HCO3
ion calcio ion bicarbonato
H+
H+
O–
A.
H+
H
+
O
–
Na+
Cl–
H+
O
Na+
–
H+
H+
O–
O–
H+
H
H+
+
Cl–
B.
▲ Figura 6.4 Ilustración de halita disolviéndose en agua. A. Los
iones de sodio y de cloro son atacados por las moléculas polares de
agua. B. Una vez eliminados, esos iones son rodeados y mantenidos
por una serie de moléculas de agua, como se muestra en la figura.
lución ácida contiene el ion hidrógeno reactivo, H.) En
la naturaleza, los ácidos se producen por una serie de procesos. Por ejemplo, el ácido carbónico se crea cuando el
dióxido de carbono de la atmósfera se disuelve en las gotas de lluvia. Conforme el agua de lluvia acidificada va calando en el suelo, el dióxido de carbono de este último
puede aumentar la acidez de la solución de meteorización. También se liberan varios ácidos orgánicos en el
suelo cuando los organismos se descomponen, y la meteorización de la pirita y de otros sulfuros produce ácido sulfúrico.
Con independencia de la fuente de donde proceda
el ácido, esta sustancia enormemente reactiva descompone con facilidad la mayoría de las rocas y origina ciertos
Durante este proceso, el carbonato cálcico insoluble se
transforma en productos solubles. En la naturaleza, durante períodos de miles de años, grandes cantidades de
caliza se disuelven y son transportadas por el agua subterránea. Esta actividad se pone claramente de manifiesto
por el gran número de cavernas situadas debajo de la superficie. Los monumentos y los edificios construidos con
caliza y mármol están también sujetos a la acción corrosiva de los ácidos, en particular en las áreas industriales
donde el aire está contaminado y lleno de humo (véase
Recuadro 6.2).
Los iones solubles procedentes de reacciones de este
tipo se conservan en el agua subterránea de la que nos
abastecemos. Son estos iones disueltos los responsables de
la denominada agua dura encontrada en muchas localidades. Sencillamente, el agua dura es indeseable porque los
iones activos reaccionan con el jabón para producir un
material insoluble que hace del jabón algo casi inútil para
eliminar la suciedad. Para resolver este problema puede
utilizarse un ablandador del agua con objeto de eliminar
esos iones, generalmente sustituyéndolos por otros que no
reaccionan químicamente con el jabón.
Oxidación
Todos hemos visto objetos de hierro y de acero que se oxidaron cuando quedaron expuestos al agua. Lo mismo
puede ocurrir con los minerales ricos en hierro. El proceso
de oxidación se produce cuando el oxígeno se combina
con el hierro para formar el óxido férrico, como sigue:
4Fe
hierro
3O2
oxígeno
→
2Fe2O3
óxido férrico (hematites)
Este tipo de reacción química, denominado oxidación*, se produce cuando se pierden electrones de un elemento durante la reacción. En este caso, decimos que el
hierro se oxidó porque perdió electrones en favor del oxígeno. Aunque la oxidación del hierro progresa muy len-
* El lector debe observar que el término oxidación se refiere a cualquier
reacción química en la cual un compuesto o radical pierde electrones. El
elemento oxígeno no está necesariamente presente.
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Meteorización química
▲
Recuadro 6.2
181
La Tierra como sistema
Precipitaciones ácidas: un impacto humano sobre el sistema Tierra
Los seres humanos forman parte del
complejo todo interactivo que denominamos sistema Tierra. Como tales, nuestras acciones inducen cambios en todas
las demás partes del sistema. Por ejemplo,
al realizar nuestras rutinas normales, los
seres humanos modificamos la composición de la atmósfera. Estas modificaciones atmosféricas, a su vez, causan cambios imprevistos y no queridos en la
hidrosfera, la biosfera y la Tierra sólida.
Las precipitaciones ácidas son un ejemplo
pequeño, pero significativo.
Los monumentos y las estructuras de
piedra descompuestos son imágenes comunes en muchas ciudades. Aunque contamos con que la roca se descomponga
de manera gradual, muchos de esos monumentos han sucumbido antes de lo previsto. Una causa importante de esta aceleración de la meteorización química es la
lluvia ácida.
La lluvia es algo ácida en estado natural. Cuando el dióxido de carbono de la
atmósfera se disuelve en el agua, el producto es el ácido carbónico. Sin embargo,
por precipitaciones ácidas entendemos una
precipitación mucho más ácida que la lluvia y la nieve natural no contaminadas.
Como consecuencia de la combustión
de grandes cantidades de combustibles
fósiles, como el carbón y los productos
derivados del petróleo, se liberan a la at-
mósfera casi 40 millones de toneladas de
azufre y óxidos de nitrógeno al año en
Estados Unidos. Las principales fuentes
de esas emisiones son las centrales de producción de energía, los procesos industriales, como el refinado del petróleo y
las fundiciones, y los vehículos de todo
tipo. A través de una serie de reacciones
químicas complejas, algunos de esos contaminantes se convierten en ácidos que
luego caen a la superficie de la Tierra en
forma de lluvia o nieve. Otra parte se deposita en forma seca y luego se convierte
en ácido después de entrar en contacto
con las precipitaciones, el rocío o la niebla.
En el norte de Europa y en el este de
Norteamérica se ha experimentado lluvia
ácida generalizada durante algún tiempo.
Los estudios han demostrado también que
se produce lluvia ácida en muchas otras
regiones, entre ellas el oeste norteamericano, Japón, China, Rusia y Suramérica.
Además de las fuentes de contaminación
local, una porción de la acidez encontrada en el noreste de Estados Unidos y el
este de Canadá se origina a centenares de
kilómetros en las regiones industrializadas
del sur y el suroeste. Esta situación se produce porque muchos contaminantes permanecen en la atmósfera hasta cinco días,
durante los cuales pueden ser transportados a grandes distancias.
tamente en un ambiente seco, la adición de agua aumenta enormemente la velocidad de la reacción.
La oxidación es importante en la descomposición de
minerales ferromagnesianos como el olivino, el piroxeno
y la hornblenda. El oxígeno se combina fácilmente con el
hierro en esos minerales para formar el óxido férrico de
color marrón rojizo denominado hematites (Fe2O3), o, en
otros casos, una herrumbre de color amarillento denominada limonita [FeO(OH)]. Estos productos son responsables del color herrumbroso que aparece en las superficies
de las rocas ígneas oscuras, como el basalto, cuando empiezan a experimentar meteorización. Sin embargo, la oxidación sólo puede ocurrir después de que el hierro es liberado de la estructura del silicato por otro proceso
denominado hidrólisis.
Se piensa que los efectos ambientales
dañinos de la lluvia ácida son considerables en algunas áreas e inminentes en
otras. El efecto mejor conocido es el aumento de la acidez en centenares de lagos
de Escandinavia y del este norteamericano. Sumado a la lluvia ácida, ha habido un
aumento sustancial del aluminio disuelto,
que es lixiviado del suelo por el agua ácida y que, a su vez, es tóxico para los peces. Como consecuencia han desaparecido prácticamente todos los peces de
algunos lagos y en otros está a punto de
ocurrir lo mismo. Los ecosistemas se caracterizan por muchas interacciones a
muchos niveles de organización, lo que
significa que es difícil y caro evaluar los
efectos de las precipitaciones ácidas en
esos sistemas complejos, y que esta evaluación dista mucho de ser completa.
Además de los muchos lagos que ya
no pueden albergar la vida de los peces, la
investigación indica que las precipitaciones ácidas pueden reducir también los
rendimientos de las cosechas agrícolas y
deteriorar la productividad de los bosques. La lluvia ácida no sólo perjudica a
las hojas, sino que también daña a las raíces y lixivia los nutrientes del suelo. Por
último, las precipitaciones ácidas promueven la corrosión de los metales y contribuyen a la destrucción de las estructuras de piedra.
Otra reacción de oxidación importante se produce
cuando se descomponen los sulfuros, como la pirita. Los
sulfuros son constituyentes importantes en muchas menas
metálicas, y la pirita se encuentra también asociada a menudo con los depósitos de carbón. En un ambiente húmedo, la meteorización química de la pirita (FeS2) produce ácido sulfúrico (H2SO4) y oxi-hidróxido de hierro
[FeO(OH)]. En muchas localidades mineras, este proceso de meteorización produce un grave riesgo ambiental,
en particular en las áreas húmedas donde el agua de la lluvia se infiltra en las pilas marginales (material de desecho
que queda después de extraer el carbón u otros minerales).
Este denominado drenaje ácido de mina acaba por abrirse
camino hacia los ríos, matando los organismos acuáticos
y degradando el hábitat acuático (Figura 6.5).
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
ción del feldespato potásico componente del granito es
la siguiente:
2KAlSi3O8 2(H HCO3 ) H2O →
feldespato
potásico
ácido carbónico
agua
Al2Si2O5(OH)4 2K 2HCO3 4SiO2
ion
potasio
ion
bicarbonato
sílice
caolinita
(arcilla residual)
en solución
▲ Figura 6.5 Esta agua que va penetrando desde una mina
abandonada en Colorado es un ejemplo de drenaje ácido de mina.
El drenaje ácido de mina es agua con una gran concentración de
ácido sulfúrico (H2SO4) producida por la oxidación de los sulfuros
como la pirita. Cuando esta agua rica en ácido migra desde su
origen puede contaminar las aguas superficiales y las subterráneas
y provocar daños ecológicos importantes. (Foto de Tim
Haske/Profiles West/Index Stock Photography, Inc.)
Hidrólisis
El grupo mineral más común, el de los silicatos, se descompone sobre todo mediante el proceso de hidrólisis
(hydro agua; lysis aflojamiento), que consiste básicamente en la reacción de cualquier sustancia con el agua.
Idealmente, la hidrólisis de un mineral podría tener lugar
en agua pura conforme algunas de las moléculas de agua
se disocian para formar los iones muy reactivos hidrógeno (H) e hidroxilo (OH). Son los iones de hidrógeno
los que atacan y sustituyen a otros iones positivos encontrados en el retículo cristalino. Con la introducción de los
iones hidrógeno en la estructura cristalina, se destruye la
disposición ordenada original de los átomos y se descompone el mineral.
En la naturaleza, el agua contiene normalmente
otras sustancias que contribuyen con iones hidrógeno adicionales, acelerando de esta manera en gran medida la hidrólisis. La más común de esas sustancias es el dióxido de
carbono, CO2, que se disuelve en agua para formar ácido
carbónico, H2CO3. La lluvia disuelve algo del dióxido de
carbono en la atmósfera y otras cantidades, liberadas por
la materia orgánica en descomposición, se adquieren a
medida que el agua se infiltra a través del suelo.
En el agua, el ácido carbónico se ioniza para formar iones hidrógeno (H) e iones bicarbonato (HCO3 ).
Para ilustrar cómo experimenta hidrólisis una roca en
presencia de ácido carbónico, examinemos la meteorización química del granito, una roca continental común.
Recordemos que el granito se compone fundamentalmente de cuarzo y feldespato potásico. La meteoriza-
En esta reacción, los iones hidrógeno (H) atacan y
sustituyen a los iones potasio (K) en la estructura del feldespato, alterando así la red cristalina. Una vez retirado,
el potasio está disponible como nutriente para las plantas
o se convierte en la sal soluble bicarbonato potásico
(KHCO3), que puede incorporarse en otros minerales o
ser transportado al océano.
El producto más abundante de la descomposición
química del feldespato potásico es un mineral de la arcilla, la caolinita. Los minerales de la arcilla son los productos finales de la meteorización y son muy estables a las
condiciones que predominan en la superficie. Por consiguiente, los minerales de la arcilla constituyen un porcentaje elevado del material inorgánico de los suelos. Además,
la roca sedimentaria más abundante, la lutita, contiene
una elevada proporción de minerales de la arcilla.
Además de la formación de minerales de la arcilla durante la meteorización del feldespato potásico, las aguas
subterráneas extraen algo de sílice de la estructura del feldespato y lo transportan. Esta sílice disuelta acabará precipitando, produciendo nódulos de sílex, o llenará los espacios
porosos que quedan entre los granos de sedimento, o será
transportada al océano, donde los animales microscópicos lo
extraerán del agua para formar sus conchas de sílice duras.
En resumen, la meteorización del feldespato potásico genera un mineral de la arcilla residual, una sal soluble
(bicarbonato potásico) y algo de sílice, que se disuelve.
El cuarzo, el otro componente principal del granito, es muy resistente a la meteorización química; se mantiene sustancialmente inalterado cuando es atacado por soluciones ácidas débiles. Como consecuencia, cuando el
granito experimenta meteorización, los cristales de feldespato se convierten lentamente en arcilla, liberando los
granos de cuarzo, antes entrelazados, que todavía conservan su aspecto fresco, vítreo. Aunque algo del cuarzo permanece en el suelo, gran parte es finalmente transportado al mar o a otros lugares de depósito, donde se convierte
en el constituyente principal de algunos accidentes geográficos como las playas arenosas y las dunas de arena.
Con el tiempo, estos granos de cuarzo pueden petrificarse para formar la roca sedimentaria arenisca.
En la Tabla 6.1 se enumeran los productos de meteorización de algunos de los silicatos más comunes. Re-
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Meteorización química
183
Tabla 6.1 Productos de meteorización
Mineral
Productos
residuales
Material
en solución
Cuarzo
Feldespato
Granos de cuarzo
Minerales de la arcilla
Anfíbol
(Hornblenda)
Minerales de la arcilla
Limonita
Hematites
Limonita
Hematites
Sílice
Sílice
K+, Na+, Ca2+
Sílice
Ca2+, Mg2+
Olivino
Diaclasas
Sílice
Mg2+
A.
cordemos que los silicatos constituyen la mayor parte de
la corteza terrestre y que esos minerales están compuestos esencialmente por sólo ocho elementos. Cuando son
meteorizados químicamente, los silicatos suministran iones sodio, calcio, potasio y magnesio que forman productos solubles, que pueden ser extraídos del agua subterránea. El hierro se combina con el oxígeno, originando
óxidos de hierro relativamente insolubles, fundamentalmente hematites y limonita, que proporcionan al suelo un
color marrón rojizo o amarillento. Bajo la mayoría de las
condiciones los tres elementos restantes, aluminio, sílice
y oxígeno, se unen con el agua para producir minerales de
la arcilla residuales. Sin embargo, incluso los minerales de
arcilla más insolubles van siendo eliminados muy lentamente por el agua subsuperficial.
B.
Alteraciones causadas por la
meteorización química
Como se indicó antes, el resultado más significativo de la
meteorización química es la descomposición de los minerales inestables y la generación o retención de aquellos minerales que son estables en la superficie terrestre. Esto explica el predominio de ciertos minerales en el material de
la superficie que denominamos suelo.
Además de alterar la estructura interna de los minerales, la meteorización química produce también cambios físicos. Por ejemplo, cuando el agua corriente ataca
a los fragmentos rocosos angulosos a través de las grietas,
los fragmentos tienden a adoptar una forma esférica. El
redondeado gradual de las esquinas y los bordes de los bloques angulares se ilustra en la Figura 6.6. Las esquinas son
atacadas con más facilidad debido a su mayor área de superficie con respecto a su volumen, en comparación con
los bordes y las caras. Este proceso, denominado meteorización esferoidal, proporciona a la roca meteorizada
una forma más redondeada o esférica (Figura 6.6).
A veces, durante la formación de los bloques esferoidales, se separan envueltas sucesivas del cuerpo principal de la roca (Figura 6.7). Por fin las capas externas se desprenden, permitiendo que la actividad de la meteorización
C.
D.
▲ Figura 6.6 Meteorización esferoidal de una roca intensamente
diaclasada. El agua que se mueve a través de las grietas empieza a
agrandarlas. Dado que las rocas son afectadas más en las esquinas
y en los bordes, adoptan una forma esférica. La foto muestra la
meteorización esferoidal en el monumento nacional Joshua Tree,
California. (Foto de E. J. Tarbuck.)
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Página 184
CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
▲
Figura 6.7
Sucesivas cáscaras se
sueltan conforme el
proceso de
metorización continúa
adentrándose en la
roca. (Foto de Martin
Schmidt, Jr.)
A
I
ERR
Sí. La caolinita forma la arcilla que se describe en la sección
sobre la hidrólisis, se llama caolín y se utiliza para la porcelana de alta calidad. Sin embargo, cantidades mucho mayores
de esta arcilla se utilizan como revestimiento en la fabricación
del papel de alta calidad, como el que se utiliza en este libro.
De hecho la meteorización crea muchos minerales de la
arcilla diferentes y con distintos usos. Los minerales de la arcilla se utilizan en la fabricación de ladrillos, azulejos, canales del alcantarillado y cemento. Las arcillas se utilizan como
lubricantes en las perforaciones de sondeos y son un ingrediente común de la pintura. Productos tan variados como el
conversor catalítico de un coche y los filtros utilizados en la
elaboración de la cerveza y el vino dependen de los minerales de la arcilla.
TI
¿La arcilla creada por la meteorización química es la
misma arcilla que se utiliza para hacer cerámica?
Velocidades de meteorización
IE N C
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Por consiguiente, la meteorización química produce fuerzas lo bastante grandes como para causar meteorización mecánica. Este tipo de meteorización esferoidal, en
el cual las capas se desgajan, no debe confundirse con el
fenómeno de lajeamiento comentado antes. En el lajeamiento, la fractura se produce como consecuencia de la
descompresión, y las capas de roca que se separan del
cuerpo principal están en gran medida inalteradas en el
momento de la separación.
Meteorización y suelo
Velocidades de meteorización
▲
química penetre más en profundidad en el cuerpo rocoso
principal. Esta descamación esférica se produce porque, a
medida que los minerales de la roca se meteorizan a arcilla, su tamaño aumenta mediante la adición de agua a su
estructura. Este mayor tamaño ejerce una fuerza hacia el
exterior que induce el debilitamiento y desprendimiento
de las capas concéntricas de la roca.
S D LA
E
Varios factores influyen en el tipo y la velocidad de meteorización de la roca. Ya hemos visto cómo la meteorización
mecánica afecta a la velocidad de la meteorización. Al fracturar la roca en fragmentos más pequeños, aumenta la cantidad de área superficial expuesta a la meteorización química. Otros factores importantes que se van a examinar son
el papel de las características de la roca y del clima.
Características de la roca
Las características de la roca abarcan todos los rasgos químicos de las rocas, entre ellos la composición mineral y la
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Velocidades de meteorización
Clima
Los factores climáticos, en particular la temperatura y la
humedad, son cruciales para la meteorización de la roca.
Un ejemplo importante de meteorización mecánica es
que la frecuencia de los ciclos de congelación-deshielo
afecta en gran medida a los procesos de cuña de hielo. La
temperatura y la humedad ejercen también una fuerte influencia sobre las velocidades de meteorización química y
sobre la clase y cantidad de vegetación presente. Las regiones con vegetación abundante tienen en general un
manto grueso de suelo rico en materia orgánica descompuesta de la cual se derivan fluidos químicamente activos,
como el ácido carbónico y los ácidos húmicos.
El ambiente óptimo para la meteorización química
es una combinación de temperaturas cálidas y humedad
abundante. En las regiones polares, la meteorización química es ineficaz porque las bajas temperaturas mantienen
la humedad disponible encerrada en forma de hielo, mientras que en las regiones áridas hay insuficiente humedad
para favorecer una meteorización química rápida.
La actividad humana puede influir en la composición de la atmósfera, la cual, a su vez, puede afectar a la
velocidad de la meteorización química. En el Recuadro 6.2
se examina un ejemplo bien conocido, la lluvia ácida.
Meteorización diferencial
Las masas rocosas no se meteorizan de una manera uniforme. Observe la foto de un dique de la Figura 5.17. La
masa ígnea duradera permanece encima del terreno circundante como una pared de piedra. A este fenómeno
se le denomina meteorización diferencial. Los resultados varían en escala de la superficie rugosa e irregular
de la lápida de mármol de la Figura 6.8 a las exposiciones enérgicamente esculpidas del valle de los Monumentos.
Muchos factores influyen en la velocidad de meteorización de la roca. Entre los más importantes se encuentran las variaciones de la composición de la roca. La
▲
solubilidad. Además, pueden ser importantes todas las características físicas, como las diaclasas, porque influyen en
la capacidad del agua para penetrar en la roca.
Las variaciones en las velocidades de meteorización debido a los constituyentes minerales se pueden demostrar comparando antiguas lápidas hechas de rocas
distintas. Las lápidas de granito, que está compuesto por
silicatos, son relativamente resistentes a la meteorización
química. Comprobemos esto examinando las inscripciones en piedras mostradas en la Figura 6.8. Por el contrario, el mármol muestra signos de importantes alteraciones químicas a lo largo de un período relativamente
corto. El mármol está compuesto de calcita (carbonato
cálcico) que se disuelve fácilmente incluso en una solución débilmente ácida.
El grupo mineral más abundante, el de los silicatos,
se meteoriza en el orden mostrado en la Figura 6.9. Esta
disposición de los minerales es idéntica a las series de
reacción de Bowen. El orden en el cual se meteorizan los
silicatos es esencialmente el mismo al de su cristalización.
La explicación para ello está relacionada con la estructura cristalina de los silicatos. La fuerza del enlace siliciooxígeno es grande. Dado que el cuarzo está compuesto
completamente por estos enlaces fuertes, es muy resistente a la meteorización. Por el contrario, el olivino tiene bastantes menos enlaces silicio-oxígeno siendo mucho menos resistente a la meteorización química.
185
Figura 6.8 El examen de las lápidas
revela la velocidad de meteorización
química en diversos tipos de roca. La
lápida de granito (izquierda) se colocó
cuatro años después que la de mármol
(derecha). La fecha de inscripción de
1872 del monumento de mármol es
casi ilegible. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
6_Capítulo 6
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
Ambiente
de formación
Temperatura elevada
(primero
en cristalizar)
Susceptibilidad a la
meteorización química
Silicatos
Olivino
Piroxeno
Plagioclasa cálcica
Menos
resistente
Anfíbol
Biotita
Plagioclasa sódica
Feldespato potásico
Moscovita
Temperatura baja
(último
en cristalizar)
Cuarzo
Más
resistente
▲ Figura 6.9 Meteorización de los silicatos comunes. El orden en el cual los silicatos se meteorizan químicamente es básicamente el mismo
que el orden de su cristalización.
roca más resistente sobresale en forma de montes o puntas o como acantilados más empinados en una ladera irregular. El número y el espaciado de las diaclasas también
puede ser un factor significativo (véase Figura 6.6). La meteorización diferencial y la erosión ulterior son responsables de la creación de muchas formaciones rocosas y morfologías inusuales, a veces espectaculares.
Suelo
El suelo cubre la mayor parte de la superficie terrestre.
Junto con el aire y el agua, es uno de nuestros recursos más
indispensables. También como el aire y al agua, muchos
de nosotros consideramos que el suelo es algo que tenemos garantizado. La siguiente cita nos ayuda a situar en
la perspectiva adecuada esta capa vital.
En los últimos años, la ciencia se ha concentrado cada
vez más en la Tierra como planeta, que, en la medida
que nosotros sabemos, es único: donde una fina cubierta de aire, una película aún más fina de agua y la
capa aún más fina de suelo se combinan para dar apoyo a una red de vida de una maravillosa diversidad en
cambio continuo*.
El suelo se ha denominado con gran precisión «el
puente entre la vida y el mundo inanimado». Toda la vida (la
biosfera completa) debe su existencia a una docena más o
menos de elementos que en última instancia deben proceder
de la corteza terrestre. Una vez que la meteorización y otros
procesos crean el suelo, las plantas llevan a cabo el papel intermediario de asimilar los elementos necesarios y hacerlos
asequibles a los animales, entre ellos los seres humanos.
Una interfase en el sistema Tierra
Cuando se considera la Tierra como un sistema, se suele hacer referencia al suelo como una interfase: un límite común
donde interactúan partes diferentes de un sistema. Ésta es
una designación apropiada porque el suelo se forma allí
donde se unen la tierra sólida, la atmósfera, la hidrosfera y
la biosfera. El suelo es un material que se desarrolla en respuesta a interacciones ambientales complejas entre diferentes partes del sistema Tierra. Con el tiempo, el suelo
evoluciona de manera gradual hasta un estado de equilibrio
con el entorno. El suelo es dinámico y sensible a prácticamente todos los aspectos de su entorno. Por tanto, cuando
se producen cambios ambientales, como el clima, la cubierta vegetal o la actividad animal (incluida la humana) el
suelo responde. Cualquiera de esos cambios produce una
alteración gradual de las características del suelo hasta alcanzar un nuevo equilibrio. Aunque finamente distribuido
sobre la superficie terrestre, el suelo funciona como una interfase fundamental, proporcionando un ejemplo excelente de integración entre muchas partes del sistema Tierra.
¿Qué es el suelo?
* Jack Eddy, «A fragile Seam of Dark Blue Light», en Proceedings of the
Global Change Research Forum. U. S. Geological Survey Circular 1086,
1993, pág. 15.
Con pocas excepciones, la superficie de la Tierra está cubierta por el regolito (rhegos manta; lithos piedra), la
capa de roca y fragmentos minerales producidos por me-
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Factores formadores del suelo
teorización. Algunos llamarían suelo a este material, pero
el suelo es más que la acumulación de restos meteorizados. El suelo es una combinación de materia mineral y orgánica, agua y aire: la porción del regolito que sustenta el
crecimiento de las plantas. Aunque las proporciones de los
principales componentes que hay en el suelo varían, siempre están presentes los mismos cuatro componentes (Figura 6.10). Alrededor de la mitad del volumen total de un
suelo superficial de buena calidad está compuesto por una
mezcla de roca desintegrada y descompuesta (materia mineral) y de humus, los restos descompuestos de la vida
animal y vegetal (materia orgánica). La otra mitad consiste
en espacios porosos entre las partículas sólidas donde circula el aire y el agua.
Aunque la porción mineral del suelo suele ser mucho mayor que la porción orgánica, el humus es un componente esencial. Además de ser una fuente importante de
nutrientes vegetales, el humus potencia la capacidad del
suelo para retener agua. Dado que las plantas precisan
aire y agua para vivir y crecer, la porción del suelo consistente en espacios porosos que permiten la circulación
de esos fluidos es tan vital como los constituyentes del suelo sólido.
El agua del suelo está muy lejos de ser agua «pura»;
en cambio es una solución compleja que contiene muchos
nutrientes solubles. El agua del suelo no sólo proporciona la humedad necesaria para las reacciones químicas que
sustentan la vida; también suministra a las plantas nutrientes en la forma que ellas pueden utilizar. Los espacios
porosos no rellenos de agua contienen aire. Este aire es la
fuente de oxígeno y dióxido de carbono necesarios para
que vivan en el suelo la mayoría de las plantas y los microorganismos.
25% aire
25% agua
45% material mineral
5% materia orgánica
▲ Figura 6.10 Composición (por volumen) de un suelo en buen
estado para el crecimiento vegetal. Aunque los porcentajes varían,
cada suelo está compuesto de materia mineral y orgánica, agua y
aire.
187
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
He visto fotografías de huellas que los astronautas
dejaron en la superficie lunar. ¿Eso significa que la Luna
tiene suelo?
No exactamente. La Luna no tiene atmósfera, ni agua y carece de actividad biológica. Por tanto, la meteorización química, la gelifracción y otros procesos de meteorización que
conocemos en la Tierra no se producen en la Luna. Sin embargo, todos los terrenos lunares están cubiertos por una
capa de derrubios grises parecida al suelo, llamada regolito lunar, que deriva de un bombardeo de meteoritos ocurrido
hace unos pocos miles de millones de años. La velocidad del
cambio de la superficie es tan lenta que las huellas que dejaron los astronautas del Apollo permanecerán con un aspecto
intacto durante millones de años.
Factores formadores del suelo
El suelo es el producto de la interacción compleja de varios factores, entre ellos la roca madre, el tiempo, el clima, las plantas y los animales, y la topografía. Aunque todos estos factores son interdependientes, examinaremos
sus papeles por separado.
Roca madre
La fuente de la materia mineral meteorizada a partir de la
cual se desarrolla el suelo se denomina roca madre y es
el factor fundamental que influye en la formación del nuevo suelo. Conforme progresa la formación del suelo, experimenta de manera gradual cambios físicos y químicos.
La roca madre puede ser o bien la roca subyacente o bien
una capa de depósitos no consolidados. Cuando la roca
madre es el substrato rocoso, los suelos se denominan suelos residuales. Por el contrario, los que se desarrollan sobre
sedimento no consolidado se denominan suelos transportados (Figura 6.11). Debe observarse que los suelos transportados se forman en el lugar en el cual la gravedad, el
agua, el viento o el hielo depositan los materiales progenitores que han sido transportados desde cualquier otro
lugar.
La naturaleza de la roca madre influye en el suelo de
dos maneras. En primer lugar, el tipo de roca madre afectará a la velocidad de meteorización y, por tanto, a la de
formación del suelo. También, dado que los depósitos no
consolidados están en parte ya meteorizados, el desarrollo del suelo sobre dicho material progresará probablemente más deprisa que cuando la roca madre es el lecho
6_Capítulo 6
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Página 188
CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
Ausencia de desarrollo
de suelo debido a la gran
inclinación de la pendiente
El suelo residual
se desarrolla
en el lecho rocoso
Suelo más delgado en la
pendiente debido a la erosión
El suelo transportado
se desarrolla
en los depósitos
no consolidados
Lecho rocoso
Depósitos no consolidados
▲ Figura 6.11 La roca madre de los suelos residuales es el lecho rocoso subyacente, mientras que los suelos transportados se forman en los
depósitos no consolidados. Observe que, conforme las pendientes aumentan de inclinación, el suelo adelgaza.
de roca. En segundo lugar, la composición química de la
roca madre afectará a la fertilidad del suelo. Esto influye
en el carácter de la vegetación natural que el suelo puede
sustentar.
Antes se creía que la roca madre era el factor fundamental que producía las diferencias entre los suelos. En
la actualidad, los especialistas en suelos se han dado cuenta de que otros factores, en especial el clima, son más importantes. De hecho, se ha descubierto que suelen producirse suelos similares a partir de rocas madres diferentes
y que suelos diferentes se han desarrollado a partir del
mismo tipo de roca madre. Estos descubrimientos refuerzan la importancia de los otros factores formadores
del suelo.
Tiempo
El tiempo es un componente importante de todos los procesos geológicos, y la formación del suelo no es una excepción. La naturaleza del suelo se ve muy influida por la
duración de los procesos que han estado actuando. Si se
ha producido meteorización durante un tiempo compa-
rativamente corto, el carácter de la roca madre determina en gran medida las características del suelo. Conforme
continúa la meteorización, la influencia de la roca madre
sobre el suelo se ve eclipsada por los otros factores formadores del suelo, en especial el clima. No puede enumerarse la magnitud de tiempo necesaria para que evolucionen los diversos suelos, porque los procesos de
formación del suelo actúan a velocidades variables bajo
circunstancias diferentes. Sin embargo, a modo de regla,
cuanto más tiempo ha estado formándose un suelo, mayor es su grosor y menos se parece a la roca madre.
Clima
El clima se considera el factor más influyente en la formación del suelo. La temperatura y las precipitaciones
son los elementos que ejercen el efecto más fuerte sobre
la formación del suelo. Las variaciones de temperatura y
de precipitaciones determinan si predominará la meteorización química o la mecánica y también influyen en gran
medida en la velocidad y profundidad de la meteorización.
Por ejemplo, un clima cálido y húmedo puede producir
6_Capítulo 6
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Página 189
El perfil del suelo
una potente capa de suelo meteorizado químicamente en
el mismo tiempo que un clima frío y seco produce un fino
manto de derrubios físicamente meteorizados. Además, la
cantidad de precipitaciones influye sobre el grado con el
que los diversos materiales son retirados del suelo por las
aguas de infiltración (proceso denominado lixiviación),
afectando con ello a su fertilidad. Por último, las condiciones climáticas constituyen un control importante sobre
el tipo de vida animal y vegetal presente.
Plantas y animales
Las plantas y los animales desempeñan un papel vital en
la formación del suelo. Los tipos y la abundancia de organismos presentes tienen una fuerte influencia sobre las
propiedades físicas y químicas de un suelo. De hecho, en
el caso de los suelos bien desarrollados de muchas regiones, la importancia de la vegetación para el tipo de suelo
suele verse implícita en la descripción utilizada por los
científicos. Frases del tipo de suelo de pradera, suelo de bosque y suelo de tundra son comunes.
Las plantas y los animales proporcionan materia orgánica al suelo. Ciertos suelos cenagosos están compuestos casi por completo de materia orgánica. Mientras que
los suelos de desierto pueden contener cantidades de tan
sólo un uno por ciento. Aunque la cantidad de la materia
orgánica varía sustancialmente de unos suelos a otros, es
raro el suelo que carece completamente de ella.
La fuente principal de materia orgánica del suelo es
la vegetal, aunque también contribuyen los animales y un
número infinito de microorganismos. Cuando se descompone la materia orgánica, se suministran nutrientes
importantes a las plantas, así como a los animales y microorganismos que viven en el suelo. Por consiguiente, la
fertilidad del suelo está relacionada en parte con la cantidad de materia orgánica presente. Además, la descomposición de los restos animales y vegetales induce la formación de varios ácidos orgánicos. Estos ácidos complejos
aceleran el proceso de meteorización. La materia orgánica tiene también una gran capacidad de retención de agua
y, por tanto, ayuda a mantener el agua en un suelo.
Los microorganismos, entre ellos los hongos, las
bacterias y los protozoos unicelulares, desempeñan un papel activo en la descomposición de los restos vegetales y
animales. El producto final es el humus, un material que
ya no se parece a las plantas ni a los animales a partir de
los cuales se formó. Además, ciertos microorganismos
contribuyen a la fertilidad del suelo porque tienen capacidad para convertir el nitrógeno atmosférico en nitrógeno del suelo.
Las lombrices de tierra y otros animales excavadores
actúan para mezclar las porciones mineral y orgánica del
suelo. Las lombrices, por ejemplo, se alimentan de materia
189
orgánica y mezclan completamente los suelos en los cuales
viven, a menudo moviendo y enriqueciendo muchas toneladas por hectárea al año. Las madrigueras y agujeros contribuyen también al paso de agua y aire a través del suelo.
Topografía
La disposición de un terreno puede variar en gran medida
en distancias cortas. Esas variaciones de la topografía, a su
vez, pueden inducir el desarrollo de una variedad localizada de tipos de suelo. Muchas de las diferencias existen porque la pendiente tiene un efecto significativo sobre la magnitud de la erosión y el contenido acuoso del suelo.
En pendientes empinadas, los suelos suelen desarrollarse poco. En dichas situaciones, la cantidad de agua que
empapa el suelo es poca; como consecuencia, el contenido
de humedad del suelo puede no ser suficiente para el crecimiento vigoroso de las plantas. Además, debido a la erosión acelerada en las pendientes empinadas, los suelos son
delgados o, en algunos casos, inexistentes (Figura 6.11).
En contraste, los suelos mal drenados y anegados
encontrados en las tierras bajas tienen un carácter muy diferente. Esos suelos suelen ser gruesos y oscuros. El color
oscuro se debe a la gran cantidad de materia orgánica que
acumula, ya que las condiciones saturadas retrasan la descomposición vegetal. El terreno óptimo para el desarrollo
de un suelo es una superficie plana o ligeramente ondulada en tierras altas. Aquí, encontramos buen drenaje, erosión mínima e infiltración suficiente del agua en el suelo.
La orientación de la pendiente o la dirección a la que
mira la pendiente, es otro factor que debemos observar.
En las latitudes medias del hemisferio septentrional, una
pendiente que mire hacia el sur recibirá una cantidad de
luz solar mayor que una pendiente que mire hacia el norte. De hecho, esta última quizá no reciba luz solar directa nunca. La diferencia en la cantidad de radiación solar
recibida producirá diferencias de temperatura y humedad
del suelo, que, a su vez, pueden influir en la naturaleza de
la vegetación y el carácter del suelo.
Aunque en esta sección se abordan por separado
cada uno de los factores formadores del suelo, debemos
recordar que todos ellos actúan a la vez para formar el suelo. Ningún factor individual es responsable del carácter de
un suelo; antes bien, es la influencia combinada de la roca
madre, el tiempo, el clima, las plantas y los animales y la
pendiente lo que determina este carácter.
El perfil del suelo
Dado que los procesos de formación del suelo actúan desde la superficie hacia abajo, las variaciones de composición, textura, estructura y color evolucionan de manera
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Página 190
CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
gradual a las diversas profundidades. Estas diferencias verticales, que normalmente van siendo más pronunciadas
conforme pasa el tiempo, dividen el suelo en zonas o capas conocidas como horizontes. Si cavara una trinchera
en el suelo, vería que sus paredes tienen capas. Una sección vertical de este tipo a través de todos los horizontes
del suelo constituye el perfil del suelo (Figura 6.12).
En la Figura 6.13 se representa una visión idealizada de un perfil de suelo bien desarrollado en el cual se
identifican cinco horizontes. Desde la superficie hacia
abajo, se designan como O, A, E, B y C. Estos cinco horizontes son comunes en los suelos de las regiones templadas. Las características y la extensión del desarrollo de los
horizontes varían de unos ambientes a otros. Por tanto, localidades diferentes exhiben perfiles de suelo que pueden
contrastar en gran medida unos con otros.
El horizonte de suelo O consiste en gran medida
en material orgánico. Contrasta con las capas que están
debajo de él, que son fundamentalmente materia mineral. La porción superior del horizonte O consiste fun-
A.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
El otro día estaba haciendo un agujero en mi jardín y
me encontré una capa dura profunda realmente difícil
de penetrar. ¿Cómo se forma una capa dura?
Las capas duras se crean por el proceso de la eluviación.
Conforme el agua percola a través del suelo, las pequeñas
partículas de tamaño arcilla procedentes de las capas superiores del suelo son desplazadas por la eluviación y se concentran en el subsuelo (horizonte B). Con el tiempo la acumulación de estas partículas de tamaño arcilla crea una capa
casi impenetrable, que es lo que encontró. Algunas veces,
las capas duras son tan impermeables que sirven como barreras eficaces contra el movimiento del agua, impidiendo
más infiltración de agua. Las capas duras también se llaman
capas de adobe, porque su elevado contenido de arcilla las
hace apropiadas para utilizarlas como ladrillos de construcción.
B.
▲ Figura 6.12 Un perfil del suelo es un corte transversal vertical desde la superficie a través de todos los horizontes hasta la roca madre. A.
Este perfil muestra un suelo bien desarrollado de la región suroriental de Dakota del Sur. (Foto de E. J. Tarbuck.) B. En este suelo de Puerto
Rico no se distinguen los límites entre los horizontes, lo que le da un aspecto relativamente uniforme. (Foto cortesía de Soil Science Society of
America.)
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Solum o «suelo verdadero»
Capa
Capa
subsuperficial
superficial
del suelo
del suelo
Clasificación de los suelos
Horizonte O
Materia orgánica
parcialmente
descompuesta
y suelta
Horizonte A
Materia mineral
mezclada con
algo de humus
Horizonte E
Partículas
minerales
de colores claros.
Zona de eluviación
y de lixiviación
Horizonte B
Acumulación
de arcilla
transportada
desde arriba
Horizonte C
Roca madre
parcialmente
alterada
Roca madre
no meteorizada
▲ Figura 6.13 Perfil idealizado de un suelo en latitudes medias
de clima húmedo. La capa superficial del suelo y el subsuelo forman
el solum o «suelo verdadero».
damentalmente en mantillo vegetal, como hojas sueltas
y otros restos orgánicos que son todavía reconocibles.
Por el contrario, la porción inferior del horizonte O está
compuesta por materia orgánica parcialmente descompuesta (humus) en la cual ya no pueden identificarse las
estructuras vegetales. Además de plantas, el horizonte O
está repleto de vida microscópica, bacterias, hongos, algas e insectos. Todos estos organismos contribuyen con
oxígeno, dióxido de carbono y ácidos orgánicos al desarrollo del suelo.
Por debajo del horizonte O, rico en restos orgánicos, se encuentra el horizonte A. Esta zona está compuesta en gran medida por materia mineral; sin embargo
la actividad biológica es alta y generalmente hay humus:
hasta el 30 por ciento en algunos casos. Juntos, los horizontes O y A constituyen lo que se denomina normal-
191
mente capa superficial del suelo. Por debajo del horizonte A,
el horizonte E, es una capa de color claro que contiene
poca materia orgánica. Conforme el agua percola hacia
abajo a través de esta zona, transporta las partículas más
finas. Este lavado de los componentes finos del suelo se
denomina eluviación (elu salir; via camino). El agua
que percola hacia abajo disuelve también componentes
inorgánicos solubles del suelo y los transporta a zonas
más profundas. Este empobrecimiento de materiales solubles de la zona alta del suelo se denomina lixiviación.
Inmediatamente debajo del horizonte E se encuentra el horizonte B, o capa subsuperficial del suelo. Gran parte del material extraído del horizonte E mediante eluviación se deposita en el horizonte B, al que se suele hacer
referencia como la zona de acumulación. La acumulación de
las partículas arcillosas finas potencia la retención de agua
en el subsuelo. Los horizontes O, A, E y B juntos constituyen el solum, o «suelo verdadero». Es en este suelo verdadero donde son activos los procesos formadores del
suelo y donde están en gran medida confinadas las raíces
vivas y otros tipos de vida animal y vegetal.
Debajo de este suelo verdadero y por encima de la
roca madre inalterada se encuentra el horizonte C, una
capa caracterizada por roca madre parcialmente alterada.
Mientras que los horizontes O, A, E y B tienen poco parecido con la roca madre, ésta es fácilmente identificable
en el horizonte C. Aunque este material está experimentando cambios que lo transformarán por fin en suelo, todavía no ha cruzado el umbral que separa el regolito del
suelo.
Las características y la magnitud del desarrollo
pueden variar en gran medida de unos suelos a otros de
ambientes diferentes. Los límites entre los horizontes
del suelo pueden ser bruscos o los horizontes pueden
pasar gradualmente de uno a otro. Por consiguiente, un
perfil de suelo bien desarrollado indica que las condiciones ambientales han sido relativamente estables a lo
largo de un período prolongado y que el suelo es maduro. Por el contrario, algunos suelos carecen por completo de horizontes.
Dichos suelos se denominan inmaduros porque la
formación del suelo ha estado operando sólo durante un
período corto. Los suelos inmaduros son también característicos de pendientes empinadas donde la erosión desgasta continuamente el suelo, impidiendo su desarrollo
completo.
Clasificación de los suelos
Existen muchas variaciones de un lugar a otro y de un período a otro entre los factores que controlan la formación
del suelo. Estas diferencias conducen a una variedad des-
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Página 192
CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
concertante de tipos de suelos. Para abordar esta variedad,
es esencial elaborar algún método de clasificación del gran
conjunto de datos que hay que estudiar. Estableciendo
grupos formados por elementos con algunas características importantes en común, se introducen el orden y la
simplicidad. Poner orden a grandes cantidades de información no sólo ayuda a la comprensión sino que además
facilita el análisis y la explicación.
En Estados Unidos, los científicos del suelo han elaborado un sistema para clasificar los suelos conocido como
la Taxonomía del suelo. Hace énfasis en las propiedades
físicas y químicas del perfil del suelo y se organiza según
las características observables del suelo. Existen seis categorías jerárquicas de clasificación, desde orden, la categoría más amplia, hasta serie, la categoría más específica. El
sistema reconoce 12 órdenes de suelo y más de 19.000 series de suelo.
Los nombres de las unidades de clasificación son
combinaciones de sílabas, la mayoría de las cuales derivan del latín y el griego. Los nombres son descriptivos.
Por ejemplo, los suelos del orden Aridosol (del latín aridus, seco, y solum, suelo) son los suelos característicamente secos de las regiones áridas. Los suelos del orden
Inceptisol (del latín inceptum, comienzo, y solum, suelo)
son suelos con sólo el comienzo o principio del desarrollo del perfil.
En la Tabla 6.2 se describen brevemente los 12 órdenes básicos de suelo. En la Figura 6.14 se muestra el
complejo patrón de distribución mundial de los 12 órdenes de la Taxonomía del suelo (véase Recuadro 6.3). Como
muchos sistemas de clasificación, la Taxonomía del suelo
no es apropiada para cualquier propósito. En especial, es
útil para los objetivos agrícolas y relacionados con la explotación de la tierra, pero no es un sistema útil para los
Gelisoles
Histosoles
Inceptisoles
Mollisoles
Oxisoles
Espodosoles
Tabla 6.2 Órdenes mundiales del suelo
Alfisoles
Andisoles
Aridosoles
Entisoles
Suelos moderadamente meteorizados que se
forman debajo de los bosques boreales o los
bosques de almendros tropicales caducifolios, ricos
en hierro y aluminio. Las partículas de arcilla se
acumulan en una capa subsuperficial en respuesta
a la lixiviación de los ambientes húmedos. Suelos
fértiles, productivos, porque no son ni demasiado
húmedos ni demasiado secos.
Suelos jóvenes en los que la roca madre es la
ceniza volcánica, depositada por la actividad
volcánica reciente.
Suelos que se desarrollan en lugares secos; con el
agua insuficiente para extraer minerales solubles,
pueden tener una acumulación de carbonato
cálcico, yeso o sales en el subsuelo; bajo contenido
orgánico.
Suelos jóvenes con un desarrollo limitado que
exhiben propiedades de la roca madre. La
productividad oscila entre niveles muy altos para
Ultisoles
Vertisoles
algunos suelos formados en depósitos fluviales
recientes a niveles muy bajos para los que se
forman en la arena voladora o en laderas rocosas.
Suelos jóvenes con poco desarrollo del perfil que
se encuentran en regiones con pergelisol. Las bajas
temperaturas y las condiciones de congelación
durante gran parte del año retrasan los procesos
de formación del suelo.
Suelos orgánicos con pocas implicaciones
climáticas o ninguna. Se pueden encontrar en
cualquier clima en el que los derrubios orgánicos
se puedan acumular y formar un suelo de turbera.
Material orgánico oscuro y parcialmente
descompuesto que suele llamarse turba.
Suelos jóvenes poco desarrollados en los que el
comienzo o principio del desarrollo del perfil es
evidente. Más habituales en los climas húmedos,
existen desde el Ártico hasta los trópicos. La
vegetación nativa suele ser bosque.
Suelos oscuros y suaves que se han desarrollado
bajo una vegetación herbosa y en general se
encuentran en áreas de pradera. Horizonte
superficial rico en humus que es rico en calcio y
magnesio. La fertilidad del suelo es excelente.
También se encuentran en bosques de madera
dura con una actividad significativa de las
lombrices. El intervalo climático oscila entre boreal
o alpino y tropical. Las estaciones secas son
normales (véase Figura 6.12A).
Suelos que se hallan en terrenos antiguos a menos
que las rocas madres estuvieran muy meteorizadas
antes de ser depositadas. En general se
encuentran en las regiones tropicales y
subtropicales. Ricos en óxido de hierro y de
aluminio, los oxisoles están muy lixiviados; por
consiguiente, son suelos pobres para la actividad
agrícola (véase Figura 6.12B).
Suelos que sólo se encuentran en las regiones
húmedas sobre material arenoso. Son comunes en
los bosques de coníferas septentrionales y en los
bosques húmedos fríos. Bajo el horizonte oscuro
superior de material orgánico meteorizado se
extiende un horizonte de color claro de material
lixiviado, lo cual constituye la propiedad distintiva
de este suelo.
Suelos que representan los productos de largos
períodos de meteorización. El agua que percola a
través del suelo se concentra en partículas de
arcilla en los horizontes inferiores (horizontes
argílicos). Limitados a los climas húmedos de las
regiones templadas y los trópicos, donde la época
de cultivo es larga. El agua abundante y un
período largo sin congelación contribuyen a la
lixiviación extensiva y, por tanto, a una peor
calidad del suelo.
Suelos que contienen grandes cantidades de
arcilla, que se encogen al secarse y se hinchan con
la adición de agua. Se encuentran en los climas de
subhúmedos a áridos, siempre que se disponga de
suministros adecuados de agua para saturar el
suelo después de períodos de sequía. La expansión
y la contracción del suelo ejercen presión sobre las
estructuras humanas.
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Erosión del suelo
▲
Recuadro 6.3
193
El hombre y el medio ambiente
Despejar el bosque tropical: impacto en sus suelos
Los suelos rojos gruesos son habituales en
los trópicos y los subtrópicos húmedos.
Son el producto final de una meteorización química extrema. Puesto que las exuberantes selvas tropicales se asocian con
estos suelos, podemos suponer que son
fértiles y tienen un gran potencial para la
agricultura. Sin embargo, es justo lo contrario: se cuentan entre los suelos más pobres para el cultivo. ¿Cómo es posible?
Dado que los suelos de la selva tropical se desarrollan en unas condiciones
de temperaturas elevadas y fuertes lluvias, están muy lixiviados. No sólo la lixiviación extrae los materiales solubles
como el carbonato cálcico, sino que además las grandes cantidades de agua que
filtran también extraen gran parte de la
sílice, con el resultado que se concentran en el suelo los óxidos insolubles de
hierro y aluminio. Los óxidos de hierro
aportan al suelo su color rojo característico. Como la actividad bacteriana es
muy alta en los trópicos, los suelos del
bosque tropical prácticamente no contienen humus. Además, la lixiviación
destruye la fertilidad porque la mayoría
de los nutrientes de las plantas son arrastrados por el gran volumen de agua que
filtra hacia abajo. Por consiguiente, aunque la vegetación es densa y exuberante,
el suelo por sí mismo contiene pocos nutrientes disponibles.
La mayor parte de los nutrientes que
sustentan el bosque tropical están encerrados en los propios árboles. Conforme
la vegetación muere y se descompone, las
raíces de los árboles del bosque absorben
los nutrientes con rapidez antes de que
sean lixiviados del suelo. Los nutrientes se
reciclan continuamente a medida que los
árboles mueren y se descomponen.
Por tanto, cuando se desbrozan bosques para obtener tierra para el cultivo o
para conseguir madera, también se elimina la mayor parte de los nutrientes. Lo
que queda es un suelo que contiene poco
para alimentar los cultivos plantados.
El desbroce de las selvas no sólo elimina
los nutrientes de las plantas sino que además acelera la erosión. Cuando hay vegetación, sus raíces se agarran al suelo, y sus hojas y sus ramas proporcionan una cubierta
que protege el suelo desviando la fuerza
total de las fuertes lluvias tan frecuentes.
La eliminación de la vegetación también expone el suelo a la fuerte radiación
solar directa. Cuando el sol los calienta,
estos suelos tropicales pueden endurecerse hasta tener una consistencia parecida a
la de un ladrillo y se convierten en suelos
prácticamente impenetrables para el agua
ingenieros que preparan evaluaciones de posibles lugares
de construcción.
Erosión del suelo
Los suelos no son sino una fina fracción de todos los materiales de la Tierra; sin embargo son un recurso vital.
Dado que los suelos son necesarios para el crecimiento de
las plantas con raíces, son el verdadero fundamento del sistema de apoyo de la vida humana. Al igual que el ingenio
humano puede aumentar la productividad agrícola de los
suelos por medio de la fertilización y la irrigación, también
se pueden dañar los suelos como consecuencia de actividades negligentes. Pese a su papel básico en cuanto al abastecimiento de alimento, fibra y otros materiales básicos, los
suelos se cuentan entre los recursos más maltratados.
y las raíces de los cultivos. En sólo unos
pocos años, los suelos de una zona recién
desbrozada pueden no ser cultivables.
El término laterita, que suele aplicarse
a estos suelos, deriva de la palabra latina latere, que significa «ladrillo», y se aplicó
primero al uso de este material para la fabricación de ladrillos en la India y en Camboya. Los trabajadores simplemente excavaban el suelo, le daban forma y lo
dejaban endurecer al sol. Todavía quedan
en pie estructuras antiguas, pero todavía
bien conservadas, realizadas en laterita, en
los trópicos húmedos. Estas estructuras
han soportado siglos de meteorización
porque la meteorización química ya extrajo del suelo todos los materiales solubles
originales. Las lateritas son, por tanto,
prácticamente insolubles y muy estables.
En resumen, hemos visto que algunos
suelos de los bosques tropicales son productos muy lixiviados de meteorización
química extrema en los trópicos cálidos y
húmedos. Aunque pueden asociarse con
exuberantes bosques tropicales, estos suelos son improductivos cuando se elimina
la vegetación. Además, cuando se desbrozan las plantas, estos suelos están sujetos
a una erosión acelerada y el Sol puede calentarlos hasta que adquieren una dureza
parecida a la de un ladrillo.
Quizás estos descuidos e indiferencia se deban a que
una cantidad sustancial de suelo parece mantenerse incluso allí donde la erosión es intensa. No obstante, aunque la pérdida de la capa vegetal superior fértil quizá no
sea obvia a los ojos no preparados, es un problema cada
vez mayor, conforme las actividades humanas se extienden
y alteran cada vez más la superficie de la Tierra.
Cómo se erosiona el suelo
La erosión del suelo es un proceso natural; forma parte del
reciclaje constante de los materiales de la Tierra que denominamos el ciclo de las rocas. Una vez formado el suelo,
las fuerzas erosivas, en especial el agua y el viento, mueven los componentes del suelo de un lugar a otro. Cada
vez que llueve, las gotas de lluvia golpean la tierra con
fuerza sorprendente. Cada gota actúa como una pequeña
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
▲
Figura 6.14 Regiones globales del
suelo. Distribución mundial de los 12
órdenes del suelo de la Taxonomía del
suelo. (Tomado de U. S. Department of
Agriculture, Natural Resources Conservation
Service, World Soil Resources Staff.)
150°
120°
90°
60°
30°
120°
90°
60°
30°
60°
30°
Alfisoles (Suelos con muchos nutrientes)
Andisoles (Suelos volcánicos)
Aridisoles (Suelos desérticos)
Entisoles (Suelos nuevos)
Gelisoles (Pergelisoles)
Ecuador
0°
Histosoles (Suelos orgánicos)
Inceptisoles (Suelos jóvenes)
Mollisoles (Suelos de pradera)
Oxisoles (Suelos de selva tropical)
Espodosoles (Suelos de bosque de coníferas)
30°
Ultisoles (Suelos con pocos nutrientes)
Vertisoles (Suelos de arcillas hinchables)
Roca
Arenas voladoras
Hielo/Glaciar
150°
bomba, haciendo estallar partículas del suelo móviles fuera de sus posiciones de la masa de suelo. A continuación,
el agua que fluye a través de la superficie arrastra las partículas de suelo desalojadas. Dado que el suelo es movido
por finas láminas de agua, este proceso se denomina erosión laminar.
Después de fluir en forma de una fina lámina no
confinada durante una distancia relativamente corta, normalmente se desarrollan hilos de agua y empiezan a formarse finos canales denominados acanaladuras. Conforme
las acanaladuras aumentan de tamaño se crean incisiones
más profundas en el suelo, conocidas como abarrancamientos. Cuando el cultivo agrícola normal no puede eliminar los canales, sabemos que las acanaladuras crecen lo
bastante como para convertirse en abarrancamientos.
Aunque la mayoría de las partículas de suelo desalojadas
se mueve sólo sobre una corta distancia cada vez que llueve, cantidades sustanciales acaban abandonando los campos y abriéndose camino pendiente abajo hacia un río.
Una vez en el canal del río, esas partículas de suelo, que
ahora pueden denominarse sedimento, son transportadas
corriente abajo y finalmente se depositan.
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Erosión del suelo
0°
30°
60°
90°
120°
150°
30°
Ecuador
0°
30°
0
0
1,000
1,000
2,000
2,000
3,000 MILLAS
3,000 KILÓMETROS
PROYECCIÓN MILLER
0°
30°
60°
Velocidad de erosión
Sabemos que la erosión es el destino último de prácticamente todos los suelos. En el pasado, la erosión ocurría a
velocidades mucho más lentas que las actuales porque mucha de la superficie terrestre estaba cubierta y protegida
por árboles, arbustos, hierbas y otras plantas. Sin embargo, las actividades humanas, como la agricultura, la explotación forestal y la construcción, que eliminan o alteran la
vegetación natural, han acelerado en gran medida la velocidad de erosión del suelo. Sin el efecto estabilizador de las
90°
120°
150°
plantas, el suelo se ve más fácilmente barrido por el viento o transportado pendiente abajo por el lavado superficial.
La velocidad normal de erosión del suelo varía en
gran medida de un lugar a otro y depende de las características del suelo, así como de factores como el clima, la
pendiente y el tipo de vegetación. A lo largo de un área amplia, la erosión causada por las aguas de escorrentía puede
calcularse determinando las cargas de sedimento de las corrientes que drenan la región. Cuando se llevaron a cabo estudios de este tipo a escala mundial, indicaron que, antes de
la aparición de los seres humanos, el transporte de sedi-
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
mento realizado por los ríos al océano ascendía a más de
9.000 millones de toneladas métricas por año. Por el contrario, la cantidad de material transportado en la actualidad
es de unos 24.000 millones de toneladas métricas por año,
es decir, más de dos veces y media la velocidad anterior.
Es más difícil medir la pérdida de suelo debida a la
erosión del viento. Sin embargo, la eliminación del suelo
por el viento generalmente es menos significativa que la
erosión causada por el agua que fluye, excepto durante los
períodos de sequía prolongada. Cuando prevalecen condiciones secas, los vientos fuertes pueden extraer grandes
cantidades de suelo de los campos no protegidos. Esto es
▲
Recuadro 6.4
lo que ocurrió en los años 30 en las porciones de las grandes llanuras que dieron en llamarse Dust Bowl (véase Recuadro 6.4).
En muchas regiones la velocidad de erosión del suelo es significativamente mayor que la de su formación.
Esto significa que en esos lugares un recurso renovable se
ha convertido en uno no renovable. En la actualidad, se
calcula que la capa vegetal del suelo se está erosionando
más rápidamente de lo que se forma en más de una tercera parte de las zonas de cultivo del mundo. El resultado es
una menor productividad, una peor calidad de las cosechas, un menor ingreso agrícola y un futuro siniestro.
Las personas y el ambiente
Dust Bowl: la erosión del suelo en las Grandes Llanuras
Durante un intervalo de años de sequía en
la década de 1930, grandes tormentas de
polvo invadieron las Grandes Llanuras.
A causa del tamaño y la gravedad de estas
tormentas, la región pasó a llamarse el
Dust Bowl, y el período, los Sucios Años
Treinta. El corazón del Dust Bowl eran
casi 100 millones de acres en el límite de
Texas y Oklahoma y las partes adyacentes
de Colorado, Nuevo México y Kansas
(Figura 6.A). En menor medida, las tormentas de polvo también fueron un problema para las Grandes Llanuras, desde
Dakota del Norte hasta la parte centroocidental de Texas.
Algunas veces las tormentas de polvo
eran tan fuertes que se les dio el nombre
de «ventiscas negras» y «rodillos negros»
porque la visibilidad se reducía a tan sólo
unos metros. Muchas tormentas duraron
horas y despojaron la tierra de grandes
volúmenes de la capa arable.
En la primavera de 1934, una tormenta eólica que duró un día y medio creó
una nube de polvo de 2.000 kilómetros de
longitud. Conforme el sedimento se movía en dirección este, en Nueva York se
produjeron «lluvias de barro» y en Vermont, «nevadas negras». Otra tormenta
transportó polvo a más de tres kilómetros en la atmósfera y a 3.000 kilómetros
de su origen en Colorado y dio lugar al
«crepúsculo de mediodía» en Nueva Inglaterra y en Nueva York.
¿Qué provocó el Dust Bowl? Claramente el hecho de que algunas porciones
de las Grandes Llanuras experimentaran
▲ Figura 6.A Una alquería abandonada muestra los efectos desastrosos de la erosión
eólica y la sedimentación durante el período del Dust Bowl. Esta foto de una granja que
había sido próspera se tomó en Oklahoma en 1937. (Foto cortesía de Soil Conservation
Service, U. S. Department of Agriculture.)
algunos de los vientos más fuertes de
Norteamérica es importante. Sin embargo, fue la expansión de la agricultura lo
que preparó el escenario para el período
desastroso de erosión del suelo. La mecanización permitió la rápida transformación de las praderas cubiertas de hierba de
esta región semiárida en tierras de cultivo. Entre 1870 y 1930, el cultivo se expandió casi diez veces, desde unos 10 millones de acres a más de 100 millones de
acres.
Mientras la precipitación fue adecuada, el suelo se mantuvo en su lugar. Sin
embargo, cuando sobrevino una sequía
prolongada en la década de 1930, los
campos desprotegidos fueron vulnerables
al viento. El resultado fue una gran pérdida de suelo, el malogro de las cosechas
y un período de privaciones económicas.
Al principio de 1939, un regreso a las
condiciones más lluviosas condujo a la recuperación. Se establecieron nuevas prácticas agrícolas que redujeron la pérdida
del suelo por el viento. A pesar de que las
tormentas de polvo son menos numerosas
y no son tan fuertes como las que tuvieron lugar en los Sucios Años Treinta, la
erosión del suelo por los vientos fuertes
todavía sucede con periodicidad siempre
que se da la combinación de sequía y suelos desprotegidos.
6_Capítulo 6
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Resumen
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Se está reduciendo la cantidad de suelo de cultivo de
Estados Unidos y de todo el mundo?
En realidad sí. Se ha calculado que entre 3 y 5 millones de
acres de las principales tierras de cultivo de Estados Unidos
se pierden cada año a través de la mala utilización (incluida
la erosión del suelo) y la conversión a usos no agrícolas. Según las Naciones Unidas, desde 1950 más de un tercio de la
tierra cultivable del mundo se ha perdido a causa de la erosión del suelo.
Sedimentación y contaminación química
Otro problema relacionado con la erosión excesiva del
suelo es el relativo al depósito de sedimentos. Cada año
se sedimentan cientos de millones de toneladas de suelo
erosionado en lagos, pantanos y ríos. El efecto perjudicial de este proceso puede ser significativo. Por ejemplo,
a medida que se deposita cada vez más sedimento en un
pantano, su capacidad disminuye, limitando su utilidad
para el control de las inundaciones, el abastecimiento de
agua y la generación de energía hidroeléctrica. Además,
la sedimentación en ríos y otras vías fluviales puede res-
197
tringir la navegación e inducir costosas operaciones de
dragado.
En algunos casos, las partículas del suelo están contaminadas con los pesticidas utilizados en la agricultura.
Cuando estos productos químicos llegan a un lago o un
pantano, la calidad del suministro de agua se ve amenazada y los organismos acuáticos pueden verse en peligro.
Además de los pesticidas, los nutrientes normalmente encontrados en los suelos, junto con los añadidos por los fertilizantes agrícolas, se abren camino hacia los ríos y los lagos, donde estimulan el crecimiento de plantas. Durante
un cierto tiempo, el exceso de nutrientes acelera el proceso por medio del cual el crecimiento vegetal induce el
agotamiento de oxígeno y una muerte precoz del lago.
La disponibilidad de buenos suelos es crucial si se
pretende alimentar a la población mundial en rápido crecimiento. En todos los continentes se está produciendo
una pérdida innecesaria de suelo, porque no se están utilizando medidas de conservación adecuadas. Aunque es un
hecho reconocido que la erosión del suelo nunca puede ser
eliminada del todo, los programas de conservación del
suelo pueden reducir de manera sustancial la pérdida de
este recurso básico. Las estructuras para cortar el viento
(hileras de árboles), la construcción de bancales y el trabajar las tierras a lo largo de los contornos de las colinas
son algunas de las medidas eficaces, igual que las prácticas de cultivo especial y de rotación de las cosechas.
Resumen
• Entre los procesos externos se cuentan: (1) la meteorización, es decir, la desintegración y descomposición de las rocas de la superficie terrestre, o cerca
de ella; (2) procesos gravitacionales, transferencia de
materia rocosa pendiente abajo bajo la influencia de
la gravedad, y (3) erosión, eliminación del material
por un agente dinámico, normalmente agua, viento
o hielo. Se denominan procesos externos porque tienen lugar en la superficie terrestre o cerca de ella y
se alimentan de la energía solar. Por el contrario, los
procesos internos, como el vulcanismo y la formación
de montañas, derivan su energía del interior de la
Tierra.
• La meteorización mecánica es la rotura física de una
roca en fragmentos más pequeños. Las rocas pueden
romperse en fragmentos más pequeños mediante cuñas de hielo (donde el agua se abre camino en las grietas o agujeros de las rocas y, después de su congelación, se expande y aumenta de tamaño las aberturas);
descompresión (expansión y rotura debidas a una gran
reducción de la presión cuando la roca suprayacente
es erosionada); expansión térmica (debilitamiento de la
roca como consecuencia de la expansión y contracción
conforme se calienta y se enfría) y actividad biológica
(por los humanos, por los animales excavadores, las raíces de las plantas, etc.).
• La meteorización química altera el quimismo de una
roca, transformándola en sustancias diferentes. El
agua es con mucho el agente de meteorización química más importante. Se produce disolución cuando
los minerales solubles en agua, como la halita, se disuelven. El oxígeno disuelto en agua oxidará los minerales ricos en hierro. Cuando el dióxido de carbono (CO2) se disuelve en agua forma ácido carbónico, que
acelera la descomposición de los silicatos mediante
hidrólisis. La meteorización química de los silicatos
produce a menudo: (1) productos solubles que contienen iones sodio, calcio, potasio y magnesio, y sílice en solución; (2) óxidos de hierro insolubles, y (3)
minerales de arcilla.
6_Capítulo 6
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CAPÍTULO 6
Meteorización y suelo
• La velocidad a la cual la roca se meteoriza depende de
factores como: (1) el tamaño de partícula, los fragmentos pequeños generalmente se meteorizan más rápidamente que los grandes; (2) la composición mineral, la
calcita se disuelve fácilmente en soluciones ligeramente ácidas, y los silicatos que se forman por primera vez a partir del magma son menos resistentes a la
meteorización química, y (3) los factores climáticos, en
particular la temperatura y la humedad. Con frecuencia, las rocas expuestas en la superficie terrestre no se
meteorizan a la misma velocidad. Esta meteorización diferencial de las rocas se ve influida por factores como
la composición mineral, el grado de fracturación y la
exposición a los elementos atmosféricos.
• El suelo es una combinación de materia mineral y orgánica, agua y aire: la porción del regolito (la capa de
roca y fragmentos minerales producidos por la meteorización) que sustenta el crecimiento de las plantas.
Aproximadamente la mitad del volumen total de un
suelo de buena calidad está compuesto por una mezcla de roca desintegrada y descompuesta (materia mineral) y humus (los restos descompuestos de animales
y vegetales); la mitad restante consiste en espacios porosos, donde circulan el aire y el agua. Los factores
más importantes que controlan la formación del suelo son la roca madre, el tiempo, el clima, las plantas y los
animales, y la pendiente.
• Los procesos de formación del suelo operan desde la
superficie hacia abajo y producen en el suelo zonas o
capas que se denominan horizontes. Desde la superficie
hacia abajo, los horizontes del suelo se denominan respectivamente O (fundamentalmente materia orgánica),
A (fundamentalmente materia mineral), E (donde la
eluviación y la lixiviación extraen los componentes finos
y los constituyentes solubles del suelo), B (o capa subsuperficial del suelo, al que se hace referencia a menudo
como la zona de acumulación), y C (la roca madre parcialmente alterada). Juntos, los horizontes O y A constituyen lo que se denomina la capa superficial del suelo.
• En Estados Unidos, los suelos se clasifican mediante
un sistema conocido como la Taxonomía del suelo. Se
basa en las propiedades físicas y químicas del perfil del
suelo e incluye seis categorías jerárquicas. El sistema
es especialmente útil para los objetivos agrícolas y relacionados con la explotación de la tierra.
• La erosión del suelo es un proceso natural; forma parte del reciclado constante de los materiales de la Tierra
que denominamos ciclo de las rocas. Una vez en el canal de un río, las partículas de suelo son transportadas
corriente abajo y finalmente acaban por depositarse. La
velocidad de erosión del suelo varía de un lugar a otro y depende de las características del suelo, así como de factores como el clima, la pendiente y el tipo de vegetación.
Preguntas de repaso
1. Describa el papel de los procesos externos en el ciclo de las rocas.
2. Si se meteorizaran dos rocas idénticas, una mediante
procesos mecánicos y la otra químicos, ¿en qué se
diferenciarían los productos de la meteorización de
las dos rocas?
3. ¿En qué tipo de ambientes son más eficaces las cuñas de hielo?
4. Describa la formación de un domo de exfoliación.
Dé un ejemplo de una estructura de este tipo.
5. ¿Cómo se añade la meteorización mecánica a la eficacia de la meteorización química?
6. Un granito y un basalto están expuestos superficialmente a una región cálida y húmeda:
a) ¿Qué tipo de meteorización predominará?
b) ¿Cuál de estas rocas se meteorizará más deprisa? ¿Por qué?
7. El calor acelera una reacción química. ¿Por qué entonces la meteorización química transcurre despacio en un desierto cálido?
8. ¿Cómo se forma el ácido carbónico (H2CO3) en la
naturaleza? ¿Qué se obtiene cuando este ácido reacciona con el feldespato potásico?
9. Enumere algunos posibles efectos ambientales de la
lluvia ácida (véase Recuadro 6.1).
10. ¿Cuál es la diferencia entre el suelo y el regolito?
11. ¿Qué factores podrían hacer que se desarrollaran diferentes suelos a partir de la misma roca madre, o
que se formaran suelos similares a partir de rocas
madres diferentes?
12. ¿Cuál de los factores formadores del suelo es más
importante? Explíquelo.
13. ¿Cómo puede afectar la topografía al desarrollo del
suelo? ¿Qué se entiende por la expresión orientación
de la pendiente?
6_Capítulo 6
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Página 199
Recursos de la web
14. Enumere las características asociadas con cada uno
de los horizontes en un perfil de suelo bien desarrollado. ¿Qué horizontes constituyen el solum? ¿Bajo
qué circunstancias carecen de horizontes los suelos?
15. Los suelos tropicales que se describen en el Recuadro 6.3 sostienen las exuberantes selvas tropicales
aunque se les considera poco fértiles. Explíquelo.
199
16. Enumere tres efectos nocivos de la erosión del suelo que no sean la pérdida de la capa superficial del
suelo vegetal de las zonas cultivables.
17. Describa brevemente las condiciones que indujeron
la formación del Dust Bowl en los años 30 (véase
Recuadro 6.3).
Términos fundamentales
canchal
cuña de hielo
(gelifracción)
disolución
domo de exfoliación
eluviación
erosión
hidrólisis
horizonte
humus
lajeamiento
lixiviación
meteorización
meteorización diferencial
meteorización esferoidal
meteorización mecánica
meteorización química
oxidación
perfil del suelo
proceso externo
proceso gravitacional
proceso interno
regolito
roca madre
solum
suelo
Taxonomía del suelo
Recursos de la web
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de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
¿Qué es una roca sedimentaria?
Transformación del sedimento
en roca sedimentaria: diagénesis
y litificación
Tipos de rocas sedimentarias
Rocas sedimentarias detríticas
Lutita
Arenisca
Conglomerado y brecha
Rocas silíceas (sílex)
Evaporitas
Carbón
Clasificación de las rocas
sedimentarias
Ambientes sedimentarios
Tipos de ambientes sedimentarios
Facies sedimentarias
Estructuras sedimentarias
Rocas sedimentarias químicas
Caliza
Dolomía
201
7_Capítulo 7
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Página 202
CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
E
l Capítulo 6 nos proporcionó la información necesaria
para entender el origen de las rocas sedimentarias. Recordemos que la meteorización de las rocas existentes
inicia el proceso. A continuación, agentes erosivos como las
aguas de escorrentía, el viento, las olas y el hielo extraen los
productos de meteorización y los transportan a una nueva localización, donde son depositados. Normalmente las partículas se descomponen aún más durante la fase de transporte.
Después de la sedimentación, este material, que se denomina ahora sedimento, se litifica. En la mayoría de los casos, el
sedimento se litifica en roca sedimentaria mediante los procesos de compactación y cementación.
I
TI
Rocas sedimentarias
Introducción
▲
IE N C
A
ERR
¿Qué es una roca sedimentaria?
S D LA
E
Los productos de la meteorización mecánica y química
constituyen la materia prima para las rocas sedimentarias.
La palabra sedimentaria indica la naturaleza de esas rocas,
pues deriva de la palabra latina sedimentum, que hace referencia al material sólido que se deposita a partir de un
fluido (agua o aire). La mayor parte del sedimento, pero
no todo, se deposita de esta manera. Los restos meteorizados son barridos constantemente desde el lecho de roca,
transportados y por fin depositados en los lagos, los valles
de los ríos, los mares y un sinfín de otros lugares. Los granos de una duna de arena del desierto, el lodo del fondo
de un pantano, la grava del lecho de un río e incluso el polvo de las casas son ejemplos de este proceso interminable.
Dado que la meteorización del lecho de roca, el transporte
y el depósito de los productos de meteorización son continuos, se encuentran sedimentos en casi cualquier parte.
Conforme se acumulan las pilas de sedimentos, los materiales próximos al fondo se compactan. Durante largos períodos, la materia mineral depositada en los espacios que
quedan entre las partículas cementa estos sedimentos, formando una roca sólida.
Los geólogos calculan que las rocas sedimentarias representan sólo alrededor del 5 por ciento (en volumen) de los
16 km externos de la Tierra. Sin embargo, su importancia es
bastante mayor de lo que podría indicar este porcentaje. Si
tomáramos muestras de las rocas expuestas en la superficie,
encontraríamos que la gran mayoría son sedimentarias. De
hecho alrededor del 75 por ciento de todos los afloramientos de roca de los continentes está compuesto por rocas sedimentarias. Por consiguiente, podemos considerar las rocas
sedimentarias como una capa algo discontinua y relativamente delgada de la porción más externa de la corteza. Este
hecho se entiende con facilidad cuando consideramos que el
sedimento se acumula en la superficie.
Dado que los sedimentos se depositan en la superficie terrestre, las capas de roca que finalmente se forman
contienen evidencias de acontecimientos pasados que ocurrieron en la superficie. Por su propia naturaleza, las rocas sedimentarias contienen en su interior indicaciones de
ambientes pasados en los cuales se depositaron sus partículas y, en algunos casos, pistas de los mecanismos que intervinieron en su transporte. Además, las rocas sedimentarias son las que contienen los fósiles, herramientas
vitales para el estudio del pasado geológico. Por tanto, este
grupo de rocas proporciona a los geólogos mucha de la información básica que necesitan para reconstruir los detalles de la historia de la Tierra.
Por último, debe mencionarse la gran importancia
económica de muchas rocas sedimentarias. El carbón, que
se quema para proporcionar una porción significativa de
la energía eléctrica de Estados Unidos, es una roca sedimentaria. Nuestras otras fuentes principales de energía, el
petróleo y el gas natural, están asociadas con las rocas sedimentarias. Son también fuentes importantes de hierro,
aluminio, manganeso y fertilizantes, además de numerosos materiales esenciales para la industria de la construcción.
Transformación del sedimento
en roca sedimentaria: diagénesis
y litificación
El sedimento puede experimentar grandes cambios desde
el momento en que fue depositado hasta que se convierte en una roca sedimentaria y posteriormente es sometido a las temperaturas y las presiones que lo transforman
en una roca metamórfica. El término diagénesis (dia
cambio; genesis origen) es un término colectivo para todos los cambios químicos, físicos y biológicos que tienen
lugar después de la deposición de los sedimentos, así como
durante y después de la litificación.
El enterramiento promueve la diagénesis, ya que
conforme los sedimentos van siendo enterrados, son sometidos a temperaturas y presiones cada vez más elevadas.
La diagénesis se produce en el interior de los primeros kilómetros de la corteza terrestre a temperaturas que en general son inferiores a los 150 °C a 200 °C. Más allá de este
umbral algo arbitrario, se dice que tiene lugar el metamorfismo.
Un ejemplo de cambio diagenético es la recristalización, el desarrollo de minerales más estables a partir de algunos menos estables. El mineral aragonito, la forma menos estable del carbonato cálcico (CaCO3), lo ilustra.
Muchos organismos marinos segregan el aragonito para
formar conchas y otras partes duras, como las estructuras
esqueléticas producidas por los corales. En algunos am-
7_Capítulo 7
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Página 203
Rocas sedimentarias detríticas
zan de esta manera, sino que se transforman en masas de
cristales intercrecidos algún tiempo después de que se
haya depositado el sedimento.
Por ejemplo, con el tiempo y el enterramiento, los
sedimentos sueltos que consisten en delicados restos esqueléticos calcáreos pueden recristalizar en una caliza cristalina relativamente densa. Dado que los cristales crecen
hasta que rellenan todos los espacios disponibles, normalmente las rocas sedimentarias cristalinas carecen de
porosidad. A menos que las rocas desarrollen más tarde
diaclasas y fracturas, serán relativamente impermeables a
fluidos como el agua y el petróleo.
TI
Rocas sedimentarias
Tipos de rocas sedimentarias
▲
I
A
ERR
Tipos de rocas sedimentarias
IE N C
S D LA
E
El sedimento tiene dos orígenes principales. En primer lugar, el sedimento puede ser una acumulación de material
que se origina y es transportado en forma de clastos sólidos derivados de la meteorización mecánica y química.
Los depósitos de este tipo se denominan detríticos y las rocas sedimentarias que forman, rocas sedimentarias detríticas. La segunda fuente principal de sedimento es el
material soluble producido en gran medida mediante meteorización química. Cuando estas sustancias disueltas son
precipitadas mediante procesos orgánicos o inorgánicos,
el material se conoce como sedimento químico y las rocas formadas a partir de él se denominan rocas sedimentarias químicas.
Consideraremos a continuación cada uno de los tipos de roca sedimentaria y algunos ejemplos de ellas.
TI
Rocas sedimentarias
Rocas sedimentarias detríticas
▲
I
A
ERR
Rocas sedimentarias detríticas
IE N C
bientes se acumulan como sedimento grandes cantidades
de estos materiales sólidos. A medida que tiene lugar el enterramiento, el aragonito recristaliza a la forma más estable del carbonato cálcico, la calcita, que es el principal
constituyente de la roca sedimentaria caliza.
La diagénesis incluye la litificación, término que se
refiere a los procesos mediante los cuales los sedimentos
no consolidados se transforman en rocas sedimentarias
sólidas (lithos piedra; fic hacer). Los procesos básicos
de litificación son la compactación y la cementación.
El cambio diagenético físico más habitual es la
compactación. Conforme el sedimento se acumula a través del tiempo, el peso del material suprayacente comprime los sedimentos más profundos. Cuanto mayor es la
profundidad a la que está enterrado el sedimento, más se
compacta y más firme se vuelve. Al inducirse cada vez
más la aproximación de los granos, hay una reducción
considerable del espacio poroso (el espacio abierto entre
las partículas). Por ejemplo, cuando las arcillas son enterradas debajo de varios miles de metros de material, el volumen de la arcilla puede reducirse hasta en un 40 por
ciento. Conforme se reduce el espacio del poro, se expulsa gran parte del agua que estaba atrapada en los sedimentos. Dado que las arenas y otros sedimentos gruesos
son sólo ligeramente compresibles, la compactación,
como proceso de litificación, es más significativa en las rocas sedimentarias de grano fino.
La cementación es el proceso más importante mediante el cual los sedimentos se convierten en rocas sedimentarias. Es un cambio diagenético químico que implica la precipitación de los minerales entre los granos
sedimentarios individuales. Los materiales cementantes
son transportados en solución por el agua que percola a
través de los espacios abiertos entre las partículas. A lo largo del tiempo, el cemento precipita sobre los granos de sedimento, llena los espacios vacíos y une los clastos. De la
misma manera que el espacio del poro se reduce durante
la compactación, la adición de cemento al depósito sedimentario reduce también su porosidad.
La calcita, la sílice y el óxido de hierro son los cementos más comunes. Hay una manera relativamente sencilla de identificar el material cementante. Cuando se trata de calcita, se producirá efervescencia con el ácido
clorhídrico diluido. La sílice es el cemento más duro y
produce, por tanto, las rocas sedimentarias más duras. Un
color de naranja a rojo oscuro en una roca sedimentaria
significa que hay óxido de hierro.
La mayoría de las rocas sedimentarias se litifica por
medio de la compactación y la cementación. Sin embargo, algunas se forman inicialmente como masas sólidas de
cristales intercrecidos, antes de empezar como acumulaciones de partículas independientes que más tarde se solidifican. Otras rocas sedimentarias cristalinas no empie-
203
S D LA
E
Si bien puede encontrarse una gran variedad de minerales y fragmentos de roca en las rocas detríticas, los constituyentes fundamentales de la mayoría de las rocas sedimentarias de esta categoría son los minerales de arcilla y
el cuarzo. Recordemos (Capítulo 6) que los minerales de
arcilla son el producto más abundante de la meteorización
química de los silicatos, en especial de los feldespatos. Las
arcillas son minerales de grano fino con estructuras cristalinas laminares, similares a las micas. El otro mineral común, el cuarzo, es abundante porque es extremadamente
duradero y muy resistente a la meteorización química.
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
Por tanto, cuando las rocas ígneas, como el granito, son
atacadas por los procesos de meteorización, se liberan los
granos de cuarzo.
Otros minerales comunes de las rocas detríticas son
los feldespatos y las micas. Dado que la meteorización
química transforma rápidamente estos minerales en nuevas sustancias, su presencia en las rocas sedimentarias indica que la erosión y la deposición fueron lo bastante rápidas como para conservar algunos de los minerales
principales de la roca original antes de que pudieran descomponerse.
El tamaño del clasto es la base fundamental para
distinguir entre las diversas rocas sedimentarias detríticas. En la Tabla 7.1 se representan las categorías de tamaño para los clastos que constituyen las rocas detríticas. El
tamaño del clasto no es sólo un método conveniente de división de las rocas detríticas; también proporciona información útil relativa a los ambientes deposicionales. Las corrientes de agua o de aire seleccionan los clastos por
tamaños; cuanto más fuerte es la corriente, mayor será el
tamaño del clasto transportado. La grava, por ejemplo, es
desplazada por ríos de corriente rápida, así como por las
avalanchas y los glaciares. Se necesita menos energía para
transportar la arena; por tanto, esta última es común en accidentes geográficos como las dunas movidas por el viento o algunos depósitos fluviales y playas. Se necesita muy
poca energía para transportar la arcilla, ya que se deposita muy lentamente. La acumulación de esas diminutas partículas suele estar asociada con el agua tranquila de un
lago, una laguna, un pantano o ciertos ambientes marinos.
Rocas sedimentarias detríticas comunes, ordenadas
por tamaño de clasto creciente son la lutita, la arenisca y
el conglomerado o la brecha. Consideraremos ahora cada
uno de estos tipos y cómo se forma.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Según la Tabla 7.1, arcilla es un término utilizado
para referirse al tamaño microscópico de un clasto.
Creía que las arcillas eran un grupo de minerales
silicatados laminares. ¿Qué afirmación es correcta?
Ambas lo son. En el contexto del tamaño del clasto detrítico, el término arcilla se refiere sólo a aquellos granos con un
tamaño inferior a 1/256 milímetros, es decir, un tamaño microscópico. No significa que estos clastos tengan una composición particular. Sin embargo, el término arcilla también
se utiliza para designar una composición específica: concretamente, un grupo de minerales silicatados relacionados con
las micas. Aunque la mayor parte de estos minerales arcillosos tiene el tamaño de la arcilla, no todos los sedimentos del
tamaño de la arcilla están formados por minerales arcillosos.
de todas las rocas sedimentarias. Las partículas de estas rocas son tan pequeñas que no pueden identificarse con facilidad sin grandes aumentos y, por esta razón, resulta
más difícil estudiar y analizar las lutitas que la mayoría de
las otras rocas sedimentarias.
Mucho de lo que sabemos sobre esta roca se basa en
el tamaño de sus clastos. Las diminutas partículas de la lutita indican que se produjo un depósito como consecuencia de la sedimentación gradual de corrientes no tur-
5 cm
Lutita
La lutita es una roca sedimentaria compuesta por partículas del tamaño de la arcilla y el limo (Figura 7.1). Estas
rocas detríticas de grano fino constituyen más de la mitad
Tabla 7.1 Clasificación de las rocas detríticas
según el tamaño del clasto
Intervalos
de tamaño
(milímetros)
>256
64-256
4-64
2-4
Nombre
del
clasto
Nombre
del
Sedimento
Roca detrítica
Grava
Conglomerado
o brecha
Bloque
Canto
1/16-2
Grano
Arena
Arenisca
1/256-1/16
<1/256
Gránulo
Partícula
Limo
Arcilla
Limolita
Lutita
▲ Figura 7.1 La lutita es una roca detrítica de grano fino que es
la más abundante de todas las rocas sedimentarias. Las lutitas
oscuras que contienen restos vegetales son relativamente
comunes. (Foto cortesía de E. J. Tarbuck.)
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Rocas sedimentarias detríticas
bulentas relativamente tranquilas. Entre esos ambientes
se cuentan los lagos, las llanuras de inundación de ríos, lagunas y zonas de las cuencas oceánicas profundas. Incluso en esos ambientes «tranquilos» suele haber suficiente
turbulencia como para mantener suspendidas casi indefinidamente las partículas de tamaño arcilloso. Por consiguiente, mucha de la arcilla se deposita sólo después de
que las partículas se reúnen para formar agregados mayores.
A veces, la composición química de la roca proporciona información adicional. Un ejemplo es la lutita negra, que es negra porque contiene abundante materia orgánica (carbono). Cuando se encuentra una roca de este
tipo, indica con fuerza que la sedimentación se produjo en
un ambiente pobre en oxígeno, como un pantano, donde
los materiales orgánicos no se oxidan con facilidad y se
descomponen.
Conforme se acumulan el limo y la arcilla, tienden
a formar capas delgadas, a las que se suele hacer referencia como láminas (lamin capa delgada). Inicialmente las
partículas de las láminas se orientan al azar. Esta disposición desordenada deja un elevado porcentaje de espacio
vacío (denominado espacio de poros), que se llena con agua.
Sin embargo, esta situación cambia normalmente con el
tiempo conforme nuevas capas de sedimento se apilan y
compactan el sedimento situado debajo.
Durante esta fase las partículas de arcilla y limo
adoptan una alineación más paralela y se amontonan. Esta
reordenación de los granos reduce el tamaño de los espacios de los poros, expulsando gran parte del agua. Una vez
que los granos han sido compactados mediante presión,
los diminutos espacios que quedan entre las partículas no
permiten la circulación fácil de las soluciones que contienen el material cementante. Por consiguiente, las lutitas
suelen describirse como débiles, porque están poco cementadas y, por consiguiente, no bien litificadas.
La incapacidad del agua para penetrar en sus espacios porosos microscópicos explica por qué la lutita forma a menudo barreras al movimiento subsuperficial del
agua y el petróleo. De hecho, las capas de roca que contienen agua subterránea suelen estar situadas por encima
de los lechos de lutita que bloquean su descenso. En el
caso de los depósitos de petróleo ocurre lo contrario. Suelen estar coronados por capas de lutita que evitan con eficacia el escape del petróleo y el gas a la superficie*.
Es común aplicar el término lutita a todas las rocas
sedimentarias de grano fino, en especial en un contexto no
técnico. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hay un
uso más restringido del término. En este último, la lutita
* La relación entre capas impermeables con la existencia y movimiento
de aguas subterráneas se examina en el Capítulo 17. Las capas de lutita
como roca tapadera en las trampas petrolíferas se tratan en el Capítulo 21.
205
físil (shale) debe mostrar capacidad para escindirse en capas finas a lo largo de planos espaciales próximos y bien
desarrollados. Esta propiedad se denomina fisilidad (fissilis lo que se puede agrietar o separar). Si la roca se
rompe en fragmentos o bloques, se aplica el nombre de lutita no físil (mudstone). Otra roca sedimentaria de grano
fino que, como esta última, suele agruparse con la lutita
pero carece de fisilidad es la limolita, compuesta fundamentalmente por clastos de tamaño limo, que contiene
menos clastos de tamaño arcilla que las lutitas.
Aunque la lutita es, con mucho, más común que las
otras rocas sedimentarias, normalmente no atrae tanto la
atención como otros miembros menos abundantes de este
grupo. La razón es que la lutita no forma afloramientos
tan espectaculares como suelen hacer la arenisca y la caliza. En cambio, la lutita disgrega con facilidad y suele formar una cubierta de suelo que oculta debajo la roca no meteorizada. Esto se pone de manifiesto en el Gran Cañón,
donde las suaves pendientes de lutitas meteorizadas pasan
casi desapercibidas y están cubiertas por vegetación, en
claro contraste con los empinados acantilados producidos
por las rocas más resistentes.
Aunque las capas de lutita no pueden formar acantilados escarpados ni afloramientos destacables, algunos
depósitos tienen valor económico. Algunas lutitas se extraen como materia prima para la cerámica, la fabricación
de ladrillos, azulejos y porcelana china. Además, mezclados con la caliza, se utilizan para fabricar el cemento portland. En el futuro, un tipo de lutita, denominada lutita bituminosa, puede convertirse en un recurso energético
valioso. Esta posibilidad se explorará en el Capítulo 21.
Arenisca
La arenisca es el nombre que se da a las rocas en las que
predominan los clastos de tamaño arena. Después de la lutita, la arenisca es la roca sedimentaria más abundante;
constituye aproximadamente el 20 por ciento de todo el
grupo. Las areniscas se forman en diversos ambientes y a
menudo contienen pistas significativas sobre su origen,
entre ellas la selección, la forma del grano y la composición.
La selección es el grado de semejanza del tamaño
del clasto en una roca sedimentaria. Por ejemplo, si todos
los granos de una muestra de arenisca tienen aproximadamente el mismo tamaño, se considera que la arena está
bien seleccionada. A la inversa, si la roca contiene clastos
grandes y pequeños mezclados, se dice que la arena está
mal seleccionada. Estudiando el grado de selección, podemos aprender mucho con respecto a la corriente que deposita el sedimento. Los depósitos de arena transportada
por el viento suelen estar mejor seleccionados que los depósitos seleccionados por el oleaje. Los clastos lavados
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
por las olas están normalmente mejor seleccionados que
los materiales depositados por las corrientes de agua.
Cuando los clastos son transportados sólo durante un
tiempo relativamente breve y luego se depositan rápidamente, suelen producirse acumulaciones de sedimentos
que muestran mala selección. Por ejemplo, cuando una
corriente turbulenta alcanza las pendientes más suaves en
la base de una montaña empinada, su velocidad se reduce
rápidamente y depositan de manera poco seleccionada
arenas y grava.
La forma de los granos arenosos puede también
contribuir a descifrar la historia de una arenisca. Cuando
las corrientes de agua, el viento o las olas mueven la arena y otros clastos sedimentarios, los granos pierden sus
bordes y esquinas angulosos y se van redondeando más a
medida que colisionan con otras partículas durante el
transporte. Por tanto, es probable que los granos redondeados hayan sido transportados por el aire o por el agua.
Además, el grado de redondez indica la distancia o el tiempo transcurrido en el transporte del sedimento por corrientes de aire o agua. Granos muy redondeados indican
que se ha producido una gran abrasión y, por consiguiente, un prolongado transporte.
Los granos muy angulosos, por otro lado, significan
dos cosas: que los materiales sufrieron transporte durante una distancia corta antes de su depósito, y que quizá los
haya transportado algún otro medio. Por ejemplo, cuando los glaciares mueven los sedimentos, los clastos suelen
volverse más irregulares por la acción de trituración y
molienda del hielo.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Por qué muchas de las rocas sedimentarias
fotografiadas en este capítulo tienen tanto colorido?
En el oeste y el suroeste de Estados Unidos, los acantilados
empinados y las paredes de los cañones hechos de rocas sedimentarias a menudo exhiben una gama brillante de colores diferentes. En las paredes del Gran Cañón de Arizona,
pueden observarse capas rojas, naranjas, moradas, grises, marrones y de color de ante. Las rocas sedimentarias del Cañón
Bryce de Utah son de un color rosa claro. Las rocas sedimentarias de lugares más húmedos también presentan mucho
colorido, pero normalmente están cubiertas por suelo y vegetación.
Los «pigmentos» más importantes son los óxidos de hierro, y se necesitan sólo cantidades muy pequeñas para dar color a una roca. La hematites tiñe las rocas de color rojo o rosa,
mientras que la limonita produce sombras amarillas y marrones. Cuando las rocas sedimentarias contienen materia
orgánica, a menudo ésta les da un color negro o gris.
Además de afectar al grado de redondez y al grado
de selección que los clastos experimentan, la duración del
transporte a través de corrientes de agua y aire turbulentas influye también en la composición mineral de un depósito sedimentario. Una meteorización sustancial y un
transporte prolongado llevan a la destrucción gradual de
los minerales más débiles y menos estables, entre ellos los
feldespatos y los ferromagnesianos. Dado que el cuarzo es
muy duradero, suele ser el mineral que sobrevive a las
largas excursiones en un ambiente turbulento.
Los párrafos anteriores han demostrado que el origen y la historia de la arenisca pueden deducirse a menudo examinando la selección, la redondez y la composición
mineral de los granos que la constituyen. Conocer esta información nos permite deducir que una arenisca bien seleccionada y rica en cuarzo compuesta por granos muy redondeados debe ser el resultado de una gran cantidad de
transporte. Dicha roca, de hecho, puede representar varios ciclos de meteorización, transporte y sedimentación.
También podemos concluir que una arenisca que contenga cantidades significativas de feldespato y de granos angulosos de minerales ferromagnesianos experimentó poca
meteorización química y transporte, y probablemente fue
depositada cerca del área de origen de los clastos.
Debido a su durabilidad, el cuarzo es el mineral predominante en la mayoría de las areniscas. Cuando éste es
el caso, la roca puede denominarse simplemente cuarzoarenita. Cuando una arenisca contiene cantidades apreciables de feldespato, la roca se denomina arcosa. Además de
feldespato, la arcosa normalmente contiene cuarzo y laminillas resplandecientes de mica. La composición mineral de la arcosa indica que los granos proceden de rocas de
origen granítico. Los clastos suelen estar generalmente
mal seleccionados y suelen ser angulosos, lo que sugiere
una distancia de transporte corta, una mínima meteorización química en un clima relativamente seco, y una sedimentación y un enterramiento rápidos.
Una tercera variedad de arenisca se conoce como
grauvaca. Además de cuarzo y feldespato, esta roca de colores oscuros contiene abundantes fragmentos rocosos y
una matriz. Por matriz se entiende los clastos de tamaño
arcilloso y limoso ubicados en los espacios comprendidos
entre los granos de arena más grandes. Más del 15 por
ciento del volumen de la grauvaca es matriz. La mala selección y los granos angulosos característicos de la grauvaca sugieren que los clastos fueron transportados sólo a
una distancia relativamente corta desde su área de origen
y luego se depositaron rápidamente. Antes de que el sedimento pudiera ser más seleccionado y reelaborado, fue enterrado por capas adicionales de material. La grauvaca
suele estar asociada con depósitos submarinos compuestos por torrentes saturados con sedimentos de gran densidad denominados corrientes de turbidez.
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Rocas sedimentarias químicas
Conglomerado y brecha
207
5 cm
El conglomerado consiste fundamentalmente en grava (Figura 7.2). Como se indica en la Tabla 7.1, estos clastos
pueden oscilar en tamaño desde grandes cantos rodados
hasta clastos tan pequeños como un guisante. Los clastos
suelen ser lo bastante grandes como para permitir su identificación en los tipos de roca distintivos; por tanto, pueden ser valiosos para identificar las áreas de origen de los
sedimentos. Lo más frecuente es que los conglomerados
estén mal seleccionados porque los huecos entre los grandes clastos de grava contienen arena o lodo.
La grava se acumula en diversos ambientes y normalmente indica la existencia de pendientes acusadas o
corrientes muy turbulentas. En un conglomerado, los
clastos gruesos quizá reflejan la acción de corrientes montañosas enérgicas o son consecuencia de una fuerte actividad de las olas a lo largo de una costa en rápida erosión.
Algunos depósitos glaciares y de avalanchas también contienen gran cantidad de grava.
Si los grandes clastos son angulosos en vez de redondeados, la roca se denomina brecha (Figura 7.3). Debido a que los cantos experimentan abrasión y se redondean muy deprisa durante el transporte, los cantos rodados
Vista de cerca
▲ Figura 7.3 Cuando los clastos del tamaño de la grava de una
roca detrítica son angulosos, la roca se llama brecha. (Foto de E. J.
Tarbuck.)
5 cm
y los clastos de una brecha indican que no viajaron muy lejos desde su área de origen antes de ser depositados. Por
tanto, como ocurre con muchas rocas sedimentarias, los
conglomerados y las brechas contienen pistas de su propia historia. Los tamaños de sus clastos revelan la fuerza
de las corrientes que las transportaron, mientras que el
grado de redondez indica cuánto viajaron los clastos. Los
fragmentos que hay dentro de una muestra permiten identificar las rocas de las que proceden.
▲ Figura 7.2 El conglomerado está compuesto
fundamentalmente de cantos redondeados del tamaño de la
grava. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
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Vista de cerca
Rocas sedimentarias
Rocas sedimentarias químicas
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Rocas sedimentarias químicas
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Al contrario que las rocas detríticas, que se forman a partir de los productos sólidos de la meteorización, los sedimentos químicos derivan del material que es transportado en solución a los lagos y los mares. Sin embargo, este
material no permanece disuelto indefinidamente en el
agua. Una parte precipita para formar los sedimentos químicos, que se convierten en rocas como la caliza, el sílex
y la sal de roca.
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
Esta precipitación del material se produce de dos
maneras. Mediante procesos inorgánicos (in no; organicus vida) como la evaporación y la actividad química que
pueden producir sedimentos químicos. Los procesos orgánicos (vida) de los organismos acuáticos también forman sedimentos químicos, cuyo origen se dice que es bioquímico.
Un ejemplo de un depósito producido mediante
procesos químicos inorgánicos es el que da origen a las estalactitas y las estalagmitas que decoran muchas cavernas
(Figura 7.4). Otra es la sal que queda después de la evaporación de un determinado volumen de agua marina.
Por el contrario, muchos animales y plantas que viven en
el agua extraen la materia mineral disuelta para formar caparazones y otras partes duras. Una vez muertos los organismos, sus esqueletos se acumulan por millones en el
fondo de un lago o un océano como sedimento bioquímico (Figura 7.5).
5 cm
Caliza
Representando alrededor del 10 por ciento del volumen
total de todas las rocas sedimentarias, la caliza es la roca
sedimentaria química más abundante. Está compuesta
Vista de cerca
▲ Figura 7.5 Esta roca, denominada coquina, consiste en
fragmentos de conchas; por consiguiente, tiene un origen
bioquímico. (Foto de E. J. Tarbuck.)
fundamentalmente del mineral calcita (CaCO3) y se forma o bien por medios inorgánicos o bien como resultado
de procesos bioquímicos (véase Recuadro 7.1). Con independencia de su origen, la composición mineral de toda
la caliza es similar, aunque existen muchos tipos diferentes. Esto es cierto porque las calizas se producen bajo diversas condiciones. Las formas que tienen un origen bioquímico marino son con mucho las más comunes.
▲ Figura 7.4 Dado que muchos depósitos de las cuevas se han
creado por el goteo aparentemente infinito de agua durante largos
períodos de tiempo, se suelen llamar goterones. El material que se
deposita es carbonato cálcico (CaCO3) y la roca es una forma de
caliza llamada travertino. El carbonato cálcico precipita cuando una
parte del dióxido de carbono disuelto se escapa de una gota de
agua. (Foto de Clifford Stroud/Parque Nacional Wind Cave.)
Arrecifes de coral Los corales son un ejemplo importante de organismos capaces de crear grandes cantidades de
caliza marina. Estos invertebrados relativamente sencillos segregan un esqueleto externo calcáreo (rico en calcita). Aunque son pequeños, los corales son capaces de
crear estructuras masivas denominadas arrecifes. Los arrecifes consisten en colonias de coral compuestas por un número abundante de individuos que viven codo a codo sobre una estructura de calcita segregada por ellos mismos.
Además, con los corales viven algas secretoras de carbonato cálcico, que contribuyen a cementar la estructura
entera en una masa sólida. También vive en los arrecifes,
o cerca, una gran variedad de otros organismos.
Desde luego, el arrecife moderno mejor conocido es
el arrecife gran-barrera de Australia de 2.000 km de largo, pero existen también otros muchos más pequeños. Se
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Rocas sedimentarias químicas
▲
Recuadro 7.1
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La Tierra como sistema
El ciclo del carbono y las rocas sedimentarias
Para ilustrar el movimiento de materia y
energía en el sistema Tierra, echemos un
breve vistazo al ciclo del carbono (Figura
7.A). El carbono puro es relativamente
poco común en la naturaleza. Se encuentra, sobre todo, en dos minerales: el diamante y el grafito. La mayor parte del
carbono está enlazado químicamente a
otros elementos para formar compuestos
como el dióxido de carbono, el carbonato cálcico y los hidrocarburos que se encuentran en el carbón y el petróleo. El
carbono también es el componente básico de la vida, ya que se combina fácilmente con el hidrógeno y el oxígeno para
formar los compuestos orgánicos fundamentales que constituyen los seres vivos.
En la atmósfera, el carbono se halla
principalmente en forma de dióxido de
carbono (CO2). El dióxido de carbono atmosférico es importante porque es un gas
invernadero, lo cual significa que es un
absorbente eficaz de la energía emitida
por la Tierra y, por tanto, influye en el calentamiento de la atmósfera*. Dado que el
dióxido de carbono interviene en muchos
de los procesos que operan en la Tierra,
este gas entra y sale constantemente de la
atmósfera (Figura 7.B). Por ejemplo, mediante el proceso de la fotosíntesis, las
plantas absorben el dióxido de carbono
procedente de la atmósfera y producen los
compuestos orgánicos esenciales necesarios para el crecimiento. Los animales que
consumen estas plantas (o consumen otros
animales herbívoros) utilizan estos compuestos orgánicos como fuente de energía
y, a través del proceso de la respiración,
devuelven el dióxido de carbono a la atmósfera. (Las plantas también devuelven
una parte del CO2 a la atmósfera por medio de la respiración.) Además, cuando las
plantas mueren y se descomponen o se
queman, esta biomasa se oxida y el dióxido de carbono vuelve a la atmósfera.
No todo el material vegetal muerto
se descompone inmediatamente en dió* En el Recuadro 5.3 «La Tierra como sistema: una
posible conexión entre el vulcanismo y el cambio climático en el pasado geológico» y en la sección sobre
«El dióxido de carbono y el calentamiento global» del
Capítulo 21 encontrará más sobre esta idea.
Actividad
Meteorización volcánica
Meteorización
de la roca
del granito
Combustión y Fotosíntesis carbonatada
descomposición realizada por
Respiración de
de la biomasa la vegetación
los organismos
terrestres
Combustión
de combustibles
fósiles
Enterramiento
de la biomasa
Fotosíntesis
y respiración de
los organismos
marinos
El CO2 se
disuelve en el
agua marina
Litosfera
Deposición
de sedimentos
carbonatados
Sedimentos
y roca sedimentaria
CO2 que entra
en la atmósfera
CO2 que sale
de la atmósfera
▲ Figura 7.A Diagrama simplificado del ciclo del carbono, con énfasis en el flujo de
carbono entre la atmósfera y la hidrosfera, la litosfera y la biosfera. Las flechas coloreadas
muestran si el flujo de carbono entra o sale de la atmósfera.
Productividad primaria neta (kgC/m2/año.)
0
1
2
3
▲ Figura 7.B Este mapa se creó utilizando medidas basadas en el espacio de una
variedad de propiedades vegetales y muestra la productividad neta de la vegetación
continental y oceánica en 2002. Se calcula determinando cuánto CO2 es captado por la
vegetación durante la fotosíntesis menos la cantidad liberada durante la respiración. Los
científicos esperan que esta medida global de la actividad biológica proporcione nuevas
perspectivas en el complejo ciclo del carbono en la Tierra. (Imagen de la NASA.)
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
xido de carbono. Un pequeño porcentaje es depositado como sedimento. Durante largos espacios de tiempo geológico, se entierra una cantidad considerable
de biomasa con sedimentos. Bajo las condiciones apropiadas, algunos de estos depósitos ricos en carbono se convierten en
combustibles fósiles, como carbón, petróleo o gas natural. Al final algunos de
los combustibles se recuperan (mediante
excavaciones o bombeos de un pozo) y se
queman para hacer funcionar las fábricas
y alimentar nuestro sistema de transporte con combustible. Un resultado de la
combustión de combustibles fósiles es la
liberación de grandes cantidades de CO2
a la atmósfera. Desde luego una de las
partes más activas del ciclo de carbono es
el movimiento de CO2 desde la atmósfera a la biosfera y de vuelta otra vez.
El carbono también se mueve de la
litosfera y la hidrosfera a la atmósfera y
viceversa. Por ejemplo, se cree que la actividad volcánica en las primeras etapas
de la historia de la Tierra es la fuente de
gran parte del dióxido de carbono que se
halla en la atmósfera. Una manera en la
que el dióxido de carbono regresa a la
hidrosfera y luego a la Tierra sólida es
combinándose primero con agua para
formar ácido carbónico (H2CO3), que
después ataca las rocas que componen la
litosfera. Un producto de esta meteorización química de la roca sólida es el ion
bicarbonato soluble (2HCO
3 ), que es
transportado por las aguas subterráneas
y los ríos hacia el océano. Aquí, los organismos acuáticos extraen este material
disuelto para producir partes duras de
carbonato cálcico (CaCO3). Cuando los
organismos mueren, estos restos esqueléticos se depositan en el fondo oceánico como sedimentos bioquímicos y se
convierten en roca sedimentaria. De he-
desarrollan en aguas cálidas y someras de los Trópicos y
las zonas subtropicales en dirección al Ecuador en una latitud de alrededor de 30°. En las Bahamas y los Cayos de
Florida existen ejemplos notables.
Por supuesto, no sólo los corales modernos construyen arrecifes. Los corales han sido responsables de la producción de enormes cantidades de caliza en el pasado geológico también. En Estados Unidos, los arrecifes del
Silúrico son notables en Wisconsin, Illinois e Indiana. En
el oeste de Texas y en la zona suroriental adyacente de
Nuevo México, un complejo arrecife masivo formado durante el Pérmico ha quedado extraordinariamente expuesto en el Parque Nacional de las Montañas de Guadalupe.
Coquina y creta Aunque la mayor parte de la caliza es
producto de los procesos biológicos, este origen no siempre es evidente, porque los caparazones y los esqueletos
pueden experimentar un cambio considerable antes de litificarse para formar una roca. Sin embargo, una caliza
bioquímica de fácil identificación es la coquina, una roca de
grano grueso compuesta por caparazones y fragmentos de
caparazón poco cementados (véase Figura 7.5). Otro ejemplo menos obvio, aunque familiar, es la creta, una roca
blanda y porosa compuesta casi por completo de las partes duras de microorganismos marinos. Entre los depósitos de creta más famosos se cuentan los expuestos a lo largo de la costa suroccidental de Inglaterra.
Calizas inorgánicas Las calizas que tienen un origen inorgánico se forman cuando los cambios químicos o las
cho, la litosfera es con mucho el mayor
depósito terrestre de carbono, donde es
el constituyente de una variedad de rocas, la más abundante de las cuales es la
caliza. La caliza acaba quedando expuesta en la superficie de la Tierra, donde la meteorización química provocará
que el carbono almacenado en la roca se
libere en la atmósfera en forma de CO2.
En resumen, el carbono se mueve entre las cuatro esferas principales de la Tierra. Es esencial para cualquier ser vivo de
la biosfera. En la atmósfera el dióxido de
carbono es un gas invernadero importante. En la hidrosfera, el dióxido de carbono se disuelve en los lagos, los ríos y el
océano. En la litosfera los sedimentos carbonatados y las rocas sedimentarias contienen carbono y éste se almacena como
materia orgánica descompuesta por las
rocas sedimentarias y en forma de depósitos de carbón y petróleo.
temperaturas elevadas del agua aumentan la concentración del carbonato cálcico hasta el punto de que éste precipita. El travertino, el tipo de caliza normalmente observado en las cavernas, es un ejemplo (véase Figura 7.4).
Cuando el travertino se deposita en cavernas, el agua subterránea es la fuente del carbonato cálcico. Conforme las
gotitas de agua son expuestas al aire de la caverna, parte
del dióxido de carbono disuelto en el agua se escapa, causando la precipitación del carbonato cálcico.
Otra variedad de caliza inorgánica es la caliza oolítica. Se trata de una roca compuesta por pequeños granos
esféricos denominados ooides. Los ooides se forman en
aguas marinas someras a medida que diminutas partículas
«semilla» (normalmente pequeños fragmentos de caparazón) son movidos hacia adelante y hacia atrás por las corrientes. Conforme los granos ruedan en el agua caliente,
que está supersaturada de carbonato cálcico, se recubren
con una capa tras otra del precipitado.
Dolomía
Muy relacionada con la caliza está la dolomía, una roca
compuesta del mineral dolomita, un carbonato cálcicomagnésico. Aunque la dolomía puede formarse por precipitación directa del agua del mar, probablemente la mayoría se origina cuando el magnesio del agua del mar
reemplaza parte del calcio de la caliza. La última hipótesis se ve reforzada por el hecho de que prácticamente no
se encuentra dolomía reciente. Antes bien, la mayoría es
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Rocas sedimentarias químicas
roca antigua en la que hubo tiempo de sobra para que el
magnesio sustituyera al calcio.
Rocas silíceas (sílex)
Se trata de una serie de rocas muy compactas y duras compuestas de sílice (SiO2) microcristalina. Una forma bien conocida es el pedernal, cuyo color oscuro es consecuencia de
la materia orgánica que contiene. El jaspe, una variedad
roja, debe su color brillante al óxido de hierro que contiene. A la forma bandeada se la suele denominar ágata.
Los depósitos de rocas silíceas se encuentran fundamentalmente en una de las siguientes situaciones: como
nódulos de forma irregular en la caliza y como capas de
roca. La sílice, que compone muchos nódulos de cuarzo,
puede haberse depositado directamente del agua. Estos
nódulos tienen un origen inorgánico. Sin embargo, es improbable que un porcentaje muy grande de capas de rocas silíceas precipitaran directamente desde el agua del
mar, porque el agua de mar rara vez está saturada de sílice. Por consiguiente, se piensa que los estratos de rocas silíceas se han originado en gran medida como sedimentos
bioquímicos.
La mayoría de los organismos acuáticos que producen partes duras las fabrican de carbonato cálcico. Pero algunos, como las diatomeas y los radiolarios, producen esqueletos de sílice de aspecto vítreo. Estos diminutos
organismos son capaces de extraer la sílice aun cuando el
agua de mar contenga sólo cantidades ínfimas. Se cree
que a partir de sus restos se originaron la mayoría de las
capas de rocas silíceas.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Son las diatomeas un ingrediente de la tierra
diatomítica, que se utiliza en los filtros de las
piscinas?
Las diatomeas no sólo se utilizan en los filtros de las piscinas,
sino que también se emplean en varios productos cotidianos,
como la pasta de dientes (¡sí, nos cepillamos los dientes con
los restos de organismos microscópicos muertos!). Las diatomeas segregan paredes de sílice en una gran variedad de formas que se acumulan como sedimentos en cantidades enormes. Dado que es ligera, químicamente estable, tiene un área
de superficie elevada y es muy absorbente, la tierra diatomácea tiene muchos usos prácticos. Los principales usos de las
diatomeas son: filtros (para refinar el azúcar, colar la levadura de la cerveza y filtrar el agua de las piscinas); abrasivos suaves (en los compuestos de limpieza y pulido del hogar y las esponjas faciales); y absorbentes (para vertidos químicos).
211
Algunos estratos de estos materiales aparecen asociados con coladas de lava y capas de ceniza volcánica.
Debido a ello es probable que la sílice derivase de la descomposición de la ceniza volcánica y no de fuentes bioquímicas. Nótese que cuando se está examinando una
muestra de mano de roca silícea, hay pocos criterios fiables por medio de los cuales poder determinar el modo
de origen (inorgánico frente a bioquímico).
Como el vidrio, la mayoría de las rocas silíceas tienen una fractura concoide. Su dureza, fácil astillamiento,
y la posibilidad de conservar un borde afilado hicieron que
estos minerales fueran los favoritos de los indígenas americanos para la fabricación de «puntas» para arpones y
flechas. Debido a su durabilidad y a su uso intensivo, se
encuentran «puntas de flecha» en muchas partes de Norteamérica.
Evaporitas
Muy a menudo, la evaporación es el mecanismo que desencadena la sedimentación de precipitados químicos.
Entre los minerales precipitados normalmente de esta
manera se cuentan la halita (cloruro sódico, NaCl), el
componente principal de la salgema, y el yeso (sulfato
cálcico hidratado, CaSO4·2H2O), el principal ingrediente de la roca yeso. Los dos tienen una importancia
significativa. La halita nos resulta familiar a todos como
la sal común utilizada para cocinar y sazonar los alimentos. Por supuesto, tiene muchos otros usos, desde la
fusión del hielo en las carreteras hasta la fabricación de
ácido clorhídrico, y ha sido considerada lo bastante importante a lo largo de la historia de la humanidad como
para que la gente la haya buscado, comercializado y luchado por ella. El yeso es el ingrediente básico de la argamasa. Este material se utiliza mucho en la industria de
la construcción para las paredes interiores y exteriores.
En el pasado geológico, muchas áreas que ahora son
tierras secas eran cuencas, sumergidas bajo brazos someros de un mar que tenía sólo conexiones estrechas con el
océano abierto. Bajo estas condiciones, el agua del mar entraba continuamente en la bahía para sustituir el agua perdida por evaporación. Finalmente el agua de la bahía se saturaba y se iniciaba la deposición de sal. Estos depósitos
se denominan evaporitas.
Cuando se evapora un volumen de agua salada, los
minerales que precipitan lo hacen en una secuencia que
viene determinada por su solubilidad. Precipitan primero
los minerales menos solubles y al final, conforme aumenta la salinidad, precipitan los más solubles. Por ejemplo,
el yeso precipita cuando se ha evaporado alrededor de los
dos tercios a las tres cuartas partes del agua del mar, y la
halita se deposita cuando han desaparecido nueve de cada
diez partes de agua. Durante las etapas tardías de este
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
proceso, precipitan las sales de potasio y de magnesio.
Una de esas sales de formación tardía, el mineral silvina,
se trabaja en las minas como una fuente significativa de
potasio («potasa») para fertilizantes.
A menor escala, pueden verse depósitos de evaporitas en lugares como el Valle de la Muerte, en California. Aquí, después de períodos de lluvia o de fusión de
la nieve en las montañas, las corrientes fluyen desde las
montañas circundantes a una cuenca cerrada. Conforme
se evapora el agua, se forman llanuras salinas cuando los
materiales disueltos precipitan formando una costra blanca sobre el terreno.
Carbón
El carbón es muy diferente de las otras rocas. A diferencia
de la caliza y de las rocas silíceas, que son ricas en sílice y
en calcita, el carbón está compuesto de materia orgánica.
Un examen de cerca del carbón con lupa revela a menudo estructuras vegetales, como hojas, cortezas y madera,
que han experimentado alteración química, pero siguen
siendo identificables. Esto apoya la conclusión de que el
carbón es el producto final derivado del enterramiento de
grandes cantidades de materia vegetal durante millones de
años (Figura 7.6).
La etapa inicial del proceso de formación del carbón
consiste en la acumulación de grandes cantidades de restos vegetales. Sin embargo, se precisan condiciones especiales para que se den esas acumulaciones, porque las plantas muertas se descomponen fácilmente cuando quedan
expuestas a la atmósfera o a otros ambientes ricos en oxígeno. Un ambiente importante que permite la acumulación de materia vegetal es el pantanoso.
El agua estancada de los pantanos es pobre en oxígeno, de manera que no es posible la descomposición
completa (oxidación) de la materia vegetal. En cambio, las
plantas son atacadas por ciertas bacterias que descomponen en parte el material orgánico y liberan oxígeno e hidrógeno. Conforme esos elementos escapan, aumenta de
manera gradual el porcentaje de carbono. Las bacterias no
son capaces de acabar el trabajo de descomposición porque son destruidas por los ácidos liberados por las plantas.
La descomposición parcial de los restos vegetales en
un pantano pobre en oxígeno crea una capa de turba: material marrón y blando en el cual todavía son fáciles de reconocer las estructuras vegetales. Con el enterramiento
somero, la turba se transforma lentamente en lignito, un
carbón blando y marrón. El enterramiento aumenta la
temperatura de los sedimentos así como la presión sobre
ellos.
Las temperaturas más elevadas producen reacciones
químicas dentro de la materia vegetal produciendo agua
y gases orgánicos (volátiles). A medida que aumenta la
carga por el depósito de una cantidad cada vez mayor de
sedimentos sobre el carbón en desarrollo, el agua y los volátiles escapan y aumenta la proporción de carbono fijado (el
material combustible sólido restante). Cuanto mayor es el
contenido de carbono, mayor es la energía que el carbón
produce como combustible. Durante el enterramiento, el
carbón se compacta también cada vez más. Por ejemplo,
el enterramiento más profundo transforma el lignito en
una roca negra más dura y compactada denominada hulla. En comparación con la turba a partir de la que se formó, el grosor de un estrato de hulla puede ser tan sólo de
una décima parte.
Los carbones lignito y hulla son rocas sedimentarias.
Sin embargo, cuando las capas sedimentarias son sometidas a plegamientos y deformaciones asociadas con la formación de montañas, el calor y la presión inducen una
pérdida ulterior de volátiles y agua, incrementando con
ello la concentración de carbono fijado. Este proceso
transforma por metamorfismo la hulla en antracita, una
roca metamórfica negra, brillante y muy dura. La antracita es un combustible limpio, pero se está explotando sólo
una cantidad relativamente pequeña, porque no es un carbón abundante y es más difícil y caro de extraer que las capas relativamente planas de hulla.
El carbón es un recurso energético importante. Su
papel como combustible y algunos de los problemas asociados con su combustión se tratan en el Capítulo 21.
Clasificación de las rocas
sedimentarias
El esquema de clasificación de la Figura 7.7 divide las rocas sedimentarias en dos grupos principales: detríticas y
químicas. Además, podemos ver que el criterio principal
para subdividir las rocas detríticas es el tamaño de los clastos, mientras que la base fundamental para distinguir entre rocas diferentes en el grupo químico es su composición
mineral.
Como ocurre con muchas clasificaciones (quizá la
mayoría) de los fenómenos naturales, las categorías presentadas en la Figura 7.7 son más rígidas de lo que ocurre
realmente en la naturaleza. En realidad, muchas de las rocas sedimentarias clasificadas en el grupo químico contienen también al menos pequeñas cantidades de sedimentos
detríticos. Muchas calizas, por ejemplo, contienen cantidades variables de limo o arena, lo que les proporciona una
calidad «arenosa» o «arcillosa». A la inversa, debido a que
prácticamente todas las rocas detríticas están cementadas
con material que estuvo originalmente disuelto en agua,
éstas también están muy lejos de ser «puras».
Como ocurrió al examinar las rocas ígneas en el Capítulo 4, la textura es importante para la clasificación de
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▲
Clasificación de las rocas sedimentarias
AMBIENTE PANTANOSO
Figura 7.6 Etapas sucesivas en la
formación del carbón.
TURBA
(Materia vegetal
parcialmente
alterada: cuando
se quema produce
mucho humo y
poca energía)
Enterramiento
Compactación
LIGNITO
(Carbón blando
y marrón; energía
moderada)
Mayor enterramiento
HULLA
(Carbón blando;
negro; principal
carbón utilizado en
la producción de
energía y en la
industria; gran
energía)
Compactación
METAMORFISMO
ANTRACITA
(Carbón negro,
duro; utilizado en
la industria; muy
energético)
Presión
las rocas sedimentarias. Se utilizan dos texturas principales para clasificar las rocas sedimentarias: clástica y no
clástica. El término clástica procede de una palabra griega que significa «roto». Las rocas que exhiben una textura
clástica están formadas por fragmentos discretos y clastos
que están cementados y compactados juntos. Aunque hay
cemento en los espacios comprendidos entre los clastos,
esas aperturas rara vez están completamente llenas. Todas
las rocas detríticas tienen una textura clásica. Además, algunas rocas sedimentarias químicas exhiben también esta
textura. Por ejemplo, la coquina, la caliza compuesta por
caparazones y fragmentos de caparazón, es obviamente
tan clástica como un conglomerado o una arenisca. Lo
mismo se aplica a algunas variedades de caliza oolítica.
Algunas rocas sedimentarias químicas tienen una
textura no clástica o cristalina en la cual los minerales
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
Rocas sedimentarias detríticas
Textura clástica
Tamaño del clasto
Rocas sedimentarias químicas
Nombre del sedimento
Nombre
de la roca
Grava
(clastos redondeados)
Conglomerado
Grava
(clastos angulosos)
Brecha
Textura
Composición
Caliza cristalina
No clástica:
cristalino de fino
a grueso
Grueso
(más de 2 mm)
Travertino
Arena
Medio
(de 1/16 a 2 mm)
Fino (de 1/16 a
1/256 mm)
Muy fino
(menos
de 1/256 mm)
(Si el feldespato es
abundante la roca se
denomina arcosa)
Limo
Arcilla
Nombre de la roca
Calcita, CaCO3
Arenisca
Limolita
Clástica: caparazones
y fragmentos de
caparazón visibles,
cementados
débilmente
Coquina
Clástica: caparazones
y fragmentos de
caparazón de diversos
tamaños cementados
con cemento de calcita
Caliza fosilífera
Clástica: caparazones
y arcilla microscópicos
Creta
Lutita
C
a
l
i
z
a
b
i
o
q
u
í
m
i
c
a
Cuarzo, SiO2
No clástica: cristalino
muy fino
Rocas silíceas (sílex)
(color claro)
Pedernal (color oscuro)
Yeso,
CaSO4•2H2O
No clástica: cristalino
de fino a grueso
Yeso
Halita, NaCl
No clástica: cristalino
de fino a grueso
Salgema
Fragmentos
vegetales
alterados
No clástica: materia
orgánica de grano fino
Hulla
▲ Figura 7.7 Identificación de las rocas sedimentarias. Las rocas sedimentarias se dividen en dos grupos principales, detríticas y químicas,
según el origen de sus sedimentos. El principal criterio para denominar las rocas sedimentarias detríticas es el tamaño de los clastos, mientras
que la distinción entre las rocas sedimentarias químicas se basa, primordialmente, en su composición mineral.
rentes de los encontrados en la mayoría de las rocas ígneas. Por ejemplo, la salgema, el yeso y algunas formas de caliza consisten en cristales intercrecidos, pero los minerales encontrados dentro de esas rocas (halita, yeso y calcita)
rara vez están asociados con las rocas ígneas.
TI
Rocas sedimentarias
Ambientes sedimentarios
▲
I
A
ERR
Ambientes sedimentarios
IE N C
forman un mosaico de cristales intercrecidos. Los cristales pueden ser microscópicos o suficientemente grandes
como para verse a simple vista sin aumento. Ejemplos comunes de rocas con texturas no clásticas son las sedimentadas cuando se evapora el agua de mar (Figura 7.8). Los
materiales que constituyen muchas otras rocas no clásticas pueden haberse originado en realidad como depósitos
detríticos. En esos casos, las partículas probablemente
consistían en fragmentos de caparazón u otras partes duras
ricas en carbonato cálcico o sílice. La naturaleza clástica
de los granos desapareció después o se difuminó debido a
que las partículas recristalizaron cuando se consolidaron
en caliza o sílex.
Las rocas no clásticas están compuestas por cristales intercrecidos, y algunas se parecen a las rocas ígneas,
que son también cristalinas. Los dos tipos de roca suelen
ser fáciles de distinguir porque los minerales contenidos
en las rocas sedimentarias no clásticas son bastante dife-
S D LA
E
Las rocas sedimentarias son importantes para la interpretación de la historia de la Tierra. Mediante la comprensión de las condiciones bajo las cuales se forman las rocas
sedimentarias, los geólogos pueden deducir a menudo la
historia de una roca, obteniendo información sobre el ori-
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Ambientes sedimentarios
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Aplicando el conocimiento minucioso de las condiciones presentes en la actualidad, los geólogos intentan reconstruir los ambientes antiguos y las relaciones geográficas de un área en el momento en que un conjunto
concreto de capas sedimentarias se depositó (véase Recuadro 7.2). Esos análisis llevan a menudo a la creación de
mapas, en los que se refleja la distribución geográfica de
la tierra y el mar, las montañas y los valles fluviales, los desiertos y los glaciares, y otros ambientes deposicionales. La
descripción precedente es un ejemplo excelente de la aplicación de un principio fundamental de la Geología moderna, a saber: «el presente es la clave del pasado»*.
Tipos de ambientes sedimentarios
Vista de cerca
▲ Figura 7.8 Como otras evaporitas, esta muestra de salgema se
dice que tiene una textura no clástica porque está compuesta de
un intercrecimiento de cristales.
gen de los clastos que las componen, el tipo y la duración
de su transporte, y la naturaleza del lugar donde los granos acabaron por reposar; es decir, el ambiente deposicional. (Figura 7.9).
Un ambiente deposicional o ambiente sedimentario es simplemente un punto geográfico donde se acumulan los sedimentos. Cada lugar se caracteriza por una
combinación particular de procesos geológicos y condiciones ambientales. Algunos sedimentos, como los sedimentos químicos que precipitan en cuerpos acuáticos, son
únicamente el producto de su ambiente sedimentario. Es
decir, los minerales que los componen se originaron y se
depositaron en el mismo lugar. Otros sedimentos se forman lejos del lugar donde se acumulan. Estos materiales
son transportados a grandes distancias de su origen por
una combinación de gravedad, agua, viento y hielo.
En cualquier momento la situación geográfica y las
condiciones ambientales de un ambiente sedimentario determinan la naturaleza de los sedimentos que se acumulan. Por consiguiente, los geólogos estudian atentamente
los sedimentos en los ambientes deposicionales actuales
porque los rasgos que encuentran también pueden observarse en rocas sedimentarias antiguas.
Los ambientes sedimentarios suelen estar localizados en
una de las tres categorías: continental, marina o de transición (línea de costa). Cada categoría incluye muchos
subambientes específicos. La Figura 7.9 es un diagrama
idealizado que ilustra algunos ambientes sedimentarios
importantes asociados con cada categoría. Nótese que
es tan sólo una muestra de la gran diversidad de ambientes deposicionales. El resto de esta sección proporciona una breve descripción de cada categoría. En los
Capítulos 16 a 20 se examinarán muchos de estos ambientes en detalle. Cada uno consiste en un área donde
el sedimento se acumula y donde los organismos viven y
mueren. Cada uno produce una roca o una agrupación
sedimentaria característica que refleja las condiciones
predominantes.
Ambientes continentales Los ambientes continentales están dominados por la erosión y la deposición asociadas a
corrientes. En algunas regiones frías, las masas de hielo
glacial en movimiento sustituyen el agua corriente como
proceso dominante. En las regiones áridas (así como en algunos puntos litorales) el viento asume mayor importancia. Es evidente que la naturaleza de los sedimentos depositados en los ambientes continentales recibe una fuerte
influencia del clima.
Las corrientes son el agente dominante de la alteración del paisaje, erosionando más tierra y transportando
y depositando más sedimentos que cualquier otro proceso. Además de los depósitos fluviales, se depositan grandes cantidades de sedimentos cuando las crecidas periódicas inundan valles amplios y llanos (denominados
llanuras de inundación). Donde emergen corrientes rápidas
de un área montañosa hacia una superficie más llana, se
forma una acumulación sedimentaria en forma de cono inconfundible conocida como abanico aluvial.
* Véase el apartado «Nacimiento de la Geología moderna» en el Capítulo 1 para ampliar esta idea.
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
▲
Figura 7.9 Los ambientes
sedimentarios son aquellos lugares
donde se acumulan los sedimentos.
Cada uno se caracteriza por ciertas
condiciones físicas, químicas y
biológicas. Dado que cada sedimento
contiene pistas sobre el ambiente en
el cual se depositó, las rocas
sedimentarias son importantes para
la interpretación de la historia de la
Tierra. En este diagrama idealizado se
muestra una serie de ambientes
sedimentarios importantes:
continental, transicional y marino.
Dunas de arena
Playa
Lago
Estuario
Flecha litoral
Abanicos
submarinos
Corriente de turbidez
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Ambientes sedimentarios
Abanicos aluviales
Depósitos glaciares
Llanura
salina
Lago
de playa
Corriente encauzada
Pantano
Llanura de
inundación
Delta
Laguna
Arrecife
Isla
barrera
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
▲
Recuadro 7.2
La Tierra como sistema
Sabemos que las partes del sistema Tierra
están relacionadas de modo que un cambio en una parte puede provocar cambios
en cualquiera o en todas las demás partes.
En este breve ejemplo, vemos un caso en
el que los cambios en el clima y las temperaturas oceánicas se reflejan en la naturaleza de la vida marina.
Cuando se recuperan los sedimentos
bioquímicos producidos por los organismos microscópicos del fondo oceánico,
se pueden utilizar como datos substitutivos para analizar los climas del pasado.
Los registros climáticos fiables se remontan a hace tan sólo un par de cientos de años, como mucho. ¿Cómo conocen los científicos los climas y los
cambios climáticos anteriores a este período? La respuesta evidente es que deben reconstruir los climas del pasado a
partir de pruebas indirectas; es decir, deben examinar y analizar fenómenos que
responden a las condiciones atmosféricas cambiantes y las reflejan. Una técnica interesante e importante para analizar la historia del clima terrestre es el
estudio de los sedimentos procedentes
del fondo oceánico.
▲
El uso de los sedimentos del fondo oceánico para aclarar los climas
del pasado
Figura 7.C Partes duras microscópicas
de radiolarios y foraminíferos. Esta
fotografía microscópica ha sido ampliada
cientos de veces. Estos organismos son
sensibles incluso a pequeñas fluctuaciones
en las condiciones ambientales. (Foto
cortesía de Deep Sea Drilling Project,
Scripps Institution of Oceanography,
Universidad de California, San Diego.)
(la interfase océano-atmósfera). Cuando
estos organismos de las proximidades de la
superficie mueren, sus caparazones se depositan lentamente en el fondo oceánico,
donde pasan a formar parte del registro
sedimentario (Figura 7.C). Una razón por
la que los sedimentos del fondo oceánico
son registros útiles de los cambios climáticos mundiales es que las cantidades y los
tipos de organismos que viven cerca de la
superficie marina cambian conforme cambia el clima. Richard Foster Flint explica
este principio de la siguiente manera:
Aunque los sedimentos del fondo oceánico son de muchos tipos, la mayoría
contienen los restos de organismos que
antes vivían cerca de la superficie marina
En localizaciones frías de alta latitud o elevada altitud, los glaciares recogen y transportan grandes volúmenes de sedimentos. Los materiales depositados directamente del hielo suelen ser mezclas desordenadas
de partículas con tamaños que oscilan entre las arcillas
y los bloques. El agua procedente de la fusión de los glaciares transporta y redeposita algunos de los sedimentos glaciares, creando acumulaciones estratificadas, ordenadas.
La obra del viento y los depósitos resultantes se
llaman eólicos, por Eolo, el dios griego del viento. A diferencia de los depósitos glaciares, los sedimentos eólicos están bien clasificados. El viento puede levantar el
polvo fino hacia la atmósfera y transportarlo a grandes
distancias. Donde los vientos son fuertes y la superficie
no está fijada por la vegetación, la arena es transportada más cerca del suelo, donde se acumula en dunas. Los
desiertos y las costas son lugares habituales de este tipo
de depósito.
Cabría esperar que en cualquier área
de la interfase océano/atmósfera la
temperatura anual media del agua superficial del océano se aproxime a la
de la atmósfera contigua. El equili-
Además de ser áreas donde a veces se desarrollan las
dunas, las cuencas desérticas son lugares donde ocasionalmente se forman lagos playa poco profundos tras fuertes lluvias o períodos de fusión de la nieve en las montañas adyacentes. Se secan con rapidez, y algunas veces dejan
atrás evaporitas y otros depósitos característicos. En las regiones húmedas los lagos son estructuras más duraderas y
sus aguas tranquilas son excelentes trampas para los sedimentos. Los pequeños deltas, las playas y las barras se
forman a lo largo de la orilla del lago, y los sedimentos más
finos acaban reposando en el fondo del lago.
Ambientes marinos Los ambientes deposicionales marinos se dividen en función de su profundidad. El ambiente
marino somero alcanza profundidades de unos 200 metros
y se extiende desde la orilla hasta la superficie externa de la
plataforma continental. El ambiente marino profundo se encuentra mar adentro, a profundidades superiores a los 200
metros más allá de la plataforma continental.
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Ambientes sedimentarios
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brio térmico establecido entre el agua
marina de la superficie y el aire situado por encima debería significar
que… los cambios en el clima deberían reflejarse en cambios en los organismos que viven cerca de la superficie de las profundidades marinas…
Si recordamos que los sedimentos
del fondo oceánico de vastas áreas
del océano consisten principalmente
en caparazones de foraminíferos pelágicos, y que estos animales son sensibles a las variaciones de temperatura del agua, la conexión entre estos
sedimentos y los cambios climáticos
se hace evidente*.
Por tanto, al intentar comprender el
cambio climático, así como otras transformaciones ambientales, los científicos
están utilizando la enorme reserva de datos de los sedimentos del fondo oceánico.
Los testigos de sondeo de los sedimentos
recogidos por los barcos de perforación y
otros buques de investigación han proporcionado datos valiosísimos que han
ampliado considerablemente nuestro conocimiento y nuestra comprensión de los
climas del pasado (Figura 7.D).
Un ejemplo notable de la importancia de
los sedimentos del fondo oceánico para
* Glacial and Quaternary Geology (Nueva York: Wiley,
1971), pág. 718.
▲ Figura 7.D Los científicos examinan el testigo de sondeo de un sedimento a bordo del
JOIDES Resolution, el buque de perforación del Ocean Drilling Program. El fondo oceánico
representa una enorme reserva de datos referentes al cambio ambiental global. (Foto
cortesía del Ocean Drilling Program.)
nuestra comprensión del cambio climático
está relacionado con el esclarecimiento de
las condiciones atmosféricas fluctuantes del
Período Glaciar. El registro de cambios de
temperatura contenido en los testigos de
sondeo de sedimentos procedentes del fon-
El ambiente marino somero rodea todos los continentes del mundo. Su anchura varía mucho, desde ser
prácticamente inexistente en algunos lugares a extenderse hasta 1.500 kilómetros en otros puntos. En general, esta
zona tiene una anchura aproximada de 80 kilómetros. El
tipo de sedimentos depositados aquí depende de varios
factores, como la distancia de la orilla, la elevación de la
zona de tierra adyacente, la profundidad del agua, la temperatura del agua y el clima.
Debido a la erosión continua del continente adyacente, el ambiente marino poco profundo recibe grandes cantidades de sedimentos derivados de la tierra
emergida. Cuando la entrada de este sedimento es pequeña y los mares son relativamente cálidos, los barros
ricos en carbonato pueden ser el sedimento predominante. La mayor parte de este material está formado por
los restos esqueléticos de los organismos secretores de
carbonato mezclados con precipitados inorgánicos. Los
arrecifes de coral también se asocian con ambientes ma-
do oceánico han resultado ser esenciales
para nuestra comprensión actual de este período reciente de la historia de la Tierra**.
** Para más información sobre este tema, véase «Causas de las glaciaciones», en el Capítulo 18.
rinos cálidos y poco profundos. En las regiones cálidas
donde el mar ocupa una cuenca con circulación restringida, la evaporación provoca la precipitación de los materiales solubles y la formación de depósitos de evaporitas marinas.
Los ambientes marinos profundos son todos los fondos oceánicos profundos. Alejadas de las masas continentales, las partículas minúsculas procedentes de muchas
fuentes permanecen a la deriva durante mucho tiempo. De
manera gradual, estos pequeños granos «caen» sobre el
fondo oceánico, donde se acumulan muy lentamente. Son
excepciones importantes los potentes depósitos de sedimentos relativamente gruesos que aparecen en la base del
talud continental. Estos materiales descienden de la plataforma continental como corrientes de turbidez —masas
densas compuestas de sedimentos y agua e impulsadas por
la gravedad—. En el Recuadro 7.3 se tratan más detenidamente los sedimentos que se acumulan en los ambientes marinos.
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
▲
Recuadro 7.3
Entender la Tierra
Naturaleza y distribución de los sedimentos del fondo oceánico
Excepto en las zonas escarpadas del talud
continental y en las zonas cercanas a la
cresta del sistema de dorsales oceánicas, la
mayor parte del fondo oceánico está cubierta por sedimentos (Figura 7.E). Una
parte de este material ha sido depositada
por corrientes de turbidez, mientras que
una gran parte del resto se ha depositado
lentamente en el fondo oceánico desde
arriba (véase Figura 7.11).
Los sedimentos del fondo oceánico
pueden clasificarse según su origen en
tres grandes categorías: (1) terrígenos (terra tierra; generare producir), (2) biógenos (bio vida; generare producir), y
(3) hidrogénicos (hydros agua; generare producir). Aunque cada categoría se
trata por separado, los sedimentos del
fondo oceánico suelen tener orígenes distintos y, por tanto, son mezclas de varios
tipos de sedimentos.
Los sedimentos terrígenos están formados principalmente por granos minerales que fueron meteorizados de las rocas continentales y transportados hasta el
océano. Los clastos más grandes (grava y
arena) suelen depositarse rápidamente
cerca de la orilla, mientras que los clastos
más finos (partículas microscópicas del
tamaño de la arcilla) pueden tardar años
en depositarse en el fondo oceánico y
pueden ser transportados por las corrientes oceánicas a miles de kilómetros.
Terrígenos
Depósitos de grano
grueso cercanos a la orilla
Arcilla abisal
Biógenos
Barro calcáreo
Barro silíceo
▲ Figura 7.E Distribución de los sedimentos marinos. Los depósitos terrígenos de grano
grueso predominan en las zonas de los márgenes continentales, mientras que el material
terrígeno de grano fino (arcilla abisal) es común en zonas más profundas de las cuencas
oceánicas. Sin embargo, los depósitos de océano profundo están dominados por los
fangos calcáreos, que se encuentran en las porciones someras de las zonas de océano
profundo a lo largo de la dorsal centrooceánica. Los fangos silíceos se hallan debajo de las
áreas de productividad biológica extraordinariamente alta como la Antártida y el Pacífico
ecuatoriano y el océano Índico. Los sedimentos hidrogénicos comprenden sólo una
proporción pequeña de los depósitos del océano.
Como consecuencia, prácticamente todas
las partes del océano reciben algún sedimento terrígeno. La velocidad a la que se
acumulan estos sedimentos en el fondo
oceánico profundo, sin embargo, es muy
lenta. Para formar una capa de arcilla abi-
Ambientes de transición La línea de costa es la zona de
transición entre los ambientes marino y continental. Aquí
se encuentran los depósitos conocidos de arena y grava denominados playas. Las llanuras mareales cubiertas de barro
son cubiertas alternativamente por capas poco profundas
de agua y luego son expuestas al aire conforme las mareas suben y bajan. A lo largo y cerca de la costa, el trabajo
de las olas y las corrientes distribuye la arena, creando flechas litorales, cordones litorales e islas barrera. Los cordones
litorales y los arrecifes crean albuferas. Las aguas más tranquilas de estas áreas protegidas son otro lugar de sedimentación en la zona de transición.
Los deltas se cuentan entre los depósitos más importantes asociados a los ambientes de transición. Las
acumulaciones complejas de sedimentos se forman hacia
sal de un centímetro de grosor, por ejemplo, hacen falta hasta 50.000 años. Por el
contrario, en los márgenes continentales
cercanos a las desembocaduras de los
grandes ríos, los sedimentos terrígenos se
acumulan con rapidez y forman depósitos
el mar cuando los ríos experimentan una pérdida abrupta
de velocidad y depositan su carga de derrubios detríticos.
Facies sedimentarias
Cuando se estudia una serie de capas sedimentarias, se
pueden ver los cambios sucesivos de las condiciones
ambientales que hubo en un lugar concreto con el paso
del tiempo. También pueden verse los cambios de los
ambientes pasados si se sigue la pista de una unidad individual de roca sedimentaria lateralmente. Esto es así
porque, en cualquier momento, pueden existir muchos
ambientes sedimentarios diferentes a lo largo de un área
amplia. Por ejemplo, cuando la arena se acumula en un
ambiente de playa, los limos más finos suelen depositarse
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Estructuras sedimentarias
gruesos. En el Golfo de México, por
ejemplo, los sedimentos han alcanzado
una profundidad de muchos kilómetros.
Los sedimentos biógenos están compuestos por caparazones y esqueletos de
animales marinos y algas (véase Figura 7.C
en el Recuadro 7.2). La mayor parte de estos restos es producida por organismos microscópicos que viven en las aguas iluminadas por el sol cerca de la superficie
oceánica. Una vez estos organismos mueren, sus conchas «caen» de una manera constante y se acumulan en el suelo oceánico.
El sedimento biógeno más común es
el barro calcáreo (CaCO3), que, como su
nombre indica, tiene la consistencia del
fango grueso. Este sedimento se produce
a partir de las conchas de los organismos
como los cololitóforos (algas unicelulares) y
los foraminíferos (animales pequeños) que
habitan en las aguas superficiales cálidas.
Cuando las conchas calcáreas se hunden
lentamente en partes más profundas del
océano, empiezan a disolverse. Esto se
produce porque el agua marina más profunda y fría es rica en dióxido de carbono
y, por tanto, es más ácida que el agua caliente. A una profundidad superior a los
4.500 metros en el agua marina, las conchas calcáreas se disuelven por completo
antes de llegar al fondo. Por consiguiente, el fango calcáreo no se acumula en las
cuencas oceánicas profundas.
Otros sedimentos biógenos son el barro silíceo (SiO2) y el material rico en fosfato. El primero está compuesto principalmente por conchas de diatomeas (algas
221
unicelulares) y radiolarios (animales unicelulares) que prefieren las aguas superficiales más frescas, mientras que el último deriva de los huesos, los dientes y las escamas
de los peces y otros organismos marinos.
Los sedimentos hidrogénicos consisten en minerales que cristalizan directamente del agua marina mediante varias
reacciones químicas. Los sedimentos hidrogénicos representan una parte relativamente pequeña del total de sedimentos
oceánicos. No obstante, tienen composiciones muy distintas y se distribuyen en
diferentes ambientes deposicionales.
Algunos de los tipos más comunes de
sedimentos hidrogénicos son:
• Nódulos de manganeso, que son agregados redondeados y duros de manganeso, hierro y otros metales que
precipitan en capas concéntricas alrededor de un objeto central como
un canto volcánico o un grano de
arena (Figura 7.F).
• Carbonatos cálcicos, que se forman
por precipitación directamente del
agua marina en climas cálidos. Si
este material queda enterrado se endurece y forma caliza. Sin embargo,
la mayor parte de la caliza está compuesta de sedimentos biógenos.
• Sulfuros metálicos, que suelen precipitar como revestimientos de las
rocas cercanas a las chimeneas asociadas con la cresta de la dorsal
centrooceánica que arroja agua caliente rica en minerales. Estos de-
en aguas costeras más tranquilas. Aún más lejos, quizá en
una zona donde la actividad biológica es grande y los sedimentos derivados del continente, escasos, los depósitos consisten fundamentalmente en restos calcáreos de
pequeños organismos. En este ejemplo, se acumulan al
mismo tiempo diferentes sedimentos adyacentes unos a
otros. Cada unidad posee un conjunto distintivo de características que reflejan las condiciones de un ambiente particular. Para describir ese conjunto de sedimentos, se utiliza el término facies. Cuando se examina una
unidad sedimentaria en una sección transversal desde un
extremo a otro, cada facies pasa gradualmente en sentido lateral a otra que se formó al mismo tiempo, pero que
exhibe características diferentes (Figura 7.10). Normalmente, la fusión de las facies adyacentes tiende a ser una
▲ Figura 7.F Nódulos de manganeso
fotografiados a una profundidad de 2.909
brazas (5.323 metros) por debajo del
Robert Conrad, al sur de Tahití. (Foto
cortesía de Lawrence Sullivan, LamontDoherty Earth Observatory/Universidad de
Columbia.)
pósitos contienen hierro, níquel,
cobre, zinc, plata y otros metales
en proporciones variables.
• Evaporitas, que se forman donde las
velocidades de evaporación son altas
y hay una circulación restringida del
océano abierto. Conforme el agua
se evapora de estas zonas, el agua
marina restante se satura con los
minerales disueltos, que entonces
empiezan a precipitar.
transición gradual, antes que un límite claro, pero a veces ocurren cambios bruscos.
Estructuras sedimentarias
Además de las variaciones en el tamaño del grano, la composición mineral y la textural, los sedimentos exhiben una
variedad de estructuras. Algunos, como la estratificación
gradada, se crean cuando los sedimentos se están acumulando y son un reflejo del medio de transporte. Otros,
como las grietas de desecación, se forman después de que los
materiales se hayan depositado y son consecuencia de procesos que ocurren en el ambiente. Cuando están presentes, las estructuras sedimentarias proporcionan informa-
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
▲
Figura 7.10 Cuando se sigue la pista a
una capa sedimentaria, podemos encontrar
que está compuesta por varios tipos
diferentes de roca. Quizás esto puede que
ocurra porque pueden existir muchos
ambientes sedimentarios al mismo tiempo a
lo largo de una amplia área. El término facies
se utiliza para describir dicho conjunto de
rocas sedimentarias. Cada facies se
transforma gradualmente en sentido lateral
en otra que se formó al mismo tiempo, pero
en un ambiente diferente.
Facies
de calizas
ción adicional que puede ser útil para la interpretación de
la historia de la Tierra.
Las rocas sedimentarias se forman conforme se acumula capa sobre capa de sedimento en varios ambientes
deposicionales. Esas capas, denominadas estratos, son
probablemente el rasgo más común y característico de las rocas sedimentarias. Cada estrato es único. Puede tratarse de
una arenisca gruesa, de una caliza rica en fósiles o de una
lutita negra, y así sucesivamente. Las variaciones en la
textura, la composición y la potencia reflejan las diferentes condiciones bajo las cuales se depositó cada capa.
La potencia de los estratos oscila entre un valor microscópico y decenas de metros. Separando los estratos se
encuentran los planos de estratificación, superficies planas a lo largo de las cuales las rocas tienden a separarse o
romperse. Cambios en el tamaño del grano o en la composición del sedimento que se está depositando pueden
crear planos de estratificación. Pausas en la sedimentación
pueden conducir también a la estratificación porque los
cambios son tan ligeros que el material recién depositado
será exactamente el mismo que el sedimento previamente depositado. En general, cada plano de estratificación
marca el final de un episodio de sedimentación y el comienzo de otro.
Dado que los sedimentos suelen acumularse como
clastos que se depositan a partir de un fluido, la mayoría
de los estratos se deposita originalmente en forma de capas horizontales. Hay circunstancias, sin embargo, en las
cuales los sedimentos no se acumulan en estratos horizontales. A veces, cuando se examina un estrato de roca sedimentaria, se ven capas dentro de él que están inclinadas
con respecto a la horizontal. Cuando esto ocurre, se habla de estratificación cruzada y es característico de las
dunas de arena, los deltas y ciertos depósitos de canal en
los ríos.
Los estratos gradados representan otro tipo especial de estratificación. En este caso, las partículas situadas en el interior de una sola capa sedimentaria cambian gradualmente de gruesas a finas desde la parte
inferior a la superior. Los estratos gradados son en su
mayoría característicos del depósito rápido en agua que
Facies
de lutitas
Facies
de areniscas
contiene sedimentos de tamaños variables. Cuando una
corriente experimenta una pérdida de energía, los clastos mayores sedimentan primero, seguidos por los granos sucesivamente más finos. La sedimentación de un
estrato gradado se asocia casi siempre con una corriente
de turbidez, una masa de agua cargada de sedimento, que
es más densa que el agua limpia y que se desplaza pendiente abajo a lo largo del fondo de un lago o un océano
(Figura 7.11).
Cuando los geólogos examinan las rocas sedimentarias, pueden deducir muchas cosas. Un conglomerado,
por ejemplo, puede indicar un ambiente de gran energía,
como una zona de rompientes o una gran corriente, donde sólo los materiales gruesos se depositan y las partículas más finas se mantienen en suspensión. Si la roca es la
arcosa, quizá signifique un clima seco, donde es posible
poca alteración química del feldespato. La lutita carbonácea indica un ambiente rico en componentes orgánicos y
de baja energía, como un pantano o una laguna.
Otros rasgos encontrados en algunas rocas sedimentarias proporcionan también pistas sobre los ambientes en el pasado. Las rizaduras son pequeñas ondulaciones de arena que se desarrollan en la superficie de
una capa de sedimento por la acción del agua o el aire en
movimiento. Las crestas forman ángulos rectos con respecto a la dirección del movimiento. Si las rizaduras se
formaron por el movimiento del aire o el agua en una dirección esencialmente, su forma será asimétrica. Estas
rizaduras de corriente tendrán lados más empinados en la
dirección de descenso de la corriente y pendientes más
graduales en el lado de corriente ascendente. Las rizaduras producidas por una corriente que fluye a través de
un canal arenoso o por el viento que sopla sobre una
duna de arena son dos ejemplos comunes de rizaduras de
corriente. Cuando se presentan en la roca, pueden utilizarse para determinar la dirección del movimiento de
antiguas corrientes de agua o de viento. Otras rizaduras
tienen forma simétrica y se denominan rizaduras de oscilación. Son consecuencia del movimiento hacia delante y
hacia atrás de las olas superficiales en un ambiente somero próximo a la costa.
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Resumen
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Corriente de turbidez
Cañones
submarinos
Turbiditas
Corriente
de turbidez
Abanicos
submarinos
Estratificación gradada
▲ Figura 7.11 Las corrientes de turbidez son movimientos descendentes de agua densa, cargada de sedimentos. Se crean cuando la arena
y el barro de la plataforma y el talud continentales se desprenden y se quedan en suspensión. Dado que esta agua que contiene barro es más
densa que el agua marina normal, fluye en dirección descendente, erosionando y acumulando más sedimentos. Las capas depositadas por
estas corrientes se denominan turbiditas. Cada evento produce una sola capa caracterizada por una disminución del tamaño de los
sedimentos de arriba a abajo, estructura conocida con el nombre de estratificación gradada.
Las grietas de desecación indican que el sedimento en el cual se formaron estuvo alternativamente húmedo y seco. Cuando queda expuesto al aire, el barro húmedo se seca y se encoge, produciendo grietas. Las grietas de
desecación se asocian con ambientes como los lagos someros y las cuencas desérticas*.
* La sección titulada «Fósiles: evidencias de vida en el pasado», del Capítulo 9, contiene una discusión más detallada del papel de los fósiles en
la interpretación de la historia de la Tierra.
Los fósiles, restos de vida prehistórica, son inclusiones importantes en los sedimentos y las rocas sedimentarias. Son herramientas importantes para interpretar
el pasado geológico. Conocer la naturaleza de las formas
vivas que existieron en un momento concreto ayuda a los
investigadores a comprender las condiciones ambientales
del pasado. Además, los fósiles son indicadores cronológicos importantes y desempeñan un papel clave en la correlación de las rocas de edades similares que proceden de
diferentes lugares.
Resumen
• Las rocas sedimentarias consisten en sedimentos que, en
la mayoría de los casos, se han litificado para formar
rocas sólidas mediante los procesos de compactación
y cementación. El sedimento tiene dos orígenes principales: (1) como material detrítico, que se origina y
es transportado en forma de clastos a partir de la
meteorización mecánica y química, que, cuando se
litifican, forman las rocas sedimentarias detríticas, y
(2) a partir de material soluble producido fundamentalmente por meteorización química, que, cuando precipita, forma las rocas sedimentarias químicas.
• Por diagénesis se entienden todos los cambios físicos,
químicos y biológicos que tienen lugar después del depósito de los sedimentos, así como durante y después
del momento en el que se convierten en roca sedi-
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CAPÍTULO 7
Rocas sedimentarias
mentaria. El enterramiento fomenta la diagénesis. La
diagénesis incluye la litificación.
• Por litificación se entienden los procesos mediante los
cuales los sedimentos no consolidados se transforman
en roca sedimentaria compacta. La mayoría de las rocas sedimentarias se litifican por medio de compactación
o cementación, o ambas. Se produce compactación
cuando el peso de los materiales suprayacentes comprime los sedimentos más profundos. La cementación, el proceso más importante por el cual los sedimentos se convierten en rocas sedimentarias, se
produce cuando los materiales cementantes solubles,
como la calcita, la sílice y el óxido de hierro, precipitan entre los granos del sedimento, rellenando los espacios
vacíos y aglutinando las partículas. Aunque la mayoría
de las rocas sedimentarias se litifican mediante compactación o cementación, ciertas rocas químicas, como
las evaporitas, se forman inicialmente como masas sólidas de cristales intercrecidos.
• El tamaño de clasto es la base fundamental para distinguir
entre sí las diversas rocas sedimentarias detríticas. El tamaño de los clastos de una roca detrítica indica la energía del medio que las transportó. Por ejemplo, la grava
es movida por ríos de caudales rápidos, mientras que se
necesita menos energía para transportar la arena. Entre
las rocas sedimentarias detríticas se incluye la lutita (partículas del tamaño del limo y la arcilla), la arenisca y el
conglomerado (cantos redondeados del tamaño de la grava) o la brecha (cantos angulosos del tamaño de la grava).
• La precipitación de los sedimentos químicos se produce de dos maneras: (1) por procesos inorgánicos como la
evaporación y la actividad química, o por (2) procesos orgánicos de organismos acuáticos que producen sedimentos de origen bioquímico. La caliza, la roca sedimentaria
química más abundante, se compone del mineral calcita (CaCO3) y se forma o bien por medios inorgánicos o
como consecuencia de procesos bioquímicos. Entre las
calizas inorgánicas se cuentan el travertino, que normalmente se observa en las cuevas, y la caliza oolítica, que
consiste en pequeños granos esféricos de carbonato cál-
cico. Otras rocas sedimentarias químicas comunes son la
dolomía (compuesta por el carbonato cálcico-magnésico
dolomita), las rocas silíceas (sílex) (compuestas por cuarzo
microcristalino), las evaporitas (como la salgema y el
yeso) y el carbón (lignito y hulla).
• Las rocas sedimentarias pueden dividirse en dos grupos principales: detríticas y químicas. Todas las rocas
detríticas tienen una textura clástica, que consiste en
fragmentos discretos y clastos que se cementan y compactan juntas. El principal criterio de subdivisión de
las rocas detríticas comunes son el conglomerado, la
arenisca y la lutita. La base fundamental para distinguir
las rocas del grupo químico entre sí es su composición
mineral. Algunas rocas químicas, como las depositadas cuando se evapora el agua del mar, tienen una textura no clástica en la cual los minerales forman un mosaico de cristales entrelazados. Sin embargo, en
realidad, muchas de las rocas sedimentarias clasificadas en el grupo químico contienen también al menos
pequeñas cantidades de sedimento detrítico. Entre las
rocas químicas comunes se cuentan la caliza, el yeso y
el carbón (por ejemplo, lignito y hulla).
• Los ambientes sedimentarios son aquellos lugares
donde se acumulan los sedimentos. Se agrupan en
continentales, marinos y de transición (líneas de costa). Cada uno se caracteriza por ciertas condiciones físicas, químicas y biológicas. Dado que el sedimento
contiene pistas sobre el ambiente en el cual se depositó, las rocas sedimentarias son importantes para la
interpretación de la historia de la Tierra.
• Las rocas sedimentarias son particularmente importantes para interpretar la historia de la Tierra porque, conforme se acumula una capa sobre otra de sedimento,
cada una de ellas registra la naturaleza del ambiente en
el cual se depositó el sedimento. Estas capas, denominadas estratos, son probablemente el rasgo más característico de las rocas sedimentarias. Otras características de
algunas rocas sedimentarias, como las rizaduras, las grietas de desecación, la estratificación cruzada y los fósiles, dan
también pistas sobre los ambientes del pasado.
Preguntas de repaso
1. ¿Cómo se compara el volumen de las rocas sedimentarias en la corteza terrestre con el volumen de
las rocas ígneas? ¿Están uniformemente distribuidas
las rocas sedimentarias por toda la corteza?
4. Enumere tres cementos comunes para las rocas sedimentarias. ¿Cómo puede identificarse cada uno?
2. ¿Qué es la diagénesis? Ponga un ejemplo.
5. ¿Qué minerales son más comunes en las rocas sedimentarias detríticas? ¿Por qué son tan abundantes
estos minerales?
3. La compactación es un proceso de litificación muy
importante, ¿con qué tamaño de sedimento?
6. ¿Cuál es la base fundamental para distinguir entre
las diversas rocas sedimentarias detríticas?
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Recursos de la web
7. ¿Por qué la lutita suele desmenuzarse con facilidad?
8. ¿Cómo están relacionados el grado de selección y
la redondez con el transporte de los granos de
arena?
9. Distinga entre conglomerados y brechas.
10. Distinga entre las dos categorías de rocas sedimentarias químicas.
11. ¿Qué son los depósitos de evaporitas? Nombre una
roca que sea una evaporita.
12. Cuando un volumen de agua de mar se evapora, los
minerales precipitan en un cierto orden. ¿Qué determina ese orden?
13. Cada una de las siguientes afirmaciones describe
una o más características de una roca sedimentaria
concreta. Para cada afirmación, indique la roca sedimentaria que se está describiendo.
a) Una evaporita utilizada para hacer argamasa.
b) Una roca detrítica de grano fino que exhibe fisilidad.
c) Arenisca de color oscuro que contiene clastos
angulosos así como arcilla, cuarzo y feldespato.
225
f ) Una variedad de caliza compuesta por pequeños
granos esféricos.
14. ¿En qué se diferencia el carbón de otras rocas sedimentarias bioquímicas?
15. ¿Cuál es la base fundamental para distinguir entre
una roca sedimentaria química y otras?
16. Distinga entre textura clástica y no clástica. ¿Qué
tipo de textura es común a todas las rocas sedimentarias detríticas?
17. Algunas rocas sedimentarias no clásticas se parecen
mucho a las rocas ígneas. ¿Cómo pueden distinguirse fácilmente?
18. Enumere tres categorías de ambientes sedimentarios. Ponga uno o más ejemplos de cada categoría.
19. ¿Por qué son útiles los sedimentos del fondo oceánico para estudiar los climas del pasado? (Véase Recuadro 7.2.)
20. Distinga entre los tres tipos básicos de sedimentos
del fondo oceánico. (Véase Recuadro 7.3.)
21. ¿Cuál es probablemente el rasgo más característico
de las rocas sedimentarias?
d) La roca sedimentaria química más abundante.
22. Distinga entre estratificación cruzada y estratificación gradada.
e) Una roca dura de color oscuro constituida por
cuarzo microcristalino.
23. ¿Cómo se diferencian las rizaduras de corriente de
las rizaduras de oscilación?
Términos fundamentales
ambiente deposicional
ambiente sedimentario
bioquímico
cementación
compactación
diagénesis
estratificación cruzada
estrato
estrato gradado
evaporita
facies
fisilidad
fósil
grieta de desecación
litificación
llanura salina
plano de estratificación
rizadura
roca sedimentaria
detrítica
roca sedimentaria química
sedimento
selección
textura clástica
textura cristalina
textura no clástica
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
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• Cuestionarios de repaso en línea.
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo
y rocas metamórficas
Metamorfismo
Factores del metamorfismo
El calor como factor metamórfico
Presión y esfuerzo diferencial
Fluidos químicamente activos
La importancia del protolito
Texturas metamórficas
Foliación
Texturas foliadas
Otras texturas metamórficas
Ambientes metamórficos
Metamorfismo térmico o de contacto
Metamorfismo hidrotermal
Metamorfismo regional
Otros tipos de metamorfismo
Zonas metamórficas
Variaciones de textura
Minerales índice y grado metamórfico
Metamorfismo y tectónica de placas
Ambientes metamórficos antiguos
Rocas metamórficas comunes
Rocas foliadas
Rocas no foliadas
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
F
uerzas compresivas de una magnitud inimaginable y
temperaturas de centenares de grados por encima de
las condiciones de la superficie predominaron quizá
durante miles o millones de años y provocaron la deformación. Bajo esas condiciones extremas, las rocas responden plegándose, fracturándose y fluyendo. En este capítulo se consideran las fuerzas tectónicas que forjan las rocas
metamórficas y cómo esas rocas cambian de aspecto, composición mineral y a veces incluso de composición química
media.
Extensas áreas de rocas metamórficas afloran en todos
los continentes en unas regiones relativamente planas denominadas escudos. Esas regiones metamórficas se encuentran en Canadá, Brasil, África, India, Australia y Groenlandia.
Además, las rocas metamórficas son un componente importante de muchos cinturones montañosos, entre ellos los Alpes y los Apalaches, donde constituyen una gran parte del
núcleo cristalino de esas montañas. Incluso las partes interiores estables de los continentes que están cubiertas por rocas sedimentarias están sustentadas sobre rocas basales metamórficas. En esos ambientes, las rocas metamórficas están
muy deformadas y presentan intrusiones de grandes masas
ígneas. De hecho, partes significativas de la corteza continental terrestre están compuestas por rocas metamórficas y
rocas ígneas.
A diferencia de algunos procesos ígneos y sedimentarios que tienen lugar en ambientes superficiales o próximos a la superficie, el metamorfismo casi siempre ocurre en
zonas profundas del interior de la Tierra, fuera de nuestra
observación directa. Pese a este obstáculo significativo, los
geólogos han desarrollado técnicas que les han permitido
aprender mucho sobre las condiciones bajo las cuales se
forman las rocas metamórficas. Por tanto, las rocas metamórficas proporcionan importantes datos sobre los procesos geológicos que actúan dentro de la corteza terrestre y
el manto superior.
I
TI
Rocas metamórficas
Introducción
▲
IE N C
A
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Metamorfismo
S D LA
E
Recordemos, de lo tratado en el apartado sobre el ciclo de
las rocas del Capítulo 1, que el metamorfismo es la transformación de un tipo de roca en otro. Las rocas metamórficas se forman a partir de rocas ígneas, sedimentarias
o incluso de otras rocas metamórficas. Por tanto, todas las
rocas metamórficas tienen una roca madre: la roca a partir de la cual se formaron.
El metamorfismo, que significa «cambio de forma», es un proceso que provoca cambios en la mineralogía, la textura y, a menudo, la composición química de las
rocas. El metamorfismo tiene lugar cuando las rocas se someten a un ambiente físico o químico significativamente
diferente al de su formación inicial. Se trata de cambios de
temperatura y presión (esfuerzo) y la introducción de fluidos químicamente activos. En respuesta a esas nuevas condiciones, las rocas cambian gradualmente hasta alcanzar
un estado de equilibrio con el nuevo ambiente. La mayoría de los cambios metamórficos ocurren bajo las temperaturas y presiones elevadas que existen en la zona que empieza a unos pocos kilómetros por debajo de la superficie
terrestre y se extiende hacia el manto superior.
El metamorfismo suele progresar de manera incremental, desde cambios ligeros (metamorfismo de grado bajo)
a cambios notables (metamorfismo de grado alto). Por ejemplo, en condiciones de metamorfismo de grado bajo, la
roca sedimentaria común lutita se convierte en una roca
metamórfica más compacta denominada pizarra. Las
muestras de mano de ambas rocas son a veces difíciles de
distinguir, lo cual ilustra que la transición de sedimentaria a metamórfica suele ser gradual y los cambios pueden
ser sutiles.
En ambientes más extremos, el metamorfismo produce una transformación tan completa que no puede determinarse la identidad de la roca fuente. En el metamorfismo de grado alto, desaparecen rasgos como los planos
de estratificación, los fósiles y las vesículas que puedan haber existido en la roca original. Además, cuando las rocas
en zonas profundas (donde las temperaturas son elevadas)
son sometidas a presiones dirigidas, se deforman lentamente y se produce una gran variedad de texturas además
de estructuras a gran escala como los pliegues.
En los ambientes metamórficos más extremos, las
temperaturas se aproximan a las de fusión de las rocas. Sin
embargo, durante el metamorfismo la roca debe permanecer
esencialmente en estado sólido, pues si se produce la fusión
completa, entraríamos en el ámbito de la actividad ígnea.
La mayor parte del metamorfismo ocurre en uno de
estos tres ambientes:
1. Cuando una masa magmática intruye en las rocas, tiene lugar el metamorfismo de contacto o térmico. Aquí, el cambio es impulsado por un aumento de la temperatura en el interior de la roca
huésped que rodea una intrusión ígnea.
2. El metamorfismo hidrotermal implica alteraciones
químicas que se producen conforme el agua caliente rica en iones circula a través de las fracturas de las rocas. Este tipo de metamorfismo suele estar asociado con la actividad ígnea que
proporciona el calor necesario para provocar las
reacciones químicas y hacer circular estos fluidos
a través de la roca.
3. Durante la formación de montañas, grandes volúmenes de rocas están sometidas a presiones dirigidas y a las elevadas temperaturas asociadas
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Factores del metamorfismo
con deformaciones a gran escala, del denominado metamorfismo regional.
El metamorfismo regional, que produce el mayor volumen de rocas metamórficas, tiene lugar en los límites convergentes, donde las placas litosféricas colisionan (véase Figura 8.18). Aquí, grandes segmentos de la corteza terrestre
se pliegan, se fallan y se metamorfizan enormemente.
Además, el enterramiento profundo, junto con el emplazamiento de magmas que se originan en el manto, son los
responsables de las temperaturas elevadas que provocan
las zonas más intensas de metamorfismo. Las rocas deformadas por metamorfismo regional tienen frecuentemente zonas de metamorfismo de contacto, así como metamorfismo hidrotermal.
Después de considerar los factores del metamorfismo y algunas rocas metamórficas comunes, examinaremos
estos y otros ambientes metamórficos.
I
TI
Rocas metamórficas
Factores del metamorfismo
▲
IE N C
A
ERR
Factores del metamorfismo
S D LA
E
Los agentes del metamorfismo son el calor, la presión (esfuerzo) y los fluidos químicamente activos. Durante el metamorfismo, las rocas suelen estar sometidas simultáneamente a los tres agentes metamórficos. Sin embargo, el
grado de metamorfismo y la contribución de cada agente
varían mucho de un ambiente a otro.
El calor como factor metamórfico
El factor más importante del metamorfismo es el calor,
porque proporciona la energía que impulsa los cambios
químicos que provocan la recristalización de los minerales existentes o la formación de minerales nuevos. Recordemos del apartado de las rocas ígneas que un aumento de
la temperatura hace que los iones del interior de un mineral vibren con mayor rapidez. Incluso en un sólido cristalino, en el que los iones están unidos mediante enlaces
fuertes, este alto nivel de actividad permite que los átomos
individuales migren con mayor libertad dentro de la estructura cristalina.
Cambios provocados por el calor El calor afecta a los materiales terrestres, en especial a los que se forman en ambientes de bajas temperaturas, de dos maneras. En primer
lugar, fomenta la recristalización de granos minerales individuales, lo cual sucede, en particular, con las arcillas, los
sedimentos de grano fino y algunos precipitados químicos.
Las temperaturas más elevadas provocan la recristaliza-
229
ción cuando los granos más finos tienden a unirse y formar granos de mayor tamaño de la misma mineralogía.
En segundo lugar, el calor puede aumentar la temperatura de una roca hasta el punto en que uno o más de
sus minerales ya no son químicamente estables. En estos
casos, los iones constituyentes tienden a distribuirse en
estructuras cristalinas más estables en el nuevo ambiente
de alta energía. Las reacciones químicas de este tipo tienen como consecuencia la creación de nuevos minerales
con configuraciones estables que tienen una composición global más o menos equivalente a la de los minerales originales. (En algunos ambientes, los iones quizá migren hacia el interior o el exterior de una unidad rocosa,
modificando así su composición química general.)
En resumen, si tuviéramos que atravesar una región
de rocas metamórficas (situada en la superficie) desplazándonos en dirección al metamorfismo creciente, podríamos esperar observar dos cambios atribuibles en gran
medida al aumento de la temperatura. El tamaño del grano de las rocas se incrementaría y la mineralogía se transformaría de una manera gradual.
Fuentes de calor El calor que causa el metamorfismo de
las rocas procede principalmente de la energía liberada
por la desintegración radiactiva y la energía térmica almacenada en el interior de la tierra. Recordemos que las temperaturas aumentan con la profundidad a un ritmo conocido como gradiente geotérmico (geo Tierra; therm calor).
En la corteza superior, este incremento de la temperatura
oscila entre 20 °C y 30 °C por kilómetro (Figura 8.1). Por
tanto, las rocas que se formaron en la superficie terrestre
experimentarán un aumento gradual de la temperatura
conforme son transportadas (subducidas) a mayor profundidad (Figura 8.1). Cuando se entierran a una profundidad de unos 8 kilómetros, donde las temperaturas son de
150 °C a 200 °C, los minerales arcillosos tienden a inestabilizarse y empiezan a recristalizar en minerales como la
clorita y la moscovita, que son estables en este ambiente.
(La clorita es un mineral similar a la mica formado por el
metamorfismo de silicatos oscuros.) Sin embargo, muchos
silicatos, en especial los que se encuentran en las rocas ígneas cristalinas, como el cuarzo y el feldespato, permanecen estables a esas temperaturas. Por tanto, las transformaciones metamórficas de estos minerales ocurren, en
general, a profundidades mucho mayores.
Los ambientes donde las rocas pueden ser transportadas a grandes profundidades y calentarse son los bordes de placa convergentes, donde están siendo subducidos
fragmentos de corteza oceánica cargados de sedimentos.
Además, es posible que las rocas sean enterradas en grandes cuencas donde la subsidencia gradual da origen a acumulaciones muy gruesas de sedimentos (Figura 8.1). Se
sabe que en esos lugares, como por ejemplo el Golfo de
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
Las rocas de la corteza
poco profunda son
metamorfizadas por los
cuerpos magmáticos
ascendentes
Los sedimentos en subducción
son metamorfizados por
el aumento de la presión
y la temperatura
Cuenca
subsidente
300°C
600°C
Los estratos sedimentarios
profundamente enterrados
experimentan metamorfismo
Intrusiones
ígneas
300°C
600°C
900°C
1200°C
Gradiente
geotérmico
idealizado
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900°C
1200°C 100 km
200 km
▲ Figura 8.1 Ilustración del gradiente geotérmico y su papel en el metamorfismo. Obsérvese cómo el gradiente geotérmico disminuye por
la subducción de la litosfera oceánica comparativamente fría. Por el contrario, el calentamiento térmico es evidente cuando el magma intruye
en la corteza superior.
México, se desarrollan condiciones metamórficas cerca
de la base de la cuenca.
Además, las colisiones continentales, que causan el
engrosamiento de la corteza, hacen que las rocas queden
enterradas profundamente, donde las temperaturas elevadas pueden provocar la fusión parcial (Figura 8.21).
El calor también puede ser transportado desde el
manto hasta incluso las capas más someras de la corteza.
Las plumas ascendentes del manto, que afloran en las dorsales centrooceánicas, y el magma generado por la fusión
parcial del manto en las zonas de subducción son tres
ejemplos (Figura 8.1). En general, siempre que se forman
magmas y éstos ascienden a un ritmo lento hacia la superficie, se produce metamorfismo. Cuando intruye en
rocas relativamente frías en zonas poco profundas, el magma «cuece» la roca caja. Este proceso, denominado metamorfismo de contacto, se considerará más adelante en este
capítulo.
Presión y esfuerzo diferencial
La presión, como la temperatura, también aumenta con la
profundidad conforme aumenta el grosor de las rocas suprayacentes. Las rocas enterradas están sometidas a una
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Qué temperatura se alcanza en las profundidades
de la corteza?
El aumento de la temperatura con la profundidad, basado
en el gradiente geotérmico, puede expresarse de la siguiente manera: a más profundidad, más calor. Los mineros han
observado esta relación en las minas profundas y en los
sondeos. En la mina más profunda del mundo (la mina
Western Deep Levels, en Suráfrica, con 4 kilómetros de
profundidad), la temperatura de las rocas es tan elevada
que puede quemar la piel humana. De hecho, los mineros
suelen trabajar en parejas: uno extrae la roca y el otro hace
funcionar un gran ventilador que mantiene frío al compañero.
La temperatura es incluso más elevada en el fondo del
sondeo más profundo del mundo, que se completó en la
península Kola de Rusia en 1992 y que se adentra hasta
la distancia récord de 12,3 kilómetros. A esta profundidad
la temperatura es de 245 °C, mucho más elevada que el
punto de ebullición del agua. Lo que impide que el agua
hierva es la elevada presión de confinamiento que existe
a esa profundidad.
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Factores del metamorfismo
donde las placas litosféricas colisionan. Aquí, las fuerzas
que deforman la roca son desiguales en distintas direcciones y se las denomina esfuerzo diferencial. (En el
Capítulo 10 se trata con mayor profundidad el concepto
de esfuerzo, que es una fuerza por área de unidad.)
A diferencia de la presión de confinamiento, que
«comprime» la roca por igual en todas las direcciones, los
esfuerzos diferenciales son mayores en una dirección que
en las demás. Como se muestra en la Figura 8.2B, las rocas sometidas a esfuerzo diferencial se acortan en la dirección de la mayor presión y se alargan en la dirección
perpendicular a dicha presión. Como consecuencia, las rocas implicadas suelen plegarse o aplastarse (como cuando se
pisa una pelota de goma). A lo largo de los bordes de placa convergentes, el mayor esfuerzo diferencial se ejerce
▲
presión de confinamiento, que es análoga a la presión
hidrostática, donde las fuerzas se aplican por igual en todas las direcciones (Figura 8.2A). Cuanto más se profundiza en el océano, mayor es la presión de confinamiento.
Lo mismo ocurre en el caso de las rocas enterradas. La
presión de confinamiento cierra los espacios entre los granos minerales, dando lugar a una roca más compacta con
una mayor densidad (Figura 8.2A). Además, a grandes
profundidades, la presión de confinamiento puede hacer
que los minerales recristalicen en nuevos minerales con
una estructura cristalina más compacta. No obstante, la
presión de confinamiento no pliega ni deforma las rocas.
Además de la presión de confinamiento, las rocas
pueden estar sometidas también a presiones dirigidas. Eso
sucede, por ejemplo, en los bordes de placa convergentes,
231
Figura 8.2 La presión (esfuerzo) como
agente metamórfico. A. En un ambiente
deposicional, conforme aumenta la presión
de confinamiento, las rocas se deforman al
reducir su volumen. B. Durante la formación
de montañas, el esfuerzo diferencial acorta y
deforma los estratos rocosos.
Estratos
no deformados
Aumento
de la presión
de confinamiento
A. Presión de confinamiento
Estratos
deformados
B. Esfuerzo diferencial
Estratos
no deformados
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
más o menos horizontalmente en la dirección del movimiento de las placas, y se aplica la menor presión en la dirección vertical. Por consiguiente, en estos lugares la corteza se acorta (horizontalmente) y engrosa mucho
(verticalmente).
En los ambientes superficiales, donde las temperaturas son comparativamente bajas, las rocas son frágiles y
tienden a fracturarse cuando son sometidas a esfuerzos diferenciales. La deformación continuada tritura y pulveriza los granos minerales en fragmentos pequeños. Por el
contrario, en ambientes de temperaturas elevadas las rocas son dúctiles. Cuando las rocas exhiben un comportamiento dúctil, sus granos minerales tienden a aplanarse y
a alargarse cuando son sometidos a un esfuerzo diferencial (Figura 8.3). Eso explica su capacidad para deformarse fluyendo (más que fracturándose) para generar pliegues complicados. Como veremos, el esfuerzo diferencial
también representa un importante papel en el desarrollo
de las texturas metamórficas.
Fluidos químicamente activos
Se cree que los fluidos compuestos principalmente de
agua y otros componentes volátiles, como el dióxido de
carbono, representan un papel importante en algunos tipos de metamorfismo. Los fluidos que rodean los granos
minerales actúan como catalizadores y provocan la recristalización fomentando la migración iónica. En ambientes cada vez más calientes, estos fluidos ricos en iones
se vuelven proporcionalmente más reactivos. Cuando se
unen dos granos minerales, la parte de sus estructuras
cristalinas que se toca es la que recibe una mayor presión.
Los iones situados en estos puntos son fácilmente disuel-
▲ Figura 8.3 Metaconglomerado, también llamado
conglomerado de cantos estirados. Estos cantos, que antes eran
casi esféricos, se han calentado y se han aplanado hasta convertirse
en estructuras alargadas. (Foto de E. J. Tarbuck.)
tos por los fluidos calientes y migran a lo largo de la superficie del grano hacia los espacios porosos situados entre los granos. Así, los fluidos hidrotermales contribuyen
a la recristalización de los granos minerales disolviendo el
material procedente de las regiones sometidas a esfuerzos
elevados y precipitando (depositando) este material en zonas sometidas a esfuerzos bajos. Como consecuencia, los
minerales tienden a recristalizar y a alargarse más en una dirección perpendicular a los esfuerzos de compresivos.
Cuando los fluidos calientes circulan libremente a
través de las rocas, puede producirse intercambio iónico
entre dos capas rocosas adyacentes o los iones pueden
migrar a grandes distancias antes de acabar depositándose. Esta última situación es especialmente habitual
cuando consideramos los fluidos calientes que escapan
durante la cristalización de un plutón ígneo. Si la composición de las rocas que rodean el plutón es claramente distinta de la de los fluidos invasores, puede producirse un intercambio considerable de iones entre los fluidos
y la roca caja. Cuando eso sucede, se produce un cambio
de la composición global de las rocas circundantes. En estos casos el proceso metamórfico se denomina metasomatismo.
¿Cuál es el origen de estos fluidos químicamente
activos? El agua es muy abundante en los espacios porosos de la mayoría de rocas sedimentarias, así como en las
fracturas de las rocas ígneas. Además, muchos minerales,
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Se puede considerar una roca metamórfica
el hielo glaciar?
¡Sí! Aunque la roca metamórfica suele formarse en ambientes de temperatura elevada, el hielo glaciar es una excepción.
Pese a su formación en climas fríos, el hielo glaciar satisface claramente los criterios para ser clasificado como una
roca metamórfica. La formación de un glaciar empieza
cuando los cristales de nieve se transforman en una masa
mucho más densa de pequeñas partículas de hielo denominada firn. A medida que se va añadiendo más nieve a la pila,
la presión sobre las capas inferiores promueve la recristalización (metamorfismo) del firn, produciendo cristales de
hielo entrelazados más grandes. Además, el movimiento
glaciar es un ejemplo de flujo dúctil en estado sólido, otra
característica de las rocas metamórficas. La deformación
interna y la recristalización de los cristales de hielo individuales facilitan el flujo dúctil. El flujo dúctil resultante suele hacerse visible porque podemos ver las capas sucias deformadas en el interior del hielo. Estas estructuras son
parecidas a los pliegues que exhiben las rocas metamórficas
más «típicas».
8_Capítulo 8
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Página 233
Texturas metamórficas
¿Pueden contener fósiles las rocas metamórficas?
En algunas ocasiones, sí. Si una roca sedimentaria que contiene fósiles experimenta metamorfismo de grado bajo, los
fósiles originales pueden ser todavía reconocibles. Conforme aumenta el grado de metamorfismo, los fósiles (así como
los planos de estratificación, las vesículas y otros rasgos de
la roca madre) suelen destruirse. Cuando hay fósiles en las
rocas metamórficas, proporcionan pistas útiles para determinar el tipo de roca original y su ambiente de deposición.
Además, los fósiles que se han deformado durante el metamorfismo dan una idea de hasta qué punto se ha deformado
la roca.
A
I
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
ERR
Texturas metamórficas
IE N C
La mayoría de rocas metamórficas tienen la misma composición química general que la roca a partir de la que se
formaron, excepto por la posible pérdida o adquisición
de volátiles como el agua (H2O) y el dióxido de carbono (CO2). Por ejemplo, el metamorfismo de una lutita da
como resultado una pizarra, en la que los minerales arcillosos recristalizan y forman micas. (Los cristales minúsculos de cuarzo y feldespato que se encuentran en la
lutita no se alteran en la transformación de la lutita en
pizarra y, por tanto, permanecen intermezclados con las
micas.) Aunque la mineralogía cambia en la transformación de la lutita en pizarra, la composición química general de la pizarra es comparable a la de la roca de la que
derivó. Además, cuando la roca origen tiene una composición máfica, como el basalto, el producto metamórfico
puede ser rico en minerales que contengan hierro y magnesio, a menos, por supuesto, que se haya producido una
pérdida importante de estos átomos.
TI
La importancia del protolito
Además, la composición mineral del protolito determina, en gran medida, la intensidad con que cada agente metamórfico provocará cambios. Por ejemplo, cuando
el magma se abre camino en el interior de la roca huésped, las temperaturas elevadas y los fluidos ricos en iones
asociados tienden a alterar la roca caja. Cuando esta última está compuesta de minerales que son comparativamente no reactivos, como los granos de cuarzo que se encuentran en la cuarzoarenita limpia, se producen muy
pocas alteraciones. Sin embargo, si la roca caja es una caliza «impura» que contiene abundante arcilla rica en sílice, la calcita (CaCO3) de la caliza puede reaccionar con la
sílice (SiO2) de las arcillas y forma wollastonita (CaSiO3)
y dióxido de carbono (CO2). En esta situación la zona
con metamorfismo puede extenderse varios kilómetros
desde el cuerpo magmático.
Rocas metamórficas
Cambios de textura y mineralógicos
▲
como las arcillas, las micas y los anfíboles están hidratados
(hydra agua) y, por tanto, contienen agua en sus estructuras cristalinas. Las temperaturas elevadas asociadas con
un metamorfismo de grado bajo a moderado causan la
deshidratación de estos minerales. Una vez expulsada, el
agua se mueve a lo largo de las superficies de los granos
individuales y está disponible para facilitar el transporte
iónico. No obstante, en los ambientes metamórficos de
alto grado, en los que las temperaturas son extremas, estos fluidos pueden ser expulsados de las rocas. Recordemos que cuando se subduce la corteza oceánica a profundidades de unos 100 kilómetros, el agua expulsada de estas
capas migra hacia la cuña del manto suprayacente, donde
provoca la fusión.
233
S D LA
E
Recordemos que el término textura se utiliza para describir el tamaño, la forma y la distribución de las partículas que constituyen una roca. La mayoría de rocas ígneas
y muchas rocas sedimentarias están compuestas de granos
minerales que tienen una orientación aleatoria y, por tanto, parecen iguales cuando se observan desde cualquier dirección. Por el contrario, las rocas metamórficas deformadas que contienen minerales con hábito planar (micas)
y/o minerales alargados (anfíboles) en general muestran
alguna clase de orientación preferente en la que los granos
minerales presentan un alineamiento paralelo a subparalelo. Como un puñado de lápices, las rocas que contienen
minerales alargados orientados en paralelo unos con respecto a los otros tendrán un aspecto distinto al observarse lateralmente o frontalmente. Se dice que una roca que
muestra una orientación preferente de sus minerales posee foliación.
Foliación
El término foliación (foliatus en forma de hoja) se refiere
a cualquier disposición planar (casi plana) de los granos
minerales o los rasgos estructurales del interior de una
roca. Aunque hay foliación en algunas rocas sedimentarias
e incluso en unos pocos tipos de rocas ígneas, es una característica fundamental de las rocas que han experimentado metamorfismo regional, es decir, unidades rocosas
que se han plegado y se han deformado enormemente. En
los ambientes metamórficos, la foliación es provocada, en
última instancia, por los esfuerzos compresivos que acor-
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
tan las masas rocosas, haciendo que los granos minerales
de las rocas preexistentes desarrollen alineamientos paralelos o casi paralelos. Son ejemplos de foliación el alineamiento paralelo de los minerales con hábito planar y/o los
minerales alargados; el alineamiento paralelo de las partículas minerales y los cantos aplanados; el bandeado composicional donde la separación de los minerales oscuros y
claros genera un aspecto laminar, y la pizarrosidad cuando
las rocas se separan con facilidad en capas delgadas y tabulares a lo largo de superficies paralelas. Estos distintos
tipos de foliación se pueden formar de muchas maneras
distintas, como:
1. Rotación de los granos minerales alargados o de
hábito planar hacia una nueva orientación.
2. Recristalización de los minerales para formar
nuevos granos que crecen en la dirección de la
orientación preferente.
3. Cambios de forma en granos equidimensionales
a formas alargadas que se alinean en una orientación preferente.
De estos mecanismos, el más fácil de imaginar es la rotación de los granos minerales. En la Figura 8.4 se ilustran
los mecanismos por medio de los cuales rotan los minerales alargados o con hábito planar. Nótese que el nuevo
alineamiento es más o menos perpendicular a la dirección
del acortamiento máximo. Aunque la rotación física de los
minerales planares contribuye al desarrollo de la foliación
en el metamorfismo de grado bajo, en ambientes más extremos dominan otros mecanismos.
Recordemos que la recristalización es la creación
de nuevos granos minerales a partir de los antiguos. Durante la transformación de la lutita en pizarra, los minúsculos minerales arcillosos (estables en la superficie)
recristalizan en diminutos microcristales de clorita y
mica (estables a temperaturas y presiones más elevadas).
En algunos lugares los granos antiguos se disuelven y
migran a un lugar distinto, donde precipitan y forman
nuevos granos minerales. Los crecimientos de nuevos
granos minerales tienden a desarrollarse sobre cristales
antiguos de estructura similar por lo que crecen con la
misma orientación que los más antiguos. De esta manera, el nuevo crecimiento «imita» el de los granos antiguos y potencia cualquier orientación preferente anterior. Sin embargo, la recristalización que acompaña a la
deformación suele tener como resultado una nueva
orientación preferente. Conforme las masas rocosas se
pliegan y, en general, se acortan durante el metamorfismo, los minerales alargados y de hábito planar tienden
a recristalizar perpendicularmente a la dirección del esfuerzo máximo.
Los mecanismos que modifican las formas de los
granos individuales son especialmente importantes para el
desarrollo de las orientaciones preferentes de las rocas
que contienen minerales como el cuarzo, la calcita y el olivino. Cuando la presión actúa sobre estos minerales, desarrollan granos alargados que se alinean en una dirección
paralela al aplastamiento máximo (Figura 8.5). Este tipo
de deformación se produce en ambientes con temperaturas elevadas donde predomina la deformación dúctil (en
oposición a la fracturación frágil).
Conforme unidades de la estructura cristalina de
un mineral se deslizan las unas con respecto a las otras a
lo largo de planos específicos, puede producirse un cambio en la forma del grano, deformando así el grano, como
se muestra en la Figura 8.5B. Este tipo de flujo plástico
de estado sólido gradual implica un deslizamiento que altera la red cristalina a medida que cambian las posiciones de los átomos o los iones. En general, esto implica la
rotura de los enlaces químicos existentes y la formación
de enlaces nuevos. Además, la forma de un mineral puede cambiar conforme los iones se mueven desde un punto a lo largo del borde del grano que está sometido a una
gran presión hacia una posición en el mismo grano con
menor presión (Figura 8.5C). Este tipo de deformación
sucede por la transferencia de masa de un lugar a otro.
Como cabría esperar, los fluidos químicamente activos
colaboran con este mecanismo, que es un tipo de recristalización.
Texturas foliadas
A. Presión uniforme
B. Esfuerzo diferencial
▲ Figura 8.4 Rotación mecánica de granos minerales planares o
alargados. A. Los granos minerales existentes mantienen su
orientación aleatoria si la fuerza se aplica uniformemente. B.
Conforme el esfuerzo diferencial hace que las rocas se aplasten, los
granos minerales rotan hacia el plano de aplastamiento.
Existen varios tipos de foliación, dependiendo del grado
de metamorfismo y de la mineralogía de la roca original.
Consideraremos tres de ellos: pizarrosidad, esquistosidad y
bandeado gnéisico.
Pizarrosidad (slaty cleavage) El término pizarrosidad se
refiere a las superficies planares muy juntas a lo largo de
8_Capítulo 8
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235
▲
Texturas metamórficas
A. Granos de
cuarzo originales
B. Granos deformados
por el deslizamiento
a lo largo de los planos
dentro de la estructura
cristalina
C. Granos deformados
conforme los iones se
desplazan de lugares
sometidos a mayor
esfuerzo a lugares
sometidos a menor
esfuerzo
D. Roca aplastada que muestra clastos de cuarzo deformados
las cuales las rocas se separan en capas delgadas y tabulares cuando se las golpea con un martillo. La pizarrosidad
aparece en varias rocas metamórficas pero se observa mejor en las pizarras que exhiben una propiedad de separación excelente, denominada clivaje.
Según el ambiente metamórfico y la composición
del protolito, la pizarrosidad se desarrolla de diferentes
maneras. En un ambiente metamórfico de grado bajo, se
sabe que la pizarrosidad se desarrolla cuando los estratos
de lutita (y las rocas sedimentarias relacionadas) son metamorfizadas y plegadas para formar una pizarra. El proceso empieza cuando los granos planares se pliegan y se
doblan, generando pliegues microscópicos que tienen
flancos (lados) más o menos alineados (Figura 8.6). Una
ulterior deformación intensifica este nuevo alineamiento
a medida que los granos antiguos se rompen y recristalizan preferentemente en la dirección de la orientación recién desarrollada. De esta manera, se desarrollan en la
roca estrechas zonas paralelas donde se concentran las
briznas de mica. Estas estructuras planares alternan con
zonas que contienen cuarzo y otros granos minerales que
no exhiben una orientación lineal pronunciada. Es a lo
largo de estas zonas muy delgadas, donde los minerales
planares muestran un alineamiento paralelo, donde la pizarra se separa.
Dado que en general la pizarra se forma durante el
metamorfismo de grado bajo de la lutita, suelen conservarse restos de los planos de estratificación sedimentarios
originales. No obstante, como se muestra en la Figura
8.6D, la orientación de la pizarrosidad suele desarrollarse en un ángulo oblicuo al de la estratificación sedimen-
Figura 8.5 Desarrollo de las
orientaciones preferentes en
minerales como el cuarzo, la
calcita y el olivino. A. La
deformación dúctil (aplastamiento)
de estos granos minerales más o
menos equidimensionales puede
producirse de dos maneras. B. El
primer mecanismo es un flujo
plástico en estado sólido que
implica el deslizamiento
intracristalino de unidades
individuales en el interior de cada
grano. C. El segundo mecanismo
implica la disolución del material
procedente de áreas de esfuerzo
elevado y la deposición de ese
material en lugares de bajo
esfuerzo. D. Ambos mecanismos
modifican la forma de los granos,
pero el volumen y la composición
de cada grano permanece, en
esencia, igual.
taria original. Por tanto, a diferencia de la lutita, que se separa a lo largo de planos de estratificación, la pizarra suele separarse a través de ellos. Otras rocas metamórficas,
como los esquistos y los gneises, también se separan a lo
largo de las superficies planares y, por tanto, exhiben clivaje.
Esquistosidad Bajo regímenes de presión y temperatura
más extremos, los pequeños granos de mica y clorita de las
pizarras empiezan a crecer mucho. Cuando estos minerales planares crecen lo bastante como para poder observarse a simple vista y exhiben una estructura planar o laminar, se dice que la roca muestra un tipo de foliación
llamada esquistosidad. Las rocas con esta textura se denominan esquistos. Además de los minerales planares, el esquisto suele contener partículas deformadas de cuarzo y
feldespato que aparecen como granos planos o en forma
de lente escondidos entre los granos de mica.
Bandeado gnéisico Durante el metamorfismo de grado
alto, las migraciones iónicas pueden provocar la segregación de los minerales, como se muestra en la Figura 8.7,
inferior derecha. Obsérvese que los cristales oscuros de
biotita y los silicatos claros (cuarzo y feldespato) están separados, dando a la roca un aspecto bandeado, conocido
como bandeado gnéisico o foliación (s.s.). Las rocas metamórficas con este tipo de texturas se denominan gneises.
Aunque son foliados, los gneises no se separarán en planos con tanta facilidad como las pizarras y algunos esquistos. Los gneises que sí se lajan tienden a romperse en
una dirección paralela a su foliación y muestran superficies ricas en mica parecidas al esquisto.
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
Planos de
estratificación
relictos
Planos de
estratificación
Planos de
estratificación
Superficies de
pizarrosidad
D. Muestra de mano
A.
B.
c.
▲ Figura 8.6 Desarrollo de un tipo de pizarrosidad. A medida que la lutita va experimentando un intenso plegamiento (A, B) y
metamorfismo para formar pizarra, las escamas de mica en desarrollo se doblan en micropliegues. C. Un ulterior metamorfismo provoca la
recristalización de los granos de mica a lo largo de los flancos de estos pliegues para intensificar la foliación. D. La muestra de mano de
pizarra ilustra la pizarrosidad y su orientación en relación con las superficies de estratificación anteriores.
Otras texturas metamórficas
▲ Figura 8.7 Esta roca muestra una textura gnéisica. Obsérvese que
los granos oscuros de biotita y los silicatos claros están segregados, dando a la roca un aspecto bandeado o estratificado. (Foto de E. J. Tarbuck.)
No todas las rocas metamórficas tienen texturas foliadas.
Las que no tienen se denominan no foliadas. Las rocas
metamórficas no foliadas se desarrollan en general en ambientes donde la deformación es mínima y los protolitos
están compuestos por minerales que presentan cristales
equidimensionales, como el cuarzo o la calcita. Por ejemplo, cuando una caliza de grano fino (formada por calcita) se metamorfiza por la intrusión de una masa magmática caliente, los pequeños granos de calcita recristalizan
y forman cristales entrelazados más grandes. La roca resultante, el mármol, presenta unos granos grandes y equidimensionales, orientados aleatoriamente, parecidos a los
de las rocas ígneas de grano grueso.
Otra textura común en las rocas metamórficas son
unos granos especialmente grandes, llamados porfidoblastos,
rodeados por una matriz de grano fino de otros minerales.
8_Capítulo 8
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Rocas metamórficas comunes
Las texturas porfidoblásticas se desarrollan en una gran variedad de tipos de rocas y de ambientes metamórficos cuando los minerales del protolito recristalizan y forman nuevos
minerales. Durante la recristalización algunos minerales
metamórficos, como el granate, la estaurolita y la andalucita, desarrollan invariablemente una pequeña cantidad de cristales muy grandes. Por el contrario, minerales como la moscovita, la biotita y el cuarzo suelen formar una gran cantidad
de granos muy pequeños. Por consiguiente, cuando el metamorfismo genera los minerales granate, biotita y moscovita
en el mismo ambiente, la roca contendrá cristales grandes
(porfidoblastos) de granate embebidos en una matriz de
grano fino compuesta de biotita y moscovita (Figura 8.8).
I
TI
Rocas metamórficas
Rocas metamórficas comunes
▲
IE N C
A
ERR
Rocas metamórficas comunes
S D LA
E
Recordemos que el metamorfismo produce muchos cambios en las rocas, entre ellos un aumento de su densidad,
un cambio del tamaño de las partículas, la reorientación
5 cm
237
de los granos minerales en una distribución planar conocida como foliación y la transformación de minerales de
baja temperatura en minerales de alta temperatura. Además, la introducción de iones genera nuevos minerales, algunos de los cuales son importantes desde el punto de vista económico.
Las principales características de algunas rocas metamórficas comunes se resumen en la Figura 8.9. Obsérvese que las rocas metamórficas pueden clasificarse en líneas generales según el tipo de foliación que exhiben y, en
menor medida, según la composición química del protolito.
Rocas foliadas
Pizarra La pizarra es una roca foliada de grano muy fino
(menos de 0,5 milímetros) compuesta por pequeños cristales de mica demasiado pequeños para ser visibles. Por
tanto, en general el aspecto de la pizarra no es brillante y
es muy parecido al de la lutita. Una característica destacada de la pizarra es su tendencia a romperse en láminas
planas (Figura 8.10).
La pizarra se origina casi siempre por el metamorfismo en grado bajo de lutitas y pelitas. Con menor frecuencia, también se produce por el metamorfismo de las
cenizas volcánicas. El color de la pizarra depende de sus
constituyentes minerales. Las pizarras negras (carbonáceas) contienen materia orgánica, las pizarras rojas deben su
color al óxido de hierro y las verdes normalmente contienen clorita.
Filita La filita representa una gradación en el grado de
metamorfismo entre la pizarra y el esquisto. Sus minerales planares son más grandes que los de la pizarra, pero
no lo bastante como para ser fácilmente identificables a
simple vista. Aunque la filita parece similar a la pizarra,
puede distinguirse con facilidad por su brillo satinado y
su superficie ondulada (Figura 8.11). La filita, normalmente, muestra pizarrosidad y está compuesta fundamentalmente por cristales muy finos de moscovita, clorita o ambas.
Vista de cerca
▲ Figura 8.8 Micaesquisto granatífero. Los cristales rojo oscuro
del granate (porfidoblastos) están incrustados en una matriz clara
de micas de grano fino. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Esquisto Los esquistos son rocas metamórficas de grano
medio a grueso en las que predominan los minerales planares. Habitualmente, las micas moscovita y biotita, que
exhiben un alineamiento planar que da a la roca su textura foliada. Además, los esquistos contienen cantidades menores de otros minerales, a menudo cuarzo y feldespato.
Hay esquistos formados principalmente de minerales oscuros (anfíboles). Como las pizarras, el protolito de muchos esquistos es la lutita, que ha experimentado un metamorfismo de grado medio a alto durante los episodios
importantes de formación de montañas.
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
Tamaño
de grano
Observaciones
Protolito
Muy fino
Pizarrosidad excelente, superficies
lisas sin brillo
Lutitas, pelitas
Fino
Se rompe a lo largo de superficies
onduladas, brillo satinado
Pizarra
Medio
a grueso
Predominan los minerales micáceos,
foliación escamosa
Filita
Medio
a grueso
Bandeado composicional debido a la
segregación de los minerales
Esquisto, granito
o rocas volcánicas
Medio
a grueso
Roca bandeada con zonas de
minerales cristalinos claros
Gneis, esquisto
Fino
Cuando el grano es muy fino, parece
sílex, suele romperse en láminas
Cualquier tipo
de roca
Metaconglomerato
De grano
grueso
Cantos alargados con orientación
preferente
Conglomerado rico
en cuarzo
Mármol
Medio
a grueso
Granos de calcita o dolomita
entrelazados
Caliza, dolomía
Cuarcita
Medio
a grueso
Granos de cuarzo fundidos, masiva,
muy dura
Cuarzoarenita
Fino
Normalmente, roca masiva oscura
con brillo mate
Cualquier tipo
de roca
Antracita
Fino
Roca negra brillante que puede
mostrar fractura concoide
Carbón bituminoso
Brecha de falla
Medio a muy
grueso
Fragmentos rotos
con una disposición aleatoria
Cualquier tipo
de roca
Nombre de la roca
Textura
Pizarra
d
e
l
Filita
Esquisto
A
u
m
e
n
t
o
Gneis
m
e
t
a
m
o
r
f
i
s
m
o
Foliada
Migmatita
Milonita
Poco
foliada
Corneana
No
foliada
▲ Figura 8.9 Clasificación de las rocas metamórficas comunes.
El término esquisto describe la textura de una roca y
se utiliza para describir las rocas que tienen una gran variedad de composiciones químicas. Para indicar la composición, se utilizan también los nombres de sus minerales.
Por ejemplo, los esquistos formados fundamentalmente
por las micas moscovita y biotita se denominan micaesquistos (Figura 8.12). Dependiendo del grado de metamorfismo y de la composición de la roca original, los micaesquistos contienen a menudo minerales índices, algunos de los
cuales son exclusivos de las rocas metamórficas. Algunos
minerales índices comunes que aparecen como porfiroblastos son el granate, la estaurolita y la sillimanita, en cuyo
caso la roca se denomina micaesquisto granatífero, micaesquisto estaurolítico y así sucesivamente (Figura 8.8).
Además, los esquistos pueden estar formados en gran
medida por los minerales clorita o talco, en cuyo caso de denominan, respectivamente, esquistos cloríticos (esquistos verdes)
y talcoesquistos. Los esquistos cloríticos y talcoesquistos pueden formarse cuando rocas con una composición basáltica
experimentan metamorfismo. Otros contienen el mineral
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▲
Rocas metamórficas comunes
▲
Figura 8.10 Dado que la pizarra se rompe en
capas planas, tiene varios usos. Aquí, se ha utilizado
para construir el techo de esta casa en suiza (Foto de
E. J. Tarbuck.)
Figura 8.11 La filita (izquierda)
puede distinguirse de la pizarra (derecha)
por su brillo satinado y su superficie
ondulada. (Foto de E. J. Tarbuck.)
grafito, que se utiliza para las «minas» de los lapiceros, para
elaborar las fibras de grafito (utilizadas en las cañas de pescar) y como lubricante (normalmente para cerraduras).
▲ Figura 8.12 Micaesquisto. Esta muestra de esquisto está compuesta
principalmente de moscovita y biotita. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Gneis Gneis es el término aplicado a las rocas metamórficas bandeadas de grano medio a grueso en las que predominan los minerales alargados y granulares (en oposición a los planares). Los minerales más comunes en el
gneis son el cuarzo, el feldespato potásico y la plagioclasa rica en sodio. La mayoría de gneises también contienen
cantidades menores de biotita, moscovita y anfíbol que desarrollan una orientación preferente. Algunos gneises se
rompen a lo largo de las capas de los minerales planares,
pero la mayoría se rompe de una manera irregular.
Recordemos que, durante el metamorfismo de grado alto, los componentes claros y oscuros se separan, dando a los gneises su aspecto bandeado o laminar caracterís-
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
tico. Así, la mayoría de gneises están formados por bandas
alternantes de zonas blancas o rojizas ricas en feldespato y
capas de minerales ferromagnesianos oscuros (véase Figura 8.7). Estos gneises bandeados suelen mostrar evidencias
de deformación, como pliegues y fallas (Figura 8.13).
La mayoría de los gneises tienen una composición
félsica y a menudo derivan de granitos o de su equivalente afanítico, la riolita. Sin embargo, muchos se forman a
partir del metamorfismo de grado alto de lutitas. En este
caso, los gneises representan la última roca de la secuencia de pizarras, filitas, esquistos y gneises. Como los esquistos, los gneises pueden incluir también grandes cristales de minerales índice como el granate y la estaurolita.
También aparecen gneises compuestos mayoritariamente
por minerales oscuros como los que forman el basalto. Por
ejemplo, una roca rica en anfíbol que tenga una textura
gnéisica se denomina anfibolita.
Rocas no foliadas
Mármol El mármol es una roca metamórfica cristalina de
grano grueso que deriva de calizas o dolomías (Figura 8.14).
El mármol puro es blanco y está compuesto esencialmente por calcita. Dado su atractivo color y su relativa blandu-
ra (dureza de 3), el mármol es fácil de cortar y moldear. El
mármol blanco es particularmente apreciado como material para crear monumentos y estatuas, como la famosa estatua de David de Miguel Ángel. Por desgracia, dado que el
mármol es básicamente carbonato cálcico, es fácilmente
atacado por la lluvia ácida. Algunos monumentos históricos
y lápidas muestran ya una intensa meteorización química.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Hace poco ayudé a un amigo a mudarse. Tenía una
mesa de billar que pesaba mucho. Dijo que la
superficie estaba hecha de pizarra. ¿Es cierto?
Sí, y a tu amigo le debió de costar bastante dinero. Sólo las
mesas de billar de la mejor calidad tienen superficies de pizarra. La pizarra, una roca foliada de grano fino compuesta
de partículas microscópicas de mica, tiene la capacidad de
romperse fácilmente a lo largo de sus planos de pizarrosidad,
produciendo capas planas de roca lisa. Es muy preciada para
su uso como superficie de mesa de billar, así como de material de construcción para azulejos o tejas.
▲ Figura 8.13 Gneis deformado y plegado, Parque Estatal del Desierto Anza Borrego, California. (Foto de A. P. Trujillo/APT Photos.)
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Ambientes metamórficos
5 cm
Microfotografía (6,5x)
▲ Figura 8.14 Mármol, roca cristalina formada por el
metamorfismo de calizas. La microfotografía muestra cristales de
calcita entrelazados mediante la luz polarizada. (Fotos de E. J.
Tarbuck.)
La roca a partir de la cual se forma el mármol a menudo contiene impurezas que tienden a colorear la piedra.
Por tanto, el mármol puede ser rosa, gris, verde o incluso
negro y puede contener gran diversidad de minerales accesorios (clorita, mica, granate y, normalmente, wollastonita). Cuando el mármol se forma a partir de caliza interestratificada con lutitas, aparece bandeado y muestra una
foliación visible. Si se deforman, estos mármoles desarrollan unos pliegues muy apretados y ricos en micas que dan
a la roca un diseño bastante artístico. Por tanto, estos mármoles decorativos se han utilizado como piedra de construcción desde los tiempos prehistóricos.
Cuarcita La cuarcita es una roca metamórfica muy dura
formada a partir de arenisca rica en cuarzo (Figura 8.15).
Bajo las condiciones de metamorfismo de grado moderado a elevado, los granos de cuarzo de la arenisca se funden como briznas de vidrio (Figura 8.15). La recristalización es tan completa que cuando se rompe, la cuarcita se
escinde a través de los granos de cuarzo originales, en lugar de hacerlo a lo largo de sus límites. En algunos casos
se conservan estructuras sedimentarias del tipo de la es-
241
5 cm
Granos de cuarzo
Microfotografía (26,6x)
La anchura de la muestra
es de 1,23 mm
▲ Figura 8.15 La cuarcita es una roca metamórfica no foliada
formada a partir de la arenisca rica en cuarzo. La microfotografía
muestra los granos de cuarzo entrelazados típicos de la cuarcita.
(Foto de E. J. Tarbuck.)
tratificación cruzada y dan a la roca un aspecto bandeado.
La cuarcita pura es blanca, pero los óxidos de hierro pueden producir tintes rojizos o rosados, mientras que los granos de minerales oscuros pueden colorearla de gris.
Ambientes metamórficos
Hay algunos ambientes en los que se produce metamorfismo. La mayoría se encuentra en las proximidades de los
límites de placa y muchos se asocian con la actividad ígnea. Consideraremos los siguientes tipos de metamorfismo: (1) metamorfismo térmico o de contacto; (2) metamorfismo hidrotermal; (3) metamorfismo regional; (4) metamorfismo
de enterramiento; (5) metamorfismo de impacto; y (6) metamorfismo dinámico.
Con la excepción del metamorfismo de impacto, hay
coincidencias considerables entre los demás tipos de me-
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
tamorfismo. Recordemos que el metamorfismo regional
se produce donde colisionan las placas litosféricas para generar montañas. Aquí se pliegan y se fracturan grandes
segmentos de la corteza terrestre mientras el magma que
asciende del manto intruye en ellos. Por tanto, las rocas
que se deforman y se metamorfizan en una zona de metamorfismo regional exhiben rasgos metamórficos comunes a otros tipos de metamorfismo.
Metamorfismo térmico o de contacto
El metamorfismo térmico o de contacto se produce
como consecuencia del aumento de la temperatura cuando
un magma invade una roca caja. En este caso se forma una
zona de alteración denominada aureola (aureolus halo
dorado) en la roca que rodea el cuerpo magmático (Figura
8.16). Las intrusiones pequeñas, como diques delgados y
sills, tienen aureolas de tan sólo unos pocos centímetros de
grosor. Por el contrario, los cuerpos magmáticos que forman los batolitos masivos pueden crear aureolas metamórficas que se extienden a lo largo de varios kilómetros.
Además del tamaño del cuerpo magmático, la composición mineral de la roca huésped y la disponibilidad de
agua afectan en gran medida al tamaño de la aureola. En
rocas químicamente activas, como las calizas, la zona de alteración puede tener 10 kilómetros de grosor. Estas grandes aureolas suelen tener distintas zonas metamórficas. Cerca del cuerpo magmático, se pueden formar minerales de
temperatura elevada como el granate, mientras que los minerales de grado bajo como la clorita se forman en lugares más alejados.
El metamorfismo de contacto se reconoce fácilmente sólo cuando se produce en la superficie o en un am-
biente próximo a la superficie, donde el contraste de temperaturas entre el magma y la roca caja es grande. Durante
el metamorfismo de contacto los minerales de arcilla se
calientan como si estuvieran colocados en un horno, y
pueden generar una roca muy dura y de grano fino. Dado
que las presiones dirigidas no son un factor fundamental
para la formación de estas rocas, generalmente no tienen
foliación. El nombre aplicado a la amplia variedad de rocas metamórficas compactas y no foliadas formadas durante el metamorfismo de contacto es el de corneanas
(hornfels).
Metamorfismo hidrotermal
Una alteración química llamada metamorfismo hidrotermal ocurre cuando los fluidos calientes, ricos en iones
circulan a través de las fisuras y las fracturas que se desarrollan en la roca. Este tipo de metamorfismo está estrechamente relacionado con la actividad ígnea, ya que proporciona el calor necesario para hacer circular estas
soluciones ricas en iones. Por tanto, el metamorfismo hidrotermal suele producirse en regiones en las que hay
grandes plutones.
Conforme estos grandes cuerpos magmáticos se enfrían y se solidifican, se expulsan los iones que no se incorporan a las estructuras cristalinas de los silicatos recién
formados, así como los volátiles restantes (agua). Estos fluidos ricos en iones se denominan soluciones (solut disolver) hidrotermales (hydra agua; therm calor). Además de alterar químicamente la roca caja, los iones de las
disoluciones hidrotermales a veces precipitan y forman una
variedad de depósitos minerales económicamente importantes.
Aureola
metamórfica
Roca
caja
Cámara
magmática
Roca
caja
A. Emplazamiento del cuerpo
magmático y metamorfismo
B. Cristalización del plutón
▲ Figura 8.16 El metamorfismo de contacto produce una zona de alteración denominada aureola alrededor de un cuerpo ígneo intrusivo.
8_Capítulo 8
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Ambientes metamórficos
metales acaban ascendiendo a lo largo de las fracturas y
brotan del suelo oceánico a temperaturas de alrededor de
350 °C, generando nubes llenas de partículas denominadas fumarolas oceánicas. Al mezclarse con el agua marina
fría, los sulfuros y los carbonatados que contienen estos
metales pesados precipitan y forman depósitos metálicos,
algunos de los cuales tienen valor económico. Se cree que
éste es el origen de los yacimientos de cobre que hoy se
explotan en la isla de Chipre.
Metamorfismo regional
La mayoría de rocas metamórficas se forman durante el
metamorfismo regional asociado con la formación de
montañas. Durante esos acontecimientos dinámicos, se
deforman intensamente grandes segmentos de la corteza
terrestre a lo largo de los bordes de placa convergentes (Figura 8.18). Esta actividad suele tener lugar cuando la litosfera oceánica es subducida y produce arcos insulares o
arcos volcánicos continentales y durante las colisiones
continentales. (Más adelante en este capítulo se trata el
metamorfismo asociado con las zonas de subducción, en
la sección titulada «Metamorfismo y tectónica de placas».)
El metamorfismo asociado con las colisiones continentales implica la convergencia de un límite de placa activo con un límite continental pasivo, como se muestra en
la Figura 8.18. En general, este tipo de colisiones provo▲
Si estas rocas caja son permeables, como sucede
con las rocas carbonatadas como la caliza, estos fluidos
pueden extender la aureola varios kilómetros. Además,
estas soluciones ricas en silicatos pueden reaccionar con
los carbonatos y producir una variedad de minerales silicatados ricos en calcio que forman una roca llamada
skarn. Recordemos que el proceso metamórfico que altera la composición química general de una unidad rocosa
se denomina metasomatismo.
Conforme aumentaba nuestro conocimiento de la
tectónica de placas, era cada vez más claro que la mayor
incidencia del metamorfismo hidrotermal tiene lugar a lo
largo de las dorsales centrooceánicas. Aquí, a medida que
las placas se separan, el magma que aflora procedente del
manto genera nuevo fondo oceánico. Cuando el agua percola a través de la corteza oceánica joven y caliente, se calienta y reacciona químicamente con las rocas basálticas
recién formadas (Figura 8.17). El resultado es la conversión de los minerales ferromagnesianos, como el olivino
y el piroxeno, en silicatos hidratados, como la serpentina,
la clorita y el talco. Además, las plagioclasas ricas en calcio del basalto se van enriqueciendo cada vez más en sodio a medida que la sal (NaCl) del agua marina intercambia iones sodio por iones calcio.
También se disuelven de la corteza recién formada
grandes cantidades de metales, como hierro, cobalto, níquel, plata, oro y cobre. Estos fluidos calientes y ricos en
Black
smoker
243
Figura 8.17 Metamorfismo hidrotermal
a lo largo de una dorsal centrooceánica.
El agua caliente
rica en minerales
asciende hacia
el fondo oceánico
El agua marina
fría percola
en la corteza
caliente recién
formada
Dorsal
centrooceánica
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
Sedimentos depositados
en los márgenes continentales
Corteza
continental Cuenca oceánica
Litosfea oceánica
Manto
A.
Corteza continental
en
s
ub
du
cc
ió
n
Litosfea oceánica en s
ub
du
cc
ió
Manto
n
Fusión
B.
Fusión
Fusión
C.
Manto
▲ Figura 8.18 El metamorfismo regional se produce cuando las rocas son comprimidas entre dos placas convergentes durante la formación
de montañas.
ca la deformación intensa de grandes segmentos de la corteza terrestre por las fuerzas compresionales asociadas con
el movimiento convergente de las placas. Los sedimentos
y las rocas de la corteza que forman los límites de los bloques continentales que colisionan se pliegan y se fracturan,
haciendo que estos bloques se acorten y se engrosen como
una alfombra arrugada (Figura 8.18). En este suceso suelen intervenir las rocas cristalinas del basamento continental, así como las partes de la corteza oceánica que antes formaban el fondo de una cuenca oceánica.
El engrosamiento general de la corteza se traduce
en un ascenso ligero en el que las rocas deformadas se elevan por encima del nivel del mar y forman terreno montañoso. Del mismo modo, el engrosamiento de la corteza tiene como consecuencia el enterramiento profundo
de grandes cantidades de roca, ya que los bloques de corteza se colocan los unos debajo de los otros. Aquí, en las
raíces de las montañas, las temperaturas elevadas provocadas por el enterramiento profundo son las responsables
de la actividad metamórfica más productiva e intensa en
el interior de un cinturón montañoso. A menudo, estas
rocas enterradas en las profundidades se calientan hasta
el punto de fusión. Como consecuencia, se acumula magma hasta formar cuerpos suficientemente grandes como
para ascender e intruir las rocas metamórficas y sedimentarias suprayacentes (Figura 8.18). Por consiguiente,
los núcleos de muchas cordilleras montañosas están formados por rocas metamórficas plegadas y fracturadas entrelazadas con cuerpos ígneos. Con el tiempo, esas masas rocosas deformadas son elevadas, la erosión elimina el
material suprayacente para dejar expuestas las rocas ígneas y metamórficas que comprenden el núcleo central de
una cordillera montañosa.
Otros tipos de metamorfismo
Existen otros tipos de metamorfismo que generan cantidades comparativamente menores de rocas metamórficas
en concentraciones localizadas.
Metamorfismo de enterramiento El metamorfismo de
enterramiento se produce en asociación con acumulaciones muy gruesas de estratos sedimentarios en una cuenca
subsidente (Figura 8.1). Aquí, se pueden alcanzar las con-
8_Capítulo 8
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Ambientes metamórficos
245
diciones metamórficas de grado bajo en las capas inferiores. La presión de confinamiento y el calor geotérmico
provocan la recristalización de los minerales y modifican
la textura o la mineralogía de la roca sin deformación apreciable.
La profundidad necesaria para el metamorfismo de
enterramiento varía de un lugar a otro, según el gradiente geotérmico predominante. El metamorfismo de grado
bajo suele empezar a profundidades de alrededor de 8 kilómetros, donde las temperaturas oscilan entre los 100 °C
y los 200 °C. No obstante, en las zonas que muestran gradientes geotérmicos elevados, como en las proximidades
del mar Salton en California y en la parte septentrional de
Nueva Zelanda, las perforaciones han permitido recoger
minerales metamórficos a una profundidad de sólo unos
pocos kilómetros.
▲ Figura 8.20 Brecha de falla compuesta de fragmentos
angulares grandes. Este afloramiento, situado en Titus Canyon,
Death Valley, California, se produjo en una zona de falla. (Foto de
A. P. Trujillo/APT Photos.)
por el triturado y la pulverización del material rocoso durante el movimiento de la falla. El material triturado resultante experimenta una alteración ulterior por el agua subterránea que se infiltra a través de la zona de falla.
Gran parte de esa intensa deformación asociada con
las zonas de falla se produce a grandes profundidades y,
por tanto, a temperaturas elevadas. En ese ambiente, los
minerales preexistentes se deforman dúctilmente (Figura
▲
Metamorfismo dinámico Cerca de la superficie, las rocas
se comportan como un sólido frágil. Por consiguiente, el
movimiento a lo largo de una zona de falla fractura y pulveriza las rocas (Figura 8.19). El resultado es una roca
poco consistente denominada brecha de falla que está compuesta por fragmentos de roca rotos y aplastados (Figura
8.20). Los movimientos de la falla de San Andrés en California han creado una zona de brecha de falla y de otros
tipos de roca parecidos de más de 1.000 kilómetros de longitud y con una anchura de hasta 3 kilómetros.
En algunas zonas de falla poco profundas, también se
produce un material suave, no cementado, parecido a la arcilla denominado harina de falla. La harina de falla se forma
Figura 8.19 Metamorfismo en una zona
de falla.
Zona de brecha y harina de falla
Fractura
l
ea
e
all
V
lin
Curso fluvial
desviado
10 km
20 km
30 km
Zona
de falla
activa
Deformación
dúctil
Zona de milonita
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
8.19). Conforme los grandes bloques de roca se mueven
en direcciones opuestas, los minerales de la zona de falla
tienden a formar granos alargados que dan a la roca un aspecto foliado o lineado. Las rocas que se forman en estas
zonas de deformación dúctil intensa se denominan milonitas (mylo molino; ite piedra).
Metamorfismo de impacto El metamorfismo de impacto (o de choque) se produce cuando unos proyectiles de
gran velocidad llamados meteoritos (fragmentos de cometas o asteroides) golpean la superficie terrestre. Tras el impacto, la energía cinética del meteorito se transforma en
▲
Recuadro 8.1
energía térmica y ondas de choque que atraviesan las rocas de alrededor. El resultado es una roca pulverizada,
fracturada y a veces fundida. Los productos de estos impactos, llamados eyecta, son mezclas de roca fragmentada
y fundida ricas en vidrio parecidas a las bombas volcánicas (véase Recuadro 8.1). En algunos casos, se encuentran
una forma muy densa de cuarzo (coesita) y diamantes minúsculos. Estos minerales de alta presión proporcionan
pruebas convincentes de que han debido alcanzarse, al
menos brevemente, en la superficie de la Tierra, presiones y temperaturas al menos tan elevadas como las existentes en el manto superior.
Entender la Tierra
El metamorfismo de impacto y las tectitas
Sabemos ahora que los cometas y los asteroides han colisionado con la Tierra
con mucha más frecuencia de lo que se
había supuesto. Las pruebas: hasta la actualidad se han identificado más de 100
estructuras de impactos gigantes. Anteriormente se creía que muchas de estas
estructuras eran el resultado de algún
proceso volcánico mal comprendido. La
mayoría de estructuras de impactos, como
Manicouagan en Québec, son tan antiguas y están tan meteorizadas que ya no
parecen un cráter de impacto (véase Figura 22.D). Una excepción notable es el cráter Meteor, en Arizona, que parece reciente.
Una señal de los cráteres de impacto
es el metamorfismo de impacto. Cuando los
proyectiles de gran velocidad (cometas,
asteroides) impactan contra la superficie
de la Tierra, las presiones alcanzan millones de atmósferas y las temperaturas
superan transitoriamente los 2.000 °C.
El resultado es roca pulverizada, triturada y fundida. Cuando los cráteres de impacto son relativamente frescos, el material expulsado fundido por el impacto y
los fragmentos rocosos rodean el punto
de impacto. Aunque la mayor parte del
material se deposita cerca de su origen,
algunos materiales expulsados pueden recorrer grandes distancias. Un ejemplo
son las tectitas (tektos = fundido), esferas de
vidrio rico en sílice, algunas de las cuales
han sido moldeadas aerodinámicamente
como lágrimas durante el vuelo (Figura
8.A). La mayoría de tectitas no miden
más de unos pocos centímetros de diámetro y son de color negro azabache a
verde oscuro o amarillentos. En Australia, millones de tectitas cubren una zona
siete veces mayor que Texas. Se han identificado varios agrupamientos de tectitas
de este tipo en todo el mundo, uno de los
cuales abarca casi la mitad del perímetro
del globo.
No se han observado caídas de tectitas,
de modo que no se conoce con certeza su
origen. Dado que el contenido de sílice de
las tectitas es mucho más elevado que el
del vidrio volcánico (obsidiana), es improbable que tengan un origen volcánico.
La mayoría de investigadores coincide en
que las tectitas son el resultado de los impactos de grandes proyectiles.
Según una hipótesis las tectitas tienen
un origen extraterrestre. Los asteroides
pueden haber golpeado la Luna con tal
fuerza que los materiales expulsados «salpicaron» con la fuerza suficiente para escapar de la gravedad de la Luna. Otros argumentan que las tectitas son terrestres, pero
puede objetarse que algunos agrupamientos, como el de Australia, no tienen un cráter de impacto identificable. Sin embargo,
el objeto que produjo las tectitas australianas pudo haber golpeado la plataforma
continental, dejando el cráter fuera de la
vista, por debajo del nivel del mar. Las
pruebas que respaldan el origen terrestre
son las tectitas del oeste de África que parecen ser de la misma edad que un cráter
existente en la misma región.
▲ Figura 8.A Tectitas recuperadas del altiplano Nullarbor, Australia. (Foto de Brian
Mason/Institución Smithsoniana.)
8_Capítulo 8
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Zonas metamórficas
Zonas metamórficas
En las zonas afectadas por metamorfismo, suelen existir
variaciones sistemáticas en la mineralogía y la textura de
las rocas que puede observarse al atravesar la región. Estas diferencias tienen una clara relación con las variaciones en el grado de metamorfismo experimentado en cada
zona metamórfica.
Variaciones de textura
Por ejemplo, cuando empezamos con una roca sedimentaria rica en arcillas como la lutita, un aumento gradual de
la intensidad metamórfica va acompañado de un aumento general del tamaño del grano. Por tanto, observamos
que la lutita se transforma en pizarra de grano fino, que a
su vez forma filita y, a través de la recristalización continua, genera un esquisto de grano grueso (Figura 8.21).
Bajo condiciones más intensas, puede desarrollarse una
textura gnéisica con capas de minerales oscuros y claros.
Esta transición sistemática en las texturas metamórficas
247
puede observarse al aproximarnos a los Apalaches desde
el oeste. Capas de lutita que antes se extendían por extensas zonas del este de Estados Unidos, todavía se presentan como estratos subhorizontales en Ohio. Sin embargo, en los Apalaches ampliamente plegados del centro
de Pensilvania, las rocas que antes habían formado estratos horizontales están plegadas y muestran una orientación preferente de los granos minerales planares como
muestra la pizarrosidad bien desarrollada. Cuando nos
desplazamos más al este en los Apalaches cristalinos intensamente deformados, encontramos grandes afloramientos de esquistos. Las zonas de metamorfismo más
intenso se encuentran en Vermont y New Hampshire,
donde afloran rocas gnéisicas.
Minerales índice y grado metamórfico
Además de los cambios de textura, encontramos cambios
correspondientes de mineralogía conforme nos desplazamos de las zonas de metamorfismo de grado bajo a las de
metamorfismo de grado alto. Una transición idealizada en
Pizarra
Filita
Esquisto
Gneis
▲ Figura 8.21 Ilustración idealizada del metamorfismo regional progresivo. De izquierda a derecha, pasamos de un metamorfismo de
grado bajo (pizarra) a un metamorfismo de grado alto (gneis). (Fotos de E. J. Tarbuck.)
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
la mineralogía que se produce como consecuencia del metamorfismo regional de lutitas se muestra en la Figura
8.22. El primer mineral nuevo que se forma a medida que
la lutita se transforma en pizarra es la clorita. A temperaturas más elevadas empiezan a dominar las partículas de
moscovita y biotita. Bajo condiciones más extremas, las rocas metamórficas pueden contener granate y cristales de
estaurolita. A temperaturas próximas a las del punto de fusión de la roca, se forma sillimanita. Esta última es un mineral metamórfico de alta temperatura utilizado para fabricar porcelanas refractarias como las empleadas en las
bujías.
A través del estudio de las rocas metamórficas en sus
ambientes naturales (llamado estudio de campo) y a través de
estudios experimentales, los investigadores han descubierto que ciertos minerales son buenos indicadores del
ambiente metamórfico en el cual se formaron. Utilizando esos minerales índice, los geólogos distinguen entre
diferentes zonas de metamorfismo regional. Por ejemplo,
la clorita empieza a formarse cuando las temperaturas son
relativamente bajas, menos de 200 °C (Figura 8.23). Por
tanto, las rocas que contienen cloritas (normalmente las
pizarras) son conocidas como rocas de grado bajo. Por el
contrario, la sillimanita se forma sólo en ambientes muy
extremos donde la temperatura supera los 600 °C y las rocas que la contienen son consideradas de grado alto. Cartografiando las zonas donde están los minerales índice, los
geólogos cartografían de hecho zonas con distinto grado
de metamorfismo. Grado es un término utilizado en un
sentido relativo para referirse a las condiciones de tem-
peratura (o a veces de presión) a las que las rocas han sido
sometidas.
Migmatitas En los ambientes más extremos, incluso las rocas metamórficas de grado alto experimentan cambios. Por
ejemplo, las rocas gnéisicas pueden calentarse lo suficiente como para provocar el inicio de la fusión. Sin embargo,
recordemos lo hablado sobre las rocas ígneas, que los diferentes minerales se funden a temperaturas diferentes. Los
silicatos de color claro, normalmente el cuarzo y el feldespato potásico, tienen las temperaturas de fusión más bajas
y empiezan a fundirse primero, mientras que los silicatos
máficos, como el anfíbol y la biotita, se mantienen sólidos.
Cuando esta roca parcialmente fundida se enfría, las bandas
claras constarán de componentes ígneos o de aspecto ígneo,
mientras que las bandas oscuras consistirán en material
metamórfico no fundido. Las rocas de este tipo se denominan migmatitas (migma mezcla; ite piedra). Las
bandas claras de las migmatitas suelen formar pliegues tortuosos y pueden contener inclusiones tabulares de componentes oscuros. Las migmatitas sirven para ilustrar el hecho
de que algunas rocas son transicionales y no pertenecen claramente a ninguno de los tres grupos básicos de rocas.
Metamorfismo y tectónica de placas
La mayor parte de nuestro conocimiento sobre el metamorfismo tiende a apoyar lo que sabemos acerca del
comportamiento dinámico de la Tierra según se esbo-
Aumento del metamorfismo
Grado bajo (200º)
Grado intermedio
Grado alto (800º)
Clorita
Moscovita (mica)
Biotita (mica)
Granate
Composición
mineral
Estaurolita
Sillimanita
Cuarzo
Feldespato
Tipo de roca
Ausencia de
metamorfismo
Pizarra
Filita
Esquisto
Gneis
▲ Figura 8.22 La transición típica en la mineralogía que se produce por metamorfismo progresivo de una lutita.
Fusión
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249
▲
Metamorfismo y tectónica de placas
0
100
Kilómetros
Figura 8.23 Zonas de intensidades
metamórficas en Nueva Inglaterra.
200
Canadá
Maine
Estados
Unidos
Leyenda
Vt.
N.H.
Sin metamorfismo
Mass.
Conn.
Grado
bajo
R.I.
Grado
medio
Grado
alto
za en la teoría de la tectónica de placas. En este modelo, la mayor parte de la deformación y el metamorfismo
asociado se produce en la proximidad de los bordes de
placa convergentes, donde las placas litosféricas se aproximan unas a otras. A lo largo de algunas zonas convergentes, los bloques continentales colisionan para formar montañas, como se ilustra en la Figura 8.21. En
esos ambientes, las fuerzas compresionales comprimen
y generalmente deforman los bordes de las placas convergentes, así como los sedimentos que se han acumulado a lo largo de los márgenes continentales. Muchos
de los principales cinturones montañosos de la Tierra,
entre ellos los Alpes, el Himalaya y los Apalaches, se
formaron de esta manera. Todos estos sistemas montañosos se componen (en grados variables) de rocas sedimentarias deformadas y metamórficas que fueron comprimidas entre dos placas convergentes.
También se produce metamorfismo a gran escala a
lo largo de las zonas de subducción donde las placas oceánicas descienden hacia el manto. Un examen detallado de
la Figura 8.24 muestra que existen diversos ambientes
metamórficos a lo largo de este tipo de bordes convergentes. Cerca de las fosas, las placas formadas por litosfe-
Zona de la clorita
Zona de la biotita
Zona del granate
Zona de la estaurolita
Zona de la silimanita
ra oceánica relativamente fría están descendiendo a grandes profundidades. Conforme la litosfera desciende, los
sedimentos y las rocas de la corteza son sometidos a temperaturas y presiones que aumentan de manera constante (Figura 8.24). Sin embargo, la temperatura de la placa
descendente permanece más fría que la del manto circundante porque las rocas son malas conductoras del calor y,
por consiguiente, se enfría lentamente (véase Figura 8.1).
Las rocas formadas en este ambiente de baja temperatura
y alta presión se denominan esquistos azules, debido a la
presencia de glaucofana, un anfíbol de color azul. Las rocas de la cordillera de la costa de California se formaron
de esta manera. En esta zona, rocas muy deformadas que
estuvieron una vez profundamente enterradas han aflorado, debido a un cambio en el borde de placa.
Las zonas de subducción son también un lugar
importante de generación de magmas (Figura 8.24). Recordemos, del Capítulo 4, que, conforme una placa
oceánica se hunde, el calor y la presión impulsan el agua
desde los sedimentos y las rocas de la corteza en subducción. Esos volátiles migran hacia la cuña de material
caliente situada encima y disminuyen la temperatura de
fusión de esas rocas del manto lo suficiente como para
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
Fosa
Dorsal
oceánica
Metamorfismo
hidrotermal
Ascenso
Zona de baja
temperatura/
alta presión
Zona de alta
temperatura/
baja presión
Lito
sfe
100 km
ra
Magma
ascendente
oce
áni
ca
en
sub
du
Astenosfera
cci
ón
Zona de alta
temperatura/
alta presión
Fusión
parcial
200 km
▲ Figura 8.24 Ambientes metamórficos según el modelo de tectónica de placas.
generar magmas. Una vez fundida suficiente roca, asciende por flotación hacia la superficie, calentando y
deformando aún más los estratos a los que intruye. Por
tanto, en la superficie, tierra adentro de las fosas, el metamorfismo de contacto de alta temperatura y baja presión es común (Figura 8.24). Sierra Nevada (EE.UU.),
donde hay numerosas intrusiones ígneas y rocas metamórficas asociadas, es un ejemplo de este tipo de ambiente.
Por tanto, los terrenos montañosos que se forman a
lo largo de las zonas de subducción están constituidos generalmente por dos cinturones lineales bien definidos de
rocas metamórficas. Cerca de la fosa oceánica, encontramos un régimen metamórfico de alta presión y baja temperatura similar al de la cordillera de la costa de California. Más lejos, en dirección hacia tierra firme, en la región
de las intrusiones ígneas, el metamorfismo está dominado por temperaturas elevadas y presiones bajas; es decir,
ambientes similares a los asociados con el batolito de Sierra Nevada (EE.UU.).
Como se ha dicho anteriormente, el metamorfismo
hidrotermal se produce en los bordes de placa divergentes, donde la expansión del fondo oceánico provoca el
afloramiento de magma basáltico caliente. En estos lugares, la circulación de agua marina caliente a través de la
corteza basáltica recién formada produce una roca metamórfica de grado relativamente bajo llamada espilita. La
alteración química de la corteza basáltica genera rocas
compuestas principalmente de clorita y plagioclasa rica
en sodio que suelen conservar vestigios de la roca original, como vesículas y estructuras almohadilladas. La ex-
pansión continuada a lo largo de la dorsal oceánica distribuye estas rocas alteradas a través de toda la cuenca
oceánica.
Ambientes metamórficos antiguos
Además de los cinturones lineales de rocas metamórficas
que se encuentran en las zonas axiales de la mayoría de los
cinturones montañosos, existen extensiones incluso mayores de rocas metamórficas en el interior de las zonas
continentales estables (Figura 1.7). Estas extensiones relativamente planas de rocas metamórficas y plutones ígneos asociados se denominan escudos. Una de estas estructuras, el escudo canadiense, tiene un relieve muy
plano y forma el basamento rocoso de gran parte de Canadá central, extendiéndose desde la bahía Hudson hasta
el norte de Minnesota. La datación radiométrica del escudo canadiense indica que está compuesto por rocas cuya
edad oscila entre 1.800 y 3.800 millones de años. Dado
que los escudos son antiguos, y que su estructura es similar a la existente en los núcleos de los terrenos montañosos recientes, se supone que son los restos de períodos
mucho más antiguos de formación de montañas. Esta evidencia apoya con fuerza la opinión generalmente aceptada de que la Tierra ha sido un planeta dinámico a lo largo de la mayor parte de su historia. Los estudios de estas
enormes áreas metamórficas en el contexto de la tectónica de placas han proporcionado a los geólogos nuevas
perspectivas sobre el problema del origen de los continentes. Consideraremos este tema con más detalle en el
Capítulo 14.
8_Capítulo 8
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Resumen
251
Resumen
• El metamorfismo es la transformación de un tipo de
roca en otro. Las rocas metamórficas se forman a partir
de rocas preexistentes (ya sean rocas ígneas, sedimentarias u otras rocas metamórficas) que han sido alteradas por los agentes del metamorfismo, entre los que
se cuentan el calor, la presión y los fluidos químicamente
activos. Durante el metamorfismo el material permanece esencialmente sólido. Los cambios que se producen en las rocas son texturales, así como mineralógicos.
• El metamorfismo se produce casi siempre en uno de
estos tres ambientes: (1) cuando una roca está en contacto con un magma, se produce metamorfismo de contacto térmico; (2) cuando el agua caliente, rica en iones
circula a través de la roca, se produce alteración química por un proceso llamado metamorfismo hidrotermal; o (3) durante la formación de montañas, donde
grandes volúmenes de rocas experimentan metamorfismo regional. El mayor volumen de rocas metamórficas se produce mediante el metamorfismo regional.
• La composición mineral de la roca original determina, en gran medida, el grado en que cada agente metamórfico provocará cambios. El calor es el agente
más importante porque proporciona la energía que
impulsa las reacciones químicas que provocan la recristalización de los minerales. La presión, como la
temperatura, también aumenta con la profundidad.
Cuando están sometidos a una presión de confinamiento, los minerales pueden recristalizar en formas más
compactas. Durante la formación de montañas, las rocas están sometidas a un esfuerzo diferencial, que tiende a acortarlas en la dirección de aplicación de la presión y a alargarlas en dirección perpendicular a esa
fuerza. En profundidad, las rocas son calientes y dúctiles, lo cual explica su capacidad de deformarse y fluir
cuando son sometidas a esfuerzos diferenciales. Los
fluidos químicamente activos, casi siempre agua que
contiene iones en disolución, también intensifican el
proceso metamórfico disolviendo minerales y contribuyendo a la migración y la precipitación de este material en otros lugares.
• El grado de metamorfismo se refleja en la textura y la mineralogía de las rocas metamórficas. Durante el metamorfismo regional, las rocas suelen desarrollar una
orientación preferente denominada foliación en la que
sus minerales planares y alargados se alienan. La foliación se desarrolla conforme los minerales planares
y alargados rotan en una alineación paralela, recrista-
lizan y forman nuevos granos que muestran una orientación preferente o se deforman plásticamente y se
convierten en partículas aplanadas con una alineación
planar. La pizarrosidad es un tipo de foliación en el que
las rocas se separan limpiamente en capas delgadas a
lo largo de superficies en las que se alinean los minerales planares. La esquistosidad es un tipo de foliación
definido por el alineamiento paralelo de los minerales planares de grano medio a grueso. Durante el metamorfismo de grado alto, las migraciones iónicas pueden hacer que los minerales se segreguen en capas o
bandas diferenciadas. Las rocas metamórficas con una
textura bandeada se llaman gneises. Las rocas metamórficas compuestas por un solo mineral que forma
cristales equidimensionales suelen tener un aspecto
no foliado. El mármol (caliza metamorfizada) es no foliado. Además, el metamorfismo puede inducir la
transformación de minerales de baja temperatura en
minerales de alta temperatura y, a través de la introducción de iones de las soluciones hidrotermales, generar nuevos minerales, algunos de los cuales forman
menas metálicas importantes desde el punto de vista
económico.
• Las rocas metamórficas foliadas comunes son las pizarras, las filitas, varios tipos de esquistos (por ejemplo
los micaesquistos granatíferos) y los gneises. Las rocas
no foliadas son el mármol (protolito: caliza) y la cuarcita (casi siempre formada a partir de areniscas ricas en
cuarzo).
• Los tres ambientes geológicos en los cuales se produce normalmente el metamorfismo son: (1) metamorfismo de contacto o térmico; (2) metamorfismo hidrotermal; (3) metamorfismo regional. El metamorfismo
de contacto se produce cuando las rocas están en contacto con un cuerpo ígneo, lo cual se traduce en la formación de zonas de alteración alrededor del magma
llamadas aureolas. La mayoría de las rocas metamórficas de contacto son rocas de grano fino, densas y duras de composiciones químicas diversas. Dado que la
presión dirigida no es un factor importante, en general estas rocas no son foliadas. El metamorfismo hidrotermal se produce cuando los fluidos calientes y ricos en iones circulan a través de la roca y causan
alteraciones químicas de los minerales constituyentes.
La mayor parte de la alteración hidrotermal ocurre a
lo largo del sistema de dorsales centrooceánicas donde el agua marina migra a través de la corteza oceánica caliente y altera químicamente las rocas basálti-
8_Capítulo 8
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CAPÍTULO 8
Metamorfismo y rocas metamórficas
cas recién formadas. Los iones metálicos que son
arrancados de la corteza acaban transportándose al
fondo del océano, donde precipitan en las fumarolas
oscuras (black smokers) y forman depósitos metálicos,
algunos de los cuales pueden ser importantes desde un
punto de vista económico. El metamorfismo regional
tiene lugar a profundidades considerables sobre una
zona extensa y está asociado con el proceso de for-
mación de montañas. Suele haber una gradación en el
metamorfismo regional, de forma que la intensidad
del metamorfismo (de grado bajo a alto) se refleja en
la textura y la mineralogía de las rocas. En los ambientes metamórficos más extremos, las rocas llamadas migmatitas se encuentran en una zona de transición en algún lugar entre las rocas ígneas «s.s.» y las
rocas metamórficas «s.s.».
Preguntas de repaso
1. ¿Qué es el metamorfismo? ¿Cuáles son los agentes
que transforman las rocas?
c) Representa un grado de metamorfismo entre la
pizarra y el esquisto.
2. ¿Por qué se considera el calor el agente más importante del metamorfismo?
d) De grano muy fino y foliada; excelente pizarrosidad.
3. ¿En qué se diferencia la presión de confinamiento
del esfuerzo diferencial?
e) Foliada y compuesta predominantemente por
minerales de orientación planar.
4. ¿Qué papel representan los fluidos químicamente
activos en el metamorfismo?
f) Compuesta por bandas alternas de silicatos claros y oscuros.
5. ¿De qué dos maneras puede el protolito afectar el
proceso metamórfico?
g) Roca dura, no foliada que se produce por metamorfismo de contacto.
6. ¿Qué es la foliación? Distinga entre pizarrosidad, esquistosidad y textura gnéisica.
11. Distinga entre el metamorfismo de contacto y el
metamorfismo regional. ¿Cuál crea la mayor cantidad de rocas metamórficas?
7. Describa brevemente los tres mecanismos por los
que los minerales desarrollan una orientación preferente.
8. Enumere algunos cambios que le pueden ocurrir
a una roca en respuesta a los procesos metamórficos.
9. Las pizarras y las filitas se parecen entre sí. ¿Cómo
podría distinguir una de otra?
10. Cada una de las siguientes afirmaciones describe
una o más características de una roca metamórfica
concreta. Para cada una de ellas, nombre la roca
metamórfica que le corresponde.
a) Rica en calcita y a menudo no foliada.
b) Roca con poca cohesión compuesta por fragmentos rotos que se formaron en una zona de
falla.
12. ¿Dónde se produce la mayor parte del metamorfismo hidrotermal?
13. Describa el metamorfismo de enterramiento.
14. ¿Cómo utilizan los geólogos los minerales índice?
15. Describa brevemente los cambios de textura que
tienen lugar en la transformación de la pizarra en filita, esquisto y luego en gneis.
16. ¿Cómo se relacionan los gneises y las migmatitas?
17. ¿Con qué tipo de límite de placa se asocia el metamorfismo regional?
18. ¿Por qué los núcleos de las principales cordilleras montañosas de la Tierra contienen rocas metamórficas?
19. ¿Qué son los escudos? ¿Cómo se relacionan estas
zonas relativamente llanas con las montañas?
Términos fundamentales
aureola
bandeado gnéisico
escudo
esfuerzo diferencial
esquistosidad
foliación
metamorfismo
metamorfismo de contacto
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Recursos de la web
metamorfismo de
enterramiento
metamorfismo de impacto
metamorfismo
hidrotermal
metamorfismo regional
metamorfismo térmico
metasomatismo
migmatita
mineral índice
pizarrosidad
presión de confinamiento
protolito
solución hidrotermal
253
textura
textura gnéisica
textura no foliada
textura porfidoblástica
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
La Geología necesita una escala
temporal
Datación relativa: principios
fundamentales
Ley de la superposición
Principio de la horizontalidad original
Principio de intersección
Inclusiones
Discontinuidades estratigráficas
Aplicación de los principios de datación
relativa
Correlación de las capas rocosas
Fósiles: evidencias de vida
en el pasado
Condiciones que favorecen la conservación
Fósiles y correlación
Datación con radiactividad
Repaso de la estructura básica del átomo
Radiactividad
Período de semidesintegración
Datación radiométrica
Datación con carbono-14
Importancia de la datación radiométrica
Escala de tiempo geológico
Estructura de la escala temporal
El Precámbrico
Dificultades para datar la escala
de tiempo geológico
Tipos de fósiles
255
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
A
finales del siglo XVIII, James Hutton reconoció la inmensidad de la historia de la Tierra y la importancia del
tiempo como componente de todos los procesos geológicos. En el siglo XIX, Sir Charles Lyell y otros científicos demostraron efectivamente que la Tierra había experimentado
muchos episodios de formación y erosión de montañas, que
debían haber precisado grandes intervalos de tiempo geológico. Aunque estos pioneros científicos comprendían que la
Tierra era muy antigua, no tenían ninguna manera de conocer su verdadera edad. ¿Tenía decenas de millones, centenares de millones o incluso millares de millones de años? Así, se
desarrolló una escala de tiempo geológico que mostraba la secuencia de acontecimientos basada en principios de datación
relativa. ¿Cuáles son esos principios? ¿Qué parte desempeñan
los fósiles? Con el descubrimiento de la radiactividad y de las
técnicas de datación radiométrica, los geólogos pueden asignar ahora con bastante precisión fechas a muchos de los acontecimientos de la historia terrestre. ¿Qué es la radiactividad?
¿Por qué es un buen «reloj» para datar el pasado geológico?
La Geología necesita una escala
temporal
En 1869, John Wesley Powell, que luego fue director del
U. S. Geological Survey, dirigió una expedición pionera
que descendió el río Colorado a través del Gran Cañón
(Figura 9.1). Cuando escribió sobre los estratos rocosos
que habían quedado expuestos por el ahondamiento del
río, Powell anotó que «los cañones de esta región constituirían un Libro de Revelaciones en la Biblia de la Geología que constituyen esas rocas». Indudablemente quedó
impresionado con los millones de años de historia de la
Tierra expuestos a lo largo de las paredes del Gran Cañón.
Powell comprendió que las pruebas para una Tierra
antigua están ocultas en sus rocas. Como las páginas en un
libro de historia extenso y complicado, las rocas registran
los acontecimientos geológicos y las formas de vida cambiantes del pasado. El libro, sin embargo, no está completo. Faltan muchas páginas, en especial de los primeros
capítulos. Otras están desgastadas, rotas o manchadas. Sin
embargo, quedan suficientes páginas para permitirnos
descifrar la historia.
Interpretar la historia de la Tierra es un objetivo
fundamental de la Geología. Como un detective actual,
el geólogo debe interpretar las pistas que se encuentran
conservadas en las rocas. Estudiando estas rocas, en especial las rocas sedimentarias, y los rasgos que contienen, los geólogos pueden desvelar las complejidades del
pasado.
Los acontecimientos geológicos por sí mismos, sin
embargo, tienen poco significado hasta que se sitúan en
una perspectiva temporal. Estudiar la historia, ya se trate
de la Guerra Civil o de la época de los dinosaurios, requiere un calendario. Entre las principales contribuciones
▲ Figura 9.1 A. Inicio de la expedición desde la estación Green River. Dibujo del libro de Powell de 1875. B. Comandante John Wesley
Powell, geólogo pionero y segundo director de U. S. Geological Survey. (Cortesía de U. S. Geological Survey, Denver.)
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Datación relativa: principios fundamentales
de la Geología al conocimiento humano se cuenta la escala de tiempo geológico y el descubrimiento de que la historia de la Tierra es extraordinariamente larga.
Datación relativa: principios
fundamentales
I
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TI
▲
IE N C
El tiempo geológico
Datación relativa: principios
A
S D LA
fundamentales
E
Los geólogos que desarrollaron la escala de tiempo geológico revolucionaron la manera de pensar sobre el tiempo y la percepción de nuestro planeta. Descubrieron que
la Tierra es mucho más antigua de lo que nadie se había
imaginado y que su superficie y su interior habían cambiado una y otra vez por los mismos procesos geológicos
que actúan en la actualidad.
A finales del siglo XIX y principios del XX, se intentó
determinar la edad de la Tierra. Aunque alguno de los métodos parecía prometedor en aquella época, ninguno de
esos primeros esfuerzos demostró ser fiable. Lo que estos
científicos buscaban era una fecha numérica. Estas fechas
especifican el número real de años que han pasado desde que
un acontecimiento ha ocurrido. En la actualidad, nuestro
conocimiento de la radiactividad nos permite determinar
con exactitud las fechas numéricas para las rocas que representan acontecimientos importantes en el pasado lejano de
la Tierra. Estudiaremos la radiactividad más adelante en este
capítulo. Antes del descubrimiento de la radiactividad, los
geólogos no tenían método fiable de datación numérica y tenían que depender únicamente de la datación relativa.
La datación relativa significa que las rocas se colocan en su secuencia de formación adecuada: cuál se formó en
primer lugar, en segundo, en tercero y así sucesivamente.
La datación relativa no puede decirnos cuánto hace que sucedió algo, sólo qué ocurrió después de un acontecimiento y antes que otro. Las técnicas de datación relativa que se
desarrollaron son válidas y continúan siendo muy utilizadas
todavía hoy. Los métodos de datación numérica no sustituyeron esas técnicas; simplemente las complementaron.
Para establecer una escala de tiempo relativo, hubo que descubrir unos pocos principios o reglas básicos y aplicarlos.
Aunque puedan parecernos obvios en la actualidad, en su
época constituyeron avances importantes del pensamiento,
y su descubrimiento fue un logro científico importante.
Ley de la superposición
A Nicolaus Steno, un anatomista, geólogo y clérigo danés
(1638-1686), se le reconoce haber sido el primero en descubrir una secuencia de acontecimientos históricos en un
257
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Ha mencionado intentos tempranos de determinar la
edad de la Tierra que no resultaron fiables. ¿Cómo
abordaron los científicos del siglo XIX tales cálculos?
Un método que se probó varias veces implicaba la velocidad
de deposición de los sedimentos. Algunos argumentaban que
si podían determinar la velocidad a la que el sedimento se
acumula y luego podían establecer el grosor total de la roca
sedimentaria que se había depositado durante la historia de
la Tierra, podrían calcular la extensión del tiempo geológico. Sólo hacía falta dividir la velocidad de acumulación de los
sedimentos entre el grosor total de la roca sedimentaria.
Los cálculos de la edad de la Tierra eran distintos cada vez
que se probaba este método. ¡La edad de la Tierra calculada
según este método oscilaba entre los 3 millones y los 1.500
millones de años! Evidentemente, este método presentaba dificultades por todas partes. ¿Puede sugerir algunos?
afloramiento de capas de rocas sedimentarias. Trabajando
en las montañas del oeste de Italia, Steno aplicó una regla
muy simple que se ha convertido en el principio más básico de la datación relativa: la ley de la superposición (super sobre; positum situarse). La ley establece simplemente que en una secuencia no deformada de rocas
sedimentarias, cada estrato es más antiguo que el que tiene por encima y más joven que el que tiene por debajo.
Aunque pueda parecer obvio que una capa rocosa no pudo
depositarse sin que hubiera algo debajo para sustentarla,
no fue hasta 1669 cuando Steno estableció con claridad
este principio.
Esta regla se aplica también a otros materiales depositados en la superficie, como las coladas de lava y los
estratos de cenizas de las erupciones volcánicas. Aplicando la ley de la superposición a los estratos expuestos en la
porción superior del Gran Cañón (Figura 9.2), podemos
colocar fácilmente las capas en su orden apropiado. Entre
las que se muestran, las rocas sedimentarias del grupo Supai son las más antiguas, seguidas en orden por la lutita
Hermit, la arenisca Coconino, la formación Toroweap y
la caliza Kaibab.
Principio de la horizontalidad original
También Steno fue el que reconoció la importancia de
otro principio básico, denominado el principio de la horizontalidad original. De manera sencilla, significa que
las capas de sedimento se depositan en general en una posición horizontal. Por tanto, cuando observamos estratos
rocosos que son planos, deducimos que no han experi-
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
Más joven
Caliza Kaibab
Formación Toroweap
Arenisca Coconino
Lutita Hermit
Grupo Supai
A.
B.
▲ Figura 9.2 Aplicación de la ley de la superposición a estas capas expuestas en la parte superior del Gran Cañón; el grupo Supai es más
viejo y la caliza Kaibab es más joven. (Foto de E. J. Tarbuck.)
mentado perturbación y que mantienen todavía su horizontalidad original. Eso se ilustra en las capas del Gran Cañón de la Figura 9.2. Pero si están plegados o inclinados
a un ángulo empinado deben de haber sido movidos a esa
posición por perturbaciones de la corteza algún tiempo
después de su depósito.
Principio de intersección
Cuando una falla atraviesa otras rocas, o cuando el magma hace intrusión y cristaliza, podemos suponer que la falla o la intrusión es más joven que las rocas afectadas. Por
ejemplo, en la Figura 9.3, las fallas y los diques deben de
haberse producido claramente después de que se depositaran los estratos sedimentarios.
Éste es el principio de intersección. Aplicando
este principio, puede verse que la falla A se produjo después de que se depositara el estrato de arenisca, porque
«corta» la capa. De igual manera, la falla A se produjo antes de que el conglomerado se sedimentara porque la capa
no está afectada.
También podemos afirmar que el dique B y el sill
asociado con él son más antiguos que el dique A, porque
este último corta al sill. De la misma manera, sabemos que
los batolitos fueron emplazados después de que se produjera el movimiento a lo largo de la falla B, pero antes de
que se formara el dique B. Esto es así porque el batolito
atraviesa la falla B mientras que el dique B corta el batolito.
Inclusiones
A veces las inclusiones pueden contribuir al proceso de
datación relativa. Las inclusiones (includere encerrar)
son fragmentos de una unidad de roca que han quedado
encerrados dentro de otra. El principio básico es lógico y
directo. La masa de roca adyacente a la que contiene las
inclusiones debe haber estado allí primero para proporcionar los fragmentos de roca. Por consiguiente, la masa
de roca que contiene las inclusiones es la más joven de las
dos. En la Figura 9.4 se proporciona un ejemplo. Aquí, las
inclusiones de la roca ígnea intrusiva en el estrato sedimentario adyacente indican que la capa sedimentaria se
depositó encima de una masa ígnea meteorizada, y no
que hubiera intrusión magmática desde debajo que después cristalizó.
Discontinuidades estratigráficas
Cuando observamos estratos rocosos que se han ido depositando sin interrupción, decimos que son concordantes. Zonas concretas exhiben estratos concordantes que
representan ciertos lapsos de tiempo geológico. Sin embargo, ningún lugar de la Tierra tiene un conjunto completo de estratos concordantes.
A todo lo largo de la historia de la Tierra, el depósito de sedimentos se ha interrumpido una y otra vez. Todas
esas rupturas en el registro litológico se denominan discontinuidades estratigráficas. Una discontinuidad estratigráfica representa un largo período durante el cual se in-
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▲
Datación relativa: principios fundamentales
Figura 9.3 Las relaciones de
intersección representan un principio
utilizado en la datación relativa. Un
cuerpo rocoso intrusivo es más joven
que la roca en la que intruye. Una falla
es más joven que la capa que corta.
Conglomerado
Lutita
Batolito
Aren
isca
Sill
Falla A
Dique B
Dique A
terrumpió la sedimentación, la erosión eliminó las rocas
previamente formadas y luego continuó el depósito. En
cada caso, el levantamiento y la erosión fueron seguidos de
subsidencia y nueva sedimentación. Las discontinuidades
estratigráficas son rasgos importantes porque representan
acontecimientos geológicos significativos de la historia de
la Tierra. Además, su reconocimiento nos ayuda a identificar qué intervalos de tiempo no están representados por los
estratos y, por tanto, no aparecen en el registro geológico.
Las rocas expuestas en el Gran Cañón del río Colorado representan un intervalo enorme de historia geológica. Es un lugar maravilloso para hacer una excursión a
través del tiempo. Los coloreados estratos del cañón registran una larga historia de sedimentación en una diversidad de ambientes: mares, ríos y deltas, llanuras mareales y dunas de arena. Pero el registro no es continuo. Las
discontinuidades estratigráficas representan enormes cantidades de tiempo que no se han registrado en las capas del
cañón. En la Figura 9.5 se muestra un corte geológico del
Gran Cañón, que permite comprender mejor los tres tipos básicos de discontinuidades: discordancias angulares,
paraconformidades e inconformidades.
Discordancia angular Quizá la discontinuidad más fácil
de reconocer es la discordancia angular. Consiste en rocas sedimentarias inclinadas o plegadas sobre las que reposan estratos más planos y jóvenes. Una discordancia
angular indica que, durante la pausa en la sedimentación,
se produjo un período de deformación (pliegue o inclinación) y erosión.
Falla B
Cuando James Hutton estudió una discordancia
angular en Escocia hace más de 200 años, resultó obvio
para él que representaba un episodio fundamental de
actividad geológica*. Hutton y sus colaboradores también apreciaron el inmenso intervalo temporal implicado por dichas relaciones. Cuando un compañero escribió más adelante sobre su visita a este lugar afirmó que
«la mente se nos aturdía mirando tan lejos en el abismo
del tiempo».
Paraconformidad Cuando se las compara con las discordancias angulares, las paraconformidades son más comunes, pero normalmente son bastante menos claras, porque los estratos situados a ambos lados son en esencia
paralelos. Muchas paraconformidades son difíciles de
identificar porque las rocas situadas por encima y por debajo son similares y hay pocas pruebas de erosión. Dicha
ruptura a menudo se parece a un plano de estratificación
ordinario. Otras paraconformidades son más fáciles de
identificar porque la superficie de erosión antigua corta
profundamente en las rocas inferiores más antiguas (disconformidad).
Inconformidad El tercer tipo básico de discontinuidad es
la inconformidad. Aquí la ruptura separa rocas ígneas,
metamórficas más antiguas de los estratos sedimentarios
más jóvenes (Figuras 9.4 y 9.5). Exactamente igual que las
* Este geólogo pionero se comenta en la sección sobre el Nacimiento de
la Geología Moderna del Capítulo 1.
9_Capítulo 9
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Página 260
CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
Inclusiones de
la roca circundante
Roca ígnea intrusiva
B. Exposición y meteorización
de la roca ígnea intrusiva
A. Roca ígnea intrusiva
▲ Figura 9.4 Estos diagramas ilustran dos maneras mediante las cuales
se pueden formar las inclusiones, así como un tipo de discontinuidad
denominada inconformidad. En el diagrama A, las inclusiones de la masa
ígnea representan los restos no fundidos de la roca de caja circundante
que se rompieron y se incorporaron en el momento en el que el magma
intruía. En el diagrama C, la roca ígnea debe de ser más antigua que las
capas sedimentarias suprayacentes porque los estratos sedimentarios
contienen inclusiones de la roca ígnea. Cuando rocas ígneas intrusivas más
antiguas están cubiertas por estratos sedimentarios más jóvenes, se dice
que hay un tipo de discontinuidad denominada inconformidad. En la foto
se muestra una inclusión de roca ígnea oscura en una roca huésped más
clara y más joven. (Foto de Tom Bean.)
Estratos
sedimentarios
Inclusiones
de roca ígnea
Inconformidad
C. Depósito de estratos
sedimentarios
▲
Figura 9.5 Este corte geológico a través del Gran Cañón ilustra los tres tipos
básicos de discontinuidades estratigráficas. Entre el grupo Unkar precámbrico
inclinado y las areniscas Tapeats cámbricas puede verse una discordancia. Hay dos
paraconformidades notables, por encima y por debajo de la caliza Redwall. Se
produce una inconformidad entre las rocas ígneas y metamórficas del interior de la
garganta y los estratos sedimentarios del grupo Unkar.
Plataforma Kaibab
Formación
Kaibab
Formación
Toroweap
Arenisca
Coconino
Pérmico
Lutita Hermit
Paraconformidad
Grupo Supai
Pensilvaniense
(carbonífero)
Disconformidad
Misisipiense
(carbonífero)
Caliza Redwall
Discordancia angular
Devónico
Caliza Muav
Interior
de la
garganta
Grupo
Tonto
Lutita Bright Angel
Cámbrico
Arenisca Tapeats
Inc
onf
Río
Colorado
Granito Zoroastro
Esquisto Vishnu
Grupo
Unkar
orm
ida
d
Precámbrico
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Correlación de las capas rocosas
discordancias y las paraconformidades implican movimientos de la corteza, también las inconformidades. Las
masas ígneas intrusivas y las rocas metamórficas se originan bastante por debajo de la superficie. Por tanto, para
que se desarrolle una inconformidad, debe haber un período de elevación y erosión de las rocas suprayacentes.
Una vez expuestas en la superficie, las rocas ígneas o metamórficas son sometidas a meteorización y erosión antes de la subsidencia y de la reanudación de la sedimentación.
Aplicación de los principios
de datación relativa
Si se aplican los principios de datación relativa al corte
geológico hipotético de la Figura 9.6, las rocas y los acontecimientos que representan pueden colocarse en la secuencia adecuada. La leyenda de la figura resume la lógica utilizada para interpretar el corte.
En este ejemplo, establecemos una escala de tiempo relativo para las rocas y los acontecimientos en la zona
Discordancia
angular
J
H
K
I
G
Colada de lava
E
F
D
Sill
C
B
A
Discordancia
angular
Interpretación
K
I J
H
G
Océano
E
C
1. Aplicando la ley de la superposición,
los estratos A, B, C y E
.
se depositaron en ese orden.
6. Por último, la superficie irregular
y el valle fluvial indican que se
produjo otro vacío en el registro
litológico por erosión.
F
E
D
Sill
C
B
B
A
A
E
D
C
B
A
2. La capa D es un sill (intrusión
ígnea concordante). Una prueba
posterior de que el sill D es más
joven que los estratos C y E son
las inclusiones de fragmentos de
esos estratos. Si esa masa ígnea
contiene fragmentos de estratos
adyacentes, los estratos
adyacentes deben haber estado
allí primero.
5. Utilizando de nuevo la ley de la
superposición, los estratos G, H,
I, J y K se depositaron en ese
orden. Aunque la colada de lava
(estrato H) no es un estrato de
roca sedimentaria, es una capa
depositada en superficie y, por
tanto, puede aplicarse la ley de
superposición.
Discordancia
angular
Océano
K
I J
H
G
F
E
D
Sill
Roca
erosionada
E
3. Después de la intrusión del sill D, se D
produjo la intrusión del dique F. Dado C
que el dique atraviesa los estratos
desde el A al E, debe ser más joven B
que todos ellos (principio de
intersección). A
C
B
A
F
Sill
E
F
▲ Figura 9.6 Corte geológico de una región hipotética.
261
D
Sill
C
B
A
4. A continuación, las rocas se inclinaron
y fueron erosionadas. La inclinación
sucedió primero porque los extremos
vueltos hacia arriba de los estratos han
sido erosionados. La inclinación y la
erosión, seguidas de una posterior
sedimentación, produjeron una
discordancia angular.
9_Capítulo 9
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
del corte. Este método no nos permite saber cuántos años
de historia terrestre están representados, pues no tenemos
fechas numéricas. Ni sabemos cómo comparar esta área
con cualquier otra (véase Recuadro 9.1).
Correlación de las capas rocosas
Para desarrollar una escala de tiempo geológico que sea
aplicable a toda la Tierra, deben emparejarse rocas de
edad similar localizadas en regiones diferentes. Esta tarea
se conoce como correlación.
Dentro de un área limitada, la correlación de las rocas de una localidad con las de otra puede hacerse sencillamente caminando a lo largo de los bordes de los afloramientos. Sin embargo, quizá esto no sea posible cuando
las rocas están ocultas bajo el suelo y la vegetación. La correlación a lo largo de distancias cortas suele conseguirse
observando la posición de una capa en una secuencia de
estratos. Es decir, una capa puede identificarse en otra localización si está compuesta por minerales característicos
o infrecuentes.
Correlacionando las rocas de un lugar con las de
otro, es posible una visión más completa de la historia geológica de una región. En la Figura 9.7, por ejemplo, se
▲
Recuadro 9.1
muestra la correlación de estratos en tres zonas de la llanura del Colorado, al sur de Utah y al norte de Arizona.
En ningún punto aparece la secuencia entera, pero la correlación revela una imagen más completa del registro sedimentario.
Muchos estudios geológicos se realizan en áreas relativamente pequeñas. Aunque son importantes por sí
mismos, sólo se comprende su valor completo cuando se
correlacionan con otras regiones. Aunque los métodos
que acabamos de describir son suficientes para seguir la
pista a una formación litológica a lo largo de distancias relativamente cortas, no son adecuados para emparejar rocas que están separadas por grandes distancias. Cuando el
objetivo es la correlación entre áreas muy distantes o entre continentes, el geólogo dependerá de los fósiles.
Fósiles: evidencias de vida
en el pasado
Los fósiles, restos de vida prehistórica, son inclusiones
importantes en los sedimentos y las rocas sedimentarias.
Son herramientas importantes y básicas para interpretar
el pasado geológico. El estudio científico de los fósiles se
denomina Paleontología. Es una ciencia interdisciplinar
Entender la Tierra
Aplicación de los principios de datación relativa en la superficie lunar
De la misma manera que utilizamos los
principios de la datación relativa para determinar la secuencia de los acontecimientos geológicos en la Tierra, también
podemos aplicar esos principios a la superficie de la Luna (así como a otros
cuerpos planetarios).
También puede utilizarse el principio
de intersección. Al observar un cráter de
impacto que se superpone a otro, sabemos que el cráter intacto y continuo apareció después del que este último corta.
Los rasgos más evidentes de la superficie lunar son los cráteres. La mayoría
de ellos se produjo por el impacto de unos
objetos de movimiento rápido llamados
meteoritos. Mientras que la Luna tiene
miles de cráteres de impacto, la Tierra
tiene sólo unos pocos. Puede atribuirse
esta diferencia a la atmósfera terrestre. La
fricción con el aire quema los pequeños
fragmentos antes de que éstos alcancen la
superficie. Además, la erosión y los procesos tectónicos han destruido las pruebas
de la mayor parte de los cráteres apreciables que se formaron durante la historia
de la Tierra.
Las observaciones de los cráteres lunares se utilizan para calcular las edades
relativas de distintos puntos del satélite.
El principio es claro. Las regiones más
antiguas han estado expuestas a los impactos de meteoritos durante un período
más largo y, por tanto, tienen más cráteres. Utilizando esta técnica, podemos
deducir que las regiones altas con muchos cráteres son más antiguas que las
zonas oscuras, llamadas mares. La cantidad de cráteres por unidad de superficie
(denominada densidad de cráteres) es, evidentemente, mucho mayor en las regiones altas. ¿Significa eso que las regiones
altas son mucho más antiguas? Aunque
ésta puede parecer una conclusión lógi-
ca, la respuesta es negativa. Recordemos
que estamos abordando un principio de
datación relativa. Tanto las tierras altas
como los mares son muy antiguos. La
datación radiométrica de las rocas lunares procedente de las misiones Apollo demostró que la edad de las tierras altas supera los 4.000 millones de años, mientras
que los mares tienen edades que oscilan
entre los 3.200 y los 3.900 millones de
años. Por tanto, las densidades de cráteres tan distintas no son sólo el resultado
de tiempos de exposición distintos. Los
astrónomos han descubierto ahora que
el Sistema Solar interno experimentó
una disminución brusca y repentina del
bombardeo meteórico hace unos 3.900
millones de años. La mayor parte de los
cráteres de las regiones altas aparecieron
antes de ese momento, y las coladas de
lava que formaron los mares se solidificaron después.
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Fósiles: evidencias de vida en el pasado
Parque Nacional Gran Cañón
Parque Nacional Zion
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Parque Nacional Cañón Bryce
Terciario
Fm. Wasatch
Fm. Kaiparowits
Ar. Wahweap
Cretácico
Ar. Straight Cliffs
Lu. Tropic
Ar. Dakota
Fm. Winsor
Fm. Curtis
Ar. Entrada
Fm. Carmel
Jurásico
Fm. Carmel
Ar. Navajo
Ar. Navajo
Fm. Kayenta
Rocas más antiguas no expuestas
Ar. Wingate
Triásico
Fm. Chinle
Fm. Moenkopi
Cal. Kaibab
Pérmico
Cámbrico
Cal. Kaibab
Fm. Toroweap
Ar. Coconino
Lu. Hermit
Pensilvaniense
Misisipiense
Devónico
Fm. Moenkopi
Rocas más antiguas no expuestas
Cal. Redwall
Cal. Temple Butte
Fm. Muav
Parque
Nacional
Cañón
Bryce
Parque
Nacional
Zion
Fm. Supai
UTAH
ARIZONA
NEVADA
Parque Nacional
Gran Cañón
Lu. Bright Angel
Ar. Tapeats
Precámbrico
Río Colorado
Esquisto Vishnu
▲ Figura 9.7 La correlación de estratos en tres localidades de la meseta de Colorado revela la extensión total de las rocas sedimentarias en
la región. (Tomado del U. S Geological Survey; fotos de E. J. Tarbuck.)
que une la Geología y la Biología en un intento de entender todos los aspectos de la sucesión de la vida durante la
enorme extensión del tiempo geológico. Conocer la naturaleza de las formas vivas que existieron en un momento concreto ayuda a los investigadores a comprender las
condiciones ambientales del pasado. Además, los fósiles
son indicadores cronológicos importantes y desempeñan
un papel clave en la correlación de las rocas de edades similares que proceden de diferentes lugares.
Tipos de fósiles
Los fósiles son de muchos tipos. Los restos de organismos
relativamente recientes pueden no haberse alterado en ab-
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
soluto. Componentes como dientes, huesos y caparazones
son ejemplos comunes. Bastante menos frecuentes son
animales enteros, entre ellos peces, que se han conservado debido a circunstancias bastante inusuales. Son ejemplos de estos últimos los restos de elefantes prehistóricos
denominados mamuts, que se congelaron en la tundra ártica de Siberia y Alaska, así como los restos momificados
de perezosos conservados en una cueva de Nevada.
Con tiempo suficiente, es probable que los restos de
un organismo se modifiquen. A menudo, los fósiles se petrifican (literalmente «se vuelven roca»), lo que significa
que las pequeñas cavidades internas y poros de la estructura original se llenan de materia mineral precipitada. En
otros casos, puede presentar sustitución. Aquí se eliminan las
paredes celulares y otros materiales sólidos, y son sustituidos por materia mineral. A veces se conservan bastante
bien los detalles microscópicos de la estructura sustituida.
Los moldes y las huellas constituyen otra clase común de fósiles. Cuando un caparazón u otra estructura son
enterrados en un sedimento y luego disueltos por el agua
subterránea se crea su molde. El molde externo refleja fielmente sólo la forma y las marcas superficiales del organismo; no revela información alguna relativa a su estructura
interna. Si estos espacios huecos se llenan posteriormente con materia mineral, se crean los moldes internos.
Un tipo de fosilización denominada carbonización es
particularmente eficaz conservando las hojas y las formas
delicadas de animales. Se produce cuando un sedimento
fino encierra los restos de un organismo. A medida que
pasa el tiempo, la presión expulsa los componentes líquidos
y gaseosos dejando sólo un delgado resto de carbón. Las lutitas negras depositadas como barro rico en componentes
orgánicos en ambientes pobres en oxígeno contienen a
menudo abundantes restos carbonizados. Si se pierde la película de carbón de un fósil conservado en un sedimento de
grano fino, una réplica de la superficie, denominada impresión, puede seguir mostrando un detalle considerable.
Organismos delicados, como los insectos, son difíciles de conservar y, por consiguiente, son bastante raros
en el registro fósil. No sólo deben ser protegidos de la descomposición, tampoco deben ser sometidos a una presión que los pueda comprimir. Una forma mediante la
cual algunos insectos se han conservado es en ámbar, la resina endurecida de los árboles antiguos.
Además de los fósiles ya mencionados, hay muchos
otros tipos que son sólo trazas de vida prehistórica. Ejemplos de esas pruebas indirectas son:
1. Huellas: rastros de pisadas dejados por los animales en el sedimento blando que luego se litificó.
2. Madrigueras: tubos en sedimento, madera o
roca realizados por un animal. Estos agujeros
se llenaron después de materia mineral y se
conservaron. Se cree que algunos de los fósiles
más antiguos conocidos fueron excavados por
los gusanos.
3. Coprolitos: fosilización de los excrementos y
contenido del estómago, que puede proporcionar información útil relativa a los hábitos alimenticios de los organismos.
4. Gastrolitos: cálculos estomacales muy pulidos
que fueron utilizados en la molienda del alimento por algunos reptiles extinguidos.
Condiciones que favorecen
la conservación
Sólo se ha conservado una diminuta fracción de los organismos que vivieron durante el pasado geológico. Normalmente, los restos de un animal o una planta se destruyen. ¿Bajo qué circunstancias se conservan? Parece que
son necesarias dos condiciones especiales: un enterramiento rápido y la posesión de partes duras.
Cuando un organismo perece, sus partes blandas
suelen ser comidas rápidamente por los carroñeros o descompuestas por las bacterias. A veces, sin embargo, son enterradas por los sedimentos. Cuando esto ocurre, los restos son protegidos del ambiente, donde actúan procesos
destructivos. Por consiguiente, el enterramiento rápido es
una condición importante que favorece la conservación.
Además, los animales y las plantas tienen una posibilidad mucho mayor de ser conservados como parte del
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿En qué se diferencian la Paleontología
y la Arqueología?
Con frecuencia, confundimos estas dos áreas de estudio debido a que existe la percepción común de que tanto los paleontólogos como los arqueólogos son científicos que extraen
cuidadosamente pistas importantes del pasado de las capas de
rocas o sedimentos. Aunque es cierto que los científicos de
ambas disciplinas «excavan» mucho, el foco de atención de
cada una es diferente. Los paleontólogos estudian los fósiles
y se preocupan por todas las formas vivas del pasado geológico. Por su parte, los arqueólogos se concentran en los restos
materiales de la vida humana en el pasado. Estos restos pueden ser tanto los objetos utilizados por las personas hace mucho tiempo, denominados artefactos, como los edificios y otras
estructuras asociadas con los lugares donde las personas vivían, llamados yacimientos. Los arqueólogos nos ayudan a conocer cómo nuestros antepasados humanos afrontaron los retos de la vida en el pasado.
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Fósiles: evidencias de vida en el pasado
registro fósil si tienen partes duras. Aunque existen rastros
y huellas de animales de cuerpo blando, como las medusas, los gusanos y los insectos, son mucho menos comunes (véase Recuadro 9.2). La carne suele descomponerse
con tanta rapidez que la posibilidad de su conservación es
altamente improbable. Las partes duras, como los caparazones, los huesos y los dientes, predominan en el registro de la vida del pasado.
Dado que la conservación depende de condiciones
especiales, el registro de la vida en el pasado geológico esta
sesgado. El registro fósil de los organismos con partes
duras que vivieron en áreas de sedimentación es bastante
abundante. Sin embargo, sólo conseguimos una ojeada
fugaz del enorme conjunto de otras formas de vida que no
satisficieron las condiciones especiales que favorecían la
conservación.
Fósiles y correlación
Aunque la existencia de los fósiles se ha conocido durante siglos, no fue hasta finales del siglo XVIII y principios del
XIX cuando se puso de manifiesto su importancia como herramientas geológicas. Durante este período, un ingenie-
▲
Recuadro 9.2
265
ro y constructor de canales inglés, William Smith, descubrió que cada formación litológica de los canales en los
que trabajaba contenía fósiles diferentes de los encontrados en los estratos superiores o inferiores. Además, observó que podían identificarse (y correlacionarse) estratos
sedimentarios de áreas muy separadas por su contenido
fósil característico.
Basándose en las observaciones clásicas de Smith y
los hallazgos de muchos geólogos que le siguieron, se formuló uno de los principios más importantes y básicos de
la historia geológica: Los organismos fósiles se sucedieron unos
a otros en un orden definido y determinable y, por consiguiente, cualquier período puede reconocerse por su contenido fósil.
Esto ha llegado a conocerse como el principio de la sucesión de fósiles. En otras palabras, cuando los fósiles se
ordenan según su edad, no presentan una imagen aleatoria ni fortuita. Por el contrario, los fósiles documentan la
evolución de la vida a través del tiempo.
Por ejemplo, muy pronto en el registro fósil se reconoce una edad de los trilobites. Luego, en sucesión, los
paleontólogos reconocen una edad de los peces, una edad
de los pantanos carboníferos, una edad de los reptiles y
una edad de los mamíferos. Estas «edades» pertenecen a
Entender la Tierra
El yacimiento de Burgess Shale
La posesión de partes duras aumenta considerablemente la posibilidad de conservación de los organismos en el registro fósil.
Sin embargo, se han dado raras ocasiones
en la historia geológica en las que se han
conservado grandes cantidades de organismos de cuerpo blando. El yacimiento fósil
de Burgess Shale es un ejemplo muy conocido. Situado en las montañas Rocosas de
Canadá cerca de la localidad de Field en
el sureste de la Columbia Británica, el lugar fue descubierto en 1909 por Charles D.
Walcott, de la Smithsonian Institution.
El yacimiento de Burgess Shale es un
lugar de conservación fósil excepcional y
registra una variedad de animales que no
se encuentran en ningún otro lugar. Los
animales de Burgess Shale vivieron poco
después de la explosión Cámbrica, momento en el que se había producido una
gran expansión de la biodiversidad marina. Sus fósiles hermosamente conservados representan nuestra instantánea más
completa y más acreditada de la vida en el
Cámbrico, mucho mejor que los depósi-
tos que contienen sólo fósiles de organismos con partes duras. Hasta la actualidad,
se han encontrado más de 100.000 fósiles
únicos.
Los animales conservados en Burgess
Shale habitaban en un mar cálido y poco
profundo adycente al gran arrecife que
formaba parte del margen continental de
Norteamérica. Durante el Cámbrico, el
continente norteamericano se encontraba en los trópicos a ambos lados del ecuador. La vida estaba restringida al océano
y el continente era árido y estaba deshabitado.
¿Qué circunstancias llevaron a la conservación de las numerosas formas de vida
que se encontraron en Burgess Shale?
Los animales vivían en bancos de barro
submarinos o encima de ellos; esos bancos de barro se formaron como sedimentos acumulados en los márgenes externos
de un arrecife adyacente a un escarpe
abrupto (acantilado). Periódicamente la
acumulación de barros se tornaba inestable y los sedimentos que se hundían y se
deslizaban descendían por el escarpe en
forma de corrientes de turbidez. Estas corrientes transportaban los animales en
una nube turbulenta de sedimentos hacia
la base del arrecife, donde quedaban enterrados. Allí, en un ambiente exento de
oxígeno, los caparazones enterrados estaban protegidos de los carroñeros y de las
bacterias responsables de la descomposición. Este proceso sucedió una y otra vez,
y se formó una secuencia gruesa de capas
sedimentarias ricas en fósiles. Hace unos
175 millones de años, las fuerzas orogénicas elevaron estos estratos del fondo
oceánico y los desplazaron a muchos kilómetros en dirección este a lo largo de
grandes fallas hasta su localización actual
en las montañas Rocosas de Canadá.
El yacimiento Burguess Shale es uno
de los descubrimientos fósiles más importantes del siglo XX. Sus capas conservan para nosotros un destello fascinante
del principio de la vida animal, que se remonta a hace más de 500 millones de
años.
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
grupos que fueron especialmente abundantes y característicos durante períodos concretos. Dentro de cada una
de las «edades» hay muchas subdivisiones basadas, por
ejemplo, en ciertas especies de trilobites, y ciertos tipos de
peces, reptiles, etc. Esta misma sucesión de organismos
dominantes, nunca desordenada, se encuentra en todos los
continentes.
Cuando se descubrió que los fósiles eran indicadores temporales, se convirtieron en el medio más útil de correlacionar las rocas de edades similares en regiones diferentes. Los geólogos prestan una atención particular a
ciertos fósiles denominados fósiles índice o guía. Estos
fósiles están geográficamente extendidos y limitados a un
corto período de tiempo geológico, de manera que su presencia proporciona un método importante para equiparar
rocas de la misma edad. Las formaciones litológicas, sin
embargo, no siempre contienen un fósil índice específico.
En esas situaciones, se utilizan los grupos de fósiles para
establecer la edad del estrato. En la Figura 9.8 se ilustra
cómo un conjunto de fósiles puede utilizarse para datar rocas con más precisión de lo que podría realizarse utilizando uno cualquiera de los fósiles.
Además de ser herramientas importantes y a menudo esenciales para correlacionar, los fósiles son importantes indicadores ambientales. Aunque puede deducirse mucho de los ambientes pasados estudiando la naturaleza y las
características de las rocas sedimentarias, un examen próximo de los fósiles presentes puede proporcionar normalmente mucha más información. Por ejemplo, cuando se
encuentran en una caliza los restos de ciertas conchas de
almejas, el geólogo puede suponer de manera bastante razonable que la región estuvo cubierta en alguna ocasión
por un mar somero. Además, utilizando lo que sabemos
con respecto a los organismos vivos, podemos concluir
que los animales fósiles con caparazones gruesos capaces
de soportar olas que los golpean hacia un lado y hacia otro
habitaban en las líneas de costa.
Por otro lado, los animales con caparazones finos y delicados probablemente indican aguas mar adentro profundas
y calmadas. Por consiguiente, examinando de cerca los tipos
de fósiles, puede identificarse la posición aproximada de una
línea de costa antigua. Además, los fósiles pueden utilizarse
para indicar la temperatura del agua en el pasado. Ciertas clases de corales actuales deben vivir en mares tropicales cálidos
Más joven
Intervalos de edad de algunos grupos de fósiles
Ed
ad
Unidad de roca A
de
la
un
ida
dd
er
oc
TIEMPO
aA
ca
e ro
e la
B
d
dad
uni
d
dad
Unidad de roca B
▲ Figura 9.8 El solapamiento de fósiles contribuye a la datación de las rocas con más exactitud que la utilización de un solo fósil.
Más antiguo
E
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Datación con radiactividad
y superficiales como los que rodean Florida y las Bahamas.
Cuando se encuentran tipos similares de coral en calizas
antiguas, indican el ambiente marino que debía existir cuando vivían. Estos ejemplos ilustran cómo los fósiles pueden
contribuir a desvelar la compleja historia de la Tierra.
I
TI
El tiempo geológico
Datación con radiactividad
▲
IE N C
A
ERR
Datación con radiactividad
S D LA
E
Además de establecer las fechas relativas utilizando los
principios descritos en las secciones previas, es posible
también obtener fechas numéricas fiables para los acontecimientos del pasado geológico. Por ejemplo, sabemos
que la Tierra tiene alrededor de 4.500 millones de años y
que los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones
de años. Las fechas que se expresan en millones y miles de
millones de años ponen realmente a prueba nuestra imaginación, porque nuestros calendarios personales implican
tiempos medidos en horas, semanas y años. No obstante,
la gran extensión del tiempo geológico es una realidad, y
la datación radiométrica es la que nos permite medirlo con
precisión. En esta sección, estudiaremos la radiactividad
y su aplicación en la datación radiométrica.
Repaso de la estructura básica del átomo
Recordemos (Capítulo 3) que cada átomo tiene un núcleo,
que contiene protones y neutrones, y que alrededor del
núcleo orbitan los electrones. Los electrones tienen una
carga eléctrica negativa y los protones tienen una carga positiva. Un neutrón es en realidad una combinación de un
protón y un electrón, pues no tiene carga (es neutro).
El número atómico (el número que identifica cada
elemento) es el número de protones que tiene en su núcleo. Cada elemento tiene un número diferente de protones y, por tanto, un número atómico diferente (hidrógeno
1, carbono 6, oxígeno 8, uranio 92, etc.). Los
átomos de un mismo elemento tienen siempre el mismo
número de protones, de manera que el número atómico se
mantiene constante.
Prácticamente toda la masa de un átomo (99,9 por
ciento) se encuentra en el núcleo, lo que indica que los
electrones no tienen prácticamente masa. Así pues, sumando los protones y los neutrones del núcleo de un átomo obtenemos el número másico del átomo. El número de
neutrones puede variar, y esas variantes, o isótopos, tienen
diferentes números másicos.
Para resumir con un ejemplo, el núcleo del uranio
tiene siempre 92 protones, de manera que su número ató-
267
mico es siempre 92. Pero su población de neutrones varía, de modo que el uranio tiene tres isótopos: uranio-234
(protones neutrones 234), uranio-235 y uranio-238.
Todos estos isótopos están mezclados en la naturaleza.
Tienen el mismo aspecto y se comportan igual en las reacciones químicas.
Radiactividad
Las fuerzas que unen los protones y los neutrones en el núcleo suelen ser fuertes. Sin embargo, en algunos isótopos, los
núcleos son inestables porque las fuerzas que unen los protones y los neutrones no son lo bastante fuertes. Como
consecuencia, los núcleos se descomponen, o desintegran,
espontáneamente en un proceso denominado radiactividad.
¿Qué ocurre cuando se descomponen los núcleos
inestables? En la Figura 9.9 se ilustran tres tipos comunes
de desintegración radiactiva, que pueden resumirse como
sigue:
1. Pueden emitirse partículas alfa (partículas ) del
núcleo. Una partícula alfa está compuesta por
dos protones y dos neutrones. Por tanto, la emisión de una partícula alfa significa que el número másico del isótopo se reduce en 4 y el número atómico, en 2.
2. Cuando se expulsa una partícula beta (partícula ),
o electrón, de un núcleo, el número másico se
mantiene inalterado, porque los electrones prácticamente no tienen masa. Sin embargo, dado
que los electrones proceden de un neutrón (recordemos que un neutrón es una combinación de
un protón y un electrón), el núcleo contiene un
protón más que antes. Por consiguiente, el número atómico aumenta en 1.
3. A veces un electrón es capturado por el núcleo.
El electrón se combina con un protón y forma un
neutrón. Como en el último ejemplo, el número másico se mantiene invariable. Sin embargo,
dado que el núcleo contiene ahora un protón
menos, el número atómico disminuye en 1.
Se denomina padre al isótopo radiactivo inestable e hijos a
los isótopos que resultan de su desintegración. La Figura
9.10 proporciona un ejemplo de desintegración radiactiva.
Puede verse que, cuando el radioisótopo padre, el uranio238 (número atómico 92, número másico 238), se descompone, sigue una serie de etapas, emitiendo 8 partículas alfa y 6 partículas beta antes de convertirse finalmente
en el isótopo hijo estable, el plomo-206 (número atómico
82, número másico 206). Uno de los radioisótopos hijo
producidos durante esta serie de descomposición es el radón. (En el Recuadro 9.3 se examinan los peligros asociados con este gas radiactivo.)
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
▲
Figura 9.9 Tipos comunes de
desintegración radiactiva. Nótese que en
cada caso cambia el número de protones
(número atómico) en el núcleo,
produciendo así un elemento diferente.
A. Emisión alfa
Núcleo padre
inestable
Núcleo hijo
Núcleo
hijo
Número
atómico: 2–
+
+
–
Emisión
de partícula
alfa
Neutrón
Masa atómica:
4–
Protón
B. Emisión beta
Núcleo padre
inestable
Núcleo hijo
Núcleo
hijo
Número
atómico: 1+
+
–
+
Neutrón
Protón
Emisión
beta
(electrón)
(–)
Masa atómica:
sin cambio
C. Captura electrónica
Núcleo hijo
Núcleo padre
inestable
Electrón
(–)
+
Núcleo
hijo
+
–
Neutrón
Masa atómica:
sin cambio
Protón
▲
Recuadro 9.3
Número
atómico: 1–
El hombre y el medio ambiente
El radón
Richard L. Hoffman*
La radiactividad se define como la emisión espontánea de partículas atómicas u
ondas electromagnéticas de los núcleos
atómicos inestables. Por ejemplo, en una
muestra de uranio-238, los núcleos inestables se desintegran y producen una variedad de progenie o productos «hijo»
radiactivos así como formas de radiación
energéticas (Tabla 9.A). Uno de sus productos de desintegración radiactiva es el
radón, un gas incoloro, inodoro e invisible.
* El Dr. Hoffman es profesor emérito de Química en
el Illinois Central College.
Tabla 9.A Productos de la desintegración del uranio-238
Algunos productos
de la desintegración
del uranio-238
Uranio-238
Radio-226
Radón-222
Polonio-218
Plomo-214
Bismuto-214
Polonio-214
Plomo-210
Bismuto-210
Polonio-210
Plomo-206
Partícula
de desintegración
producida
Período de
semidesintegración
alfa
alfa
alfa
alfa
beta
beta
alfa
beta
beta
alfa
ninguna
4.500 millones de años
1.600 años
3,82 días
3,1 minutos
26,8 minutos
19,7 minutos
1,6 104 segundos
20,4 años
5,0 días
138 días
estable
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269
▲
Datación con radiactividad
238
Figura 9.10 El isótopo más común del uranio (U-238) constituye un
ejemplo de serie de desintegración radiactiva. Antes de alcanzar el
producto final estable (Pb-206), se producen muchos isótopos
diferentes como etapas intermedias.
Emisión alfa
Emisión beta
U238
236
234
232
230
U234
Th234
Pa234
Th230
Masa atómica
228
226
Ra226
224
222
Rn222
220
Po218
218
216
Bi214
Po
214
Pb214
214
212
Bi210
Po
210
210
Pb210
208
Pb206
206
92 91 90 89 88 87 86 85 84 83 82
Número atómico
El radón captó la atención pública en
1984, cuando un trabajador de una central
nuclear de Pensilvania hizo sonar las alarmas de radiación, no cuando se iba del trabajo, sino cuando acababa de llegar. Su
ropa y su pelo estaban contaminados con
productos de la desintegración del radón.
La investigación reveló que el sótano de su
casa tenía una concentración de radón
2.800 veces superior a la media del aire en
el interior. La casa estaba situada a lo largo
de una formación geológica conocida con
el nombre de Reading Prong, una masa de
roca portadora de uranio que nace cerca
de Reading, Pensilvania, y llega a las proximidades de Trenton, Nueva Jersey.
Con origen en la desintegración radiactiva de las trazas de uranio y torio que
se encuentran en casi todos los suelos, los
isótopos de radón (Rn-222 y Rn-220) se
renuevan continuamente en un proceso
natural. Los geólogos calculan que los
2 metros superiores de suelo de un acre
de tierra normal contienen alrededor de
23 kilogramos de uranio (entre 2 y 3 partes por millón); algunos tipos de roca contienen más cantidad. El radón se genera
continuamente por la desintegración gradual de este uranio. Dado que el período
de semidesintegración del uranio dura
unos 4.500 millones de años, siempre tendremos radón.
El propio radón se desintegra, con un
período de semidesintegración de sólo
unos cuatro días. Sus productos de desintegración (excepto el plomo-206) son todos sólidos radiactivos que se adhieren a
las partículas de polvo, muchas de las cuales inhalamos. Durante una exposición
prolongada a un ambiente contaminado
por radón, se producirá alguna desintegración mientras el gas se encuentra en
los pulmones y, de esta manera, pondrá la
progenie radiactiva del radón en contacto directo con el delicado tejido pulmonar. Las pruebas de acumulación constante indican que el radón es una causa
importante de cáncer de pulmón, sólo
después del tabaquismo.
Una casa con una concentración de
radón de 4,0 picocurios por litro de aire
tiene unos ocho o nueve átomos de radón
que se desintegran cada minuto por litro
de aire. La EPA sugiere que las concen-
traciones interiores de radón se mantengan por debajo de este nivel. Los cálculos
del riesgo de la EPA son conservadores: se
basan en el supuesto de que una persona
estuviera el 75 por ciento de una vida de
70 años (unos 52 años) en el espacio contaminado, cuando la mayoría de personas
no lo estarán.
Una vez se ha producido el radón en el
suelo, se difunde por los pequeños espacios que quedan entre las partículas del
suelo. Una parte del radón acaba alcanzando la superficie del suelo, donde se disipa en el aire. El radón entra en los edificios y en los hogares a través de orificios
y grietas en los suelos y las paredes de los
sótanos. La densidad del radón es mayor
que la del aire y, por tanto, tiende a permanecer en los sótanos durante su corto
ciclo de desintegración.
La fuente del radón es tan duradera
como su mecanismo de generación en el
interior de la Tierra; el radón nunca desaparecerá. Sin embargo, disponemos de
estrategias rentables de mitigación para
reducir el radón a concentraciones aceptables, en general, sin grandes gastos.
9_Capítulo 9
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Página 270
CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
Período de semidesintegración
Por supuesto, una de las consecuencias más importantes del descubrimiento de la radiactividad es que proporcionó un medio fiable para calcular la edad de las rocas y los minerales que contienen isótopos radiactivos
concretos. El procedimiento se denomina datación radiométrica. ¿Por qué es fiable la datación radiométrica?
Porque las velocidades de desintegración de muchos isótopos se han medido con precisión y no varían bajo las
condiciones físicas que existen en las capas externas de la
Tierra. Por consiguiente, cada isótopo radiactivo utilizado para datación ha estado desintegrándose a una velocidad fija desde la formación de las rocas en las que aparece, y los productos de su descomposición se han estado
acumulando a una velocidad equivalente. Por ejemplo,
cuando el uranio se incorpora en un mineral que cristaliza a partir de un magma, no existe plomo (el isótopo hijo
estable) procedente de una desintegración previa. El «reloj» radiométrico empieza en ese momento. A medida
que se desintegra el uranio de ese mineral recién formado, van quedando atrapados los átomos del producto hijo
y acaban acumulándose cantidades medibles de plomo.
El tiempo necesario para que se desintegre la mitad de los
núcleos de una muestra se denomina período de semidesintegración del isótopo. El período de semidesintegración es una forma común de expresar la velocidad de
desintegración radiactiva. En la Figura 9.11 se ilustra lo
que ocurre cuando un radioisótopo padre se descompone
directamente en el isótopo hijo estable. Cuando las cantidades del padre y del hijo son iguales (proporción 1/1),
sabemos que ha transcurrido un período de semidesintegración. Cuando queda una cuarta parte de los átomos del
radioisótopo padre original y las tres cuartas partes se han
desintegrado para producir el isótopo hijo, la proporción
padre/hijo es 1/3 y sabemos que han transcurrido dos vidas medias. Después de tres vidas medias, la proporción
de átomos del padre a átomos del hijo es de 1/7 (un átomo padre por cada siete átomos hijos).
Si se conoce el período de semidesintegración de un
isótopo radiactivo y puede determinarse la proporción
padre/hijo, puede calcularse la edad de la muestra. Por
ejemplo, supongamos que el período de semidesintegra-
▲
Figura 9.11 La curva de
desintegración radiactiva muestra un
cambio que es exponencial. Después de
un período de semidesintegración queda
la mitad del precursor radiactivo.
Después de un segundo período, queda
una cuarta parte del progenitor, y así
sucesivamente.
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
100 átomos
••••••••••
••••••••••
de isótopo padre
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
100
90
50 átomos
de isótopo padre
••••••••••
••••••••••
50 átomos
••••••••••
••••••••••
de producto hijo
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
25 átomos
••••••••••
••••••••••
de isótopo padre
80
Porcentaje del resto
de isótopos radiactivos
70
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
60
50
75 átomos
de producto hijo
13 átomos
de isótopo padre
87 átomos
de producto hijo
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
40
30
6 átomos
de isótopo padre
94 átomos
de producto hijo
20
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
••••••••••
10
0
0
1
2
3
Número de períodos de semidesintegración
4
9_Capítulo 9
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Página 271
Datación con radiactividad
ción de un isótopo inestable hipotético es de un millón de
años y la proporción padre/hijo de la muestra es 1/15, dicha proporción indica que han transcurrido cuatro períodos de semidesintegración y que la muestra debe tener 4
millones de años.
Datación radiométrica
Obsérvese que el porcentaje de átomos radiactivos que se
descomponen durante un período de semidesintegración
es siempre el mismo: 50 por ciento. Sin embargo, el número real de átomos que se descomponen con cada período de semidesintegración disminuye continuamente. Por
tanto, a medida que disminuye el porcentaje de átomos del
radioisótopo padre, aumenta la proporción del isótopo
hijo estable, coincidiendo exactamente el aumento de
átomos hijo con la disminución de los átomos padre. Este
hecho es la clave para la datación radiométrica.
De los muchos isótopos radiactivos que existen en
la naturaleza, cinco han demostrado ser particularmente
útiles para proporcionar edades radiométricas de las rocas
antiguas (Tabla 9.1). El rubidio-87, el torio-232 y los dos
isótopos del uranio se utilizan sólo para la datación de rocas que tienen millones de años de antigüedad, pero el potasio-40 es más versátil.
Potasio-argón Aunque el período de semidesintegración
del potasio-40 es de 1.300 millones de años, las técnicas
analíticas posibilitan la detección de cantidades muy bajas de su producto estable de desintegración, el argón-40,
en algunas rocas que tienen menos de 100.000 años. Otra
razón importante para su uso frecuente es que el potasio
es un constituyente abundante de muchos minerales comunes, en particular las micas y los feldespatos.
Aunque el potasio (K) tiene tres isótopos naturales,
K39, K40 y K41, sólo el K40 es radiactivo. Cuando se desintegra, lo hace de dos maneras. Aproximadamente el 11
por ciento cambia a argón-40 (Ar40) por medio de captura electrónica. El 89 por ciento restante del K40 se descompone en calcio-40 (Ca40) mediante emisión beta. La
descomposición del K40 a Ca40, sin embargo, no es útil
para la datación radiométrica, porque el Ca40 producido
Tabla 9.1 Isótopos utilizados frecuentemente
en la datación radiométrica
Radioisótopo
padre
Uranio-238
Uranio-235
Torio-232
Rubidio-87
Potasio-40
Producto hijo
estable
Valores de períodos
de semidesintegración
actualmente aceptados
Plomo-206
Plomo-207
Plomo-208
Estroncio-87
Argón-40
4.500 millones de años
713 millones de años
14.100 millones de años
47.000 millones de años
1.300 millones de años
271
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Con la desintegración radiactiva, ¿habrá un
momento en el que toda la materia padre se
convierta en el producto hijo?
En teoría, no. Durante cada período de semidesintegración, la mitad de la materia padre se convierte en producto hijo. Luego, otra mitad se convierte después de otro período de semidesintegración, y así sucesivamente. (En la
Figura 9.11 se muestra cómo funciona esta relación logarítmica. Obsérvese que la línea roja se hace casi paralela al
eje horizontal después de varios períodos de semidesintegración.) De convertirse sólo la mitad del material padre
restante en producto hijo, nunca hay un momento en el
que se convierta la totalidad del material padre. Piénselo de
esta manera. Si corta un pastel por la mitad y se come sólo
la mitad varias veces, ¿se lo comería todo en algún momento? (La respuesta es negativa, en el supuesto de que
disponga de un cuchillo lo suficientemente afilado para cortar el pastel a una escala atómica.) No obstante, después de
muchos períodos de semidesintegración, el material padre
puede existir en cantidades tan pequeñas que en esencia no
puede detectarse.
por desintegración radiactiva no puede distinguirse del
calcio que podía estar presente cuando se formó la roca.
El reloj potasio-argón empieza a funcionar cuando
los minerales que tienen potasio cristalizan a partir de un
magma o se forman dentro de una roca metamórfica. En
este momento, los nuevos minerales contendrán K40, pero
carecerán de Ar40, porque este elemento es un gas inerte
que no se combina químicamente con otros elementos.
Conforme pasa el tiempo, el K40 se descompone continuamente por captura electrónica. El Ar40 producido por
este proceso permanece atrapado dentro del retículo cristalino del mineral. Dado que no había Ar40 cuando se formó el mineral, todos los átomos hijo atrapados en el mineral deben proceder de la descomposición del K40. Para
determinar la edad de una muestra, se mide con precisión
la proporción K40/Ar40 y se aplica el período de semidesintegración conocido del K40.
Fuentes de error Es importante tener en cuenta que sólo
puede obtenerse una fecha radiométrica precisa si el mineral permaneció en un sistema cerrado durante todo el
período desde que se formó. Sólo es posible una datación
correcta si no ha habido adición ni pérdida de isótopos padre o hijo. Esto no siempre es así. De hecho, una limitación importante del método potasio-argón surge del hecho de que el argón es un gas y puede escapar de los
minerales, falseando las medidas. De hecho, las pérdidas
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Si las proporciones padre/hijo no son siempre fiables,
¿cómo pueden obtenerse fechas radiométricas
significativas para las rocas?
Una precaución común contra las fuentes de error es el uso
de verificaciones cruzadas. A menudo eso sólo implica someter una muestra a dos métodos radiométricos diferentes.
Si ambas fechas coinciden, la probabilidad de que la fecha sea
fiable es elevada. En cambio, si hay una diferencia considerable entre las dos fechas, deben utilizarse otras verificaciones cruzadas (como el uso de fósiles o la correlación con
otros estratos indicadores bien datados) para determinar qué
fecha es correcta, si alguna de las dos lo es.
pueden ser significativas si la roca está sometida a temperaturas relativamente elevadas.
Por supuesto, una reducción de la cantidad de Ar40
lleva a una infravaloración de la edad de la roca. A veces,
las temperaturas son lo bastante altas durante un período
de tiempo suficientemente largo como para que escape
▲
Recuadro 9.4
todo el argón. Cuando esto ocurre, vuelve a empezar el reloj potasio-argón y la datación de la muestra proporcionará sólo el tiempo transcurrido desde el reajuste térmico, no la edad verdadera de la roca. En el caso de otros
relojes radiométricos, puede producirse una pérdida de
isótopos hijo si la roca ha sido sometida a meteorización
o lixiviación. Para evitar dicho problema, un dispositivo de
seguridad sencillo consiste en utilizar sólo material fresco, no meteorizado, ni muestras que puedan haber sido alteradas químicamente.
Datación con carbono-14
Para datar acontecimientos muy recientes, se utiliza el
carbono-14. El carbono-14 es el isótopo radiactivo del
carbono. El proceso se denomina a menudo datación
por radiocarbono. Dado que el período de semidesintegración del carbono-14 es sólo de 5.730 años, puede
utilizarse para la datación de acontecimientos que han
ocurrido desde el pasado histórico, así como para los ocurridos en la historia geológica reciente (véase Recuadro
9.4). En algunos casos, el carbono-14 puede utilizarse
para datar acontecimientos que ocurrieron hace incluso
70.000 años.
Entender la Tierra
Utilización de los anillos de los árboles para la datación y el estudio
del pasado reciente
Si miramos la parte superior del tocón de
un árbol o el extremo de un tronco, veremos que se compone de una serie de anillos concéntricos. El diámetro de cada
uno de estos anillos del árbol crece hacia
fuera desde el centro. Cada año, en las
regiones templadas, los árboles añaden
una capa de madera nueva debajo de la
corteza. Las características de cada anillo,
como el tamaño y la densidad, reflejan las
condiciones ambientales (en especial el
clima) predominantes en el año en el que
se formó el anillo. Las condiciones favorables al crecimiento producen un anillo
ancho; las desfavorables, un anillo estrecho. Los árboles que crecen a la vez en la
misma región presentan patrones de los
anillos similares.
Dado que suele añadirse un solo anillo de crecimiento cada año, la edad del
árbol talado puede determinarse contando los anillos. Si se conoce el año en el
que se taló, pueden determinarse la edad
del árbol y el año en el que se formó cada
anillo contando desde el anillo más externo*. Este procedimiento puede utilizarse para establecer las fechas de los
acontecimientos geológicos recientes,
como la cantidad mínima de años transcurridos desde que se creó una nueva superficie continental provocada por un
deslizamiento o una inundación. La datación y el estudio de los anillos anuales
de los árboles se denominan dendrocronología.
Para hacer un uso más eficaz de los
anillos de los árboles, se establecen modelos extendidos conocidos como cronologías de los anillos. Se producen
comparando los patrones de los anillos
en los árboles de una zona. Si puede
identificarse el mismo patrón en dos
* Los científicos no están limitados a trabajar sólo
con árboles talados. Pueden tomarse muestras pequeñas, no destructivas, de los árboles vivos.
muestras, una de las cuales ha sido datada, puede fecharse la segunda muestra a
partir de la primera equiparando el patrón de los anillos que ambas tienen en
común. Esta técnica, llamada datación
cruzada, se ilustra en la Figura 9.A. Se
han establecido las cronologías de los
anillos de los árboles que se remontan a
hace miles de años para algunas regiones. Para fechar una muestra de madera
de edad desconocida, se compara su patrón de anillos con la cronología de referencia.
Las cronologías de los anillos de los
árboles son archivos únicos de la historia
ambiental y tienen aplicaciones importantes en disciplinas como la climatología,
la Geología, la Ecología y la Arqueología.
Por ejemplo, los anillos de los árboles se
utilizan para reconstruir las variaciones
climáticas en una región en intervalos de
tiempo de miles de años anteriores a los
registros históricos humanos. El conoci-
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Página 273
Escala de tiempo geológico
El carbono-14 se produce continuamente en la atmósfera superior como consecuencia del bombardeo de
rayos cósmicos. Los rayos cósmicos (partículas nucleares
de alta energía) dispersan los núcleos de los átomos gaseosos, liberando neutrones. Algunos de los neutrones
son absorbidos por los átomos de nitrógeno (número atómico 7, número másico 14), haciendo que cada núcleo
emita un protón. Como consecuencia, el número atómico disminuye en uno (a 6), y se crea un elemento diferente, el carbono-14 (Figura 9.12A). Este isótopo del carbono se incorpora rápidamente en el dióxido de carbono,
que circula en la atmósfera y es absorbido por la materia
viva. Como consecuencia, todos los organismos contienen una pequeña cantidad de carbono-14, incluidos nosotros mismos.
Mientras un organismo está vivo, el carbono radiactivo en descomposición es sustituido continuamente, y las
proporciones entre el carbono-14 y el carbono-12 permanecen constantes. El carbono-12 es el isótopo estable
y más común del carbono. Sin embargo, cuando muere
una planta o un animal, la cantidad de carbono-14 disminuye gradualmente conforme se desintegra en nitrógeno14 por emisión beta (Figura 9.12B). Comparando las proporciones de carbono-14 y carbono-12 en una muestra,
pueden determinarse las fechas mediante radiocarbono. Es
miento de estas variaciones a largo plazo
tiene un gran valor para hacer valoraciones referentes al registro reciente del
cambio climático.
Nitrógeno-14
número atómico 7
masa atómica 14
+
–
Captura de neutrón
Carbono-14
número atómico 6
masa atómica 14
+
A.
+
B. Carbono-14
Emisión de
protón
Protón
Neutrón
+
–
273
(–)
Emisión
beta
(electrón)
Nitrógeno-14
▲ Figura 9.12 A. Producción y B. desintegración del carbono-14.
Esta figura representa los núcleos de los átomos respectivos.
importante destacar que el carbono-14 sólo es útil para datar los materiales orgánicos como la madera, el carbón vegetal, los huesos, la carne e incluso los tejidos hechos de
fibras de algodón.
En resumen, la dendrocronología proporciona datos numéricos útiles para los
acontecimientos del pasado histórico y
prehistórico reciente. Además, dado que
los anillos de los árboles son un almacén
de datos, son una herramienta valiosa en
la reconstrucción de los ambientes del pasado.
Árbol vivo
Árbol muerto
Tronco procedente de ruinas
▲ Figura 9.A La datación cruzada es un principio básico de la dendrocronología. Aquí se utilizó para datar un yacimiento arqueológico
mediante la correlación de los patrones de los anillos de la madera procedente de árboles de edades distintas. En primer lugar, se
establece una cronología de los anillos de los árboles de la zona utilizando muestras extraídas de los árboles vivos. Esta cronología se
extiende hacia atrás comparando los patrones coincidentes de árboles muertos, más antiguos. Por último, se datan las muestras tomadas
de las vigas de madera del interior de las ruinas mediante la cronología establecida a partir de las otras dos muestras.
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
Aunque el carbono-14 es útil sólo para fechar la última pequeña fracción del tiempo geológico, se ha convertido en una herramienta muy valiosa para los antropólogos, los arqueólogos y los historiadores, así como para
los geólogos que estudian la historia muy reciente de la
Tierra. De hecho, el desarrollo de la datación mediante
radiocarbono se consideró tan importante que el químico que descubrió esta aplicación, Willard F. Libby, recibió el premio Nobel en 1960.
Importancia de la datación radiométrica
Tengamos en cuenta que, aunque el principio básico de la
datación radiométrica es simple, el procedimiento real es
bastante complejo. El análisis que determina las cantidades
del isótopo padre y del isótopo hijo debe ser extremadamente preciso. Además, parte del material radiactivo no se
descompone directamente en isótopo hijo estable, como
ocurrió en nuestro ejemplo hipotético, un hecho que puede complicar el análisis. En el caso del uranio-238, se forman 13 isótopos hijo inestables antes de alcanzar el número 14, el isótopo estable, plomo-206 (véase Figura 9.10).
Los métodos de datación radiométrica han suministrado, literalmente, miles de fechas para acontecimientos de la historia de la Tierra. Se han encontrado rocas de 3.000 millones de años, y los geólogos saben que
existen rocas todavía más antiguas. Por ejemplo, un granito de Sudáfrica se ha fechado en 3.200 millones de años,
y contiene inclusiones de cuarcita. (Recordemos que las
inclusiones son más antiguas que la roca que las contiene.)
La cuarcita, una roca metamórfica, fue originalmente la
roca sedimentaria arenisca. La arenisca, a su vez, es el
producto de la litificación de los sedimentos producidos
por la meteorización de rocas preexistentes. Por tanto, tenemos una indicación positiva de que existieron rocas incluso más antiguas.
La datación radiométrica ha reivindicado las ideas
de Hutton, Darwin y otros, quienes dedujeron hace 150
años que el tiempo geológico debe de ser inmenso. De hecho, la datación radiométrica ha demostrado que ha habido tiempo suficiente para que los procesos que observamos hayan llevado a cabo tareas extraordinarias.
I
TI
El tiempo geológico
Escala de tiempo geológico
▲
IE N C
A
ERR
Escala de tiempo geológico
S D LA
E
Los geólogos han dividido el total de la historia geológica en unidades de magnitud variable. Juntas, comprenden
la escala de tiempo geológico de la historia de la Tierra
(Figura 9.13). Las unidades principales de la escala temporal se delinearon durante el siglo XIX, fundamentalmente por investigadores de Gran Bretaña y Europa occidental. Dado que entonces no se disponía de la datación
absoluta, la escala temporal completa se creó utilizando
métodos de datación relativa. Hubo que esperar al siglo XX
para que los métodos radiométricos permitieran añadir fechas numéricas.
Estructura de la escala temporal
La escala de tiempo geológico subdivide los 4.500 millones de años de la historia de la Tierra en muchas unidades
diferentes y proporciona una estructura temporal significativa dentro de la cual se disponen los acontecimientos
del pasado geológico. Como se muestra en la Figura 9.13,
los eones representan las mayores extensiones de tiempo.
El eón que empezó hace unos 540 millones de años es el
Fanerozoico, término derivado de las palabras griegas
que significan vida visible. Se trata de una descripción apropiada porque las rocas y los depósitos del eón Fanerozoico contienen abundantes fósiles que documentan importantes tendencias evolutivas.
Otra ojeada a la escala temporal revela que el eón
Fanerozoico se divide en eras. Las tres eras que comprenden el eón Fanerozoico son la Paleozoica (paleo antiguo; zoe vida), la Mesozoica (meso medio; zoe vida)
y la Cenozoica (ceno reciente; zoe vida). Como implican los propios nombres, las eras están limitadas por
profundos cambios de las formas de vida en el ámbito
global (véase Recuadro 9.5).
Cada era está subdividida en unidades temporales
conocidas como períodos. El Paleozoico tiene seis, el
Mesozoico tres y el Cenozoico dos. Cada uno de esos
once períodos se caracteriza por un cambio algo menos
profundo de las formas de vida, en comparación con las
eras. Las eras y los períodos del Fanerozoico, con breves
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Ha habido algún momento en la historia de la Tierra en
el que los dinosaurios y los seres humanos coexistieran?
Aunque en algunas películas antiguas y en los dibujos animados han representado que las personas y los dinosaurios vivían las unas al lado de los otros, eso nunca sucedió. Los dinosaurios florecieron durante la era Mesozoica y se extinguieron
hace unos 65 millones de años (véase Recuadro 9.5). Por el
contrario, los seres humanos y sus antepasados cercanos no
aparecieron hasta la era Cenozoica muy tardía, más de 60 millones de años después de la desaparición de los dinosaurios.
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Escala de tiempo geológico
Era
Era
Eón
Cenozoico
Fanerozoico
Periodo
Época
Holoceno
Cuaternario
Hace
millones
de años
Pleistoceno
Plioceno
Cenozoico
65
Mioceno
Terciario
Mesozoico
Oligoceno
248
Eoceno
Paleozoico
Paleoceno
540
275
Hace
millones
de años
0,01
1,8
5,3
23,8
33,7
54,8
65,0
Tardío
Cretácico
Proterozoico
900
144
Medio
Mesozoico
Jurásico
1600
206
Triásico
Inicial
248
Precámbrico
Pérmico
2500
Carbonífero
290
Arcaico
Tardío
3000
Pensilvaniense
323
Misisipiense
Medio
354
3400
Devónico
Paleozoico
Inicial
417
3800
Silúrico
Hádico
443
Ordovícico
490
4500
Cámbrico
540
Precámbrico
▲ Figura 9.13 Escala de tiempo geológico. Las fechas absolutas se añadieron mucho después de que se hubiera establecido la escala de
tiempo utilizando técnicas de datación relativa. (Datos de la Sociedad Geológica Americana.)
explicaciones de cada uno de ellos, se muestran en la Tabla 9.2.
Finalmente cada uno de los once períodos se divide
en unidades aún más pequeñas denominadas épocas.
Como puede verse en la Figura 9.13, para el Cenozoico
se han nombrado siete épocas. Las épocas de otros períodos suelen denominarse simplemente como temprana, media y tardía.
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
▲
Recuadro 9.5
La Tierra como sistema
La desaparición de los dinosaurios
Los límites entre las divisiones en la escala de tiempo geológico representan épocas
de cambio geológico o biológico significativo. De especial interés es el límite entre el Mesozoico («vida media») y el Cenozoico («vida reciente»), hace unos 65
millones de años. Aproximadamente por
esta época, desaparecieron más de la mitad de todas las especies en una extinción
masiva. Este límite marca el final de la era
en la cual los dinosaurios y otros reptiles
dominaban el paisaje y el comienzo de la
era en la cual los mamíferos se hicieron
muy importantes. Debido a que el último
período del Mesozoico es el Cretácico
(abreviado como K para evitar confusión
con otros períodos que empiezan por
«C»), y que el primer período del Cenozoico es el Terciario (abreviado «T»), la
época de esta extinción masiva se conoce
como el límite KT o Cretácico-Terciario.
La extinción de los dinosaurios se atribuye generalmente a la incapacidad de
este grupo para adaptarse a algún cambio
radical de las condiciones ambientales.
¿Qué acontecimiento pudo haber desencadenado la rápida extinción de los dinosaurios, uno de los grupos más prósperos
de los animales terrestres que nunca haya
vivido?
La hipótesis con mayor respaldo propone que, hace aproximadamente 65 millones de años, nuestro planeta recibió el
impacto de un gran meteorito carbonáceo, un vestigio de la formación del Sistema Solar. La masa rocosa errante medía
aproximadamente 10 kilómetros de diámetro y se desplazaba a unos 90.000 kilómetros por hora en el momento del impacto. Colisionó con la parte meridional
de Norteamérica, en lo que ahora es la
península mexicana de Yucatán y que en
aquel momento era un mar tropical poco
profundo (Figura 9.B). Se calcula que la
energía liberada por el impacto fue equivalente a 100 millones de megatoneladas
(mega = millón) de explosivos potentes.
Durante uno o dos años después del
impacto, el polvo en suspensión redujo
enormemente la entrada de luz solar a la
superficie de la Tierra, lo cual provocó el
enfriamiento global («invierno de impac-
to») e impidió la fotosíntesis, alterando
enormemente la producción de alimentos. Mucho después de que el polvo se
asentara, permanecían el dióxido de carbono, el vapor de agua y los óxidos de azufre que se habían añadido a la atmósfera
tras el impacto. Si se hubiesen formado
cantidades significativas de aerosoles sulfatados, su alto poder de reflexión habría
ayudado a perpetuar las temperaturas superficiales más frías durante algunos años
más*. Al final, los aerosoles sulfatados dejan la atmósfera en forma de lluvia ácida.
Por el contrario, el dióxido de carbono
tiene un período de residencia en la atmósfera mucho más largo. El dióxido de
carbono es un gas invernadero, un gas que
atrapa una parte de la radiación emitida
por la superficie terrestre**. Una vez han
Estados Unidos
Golfo de México
M
é
x
i
c
o
Cráter
Chicxulub
án
at
c
Yu
▲ Figura 9.B El cráter Chicxulub es un
cráter de impacto gigante que se formó
hace unos 65 millones de años y que desde
entonces se ha llenado de sedimentos. Con
un diámetro aproximado de 180
kilómetros, el cráter Chicxulub es
considerado por algunos investigadores
como el punto de impacto del meteorito
que provocó la extinción de los
dinosaurios.
* Estos aerosoles son gotitas creadas por la combinación de óxidos de azufre y agua que pueden permanecer suspendidos durante largos intervalos de tiempo. En el Recuadro 21.7 «Aerosoles procedentes del
Volcán Humano» se trata más ampliamente el tema
de los aerosoles.
** En la Figura 21.7 y la sección «El dióxido de carbono y el calentamiento global», del Capítulo 21, se
tratan el dióxido de carbono y el efecto invernadero.
desaparecido los aerosoles, el aumento del
efecto invernadero a causa del dióxido de
carbono hubiese conducido a un crecimiento a largo plazo de las temperaturas
globales medias. El resultado probable era
que una parte de la vida vegetal y animal
que había sobrevivido a la agresión ambiental del principio habría acabado siendo víctima de las presiones asociadas con
el enfriamiento global, seguidas por la lluvia ácida y el calentamiento global.
La extinción de los dinosaurios hizo
surgir hábitats para los pequeños mamíferos supervivientes. Estos nuevos hábitats,
junto con las fuerzas de la evolución, llevaron al desarrollo de los grandes mamíferos que ocupan nuestro mundo actual.
¿Qué pruebas indican una colisión catastrófica como ésta hace 65 millones de
años? En primer lugar, se ha descubierto
en todo el mundo una fina capa de sedimento de casi 1 centímetro de grosor en
el límite KT. Este sedimento contiene
una elevada concentración del elemento
iridio, raro en la corteza terrestre, pero
encontrado en grandes proporciones en
los meteoritos pétreos. ¿Podría esta capa
constituir los restos dispersos del meteorito que fue responsable de los cambios
ambientales que indujeron la desaparición de muchos grupos de reptiles?
A pesar de que cada vez recibe más
apoyo, algunos científicos no están de
acuerdo con la hipótesis del impacto. En
su lugar, sugieren que unas grandes erupciones volcánicas podrían haber inducido
una ruptura de la cadena alimentaria.
Para respaldar esta hipótesis, citan las
enormes emisiones de lava de la llanura
del Deccan, al norte de la India, hace
unos 65 millones de años.
Sea cual fuere la causa de la extinción
KT, ahora tenemos una mayor comprensión del papel de los acontecimientos catastróficos en el modelado de la historia
de nuestro planeta y la vida que lo ocupa.
¿Podría suceder un acontecimiento catastrófico con unas consecuencias similares en la actualidad? Esta posibilidad explica por qué un acontecimiento que
ocurrió hace 65 millones de años ha cautivado el interés de tantas personas.
9_Capítulo 9
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Escala de tiempo geológico
277
Tabla 9.2 Divisiones principales del tiempo geológico
Era cenozoica
(edad de vida reciente)
Era mesozoica
(edad de vida
intermedia)
Era paleozoica
(edad de vida antigua)
Período cuaternario
Período terciario
Período cretácico
Derivado de la palabra latina que significa creta y aplicado por primera vez a los
depósitos extensos que forman los blancos acantilados a lo largo del Canal de la
Mancha.
Período jurásico
Debe su nombre a las montañas del Jura, localizadas entre Francia y Suiza, donde
se estudiaron por primera vez las rocas de esta edad.
Período triásico
De la palabra «trias» en reconocimiento al carácter triple de estas rocas en Europa.
Período pérmico
Debe su nombre a la provincia de Perm, Rusia, donde se estudiaron por primera
vez estas rocas.
Período carbonífero
Debido a que estas rocas han producido mucho carbón.
Período devónico
Debe su nombre al condado de Devonshire, Inglaterra, donde estas rocas se estudiaron por primera vez.
Período silúrico
Período ordovícico
Período cámbrico
Precámbrico
Las diversas eras geológicas se denominaron originalmente Primaria, Secundaria,
Terciaria y Cuaternaria. Los dos primeros nombres ya no se utilizan; Terciario y
Cuaternario se han mantenido pero se utilizan como períodos.
Nombres dados por las tribus celtas a los siluros y los ordovicios, que vivieron en
Gales durante la conquista romana.
Procede del nombre romano para Gales (Cambria), donde se estudiaron por primera
vez las rocas que contienen las primeras pruebas de formas complejas de vida.
El período comprendido entre el nacimiento del planeta y la aparición de formas
complejas de vida. Alrededor del 88 por ciento de los 4.500 millones de años que
se calcula a la Tierra pertenecen a este espacio de tiempo.
FUENTE: U. S. Geological Survey.
El Precámbrico
Obsérvese que el detalle de la escala de tiempo geológico no empieza hasta hace unos 540 millones de años, la
fecha que determina el comienzo del período Cámbrico. Los más de 4.000 millones de años anteriores al
Cámbrico se dividieron en tres eones, el Hádico (Hades
mundo subterráneo mitológico donde habitan los espíritus de los muertos), el Arcaico (archaios antiguo)
y el Proterozoico (proteros anterior; zoe vida). También es frecuente que a este amplio período de tiempo
se le denomine Precámbrico. Aunque representa más
del 88 por ciento de la historia de la Tierra, el Precámbrico no se divide en tantas unidades de tiempo menores como el Fanerozoico.
¿Por qué el enorme período de tiempo del Precámbrico no se divide en numerosas eras, períodos y épocas? La razón es que no se conoce con suficiente detalle
la historia precámbrica. La cantidad de información que
los geólogos han descifrado con respecto al pasado de la
Tierra es algo análoga al detalle de la historia humana.
Cuanto más retrocedemos en el tiempo, menos sabemos.
Por supuesto, existen más datos e información de los últimos diez años que del primer decenio del siglo XX; los
acontecimientos del siglo XIX han sido documentados
mucho mejor que los acontecimientos del primer siglo
antes de Cristo; y así sucesivamente. Lo mismo ocurre
con la historia de la Tierra. El pasado más reciente tiene
el registro más fresco, menos alterado y más visible.
Cuanto más retrocede en el tiempo el geólogo, más fragmentados se vuelven el registro y las pistas. Hay otras razones que explican por qué carecemos de una escala temporal detallada para este enorme segmento de la historia
de la Tierra:
1. La primera evidencia fósil abundante no aparece en el registro geológico hasta comienzos
del Cámbrico. Antes del Cámbrico, predominaron formas de vida como las algas, las
bacterias, los hongos y los gusanos. Todos estos organismos carecen de partes duras, una
condición importante que favorece la conservación. Por esta razón, sólo hay un registro fósil Precámbrico escaso. Se han estudiado con cierto detalle muchos afloramientos
de las rocas del Precámbrico, pero a menudo
es difícil establecer correlaciones cuando faltan fósiles.
2. Dado que las rocas precámbricas son muy antiguas, la mayoría ha estado sujeta a muchos
cambios. Gran parte del registro litológico del
Precámbrico se compone de rocas metamór-
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
ficas muy deformadas. Esto dificulta la interpretación de los ambientes del pasado, porque se han destruido muchas de las pistas presentes en las rocas sedimentarias originales.
La datación radiométrica ha proporcionado una solución parcial a la problemática tarea de datar y correlacionar las rocas del Precámbrico. Pero el desenredar el
complejo registro precámbrico sigue siendo una tarea
desalentadora.
Dificultades para datar la escala
de tiempo geológico
Aunque se han establecido fechas numéricas razonablemente exactas para los períodos geológicos (Figura 9.13),
la tarea no carece de dificultades. La principal dificultad
para asignar fechas numéricas a las unidades de tiempo
consiste en que no todas las rocas pueden ser datadas por
métodos radiométricos. Recordemos que, para que una fecha radiométrica sea útil, todos los minerales de la roca
deben haberse formado aproximadamente al mismo tiempo. Por esta razón, los isótopos radiactivos pueden utilizarse para determinar cuándo cristalizaron los minerales
de una roca ígnea y cuándo la presión y el calor crearon
nuevos minerales en una roca metamórfica.
Sin embargo, las muestras de rocas sedimentarias
sólo pueden datarse directamente en raras ocasiones por
medios radiométricos. Aunque una roca sedimentaria detrítica puede incluir partículas que contienen isótopos ra-
diactivos, la edad de la roca no puede determinarse con
precisión porque los granos que la componen no tienen la
misma edad que la roca en la que aparece. Es más, los sedimentos han sido meteorizados a partir de rocas de edades diversas.
Las fechas radiométricas obtenidas a partir de las rocas metamórficas también pueden ser difíciles de interpretar, porque la edad de un mineral concreto presente en
una roca metamórfica no representa necesariamente la
época en que la roca se formó por primera vez. En cambio, la fecha podría indicar cualquiera de una serie de fases metamórficas posteriores.
Si las muestras de rocas sedimentarias rara vez producen edades radiométricas fiables, ¿cómo pueden asignarse fechas numéricas a los estratos sedimentarios? Normalmente el geólogo debe relacionar los estratos con
masas ígneas fechables, como se muestra en la Figura
9.14. En este ejemplo, la datación radiométrica ha determinado la edad del estrato de cenizas volcánicas que hay
dentro de la formación Morrison y el dique que corta la
lutita Mancos y la formación Mesaverde. Los estratos sedimentarios que hay por debajo de la ceniza son obviamente más antiguos que ella, y todas las capas que hay por
encima son más jóvenes. El dique es más joven que la lutita Mancos y la formación Mesaverde, pero más antiguo
que la formación Wasatch, porque el dique no intruye en
las rocas del Terciario.
A partir de este tipo de pruebas, los geólogos calculan que una parte de la formación Morrison se depositó
hace unos 160 millones de años, según indica la capa de
cenizas. Además, llegan a la conclusión de que el período
▲
Figura 9.14 Las fechas numéricas para
los estratos sedimentarios suelen
determinarse examinando su relación con
las rocas ígneas. (Tomado del U. S.
Geological Survey.)
Rocas
del Terciario
Rocas
del Cretácico
Rocas
del Jurásico
Formación W
asatch
Formación M
esaverde
Lutita Man
cos
Dique ígneo datado
con 66 millones de años
Capa de
Arenisca D
akota
cenizas vo
lcánicas da
tada en 16
Formació
0 millones
n Morris
Formació
n Summ
on
erville
de años
9_Capítulo 9
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Resumen
Terciario empezó después de la intrusión del dique, hace
60 millones de años. Éste es un ejemplo, de los miles que
hay, que ilustra cómo se utilizan los materiales susceptibles de datación para clasificar los diversos episodios de la
279
historia de la Tierra dentro de períodos temporales específicos. Pone de manifiesto además la necesidad de combinar los métodos de datación de laboratorio con las observaciones de campo de las rocas.
Resumen
• Los dos tipos de fechas utilizadas por los geólogos
para interpretar la historia de la Tierra son: (1) las fechas relativas, que suponen los acontecimientos en su
secuencia de formación adecuada, y (2) las fechas numéricas, que indican el tiempo en años en el que ocurrió un
acontecimiento.
• Las fechas relativas pueden establecerse utilizando la
ley de la superposición (en una secuencia no deformada
de rocas sedimentarias o de rocas ígneas depositadas
en superficie, cada estrato es más antiguo que el que
tiene por encima y más joven que el inferior); principio de la horizontalidad original (la mayoría de los estratos se depositan en una posición horizontal); principio de intersección (cuando una falla o cuerpo intrusivo
corta otra roca, la falla o intrusión es más joven que la
roca que corta), e inclusiones (la masa rocosa que contiene la inclusión es más joven que la roca que proporciona la inclusión).
• Las discontinuidades estratigráficas son vacíos del registro litológico. Cada una representa un largo período
durante el cual se interrumpió la sedimentación, la
erosión eliminó las rocas previamente formadas y luego se reinició el depósito. Los tres tipos básicos de discontinuidades estratigráficas son las discordancias (rocas
sedimentarias inclinadas o plegadas sobre las que yacen estratos más jóvenes y planos); paraconformidades
(los estratos situados a ambos lados de una discontinuidad estratigráfica son esencialmente paralelos), y
las inconformidades (donde una ruptura separa rocas
metamórficas o ígneas más antiguas de estratos sedimentarios más jóvenes).
• La correlación, emparejamiento de dos o más fenómenos geológicos de áreas diferentes, se utiliza para desarrollar una escala de tiempo geológico que se aplique a toda la Tierra.
• Los fósiles son los restos o huellas de la vida prehistórica. Las condiciones especiales que favorecen su conservación son el enterramiento rápido y la
exisencia de partes duras, como conchas, huesos o
dientes.
• Los fósiles se utilizan para correlacionar rocas sedimentarias que proceden de regiones diferentes, utilizando
el contenido fósil característico de las rocas y aplicando el principio de la sucesión de fósiles. Se basa en el trabajo de William Smith de finales del siglo XVIII y establece que los organismos fósiles se suceden unos a otros en
un orden definido y determinable, y, por consiguiente,
cualquier edad puede reconocerse por su contenido
fósil. El uso de fósiles índice o guía, que están geográficamente esparcidos y están limitados a un corto período de tiempo geológico, proporciona un método importante de emparejar rocas de la misma edad.
• Cada átomo tiene un núcleo que contiene protones
(partículas con carga positiva) y neutrones (partículas
neutras). En órbita alrededor del núcleo se encuentran
los electrones, con carga negativa. El número atómico de
un átomo es el número de protones del núcleo. El número másico es el número de protones más el número
de neutrones que hay en el núcleo de un átomo. Los
isótopos son variantes del mismo átomo, pero con un
número diferente de neutrones y, por consiguiente, un
número másico diferente.
• La radiactividad es la descomposición (desintegración)
espontánea de ciertos núcleos atómicos inestables.
Tres formas comunes de desintegración radiactiva
son: (1) la emisión de partículas alfa del núcleo; (2) la
emisión de partículas beta del núcleo, y (3) la captura de
un electrón por parte del núcleo.
• Un isótopo radiactivo inestable, denominado radioisótopo padre, se desintegrará y formará productos hijo. El
tiempo que tarda en desintegrarse la mitad de los núcleos de un isótopo radiactivo se denomina período de
semidesintegración del isótopo. Utilizando un procedimiento denominado datación radiométrica, si se conoce el período de semidesintegración del isótopo, y
puede medirse la proporción radioisótopo padre / isótopo hijo, puede calcularse la edad de una muestra.
Una fecha radiométrica exacta sólo puede obtenerse
si el material que contiene el isótopo radiactivo permaneció en un sistema cerrado durante el período
completo desde su formación.
• La escala de tiempo geológico divide la historia de la Tierra en unidades de magnitud variable. Suele representarse en forma de gráfico, con el tiempo y los acon-
9_Capítulo 9
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CAPÍTULO 9
El tiempo geológico
tecimientos más antiguos abajo y los más jóvenes arriba. Las primeras subdivisiones de la escala de tiempo
geológico, denominadas eones, son el Hádico, el Arcaico y el Proterozoico (juntos esos tres eones se conocen
como el Precámbrico) y, empezando hace unos 540 millones de años, el Fanerozoico. El eón Fanerozoico (que
significa «vida visible») se divide en las siguientes eras:
Paleozoica («vida antigua»), Mesozoica («vida media»)
y Cenozoica («vida reciente»).
• Un problema importante al asignar fechas numéricas
es que no todas las rocas pueden datarse mediante métodos
radiométricos. Una roca sedimentaria puede contener
granos de muchas edades que han sido meteorizados
a partir de rocas diferentes que se formaron en épocas distintas. Una forma mediante la cual los geólogos
asignan fechas absolutas a las rocas sedimentarias es
relacionándolas con masas ígneas fechables, como las
capas de cenizas volcánicas.
Preguntas de repaso
1. Distinga entre datación numérica y relativa.
9. Enumere y describa brevemente al menos cinco tipos distintos de fósiles.
2. ¿Cuál es la ley de la superposición? ¿Cómo se utilizan las relaciones de intersección en la datación relativa?
10. Enumere dos condiciones que mejoren las posibilidades de un organismo de conservarse como fósil.
3. Remítase a la Figura 9.3 y responda a las siguientes
preguntas:
11. ¿Por qué los fósiles son herramientas tan útiles en
la correlación?
a) ¿Es la falla A más joven o más antigua que la
capa de arenisca?
12. La Figura 9.15 es un bloque diagrama de un área
hipotética del sureste de Estados Unidos. Coloque
los accidentes geográficos indicados por las letras
en la secuencia adecuada, del más antiguo al más
reciente. Identifique una discordancia y una inconformidad.
b) El dique A ¿es más antiguo o más reciente que
la capa de arenisca?
c) ¿Se depositó el conglomerado antes o después
que la falla A?
d) ¿Se depositó el conglomerado antes o después
que la falla B?
e) ¿Qué falla es más antigua, la A o la B?
f ) El dique A ¿es más joven o más antiguo que el batolito?
4. Cuando observa un afloramiento de estratos sedimentarios con gran inclinación, ¿qué principio le
permitiría suponer que los estratos se inclinaron
después de ser depositados?
5. Una masa de granito está en contacto con una capa
de arenisca. Utilizando un principio descrito en este
capítulo, explique cómo podría determinar si la arenisca se depositó encima del granito o si se produjo intrusión del granito desde abajo después de que
se depositara la arenisca.
13. Si un isótopo radiactivo del torio (número atómico 90, número másico 232) emite seis partículas alfa y cuatro partículas beta durante el curso de
su desintegración radiactiva, ¿cuáles son el número atómico y el número másico del isótopo hijo
estable?
14. ¿Por qué la datación radiométrica es el método más
fiable de datación del pasado geológico?
15. Un isótopo radiactivo hipotético tiene un período
de semidesintegración de 10.000 años. Si la proporción de radioisótopo padre a isótopo hijo estable es 1/3, ¿cuál es la edad de la roca que contiene
el material radiactivo?
16. Describa brevemente por qué los anillos de los árboles pueden ser útiles en el estudio del pasado geológico (véase Recuadro 9.4).
7. ¿Qué se entiende por correlación?
17. Para proporcionar una fecha radiométrica fiable,
un mineral debe permanecer en un sistema cerrado
desde el tiempo de su formación hasta el presente.
¿Por qué esto es así?
8. Describa la importante contribución de William
Smith a la ciencia de la Geología.
18. ¿Qué precauciones se toman para asegurar fechas
radiométricas fiables?
6. Distinga entre discordancia, paraconformidad e inconformidad.
9_Capítulo 9
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Preguntas de repaso
E
281
K
J
A
H
I
B
F
C
D
G
▲ Figura 9.15 Utilizar este diagrama junto con la pregunta de repaso número 12.
19. Para facilitar los cálculos, redondeemos la edad de
la Tierra a 5.000 millones de años.
20. ¿Qué subdivisiones constituyen la escala de tiempo
geológico?
a) ¿Qué fracción del tiempo geológico está representada por la historia escrita (supongamos 5.000
años para la duración de la historia escrita)?
21. Explique por qué el enorme intervalo conocido
como Precámbrico carece de una escala geológica
detallada.
b) La primera evidencia fósil abundante no aparece hasta comienzos del Cámbrico (hace 540 millones de años). ¿Qué porcentaje del tiempo
geológico está representado por esta evidencia
fósil abundante?
22. Describa brevemente las dificultades para asignar
fechas numéricas a los estratos de roca sedimentaria.
Términos fundamentales
Arcaico
Cenozoico
concordante
correlación
datación por radiocarbono
datación radiométrica
datación relativa
discontinuidad
estratigráfica
discordancia angular
eón
época
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CAPÍTULO 9
era
escala de tiempo
geológico
Fanerozoico
fecha numérica
fósil
fósil índice o guía
El tiempo geológico
Hádico
inclusión
inconformidad
ley de la superposición
Mesozoico
Paleontología
Paleozoico
paraconformidad
período
período de
semidesintegración
Precámbrico
principio de intersección
principio de la
horizontalidad original
principio de la sucesión de
fósiles
Proterozoico
radiactividad
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
• Búsquedas de términos clave en toda la red.
http://www.librosite.net/tarbuck
10_Capítulo 10
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CAPÍTULO 10
Deformación de la corteza
Geología estructural: estudio
de la arquitectura terrestre
Deformación
Fuerza y esfuerzo
Tipos de esfuerzo
Deformación
Cómo se deforman las rocas
Pliegues
Tipos de pliegues
Domos y cubetas
Fallas
Fallas con desplazamiento vertical
Fallas de desplazamiento horizontal
Diaclasas
Cartografía de las estructuras
geológicas
Dirección y buzamiento
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
A
I
Los resultados de la actividad tectónica son impresionantes en los principales cinturones montañosos de la Tierra,
donde pueden encontrarse rocas que contienen fósiles de
organismos marinos miles de metros por encima del nivel del mar actual y las unidades rocosas están intensamente plegadas, como si fueran de masilla. Incluso en los
interiores estables de los continentes, las rocas revelan
una historia de deformación que muestra que han aflorado de niveles mucho más profundos de la corteza.
Los geólogos estructurales estudian la arquitectura
de la corteza terrestre y cómo adquirió este aspecto en la
medida en que fue consecuencia de la deformación. Estudiando la orientación de los pliegues y las fallas, así como
los rasgos a pequeña escala de las rocas deformadas, los geólogos estructurales pueden determinar a menudo el ambiente geológico original, y la naturaleza de las fuerzas que
produjeron esas estructuras rocosas. De este modo se están descifrando los complejos acontecimientos que constituyen la historia geológica.
La comprensión de las estructuras tectónica no es
sólo importante para descifrar la historia de la Tierra, sino
que es también básica para nuestro bienestar económico.
Por ejemplo, la mayor parte de los yacimientos donde aparecen petróleo y gas natural está asociada con estructuras
geológicas que atrapan esos fluidos en valiosos «depósitos»
(véase Capítulo 21). Además, las fracturas rocosas son el lugar donde se producen las mineralizaciones hidrotermales,
lo cual significa que pueden ser fuentes importantes de
menas metálicas. Además, cuando se seleccionan las zonas
de ubicación de proyectos de construcción importantes,
como los puentes, las centrales hidroeléctricas y las centrales de energía nuclear, debe considerarse la orientación de
las superficies de fractura, que representan zonas de debi-
Deformación
IE N C
Geología estructural: estudio
de la arquitectura terrestre
lidad de las rocas. En resumen, un conocimiento de esas estructuras es esencial para nuestra forma de vida actual.
En este capítulo examinaremos las fuerzas que deforman las rocas, así como las estructuras que se producen. Las estructuras geológicas básicas asociadas con la deformación son los pliegues, las fallas, las diaclasas y la
foliación (incluida la esquistosidad). Dado que la esquistosidad y la foliación se examinaron en el Capítulo 8, este
capítulo se dedicará al resto de estructuras y a las fuerzas
tectónicas que las producen.
ERR
L
a Tierra es un planeta dinámico. En los capítulos anteriores vimos que la meteorización, los procesos gravitacionales y la erosión causada por el agua, el viento y
el hielo modelan continuamente el paisaje. Además, las fuerzas tectónicas deforman las rocas de la corteza. Entre las evidencias que demuestran la actuación de fuerzas enormes dentro de la tierra se cuentan los miles de kilómetros de estratos
que están doblados, plegados, volcados y a veces muy fracturados. En las montañas Rocosas canadienses, por ejemplo,
algunas unidades de roca han sido empujadas sobre otras de
una manera casi horizontal durante centenares de kilómetros.
A una escala menor, durante los grandes terremotos, la corteza se mueve unos pocos metros a lo largo de las fallas. Además,
la expansión y la extensión de la corteza producen depresiones alargadas y en los largos intervalos de tiempo geológico
crean las cuencas oceánicas.
TI
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Deformación de la corteza
Deformación
▲
10_Capítulo 10
S D LA
E
Cualquier cuerpo de roca, con independencia de su dureza, tiene un punto en el que se fracturará o fluirá. La deformación (de fuera; forma forma) es un término general que se refiere a todos los cambios de tamaño, forma,
orientación o posición de una masa rocosa. La mayor parte de la deformación de la corteza tiene lugar a lo largo de
los márgenes de las placas. Los movimientos de las placas
y las interacciones a lo largo de los límites de placa generan las fuerzas tectónicas que provocan la deformación de
las unidades de roca.
Fuerza y esfuerzo
La fuerza es lo que tiende a poner en movimiento los objetos estacionarios o a modificar los movimientos de los
cuerpos que se mueven. De la experiencia cotidiana sabemos que si una puerta está atascada (estacionaria), aplicamos fuerza para abrirla (ponerla en movimiento).
Para describir las fuerzas que deforman las rocas, los
geólogos estructurales utilizan el término esfuerzo, que
es la cantidad de fuerza aplicada sobre un área determinada. La magnitud del esfuerzo no es simplemente una
función de la cantidad de fuerza aplicada, sino que también está relacionada con el área sobre la que la fuerza actúa. Por ejemplo, si una persona anda descalza sobre una
superficie dura, la fuerza (peso) de su cuerpo se distribuye por todo el pie, de modo que el esfuerzo que actúa en
cualquier punto de su pie es pequeño. Sin embargo, si esa
persona pisa una pequeña roca puntiaguda, la concentración de esfuerzos en un punto de su pie será elevada. Por
tanto, puede pensarse en el esfuerzo como una medida de
cuán concentrada está la fuerza. Como vimos en el Capítulo 8, el esfuerzo puede aplicarse de manera uniforme en
todas las direcciones (presión de confinamiento) o de manera no uniforme (esfuerzo diferencial).
10_Capítulo 10
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Deformación
Tipos de esfuerzo
placas tienden a acortar y engrosar la corteza terrestre
plegándose, fluyendo o fracturándose (Figura 10.1B). Recordemos, de lo que hemos dicho de las rocas metamórficas, que el esfuerzo compresivo se concentra más en los
puntos en los que los granos minerales están en contacto,
provocando la migración de la materia mineral de las zonas de esfuerzo elevado a las zonas de esfuerzo bajo (véa▲
Cuando se aplica un esfuerzo en direcciones diferentes, se
denomina esfuerzo diferencial. El esfuerzo diferencial
que acorta un cuerpo rocoso se conoce como esfuerzo
compresivo (com junto; premere presionar). Los esfuerzos compresivos asociados con las colisiones de las
A. Estratos no deformados (cuerpo rocoso).
B. El esfuerzo compresional horizontal hace que las rocas
se acorten horizontalmente y se engrosen verticalmente.
C. El esfuerzo tensional horizontal hace que las rocas
se alarguen horizontalmente y se adelgacen verticalmente.
D. El esfuerzo de cizalla provoca desplazamientos
a lo largo de las zonas de falla o por el flujo dúctil.
285
Figura 10.1 Deformación de la corteza
terrestre provocada por las fuerzas
tectónicas y los esfuerzos asociados
resultantes del movimiento de las placas
litosféricas. A. Estratos antes de la
deformación. B. Los esfuerzos
compresionales asociados con las colisiones
de las placas tienden a acortar y engrosar la
corteza terrestre mediante pliegues y fallas.
C. Los esfuerzos tensionales en los bordes
de placa divergentes tienden a alargar los
cuerpos rocosos mediante el
desplazamiento a lo largo de las fallas en la
corteza superior y el flujo dúctil en
profundidad. D. Los esfuerzos de cizalla en
los bordes de placa pasivos tienden a
producir desplazamientos a lo largo de las
zonas de falla. El lado derecho del diagrama
ilustra la deformación de un cubo de roca
en respuesta a los esfuerzos diferenciales
que se ilustran en los diagramas
correspondientes de la izquierda.
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
se Figura 8.5). Como consecuencia, los granos minerales
(y la unidad de roca) tienden a acortarse en dirección paralela al plano del máximo esfuerzo y a alargarse en dirección perpendicular a la del mayor esfuerzo.
Cuando el esfuerzo tiende a alargar o a separar una
unidad rocosa, se conoce como esfuerzo tensional (tendere estirar) (Figura 10.1C). Donde las placas se están separando (límites de placa divergentes), los esfuerzos tensionales tienden a alargar los cuerpos rocosos situados en la
corteza superior mediante el desplazamiento a lo largo de las
fallas. Por otro lado, en profundidad el desplazamiento es
consecuencia de un tipo de flujo plástico.
El esfuerzo diferencial también puede hacer que la
roca se cizalle (Figura 10.1D). Un tipo de cizallamiento es
similar al deslizamiento que se produce entre los naipes de
una baraja cuando la parte superior se desplaza en relación
a la inferior (Figura 10.2). En los entornos próximos a la
superficie, el cizallamiento suele producirse en superficies
de debilidad paralelas y estrechamente espaciadas, como
los planos de estratificación, foliación y las microfallas.
Además, en los bordes de falla transformante, los esfuerzos de cizallamiento producen desplazamientos a gran escala a lo largo de las principales zonas de falla. Por el con-
A. Baraja de naipes.
B. El cizallamiento tiene lugar cuando la mano empuja
la parte superior de la baraja.
▲ Figura 10.2 Ilustración del cizallamiento y la deformación
resultante. A. Baraja de naipes ordinaria con un círculo estampado
en el lateral. B. Deslizando la parte superior de la baraja en relación
con la parte inferior, podemos ilustrar el tipo de cizallamiento que
suele tener lugar a lo largo de los planos de fragilidad poco
separados de las rocas. Obsérvese que el círculo se convierte en
una elipse, la cual puede utilizarse para medir la cantidad y el tipo
de deformación. Un desplazamiento añadido (cizallamiento) de los
naipes tendría como consecuencia una mayor deformación y
quedaría indicado por un cambio de la forma de la elipse.
trario, a grandes profundidades, donde las temperaturas y
las presiones de confinamiento son elevadas, un flujo en estado sólido es el responsable del cizallamiento.
Deformación
Quizá el tipo de deformación más fácil de imaginar ocurre a lo largo de las superficies de las fallas pequeñas, donde el esfuerzo diferencial hace que las rocas se muevan,
unas en relación con las otras, de tal manera que su tamaño y su forma originales se conservan. El esfuerzo también
puede provocar un cambio irreversible en la forma y el tamaño del cuerpo rocoso, denominado deformación.
Como en el círculo que aparece en la Figura 10.2B,
los cuerpos deformados no mantienen su configuración original
durante la deformación. Al estudiar las unidades de roca deformadas por el esfuerzo, los geólogos se preguntan:
«¿Qué nos dicen esas estructuras sobre la disposición original de esas rocas y cómo se han deformado?»
Cómo se deforman las rocas
Cuando las rocas son sometidas a esfuerzos que superan
su propia resistencia, empiezan a deformarse, normalmente plegándose, fluyendo o fracturándose (Figura 10.3).
Es fácil hacerse una idea de cómo se quiebran las rocas,
porque normalmente pensamos en ellas como algo quebradizo. Pero ¿cómo pueden doblarse las grandes unidades
rocosas en pliegues complicados sin romperse durante el
proceso? Para responder a esta pregunta, los geólogos estructurales realizaron experimentos de laboratorio en los
que las rocas fueron sometidas a esfuerzos diferenciales
bajo condiciones que simulaban las existentes a diversas
profundidades debajo de la corteza (Figura 10.4).
Aunque cada tipo de roca se deforma de una manera algo diferente, a partir de esos experimentos se determinaron las características generales de la deformación de
las rocas. Los geólogos descubrieron que, cuando se aplica gradualmente un esfuerzo, las rocas responden primero deformándose elásticamente. Los cambios resultantes
de la deformación elástica son recuperables; es decir, igual
que ocurre con una cinta de goma, la roca volverá prácticamente a su tamaño y forma originales cuando cese el esfuerzo. (Como veremos en el siguiente capítulo, la energía para la mayoría de los terremotos procede de la
liberación de la energía elástica almacenada cuando una
roca vuelve a su forma original.)
Una vez sobrepasado el límite elástico (resistencia)
de una roca, ésta fluye (deformación dúctil) o se fractura (deformación frágil). Los factores que influyen en la resistencia de una roca y, por tanto, en cómo ésta se va a deformar son la temperatura, la presión de confinamiento, el
tipo de roca, la disponibilidad de fluidos y el tiempo.
10_Capítulo 10
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Deformación
287
▲ Figura 10.3 Estratos sedimentarios deformados que afloraron al hacer la carretera de Palmdale, California. Además del plegamiento obvio,
los estratos claros están desplazados a lo largo de una falla localizada en el lado derecho de la fotografía. (Foto de E. J. Tarbuck.)
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Estoy confundido. ¿No son lo mismo el esfuerzo
y la deformación?
No. Aunque suelen utilizarse en situaciones parecidas, los
términos esfuerzo y deformación tienen significados específicos —y diferentes— en Geología. El esfuerzo es una fuerza aplicada; y la deformación (doblamiento o fractura) se
produce debido al esfuerzo. Por ejemplo, apretar una pelota
de tenis es someterla a una fuerza (esfuerzo), la consecuencia es su cambio de forma (deformación). En otras palabras, el esfuerzo es la acción que deforma las rocas. La deformación es una consecuencia que puede medirse.
Temperatura y presión de confinamiento Las rocas próximas a la superficie, donde las temperaturas y las presiones de confinamiento son bajas, tienden a comportarse
como un sólido frágil y se fracturan cuando se supera su
resistencia. Este tipo de deformación se llama deformación frágil. De nuestra experiencia cotidiana, sabemos
que los objetos de vidrio, los lápices de madera, las bandejas de porcelana e incluso nuestros huesos exhiben fractura frágil una vez se supera su resistencia. Por el contrario, en la profundidad, donde las temperaturas y las
presiones de confinamiento son elevadas, las rocas exhiben un comportamiento dúctil. La deformación dúctil es
un tipo de flujo en estado sólido que produce un cambio
en el tamaño y la forma de un objeto sin fracturarlo. Los
objetos normales que muestran un comportamiento dúctil son la arcilla de modelar, la cera de las abejas, el caramelo y la mayoría de los metales. Por ejemplo, una moneda de cobre colocada en el raíl de una vía se aplanará y
deformará (sin romperse) debido a la fuerza aplicada por
un tren que pase por encima. La deformación dúctil de
una roca —fuertemente ayudada por una temperatura y
una presión de confinamiento elevadas— es algo parecida a la deformación de una moneda aplanada por un tren.
Una manera mediante la cual se produce este tipo de flujo en estado sólido en el interior de una roca es mediante
el deslizamiento gradual y la recristalización a lo largo de
planos de fragilidad en el interior de la red cristalina de los
granos minerales (véase Figura 8.5B). Esta forma microscópica de flujo gradual en estado sólido implica el deslizamiento que altera la red cristalina y la inmediata recristalización que repara la estructura. Las rocas que muestran
signos de flujo dúctil normalmente se deformaron a una
gran profundidad y exhiben pliegues que dan la impresión
de que la resistencia de la roca era parecida a la de la masilla blanda.
Tipo de roca Además del ambiente físico, la composición
mineral y la textura de las rocas influye mucho en cómo
éstas se van a deformar. Por ejemplo, las rocas cristalinas
compuestas por minerales con enlaces moleculares internos fuertes tienden a fracturarse. Por el contrario, las rocas sedimentarias débilmente cementadas o las rocas metamórficas que contienen zonas de debilidad como la
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
▲ Figura 10.4 Cilindro de mármol deformado en el laboratorio mediante la aplicación de miles de kilogramos de peso desde arriba. Cada
muestra se deformó en un entorno que duplicaba la presión de confinamiento hallada a distintas profundidades. Obsérvese que cuando la
presión de confinamiento era baja, la muestra se deformó por fractura frágil, mientras que cuando la presión de confinamiento era elevada, la
muestra se deformó plásticamente. (Foto cortesía de M. S. Patterson, Australian National University.)
foliación, son más susceptibles de experimentar deformación dúctil. Entre las rocas débiles y, por tanto, que más
probablemente se comporten de una manera dúctil cuando se someten a un esfuerzo diferencial, se cuentan la halita, el yeso y las lutitas, mientras que la caliza, el esquisto y el mármol tienen una resistencia intermedia. De
hecho, la halita es tan débil que se deforma bajo pequeñas
cantidades de esfuerzo diferencial y asciende en forma de
columnas a través de los estratos de sedimentos que se extienden por el golfo de México y sus alrededores. Quizás
el sólido más débil que existe en la naturaleza y que exhibe flujo dúctil a gran escala es el hielo glacial. Por comparación, el granito y el basalto son resistentes y frágiles.
En un entorno próximo a la superficie, las rocas frágiles
se fracturarán cuando sean sometidas a fuerzas que excedan su resistencia. Es importante observar, sin embargo,
que la presencia de cantidades pequeñas de agua en las rocas favorece su deformación dúctil.
ríodos desempeñan seguramente un papel importante en
la deformación de las rocas. Fuerzas incapaces de deformar inicialmente una roca pueden hacer que la roca fluya
si el esfuerzo se mantiene durante un período prolongado de tiempo.
Es importante destacar que los procesos por los que
las rocas se deforman ocurren a lo largo de un continuo
que se extiende entre la fractura frágil pura en un extremo al flujo dúctil (viscoso) en el otro. No hay límites marcados entre los diferentes tipos de deformación. También
necesitamos recordar que, en general, los elegantes pliegues y los modelos de flujo que observamos en las rocas
deformadas se alcanzan en general por el efecto combinado de la distorsión, el deslizamiento y la rotación de los
granos individuales que componen una roca. Además, esta
distorsión y la reorganización de los granos minerales tienen lugar en la roca que es esencialmente sólida.
Tiempo Un factor clave que los investigadores son incapaces de duplicar en el laboratorio es cómo las rocas responden a pequeños esfuerzos aplicados durante largos intervalos de tiempo geológico. Sin embargo, en escenarios
cotidianos pueden observarse los efectos del tiempo en la
deformación. Por ejemplo, se sabe que los bancos de mármol se hunden por su propio peso después de un período
de unos cien años aproximadamente y que las estanterías
de madera pueden combarse después de cargarlas de libros
durante un período relativamente corto de tiempo. En la
naturaleza, fuerzas pequeñas aplicadas durante largos pe-
Cartografía de las estructuras
geológicas
I
ERR
TI
▲
IE N C
Deformación de la corteza
Cartografía de las estructuras
A
S D LA
geológicas
E
Los procesos de deformación generan estructuras a muchas escalas diferentes. En un extremo se encuentran los
principales sistemas montañosos de la Tierra. En el otro,
los esfuerzos muy localizados crean fracturas menores en
10_Capítulo 10
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Cartografía de las estructuras geológicas
las rocas. Todos estos fenómenos, desde los pliegues más
grandes de los Alpes hasta las fracturas más pequeñas de
una lámina de roca, se conocen como estructuras tectónicas. Antes de empezar nuestra discusión de las estructuras tectónicas examinemos el método que utilizan los
geólogos para describirlas y cartografiarlas.
Cuando estudia una región, el geólogo identifica y
describe las estructuras principales. A menudo, una estructura es tan grande que desde una zona concreta sólo
puede verse una pequeña porción. En muchas situaciones, la mayor parte de las capas está cubierta por vegetación o por sedimentos recientes. Por consiguiente, la
reconstrucción debe hacerse utilizando los datos reco-
▲
Recuadro 10.1
289
gidos de un número limitado de afloramientos, que son
lugares donde el sustrato de roca aflora en la superficie
(véase Recuadro 10.1). Pese a esas dificultades, una serie
de técnicas cartográficas permiten a los geólogos reconstruir la orientación y la forma de las estructuras
existentes. En los últimos años, los avances acaecidos en
fotografía aérea, en la obtención de imágenes a través de
los satélites y en el desarrollo del sistema de posicionamiento global (GPS) han ayudado en este trabajo. Además, los perfiles de reflexión sísmica (véase Capítulo 12)
y las perforaciones proporcionan datos sobre la composición y la estructura de las rocas que se encuentran en
profundidad.
Entender la Tierra
Denominación de las unidades rocosas locales
Uno de los principales objetivos de la
Geología es el de reconstruir la larga y
compleja historia de la Tierra a través del
estudio sistemático de las rocas. En muchas regiones, no hay continuidad en los
afloramientos rocosos. Por consiguiente,
el estudio de los estratos debe realizarse
de una manera local y correlacionarse con
los datos de las zonas adyacentes para
producir una descripción de mayor alcance y más completa. El primer paso en
el esfuerzo para desvelar los acontecimientos del pasado geológico consiste en
describir y cartografiar las unidades rocosas expuestas en los afloramientos locales.
Describir algo tan complejo como
una gran secuencia de rocas exige subdividir las capas en unidades de un tamaño
manejable. La unidad más básica se denomina formación, que es simplemente
una serie característica de estratos que se
generaron mediante los mismos procesos
geológicos. Más exactamente, una formación es una unidad rocosa cartografiable que tiene unos límites (o contactos
con otras rocas) definidos y ciertas características evidentes (tipo de roca) a
través de las que puede rastrearse de un
lugar a otro y distinguirse de otras unidades.
En la Figura 10.A se muestran varias
formaciones del Gran Cañón. Los geólogos subdividen las secuencias rocosas de
todo el mundo en formaciones, exactamente iguales a como están subdivididos
estos estratos rocosos del Gran Cañón.
Quienes han tenido la oportunidad de
viajar a algunos de los parques nacionales del oeste de Estados Unidos pueden
estar ya familiarizados con los nombres
de ciertas formaciones. Son formaciones
bien conocidas la arenisca Navajo del
Parque Nacional Zion, la caliza Redwall
del Gran Cañón, la arenisca Entrada del
Parque Nacional Arches, y la formación
Wasatch en el Parque Nacional del Cañón Bryce.
Aunque las formaciones pueden estar
compuestas de rocas ígneas o metamórficas, la gran mayoría de las formaciones
establecidas son rocas sedimentarias. Una
formación puede ser relativamente del-
gada y estar compuesta de un solo tipo de
roca, por ejemplo, un estrato de caliza de
un metro de grosor. En el otro extremo,
las formaciones pueden tener miles de
metros de grosor y estar compuestas de
una secuencia interestratificada de tipos
de roca como areniscas y lutitas. La condición más importante que debe cumplirse para establecer una formación es
que ésta constituya una unidad de roca producida por condiciones uniformes o uniformemente alternantes.
En la mayor parte de las regiones del
mundo, el nombre de cada formación
consta de dos partes; por ejemplo, la arenisca Oswego y la formación Carmel. Lo
ideal es que la primera parte del nombre
Caliza Kaibab
Arenisca Coconino
Lutita Hermit
▲ Figure 10.A Denominación de algunas unidades (formaciones) del Gran Cañón de
Colorado (U.S.A.).
10_Capítulo 10
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
indique una estructura geológica o una
localidad donde la formación está clara y
completamente expuesta. Por ejemplo, la
extensa formación Morrison está bien expuesta en Morrison, Colorado. Por tanto,
esta exposición particular se conoce como
la localidad tipo. En general, la segunda
Nacional del Bosque Petrificado de Arizona.
En resumen, describir y denominar las
formaciones es un primer paso importante en el proceso de organización y simplificación del estudio y el análisis de la
historia de la Tierra.
parte del nombre se toma del tipo de roca
dominante, como ejemplifican los nombres como la arenisca Dakota, la caliza
Kaibab y la lutita Burgess. Cuando no hay
un tipo de roca dominante, se utiliza el
término formación, como en la conocida
formación Chinle, que aflora en el Parque
La cartografía geológica se realiza con mucha más
facilidad cuando los estratos afloran en la superficie. Esto
se debe a que los sedimentos suelen depositarse en capas
horizontales. Si los estratos de rocas sedimentarias siguen
estando horizontales, esto les dice a los geólogos que probablemente el área no ha experimentado modificaciones
estructurales. Pero si los estratos están inclinados, doblados o rotos, esto indica que se produjo un período de deformación después de la deposición.
Dirección y buzamiento
Los geólogos utilizan dos medidas denominadas dirección
(rumbo) y buzamiento (inclinación) para ayudar a determinar la orientación de un estrato rocoso o de una superficie de falla (Figura 10.5). Conociendo la dirección
y el buzamiento de las rocas en la superficie, los geólo-
gos pueden predecir la naturaleza y la estructura de las
unidades rocosas y las fallas que están ocultas debajo de
la superficie fuera del alcance de nuestra vista.
La dirección es el ángulo entre el norte magnético y una línea obtenida mediante la intersección de un estrato inclinado, o falla, con un plano horizontal (Figura
10.5). La dirección, o rumbo, se suele expresar como el
valor de un ángulo en relación con el norte. Por ejemplo,
(N 10° E) significa que la línea de dirección se dirige 10°
al este desde el norte. La dirección del estrato ilustrado
en la Figura 10.5 es de aproximadamente norte 75° este
(N 75° E).
El buzamiento es el ángulo de inclinación de un
plano geológico, como por ejemplo una falla, medido
desde un plano horizontal. El buzamiento incluye tanto el valor del ángulo de inclinación como la dirección
hacia la cual la roca está inclinada. En la Figura 10.5, el
▲
Figura 10.5 Dirección y buzamiento de
un estrato rocoso.
Línea
de dirección
Plano horizontal
Dirección
Símbolo de
dirección/buzamiento
30°
N
Ángulo
de buzamiento
30°
Línea del agua
del buzam
iento
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Pliegues
ángulo de buzamiento del estrato rocoso es de 30°. Una
buena manera de visualizar el buzamiento es imaginar
que el agua descenderá siempre por la superficie rocosa según una línea paralela al buzamiento. La dirección
de caída formará siempre un ángulo de 90° con la dirección.
En el campo, los geólogos miden la dirección (rumbo) y el buzamiento (inclinación) de las rocas sedimentarias en tantos afloramientos como sea conveniente. Esos
datos se representan luego en un mapa topográfico o en
una fotografía aérea junto con una descripción codificada
por colores de la roca. A partir de la orientación de los estratos, puede establecerse la orientación y la forma supuestas de la estructura, como se muestra en la Figura
10.6. Utilizando esta información, el geólogo puede reconstruir las estructuras previas a la erosión y empezar a
interpretar la historia geológica de la región.
cho a los que se formarían si se cogiera una hoja de papel por sus extremos y se fueran empujando uno hacia el
otro. En la naturaleza, los pliegues aparecen en una gran
variedad de tamaños y configuraciones. Algunos pliegues
son amplias flexuras en las cuales unidades rocosas de
centenares de metros de grosor se han doblado ligeramente. Otros, son estructuras microscópicas muy apretadas que se encuentran en las rocas metamórficas. Diferencias de tamaño aparte, la mayoría de los pliegues se
produce como consecuencia de esfuerzos compresivos
que provocan el acortamiento y engrosamiento de la corteza. A veces, los pliegues se encuentran aislados, pero es
mucho más frecuente que aparezcan como una serie de
ondulaciones.
Para entender los pliegues y el plegamiento, debemos familiarizarnos con la terminología utilizada para
nombrar las partes de un pliegue. Como se muestra en la
Figura 10.7, los dos lados de un pliegue se denominan
flancos. Una línea trazada a lo largo de los puntos de máxima curvatura de cada estrato se llama línea de charnela,
o simplemente charnela. En algunos pliegues, como el
ilustrado en la Figura 10.7A, la charnela es horizontal, o
paralela a la superficie. Sin embargo, en los pliegues más
complejos, la charnela del pliegue está a menudo inclinada según un ángulo conocido como inmersión (Figura
10.7B). Además, el plano axial es una superficie imaginaria que divide un pliegue de la manera más simétrica posible.
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Deformación de la corteza
Pliegues
▲
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Pliegues
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▲
Durante la formación de las montañas, las rocas sedimentarias y volcánicas suelen doblarse en una serie de
ondulaciones semejantes a ondas denominadas pliegues.
Los pliegues de los estratos sedimentarios se parecen mu-
Figura 10.6 Estableciendo la dirección y
el buzamiento de los estratos sedimentarios
que afloran en un mapa A., los geólogos
pueden deducir la orientación de la
estructura en el subsuelo B.
A. Vista en planta (mapa)
85°
30°
Ar
Pizarra
ca
is
Caliza
a
isc
en
en
ca
nis
B. Bloque diagrama
40°
Ar
Are
Pizarra
291
Caliza
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
las capas de roca*. La Figura 10.7 es un ejemplo de un anticlinal. Los anticlinales afloran, a veces de manera espectacular, en los puntos donde las carreteras atraviesan estratos deformados. Asociados a menudo con los anticlinales, se
encuentran los pliegues cóncavos, o surcos, denominados
sinclinales. Obsérvese en la Figura 10.9 que el flanco de un
anticlinal lo es también del sinclinal adyacente.
Dependiendo de su orientación, estos pliegues básicos se describen como simétricos, cuando los flancos son
imágenes especulares el uno del otro y como asimétricos
cuando no lo son. Se dice que un pliegue asimétrico está
volcado o acostado si uno de los flancos está inclinado más allá
de la vertical (Figura 10.8). Un pliegue volcado puede también «descansar sobre su flanco», de manera que un plano
que se extendiera a través del eje del pliegue sería en realidad horizontal. Esos pliegues tumbados (recumbentes) son comunes en algunas regiones montañosas como los Alpes.
Los pliegues no se extienden indefinidamente; antes bien, sus extremos terminan de una manera muy parecida a como lo hacen las arrugas en la ropa. Algunos
pliegues tienen inmersión, porque el eje del pliegue penetra en el terreno (Figura 10.10). Como muestra la figura,
pueden tener inmersión tanto los anticlinales como los
sinclinales. En la Figura 10.11 se muestra un ejemplo de
un anticlinal con inmersión y el modelo que se produce
cuando la erosión retira las capas superiores de la estructura y deja expuesto su interior. Nótese que la traza del
pliegue de un anticlinal apunta en la dirección de su inmersión, mientras que lo contrario es cierto para un sinclinal. Un buen ejemplo del tipo de topografía que se pro-
Plano axial
Eje
nco
Flan
Fla
co
A. Anticlinal
Plano axial
Ho
riz
on
ta
l
Inmersión
Eje
co
Flan
Flan
co
B. Anticlinal
con inmersión
▲ Figura 10.7 Esquemas idealizados que ilustran las características
asociadas con pliegues simétricos. El eje del pliegue en A es
horizontal, mientras que el eje del pliegue en B tiene inmersión.
* Definido de una manera estricta, un anticlinal es una estructura en la
cual los estratos más antiguos se encuentran en el centro. Esto se produce generalmente cuando los estratos se pliegan hacia arriba. Además,
un sinclinal se define estrictamente como una estructura en la cual los
estratos más jóvenes se encuentran en el centro. Esto ocurre casi siempre cuando los estratos se pliegan hacia abajo.
Tipos de pliegues
Los dos tipos de pliegues más comunes se denominan anticlinales y sinclinales (Figura 10.8). Un anticlinal se forma
casi siempre por plegamiento convexo, o arqueamiento, de
Flanco normal
Flanco
volcado
ti c
An li
l
na
Anticlinal
Si nclinal
Pliegue simétrico
Pliegue asimétrico
Sinclinal
Pliegue volcado
▲ Figura 10.8 Bloque diagrama de los principales tipos de estratos plegados. Las estructuras arqueadas o convexas son anticlinales. Los
pliegues cóncavos o depresiones son sinclinales. Obsérvese que el flanco de un anticlinal lo es también del sinclinal adyacente.
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Pliegues
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Inmersión
Inmersión
Inmersión
Anticlinal
con inmersión
Anticlinal
con inmersión
Sinclinal con inmersión
A.
Inmersión
Inmersión
Inmersión
Anticlinal
con inmersión
B.
Sinclinal con inmersión
Anticlinal
con inmersión
▲
▲ Figura 10.9 El sinclinal (izquierda) y el anticlinal (derecha) comparten un flanco común. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Figura 10.10 Pliegues con inmersión. A. Vista
idealizada de pliegues con inmersión en los cuales
se ha añadido una superficie horizontal. B. Vista de
los pliegues con inmersión como podrían aparecer
después de experimentar mucha erosión.
Obsérvese que en un anticlinal con inmersión,
terminación periclinal del pliegue «apunta» en la
dirección de inmersión, mientras que en los
sinclinales con inmersión ocurre justo lo contrario.
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
▲ Figura 10.12 Monoclinal. El monoclinal consiste en estratos
sedimentarios plegados que fueron deformados por una fractura
del basamento. El cabalgamiento de este diagrama se denomina
cabalgamiento ciego porque no alcanza la superficie.
▲ Figura 10.11 Sheep Mountain, un anticlinal con doble
inmersión. Obsérvese que la erosión ha cortado los estratos
sedimentarios de los flancos en pequeñas crestas en forma de «V»
que apunta a la dirección de la inmersión. (Foto de John S. Shelton.)
monoclinales muestran desplazamientos próximos a los 3
kilómetros.
Domos y cubetas
duce cuando las fuerzas erosivas afectan a estratos sedimentarios plegados se encuentra en la provincia Valley
and Ridge de los Apalaches (véase Figura 14.11).
Es importante comprender que los resaltes no están
necesariamente asociados con anticlinales, ni los valles relacionados con sinclinales. Antes bien, crestas y valles se
producen por meteorización diferencial y erosión. Por
ejemplo, en la provincia Valley and Ridge, los estratos de
arenisca más resistente permanecen como imponentes riscos separados por valles excavados en estratos de caliza y
lutita mucho más fáciles de erosionar.
Aunque hemos separado en nuestra explicación los
pliegues y las fallas, en el mundo real, en general los pliegues están estrechamente ligados a las fallas. Ejemplos de
esta relación estrecha son las amplias estructuras regionales denominadas monoclinales. Estructuras particularmente destacadas de la llanura de Colorado, los monoclinales (mono uno; kleinen inclinar) son grandes pliegues
en forma de escalón situados en estratos sedimentarios por
lo demás horizontales (Figura 10.12). Estos pliegues parecen ser el resultado de la reactivación de las zonas de falla situadas en las rocas del basamento por debajo de la cobertera. Conforme los grandes bloques de roca del
basamento ascendían a lo largo de antiguas fallas, los estratos sedimentarios comparativamente dúctiles de encima respondían plegándose. En la llanura del Colorado, los
monoclinales muestran una zona estrecha de estratos muy
inclinados que se allanan y forman las capas superiores de
las grandes áreas elevadas, como el pliegue Zuni, el pliegue Echo Cliffs y la ondulación de San Rafael (Figura
10.12). El desplazamiento a lo largo de estas fallas reactivadas es a menudo superior a 1 kilómetro, y los mayores
Grandes elevaciones de las rocas del basamento pueden
deformar la cubierta de estratos sedimentarios superiores
y generar grandes pliegues. Cuando este movimiento ascendente produce una estructura circular o alargada, la estructura se denomina domo (Figura 10.13A). Las estructuras descendentes que tienen una forma similar se
denominan cubetas (Figura 10.13B).
Las Black Hills del oeste de Dakota del sur son un
gran domo que, se cree, se formó por levantamiento. La
erosión ha eliminado las porciones más elevadas de los estratos sedimentarios levantados, dejando expuestas en el
centro las rocas metamórficas e ígneas más antiguas (Figura 10.14). Pueden verse restos de esos estratos sedimentarios, que antiguamente fueron continuos, flanqueando el núcleo cristalino de esta cordillera montañosa.
Los estratos más resistentes son fáciles de identificar porque la erosión diferencial los ha hecho aflorar como prominentes crestas denominadas hogbacks. Dado que los
hogbacks pueden formarse en cualquier sitio en que los estratos resistentes están muy inclinados, también están asociados con otros tipos de pliegues.
Los domos pueden formarse también por intrusión
de magmas (lacolitos) como se muestra en la Figura 5.16.
Además, la migración ascendente de formaciones salinas
puede producir los domos de sal que son comunes en el
golfo de México.
En Estados Unidos existen varias grandes cubetas
(Figura 10.15). Las cuencas de Michigan e Illinois tienen
estratos de pendientes muy suaves que definen una geometría cóncava. Se piensa que estas cubetas son consecuencia de grandes acumulaciones de sedimentos, cuyo
peso hizo que la corteza se hundiera (véase sección sobre
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Fallas
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Estratos más antiguos
Estratos más jóvenes
Estratos
más antiguos
Estratos
más jóvenes
A. Domo
B. Cubeta
▲ Figura 10.13 Elevaciones y descensos suaves, de las rocas de la corteza producen domos (A) y cubetas (B). La erosión de esas
estructuras produce un patrón de afloramiento que es aproximadamente circular o alargado.
Llanura
calcárea
Área
cristalina
central
Hogback
de arenisca
Dakota
Y
X
Fallas
IE N C
I
A
Harney
Pico
Valle Rojo
ne
yen
Río
0 10 20 30 km
e
Ch
0 5 10 15 20 mi
Y
X
Esquisto
Granito
▲ Figura 10.14 Las Black Hills de Dakota del Sur, una gran
estructura dómica con rocas ígneas y metamórficas resistentes
aflorantes en el núcleo.
ERR
Valle Rojo
TI
Bear Butte
isostasia del Capítulo 14). Unas pocas cubetas estructurales pueden haber sido consecuencia de impactos de asteroides gigantes.
Dado que las grandes cubetas contienen estratos sedimentarios inclinados según ángulos muy pequeños, suelen identificarse por la edad de las rocas que las componen. Las rocas más jóvenes se encuentran cerca del centro
y las más antiguas, en los flancos. Éste es exactamente el
orden contrario observado en un domo, como las Black
Hills, donde las rocas más antiguas aparecen en el núcleo.
Deformación de la corteza
Fallas y fracturas
▲
Río Belle Fou
rch
e
S D LA
E
Las fallas son fracturas en la corteza a lo largo de las cuales ha tenido lugar un desplazamiento apreciable. A veces,
pueden reconocerse pequeñas fallas en los taludes de las
carreteras, observándose estratos sedimentarios desplazados unos pocos metros. Las fallas de esta escala normalmente aparecen como pequeñas rupturas aisladas. Por el
contrario, las grandes fallas, como la de San Andrés en California, tienen desplazamientos de centenares de kilómetros y consisten en muchas superficies falladas interconectadas. Estas zonas de falla pueden tener una anchura de
varios kilómetros y a menudo son más fáciles de identificar a partir de fotografías aéreas que a nivel del suelo.
Los movimientos súbitos a lo largo de las fallas son
la causa de la mayoría de los terremotos. Sin embargo, la
gran mayoría de las fallas son inactivas y, por tanto, restos
de una deformación antigua. A lo largo de las fallas, las rocas suelen romperse y pulverizarse conforme los bloques
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
▲
Figura 10.15 Geología del basamento
de la cuenca de Michigan. Obsérvese que
las rocas más jóvenes están localizadas en el
centro, mientras que los estratos más
antiguos flanquean esta estructura.
LEYENDA
Pensilvaniense superior
Pensilvaniense inferior
A
LAGO
HURON
Misisipiense medio
Misisipiense inferior
Devónico
WIS.
LAGO
MICHIGAN
Silúrico
Milwaukee
Ordovícico
MICHIGAN
Detroit
Chicago
LAGO
B ERIE
ILL.
INDIANA
A
OHIO
0
25
50 mi
0
40
80 km
B
de corteza situados en los lados opuestos de una falla se rozan unos con otros. El material arcilloso débilmente coherente que resulta de esta actividad se denomina salbanda de falla. En algunas superficies de falla, las rocas acaban
muy pulidas y estriadas, o con surcos, a medida que los
bloques de corteza se deslizan unos con respecto a otros.
Estas superficies pulidas y estriadas, denominadas espejos
de falla, proporcionan a los geólogos pruebas de la dirección del desplazamiento más reciente a lo largo de la falla. Los geólogos clasifican las fallas por sus movimientos
relativos, que pueden ser predominantemente horizontales, verticales u oblicuos.
Fallas con desplazamiento vertical
▲ Figura 10.16 Escarpe de falla localizado cerca del
monumento nacional Joshua Tree, California. (Foto de A. P.
Trujillo/APT Photos.)
Las fallas en las que el movimiento es fundamentalmente
paralelo al buzamiento (o inclinación) de la superficie de
falla se denominan fallas con desplazamiento vertical.
Este tipo de movimiento puede producir pequeños resaltes denominados escarpes de falla (scarpe pendiente).
Estos últimos, como el que se muestra en la Figura 10.16,
son producidos por desplazamientos que generan terremotos.
Se ha convertido en una práctica común denominar
a la superficie rocosa que está inmediatamente por encima de la falla el techo y a la superficie de roca inferior, el
muro (Figura 10.17). Esta nomenclatura surgió de los
prospectores y mineros que excavaban túneles a lo largo
de zonas de falla, porque son frecuentemente zonas con
depósitos minerales. En esos túneles, los mineros andaban
sobre las rocas situadas debajo de la zona de falla mineralizada (muro) y colgaban sus linternas en las rocas de arriba (techo).
Los dos tipos principales de fallas con desplazamiento vertical se denominan fallas normales y fallas
10_Capítulo 10
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Fallas
297
Mena a lo largo
de la traza de la falla
Techo
Muro
Futura localización
de la falla
A.
Techo
Techo
B.
Muro
Muro
Mena
▲ Figura 10.17 La roca situada inmediatamente por encima de
una superficie de falla se denomina techo y la de debajo, muro,
según los nombres que utilizaban los mineros que excavaron las
menas a lo largo de las zonas de falla. Los mineros cuelgan sus
lámparas en las rocas situadas encima de la traza de la falla (techo)
y andan por las rocas situadas debajo de la traza de la falla (muro).
Muro
Techo
C.
inversas. Además, cuando una falla inversa tiene un ángulo de buzamiento (inclinación) menor de 45°, se denomina cabalgamiento. A continuación consideraremos estos
tres tipos de falla.
Fallas normales Las fallas con desplazamiento vertical se
clasifican como fallas normales cuando el bloque de techo
se desplaza hacia abajo en relación con el bloque de muro
(Figura 10.18). La mayoría de las fallas normales tienen
buzamientos de unos 60°, que tienden a disminuir con la
profundidad. Sin embargo, algunas fallas con desplazamiento vertical tienen buzamientos mucho menores,
aproximándose en algunos casos a la horizontal. Debido
al movimiento descendente del techo, las fallas normales
acomodan el alargamiento, o la extensión, de la corteza.
La mayoría de las fallas normales son pequeñas, con
desplazamientos más o menos de un metro. Pero hay algunas que se extienden decenas de kilómetros, dibujando
sinuosamente el límite de un frente montañoso. En el
oeste de Estados Unidos, las fallas normales a gran escala como éstas se asocian con estructuras denominadas
montañas limitadas por fallas.
D.
Muro
Techo
▲ Figura 10.18 Bloques diagrama que ilustran una falla normal.
A. Estratos rocosos antes de la falla. B. Movimiento relativo de los
bloques desplazados. El desplazamiento puede continuar formando
un relieve montañoso limitado por fallas a lo largo de millones de
años y que representa muchos episodios de fracturación espaciados
en el tiempo. C. Cómo puede la erosión modificar el bloque
levantado. D. Finalmente el período de deformación acaba y la
erosión se convierte en el proceso geológico dominante.
10_Capítulo 10
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
Son ejemplos de montañas limitadas por fallas la
cordillera Teton de Wyoming y Sierra Nevada de California. Ambas están falladas a lo largo de sus flancos orientales, que se fueron levantando a medida que los bloques
se inclinaban hacia abajo en dirección oeste. Estos escarpados frentes montañosos se produjeron a lo largo de un
período de 5 a 10 millones de años por medio de muchos
episodios, irregularmente espaciados, de formación de fallas. Cada acontecimiento fue responsable de tan sólo unos
pocos metros de desplazamiento.
Otros ejemplos excelentes de montañas limitadas
por fallas se encuentran en la provincia Basin and Range, una región que abarca Nevada y zonas de los estados
circundantes (Figura 10.19). En esta región, la corteza
se ha alargado y se ha roto para crear más de 200 alineaciones montañosas relativamente pequeñas. Con una
media de alrededor de 80 kilómetros de longitud, las
cordilleras se elevan de 900 a 1.500 metros por encima
de las cuencas adyacentes, constituidas por bloques hundidos.
La topografía de la provincia Basin and Range ha
sido generada por un sistema de fallas normales con un
rumbo aproximado norte-sur. Los movimientos a lo largo de estas fallas han producido bloques de falla elevados
alternos y denominados horst y bloques hundidos llamados graben (graben zanja). Los horst generan cordilleras elevadas, mientras que los grabens forman muchas
cuencas. Como se ilustra en la Figura 10.19, las estructuras llamadas fosas tectónicas asimétricas, que son bloques de falla inclinados, también contribuyen a la alter-
nancia de altos y bajos topográficos en la provincia Basin
and Range. Los horst y los extremos superiores de los
bloques inclinados de la falla son la fuente de los sedimentos que se han acumulado en las cuencas que fueron
creadas por los graben y los extremos inferiores de los bloques inclinados.
Obsérvese, en la Figura 10.19, que las pendientes de
las fallas normales de la provincia Basin and Range disminuyen con la profundidad y finalmente se juntan para
formar una falla casi horizontal denominada falla de despegue (detachment). Estas fallas se extienden durante
cientos de kilómetros por debajo de la superficie, donde
constituyen un límite importante entre las rocas situadas
debajo, que exhiben deformación dúctil, y las rocas situadas encima, que muestran deformación frágil.
Las fallas con desplazamiento vertical son también
predominantes en los centros de expansión, donde se produce la divergencia entre las placas tectónicas. En estos
puntos, un bloque central (graben o fosa tectónica) está
limitado por fallas normales y se hunde cuando las placas
se separan. Los graben definen un valle alargado limitado por dos bloques de falla elevados (horst).
El valle del Rift de África oriental está compuesto
por varias fosas grandes tectónicas, limitadas por horst
inclinados que producen una topografía montañosa lineal. Este valle, de casi 6.000 kilómetros de longitud, contiene los yacimientos de algunos de los fósiles humanos
más antiguos. Ejemplos de valles de Rift inactivos son el
valle del Rin, en Alemania, y las fosas tectónicas del Triásico del este de Estados Unidos. Sistemas aún mayores de
▲ Figura 10.19 Fracturación normal de la provincia Basin and Range. Aquí, los esfuerzos tensionales han alargado y fracturado la corteza
en numerosos bloques. El movimiento a lo largo de esas fracturas ha inclinado los bloques produciendo alineaciones montañosas paralelas
denominadas montañas limitadas por fallas. Los bloques hundidos (grabens) forman cuencas, mientras que los bloques elevados (horst) se
erosionan y originan una topografía montañosa accidentada. Además, numerosos bloques inclinados (fosas tectónicas asimétricas) dan lugar
a cuencas y montañas.
10_Capítulo 10
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Fallas
fallas con desplazamiento vertical inactivas son los márgenes continentales, como las costas orientales del continente americano y las costas occidentales de Europa y
África.
El movimiento de las fallas proporciona a los geólogos un método de determinación de la naturaleza de las
fuerzas que actúan en el interior de la Tierra. Las fallas
normales indican la existencia de esfuerzos tensionales
que separan la corteza. Esa «separación» puede llevarse a
cabo o bien por levantamiento, que hace que la superficie
se estire y rompa, o bien mediante fuerzas horizontales
opuestas.
Fallas inversas y cabalgamientos Las fallas inversas y los
cabalgamientos son fallas con desplazamiento vertical
en las cuales el bloque de techo se mueve hacia arriba con
respecto al bloque de muro (Figura 10.20). Recordemos
que las fallas inversas tienen buzamientos superiores a 45°
y que los cabalgamientos tienen buzamientos inferiores a
45°. Dado que el bloque de techo se mueve hacia arriba y
sobre el bloque de muro, las fallas inversas y los cabalgamientos reflejan un acortamiento de la corteza.
Las fallas inversas de alto ángulo suelen ser pequeñas y acomodan desplazamientos locales en regiones dominadas por otros tipos de fallas. Los cabalgamientos, por
otro lado, existen a todas las escalas. Los cabalgamientos
pequeños exhiben desplazamientos que oscilan entre milímetros y unos pocos metros. Algunos grandes cabalgamientos tienen desplazamientos del orden de decenas a
centenares de kilómetros.
Mientras que las fallas normales aparecen en entornos tensionales, los cabalgamientos son resultado de fuertes esfuerzos compresivos. En esos ambientes, los bloques
de la corteza se desplazan uno hacia el otro, moviéndose
el techo hacia arriba con respecto al muro. La formación
de cabalgamientos es más pronunciada en las zonas de
subducción y otros bordes convergentes, donde las placas
están colisionando. Las fuerzas compresivas producen ge-
299
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Se ha visto alguna vez cómo se forma un escarpe
de falla?
Sorprendentemente, sí. Se han dado varios casos en que algunas personas, de manera fortuita, han estado en el lugar adecuado y en el momento oportuno para observar la creación de
un escarpe de falla, y han vivido para contarlo. En Idaho un gran
terremoto creó en 1983 un escarpe de falla de 3 metros, lo cual
fue presenciado por varias personas, muchas de las cuales huyeron rápidamente. Sin embargo, es más frecuente que se detecten los escarpes de falla después de su formación. Por ejemplo, en 1999 un terremoto en Taiwán creó un escarpe de falla
que originó una cascada de agua y destruyó un puente próximo.
neralmente pliegues además de fallas y provocan un engrosamiento y acortamiento del material implicado.
En regiones montañosas, como los Alpes, las Rocosas septentrionales, el Himalaya y los Apalaches, los cabalgamientos han desplazado los estratos hasta 50 kilómetros
sobre las unidades de roca adyacentes. El resultado de este
movimiento a gran escala es que los estratos más antiguos
se superponen sobre las rocas más jóvenes. Un lugar clásico de cabalgamientos es el Parque Nacional Glacier (Figura 10.20). En él, los picos montañosos que proporcionan
el aspecto majestuoso al parque han sido esculpidos en
rocas precámbricas que fueron desplazadas sobre estratos
cretácicos mucho más jóvenes. En el borde oriental del
Parque Nacional Glacier hay un pico solitario denominado Chief Mountain. Esta estructura es un resto aislado de
una lámina de cabalgamiento que fue dividida por las fuerzas erosivas del hielo glacial y las aguas superficiales. Un
bloque aislado se denomina klippe (klippe acantilado).
Fallas de desplazamiento horizontal
Techo
Muro
▲ Figura 10.20 Bloque diagrama que muestra el movimiento
relativo a lo largo de una falla inversa.
Las fallas en las que el desplazamiento dominante es horizontal y paralelo a la dirección de la superficie de la falla, se denominan fallas de desplazamiento horizontal
o desgarres. Debido a su gran tamaño y a su naturaleza lineal, muchas fallas de desplazamiento horizontal tienen
una traza que es visible a lo largo de una gran distancia.
En vez de una fractura única a lo largo de la cual tiene lugar el movimiento, las fallas de desplazamiento horizontal consisten en una zona de fracturas aproximadamente
paralelas, cuya anchura puede ser superior a varios kilómetros. El movimiento más reciente, sin embargo, suele
producirse a lo largo de una banda de tan sólo unos pocos
metros de ancho que puede cortar estructuras como los
cauces de los ríos (Figura 10.22). Además, las rocas tritu-
10_Capítulo 10
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
Esfuerzo
Cabalgamiento incipiente
Rocas
precámbricas
Rocas
cretácicas
Esfuerzo
A.
Cabalgamiento
s
rica
cámb
R o c a s p re
as
bric
ecám
B.Rocas pr
Rocas
cretácicas
Rocas
cretácicas
Esfuerzo
Cabalgamiento
B.
Esfuerzo
Parque
Nacional
Glacier
cámb
R o c a s p re
s
rica
Rocas
cretácicas
C.
Cabalgamiento Lewis
Chie f
Mountai n
as
mbric
precá
s
a
c
s
a
o
R
ic
cretác
Rocas
D.
▲
▲ Figura 10.21 Desarrollo idealizado del manto de cabalgamiento Lewis. A. Entorno geológico antes de la deformación. B, C. El
movimiento a gran escala a lo largo de un cabalgamiento desplazó rocas precámbricas sobre estratos cretácicos en la región del Parque
Nacional Glacier. D. La erosión por el hielo glacial y el agua superficial produjo la segmentación del cabalgamiento originando un paisaje
majestuoso y aisló un resto del cabalgamiento denominado Chief Mountain.
Valle lineal
Lago
Cauces desplazados
Valle lineal
Trazas
de falla
inactiva
Trazas
de falla
activa
Figura 10.22 Bloque diagrama que
ilustra las estructuras asociadas con las fallas
con desplazamiento horizontal. Obsérvese
cómo los cauces de las corrientes han sido
desplazados por el movimiento de la falla.
Las fallas de este diagrama son fallas con
movimiento horizontal dextral. (Modificado
según R. L. Wesson y colaboradores.)
10_Capítulo 10
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Diaclasas
No. Las fallas con desplazamiento horizontal y las fallas con
desplazamiento vertical son en los extremos opuestos del espectro de las estructuras de falla. Las fallas que exhiben una
combinación de desplazamientos verticales y horizontales se
denominan fallas con desplazamiento oblicuo. Aunque la
mayoría de fallas podrían clasificarse técnicamente como fallas con desplazamiento oblicuo, en general exhiben movimiento horizontal o vertical.
ERR
TI
A
Deformación de la corteza
Fallas y fracturas
▲
¿Las fallas exhiben sólo desplazamiento vertical
y horizontal?
Diaclasas
I
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
la falla de San Andrés ha superado los 560 kilómetros. Este
movimiento ha acomodado el desplazamiento hacia el
norte del suroeste californiano y la Península de Baja California en relación con el resto de Norteamérica.
IE N C
radas y rotas producidas durante la formación de la falla
son erosionadas con más facilidad, produciendo, a menudo, valles lineales o depresiones que marcan la ubicación
de estas fallas transcurrentes.
Los primeros registros científicos de fallas de deslizamiento horizontal se debieron al seguimiento de zonas de
ruptura superficial que habían producido intensos terremotos. Uno de los más notorios fue el gran terremoto de
San Francisco de 1906. Durante este gran terremoto, se
desplazaron hasta 4,7 metros las estructuras que se habían
construido a través de la falla de San Andrés, por ejemplo,
las vallas. Dado que el movimiento del bloque de corteza
del lado opuesto de la falla fue a la derecha, según se mira
hacia la falla, se denomina falla direccional con movimiento dextral. La falla Great Glen de Escocia es un ejemplo
bien conocido de falla de dirección sinestral, con un sentido de desplazamiento opuesto. Se ha calculado que el desplazamiento total a lo largo de la falla Great Glen supera los
100 kilómetros. También asociados con esta falla hay numerosos lagos, entre ellos el lago Ness, el hogar del legendario monstruo.
Muchas grandes fallas de desplazamiento horizontal atraviesan la litosfera y acomodan el movimiento entre dos grandes placas de corteza. Recordemos que este
tipo especial de falla direccional se denomina falla transformante (trans a través; forma forma). Numerosas
fallas transformantes cortan la litosfera oceánica y conectan las dorsales oceánicas. Otras acomodan el desplazamiento entre placas continentales que se mueven en sentido horizontal una con respecto a la otra. Una de las
fallas transformantes mejor conocida es la falla San Andrés, en California (véase Recuadro 10.2). A esta falla de
límite de placas puede seguírsele el trazado durante unos
950 kilómetros desde el golfo de California hasta un punto situado a lo largo de la costa norte de San Francisco,
donde desaparece en el mar. Desde su formación, hace
unos 29 millones de años, el desplazamiento a lo largo de
301
S D LA
E
Entre las estructuras más comunes se cuentan diaclasas. A
diferencia de las fallas, las diaclasas son fracturas a lo largo de las cuales no se ha producido desplazamiento apreciable. Aunque algunas diaclasas tienen una orientación
aleatoria, la mayoría se produce en grupos aproximadamente paralelos.
Ya hemos considerado dos tipos de diaclasas. Antes
vimos que las diaclasas columnares se forman cuando las rocas ígneas se enfrían y se desarrollan fracturas de retracción que producen columnas alargadas en forma de pilares. También recordemos que el lajeamiento produce un
modelo de diaclasas suavemente curvadas que se desarrollan más o menos en paralelo a la superficie de los grandes cuerpos ígneos, como los batolitos. En estos casos, la
formación de diaclasas es consecuencia de la expansión
gradual que se produce cuando la erosión elimina la carga suprayacente.
En contraste con las situaciones que acabamos de
describir, la mayoría de las diaclasas se produce cuando se
deforman las rocas de la corteza más externa. En estas zonas, los esfuerzos tensionales y de cizalla asociados con los
movimientos de la corteza hacen que las rocas se rompan
frágilmente. Por ejemplo, cuando se produce plegamiento, las rocas situadas en los ejes de los pliegues se estiran
y se separan creándose diaclasas tensionales. También
pueden desarrollarse gran cantidad de diaclasas en respuesta a levantamientos y hundimientos regionales de la
corteza relativamente sutiles y, a menudo, apenas perceptibles. En muchos casos, la causa de formación de diaclasas en una zona particular no es fácil de apreciar.
Muchas rocas están rotas por dos o incluso tres tipos de diaclasas que se intersectan, lo que fragmenta las
rocas en numerosos bloques de formas regulares. Estos
conjuntos de diaclasas ejercen a menudo una fuerte influencia sobre otros procesos geológicos. Por ejemplo, la
meteorización química tiende a concentrarse a lo largo de
diaclasas y, en muchas áreas, el movimiento del agua subterránea y, por tanto, la disolución de las rocas solubles están controlados por el modelo de las diaclasas (Figura
10.23). Además, un sistema de diaclasas puede influir en
la dirección que siguen los cursos de las corrientes de
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
▲
Recuadro 10.2
El hombre y el medio ambiente
El sistema de fallas de San Andrés
tienden desde el trazado principal, de
manera que en algunas áreas, la zona de
falla tiene una anchura superior a los 100
kilómetros.
A lo largo de gran parte de su recorrido, una depresión lineal revela la presencia
de la falla de San Andrés. Cuando el sistema se mira desde el aire, cicatrices lineales,
cauces desplazados y lagunas alargadas
marcan su trazado. Sobre el terreno, sin
embargo, las expresiones superficiales de
las fallas son mucho más difíciles de detectar. Algunas de las formas del paisaje
más claras son escarpes rectos y largos,
crestas estrechas y lagunas estancadas formadas por hundimiento de bloques dentro
de la zona de falla. Además, muchos cauces
se doblan notablemente hacia la derecha
cuando cruzan la falla.
Con la llegada de la teoría de la tectónica de placas, los geólogos empezaron a
darse cuenta de la importancia de este
gran sistema de fallas. La falla de San Andrés es un borde transformante que separa dos placas que se mueven muy lentamente. La placa Pacífica, localizada al
oeste, se mueve en dirección noroeste con
respecto a la placa Norteamericana, provocando los terremotos a lo largo de la falla (Tabla 10.A).
La falla de San Andrés es indudablemente la más estudiada de todos los siste-
El sistema de fallas de San Andrés, el mayor y mejor conocido de Norteamérica,
atrajo una gran atención por primera vez
después del gran terremoto e incendio
ocurridos en San Francisco en 1906. Después de este devastador acontecimiento,
los estudios geológicos demostraron que
un desplazamiento de 5 metros a lo largo
de la falla había sido el responsable del terremoto. Se sabe ahora que este notable
acontecimiento es tan sólo uno de los muchos miles de terremotos que se han producido como consecuencia de movimientos repetidos a lo largo de la falla de San
Andrés durante sus 29 millones de años
de historia.
¿Dónde está localizado el sistema de
fallas de San Andrés? Como se muestra
en la Figura 10.B, discurre hacia el noroeste durante casi 1.300 kilómetros a través de gran parte del oeste de California.
En su extremo sur, la falla de San Andrés
conecta con un centro de expansión localizado en el golfo de California. En el
norte, la falla entra en el océano Pacífico
en Punta Arena, donde se piensa que
continúa su trayectoria hacia el noroeste,
juntándose finalmente con la zona de
fractura de Mendocino. En la sección
central, la falla de San Andrés es relativamente sencilla y recta. Sin embargo,
en sus dos extremos varias ramas se ex-
mas de fallas del mundo. Aunque muchas
preguntas siguen sin respuesta, los geólogos han descubierto que cada segmento
de falla tiene un comportamiento algo diferente. Algunas porciones de la falla de
San Andrés exhiben un lento deslizamiento con poca actividad sísmica apreciable. Otros segmentos se deslizan de
manera regular, produciendo terremotos
pequeños, mientras que otros segmentos
parecen almacenar energía elástica durante 200 años o más antes de romperse
y generar un gran terremoto. Este conocimiento es útil cuando se asigna a un segmento determinado de la zona de falla su
potencial de riesgo sísmico.
Debido a la gran longitud y complejidad de la falla de San Andrés, se suele hacer referencia con más propiedad a ella
como un «sistema de fallas» que consiste
fundamentalmente en la falla de San Andrés y varias ramas principales, entre ellas
las fallas Hayward y Calaveras de California central y las fallas San Jacinto y Elsinore del sur de California (véase Figura
10.B). Estos segmentos principales, más
un gran número de fallas más pequeñas,
entre ellas la falla Imperial, la falla de San
Fernando y la falla de Santa Mónica, acomodan colectivamente el movimiento relativo entre las placas Norteamericana y
Pacífica.
Tabla 10.A Principales terremotos del sistema de fallas de San Andrés
Fecha
Localización
Magnitud
Observaciones
La iglesia de San Juan Capistrano se hundió y mató a 40 fieles.
Se resquebrajaron las iglesias y otros edificios en Santa Bárbara y sus alrededores.
En una época se pensó que había sido comparable al gran terremoto de 1906.
Uno de los mayores terremotos de Estados Unidos. Se produjo cerca de Los Ángeles,
entonces una ciudad de 4.000 habitantes.
La ruptura de la falla Hayward causó un extenso daño al área de la bahía de San
Francisco.
El gran terremoto de San Francisco. El 80 por ciento del daño se debió al fuego.
Desplazamiento de la falla Imperial recién descubierta.
Ruptura de la falla White Wolf. El mayor terremoto de California desde 1906.
Sesenta millones de dólares en daños y 200 personas fallecidas.
Quinientos millones de dólares en daños y 58 víctimas.
Terremoto de Loma Prieta. Seis mil millones de dólares en daños, 62 vidas perdidas y 3.757 heridos.
Más de 15.000 millones de dólares en daños, 51 vidas perdidas y más de 5.000
heridos.
1812
1812
1838
1857
Wrightwood, CA
Canal de Santa Bárbara
Península de San Francisco
Fort Tejo, CA
7
7
7
8,25
1868
Hayward, CA
7
1906
1940
1952
San Francisco, CA
Valle Imperial
Condado de Kern
8,25
7,1
7,7
1971
1989
Valle de San Fernando
Montañas de Santa Cruz
6,5
7,1
1994
Northridge (Los Ángeles)
6,9
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Diaclasas
303
Alaska
California
Canadá
o
C a b alg a m i e n t s
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San
Francisco
Falla
de la Reina
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Falla de
Hayward
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Falla de
Calaveras
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Dorsal
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PLACA
Sa
NORTEAMERICANA
nA
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és
Falla de Garlockt
Los Angeles
F a ll a d
eS
Zona de fractura
de Mendocino
Falla de San Jacinto
Falla de Elsinore
Falla de Coyote Creek
an
Falla Imperial
és
And
r
Estados Unidos
PLACA
DEL PACÍFICO
Golfo
de California
México
Falla
de Montagua
Falla Rivera
Dorsal
del
Pacífico Este
PLACA DE COCOS
PLACA
DEL CARIBE
Cabalgamiento
Centroamericano
▲ Figura 10.B Mapa que muestra la extensión del sistema de fallas de San Andrés. El recuadro muestra sólo unas pocas de las muchas
fallas pequeñas que forman parte de este gran sistema de fallas.
Los bloques de los lados opuestos de la
falla de San Andrés se mueven horizontalmente en direcciones opuestas, de manera que, si una persona estuviera de pie
en un lado de la falla, le parecería que el
bloque situado en el lado opuesto se movería hacia la derecha cuando se produce
el deslizamiento. Este tipo de desplazamiento se conoce como deslizamiento
dextral.
Desde el gran terremoto de San Francisco, en 1906, cuando se produjo un desplazamiento de hasta 5 metros, los geólogos
han intentado establecer el desplazamiento
acumulado a lo largo de esta falla durante
sus 29 millones de años de historia. Correlacionando unidades de roca a través de la
falla, han determinado que el desplazamiento acumulado total a partir de los terremotos y los deslizamientos supera los
560 kilómetros.
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
▲
304
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Figura 10.23 La meteorización química se intensifica a lo largo de
las diaclasas en las rocas graníticas de la parte superior del domo
Lembert, Parque Nacional Yosemite. (Foto de E. J. Tarbuck.)
agua. El modelo de drenaje rectangular descrito en el Capítulo 16 es uno de esos casos.
Las diaclasas también pueden ser significativas desde un punto de vista económico. Algunos de los depósitos minerales mayores y más importantes del mundo se
encuentran a lo largo de sistemas de diaclasas. Las soluciones hidrotermales, que son básicamente fluidos mineralizados, pueden migrar a través de las rocas fracturadas
y precipitar cantidades económicamente importantes de
cobre, plata, oro, cinc, plomo y uranio.
Además, las rocas con muchas diaclasas representan
un riesgo para las grandes construcciones de ingeniería,
entre ellas las autopistas y las presas. El 5 de junio de 1976
se perdieron 14 vidas y casi 1.000 millones de dólares
cuando se derrumbó la presa Teton en Idaho. Esta presa
de tierra se había construido con arcillas y limos muy erosionables y estaba situada sobre rocas volcánicas muy fracturadas. Aunque se intentó rellenar los huecos de las rocas diaclasadas, el agua fue penetrando gradualmente en
las fracturas de las rocas del subsuelo y socavó los cimientos de la presa. Por último, el agua en movimiento
excavó un túnel en las arcillas y los limos fácilmente erosionables. En cuestión de minutos la presa se hundió, lanzando un frente de agua de 20 metros de altura aguas abajo de los ríos Teton y Snake.
Resumen
• El término deformación se refiere a los cambios de forma o de volumen, o ambas cosas, de un cuerpo rocoso, y es más pronunciada a lo largo de los bordes de
placa. Para describir las fuerzas que deforman las rocas,
los geólogos utilizan el término esfuerzo, que es la cantidad de fuerza aplicada sobre un área determinada. El
esfuerzo, cuando es uniforme en todas las direcciones,
se denomina presión de confinamiento, mientras que los
esfuerzos diferenciales se aplican de manera desigual en
direcciones diferentes. Los esfuerzos diferenciales que
acortan un cuerpo de roca son esfuerzos compresionales;
los que alargan la unidad rocosa son esfuerzos tensionales. La deformación es el cambio de tamaño y forma de
una unidad rocosa provocado por el esfuerzo.
cas responden primero mediante deformación elástica
y vuelven a su forma original cuando cesa el esfuerzo.
Una vez sobrepasado el límite elástico (resistencia), las
rocas o bien se deforman por flujo dúctil o bien se fracturan. La deformación dúctil es un flujo en estado sólido que provoca un cambio del tamaño y la forma de
un objeto sin fracturarlo. El flujo dúctil puede producirse por deslizamiento gradual y recristalización a lo
largo de planos de fragilidad en el interior del retículo cristalino de los granos minerales. Se produce deformación dúctil en un entorno de presión y temperatura elevadas. En un entorno próximo a la superficie,
la mayoría de las rocas se deforman mediante fracturación.
• Las rocas se deforman de manera diferente dependiendo del entorno (temperatura y presión de confinamiento), la composición y la textura de la roca y el
tiempo durante el que se mantiene el esfuerzo. Las ro-
• La orientación de los estratos o de las superficies de
fallas se establece mediante la dirección y el buzamiento. La dirección es la orientación con respecto al
norte magnético de una línea generada por la inter-
10_Capítulo 10
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Página 305
Preguntas de repaso
sección de un estrato de roca inclinado o de una falla
con un plano horizontal. El buzamiento es el ángulo de
inclinación de la superficie de un estrato o de una falla medida desde un plano horizontal.
• Las estructuras geológicas básicas asociadas con la deformación de las rocas son los pliegues (doblamiento de
rocas volcánicas y sedimentarias inicialmente horizontales en una serie de ondulaciones) y fallas. Los dos
tipos más comunes de pliegues son los anticlinales, formados por el plegamiento convexo, o arqueamiento,
de los estratos rocosos, y los sinclinales, que son pliegues cóncavos. La mayoría de los pliegues son consecuencia de esfuerzos compresivos horizontales. Los pliegues pueden ser simétricos, asimétricos o, si un flanco se
ha inclinado más allá de la vertical, volcados. Los domos
(estructuras levantadas en forma de anticlinales) y las
cubetas (estructuras hundidas) son pliegues circulares
o algo alargados formados por desplazamientos verticales de los estratos.
• Las fallas son fracturas en la corteza a lo largo de las
cuales se ha producido un desplazamiento apreciable.
Las fallas en las que el movimiento es fundamentalmente vertical se denominan fallas con desplazamiento
vertical. Estas fallas incluyen las normales y las fallas inversas. Las fallas inversas de poco ángulo se denominan cabalgamientos. Las fallas normales indican esfuerzos tensionales que separan la corteza. A lo largo de los
centros de expansión de las placas, la divergencia pue-
305
de hacer que un bloque central, denominado «graben», limitado por fallas normales, descienda a medida que las placas se separan.
• Las fallas inversas y los cabalgamientos indican que
están actuando fuerzas compresivas. Se encuentran
grandes cabalgamientos a lo largo de las zonas de subducción y de otros bordes convergentes donde colisionan las placas. En regiones montañosas como los
Alpes, las Rocosas septentrionales, el Himalaya y los
Apalaches, los cabalgamientos han desplazado estratos hasta 50 kilómetros por encima de unidades rocosas adyacentes.
• Las fallas de desplazamiento horizontal muestran fundamentalmente movimientos paralelos a la dirección
del plano de falla. Grandes fallas de desplazamiento
horizontal, denominadas fallas transformantes, acomodan el desplazamiento entre bordes de placas. La
mayoría de las fallas transformantes corta la litosfera
oceánica y conecta centros de expansión. La falla de
San Andrés corta la litosfera continental y acomoda
el desplazamiento en dirección norte del suroeste californiano.
• Las diaclasas son fracturas a lo largo de las cuales no se
ha producido desplazamiento apreciable. Suelen aparecer en grupos con orientaciones aproximadamente
paralelas y son consecuencia de la fracturación frágil
de rocas localizadas en la corteza más externa.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué es la deformación de las rocas? ¿Cómo se transforma un cuerpo rocoso durante la deformación?
2. Enumere cinco (5) estructuras geológicas asociadas
con la deformación.
9. ¿Qué es un afloramiento?
10. ¿Qué dos medidas se utilizan para establecer la
orientación de los estratos deformados? Distíngalas.
3. ¿Cómo se relaciona el esfuerzo con la fuerza?
11. Distinga entre anticlinales y sinclinales, domos y
cubetas, anticlinales y domos.
4. Compare los esfuerzos tensionales y compresivos.
12. ¿En qué se diferencia un monoclinal de un anticlinal?
5. Describa cómo el cizallamiento puede deformar una
roca en un entorno próximo a la superficie.
13. Las Black Hills de Dakota del Sur son un buen
ejemplo, ¿de qué tipo de rasgo estructural?
6. Compare la deformación y el esfuerzo.
14. Compare los movimientos que se producen a lo largo de las fallas normales e inversas. ¿Qué tipo de esfuerzo indica cada falla?
7. ¿En qué se diferencia la deformación frágil de la deformación dúctil?
8. Enumere tres factores que determinan cómo se
comportarán las rocas cuando sean sometidas a esfuerzos que excedan su resistencia. Explique brevemente el papel de cada uno.
15. Describa un horst y un graben. Explique cómo se
forma un valle asociado con un graben y cite uno.
16. ¿Qué tipo de fallas está asociado con las montañas
limitadas por fallas?
10_Capítulo 10
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C A P Í T U L O 1 0 Deformación de la corteza
17. ¿En qué se diferencian las fallas inversas de los cabalgamientos? ¿En qué se parecen?
18. La falla de San Andrés es un excelente ejemplo de
una falla ______________.
19. ¿Con cuál de los tres tipos de bordes de placa se asocian las fallas normales? ¿Y las fallas inversas? ¿Y las
fallas de desgarre?
20. ¿En qué se diferencian las diaclasas de las fallas?
Términos fundamentales
anticlinal
buzamiento
cabalgamiento
cizalla
cubeta
cuenca
deformación
deformación dúctil
deformación frágil
diaclasa
dirección
domo
escarpe de falla
esfuerzo
esfuerzo compresivo
esfuerzo diferencial
esfuerzo tensional
estructura rocosa
falla
falla de despegue
(detachment)
falla de desplazamiento
horizontal (desgarre)
falla inversa
falla normal
falla transformante
fosa tectónica asimétrica
fuerza
graben o fosa tectónica
hogback
horst
inmersión
klippe
monoclinal
montaña limitada por fallas
pliegue
sinclinal
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
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• Búsquedas de términos clave en toda la red.
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11_Capítulo 11
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CAPÍTULO 11
Los terremotos
¿Qué es un terremoto?
Terremotos y fallas
Rebote elástico
Sismos precursores y réplicas
Ruptura y propagación
de un terremoto
La falla de San Andrés: una zona
sísmica activa
Sismología
Localización de un terremoto
Cinturones sísmicos
Profundidad de los focos
Destrucción causada
por los terremotos
Destrucción causada por las vibraciones
sísmicas
Tsunamis
Deslizamientos y subsidencia del terreno
Incendios
¿Pueden predecirse los terremotos?
Predicciones a corto plazo
Pronósticos a largo plazo
Terremotos: pruebas de la tectónica
de placas
Medición de las dimensiones
sísmicas
Escalas de intensidad
Escalas de magnitud
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11_Capítulo 11
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
E
l 17 de octubre de 1989, a las 5 h 04 de la tarde, miles de
televidentes estaban contemplando el tercer partido de la
Word Series. Lo que vieron, en cambio, fue que las pantallas se apagaron cuando los temblores sacudieron el Parque Candlestick de San Francisco. Aunque el epicentro del terremoto se
encontraba en una parte remota de las montañas Santa Cruz, 100
kilómetros al sur, el daño principal se produjo en el distrito de Marina de San Francisco.
El resultado más trágico de la violenta sacudida fue el derrumbamiento de algunas secciones elevadas de la autopista interestatal 880. El movimiento del terreno produjo el desplome del
nivel superior, dispersando el cemento de las columnas de apoyo
a lo largo de una sección de 2 kilómetros y medio de la autopista. A continuación, el piso superior se hundió sobre la carretera inferior, aplastando los coches como si fueran latas de aluminio. Este
terremoto, denominado de Loma Prieta por su punto de origen,
se cobró 67 vidas.
A mediados de enero de 1994, menos de 5 años después
de que el terremoto de Loma Prieta devastara algunas zonas de la
bahía de San Francisco, un gran terremoto sacudió el área norte
de Los Ángeles. Aunque no fue el legendario «Big One», este terremoto de magnitud 6,7 dejó 51 muertos, más de 5.000 heridos
y decenas de miles de hogares sin agua ni electricidad. Las pérdidas superaron los 40.000 millones de dólares y el terremoto se atribuyó a una falla desconocida que se rompió 18 kilómetros debajo de Northridge.
Este terremoto empezó a las 4 h 31 de la madrugada y duró
unos 40 segundos. Durante este breve período, el terremoto
aterrorizó a toda la zona de Los Ángeles. En el complejo de apartamentos de tres plantas de Northridge Meadows, 16 personas
perdieron la vida cuando partes de los pisos superiores se hundieron sobre las unidades del primer piso. Casi 300 escuelas resultaron seriamente dañadas y una docena de carreteras principales se estropearon. Entre éstas estaban dos de las principales
arterias de California: la Golden State Freeway (Interestatal 5), que
quedó bloqueada por el hundimiento de un paso elevado, y la
Santa Mónica Freeway. Por fortuna, estas carreteras prácticamente no tenían tráfico a esta hora de la madrugada.
En la zona de Granada Hills, las tuberías de gas se rompieron y ardieron en llamas, mientras las calles se inundaron de
agua. Setenta casas ardieron en el área de Sylmar. Un tren con 64
vagones descarriló, incluidos algunos vagones que transportaban
mercancías peligrosas. Pero hay que destacar que la destrucción
no fue grande. No cabe duda de que la mejora de las estructuras
para satisfacer los requisitos de construcción desarrollados para esta
zona propensa a los terremotos, contribuyó a reducir al mínimo lo
que habría podido ser una tragedia humana mucho mayor.
I
TI
Los terremotos
¿Qué es un terremoto?
▲
IE N C
A
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¿Qué es un terremoto?
S D LA
E
Un terremoto es la vibración de la Tierra producida por
una rápida liberación de energía. Lo más frecuente es
que los terremotos se produzcan por el deslizamiento de
la corteza terrestre a lo largo de una falla. La energía liberada irradia en todas las direcciones desde su origen, el
foco (foci punto) o hipocentro, en forma de ondas. Estas ondas son análogas a las producidas cuando se lanza
una piedra en un estanque tranquilo (Figura 11.1). Exactamente igual a como el impacto de la piedra induce el
movimiento de ondas en el agua, un terremoto genera
ondas sísmicas que irradian a través de la Tierra. Aun
cuando la energía de las ondas sísmicas se disipa rápidamente conforme se alejan del foco, instrumentos sensibles localizados por todo el mundo registran el acontecimiento.
Más de 300.000 terremotos con intensidad suficiente para dejarse sentir se producen cada año en todo el
mundo. Por fortuna, en la mayoría de los casos se trata de
temblores pequeños y producen pocos daños. En general,
sólo tienen lugar unos 75 terremotos significativos cada
año, y muchos de ellos se producen en regiones remotas.
Sin embargo, a veces se produce un terremoto grande
cerca de un centro de población importante. Bajo esas
condiciones, un terremoto se cuenta entre las fuerzas naturales más destructivas de la Tierra.
El temblor del terreno, junto con la licuefacción de
algunos sólidos, siembra la devastación en edificios y
otras estructuras. Además, cuando se produce un terremoto en un área poblada, suelen romperse las tuberías
del gas y las líneas de energía, lo que causa numerosos incendios. En el famoso terremoto de San Francisco, en
1906, gran parte del daño lo causaron los incendios (Figura 11.2). El fuego se vuelve rápidamente incontrolable cuando la ruptura de las tuberías del agua deja a los
bomberos sin ésta.
Escarpe de falla
Epicentro
Frentes de onda
Foco
Falla
▲ Figura 11.1 Foco y epicentro de un terremoto. El foco es la
zona del interior de la Tierra donde se produce el desplazamiento
inicial. El epicentro es el punto de la superficie que está
directamente encima del foco.
11_Capítulo 11
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¿Qué es un terremoto?
309
▲ Figura 11.2 San Francisco en llamas después del terremoto de 1906. (Reproducción de la colección de la Biblioteca del Congreso.)
Terremotos y fallas
La tremenda energía liberada por las explosiones atómicas
o por las erupciones volcánicas puede producir un terremoto, pero esos acontecimientos son relativamente débiles e infrecuentes. ¿Qué mecanismo produce un terremoto destructivo? Existen muchas pruebas de que la Tierra
no es un planeta estático. Sabemos que la corteza terrestre se ha levantado en algunas ocasiones, porque hemos
encontrado numerosas plataformas de erosión marina antiguas muchos metros por encima del nivel de las mareas
más elevadas. Otras regiones muestran evidencias de subsidencia extensa. Además de estos desplazamientos verticales, los desplazamientos de vallas, carreteras y otras estructuras indican que el movimiento horizontal es también
común (Figura 11.3). Estos movimientos suelen estar asociados con grandes estructuras de la corteza terrestre denominadas fallas.
Normalmente, los terremotos se producen a lo largo de fallas preexistentes que se formaron en el pasado
lejano a lo largo de zonas de fragilidad de la corteza terrestre. Algunas de ellas son muy grandes y pueden generar grandes terremotos. Un ejemplo es la falla de San
Andrés, que es un límite de falla transformante que separa dos grandes secciones de la litosfera terrestre: la placa Norteamericana y la placa del Pacífico. Esta extensa
zona de falla tiene una dirección noroeste durante cerca
▲ Figura 11.3 Esta valla se desplazó 2,5 metros durante el
terremoto de 1906 en San Francisco. (Foto de G. K. Gilbert, U. S.
Geological Survey.)
de 1.300 kilómetros, a través de gran parte del oeste de
California.
Otras fallas son pequeñas y producen sólo terremotos pequeños e infrecuentes. Sin embargo, la gran mayoría de fallas son inactivas y no generan terremotos. No
obstante, incluso las fallas que han permanecido inactivas
11_Capítulo 11
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Página 310
C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
durante miles de años pueden volver a moverse si los esfuerzos que actúan en la región aumentan lo suficiente.
Además, la mayoría de las fallas no son perfectamente rectas ni continuas; por el contrario, consisten en
numerosas ramas y fracturas menores que exhiben pliegues y desviaciones. Un patrón de este tipo aparece en la
Figura 10.B, en la que se muestra que la falla de San Andrés es en realidad un sistema formado por varias fallas
grandes (no aparecen las innumerables fracturas pequeñas).
La mayor parte del movimiento que se produce a
lo largo de las fallas puede explicarse de manera satisfactoria acudiendo a la teoría de la tectónica de placas.
Según esta teoría, grandes unidades de la corteza terrestre se están moviendo lenta y continuamente. Estas
placas móviles interactúan entre sí, deformando las rocas en sus bordes. De hecho, es a lo largo de las fallas
asociadas con los bordes de placa donde se produce la
mayoría de los terremotos. Además, los terremotos son
repetitivos. En cuanto termina uno, el movimiento continuo de las placas deforma las rocas hasta que vuelven
a fracturarse.
Rebote elástico
El mecanismo de generación de los terremotos resultó esquivo para los geólogos hasta que H. F. Reid, de la Universidad Johns Hopkins, llevó a cabo un estudio después
del gran terremoto de San Francisco en 1906. El terremoto estuvo acompañado por desplazamientos horizontales superficiales de varios metros a lo largo de la parte
norte de la falla de San Andrés. Las investigaciones de
campo determinaron que durante este terremoto la placa
del Pacífico se desplazó hacia el norte deslizándose hasta
4,7 metros con respecto a la placa Norteamericana adyacente.
El mecanismo que Reid dedujo de esta información con respecto a la formación de terremotos se ilustra en la Figura 11.4. En la parte A de la figura se observa una falla o rotura preexistente en la roca. En B, las
fuerzas tectónicas van deformando con gran lentitud las
rocas de la corteza a ambos lados de la falla, como demuestran la flexión de las estructuras. Bajo esas condiciones, las rocas se van doblando y almacenando energía elástica, de manera muy parecida a lo que ocurre
cuando se dobla una varilla de madera. Por fin, se supera la resistencia friccional que mantiene unidas las rocas.
A medida que se produce deslizamiento en los puntos
más débiles (el foco), el desplazamiento provocará un
aumento de los esfuerzos en zonas más alejadas a lo largo de la falla, donde un nuevo desplazamiento liberará
la mayor parte de la energía elástica acumulada (Figura
11.4C). Este deslizamiento permite que la roca vuelva a
su posición de partida. Las vibraciones que conocemos
como un terremoto se producen cuando la roca vuelve
elásticamente a su forma original. Este «salto atrás» de
las rocas fue denominado rebote elástico por Reid,
porque la roca se comporta de manera elástica, de una
manera muy parecida a como lo hace un anillo de goma
elástica cuando es liberado.
En resumen, la mayor parte de los terremotos se
produce por la liberación rápida de la energía elástica almacenada en la roca que ha sido sometida a grandes esfuerzos. Una vez superada la resistencia de la roca, ésta se
rompe súbitamente, provocando las vibraciones de un terremoto. Se producen también terremotos a lo largo de
superficies de falla preexistentes cuando se superan las
fuerzas friccionales de éstas.
Sismos precursores y réplicas
Las intensas vibraciones del terremoto que tuvo lugar en
San Francisco en 1906 duraron unos 40 segundos. Gran
parte del desplazamiento a lo largo de la falla se produjo
en este corto período de tiempo, pero los movimientos
adicionales a lo largo de esta falla y de otras vecinas se
prolongaron varios días después del terremoto principal.
Los ajustes que siguen al terremoto principal generan a
menudo terremotos más pequeños denominados réplicas. Aunque estas réplicas suelen ser mucho más débiles
que el terremoto principal, a veces pueden destruir estructuras ya muy debilitadas. Esto ocurrió, por ejemplo,
durante un terremoto en Armenia en 1988. Una gran réplica de magnitud 5,8 destruyó muchas estructuras que
habían sido debilitadas por el temblor principal.
Además, terremotos pequeños, denominados sismos precursores, suelen preceder al terremoto principal en días o, en algunos casos, en varios años. El control
de estos sismos precursores se ha utilizado como medio
para predecir la proximidad de terremotos importantes,
con éxito diverso. Consideraremos el tema de la predicción de los terremotos en la última sección de este capítulo.
Ruptura y propagación
de un terremoto
Sabemos que las fuerzas (esfuerzos) que provocan el deslizamiento súbito a lo largo de las fallas son provocadas en
última instancia por los movimientos de las placas terrestres. También está claro que la mayoría de fallas están bloqueadas, con excepción de movimientos breves y abruptos
que acompañan la ruptura de un terremoto. El motivo
principal por el que la mayor parte de las fallas están bloqueadas es que la presión de confinamiento ejercida por la
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Ruptura y propagación de un terremoto
Deformación de las rocas
311
Deformación de una varilla flexible
Corriente
Falla
A. Posición original
A. Posición original
Falla
B. Aumento de la deformación
B. Aumento de la deformación
C. Ruptura
C. Deslizamiento (terremoto)
D. Relajamiento
D. Relajamiento
▲ Figura 11.4 Rebote elástico. A medida que la roca se deforma, se dobla, almacenando energía elástica. Cuando se ha deformado más
allá de su punto de ruptura, la roca se rompe, liberando la energía almacenada en forma de ondas sísmicas.
corteza suprayacente es enorme. Por esta razón, las fracturas en la corteza, en esencia, están fuertemente comprimidas.
Al final, los esfuerzos que provocan la ruptura de la
falla superan la resistencia friccional al deslizamiento. Todavía no se conoce con exactitud qué es lo que desenca-
dena realmente la ruptura inicial. Sin embargo, este acontecimiento marca el inicio de un terremoto.
Recordemos que un terremoto empieza en un punto (en profundidad) a lo largo de un plano de falla denominado foco. Aunque los terremotos empiezan en un único punto, implican el deslizamiento a lo largo de una
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
superficie extensa de la falla. En otras palabras, la ruptura inicial empieza en el foco y se propaga (viaja) alejándose del origen, algunas veces en las dos direcciones horizontales a lo largo de la falla, pero a menudo en una sola
dirección. De acuerdo con un modelo, el deslizamiento en
cualquier lugar a lo largo de una falla se logra de manera
casi instantánea, «en un abrir y cerrar de ojos». Además,
en cualquier momento, el deslizamiento se limita a tan
sólo una zona estrecha a lo largo de la falla, que se desplaza
hacia delante de manera continua. A medida que esta zona
de ruptura avanza, puede reducir su velocidad, acelerar o
incluso saltar a un segmento cercano de falla.
Durante los terremotos pequeños, el deslizamiento
total se produce a lo largo de una superficie de falla comparativamente pequeña o en un segmento pequeño de una
falla mayor. Así, la zona de ruptura puede propagarse rápidamente y la vida del terremoto es corta. Por el contrario, los grandes terremotos implican el deslizamiento a lo
largo de un segmento grande de una falla, que algunas veces puede medir varios cientos de kilómetros de longitud,
y, por tanto, su duración es más prolongada. Por ejemplo,
la propagación de la zona de ruptura a lo largo de una falla de 300 kilómetros de longitud duraría alrededor de
1,5 minutos. Por consiguiente, las fuertes vibraciones que
la acompañan producidas por un terremoto grande no
sólo serían más fuertes, sino que también durarían más
que las vibraciones producidas por un terremoto pequeño.
Puede hacerse una analogía de la propagación de la
ruptura de un terremoto con la evolución de una grieta en
un parabrisas. Imaginemos que una roca golpea una esquina del parabrisas de un coche y aparece una grieta que
atraviesa rápidamente el parabrisas (una distancia de 2
metros) en una décima de segundo. Ahora imaginemos un
parabrisas de 300 kilómetros (300.000 metros) de ancho
que representa un segmento grande de una falla. Una
grieta que se propaga de un extremo al otro de ese parabrisas y que se desplaza a la misma velocidad que la grieta del parabrisas del coche tardaría unas cuatro horas. Evidentemente, la propagación de un terremoto es mucho
más rápida y su escala es considerablemente mayor que
una grieta en un parabrisas.
Tras revisar cómo se propagan las rupturas de los terremotos, la siguiente pregunta es: «¿Por qué los terremotos se detienen en lugar de continuar a lo largo de toda
la falla?» Las pruebas sugieren que el deslizamiento suele detenerse cuando la ruptura alcanza una sección de la
falla en la que las rocas no han sido suficientemente deformadas como para superar la resistencia friccional, lo
cual podría suceder en una sección de la falla que haya experimentado recientemente un terremoto. La ruptura
también puede pararse si encuentra una doblez suficientemente grande o una discontinuidad a lo largo del plano
de la falla.
La falla de San Andrés: una zona
sísmica activa
El sistema de fallas de San Andrés es indudablemente el
más estudiado del mundo. A lo largo de los años las investigaciones han demostrado que se produce desplazamiento a lo largo de segmentos discretos que tienen una
longitud de 100 a 200 kilómetros. Además, cada segmento de falla se comporta de una manera algo diferente de
los otros. Algunas secciones de la falla de San Andrés
muestran un desplazamiento lento y gradual conocido
como «reptación de falla», que ocurre de una manera relativamente suave y, por consiguiente, con poca actividad
sísmica apreciable. Otros segmentos se deslizan de manera regular, produciendo terremotos de magnitud pequeña a moderada.
Aún otros segmentos permanecen bloqueados y almacenan energía elástica durante centenares de años antes de romperse provocando grandes terremotos. El último proceso se describe como movimiento «stick slip»,
porque la falla exhibe períodos alternativos de comportamiento bloqueado seguidos de deslizamiento súbito y
liberación de energía elástica. Se calcula que los grandes
terremotos deben ocurrir aproximadamente cada 50 o
200 años a lo largo de estas secciones de la falla de San
Andrés que tienen el movimiento que acabamos de describir. Este conocimiento es útil cuando se establece el
riesgo sísmico potencial de un segmento dado de la zona
de falla.
Las fuerzas tectónicas a lo largo de la zona de la falla de San Andrés que fueron responsables del terremoto
de San Francisco de 1906 todavía siguen activas. En la actualidad, se utilizan haces de láser y técnicas basadas en el
Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para medir el
movimiento relativo entre los lados opuestos de esta falla.
Estas determinaciones revelan un desplazamiento de 2 a
5 centímetros al año. Aunque parece un movimiento lento, a lo largo de millones de años produce un desplazamiento sustancial. A modo de ejemplo, a esta velocidad,
en 30 millones de años, la porción oriental de California
se desplazaría hacia el norte de manera que Los Ángeles,
situados en la placa del Pacífico, quedarían adyacentes a
San Francisco, situado sobre la placa Norteamericana. Lo
que es más importante a corto plazo, un desplazamiento
de sólo 2 centímetros al año produce un desplazamiento
de 2 metros cada 100 años. Por consiguiente, al menos
cada 200 años se producirá un desplazamiento a lo largo
de este segmento de la zona de falla de 4 metros como el
que ocurrió durante el terremoto de San Francisco de
1906. Este dato explica la preocupación californiana por
construir edificios resistentes a los terremotos en previsión
del inevitable «Big One».
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Sismología
313
Los terremotos que se producen a lo largo de las fallas con desplazamiento horizontal, como las fallas que
forman el sistema de fallas de San Andrés, son, en general, someros, con profundidades focales inferiores a los 20
kilómetros. Por ejemplo, el terremoto de San Francisco
de 1906 implicó movimiento en los 15 kilómetros superiores de la corteza terrestre e incluso el terremoto de
Loma Prieta, en 1989, comparativamente profundo, tuvo
una profundidad focal de sólo 19 kilómetros. El principal
motivo de la actividad somera de esta región es que los terremotos se producen sólo donde las rocas son rígidas y
exhiben un comportamiento elástico. Recordemos (Capítulo 10) que en profundidad, donde las temperaturas y las
presiones de confinamiento son elevadas, las rocas exhiben deformación dúctil. En estos entornos, cuando se supera
la resistencia de la roca, se deforma mediante diferentes
mecanismos de flujo que producen un deslizamiento gradual lento sin almacenamiento de energía elástica. Por
tanto, en general las rocas del interior no pueden generar
un terremoto. La principal excepción tiene lugar en los límites convergentes de placa, donde la litosfera fría está en
subducción. (Véase Recuadro 10.2, donde se da más información sobre la falla de San Andrés.)
I
TI
Los terremotos
Sismología
▲
IE N C
A
ERR
Sismología
▲ Figura 11.5 Antiguo sismógrafo chino. Durante un temblor de
tierra, los dragones situados en la dirección de las vibraciones
principales tiraban una bola en las bocas de las ranas de debajo.
S D LA
E
El estudio de las ondas sísmicas, la sismología (seismos
sacudida; ology estudio de), data de los intentos realizados por los chinos, hace casi 2.000 años, para determinar
la dirección desde la que se originaban dichas ondas. El
instrumento sísmico utilizado por los chinos era una gran
jarra hueca que probablemente contenía una masa suspendida desde la tapa (Figura 11.5). Esta masa suspendida (similar al péndulo de un reloj) estaba conectada de alguna manera con las mandíbulas de varias figuras de
grandes dragones que rodeaban en círculo el envase. Las
mandíbulas de cada dragón sostenían una bola de metal.
Cuando las ondas de los terremotos alcanzaban el instrumento, el movimiento relativo entre la masa suspendida
y la jarra desalojaría algunas de las bolas de metal que caerían en las bocas abiertas de las ranas situadas justo debajo.
Probablemente, los chinos eran conscientes de que
el primer gran movimiento del terreno producido por un
terremoto es direccional y que, si es lo bastante intenso,
todos los artículos sujetos débilmente se caerían en la misma dirección. Aparentemente, los chinos utilizaron este
hecho, junto con la posición de las bolas desalojadas, para
detectar la dirección de procedencia de un terremoto. Sin
embargo, el complejo movimiento de las ondas sísmicas
hace improbable la determinación con cierta regularidad
de la dirección real de propagación del terremoto.
En principio al menos, los sismógrafos (seismos
sacudida; graph escribir) modernos, instrumentos que
registran las ondas sísmicas, no son muy diferentes de los
dispositivos utilizados por los chinos antiguos. Estos dispositivos tienen una masa suspendida libremente de un soporte que se fija al terreno (Figura 11.6). Cuando la vibración de un terremoto lejano alcanza el instrumento, la
inercia* (iners perezoso) de la masa suspendida la mantiene relativamente estacionaria, mientras que la Tierra y
el soporte se mueven. El movimiento de la Tierra con respecto a la masa estacionaria se registra en un tambor giratorio o una cinta magnética.
Los terremotos causan movimiento vertical y horizontal del terreno; por consiguiente, se necesita más de un
* Inercia: de una manera sencilla, los objetos en reposo tienden a permanecer en reposo y los objetos en movimiento tienden a permanecer
en movimiento a menos que actúe sobre ellos una fuerza externa. Experimentamos este fenómeno cuando intentamos frenar rápidamente el coche: el cuerpo continúa moviéndose hacia delante.
11_Capítulo 11
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
▲
Figura 11.6 Principio de
funcionamiento del sismógrafo. La inercia
de la masa suspendida tiende a mantenerla
inmóvil, mientras que el tambor de registro,
que está anclado al lecho de roca, vibra en
respuesta a las ondas sísmicas. Por tanto, la
masa estacionaria proporciona un punto de
referencia a partir del cual se puede medir
la cantidad de desplazamiento que ocurre
cuando las ondas sísmicas atraviesan el
suelo que está por debajo.
Peso sujeto por medio de una
bisagra para permitir el movimiento
El soporte
se mueve
con la tierra
Terreno
Lápiz
La masa no
se mueve al
desplazarse
el terreno
debido a la inercia
Tambor giratorio,
registra el movimiento
Terreno
La tierra se mueve
tipo de sismógrafo. El instrumento mostrado en la Figura 11.6 está diseñado para permitir la oscilación de la masa
de un lado a otro y, de este modo, la detección del movimiento horizontal del terreno. Normalmente, se utilizan
dos sismógrafos horizontales, uno orientado de norte a sur
y otro de este a oeste. El movimiento vertical del terreno
puede detectarse si la masa se suspende de un muelle,
como se muestra en la Figura 11.7.
Para detectar terremotos muy débiles, o un gran terremoto que se produjo en la otra parte del mundo, los
instrumentos sísmicos suelen estar diseñados para resistir
la violenta sacudida que se produce muy cerca del origen
del terremoto.
Los registros obtenidos con los sismógrafos, denominados sismogramas (seismos sacudida; gramma lo
que está escrito), proporcionan mucha información relativa al comportamiento de las ondas sísmicas. Dicho sencillamente, las ondas sísmicas son energía elástica que irradia en todas las direcciones desde el foco. La propagación
(transmisión) de esta energía puede compararse con la sacudida que experimenta la gelatina en un tazón cuando se
coge una cucharada. La gelatina tendrá un solo modo de
vibración, pero los sismógrafos revelan que el desliza-
miento de una masa de roca genera dos grupos principales de ondas sísmicas. Uno de esos grupos de ondas que
viajan sobre la parte externa de la Tierra se conoce como
ondas superficiales. Otros viajan a través del interior de
la Tierra y se denominan ondas de cuerpo. Las ondas de
cuerpo se dividen a su vez en dos tipos, que se denominan
ondas primarias o P y ondas secundarias o S.
Las ondas de cuerpo se dividen en ondas P y S por
su modo de viajar a través de los materiales. Las ondas P
son ondas que empujan (comprimen) y tiran (expanden) de
las rocas en la dirección de propagación de la onda (Figura 11.8A). Imaginemos que sujetamos a alguien por los
hombros y lo sacudimos. Este movimiento de tirar y empujar es similar a como se desplazan las ondas P a través
de la Tierra. Este movimiento ondulatorio es análogo al
generado por las cuerdas vocales humanas cuando mueven
el aire para crear el sonido. Los sólidos, los líquidos y los
gases se oponen a un cambio de volumen cuando son comprimidos y recuperarán elásticamente su forma cuando
cesa la fuerza. Por consiguiente, las ondas P, que son ondas compresivas, pueden atravesar todos esos materiales.
Por otro lado, las ondas S «sacuden» las partículas
en ángulo recto con respecto a la dirección en la que via-
11_Capítulo 11
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Localización de un terremoto
Masa
suspendida
Base anclada
Terreno
Movimiento vertical del terreno
▲ Figura 11.7 Sismógrafo diseñado para registrar el movimiento
vertical del terreno.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Con qué frecuencia se producen terremotos?
Continuamente. ¡De hecho, se producen literalmente miles
de terremotos a diario! Por fortuna, la mayoría de ellos son
demasiado pequeños para que las personas puedan sentirlos
(véase Tabla 11.2), y muchos de ellos ocurren en regiones remotas. Sólo se conoce su existencia gracias a los sismógrafos
sensibles.
Localización de un terremoto
IE N C
A
I
jan. Esto puede ilustrarse sujetando el extremo de una
cuerda y sacudiendo el otro extremo, como se muestra en
la Figura 11.8B. A diferencia de las ondas P, que cambian
transitoriamente el volumen del material por el que viajan
comprimiéndolo y expandiéndolo alternativamente, las
ondas S cambian transitoriamente la forma del material
que las transmite. Dado que los fluidos (gases y líquidos)
no responden elásticamente a cambios de forma, no transmitirán las ondas S.
El movimiento de las ondas superficiales es algo más
complejo. A medida que las ondas superficiales viajan a lo
largo del suelo, hacen que éste se mueva y todo lo que descansa sobre él, de manera muy parecida a como el oleaje
oceánico empuja un barco. Además de su movimiento ascendente y descendente, las ondas de superficie tienen un
movimiento lateral similar a una onda S orientada en un
plano horizontal. Este último movimiento es particularmente peligroso para los cimientos de las estructuras.
Observando un registro sísmico «típico», como el
mostrado en la Figura 11.9, puede verse una importante
diferencia entre estas ondas sísmicas: las ondas P son las
primeras en llegar a la estación de registro; luego llegan
las ondas S; y luego las ondas superficiales. Esto es consecuencia de sus velocidades. A modo de ejemplo, la velocidad de las ondas P a través del granito del interior de
la corteza es de unos 6 kilómetros por segundo. Bajo las
mismas condiciones, las ondas S viajan a 3,6 kilómetros
por segundo. Diferencias de densidad y en las propiedades elásticas de las rocas influyen mucho en las velocidades de las ondas. En general, en cualquier material sólido, las ondas P viajan aproximadamente 1,7 veces más
deprisa que las ondas S, y cabe esperar que las ondas su-
ERR
Tambor
giratorio
Bisagra
TI
El soporte
se mueve
perficiales viajen al 90 por ciento de la velocidad de las
ondas S.
Además de las diferencias de velocidad, en la Figura 11.9 se observa también que la altura, o, expresado de
una manera más correcta, la amplitud de esos tipos de
onda varía. Las ondas S tienen una amplitud ligeramente
mayor que las ondas P, mientras que las ondas superficiales, que causan la mayor destrucción, tienen una amplitud
incluso mayor. Dado que las ondas superficiales están confinadas a una región estrecha próxima a la superficie y no
se propagan por el interior de la Tierra como las ondas P
y S, conservan su máxima amplitud durante más tiempo.
Las ondas superficiales tienen también períodos más largos (intervalo de tiempo entre las crestas); por consiguiente, se suele hacer referencia a ellas como ondas largas o ondas L.
Como veremos, las ondas sísmicas son útiles para
determinar la localización y la magnitud de los terremotos. Además, proporcionan una herramienta para estudiar
el interior de la Tierra.
Los terremotos
Localización de un terremoto
▲
Muelle
315
S D LA
E
Recordemos que el foco es el lugar del interior de la Tierra donde se originan las ondas sísmicas. El epicentro (epi
sobre; centr punto) es el punto de la superficie situado directamente encima del foco (véase Figura 11.1).
La diferencia de velocidad de las ondas P y S proporciona un método para localizar el epicentro. El principio utilizado es análogo al de una carrera entre dos coches, uno más rápido que el otro. La onda P gana siempre
la carrera, llegando por delante de la onda S. Pero, cuanto más dure la carrera, mayor será la diferencia en los momentos de llegada a la línea final (estación sísmica). Por
consiguiente, cuanto mayor sea el intervalo medido en
11_Capítulo 11
316
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Página 316
C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
Muelle en reposo
Se empuja el muelle
Compresión
Dirección de la onda
Expansión
Compresión
Dirección de la onda
Movimiento de las partículas
A. Onda P
Cuerda en reposo
Se sacude la cuerda
Dirección de la onda
Movimiento de las partículas
Dirección de la onda
Movimiento de las partículas
B. Onda S
C. Onda superficial
D. Onda superficial
▲ Figura 11.8 Tipos de ondas sísmicas y su movimiento característico. (Obsérvese que durante un terremoto fuerte, el temblor de tierra
consta de una combinación de varios tipos de ondas sísmicas.) A. Como se ilustra con un muelle, las ondas P son ondas compresionales
que alternan la compresión y la expansión del material que atraviesan. El movimiento hacia delante y hacia atrás producido cuando las
ondas compresionales recorren la superficie puede hacer que el terreno se doble y se fracture, y pueden provocar la rotura de las líneas
eléctricas. B. Las ondas S hacen que el material oscile en ángulo recto con la dirección del movimiento de la onda. Dado que las ondas S
pueden desplazarse en cualquier plano, producen un temblor de tierra vertical y lateral. C. Un tipo de onda superficial
es, en esencia, el mismo que el de una onda S que exhibe sólo movimiento horizontal. Este tipo de onda superficial mueve el terreno de
un lado a otro y puede ser particularmente dañino para los cimientos de los edificios. D. Otro tipo de onda superficial recorre la superficie
terrestre de una manera muy parecida a las olas oceánicas fuertes. Las flechas muestran el movimiento elíptico de la roca cuando pasa la
onda.
11_Capítulo 11
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Localización de un terremoto
10
1000
2000
317
3000 mi
Ondas superficiales
Primera onda P
Primera onda S
Intervalo P-S (minutos)
9
Diferencia de llegada
de las ondas P y S
8
7
6
5
4
3
2
Un minuto
(Antes)
T I E M P O
1
(Después)
▲ Figura 11.9 Sismograma típico. Obsérvese el intervalo
temporal (aproximadamente 5 minutos) transcurrido entre la
llegada de la primera onda P y la llegada de la primera onda S.
un sismograma entre la llegada de la onda P y la primera
onda S, mayor será la distancia al origen del terremoto.
Se ha desarrollado un sistema de localización de los
epicentros sísmicos utilizando sismogramas de terremotos
cuyos epicentros podían ser identificados fácilmente por
evidencias físicas. A partir de esos sismogramas, se han
construido gráficas donde se representa la distancia al epicentro frente al tiempo de llegada de la señal (Figura
11.10). Las primeras gráficas de distancia-tiempo se perfeccionaron mucho cuando se dispuso de los sismogramas
de las explosiones nucleares, porque se conocían la localización y el momento precisos de la detonación.
Utilizando el sismograma de muestra de la Figura
11.9 y las curvas distancia-tiempo de la Figura 11.10, podemos determinar la distancia que separa la estación de registro del terremoto mediante dos operaciones: (1) determinación, con el sismograma, del intervalo temporal entre
la llegada de la onda P y la primera onda S, y (2) con la gráfica distancia-tiempo, determinación del intervalo P-S en
el eje vertical y uso de esa información para determinar la
distancia al epicentro en el eje horizontal. A partir de esta
información, podemos determinar que este terremoto se
produjo a 3.400 kilómetros de distancia del instrumento
de registro.
Ahora que conocemos la distancia, ¿qué pasa con la
dirección? El epicentro podría estar en cualquier dirección
desde la estación sísmica. Como se muestra en la Figura
11.11, puede encontrarse la localización precisa cuando se
conoce la distancia para tres o más estaciones sísmicas diferentes. Sobre un globo terrestre, trazamos un círculo alrededor de cada estación sísmica. Cada círculo representa la distancia al epicentro para cada estación. El punto
donde los tres círculos se cruzan es el epicentro del terremoto. Este método se denomina triangulación.
0
1000
2000
3000
4000
Distancia al epicentro (kilómetros)
5000
▲ Figura 11.10 La representación distancia-tiempo se utiliza
para determinar la distancia al epicentro. La diferencia entre el
tiempo de llegada de las primeras ondas P y de las primeras ondas
S en el ejemplo es de 5 minutos. Por tanto, el epicentro está
aproximadamente a 3.400 kilómetros.
El estudio de los terremotos se fomentó durante los
años sesenta mediante esfuerzos encaminados a discriminar entre explosiones nucleares subterráneas y terremotos
naturales. Estados Unidos estableció una red mundial de
más de cien estaciones sísmicas coordinadas a través de
Golden, Colorado. La mayor de ellas, localizada en Billings, Montana, consiste en un conjunto de 525 instrumentos agrupados en 21 grupos que cubren una región de
200 kilómetros de diámetro. Utilizando datos de estos
instrumentos, los sismólogos, mediante computadores de
gran velocidad, son capaces de distinguir entre las explosiones nucleares y los terremotos naturales, así como de
determinar la posición del epicentro de un terremoto.
Cinturones sísmicos
Aproximadamente el 95 por ciento de la energía liberada por los terremotos se origina en unos pocos cinturones relativamente estrechos alrededor de todo el mundo
(Figura 11.12). La mayor energía se libera a lo largo de
un cinturón que recorre el borde externo del océano Pacífico y que se conoce como cinturón circum-Pacífico. Dentro de esta zona se encuentran regiones de gran actividad
sísmica, como Japón, Filipinas, Chile y varias cadenas de
islas volcánicas; un ejemplo lo constituyen las Aleutianas.
Otra concentración importante de fuerte actividad
sísmica atraviesa las regiones montañosas que flanquean
el mar Mediterráneo, continúa a través de Irán y pasa
por el Himalaya. La Figura 11.12 indica que hay aún
otro cinturón continuo que se extiende a través de miles
de kilómetros por todos los océanos del mundo. Esta
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
París
670
m
0k
0k
0
84
m
Montreal
Epicentro
m
0k
550
São Paulo
▲ Figura 11.11 El epicentro de un terremoto se localiza utilizando
las distancias obtenidas desde tres o más estaciones sísmicas.
zona coincide con el sistema de dorsales oceánicas, que
es un área de actividad sísmica frecuente, pero de baja intensidad.
Las áreas de Estados Unidos incluidas en el cinturón circum-Pacífico se encuentran adyacentes a la falla de
San Andrés de California y a lo largo de las regiones de la
costa occidental de Alaska, entre ellas las Aleutianas. Además de estas áreas de alto riesgo, otras partes de Estados
Unidos son consideradas regiones con alta probabilidad
de actividad sísmica (véase Recuadro 11.1).
Profundidad de los focos
Los registros sísmicos revelan que los terremotos se originan a profundidades que oscilan entre 5 kilómetros y
casi 700 kilómetros. De una manera algo arbitraria, los focos sísmicos se han clasificado por su profundidad de aparición. Los que se originan dentro de los primeros 70 kilómetros se denominan superficiales, mientras que los
generados entre 70 kilómetros y 300 kilómetros de profundidad se consideran intermedios y aquellos cuyo foco se
encuentra a más de 300 kilómetros se califican de profundos. Alrededor del 90 por ciento de todos los terremotos
se produce a profundidades inferiores a 100 kilómetros, y
casi todos los terremotos muy dañinos parecen originarse a poca profundidad.
Por ejemplo, el movimiento del terremoto de 1906
de San Francisco se produjo dentro de los 15 kilómetros
superiores de la corteza, mientras que el ocurrido en
Alaska en 1964 tuvo una profundidad focal de 33 kilómetros. Los datos sísmicos revelan que, si bien se han registrado terremotos superficiales con magnitudes de 8,6
en la escala Richter, los terremotos de profundidad intermedia más intensos han tenido valores por debajo de
7,5 y los de foco profundo no han superado la magnitud
de 6,9.
Al representar los datos de los terremotos en función de su localización geográfica y de su profundidad, se
observaron varias cuestiones interesantes. En vez de una
mezcla aleatoria de terremotos superficiales y profundos,
aparecieron algunos modelos de distribución muy definidos (Figura 11.12). Los terremotos generados a lo largo
del sistema de dorsales oceánicas siempre tienen un foco
superficial y ninguno es muy intenso. Además, se observó que casi todos los terremotos de foco profundo se producían en el cinturón circum-Pacífico, en particular en las
regiones situadas tierra adentro de las fosas oceánicas profundas.
En un estudio llevado a cabo en la cuenca del Pacífico se estableció el hecho de que las profundidades focales aumentan con el incremento de la distancia hacia las
fosas oceánicas profundas. La Figura 11.12 es una buena
ilustración de este fenómeno. Obsérvese, por ejemplo,
que en Suramérica las profundidades focales aumentan
en dirección al continente desde la fosa Perú-Chile. Estas regiones sísmicas, denominadas zonas de WadatiBenioff, en honor a los dos científicos pioneros que las estudiaron, se sumergen a un ángulo medio de unos 45
grados en relación con la superficie. ¿A qué se debe que
los terremotos estén localizados a lo largo de una zona estrecha que se inclina hasta casi alcanzar los 700 kilómetros
de profundidad hacia el interior de la Tierra? Consideraremos esta pregunta más adelante en este mismo capítulo.
Medición de las dimensiones
sísmicas
Históricamente los sismólogos han utilizado varios métodos para obtener dos medidas fundamentalmente diferentes que describen el tamaño de un terremoto: la intensidad y la magnitud. La primera que se utilizó fue la
intensidad, una medición del grado de temblor del terreno en un punto determinado basada en la cantidad de
daños. Con el desarrollo de los sismógrafos, se hizo evidente que una medición cuantitativa de un terremoto basada en los registros sísmicos era más conveniente que los
cálculos personales inexactos. La medición que se desarrolló, denominada magnitud, se basa en los cálculos que
utilizan los datos proporcionados por los registros sísmicos (y otras técnicas) para calcular la cantidad de energía
liberada en la fuente del terremoto.
11_Capítulo 11
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Medición de las dimensiones sísmicas
▲
Recuadro 11.1
319
El hombre y el medio ambiente
Terremotos al este de las Rocosas
La mayoría de los terremotos se produce
cerca de los bordes de placa, como ponen
de manifiesto California y Japón. Sin embargo, las áreas alejadas de los bordes de
placa no están necesariamente inmunizadas. Un equipo de sismólogos calculó recientemente que la probabilidad de que
se produjera un terremoto devastador al
este de las Montañas Rocosas durante los
siguientes 30 años es de aproximadamente dos terceras partes la probabilidad de
que se produzca un terremoto comparable en California. Como las evaluaciones
del riesgo de todos los terremotos, esta
predicción se basa en parte en la distribución geográfica y en la velocidad media
de producción de terremotos en esas regiones.
Se han producido al menos seis terremotos importantes en el centro y el este
de Estados Unidos desde tiempos coloniales. Tres de ellos, a los que se han calculado magnitudes de Richter de 7,5; 7,3
y 7,8, tenían su centro en el valle del río
Mississippi, al sureste de Missouri. Producidos a lo largo de un período de tres
meses, en diciembre de 1811, enero de
1812 y febrero de 1812, esos terremotos
y numerosos temblores más pequeños
destruyeron la ciudad de Nuevo Madrid,
Missouri. También desencadenaron deslizamientos masivos, dañaron un área correspondiente a seis estados, alteraron el
curso del río Mississippi y aumentaron el
tamaño del lago Reelfoot, de Tennessee.
La distancia a la que se dejaron sentir
esos terremotos es verdaderamente notable. Las chimeneas se derrumbaron en
Cincinnati y Richmond, e incluso los residentes en Boston, a 1.770 kilómetros al
noreste, sintieron el temblor. Aunque la
destrucción de los terremotos de Nuevo
Madrid fue pequeña en comparación con
el terremoto de Loma Prieta, en 1989, el
medio oeste estaba escasamente poblado
a principios del siglo pasado. Memphis,
cerca del epicentro, todavía no se había
edificado y St. Louis era una pequeña ciudad fronteriza. Otros terremotos dañinos
(Aurora, Illinois (1909) y Valentine, Texas
(1931)) nos recuerdan que el centro de
Estados Unidos es vulnerable.
El mayor terremoto histórico de los
estados del este ocurrió en Charleston,
Carolina del Sur, en 1886. Este acontecimiento, que duró un minuto, causó 60
muertos, numerosos heridos y grandes
pérdidas económicas en un radio de 200
kilómetros de Charleston. En 8 minutos,
fuertes vibraciones sacudieron los pisos
altos de los edificios de Chicago y St.
Louis, haciendo que la gente saliera despavorida a la calle. Sólo en Charleston, se
destruyeron más de un centenar de edificios, y el 90 por ciento de las estructuras
restantes resultó dañado. Fue difícil encontrar una chimenea que se mantuviera
en pie (Figura 11.A).
Nueva Inglaterra y las áreas adyacentes han experimentado convulsiones
de tamaño considerable desde tiempos
coloniales, entre ellas la ocurrida en
Plymouth en 1683 y en Cambridge,
Massachusetts, en 1755. Desde que hay
registros, el estado de Nueva York ha
experimentado más de 300 terremotos
lo bastante grandes para que los seres
humanos los sientan.
Estos terremotos orientales y centrales se producen con mucha menos frecuencia que en California. Sin embargo,
los temblores al este de las Rocosas han
producido generalmente daños estructurales a lo largo de un área mayor que
los temblores de magnitud similar en
California. La razón es que el terreno
subyacente en el centro y el este de Estados Unidos es más antiguo y más rígido. Como consecuencia, las ondas sísmicas viajan a mayores distancias con
menos atenuación que en el oeste de Estados Unidos. Para terremotos similares, la región de máximo movimiento del
terreno en el este puede ser hasta diez
veces mayor que en el oeste. Por consiguiente, la mayor proporción de terremotos en el oeste se ve en parte equilibrada por un daño más generalizado en
el este.
Pese a la reciente historia geológica,
Memphis, el centro de población más
grande del área del terremoto de Nuevo
Madrid, carece de previsión adecuada
para terremotos en su código de construcción. Aún peor, Memphis está situada sobre depósitos de llanuras de inundación no consolidados, de manera que sus
edificios son más sensibles al daño. En
un estudio federal realizado en 1985 se
concluía que un terremoto de magnitud
7,6 en esta zona causaría unos 2.500
muertos, el hundimiento de 3.000 estructuras y daños por valor de 25.000 millones de dólares, además de desplazar un
cuarto de millón de personas únicamente en Memphis.
▲ Figura 11.A Daños en Charleston, Carolina del sur, causados por el terremoto que
tuvo lugar el 31 de agosto de 1886. El daño osciló entre la caída de chimeneas y la ruptura
de paredes hasta el hundimiento total. (Foto cortesía de U. S. Geological Survey.)
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
Fosa de las Aleutianas
Fosa de las Kurile
Fosa de Japón
Fosa de las
Filipinas
Fosa de Java
(Sunda)
Fosa de
Puerto Rico
Fosa de las Marianas
Fosa
Centroamericana
Fosa de las Tonga
Fosa
Perú-Chile
Fosa de Kermadec
Leyenda
Superficial
Intermedio
Profundo
Fosa de las Sándwich
del sur
▲ Figura 11.12 Distribución de los terremotos superficiales, intermedios y de foco profundo. Nótese que los terremotos de foco profundo
sólo se producen en relación con los límites convergentes de placa y las zonas de subducción. (Datos procedentes de NOAA.)
Tanto la intensidad como la magnitud facilitan una
información útil, aunque bastante diferente, sobre la fuerza del terremoto. Por consiguiente, ambas medidas todavía se utilizan para describir las dimensiones relativas de
los terremotos.
Escalas de intensidad
Hasta hace poco más de un siglo, los registros históricos
constituían la única información de la gravedad de los temblores y de la destrucción provocados por los terremotos.
El uso de estas descripciones, compiladas sin ningún esquema pre-establecido, dificultaba las comparaciones precisas de las dimensiones sísmicas, en el mejor de los casos.
Quizá el primer intento de describir «científicamente» las consecuencias de un terremoto se realizó después del
gran terremoto de 1857 en Italia. Mediante la cartografía
sistemática de los efectos del terremoto, se estableció una
medida de la fuerza y la distribución del movimiento del
suelo. El mapa generado por este estudio utilizaba líneas
para conectar los lugares con los mismos daños y, por tanto, con la misma intensidad (Figura 11.13). Mediante esta
técnica, se identificaron las isosistas, y la zona de mayor intensidad se situó cerca del centro donde se produjo el mayor temblor de suelo, y a menudo (aunque no siempre) se
estableció el origen de las ondas sísmicas.
Para estandarizar el estudio de la gravedad de un terremoto, los investigadores han desarrollado varias escalas de intensidad que consideraban el daño provocado en
VI
San Francisco
Oakland
VI
VI
VII
VIII
Santa Cruz
Epicentro
Monterey
VI
▲ Figura 11.13 Zonas de destrucción asociadas con el terremoto
de Loma Prieta, California, ocurrido en 1989 utilizando la escala de
intensidad de Mercalli modificada. Las cifras romanas muestran las
categorías de intensidad. La zona de máxima intensidad
corresponde aproximadamente al epicentro. Se experimentaron
intensidades incluso más elevadas en algunos puntos de San
Francisco y Oakland, donde las condiciones locales amplificaron las
ondas sísmicas. (Datos de Plafker y Galloway.)
los edificios, así como descripciones individuales del acontecimiento, y los efectos secundarios, como deslizamientos y la extensión de la ruptura del suelo. Alrededor de
11_Capítulo 11
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Medición de las dimensiones sísmicas
1902, Giuseppe Mercalli había desarrollado una escala
de intensidad relativamente fiable, que todavía se utiliza
hoy con algunas modificaciones (Figura 11.13). La escala de intensidad modificada de Mercalli, que se muestra en la Tabla 11.1, se desarrolló utilizando como estándar los edificios de California, pero su uso es apropiado
en la mayor parte de Estados Unidos y Canadá, para calcular la fuerza de un terremoto. Por ejemplo, si un terremoto destruye algunas estructuras de madera bien construidas y la mayoría de los edificios de mampostería, se
asignaría una intensidad de X en la escala de Mercalli a la
región (Tabla 11.1).
A pesar de su utilidad para suministrar a los sismólogos una herramienta para comparar la gravedad de un terremoto, en especial en las regiones donde no hay sismógrafos, las escalas de intensidad tienen graves inconvenientes.
En particular, las escalas de intensidad se basan en los efectos (en gran medida la destrucción) de los terremotos que
dependen no solamente de la gravedad del temblor del suelo, sino también de factores, como la densidad de población,
el diseño de los edificios y la naturaleza de los materiales superficiales. El modesto terremoto de magnitud de 6,9 ocurrido en Armenia en 1988 fue extremadamente destructivo,
fundamentalmente debido a la baja calidad de construcción
de los edificios, mientras que el sismo que azotó la ciudad de
México en 1985 fue devastador debido a los sedimentos
blandos sobre los cuales descansa la ciudad. Por tanto, la
destrucción producida por los terremotos no es una medida verdadera de la dimensión real del terremoto.
Escalas de magnitud
Con el fin de comparar los terremotos en todo el mundo,
era necesaria una medición que no se basara en paráme-
321
tros que varían considerablemente de una parte del mundo a otra, como los tipos de construcción. Por consiguiente, se desarrolló una serie de escalas de magnitud.
Magnitud de Richter En 1935 Charles Richter, del Instituto de Tecnología de California, desarrolló la primera
escala de magnitud utilizando los registros sísmicos para
calcular las dimensiones relativas de los terremotos. Como
se muestra en la Figura 11.14, la escala de Richter se basa
en la amplitud de la mayor onda sísmica (P, S u onda superficial) registrada en un sismógrafo. Dado que las ondas
sísmicas se debilitan a medida que la distancia entre el foco
sísmico y el sismógrafo aumenta (de una manera parecida a la luz), Richter desarrolló un método que considera
la disminución de la amplitud de onda con el incremento
de la distancia. En teoría, siempre que se utilizaran los
mismos instrumentos, o unos equivalentes, todas las estaciones de control obtendrían la misma magnitud de Richter para cada terremoto registrado. (Richter seleccionó el
sismógrafo Wood-Anderson como dispositivo de registro
normalizado.) No obstante, en la práctica, las diferentes
estaciones de registro a menudo obtenían magnitudes de
Richter ligeramente diferentes para el mismo terremoto,
como consecuencia de las variaciones en los tipos de roca
a través de los cuales se desplazaban las ondas.
Aunque la escala de Richter no tiene un límite superior, la mayor magnitud registrada en un sismógrafo
Wood-Anderson fue de 8,9. Estos grandes eventos liberaron aproximadamente 1026 ergios de energía: equivalentes a la detonación de 1.000 millones de toneladas de
TNT. A la inversa, los seres humanos no sentimos terremotos con una magnitud Richter inferior a 2,0. Con el desarrollo de instrumentos más sensibles, se han registrado
temblores de magnitud de menos 2. En la Tabla 11.2 se
Tabla 11.1 Escala de intensidad de Mercalli modificada
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
No sentido, excepto por algunas personas bajo circunstancias especialmente favorables.
Sentido sólo por unas pocas personas en reposo, especialmente en los pisos elevados de los edificios.
Sentido con bastante nitidez en los interiores, especialmente en los pisos superiores de los edificios, pero muchas personas no lo reconocen como un terremoto.
Durante el día, sentido en interiores de edificios por muchas personas, en los exteriores por muy pocas. Sensación de que un camión
pesado haya chocado contra el edificio.
Sentido por casi todo el mundo, muchos se despiertan. A veces se observan cambios en los árboles, los postes y otros objetos altos.
Sentido por todos; muchos se asustan y salen a la calle. Algunos muebles pesados se mueven; pocos casos de paredes caídas o chimeneas dañadas. Poco daño.
Todo el mundo corre a la calle. Daño despreciable en los edificios de diseño y construcción buenos; de ligero a moderado en las estructuras de construcción ordinaria; considerable en los edificios pobres o con estructuras mal diseñadas.
Daño ligero en estructuras especialmente diseñadas; considerable en edificios sustanciales ordinarios con derrumbamiento parcial;
grande en estructuras mal construidas (caída de chimeneas, columnas, monumentos, muros).
Daño considerable en estructuras especialmente diseñadas. Los edificios son desplazados de sus cimientos. Se abren grietas en el
suelo.
Se destruyen algunas estructuras de madera bien construidas. La mayoría de las estructuras de albañilería y madera se destruyen. Se
abren muchísimas grietas en el terreno.
Quedan de pie muy pocas estructuras, si queda alguna. Se destruyen los puentes; grandes fisuras en el terreno.
Daño total. Se ven ondas en el suelo. Los objetos son lanzados al aire.
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
Amplitud
23 mm
24 s.
P
S
0
10 20
Distancia, S-P,
km
s.
500
50
400
40
300
30
200
100
60
40
20
20
10
Registro de sismógrafo
Tiempo
s.
30 mm
Magnitud,
ML
Amplitud,
mm
100
6
50
5
20
10
20
4
5
10
8
6
3
2
4
2
0,5
1
1,2
1
2
0,5
0,1
0
▲ Figura 11.14 Ilustración que muestra cómo puede
determinarse gráficamente la magnitud Richter de un terremoto
utilizando un registro sismográfico procedente de un instrumento
Wood-Anderson. En primer lugar, se mide la altura (amplitud) de la
mayor onda en el sismograma (23 mm) y luego la distancia hasta
el foco mediante el intervalo de tiempo entre las ondas S y P (24
segundos). A continuación, se dibuja una línea entre la escala de
distancia (izquierda) y la escala de amplitud de onda (derecha).
Así, deberíamos obtener la magnitud Ricther (ML) de 5. (Datos
procedentes del instituto de Tecnología de California.)
muestra una relación entre las magnitudes de los terremotos y sus efectos.
La fuerza de los terremotos varía enormemente; los
grandes terremotos producen amplitudes de onda miles de
veces superiores a las generadas por temblores débiles.
Para acomodar esta gran variación, Richter utilizó una escala logarítmica para expresar la magnitud. En esta escala,
un aumento de diez veces en la amplitud de onda corresponde a un incremento de 1 en la escala de magnitud. Por
tanto, la cantidad de vibración del suelo para un terremoto de magnitud 5 es 10 veces mayor que la producida por
un terremoto que tenga una magnitud de Richter de 4.
Además, cada unidad de magnitud Richter corresponde aproximadamente a un aumento de la energía de 32
veces. Por tanto, un terremoto con una magnitud de 6,5 libera 32 veces más energía que uno con una magnitud de
5,5, y aproximadamente 1.000 veces más energía que uno
de magnitud 4,5 (Tabla 11.3). Un terremoto grande, con
una magnitud de 8,5, libera millones de veces más energía que los terremotos más pequeños sentidos por los seres humanos.
Otras escalas de magnitud El objetivo original de Richter era modesto, ya que sólo intentó clasificar los terremotos del sur de California (terremotos de foco poco profundo) en grupos de magnitud grande, media y pequeña.
Así, la magnitud de Richter se diseñó para estudiar los terremotos próximos (o locales) y se indica con el símbolo
(ML), en el que M corresponde a magnitud y L, a local.
La ventaja de describir el tamaño de un terremoto
utilizando un único número que podía calcularse rápidamente a partir de los sismogramas hace de la escala de
Richter una herramienta potente. Además, a diferencia de
las escalas de intensidad que sólo podían aplicarse a las áreas pobladas del mundo, las magnitudes de Richter podían
asignarse a terremotos en regiones más remotas e incluso
a acontecimientos sucedidos en las cuencas oceánicas.
Como consecuencia, el método inventado por Richter se
adaptó a una serie de diferentes sismógrafos situados en
todo el mundo. Con el tiempo, los sismólogos modificaron el trabajo de Richter y desarrollaron nuevas escalas de
magnitud. Cada una especificaba un tipo particular de
onda y un período (tiempo entre la llegada de las crestas
de onda) para calcular la magnitud. Una escala de ese tipo,
como la magnitud de onda superficial (MS), mide la amplitud de la mayor onda superficial con un período cercano
a los 20 segundos. Aunque la magnitud superficial pro-
Tabla 11.2 Magnitudes de los terremotos e incidencia mundial prevista
Magnitudes Richter
<2,0
2,0–2,9
3,0–3,9
4,0–4,9
5,0–5,9
6,0–6,9
7,0–7,9
≥8,0
Efectos cerca del epicentro
Generalmente no se siente, pero se registra
Potencialmente perceptible
Sentido por algunos
Sentido por la mayoría
Produce daños
Destrucción en regiones bastante pobladas
Terremotos importantes. Infligen graves daños
Grandes terremotos. Causan destrucción extensa en las comunidades
próximas al epicentro
Número calculado
por año
600.000
300.000
49.000
6.200
800
266
18
1,4
11_Capítulo 11
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Medición de las dimensiones sísmicas
323
Tabla 16.3 Magnitud del terremoto y equivalencia de energía
Magnitud del
terremoto
Energía liberada*
(millones de ergios)
0
1
2
3
4
5
6
630.000
20.000.000
630.000.000
20.000.000.000
630.000.000.000
20.000.000.000.000
630.000.000.000.000
7
8
20.000.000.000.000.000
630.000.000.000.000.000
9
20.000.000.000.000.000.000
10
630.000.000.000.000.000.000
Equivalencia de energía
aproximada
1/2 kilo de explosivos
Energía emitida por un relámpago
500 kilos de explosivos
Prueba atómica de 1946 en Bikini
Terremoto Northridge de 1994
Terremoto Loma Prieta de 1989
Terremoto de San Francisco de 1906
Erupción del volcán Santa Elena de 1980
Terremoto de Alaska de 1964
Terremoto chileno de 1960
Consumo anual de energía en Estados Unidos
* Para cada incremento de unidad en la magnitud, la energía liberada aumenta alrededor de 31,6 veces.
Fuente: U.S. Geological Survey.
porciona un buen cálculo de la fuerza de los terremotos
poco profundos de tamaño moderado, no funciona con los
terremotos con foco profundo. Por tanto, se desarrolló
una magnitud de onda del cuerpo (mb) para describir los terremotos con grandes profundidades focales y los situados
a gran distancia de la estación de control. Al principio, estas escalas de magnitud basadas en los instrumentos se calibraban para que fueran equivalentes a la escala de Richter y han contribuido a los esfuerzos de los sismólogos para
describir el tamaño de los terremotos.
Sin embargo, a pesar de su utilidad, ninguna de estas escalas de magnitud sirve para describir terremotos
muy grandes. Por ejemplo, el terremoto de San Francisco en 1906 y el terremoto de Alaska en 1964 tienen aproximadamente las mismas magnitudes de Richter (y las
mismas magnitudes de onda superficial). No obstante, el
terremoto de Alaska liberó considerablemente más energía que el sismo de San Francisco, según el tamaño de la
zona de falla y el desplazamiento que se observaron. Por
tanto, se dice que la escala de Richter, así como las otras
escalas de magnitud relacionadas, están saturadas para los
grandes terremotos porque no puede distinguir las dimensiones de estos acontecimientos.
Magnitud del momento En los últimos años, los sismólogos han estado utilizando una medida más precisa denominada magnitud del momento (MW), que puede
calcularse mediante varias técnicas. En un método, la
magnitud del momento se calcula a partir de los estudios
de campo mediante una combinación de factores entre los
que se cuentan el desplazamiento medio a lo largo de la
falla, el área de la superficie de ruptura y la resistencia de
cizalla de la roca fallada, una medida de cuánta energía
elástica puede almacenar una roca antes de romperse sú-
bitamente y liberar esa energía en forma de vibraciones (y
calor). Por ejemplo, la energía implicada en un desplazamiento de 3 metros de un cuerpo rocoso a lo largo de una
ruptura de unos pocos centenares de kilómetros de longitud sería mucho mayor que la producida por un desplazamiento de 1 metro a lo largo de una ruptura de 10
kilómetros de longitud (en el supuesto de que las profundidades de ruptura sean comparables).
La magnitud del momento también puede calcularse fácilmente a partir de los sismogramas, examinando las
ondas sísmicas con período muy largo. Los valores obtenidos se han calibrado para que los terremotos de tamaño pequeño a medio tengan magnitudes del momento más o menos equivalentes a las magnitudes de Richter. Sin embargo,
las magnitudes del momento son mucho mejores para describir los terremotos muy grandes. Por ejemplo, en la escala
de magnitud del momento, el terremoto de San Francisco
de 1906, que tuvo una magnitud de Richter de 8,3, se degradaría a 7,9, mientras que el terremoto de Alaska de
1964, con una magnitud de Richter de 8,3, aumentaría a
9,2. El terremoto más fuerte registrado es el terremoto que
ocurrió en Chile en 1960, con una magnitud de 9,5.
La magnitud del momento ha ganado aceptación
entre los sismólogos y los ingenieros por las siguientes razones: (1) es la única escala de magnitud que realiza una
estimación adecuada del tamaño de los terremotos muy
grandes; (2) es una medida que puede derivarse matemáticamente a partir del tamaño de la superficie de ruptura
y la cantidad de desplazamiento y, por tanto, refleja mejor el total de energía liberada durante un terremoto; y (3)
puede verificarse mediante dos métodos independientes:
los estudios de campo basados en mediciones del desplazamiento de la falla y los métodos sismográficos que utilizan ondas de período largo.
11_Capítulo 11
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
En resumen, la escala de Richter se diseñó para diferenciar los tamaños de los terremotos con foco poco profundo del sur de California que tenían lugar cerca de un
tipo particular de sismógrafo. La escala de magnitud original de Richter (ML) se amplió para medir los terremotos a cualquier distancia y profundidad focal, también teniendo en cuenta las variaciones geológicas de un lugar a
otro. Todas estas escalas de magnitud «parecidas a la de
Richter» se diseñaron con el fin de que la magnitud final
calculada fuera razonablemente consistente con la escala de
Richter. Dado que ninguna de estas escalas de magnitud
calcula de una manera adecuada el tamaño de los terremotos muy grandes, se desarrolló la escala de magnitud del
momento (MW), derivada de la cantidad de desplazamiento que ocurre a lo largo de la zona de falla.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Los terremotos moderados disminuyen
las posibilidades de que se produzca un gran sismo
en la misma región?
No. Eso es debido al gran aumento de la liberación de energía asociado con los terremotos de mayor magnitud (véase Tabla 11.3). Por ejemplo, un terremoto con una magnitud de
8,5 libera millones de veces más energía que los terremotos
más pequeños que sienten los seres humanos. De una manera parecida, miles de temblores moderados serían necesarios
para liberar la gran cantidad de energía equivalente a un
«gran» terremoto.
Destrucción causada
por los terremotos
El terremoto más violento de Norteamérica en este siglo
(el terremoto del Viernes Santo de Alaska) se produjo a las
5 h 36 de la tarde del 27 de marzo de 1964. Sentido en
todo el estado, el terremoto tuvo una magnitud de 8,3 en
la escala Richter y duró de 3 a 4 minutos. Este breve acontecimiento dejó 131 muertos, miles de personas sin hogar
y la economía del estado muy deteriorada. De haber estado abiertos las escuelas y los barrios comerciales, el balance hubiera sido seguramente peor. A las 24 horas del terremoto inicial, se registraron 28 réplicas, 10 de las cuales
superaron la magnitud de 6 en la escala Richter. La localización del epicentro y las ciudades más golpeadas por el
terremoto se muestran en la Figura 11.15.
Muchos factores determinan el grado de destrucción que acompañará a un terremoto. Los más obvios son
la magnitud del terremoto y su proximidad a un área poblada. Afortunadamente la mayoría de los terremotos son
pequeños y se producen en regiones remotas de la Tierra. Sin embargo, se producen unos 20 terremotos importantes al año, uno o dos de los cuales pueden ser catastróficos.
Durante un terremoto, la región comprendida en
un radio de entre 20 y 50 kilómetros con respecto al epicentro experimentará aproximadamente el mismo grado de
vibraciones, pero, más allá de este límite, la vibración se
debilita rápidamente. A veces, durante terremotos que ocurren en el interior continental estable, como el terremoto
de Nuevo Madrid en 1811, el área de influencia puede ser
mucho mayor. El epicentro de este terremoto estaba lo-
▲
Figura 11.15 Región más afectada por
el terremoto del Viernes Santo de 1964.
Obsérvese la localización del epicentro
(punto rojo). (Del U. S. Geological Survey.)
Anchorage
Valdez
Valdez
Whittier
Seward
Seward
Bahía
Cook
Chenega
Golfo de Alaska
Kodiak
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Destrucción causada por los terremotos
calizado directamente al sur de Cairo, Illinois, y las vibraciones se sintieron desde el golfo de México hasta Canadá, y desde las Rocosas hasta las playas del Atlántico.
Destrucción causada por las vibraciones
sísmicas
El terremoto de Alaska en 1964 proporcionó a los geólogos nuevas pistas sobre el papel del movimiento del suelo como fuerza destructiva. A medida que la energía liberada por un terremoto viaja a lo largo de la superficie
terrestre, hace que el suelo vibre de una manera compleja, moviéndose hacia arriba y hacia abajo, así como de un
lado a otro. La magnitud del daño estructural atribuible a
las vibraciones depende de varios factores, entre ellos: (1)
la intensidad; (2) la duración de las vibraciones; (3) la naturaleza del material sobre el que descansan las estructuras, y (4) el diseño de la estructura.
Todas las estructuras de múltiples pisos de Anchorage fueron dañadas por las vibraciones. Los mejor parados
fueron los edificios residenciales con estructura de madera,
más flexible. Sin embargo, muchos hogares fueron destruidos cuando el suelo falló. Un ejemplo destacable de
cómo las variaciones de construcción afectan los daños
provocados por un terremoto se muestran en la Figura
11.16. Obsérvese que los edificios de estructura de acero resisten las vibraciones, mientras que el edificio mal diseñado J. C. Penney resultó muy dañado. Los ingenieros han
aprendido que los edificios de albañilería no reforzada son
la amenaza más grave a la seguridad durante los terremotos.
Casi todas las estructuras grandes de Anchorage se
destruyeron, aun cuando estaban construidas según las
recomendaciones del Uniform Building Code de previsión de terremotos. Quizá algo de esa destrucción pueda
atribuirse a la duración inusualmente larga de este terre-
▲ Figura 11.16 Daños causados al edificio de cinco plantas J. C.
Penney Co., Anchorage, Alaska. El edificio adyacente sufrió muy
pocos daños estructurales. (Foto cortesía de NOAA/Seattle.)
325
moto. En la mayoría de los seísmos los temblores duran
menos de un minuto. Por ejemplo, el terremoto de
Northridge de 1994 se sintió durante unos 40 segundos,
y las fuertes vibraciones del terremoto de Loma Prieta, en
1989, duraron menos de 15 segundos. Pero el terremoto
de Alaska actuó de 3 a 4 minutos.
Amplificación de las ondas sísmicas Aunque la región situada entre los 20 y los 50 kilómetros del epicentro experimentará más o menos la misma intensidad de sacudida
del terreno, la destrucción varía considerablemente dentro de esta área. Esta diferencia es atribuible sobre todo a
la naturaleza del suelo sobre el que están construidas las
estructuras. Los sedimentos blandos, por ejemplo, amplificarán las vibraciones en general más que el sustrato de
roca sólida. Por tanto, los edificios localizados en Anchorage, que estaban situados en sedimentos no consolidados,
experimentaron un gran daño estructural. Por el contrario, gran parte de la ciudad de Whittier, aunque mucho
más próxima al epicentro, descansa sobre un basamento
firme de granito y, por consiguiente, sufrió mucho menos
daño. Sin embargo, Whittier fue dañada por la ola de un
maremoto (descrito en la siguiente sección).
El terremoto mexicano de 1985 proporcionó a los
sismólogos y a los ingenieros un vívido recordatorio de lo
que habían aprendido desde el terremoto de Alaska de
1964. La costa mexicana, donde se centró el terremoto,
experimentó temblores inusualmente ligeros, pese a la
fuerza del seísmo. Como cabía esperar, las ondas sísmicas
se debilitaron progresivamente al aumentar la distancia
desde el epicentro. Sin embargo, en la sección central de
la ciudad de México, a casi 400 kilómetros del origen, las
vibraciones se intensificaron hasta 5 veces más que las experimentadas en los distritos de las afueras. Gran parte de
este movimiento amplificado del terreno puede atribuirse a los sedimentos blandos, restos del lecho de un antiguo lago, que subyace en algunas zonas de la ciudad (véase Recuadro 11.2).
Licuefacción En áreas donde los materiales no consolidados están saturados con agua, las vibraciones de los terremotos pueden generar un fenómeno conocido como licuefacción (liqueo ser fluido; facio hacer). Bajo esas
condiciones, lo que había sido un suelo estable se convierte en un fluido móvil que no es capaz de soportar edificios ni otras estructuras. Como consecuencia, los objetos situados bajo tierra, como tanques de almacenamiento
y conducciones de alcantarillado, pueden flotar literalmente hacia la superficie. Los edificios y otras estructuras
superficiales pueden hundirse. Durante el terremoto de
Loma Prieta en 1989, en el distrito Marina de San Francisco, los cimientos se hundieron y géiseres de arena y
agua salieron disparados del suelo, indicando que se había producido licuefacción (Figura 11.17).
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
▲
Recuadro 11.2
Entender la Tierra
Amplificación de las ondas y riesgos sísmicos
Gran parte del daño y de la pérdida de vidas derivados del terremoto que tuvo lugar en 1985 en la ciudad de México se
produjo porque los edificios de la parte
baja de la ciudad estaban construidos sobre los sedimentos de un lago que amplificaron mucho el movimiento del terreno.
Para entender por qué ocurre esto, recordemos cómo las ondas sísmicas atraviesan
la Tierra y hacen que vibre el material que
atraviesan de una manera muy parecida a
lo que ocurre con un diapasón cuando es
golpeado. Aunque la mayoría de los objetos puede verse «forzada» a vibrar a lo
largo de un amplio espectro de frecuencias, cada una tiene su período de vibración natural preferido. Los diferentes materiales terrestres, como los diapasones de
diferente longitud, tienen también diferentes períodos naturales de vibración*.
La amplificación del movimiento del
terreno se produce cuando el material sustentador tiene un período natural de vibración (frecuencia) que encaja con el de
las ondas sísmicas. Un ejemplo común de
este fenómeno se produce cuando un padre empuja a su hijo en el columpio.
Cuando el padre empuja periódicamente
al niño a ritmo con la frecuencia de balanceo, el niño se mueve hacia atrás y hacia delante en un arco (amplitud) cada vez
mayor. Por casualidad, la columna de sedimento situada debajo de la ciudad de
México tenía un período natural de vibración de unos 2 segundos, que encajaba con
* Para demostrar el período natural de vibración de un
objeto, sujete una regla sobre el borde de una mesa de
manera que la mayor parte de ella no esté sustentada
por la mesa. Empiece a hacerla vibrar y note el ruido
que hace. Cambiando la longitud de la porción no soportada de la regla, cambiará en consecuencia el período natural de vibración.
el período de las ondas sísmicas más intensas. Por tanto, cuando las ondas sísmicas empezaron a sacudir los sedimentos
blandos, se originó una resonancia, que aumentó mucho la amplitud de las vibraciones. Esta amplificación provocó vibraciones que produjeron movimientos del suelo
hacia delante y hacia atrás de 40 centímetros cada 2 segundos durante casi 2 minutos. Dicho movimiento fue demasiado intenso para muchos de los edificios mal
diseñados de esta ciudad. Además, las estructuras de altura intermedia (de cinco a
quince pisos) se balancean hacia atrás y
hacia delante con un período de unos 2 segundos. Por tanto, también se desarrolló
resonancia entre estos edificios y el terre-
no, con el resultado de que la mayoría de
los fallos de los edificios se produjo en estructuras con este intervalo de alturas.
Se piensa también que la amplificación de la onda inducida por los sedimentos contribuyó de manera significativa al fallo de la sección Cypress de la
interestatal 880 durante el terremoto que
tuvo lugar en Loma Prieta en 1989 (Figura 11.B). Los estudios llevados a cabo
en la sección de 1,4 kilómetros que se
hundió demostraron que estaba construida sobre los lodos de la bahía de San
Francisco. Otra sección de esta interestatal que resultó dañada, pero no se hundió,
estaba construida sobre materiales aluviales más firmes.
Sustrato de roca
Lodo blando
80
ridge
Bay B
Arena
y grava
Estructura 580
Cypress
0
10
0
Segundos
80
880
Oakland
Oakland
0
5
kilometros
San
Francisco
Área del mapa
Epicentro
del terremoto
▲ Figura 11.B La porción de la estructura de la autopista Cypress, en Oakland,
California, que se construyó sobre el lodo blando (línea roja punteada) se hundió durante
el terremoto de Loma Prieta, 1989. Las partes adyacentes de la estructura (rojo sólido), que
se construyeron sobre terrenos más firmes, permanecieron de pie. Los sismogramas de una
réplica (arriba a la derecha) muestran que la vibración se amplifica mucho en el lodo
blando, en comparación con los materiales más firmes.
Seiches Los efectos de los grandes terremotos pueden
sentirse a miles de kilómetros de su origen. El movimiento
del terreno puede generar seiches: chapoteo rítmico del
agua en lagos, embalses y cuencas cerradas como la del
golfo de México. El terremoto de 1964 de Alaska, por
ejemplo, generó olas de 2 metros en la costa de Texas, que
dañaron embarcaciones pequeñas, mientras que se nota-
ron ondas mucho menores en las piscinas de Texas y Louisiana.
Los seiches pueden ser particularmente peligrosos
cuando ocurren en presas de tierra. Se sabe que estas olas
chapotean sobre los muros del embalse y debilitan la estructura, poniendo así en peligro las vidas de quienes viven corriente abajo.
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Destrucción causada por los terremotos
▲ Figura 11.17 El terremoto de Loma Prieta (1989), formó estos
«volcanes de barro». Se formaron cuando los géiseres de arena y
agua salieron disparados del suelo, indicando que se había producido
licuefacción. (Foto de Richard Hilton, cortesía de Dennis Fox.)
Tsunamis
Muchas muertes asociadas con el terremoto que azotó
Alaska en 1964 fueron causadas por maremotos o tsunamis* (tsu puerto; nami olas). Estas olas destructivas son a menudo denominadas «olas de marea» por los
* Los maremotos recibieron el nombre de tsunami por los japoneses, que
han sufrido muchos. El término tsunami se utiliza ahora en todo el mundo.
Velocidad del tsunami:
835 km/h
327
medios de comunicación. Sin embargo, este nombre es inapropiado, pues estas olas son generadas por los terremotos, no por el efecto mareal de la Luna ni el Sol.
Los tsunamis son consecuencia casi siempre del desplazamiento vertical a lo largo de una falla situada en el
suelo oceánico o de un gran deslizamiento submarino provocado por un terremoto (Figura 11.18). Una vez creado,
un tsunami recuerda las ondulaciones formadas cuando se
lanza una piedra a un estanque. Al contrario que estas últimas, el tsunami avanza a través del océano a velocidades
asombrosas de 500 a 950 kilómetros por hora. Pese a esta
notable característica, un tsunami puede pasar desapercibido en mar abierto porque su altura suele ser inferior a
un metro y la distancia entre las crestas de las olas grandes oscilar entre 100 y 700 kilómetros. Sin embargo, después de entrar en las aguas costeras menos profundas, estas olas destructivas se ralentizan y el agua empieza a
apilarse hasta alturas que a veces superan los 30 metros
(Figura 11.18). A medida que la cresta de un tsunami se
acerca a la costa, surge como una elevación rápida del nivel del mar con una superficie turbulenta y caótica. Un
tsunami puede ser muy destructivo (Figura 11.19).
Normalmente la primera advertencia de aproximación de un tsunami es una retirada relativamente rápida de
agua de las playas. Los residentes de la costa han aprendido a hacer caso de esta advertencia y a desplazarse a un
terreno más elevado, pues de 5 a 30 minutos después, el
retroceso del agua va seguido de una oleada capaz de extenderse centenares de metros tierra adentro. De una manera sucesiva, cada oleada va seguida de una retirada rápida del agua mar adentro.
El tsunami generado por el terremoto de Alaska de
1964, infligió un grave daño a las comunidades próximas
al golfo de Alaska, destruyendo completamente la ciudad
Velocidad del tsunami:
340 km/h
Velocidad del tsunami:
50 km/h
Nivel del mar
Profundidad del agua:
5.500 metros
Profundidad del agua:
900 metros
Profundidad del agua:
20 metros
Desplazamiento
▲ Figura 11.18 Diagrama de un tsunami generado por desplazamiento del suelo oceánico. La velocidad de una ola está relacionada con la
profundidad oceánica. Como se muestra, las olas que se mueven en agua profunda avanzan a velocidades que superan los 800 kilómetros
por hora. La velocidad disminuye gradualmente hasta 50 kilómetros por hora a profundidades de 20 metros. La disminución de la
profundidad reduce la velocidad del movimiento de la ola. A medida que las olas se ralentizan en agua superficial, crecen en altura hasta que
se tambalean y se precipitan sobre la costa con tremenda fuerza. El tamaño y el espaciado de este oleaje no están representados a escala.
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
▲ Figura 11.19 Un hombre está de pie ante un muro de agua que está a punto de tragárselo en Hilo, Hawaii, el 1 de abril de 1946. Este
tsunami, que se originó en las islas Aleutianas, cerca de Alaska, todavía era lo bastante potente cuando azotó Hawaii como para elevarse de 9
a 16 metros. El S. S. Brigham Victory, desde donde se tomó esta fotografía, consiguió sobrevivir la arremetida, pero 159 personas perdieron la
vida en Hawaii, entre ellas el hombre de la imagen. (Foto cortesía del Water Resources Center Archives, Universidad de California, Berkeley.)
de Chenega. Kodiak también resultó muy dañada y la mayor parte de su flota pesquera fue destruida cuando un maremoto arrastró los buques hasta el distrito comercial. Se
atribuyen a este tsunami 107 muertos. Por el contrario,
sólo nueve personas murieron en Anchorage como consecuencia directa de las vibraciones.
El daño causado por el tsunami que apareció después del terremoto de Alaska se extendió a lo largo de gran
parte de la costa oeste de Norteamérica y, pese a ser advertido con una hora de anticipación, perecieron 12 personas en Crescent City, California, donde todos los muertos y la mayor parte de la destrucción fueron causados por
la quinta ola. La cresta de la primera ola alcanzó aproximadamente 4 metros de altura por encima del nivel de la
marea baja y fue seguida por 3 olas progresivamente menores. Creyendo que el tsunami había cesado, la gente volvió a la costa, solo para encontrarse con la quinta, y más
devastadora, ola, que, superpuesta a la marea alta, alcanzó una altura de 6 metros por encima del nivel de la marea baja.
El 17 de julio de 1998, cuatro localidades de la costa septentrional de Nueva Guinea casi desaparecieron.
Ahí, se cree que un terremoto, que en otras circunstancias
sería normal, con una magnitud de 7,1 provocó un gran
deslizamiento submarino. (Temblores de como mínimo
este tamaño azotan el globo cada tres semanas.) En un período de 5 a 10 minutos una llanura de agua de una media de 10 metros de altura y quizá 1 o 2 kilómetros de ancho azotó la orilla durante más de un minuto. La siguieron
dos olas parecidas a intervalos de varios minutos. Oficialmente, el tsunami, el peor en más de dos décadas, se llevó 2.134 vidas, pero muchas no entraron en el recuento
(Recuadro 11.3).
Deslizamientos y subsidencia del terreno
En el terremoto de Alaska de 1964, el mayor daño en las
estructuras se debió a deslizamientos y subsidencia del terreno desencadenados por las vibraciones. En Valdez y Seward, la violenta sacudida hizo que experimentaran licuefacción los materiales deltaicos; el desplome subsiguiente
se llevó las dos zonas portuarias. Debido a la amenaza de
recurrencia, el pueblo entero de Valdez fue trasladado a
unos 7 kilómetros sobre un terreno más estable. En Valdez, murieron 31 personas que estaban en el muelle cuando se hundió en el mar.
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Destrucción causada por los terremotos
▲
Recuadro 11.3
329
El hombre y el medio ambiente
El sistema de aviso de los tsunamis
cercana al epicentro (Figura 11.C). Por
ejemplo, un tsunami generado cerca de
las islas Aleutianas tardaría 5 horas en llegar a Hawaii, y uno generado cerca de la
costa de Chile se desplazaría durante 15
horas hasta llegar a Hawaii.
Por fortuna, la mayoría de terremotos
no genera tsunamis. Sólo unos 1,5 tsunamis destructivos de media son generados
en todo el mundo cada año. De ellos, sólo
aproximadamente uno cada 10 años es catastrófico.
Islas
Aleutianas
Asia
Norteamérica
1 hr
2 hr
9
6
4
3h
h
hr r
7
hr
hr
hr
r
2h
1 hr
5
8
r
10
hr
hr 3 hr
4 hr
12
h
11 r
h
10 r
hr
9
hr
8
hr
7
hr
6
hr
5h
r
4h
r
3
h
2 r
h
1 r
hr
Los tsunamis atraviesan grandes distancias
del océano antes de que su energía se disipe por completo. El tsunami generado por
un terremoto que ocurrió en Chile en
1960, además de destruir las poblaciones a
lo largo de un tramo de 800 kilómetros
del litoral de Sudamérica, recorrió 17.000
kilómetros a través del Pacífico hacia Japón. Allí, unas 22 horas después del sismo,
se produjeron daños considerables en las
poblaciones costeras del sur. Durante varios días posteriores al acontecimiento, los
mareógrafos de Hilo, Hawaii, detectaron
estas olas que disminuían conforme reverberaban como ecos alrededor del Pacífico.
En 1946, un gran tsunami azotó las islas Hawaii sin previo aviso. Una ola de
más de 15 metros de altura destrozó varias
poblaciones costeras. Esta destrucción fue
el motivo de que la National Oceanic and
Atmospheric Administration estableciera
un sistema de aviso de los tsunamis para
las áreas litorales del Pacífico. Los observatorios sísmicos de la región informan de
los grandes terremotos al Pacific Tsunami Warning Center de Ewa Beach (cerca
de Honolulu), Hawaii. Los científicos del
centro utilizan los mareógrafos para determinar si se ha formado un tsunami.
Aunque los tsunamis se desplazan a gran
velocidad, hay tiempo suficiente para evacuar toda la zona excepto la región más
5 hr
Honolulu
Suramérica
Nueva Guinea
Australia
▲ Figura 11.C Tiempo de desplazamiento de tsunamis hacia Honolulu, Hawaii, desde
todas las localizaciones del Pacífico. (Del NOAA.)
Gran parte del daño causado en la ciudad de Anchorage se atribuyó también a los deslizamientos de terreno. Muchos hogares fueron destruidos en Turnagain
Heights, cuando un estrato arcilloso perdió su resistencia
y más de 200 acres de tierra se deslizaron al océano (Figura 11.20). Una porción de este espectacular deslizamiento
quedó en su estado natural como recordatorio de este destructivo acontecimiento. El lugar se llamó, con toda propiedad, «Parque del Terremoto». También se destruyó el
centro de la ciudad de Anchorage cuando algunas partes
del distrito comercial se hundieron hasta tres metros.
Incendios
El terremoto de San Francisco (1906) nos recuerda la formidable amenaza que representa el fuego. La parte central
de la ciudad tenía fundamentalmente grandes estructuras
antiguas de madera y edificios de ladrillo. Aunque muchos
de los edificios de ladrillo no reforzado sufrieron un grave
daño por las vibraciones, la destrucción mayor fue causada
por los incendios, que empezaron cuando se destruyeron las
líneas eléctricas y las tuberías de gas. Los incendios estuvieron fuera de control durante tres días y devastaron más de
500 manzanas de la ciudad (véase Figura 11.2). El problema
se agrandó porque la sacudida inicial del terreno rompió las
tuberías de agua de la ciudad en centenares de trozos.
Por fin se consiguió contener el fuego dinamitando
los edificios situados a lo largo de un ancho bulevar para
formar un cortafuegos, la misma estrategia que se utiliza
para luchar contra los incendios forestales. Aunque se atribuyeron sólo unas pocas muertes al fuego de San Francisco, no siempre ocurre eso. En 1923, un terremoto desen-
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
Turnagain Heights
Estrato de arena y grava
Estrato arcilloso
Bootlegger Cove
Desarrollo de grietas
A.
200 metros
Perfil original
B.
C.
▲ Figura 11.20 Deslizamiento en las Turnagain Heights causado por el terremoto de Alaska de 1964. A. Las vibraciones del terremoto
hicieron que aparecieran grietas cerca de la parte superior del terreno. B. En cuestión de segundos los bloques de tierra empezaron a
deslizarse hacia el mar sobre un débil estrato de arcilla. C. Foto de una pequeña parte del deslizamiento de Turnagain Heights (Foto cortesía
del USGS). En menos de 5 minutos, hasta 200 metros de Turnagain Heights habían sido destruidos.
cadenó en Japón unos 250 incendios, que devastaron la
ciudad de Yokohama y destruyeron más de la mitad de los
hogares de Tokio. Se atribuyen a los incendios más de
100.000 muertos, debido a que dichos incendios eran alimentados por vientos inusualmente fuertes.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN…
He oído que el lugar más seguro de una casa durante
un terremoto es el marco de una puerta. ¿De verdad
es el mejor lugar mientras se produce un terremoto?
Depende. Si estamos en la carretera, debemos alejarnos de túneles, pasos bajo nivel y pasos sobre nivel. Hay que pararse
en una zona segura y quedarse en el vehículo hasta que cese
el temblor. Si durante un terremoto estamos en el exterior,
debemos mantenernos alejados de edificios, árboles, y líneas
telefónicas y eléctricas. En el interior, no olvidemos agacharnos, cubrirnos y agarrarnos. Si sentimos un terremoto, debemos
agacharnos debajo un escritorio o una mesa de estudio, lejos
de ventanas, estanterías, archivadores, espejos pesados, plantas colgantes y otros objetos pesados que pudieran caer. Debemos permanecer bajo cubierto hasta que cese el temblor. Y
agarrados al escritorio o la mesa: si se mueven, nos movemos
con ellos.
Una imagen duradera de un terremoto en California es
una casa de adobe derrumbada de la que sólo se mantiene en
pie el marco de la puerta. De ahí viene la creencia de que una
puerta es el lugar más seguro durante un terremoto. Eso sólo
es cierto si se vive un una casa de adobe antigua, no reforzada. En los hogares modernos, las puertas no son más fuertes
que cualquier otra parte de la casa y suelen tener puertas que
se balancearán y que pueden herir a quienes estén debajo de
ellas. Estaríamos más seguros debajo de una mesa.
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¿Pueden predecirse los terremotos?
¿Pueden predecirse los terremotos?
Las vibraciones que sacudieron Northridge, California, en
1994 causaron 57 muertos y una pérdida aproximada de
40.000 millones de dólares; todo ello como consecuencia
de un terremoto breve (unos 40 segundos), calificado de
moderado. Los sismólogos advierten que se producirán
terremotos comparables o de mayor intensidad a lo largo
de la falla de San Andrés, que atraviesa 1.300 kilómetros
de este estado. La pregunta obvia es: ¿Pueden predecirse
los terremotos?
Predicciones a corto plazo
El objetivo de la predicción de los terremotos a corto plazo es informar sobre la localización y la magnitud de un
gran terremoto en un corto espacio de tiempo. Japón, Estados Unidos, China y Rusia, países donde los riesgos de
terremotos son elevados (Tabla 11.4), están realizando esfuerzos sustanciales para conseguir este objetivo. La investigación se ha concentrado en el control de posibles pre-
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cursores: fenómenos que preceden a los terremotos y que,
por tanto, proporcionan una advertencia de su inminencia. En California, por ejemplo, los sismólogos están midiendo el levantamiento, la subsidencia y la deformación
de las rocas próximas a las fallas activas. Algunos científicos japoneses están estudiando el comportamiento anómalo de los animales que puede preceder a un terremoto.
Otros investigadores están controlando los cambios de nivel del agua subterránea y aún otros están intentando predecir los terremotos en función de los cambios de conductividad eléctrica de las rocas.
Entre los experimentos más ambiciosos se cuenta
uno llevado a cabo a lo largo de un segmento de la falla de
San Andrés cerca de la ciudad de Parkfield, en California
central. Aquí se han producido terremotos de intensidad
moderada de una manera regular aproximadamente una
vez cada 22 años desde 1857. El más reciente fue un sismo de magnitud 5,6 que se produjo en 1966. Al haberse
«retrasado» significativamente el siguiente acontecimiento, el U. S. Geological Survey ha establecido una elaborada red de control. Consta de medidores de deslizamiento,
Tabla 11.4 Algunos terremotos notables
Año
Localización
Muertos (est.)
Magnitud†
1556
1755
*1811-1812
*1886
Shensi, China
Lisboa, Portugal
Nuevo Madrid, Missouri
Charleston, Carolina del Sur
830.000
70.000
Pocos
60
*1906
1908
1923
1960
San Francisco, California
Messina, Italia
Tokio, Japón
Sur de Chile
1.500
120.000
143.000
5.700
7,9
9,6
*1964
1970
*1971
1975
1976
1985
Alaska
Perú
San Fernando, California
Provincia Liaoning, China
Tangshan, China
Ciudad de México
131
66.000
65
1.328
240.000
9.500
9,2
7,8
6,5
7,5
7,6
8,1
1988
*1989
1990
Armenia
Loma Prieta, California
Irán
25.000
62
50.000
6,9
6,9
7,3
1993
*1994
1995
Latur, India
Northridge, California
Kobe, Japón
10.000
57
5.472
6,4
6,7
6,9
1999
Izmit, Turquía
17.127
7,4
1999
2001
2001
Chi-Chi, Taiwan
EI Salvador
Bhuj, India
2.300
1.000
20.000*
7,6
7,6
7,9
7,9
7,8
Comentarios
Posiblemente el mayor desastre natural.
Un tsunami causó grandes daños.
Tres terremotos importantes.
El mayor terremoto histórico en la parte oriental
de Estados Unidos.
Los incendios causaron grandes daños.
Los incendios causaron gran destrucción.
Posiblemente el terremoto de mayor magnitud
nunca registrado.
El mayor terremoto de Norteamérica.
Gran deslizamiento de rocas.
Los daños superaron los mil millones de dólares.
Primer terremoto importante que se predijo.
No predicho.
El mayor daño ocurrió a 400 kilómetros del
epicentro.
Construcciones de mala calidad.
Los daños superaron los 6.000 millones de dólares.
Los deslizamientos de terreno y las construcciones
de mala calidad causaron graves daños.
Localizado en el interior continental estable.
Los daños superaron los 40.000 millones de dólares.
Se calcula que los daños superaron los 100.000
millones de dólares.
Cerca de 44.000 heridos y más de 250.000
desplazados.
Gran destrucción; 8.700 heridos.
Provocó muchos deslizamientos de tierra.
1 millón o más de personas sin hogar.
* Terremotos en Estados Unidos.
† Se han calculado magnitudes muy diferentes para algunos de estos terremotos. Las magnitudes del momento se utilizan cuando se dispone de ellas.
Fuente: U. S. Geological Survey.
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
inclinómetros y medidores de deformación en agujeros
taladrados, que se utilizan para medir la acumulación y la
liberación de la deformación. Además, se han instalado 70
sismógrafos de diseños diversos para registrar los sismos
precursores, así como el acontecimiento principal. Por último, una red de distanciómetros que utilizan láser mide
el movimiento a través de la falla (Figura 11.21). El objetivo es identificar los movimientos del terreno que pueden
preceder a un sismo de tamaño considerable.
Los sismólogos chinos afirmaron haber predicho
satisfactoriamente a corto plazo el terremoto que tuvo lugar el 4 de febrero de 1975 en la provincia de Liaoning.
Según sus informes, murió muy poca gente, aunque más
de un millón vivía cerca del epicentro, porque el terremoto se predijo y la población fue evacuada. Recientemente, algunos sismólogos occidentales han cuestionado
esta afirmación y sugieren, en cambio, que un intenso enjambre de sismos precursores, que empezaron 24 horas
antes del terremoto principal, pudo haber inducido a la
gente a la evacuación espontánea. Además, un informe oficial del gobierno chino emitido 10 años después afirmaba que murieron 1.328 personas y 16.980 resultaron heridas como consecuencia de este terremoto.
Un año después del terremoto de Liaoning, murieron al menos 240.000 personas en el terremoto de Tangán, China, que no se predijo. Los chinos han emitido falsas alarmas. En una provincia próxima a Hong Kong,
según se dice, la gente abandonó sus hogares durante más
de un mes, pero no hubo terremoto. Cualquiera que sea
el método que los chinos emplean para sus predicciones a
corto plazo, evidentemente no es fiable.
Para que un esquema de predicción goce de aceptación general, debe ser preciso y fiable. Por tanto, debe tener un pequeño nivel de incertidumbre con respecto a la localización y el momento, y debe producir pocos fracasos o alarmas
falsas. ¿Imagina el debate que precedería a una orden para
evacuar una gran ciudad de Estados Unidos, como Los
▲ Figura 11.21 Láser utilizados para medir el movimiento a lo
largo de la falla de San Andrés. (Foto de John K. Nakata/U. S.
Geological Survey.)
Ángeles o San Francisco? El coste de evacuar a millones
de personas, buscarles alojamiento y suplir su pérdida de
tiempo de trabajo y salario sería asombroso.
En la actualidad, no existe método fiable alguno para
realizar predicciones sísmicas a corto plazo. De hecho, excepto durante un breve período de optimismo, en los años
70, los principales sismólogos de los últimos cien años
han llegado a la conclusión general de que la predicción a
corto plazo de los terremotos no es factible. Citando a
Charles Richter, quien desarrolló la conocida escala de
magnitud, «la predicción proporciona un terreno abonado para los aficionados, los chiflados y los impostores en
busca de publicidad». Esta afirmación se validó en 1990
cuando Iben Browning, un autoproclamado experto, predijo que un terremoto importante, localizado en la falla de
Nuevo Madrid, devastaría un área del sureste de Missouri el 2 o el 3 de diciembre. Muchas personas de Missouri,
Tennessee, e Illinois corrieron a asegurarse contra los terremotos. Algunas escuelas e industrias cerraron; hasta
quienes vivían al norte de Illinois se quedaron en casa por
no correr el riesgo de ir a trabajar. La fecha designada pasó
sin el más mínimo temblor.
Pronósticos a largo plazo
Al contrario que las predicciones a corto plazo, cuyo objetivo es predecir los terremotos en horas o, a lo sumo, en
días, los pronósticos a largo plazo proporcionan la probabilidad de que se produzca un terremoto de cierta magnitud en una escala temporal de 30 a 100 años, o más. Dicho
de otra manera, estos pronósticos proporcionan cálculos
estadísticos de la intensidad esperada de movimiento de la
Tierra para un área concreta durante un marco temporal
específico. Aunque los pronósticos a largo plazo pueden no
ser tan informativos como nos gustaría, estos datos son importantes para la actualización del Uniform Building
Code, que contiene la normativa nacional para diseño de
estructuras resistentes a terremotos.
Los pronósticos a largo plazo se basan en la premisa de que los terremotos son repetitivos o cíclicos, como
el clima. En otras palabras, en cuanto ha pasado un terremoto, los movimientos continuos de las placas litosféricas
empiezan a acumular tensión de nuevo en las rocas, hasta que éstas vuelven a ceder. Esto ha llevado a los sismólogos a estudiar los registros históricos de los terremotos
para ver si existen patrones apreciables, de manera que
pueda establecerse su probabilidad de recurrencia.
Teniendo en cuenta este concepto, un grupo de sismólogos representó la distribución de zonas de ruptura
asociadas con los grandes terremotos que se han producido en las regiones sísmicamente activas de la cuenca del
Pacífico. Los mapas revelaron que las zonas de ruptura
tendían a aparecer adyacentes unas a otras sin solapa-
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¿Pueden predecirse los terremotos?
tificaron como lugares probables para terremotos importantes en las siguientes décadas (Figura 11.22). En los 25
años transcurridos desde que se llevaron a cabo los estudios originales, alguno de esos huecos ha experimentado
terremotos (véase Recuadro 11.4). En este grupo se encuentra la zona que produjo el terremoto que devastó en
septiembre de 1985 partes de la ciudad de México.
Se ha puesto en práctica otro método de pronóstico a largo plazo, conocido como paleosismología (palaois
antiguo; seismos sacudida; ology estudio de). Una técnica implica el estudio de los depósitos estratificados que
fueron afectados por sismos prehistóricos. Hasta la fecha,
▲
miento apreciable, contorneando el borde de las placas.
Recordemos que la mayoría de los terremotos se genera
en los bordes de placa por el movimiento relativo de los
grandes bloques de la corteza. Dado que las placas están
en movimiento constante, los investigadores predijeron
que en el lapso de uno o dos siglos, se producirían importantes terremotos a lo largo de cada uno de los segmentos del borde de la placa del Pacífico.
Cuando los investigadores estudiaron los registros
históricos, descubrieron que en algunas zonas no se había
producido un terremoto grande en más de un siglo. Estas
zonas tranquilas, denominadas vacíos sísmicos, se iden-
333
Alaska
Vacío
1964
1958
Placa Norteamericana
1972
Vacío
an
u ti
Vacío
1965
Fo
Ale
I slas
1957
Figura 11.22 Distribución de las áreas
de ruptura de los grandes terremotos
superficiales ocurridos entre 1930 y 1979 a
lo largo de la costa suroccidental de Alaska y
las islas Aleutianas. Los tres huecos sin
sismos indican las localizaciones más
probables de los próximos grandes
terremotos a lo largo de este borde de
placa. (Tomado de J. C. Savage y cols., U. S.
Geological Survey.)
1938
as
1949
1946
Placa del Pacífico
sa de las Aleutiana s
▲
Recuadro 11.4
Entender la Tierra
Un terremoto importante en Turquía
El 17 de agosto de 1999, a las 3 h 02 de la
madrugada hora local, un terremoto de
magnitud (MW) 7,4 sacudió el noroeste
de Turquía, mientras la mayoría de la población dormía. El epicentro se encontraba a 10 kilómetros en dirección sureste de Ismit, en una región que constituye
el centro industrial y la parte más densamente poblada del país. Estambul y sus 13
millones de habitantes se encuentran justamente a 70 kilómetros al oeste.
Según los cálculos oficiales del gobierno, el terremoto causó la muerte de
más de 17.000 personas y casi 44.000
heridos. Más de 250.000 personas fueron obligadas a abandonar sus hogares
dañados y fueron acogidas en 120 «campamentos» improvisados. Las estimaciones de las pérdidas de propiedad que
realizó el Banco Mundial se acercaban a
los 7.000 millones de dólares. La licuefacción y el temblor del terreno fueron
las principales causas de los daños, pero
las fallas superficiales y los deslizamientos de tierra también fueron responsables de una parte sustancial de las muertes y la destrucción. Fue el terremoto
más devastador que había golpeado Turquía en 60 años.
Turquía tiene una región geológicamente activa que con frecuencia experimenta grandes terremotos. La mayor
parte del país es parte de un pequeño
bloque de litosfera continental conocido como la microplaca Turca. Esta pequeña placa está atrapada entre las placas Arábiga y Africana, que se mueven
hacia el norte, y la placa Euroasiática,
relativamente estable (Figura 11.D). En
agosto de 1999, se produjo un terremoto a lo largo del límite occidental del sistema de fallas del norte de Anatolia, de
1.500 kilómetros de longitud. Esta falla
tiene mucho en común con la falla de
San Andrés, en California. Ambas son
fallas con desplazamiento horizontal
dextrorso y tienen longitudes similares y
velocidades de movimiento a largo plazo
parecidas*. Como su equivalente norteamericano, la falla del norte de Anatolia es un borde de falla transformante
(borde pasivo).
* Recordemos que si una persona mira a través de
una falla con desplazamiento dextrorso durante un
terremoto, esa persona vería que el lado opuesto se
mueve hacia la derecha.
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
PLACA EUROASIÁTICA
Mar Negro
Grecia
Izmit
l norte de Anato
lia
Falla de
Epicentro
de 1999
Microplaca
Turca
ll
Fa
el
ad
es
t
ia
tol
na
A
e
ed
PLACA ARÁBIGA
0
100 200 km
Asia
Europa
Mar Mediterráneo
PLACA AFRICANA
África
▲ Figura 11.D Los terremotos de Turquía son provocados por el movimiento hacia el
norte de las placas Arábiga y Africana contra la placa Euroasiática, presionando la pequeña
microplaca Turca hacia el oeste. El movimiento tiene cabida a lo largo de dos grandes fallas
con desplazamiento horizontal: la falla del norte de Anatolia y la falla del este de Anatolia.
El hecho de que ocurriera un gran
terremoto a lo largo de esta porción de
la falla del norte de Anatolia no fue
una sorpresa absoluta. Según los registros históricos, la región del epicentro había sido identificada como un
vacío sísmico, una «zona tranquila» a lo
largo de la falla, donde la tensión se
había ido acumulando quizá durante
300 años. Además, durante los 60 años
anteriores, se había desarrollado un interesante patrón de actividad sísmica.
Empezando en 1939 con un sismo con
una magnitud (MW) de 7,9 que produjo la ruptura de unos 350 kilómetros
de terreno, siete terremotos habían
roto la falla de manera progresiva des-
de el este hacia el oeste, como se muestra en la Figura 11.E.
Ahora los investigadores entienden
que cada vez que se producía un terremoto, éste cargaba la zona hacia el oeste con un esfuerzo adicional. Es decir, a
medida que el sismo liberaba esfuerzo
sobre la sección de la falla que rompía,
transfería esfuerzo a los segmentos adyacentes. El siguiente segmento en línea que se romperá se sitúa al oeste de
Izmir, cerca de Estambul. Podría producirse relativamente pronto. En la secuencia desde 1939 ningún terremoto
ha tardado más de 22 años y alguno ocurrió durante el año siguiente al sismo
anterior.
El terremoto que se produjo cerca
de Izmir, Turquía, en 1999, demostró
la enorme potencia de un gran terremoto y el inmenso sufrimiento humano que puede producirse cuando un
terremoto azota un área urbana. Aunque nadie sabe con seguridad dónde ni
cuándo se producirá el próximo gran
sismo en la región, parece que el terremoto que ocurrió cerca de Izmir en
1999 aumentó el riesgo de quienes viven cerca de Estambul.
1999
1967
1957
1944
1951
1943
1942
1939
Mar Negro
Estambul
Izmit
7.1 7.0
Epicentro
de 1999
7.3
7.3
e
del nort
Falla
7.1
de Anato
TURQUÍA
li a
7.8
0
100 km
▲ Figura 11.E Este mapa describe la progresión secuencial hacia el oeste de los grandes
terremotos a lo largo de la falla del norte de Anatolia entre 1939 y 1999. Se anotan el
epicentro y la magnitud de cada uno de ellos. La longitud de cada segmento coloreado
indica la extensión de la ruptura superficial a lo largo de la falla para cada acontecimiento.
la investigación más completa en la que se empleó este
método se concentró en un segmento de la falla de San
Andrés, unos 50 kilómetros al noreste de Los Ángeles. En
este lugar, el cauce de Pallet Creek se ha alterado repetidamente como consecuencia de terremotos a lo largo de
la zona de falla. Zanjas excavadas a través del lecho del río
han mostrado los sedimentos que, según parece, han sido
desplazados por nueve grandes terremotos durante un período de 1.400 años. A partir de estos datos se determinó
que en esta zona se produce un gran terremoto con una
periodicidad media de una vez cada 140 a 150 años. El último gran acontecimiento se produjo a lo largo de este
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Terremotos: pruebas de la tectónica de placas
segmento de la falla de San Andrés en 1857. Por tanto,
han transcurrido unos 140 años. Si los terremotos son
verdaderamente cíclicos, parece inminente un acontecimiento importante en el sur de California. Esta información llevó al U. S. Geological Survey a predecir que hay
un 50 por ciento de probabilidad de que se produzca un
terremoto de magnitud 8,3 a lo largo del sur de la falla de
San Andrés en los próximos 30 años.
Utilizando otras técnicas paleosismológicas, los investigadores descubrieron recientemente pruebas sólidas
de que terremotos muy poderosos (magnitud 8 o mayor)
han golpeado repetidamente el noroeste del Pacífico durante los últimos miles de años. El acontecimiento más reciente se produjo hace unos 300 años. Como consecuencia de esos hallazgos, los servicios públicos han dado los
pasos necesarios para fortalecer las presas, puentes y sistemas de conducción del agua existentes en la región. Incluso el sector privado respondió. El edificio U. S. Bancorp en Portland, Oregón, se fortaleció con un coste de 8
millones de dólares y ahora supera la normativa del Uniform Building Code.
Según otro estudio del U. S. Geological Survey, hay
probabilidad de que ocurra un terremoto a lo largo de varios
segmentos de la falla de San Andrés en los 30 años que van
desde 1988 a 2018 (Figura 11.23). A partir de esta investigación se propuso una probabilidad del 30 por ciento de que se
produjera un terremoto de magnitud 6,5 en la región de las
montañas Santa Cruz durante este período. De hecho, se produjo el terremoto de Loma Prieta en 1989, de magnitud 6,9.
La región situada a lo largo de la falla de San Andrés a
la que se atribuye la mayor probabilidad (90 por ciento) de
generar un terremoto es la sección de Parkfield. La actividad
en esta zona ha sido muy regular desde que se empezaron a
llevar registros en 1857. (Aunque esta sección ha experimentado terremotos con una media de uno cada 22 años, el
último ocurrió en 1966: ¡han pasado más de 12 años y seguimos sumando!) A otra región comprendida entre Parkfield y las montañas Santa Cruz se atribuye una probabilidad
muy baja de generar un terremoto. Esta área ha experimentado muy poca actividad sísmica en tiempos históricos; antes
bien, exhibe un movimiento lento y continuo conocido como
«reptación de falla». Ese movimiento es beneficioso porque
evita la acumulación de tensión a grandes niveles en las rocas.
En resumen, parece que las mejores perspectivas de
hacer predicciones útiles sobre los terremotos radican en
pronosticar las magnitudes y las localizaciones en escalas
temporales de años, o incluso decenios. Estos pronósticos
son importantes porque proporcionan información útil
para desarrollar el Uniform Building Code y ayudan en la
planificación del uso del terreno.
Terremotos: pruebas de la tectónica
de placas
Los terremotos
Terremotos: pruebas de la tectónica
A
S D LA
de placas
E
En el mismo momento en que se formuló el esquema básico de la teoría de la tectónica de placas, los investigadores de varias ramas de las geociencias empezaron a probar
ERR
▲
I
TI
▲
IE N C
Costa
Norte
Probabilidad
de un gran terremoto
entre 1988 y 2018
en la falla de San Andrés
Península
de San Francisco
Montañas
del sur
de Santa Cruz
90%
Menos
del 10%
Parkfield
Cholame
Carrizo
Mojave
Montaña
de San Bernardino
30%
Valle
Coachella
20%
Segmento
de muy baja
probabilidad
Los Ángeles
40%
10%
30%
30%
Epicentro
del terremoto
del 17 de octubre
de 1989
20%
Falla
de San Andrés
San Francisco
335
Figura 11.23 Probabilidad de aparición
de grandes terremotos entre el año 1988 y
el 2018 a lo largo de la falla de San Andrés.
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C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
su validez. Uno de los primeros esfuerzos lo realizó un
grupo de sismólogos, que fueron capaces de demostrar
una buena relación entre el modelo de tectónica de placas
recién desarrollado y la distribución global de los terremotos que se muestra en la Figura 11.12. En particular,
esos científicos pudieron explicar la estrecha asociación
entre los terremotos de foco profundo y las zonas de subducción.
Basándonos en nuestros conocimientos del mecanismo que genera la mayoría de terremotos, podría predecirse que los terremotos ocurrirán sólo en la capa fría,
rígida y más externa de la Tierra. Recordemos que a medida que estas rocas se deforman, se doblan y almacenan
energía elástica, como una cinta de goma estirada. Una vez
la roca se ha deformado lo suficiente, se fractura, liberando la energía almacenada en forma de vibraciones sísmicas. Por el contrario, las rocas móviles calientes de la astenosfera no pueden almacenar energía elástica y, por
tanto, no generarán terremotos. Hasta ahora se han observado terremotos con profundidades de casi 700 kilómetros.
La conexión única entre los terremotos con foco
profundo y las fosas oceánicas se estableció mediante los
estudios llevados a cabo en las islas Tonga. Cuando se representan las profundidades de los focos sísmicos y sus localizaciones dentro del arco de las Tonga, surge el modelo
mostrado en la Figura 11.24. La mayoría de los terremotos superficiales se producen dentro de la fosa, o en la
zona adyacente a ella, mientras que los terremotos medios
o de foco profundo se producen hacia las islas Tonga.
En el modelo de la tectónica de placas, las fosas submarinas se forman allí donde las placas densas de litosfera oceánica se hunden en el manto (Figura 11.24). Los terremotos de foco superficial se producen en respuesta al
plegamiento y la fracturación de la litosfera cuando empieza su descenso o a medida que la placa en subducción
interacciona con la capa situada por encima. Cuanto más
desciende la placa en la astenosfera, son generados terremotos de foco profundo mediante otros mecanismos. Muchas de las pruebas disponibles sugieren que los terremotos ocurren en la placa en subducción relativamente fría y
no tanto en las rocas dúctiles del manto. Por debajo de los
700 kilómetros, se han registrado muy pocos terremotos,
debido posiblemente a que la placa en subducción se ha calentado lo suficiente como para perder su rigidez.
Otras pruebas que respaldan el modelo de la tectónica de placas procedían de observar que los terremotos
superficiales predominan a lo largo de los límites divergentes y de falla transformante. Recordemos que a lo largo de la falla de San Andrés, la mayoría de terremotos se
produce en los primeros 20 kilómetros de la corteza. Puesto que las fosas oceánicas son los únicos lugares donde las
placas frías de la corteza oceánica se sumergen a grandes
profundidades, éstas podrían ser los únicos puntos donde
se producen terremotos de foco profundo. De hecho, la
ausencia de terremotos de foco profundo a lo largo de las
dorsales oceánicas y las fallas transformantes apoya la teoría de la tectónica de placas.
Islas
Tonga
Fosa de
las Tonga
Islas Tonga
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ga
Superficial
Profundidad (km)
100
Nueva
Zelanda
600
0
200
400
600
Distancia (km)
▲ Figura 11.24 Distribución idealizada de los focos sísmicos en las proximidades de la fosa de las Tonga. Obsérvese que los terremotos
intermedios y de foco profundo se producen sólo en el interior de la litosfera que se hunde. (Modificado según B. Isacks, J. Oliver y L. R. Sykes.)
11_Capítulo 11
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Resumen
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Resumen
• Los terremotos son vibraciones de la tierra producidas
por la liberación rápida de energía desde rocas que se
rompen debido a que han sido sometidas a esfuerzos
que superan sus límites de resistencia. Esta energía,
que adopta la forma de ondas, irradia en todas las direcciones desde el origen del terremoto, denominado
foco. Los movimientos que producen la mayoría de los
terremotos ocurren a lo largo de grandes fracturas
denominadas fallas, que suelen estar asociadas con los
bordes de placa.
• A lo largo de una falla, las rocas almacenan energía
a medida que se doblan. Cuando el deslizamiento se
produce en el punto más débil (el foco), el desplazamiento ejercerá un esfuerzo más lejos en la falla,
que a su vez producirá más deslizamiento, así sucesivamente hasta que se libere la tensión acumulada.
Se produce un terremoto cuando la roca vuelve elásticamente a su forma original. El «salto hacia atrás»
de la roca se denomina rebote elástico. El terremoto
mayor va precedido a menudo de terremotos pequeños, denominados sismos precursores. Los ajustes
del terreno posteriores a un terremoto grande generan a menudo terremotos más pequeños denominados réplicas.
• Durante un terremoto se generan dos tipos principales de ondas sísmicas: (1) las ondas superficiales que viajan a lo largo de la capa externa de la Tierra, y (2) las
ondas de cuerpo que recorren el interior de la Tierra.
Las ondas de cuerpo se dividen a su vez en ondas primarias, o P, que empujan (comprimen) y tiran (expanden) de las rocas en la dirección del desplazamiento del frente de onda, y las ondas secundarias, o S,
que «mueven» las partículas de ’a roca en ángulo recto con respecto a su dirección de desplazamiento. Las
ondas P pueden viajar a través de sólidos, líquidos y
gases. Los fluidos (gases y líquidos) no transmiten las
ondas S. En cualquier material sólido, las ondas P
viajan aproximadamente 1,7 veces más deprisa que
las ondas S.
• El punto de la superficie de la Tierra situado directamente encima del foco de un terremoto se denomina
epicentro. La posición del epicentro se determina hallando la diferencia de velocidades entre las ondas P y
las ondas S. Utilizando la diferencia entre los tiempos
de llegada de las ondas P y las ondas S, puede determinarse la distancia que separa la estación de registro
del terremoto. Cuando se conocen las distancias des-
de tres o más estaciones sísmicas, puede localizarse el
epicentro utilizando un método denominado triangulación.
• Existe una estrecha correlación entre los epicentros de los terremotos y los bordes de placa. Los epicentros de los terremotos principales se encuentran a lo largo del margen externo del océano Pacífico, conocido como
cinturón circum-Pacífico, y por los océanos de todo el
mundo a lo largo del sistema de dorsales oceánicas.
• Los sismólogos utilizan fundamentalmente dos medidas diferentes para describir las dimensiones de un
terremoto: la intensidad y la magnitud. La intensidad
es una medida del grado de temblor del terreno en un
punto determinado basada en la cantidad de daños
producidos. La escala de intensidad modificada de Mercalli utiliza los daños a los edificios para calcular la intensidad del temblor del terreno para un terremoto local. La magnitud se calcula a partir de los registros
sísmicos y estima la cantidad de energía liberada en el
origen de un terremoto. Utilizando la escala de Richter
se determina la magnitud de un terremoto midiendo
la amplitud (desplazamiento máximo) de la mayor
onda sísmica registrada. Para expresar la magnitud se
utiliza una escala logarítmica, en la cual a un incremento de 10 en la vibración del terreno corresponde
un aumento de 1 en la escala de magnitud. La magnitud del momento se utiliza en la actualidad para calcular las dimensiones de los terremotos medianos a
grandes. Se calcula utilizando el desplazamiento medio de la falla, el área de la superficie de falla y la resistencia a la cizalla de la roca fallada.
• Los factores más obvios que determinan la cantidad de
destrucción que acompaña a un terremoto son la magnitud del terremoto y su proximidad a una zona poblada. Los daños estructurales atribuibles a las vibraciones de los terremotos dependen de varios factores,
entre ellos: (1) la amplitud de las ondas; (2) la duración
de las vibraciones; (3) la naturaleza del material sobre
el cual reposan las estructuras, y (4) el diseño de la estructura. Son efectos secundarios de los terremotos los
tsunamis, los desplazamientos de tierra, la subsidencia
del terreno y los incendios.
• En Japón, Estados Unidos, China y Rusia (países con
elevado riesgo de terremotos) se realiza mucha investigación para predecir los terremotos. Todavía no se
ha ideado un método fiable de predicción a corto plazo. Los pronósticos a largo plazo se basan en la pre-
11_Capítulo 11
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Página 338
C A P Í T U L O 1 1 Los terremotos
misa de que los terremotos son repetitivos o cíclicos.
Los sismólogos estudian la historia de los terremotos
para obtener patrones, de manera que pueda predecirse su aparición. Los pronósticos a largo plazo son
importantes porque proporcionan información útil
para desarrollar el Uniform Building Code y ayudan
a planificar el uso del terreno.
• La distribución de los terremotos proporciona pruebas consistentes para la teoría de la tectónica de placas. Un aspecto implica la estrecha relación entre los
terremotos de foco profundo y las zonas de subducción. Otras pruebas implican el hecho de que sólo terremotos superficiales ocurren en los límites divergentes y de falla transformante.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué es un terremoto? ¿Bajo qué circunstancias se
producen los terremotos?
14. Por cada incremento de 1 en la escala Richter, la
amplitud de la onda aumenta ________ veces.
2. ¿Cómo están relacionados las fallas, los focos sísmicos y los epicentros?
15. Un terremoto de valor 7 en la escala Richter libera
alrededor de ________ veces más energía que un
terremoto de magnitud 6.
3. ¿Quién fue el primero que explicó el mecanismo
real por medio del cual se generan los terremotos?
4. Explique lo que se entiende por rebote elástico.
5. Las fallas que no están experimentando deslizamiento activo pueden considerarse «seguras». Refute o defienda esta afirmación.
6. Describa el principio de funcionamiento de un sismógrafo.
7. Enumere las principales diferencias entre las ondas
P y las S.
8. Las ondas P se mueven a través de los sólidos, los líquidos y los gases, mientras que las ondas S se mueven sólo a través de sólidos. Explíquelo.
9. ¿Qué tipo de ondas sísmicas produce el mayor daño
en los edificios?
10. Utilizando la Figura 11.10, determine la distancia
entre un terremoto y una estación sísmica si la primera onda S llega 3 minutos después de la primera
onda P.
11. Casi todos los grandes terremotos se producen en
una zona del planeta conocida como la ________.
12. ¿Los terremotos de foco profundo se producen a varios centenares de kilómetros por debajo de qué
rasgo notable del suelo oceánico?
13. Distinga entre la escala de Mercalli y la escala Richter.
16. Enumere 3 motivos por los que la escala de magnitud del momento ha ganado popularidad entre los
sismólogos.
17. Enumere 4 factores que afectan a la magnitud de la
destrucción causada por las vibraciones sísmicas.
18. ¿Qué factor contribuyó más al extenso daño que se
produjo en el centro de la ciudad de México durante el terremoto de 1985?
19. El terremoto que ocurrió en Armenia en 1988 tuvo
una magnitud Richter de 6,9, bastante inferior a los
grandes terremotos de Alaska (1964), y de San Francisco (1906). No obstante, el coste en vidas humanas fue bastante mayor en el armenio, ¿por qué?
20. Además de la destrucción originada directamente
por las vibraciones sísmicas, enumere otros tres tipos de destrucción asociados con los terremotos.
21. ¿Qué es un tsunami? ¿Cómo se genera?
22. Cite algunas razones por las cuales un terremoto de
magnitud moderada podría causar más daño que un
terremoto con una magnitud alta.
23. ¿Pueden predecirse los terremotos?
24. ¿Cuál es el valor de los pronósticos a largo plazo de
los terremotos?
25. Describa brevemente cómo los terremotos pueden
utilizarse como pruebas para la teoría de la tectónica de placas.
Términos fundamentales
«reptación de falla»
epicentro
escala de intensidad
modificada de Mercalli
escala de Richter
falla
foco
hipocentro
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Recursos de la web
inercia
intensidad
licuefacción
magnitud
magnitud del momento
maremoto
onda de cuerpo
onda larga u onda L
onda primaria o P
onda secundaria o S
onda superficial
rebote elástico
réplica
sismógrafo
sismograma
sismología
339
sismo precursor
terremoto
tsunami
vacío sísmico
zona Wadati-Benioff
Recursos de la web
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de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
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CAPÍTULO 12
El interior de la Tierra
Sondeo del interior de la Tierra
Naturaleza de las ondas sísmicas
Ondas sísmicas y estructura
de la Tierra
Capas definidas por su composición
Capas definidas por sus propiedades físicas
Descubrimiento de los límites
principales de la Tierra
Discontinuidad de Mohorovicic
Límite núcleo-manto
Descubrimiento del núcleo interno
La corteza
El manto
El núcleo
Densidad y composición
Origen
El campo magnético terrestre
La máquina térmica del interior
de la Tierra
Flujo de calor en la corteza
Convección del manto
341
12_Capítulo 12
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
E
l interior de la Tierra está justo debajo de nosotros.
Sin embargo, el acceso directo a él continúa siendo
muy limitado. Los sondeos perforados en la corteza
en busca de petróleo, gas y otros recursos naturales sólo alcanzan los últimos 7 kilómetros, una minúscula fracción del
radio de la Tierra, que comprende 6.370 kilómetros. Incluso el sondeo de Kola, un pozo de investigación superprofundo, localizado en un punto remoto del norte de Rusia,
sólo ha penetrado 12,3 kilómetros. Aunque la actividad volcánica se considera una ventana al interior de la Tierra, porque hace ascender los materiales desde abajo, permite sólo
una ojeada a los 200 kilómetros más externos de nuestro
planeta.
Afortunadamente los geólogos han aprendido mucho
sobre la composición y la estructura de la Tierra a través de
modelos de computador, por medio de experimentos de laboratorio a altas presiones y de muestras del Sistema Solar
(meteoritos) que chocan con la Tierra. Además, se han obtenido muchas pistas de las condiciones físicas reinantes en el
interior de nuestro planeta a través del estudio de las ondas
sísmicas generadas por los terremotos y las explosiones nucleares. Cuando dichas ondas atraviesan la Tierra, llevan información a la superficie sobre los materiales que atravesaron.
Por consiguiente, cuando se analizan con detenimiento, los
registros sísmicos proporcionan una imagen «de rayos X» del
interior de la Tierra.
Sondeo del interior de la Tierra
Mucho de lo que sabemos sobre el interior de nuestro
planeta procede del estudio de las ondas sísmicas que
cruzan la Tierra. Dicho con sencillez, la técnica consiste en la determinación precisa del tiempo que las ondas
P (compresivas) y S (cizalla) necesitan para desplazarse desde un terremoto o explosión nuclear hasta una estación
sismográfica. Dado que el tiempo necesario para que las
ondas P y S viajen a través de la Tierra depende de las
propiedades de los materiales que cruzan, los sismólogos
buscan variaciones relacionadas con el tiempo de desplazamiento que no puedan explicarse únicamente por
diferencias en las distancias recorridas. Esas variaciones
corresponden a cambios en las propiedades de los materiales atravesados.
Un problema importante radica en que, para la obtención de tiempos de desplazamiento precisos, los sismólogos deben establecer la localización y el momento
precisos de producción de un terremoto. Esto suele ser
una tarea difícil, porque la mayoría de los terremotos se
produce en zonas remotas. Por el contrario, el tiempo y
la localización exactos de un ensayo nuclear siempre se conocen con exactitud. Pese a las limitaciones de estudiar las
ondas sísmicas generadas por los terremotos, los sismólogos de la primera mitad del siglo XX fueron capaces de utilizarlas para detectar las principales capas de la Tierra. No
fue hasta principios de los años 60, cuando las pruebas nucleares estaban en su apogeo y se desplegaron redes consistentes en centenares de sismógrafos muy sensibles,
cuando se establecieron con certeza las estructuras más finas del interior de la Tierra.
Naturaleza de las ondas sísmicas
Para examinar la composición y la estructura de la Tierra,
primero debemos estudiar algunas de las propiedades básicas de la transmisión de las ondas, o propagación. Como
se indicó en el Capítulo 11, la energía sísmica viaja desde
su origen en todas las direcciones en forma de ondas.
(Con fines descriptivos, la práctica común es considerar el
camino seguido por estas ondas como rayos, o líneas trazadas en perpendicular al frente de la onda, como se muestra en la Figura 12.1.) Entre las características significativas de las ondas sísmicas se cuentan:
1. La velocidad de las ondas sísmicas depende de
la densidad y la elasticidad de los materiales que
atraviesan. Las ondas sísmicas viajan más deprisa en los materiales rígidos, que retornan
elásticamente a sus formas originales cuando
cesa el esfuerzo causado por una onda sísmica.
Por ejemplo, una roca cristalina transmite las
ondas sísmicas más deprisa que una capa de
lodo no consolidada.
2. Dentro de una capa determinada, la velocidad de
las ondas sísmicas aumenta generalmente con la
profundidad, porque la presión aumenta y comprime la roca transformándola en un material
elástico más compacto.
3. Las ondas compresivas (ondas P), que vibran hacia atrás y hacia delante en el mismo plano que
Origen del terremoto
Frentes
de onda
Rayos
▲ Figura 12.1 La energía sísmica viaja en todas las direcciones
desde el origen de un terremoto (foco). La energía puede
representarse en forma de frentes de onda en expansión o de rayos
perpendiculares a los frentes de onda.
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Ondas sísmicas y estructura de la Tierra
su dirección de movimiento, son capaces de propagarse a través de líquidos, así como de sólidos,
porque, cuando están comprimidos, esos materiales se comportan elásticamente, es decir, se
oponen a un cambio de volumen y, como una tira
de goma, vuelven a su forma original cuando
pasa la onda (Figura 12.2A).
4. Las ondas de cizalla (ondas S), que vibran en ángulo recto con respecto a su dirección de desplazamiento, no pueden propagarse a través de
los líquidos, porque, a diferencia de los sólidos,
los líquidos no se oponen a la cizalla (Figura
12.2B). Es decir, cuando los líquidos son sometidos a fuerzas que actúan para cambiar sus formas, simplemente fluyen.
5. En todos los materiales, las ondas P viajan más
deprisa que las ondas S.
343
6. Cuando las ondas sísmicas pasan de un material
a otro, la trayectoria de la onda se refracta*. Además, la discontinuidad (el límite entre los dos
materiales diferentes) refleja algo de la energía.
Esto es similar a lo que ocurre a la luz cuando
pasa del aire al agua.
Por tanto, dependiendo de la naturaleza de las capas a
través de las cuales pasen, las ondas sísmicas van más rápidas o más lentas, y pueden refractarse o reflejarse. Estos cambios medibles en los movimientos de las ondas
sísmicas permiten a los sismólogos sondear el interior de
la Tierra.
Ondas sísmicas y estructura
de la Tierra
ERR
TI
I
A. Ondas P
▲
IE N C
El interior de la Tierra
Ondas sísmicas y estructura
A
S D LA
de la Tierra
E
Si la Tierra fuera un cuerpo perfectamente homogéneo,
las ondas sísmicas se propagarían a través de él en todas
las direcciones, como se muestra en la Figura 12.3. Esas
ondas sísmicas viajarían en línea recta a una velocidad
constante. Sin embargo, esto no es así en el caso de la Tierra. De hecho, ocurre que las ondas sísmicas que llegan a
los sismógrafos localizados en los puntos más alejados de
un terremoto viajan a velocidades medias mayores que las
B. Ondas S
▲ Figura 12.2 Transmisión de las ondas P y las ondas S a través
de un sólido. A. El paso de las ondas P hace que el material
experimente compresiones y expansiones alternas. B. El paso de las
ondas S produce un cambio de forma sin modificar el volumen del
material. Dado que los líquidos se comportan elásticamente cuando
son comprimidos (recuperan su forma original cuando cesa el
esfuerzo), transmitirán las ondas P. Sin embargo, ya que los líquidos
no permiten los cambios de forma, las ondas S no se pueden
transmitir a través de los líquidos. (Tomado de O. M. Phillips, The
Heart of the Earth, San Francisco, Freeman, Cooper y Co., 1968.)
* Se produce refracción siempre que el rayo no se desplace perpendicularmente al límite entre dos medios.
▲ Figura 12.3 Las ondas sísmicas viajarían en línea recta a través
de un planeta hipotético con propiedades uniformes y a velocidades
constantes. Compárese con la Figura 12.4.
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
que se registran en localizaciones más próximas al acontecimiento. Este incremento general de la velocidad con
la profundidad es una consecuencia del aumento de presión, que potencia las propiedades elásticas de las rocas
profundamente enterradas. Como consecuencia, los caminos seguidos por los rayos sísmicos a través de la Tierra se refractan de la manera mostrada en la Figura 12.4.
Cuando se desarrollaron sismógrafos más sensibles,
resultó más evidente que, además de cambios graduales en
las velocidades de las ondas sísmicas, también se producen
cambios de velocidad bastante abruptos a profundidades
concretas. Dado que estas discontinuidades se detectaron
en todo el mundo, los sismólogos llegaron a la conclusión
de que la Tierra debía estar compuesta por distintas capas
con propiedades mecánicas o composicionales, o ambas
cosas, variables (Figura 12.5).
Capas definidas por su composición
La separación en capas de distinta composición se produjo probablemente por la estratificación por densidades
que tuvo lugar durante el período de fusión parcial de las
primeras etapas de la historia de la Tierra. Durante este
período, los elementos más pesados, principalmente el
hierro y el níquel, se fueron hundiendo a medida que los
componentes rocosos más ligeros flotaban hacia arriba.
Esta segregación del material sigue ocurriendo todavía,
pero a un ritmo mucho más reducido. Debido a esta diferenciación química, el interior de la Tierra no es homogéneo. Antes bien, consiste en tres regiones principales
▲ Figura 12.5 Unas pocas de las muchas trayectorias posibles
que los rayos sísmicos siguen a través de la Tierra.
que tienen composiciones químicas notablemente diferentes (Figura 12.6).
Las principales capas que componen la Tierra son:
• la corteza, capa externa comparativamente fina
cuyo grosor oscila entre 3 kilómetros, en las cordilleras oceánicas, y 70 kilómetros, en algunos
cinturones montañosos como los Andes y el Himalaya;
• el manto, una capa de roca sólida (rica en sílice)
que se extiende hasta una profundidad de unos
2.900 kilómetros;
• el núcleo, una esfera rica en hierro con un radio
de 3.486 kilómetros.
Consideraremos la composición y la estructura de estas
divisiones principales del interior de la Tierra en una sección posterior de este capítulo.
Capas definidas por sus propiedades
físicas
▲ Figura 12.4 Trayectorias de las ondas a través de un planeta
donde la velocidad aumenta con la profundidad.
El interior de la Tierra se caracteriza por un aumento gradual de la temperatura, la presión y la densidad con la profundidad. Los cálculos sitúan la temperatura a una profundidad de 100 kilómetros entre los 1.200 °C y los 1.400 °C,
mientras que la temperatura del centro de la Tierra supera los 6.700 °C. Está claro que el interior de la Tierra ha
retenido gran parte de la energía adquirida durante los
años en que se formó, a pesar de que el calor fluye de manera continua hacia la superficie, donde se pierde en el es-
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Ondas sísmicas y estructura de la Tierra
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Litosfera
Astenosfera
500
Corteza
continental
660
Litosfera
(esfera de roca)
1000
100
Mesosfera
Profundidad (km)
Profundidad (km)
Corteza oceánica
1500
Astenosfera
(esfera débil)
200
Litosfera
5-250 km
sfe
no
te
As
Mesosfera
ra
Corteza 5–70 km
Manto
Núcleo
interno
2900
km
Núcleo
externo
Núcleo
3486
km
1216
km
2270
km
2240
km
660
km
▲ Figura 12.6 Vistas de la estructura estratificada de la Tierra. El lado izquierdo de la sección transversal principal muestra que el interior de
la Tierra se divide en tres capas diferentes según las diferencias composicionales: la corteza, el manto y el núcleo. El lado derecho de la
sección transversal del globo representa las cinco principales capas del interior de la Tierra según sus propiedades físicas y, por tanto, su
resistencia mecánica: la litosfera, la astenosfera, la mesosfera, el núcleo externo y el núcleo interno. Los diagramas en bloque encima de la
sección transversal del globo muestran una vista ampliada de la porción superior del interior de la Tierra.
pacio. El aumento de la presión con la profundidad provoca
un incremento correspondiente de la densidad de las rocas.
El aumento gradual de la temperatura y la presión
con la profundidad afecta las propiedades físicas y, por tan-
to, el comportamiento mecánico de los materiales terrestres. Cuando se calienta una sustancia, sus enlaces químicos se debilitan y su resistencia mecánica (resistencia a la
deformación) se reduce. Si la temperatura supera el pun-
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
to de fusión de un material terrestre, los enlaces químicos
del material se rompen y se produce la fusión. Si la temperatura fuera el único factor que determina si una sustancia se funde, nuestro planeta sería una esfera fundida
cubierta por una corteza externa delgada y sólida. Sin embargo, la presión también aumenta con la profundidad y
tiende a incrementar la resistencia de las rocas. Además,
puesto que la fusión va acompañada de un aumento del
volumen, se produce a temperaturas más elevadas en profundidad debido a la mayor presión de confinamiento.
Por tanto, según el entorno físico (temperatura y presión), un material terrestre particular puede comportarse
como un sólido frágil, deformarse como la masilla o incluso fundirse y convertirse en líquido.
La Tierra puede dividirse en cinco capas principales según sus propiedades físicas y, por tanto, su resistencia mecánica: la litosfera, la astenosfera, la mesosfera (manto
inferior), el núcleo externo y el núcleo interno.
Litosfera y astenosfera Según sus propiedades físicas, la
capa más externa de la Tierra está formada por la corteza
y el manto superior y forma un caparazón relativamente
frío y rígido. Aunque esta capa está compuesta por materiales con composiciones químicas notablemente diferentes, tiende a actuar como una unidad que exhibe un comportamiento rígido, principalmente porque es fría y, por
tanto, fuerte. Esta capa, denominada litosfera (esfera de
roca), tiene un grosor medio de 100 kilómetros, pero puede extenderse 250 kilómetros o más por debajo de las porciones más antiguas de los continentes (Figura 12.6). Dentro de las cuencas oceánicas, la profundidad de la litosfera
es de sólo unos pocos kilómetros debajo de las dorsales
oceánicas y aumenta hasta casi 100 kilómetros en las regiones de la corteza oceánica más antiguas y más frías.
Debajo de la litosfera, en el manto superior (a una
profundidad de unos 660 kilómetros), se extiende una
capa blanda, relativamente débil, conocida como astenosfera (esfera débil). En la parte superior de la astenosfera se dan unas condiciones de temperatura/presión que
provocan una pequeña cantidad de fusión. Dentro de esta
zona de debilidad, la litosfera está mecánicamente despegada de la capa inferior. El resultado es que la litosfera
puede moverse con independencia de la astenosfera, un
tema que consideraremos en el próximo capítulo.
Es importante destacar que la resistencia de los diversos materiales terrestres es en función de su composición, así como de la temperatura y la presión de su entorno. No debe sacarse la idea de que toda la litosfera se
comporta como un sólido frágil parecido a las rocas que
se encuentran en la superficie. Antes bien, las rocas de la
litosfera se calientan y se debilitan (se deforman más fácilmente) progresivamente al aumentar la profundidad. A
la profundidad de la astenosfera superior, las rocas están
lo suficientemente cerca de su temperatura de fusión (de
hecho, puede producirse algo de fusión) como para que se
deformen con facilidad. Por tanto, la astenosfera superior
es débil porque está cerca de su punto de fusión, de la misma manera que la cera caliente es más plástica que la cera
fría.
Mesosfera o manto inferior Por debajo de la zona de debilidad de la astenosfera superior, la mayor presión contrarresta los efectos de la temperatura más elevada y las rocas son gradualmente más resistentes con la profundidad.
Entre las profundidades de 660 kilómetros y 2.900 kilómetros, se encuentra una capa más rígida llamada mesosfera (esfera media) o manto inferior (Figura 12.6). A
pesar de su resistencia, las rocas de la mesosfera están todavía muy calientes y pueden fluir de una manera muy
gradual.
Núcleo interno y externo El núcleo, que está compuesto
principalmente por una aleación de hierro y níquel, se divide en dos regiones que exhiben resistencias mecánicas
muy diferentes (Figura 12.6). El núcleo externo es una
capa líquida de 2.270 kilómetros de espesor. El flujo convectivo del hierro metálico en el interior de esta zona es
el que genera el campo magnético de la Tierra. El núcleo
interno es una esfera con un radio de 3.486 kilómetros.
A pesar de su temperatura más elevada, el material del núcleo interno es más fuerte (debido a la inmensa presión)
que el núcleo externo y se comporta como un sólido.
Descubrimiento de los límites
principales de la Tierra
Durante el siglo XIX, se fueron compilando y analizando
los datos sismológicos recogidos en muchas estaciones
sismográficas. A partir de esta información, los sismólogos han desarrollado una imagen detallada del interior de
la Tierra (Figura 12.6). Este modelo está siendo continuamente ajustado a medida que se dispone de más datos y que se emplean nuevas técnicas sísmicas. Además,
los estudios de laboratorio que determinan experimentalmente las propiedades de los diversos materiales de la
Tierra bajo los ambientes extremos de las zonas profundas de nuestro planeta, añaden información a nuestro conocimiento.
Discontinuidad de Mohorovicic
En 1909, un pionero sismólogo yugoslavo, Andrija Mohorovicic, presentaba la primera prueba convincente de la
distribución en capas del interior de la Tierra. El límite
que descubrió separa los materiales de la corteza de las rocas de composición diferente del manto subyacente y se
12_Capítulo 12
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Descubrimiento de los límites principales de la Tierra
denominó discontinuidad de Mohorovicic en su honor.
Por razones obvias, el nombre de este límite rápidamente se abrevió a Moho.
Mediante un examen minucioso de los sismogramas de los terremotos superficiales, Mohorovicic descubrió que las estaciones sismográficas alejadas más de 200
kilómetros de un terremoto obtenían velocidades medias
apreciablemente mayores para las ondas P que las estaciones localizadas más cerca del sismo (Figura 12.7). En
particular, la velocidad media de las ondas P, que eran las
primeras en llegar a las estaciones más próximas, era de
unos 6 kilómetros por segundo. Por el contrario, la energía sísmica registrada en estaciones más distantes viajaba
a velocidades aproximadas a los 8 kilómetros por segun-
Estación sísmica 1
100 km
Foco
les
ficia
uper
s
ndas
347
Estación sísmica 2
200 km
Estación sísmica 3
300 km
Corteza
(la velocidad media
de las ondas P es de 6 km/s)
O
Moho
Manto superior
(la velocidad media
de las ondas P es de 8 km/s)
Ondas profundas
A. Momento 1 - Las ondas superficiales más lentas llegan primero a la estación sísmica 1
Estación sísmica 1
100 km
Estación sísmica 2
200 km
les
uperficia
Foco
Ondas s
Estación sísmica 3
300 km
Corteza
Moho
Ondas profundas
Manto
B. Momento 2 - Las ondas superficiales más lentas llegan primero a la estación sísmica 2
Estación sísmica 1
100 km
Estación sísmica 2
200 km
Estación sísmica 3
300 km
Corteza
S
Foco
Moho
Ondas profundas
Manto
C. Momento 3 - Las ondas más profundas y más rápidas llegan
t primero a la estación sísmica 3
▲ Figura 12.7 Trayectorias idealizadas de las ondas sísmicas que viajan desde el foco de un terremoto a tres estaciones sismográficas. En A
y B, puede verse que las dos estaciones de registro más próximas reciben primero las ondas más lentas, porque las ondas viajaron una
distancia más corta. Sin embargo, como se muestra en C, después de 200 kilómetros, las primeras ondas recibidas atravesaron el manto, que
es una zona de mayor velocidad.
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
do. Este brusco salto de velocidad no encajaba con el modelo general que se había observado previamente. A partir de esos datos, Mohorovicic concluyó que por debajo de
50 kilómetros existía una capa con propiedades notablemente diferentes de las correspondientes a la capa más externa de la Tierra.
En la Figura 12.7 se ilustra cómo Mohorovicic llegó a esta importante conclusión. Nótese que la primera
onda que alcanzó el sismógrafo localizado a 100 kilómetros del epicentro siguió la ruta más corta directamente a
través de la corteza. Sin embargo, en el sismógrafo localizado a 300 kilómetros del epicentro, la primera onda P
que llegó viajó a través del manto, una zona de mayor velocidad. Por tanto, aunque esta onda viajó una distancia
mayor, alcanzó el instrumento de registro antes de que lo
hicieran los rayos que siguieron la ruta más directa. Esto
se debe a que una gran parte de su viaje la realizó a través
de una región cuya composición facilitaba el desplazamiento de las ondas sísmicas. Este principio es análogo al
de tomar un atajo alrededor de una gran ciudad durante
una hora punta. Aunque esta vía alternativa es más larga,
puede ser más rápida.
Límite núcleo-manto
Unos pocos años después, en 1914, el sismólogo alemán
Beno Gutenberg estableció la localización de otro límite
importante*. Este descubrimiento se basó fundamentalmente en la observación de que las ondas P disminuyen y
finalmente desaparecen por completo a unos 105° desde
un terremoto (Figura 12.8). Luego, alrededor de 140°
más lejos, reaparecen, pero unos 2 minutos después de lo
que cabría esperar en función de la distancia recorrida.
Este cinturón, donde las ondas sísmicas directas están ausentes, tiene una anchura de unos 35° y se ha denominado zona de sombra de las ondas P** (Figura 12.8).
Gutenberg y otros investigadores antes que él se
dieron cuenta de que la zona de sombra de la onda P podría explicarse si la Tierra contuviera un núcleo compuesto de un material diferente al del manto suprayacente. El núcleo, que Gutenberg calculó localizado a
una profundidad de 2.900 kilómetros, debe obstaculizar
la transmisión de las ondas P de algún modo similar a
como los rayos de luz son bloqueados por un objeto que
emite una sombra. Sin embargo, lo que realmente ocurre no es que las ondas P se interrumpan, sino que la
* El límite núcleo-manto había sido predicho por R. D. Oldham en
1906, pero sus argumentos a favor de un núcleo central no fueron, en
general, bien aceptados.
** A medida que se desarrollaron instrumentos más sensibles, se detectaron ondas P débiles y retrasadas que entraban en esta zona mediante
reflexión.
Epicentro del terremoto
Registro
de ondas P
Manto
Núcleo
externo
Núcleo
interno
105°
Zona de sombra
de las ondas P
105°
Zona de
sombra
de las
ondas P
140°
140°
180°
Registro
de ondas P
▲ Figura 12.8 El brusco cambio de propiedades físicas que se
produce en el límite núcleo-manto hace que las trayectorias de las
ondas se desvíen notablemente, lo que se traduce en una zona de
sombra para las ondas P entre unos 105° y unos 140°.
zona de sombra se produce por la refracción de dichas
ondas, que entran en el núcleo como se muestra en la Figura 12.8.
Más adelante, se determinó que las ondas S no atraviesan el núcleo. Este hecho indujo a los geólogos a concluir que, al menos una parte de esta región, es líquida
(Figura 12.9). Esta conclusión fue apoyada ulteriormente por la observación de que las velocidades de las ondas
P disminuyen de manera súbita, aproximadamente un 40
por ciento, cuando entran en el núcleo. Dado que la fusión reduce la elasticidad de las rocas, esta evidencia
apunta a la existencia de una capa líquida por debajo del
manto rocoso.
Descubrimiento del núcleo interno
En 1936, Inge Lehmann, una sismóloga danesa, predijo
la última subdivisión importante del interior de la Tierra (véase Recuadro 12.1). Lehmann descubrió una nueva región de reflexión y refracción sísmicas dentro del
núcleo. Por consiguiente, se descubrió un núcleo dentro
del núcleo. El tamaño del núcleo interno no se estableció con precisión hasta principios de los años sesenta,
cuando se llevaron a cabo las pruebas nucleares subterráneas en Nevada. Al conocerse la localización y el momento exactos de las explosiones, los ecos de las ondas
sísmicas que rebotaban del núcleo interior proporcionaron una medida precisa para determinar su tamaño (Figura 12.10).
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La corteza
Epicentro del terremoto
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Leyenda
Onda P
Onda S
Onda P
Onda S
La estación sísmica registra
las ondas P y las S
105°
105°
La estación sísmica no registra
ni las ondas P ni las ondas S
Onda P
140°
140°
Zo
na d
e so m b
r a d e la s o n d
as S
La estación sísmica registra
sólo las ondas P
▲ Figura 12.9 Vista del interior de la Tierra que muestra las trayectorias de las ondas P y S. Cualquier punto situado a más de 105° del
epicentro del terremoto no recibirá ondas S directas, ya que el núcleo externo no las transmitirá. Aunque tampoco hay ondas P después de
los 105°, esas ondas son registradas más allá de los 140°, como se muestra en la Figura 12.8.
A partir de estos datos, se descubrió que el núcleo
interno tiene un radio de unos 1.216 kilómetros. Además,
las ondas P que atraviesan el núcleo interno tienen velocidades medias apreciablemente más rápidas que las que
sólo penetran en el núcleo externo. El aparente aumento
de elasticidad del núcleo interno es una prueba de que esta
región más interna es sólida.
En las últimas décadas, los avances en sismología y
mecánica de rocas han permitido grandes refinamientos
del modelo del interior de la Tierra que se ha presentado
hasta aquí. A continuación consideraremos algunos de
ellos, así como otras propiedades de las divisiones principales, entre ellas sus densidades y composiciones.
La corteza
La corteza de la Tierra tiene un grosor medio inferior a
20 kilómetros, lo que la convierte en la más fina de las divisiones terrestres (Figura 12.6). A lo largo de esta delga-
da capa, parecida a la cáscara de un huevo, existen grandes variaciones de grosor. Las rocas de la corteza en el interior estable de los continentes tienen un grosor de 35 a
40 kilómetros. Sin embargo, en unas pocas regiones montañosas excepcionalmente destacadas, la corteza alcanza su
mayor espesor, superando los 70 kilómetros. La corteza
oceánica es mucho más delgada, entre 3 y 15 kilómetros
de grosor y un grosor medio de 7 kilómetros. Además, las
rocas de la corteza de las cuencas oceánicas profundas son
diferentes, desde el punto de vista de su composición, de
sus compañeras continentales.
Las rocas continentales tienen una densidad* media
de alrededor de unos 2,7 g/cm3, y se han descubierto algunas que superan los 4.000 millones de años de antigüedad. A partir de los estudios sísmicos y de las observaciones directas, se calcula que la composición media de las
rocas continentales es comparable a la de las rocas ígneas
* El agua líquida tiene una densidad de 1 g/cm3; por consiguiente, las rocas de la corteza tienen una densidad casi tres veces la del agua.
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
▲
Recuadro 12.1
Entender la Tierra
Inge Lehmann: una geofísica pionera*
Inge Lehmann fue una científica pionera
en una época en la que pocas mujeres tenían carreras de ciencias y matemáticas
(Figura 12.A). Nacida en Dinamarca en
1888, Lehmann tuvo una vida larga y productiva que incluyó importantes contribuciones a nuestro conocimiento del interior de la Tierra. Murió en 1993 a los
105 años de edad.
Después de estudiar la licenciatura en
la Universidad de Copenhague y en la
Universidad de Cambridge, Lehmann
obtuvo dos master de la Universidad de
▲ Figura 12.A Inge Lehmann, 1888-1993.
(Foto cortesía de Susan M. Landon.)
Copenhague: uno en matemáticas en
1920 y otro en geodesia en 1928. En los
años posteriores estudió en Alemania,
Francia, Bélgica y los Países Bajos.
La carrera de Inge Lehmann en sismología empezó en 1925, cuando ayudó
a establecer las redes sísmicas en Dinamarca y Groenlandia. Tres años después,
en 1928, fue nombrada primera directora del departamento de sismología del
Real Instituto Geodésico Danés, un cargo que mantuvo durante 25 años. Registraba, analizaba y catalogaba los sismogramas de Dinamarca y Groenlandia y
publicaba boletines sísmicos.
Un artículo que publicó en 1936 fue el
que estableció su lugar en la historia de la
geofísica. Conocido simplemente como
P’ (P prima), en el artículo se identificaba
una nueva región de reflexión y refracción
sísmicas en el interior de la Tierra, ahora
denominado la discontinuidad de Lehmann
(Figura 12.B). Gracias a su escrutinio riguroso de los registros sísmicos, Lehmann había descubierto el límite que divide el núcleo terrestre en partes internas
y externas.
Lehmann recibió muchos honores en
reconocimiento por sus logros extraordinarios. Entre ellos se cuentan la Medalla
de Oro de la Real Academia de Ciencias
de Dinamarca en 1965, la medalla Bowie
de la Unión Geofísica de Norteamérica
en 1971 y la medalla de la Sociedad Sismológica de Norteamérica en 1977. En
1997, la Unión Geofísica de Norteaméri-
félsicas de tipo granodiorita. Como esta última, la corteza
continental es rica en los elementos sodio, potasio y silicio. Aunque son abundantes numerosas intrusiones graníticas y rocas metamórficas químicamente equivalentes,
en los continentes se encuentran también con frecuencia
grandes afloramientos de rocas basálticas y andesíticas.
Además, se cree que la corteza inferior tiene una composición similar al basalto.
Las rocas de la corteza oceánica son más jóvenes
(180 millones de años o menos) y más densas (unos
3,0 g/cm3) que las rocas continentales. Las cuencas oceánicas profundas yacen debajo de 4 kilómetros de agua de mar,
▲ Figura 12.B Localización de la
discontinuidad de Lehmann.
ca (AGU) creó la medalla Lehmann en
reconocimiento de la sobresaliente investigación sobre la estructura, la composición y la dinámica del manto y el núcleo
terrestres. Fue la primera medalla otorgada por la AGU que recibe el nombre de
una mujer y la primera que recibe el nombre de alguien que trabajó fuera de los
Estados Unidos.
* Este recuadro fue preparado por Nancy L. Lutgens.
así como de centenares de metros de sedimento. Por tanto,
hasta hace poco, los geólogos tenían que depender de pruebas indirectas (como algunas unidades geológicas que se
pensaba que eran restos de corteza oceánica que cabalgaban
hacia tierra) para calcular la composición de esta región inaccesible. Con el desarrollo de barcos oceanográficos, se
hizo posible recuperar muestras de sondeos del suelo oceánico profundo. Como se había previsto, las muestras obtenidas estaban compuestas fundamentalmente por basalto.
Recordemos que las erupciones volcánicas de lavas basálticas han generado muchas islas, como la cadena de Hawaii,
localizadas dentro de las cuencas oceánicas profundas.
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El manto
351
El manto
Serie de sismógrafos
(Montana)
Pruebas nucleares
(Nevada)
Manto rocoso
Núcleo externo líquido
Núcleo interno sólido
▲ Figura 12.10 Se utilizaron los tiempos de desplazamiento de
las ondas sísmicas generadas en pruebas nucleares para medir con
exactitud la profundidad del núcleo interno. Una serie de
sismógrafos localizados en Montana detectó los «ecos» que
rebotaron desde el límite del núcleo interno.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
En comparación con la corteza continental,
la corteza oceánica es bastante delgada. ¿Alguna
vez se ha intentado perforarla para obtener
una muestra del manto?
Sí. El proyecto Mohole se inició en 1958 para recuperar una
muestra de material procedente del manto terrestre perforando un agujero que atravesara la corteza de la Tierra hasta la discontinuidad de Mohorovicic o Moho. El plan era perforar Moho para obtener información valiosa acerca de la edad,
la composición y los procesos internos de la Tierra. A pesar
de una fase de pruebas satisfactoria, la perforación se detuvo
porque el control del proyecto fue de una organización a
otra hasta que el Congreso, oponiéndose al aumento de los
costes, suspendió el proyecto a finales de 1966, antes de que
pudiera llevarse a cabo la Fase II. Aunque el proyecto Mohole
no alcanzó su propósito, sí mostró que la perforación oceánica profunda era un modo viable de obtener muestras geológicas. Desde la desaparición del Mohole, se han emprendido varios programas relacionados, el más reciente de los
cuales es el Ocean Drilling Program, que proporciona información valiosa sobre la historia de la Tierra.
Aproximadamente el 82 por ciento del volumen terrestre
está contenido dentro del manto, una capa gruesa de casi
2.900 kilómetros de espesor formada por rocas silicatadas
que se extiende desde la base de la corteza (Moho) hasta
el núcleo externo líquido. Nuestro conocimiento de la
composición del manto procede de datos experimentales
y del examen de material traído a la superficie por la actividad volcánica. En concreto, se piensa a menudo que las
rocas que constituyen las chimeneas de kimberlita, en las
cuales se encuentran a veces diamantes, tienen su origen
en profundidades próximas a los 200 kilómetros, muy en
el interior del manto. Los depósitos de kimberlita están
compuestos por peridotitas, rocas que contiene hierro y silicatos ricos en magnesio, fundamentalmente olivino y
piroxeno, junto con cantidades menores de granate. Además, dado que las ondas S viajan fácilmente a través del
manto, sabemos que este último se comporta como un sólido elástico. Por tanto, el manto se describe como una
capa rocosa sólida, cuya porción superior tiene la composición de la roca ultramáfica peridotita.
El manto se divide en mesosfera o manto inferior, que
se extiende desde el límite núcleo-manto hasta una profundidad de 660 kilómetros; y astenosfera o manto superior,
que continúa hasta la base de la corteza. Además, se han
identificado otras subdivisiones. A una profundidad de
unos 410 kilómetros se produce un aumento relativamente abrupto de la velocidad sísmica (Figura 12.11).
Mientras el límite corteza-manto representa un cambio
de composición, la zona de aumento de velocidad sísmica al nivel de los 410 kilómetros se debe a un cambio de
fase. (Se produce un cambio de fase cuando la estructura
cristalina de un mineral se modifica en respuesta a cambios de la temperatura o de la presión, o ambas cosas.)
Los estudios de laboratorio demuestran que el mineral
rico en magnesio olivino (MgSiO4), que es uno de los
constituyentes principales de la peridotita, se transformará en el mineral de alta presión más compacto espinela, a las presiones experimentadas a esta profundidad (Figura 12.12). Este cambio a una forma cristalina más
densa explica el aumento observado de las velocidades
sísmicas.
Se ha detectado otro límite dentro del manto como
consecuencia de variaciones en la velocidad sísmica a una
profundidad de 660 kilómetros (Figura 12.11). A esa profundidad, se cree que el mineral espinela experimenta una
transformación al mineral perovskita (Mg, Fe) SiO3. Se
cree que la perovskita domina en el manto inferior, por lo
que quizá sea el mineral más abundante de la Tierra.
En los aproximadamente 200 kilómetros inferiores
del manto, existe una región importante conocida como
capa D. Recientemente, se ha publicado que las ondas
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
0
Astenosfera
(manto superior)
410
660
1000
Canal de baja
velocidad
Ondas P
Ondas S
Litosfera
2000
Manto inferior
(mesosfera)
3000
Profundidad (km)
4000
Núcleo
externo
líquido
5000
6000
2
4
6
8
10
12
14
Velocidad (km/seg)
Núcleo
interno
sólido
▲ Figura 12.11 Variaciones en la velocidad de las ondas P y las ondas S con la profundidad. Los cambios bruscos en la velocidad media de
las ondas delinean las características principales del interior de la Tierra. A una profundidad de unos 100 kilómetros, un marcado descenso de
la velocidad de las ondas corresponde a la parte superior del canal de baja velocidad. Se producen otros dos cambios en las curvas de
velocidad en el manto superior a profundidades de unos 410 y 660 kilómetros. Se piensa que estas variaciones están causadas por minerales
que han experimentado cambios de fase, antes que ser consecuencia de diferencias de composición. El descenso brusco de la velocidad de
las ondas P y la ausencia de ondas S a 2.900 kilómetros marca el límite núcleo-manto. El núcleo externo líquido no transmitirá las ondas S y la
propagación de las ondas P disminuye de velocidad dentro de esta capa. Cuando las ondas P entran en el núcleo interno sólido, su velocidad
aumenta de nuevo. (Datos de Bruce A. Bolt.)
sísmicas que atraviesan algunas partes de la capa D experimentan un notable descenso en las velocidades de las ondas P. Hasta ahora, la mejor explicación para este fenómeno es que la capa inferior del manto esté parcialmente
fundida al menos en algunos lugares.
Si existen, estas zonas de roca parcialmente fundida
son muy importantes, porque serían capaces de transpor-
Si 4+
Mg 2+
O 2–
tar calor desde el núcleo al manto inferior de una manera mucho más eficaz que la roca sólida. Un ritmo elevado
de flujo de calor haría, a su vez, que el manto sólido localizado por encima de esas zonas parcialmente fundidas se
calentara lo bastante como para adquirir flotabilidad y ascender lentamente hacia la superficie. Estas plumas ascendentes de roca supercaliente pueden ser la fuente de la
actividad volcánica asociada con los puntos calientes,
como los encontrados en Hawaii e Islandia. Si estas observaciones son exactas, una parte de la actividad volcánica que vemos en la superficie es una manifestación de
procesos que se producen a 2.900 kilómetros por debajo
de nuestros pies.
El núcleo
A. Olivino
B. Espinela
▲ Figura 12.12 Comparación de las estructuras cristalinas del
olivino y la espinela, un mineral que exhibe una estructura más
compacta y, por tanto, una mayor densidad.
Mayor que el planeta Marte, el núcleo es la esfera central
densa de la Tierra con un radio de 3.486 kilómetros. Extendiéndose desde el borde inferior del manto hasta el
centro de la Tierra, el núcleo constituye alrededor de una
sexta parte del volumen de la Tierra y casi una tercera par-
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El núcleo
te de su masa total. La presión en el centro es millones de
veces mayor que la presión del aire en la superficie, y las
temperaturas pueden superar los 6.700 °C. A medida que
se obtenían datos sísmicos más precisos, se descubría que
el núcleo consiste en una capa externa líquida de unos
2.270 kilómetros de grosor y una esfera interna sólida con
un radio de 1.216 kilómetros.
Densidad y composición
Una de las características más interesantes del núcleo es
su gran densidad. Su densidad media es de aproximadamente 11 g/cm3, y en el centro de la Tierra se aproxima a
14 veces la densidad del agua. Ni siquiera bajo las presiones extremas reinantes a estas profundidades, los silicatos
comunes en la corteza (con densidades superficiales de 2,6
a 3,5 g/cm3) podrían estar lo bastante compactados como
para ser responsables de la densidad calculada para el núcleo. Por consiguiente, se intentó determinar qué material podría explicar esta propiedad.
Sorprendentemente, los meteoritos proporcionan
una pista importante sobre la composición interna de la
Tierra. Dado que los meteoritos son parte del Sistema Solar, se supone que son muestras representativas del material a partir del cual se desarrolló la Tierra en su origen.
Su composición oscila entre meteoritos de tipo metálico,
fundamentalmente compuestos por hierro y cantidades
menores de níquel, y meteoritos rocosos, compuestos por
sustancias rocosas que se parecen mucho a las peridotitas.
Dado que la corteza y el manto de la Tierra contienen un
porcentaje mucho menor de hierro del que se encuentra
en los restos del Sistema solar, los geólogos concluyeron
que el interior de la Tierra debe estar enriquecido en este
metal pesado. Además, el hierro es, con diferencia, la sustancia más abundante del Sistema Solar que posee las propiedades sísmicas y una densidad que recuerda la medida
para el núcleo. Cálculos actuales sugieren que el núcleo es
fundamentalmente hierro con un 5 a un 10 por ciento de
níquel y menores cantidades de elementos más ligeros, entre ellos, quizás, azufre y oxígeno.
Origen
Aunque la existencia de un núcleo central metálico está
bien establecida, las explicaciones sobre su origen son más
especulativas. La explicación más aceptada sugiere que el
núcleo se formó al principio de la historia de la Tierra a
partir de lo que en origen era un cuerpo relativamente homogéneo. Durante el período de acreción, la Tierra entera se calentó por la energía liberada por las colisiones de
partículas que caían sobre ella. Algo después, en este período de crecimiento, la temperatura interna de la Tierra
era lo bastante elevada como para fundir y movilizar el
353
material acumulado. Gotas de materiales pesados ricos en
hierro se reunieron y se hundieron hacia el centro. A la
vez, las sustancias más ligeras quizá flotaron hacia la superficie para generar la corteza. En poco tiempo, hablando desde un punto de vista geológico, la Tierra adoptó una
configuración en capas, no significativamente diferente de
la que encontramos en la actualidad.
En su etapa de formación, todo el núcleo era probablemente líquido. Además, esta aleación de hierro líquido estaba en un estado de mezcla vigorosa. Sin embargo, cuando la Tierra empezó a enfriarse, el hierro del
núcleo empezó a cristalizar y empezó a formarse el núcleo
interno. A medida que el núcleo continúe enfriándose, el
núcleo interno deberá crecer a expensas del núcleo externo.
El campo magnético terrestre
Nuestra representación del núcleo, con su esfera interna
sólida rodeada de una capa líquida móvil, es apoyada por
la existencia del campo magnético terrestre. Este campo
se comporta como si una gran barra imantada estuviera situada dentro de la Tierra. Sin embargo, sabemos que el
campo magnético no puede tener su origen en un material permanentemente magnetizado, porque el interior de
la Tierra está demasiado caliente para que cualquier material conserve su magnetismo. La explicación sobre el
campo magnético de la Tierra aceptada de manera más
generalizada exige que el núcleo esté compuesto por un
material conductor de la electricidad, como el hierro, y
que sea móvil (Recuadro 12.2). El modelo del núcleo de
la Tierra que se estableció en función de los datos sismológicos satisface esas condiciones.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Los otros planetas tienen campo magnético?
Sí, algunos lo tienen, e incluso el Sol tiene un campo magnético muy fuerte. La presencia de un campo magnético
está relacionada con la rotación de un cuerpo y la presencia
de un interior fluido. Por ejemplo, Mercurio no tiene campo magnético. Con un radio que mide sólo el 38 por ciento del radio de la Tierra, es tan pequeño que su interior se
ha enfriado probablemente hasta el punto de solidificarse.
Venus, que tiene aproximadamente el mismo tamaño que la
Tierra, tiene sólo un ligero campo magnético a causa de su
período de rotación más lento. No sorprende que Júpiter, el
planeta más grande, tenga un campo magnético fuerte, e incluso varios de los satélites de Júpiter tienen sus propios
campos magnéticos.
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
▲
Recuadro 12.2
Entender la Tierra
¿Por qué la Tierra tiene un campo magnético?
más o menos); es decir, el polo norte
magnético se convierte en el polo sur
magnético y viceversa. La causa de estos
cambios está aparentemente relacionada con el hecho de que el campo magnético de la Tierra experimenta fluctuaciones en su intensidad a largo plazo.
Los cálculos recientes indican que el
campo magnético se ha debilitado aproximadamente un 5 por ciento durante el
siglo pasado. Si esta tendencia continúa
durante otros 1.500 años, el campo magnético de la Tierra se debilitará o dejará
incluso de existir.
Se ha sugerido que la disminución de
la intensidad magnética está relacionada
con los cambios en las corrientes convectivas del núcleo. De una manera parecida,
las inversiones magnéticas pueden ser
provocadas cuando algo interrumpe el
patrón principal de convección del núcleo fluido. Después de que se produzca
una inversión, el flujo se reestablece y
construye un campo magnético con una
polaridad opuesta.
Cualquiera que haya utilizado una brújula para encontrar la dirección sabe que el
campo magnético de la Tierra tiene un
polo norte y un polo sur. En muchos aspectos, el campo magnético de nuestro
planeta se parece al producido por un
simple imán. Unas líneas invisibles de
fuerza atraviesan la Tierra y salen al espacio mientras se extienden de un polo al
otro (Figura 12.C). La aguja de una brújula, que es un pequeño imán con libertad
de movimiento, se alinea con estas líneas
de fuerza y apunta hacia los polos magnéticos. Debe observarse que los polos
magnéticos de la Tierra no coinciden
exactamente con los polos geográficos. El
polo norte magnético se sitúa al noreste
del Canadá, cerca de la bahía de Hudson,
mientras que el polo sur magnético se encuentra cerca de la Antártida, en el océano Índico, al sur de Australia.
A principios de los años 60, los geofísicos descubrieron que el campo magnético de la Tierra cambia de polaridad
periódicamente (cada un millón de años,
Norte
magnético
Norte geográfico
Manto
Núcleo
externo
Núcleo
interno
Líneas magnéticas de fuerza
▲ Figura 12.C Se cree que el campo magnético de la Tierra se genera por la convección
vigorosa de la aleación de hierro fundido del núcleo externo líquido.
Las inversiones magnéticas no son exclusivas de la Tierra. El campo magnético solar cambia su polaridad regularmente, con un período medio de unos 22
años. Estas inversiones solares están estrechamente relacionadas con el conocido ciclo de la mancha solar de 11 años de
duración.
Cuando se describió por primera vez
el campo magnético terrestre en 1600, se
creía que tenía su origen en materiales
permanentemente magnetizados situados
en las profundidades del interior de la
Tierra. Desde entonces, hemos descubierto que, con excepción de la corteza
superior, el planeta está demasiado caliente para que los materiales magnéticos
retengan su magnetismo. Además, se sabe
que los materiales permanentemente
magnetizados no cambian su intensidad
de un modo que explique el crecimiento
y la disminución del campo magnético de
la Tierra.
Todavía no se conocen bien los detalles de cómo se produce el campo magnético terrestre. Sin embargo, la mayoría
de investigadores está de acuerdo en que
el flujo gradual del hierro fundido en el
núcleo externo es una parte importante
del proceso. El punto de vista más ampliamente aceptado propone que el núcleo se comporta como una dinamo que se
autoalimenta, un aparato que convierte la
energía mecánica en energía magnética.
Las fuerzas conductoras de este sistema
son la rotación de la Tierra y la distribución desigual del calor en el interior, que
impulsa el hierro fundido altamente conductivo del núcleo externo. Conforme el
hierro se mueve en el núcleo externo,
interactúa con el campo magnético de la
Tierra. Esta interacción genera una corriente eléctrica, de la misma manera que
al mover un cable cerca de un imán se
crea una corriente en el cable. Una vez establecida, la corriente eléctrica produce
un campo magnético que refuerza el campo magnético terrestre. Mientras continúe el flujo en el interior del núcleo externo de hierro fundido, se producirán
corrientes eléctricas y se mantendrá el
campo magnético de la Tierra.
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La máquina térmica del interior de la Tierra
Una consecuencia recientemente descubierta del
campo magnético de la Tierra es que afecta a la rotación
del núcleo interno sólido. Los cálculos actuales indican
que el núcleo interno gira en dirección oeste a este a aproximadamente un grado al año más deprisa que la superficie de la Tierra. Por tanto, el núcleo hace una rotación extraordinaria aproximadamente cada 400 años. Además, el
eje de rotación del núcleo interno está desalineado unos
10° con respecto a los polos rotacionales de la Tierra.
La máquina térmica del interior
de la Tierra
Como se comentó en el Capítulo 4, la temperatura aumenta gradualmente con la profundidad a un ritmo conocido como gradiente geotérmico (Figura 12.13). El
gradiente geotérmico varía considerablemente de un lugar a otro. En la corteza, las temperaturas aumentan deprisa, a una media de 20 °C a 30 °C por kilómetro. Sin
embargo, la velocidad de aumento es mucho menor en
el manto y en el núcleo. A una profundidad de 100 kilómetros, se calcula que la temperatura supera los
1.200 °C, mientras que en el límite núcleo-manto se calcula que es de 3.500-4.500 °C y puede superar los
Corteza
Litosfera
0
Manto
superior
Astenosfera
1000
Mesosfera
(manto inferior)
Profundidad (km)
2000
Capa D''
3000
4000
Núcleo externo
5000
355
6.700 °C en el centro de la Tierra (¡más caliente que la
superficie del Sol!).
Tres procesos importantes han contribuido al calor
interno de la Tierra: (1) el calor emitido por la desintegración radiactiva de los isótopos de uranio (U), torio
(Th) y potasio (K); (2) el calor liberado cuando el hierro
cristalizó para formar el núcleo interno sólido, y (3) el calor liberado por la colisión de partículas durante la formación de nuestro planeta. Aunque el primero de los dos
procesos sigue activo, su velocidad de generación de calor es mucho menor que en el pasado geológico. En la actualidad, nuestro planeta irradia hacia el espacio más cantidad de su calor interno de la que es generada por esos
mecanismos. Por consiguiente, la Tierra se está enfriando, con lentitud, pero continuamente.
Flujo de calor en la corteza
En la corteza, el flujo de calor se produce por el familiar
proceso de conducción. Cualquiera que haya intentado
levantar una cuchara de metal dejada en una cazuela caliente se habrá dado cuenta enseguida de que el calor era
conducido a través de la cuchara. La conducción, que es la
transferencia de calor a través de la materia por actividad
molecular, ocurre a un ritmo relativamente lento en las rocas de la corteza. Por tanto, la corteza tiende a actuar
como un aislante (frío en la parte superior y caliente en la
parte inferior), que contribuye a explicar el enorme gradiente de temperatura mostrado por la corteza.
Ciertas regiones de la corteza terrestre tienen ritmos
de flujo de calor mucho mayores que otras. En concreto,
a lo largo de los ejes de las cordilleras mesoceánicas, donde la corteza tiene sólo unos pocos kilómetros de grosor,
las velocidades de flujo del calor son relativamente elevadas. Por el contrario, en los antiguos escudos (como el canadiense y el báltico) se observa un flujo de calor relativamente bajo. Esto quizá se deba a que esas zonas tienen
una raíz litosférica gruesa que aísla de manera eficaz la
corteza del calor astenosférico inferior. Otras regiones de
la corteza exhiben un elevado flujo de calor, por intrusiones ígneas superficiales o por concentraciones superiores
a la media de materiales radiactivos.
Convección del manto
Núcleo interno
6000
0
2000 4000 6000
Temperatura (°C)
8000
▲ Figura 12.13 Gradiente geotérmico calculado para la Tierra.
Las temperaturas del manto y el núcleo se basan en diversas
suposiciones y pueden variar 500 °C. (Datos de Kent C. Condie.)
Para que cualquier modelo del manto funcione debe explicar la distribución de temperaturas calculada para esta
capa. Dentro de la corteza se produce un gran aumento de
la temperatura, pero esta tendencia no continúa a través del
manto. Antes bien, el aumento de la temperatura con la
profundidad en el manto es mucho más gradual. Esto significa que el manto debe tener un método más eficaz de
transmisión del calor desde el núcleo hacia fuera. Dado que
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
Si existe este mecanismo convectivo, ¿cómo puede el
manto rocoso transmitir las ondas S, que sólo pueden atravesar sólidos, y a la vez fluir como un líquido? Esta aparente contradicción podría resolverse si el manto se comportara como un sólido bajo ciertas condiciones y como un
fluido bajo otras. Los geólogos describen generalmente el
material de este tipo como de comportamiento plástico.
Cuando un material que exhibe comportamiento plástico
se somete a esfuerzos breves, como los producidos por las
ondas sísmicas, se comporta como un sólido elástico. Sin
embargo, en respuesta a esfuerzos aplicados durante períodos muy largos, este mismo material fluirá.
Este comportamiento explica por qué las ondas S
pueden penetrar en el manto, aunque esta capa rocosa sea
capaz de fluir. El comportamiento plástico no está restringido a las rocas del manto. Sustancias artificiales como
algunos dulces, exhiben también este comportamiento.
Cuando se golpean con un martillo, estos materiales saltan como un sólido quebradizo. Sin embargo, cuando se
estiran lentamente se deforman fluyendo. De esta analogía no debe sacarse la idea de que el manto está compuesto por material blando como la masilla. Antes bien,
está compuesto por roca sólida caliente, que bajo presiones de confinamiento extremas, desconocidas en la superficie de la Tierra, es capaz de fluir.
las rocas son conductores del calor relativamente malos,
muchos investigadores concluyen que debe existir alguna
forma de transporte de masa (convección) de roca dentro
del manto. La convección (con con; vect transportado) es la transferencia de calor mediante el movimiento o
la circulación en una sustancia. Por consiguiente, las rocas
del manto deben ser capaces de fluir.
El flujo convectivo del manto (mediante el cual las rocas calientes menos densas ascienden y el material más frío
y más denso se hunde) es el proceso más importante que actúa en el interior de la Tierra. Este flujo, térmicamente impulsado, es la fuerza que impulsa las placas litosféricas rígidas a través del planeta, y genera en última instancia las
cordilleras montañosas de la Tierra y la actividad volcánica y sísmica de todo el mundo. Recordemos que las plumas
de rocas supercalientes parece que se generan en el límite
núcleo-manto, desde donde ascenderían lentamente hacia
la superficie (Figura 12.14). Estas plumas ascendentes serían la rama caliente del flujo ascendente en el mecanismo
convectivo que actúa en el manto (véase Recuadro 12.3). Se
piensa que en los bordes de placa convergente, donde están
siendo subducidas láminas densas y frías de litosfera, se produce flujo descendente (Figura 12.14). Algunos estudios
predicen que este material denso y frío acabará descendiendo todo el trayecto hasta el límite núcleo-manto.
▲
Figura 12.14 Modelo propuesto para el
flujo convectivo del manto. Los brazos
ascendentes del flujo convectivo se
concentran principalmente en las plumas
del manto que ascienden desde el límite
Placa oceánica
núcleo-manto. El flujo descendiente de
descendente
material frío se realiza mediante el descenso
de la litosfera oceánica.
Traza
volcánica
Dorsal
Punto
caliente
Manto superior
Pluma
ascendente
Manto
Núcleo
▲
Recuadro 12.3
Entender la Tierra
Tomografía sísmica del manto
Desde hace poco se dispone de nuevas
tecnologías, que pueden aumentar significativamente nuestro conocimiento del
flujo convectivo en el manto. Una herra-
mienta analítica, llamada tomografía sísmica, es parecida, en principio, a la exploración TAC (tomografía asistida por computador), que se utiliza en los diagnósticos
médicos. Mientras la exploración TAC
utiliza los rayos X para penetrar en el
cuerpo humano, la información sobre el
interior de la Tierra se obtiene a partir de
12_Capítulo 12
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Resumen
las ondas sísmicas provocadas por los terremotos. Como la exploración TAC, la
tomografía sísmica utiliza los computadores para combinar los datos procedentes
de múltiples fuentes para construir una
imagen tridimensional del objeto.
Recordemos que las velocidades de las
ondas sísmicas están fuertemente influidas por las propiedades de los materiales
transmisores. En los estudios tomográficos, la información procedente de muchas ondas entrecruzadas se combina para
cartografiar regiones de velocidad sísmica «lenta» y «rápida». En general, las regiones de velocidad sísmica lenta se asocian con rocas calientes que afloran,
mientras que las regiones de velocidad
sísmica rápida representan zonas en las
que las rocas frías descienden.
Los estudios de la tomografía sísmica
revelan que el flujo en el manto es mucho más complejo que las simples células
de convección, en las que el material caliente asciende de una manera gradual y
el material frío se hunde. Parece que el
ascenso está limitado a unas pocas plumas cilíndricas grandes. Además, estos
estudios demuestran que las zonas de
descenso se encuentran debajo de los límites convergentes en los que las placas
se subducen. Este flujo descendente parece extenderse hasta el manto inferior,
pero hay otras posibles interpretaciones
de los datos.
Otra técnica innovadora, llamada modelado numérico, se ha utilizado para estimular la convección térmica en el manto. Simplemente, este método utiliza
computadores de alta velocidad para resolver ecuaciones matemáticas que des-
criben la dinámica de fluidos parecidos al
manto. A causa de algunas incertidumbres, como el desconocimiento de la viscosidad exacta del manto, se simulan diferentes condiciones. Los resultados de
estos estudios se pueden representar gráficamente, como se muestra en la Figura
12.D. Un estudio concluye que el des-
357
censo se produce en estructuras en forma
de lámina, respaldando las pruebas sísmicas de que las capas litosféricas descendentes son una parte integral de la
circulación del manto. Además, se descubrió que las grandes plumas del manto
son el principal mecanismo de ascenso
del manto.
▲ Figura 12.D Sección transversal de la convección térmica simulada numéricamente
del manto. Las zonas rojas y amarillas indican las corrientes calientes que ascienden,
mientras que las zonas azules representan las regiones de las corrientes descendientes frías.
(Cortesía de D. Bercovici, G. Schubert y G. A. Glatzmaier.)
Resumen
• Gran parte de nuestro conocimiento sobre el interior
de la Tierra procede del estudio de las ondas sísmicas
que penetran en su interior y emergen en algunos
puntos distantes. En general, las ondas sísmicas viajan
más deprisa en los materiales elásticos sólidos y más
despacio en las capas más débiles. Además, la energía
sísmica se refleja y se refracta en los límites que separan materiales diferentes desde el punto de vista composicional y mecánico. Mediante la medición cuida-
dosa de las velocidades de desplazamiento de las ondas sísmicas, los sismólogos han podido determinar las
principales divisiones del interior de la Tierra.
• Las principales capas que componen la Tierra son: (1)
la corteza, la capa externa comparativamente fina de la
Tierra, cuyo grosor oscila entre 3 kilómetros, en las
cordilleras oceánicas, y 70 kilómetros en algunos cinturones montañosos, como los Andes y el Himalaya;
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C A P Í T U L O 1 2 El interior de la Tierra
(2) el manto, una capa rocosa sólida que se extiende
hasta una profundidad de unos 2.900 kilómetros, y (3)
el núcleo, una esfera rica en hierro que tiene un radio
de 3.486 kilómetros.
• La capa mecánica externa de la Tierra, que abarca el
manto externo y la corteza, forma un caparazón relativamente rígido y frío conocido como litosfera (esfera de roca). Con una media de 100 kilómetros de
grosor, la litosfera puede medir 250 kilómetros o más
debajo de las porciones más antiguas (escudos) de los
continentes. Dentro de las cuencas oceánicas, la litosfera oscila entre unos pocos kilómetros de grosor,
a lo largo de las dorsales oceánicas, hasta quizá 100 kilómetros en las regiones de la corteza más antiguas y
frías.
• Debajo de la litosfera (a una profundidad de unos 660
kilómetros) subyace una capa blanda relativamente
débil localizada en el manto superior y conocida como
astenosfera («esfera débil»). Los 150 kilómetros, más o
menos, superiores de la astenosfera tienen un régimen
de temperatura/presión en el cual se produce una cierta cantidad de fusión (quizá de un 1 a un 5 por ciento). Dentro de esta zona, muy débil, la litosfera está
efectivamente despegada de la astenosfera, situada debajo.
• La corteza, la capa rígida más externa de la Tierra, se
divide en corteza oceánica y continental. La corteza
oceánica oscila entre 3 y 15 kilómetros de grosor y está
compuesta por rocas ígneas basálticas. Por el contrario, la corteza continental consiste en una gran variedad de tipos de roca que tienen una composición media equivalente a una granodiorita. Las rocas de la
corteza oceánica son más jóvenes (180 millones de
años o menos) y más densas (alrededor de 3,0 g/cm3)
que las rocas continentales. Las rocas continentales
tienen una densidad media de alrededor de 2,7 g/cm3
y se han descubierto algunas que superan los 4.000 millones de años de antigüedad.
• Alrededor del 82 por ciento del volumen de la Tierra
está contenido en el manto, un nivel rocoso de unos
2.900 kilómetros de grosor. El límite entre la corteza
y el manto representa un cambio de composición.
Aunque el manto se comporta como un sólido cuando transmite las ondas sísmicas, las rocas del manto
son capaces de fluir a una velocidad infinitesimalmente lenta. Algunas de las rocas del manto inferior
(capa D) se piensa que están parcialmente fundidas.
• El núcleo está compuesto fundamentalmente por hierro, con menores cantidades de níquel y otros elementos. A la presión extrema encontrada en el núcleo,
este material rico en hierro tiene una densidad media
de unos 11 g/cm3 y en el centro de la Tierra se aproxima a 14 veces la densidad del agua. El núcleo interno y el externo son similares desde el punto de vista
de su composición; sin embargo, el núcleo externo es
líquido y capaz de fluir. Es la circulación dentro del
núcleo de nuestro planeta en rotación, lo que genera
el campo magnético de la Tierra.
• La temperatura aumenta de manera gradual con la
profundidad en el interior de nuestro planeta. Tres
procesos contribuyen al calor interno de la Tierra: (1)
el calor emitido por la radiactividad; (2) el calor liberado cuando el hierro se solidifica en el núcleo, y (3)
el calor liberado por las partículas que colisionaron
durante la época de formación de nuestro planeta.
• Se cree que el flujo convectivo en el manto consiste en
plumas ascendentes de rocas calientes y un flujo descendente de las láminas frías y densas de la litosfera.
Este flujo convectivo térmicamente generado es la
fuerza impulsora que impulsa las placas litosféricas a
través del globo terráqueo.
Preguntas de repaso
1. Enumere 6 características principales de las ondas
sísmicas
2. ¿Cuáles son las tres capas que componen la Tierra?
3. Enumere las cinco capas principales del interior de
la Tierra definidas por las diferencias en las propiedades físicas. ¿En qué se distingue el núcleo interno del núcleo externo?
4. Describa la litosfera. ¿De qué manera importante se
diferencia de la astenosfera?
5. ¿En qué difiere el límite entre la corteza y el manto (Moho) del límite que se encuentra entre la litosfera y la astenosfera?
6. Describa brevemente cómo se descubrió el Moho.
7. ¿Qué pruebas utilizó Beno Gutenberg para demostrar la existencia de un núcleo central en la
Tierra?
8. Supongamos que la zona de sombra para las ondas
P estuviera localizada entre 120° y 160°, en vez de
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Recursos de la web
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entre 105° y 140°. ¿Qué indicaría esto sobre el tamaño del núcleo?
13. ¿Qué pruebas proporciona la sismología para indicar que el núcleo externo es líquido?
9. Describa el primer método utilizado para medir con
precisión el tamaño del núcleo interno.
14. ¿Por qué se considera a los meteoritos como claves
sobre la composición del interior de la Tierra?
10. ¿Cuál de las tres capas de composición de la Tierra
es la más voluminosa?
15. Describa la composición química (mineral) de las
cuatro capas principales de la Tierra: corteza (tanto continental como oceánica), manto y núcleo.
11. ¿Qué se cree que provoca el aumento de la velocidad sísmica que se produce a las profundidades de
410 y 660 kilómetros?
12. ¿Dónde está localizada la capa D y qué papel se
piensa que desempeña en el transporte de calor dentro de la Tierra?
16. Enumere tres procesos que hayan contribuido al
calor interno de la Tierra.
17. Describa el proceso de conducción.
18. Explique brevemente cómo se transporta el calor a
través del manto.
Términos fundamentales
astenosfera
capa D
conducción
convección
corteza
discontinuidad
discontinuidad de
Mohorovicic o Moho
gradiente geotérmico
litosfera
manto
manto inferior
mesosfera
núcleo
núcleo externo
núcleo interno
zona de sombra de las
ondas P
Recursos de la web
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y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
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web.
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CAPÍTULO 13
Bordes divergentes:
origen y evolución
del fondo oceánico
Imagen del fondo oceánico
Cartografía del fondo oceánico
Observación del fondo oceánico desde
el espacio
Provincias del fondo oceánico
Márgenes continentales
Márgenes continentales pasivos
Márgenes continentales activos
Características de las cuencas
oceánicas profundas
Fosas submarinas
Llanuras abisales
Montes submarinos, guyots y llanuras
oceánicas
Anatomía de una dorsal oceánica
Origen de la litosfera oceánica
Expansión del fondo oceánico
¿Por qué las dorsales oceánicas
están elevadas?
Velocidades de expansión y topografía
de las dorsales
Estructura de la corteza oceánica
Formación de la corteza oceánica
Interacción entre el agua marina
y la corteza oceánica
Ruptura continental: el nacimiento
de una nueva cuenca oceánica
Evolución de una cuenca oceánica
Mecanismos de ruptura continental
Destrucción de la litosfera oceánica
¿Por qué la litosfera oceánica subduce?
Placas en subducción: la desaparición
de una cuenca oceánica
Apertura y cierre de cuencas
oceánicas: el ciclo del
supercontinente
Antes de Pangea
La tectónica de placas en el futuro
361
13_Capítulo 13
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
E
l océano es la mayor estructura de la Tierra y cubre más
del 70 por ciento de la superficie de nuestro planeta.
Uno de los principales motivos por los que la hipótesis de la deriva continental de Wegener no se aceptó cuando
fue propuesta por primera vez fueron los pocos conocimientos que se tenían del fondo oceánico. Hasta el siglo XX, los investigadores utilizaban cuerdas lastradas para medir la profundidad. Mar adentro, la realización de estas mediciones de
profundidad, o sondeos, se prolongaba durante horas y podía ser muy imprecisa.
Con el desarrollo de nuevas herramientas marinas tras
la II Guerra Mundial, nuestro conocimiento acerca de la variada topografía del suelo oceánico aumentó rápidamente.
Uno de los descubrimientos más interesantes fue el sistema
global de dorsales oceánicas. Esta gran estructura elevada,
que se sitúa entre 2 y 3 kilómetros por encima de las cuencas oceánicas adyacentes, es la estructura topográfica más
grande de la Tierra.
En la actualidad sabemos que las dorsales marcan los
bordes divergentes o constructivos de las placas, donde se
origina la nueva litosfera oceánica. También sabemos que las
profundas fosas oceánicas representan los límites convergentes de placas, donde la litosfera oceánica se subduce
hacia el interior del manto. Dado que el proceso de la tectónica de placas crea corteza oceánica en las dorsales centrooceánicas y la consume en las zonas de subducción, la
corteza oceánica está renovándose y reciclándose de una
manera continua.
En este capítulo, examinaremos la topografía del fondo oceánico y observaremos los procesos que produjeron
sus diversas estructuras. También aprenderemos algo de la
composición, la estructura y el origen de la corteza oceánica. Además, examinaremos los procesos que reciclan la litosfera oceánica y consideraremos cómo esta actividad hace
que las masas continentales se muevan sobre la superficie del
planeta.
I
TI
Bordes divergentes
Cartografía del fondo oceánico
▲
IE N C
A
ERR
Imagen del fondo oceánico
S D LA
E
Si se drenara toda el agua de las cuencas oceánicas, aparecería en los fondos oceánicos una gran variedad de relieves: grandes picos volcánicos, fosas profundas, altiplanos extensos, cadenas montañosas lineales y grandes
llanuras. De hecho, el escenario sería casi tan diverso
como el que se observa en los continentes.
El desarrollo de técnicas que miden la profundidad
de los océanos permitió reconocer las estructuras del fondo oceánico. La batimetría (bathos profundidad; metros
medida) es la medición de las profundidades oceánicas
y el reconocimiento de la forma o la topografía del suelo
oceánico.
Cartografía del fondo oceánico
La variada topografía del fondo oceánico no se reconoció
por primera vez hasta el histórico viaje del H. M. S. Challenger, que duró tres años y medio. Desde diciembre de
1872 hasta mayo de 1876, la expedición Challenger hizo el
primer estudio, y quizá todavía el más exhaustivo de todos cuantos se han intentado por parte de una institución
y del océano en su conjunto. El viaje, que abarcó 127.500
kilómetros, llevó el barco y a su tripulación de científicos
por todos los océanos, excepto el Ártico. Durante todo el
viaje, se obtuvieron muestras del fondo mediante el laborioso trabajo de lanzar por la borda una cuerda lastrada.
No muchos años después, se amplió el conocimiento adquirido por el Challenger sobre las grandes profundidades
oceánicas y su topografía mediante la colocación de cables
transatlánticos, especialmente en el Atlántico Norte. Sin
embargo, mientras que una cuerda lastrada era la única
manera de medir las profundidades oceánicas, el conocimiento de las estructuras del fondo oceánico permanecería extremadamente limitado.
Técnicas batimétricas En la actualidad se utiliza la energía sónica para medir la profundidad. El procedimiento básico utiliza algún tipo de sonar, acrónimo de sound navigation and ranging (navegación sónica y medición de
distancias). Los primeros aparatos que utilizaron el sonido para medir la profundidad, denominados ecosondas, se
desarrollaron a principios del siglo XX. Los sónares funcionan transmitiendo una onda sonora (ping) al agua que
produce un eco cuando rebota contra algún objeto, como
un organismo marino o el fondo oceánico (Figura 13.1A).
Un receptor intercepta el eco reflejado desde el fondo, y
un reloj mide con precisión el tiempo transcurrido en fracciones de segundo. Conociendo la velocidad de desplazamiento de las ondas sonoras en el agua (unos 1.500 metros
por segundo) y el tiempo necesario para que un pulso de
energía alcance el fondo oceánico y vuelva, puede establecerse la profundidad. Las profundidades determinadas mediante el control continuo de estos ecos permiten obtener
un perfil continuo del fondo oceánico. Mediante la laboriosa combinación de los perfiles de varias secciones adyacentes, se puede obtener un mapa del fondo oceánico.
Después de la II Guerra Mundial, la marina estadounidense desarrolló el sonar lateral para buscar minas y
otros explosivos. Los instrumentos con forma de torpedo
pueden remolcarse detrás del barco, donde emiten una señal de sonido en abanico que se extiende a ambos lados de
la estela del barco. Mediante la combinación de las bardas
de datos del sonar lateral, los investigadores produjeron las
primeras imágenes parecidas a fotografías del fondo oceánico. Aunque el sonar lateral proporciona vistas valiosas
del fondo oceánico, no proporciona datos batimétricos
(de profundidad).
13_Capítulo 13
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Imagen del fondo oceánico
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Señal de ida
Sonar
de haz
múltiple
Señal reflejada
Remolque
de sonar lateral
Fondo oceánico
A.
Fondo oceánico
B.
▲ Figura 13.1 Varios tipos de sonar. A. Una ecosonda determina la profundidad del agua midiendo el tiempo que una onda acústica tarda
en ir desde el barco al fondo del mar y volver. La velocidad del sonido en el agua es de 1.500 m/s. Por consiguiente, profundidad
1⁄2(1.500 m/s tiempo de viaje del eco). B. En la actualidad el sonar de haz múltiple y el sonar lateral obtienen una «imagen» de una
banda estrecha del fondo oceánico cada pocos segundos.
Este problema no se presenta con los instrumentos de haz múltiple de alta resolución que se desarrollaron
durante los años 90. Estos sistemas utilizan fuentes sónicas montadas en el casco de un buque que emiten una
señal de sonido, luego registran las reflexiones procedentes del fondo oceánico mediante una serie de receptores estrechamente enfocados y orientados en diferentes ángulos. Por tanto, en vez de obtener la profundidad
de un solo punto cada pocos segundos, esta técnica hace
posible que un buque de investigación cartografíe las estructuras del fondo oceánico a lo largo de una banda de
decenas de kilómetros de ancho (Figura 13.2). Cuando
un barco utiliza un sonar de haz múltiple para cartografiar una sección de fondo oceánico, se desplaza por la
zona según un modelo de ida y vuelta regularmente espaciado conocido con el nombre bastante adecuado de
«cortadora de césped». Además, estos sistemas pueden
recoger datos batimétricos de una resolución tan alta que
pueden discriminar profundidades que difieren en menos
de un metro.
A pesar de su mayor eficacia y resolución, los buques
de investigación equipados con sonar de haz múltiple se
desplazan tan sólo a 10-20 kilómetros por hora. Serían al
menos necesarios cien buques pertrechados con este equipo, y tardarían centenares de años para cartografiar todo
el fondo oceánico. Eso explica por qué sólo se ha cartografiado con detalle aproximadamente el 5 por ciento del
fondo oceánico y por qué todavía no se han cartografiado
con sonar extensas zonas del suelo oceánico.
Perfiles de reflexión sísmica Los geólogos marinos también están interesados en la observación de la estructura
rocosa debajo de los sedimentos que cubren la mayor parte del fondo oceánico, lo cual puede llevarse a cabo realizando un perfil de reflexión sísmica. Para construir un
perfil de este tipo, se producen sonidos de baja frecuencia
a través de explosiones (cargas de profundidad) de cañones de aire. Estas ondas sónicas penetran debajo del fondo oceánico y reflejan los contactos entre las capas y las
zonas de falla, de la misma manera que el sonar refleja el
fondo del mar. En la Figura 13.3 se muestra un perfil sísmico de una porción de la llanura abisal de Madeira, en el
Atlántico oriental. Aunque el fondo oceánico es plano,
puede observarse la corteza oceánica irregular enterrada
bajo una gruesa acumulación de sedimentos.
Observación del fondo oceánico desde
el espacio
Otro avance tecnológico importante que ha conllevado un
mayor conocimiento del suelo oceánico implica la medida
de la forma de la superficie del océano desde el espacio.
Después de compensar el oleaje, las mareas, las corrientes
y los efectos atmosféricos, se descubrió que la superficie del
agua no es perfectamente «plana». Eso se debe al hecho de
que la gravedad atrae el agua hacia las regiones donde se
encuentran las estructuras masivas del fondo oceánico.
Por consiguiente, las montañas y las dorsales producen zonas elevadas en la superficie oceánica y, por el contrario, los
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
▲ Figura 13.2 Mapa coloreado del fondo oceánico y las formas litorales en la zona de Los Ángeles de California. La porción de fondo
oceánico de este mapa se construyó a partir de datos recogidos mediante un sistema de cartografiado de alta resolución. (U. S. Geological
Survey.)
2800
3600 brazas
0
10 millas
20
30
40
50
60
Océano
Pico volcánico
Llanura abisal
cañones y las fosas provocan ligeras depresiones. Los satélites equipados con altímetros radar pueden medir estas
diferencias sutiles haciendo rebotar microondas en la superficie del mar (Figura 13.4). Estos aparatos pueden medir variaciones tan pequeñas como de 3 a 6 centímetros.
Estos datos han añadido mucho al conocimiento de la topografía del suelo oceánico. Cruzados con las mediciones
de la profundidad realizadas tradicionalmente con sonar,
estos datos se utilizan para realizar mapas detallados del
suelo oceánico, como el de la Figura 1.6.
Provincias del fondo oceánico
Capas
de sedimentos
Corteza oceánica basáltica
▲ Figura 13.3 Sección transversal sísmica y esquema
correspondiente a través de una porción de la llanura abisal de
Madeira en el océano Atlántico oriental, que muestra la corteza
oceánica irregular enterrada por los sedimentos. (Imagen cortesía
de Charles Hollister, Woods Hole Oceanographic Institution.)
Los oceanógrafos que estudian la topografía del fondo
oceánico han establecido tres unidades principales: márgenes continentales, cuencas oceánicas profundas y dorsales
oceánicas (centrooceánicas). En el mapa de la Figura 13.5 se
esbozan estas provincias para el Atlántico norte y el perfil dibujado a pie de foto muestra la topografía. La dimensión vertical de esos perfiles suele estar exagerada
muchas veces (cuarenta en este caso) para destacar los ras-
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Márgenes continentales
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gos topográficos. Sin embargo, la exageración vertical
hace que las pendientes mostradas en el perfil del fondo
oceánico parezcan ser mucho más empinadas de lo que
realmente son.
Satélite
Órbita del satélite
Altímetro del radar
Márgenes continentales
Pulsos
salientes
del radar
Se han identificado dos tipos principales de márgenes continentales: pasivos y activos. Los márgenes pasivos se encuentran a lo largo de la mayoría de las áreas costeras que
rodean el océano Atlántico y el Índico, entre ellas las costas orientales del norte y el sur de América, así como las
áreas costeras de Europa y África. Los márgenes pasivos
no se sitúan a lo largo de un borde de placa activo y, por
consiguiente, experimentan muy poco volcanismo y pocos
terremotos. Son lugares donde se acumulan los materiales procedentes de la meteorización y la erosión de las masas de tierra adyacentes, que forman una cuña gruesa y ancha de sedimentos relativamente inalterados.
Por el contrario, los márgenes continentales activos
aparecen allí donde la litosfera oceánica está siendo subducida debajo del borde de un continente. El resultado es
un margen relativamente estrecho, constituido por sedimentos muy deformados que fueron arrancados de la placa litosférica descendente. Los márgenes continentales activos son comunes alrededor del borde del Pacífico, donde
son paralelos a las fosas submarinas (véase Recuadro 13.1).
Pulsos
de retorno
de la superficie
marina
Superficie
oceánica
teórica
Anomalía
Fondo oceánico
▲ Figura 13.4 El altímetro del satélite mide la variación en la elevación
de la superficie marina, provocada por la atracción gravitacional, e imita
la forma del fondo oceánico. La anomalía de la superficie marina es la
diferencia entre la superficie oceánica medida y la teórica.
A
es
o
e
oc
án
ica
Do
rsa
lm
América
del Norte
B
África
Margen
continental
A
Cuenca
oceánica profunda
Dorsal centrooceánica
Cuenca
oceánica profunda
Margen
continental
B
▲ Figura 13.5 Principales divisiones topográficas del Atlántico norte y perfil topográfico desde Nueva Inglaterra hasta la costa de África del Norte.
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▲
Recuadro 13.1
Entender la Tierra
Susan DeBari: una carrera en Geología
Descubrí la Geología el verano en el que
trabajé haciendo el mantenimiento de
sendas en las montañas Cascade septentrionales del estado de Washington. Había acabado de terminar mi primer año
en la universidad y nunca antes había estudiado ciencias de la Tierra. Pero un
compañero de trabajo (ahora mi mejor
amigo) empezó a describir las estructuras
geológicas de las montañas en las que andábamos: la clásica forma de cono del
volcán Baker, los valles glaciares en forma de U, el avance de los glaciares activos, y otras maravillas. Me enganchó y
ese otoño regresé a la universidad con
una pasión por la Geología que no ha
menguado. Como estudiante trabajé de
asistente de campo para un estudiante de
postgrado y realicé un proyecto de tesis
sobre las rocas del arco insular de las
Aleutianas. Desde el primer momento,
los arcos insulares han sido mi mayor interés para la investigación, hasta la investigación doctoral en la Universidad de
Stanford, el trabajo posdoctoral en la
Universidad del Estado de San José y en
la Universidad del Oeste de Washington.
El mayor interés se centraba en la corteza profunda de los arcos, el material que
se encuentra cerca de la discontinuidad
de Mohorovicic (cariñosamente llamada
Moho).
¿Qué tipos de procesos suceden allá
abajo, en la base de la corteza de los arcos
insulares? ¿Cuál es el origen de los magmas que se abren camino hacia la superficie: el manto o la propia corteza profunda? ¿Cómo interactúan estos magmas
con la corteza a medida que avanzan hacia la superficie? ¿Qué aspecto químico
tienen estos primeros magmas? ¿Son muy
distintos de lo que ha hecho erupción en
la superficie?
Evidentemente, los geólogos no pueden descender a la base de la corteza (típicamente de 20 a 40 kilómetros por debajo de la superficie terrestre). Y lo que
hacen tiene algo de jugar a detectives.
Deben utilizar las rocas que ahora están en
la superficie que se formaron originalmente en la corteza profunda de un arco insular. Las rocas deben haber sido trans-
portadas a la superficie rápidamente a lo
largo de zonas de falla para conservar sus
rasgos originales. Por tanto, ¡puedo andar
sobre las rocas de la corteza profunda sin
dejar la superficie terrestre! Hay unos pocos lugares en el mundo en el que estas
extrañas rocas afloran. Algunos de los
lugares en los que he trabajado son: las
montañas Chugach de Alaska, las Sierras
Pampeanas de Argentina, la cordillera
Karakorum de Pakistán, la costa occidental de la isla de Vancouver y la cordillera
Cascade septentrional de Washington.
En la mayoría de ocasiones, el trabajo de
campo ha supuesto ir a pie, junto con el
amplio uso de mulas y camiones.
También busqué fragmentos de la corteza profunda de los arcos insulares en un
lugar menos evidente, en una de las fosas
oceánicas más profundas del mundo: la
fosa de Izu Bonin (Figura 13.A). Ahí me
sumergí en el océano en un sumergible
llamado Shinkai 6500 (que aparece a mi
derecha al fondo de la imagen). El Shinkai 6500 es un sumergible japonés con la
capacidad de sumergirse a 6.500 metros
por debajo de la superficie oceánica. Mi
plan era tomar muestras de rocas de la
pared de la fosa en sus niveles más profundos mediante el brazo mecánico del
sumergible. Puesto que los datos preliminares sugerían que había grandes cantidades de rocas expuestos a lo largo de
varios kilómetros en sentido vertical, podía ser una buena manera de tomar muestras del basamiento profundo del arco.
Me sumergí en el sumergible tres veces,
alcanzando una profundidad máxima de
6.497 metros. Cada inmersión duró nueve horas, que pasé en un espacio no mayor que el asiento delantero de una Honda, compartido con dos de los pilotos
japoneses que controlaban los movimientos del sumergible. ¡Fue una experiencia
estimulante!
Ahora estoy en la facultad de la Universidad del Oeste de Washington, donde continúo investigando las raíces profundas de los arcos volcánicos y también
implico a los estudiantes. También intervengo en la formación en educación científica de profesores de K-12, y ¡espero
motivar a los jóvenes para que pregunten
sobre el fascinante mundo que les rodea!
▲ Figura 13.A Susan DeBari fotografiada con el sumergible japonés Shinkai 6500, que
utilizó para recoger muestras de rocas de la fosa de Izu Bonin. (Foto cortesía de Susan
DeBari.)
13_Capítulo 13
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Márgenes continentales
Márgenes continentales pasivos
El margen continental pasivo consiste en la plataforma continental, el talud continental y el pie de talud (Figura 13.6).
Plataforma continental La plataforma continental es
una superficie sumergida, suavemente inclinada, que se
extiende desde la línea de costa hacia el borde de las cuencas oceánicas profundas. Dado que está sobre la corteza
continental, se trata claramente de una extensión inundada de los continentes.
La anchura de la plataforma varía mucho. Aunque es
casi inexistente en los bordes de algunos continentes, la
plataforma se extiende mar adentro más de 1.500 kilómetros a lo largo de otros. Como media, la plataforma continental tiene 80 kilómetros de ancho y 130 metros de profundidad en su borde orientado hacia el mar adentro. La
inclinación media de la plataforma continental es sólo de
una décima parte de 1 grado, una pendiente de alrededor
de 2 metros por kilómetro. La pendiente es tan ligera que
a un observador le parecería una superficie horizontal.
Aunque las plataformas continentales representan
sólo el 7,5 por ciento del área cubierta por los océanos, tienen una gran importancia económica y política, porque
contienen importantes depósitos minerales, entre ellos
grandes reservas de petróleo y gas natural, así como enormes depósitos de arena y grava. Las aguas de la plataforma continental contienen también importantes bancos de
peces, que son fuentes significativas de alimento.
Aunque la plataforma continental carece prácticamente de estructuras, algunas áreas están recubiertas por
Llanura
costera
367
extensos depósitos glaciares y, por tanto, son bastante escarpadas. Además, algunas plataformas continentales están
divididas por grandes valles que van desde la línea de costa hasta aguas profundas. Muchos de esos valles de plataforma son las extensiones mar adentro de los valles fluviales de los continentes adyacentes. Según parece, esos valles
fueron excavados durante el Pleistoceno (Período glacial). Durante ese momento, se acumularon grandes cantidades de agua en enormes glaciares de casquete sobre los
continentes. Esto produjo la bajada del nivel del mar en
100 metros o más, dejando al descubierto grandes áreas de
las plataformas continentales (véase Figura 18.4). Debido
a esta disminución del nivel del mar, los ríos alargaron sus
cursos, y las plantas y los animales terrestres poblaron las
partes recién descubiertas de los continentes. El dragado
de la costa oriental de América del Norte ha permitido obtener restos de numerosos herbívoros, entre ellos mamuts, mastodontes y caballos, que se añaden a las pruebas
de que partes de las plataformas continentales estuvieron
en alguna ocasión por encima del nivel del mar.
La mayoría de las plataformas continentales pasivas,
como las situadas a lo largo de la costa oriental de Estados
Unidos, están formadas por depósitos de aguas someras
que pueden alcanzar varios kilómetros de grosor. Esos depósitos indujeron a los investigadores a concluir que estas
grandes acumulaciones de sedimentos se producen a lo
largo de un margen continental en subsidencia gradual.
Talud continental Delimitando el borde de la plataforma
continental en dirección al mar se encuentra el talud continental, una estructura relativamente empinada (en com-
Cuenca
oceánica
profunda
Margen continental
Rotura
de la plataforma
Abanico submarino
Plataforma
continental
Llanura abisal
Talud continental
Pie de talud
Corteza oceánica
Corteza continental
▲ Figura 13.6 Vista esquemática que muestra las provincias de un margen continental pasivo. Obsérvese que las pendientes mostradas
para la plataforma continental y el talud continental están muy exageradas. La plataforma continental tiene una pendiente media de una
décima parte de 1 grado, mientras que el talud continental tiene una pendiente media de unos 5 grados.
13_Capítulo 13
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
paración con la plataforma) que marca el límite entre la
corteza continental y la corteza oceánica (véase Figura
13.6). Aunque la inclinación del talud continental varía
mucho de un lugar a otro, su media es de unos 5 grados,
y en algunos lugares puede superar los 25 grados. Además,
el talud continental es relativamente estrecho, con una anchura media de sólo unos 20 kilómetros.
Pie de talud En regiones donde no existen fosas, el talud
continental empinado pasa a tener una inclinación más
gradual, conocida como pie de talud o elevación continental. Aquí, la pendiente tiene aproximadamente un tercio de grado, o unos 6 metros por kilómetro. Mientras que
la anchura media del talud continental es de unos 20 kilómetros, el pie de talud puede extenderse durante centenares de kilómetros hacia las cuencas oceánicas profundas.
El pie de talud está formado por un grueso cúmulo
de sedimentos que se movieron pendiente abajo desde la
plataforma continental hacia los fondos oceánicos profundos. Los sedimentos van siendo enviados a la base del talud continental por corrientes de turbidez que descienden periódicamente por los cañones submarinos. Cuando estas
corrientes de lodo surgen de la desembocadura de un cañón en el fondo oceánico relativamente plano, depositan
sedimentos que forman un abanico submarino (Figura
13.6). A medida que los abanicos de cañones submarinos
adyacentes crecen, se unen lateralmente los unos a los
otros y generan una cubierta continua de sedimentos en la
base del talud continental que denominamos pie de talud.
Márgenes continentales activos
A lo largo de algunas costas, el talud continental desciende
abruptamente hacia una fosa submarina. En esta situación,
la pared de la fosa del lado continental y el talud continen-
Fosa
tal son esencialmente la misma estructura. En estos lugares, la plataforma continental, si existe, es muy estrecha.
Los márgenes continentales activos están localizados fundamentalmente alrededor del océano Pacífico,
en áreas donde la litosfera oceánica subduce por debajo del
borde de los continentes (Figura 13.7). En estos lugares,
se arrancan sedimentos del fondo oceánico y fragmentos
de corteza oceánica procedentes de la placa oceánica descendente, que quedan adosados al borde del continente
que cabalga sobre la placa oceánica. Esta acumulación
caótica de sedimentos y fragmentos de corteza oceánica se
denomina prisma de acreción (ad hacia; crescere crecer). La subducción prolongada, junto con la acreción de
sedimentos en el lado continental de la fosa, puede producir una gran acumulación de sedimentos a lo largo de
un margen continental. Por ejemplo, a lo largo de la costa septentrional de la isla japonesa de Honshu se encuentra un gran prisma de acreción.
En algunas zonas de subducción hay poca o ninguna
acumulación de sedimentos, lo que indica que los sedimentos oceánicos están siendo transportados hacia el manto
junto con la placa subducida. Estas zonas suelen ser regiones
en las que litosfera oceánica antigua está siendo subducida en
una posición casi vertical hacia el interior del manto. En estos puntos, el margen continental es muy estrecho, pues la
fosa puede encontrarse a tan sólo 50 kilómetros de la costa.
Características de las cuencas
oceánicas profundas
Entre el margen continental y el sistema de dorsales oceánicas se encuentran las cuencas oceánicas profundas
(véase Figura 13.5). El tamaño de esta región (casi el 30
Arco volcánico
continental
Prisma
de acreción
Subducción de la lito
sfe
100 km
ra
oc
eá
nic
a
Astenosfera
▲ Figura 13.7 Margen continental activo, en el que los sedimentos del fondo oceánico son arrancados de la placa descendente y añadidos
a la corteza continental formado un prisma de acreción.
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Características de las cuencas oceánicas profundas
por ciento de la superficie terrestre) es aproximadamente comparable al porcentaje de la superficie que está por
encima del nivel del mar. En esta zona existen regiones
notablemente planas, conocidas como llanuras abisales;
picos volcánicos elevados, llamados montes submarinos y
guyots; fosas submarinas, que son depresiones lineales extremadamente profundas del fondo oceánico, y grandes
provincias basálticas de inundación llamadas mesetas oceánicas.
Fosas submarinas
Las fosas submarinas son franjas largas y relativamente
estrechas, que constituyen las partes más profundas del
océano (Tabla 13.1). Muchas de las fosas están localizadas
a lo largo de los bordes del océano Pacífico (Figura 13.8),
donde muchas superan los 10.000 metros de profundidad.
En la Challenger Deep, una parte de la fosa de las Marianas, se han medido 11.022 metros por debajo del nivel del
mar, lo cual la convierte en la parte conocida del océano
más profunda. Sólo hay dos fosas en el océano Atlántico:
la fosa de Puerto Rico, adyacente al arco de las Antillas
Menores, y la fosa de las Sandwich del Sur.
Aunque las fosas submarinas representan sólo una
porción pequeña del área del fondo oceánico, son estructuras geológicas muy significativas. Las fosas son puntos
de convergencia de placas donde las placas litosféricas
subducen y se hunden de vuelta hacia el manto. Además
de los terremotos, creados cuando una placa «roza» otra,
también la actividad volcánica está asociada a esas regiones. Recordemos que la liberación de volátiles, en especial
agua, desde una placa descendente desencadena la fusión
en la cuña de la astenosfera situada por encima de ella.
Este material migra lentamente hacia arriba y produce
actividad volcánica en la superficie. Por tanto, suele haber
una hilera de volcanes activos en forma de arco, denominada arco de islas volcánicas, paralela a las fosas. Además, los
arcos volcánicos continentales, como los que constituyen par-
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Se han explorado alguna vez las fosas oceánicas
más profundas? ¿Puede haber vida en ellas?
Los investigadores visitaron la parte más profunda de los
océanos (donde hay una presión terriblemente elevada, oscuridad completa y temperaturas acuáticas cercanas a la
congelación) ¡hace más de 40 años! En enero de 1960, el teniente Don Walsh de la marina estadounidense y el explorador Jacques Piccard descendieron al fondo de la región
Challenger Deep de la fosa de las marianas en el batiscafo
Trieste, que se sumerge a gran profundidad. A 9.906 metros,
oyeron un fuerte ruido de agrietamiento que sacudió la cabina. Fueron incapaces de ver que una ventanilla de Plexiglas de 7,6 centímetros se había agrietado (milagrosamente, resistió durante el resto de la inmersión). Más de cinco
horas después de abandonar la superficie, alcanzaron el fondo a 10.912 metros, una profundidad récord del descenso
humano que no se ha batido desde entonces. Sí vieron algunas formas de vida que se han adaptado a la vida en las
profundidades: un pequeño pez plano, una gamba y alguna
medusa.
te de los Andes y la cordillera Cascade, son paralelos a las
fosas que se encuentran adyacentes a los márgenes continentales. La gran cantidad de fosas y la actividad volcánica asociada a lo largo de los bordes del océano Pacífico explica por qué la región se conoce como el Anillo de Fuego.
Llanuras abisales
Las llanuras abisales (a sin; byssus parte inferior) son
estructuras profundas increíblemente planas; de hecho,
es probable que esas regiones sean los lugares más horizontales de la Tierra. La llanura abisal situada cerca de la
Tabla 13.1 Dimensiones de algunas fosas oceánicas
Fosa
Aleutianas
Japón
Java
Kuriles-Kamchatka
Marianas
América Central
Perú-Chile
Filipinas
Puerto Rico
Sandwich del Sur
Tonga
369
Profundidad
(kilómetros)
Anchura media
(kilómetros)
Longitud
(kilómetros)
7,7
8,4
7,5
10,5
11,0
6,7
8,1
10,5
8,4
8,4
10,8
50
100
80
120
70
40
100
60
120
90
55
3700
800
4500
2200
2550
2800
5900
1400
1550
1450
1400
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
Fosa de las Aleutianas
Fosa de las Kuriles
Fosa de Japón
Falla
de San Andrés
Fosa
de las
Filipinas
Do
rs
al
oíndica
ntr
Ce
Fosa
Centroamericana
al
Fosa de Java
(Sunda)
Fosa de las Tonga
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Fosa de Kermadek
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Fosa de Bouganville
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a
rs
Do
Fosa de las Marianas
Falla Alpina
▲ Figura 13.8 Distribución de las fosas oceánicas profundas del mundo.
costa de Argentina, por ejemplo, tiene un relieve inferior
a 3 metros a lo largo de una distancia superior a 1.300 kilómetros. La monótona topografía de las llanuras abisales
está interrumpida ocasionalmente por la cima de una estructura volcánica parcialmente enterrada.
Utilizando métodos de prospección sísmica (instrumentos que generan señales para penetrar muy por debajo del
fondo oceánico), los investigadores han determinado que
las llanuras abisales deben su topografía relativamente carente de rasgos a las grandes acumulaciones de sedimentos
que han enterrado un fondo oceánico por lo demás escarpado (véase Figura 13.3). La naturaleza de los sedimentos
indica que esas llanuras consisten fundamentalmente en sedimentos transportados mar adentro por las corrientes
de turbidez, depósitos que han precipitado fuera del agua
marina y caparazones y esqueletos de organismos marinos
microscópicos.
Las llanuras abisales se encuentran en todos los océanos. Sin embargo, el océano Atlántico tiene las llanuras
abisales más extensas porque tiene pocas fosas que actúen
como trampas para los sedimentos transportados desde el
talud continental.
Montes submarinos, guyots y llanuras
oceánicas
Los suelos oceánicos están salpicados de volcanes en escudo denominados montes submarinos, que pueden elevarse centenares de metros por encima de la topografía
circundante. Se ha calculado que hay entre 22.000 y
55.000 montes submarinos en la superficie del fondo
oceánico, de los cuales menos de 2.000 son activos. Aunque estos picos cónicos se han encontrado en todos los
océanos, el mayor número se ha identificado en el Pacífi-
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Anatomía de una dorsal oceánica
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I
A
Fosa
de las Sandwich del Sur
co. Además, los montes submarinos suelen formar cadenas lineales o, en algunos casos, una dorsal volcánica más
continua, que no debe confundirse con las dorsales centrooceánicas.
Algunas dorsales, como la cadena de montes submarinos de Hawaii-Emperador en el océano Pacífico, que
se extiende desde las islas Hawaii hasta la fosa de las Aleutianas, se forman encima de un punto caliente volcánico
asociado con una pluma del manto (véase Figura 2.26).
Otras nacen cerca de las dorsales oceánicas, bordes divergentes en los que las placas se separan. Si el volcán crece
lo suficiente antes de que el movimiento de las placas lo
aleje de la fuente magmática, la estructura emerge en forma de isla. Ejemplos de islas volcánicas en el Atlántico son
las Azores, Ascensión, Tristán da Cunha y Santa Elena.
Durante la época en la que existen como islas, algunos de esos volcanes son erosionados hasta alcanzar
ERR
Anatomía de una dorsal oceánica
Fosa
Perú-Chile
TI
Fosa
Centroamericana
un relieve plano próximo al del nivel del mar por la acción de la meteorización, los procesos gravitacionales,
las olas y el agua superficial. A lo largo de un período de
millones de años, las islas se van hundiendo y desaparecen bajo la superficie del agua de una manera gradual a
medida que el movimiento de las placas las van separando lentamente de la dorsal oceánica o el punto caliente
donde se originaron (véase Recuadro 13.2). Esos montes
submarinos sumergidos de cúspide plana, se denominan
guyots*.
Las plumas del manto también generan grandes
llanuras oceánicas, que se parecen a las provincias basálticas de inundación que se hallan en los continentes.
Ejemplos de estas extensas estructuras volcánicas son las
llanuras de Ontong Java y del Caribe, que se formaron a
partir de grandes emisiones de lavas basálticas fluidas sobre el fondo oceánico. Por consiguiente, las llanuras
oceánicas están compuestas, principalmente, de basalto
almohadillados y otras rocas máficas que en algunos casos superan los 30 kilómetros de grosor.
S D LA
E
Bordes divergentes
Dorsales oceánicas y expansión
del fondo oceánico
▲
Fosa de
Puerto Rico
371
A lo largo de los bordes divergentes de placa bien desarrollados, el fondo oceánico se eleva, formando una
prominencia denominada dorsal oceánica o dorsal
centrooceánica. Nuestro conocimiento del sistema de
dorsales oceánicas procede de la exploración del fondo
oceánico, las muestras obtenidas de perforaciones profundas, la inspección visual mediante sumergibles, e incluso de la inspección de primera mano de capas del
fondo oceánico que se hayan desplazado hacia tierra a
lo largo de los bordes convergentes de placa. Una dorsal oceánica se caracteriza por su posición elevada, gran
cantidad de fallas y sismos, alto flujo térmico y numerosas estructuras volcánicas.
El sistema de dorsales oceánicas interconectadas es
el rasgo topográfico de más longitud de la superficie terrestre: supera los 70.000 kilómetros de longitud. Representando el 20 por ciento de la superficie terrestre, el sistema de dorsales oceánicas serpentea por los principales
océanos como las costuras de una pelota de béisbol (Figura
13.9). Típicamente, la cresta de esta estructura lineal se sitúa entre 2 y 3 kilómetros por encima de las cuencas oceá-
* El término guyot es un reconocimiento al primer profesor de Geología de la Universidad de Princeton.
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
▲
Recuadro 13.2
Entender la Tierra
Explicación de los atolones de coral: la hipótesis de Darwin
Los atolones de coral son estructuras en forma de anillo que suelen extenderse varios
miles de metros por debajo del nivel del
mar. ¿Qué provoca la formación de atolones y cómo alcanzan tan enorme grosor?
Los corales son animales coloniales del
tamaño aproximado de una hormiga que
se alimentan mediante tentáculos y están
relacionados con las medusas. La mayoría
de corales se autoprotege creando un esqueleto externo duro hecho de carbonato
de calcio. En los lugares donde los corales
se reproducen y crecen durante muchos
siglos, sus esqueletos se funden en grandes
estructuras denominadas arrecifes de coral.
Otros corales, así como esponjas y algas,
empiezan a adherirse al arrecife, y lo hacen
crecer más. Al final, los peces, los gasterópodos, los pulpos y otros organismos son
atraídos hacia estos hábitats variados y
productivos.
Los corales requieren unas condiciones ambientales específicas para crecer.
Por ejemplo, los corales que forman arrecifes crecen mejor en aguas con una temperatura anual media de unos 24 °C. No
pueden sobrevivir a la exposición prolongada a temperaturas inferiores a los 18 °C
o superiores a los 30 °C. Además, los corales que forman arrecifes requieren un
punto de adhesión (normalmente otros
Volcanismo
de puntos
calientes
A.
Arrecife
de coral periférico
corales) y agua clara e iluminada por el sol.
Por consiguiente, la profundidad límite a
la que pueden vivir la mayor parte de los
corales es de sólo unos 45 metros.
Las condiciones ambientales restringidas
necesarias para el crecimiento de los corales
crean una paradoja interesante: ¿cómo pueden los corales, que para vivir requieren
agua cálida, superficial e iluminada por la luz
solar a una profundidad no superior a unas
pocas docenas de metros, crear estructuras
gruesas como los atolones de coral que se
extienden hacia aguas profundas?
El naturalista Charles Darwin fue uno
de los primeros en formular una hipótesis
sobre el origen de los atolones. De 1831 a
1836, navegó a bordo del barco británico
HMS Beagle durante su famosa navegación
alrededor del mundo. En varios lugares que
Darwin visitó, observó una progresión de
los estadios del desarrollo de los arrecifes de
coral de (1) un arrecife periférico a lo largo de
los bordes de un volcán a (2) un arrecife barrera con un volcán en el centro a (3) un atolón, que consta de un anillo continuo o roto
de arrecifes de coral rodeado por una laguna central (Figura 13.B). La esencia de la
hipótesis de Darwin era la siguiente: dado
que una isla volcánica se hunde lentamente, los corales siguen formando el arrecife
en dirección ascendente.
La hipótesis de Darwin explicaba cómo
los arrecifes de coral, que están restringidos
a las aguas superficiales, pueden construir
estructuras que ahora existen en aguas mucho más profundas. Durante la época de
Darwin, sin embargo, no había ningún mecanismo plausible que explicara cómo una
isla puede hundirse.
En la actualidad, la tectónica de placas
ayuda a explicar cómo una isla volcánica
puede extinguirse y hundirse a grandes
profundidades durante largos períodos de
tiempo. Las islas volcánicas suelen formarse encima de una pluma del manto relativamente estacionaria, lo cual hace que
la litosfera se abombe. Durante un intervalo de millones de años, estas islas volcánicas se vuelven inactivas y se hunden de
manera gradual a medida que la placa en
movimiento las transporta lejos del punto
caliente (Figura 13.B).
Además, las perforaciones a través de
los atolones han revelado que las rocas volcánicas, de hecho, se extienden por debajo
de las estructuras de arrecifes de coral más
antiguas (y más profundas), lo cual confirma la hipótesis de Darwin. Por tanto, los
atolones deben su existencia al hundimiento gradual de las islas volcánicas que contienen arrecifes de coral que con el tiempo
se forman en dirección ascendente.
Lagoon
Arrecife
barrera
B.
Atolón
C.
Corteza oceánica
Pluma
del manto
El volcán se hunde de manera gradual
a medida que se aleja del punto caliente
▲ Figura 13.B Formación de un atolón de coral debida al hundimiento gradual de la corteza oceánica y el crecimiento ascendente del
arrecife de coral. A. Se forma un arrecife de coral periférico alrededor de una isla volcánica activa. B. A medida que la isla volcánica se aleja
de la región de actividad del punto caliente, ésta se hunde y el arrecife periférico se convierte de manera gradual en un arrecife barrera.
C. Al final, el volcán se sumerge por completo y el atolón permanece.
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Anatomía de una dorsal oceánica
373
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Dorsal
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Dorsal de Reykiavik
C.
▲ Figura 13.9 Distribución del sistema de dorsales oceánicas, que recorre todas las principales cuencas oceánicas, como la costura de una
pelota de béisbol.
nicas profundas adyacentes y marca los bordes de placa
donde se crea nueva corteza oceánica.
Obsérvese en la Figura 13.9 que las grandes secciones del sistema de dorsales oceánicas han recibido su nombre según sus localizaciones en el interior de diferentes
cuencas oceánicas. Lo ideal sería que las dorsales ocuparan el centro de las cuencas oceánicas, donde se denominan dorsales centrooceánicas. Eso es cierto para la dorsal
Centroatlántica, que está situada en el centro del atlántico, más o menos paralela a los bordes de los continentes
a ambos lados (Figura 13.9A). Eso también es cierto para
la dorsal Centroíndica, pero obsérvese que la dorsal del
Pacífico oriental está desplazada hacia el lado oriental del
océano Pacífico (Figura 13.9B, C).
El término dorsal puede llevar a equívocos, ya que
no se trata de estructuras estrechas y escarpadas, tal como
el término implica, sino que tienen anchuras que van de
1.000 a 4.000 kilómetros y el aspecto de una gran elevación alargada que suele exhibir una topografía irregular.
Además, en un examen atento de la Figura 13.8 se observa que el sistema de dorsales está dividido en segmentos de entre unas pocas decenas y centenares de kilómetros de longitud. A pesar de que cada segmento es
independiente del segmento adyacente, en general están
conectados, el uno con el otro, a través de una falla transformante.
Las dorsales oceánicas son tan altas como algunas
montañas continentales y, por tanto, suelen describirse
como estructuras de naturaleza montañosa. Sin embargo,
la semejanza acaba ahí. Mientras la mayor parte de montañas continentales se forma cuando las fuerzas compresionales pliegan y metamorfosean gruesas secuencias de
rocas sedimentarias a lo largo de los bordes convergentes
de placa, las dorsales oceánicas se forman donde las fuerzas tensionales fracturan y separan la corteza oceánica.
Las dorsales oceánicas están compuestas de capas y pilas
de rocas basálticas recién formadas falladas según bloques
alargados que ascienden isostaticamente.
A lo largo del eje de algunos segmentos del sistema
de dorsales oceánicas hay grandes fosas limitadas por fallas normales denominadas valles de rift (Figura 13.10).
Estas estructuras pueden superar los 50 kilómetros de ancho y los 2.000 metros de profundidad. Dado que contienen bloques fallados e inclinados de corteza oceánica, así
como conos volcánicos que han crecido sobre fondo oceánico recién formado, los valles de rift suelen exhibir una
topografía escarpada. El nombre valle de rift se ha aplicado a estas estructuras porque son muy parecidas a los valles de rift continentales; un buen ejemplo de ello es el rift
del Este de África.
Topográficamente, los flancos externos de la mayoría de las dorsales están relativamente hundidos (excepto
los picos volcánicos aislados) y se elevan de manera muy
gradual (pendientes inferiores a 1 grado) hacia el eje de la
dorsal. Cerca de las crestas, la topografía se hace más escarpada a medida que las estructuras volcánicas y los valles limitados por fallas que tienden a ser paralelos al eje
de la dorsal van adquiriendo más notoriedad. La topografía más escarpada se encuentra en las dorsales que tienen grandes valles de rift.
Debido a su accesibilidad a los investigadores americanos y europeos, algunas partes de la dorsal Centroatlántica se han estudiado de una manera considerablemente detallada (Figura 13.10). Se trata de una ancha
estructura sumergida que se eleva de 2.500 a 3.000 metros por encima del fondo de la cuenca oceánica adyacente. En algunos lugares, como en Islandia, la dorsal se
ha elevado incluso por encima del nivel del mar (Figura
13.9). Aunque casi a lo largo de toda su longitud, este borde de placa divergente se encuentra muy por debajo del
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Valle de rift
Litosfera
Cámara
magmática
Astenosfera
Europa
a
tic
lt án
oa
Do
rs
al
Ce
nt
r
Norteamérica
África
Lito
sfer
Aste
a
nos
fera
▲ Figura 13.10 El eje de algunos segmentos del sistema de dorsales oceánicas contiene bloques hundidos limitados por fallas denominados
valles de rift. Algunos pueden superar los 50 kilómetros de ancho y los 2.000 metros de profundidad.
Origen de la litosfera oceánica
I
TI
▲
ERR
Bordes divergentes
Dorsales oceánicas y expansión
A
S D LA
del fondo oceánico
E
Las dorsales oceánicas representan los bordes constructivos de placa en los que se origina nueva litosfera oceánica. De hecho, el mayor volumen de magma (más del 60
por ciento del total de la producción anual de la Tierra)
se genera a lo largo del sistema de dorsales oceánicas en
IE N C
nivel del mar. Otro rasgo destacado de la dorsal Centroatlántica es su profundo valle de rift lineal que se extiende a lo largo del eje de la dorsal. Mediante barcos y sumergibles, así como equipos de sonar lateral sofisticados,
se han obtenido «imágenes» de este valle de rift en beneficio de las investigaciones actuales y futuras. En algunos lugares el ancho de este valle mide más de 30 kilómetros y está limitado por paredes de unos 1.500 metros
de altura, lo cual lo convierte en una estructura comparable a la parte más profunda y más ancha del Gran Cañón de Arizona.
13_Capítulo 13
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Origen de la litosfera oceánica
asociación con la expansión del fondo oceánico. Conforme las placas divergen, se crean fracturas en la corteza
oceánica que se llenan inmediatamente de roca fundida
que asciende, procedente de la astenosfera caliente inferior. Este material fundido se enfría lentamente y se convierte en roca sólida, produciendo nuevas capas de suelo
oceánico. Este proceso tiene lugar una y otra vez y genera nueva litosfera que se aleja de la cresta de la dorsal a
modo de cinta transportadora.
Expansión del fondo oceánico
Recordemos que Harry Hess, de la Universidad de Princeton, formuló el concepto de expansión del fondo oceánico a principios de los años sesenta. Más tarde, los geólogos pudieron verificar el argumento de Hess de que se
está produciendo expansión del fondo oceánico a lo largo
de zonas relativamente estrechas localizadas en las crestas
de las dorsales denominadas zonas de rift. Ahí, bajo el eje
de la dorsal donde las placas litosféricas se separan, las rocas calientes y sólidas del manto ascienden y sustituyen el
material que se ha desplazado hacia los lados. Recordemos
del Capítulo 4 que, a medida que la roca asciende, ésta experimenta una disminución de la presión de confinamiento y puede fundirse sin adición de calor. Este proceso, denominado fusión por descompresión, es la manera en que se
genera el magma a lo largo del eje de la dorsal.
La fusión parcial de las rocas del manto produce
magma basáltico con una composición sorprendentemente uniforme a todo lo largo del sistema de dorsales.
Este magma recién formado se separa de las rocas del
manto de las que se deriva y asciende hacia la superficie
en forma de lágrimas o plumas. Aunque la mayor parte de
este magma se almacena en depósitos alargados (cámaras
magmáticas) situados justo debajo de la cresta de la dorsal, el 10 por ciento acaba migrando hacia arriba a lo largo de fisuras y es expulsado en forma de coladas de lavas
sobre el fondo oceánico (Figura 13.10). Esta actividad
añade nuevas rocas basálticas a los bordes de placa de una
manera continua, uniéndolas temporalmente; estos enlaces sólo se rompen al continuar la expansión. A lo largo
de algunas dorsales, las emisiones de lavas bulbosas forman volcanes en escudo (montes submarinos) sumergidos,
así como dorsales alargadas. En otros lugares, las lavas
muy fluidas crean una topografía más suave.
Durante la expansión del fondo oceánico, el magma
inyectado en las fracturas recién desarrolladas forma diques que se enfrían desde sus límites externos hacia el
centro. Dado que los interiores cálidos de estos diques recién formados son débiles, la expansión continuada produce nuevas fracturas que tienden a separar estas rocas jóvenes más o menos por la mitad. Como consecuencia, se
añade nuevo material a las dos placas divergentes por
375
igual. Por consiguiente, crece nuevo suelo oceánico simétricamente a ambos lados de la cresta de la dorsal situada en el centro. De hecho, los sistemas de dorsales de
los océanos Atlántico e Índico están localizados cerca de
la mitad de esos volúmenes de agua y, por consiguiente,
se denominan dorsales centrooceánicas. Sin embargo, la
dorsal del Pacífico oriental está situada bastante lejos del
centro del océano Pacífico. Pese a la expansión uniforme
a lo largo de esta dorsal, gran parte de la cuenca del Pacífico que en alguna ocasión estuvo al este de este centro de
expansión ha sido cabalgada por la migración hacia el este
de las placas americanas.
Las zonas de separación activas miden sólo de 20 a
30 kilómetros de ancho aproximadamente y se caracterizan por las fallas y el volcanismo. En estos lugares los
grandes trozos de corteza oceánica se desplazan a lo largo
de fallas normales y producen una topografía escarpada
compuesta de bloques fallados inclinados (horsts y grabens) paralelos al eje del centro de expansión (véase Capítulo 10). A lo largo de la mayoría de segmentos de la dorsal, las estructuras volcánicas también son prominentes.
Sin embargo, la región de volcanismo activo parece estar
limitada a una zona de menos de 10 kilómetros de ancho.
Más allá de la zona activa de rift, las fallas y el volcanismo
desaparecen y la corteza se vuelve rígida y estable.
Cuando Harry Hess propuso por primera vez el
concepto de expansión del fondo oceánico, se creía que la
corriente ascendente del manto era una de las fuerzas
conductoras de los movimientos de placas. Desde entonces, los geólogos han descubierto que la corriente ascendente a lo largo de la dorsal oceánica es un proceso pasivo.
En otras palabras, la corriente ascendente del manto tiene lugar porque se crea «espacio» a medida que la litosfera oceánica se aleja horizontalmente del eje de la dorsal. Por el contrario, las plumas del manto que se originan
en la profundidad del manto ascienden porque son más
calientes y, por tanto, más ligeras que las rocas del manto
circundantes.
¿Por qué las dorsales oceánicas
están elevadas?
La razón principal que explica la posición elevada del sistema de dorsales es el hecho de que la litosfera oceánica
recién creada está caliente, ocupa más volumen y, por tanto, es menos densa que las rocas más frías de las cuencas
oceánicas profundas. A medida que la corteza basáltica recién formada se aleja de la cresta de la dorsal, se enfría desde arriba a media que el agua marina circula a través de los
poros y fracturas de la roca. También se enfría porque se
aleja de la zona de corriente ascendente, que es la principal fuente de calor. Como consecuencia, la litosfera se
enfría de manera gradual, se contrae y se hace más densa.
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Esta contracción térmica explica en parte las mayores profundidades oceánicas que existen lejos de las dorsales. Se
tardan casi 80 millones de años antes de que cese completamente el enfriamiento y la contracción. Durante este
tiempo, las rocas que formaron parte del sistema de dorsales oceánicas elevadas, se localizan en las cuencas oceánicas profundas, donde están cubierta por gruesas acumulaciones de sedimentos.
A medida que la litosfera se aleja de la cresta de la
dorsal, el enfriamiento también provoca un aumento gradual del grosor de la litosfera. Eso se produce porque el
límite entre la litosfera y la astenosfera se basa en las propiedades mecánicas del material del manto, que dependen
de la temperatura. Recordemos que la litosfera es la capa
externa fría y rígida de la Tierra, mientras que la astenosfera es una zona comparativamente caliente y débil. Conforme el material del manto superior envejece (se enfría),
se vuelve rígido. Por tanto, la porción superior de la astenosfera se convierte en litosfera simplemente mediante el
enfriamiento. La litosfera oceánica recién formada continuará engrosándose durante unos 80 millones de años.
Luego, su grosor se mantiene relativamente constante
hasta que subduce.
Velocidades de expansión y topografía
de las dorsales
Cuando se estudiaron en detalle varios segmentos del sistema de dorsales oceánicas, se descubrieron numerosas diferencias. Parece que muchas de estas diferencias están
controladas por las velocidades de expansión. Uno de los
principales factores controlados por las velocidades de expansión es la cantidad de magma generado en una zona de
rift. En los centros de expansión rápida, la divergencia se
produce a una mayor velocidad que en los centros de expansión lentos, lo cual tiene como consecuencia una mayor cantidad de magma que asciende del manto. Por consiguiente, las cámaras magmáticas situadas debajo de los
centros de expansión rápida tienden a ser estructuras mayores y más permanentes que las asociadas con los centros
de expansión más lentos. Además, la expansión a lo largo
de los centros de expansión rápida parece ser un proceso
relativamente continuo en el rifting y la corriente ascendente se producen a todo lo largo del eje de la dorsal. Por
el contrario, la fractura en los centros de expansión lenta
parece ser más episódica y los segmentos de la dorsal pueden permanecer dormidos durante extensos períodos de
tiempo.
A las velocidades de expansión comparativamente
lentas de 1 a 5 centímetros anuales, como sucede en las
dorsales Centroatlántica y Centroíndica, se desarrollan
valles de rift prominentes a lo largo de la cresta de la dorsal (Figura 13.11A). Recordemos que estas estructuras
pueden medir 50 kilómetros de ancho y más de 2.000 metros de profundidad. Aquí, el desplazamiento de grandes
fragmentos de corteza oceánica a lo largo de fallas casi verticales contribuye a la topografía característicamente escarpada de estos valles de rift. Además, las estructuras volcánicas tienden a formar conos individuales. Por el
contrario, en los centros de expansión rápida, los conos
volcánicos tienden a solaparse o pueden incluso desarrollarse en una dorsal volcánica alargada, produciendo una
topografía más suave.
A lo largo de la dorsal de las Galápagos y en la sección más septentrional de la dorsal del Pacífico oriental,
la norma es una velocidad de expansión intermedia de 5 a
9 centímetros anuales. En estos lugares, los valles de rift
que se desarrollan son superficiales, con profundidades a
menudo inferiores a los 200 metros, y su topografía tiende a ser suave en comparación con los que exhiben velocidades de expansión más lentas.
A velocidades de expansión más rápidas (más de 9
centímetros anuales), como las que se producen a lo largo de la mayor parte de la dorsal del Pacífico oriental, no
se desarrollan valles de rift centrales y la topografía es relativamente suave (Figura 13.11B). Además, dado que la
profundidad del océano depende de la edad del fondo
oceánico, los segmentos de dorsal que exhiben velocidades de expansión más lentas tienden a presentar perfiles
más escarpados que las dorsales con velocidades de expansión más rápidas (Figura 13.12).
Estructura de la corteza oceánica
Uno de los aspectos más interesantes de la corteza oceánica es que su grosor y su estructura son destacadamente
uniformes a todo lo largo de las cuencas oceánicas. Los
sondeos sísmicos indican que tiene un grosor medio aproximado de sólo 7 kilómetros. Además, está compuesta casi
en su totalidad por una capa de la roca ultramáfica peridotita, que forma el manto litosférico.
Aunque la mayor parte de la corteza oceánica se
forma fuera del alcance de nuestra vista, muy por debajo
del nivel del mar, los geólogos han podido observar la estructura del fondo oceánico. En localizaciones como Terranova, Chipre, Omán y California, fragmentos de la
corteza oceánica han cabalgado por encima del nivel del
mar. A partir de estos afloramientos, los investigadores
concluyen que el fondo oceánico consiste en cuatro capas
distintas (Figura 13.13):
• Capa 1: la capa superior está formada por una serie de sedimentos no consolidados.
• Capa 2: bajo la capa de sedimentos hay una unidad rocosa compuesta principalmente de lavas
basálticas que contienen abundantes estructuras
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Estructura de la corteza oceánica
Valle de rift
Volcanes
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▲
13_Capítulo 13
Lavas almohadilladas
Complejo de diques
Gabro
Figura 13.11 Topografía de la cresta
de una dorsal oceánica. A. A velocidades
de expansión lentas, se desarrolla un
valle de rift prominente a lo largo de la
cresta de la dorsal y la topografía es, en
general, accidentada. B. A lo largo de los
centros de expansión rápida no se
desarrollan valles de rift intermedios y la
topografía es en comparación suave.
Cámara
magmática
Corteza oceánica
Manto
Fusión
parcial
A.
Lavas almohadilladas
Complejo de diques
Gabro
Volcanes
Cámara
magmática
Corteza oceánica
Manto
Fusión
parcial
B.
en forma de almohada denominadas basaltos almohadillados.
• Capa 3: la capa rocosa intermedia está formada
por numerosos diques interconectados con una
orientación casi vertical, denominados complejo de
diques.
• Capa 4: la unidad inferior está compuesta principalmente por gabros, el equivalente de grano
grueso del basalto, que cristalizó en una cámara
magmática debajo del eje de la dorsal.
Esta secuencia de rocas se denomina complejo ofiolítico (Figura 13.13). Del estudio de diversos complejos ofiolíticos y de datos relacionados, los geólogos han deducido el proceso de formación del fondo oceánico.
Formación de la corteza oceánica
Recordemos que el magma basáltico que migra hacia arriba para crear nueva corteza oceánica se origina a partir de
la fusión parcial de las rocas del manto (peridotitas). La re-
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Valle de rift
Dorsal Centroatlántica
A. Velocidades de expansión lentas
Dorsal del Pacífico oriental
B. Velocidades de expansión rápidas
▲ Figura 13.12 La profundidad del océano depende de la edad
del fondo oceánico. A. Las dorsales que exhiben velocidades de
expansión lentas, como la dorsal Centroatlántica, tienen perfiles
relativamente empinados. B. Las dorsales como la del Pacífico oriental
que tienen velocidades de expansión rápidas tienden a tener perfiles
menos empinados. Obsérvese que las pendientes de ambos perfiles,
así como los montes submarinos, están enormemente exageradas.
Corteza oceánica
Tipo de roca
Grosor
medio (km)
Sedimentos
profundos
0,3
Lavas
almohadilladas
basálticas
0,5
Complejo
de diques
en capas
1,5
Gabro
,5
Manto
Gabro estratificado
Peridotita
(manto superior)
▲ Figura 13.13 Tipos de rocas y el grosor de una sección típica
de la corteza oceánica basada en datos obtenidos de los complejos
ofiolíticos y los estudios sísmicos.
gión de origen de este magma puede encontrarse más de
80 kilómetros por debajo del fondo oceánico. Al estar
parcialmente fundido y ser menos denso que la roca sólida circundante, el magma se desplaza gradualmente hacia arriba y entra en una cámara magmática que se cree
que mide menos de 10 kilómetros de ancho y se sitúa sólo
1 o 2 kilómetros por debajo de la cresta de la dorsal (Figura 13.11). En los estudios sísmicos realizados a lo largo de la dorsal del Pacífico oriental se han identificado cámaras magmáticas a lo largo del 60 por ciento de la dorsal.
Por tanto, estas estructuras parecen ser rasgos de alguna
manera permanentes, al menos a lo largo de los centros
de expansión rápidos. Sin embargo, a lo largo de los centros de expansión lentos, donde la velocidad de producción magmática es menor, parece que las cámaras magmáticas se forman de manera intermitente. Algunos
investigadores han sugerido que la actividad volcánica es
también más esporádica a lo largo de los centros de expansión lentos.
Conforme la expansión del fondo oceánico progresa, se desarrollan numerosas fracturas verticales en la corteza oceánica situada sobre estas cámaras magmáticas. La
roca fundida se inyecta en el interior de estas fisuras, donde una parte se enfría y solidifica, y forma diques. Los nuevos diques intruyen en los diques antiguos, que todavía están calientes y son débiles, y forman diques en capas.
Esta parte de la corteza oceánica suele medir de 1 a 2 kilómetros de grosor.
Aproximadamente el 10 por ciento del magma que
entra en las cámaras acaba siendo expulsado sobre el fondo oceánico. Dado que la superficie de una colada de lava
submarina se enfría rápidamente gracias al agua marina,
en raras ocasiones se desplaza más de unos pocos kilómetros antes de solidificarse por completo. El movimiento de
avance se produce cuando la lava se acumula tras el borde solidificado y luego se abre paso. Este proceso se produce una y otra vez, a medida que se extruye el basalto
fundido, de la misma manera que la pasta de dientes sale
de un tubo que se apriete fuerte. El resultado son unas
protuberancias en forma de tubo que parecen almohadas
grandes apiladas las unas encima de las otras; de ahí el
nombre de basaltos almohadillados. En algunos lugares,
las lavas almohadilladas pueden formar montones del tamaño de un volcán parecidos a los volcanes en escudo pequeños, mientras que en otros lugares forman dorsales
alargadas. Estas estructuras acabarán viendo interrumpido su suministro de magma a medida que son transportadas lejos de la cresta de la dorsal a causa de la expansión
del fondo oceánico.
La unidad inferior de la corteza oceánica se desarrolla a partir de la cristalización en el interior de la propia cámara magmática central. Los primeros minerales
que cristalizan son el olivino, el piroxeno y en algunas
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Estructura de la corteza oceánica
ocasiones la cromita (óxido de cromo), este último puede
descender atravesando el magma y forman una zona estratificada cerca del fondo del depósito. El magma restante tiende a enfriarse a lo largo de las paredes de la cámara y forma cantidades masivas de gabro de grano
grueso. Esta unidad constituye la mayor parte de la corteza oceánica, donde puede representar hasta 5 de sus 7 kilómetros de grosor total.
De este modo, los procesos que actúan a lo largo del
sistema de dorsales generan toda la secuencia de rocas
que se encuentran en un complejo ofiolítico. Puesto que
las cámaras magmáticas se vuelven a rellenar periódicamente con magma fresco procedente de la astenosfera, la
corteza oceánica se genera de manera continua.
Interacción entre el agua marina
y la corteza oceánica
Además de servir como mecanismo para disipar el calor
interno de la Tierra, la interacción entre el agua marina y
la corteza basáltica recién formada altera tanto el agua
marina como la corteza. Puesto que las coladas de lava
submarinas son muy permeables y la corteza basáltica superior está muy fracturada, el agua marina puede penetrar
hasta una profundidad de 2 kilómetros. Cuando el agua
▲
Recuadro 13.3
379
marina circula a través de la corteza caliente, se calienta y
altera la roca basáltica mediante un proceso llamado metamorfismo hidrotermal (agua caliente). Esta alteración hace
que la plagioclasa rica en calcio de los basaltos recién formados cambie el calcio por el sodio de la sal (NaCl) del
agua marina. Además, los silicatos oscuros del basalto suelen alterarse y formar el mineral clorita.
Además de alterar la corteza basáltica, también se
modifica el agua marina. Cuando el agua marina caliente
circula a través de la roca recién formada, disuelve los iones de silicio, hierro, cobre y otros metales procedentes de
los basaltos calientes. Una vez el agua se ha calentado a varios centenares de grados Celsius, asciende ligeramente a
lo largo de las fracturas y acaba siendo expulsada a la superficie (véase Recuadro 13.3). En los estudios realizados
con sumergibles a lo largo de la dorsal de Juan de Fuca se
fotografiaron estas soluciones ricas en metales cuando brotan del fondo oceánico y forman nubes llenas de partículas denominadas fumarolas negras. A medida que el líquido caliente (unos 350 °C) se mezcla con el agua marina
fría, los minerales disueltos precipitan y forman depósitos
masivos de sulfuros metálicos, algunos de los cuales son
económicamente importantes. En algunas ocasiones, estos
depósitos crecen hacia arriba y forman grandes estructuras en forma de chimenea.
La Tierra como sistema
Las biocomunidades de las chimeneas hidrotermales submarinas:
¿la primera vida terrestre?
Las chimeneas hidrotermales de las profundidades marinas se forman a lo largo
de muchas zonas de rift activas. Ahí, el
agua marina percola en la corteza oceánica caliente y recién formada. Durante
su trayecto, el agua puede saturarse con
minerales antes de que vuelva a ser arrojada al océano en forma de fumarola negra. Las fumarolas oceánicas suelen emitirse desde altas chimeneas compuestas
de sulfuros metálicos que han precipitado a medida que el agua caliente de la
chimenea contacta con el agua fría del
mar.
Las temperaturas del agua en algunas
chimeneas alcanzan hasta los 350 °C, lo
cual es demasiado caliente para que haya
vida. No obstante, en otras chimeneas, las
temperaturas de 100 °C o inferiores nutren unas exóticas biocomunidades de chimeneas hidrotermales de organismos que no se
encuentran en ningún otro lugar del mun-
do. De hecho, se han descubierto centenares de nuevas especies (e incluso nuevos
géneros y familias) alrededor de estos hábitats de las profundidades marinas desde
que los científicos los descubrieron a lo
largo del rift de las Galápagos en 1977.
Existen otras biocomunidades de chimeneas hidrotermales localizadas en puntos
específicos a lo largo de la dorsal del Pacífico oriental, la dorsal Centroatlántica, la
dorsal Centroíndica y la dorsal de Juan de
Fuca.
¿Cómo sobreviven estos organismos
en este ambiente oscuro, caliente y rico
en sulfuros en el que la fotosíntesis no
puede tener lugar? En los estudios de los
organismos de las chimeneas hidrotermales se revela que los organismos microscópicos parecidos a las bacterias y
denominados arqueobacterias (archaeos
antiguo) que viven en el interior y en la
proximidad de las chimeneas realizan
quimiosíntesis (chemo química; syn
con; thesis ordenamiento) y constituyen
la base de la cadena trófica. Las chimeneas hidrotermales proporcionan energía
térmica para que las arqueobacterias oxiden el sulfuro de hidrógeno (H2S), que se
forma a través de la reacción del agua caliente con el sulfato disuelto (SO2
4 ). Mediante la quimiosíntesis, las arqueobacterias producen azúcares y otros alimentos
que permiten que éstos y otros organismos vivan en este ambiente muy poco habitual y extremo.
Algunas arqueobacterias viven simbióticamente dentro de gusanos gigantes
sin intestinos que habitan en los tubos.
Estas arqueobacterias proporcionan alimento a los gusanos tubícolas para que
crezcan a una velocidad tal como 1 metro
cada año y hasta alcanzar los 3 metros de
longitud. Otras arqueobacterias son consumidas por mejillones amarillos especia-
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lizados, almejas blancas gigantes y erizos
de mar rosas. A su vez, éstos son devorados por cangrejos y peces únicos. Por tanto, las arqueobacterias son el fundamento de un ecosistema vivo que no necesita
la luz solar.
Es muy probable que existieran ambientes parecidos a los de las chimeneas
hidrotermales durante la historia inicial
del planeta. Algunos científicos han sugerido que la uniformidad de las condiciones y la energía abundante de las chimeneas habrían proporcionado un hábitat
ideal para el origen de la vida. De hecho,
las chimeneas hidrotermales pueden representar uno de los ambientes que ge-
I
TI
Bordes divergentes
Formación de cuencas oceánicas
▲
IE N C
A
ERR
Ruptura continental: el nacimiento
de una nueva cuenca oceánica
S D LA
E
El motivo por el que el supercontinente Pangea empezó a
separarse hace casi 200 millones de años no se sabe con seguridad. Sin embargo, este acontecimiento sirve para ilustrar que quizás la mayoría de cuencas oceánicas empieza a
formarse cuando un continente empieza a separarse. Éste
es claramente el caso del océano Atlántico, que se formó
cuando el continente americano se separó de Europa y
África. También es cierto para el océano Índico, que se desarrolló cuando África se separó de la Antártida y de India.
Evolución de una cuenca oceánica
El desarrollo de una nueva cuenca oceánica empieza con
la formación de un rift continental, una depresión alargada en la que toda la litosfera se ha deformado. Ejemplos
de rifts continentales son el rift de África oriental, el rift
del Baikal (al sur de la Siberia central), el valle del Rin
(noroeste de Europa), el rift de Río Grande y la provincia
Basin and Range del oeste de los Estados Unidos. Parece
que los rifts continentales se forman en gran variedad de
entornos tectónicos y pueden terminar con la separación
de un continente.
En los lugares en los que la ruptura continúa, el sistema de rifts se convertirá en una cuenca oceánica joven
y estrecha, como ejemplifica el mar Rojo en la actualidad.
Al final, la expansión del fondo oceánico tiene como resultado la formación de una cuenca oceánica madura limitada por bordes continentales. El océano Atlántico es
una estructura de este tipo. A continuación, observaremos
este modelo de evolución de las cuencas oceánicas mediante ejemplos actuales que representen los varios estadios de la ruptura.
Rift de África oriental Un ejemplo de rift continental activo es el rift de África oriental, que se extiende a través del
África oriental a lo largo de unos 3.000 kilómetros. Más
neran vida más antiguos, porque la actividad hidrotermal se produce donde hay
volcanes y agua. Otra línea de pruebas
que respaldan que las chimeneas hidrotermales albergaron una parte de la primera vida terrestre reside en el hecho de
que las arqueobacterias contienen una
composición genética antigua.
que constituir un solo rift, el rift de África oriental está
formado por varios valles interconectados de algún modo
que se separan en una sección oriental y otra occidental alrededor del lago Victoria (Figura 13.14). Todavía se debate
si este rift se convertirá en un centro de expansión, donde la subplaca Somalí se separará del continente africano.
No obstante, se cree que el rift de África oriental representa el estadio inicial de la fractura de un continente.
El período de fracturación más reciente empezó
hace unos 20 millones de años cuando una corriente ascendente del manto intruyó en la base de la litosfera (Figura 13.15A). El ascenso ligero de la litosfera calentada
hizo que la corteza adoptara forma de domo. Como consecuencia, la corteza superior se rompió a lo largo de fallas normales de gran ángulo y produjo bloques hundidos,
o grabens, mientras que la corteza inferior se deformó por
el estiramiento dúctil (Figura 13.15B). Como se muestra
en la Figura 13.14, en los valles hundidos, se formó una
serie de lagos limitados por acantilados inclinados de miles de kilómetros de altura. Por tanto, este sistema de rifts
continentales es muy parecido a los rifts que se encuentran
a lo largo de los centros de expansión lentos, como la dorsal Centroatlántica.
En su fase de formación inicial, el magma generado
a través de la fusión por descompresión de la pluma ascendente del manto intruye en la corteza. Una parte del
magma migra a lo largo de las fracturas y es expulsado hacia la superficie. Esta actividad produce coladas extensas
basálticas en el interior del rift, así como conos volcánicos,
algunos de los cuales se forman a más de 100 kilómetros
del eje del rift. Son ejemplos de ello el monte Kilimanjaro, que es el punto más elevado de África y se eleva casi
6.000 metros por encima de la llanura de Serengeti, y el
monte Kenia.
Mar Rojo Las investigaciones sugieren que si se mantienen las fuerzas tensionales, un valle de rift se alargará y se
hará más profundo, hasta que finalmente se extenderá y alcanzará el borde del continente y, de este modo, éste quedará dividido en dos partes (Figura 13.15C). En este punto, el rift continental se transforma en un estrecho mar
lineal con una desembocadura en el océano, similar al mar
Rojo.
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381
▲
Ruptura continental: el nacimiento de una nueva cuenca oceánica
Figura 13.14 Valles de rift del este de
África y estructuras asociadas.
Rí o
ilo
N
Península Arábiga
rR
Ma
ojo
Hondonada
de Afar
ÁFRICA
Golfo
den
de A
Océano Índico
Valles de rift
Lago
Victoria
Monte Kenia
Monte Kilimanjaro
Lago
Tanganica
Lago
Nyasa
El mar Rojo se formó cuando la península Arábiga
se separó de África, proceso que empezó hace unos 30 millones de años. Los escarpes de falla inclinados que se elevan hasta 3 kilómetros por encima del nivel del mar flanquean los bordes de esta masa de agua. Por tanto, los
escarpes que rodean el mar Rojo son parecidos a los acantilados que limitan el rift de África oriental. Aunque el mar
Rojo sólo alcanza profundidades oceánicas (hasta 5 kilómetros) en algunos puntos, las bandas magnéticas simétricas indican que ha tenido lugar una expansión del fondo oceánico durante los últimos 5 millones de años.
Océano Atlántico Si la expansión continúa, el mar Rojo
se ampliará y desarrollará una dorsal oceánica elevada
parecida a la dorsal Centroatlántica (Figura 13.15D).
Conforme se añade nueva corteza oceánica a las placas
divergentes, los bordes continentales fracturados se alejan lentamente el uno del otro. Como consecuencia, los
bordes continentales fracturados que habían estado situados encima de la región de la corriente ascendiente,
se desplazan hacia el interior de las placas en crecimiento. Por consiguiente, a medida que la litosfera continental se aleja de la fuente de calor, se enfría, se contrae y se
hunde.
Con el tiempo, estos bordes continentales se hundirán por debajo del nivel del mar. Simultáneamente, el
material erosionado de la masa continental adyacente se
depositará encima de la topografía fallada del borde continental sumergido. Al final, este material se acumulará y
formará una cuña de sedimentos relativamente poco modificados y rocas sedimentarias. Recordemos que los bordes continentales de este tipo se denominan bordes continentales pasivos. Ejemplos de bordes continentales pasivos
rodean el océano Atlántico, incluidos el norte y el sur de
América, así como las zonas costeras del oeste de Europa
y África. Puesto que los bordes pasivos no están asociados
con los límites de placa, experimentan poco volcanismo y
escasos terremotos. Recordemos, no obstante, que éste no
era el caso cuando estos bloques litosféricos componían
los flancos de un rift continental.
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
Elevación
Corteza continental
A.
Valle de rift
B.
Mar lineal
C.
Dorsal
centrooceánica
Valle de rift
Corteza continental
Corteza oceánica
D.
E.
▲ Figura 13.15 Formación de una cuenca oceánica. A. Las fuerzas tensionales y el ascenso de litosfera caliente provocan la fracturación de
la corteza superior a lo largo de las fallas normales, mientras que la corteza inferior se deforma mediante la tensión dúctil. B. A medida que la
corteza se separa, las grandes capas de roca se hunden y generan una zona de rift. C. Una mayor expansión genera un mar estrecho. D. Al
final, se crean una cuenca oceánica expansiva y un sistema de dorsales. E. Ilustración de la separación de Suramérica y África para formar el
Atlántico sur.
No todos los valles de rift continentales desarrollan centros de expansión completos. Un rift abortado
recorre el centro de los Estados Unidos y se extiende
desde el lago Superior hasta el centro de Kansas (Figura 13.16). Este valle de rift, que había sido activo, está
lleno de rocas volcánicas que fueron extruídas sobre la
corteza hace más de 1.000 millones de años. Todavía se
desconoce el motivo por el que un valle de rift desa-
rrolla un centro de expansión activo mientras otros están abandonados.
Mecanismos de ruptura continental
Parece probable que existieron supercontinentes de manera esporádica durante el pasado geológico. Pangea, que
fue el más reciente de ellos, constituía un supercontinen-
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Ruptura continental: el nacimiento de una nueva cuenca oceánica
Paraná
na
bm de m
onte s
a ri
nos
Etendeka
te s
Dorsal C e n t roatlántica
Plumas del manto y puntos calientes Recordemos que
una pluma del manto está compuesta de rocas del manto
más calientes de lo normal con un extremo en forma de
hongo de centenares de kilómetros de diámetro unido a
un conducto largo y estrecho. Cuando el extremo de la
pluma se aproxima a la base de la litosfera fría, se expande hacia los lados. La fusión por descompresión en el interior del extremo de la pluma genera grandes volúmenes
de magma basáltico que asciende y provoca el volcanismo
en la superficie. El resultado es una región volcánica, de-
América
del Sur
e
C ad s u
te hace entre 450 y 230 millones de años, y se fraccionó
poco después. Por tanto, los geólogos han llegado a la
conclusión de que la formación de un supercontinente
seguida por la fragmentación continental debe ser una
parte integral de la tectónica de placas. Además, este fenómeno debe implicar un gran cambio en la dirección y
la naturaleza de las fuerzas que conducen el movimiento
de placas. En otras palabras, durante largos períodos de
tiempo geológico, las fuerzas que producen los movimientos de las placas tienden a organizar los fragmentos
de corteza en un solo supercontinente, y luego cambian las
direcciones y los dispersan de nuevo.
Se han propuesto dos mecanismos de ruptura continental: las plumas de rocas calientes móviles que ascienden desde la profundidad del manto y las fuerzas que surgen de los movimientos de placas. Aunque se cree que las
plumas del manto contribuyen a la separación de una masa
continental, este mecanismo no parece ser de la magnitud
suficiente para dispersar los fragmentos. Por tanto, las
plumas del manto pueden actuar en tándem con otros
mecanismos.
África
on
▲ Figura 13.16 Mapa que muestra la situación de un rift
abortado que se extiende desde el lago Superior hasta Kansas.
nominada punto caliente, que puede tener un diámetro de
hasta 2.000 kilómetros.
Las investigaciones sugieren que las plumas del
manto tienden a concentrarse debajo de un supercontinente porque, una vez unida, una gran masa continental
forma una «manta» aislante que atrapa el calor del manto. El consiguiente aumento de la temperatura conduce a
la formación de plumas del manto que sirven como mecanismos de disipación del calor.
Se pueden obtener pruebas del papel que las plumas
del manto representan en la fragmentación continental en los
bordes continentales pasivos, antiguos puntos de ruptura. En
varias regiones de ambos lados del Atlántico, la ruptura continental estuvo precedida por el ascenso de la corteza y erupciones masivas de lava basáltica. Son ejemplos los basaltos de
inundación de Etendeka, al suroeste de África, y la provincia
basáltica de Paraná, en Suramérica (Figura 13.17A).
os e m
Rift mesocontinental
(Rift Keweenawa)
383
d
a
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d
C a bm
su
Tristán
da Cunha
A.
India
América
del Sur
África
Paraná
Etendeka
Antártida
Leyenda
Basaltos
de inundación
▲ Figura 13.17 Pruebas del papel que las plumas del manto pueden
desempeñar en la ruptura continental. A. Relación de las llanuras
basálticas de Paraná y Etendeka con el punto caliente de Tristán da
Cunha. B. Localización de estas llanuras basálticas hace 130 millones de
años, justo antes de que empezara a abrirse el Atlántico sur.
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
Hace unos 130 millones de años, cuando Suramérica y África estaban unidas en una sola masa continental,
las grandes erupciones de lava produjeron una gran llanura basáltica continental (Figura 13.17B). Poco después
de este acontecimiento, el Atlántico sur empezó a abrirse, separando la provincia basáltica en lo que ahora son las
llanuras basálticas de Etendeka y Paraná. A medida que
crecía la cuenca oceánica, el tallo de la pluma produjo una
hilera de montes submarinos a cada lado de la dorsal recién formada (Figura 13.17A). La zona actual de actividad
del punto caliente se centra alrededor de la isla volcánica
de Tristán da Cunha, que se encuentra sobre la dorsal
Centroatlántica.
Se cree que hace unos 60 millones de años otra pluma del manto inició la separación de Groenlandia del norte de Europa. Las rocas volcánicas asociadas con esta actividad se extienden desde el este de Groenlandia hasta
Escocia. En la actualidad el punto caliente asociado con
este acontecimiento se encuentra debajo de Islandia.
A partir de estos estudios, los geólogos han concluido que las plumas del manto han desempeñado un papel en el desarrollo de al menos algunos rifts continentales. En estas regiones, la ruptura empezó cuando una
pluma caliente del manto alcanzó la base de la litosfera y
provocó el abombamiento y la debilitación de la corteza
suprayacente. A medida que la corteza ascendía ligeramente, se estiraba y desarrollaba rifts parecidos a los que
se encuentran en el África oriental. Al mismo tiempo, la
fusión por descompresión del extremo de la pluma condujo a grandes erupciones de lavas basálticas. Tras estos
episodios de actividad ígnea, empezó a abrirse una cuenca oceánica. El mecanismo de ruptura propuesto es el deslizamiento por gravedad asociado con el levantamiento
provocado por la pluma del manto.
Es importante observar que no todo el volcanismo
de puntos calientes conduce a la ruptura. Por ejemplo, las
grandes erupciones de lavas basálticas que constituyen
los basaltos del río Columbia en el noroeste del Pacífico, así como los de Siberia, no están asociadas con la
fragmentación de un continente. Además, aunque el levantamiento y el deslizamiento por gravedad pueden ser
producidos por la cabeza de la pluma, los tallos de la pluma son considerablemente menores y no se cree que desempeñen un papel importante en el movimiento de placas. Por tanto, aunque las plumas del manto pueden dar
inicio a la ruptura, es improbable que provoquen la dispersión de los fragmentos. Por tanto, deben intervenir
otras fuerzas.
Arrastre y succión de las placas Existe el acuerdo general
de que las fuerzas tensionales, que tienden a alargar o separar las rocas, son necesarias para que un continente se
fragmente. Pero ¿cómo se originan estas fuerzas?
Recordemos que la corteza oceánica antigua subduce debido a que es más densa que la astenosfera subyacente. Es decir, se hunde a causa de su flotabilidad negativa. (Los objetos con una flotabilidad positiva «flotan»
como un trozo de madera en el agua, mientras que los objetos con una flotabilidad negativa se hunden.) En situaciones en las que un continente está unido a un fragmento de la litosfera oceánica en subducción, éste será
arrastrado hacia la fosa. Sin embargo, los continentes se
extienden por encima de gruesas secciones de manto litosférico. Como consecuencia, tienden a resistirse a ser
remolcados, lo cual crea esfuerzos tensionales que estiran
y adelgazan la corteza. El hecho de si el arrastre de placas puede separar un continente es todavía objeto de estudio. Quizá otros factores, entre los cuales se cuentan la
presencia de puntos calientes o zonas de fragilidad, como
una gran zona de falla, pueden contribuir a la ruptura.
Los investigadores han sugerido que durante la fragmentación de Pangea, el continente americano se separó
de Europa y África como consecuencia de otra fuerza: la
succión de las placas. Recordemos que cuando una capa oceánica fría se hunde, hace que la fosa avance hacia el lado
oceánico o vuelva atrás, lo cual crea una corriente en la astenosfera que arrastra la placa suprayacente hacia la fosa
que se retira (Figura 13.18).
Durante la fragmentación de Pangea, una zona de
subducción se extendía a todo lo largo del borde occidental del continente americano. A medida que se desarrollaba esta zona de subducción, la fosa se retiraba lentamente en dirección oeste hacia el centro de expansión
situado en el Pacífico. Los restos actuales de esta zona de
subducción son, entre otros, la fosa Perú-Chile, la fosa
Centroamericana y la zona de subducción Cascadia (véase Figura 13.8). La succión de las capas a todo lo largo del
borde occidental del continente americano pueden haber
proporcionado las fuerzas tensionales que fragmentaron
Pangea.
En resumen, la ruptura continental se produce
cuando una masa continental se encuentra bajo tensión,
que tiende a alargar y adelgazar la litosfera. Los puntos calientes que debilitan y elevan la corteza pueden ayudar a
este mecanismo.
Destrucción de la litosfera oceánica
Aunque en los bordes divergentes de placa se produce
nueva litosfera de manera continua, el área de la superficie terrestre no aumenta. Para equilibrar la cantidad de litosfera recién creada, debe producirse un proceso por el
que se destruyan las placas. Recordemos que eso ocurre a
lo largo de los bordes convergentes, también denominados
zonas de subducción.
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Fuerzas
tensionales
Fosa
385
▲
Destrucción de la litosfera oceánica
Figura 13.18 Ilustración de cómo la
retirada, o «roll-back», de la fosa produce
fuerzas de succión que se cree que
contribuyen a la fragmentación de un
continente.
Futura posición
de la placa
en subducción
A.
Fuerzas
tensionales
Rift
continental
Futura posición
de la placa
en subducción
B.
Fuerzas tensionales
Mar lineal
Futura
posición
de la placa
en subducción
C.
En muchos puntos la litosfera oceánica es más densa que la astenosfera subyacente y, por tanto, se hundirá
cuando se dé la oportunidad. Por el contrario, la litosfera
con corteza continental es demasiado ligera para subducir. Cuando una masa continental forma parte de una placa oceánica en subducción, es arrastrada hacia la fosa. Al
final, entra en la fosa y «tapa» el sistema, provocando el
cese de la subducción.
¿Por qué la litosfera oceánica subduce?
El proceso de la subducción de placas es complejo, y el
destino final de las placas subducidas es todavía objeto de
debate. Lo que se conoce con cierta seguridad es que una
capa de litosfera oceánica subduce porque su densidad total es mayor que la del manto subyacente. Recordemos
que cuando a lo largo de una dorsal se forma corteza oceánica, ésta es caliente y ligera, lo cual hace que la dorsal se
eleve por encima de las cuencas oceánicas profundas. No
obstante, a medida que la litosfera oceánica se aleja de la
dorsal, se enfría y se engrosa. Después de alrededor de 15
millones de años, una capa oceánica tiende a ser más densa que la astenosfera que la aguanta. En algunas partes del
Pacífico occidental, una porción de la litosfera oceánica
tiene casi 180 millones de años de antigüedad. Se trata de
la parte más gruesa y densa de los océanos actuales. Las
placas en subducción de esta región descienden típicamente a ángulos próximos a los 90 grados (Figura 13.19A).
Los puntos en los que las placas subducen a estos ángulos
tan inclinados se encuentran en asociación con las fosas de
las Tonga, las Marianas y las Kuriles.
Cuando un centro de expansión está situado cerca
de una zona de subducción, la litosfera oceánica es todavía joven y, por tanto, caliente y ligera. Por tanto, el
ángulo de descenso de estas placas es pequeño (Figura
13.19B). Incluso es posible que una masa continental
monte sobre la litosfera oceánica antes de que esta última se haya enfriado lo suficiente como para subducir
realmente. En esta situación, la capa puede flotar tanto
que, en lugar de hundirse en el manto, se mueve horizontalmente por debajo de un bloque de litosfera continental. Este fenómeno se denomina subducción flo-
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Dorsal
oceánica
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d uc
ción
de
Fosa
la litosfera oceánica
Astenosfera
A.
Fosa
Dorsal
oceánica
Sub
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nica
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ra o
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f
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a lito
de l
Astenosfera
B.
▲ Figura 13.20 El ángulo al que desciende la litosfera oceánica
hacia la astenosfera depende de su densidad. A. En algunas partes
del Pacífico la litosfera es antigua pues tiene más de 160 millones de
años y, en general, desciende hacia el manto a ángulos próximos a
los 90 grados. B. La litosfera oceánica joven está caliente y flota; por
tanto, tiende a subducir con un ángulo pequeño.
tante. Se cree que las placas ligeras acaban hundiéndose cuando se enfrían suficientemente y su densidad aumenta.
Es importante observar que es el manto litosférico, situado debajo de la corteza oceánica, el que conduce la subducción. Incluso cuando la corteza oceánica es bastante
antigua, su densidad es de 3,0 g/cm3, que es una densidad
menor que la de la astenosfera subyacente, con una densidad de alrededor de 3,2 g/cm3. La subducción se produce sólo porque el manto litosférico frío es más denso
que la astenosfera más cálida.
En algunos puntos, la corteza oceánica es inusualmente gruesa porque contiene una cadena de montes submarinos. Aquí la litosfera puede tener la cantidad suficiente de material de la corteza y, por tanto, la suficiente
flotabilidad, para impedir o al menos modificar la subducción. Ésta parece ser la situación en dos zonas a lo largo de la fosa de Perú-Chile, donde el ángulo de inclinación es bastante pequeño: alrededor de 10 a 15 grados. Los
ángulos bajos suelen tener como consecuencia una fuerte
interacción entre la capa descendente y la placa supraya-
cente. Por consiguiente, estas regiones experimentan
grandes y frecuentes terremotos.
Se ha determinado que las unidades de corteza oceánica inusualmente gruesas, cuyo grosor supera los 30 kilómetros, probablemente no subducirán. Un ejemplo es la
llanura de Ontong Java, que es una llanura basáltica oceánica gruesa situada en el Pacífico occidental. Hace unos 20
millones de años, esta llanura alcanzó la fosa que constituía el límite entre la placa del Pacífico en subducción y
la placa Australiano-Índica suprayacente. Aparentemente
demasiado ligera para subducir, la llanura de Ontong Java
obstruyó la fosa e interrumpió la subducción en este punto. Consideraremos lo que acaba pasándoles a estos fragmentos de la corteza que son demasiado ligeros para subducir en el capítulo siguiente.
Placas en subducción: la desaparición
de una cuenca oceánica
Mediante las anomalías magnéticas y las zonas de fractura del fondo oceánico, los geólogos empezaron a reconstruir el movimiento de las placas durante los últimos
200 millones de años. A partir de este trabajo, descubrieron que algunas partes, o incluso la totalidad de las
cuencas oceánicas, han sido destruidas a lo largo de las
zonas de subducción. Por ejemplo, obsérvese que, durante la fragmentación de Pangea que se muestra en la
Figura 2.A, la placa Africana rota y se mueve hacia el
norte. Al final, el borde septentrional de África colisiona con Eurasia. Durante este acontecimiento, el suelo del
océano intermedio de Tetis fue consumido casi por completo en el manto, dejando atrás sólo un pequeño resto:
el mar Mediterráneo.
Las reconstrucciones de la fragmentación de Pangea
también ayudaron a los investigadores a comprender la
desaparición de la placa de Farallón, una gran placa oceánica que había ocupado gran parte de la cuenca del Pacífico oriental. Antes de la fragmentación, la placa de Farallón, junto con una o dos placas menores, se encontraban
en el lado oriental de un centro de expansión situado cerca del centro de la cuenca del Pacífico. Un resto actual de
este centro de expansión, que generó las placas de Farallón
y del Pacífico, es la dorsal del Pacífico oriental.
Hace unos 180 millones de años, el continente americano empezó a ser impulsado en dirección oeste por la
expansión del fondo oceánico del Atlántico. Por tanto,
los límites convergentes de placa que se formaron a lo largo de las costas occidentales del norte y el sur de América migraron de manera gradual hacia el oeste en relación
con el centro de expansión situado en el Pacífico. La placa de Farallón, que subducía por debajo del continente
americano más rápidamente de como se generaba, se hizo
cada vez más pequeña (Figura 13.20). A medida que dis-
13_Capítulo 13
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Apertura y cierre de cuencas oceánicas: el ciclo del supercontinente
▲ ▲ ▲
▲ ▲
▲
▲
▲ ▲
▲
▲
▲
▲
▲
Zona de
subducción
▲
▲
▲
Placa
de Juan
de Fuca
▲
Falla
de San Andrés
▲
▲
▲
▲
▲
Placa Pacífica
▲
▲
▲
▲
Placa Pacífica
Placa Pacífica
A. Hace 56 millones de años
Placa
Norteamericana
▲
▲
▲
▲
Placa
de Farallón
▲ ▲ ▲ ▲
▲
▲ ▲ ▲
▲
▲
▲
Placa
Norteamericana
▲
▲
Placa
de Farallón
Zona de
subducción
Falla de la Reina Charlota
Falla de la Reina Charlota
Placa
Norteamericana
387
▲▲
Placa de Cocos
B. Hace 37 millones de años
C. En la actualidad
▲ Figura 13.20 Ilustración simplificada de la desaparición de la placa de Farallón, que había estado situada a lo largo del borde occidental
del continente americano. Puesto que la subducción de la placa de Farallón era más rápida que su generación, se hizo cada vez más pequeña.
Los fragmentos restantes de la placa de Farallón, que había sido enorme, son las placas de Juan de Fuca, de Nazca y de Cocos.
(una extensión de la dorsal del Pacífico oriental) que generó el golfo de California. A causa de este cambio en la
geometría de la placa, la placa del Pacífico ha capturado
un fragmento de Norteamérica (la península Baja) y la está
transportando en dirección noroeste hacia Alaska a una
velocidad aproximada de 6 centímetros anuales.
Apertura y cierre de cuencas
oceánicas: el ciclo del supercontinente
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TI
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Bordes divergentes
Pangea: formación y fragmentación
A
S D LA
de un supercontinente
E
Los geólogos están seguros de que la tectónica de placas
ha actuado durante los últimos 2.000 millones de años y
quizá incluso durante más tiempo. Las preguntas que se
plantean son: «Qué había antes de Pangea?» y «¿Qué depara el futuro?» Pangea fue el supercontinente más reciente, pero no el único que existió en el pasado geológico. Podemos tener alguna noción de qué había antes de
Pangea si observamos más detenidamente el destino de
este supercontinente.
Recordemos que Pangea empezó a fragmentarse hace
unos 180 millones de años y que los fragmentos todavía se
están dispersando en la actualidad. Los fragmentos de la
corteza procedentes de la fragmentación de Pangea ya han
empezado a unirse de nuevo para formar un nuevo supercontinente, como demuestra la colisión de India con Asia.
La idea de que la ruptura y la dispersión de un supercontiIE N C
minuía su superficie, se rompía en fragmentos más pequeños, algunos de los cuales subdujeron por completo.
Los fragmentos restantes de lo que había sido la enorme
placa de Farallón son ahora las placas de Juan de Fuca, de
Cocos y de Nazca.
Conforme la placa de Farallón se encogía, la placa del
Pacífico se agrandaba, invadiendo las placas americanas.
Hace alrededor de 30 millones de años, una sección de la
dorsal del Pacífico oriental colisionó con la zona de subducción que antes se había extendido en la costa de California
(Figura 13.20B). Cuando este centro de expansión subdujo hacia el interior de la fosa de California, estas estructuras
se destruyeron mutuamente y fueron sustituidas por un
sistema de fallas transformantes recién generado que da cabida al movimiento diferencial entre las placas de Norteamérica y el Pacífico. A medida que la dorsal subducía más,
el sistema de fallas transformantes, que ahora llamamos
falla de San Andrés, se propagaba a través del oeste de California (Figura 13.20). Más al norte, un acontecimiento similar generó la falla transformante de la Reina Charlota.
Por consiguiente, gran parte del borde actual entre
las placas del Pacífico y de Norteamérica se extiende a lo
largo de las fallas transformantes situadas en el interior del
continente. En Estados Unidos (excepto Alaska), la única
parte restante del extenso borde convergente que antes se
extendía a todo lo largo de la costa occidental es la zona
de subducción de Cascadia. Ahí, la subducción de la placa de Juan de Fuca ha generado los volcanes de la cordillera Cascade.
En la actualidad, el extremo meridional de la falla de
San Andrés conecta con un centro de expansión joven
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
nente va seguida por un largo período durante el cual los
fragmentos se reúnen de manera gradual en un nuevo supercontinente con una configuración distinta se denomina
ciclo supercontinental*. Observaremos la fragmentación
de un supercontinente anterior y su reunión en Pangea
como una manera de examinar el ciclo supercontinental.
Antes de Pangea
Los movimientos de placas que provocaron la fragmentación y la dispersión de Pangea están bien documentados.
Las fechas en las que los fragmentos individuales de corteza se separaron los unos de los otros pueden calcularse
a partir de las anomalías magnéticas que quedaron en el
fondo oceánico recién formado. Sin embargo, esta técnica no puede emplearse para reconstruir acontecimientos
anteriores a la fragmentación de Pangea porque gran parte de la corteza oceánica anterior a este período de tiempo ha subducido. No obstante, los geólogos han podido
reconstruir las posiciones de los continentes en períodos
anteriores utilizando los caminos aparentes de migración
de los polos, los datos paleoclimáticos y las estructuras geológicas antiguas coincidentes, como los cinturones montañosos y las formaciones rocosas.
El supercontinente bien documentado más antiguo,
Rodinia, se formó hace unos 1.000 millones de años. Aunque todavía se está investigando su reconstrucción, está
claro que Rodinia tenía una configuración muy distinta a
la de Pangea (Figura 13.21A). Durante el período comprendido entre los 750 y los 550 millones de años, este supercontinente se separó y los fragmentos se dispersaron.
Algunos de los fragmentos acabaron reuniéndose y produjeron una gran masa continental situada en el hemisferio sur y llamada Gondwana. Gondwana estaba formada
principalmente por lo que en la actualidad son Suramérica, África, India, Australia y la Antártida (Figura 13.21B).
También se formaron otros tres fragmentos continentales
menores cuando Rodinia se separó: Laurentia (Norteamérica y Groenlandia), Siberia (Asia septentrional) y Baltica (Europa noroccidental). Después, un pequeño fragmento denominado Avalonia (Inglaterra y parte de Francia
y España) se separó de Gondwana. Los continentes de
Laurentia, Siberia, Baltica y Avalonia empezaron a colisionar hace alrededor de 430 millones de años y formaron
una masa continental situada sobre el ecuador, mientras
que el continente meridional de Gondwana permanecía
sobre el polo Sur (Figura 13.21C).
Pangea empezó a tomar forma durante los 100 millones de años siguientes, a medida que Gondwana mi* El ciclo supercontinental a veces se denomina ciclo de Wilson en memoria de J. Tuzo Wilson, que describió por primera vez la apertura y el
cierre de una cuenca protoatlántica.
graba hacia el norte y colisionó con Laurentia y Baltica.
Conforme el supercontinente en desarrollo se desplazaba
hacia el norte, fragmentos menores se añadieron a Eurasia (Baltica y Siberia) y Suramérica se incrustó en Norteamérica (Laurentia). Hace unos 230 millones de años, el
supercontinente de Pangea estaba casi completamente
formado (Figura 13.21D). (Varios bloques de la corteza,
que hoy constituyen gran parte del sureste de Asia, nunca formaron parte de Pangea.) Antes incluso de que se
añadieran los últimos fragmentos de corteza a Pangea,
Norteamérica y África empezaron a separarse. Este acontecimiento marca el inicio de la fragmentación y la dispersión de este supercontinente «recién» formado.
La tectónica de placas en el futuro
Los geólogos también han extrapolado los movimientos
de las placas actuales en el futuro. En la Figura 13.22 se
ilustra dónde pueden estar las masas continentales terrestres dentro de 50 millones de años si los movimientos actuales de las placas persisten durante este intervalo de
tiempo.
En Norteamérica observamos que la península Baja
y la porción del sur de California situada al oeste de la falla de San Andrés se deslizarán más allá de la placa Norteamericana. Si esta migración hacia el norte se produce,
Los Ángeles y San Francisco se cruzarán en unos 10 millones de años, y dentro de aproximadamente 60 millones
de años Los Ángeles empezará a descender hacia el interior de la fosa de las Aleutianas.
Si África continúa en un camino hacia el norte, colisionará con Eurasia, cerrará el Mediterráneo y dará inicio a un gran episodio de formación de montañas (Figura 13.22). En otras partes del mundo, Australia situará
sobre el ecuador y, junto con Nueva Guinea, estará en una
trayectoria de colisión con Asia. Entretanto, el norte y el
sur de América empezarán a separarse, mientas que los
océanos Atlántico e Índico continuarán creciendo a expensas del océano Pacífico.
Unos pocos geólogos han especulado incluso sobre
la naturaleza del globo dentro de 250 millones de años.
Como se muestra en la Figura 13.23, el próximo supercontinente se formará como consecuencia de la subducción del fondo del océano Atlántico, que provocará la colisión de las dos Américas con la masa continental de
Eurasia y África. El posible cierre del océano Atlántico
viene respaldado por un acontecimiento similar cuando el
Protoatlántico se cerró y formó las montañas Apalaches y
Caledónicas. Durante los próximos 250 millones de años,
Australia también está destinada a colisionar con el sureste asiático. Si este escenario es preciso, la dispersión de
Pangea acabará cuando los continentes se reorganicen en
el siguiente supercontinente.
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Apertura y cierre de cuencas oceánicas: el ciclo del supercontinente
ROD
INIA
RO
DIN
389
IA
Sur de
China
A. Hace 600 millones de años
Laurentia
Siberia
Australia
India
África
América
Báltica
G O del Sur
ND
WA
NA
G
Siberia
D
ON
WA
NA
B. Hace 510 millones de años
Laurentia
Sur de Australia
China
Antártida
Báltica
Avalonia
India
Eurasia
América
del Sur
África
GONDWANA
C. Hace 430 millones de años
China
Laurentia
Iraq
África
América
del Sur
India
Australia
Antártida
D. Hace 230 millones de años
▲ Figura 13.21 Secuencia que muestra la fragmentación y la dispersión del supercontinente de Rodinia y la reunión gradual de los
fragmentos en el nuevo supercontinente de Pangea. Cuando la superficie curva de la Tierra se dibuja en un plano (mapa), queda algo
distorsionada. El mapa que utilizamos aquí, denominado proyección de Mollweide, distorsiona enormemente las distancias hacia los bordes
pero tiene muy poca distorsión cerca del centro. (Tomado de C. Scotese, R. K. Bambach, C. Barton, R. VanderVoo y A. Ziegler.)
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
En clase hemos dicho que cuando la litosfera
oceánica alcance alrededor de los 15 millones de
años de edad, se habrá enfriado lo suficiente como
para ser más densa que la astenosfera subyacente.
¿Por qué no empieza a subducir en ese punto?
La conveción placa-manto es mucho más complicada que el
flujo convectivo clásico que se desarrolla cuando un líquido
se calienta desde abajo. En un líquido convectivo, tan pronto como el material de la parte superior se enfría y se hace
más denso que el material subyacente, empieza a hundirse.
En la conveción placa-manto, la capa del límite superior (la
litosfera) es un sólido rígido. Para que se desarrolle una nueva zona de subducción, es necesario que exista una zona de
debilidad en algún punto de la capa litosférica. Además, la flotabilidad negativa de la litosfera debe ser suficiente para superar la resistencia de la placa rígida fría. En otras palabras,
para que una parte de una placa subduzca, las fuerzas que actúan en la placa deben ser lo suficientemente grandes como
para doblar la placa.
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
Eurasia
América
del Norte
África
Australia
América
del Sur
Antártida
▲ Figura 13.22 El mundo tal como será dentro de 50 millones de años. (Modificado según Robert S. Dietz, John C. Holden, C. Scotese y
colaboradores.)
Eurasia
América
del Norte
África
Australia
América
del Sur
Antártida
▲ Figura 13.23 Reconstrucción de la Tierra tal como será dentro de 250 millones de años. (Modificado según C. Scotese y colaboradores.)
Tales proyecciones, aunque son interesantes, deben
observarse con un escepticismo considerable porque muchas suposiciones deben ser correctas para que estos acontecimientos sucedan como se acaba de describir. Sin embargo, los cambios igualmente profundos en las formas y
las posiciones de los continentes ocurrirán sin duda durante muchos centenares de millones de años en el futuro. Sólo después de que se haya perdido mucha más cantidad del calor interno de la Tierra cesará el motor que
produce los movimientos de las placas.
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Resumen
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Resumen
• La batimetría oceánica se determina mediante ecosondas y
sonar de haz múltiple, que rebotan señales sónicas en el
fondo oceánico. Los receptores, cuya base se encuentra en los barcos, registran los ecos reflejados y miden
con precisión el intervalo de tiempo transcurrido entre las señales. Con esta información, se calculan las
profundidades oceánicas y se dibujan mapas de la topografía del fondo oceánico. Recientemente, las mediciones por satélite de la superficie oceánica han añadido
datos para cartografiar las estructuras del fondo oceánico.
• Los oceanógrafos que estudian la topografía de las
cuencas oceánicas han definido tres unidades principales: los márgenes continentales, las cuencas oceánicas profundas y las dorsales oceánicas (centrooceánicas).
• Las zonas que constituyen un margen continental pasivo son la plataforma continental (una superficie sumergida de pendiente suave que se extiende desde la línea
de costa hacia las cuencas oceánicas profundas); el talud continental (el borde verdadero del continente, con
una escarpada pendiente que va desde la plataforma
continental hacia las aguas profundas), y, en regiones
donde no existen fosas, el talud continental relativamente escarpado se une con una unidad con inclinación más gradual conocida como pie de talud. El pie de
talud consiste en sedimentos que se han desplazado
pendiente abajo desde la plataforma continental hasta el suelo del fondo oceánico.
• Los márgenes continentales activos están localizados fundamentalmente alrededor del océano Pacífico en zonas donde el borde anterior de un continente se superpone a la litosfera oceánica. En estos lugares, los
sedimentos arrancados de la placa oceánica descendente se unen con el continente para formar una acumulación de sedimentos denominada prisma de acreción. Un margen continental activo tiene en general
una plataforma continental estrecha, que se convierte gradualmente en una fosa oceánica profunda.
• Las cuencas oceánicas profundas se encuentran entre el
margen continental y el sistema de dorsales centrooceánicas. Se incluyen en ellas las fosas submarinas (estrechas depresiones alargadas que son las porciones
más profundas del océano y que se encuentran donde
las placas de corteza oceánica descienden de nuevo al
manto); las llanuras abisales (se cuentan entre los lugares más planos que existen sobre la Tierra y consisten
en gruesas acumulaciones de sedimentos que fueron
apiladas sobre porciones irregulares del fondo oceánico por las corrientes de turbidez); los montes submarinos
(picos volcánicos situados sobre el fondo oceánico, que
se originan cerca de las dorsales oceánicas o asociados
a puntos calientes volcánicos), y las llanuras oceánicas
(grandes provincias basálticas de inundación parecidas a las que se encuentran en los continentes).
• Las dorsales oceánicas (centrooceánicas), puntos de expansión del fondo oceánico, se encuentran en los principales océanos y representan más del 20 por ciento de
la superficie terrestre. Constituyen, por supuesto, los
rasgos más prominentes de los océanos, pues forman
una prominencia casi continua que se eleva de 2 a 3 kilómetros por encima del fondo de las cuencas oceánicas. Las dorsales se caracterizan por una posición elevada, una fracturación notable y estructuras volcánicas
que se han desarrollado en la corteza oceánica recién
formada. La mayor parte de la actividad geológica
asociada con las dorsales se produce a lo largo de una
estrecha región localizada en la cresta de la dorsal,
denominada zona de rift, donde el magma de la astenosfera asciende hasta crear nuevos fragmentos de
corteza oceánica. La topografía de los distintos segmentos de la dorsal oceánica es controlada por la velocidad de expansión del fondo oceánico.
• La nueva corteza oceánica se forma de una manera
continua por el proceso de expansión del fondo oceánico. La corteza superior está compuesta por lavas almohadilladas de composición basáltica. Debajo de esta
capa hay numerosos diques interconectados (capa de
diques) por debajo de los cuales se extiende una capa
gruesa de gabros. La secuencia entera se denomina
complejo ofiolítico.
• El desarrollo de una nueva cuenca oceánica empieza
con la formación de un rift continental parecido al rift
de África oriental. En las localidades donde la ruptura continúa, se desarrolla una cuenca oceánica joven
y estrecha, como el mar Rojo. Al final, la expansión del
fondo oceánico crea una cuenca oceánica limitada por
bordes continentales parecidos al actual océano Atlántico. Se han propuesto dos mecanismos de ruptura
continental: las plumas de roca caliente que ascienden
de la profundidad del manto y las fuerzas que surgen
a partir de los movimientos de las placas.
• La litosfera oceánica subduce porque su densidad total es
mayor que la de la astenosfera subyacente. La subducción de la litosfera oceánica puede provocar la destruc-
13_Capítulo 13
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C A P Í T U L O 1 3 Bordes divergentes: origen y evolución del fondo oceánico
ción de algunas partes, o incluso la totalidad, de las cuencas oceánicas. Un ejemplo clásico es la placa de Farallón,
cuya mayor parte subdujo por debajo de las placas americanas a medida que estas se desplazaban hacia el oeste
debido a la expansión del fondo oceánico del Atlántico.
• La ruptura y la dispersión de un supercontinente seguidas por un largo período durante el que los fragmentos se reúnen de manera gradual en un nuevo supercontinente con una configuración distinta, se
denomina ciclo supercontinental.
Preguntas de repaso
1. Suponiendo que la velocidad media de las ondas sonoras en el agua sea de 1.500 metros por segundo,
determine la profundidad del agua si la señal enviada por una ecosonda necesita 6 segundos para golpear el fondo y volver al aparato de registro (véase
Figura 13.1).
2. Describa cómo los satélites que orbitan alrededor de
la Tierra pueden determinar las estructuras del fondo oceánico si no pueden observarlas directamente
bajo varios kilómetros de agua marina.
3. ¿Cuáles son las tres principales provincias topográficas del fondo oceánico?
4. Enumere las tres estructuras principales que comprenden un margen continental pasivo. ¿Cuál de estas
estructuras se considera una extensión inundada del
continente? ¿Cuál tiene la pendiente más escarpada?
5. Describa las diferencias entre los márgenes continentales activos y pasivos. Asegúrese de incluir
cómo varias características los relacionan con la tectónica de placas y dé un ejemplo geográfico de cada
tipo de margen.
6. ¿Por qué son más extensas las llanuras abisales en el
fondo del Atlántico que en el del Pacífico?
7. ¿Cómo se forma un monte submarino con la cúspide
plana o guyot?
8. Describa brevemente el sistema de dorsales oceánicas.
9. Aunque las dorsales oceánicas pueden elevarse tanto como algunas montañas continentales, ¿en qué se
diferencian ambas estructuras?
10. ¿Cuál es el origen del magma para la expansión del
fondo oceánico?
11. ¿Cuál es la razón principal de la elevada altura del sistema de dorsales oceánicas?
12. ¿Cómo altera el metamorfismo hidrotermal las rocas basálticas que componen el fondo oceánico? ¿Cómo
se modifica el agua marina durante este proceso?
13. ¿Qué es una fumarola oceánica?
14. Compare y contraste un centro de expansión lento
como la dorsal Centroatlántica con una que exhiba una
mayor velocidad de expansión, como la dorsal del Pacífico oriental.
15. Describa brevemente las cuatro capas de la corteza
oceánica.
16. ¿Cómo se forma un complejo de diques en capas? ¿Y la
unidad inferior?
17. Nombre un lugar que ejemplifique un rift continental.
18. ¿Qué papel se cree que desempeñan las plumas del
manto en la ruptura de un continente?
19. ¿Qué pruebas sugieren que el volcanismo de puntos
calientes no siempre causa la fragmentación de un continente?
20. ¿Qué ocurre cuando una masa continental adherida
a una placa oceánica en subducción es empujada hacia
una fosa?
21. Explique por qué la litosfera oceánica subduce aunque la corteza oceánica es menos densa que la astenosfera subyacente.
22. ¿Por qué la litosfera se engrosa conforme se separa
de las dorsales como consecuencia de la expansión del
fondo oceánico?
23. ¿Qué le ocurrió a la placa de Farallón? Nombre las
partes restantes.
24. Describa el ciclo supercontinental.
Términos fundamentales
abanico submarino
basalto almohadillado
batimetría
ciclo supercontinental
complejo ofiolítico
cuenca oceánica profunda
dique en capas
dorsal centrooceánica
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Recursos de la web
dorsal oceánica
ecosonda
fosa oceánica profunda
fumarola oceánica
guyot
llanura abisal
llanura oceánica
margen continental
margen continental activo
margen continental pasivo
monte submarino
perfil de reflexión sísmica
pie de talud
plataforma continental
prisma de acreción
rift continental
393
sonar
subducción flotante
talud continental
valle de rift
zona de rift
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
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web.
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http://www.librosite.net/tarbuck
14_Capítulo 14
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CAPÍTULO 14
Bordes convergentes:
formación de las montañas
y evolución de los continentes
Formación de las montañas
Convergencia y subducción de placas
Principales estructuras de las zonas
de subducción
Dinámica en las zonas de subducción
Subducción y formación
de montañas
Arcos insulares
Formación de montañas a lo largo
de los bordes de tipo andino
Sierra Nevada y las sierras litorales
Colisiones continentales
Himalaya
Apalaches
Terranes y formación de montañas
La naturaleza de los terranes
Acreción y orogénesis
Montañas de bloque de falla
Provincia Basin and Range
Movimientos verticales de la corteza
Isostasia
Convección del manto: un motivo
del movimiento vertical de la corteza
Origen y evolución
de los continentes
Los primeros continentes de la Tierra
Cómo crecen los continentes
395
14_Capítulo 14
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
L
as montañas son, a menudo, estructuras espectaculares
que se elevan de una manera abrupta por encima del terreno circundante. Algunas aparecen como masas aisladas; el cono volcánico Kilimanjaro, por ejemplo, se yergue
casi a 6.000 metros por encima del nivel del mar, y contempla
desde lo alto las extensas praderas de África oriental. Otros picos forman parte de extensos cinturones montañosos, como la
cordillera Americana, que transcurre casi sin interrupción desde
la Patagonia (Sudamérica) hasta Alaska, abarcando las montañas Rocosas y los Andes. Cadenas como el Himalaya muestran
picos jóvenes extremadamente altos que siguen ascendiendo
todavía mientras que otras, entre ellas los Apalaches del este de
Estados Unidos, son mucho más antiguas y han sido erosionadas muy por debajo de sus altitudes originales.
Muchos de los principales cinturones montañosos
muestran signos de enormes fuerzas horizontales que han
plegado, fallado y, generalmente, deformado grandes secciones de la corteza terrestre. Aunque los estratos plegados y
fallados contribuyen al aspecto majestuoso de las montañas,
gran parte del mérito de su belleza debe atribuirse a la meteorización, los procesos gravitacionales y a la acción de la
erosión producida por las corrientes de agua y por el hielo glaciar, que esculpen esas masas levantadas en un esfuerzo interminable por rebajadas hasta el nivel del mar.
En este capítulo, examinaremos primero la naturaleza
de las montañas y los mecanismos que las generan. Luego
consideraremos la relación entre la formación de las montañas y la formación y la estructura de la corteza continental.
I
TI
Bordes convergentes
Introducción
▲
IE N C
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Formación de las montañas
S D LA
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Se formado de montañas durante el pasado geológico reciente en varios lugares del mundo. Los cinturones jóvenes montañosos abarcan la cordillera Americana, que
transcurre a lo largo del margen oriental del continente
Americano desde el cabo de Hornos hasta Alaska e incluye los Andes y las montañas Rocosas; la cadena Alpina-Himalaya, que se extiende desde el Mediterráneo hasta el
norte de India e Indochina, atravesando Irán, y los terrenos montañosos del Pacífico oriental, que comprenden arcos de islas volcánicas como Japón, Filipinas y Sumatra. La
mayoría de esos jóvenes cinturones montañosos se formó
en los últimos 100 millones de años. Algunos, entre ellos
el Himalaya, empezaron su crecimiento hace tan sólo 45
millones de años.
Además de estos cinturones montañosos jóvenes,
existen también en nuestro planeta varias cadenas montañosas formadas durante el Paleozoico y el Precámbrico.
Aunque esas estructuras más antiguas están profundamente erosionadas y son topográficamente menos prominentes, poseen claramente los mismos rasgos estructu-
rales encontrados en las montañas más jóvenes. Los Apalaches al este de los Estados Unidos y los Urales en Rusia
son ejemplos clásicos de este grupo de cinturones montañosos más antiguos.
Durante las últimas décadas, los geólogos han aprendido mucho de los procesos tectónicos que generan montañas. El término asignado a los procesos que producen
colectivamente un cinturón montañoso es el de orogénesis (oros montaña; genesis llegar a ser). Algunos cinturones montañosos, incluidos los Andes, están formados
predominantemente por lavas y derrubios volcánicos que
fueron expulsados a la superficie, así como de cantidades
masivas de rocas ígneas intrusivas que se han solidificado
en profundidad. Sin embargo, la mayor parte de los principales cinturones montañosos exhiben pruebas visuales
destacables de las grandes fuerzas tectónicas que han acortado y engrosado la corteza. Estas montañas compresionales
contienen grandes cantidades de rocas sedimentarias preexistentes y fragmentos cristalinos de la corteza plegados.
Aunque los pliegues y las fallas suelen ser los signos más
visibles de la orogénesis, el metamorfismo y la actividad ígnea están siempre presentes en grados diversos.
Con el paso de los años, se han ido proponiendo diversas hipótesis relativas a la formación de los principales
cinturones montañosos de la Tierra (Figura 14.1). Una de
las primeras propuestas sugería que las montañas son simplemente arrugas de la corteza terrestre producidas cuando el planeta se enfrió a partir de su estado semifundido
original. A medida que la Tierra perdía calor, se contraía
y se encogía. En respuesta a este proceso, la corteza se deformó de una manera parecida a como se encoge la piel de
una naranja cuando la fruta se va secando. Sin embargo,
ni ésta ni ninguna de las primeras hipótesis pudo resistir
un escrutinio cuidadoso.
Con el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas, ha surgido un modelo para la orogénesis con un excelente poder explicativo. De acuerdo con este modelo, la
mayor parte de la formación de las montañas se produce
en los bordes de placa convergentes. En estos puntos, las
placas que colisionan proporcionan los esfuerzos compresionales horizontales necesarios para plegar, formar
fallas y producir metamorfismo en las gruesas acumulaciones de sedimentos que se depositan a lo largo de los
márgenes continentales. Estos procesos de engrosamiento y acortamiento elevan rocas que pueden haberse formado cerca del nivel del mar hasta grandes alturas.
Para desvelar los acontecimientos que producen las
montañas, los investigadores examinan las estructuras
montañosas antiguas, así como los lugares donde hay orogénesis activa en la actualidad. De particular interés son
las zonas de subducción activas, donde las placas litosféricas están convergiendo. Aquí la subducción de la litosfera oceánica genera los terremotos más fuertes y las erup-
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Convergencia y subducción de placas
n
C
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Escudo
de Angara
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Canadiense
r
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Groenlandia
397
Escudo
Indio
Escudo
del Orinoco
Escudo
Africano
Cinturones montañosos
jóvenes (menos de 100
mill. de años de antigüedad)
Cinturones montañosos
antiguos
Escudo
Australiano
cordillera
an
Gr divisoria
s
de
An
Escudo
Brasileño
Leyenda
Escudos
Plataformas estables
(escudos cubiertos
por rocas sedimentarias)
▲ Figura 14.1 Principales cinturones montañosos de la Tierra.
ciones volcánicas más explosivas de la Tierra, a la vez que
representa un papel fundamental en la generación de muchos de los cinturones montañosos de la Tierra.
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN…
Se ha mencionado que la mayoría de montañas son
el resultado de la deformación de la corteza. ¿Existen
zonas con topografía montañosa pero que se hayan
producido sin deformación de la corteza?
Sí. Las llanuras, zonas de rocas elevadas esencialmente horizontales, son un ejemplo de una estructura que las fuerzas
erosivas pueden diseccionar profundamente y convertirla en
un accidentado paisaje montañoso. Aunque estas zonas elevadas son topográficamente parecidas a las montañas, carecen de las estructuras asociadas con la orogénesis. La situación opuesta también existe. Por ejemplo, la sección del
Piedmont de los Apalaches orientales exhibe una topografía
casi tan suave como la de las Grandes Llanuras. Aun así,
puesto que esta región está compuesta de rocas metamórficas deformadas, claramente forma parte de los Apalaches.
Convergencia y subducción de placas
Como se dijo en el Capítulo 13, el ascenso de rocas del
manto parcialmente fundidas a lo largo de los bordes divergentes de placa se traduce en la formación de nueva li-
tosfera oceánica. Por el contrario, las zonas de subducción
situadas a lo largo de los bordes convergentes son los puntos de destrucción de las placas, lugares donde las capas de
litosfera oceánica se doblan y se sumergen de nuevo en el
manto. A medida que la litosfera oceánica se hunde lentamente, las temperaturas y las presiones más elevadas alteran de manera gradual estas capas rígidas hasta que se
asimilan por completo en el manto.
Principales estructuras de las zonas
de subducción
Las zonas de subducción pueden dividirse aproximadamente en las cuatro regiones siguientes: (1) una fosa oceánica profunda, que se forma donde una placa de litosfera
oceánica en subducción se dobla y desciende hacia la astenosfera; (2) un arco volcánico, que se forma sobre la placa suprayacente; (3) una región situada entre la fosa y el
arco volcánico (región de antearco), y (4) una región situada en el lado del arco volcánico opuesto a la fosa (región
de trasarco). Aunque todas las zonas de subducción tienen
estas estructuras, existe una gran cantidad de variaciones,
tanto a todo lo largo de una sola zona de subducción como
entre zonas de subducción diferentes (Figura 14.2).
Las zonas de subducción también pueden situarse
en una de las dos categorías siguientes: aquellas en las
que la litosfera oceánica subduce por debajo de otra capa
oceánica y aquellas en las que la litosfera oceánica desciende por debajo de un bloque continental. (Una excepción es la zona de subducción de las Aleutianas, en la
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▲
Figura 14.2 Diagramas compartivos
entre un arco de islas volcánicas y un borde
de placa de tipo andino.
Arco
volcánico
Antearco
Trasarco
Fosa
Plutón
Placa oc
eán
i
Subductin ca e
g oc n s
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ic bdu
lith c
os ció
p n
Litosfera
oceánica
100 km
Fusión
re
he
Astenosfera
A. Arco de islas volcánicas
Arco volcánico continental
Fosa
Cámaras
magmáticas
Cuenca
de antearco
Prisma
de acreción
Litosfera
oceánica
P la
100 km
ca
oce
á
nic
ae
ns
ubd
ucc
ión
Agua
procedente
de la placa
en subducción
Fusión
parcial
Astenosfera
B. Borde de placa de tipo andino
que la parte oeste es una zona de subducción océanoocéano, mientras que la subducción a lo largo de la sección oriental tiene lugar bajo la masa continental de
Alaska.)
Arcos volcánicos Quizá la estructura más evidente generada por subducción son los arcos volcánicos, que se forman
sobre la placa suprayacente. Donde convergen dos placas
oceánicas, una subduce debajo de la otra y se inicia la fusión parcial de la cuña del manto situada encima de la
placa que subduce. Eso acaba conduciendo al crecimiento de un arco de islas volcánicas, o simplemente arco
isla, sobre el fondo oceánico. Son ejemplos de arcos insulares activos los de las Marianas, las Nuevas Hébridas,
las Tonga y las Aleutianas (Figura 14.3).
En los lugares donde la litosfera oceánica subduce
por debajo de un bloque continental, surge un arco volcánico continental. Aquí, el arco volcánico se forma sobre la topografía más elevada de las rocas continentales
más antiguas y forma picos volcánicos que pueden alcanzar los 6.000 metros por encima del nivel del mar.
Fosas oceánicas profundas Otra gran estructura asociada con la subducción son las fosas oceánicas profundas.
La profundidad de la fosa parece estar estrechamente
relacionada con la edad y, por tanto, la temperatura de
la placa oceánica en subducción. En el Pacífico occidental, donde la litosfera oceánica es fría, las capas oceánicas relativamente densas descienden hacia el manto y
producen fosas profundas. Un ejemplo conocido es la
fosa de las Marianas, en la que la zona más profunda se
encuentra más de 11.000 metros por debajo del nivel
del mar. Por el contrario, a la zona de subducción de
Cascadia le falta una fosa bien definida. Aquí, la placa caliente y flotante de Juan de Fuca subduce con un ángulo muy pequeño debajo del suroeste de Canadá y el noroeste de los Estados Unidos. La zona de subducción de
Perú-Chile, por otro lado, tiene profundidades de su
fosa entre estos extremos. Gran parte de esta fosa es de
2 a 3 kilómetros menos profunda que las del Pacífico occidental, cuya profundidad media oscila entre los 7 y los
8 kilómetros. Una excepción se halla en la parte central
de Chile, donde el borde de la placa tiene una pendien-
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Alaska
s
I sla
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s Al eutian
Fo
s
sa
iana
de l
as Aleut
te muy suave, lo cual hace que la fosa sea prácticamente inexistente.
Regiones de antearco y de trasarco Situadas entre los arcos volcánicos en desarrollo y las fosas oceánicas profundas se encuentran las regiones de antearco (Figura 14.2), en
las que el material piroclástico procedente del arco volcánico y los sedimentos erosionados de la masa continental
adyacente se acumulan. Además, la placa que subduce
transporta los sedimentos del fondo oceánico hacia la zona
antearco.
Otro lugar en el que los sedimentos y los derrubios
volcánicos se acumulan es la región de trasarco, que se sitúa al lado del arco volcánico pero en el lado opuesto a la
fosa. En esas regiones, las fuerzas tensionales suelen dominar, haciendo que la corteza se estire y se adelgace.
Dinámica en las zonas de subducción
Dado que las zonas de subducción se forman en el lugar
en el que dos placas convergen, es natural suponer que las
grandes fuerzas compresionales actúan para deformar los
bordes de las placas. De hecho, este es el caso a lo largo
de muchos bordes convergentes de placa. Sin embargo, los
bordes convergentes no son siempre regiones dominadas
por las fuerzas compresionales.
Extensión y expansión de la zona de trasarco A lo largo
de algunos bordes convergentes de placa, las placas suprayacentes están sometidas a tensión, lo cual provoca el
estiramiento y el adelgazamiento de la corteza. ¿Pero
cómo actúan los procesos extensionales cuando dos placas
se mueven juntas?
Se cree que la edad de la placa oceánica en subducción desempeña un papel importante en la determinación
de las fuerzas dominantes que actúan en la placa supraya-
399
▲
Convergencia y subducción de placas
Figura 14.3 Tres de las numerosas islas volcánicas que
forman el arco de las Aleutianas. Esta banda volcánica
estrecha es el resultado de la subducción de la placa del
Pacífico. En la distancia se encuentra el volcán Great Sitkin
(1.772 metros), que los aleutianos llaman el «Gran
vaciador de intestinos», por su frecuente actividad. (Foto
de Bruce D. Marsh.)
cente. Recordemos que cuando una capa relativamente
fría y densa subduce, no sigue un camino fijo hacia la astenosfera. Antes bien, se hunde verticalmente a medida
que desciende, haciendo que la fosa se retire, como se
muestra en la Figura 14.4. Conforme la placa en subducción se hunde, crea un flujo (succión de placa) en la astenosfera que «tira» de la placa superior hacia la fosa en retirada. (¡Imaginemos qué pasaría si estuviéramos sentados
en un bote salvavidas cerca del Titanic mientras éste se
hunde!) Como consecuencia, la placa suprayacente está
sometida a tensión y puede alargarse y adelgazarse. Si la
tensión se mantiene durante el tiempo suficiente, se formará una cuenca de trasarco.
Recordemos del Capítulo 13 que el adelgazamiento y la ruptura de la litosfera se traduce en el afloramiento de rocas calientes del manto y la fusión por descompresión que lo acompaña. La extensión continuada inicia
un tipo de expansión del fondo oceánico que genera nueva corteza oceánica y, de este modo, aumenta el tamaño
de una cuenca de trasarco en desarrollo.
Se encuentran cuencas de trasarco activas detrás de
las islas Marianas y las Tonga, mientras que las cuencas inactivas contienen el mar del sur de la China y el mar de
Japón. Se cree que la expansión trasarco que formó el mar
de Japón separó un pequeño fragmento de corteza continental de Asia. Gradualmente, este fragmento de corteza
migró hacia el mar junto con la fosa en retirada. La expansión del fondo oceánico, a su vez, creó la corteza oceánica del fondo del mar de Japón.
Condiciones compresionales En algunas zonas de subducción dominan las fuerzas compresionales (véase Recuadro 14.1). Éste parece ser el caso de los Andes centrales, donde un episodio de deformación empezó hace
unos 30 millones de años. Durante este intervalo de
tiempo, el borde occidental de América del Sur ha esta-
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Arco insular
Fosa
Litosfera
oceánica
Su
Subducbtdin
ucg o
Movimiento
ciócea
de la placa
n nic
lith
a través
os
del manto
ph
ere
A.
Extensión
Fosa
do cabalgando activamente la placa de Nazca, en subducción, a una velocidad aproximada de 3 centímetros
anuales. En otras palabras, la placa Suramericana ha estado avanzando hacia la fosa Perú-Chile a una velocidad
mayor de la de retirada de la fosa. Por tanto, en el caso
de los Andes, la capa de litosfera oceánica descendiente
sirve como un «muro» que resiste el movimiento en dirección oeste de la placa Suramericana. Las fuerzas tectónicas resultantes han acortado y engrosado el borde
occidental de América del Sur. (Es importante observar
que la corteza continental es en general más débil que la
corteza oceánica; por tanto, la mayor parte de la deformación ocurre en los bloques continentales.) En esta región, el bloque de corteza de los Andes tiene un máximo
engrosamiento de unos 70 kilómetros, y una topografía
montañosa que en algunas ocasiones supera los 6.000
metros de altura.
Litosfera
oceánica
Subducción y formación
de montañas
Su
B.
bd
uc
Movimiento
de la placa
a través
del manto
ció
n
Astenosfera
Retirada
continuada
de la fosa
Sub
Cuenca de trasarco
du
ctin
g
oc
ea
Centro de nic s
lab
expansión
Litosfera
oceánica
Su
Movimiento
de la placa
a través
C. del manto
bd
uc
ció
Como se ha comentado anteriormente, la subducción de
la litosfera oceánica da lugar a dos tipos distintos de cinturones montañosos. Cuando la litosfera oceánica subduce
por debajo de una placa oceánica, se desarrollan un arco insular y las estructuras tectónicas relacionadas. La subducción por debajo de un bloque continental, en cambio, se
traduce en la formación de un arco volcánico a lo largo del
borde de un continente. Los bordes de placa que generan
arcos volcánicos continentales suelen denominarse bordes de tipo andino.
n
Astenosfera
▲ Figura 14.4 Modelo en el que se muestra la formación de una
cuenca de trasarco. La subducción y la retirada y doblamiento
hacia detrás de la placa oceánica crea un flujo en el manto que
«tira» de la placa superior hacia la fosa en retirada.
▲
Recuadro 14.1
Arcos insulares
Los arcos insulares representan lo que quizá son los cinturones montañosos más simples. Estas estructuras son
consecuencia de la subducción constante de la litosfera
Entender la Tierra
Terremotos en el noroeste del Pacífico
En los estudios sísmicos se ha demostrado que la zona de subducción de Cascadia tiene menos actividad sísmica que
cualquier otra zona de subducción a lo
largo del borde de la cuenca Pacífica.
¿Significa eso que los terremotos no suponen ninguna gran amenaza para los
centros de población del noroeste del Pacífico? Durante algún tiempo, ésta era la
creencia convencional. No obstante, esa
opinión cambió con el descubrimiento de
pantanos y bosques litorales enterrados
que se explican mejor por el hundimiento rápido que acompaña un gran terremoto.
La zona de subducción de Cascadia es
muy parecida al borde convergente del
centro de Chile, donde la placa oceánica
desciende a un ángulo pequeño de unos
10-15 grados. En Chile, los efectos de las
grandes fuerzas compresionales se perciben regularmente en forma de fuertes terremotos. El terremoto más fuerte jamás
registrado ocurrió allí en 1960, MW 9,5.
La investigación predice que la subducción a ángulos pequeños se traduce en un
ambiente que conduce a grandes terre-
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Subducción y formación de montañas
motos (MW 8,0 o mayor). Una explicación parcial reside en el hecho de que en
esos lugares existe una gran zona de contacto entre la placa superior y la placa en
subducción.
Como la zona de subducción del centro de Chile, el borde de Cascadia tiene
una placa suavemente inclinada y carece
de fosa, lo cual sugiere que la zona de
subducción de Cascadia es capaz de causar grandes terremotos. Entre las pruebas de acontecimientos pasados de gran
magnitud se cuentan los depósitos ente-
rrados de turba hallados en algunas zonas
de la bahía. Estos descubrimientos son
coherentes con los episodios de hundimiento rápido parecidos a lo que ocurrió
durante el terremoto de Alaska de 1964
(véase Capítulo 11). Además, aparentemente una falla cerca de Seattle actuó
hace unos 1.100 años y produjo un gran
tsunami.
Sin embargo, estas pruebas también
sugieren que un gran terremoto es poco
probable, al menos a corto plazo. En los
estudios geodésicos realizados a lo largo
oceánica, que puede durar 100 millones de años o más. La
actividad volcánica esporádica, el emplazamiento de cuerpos plutónicos en profundidad y la acumulación de sedimentos procedentes de la placa en subducción aumentan
de manera gradual el volumen del material de la corteza
que cubre la placa superior. Algunos arcos de islas volcánicas maduros, como el de Japón, parecen haberse formado sobre un fragmento preexistente de corteza continental.
El desarrollo continuado de un arco de islas volcánicas maduro puede traducirse en la formación de una topografía montañosa compuesta de cinturones de rocas ígneas y metamórficas. Sin embargo, se considera esta
actividad sólo como una fase del desarrollo de un gran cinturón montañoso. Como veremos más adelante, algunos
arcos volcánicos son transportados por una placa en subducción hacia el borde de un bloque continental, donde
se convierten en una parte de un episodio de formación de
montañas.
Los arcos insulares y los bordes de placa de tipo andino tienen muchas estructuras enormemente parecidas,
lo cual refleja sus entornos tectónicos comparables (véase
Figura 14.2). No obstante, hay una serie de diferencias, relacionadas principalmente con la edad de la placa oceánica que subduce y el tipo de corteza que cubre la placa suprayacente. En la siguiente sección, consideraremos la
naturaleza de los bordes de tipo andino y el grado al que
sus estructuras se parecen a los arcos insulares.
Formación de montañas a lo largo
de los bordes de tipo andino
La primera etapa en el desarrollo de un cinturón montañoso de tipo andino aparece antes de la formación de la
zona de subducción. Durante este período, el margen
continental es un margen pasivo, es decir, no es un borde de placa, sino parte de la misma placa donde se encuentra la corteza oceánica contigua. La costa este de Es-
401
de las zonas costeras del noroeste del Pacífico durante las últimas décadas, se indica que la tensión elástica no se está acumulando en gran medida.
¿Qué opinión es correcta? ¿Un gran
terremoto en el noroeste del Pacífico es
inminente o improbable? Esperemos que
una mayor investigación resuelva esta
cuestión. Mientras tanto, quienes vivan
en la región que rodea la zona de subducción de Cascadia deberían conocer las
precauciones que deben tomarse para mitigar los efectos de un gran terremoto.
tados Unidos proporciona un ejemplo actual de un margen continental pasivo. En lugares como éste, la deposición de sedimentos en la plataforma continental está produciendo una gruesa plataforma de areniscas, calizas y
lutitas de aguas someras (Figura 14.5A). Más allá de la plataforma continental, las corrientes de turbidez depositan
sedimentos en el fondo de la cuenca oceánica profunda
(véase Capítulo 13). En este ambiente, tres elementos estructurales diferenciados de un cinturón montañoso en
desarrollo toman forma de una manera gradual: los arcos
volcánicos, los prismas de acreción y las cuencas de antearco (Figura 14.5).
Formación de un arco volcánico Recordemos que a medida que la litosfera oceánica desciende hacia el manto,
el aumento de las temperaturas y las presiones provoca
la salida de los volátiles (principalmente agua) de las rocas de la corteza. Estos fluidos móviles migran hacia la
pieza en forma de prisma del manto situado entre la placa en subducción y la placa superior. Una vez la capa
que se hunde alcanza una profundidad aproximada de
100 kilómetros, estos fluidos ricos en agua reducen el
punto de fusión de las rocas calientes del manto lo suficiente como para provocar fusión parcial (Figura 14.5B).
La fusión parcial de las rocas del manto (principalmente la peridotita) genera magmas primarios, con composiciones basálticas. Puesto que son menos densos que las
rocas a partir de las cuales se han originado, estos magmas basálticos recién formados ascenderán. Al alcanzar
la base de la corteza continental, que está formada por
rocas de baja densidad, en general estos magmas basálticos se reúnen y se acumulan. Sin embargo, el volcanismo reciente en los arcos actuales (la erupción del Etna,
por ejemplo) indica que una parte del magma debe de alcanzar la superficie.
Para continuar el ascenso, los cuerpos magmáticos
deben tener menor densidad que las rocas de la corteza.
En las zonas de subducción, eso suele conseguirse me-
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▲
Figura 14.5 Orogénesis a lo largo de
una zona de subducción de tipo andino. A.
Margen continental pasivo con una extensa
cuña de sedimentos. B. La convergencia
entre placas genera una zona de
subducción, y la fusión parcial produce un
arco volcánico en desarrollo. La
convergencia continua y la actividad ígnea
deformaron y aumentaron el grosor de la
corteza, elevando el cinturón montañoso,
mientras se desarrolla un prisma de
acreción. C. La subducción acaba y es
seguida por un período de elevación y
erosión.
Gruesa
plataforma
sedimentaria
Corteza oceánica
Margen
continental
pasivo
Litosfera
continental
100 km
Astenosfera
A.
Arco volcánico
continental
Prisma de
acreción
Cuenca
de antearco
Cámaras
magmáticas
Fosa
Plutón
Litosf
e
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c eá
100 km
nic
ae
ns
ub
du
cc
ió n
Astenosfera
B.
Prisma
de acreción
elevado
Cuenca
de antearco
Fusión
parcial
Agua procedente
de la placa
en subducción
Batolito
Batolito elevado
elevado
y erosionado compuesto
de numerosos plutones
Plutones
100 km
Astenosfera
C.
diante la diferenciación magmática, en la que los minerales pesados ricos en hierro cristalizan y se sedimentan,
dejando el fundido restante enriquecido en sílice y otros
componentes «ligeros» (véase Capítulo 4). Por tanto, a
través de la diferenciación magmática, un magma basáltico comparativamente denso pude generar fundidos de
baja densidad con una composición andesítica (intermedia) o incluso riolítica (félsica).
El volcanismo a lo largo de los arcos continentales
está dominado por la erupción de lavas y materiales piroclásticos de composición andesítica, mientras por otro
lado pueden generarse cantidades menores de rocas ba-
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Subducción y formación de montañas
sálticas y riolíticas. Dado que el agua procedente de la placa en subducción es necesaria para la fusión, estos magmas
derivados del manto están enriquecidos en agua y otros
volátiles (el componente gaseoso del magma). Estos magmas cargados de gas son los que producen las erupciones
explosivas características de los arcos volcánicos continentales y los arcos insulares maduros.
Emplazamiento de los plutones La corteza continental
gruesa es un gran impedimento para el ascenso del magma. Por consiguiente, un porcentaje elevado de la cantidad que intruye en la corteza nunca alcanza la superficie;
en lugar de eso, cristaliza en profundidad y forma plutones. El emplazamiento de estos cuerpos ígneos masivos
metamorfoseará la roca huésped a través del proceso denominado metamorfismo de contacto (véase Capítulo 8).
Al final, la elevación y la erosión desentierran estos
cuerpos ígneos y las rocas metamórficas asociadas. Una
vez expuestas en la superficie, estas estructuras masivas se
denominan batolitos (Figura 14.5C). Compuestos de numerosos plutones, los batolitos forman el núcleo de Sierra Nevada en California y predomina en los Andes peruanos. La mayoría de batolitos está compuesta de rocas
ígneas intrusivas con una composición intermedia a félsica, como la diorita y la granodiorita, aunque pueden existir granitos. (El granito es escaso en los batolitos que se
encuentran a lo largo del borde occidental de Norteamérica, pero hay cantidades significativas en el núcleo de las
montañas Apalaches.)
Desarrollo de un prisma de acreción Durante el desarrollo de los arcos volcánicos, los sedimentos transportados en la placa en subducción, así como fragmentos de la
corteza oceánica, pueden ser arrancados y se adosan a la
superficie de la placa suprayacente. La acumulación caótica de sedimentos deformados y fallados y los fragmentos de la corteza oceánica se denomina prisma de acreción (Figura 14.5B). Los procesos que deforman estos
sedimentos se han comparado a lo que le sucede a un suelo a medida que es arrancado y empujado delante de una
excavadora.
Algunos de los sedimentos que componen el prisma
de acreción son arcillas que se acumularon en el fondo
oceánico y luego fueron transportadas a la zona de subducción por el movimiento de las placas. Otros materiales
se derivan del arco volcánico adyacente y están compuestos por cenizas volcánicas y otros materiales piroclásticos,
así como por sedimentos erosionados de estos relieves elevados.
Algunas zonas de subducción tienen prismas de
acreción mínimos o no los tienen. La fosa de las Marianas, por ejemplo, carece de prisma de acreción, en parte
debido a la distancia que la separa de un área fuente importante. (Otra explicación propuesta para la falta de un
403
prisma de acreción es que gran parte de los sedimentos
disponibles han subducido.) Por el contrario, la zona de
subducción de Cascadia tiene un gran prisma de acreción.
Aquí, la placa de Juan de Fuca tiene un manto de sedimentos de 3 kilómetros de grosor aportados principalmente por el río Colorado.
La subducción prolongada, en las regiones donde
los sedimentos abundan, puede engrosar el prisma de
acreción bastante como para que sobresalga por encima
del nivel del mar. Eso ha sucedido a lo largo del extremo
meridional de la fosa de Puerto Rico, donde la cuenca del
río Orinoco de Venezuela es una gran área fuente. El
prisma resultante emerge en la isla de Barbados.
No todos los sedimentos disponibles se convierten
en una parte del prisma de acreción; antes bien, algunos
subducen a grandes profundidades. Conforme estos sedimentos descienden, la presión aumenta de una manera
constante, pero las temperaturas en el interior de los sedimentos se mantienen relativamente bajas, porque están
en contacto con la placa fría que se hunde. Esta actividad
genera una serie de minerales metamórficos de alta presión y baja temperatura. Debido a su baja densidad, algunos de los sedimentos subducidos y los componentes metamórficos asociados pueden ascender hacia la superficie.
Este «reflujo» tiende a mezclar y revolver los sedimentos
del interior del prisma de acreción. Por tanto, un prisma
de acreción evoluciona y se convierte en una estructura
compleja formada por rocas sedimentarias falladas y plegadas y fragmentos de corteza oceánica intermezclados
con las rocas metamórficas formadas durante el proceso de
subducción. La estructura única de los prismas de acreción
ha ayudado enormemente a los geólogos en su intento de
reconstruir los acontecimientos que han generado nuestros continentes actuales.
Cuencas de antearco A medida que el prisma de acreción
crece en dirección ascendente, tiende a actuar como barrera al movimiento de los sedimentos desde el arco volcánico hacia la fosa. Como consecuencia, los sedimentos
empiezan a acumularse entre el prisma de acreción y el
arco volcánico. Esta región, compuesta de capas de sedimentos relativamente no deformadas y rocas sedimentarias se denomina cuenca de antearco (Figura 14.5B). El
descenso y la sedimentación continuada en las cuencas de
antearco pueden generar una secuencia de estratos sedimentarios horizontales de varios kilómetros de grosor.
Sierra Nevada y las sierras litorales
Durante el período Jurásico, cuando el Atlántico norte
empezó a abrirse, se formó una zona de subducción a lo
largo del borde occidental de la placa Norteamericana.
Las pruebas de este episodio de subducción se encuentran
en un cinturón casi continuo de plutones ígneos que in-
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cluyen el batolito Baja de México, los batolitos de Sierra
Nevada y Idaho situados en el oeste de los Estados Unidos y el batolito Litoral de Canadá (véase Figura 5.32).
Una parte de lo que formó este borde convergente
de placa constituye ahora un excelente ejemplo de un cinturón orogénico inactivo de tipo andino. Que incluye Sierra Nevada y las sierras Costeras de California (Figura
14.6). Estos cinturones montañosos paralelos se produjeron por la subducción de una parte de la cuenca del Pacífico (placa de Farallón) debajo del borde occidental de California.
El batolito de Sierra Nevada es un resto del arco volcánico continental que fue generado por numerosas oleadas de magma a lo largo de 10 millones de años. Las sierras Costeras representan un prisma de acreción que se
formó cuando los sedimentos arrancados de la placa en
subducción y erosinados desde el arco volcánico conti-
nental se plegaron y fallaron de una manera intensa. (Algunas porciones de las sierras Costeras están compuestas
de una mezcla caótica de rocas sedimentarias y metamórficas y fragmentos de corteza oceánica denominada formación Franciscan.)
La subducción, que empezó hace unos 30 millones
de años, cesó de manera gradual a lo largo de gran parte
del borde de Norteamérica a medida que el centro de expansión que produjo la placa de Farallón entraba en la fosa
de California (véase Figura 13.20). Tanto el centro de expansión como la zona de subducción se destruyeron posteriormente. El levantamiento y la erosión que siguieron
a este acontecimiento han eliminado gran parte de la evidencia de la actividad volcánica antigua y han dejado expuesto un núcleo de rocas ígneas cristalinas y rocas metamórficas asociadas que componen la Sierra Nevada. El
levantamiento de las sierras Costeras tuvo lugar sólo re-
▲
R o cos
Figura 14.6 Mapa de las montañas y
relieve del oeste de Estados Unidos.
(Tomado de Thelin y Pike, U. S.
Geological Survey.)
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Grandes
Llanuras
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Colisiones continentales
cientemente, como demuestran los sedimentos jóvenes,
no consolidados, que todavía cubren zonas de estas tierras
elevadas.
El Gran Valle de California es un resto de la cuenca de antearco que se formó entre la Sierra Nevada y las
sierras Costeras, ambas en desarrollo. Durante gran parte de su historia, algunas partes del Gran Valle se extienden por debajo del nivel del mar. Esta cuenca llena de sedimentos contiene potentes depósitos marinos y derrubios
erosionados del arco volcánico continental.
A partir de este ejemplo, podemos ver que los cinturones montañosos de tipo andino están compuestos de
dos zonas de deformación casi paralelas. Un arco volcánico continental, que se forma a lo largo de los bordes
continentales, está compuesto de volcanes y grandes cuerpos ígneos intrusivos y rocas metamorficas asociadas. En
el lado del mar del arco volcánico continental, donde las
placas en subducción descienden por debajo del continente, se genera un prisma de acreción. Esta estructura
está formada principalmente por sedimentos y derrubios
volcánicos que se han plegado, se han fallado y en algunos lugares se han metamorfizado (Figura 14.5). Entre estas zonas deformadas se extiende una cuenca de antearco,
compuesta principalmente de estratos marinos horizontales.
En resumen, el crecimiento de cinturones montañosos en las zonas de subducción es una respuesta al engrosamiento de la corteza provocado por la adición de rocas ígneas derivadas del manto. Además, el acortamiento
y el engrosamiento de la corteza tienen lugar a lo largo de
los bordes continentales como consecuencia de la convergencia.
I
TI
Bordes convergentes
Colisiones continentales
▲
IE N C
A
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Colisiones continentales
S D LA
E
Como hemos visto, cuando una lámina de la litosfera oceánica subduce por debajo de un borde continental, se desarrolla un cinturón montañoso de tipo andino. Si la placa
que subduce también contiene un continente, la subducción continuada acaba transportando el bloque continental hacia la fosa. Aunque la litosfera oceánica es relativamente densa y subduce con facilidad, la corteza continental
contiene cantidades importantes de materiales de baja densidad y es demasiado flotante como para experimentar una
subducción apreciable. Por consiguiente, la llegada de la litosfera continental a la fosa se traduce en una colisión con
el borde del bloque continental suprayacente y la interrupción de la subducción (Figura 14.7).
405
Las colisiones continentales tienen como consecuencia el desarrollo de montañas compresionales caracterizadas por una corteza acortada y engrosada. Los
grosores de 50 kilómetros son comunes y la corteza de algunas regiones tiene espesores que superan los 70 kilómetros. En estos lugares, el engrosamiento de la corteza
se alcanza generalmente a través del plegado y el fallado.
Los cinturones de pliegues y cabalgamientos son
estructuras notables de la mayoría de montañas compresionales. Estos terrenos montañosos suelen ser el resultado de la deformación de gruesas secuencias de rocas sedimentarias de aguas someras parecidas a las que forman los
bordes continentales pasivos del Atlántico. Durante una
colisión continental, estas rocas sedimentarias son empujadas tierra adentro, lejos del núcleo de cinturón montañoso en desarrollo y sobre el interior continental estable.
En esencia, el acortamiento de la corteza se alcanza a través del desplazamiento a lo largo de los cabalgamientos
(fallas inversas de ángulo pequeño), donde los estratos
que antes se extendían horizontalmente se apilan los unos
encima de los otros como se ilustra en la Figura 14.7. Durante este desplazamiento, el material atrapado entre las
fallas inversas suele plegarse y forma la otra estructura
principal de un cinturón de pliegues y cabalgamientos. Se
encuentran ejemplos excelentes de cinturones de pliegues
y cabalgamientos en los Apalaches, en las Rocosas canadienses, en el Himalaya (meridional) y en los Alpes septentrionales.
Los mecanismos que generan montañas compresionales también crean otros tipos de estructuras tectónicas.
Entre éstos se cuentan los bloques del basamento que cabalgan hacia el continente opuesto. Además, las fallas inversas y los pliegues son estructuras principales del prisma de acreción que se genera a lo largo del borde de tipo
andino de uno de los dos continentes.
La zona en la que dos continentes colisionan se denomina sutura. Esta parte del cinturón montañoso suele
conservar restos de la litosfera oceánica que fueron atrapadas entre las placas en colisión. Como consecuencia de
su estructura ofiolítica única (véase Capítulo 13), estos
fragmentos de litosfera oceánica ayudan a identificar la localización del borde de colisión. A lo largo de las zonas de
sutura es donde los continentes se sueldan. Sin embargo,
al principio se trata de zonas muy calientes y débiles. Por
tanto, si los movimientos de las placas asociadas con ellas
pasan drásticamente de la convergencia a la divergencia,
estas zonas de fragilidad pueden convertirse en futuros
puntos de ruptura continental.
Observaremos más detenidamente dos ejemplos de
cordilleras colisonales: el Himalaya y los Apalaches. El Himalaya es la cordillera de colisión más joven de la Tierra
y todavía está creciendo. Los Apalaches constituyen un
cinturón montañoso mucho más antiguo, en el que la for-
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Gruesa
plataforma
sedimentaria
Prisma
de acreción
Arco volcánico continental
Cuenca
de antearco
Corteza
oceánica
Corteza
continental
Corteza
continental
Litosfera oceánica
en
su
bd
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cc
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n
Astenosfera
A.
Sutura
Antiguo
arco
volcánico
Corteza
continental
Corteza
continental
Fusión
parcial
de la corteza
B.
Ofiolitas
(fragmentos
de corteza oceánica)
Astenosfera
▲ Figura 14.7 Ilustración en la que se muestra la formación de las principales estructuras de un cinturón montañoso compresional, incluido
el cinturón de pliegues y cabalgamientos.
mación activa de montañas cesó hace unos 250 millones
de años.
Himalaya
El episodio de formación de montañas que creó el Himalaya empezó hace alrededor de 45 millones de años, cuando la India empezó a colisionar con Asia. Antes de la fragmentación de Pangea, India era una parte de Gondwana
en el hemisferio sur (véase Figura 2.A). Al separarse de ese
continente, la India se movió rápidamente, desde el punto de vista geológico, unos pocos miles de kilómetros en
dirección norte (véase Figura 2.A).
La zona de subducción que facilitó la migración hacia el norte de India estaba situada cerca del borde meridional de Asia. La subducción continuada a lo largo del
borde de Asia creó un borde de placa de tipo andino que
contenía un arco volcánico bien desarrollado y un prisma
de acreción. El borde septentrional indio, por otra parte,
era un borde continental pasivo compuesto por una gruesa plataforma de sedimentos de aguas someras y rocas sedimentarias.
Aunque los detalles permanecen algo incompletos,
uno o quizás varios pequeños fragmentos continentales se
situaron en la placa en subducción en algún punto entre
India y Asia. Durante el cierre de la cuenca oceánica intermedia, un fragmento relativamente pequeño de la corteza, que ahora constituye el sur del Tíbet, alcanzó la fosa.
Después de este acontecimiento, se acreciona la India.
Las fuerzas tectónicas implicadas en la colisión de India
con Asia eran enormes e hicieron que los materiales más
deformables situados en los bordes litorales de estos continentes experimentaran grandes pliegues y fallas. El acortamiento y el engrosamiento de la corteza elevaron grandes cantidades de material de la corteza, generando las
espectaculares montañas del Himalaya.
Además de la elevación, el acortamiento produjo un
engrosamiento de la corteza en la que las capas inferiores
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Colisiones continentales
dia colisionó con Asia, algunas partes de Asia fueron «estrujadas» hacia el este fuera de la zona de colisión. En la
actualidad estos bloques desplazados de la corteza constituyen gran parte de Indochina y secciones del continente
chino.
¿Por qué el interior se Asia se deformó hasta tal grado mientras India propiamente ha permanecido en esencia inalterada? La respuesta reside en la naturaleza de estos bloques de corteza diferentes. Gran parte de India es
un escudo compuesto principalmente de rocas cristalinas
precámbricas (véase Figura 14.1). Esta lámina gruesa y fría
de material de la corteza ha permanecido intacta durante
más de 2.000 millones de años. Por el contrario, el sureste asiático se formó más recientemente a partir de fragmentos más pequeños de la corteza, durante e incluso
después de la formación de Pangea. Por consiguiente, es
todavía relativamente «caliente y débil» de los períodos
recientes de formación de montañas. La deformación de
Asia se ha recreado en el laboratorio con un bloque rígido que representa India y que es empujado hacia el interior de una masa de arcilla deformable de moldeado, como
se muestra en la Figura 14.8.
India continúa siendo empujada hacia Asia a una velocidad estimada de unos pocos centímetros cada año.
Sin embargo, los numerosos terremotos registrados en la
costa meridional de India indican que se puede estar formando una nueva zona de subducción. Si se formara, proporcionaría un lugar de subducción para el fondo del océano Índico, que se genera de manera continuada en un
centro de expansión situado al suroeste. Si eso ocurriera,
el viaje de India hacia el norte, en relación con Asia, se interrumpiría y cesaría el crecimiento del Himalaya.
▲
experimentaban temperaturas y presiones elevadas. La fusión parcial en el interior de la región más profunda y deformada del cinturón montañoso produjo plutones que intruyeron y deformaron las rocas suprayacentes. Es en
ambientes de este tipo donde se genera el núcleo metamórfico e ígneo de las montañas compresionales.
Tras la formación del Himalaya vino un período de
elevación que hizo ascender la llanura Tibetana. Las pruebas procedentes de los estudios sísmicos sugieren que
una parte del subcontinente indio fue empujada por debajo del Tíbet posiblemente a lo largo de una distancia de
400 kilómetros. Si fue así, el grosor añadido de la corteza
explicaría el paisaje elevado del Tíbet meridional, que
tiene una elevación media más alta que el monte Whitney,
el punto más elevado de los Estados Unidos. Otros investigadores no están de acuerdo con este escenario. Por
el contrario, sugieren que las grandes fallas inversas y los
pliegues en el interior de la corteza superior, así como la
deformación dúctil uniforme de la corteza inferior y el
manto litosférico subyacente, produjeron el gran grosor
de la corteza que explica la elevación extrema de esta llanura. Es necesaria más investigación para resolver esta
cuestión.
La velocidad de la colisión con Asia disminuyó, pero
no frenó la migración hacia el norte de India, que desde
entonces ha penetrado al menos 2.000 kilómetros en la
masa continental asiática. El acortamiento de la corteza
explica una parte de este movimiento. Se cree que gran
parte de la penetración restante en Asia se ha traducido en
el desplazamiento lateral de grandes bloques de la corteza asiática mediante un mecanismo denominado escape
continental. Como se muestra en la Figura 14.8, cuando In-
▲
ier
Llanura Tibetana
Asia
S
▲
▲
▲
▲
Figura 14.8 La colisión entre India y
Asia que generó el Himalaya y la llanura
Tibetana también deformó enormemente
gran parte del sureste asiático. A. Vista
cartográfica de algunos de los principales
rasgos estructurales del sureste asiático que
se cree que están relacionados con este
episodio de formación de montañas. B.
Recreación de la deformación de Asia, con
un bloque rígido que representa India
empujado hacia una masa de arcilla de
modelar deformable.
Asia
CHINA
▲ ▲
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del
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407
India
B.
Indochina
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Apalaches
Los Apalaches proporcionan una gran belleza paisajística
al este de Norteamérica desde Alabama a Terranova. Además, en las islas Británicas, Escandinavia, Europa occidental y Groenlandia se encuentran montañas que se formaron a la vez que los Apalaches (véase Figura 2.5). La
orogenia que generó este extenso sistema montañoso duró
unos pocos centenares de millones de años y fue uno de
los estadios de la reunión del supercontinente de Pangea.
Los estudios detallados de los Apalaches centrales y meridionales indican que la formación de este cinturón montañoso fue más compleja de lo que se había creído. En lugar de formarse durante una única colisión continental, los
Apalaches son fruto de tres episodios diferenciados de
formación de montañas.
Este escenario excesivamente simplificado empieza
hace alrededor de hace 750 millones de años con la fragmentación del supercontinente anterior a Pangea (Rodinia), que separó Norteamérica de Europa y África. Este
episodio de ruptura continental y expansión del fondo
oceánico generó el Atlántico norte ancestral. Situado en el
interior de esta cuenca oceánica en desarrollo había un
fragmento de corteza continental que se había separado de
Norteamérica (Figura 14.9A).
Luego, hace unos 600 millones de años, el movimiento de las placas cambió de una manera drástica y el
Atlántico norte ancestral empezó a cerrarse. Probablemente se formaron dos nuevas zonas de subducción.
Una de ellas se encontraba en el lado de mar de la costa africana y produjo un arco volcánico parecido a los
que en la actualidad rodean el Pacífico occidental. La
otra se desarrolló sobre el fragmento continental situado delante de la costa de Norteamérica, como se muestra en la Figura 14.9.
Hace entre 450 y 500 millones de años, el mar marginal situado entre este fragmento de la corteza y Norteamérica empezó a cerrarse. La colisión subsiguiente deformó la plataforma continental y suturó el fragmento de
corteza a la placa Norteamericana. Los restos metamorfizados del fragmento continental se reconocen en la actualidad como las rocas cristalinas de las regiones de Blue
Ridge y el Piedmont occidental de los Apalaches (Figura
14.9B). Además del metamorfismo regional generalizado,
la actividad ígnea produjo numerosos cuerpos plutónicos
a todo lo largo del borde continental, en especial en Nueva Inglaterra.
Un segundo episodio de formación de montañas
tuvo lugar hace unos 400 millones de años. En el sur de
los Apalaches, el cierre continuado del Atlántico norte
ancestral se tradujo en la colisión del arco volcánico en desarrollo con Norteamérica (Figura 14.9C). Las pruebas de
este acontecimiento son visibles en el cinturón pizarroso
de Carolina del Piedmont oriental, que contiene rocas sedimentarias y volcánicas metamorfizadas características
de un arco insular.
La orogenia final tuvo lugar en algún momento
hace 250-300 millones de años, cuando África colisionó
con Norteamérica. En algunos puntos el desplazamiento
tierra adentro total de las provincias Blue Ridge y Piedmont puede haber superado los 250 kilómetros. Este
acontecimiento desplazó y deformó los sedimentos y las
rocas sedimentarias de la plataforma que antes habían
flanqueado el borde oriental de Norteamérica (Figura
14.9D). En la actualidad esas areniscas, arcillas y lutitas
plegadas y falladas constituyen las rocas de la provincia de
Valley and Ridge que, en gran parte, no ha experimentado metamorfismo. Se encuentran afloramientos de las estructuras plegadas y falladas características de las montañas compresionales en lugares tan interiores como el
centro de Pensilvania y el oeste de Virginia (Figura 14.10).
Desde el punto de vista geológico, poco después de
la formación de los Apalaches, el supercontinente recién
formado de Pangea empezó a romperse en fragmentos
más pequeños. Dado que esta zona de ruptura tuvo lugar
al este de la sutura que se formó entre África y Norteamérica, un resto de África permanece «soldado» a la placa Norteamericana (Figura 14.9E).
Otras cordilleras montañosas que exhiben pruebas
de colisiones continentales son, entre otras, los Alpes y los
Urales. Se cree que los Alpes se formaron como consecuencia de una colisión entre África y Europa durante el
cierre del mar de Tetis. Por otro lado, los Urales se formaron durante la reunión de Pangea cuando Báltica (Europa septentrional) y Siberia (Asia septentrional) colisionaron (véase Capítulo 13).
En resumen, la subducción continuada de la litosfera oceánica a lo largo de un borde de placa de tipo andino acabará cerrando una cuenca oceánica y hará que los
continentes, o los fragmentos de los continentes, colisionen. El resultado es la orogenia de un cinturón montañoso compresional como el Himalaya o los Apalaches. Se
cree que los principales acontecimientos de estos episodios de formación de montañas suceden de la siguiente
manera:
1. Después de la fragmentación de una masa continental, se deposita una gruesa cuña de sedimentos a lo largo de los márgenes continentales
pasivos.
2. A causa de un cambio de la dirección del movimiento de las placas, la cuenca oceánica empieza a cerrarse y los continentes empiezan a converger.
3. La convergencia de las placas provoca la subducción de una placa oceánica por debajo de uno
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Colisiones continentales
Norteamérica
Microcontinente
Arco insular
Terranova
África
Norte
Nueva
Escocia
A. Hace 600 millones de años
Norteamérica
Norteamérica
Blue Ridge/
Piedmont
occidental
Blue Ridge/
Piedmont occidental
Arco insular
Arco insular
África
África
Regiones
elevadas de
Nueva Inglaterra
Valle
and Ridgey
B. Hace 450-500 millones de años
B. Hace 450-500 millones de años
Cinturón pizarroso de Carolina/
Norteamérica
Piedmont oriental
Cinturón pizarroso de Carolina/
Norteamérica
Piedmont orientalAtlántico
ancestral
Atlántico
ancestral
Piedmont
África
África
Blue Ridge
C. Hace 400 millones de años
Llanura
litoral
Provincia
C. Hace 400 millones
de años
Norteamérica Valley and Ridge
África
Provincia
Norteamérica Valley and Ridge
África
Leyenda
Cinturones de pliegues
y cabalgamientos
Rocas metamórficas
Plutones graníticos
F. Principales rasgos estructurales
de los Apalaches
D. Hace 250-300 millones de años
Llanura
de los Apalaches
Valley
and Ridge
Blue Ridge
Piedmont
Llanura
litoral
Atlántico norte
en desarrollo
África
Resto de África
E. Hace 200 millones de años, cuando comienza la apertura del Atlántico norte
▲ Figura 14.9 Estos diagramas simplificados describen el desarrollo de los Apalaches meridionales cuando el Atlántico norte ancestral se
cerró durante la formación de Pangea. Las fases separadas de la actividad formadora de montañas se extendieron durante más de 300
millones de años. (Tomado de Zve Ben-Avraham, Jack Oliver, Larry Brown y Frederick Cook.)
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
Valley and Ridge
Blue Ridge
Piedmont
Llanura
litoral
▲ Figura 14.10 La provincia de Valley and Ridge. Esta porción de los Apalaches consiste en estratos sedimentarios plegados y fallados que
fueron desplazados tierra adentro con el cierre del proto-Atlántico. (Imagen LANDSAT, cortesía de Phillips Petroleum Company, Exploration
Projects Section.)
de los continentes y crea un arco volcánico de
tipo andino y el prisma de acreción asociado.
4. Finalmente, los bloques continentales colisionan.
Este acontecimiento compresional deforma y metamorfiza severamente los sedimentos atrapados
en la colisión. La convergencia continental hace
que esos materiales deformados, y grandes láminas de material de la corteza, se acorten y engrosen, produciendo un terreno montañoso elevado.
5. Por último, un cambio en el movimiento de las
placas interrumpe el crecimiento del cinturón
montañoso. En este momento, los procesos causados por la gravedad, como la erosión, se convierten en las fuerzas dominantes que alteran el
paisaje.
Se piensa que esta secuencia de acontecimientos ha sucedido muchas veces durante la larga historia de la Tierra.
Sin embargo, los ambientes tectónicos y climáticos variaron en cada caso. Por tanto, la formación de cada cadena
montañosa debe considerarse como un acontecimiento
único (véase Recuadro 14.2).
14_Capítulo 14
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Terranes y formación de montañas
▲
Recuadro 14.2
411
Entender la Tierra
El sur de las Rocosas
La porción de las montañas Rocosas que
se extiende desde el sur de Montana hasta Nuevo México se produjo por un período de deformación conocido como la
orogenia Laramide. Este acontecimiento,
que creó uno de los paisajes más pintorescos de Estados Unidos, alcanzó su
punto álgido hace unos 60 millones de
años. Las cordilleras montañosas generadas durante la orogenia Laramide son,
entre otras, la cordillera Frontal de Colorado, la Sangre de Cristo de Nuevo
México y Colorado y los Bighorns de
Wyoming.
Estas montañas son estructuralmente
muy diferentes de las del norte de las Rocosas, entre las que se cuentan las Rocosas canadienses y las porciones de las Rocosas de Idaho, el oeste de Wyoming y el
oeste de Montana. Las Rocosas septentrionales son montañas compresionales
compuestas de gruesas secuencias de rocas sedimentarias deformadas por pliegues y fallas inversas de bajo ángulo. La
mayoría de los investigadores coincide en
que la colisión de uno o más microcontinentes con el borde occidental de Norteamérica generó la fuerza conductora que
se encuentra detrás de la formación del
norte de las Rocosas.
El sur de las Rocosas, por otro lado, se
formó cuando las rocas cristalinas profundas ascendieron casi verticalmente a lo largo de fallas muy inclinadas, empujando
las capas suprayacentes de rocas sedimen-
tarias más jóvenes. La topografía montañosa resultante está compuesta de grandes
bloques de rocas antiguas de basamento
separadas por cuencas llenas de sedimentos. Desde su formación, gran parte de la
cubierta sedimentaria se ha erosionado de
las porciones más altas de los bloques elevados y éstos exhiben sus núcleos ígneos y
metamórficos. Entre los ejemplos se cuenta una serie de afloramientos graníticos
que se proyectan como cimas escarpadas,
como el pico Pikes, y el pico Longs en la
cordillera Frontal de Colorado. En muchas zonas, los restos de los estratos sedimentarios que habían cubierto esta región
son visibles en forma de prominentes dorsales angulares, denominadas hogbacks,
que flanquean los núcleos cristalinos de
las montañas.
Antes se había supuesto que como
otras regiones de topografía montañosa el
sur de las Rocosas se mantenía elevado
porque la corteza se había engrosado a
causa de los acontecimientos tectónicos
del pasado. Sin embargo, los estudios sísmicos realizados a través del suroeste americano revelaron un grosor de la corteza
no superior al que se encontraba debajo de
Denver. Estos datos descartaban la flotabilidad de la corteza como la causa del salto abrupto de 2 kilómetros en la elevación
que tiene lugar donde las Grandes Llanuras se encuentran con las Rocosas.
Aunque el sur de las Rocosas se ha estudiado extensamente durante más de un
Terranes y formación
de montañas
I
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▲
IE N C
Bordes convergentes
Fragmentos de la corteza
A
S D LA
y formación de las montañas
E
Los cinturones montañosos también pueden desarrollarse como consecuencia de la colisión y la fusión de un arco
insular, u otro fragmento pequeño de la corteza, a un bloque continental. Como cabe esperar, las montañas generadas por la colisión de un pequeño fragmento de corteza serán de una escala algo menor que las generadas por
siglo, hay todavía mucho debate en torno
a los mecanismos que condujeron a la elevación. Una hipótesis propone que este
período de elevación empezó con la subducción casi horizontal de la placa de Farallón hacia el este por debajo de Norteamérica, tierra adentro hasta las Black
Hills de Dakota del Sur. A medida que
la placa subducida pasaba rozando por
debajo del continente, las fuerzas compresionales iniciaron un período de actividad tectónica. Conforme la placa de Farallón comparativamente fría se hundía,
era sustituida por rocas calientes que ascendían del manto. Por tanto, según este
escenario, el manto caliente proporcionaba la flotabilidad para elevar las Rocosas meridionales, así como la llanura de
colorado y las montañas de Basin and
Range.
Otros discrepan y mantienen que no
hay ninguna necesidad de recurrir al proceso anterior. Antes bien, sugieren que la
convergencia de placas y la colisión de
uno o más microcontinentes contra el
borde occidental de Norteamérica generaron la fuerza conductora que está detrás
de la orogenia Laramide (véase la sección
«Terranes y formación de las montañas»).
Debe señalarse que ninguna de estas
propuestas ha recibido un amplio reconocimiento. Tal como lo dijo un geólogo
que conoce esta región, «simplemente,
no lo sabemos».
una colisión continental. El proceso de colisión y acreción
(unión) de fragmentos de corteza comparativamente pequeños ha generado muchas de las regiones montañosas
que rodean el Pacífico.
La naturaleza de los terranes
Los geólogos se refieren a estos bloques de corteza acrecionada como terranes (terrenos). De una manera sencilla,
la expresión terranes se refiere a cualquier fragmento de
la corteza que tiene una historia geológica distinta de la
correspondiente a las zonas colindantes. Los terranes tienen formas y tamaños variados.
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
¿Cuál es la naturaleza de esos fragmentos de corteza y de dónde proceden? La investigación sugiere que, antes de su acreción a un bloque continental, algunos de los
fragmentos podían haber sido microcontinentes similares a la actual isla de Madagascar, localizada al este de
África, en el océano Índico. Muchos otros eran arcos de
islas como Japón, Filipinas y las islas Aleutianas. Aún otros
podían haber estado por debajo del nivel del mar; sus análogos actuales pueden ser fragmentos de corteza sumergidos, como los que se encuentran en el fondo del Pacífico occidental (véase Figura 14.11). En la actualidad se sabe
que existen más de cien de esos fragmentos de la corteza
comparativamente pequeños. Sus orígenes varían. Algu-
nos son fragmentos sumergidos compuestos principalmente de corteza continental, mientras otros son islas volcánicas extinguidas, como la cadena de montes submarinos de las islas Hawaii-Emperador. Otros son llanuras
oceánicas sumergidas creadas por emisiones masivas de
lavas basálticas asociadas con la actividad de puntos calientes.
Acreción y orogénesis
La opinión generalmente aceptada es que, a medida que
se mueven las placas oceánicas, transportan adosadas a
ellas llanuras oceánicas arcos de islas volcánicas y microcontinentes hacia una zona de subducción de tipo andino.
Cuando una placa oceánica contiene una cadena de pequeños montes submarinos, en general estas estructuras
subducen junto con la placa oceánica. Sin embargo, las
unidades gruesas de corteza oceánica, como la llanura de
Ontong Java, o un arco insular maduro compuesto por
abundantes rocas ígneas «ligeras» producido por diferenciación magmática, dejan la litosfera oceánica demasiado
flotante como para subducir. En estas situaciones, se produce una colisión entre el fragmento de corteza y el continente.
La secuencia de acontecimientos que ocurre cuando un arco insular maduro llega a un borde de tipo andino se muestra en la Figura 14.12. Debido a su flotabilidad,
el arco insular maduro no subducirá por debajo de la placa continental, sino que se abrirá camino hacia el conti-
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Cuál es la diferencia entre un terrane y un terreno?
El término terrane se utiliza para designar una serie diferenciada y reconocible de formaciones rocosas que han sido
transportadas por procesos de la tectónica de placas. Dado
que los geólogos que cartografiaron estas rocas no estaban seguros de su procedencia, estas rocas a veces recibían el nombre de terranes «exóticos», «acrecionados» o «extraños». No
hay que confundir este término con el término terreno, que
describe la forma de la topografía superficial o la «disposición
de la tierra».
Dorsal
de Shirshov
Dorsal
de Bowers
Dorsal
de Shatsky
Dorsal de Hess
Dorsal
de las Hawaii
Dorsal de
Chagos-Laccadive
Llanura
de Ontong-Java
Banco
de las
Seychelles
Montes
submarinos
de Alaska
Dorsal
Ninety East
Dorsal
Rota
Dorsal
de Kerguelen-Gaussberg
Dorsal
del sur
de Tasmania
Dorsal de las islas Line
Llanura
de Manikiki
Llanura
de Rockall
Dorsal
de las Bermudas
Llanura de
Cabo Verde
Dorsal de las
Galápagos
Dorsal de
Tuamotu
Llanura de Campbell
Dorsal de
Río Grande
Dorsal
de Walvis
Dorsal del norte de Scotia
Dorsal del sur de Scotia
▲ Figura 14.11 Distribución de las llanuras oceánicas actuales y otros fragmentos sumergidos de la corteza. (Datos de Ben-Avraham y
colaboradores.)
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Terranes y formación de montañas
Arco de islas
volcánicas inactivas
nente y deformará ambos bloques. Cuando no puede producirse más convergencia, se desarrolla una nueva fosa en
el lado marítimo del arco volcánico acrecionado.
La subducción a lo largo del borde convergente recién formado puede transportar otro fragmento de la corteza hacia el borde continental. Cuando este fragmento
colisiona con el borde continental, desplaza el arco insular acrecionado más hacia el interior, añadiéndose a la
zona de deformación, aumentando la extensión lateral del
borde continental.
La idea de que la orogénesis se produce en asociación con la acreción de fragmentos de la corteza a una
masa continental surgió principalmente a raíz de estudios
llevados a cabo en la parte septentrional de la cordillera
Norteamericana (Figura 14.13). Aquí, se determinó que
algunas áreas montañosas, principalmente las correspondientes a los cinturones orogénicos de Alaska y Columbia
Británica, contienen evidencias fósiles y paleomagnéticas
que indican que esos estratos estuvieron en alguna ocasión
cerca del Ecuador.
Se supone ahora que muchos otros terranes encontrados en la cordillera Norteamericana estuvieron en alguna ocasión dispersos por todo el Pacífico oriental, de
una manera muy parecida a la distribución que encontramos en la actualidad para los arcos de islas y las llanuras
oceánicas distribuidos en la actualidad por el Pacífico occidental (Figura 14.11). Desde antes de la fragmentación
de Pangea, la porción oriental de la cuenca Pacífica (placa de Farallón) ha estado subduciendo por debajo del borde occidental de Norteamérica. Aparentemente, esta ac-
Fosa
Continente
L itosfera oceánic
ae
ns
ub
du
cc
ión
Astenosfera
A.
Arco de islas
volcánicas inactivas
Continente
Litosfera oceán
Astenosfera
ic a
413
en
sub
du
cc
ión
B.
Colisión del arco
de islas volcánicas
y el continente
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Astenosfera
¿Cuáles son los ejemplos actuales de materiales que
puede acabar siendo terranes en el futuro?
C.
Fosa
Se forma una nueva
zona de subducción
Plutones
D.
Astenosfera
▲ Figura 14.12 Secuencia de acontecimientos en la que se
muestra la colisión y la acreción de un arco insular a un borde
continental.
El suroeste del océano Pacífico es un buen lugar para encontrar fragmentos de tierra que algún día pueden convertirse en terranes. Aquí, hay muchos arcos insulares, llanuras
oceánicas y microcontinentes que probablemente se acrecionarán a los límites de un continente. Uno de los terranes más
conocidos es la zona occidental de la falla de San Andrés, entre las que se encuentran el suroeste de California y la península Baja California de México. Esta zona, ya denominada «Terrane de California», se mueve hacia el noroeste y
probablemente se separará de Norteamérica dentro de unos
50 millones de años. El movimiento continuado hacia el noroeste la conducirá hasta el sur de Alaska, donde se convertirá en el siguiente de una larga serie de terranes que han sido
transportados hacia Alaska y se han «acoplado» allí durante
los últimos 200 millones de años.
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Terranes acrecionados
Arco insular
Depósitos
submarinos
Terrane
Fondo oceánico
antiguo
Fragmentos
continentales
desplazados
ngellia
de Wra
Canadá
Estados
Unidos
Terrane
de Sonoma
Cratón
Montañas de bloque de falla
La mayoría de cinturones montañosos, incluidos los Alpes, el Himalaya y los Apalaches, se forma en ambientes
compresionales, como demuestra el predominio de grandes fallas inversas y estratos plegados. Sin embargo, otros
procesos tectónicos, como la fragmentación continental,
también pueden producir el ascenso y la formación de
montañas. Las montañas que se forman en estos lugares,
denominadas montañas de bloque de falla, están relacionadas con fallas normales de gran ángulo que disminuyen de buzamiento de manera gradual con la profundidad. La mayor parte de las montañas de bloque de falla
se forman en respuesta a un gran levantamiento, que provoca el alargamiento y el fallado. Una situación de este
tipo está ejemplificada por los bloques de falla que se elevan por encima de los valles de rift del este de África.
Las montañas de los Estados Unidos en las que el
fallado y el levantamiento gradual han contribuido a su
altura elevada son, entre otras, la Sierra Nevada de California y las Grand Teton de Wyoming. Ambas están falladas a lo largo de sus flancos orientales, los cuales fueron levantados como bloques inclinados hacia el oeste.
Mirando al oeste desde el valle Owens, California, y Jackson Hole, Wyoming, los frentes orientales de estas cordilleras (Sierra Nevada y las Teton, respectivamente) se
elevan más de 2 kilómetros, lo cual las convierte en los
frentes montañosos más imponentes de Estados Unidos.
Provincia Basin and Range
Est
ado
sU
Mé
0
600 km
nid
os
xic
o
▲ Figura 14.13 Mapa que muestra los terranes que se han ido
añadiendo al oeste norteamericano durante los últimos 200
millones de años. Los datos procedentes de las pruebas
paleomagnéticas y los fósiles indican que algunos de esos terranes
se originaron a miles de kilómetros al sur de su localización actual.
(Tomado de D. R. Hutchinson y colaboradores.)
tividad tuvo como consecuencia la adición gradual de fragmentos de corteza a lo largo de todo el margen del Pacífico del continente, desde la península de Baja California
hasta el norte de Alaska (Figura 14.13). De una manera similar, muchos microcontinentes modernos acabarán acrecionándose a márgenes continentales activos, produciendo nuevos cinturones orogénicos.
Una de las regiones más extensas de la Tierra con montañas de bloque de falla es la provincia Basin and Range.
Esta región se extiende en una dirección aproximada norte a sur a lo largo de casi 3.000 kilómetros y abarca todo
el estado de Nevada y algunas partes de los estados circundantes, así como algunas partes del sur de Canadá y el
oeste de México. Aquí, la corteza superior frágil se ha
roto literalmente en cientos de bloques de falla. La inclinación de estas estructuras falladas (semigraben) dio lugar
a varias cordilleras montañosas casi paralelas, con una longitud media de unos 80 kilómetros que se elevan por encima de las cuencas adyacentes llenas de sedimentos (véase Figura 10.19).
La extensión en la provincia Basin and Range empezó hace alrededor de 20 millones de años y parece
haber «estirado» la corteza hasta dos veces su anchura
original. En la Figura 14.14C se muestra un esbozo
aproximado de los bordes de los estados occidentales
antes y después de este período de extensión. El alto flujo térmico en la región, tres veces superior a la media, y
los distintos episodios de volcanismo proporcionan
pruebas firmes de que el ascenso del manto provocó el
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Movimientos verticales de la corteza
Fosa
Arco volcánico continental
415
Rocosas ancestrales
Cinturón de pliegues y cabalgamientos
Compresión
C.
A.
Sierras
Costeras
Sierra Nevada
Basin and Range
Montañas Rocosas
Gran
Valle
Extensión
Falla de
San Andrés
Levantamiento
B.
▲ Figura 14.14 La provincia Basin and Range está formada por numerosas montañas de bloque de falla que se generaron durante los
últimos 20 millones de años de la historia de la Tierra. El ascenso de las rocas calientes del manto y quizás el colapso gravitacional
(deslizamiento de la corteza) contribuyeron al estiramiento y el adelgazamiento considerables de la corteza.
abombamiento de la corteza, que a su vez contribuyó a
la extensión de la región.
También se ha sugerido que el cambio de la naturaleza del borde de la placa a lo largo del borde occidental
de California que empezó hace unos 30 millones de años
ha contribuido a la formación de Basin and Range (Figura 14.14A). Recordemos que en esa época, el centro de expansión que había generado la placa de Farallón se consumía en una zona de subducción situada delante de la
costa de California. Como consecuencia, la corteza elevada de Basin and Range, aguantada por debajo por un
manto caliente y flotante, empezó a deslizarse gravitacionalmente desde su posición elevada (Figura 14.14B).
Movimientos verticales de la corteza
Además de los grandes desplazamientos de la corteza causados principalmente por la tectónica de placas, se observan movimientos verticales graduales de la corteza continental en muchos lugares de todo el mundo. Aunque gran
parte de este movimiento vertical ocurre a lo largo de los
bordes de las placas y está asociada con la formación activa de las montañas, una parte de éste no lo está.
Pruebas del levantamiento de la corteza se encuentran a lo largo de la costa occidental de Estados Unidos.
Cuando la altura de una zona costera permanece sin cambios durante un largo período, se desarrolla una plataforma erosionada por las olas. En zonas de California, las
antiguas plataformas erosionadas por las olas pueden encontrarse ahora en forma de terrazas, centenares de metros por encima del nivel del mar. Este tipo de pruebas del
levantamiento de la corteza son fáciles de encontrar; por
desgracia, las razones del levantamiento no son siempre
tan fáciles de determinar.
Isostasia
Los primeros investigadores descubrieron que la corteza
terrestre menos densa flota en la parte superior de las rocas más densas y deformables del manto. El concepto de
una corteza flotante en equilibrio gravitacional, como pro-
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
puso Airy, se denomina isostasia (iso igual; stasis permanecer). Quizá la forma más fácil de captar el concepto
de isostasia sea imaginar flotando en el agua una serie de
bloques de madera de diferentes alturas, como se muestra en la Figura 14.15. Obsérvese que los bloques de madera más gruesos sobresalen más del agua que los bloques
más finos.
De una manera similar, los cinturones montañosos se yerguen más por encima del terreno circundante
a causa del engrosamiento de la corteza. Estas montañas compresionales tienen «raíces» que alcanzan zonas
más profundas en el material que las sustenta por debajo, de la misma manera que los bloques de madera
más gruesos que se muestran en la Figura 14.15 (véase
Recuadro 14.3).
▲
Recuadro 14.3
▲ Figura 14.15 Este dibujo ilustra cómo flotan en el agua
bloques de madera de grosores diferentes. De manera similar,
secciones gruesas de materiales corticales flotan en una posición
más elevada que las placas de corteza más finas.
Entender la Tierra
¿Las montañas tienen raíces?
Uno de los principales avances en la determinación de la estructura de las montañas se produjo en la década de 1840,
cuando Sir George Everest (en cuya memoria se dio nombre al monte Everest) realizó la primera investigación topográfica
en India. Durante este estudio se midió la
distancia entre las localidades de Kalianpur y Kaliana, situadas al sur de la cordillera del Himalaya, mediante dos métodos
diferentes. En un método se utilizaba la
técnica de investigación convencional de
la triangulación y en el otro método se determinaba la distancia astronómicamente.
Aunque ambas técnicas deberían haber
dado resultados similares, los cálculos astronómicos situaron estas localidades casi
150 metros más cerca la una de la otra que
la investigación por triangulación.
La discrepancia se atribuyó a la atracción gravitacional ejercida por el masivo
Himalaya sobre el peso de plomo utilizado para nivelar el instrumento. (Un peso
de plomo es un peso metálico suspendido
por una cuerda utilizado para determinar
la orientación vertical.) Se sugirió que el
desvío del peso de plomo sería mayor en
Kaliana que en Kalianpur porque la primera está situada más cerca de las montañas (Figura 14.A).
Unos años después, J. H. Pratt estimó
la masa del Himalaya y calculó el error
que debería haber sido causado por la influencia gravitacional de las montañas.
Sorprendido, Pratt descubrió que las
montañas deberían haber producido un
error tres veces mayor que el que se observó en realidad. En otras palabras: las
montañas no estaban «tirando de su
peso». Era como si tuvieran un núcleo
central hueco.
George Airy desarrolló una hipótesis
para explicar la masa aparentemente «au-
sente». Airy sugirió que las rocas más ligeras de la corteza terrestre flotan en el
manto más denso y que se deforma con
mayor facilidad. Además, argumentó correctamente que la corteza debe de ser
más gruesa debajo de las montañas que
debajo de las regiones bajas adyacentes.
En otras palabras, los terrenos montañosos son aguantados por material ligero de
Vertical
Vertical
▲ Figura 14.A Durante el primer estudio topográfico de India, se produjo un error en la
medición porque el peso de plomo de un instrumento fue desviado por el masivo
Himalaya. El trabajo posterior de George Airy predijo que las montañas tienen raíces de
rocas ligeras de la corteza. El modelo de Airy explicaba por qué el peso de plomo se desvió
mucho menos de lo esperado.
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Movimientos verticales de la corteza
la corteza que se extiende en forma de
«raíces» en el manto más denso (Figura
14.A). Los icebergs, que flotan por el peso
del agua desplazada, exhiben este fenómeno. Si el Himalaya tiene raíces de rocas ligeras de la corteza que se extienden
muy por debajo de la cordillera, estas
montañas ejercerán una menor atracción
gravitacional, tal como Pratt calculó. Por
tanto, el modelo de Airy explicaba por
qué el peso de plomo se desvió mucho
menos de lo esperado.
Los estudios sismológicos y gravitacionales han confirmado la existencia de
Ajuste isostático Veamos lo que ocurriría si se colocara
otro bloque pequeño de madera encima de uno de los
bloques de la Figura 14.15. El bloque combinado se hundiría hasta alcanzar un nuevo equilibrio isostático (gravitacional). Sin embargo, la parte superior del bloque combinado estaría realmente más alta que antes y la parte
inferior estaría más baja. Este proceso de establecimiento de un nuevo nivel de equilibrio se denomina ajuste
isostático.
Aplicando el concepto de ajuste isostático, cabría
esperar que al añadir peso a la corteza, esta última respondiera hundiéndose y, al retirar el peso, la corteza ascendería (imaginemos lo que le ocurre a un barco cuando
es cargado y descargado). Las pruebas del hundimiento de
la corteza seguido de su ascenso son proporcionadas por
los glaciares del período glacial. Cuando los glaciares continentales de casquete ocuparon extensas zonas de Norteamérica durante el Pleistoceno, el peso añadido por la
masa de hielo de 3 kilómetros de espesor produjo una
combadura de la corteza de centenares de metros. En los
8.000 años transcurridos desde que se fundieron los últimos casquetes glaciares, en la región de la bahía de Hudson en Canadá se ha producido un levantamiento de hasta 330 metros en los lugares donde se había acumulado la
mayor cantidad de hielo (véase Figura 18.19).
Una de las consecuencias del ajuste isostático es
que a medida que la erosión reduce las cimas de las montañas, la corteza se elevará en respuesta a la reducción de
la carga (Figura 14.16). Sin embargo, cada episodio de
levantamiento isostático es algo menor que la pérdida de
elevación debida a la erosión. Los procesos de levantamiento y de erosión continuarán hasta que el bloque
montañoso alcance el grosor «normal» de la corteza.
Cuando esto ocurre, las montañas habrán sido erosionadas hasta un nivel próximo al del mar, y las partes de
las montañas que habían estado profundamente enterradas quedarán expuestas en la superficie. Además, a
medida que las montañas van siendo desgastadas, los sedimentos erosionados serán depositados en el margen
continental adyacente y causarán el hundimiento de éste
(Figura 14.16).
¿Cuánto pueden elevarse? Cuando las fuerzas compresionales son grandes, como las que transportan India ha-
417
raíces de la corteza bajo algunas cordilleras montañosas. El grosor de la corteza continental es en general de unos
35 kilómetros, pero se han determinado
grosores de la corteza superiores a los
70 kilómetros para algunos cinturones
montañosos.
Cordillera montañosa
Corteza
oceánica
Corteza
continental
A.
Erosión
Sedimentación
Sedimentación
Corteza
continental
Levantamiento
Hundimiento
B.
Resto de la montaña
Corteza continental
C.
▲ Figura 14.16 Esta secuencia ilustra cómo el efecto combinado
de la erosión y el ajuste isostático produce un adelgazamiento de la
corteza en las regiones montañosas. A. Cuando las montañas son
jóvenes, la corteza continental es más gruesa. B. A medida que la
erosión rebaja las montañas, la corteza se eleva en respuesta a la
reducción de carga. C. La erosión y el levantamiento continúan
hasta que las montañas alcanzan el grosor «normal» de la corteza.
cia Asia, aparecen montañas como las del Himalaya.
¿Pero existe un límite hasta el que las montañas pueden
elevarse? A medida que las cimas de las montañas se elevan, la erosión y los procesos gravitacionales se aceleran,
esculpiendo los estratos deformados en paisajes accidentados. Sin embargo, el hecho de que la gravedad también
actúe en las rocas del interior de estas masas montañosas
tiene igual importancia. Cuanto más alta sea la montaña,
mayor será la fuerza ejercida sobre las rocas cercanas a la
14_Capítulo 14
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
base. (Imaginemos un grupo de animadoras en un acontecimiento deportivo que forme una pirámide humana.)
En algún punto, las rocas profundas del interior de la
montaña, que están comparativamente calientes y débiles, empezarán a fluir en dirección lateral, como se muestra en la Figura 14.17. Ése es un proceso análogo a lo que
ocurre cuando se desposita una cucharada de masa en
una plancha muy caliente. Como consecuencia, la montaña experimentará un colapso gravitacional, que implica el fallado normal y el hundimiento en la parte superior y frágil de la corteza y la expansión dúctil en la
profundidad.
Entonces se plantea la siguiente pregunta: ¿Qué
mantiene en pie el Himalaya? Simplemente, las fuerzas
compresionales horizontales que empujan India hacia Asia
son mayores que la fuerza vertical de la gravedad. No obstante, cuando el desplazamiento hacia el norte de India se
acabe, la tensión descendente de la gravedad se convertirá en la fuerza dominante que actúe sobre esta región
montañosa.
Convección del manto: un motivo
del movimiento vertical de la corteza
Basándonos en los estudios del campo gravitacional de la
Tierra, se hizo evidente que el flujo convectivo vertical del
La compresión provoca
el acortamiento
y el engrosamiento
de la corteza
A. Las fuerzas compresionales
horizontales predominan
El hundimiento gravitacional
se traduce en el estiramiento
y el adelgazamiento de la corteza
Expansión
dúctil
▲ Figura 14.17 Bloque diagrama de un cinturón montañoso que
se hunde bajo su propio «peso». El hundimiento gravitacional
implica el fallado normal en la porción superior frágil de la corteza
y la expansión dúctil en profundidad.
manto también afecta la elevación de las principales formas del relieve terrestre. La flotabilidad del material ascendente caliente explica el abombamiento de la litosfera
suprayacente, mientras que el flujo descendente provoca
el hundimiento.
Elevación de continentes enteros El sur de África es
una región en la que el movimiento vertical a gran escala es evidente. Gran parte de la región es una llanura
con una elevación media de casi 1.500 metros. En los estudios geológicos se ha demostrado que el sur de África y el fondo oceánico circundante han estado ascendiendo lentamente durante los últimos 100 millones de
años, aunque no ha experimentado ninguna colisión de
placas durante casi 400 millones de años.
Las pruebas de la tomografía sísmica (véase Recuadro 12.3) indican que una gran masa en forma de hongo
de rocas calientes del manto se centra debajo del extremo
meridional de África. Esta superpluma asciende a lo largo
de unos 2.900 kilómetros desde el límite manto-núcleo y
se extiende a lo largo de varios miles de kilómetros. Los
investigadores han concluido que el flujo ascendente de
esta enorme pluma del manto es suficiente para elevar el
sur de África.
Hundimiento de la corteza También se han descubierto
áreas extensas de hundimiento sinformal. Por ejemplo, se
encuentran grandes cuencas casi circulares en el interior
de algunos continentes. En los estudios se indica que muchos episodios importantes de hundimiento de la corteza
no son provocados por el peso de los sedimentos acumulados. Antes bien, se demuestra que la formación de cuencas fomentaba la acumulación de grandes cantidades de
sedimentos. En Estados Unidos existen varias estructuras
de este tipo, incluidas las grandes cuencas de Michigan e
Illinois.
Se conocen episodios parecidos de hundimiento a
gran escala en otros continentes, incluida Australia. La
causa de estos movimientos descendentes seguidos por
el ascenso puede estar relacionada con la subducción de
capas de la litosfera oceánica. Una propuesta sugiere
que cuando la subducción se interrumpe a lo largo de un
borde continental, la capa en subducción se separa de la
litosfera que arrastra y prosigue su descenso hacia el
manto. Cuando esta capa litosférica separada se hunde,
crea una corriente descendente en su estela que arrastra la base del continente suprayacente. En algunas situaciones, la corteza es aparentemente arrastrada hacia
abajo bastante como para permitir que el océano se extienda tierra adentro. A medida que la capa oceánica se
hunde más en el manto, la tensión de la estela que arrastra se debilita y el continente «flota» de nuevo en equilibrio isostático.
14_Capítulo 14
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Origen y evolución de los continentes
Origen y evolución
de los continentes
Al principio de este capítulo aprendimos que la teoría de
la tectónica de placas proporciona un modelo a partir del
cual poder examinar la formación de los principales cinturones montañosos de la Tierra. Pero ¿qué papel ha
desempeñado la tectónica de placas en los acontecimientos que indujeron el origen y la evolución de los
continentes?
Los primeros continentes de la Tierra
La Tierra tiene alrededor de 4.500 millones de años, según los datos radiométricos obtenidos de los meteoritos
(restos de los derrubios a partir de los cuales se formó el
sistema solar). Sin embargo, las rocas más antiguas conocidas de la Tierra, descubiertas en la provincia de Slave al
noroeste de Canadá son considerablemente más jóvenes,
de unos 4.000 millones de años. (Unos pocos pequeños
cristales del mineral circón encontrados en Australia proporcionan datos radiométricos de alrededor de 4.200 millones de años.) La falta de rocas más antiguas que éstas
indica que la superficie terrestre se fundió durante los primeros 500 millones de años de su historia o que las rocas
de la corteza que se formaron se reciclaron de nuevo en
el manto.
La mayoría de investigadores coinciden en que una
vez la Tierra se enfrió lo suficiente, se desarrolló una capa
de corteza en la superficie que actuaba como una manta,
reduciendo la velocidad de la pérdida de calor procedente del interior. En este entorno (la capa superficial fría y
el manto caliente) es muy probable que algún tipo de mecanismo parecido a la tectónica de placas empezara a actuar. No obstante, durante el comienzo de la historia terrestre, el calor liberado por la desintegración de los
elementos radiactivos habría sido dos o tres veces mayor
que en la actualidad, haciendo que la convección del manto durante este período fuera muy vigorosa. Como consecuencia, si un tipo de tectónica de placas estaba en activo durante los primeros tiempos de la historia terrestre,
éste actuó a una velocidad mucho mayor.
En cualquier acontecimiento, basado en fragmentos
aislados de material de la corteza que se han descubierto
en los escudos de todos los continentes actuales, algunos
procesos generaron material cortical demasiado flotante
como para subducir. Los restos de estos primeros bloques
de cortezas continentales son bastante pequeños y proporcionan datos radiométricos de entre 3.800 y 3.500 millones de años.
Algunos de los primeros investigadores suponían
que, dado que sólo se conservan pequeñas cantidades de
419
este primer material de la corteza, se generaban cantidades relativamente pequeñas de éste. En la actualidad sabemos que esta suposición es poco realista. Es igualmente posible que extensos continentes existieran en los
primeros tiempos de la historia terrestre, pero que desde
entonces este material se haya reciclado de nuevo en el
manto.
Cómo crecen los continentes
Una vez se forma la corteza continental, pueden crecer
tanto su grosor como su extensión lateral. En la actualidad, la mayor parte del crecimiento continental ocurre a
lo largo de los bordes convergentes de placa. Aquí, los
magmas derivados del manto generan arcos volcánicos, así
como plutones ígneos asociados que aumentan el grosor
de la corteza continental. Además, las colisiones continentales «exprimen» los sedimentos erosionados de las
masas continentales y los «pegan» a los bordes continentales. El principal proceso por el que la corteza continental se destruye y regresa al manto es la subducción de los
sedimentos, aunque se conocen otros mecanismos que reciclan la corteza continental.
Puesto que el material continental deriva del manto y vuelve también al manto, la medida en la que estos
procesos opuestos se equilibran determina la velocidad
del crecimiento continental. Por ejemplo, durante los períodos en los que el volcanismo añade más material continental del que se destruye por subducción, la masa del
continente crecerá. La mayoría de investigadores coinciden en que el volumen de la corteza continental se ha incrementado, al menos hasta cierto grado, ya que la corteza inicial se desarrolló hace más de 4.000 millones de
años. Sin embargo, hay un debate considerable en torno
a la velocidad a la que la corteza continental ha evolucionado desde su primera aparición en el planeta.
¿Existieron continentes parecidos a los actuales en
masa y área durante los primeros tiempos de la historia terrestre sólo para ser reciclados mediante el proceso de la
tectónica de placas? ¿O evolucionó gradualmente la corteza continental durante los últimos 4.000 millones de
años con un aumento constante del volumen y el área?
Evolución temprana de los continentes En un extremo se
halla la propuesta que sugiere que quizá hasta un 85 por
ciento de toda la corteza continental se formó al principio de la historia de la Tierra, posiblemente durante los
primeros 1.000 millones de años. Durante este período, la
diferenciación química se tradujo en la migración ascendente de los silicatos menos densos del manto que produjo
una «espuma» de rocas de tipo continental. Al mismo
tiempo, los silicatos más densos (los enriquecidos en hierro y magnesio) permanecieron en el manto.
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
Poco después de este período de diferenciación química, un mecanismo que podía parecerse a la tectónica de
placas reactuó y recicló la corteza continental. A través de
dicha actividad, se deformó la corteza continental, fue sometida a metamorfismo e incluso se volvió a fundir. Sin
embargo, puesto que estas rocas ricas en sílice eran flotantes, no se destruyeron en gran medida o, si fue así, fueron sustituidas en cantidades aproximadamente iguales
por los magmas derivados del manto. Por tanto, la esencia de esta hipótesis es que el volumen total de corteza
continental no ha cambiado de manera apreciable desde
su origen: sólo la distribución y la forma de las masas de
tierra han sido modificadas por la actividad tectónica.
Evolución gradual de los continentes Un punto de vista
opuesto sostiene que los continentes han ido aumentando de tamaño gradualmente a lo largo del tiempo geológico por la adición de material derivado del manto superior. Un argumento principal a favor de esta hipótesis es
que la corteza primitiva era de tipo oceánico y los continentes eran pequeños o posiblemente inexistentes. Luego, a través de la diferenciación magmática de los magmas
derivados del manto, los continentes fueron creciendo
lentamente durante grandes intervalos de tiempo geológico.
Según este escenario, las primeras rocas continentales aparecieron en unos pocos arcos insulares aislados.
Una vez formados, esos arcos de islas coalescieron para
formar masas continentales más grandes, mientras se deformaban las rocas volcánicas y sedimentarias, que eran
depositadas en sus márgenes. Al final, este proceso generó bloques de corteza continental que tenían el tamaño y
el grosor de los continentes modernos.
Podemos considerar el crecimiento de los continentes, como se ha descrito antes, como un proceso en dos
fases. La primera fase supone la formación de rocas ricas
en sílice, que son los principales constituyentes de la corteza continental superior. Como se ha comentado antes,
este proceso ocurre en general en las zonas de subducción,
donde los magmas derivados del manto forman rocas
crustales en lugares como los arcos insulares. La segunda
fase supone la acreción de estos terrenos en provincias
corticales más extensas, que a su vez se unen mediante suturas y forman bloques de corteza de tamaño continental.
Este último acontecimiento está asociado con un gran
episodio de formación de montañas.
Norteamérica proporciona un ejemplo excelente del
desarrollo de la corteza continental y su unión de fragmentos en un continente. Obsérvese en la Figura 14.18
que existe una cantidad muy pequeña de corteza continental de más de 3.500 millones de años de antigüedad.
Por el contrario, hace entre 3.000 y 2.500 millones de
años hubo un período de gran crecimiento de la corteza.
Durante este intervalo de tiempo, la acreción de numerosos arcos insulares y otros fragmentos de la corteza generó varias grandes provincias corticales. Norteamérica
contiene algunas de estas provincias de corteza, incluidos
los cratones Superior y Hearne/Rae, que aparecen en la
Figura 14.18. Se desconocen las localizaciones de estos
bloques continentales antiguos durante su formación. Sin
embargo, hace unos 1.900 millones de años estas provincias de la corteza colisionaron y produjeron el cinturón
montañoso Trans-Hudson (Figura 14.18). (Este episodio
de formación de montañas no se limitó a Norteamérica,
porque se encuentran estratos deformados antiguos de
una edad similar en otros continentes.) Este acontecimiento formó el núcleo de Norteamérica, alrededor del
cual se añadieron varios grandes fragmentos y numerosos
fragmentos pequeños de corteza. Son ejemplos de estas últimas adiciones, entre otros, las provincias Blue Ridge y
Piedmont de los Apalaches y varios terrenos que se añadieron al borde occidental de Norteamérica durante las
eras Mesozoica y Cenozoica.
No se sabe con certeza cuántos períodos de formación de montañas se han producido desde la formación de
la Tierra. Probablemente cada uno de estos acontecimientos marca la formación de un supercontinente. El último período importante coincidió evidentemente con el
cierre del Atlántico ancestral y de otras cuencas oceánicas
antiguas durante la formación del supercontinente Pangea.
Resumen
• El nombre para los procesos que colectivamente producen un cinturón montañoso compresional es el de orogénesis. La mayoría de las montañas compresionales
consisten en rocas volcánicas y sedimentarias plegadas
y falladas, porciones de las cuales han experimentado
un fuerte metamorfismo e intrusión por cuerpos ígneos más jóvenes.
• La convergencia de placas puede resultar en una zona
de subducción formada por cuatro regiones: (1) una
fosa oceánica profunda que se forma cuando una placa en
subducción de la litosfera oceánica se dobla y desciende hacia la astenosfera; (2) un arco volcánico, que se
forma sobre la placa suprayacente; (3) una región situada entre la fosa y el arco volcánico (región de ante-
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Ca
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Figura 14.18 Mapa en el que se
muestran las principales provincias
geológicas de Norteamérica y sus edades en
miles de millones de años (Ga). Parece que
Norteamérica se reunió a partir de bloques
de corteza que se unieron por procesos muy
similares a la tectónica de placas actual.
Estas colisiones antiguas produjeron
cinturones montañosos que incluyen restos
de arcos de islas volcánicas atrapados por los
fragmentos continentales en colisión.
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Resumen
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a
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arco); y (4) una región en el lado del arco volcánico
opuesto a la fosa (región trasarco). A lo largo de algunas zonas de subducción, la expansión del trasarco se
traduce en la formación de cuencas de trasarco, como las
del mar de Japón y del mar de China.
compresionales caracterizadas por una corteza acortada y engrosada como la que exhibe el Himalaya. El
desarrollo de un gran cinturón montañoso suele ser
complejo e implica dos o más episodios diferenciados
de formación de montañas. Una estructura común de
las montañas compresionales son los cinturones de pliegue y cabalgamientos. Las colisiones continentales han
generado muchos cinturones montañosos, como los
Alpes, los Urales y los Apalaches.
• La subducción de la litosfera oceánica debajo de un
bloque continental da origen a un borde de placa de tipo
andino que se caracteriza por un arco volcánico continental y los plutones ígneos asociados. Además, los sedimentos derivados del continente, así como el material arrancado de la placa en subducción, se pegan al
lado de tierra de la fosa y forman un prisma de acreción.
Un ejemplo excelente de un cinturón montañoso de
tipo andino inactivo se encuentra al oeste de Estados
Unidos e incluye la Sierra Nevada y las sierras Costeras de California.
• Los cinturones montañosos pueden desarrollarse
como consecuencia de la colisión y acreción de un
arco insular, una llanura oceánica, un fragmento pequeño de la corteza o un bloque continental. Muchos
de los cinturones montañosos de la cordillera Norteamericana, principalmente los de Alaska y la Columbia Británica, se generaron de esta manera.
• La subducción continuada de la litosfera oceánica por
debajo de un borde continental de tipo andino acabará cerrando una cuenca oceánica. El resultado será
una colisión continental y el desarrollo de montañas
• Aunque la mayoría de las montañas se forma a lo largo
de los bordes convergentes de placa, otros procesos
tectónicos, como la fragmentación continental pueden
producir la elevación y la formación de montañas topo-
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C A P Í T U L O 1 4 Bordes convergentes: formación de las montañas y evolución de los continentes
gráficas. Las montañas que se forman en estos lugares,
denominadas montañas de bloque de falla, están relacionadas con fallas normales de gran ángulo que se horizontalizan de manera gradual con la profundidad. La
provincia Basin and Range del oeste de Estados Unidos
está formada de centenares de bloques fallados que dan
origen a cordilleras montañosas casi paralelas que se elevan encima de las cuencas llenas de sedimentos.
• La corteza de la Tierra, menos densa, flota encima de
las rocas más densas y deformables del manto, de manera muy parecida a como los bloques de madera flotan en el agua. El concepto de una corteza que flota
en equilibrio gravitacional se denomina isostasia. Casi
toda la topografía montañosa está localizada allí donde la corteza se ha acortado y engrosado. Por consiguiente, las montañas tienen raíces profundas de corteza que las sustentan isostáticamente. A medida que
la erosión reduce los picos, el ajuste isostático eleva gradualmente como respuesta las montañas. Los procesos de levantamiento y erosión continuarán hasta que
el bloque montañoso alcance el grosor «normal» de
la corteza. La gravedad también provoca el colapso
bajo su propio «peso» de las estructuras montañosas
muy elevadas.
• Las corrientes convectivas del manto contribuyen al
movimiento vertical de la corteza. Se cree que el flujo ascendente de una gran superpluma situada debajo
del sur de África ha elevado esta región durante los últimos 100 millones de años. El hundimiento de la corteza ha producido grandes cuencas y puede haber
permitido que el océano invada los continentes varias
veces durante el pasado geológico.
• Los geólogos están intentando determinar el papel
desempeñado por la tectónica de placas y la formación
de montañas en el origen y la evolución de los continentes. En un extremo se encuentra la opinión de que
la mayor parte de la corteza continental se formó al
principio de la historia de la Tierra y simplemente ha
sido remodelada por los procesos de la tectónica de
placas. En el caso extremo opuesto está la hipótesis de
que los continentes han aumentado de tamaño de manera gradual a través de la acreción de material derivado del manto.
Preguntas de repaso
1. En el modelo de la tectónica de placas, ¿qué tipo de
borde de placa está asociado de una manera más directa con la formación de montañas?
9. ¿Qué es un margen pasivo? Ponga algún ejemplo.
Ponga un ejemplo de un margen continental activo.
2. Enumere las cuatro estructuras principales de una
zona de subducción y describa dónde se sitúa cada
una en relación con las demás.
10. La formación de topografía montañosa en un arco
de islas volcánicas, como Japón, se considera sólo
una fase del desarrollo de un gran cinturón montañoso. Explíquelo.
3. Describa brevemente cómo se forman las cuencas de
trasarco.
11. ¿Qué estructura tectónica existe en las sierras Costeras de California?
4. Describa el proceso que genera la mayor parte del
magma basáltico en las zonas de subducción.
12. Las zonas de sutura suelen describirse como el lugar donde los continentes se «sueldan». ¿Por qué
esta afirmación puede causar confusión?
5. ¿Cómo se cree que se producen los magmas que
muestran una composición intermedia a félsica a
partir de los magmas basálticos derivados del manto en los bordes de placa de tipo andino?
6. ¿Qué es un batolito? ¿En que lugar tectónico actual
se están generando batolitos?
7. ¿En qué se parecen Sierra Nevada (California) y los
Andes? ¿En qué se diferencian?
8. ¿Qué es un prisma de acreción? Describa brevemente su formación.
13. Durante la formación del Himalaya, la corteza continental asiática se deformó más que la propia India.
¿Por qué creemos que ocurrió?
14. ¿Dónde puede generarse magma en una cadena colisional recién formada?
15. Supongamos que se descubriera un fragmento de
corteza oceánica en el interior de un continente.
¿Esto apoyaría o refutaría la teoría de la tectónica de
placas? Explíquelo.
14_Capítulo 14
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Recursos de la web
16. ¿Cómo puede considerarse que los Apalaches son
una cordillera montañosa de colisión cuando el continente más cercano se encuentra a 5.000 kilómetros
de distancia?
17. ¿Cómo contribuye la tectónica de placas a explicar
la existencia de vida marina fósil en rocas situadas en
las cimas de las montañas compresionales?
423
22. Compare los procesos que generan las montañas de
bloque de falla con los asociados con la mayoría del
resto de los grandes cinturones montañosos.
23. Ponga un ejemplo de prueba que respalde el concepto de la elevación de la corteza.
18. Con sus propias palabras, describa brevemente los
estadios de la formación de un gran cinturón montañoso según el modelo de la tectónica de placas.
24. ¿Qué le ocurre a un cuerpo que flota cuando se le
añade un peso? ¿Y cuando se le quita? ¿Cómo se
aplica este principio a los cambios de la elevación en
las montañas? ¿Qué término se aplica al ajuste que
causa la elevación de la corteza de este tipo?
19. Defina la expresión terrane. ¿En qué se diferencia
del término terreno?
25. ¿Cómo explican algunos investigadores la posición
elevada del sur de África?
20. Además de los microcontinentes, ¿qué otras estructuras se cree que transporta la litosfera oceánica y
acaban acrecionándose a un continente?
26. Contraste las opiniones opuestas sobre el origen de
la corteza continental.
21. Describa brevemente las principales diferencias entre la evolución de los Apalaches y la cordillera Norteamericana.
Términos fundamentales
ajuste isostático
arco de islas volcánicas
arco insular
arco volcánico continental
borde de placa de tipo
andino
cinturón de pliegues y
cabalgamientos
cuenca antearco
cuenca trasarco
hundimiento gravitacional
isostasia
margen pasivo
microcontinente
montaña compresional
montaña de bloque de falla
orogénesis
prisma de acreción
sutura
terrane
Recursos de la web
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15_Capítulo 15
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CAPÍTULO 15
Procesos gravitacionales:
la fuerza de la gravedad
Un desastre provocado
por un deslizamiento en Perú
Procesos gravitacionales y desarrollo
de las formas del terreno
Papel de los procesos gravitacionales
Las pendientes cambian con el tiempo
Controles y desencadenantes
de los procesos gravitacionales
Papel del agua
Pendientes sobreempinadas
Eliminación de la vegetación
Terremotos como desencadenantes
¿Deslizamientos sin desencadenantes?
Clasificación de los procesos
gravitacionales
Tipo de movimiento
Velocidad de movimiento
Desplomes
Deslizamiento de rocas
Flujo de derrubios
Flujos de derrubios en las regiones
semiáridas
Lahares
Flujos de tierra
Movimientos lentos
Reptación
Solifluxión
Deslizamientos submarinos
Tipo de material
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15_Capítulo 15
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
L
a superficie de la Tierra nunca es perfectamente plana,
sino que consiste en laderas de muchas variedades diferentes. Algunas son empinadas y escarpadas; otras
son moderadas o suaves. Algunas son largas y graduales;
otras, cortas y abruptas. Las laderas pueden estar cubiertas de
un manto de suelo y vegetación o consistir en roca estéril y
escombros. En conjunto, las laderas son los elementos más
comunes de nuestro paisaje físico. Algunas laderas pueden
parecer estables e invariables, pero la fuerza de la gravedad
hace que los materiales se desplacen pendiente abajo. En un
extremo, el movimiento puede ser gradual y prácticamente
imperceptible. En el otro, puede consistir en un flujo ruidoso
de derrubios o una estruendosa avalancha de rocas. Los deslizamientos de tierras son un peligro natural en todo el mundo. Cuando estos procesos peligrosos llevan a la pérdida de
vidas y propiedades, se convierten en desastres naturales.
Un desastre provocado
por un deslizamiento en Perú
Periódicamente oímos noticias que relatan los detalles terroríficos, y a veces siniestros, de los deslizamientos de tierras. El 31 de mayo de 1970 se produjo uno de estos sucesos cuando una avalancha gigantesca de rocas enterró a más
de 20.000 personas de Yungay y Ranrahirca, Perú (Figura
15.1). Hubo pocas advertencias del desastre inminente; empezó y finalizó en cuestión de minutos. La avalancha se inició a unos 14 kilómetros de Yungay, cerca de la cima de
6.700 metros del Nevado Huascarán, el pico más elevado
de los Andes peruanos. Desencadenado por el movimiento
de tierra de un fuerte terremoto a poca distancia de la costa,
se produjo el desprendimiento de una enorme masa de roca
y hielo de la escarpada cara norte de la montaña. Después de
precipitarse casi un kilómetro, el material quedó pulveriza-
A.
do tras el impacto, e inmediatamente empezó a descender
impetuosamente por la ladera de la montaña convertido en
un fluido debido al aire atrapado y al hielo fundido.
Los derrubios que caían arrancaron desatados millones de toneladas de derrubios, adicionales conforme
descendían ladera abajo con estruendo. Se generaron
vientos huracanados a medida que el aire comprimido escapaba de debajo de la masa de la avalancha produciendo
un ruido atronador y despejando las laderas cercanas de
vegetación. Aunque el material seguía una garganta previamente erosionada, una porción de los derrubios saltó
un puente de roca de unos 200 a 300 metros que había
protegido Yungay de acontecimientos similares en el pasado y enterró la ciudad entera. Después de destruir otro
pueblo en su camino, Ranrahirca, la masa de derrubios alcanzó por fin el fondo del valle. Allí, su ímpetu le permitió atravesar el río Santa Ana y ascender decenas de metros de la pared del valle en el lado opuesto.
Éste no fue el primer desastre de este tipo que ocurrió en la región y, probablemente, no será el último. Tan
sólo hace ocho años, una avalancha menos espectacular,
pero devastadora, se cobró las vidas de unas 3.500 personas en un valle densamente poblado situado en la base de
la montaña. Por fortuna, movimientos de masas como el
que se acaba de describir son infrecuentes y sólo ocasionalmente afectan a un gran número de personas.
Procesos gravitacionales y desarrollo
de las formas del terreno
Los deslizamientos de tierra son ejemplos espectaculares
de acontecimientos geológicos fundamentales denominados procesos gravitacionales. Por procesos gravitacio-
B.
▲ Figura 15.1 Una avalancha de rocas provocada por un terremoto próximo a la costa devastó este valle peruano en mayo de 1970.
A. Antes. B. Después de la avalancha de rocas. (Fotos cortesía de Iris Lozier.)
15_Capítulo 15
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Controles y desencadenantes de los procesos gravitacionales
Está claro que si tienen que producirse procesos gravitacionales, debe haber pendientes por las que las rocas, el
suelo y el regolito puedan descender. Los procesos volcánicos y de formación de montañas de la Tierra son los que
producen estas pendientes a través de cambios esporádicos en las elevaciones de las masas continentales y el fondo oceánico. Si los procesos dinámicos internos no produjeran continuamente regiones con mayores elevaciones,
el sistema que mueve los derrubios a cotas menores iría
perdiendo velocidad de manera gradual y acabaría desapareciendo.
ERR
Procesos gravitacionales
Controles y desencadenantes
A
S D LA
de los procesos gravitacionales
E
La gravedad es la fuerza que controla los procesos gravitacionales, pero varios factores desempeñan un papel importante en cuanto a la superación de la inercia y la creación de movimientos descendentes. Mucho antes de que
se produzca un deslizamiento, varios procesos actúan para
debilitar el material de la pendiente, convirtiéndolo de
una manera gradual en un material cada vez más susceptible a la fuerza de la gravedad. Durante este período, la
pendiente permanece estable pero cada vez se aproxima
más a la inestabilidad. Al final, la fuerza de la pendiente se
debilita hasta el punto de que algo hace que cruce el umbral de la estabilidad a la inestabilidad. Un acontecimiento de este tipo que inicia el movimiento descendente se
denomina desencadenante. Recordemos que el desencadenante no es la única causa del proceso gravitacional, sino
sólo la última de muchas causas. Entre los factores comunes que desencadenan los procesos gravitacionales se
cuentan la saturación en agua del material, el exceso de inclinación de las pendientes, la eliminación de la vegetación
anclada y las vibraciones del suelo debidas a terremotos.
I
Las pendientes cambian con el tiempo
Controles y desencadenantes
de los procesos gravitacionales
IE N C
En la evolución de la mayoría de las formas del paisaje, los
procesos gravitacionales constituyen la etapa consecutiva
a la meteorización. En sí misma, la meteorización no produce formas significativas de paisaje. Éstas se desarrollan
conforme los productos de la meteorización son retirados
de los lugares donde se originaron. Una vez que la meteorización debilita y disgrega la roca, los procesos gravitacionales transfieren los derrubios pendiente abajo, donde
una corriente, que actúa como una cinta transportadora,
normalmente se los lleva. Aunque puede haber muchas
paradas intermedias a lo largo del camino, el sedimento
acaba por ser transportado a su destino final: el mar.
Los efectos combinados de los procesos gravitacionales y las aguas de escorrentía producen valles fluviales,
que son los paisajes más comunes y llamativos de la Tierra.
Si sólo las corrientes fueran responsables de la creación de
los valles por los que fluyen, aquéllos serían muy estrechos.
Sin embargo, el hecho de que la mayoría de los valles fluviales sean más anchos que profundos es una fuerte indicación de la importancia de los procesos gravitacionales
con respecto al suministro de material a las corrientes. Esto
se pone de manifiesto en el Gran Cañón. Las paredes del
cañón se extienden bastante más allá del río Colorado debido a la transferencia de derrubios meteorizados pendiente abajo hacia el río y sus afluentes por procesos gravitacionales. De esta manera, las corrientes y los procesos
gravitacionales se combinan para modificar y esculpir la superficie. Por supuesto, los glaciares, las aguas subterráneas, las olas y el viento son también agentes importantes en
el modelado de las formas y desarrollo de los paisajes.
TI
Papel de los procesos gravitacionales
Los procesos gravitacionales más rápidos y espectaculares tienen lugar en zonas montañosas accidentadas y
geológicamente jóvenes. Los ríos y los glaciares erosionan
rápidamente las montañas recién formadas y las convierten en regiones caracterizadas por pendientes escarpadas
e inestables. En lugares como éstos se producen los deslizamientos de tierra masivos y destructivos, como el desastre de Yungay. Cuando disminuye la formación de
montañas, los procesos gravitacionales y erosivos rebajan
el terreno. Con el tiempo, las pendientes escarpadas y accidentadas de las montañas dan lugar a un terreno menos
pronunciado, más suave. Por tanto, a medida que el paisaje envejece, los procesos gravitacionales masivos y rápidos dan lugar a movimientos pendiente abajo más pequeños, menos espectaculares.
▲
nales se entienden los movimientos pendiente abajo de
roca, regolito y suelo, bajo la influencia directa de la gravedad. Se diferencian de los procesos erosivos que se examinarán en los capítulos siguientes porque los procesos
gravitacionales no precisan un medio de transporte como
el agua, el viento o el hielo de los glaciares.
427
Papel del agua
A veces los procesos gravitacionales se desencadenan
cuando las fuertes lluvias o los períodos de fusión de la nieve saturan los materiales de la superficie. Ése fue el caso
en octubre de 1998, cuando las lluvias torrenciales asociadas con el huracán Mitch desencadenaron corrientes de
barro devastadoras en Centroamérica.
15_Capítulo 15
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
Cuando los poros del sedimento se llenan de agua,
se destruye la cohesión entre las partículas, permitiendo
que se deslicen unas sobre otras con relativa facilidad. Por
ejemplo, cuando la arena está ligeramente húmeda, se
pega bastante bien. Sin embargo, si se añade suficiente
agua como para llenar los huecos entre los granos, la arena se escurrirá poco a poco en todas las direcciones (Figura 15.2). Por tanto, la saturación reduce la resistencia
interna de los materiales, los cuales son puestos fácilmente en movimiento por la fuerza de la gravedad. Cuando la
arcilla está húmeda, se convierte en una masa muy suave:
otro ejemplo del efecto «lubricante» del agua. El agua
añade también considerable peso a una masa de material.
El peso añadido puede ser suficiente en sí mismo para hacer que el material se deslice o fluya pendiente abajo.
Pendientes sobreempinadas
El exceso de pendiente es otra causa de muchos movimientos de masa. En la naturaleza hay muchas situaciones
en las que hay exceso de pendiente. Una corriente fluvial
que socava la pared de un valle y las olas que golpean contra la base de un acantilado no son sino dos ejemplos familiares. Además, a través de sus actividades, el ser humano crea a menudo pendientes sobreempinadas e inestables
que se convierten en zonas principales de actuación de los
procesos gravitacionales (véase Recuadro 15.1).
Las partículas granulares no consolidadas (granos
del tamaño de la arena o más gruesos) adoptan una pendiente estable denominada ángulo de reposo (reposen
descansar). Éste es el ángulo más empinado al cual el material se mantiene estable. Dependiendo del tamaño y la
forma de las partículas, el ángulo oscila entre 25 y 40 grados. Los granos mayores y más angulosos mantienen las
pendientes más empinadas. Si se aumenta el ángulo, los derrubios de roca se ajustarán desplazándose pendiente abajo.
El exceso de pendiente no es importante simplemente porque desencadene movimientos de materiales
granulares no consolidados. Produce también pendientes
inestables y movimientos de masa en suelos cohesivos, en
regolito y en roca viva. La respuesta no será inmediata,
como en el caso del material granular suelto, pero antes o
después, uno o más procesos gravitacionales eliminarán la
pendiente excesiva, restaurando su estabilidad.
Eliminación de la vegetación
Las plantas protegen contra la erosión y contribuyen a la
estabilidad de las pendientes, porque sus sistemas radiculares unen el suelo y el regolito. Además, las plantas protegen la superficie del suelo de los efectos erosivos del impacto de las gotas de lluvia. Donde faltan plantas, se
potencian los procesos gravitacionales, en especial si las
Pendiente
estable
A. Suelo seco - alta fricción
Pendiente
inestable
B. Suelo saturado
▲ Figura 15.2 El efecto del agua en los procesos gravitacionales
puede ser enorme. A. Cuando hay poca agua o no la hay, la
fricción entre las empaquetadas partículas de suelo en la pendiente
las mantiene en su lugar. B. Cuando el suelo está saturado, los
granos son separados a la fuerza y la fricción se reduce,
permitiendo que el suelo se mueva pendiente abajo.
pendientes son empinadas y el agua abundante. Cuando
se elimina el anclaje de la vegetación, como consecuencia
de los incendios forestales o de la actividad del hombre
(tala de árboles, agricultura o urbanización), los materiales de superficie suelen desplazarse pendiente abajo.
Un ejemplo insólito que ilustra el efecto fijador de
las plantas se produjo hace varias décadas en las empinadas pendientes próximas a Menton, Francia. Los agricultores sustituyeron olivos, que tiene raíces profundas, por
una cosecha económicamente más rentable, pero de raíces superficiales: los claveles. Cuando se desplomó la pendiente menos estable, el corrimiento de tierras se cobró
once vidas.
En julio de 1994, un gran incendio azotó la montaña Storm King, al oeste de Glenwood Springs, Colorado,
y eliminó la vegetación de las pendientes. Dos meses después, las fuertes lluvias originaron numerosas corrientes
de derrubios, una de las cuales bloqueó la Interestatal 70
y amenazó con hacer un dique en el río Colorado. Un
tramo de 5 kilómetros de la autopista quedó inundado
con toneladas de rocas, barro y árboles quemados. El cierre de la Interestatal 70 supuso retrasos costosos en esta
autopista principal. Tras los extensos incendios acaecidos
en el verano de 2000, tipos parecidos de procesos gravitacionales amenazan las autopistas y otras ampliaciones
cercanas a las laderas devastadas por el fuego en el oeste
de Estados Unidos.
Además de eliminar las plantas que fijan el suelo, el
fuego puede fomentar los procesos gravitacionales de
otras maneras. Después de un incendio forestal, la parte
superior del suelo se vuelve seca y suelta. Como consecuencia, incluso con un tiempo seco, el suelo tiende a descender por las pendientes empinadas. Además, el fuego
también puede «cocer» el suelo y crear una capa repelente
15_Capítulo 15
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Controles y desencadenantes de los procesos gravitacionales
▲
Recuadro 15.1
429
El hombre y el medio ambiente
El desastre de la presa de Vaiont
centímetros por día en la fecha del desastre.
Por último, la ladera de la montaña se
desprendió. En tan sólo un instante, 240
millones de metros cúbicos de roca y derrubios se deslizaron ladera abajo y llenaron casi dos kilómetros de la garganta
hasta alturas de 150 metros por encima
del nivel del embalse (Figura 15.A). Esto
empujó el agua completamente fuera del
embalse en una ola de más de 90 metros
de altura. A más de 1,5 kilómetros corriente abajo, el muro de agua seguía te-
niendo una altura de 70 metros, destruyendo todo a su paso.
El acontecimiento entero duró menos
de siete minutos, pero se cobró unas
2.600 vidas. Aunque éste se conoce como
el peor desastre de la historia ocurrido en
una presa, la propia presa de Vaiont se
mantuvo intacta. Y aunque la catástrofe
fue desencadenada por la interferencia
humana en el río Vaiont, el deslizamiento habría ocurrido finalmente por sí mismo; sin embargo, los efectos no habrían
sido tan trágicos.
Italia
P ia v e
Mar Mediterráneo
Presa
de Vaiont
Embalse
de Vaiont
Río Vaion
t
R ío
Al principio de este capítulo se describe
una avalancha masiva de rocas en Perú.
Como ocurre con la mayoría de los procesos gravitacionales, este trágico episodio
fue desencadenado por un acontecimiento natural, en este caso, un terremoto. Sin
embargo, los desastres también se producen como consecuencia del movimiento
de masas de material superficial desencadenado por las acciones humanas.
En 1960, se construyó una gran presa,
de casi 265 metros de altura, a través del
cañón Vaiont en los Alpes italianos. Se
construyó sin buenos datos geológicos y
el resultado fue un desastre sólo tres años
después.
El sustrato rocoso en el cañón Vaiont
se inclinó abruptamente hacia abajo en
dirección al lago retenido detrás de la
presa. El lecho de roca estaba compuesto
por estratos débiles de caliza muy fracturada, con capas de arcilla y numerosas cavidades de disolución. A medida que el
embalse se llenó detrás de la presa ya finalizada, las rocas empezaron a saturarse
en agua y las arcillas se hincharon y se
volvieron más plásticas. El ascenso del
agua redujo la fricción interna que había
mantenido la roca en su lugar.
Las determinaciones realizadas poco
después de llenar el embalse hacían alusión al problema, porque indicaron que
una porción de la montaña reptaba lentamente colina abajo a una velocidad de
un centímetro por semana. En septiembre de 1963, la velocidad aumentó a un
centímetro por día, luego a 10-20 centímetros por día, y finalmente hasta 80
0
Monte Toc
Límite de inundación
1
2
Kilómetros
Límite de deslizamiento, 9 de octubre de 1963
▲ Figura 15.A Mapa esquemático del área del río Vaiont que muestra los límites del
deslizamiento, la porción del embalse que se llenó de derrubios y la extensión de la
inundación corriente abajo. (Tomado de G. A. Kiersch, «Vaiont Reservoir Disaster», Civil
Engineering 34 (1964) 32-39.)
al agua a poca profundidad. Esta barrera casi impermeable impide o reduce la infiltración del agua, lo cual se traduce en un aumento de la escorrentía superficial durante
las lluvias. La consecuencia puede ser la aparición de torrentes peligrosos de barro viscoso y derrubios rocosos.
Terremotos como desencadenantes
En una zona pueden existir durante mucho tiempo condiciones favorables para los procesos gravitacionales sin
que se produzca movimiento alguno. A veces es necesario
un factor adicional para desencadenar el movimiento. Entre los desencadenantes más importantes y espectaculares
se encuentran los terremotos. Un terremoto y sus réplicas pueden desalojar volúmenes enormes de roca y de material no consolidado. El acontecimiento ocurrido en los
Andes peruanos, descrito al principio de este capítulo, es
un ejemplo trágico.
Deslizamientos desencadenados por el terremoto Northridge En enero de 1994 un terremoto azotó la región de Los
Ángeles, al sur de California. Bautizado por su epicentro
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
en la localidad de Northridge, el acontecimiento de una
magnitud de 6,7 produjo pérdidas estimadas en 20.000
millones de dólares. Algunas de estas pérdidas fueron el
resultado de miles de deslizamientos en una zona de
10.000 metros cuadrados que se pusieron en movimiento
a causa del sismo. En la mayoría de casos se trató de caídas y deslizamientos de rocas superficiales, pero algunos
fueron mucho mayores y llenaron los fondos del cañón de
un revoltijo de suelo, rocas y derrubios vegetales. Los
derrubios de los fondos del cañón crearon una amenaza
secundaria porque podían movilizarse durante las tormentas y crear corrientes de derrubios. Las corrientes de
este tipo son comunes y suelen resultar desastrosas al sur
de California.
Los procesos gravitacionales desencadenados por el
terremoto Northridge destruyeron docenas de hogares y
causaron grandes daños en carreteras, gaseoductos y la
maquinaria de los pozos en los campos de petróleo. En
algunos lugares, más del 75 por ciento de las zonas con
pendiente fue denudado por los deslizamientos y se hicieron vulnerables a los procesos gravitacionales posteriores desencadenados por las fuertes lluvias.
Licuefacción El intenso temblor de tierra durante los terremotos puede provocar que los materiales superficiales
saturados en agua pierdan su resistencia y se conviertan en
masas que fluyen parecidas a los fluidos. Este proceso,
denominado licuefacción, fue una de las causas principales
de los daños a la propiedad en Anchorage, Alaska, durante el impresionante terremoto de Viernes Santo en 1964
descrito en el Capítulo 11.
¿Deslizamientos sin desencadenantes?
¿Los procesos gravitacionales rápidos requieren siempre
algún tipo de desencadenante como las fuertes lluvias o un
terremoto? La respuesta es no; esos acontecimientos a veces ocurren sin ningún desencadenante. Por ejemplo, la
tarde del 9 de mayo de 1999, un deslizamiento provocó la
muerte de 10 excursionistas e hirió a otros muchos en el
Parque Estatal Sacred Falls cerca de Hauula en la costa
septentrional de Oahu, Hawaii. El trágico acontecimiento tuvo lugar cuando una masa de roca de la pared de un
cañón descendió 150 metros por una pendiente casi vertical al fondo del valle. Debido a cuestiones de seguridad,
el parque se cerró para que los especialistas en deslizamientos del U. S. Geological Survey pudieran investigar
el lugar. En su estudio, concluyeron que el deslizamiento
se produjo sin un desencadenante procedente de ninguna
condición externa apreciable.
Muchos procesos gravitacionales rápidos ocurren sin
un desencadenante apreciable. Los materiales de la pendiente se debilitan de manera gradual con el tiempo bajo
la influencia de la meteorización a largo plazo, la infiltración de agua y otros procesos físicos. Al final, si la resistencia cae por debajo del nivel necesario para mantener la
estabilidad de la pendiente, se producirá un deslizamiento. El ritmo de los acontecimientos de este tipo es aleatorio y, por tanto, es imposible predecirlos con precisión.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Cuántas muertes se cobran los deslizamientos cada año?
El U. S. Geological Survey calcula que entre 25 y 50 personas mueren a causa de los deslizamientos cada año en Estados Unidos. El peaje de muertes en todo el mundo, por supuesto, es mucho más elevado.
Clasificación de los procesos
gravitacionales
Hay una larga serie de procesos diferentes que los geólogos denominan procesos gravitacionales o movimientos
de masa. En la Figura 15.3 se ilustran cuatro de ellos. En
general, los diferentes tipos se clasifican en función del
tipo de material implicado, de la clase de movimiento exhibido y de la velocidad del mismo.
Tipo de material
La clasificación de los procesos gravitacionales en función
del material implicado en el movimiento depende de si la
masa descendiente empezó como un material no consolidado o como sustrato de roca. Si el suelo y el regolito son
dominantes, se utilizan términos como derrubios, barro o
tierra en la descripción. Por el contrario, cuando se desprende y se desplaza pendiente abajo una masa rocosa, el
término roca será parte de la descripción.
Tipo de movimiento
Además de caracterizar el tipo de material implicado en un
acontecimiento del movimiento de masa, también puede
ser importante cómo se mueve el material. En general, la
clase de movimiento se describe como desprendimiento,
deslizamiento o flujo.
Desprendimiento Cuando el movimiento implica la caída libre de fragmentos sueltos de cualquier tamaño, se
denomina desprendimiento. El desprendimiento es una
forma común de movimiento en pendientes que son tan
empinadas que el material suelto no puede mantenerse
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Clasificación de los procesos gravitacionales
431
A. Desplome
B. Deslizamiento de rocas
C. Flujo de derrubios
D. Flujo de tierra
▲ Figura 15.3 Los cuatro procesos ilustrados aquí se consideran todos formas relativamente rápidas de procesos gravitacionales. Dado que
el material en los desplomes A y en los deslizamientos de roca B se mueven a lo largo de superficies bien definidas, se dice que se mueven
por deslizamiento. Por el contrario, cuando el material se mueve pendiente abajo como un fluido viscoso, el movimiento se describe como un
flujo. Los flujos de derrubios C y los flujos de tierra D avanzan pendiente abajo de esta manera.
sobre la superficie. La roca puede desprenderse directamente hacia la base de la pendiente o moverse en una serie de saltos y rebotes sobre otras rocas a lo largo del camino. Muchos desprendimientos se producen cuando los
ciclos de congelación y deshielo o la acción de las raíces
de las plantas, o ambas cosas, debilitan tanto las rocas que
interviene la gravedad. Aunque hay señales a lo largo de
afloramientos rocosos que en las carreteras advierten de
desprendimientos de roca, pocos de nosotros hemos sido
realmente testigos de esos acontecimientos. Sin embargo, ocurren de verdad. Así, el desprendimiento ocurrido
la mañana del 9 de mayo de 2003, en el cañón Glenwood de Colorado interrumpió temporalmente el tráfico
en dirección este y en dirección oeste de la Interestatal
70. Grandes rocas de hasta 4 metros cúbicos cayeron sobre la carretera. Una masa de roca del tamaño de un coche cruzó rebotando toda la autopista y acabó reposando
en el canal del río Colorado. Por fortuna, no hubo heridos graves.
Los desprendimientos son la forma fundamental por
la que se crean y mantienen las pendientes de talud. A veces
los desprendimientos pueden desencadenar otras formas
de movimientos pendiente abajo. Por ejemplo, recordemos que el desastre de Yungay descrito al principio del capítulo se inició por el desprendimiento de una masa de
material en caída libre desde la cima casi vertical del Nevado Huascarán.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Qué dificultad tiene subir por la pendiente
de un talud?
Mucha. Puede describirse con más precisión como una escalada debido a su inclinación. Ascender por la pendiente de
un talud de material más grueso implica escalar de bloque
en bloque. La pendiente de un talud compuesto de material
más fino es más difícil de escalar porque se puede provocar
el deslizamiento del material a medida que se asciende. A
menudo, esta actividad agotadora se traduce en resbalar alrededor de un paso y medio hacia atrás por cada paso que
se da.
15_Capítulo 15
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
Deslizamiento La mayoría de los procesos gravitacionales se describe como deslizamiento. Los deslizamientos
se producen cuando el material se mantiene bastante coherente y se mueve a lo largo de una superficie bien definida. A veces la superficie es una diaclasa, una falla o un
plano de estratificación que es aproximadamente paralelo a la pendiente. Sin embargo, en el caso del movimiento denominado desplome, el material descendente se
mueve en masa a lo largo de una superficie de ruptura
curva.
Llegados a este punto es necesaria una nota de aclaración. A veces la palabra deslizamiento se utiliza como sinónimo de corrimiento de tierras. Debe indicarse que, aunque muchas personas, los geólogos incluso, la utilizan,
esta última expresión carece de una definición específica
en Geología. Más bien, debe considerarse un término popular no técnico que describe todas las formas perceptibles de procesos gravitacionales, entre ellas las formas en
las que no se producen deslizamientos.
Flujo El tercer tipo de movimiento común para los procesos gravitacionales se denomina flujo. El flujo se produce cuando el material se desplaza pendiente abajo en
forma de un fluido viscoso. La mayor parte de los flujos
está saturada de agua y se mueve normalmente siguiendo
una forma de lengua o lóbulo.
Velocidad de movimiento
El acontecimiento descrito al principio de este capítulo
implicaba claramente un movimiento rápido. La roca y
los derrubios se movían pendiente abajo a velocidades que
superaban en mucho los 200 kilómetros por hora. Este
tipo de movimiento de masa más rápido se denomina avalancha de rocas (avaler descender). Muchos investigadores creen que las avalanchas de roca, como la que se
produjo en el paisaje de la Figura 15.4, deben «flotar literalmente en el aire», conforme desciende pendiente abajo. Es decir, se producen velocidades elevadas cuando el
aire queda atrapado y comprimido debajo de la masa de derrubios que se precipita, permitiendo que se mueva como
una lámina flexible y elástica a través de la superficie.
La mayoría de los movimientos de masa, sin embargo, no se desplaza con la velocidad de una avalancha
de rocas. De hecho, la gran mayoría de los procesos gravitacionales son imperceptiblemente lentos. Un proceso
que examinaremos más tarde, denominado reptación, es
Avalancha de rocas
▲ Figura 15.4 Esta larga lengua de 4 kilómetros de cascotes fue depositada en la cima del glaciar Sherman de Alaska por una avalancha de
rocas. El acontecimiento fue desencadenado por un tremendo terremoto ocurrido en marzo de 1964. (Foto de Austin Post, U. S. Geological
Survey.)
15_Capítulo 15
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Clasificación de los procesos gravitacionales
consecuencia de movimientos de partículas que suelen
medirse en milímetros o centímetros al año. Por tanto,
como puede verse, las velocidades del movimiento pueden ser espectacularmente súbitas o excepcionalmente
graduales. Aunque los diversos tipos de procesos gravita-
▲
Recuadro 15.2
433
cionales suelen clasificarse en rápidos o lentos, esta distinción es muy subjetiva, ya que existe un amplio intervalo
de velocidades entre los dos extremos. Incluso la velocidad de un proceso individual en un lugar concreto puede
variar considerablemente (véase Recuadro 15.2).
El hombre y el medio ambiente
Control a tiempo real de los deslizamientos activos*
Los deslizamientos son una amenaza para
la vida y la propiedad en los 50 estados
que componen Estados Unidos. Para reducir el riesgo procedente de los deslizamientos activos, el U. S. Geological Survey (USGS) desarrolla y utiliza sistemas
de control en tiempo real de los deslizamientos. El control puede detectar las indicaciones iniciales del movimiento catastrófico rápido.
Durante las fuertes lluvias de enero de
1997, miles de toneladas de rocas y derrubios cedieron en Sierra Nevada, destruyeron tres casas, bloquearon una carretera
principal del norte de California (U. S.
50) y formaron un dique en el río Americano adyacente durante un breve intervalo de tiempo (Figura 15.B). Las aguas estancadas por el deslizamiento inundaron la
carretera y se llevaron dos coches que circulaban por ella, lo cual llevó a unos res-
cates espectaculares. La reapertura de la
carretera costó 4,5 millones de dólares y se
calcula que las pérdidas económicas indirectas del cierre de la carretera superaron
los 50 millones de dólares.
Varios deslizamientos grandes y activos de la misma zona continúan amenazando la carretera U. S. 50. Aunque estos
deslizamientos suelen moverse lentamente,
algunos tienen el potencial de colapsar de
manera catastrófica. Para ayudar a reducir
el riesgo que estos movimientos rápidos
representan, el USGS, en colaboración con
otras agencias, estableció un control continuo en tiempo real de la actividad de los
deslizamientos mediante sistemas desarrollados para controlar los volcanes activos de
zonas remotas. Los datos procedentes de
varios sensores instalados en los deslizamientos son transmitidos por radio a los
computadores del USGS (Figura 15.C).
▲ Figura 15.C Prueba de un sistema de
radiotelemetría alimentado con energía
solar para la transmisión a distancia de
datos de un deslizamiento en tiempo real.
En las zonas de deslizamiento controladas
a distancia, el movimiento del suelo y las
presiones de las aguas subterráneas se
miden cada segundo. La cantidad del
movimiento descendente es registrada por
extensómetros que pueden detectar la
tensión o el acortamiento del suelo. Las
vibraciones del suelo se controlan
mediante geófonos enterrados en el
interior de los deslizamientos. Las
condiciones de las aguas subterráneas en el
interior de los deslizamientos se controlan
a través de sensores de la presión del agua
de los poros y los pluviómetros in situ
registran las precipitaciones. (Foto de Mark
Reid/U. S. Geological Survey.)
¿Por qué es necesario recoger a distancia los datos del deslizamiento en
tiempo real? La detección inmediata de la
actividad del deslizamiento proporcionada por los sistemas en tiempo real puede
▲ Figura 15.B Casa destruida por un deslizamiento catastrófico súbito en 1997 a lo
largo de la carretera U. S. 50, a unos 40 kilómetros al este de Placerville, California. (Foto
de Mark Reid/U. S. Geological Survey.)
* Basado en el material preparado por el U. S. Geological Survey.
17:48
Página 434
C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
mientos catastróficos. El control de deslizamientos del USGS se centra en la detección de (1) las condiciones de precipitación y de aguas subterráneas que
podrían desestabilizar la pendiente de la
elevación, (2) la aceleración del movimiento del deslizamiento y (3) las vibraciones del suelo asociadas con el movimiento.
En la actualidad, 58 instrumentos
controlan en tiempo real cinco desliza-
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Las avalanchas de nieve se consideran un tipo
de proceso gravitacional?
Sí. Algunas veces estos movimientos atronadores de la nieve
y el hielo pendiente abajo mueven grandes cantidades de rocas, suelo y árboles. Por supuesto, las avalanchas de nieve son
muy peligrosas, en especial para los esquiadores en las pendientes montañosas elevadas y para los edificios y las carreteras al pie de las pendientes en las regiones propensas a las
avalanchas.
Cada año se producen alrededor de 10.000 avalanchas de
nieve en la zona montañosa del oeste de Estados Unidos. En
un año normal, se cobran entre 15 y 25 vidas en Estados
Unidos y Canadá. Son un problema que va en aumento, puesto que cada vez hay más personas que practican los deportes
y el ocio de invierno.
I
TI
Procesos gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
▲
IE N C
A
ERR
Desplomes
S D LA
E
Deslizamiento de rocas
IE N C
A
I
Se entiende por desplome el deslizamiento hacia abajo de
una masa de rocas o de material no consolidado que se
mueve como una unidad a lo largo de una superficie curva (Figura 15.5). Normalmente, el material desplomado
no viaja a una velocidad espectacular ni muy lejos. Esta es
una forma común de proceso gravitacional, en especial en
acumulaciones gruesas de materiales cohesivos, como la
arcilla. La superficie fracturada tiene una forma característica en cuchara, cóncava hacia arriba o hacia fuera. Conforme se produce el movimiento, se crea un escarpe en
forma de cuarto creciente en la cabecera, y la superficie superior del bloque a veces se inclina hacia atrás. El desplome puede implicar una sola masa, pero a menudo consis-
mientos a lo largo de la carretera U. S.
50. Esta red, dirigida en colaboración con
el Departamento de Transportes de California, proporciona la notificación temprana de la actividad del deslizamiento y
la información útil para el diseño de medidas correctivas para frenar estos deslizamientos. El USGS dirige otros puntos
de control remoto en tiempo real en California y Washington, Nuevo México y
Colorado.
te en bloques múltiples. A veces, se acumula agua entre la
base del escarpe y la parte superior del bloque inclinado.
Conforme el agua se filtra hacia abajo a lo largo de la superficie de ruptura, puede promover una ulterior inestabilidad y un movimiento adicional.
Los desplomes se producen normalmente debido a
que la ladera tiene una pendiente excesiva. El material situado en la porción superior de la pendiente se mantiene
en su lugar por el material situado en la base de la misma.
Conforme se elimina este material de anclaje de la base,
el material situado encima se vuelve inestable y reacciona
al empuje de la gravedad. Un ejemplo relativamente común es una pared de valle cuya pendiente se hace excesivamente empinada como consecuencia de un río meandriforme. El desplome puede producirse también cuando
una pendiente está sobrecargada, causando tensión interna sobre el material que está debajo. Este tipo de desplome se produce a menudo en los lugares donde el material
blando, rico en arcilla, se encuentra debajo de estratos de
roca más compacta y resistente, como la arenisca. La infiltración del agua a través de las capas superiores reduce
la cohesión de la arcilla que hay debajo y produce así el
desplome de la pendiente.
ERR
ser crucial para salvar las vidas humanas y
proteger la propiedad. El control puede
determinar la velocidad del movimiento
del deslizamiento y también puede detectar los primeros indicios del movimiento
catastrófico. El movimiento rápido de algunos deslizamientos, por ejemplo, va
precedido de una aceleración gradual.
Utilizando los datos en tiempo real procedentes de esos deslizamientos, los geólogos pueden predecir los posibles movi-
TI
434
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Procesos gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
▲
15_Capítulo 15
S D LA
E
Los deslizamientos de rocas se producen cuando bloques rocosos se sueltan y se deslizan pendiente abajo (véase Figura 15.3B). Si el material implicado está muy poco
consolidado, se utiliza la expresión deslizamiento de derrubios. Tales acontecimientos se cuentan entre los movimientos de masa más rápidos y más destructivos. Normalmente los deslizamientos de roca tienen lugar en un
ambiente geológico donde los estratos rocosos están inclinados, o donde hay diaclasas y fracturas paralelas a la
15_Capítulo 15
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Deslizamiento de rocas
▲
Figura 15.5 Los desplomes se producen
cuando el material se desliza pendiente abajo en
masas a lo largo de una superficie de ruptura
curva. Los flujos de tierra se forman a menudo
en la base del desplome.
435
ur
a
Escarpe
e
Su p e r f i c i e d
r
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up
Bloque
de desplome
Flujo de tierra
pendiente. Cuando dicha unidad de roca se ve socavada en
la base de la pendiente, pierde apoyo y la roca acaba por
desprenderse. A veces, los deslizamientos de roca se desencadenan cuando la lluvia o el agua de fusión de la nieve lubrican la superficie subyacente en el lugar en el cual
la fricción ya no basta para mantener la unidad rocosa en
su lugar. Como consecuencia, los deslizamientos de roca
tienden a ser más comunes durante la primavera, cuando
son más frecuentes las lluvias abundantes y la fusión de la
nieve.
Los terremotos pueden desencadenar deslizamientos rocosos y otros movimientos de masa. El terremoto
ocurrido en 1811 en Nuevo Madrid, Missouri, por ejemplo, produjo deslizamientos en un área de más de 13.000
kilómetros cuadrados a lo largo del valle del río Mississippi. Un ejemplo más reciente se produjo el 17 de agosto de 1959, cuando un intenso terremoto iniciado al este
del Parque Nacional Yellowstone desencadenó un deslizamiento masivo en el cañón del río Madison en el suroeste de Montana (Figura 15.6). En cuestión de momentos,
Montana
Idaho
Wyoming
▲ Figura 15.6 El 17 de agosto de 1959 un terremoto desencadenó un impresionante deslizamiento de rocas en el cañón del río Madison
de Montana. Alrededor de 27 millones de metros cúbicos de derrubios descendieron por la pared del cañón y formaron un dique que creó el
lago Earthquake. (Foto de John Montagne.)
15_Capítulo 15
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
se deslizó en el cañón una cantidad calculada en 27 millones de metros cúbicos de roca, suelo y árboles. Los derrubios obstruyeron el río y enterraron una carretera y una
zona de acampada. Perecieron más de veinte campistas a
quienes pilló desprevenidos.
No muy lejos de aquella zona, se había producido 34
años antes el deslizamiento de rocas del Gros Ventre. El río
Gros Ventre fluye hacia el oeste desde la parte más septentrional de la cordillera Wind River en el noroeste de
Wyoming, a través del Parque Nacional Grand Teton, y
acaba vaciándose en el río Snake. El 23 de junio de 1925,
ocurrió en su valle un imponente deslizamiento de rocas,
justo al este de la pequeña ciudad de Kelly. En el lapso de
tan sólo unos minutos, una gran masa de arenisca, lutita y
suelo chocó contra el lado sur del valle, llevándose con él
un denso pinar. El volumen de derrubios, que se calculó en
38 millones de metros cúbicos, creó un dique de 70 metros
de alto en el río Gros Ventre. Debido a que este río se bloqueó por completo, se formó un lago. Éste se llenó tan deprisa que una casa que había estado 18 metros por encima
del río flotaba fuera de sus cimientos 18 horas después del
deslizamiento. En 1927, el lago desbordó el dique, drenando en parte el lago y produciendo una devastadora inundación corriente abajo.
¿Por qué ocurrió el deslizamiento de rocas del Gros
Ventre? Durante la primavera de 1925, el agua procedente de las intensas lluvias y de la fusión de las nieves se
precipitó a través de la arenisca, saturando la arcilla de
debajo. Dado que gran parte de la capa de arenisca había sido atravesada por el río Gros Ventre, la capa carecía prácticamente de apoyo en el fondo de la pendiente.
Por fin la arenisca ya no pudo mantener su posición sobre la arcilla humedecida, y la gravedad empujó la masa
hacia abajo por la ladera del valle. Las circunstancias en
esta localización fueron tales que el acontecimiento fue
inevitable.
Flujo de derrubios
rrubios pueden plantear un riesgo significativo para la vida
y las propiedades.
Flujos de derrubios en las regiones
semiáridas
Cuando un aguacero o la fusión rápida de la nieve de una
montaña crean una inundación súbita en una región semiárida, grandes cantidades de suelo y de regolito inundan los cauces de escorrentía próximos debido a que normalmente hay poca vegetación que fije el material de
superficie. El producto final es una lengua de lodo, suelo,
roca y agua bien mezclados en movimiento. Su consistencia puede oscilar entre la del cemento húmedo y la de
una mezcla no más espesa que el agua fangosa. La velocidad de flujo, por consiguiente, depende no sólo de la pendiente, sino también del contenido en agua. Cuando son
densos, los flujos de derrubios son capaces de transportar
o empujar grandes cantos rodados, árboles e incluso casas
con relativa facilidad.
Los flujos de derrubios plantean un peligro serio al
desarrollo en áreas de montaña relativamente secas como
las del sur de California. La construcción de viviendas en
las laderas de los cañones y la eliminación de la vegetación
autóctona quemando los matorrales o de otras maneras
han aumentado la frecuencia de esos acontecimientos destructivos. Además, cuando un flujo de derrubios alcanza
el final de un cañón estrecho y empinado, se propaga hacia fuera, cubriendo el área que hay más allá de la boca del
cañón con una mezcla de derrubios húmedos. Este material contribuye a la acumulación de depósitos en forma de
abanico en las bocas de los cañones. Los abanicos se acumulan de una manera relativamente fácil; tienen a menudo bellas vistas y están cerca de las montañas, convirtiéndose en zonas preferidas para el desarrollo urbanístico.
Debido a que los flujos de derrubios se producen sólo de
manera esporádica, la gente no suele ser consciente del
riesgo potencial de estas zonas (véase Recuadro 15.3).
I
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Procesos gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
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IE N C
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Lahares
S D LA
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El flujo de derrubios es un tipo relativamente rápido de
proceso gravitacional que consiste en la fluencia de suelo
y regolitos con abundante cantidad de agua (Figura 15.3C).
Los flujos de derrubios, denominados también coladas de
barro, son fundamentalmente característicos de las regiones montañosas semiáridas y son también comunes en las
pendientes de algunos volcanes. Debido a sus propiedades
fluidas, los flujos de derrubios suelen seguir los cañones y
los cauces fluviales. En las áreas pobladas, los flujos de de-
Los flujos de derrubios compuestos principalmente de materiales volcánicos en los flancos de los volcanes se denominan lahares. La palabra se originó en Indonesia, una región volcánica que ha experimentado muchos de esos
acontecimientos a menudo destructivos. Históricamente,
los lahares han sido uno de los riesgos volcánicos más mortales. Pueden tener lugar tanto durante una erupción como
durante el período de reposo del volcán. Se producen cuando capas muy inestables de cenizas y derrubios se saturan de
agua y fluyen pendiente abajo por las laderas volcánicas. Estos flujos siguen generalmente los cauces de corrientes
existentes. A menudo, se desencadenan por las lluvias den-
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Flujo de derrubios
▲
Recuadro 15.3
437
El hombre y el medio ambiente
Flujos de derrubios en los abanicos aluviales: estudio de un caso
de Venezuela*
En diciembre de 1999, las fuertes lluvias
desencadenaron miles de deslizamientos a
lo largo de la costa de Venezuela (Figura
15.D). Los flujos de derrubios y las riadas
provocaron grandes daños a las propiedades y la trágica pérdida aproximada de
19.000 vidas. Los puntos donde se registraron los mayores niveles de muerte y
destrucción fueron los abanicos aluviales.
Estos accidentes del relieve son acumulaciones ligeramente inclinadas, con una forma de cono a abanico, de sedimentos que
suelen encontrarse donde las corrientes
de gradiente elevado dejan los valles estrechos de las zonas montañosas y se encuentran súbitamente en un terreno plano**.
Varios cientos de miles de personas viven en la estrecha zona litoral al norte de
Caracas, Venezuela. Ocupan los abanicos
aluviales situados en la base de las montañas escarpadas que se elevan a más de
2.000 metros porque éstas son las únicas
zonas que no son demasiado escarpadas
para construir (Figura 15.E). Estos asentamientos son altamente vulnerables a los
deslizamientos provocados por las lluvias.
Durante un período inusualmente húmedo de diciembre de 1999 se registraron
VENEZUELA
COLOMBIA
GU
YA
N
SU
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R. N
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MAR CARIBE
OCEANO
ATLÁNTICO
ECUADOR
P
BRASIL
E
R
U
BOLIVIA
▲ Figura 15.D Área de Venezuela
afectada por los desastrosos flujos de
derrubios y las riadas en 1999.
* Basado en el material preparado por el U. S. Geological Survey.
** Para conocer más sobre los abanicos aluviales véase
pág. 459 en el Capítulo 16 y pág. 545 en el Capítulo 19.
▲ Figura 15.E Vista aérea del abanico aluvial muy desarrollado de Caraballeda,
Venezuela. (Associated Press Photo.)
lluvias de 20 centímetros los días 2 y 3 de
diciembre, seguidas por otros 91 centímetros entre el 14 y el 16 de diciembre.
Las fuertes lluvias desencadenaron miles
de flujos de derrubios y otros tipos de
procesos gravitacionales. Una vez creados, esos movimientos de masas de barro
y rocas coalescieron y formaron flujos gigantes de derrubios que se movían a gran
velocidad a través de los cañones abruptos y estrechos antes de precipitarse sobre
los abanicos aluviales.
En prácticamente todos los abanicos
aluviales de la zona, los flujos de derrubios
y las riadas transportaron cantidades masivas de sedimentos, entre ellos bloques de
hasta 10 metros de diámetro, que dañaron
o destruyeron centenares de casas y otras
estructuras. Los daños totales se aproximaron a los 2.000 millones de dólares.
Este ejemplo de Venezuela muestra el
potencial de pérdida de vidas y daño a la
sas. Otros se inician cuando grandes volúmenes de hielo y
nieve se funden por el calor que asciende a la superficie desde el interior del volcán o por los gases calientes y los restos casi fundidos emitidos durante una erupción violenta.
propiedad extremos en los lugares donde
grandes cantidades de personas ocupan
los abanicos fluviales. La posibilidad de
que se produzcan acontecimientos similares de magnitud comparable existe en
otras partes del mundo.
Construir comunidades en los abanicos aluviales puede transformar los procesos naturales en grandes acontecimientos
mortales. Según Kofi Annan, Secretario
General de las Naciones Unidas: «El término “desastre natural” se ha convertido
en un nombre inapropiado y cada vez más
anacrónico. En realidad, el comportamiento humano transforma los peligros
naturales en lo que realmente deberían
llamarse desastres no naturales»***.
*** Matthew C. Larsen, et al. Natural Hazards on Alluvial Fans: The Venezuela Debris Flow and Flash Flood Disaster, U. S. Geological Survey Fact Sheet FS 103,
pág. 4.
Cuando entró en erupción el monte Santa Elena en
mayo de 1980, se crearon varios lahares. Los flujos y las
inundaciones acompañantes corrieron ladera abajo por
los valles de las bifurcaciones norte y sur del río Toutle a
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
velocidades que a menudo superaron los 30 kilómetros
por hora. Por fortuna, el área afectada no estaba densamente poblada. No obstante, se destruyeron o resultaron
muy dañados más de 200 hogares (Figura 15.7). La mayor parte de los puentes siguió un destino similar. Según
el U. S. Geological Survey:
Aun después de viajar muchas decenas de kilómetros
desde el volcán y mezclarse con agua fría, las coladas
de barro mantenían temperaturas que oscilaban entre
los 84 °C y los 91 °C; indudablemente sus temperaturas eran más elevadas cuanto más cerca estaban del
origen de la erupción… Localmente, las coladas de
barro se elevaron por encima de las paredes de los valles hasta 108 metros y por encima de las colinas hasta 75 metros. Según las huellas dejadas por las líneas
de barro, la mayor profundidad de las coladas de barro osciló entre 9,9 y 19,8 metros*.
Finalmente los lahares del área de drenaje del río
Toutle transportaron más de 50 millones de metros cúbicos de material a los ríos Cowlitz y Columbia. Los depósitos redujeron temporalmente la capacidad transportadora del agua del río Cowlitz en un 85 por ciento, y se
redujo la profundidad del cauce de navegación del río Columbia desde 12 metros a menos de 4 metros.
En noviembre de 1985, se produjeron lahares durante la erupción del Nevado del Ruiz, un volcán de
5.300 metros de los Andes colombianos. La erupción
fundió gran parte de la nieve y el hielo que cubrían los
600 metros superiores del pico, produciendo torrentes
de derrubios, cenizas y lodos viscosos calientes. Los lahares se desplazaron hacia fuera del volcán, siguiendo los
valles de tres ríos crecidos por la lluvia que irradian desde la cima. El flujo que descendió hacia el valle del río
Lagunilla fue el más destructivo. Devastó la ciudad de
Armero, a 48 kilómetros de la montaña. La mayoría de
las más de 25.000 muertes causadas por el acontecimiento se produjeron en esta comunidad agrícola que en
una ocasión fue próspera.
Esos lahares también produjeron muertes y destrucción de propiedades en otros 13 pueblos situados
dentro de la zona catastrófica que abarcó 180 kilómetros cuadrados. Aunque el Nevado del Ruiz arrojó explosivamente una gran cantidad de material piroclástico, lo que causó este desastre natural tan devastador
fueron los lahares desencadenados por esta erupción.
De hecho, fue el peor desastre volcánico acaecido desde la erupción del monte Pelée, en la isla caribeña de la
Martinica, en 1902, durante la cual murieron 28.000
personas**.
▲
Figura 15.7 Casa dañada por un lahar a
lo largo del río Toutle, al oeste-noroeste del
monte Santa Elena. La sección final de la casa
fue desgajada e incrustada contra los árboles.
(Foto de D. R. Crandell, U. S. Geological
Survey.)
* Robert I. Tilling, Eruptions of Mount St. Helens: Past, Present and Future. Washington, DC: U. S. Government Printing Office, 1987.
** Puede encontrarse un comentario sobre la erupción del monte Pelée
en la sección sobre volcanes compuestos del Capítulo 5.
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Movimientos lentos
Movimientos lentos
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Procesos gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
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Los movimientos del tipo de los deslizamientos de rocas,
las avalanchas de rocas y los lahares son desde luego las
formas más espectaculares y catastróficas de los procesos
gravitacionales. Al comprobarse que estos acontecimientos matan a miles de personas, merecen un estudio intensivo, de manera que, mediante una prevención más eficaz,
advertencias oportunas y mejores controles, pueda ayudarse a salvar vidas. Sin embargo, debido a su gran tamaño y a su naturaleza espectacular, nos dan una impresión
falsa de su importancia como proceso gravitacional. De
hecho, los movimientos súbitos son responsables del movimiento de menos material que la acción más lenta y mucho más sutil de la reptación. Mientras que los tipos rápidos de procesos gravitacionales son característicos de las
montañas y las laderas empinadas de las colinas, la reptación tiene lugar en pendientes tanto empinadas como suaves y es, por tanto, mucho más general.
Reptación
La reptación es un tipo de proceso gravitacional que implica el movimiento descendente gradual del suelo y el
regolito. Un factor que contribuye a la reptación es la
▲
Hemos visto que los flujos de derrubios suelen estar confinados a los cauces de las regiones semiáridas. Por el contrario, los flujos de tierra se forman más a menudo en las laderas de las colinas de las áreas húmedas durante épocas de
precipitación abundante o de deshielo (véase Figura 15.3D).
Cuando el agua satura el suelo y el regolito de la ladera de
una colina, el material puede desgajarse, dejando una cicatriz en la pendiente, y formar una masa en forma de lengua
o de lágrima que fluye pendiente abajo (Figura 15.8).
Los materiales más comúnmente implicados son ricos
en arcilla y limo y contienen sólo pequeñas proporciones de
arena y granos más gruesos. El tamaño de los flujos de tierra oscila entre cuerpos de unos pocos metros de longitud,
unos pocos metros de ancho y menos de un metro de profundidad y masas de más de un kilómetro de longitud, varios centenares de metros de anchura y más de diez metros
de profundidad. Dado que los flujos de tierra son bastante
viscosos, en general se mueven más lentamente que los flujos de derrubios, más fluidos, descritos en la sección precedente. Se caracterizan por un movimiento lento y persistente y pueden permanecer activos durante períodos que
oscilan entre días y años. Dependiendo del grado de inclinación de la pendiente y de la consistencia del material, las
velocidades medidas oscilan desde menos de un milímetro
al día hasta varios metros al día. A lo largo del período durante el cual son activos los flujos de tierra, el movimiento
suele ser más rápido durante los períodos húmedos que durante las épocas más secas. Además de ocurrir como fenó-
ERR
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IE N C
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Procesos gravitacionales
Tipos de procesos gravitacionales
menos de ladera aislados, los flujos de tierra tienen lugar
normalmente en asociación con grandes desplomes. En
esta situación, pueden verse como flujos en forma de lengua
en la base del bloque de desplome (Figura 15.5).
▲
Flujos de tierra
439
Figura 15.8 Este pequeño flujo de tierra en
forma de lengua se produjo en una pendiente
recién formada a lo largo de una carretera recién
construida. Se formó en material rico en arcilla
después de un período de densas lluvias.
Obsérvese el pequeño desplome en la cabecera
del flujo de tierra. (Foto de E. J. Tarbuck.)
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expansión y contracción alternantes del material de superficie causadas por congelación y deshielo o por humectación y sequedad. Como se muestra en la Figura
15.9, la congelación o la humectación elevan las partículas según un ángulo recto con respecto a la pendiente, y
el deshielo o la sequía permiten que las partículas vuelvan
a caer a un nivel ligeramente inferior. Cada ciclo, por consiguiente, mueve el material una cierta distancia colina
abajo. Cualquier cosa que altere el suelo, como el impacto de las gotas de lluvia y las perturbaciones provocadas
por las raíces de las plantas y los animales de madriguera,
ayuda a la reptación. También se fomenta la reptación si
el suelo se satura de agua. Después de una densa lluvia o
del deshielo, el suelo saturado de agua puede perder su co-
hesión interna, permitiendo que la gravedad empuje el
material pendiente abajo. Dado que la reptación es imperceptiblemente lenta, el proceso no puede observarse en
acción. Lo que puede observarse, sin embargo, son los
efectos de la reptación: inclinación de los cercados y los
tendidos eléctricos y desplazamiento de los muros de contención (Figura 15.10).
Solifluxión
Cuando el suelo está saturado de agua, la masa empapada
fluye pendiente abajo a una velocidad de unos pocos milímetros o unos pocos centímetros diarios o anuales. Este
proceso se denomina solifluxión (literalmente, «flujo del
suelo»). Es un tipo de proceso gravitacional común en los
lugares en los que el agua no puede fugarse de la capa superficial saturada a través de la infiltración a niveles más
profundos. Una capa dura de arcilla densa en el suelo o
una capa de lecho de rocas impermeable pueden contribuir a la solifluxión.
La solifluxión es también común en las regiones situadas por encima del permafrost. Se entiende por permafrost el suelo permanentemente helado que va asociado con los severos climas de la Tierra en los casquetes
polares y la tundra (véase Recuadro 15.4). La solifluxión
puede considerarse como una forma de reptación en la
cual el material no consolidado y saturado de agua se
mueve lentamente pendiente abajo. Se produce en una
zona situada por encima del permafrost denominada capa
activa, que se funde a una profundidad aproximada de un
metro durante el breve verano de las latitudes altas y se
vuelve a congelar en invierno. Durante el verano, el agua
Expansión
causada por la
congelación
Rep
tac
ión
Contracción
durante
el deshielo
▲ Figura 15.9 La expansión y la contracción repetidas del
material de superficie producen una migración neta pendiente
abajo de las partículas de roca: un proceso denominado reptación.
▲
Figura 15.10 Aunque la reptación es un
movimiento imperceptiblemente lento, sus
efectos son a menudo visibles.
Tronco
de árbol
torcido
Cercado
inclinado
Zon
a
Muro de
contención roto
Grietas
de tensión
de
r ep
tac
ión
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Movimientos lentos
▲
Recuadro 15.4
441
Entender la Tierra
El paisaje del delicado permafrost
Muchos de los desastres debidos a procesos gravitacionales descritos en este capítulo tuvieron impactos súbitos y desastrosos en las personas. Cuando las
actividades humanas hacen que se funda
el hielo contenido en el suelo permanentemente congelado, el impacto es más
gradual y menos letal. No obstante, dado
que las regiones con permafrost son paisajes frágiles y sensibles, las cicatrices resultantes de acciones poco planificadas
pueden permanecer durante generaciones.
El suelo permanentemente congelado, conocido como permafrost, se produce donde los veranos son demasiado fríos
como para que se funda algo más que una
capa superficial del terreno. El terreno
más profundo permanece congelado durante todo el año. En términos estrictos,
el permafrost se define sólo en función
de la temperatura; es decir, es un suelo
con temperaturas que han permanecido
bajo 0 °C continuamente durante 2 años
o más. El grado en que se presenta el hielo en el terreno afecta de manera intensa
al comportamiento del material superficial. Cuando se trata de construir carreteras, edificios y otros proyectos en áreas
situadas por encima del permafrost, es
muy importante conocer cuánto hielo hay
y dónde está localizado.
Hay permafrost debajo de aproximadamente el 25 por ciento de las áreas continentales del planeta. Además de en la
Antártida y en algunas áreas de alta montaña, el permafrost es extenso en las tierras que rodean el océano Ártico. Cubre
más del 80 por ciento de Alaska, aproximadamente el 50 por ciento de Canadá y
una porción sustancial del norte de Siberia (Figura 15.F). Cerca de los márgenes
meridionales de la región, el permafrost
consiste en masas aisladas relativamente
finas. Más al norte, el área y el grosor aumentan gradualmente hasta zonas donde
el permafrost es esencialmente continuo
y su grosor puede aproximarse o incluso
superar los 500 metros. En la zona discontinua, suele ser más difícil la planificación de uso del terreno que en las zonas
continuas situadas más al norte, porque la
Asia
Europa
Océano Ártico
60°
80°
Polo
Norte
Océano
Pacífico
Océano
Atlántico
América del Norte
Zona continua
aparición de permafrost es parcheada y
difícil de predecir.
Cuando el ser humano altera la superficie, ya sea eliminando la capa de vegetación aislante o construyendo carreteras y
edificios, se altera el delicado equilibrio
térmico, y el permafrost puede descongelarse (Figura 15.G). La descongelación
produce un terreno inestable que puede
deslizarse, desplomarse, experimentar
subsidencia y levantamiento.
Como ilustra la Figura 15.H, cuando
una estructura caliente se construye directamente sobre permafrost que contiene una elevada proporción de hielo, la
descongelación produce un material esponjoso en el que el edificio se hunde.
Una solución es colocar los edificios y
Zona discontinua
▲ Figura 15.F Distribución del
permafrost en el hemisferio septentrional.
Más del 80 por cinto de Alaska y alrededor
del 50 por ciento de Canadá se encuentran
situados encima del permafrost. Se
reconocen dos zonas. En la zona continua,
las únicas áreas libres de hielo se
encuentran debajo de lagos o ríos
profundos. En las porciones de latitudes
más altas de la zona discontinua, sólo hay
islas dispersas de terreno descongelado. En
dirección al sur, el porcentaje de terreno
descongelado aumenta hasta que todo el
hielo desaparece. (Tomado del U. S.
Geological Survey.)
▲ Figura 15.G Cuando se construyó el
ferrocarril a través de este paisaje de
permafrost en Alaska, el suelo experimentó
subsidencia. (Foto de Lynn A. Yehle, U. S.
Geological Survey.)
▲ Figura 15.H Este edificio, localizado en el sur de Fairbanks, Alaska, experimentó
subsidencia debido al deshielo del permafrost. Nótese que el lado derecho, con
calefacción, se hundió mucho más que el porche de la izquierda, sin calefacción.
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
otras estructuras sobre montones, a modo
de zancos, que permiten la circulación del
aire subcongelado entre el suelo del edificio y el terreno manteniéndolo así congelado.
Cuando se descubrió petróleo en la
vertiente norte de Alaska, mucha gente
se preocupó ante la posibilidad de construir un sistema de tuberías que enlazara
los campos petrolíferos de la bahía Prudhoe con el puerto carente de hielo de Valdez, 1.300 kilómetros al sur. Había serias
dudas con respecto a si un proyecto tan
grande podría dañar el delicado ambiente del permafrost. Muchos se preocupaban también por la posibilidad de que se
produjeran derrames de petróleo.
Dado que el petróleo debe calentarse hasta unos 60 °C para poder fluir de
manera adecuada, tuvieron que desarrollarse técnicas de ingeniería especiales
para aislar este calor del permafrost. Se
utilizaron técnicas como el aislamiento
de las tuberías, la elevación de fragmen-
es incapaz de percolar en la capa de permafrost impermeable situada debajo. Como consecuencia, la capa activa se satura y fluye lentamente. El proceso puede ocurrir en pendientes de tan sólo 2 a 3 grados. Donde hay
un manto bien desarrollado de vegetación, la lámina de
solifluxión puede moverse en una serie de lóbulos bien
definidos o en una serie de pliegues que se solapan en
parte.
Deslizamientos submarinos
Como cabe imaginar, los procesos gravitacionales no están limitados al continente. El desarrollo de instrumentos de alta calidad que reproducen imágenes del fondo
oceánico nos permite determinar que los procesos gravitacionales submarinos son un fenómeno común y extendido. Por ejemplo, en los estudios se revelan enormes
deslizamientos submarinos en los flancos de la cadena
Hawaiiana, así como a lo largo de la plataforma y el talud continentales de Estados Unidos. De hecho, muchos deslizamientos submarinos, principalmente en forma de desplomes y avalanchas de derrubios, parecen
mucho mayores que cualquier proceso gravitacional similar que suceda en el continente.
Entre los deslizamientos submarinos más espectaculares se cuentan los que tienen lugar en los flancos de
los volcanes submarinos (denominados montes submarinos) y en las islas volcánicas como las Hawaii. En los flancos sumergidos de las islas Hawaii se han identificado docenas de grandes deslizamientos de más de 20 kilómetros
de longitud. Algunos tienen dimensiones verdaderamente espectaculares. Uno de los más grandes que se han cartografiado, llamado la avalancha de derrubios de Nuuanu,
se encuentra en el lado nororiental de Oahu. Se extiende
a lo largo de casi 25 kilómetros a través del fondo oceánico y su tramo final se eleva por una pendiente de 300 metros, lo cual indica que debió de ser muy potente y tener
un gran ímpetu. Este enorme deslizamiento transportó
tos del sistema de tuberías por encima
del nivel del suelo e incluso la colocación de dispositivos de enfriamiento en
el terreno para mantenerlo congelado.
El sistema de tuberías de Alaska es claramente uno de los proyectos más complejos y costosos nuca construidos en la
tundra ártica. Estudios detallados y una
cuidada técnica de ingeniería contribuyeron a reducir al mínimo los efectos adversos resultantes de la perturbación del
suelo congelado.
bloques gigantescos a muchos kilómetros. Es probable
que cuando ocurren acontecimientos tan grandes y rápidos, éstos produzcan olas marinas gigantes denominadas
tsunamis que recorren el Pacífico*.
Los impresionantes deslizamientos submarinos descubiertos en los flancos de las islas Hawaii están relacionados con casi total seguridad con el movimiento del magma mientras un volcán está activo. A medida que se añaden
grandes cantidades de lava al borde marino de un volcán,
la acumulación de material acaba provocando un gran deslizamiento. En la cadena Hawaiana, parece que este proceso de crecimiento y hundimiento se repite a intervalos
de 100.000 a 200.000 años mientras el volcán es activo.
A lo largo de los bordes continentales de Estados
Unidos, grandes cicatrices de desplomes y flujo de derrubios marcan el talud continental. Estos procesos son consecuencia de la acumulación rápida de sedimentos inestables o de fuerzas como las olas de los temporales y los
terremotos. Los procesos gravitacionales submarinos son
especialmente activos cerca de los deltas, que son depósitos masivos de sedimentos en las desembocaduras de los
ríos. Aquí, a medida que se acumulan grandes cantidades
de arcilla saturada de agua y sedimentos ricos en material
orgánico, se vuelven inestables y fluyen con facilidad incluso por las pendientes suaves. Algunos de estos movimientos han sido suficientemente enérgicos para dañar
grandes plataformas de perforación submarinas.
Los procesos gravitacionales parecen constituir una
parte integral del crecimiento de los bordes continentales
pasivos. Los sedimentos suministrados a la plataforma
continental por los ríos se mueven a través de la plataforma hacia la parte superior del talud continental. Desde
este punto, los desplomes, los deslizamientos y los flujos
de derrubios hacen descender los sedimentos hacia el pie
de talud o algunas veces más allá de éste.
* Para más información sobre estas olas destructivas, véase la sección sobre tsunamis del Capítulo 11.
15_Capítulo 15
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Preguntas de repaso
443
Resumen
• Por procesos gravitacionales o movimientos de masa se
entiende el movimiento descendente de rocas, el regolito y suelo bajo la influencia directa de la gravedad.
En la evolución de la mayoría de las formas del paisaje, los procesos gravitacionales constituyen el paso siguiente a la meteorización. Los efectos combinados de
los procesos gravitatorios y la erosión por las aguas de
escorrentía producen los valles fluviales.
• La gravedad es la fuerza que controla los procesos gravitacionales. Otros factores que influyen o desencadenan
los movimientos pendiente abajo son la saturación en
agua del material, el exceso de pendiente de las laderas, más allá del ángulo de reposo, la eliminación de la
vegetación y el temblor de tierra producido por los terremotos.
• Los diversos procesos que se incluyen dentro de la calificación de procesos gravitacionales se dividen y describen en función de: (1) el tipo de material implicado (derrubios, barro, tierra o roca); (2) el tipo de
movimiento (desprendimiento, deslizamiento o flujo),
y (3) la velocidad del movimiento (rápido o lento).
• Entre las formas más rápidas de los procesos gravitacionales se encuentran los desplomes, deslizamientos
hacia abajo de una masa de roca o de material no consolidado que se mueve como una unidad a lo largo de una
superficie curva; los deslizamientos de roca, bloques de
roca que se sueltan y deslizan pendiente abajo; los flujos de derrubios, flujos relativamente rápido de suelo y regolito que contienen una gran cantidad de agua; los flujos de tierra, flujos no confinados de suelo saturado rico
en arcilla que se producen la mayor parte de las veces en
la ladera de una colina, en un área húmeda después de
precipitaciones densas o del deshielo de la nieve.
• Las formas más lentas de los procesos gravitacionales
son la reptación, movimiento colina abajo gradual de
suelo y regolito, y la solifluxión, flujo gradual de una
capa superficial saturada por debajo de la cual se extiende una zona impermeable. Los lugares comunes
para la solifluxión son regiones situadas por encima del
permafrost (suelo permanentemente helado asociado
de la tundra y con los casquetes polares).
• Los procesos gravitacionales no están limitados a los
continentes; también se producen debajo del agua.
Muchos deslizamientos submarinos, especialmente desplomes y avalanchas de derrubios, son mucho mayores que los que se producen en el continente.
Preguntas de repaso
1. Describa cómo los procesos gravitacionales contribuyen al desarrollo de los valles fluviales.
2. ¿Cómo contribuyó la formación de un dique al desastre del cañón Vaiont? ¿Era inevitable el desastre?
(véase Recuadro 15.1)
3. ¿Cuál es la fuerza que controla los procesos gravitacionales?
4. ¿Cómo afecta el agua a los procesos gravitacionales?
5. Describa la importancia del ángulo de reposo.
6. ¿De qué manera la eliminación de la vegetación por
los incendios o el talado fomenta los procesos gravitacionales?
7. ¿Qué relación tienen los terremotos con los deslizamientos?
8. Distinga entre desprendimiento, deslizamiento y
flujo.
9. ¿Por qué pueden moverse las avalanchas rocosas a
velocidades tan grandes?
10. Tanto los desplomes como los deslizamientos de
roca se mueven por deslizamiento. ¿En qué se diferencian estos procesos?
11. ¿Qué factores indujeron el deslizamiento masivo de
rocas en el Gros Ventre, Wyoming?
12. Explique por qué construir una casa en un abanico
aluvial puede no ser una buena idea (véase Recuadro 15.3).
13. Compare y contraste las coladas de barro y los flujos de tierra.
14. Describa los procesos gravitacionales que ocurrieron en el monte Santa Elena durante su período activo de 1980 y en el Nevado del Ruiz en 1985.
15. Dado que la reptación es un proceso imperceptiblemente lento, ¿qué signos pueden indicar que este
fenómeno está afectando a una pendiente?
16. ¿Qué es el permafrost? ¿Qué parte de la superficie
terrestre es afectada?
17. ¿Durante qué estación del año se produce la solifluxión en las regiones con permafrost?
15_Capítulo 15
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C A P Í T U L O 1 5 Procesos gravitacionales: la fuerza de la gravedad
Términos fundamentales
ángulo de reposo
avalancha de rocas
colada de barro
deslizamiento
deslizamiento de derrubios
deslizamiento de rocas
desplome
desprendimiento
flujo
flujo de derrubios
flujo de tierra
lahar
permafrost
proceso gravitacional
reptación
solifluxión
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
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16_Capítulo 16
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CAPÍTULO 16
Corrientes de aguas
superficiales
La Tierra como sistema: el ciclo
hidrológico
Las aguas de escorrentía
Flujo de corriente
Gradiente y características del cauce
Caudal
Cambios de corriente arriba
a corriente abajo
Nivel de base y corrientes
en equilibrio
Erosión de las corrientes fluviales
Transporte del sedimento
por las corrientes
Carga disuelta
Carga suspendida
Carga de fondo
Capacidad y competencia
Depósitos de sedimentos
por las corrientes fluviales
Depósitos de canal
Depósitos de llanura de inundación
Abanicos aluviales y deltas
Valles fluviales
Valles estrechos
Valles anchos
Meandros encajados y terrazas
fluviales
Redes de drenaje
Modelos de drenaje
Erosión remontante y captura
Formación de una garganta
Inundaciones y control
de la inundación
Causas y tipos de inundaciones
Control de inundaciones
445
16_Capítulo 16
446
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C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
L
os ríos son muy importantes para los seres humanos.
Los utilizamos como vías para el desplazamiento de
mercancías, como fuentes de agua para irrigación y
como fuente de energía. Sus fértiles llanuras de inundación
se han cultivado desde los inicios de la civilización. Cuando
se consideran como parte del sistema Tierra, los ríos y las corrientes de agua representan un vínculo básico en el reciclado constante del agua del planeta. Además, el agua de escorrentía es el agente dominante de la alteración del paisaje,
erosionando más terreno y transportando más sedimento
que cualquier otro proceso. Dado que tanta gente vive cerca de los ríos, las inundaciones se cuentan entre los riesgos
geológicos más destructivos. A pesar de las enormes inversiones en diques y presas, los ríos no siempre pueden controlarse.
I
TI
Corrientes de aguas superficiales
El ciclo hidrológico
▲
IE N C
A
ERR
La Tierra como sistema: el ciclo
hidrológico
S D LA
E
Todos los ríos desembocan en el mar;
sin embargo, el mar no está lleno;
hacia el lugar de donde vienen los ríos,
hacia allá regresan de nuevo. (Eclesiastés 1,7)
Como indicaba el perceptivo escritor del Eclesiastés, el
agua está en continuo movimiento, del océano a la tierra
y de vuelta de nuevo en un ciclo interminable. Simplemente, el agua está por todas las partes de la Tierra: en
los océanos, los glaciares, los ríos, los lagos, el aire, el suelo y en el tejido vivo. Todos estos «embalses» constituyen la hidrosfera terrestre. En total, el contenido de agua
de la hidrosfera es de unos 1.360 millones de kilómetros
cúbicos.
La mayor parte de este contenido, alrededor de un
97,2 por ciento, se almacena en los océanos (Figura 16.1).
Los casquetes polares y los glaciares representan otro 2,15
por ciento, lo cual deja sólo un 0,65 por ciento que debe
dividirse entre los lagos, las aguas corrientes, las aguas
subterráneas y la atmósfera (Figura 16.1). Aunque los porcentajes del agua de la Tierra encontrados en cada una de
estas últimas fuentes es sólo una pequeña fracción del inventario total, las cantidades absolutas son grandes.
El agua que se encuentra en cada uno de los depósitos dibujados en la Figura 16.1 no permanece en ellos de
manera indefinida. El agua puede cambiar rápidamente de
un estado de materia (sólido, líquido o gaseoso) a otro a
las temperaturas y las presiones existentes en la superficie
de la Tierra. Por consiguiente, el agua se está moviendo
constantemente entre la hidrosfera, la atmósfera, la tierra
Océanos
97,2%
2,8%
Lagos de agua dulce
0,009%
Lagos salinos
y mares interiores
0,008%
Humedad del suelo
0,005%
Cauces de corriente
0,0001%
Atmósfera
0,001%
Glaciares
2,15%
Agua
subterránea
0,62%
Hidrosfera
Componente no oceánico
(% de la hidrosfera total)
▲ Figura 16.1 Distribución del agua de la Tierra.
sólida y la biosfera. Esta circulación interminable del suministro de agua de la Tierra se denomina ciclo hidrológico. El ciclo nos muestra muchas interrelaciones cruciales entre partes diferentes del sistema Tierra.
El ciclo hidrológico es un sistema mundial gigantesco impulsado por la energía del sol, en el cual la atmósfera proporciona el nexo vital entre los océanos y los
continentes (Figura 16.2). El agua se evapora en la atmósfera desde el océano y, en un grado mucho menor,
desde los continentes. Los vientos transportan este aire
cargado de humedad, a menudo a grandes distancias,
hasta que las condiciones hacen que la humedad se condense en nubes y caiga como precipitación. La precipitación que cae en el océano ha completado su ciclo y está
dispuesta a empezar otro. El agua que cae en el continente, sin embargo, debe completar su camino de vuelta al océano.
¿Qué ocurre con la precipitación cuando ha caído
en el continente? Una parte del agua penetra en el suelo (infiltración) y se mueve hacia abajo, luego en dirección lateral y, por fin, rezuma en los lagos, los ríos o directamente en el océano. Cuando la velocidad de caída
de la lluvia es mayor que la capacidad del suelo para absorberla, el agua adicional fluye sobre la superficie en lagos y corrientes, un proceso denominado escorrentía.
Gran parte del agua que se infiltra o se escurre acaba por
encontrar la manera de volver a la atmósfera por medio
de la evaporación desde el suelo, los lagos y las corrientes. Además, una parte del agua que se infiltra en el suelo es absorbida por las plantas, que después la liberan a
la atmósfera. Este proceso se denomina transpiración
(trans a través; spiro respirar).
16_Capítulo 16
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Página 447
La Tierra como sistema: el ciclo hidrológico
447
Evaporación
60.000 km3
Evaporación
320.000 km3
Precipitación
284.000 km3
Precipitación
96.000 km3
Escorrentía
36.000 km3
Infiltración
Océanos
▲ Figura 16.2 Balance del agua en la Tierra. Cada año, la energía solar evapora alrededor de 320.000 kilómetros cúbicos de agua de los
océanos, mientras que la evaporación en los continentes (incluidos lagos y corrientes) contribuye con 60.000 kilómetros cúbicos de agua. De
este total de 380.000 kilómetros cúbicos de agua, unos 284.000 kilómetros cúbicos caen de nuevo en el océano, y los 96.000 kilómetros
cúbicos restantes caen en la superficie terrestre. De estos 96.000 kilómetros cúbicos, sólo 60.000 se evaporan desde el continente, dejando
36.000 kilómetros cúbicos de agua que erosionan el terreno durante su viaje de vuelta a los océanos.
Cada año, un campo de cultivo puede transpirar una
cantidad de agua equivalente a una capa de 60 centímetros
de profundidad sobre todo el campo. La misma superficie con árboles puede bombear el doble de esta cantidad
a la atmósfera. Dado que no podemos distinguir claramente entre la cantidad de agua que se evapora y la cantidad que es transpirada por las plantas, se suele utilizar el
término evapotranspiración para definir el efecto combinado.
Cuando la precipitación cae en áreas muy frías (a latitudes o elevaciones altas) el agua no puede infiltrarse,
correr o evaporarse inmediatamente. En cambio, entra a
formar parte de un campo de nieve o de un glaciar. De esta
manera los glaciares almacenan grandes cantidades de agua
sobre el terreno. Si los glaciares actuales se derritieran y liberasen el agua que tienen almacenada, el nivel del mar se
elevaría varias decenas de metros en todo el mundo y sumergiría muchas áreas costeras densamente pobladas.
Como veremos en el Capítulo 18, en los últimos dos millones de años, se han formado y derretido en varias ocasiones inmensos casquetes continentales, cambiando en
cada ocasión el equilibrio del ciclo hidrológico.
En la Figura 16.2 se muestra también el balance hidrológico general de la Tierra, o el volumen de agua que
pasa al año por cada parte del ciclo. La cantidad de vapor
de agua que hay en el aire es tan sólo una diminuta fracción del abastecimiento de agua total de la Tierra. Pero las
cantidades absolutas que son recicladas a través de la atmósfera en el período de un año son inmensas: unos
380.000 kilómetros cúbicos. Según los cálculos, en Norteamérica las corrientes de aire en movimiento transportan casi seis veces más agua que todos los ríos del continente.
Es importante saber que el ciclo hidrológico está en
equilibrio. Dado que el vapor de agua total de la atmósfera permanece aproximadamente igual, la precipitación
anual media sobre la Tierra debe ser igual a la cantidad de
agua evaporada. Sin embargo, si se consideran juntos todos
los continentes, la precipitación excede a la evaporación.
A la inversa, sobre los océanos, la evaporación supera a la
precipitación. Dado que el nivel de los océanos mundiales
no está disminuyendo, el sistema debe estar en equilibrio.
El trabajo erosivo llevado a cabo por unos 36.000 kilómetros cúbicos de agua que fluyen anualmente desde el
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C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
La altura continental media es de unos 823 metros
por encima del nivel del mar… Si suponemos que los
36.000 kilómetros cúbicos de agua de escorrentía
anual fluyen pendiente abajo una media de 823 metros, puede calcularse la energía mecánica potencial
del sistema. Potencialmente, la escorrentía de todos los
continentes generará continuamente casi 9 109 kW.
Si toda esta energía se utilizara para erosionar el terreno, sería comparable a tener… un rascador impulsada por caballos o pala trabajando en un trozo de tierra de 3 acres, día y noche, todo el año. Por supuesto,
una gran parte de la energía potencial de la escorrentía se pierde como calor de fricción por el flujo turbulento y las salpicaduras del agua*.
Aunque sólo un pequeño porcentaje de la energía de
las aguas de escorrentía se utiliza para erosionar la superficie, estas últimas constituyen el agente más importante que
esculpe la superficie de la Tierra.
En resumen, el ciclo hidrológico representa la circulación continua del agua de los océanos a la atmósfera,
de la atmósfera a los continentes y, desde los continentes,
de vuelta al mar. El desgaste de la superficie terrestre se
atribuye en gran medida a la última de estas etapas, a la
que está dedicado fundamentalmente el resto de este capítulo.
Las aguas de escorrentía
¿Cuál es la diferencia entre una corriente y un río?
En el uso común, estos términos implican el tamaño relativo
(un río es más grande que una corriente, y ambos son más
grandes que un riachuelo o un arroyo). Sin embargo, en
Geología no es así: la palabra corriente se utiliza para designar un flujo canalizado de cualquier tamaño, desde un riachuelo pequeño hasta el río más extraordinario. Es importante
observar que aunque los términos río y corriente a veces se
utilizan indistintamente, el término río suele preferirse al
describir una gran corriente en la que fluyen varios afluentes.
Flujo de corriente
A
I
* Geomorphology: A Systematic Analysis of Late Cenozoic Landforms (Englewood Cliffs, N. J.: Prentice Hall, 1978), pág. 97.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN…
IE N C
Aunque hemos dependido siempre en gran medida de las
corrientes de agua, su origen nos resultó esquivo durante
siglos. No fue hasta el siglo XVI cuando nos dimos cuenta
de que las corrientes de agua eran abastecidas por la escorrentía superficial y por las aguas subterráneas, las cuales, en último término, tenían su origen en la lluvia y en
la nieve.
El agua de escorrentía fluye inicialmente por el suelo en finas y extensas láminas en lo que se denomina apropiadamente escorrentía en lámina. La cantidad de agua
que discurre de esta manera, en vez de hundirse en el
suelo, depende de la capacidad de infiltración del suelo. La capacidad de infiltración está controlada por muchos factores, entre ellos: (1) la intensidad y la duración
de la precipitación; (2) el estado de humedad previo del
suelo; (3) la textura del suelo; (4) la pendiente del terreno, y (5) la naturaleza de la cubierta vegetal. Cuando el
suelo se satura, comienza la escorrentía en lámina como
una capa de tan sólo unos milímetros de grosor. Después
de fluir como una lámina fina no confinada durante una
corta distancia, los hilos de corriente suelen desarrollarse y empiezan a formarse pequeños canales denominados
acanaladuras transportando el agua a una corriente.
El resto de este capítulo se concentrará en la parte
del ciclo hidrológico en la cual el agua se desplaza en cauces o canales de corriente. La discusión abordará fundamentalmente las corrientes de las regiones húmedas. Las
corrientes son también importantes en los paisajes áridos,
pero esa cuestión se examinará en el Capítulo 19: «Desiertos y vientos».
ERR
continente hasta el océano es enorme. Arthur Bloom lo
describió acertadamente como sigue:
TI
448
9/6/05
Corrientes de aguas superficiales
Características de las corrientes
▲
16_Capítulo 16
S D LA
E
El agua puede fluir de dos maneras: como flujo laminar
o como flujo turbulento. Cuando el movimiento es laminar, las partículas de agua fluyen en trayectorias rectas
que son paralelas al cauce. Las partículas de agua se mueven corriente abajo sin mezclarse. Por el contrario, cuando el flujo es turbulento, el agua se mueve de una manera confusa y errática, que a menudo se caracteriza por la
presencia de remolinos turbulentos.
La velocidad de la corriente es un factor fundamental que determina si el flujo va a ser laminar o turbulento. El flujo laminar sólo es posible cuando el agua
se mueve muy lentamente a través de un cauce suave. Si
la velocidad aumenta o el canal se vuelve abrupto, el flujo laminar cambia a flujo turbulento. El movimiento del
agua en las corrientes suele ser lo bastante rápido como
para que el flujo sea turbulento. El movimiento pluridireccional del flujo turbulento erosiona el cauce de la corriente y mantiene suspendido el sedimento dentro del
16_Capítulo 16
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Flujo de corriente
agua, de manera que pueda ser transportado corriente
abajo, con gran eficacia.
El agua que fluye se abre camino hacia el mar bajo
la influencia de la gravedad. Algunas corrientes perezosas
fluyen a una velocidad inferior a 1 kilómetro por hora,
mientras que en algunos rápidos pueden superar los 30 kilómetros por hora. Las velocidades se determinan en estaciones de medición, que hacen determinaciones en varios puntos a través del cauce del río y luego se calcula la
media. Esto se hace porque la velocidad del movimiento
del agua no es uniforme dentro del cauce de una corriente. Cuando el cauce es recto, las mayores velocidades se
producen en el centro, justo por debajo de la superficie
(Figura 16.3). Aquí es donde la fricción es menor. Las velocidades mínimas se encuentran a lo largo de los lados y
en el fondo (lecho) del cauce, donde la fricción es siempre mayor. Cuando el cauce de una corriente tiene curvas
o es tortuoso, el flujo más rápido no se encuentra en el
centro. En cambio, la zona de velocidad máxima se desvía hacia el lado externo de cada recodo. Como veremos
más tarde, esta desviación desempeña un papel importante en la erosión del cauce en ese lado.
La capacidad de una corriente para erosionar y
transportar material está directamente relacionada con su
velocidad. Variaciones incluso ligeras de velocidad pueden
inducir cambios significativos en la carga de sedimento
que el agua puede transportar. Varios factores determinan
la velocidad de una corriente y, por consiguiente, controlan la cantidad de trabajo erosivo que una corriente puede llevar a cabo. Entre esos factores se cuentan: (1) el gradiente; (2) la forma, el tamaño y la irregularidad del cauce,
y (3) el caudal.
449
des
Anchura 10 unida
Velocidad
máxima
12 unidades
Profundidad
1 unidad
Sección transversal = 10 unidades cuadradas
Perímetro = 12 unidades
A. Cauce somero
y ancho
Anchura
5 unidades
Velocidad
máxima
Profundidad 2,5
unidades
7,9 unidades
B. Cauce
semicircular
Sección transversal = 10 unidades cuadradas
Perímetro = 7,9 unidades
Cubeta
cónica
D.
Peso
de sondeo
Gradiente y características del cauce
Por supuesto, uno de los factores más obvios que controlan la velocidad de la corriente es el gradiente, o pendiente, de un cauce fluvial. El gradiente se expresa normalmente como la caída vertical de una corriente a lo
largo de una distancia dada. Los gradientes varían considerablemente de una corriente a otra, así como a lo largo
del curso de una corriente determinada.
Zonas bajas del río Mississippi, por ejemplo, tienen
gradientes de 10 centímetros por kilómetro y menores.
Sólo a modo de comparación, algunos cauces de corrientes de montaña empinados disminuyen de elevación a un
ritmo de más de 40 metros por kilómetro, es decir, con un
desnivel 400 veces más abrupto que el del bajo Mississippi. Cuanto mayor sea la inclinación del gradiente, mayor
será la energía disponible para el flujo de la corriente. Si
dos corrientes son idénticas en todos los aspectos, excepto en el gradiente, la corriente con el gradiente más elevado tendrá obviamente la mayor velocidad.
C. Estación de aforo
▲ Figura 16.3 Influencia de la forma del cauce sobre la velocidad.
A. En este cauce somero y ancho la corriente se mueve más despacio
que en el cauce semicircular debido a la mayor fricción por arrastre.
B. La sección transversal de este cauce semicircular es el mismo que el
de la parte A, pero tiene menos agua en contacto con su cauce y, por
consiguiente, menos fricción por arrastre. Por tanto, el agua fluirá más
deprisa en el canal B, si permanecen igual todos los demás factores.
C. El U. S. Geological Survey recogen registros continuos de la altura y
el caudal en más de 7.000 estaciones de aforo en Estados Unidos. Las
velocidades medias se determinan mediante las mediciones
procedentes de varios puntos a través de la corriente. Esta estación se
encuentra en Río Grande, al sur de Taos, Nuevo México. (Foto de E. J.
Tarbuck.) D. Molinete hidráulico utilizado para medir la velocidad de la
corriente en una estación de aforo.
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450
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C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
El caudal de una corriente es la cantidad de agua que
atraviesa un determinado punto en una unidad de tiempo
concreta. Suele medirse en metros cúbicos por segundo.
El caudal se determina multiplicando el área transversal de
una corriente por su velocidad:
caudal (m3/segundo)
anchura del cauce (m) profundidad del cauce (m)
velocidad (m/segundo)
Calificación
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
A
I
Tabla 16.1
IE N C
En la Tabla 16.1 se enumeran los ríos más grandes
del mundo en términos de caudal. El mayor de Norteamérica, el Mississippi, tiene un caudal medio de 17.300 m3
por segundo. Aunque esto es una enorme cantidad de agua,
queda no obstante empequeñecida por el extraordinario
Amazonas, el río más grande del mundo. Drenando un
área que es casi las tres cuartas partes del tamaño de Esta-
Cambios de corriente arriba
a corriente abajo
ERR
Caudal
dos Unidos y con una media de unos 200 centímetros de
lluvia al año, el Amazonas tiene un caudal 12 veces superior al del Mississippi. De hecho, se ha calculado que la
fluencia del Amazonas constituye alrededor del 15 por
ciento del total de agua dulce que descargan en el océano
todos los ríos del mundo. ¡Su descarga de tan sólo un día
abastecería las necesidades de agua de la ciudad de Nueva
York durante 9 años!
Los caudales de la mayoría de los ríos distan mucho
de ser constantes. Esto se debe a variables como las precipitaciones y el deshielo. Cuando cambia el caudal, los
factores indicados antes deben cambiar también. Cuando
aumenta el caudal, la anchura o la profundidad del cauce
deben incrementarse o el agua debe fluir más rápidamente, o debe cambiar alguna combinación de esos factores.
De hecho, las determinaciones demuestran que cuando
aumenta la cantidad de agua de una corriente, la anchura, profundidad y velocidad aumentan de una manera ordenada (Figura 16.4). Para manejar el agua adicional, la
corriente aumentará el tamaño de su cauce ensanchándolo y profundizándolo. Como vimos antes, cuando el tamaño del cauce aumenta, hay una cantidad proporcionalmente menor de agua en contacto con el lecho y las riberas
del cauce. Esto significa que se reduce la fricción, que actúa retrasando el flujo. Cuanto menor sea la fricción, con
mayor rapidez fluirá el agua.
TI
La forma transversal de un canal determina la cantidad de agua que estará en contacto con el cauce y, por tanto, afecta a la fricción por arrastre. El cauce más eficaz es
aquel cuya área transversal tiene el menor perímetro. En
la Figura 16.3 se comparan dos formas de cauce. Aunque
el área transversal de los dos es idéntica, la forma semicircular tiene menos agua en contacto con el cauce y, por
consiguiente, menos fricción por arrastre. Como consecuencia, si todos los demás factores son iguales, el agua
fluirá con mayor rapidez en el cauce semicircular.
El tamaño y la irregularidad del cauce afectan también a la cantidad de fricción. Un aumento del tamaño del
cauce reduce el radio del perímetro con respecto al área
transversal y, por consiguiente, aumenta la eficacia del
flujo. El efecto de la irregularidad es obvio. Un canal liso
propicia un flujo más uniforme, mientras que un canal
irregular lleno de enormes piedras crea suficiente turbulencia como para retrasar significativamente el movimiento hacia delante de la corriente.
Corrientes de aguas superficiales
Características de las corrientes
▲
16_Capítulo 16
S D LA
E
Una forma útil de estudiar una corriente de agua es examinar su perfil longitudinal. Dicho perfil es simplemente una sección de una corriente desde su área de origen
Los ríos más largos del mundo clasificados por caudal
Cuenca
Caudal medio
Río
País
Kilómetros
cuadrados
Metros cúbicos
por segundo
Amazonas
Congo
Changiang
Brahmaputra
Ganges
Yenisei
Mississippi
Orinoco
Lena
Paraná
Brasil
Zaire
China
Bangladesh
India
Rusia
Estados Unidos
Venezuela
Rusia
Argentina
5.778.000
4.014.500
1.942.500
935.000
1.059.300
2.590.000
3.222.000
880.600
2.424.000
2.305.000
212.400
39.650
21.800
19.800
18.700
17.400
17.300
17.000
15.500
14.900
16_Capítulo 16
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Cambios de corriente arriba a corriente abajo
1000
Anchura (pies)
500
200
100
50
20
Profundidad (pies)
10
10
5
2
1.0
0.5
0.2
20
Velocidad (pies/s)
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Caudal (pies3/s)
denominada cabecera hasta su desembocadura, el punto aguas abajo donde el río se vacía en otro cuerpo acuoso. Examinando la Figura 16.5, se puede ver que la característica más obvia de un perfil longitudinal típico es un
gradiente decreciente constante desde la cabecera hasta la
desembocadura. Aunque existen muchas irregularidades
locales, el perfil general es una suave curva cóncava en
sentido ascendente.
El perfil longitudinal muestra que el gradiente disminuye corriente abajo. Para ver cómo cambian otros factores en la misma dirección, deben hacerse observaciones
y medidas. Los datos recogidos en estaciones de aforo sucesivas a lo largo del río, demuestran que el caudal aumenta hacia la desembocadura. Esto no debería pillarnos
de sorpresa, porque, a medida que descendemos corriente abajo, cada vez más afluentes aportan agua al cauce
principal. En el caso del Amazonas, por ejemplo, unos
1.000 afluentes se unen al río principal a lo largo de su curso, de 6.500 kilómetros, a través de Suramérica.
Además, en la mayoría de las regiones húmedas se
está añadiendo continuamente más agua procedente del
agua subterránea. Debido a ello, deben cambiar la anchura, la profundidad y la velocidad en respuesta al mayor volumen de agua transportada por la corriente. De hecho, se ha demostrado que los cambios corriente abajo de
esas variables varían de una manera similar a lo que ocurre cuando aumenta el caudal en un lugar; es decir, aumentan de manera sistemática la anchura, la profundidad
y la velocidad.
El aumento observado de la velocidad media corriente abajo contradice nuestras impresiones intuitivas
relativas a las corrientes montañosas, turbulentas y salvajes, y a la placidez y anchura de los ríos de las tierras bajas. La corriente de montaña tiene velocidades turbulen-
▲
▲ Figura 16.4 Relación entre la anchura, la profundidad y la
velocidad con el caudal del río Powder en Locate, Montana.
Conforme aumenta el caudal, lo hacen de una manera ordenada la
anchura, la velocidad y la profundidad. (Tomado de L. B. Leopold y
Thomas Maddock, Jr., U. S. Geological Survey Professional Paper
252, 1953.)
Cabecera
Desembocadura
Gr
ad
ie n
te
em
pin
ad
o
P er
f il l o
Grad
ngitu
iente
dina
su
l
Océano
ave
451
Figura 16.5 El perfil longitudinal
es un corte a lo largo de la longitud de
una corriente fluvial. Obsérvese la
curva cóncava hacia arriba del perfil,
con un gradiente más inclinado
corriente arriba y un gradiente más
suave corriente abajo.
16_Capítulo 16
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tas instantáneas mucho más elevadas, pero el agua se desplaza en vertical, en lateral y de hecho corriente arriba en
algunos casos. Por tanto, la velocidad media del flujo puede ser inferior en un río plácido y ancho, que «fluye pausadamente» con mucha eficacia y bastante menos turbulencia.
En la región de la cabecera, donde el gradiente es
más empinado, el agua debe fluir en un cauce relativamente pequeño y a menudo lleno de grandes piedras. El
pequeño cauce y el lecho escarpado crean gran fricción e
inhibición del movimiento enviando el agua en todas direcciones con casi tanto movimiento aguas arriba como
aguas abajo. Sin embargo, conforme se avanza corriente
abajo, el material del lecho de la corriente se hace mucho
más pequeño, ofreciendo menos resistencia al flujo, y la
anchura y la profundidad del cauce aumentan hasta acomodarse al mayor caudal. Estos factores, en especial un
cauce más ancho y más profundo, permiten que el agua
fluya más libremente y, por consiguiente, con mayor rapidez.
En resumen, hemos visto que hay una relación inversa entre gradiente y caudal. Donde el gradiente es alto,
el caudal es pequeño y donde el caudal es grande, el gradiente es pequeño. Dicho de otra manera, una corriente
puede mantener una velocidad más elevada cerca de su
desembocadura aun cuando tenga un gradiente menor
que corriente arriba debido al mayor caudal, al mayor
cauce y al lecho más suave.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
El parte meteorológico de la zona donde vivo suele
incluir información sobre la elevación del río que
atraviesa la región. ¿Qué es exactamente
la «elevación»?
Es una de las mediciones básicas realizadas en cada una de las
más de 7.000 estaciones de aforo de Estados Unidos. La elevación es simplemente la altura del agua superficial en relación con un punto de referencia fijado arbitrariamente. La
medición suele realizarse en una estación de aforo. Esta estructura está formada por un pozo excavado a lo largo de la
orilla del río con un armazón a su alrededor que protege el
equipo que se encuentra en su interior. El agua entra o sale
a través de una o más tuberías que permiten que el agua del
pozo ascienda o descienda al mismo nivel que el río. El equipo de registro de la estación de aforo registra el nivel del agua
del pozo (la altura del río). Luego se puede acceder a los datos registrados por vía telefónica o éstos pueden ser transmitidos por satélite. Los datos se utilizan para publicar advertencias de inundación, entre otras cosas.
Nivel de base y corrientes en equilibrio
En 1875, John Wesley Powell, el geólogo pionero que exploró por primera vez el Gran Cañón y luego dirigió el U.
S. Geological Survey, introdujo el concepto de que hay un
límite hacia abajo para la erosión de la corriente fluvial,
que se denomina nivel de base. Aunque la idea es relativamente obvia, no deja de ser un concepto clave en el estudio de la actividad de la corriente. El nivel de base se define como la menor elevación a la cual una corriente puede
profundizar su cauce. En esencia, es el nivel al cual una corriente desemboca en el océano, un lago u otra corriente.
El nivel de base explica el hecho de que la mayoría de los
perfiles de las corrientes tenga gradientes bajos cerca de
sus desembocaduras, porque las corrientes se aproximan
a la elevación por debajo de la cual no pueden erosionar
sus lechos. Powell reconoció que existen dos tipos de nivel de base:
Podemos considerar el nivel del mar como un nivel de
base principal, por debajo del cual las tierras secas no
pueden ser erosionadas; pero podemos tener también,
para propósitos locales o transitorios, otros niveles de
base de erosión*.
Al nivel del mar, al cual Powell denominó «nivel de
base principal», se le conoce ahora como nivel de base
absoluto. Los niveles de base locales o temporales son
los lagos, las capas de roca resistentes y muchas corrientes fluviales que actúan como niveles de base para sus
afluentes. Todos tienen la capacidad de limitar una corriente a un cierto nivel.
Por ejemplo, cuando una corriente entra en un lago,
su velocidad se aproxima rápidamente a cero y cesa su capacidad de erosionar. Por tanto, el lago evita que la corriente erosione por debajo de su nivel en cualquier punto corriente arriba del lago. Sin embargo, dado que la
desembocadura del lago puede producir erosión descendente y drenar el lago, este último representa sólo un impedimento transitorio a la capacidad de la corriente para
erosionar su cauce. De una manera similar, la capa de roca
resistente del borde de la catarata de la Figura 16.6 actúa
como un nivel de base temporal. Hasta que no se elimine
el resalte de roca dura, éste limitará la cantidad de erosión
vertical corriente arriba.
Cualquier cambio del nivel de base provocará el reajuste correspondiente en las actividades de las corrientes
de agua. Cuando se construye una presa a lo largo del curso de una corriente, el pantano que se forma detrás eleva
el nivel de base de la corriente (Figura 16.7). Aguas arriba
* Exploration of the Colorado River of the West (Washington, D.C.: Institución Smithsoniana, 1875), pág. 203.
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Nivel de base absoluto
Perfil de la corriente
si no existiese
la roca resistente
Catarata
Nivel de base local
453
▲
Nivel de base y corrientes en equilibrio
Figura 16.6 Una capa resistente de roca
puede actuar como un nivel de base local
(temporal). Dado que la capa más duradera
se erosiona más despacio, limita la cantidad
de erosión en la vertical corriente arriba.
Capa resistente
Mar
A.
Nivel de base absoluto
Rápidos
Nivel
de base local
Capa resistente
Mar
B.
Nivel de base absoluto
Perfil de la corriente ajustado
al nivel de base absoluto
Capa resistente
Mar
▲
C.
Figura 16.7 Cuando se construye un
dique y se forma un embalse, el nivel de
base de la corriente se eleva. Esto reduce la
velocidad de la corriente e induce el
depósito y la reducción del gradiente
corriente arriba del embalse.
Mar
Nivel de
base absoluto
Perfil de corriente
ajustado al nivel de base
A.
Mar
Nuevo perfil de la corriente
formado por el depósito
de sedimento
Nuevo
nivel de base
Embalse
Dique
Perfil original
B.
del pantano, el gradiente de la corriente se reduce, disminuyendo su velocidad y, por consiguiente, su capacidad
transportadora de sedimentos. La corriente, ahora incapaz
de transportar toda su carga, depositará material, elevan-
do con ello su cauce. Este proceso continúa hasta que la
corriente vuelve a tener un gradiente suficiente para transportar su carga. El perfil del nuevo cauce sería similar al
del antiguo, excepto en que sería algo más elevado.
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Si, por otra parte, el nivel de base se redujera, ya fuera por elevación del terreno o por una caída del nivel del
mar, la corriente se reajustaría de nuevo. La corriente,
ahora por encima del nivel de base, tendría un exceso de
energía y erosionaría su cauce para establecer un equilibrio con su nuevo nivel de base. La erosión progresaría
primero cerca de la desembocadura, luego actuaría corriente arriba hasta que el perfil de la corriente de agua se
ajustara a lo largo de toda su longitud.
La observación de que las corrientes ajustan su perfil a los cambios del nivel de base indujo el concepto de corriente en equilibrio. Una corriente en equilibrio tiene
la pendiente correcta y otras características de cauce necesarias para mantener precisamente la velocidad necesaria para transportar el material que se le suministra. Como
promedio, un sistema en equilibrio no erosiona ni deposita el material, simplemente lo transporta. Una vez que
una corriente ha alcanzado este estado de equilibrio, se
convierte en un sistema autorregulador en el cual un cambio de una característica produce un ajuste de las otras
para contrarrestar el efecto. Refiriéndonos de nuevo a
nuestro ejemplo de una corriente que se ajusta a una reducción de su nivel de base, la corriente no sería en equilibrio mientras estuviera erosionando su nuevo cauce, pero
alcanzaría este estado después de que hubiera cesado la
erosión por abordamiento.
Erosión de las corrientes fluviales
Las corrientes erosionan sus cauces de tres maneras: recogiendo los granos débilmente consolidados, mediante
abrasión y por disolución. La última de ellas es con mucho la menos significativa. Aunque se produce algo de
erosión por la disolución del lecho de roca soluble y los
derrubios del cauce, la mayoría del material disuelto en
una corriente procede de los flujos de entrada del agua
subterránea.
Como vimos antes, cuando el flujo del agua es turbulento, el agua hace remolinos. Cuando un remolino es
lo suficientemente fuerte, puede desalojar partículas del
cauce y recogerlas en el agua en movimiento. De esta manera, la fuerza de las aguas corrientes erosiona los materiales poco consolidados del lecho y los márgenes de la corriente. Cuanto más fuerte sea la corriente, con mayor
eficacia recogerá los granos. En algunos casos, el agua es
empujada a través de grietas y planos de estratificación con
la suficiente fuerza como para recoger en sentido estricto
trozos de roca del lecho del cauce.
La observación de una corriente fangosa demuestra
que las corrientes de agua pueden recoger y transportar derrubios. Sin embargo, no es tan obvio que una corriente sea
capaz de erosionar la roca sólida de una manera similar al
papel de lija. Exactamente igual a como los granos del papel de lija pueden desgastar un trozo de madera, la arena y
la grava transportadas por una corriente erosionan un cauce de roca. Muchos desfiladeros de laderas empinadas atraviesan la roca sólida porque el incesante bombardeo de
partículas contra el lecho y los márgenes de un cauce sirven
como testimonio de su fuerza erosiva. Además, los granos
de sedimento se gastan también por sus muchos impactos
con el cauce y entre sí. Por tanto, arañando, frotando y golpeando, la abrasión erosiona el cauce de roca y alisa y redondea simultáneamente los granos que desgastan.
Rasgos geológicos comunes en los lechos de algunos
ríos son depresiones redondeadas conocidas como pilancones o marmitas de gigante, que se crean por la acción
abrasiva de los granos que giran en torbellinos de rápido
movimiento. El movimiento rotacional de la arena y los
cantos rodados actúa como un taladro que orada los agujeros. Conforme los granos se van desgastando hasta desaparecer, se ven sustituidos por otros nuevos que continúan el taladro del lecho de la corriente. Finalmente
pueden producirse depresiones suaves de varios metros de
diámetro y exactamente igual de profundas.
Transporte del sedimento
por las corrientes
Las corrientes son el agente erosivo más importante de la
Tierra. No sólo tienen la capacidad de excavar sus cauces,
sino que también pueden transportar enormes cantidades
de sedimento producido por meteorización. Aunque la
erosión del cauce de una corriente aporta cantidades significativas de material para el transporte, con mucho la
mayor cantidad de sedimento transportada por una corriente procede de los productos de la meteorización. La
meteorización produce cantidades tremendas de material
que son liberadas a la corriente por la escorrentía en lámina, los procesos gravitacionales y el agua subterránea.
Las corrientes transportan su carga de sedimentos de
tres maneras: (1) en solución (carga disuelta); (2) en suspensión (carga suspendida), y (3) a lo largo del fondo del
cauce (carga de fondo). Veamos ahora cada una de ellas.
Carga disuelta
La mayor porción de la carga disuelta transportada por la
mayoría de las corrientes es suministrada por el agua subterránea. Cuando el agua atraviesa el terreno, lo primero
que adquiere son los componentes solubles del suelo. A
medida que profundiza más a través de grietas y poros del
lecho de roca subyacente, puede disolver más materia mineral. Por último, gran parte de esta agua, rica en minerales, llega a las corrientes fluviales.
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Transporte del sedimento por las corrientes
La velocidad del flujo de la corriente no tiene, en
esencia, efecto alguno sobre la capacidad de la corriente
para transportar su carga disuelta. Una vez disuelto, el material va adonde quiera que vaya la corriente, con independencia de la velocidad. Se produce precipitación sólo
cuando cambia la composición química del agua.
La cantidad de material transportado en solución es
muy variable y depende de factores como el clima y el contexto geológico. Normalmente, la carga disuelta se expresa como partes de material disuelto por partes de millón de agua (partes por millón, o ppm). Aunque algunos
ríos pueden tener una carga disuelta de 1.000 ppm o más,
la cifra media para los ríos de todo el mundo se calcula entre 115 y 120 ppm. Las corrientes suministran a los océanos casi 4 millones de toneladas métricas de material disuelto al año.
Carga suspendida
La mayoría de las corrientes (pero no todas) transporta
la mayor parte de su carga en suspensión. De hecho, la
nube visible de sedimento suspendido en el agua es la
porción más obvia de la carga de una corriente. Normalmente sólo los granos del tamaño de la arena fina, el
limo y la arcilla pueden ser transportados de esta manera, pero durante la época de las inundaciones se transportan también partículas mayores. También durante esta
época de las inundaciones, la cantidad total de material
transportado en suspensión aumenta de manera notable,
como pueden verificarlo las personas cuyos hogares se
han convertido en los centros de sedimentación de este
material. Durante la época de las inundaciones, se dice
que el río Huanghe (río Amarillo) de China transporta
una cantidad de sedimento igual en peso al agua que lleva. Ríos como éste se describen apropiadamente como
«demasiado densos para beber pero demasiado tenues
para cultivar».
El tipo y la cantidad de material transportado en suspensión están controlados por dos factores: la velocidad
del agua y la velocidad de sedimentación de cada grano de
sedimento. La velocidad de sedimentación se define
como la velocidad a la cual cae una partícula a través de un
fluido inmóvil. Cuanto mayor sea la partícula, más deprisa se dirige al lecho de la corriente. Además del tamaño,
la forma y el peso específico de los granos influyen también en la velocidad de sedimentación. Los granos planos
se hunden en el agua más despacio que los esféricos, y los
granos densos caen hacia el fondo más deprisa que los granos menos densos. Cuanto más lenta sea la velocidad de
sedimentación y más fuerte la turbulencia, más tiempo
permanecerá en suspensión una partícula de sedimento y
más lejos será transportada corriente abajo por el flujo del
agua.
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Carga de fondo
Una parte de la carga de material sólido de una corriente
consiste en sedimento demasiado grande para ser transportado en suspensión. Estos granos más gruesos se mueven a lo largo del fondo de la corriente y constituyen la
carga de fondo (Figura 16.8). En términos de trabajo erosivo realizado por una corriente, la acción de molienda de
la carga de fondo es de gran importancia.
Los granos que constituyen la carga de fondo se
mueven a lo largo del mismo mediante rodamiento, deslizamiento y saltación. El sedimento que se mueve por saltación (saltare saltar) parece saltar o brincar a lo largo del
lecho de la corriente. Esto ocurre cuando los granos son
propulsados hacia arriba por las colisiones o levantados
por la corriente y luego transportados corriente abajo una
corta distancia hasta que la gravedad los empuja de nuevo
hacia el lecho de la corriente. Los granos que son demasiado grandes o densos para moverse por saltación o bien
ruedan o se deslizan a lo largo del fondo, según sus formas.
A diferencia de las cargas suspendidas o disueltas,
que están constantemente en movimiento, la carga de
▲ Figura 16.8 Aunque la carga de fondo de muchos ríos consiste
en arena, la de esta corriente está constituida por cantos rodados
grandes que se ven fácilmente durante los períodos de descenso del
nivel de agua. Durante las inundaciones, las rocas aparentemente
inmóviles de este cauce ruedan a lo largo del lecho de la corriente.
El grano de tamaño máximo que una corriente puede mover viene
determinada por la velocidad del agua. (Foto de E. J. Tarbuck.)
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fondo está en movimiento sólo de manera intermitente,
cuando la fuerza del agua es suficiente para mover los
granos más grandes. La carga de fondo no suele superar
el 10 por ciento de la carga total de una corriente, aunque
en unas pocas puede constituir hasta el 50 por ciento de
la carga total. Por ejemplo, consideremos la distribución
de los 750 millones de toneladas de material transportado al golfo de México por el río Mississippi cada año. De
este total, se calcula que aproximadamente el 67 por ciento es transportado en suspensión, el 26 por ciento en solución y el 7 por ciento restante como carga de fondo. Los
cálculos sobre la carga de fondo de una corriente deben
considerarse con cautela, sin embargo, porque esta fracción de la carga es muy difícil de medir con precisión. La
carga de fondo no sólo es más inaccesible que las cargas
suspendidas y disueltas, sino que se mueve fundamentalmente durante períodos de inundación cuando el fondo
de un cauce de una corriente es más difícil de estudiar.
Capacidad y competencia
La aptitud de una corriente para transportar partículas sólidas suele describirse utilizando dos criterios. En primer
lugar, la carga máxima de partículas sólidas que una corriente puede transportar se denomina capacidad. Cuanto mayor es la cantidad de agua que fluye en una corriente (caudal), mayor es la capacidad de la corriente para
arrastrar el sedimento. En segundo lugar, la competencia de una corriente indica el tamaño de grano máximo
que una corriente puede transportar. La velocidad de una
corriente determina su competencia: cuanto más fuerte es
el flujo, más grandes son los granos que puede transportar en suspensión y como carga de fondo.
Como regla general, la competencia de una corriente aumenta en un valor igual al cuadrado de su velocidad. Por tanto, si la velocidad de una corriente se duplica, la fuerza del impacto del agua aumenta cuatro veces.
Si la velocidad se triplica, la fuerza aumenta nueve veces,
y así sucesivamente. Por consiguiente, los grandes cantos
rodados visibles a menudo durante una etapa de nivel de
agua bajo y que parecen inmóviles pueden, de hecho, ser
transportados durante las etapas de inundación, debido al
aumento de la competencia de la corriente (Figura 16.8).
Ahora debemos aclarar por qué se producen durante las inundaciones la erosión y el transporte de sedimentos más intensos. El aumento del caudal se traduce en una
mayor capacidad; el aumento de la velocidad produce una
mayor competencia. Con el aumento de la velocidad, el
agua se vuelve más turbulenta, y se ponen en movimiento partículas cada vez más grandes. En el curso de tan sólo
unos pocos días, o quizá sólo unas pocas horas, en una etapa de inundación, una corriente puede erosionar y transportar más sedimento que durante meses de flujo normal.
Depósitos de sedimentos
por las corrientes fluviales
Siempre que la velocidad de una corriente disminuye, su
competencia se reduce, y los granos de sedimento se depositan en un orden definido por tamaños. A medida que
el flujo de la corriente disminuye por debajo de la velocidad de sedimentación crítica de una partícula determinada, empieza a depositarse el sedimento de esa categoría.
Por tanto, el transporte de la corriente proporciona un
mecanismo por medio del cual se separan los granos sólidos de diversos tamaños. Este proceso, denominado selección, explica por qué los granos de tamaño similar se
depositan juntos.
El material bien seleccionado típicamente depositado por una corriente de agua se denomina aluvión,
término general utilizado para definir los sedimentos depositados por una corriente fluvial. Muchos rasgos deposicionales diferentes están compuestos por aluvión. Algunos de esos rasgos pueden encontrarse dentro de los
cauces de los ríos, algunos aparecen en el suelo de los valles adyacentes a los cauces y otros en la desembocadura
de la corriente.
Depósitos de canal
A medida que un río transporta el sedimento hacia el mar,
algo del material puede depositarse dentro del cauce. Los
depósitos de canal están compuestos la mayoría de las veces por arena y grava, los componentes más gruesos de la
carga de una corriente, a los que se suele denominar como
barras. Sin embargo, son sólo elementos transitorios, ya
que el material será recogido de nuevo por el agua corriente y transportado más lejos corriente abajo. Por fin,
la mayor parte del material será transportada a su destino
último: el océano.
Las barras de arena y grava pueden formarse en una
gran cantidad de situaciones. Por ejemplo, son comunes
allí donde las corrientes fluyen en una serie de recodos,
denominados meandros. Conforme la corriente fluye alrededor de un recodo, la velocidad del agua en la parte exterior aumenta, lo que induce erosión en ese punto. Al
mismo tiempo, en la parte interior del meandro, el agua
va más despacio, lo que hace que algo de la carga de sedimento se deposite. Cuando esos depósitos se producen en
el punto interno del recodo, se denominan barras de meandro (Figura 16.9). Dicho con más precisión, esos depósitos se describirían mejor como «acumulaciones de
arena y grava en forma de cuarto creciente».
A veces una corriente deposita materiales en el fondo de su canal. Si esas acumulaciones se vuelven lo suficientemente gruesas como para obstruir el cauce, obligan
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▲
Depósitos de sedimentos por las corrientes fluviales
Erosión del margen
Depósito
de barra
de meandro
Velocidad máxima
a la corriente a dividirse y seguir varios caminos. La consecuencia es una red compleja de canales convergentes y divergentes que se abren camino entre las barras. Debido a
que esos canales tienen una apariencia entrelazada, se dice
que la corriente es anastomosada (Figura 16.10). Los mo-
Figura 16.9 Cuando una corriente
forma meandros, su zona de máxima
velocidad se desvía hacia el margen
externo. Una barra de meandro se deposita
cuando el agua del interior de un meandro
disminuye de velocidad. Erosionando el
margen externo y depositando material en
el interno de un recodo, una corriente es
capaz de desviar su cauce.
delos anastomosados se forman con mucha más frecuencia
cuando la carga suministrada a una corriente supera su
competencia o su capacidad. Esto puede ocurrir bajo diversas circunstancias: (1) si un afluente con más gradiente
y turbulencia entra en una corriente principal, su carga de
▲ Figura 16.10 Corriente anastomosada atascada con sedimentos cerca de la superficie de un glaciar en fusión. (Foto de Bradford Washburn.)
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fondo rocosa puede depositarse en el punto de confluencia
porque la velocidad desciende de manera abrupta; (2) también se puede proporcionar una carga excesiva cuando se
precipitan en un cauce los derrubios procedentes de pendientes estériles durante un intenso chaparrón; (3) puede
haber exceso de carga al final de un glaciar donde el sedimento erosionado por el hielo se descarga de golpe en una
corriente de agua fundida que fluye alejándose del glaciar.
Las corrientes anastomosadas se forman también
cuando hay un descenso abrupto del gradiente o del caudal de la corriente. La última situación puede producirse
como consecuencia de una disminución de las precipitaciones en el área drenada por la corriente. También se produce habitualmente cuando la corriente abandona un área
húmeda, donde tiene muchos afluentes, y entra en una región seca, con pocos afluentes. En este caso, la pérdida de
agua por evaporación e infiltración en el cauce se traduce
en una disminución del caudal.
Depósitos de llanura de inundación
Como su propio nombre indica, una llanura de inundación
es la parte de un valle que se anega durante una inundación.
Casi todas las corrientes están flanqueadas por llanuras de
inundación. Aunque algunas son elementos impresionantes
del paisaje, que abarcan muchos kilómetros, otras tienen una
anchura modesta de tan sólo unos pocos metros. Si hiciéra-
mos un muestreo del aluvión que cubre una llanura de inundación, encontraríamos que consiste, en parte, en arenas
gruesas y gravas que fueron depositadas originalmente como
barras de meandro por los meandros que se desviaron lateralmente a través del suelo del valle. Otros sedimentos estarán compuestos por arenas finas, limos y arcillas que se diseminaron a través de la llanura de inundación cuando el
agua desbordó su cauce durante la etapa de inundación.
Los ríos que ocupan valles con suelos amplios y planos a veces crean formas denominadas diques naturales
que flanquean el cauce de la corriente. Los diques naturales se forman como consecuencia de inundaciones sucesivas a lo largo de muchos años. Cuando una corriente
se desborda por sus márgenes, anegando la llanura de
inundación, el agua fluye sobre la superficie como una amplia lámina. Debido a que un modelo de flujo de este tipo
reduce significativamente la velocidad y la turbulencia del
agua, la porción más gruesa de la carga suspendida se deposita en franjas que bordean el cauce. Conforme el agua
se va expandiendo sobre la llanura de inundación, se van
depositando cantidades cada vez menores de sedimentos
cada vez más finos sobre el suelo del valle. Esta distribución no uniforme del material produce la pendiente suave, casi imperceptible, del dique natural (Figura 16.11).
Los diques naturales del bajo Mississippi se elevan
seis metros por encima de las porciones inferiores del
suelo del valle. El área situada por detrás del dique está
▲
Figura 16.11 Los diques naturales son
estructuras de pendiente suave creadas por
inundaciones repetidas. Dado que cerca del
cauce de la corriente el terreno es más alto
que la llanura de inundación adyacente, se
desarrollan ciénagas y afluentes yazoo.
Llanura de
Pared
del valle
inundación
Ciénaga
Afluente yazoo
Sedimentos gruesos
Sedimentos finos
Llanura de
Diques
naturales
inundación
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Depósitos de sedimentos por las corrientes fluviales
característicamente poco drenada por la razón obvia de
que el agua no puede fluir hacia el río, por encima del dique. A menudo se produce un tipo de pantano denominado ciénaga. Cuando un afluente entra en un valle que
tiene importantes diques naturales, quizá no sea capaz de
abrirse camino hacia el cauce principal. Por consiguiente, el afluente puede fluir por la ciénaga en paralelo al río
principal durante muchos kilómetros antes de atravesar el
dique natural y unirse a él. Estas corrientes se denominan
afluentes yazoo, debido al río Yazoo, que corre en paralelo al bajo Mississippi durante más de 300 kilómetros.
Abanicos aluviales y deltas
Dos de las formas del terreno más comunes compuestas por
aluviones son los abanicos aluviales y los deltas. A veces son
de forma similar y se depositan esencialmente por la misma
razón: una pérdida abrupta de competencia en una corriente fluvial. La distinción fundamental entre ellos es
que los abanicos aluviales se depositan en tierra mientras
que los deltas se depositan en un cuerpo de agua. Además,
los abanicos aluviales pueden ser bastante abruptos, mientras que los deltas son relativamente planos, sobresaliendo
escasamente por encima del nivel de la superficie del océano o lago en el cual se formaron.
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Abanicos aluviales Los abanicos aluviales se desarrollan
normalmente donde una corriente fluvial de gradiente alto
abandona un valle estrecho en terrenos montañosos y sale
súbitamente a una llanura amplia y llana o a un fondo de valle. Los abanicos aluviales se forman como respuesta a la caída abrupta del gradiente, que se combina con un cambio de
posición y tamaño del cauce, de un cauce estrecho, de una
corriente de montaña, a cauces menos confinados situados
en la base de las montañas. La caída súbita de velocidad hace
que la corriente libere rápidamente su carga de sedimento
en una acumulación que tiene forma clara de cono o abanico. La superficie del abanico se inclina hacia fuera siguiendo un amplio arco desde un ápice situado en la desembocadura del escarpado valle. Normalmente, el material grueso
se deposita cerca del ápice del abanico, mientras que el material más fino es transportado hacia la base del depósito.
Como vimos en el Capítulo 15, los cañones escarpados de
las regiones áridas son lugares fundamentales para los flujos
de derrubios. Por consiguiente, debe esperarse que muchos
abanicos aluviales de éstas áreas tengan depósitos de flujos
de derrubios intercalados con el aluvión.
Deltas Al contrario que un abanico aluvial, el delta se
forma cuando una corriente entra en un océano o un lago.
En la Figura 16.12A se muestra la estructura de un delta
Lago
Capas de techo
Distribuidores
Capas frontales
A.
Capas de base
B.
▲ Figura 16.12 A. Estructura de un delta simple que se forma en las aguas relativamente tranquilas de un lago. B. Crecimiento de un delta
simple. Conforme una corriente amplía su cauce, el gradiente se reduce. Frecuentemente, durante la etapa de inundación, el río se desvía a
una ruta de mayor gradiente, formando un nuevo distribuidor. Los antiguos distribuidores abandonados son gradualmente invadidos por la
vegetación acuática y rellenos con sedimentos. (Tomado de Ward’s Natural Science Establishment, Inc., Rochester, N.Y.)
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simple que podría formarse en las aguas relativamente
tranquilas de un lago. A medida que se va desacelerando
el movimiento del agua al entrar en el lago, la corriente
deposita su carga de sedimentos. Estos sedimentos aparecen en tres tipos de capas. Las capas frontales están compuestas por partículas más gruesas que se depositan casi
inmediatamente al entrar en el lago para formar estratos
con pendiente descendente en el sentido de la corriente
desde el frente del delta. Las capas frontales suelen estar
cubiertas por capas de techo horizontales y delgadas que se
depositan durante los períodos de inundación. Los limos
y arcillas más finos se sedimentan a cierta distancia desde
la desembocadura en capas casi horizontales denominadas capas de base.
Conforme el delta va creciendo, el gradiente de la
corriente disminuye continuamente. Esta circunstancia
acaba induciendo la obstrucción del cauce con sedimentos procedentes del agua de movimiento lento. Como
consecuencia, el río busca una vía más corta y de gradiente más elevado al del nivel de base, como se ilustra en
la Figura 16.12B. Esta ilustración muestra cómo el cauce
principal se divide en varios cauces más pequeños, denominados distribuidores. La mayoría de los deltas se caracteriza por estas desviaciones del cauce que actúan de
una manera opuesta a la de los afluentes. En vez de transportar agua al cauce principal, los distribuidores transportan el agua desde el cauce principal, siguiendo varios
caminos, hasta el nivel de base. Después de numerosas
desviaciones del cauce, el delta simple puede crecer hasta
adquirir la forma triangular de la letra griega delta (), a
la cual debe su nombre (Figura 16.13). Obsérvese, sin embargo, que muchos deltas no exhiben esta forma. Las diferencias de configuración de las líneas de costa, y variaciones en la naturaleza y la fuerza de la actividad de las
olas, producen muchas formas diferentes.
Aunque los deltas que se forman en el océano exhiben generalmente la misma forma básica que los accidentes simples depositados en los lagos que se acaban de describir, la mayoría de los grandes deltas marinos son
bastante más complejos y tienen capas frontales que están
inclinadas según ángulos mucho menores que los mostrados en la Figura 16.12A. De hecho, muchos de los
grandes ríos del mundo han creado deltas impresionantes,
cada uno con sus propias peculiaridades y ninguno tan
simple como el mostrado en la Figura 16.12B.
El delta del Mississippi Muchos grandes ríos tienen deltas que se extienden a lo largo de miles de kilómetros
cuadrados. El delta del río Mississippi es uno de ellos. Se
produjo por la acumulación de enormes cantidades de sedimentos derivados de la gran región drenada por el río
y sus afluentes. En la actualidad, Nueva Orleans descansa donde hubo océano hace menos de 5.000 años. En la
0
50
Kilómetros
Delta del Nilo
▲ Figura 16.13 Las formas de los deltas varían y dependen de
factores como la carga de sedimento de un río y la fuerza y la
naturaleza de los procesos costeros. La forma triangular del delta del
Nilo fue la base para dar nombre a este elemento morfológico. En la
imagen de satélite, el delta y las zonas bien regadas adyacentes al
río Nilo destacan en un fuerte contraste con el desierto circundante
del Sáhara. (NASA/GSFC/METI/ERSDAC/JAROS, y Equipo Científico
ASTER de Estados Unidos/Japón.)
Figura 16.14 se muestra la porción del Mississippi que se
ha acumulado durante los últimos 5.000 a 6.000 años.
Como se ilustra en la figura, el delta es realmente una serie de siete subdeltas reunidos. Cada uno se formó cuando el río abandonó el cauce existente entonces para encontrar una vía más corta y más directa al golfo de
México. Los subdeltas se entrelazan y se cubren parcialmente unos a otros para producir una estructura muy
compleja. También se observa en la Figura 16.14 que,
después de que cada porción fue abandonada, la erosión
costera modificó el delta. El subdelta actual, denominado delta en pata de pájaro, debido a la configuración de sus
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Depósitos de sedimentos por las corrientes fluviales
461
tc
R ío A
Baton Rouge
h
a fa
l
a
ay
2
Nueva Orleans
2
4
6
1
3
4
5
7
Golfo de México
5
▲ Figura 16.14 Durante los últimos 5.000 a 6.000 años, el Mississippi ha construido una serie de siete subdeltas coalescentes. El
número indica el orden en el cual se depositaron los subdeltas. El actual delta en pata de pájaro (número 7) representa la actividad de los
últimos 500 años. Sin los esfuerzos humanos, el curso actual cambiaría y seguiría la vía del río Atchafalaya. El recuadro de la izquierda
muestra el punto donde el Mississippi puede romper algún día (flecha) y acortar su camino al golfo de México. (Tomado de C. R. Kolb y
J. R. Van Lopik.)
distribuidores, ha sido acumulado por el Mississippi en los
últimos 500 años.
En la actualidad, este delta activo se ha extendido lo
más lejos que las fuerzas de la naturaleza le han permitido. De hecho, durante muchos años el río ha estado luchando por atravesar un estrecho cuello de tierra y desviar
su curso al del río Atchafalaya (véase inserto de la Figura
16.14). Si llegara a ocurrir esto, el Mississippi abandonaría su camino de 500 kilómetros más bajo a favor de la ruta
de 225 kilómetros, mucho más corta, del Atchafalaya.
Desde principios de los años 40 hasta finales de la década
de los 50, una porción creciente del caudal del Mississippi se desvió a este nuevo camino, lo que indica que el río
estaba listo para desviarse y empezar a construir un nuevo subdelta.
Para evitar este acontecimiento y conseguir que el
Mississippi siguiera su curso actual, se levantó una estructura en forma de dique en el lugar por donde el cauce estaba intentando atravesar. Las inundaciones de principios de los años 70 debilitaron la estructura de control,
y el río amenazó de nuevo con desviarse hasta que se
completó un dique auxiliar a mediados de 1980. Con el
paso del tiempo, al menos se ha evitado lo inevitable, y el
río Mississippi continuará fluyendo por Baton Rouge y
Nueva Orleans en su camino hacia el golfo de México
(véase Recuadro 16.1).
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Sabemos que todos los ríos transportan sedimentos,
pero ¿tienen deltas todos los ríos?
Sorprendentemente, no. Las corrientes que transportan
grandes cargas de sedimentos pueden carecer de deltas en sus
desembocaduras porque las olas oceánicas y las corrientes
potentes redistribuyen con rapidez el material justo cuando
éste es depositado (el río Colombia en el noroeste del Pacífico es un ejemplo de este fenómeno). En otros casos, los ríos
no transportan las cantidades suficientes de sedimentos como
para formar un delta. El río San Lorenzo, por ejemplo, tiene pocas posibilidades de recoger sedimentos entre el lago
Ontario y su desembocadura en el golfo de San Lorenzo.
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▲
Recuadro 16.1
El hombre y el medio ambiente
Las zonas húmedas costeras desaparecen del delta del Mississippi
Las zonas húmedas costeras se forman en
ambientes protegidos como las ciénagas,
los bajos mareales, las marismas costeras
y los brazos pantanosos. Son ricos en vida
silvestre y proporcionan suelos ricos en
vida microscópica e importantes paradas
intermedias para las aves acuáticas y migratorias, así como zonas de desove y hábitat valiosos para los peces.
El delta del río Mississippi en Louisiana contiene alrededor de un 40 por
ciento de todas las zonas húmedas costeras de los 48 estados inferiores. Las zonas
húmedas de Louisiana están protegidas
de la acción de los huracanes y las tormentas invernales gracias a unas islas barrera situadas enfrente de la costa. Tanto
las zonas húmedas como las islas protectoras se han formado como consecuencia
del desvío del río Mississippi durante los
últimos 7.000 años.
La dependencia de las zonas húmedas
costeras de Louisiana del río Mississippi
y sus afluentes como fuente directa de sedimentos y agua dulce los hace vulnerables a los cambios en el sistema fluvial.
Además, la dependencia con respecto de
las islas barrera para la protección de las
olas causadas por las tormentas convierte
las zonas húmedas costeras en estructuras
vulnerables cuando estas islas estrechas
del litoral se erosionan.
En la actualidad, las zonas húmedas
costeras de Louisiana están desapareciendo a una velocidad alarmante. Aunque
Louisiana contiene el 40 por ciento de las
zonas húmedas de los 48 estados inferiores, representa el 80 por ciento de la pérdida de zonas húmedas. Según el U. S.
Geological Survey, Louisiana perdió casi
5.000 kilómetros cuadrados de zona costera entre 1932 y 2000. El estado continúa perdiendo entre 65 y 91 kilómetros
cuadrados cada año. A esta velocidad, desaparecerán otros 1.800 a 4.500 kilómetros cuadrados bajo el golfo de México el
año 2050*. El cambio climático global
podría aumentar la gravedad del proble-
* Véase «Louisiana’s Vanishing Wetlands: Going,
Going…» en Science, Vol. 289, 15 de septiembre de
2000, págs. 1.860-63
ma porque la ascensión del nivel del mar
y las tormentas tropicales más fuertes acelerarían las velocidades de la erosión de la
costa**.
¿Por qué están disminuyendo las zonas húmedas de Louisiana? La respuesta
es doble: el cambio natural y la actividad
humana. En primer lugar, el delta del
Mississippi y sus zonas húmedas están
cambiando naturalmente de manera continua. Conforme los sedimentos se acu** El recuadro 20.3 «La vulnerabilidad de la costa a
la elevación del nivel del mar» amplía la información
sobre esta posibilidad.
mulan y forman el delta en una zona, la
erosión y la subsidencia provocan pérdidas en el resto (Figura 16.A). Cuando el
río se desvía, las zonas de crecimiento y
destrucción del delta también se desvían.
En segundo lugar, desde que llegaron los
seres humanos, la velocidad de destrucción del delta y sus zonas húmedas se ha
acelerado.
Antes de que los europeos ocuparan el
delta, el río Mississippi inundaba sus orillas con regularidad en las inundaciones
estacionales. Las grandes cantidades de
sedimentos depositadas renovaban el suelo e impedían que el delta se hundiera por
▲ Figura 16.A Imagen de satélite de una porción del delta del río Mississippi en mayo
de 2001. La imagen cubre un área de 54 57 kilómetros. Durante los últimos 600 años
más o menos, la corriente principal del río ha seguido su curso actual, extendiéndose al
suroeste de Nueva Orleans. Durante este período, el delta avanzó hacia el interior del golfo
de México a una velocidad aproximada de 10 kilómetros por siglo. (Imagen de la NASA.)
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Valles fluviales
debajo del nivel del mar. No obstante,
con la población vinieron los esfuerzos
por controlar las inundaciones y el deseo
de mantener y mejorar la navegación en
el río. Se construyeron diques artificiales
para contener el río ascendente durante el
período de inundación. Con el tiempo,
los diques se extendieron hasta la desembocadura del Mississippi para mantener el
canal abierto para la navegación.
Los efectos han sido claros. Los diques impiden que los sedimentos y el
agua dulce se dispersen en las zonas húmedas. En lugar de eso, se fuerza el río a
transportar su carga hacia las aguas profundas de la desembocadura. Mientras
tanto, los procesos de compactación, subsidencia y erosión de las olas continúan.
Puesto que no se añaden los sedimentos
suficientes como para compensar estas
fuerzas, el tamaño del delta y la extensión
de sus zonas húmedas disminuyen de manera gradual.
El problema ha sido agravado por una
disminución de los sedimentos transportados por el Mississippi, que se ha reducido en aproximadamente el 50 por ciento durante los últimos 100 años. Una
porción sustancial de la reducción es consecuencia de la retención de los sedimentos en grandes estanques creados por las
presas construidas en los afluentes del
Mississippi.
Otro factor que contribuye a la reducción de las zonas húmedas es el hecho de
que en el delta hay 13.000 kilómetros de
Valles fluviales
I
ERR
TI
▲
IE N C
Corrientes de aguas superficiales
Repaso de los valles
A
S D LA
y las características relacionadas
E
con las corrientes
Los valles son los accidentes geográficos más comunes
de la superficie de la Tierra. De hecho, existen en un número tan grande que nunca se han contado, excepto en
áreas limitadas utilizadas para el estudio. Antes de finalizar el siglo XIX, se creía que los valles eran creados por
acontecimientos catastróficos que separaban la corteza y
creaban hondonadas en las cuales las corrientes de agua
podían fluir. En la actualidad, sin embargo, sabemos que,
con pocas excepciones, las corrientes crean sus propios
valles.
Una de las primeras afirmaciones claras de este
hecho fue la realizada por el geólogo inglés, John Playfair, en 1802. En su bien conocido trabajo, Illustrations
of the Huttonian Theory of the Earth, Playfair estableció
el principio que ha acabado llamándose la ley de Playfair:
Cada río parece consistir en un tronco principal, alimentado por una variedad de ramas, cada una de las
cuales corre por un valle proporcional a su tamaño, y
todas ellas juntas forman un sistema de valles, que se
comunican unos con otros, y que tienen un ajuste tan
bueno de sus declives, que ninguno de ellos se une al
valle principal, ni en un nivel demasiado alto ni en uno
demasiado bajo; unas circunstancias que serían definitivamente improbables si cada uno de esos valles
463
canales de navegación. Estas aberturas artificiales al mar permiten que las aguas
saladas del golfo se adentren mucho en la
tierra. La invasión del agua salada y la acción mareal provocan la extinción de las
marismas.
Comprender y modificar el impacto
humano es una base necesaria para cualquier plan de reducción de la pérdida de
zonas húmedas en el delta del Mississippi. El U. S. Geological Survey calcula que
restaurar las costas de Louisiana costará
unos 14.000 millones de dólares durante
los próximos 40 años. ¿Y qué ocurrirá si
no se hace nada? Los funcionarios estatales y federales estiman que los costes de la
inacción superarían los 100.000 millones
de dólares.
no fuera obra del trabajo de la corriente que fluye por
ellos*.
Las observaciones de Playfair no sólo fueron esencialmente correctas, sino que fueron escritas en un estilo
que rara vez se alcanza en la prosa científica.
Los valles fluviales pueden dividirse en dos tipos generales: valles estrechos en forma de V y valles anchos con
fondo plano. Se trata de dos formas extremas ideales, con
muchas gradaciones entre ellas.
Valles estrechos
En algunas regiones áridas, donde la erosión por excavación es rápida y la meteorización lenta, y en los lugares
donde la roca es particularmente resistente, los valles estrechos pueden tener paredes casi verticales. Sin embargo, la mayoría de los valles, incluso los que son estrechos
en su base, tienen una anchura mucho mayor en la parte
superior que la del cauce del fondo. Esto no ocurriría así
si el único agente responsable de la erosión de los valles
fueran las corrientes que fluyen a su través.
La forma de las paredes de la mayoría de los valles
es consecuencia de la meteorización, la escorrentía en lámina y los procesos gravitacionales. Consideremos el siguiente ejemplo de este proceso. En la Figura 16.15 se
muestra la relación entre la carga suspendida y el caudal
de una estación de aforo del río Powder en Wyoming.
Obsérvese que, conforme aumenta el caudal, lo hace la
cantidad de sedimento suspendido. De hecho, el aumento
* Playfair, John. Illustrations of the Huttonian Theory of the Earth, Nueva
York: Dover Publications, pág. 102 (edición facsímil, 1964).
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Las cataratas son lugares donde la corriente sufre
una caída vertical. Son un ejemplo de cataratas las del Niágara. En este caso, las cataratas están sustentadas por un lecho resistente de dolomía situado encima de una lutita
menos resistente. A medida que el agua se lanza por el borde de la catarata, erosiona la lutita, menos resistente, socavando bajo la dolomía, que acaba por romperse. De esta
manera, la catarata conserva su acantilado vertical mientras
que continúa retrocediendo lentamente corriente arriba.
En los últimos 12.000 años, las cataratas del Niágara han
retrocedido más de 11 kilómetros.
1.000.000
Carga de sedimentos suspendidos (toneladas por día)
100.000
10.000
1.000
Valles anchos
100
10
1
1
10
100
1.000
10.000
3
Caudal (pie /s)
▲ Figura 16.15 Relación entre la carga suspendida y el caudal del
río Powder en Arvada, Wyoming. (Tomado de L. B. Leopold y Thomas
Maddock, Jr. U. S. Geological Survey Professional Paper 252, 1953.)
es exponencial; es decir, si el caudal de una estación de
aforo aumenta 10 veces, la carga suspendida puede aumentar en un factor de 100 o más. Las determinaciones
y los cálculos han demostrado que la erosión del cauce de
la corriente durante períodos de aumento de caudal puede explicar sólo una porción del sedimento adicional
transportado por una corriente. Por consiguiente, gran
parte del aumento de carga debe ser liberado a la corriente mediante escorrentía en lámina y procesos gravitacionales.
Un valle estrecho en forma de V indica que el trabajo fundamental de la corriente ha sido la erosión vertical hacia el nivel de base. Las características más destacadas en estos valles son los rápidos y las cataratas. Los dos
se producen donde el perfil de la corriente experimenta
una caída rápida, una situación normalmente producida
por variaciones en la erosionabilidad del lecho de roca en
el cual se está excavando el cauce de la corriente. Un lecho resistente produce un rápido al actuar como un nivel
de base transitorio corriente arriba mientras continúa la
erosión descendente corriente abajo. Una vez la erosión
ha eliminado la roca resistente, el perfil de la corriente
vuelve a suavizarse.
Una vez que la corriente aproxima su cauce al nivel de
base mediante erosión, se aproxima a una condición en
equilibrio, y la erosión vertical se hace cada vez menos dominante. En este momento, la energía de la corriente se
dirige más de un lado a otro. La razón de este cambio no
se entiende del todo, pero probablemente la reducción del
gradiente sea un factor importante. No obstante, ocurre,
y la consecuencia es un ensanchamiento del valle conforme le río erosiona primero un margen y luego el otro (Figura 16.16). De esta manera, se produce el fondo de valle
plano, o llanura de inundación. Éste es un nombre apropiado porque el río está confinado a su cauce, excepto durante la etapa de inundación, cuando desborda sus márgenes y anega la llanura de inundación.
Cuando un río produce erosión lateral y crea una
llanura de inundación como se acaba de describir, se denomina llanura de inundación erosiva. Sin embargo, las llanuras de inundación pueden ser también deposicionales.
Las llanuras de inundación deposicionales se producen por
una fluctuación importante de las condiciones, como un
cambio del nivel de base. La llanura de inundación del valle Yosemite de California es uno de estos accidentes; se
produjo cuando un glaciar excavó el valle fluvial anterior
hasta unos 300 metros de profundidad más de la que tenía antes. Después de la fusión del hielo glaciar, la corriente de agua se reajustó a su nivel de base anterior rellenando el valle con aluvión.
Las corrientes que fluyen sobre llanuras de inundación, ya sean erosivas o deposicionales, se mueven en trayectorias curvas denominadas meandros. El término deriva de un río del oeste de Turquía, el Menderes, que tiene
un curso muy sinuoso. Una vez que empieza a formarse
un recodo en el cauce, cada vez se hace mayor. Se produce erosión en el lado externo del meandro, donde la velocidad y la turbulencia son mayores. Casi siempre, el margen externo es socavado, especialmente durante los
períodos de crecida. Conforme el margen empieza a adquirir una inclinación excesiva, se cae, por deslizamiento,
en el cauce. Dado que el lado externo de un meandro es
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Valles fluviales
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Llanura de inundación
bien desarrollada
Valle estrecho
en forma de V
A.
C.
Zona de sedimentación
B.
▲
Zona de erosión
Figura 16.16 Corriente que erosiona su llanura de inundación.
una zona de erosión activa, se la suele denominar zona de
retroceso de escarpe (Figura 16.17). Muchos de los derrubios liberados por la corriente en los retrocesos de escarpe se desplazan corriente abajo y se depositan pronto
como barras de meandro en zonas de menor velocidad en
los interiores de los meandros. De esta manera, los me-
A.
andros migran lateralmente, manteniendo la misma área
transversal, erosionando el exterior de las curvas y depositándose en el interior (véase Figura 16.9). El crecimiento cesa cuando el meandro alcanza un tamaño crítico que
viene determinado por el tamaño de la corriente. Cuanto
mayor es la corriente, mayores pueden ser sus meandros.
B.
▲ Figura 16.17 Erosión de una zona de retroceso de escarpe a lo largo del río Newaukum, Washington. A. Enero de 1965. B. Marzo de
1965. (Fotos de P. A. Glancy, U. S. Geological Survey.)
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Debido a la pendiente del canal, la erosión es más
eficaz en el lado de un meandro situado corriente abajo.
Por consiguiente, además de crecer lateralmente, los recodos también migran de manera gradual hacia abajo del
valle. A veces, la migración corriente abajo de un meandro se ve ralentizada cuando alcanza una porción más resistente de la llanura de inundación. Esto permite que el
próximo meandro corriente arriba «lo alcance». Gradualmente el cuello de tierra comprendido entre los me-
Cuello
andros se va estrechando. Cuando están lo bastante próximos, el río puede erosionar el estrecho cuello de tierra
hasta el siguiente recodo (Figura 16.18). El nuevo segmento de cauce más corto se denomina estrangulamiento y, debido a su forma, el meandro abandonado se
denomina lago de media luna. Después de un cierto período, el lago de media luna se llena con sedimento para
crear una marca de meandro.
El proceso de estrangulación de un meandro tiene
el efecto de acortar el río y fue descrito con humor por
Mark Twain en Vida en el Mississippi.
En el espacio de 176 años el bajo Mississippi se ha
acortado 242 millas. Esto es la fruslería de una milla
y un tercio por año. Por consiguiente, cualquier persona tranquila, que no sea ciega ni idiota, puede ver
que en el viejo período Silúrico Oolítico, hace exactamente un millón de años el próximo noviembre, el
bajo Mississippi estaba un millón trescientas mil millas más arriba y chocaba con el golfo de México como
una caña de pescar. Y por la misma razón, cualquier
persona puede ver que dentro de 742 años el bajo
Mississippi sólo estará una milla y tres cuartos más lejos, y El Cairo y Nueva Orleans habrán juntado sus
calles y caminarán pausadamente bajo un solo alcalde
y un consejo mutuo de concejales…
Aunque los datos utilizados por Mark Twain pueden ser razonablemente precisos, intencionadamente
olvidó incluir el hecho de que el Mississippi también
creó muchos nuevos meandros, alargando con ello su
curso en una cantidad similar. De hecho, con el crecimiento de su delta, el Mississippi es en realidad más
largo, no más corto.
Meandros encajados y terrazas
fluviales
Lago de
media luna
Barrera de
limo y arcilla
▲ Figura 16.18 Formación de un estrangulamiento y un lago de
media luna.
Normalmente, esperamos que una corriente con un curso muy sinuoso se encuentre en una llanura de inundación
en un valle amplio. Sin embargo, ciertos ríos exhiben cauces meandriformes que fluyen en valles estrechos y empinados. Estos meandros se denominan meandros encajados (Figura 16.19). ¿Cómo se originan esas formas?
Originalmente, es probable que los meandros se
desarrollaran en la llanura de inundación de una corriente que estaba relativamente cerca del nivel de base. Luego, un cambio del nivel de base hizo que la corriente empezara a erosionar en sentido descendente. Pudo haber
ocurrido uno de dos acontecimientos. O bien el nivel de
base descendió o bien el terreno sobre el que fluía el río
se levantó.
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Meandros encajados y terrazas fluviales
467
cesó al final del período glaciar cuando los glaciares se
fundieron y el océano se elevó hasta su nivel anterior.
El levantamiento regional del terreno es la segunda
causa de los meandros encajados, y se muestrra un ejemplo en la llanura de Colorado en el suroccidente de Estados Unidos. Aquí, conforme la llanura se fue levantando
de manera gradual, los ríos que tenían numerosos meandros se fueron ajustando al nivel de base mediante erosión
vertical (Figura 16.19).
Después de que un río se ha ajustado a un descenso
relativo del nivel de base mediante erosión vertical, puede producir de nuevo una llanura de inundación a un nivel por debajo del anterior. A veces aparecen los restos de
una llanura de inundación previa en forma de superficies
planas denominadas terrazas (Figura 16.20).
A.
Llanura
de inunda
ción
A.
Terraza
Terraza
Terraza
B.
B.
▲ Figura 16.19 A. Esta imagen aérea muestra los meandros
encajados del río Delores en el oeste de Colorado. (Cortesía de
USDA-ASCS). B. Una vista de cerca de los meandros encajados del
río Colorado en el Parque Nacional Canyonlands, Utah. (Foto de
Michael Collier.) En ambos lugares, las corrientes de curso sinuoso
empezaron la erosión en la vertical debido al levantamiento de la
llanura de Colorado.
Un ejemplo de la primera circunstancia sucedió
durante el período glaciar cuando grandes cantidades
de agua se retiraron del océano y quedaron atrapadas
en glaciares sobre continentes. El resultado fue que el
nivel del mar (nivel de base absoluto) descendió, haciendo que los ríos que fluían hacia el océano empezaran a erosionar excavando. Por supuesto, esta actividad
T
Terrazas
Terrazas
Terrazas
C.
▲ Figura 16.20 Las terrazas se pueden formar cuando una corriente
produce erosión en la vertical a través de un aluvión previamente
depositado. Esto puede producirse en respuesta a un descenso del
nivel de base o como consecuencia de un levantamiento regional.
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I
TI
Corrientes de aguas superficiales
Características de las corrientes
▲
IE N C
A
ERR
Redes de drenaje
S D LA
E
Una corriente no es más que un pequeño componente de
un sistema mayor. Cada sistema consiste en una cuenca
de drenaje, el área de tierra que aporta agua a la corriente. La cuenca de drenaje de una corriente se separa de otra
por una línea imaginaria denominada divisoria (Figura
16.21). El tamaño de la divisoria oscila entre un montículo que separa dos pequeños arroyos hasta divisorias continentales, que dividen continentes en enormes cuencas de
drenaje. El río Mississippi tiene la mayor cuenca de drenaje de toda Norteamérica (Figura 16.22). Extendiéndose entre las Montañas Rocosas en el oeste y los Apalaches
en el este, el río Mississippi y sus afluentes recogen agua
de más de 3,2 millones de kilómetros cuadrados del continente.
Modelos de drenaje
Todos los sistemas de drenaje están compuestos por una
red interconectada de corrientes que, juntas, forman modelos concretos. La naturaleza de un modelo de drenaje
puede variar mucho de un tipo de terreno a otro, fundamentalmente en respuesta a los tipos de rocas sobre los
cuales se desarrolla la corriente o al modelo estructural de
fallas y pliegues.
▲
Figura 16.21 Una cuenca de drenaje
es la zona de tierra drenada por una
corriente y sus afluentes. Las divisorias
son los límites que separan las cuencas
de drenaje.
El modelo de drenaje encontrado con más frecuencia es el modelo dendrítico (Figura 16.23A). Este modelo
se caracteriza por una ramificación irregular de corrientes tributarias que recuerda al modelo ramificado de un
árbol caducifolio. De hecho, la palabra dendrítico significa «semejante a un árbol». El modelo dendrítico se forma donde el sustrato de roca subyacente es relativamente uniforme, como en estratos sedimentarios planos o
rocas ígneas masivas. Dado que el material subyacente es
esencialmente uniforme en su resistencia a la erosión, no
controla el modelo de flujo de corriente. En cambio, el
modelo viene determinado fundamentalmente por la dirección de la pendiente del terreno.
Cuando las corrientes divergen desde un área central como los radios de una rueda, se dice que el modelo
es radial (Figura 16.23B). Este modelo se desarrolla normalmente en zonas volcánicas aisladas y en elevaciones de
tipo domo.
En la Figura 16.23C se ilustra un modelo rectangular, con muchos recodos en ángulo recto. Este
modelo se desarrolla cuando el sustrato de roca está entrecruzado por una serie de diaclasas y fallas. Dado que
esas estructuras son erosionadas con más facilidad que
la roca no fracturada, su modelo geométrico orienta la
dirección de las corrientes a medida que excavan sus
valles.
En la Figura 16.23D se ilustra un modelo de drenaje de red enrejada, un modelo rectangular en el cual
los afluentes son casi paralelos entre sí y tienen el aspecto de un jardín enrejado. Este modelo se forma en áreas
Barrancos
Barrancos
Divisoria
Cuenca
de drenaje
menor
Divisoria de drenaje
para la cuenca
de drenaje más grande
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Redes de drenaje
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Río
issouri
M
Divisoria
Rí
o
io
Oh
ío
ss is
Mi
Cuenca de drenaje
del río Mississippi
pi
sip
R
Divisoria
Divisoria
▲ Figura 16.22 La cuenca de drenaje del río Mississippi, el mayor río de América del Norte, abarca unos 3 millones de kilómetros cuadrados.
Las divisorias son los límites que separan las cuencas de drenaje entre sí. Existen cuencas de drenaje y divisorias para todas las corrientes fluviales.
Volcán
A. Dendrítico
B. Radial
Valles excavados
en roca menos resistente
Crestas
de roca
resistentes
C. Rectangular
D. Enrejada
▲ Figura 16.23 Modelos de drenaje. A. Dendrítico. B. Radial. C. Rectangular. D. Enrejada.
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donde subyacen alternancias de roca resistente y menos
resistente y está particularmente bien desarrollado en los
Apalaches plegados, donde estratos débiles y fuertes afloran en cinturones casi paralelos.
Gargantas
Corriente A
Corriente B
Erosión remontante y captura
Hemos visto que una corriente puede alargar su curso
construyendo un delta en su desembocadura. También
puede alargarlo mediante erosión remontante; es decir, extendiendo la cabecera de su valle pendiente arriba. Conforme la escorrentía en lámina converge y se
concentra en la cabecera del cauce de una corriente, su
velocidad y, por consiguiente, su potencia de erosión,
aumentan. El resultado puede ser la erosión vigorosa en
la cabecera del valle. Por tanto, mediante erosión remontante, el valle se extiende a un terreno previamente
no diseccionado.
La erosión remontante por las corrientes de agua
desempeña un importante papel en la disección de las
zonas de tierras altas. Además, el conocimiento de este
proceso ayuda a explicar los cambios que tienen lugar en
los modelos de drenaje. Una de las causas de los cambios
que ocurren en el modelo de corrientes es la captura, la
desviación del drenaje de una corriente debido a la erosión remontante de otra. La captura puede ocurrir, por
ejemplo, si una corriente en un lado de una divisoria tiene un gradiente más empinado que la corriente del otro
lado. Dado que la corriente con el gradiente más empinado tiene más energía, puede alargar su valle cabecera
arriba, acabando por romper la divisoria y capturando
parte o todo el drenaje de la corriente más lenta. En la
Figura 16.24, el flujo de la corriente A fue capturado
cuando un afluente de la corriente B de flujo más rápido abrió una brecha en la divisoria a la altura de su cabecera y desvió la corriente A.
La captura explica también la existencia de gargantas estrechas y de laderas empinadas que no son atravesadas por corrientes activas. Estos cursos de agua
abandonados (denominados desfiladeros) se forman cuando el curso de la corriente que corta el desfiladero cambia su curso por una captura. En la Figura 16.24, una
garganta que había sido creada por la corriente A se convierte en un desfiladero como consecuencia de una captura.
Formación de una garganta
A veces, para entender por completo el patrón de las corrientes de una zona, debemos entender la historia de las
corrientes. Por ejemplo, en muchos lugares puede observarse cómo un valle fluvial atraviesa una dorsal o una montaña que se sitúa en su curso. El desfiladero con paredes
A.
Desfiladero
B.
▲ Figura 16.24 Captura y formación de desfiladeros. Un afluente
de la corriente B provoca erosión remontante hasta que finalmente
captura y desvía la corriente A. El cauce de agua A a través del cual
fluía la corriente A es abandonado como consecuencia de la
captura. Como consecuencia, este accidente geográfico es ahora
un desfiladero. En este valle y en los entornos de tipo sierra, las
rocas más blandas de los valles son erosionadas con más facilidad
que los resaltes resistentes. Por consiguiente, conforme los valles se
van reduciendo, los resaltes y las gargantas se van elevando en
relación con los valles.
escarpadas seguido por el río a través de la estructura se
denomina garganta (Figura 16.25).
¿Por qué una corriente atraviesa una estructura de
este tipo y no fluye a su alrededor? Una posibilidad es que
la corriente existiera antes de que se formara la sierra o la
montaña. En este caso, la corriente, denominada corriente antecedente, debería seguir su paso mediante la
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Inundaciones y control de la inundación
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erosión descendente durante el progreso del levantamiento. Es decir, la corriente mantendría su curso como
una zona de la corteza elevada por pliegue o falla a través
del camino de la corriente.
Una segunda posibilidad es que la corriente se sobreimpusiera o bajara sobre la estructura (Figura 16.25).
Eso puede ocurrir cuando una cadena o una montaña está
enterrada debajo de unas capas de sedimentos relativamente horizontales o estratos sedimentarios. Las corrientes que se originan en esta cubierta establecerían sus
cursos con independencia de las estructuras subyacentes.
Luego, a medida que el valle ganara profundidad y apareciera la estructura, el río continuaría erosionando su valle en estas últimas. Los Apalaches plegados proporcionan
algunos buenos ejemplos. Allí, una serie de grandes ríos,
como el Potomac y el Susquehanna, atraviesan los estratos plegados en su camino hacia el Atlántico.
A.
Gargantas
Gargantas
Gargantas
B.
▲ Figura 16.25 Desarrollo de una corriente sobreimpuesta. A. El
río establece su curso en los estratos relativamente uniformes.
B. Luego topa con la estructura subyacente y la atraviesa.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿La tectónica de placas influye en los ríos?
Sí, de muchas maneras. Por ejemplo, la existencia de un
gran río se debe en gran medida a la posición de un continente en una zona climática donde la precipitación es
abundante, lo cual, a su vez, viene determinado por el movimiento de las placas. Los ríos aparecen y desaparecen
conforme las placas en movimiento transportan los continentes hacia dentro y hacia fuera de las distintas zonas climáticas.
Existen muchos otros efectos directos e indirectos. La
formación de montañas en los bordes convergentes influye enormemente en las inclinaciones regionales y modifica los patrones de la precipitación. El pliegue y el fallado asociados con los procesos tectónicos afectan los
modelos de drenaje, mientras que las coladas de lava extensas creadas por la actividad volcánica relacionada con
la tectónica puede cambiar radicalmente los sistemas fluviales.
Inundaciones y control
de la inundación
Cuando el caudal de una corriente llega a ser tan grande
que supera la capacidad de su cauce, desborda sus márgenes en forma de una inundación. Las inundaciones son
los más comunes y más destructivos de todos los riesgos
geológicos. No obstante, forman parte simplemente del
comportamiento natural de las corrientes de agua.
La mayoría de inundaciones tiene un origen meteorológico provocado por los procesos atmosféricos que pueden
variar mucho tanto en tiempo como en espacio. Solamente
una hora o menos de tormenta puede desencadenar inundaciones en los valles pequeños. Por el contrario, las grandes
inundaciones en los grandes valles fluviales suelen ser el resultado de una serie de precipitaciones extraordinarias sobre
una región amplia durante un intervalo largo de tiempo.
La planificación del uso de la tierra en las cuencas
fluviales requiere un conocimiento de la frecuencia y la
magnitud de las inundaciones. Probablemente, el mayor
uso práctico inmediato de los datos recogidos en las estaciones de aforo es el cálculo de la probabilidad de diferentes magnitudes de inundación.
A menudo se describe las inundaciones en términos
de intervalo de recurrencia o período de retorno. Ése
es el caso cuando se habla de una inundación de 100 años (o
de una inundación de 30 años o de una inundación de 50
años). ¿Qué significa eso? El caudal de inundación que tiene un 1 por ciento de probabilidades de ser superado en
un año cualquiera se denomina una inundación de 100
años. Esta frase puede crear confusión porque hace creer
que sólo una inundación de este tipo ocurrirá en un intervalo de 100 años o que esas inundaciones se producen
con regularidad cada 100 años. Nada de eso es cierto. El
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hecho es que las inundaciones inusualmente grandes se
producen a intervalos irregulares y pueden suceder cualquier año.
Muchas designaciones de las inundaciones se reevalúan y se modifican con el tiempo a medida que se recogen más datos o cuando una cuenca fluvial es alterada de
una manera que afecta el flujo del agua. Los diques y el desarrollo urbano son ejemplos de algunas influencias humanas en una cuenca que pueden afectar los intervalos de
recurrencia.
Causas y tipos de inundaciones
Las inundaciones pueden ser consecuencia de varios factores naturales y humanos. Entre los tipos comunes de
inundaciones se cuentan las inundaciones regionales, las
avenidas, las inundaciones por obstrucción de hielo y las
inundaciones por ruptura de una presa.
Inundaciones regionales Algunas inundaciones regionales son estacionales. La fusión rápida de la nieve en primavera o las tormentas importantes que traen lluvias intensas en una región grande, o las dos cosas, producen la
mayoría de las inundaciones. La gran inundación que tuvo
lugar en 1997 a lo largo del río Red en el norte de Estados Unidos es un ejemplo notable de un acontecimiento
desencadenado por un deshielo rápido. La inundación
vino precedida por un invierno durante el que nevó mucho. A principios de abril, la nieve empezó a fundirse y la
inundación parecía inminente, pero los días 5 y 6 una ventisca reconstruyó los encogidos ventisqueros a alturas de
6 metros en algunos lugares. Entonces, la subida rápida de
las temperaturas fundió la nieve en cuestión de días, provocando una inundación que batió todos los récords después de 500 años. Se inundaron alrededor de 4,5 millones
de acres y las pérdidas en la región de Grand Forks, en
Dakota del Norte, superaron los 3.500 millones de dólares. Las inundaciones de principios de la primavera son a
veces peores si el suelo está congelado, lo cual reduce la
infiltración en el suelo y, de esta manera, aumenta la escorrentía.
Los largos períodos húmedos en cualquier época del
año pueden crear suelos saturados, después de lo cual cualquier lluvia adicional discurre en corrientes hasta que se
superan las capacidades. Las inundaciones regionales suelen ser provocadas por sistemas tormentosos de movimiento lento, incluidos los huracanes en decadencia. Las
inundaciones extensas y costosas del este de Carolina del
Norte en septiembre de 1999 fueron la consecuencia de las
lluvias torrenciales sobre suelos ya anegados de agua del
huracán Floyd, en decadencia. Los patrones meteorológicos húmedos y persistentes condujeron a las lluvias excepcionales y las devastadoras inundaciones del valle del
alto Mississippi durante el verano de 1993 (Figura 16.26).
Avenidas Una avenida puede producirse casi sin previo
aviso y puede ser mortal porque provoca un aumento
rápido de los niveles del agua y puede tener una velocidad de corriente devastadora (véase Recuadro 16.2).
Varios factores influyen en las avenidas. Entre ellos se
encuentran la intensidad y la duración de las precipitaciones, las condiciones superficiales y la topografía. Las
zonas montañosas son en especial susceptibles porque
las pendientes escarpadas pueden canalizar la escorrentía hacia cañones estrechos con consecuencias desastrosas. La inundación del río Big Thompson del 31 de
julio de 1976, en Colorado, ilustra este fenómeno. Durante un intervalo de cuatro horas, más de 30 centímetros de lluvia cayeron sobre una parte de la pequeña
4 de julio de 1988
Río Mississippi
Río Missouri
18 de julio de 1993
Río Mississippi
Río Missouri
▲ Figura 16.26 Imágenes satélite del río Missouri fluyendo en el
interior del río Mississippi. St. Louis se encuentra justo al sur de su
confluencia. La imagen de arriba muestra los ríos durante la sequía
que se produjo en el verano de 1988. La imagen de abajo refleja el
pico de la inundación que batía todos los récords de 1993. Las
lluvias excepcionales causaron la primavera y el principio de verano
más húmedos del siglo XX en la cuenca superior del río Mississippi.
En total, se inundaron casi 14 millones de acres y al menos 50.000
personas se desplazaron. (Cortesía de Spaceimaging.com.)
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Inundaciones y control de la inundación
▲
Recuadro 16.2
473
El hombre y el medio ambiente
Avenidas
Los tornados y los huracanes son las tormentas más impresionantes de la naturaleza. Pero sorprendentemente estos temidos acontecimientos no son responsables
del mayor número de muertes relacionadas con las tormentas. Esa distinción está
reservada para las avenidas. En el período
de nueve años comprendidos entre 1992
y 2001 en Estados Unidos el número de
muertes relacionadas con las tormentas
por inundación fue de una media de 127
muertes anuales. Por el contrario, la media de muertes por tornado fue de 71 al
año y la de los huracanes, 16.
Las avenidas son inundaciones locales
de gran volumen y corta duración. La oleada de agua de crecimiento rápido suele
producirse con un mínimo aviso previo y
puede destruir carreteras, puentes, casas y
otras estructuras sólidas. Los caudales alcanzan rápidamente un máximo y disminuyen casi con la misma rapidez. A menudo las avenidas transportan grandes
cantidades de sedimentos y derrubios
conforme arrasan los canales.
Con frecuencia, las avenidas son consecuencia de las lluvias torrenciales asociadas con una fuerte tormenta de movimiento lento o tienen lugar cuando una
serie de tormentas pasa repetidamente sobre el mismo lugar. En algunas ocasiones
los derrubios flotantes o el hielo pueden
acumularse en una obstrucción natural o
artificial y restringen el flujo del agua.
Cuando se rompen estas presas temporales, los torrentes de agua pueden ser liberados en forma de avenidas.
Las avenidas pueden producirse en
casi cualquier zona del país. En especial
son habituales en el terreno montañoso,
donde las pendientes empinadas pueden
canalizar rápidamente la escorrentía hacia
el interior de los valles estrechos. El riesgo es mayor cuando el suelo ya está casi
saturado por las lluvias anteriores o está
compuesto de materiales impermeables.
Un desastre en Shadydale, Ohio, demuestra qué puede ocurrir cuando las lluvias incluso moderadamente fuertes caen
sobre un suelo saturado de empinadas
pendientes.
La tarde del 14 de junio de 1990, 26
personas perdieron la vida cuando las lluvias estimadas en el intervalo de 7 a 12
centímetros se precipitaron sobre el suelo saturado, lo cual generó olas de inundación en corrientes que alcanzaron unos
metros de altura, destruyendo las viviendas y los comercios cercanos a la orilla.
Los meses anteriores de lluvias superiores
a lo normal habían generado un contenido de agua en el suelo cercano a la saturación. Por consiguiente, las cantidades
moderadas de lluvia provocaron grandes
cantidades de escorrentía superficial. Los
valles escarpados con paredes práctica-
cuenca de drenaje del río. La avenida en el estrecho cañón duró sólo unas pocas horas pero se cobró 139 vidas y provocó daños por el valor de decenas de millones de dólares.
Las zonas urbanas son susceptibles de experimentar
avenidas, ya que un elevado porcentaje del área de la superficie está compuesto de tejados impermeables, calles y
aparcamientos, donde la escorrentía es muy rápida. Para
comprender mejor el efecto de la urbanización en el flujo de las corrientes, examínese la Figura 16.27. La parte
A de la figura es un hidrograma hipotético que muestra la
relación temporal entre la tormenta y la inundación. Nótese que el nivel del agua de la corriente no sube al principio de la precipitación, porque hace falta tiempo para
que el agua se desplace desde el lugar donde se precipitó
mente verticales canalizaron las inundaciones, creando crestas de ola muy rápidas, altas y empinadas*.
¿Por qué muere tanta gente en las avenidas? Además del factor sorpresa (a muchos les sorprende durmiendo), las personas no valoran la potencia del agua en
movimiento. Sólo 15 centímetros de agua
de la crecida con un movimiento rápido
pueden tirar una persona al suelo. La mayoría de automóviles flotarán y serán
arrastrados en sólo 0,6 metros de agua.
¡Más de la mitad de todas las muertes por
avenidas en Estados Unidos están relacionadas con los automóviles! Obviamente, las
personas nunca deben intentar conducir
por una carretera inundada. La profundidad del agua no es siempre evidente. Además, el lecho de la carretera puede haber
sido arrasado debajo del agua. En la actualidad las avenidas constituyen calamidades que pueden causar un enorme número de víctimas y grandes pérdidas
materiales. Aunque se están realizando
esfuerzos para mejorar las observaciones
y las advertencias, las avenidas continúan
siendo asesinos naturales esquivos.
* «Prediction and Mitigation of Flash Floods: A Policy Statement of the American Meteorological Society» Bulletin of the American Meteorological Society,
vol. 74, núm. 8 (agosto 1993), pág. 1.586.
hasta la corriente. Esta diferencia temporal se denomina
tiempo de retardo. El hidrograma de la Figura 16.27B describe la misma zona y la misma precipitación hipotéticas
después de la urbanización. Nótese que el caudal máximo
durante una inundación es mayor y que el tiempo de retardo entre la precipitación y el pico de la inundación es
más corto que antes de la urbanización. La explicación de
este efecto es sencilla. Las calles, los aparcamientos y los
edificios cubren el suelo que antes filtraba el agua. Por
tanto, se infiltra menos agua y aumentan la velocidad y la
cantidad de la escorrentía. Además, dado que se infiltra
mucha menos agua en el suelo, baja el flujo de agua (estación seca) de muchas corrientes urbanas, que se mantiene por el movimiento de las aguas subterráneas en el canal, reduciéndose enormemente. Como cabe esperar, la
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C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
A
Caudal
Período de retraso
Centro
de masa
de la lluvia
Centro
de masa
de la escorrentía
Flujo de corriente
te es la ruptura de una presa o un dique artificial. Las presas y los diques artificiales se construyen como protección
contra las inundaciones. Están diseñados para contener las
inundaciones de una magnitud determinada. Si se produce una inundación mayor, la presa o el dique son sobrepasados. Si la presa o el dique se rompen o son arrastrados por
el agua, el agua detrás de ellos es liberada y se convierte en
una avenida. La rotura de una presa en 1889 en el río Little Conemaugh causó la devastadora inundación de Johnstown, Pensilvania, que se cobró unas 3.000 vidas.
Lluvia
Control de inundaciones
Tiempo
Período de retraso típico entre la lluvia y la escorrentía
Período de retraso
Caudal
B
Flujo de corriente
Lluvia
Tiempo
Período de retraso entre la lluvia y la escorrentía tras la urbanización
▲ Figura 16.27 Cuando una zona pasa de ser rural a ser urbana,
el período de retraso entre la lluvia y el pico de la inundación se
reduce. El pico de la inundación también es mayor tras la
urbanización. (Tomado de L. B. Leopold, U. S. Geological Survey.)
magnitud de estos efectos es una función del porcentaje de
tierra cubierta por superficies impermeables.
Inundaciones por obstrucción de hielo Los ríos congelados son sensibles a las inundaciones por obstrucción de
hielo. A medida que aumenta el nivel de una corriente,
ésta romperá el hielo y creará corrientes de hielo que pueden apilarse y obstruir el canal. Una barrera de hielo de
este tipo crea un dique que atraviesa el canal. El agua de
corriente arriba a partir del dique de hielo puede subir rápidamente e inundar los bancos del canal. Cuando el dique de hielo se rompe, el agua almacenada detrás del dique se libera, lo cual provoca una avenida corriente abajo.
Inundaciones por ruptura de una presa La interferencia
humana en el sistema de corrientes fluviales puede empeorar, o incluso causar, las inundaciones. Un ejemplo excelen-
Se han ideado varias estrategias para eliminar o reducir los
efectos catastróficos de las inundaciones. Entre los esfuerzos de ingeniería se cuentan la construcción de diques
artificiales, la construcción de presas de control de las
inundaciones y la canalización de los ríos.
Diques artificiales Los diques artificiales son montículos
de tierra construidos en las riberas de un río para incrementar el volumen de agua que el cauce puede albergar.
Estas estructuras, sumamente comunes, se han utilizado
desde tiempos antiguos y continúan utilizándose en la actualidad.
Los diques artificiales son normalmente fáciles de
distinguir de los naturales debido a que sus pendientes son
mucho más empinadas. Cuando un río es confinado por
diques durante los períodos de mucho caudal, suele depositar material en su cauce durante la disminución del
caudal. Éste es un sedimento que, de lo contrario, habría
sido depositado en la llanura de inundación. Por tanto,
cada vez que hay una subida, se dejan depósitos en el lecho del río y se acumulan en el fondo del cauce. Con el
ascenso del lecho, se requiere menos agua para el desbordamiento del dique original. Como consecuencia, quizá
haya que elevar periódicamente la altura del dique para
proteger la llanura de inundación. Además, muchos diques
artificiales no están construidos para resistir períodos de
inundación extrema. Por ejemplo, fueron numerosos los
hundimientos de diques artificiales en el medio oeste de
Estados Unidos durante el verano de 1993, cuando el alto
Mississippi y muchos de sus afluentes experimentaron
inundaciones extraordinarias.
Presas de control de inundaciones Las presas de control de
inundaciones se construyen para almacenar el agua de la
inundación y luego dejarla salir lentamente. Esto reduce
la cresta de la inundación extendiéndola durante un tiempo más largo. Desde los años 20, se han construido miles
de presas en casi todos los ríos principales de Estados
Unidos. Muchas presas tienen funciones significativas no
relacionadas con las inundaciones, como el suministro de
agua para la agricultura de irrigación y para la generación
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Resumen
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de energía hidroeléctrica. Muchos embalses son también
importantes centros recreativos.
Aunque las presas pueden reducir las inundaciones
y proporcionar otros beneficios, la construcción de estas
estructuras tiene también costes y consecuencias significativos. Por ejemplo, los embalses creados por presas pueden cubrir tierra de cultivo fértil, bosques útiles, sitios
históricos y valles de belleza pictórica. Por supuesto, las
presas atrapan sedimentos. Por consiguiente, los deltas y
las llanuras de inundación corriente abajo se erosionan
porque no vuelven a rellenarse con limo durante las inundaciones. Las grandes presas también pueden causar un
daño ecológico significativo a los ambientes fluviales que
tardaron miles de años en establecerse.
Construir una presa no es una solución permanente para las inundaciones. La sedimentación detrás de una
presa significa que el volumen de su depósito disminuirá
gradualmente, reduciendo la eficacia de esta medida de
control de las inundaciones.
mientos artificiales en el Mississippi con el fin de incrementar la eficiencia del cauce y reducir la amenaza de
inundaciones. En total, el río ha sido acortado más de 240
kilómetros. El programa ha tenido algo de éxito en cuanto a la reducción de la altura del río en la época de inundaciones. Sin embargo, debido a que el río todavía muestra tendencia a la formación de meandros, ha sido difícil
de evitar que vuelva a su curso anterior.
Los estrangulamientos artificiales incrementan la
velocidad de una corriente y también pueden acelerar la
erosión del lecho y de los márgenes del cauce. Un ejemplo de este tipo es el río Blackwater de Missouri, cuyo curso serpenteante se acortó en 1910. Entre los muchos efectos de ese proyecto se cuenta un notable aumento de la
anchura del cauce causado por el incremento de velocidad
de la corriente. Un puente sobre el río se derrumbó debido a la erosión de la ribera en 1930. En los 17 años siguientes el mismo puente fue reemplazado en tres ocasiones más, cada vez con un trecho mayor.
Canalización La canalización implica la alteración del
cauce de una corriente para aumentar la velocidad del flujo del agua con objeto de impedir que alcance la altura de
la inundación. Esto puede implicar simplemente limpiar
un cauce de obstrucciones o drenar un cauce para hacerlo más ancho y profundo.
Una alteración más radical implica el enderezamiento de un canal mediante la creación de estrangulamientos artificiales. La idea es que acortando la corriente,
aumentan el gradiente y, por tanto, la velocidad. Al aumentar la velocidad, el mayor volumen asociado con la
inundación puede dispersarse con más rapidez.
Desde principios de los años treinta, el Cuerpo de
Ingenieros de la Armada ha creado muchos estrangula-
Un enfoque no estructural Todas las medidas de control
de la inundación descritas hasta ahora han implicado soluciones estructurales orientadas a «controlar» un río.
Esas soluciones son caras y a menudo dan una falsa sensación de seguridad a las personas que viven en la llanura
de inundación.
En la actualidad, muchos científicos e ingenieros
defienden un enfoque no estructural para el control de las
inundaciones. Sugieren que una alternativa a los diques artificiales, las presas y la canalización es el manejo lógico de
las llanuras de inundación. Identificando las áreas de alto
riesgo, pueden ejecutarse leyes de zonación apropiadas
que reduzcan al mínimo el desarrollo y promuevan un
uso más apropiado de la tierra.
Resumen
• El ciclo hidrológico describe el intercambio continuo de
agua entre los océanos, la atmósfera y los continentes.
Impulsado por la energía procedente del sol, es un sistema global en el cual la atmósfera proporciona el
vínculo entre los océanos y los continentes. Los procesos implicados en el ciclo hidrológico son la precipitación, la evaporación, la infiltración (el movimiento del
agua al interior de las rocas o del suelo a través de grietas o poros), la escorrentía (el agua que fluye sobre la
tierra) y la transpiración (la liberación de vapor de agua
a la atmósfera por las plantas). El agua corriente es el
agente más importante que esculpe la superficie terrestre.
• La cantidad de agua que corre por la superficie de la
tierra, en comparación con la que se hunde en el sue-
lo, depende de la capacidad de infiltración del suelo. Inicialmente la escorrentía fluye en forma de láminas
delgadas y anchas a través del suelo, en un proceso denominado escorrentía en lámina. Después de una corta distancia, los hilillos de corriente normalmente se
desarrollan y se forman diminutos cauces denominados acanaladuras.
• Los factores que determinan la velocidad de una corriente son el gradiente (pendiente del cauce de la corriente), la sección transversal, el tamaño y la irregularidad del cauce, y el caudal de la corriente (cantidad de
agua que pasa por un punto dado por unidad de tiempo, que normalmente se mide en metros cúbicos por
segundo). Lo más frecuente es que el gradiente y la
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C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
irregularidad de una corriente disminuyan pendiente
abajo, mientras que la anchura, la profundidad, el caudal y la velocidad aumenten.
• Los dos tipos generales de nivel de base (el menor punto al cual una corriente puede erosionar su cauce) son:
(1) el nivel de base absoluto (nivel del mar), y (2) el nivel
de base temporal o local. Cualquier cambio en el nivel
de base hará que la corriente se ajuste y establezca un
nuevo equilibrio. La reducción del nivel de base hará
que una corriente erosione, mientras que la elevación
del nivel de base provoca la sedimentación de material en el cauce.
• Las corrientes transportan su carga de sedimento en solución (carga disuelta), en suspensión (carga suspendida)
y a lo largo del fondo del cauce (carga de fondo). Gran
parte de la carga disuelta proviene del agua subterránea.
La mayoría de las corrientes transforman la mayor
parte de la carga en suspensión. La carga de fondo se
mueve sólo de manera intermitente y suele representar
la menor porción de la carga de una corriente.
• Aunque existen muchas gradaciones, los dos tipos generales de valles de corrientes son: (1) los valles estrechos en forma de V, y (2) los valles anchos con fondos planos. Dado que la actividad dominante es la erosión
descendente hacia el nivel de base, los valles estrechos
a menudo contienen cataratas y rápidos. Cuando una
corriente ha erosionado su cauce más cerca del nivel
de base, su energía la dirige de un lado al otro, y la
erosión produce un fondo de valle plano, o llanura de
inundación. Las corrientes que fluyen sobre las llanuras de inundación a menudo se mueven en recodos
extensos denominados meandros. La formación generalizada de meandros puede provocar segmentos
más cortos del cauce, denominados estrangulamientos
o meandros abandonados, denominados lagos de media luna.
• El área de terreno que aporta agua a una corriente se
denomina cuenca de drenaje. Las cuencas de drenaje están separadas por una línea imaginaria denominada divisoria. Los modelos de drenaje comunes (la forma de
una red de corrientes) producidos por un canal principal y sus afluentes son: (1) dendrítico, (2) radial, (3)
rectangular y (4) red de drenaje enrejada.
• La capacidad de una corriente para transportar partículas sólidas se describe utilizando dos criterios: la capacidad (la carga máxima de partículas sólidas que una
corriente puede transportar) y la competencia (el tamaño máximo de clasto que una corriente puede transportar). La competencia aumenta en un valor igual al
cuadrado de la velocidad de la corriente, de modo que
si la velocidad se duplica, la fuerza del agua se cuadruplica.
• La erosión remontante alarga el curso de la corriente extendiendo la cabecera de su valle pendiente arriba.
Este proceso puede inducir capturas (el desvío del drenaje de una corriente por otra). Como consecuencia
de la captura de los ríos pueden aparecer lo que se denominan desfiladeros.
• Las corrientes depositan sedimentos cuando la velocidad se ralentiza y la competencia se reduce. Esto
provoca una selección, el proceso mediante el cual se
depositan juntas partículas de tamaño semejante. Los
depósitos fluviales se denominan aluviones y pueden
aparecer como depósitos de canal denominados barras; como depósitos de llanura de inundación, entre
los que se cuentan los diques naturales, y como deltas o
abanicos aluviales en las desembocaduras de las corrientes.
• Las inundaciones son desencadenadas por lluvias intensas o por fusión de la nieve, o las dos cosas. A veces la interferencia humana puede empeorar o incluso causar inundaciones. Las medidas de control de la
inundación son la construcción de diques artificiales
y presas, así como la canalización, que puede implicar
la creación de estrangulamientos artificiales. Muchos
científicos e ingenieros abogan por un enfoque no estructural para el control de las inundaciones que implican un uso más apropiado de la tierra.
Preguntas de repaso
1. Describa el movimiento del agua a través del ciclo
hidrológico. Una vez que la precipitación ha caído
sobre la tierra, ¿qué vías tiene disponibles?
2. Sobre los océanos, la evaporación supera la precipitación. ¿Por qué no disminuye el nivel del mar?
3. Enumere diversos factores que influyen en la capacidad de infiltración.
4. Una corriente se origina a 2.000 metros por encima del
nivel del mar y viaja 250 kilómetros hasta el océano.
¿Cuál es su gradiente medio en metros por kilómetro?
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Términos fundamentales
5. Supongamos que la corriente mencionada en la pregunta 4 desarrolló una amplia red de meandros de
modo que su curso se alargó hasta 500 kilómetros.
Calcule este nuevo gradiente. ¿Cómo afectan los
meandros al gradiente?
6. Cuando el caudal de una corriente aumenta, ¿qué
ocurre con la velocidad de la corriente?
7. ¿Qué le ocurre normalmente a la anchura y a la profundidad del cauce, a la velocidad y al caudal desde
el punto en el que empieza una corriente hasta el
punto donde acaba? Explique brevemente por qué
tienen lugar esos cambios.
8. Defina el nivel de base. Nombre el principal río de su
área. ¿Para qué corrientes actúa como nivel de base?
¿Cuál es el nivel de base para el río Mississippi?
9. ¿Por qué la mayoría de las corrientes tiene gradientes bajos cerca de sus desembocaduras?
10. Describa tres formas mediante las cuales una corriente puede erosionar su cauce. ¿Cuál de ellas es
responsable de la creación de marmitas de gigante?
11. Si fuera a tomar una jarra de agua de una corriente,
¿qué parte de la carga se depositaría en el fondo de
la jarra? ¿Qué porción quedaría en el agua? ¿Qué
parte de la carga de la corriente probablemente no
estaría presente en su muestra?
12. ¿Qué es la velocidad de sedimentación? ¿Qué factores influyen en la velocidad de sedimentación?
13. Distinga entre capacidad y competencia.
477
14. Describa una situación que podría inducir un cauce de corriente a anastomosarse.
15. Describa brevemente la formación de un dique natural. ¿Cómo se relaciona esta forma con las ciénagas y los afluentes yazoo?
16. ¿En qué se parece un delta y un abanico aluvial? ¿En
qué se diferencian?
17. ¿Por qué un río que fluye a través de un delta acaba cambiando su curso?
18. ¿Cómo ha contribuido la construcción de diques
artificiales y presas en el río Mississippi y sus afluentes al encogimiento del delta de Mississippi y sus extensas zonas húmedas (véase Recuadro 16.1)?
19. Cada una de las siguientes afirmaciones se refiere a
un modelo de drenaje concreto. Identifíquelo.
a) Corrientes que divergen de un área alta central
como un domo
b) Modelo ramificado
c) Modelo que se desarrolla cuando el lecho de
roca está entrecruzado por diaclasas y fallas
20. Describa cómo podría formarse una garganta.
21. Compare las inundaciones regionales y las avenidas.
¿Qué tipo es el más mortal?
22. Enumere y describa brevemente tres estrategias básicas de control de inundación. ¿Cuáles son las desventajas de cada una de ellas?
Términos fundamentales
abanico aluvial
acanaladura
afluente yazoo
aluvión
anastomosada
barra
barra de meandro
cabecera
capacidad
capacidad de infiltración
captura
carga de fondo
carga disuelta
carga suspendida
cataratas
caudal
ciclo hidrológico
ciénaga
competencia
corriente antecedente
corriente en equilibrio
corriente sobreimpuesta
cuenca de drenaje
delta
desembocadura
dique natural
divisoria
erosión remontante
escorrentía
escorrentía en lámina
estrangulamiento
evapotranspiración
flujo laminar
flujo turbulento
garganta
gradiente
infiltración
intervalo de recurrencia
lago de media luna
ley de Playfair
llanura de inundación
marca de meandro
marmita de gigante
meandro
meandro encajado
modelo de red enrejada
modelo dendrítico
modelo radial
modelo rectangular
nivel de base
nivel de base absoluto
nivel de base local o temporal
período de retorno
perfil longitudinal
rápido
retroceso de escarpe
saltación
selección
terraza
transpiración
velocidad de sedimentación
16_Capítulo 16
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18:06
Página 478
C A P Í T U L O 1 6 Corrientes de aguas superficiales
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
• Búsquedas de términos clave en toda la red.
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17_Capítulo 17
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18:57
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Importancia de las aguas
subterráneas
Fuentes termales y géiseres
Distribución de las aguas
subterráneas
Pozos artesianos
El nivel freático
Variaciones en el nivel freático
Interacción entre las aguas subterráneas
y las aguas corrientes
Factores que influyen
en el almacenamiento
y la circulación de las aguas
subterráneas
Porosidad
Permeabilidad, acuicluidos y acuíferos
Circulación de las aguas
subterráneas
Pozos
Problemas relacionados
con la extracción del agua
subterránea
Tratamiento del agua subterránea como un
recurso no renovable
Subsidencia
Contaminación salina
Contaminación del agua subterránea
El trabajo geológico del agua
subterránea
Cavernas
Topografía kárstica
Manantiales o fuentes
479
17_Capítulo 17
480
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
E
n todo el mundo, los pozos y manantiales o fuentes
proporcionan agua para las ciudades, las cosechas, el
ganado y la industria. En Estados Unidos, el agua subterránea es el origen de alrededor del 40 por ciento del agua
utilizada para todos los fines (excepto la generación de energía hidroeléctrica y el enfriamiento de las centrales eléctricas).
El agua subterránea es el agua potable para más del 50 por
ciento de la población, el 40 por ciento del agua utilizada
para la irrigación y proporciona más del 25 por ciento de las
necesidades de la industria. En algunas áreas, sin embargo,
el uso abusivo de este recurso básico se ha traducido en escasez de agua, agotamiento de las aguas de escorrentía, subsidencia del terreno, contaminación salina, aumento del coste de bombeo y contaminación del agua subterránea.
Importancia de las aguas
subterráneas
I
ERR
TI
▲
IE N C
Aguas subterráneas
Importancia y distribución
A
S D LA
de las aguas subterráneas
E
El agua subterránea es uno de nuestros recursos más valiosos y asequibles, aunque nuestras percepciones con respecto al ambiente subsuperficial del que procede son a
menudo poco claras e incorrectas. La razón para ello es
que el ambiente de las aguas subterráneas está muy oculto a la vista, excepto en las cavernas y las minas, y las impresiones que tenemos de esas aperturas subsuperficiales
son engañosas. La observación de la superficie de la Tierra da la impresión de que el planeta es «sólido». Esta opinión se mantiene cuando entramos en una caverna y vemos el agua fluir en un cauce que parece haber sido
excavado en una roca sólida.
Debido a esas observaciones, muchas personas creen que el agua subterránea aparece sólo en «ríos» debajo
de la tierra. En realidad, la mayor parte del ambiente subsuperficial no es «sólido» en absoluto. Consta de incontables poros diminutos entre los granos de suelo y de se-
dimento, así como de estrechas diaclasas y fracturas practicadas en el lecho de roca. En conjunto, todos estos espacios constituyen un volumen inmenso. Es en estas pequeñas aperturas donde se reúne y se mueve el agua
subterránea.
Considerando la hidrosfera entera, o toda el agua de
la Tierra, sólo alrededor de las seis décimas partes del uno
por ciento aparece bajo tierra. No obstante, este pequeño
porcentaje, almacenado en la roca y los sedimentos situados debajo de la superficie terrestre, constituye una enorme cantidad. Cuando se excluyen los océanos y se consideran sólo las fuentes de agua dulce, se pone más de
manifiesto la importancia de las aguas subterráneas.
En la Tabla 17.1 se muestra la distribución de agua
dulce calculada para la hidrosfera. Por supuesto, el mayor
volumen aparece en forma de hielo glaciar. El segundo en
la clasificación es el agua subterránea, que constituye más
del 14 por ciento del total. Sin embargo, cuando se excluye
el hielo y se considera sólo el agua líquida, más del 94 por
ciento de toda el agua dulce es agua subterránea. No cabe
duda de que el agua subterránea representa el mayor depósito
de agua dulce que resulta fácilmente asequible a los seres humanos. Su valor en términos de economía y de bienestar
humano es incalculable.
Desde un punto de vista geológico, el agua subterránea es importante como agente erosivo. La acción disolvente del agua subterránea va minando lentamente las
rocas solubles como la caliza, permitiendo la formación de
depresiones superficiales denominadas dolinas, así como
la creación de cavernas subterráneas. El agua subterránea
es también un compensador del flujo de escorrentía. Gran
parte del agua que fluye en los ríos no procede directamente de la lluvia y de la fusión de la nieve. Más bien, un
gran porcentaje de la precipitación se infiltra y luego se
desplaza lentamente bajo tierra hasta las corrientes encauzadas. El agua subterránea es, pues, una forma de almacenamiento que mantiene las corrientes fluviales durante los períodos de ausencia de precipitaciones. La
información de la Tabla 17.1 refuerza este dato. Vemos
Tabla 17.1 Agua dulce de la hidrosfera
Partes de la hidrosfera
Volumen de
agua dulce
(km3)
Porción de
volumen total
de agua dulce (%)
Tasa
de intercambio
del agua
Casquetes polares y glaciares
Aguas subterráneas
Lagos y embalses
Humedad del suelo
Vapor de agua en la atmósfera
Agua de los ríos
Total
24.000.000
4.000.000
155.000
83.000
14.000
1.200
28.253.200
84,945
14,158
0,549
0,294
0,049
0,004
100,000
8.000 años
280 años
7 años
1 año
9,9 días
11,3 días
Fuente: U.S. Geological Survey Water Supply Paper 2220, 1987.
17_Capítulo 17
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El nivel freático
El nivel freático
IE N C
Aguas subterráneas
Importancia y distribución
A
S D LA
de las aguas subterráneas
E
El nivel freático, el límite superior de la zona de saturación, es un elemento muy significativo del sistema de
aguas subterráneas. El nivel freático es importante para
predecir la productividad de los pozos y explicar los cambios de flujo de las corrientes y los manantiales, justificando las fluctuaciones del nivel de los lagos.
ERR
I
ERR
TI
▲
IE N C
I
Aguas subterráneas
Importancia y distribución
A
S D LA
de las aguas subterráneas
E
Cuando llueve, parte del agua discurre por la superficie,
parte se evapora y el resto se infiltra en el terreno. Esta
última vía es la fuente primaria de prácticamente toda
el agua subterránea. La cantidad de agua que sigue cada
uno de esos caminos, sin embargo, varía mucho en función del tiempo y del espacio. Los factores que influyen
en esta variación son lo fuerte de la pendiente, la naturaleza del material, la intensidad de la lluvia, y el tipo y
cantidad de vegetación. Densas lluvias que caen sobre
pendientes abruptas donde las capas suprayacentes están compuestas de materiales impermeables provocarán
obviamente un elevado porcentaje de agua de escorrentía. A la inversa, si la lluvia cae de manera suave y uniforme sobre pendientes más graduales compuestas por
materiales que son fácilmente penetrados por el agua,
un porcentaje mucho mayor del agua se infiltrará en el
suelo.
Algo del agua que se infiltra no viaja muy lejos, porque es retenida por atracción molecular como una capa superficial sobre las partículas sólidas. Esta zona cercana a
la superficie se denomina cinturón de humedad del suelo. Está surcada por raíces, los vacíos que quedaron en el
lugar de las raíces desintegradas y las madrigueras y los túneles de las lombrices, que aumentan la infiltración del
agua de lluvia en el suelo. Las plantas utilizan el agua del
suelo en las funciones vitales y la transpiración. Una parte de agua también se evapora directamente y regresa a la
atmósfera.
El agua que no es retenida como humedad del suelo percola hacia abajo hasta que alcanza una zona donde
todos los espacios libres del sedimento y la roca están
completamente llenos de agua (Figura 17.1). Ésta es la
zona de saturación. El agua situada en el interior se denomina agua subterránea. El límite superior de esta
zona se conoce como el nivel freático. Extendiéndose
TI
Distribución de las aguas
subterráneas
hacia arriba desde el nivel freático se encuentra la franja capilar (capillus cabello), en la cual el agua subterránea es mantenida por la tensión superficial en diminutos conductos comprendidos entre los granos de suelo
o de sedimento. El área situada por encima del nivel freático que abarca la franja capilar y el cinturón de humedad del suelo se denomina zona de aireación. Aunque
puede haber una cantidad considerable de agua en la zona
de aireación, esta agua no puede ser bombeada por los
pozos porque está demasiado aferrada a la roca y las partículas sólidas. Por el contrario, por debajo del nivel freático, la presión del agua es lo bastante grande como para
permitir que el agua entre en los pozos, permitiendo así
que el agua subterránea pueda sacarse para su uso. Examinaremos con más detalle los pozos en otra sección del
capítulo.
▲
que la tasa de intercambio del agua subterránea es de 280
años. Esta cifra representa el tiempo necesario para sustituir el agua ahora almacenada bajo tierra. Por el contrario, la tasa de intercambio para los ríos es tan sólo ligeramente superior a 11 días: si se cortara el suministro de
agua subterránea a un río y no lloviera, aquél se secaría en
tan sólo 11 días. Por tanto, el agua que fluye en un río durante un período seco constituye lluvia que cayó en algún
momento anterior y se almacenó bajo tierra.
481
Variaciones en el nivel freático
La profundidad del nivel freático es muy variable y puede oscilar entre cero, cuando se sitúa en la superficie, y
centenares de metros en algunos lugares. Una característica importante del nivel freático es que su configuración
varía según las estaciones y de un año a otro, porque la
adición de agua al sistema de aguas subterráneas está estrechamente relacionada con la cantidad, la distribución
y la frecuencia de las precipitaciones. Excepto cuando el
nivel freático se sitúa en la superficie, no podemos observarlo directamente. Sin embargo, su elevación puede cartografiarse y estudiarse en detalle allí donde los pozos son
numerosos porque el nivel del agua en los pozos coincide
con el nivel freático (Figura 17.2). Estos mapas revelan
que el nivel freático raramente es horizontal, como cabría
esperar. En cambio, su forma suele ser una réplica suavizada de la topografía superficial, alcanzando sus mayores
elevaciones debajo de las colinas y luego descendiendo
hacia los valles (Figura 17.1). En las zonas pantanosas, el
nivel freático coincide precisamente con la superficie. Lagos y corrientes de agua ocupan generalmente áreas lo
17_Capítulo 17
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Página 482
CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
elo
Humedad del su
Cinturón
intermedio
Zona de
aireación
pilar
Franja ca
tico
Nivel freá
Zona de
saturación
Agua subterránea
Corriente
Pozo
Nivel freático
normal
Nivel freático
durante época
de sequía
▲ Figura 17.1 Distribución del agua subterránea. La forma del nivel freático suele ser una réplica suavizada de la topografía superficial.
Durante los períodos de sequía, el nivel freático desciende, reduciendo el flujo de corriente y secando algunos pozos.
bastante bajas como para que el nivel freático esté por encima de la superficie del terreno.
Varios factores contribuyen a la irregularidad superficial del nivel freático. Una influencia importante es el hecho de que el agua subterránea se desplaza muy despacio
y a velocidades variables bajo diferentes condiciones. De-
bido a ello, el agua tiende a «apilarse» debajo de las áreas
altas entre valles de corrientes fluviales. Si la lluvia cesara
por completo, estas «colinas» de agua freática se hundirían lentamente y se aproximarían de manera gradual al nivel de los valles. Sin embargo, se suele añadir nuevo suministro de agua de lluvia con la suficiente frecuencia
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El nivel freático
152,31
138,47
131,42
145,03
132,21
126,78
137,90
121,34
128,37
A.
152,31
138,47
150
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145,03
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483
través del cauce de la corriente. Este tipo de corrientes se
denominan efluentes (Figura 17.3A). Para que eso suceda, la elevación del nivel freático debe ser mayor que el nivel de la superficie de la corriente. Las corrientes pueden
perder agua hacia el sistema de aguas subterráneas por la
salida de agua a través del lecho de la corriente. En esta
situación se emplea el término influente (Figura 17.3B,
C). Cuando eso sucede, la elevación del nivel freático debe
ser inferior a la superficie de la corriente. La tercera posibilidad es una combinación de las dos primeras: una corriente recibe aportaciones de agua en algunas secciones
y pierde agua en otras.
Las corrientes influentes pueden estar conectados al
sistema de aguas subterráneas por una zona saturada continua o pueden estar desconectados de ese sistema por una
132,21
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0
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B.
120
EXPLICACIÓN
Localización de un pozo y altitud del nivel freático
por encima del nivel del mar, en metros
El contorno muestra la altitud del nivel freático,
intervalo del contorno 3 metros
Línea de flujo del agua subterránea
▲ Figura 17.2 Preparación de un mapa del nivel freático. El nivel
del agua de los pozos coincide con el nivel freático. A. En primer
lugar, se sitúan en un mapa las localizaciones de los pozos y la
elevación del nivel freático por encima del nivel del mar. B. Estos
puntos se utilizan para trazar las líneas de contorno del nivel
freático a intervalos regulares. En este mapa de muestra el intervalo
es de 3 metros. Las líneas de flujo del agua subterránea pueden
añadirse para mostrar el movimiento del agua en la parte superior
de la zona de saturación. El agua subterránea tiende a moverse
más o menos perpendicularmente a los contornos, descendiendo
por la pendiente del nivel freático. (Tomado del U. S. Geological
Survey.)
como para evitar esto. No obstante, en época de mucha sequía (véase Recuadro 17.1), el nivel freático puede descender lo suficiente como para secar los pozos poco profundos (Figura 17.1). Otras causas de la falta de uniformidad
del nivel freático son las variaciones de precipitación y
permeabilidad de un lugar a otro.
Interacción entre las aguas subterráneas
y las aguas corrientes
La interacción entre el sistema de aguas subterráneas y las
aguas corrientes es un eslabón básico del ciclo hidrológico. Puede producirse de tres maneras. Las corrientes pueden recibir agua de la aportación de aguas subterráneas a
Nivel freático
A. Efluente
Nivel freático
Zona de
aireación
B. Influente (conectado)
Nivel freático
Zona de
aireación
C. Influente (desconectado)
▲ Figura 17.3 Interacción entre el sistema de aguas subterráneas
y las corrientes de aguas superficiales. A. Las corrientes efluentes
reciben agua del sistema de aguas subterráneas. B. Las corrientes
influentes pierden agua hacia el sistema de aguas subterráneas.
C. Cuando una zona de aireación separa las corrientes influentes del
sistema de aguas subterráneas, puede formarse una protuberancia
en el nivel freático. (Tomado del U. S. Geological Survey.)
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
▲
Recuadro 17.1
La Tierra como sistema
El impacto de la sequía en el sistema hidrológico*
meteorológicas predominantes, las características biológicas de la planta en particular, su estadio de crecimiento y las diferentes propiedades del suelo. La sequía
hidrológica se refiere a las carencias en el
suministro de agua superficial y subsuperficial. Se mide como niveles de circulación del agua, de lagos, de embalses y de
aguas subterráneas. Hay un vacío temporal entre el inicio de las condiciones secas
y una caída del nivel de circulación del
agua, o la disminución de los niveles de
los lagos, los embalses y las aguas subterráneas. Por tanto, las mediciones hidrológicas no son los primeros indicadores
de sequía. La sequía socioeconómica es un
reflejo de lo que sucede cuando una restricción física de agua afecta a las personas. La sequía socioeconómica se produce
cuando la demanda de un bien económico excede la oferta como consecuencia de
una disminución del suministro de agua.
Por ejemplo, la sequía puede provocar
una disminución significativa de la producción de energía hidroeléctrica, que, a
su vez, puede precisar de la transformación a combustibles fósiles más caros o
recortes significativos de energía.
Hay una serie de impactos asociados
con la sequía meteorológica, agrícola e
hidrológica (Figura 17.A). Cuando la sequía meteorológica empieza, el sector
agrícola suele ser el primer afectado, debido a su gran dependencia de la humedad del suelo. La humedad del suelo se
reduce rápidamente durante períodos largos de sequía. Si persiste la carencia de
precipitaciones, quienes dependen de los
ríos, los embalses, los lagos y las aguas
subterráneas pueden quedar afectados.
Cuando la precipitación vuelve a los
niveles normales, la sequía meteorológica llega a su fin. Primero se repone la humedad del suelo, luego la circulación del
agua, los embalses y lagos, y, por último,
las aguas subterráneas. Por tanto, los impactos de la sequía pueden disminuir rápidamente en el sector agrícola gracias a
la dependencia de la humedad del suelo,
pero pueden alargarse durante meses o
años en otros sectores que dependen de
los suministros almacenados de agua superficial o subsuperficial. Los usuarios de
las aguas subterráneas, que suelen ser los
últimos afectados tras el inicio de la sequía meteorológica, también pueden ser
* Basado en parte en el material preparado por el
Centro Americano de Mitigación de la Sequía
(http://drought.unl.edu).
Carencia de precipitaciones
(provoca una reducción de la escorrentía y la infiltración)
Tiempo
La sequía es un período de tiempo anormalmente seco que persiste lo suficiente
como para producir un desequilibrio hidrológico significativo, como daños en las
cosechas o restricciones en el suministro
de agua. La gravedad de la sequía depende del grado de carencia de humedad, su
duración y el tamaño de la zona afectada.
Aunque los desastres naturales como
las inundaciones y los huracanes suelen
generar más atención, los períodos de sequía pueden ser igual de devastadores y
tener un precio más alto. De media, los
períodos de sequía cuestan a Estados Unidos entre 6.000 y 8.000 millones de dólares anuales, mientras que las inundaciones cuestan 2.400 millones de dólares y
los huracanes, entre 1.200 y 4.800 millones de dólares. Se calculó que las pérdidas
económicas directas causadas por un período de sequía en 1988 ascendieron a
40.000 millones de dólares.
La sequía se distingue de otros peligros naturales de manera diferente. En
primer lugar, se produce de una manera
gradual, «progresiva», lo cual dificulta la
determinación del principio y el final del
fenómeno. Los efectos de la sequía se
acumulan lentamente durante un largo
período de tiempo y a veces duran años
hasta que la sequía termina. En segundo
lugar, no existe una definición precisa y
universalmente aceptada de sequía. Eso se
añade a la confusión de si realmente se
está produciendo sequía o no y, en caso
afirmativo, cuál es su gravedad. En tercer
lugar, la sequía raramente produce daños
estructurales; por tanto, sus efectos sociales y económicos son menos evidentes
que los daños provocados por otros desastres naturales.
Las definiciones reflejan cuatro aproximaciones básicas para medir la sequía: la
meteorológica, la agrícola, la hidrológica
y la socioeconómica. La sequía meteorológica está relacionada con el grado de sequedad según la desviación de las precipitaciones de los valores normales y la
duración del período seco. La sequía agrícola suele enlazarse a un déficit de humedad del suelo. La necesidad hidrológica de
una planta depende de las condiciones
Carencia de humedad en el suelo
(provoca una baja producción de cosechas)
Disminución de la circulación del agua, de la aportación de
agua a los embalses y los lagos; descenso del nivel freático:
reducción de las zonas húmedas (provoca una reducción
del suministro doméstico de agua y el hábitat natural)
Sequía
meteorológica
Sequía
agrícola
Sequía
hidrológica
▲ Figura 17.A Secuencia de los impactos de la sequía. Después del comienzo de la
sequía meteorológica, la agricultura es la primera afectada, seguida de las reducciones de
la circulación del agua y los niveles hidrológicos de los lagos, los embalses y las aguas
subterráneas. Al terminar la sequía meteorológica, la sequía agrícola acaba cuando se
repone la humedad del suelo. La sequía hidrológica tarda un tiempo considerablemente
mayor en acabar.
17_Capítulo 17
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Factores que influyen en el almacenamiento y la circulación de las aguas subterráneas
los últimos en volver a los niveles hidrológicos normales. La duración del período de recuperación depende de la intensidad de la sequía meteorológica, su
duración y la cantidad de precipitación
recibida al finalizar la sequía.
Los impactos sufridos a causa de la sequía son producto del acontecimiento
meteorológico, así como de la vulnerabilidad social a períodos de carencia de precipitaciones. Dado que la demanda de
agua aumenta como consecuencia del
485
crecimiento de la población y las migraciones regionales, cabe esperar que en el
futuro las sequías produzcan mayores impactos, haya o no un aumento de la frecuencia o la intensidad de la sequía meteorológica.
zona no saturada. Comparemos las partes B y C de la Figura 17.3. Cuando la corriente está desconectada, el nivel
freático tiene un abultamiento apreciable por debajo de la
corriente si la velocidad del movimiento del agua a través
del cauce y la zona de aireación es mayor que la velocidad
a la que las aguas subterráneas se apartan del abultamiento.
En algunos lugares, una corriente puede ser siempre
efluente o influente. Sin embargo, en muchas situaciones
la dirección del flujo puede variar mucho a lo largo de la
corriente; algunas secciones reciben agua subterránea y
otras secciones pierden agua hacia el sistema de aguas
subterráneas. Además, la dirección de la corriente puede
cambiar durante un intervalo corto de tiempo como consecuencia de tormentas, que añaden agua cerca de la orilla de la corriente o cuando inundaciones instantáneas
temporales descienden por el canal.
Las aguas subterráneas contribuyen a las corrientes
en la mayoría de los contextos geológicos y climáticos. Incluso cuando las corrientes principalmente pierden agua
hacia el sistema de aguas subterráneas, determinadas secciones pueden recibir aportación de agua subterránea durante algunas estaciones. En un estudio de 54 corrientes
de todas las partes de Estados Unidos, el análisis indicaba
que el 52 por ciento del caudal era aportado por las aguas
subterráneas. La aportación de las aguas subterráneas oscilaba entre un mínimo del 14 por ciento a un máximo del
90 por ciento.
a menudo se denominan poros. La cantidad de agua subterránea que puede almacenarse depende de la porosidad
del material, que se define como el porcentaje del volumen total de roca o de sedimento formado por poros. Los
huecos son con frecuencia espacios que quedan entre las
partículas sedimentarias, pero también son comunes las
diaclasas, las fallas, las cavidades formadas por disolución
de la roca soluble, como la caliza, y las vesículas (vacíos dejados por los gases que escapan de la lava).
Las variaciones de porosidad pueden ser grandes. El
sedimento es a menudo bastante poroso y los espacios
abiertos pueden ocupar entre el 10 y el 50 por ciento del
volumen total del sedimento. El espacio poroso depende
del tamaño y la forma de los granos, de cómo están empaquetados, del grado de selección y, en las rocas sedimentarias, de la cantidad de material cementante. Por
ejemplo, la arcilla puede tener una porosidad de hasta un
50 por ciento, mientras que algunas gravas pueden tener
sólo un 20 por ciento de huecos.
Cuando se mezclan sedimentos de diversos tamaños, la porosidad se reduce porque las partículas más finas tienden a llenar las aperturas entre los granos más
grandes. La mayoría de las rocas ígneas y metamórficas,
así como algunas rocas sedimentarias, están compuestas
por cristales muy unidos, de manera que los huecos entre
los granos pueden ser despreciables. En estas rocas, las
fracturas proporcionan la porosidad.
Factores que influyen
en el almacenamiento y la circulación
de las aguas subterráneas
Permeabilidad, acuicluidos y acuíferos
La naturaleza de los materiales subsuperficiales influye
mucho en la velocidad del movimiento del agua subterránea y en la cantidad de agua subterránea que puede almacenarse. Dos factores son especialmente importantes: la
porosidad y la permeabilidad.
Porosidad
El agua empapa el terreno porque el lecho de roca, el sedimento y el suelo contienen innumerables huecos o aperturas. Estas aperturas son similares a las de una esponja y
La porosidad, por sí sola, no puede medir la capacidad de
un material para suministrar agua subterránea. La roca o
el sedimento pueden ser muy porosos, pero no permitir el
movimiento del agua a través de ellos. Los poros deben estar conectados para permitir el flujo de agua, y deben ser lo
bastante grandes para permitirlo. Por tanto, la permeabilidad (permeare penetrar) de un material, su capacidad
para transmitir un fluido, es también muy importante.
El agua subterránea se mueve serpenteando y girando a través de pequeñas aperturas interconectadas.
Cuanto menores sean los espacios porosos más lento será
el movimiento del agua. Esta idea queda claramente ilustrada al examinar la información sobre el potencial de suministro de agua de diferentes materiales que se muestran
17_Capítulo 17
486
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Tabla 17.2 Valores seleccionados de porosidad, rendimiento específico y retención específica*
Material
Suelo
Arcilla
Arena
Grava
Caliza
Arenisca (semiconsolidada)
Granito
Basalto (fresco)
Porosidad
55
50
25
20
20
11
0,1
11
Porosidad
eficaz
Retención
específica
40
2
22
19
18
6
0,09
8
15
48
3
1
2
5
0,01
3
*Los valores se dan en porcentaje por volumen.
Fuente: U.S. Geological Survey Water Supply Paper 2220, 1987.
en la Tabla 17.2, en la que el agua subterránea se divide
en dos categorías: (1) la porción que drenará bajo la influencia de la gravedad (denominada porosidad eficaz), y
(2) la parte que es retenida a modo de película sobre las
superficies de las partículas y las rocas y en diminutas
aperturas (denominada retención específica). La porosidad
eficaz indica cuánta agua es realmente asequible para su
uso, mientras que la retención específica indica cuánta
agua permanece unida al material. Por ejemplo, la capacidad de la arcilla para almacenar agua es grande debido
a su gran porosidad, pero sus espacios porosos son tan pequeños que el agua es incapaz de moverse a través de ellos.
Por tanto, la porosidad de la arcilla es grande, pero, debido a su baja permeabilidad, la arcilla tiene un rendimiento específico muy bajo.
Los estratos impermeables que obstaculizan o impiden el movimiento del agua se denominan acuicludos.
La arcilla es un buen ejemplo. Por otro lado, las partículas más grandes, como la arena o la grava, tienen espacios
porosos mayores. Por consiguiente, el agua se mueve con
relativa facilidad. Los estratos de roca o sedimentos permeables que transmiten libremente el agua subterránea se
denominan acuíferos (aqua agua; fer transportar).
Las arenas y las gravas son ejemplos comunes.
En resumen, hemos visto que la porosidad no siempre es una guía fiable de la cantidad de agua subterránea
que puede producirse y que la permeabilidad es importante para determinar la velocidad de movimiento del
agua subterránea y la cantidad de agua que podría bombearse desde un pozo.
terránea en los espacios porosos y las fracturas que quedan en las rocas y sedimentos. Por tanto, al contrario de
cualquier impresión de flujo rápido que un río subterráneo pueda evocar, el movimiento de la mayor parte del
agua subterránea es extraordinariamente lento, de poro a
poro. Por extraordinariamente lento entendemos velocidades típicas de unos pocos centímetros al día.
La energía que hace moverse el agua subterránea la
proporciona la fuerza de la gravedad. En respuesta a la
gravedad, el agua se mueve desde áreas donde el nivel freático es elevado a zonas donde éste es bajo. Esto significa
que el agua tiende hacia un cauce de corriente, lago o manantial. Aunque algo del agua tome el camino más directo hacia debajo de la pendiente del nivel freático, gran parte sigue caminos curvos, largos, hacia la zona de descarga.
En la Figura 17.4 se muestra cómo percola el agua
en una corriente desde todas las posibles direcciones. Algunas trayectorias retornan hacia arriba, según parece en
contra de la fuerza de la gravedad, y entran por el fondo
del cauce. Esto se explica fácilmente: cuanto mayor sea la
profundidad en la zona de saturación, mayor será la presión del agua. Por tanto, los recovecos seguidos por el
Nivel freático
Corriente
Circulación de las aguas subterráneas
Ya hemos comentado el concepto erróneo común de que
el agua subterránea aparece en ríos subterráneos parecidos a las corrientes de agua superficiales. Aunque existen
ríos subterráneos, no son frecuentes. En cambio, como
aprendimos en las secciones precedentes, existe agua sub-
▲ Figura 17.4 Las flechas indican el movimiento del agua
subterránea a través de material uniformemente permeable. Se
puede pensar en los serpenteos que sigue el agua como el
compromiso entre el empuje descendente de la gravedad y la
tendencia del agua a moverse hacia zonas de presión reducida.
17_Capítulo 17
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Manantiales o fuentes
agua en la zona saturada pueden considerarse como un
compromiso entre el empuje hacia abajo de la gravedad y
la tendencia del agua a desplazarse hacia áreas de presión
reducida. Como consecuencia, a cualquier altura dada, el
agua está bajo una presión mayor debajo de una colina que
debajo de un cauce de corriente, y el agua tiende a migrar
hacia los puntos de menor presión.
Los conceptos modernos de la circulación del agua
subterránea fueron formulados a mediados del siglo XIX
con el trabajo del ingeniero francés Henri Darcy. Durante este período, Darcy realizó mediciones y llevó a
cabo experimentos en un intento de determinar si las
necesidades hídricas de la ciudad de Dijon, en el centro
oriental de Francia, podían satisfacerse con la explotación de las aguas subterráneas de la zona. Entre los experimentos realizados por Darcy hubo uno en el que se
demostró que la velocidad del flujo de las aguas subterráneas es proporcional a la pendiente del nivel freático:
cuanto más inclinada es la pendiente, más rápido es el
movimiento del agua (ya que, cuanto más inclinada es la
pendiente, mayor es la diferencia de presión entre dos
puntos). La pendiente del nivel freático es conocida como
gradiente hidráulico y puede expresarse de la siguiente
manera:
h1 h2
Gradiente hidráulico
d
donde h1 es la elevación de un punto sobre el nivel freático, h2 la elevación de un segundo punto, y d es la distancia horizontal entre ambos puntos (Figura 17.5).
Darcy también experimentó con diferentes materiales como arena gruesa y arena fina, midiendo la veloci-
487
dad del flujo a través de tubos llenos de sedimentos inclinados a varios ángulos. Descubrió que la velocidad del flujo variaba con la permeabilidad del sedimento: las aguas
subterráneas fluyen con mayor velocidad a través de los sedimentos con una mayor permeabilidad que a través de los
materiales con una permeabilidad menor. Este factor es
conocido como conductividad hidráulica y es un coeficiente que tiene en cuenta la permeabilidad del acuífero y
la viscosidad del fluido.
Para determinar el caudal (Q), es decir, el volumen
real de agua que fluye a través de un acuífero en un momento determinado, se utiliza la siguiente ecuación:
K A(h1 h2)
Q
d
h1 h2
donde es el gradiente hidráulico. K es el coefid
ciente que representa la conductividad hidráulica y A es el
área transversal del acuífero. Esta expresión se ha denominado ley de Darcy en honor al científico pionero francés.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Hay alguna manera de medir directamente la
velocidad de movimiento de las aguas subterráneas
en un acuífero?
Sí. En un método muy sencillo, se introduce un colorante en
un pozo y se mide el tiempo hasta que el agente colorante
aparece en otro pozo a una distancia conocida del primero.
Con experimentos de este tipo se ha demostrado que la velocidad del movimiento de las aguas subterráneas es muy variable. Una velocidad típica de muchos acuíferos es de alrededor de 15 metros anuales (unos 4 centímetros diarios),
pero se han medido velocidades más de 15 veces superiores
a esta cifra en materiales excepcionalmente permeables.
Pozos
Manantiales o fuentes
I
A
Nivel freático
Gradiente hidráulico =
h1 – h2
d
▲ Figura 17.5 El gradiente hidráulico se determina midiendo la
diferencia de elevación entre dos puntos del nivel freático (h1 – h2)
dividida por la distancia entre ellos, d. Los pozos se utilizan para
determinar la altura del nivel freático.
TI
h2
Aguas subterráneas
Manantiales o fuentes y pozos
▲
d
IE N C
h1 – h2
ERR
h1
S D LA
E
Los manantiales han despertado la curiosidad y maravillado a los seres humanos durante miles de años. El hecho
de que los manantiales fueran, y para algunas personas todavía sean, fenómenos bastante misteriosos, no es difícil
de entender, porque se trata de agua que fluye libremente desde el terreno en todo tipo de climas en una cantidad
aparentemente inagotable, pero sin un origen obvio.
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Sólo a mediados del siglo XVII, el físico francés Pierre Perrault, invalidó la antigua suposición de que la precipitación no podía explicar de manera adecuada la cantidad de agua que manaba de los manantiales y fluía a los
ríos. Durante varios años, Perrault calculó la cantidad de
agua que cayó en la cuenca del río Sena. Calculó luego la
escorrentía anual media midiendo el caudal del río. Después de tener en cuenta la pérdida de agua por evaporación, demostró que quedaba suficiente agua para alimentar los manantiales. Gracias a los esfuerzos pioneros de
Perrault y a las determinaciones realizadas por muchos
después de él, sabemos ahora que el origen de los manantiales es el agua procedente de la zona de saturación y
que el origen de esta agua son las precipitaciones.
Cuando el nivel freático intersecta la superficie terrestre, se produce un flujo natural de salida del agua subterránea, que se denomina manantial o fuente. Los manantiales se forman cuando un acuicluido detiene la circulación
descendente del agua subterránea y la obliga a moverse lateralmente. Allí donde aflora un estrato permeable, aparece un manantial. Otra situación que lleva a la formación de
una fuente es la ilustrada en la Figura 17.6. Aquí, un acuicluido se sitúa por encima del nivel freático principal. Conforme el agua se filtra hacia abajo, una porción de ella es interceptada por el acuicluido, creando así una zona local de
saturación y un nivel freático colgado.
Los manantiales, sin embargo, no están confinados
a lugares donde un nivel freático colgado crea un flujo hacia la superficie. Muchas situaciones geológicas llevan a la
formación de manantiales porque las condiciones subterráneas varían mucho de un lugar a otro. Incluso en áreas
donde las capas subyacentes son rocas cristalinas impermeables, pueden existir zonas permeables en forma de
fracturas o canales de disolución. Si estas aperturas se llenan con agua y hacen intersección con la superficie de terreno a lo largo de una pendiente, se producirá un manantial.
Fuentes termales y géiseres
Por definición, el agua de una fuente termal está entre
6 y 9 °C más caliente que la temperatura media anual
del aire para las localidades donde aparece. Sólo en Estados Unidos, hay más de 1.000 de estas fuentes (Figura 17.7).
Las temperaturas de las minas profundas y de los pozos petrolíferos normalmente se elevan, al aumentar la
profundidad, una media de unos 2 °C cada 100 metros.
Por consiguiente, cuando el agua subterránea circula a
grandes profundidades, se calienta. Si se eleva a la superficie, el agua puede emerger como una fuente termal. El
agua de algunas fuentes termales del este de Estados Unidos se calienta de esta manera. Sin embargo, la gran mayoría (más del 95 por ciento) de las fuentes termales (y géiseres) de Estados Unidos se encuentra en el oeste (Figura
17.7). La razón para esta distribución es que la fuente de
calor de la mayoría de las fuentes termales es el enfriamiento de las rocas ígneas, y es en el oeste donde la actividad ígnea se produjo más recientemente.
Los géiseres son fuentes termales intermitentes en
las cuales las columnas de agua son expulsadas con gran
fuerza a diversos intervalos, alcanzando a menudo 30-60
metros en el aire. Después de cesar el chorro de agua, se
lanza una columna de vapor normalmente con un rugido
atronador. Quizá el géiser más famoso del mundo es el
Old Faithful del Parque Nacional Yellowstone, que hace
erupción aproximadamente una vez por hora. La gran
abundancia, diversidad y naturaleza espectacular de los
géiseres de Yellowstone y otras características térmicas
fueron indudablemente la razón principal para que se convirtiera en el primer parque nacional de Estados Unidos.
También se encuentran géiseres en otras partes del mundo, sobre todo en Nueva Zelanda e Islandia. De hecho, la
palabra islandesa geysa, que significa salir a chorros, nos
proporcionó el nombre de «géiser».
▲
Figura 17.6 Cuando un acuicluido está
situado por encima del nivel freático
principal, puede producirse una zona de
saturación localizada. Donde el nivel
freático colgado hace intersección con la
ladera del valle, fluye un manantial. El nivel
freático colgado también hizo que el pozo
de la derecha diera agua, mientras que el
de la izquierda no producirá agua a menos
que sea perforado a una mayor
profundidad.
Manantial
Nivel freático
colgado
Pozo no
productor
Pozo
productor
Acuicludo
Nivel freático principal
17_Capítulo 17
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489
▲
Fuentes termales y géiseres
Figura 17.7 Distribución de las fuentes
termales y de los géiseres en Estados
Unidos. Obsérvese la concentración en el
oeste, donde la actividad ígnea ha sido más
reciente. (De G. A. Waring, U. S. Geological
Survey Professional Paper 492, 1965.)
0
400 mi
0
400 km
Los géiseres aparecen donde existen extensas cámaras subterráneas dentro de las rocas ígneas calientes. En
la Figura 17.8 se muestra cómo funcionan. Cuando agua
subterránea relativamente fría entra en las cámaras, se calienta gracias a la roca circundante. En el fondo de las cámaras, el agua está bajo una gran presión debido al peso
del agua suprayacente. Esta gran presión evita que el agua
hierva a la temperatura superficial normal de 100 °C. Por
ejemplo, el agua del fondo de una cámara llena de agua situada a 300 metros debe alcanzar casi 230 °C antes de hervir. El calentamiento hace que el agua se expanda, con el
resultado de que algo del agua se ve forzado a salir a la superficie. Esta pérdida de agua reduce la presión de la que
queda en la cámara, lo que reduce el punto de ebullición.
Una porción del agua que hay en profundidad dentro de
la cámara se convierte rápidamente en vapor y el géiser
entra en erupción (Figura 17.8). Después de la erupción,
agua subterránea fría vuelve a entrar en la cámara y el ciclo vuelve a empezar.
Cuando el agua subterránea de las fuentes termales y los géiseres fluye hacia fuera en la superficie, el
material en solución suele precipitar, produciendo una
acumulación de roca sedimentaria química. El material
depositado en cualquier lugar determinado refleja habitualmente la composición química de la roca a través
de la cual el agua circuló. Cuando el agua contiene sílice disuelta, se deposita alrededor de la fuente un material denominado geiserita. Cuando el agua contiene
disuelto carbonato cálcico, se deposita una forma de caliza que se denomina travertino o toba calcárea. El último término se utiliza si el material es esponjoso y poroso.
Los depósitos de las fuentes termales Mammoth del
Parque Nacional Yellowstone son más espectaculares que
la mayoría. Conforme el agua caliente fluye hacia arriba
a través de una serie de canales y luego a la superficie, la
presión reducida permite que se separe el dióxido de carbono y escape del agua. La pérdida del dióxido de carbono hace que el agua se sobresature con carbonato cálcico,
que entonces precipita. Además de contener sílice y carbonato cálcico disueltos, algunas fuentes termales contienen azufre, que proporciona al agua un mal sabor y un
olor desagradable. Indudablemente la fuente Rotten Egg
(huevo podrido) de Nevada es de este tipo.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Sé que Old Faithful, en el Parque Nacional
Yellowstone, es el géiser más famoso. ¿Es el más
grande?
No. Parece que esa distinción pertenece al géiser Steamboat de Yellowstone, al menos si utilizamos la palabra «grande»
con el significado de «alto». Durante una erupción grande,
el géiser Steamboat puede expulsar chorros de agua de 90
metros de altura durante hasta 40 minutos. Después de esta
fase de agua, en la fase de vapor se producen potentes expulsiones de nubes calientes que se elevan 150 metros en el cielo. Como la mayoría de géiseres de Yellowstone, el géiser Steamboat no es fiable como Old Faithful. Los intervalos entre
erupciones pueden oscilar entre tres días y 50 años. El géiser, que permaneció en completo reposo de 1911 a 1961, ha
entrado en erupción menos de 10 veces desde 1989.
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Coladas
de lava
y cenizas
calientes
A.
Flujo
de calor
Flujo
de salida
Vapor
Vapor
B.
Flujo
de calor
Erupción
del géiser
TI
I
A
Aguas subterráneas
Manantiales o fuentes y pozos
▲
IE N C
Nivel freático
ERR
Pozos
Cámara llena
de agua
subterránea
S D LA
E
El método más común para extraer agua subterránea es
el pozo, un agujero taladrado en la zona de saturación.
Los pozos sirven a modo de pequeños depósitos a los
cuales migra el agua subterránea y de los cuales puede
bombearse a la superficie. La utilización de pozos se remonta a muchos siglos y sigue siendo un método importante para la obtención de agua en la actualidad. Con
mucho, la utilización mayor de esta agua en Estados
Unidos es la irrigación para la agricultura. Más del 65
por ciento del agua subterránea utilizada cada año se
emplea para este fin. El uso industrial se encuentra en
segundo lugar, seguido de la cantidad utilizada en los
sistemas de abastecimiento de agua de las ciudades y en
las casas rurales.
El nivel freático puede fluctuar considerablemente a lo largo de un año, descendiendo durante las estaciones secas y elevándose tras los períodos de lluvia. Por
consiguiente, para asegurar un abastecimiento continuo
de agua, un pozo debe penetrar debajo del nivel freático. Cuando se extrae agua de un pozo, el nivel freático
alrededor del pozo se reduce. Este efecto, denominado
descenso de nivel, disminuye al aumentar la distancia
desde el pozo. El resultado es una depresión en el nivel
freático, de forma aproximadamente cónica, conocida
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
He oído decir que los suministros de agua
subterránea pueden localizarse utilizando un palo
bifurcado. ¿Realmente se puede hacer así?
Cámara vacía
C.
Flujo
de calor
▲ Figura 17.8 Diagramas idealizados de un géiser. Un géiser puede
formarse si el calor no se distribuye por convección. A. En esta figura,
el agua situada cerca del fondo se calienta hasta casi su punto de
ebullición. El punto de ebullición es más alto allí que en la superficie,
porque el peso del agua que tiene por encima aumenta la presión.
B. El agua situada por encima en el sistema del géiser también se
calienta. Por consiguiente, se expande y fluye hacia arriba, reduciendo
la presión del agua situada en el fondo. C. Al reducirse la presión en el
fondo, se produce la ebullición. Algo del agua del fondo sale en forma
de vapor expansivo y produce una erupción.
Lo que describe es una práctica denominada «radiestesia».
En el método clásico, una persona, sosteniendo un palo bifurcado, anda de un lado a otro sobre una zona. Cuando se
detecta agua, se supone que la parte inferior de la «Y» percibe una atracción hacia abajo.
Los geólogos y los ingenieros, como poco, dudan. Las
historias de casos y las demostraciones pueden parecer convincentes, pero cuando la radiestesia se somete al escrutinio
científico, fracasa. Los ejemplos más «satisfactorios» de radiestesia se producen en lugares donde sería difícil que el
agua pasara desapercibida. En una región con las lluvias adecuadas y una geología favorable, ¡es difícil perforar y no encontrar agua!
17_Capítulo 17
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491
▲
Pozos artesianos
Pozo
Figura 17.9 Suele formarse un cono de
depresión en el nivel freático alrededor de
un pozo de bombeo. Si un bombeo intenso
reduce el nivel freático, pueden secarse los
pozos someros.
Pozo
Pozo
Nivel freático inicial
Pozo seco
Pozo seco
Después
de un bombeo
intenso
Nivel freático reducido
Pozos artesianos
IE N C
A
I
como cono de depresión (Figura 17.9). Dado que el
cono de depresión aumenta el gradiente hidráulico cerca del pozo, el agua subterránea fluirá más deprisa hacia la apertura. Para la mayoría de los pozos domésticos
más pequeños, el cono de depresión es despreciable.
Sin embargo, cuando los pozos están siendo bombeados
con mucha intensidad para el regadío o con fines industriales, la extracción del agua puede ser lo bastante
grande como para crear un cono de depresión muy ancho y empinado. Esto puede reducir sustancialmente el
nivel freático de un área y secar los pozos poco profundos de los alrededores. En la Figura 17.9 se ilustra esta
situación.
La excavación de un pozo satisfactorio es un problema familiar para las personas que viven en áreas
donde el agua subterránea es la fuente principal de
abastecimiento. Un pozo puede ser productivo a una
profundidad de 10 metros, mientras que un vecino puede tener que profundizar dos veces más para encontrar
un abastecimiento adecuado. Otros pueden verse obligados a llegar a mayor profundidad o a intentarlo en un
sitio diferente. Cuando los materiales subsuperficiales
son heterogéneos, la cantidad de agua que un pozo es
capaz de proporcionar puede variar mucho en distancias cortas. Por ejemplo, cuando se perforan dos pozos
próximos al mismo nivel y sólo uno produce agua, puede deberse a la presencia de un nivel freático colgado
debajo de uno de ellos. Este caso se muestra en la Figura 17.6. Las rocas metamórficas e ígneas masivas
proporcionan un segundo ejemplo. Estas rocas cristalinas no suelen ser muy permeables, excepto cuando
son cortadas por muchas diaclasas y fracturas que intersectan entre sí. Por consiguiente, cuando un pozo
perforado en una roca de este tipo no se encuentra con
una red adecuada de fracturas, es probable que sea improductivo.
ión
res
ERR
p
de
TI
Con
od
e
Aguas subterráneas
Manantiales o fuentes y pozos
▲
Antes del bombeo
intenso
S D LA
E
En la mayoría de los pozos, el agua no puede ascender por
sí misma. Si el agua se encuentra por primera vez a 30 metros de profundidad, permanecerá a ese nivel, fluctuando
quizá un metro o dos con los períodos estacionales de humedad y sequía. Sin embargo, en algunos pozos, el agua
asciende, derramándose a veces por la superficie. Estos
pozos son abundantes en la región Artois del norte de
Francia y por eso denominamos a estos pozos autoascendentes artesianos.
Para muchas personas el término artesiano se aplica
a cualquier pozo perforado a grandes profundidades. Este
uso del término es incorrecto. Otros creen que un pozo
artesiano debe fluir libremente a la superficie (Figura
17.10). Aunque ésta es una idea más correcta que la primera, constituye una definición muy restringida. El término artesiano se aplica a cualquier situación en la cual el
agua subterránea bajo presión asciende por encima del
nivel del acuífero. Como veremos, esto no significa siempre una salida de flujo libre a la superficie.
Para que exista un sistema artesiano, deben cumplirse dos condiciones (Figura 17.11): (1) el agua debe estar
confinada a un acuífero inclinado, de modo que un extremo pueda recibir agua, y (2) debe haber acuicludos, encima
y debajo del acuífero, para evitar que el agua escape. Cuando se pincha esta capa, la presión creada por el peso del
agua situada encima obligará al agua a elevarse hasta un nivel denominado piezométrico. Si no hay fricción, el agua
del pozo se elevará al nivel del agua situada encima del acuífero. Sin embargo, la fricción reduce la altura de la superficie piezométrica. Cuanto mayor sea la distancia desde el
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
▲
Ár
ea
de
re
ca
rg
a
Figura 17.10 A veces el agua fluye
libremente a la superficie cuando se
desarrolla un pozo artesiano. Sin embargo,
en la mayoría de los pozos artesianos, el
agua debe ser bombeada a la superficie.
(Foto de James E. Patterson.)
Pozo artesiano que no fluye
(el agua debe bombearse a la superficie
desde la superficie piezométrica)
#1
Superficie
Pozo artesiano
que fluye espontáneamente
piezométric
a
#2
Acuicluido
Acuífero
Acuicluido
Área de
recarga
Pozo artesiano Superficie
que no fluye piezométrica
Pozo artesiano
que fluye
espontáneamente
Superficie
piezométrica
▲ Figura 17.11 Los sistemas artesianos se producen cuando un acuífero inclinado está confinado entre estratos impermeables.
área de recarga (donde el agua entra en el acuífero inclinado), mayor será la fricción y menor la elevación del agua.
En la Figura 17.11, el pozo 1 es un pozo artesiano
no surgente, porque en esta situación la superficie pie-
zométrica está por debajo del nivel del suelo. Cuando la
superficie piezométrica está por encima del terreno y el
pozo se perfora en el acuífero, se crea un pozo artesiano
surgente (pozo 2, Figura 17.11). No todos los sistemas
17_Capítulo 17
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Página 493
Problemas relacionados con la extracción del agua subterránea
artesianos son pozos. También existen fuentes artesianas.
En este caso, el agua subterránea alcanza la superficie elevándose a través de una fractura natural, en lugar de hacerlo a través de un agujero producido artificialmente.
Los sistemas artesianos actúan como conductos,
transmitiendo a menudo el agua a grandes distancias desde áreas remotas de recarga hasta los puntos de descarga.
Un sistema artesiano bien conocido en Dakota del Sur es
un buen ejemplo de esto. En la parte occidental del estado, los bordes de una serie de capas sedimentarias se han
doblado hacia la superficie a lo largo de los flancos de las
Black Hills. Una de esas capas, la arenisca Dakota permeable, se encuentra entre capas impermeables y buza
gradualmente en el terreno hacia el este. Cuando se pinchó el acuífero por primera vez, el agua brotó de la superficie del terreno, creando fuentes de muchos metros de
altura (Figura 17.12). En algunos lugares, la fuerza del
agua fue suficiente como para proporcionar energía a turbinas hidráulicas. Sin embargo, escenas como las de la
imagen de la Figura 17.12 ya no pueden ocurrir, porque
se han perforado miles de pozos adicionales en el mismo
acuífero. Esto agotó el depósito, y descendió el nivel freático del área de recarga. Como consecuencia, la presión
cayó hasta el punto de que muchos pozos dejaron de fluir
y tuvieron que ser bombeados.
A una escala diferente, los sistemas de abastecimiento de las ciudades pueden ser considerados ejemplos
de sistemas artesianos artificiales (Figura 17.13). El depósito de agua representaría el área de recarga; las tuberías,
el acuífero confinado, y los grifos de las casas, los pozos
artesianos surgentes.
Problemas relacionados
con la extracción del agua subterránea
Superficie piezométr
Agua bombeada
en el tanque
▲ Figura 17.12 Pozo artesiano que fluye «en forma de surtidor»
en Dakota del Sur a principios del siglo XX. En la actualidad se
explota el mismo acuífero confinado a través de millares de pozos
adicionales; por tanto, la presión ha descendido hasta el punto de
que muchos pozos han dejado de fluir por completo y deben
bombearse. (Foto de N. H. Darton, U. S. Geological Survey.)
hunda el terreno y todo lo que descansaba sobre él. En
otros lugares hay preocupación por la posible contaminación del abastecimiento de las aguas subterráneas.
Tratamiento del agua subterránea como
un recurso no renovable
Muchos sistemas naturales tienden a establecer un estado
de equilibrio. El sistema de aguas subterráneas no es una
excepción. La altura del nivel freático refleja un equilibrio
▲
Como ocurre con muchos de nuestros valiosos recursos
naturales, el agua subterránea está siendo explotada a un
ritmo creciente. En algunas zonas, la sobreexplotación
amenaza la existencia del abastecimiento de agua subterránea. En otros lugares, su extracción ha hecho que se
ica (nivel al cual el ag
ua ascenderá)
ua a través de
ueve el ag
La presión m
493
las tuberías
Figura 17.13 Los sistemas de
abastecimiento de agua de las ciudades
pueden considerarse sistemas artesianos
artificiales.
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
entre la velocidad de infiltración y la velocidad de descarga y extracción. Cualquier desequilibrio elevará o reducirá el nivel freático. Desequilibrios a largo plazo pueden inducir una caída significativa del nivel freático si hay una
reducción de la recarga debido a una sequía prolongada o
a un aumento de la descarga o la extracción de las aguas
subterráneas.
A muchas personas les parece que el agua subterránea es un recurso interminablemente renovable, porque
es continuamente repuesta por el agua de la lluvia y el deshielo de la nieve. Pero en algunas regiones, el agua subterránea ha sido y continúa siendo tratada como un recurso no renovable. Donde esto ocurre, el agua disponible
para recargar el acuífero se queda significativamente corta con respecto a la cantidad que se extrae.
La región de los High Plains (Estados Unidos) proporciona un ejemplo. Aquí la economía agrícola extensiva depende mucho del regadío. En algunas partes de la región, donde se ha practicado regadío intenso durante un
período prolongado, el agotamiento del agua subterránea
ha sido severo. Bajo esas circunstancias, cabe decir que el
agua subterránea está siendo literalmente «explotada».
Aun cuando el bombeo se interrumpiera inmediatamente, se tardarían centenares o miles de años hasta reponerla por completo. En el Recuadro 17.2 se analiza detenidamente esta cuestión.
rededor de 78 kilómetros cuadrados están permanentemente inundados.
Fuera de Estados Unidos, uno de los ejemplos más
espectaculares de subsidencia se produjo en la ciudad de
México, que está construida en lo que antes era el fondo
de un lago. En la primera mitad del siglo XX se perforaron miles de pozos en los sedimentos saturados de agua de
debajo de la ciudad. A medida que se iba extrayendo el
agua, zonas de la ciudad se hundieron hasta 6 o 7 metros.
En algunos lugares, los edificios se han hundido hasta tal
punto que el acceso a ellos desde la calle se realiza por
donde ¡antes era el segundo piso!
Contaminación salina
En muchas áreas costeras, el recurso de las aguas subterráneas está siendo amenazado por la intrusión de agua de
mar. Para entender este problema, debemos examinar la
relación entre el agua subterránea dulce y el agua subterránea salada. La Figura 17.14A es un diagrama de un
corte que ilustra esta relación en un área costera situada
encima de materiales homogéneos permeables. El agua
dulce es menos densa que el agua salada, de manera que
flota sobre ella y forma un cuerpo lenticular grande que
Subsidencia
Como se verá más tarde en este mismo capítulo, la subsidencia superficial puede ser consecuencia de procesos naturales relacionados con el agua subterránea. Sin embargo, el terreno puede hundirse también cuando el agua se
bombea desde los pozos más rápidamente de lo que pueden reemplazarla los procesos de recarga natural. Este
efecto es particularmente pronunciado en áreas con estratos potentes de sedimentos no consolidados superpuestos. Conforme se extrae el agua, la presión del agua
desciende y el peso de la sobrecarga se transfiere al sedimento. La mayor presión compacta herméticamente los
granos de sedimento y el terreno se hunde.
Pueden utilizarse muchas zonas para ilustrar la subsidencia del terreno causada por el bombeo excesivo del
agua subterránea a partir de sedimento relativamente
suelto. Un ejemplo clásico en Estados Unidos se produjo en el valle de San Joaquín, en California, y se comenta en el Recuadro 17.3. Existen muchos otros casos de
subsidencia de terreno debido a bombeo del agua subterránea en Estados Unidos, entre ellos Las Vegas, Nevada; Nueva Orleans y Baton Rouge, Luisiana, y el área
Houston-Galveston de Texas. En el área costera baja entre Houston y Galveston, la subsidencia del terreno oscila entre 1,5 metros y 3 metros. El resultado es que al-
Nivel freático
Agua subterránea dulce
Océano
Agua subterránea salada
A.
Pozo
Cono de
bombeado depresión
Agua dulce
subterránea
Océano
Agua subterránea salada
B.
▲ Figura 17.14 A. Dado que el agua dulce es menos densa que
el agua salada, flota sobre esta última y forma un cuerpo lenticular
que puede extenderse hasta profundidades considerables debajo
del nivel del mar. B. Cuando un bombeo excesivo reduce el nivel
freático, la base de la zona de agua dulce se elevará 40 veces esa
cantidad. El resultado puede ser la contaminación de los pozos con
agua salada.
17_Capítulo 17
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Problemas relacionados con la extracción del agua subterránea
▲
Recuadro 17.2
495
El hombre y el medio ambiente
El acuífero de Ogallala: ¿cuánto va a durar el agua?
La región High Plains se extiende desde el oeste de las dos Dakotas en dirección sur hasta Texas. A pesar de ser una
zona con pocas lluvias, es una de las regiones agrícolas más importantes de Estados Unidos. El motivo es una gran
dotación de aguas subterráneas que posibilita la de la mayor parte de los
450.000 kilómetros cuadrados que componen la región. El origen de la mayor
parte de esta agua es la formación Ogallala, el acuífero más grande de Estados
Unidos (Figura 17.B).
Desde el punto de vista geológico, la
formación Ogallala es joven, está for-
SD MN
Formation
CO
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all
ala
KS
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ROCK
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TX
Mexico
▲ Figure 17.B La formación Ogallala
yace bajo 450.000 km2 de los High Plains
convirtiéndose en el acuífero más grande
de Estados Unidos.
mada por una serie de capas de arena y
grava de finales del Terciario y el Cuaternario. Los sedimentos procedían de
la erosión de las montañas Rocosas y
fueron transportados hacia el este por
corrientes lentas. La erosión ha retirado
una gran parte de la formación desde el
este de Colorado, rompiendo la conexión entre Ogallala y las montañas Rocosas.
La formación Ogallala tiene un grosor de 60 metros y en algunos lugares
alcanza los 180 metros. Las aguas subterráneas del acuífero procedían de las
corrientes descendentes de las Rocosas,
así como de la precipitación superficial
que se infiltró en el suelo durante millares de años. Debido a su porosidad
elevada y su gran tamaño, Ogallala acumuló grandes cantidades de aguas subterráneas: ¡el agua dulce suficiente para
llenar el lago Huron! En la actualidad,
con la ruptura de la conexión entre el
acuífero y las Rocosas, toda la recarga
de Ogallala procede de las escasas lluvias de la región.
El acuífero de Ogallala fue el primero que se utilizó para la irrigación a finales del siglo XIX, pero su uso estaba limitado por la capacidad de las bombas
disponibles en esa época. En la década
de los 20, con el desarrollo de bombas de
irrigación de gran capacidad, los agricultores de High Plains, en especial en Texas, empezaron a explotar la formación
Ogallala para la irrigación. Luego, en los
años 50, la tecnología mejorada trajo la
explotación a gran escala del acuífero. En
la actualidad se utilizan casi 170.000 pozos para irrigar más de 65.000 kilómetros
cuadrados de tierra.
puede extenderse a profundidades considerables por debajo del nivel del mar. En dicha situación, si el nivel freático se encuentra a un metro por encima del nivel del
mar, la base del volumen de agua dulce se extenderá hasta una profundidad de unos 40 metros por debajo del nivel del mar. Dicho de otra manera, la profundidad del
agua dulce por debajo del nivel del mar es unas 40 veces
mayor que la elevación del nivel freático por encima del
Con el aumento de la irrigación vino
una caída drástica del nivel freático de
Ogallala, en especial en la zona meridional de High Plains. Los descensos del nivel freático de 3 a 15 metros son habituales, y en algunos lugares el nivel freático
actual se sitúa 60 metros por debajo de su
nivel anterior a la irrigación.
Desde la década de los 80, ha disminuido el número de acres irrigados en
High Plains. Un motivo importante ha
sido el aumento de los costes energéticos. Puesto que los niveles de agua han
descendido, los costes de bombear las
aguas superficiales hasta la superficie han
aumentado.
Aunque el descenso del nivel freático
se ha ralentizado en algunas partes del sur
de High Plains, se continúa realizando un
bombeo sustancial, que a menudo supera
la recarga. El futuro de la agricultura irrigada en esta región está claramente en
peligro.
El sur de High Plains representa una
zona de los Estados Unidos que volverá, tarde o temprano, a la agricultura de secano. La transición se producirá más pronto y con menos crisis
económicas si la industria agrícola se
aleja gradualmente de su dependencia de la irrigación con aguas subterráneas. Si no se hace nada hasta que
se agote toda la reserva hídrica del
acuífero de Ogallala, la transición
será ecológicamente peligrosa y económicamente terrible*.
* National Research Council. Solid-Earth Sciences and
Society. Washington, DC: National Academy Press,
1993, pág. 148.
nivel del mar. Por tanto, cuando el bombeo excesivo hace
descender el nivel freático en una cierta cantidad, el fondo
de la zona de agua dulce se elevará unas 40 veces esa cantidad. Por consiguiente, si continúa la extracción de agua
dulce hasta exceder la recarga, llegará un momento en
que la elevación del agua salada será suficiente como para
ser extraída de los pozos, contaminando así el suministro
de agua dulce (Figura 17.14B). Los pozos profundos y los
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Página 496
CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
▲
Recuadro 17.3
El hombre y el medio ambiente
Subsidencia del terreno en el valle de San Joaquín
El valle de San Joaquín es una amplia cubeta que contiene un potente relleno de
sedimentos. Del tamaño de Maryland,
constituye los dos tercios meridionales
del valle central de California, una tierra
plana que separa dos cordilleras montañosas, la cordillera Costera al oeste y la
Sierra Nevada al este (Figura 17.C). El
sistema de acuíferos del valle es una mezcla de materiales de aluvión procedentes
de las montañas circundantes. La potencia de sedimentos tiene un valor medio de
unos 870 metros. El clima del valle es entre árido y semiárido, con una precipitación anual media que oscila entre 120 y
350 milímetros.
El valle de San Joaquín tiene una fuerte economía agrícola que exige grandes
cantidades de agua para el regadío. Durante muchos años, hasta el 50 por ciento de esta necesidad se satisfizo con el
agua subterránea. Además, casi todas las
ciudades de la región utilizan el agua subterránea para uso doméstico e industrial.
Aunque el desarrollo del agua subterránea del valle para regadío empezó a finales del siglo pasado, la subsidencia del
lif
Ca
uin
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orn an Joa
S
ey
Vall
▲ Figure 17.C El área sombreada muestra
el valle de San Joaquín, en California.
terreno no se inició hasta la mitad de la
segunda década del siglo XX, cuando aumentó notablemente la extracción de
agua. A principios de los setenta, los niveles de agua habían disminuido hasta
120 metros. La subsidencia resultante del
terreno superó los 8,5 metros en un lugar
de la región (Figura 17.D). En ese momento, había áreas del valle en las que se
producía subsidencia a una velocidad superior a 0,3 metros al año.
Entonces, dado que el agua de superficie se estaba importando y el bombeo de
agua subterránea se redujo, los niveles de
agua de los acuíferos se recuperaron y la
subsidencia se interrumpió. Sin embargo, durante la sequía de 1976-1977, el intenso bombeo de agua subterránea indujo una reactivación de la subsidencia. En
esta época, los niveles de agua descendieron mucho más rápido debido a la menor
capacidad de almacenamiento causada
por la compactación previa de los sedimentos. En total, se vio afectada por la
subsidencia la mitad del valle. Según el U.
S. Geological Survey:
La subsidencia en el valle de San
Joaquín representa probablemente
una de las mayores alteraciones de
la configuración de la superficie terrestre... Ha producido problemas
graves y económicamente costosos
en la construcción y en el mantenimiento de las estructuras de transporte del agua, carreteras y estructuras superficiales; también se han
gastado muchos millones de dólares
en la reparación y sustitución de pozos de agua subterránea. La subsidencia, además de cambiar el gradiente y el curso de las corrientes y
los arroyos del valle, ha producido
inundaciones inesperadas, que han
costado a los granjeros muchos centenares de miles de dólares para nivelar el terreno*.
* R. L. Ireland, J. F. Poland y F. S. Riley, Land Subsidence in the San Joaquín Valley, California, as of 1980,
U. S. Geological Survey Professional Paper 437-1
(Washington, DC: US. Government Printing Office,
1984), pág. 11.
▲ Figure 17.D Las marcas de este poste
de luz indican el nivel de la tierra
circundante en los años anteriores. Entre
1925 y 1975 esta parte del Valle de San
Joaquín experimentó una subsidencia de
casi 9 metros como consecuencia de la
extracción de agua subterránea y la
compactación consecutiva de los
sedimentos. (Foto cortesía de U.S.
Geological Survey.)
Se han documentado efectos similares en el área de San José del valle de
Santa Clara, California, donde, entre
1916 y 1966, la subsidencia se acercó a
los 4 metros. La inundación de las tierras que bordean la parte meridional de
la bahía de San Francisco fue uno de los
resultados. Como ocurrió en el valle de
San Joaquín, la subsidencia se interrumpió cuando aumentó la importación del
agua de superficie, permitiendo la disminución de la extracción del agua subterránea.
17_Capítulo 17
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Contaminación del agua subterránea
pozos próximos a la costa son normalmente los primeros
en verse afectados.
En las zonas costeras urbanizadas, los problemas
creados por bombeo excesivo están agravados por un descenso del ritmo de recarga natural. A medida que aumentan las calles, los aparcamientos y los edificios que cubren
la superficie, disminuye la infiltración en el suelo.
Para intentar corregir el problema de la contaminación del agua subterránea con agua salada, puede utilizarse una red de pozos de recarga. Estos pozos permiten el
bombeo de las aguas de nuevo al sistema de aguas subterráneas. Un segundo método de corrección se lleva a cabo
mediante la construcción de grandes cuencas. Estas cuencas recogen el drenaje de superficie y permiten que se infiltre en el terreno. En Long Island, Nueva York, donde
el problema de la contaminación salina se reconoció hace
más de 40 años, se han utilizado estos dos métodos con
considerable éxito.
La contaminación de los acuíferos de agua dulce
por agua salada constituye fundamentalmente un problema en las zonas costeras, pero también puede amenazar a
zonas no costeras. Muchas rocas sedimentarias antiguas de
origen marino se depositaron cuando el océano cubría lugares que ahora se encuentran bastante en el interior. En
algunos casos, cantidades significativas de agua de mar
quedaron atrapadas y todavía permanecen en la roca. Estos estratos a veces contienen cantidades de agua dulce y
pueden ser bombeadas para su uso. Sin embargo, si el
agua dulce se elimina más deprisa de lo que puede reponerse, el agua salada puede introducirse y dejar inutilizables los pozos. Una situación como ésta amenazó a los
usuarios de un profundo acuífero de arenisca (del Cámbrico) en la zona de Chicago. Para contrarrestarlo, se distribuyó agua del lago Michigan a las comunidades afectadas con objeto de compensar la velocidad de extracción
del acuífero.
Contaminación del agua subterránea
La contaminación del agua subterránea es una cuestión seria, en particular en las áreas donde los acuíferos proporcionan una gran parte del suministro de agua. Un origen
común de la contaminación del agua subterránea son las
aguas fecales. Entre sus fuentes se cuenta un número creciente de fosas sépticas, así como sistemas de alcantarillado inadecuados o rotos y los desechos de las granjas.
Si las aguas residuales que están contaminadas con
bacterias entran en el sistema de aguas subterráneas, pueden purificarse mediante procesos naturales. Las bacterias
peligrosas pueden ser filtradas mecánicamente por el sedimento a través del cual el agua percola, destruidas por
oxidación química o asimiladas por otros microorganis-
497
mos. Para que se produzca purificación, sin embargo, el
acuífero debe ser de la composición correcta. Por ejemplo, acuíferos extremadamente permeables (como rocas
cristalinas muy fracturadas, grava gruesa o caliza karstificada) tienen aperturas tan grandes que el agua subterránea contaminada puede recorrer grandes distancias sin
ser purificada. En este caso, el agua fluye con demasiada
rapidez y no está en contacto con el material circundante
el tiempo suficiente para que se produzca su purificación.
Éste es el problema del pozo 1 de la Figura 17.15A.
Por otro lado, cuando el acuífero está compuesto
por arena o arenisca permeable, a veces puede purificarse después de viajar por él sólo unas docenas de metros.
Los huecos entre los granos de arena son lo bastante grandes como para permitir el movimiento del agua, pero este
movimiento es, por otro lado, lo bastante lento como para
permitir un tiempo prolongado de purificación (pozo 2,
Figura 17.15B).
A veces, la perforación de un pozo puede inducir
problemas de contaminación del agua subterránea. Si el
pozo bombea una cantidad suficiente de agua, el cono de
depresión incrementará localmente la pendiente del nivel
freático. En algunos casos, la pendiente original puede
incluso invertirse. Esto podría inducir contaminación de
los pozos que producían agua no contaminada antes de
que empezara el bombeo intenso (Figura 17.16). También
recordemos que la velocidad de circulación del agua subterránea aumenta conforme lo hace la inclinación de la
pendiente del nivel freático. Esto podría producir problemas porque una velocidad de circulación más rápida permite menos tiempo para la purificación del agua en el
acuífero antes de ser bombeada a la superficie.
Otras fuentes y tipos de contaminación amenazan
también los suministros de agua subterránea (Figura
17.17). Entre ellos se cuentan sustancias muy utilizadas
como la sal de carretera, los fertilizantes que se extienden
por toda la superficie del terreno y los pesticidas. Además,
puede escaparse una amplia variedad de productos químicos y materiales industriales de las tuberías, los tanques de almacenamiento, los depósitos y los estanques de
retención. Algunos de esos contaminantes se clasifican
como peligrosos, lo que significa que son inflamables, corrosivos, explosivos o tóxicos. En los vertederos, los posibles contaminantes se amontonan en montículos o se expanden directamente sobre el terreno. Cuando el agua de
la lluvia rebosa a través de las basuras, puede disolver una
variedad de materiales orgánicos e inorgánicos. Si el material lixiviado alcanza el nivel freático, se mezclará con el
agua subterránea y contaminará el suministro. Problemas
similares pueden producirse como consecuencia del escape de excavaciones superficiales, denominadas estanques
de retención, en los que se acumulan desechos diversos de
residuos líquidos.
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
▲
Figura 17.15 A. Aunque el agua
contaminada ha viajado más de 100 metros
antes de alcanzar el pozo 1, se mueve
demasiado deprisa a través de la caliza
karstificada para ser purificada. B. Conforme
la descarga desde el pozo séptico percola a
través de la arenisca permeable, es
purificada en una distancia relativamente
corta.
Fosa
séptica
Pozo 1 que libera
agua contaminada
a
Caliz
A.
a
ificad
karst
0
Agua
contaminada
5
10 metros
Fosa
séptica
Pozo 2 que produce
agua limpia
Arenisca permeable
B.
Pozo pequeño que
produce agua limpia
Fosa
séptica
Dado que el movimiento de las aguas subterráneas
suele ser lento, el agua contaminada puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. De hecho, la mayor
parte de la contaminación se descubre sólo después de
haberse visto afectada el agua potable y de que las personas enfermen. Llegados a este punto, el volumen de agua
Circulación
del agua subterránea
A.
El pozo pequeño ahora
contaminado por las
bacterias de las aguas fecales Regadío
Pozo
intensamente
bombeado
Fosa
séptica
B.
Circulación del
agua subterránea
▲ Figura 17.16 A. Originalmente el flujo de salida de la fosa
séptica se alejaba del pozo pequeño. B. El intenso bombeo del
pozo cambió la pendiente del nivel freático, haciendo que el agua
subterránea contaminada fluyera hacia el pozo pequeño.
▲ Figura 17.17 A veces, las sustancias químicas agrícolas y los
materiales lixiviados de los vertederos se abren camino hacia las
aguas subterráneas. Éstas son dos de las posibles fuentes de la
contaminación de las aguas subterráneas. (Foto de F.
Rossotto/Corbis/The Stock Market.)
17_Capítulo 17
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Página 499
El trabajo geológico del agua subterránea
contaminada puede ser muy grande y, aun cuando se elimine inmediatamente la fuente de contaminación, no se
resuelve el problema. Aunque las fuentes de contaminación del agua subterránea son numerosas, hay relativamente pocas soluciones.
Una vez identificado y eliminado el origen del problema, la práctica más común consiste simplemente en
abandonar el suministro de agua y dejar que los contaminantes se vayan limpiando de manera gradual. Ésta es la
solución menos costosa y más fácil, pero el acuífero debe
permanecer sin utilizarse durante muchos años. Para acelerar este proceso, a veces se bombea el agua contaminada y se trata. Después de eliminar el agua infectada, se deja
que el acuífero se recargue de forma natural o, en algunos
casos, se bombea de vuelta al acuífero el agua tratada o
agua limpia. Este proceso es costoso y largo, y puede ser
arriesgado, pues no hay manera de asegurar que se ha eliminado toda la contaminación. Por supuesto, la solución
más eficaz a la contaminación del agua subterránea es la
prevención.
El trabajo geológico del agua
subterránea
El agua subterránea disuelve la roca. Este hecho es clave
para comprender cómo se forman cavernas y dolinas. Dado
que las rocas solubles, especialmente las calizas, cubren millones de kilómetros cuadrados bajo la superficie terrestre,
es aquí donde el agua subterránea realiza su importante papel como agente erosivo. La caliza es casi insoluble en el
agua pura, pero se disuelve con bastante facilidad en el agua
que contiene pequeñas cantidades de ácido carbónico, y la
mayor parte del agua subterránea contiene este ácido. Se
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿El ácido carbónico es el único ácido que crea
cavernas de caliza?
No. Parece que el ácido sulfúrico (H2SO4) crea algunas cuevas. Un ejemplo es la cueva Lechuquilla de las montañas de
Guadalupe, cerca de Carlsbad, Nuevo México, donde las disoluciones bajo presión que contienen sulfuro de hidrógeno
(H2S) derivaron de sedimentos profundos ricos en petróleo
que habían migrado hacia arriba a través de las fracturas de las
rocas. Cuando estas disoluciones se mezclaron con las aguas
subterráneas, que contienen oxígeno, formaron ácido sulfúrico y disolvieron la caliza. La cueva Lechuquilla es una de las
cuevas más profundas que se conocen en Estados Unidos,
con una extensión vertical de 478 metros, y es también una de
las más grandes del país, con 170 kilómetros de galerías.
499
forma porque el agua de la lluvia disuelve fácilmente el dióxido de carbono del aire y el procedente de la descomposición de las plantas. Por consiguiente, cuando el agua
subterránea entra en contacto con la caliza, el ácido carbónico reacciona con la calcita (carbonato cálcico) de las
rocas para formar bicarbonato cálcico, un material soluble
que es transportado luego en solución.
Cavernas
Los resultados más espectaculares del trabajo erosivo del
agua subterránea son las cavernas de caliza. Sólo en Estados Unidos se han descubierto unas 17.000 y otras
nuevas se descubren cada año. Aunque la mayoría son relativamente pequeñas, algunas tienen dimensiones espectaculares. La cueva de Mammoth en Kentucky y las
cavernas Carlsbad en el sureste de Nuevo México son
ejemplos famosos. El sistema de cuevas de Mammoth es
el más extenso del mundo, con más de 540 kilómetros de
galerías interconectadas. Las dimensiones de las cavernas Carlsbad son impresionantes, aunque de una manera distinta. Aquí encontramos la cámara única más grande y quizá más espectacular. La Big Room de las cavernas
Carlsbad tiene un área equivalente a 14 campos de rugby
y una altura suficiente para acomodar el edificio del Capitolio de Estados Unidos.
La mayoría de las cavernas se crea en el nivel freático, o inmediatamente debajo de él, en la zona de saturación. Aquí, el agua subterránea ácida sigue las líneas de
debilidad de la roca, como diaclasas y planos de estratificación. Conforme pasa el tiempo, el proceso de disolución crea lentamente cavidades, que aumentan de tamaño de manera gradual hasta convertirse en cavernas. El
material disuelto por el agua subterránea acaba siendo
descargado en las corrientes y transportado al océano.
En muchas cuevas, se ha producido un desarrollo en
varios niveles, correspondiendo la actividad actual a la
menor elevación. Esta situación refleja la estrecha relación
entre la formación de conductos subterráneos importantes y los valles de los ríos en los cuales drenan. A medida
que las corrientes profundizan sus valles, el nivel freático
disminuye al hacerlo la elevación del río. Por consiguiente, durante períodos en los que las corrientes superficiales están realizando una rápida erosión descendente, los
niveles de agua subterránea circundante caen rápidamente y los conductos de las cuevas son abandonados por el
agua mientras tienen una sección transversal todavía relativamente pequeña. A la inversa, cuando el encajamiento de las corrientes es lento o despreciable, hay tiempo
para la formación de grandes conductos subterráneos.
Por supuesto, las características que despiertan mayor curiosidad a la mayoría de los visitantes de las cavernas son las formaciones pétreas que les proporcionan su
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
aspecto maravilloso. No son rasgos erosivos, como la propia caverna, sino deposicionales, creados por el goteo aparentemente interminable de agua a lo largo de grandes
lapsos de tiempo. El carbonato cálcico que queda produce la calcita que denominamos travertino. Estos depósitos
de cueva, sin embargo, se conocen también como rocas de
precipitación por goteo, una referencia obvia a su modo de
originarse. Aunque la formación de las cavernas tiene lugar en la zona de saturación, el depósito de las rocas por
goteo no es posible hasta que las cavernas estén por encima del nivel freático en la zona de aireación. En cuanto la
cámara se llena de aire, está ya dispuesto el escenario para
que empiece la fase decorativa de la construcción de la caverna.
Las diversas rocas de precipitación encontradas en
las grutas se denominan colectivamente espeleotemas
(spelaion cueva; them colocar); ninguna es exactamente igual a otra. Quizá los espeleotemas más familiares
sean las estalactitas (stalaktos escurrimiento). Estos
colgantes en forma de carámbanos cuelgan del techo de las
grutas y se forman allí donde el agua se filtra a través de
las grietas situadas por encima. Cuando el agua alcanza el
aire de la cueva, algo del dióxido de carbono disuelto se
escapa de la gota y la calcita precipita. El depósito se produce en forma de anillo alrededor del borde de la gota de
agua. A medida que una gota sigue a otra gota, cada una
deja una huella infinitesimal de calcita detrás y se crea un
tubo hueco de caliza. Entonces, el agua se mueve a través
del tubo, permaneciendo suspendida transitoriamente al
final del mismo, aportando un diminuto anillo de calcita
y cayendo al suelo de la caverna. La estalactita que acaba
de describirse se denomina paja de sosa. A menudo, el tubo
hueco de la paja de sosa se obstruye o aumenta su suministro de agua. En cualquier caso, el agua se ve obligada a
fluir y, por consiguiente, a depositarse, a lo largo del lado
externo del tubo. A medida que continúa la precipitación,
la estalactita adopta la forma cónica más común.
Los espeleotemas que se forman en el suelo de una
caverna y se acumulan en sentido ascendente hacia el techo se denominan estalagmitas (stalagmos goteo). El
agua que suministra la calcita para el crecimiento de las estalagmitas cae del techo y salpica sobre la superficie. Como
consecuencia, las estalagmitas no tienen un tubo central y
suelen ser de aspecto más masivo y redondeado en sus extremos superiores que las estalactitas. Con tiempo suficiente, pueden juntarse una estalactita que crece hacia abajo y una estalagmita que crece hacia arriba para formar una
columna.
Topografía kárstica
Muchas zonas del mundo tienen paisajes que, en gran medida, se han formado por la capacidad disolvente del agua
subterránea. Se dice que esas zonas muestran topografía
kárstica, que debe su nombre a la llanura de Kras en Eslovenia (antigua parte de Yugoslavia), localizada a lo largo de la costa nororiental del mar Adriático, donde dicha
topografía está extraordinariamente desarrollada. En Estados Unidos, los paisajes kársticos aparecen en muchas
áreas situadas sobre calizas, entre ellas Kentucky, Tennessee, Alabama, el sur de Indiana y el centro y el norte de
Florida. En general, las zonas áridas y semiáridas son demasiado secas para desarrollar topografía kárstica. Cuando existen en esas regiones, son probablemente restos de
una época en la que predominaban condiciones más lluviosas.
Las zonas kársticas típicas están compuestas por un
terreno irregular interrumpido por muchas depresiones
denominadas dolinas. En las zonas calizas de Florida,
Kentucky y el sur de Indiana, hay literalmente decenas
de miles de esas depresiones, cuya profundidad oscila entre tan sólo 1 o 2 metros y un máximo de más de 50 metros.
Las dolinas se forman normalmente de dos maneras.
Algunas se desarrollan de manera gradual a lo largo de
muchos años sin alteración física de la roca. En esas situaciones, la caliza situada inmediatamente debajo del
suelo se disuelve por el agua de la lluvia descendente, que
está recién cargada de dióxido de carbono. Con el tiempo, la superficie rocosa se va reduciendo y las fracturas en
las cuales entra el agua se van agrandando. A medida que
las fracturas aumentan de tamaño, el suelo se hunde en las
aperturas ensanchadas, de las que se ve desalojado por el
agua subterránea que fluye hacia los conductos inferiores.
Estas depresiones suelen ser superficiales y tienen pendientes suaves.
Por el contrario, las dolinas pueden formarse también de manera abrupta y sin advertencia cuando el techo
de una gruta se desploma bajo su propio peso. Normalmente, las depresiones creadas de esta manera son profundas y de laderas empinadas. Cuando se forman en zonas muy pobladas, constituyen un riesgo geológico grave.
Además de una superficie con muchas cicatrices por
las dolinas, las regiones kársticas muestran una falta notable de drenaje superficial (escorrentía). Después de una
precipitación, el agua de escorrentía es rápidamente encauzada debajo del terreno a través de las depresiones.
Fluye luego a través de las cavernas hasta que alcanza el
nivel freático. En los lugares donde existen corrientes superficiales, sus trayectorias suelen ser cortas. Los nombres
de dichas corrientes dan a menudo una pista de su destino. En la zona de la cueva de Mammoth de Kentucky, por
ejemplo, hay un Sinking Creek, un Little Sinking Creek
y un Sinking Branch. Algunas dolinas se obstruyen con arcilla y derrubios, creando pequeños lagos o lagunas. El desarrollo del paisaje kárstico se muestra en la Figura 17.18.
17_Capítulo 17
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Página 501
El trabajo geológico del agua subterránea
501
Dolinas
Nivel freático
Caliza
Sumidero
de corriente
A.
Dolinas
Nivel freático
Sumidero
de corriente
B.
Sumidero
de corriente
Dolinas
Valle de
disolución
Manantiales
Dolinas
de colapso
Nivel
freático
C
▲ Figura 17.18 Desarrollo de un paisaje kárstico. A. Durante las primeras etapas, el agua subterránea percola a través de la caliza a lo largo
de las diaclasas y los planos de estratificación. La actividad de la disolución crea cavernas en el nivel freático y por debajo, y las aumenta de
tamaño. B. En esta vista, las colinas están bien desarrolladas y las corrientes de superficie son canalizadas por debajo del terreno. C. Con el
paso del tiempo, las cavernas se hacen mayores y aumenta el número y tamaño de las dolinas. El hundimiento de las cavernas y la unión de
dolinas forman depresiones de suelo plano más grandes. Finalmente la actividad de la disolución puede removilizar la mayor parte de la caliza
de la zona, dejando sólo restos aislados.
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Algunas zonas de desarrollo kárstico exhiben paisajes muy diferentes del terreno salpicado de dolinas
descrito en la Figura 17.18. Un ejemplo notable es una
región extensa del sur de China que se describe como
una zona que exhibe mogotes. El término mogote es adecuado porque el paisaje está formado por un laberinto
de colinas empinadas aisladas que se elevan de manera
abrupta desde el suelo. Cada una está acribillada de cuevas y pasajes interconectados. Este tipo de topografía
kárstica se forma en las regiones tropicales y subtropicales y tiene capas potentes de caliza altamente diaclasada. Aquí el agua subterránea ha disuelto grandes volúmenes de caliza y deja sólo estas torres residuales. El
desarrollo kárstico es más rápido en los climas tropicales debido a las precipitaciones abundantes y la mayor
disponibilidad de dióxido de carbono procedente de la
desintegración de la exuberante vegetación tropical. El
dióxido de carbono adicional del suelo significa que hay
más ácido carbónico para la disolución de la caliza.
Otras zonas tropicales de desarrollo kárstico avanzado
son partes de Puerto Rico, el norte de Cuba y el norte
de Vietnam.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿La caliza es el único tipo de roca que desarrolla
estructuras kársticas?
No. Por ejemplo, se produce desarrollo kárstico en otras rocas carbonatadas como el mármol y la dolomía. Además, las
evaporitas como el yeso y la sal (halita) son muy solubles y se
disuelven con facilidad para formar estructuras kársticas
como dolinas, cuevas y corrientes efímeras. Esta última situación se denomina karst de evaporitas.
Resumen
• Como recurso, el agua subterránea representa el máximo depósito de agua dulce asequible para los seres
humanos. Desde el punto de vista geológico, la acción
disolvente del agua subterránea produce cavernas y dolinas. El agua subterránea es también un equilibrador
del flujo de corrientes fluviales.
• El agua subterránea es el agua que llena completamente los espacios porosos del sedimento y las rocas
en la zona de saturación de la subsuperficie. El límite superior de esta zona es el nivel freático. La zona de aireación está por encima del nivel freático, donde el suelo,
el sedimento y la roca no están saturados en agua.
• La interacción entre las corrientes superficiales y las
aguas subterráneas se produce de tres maneras diferentes: las corrientes reciben agua de la aportación de
agua subterránea (efluente); pierden agua a través del
cauce hacia el sistema de aguas subterráneas (influente); o ambas cosas, recibiendo agua en algunas partes
y perdiéndola en otras.
• Los materiales con espacios porosos muy pequeños
(como la arcilla) obstaculizan o impiden el movimiento del agua subterránea y se denominan acuicludos. Los acuíferos consisten en materiales con espacios
porosos más grandes (como la arena) que son permeables y transmiten libremente el agua subterránea.
• El agua subterránea se mueve en curvas serpenteantes que son algo intermedio entre el empuje hacia aba-
jo de la gravedad y la tendencia del agua a desplazarse hacia zonas de presión reducida.
• Los principales factores que influyen en la velocidad
de la circulación de aguas subterráneas son la pendiente del nivel freático (gradiente hidráulico) y la permeabilidad del acuífero (conductividad hidráulica).
• Los manantiales aparecen en los puntos donde el nivel freático intersecta con la superficie del terreno,
produciendo un flujo natural de agua subterránea.
Los pozos, aperturas taladradas en la zona de saturación, extraen el agua subterránea y crean depresiones
aproximadamente cónicas en el nivel freático conocidas como conos de depresión. Los pozos artesianos aparecen cuando el agua se eleva por encima del nivel en
el que se encontró inicialmente.
• Cuando el agua subterránea circula a grandes profundidades, se calienta. Si asciende, el agua puede surgir
como fuentes termales. Los géiseres aparecen cuando el
agua subterránea se calienta en cámaras subterráneas,
se expande y parte pasa rápidamente a vapor, haciendo que brote el géiser. La fuente de calor para la mayoría de las fuentes termales y los géiseres es la roca ígnea caliente.
• Algunos de los problemas ambientales actuales que
afectan al agua subterránea son: (1) la sobreexplotación
por el regadío intenso; (2) la subsidencia del terreno
causada por la extracción de agua subterránea; (3) la
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Preguntas de repaso
contaminación salina, y (4) la contaminación por contaminantes.
• La mayoría de las cavernas se forman en la caliza o
por debajo del nivel freático cuando el agua subterránea ácida disuelve la roca a lo largo de líneas de
debilidad, como las diaclasas y los planos de estrati-
503
ficación. Las diversas rocas de precipitación por goteo
encontradas en las cavernas se denominan colectivamente espeleotemas. Los paisajes que se han formado
en gran medida por el poder disolvente del agua subterránea exhiben una topografía kárstica, un terreno
irregular, interrumpido por muchas depresiones denominadas dolinas.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué porcentaje de agua dulce es agua subterránea?
Si se excluye el hielo glaciar y sólo se considera el
agua dulce líquida, ¿aproximadamente qué porcentaje corresponde al agua subterránea?
14. Dos vecinos excavan un pozo. Aunque los dos pozos penetran a la misma profundidad, el de un vecino produce agua y el del otro no. Describa una circunstancia que podría explicar lo que ocurrió.
2. Desde un punto de vista geológico, el agua subterránea es importante como agente erosivo. Nombre
otro papel geológico significativo del agua subterránea.
15. ¿Qué se entiende por el término artesiano?
3. Compare y contraste las zonas de aireación y de saturación. ¿Cuál de esas zonas contiene agua subterránea?
4. Explique por qué el nivel freático no suele ser plano.
5. Aunque la sequía meteorológica puede haber acabado, la sequía hidrológica puede continuar todavía.
Explíquelo. (Véase Recuadro 17.1.)
6. Contraste un efluente y influente.
7. Distinga entre porosidad y permeabilidad.
8. ¿Cuál es la diferencia entre un acuicludo y un acuífero?
9. ¿Bajo qué circunstancias puede un material tener
gran porosidad pero no ser un buen acuífero?
10. Como se muestra en la Figura 17.4, el agua subterránea se mueve de manera serpenteante. ¿Qué factores hacen que siga esos cursos?
11. Describa brevemente la importante contribución
que Henri Darcy hizo a nuestro conocimiento de la
circulación de las aguas subterráneas.
12. Cuando un acuicluido está situado por encima del
nivel freático principal, puede crearse una zona saturada local. ¿Qué término se aplica a esta situación?
13. ¿Cuál es el origen del calor para la mayoría de las
fuentes termales y los géiseres? ¿Cómo se refleja
esto en la distribución de esas estructuras?
16. Para que existan los pozos artesianos, deben darse
dos condiciones. Nómbrelas.
17. Cuando se pinchó por primera vez la arenisca Dakota, el agua brotó libremente de muchos pozos artesianos. En la actualidad esos pozos deben ser bombeados. Explíquelo.
18. ¿Cuál es el problema asociado con el bombeo del
agua subterránea para regadío que existe en la parte meridional de los High Plains (véase Recuadro
17.2)?
19. Explique brevemente lo que sucedió en el valle de
San Joaquín como consecuencia de la extracción excesiva de agua subterránea. (Véase Recuadro 17.3.)
20. En una zona costera determinada el nivel freático es
de 4 metros por encima del nivel del mar. ¿Aproximadamente a qué distancia por debajo del nivel del
mar se encuentra el agua dulce?
21. ¿Por qué disminuye la descarga de agua subterránea
natural conforme se desarrollan las áreas urbanas?
22. ¿Qué acuífero sería más eficaz para purificar el agua
subterránea contaminada: de grava gruesa, de arena o de caliza karstificada?
23. ¿Qué se entiende cuando se clasifica como peligroso un contaminante del agua subterránea?
24. Indique dos espeleotemas comunes y distíngalos.
25. ¿Qué clase de topografía exhiben las zonas cuyos
paisajes reflejan, en gran medida, el trabajo erosivo
de las aguas subterráneas?
26. Describa dos formas de creación de las dolinas.
17_Capítulo 17
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CAPÍTULO 17
Aguas subterráneas
Términos fundamentales
acuicludo
acuífero
agua subterránea
artesiano
caverna
cinturón de humedad del
suelo
conductividad hidráulica
cono de depresión
descenso de nivel
dolina
efluente
espeleotema
estalactita
estalagmita
franja capilar
fuente termal
géiser
gradiente hidráulico
influente
ley de Darcy
manantial o fuente
nivel freático
nivel freático colgado
nivel piezométrico
permeabilidad
porosidad
pozo
pozo artesiano no surgente
pozo artesiano surgente
topografía kárstica
zona de aireación
zona de saturación
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
• Búsquedas de términos clave en toda la red.
http://www.librosite.net/tarbuck
18_Capítulo 18
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CAPÍTULO 18
Glaciares y glaciaciones
Los glaciares: una parte de dos ciclos
básicos
Tipos de glaciares
Glaciares de valle (alpinos)
Glaciares de casquete
Otros tipos de glaciares
¿Qué pasaría si se fundiera el hielo?
Formación del hielo glaciar
Movimientos de un glaciar
Velocidades de movimiento de un glaciar
Balance de un glaciar
Erosión glaciar
Formas creadas por la erosión glaciar
Valles glaciares
Aristas y horns
Rocas aborregadas
Formas constituidas por tills
Morrenas laterales y centrales
Morrenas terminales y de fondo
Drumlins
Formas constituidas por derrubios
glaciares estratificados
Llanuras aluviales y «valley trains»
Depósitos en contacto con el hielo
La teoría glaciar y el período glacial
cuaternario
Algunos efectos indirectos
de los glaciares del período glacial
cuaternario
Causas de las glaciaciones
Tectónica de placas
Variaciones en la órbita de la Tierra
Depósitos glaciares
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
E
n la actualidad, los glaciares cubren casi el 10 por ciento de la superficie terrestre; sin embargo, en el pasado
geológico reciente los casquetes polares cubrían enormes áreas con hielo de miles de metros de espesor. Muchas
regiones todavía tienen la marca de esos glaciares. El carácter fundamental de lugares tan diversos como los Alpes, Cape
Cod y el valle Yosemite fue labrado por masas de hielo glaciar ahora desaparecidas. Además, regiones como Long Island, los Grandes Lagos y los fiordos de Noruega y Alaska deben su existencia a los glaciares. Los glaciares, por supuesto,
no son simplemente un fenómeno del pasado geológico.
Como veremos, siguen esculpiendo y depositando derrubios
en muchas regiones en la actualidad.
Los glaciares: una parte de dos ciclos
básicos
Los glaciares forman parte de dos ciclos fundamentales
del sistema Tierra: el ciclo hidrológico y el ciclo de las rocas. Antes hemos aprendido que el agua de la hidrosfera
está en un ciclo constante por la atmósfera, la biosfera y
la Tierra sólida. Una y otra vez el agua se evapora de los
océanos a la atmósfera, precipita sobre la superficie terrestre y fluye por los ríos y bajo la tierra de vuelta al
mar. Sin embargo, cuando las precipitaciones caen a grandes altitudes o latitudes elevadas, el agua quizá no pueda
abrirse camino inmediatamente hacia el mar. En cambio,
puede convertirse en parte de un glaciar. Aunque el hielo se acabará fundiendo, permitiendo así que el agua siga
su camino hacia el mar, ésta última puede almacenarse en
forma de hielo glaciar durante muchos decenios, centenares o incluso miles de años. Durante el tiempo en el
que el agua permanece en un glaciar, puede constituir
una fuerza erosiva potente. Los procesos erosivos son una
parte importante del ciclo de las rocas. Como los ríos y
otros procesos erosivos, el hielo en movimiento modifica el paisaje a medida que acumula, transporta y deposita sedimentos.
I
TI
Glaciares y glaciaciones
Introducción
▲
IE N C
A
ERR
Tipos de glaciares
S D LA
E
Un glaciar es una gruesa masa de hielo que se origina
sobre la superficie terrestre por la acumulación, compactación y recristalización de la nieve. Dado que los
glaciares son agentes de erosión, también deben fluir.
Aunque se encuentran glaciares en muchas partes actuales del mundo, la mayoría está localizada en zonas
remotas.
Glaciares de valle (alpinos)
Existen literalmente miles de glaciares relativamente pequeños en zonas montañosas elevadas, donde suelen seguir los valles que en un principio fueron ocupados por
corrientes de agua. A diferencia de los ríos que previamente fluyeron por esos valles, los glaciares avanzan con
lentitud, quizá sólo unos pocos centímetros al día. Debido a su localización, estas masas de hielo en movimiento
se denominan glaciares de valle o glaciares alpinos.
Cada glaciar es en realidad una corriente de hielo, confinada por paredes rocosas escarpadas, que fluyen valle abajo desde un centro de acumulación cerca de su cabecera.
Como los ríos, los glaciares de valle pueden ser largos o
cortos, anchos o estrechos, únicos o con afluentes que se
bifurcan. En general, la anchura de los glaciares alpinos es
pequeña en comparación con sus longitudes. Algunos se
extienden tan sólo una fracción de kilómetro, mientras
que otros continúan durante muchas decenas de kilómetros. La rama occidental del glaciar Hubbard, por ejemplo, transcurre a lo largo de 112 kilómetros de terreno
montañoso en Alaska y el territorio Yukon.
Glaciares de casquete
Al contrario que los glaciares de valle, los glaciares de casquete existen en una escala mucho mayor. La poca radiación solar anual total que alcanza los polos hace que estas
regiones sean idóneas para grandes acumulaciones de hielo. Aunque en el pasado han existido muchos glaciares de
casquete, sólo dos alcanzan este estatus en la actualidad (Figura 18.1). En la zona del polo Norte, Groenlandia está
cubierta por un glaciar de casquete imponente que ocupa
1,7 millones de kilómetros cuadrados, o alrededor del 80
por ciento de esta gran isla. Con un promedio de casi 1.500
metros de espesor, en algunos lugares el hielo se extiende
3.000 metros por encima del sustrato rocoso de la isla.
En el dominio del polo Sur, el enorme glaciar de
casquete de la Antártida alcanza un espesor máximo de
casi 4.300 metros y abarca un área de más de 13,9 millones de kilómetros cuadrados. Debido a las proporciones
de esas enormes estructuras, a menudo se les denomina
glaciares continentales de casquete. De hecho, el conjunto de
todas las áreas de glaciares continentales de casquete constituye en la actualidad casi el diez por ciento de la superficie terrestre.
Estas enormes masas fluyen en todas direcciones
desde uno o más centros de acumulación de la nieve y
ocultan por completo todo, excepto las zonas más elevadas del terreno subyacente. Incluso las fuertes variaciones
de la topografía que hay debajo del glaciar suelen aparecer
como ondulaciones relativamente suavizadas en la superficie del hielo. Esas diferencias topográficas, sin embargo,
18_Capítulo 18
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Tipos de glaciares
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minadas plataformas glaciares. Son masas grandes, relativamente planas, de hielo flotante que se extienden mar
adentro desde la costa, pero permanecen ligadas a la tierra por uno o más lados. Las plataformas son más gruesas
en los lados situados tierra adentro y se adelgazan hacia el
mar. Están sostenidas por el hielo del glaciar de casquete
adyacente, además de ser alimentadas por la nieve y la
congelación del agua del mar en sus bases. Las plataformas glaciares de la Antártida se extienden a lo largo de casi
1,4 millones de kilómetros cuadrados. Las plataformas
glaciares Ross y Filchner son las mayores; la plataforma
glaciar Ross abarca ella sola un área de un tamaño próximo al de Texas (Figura 18.1). En los últimos años, el control por satélite ha mostrado que algunas plataformas glaciares se están separando. En el Recuadro 18.1 se analiza
este tema.
ulo Polar Ártico
Círc
Polo
Norte
Groenlandia
Otros tipos de glaciares
Península
Antártica
Plataforma
Larson B
Plataforma
Filchner
Plataforma
Ross
Mar
Weddell
Polo
Sur
Además de los glaciares de valle y glaciares de casquete, se
han identificado también otros tipos de glaciares. Cubren
algunas tierras elevadas y algunas mesetas con masas de
hielo glaciar denominadas glaciares de meseta. Como las
plataformas glaciares, los glaciares de meseta entierran
por completo el paisaje subyacente, pero son mucho más
pequeños que las estructuras de escala continental. Los
glaciares de meseta aparecen en muchos lugares, entre
ellos Islandia y algunas de las grandes islas del océano
Ártico (Figura 18.2).
Antártida
C
írcu
l o p o la r A n t á r t i c
o
Volcán Grimsvötn
▲ Figura 18.1 Los únicos glaciares continentales de casquete
actuales son los que cubren Groenlandia y la Antártida. Sus áreas
combinadas representan casi el 10 por ciento del área de superficie de
la Tierra. El casquete polar de Groenlandia ocupa 1,7 millones de
kilómetros cuadrados, o alrededor del 80 por ciento de la isla. El área
del casquete polar antártico abarca casi 14 millones de kilómetros
cuadrados. Las plataformas glaciares ocupan los 1,4 millones de
kilómetros cuadrados más adyacentes al glaciar de casquete antártico.
afectan al comportamiento de los glaciares de casquete, en
especial cerca de sus márgenes, al guiar el flujo en ciertas
direcciones y crear zonas de movimiento más rápido y
más lento.
A lo largo de porciones de la costa antártica, el hielo glaciar fluye al interior de las bahías, creando las deno-
▲ Figura 18.2 El casquete polar de esta imagen captada por
satélite es el Vantnajükull, al sureste de Islandia (jükull significa
«casquete» en danés). En 1996 el volcán Grimsvötn entró en erupción
por debajo del casquete y produjo grandes cantidades de agua glaciar
de fusión que creó inundaciones. (Imagen Landsat de la NASA.)
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
▲
Recuadro 18.1
Entender la Tierra
El derrumbamiento de los casquetes polares del Antártico
En estudios en los que se han utilizado
imágenes recientes captadas por satélite
se muestra que partes de algunas plataformas glaciares se están separando. Por
ejemplo, durante un intervalo de 35 días
de febrero y marzo de 2002, una plataforma glaciar del lado oriental de la península Antártica, conocida como la plataforma glaciar Larsen B, se fracturó y se
separó del continente (Figura 18.A). El
acontecimiento envió miles de icebergs a
la deriva en el mar Weddell adyacente
(véase Figura 18.1). En total, se separaron
unos 3.250 kilómetros cuadrados de plataforma glaciar. (Como referencia, todo el
estado de Rhode Island cubre 2.717 kilómetros cuadrados.) Éste no fue un acontecimiento aislado, sino parte de una ten-
▲ Figura 18.A Esta imagen de satélite
muestra el casquete polar Larsen B durante
su hundimiento a principios de 2002.
(Imagen cortesía de la NASA.)
dencia. Durante cinco años, la plataforma
glaciar Larsen B se redujo en unos 5.700
kilómetros. Además, desde 1974, la extensión de siete plataformas glaciares que
rodean la península Antártica disminuyó
en unos 13.500 kilómetros cuadrados.
¿Por qué se separaron estas masas de
hielo flotante? ¿Podrían producirse consecuencias graves?
Los científicos atribuyen la separación
de los casquetes polares al fuerte calentamiento climático regional. Desde aproximadamente 1950, las temperaturas en el
Antártico han aumentado en 2,5 °C. El
ritmo aproximado de calentamiento ha
sido de 0,5 °C por década. Si las temperaturas continúan aumentando, una plataforma glaciar adyacente a Larsen B puede empezar a retroceder en las próximas
décadas. Además, el calentamiento regional de sólo unos pocos grados puede ser
suficiente para hacer que partes de la
enorme plataforma glaciar Ross se desestabilice y empiece a separarse (véase Figura 18.1).
¿Cuáles serían las consecuencias? Los
científicos del National Snow and Ice
Data Center (NSIDC) sugieren lo siguiente:
Si bien la separación de los casquetes
polares de la península tiene pocas
consecuencias en el aumento del nivel
del mar, la separación de otras plataformas del Antártico podría tener un
gran efecto sobre el ritmo al que el
hielo se separa del continente. Los
A menudo, los casquetes polares y los glaciares de
casquete alimentan a glaciares de desbordamiento. Estas lenguas de hielo fluyen valle abajo extendiéndose hacia fuera de los márgenes de esas masas de hielo más grandes. Las lenguas son esencialmente glaciares de valle que
se producen por el movimiento del hielo desde un casquete polar o un glaciar de casquete a través de terreno
montañoso, hasta el mar. Cuando encuentran el mar, algunos glaciares de desbordamiento se expanden como
plataformas glaciares flotantes. A menudo se producen
muchos icebergs.
casquetes polares actúan como un sistema de contrafuerte o freno para los
glaciares. Además, los casquetes mantienen el aire marino más caliente alejado de los glaciares; por consiguiente, moderan la cantidad de fusión que
se produce en las superficies de los
glaciares. Una vez que sus plataformas
glaciares se retiran, la velocidad de
los glaciares aumenta debido a la percolación del agua de fusión o la reducción de las fuerzas de freno, o ambas cosas, y pueden empezar a liberar
más hielo en el océano. Ya se observan
aumentos de la velocidad del hielo
glaciar en zonas de la Península de
las que los casquetes polares se desintegraron en años anteriores*.
La adición de grandes cantidades de
hielo glaciar al océano podría, de hecho,
provocar un aumento significativo del nivel del mar.
Recordemos que lo que se sugiere aquí
es todavía una especulación, ya que nuestro conocimiento de la dinámica de los
casquetes polares y los glaciares de la Antártida es incompleto. Será preciso realizar más controles por satélite y más estudios en este ámbito para predecir con
mayor precisión los posibles aumentos
del nivel mundial del mar provocados por
el mecanismo aquí descrito.
* National Snow and Ice Data Center, «Antarctic IceShelf Collapses», 21 de marzo de 2002, http://nsidc.
org/iceshelves/larsenb2002.
Los glaciares de piedemonte ocupan tierras bajas
amplias en las bases de montañas escarpadas y se forman
cuando uno o más glaciares alpinos surgen de las paredes
de confinamiento de los valles de montaña. En este caso,
el hielo que avanza se expande formando una amplia cobertura de hielo. El tamaño de los glaciares de piedemonte varía mucho. Entre los mayores se encuentra el
glaciar Malaspina situado a lo largo de la costa del sur de
Alaska. Abarca más de 5.000 kilómetros cuadrados de la
llanura costera plana situada al pie de la elevada cordillera San Elías (Figura 18.3).
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Tipos de glaciares
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▲ Figura 18.3 El glaciar Malaspina, al sureste de Alaska, es considerado un ejemplo clásico de un glaciar de piedemonte. Los glaciares de
piedemonte se producen cuando los glaciares de valle salen de una cordillera montañosa y entran en tierras bajas extensas, ya no están
confinados por los laterales y se expanden hasta convertirse en amplios lóbulos. El glaciar Malaspina es en realidad un glaciar compuesto,
formado por la unión de varios glaciares de valle; entre ellos, los glaciares prominentes que aparecen aquí son el glaciar Agassiz (izquierda) y
el glaciar Seward (derecha). En total, el glaciar Malaspina mide hasta 65 kilómetros de ancho y se extiende a lo largo de 45 kilómetros, desde
el frente montañoso casi hasta el mar. Esta vista perspectiva hacia el norte cubre un área aproximada de 55 kilómetros 55 kilómetros. Se
creó a partir de una imagen del satélite Landsat y un modelo de elevación generado por la Shuttle Radar Topography Mission (SRTM). Estas
imágenes son excelentes herramientas para cartografiar la extensión geográfica de los glaciares y para determinar si estos glaciares están
adelgazando o engrosando. (Imagen de NASA/JPL.)
¿Qué pasaría si se fundiera el hielo?
¿Qué cantidad de agua se almacena en el hielo de un glaciar? Los cálculos realizados por el U. S. Geological Survey indican que sólo algo más del 2 por ciento del agua
mundial se encuentra en los glaciares. Pero incluso un 2
por ciento de una cantidad enorme es mucho. El volumen
total aproximado de sólo los glaciares de valle es 210.000
kilómetros cúbicos, comparable a la combinación del volumen de los lagos de agua salina y de agua dulce más
grandes del mundo.
En cuanto a los glaciares de casquete, la de la Antártida está compuesta por el 80 por ciento del hielo mundial y casi dos tercios del agua dulce de la Tierra, y cubre
casi 1,5 veces el área de Estados Unidos. Si este hielo se
fundiera, el nivel del mar se elevaría alrededor de 60 a 70
metros y el océano inundaría muchas zonas costeras densamente pobladas (Figura 18.4).
La importancia hidrológica del hielo de la Antártida puede ilustrarse de otra manera. Si los glaciares de
casquete se fundiera a un ritmo uniforme, podría alimentar (1) el río Mississippi durante más de 50.000
años, (2) todos los ríos de Estados Unidos durante unos
17.000 años, (3) el río Amazonas durante aproximadamente 5.000 años o (4) todos los ríos del mundo durante unos 750 años.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Pueden formarse glaciares en zonas tropicales?
Por supuesto. Los glaciares suelen formarse allí donde hay
temperaturas bajas y aportaciones adecuadas de nieve. Dado
que las temperaturas descienden al aumentar la altitud, puede haber glaciares en los trópicos a grandes alturas. Incluso
cerca del ecuador pueden formarse glaciares a altitudes de más
de 5.000 metros. El monte Kilimanjaro de Tanzania, situado
prácticamente sobre el ecuador a una altitud de 5.895 metros,
es un ejemplo. Su nombre («Kilima» en swahili significa montaña, y «Njaro» significa brillante) es una referencia a la cima
blanca de hielo que, cuando está iluminada, puede verse desde grandes distancias. El cambio climático está provocando la
disminución de los glaciares del Kilimanjaro, de modo que en
15 o 20 años el hielo desaparecerá por completo.
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
▲
Figura 18.4 En este mapa de una parte
de Norteamérica se muestra la línea de
costa actual en comparación con la línea de
costa existente durante el último período
glacial (hace 18.000 años) y la línea de
costa que habría si se fundieran los glaciares
de casquete actuales de Groenlandia y la
Antártida. (Tomado de R. H. Dott, Jr., y R. L.
Battan, Evolution of the Earth, Nueva York:
McGraw Hill, 1971. Reimpreso con el
permiso del editor.)
Seattle
Línea de costa si los
glaciares de casquete
actuales se fundieran
San Francisco
Nueva York
Línea de costa
hace 18.000 años
Memphis
Los Angeles
Phoenix
Charleston
Houston
Orlando
Formación del hielo glaciar
La nieve es la materia prima a partir de la cual se origina
el hielo glaciar; por consiguiente, los glaciares se forman
en áreas donde cae más nieve en invierno de la que se derrite durante el verano. Antes de que se cree un glaciar, la
nieve debe convertirse en hielo glaciar. Esta transformación se muestra en la Figura 18.5.
Cuando las temperaturas permanecen por debajo
del punto de congelación después de una nevada, la acu-
Nieve granular
Copo de nieve
mulación esponjosa de los delicados cristales hexagonales
pronto empieza a cambiar. A medida que el aire se infiltra por los espacios que quedan entre los cristales, los extremos de los cristales se evaporan y el vapor de agua se
condensa cerca de su centro. De esta manera los copos de
nieve se hacen más pequeños, más gruesos y más esféricos, y desaparecen los espacios porosos grandes. Mediante este proceso, el aire es expulsado y, lo que en una ocasión fue nieve esponjosa y ligera, recristaliza en una masa
mucho más densa de pequeños granos que tienen la consistencia de una arena gruesa. Esta nieve recristalizada
granular se denomina neviza y suele encontrarse como
componente de antiguos bancos de nieve cerca del final
del invierno. A medida que se añade más nieve, aumenta
la presión en las capas inferiores, compactando con ello los
granos de hielo situados en profundidad. Cuando el espesor del hielo y de la nieve supera los 50 metros, el peso
es suficiente para fusionar la neviza en una masa sólida de
cristales de hielo trabados. Se acaba de formar el hielo glaciar.
TI
Glaciares y glaciaciones
Balance de un glaciar
▲
▲ Figura 18.5 Conversión de la nieve recién caída en hielo
glaciar cristalino y denso.
A
I
Hielo glaciar
IE N C
Neviza
ERR
Movimientos de un glaciar
S D LA
E
El movimiento del hielo glaciar se suele denominar flujo.
El hecho de que el movimiento glaciar se describa de esta
manera parece paradójico: ¿cómo puede fluir un sólido?
La forma mediante la cual fluye el hielo es compleja y básicamente de dos tipos. El primero de ellos, el flujo plástico, implica el movimiento dentro del hielo. El hielo se
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Movimientos de un glaciar
comporta como un sólido quebradizo hasta que la presión
que tiene encima es equivalente al peso de unos 50 metros
de hielo. Una vez sobrepasada esta carga, el hielo se comporta como un material plástico y empieza a fluir. Este flujo se produce debido a la estructura molecular del hielo.
El hielo glaciar consiste en capas de moléculas empaquetadas unas sobre otras. Las uniones entre las capas son más
débiles que las existentes dentro de cada capa. Por consiguiente, cuando un esfuerzo sobrepasa la fuerza de los
enlaces que mantienen unidas las capas, éstas permanecen
intactas y se deslizan unas sobre otras.
Un segundo mecanismo, y a menudo igual de importante, del movimiento glaciar consiste en el desplazamiento de toda la masa de hielo a lo largo del terreno. Con
la excepción de algunos glaciares localizados en las regiones polares, donde el hielo está probablemente congelado hasta el lecho de roca sólida, se piensa que la mayoría
de los glaciares se mueve mediante este proceso denominado deslizamiento basal. En este proceso, el agua de fusión actúa probablemente como un gato hidráulico y quizá como un lubricante que ayuda al desplazamiento del
hielo sobre la roca. El origen del agua líquida está relacionado en parte con el hecho de que el punto de fusión
del hielo disminuye a medida que aumenta la presión. Por
consiguiente, en las zonas profundas del interior de un
glaciar, el hielo puede estar en el punto de fusión, aun
cuando su temperatura sea inferior a 0 °C.
Además, otros factores pueden contribuir a la presencia de agua de fusión dentro de las zonas profundas del
glaciar. Las temperaturas pueden incrementarse mediante el flujo plástico (un efecto similar al calentamiento por
fricción), el calor añadido desde el interior de la Tierra y
la recongelación del agua de fusión que se ha escurrido
desde arriba. El último proceso depende de la propiedad,
según la cual, a medida que el agua cambia de estado de
líquido a sólido, se libera calor (denominado calor latente de fusión).
En la Figura 18.6 se ilustran los efectos de estos dos
tipos básicos de movimiento glaciar. Este perfil vertical a
través de un glaciar también demuestra que no todo el hielo fluye hacia delante a la misma velocidad. La fricción por
arrastre con el fondo del sustrato rocoso hace que las partes inferiores del glaciar se muevan mucho más despacio.
Al contrario que en la parte inferior del glaciar, los
50 metros superiores, más o menos, no están sometidos a
la suficiente presión como para exhibir flujo plástico. Antes bien, el hielo de esta zona superior es frágil y se le suele denominar, con propiedad, zona de fractura. El hielo
de la zona de fractura es transportado «a caballo» por el
hielo inferior. Cuando el glaciar se mueve sobre un terreno irregular, la zona de fractura está sujeta a tensión, lo
que provoca hendiduras denominadas grietas. Estas hendiduras abismales pueden hacer que sea peligroso viajar a
511
Mo
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Deslizamiento
Sustrato rocoso
▲ Figura 18.6 Corte vertical a través de un glaciar que ilustra el
movimiento del hielo. El movimiento del glaciar se divide en dos
componentes. Por debajo de los 50 metros, el hielo se comporta
plásticamente y fluye. Además, toda la masa de hielo puede
deslizarse a lo largo del terreno. El hielo de la zona de fractura es
transportado «a cuestas». Obsérvese que la velocidad de
movimiento es la más lenta en la base del glaciar donde la fricción
por arrastre es mayor.
través de los glaciares y pueden extenderse hasta profundidades de 50 metros. Por debajo de esta profundidad, el
flujo plástico las sella.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
He oído que los icebergs podrían utilizarse como una
fuente de agua en los desiertos. ¿Es eso posible?
Es cierto que las personas que viven en zonas áridas han estudiado seriamente la posibilidad de remolcar icebergs desde la Antártida para que sirvan de fuente de agua dulce. Seguro que hay un gran abastecimiento. Cada año, en las aguas
que rodean la Antártida, unos 1.000 kilómetros cúbicos de
hielo glaciar se separan y crean icebergs. Sin embargo, hay
problemas tecnológicos significativos que difícilmente se superarán pronto. Por ejemplo, todavía no se han desarrollado
buques capaces de remolcar grandes icebergs (de 1 a 2 kilómetros de diámetro). Además, habría una pérdida sustancial
de hielo por la fusión y la evaporación que tendrían lugar a
medida que el iceberg se arrastrara lentamente (durante un
año) a través de las aguas cálidas del océano.
18_Capítulo 18
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Velocidades de movimiento de un glaciar
A diferencia del flujo de las corrientes de agua, el movimiento de los glaciares no es evidente. Si pudiéramos observar a glaciar alpino moverse, veríamos que, como el
agua de un río, todo el hielo del valle no se mueve valle
abajo a una velocidad igual. De la misma manera que la
fricción con el fondo del lecho de roca hace más lento el
movimiento del hielo en el fondo del glaciar, la fricción
creada por las paredes del valle hace que el flujo sea mayor en el centro del glaciar. Esto se demostró por primera vez por experimentos realizados durante el siglo XIX, en
los cuales se colocaron unos marcadores en una línea recta que atravesaba la parte superior de un glaciar de valle.
Periódicamente se fueron controlando las posiciones de
las estacas, que revelaron el tipo de movimiento que se
acaba de describir. En el Recuadro 1.2, se amplía la información sobre estos experimentos.
¿Con qué velocidad se mueve el hielo glaciar? Las
velocidades medias varían considerablemente de un glaciar a otro. Algunos se mueven tan despacio que los árboles y otro tipo de vegetación pueden establecerse bien
en los derrubios que se han acumulado en la superficie del
glaciar, mientras que otros se mueven a velocidades de
hasta varios metros al día. Por ejemplo, el glaciar Byrd, un
glaciar de desbordamiento de la Antártida que fue estudiado durante 10 años utilizando imágenes de satélite, se
movía a una velocidad de 750 a 800 metros al año (unos 2
metros al día). Otros glaciares del estudio avanzaban a
una cuarta parte de esa velocidad.
El avance de algunos glaciares se caracteriza por períodos de movimientos extremadamente rápidos denomi-
nados oleadas. Los glaciares que exhiben dicho movimiento pueden fluir de una manera aparentemente normal y luego acelerar durante un tiempo relativamente corto antes de volver de nuevo a la velocidad normal Las
velocidades de flujo durante las oleadas son de hasta 100
veces la velocidad normal. Las pruebas indican que muchos glaciares pueden ser de este tipo.
Todavía no está claro si el mecanismo que provoca
estos movimientos rápidos es el mismo para todos los glaciares de tipo oleada. Sin embargo, los investigadores que
estudiaron el glaciar Variegated que aparece en la Figura
18.7 han determinado que las oleadas de esta masa glaciar
toman la forma de un aumento rápido del deslizamiento
basal causado por aumentos de la presión del agua por debajo del hielo. El incremento de la presión del agua en la
base del glaciar actúa para reducir la fricción entre el lecho
de roca subyacente y el hielo en movimiento. El aumento
de la presión, a su vez, está relacionada con los cambios en
el sistema de pasajes que conducen el agua a lo largo del
lecho del glaciar y la liberan como un desagüe al final.
Balance de un glaciar
La nieve es la materia prima a partir de la cual se origina
el hielo glaciar; por consiguiente, los glaciares se forman
en áreas donde cae más nieve en invierno de la que se derrite durante el verano. Los glaciares están constantemente ganando y perdiendo hielo. La acumulación de la
nieve y la formación de hielo se producen en la zona de
acumulación. Sus límites externos se definen como el límite de las nieves perpetuas. La altitud del límite de las
Antes
de la oleada
Después
de la oleada
Agosto de 1964
Agosto de 1965
▲ Figura 18.7 La oleada del glaciar Variegated, un glaciar de valle cerca de Yakutat, Alaska, al noroeste de Juneau, es captada en estas dos
fotografías aéreas tomadas con un año de diferencia. Durante una oleada, las velocidades del hielo del glaciar Variegated son de 20 a 50
veces mayores que durante una fase inactiva. (Fotos de Austin Post, U. S. Geological Survey.)
18_Capítulo 18
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Movimientos de un glaciar
nieves perpetuas varía mucho. En las regiones polares,
puede estar al nivel del mar, mientras que en las áreas tropicales, los límites de nieves perpetuas existen sólo en áreas montañosas elevadas, a menudo a altitudes que superan
los 4.500 metros. Por encima del límite de las nieves perpetuas, en la zona de acumulación, la adición de nieve aumenta el espesor del glaciar y propicia su movimiento.
Más allá del límite de las nieves perpetuas se encuentra la
zona de ablación. En esta zona se produce una pérdida
neta del glaciar, ya que se derrite toda la nieve del invierno anterior, así como algo del hielo glaciar (Figura 18.8).
Además de la fusión, los glaciares también se desgastan cuando se rompen grandes fragmentos de hielo
del frente del glaciar en un proceso denominado desmembramiento. El desmembramiento glaciar crea icebergs en lugares donde el glaciar ha alcanzado el mar o un
lago. Ya que los icebergs son ligeramente menos densos
que el agua de mar, flotan muy hundidos en el agua, con
más del 80 por ciento de su masa sumergida. A lo largo de
los márgenes de los glaciares de plataforma de la Antártida, el desmembramiento glaciar es la principal manera
por medio de la cual esas masas pierden hielo. Los icebergs relativamente planos producidos aquí pueden tener
513
un diámetro de varios kilómetros y un espesor de 600 metros. Por comparación, miles de icebergs de forma irregular son producidos por los glaciares de desbordamiento que fluyen desde los márgenes del glaciar de casquete
de Groenlandia. Muchos derivan hacia el sur y se abren
camino hacia el Atlántico Norte, donde pueden constituir
graves peligros para la navegación.
Que el frente de un glaciar avance, retroceda o permanezca estacionario depende del balance del glaciar. El
balance glaciar es el equilibrio, o desequilibrio, entre la
acumulación en el extremo superior del glaciar y la pérdida en el extremo inferior. Esta pérdida se denomina
ablación. Si la acumulación de hielo supera la ablación, el
frente glaciar avanza hasta que los dos factores se equilibran. Cuando esto ocurre, el final del glaciar permanece
estacionario.
Si una tendencia al calentamiento aumenta la ablación o si una reducción de las nevadas disminuye la acumulación, o ambas cosas, el frente de hielo retrocederá. A
medida que el final del glaciar se retrae, disminuye la extensión de la zona de desgaste. Por consiguiente, con el
tiempo se alcanzará un nuevo equilibrio entre acumulación
y desgaste, y el frente de hielo volverá a ser estacionario.
Zona de
acumulación
Línea de las
nieves perpetuas
Grietas
Zona de
ablación
Iceberg formado
por desmembramiento
▲ Figura 18.8 La línea de las nieves perpetuas separa la zona de acumulación y la zona de ablación. Por encima de esta línea, cae más
nieve cada invierno de la que se derrite cada verano. Por debajo de esta línea, la nieve del invierno anterior se derrite completamente al igual
que algo del hielo subyacente. Que el margen del glaciar avance, retroceda o permanezca estacionario depende del equilibrio entre la
acumulación y el desgaste (ablación). Cuando un glaciar atraviesa un terreno irregular, se forman grietas en la parte frágil.
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Erosión glaciar
Formas creadas por la erosión glaciar
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Los glaciares son capaces de una gran erosión. Para cualquiera que haya observado el final de un glaciar alpino, las
pruebas de su fuerza erosiva son claras. Se puede ser testigo de primera mano de la liberación de material rocoso
de varios tamaños, por el hielo, cuando se funde. Todos los
signos llevan a la conclusión de que el hielo ha arañado,
restregado y roto la roca del fondo y las paredes del valle
y las ha transportado valle abajo. De hecho, como medio
de transporte de sedimentos, el hielo no tiene parangón.
Una vez que un derrubio rocoso es recogido por el glaciar, la enorme competencia del hielo no permitirá que los derrubios se sedimenten como la carga transportada por una corriente de agua o por el viento. Por consiguiente, los glaciares
pueden transportar enormes bloques que ningún otro agente erosivo podría posiblemente mover. Aunque los glaciares
actuales son de importancia limitada como agentes erosivos,
muchos paisajes que fueron modificados por los glaciares
que dominaban el planeta durante el período glacial más reciente reflejan todavía un elevado grado de trabajo del hielo.
Los glaciares erosionan el terreno fundamentalmente de dos maneras: arranque y abrasión. En primer lugar, a medida que un glaciar fluye sobre una superficie
fracturada del lecho de roca, ablanda y levanta bloques de
roca y los incorpora al hielo. Este proceso, conocido como
arranque, se produce cuando el agua de fusión penetra en
las grietas y las diaclasas del lecho de roca del fondo del
glaciar y se congela. Conforme el agua se expande, actúa
como una enorme palanca que suelta la roca levantándola. De esta manera, sedimentos de todos los tamaños entran a formar parte de la carga del glaciar.
El segundo proceso erosivo importante es la abrasión. A medida que el hielo y su carga de fragmentos rocosos se deslizan sobre el lecho de roca, funcionan como
papel de lija que alisa y pule la superficie situada debajo.
La roca pulverizada producida por la «molienda» glaciar
se denomina con propiedad harina de roca. Se puede
producir tanta harina de roca que las corrientes de agua
de fusión que fluyen fuera de un glaciar a menudo tienen
el aspecto grisáceo de la leche desnatada y ofrecen pruebas visibles del poder de molienda del hielo.
Cuando el hielo del fondo de un glaciar contiene
grandes fragmentos de roca, pueden incluso excavarse arañazos y surcos en el lecho de roca denominados estrías
glaciares. Esos surcos lineales proporcionan pistas sobre
la dirección del flujo de hielo. Cartografiando las estrías a
lo largo de grandes áreas, pueden a menudo reconstruirse los modelos de flujo glaciar. Por otro lado, no toda la
acción abrasiva produce estrías. El hielo y su carga de partículas más finas también pueden llegar a pulir mucho las
superficies rocosas sobre las cuales se desplaza el glaciar.
Las grandes superficies de granito suavemente pulido del
Parque Nacional Yosemite proporcionan un ejemplo excelente.
Como ocurre con otros agentes de erosión, la velocidad de erosión de un glaciar es muy variable. Esta erosión diferencial llevada a cabo por el hielo está muy controlada por cuatro factores: (1) velocidad de movimiento
del glaciar; (2) espesor del hielo; (3) forma, abundancia y
dureza de los fragmentos de roca contenidos en el hielo
en la base del glaciar, y (4) erosionabilidad de la superficie por debajo del glaciar. Variaciones en uno o en todos
esos factores de un momento a otro o de un lugar a otro
significan que los rasgos, efectos y grado de modificación
del paisaje en las regiones glaciares pueden variar enormemente.
ERR
Ya esté avanzando, retrocediendo o en estado estacionario el margen de un glaciar, el hielo dentro del glaciar sigue fluyendo hacia delante. En el caso de un glaciar
en recesión, el hielo todavía fluye hacia delante, pero no
con suficiente rapidez como para contrarrestar la ablación.
Esta cuestión se ilustra bien en la Figura 1.B. Mientras la
línea de estacas colocadas en el glaciar Rhone siguió moviéndose valle abajo, el final del glaciar iba retrocediendo
lentamente valle arriba.
TI
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Glaciares y glaciaciones
Repaso de las características
de un glaciar
▲
18_Capítulo 18
Los efectos erosivos de los glaciares de valle y de los glaciares de casquete son bastante diferentes. Es probable que
un visitante a una región montañosa llena de glaciares vea
una topografía afilada y angulosa. La razón es que, a medida que los glaciares alpinos se desplazan valle abajo,
tiendan a acentuar las irregularidades del paisaje montañoso creando paredes más escarpadas y haciendo incluso
más dentados los marcados picos. Por el contrario, los
glaciares de casquete continental generalmente pasan por
encima del terreno y, por tanto, suavizan, más que acentúan, las irregularidades que encuentran. Aunque la potencia erosiva de los glaciares de casquete es enorme, las
formas esculpidas por esas enormes masas de hielo no
suelen inspirar la misma admiración y temor reverente
que los rasgos erosivos creados por los glaciares de valle.
Gran parte del escarpado escenario montañoso tan celebrado por su majestuosa belleza es el producto de la erosión de los glaciares alpinos. En la Figura 18.9 se muestra
un área montañosa antes, durante y después de una glaciación.
18_Capítulo 18
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▲
Formas creadas por la erosión glaciar
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Figura 18.9 En estos diagramas de un área hipotética se muestra el
desarrollo de formas erosivas creadas por glaciares alpinos. El paisaje no
glaciar de la parte A está modificado por glaciares de valle en la parte
B. Después del retroceso del hielo, en la parte C, el terreno tiene un
aspecto muy diferente al anterior a la glaciación.
Valle
en forma
de V
A. Topografía no glaciar
Horn
Morrena
central
Arista
Circos
Glaciar
principal
Espolones
truncados
B. Región durante un período de glaciación máxima
Horn
Lago pequeño
de montaña (tarn)
Circos
Lagos
en rosario
Valle
glaciar
C. Topografía glaciar
Arista
Valle colgado
18_Capítulo 18
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Valles glaciares
Una excursión por un valle glaciar revela una serie de
rasgos notables creados por el hielo. El valle, en sí mismo, es a menudo una visión extraordinaria. A diferencia
de las corrientes de agua, que crean sus propios valles, los
glaciares toman el camino de menor resistencia siguiendo el curso de los valles de corriente existentes. Antes de
la glaciación, los valles de montaña son característicamente estrechos y en forma de V, porque las corrientes
de agua están muy por encima del nivel de base y, por
consiguiente, están ejerciendo erosión en la vertical. Sin
embargo, durante la glaciación esos valles estrechos experimentan una transformación conforme el glaciar los
ensancha y profundiza, creando un valle glaciar en forma de U (Figura 18.9 y Figura 18.10). Además de producir un valle más ancho y más profundo, el glaciar también endereza el valle. A medida que el hielo fluye
alrededor de las pronunciadas curvas, su gran fuerza erosiva elimina los espolones de tierra que se extienden en
el valle. Los resultados de esta actividad son acantilados
de forma triangular denominados espolones truncados
(Figura 18.9).
La intensidad de la erosión glaciar depende en parte del espesor del hielo. Por consiguiente, muchos glaciares profundizan sus valles más de lo que lo hacen sus
afluentes más pequeños. Por tanto, cuando los glaciares
acaban retrocediendo, los valles de los glaciares afluentes
quedan por encima de la depresión glaciar principal, y se
denominan valles colgados (Figura 18.9). Los ríos que
fluyen a través de valles colgados pueden producir cascadas espectaculares, como las del Parque Nacional Yosemite (Figura 18.9).
Mientras ascienden por un valle glaciar, los excursionistas pueden pasar por una serie de depresiones de lecho de roca en el suelo del valle que fueron creadas probablemente por arranque y luego pulidas por la fuerza
abrasiva del hielo. Si esas depresiones se llenan de agua, se
denominan lagos en rosario (Figura 18.10)..
▲ Figura 18.10 Antes de la glaciación, un valle de montaña es normalmente estrecho y en forma de V. Durante la glaciación, un glaciar
alpino se ensancha, se profundiza y endereza el valle, creando el valle glaciar en forma de U que se ve aquí. La hilera de lagos se denomina
lagos en rosario. Este valle se encuentra en el Parque Nacional Glacier, Montana. (Foto de John Montagne.)
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Depósitos glaciares
En muchos paisajes glaciares, pero con más frecuencia
allí donde los glaciares continentales de casquete han modificado el terreno, el hielo esculpe pequeñas colinas
orientadas aerodinámicamente a partir de protuberancias
del lecho de roca. Una protuberancia asimétrica del lecho
de roca de este tipo se denomina roca aborregada. Las
rocas aborregadas se forman cuando la abrasión glaciar
alisa la suave pendiente que está en frente del hielo glaciar
que se aproxima y el arranque aumenta la inclinación del
lado opuesto a medida que el hielo pasa por encima de la
protuberancia (Figura 18.11). Las rocas aborregadas indican la dirección del flujo glaciar, porque la pendiente
más suave se encuentra generalmente en el lado desde el
cual avanzó el hielo.
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Depósitos glaciares
I
Una visita a los Alpes y a las Rocosas del norte, o a muchos otros paisajes montañosos extraordinarios, esculpidos
por los glaciares de valle, revelan no sólo valles glaciares,
Rocas aborregadas
IE N C
Aristas y horns
circos, lagos en rosario y los otros rasgos relacionados
que acabamos de comentar. También es probable que
muestren crestas sinuosas de bordes agudos denominados
aristas y picos piramidales agudos denominados horns
que se proyectan por encima de los alrededores. Los dos
rasgos pueden originarse a partir del mismo proceso básico: el aumento de tamaño de los circos producido por
arranque y por la acción del hielo (Figura 18.9). En el caso
de las cúspides rocosas denominadas horns, los responsables son grupos de circos situados alrededor de una sola
montaña elevada. A medida que los circos aumentan de tamaño y convergen, se produce un horn aislado. El ejemplo más famoso es el Matterhorn de los Alpes suizos (Figura 18.9).
Las aristas pueden formarse de una manera similar,
a excepción de que los circos no se agrupan alrededor de
un punto, sino que existen a los lados opuestos de una divisoria. A medida que crecen los circos, la divisoria que los
separa se reduce a una estrecha partición en forma de filo
de cuchillo. Una arista, sin embargo, también puede formarse de otra manera. En el caso de que dos glaciares ocupen valles paralelos, puede formarse una arista cuando la
divisoria que separa las lenguas de hielo en movimiento se
va estrechando progresivamente a medida que los glaciares pulen y ensanchan sus valles adyacentes.
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Glaciares y glaciaciones
Repaso de las características
de un glaciar
▲
En la cabecera de un valle glaciar hay una estructura muy característica y a menudo imponente denominada circo. Estas depresiones en forma de tazón tienen paredes escarpadas en tres lados, pero están abiertas por el
lado que desciende al valle. El circo es el punto focal de
crecimiento del glaciar, porque es la zona de acumulación
de nieve y de formación de hielo. Los circos empiezan
como irregularidades en el lado de la montaña que luego
van siendo aumentadas de tamaño por el acuñamiento de
hielo y el arranque producido en los lados y en el fondo
del glaciar. Después de la desaparición del glaciar, la cuenca del circo suele ser ocupada por un pequeño lago de
montaña denominado tarn (Figura 18.9).
A veces, cuando hay dos glaciares en los lados opuestos de una divisoria, que se alejan uno del otro, la cresta
divisoria que queda entre sus circos va siendo eliminada a
medida que el arranque y la acción del hielo aumentan el
tamaño de cada uno de ellos. Cuando esto ocurre, las dos
depresiones glaciares llegan a cruzarse, creando una garganta o paso de un valle al otro. A esta estructura se la denomina puerto de montaña. Algunos pasos de montaña
importantes y bien conocidos son: el paso de St. Gotthard en los Alpes suizos, el de Tioga en Sierra Nevada,
California, y el de Berthoud en las Rocosas, Colorado.
Antes de dejar el tema de los valles glaciares y sus
rasgos asociados, deben comentarse unas estructuras bastante bien conocidas: los fiordos. Los fiordos son ensenadas profundas, a menudo espectaculares, de laderas escarpadas, presentes en zonas de latitudes altas, donde las
montañas están al lado del océano. Se trata de valles glaciares inundados que quedaron sumergidos cuando el hielo abandonaba el valle y el nivel del mar se elevó después
del período glacial cuaternario. Las profundidades de los
fiordos pueden superar los 1.000 metros. Sin embargo, las
grandes profundidades de estos valles inundados se explican sólo parcialmente por la elevación postglaciar del nivel del mar. A diferencia de la situación que gobierna el
trabajo erosivo descendente de los ríos, el nivel del mar no
actúa como un nivel de base para los glaciares. Por consiguiente, los glaciares son capaces de erosionar sus lechos
bastante por debajo de la superficie del mar. Por ejemplo,
un glaciar de 300 metros de espesor puede excavar el fondo de su valle más de 250 metros por debajo del nivel del
mar antes de que cese la erosión descendente y el hielo
empiece a flotar. Noruega, Columbia británica, Groenlandia, Nueva Zelanda, Chile y Alaska tienen líneas de
costa caracterizadas por fiordos.
517
Los glaciares recogen y transportan una enorme carga de
derrubios a medida que avanzan lentamente a través del
terreno. Por fin, esos materiales se depositan cuando se
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Flujo de hielo
Abrasión
glaciar
▲
Arranque
glaciar
Lecho de roca
funde el hielo. En las regiones donde se deposita, el sedimento glaciar puede desempeñar un papel verdaderamente significativo en la formación del paisaje físico. Por
ejemplo, muchas áreas, durante el reciente período glacial, estuvieron cubiertas por los glaciares continentales,
siendo raro que el sustrato rocoso quede expuesto, porque el terreno está completamente cubierto por depósitos glaciares cuyo espesor es de decenas o incluso centenares de metros. El efecto general de esos depósitos es el
de reducir el relieve local y, por tanto, nivelar la topografía. De hecho, las escenas rurales que son familiares
para muchos son el resultado directo de la sedimentación
glaciar.
Mucho antes de que se propusiera incluso la teoría
de una Edad del Hielo generalizada, se reconocía que
Figura 18.11 Roca aborregada en el Parque Nacional
Yosemite, California. La pendiente suave experimentó
abrasión y el lado más empinado experimentó arranque. El
hielo se movió de derecha a izquierda. (Foto de E. J. Tarbuck.)
gran parte del suelo y los derrubios rocosos que cubren diversas zonas de Europa procedían de algún otro lugar. En
aquella época, se creía que esos materiales «foráneos» habían sido «arrastrados» a sus posiciones actuales por hielo flotante durante una inundación antigua. Por consiguiente, en inglés se dio el nombre de drift (que significa
arrastre) a este sedimento. En castellano se denominan
derrubios glaciares, término que abarca todos los sedimentos de origen glaciar sin importar cómo, dónde o de
qué forma fueron depositados.
Una de las características que distinguen los derrubios glaciares de los sedimentos dejados por otros agentes erosivos es que los depósitos glaciares consisten fundamentalmente en derrubios de roca mecánicamente
meteorizada que experimentaron poca o ninguna meteo-
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Formas constituidas por tills
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rización química antes de su deposición. Por tanto, los minerales que tienen una notable propensión a la descomposición química, como la hornblenda o las plagioclasas,
a menudo son componentes abundantes de los sedimentos glaciares.
Los geólogos dividen los derrubios glaciares en
dos tipos distintos: (1) los materiales depositados directamente por el glaciar, que se conocen como tills, y
(2) los sedimentos dejados por el agua de fusión del glaciar, denominados derrubios estratificados. Consideraremos ahora las formas creadas por cada uno de estos
tipos.
Formas constituidas por tills
Un till se deposita a medida que el hielo glacial se funde
y deja su carga de fragmentos rocosos. A diferencia de las
corrientes de agua y viento, el hielo no puede seleccionar
el sedimento que transporta; por consiguiente, los depósitos de till son mezclas característicamente no seleccionadas de granos de muchos tamaños (Figura 18.12).Un
examen de cerca de este sedimento demuestra que muchos
de sus fragmentos están arañados y pulidos como consecuencia de haber sido arrastrados por el glaciar. Estos
fragmentos ayudan a distinguir el till de otros depósitos
que son una mezcla de tamaños diferentes de sedimento,
como los materiales procedentes de un flujo de derrubios
o un deslizamiento de rocas.
Los grandes bloques encontrados en el till o libres
sobre la superficie se denominan erráticos glaciares, si
son diferentes del lecho de roca sobre el que se encuentran. Por supuesto, esto significa que deben haber sido
desviados de su lugar de origen, fuera del área donde se
encuentran. Aunque se desconoce la localidad de donde
proceden muchos bloques erráticos, puede determinarse
el origen de algunos. En muchos casos, los enormes bloques fueron transportados hasta 500 kilómetros de su área
original y, en unos pocos casos, más de 1.000 kilómetros.
Por consiguiente, estudiando los bloques erráticos glaciares, así como la composición mineral del till que queda, los geólogos son a veces capaces de seguir la pista a un
lóbulo de hielo.
En zonas de Nueva Inglaterra y otras áreas, los bloques erráticos salpican los pastos y los campos de labranza. De hecho, en algunos lugares estas grandes rocas fueron recogidas de los campos y apiladas para construir
vallas y muros. Mantener limpios los campos, sin embargo, es una tarea que nunca se acaba porque cada primavera aparecen bloques erráticos nuevos. El levantamiento del suelo por congelación durante el invierno los saca
a la superficie.
Vista de cerca
del canto
▲ Figura 18.12 El till glaciar es una mezcla no seleccionada de
muchos tamaños de sedimento diferentes. Un examen más
próximo revela a menudo grandes cantos que han sido arañados a
medida que fueron arrastrados por el glaciar. (Foto de E. J. Tarbuck.)
Morrenas laterales y centrales
El término más común para las formas constituidas por
los depósitos glaciares es el de morrena. Originalmente,
este término lo utilizaron los campesinos franceses para
referirse a los rebordes y los terraplenes de derrubios encontrados cerca de los márgenes de los glaciares en los Al-
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
pes franceses. En la actualidad, sin embargo, morrena tiene un significado más amplio, porque se aplica a una serie de formas, todas ellas compuestas fundamentalmente
por till.
Los glaciares alpinos producen dos tipos de morrenas que aparecen exclusivamente en los valles de montaña. El primero de ellos se denomina morrena lateral.
Como vimos antes, cuando un glaciar alpino se desplaza
valle abajo, el hielo erosiona las laderas del valle con gran
eficacia. Además, se añaden grandes cantidades de derrubios a la superficie del glaciar a medida que el material
cae, o se desliza, desde una posición más elevada en los
muros del valle y se acumula en los bordes del hielo en
movimiento. Cuando el hielo acaba por derretirse, esta
acumulación de derrubios se deja caer cerca de las paredes del valle. Estas acumulaciones de till que corren paralelas a los laterales del valle constituyen las morrenas laterales.
El segundo tipo de morrena que es exclusivo de los
glaciares alpinos es la morrena central. Las morrenas
centrales se crean cuando dos glaciares alpinos se unen
para formar una sola corriente de hielo. El till que antes
era transportado a lo largo de los laterales de cada glaciar
se junta para formar una única banda oscura de derrubios
dentro del recien ensanchado glaciar. La creación de estas bandas oscuras dentro de la corriente de hielo es una
prueba obvia de que el hielo glaciar se mueve, porque la
morrena no podría formarse si el hielo no fluyera valle
abajo. Es bastante común ver varias morrenas centrales
dentro de un solo glaciar alpino grande, porque se formará
una línea cuando un glaciar afluente se una al valle principal.
Morrenas terminales y de fondo
Una morrena terminal es un montículo de till que se
forma al final de un glaciar. Estas formas relativamente
comunes se depositan cuando se alcanza el estado de
equilibrio entre la ablación y la acumulación de hielo. Es
decir, la morrena terminal se forma cuando el hielo se
está fundiendo y evaporando cerca del extremo del glaciar a una velocidad igual a la del avance del glaciar desde su área de alimentación. Aunque el extremo del glaciar es ahora estacionario, el hielo continúa fluyendo
hacia delante, liberando un suministro continuo de sedimento, de la misma manera que una cinta transportadora libera los productos al final de una línea de producción. A medida que el hielo se funde, el till se deposita y
la morrena terminal crece. Cuanto más tiempo permanezca estable el frente de hielo, mayor tamaño adquirirá
el montículo de till.
Por fin, llegará el momento en que la ablación
supere la alimentación. En este punto, el frente del gla-
ciar empieza a retroceder en la dirección desde la cual
avanzaba en un principio. Sin embargo, a medida que el
frente de hielo retrocede, la acción de la cinta transportadora del glaciar continúa proporcionando suministros
frescos de sedimento al extremo del glaciar. De esta manera, se deposita una gran cantidad de till a medida que
el hielo se funde, creando una llanura ondulante de roca
diseminada. Esta capa de till suavemente ondulada depositada conforme retrocede el frente de hielo se denomina morrena de fondo. La morrena de fondo tiene un
efecto nivelador, rellenando los puntos bajos y obturando los viejos cauces de corrientes de agua, induciendo a
menudo un desarreglo del sistema de drenaje existente.
En áreas donde esta capa de till está todavía relativamente fresca, como en el norte de la región de los Grandes
Lagos, son bastante comunes terrenos pantanosos poco
drenados.
Periódicamente el glaciar retrocederá hasta un punto donde la ablación y la alimentación se equilibrarán una
vez más. Cuando esto ocurra, el frente de hielo se estabilizará y se formará una nueva morrena terminal.
El modelo de formación de morrenas terminales y
de deposición de morrenas de fondo puede repetirse muchas veces antes de que el glaciar se haya desvanecido por
completo. Dicho modelo se ilustra en la Figura 18.13.
Debe señalarse que la morrena terminal más exterior
marca el límite de avance del glaciar. Las morrenas terminales que se depositaron durante las estabilizaciones
ocasionales del frente de hielo durante los retrocesos se
denominan morrenas de retroceso. Obsérvese que las
morrenas terminales y las morrenas de retroceso son
esencialmente iguales; la única diferencia entre ellas es su
posición relativa.
Las morrenas terminales depositadas durante la mayor etapa de glaciación del período glacial más reciente
son estructuras prominentes en muchas partes del medio
oeste y del noroeste norteamericano. En Wisconsin, el terreno montañoso y boscoso de la morrena Kettle, cerca de
Milwaukee, es un ejemplo particularmente pintoresco.
Un ejemplo bien conocido del noroeste es Long Island.
Esta tira de sedimento glaciar que se extiende en dirección
noreste desde la ciudad de Nueva York forma parte de un
complejo de morrenas terminales que se prolonga desde
el este de Pensilvania hasta Cape Cod, Massachusetts (Figura 18.14). Las morrenas terminales que constituyen
Long Island representan materiales que fueron depositados por un glaciar de casquete continental en las aguas relativamente someras de la costa y que se acumularon muchos metros por encima del nivel del mar. Long Island
Sound, el estrecho cuerpo de agua que separa la isla de tierra firme, no acumuló la misma cantidad de depósitos glaciares y, por consiguiente, se inundó durante la elevación
del mar que siguió al período glacial.
18_Capítulo 18
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Formas constituidas por tills
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Morrenas terminales:
período Wisconsiense
Morrenas terminales:
período Illinoiense
0
150 mi
0
150 km
Extensión
de la glaciación
Wisconsiense
Zona sin derrubios
Extensión
de la glaciación
Illinoiense
MA
CT
▲
▲ Figura 18.13 Morrenas terminales de la región de los Grandes Lagos. Las depositadas durante la etapa más reciente (Wisconsiense) son
las más relevantes.
Boston
RI
Cape
Cod
Morrena Harbor Hill
NY
Martha’s
Vineyard
NJ
Long Island
Morrena Ronkonkoma
En la Figura 18.15 se representa un área hipotética
durante la glaciación y el ulterior retroceso de las plataformas glaciares. Se muestran las morrenas descritas en
esta sección, así como las estructuras deposicionales tratadas en las secciones siguientes. En esta figura se repro-
Nantucket
Figura 18.14 Las morrenas
terminales constituyen partes
sustanciales de Long Island, Cape Cod,
Martha’s Vineyard y Nantucket. Aunque
algunas porciones están sumergidas, la
morrena Ronkonkoma (una morrena
terminal) se extiende a través de Long
Island central, Martha’s Vineyard y
Nantucket. Se depositó hace unos
20.000 años. La morrena de retroceso
Harbor Hill, que se formó hace unos
14.000 años, se extiende a lo largo de
la costa norte de Long Island, a través
del sur de Rhode Island y Cape Cod.
ducen las estructuras del paisaje parecidas a las que encontraríamos al viajar por la parte superior del oeste medio o Nueva Inglaterra. A medida que lea las siguientes
secciones que tratan otros depósitos glaciares, será remitido a esta figura varias veces.
18_Capítulo 18
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Drumlins
Las morrenas no son las únicas formas depositadas por los
glaciares. En determinadas áreas que estuvieron en alguna ocasión cubiertas por glaciares continentales de cas-
quete existe una variedad especial de paisaje glacial caracterizado por colinas lisas, alargadas y paralelas denominadas drumlins (Figura 18.15). Por supuesto, uno de los
drumlins mejor conocidos es el Bunker Hill de Boston.
Esker
Glaciar
en retroceso
Kame
Morrena de fondo
Lecho de roca
▲ Figura 18.15 Esta área hipotética ilustra muchas formas deposicionales comunes.
18_Capítulo 18
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Formas constituidas por tills
Un examen del Bunker Hill u otros drumlins menos
famosos revelaría que los drumlins son colinas asimétricas de perfil aerodinámico compuestas fundamentalmente por till. Su altura oscila entre 15 y 50 metros y pueden
llegar a medir un kilómetro de longitud. El lado empinado de la colina mira en la dirección desde la cual avanzó
el hielo, mientras que la pendiente más larga y suave sigue la misma dirección de movimiento del hielo. Los
drumlins no se encuentran como formas aisladas; muy al
contrario, aparecen en grupos denominados campos de
drumlins (Figura 18.16). Uno de esos grupos, al oeste de
Rochester, Nueva York, se calcula que contiene unos
10.000 drumlins. Aunque la formación de los drumlins no
se conoce del todo, su forma aerodinámica indica que fueron modelados en la zona de flujo plástico dentro de un
glaciar activo. Se cree que muchos drumlins se originan
cuando los glaciares avanzan sobre derrubios glaciares
previamente depositados, remodelando el material.
Morrena
terminal
Campo de drumlins
Morrena terminal
en retroceso
Llanura de inundación
Lago
Kettle
Morrena de fondo
Lecho de roca
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
▲
Figura 18.16 Porción de un campo de
drumlins mostrada en el mapa topográfico
de Palmyra, Nueva York. El norte está arriba.
Los drumlins son más empinados en la
ladera norte, lo que indica que el hielo
avanzó desde esa dirección.
Lago Ontario
Drumlins
Rochester
Palmyra
554
543
550
560
600
0
56
600
600
650
BM
589
60
650
570
600
0
57
0
650
650
600
Al mismo tiempo que se forma una morrena terminal, el
agua del glaciar que se funde cae en cascada por encima
600
Llanuras aluviales y «valley trains»
600
Como su nombre indica, los derrubios glaciares estratificados están seleccionados de acuerdo con el peso y el tamaño de los granos. Dado que el hielo no es capaz de
esta actividad de selección, esos materiales no son depositados directamente por el glaciar, como ocurre con los
tills; en cambio, reflejan la acción de selección del agua de
fusión del glaciar. Las acumulaciones de derrubios glaciares estratificados suelen estar constituidos fundamentalmente de arena y grava (es decir, material de carga de
fondo) porque la harina de roca más fina permanece suspendida y, por consiguiente, es normalmente transportada bastante más allá del glaciar por las corrientes de agua
de fusión.
650
600
Formas constituidas por derrubios
glaciares estratificados
600
597
orah
Hill Cum
BM
Angel Moroni
Monument
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Hay algún tipo de depósito glaciar valioso?
Sí. En las regiones glaciares, los paisajes constituidos por derrubios glaciares estratificados, como los eskers, suelen ser excelentes fuentes de arena y grava. Aunque el valor por tonelada es bajo, se utilizan grandes cantidades de estos materiales
en la industria de la construcción. Además, las arenas y las
gravas de los glaciares son valiosas porque forman acuíferos
excelentes y, por tanto, son fuentes significativas de aguas
subterráneas en algunas zonas. Las arcillas de lagos glaciares
antiguos se han utilizado en la fabricación de ladrillos.
del till, arrastrando algo de este último hacia fuera por delante de la cresta en crecimiento de derrubios no seleccionados. El agua de fusión surge generalmente del hielo
en corrientes de movimiento rápido que, a menudo, son
obstruidas por material suspendido y que transportan ade-
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La teoría glaciar y el período glacial cuaternario
más una sustancial carga de fondo. A medida que el agua
abandona el glaciar, se desplaza sobre la superficie relativamente plana del frente del glaciar y pierde rápidamente velocidad. Por consiguiente, mucha de su carga de fondo se deja caer y el agua de fusión empieza a entretejer un
modelo complejo de canales anastomosados (Figura
18.15). De esta manera, se crea una amplia superficie en
forma de rampa, compuesta por derrubios glaciares estratificados, adyacente al borde corriente abajo de la mayoría de las morrenas terminales. Cuando esta estructura
se forma en asociación con un glaciar de casquete, se denomina llanura aluvial y cuando está fundamentalmente
confinada a un valle de montaña, se la suele denominar
tren de valle.
Las llanuras de aluvión y los trenes de valle suelen
estar salpicados de cuencas conocidas como kettles (Figura 18.15). Las depresiones glaciares se producen también en depósitos de till. Se forman cuando bloques de
hielo estancado resultan completa o parcialmente enterrados en el derrubio glaciar y acaban por derretirse, dejando hoyos en el sedimento glaciar. Aunque la mayoría
de las depresiones glaciares no superan los 2 kilómetros
de diámetro, en Minnesota hay algunas cuyo diámetro es
superior a los 10 kilómetros. De igual manera, la profundidad normal de la mayoría de las depresiones glaciares es inferior a 10 metros, aunque las dimensiones
verticales de algunas se aproximan a los 50 metros. En
muchos casos, el agua acaba rellenando la depresión y
forma un lago o una laguna.
Depósitos en contacto con el hielo
Cuando el final de un glaciar que se está derritiendo se encoge hasta un punto crítico, el flujo se detiene prácticamente y el hielo se estanca. El agua de fusión que fluye por
encima, en el interior y en la base del hielo inmóvil deja
depósitos de derrubios estratificados. Entonces, a medida
que el hielo sustentador se va derritiendo, se va dejando
atrás sedimento estratificado en forma de colinas, terrazas
y cúmulos. Dichas acumulaciones se denominan colectivamente depósitos en contacto con el hielo y se clasifican en función de su forma.
Cuando el derrubio estratificado en contacto con el
hielo tiene la forma de una colina de laderas empinadas o
montículos, se denomina kame (Figura 18.15). Algunos
kames representan cuerpos de sedimento depositados por
el agua de fusión en aperturas del interior del hielo o en
depresiones de su superficie. Otros se originan cuando se
van formando deltas o abanicos hacia el exterior del hielo por las corrientes de agua de fusión. Por último, cuando el hielo estancado se funde, las diversas acumulaciones
de sedimento se unen para formar montículos aislados e
irregulares.
525
Cuando el hielo glaciar ocupa un valle, pueden formarse terrazas de kame a lo largo de los lados del valle. Estas estructuras suelen ser masas estrechas de derrubios estratificados depositados entre el glaciar y la
ladera del valle por corrientes que dejan los derrubios a
lo largo de los márgenes de la masa de hielo que se va
encogiendo.
Un tercer tipo de depósito en contacto con el hielo
es una cresta larga, estrecha y sinuosa, compuesta fundamentalmente por arena y grava. Algunos tienen una altura superior a los 100 metros y longitudes que superan los
100 kilómetros. Las dimensiones de muchos otros son
bastante menos espectaculares. Conocidas como eskers,
estas crestas son depositadas por ríos de agua de fusión que
fluyen dentro, encima y debajo de una masa de hielo glaciar estancada inmóvil (Figura 18.15). Los torrentes de
agua de fusión transportan sedimentos de muchos tamaños en los canales con riberas de hielo, pero sólo el material más grueso puede depositarse por la corriente turbulenta.
La teoría glaciar y el período glacial
cuaternario
En las páginas precedentes mencionamos el período glacial, una época en la que los glaciares de casquete y los glaciares alpinos eran mucho más extensos que en la actualidad. Como se observó, hubo un tiempo en el que la
explicación más popular para lo que ahora conocemos
como depósitos glaciares era que el material había sido
arrastrado allí por medio de icebergs o, quizá, simplemente arrastrado a través del paisaje por una inundación
catastrófica. ¿Qué convenció a los geólogos de que un período glacial generalizado fue el responsable de esos depósitos y muchas otras estructuras glaciares?
En 1821, un ingeniero suizo, Ignaz Venetz, presentó un artículo en el que sugería la presencia de rasgos de
paisaje glaciar a distancias considerables de los glaciares
existentes en los Alpes. Esto implicaba que los glaciares
habían sido alguna vez mayores y ocupado posiciones más
distantes valle abajo. Otro científico suizo, Louis Agassiz,
dudó de la actividad glaciar generalizada propuesta por
Venetz. Se propuso demostrar que la idea no era válida.
Irónicamente, su trabajo de campo de 1836 en los Alpes
le convenció de los méritos de la hipótesis de su colega. De
hecho, un año más tarde Agassiz planteó la hipótesis de un
gran período glacial que había tenido efectos generales y
de largo alcance: una idea que iba a proporcionar a Agassiz fama mundial.
La prueba de la teoría glaciar propuesta por Agassiz y otros constituye un ejemplo clásico de la aplicación
del principio del uniformismo. Al darse cuenta de que
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
ciertas estructuras no pueden formarse por procesos conocidos distintos de la acción glaciar, los investigadores
fueron capaces de empezar a reconstruir la extensión de
los glaciares de casquete ahora desaparecidos en función
de la presencia de rasgos y depósitos encontrados bastante más allá de los márgenes de los glaciares actuales. De
esta manera, el desarrollo y la verificación de la teoría glaciar continuó durante el siglo XIX y, a través de los esfuerzos de muchos científicos, se aclaró el conocimiento sobre la naturaleza y la extensión de los antiguos glaciares
de casquete.
Al comenzar el siglo XX, los geólogos habían determinado en gran medida la extensión que había alcanzado
la glaciación durante el período glacial cuaternario. Además, durante sus investigaciones habían descubierto que
muchas regiones glaciares no tenían solamente una capa
de derrubios glaciares, sino varias. Por otro lado, un examen de cerca de esos antiguos depósitos demostró zonas
bien desarrolladas de meteorización química y formaciones de suelo, así como los restos de plantas que precisan
temperaturas cálidas. Las pruebas eran claras: no había habido sólo un avance glaciar, sino muchos, separados cada
uno por períodos extensos cuyos climas habían sido tan cálidos o más que el actual. El período glacial no había sido
simplemente una época en la que el hielo avanzó sobre la
Tierra, la cubrió durante una época y luego retrocedió.
Más bien fue un acontecimiento muy complejo, caracterizado por una serie de avances y retrocesos del hielo glaciar.
A principios del siglo XX se había establecido una división cuádruple del período glacial cuaternario para Norteamérica y Europa. Las divisiones se basaron sobre todo
en estudios de los depósitos glaciares. En América del
Norte, cada una de las cuatro etapas principales fue nombrada con el estado donde los depósitos de esa etapa estaban bien expuestos o fueron estudiados por primera vez.
Se trata, en orden de aparición, del Nebrasquiense, Kansaniense, Illinoiense y Wisconsiense. Estas divisiones tradicionales permanecieron hasta hace relativamente poco,
cuando se supo que testigos de sondeos de sedimentos
procedentes del suelo oceánico contienen un registro mucho más completo del cambio climático ocurrido durante el período glacial cuaternario*. A diferencia del registro glaciar de la Tierra, que está interrumpido por muchas
discontinuidades estratigráficas, los sedimentos del suelo
oceánico proporcionan un registro ininterrumpido de los
ciclos climáticos durante este período. Los estudios de
esos sedimentos del fondo oceánico demostraron que se
habían producido ciclos glaciares/interglaciares aproxi* En el Recuadro 7.2, «El uso de los sedimentos del fondo oceánico para
aclarar los climas del pasado», se proporciona más información sobre
este tema.
madamente cada 100.000 años. Se identificaron alrededor
de veinte de esos ciclos de enfriamiento y calentamiento
para el intervalo que denominamos período glacial cuaternario.
Durante la época glaciar, el hielo dejó su impronta
sobre casi el 30 por ciento del área de superficie de la Tierra, abarcando unos 10 millones de kilómetros cuadrados
de América del Norte, 5 millones de kilómetros cuadrados
de Europa y 4 millones de kilómetros cuadrados de Siberia (Figura 18.17). La cantidad de hielo glaciar del hemisferio norte era alrededor del doble que la del hemisferio
sur. La razón fundamental es que el hielo polar meridional no pudo expandirse más allá de los márgenes de la Antártida. Por el contrario, Norteamérica y Eurasia proporcionaron grandes espacios de tierra para la expansión de los
glaciares de casquete.
En la actualidad, sabemos que el período glacial
empezó hace entre 2 y 3 millones de años. Esto significa que la mayoría de las principales etapas glaciares se
produjo durante una división de la escala de tiempo geológico denominada Pleistoceno. Aunque el Pleistoceno se utiliza normalmente como sinónimo de período
glacial, observaremos que esta época no abarca todo el último período glacial. El glaciar de casquete de la Antártida, por ejemplo, se formó probablemente hace al menos 14 millones de años y, de hecho, podría ser mucho
más antiguo.
Algunos efectos indirectos
de los glaciares del período glacial
cuaternario
Además del trabajo erosivo y deposicional masivo llevado
a cabo por los glaciares del Pleistoceno, los glaciares de
casquete tuvieron otros efectos, a veces profundos, sobre
el paisaje. Por ejemplo, a medida que el hielo avanzaba y
retrocedía, los animales y las plantas se vieron obligados
a migrar. Esto indujo a esfuerzos que algunos organismos
no pudieron tolerar. Por consiguiente, se extinguió una serie de plantas y animales. Además, muchos de los cursos
de corrientes de agua actuales no tienen nada que ver con
sus rutas preglaciares. En el Recuadro 18.2 se describe este
efecto. Otros ríos, que en la actualidad llevan poca agua
pero ocupan cauces amplios, son testimonio del hecho de
que en alguna ocasión transportaron torrentes de agua de
fusión glaciar.
En zonas que fueron centros de acumulación glaciar, como Escandinavia y el escudo canadiense, la tierra
se ha ido levantando lentamente en los últimos miles de
años. En la región de la bahía de Hudson se ha producido un levantamiento de casi 300 metros. Esto es también
18_Capítulo 18
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▲
Algunos efectos indirectos de los glaciares del período glacial cuaternario
Figura 18.17 Extensión máxima de los
glaciares de casquete en el hemisferio
septentrional durante el período glaciar
cuaternario.
RUSIA
Polo Norte
Océano
Ártico
Alpes
Islandia
Océano Pacífico
Océano Atlántico
ESTADOS UNIDOS
Hielo glaciar
consecuencia de los glaciares continentales de casquete.
Pero, ¿cómo el hielo glaciar puede producir esos movimientos verticales de la corteza? Ahora sabemos que la
tierra se está levantando porque el peso añadido de la
masa de hielo de 3 kilómetros de espesor produjo un pandeo hacia abajo de la corteza de la Tierra. Después de la
eliminación de esta inmensa carga, la corteza se ha ido
ajustando desde entonces mediante reajuste gradual hacia
arriba (Figura 18.18)*.
Por supuesto, uno de los efectos más interesantes y
quizá dramáticos del período glacial fue el descenso y la
elevación del nivel del mar que acompañó al avance y retroceso de los glaciares. En secciones anteriores de este capítulo se ha señalado que el nivel del mar se elevaría unos
60 o 70 metros si el agua ahora atrapada en el glaciar del
casquete de la Antártida se derritiera por completo. Dicho
suceso inundaría muchas áreas costeras densamente pobladas.
Aunque el volumen total de hielo glaciar es grande,
superior a 25 millones de kilómetros cúbicos, durante el
* En la sección «Isostasia» del Capítulo 14 se proporciona un comentario más completo de este concepto, denominado ajuste isostático.
Hielo marino
período glacial cuaternario el volumen de hielo glaciar
ascendía a unos 70 millones de kilómetros cúbicos, o 45
millones más que en la actualidad. Dado que sabemos que
la nieve a partir de la cual se forman los glaciares procede
en último término de la evaporación del agua de los océanos, el crecimiento de los glaciares de casquete debe haber causado un descenso mundial del nivel del mar (Figura
18.19). De hecho, los cálculos sugieren que el nivel del
mar estuvo hasta 100 metros por debajo del actual. Por
tanto, tierra que en la actualidad está inundada por los
océanos estaba seca. La costa atlántica de Estados Unidos
se encontraba a más de 100 kilómetros al este de la ciudad de Nueva York; Francia y Gran Bretaña estaban unidas donde en la actualidad está el canal de la Mancha;
Alaska y Siberia estaban conectadas a través del estrecho
de Bering; y el sureste asiático estaba conectado con las islas de Indonesia por tierra.
Si bien la formación y crecimiento de los glaciares
de casquete fue una respuesta obvia a cambios significativos del clima, la existencia de los propios glaciares desencadenó importantes cambios climáticos en las regiones situadas más allá de sus márgenes. En las zonas áridas
y semiáridas de todos los continentes, las temperaturas
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
▲
Recuadro 18.2
Entender la Tierra
Los ríos antes y después del período glacial cuaternario
no
is
i
R. Il
li
o
ur
sissippi
Mis
R.
is s
R. M
h
R. O
io
souri
Mis
R. Red
R. Alto
▲ Figura 18.B En este mapa se muestran los Grandes Lagos y la familiar distribución
actual de los ríos en el centro de Estados Unidos. Los glaciares de casquete del Pleistoceno
representaron un papel protagonista en la creación de esta distribución.
is s
is s
R. M
pp
i
R.
Io
wa
R. B
ajo
M
i
R. Teays
so
is
ur
i
i
o
En la Figura 18.B se muestra la familiar
distribución actual de los ríos en el centro de Estados Unidos, con los ríos
Missouri, Ohio e Illinois como principales afluentes del Mississippi. En la Figura 18.C se muestran los sistemas de
drenaje en esta región antes de la Edad
de Hielo. La distribución es muy diferente de la actual. Esta notable transformación de los sistemas fluviales fue
el resultado del avance y el retroceso
de los casquetes polares.
Nótese que antes de la Edad de Hielo, una parte significativa del río Missouri se desvió al norte hacia la bahía de
Hudson. Además, el río Mississippi no
seguía el límite actual entre Iowa e Illinois, sino que fluía a través del oeste y
el centro de Illinois, por donde pasa el
río Illinois en la actualidad. El río Ohio
preglacial apenas alcanzaba el actual estado de Ohio, y los ríos que en la actualidad alimentan el Ohio al oeste de
Pensilvania fluían hacia el norte y desembocaban en el océano Atlántico.
Los Grandes Lagos fueron creados por
la erosión glacial durante la Edad de
Hielo. Antes del Pleistoceno, las cuencas ocupadas por estos grandes lagos
eran tierras bajas con ríos que fluían en
dirección este hacia el golfo de San Lorenzo.
El gran río Teays era una estructura significativa antes de la Edad de
Hielo (Figura 18.C). Fluía desde el
oeste de Virginia a través de Ohio, Indiana e Illinois, donde desembocaba en
el río Mississippi, no muy lejos de la
actual Peoria. Este valle fluvial, que
hubiese competido en tamaño con el
Mississippi, desapareció por completo
durante el Pleistoceno, enterrado por
depósitos glaciares de centenares de
metros de espesor. En la actualidad, las
arenas y las gravas enterradas en el valle de Teays lo convierten en un importante acuífero.
Evidentemente, para entender la
distribución actual de los ríos en el centro de Estados Unidos (y también en
otros muchos lugares), debemos conocer la historia glaciar.
R.
Oh
▲ Figura 18.C Reconstrucción de los sistemas de drenaje del centro de Estados Unidos
antes de la Edad de Hielo. La distribución era muy distinta de la actual y los Grandes Lagos
no existían.
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▲
Algunos efectos indirectos de los glaciares del período glacial cuaternario
Figura 18.18 Ilustración simplificada
que muestra la subsidencia de la corteza y
el rebote consecutivo a la adición y la
eliminación de los glaciares continentales
de casquete. A. En el norte de Canadá y
Escandinavia, donde se produjo la mayor
acumulación de hielo glaciar, el peso
añadido causó abombamiento descendente
de la corteza. B. Desde que se fundió el
hielo, ha habido un levantamiento gradual,
o reajuste, de la corteza.
Hielo glaciar
Subsidencia de la corteza
A.
Levantamiento de la corteza
B.
0
Nivel
actual
0
Oregon
Nivel medio del mar (m)
– 20
Idaho
Nevada
– 40
120 mi
120 km
Gran
Lago
Salado
Lago
Bonneville
– 60
Lago
Lahontan
– 80
– 100
California
20
18
16
14
12
10
8
6
4
2
0
Hace miles de años
▲ Figura 18.19 Modificación del nivel del mar durante los
últimos 20.000 años. El nivel más bajo mostrado en la gráfica
representa una época de hace unos 18.000 años, cuando el avance
de hielo más reciente estaba en su apogeo.
Utah
Arizona
WA
OR
MT
ID
NV
UT
CA
eran inferiores y, por tanto, la evaporación era menor;
pero, al mismo tiempo, se experimentaron precipitaciones totales moderadas. Este clima más húmedo y más frío
formó muchos lagos pluviales (del latín pluvia, que significa lluvia). En Norteamérica, la mayor concentración
de lagos pluviales se produjo en la enorme región Basin
and Range de los estados de Nevada y Utah (Figura
18.20). Con mucho, el mayor de los lagos de esta región
fue el lago Bonneville. Con profundidades máximas que
superan los 300 metros y un área de 5.000 kilómetros
cuadrados, el lago Bonneville tenía casi el mismo tamaño
AZ
▲ Figura 18.20 Lagos pluviales de Estados Unidos occidental.
(Tomado de R. F. Flint, Glacial and Quaternary Geology, Nueva York:
John Willey & Sons.)
que el actual lago Michigan. A medida que los glaciares
de casquete iban menguando, el clima se volvió de nuevo
más árido y los niveles de los lagos, como respuesta, disminuyeron. Aunque la mayoría de los lagos desapareció
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
por completo, quedan unos pequeños restos del lago Bonneville, entre ellos el más grande y el más conocido, el
Gran Lago Salado.
Aunque la literatura científica contiene una gran
cantidad de hipótesis relativas a las posibles causas de los
períodos glaciales, discutiremos sólo unas pocas ideas
principales que resumen el pensamiento actual.
Causas de las glaciaciones
Tectónica de placas
Se sabe mucho sobre los glaciares y las glaciaciones
(véase Recuadro 18.3). Se ha aprendido mucho sobre la
formación y el movimiento de los glaciares, la extensión
de los glaciares en el pasado y en la actualidad, y las
formas creadas por los glaciares, tanto erosivas como
deposicionales. Sin embargo, todavía no se ha establecido una teoría generalmente aceptada para explicar las
causas de los períodos glaciales. Aunque han transcurrido más de 160 años desde que Louis Agassiz propuso su teoría de una gran «Edad del Hielo», no existe
acuerdo completo con respecto a las causas de esos
acontecimientos.
Aunque la glaciación generalizada ha sido rara en la
historia de la Tierra, esa Edad del Hielo que abarcó el
Pleistoceno no es el único período glacial del que existen
datos. Depósitos denominados tillitas, una roca sedimentaria formada cuando se litifica el till glaciar, indican la
existencia de glaciaciones anteriores. Esos depósitos, encontrados en estratos de edades diferentes, contienen
normalmente fragmentos de roca estriada, y algunas están superpuestas a superficies de lecho de roca pulida y
acanalada o están asociadas con areniscas y conglomerados que muestran rasgos de depósitos de llanura aluvial.
Se han identificado dos episodios glaciares Precámbricos
en el registro geológico, el primero hace aproximadamente 2.000 millones de años y el segundo hace unos
600 millones de años. También, en rocas del Paleozoico
tardío, que tienen una antigüedad de unos 250 millones
de años y que existen en varias masas continentales, se encontró un registro bien documentado de una época glacial anterior.
Cualquier teoría que intente explicar las causas de
las épocas glaciales debe responder satisfactoriamente a
dos preguntas básicas. (1) ¿Qué causa el comienzo de las condiciones glaciares? Para que se formen glaciares continentales de casquete, la temperatura media debe haber sido
algo inferior a la actual y quizá sustancialmente inferior a
la reinante durante gran parte del tiempo geológico. Por
tanto, una teoría satisfactoria tendría que explicar el enfriamiento que condujo finalmente a las condiciones glaciares; (2) ¿Qué causó la alternancia de etapas glaciales e interglaciales que han sido documentadas para el Pleistoceno? La
primera pregunta se enfrenta a las tendencias a largo plazo de la temperatura en una escala de millones de años,
pero esta segunda cuestión se refiere a cambios a un plazo mucho más corto.
Probablemente la propuesta más atractiva para explicar el
hecho de que hubo glaciaciones extensas tan sólo unas pocas veces en el pasado geológico procede de la teoría de la
tectónica de placas. Dado que los glaciares se pueden formar sólo sobre tierra firme, sabemos que debían existir
masas continentales en algún lugar de las latitudes más altas antes de que pudiera comenzar un período glacial.
Muchos científicos sugieren que los períodos glaciales se
han producido sólo cuando las placas de corteza terrestre
a la deriva han transportado los continentes de las latitudes tropicales a posiciones más próximas a los polos.
Estructuras glaciares en los continentes africano,
australiano, suramericano e indio actuales indican que
esas regiones, que son ahora tropicales o subtropicales, experimentaron un período glacial cerca del final del Paleozoico, hace unos 250 millones de años. Sin embargo, no
hay pruebas de que existieran glaciares de casquete durante ese mismo período en lo que en la actualidad son latitudes más altas de Norteamérica y Eurasia. Durante muchos años, esto desconcertó a los científicos. ¿Fue el clima
en esas latitudes relativamente tropicales semejante en alguna ocasión al clima actual de Groenlandia y la Antártida? ¿Por qué no se formaron glaciares en Norteamérica y
Eurasia? Hasta que no se formuló la teoría de la tectónica de placas, no hubo una explicación razonable.
En la actualidad, los científicos saben que las áreas
que contienen esos rasgos glaciares antiguos estuvieron
juntas en un supercontinente localizado en latitudes lejanas a sus posiciones meridionales actuales. Más tarde, esta
masa de tierra se separó y sus fragmentos, cada uno desplazándose en una placa diferente, derivaron hacia sus posiciones actuales (Figura 18.21). Ahora sabemos que durante el pasado geológico, los movimientos de placa
fueron responsables de muchos cambios climáticos extraordinarios a medida que los continentes se desplazaban
unos en relación con otros y se dirigían a posiciones latitudinales diferentes. También debieron ocurrir cambios
en la circulación oceánica, que alteraron el transporte del
calor y la humedad, y, por consiguiente, también el clima.
Debido a que la velocidad de movimiento de las placas es
muy lenta (unos pocos centímetros al año), sólo se producen cambios apreciables en las posiciones de los continentes a lo largo de grandes períodos de tiempo geológico. Por tanto, los cambios climáticos desencadenados por
el desplazamiento de las placas son extremadamente graduales y ocurren a una escala de millones de años.
18_Capítulo 18
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Causas de las glaciaciones
▲
Recuadro 18.3
531
Entender la Tierra
El hielo glaciar: un almacén de datos climáticos
▲ Figura 18.D El National Ice Core Laboratory es una planta de almacenaje y estudio de
los testigos de hielo extraído de los glaciares de todo el mundo. Estos testigos representan un
registro a largo plazo de material depositado desde la atmósfera. El laboratorio proporciona a
los científicos la capacidad de examinar testigos de hielo, y conserva la integridad de estas
muestras en un depósito para estudiar el cambio climático mundial y las condiciones
ambientales del pasado. (Foto de USGS/National Ice Core Laboratory.)
O16, que es el más común, y O18, el más pesado. Se evapora más O18 de los océanos
cuando las temperaturas son elevadas y menos cuando las temperaturas son bajas. Por
consiguiente, el isótopo más pesado es más
abundante en las precipitaciones de los pe-
ríodos cálidos, y menos abundante durante
los períodos más fríos. Utilizando este principio, los científicos pueden elaborar un
registro de los cambios de temperatura en
el pasado. Una porción de dicho registro se
muestra en la Figura 18.E.
–32
–34
Temperatura (°C)
La climatología trabaja con un inconveniente en comparación con muchas otras
ciencias. En otros campos de estudio, las hipótesis pueden probarse mediante la experimentación directa en el laboratorio. Sin
embargo, eso no suele ser posible en el estudio del clima. Antes bien, los científicos
deben construir modelos por computador
de cómo funciona el sistema climático de
nuestro planeta. Si entendemos correctamente el sistema climático y construimos el
modelo de manera aproximada, el comportamiento del sistema climático modelo
debe imitar el comportamiento del sistema
climático terrestre.
Una de las mejores maneras de probar
un modelo de este tipo es ver si puede reproducir cambios climáticos que ya han
ocurrido. Para ello, se precisan registros
climáticos detallados que retrocedan centenares de miles de años. Los testigos de sondeo glaciares son una fuente indispensable
de datos para reconstruir climas del pasado.
La investigación basada en las muestras de
sondeo verticales tomadas de los casquetes
polares de Groenlandia y la Antártida ha
cambiado nuestra comprensión básica del
funcionamiento del sistema climático.
Los científicos recogen muestras por
medio de una torre de perforación, que es
como una versión en pequeño de una perforadora petrolífera. Una vara hueca sigue
a la cabeza de perforación y se extrae una
muestra de hielo. De esta manera se obtienen para estudio muestras que a veces superan los 2.000 metros de longitud y pueden representar más de 200.000 años de
historia climática (Figura 18.D).
El hielo proporciona un registro detallado del cambio de las temperaturas ambientales y de la nieve caída. Las burbujas
de aire atrapadas en el hielo registran variaciones de la composición atmosférica.
Los cambios en el dióxido de carbono y el
metano están ligados a la fluctuación de
temperaturas. En las muestras se encuentran también otros productos atmosféricos, como el polvo que había en el aire, cenizas volcánicas, polen y la contaminación
moderna.
Las temperaturas pasadas se determinan
mediante análisis isotópico del oxígeno. Esta
técnica se basa en la determinación precisa
del cociente entre dos isótopos de oxígeno:
–36
–38
–40
–42
–44
0
5
10
15
20
25
Hace miles de años
30
35
40
▲ Figura 18.E Este gráfico, en el que se muestran las variaciones de temperatura durante
los últimos 40.000 años, se obtiene a partir del análisis del isótopo de oxígeno recuperado
del casquete polar de Groenlandia. (Tomado de U. S. Geological Survey.)
18_Capítulo 18
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
▲
Figura 18.21 A. Supercontinente
Pangea que muestra el área cubierta por el
hielo glaciar hace 300 millones de años. B.
Los continentes como se encuentran en la
actualidad. Las áreas blancas indican dónde
existen pruebas de los antiguos glaciares de
casquete.
Eurasia
Ecuador
Norteamérica
Masas de hielo
Suramérica
África
Mar de Tetis
Australia
India
Antártida
A.
Ecuador
B.
Variaciones en la órbita de la Tierra
Dado que los cambios climáticos producidos por el movimiento de las placas son extremadamente graduales, la
teoría de la tectónica de placas no puede utilizarse para explicar la alternancia entre los climas glacial e interglacial
que se produjo durante el Pleistoceno. Por consiguiente,
debemos considerar algún otro mecanismo desencadenante que pueda causar cambios climáticos a una escala de
millares, antes que de millones, de años. Muchos científicos creen en la actualidad que las oscilaciones climáticas
que caracterizaron al Pleistoceno pueden estar vinculadas
a variaciones de la órbita terrestre. Esta hipótesis fue desarrollada por primera vez y defendida con intensidad por
el científico serbio Milutin Milankovitch y se basa en la
premisa de que las variaciones de la radiación solar entrante son un factor principal en el control del clima terrestre.
Milankovitch formuló un modelo matemático exhaustivo basándose en los siguientes elementos (Figura
18.22):
1. Variaciones en la forma (excentricidad) de la órbita de la Tierra alrededor del Sol;
2. Cambios en la oblicuidad, es decir, cambios en el
ángulo que forma el eje con el plano de la órbita terrestre, y
3. El bamboleo (fluctuación) del eje de la Tierra,
denominado precesión.
Utilizando estos factores, Milankovitch calculó variaciones en la recepción de energía solar y la correspondiente
temperatura superficial de la Tierra en épocas pretéritas en
un intento de correlacionar esos cambios con las fluctuaciones climáticas del Pleistoceno. Al explicar los cambios
climáticos que resultan de estas tres variables, obsérvese
que causan poca o ninguna variación en el total de la energía solar que alcanza el suelo. En cambio, su efecto se deja
sentir porque cambia el grado de contraste entre las estaciones. Inviernos algo más suaves en las latitudes medias a
altas significan mayores nevadas totales, mientras que veranos más fríos producirían una reducción de la fusión de
la nieve.
18_Capítulo 18
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533
▲
Causas de las glaciaciones
Órbita
circular
Órbita
elíptica
A.
Inclinación máxima 24 /2°
23 1/2
°
Inclinación actual
22°
Inclinación mínima
1
Plano de la órbita
de la Tierra
B.
Vega
Estrella del Norte
Precesión
23 1/2
°
C.
Precesión
Figura 18.22 Variaciones orbitales. A. La forma de la órbita de la
Tierra cambia durante un ciclo que dura unos 100.000 años. Cambia
gradualmente de una órbita casi circular a una más elíptica y luego al
revés otra vez. Este diagrama exagera mucho la magnitud del cambio.
B. En la actualidad el eje de rotación está inclinado unos 23,5° con
respecto al plano de la órbita terrestre. Durante un ciclo de 41.000 años,
este ángulo oscila entre 21,5° y 24,5°. C. Precesión. El eje de la Tierra se
tambalea como el de una peonza. Por consiguiente, el eje apunta a
diferentes puntos del cielo durante un ciclo de unos 26.000 años.
Entre los estudios que han añadido credibilidad a la
teoría astronómica de Milankovitch se cuenta uno en el
que se analizaron sedimentos marinos profundos que contenían ciertos microorganismos climáticamente sensibles
para establecer una cronología de los cambios de temperatura mirando hacia atrás casi medio millón de años*.
Esta escala temporal de cambio climático se comparó entonces con los cálculos astronómicos de excentricidad,
oblicuidad y precesión para determinar si existía de hecho
una correlación. Aunque el estudio era muy complicado
y matemáticamente complejo, las conclusiones fueron
contundentes. Los investigadores observaron que las variaciones principales del clima durante los últimos centenares de miles de años estaban asociadas de manera muy
directa con los cambios de la geometría de la órbita terrestre, es decir, se demostró que los ciclos de cambio climático se corresponden estrechamente con los períodos
de oblicuidad, precesión y excentricidad orbital. De manera más específica, los autores afirmaron: «Se concluye
que los cambios en la geometría de la órbita terrestre son
la causa fundamental de la sucesión de los períodos glaciares durante el Cuaternario»**.
Resumamos brevemente las ideas que se acaban de
describir. La teoría de la tectónica de placas nos proporciona una explicación para lapsos ampliamente espaciados
y no periódicos de las condiciones glaciares en diversos
momentos del pasado geológico, mientras que la teoría
propuesta por Milankovitch y apoyada por el trabajo de J.
D. Hays y sus colaboradores proporciona una explicación
para la alternancia de episodios glaciales e interglaciales
del Pleistoceno.
En conclusión, destacamos que las ideas que se acaban de discutir no representan las únicas explicaciones
posibles de los períodos glaciales. Aunque interesantes y
atractivas, estas proposiciones no están desde luego exentas de críticas; ni son tampoco las únicas posibilidades actualmente en estudio. Quizá intervengan, y probablemente sea así, otros factores.
* J. D. Hays, John Imbrie y N. J. Shackelton, «Variations in the Earth’s
Orbit: Pacemaker of the Ice Ages», Science 194 (1976): 1121-1132.
** J. D. Hays y cols., pág. 1131. El término Cuaternario se refiere al período de tiempo geológico que abarca los últimos 1,8 millones de años.
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C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
Resumen
• Un glaciar es una gruesa masa de hielo que se origina
en la superficie terrestre como consecuencia de la
compactación y recristalización de la nieve, y muestra
signos de flujo pasado o presente. En la actualidad, se
encuentran glaciares de valle o alpinos en áreas montañosas donde suelen fluir por valles que fueron originalmente ocupados por corrientes de agua. Existen
glaciares de casquete a una escala mucho mayor, que cubren la mayor parte de Groenlandia y la Antártida.
• Cerca de la superficie de un glaciar, en la zona de fractura, el hielo es quebradizo. Sin embargo, unos 50
metros por debajo, la presión es grande, haciendo que
el hielo fluya como un material plástico. Un segundo
mecanismo importante de movimiento glaciar consiste en el deslizamiento de toda la masa de hielo a lo
largo del terreno.
• La velocidad media de movimiento glaciar suele ser
bastante lenta, pero varía considerablemente de un
glaciar a otro. El avance de algunos glaciares se caracteriza por períodos de movimientos extremadamente rápidos denominados oleadas glaciares.
• Los glaciares se forman en áreas donde cae más nieve
en invierno de la que se derrite en verano. La acumulación de nieve y la formación de hielo se producen en
la zona de acumulación. Sus límites externos se definen
por el límite de las nieves perpetuas. Más allá del límite
de nieves perpetuas se encuentra la zona de ablación,
donde hay una pérdida neta para el glaciar. El balance
glaciar es el equilibrio, o falta de equilibrio, entre la
acumulación en el extremo superior del glaciar y la
pérdida, denominada ablación en el extremo inferior.
• Los glaciares erosionan la tierra mediante arranque
(levantamiento de fragmentos del lecho de roca de su
lugar) y abrasión (molienda y raspado de la superficie
rocosa). Entre los rasgos erosivos producidos por los
glaciares de valle se cuentan los valles glaciares, los valles colgados, los lagos en rosario, los fiordos, los circos, las
aristas, los horns y las rocas aborregadas.
• Cualquier sedimento de origen glaciar se denomina derrubio glaciar. Los dos tipos claros de derrubios glaciares son: (1) los tills, que es sedimento no clasificado depositado directamente por el hielo, y (2) los derrubios
glaciares estratificados, que es sedimento relativamente
bien clasificado depositado por el agua de fusión glaciar.
• Las formas más generalizadas creadas por el depósito
glaciar son capas o crestas de till, denominadas morre-
nas. Asociadas con los glaciares de valle se encuentran
las morrenas laterales, que se forman a lo largo de los laterales del valle, y las morrenas centrales, formadas entre
dos glaciares de valle que se juntan. Las morrenas terminales, que marcan la posición original del frente de un
glaciar, y las morrenas de fondo, capas ondulantes de till
depositados a medida que el frente de hielo retrocede,
son comunes tanto para los glaciares de valle como
para los de casquete. Una llanura aluvial está asociada
con la morrena terminal de un glaciar de casquete. Un
«valley train» se forma cuando el glaciar está confinado a un valle. Otras estructuras deposicionales son los
drumlins (colinas asimétricas de perfil aerodinámico
compuestas por till), los eskers (crestas sinuosas compuestas sobre todo de arena y grava depositadas por corrientes que fluyen en túneles debajo del hielo, cerca del
final de un glaciar) y los kames (colinas de laderas empinadas que están compuestas por arena y grava).
• El período glacial, que empezó hace unos dos millones de años, fue un período muy complejo caracterizado por una serie de avances y retrocesos del hielo
glaciar. La mayoría de los episodios glaciales se produjo durante una división del tiempo geológico denominado Pleistoceno. Quizá la prueba más consistente de la existencia de varios avances glaciales durante
el período glacial es la existencia generalizada de múltiples capas de derrubios glaciares y un registro ininterrumpido de ciclos climáticos conservado en los sedimentos del fondo oceánico.
• Además del trabajo erosivo y deposicional, otros efectos de los glaciares del período glacial son la migración
forzada de organismos, cambio en los cursos de las corrientes, ajuste de la corteza por rebote después de la eliminación de la inmensa carga de hielo y los cambios climáticos causados por la existencia de los propios
glaciares. En el mar, el efecto de mayor alcance del período glacial cuaternario fue el cambio mundial en el nivel del mar que acompañó a cada avance y retroceso de
los glaciares de casquete.
• Cualquier teoría que intente explicar las causas de las
épocas glaciales debe responder a dos preguntas básicas:
(1) ¿qué causa el comienzo de las condiciones glaciales?
y (2) ¿qué causó la alternancia de etapas glaciales e interglaciales que han sido documentadas para el Pleistoceno? Dos de las principales hipótesis que explican la
causa de los períodos glaciales implican: (1) la tectónica de placas, y (2) variaciones en la órbita terrestre.
18_Capítulo 18
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Términos fundamentales
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Preguntas de repaso
1. ¿Dónde se encuentran los glaciares en la actualidad?
¿Qué porcentaje de la superficie terrestre cubren los
glaciares? ¿Cómo se compara esta superficie con el
área cubierta por los glaciares durante el Pleistoceno?
2. Describa cómo encajan los glaciares en el ciclo hidrológico. ¿Qué papel desempeñan en el ciclo de las
rocas?
3. Cada una de las afirmaciones siguientes se refiere a
un tipo de glaciar concreto. Indique el tipo de glaciar.
a) El término continental se suele utilizar para describir este tipo de glaciar.
b) Este tipo de glaciar se denomina también glaciar
alpino.
c) Se trata de una corriente de hielo que va desde
el margen de un glaciar de casquete a través de
las montañas hasta el mar.
d) Éste es un glaciar formado cuando uno o más
glaciares de valle se expanden en la base de un
frente de montaña empinado.
e) Groenlandia es el único ejemplo en el hemisferio septentrional.
4. Describa los dos componentes del flujo glaciar. ¿A
qué velocidad se desplazan los glaciares? En un glaciar de valle, se mueve todo el hielo a la misma velocidad. Explíquelo.
5. ¿Por qué se forman grietas en la porción superior de
un glaciar, pero no a 50 metros?
6. ¿Bajo qué circunstancias avanzará el frente de un
glaciar? ¿Retrocederá? ¿Permanecerá estacionario?
7. Describa los procesos de erosión glaciar.
8. ¿Cómo difiere en aspecto un valle de glaciar de montaña y uno que no estuvo cubierto por un glaciar?
9. Enumere y describa los rasgos erosivos que cabría
esperar ver en una zona donde existen o han existido recientemente glaciares de valle.
10. ¿Qué es un derrubio glaciar? ¿Cuál es la diferencia
entre un till y un derrubio glaciar estratificado?
¿Qué efectos generales tienen los depósitos glaciares sobre el paisaje?
11. Enumere los 4 tipos básicos de morrenas. ¿Qué tienen en común todas ellas? ¿Cuál es la importancia
de las morrenas terminales y de retroceso?
12. ¿Por qué las morrenas centrales prueban que los
glaciares de valle deben moverse?
13. ¿Cómo se forman las depresiones glaciares (kettles)?
14. ¿Qué dirección llevaba el movimiento del glaciar de
casquete que afectó al área mostrada en la Figura
18.16? Explique cómo ha podido determinarlo.
15. ¿Qué son los depósitos en contacto con el hielo?
Distinga entre kames y eskers.
16. El desarrollo de la teoría glaciar es un buen ejemplo de aplicación del principio del uniformismo.
Explíquelo brevemente.
17. Durante el Pleistoceno la cantidad de hielo glaciar
en el hemisferio norte era alrededor del doble de la
existente en el hemisferio sur. Explique brevemente por qué.
18. Enumere tres efectos indirectos de los glaciares del
período glacial cuaternario.
19. ¿Cómo podría contribuir la tectónica de placas a
explicar la causa de las épocas glaciales? ¿Puede
explicar la tectónica de placas la alternancia entre
climas glaciales e interglaciales durante el Pleistoceno?
Términos fundamentales
ablación
abrasión
arista
arranque
balance glaciar
bloque errático glaciar
circo
depósito en contacto con
el hielo
derrubio estratificado
derrubio glaciar
deslizamiento basal
desmembramiento
drumlin
esker
espolón truncado
estría glaciar
fiordo
flujo plástico
glaciar
glaciar alpino
glaciar de desbordamiento
glaciar de meseta
glaciar de piedemonte
18_Capítulo 18
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9/6/05
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Página 536
C A P Í T U L O 1 8 Glaciares y glaciaciones
glaciar de valle
grieta
harina de roca
horn
kame
kettle
lago en rosario
lago pluvial
límite de las nieves perpetuas
llanura aluvial
morrena central
morrena de fondo
morrena de retroceso
morrena lateral
morrena terminal
neviza
oleada
pequeño lago de montaña
(tarn)
plataforma glaciar
Pleistoceno
puerto de montaña (paso)
roca aborregada
terraza de kame
till
tillita
valley train
valle colgado
valle glaciar
zona de ablación
zona de acumulación
zona de fractura
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
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19_Capítulo 19
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CAPÍTULO 19
Desiertos y vientos
Distribución y causas de las regiones
secas
Desiertos de latitudes bajas
Desiertos de latitudes medias
Procesos geológicos en climas áridos
Meteorización
Papel del agua
«Basin and Range»: la evolución
de un paisaje desértico
Erosión eólica
Deflación, depresiones de deflación
y pavimento desértico
Ventifactos y yardangs
Depósitos eólicos
Depósitos de arena
Tipos de dunas de arena
Depósitos de loess (limo)
Transporte de sedimentos
por el viento
Carga de fondo
Carga en suspensión
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19_Capítulo 19
10/6/05
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07:48
Página 538
C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
Distribución y causas de las regiones
secas
E
l clima tiene una gran influencia en la naturaleza y
la intensidad de los procesos externos de la Tierra,
lo que se demostró de manera clara en el capítulo
anterior sobre los glaciares. Otro ejemplo excelente de la
estrecha relación entre el clima y la geología se ve al examinar el desarrollo de los paisajes áridos. La palabra desierto significa literalmente desocupado. Para muchas regiones secas, ésta es una descripción muy apropiada, aunque,
en las regiones de los desiertos en las que se dispone de
agua, las plantas y los animales medran. No obstante, las
regiones secas del mundo son probablemente las áreas
menos familiares de la Tierra, con excepción del ámbito
polar.
Los paisajes desérticos aparecen frecuentemente desolados. Sus perfiles no están suavizados por una alfombra
de suelo y abundante vida vegetal. En cambio, son frecuentes los afloramientos rocosos desnudos con pendientes empinadas y angulosas. En algunos lugares, las rocas tienen un tinte naranja y rojo. En otros son grises y marrones,
con bandas negras. Para muchos visitantes, el paisaje desértico exhibe una belleza impresionante; para otros, el terreno parece sombrío. Con independencia del sentimiento
que provoquen, está claro que los desiertos son muy diferentes de los lugares más húmedos donde vive la mayoría
de la gente.
Como veremos, las regiones áridas no están dominadas
por un solo proceso geológico. Antes bien, se ponen de manifiesto los efectos de las fuerzas tectónicas, las corrientes de
agua y el viento. Dado que estos procesos se combinan de
formas diferentes de un lugar a otro, el aspecto de los paisajes desérticos varía también mucho.
100°
80°
60°
40°
20°
ERR
TI
▲
120°
I
140°
IE N C
160°
Desiertos y vientos
Distribución y causas
A
S D LA
de las regiones secas
E
Las regiones secas del mundo abarcan alrededor de 42 millones de kilómetros cuadrados, un sorprendente 30 por
ciento de la superficie terrestre. Ningún otro grupo climático ocupa un área de tierra tan grande. Dentro de estas regiones con déficit de agua, se reconocen normalmente dos tipos climáticos: el desierto, o árido, y la
estepa, o semiárido. Los dos comparten muchas características. Sus diferencias son fundamentalmente una cuestión de grado (véase Recuadro 19.1). La estepa es una variante marginal y más húmeda del desierto y es una zona
de transición que rodea el desierto y lo separa de los climas húmedos que lo bordean. El mapa mundial que muestra la distribución de las regiones desérticas y de estepa revela que las tierras secas están concentradas en los
subtrópicos y en las latitudes medias (Figura 19.1).
Desiertos de latitudes bajas
El corazón de los climas secos de latitudes bajas se encuentra en las proximidades de los trópicos de Cáncer y
de Capricornio. En la Figura 19.1 se muestra un ambiente
0°
20°
40°
60°
80°
100°
120°
140°
160°
60°
60°
Turkestán
Gobi
Great
Basin
40°
Trópico de Cáncer
Sahara
Arábigo
Sonora
20°
40°
Iraní
20°
Great
Indian
Ecuador
0°
0°
Atacama
20°
Great
Sandy
Namibia
Trópico de Capricornio
Kalahari
40°
0
0
1000
2000
2000
20°
Desierto (árido)
Patagónico
3000 Millas
40°
Simpson
Estepa (semiárido)
4000 Kilómetros
60°
60°
160°
140°
120°
100°
80°
60°
40°
20°
0°
20°
40°
60°
80°
100°
120°
140°
160°
▲ Figura 19.1 Los climas áridos y semiáridos abarcan alrededor del 30 por ciento de la superficie terrestre. Ningún otro grupo climático se
extiende en un área tan grande.
19_Capítulo 19
10/6/05
07:48
Página 539
Distribución y causas de las regiones secas
▲
Recuadro 19.1
539
Entender la Tierra
¿Qué se entiende por «seco»?
Alburquerque, Nuevo México, al suroeste de Estados Unidos, recibe una media
de 20,7 centímetros de precipitación
anual. Como cabe esperar, dado que la
precipitación total de Alburquerque es
modesta, el lugar se clasifica como desierto cuando se aplica la clasificación climática de Köppen, habitualmente utilizada. La ciudad rusa de Verkhoyansk es
un lugar remoto situado cerca del círculo Ártico, en Siberia. La media del total
de precipitación anual en este punto es
de 15,5 centímetros, unos 5 centímetros
menos que la de Alburquerque. Aunque
Verkhoyansk recibe menos precipitación
que Alburquerque, su clasificación es de
clima húmedo. ¿Cómo puede ser?
Todos reconocemos que los desiertos
son lugares secos, pero ¿qué se entiende
exactamente por el término seco? Es decir,
¿qué cantidad de lluvia define el límite
entre las regiones secas y las húmedas? A
veces se define de manera arbitraria utilizando una sola cifra de precipitación, por
ejemplo, 25 centímetros anuales de precipitación. Sin embargo, el concepto de
sequedad es un concepto relativo que se
refiere a cualquier situación en la que hay
carencia de agua. Por tanto, los climatólogos definen el clima seco como un clima
en el que la precipitación anual no es tan
grande como la posible pérdida de agua a
través de la evaporación. Por consiguiente, la sequedad no sólo está relacionada
con los totales anuales de precipitación
sino que también es una función de la
evaporación, que a su vez depende en
gran parte de la temperatura.
A medida que las temperaturas aumentan, también crece la posible evaporación.
De 15 a 25 centímetros de precipitación
pueden bastar para sustentar bosques de
coníferas en el norte de Escandinavia o
Siberia, donde la evaporación hacia el aire
frío y húmedo es escasa y un excedente de
agua permanece en el suelo. Sin embargo,
la misma cantidad de precipitación sobre
Nuevo México o Irán sustenta sólo una escasa cubierta vegetal, ya que la evaporación
hacia el aire caliente y seco es grande. Por
tanto, está claro que ninguna cantidad determinada de precipitación puede servir
de límite universal para los climas secos.
Para establecer el límite entre climas
secos y húmedos, el sistema de clasificación de Köppen, muy utilizado, emplea
fórmulas en las que intervienen tres variables: precipitación anual media, temperatura anual media y distribución estacional de la precipitación. El uso de la
temperatura anual media refleja su importancia como un índice de la evapora-
ción. La cantidad de precipitación que
define el límite húmedo-seco será mayor
cuando las temperaturas anuales medias
sean elevadas, y menor cuando las temperaturas sean bajas. El uso de la distribución estacional de la precipitación también está relacionado con esta idea. Si la
precipitación se concentra en los meses
más cálidos, la pérdida de la evaporación
es mayor que si la precipitación se concentra en los meses más fríos.
En la Tabla 19.A se resumen las cantidades de precipitación que dividen los climas secos y húmedos. Obsérvese que un
lugar con una media anual de 20 °C y una
precipitación máxima de 68 centímetros
en verano se clasifica como seco. Si la precipitación se produce principalmente en
invierno, sin embargo, el lugar sólo debe
recibir 40 centímetros o más para ser considerada húmeda. Si la precipitación se
distribuye de una manera más regular, la
cifra que define el límite húmedo-seco se
encuentra entre las dos anteriores.
Tabla 19.A Precipitación media anual que define el límite entre
climas secos y húmedos
Precipitación media
temperatura
anual (°C)
Precipitación en
invierno máximo
(centímetros)
Distribución
regular
(centímetros)
Verano
máximo
(centímetros)
5
10
15
20
25
30
10
20
30
40
50
60
24
34
44
54
64
74
38
48
58
68
78
88
desértico prácticamente continuo que se extiende a lo largo de más de 9.300 kilómetros, desde la costa atlántica del
norte de África a las regiones secas del noroeste de la India. Además de esta gran extensión, el hemisferio septentrional contiene otra área mucho más pequeña de desierto tropical y de estepa en el norte de México y en el
suroeste de Estados Unidos.
En el hemisferio meridional, los climas secos dominan Australia. Casi el 40 por ciento del continente es un
desierto, y mucho del resto, una estepa. Además, hay zo-
nas áridas y semiáridas en el sur de África y tienen una limitada aparición en las costas chilena y peruana.
¿Qué produce estas bandas de desierto de latitud
baja? La respuesta es la distribución global de la presión
del aire y de los vientos. El diagrama idealizado de la circulación general atmosférica de la Tierra de la Figura 19.2
ayuda a visualizar la relación. El aire calentado en el cinturón de presión conocido como depresión ecuatorial se eleva a grandes altitudes (normalmente entre 15 y 20 kilómetros) y luego se expande. A medida que el flujo de las
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C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
Anticiclón polar
Depresión
subpolar
Vientos polares del este
60°
Frente polar
A
30°
nt
ic i
c ló
ns
u b tr
Vientos
del oeste
opica
l
▲
19_Capítulo 19
Figura 19.2 Diagrama idealizado de la
circulación general atmosférica de la Tierra.
Los desiertos y las estepas que están
concentrados entre los 20° y los 30° de
latitud norte y sur coinciden con los
cinturones anticiclónicos subtropicales.
Aquí, el descenso del aire seco inhibe la
formación de nubes y la precipitación. Por el
contrario, el cinturón de presiones conocido
como depresión ecuatorial está asociado
con áreas que se cuentan entre las más
lluviosas de la Tierra.
Vientos alisios
del NE
0°
De
p re
sió n
e c u at
o ri a l
Vientos alisios
del SE
capas superiores alcanza los 20°-30° de latitud, norte o sur,
desciende hacia la superficie. El aire que se eleva por la atmósfera se expande y se enfría, un proceso que induce el
desarrollo de nubes y precipitaciones. Por esta razón, las
áreas que están bajo la influencia de la depresión ecuatorial se cuentan entre las más lluviosas de la Tierra. Ocurre exactamente lo contrario en las regiones próximas a los
30° de latitud norte y sur, donde predominan las altas presiones. Aquí, en las zonas conocidas como anticiclones (altas presiones) subtropicales, el aire se hunde. Cuando el aire
se hunde, se comprime y se calienta. Estas condiciones son
exactamente las opuestas a lo que se necesita para producir nubes y precipitación. Por consiguiente, esas regiones
se conocen por sus cielos claros, su luz solar y la sequía
progresiva.
Desiertos de latitudes medias
A diferencia de sus equivalentes de latitudes bajas, los desiertos y las estepas de latitudes medias no están controlados por masas de aire en descenso asociadas con presiones elevadas. En cambio, estas regiones secas existen
principalmente porque están resguardadas en el interior
de grandes masas continentales. Se encuentran muy separadas del océano, que es la fuente última de humedad
para la formación de nubes y la precipitación. Un ejem-
plo bien conocido es el desierto de Gobi en Asia central,
mostrado en el mapa al norte de la India.
La presencia de montañas elevadas que se cruzan en
el camino de los vientos predominantes separa aún más
esas zonas de las masas de aire marítimas cargadas de
agua; además, las montañas obligan al aire a perder mucha
de su agua. El mecanismo es sencillo: a medida que los
vientos predominantes se encuentran con las barreras
montañosas, el aire se ve forzado a ascender. Cuando el
aire se eleva, se expande y se enfría, un proceso que puede producir nubes y precipitación. Las laderas de las montañas expuestas al viento (barlovento), tienen a menudo
abundante precipitación. Por el contrario, las laderas de las
montañas que están a sotavento suelen ser mucho más secas (Figura 19.3). Esta situación existe porque el aire que
alcanza la ladera de sotavento ha perdido mucha de su humedad y, si el aire desciende, se comprime y se calienta,
con lo cual la formación de nubes es incluso menos probable. A menudo se denomina desierto de sombra pluviométrica a la región seca que se produce. Dado que muchos desiertos de latitud media se encuentran en las laderas
de sotavento de las montañas, también pueden clasificarse como desiertos de sombra pluviométrica. En Norteamérica, las barreras montañosas principales que se oponen
a la llegada de humedad desde el Pacífico son las Sierras
Costeras, Sierra Nevada y las Cascadas (Figura 19.3). En
19_Capítulo 19
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Distribución y causas de las regiones secas
541
Sombra pluviométrica
Sotavento
(seco)
Barlovento
(húmedo)
Viento
Sierra Nevada
Sierras Costeras
Great Basin
▲ Figura 19.3 Muchos desiertos de las latitudes medias son desiertos de sombra pluviométrica. Cuando el aire en movimiento se encuentra
con una barrera montañosa, se ve forzado a ascender. Como consecuencia a menudo se producen nubes y precipitación en la ladera de
barlovento. El aire que desciende por la ladera de sotavento es mucho más seco. Las montañas separan eficazmente el lado de barlovento de
las fuentes de humedad, produciendo un desierto de sombra pluviométrica. El desierto Great Basin es un desierto de sombra pluviométrica
que cubre casi toda Nevada y porciones de los estados adyacentes.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Creía que, en general, los desiertos son lugares
carentes de vida. ¿Es cierto?
Aunque es un concepto erróneo habitual, los desiertos tienen
vida dispersa (y, en algunos casos, abundante). Las plantas y
los animales que habitan en los desiertos tienen adaptaciones
especiales para sobrevivir en estos ambientes áridos, entre las
que destacan una tolerancia muy desarrollada a la sequía. Por
ejemplo, muchas plantas del desierto tienen hojas céreas o
una cutícula (capa protectora externa) engrosada para reducir la pérdida de agua. Otras tienen hojas muy pequeñas o no
tienen ninguna hoja.
Además, las raíces de algunas especies suelen extenderse
a grandes profundidades con el fin de extraer el agua de esos
puntos, mientras que otras producen un sistema somero pero
extenso de raíces que les permite absorber con rapidez grandes cantidades de agua procedente de las precipitaciones poco
frecuentes en el desierto. Los tallos de estas plantas suelen estar engrosados por un tejido esponjoso que puede almacenar
el agua suficiente para sustentar la planta hasta la próxima
precipitación. Por consiguiente, aunque están muy dispersas
y proporcionan muy poca cubierta vegetal, en el desierto crecen plantas de muchos tipos.
Los animales también se adaptan estupendamente a la
vida en el desierto. Muchos son nocturnos y sólo salen durante el frío de la noche. Algunos, como la rata canguro, no
necesitan beber agua. Por el contrario, obtienen el agua que
necesitan de los alimentos. Otros pueden hibernar durante
muchos meses y sólo son activos una vez que ha caído suficiente precipitación. En los desiertos habita una amplia variedad de organismos.
Asia, la gran cadena del Himalaya impide que llegue al interior el flujo de humedad del océano Índico de los monzones de verano (véase Recuadro 19.2).
Dado que el hemisferio meridional carece de extensas zonas de terreno en las latitudes medias, en esta latitud hay sólo una pequeña zona de desierto y estepa, que
se encuentra fundamentalmente cerca del extremo meridional de América del Sur en la sombra pluviométrica de
los imponentes Andes.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿En todos los desiertos hace calor?
No, pero muchos desiertos experimentan temperaturas muy
elevadas. Por ejemplo, la temperatura fielmente registrada
más elevada de Estados Unidos (y de todo el hemisferio norte) es 57 °C, tomada en el valle de la Muerte, California, el
10 de julio de 1913. La temperatura más elevada del mundo,
de casi 59 °C, se registró en Azizia, Libia, en el desierto del
Sahara, al norte de África, el 13 de septiembre de 1922.
A pesar de estas cifras notablemente elevadas, en las regiones desérticas también se experimentan temperaturas frías. Por
ejemplo, la temperatura mínima diurna media de enero en
Phoenix, Arizona, es 1,7 °C, sólo ligeramente por encima de la
temperatura de congelación. En Ulan Bator, en el desierto de
Gobi, Mongolia, la temperatura alta media en enero es sólo ¡19 °C! Los climas secos se encuentran desde los trópicos hasta las latitudes medias altas en dirección a los polos. Aunque los
desiertos tropicales carecen de estación fría, los desiertos en las
latitudes medias experimentan cambios estacionales de temperatura, lo cual hace que en algunos haga bastante frío.
19_Capítulo 19
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C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
▲
Recuadro 19.2
El hombre y el medio ambiente
La desaparición del mar de Aral
El mar de Aral se encuentra en la frontera entre Uzbekistán y Kazajstán, en
Asia central (Figura 19.A). El lugar es el
desierto de Turkestán, un desierto de latitud media en la sombra pluviométrica
de las elevadas montañas de Afganistán.
En esta región de drenaje interior, dos
grandes ríos, el Amu Darya y el Syr Darya, transportan agua desde las montañas
del norte de Afganistán a través del desierto hasta el mar de Aral. El agua sale
del mar por evaporación. Por tanto, el
tamaño del cuerpo hídrico depende del
equilibrio entre la aportación del río y la
evaporación.
En 1960 el mar de Aral era uno de los
cuerpos hídricos interiores más grandes
del mundo, con un área de unos 67.000
kilómetros cuadrados. Sólo el mar Caspio, el lago Superior y el lago Victoria
eran más grandes. Alrededor del año 2000
el área del mar de Aral era inferior al 50
por ciento de su tamaño en 1960, y su volumen se había reducido en un 80 por
ciento. El encogimiento de este cuerpo
hídrico se representa en la Figura 19.B.
Aproximadamente en 2010 todo lo que
habrá serán tres restos someros.
¿Qué ha provocado que el mar de Aral
se seque durante los últimos 40 años? La
respuesta es que el suministro de agua
procedente de las montañas se redujo de
manera significativa y luego fue eliminado. En 1965, el mar de Aral recibía unos
50 kilómetros cúbicos de agua dulce cada
año. A principios de 1980, esta cifra cayó
casi hasta cero. El motivo fue que las
aguas del Amu Darya y el Syr Darya se
desviaron para aportar agua a una gran
extensión de cultivos irrigados en esta
zona seca.
La irrigación intensiva provocó un
gran aumento de la productividad agrícola, pero no sin costes significativos. Los
deltas de los dos ríos principales han perdido sus tierras húmedas y la fauna ha
desaparecido. La industria pesquera, que
había sido próspera, está muerta, y las 24
Kazakhstan
Sy
rD
Mar
Aral
Uz
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Tur
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kis
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ya
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▲ Figura 19.A El mar de Aral se sitúa al
este del mar Caspio, en el desierto de
Turkestán. Dos ríos, el Amu Darya y el Syr
Darya, transportan agua desde las
montañas hacia el sur.
▲ Figura 19.B El mar de Aral en
retroceso. Aproximadamente en 2010
todo lo que habrá serán tres remanentes
someros.
especies de peces que habían poblado el
mar de Aral ya no están allí. En la actualidad la orilla se encuentra a decenas de
kilómetros de las localidades que antes
eran centros pesqueros.
El mar en retroceso ha expuesto al sol
y al viento millones de acres que antes
conformaban el fondo submarino. La sal
y las sustancias agroquímicas transportadas por los ríos se incrustan en la superficie. Los fuertes vientos recogen y depositan de manera rutinaria millares de
toneladas de material recién expuesto
cada año. Este proceso no sólo ha contribuido a una reducción significativa de
la calidad del aire para las personas que
viven en la región, sino que también ha
afectado de manera apreciable los campos de cultivo debido al depósito de sedimentos ricos en sal sobre tierra cultivable.
El mar de Aral en retroceso ha tenido
un impacto notable en el clima de la región. Sin el efecto moderador de un gran
cuerpo hídrico, los extremos de temperatura son mayores, la época de cultivo es
más corta y la precipitación local se reduce. Estos cambios han hecho que muchas explotaciones agrarias hayan sustituido el cultivo del algodón por el del
arroz, que demanda todavía más agua
desviada.
Los expertos ambientales están de
acuerdo en que la situación actual no puede sostenerse. ¿Podría esta situación cambiar por completo si suficiente agua dulce fluyera de nuevo en el mar de Aral?
Las perspectivas parecen desalentadoras. Los expertos estiman que restaurar el
mar de Aral a aproximadamente el doble
de su tamaño actual requeriría parar toda
la irrigación de los dos ríos principales
durante 50 años, lo que no podría realizarse sin arruinar las economías de los países que utilizan esa agua*.
La reducción del mar de Aral es un
gran desastre ambiental tristemente provocado por la actividad humana.
* En «Coming to Grips with the Aral Sea’s Grim Legacy», en Science, vol. 284, 2 de abril de 1999, págs.
30-31 se amplía este tema.
19_Capítulo 19
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Página 543
Procesos geológicos en climas áridos
Los desiertos de latitud media proporcionan un
ejemplo de cómo los procesos tectónicos afectan al clima.
Los desiertos de sombra pluviométrica existen en virtud
de las montañas producidas tras la colisión de las placas.
Sin esos episodios de formación de montañas, predominarían climas más húmedos en las zonas donde existen hoy
muchas regiones secas.
Procesos geológicos en climas áridos
ERR
TI
I
A.
▲
IE N C
Desiertos y vientos
Conceptos erróneos habituales
A
S D LA
sobre los desiertos
E
Las colinas angulosas, las escarpadas paredes de los cañones y la superficie de grava y arena del desierto contrastan notablemente con las colinas redondeadas y las
pendientes curvilíneas de los lugares más húmedos. De
hecho, para un visitante de una región húmeda, puede
parecer que un paisaje desértico ha sido formado por
fuerzas diferentes de las que actúan en las áreas bien abastecidas de agua. Sin embargo, aunque el contraste puede ser notable, no reflejan procesos diferentes; tan sólo
revelan los diferentes efectos que pueden tener los mismos procesos cuando actúan bajo condiciones climáticas
opuestas.
543
Meteorización
En las regiones húmedas, suelos de textura relativamente fina sustentan una cubierta casi continua de vegetación
que cubre la superficie. Aquí, las pendientes y los bordes
rocosos están redondeados, lo que refleja la fuerte influencia de la meteorización química en un clima húmedo. Por el contrario, muchos de los derrubios meteorizados en los desiertos consisten en roca y fragmentos
minerales inalterados: es el resultado de los procesos de
meteorización mecánica. En las tierras secas, la meteorización de la roca de cualquier tipo se ve muy reducida debido a la falta de humedad y a la escasez de ácidos orgánicos procedentes de las plantas en descomposición. Sin
embargo, en los desiertos no falta por completo la meteorización química. A lo largo de grandes espacios de
tiempo, se forman suelos poco potentes y arcillas, y se
oxidan muchos silicatos que contienen hierro, produciendo el color ocre que tiñe los paisajes desérticos.
Papel del agua
Las corrientes de agua permanentes son normales en las
regiones húmedas, pero prácticamente todos los cauces de
corrientes de agua en los desiertos están secos la mayor
parte del tiempo (Figura 19.4A). Los desiertos tienen corrientes de agua efímeras (ephemero de vida corta), lo
B.
▲ Figura 19.4 A. La mayor parte del tiempo, los cauces de las corrientes de agua en los desiertos están secos. B. Corriente efímera poco
después de una densa lluvia. Aunque estas inundaciones son breves, producen grandes cantidades de erosión. (Fotos de E. J. Tarbuck.)
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Página 544
C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
Debe destacarse que las corrientes de agua, aunque esporádicas, realizan la mayor parte del trabajo erosivo en los desiertos. Esto está en contraposición con la creencia habitual de que el viento es el principal agente erosivo que
esculpe los paisajes desérticos. Aunque la erosión eólica es,
de hecho, más significativa en las áreas secas que en ningún otro lugar, la mayoría de las formas del desierto son
esculpidas por las corrientes de agua. Como veremos enseguida, el papel principal del viento consiste en el transporte y el depósito de sedimentos, que crean y dan forma
a los cúmulos y montículos que denominamos dunas.
I
A
ERR
«Basin and Range»: la evolución
de un paisaje desértico
IE N C
que significa que transportan agua sólo en respuesta a episodios específicos de precipitación. Una corriente efímera típica podría fluir sólo unos pocos días o quizá tan sólo
unas horas al año. Algunos años, el cauce puede no transportar agua en absoluto.
Este hecho resulta obvio incluso para el viajante casual que observa numerosos puentes por debajo de los cuales no atraviesa corriente de agua alguna o numerosas depresiones en la carretera atravesadas por cauces secos. Sin
embargo, cuando se producen chaparrones densos y esporádicos, cae tanta lluvia en un tiempo tan corto que no se
puede absorber toda ella. Dado que la cobertura vegetal del
desierto es escasa, no se pone prácticamente obstáculo alguno al agua de escorrentía, la cual es, por consiguiente, rápida y crea a menudo inundaciones súbitas a lo largo de los
suelos del valle (Figura 19.4B). Estas inundaciones son
muy diferentes de las observadas en las regiones húmedas.
Una inundación del río Mississippi puede tardar varios
días en alcanzar su cresta y luego disminuir. Pero las inundaciones del desierto se producen de repente y desaparecen con rapidez. Dado que la mayor parte del material de
superficie de un desierto no está fijado por vegetación, la
cantidad de fuerza erosiva ejercida durante una breve precipitación es impresionante.
En la región seca del occidente de Estados Unidos
se utilizan diferentes nombres para las corrientes efímeras, entre ellas wash y arroyo. En otras partes del mundo,
una corriente de desierto seca puede ser un uadi (Arabia y
África del Norte), un donga (América del Sur) o un nullah
(India).
Las regiones húmedas son notables por sus sistemas
de drenaje integrados. Pero en las regiones áridas, las corrientes suelen carecer de un sistema extenso de afluentes.
De hecho, una característica básica de las corrientes de
agua en el desierto es que son pequeñas y mueren antes de
alcanzar el mar. Dado que el nivel freático suele estar muy
por debajo de la superficie, pocas corrientes de agua pueden recurrir a él para abastecerse como hacen las corrientes de las regiones húmedas (véase Figura 17.3). Sin
un suministro estable de agua, la combinación de evaporación e infiltración pronto agota la corriente.
Las pocas corrientes permanentes que atraviesan las
regiones áridas, como los ríos Colorado y Nilo, se originan fuera del desierto, a menudo en montañas bien abastecidas de agua. En estos casos, el suministro de agua debe
ser grande para compensar las pérdidas que se producen
cuando la corriente atraviesa el desierto. Por ejemplo,
después de que el Nilo abandona su cabecera en los lagos
y las montañas de África central, atraviesa casi 3.000 kilómetros del Sahara sin un solo afluente. Por el contrario,
en las regiones húmedas, el caudal de un río crece a medida que fluye corriente abajo porque los afluentes y el
agua subterránea aportan más agua a lo largo del camino.
TI
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Desiertos y vientos
Repaso de las formas y los paisajes
▲
19_Capítulo 19
S D LA
E
Dado que las regiones áridas suelen carecer de corrientes
permanentes, se caracterizan por tener drenaje interior.
Esto significa que tienen un modelo discontinuo de corrientes intermitentes que no fluyen fuera del desierto, hacia los océanos. En Estados Unidos, la región «Basin and
Range» proporciona un ejemplo excelente. La región
abarca el sur de Oregón, toda Nevada, el oeste de Utah,
el sureste de California, el sur de Arizona y el sur de Nuevo México. Su nombre es una buena descripción de esta
región de casi 800.000 kilómetros cuadrados, porque se
caracteriza por más de 200 montañas relativamente pequeñas cuya altura oscila entre 900 y 1.500 metros por encima de las cuencas que las separan.
En esta región, como en otras parecidas que hay
por el mundo, la erosión ocurre fundamentalmente sin referencia al océano (nivel de base absoluto), porque el drenaje interior nunca alcanza el mar. Incluso allí donde las
corrientes permanentes fluyen al océano, existen pocos
afluentes y, por tanto, sólo una estrecha franja de tierra adyacente a la corriente tiene el nivel del mar como su nivel
absoluto de reducción del terreno.
Los bloques de diagramas de la Figura 19.5 muestran cómo ha evolucionado el paisaje en la región de Estados Unidos a la que nos referimos. Durante y después
del levantamiento de las montañas, las corrientes de agua
empiezan a esculpir la masa elevada y a depositar grandes
cantidades de derrubios en la cuenca. Durante esta primera etapa se produce la mayor compensación, porque, a
medida que la erosión reduce las montañas y llena de sedimentos las cuencas, las diferencias de elevación disminuyen de manera gradual.
Cuando torrentes ocasionales de agua producidos
por lluvias esporádicas se desplazan hacia abajo por los
19_Capítulo 19
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«Basin and Range»: la evolución de un paisaje desértico
545
Lago-playa
Abanicos aluviales
A.
Playa
Bajada
B.
Inselberg
C.
Basin
and
Range
▲ Figura 19.5 Etapas de evolución del paisaje de un desierto montañoso como el de la región «Basin and Range» del oeste norteamericano.
A medida que continúa la erosión de las montañas y la deposición en las cuencas, los relieves disminuyen. A. Etapa inicial. B. Etapa intermedia.
C. Etapa final.
cañones montañosos, están densamente cargados de sedimentos. Al salir de los confines del cañón, el agua de escorrentía se expande sobre las suaves pendientes de la base de
las montañas y pierde rápidamente velocidad. Por consiguiente, mucha de su carga se abandona en una corta
distancia. El resultado es un cono de derrubios en la boca del
cañón conocido como abanico aluvial (Figura 19.6). Dado
que el material más grueso se deposita primero, la cabecera del abanico es más empinada, con una pendiente de casi
10 a 15 grados. Más adelante, el tamaño del sedimento y la
inclinación de la pendiente disminuyen y se mezclan de
manera imperceptible con el suelo de la cuenca. Un examen
de la superficie del abanico revelaría probablemente un
modelo de cauce anastomosado debido a que el agua desvía
su curso a medida que los cauces sucesivos se van atascando
con sedimento. Con el paso de los años, el abanico aumen-
ta de tamaño y acaba por unirse con los abanicos de los cañones adyacentes produciendo una falda de sedimento denominada bajada a lo largo del frente de montaña.
En las raras ocasiones en las que se producen precipitaciones abundantes, las corrientes pueden fluir a través de la bajada hasta el centro de la cuenca, convirtiendo el suelo de la cuenca en un lago-playa somero. Estos
lagos-playa son estructuras transitorias que duran sólo
unos pocos días o, a lo sumo, unas pocas semanas antes de
que la evaporación y la infiltración eliminen el agua. El lecho seco y plano que queda de un lago se denomina playa. Las playas están compuestas típicamente por limos finos y arcillas, y en ocasiones encostradas con las sales
precipitadas durante la evaporación. Estas sales precipitadas pueden ser inusuales. Un ejemplo es el borato sódico (mejor conocido como bórax) que se obtiene en minas
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C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
San
Francisco
NV
Océano
Pacífico
CA
Valle
de la Muerte
▲ Figura 19.6 Vista aérea de los abanicos aluviales del valle de la Muerte, California. El tamaño del abanico depende del tamaño de la
cuenca de drenaje. A medida que los abanicos crecen, acaban coalesciendo y forman una bajada. (Foto de Michael Collier.)
de los antiguos depósitos del lago-playa del valle de la
Muerte, California.
Con la erosión progresiva de la masa montañosa y
la sedimentación que le sigue, el relieve local sigue disminuyendo. Por último, habrá desaparecido casi del todo
la masa montañosa. Por tanto, en las etapas finales de la
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Dónde se encuentra el desierto más seco de la Tierra?
El desierto de Atacama, Chile, se distingue por ser el desierto más seco del mundo. Este cinturón relativamente estrecho
de tierra árida se extiende a lo largo de unos 1.200 kilómetros a lo largo de la costa del Pacífico de Suramérica (véase
Figura 19.1). Se dice que algunas partes del Atacama no han
recibido precipitación ¡durante más de 400 años! Deben mirarse estas afirmaciones con escepticismo. Sin embargo, para
lugares donde se han conservado los registros, en Arica, Chile, en la parte septentrional del Atacama, se ha experimentado un intervalo de 14 años sin precipitación medible.
erosión, las áreas montañosas están reducidas a unas grandes prominencias rocosas proyectándose sobre la cuenca
rellena de sedimentos de su entorno. Estos restos erosivos
aislados de un paisaje de desierto en sus últimas etapas se
denominan inselbergs, palabra alemana que significa
«montañas aisladas» (véase Recuadro 19.3).
Cada una de estas etapas de la evolución del paisaje
en un clima árido mostradas en la Figura 19.5 puede observarse en la región «Basin and Range». En el sur de
Oregón y el norte de Nevada se encuentran montañas recién levantadas en una etapa inicial de erosión. El valle de
la Muerte, California, y el sur de Nevada encajan en la etapa media más avanzada, mientras que en el sur de Arizona puede verse la etapa final, con sus inselbergs.
Transporte de sedimentos
por el viento
El aire en movimiento, como el agua en movimiento, es
turbulento y capaz de elevar derrubios sueltos y transportarlos a otros lugares. Exactamente igual que ocurre en
19_Capítulo 19
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Transporte de sedimentos por el viento
▲
Recuadro 19.3
547
Entender la Tierra
El monte Uluru de Australia
Cuando los viajeros que se plantean un
viaje a Australia consultan guías y otros libros turísticos, seguro que ven una fotografía o leen una descripción del monte
Uluru (antes Ayers Rock). Esta famosa
atracción es una impresionante estructura que se eleva abruptamente de la llanura circundante. Situado en el Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, al suroeste de
Alice Springs, en el centro seco del continente, el monolito más o menos circular mide más de 350 metros de altura y su
base tiene una circunferencia de más de
9,5 kilómetros. Su cima es plana y sus lados, arrugados. El tipo de roca es arenisca, y los matices rojos y naranjas cambian
con la luz del día. Además de ser una
atracción geológica impresionante, el
monte Uluru es interesante porque es un
lugar sagrado para las tribus aborígenes
de la región.
El monte Uluru es un ejemplo espectacular de una estructura conocida con el
nombre de inselberg. Inselberg es una pa-
labra alemana que significa «montaña aislada» y parece adecuada porque estas masas se parecen mucho a unas islas rocosas
que permanecieran sobre la superficie de
un gran mar. Estructuras similares salpican muchas otras regiones áridas y semiáridas del mundo. El monte Uluru es
un tipo especial de inselberg formado por
una masa rocosa muy resistente que exhibe una forma redondeada o abovedada.
Las masas de este tipo se denominan
bornhardts en homenaje al explorador alemán del siglo XIX, Wilhelm Bornhardt,
que describió estructuras similares en algunas partes de África.
Los bornhardts se forman en regiones
donde la roca masiva o resistente como el
granito o la arenisca está rodeada de una
roca más susceptible a la meteorización.
La mayor susceptibilidad de la roca adyacente suele ser consecuencia del hecho
de que está más fracturada. Las diaclasas
permiten que el agua y, por tanto, los procesos de meteorización penetren a mayor
una corriente, la velocidad del viento aumenta con la altura por encima de la superficie. También igual que en
una corriente, el viento transporta partículas finas en suspensión, mientras que las más pesadas son transportadas
como carga de fondo. Sin embargo, el transporte del sedimento por el viento difiere del realizado por las corrientes de agua de dos maneras significativas. En primer
lugar, la menor densidad del viento, en comparación con
la del agua, le hace menos capaz de elevar y transportar
materiales gruesos. En segundo lugar, dado que el viento
no está confinado en cauces, puede extender el sedimento a lo largo de grandes áreas, así como hacia arriba a la
atmósfera.
Carga de fondo
La carga de fondo transportada por el viento consiste en
granos de arena. Las observaciones realizadas en el campo y en experimentos en los que se utilizan túneles de
viento, indican que la arena movida por el viento se mueve saltando y rebotando a lo largo de la superficie: proceso denominado saltación. El término deriva de la palabra
que significa «saltar» en latín.
profundidad. Cuando la roca adyacente
muy meteorizada es retirada por la erosión, la masa rocosa mucho menos meteorizada permanece elevada. Tras la formación del bornhardt, éste tiende a
liberar agua. Por el contrario, las llanuras
circundantes cubiertas de derrubios absorben el agua y se meteorizan con mayor
rapidez. Por consiguiente, una vez formado, un bornhardt ayuda a perpetuar su
existencia reforzando los procesos que lo
crearon. De hecho, las masas como el
monte Uluru pueden continuar formando parte del paisaje durante decenas de
millones de años.
Los bornhardts son más habituales en
las latitudes más bajas, ya que la meteorización responsable de su formación actua
de manera más rápida en los climas más
cálidos. En las regiones que en la actualidad son áridas o semiáridas, los bornhardts pueden reflejar épocas en las que
el clima era más húmedo que en la actualidad.
El movimiento de los granos de arena empieza
cuando el viento alcanza una velocidad suficiente para superar la inercia de las partículas en reposo. Al principio,
la arena gira a lo largo de la superficie. Cuando un grano
de arena en movimiento golpea otro grano, uno o los dos
pueden saltar en el aire. Una vez en el aire, los granos son
transportados hacia delante por el viento hasta que la gravedad los arrastra de nuevo hacia la superficie. Cuando la
arena golpea la superficie, o bien rebota de nuevo al aire
o bien desaloja otros granos, que entonces saltan hacia
arriba. De esta manera, se establece una reacción en cadena, que llena el aire cercano a la superficie de granos de
arena en saltación en un tiempo muy corto (Figura 19.7).
Los granos de arena que rebotan nunca viajan muy
lejos de la superficie. Aun cuando los vientos sean muy
fuertes, la altura alcanzada por la arena rara vez excede
un metro y normalmente no supera el medio metro. Algunos granos de arena son demasiado grandes para ser
lanzados en el aire por el impacto de otras partículas.
Cuando esto ocurre, la energía proporcionada por el impacto de los granos saltantes más pequeños impulsa el
movimiento hacia delante de los granos más grandes. Los
cálculos indican que entre el 20 y el 25 por ciento de los
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C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
▲
Figura 19.7 Una nube de granos de
arena asciende mediante saltación por la
pendiente suave de una duna. (Foto de
Stephen Trimble.)
TI
I
A diferencia de la arena, las partículas más finas de polvo
pueden ser elevadas hacia la atmósfera por el viento. Dado
que el polvo suele estar compuesto de partículas bastante
planas que tienen áreas superficiales grandes en comparación con su peso, es relativamente fácil para el aire turbulento contrarrestar el empuje de la gravedad y mantener esas partículas finas transportadas por el aire durante
horas o incluso días. Aunque el limo y la arcilla pueden ser
transportados en suspensión, el limo constituye normalmente la mayor parte de la carga suspendida, porque el
reducido grado de meteorización química de los desiertos
proporciona sólo pequeñas cantidades de arcilla.
Las partículas finas son fácilmente transportadas por
el viento, pero no son fácilmente recogidas para empezar su
transporte. La razón es que la velocidad del viento es prácticamente cero dentro de una capa muy fina situada cerca
del suelo. Por tanto, el viento no puede elevar el sedimento por sí mismo. En cambio, debe ser arrojado o dispersado en el aire en movimiento por los granos de arena que rebotan u otros procesos. Esta idea está bien ilustrada por una
carretera seca no pavimentada en un día de viento. El viento levanta poco polvo si antes no se le mueve. Sin embargo,
como pase un coche o un camión por la carretera, se levanta
una capa de limo que crea una gruesa nube de polvo.
Aunque la carga suspendida suele depositarse relativamente cerca de su origen, los vientos altos son capaces de
transportar grandes cantidades de polvo a grandes distancias
(Figura 19.8). En los años 30, se transportó polvo levantado en Kansas hasta Nueva Inglaterra y más allá, hasta el
Atlántico norte. De igual manera, se ha seguido la pista de
polvo del Sahara hasta las Indias occidentales (Figura 19.9).
ERR
Desiertos y vientos
Conceptos erróneos habituales
A
S D LA
sobre los desiertos
E
En comparación con las corrientes de agua y los glaciares,
el viento es un agente erosivo relativamente insignificante. Recordemos que incluso en los desiertos, la mayor
parte de la erosión la realizan las corrientes de agua intermitentes, no el viento. La erosión eólica es más eficaz
en las regiones áridas que en las áreas húmedas, porque en
los lugares húmedos la humedad mantiene juntas las partículas, y la vegetación las sujeta al suelo. Para que el viento sea una fuerza erosiva eficaz, la sequedad y la escasez de
vegetación son requisitos previos importantes. Cuando
existen dichas circunstancias, el viento puede levantar,
transportar y depositar grandes cantidades de sedimento
fino. Durante los años treinta, parte de las grandes llanuras experimentaron enormes tormentas de polvo: la tierra
quedó expuesta a la erosión eólica tras ser arada bajo la cubierta vegetal natural para el cultivo y la posterior e intensa sequía. Este lugar se conoce desde entonces como
Dust Bowl (véase Recuadro 19.4)*.
IE N C
Carga en suspensión
Erosión eólica
▲
granos transportados en una tormenta de arena se mueve de esta manera.
Deflación, depresiones de deflación
y pavimento desértico
Una forma mediante la cual el viento produce erosión es
la deflación (de fuera; flat soplar), el levantamiento
y removilización del material suelto. A veces, la deflación
es difícil de observar porque toda la superficie está siendo
reducida al mismo tiempo, pero puede ser significativa. En
* Para más información, véase el Recuadro 6.4 de este libro, «Dust Bowl:
la erosión del suelo en las grandes llanuras».
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Erosión eólica
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▲
▲ Figura 19.8 El polvo ennegrece el cielo el 21 de mayo de 1937 cerca de Elkhart, Kansas. Debido a tormentas como ésta algunas partes
de las grandes llanuras se denominaron «Dust Bowl» durante los años 30. (Foto reproducida de la colección de la Biblioteca del Congreso.)
Figura 19.9 Esta imagen de satélite muestra gruesos
penachos de polvo del desierto del Sahara que se desplazan
en dirección noroeste sobre las islas Canarias el 12 de marzo
de 2003. Estas tormentas de polvo son habituales en el
árido norte de África. De hecho, esta región es la mayor
fuente de polvo del mundo. Los satélites son una
herramienta excelente para estudiar el transporte de polvo a
escala mundial. Muestran que las tormentas de polvo
pueden cubrir áreas enormes y que el polvo puede ser
transportado a lo largo de grandes distancias. (Imagen
cortesía de la NASA.)
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▲
Recuadro 19.4
El hombre y el medio ambiente
Los desiertos se están expandiendo
Las zonas de transición que rodean los
desiertos tienen ecosistemas muy frágiles, con un equilibrio delicado. En estas
zonas marginales, las actividades humanas pueden cargar el ecosistema más allá
de su límite de tolerancia, lo cual provoca la degradación de la tierra. Si esa
degradación es grave, se denomina desertización. Desertización significa la expansión de las condiciones desérticas en
áreas no desérticas. Aunque dicha transformación puede producirse por procesos naturales que actúan de manera gradual a lo largo de decenios, siglos y
milenios, en los últimos años, la desertización ha venido a significar la alteración rápida del terreno a condiciones
desérticas como consecuencia de las actividades humanas.
Las Naciones Unidas han reconocido
la desertización como uno de los desafíos ambientales más graves del siglo XXI.
Según el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas, cada año la desertización reivindica
otros 10 millones de acres de tierras secas de cultivo. Como respuesta, más de
170 países (incluidos Estados Unidos)
han ratificado un tratado conocido como
la Convención para Combatir la Desertización.
El avance de las condiciones de tipo
desierto en áreas que fueron previamente útiles para la agricultura no es una modificación clara y uniforme de los bordes
de los desiertos. Más bien, la degeneración de una transformación parcheada de
tierra seca, pero habitable, en tierra seca
e inhabitable. Se produce fundamentalmente a partir del uso inadecuado de la
tierra y es ayudada y acelerada por la sequía. Por desgracia, una zona afectada por
la desertización sólo nos llama la atención una vez que el proceso ya está en
curso.
La desertización comienza cuando la
tierra próxima al borde del desierto empieza a utilizarse para el crecimiento de
cosechas o para el pasto de ganado. De
cualquiera de las dos formas, se elimina
la vegetación natural por el arado o el
pasto.
Si se plantan cosechas, y se produce
sequía, el suelo desprotegido queda expuesto a las fuerzas de la erosión. La
formación de badenes en las pendientes
y las acumulaciones de sedimento en los
cauces de las corrientes son signos visibles en el paisaje, así como las nubes de
polvo que se crean cuando la capa de
suelo superior es eliminada por el viento.
Donde se cría ganado, la tierra también se degrada. Aunque la vegetación
natural modesta de las tierras marginales
puede mantener la vida salvaje local, no
puede sustentar el pastoreo intensivo de
los grandes rebaños domésticos. El sobrepastoreo reduce o elimina la cubierta
vegetal. Cuando la cubierta vegetal se
destruye más allá del mínimo necesario
para proteger el suelo contra la erosión,
la destrucción se vuelve irreversible.
Además, al pisar el suelo con sus pezuñas,
el ganado compacta el suelo, lo cual reduce la cantidad de agua que la tierra
puede absorber cuando llueve. Las pisadas de las pezuñas también pulverizan el
suelo, aumentando la proporción de material fino, que entonces se retira con
mayor facilidad cuando los vientos son
fuertes.
La desertización recibió por primera
vez atención mundial cuando la sequía
golpeó una región africana denominada el
Sahel a finales de los años sesenta (Figura
19.C). Durante ese período, y en muchos
episodios posteriores, los habitantes de
esta enorme extensión al sur del desierto
del Sahara han sufrido desnutrición y
muerte por inanición. Los rebaños de ganado se han diezmado y la pérdida de terreno productivo ha sido grande. Centenares de miles de personas se han visto
forzadas a migrar. A medida que disminuye la tierra de cultivo, las personas deben depender de áreas más pequeñas para
la producción de alimentos. Esto, a su
vez, afecta más al medio ambiente y acelera el proceso de desertización.
Aunque el sufrimiento por la desertización es mucho más serio en el Sahel, el
problema no está, en absoluto, confinado a esta región. Existe desertización en
otras partes de África y en cualquier otro
continente, con excepción de la Antártida. Las sequías recurrentes quizá parezcan la razón más obvia de la desertización, pero la causa fundamental es el
esfuerzo que los humanos exigimos al tenue medio ambiente, con suelos frágiles.
Desierto del Sahara
Mauritania
Mali
Níger
100
Chad
mm
Sudán
600 mm
Nigeria
Etiopía
Senegal
Burkina
Faso
0
600
Camerún
1200 km
▲ Figura 19.C La desertización es más grave en el margen meridional del Sahara, en una
región conocida como el Sahel. Las líneas que definen los límites cercanos al Sahel
representan la precipitación anual media en milímetros.
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Erosión eólica
algunas zonas del Dust Bowl de los años treinta, enormes
áreas de terreno experimentaron una reducción de hasta
un metro tan sólo en unos años.
El resultado más destacable de la deflación en algunos lugares es la aparición de depresiones superficiales
denominadas depresiones de deflación (Figura 19.10).
En la región de las grandes llanuras, del norte de Texas a
Montana, son visibles miles de depresiones de deflación en
el paisaje. Oscilan entre pequeños agujeros menores de 1
metro de profundidad y 3 metros de ancho a depresiones
que se aproximan a 50 metros de profundidad y varios kilómetros de diámetro. El factor que controla las profundidades de estas cuencas (es decir, que actúa como nivel de
base) es el nivel freático local. Cuando las depresiones de
deflación descienden hasta el nivel freático, la tierra húmeda y la vegetación impiden la deflación posterior.
En determinadas zonas de muchos desiertos, la superficie es una capa muy empaquetada de cantos gruesos
demasiado grandes para ser movidos por el viento. Este
revestimiento rocoso, denominado pavimento desértico,
se crea a medida que la deflación reduce la superficie eliminando la arena y el limo hasta que prácticamente sólo
queda una capa continua de granos gruesos (Figura 19.11).
Una vez que se ha establecido el pavimento desértico, un
proceso que puede durar centenares de años, la superficie
queda protegida de la ulterior deflación si no se perturba.
Sin embargo, dado que la capa tiene un grosor de tan sólo
uno o dos granos, los vehículos o los animales pueden
desalojar el pavimento y exponer de nuevo a la deflación
el material de grano fino situado por debajo.
Ventifactos y yardangs
A.
B.
Depresión
de deflación
▲ Figura 19.10 Formación de una depresión de deflación.
A. Antes de la deflación. B. Después de la deflación se ha creado
una depresión superficial.
bordes angulosos. Si el viento no sopla constantemente de
la misma dirección, o si el canto se reorienta, puede tener
varias superficies facetadas.
Por desgracia, a menudo se atribuyen a la abrasión
obras que van más allá de sus capacidades. Estructuras
como rocas en equilibrio de pie en la parte superior de pedestales estrechos y con intrincados detalles en altos pináculos, no son consecuencia de la abrasión. Rara vez la
arena viaja más de un metro por encima de la superficie,
de manera que el efecto de limpieza con chorro de arena
del viento está obviamente limitado en la vertical.
Además de los ventifactos, la erosión eólica es responsable de la creación de estructuras mucho mayores,
denominadas yardangs (de la palabra turca yar, que significa «loma empinada»). Un yardang es una cresta aerodinámica esculpida por el viento con una orientación
▲
Como los glaciares y las corrientes de agua, el viento también erosiona mediante abrasión (ab fuera; ardere
raspar). En las regiones secas, así como a lo largo de las
playas, la arena transportada por el viento corta y pule las
superficies rocosas expuestas. A veces, la abrasión crea rocas de formas muy interesantes conocidas como ventifactos. La cara de la roca expuesta al viento predominante es sometida a abrasión, dejándola pulida, picada y con
Deflación
Deflación
Pavimento desértico
Empieza la deflación
La deflación continúa
removilizando
las partículas más finas
551
Establecido el pavimento
desértico, finaliza
la deflación
Figura 19.11 Formación del pavimento
desértico. Como ilustran estas secciones
transversales, los granos gruesos se
concentran gradualmente en una capa
fuertemente empaquetada a medida que la
deflación reduce la superficie eliminando la
arena y el limo. Si no experimenta
alteración, el pavimento desértico protegerá
la superficie de una ulterior deflación.
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paralela a la del viento predominante. Suele tener el aspecto de un casco de barco al revés. Cada yardang suele
medir menos de 10 metros de altura y unos 100 metros
de longitud, pero los hay mucho mayores que pueden
medir hasta 90 metros de altura y más de 100 kilómetros
de longitud. Suelen aparecer en grupos y parecen limitados a zonas desérticas especialmente secas con una cubierta vegetal mínima y fuertes vientos que soplan predominantemente desde una dirección.
I
TI
Desiertos y vientos
Repaso de las formas y los paisajes
▲
IE N C
A
ERR
Depósitos eólicos
S D LA
E
Aunque el viento carece relativamente de importancia en
la génesis de formas erosivas, en algunas regiones crea significativas estructuras deposicionales. Las acumulaciones de
sedimento transportado por el viento son particularmente notables en las regiones secas de todo el mundo y a lo
largo de muchas costas arenosas. Los depósitos eólicos son
de dos tipos distintos: (1) montículos y colinas de arena
formados a partir de la carga de fondo del viento, que denominamos dunas, y (2) extensas alfombras de limo, denominados loess, que una vez fueron transportadas en
suspensión.
Depósitos de arena
Como ocurre con las corrientes de agua, el viento deja
caer su carga de sedimento cuando la velocidad desciende y la energía disponible para el transporte disminuye.
Por tanto, la arena empieza a acumularse en cualquier lugar en el que una obstrucción situada en el camino del
viento ralentice su movimiento. A diferencia de muchos
depósitos de limo, que forman capas a modo de alfombra
a lo largo de grandes áreas, los vientos depositan normalmente la arena en montículos o crestas denominados dunas (Figura 19.12).
Cuando el aire en movimiento encuentra un objeto, como una mata de vegetación o una roca, barre a su
alrededor y por encima de él, dejando una sombra de
aire con movimiento más lento por detrás del obstáculo,
así como una zona más pequeña de aire más tranquilo
▲ Figura 19.12 Arena descendiendo por la cara de deslizamiento empinada de una duna, en el Monumento Nacional White Sands, Nuevo
México. (Foto de Michael Collier.)
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Depósitos eólicos
justo enfrente del obstáculo. Algunos de los granos de
arena que se mueven por saltación con el viento vienen
a descansar a esas sombras de viento. A medida que continúa la acumulación de arena, se convierte en una barrera cada vez más imponente para el viento y, por tanto,
en una trampa cada vez más eficaz para la acumulación
de arena. Si hay suficiente abastecimiento de arena y el
viento sopla de manera uniforme durante un tiempo lo
bastante largo, el montículo de arena crece y se transforma en una duna.
Muchas dunas tienen un perfil asimétrico, con la
pendiente de sotavento (protegida) más empinada y la
pendiente de barlovento con una inclinación más suave
(Figura 19.13). La arena asciende por la pendiente más
suave, en la ladera de barlovento, por saltación. Justo detrás de la cresta de la duna, donde la velocidad del viento
es menor, se acumula la arena. Conforme se acumula más
arena, la pendiente se inclina y algo acaba por deslizarse
bajo el empuje de la gravedad. De esta manera, la pendiente de sotavento de la duna, denominada cara de deslizamiento, mantiene un ángulo de unos 34 grados, el ángulo de reposo para la arena seca suelta (recordemos del
Capítulo 15 que el ángulo de reposo es el ángulo más empinado al cual el material suelto permanece estable). La
acumulación continua de arena, junto con los desplaza-
Viento
A.
Viento
Cara de deslizamiento
553
mientos periódicos que tienen lugar por la cara de deslizamiento, provocan una migración lenta de la duna en la
dirección del movimiento del aire.
A medida que la arena se deposita en la cara de deslizamiento, se forman estratos inclinados en la dirección
en la que sopla el viento. Estas capas en pendiente se denominan estratos cruzados (Figura 19.13). Cuando las
dunas son finalmente enterradas bajo otras capas de sedimento y entran a formar parte del registro de rocas sedimentarias, se destruye su forma asimétrica, pero permanecen los estratos cruzados como testimonio de su origen.
Ningún lugar tiene una estratificación cruzada más notable que el de las paredes de arenisca de Zion Canyon, en
el sur de Utah.
En algunas áreas, el movimiento de la arena constituye un problema. En zonas de Oriente Medio, las valiosas instalaciones petrolíferas deben ser protegidas de
la invasión de las dunas. En algunos casos, las cercas se
construyen lo bastante de cara al viento de las dunas
como para detener su migración. A medida que la arena
sigue acumulándose, sin embargo, debe aumentarse la
altura de las cercas. En Kuwait, las cercas protectoras se
extienden durante casi 10 kilómetros alrededor de un importante pozo petrolífero. La migración de las dunas puede plantear también un problema para la construcción y
el mantenimiento de carreteras y vías férreas que atraviesan regiones desérticas arenosas. Por ejemplo, para
mantener abierta al tráfico una porción de la autopista 95
cerca de Winnemucca, Nevada, debe retirarse la arena
unas tres veces al año. Cada vez, se extraen entre 1.500
y 4.000 metros cúbicos de arena. Los intentos de estabilizar las dunas plantando diferentes variedades de hierba
han sido insatisfactorios, porque la escasa precipitación
hace imposible que se mantengan las plantas.
Estratificación cruzada
B.
Viento
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿No están cubiertos los desiertos fundamentalmente
por dunas de arena?
C.
▲ Figura 19.13 Como se ilustra en las partes A y B, las dunas
tienen normalmente una forma asimétrica. El lado de sotavento,
más empinado, se denomina cara de deslizamiento. Los granos de
arena depositados en la cara de deslizamiento en la dirección del
ángulo de reposo crean la estratificación cruzada de las dunas.
C. Se desarrolla un modelo complejo en respuesta a cambios en la
dirección del viento. Obsérvese también que cuando las dunas son
enterradas y se convierten en una parte del registro sedimentario,
la estructura de estratificación cruzada se conserva.
Un concepto erróneo habitual sobre los desiertos es que están formados por kilómetros y kilómetros de dunas de arena acumulada. Es cierto que hay acumulaciones de arena en
algunas zonas y pueden ser estructuras impresionantes.
Pero, aunque quizá sorprenda, las acumulaciones de arena
en todo el mundo representan sólo un pequeño porcentaje
del total de zonas desérticas. Por ejemplo, en el Sahara, el
desierto más grande del mundo, las acumulaciones de arena cubren sólo una décima parte de su área. El desierto con
más arena es el Arábigo, un tercio del cual está formado por
arena.
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Tipos de dunas de arena
Las dunas no son simples montículos aleatorios de sedimento transportado por el viento. Más bien, son acumulaciones que suelen adoptar modelos sorprendentemente constantes (Figura 19.14). Al abordar este punto, uno
de los primeros investigadores pioneros sobre las dunas,
el ingeniero británico R. A. Bagnold, observaba: «En vez
de encontrar caos y desorden, el observador nunca deja
de asombrarse de la simplicidad de forma, la exactitud de
la repetición y el orden geométrico…». Existe una amplia selección de formas de dunas, que generalmente se
simplifican en unos pocos tipos principales para su discusión.
Por supuesto, existen gradaciones entre las diferentes formas, así como dunas de formas irregulares que no
encajan fácilmente en una categoría. Varios factores influyen en la forma y el tamaño que las dunas acaban por
adoptar. Esos factores son la dirección y la velocidad del
viento, la disponibilidad de arena y la cantidad de vegetación presente. En la Figura 19.14 se muestran seis tipos
básicos de dunas, y las flechas indican las direcciones del
viento.
Viento
Viento
A. Barjanes
Viento
B. Transversas
Viento
C. Barjanoides
D. Longitudinales
Viento
E. Parabólicas
Viento
F. En estrella
▲ Figura 19.14 Tipos de dunas de arena. A. Barjanes. B. Dunas transversas. C. Dunas barjanoides. D. Dunas longitudinales. E. Dunas
parabólicas. F. Dunas en estrella.
19_Capítulo 19
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Depósitos eólicos
555
Barjanes Las dunas solitarias de arena en forma de media luna y con sus extremos apuntando en la dirección del
viento se denominan barjanes (Figura 19.14A). Esas dunas se forman cuando los suministros de arena son limitados y la superficie es relativamente plana, dura y carente de vegetación. Migran lentamente con el viento a una
velocidad de hasta 15 metros por año. Su tamaño suele ser
modesto, alcanzando, las más grandes, alturas de unos 30
metros, mientras que la expansión máxima entre las puntas se aproxima a 300 metros. Cuando la dirección del
viento es casi constante, la forma de media luna de estas
dunas es casi simétrica. Sin embargo, cuando la dirección
del viento no es perfectamente fija, una punta se hace mayor que la otra.
Dunas parabólicas A diferencia de las otras dunas que se
han descrito hasta ahora, las dunas parabólicas se forman
donde la vegetación cubre parcialmente la tierra. La forma de estas dunas recuerda la forma de los barjanes, excepto en que sus extremos apuntan en dirección contraria al viento en vez de en su misma dirección (Figura
19.14E). Las dunas parabólicas se forman a menudo a lo
largo de las costas donde hay fuertes vientos que soplan
hacia el interior y abundante arena. Si la cubierta vegetal
dispersa de la arena se interrumpe en algún punto, la deflación crea una depresión. Entonces la arena es transportada fuera de la depresión y depositada como un reborde curvo, que se hace más alto a medida que la
deflación aumenta el tamaño de la depresión.
Dunas transversas En regiones donde los vientos predominantes son uniformes, hay abundancia de arena y la vegetación es dispersa o no existe, las dunas forman una serie de largas crestas separadas por depresiones y orientadas
según ángulos rectos con respecto al viento predominante. Debido a esta orientación, se denominan dunas transversas (Figura 19.14B). Normalmente, muchas de las dunas costeras son de este tipo. Además, las dunas transversas
son comunes en muchas regiones áridas donde la extensa
superficie de arena ondulada se denomina a veces mar de
arena. En algunas partes de los desiertos del Sahara y el
Arábigo, las dunas transversas alcanzan alturas de 200 metros, ocupan una superficie transversal de 1 a 3 kilómetros
y pueden extenderse a lo largo de distancias de 100 kilómetros o más.
Hay una forma de duna relativamente común, que
es intermedia entre los barjanes aislados y las extensas ondulaciones de las dunas transversas. Esas dunas, denominadas dunas barjanoides, forman hileras festoneadas de
arena orientadas según ángulos rectos con respecto al
viento (Figura 19.14C). Las hileras recuerdan una serie de
barjanes que hayan sido colocados unos al lado de otros.
Los visitantes que exploren las dunas de yeso en el monumento nacional White Sands, Nuevo México, reconocerán esta forma.
Dunas en estrella Confinadas en gran medida a zonas de
los desiertos sahariano y arábigo, las dunas en estrella
son colinas aisladas de arena que exhiben una forma compleja (Figura 19.14F). Su nombre deriva del hecho de que
la base de estas dunas se parece a estrellas de puntas múltiples. Normalmente lomas, de 3 o 4 crestas divergen de
un punto alto central, que en algunos casos puede aproximarse a los 90 metros de altura. Como sugiere su forma, las dunas en estrella se desarrollan cuando las direcciones del viento son variables.
Dunas longitudinales Las dunas longitudinales son
largas crestas de arena que se forman más o menos en paralelo al viento predominante y donde el suministro de
arena es limitado (Figura 19.14D). Aparentemente la dirección del viento predominante debe variar algo, pero sigue permaneciendo en el mismo cuadrante de la brújula.
Aunque los tipos más pequeños tienen sólo 3 o 4 metros
de altura y varias docenas de metros de longitud, en algunos desiertos grandes las dunas longitudinales pueden
alcanzar grandes tamaños. Por ejemplo, en partes del norte de África, Arabia y Australia central esas dunas pueden
alcanzar una altura de 100 metros y extenderse a lo largo
de distancias de más de 100 kilómetros.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Dónde se encuentran las dunas de arena más
grandes y cuánto miden?
Las dunas más elevadas del mundo se encuentran a lo largo
de la costa suroccidental de África, en el desierto de Namibia. En algunos lugares, estas enormes dunas alcanzan alturas de 300 a 350 metros. Las dunas del Parque Nacional Great Sand Dunes al sur de Colorado son las más elevadas de
Norteamérica, elevándose más de 210 metros por encima
del terreno circundante.
Depósitos de loess (limo)
En algunas partes del mundo la topografía superficial está
cubierta por depósitos de limo transportado por el viento, denominado loess. Durante períodos de quizás miles
de años, las tormentas de polvo depositaron este material.
Cuando el loess es atravesado por corrientes de agua o
cortado para hacer carreteras, tiende a mantener una estructura vertical y carece de estratos visibles.
La distribución del loess en el mundo indica que hay
dos fuentes principales de este sedimento: los depósitos
desérticos y las llanuras de aluvión glaciares. Los depósitos de loess más gruesos y más extensos de la Tierra se
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encuentran en el oeste y el norte de China. Fueron transportados por el viento aquí desde las extensas cuencas
desérticas de Asia central. Acumulaciones de 30 metros
son comunes y se han medido grosores de más de 100 metros. Es este sedimento fino de color de ante el que proporciona al río Amarillo (Huang Ho) su nombre.
En estados Unidos, los depósitos de loess son significativos en muchas áreas, entre ellas Dakota del Sur, Nebraska, Iowa, Missouri e Illinois, así como en zonas de la
llanura de Columbia en el Pacífico noroccidental. La correlación entre la distribución del loess y las regiones agrícolas importantes del medio oeste y del estado oriental de
Washington no es una mera coincidencia, porque los suelos derivados de este sedimento depositado por el viento
se cuentan entre los más fértiles del mundo.
A diferencia de los depósitos de China, que se originaron en los desiertos, el loess de Estados Unidos (y de Eu-
ropa) es un producto indirecto de las glaciaciones. Su origen se encuentra en los depósitos de derrubios glaciares estratificados. Durante la retirada de los glaciares de casquete, muchos valles de los ríos fueron bloqueados con
sedimento depositado por el agua de fusión. Fuertes vientos que soplaban en dirección oeste barriendo a través de
las desnudas llanuras de inundación, levantaron el sedimento más fino y lo dejaron caer como una manta sobre las
laderas orientales de los valles. Este origen es confirmado
por el hecho de que los depósitos de loess son los más potentes y groseros en el lado de sotavento de desbordamientos de drenaje glaciar principal, como los de los ríos
Mississippi e Illinois y rápidamente se hacen más finos
al aumentar la distancia de los valles. Además, los granos
angulosos mecánicamente meteorizados que componen el
loess son esencialmente los mismos que los del suelo de
roca producidos por la acción de molienda de los glaciares.
Resumen
• El concepto de sequedad es relativo; se refiere a cualquier
situación en la que existe déficit de agua. Las regiones
secas abarcan alrededor del 30 por ciento de la superficie terrestre. Se reconocen normalmente dos tipos
climáticos: desierto, que es árido, y estepa (una variante marginal y más húmeda del desierto), que es semiárido. Los desiertos de latitudes bajas coinciden con
las zonas de anticiclones subtropicales en las latitudes
más bajas. Por otro lado, los desiertos de latitudes medias
existen principalmente debido a su posición en zonas
continentales interiores donde grandes masas de terreno están bastante alejadas del océano.
• Los mismos procesos geológicos que actúan en las regiones húmedas lo hacen también en los desiertos,
pero bajo condiciones climáticas restringidas. En las tierras secas la meteorización de las rocas, de cualquier tipo, está
muy reducida debido a la falta de humedad y a la escasez
de ácidos orgánicos procedentes de las plantas en descomposición. Gran parte del derrubio meteorizado en
los desiertos es consecuencia de la meteorización mecánica. Prácticamente todas las corrientes fluviales del
desierto están secas la mayor parte del tiempo y se dice
que son efímeras. Los cursos de corrientes de agua de los
desiertos rara vez están bien integrados y carecen de un
sistema extenso de afluentes. No obstante, las corrientes
de agua son responsables de la mayor parte del trabajo erosivo en un desierto. Aunque la erosión eólica es más significativa en las áreas secas que en cualquier otro lugar, el
papel principal del viento en un desierto es el de transporte y depósito de sedimentos.
• Debido a que las regiones áridas normalmente carecen de corrientes de agua permanentes, se caracterizan por tener drenaje interior. Muchos de los paisajes
de la región «Basin and Range» del oeste y el suroeste de Estados Unidos son consecuencia de corrientes
de agua que erosionan bloques de montaña levantados
y depositan el sedimento en las cuencas interiores.
Los abanicos aluviales, las playas y los lagos-playa son rasgos morfológicos a menudo asociados con esos paisajes. En las etapas tardías de la erosión, las áreas de
montaña se reducen a unas pocas protuberancias rocosas, denominadas inselbergs, que se proyectan por
encima de las cuencas rellenas de sedimento.
• El transporte del sedimento por el viento difiere del
realizado por las corrientes de agua de dos maneras.
En primer lugar, en comparación con el agua, el viento tiene baja densidad; por tanto, no es capaz de levantar ni transportar materiales gruesos. En segundo
lugar, debido a que el viento no está confinado a cauces, puede extender el sedimento sobre grandes áreas.
La carga de fondo del viento consiste en granos de arena que saltan y rebotan a lo largo de la superficie en
un proceso denominado saltación. Las finas partículas
de polvo pueden ser transportadas por el viento a
grandes distancias en forma de carga en suspensión.
• En comparación con las corrientes de agua y los glaciares, el viento es un agente erosivo relativamente insignificante. La deflación, el levantamiento y la removilización de material suelto, a menudo producen
19_Capítulo 19
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Preguntas de repaso
depresiones superficiales denominadas depresiones de
deflación. En zonas de muchos desiertos la superficie
es una capa de cantos gruesos, denominada pavimento desértico, demasiado grandes para ser movidos por el
viento. El viento también erosiona por abrasión, creando a menudo piedras de formas interesantes conocidas como ventifactos. Los yardangs son crestas estrechas y dinámicas esculpidas por el viento que pueden
medir hasta 90 metros de altura y 100 kilómetros de
longitud.
• Los depósitos eólicos son de dos tipos distintos:
(1) montículos y crestas de arena, denominados dunas,
que se forman a partir del sedimento que es trans-
557
portado como parte de la carga de fondo del viento,
y (2) extensos mantos de limo, denominados loess, que
una vez fueron transportados en suspensión por el
viento. El perfil de una duna muestra una forma asimétrica con la pendiente de sotavento (protegida)
empinada y la de barlovento con una inclinación más
suave. Los tipos de dunas de arena son: (1) barjanes;
(2) dunas transversas; (3) dunas barjanoides; (4) dunas
longitudinales; (5) dunas parabólicas, y (6) dunas en estrella. Los depósitos más gruesos y más extensos de
loess se encuentran en el oeste y el norte de China.
A diferencia de los depósitos chinos, que se originaron en los desiertos, el loess de Estados Unidos y de
Europa es un producto indirecto de las glaciaciones.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué extensión ocupan los desiertos y las regiones
de estepa de la Tierra?
2. ¿Cuál es la causa principal de los desiertos subtropicales? ¿De los desiertos de latitudes medias?
3. ¿En qué hemisferio (norte o sur) son más comunes
los desiertos de latitudes medias?
4. ¿Por qué la cantidad de precipitación, que se utiliza para determinar si un lugar tiene un clima seco o
un clima húmedo, es una cifra variable? (véase Recuadro 19.1)
5. Los desiertos son paisajes calientes cubiertos de arena y carentes de vida conformados en su mayor parte por la
fuerza del viento. La afirmación precedente resume
la imagen de regiones áridas que tienen muchas personas, en especial las que viven en lugares más húmedos. ¿Es una visión precisa?
6. ¿Por qué está reducida la meteorización de las rocas en el desierto?
7. Cuando una corriente permanente, como la del río
Nilo, atraviesa un desierto, ¿aumenta o disminuye
su caudal? ¿Cómo se compara esto con un río de una
región húmeda?
11. Describa los rasgos y las características asociados
con cada una de las etapas de la evolución de un desierto montañoso. ¿En qué lugares de Estados Unidos pueden observarse estas etapas?
12. Describa cómo el viento transporta la arena. Cuando soplan vientos muy fuertes, ¿hasta qué altura
por encima de la superficie puede transportarse la
arena?
13. ¿Por qué la erosión eólica es relativamente más importante en las regiones áridas que en las áreas húmedas?
14. ¿De qué maneras contribuyen las actividades humanas a la desertificación (véase Recuadro 19.4)?
15. ¿Qué factor limita las profundidades de las depresiones de deflación?
16. ¿Cómo migran las dunas de arena?
17. Enumere tres factores que influyan en la forma y el
tamaño de una duna.
18. Se reconocen seis tipos principales de dunas. Indique qué tipo de duna está asociado con cada una de
las siguientes afirmaciones.
8. ¿Cuál es el agente erosivo más importante en los desiertos?
a) Dunas cuyos extremos apuntan en la dirección
del viento.
9. ¿Por qué el nivel del mar (nivel de base absoluto) no
es un factor que influya de manera significativa en
la erosión de las regiones desérticas?
b) Largas crestas de arena orientadas en ángulos
rectos según la dirección del viento.
10. ¿Por qué el mar Aral se está encogiendo (véase Recuadro 19.2)?
c) Dunas que a menudo se forman a lo largo de las
costas, donde fuertes vientos crean una depresión de deflación.
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C A P Í T U L O 1 9 Desiertos y vientos
d) Dunas solitarias cuyos extremos apuntan a favor
del viento.
e) Largas crestas arenosas que están orientadas más
o menos en paralelo al viento predominante.
f ) Una duna aislada que consiste en lomos de tres
o cuatro crestas que divergen de un punto elevado central.
g) Filas festoneadas de arena orientadas en ángulos
rectos según la dirección del viento.
19. Aunque las dunas de arena son los depósitos eólicos
mejor conocidos, las acumulaciones de loess son
muy significativas en algunas partes del mundo.
¿Qué es el loess? ¿Dónde se encuentran estos depósitos? ¿Cuáles son los orígenes de este sedimento?
Términos fundamentales
abanico aluvial
abrasión
bajada
barján
cara de deslizamiento
carga de fondo
carga suspendida
corriente efímera
deflación
depresión de deflación
desierto
desierto de sombra
pluviométrica
drenaje interior
duna
duna barjanoide
duna en estrella
duna longitudinal
duna parabólica
duna transversa
estepa
estrato cruzado
inselberg
lago-playa
loess
pavimento desértico
playa
saltación
ventifacto
yardang
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
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CAPÍTULO 20
Líneas de costa
La línea litoral: una interfase
dinámica
La zona costera
Olas
Características de las olas
Movimiento orbital circular
Olas en la zona de rompiente
Erosión causada por las olas
Movimiento de la arena de la playa
Movimiento perpendicular a la línea
de costa
Refracción de las olas
Deriva y corrientes litorales
Características de la línea de costa
Formas de erosión
Formas deposicionales
El litoral en desarrollo
Estabilización de la costa
Estabilización firme
Alternativas a la estabilización firme
Problemas de erosión a lo largo
de las costas estadounidenses
Clasificación de las costas
Costas de emersión
Costas de inmersión
Mareas
Causas de las mareas
Ciclo mensual de las mareas
Modelos mareales
Corrientes mareales
Mareas y rotación de la Tierra
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
L
as incansables aguas del océano están constantemente en movimiento. Los vientos generan corrientes superficiales, la gravedad de la Luna y del Sol produce
mareas y las diferencias de densidad crean circulación en el
océano profundo. Además, las olas transportan la energía de
las tormentas a costas distantes, donde su efecto erosiona el
terreno.
Las líneas de litorales son ambientes dinámicos. Su topografía, su composición geológica y su clima varían enormemente de un lugar a otro. Los procesos continentales y
oceánicos convergen a lo largo de las costas y crean paisajes
que con frecuencia experimentan cambios rápidos. Cuando
se trata del depósito de sedimentos, constituyen zonas de
transición entre los ambientes marino y continental.
La línea litoral: una interfase
dinámica
En ningún otro lugar es más perceptible la naturaleza incansable del agua oceánica que a lo largo del litoral: la superficie de contacto dinámico entre el aire, la tierra y el
mar. Una interfase es un límite común en el que diferentes partes de un sistema interactúan. Ésta es sin duda una
designación adecuada para la zona costera. En este lugar
podemos observar la elevación y el descenso rítmicos de
las mareas, así como la constante ondulación y ruptura de
las olas. A veces, las olas son bajas y suaves. En otras ocasiones sobrepasan la costa con una furia pavorosa.
Aunque puede no resultar obvio, la línea litoral está
siendo modificada constantemente por las olas. Por ejemplo, a lo largo de Cape Cod, Massachussets, la actividad
de las olas está erosionando los acantilados de sedimento
glaciar poco consolidado con tanta agresividad que aquéllos están retrocediendo tierra adentro a un ritmo de hasta
1 metro al año (Figura 20.1A). Por el contrario, en Point
Reyes, California, los acantilados de lecho de roca mucho
más resistente son menos sensibles al ataque de las olas y,
por consiguiente, están retrocediendo mucho más despacio (Figura 20.1B). En los dos litorales, la actividad de las
olas está moviendo sedimento a lo largo de la costa y construyendo estrechas barras de arena que sobresalen y atraviesan algunas bahías.
La naturaleza de las líneas litorales actuales no es el
mero resultado del ataque incansable al terreno por parte del mar. De hecho, la costa tiene un carácter complejo
que es la consecuencia de procesos geológicos múltiples.
Por ejemplo, prácticamente todas las áreas de costa estuvieron afectadas por la elevación global del nivel del mar
que acompañó la fusión de los glaciares al final del Pleistoceno. Cuando el mar se introdujo tierra adentro, la línea litoral retrocedió, superponiéndose a paisajes existentes que se habían producido como consecuencia de
procesos tan diversos como la erosión por corrientes de
agua, la glaciación, la actividad volcánica y las fuerzas de
formación de las montañas.
La zona costera actual está experimentando una intensa actividad humana. Por desgracia, las personas a menudo tratamos la línea litoral como si fuera una plataforma estable sobre la cual las estructuras pueden edificarse
con toda seguridad. Esta actitud lleva inevitablemente a
conflictos entre las personas y la naturaleza. Como veremos, muchas formas costeras, en especial las playas y las
islas barrera, son características relativamente frágiles y de
vida efímera que constituyen lugares inapropiados para la
urbanización.
La zona costera
En el lenguaje general se utiliza una serie de términos
para referirse al límite entre la tierra y el mar. En la sección anterior, se han utilizado los términos litoral, línea litoral, zona costera y costa. Además, al pensar en la interfase
tierra-mar, a muchos les viene a la cabeza la palabra playa. Dediquemos un momento a aclarar estos términos e
introducir otra terminología utilizada por quienes estudian la zona limítrofe entre la tierra y el mar. Le resultará útil observar la Figura 20.2, en la que se representa un
perfil idealizado de la zona costera.
La línea de costa es la línea que marca el contacto
entre la tierra y el mar. Cada día, conforme las mareas suben y bajan, la posición de la línea de costa migra. Durante
períodos más prolongados, la posición media de la línea
de costa cambia de manera gradual.
El litoral es la zona que se extiende entre el nivel de
marea más bajo y la mayor elevación de la tierra afectada
por las olas de temporal. Por el contrario, la costa se extiende tierra adentro desde el litoral hasta donde haya estructuras relacionadas con el océano. La línea de costa
marca el límite en el lado del mar del litoral, mientras que
el límite interior no es siempre evidente ni fácil de determinar.
Como se ilustra en la Figura 20.2, el litoral se divide en playa baja y playa alta. La playa baja es la zona que
queda expuesta cuando no hay marea (marea baja) y sumergida cuando hay marea (marea alta). La playa alta se
sitúa en el lado continental de la línea litoral de marea alta.
Suele estar seca y las olas la afectan sólo durante los temporales. Con frecuencia se identifican otras dos zonas. La
zona de ribera cercana yace entre la línea litoral de marea baja y la línea en la que las olas rompen en marea baja.
En el lado del mar de la zona de ribera cercana se encuentra la zona prerribera.
Para muchos, una playa es la zona de arena donde las
personas se tumban para tomar el sol y andan a lo largo
de la orilla del agua. Desde el punto de vista técnico, una
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La zona costera
A.
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B.
▲ Figura 20.1 A. En esta imagen por satélite aparece el perfil familiar de Cape Cod. Boston se sitúa en la parte superior izquierda. Las dos
grandes islas frente a la costa meridional de Cape Cod son Martha’s Vineyard (izquierda) y Nantucket (derecha). Aunque el trabajo de las olas
modifica constantemente este paisaje litoral, los procesos de la línea de costa no son los principales responsables de su creación. Antes bien,
el tamaño y la forma actuales de Cape Cod son el resultado del posicionamiento de morrenas y otros materiales glaciales depositados durante
el Pleistoceno. (Imagen por satélite cortesía de Earth Satellite Corporation/Science Photo Library/Photo Researchers, Inc.) B. Imagen de gran
altitud de la zona de Point Reyes al norte de San Francisco, California. Los acantilados orientados al sur de 5,5 kilómetros de longitud en Point
Reyes (en la parte inferior de la imagen) están expuestos a toda la fuerza de las olas del océano Pacífico. No obstante, este promontorio
retrocede lentamente porque el lecho de rocas del que se formó es muy resistente. (Imagen cortesía de USDA-ASCS.)
Orilla
de marea baja
Línea
Orilla
Berma
de orilla de marea alta
Línea
de costa
Dunas
Frente de playa
Playa baja
Prerribera
Ribera cercana
Playa alta
Litoral
Costa
▲ Figura 20.2 La zona litoral está formada por varias partes. La playa es una acumulación de sedimento en el borde continental del océano
o de un lago. Puede considerarse un material de tránsito a lo largo de la costa.
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
playa es una acumulación de sedimento que se encuentra
a lo largo del margen continental del océano o un lago. En
las costas rectas, las playas pueden extenderse a lo largo de
decenas o centenares de kilómetros. Cuando las costas son
irregulares, la formación de la playa puede quedar confinada a las aguas relativamente tranquilas de las bahías.
Las playas consisten en una o más bermas, que son
plataformas relativamente planas que suelen estar compuestas por arena y son adyacentes a las dunas costeras o
los acantilados y están marcadas por un cambio de pendiente en el límite del lado del mar. Otra parte de la playa es el frente de playa, que es la superficie inclinada húmeda que se extiende desde la berma hasta la línea litoral.
Cuando las playas tienen arena, quienes toman el sol suelen preferir la berma, mientras que quienes andan prefieren la arena húmeda compacta del fondo de playa.
Las playas están compuestas por cualquier material
abundante en la zona. El sedimento de algunas playas se
deriva de la erosión de los acantilados adyacentes o las
montañas costeras próximas. Otras playas se forman a
partir de sedimentos que los ríos depositan en la costa.
Aunque la composición mineral de muchas playas
está dominada por granos resistentes de cuarzo, pueden
dominar otros minerales. Por ejemplo, en zonas como el
sur de Florida, donde no hay montañas ni otras fuentes
próximas de minerales que formen rocas, la mayoría de
playas está compuesta por fragmentos de caparazones y
restos de organismos que habitan en las aguas litorales. Algunas playas de islas volcánicas en el mar abierto están
compuestas por granos meteorizados de lava basáltica que
conforman las islas o por derrubios gruesos erosionados
de los arrecifes de coral que se desarrollan alrededor de las
islas en latitudes bajas.
Con independencia de la composición, el material
que conforma la playa no permanece en un lugar. Por el
contrario, las olas rompientes lo mueven constantemente. Por consiguiente, puede considerarse que las playas son
material en tránsito a lo largo del litoral.
I
TI
Líneas de costa
Olas y playas
▲
IE N C
A
ERR
Olas
S D LA
E
Las olas oceánicas son energía que se desplaza a lo largo de
la interfase entre el océano y la atmósfera, y a menudo
transfieren energía de un temporal en alta mar a distancias de varios miles de kilómetros. Por ese motivo, incluso en los días de calma el océano todavía tiene olas que se
desplazan por su superficie. Al observar las olas, recordemos siempre que estamos viendo el movimiento de la
energía a través de un medio (agua). Si fabricamos olas tirando una piedra a un estanque, tirándonos a una piscina
o soplando en la superficie de una taza de café, estamos
transmitiendo energía al agua, y las olas que vemos no son
sino la evidencia visible de la energía que estamos transmitiendo.
Las olas generadas por el viento proporcionan la
mayor parte de la energía que conforma y modifica las líneas litorales. Allí donde se encuentran el mar y la tierra,
las olas, que quizá hayan viajado durante centenares o miles de kilómetros sin impedimento, encuentran súbitamente una barrera que no les permitirá avanzar más y deben absorber su energía. Dicho de otra manera, el litoral
es el lugar donde una fuerza prácticamente irresistible se
enfrenta con un objeto casi inamovible. El conflicto que
se produce es interminable y a veces espectacular.
Características de las olas
La energía y el movimiento de la mayoría de las olas derivan del viento. Cuando una brisa es inferior a 3 kilómetros por hora, sólo aparecen pequeñas ondulaciones.
Cuando el viento sopla a velocidades superiores, se van
formando de manera gradual olas más estables, que avanzan con el viento.
En la Figura 20.3, en la que aparece una forma ondulada simple que no rompe, se ilustran las características
de las olas oceánicas. La parte superior de las olas son las
crestas, que están separadas por valles. A medio camino
entre las crestas y los valles se encuentra el nivel de aguas
tranquilas, que es el nivel que ocuparía el agua si no hubiera olas. La distancia vertical entre el valle y la cresta es
la altura de ola y la distancia horizontal entre crestas sucesivas es la longitud de onda. El tiempo que tarda una
ola entera (una longitud de onda) en pasar una posición
fija se denomina período de ola.
La altura, la longitud y el período que una onda acaba por alcanzar dependen de tres factores: (1) la velocidad
del viento; (2) el tiempo durante el cual el viento ha soplado, y (3) el fetch, o distancia que el viento ha recorrido a través de mar abierto. A medida que aumenta la cantidad de energía transferida desde el viento al agua,
aumenta también la altura y la pendiente de las olas. Por
fin, se alcanza un punto crítico, en el cual las olas se hacen tan altas que se vuelcan, formando lo que se conoce
como palomillas.
Para una velocidad de viento concreta, hay un fetch
y una duración del viento máximos más allá de los cuales
las olas ya no aumentarían de tamaño. Cuando se alcanzan el fetch y la duración máximos para una velocidad de
viento determinada, se dice que las olas están «completamente desarrolladas». La razón de que las olas no puedan crecer más es que pierden tanta energía mediante la
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Olas
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Movimiento de la ola
Cresta
Cresta
Valle
Valle
Longitud de onda
Altura
de la ola
Movimiento
de partícula
de agua
Movimiento despreciable del agua
por debajo de 1/2 de la longitud de la onda
▲ Figura 20.3 Diagrama idealizado de una ola oceánica no rompiente que muestra las partes básicas de una ola, así como el movimiento
de las partículas de agua en la profundidad. Debajo de una profundidad igual a la mitad de la longitud de onda (el nivel de la línea punteada)
se produce un movimiento despreciable del agua.
formación de palomillas como la que están recibiendo del
viento.
Cuando el viento cesa o cambia de dirección, o si las
olas dejan el área tormentosa donde se crearon, continúan sin relación con los vientos locales. Las olas experimentan también un cambio gradual a marejadas que son
más bajas y largas, y pueden transportar la energía de la
tormenta a costas lejanas. Dado que existen muchos sistemas de olas independientes al mismo tiempo, la superficie del mar adquiere un modelo complejo e irregular. Por
consiguiente, las olas del mar que vemos desde la costa son
a menudo una mezcla de marejadas de tormentas distantes y olas creadas por los vientos locales.
Movimiento orbital circular
Las olas pueden recorrer grandes distancias a través de las
cuencas oceánicas. En un estudio, se siguió el movimiento de las olas generadas cerca de la Antártida durante su
desplazamiento a través de la cuenca del océano Pacífico.
Tras más de 10.000 kilómetros, las olas acabaron disipando su energía una semana después en la línea de costa de
las islas Aleutianas de Alaska. El agua en sí misma no recorre toda la distancia, pero sí lo hace la forma de onda.
A media que la ola se desplaza, el agua transfiere la energía moviéndose en círculo. Este movimiento se denomina movimiento orbital circular.
La observación de un objeto que flote sobre las olas
revela que no sólo se mueve arriba y abajo, sino que también tiene un ligero movimiento adelante y atrás con cada
ola sucesiva. En la Figura 20.4 se muestra que un objeto
flotante se mueve hacia delante y hacia atrás a medida que
se aproxima la cresta, arriba y adelante cuando la cresta
pasa, abajo y adelante después de la cresta, abajo y atrás
cuando se aproxima el valle, y de nuevo arriba y atrás cuando avanza la próxima cresta. Cuando se traza el movimiento del barco de juguete que aparece en la Figura 20.4
al pasar la cresta, puede observarse que el barco se mueve
en círculo y regresa esencialmente al mismo lugar. El movimiento orbital circular permite que la forma ondulada (la
forma de la ola) avance a través del agua mientras que cada
partícula de agua que transmite la ola se mueve en círculo. El viento que se mueve a través de un campo de trigo
provoca un fenómeno similar: el trigo en sí no se desplaza a través del campo, pero sí lo hacen las ondas.
La energía aportada por el viento al agua es transmitida no sólo a lo largo de la superficie del mar, sino también hacia abajo. Sin embargo, debajo de la superficie, el
movimiento circular disminuye rápidamente hasta que, a
una profundidad igual a aproximadamente la mitad de la
longitud de ola medida desde el nivel de aguas tranquilas,
el movimiento de las partículas de agua resulta despreciable. Esta profundidad es conocida como base del oleaje. La
espectacular disminución de la energía de la ola con la
profundidad se muestra en la Figura 20.3 mediante los
diámetros rápidamente decrecientes de las órbitas de la
partícula de agua.
Olas en la zona de rompiente
Cuando una ola está en zona de aguas profundas no se ve
afectada por la profundidad del agua (Figura 20.5, izquierda). Sin embargo, cuando se aproxima al litoral, el
agua se hace más somera e influye en el comportamiento
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Qué son las olas mareales?
Las olas mareales, más conocidas como tsunami (tsu = puerto; nami = ola), no tienen nada que ver con las mareas. Son
olas de gran longitud de onda, que se mueven rápido, suelen
ser grandes y a veces destructivas; se originan a partir de
cambios súbitos en la topografía del fondo oceánico. Son
provocadas por un desplazamiento de falla submarina, avalanchas submarinas o erupciones volcánicas submarinas.
Puesto que los mecanismos que provocan tsunamis suelen ser
acontecimientos sísmicos, los tsunamis se denominan acertadamente olas marinas sísmicas. En el Capítulo 11, «Los terremotos», se tratan con mayor profundidad las características de los tsunamis y sus efectos destructivos.
la longitud de la ola disminuyen, esta última aumenta su
altura. Por último, alcanza un punto crucial cuando la ola
es demasiado empinada para mantenerse y el frente de la
ola se desploma o rompe (Figura 20.5, derecha), haciendo
que el agua avance encima de la costa.
El agua turbulenta creada por las olas rompientes se
denomina arrastre. En el margen tierra adentro de la
zona de rompiente, la lámina turbulenta del agua creada
por las rompientes que asciende por la pendiente de la playa se denomina batida. Cuando la energía de la batida se
ha disipado, el agua vuelve desde la playa hacia la zona de
rompiente, en lo que se conoce como resaca.
de la ola. La ola empieza a «sentir el fondo» a una profundidad del agua igual al de la base del oleaje. Esas profundidades interfieren en el movimiento del agua en la
base de la ola y ralentizan su avance (Figura 20.5, centro).
A medida que la ola avanza hacia el litoral, las olas
ligeramente más rápidas se lanzan hacia delante, reduciendo la longitud de la ola. A medida que la velocidad y
TI
I
▲ Figura 20.4 Los movimientos de un barco de juguete
demuestran que la forma de la ola avanza, pero que el agua no
avanza de manera perceptible desde su posición original. En esta
secuencia, la ola se mueve de izquierda a derecha cuando el barco
(y el agua en la cual está flotando) gira en un círculo imaginario.
Líneas de costa
Erosión causada por las olas
▲
IE N C
A
ERR
Erosión causada por las olas
S D LA
E
Cuando el tiempo es tranquilo la acción de las olas es mínima. Sin embargo, igual que las corrientes de agua realizan la mayor parte de su trabajo durante las inundaciones, las olas llevan a cabo la mayor parte del suyo durante
las tormentas (véase Recuadro 20.1). El impacto de las
elevadas olas de tormenta contra la costa puede ser pavoroso por su violencia. Cada ola rompiente puede lanzar miles de toneladas de agua contra la tierra, haciendo
a veces, literalmente, que el terreno tiemble. Por ejemplo,
las presiones ejercidas por las olas atlánticas en invierno
alcanzan una media de casi 10.000 kilogramos por metro
cuadrado. Durante las tormentas, la fuerza es incluso mayor. Durante una de esas tormentas, una porción de acero y cemento de 1.350 toneladas de un rompeolas fue
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Movimiento de la arena de la playa
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Movimiento de la ola
Olas de mar abierto
con longitud
de onda constante
La profundidad
es > 1/2 de la longitud de onda
Las olas que se aproximan
a la costa tocan el fondo
(la longitud de onda se acorta)
Arrastre
(olas rompedoras)
La velocidad disminuye
(la altura de la ola aumenta)
▲ Figura 20.5 Cambios que se producen cuando una ola se mueve sobre el litoral. Las olas tocan el fondo cuando topan con
profundidades de agua inferiores a la mitad de la longitud de onda. La velocidad de la ola disminuye y las olas se amontonan contra el litoral,
haciendo que la longitud de onda disminuya, lo cual resulta en un aumento de la altura de la ola hasta el punto en el que las olas caen
adelante y rompen en la zona de arrastre.
desgarrada del resto de la estructura y desplazada a una
posición inútil hacia la costa en Wick Bay, Escocia. Cinco años después la unidad de 2.600 toneladas que sustituyó a la primera siguió un destino similar.
Hay muchas historias de este tipo que demuestran
la gran fuerza de las olas rompientes. No sorprende que
se abran rápidamente grietas y hendiduras en los acantilados, los diques, los rompeolas y cualquier otra cosa que
esté sometida a esos enormes impactos. El agua es forzada al interior de cualquier abertura, lo que hace que el aire
de las grietas se comprima mucho por el empuje de las
olas. Cuando la ola baja, el aire se expande rápidamente,
desalojando fragmentos de roca, aumentando de tamaño
y extendiendo las fracturas.
Además de la erosión causada por el impacto y la
presión de la ola, la abrasión (la acción de sierra y molienda del agua armada con fragmentos de roca) es también importante. De hecho, la abrasión es probablemente más intensa en la zona de rompiente que en cualquier
otro entorno. Las piedras lisas y redondas, y los cantos rodados a lo largo de las costas son recordatorios obvios de
la incesante acción de molienda de roca contra roca en la
zona de rompiente. Además, las olas utilizan esos fragmentos como «herramientas» cuando cortan horizontalmente el terreno.
A lo largo de las líneas litorales compuestas por material no consolidado más que por roca dura, la velocidad
de erosión por las olas rompientes puede ser extraordinaria. En zonas de Gran Bretaña, donde las olas tienen la
fácil tarea de erosionar depósitos glaciares de arena, grava y arcilla, la costa ha retrocedido de 3 a 5 kilómetros
desde la época de los romanos (hace 2.000 años), barriendo muchos pueblos y lugares antiguos de gran notoriedad.
Movimiento de la arena de la playa
A veces las playas se denominan «ríos de arena». El motivo es que la energía de las olas rompientes suele hacer
que grandes cantidades de arena se muevan a lo largo del
fondo de playa y en la zona de arrastre casi en paralelo a
la línea de costa. La energía de las olas también hace que
la arena se mueva perpendicularmente a la línea litoral
(acercándose y alejándose de ella).
Movimiento perpendicular a la línea
de costa
Si alguien permanece de pie en la playa con el agua por los
tobillos, observará que la batida y la resaca mueven arena
hacia la línea de costa y lejos de ésta. El que se produzca
pérdida neta o adición de arena depende del nivel de actividad de las olas. Cuando la actividad de las olas es relativamente suave (olas menos activas), gran parte de la batida penetra en la playa, lo cual reduce la resaca. Por
consiguiente, la batida domina y provoca un movimiento
neto de arena en el fondo de playa hacia la berma.
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▲
Recuadro 20.1
El hombre y el medio ambiente
Los huracanes: el máximo peligro en la costa
Los ciclones tropicales en espiral que en
ocasiones tienen velocidades eólicas superiores a los 300 kilómetros por hora se
conocen en Estados Unidos como huracanes: las mayores tormentas de la Tierra
(Figura 20.A). En el Pacífico occidental
son denominados tifones, y en el océano
Índico se llaman simplemente ciclones. No
importa qué nombre se utilice, estas tormentas se cuentan entre los desastres naturales más destructivos. Cuando un huracán llega a tierra, es capaz de aniquilar
las zonas costeras y causar la muerte a decenas de miles de personas.
La gran mayoría de muertes y daños
relacionados con los huracanes son provocados por tormentas relativamente infrecuentes aunque potentes. Una tormenta que azotó la confiada población de
Galveston, Texas, en 1900, no sólo fue el
huracán más mortal que nunca se haya
producido en Estados Unidos, sino que es
el desastre natural de cualquier tipo más
mortífero que ha afectado a Estados Unidos en el siglo XX. Más de 8.000 personas
murieron. La tragedia de Galveston sucedió mucho antes del desarrollo del radar meteorológico, los satélites y los avio-
▲ Figura 20.A Imagen de satélite del huracán Andrew aproximándose a la costa de
Louisiana el 25 de agosto de 1992. El huracán Andrew arrasó el sur de Florida y luego, tras
cruzar el golfo de México, azotó Louisiana. A lo largo de su recorrido, la tormenta dio
origen a oleadas de temporal de 5,5 metros y a vientos sostenidos máximos de 266
kilómetros por hora. El Andrew provocó daños por el valor de 25.000 millones de dólares y
se cobró más de 60 vidas. (Imagen de la NASA.)
nes de reconocimiento. Es muy poco probable que vuelva a producirse una pérdida tan grande de vidas. Sin embargo, las
costas estadounidenses son vulnerables.
La población se está mudando en masa a
zonas cercanas al océano. Se prevé que la
proporción de población estadounidense
que resida dentro de los 75 kilómetros de
costa en 2010 superará el 50 por ciento.
La concentración de cantidades tan grandes de habitantes cerca de la línea de costa significa que los huracanes ponen a millones de personas en peligro. Además,
los posibles costes de los daños a la propiedad son increíbles.
La cantidad de daños causados por un
huracán depende de varios factores, como
el tamaño y la densidad de población de la
zona afectada y la forma del fondo oceánico cerca de la costa. Por supuesto, el
factor más significativo es la fuerza de la
propia tormenta. Mediante el estudio de
tormentas en el pasado, se ha establecido
una escala para clasificar las intensidades
relativas de los huracanes. Como se indica en la Tabla 20.A, una tormenta de categoría 5 es la peor posible, mientras que un
huracán de categoría 1 es el menos grave.
Durante la estación de los huracanes
es habitual oír a los científicos, así como
a los reporteros, utilizar las cifras de la escala de huracanes Saffir-Simpson. El famoso huracán de Galveston que acabamos
de mencionar, con vientos que superaban
los 209 kilómetros por hora y una presión
de 931 milibares, se situaría en la categoría 4. Las tormentas incluidas en la categoría 5 son raras. El huracán Camille, una
tormenta que se produjo en 1969 y provocó daños catastróficos a lo largo de la
costa del Mississippi, es un ejemplo bien
conocido (véase Figura 20.B).
Los daños provocados por los huracanes pueden dividirse en tres categorías: (1)
oleada de temporal, (2) daños eólicos e (3)
inundación de agua dulce tierra adentro.
Oleaje de temporal
Sin duda, los daños más devastadores de
la zona costera son provocados por el
oleaje de temporal (Figura 20.B). No sólo
representa una gran parte de las pérdidas
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Movimiento de la arena de la playa
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Tabla 20.A Escala de huracanes Saffir-Simpson
Número de
escala
(categoría)
Presión
central
(milibares)
Velocidad
del viento
(KPH)
Oleada
de temporal
(metros)
1
2
3
4
5
≥980
965-979
945-964
920-944
<920
119-153
154-177
178-209
210-250
>250
1,2-1,5
1,6-2,4
2,5-3,6
3,7-5,4
>5,4
de propiedad en la costa, sino que también es responsable del 90 por ciento del
total de muertes causadas por los huracanes. Un oleaje de temporal es una bóveda
de agua de 65 a 80 kilómetros de ancho
que barre la costa cerca del punto donde
el centro (ojo) del huracán recala. El
principal proceso responsable de la creación del oleaje de temporal es la «acumulación» de agua oceánica por parte de
las brisas marinas. Los vientos del huracán empujan el agua hacia la costa, lo cual
A.
B.
▲ Figura 20.B En 1969 el huracán Camille azotó la costa del Mississippi. Se trató de una
infrecuente tormenta de categoría 5. Estas fotografías clásicas documentan la fuerza
devastadora de un oleaje de temporal de 7,5 metros del temporal en Pass Christian. A. Los
apartamentos Richelieu antes del huracán. Este edificio de tres plantas de aspecto sólido se
encontraba justo al otro lado de la carretera de la playa. B. Los mismos apartamentos
después del huracán. (Propiedad de Chauncey T. Hinman.)
Daños
Mínimos
Moderados
Extensos
Extremos
Catastróficos
provoca la elevación del nivel del mar y,
a la vez, produce una actividad violenta de
las olas.
Daños eólicos
La destrucción provocada por el viento es
quizá el tipo más evidente de daños causados por los huracanes. Para algunas estructuras, la fuerza del viento basta para
provocar la ruina total. Las caravanas son
particularmente vulnerables. Además, los
fuertes vientos pueden crear una peligrosa cortina de derrubios voladores. En las
regiones con buenos códigos de construcción, los daños eólicos no suelen ser
tan catastróficos como los daños causados
por el oleaje de temporal. Sin embargo,
los vientos huracanados afectan a una
zona mucho mayor que el oleaje de temporal y pueden provocar pérdidas económicas enormes. Por ejemplo, en agosto de
1992, cuando el huracán Andrew azotó el
sur de Florida y la costa de Louisiana, los
daños (en especial eólicos) superaron los
25.000 millones de dólares. Fue el desastre natural más costoso de la historia de
Estados Unidos.
A veces los huracanes producen tornados que contribuyen al poder destructivo de la tormenta. Alrededor de la mitad de los huracanes que recalan en
Estados Unidos producen al menos un
tornado. En 1967, el huracán Beulah produjo 141 tornados, ¡el segundo mayor
brote jamás registrado!
Inundación tierra adentro
Las lluvias torrenciales que acompañan a
la mayoría de huracanes representan una
tercera amenaza significativa: la inundación. Si bien los efectos del oleaje de temporal y los fuertes vientos se concentran en
las zonas litorales, las fuertes lluvias pueden afectar a lugares situados a centenares
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de kilómetros del litoral durante varios
días después de que la tormenta haya perdido sus vientos huracanados.
En septiembre de 1999 el huracán
Floyd trajo lluvias torrenciales, fuertes
vientos y mar gruesa a una gran parte de
la costa atlántica. Más de 2,5 millones de
personas fueron evacuadas de sus casas de
Florida en dirección al norte hacia las dos
Carolinas y más allá. Fue la mayor evacuación en tiempos de paz de la historia
de Estados Unidos. Las lluvias torrenciales que cayeron en el suelo ya saturado
crearon una inundación tierra adentro
devastadora. En total, el Floyd descargó
más de 48 centímetros de lluvia en Wilmington, Carolina del Norte, 33,98 cm
en un solo intervalo de 24 horas.
En resumen, los enormes daños y
muertes de la zona litoral pueden ser
consecuencia del oleaje de temporal, los
fuertes vientos y las lluvias torrenciales.
Cuando se producen muertes, éstas suelen ser provocadas por los oleajes de
temporal, que pueden devastar por completo islas de barrera o zonas en el interior de unos pocos bloques de la costa.
Aunque los daños eólicos no suelen ser
tan catastróficos como los oleajes de temporal, afectan a una zona mucho mayor.
Cuando predominan las olas muy activas, la playa
está saturada por las olas anteriores y, por tanto, una parte mucho menor de la batida penetra. Como consecuencia, la berma se erosiona porque la resaca es fuerte y provoca un movimiento neto de arena que desciende por el
fondo de playa.
A lo largo de muchas playas, la actividad de las olas
suaves es la norma durante el verano. Por tanto, se desarrolla de manera gradual una amplia berma de arena. Durante el invierno, cuando las tormentas son frecuentes y
más potentes, la fuerte actividad de las olas erosiona y reduce la berma. Una berma amplia, que puede haber tardado meses en formarse, puede reducirse espectacularmente en sólo unas pocas horas por las olas muy activas
creadas por una fuerte tormenta de invierno.
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Durante una fuerte actividad de las olas,
¿adónde va la arena de la berma?
El movimiento orbital de las olas es demasiado somero para
alejar mucho la arena del fondo de playa. Por consiguiente,
la arena se acumula justo detrás del final de la zona de arrastre y forma una o más barras de arena de prerribera denominadas barras de arena litorales.
Refracción de las olas
La flexura de las olas, denominada refracción de las olas,
desempeña un papel importante en los procesos de la línea litoral (Figura 20.6). Afecta a la distribución de la
energía a lo largo de la costa y, por tanto, influye mucho
Cuando las normas de construcción no
son adecuados, las pérdidas económicas
pueden ser especialmente graves. Dado
que los huracanes se debilitan a medida
que avanzan tierra adentro, la mayor parte de los daños eólicos se produce en los
primeros 200 kilómetros del litoral. Lejos de la costa, una tormenta debilitada
puede producir inundaciones extensas
mucho después de que los vientos hayan
disminuido por debajo de los niveles huracanados. Algunas veces, los daños provocados por inundaciones tierra adentro
superan la destrucción causada por los
oleajes de temporal.
▲ Figura 20.6 Flexura de ola alrededor del límite de una playa
en Stinson Beach, California. (Foto de James E. Patterson.)
sobre dónde y en qué medida tendrán lugar la erosión, el
transporte de sedimento y su depósito.
Las olas rara vez se aproximan directamente a la
costa. Antes bien, la mayoría de las olas se mueve hacia la
costa siguiendo un determinado ángulo. Sin embargo,
cuando alcanzan el agua somera de un fondo suavemente inclinado, se doblan y tienden a colocarse en paralelo
al litoral. Esta flexura se produce porque la parte de la ola
que está más cerca de la costa alcanza el agua superficial
y disminuye de velocidad primero, mientras que el extremo que está todavía en aguas profundas continúa moviéndose hacia delante con toda su velocidad. El resultado neto es un frente de ola que puede acercarse casi en
paralelo a la costa con independencia de la dirección original de la ola.
Debido a la refracción, el impacto de la ola se concentra contra los laterales y los extremos de los frentes
de tierra que se proyectan en el agua, mientras que, en
las bahías, el ataque de la ola es más débil. Este ataque
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Movimiento de la arena de la playa
Deriva y corrientes litorales
Aunque las olas se refractan, la mayoría sigue alcanzando
la orilla con un cierto ángulo, aunque ligero. Por consiguiente, la subida precipitada del agua desde cada ola rompiente a un ángulo oblicuo a la línea litoral. Sin embargo,
la resaca desciende recta por la pendiente de la playa. El
efecto de este modelo de movimiento del agua es el transporte de sedimento según un modelo en zigzag a lo largo
del fondo de playa (Figura 20.8). Este movimiento se denomina deriva litoral o de playa, y puede transportar
arena y cantos rodados centenares o incluso miles de metros cada día. No obstante, una velocidad más típica es de
5 a 10 metros por día.
Las olas oblicuas producen también corrientes dentro de la zona de rompiente que fluyen en paralelo a la
Depósitos
de playa
línea de costa y mueven sustancialmente más sedimento
que la deriva litoral. Dado que el agua aquí es turbulenta, estas corrientes litorales mueven con facilidad la fina
arena suspendida y remueven la grava y la arena más
grande a lo largo del fondo. Cuando el sedimento transportado por las corrientes litorales se añade a la cantidad
movida por la deriva litoral, la cantidad total puede ser
muy grande. En Sandy Hook, Nueva Jersey, por ejemplo,
la cantidad de arena transportada a lo largo de la costa
durante un período de 48 años ha sido de una media de
casi 750.000 toneladas al año. Durante un período de 10
años, en Oxnard, California, se movieron más de 1,5 millones de toneladas de sedimento a lo largo de la costa
cada año.
Tanto los ríos como las zonas costeras mueven
agua y sedimento de una zona (corriente arriba) a otra (corriente abajo). Por consiguiente, la playa se ha caracterizado a menudo como un «río de arena». La deriva y las
corrientes litorales, sin embargo, se mueven en zigzag,
mientras que los ríos fluyen en gran parte de una manera
turbulenta, arremolinada. Además, la dirección de flujo
de las corrientes litorales a lo largo de la línea de costa
puede cambiar, mientras que los ríos fluyen en la misma
dirección (descendente). La dirección de las corrientes
litorales cambia porque la dirección en la que las olas se
aproximan a la playa cambia según la estación. Sin embargo, las corrientes litorales fluyen, en general, hacia el
sur a lo largo de las costas atlántica y pacífica de Estados Unidos.
Cabo
▲
diferencial de las olas a lo largo de líneas de costa irregulares se ilustra en la Figura 20.7. Dado que las olas alcanzan el agua superficial situada delante del cabo antes
que en las bahías adyacentes, se arquean en una posición
más paralela a la tierra que sobresale y la golpean por los
tres costados. Por el contrario, en las bahías, la refracción hace que las olas diverjan y gasten menos energía.
En esas zonas de actividad debilitada de las olas, los sedimentos pueden acumularse y formarse playas de arena. Durante largos períodos, la erosión de los cabos y la
sedimentación en las bahías producirá una línea de costa irregular.
569
Figura 20.7 Refracción de las olas a
lo largo de una línea de costa irregular.
Dado que las olas tocan primero el
fondo en la parte somera de los cabos,
su velocidad disminuye, lo cual hace que
las olas se refracten y se alineen casi en
paralelo a la línea de costa. Eso hace que
la energía de las olas se concentre en los
cabos (lo que provoca erosión) y se
disperse en las bahías (lo que provoca la
sedimentación).
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▲
Figura 20.8 La deriva litoral y las
corrientes litorales se crean por olas que
rompen en sentido oblicuo. La deriva
litoral se produce cuando las olas
entrantes transportan arena en sentido
oblicuo y ascendente hacia la playa,
mientras que el agua procedente de las
olas exhaustas la lleva directamente
pendiente abajo de la playa.
Movimientos similares se producen a lo
largo de la prerribera en la zona de
arrastre para crear la corriente litoral.
Estos procesos transportan grandes
cantidades de material a lo largo de la
playa y en la zona de arrastre.
Movimiento
de los granos
de arena
Sendero
de partículas
de arena
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Las corrientes de resaca son lo mismo que las
corrientes litorales?
No. Las corrientes litorales tienen lugar en la zona de arrastre y se mueven casi en paralelo a la costa. Por el contrario,
las corrientes de resaca se producen en perpendicular al litoral y se mueven en la dirección opuesta a la de las olas rompientes. La mayor parte de la resaca de las olas gastadas se
abre camino de vuelta al océano abierto como un flujo ilimitado a través del fondo oceánico denominado flujo en copa. Sin
embargo, una parte del agua que regresa se mueve en dirección al mar en corrientes de resaca superficiales más concentradas. Las corrientes de resaca no se desplazan más allá de
la zona de arrastre antes de romperse y pueden reconocerse
por la manera en la que afectan a las olas que vienen o por el
sedimento que suele estar suspendido en la corriente de resaca. También pueden constituir un peligro para los nadadores, que, si se quedan atrapados en ellas, pueden ser alejados
de la costa.
Características de la línea de costa
Puede observarse una fascinante variedad de estructuras
de la línea litoral a lo largo de las regiones costeras del
mundo. Estas estructuras de la línea litoral varían según
el tipo de rocas expuestas a lo largo de la costa, la intensidad de la actividad de las olas, la naturaleza de las corrientes litorales y si la costa es estable, se hunde o se eleva. Los rasgos que deben su origen principalmente al
trabajo de la erosión se denominan formas de erosión, mien-
toral
nte li
Corrie
tras que las acumulaciones de sedimento producen formas
deposicionales.
Formas de erosión
Muchas morfologías costeras deben su origen a procesos
erosivos. Estas formas de erosión son habituales a lo largo de la costa accidentada e irregular de Nueva Inglaterra y en las líneas de costa empinadas del litoral occidental de Estados Unidos.
Acantilados litorales, plataformas de abrasión y rasas Los acantilados litorales se originan mediante la acción erosiva del oleaje contra la base del terreno costero.
A medida que progresa la erosión, las rocas que sobresalen por la socavación de la base del acantilado se desmoronan con el oleaje, y el acantilado retrocede. El acantilado en recesión deja detrás una superficie relativamente
plana en forma de banco, denominada plataforma de
abrasión. La plataforma se amplía a medida que las olas
continúan su ataque. Algunos de los derrubios producidos
por las olas rompientes quedan a lo largo del agua como
sedimento en la playa, mientras que el resto es transportado mar adentro. Si una plataforma de abrasión se eleva
por encima del nivel del mar debido a las fuerzas tectónicas, se convierte en una rasa. Las rasas se reconocen con
facilidad por su forma ligeramente inclinada hacia el mar
y suelen ser lugares ideales para construir carreteras y edificios en la costa o para la agricultura.
Arcos y chimeneas litorales Los frentes de tierra que se
extienden en el mar son vigorosamente atacados por las
olas como consecuencia de la refracción. El oleaje erosiona selectivamente la roca, gastando a mayor velocidad la
roca fracturada más blanda y más elevada. Al principio, se
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Características de la línea de costa
pueden formar cuevas marinas. Cuando cuevas de lados
opuestos de una unidad se unen, se produce un arco litoral. Al final, el arco se hunde dejando un resto aislado, o
chimenea litoral, en la plataforma de abrasión. Con el
tiempo, también será consumida por la acción de las olas.
Formas deposicionales
El sedimento erosionado de la playa es transportado a lo
largo de la costa y depositado en zonas donde la energía
de las olas es baja. Esos procesos producen una variedad
de formas deposicionales.
Flechas, barras y tómbolos Donde la deriva y las corrientes litorales son activas pueden desarrollarse varias estructuras relacionadas con el movimiento de los sedimentos a
lo largo del litoral. Una flecha es una acumulación alargada de arena que se proyecta desde la tierra a la desembocadura de una bahía adyacente. A menudo, el extremo
situado en el agua se curva hacia la tierra en respuesta a la
dirección dominante de la corriente litoral (Figura 20.9).
Se aplica la expresión barra de bahía a una barra de arena que atraviesa por completo una bahía, cerrándola al
mar abierto (Figura 20.9). Estas estructuras tienden a formarse a través de bahías donde las corrientes son débiles,
lo que permite que una flecha se extienda de un lado a otro.
571
Un tómbolo (tombolo montón), acumulación de arena
que conecta una isla con tierra firme o con otra isla, se forma de una manera muy parecida a una flecha.
Islas barrera Las llanuras atlánticas y de la costa del Golfo son relativamente planas y con suave pendiente hacia el
mar. La zona litoral se caracteriza por las islas barrera. Estas crestas de arena transcurren en paralelo a la costa a distancias comprendidas entre 3 y 30 kilómetros del litoral.
Desde Cape Cod, Massachussets, hasta Padre Island, Texas, casi 300 islas barrera bordean la costa (Figura 20.10).
La mayor parte de las islas barrera tiene una anchura comprendida entre 1 y 5 kilómetros y una longitud de
15 a 30 kilómetros. Los elementos más elevados son las
dunas de arena, que normalmente alcanzan altitudes de 5
a 10 metros; en unas pocas zonas, las dunas no cubiertas de
vegetación tienen altitudes de más de 30 metros. Las lagunas que separan estas estrechas islas de la costa representan zonas de agua relativamente tranquila que permite
a la pequeña embarcación que va de Nueva York al norte
de Florida evitar las agitadas aguas del Atlántico norte.
Las islas barrera se forman probablemente de varias
maneras. Algunas se originan como flechas que, posteriormente, se van separando del continente por la erosión de
las olas o por la elevación general del nivel del mar después
del último episodio glaciar. Otras se crean cuando las aguas
Barra de bahía
Flecha
Delta mareal
▲ Figura 20.9 Imagen desde gran altitud de una flecha bien desarrollada y una barra de bahía a lo largo de la costa de Martha’s Vineyard,
Massachussets. Nótese también el delta mareal en la laguna adyacente a la ensenada a través de la barra de bahía. (Imagen cortesía de
USDA-ASCS.)
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
Galveston
VIRGINIA
Estrecho
de Albemarie
CAROLINA DEL NORTE
TEXAS
Bahía
Matagorda
adre
na M
Lagu
cional Pad
sta na
re
e co
I sl
d
a
an
e
n
í
L
d
Corpus
Christi
Estrecho de Pamlico
Cabo
Hatteras
GOLFO DE MÉXICO
Cabo Lookout
Wilmington
OCÉANO ATLÁNTICO
Brownsville
Cabo Fear
NC
TX
▲ Figura 20.10 Casi 300 islas barrera bordean las costas atlántica y del Golfo. Las islas situadas a lo largo de la costa sur de Texas y a lo
largo de la costa de Carolina del Norte son ejemplos excelentes.
I
A
ERR
Estabilización de la costa
IE N C
Una línea litoral experimenta continuas modificaciones
con independencia de su configuración inicial. Al principio,
las líneas litorales son, en su mayoría, irregulares, aunque
el grado de irregularidad y su motivo puedan variar considerablemente de un lugar a otro. A lo largo de una línea litoral caracterizada por una geología variada, el oleaje, de
movimientos violentos, puede aumentar al principio su
irregularidad porque las olas erosionarán con más facilidad
TI
El litoral en desarrollo
las rocas más débiles que las más fuertes. Sin embargo, si
la línea litoral se mantiene estable, la erosión y la sedimentación marinas acabarán por producir una costa más recta
y regular. En la Figura 20.11 se ilustra la evolución de una
costa inicialmente irregular. A medida que las olas erosionan los entrantes, creando acantilados y plataformas de
abrasión, el sedimento se transporta a lo largo de la costa.
Algo del material se deposita en la bahía, mientras que
otros derrubios van a formar flechas y barras de bahía. Al
mismo tiempo, los ríos llenan las bahías con sedimentos.
Por último, resulta una costa generalmente recta y suave.
Líneas de costa
Olas y playas
▲
turbulentas de la línea de olas rompientes acumulan la arena levantada del fondo. Dado que estas barreras de arena se
elevan por encima del nivel del mar, el apilamiento de arena es probablemente consecuencia del trabajo del oleaje de
tormenta durante la marea alta. Por último, algunas islas
barrera pudieron ser antes crestas de dunas de arena que se
originaron a lo largo de la costa durante el último período
glaciar, cuando el nivel del mar era más bajo. Cuando los
glaciares de casquete se derritieron, el nivel del mar se elevó e inundó el área situada detrás del complejo playa-duna.
S D LA
E
En la actualidad, la zona costera es un hervidero de actividad humana. Por desgracia, las personas a menudo tratan la línea litoral como si se tratara de una plataforma
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Estabilización de la costa
estable sobre la cual pueden edificarse estructuras con total seguridad. Esta actitud significa un riesgo tanto para las
personas como para la línea litoral porque muchas formas
costeras son componenetes relativamente frágiles, de vida
corta, que resultan dañadas con facilidad por el desarrollo. Y, como sabe cualquiera que haya soportado una tormenta tropical, la línea de costa no es siempre un lugar seguro para vivir (véase Recuadro 20.1).
En comparación con los peligros naturales, como los
terremotos, las erupciones volcánicas y los corrimientos de
tierra, la erosión de la línea litoral suele percibirse como un
proceso más continuo y predecible que parece causar daños
relativamente modestos en zonas limitadas. En realidad, la
línea litoral es un lugar dinámico que puede cambiar rápidamente en respuesta a las fuerzas naturales. Tormentas excepcionales son capaces de erosionar las playas y los acantilados a velocidades que exceden con mucho la media a
largo plazo. Estos estallidos de erosión acelerada pueden tener un efecto significativo sobre la evolución natural de una
costa; también pueden tener un profundo impacto sobre las
personas que residen en la zona costera. La erosión a lo largo de nuestras costas causa daños significativos a las propiedades. Anualmente se gastan grandes cantidades de dinero no sólo en reparar los daños, sino también en evitar o
controlar la erosión. Sin lugar a dudas, la erosión de la línea
litoral, que es ya un problema en muchos sitios, se convierte
en un problema cada vez más grave a medida que continúa
el desarrollo costero extensivo.
Aunque los mismos procesos producen cambios a lo
largo de todas las costas, no todas las costas responden de
la misma manera. Las interacciones entre los diferentes
procesos y la importancia relativa de cada proceso dependen de factores locales. Estos factores son: (1) proximidad
de una costa a ríos cargados de sedimentos; (2) grado de
actividad tectónica; (3) topografía y composición del terreno; (4) vientos y condiciones meteorológicas predominantes, y (5) configuración de la línea de costa y de las áreas próximas al litoral.
Durante los últimos cien años, la creciente afluencia y demanda de ocio han acarreado un desarrollo sin precedentes en muchas áreas costeras. A medida que ha aumentado el número y el valor de las edificaciones, de la
misma manera lo han hecho los esfuerzos para proteger la
propiedad del oleaje de tormenta. También, el control de
la migración natural de la arena es una lucha constante en
muchas áreas costeras mediante la estabilización de la costa. Dicha interferencia puede traducirse en cambios no deseados difíciles y caros de corregir.
Estabilización firme
Las estructuras construidas para proteger una costa de la
erosión o para impedir el movimiento de arena a lo largo
573
de una playa se denominan estabilización firme. La estabilización firme puede adoptar muchas formas y suele
provocar resultados predecibles aunque no deseados. La
estabilización firme incluye, entre otros, los malecones, los
espigones, los rompeolas y los diques.
Malecones Tempranamente, en la historia estadounidense, un objetivo principal en las áreas de costa fue el desarrollo y el mantenimiento de los puertos. En muchos casos, esto implicaba la construcción de sistemas de
malecones. Los malecones suelen construirse en parejas
y extenderse en el océano en los lugares de entrada de ríos
y puertos. Al confinar el flujo de agua a una zona estrecha,
el flujo y el reflujo causados por la subida y bajada de las
mareas mantienen la arena en movimiento e impiden la
sedimentación en el cauce. Sin embargo, como se ilustra
en la Figura 20.12, el malecón puede actuar como una
presa contra la cual la corriente y la deriva litorales depositan la arena. Al mismo tiempo, la actividad de las olas extrae arena del otro lado. Dado que el otro lado no está recibiendo arena nueva, pronto dejará de haber playa.
Espigones Para mantener o ensanchar las playas que están perdiendo arena, a veces se construyen espigones. Un
espigón es una barrera construida en ángulo recto a la
playa para atrapar la arena que se mueve en paralelo a la
costa. Los espigones suelen construirse con rocas grandes,
pero también pueden estar formados por madera. Estas
estructuras, a menudo, realizan su trabajo con tanta eficacia que la corriente litoral más allá del espigón carece en
absoluto de arena. Como consecuencia, la corriente erosiona la arena de la playa en el lado a favor de la corriente del espigón.
Para compensar este efecto, los propietarios de
construcciones situadas corriente abajo de la estructura
pueden levantar espigones en su propiedad. De esta manera, se multiplica el número de espigones, lo que da lugar a un campo de espigones. Un ejemplo de esta proliferación es la línea de costa de Nueva Jersey, donde se han
edificado centenares de estas estructuras. Como se ha demostrado que los espigones no proporcionan a menudo
una solución satisfactoria, ya no son el método preferido
para mantener a raya la erosión de las playas.
Rompeolas y diques La estabilización firme puede construirse también en paralelo a la línea de costa. Una estructura de este tipo es un rompeolas, cuyo propósito es
proteger los barcos de la fuerza de las grandes olas rompientes creando una zona de agua tranquila cerca de la línea de costa. Sin embargo, cuando se hace esto, la reducción de la actividad de las olas a lo largo de la costa por
detrás de la estructura puede permitir la acumulación de
arena. Si esto ocurre, la dársena acabará llenándose de
arena mientras que la playa corriente abajo se erosiona y
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Cabo
Bahía
Chimenea litoral
Cabo
A.
Chimenea litoral
Flecha
Arco litoral
Arco litoral
B.
Tómbolo
Tómbolo
▲ Figura 20.11 Estos diagramas ilustran los cambios que pueden tener lugar con el tiempo a lo largo de una línea de costa inicialmente
irregular que se mantiene relativamente estable. La línea de costa mostrada en la parte A evoluciona gradualmente a B, luego a C y luego a
D. El diagrama sirve también para ilustrar muchas de las formas descritas en la sección sobre características de la línea litoral. (Fotos de E. J.
Tarbuck, excepto la foto de un acantilado litoral, de A. P. Trujillo/APT Photos.)
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Estabilización de la costa
Acantilado litoral
Flecha
Flecha
Chimenea litoral
C.
Acantilado
litoral
Flecha
Acantilado litoral
Depósitos
de playa
Barra
de bahía
D.
oral
Corriente lit
Plataforma
de abrasión
Barra de bahía
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▲
Figura 20.12 Se construyen malecones
en las entradas a los ríos y los puertos, y
están pensados para evitar la sedimentación
en el cauce de navegación. Los malecones
interrumpen el movimiento de la arena
realizado por la deriva de la playa y las
corrientes litorales. Se produce erosión de la
playa corriente abajo del lugar donde se
encuentra la estructura.
Los malecones interrumpen el movimiento
de arena causando sedimentación
en el margen corriente arriba
Malecón
retrocede. En Santa Mónica, California, donde la construcción de un rompeolas originó este problema, la ciudad tuvo que instalar una draga para eliminar la arena de
la zona de agua tranquila protegida y depositarla hacia debajo de la playa, donde las corrientes litorales y la deriva
de playa podrían volver a poner en circulación la arena.
Otro tipo de estabilización firme construida paralela a la línea de costa es un dique, que se diseña para acorazar la costa y defender la propiedad de la fuerza de las
olas rompientes. Las olas dispersan mucha de su energía
atravesando la playa abierta. Los diques acortan este proceso reflejando la fuerza de las olas no gastadas en dirección al mar. Como consecuencia, la playa del lado situado en la dirección del mar del dique experimenta una
significativa erosión y puede, en algunos casos, ser eliminada del todo. Una vez reducida la anchura de la playa, el
dique es sometido a un bombardeo incluso mayor por
parte de las olas. Finalmente este bombardeo hará que se
caiga el muro y deberá construirse uno más grande y caro
para reemplazarlo.
Se cuestiona cada vez más la cordura de construir estructuras protectoras transitorias a lo largo de las líneas de
costa. Las opiniones de muchos científicos e ingenieros especializados en este tema se expresan en el siguiente extracto de un artículo que se presentó en una conferencia
sobre la erosión de la línea de costa estadounidense:
Resulta ahora evidente que la interrupción del retroceso de la línea litoral con estructuras protectoras beneficia sólo un poco y degrada gravemente o destruye la playa natural y el valor que tiene para la mayoría.
Las estructuras protectoras desvían de manera transitoria la energía del océano de las propiedades priva-
Las corrientes privadas
de arena producen erosión
corriente abajo de estas estructuras
toral
nte li
Corrie
das, pero normalmente concentran esa energía sobre
las playas naturales adyacentes. Muchas interrumpen
el flujo natural de arena en las corrientes costeras, robando a muchas playas la arena de sustitución que les
es vital*.
Alternativas a la estabilización dura
Blindar la costa con estabilización firme tiene varios inconvenientes posibles, como el coste de la estructura y la
pérdida de arena en la playa. Entre las alternativas a la estabilización firme se cuentan la alimentación de playa y el
traslado.
Alimentación de playa La alimentación de playa representa una aproximación para estabilizar las arenas de
la línea de costa sin estabilización firme. Como indica la
propia expresión, esta práctica significa simplemente la
adición de grandes cantidades de arena al sistema de playas (Figura 20.13). Al crear playas en dirección al mar, se
mejoran a la vez la calidad de la playa y su protección
contra las tormentas. La alimentación de playa, sin embargo, no es una solución permanente al problema de la
reducción de las playas. Los mismos procesos que eliminaron la arena la primera vez acabarán eliminando la arena de sustitución también. Además, la alimentación de
playa es muy cara porque deben transportarse enormes
volúmenes de arena a la playa desde las zonas litorales,
próximas a los ríos o de otras fuentes.
* «Strategy for Beach Preservation Proposed», Geotimes 30 (núm. 12, diciembre de 1985), 15.
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Estabilización de la costa
A.
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B.
▲ Figura 20.13 Miami Beach. A. Antes de la alimentación de playa y B. Después de la alimentación de playa. (Cortesía del Cuerpo de
Ingenieros del Ejército estadounidense, distrito de Vicksburg.)
En algunos casos, la alimentación de playa puede
inducir efectos ambientales no deseados. Por ejemplo,
el volver a llenar la playa Waikiki, Hawai, precisó la
sustitución de arena calcárea gruesa por arena calcárea
más blanda y fangosa (lodosa). La destrucción de la arena blanda por las olas rompientes aumentó la turbidez
del agua y destruyó los arrecifes de coral situados a corta distancia de la costa. En Miami Beach, el aumento de
la turbidez dañó también las comunidades coralinas locales.
La alimentación de playa parece ser una solución
viable desde el punto de vista económico a largo plazo
para el problema de conservación de la playa sólo en áreas donde exista un desarrollo denso, grandes suministros
de arena, energía de las olas relativamente baja y preocupaciones ambientales reconciliables. Por desgracia, pocas
áreas poseen todos estos atributos.
río Mississippi de 1993 en las cuales se abandonaron las estructuras vulnerables y se situaron en un terreno más alto
y más seguro.
Estas propuestas, por supuesto, son controvertidas.
La gente con inversiones importantes cerca de la costa se
estremece ante la idea de no volver a edificar y defender
las estructuras costeras de la furia erosiva del mar. Otros,
sin embargo, sostienen que, con la elevación del nivel del
mar, el impacto de las tormentas costeras no hará más
que empeorar en las décadas venideras. Este grupo defiende el abandono y traslado de las estructuras dañadas a
menudo para mejorar la seguridad personal y reducir los
costes. No cabe duda de que estas ideas concentrarán mucho del estudio y los debates cuando los estados y las comunidades evalúen y revisen las políticas de uso del terreno costero.
Traslado En lugar de construir estructuras como espigones y diques para mantener la playa en su lugar, o añadir
arena para rellenar las playas erosionadas, existe otra opción. Muchos científicos y planificadores de la costa están
reclamando una política que pase de proteger y reconstruir las playas y las propiedades costeras en áreas de gran
riesgo a trasladar los edificios dañados por la tormenta en
esos lugares y dejar que la naturaleza recupere la playa
(véase Recuadro 20.2). Este enfoque es similar al adoptado por el gobierno federal para las llanuras de inundación
de los ríos después de las devastadoras inundaciones del
Problemas de erosión a lo largo
de las costas estadounidenses
La línea litoral a lo largo de la costa pacífica de Estados
Unidos es notablemente diferente de la que caracteriza las
regiones costeras atlánticas y de la costa del Golfo. Algunas de las diferencias están relacionadas con la tectónica
de placas. La costa occidental representa el borde guía de
la placa norteamericana y, debido a ello, experimenta levantamiento y deformación activa. Por el contrario, la
costa este es una región tectónicamente tranquila que está
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Recuadro 20.2
El hombre y el medio ambiente
La mudanza del siglo: la recolocación del faro del cabo Hatteras*
A pesar de los esfuerzos por proteger las
estructuras demasiado próximas a la costa, todavía pueden estar en peligro de ser
destruidas por las líneas de costa en retroceso y el poder destructivo de las olas.
Éste fue el caso de uno de los puntos de
referencia más prominentes de Estados
Unidos: el faro rayado del cabo Hatteras,
en Carolina del Norte, que tiene 21 plantas de altura y es el faro más alto del país.
El faro se construyó en 1870 en la isla
barrera del cabo Hatteras a 457 metros de
la línea de costa para guiar a los marineros a través de los peligrosos bajíos litorales conocidos como el «Cementerio del
Atlántico». Conforme la isla barrera empezó a migrar hacia el continente, su playa se redujo. Cuando las olas empezaron
a chocar a sólo 37 metros de su base de ladrillo y granito, preocupó el hecho de que
incluso un huracán de fuerza moderada
podría provocar la suficiente erosión de la
playa como para derribar el faro.
En 1970 la Marina estadounidense
construyó tres espigones delante del faro
en un esfuerzo por proteger la playa de la
erosión ulterior. Al principio, los espigones ralentizaron la erosión, pero interrumpieron el flujo de arena en la zona de
rompiente, lo cual provocó el allanamiento de las dunas próximas y la formación de una bahía al sur del faro. Los intentos de aumentar la anchura de la playa
delante del faro fueron, entre otros, la
alimentación de playa y los lechos litorales artificiales de algas; ambos intentos
de ensanchar la playa de manera sustancial fracasaron. En los años 80, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército propuso
construir un dique masivo de piedra alrededor del faro, pero decidió que la costa erosionada acabaría retirándose por
debajo de la estructura, dejándola des* El profesor Alan P. Trujillo, de Palomar College,
preparó este recuadro.
amparada en el mar en su propia isla. En
1988 la Academia Nacional de Ciencias
determinó que la línea de costa que se
extiende delante del faro se retiraría hasta destruir el faro y recomendó el traslado de la torre, de la misma manera que se
había hecho con faros más pequeños. En
1999, el Servicio del Parque Nacional,
que es propietario del faro, acabó autorizando el traslado de la estructura a un lugar más seguro.
El traslado del faro, que pesa 4.395
toneladas métricas, se llevó a cabo recortándolo desde su base y depositándolo con cuidado en una plataforma de vigas de acero colocadas en carretillas con
ruedas. Una vez sobre la plataforma, fue
transportado a lo largo de una vía de
acero especialmente diseñada utilizando
una serie de martillos hidráulicos. Se
desbrozó un pasillo de vegetación para
formar una pista a lo largo de la cual el
faro se desplazaba 1,5 metros cada vez;
se desmontaba la vía dejada atrás y se
montaba de nuevo delante de la torre a
medida que esta avanzaba. En menos
de un mes, el faro fue trasladado con
cautela 884 metros desde su posición
original, convirtiéndolo en una de las
mayores estructuras trasladada satisfactoriamente.
Después de su traslado de 12 millones
de dólares, ahora el faro se encuentra en
un bosque de robles y pinos (Figura 20.C).
Aunque ahora se situa más tierra adentro,
la elevación ligeramente más alta de la luz
lo hace visible desde el mar, donde continúa advirtiendo a los marineros de los peligrosos bajíos. A la velocidad actual de
retroceso de la línea de costa, el faro debería estar a salvo de la amenaza de las
olas durante al menos otro siglo.
▲ Figura 20.C Cuando el faro del cabo Hatteras de Carolina del Norte fue amenazado
por la erosión de la línea de costa en 1999, fue trasladado a 488 metros de la línea de
costa. (Foto de Drew Wilson © 1999, Virginian-Pilot.)
lejos de cualquier borde de placa activa. Debido a esta diferencia geológica básica, la naturaleza de los problemas
de erosión a lo largo de la costa es diferente a los dos lados de Norteamérica.
Costas atlántica y del Golfo Gran parte del desarrollo
costero a lo largo de las costas atlántica y del Golfo se ha
producido en islas barrera. Normalmente, las islas barrera, también denominadas playas barrera o barreras costeras,
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Clasificación de las costas
consisten en una playa amplia que está cubierta por dunas
y separada del continente por lagunas pantanosas. Las
amplias extensiones de arena y la exposición al océano
han transformado las islas barrera en sitios extraordinariamente atractivos para el desarrollo. Por desgracia, el desarrollo ha tenido lugar más deprisa que nuestro conocimiento sobre la dinámica de las islas barrera.
Dado que las islas barrera miran al océano abierto,
reciben toda la fuerza de las grandes tormentas que golpean la costa. Cuando se produce una tormenta, las barreras absorben la energía de las olas fundamentalmente
a través del movimiento de la arena. Este proceso y el dilema que produce se han descrito como sigue:
Las olas pueden mover la arena desde la playa a áreas mar adentro o, por el contrario, a las dunas; pueden erosionar las dunas, depositando la arena en la
playa o llevándola hacia el mar; o pueden transportar
la arena desde la playa y las dunas a las ciénagas de detrás de la barrera, un proceso conocido como lavado
superficial. El factor común es el movimiento. Exactamente igual a como una caña flexible puede sobrevivir a un viento que destruye un roble, las barreras
sobreviven a huracanes no a través de una fuerza inconmensurable, sino adelantándose a la tormenta.
Esta imagen cambia cuando se levanta una barrera para la construcción de hogares o a modo de recurso. Las olas de tormenta que previamente saltaban
con furia y sin perjuicio a través de los huecos que
quedaban entre las dunas ahora encuentran edificios
y carreteras. Además, dado que la naturaleza dinámica de las barreras se percibe fácilmente sólo durante
las tormentas, los propietarios de las casas tienden a
atribuir el daño a una tormenta concreta, más que a
una movilidad básica de las barreras costeras. Al estar
en juego sus hogares o sus inversiones, es más probable que los residentes busquen mantener la arena en
su lugar y las olas en la bahía que admitir que no fue
adecuado iniciar el desarrollo urbanístico en ese lugar*.
Costa del Pacífico Al contrario que las llanuras costeras
atlánticas y del Golfo, amplias y de suave pendiente, gran
parte de la costa del Pacífico se caracteriza por playas relativamente estrechas que están cubiertas por acantilados
escarpados y cordilleras montañosas. Recordemos que el
borde occidental norteamericano es una región más escarpada y tectónicamente activa que el borde oriental.
Debido al levantamiento continuo, un ascenso del nivel
del mar en el oeste no es tan fácilmente aparente. No
* Frank Lowenstein, «Beaches or bedrooms - The Choice as Sea Level
Rises», Oceanus 28 (núm. 3, otoño 1985), 22.
579
obstante, como los problemas de erosión de la línea litoral a los que se enfrentan las islas barrera del este, las dificultades de la costa oeste también derivan en gran medida de la alteración de un sistema natural por el ser
humano.
Un problema importante con el que se enfrenta la
costa del Pacífico, y especialmente porciones del sur de
California, es un estrechamiento significativo de muchas
playas. La mayor parte de la arena de muchas de esas playas es suministrada por ríos que la transportan de las montañas a la costa. Con los años, este flujo natural de material hasta la costa ha sido interrumpido por las presas
construidas para el regadío y control de las inundaciones.
Los embalses atrapan eficazmente la arena que, de lo contrario, alimentaría el entorno de la playa. Cuando las playas eran más anchas, servían para proteger los acantilados
de la fuerza de las olas de tormenta. Ahora, sin embargo,
las olas atraviesan las reducidas playas sin perder mucho
de su energía y producen una erosión más rápida en los
acantilados marinos.
Aunque el retroceso de los acantilados proporciona
material para sustituir algo de la arena atrapada detrás de
las presas, también pone en peligro las casas y las carreteras construidas en los farallones. Además, la construcción
sobre los acantilados agrava el problema. La urbanización
aumenta la escorrentía que, si no se controla con cuidado, puede provocar una grave erosión en los farallones. El
césped y los jardines de riego añaden cantidades significativas de agua a la pendiente. Esta agua percola hacia la
base del acantilado, donde puede surgir en pequeños rezumaderos. Esta acción reduce la estabilidad de la pendiente y facilita los procesos gravitacionales.
La erosión de la línea de costa a lo largo del Pacífico varía considerablemente de un año para otro, en gran
medida debido al desarrollo esporádico de tormentas. Por
consiguiente, cuando se producen los episodios infrecuentes, pero graves, de erosión, se atribuye el daño a las
inusuales tormentas y no al desarrollo costero o a las situadas a grandes distancias. Si, como se predice, el nivel
del mar se eleva a un ritmo creciente en los años venideros, cabe esperar un aumento de la erosión de las líneas de
costa y de la retirada de los acantilados a lo largo de muchas partes de la costa del Pacífico (véase Recuadro 20.3).
Clasificación de las costas
La gran variedad de líneas de costa demuestra su complejidad. De hecho, para entender cualquier área costera
concreta, deben considerarse muchos factores, entre ellos
los tipos de roca, el tamaño y la dirección de las olas, la
frecuencia de las tormentas, las mareas y la topografía litoral. Además, prácticamente todas las zonas costeras se
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▲
Recuadro 20.3
El hombre y el medio ambiente
La vulnerabilidad de la costa a la elevación del nivel del mar
La actividad humana, en especial la combustión de los combustibles fósiles, ha ido
añadiendo grandes cantidades de dióxido
de carbono y otros gases a la atmósfera
durante 200 años o más. La perspectiva es
que las emisiones de estos gases continuarán aumentando durante el siglo XXI.
Una consecuencia de este cambio en la
composición de la atmósfera es un incremento del efecto invernadero de la Tierra, con el consiguiente aumento de las
temperaturas mundiales. Durante el siglo
XXI, las temperaturas mundiales medias
aumentaron alrededor de 0,6 °C. Durante el siglo XXI, se prevé que el aumento
será considerablemente mayor*.
Un probable impacto del calentamiento global inducido por el ser humano es una elevación del nivel del mar.
¿Qué relación tiene la atmósfera más caliente con una elevación mundial del nivel del mar? La conexión más evidente
(la fusión de los glaciares) es importante
pero no el factor más significativo. Es más
significativo el hecho de que una atmósfera más caliente provoca un aumento del
volumen del océano debido a la expansión
térmica. Las temperaturas del aire más
elevadas calientan las capas superiores adyacentes del océano, lo que a su vez hace
que el agua se expanda y el nivel del mar
se eleve.
La investigación indica que el nivel del
mar se ha elevado de 10 a 25 centímetros
durante el siglo pasado y que la tendencia
continuará a un ritmo acelerado. En algunos modelos se indica que el aumento
puede aproximarse o incluso superar los
50 centímetros en 2100. Un cambio de
este tipo puede parecer modesto, pero los
científicos se dan cuenta de que cualquier
elevación del nivel del mar a lo largo de
una línea de costa ligeramente inclinada,
* En la sección «El dióxido de carbono y el calentamiento global» del Capítulo 21 se amplía este tema.
como las costas atlántica y del Golfo de
Estados Unidos, llevará a una erosión
significativa y a la inundación tierra adentro permanente y grave (Figura 20.D). Si
eso sucede, muchas playas y tierras húmedas desaparecerán, y la civilización litoral quedará gravemente afectada.
Dado que la elevación del nivel del
mar es un fenómeno gradual, puede pasar
desapercibido a los habitantes de la costa
como un factor importante que contribuye a los problemas de erosión de la línea litoral. Antes bien, se culpará a otras
fuerzas, en especial a la actividad de los
temporales. Aunque una tormenta determinada puede ser la causa inmediata, la
magnitud de su destrucción puede ser
consecuencia de la elevación relativa-
mente pequeña del nivel del mar que permitió que la potencia de la tormenta atravesara una zona de tierra mucho mayor.
Uno de los problemas actuales más
desafiantes para los especialistas en costas
es determinar la respuesta física de la línea de costa a la elevación del nivel del
mar. La predicción del retroceso de la línea de costa y las velocidades de pérdida
de tierra es esencial para formular estrategias de tratamiento del litoral. Hasta
hoy, la planificación a largo plazo para las
líneas de costa estadounidenses ha sido
poco sistemática, si es que lo ha sido. Por
consiguiente, el desarrollo continúa sin
una consideración adecuada de los posibles costes de la erosión, la inundación y
los daños causados por los temporales.
Línea
litoral
original
Desplazamie
nto de la línea
Desplazamient
o
de la línea
litoral
litoral
Elevación
del nivel
del mar
Línea
litoral
original
Elevación
del nivel
del mar
▲ Figura 20.D La inclinación de una línea de costa es esencial para determinar el grado
en el que los cambios del nivel del mar la afectarán. A. Cuando la inclinación es ligera, los
pequeños cambios del nivel del mar provocan un desplazamiento sustancial. B. La misma
elevación del nivel del mar a lo largo de un litoral empinado provoca sólo un pequeño
desplazamiento de la línea de costa.
vieron afectadas por la elevación del nivel del mar en
todo el mundo que acompañó la fusión de la Edad de
Hielo que se produjo al final del Pleistoceno. Por último,
deben tenerse en cuenta los acontecimientos tectónicos
que elevan o hacen descender el terreno o cambian el volumen de las cuencas oceánicas. El gran número de factores que influyen en las zonas costeras dificultan la clasificación de las líneas de costa.
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Clasificación de las costas
Pensilvania
Nueva Jersey
hía
Ba
re
wa
la
De
Muchos geólogos clasifican las costas en función de
los cambios que se han producido con respecto al nivel del
mar. Esta clasificación, normalmente utilizada, divide las
costas en dos categorías muy generales: de emersión y de
inmersión. Las costas de emersión se desarrollan o bien
porque un área experimenta levantamiento, o bien como
consecuencia de un descenso del nivel del mar. A la inversa, las costas de inmersión se crean cuando el nivel
del mar se eleva o cuando la tierra adyacente al mar se
hunde.
Delaware
Maryland
Costas de emersión
En contraste con los ejemplos previos, otras áreas costeras muestran signos definitivos de inmersión. La línea de
una costa que ha estado sumergida en el pasado relativamente reciente suele ser muy irregular porque el mar
inunda normalmente los tramos inferiores de los valles
fluviales, fluyendo en el océano. Sin embargo, las lomas
que separan los valles permanecen por encima del nivel del
mar y se proyectan en el mar como frentes de tierra. Estas desembocaduras fluviales inundadas, que de denominan estuarios (aestus marea), caracterizan muchas costas actuales. A lo largo de la línea de costa atlántica, las
bahías Chesapeake y Delaware son ejemplos de grandes
estuarios creados por inmersión (Figura 20.14). La pinto-
Virginia
eake
Costas de inmersión
Bahía Chesap
En algunas áreas, la costa es claramente de emersión porque la tierra que se eleva o el nivel del agua que desciende dejan expuestos los acantilados litorales y las plataformas de abrasión por encima del nivel del mar. Son
ejemplos excelentes de ello porciones de la costa de California donde se ha producido levantamiento en el pasado geológico reciente. Las plataformas de abrasión elevada también ilustran esta situación. En el caso de Palos
Verdes Hills, al sur de Los Ángeles, existen siete niveles
diferentes de rasa, lo que indica siete episodios de levantamiento. El siempre persistente mar está cortando ahora una nueva plataforma de abrasión en la base del acantilado. Si continúa el levantamiento, también se convertirá
en una rasa elevada.
Otros ejemplos de costas de emersión son las regiones que estuvieron una vez enterradas debajo de los grandes glaciares de casquete. Cuando los glaciares estaban
presentes, su peso deprimía la corteza; cuando el hielo se
derritió, la corteza empezó gradualmente a levantarse.
Por consiguiente, ahora pueden encontrarse rasgos de líneas de costa prehistóricos por encima del nivel del mar.
La región de la bahía Hudson de Canadá es un área de este
tipo, porciones de la cual siguen elevándose a un ritmo de
más de un centímetro al año.
Océano Atlántico
Carolina
del Norte
▲ Figura 20.14 Grandes estuarios a lo largo de la costa este de
Estados Unidos. Las porciones inferiores de muchos valles fluviales
se sumergieron como consecuencia de la elevación del nivel del
mar que siguió al final del período glacial cuaternario, creando
grandes estuarios como la bahía Chesapeake y la bahía Delaware.
resca costa de Maine, particularmente en las cercanías del
Parque Nacional Acadia, es otro excelente ejemplo de un
área que fue inundada por el levantamiento posglaciar del
nivel del mar y transformada en una línea de costa muy
irregular.
Téngase en cuenta que la mayoría de las costas tiene historias geológicas complicadas. Con respecto al nivel del mar, muchas han emergido y luego se han hundido
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varias veces. Cada vez pueden conservar algo de las características creadas durante la situación previa.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Mareas
¿Dónde se producen las mareas más grandes
del mundo?
Las mareas son los cambios diarios de elevación de la superficie del océano. Su elevación y rítmica caída a lo largo de las líneas de costa se conoce desde la antigüedad.
Además de las olas, son los movimientos oceánicos más fáciles de observar (Figura 20.15).
Aunque conocidas durante siglos, las mareas no fueron explicadas de manera satisfactoria hasta que Isaac
Newton les aplicó la ley de la gravitación. Newton demostró que hay una fuerza de atracción mutua entre dos
cuerpos, y que, dado que los océanos son libres para moverse, son deformados por esta fuerza. Por consiguiente,
las mareas oceánicas resultan de la atracción gravitacional
ejercida sobre la Tierra por la Luna y, en menor proporción, por el Sol.
El mayor intervalo mareal del mundo (la diferencia entre
mareas altas y bajas sucesivas) se encuentra en la bahía de
Fundy de 258 kilómetros de longitud en el límite septentrional de Nova Scotia. Durante las condiciones máximas
de marea viva, el intervalo mareal en la desembocadura de
la bahía (donde se abre al océano) es de sólo 2 metros, aproximadamente. Sin embargo, el intervalo mareal aumenta
de manera progresiva desde la desembocadura de la bahía
hacia el norte, ya que la geometría natural de la bahía concentra la energía mareal. En el límite septentrional de la
cuenca Minas, el intervalo máximo de mareas vivas es de
unos 17 metros. Este intervalo mareal extremo deja a los
barcos elevados y secos durante la marea baja (véase Figura
20.15).
Cuenca Minas
NEW
BRUNSWICK
QUEBEC
y
MAINE
VT
hía
de
F
d
un
NO
VA
O
SC
TI
A
Ba
NH
MA
Boston
OCÉANO ATLÁNTICO
CT
RI
▲ Figura 20.15 Marea alta y marea baja en la cuenca Minas de Nova Scotia en la bahía de Fundy. Las zonas expuestas durante la marea
baja e inundadas durante la marea alta se denominan llanuras mareales. Las llanuras mareales son extensas. (Cortesía del Departamento de
Turismo y Cultura de Nova Scotia.)
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Mareas
Causas de las mareas
Es fácil ver cómo la fuerza gravitacional de la Luna puede hacer que el agua se abombe en el lado de la Tierra más
próximo a la Luna. Además se produce también un pandeo mareal de igual magnitud en el lado de la Tierra directamente opuesto a la Luna (Figura 20.16).
Las dos protuberancias mareales están causadas,
como descubrió Newton, por el empuje de la gravedad. La
gravedad es inversamente proporcional al cuadrado de la
distancia entre dos objetos, lo que significa simplemente
que se debilita rápidamente con la distancia. En este caso,
los dos objetos son la Luna y la Tierra. Dado que la fuerza de la gravedad disminuye con la distancia, el empuje
gravitacional de la Luna sobre la Tierra es ligeramente
mayor en el lado próximo de la Tierra que en el lado distante. El resultado de este empuje diferencial es el estiramiento (alargamiento) muy ligero de la Tierra «sólida».
Por el contrario, el océano global, que es móvil, se deforma de manera muy notable por este efecto y produce los
dos pandeos mareales opuestos.
Debido a que la posición de la Luna cambia sólo moderadamente en un día, las protuberancias mareales se
mantienen en posición mientras la Tierra gira «a través»
de ellas. Por esta razón, si alguien permanece en la costa
durante 24 horas, la Tierra le hará girar a través de áreas al-
Pleamar
más alta
Pleamar más baja
N
A la luna
S
▲ Figura 20.16 Pandeos mareales idealizados en la Tierra
provocados por la Luna. Si la Tierra estuviera cubierta a una
profundidad uniforme por agua, habría dos pandeos mareales: uno
en el lado de la Tierra orientado a la Luna (derecha) y otro en el lado
opuesto de la Tierra (izquierda). Dependiendo de la posición de la
Luna, los pandeos mareales pueden inclinarse hacia el ecuador de la
Tierra. En esta situación, la rotación de la Tierra hace que un
observador experimente dos mareas altas desiguales durante un día.
583
ternativas de agua más profunda y más somera. A medida
que le transporta a cada pandeo mareal, la marea se eleva,
y a medida que le transporta al valle mareal, la marea baja.
Por consiguiente, la mayor parte de lugares de la Tierra
experimenta dos mareas altas y dos mareas bajas cada día.
Además, los pandeos mareales migran conforme la
Luna gira alrededor de la Tierra, aproximadamente cada
29 días. Como consecuencia, las mareas, como la hora de
salida de la Luna, ocurren aproximadamente 50 minutos
más tarde cada día. Después de 29 días, el ciclo se ha completado y empieza uno nuevo.
Puede haber una desigualdad entre las mareas altas
en un día determinado. Dependiendo de la posición de la
Luna, los pandeos mareales pueden inclinarse hacia el
Ecuador, como en la Figura 20.16. Esta figura ilustra que
la primera marea alta experimentada por un observador en
el hemisferio septentrional es considerablemente más alta
que la marea alta medio día después. Por otro lado, un observador del hemisferio meridional experimentaría el efecto contrario.
Ciclo mensual de las mareas
El principal cuerpo que influye en las mareas es la Luna,
que da una vuelta completa alrededor de la Tierra cada 29
días y medio. No obstante, el Sol también influye en las
mareas. Es mucho mayor que la Luna, pero, debido a que
está mucho más alejado, su efecto es considerablemente
menor. De hecho, el potencial generador de mareas del Sol
es aproximadamente sólo el 46 por ciento del de la Luna.
Cuando se acercan las Lunas nueva y llena, el Sol y
la Luna están alineados y sus fuerzas se suman (Figura
20.17A). Por consiguiente, la gravedad combinada de esos
dos cuerpos productores de mareas produce pandeos mareales más altos (mareas altas) y valles mareales más bajos
(mareas bajas), lo que produce un gran intervalo mareal. A
éstas se las denomina mareas vivas, que tienen lugar dos
veces al mes, cuando el sistema Tierra-Luna-Sol está alineado. A la inversa, aproximadamente cuando la Luna está
en cuarto creciente y cuarto menguante, las fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol actúan sobre la Tierra según
ángulos rectos, y cada una compensa parcialmente la influencia de la otra (Figura 20.17B). Como consecuencia, el
espectro mareal diario es menor. Se denominan mareas
muertas y también se producen dos veces al mes. Así, cada
mes hay dos mareas vivas y dos mareas muertas, cada una
con una separación aproximada de una semana.
Modelos mareales
Hasta aquí, hemos explicado las causas y los modelos básicos de las mareas. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estas consideraciones teóricas no pueden utilizarse
0_Capítulo 20
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07:51
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
Marea solar
Marea lunar
Al Sol
Luna llena
Luna nueva
A. Marea viva
Cuarto creciente
ducen a lo largo de la orilla septentrional del golfo de México, entre otros lugares. Un modelo mareal semidiurno
(semi dos; diurno al día) exhibe dos mareas altas y dos
mareas bajas cada día mareal, teniendo las dos mareas altas
la misma altura aproximada y las dos mareas bajas la misma
altura aproximada (Figura 20.18). Este tipo de modelo mareal es común a lo largo de la costa atlántica de Estados
Unidos. Un modelo mareal mixto es similar al modelo semidiurno, pero se caracteriza por una gran desigualdad en
las alturas de las mareas altas, las de las mareas bajas, o ambas (Figura 20.18). En este caso, suele haber dos mareas
altas y dos mareas bajas cada día, teniendo las dos mareas altas diferentes alturas y las dos mareas bajas diferentes alturas. Estas mareas predominan a lo largo de la costa pacífica de Estados Unidos y en muchas otras partes del mundo.
Corrientes mareales
Marea solar
Al Sol
Marea lunar
Cuarto menguante
B. Marea muerta
▲ Figura 20.17 Las posiciones de la Tierra, la Luna y el Sol y las
mareas. A. Cuando la Luna está llena o nueva, los pandeos
mareales creados por el Sol y la Luna están alineados, hay un gran
intervalo mareal en la Tierra y se producen mareas vivas. B.
Cuando la Luna está en cuarto creciente o menguante, los
pandeos mareales producidos por la Luna se sitúan en ángulo
recto en relación con los pandeos creados por el Sol. Los intervalos
mareales son menores y se producen mareas muertas.
para predecir ni la altura ni el momento de las mareas reales en un lugar concreto. Eso se debe a que muchos factores, como la forma de las líneas costeras, la configuración de las cuencas oceánicas y la profundidad del agua,
influyen mucho en las mareas. Por consiguiente, en localizaciones diversas, las mareas responden de diferente
manera a las fuerzas que las producen. Al ser esto así, la
naturaleza de la marea en cualquier lugar puede determinarse con más precisión mediante observación real.
Las predicciones de las tablas mareales y los datos mareales en las cartas náuticas se basan en esas observaciones.
En el mundo existen tres modelos mareales principales. Un modelo mareal diurno (diurno al día) se caracteriza por una sola marea alta y una sola marea baja cada
día mareal (Figura 20.18). Las mareas de este tipo se pro-
La expresión corriente mareal se utiliza para describir el
flujo horizontal del agua que acompaña la elevación y el
descenso de la marea. Estos movimientos de agua inducidos por las fuerzas mareales pueden ser importantes en algunas áreas costeras. Las corrientes mareales fluyen en
una dirección durante una parte del ciclo mareal e invierten su flujo durante la otra parte. Las corrientes mareales
que avanzan hacia la zona costera cuando la marea sube se
denominan flujo mareal. A medida que la marea baja, el
movimiento mar adentro del agua genera reflujo de la
marea. Los períodos de poca o ninguna corriente, denominados agua muerta, separan el flujo y el reflujo de la marea. Las áreas afectadas por estas corrientes mareales alternas se denominan llanuras mareales (véase Figura
20.15). Dependiendo de la naturaleza de la zona costera,
las llanuras mareales varían, en dirección al mar, desde estrechas franjas de la playa hasta zonas extensas que pueden prolongarse durante varios kilómetros.
Aunque las corrientes mareales no son importantes
en mar abierto, pueden ser rápidas en las bahías, los estuarios fluviales, los istmos y otros lugares estrechos. En
la costa de la Bretaña francesa, por ejemplo, las corrientes mareales que acompañan a la marea alta de 12 metros
pueden alcanzar una velocidad de 20 kilómetros por hora.
Si bien las corrientes mareales no son por lo general agentes de erosión ni de transporte de sedimentos importantes, se producen notables excepciones cuando las mareas
se mueven a través de estrechas ensenadas. Aquí, remueven constantemente las pequeñas entradas a muchos buenos puertos que, de lo contrario, se bloquearían.
A veces, las corrientes mareales crean depósitos denominados deltas mareales (Figura 20.19). Pueden desarrollarse bien como deltas de inundación tierra adentro de
una ensenada o como deltas de reflujo en el lado de una ensenada que se dirige al mar. Dado que la actividad de las
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585
Mareas
1,0
2,0
0,5
5,5
1,5
15,0
2,5
1,0
Altura (m)
NORTEAMÉRICA
7,0
0,5
0
2,8
2,2
Golfo de
California 1,2
–0,5
–1,0
0
12
24
Horas
12
0,7
1,5
2,0
OCÉANO
ATLÁNTICO
Golfo de
México
0,6
0,5
24
MODELO MAREAL MIXTO
0,7
0,7
OCÉANO PACÍFICO
0,5
0
Bahía
de Fundy
2,0
0,9
–0,5
0
12
24
Horas
12
–1,0
24
MODELO MAREAL SEMIDIURNO
1,0
2,7
0,5
3,7
5,7
0
SURÁMERICA
–0,5
Diurno
Mixto
Semidiurno
2,7 Intervalo de marea viva (m)
Altura (m)
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0
12
24
Horas
12
Altura (m)
0_Capítulo 20
–1,0
24
MODELO MAREAL DIURNO
▲ Figura 20.18 Modelos mareales y existencia a lo largo de partes de las líneas de costa del norte y el sur del continente americano. Un
modelo mareal diurno (abajo a la derecha) exhibe una marea alta y una baja cada día mareal. Un modelo semidiurno (arriba a la derecha)
exhibe dos mareas altas y dos mareas bajas de altura aproximadamente igual cada día mareal. Un modelo mareal mixto (izquierda) exhibe
dos mareas altas y dos mareas bajas de alturas diferentes durante cada día mareal.
olas y las corrientes litorales está reducida en el lado protegido, tierra adentro, los deltas de inundación son más
comunes y más destacados (véase Figura 20.9). Se forman
después de que una corriente mareal se mueva rápidamente a través de una ensenada. A medida que la corriente
emerge del estrecho pasillo hacia aguas más abiertas, se ralentiza y deposita su carga de sedimento.
Llanuras
mareales
Deltas
mareales
Isla
barrera
Laguna
Mareas y rotación de la Tierra
Mediante fricción contra el suelo de las cuencas oceánicas, las mareas actúan como débiles frenos que ralentizan
firmemente la rotación de la Tierra. El ritmo de esta disminución de la velocidad, sin embargo, no es grande. Los
astrónomos, que han medido con precisión la longitud del
día durante los últimos 300 años, han descubierto que
está aumentando a razón de 0,002 segundos por siglo.
Aunque esto pueda parecer insignificante, a lo largo de
millones de años este pequeño efecto será muy grande.
Por último, dentro de miles de millones de años, la rotación cesará y la Tierra ya no tendrá días y noches alternos.
Si la rotación de la Tierra está disminuyendo de velocidad, la longitud de cada día debe haber sido más corta
y el número de días por año debe haber sido mayor en el pasado geológico. Un método utilizado para investigar este
fenómeno es el del examen microscópico de los caparazones de ciertos invertebrados. Las almejas y los corales, así
como otros organismos, desarrollan una delgada capa microscópica de nuevo material de caparazón cada día. Estudiando los anillos de crecimiento diario de algunos ejem-
▲ Figura 20.19 Debido a que este delta mareal se está
formando en las aguas relativamente tranquilas del lado tierra
adentro de una isla barrera, se denomina delta de inundación.
Cuando emerge una corriente mareal de movimiento rápido desde
la ensenada, disminuye su velocidad y deposita sedimentos. Las
formas de los deltas mareales son variables.
plares fósiles bien conservados, podemos determinar el
número de días de un año. Estudios realizados utilizando
esta ingeniosa técnica indican que al principio del Cámbrico, hace unos 540 millones de años, la longitud del día
era sólo de 21 horas. Dado que la longitud del año, que viene determinada por el giro de la Tierra alrededor del Sol,
no cambia, el año Cámbrico contenía 424 días de 21 horas.
A finales del Devónico, hace unos 365 millones de años, un
año constaba de unos 410 días, y cuando empezaba el Pérmico, hace unos 290 millones de años, había 390 días al año.
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
Resumen
• El litoral es la zona que se extiende entre el nivel de
marea más bajo y la elevación más alta de la tierra
afectada por las olas de los temporales. La costa se extiende tierra adentro desde la costa hasta donde aún
pueden encontrarse estructuras relacionadas con el
océano. El litoral se divide en playa baja y playa alta. En
dirección al mar desde la anteplaya se hallan la ribera
cercana y la prerribera.
• Una playa es una acumulación de sedimento situada a
lo largo del borde continental del océano o de un lago.
Entre sus partes, hay una o más bermas y el frente de
playa. Las playas están compuestas del material que
abunda en la zona y deben considerarse material en
tránsito a lo largo de la costa.
• Las olas son energía en movimiento y el viento inicia la mayoría de olas oceánicas. Los tres factores que influyen en
la altura, la longitud y el período de una ola son: (1) la
velocidad del viento, (2) el tiempo durante el cual ha soplado el viento y (3) el fetch, la distancia que el viento ha
recorrido a través de mar abierto. Una vez que las
olas salen de la zona de tormenta, se denominan mar
de fondo y constituyen olas simétricas con una mayor
longitud de onda.
• A medida que las olas se desplazan, las partículas de
agua transmiten energía mediante el movimiento orbital
circular, que se extiende a una profundidad igual a la
mitad de la longitud de onda. Cuando una ola se desplaza hacia el agua somera, experimenta cambios físicos que pueden hacer que la ola se desplome o rompa
y forme arrastre.
• La erosión de las olas es causada por la presión de impacto
de la ola y la abrasión (la acción de sierra y molienda del
agua armada con fragmentos de roca). La flexura de las
olas se denomina refracción de la ola. Debido a la refracción, el impacto de la ola se concentra contra los laterales y los extremos de los salientes de tierra.
• La mayoría de las olas alcanza la costa en ángulo. La
batida y retroceso del agua de cada ola rompiente
mueve el sedimento según un modelo en zigzag a lo
largo de la playa. Este movimiento, denominado deriva litoral o de playa, puede transportar la arena centenares o incluso miles de metros cada día. Las olas
oblicuas producen también corrientes litorales dentro de
la zona de oleaje que fluye en paralelo a la costa.
• Las formas producidas por la erosión de la línea de
costa son los acantilados litorales (que se originan debi-
do a la acción cortante del oleaje contra la base del terreno costero), las plataformas de abrasión (superficies
relativamente planas que quedan tras el retroceso de
los acantilados), los arcos (formados cuando un cabo de
tierra es erosionado y dos cuevas de los lados opuestos se unen) y las chimeneas (que se forman cuando se
hunde el techo de un arco).
• Algunos de los rasgos deposicionales formados cuando el sedimento es movido por la deriva litoral y las
corrientes litorales son las flechas (crestas alargadas de
arena que se proyectan desde la tierra en la desembocadura de una bahía adyacente), las barras de bahía (barras de arena que atraviesan por completo una bahía)
y los tómbolos (cúmulos de arena que conectan una isla
con el continente o con otra isla). A lo largo de las llanuras de la costa atlántica y del Golfo, la zona litoral
se caracteriza por islas barrera, crestas bajas de arena
que discurren en paralelo a la costa a distancias comprendidas entre los 3 y los 30 kilómetros.
• Factores locales que influyen en la erosión de la línea
de costa son: (1) la proximidad de una costa a ríos cargados de sedimento; (2) el grado de actividad tectónica; (3) la topografía y la composición del terreno; (4)
los vientos y las condiciones meteorológicas predominantes, y (5) la configuración de la línea de costa y
de las zonas próximas al litoral.
• La estabilización firme consiste en la construcción de
estructuras masivas y duras para intentar proteger una
costa de la erosión o impedir el movimiento de arena
a lo largo de la playa. La estabilización firme incluye
los espigones (paredes bajas construidas en ángulo recto a la costa para retener la arena en movimiento), los
rompeolas (estructuras paralelas a la costa para protegerla de la fuerza de las grandes olas rompientes) y los
diques (que acorazan la costa para impedir que las olas
alcancen la zona situada detrás del muro). Entre las alternativas a la estabilización firme se cuentan la alimentación de playa, que supone la adición de arena para rellenar las playas erosionadas, y el traslado de los
edificios dañados o amenazados.
• Debido a las diferencias geológicas básicas, la naturaleza de los problemas de erosión de la costa a lo largo de
las costas atlántica y pacífica de Norteamérica es muy diferente. Gran parte del desarrollo ocurrido a lo largo
de las costas atlántica y del Golfo se ha producido en
islas barrera, que reciben toda la fuerza de las grandes tormentas. Gran parte de la costa del Pacífico se
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Preguntas de repaso
caracteriza por estrechas playas respaldadas por escarpados acantilados y cordilleras montañosas. Un
importante problema al que se enfrenta la línea de
costa del Pacífico es un estrechamiento de las playas
causado por la interrupción del flujo natural de los
materiales a la costa debido a la construcción de presas para regadío y para el control de inundaciones.
• Una clasificación habitualmente utilizada de las costas se basa en los cambios que han ocurrido con respecto al nivel del mar. Las costas de emersión, a menudo con acantilados litorales y plataformas de abrasión
por encima del nivel del mar, se desarrollan o bien
porque un área experimenta levantamiento o bien
como consecuencia de un descenso del nivel del mar.
A la inversa, las costas de inmersión, con sus desembocaduras fluviales inundadas, denominadas estuarios, se
crean cuando el nivel del mar se eleva o la tierra adyacente al mar se hunde.
• Las mareas, el ascenso y descenso diarios en la elevación de la superficie del océano en lugares determinados, están causadas por la atracción gravitacional de
la Luna y, en una menor proporción, por el Sol. La
Luna y el Sol producen un par de pandeos mareales en
la Tierra cada uno. Estos pandeos mareales permanecen en posiciones fijas en relación con los cuerpos que
587
se generan a medida que la Tierra rota a través de
ellos, lo cual resulta en mareas altas y bajas alternas.
Las mareas vivas tienen lugar cuando se aproximan
los períodos de luna llena y luna nueva, cuando el Sol
y la Luna están alineados y sus pandeos se suman y
producen mareas especialmente altas y bajas (un gran
intervalo mareal diario). A la inversa, las mareas muertas se producen alrededor de los períodos de cuarto
creciente y cuarto menguante de la Luna, cuando los
pandeos de la Luna y el Sol se sitúan en ángulo recto,
lo cual produce un intervalo mareal diario menor.
• En el mundo existen tres modelos mareales principales. Un
modelo mareal diurno exhibe una marea alta y una baja
cada día; un modelo mareal semidiurno exhibe dos mareas altas y dos bajas aproximadamente de la misma altura cada día; y un modelo mareal mixto suele tener dos
mareas altas y dos bajas de diferentes alturas cada día.
• Las corrientes mareales son movimientos horizontales
del agua que acompañan a la subida y bajada de las mareas. Las llanuras mareales son las áreas que se ven
afectadas por el avance y retroceso de las corrientes
mareales. Cuando las corrientes mareales disminuyen
de velocidad después de emerger de ensenadas estrechas, depositan el sedimento que finalmente crearán
los deltas mareales.
Preguntas de repaso
1. Distinga entre costa, línea de costa, litoral y línea litoral.
8. ¿Por qué a menudo las playas se denominan «ríos de
arena»?
2. ¿Qué es una playa? Distinga brevemente entre fondo de playa y berma. ¿De dónde proceden los sedimentos de la playa?
9. Describa la formación de las siguientes características: acantilados litorales, plataformas de abrasión,
rasas, flechas, barras de bahía y tómbolos.
3. Enumere tres factores que determinen la altura, la
longitud de onda y el período de una ola.
10. Enumere tres maneras mediante las cuales se originan las islas barrera.
4. Describa el movimiento de un objeto flotante cuando pasa una ola (véase Figura 20.4).
11. Los daños provocados por un huracán pueden dividirse en tres grandes categorías. Enumérelas. ¿Qué
categoría es responsable del mayor número de
muertes relacionadas con un huracán (véase Recuadro 20.1)?
5. Describa los cambios físicos que se producen en la velocidad, la longitud de onda y la altura de una ola a
medida que ésta avanza hacia el agua somera y rompe.
6. Describa dos maneras mediante las cuales las olas
causan erosión.
7. ¿Qué es la refracción de las olas? ¿Cuál es el efecto
de este proceso a lo largo de las líneas de costa irregulares? (véase Figura 20.7.)
12. Enumere algunos ejemplos de estabilización firme y describa para qué sirve cada uno. ¿Qué efecto tiene cada uno en la distribución de arena en la
playa?
13. Enumere dos alternativas a la estabilización firme,
indicando los posibles problemas con cada una.
0_Capítulo 20
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C A P Í T U L O 2 0 Líneas de costa
14. Relacione la formación de presas en los ríos con el
encogimiento de las playas en muchos lugares a lo
largo de la costa oeste de Estados Unidos. ¿Por qué
las playas más estrechas inducen una retirada acelerada de los acantilados marinos?
15. ¿Cuál es la relación entre la atmósfera más caliente
y un aumento mundial del nivel del mar (véase Recuadro 20.3)?
16. ¿Qué rasgos observables le inducirían a clasificar
un área costera como de emersión?
17. ¿Están los estuarios asociados con costas de inmersión o de emersión? Explíquelo.
18. Comente el origen de las mareas oceánicas. Explique por qué la influencia del Sol en las mareas terrestres es sólo aproximadamente la mitad de la correspondiente a la Luna, aunque el Sol es mucho
mayor que la Luna.
19. Explique por qué un observador puede experimentar dos mareas altas distintas durante un mismo día
(véase Figura 20.16).
20. ¿En qué se diferencian los modelos mareales diurno, semidiurno y mixto?
21. Distinga entre flujo y reflujo mareal.
22. ¿Cómo han afectado las mareas a la rotación de la
Tierra? ¿Cómo demuestran los geólogos esta idea?
Términos fundamentales
abrasión
acantilado litoral
alimentación de playa
altura de ola
arco litoral
arrastre
barra de bahía
berma
corriente litoral
corriente mareal
costa
costa de emersión
costa de inmersión
chimenea litoral
delta mareal
deriva litoral o de playa
dique
espigón
estabilización firme
estuario
fetch
flecha
flujo mareal
frente de playa
isla barrera
línea de costa
línea litoral
litoral
longitud de onda
llanura mareal
malecón
marea
marea muerta
marea viva
modelo mareal diurno
modelo mareal mixto
modelo mareal
semidiurno
período de ola
plataforma de abrasión
playa
playa alta
playa baja
rasa
reflujo de la marea
refracción de la ola
ribera cercana
rompeolas
tómbolo
zona litoral
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
• Reflexión crítica y ejercicios escritos basados en la
web.
• Enlaces a recursos web específicos para el capítulo.
• Búsquedas de términos clave en toda la red.
http://www.librosite.net/tarbuck
1_Capítulo 21
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CAPÍTULO 21
Energía y recursos
minerales
Recursos renovables y no renovables
Recursos energéticos
Energía hidroeléctrica
Energía geotérmica
Energía mareal
Carbón
Recursos minerales
Petróleo y gas natural
Recursos minerales y procesos
ígneos
Formación del petróleo
Trampas petrolíferas
Algunos efectos ambientales
de la combustión
de los combustibles fósiles
Contaminación del aire urbano
El dióxido de carbono y el calentamiento
global
Arenas asfálticas y lutitas bituminosas:
¿petróleo para el futuro?
Arenas asfálticas
Lutitas bituminosas
Fuentes de energía alternativas
Energía nuclear
Energía solar
Energía eólica
Segregación magmática
Diamantes
Soluciones hidrotermales
Recursos minerales y procesos
metamórficos
Meteorización y yacimientos
de menas
Bauxita
Otros depósitos
Depósitos de placeres
Recursos minerales no metálicos
Materiales de construcción
Minerales industriales
589
1_Capítulo 21
590
10/6/05
08:18
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
L
os materiales que extraemos de la Tierra son la base
de la civilización moderna. Los recursos minerales y
energéticos de la corteza son la materia prima a partir de la cual se fabrican los productos utilizados por la
sociedad. Como la mayoría de las personas que vive en
naciones muy industrializadas, quizá se dé cuenta de la
cantidad de recursos que son necesarios para mantener su
actual estilo de vida. En la Figura 21.1 se muestra el consumo anual per capita de varios recursos minerales metálicos y no metálicos en Estados Unidos. Se trata de la porción prorrateada para cada persona de los materiales que
la industria necesita para proporcionar el enorme conjunto de casas, coches, electrodomésticos, cosméticos, enva-
ses, y así sucesivamente, que demanda la sociedad moderna. Las cifras son comparables a las de otros países muy
industrializados, como Canadá, Australia y varias naciones
de la Europa occidental.
El número de recursos minerales diferentes que necesitan las industrias modernas es grande. Aunque algunos países, entre ellos Estados Unidos, tienen depósitos sustanciales
de muchos minerales importantes, ninguna nación es del
todo autosuficiente. Esto refleja el hecho de que los yacimientos importantes están limitados en número y sean de
aparición localizada. Todos los países deben depender del comercio internacional para satisfacer al menos alguna de sus
necesidades.
▲
Figura 21.1 El consumo anual per
capita de recursos minerales metálicos y
no metálicos para Estados Unidos es de
casi 10.000 kilogramos (10 toneladas).
Alrededor del 94 por ciento de los
materiales utilizados son no metálicos.
(Tomado del U. S. Bureau of Mines.)
Recursos no metálicos
360 kg
Cemento
3860 kg
Arena y grava
4100 kg
Piedra
220 kg
Arcillas
200 kg
Sal
140 kg
Rocas fosfáticas
480 kg
Otros no metales
Recursos metálicos
25 kg
Aluminio
550 kg
Hierro y acero
6 kg
Plomo
5 kg
Cinc
6 kg
Manganeso
10 kg
Cobre
9 kg
Otros metales
10/6/05
08:18
Página 591
591
Recursos energéticos
Recursos renovables y no renovables
Los recursos suelen dividirse en dos amplias categorías:
renovables y no renovables. Los recursos renovables
pueden volver a recuperarse en tiempos relativamente
cortos, de meses, años o decenios. Ejemplos comunes son
las plantas y los animales que proporcionan alimento, las
fibras naturales que sirven para la fabricación de ropas o
los árboles para madera y papel. La energía procedente de
las aguas de escorrentía, el viento y el sol se consideran
también renovables.
Por el contrario, los recursos no renovables siguen formándose en la Tierra, pero los procesos que los
crean son tan lentos que se tarda millones de años en acumular depósitos significativos. En lo que se refiere al ser
humano, la Tierra contiene cantidades fijas de esas sustancias. Cuando se hayan extraído mediante bombeo o explotación minera los suministros actuales de la Tierra, no
habrá más. Son ejemplos de estos últimos los combustibles (carbón, petróleo, gas natural) y muchos metales importantes (hierro, cobre, uranio, oro). Algunos de estos recursos no renovables, como el aluminio, pueden utilizarse
una y otra vez; otros, como el petróleo no pueden reciclarse.
A veces, algunos recursos pueden pertenecer a cualquiera de las dos categorías, según cómo se utilicen. El
agua subterránea es un ejemplo de ello. En los lugares
donde se bombee del suelo a una velocidad que permita
su recuperación, el agua subterránea puede clasificarse
como recurso renovable. Sin embargo, en los lugares en
los que el agua subterránea se extrae más deprisa de lo que
se recarga, el nivel freático desciende de manera uniforme. En este caso se está «explotando» el agua subterránea
exactamente igual que otros recursos no renovables*.
En la Figura 21.2 se pone de manifiesto el rápido
crecimiento de la población de nuestro planeta. Aunque
el número de habitantes no alcanzó 1.000 millones hasta
el comienzo del siglo XIX, sólo 130 años después la población se duplicó hasta 2.000 millones. Entre 1930 y
1975 la cifra se volvió a duplicar, a 4.000 millones, y en
2015 más de 7.000 millones de personas poblarán la Tierra. Evidentemente, a medida que la población crece, la
demanda de recursos también se amplía. Sin embargo, la
velocidad de utilización de los recursos minerales y energéticos ha crecido más deprisa que la población. Esto es
consecuencia de un nivel de vida cada vez mayor. En Estados Unidos, que sólo representa el 6 por ciento de la población mundial, utiliza aproximadamente el 30 por ciento de la producción anual mundial de recursos minerales
y energéticos.
* El problema del descenso de los niveles freáticos se comenta en el Capítulo 11.
8
6.300 millones
(2003)
7
6
4.000 millones
(1975)
5
4
2.000 millones
(1930)
3
2
1.000 millones
(a principios de 1800)
Población mundial (miles de millones)
1_Capítulo 21
1
4000
2000
0
A. C.
D. C.
Año
2000
0
▲ Figura 21.2 Crecimiento de la población mundial. Hasta el
año 1800 no se alcanzó la cifra de 1.000 millones. En 2015, más
de 7.000 millones de personas habitarán el planeta. La demanda
de recursos básicos está creciendo más deprisa que la población.
(Datos del Population Reference Bureau.)
¿Por cuánto tiempo los recursos que nos quedan
nos permitirán mantener el nivel de vida cada vez mayor
que caracteriza a los países industrializados actuales y seguirá abasteciendo las crecientes necesidades de las regiones en vías de desarrollo? ¿Cuánto deterioro ambiental estamos dispuestos a aceptar para conseguir recursos?
¿Pueden encontrarse alternativas? Si hemos de afrontar
una demanda per capita creciente y una población mundial
en crecimiento, debemos comprender cuáles son nuestros
recursos y sus límites.
Recursos energéticos
El carbón, el petróleo y el gas natural son los principales
combustibles de nuestra moderna economía industrial
(Figura 21.3). Aproximadamente el 86 por ciento de la
energía consumida en Estados Unidos en la actualidad
procede de esos combustibles fósiles básicos. Aunque quizá no haya gran escasez durante muchos años, las reservas que conocemos están disminuyendo. Pese a las nuevas
exploraciones, incluso en regiones muy remotas y ambientes muy severos, las nuevas fuentes de petróleo no
mantienen el ritmo del consumo.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
abastecido tradicionalmente nuestras necesidades energéticas, así como las fuentes que proporcionarán una porción creciente de nuestros requisitos futuros.
Energía nuclear
8%
Carbón 23%
Gas natural
24%
Energía
renovable
6%
Solar
1%
Petróleo
39%
Biomasa
50%
Eólica
1%
Total = 96,935 billones de btu
Hidroeléctrica
42%
Geotérmica
6%
Total = 5,668 billones de btu
▲ Figura 21.3 Consumo de energía de Estados Unidos, 2001. El
total se aproximaba a los 97 billones de btu. Por cierto, un billón es
1012, o un millón de millones. Un billón de btu es una unidad
adecuada para referirse al uso total de energía en Estados Unidos.
(Fuente: Departamento de Energía de Estados Unidos,
Administración de Información sobre Energía.)
A menos que se descubran nuevas y grandes reservas de petróleo (lo que es posible, pero no probable), una
porción mayor de nuestras necesidades futuras habrá de
proceder del carbón y de fuentes de energía alternativa,
como la energía nuclear, geotérmica, solar, eólica, mareal e hidroeléctrica (véase Recuadro 21.1). A veces se mencionan dos combustibles alternativos, las arenas asfálticas
y las lutitas bituminosas, como nuevas fuentes prometedoras de combustibles líquidos. En las siguientes secciones, examinaremos brevemente los combustibles que han
▲
Recuadro 21.1
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
En la Figura 21.3 se muestra una biomasa como una
forma de energía renovable. ¿Qué es exactamente la
biomasa?
El término biomasa se refiere a la materia orgánica que puede quemarse directamente como combustible o transformarse para ser quemada. Biomasa es un término relativamente nuevo para los combustibles humanos más antiguos.
Son ejemplos la madera de combustión, el carbón vegetal, los
residuos de las cosechas y los restos de animales. La combustión de la biomasa tiene una importancia especial en las
economías emergentes.
Carbón
Junto con el petróleo y el gas natural, al carbón se le suele denominar combustible fósil. Dicha designación es
apropiada porque cada vez que quemamos carbón estamos
utilizando la energía solar que fue almacenada por las
plantas hace muchos millones de años. De hecho, estamos
quemando un «fósil».
Entender la Tierra
Hidratos de gas: un combustible procedente de los sedimentos
del fondo oceánico
Los hidratos de gas son estructuras químicas
inusualmente compactas compuestas de
agua y gas natural. El tipo más común de
gas natural es el metano, que produce hidrato de metano. Los hidratos de gas natural
aparecen debajo de zonas de permafrost en
los continentes y bajo el fondo oceánico a
profundidades inferiores a 525 metros.
La mayoría de los hidratos de gas
oceánicos se crea cuando las bacterias
descomponen la materia orgánica atrapada en los sedimentos del fondo oceánico,
produciendo gas metano con pequeñas
cantidades de etano y propano. Estos gases se combinan con el agua en los sedimentos de las profundidades oceánicas
(donde las presiones son elevadas y las
temperaturas, bajas) de modo que el gas
queda atrapado dentro de una jaula en
forma de reja de moléculas de agua.
Los buques que han perforado los hidratos de gas han extraído núcleos de barro mezclado con fragmentos y capas de
hidratos de gas que se consumen y se evaporan con rapidez cuando se exponen a las
condiciones relativamente cálidas y de
baja presión en la superficie oceánica. Los
hidratos de gas parecen fragmentos de
hielo, pero se prenden cuando los enciende una llama, ya que el metano y otros gases inflamables son liberados a medida que
los hidratos de gas se evaporan.
En algunos cálculos se indica que
hasta 20 billones de metros cúbicos de
metano están atrapados en sedimentos
que contienen hidratos de gas, lo que
equivale aproximadamente al doble del
carbono de las reservas combinadas de
carbón, petróleo y gas convencional de
la Tierra. Un gran inconveniente de la
explotación de reservas de hidrato de
gas es que éstas se descomponen rápidamente a las temperaturas y las presiones de la superficie. No obstante, en el
futuro, estas enormes reservas de energía del fondo oceánico pueden ayudar a
suministrar energía a la sociedad moderna.
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Carbón
El carbón ha sido un combustible importante durante siglos. En el siglo XIX y principios del XX, el carbón,
barato y abundante, impulsó la revolución industrial. En
1900, el carbón proporcionaba el 90 por ciento de la energía utilizada en Estados Unidos. Aunque todavía importante, en la actualidad el carbón representa alrededor del
20 por ciento de las necesidades energéticas de esta nación
(Figura 21.3).
Hasta la década de los años cincuenta, el carbón
constituyó un combustible importante para proporcionar calefacción doméstica, así como una fuente de energía para la industria. Sin embargo, su uso directo en el hogar ha sido en gran medida sustituido por el petróleo, el
gas natural y la electricidad. Se prefieren estos combustibles porque es más fácil disponer de ellos (se distribuyen
a través de tuberías, tanques o cables) y más limpios de
usar.
No obstante, el carbón sigue siendo el principal
combustible utilizado en las centrales de energía para
nuestros hogares. Más del 70 por ciento del carbón que se
consume en la actualidad se utiliza para la generación de
electricidad. A medida que las reservas de petróleo vayan
disminuyendo en los años venideros, puede aumentar el
uso del carbón. Es posible ampliar la producción de carbón, porque el mundo tiene enormes reservas, así como
la tecnología necesaria para extraerlo de manera eficaz de
las minas. En Estados Unidos, los yacimientos de carbón
son abundantes y su suministro duraría centenares de años
(Figura 21.4).
Aunque el carbón es abundante, su recuperación y
su uso representan una serie de problemas. La minería de
superficie puede convertir el paisaje en un erial lleno de
cicatrices si no se lleva a cabo una recuperación cuidadosa (y costosa) para restaurar el terreno. (En la actualidad,
todas las canteras de Estados Unidos deben restaurar el terreno.) Aunque las minas subterráneas no crean cicatrices
en el paisaje con la misma intensidad, han sido costosas en
términos de salud y vidas humanas.
Además, la minería subterránea dejó de ser hace
tiempo una operación de pico y pala, y en la actualidad es
un proceso muy mecanizado e informatizado. Las firmes
leyes federales de seguridad han hecho que la minería estadounidense sea bastante segura. Sin embargo, siguen
existiendo los riesgos de hundimiento de los techos, y de
explosiones de gas, así como los derivados de trabajar con
equipo pesado.
La contaminación del aire es un problema importante asociado con la combustión del carbón. Mucho carbón contiene cantidades significativas de azufre. Pese a los
esfuerzos por eliminar el azufre antes de quemar el carbón,
Valor
calórico
medio
Antracita
12,700 Btu/lb
Carbón bituminoso
13,100 Btu/lb
0
0 500
Kilómetros
593
500
Kilómetros
Carbón subituminoso
9500 Btu/lb
Lignito
6700 Btu/lb
▲ Figura 21.4 Yacimientos de carbón de Estados Unidos. (Datos del Bureau of Mines, Departamento de Interior de Estados Unidos.)
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
siempre queda algo; cuando el carbón se quema, el azufre
se transforma en nocivos gases de óxido de azufre. A través
de una serie de reacciones químicas complejas que ocurren
en la atmósfera, los óxidos de azufre se convierten en ácido sulfúrico, que luego cae a la superficie terrestre en forma de lluvia o de nieve. Esta lluvia o nevada ácida puede tener efectos ecológicos adversos sobre áreas extensas (véase
Recuadro 6.2).
Como probablemente ninguno de los problemas
que se acaban de mencionar vaya a impedir una mayor
utilización de este combustible, importante y abundante, deben hacerse esfuerzos más intensos para corregir los problemas asociados con la minería y el uso
del carbón.
Petróleo y gas natural
El petróleo y el gas natural se encuentran en entornos similares y normalmente aparecen juntos. Los dos consisten en diversos compuestos de hidrocarburos (compuestos que contienen hidrógeno y carbono) mezclados entre
sí. También pueden contener pequeñas cantidades de
otros elementos, como azufre, nitrógeno y oxígeno. Como
el carbón, el petróleo y el gas natural son productos biológicos derivados de los restos de organismos. Sin embargo, los ambientes en los que se formaron, así como los
organismos de los que derivan, son muy diferentes. El
carbón se forma fundamentalmente a partir de materia vegetal que se acumuló en un entorno pantanoso por encima del nivel del mar. El petróleo y el gas proceden de los
restos de plantas y animales de origen marino.
Formación del petróleo
La formación del petróleo es compleja y no totalmente
comprendida. No obstante, sabemos que empieza con la
acumulación de sedimentos en áreas oceánicas ricas en
restos vegetales y animales. Estas acumulaciones deben
aparecer allí donde la actividad biológica es elevada,
como en las áreas próximas a la costa. Sin embargo, la
mayoría de los entornos marinos son ricos en oxígeno,
lo que lleva a la descomposición de los restos orgánicos
antes de que puedan ser enterrados por otros sedimentos. Por consiguiente, las acumulaciones de petróleo y de
gas no están tan generalizadas como los entornos marinos que sustentan la abundante actividad biológica. A
pesar de este factor limitante, grandes cantidades de materia orgánica se entierran y protegen de la oxidación en
muchas cuencas sedimentarias cerca de la costa. Al aumentar el enterramiento a lo largo de millones de años,
las reacciones químicas transforman gradualmente parte de la materia orgánica original en los hidrocarburos
líquidos y gaseosos que denominamos petróleo y gas natural.
A diferencia de la materia orgánica a partir de la
cual se formaron, el petróleo y el gas natural recién creados son móviles. Esos fluidos son gradualmente exprimidos de las capas compactadas, ricas en fango, donde se originan, hacia lechos permeables adyacentes, como la
arenisca, donde los poros entre los granos de sedimento
son mayores. Dado que esto ocurre bajo el agua, las capas
de roca que contienen el petróleo y el gas se saturan de
agua. Pero el petróleo y el gas son menos densos que el
agua, de manera que migran hacia arriba a través de los espacios porosos llenos de agua de las rocas que los encierran. A menos que algo obstaculice esta migración ascendente, los fluidos acabarán alcanzando la superficie,
momento en el cual los componentes volátiles se evaporarán.
Trampas petrolíferas
A veces la migración ascendente se ve interrumpida. Un
ambiente geológico que permite la acumulación de cantidades económicamente significativas de petróleo y gas
bajo tierra se denomina trampa petrolífera. Diversas
estructuras geológicas pueden actuar como trampas petrolíferas, pero todas tienen en común dos condiciones
básicas: una roca almacén, permeable y porosa, que suministrará petróleo y gas natural en cantidades suficientes para hacer rentable la perforación; y una roca de tapa
impermeable, como las lutitas, que son prácticamente
impermeables al petróleo y al gas. La roca de tapa interrumpe el sentido ascendente del petróleo y el gas e impide que escapen a la superficie.
En la Figura 21.5 se ilustran algunas trampas comunes de petróleo y gas natural. Una de las más sencillas
es un anticlinal, una serie de estratos sedimentarios arqueados hacia arriba (Figura 21.5A). A media que los estratos se pliegan, el petróleo y el gas ascendentes se acumulan en su charnela. Debido a su menor densidad, el gas
natural se acumula por encima del petróleo. Los dos descansan sobre el agua, más densa, que satura la roca almacén. Uno de los mayores campos petrolíferos del mundo,
El Nala, en Arabia Saudí, es consecuencia de una trampa
anticlinal, al igual que el famoso Teapot Dome en Wyoming.
En los lugares donde los estratos se desplazan de tal
manera que consiguen arrastrar una roca almacén buzante hasta colocarla frente a una capa impermeable, como se
muestra en la Figura 21.5B, se forman trampas de falla. En
este caso, la migración ascendente del petróleo y el gas se
interrumpirá allí donde se encuentra la falla.
En la región de la llanura costera del golfo de Estados Unidos, se producen acumulaciones importantes de
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Petróleo y gas natural
Pozo
Pozo
Ro
Gas
Petróleo
595
ca
Roca
almacén
de
tap
a
Gas
Roca de tapa
Agua
Petróleo
Agua
A.
Roca
almacén
B.
Pozo
Pozo
Petróleo
Pozo
Pozo
Gas
Roca de tapa
Petróleo
Gas
Agua
Petróleo
Sal
Agua
C.
Roca almacén
Agua
D.
▲ Figura 21.5 Trampas petrolíferas comunes. A. Anticlinal. B. Trampa de falla. C. Domo salino. D. Trampa estratigráfica.
petróleo en asociación con domos salinos. Esas áreas tienen
potentes acumulaciones de estratos sedimentarios, entre
ellos los de salgema. La sal que aparece a grandes profundidades se ha visto forzada a ascender en columnas
por la presión de los estratos situados por encima de ella.
Estas columnas ascendentes de sal deforman gradualmente los estratos que tienen por encima. Dado que el petróleo y el gas migran al nivel más elevado posible, se
acumulan en los estratos levantados de arenisca, adyacentes a la columna de sal (Figura 21.5C).
Aún hay otra importante situación geológica que
puede inducir acumulaciones significativas de petróleo y
gas, denominada trampa estratigráfica. Estas estructuras
que contienen petróleo se forman principalmente como
consecuencia del modelo original de sedimentación, más
que como consecuencia de deformación estructural. La
trampa estratigráfica ilustrada en la Figura 21.5D existe
porque un estrato inclinado de arenisca se acuña lateralmente hasta desaparecer.
Cuando se perfora la cubierta creada por la roca de
tapa, el petróleo y el gas natural, que están bajo presión,
migran desde los espacios porosos de la roca madre hasta
el orificio de perforación. En algunas ocasiones, aunque
raras, la presión del fluido es grande y puede obligar al petróleo a ascender por el orificio de perforación hasta la superficie creando un «pozo surgente», o fuente de petróleo en la superficie. Normalmente, sin embargo, se precisa
una bomba para sacar el petróleo.
La perforación no es la única manera mediante la
cual el petróleo y el gas pueden escapar de una trampa.
Las trampas pueden romperse por las fuerzas naturales.
Por ejemplo, los movimientos de la Tierra pueden crear
fracturas que permitan la salida de los fluidos con hidrocarburos. La erosión en la superficie puede abrir una brecha en la trampa, con resultados similares. Cuanto más
antiguos sean los estratos de roca, mayor será la probabilidad de que una tapadera se vea afectada por la deformación o la erosión. De hecho, no en todas las edades las
rocas proporcionan petróleo y gas en las mismas proporciones. La mayor producción procede de las rocas más jóvenes, las del Cenozoico. Las rocas del Mesozoico, más
antiguas, producen considerablemente menos, seguidas
de los estratos aún más antiguos del Paleozoico, que producen cantidades aún menores. No se produce prácticamente petróleo en las rocas más antiguas, las del Precámbrico.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
Algunos efectos ambientales
de la combustión
de los combustibles fósiles
La humanidad se enfrenta a una amplia diversidad de problemas ambientales causados por ella misma. Entre los
más graves se cuentan los impactos sobre la atmósfera que
son consecuencia de la combustión de los combustibles fósiles. La contaminación del aire urbano, la lluvia ácida y
el calentamiento global (efecto invernadero) están estrechamente vinculados al uso de esos recursos energéticos
básicos.
Contaminantes primarios
Compuestos
orgánicos
volátiles
Óxidos
Óxidos de 13,6% de azufre
16,4%
nitrógeno
14,8%
Partículas
6,0%
Monóxido de carbono
49,1%
Los que son
Almacenamiento
de residuos sólidos
2,5%
Contaminación del aire urbano
Los contaminantes del aire son partículas y gases transportados por el aire que aparecen en concentraciones que
ponen en peligro la salud y el bienestar de los organismos
y alteran el funcionamiento ordenado del ambiente.
Para las personas que viven en las ciudades, la contaminación del aire es una cuestión grave. La ciudad se ha
descrito, con toda precisión, como un reactor químico gigante que puede producir una notable variedad de productos indeseables. En la Figura 21.6 se muestran los principales contaminantes primarios y las fuentes que los
producen. Los contaminantes primarios son emitidos directamente a partir de fuentes identificables. Contaminan
el aire inmediatamente después de ser emitidos.
La importancia de la categoría de transporte es obvia. El consumo de combustibles para transporte representa casi la mitad de nuestra contaminación (en peso).
Los centenares de millones de coches y camiones que circulan por las carreteras son los principales contribuyentes en esta categoría. En la Figura 21.6 se muestra también
que la segunda gran fuente de contaminantes primarios es
la combustión procedente de fuentes estacionarias, como
las plantas generadoras de electricidad.
Cuando se producen reacciones químicas entre los
contaminantes primarios, se forman los contaminantes secundarios. La nociva mezcla de gases y de partículas que
constituyen el smog urbano es un ejemplo importante; el
smog se crea cuando los compuestos orgánicos volátiles y
los óxidos de nitrógeno procedentes de los tubos de escape de los vehículos reaccionan en presencia de la luz del
sol (véase Recuadro 21.2).
El dióxido de carbono y el calentamiento
global
El calentamiento de las capas inferiores de la atmósfera es
un problema a escala mundial. A diferencia de la lluvia ácida y de la contaminación del aire urbano, esta cuestión no
Procesos
industriales
15,0%
Combustión
de combustibles
de origen estacionario
27,3%
Diversos
9,0%
Transporte
46,2%
De dónde proceden
▲ Figura 21.6 Principales contaminantes primarios y sus fuentes.
Los porcentajes se calculan en función del peso. (Datos de la
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.)
está asociada con ninguno de los contaminantes primarios
de la Figura 21.6. Antes bien, la conexión entre el calentamiento global y la quema de combustibles fósiles está relacionada con un producto básico de la combustión, el
dióxido de carbono.
Efecto invernadero El dióxido de carbono (CO2) es un
gas que se encuentra de forma natural en la atmósfera y
que está aumentando como consecuencia de la quema de
los combustibles. Aunque el CO2 representa sólo alrededor del 0,037 por ciento (370 partes por millón) del aire
limpio y seco, desde el punto de vista meteorológico este
porcentaje es, sin embargo, significativo. La importancia
del dióxido de carbono reside en el hecho de que es transparente a la radiación solar entrante de longitud de onda
corta, pero no lo es a una parte de la radiación de longitud de onda más larga emitida por la Tierra (Figura 21.7).
Una porción de la energía que abandona el suelo es absorbida por el dióxido de carbono y posteriormente reemitida en parte hacia la superficie, manteniendo con ello
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▲
Algunos efectos ambientales de la combustión de los combustibles fósiles
1. Gran parte de la radiación solar entrante
de longitud de onda corta atraviesa
la atmósfera y calienta la superficie de la Tierra
3. Los gases que producen el efecto
invernadero absorben la radiación
de longitud de onda larga que sale
y vuelven a radiar algo de esa
energía en dirección a la Tierra,
atrapando así el calor en las capas
atmosféricas inferiores.
Figura 21.7 El calentamiento de la
atmósfera. La mayor parte de la radiación
de longitud de onda corta procedente del
Sol que no se refleja de vuelta al espacio
atraviesa la atmósfera y es absorbida por la
superficie continental y oceánica de la
Tierra. Luego, esta energía se emite desde la
superficie en forma de radiación de
longitud de onda más larga; gran parte de
esta radiación es absorbida por ciertos gases
de la atmósfera. Una parte de la energía
absorbida por la atmósfera se radiará en
dirección a la Tierra. Este efecto, llamado
efecto invernadero, es el responsable de
mantener la superficie terrestre mucho más
caliente de lo que estaría.
2. Los objetos de la superficie de la Tierra
emiten en dirección al cielo radiación
de longitud de onda larga.
más caliente el aire que está cerca del suelo de lo que estaría sin dióxido de carbono. Por tanto, el dióxido de carbono es uno de los gases responsables del calentamiento
de las capas inferiores de la atmósfera. El proceso se denomina efecto invernadero (Figura 21.7). Dado que el dióxido de carbono es un absorbente calorífico importante,
cualquier cambio en el contenido de dióxido de carbono
del aire podría alterar las temperaturas de las capas inferiores de la atmósfera.
Los niveles de CO2 están aumentando Aunque la proporción del dióxido de carbono del aire es relativamente
uniforme en cualquier momento, su porcentaje ha ido aumentando de manera estable durante más de un siglo (Figura 21.8). Gran parte de este aumento es consecuencia
de la quema de cantidades crecientes de combustibles fósiles*. Desde la mitad del siglo XIX hasta 2003, ha habido
un incremento de más del 25 por ciento del contenido de
dióxido de carbono en el aire.
Respuesta de la atmósfera Dado el aumento del contenido de dióxido de carbono de la atmósfera, ¿han aumentado en realidad las temperaturas a escala mundial? La respuesta es afirmativa. Un informe del Intergovernmental
Panel on Climate Change (IPCC)** indica lo siguiente:
* Aunque la utilización de los combustibles fósiles es el medio principal
por el que los seres humanos añaden CO2 a la atmósfera, el aclaramiento de los bosques, especialmente en los trópicos, contribuye también de
manera sustancial. El dióxido de carbono se va liberando conforme la vegetación se quema o se descompone.
** Intergovernmental Panel on Climate Change, Climate Change 2001:
The Scientific Basis. Cambridge, Reino Unido: Cambridge University
Press, 2001, pág. 2.
• Durante el siglo XX, la temperatura superficial
media del mundo aumentó alrededor de 0,6 °C.
• A escala mundial, es muy probable que los años
noventa fueran la década más cálida y que 1998
fuera el año más caluroso desde 1861 (Figura 21.9).
• En los nuevos análisis de datos del hemisferio
norte se indica que es probable que el aumento de la temperatura en el siglo XX haya sido el
mayor de cualquier siglo durante los últimos
1.000 años.
¿Estas tendencias térmicas son provocadas por la actividad
humana o habrían sucedido de todos modos? Los científicos son cautelosos, pero parecen convencidos de que la
actividad humana ha representado un papel importante.
En un informe del IPCC de 1996 se afirmaba que «el balance de las pruebas sugiere una influencia humana apreciable en el clima mundial»*. Cinco años después, el IPCC
afirmó que «hay pruebas nuevas y más convincentes de
que la mayor parte del calentamiento observado durante
los últimos 50 años es atribuible a la actividad humana»**.
¿Pero qué depara el futuro? En los modelos se proyectan
unos niveles de CO2 atmosférico de 540 a 970 ppm para
el año 2100. Con un aumento de este tipo, ¿cómo cambiarán las temperaturas mundiales? A continuación se expone algo de lo que el informe de 2001 del IPCC tiene
que decir al respecto***:
* Intergovernmental Panel on Climate Change, Climate Change 1995:
The Science of Climate Change. Nueva York: Cambridge University Press,
1996.
** IPCC, Climate Change 2001: The Scientific Basis, pág. 10.
*** IPCC, Climate Change 2001: The Scientific Basis, pág. 13.
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▲
Recuadro 21.2
El hombre y el medio ambiente
Aerosoles procedentes del «Volcán humano»
El aumento de los niveles de dióxido de
carbono y otros gases invernadero en la
atmósfera es la influencia humana más directa en el clima mundial. Pero no es el
único impacto. Las actividades humanas
que contribuyen al contenido de aerosoles en la atmósfera también afectan al clima mundial. Los aerosoles son partículas
pequeñas, a menudo microscópicas, líquidas y sólidas, que están suspendidas en
el aire. Los aerosoles atmosféricos están
compuestos por muchos materiales distintos, entre ellos el suelo, el humo, la sal
marina y el ácido sulfúrico. Las fuentes
naturales son numerosas e incluyen fenómenos como las tormentas de polvo y los
volcanes. En el Capítulo 5 hemos aprendido que algunos volcanes explosivos
(como el monte Pinatubo) emiten grandes cantidades de dióxido de azufre hacia
la atmósfera. Este gas se combina con el
vapor de agua y produce nubes de pequeños aerosoles de ácido sulfúrico que pueden provocar un descenso de las temperaturas del aire cerca de la superficie al
reflejar la energía solar hacia el espacio.
Por consiguiente, se debe a aerosoles de
ácido sulfúrico producidos por las actividades humanas.
En la actualidad, la contribución humana de aerosoles a la atmósfera iguala la
cantidad emitida por las fuentes naturales. La mayoría de aerosoles generados
por el ser humano procede del dióxido
de azufre emitido durante la combustión
de combustibles fósiles y como una consecuencia de la combustión de vegeta-
ción para despejar los terrenos agrícolas.
Las reacciones químicas de la atmósfera transforman el dióxido de azufre en
aerosoles de azufre, el mismo material
que produce la lluvia ácida (véase Recuadro 6.2).
Los aerosoles producidos por la actividad humana actúan directamente reflejando la luz solar hacia el espacio e indirectamente formando nubes, reflectores
«más brillantes». El segundo efecto está
relacionado con el hecho de que los aerosoles de ácido sulfúrico atraen agua y,
por tanto, son especialmente eficaces
como núcleos de condensación de nubes
(pequeñas partículas sobre las que el vapor de agua se condensa). La gran cantidad de aerosoles producida por las actividades humanas (en especial las emisiones
industriales) provocan un aumento de la
cantidad de gotas que se forman en el interior de una nube. Un número mayor de
gotitas aumenta el brillo de la nube, es
decir, se refleja más luz solar hacia el espacio.
A través de la reducción de la cantidad
de energía solar disponible para el sistema climático, los aerosoles tienen un claro efecto refrigerante. En algunos estudios se indica que el efecto refrigerante
de los aerosoles generados por el ser humano podría compensar una parte del calentamiento mundial causado por las cantidades crecientes de gases invernadero
en la atmósfera. La magnitud y la extensión del efecto refrigerante de los aerosoles son muy inciertas. Esta incertidum-
• Se prevé que la temperatura superficial media de
la Tierra aumentará entre 1,4 y 5,8 °C en 2100.
• La velocidad prevista de calentamiento es mucho mayor que los cambios observados durante
el siglo XX y es muy probable que no tenga precedentes durante al menos los últimos 10.000
años.
• Es muy probable que casi todas las zonas continentales se calienten con más rapidez que la media mundial, en particular las zonas situadas en las
latitudes altas septentrionales durante la estación
fría.
bre es un obstáculo importante en el
avance de nuestro conocimiento de cómo
los seres humanos alteran el clima terrestre.
Es importante señalar algunas diferencias significativas entre el calentamiento global por gases invernadero y
el enfriamiento por aerosoles. Tras su
emisión, los gases invernadero como el
dióxido de carbono permanecen en la
atmósfera durante muchas décadas. Por
el contrario, los aerosoles liberados en
la zona inferior de la atmósfera permanecen allí durante sólo unos pocos días
o, como máximo, unas pocas semanas
antes de que la precipitación los «limpie». A causa de su corta supervivencia
en la atmósfera, los aerosoles generados
por el ser humano se distribuyen de
manera irregular por el mundo. Como
cabía esperar, se concentran cerca de las
áreas que los producen, es decir, las regiones industrializadas que queman
combustibles fósiles y las zonas continentales donde se quema vegetación
(Figura 21.A).
Dado que la supervivencia de los aerosoles generados por el ser humano en
la atmósfera es corta, el efecto del «volcán humano» en el clima actual está determinado por la cantidad de material
emitido durante las semanas anteriores.
Por el contrario, el dióxido de carbono
liberado en la atmósfera permanece durante períodos mucho más largos y, por
tanto, influye en el clima durante muchas décadas.
Algunas posibles consecuencias Los efectos de un rápido cambio térmico son una cuestión muy preocupante e
incierta. Dado que el sistema climático es tan complejo,
la predicción de la distribución de cambios regionales
concretos es todavía muy especulativa. Sin embargo, pueden darse escenarios plausibles para escalas mayores de
espacio y tiempo. Un impacto importante del calentamiento mundial inducido por el ser humano es un probable aumento del nivel del mar. Este efecto se examina
en el Capítulo 20, Recuadro 20.3. Entre los posibles cambios climáticos se cuentan las modificaciones en las trayectorias de las tormentas ciclónicas a gran escala, que, a
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Algunos efectos ambientales de la combustión de los combustibles fósiles
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▲ Figura 21.A Los aerosoles generados por el ser humano se concentran cerca de las áreas que los producen. Dado que los aerosoles
reducen la cantidad de energía solar disponible en el sistema climático, tienen un claro efecto refrigerante. En esta imagen por satélite se
muestra una capa densa de contaminación sobre el centro de China; lo suficientemente densa como para que una parte de la línea de
costa sea difícil de ver. Es fácil de distinguir la contaminación (gris) de las nubes (blanco brillante). (Imagen cortesía de la NASA.)
su vez, afectarán a la distribución de la precipitación y la
aparición de un clima severo. Otras posibilidades son las
tormentas tropicales más fuertes y el aumento de la frecuencia y la intensidad de las olas de calor y las sequías
(Tabla 21.1).
Los cambios que se produzcan adoptarán probablemente la forma de modificaciones ambientales
graduales que serán imperceptibles para la mayoría de
las personas de un año para el otro. Aunque los cambios quizá sean graduales, los efectos tendrán claras e
importantes consecuencias económicas, sociales y políticas.
El carbón, el petróleo y el gas natural son fuentes
de energía vitales que impulsan el mundo moderno. Sin
embargo, los beneficios que proporcionan esos combustibles básicos y de coste relativamente bajo no están exentos de costes ambientales. Entre las consecuencias de su
uso se cuentan tres serios impactos atmosféricos: contaminación del aire urbano, lluvia ácida y calentamiento
global. El ser humano está alterando claramente la composición del aire. No sólo se deja sentir esta influencia local y regionalmente, sino que se extiende a todo el mundo y a muchos kilómetros por encima de la superficie de
la Tierra.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
▲
Figura 21.8 A. Concentraciones de
dióxido de carbono (CO2) en los últimos
1.000 años. Gran parte del registro se basa
en datos obtenidos de muestras de hielo de
la Antártida. Las burbujas de aire atrapadas
en el hielo glaciar proporcionan testigos de
sondeo de muestras de las atmósferas
antiguas. El registro de 1958 procede de
determinaciones directas del CO2
atmosférico tomadas en el observatorio de
Mauna Loa, Hawaii. B. Emisiones de CO2 de
los combustibles fósiles. El rápido
incremento de la concentración de CO2
desde el comienzo de la industrialización ha
ido paralelo al aumento de las emisiones de
CO2 procedentes de los combustibles fósiles.
360
340
320
300
280
260
800
1000
1200
1400
Año
A.
Variación de la temperatura °C
B.
Emisiones de CO2 de los
combustibles fósiles (miles de
millones de toneladas métricas)
Concentración CO2 (ppm)
380
1600
1800
2000
8
6
4
Emisiones CO2
2
0
1850
1900
1950
Año
0,6
0,6
0,4
0,4
0,2
0,2
0,0
0,0
–0,2
–0,2
–0,4
–0,4
–0,6
1860
–0,6
1880
1900
1920
1940
1960
1980
2000
▲ Figura 21.9 Variaciones de la media anual de la temperatura global para el período
1860-2002. La base de comparación es la media del período 1961-1990 (la línea 0,0 del
gráfico). Cada barra estrecha del gráfico representa la desviación de la temperatura media
mundial con respecto a la media de 1961-1990 para un año. Por ejemplo, la temperatura
media mundial de 1862 fue más de 0,5 °C inferior a la media de 1961-1990, mientras que la
media mundial de 1998 fue más de 0,5 °C superior. (En concreto, 1998 fue 0,56 °C más
caluroso.) En el gráfico de barras se indica con claridad que puede haber variaciones
significativas de un año a otro. Pero en el gráfico también se muestra una tendencia. Las
temperaturas medias mundiales estimadas han estado por encima de la media 1961-1990
todos los años desde 1978. En el ámbito mundial, los años 90 fueron la década más calurosa,
y los años 1998 y 2002 los más calurosos, desde 1861. (Modificado y actualizado según G.
Bell, et al. «Climate Assessment for 1998», Bulletin of the American Meteorological Society, Vol.
80, núm. 5, mayo 1999, pág. 54.)
2000
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Arenas asfálticas y lutitas bituminosas: ¿petróleo para el futuro?
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Tabla 21.1 Previsión de cambios y efectos del calentamiento global en el siglo XXI (probabilidad estimada)*
Temperaturas máximas más elevadas; más días calurosos y olas de calor sobre casi todas las áreas continentales (muy probable)
Temperaturas mínimas más elevadas; menos días fríos, de helada, y olas frías sobre casi todas las áreas continentales (muy probable)
Precipitaciones más intensas (muy probable en muchas áreas)
Aumento de la sequía estival sobre la mayoría de los interiores continentales de latitud media y riesgo de sequía asociada (probable)
Aumento de las intensidades máximas del viento de los ciclones tropicales y las intensidades medias y máximas de la precipitación
(probable en algunas áreas)
Sequías e inundaciones intensificadas asociadas con El Niño en muchas regiones diferentes (probable)
Aumento de la variabilidad de la precipitación monzónica veraniega en Asia (probable)
Aumento de la intensidad de las tormentas de latitud media (incierto)
FUENTE: IPCC: 2001.
* Muy probable indica una probabilidad del 90-99 por ciento. Probable indica una probabilidad del 67-90 por ciento.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Es el dióxido de carbono el único gas responsable del
calentamiento mundial?
No. Aunque el dióxido de carbono es el más importante, otros
gases también representan un papel. En los últimos años, los
científicos han descubierto que las actividades industriales y
agrícolas humanas están provocando la formación de varios gases trazas que también pueden representar un papel importante. Se denominan así porque sus concentraciones son mucho menores que las del dióxido de carbono. Los gases trazas
que parecen ser más importantes son el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarbonos (CFC). Estos gases absorben ondas largas de radiación emitida desde la Tierra
que, de otro modo, se escaparían al espacio. Aunque por separado su impacto es modesto, los efectos de la unión de estos
gases trazas pueden ser casi tan grandes como el del CO2 en el
calentamiento de la atmósfera inferior.
petróleo convencional y los depósitos de arena asfáltica reside en la viscosidad (resistencia al flujo) del petróleo que
contienen. En las arenas asfálticas, el petróleo es mucho
más viscoso y no puede ser simplemente bombeado.
En muchas partes del mundo hay importantes depósitos de arenas asfálticas. Los dos mayores de estos depósitos son el yacimiento Athabasca, en la provincia canadiense de Alberta, y el depósito del río Orinoco, en
Venezuela (Figura 21.10).
ALBERTA
Edmonton
Arenas asfálticas y lutitas bituminosas:
¿petróleo para el futuro?
En los próximos años el suministro mundial de petróleo
disminuirá. Cuando esto suceda será sustituido por hidrocarburos de menor grado. Son los combustibles procedentes de las arenas asfálticas y las lutitas bituminosas.
Canadá
Calgary
Estados Unidos
Arenas asfálticas
Las arenas asfálticas suelen ser mezclas de arcilla y arena
combinadas con agua y cantidades variables de un alquitrán negro, muy viscoso, conocido como bitumen. La utilización del término arena puede llevar a confusión, porque no todos los depósitos están asociados con arenas y
areniscas. Algunos aparecen en otros materiales, entre
ellos las lutitas y las calizas. El petróleo de esos depósitos
es muy similar a los densos petróleos crudos bombeados
de los pozos. La principal diferencia entre los depósitos de
▲ Figura 21.10 En Norteamérica, los mayores depósitos de
arenas asfálticas aparecen en la provincia canadiense de Alberta.
Conocidas como las arenas asfálticas de Athabasca, esos depósitos
cubren un área de más de 42.000 kilómetros cuadrados. Los
principales depósitos de arenas asfálticas de Alberta contienen más
de 1,7 trillones de barriles de bitumen. Sin embargo, gran parte
del bitumen no puede extraerse a un coste razonable. Con la
tecnología actual, se calcula que sólo pueden extraerse unos
300.000 millones de barriles.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
En la actualidad, las arenas asfálticas se extraen en superficie, de una manera similar a la explotación a cielo
abierto del carbón mediante excavadoras. El material excavado se calienta a continuación con vapor a presión y el bitumen se ablanda y asciende. Una vez recogido, el material
oleoso es tratado para eliminar las impurezas y luego se añade hidrógeno. Esta última etapa aumenta el grado de calidad hasta un crudo sintético, que luego puede refinarse. La
extracción y el refinado de las arenas asfálticas requieren una
gran cantidad de energía: ¡casi la mitad de la que se obtiene del producto final! No obstante, las arenas asfálticas de
los enormes depósitos de Alberta son la fuente de alrededor
del 15 por ciento de la producción petrolífera de Canadá.
La obtención de petróleo a partir de las arenas asfálticas tiene importantes inconvenientes ambientales. Con la
minería de enormes cantidades de roca y sedimento se
asocia una perturbación importante del terreno. Además, se
precisan grandes cantidades de agua para el procesado, y
cuando éste se ha completado, el agua y los sedimentos contaminados se acumulan en estanques de desecho tóxicos.
Sólo alrededor del 10 por ciento de las arenas asfálticas de Alberta puede recuperarse de manera económica
mediante minería de superficie. La obtención de petróleo
enterrado a más profundidad requerirá la recuperación in
situ, es decir, sin trabajo de minería. Esto precisará probablemente la inyección de líquidos calientes para reducir la viscosidad y bombear luego el material a la superficie. Si se ponen en práctica dichas técnicas, la esperanza
es que la superficie de la Tierra se vea alterada sólo ligeramente y que se reduzca el impacto ambiental.
Lutitas bituminosas
Las lutitas bituminosas contienen enormes cantidades de petróleo sin explotar. En todo el mundo, el US Geological Survey calcula que hay más de 3 billones de barriles de petróleo
contenidos en lutitas, que producirían más de 38 litros de petróleo por tonelada de material. Pero esta cifra puede inducir a error porque se sabe que, con la tecnología actual, sólo
pueden recuperarse menos de 200.000 millones de barriles.
Aun así, los recursos calculados del petróleo convencionalmente recuperable, y las cifras aumentarán, probablemente,
a medida que se recoja más información geológica.
Aproximadamente la mitad del suministro mundial
se encuentra en la formación Green River en Colorado,
Utah y Wyoming (Figura 21.11). En esta región, las lutitas bituminosas forman parte de estratos sedimentarios que
se acumularon en el fondo de dos enormes y someros lagos
durante el Eoceno (hace entre 57 y 36 millones de años).
Las lutitas bituminosas se han sugerido como una solución parcial al agotamiento de los combustibles fósiles. Sin
embargo, la energía calorífica de la lutita bituminosa es sólo
una octava parte de la que contiene el petróleo crudo, debido a la gran proporción de materia mineral de las lutitas.
Esta materia mineral añade costo a la producción
minera, el procesamiento y la eliminación de residuos. La
▲
Figura 21.11 Distribución de las lutitas
bituminosas en la formación Green River de
Colorado, Utah y Wyoming. Las áreas
sombreadas de color más oscuro
representan los depósitos más ricos. El
gobierno y la industria privada han
invertido grandes cantidades para hacer
que las lutitas bituminosas sean un recurso
económico, pero los costes han sido
siempre superiores al precio del petróleo.
Sin embargo, a medida que aumenten los
precios de los combustibles en
competencia, estos enormes depósitos se
volverán económicamente más atractivos.
(Tomado de D. C. Duncan y V. E. Swanson,
U. S. Geological Survey Circular 523, 1965.)
Idaho
Cuenca
Utah
de
Green River
Great
Salt
Lake
Wyoming
Cuenca
Washakie
Salt Lake City
0 25 50 km
ca
en ce
Cu ean
Pic
Cuenca
Uinta
Colorado
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Fuentes de energía alternativas
producción de petróleo a partir de las lutitas bituminosas
tiene los mismos problemas que la producción de petróleo a partir de las arenas asfálticas. La minería de superficie produce trastornos generalizados del terreno y plantea problemas significativos de eliminación de residuos.
Además, el procesamiento requiere grandes cantidades de
agua, un elemento que es escaso en la región semiárida
donde se encuentra la formación Green River.
En la actualidad, el petróleo es abundante y relativamente barato en los mercados mundiales. Por consiguiente, con las tecnologías actuales, no merece la pena
obtenerlo de las lutitas bituminosas. La industria ha abandonado casi del todo la investigación y el desarrollo en el
ámbito de las lutitas bituminosas. No obstante, el US Geological Survey sugiere que la gran cantidad de petróleo
que podría extraerse, en potencia, de las lutitas bituminosas en Estados Unidos asegura probablemente su inclusión final en la mezcla energética nacional.
Fuentes de energía alternativas
Un examen de la Figura 21.3 muestra claramente que vivimos en la era de los combustibles fósiles. Más del 85 por
ciento de las necesidades energéticas mundiales procede de
esos recursos no renovables. Los cálculos actuales indican
que la cantidad de combustibles fósiles recuperables puede alcanzar los 10 billones de barriles de petróleo, suficientes para 170 años al ritmo de consumo actual. Por supuesto, a medida que la población mundial aumente, la
velocidad de consumo se disparará. Por tanto, las reservas
acabarán por escasear. Mientras tanto, el impacto ambiental de la combustión de enormes cantidades de combustibles fósiles tendrá, sin lugar a dudas, un efecto adverso.
¿Cómo puede satisfacerse una demanda creciente de
energía sin afectar de manera radical al planeta que habitamos? Aunque no se ha formulado todavía una respuesta clara, debe considerarse la necesidad de depender cada vez más
de fuentes de energía alternativas. En esta sección examinaremos las diversas fuentes posibles, entre ellas la energía
nuclear, solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica y mareal.
Energía nuclear
Aproximadamente el 8 por ciento de la demanda de energía de Estados Unidos está siendo satisfecha por las centrales de energía nuclear. El combustible para esas centrales procede de materiales radiactivos que liberan
energía por el proceso de fisión nuclear. La fisión se consigue bombardeando los núcleos de los átomos pesados,
normalmente el uranio-235, con neutrones. Esto hace
que los núcleos de uranio se escindan en núcleos menores y emitan neutrones y energía calorífica. Los neutrones
603
expulsados, a su vez, bombardean los núcleos de átomos
de uranio adyacentes, produciendo una reacción en cadena.
Si el suministro de material fisionable es suficiente y se
permite que la reacción transcurra de una manera no controlada, se liberaría una enorme cantidad de energía en
forma de una explosión atómica.
En una central de energía nuclear, la reacción de fisión se controla moviendo varillas absorbentes de neutrones al interior y al exterior del reactor nuclear. El resultado es una reacción nuclear en cadena controlada que
libera grandes cantidades de calor. La energía producida
es transportada desde el reactor y utilizada para impulsar
turbinas de vapor que mueven los generadores eléctricos,
de una manera similar a lo que ocurre en las centrales productoras de energía más convencionales.
Uranio El uranio-235 es el único isótopo que aparece en
estado natural y que es fácilmente fisionable y, por consiguiente, es el combustible principal utilizado en las centrales de energía nuclear*. Aunque se han descubierto
grandes cantidades de mena de uranio, la mayoría contiene menos del 0,05 por ciento de uranio. De esta pequeña
cantidad, el 99,3 por ciento está constituido por el isótopo no fisionable uranio-238 y sólo el 0,7 por ciento restante contiene el isótopo fisionable uranio-235. Dado que
la mayoría de los reactores nucleares funciona con combustibles que contienen al menos un 3 por ciento de uranio-235, deben separarse los dos isótopos para concentrar
el uranio-235 fisionable. El proceso de separación de los
isótopos de uranio es difícil e incrementa de manera sustancial el coste de la energía nuclear.
Aunque el uranio es un elemento raro en la corteza
terrestre, aparece en depósitos de enriquecimiento. Algunos de los depósitos más importantes están asociados con
lo que se consideran antiguos depósitos de placeres en lechos de corrientes de agua**. Por ejemplo, en Witwatersrand, Sudáfrica, los granos de mena de uranio (así como
importantes depósitos de oro) se concentraron como resultado de su elevada densidad en rocas compuestas fundamentalmente de granos de cuarzo. En Estados Unidos,
los depósitos de uranio más ricos se encuentran asociados
a areniscas jurásicas y triásicas en la plataforma del Colorado y en rocas más jóvenes en Wyoming. La mayor parte
de esos depósitos se ha formado a través de la precipitación de compuestos de uranio procedentes del agua subterránea. La precipitación del uranio se produce aquí como
consecuencia de una reacción química con la materia orgánica, como se pone de manifiesto por la concentración
* El torio, aunque no es capaz de mantener por sí mismo una reacción en
cadena, puede utilizarse con el uranio-235 como un combustible nuclear.
** Los depósitos de placeres de tratan en una sección posterior de este
capítulo.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
de uranio en los troncos fósiles y lutitas negras ricas en
materia orgánica.
Obstáculos al desarrollo Hubo una época en la que se
proclamaba que la energía nuclear era la fuente de energía barata y limpia que sustituiría a los combustibles fósiles. Sin embargo, han surgido varios obstáculos que impiden el desarrollo nuclear como una importante fuente
de energía. No es el menor de ellos el coste de construcción de las centrales nucleares, que contienen numerosos
dispositivos de seguridad. Quizá más importante, sin embargo, es la preocupación ante la posibilidad de un accidente grave en cualquiera de las casi 200 centrales nucleares que existen en el mundo. El accidente ocurrido en
Three Mile Island, cerca de Harrisburg, Pensilvania, en
1979, contribuyó a crear inquietud. En esa ocasión, una
función defectuosa indujo a los operadores de la central a
creer que había demasiada agua en el sistema primario,
cuando era todo lo contrario. Esta confusión permitió
que el núcleo del reactor estuviera descubierto durante varias horas. Aunque hubo poco peligro para el público, se
produjo un daño sustancial en el reactor.
Por desgracia, el accidente ocurrido en 1986 en
Chernobyl, en la antigua Unión Soviética, fue mucho más
grave. En este incidente, el reactor estuvo fuera de control,
y dos pequeñas explosiones levantaron el techo de la estructura, permitiendo que trozos de uranio fueran lanzados a las áreas inmediatas. Durante los 10 días consecutivos que se tardó en extinguir el fuego, niveles elevados de
material radiactivo fueron transportados por la atmósfera
y depositados en zonas tan alejadas como Noruega. Además de las 18 personas que murieron en las 6 semanas posteriores al accidente, muchos miles más se enfrentan a un
mayor riesgo de fallecimiento como consecuencia de cánceres asociados con la lluvia radiactiva.
Debe destacarse que las concentraciones de uranio235 fisionable y el diseño de los reactores son tales que las
centrales de energía nuclear no pueden explotar como una
bomba atómica. El riesgo surge de la posibilidad de escape de residuos radiactivos durante una fusión del núcleo o
cualquier otro fallo. Además, riesgos como la eliminación
de los residuos nucleares y la relación que existe entre los
programas de energía nuclear y la proliferación de bombas nucleares deben considerarse cuando evaluemos los
pros y los contras sobre el empleo de la energía nuclear.
Energía solar
La expresión energía solar se refiere generalmente a la utilización directa de los rayos del sol para el abastecimiento de la energía necesaria para cubrir las necesidades de la
población. Los colectores solares pasivos más sencillos, y quizá más generalmente utilizados, son ventanas que miran
al sur. Conforme la luz solar atraviesa el vidrio, su energía es absorbida por los objetos de la habitación. Esos objetos, a su vez, irradian calor que calienta el aire. En Estados Unidos se utilizan a menudo ventanas que miran al
sur, junto con construcciones mejor aisladas y más herméticas, para reducir de manera sustancial los costes de calefacción.
Los sistemas más elaborados utilizados para calentar los hogares precisan un colector solar activo. Esos dispositivos montados en los tejados suelen ser cajas grandes
ennegrecidas y cubiertas con vidrio. El calor que acumulan puede ser transferido donde sea necesario mediante
circulación de aire o líquidos a través de tuberías. Los colectores solares se utilizan también de manera satisfactoria para calentar el agua necesaria en los hogares y los comercios. Por ejemplo, los colectores solares proporcionan
agua caliente a más del 80 por ciento de los hogares israelíes.
Aunque la energía solar es gratis, el equipo necesario y su instalación no lo son. Los costes iniciales de instalación de un sistema, entre ellos una unidad calorífica
complementaria para los momentos en que disminuya la
energía solar (días nublados e invierno) o no la haya (noches), puede ser sustancial. No obstante, a largo plazo, la
energía solar es económica en muchas partes y será incluso más rentable a medida que aumenten los precios de los
otros combustibles.
En la actualidad, la investigación está en vías de mejorar las tecnologías que permitan concentrar la luz solar.
Un método que está siendo examinado es la utilización de
espejos que recogen el sol y mantienen sus rayos enfocados sobre una torre receptora. Cerca de Barstow, California, se ha construido una central con 2.000 espejos (Figura 21.12A). La energía solar enfocada a la torre calienta
el agua en paneles presurizados hasta más de 500 °C. El
agua supercalentada es transferida luego a las turbinas, que
impulsan generadores eléctricos.
Otro tipo de colector utiliza células fotovoltaicas
(solares) que convierten la energía solar directamente en
electricidad. Cerca de Sacramento, California, hay una
central experimental en la que se utilizan células fotovoltaicas (Figura 21.12B).
Recientemente han empezado a aparecer pequeños
sistemas fotovoltaicos para colocar encima de las azoteas
en las casas rurales de algunos países del tercer mundo, entre ellos la República Dominicana, Sri Lanka y Zimbabwe.
Estas unidades son de un tamaño aproximado al de una
maleta abierta y utilizan una batería para almacenar la electricidad que se genera durante las horas de luz diurna. En
los trópicos, estos pequeños sistemas fotovoltaicos pueden
permitir el funcionamiento de una televisión o de una radio, además de unas pocas bombillas, durante tres o cuatro horas. Aunque mucho más baratas que la construcción
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▲
Fuentes de energía alternativas
Figura 21.12 Solar One, instalación
solar utilizada para generar electricidad
en el desierto de Mojave cerca de
Barstow, California. (Foto de Thomas
Braise/The Stock Market.)
de generadores eléctricos convencionales, estas unidades
siguen siendo demasiado caras para las familias pobres.
Por consiguiente, se calcula que unos 2.000 millones de
personas todavía carecen de electricidad en los países en
vías de desarrollo.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Son los vehículos eléctricos mejores para el medio
ambiente?
Sí, pero probablemente no tanto como podríamos creer. Eso
se debe a que gran parte de la electricidad que los coches eléctricos utilizan procede de las plantas productoras de energía
que emplean combustibles fósiles no renovables. Por tanto, los
contaminantes no proceden directamente del coche; sino que
proceden de la planta energética que generó la electricidad
para el vehículo. Sin embargo, los vehículos eléctricos modernos están diseñados para utilizar el combustible de una manera más eficaz que los vehículos tradicionales de gasolina, de
modo que generan menos contaminantes por kilómetro.
Energía eólica
Aproximadamente, el 0,25 por ciento de la energía solar
que alcanza las capas inferiores de la atmósfera se transforma en viento. Aunque se trata de un porcentaje minúsculo, la cantidad absoluta de energía es enorme. Según se ha calculado, si se pudieran aprovechar los vientos
de Dakota del Norte y del Sur, proporcionarían el 80
por ciento de la energía eléctrica utilizada en Estados
Unidos.
El viento se ha utilizado durante siglos como una
fuente de energía casi gratuita y no contaminante. Los
barcos de vela y los molinos de viento representan dos
de las primeras formas en que se aprovechó este recurso renovable. Además, en un primer momento, hubo
una gran dependencia de la energía eólica para bombear agua y, después, para generar pequeñas cantidades de
electricidad.
Después de la «crisis energética» incrementada por
el embargo de petróleo de los años 70, el interés por la
energía eólica, así como por otras formas alternativas de
energía aumentó de manera notable. En 1980, Estados
Unidos inició un programa para desarrollar sistemas de
energía eólica. Los proyectos subvencionados por el Departamento de Energía de Estados Unidos implicaban el
establecimiento de granjas eólicas experimentales en puertos en los que se sabía que había fuertes vientos persistentes. Una de estas instalaciones, situada en el puerto
Altamont, cerca de San Francisco, hace funcionar más de
7.000 turbinas eólicas en la actualidad. En 2000, el viento proporcionó algo menos del 1 por ciento de la electricidad de California.
A medida que la tecnología ha mejorado, la eficacia
ha aumentado y los costes de la electricidad generada por
el viento se han vuelto más competitivos. Entre 1983 y
2003, los avances tecnológicos recortaron los gastos de la
energía eólica en más del 85 por ciento. Como consecuencia, el crecimiento de la capacidad instalada en Estados Unidos (y en otros lugares) ha crecido de manera espectacular (Figura 21.13). Algunos expertos calculan que
en los próximos 50 o 60 años la energía eólica podría satisfacer entre el 5 y el 10 por ciento de la demanda de
energía eléctrica de Estados Unidos. Una zona de expansión de la energía eólica serán probablemente las islas y
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Energía hidroeléctrica
5000
Megavatios
4000
3000
2000
1000
2005
2000
1995
1990
1985
1980
0
▲ Figura 21.13 Capacidad de energía eólica instalada en Estados
Unidos (en megavatios). El crecimiento durante los últimos años ha
sido espectacular. De acuerdo con la American Wind Energy
Association, la capacidad instalada en enero de 2003 era de 4.700
megavatios. Un año después, en enero de 2004, se esperaba que
esa cifra se elevara a unos 6.000 megavatios (suficientes para
suministrar electricidad a 1,5 millones de hogares). (Datos del
Departamento de Energía de Estados Unidos y la American Wind
Energy Association.)
otras regiones alejadas de las redes eléctricas que deben
importar combustible para generar energía.
Aunque el futuro de la energía eólica parece prometedor, no está exento de dificultades. Además de los
avances técnicos que deben continuar realizándose, la contaminación acústica y el coste de las grandes extensiones
de terreno en áreas muy pobladas representan obstáculos
significativos para su desarrollo. En los Países Bajos, donde los molinos tienen una larga historia, las propuestas
para colocar turbinas eólicas encima del sistema de diques
del país han topado con una fuerte oposición. Una parte
del problema es que los Países Bajos, como gran parte de
Europa, están muy densamente poblados y, por tanto, tienen pocos lugares remotos.
Otra limitación significativa de la energía eólica es
que es intermitente. Si el viento constituyera una gran
proporción del suministro energético total, cualquier
déficit provocaría grandes daños económicos. Mejores
medios de almacenamiento permitirían al viento satisfacer un porcentaje significativamente mayor de nuestras
necesidades energéticas. Según una propuesta, se utilizaría energía eólica para producir hidrógeno a través de
la electrólisis del agua. Luego, este gas combustible se
distribuiría y almacenaría de una manera parecida al gas
natural.
La caída del agua ha sido una fuente de energía durante
siglos. A lo largo de la mayor parte de la historia, la energía mecánica producida por las ruedas hidráulicas se utilizó para alimentar los molinos y otras maquinarias. En la
actualidad, la energía generada por las caídas de agua se
utiliza para impulsar las turbinas que producen electricidad; de ahí el término energía hidroeléctrica. En Estados Unidos, las centrales de energía hidroeléctrica aportan aproximadamente el 5 por ciento de las necesidades
del país. La mayor parte de esa energía se produce en
grandes presas que permiten un control del flujo de agua.
El agua estancada represada en un embalse es una forma
de energía almacenada que puede liberarse en cualquier
momento para producir electricidad.
Aunque la energía hidráulica se considera un recurso renovable, las presas construidas para proporcionar
electricidad tienen un tiempo de vida limitado. Todos los
ríos transportan sedimento en suspensión que empieza a
depositarse detrás de la presa nada más construirse ésta.
Finalmente, el sedimento colmatará por completo el embalse. Esto tardará de 50 a 300 años, dependiendo de la
cantidad de materia en suspensión transportada por el río.
Un ejemplo es la enorme presa de Asuán, en Egipto, que
se terminó en los años 60. Se estima que la mitad del embalse estará lleno de sedimentos del río Nilo en 2025.
La disponibilidad de lugares apropiados es un factor importante que limita el desarrollo de centrales hidroeléctricas a gran escala. Un buen sitio debe proporcionar una altura significativa para la caída del agua y un
caudal elevado. Existen presas hidroeléctricas en muchas
partes de Estados Unidos; la mayor concentración se sitúa en el sureste y noroeste del Pacífico. Casi todos los lugares idóneos de Estados Unidos ya han sido explotados,
limitando la expansión futura de la energía hidroeléctrica. Podría aumentarse la energía total producida por las
centrales hidroeléctricas, pero la porción relativa proporcionada por esa fuente puede disminuir, porque otras
fuentes de energía alternativa pueden incrementarse a un
ritmo mayor.
En los últimos años ha empezado a utilizarse un
tipo diferente de producción de energía hidroeléctrica.
Denominado sistema de almacenamiento de agua bombeada,
es en realidad un tipo de control de la energía. Durante
las épocas en las que la demanda de electricidad es baja, la
energía producida por fuentes no hidroeléctricas, que no
es necesaria, se utiliza para bombear el agua de un embalse
inferior a un área de almacenamiento situada a una mayor
elevación. Luego, cuando la demanda de electricidad es
grande, se dispone del agua almacenada en el embalse situado encima para impulsar las turbinas y producir electricidad que complemente el suministro de energía.
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Fuentes de energía alternativas
?
607
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Cuál es el mayor proyecto hidroeléctrico del mundo?
La distinción la merece el proyecto Three Gorges en el río
Yangtze de China. La construcción empezó en 1994. Cuando
se complete en 2009, se espera que genere 85.000 millones de
kilovatios hora de electricidad cada año, lo que equivale a
aproximadamente el 6,5 por ciento de las necesidades eléctricas de China en 2001. Supuestamente el principal motivo
para construir el polémico dique era el control de las inundaciones. Su embalse inundará 632 kilómetros cuadrados de tierra que se extienden unos 660 kilómetros a lo largo del río.
Krafla
ISLANDIA
Reykjavik
Geysir
Hengil
Grindavik
0
0
Leyenda
100 km
50 mi
Sistema hidrotermal superior a 150 °C
Zona de fractura y volcanismo
Energía geotérmica
Se aprovecha la energía geotérmica explotando los depósitos subterráneos naturales de vapor y agua caliente.
Estos últimos aparecen en lugares donde las temperaturas bajo la superficie son elevadas debido a la actividad volcánica relativamente reciente. Se utiliza la energía geotérmica de dos maneras: el vapor y el agua caliente se
emplean para calentar y para generar electricidad.
Islandia es una gran isla volcánica que tiene actividad magmática en la actualidad (Figura 21.14). En la capital islandesa, Reykjavik, el vapor y el agua caliente son
bombeados a los edificios de la ciudad para calentar los interiores. También calientan los invernaderos, donde crecen todo el año frutas y verduras. En Estados Unidos, diversos estados occidentales utilizan el agua caliente de
origen geotérmico para calefacción.
En lo que se refiere a la producción geotérmica de
electricidad, los italianos fueron los primeros en hacerlo
en 1904, de manera que la idea no es nueva. A finales del
siglo XX y principios del XXI, más de 250 plantas de energía geotérmica en 22 países producían más de 8.000 megavatios (millones de vatios). Estas plantas proporcionan
energía a más de 60 millones de personas. En la Tabla 21.2
se enumeran los principales productores de energía geotérmica.
La primera central de energía geotérmica comercial
de Estados Unidos se construyó en 1960, en The Geysers,
al norte de San Francisco (Figura 21.15). The Geysers es
todavía la mayor planta de energía geotérmica del mundo y genera unos 1.700 megavatios o casi el 60 por ciento de la energía geotérmica de Estados Unidos. Además
de The Geysers, se está produciendo desarrollo geotérmico en algunos otros lugares del oeste de Estados Unidos, entre ellos Nevada, Utah y el valle Imperial en el sur
de California. La capacidad generadora de energía geotérmica de Estados Unidos, de más de 2.800 megavatios,
Groenlandia
Islandia
Norteamérica
Dorsal
Centroatlántica
Europa
▲ Figura 21.14 Islandia está a caballo de la dorsal
Centroatlántica. Este borde de placa divergente es el centro de
numerosos sistemas geotérmicos y volcánicos activos. Dado que
todo el país está compuesto por rocas volcánicas geológicamente
jóvenes, puede encontrarse agua caliente en casi cualquier agujero
que se taladre en cualquier parte. Más del 45 por ciento de la
energía islandesa procede de las fuentes geotérmicas.
Tabla 21.2 Producción mundial de energía
geotérmica, 2000
País productor
Estados Unidos
Filipinas
Italia
México
Indonesia
Japón
Nueva Zelanda
Islandia
Costa Rica
El Salvador
Otros
Total
FUENTE: Geothermal Education Office.
Megavatios
2.850
1.848
7.68,5
743
589,5
530
345
140
120
105
178
8.217
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
▲
Figura 21.15 The Geysers, cerca de la
ciudad de Santa Rosa en el norte de
California, es el mayor lugar del mundo en
desarrollo geotérmico productor de
electricidad. La mayor parte de los pozos de
vapor se encuentra a unos 3.000 metros de
profundidad. (Foto cortesía de la Pacific Gas
and Electric Company.)
es suficiente para suministrar electricidad a unos 3,5 millones de hogares. Ésta es una cantidad de electricidad
comparable a la combustión de unos 60 millones de barriles de petróleo cada año.
¿Qué factores geológicos favorecen un depósito geotérmico de valor comercial?
1. Una fuente potente de calor, como una gran cámara magmática lo suficientemente profunda como
para asegurar una presión adecuada y un enfriamiento lento, pero no tan profunda que no pueda establecerse una circulación natural de agua.
Esas cámaras magmáticas se encuentran con más
probabilidad en regiones de actividad volcánica
reciente.
2. Depósitos grandes y porosos con canales conectados a la
fuente de calor, cerca de los cuales el agua puede
circular y luego ser almacenada en el depósito.
3. Una tapa con rocas de poca permeabilidad que impida el flujo de agua y calor a la superficie. Un depósito profundo y bien aislado contiene almacenada mucha más energía que un depósito similar,
pero no aislado.
Debemos reconocer que la energía geotérmica no es inagotable. Cuando los fluidos calientes son bombeados
desde los depósitos que se han calentado gracias a la actividad volcánica, el agua no puede ser sustituida y luego calentada lo suficiente para recargar el depósito. La
experiencia demuestra que el vapor y el agua caliente de
cada pozo no duran normalmente más de 10 a 15 años,
de manera que deben perforarse más pozos para mantener la producción de energía. Finalmente, el campo se
agota.
Como ocurre con otros métodos alternativos de
producción de energía, no cabe esperar que las fuentes geotérmicas cubran un elevado porcentaje de las necesidades energéticas crecientes del mundo. No obstante, en
regiones donde pueda desarrollarse su potencial, no cabe
duda de que su uso seguirá en aumento.
Energía mareal
Se han propuesto varios métodos de producción de energía eléctrica a partir de los océanos, pero el potencial energético del océano sigue en gran medida sin explotar. El desarrollo de la energía mareal es el principal ejemplo de
producción de energía a partir del océano.
Las mareas se han utilizado como una fuente de
energía durante siglos. Empezando en el siglo XII, las turbinas hidráulicas impulsadas por las mareas se utilizaron
para hacer funcionar los molinos harineros y los aserraderos. Durante los siglos XVII y XVIII, mucha de la harina
de Boston se producía en un molino mareal. En la actualidad, deben satisfacerse demandas de energía mucho mayores y deben emplearse formas más sofisticadas para utilizar la fuerza creada por la subida y la bajada perpetua del
océano.
La energía mareal se aprovecha construyendo una
presa a través de la boca de una bahía o un estuario en
un área costera que tenga un gran intervalo mareal (Figura 21.16). La estrecha apertura entre la bahía y el
océano abierto aumenta las variaciones del nivel del
agua que se producen cuando suben y bajan las mareas.
El fuerte flujo de entrada y salida que se produce en
ese lugar se utiliza luego para impulsar turbinas y generadores eléctricos.
1_Capítulo 21
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Recursos minerales
Marea alta
Bahía en marea alta
Presa
A.
Corriente
Generación
de energía
Agua represada
Marea baja
B.
▲ Figura 21.16 Diagrama simplificado que muestra el principio
de la presa mareal. La electricidad se genera sólo cuando hay una
diferencia de altura de agua suficiente entre la bahía y el océano).
La central de energía mareal situada en la boca del
río Rance, en Francia, es un ejemplo de la utilización de
energía mareal. Con mucho, la mayor construida hasta
ahora, esta central empezó a funcionar en 1966 y produce energía suficiente para satisfacer las necesidades de la
Bretaña, además de contribuir también a las demandas de
otras regiones. Cerca de Murmansk, en Rusia, y cerca de
Taliang, en China, así como en la bahía de Fundy, en la
provincia canadiense de Nova Scotia, se han construido
centrales experimentales mucho más pequeñas.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Es la energía procedente de las olas oceánicas una
fuente de energía alternativa práctica?
Se está explorando seriamente esta posibilidad. En noviembre de 2000, se puso en funcionamiento la primera estación
comercial del mundo de obtención de la procedente de las
olas en la isla escocesa de Islay, que suministraba energía a la
red eléctrica del Reino Unido. La estación energética de 500
kilovatios utiliza una tecnología denominada columna de
agua oscilante, en la que las olas que llegan empujan el aire
hacia arriba y hacia abajo dentro de un tubo de cemento parcialmente sumergido en el océano. El aire que entra y sale del
extremo superior del tubo se utiliza para hacer funcionar una
turbina y producir electricidad. Si se demuestra que esta tecnología funciona, puede abrir la puerta a la energía de las olas
para ser un contribuyente significativo de energía renovable
en lugares adecuados de la costa.
609
No es posible aprovechar la energía mareal en la
mayor parte de las costas del mundo. Si el intervalo mareal es menor de 8 metros o si no hay bahías estrechas y
encerradas, el desarrollo de la energía mareal es antieconómico. Por esta razón, las mareas nunca satisfarán una
porción muy elevada de nuestros requisitos en energía
eléctrica, que son cada vez mayores. No obstante, puede
merecer la pena intentar el desarrollo de energía mareal
en sitios factibles, porque la electricidad producida por las
mareas no consume combustibles agotables y no crea desechos nocivos.
Recursos minerales
La corteza de la Tierra es fuente de una amplia variedad
de sustancias útiles y esenciales. De hecho, prácticamente todos los productos manufacturados contienen sustancias derivadas de los minerales. En la Tabla 21.3 se enumeran algunos ejemplos importantes.
Los recursos minerales son el conjunto de minerales útiles disponibles comercialmente. Entre estos recursos se cuentan yacimientos ya identificados de los que
pueden extraerse provechosamente minerales, que se denominan reservas, así como depósitos conocidos que ya
no son recuperables ni desde el punto de vista económico ni desde el tecnológico. Yacimientos que se supone
que existen, pero todavía no se han descubierto, se consideran también recursos minerales. Además, se utiliza el
término mena para indicar los minerales metálicos útiles que pueden extraerse, como beneficio, de las minas.
En el uso habitual, el término mena se aplica también a
algunos minerales no metálicos, como la fluorita y el
azufre. Sin embargo, los materiales utilizados para propósitos como la piedra de construcción, agregados para
las carreteras, abrasivos, cerámica y fertilizantes no suelen denominarse menas; en cambio, se clasifican como
rocas y minerales industriales.
Recordemos que más del 98 por ciento de la corteza está compuesta sólo por 8 elementos. Excepto por
lo que se refiere al oxígeno y al silicio, todos los demás
elementos constituyen una fracción relativamente pequeña de las rocas habituales de la corteza terrestre (véase Figura 3.18). De hecho, las concentraciones naturales
de muchos elementos son extraordinariamente pequeñas. Un depósito que contenga el porcentaje medio de
un elemento valioso tiene menos valor si el coste de extraerlo es mayor que el valor del material recuperado.
Para que se le considere valioso, un elemento debe encontrarse en una concentración superior al nivel de su
abundancia media en la corteza. En general, cuanto menos abundante sea en la corteza, mayor debe ser su concentración.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
Tabla 21.3 Aparición de minerales metálicos
Metal
Menas principales
Contexto geológico
Aluminio
Bauxita
Producto residual de la meteorización
Cinc
Esfalerita
Yacimientos hidrotermales
Cobre
Calcopirita
Bornita
Calcosina
Yacimientos hidrotermales; metamorfismo de contacto; enriquecimiento por procesos
de meteorización
Cromo
Cromita
Segregación magmática
Estaño
Casiterita
Yacimientos hidrotermales; depósitos de placeres
Hierro
Hematites
Magnetita
Limonita
Formaciones bandeadas sedimentarias; segregación magmática
Magnesio
Magnesita
Dolomita
Yacimientos hidrotermales
Manganeso
Pirolusita
Producto residual de meteorización
Mercurio
Cinabrio
Yacimientos hidrotermales
Molibdeno
Molibdenita
Yacimientos hidrotermales
Níquel
Pentlandita
Segregación magmática
Oro
Oro nativo
Yacimientos hidrotermales; depósitos de placeres
Plata
Plata nativa
Argentita
Yacimientos hidrotermales; enriquecimiento por procesos de meteorización
Platino
Platino nativo
Segregación magmática, depósitos de placeres
Plomo
Galena
Yacimientos hidrotermales
Titanio
Ilmenita
Rutilo
Segregación magmática; depósitos de placeres
Uranio
Uraninita
(Petchblenda)
Pegmatitas; depósitos sedimentarios
Wolframio
Wolframita
Scheelita
Pegmatitas; yacimientos de metamorfismo de contacto; depósitos de placeres
Por ejemplo, el cobre constituye alrededor del 0,0135
por ciento de la corteza. Sin embargo, para que un material
sea considerado una mena de cobre, su concentración en
ese elemento debe ser unas 50 veces esa cantidad. El aluminio, por el contrario, representa el 8,13 por ciento de la
corteza y debe presentarse a una concentración de sólo unas
4 veces su porcentaje medio en la corteza para que su extracción resulte rentable.
Es importante darse cuenta de que la extracción de
un yacimiento puede resultar lucrativa o perder su rentabilidad debido a cambios económicos. Si aumenta la demanda de un metal y los precios se elevan, el estado de un
depósito previamente no lucrativo cambia, y se convierte
en una mena. El estado de los depósitos no lucrativos puede cambiar también si un avance tecnológico permite la
extracción del elemento útil a un coste menor que antes.
Esto ocurrió en la mina de cobre localizada en Bingham
Canyon, Utah, la mayor mina abierta que hay sobre la
Tierra (Recuadro 21.3). La minería se interrumpió aquí en
1985, porque el equipo obsoleto había elevado el coste de
extracción del cobre por encima del precio de venta. Los
propietarios respondieron sustituyendo un ferrocarril anticuado de 1.000 coches por cintas transportadoras y tuberías para transportar la mena y los productos de desecho. Esos dispositivos permitieron una reducción del coste
de casi un 30 por ciento y consiguieron que el funcionamiento de la mina volviera a ser provechoso.
A lo largo de los años, los geólogos han intentado saber cómo los procesos naturales producen concentraciones localizadas de minerales metálicos necesarios. Un hecho bien establecido es que la aparición de recursos
minerales valiosos está estrechamente relacionada con el
ciclo de las rocas. Es decir, los mecanismos que generan
rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas, entre ellos
los procesos de meteorización y erosión, desempeñan un
papel importante en la concentración de elementos útiles.
Además, con el desarrollo de la teoría de la tectónica de
placas, los geólogos añadieron aún otra herramienta para
entender los procesos por medio de los cuales una roca se
transforma en otra.
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Recursos minerales y procesos ígneos
▲
Recuadro 21.3
611
Entender la Tierra
Bingham Canyon, Utah: la mayor mina de fosa abierta
En Bingham Canyon, una montaña se
elevaba donde ahora hay una enorme
fosa. Se trata de la mina a cielo abierto
más grande del mundo, la mina de cobre
de Bingham Canyon, a unos 40 kilómetros al suroeste de Salt Lake City, Utah.
El borde mide casi 4 kilómetros de diámetro y cubre casi 8 kilómetros cuadrados. Su profundidad es de 900 metros. Si
se construyera una torre de acero en el
fondo, ¡tendría que ser cinco veces más
alta que la torre Eiffel para alcanzar el
borde superior de la fosa!
Empezó a finales del siglo XIX como
una mina subterránea para filones de
plata y plomo. Más tarde se descubrió
cobre. Se encuentran depósitos similares en varios puntos del suroeste norteamericano y en un cinturón que se extiende desde el sur de Alaska hasta el
norte de Chile.
Como en otros puntos de este cinturón, la mena de Canyon Bingham está diseminada por las rocas ígneas porfiríticas;
de ahí que se denominen depósitos de cobre
porfídico. El depósito se formó después de
la intrusión del magma a profundidades
someras. La posterior rotura creó fracturas extensas en las que penetraron soluciones hidrotermales a partir de las cuales las menas precipitaron.
Aunque el porcentaje de cobre en la
roca es pequeño, el volumen total de cobre es enorme. Desde que empezaron las
operaciones de mina abierta en 1906, se
han retirado unos 4.000 millones de toneladas de material, que representan más
de 12 millones de toneladas de cobre.
También se han extraído cantidades significativas de oro, plata y molibdeno.
En la actualidad, la mena está lejos
de agotarse. Durante los próximos 25
Recursos minerales y procesos
ígneos
Algunas de las acumulaciones más importantes de metales, como el oro, la plata, el cobre, el mercurio, el plomo,
el platino y el níquel, son originadas por procesos ígneos
(véase Tabla 21.3). Estos recursos minerales, como la mayoría, son consecuencia de procesos que concentran los
elementos deseables en cantidades que hacen económicamente factible su extracción.
Segregación magmática
Los procesos ígneos que generan algunos de esos depósitos de metales son bastante evidentes. Por ejemplo,
a medida que un gran cuerpo magmático se enfría, los
minerales densos, que cristalizan primero, tienden a depositarse en la parte inferior de la cámara magmática.
Este tipo de segregación magmática es particularmente activa en los grandes magmas basálticos en los cuales a veces se generan cromita (mena de cromo), magnetita y platino. Capas de cromita, intercalada con otros
minerales densos, se obtienen en depósitos de este tipo
en el complejo Stillwater de Montana. Otro ejemplo es
el complejo Bushveld, de Sudáfrica, que contiene más
años, los planes prevén la extracción y el
procesamiento de 3.000 millones de toneladas adicionales de material. Esta excavación artificial, la mayor, ha generado la mayoría de la producción mineral
de Utah durante más de 80 años y se ha
denominado el «agujero más rico de la
Tierra».
Como muchas minas antiguas, la mina
Bingham no estuvo regulada durante la
mayor parte de su historia. El desarrollo
tuvo lugar antes de que se tuviera la conciencia actual de los impactos ambientales
de la actividad minera y antes de la eficaz
legislación ambiental. En la actualidad, los
problemas de contaminación de las aguas
subterráneas y superficiales, la contaminación del aire, los residuos sólidos y peligrosos, y la mejora del suelo están recibiendo en Bingham Canyon la atención
que merecía hace mucho tiempo.
del 70 por ciento de las reservas de platino conocidas
del mundo.
La segregación magmática es también importante
en las últimas etapas del proceso magmático. Esto es particularmente cierto para los magmas graníticos, en los
cuales el fundido residual puede enriquecerse en elementos raros y metales pesados. Más tarde, dado que el agua
y otras sustancias volátiles no cristalizan junto con la masa
del cuerpo magmático, esos fluidos constituyen un elevado porcentaje del fundido durante la fase final de solidificación. La cristalización en un ambiente rico en fluidos,
donde se intensifica la migración iónica, produce la formación de cristales de varios centímetros o incluso de
unos pocos metros de longitud. Las rocas resultantes, denominadas pegmatitas, están compuestas por estos cristales inusualmente grandes (véase Recuadro 4.1).
La mayoría de las pegmatitas son de composición
granítica y consisten en cristales grandes de cuarzo, feldespato y moscovita. El feldespato se utiliza en la producción de cerámica y la moscovita para el aislamiento
eléctrico. Además, las pegmatitas contienen, a menudo,
algunos de los elementos menos abundantes. Por tanto,
además de los silicatos comunes, algunas pegmatitas contienen gemas semipreciosas, como el berilo, el topacio y
la turmalina. Además, a menudo se encuentran minerales que contienen los elementos litio, cesio, uranio y las
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
tierras raras*. La mayoría de las pegmatitas está localizada dentro de grandes masas ígneas o en forma de diques
o venas que cortan la roca de caja que rodea la cámara
magmática (Figura 21.17).
Los magmas no producen pegmatitas en todas las
etapas de evolución; ni tampoco todos los magmas tienen
una composición granítica. Antes bien, algunos magmas
se enriquecen en hierro o, a veces, en cobre. Por ejemplo,
en Kirava, Suecia, el magma compuesto por más del 60
por ciento de magnetita solidificó para producir uno de los
depósitos de hierro más grandes del mundo.
casi 200 kilómetros, donde la presión confinante es lo bastante grande como para generar esta forma de alta presión
del carbono. Una vez cristalizados, son transportados hacia
arriba a través de conductos denominados pipas cuyo diámetro aumenta hacia la superficie. En las pipas diamantíferas, casi todas ellas contienen cristales de diamante que están diseminados en una roca ultramáfica denominada
kimberlita. Las pipas de kimberlita más productivas se encuentran en Sudáfrica. La única fuente equivalente de diamantes de Estados Unidos está localizada cerca de Murfreesboro, Arkansas; pero este depósito está agotado y en la
actualidad se utiliza únicamente como atracción turística.
Diamantes
Otro mineral importante desde el punto de vista económico y con origen ígneo es el diamante. Aunque mejor conocidos como gemas, los diamantes se utilizan mucho como
abrasivos. Los diamantes se originan a profundidades de
* Las tierras raras son un grupo de 15 elementos (números atómicos
comprendidos entre el 57 y el 71) que poseen propiedades semejantes.
Son catalizadores útiles para el refinado del petróleo y se utilizan para
mejorar la retención del color en los tubos de imagen de la televisión.
Soluciones hidrotermales
Entre los yacimientos de menas mejor conocidos y más
importantes se encuentran los generados por las soluciones hidrotermales (agua caliente). Incluidos en este grupo se encuentran los depósitos de oro de la mina Homestake, en Dakota del Sur; las menas de plomo, cinc y plata
cerca de Coeur d’Alene, Idaho; los depósitos de plata de
Comstock Lode, en Nevada, y las menas de cobre de la
península de Keweenaw, en Michigan (Figura 21.18).
▲
Figura 21.17 Ilustración que representa
la relación entre un cuerpo ígneo y los
yacimientos hidrotermales y de pegmatita
asociados.
Géiser
Falla
Yacimientos
hidrotermales
diseminados
Yacimientos
de pegmatita
Plutón
ígneo
Yacimientos
filonianos
hidrotermales
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Recursos minerales y procesos metamórficos
▲ Figura 21.18 El cobre nativo de la península Keweenaw, al
norte de Michigan, es un ejemplo excelente de yacimiento
hidrotermal. Hubo una época en que esta área constituyó una
importante fuente de cobre, pero en la actualidad está muy
agotada. (Foto de E. J. Tarbuck.)
La mayoría de los depósitos hidrotermales se origina a partir de fluidos calientes ricos en metales que son restos de procesos magmáticos en estadios tardíos. Durante
la solidificación, se acumulan líquidos, más diversos iones
metálicos, cerca de la parte superior de la cámara magmática. Debido a su movilidad, estas soluciones ricas en iones pueden migrar grandes distancias a través de las rocas
circundantes antes de ser finalmente depositados, generalmente como sulfuros de varios metales (Figura 21.17).
Algunos de estos fluidos se mueven a lo largo de aberturas, como fracturas o planos de estratificación, donde se
enfrían y precipitan las menas metálicas para producir depósitos filonianos. La mayoría de los depósitos rentables
de oro, plata y mercurio se producen como depósitos filonianos hidrotermales.
Otro tipo importante de acumulación generada por
la actividad hidrotermal se denomina depósitos diseminados. En vez de concentrarse en venas estrechas y diques, estas menas se distribuyen en forma de pequeñas
acumulaciones dispersas en la masa rocosa. La mayor parte del cobre mundial se extrae a partir de depósitos diseminados, entre ellos los situados en Chuquicamata, Chile, y la enorme mina de cobre Bingham Canyon, en Utah
(véase Recuadro 21.2). Dado que esas acumulaciones contienen sólo del 0,4 al 0,8 por ciento de cobre, deben extraerse entre 125 y 250 kilogramos para conseguir un kilogramo de metal recuperado. El impacto ambiental de
esas grandes excavaciones, incluido el problema de la eliminación de los residuos, es significativo.
Algunos depósitos hidrotermales se han generado
por la circulación de aguas subterráneas en regiones donde el magma estaba emplazado cerca de la superficie. El
613
área del Parque Nacional Yellowstone es un ejemplo moderno de una situación de este tipo. Cuando el agua subterránea invade una zona de actividad ígnea reciente, su
temperatura aumenta, intensificando en gran medida su
capacidad para disolver minerales. Esas aguas calientes
migratorias extraen los iones metálicos de las rocas ígneas intrusivas y los transportan hacia arriba donde pueden
depositarse como un cuerpo de mena. Dependiendo de las
condiciones, las acumulaciones resultantes pueden aparecer como depósitos filonianos, depósitos diseminados o,
en los lugares donde las soluciones hidrotermales alcanzan la superficie en forma de géiseres o manantiales calientes, como depósitos superficiales.
Con el desarrollo de la teoría de la tectónica de placas resulta claro que algunos depósitos hidrotermales se
originaron a lo largo de antiguas dorsales oceánicas. Un
ejemplo bien conocido se encuentra en la isla de Chipre,
donde se ha estado extrayendo cobre en minas durante
más de 4.000 años. Aparentemente esos depósitos representan menas que se formaron en un centro de expansión
de un antiguo fondo oceánico.
Desde mediados de los años setenta, se han detectado depósitos de sulfuros ricos en metales y fuentes termales en diversos lugares, incluidas áreas de estudio situadas a lo largo de la dorsal del Pacífico oeste y la dorsal de
Juan de Fuca. Los depósitos se están formando allí donde el agua marina caliente, rica en metales y azufre disueltos, brota del fondo del océano en forma de nubes llenas
de partículas denominadas fumarolas hidrotermales. Como
se muestra en la Figura 21.19, el agua del mar se infiltra
en la corteza oceánica caliente a lo largo de los flancos de
la dorsal. Conforme el agua atraviesa el material recién
formado, se calienta y reacciona químicamente con el basalto, extrayendo y transportando azufre, hierro, cobre y
otros metales. Cerca del eje de la dorsal, el fluido caliente rico en metales se eleva a lo largo de las fallas. Tras alcanzar el suelo del océano, el líquido arrojado se mezcla
con el agua fría del mar y los sulfuros precipitan para formar depósitos de sulfuros masivos.
Recursos minerales y procesos
metamórficos
El papel del metamorfismo en la formación de yacimientos minerales suele ligarse a los procesos ígneos. Por ejemplo, muchos de los depósitos de menas metamórficas más
importantes se producen mediante metamorfismo de contacto. La roca de caja es recristalizada y alterada químicamente por el calor, la presión y las soluciones hidrotermales que emanan de un cuerpo ígneo en intrusión. El
grado de alteración de la roca de caja depende de su naturaleza así como de la masa ígnea que haga intrusión.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
▲
Figura 21.19 Pueden producirse
depósitos de sulfuros masivos como
consecuencia de la circulación del agua de
mar a través de la corteza oceánica a lo
largo de centros de expansión activos. A
medida que el agua del mar se infiltra en la
corteza basáltica caliente, lixivia azufre,
hierro, cobre y otros metales. El fluido
enriquecido y caliente vuelve al fondo del
mar cerca del eje de la dorsal a lo largo de
las fallas y las fracturas. Algunos sulfuros
metálicos pueden precipitar en esos canales
a medida que el fluido ascendente empieza
a enfriarse. Cuando el líquido caliente
emerge del fondo del océano y se mezcla
con el agua fría del mar, los sulfuros
precipitan para formar depósitos masivos.
Fumarolas
hidrotermales
Depósitos
de sulfuros
Infiltración
de agua fría
de mar
Cámara
magmática
(fuente de calor)
Algunos materiales resistentes, como las areniscas
ricas en cuarzo, pueden mostrar muy poca alteración,
mientras que otros, entre ellos las calizas, pueden exhibir
los efectos del metamorfismo durante varios kilómetros
desde el plutón ígneo. A medida que los fluidos calientes
ricos en iones atraviesan la caliza, tienen lugar reacciones
químicas que producen minerales útiles, como el granate
y el corindón. Además, esas reacciones liberan dióxido de
carbono, que facilita en gran medida la migración ascendente de los iones metálicos. Por tanto, extensas aureolas
de depósitos ricos en metales, frecuentemente, rodean los
plutones ígneos que han invadido los estratos de caliza.
Los minerales metálicos más comunes asociados con
el metamorfismo de contacto son la esfalerita (cinc), la galena (plomo), la calcopirita (cobre), la magnetita (hierro) y
la bornita (cobre). Los depósitos de menas hidrotermales
pueden estar diseminados a lo largo de la zona alterada o
existir como masas concentradas localizadas cerca del cuerpo intrusivo o en la periferia de la zona metamórfica.
El metamorfismo regional puede generar también
depósitos minerales útiles. Recordemos que, en los bordes de placa convergentes, la corteza oceánica, junto con
los sedimentos que se han acumulado en los márgenes
continentales, son transportados a grandes profundidades.
En estos ambientes de alta temperatura y presión se alteran la mineralogía y la textura de los materiales subducidos, originando depósitos de minerales no metálicos como
el talco y el grafito.
Meteorización y yacimientos
de menas
La meteorización crea muchos depósitos minerales importantes concentrando cantidades pequeñas de metales,
que están dispersos a través de la roca no meteorizada, en
cantidades económicamente valiosas. Dicha transformación se denomina a menudo enriquecimiento secundario y tiene lugar de dos formas. En una situación, la
meteorización química asociada con las aguas de percolación descendente, elimina los materiales indeseables de
la roca en descomposición, dejando los elementos deseables enriquecidos en la zona superior del suelo. La otra
forma es básicamente la opuesta de la primera. Es decir,
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Depósitos de placeres
los elementos deseables que se encuentran en bajo contenido cerca de la superficie son extraídos y transportados a zonas inferiores, donde se concentran.
Bauxita
La formación de bauxita, la mena principal de aluminio,
es un ejemplo importante de una mena creada como consecuencia de enriquecimiento mediante procesos de meteorización (Figura 21.20). Aunque el aluminio es el tercer elemento más abundante sobre la corteza terrestre, no
es común encontrar concentraciones económicamente valiosas de este importante metal, porque la mayor parte del
aluminio aparece en los silicatos de los que es extremadamente difícil extraer.
La bauxita se forma en los climas tropicales lluviosos, en asociación con las lateritas. (De hecho, a veces se
hace referencia a la bauxita como la laterita de aluminio.)
Cuando la roca madre rica en aluminio se ve sometida a
la meteorización química intensa y prolongada de los trópicos, la mayor parte de los elementos comunes, entre
ellos el calcio, el sodio y el silicio, son eliminados por lixiviación. Dado que el aluminio es extremadamente insoluble, se concentra en el suelo como bauxita, un óxido de
aluminio hidratado. Por tanto, la formación de bauxita depende tanto de las condiciones climáticas, en las que la
meteorización química y la lixiviación son intensas, como
de la presencia de una roca madre rica en aluminio. También en suelos lateríticos se encuentran depósitos importantes de níquel y cobalto que se desarrollan a partir de rocas ígneas ricas en silicatos ferromagnesianos.
615
Otros depósitos
Muchos depósitos de cobre y plata se originan cuando los
procesos de meteorización concentran los metales que están depositados a través de una mena primaria de bajo grado. Normalmente, dicho enriquecimiento se produce en
depósitos que contienen pirita (FeS2), el sulfuro más común y generalizado. La pirita es importante porque, cuando es meteorizada químicamente, forma ácido sulfúrico,
que permite la disolución de los metales de la mena por
las aguas de percolación. Una vez disueltos, los metales
migran gradualmente hacia abajo a través de la mena primaria hasta que precipitan. El depósito tiene lugar debido a los cambios químicos que se producen en la solución
cuando alcanza la zona de aguas subterráneas (zona debajo de la superficie donde todos los espacios porosos están
ocupados por agua). De esta manera, el pequeño porcentaje de metal disperso puede eliminarse de un gran volumen de roca y volver a depositarse en forma de una mena
de grado más alto en un volumen de roca menor.
Este proceso de enriquecimiento es responsable del
éxito económico de muchos depósitos de cobre, entre
ellos uno localizado en Miami, Arizona. Aquí la mena aumentó su valor desde menos de un 1 por ciento de contenido en cobre, en el depósito primario, hasta un 5 por
ciento en algunas zonas localizadas de enriquecimiento.
Cuando la pirita experimenta meteorización (se oxida)
cerca de la superficie, quedan restos de óxido de hierro. La
presencia de esas masas herrumbrosas en la superficie indica la posibilidad de que haya una mena enriquecida debajo, y esto representa una evidencia visual para los prospectores.
Depósitos de placeres
▲ Figura 21.20 La bauxita es la mena de aluminio y se forma
como consecuencia de procesos de meteorización bajo
condiciones tropicales. Su color oscila entre el rojo o el marrón y el
casi blanco. (Foto de E. J. Tarbuck.)
La selección origina normalmente que granos de tamaño similar se depositen juntos. Sin embargo, también se
produce selección en función del peso específico de las
partículas. Este último tipo de selección es el responsable de la creación de los depósitos de placeres, que son
depósitos formados cuando los minerales pesados son
concentrados mecánicamente por las corrientes. Los depósitos de placeres asociados con corrientes de agua se
cuentan entre los más comunes y mejor conocidos, pero
la acción selectiva de las olas también puede crear depósitos de placeres a lo largo de la costa. Estos yacimientos
contienen normalmente minerales que no son sólo pesados, sino que también son duraderos (para resistir la destrucción física durante el transporte) y resistentes desde
el punto de vista químico (para soportar los procesos de
meteorización). Los depósitos de placeres se forman porque muchos minerales pesados se depositan rápidamente desde una corriente, mientras que las partículas menos
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densas permanecen en suspensión y son transportadas.
Entre los lugares habituales de acumulación se cuentan
las barras de meandro, en los interiores de los meandros, así como las grietas, las depresiones y otras irregularidades en los lechos de los ríos.
Existen muchos depósitos de placeres económicamente importantes; los más conocidos son las acumulaciones de oro. De hecho, fueron los depósitos de placeres
descubiertos en 1848 los que indujeron la famosa fiebre
del oro californiana. Años después, depósitos similares
crearon otra fiebre en Alaska. La búsqueda de oro lavando la arena y la grava en una cazuela plana para concentrar el fino «polvo» en el fondo fue el método habitual utilizado por los primeros prospectores para recuperar el
metal precioso, siendo un proceso similar al que creó los
depósitos de placeres.
Además del oro, otros minerales pesados y resistentes forman depósitos de placeres. Entre ellos se cuentan
el platino, los diamantes y el estaño. Los Urales contienen
depósitos de placeres ricos en platino, y son fuentes importantes de diamantes en Sudáfrica. Porciones importantes del suministro mundial de casiterita, la mena principal de estaño, se han obtenido a partir de depósitos de
placeres en Malasia e Indonesia. La casiterita suele estar
diseminada en rocas ígneas graníticas. En este estado, el
mineral no está lo bastante concentrado como para ser extraído con provecho. Sin embargo, a medida que se disuelve y se desintegra la roca que la encierra, quedan libres los granos de casiterita, pesados y resistentes. Por
último, las partículas liberadas alcanzan una corriente de
agua donde crean depósitos de placeres estando significativamente más concentrados que en el depósito original.
Circunstancias y acontecimientos similares son comunes
para muchos minerales que se obtienen de depósitos de
placeres.
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Qué tamaño tenía la mayor pepita de oro jamás
descubierta?
La mayor pepita de oro jamás descubierta fue la pepita Welcome Stranger, encontrada en 1869 como un depósito de
placer en la región minera de extracción de oro de Victoria,
Australia. Pesaba 95 kilogramos y, a los precios actuales del
oro, valía más de 700.000 dólares. La mayor pepita de oro que
se sabe que todavía existe en la actualidad es la pepita Hand of
Faith, que se encontró en 1975 cerca de Wedderburn, Victoria, Australia. Se encontró con un detector de metales y pesa
33 kilogramos. Vendida en 1982, se exhibe ahora en el casino
Golden Nugget de Las Vegas, Nevada.
En algunos casos, si puede localizarse la roca madre
de un depósito de tipo placer, también puede convertirse
en una mena importante. Siguiendo los depósitos de placeres corriente arriba, a veces pueden localizarse los depósitos originales. Así fue como se encontraron los filones
de oro del Mother Lode en el batolito de la Sierra Nevada de California, así como las famosas minas de diamantes Kimberly de Sudáfrica. Los depósitos de placeres se
descubrieron primero; su fuente algo más tarde.
Recursos minerales no metálicos
Los materiales de la Tierra que no se utilizan como combustibles ni se procesan debido a los metales que contienen
se suelen denominar recursos minerales no metálicos.
Nótese que el uso de la palabra «mineral» es muy amplio
en este contexto económico, y es bastante diferente de la
definición geológica estricta de mineral estudiada en el Capítulo 3. Los recursos minerales no metálicos se extraen y
se procesan por los elementos no metálicos que contienen
o por las propiedades químicas y físicas que poseen.
A menudo, no nos damos cuenta de la importancia de
los minerales no metálicos, porque se consideran sólo los
productos que resultaron de su utilización y no los minerales en sí mismos. Es decir, muchos minerales no metálicos se utilizan en el proceso de creación de otros productos.
Son ejemplos la fluorita y la caliza, que forman parte del
proceso de fabricación del acero, los abrasivos necesarios
para fabricar una pieza de maquinaria y los fertilizantes necesarios para el crecimiento de una cosecha (Tabla 21.4).
Las cantidades de minerales no metálicos utilizados
cada año son enormes. Un vistazo a la Figura 21.1 nos recuerda que el consumo per capita de recursos no combustibles en Estados Unidos constituye un total de cerca de 10
toneladas métricas, de las cuales alrededor del 94 por ciento son no metálicos. Los recursos minerales no metálicos
se dividen normalmente en dos amplios grupos: materiales
de construcción y minerales industriales. Dado que algunas
sustancias tienen muchos usos diferentes, se encuentran en
las dos categorías. La caliza, quizá la roca más versátil y utilizada de todas, es el mejor ejemplo. Como material de
construcción, se utiliza no sólo como material aglomerante y piedra de construcción, sino también para fabricar el
cemento. Además, como mineral industrial, la caliza es un
ingrediente en la fabricación del acero y se utiliza en la
agricultura para neutralizar los suelos.
Materiales de construcción
Los áridos naturales consisten en roca triturada, arena y
grava. Desde el punto de vista de la cantidad y de su valor,
los áridos son un material de construcción muy importante.
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Recursos minerales no metálicos
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Tabla 21.4 Lugares donde aparecen y usos de los minerales no metálicos
Mineral
Apatito
Asbestos
Azufre
Calcita
Corindón
Cuarzo
Diamante
Fluorita
Grafito
Granate
Halita
Minerales de la arcilla
Moscovita
Silvina
Talco
Yeso
Usos
Lugares de aparición
Fertilizantes fosfatados
Fibras incombustibles
Productos químicos; fabricación de fertilizantes
Agregados; fabricación del acero; acondicionamiento
del suelo; productos químicos; cemento; piedra
de construcción
Gemas; abrasivos
Ingrediente principal del vidrio
Gemas; abrasivos
Fabricación de acero; purificación del aluminio; vidrio;
productos químicos
Mina de los lápices; lubricantes; refractarios
Abrasivos; gemas
Sal de mesa; productos químicos; control del hielo
Cerámica; porcelana
Aislante en aplicaciones eléctricas
Fertilizantes de potasio
Polvo utilizado en las pinturas, los cosméticos, etc.
Yeso blanco
Estados Unidos produce casi 2.000 millones de toneladas
de áridos por año, lo que representa alrededor de la mitad
del volumen minero no energético total del país. Se produce comercialmente en todos los estados y se utiliza casi en
todo tipo de construcción de edificios y en la mayoría de los
proyectos de obras públicas.
Además de los áridos, otros importantes materiales
de construcción son el yeso para argamasa y recubrimiento de paredes, la arcilla para los ladrillos y las tejas, y
el cemento, que está hecho de caliza y arcilla. El cemento y los áridos se reúnen en el hormigón, un material que
es esencial prácticamente para todo tipo de construcciones. Los áridos proporcionan al hormigón su fuerza y su
volumen, y el cemento une la mezcla dando una sustancia similar a una roca dura. Tan sólo 2 kilómetros de autopista precisan más de 85 toneladas métricas de áridos. A
una menor escala, se necesitan 90 toneladas de áridos simplemente para construir una casa media de 6 habitaciones.
Dado que la mayoría de los materiales de construcción están ampliamente distribuidos y presentes en cantidades casi ilimitadas, tienen poco valor intrínseco. Su valor económico surge sólo después de que los materiales
han sido extraídos del terreno y procesados. Dado que su
valor por tonelada, en comparación con los metales y los
minerales industriales, es bajo, las operaciones de minería y excavación se realizan normalmente para satisfacer las
necesidades locales. Excepto para los tipos especiales de
rocas ornamentales utilizadas para los edificios y los monumentos, los costes de transporte limitan en gran medida las distancias a que pueden moverse los materiales de
construcción.
Depósitos sedimentarios
Alteración metamórfica
Depósitos sedimentarios; yacimientos hidrotermales
Depósitos sedimentarios
Yacimientos metamórficos
Intrusiones ígneas; depósitos sedimentarios
Pipas de kimberlita; depósitos de placeres
Yacimientos hidrotermales
Yacimientos metamórficos
Yacimientos metamórficos
Depósitos de evaporitas; domos de sal
Producto residual de la meteorización
Pegmatitas
Depósitos de evaporitas
Yacimientos metamórficos
Depósitos de evaporitas
Minerales industriales
Muchos recursos no metálicos se clasifican como minerales industriales. En algunos casos, estos materiales son
importantes, porque son fuente de elementos químicos o
compuestos específicos. Dichos minerales se utilizan en la
fabricación de productos químicos y en la producción de
fertilizantes. En otros casos, su importancia está relacionada con las propiedades físicas que muestran. Son ejemplos minerales el corindón y el granate, que se utilizan
como abrasivos. Aunque los suministros son abundantes,
la mayoría de los minerales industriales no son tan abundantes como los materiales de construcción. Además, la
extensión y la distribución de los depósitos están mucho
más restringidas. Como consecuencia, muchos de esos recursos no metálicos deben transportarse a distancias considerables, que, por supuesto, incrementan su coste. A diferencia de la mayoría de los materiales de construcción,
que necesitan un mínimo de tratamiento antes de estar listos para usarse, muchos minerales industriales precisan un
considerable procesamiento para extraer la sustancia deseada en el grado de pureza adecuado necesario para su
utilización final.
Fertilizantes El crecimiento de la población mundial, que
se dirige hacia los 7.000 millones, exige que la producción
de cosechas alimentarias básicas siga aumentando. Por
tanto, los fertilizantes, sobre todo los compuestos de nitrato, fosfato y potasio, son extremadamente importantes
para la agricultura. La industria de nitratos sintéticos, que
deriva del nitrógeno atmosférico, es la fuente de prácticamente todos los fertilizantes nitrogenados del mundo. La
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fuente principal de fósforo y de potasio, sin embargo, sigue siendo la corteza terrestre. El mineral apatito es la
fuente primaria de fosfatos. En Estados Unidos, la mayor
producción procede de los depósitos sedimentarios marinos de Florida y Carolina del Norte (Figura 21.21). Aunque el potasio es un elemento abundante en muchos minerales, las principales fuentes comerciales son los depósitos
de evaporitas que contienen el mineral silvina. En Estados
Unidos, los depósitos que hay cerca de Carlsbad, Nuevo
México, han sido especialmente importantes.
Azufre Debido a sus diversos usos, el azufre es un importante recurso no metálico. De hecho, la cantidad de
azufre utilizada se considera un índice del nivel de industrialización de un país. Más del 80 por ciento se utiliza
para la producción de ácido sulfúrico. Aunque su uso principal es la fabricación de fosfatos para fertilizantes, el ácido sulfúrico tiene además un sinfín de otras aplicaciones.
Entre sus fuentes se cuentan los depósitos de azufre nativo asociados con domos de sal y áreas volcánicas, así como
los sulfuros de hierro común, como la pirita. En los últimos años una fuente cada vez más importante ha sido el
azufre extraído del carbón, el petróleo y el gas natural,
para conseguir que esos combustibles sean menos contaminantes.
Sal La sal común, conocida por el mineral denominado
halita es otro recurso versátil e importante. Se cuenta entre los minerales no metálicos más destacados utilizados
como materia prima en la industria química. Además, se
utilizan grandes cantidades para «ablandar» el agua y para
eliminar el hielo de las calles y las carreteras. Por supuesto, todos nosotros sabemos que es también un nutriente
básico y parte de muchos productos alimenticios.
La sal es una roca evaporítica común que se explota en potentes depósitos utilizando técnicas de minería
subterránea. Los depósitos subsuperficiales se explotan
también utilizando pozos de salmuera en los cuales se introduce una tubería en un depósito de sal y se inyecta
agua hacia el interior. La sal disuelta por el agua es extraída a la superficie a través de una segunda tubería. Además,
el agua de mar sigue sirviendo como fuente de sal, igual
que ha ocurrido durante siglos. La sal se recoge después
de que el sol evapora el agua.
▲
Figura 21.21 Gran mina de fosfatos a
cielo abierto en Florida. El mineral apatito,
portador de fósforo, es un fosfato de calcio
asociado con los huesos y los dientes. Los
peces y otros organismos marinos extraen
fosfato del agua marina y forman apatito.
Estos depósitos sedimentarios están
asociados con el fondo de un mar somero.
(Foto de C. Davidson/Comstock.)
Resumen
• Los recursos renovables pueden recuperarse en lapsos de
tiempo relativamente cortos. Son ejemplos de ellos las
fibras naturales para la ropa, y los árboles para la obtención de madera. Los recursos no renovables se forman
tan despacio que, desde un punto de vista humano, la
Tierra contiene suministros fijos. Son ejemplos los
combustibles como el carbón y el petróleo, y los me-
tales como el cobre y el oro. Una población mundial
en crecimiento rápido y el deseo de un mejor nivel de
vida hace que los recursos no renovables se agoten a
un ritmo creciente.
• El carbón, el petróleo y el gas natural, los combustibles fósiles de nuestra economía moderna, están todos asociados
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Resumen
con las rocas sedimentarias. El carbón se origina a partir de grandes cantidades de restos vegetales que se
acumulan en un ambiente empobrecido en oxígeno,
como un pantano. Más del 70 por ciento del carbón que
se utiliza en la actualidad es para la generación de electricidad. La contaminación atmosférica producida por
los gases de óxido de azufre que se forman por la combustión de la mayoría de los tipos de carbón constituye
un problema ambiental destacable.
• El petróleo y el gas natural, que aparecen normalmente juntos en los poros de algunas rocas sedimentarias, consisten en mezclas de diversos hidrocarburos
(compuestos de hidrógeno y de carbono). La formación del petróleo está asociada con la acumulación de
sedimentos en áreas oceánicas ricas en restos animales y vegetales que son enterrados y aislados en un entorno deficitario en oxígeno. A medida que el petróleo y el gas natural se forman, migran y se acumulan
en capas permeables adyacentes, como las areniscas. Si
un estrato de roca impermeable, a la que se denomina roca de tapa, interrumpe la migración ascendente se
desarrolla un ambiente geológico que permite la acumulación de cantidades económicamente significativas de petróleo y gas bajo tierra, denominada trampa
petrolífera. Las dos condiciones básicas comunes para
todas las trampas petrolíferas son: (1) una roca almacén porosa y permeable que suministrará petróleo, gas
natural, o las dos cosas, en cantidades suficientes, y (2)
una roca de tapa impermeable.
• Entre los problemas ambientales asociados con la
combustión de los combustibles fósiles se cuentan la
contaminación atmosférica y el calentamiento global.
Los contaminantes primarios emitidos por fuentes como
los vehículos de motor pueden reaccionar en la atmósfera para producir los contaminantes secundarios
que constituyen el smog urbano. La combustión de
los combustibles fósiles es una de las maneras mediante las cuales los seres humanos están incrementando el contenido de dióxido de carbono en la atmósfera. Mayores cantidades de este gas absorbente
de calor inducirían un calentamiento global.
• Cuando los recursos petrolíferos convencionales ya no
sean adecuados, las arenas asfálticas y las lutitas bituminosas pueden sustituirlos. En la actualidad, las arenas asfálticas de la provincia de Alberta originan alrededor del
15 por ciento de la producción petrolífera de Canadá.
La producción de petróleo a partir de las lutitas bituminosas en la actualidad es antieconómica. La producción de petróleo de las arenas asfálticas y lutitas bituminosas tiene importantes inconvenientes ambientales.
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• Alrededor del 85 por ciento de nuestra energía se deriva de los combustibles fósiles. En Estados Unidos,
las fuentes de energía alternativa más importantes
son la energía nuclear y la energía hidroeléctrica. Otras
fuentes de energía alternativas son localmente importantes, pero en conjunto proporcionan aproximadamente el 1 por ciento de la demanda energética de
Estados Unidos. Entre ellas se cuentan la energía solar, la energía geotérmica, la energía eólica y la energía
mareal.
• Los recursos minerales son el conjunto de minerales
útiles disponibles comercialmente. Estos recursos
abarcan los depósitos ya identificados a partir de los
cuales pueden extraerse lucrativamente minerales, denominándose reservas, así como los depósitos conocidos que no son todavía económica ni tecnológicamente recuperables. Los depósitos que se supone que
existen, pero todavía no se han descubierto, se consideran también recursos minerales. El término mena se
utiliza para indicar esos minerales metálicos útiles que
pueden ser explotados para obtener beneficio, así
como algunos minerales no metálicos, como la fluorita y el azufre, que contienen sustancias útiles.
• Algunas de las acumulaciones más importantes de metales, como el oro, la plata, el plomo y el cobre, son generadas por procesos ígneos. Los depósitos de mena
más importantes y mejor conocidos son generados a
partir de soluciones hidrotermales (agua caliente). Los
depósitos hidrotermales se originan a partir de fluidos
calientes ricos en metales que son restos de procesos
magmáticos en etapas tardías. Esas soluciones ricas en
iones se mueven a lo largo de fracturas o de planos de
estratificación, se enfrían y precipitan los iones metálicos para originar depósitos filonianos. En un depósito diseminado (por ejemplo, muchos de los depósitos de
cobre del mundo) las menas de las soluciones hidrotermales se distribuyen en forma de pequeñas masas
por toda la masa rocosa.
• Muchos de los depósitos de menas metamórficos más
importantes se producen mediante metamorfismo de
contacto. Extensas aureolas de depósitos ricos en metales rodean habitualmente los cuerpos ígneos donde
los iones han invadido estratos de calizas. Los minerales metálicos más comunes asociados con el metamorfismo de contacto son la esfalerita (cinc), la galena (plomo), la calcopirita (cobre), la magnetita (hierro)
y la bornita (cobre). De importancia económica similar son las propias rocas metamórficas. En muchas regiones, la pizarra, el mármol y la cuarcita se extraen
para diversos tipos de construcción.
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C A P Í T U L O 2 1 Energía y recursos minerales
• La meteorización crea yacimientos de menas mediante la concentración de metales en depósitos económicamente valiosos. El proceso, frecuentemente
denominado enriquecimiento secundario, se lleva a cabo:
(1) por extracción de los materiales indeseables, dejando los elementos deseados enriquecidos en las zonas superiores del suelo, (2) por eliminación y transporte de los elementos deseables a zonas inferiores,
donde se depositan y se concentran. La bauxita, la
mena principal de aluminio, se ha formado como resultado del enriquecimiento mediante procesos de
meteorización. Además, muchos depósitos de cobre y
plata se producen cuando los procesos de meteorización concentran los metales que estuvieron inicialmente dispersos en una mena primaria de bajo grado.
• Los materiales de la Tierra que no se utilizan como
combustibles ni se procesan por los metales que contienen se denominan recursos no metálicos. Muchos son
sedimentos o rocas sedimentarias. Los dos grupos
grandes de recursos no metálicos son los materiales de
construcción y los minerales industriales. La caliza, quizá la roca más versátil y utilizada de todas, se encuentra en ambos grupos.
Preguntas de repaso
1. Compare los recursos renovables con los no renovables. Dé uno o más ejemplos de cada uno.
12. ¿Se considera la energía geotérmica una fuente de
energía inagotable? Explíquelo.
2. ¿Qué población mundial se calcula para el año
2015? ¿Cómo se compara esto con las cifras de 1930
y de 1975? ¿Está creciendo la demanda de recursos
tan deprisa como la población?
13. ¿Qué ventajas ofrece la producción de energía mareal? ¿Es probable que las mareas proporcionen
siempre una parte significativa de los requerimientos de energía eléctrica mundiales?
3. Más del 70 por ciento de la utilización actual del
carbón se emplea ¿para qué propósito?
14. Compare recurso con reserva.
4. Describa dos impactos de la combustión de los
combustibles fósiles sobre el ambiente atmosférico.
5. ¿Qué es una trampa petrolífera? Enumere dos condiciones comunes para todas las trampas petrolíferas.
6. Enumere dos desventajas asociadas con el procesamiento de las arenas asfálticas recuperadas mediante minería de superficie.
7. Estados Unidos tiene enormes depósitos de lutitas
bituminosas, pero no produce petróleo de ellos de
manera comercial. Explíquelo.
8. ¿Cuál es el combustible principal para los reactores
de fisión nuclear?
9. Enumere dos obstáculos que han impedido el desarrollo de la energía nuclear como fuente de energía
principal.
10. Describa brevemente dos métodos mediante los
cuales la energía solar podría utilizarse para producir electricidad.
11. Explique por qué no duran indefinidamente las presas construidas para generar energía eléctrica.
15. ¿Qué podría hacer que un depósito mineral no considerado como mena fuera reclasificado como
mena?
16. Nombre dos tipos generales de yacimientos hidrotermales.
17. Los yacimientos de menas metamórficas están relacionados a menudo con procesos ígneos. Proporcione un ejemplo.
18. Nombre la mena principal de aluminio y describa su
formación.
19. Una zona con color de herrumbre de óxido de hierro en la superficie puede indicar la presencia de un
depósito de cobre en profundidad. Explíquelo brevemente.
20. Describa brevemente cómo los minerales se acumulan en depósitos de placeres. Enumere cuatro
minerales que se obtienen de estos depósitos.
21. ¿Cuál es mayor, el consumo per capita de recursos
metálicos o el de recursos no metálicos?
22. Los recursos no metálicos suelen dividirse en dos
grandes grupos. Nombre los dos grupos y algunos
ejemplos de materiales que pertenezcan a cada uno.
¿Qué grupo está más ampliamente distribuido?
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Recursos de la web
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Términos fundamentales
combustible fósil
depósito de placeres
depósito diseminado
depósito filoniano
energía geotérmica
energía hidroeléctrica
enriquecimiento secundario
fisión nuclear
mena
pegmatita
recurso mineral
recurso mineral no
metálico
recurso no renovable
recurso renovable
reserva
roca almacén
roca de tapa impermeable
solución hidrotermal
trampa petrolífera
Recursos de la web
La página Web Earth utiliza los recursos
y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
esta ciencia. Visite http://www.librosite.net/tarbuck
y haga clic sobre la cubierta de Ciencias de la Tierra, octava edición. Encontrará:
• Cuestionarios de repaso en línea.
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web.
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CAPÍTULO 22
Geología planetaria
Los planetas: una visión de conjunto
El interior de los planetas
Las atmósferas de los planetas
La Luna
La superficie lunar
Historia lunar
Los planetas: características
generales
Mercurio, el planeta más interno
Venus, el planeta velado
Marte, el planeta rojo
Júpiter, el señor del cielo
Saturno, el planeta elegante
Urano y Neptuno, los gemelos
Plutón, el planeta X
Cuerpos menores del Sistema Solar
Asteroides: microplanetas
Cometas
Meteoritos
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2_Capítulo 22
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
C
te. Los planetas, en orden desde el Sol, son: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y
Plutón (Figura 22.1).
Bajo el control de la fuerza gravitatoria del Sol, cada
planeta mantiene una órbita elíptica y todos ellos viajan en la
misma dirección. El planeta más próximo al Sol, Mercurio, tiene el movimiento orbital más rápido, 48 kilómetros por segundo, y el período de revolución alrededor del Sol más corto, 88 días terrestres. Por el contrario, el planeta más distante,
Plutón, tiene una velocidad orbital de 5 kilómetros por segundo y necesita 248 años terrestres para completar una revolución.
Imaginemos una órbita dibujada en una hoja de papel.
El papel representa el plano orbital del planeta. Los planos orbitales de siete planetas se encuentran inclinados en un intervalo de 3 grados con respecto al plano del ecuador solar.
Los otros dos, el más próximo al Sol y el más distante, Mercurio y Plutón, están inclinados 7 y 17 grados, respectivamente.
uando el ser humano comprendió por primera vez
que los planetas eran más parecidos a la Tierra que
a las estrellas, creció una gran agitación. ¿Podría haber vida inteligente en estos planetas o en cualquier otro lugar del universo? La exploración espacial ha reavivado este
interés. Hasta la fecha no se han encontrado pruebas de
vida extraterrestre en nuestro Sistema Solar. Sin embargo,
estudiamos los otros planetas para poder conocer cómo se
formó nuestro planeta y su historia inicial. Las recientes exploraciones espaciales se han organizado teniendo este objetivo en la mente. Hasta la fecha, las sondas espaciales han
explorado Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Saturno, Urano
y Neptuno.
El Sol es el centro de un enorme sistema de rotación
que consta de nueve planetas, sus satélites y numerosos asteroides, cometas y meteoritos, pequeños pero interesantes. Se calcula que un 99,85 por ciento de la masa de nuestro Sistema Solar está representado por el Sol. El conjunto
de los planetas constituye más del 0,15 por ciento restan-
Cinturón de Kuiper
Plutón
Neptuno
Urano
Cinturón de asteroides
Tierra
Sol
Mercurio
Venus
Marte
Júpiter
Saturno
P
N
U
S
J
M
V
T
M
▲ Figura 22.1 Órbitas de los planetas. Las posiciones de los planetas se muestran a escala en la parte inferior del diagrama.
SOL
2_Capítulo 22
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Los planetas: una visión de conjunto
Los planetas: una visión de conjunto
Un examen cuidadoso de la Tabla 22.1 demuestra que
los planetas se pueden agrupar en dos conjuntos: los
planetas terrestres (parecidos a la Tierra) (Mercurio,
Venus, la Tierra y Marte) y los planetas jovianos (parecidos a Júpiter) (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno).
Plutón no se incluye en ninguna de las dos categorías
(véase Recuadro 22.2).
Las diferencias más obvias entre los planetas terrestres y los jovianos radican en su tamaño (Figura 22.2). Los
planetas terrestres más grandes (la Tierra y Venus) tienen
un diámetro que es solamente una cuarta parte del diámetro del planeta joviano más pequeño (Neptuno). Además, sus masas son tan sólo 1/17 la de Neptuno. Por consiguiente, a los planetas jovianos se les denomina gigantes.
Debido a sus localizaciones relativas, a los cuatro planetas
jovianos se les suele denominar planetas exteriores, mientras
que a los planetas terrestres se les denomina planetas interiores. Como veremos, parece existir una correlación entre las posiciones de esos planetas y sus tamaños.
Otras dimensiones en las cuales los dos grupos difieren son la densidad, la composición química y la velocidad de rotación. Las densidades de los planetas terrestres tienen un valor medio de unas cinco veces la densidad
del agua, mientras que los planetas jovianos tienen densi-
dades medias de sólo 1,5 veces la del agua. Uno de los planetas externos, Saturno, tiene una densidad de sólo 0,7 veces la del agua, lo que significa que Saturno flotaría en un
depósito de agua lo bastante grande. Las variaciones de
composición química de los planetas son responsables en
gran medida de las diferencias de densidad.
El interior de los planetas
Las sustancias que constituyen los planetas se dividen en
tres grupos composicionales: gases, rocas y hielos, en función
de sus puntos de fusión.
1. Los gases, el hidrógeno y el helio, son los que
tienen puntos de fusión próximos al cero absoluto (273 °C o 0 Kelvin).
2. Las rocas son principalmente silicatos y hierro
metálico, cuyos puntos de fusión superan los
700 °C.
3. Dentro del grupo de hielos se incluyen el amoniaco (NH3), el metano (CH4), el dióxido de carbono (CO2) y el agua (H2O). Tienen puntos de
fusión intermedios (por ejemplo, el H2O tiene
un punto de fusión de 0 °C).
Los planetas terrestres son densos, y están formados en
su mayor parte por sustancias rocosas y metálicas, con
Tabla 22.1 Datos planetarios
Distancia media desde el Sol
Planeta
Símbolo
Mercurio
Venus
Tierra
Marte
Júpiter
Saturno
Urano
Neptuno
Plutón
UA*
Millones de
kilómetros
Períodos de
revolución
Inclinación
orbital
Velocidad orbital
km/s
0,39
0,72
1,00
1,52
5,20
9,54
19,18
30,06
39,44
58
108
150
228
778
1427
2870
4497
5900
88días
225días
365,25días
687días
12años
29,5años
84años
165años
248años
7°00´
3°24´
0°00´´
1°51´
1°18´
2°29´
0°46´
1°46´
17°12´
47,5
35,0
29,8
24,1
13,1
9,6
6,8
5,3
4,7
Planeta
Período de
rotación
Diámetro
kilómetros
Masa relativa
(Tierra = 1)
Densidad
media
(g/cm3)
Mercurio
Venus
Tierra
Marte
Júpiter
Saturno
Urano
Neptuno
Plutón
59d
244d
23h56m04s
24h37m23s
9h50m
10h14m
17h14m
16h03m
6,4d
4878
12.104
12.756
6794
143.884
120.536
51.118
50.530
2300
0,06
0,82
1,00
0,11
317,87
95,14
14,56
17,21
0,002
5,4
5,2
5,5
3,9
1,3
0,7
1,2
1,7
1,8
* UA = Unidad astronómica, distancia media entre la Tierra y el Sol.
Aplanamiento
polar
(%)
Excentricidad
0,0
0,0
0,3
0,5
6,7
10,4
2,3
1,8
0,0
0,206
0,007
0,017
0,093
0,048
0,056
0,047
0,009
0,250
Número de
satélites
conocidos
0
0
1
2
28
30
21
8
1
2_Capítulo 22
626
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Página 626
C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
cantidades menores de gases y hielos. Los planetas jovianos, por otro lado, contienen grandes cantidades de
gases (hidrógeno y helio) y hielos (fundamentalmente
agua, amoniaco y metano). Esto explica sus bajas densidades. Los planetas exteriores también contienen cantidades sustanciales de materiales rocosos y metálicos, que
se concentran en sus núcleos.
Mercurio
Venus
Tierra
Marte
Sol
Las atmósferas de los planetas
Los planetas jovianos tienen atmósferas muy gruesas que
consisten en cantidades variables de hidrógeno, helio, metano y amoniaco. Por el contrario, los planetas terrestres
tienen atmósferas a lo sumo ligeras. El motivo es que la
capacidad de un planeta para conservar una atmósfera depende de su masa y de su temperatura.
En términos simples, una molécula de gas puede
evaporarse de un planeta si alcanza una velocidad conocida como la velocidad de escape. Para la Tierra, esta velocidad es de 11 kilómetros por segundo (unos 40.000 kilómetros por hora). Cualquier material, incluido un
cohete, debe alcanzar esta velocidad antes de poder escapar de la gravedad terrestre y entrar en el espacio.
Los planetas jovianos, debido a sus mayores gravedades superficiales, tienen velocidades de escape más altas
de 21 a 60 kilómetros por segundo, mucho más elevadas
Júpiter
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Por qué los planetas jovianos son mucho más
grandes que los planetas terrestres?
Saturno
Urano
Neptuno
Plutón
▲ Figura 22.2 Los planetas dibujados con la misma escala.
De acuerdo con la hipótesis de la nebulosa, los planetas se
formaron a partir de un disco de polvo y gases en rotación que
rodeaba el Sol. El crecimiento de los planetas empezó cuando fragmentos sólidos de materia empezaron a colisionar y a
agruparse. En el sistema solar interior, las temperaturas eran
tan elevadas que sólo los metales y los silicatos pudieron formar granos sólidos. Hacía demasiado calor como para que se
formara hielo a partir del agua, el dióxido de carbono y el metano. Por tanto, los planetas interiores (terrestres) se formaron principalmente a partir de sustancias con un elevado punto de fusión que se encontraban en la nebulosa solar. Por el
contrario, en las zonas externas frías del Sistema Solar, hacía
el frío suficiente como para que se formara hielo de agua y
otras sustancias. Por consiguiente, los planetas exteriores se
formaron no sólo a partir de acumulaciones de fragmentos
sólidos de metales y silicatos, sino también a partir de grandes cantidades de hielo. Al final, los planetas exteriores crecieron lo suficiente como para capturar gravitacionalmente
incluso los gases más ligeros (hidrógeno y helio) y convertirse en planetas «gigantes».
2_Capítulo 22
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Página 627
La Luna
que los planetas terrestres. Por consiguiente, es más difícil que los gases se evaporen de ellos. Además, debido a
que el movimiento molecular de un gas depende de la
temperatura, a las bajas temperaturas de los planetas jovianos, es improbable que incluso los gases más ligeros adquieran la velocidad necesaria para escapar.
Por otra parte, un cuerpo comparativamente caliente y con poca gravedad superficial, como nuestra Luna,
es incapaz de conservar incluso los gases pesados, como el
dióxido de carbono y el radón, y, por tanto, carece de atmósfera. Los planetas terrestres ligeramente mayores
como la Tierra, Venus y Marte retienen algunos gases pesados, como el dióxido de carbono, pero incluso así sus
atmósferas constituyen sólo una porción infinitesimalmente pequeña de sus masas totales.
En el resto de este capítulo consideraremos brevemente cada planeta, además de los miembros menores del
Sistema Solar. Primero, sin embargo, visitaremos la compañera de la Tierra en el espacio: nuestra Luna.
ración con su planeta parental. El diámetro de la Luna es
de 3.475 kilómetros, alrededor de una cuarta parte de los
12.756 kilómetros de la Tierra.
Teniendo en cuenta la masa lunar, su densidad es 3,3
veces la del agua. Esta densidad es comparable a la de las
rocas del manto que hay sobre la Tierra, pero es considerablemente menor que la densidad media de la tierra, que
es 5,5 veces la del agua. Los geólogos han sugerido que
esta diferencia podría explicarse si el núcleo de hierro de
la Luna fuera pequeño. La atracción de la gravedad en la
superficie lunar es una sexta parte la experimentada en la
superficie de la Tierra (una persona que pese en la superficie de la Tierra 67,5 kilogramos, en la Luna pesará aproximadamente 10 kilogramos). Esta diferencia permite a un
astronauta llevar un sistema de soporte vital pesado con
relativa facilidad. Si no llevara esta carga, saltaría seis veces más alto que en la Tierra.
La superficie lunar
Cuando Galileo orientó por primera vez su telescopio hacia la Luna, vio dos tipos diferentes de terrenos: llanuras
oscuras y tierras altas brillantes y craterizadas. Dado que
las regiones oscuras se parecían a los mares de la Tierra,
fueron denominados maria (en singular, mare). Este
nombre no es afortunado, porque la superficie de la Luna
está totalmente desprovista de agua. En la Figura 22.3 se
muestran los rasgos típicos de la superficie lunar.
La Luna
La Tierra tiene ahora centenares de satélites, pero sólo
uno natural, la Luna, nos acompaña en nuestro viaje anual
alrededor del Sol. Aunque otros planetas tienen lunas,
nuestro sistema planeta-satélite es único en el Sistema
Solar, porque la luna es inusualmente grande en compa-
Escarpe de falla
Maria
Rille
sinuoso
Terra (tierra
s altas luna
res)
Antiguo cráter de impacto
inundado de lava
Cráter joven
Cadena de cráteres con rayos
Cráter joven
627
Dorsal
Domo
volcánico
Gran cráter de impacto
Ejecta
Rille lineal
(tipo graben)
Coladas
de lava
▲ Figura 22.3 Diagrama que ilustra las principales características topográficas de la superficie lunar.
2_Capítulo 22
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
En la actualidad sabemos que la Luna no tiene atmósfera ni agua. Por consiguiente, la meteorización y la
erosión que modifican continuamente la superficie de la
Tierra están prácticamente ausentes de la Luna. Además,
no hay fuerzas tectónicas activas sobre la Luna, de manera que ya no se producen terremotos ni erupciones volcánicas. Sin embargo, dado que la Luna no está protegida
por una atmósfera, se produce un tipo diferente de erosión: partículas diminutas procedentes del espacio (micrometeoritos) bombardean continuamente su superficie
y alisan gradualmente el paisaje. Las rocas de la Luna se
redondearán ligeramente en su parte superior si quedan
expuestas durante largo tiempo en la superficie lunar. No
obstante, es improbable que la Luna haya cambiado apreciablemente en los últimos 3.000 millones de años, excepto por la creación de unos pocos cráteres por grandes
meteoritos.
Cráteres Los rasgos más obvios de la superficie lunar son
los cráteres. ¡Son tan abundantes que la regla es la existencia de cráteres dentro de cráteres! Los mayores tienen
unos 250 kilómetros de diámetro, aproximadamente la
anchura de Indiana. La mayoría de los cráteres se produjo por el impacto de partículas en movimiento rápido (meteoritos), un fenómeno que era considerablemente más
común al principio de la historia del Sistema Solar que en
la actualidad.
Por el contrario, la Tierra tiene tan sólo unos 12 cráteres de impacto fácilmente reconocibles. Esta diferencia
puede atribuirse a la atmósfera terrestre. La fricción por
el aire quema y destruye las partículas pequeñas antes de
que alcancen la superficie. Además, las evidencias de la
mayoría de los cráteres que se formaron en el comienzo
de la historia de la Tierra han sido eliminadas por la erosión o por procesos tectónicos.
En la Figura 22.4 se ilustra la formación de un cráter de impacto. Tras el impacto, el meteorito que llega
a gran velocidad comprime el material sobre el que golpea; a continuación, casi instantáneamente, la roca comprimida rebota, expulsando material del cráter. Este proceso es análogo a la salpicadura que se produce cuando
se lanza una roca al agua, y a menudo provoca la formación de un pico central, como se observa en el cráter
de la Figura 22.5. La mayor parte del material expulsado (ejecta) aterriza cerca del cráter, formando un anillo
a su alrededor. El calor generado por los impactos es
Impacto del meteorito
Onda compresiva
Roca y meteorito fundidos
Onda
compresiva
Rebote
Ejecta
Manto de fragmentos
eyectados
▲
Figura 22.4 Formación de un cráter de impacto. La energía del
meteorito que llega con un movimiento muy rápido se transforma en
calor y ondas compresivas. El rebote de la roca comprimida hace que los
derrubios sean lanzados desde el cráter, y el calor funde algo del material,
produciendo perlas de vidrio. El material arrojado desde el cráter de
impacto genera pequeños cráteres secundarios. (Tomado de E. M.
Shoemaker.)
Basamento de roca
fracturado
2_Capítulo 22
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La Luna
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Rayo del cráter
Cadena de cráteres
secundarios
Pico central
Fragmentos eyectados
continuos
Fragmentos eyectados
discontinuos
▲ Figura 22.5 El cráter lunar Euler de 20 kilómetros de anchura, situado en el suroeste del Mare Imbrium. Se ven con toda claridad los rayos
brillantes, el pico central, los cráteres secundarios y el gran cúmulo de fragmentos eyectados cerca del anillo del cráter. (Cortesía de la NASA.)
suficientemente alto para fundir algo de la roca impactada. Los astronautas han traído muestras de perlas de
vidrio producidas de esta manera, así como de rocas formadas cuando fragmentos angulosos y polvo fueron soldados por el impacto.
Un meteorito de tan sólo 3 metros de diámetro puede abrir un cráter de 150 metros de ancho. Unos pocos de
los grandes cráteres, como los cráteres Kepler y Copérnico, se formaron a partir del impacto de cuerpos de 1 kilómetro de diámetro o superiores. Estos dos grandes cráteres, se piensa, son relativamente jóvenes debido a los rayos
brillantes (marcas de salpicadura), que irradian hacia fuera de ellos centenares de kilómetros.
Tierras altas Son áreas topográficamente elevadas con
gran densidad de impactos que constituyen la mayor parte de la superficie lunar. De hecho, toda la cara oculta de
la Luna se caracteriza por esa topografía. (Sólo los astronautas han visto la cara oculta, porque la Luna gira sobre
su eje una vez con cada revolución alrededor de la Tierra,
y mantiene siempre la misma cara mirando a la Tierra.) En
las tierras altas hay cordilleras. Los picos lunares más altos alcanzan elevaciones que se aproximan a los 8 kilómetros, sólo uno menos que el monte Everest.
Maria Los mares de lavas basálticas se originaron cuando los asteroides bombardearon la superficie lunar, permitiendo que el magma basáltico extruyera hacia el exterior (Figura 22.6). Aparentemente los cráteres se
inundaron con una capa tras otra de lava basáltica muy
fluida, de manera parecida a lo ocurrido en la llanura de
Columbia en el noroeste de Estados Unidos. Las coladas
de lava tienen a menudo 30 metros de grosor, y el espesor total del material que rellena los maria debe aproximarse a varios centenares de metros.
Regolito Todos los terrenos lunares están cubiertos con
una capa de derrubios grises no consolidados procedentes de unos cuantos miles de millones de años de bombardeo meteorítico (Figura 22.7). Esta capa, parecida al
suelo, a la que se denomina con propiedad regolito lunar
(rhegos capa; lithos piedra), está compuesta por rocas
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
Basaltos de los maria
Fragmentos
eyectados
A.
B.
▲ Figura 22.6 Formación de los maria. A. El impacto de una masa del tamaño de un asteroide produjo un enorme cráter de centenares de
kilómetros de diámetro y alteró la corteza lunar situada a gran distancia de ese cráter. B. Relleno del área del impacto con basaltos fluidos,
quizá procedentes de la fusión parcial que se produjo en zonas profundas del manto lunar.
▲ Figura 22.7 El astronauta Harrison Schmitt recogiendo muestras de la superficie lunar. Obsérvense las huellas (detalle) en el «suelo»
lunar. (Cortesía de la NASA.)
2_Capítulo 22
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Los planetas: características generales
ígneas, brechas, perlas de vidrio y fino polvo lunar. En los
maria que fueron explorados por los astronautas del Apollo, el grosor del regolito lunar parece ser sólo un poco
mayor de 3 metros.
Historia lunar
Aunque la Luna es nuestro vecino planetario más próximo y los astronautas han obtenido muestras de su superficie, se desconoce todavía mucho sobre su origen. El modelo más ampliamente aceptado del origen de la Luna es
que durante el período de formación del Sistema Solar, un
cuerpo del tamaño de Marte impactó en la Tierra. El impacto habría licuado la superficie terrestre y expulsado
grandes cantidades de rocas de la corteza y el manto desde una Tierra muy joven. Una parte de estos derrubios expulsados habría entrado en órbita alrededor de la Tierra,
donde coalescieron y formaron la Luna.
La hipótesis del impacto gigante es coherente con
una serie de hechos conocidos sobre la Luna. El material
expulsado estaría constituido en su mayor parte por rocas
del manto y la corteza pobres en hierro, lo que explicaría
la ausencia de un núcleo medible de hierro en la Luna.
Además, el material expulsado habría permanecido en
órbita el tiempo suficiente como para haber perdido los
volátiles (agua) de los que la Luna carece. A pesar de las
evidencias que confirman esta teoría, algunas preguntas
permanecen sin respuesta.
Sin embargo, los geólogos planetarios han logrado
entender los detalles básicos de la historia más reciente
de la Luna. Uno de sus métodos consiste en observar las
variaciones de densidad de los cráteres (número de cráteres por unidad de superficie). Cuanto mayor es la densidad de cráteres, más antiguo debe ser el rasgo topográfico. A partir de esas evidencias, los científicos concluyeron
que la Luna evolucionó en tres fases: la corteza original
(tierras altas), las cuencas de los maria y los cráteres con
rayos.
Durante su historia primitiva, la Luna recibió impactos continuos a medida que barría hacia sí las partículas del Sistema Solar. Este continuo bombardeo, y
quizá la desintegración radiactiva, generaron suficiente
calor para fundir la superficie externa de la Luna y, con
bastante probabilidad, también el interior. Los restos de
esa corteza original ocupan las tierras altas densamente
craterizadas, cuya edad se ha calculado en unos 4.500
millones de años, aproximadamente la misma edad que
la Tierra.
El segundo acontecimiento importante en la evolución de la Luna fue la formación de las cuencas de los maria (véase Figura 22.6). La datación radiométrica de los basaltos de los maria les atribuye una edad comprendida
entre 3.200 y 3.800 millones de años, aproximadamente
631
1.000 millones de años más jóvenes que la corteza inicial.
En algunos lugares, las coladas de lava se superponen a las
tierras altas, otro testimonio de la menor edad de los depósitos de los maria.
Los últimos rasgos destacados que se formaron fueron los cráteres con rayos, como el cráter Copérnico. El
material expulsado de estas jóvenes depresiones se ve claramente revistiendo la superficie de los maria y muchos
cráteres más antiguos, que carecen de rayos. Incluso un
cráter relativamente joven, como el Copérnico, debe tener una antigüedad de millones de años. Si se hubiera formado sobre la tierra, las fuerzas erosivas lo habrían destruido hace ya mucho tiempo.
Si se dispusiera de fotos de la Luna tomadas hace varios centenares de millones de años, revelarían que la Luna
ha cambiado poco desde entonces. Con todos los datos parece que la Luna es un cuerpo tectónicamente muerto
que va errante a través del espacio y del tiempo.
Los planetas: características
generales
Mercurio, el planeta más interno
Mercurio, el segundo planeta más pequeño, y el más interno, apenas es algo mayor que la Luna y es más pequeño que otros tres satélites del Sistema Solar. Como la
Luna, absorbe la mayor parte de la luz solar que incide sobre él, reflejando sólo el 6 por ciento al espacio (Figura
22.8). Esto es característico de los cuerpos terrestres que
no tienen atmósfera. (La Tierra refleja alrededor del 30
por ciento de la luz que incide sobre ella, la mayor parte
desde las nubes.)
Mercurio tiene tierras altas con cráteres, muy parecidas a las de la Luna, y enormes terrenos lisos que recuerdan a los maria. Sin embargo, a diferencia de la Luna,
Mercurio es un planeta muy denso, lo que significa que
contiene un núcleo de hierro muy grande para su tamaño. Además, tiene largos escarpes que atraviesan las planicies y los cráteres por igual. Estos acantilados pueden
haberse producido por acortamiento de la corteza a medida que el planeta se enfrió y se encogió.
Mercurio se mueve rápidamente en su órbita, pero
rota lentamente. Un ciclo día-noche completo en la Tierra tarda 24 horas, pero en Mercurio necesita 179 días terrestres. Por tanto, una noche en Mercurio dura alrededor de 3 meses y va seguida de 3 meses de luz diurna. Las
temperaturas nocturnas descienden hasta 173 °C y las
del mediodía superan los 427 °C, lo suficientemente calientes como para fundir el plomo y el estaño. Las probabilidades de vida en Mercurio con estas características son
nulas.
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
terrestres. Es similar a la Tierra en tamaño, densidad,
masa y localización en el Sistema Solar. Por tanto, se le ha
denominado el «gemelo de la Tierra». Debido a sus semejanzas, se esperaba que un estudio detallado de Venus
proporcionara a los geólogos una mejor comprensión de
la historia evolutiva de la Tierra.
Venus está envuelto en gruesas nubes impenetrables a la luz visible. No obstante, la cartografía por radar
realizada desde la nave espacial Magellan e instrumentos
terrestres ha revelado una topografía variada con rasgos
que se encuentran a medio camino entre los en la Tierra
y los de Marte (Figura 22.9). Dicho de manera sencilla, se
envían a la superficie de Venus pulsos de radar en la longitud de onda de microondas y se miden las alturas de las
llanuras y las montañas cronometrando la vuelta del eco
del radar. Estos datos han confirmado que el vulcanismo
basáltico y las deformaciones tectónicas son los procesos
dominantes que actúan sobre Venus. Además, debido a la
baja densidad en cráteres de impacto, el vulcanismo y la
deformación tectónica deben haber sido muy activos durante el pasado geológico reciente.
Alrededor del 80 por ciento de la superficie de Venus son llanuras hundidas cubiertas por un manto de coladas volcánicas. Algunos canales de lava se extienden centenares de kilómetros; uno serpentea el planeta a lo largo
▲ Figura 22.8 Fotomosaico de Mercurio. Esta visión de Mercurio
es notablemente similar a la «cara oculta» de la Luna. (Cortesía de
la NASA.)
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Tienen planetas algunas estrellas cercanas?
Sí. Aunque se sospechaba desde hacía tiempo, hasta hace
poco no se verificó la existencia de planetas extrasolares. Los
astrónomos han descubierto estos cuerpos midiendo las oscilaciones de las estrellas cercanas. El primer supuesto planeta
fuera del Sistema Solar se descubrió en 1995, orbitando la estrella 51 Pegasi, a 42 años luz de la Tierra. Desde entonces,
se han identificado más de dos docenas de cuerpos del tamaño de Júpiter, la mayoría de ellos sorprendentemente cerca
de las estrellas que orbitan.
Venus, el planeta velado
Venus, secundado en brillo sólo por la Luna en el cielo
nocturno, es famoso por la diosa del amor y la belleza. Orbita el Sol en un círculo casi perfecto una vez cada 255 días
▲ Figura 22.9 Esta vista global de la superficie de Venus se ha
generado por computador a partir de la cartografía realizada
durante dos años por el radar del proyecto Magellan. Las
estructuras brillantes y retorcidas que cruzan el planeta son
montañas y cañones muy fracturados de las tierras altas orientales
de la región de Afrodita. (Cortesía de la NASA/JPL.)
2_Capítulo 22
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Los planetas: características generales
de 6.800 kilómetros. Se han identificado miles de estructuras volcánicas, la mayoría de ellas pequeños volcanes en
escudo, aunque se han cartografiado más de 1.500 volcanes mayores de 20 kilómetros. Uno es el Sapas Mons, de
400 kilómetros de diámetro y 1,5 kilómetros de altura.
Muchas coladas de este volcán fueron emitidas desde sus
flancos, más que desde su cima, de la misma manera que
los volcanes en escudo hawaiianos.
Sólo el 8 por ciento de la superficie venusiana son
tierras altas que pueden recordar las áreas continentales de la Tierra. La actividad tectónica sobre Venus parece estar impulsada por el ascenso y el descenso de
material hacia el interior del planeta. Aunque todavía
opera en Venus la convección del manto, los procesos
de la tectónica de placas, que reciclan la litosfera rígida, no parecen haber contribuido a la topografía venusiana actual.
Antes de la llegada de los vehículos espaciales, Venus se consideró un lugar potencialmente hospitalario
para los organismos vivos. Sin embargo, las pruebas procedentes de las sondas espaciales indican lo contrario. La
superficie de Venus alcanza temperaturas de 475 °C y su
atmósfera contiene un 97 por ciento de dióxido de carbono. Sólo se han detectado cantidades ínfimas de vapor de
agua y de nitrógeno. La atmósfera venusiana contiene una
cubierta de nubes opacas de unos 25 kilómetros de grosor, y tiene una presión atmosférica 90 veces la existente
sobre la superficie de la Tierra. Este ambiente hostil hace
improbable que la vida tal y como la conocemos exista en
Venus.
Marte, el planeta rojo
Marte ha despertado mayor interés que cualquier otro
planeta entre científicos y no científicos (véase Recuadro
22.1). Cuando imaginamos vida inteligente en otros mundos, los marcianitos verdes aparecen en nuestra imagina-
633
ción. El interés por Marte se debe fundamentalmente a
la accesibilidad del planeta a la observación. Todos los
demás planetas que están al alcance del telescopio tienen
ocultas sus superficies por nubes, excepto Mercurio, cuya
proximidad al Sol hace difícil su observación. A través
del telescopio, Marte aparece como un balón rojo interrumpido por algunas regiones negras cuya intensidad
cambia durante el año marciano. Las características telescópicas más notables de Marte son sus casquetes polares de color blanco brillante, que se parecen a los de la
Tierra.
Atmósfera marciana La atmósfera marciana tiene una
densidad que es sólo un 1 por ciento la terrestre y está
compuesta fundamentalmente por dióxido de carbono
con diminutas cantidades de vapor de agua. Los datos
procedentes de las sondas marcianas confirman que los
casquetes polares de Marte están compuestos de agua helada, cubiertos por una fina capa de dióxido de carbono
congelado. A medida que el invierno se aproxima a cada
hemisferio, vemos el crecimiento del casquete polar de ese
hemisferio en dirección al ecuador conforme las temperaturas descienden hasta 125 °C y se deposita más dióxido de carbono.
Aunque la atmósfera de Marte es muy tenue, se producen grandes tormentas de polvo, que pueden ser responsables de los cambios de color observados desde los telescopios terrestres. Los vientos de fuerza huracanada, de
hasta 270 kilómetros por hora, pueden persistir durante
semanas. Las imágenes tomadas por el Viking 1 y el Viking
2 revelaron un paisaje marciano notablemente similar a un
desierto rocoso de la Tierra (Figura 22.10), con abundantes dunas de arena y cráteres de impacto parcialmente rellenos de polvo.
Espectacular superficie marciana El Mariner 9, el primer
satélite artificial que giró en órbita alrededor de otro planeta, llegó a Marte en 1971 entre una tormenta de polvo.
▲ Figura 22.10 Esta imagen del paisaje marciano tomada por el Viking 1, en su punto de aterrizaje, muestra un campo de dunas con
características notablemente similares a las visibles en los desiertos de la Tierra. Las crestas de las dunas parecen indicar que recientes
tormentas de viento movieron la arena de las dunas desde abajo a la derecha hasta arriba a la izquierda. El gran bloque de la izquierda se
encuentra a unos 10 metros de la nave espacial y mide 3 metros. (Cortesía de la NASA.)
2_Capítulo 22
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
▲
Recuadro 22.1
Entender la Tierra
Pathfinder: el primer geólogo en Marte
El 4 de julio de 1997, la sonda espacial
Mars Pathfinder aterrizó en la superficie
cubierta de rocas de Marte y desplegó el
vehículo con ruedas, Sojourner. Durante
los tres meses siguientes, la plataforma envió a la Tierra tres gigabits de datos, entre los cuales había 16.000 imágenes y 20
análisis químicos. El punto de aterrizaje
era un vasto paisaje ondulado esculpido
por antiguas inundaciones. Se escogió este
lugar con depósitos de inundaciones con
la esperanza de que hubiera una serie de
tipos de roca que el vehículo Sojourner pudiera examinar.
El Sojourner transportó un espectrómetro de rayos X, partículas alfa y fotones
(APXS) empleado para determinar la
composición de las rocas y el «suelo»
marciano (regolito) en el lugar de aterrizaje (Figura 22.A). Además, el vehículo
era capaz de tomar imágenes de cerca de
las rocas. A partir de estas imágenes, los
investigadores concluyeron que las rocas
eran ígneas. Sin embargo, primero se creyó que un objeto duro, blanco y plano llamado Scooby Doo era una roca sedimentaria, pero los datos del APXS sugieren
que su composición química es como la
del suelo de la zona. Por tanto, Scooby
Doo es probablemente un suelo bien cementado.
Durante su primera semana en Marte, el APXS del Sojourner obtuvo datos
de una parcela de suelo eólico y una roca
de tamaño medio, conocida afectuosamente como Barnacle Bill. Una evaluación preliminar de los datos que tenía el
▲ Figura 22.A El vehículo del Pathfinder, el Sojourner (izquierda), obteniendo datos sobre la
composición química de una roca marciana conocida como Yogi. (Foto cortesía de la NASA.)
APXS sobre el Barnacle Bill demuestra
que contiene más del 60 por ciento de
sílice. Si se confirman estos datos, eso
podría indicar que Marte contiene la
roca volcánica andesita. Los investigadores esperaban que la mayoría de las
rocas volcánicas de Marte fuera basaltos,
que tiene un contenido menor de sílice
(menos del 50 por ciento). En la Tierra,
las andesitas se asocian con regiones tectónicamente activas en las que la corteza oceánica subduce hacia el manto. Son
ejemplos los volcanes de los Andes en
Cuando el polvo aclaró, las imágenes del hemisferio septentrional marciano revelaron numerosos grandes volcanes. El mayor, el monte Olimpo, es del tamaño de Ohio
y tiene 23 kilómetros de altura, más de 2,5 veces la altura
del monte Everest. Este y otros volcanes gigantes recuerdan a los volcanes de escudo hawaiianos que hay sobre la
Tierra (Figura 22.11).
La mayor parte de las características superficiales
marcianas son antiguas, si se miden en comparación con
la Tierra. El hemisferio meridional marciano, muy craterizado, es probablemente similar en edad a las tierras al-
Suramérica y de la cordillera Cascade,
en Norteamérica.
El Sojourner analizó ocho rocas y siete
suelos. Hasta ahora, los resultados son
sólo preliminares. Dado que estas rocas
están cubiertas por un polvo rojizo con un
alto contenido de azufre, surgió alguna
polémica sobre la composición exacta de
estas rocas marcianas. Algunos investigadores creen que todas tienen la misma
composición. Las diferencias en las mediciones, afirman, son consecuencia del
grosor variable del polvo.
tas lunares (de 3.500 a 4.500 millones de años de antigüedad). Incluso las características volcánicas de aspecto
relativamente reciente del hemisferio norte pueden tener
más de 1.000 millones de años. Este hecho y la ausencia
de registros sísmicos por los sismógrafos del Viking indican un planeta tectónicamente muerto.
Otro hallazgo sorprendente realizado por el Mariner 9 fue la existencia de diversos cañones que dejan pequeño incluso al Gran Cañón del río Colorado de la Tierra. Uno de los mayores, el Valles Marineris, se piensa que
se ha formado por hundimiento de la corteza a lo largo
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Los planetas: características generales
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de inmensas fallas. A este respecto, sería comparable con
los valles de rift africanos (Figura 22.12).
▲
▲ Figura 22.11 Imagen del monte Olimpo, un volcán en escudo
inactivo de Marte que abarca un área cuyo tamaño es
aproximadamente el del estado de Ohio. (Cortesía del U. S.
Geological Survey.)
¿Agua en Marte? No todos los valles marcianos tienen
un origen tectónico. Algunas zonas exhiben modelos de
drenaje similares a los creados por las corrientes en la
Tierra. Además, las imágenes del satélite orbital Viking
han revelado islas antiguas inconfundibles en lo que
ahora es un lecho de corriente seco. Cuando se descubrieron por primera vez estos canales de corrientes, algunos observadores especularon con la posibilidad de
que en alguna ocasión hubiera existido sobre Marte una
gruesa atmósfera cargada de agua capaz de generar chaparrones torrenciales. Si fuera así, ¿qué ocurrió con esta
agua? La atmósfera marciana actual contiene sólo vestigios de ella.
Muchos geólogos planetarios no aceptan la premisa de que Marte haya tenido en alguna ocasión un ciclo de
agua activo similar al de la Tierra. Antes bien, creen que
muchos de los grandes valles de corrientes se crearon por
el hundimiento del material superficial causado por la fusión lenta del hielo superficial. Si esto hubiera sido así,
esos grandes valles serían más parecidos a las estructuras
terrestres formadas por procesos gravitacionales.
Figura 22.12 Esta imagen muestra el
sistema completo de cañones del Valles
Marineris, de más de 5.000 kilómetros
de longitud y hasta 8 kilómetros de
profundidad. Los puntos de color rojo
oscuro del borde izquierdo de la imagen
son enormes volcanes, que miden cada
uno alrededor de 25 kilómetros.
(Cortesía del U. S. Geological Survey.)
Volcanes
Valles
Marineris
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?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Por qué los volcanes de la Tierra son mucho más
pequeños que los de Marte?
Los mayores volcanes en escudo se forman donde las plumas
de roca caliente ascienden desde la profundidad del interior
de un planeta. La Tierra es tectónicamente activa, con placas en movimiento que mantienen la corteza en constante
movimiento. Por ejemplo, las islas Hawaii están compuestas
por una cadena de volcanes en escudo que se formaron cuando la placa Pacífica se desplazó por encima de una pluma del
manto relativamente estacionaria. En Marte, los volcanes
como el monte Olimpo han crecido hasta alcanzar un gran
tamaño porque allí la corteza permanece estacionaria. Las
erupciones sucesivas ocurren en el mismo lugar y se añaden
a la masa de un único volcán en lugar de producir varias estructuras más pequeñas, como sucede en la Tierra.
dos los demás planetas, satélites y asteroides. De hecho,
si hubiera sido unas 10 veces mayor, Júpiter habría evolucionado hasta convertirse en una pequeña estrella. Pese
a su gran tamaño, su masa es tan sólo 1/800 la del Sol. Júpiter gira también más deprisa que cualquier otro planeta, completando una rotación en algo menos de 10 horas
terrestres. El efecto de este rápido giro es el ensanchamiento de la región ecuatorial y el aplanamiento de la región polar (véase la columna «Aplanamiento polar» de la
Tabla 22.1).
Cuando se mira a través de un telescopio o unos binoculares, Júpiter parece estar cubierto por franjas alternas de nubes de múltiples colores alineadas en paralelo
con su plano ecuatorial (Figura 22.13). La característica
más notable es la Gran Mancha Roja del hemisferio sur (Figura 22.13). Este punto ha sido una característica destacada desde que se descubrió hace más de tres siglos. Cuando el Voyager 2 pasó por Júpiter en 1979, era del tamaño
Las imágenes del Mars Global Surveyor indican que
las aguas subterráneas han migrado recientemente hacia
la superficie. Las filtraciones en forma de manantial han
creado canales donde emergen de los muros de los valles
y los cráteres. Algo del agua que brotó podía estar congelada al principio debido a las temperaturas marcianas medias que oscilan entre 70 °C y 100 °C. Sin embargo,
acabó emergiendo en forma de una mezcla de sedimentos,
hielo y líquido que formó los canales. Puesto que el agua
es un ingrediente esencial para la vida, los astrobiólogos
están intrigados y entusiasmados por la posibilidad de
comprender este fenómeno en el futuro.
Satélites marcianos Los diminutos Phobos y Deimos, los
dos satélites marcianos, no se descubrieron hasta 1977, porque tienen sólo 24 y 15 kilómetros de diámetro, respectivamente. Phobos está más próximo a su planeta que cualquier
otro satélite natural del Sistema Solar (sólo a 5.500 kilómetros) y necesita tan sólo 7 horas y 39 minutos para completar una revolución. El Mariner 9 reveló que los dos satélites
tienen formas irregulares y numerosos cráteres de impacto.
Es probable que esas lunas sean asteroides capturados por Marte. Una coincidencia de lo más interesante entre astronomía y literatura es la estrecha semejanza entre
Phobos y Deimos y dos satélites marcianos de ficción descritos por Jonathan Swift en los Viajes de Gulliver, que se
escribió aproximadamente 150 años antes de que se descubrieran esos satélites.
Júpiter, el señor del cielo
Júpiter, un verdadero gigante entre los planetas, tiene
una masa 2,5 veces mayor que la masa combinada de to-
▲ Figura 22.13 Visión artística de Júpiter con la Gran Mancha
Roja visible en su hemisferio sur. Imagen de la Tierra para escala.
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Los planetas: características generales
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tad de camino hacia el interior de Júpiter, presiones extremas hacen que el hidrógeno líquido se convierta en hidrógeno metálico líquido. Se cree también que Júpiter contiene tanto material rocoso y metálico como se encuentra
en los planetas terrestres, probablemente en un núcleo
central.
de dos círculos como la Tierra colocados uno al lado del
otro. En ocasiones se ha hecho incluso mayor.
Las imágenes del Pioner 11, cuando pasó a 42.000 kilómetros de la capa superior de nubes de Júpiter en 1974,
indicaron que la Gran Mancha Roja es una tormenta que
gira en el sentido contrario al de las agujas del reloj (ciclónica). Está atrapada entre dos corrientes atmosféricas
del tipo de las corrientes en chorro que fluyen en direcciones opuestas. Esta enorme tormenta huracanada gira
una vez cada 12 días terrestres. Aunque se han observado
diversas tormentas más pequeñas en otras regiones de la
atmósfera de Júpiter, ninguna de ellas ha sobrevivido durante más de unos pocos días.
Lunas de Júpiter El sistema de satélites de Júpiter, que
consta de 28 lunas descubiertas hasta ahora, se parece a un
sistema solar en miniatura. Los cuatro satélites mayores,
descubiertos por Galileo, viajan en órbitas casi circulares
alrededor de Júpiter con períodos que oscilan entre 2 y 17
días terrestres. Los dos satélites galileanos mayores, Calisto y Ganímedes, sobrepasan el tamaño de Mercurio,
mientras que los dos más pequeños, Europa e Io, tienen
aproximadamente el tamaño de la Luna terrestre. Esas
lunas galileanas pueden observarse con binoculares o con
un telescopio pequeño y son interesantes por sí solas.
Por el contrario, los cuatro satélites más externos de
Júpiter son muy pequeños (20 kilómetros de diámetro),
giran en órbitas con direcciones opuestas (movimiento retrógrado) a las de las lunas más grandes y tienen órbitas
muy inclinadas con respecto al ecuador joviano. Esos satélites parecen ser asteroides que pasaron lo suficientemente cerca como para ser capturados gravitacionalmente por Júpiter.
Las imágenes de los Voyagers 1 y 2 revelaron en
1979, para la sorpresa de casi todos, que cada uno de los
cuatro satélites galileanos es un mundo geológico único.
La más interna de las lunas galileanas, Io, es uno de los tres
cuerpos volcánicamente activos descubiertos en nuestro
Sistema Solar, junto con la Tierra y la luna de Neptuno,
▲
Estructura de Júpiter La atmósfera de hidrógeno-helio
de Júpiter tiene también metano, amoniaco, agua y compuestos de azufre como constituyentes menores. Los sistemas de vientos generan las bandas de color claro y oscuro que rodean a este planeta gigante (Figura 22.14). A
diferencia de los vientos terrestres, que son impulsados
por la energía solar, el propio Júpiter desprende casi el doble de calor que el que recibe del Sol. Por tanto, es el calor interior de Júpiter el que produce enormes corrientes
de convección en la atmósfera.
La presión atmosférica en la parte superior de las
nubes es igual a la presión terrestre al nivel del mar. Dada
la inmensa gravedad de Júpiter, la presión aumenta rápidamente hacia su superficie. A 1.000 kilómetros por debajo de las nubes, la presión es lo suficientemente grande
como para comprimir el hidrógeno en un líquido. Por
consiguiente, se piensa que la superficie de Júpiter es un
océano gigante de hidrógeno líquido. A menos de la mi-
scuras
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Figura 22.14 Estructura de la atmósfera
de Júpiter. Las áreas de nubes claras (zonas)
son regiones donde los gases están
ascendiendo y enfriándose. El hundimiento
domina el flujo en las capas de nubes más
oscuras (cinturones). Esta circulación
convectiva, junto con la rotación rápida del
planeta, genera los vientos de gran
velocidad observados entre los cinturones y
las zonas.
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Tritón. Hasta la fecha, se han descubierto numerosos centros volcánicos sulfurosos activos. Se han visto elevarse de
la superficie de Io plumas en forma de paraguas hasta alturas próximas a los 200 kilómetros (Figura 22.15). Se
cree que la fuente de calor que impulsa la actividad volcánica de Io es la energía mareal generada por una incansable «interacción» entre Júpiter y los otros satélites galileanos. Dado que Io está unido gravitacionalmente a
Júpiter, siempre mira del mismo lado al planeta gigante,
como la Luna terrestre. La fuerza gravitacional de Júpiter y de los otros satélites cercanos tira y empuja del
abombamiento mareal de Io a medida que su órbita, ligeramente excéntrica, lo acerca y lo aleja alternativamente
de Júpiter. Esta flexión gravitacional de Io se transforma
en calor (similar a cuando se dobla hacia delante y hacia
atrás un clip) y provoca las espectaculares erupciones volcánicas sulfurosas de Io.
Uno de los descubrimientos más inesperados realizado por el Voyager 1 es el fino sistema de anillos de Júpiter. Analizando cómo estos anillos dispersan la luz, los in-
?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
Además de la Tierra, ¿hay algún otro cuerpo del
Sistema Solar que tenga agua líquida?
Se considera que los planetas más cercanos al Sol que la Tierra son demasiado cálidos como para contener agua líquida,
y los que se encuentran más lejos del Sol son, en general, demasiado fríos como para tener agua en estado líquido (aunque algunas estructuras en Marte sugieren que pudo haber
agua líquida abundante en algún momento de su historia). No
obstante, las mejores perspectivas de encontrar agua líquida
en nuestro Sistema Solar se encuentran debajo de las superficies de hielo de algunas lunas de Júpiter. Por ejemplo, se sospecha que Europa tiene un océano de agua líquida escondido debajo de su cubierta exterior de hielo. Las imágenes
detalladas enviadas a la Tierra desde la nave espacial Galileo
han revelado que la superficie de hielo de Europa es bastante joven y exhibe grietas aparentemente llenas de líquido oscuro desde debajo. Esto sugiere que bajo este caparazón de
hielo, Europa debe de tener un interior móvil y cálido, y quizá un océano. Dado que la existencia de agua en estado líquido es necesaria para la vida tal como la conocemos, ha habido mucho interés en enviar un satélite a Europa (y más
tarde una plataforma capaz de lanzar un submarino robótico) para determinar si tiene también vida marítima.
vestigadores concluyeron que los anillos están compuestos por pequeñas partículas oscuras, de un tamaño similar a las partículas de humo. Además, la naturaleza débil
de los anillos indica que estos fragmentos microscópicos
están muy dispersos. Se cree que las partículas son fragmentos eyectados por impactos de meteorito de las superficies de Metis y Adrastea, dos pequeñas lunas de Júpiter.
Saturno, el planeta elegante
Saturno, que necesita 29,46 años terrestres para completar una revolución, está a una distancia del Sol casi el doble que Júpiter; sin embargo, su atmósfera, composición
y estructura interna parecen ser notablemente similares a
las de Júpiter. La característica más destacada de Saturno
es su sistema de anillos (Figura 22.16), descubiertos por
Galileo en 1610. Debido a la baja resolución de su telescopio primitivo, los anillos parecían dos cuerpos pequeños adyacentes al planeta. Su naturaleza anular la descubrió 50 años más tarde el astrónomo holandés Christian
Huygens.
▲ Figura 22.15 Una erupción volcánica en Io. Esta pluma de
gases volcánicos y fragmentos se eleva a 100 kilómetros por
encima de la superficie de Io. (Cortesía de la NASA.)
Aproximación a Saturno En 1980 y 1981, las misiones de
los vehículos espaciales impulsados por energía nuclear
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▲
Los planetas: características generales
Figura 22.16 Una visión del
extraordinario sistema de anillos de Saturno.
F
G
E
Saturno
C
B
A
División de Cassini
D
Voyager 1 y 2 se acercaron a 100.000 kilómetros de Saturno. Se obtuvo más información en unos pocos días de la
que se había adquirido desde que Galileo miró por primera vez con el telescopio este elegante planeta.
1. La atmósfera de Saturno es muy dinámica, con
vientos que alcanzan los 1.500 kilómetros a la
hora.
2. En la atmósfera de Saturno se producen grandes
«tormentas» ciclónicas similares a la Gran Mancha Roja de Júpiter, aunque más pequeñas.
3. Se descubrieron otras once lunas.
4. Se observó que los anillos de Saturno son más
complejos de lo esperado.
Más recientemente las observaciones de los telescopios terrestres y el telescopio espacial Hubble han ampliado nuestros
conocimientos sobre el sistema anular de Saturno. En
1995 y 1996, cuando las posiciones de la Tierra y de Saturno permitieron ver los anillos de perfil, reduciendo así
el resplandor de los anillos principales, se hicieron visibles
los anillos más débiles y los satélites de Saturno.
Sistemas anulares planetarios Hasta el descubrimiento
reciente de que Júpiter, Urano y Neptuno tienen también
sistemas de anillos, se pensaba que este fenómeno era exclusivo de Saturno. Aunque los cuatro sistemas anulares
conocidos difieren en los detalles, comparten muchos
atributos. Todos están formados por múltiples anillos con-
céntricos separados por espacios vacíos de varias anchuras. Además, cada anillo está compuesto por partículas individuales («satélites pequeños» de hielo y roca) que giran en torno al planeta y a la vez impactan con regularidad
unos contra otros.
La mayoría de anillos se sitúa en una de dos categorías en función de la densidad de las partículas. Los
principales anillos de Saturno (denominados A y B en la
Figura 22.16) y los anillos brillantes de Urano están muy
compactados y contienen «pequeñas lunas» cuyo tamaño oscila entre unos pocos centímetros (tamaño de un
guijarro) y varios metros (tamaño de una casa). Se cree
que estas partículas chocan con frecuencia cuando orbitan su planeta. A pesar del hecho de que los anillos densos de Saturno se extienden a lo largo de varios centenares de kilómetros, son muy delgados, y quizá miden
menos de 100 metros desde la parte superior hasta la
inferior.
En el otro extremo, los anillos más débiles, como el
sistema anular de Júpiter y los anillos externos de Saturno (designados como E en la Figura 22.16), están compuestos por partículas muy finas (tamaño del humo) muy
dispersas. Además de tener densidades muy bajas de partículas, estos anillos tienden a ser más gruesos que los anillos brillantes de Saturno.
En estudios recientes se ha demostrado que las lunas que coexisten con los anillos representan un papel importante en la determinación de su estructura. En especial,
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la influencia gravitacional de estas lunas tiende a guiar las
partículas de los anillos alterando sus órbitas. Los anillos
estrechos parecen obra de los satélites situados a ambos lados que limitan el anillo haciendo retroceder las partículas que intentan escapar.
Aún más importante, se cree que las partículas de
los anillos son derrubios expulsados de estas lunas. De
acuerdo con esta opinión, el material se recicla de manera continua entre los anillos y las lunas anulares. Las
lunas barren partículas de manera gradual; éstas últimas
son expulsadas posteriormente por colisiones con grandes fragmentos de material anular, o quizá por colisiones energéticas con otras lunas. Así, parece que los anillos planetarios no son las estructuras atemporales que
habíamos creído; antes bien, se reinventan de manera
continua.
El origen de los sistemas de anillos planetarios es todavía objeto de debate. ¿Se formaron los anillos a partir
de una nube aplanada de polvo y gases que rodeaba el planeta? En este escenario, los anillos se formaron simultá-
neamente y del mismo material que los planetas y las lunas. ¿O bien los anillos se formaron después, cuando una
luna o un asteroide grande se rompió gravitacionalmente
tras pasar demasiado cerca de un planeta? Aún otra hipótesis sugiere que un cuerpo extraño desintegró una de las
lunas del planeta. Los fragmentos procedentes de este impacto tenderían a empujarse unos a otros y formarían un
anillo plano y delgado. Los investigadores esperan que se
haga más luz sobre el origen de los anillos planetarios a
principios de julio de 2004, cuando la nave espacial Cassini empiece una exploración de Saturno que durará cuatro años.
Lunas de Saturno El sistema de satélites de Saturno
consta de 30 cuerpos (Figura 22.17). (Si contamos las «pequeñas lunas» comprendidas en los anillos de Saturno,
este planeta tiene millones de satélites.) El mayor, Titán,
es más grande que Mercurio y es el segundo satélite mayor del Sistema Solar (después de Ganímedes, de Júpiter).
Titán y Tritón, de Neptuno, son los únicos satélites del
▲ Figura 22.17 Foto mosaico del sistema de satélites de Saturno. La luna Dione aparece por delante; Tetis y Mimas están en la parte
inferior derecha; Enceladus y Rhea están a la izquierda; y Titán, arriba a la derecha. (Foto cortesía de la NASA.)
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Los planetas: características generales
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Sistema Solar de los que se sabe que tienen una atmósfera sustancial. Debido a su densa cobertura gaseosa, la presión atmosférica en la superficie de Titán es de alrededor
de 1,5 veces la existente en la superficie terrestre. Otro satélite, Febe, exhibe movimiento retrógrado. Es muy probable que esta luna, como otras lunas con órbitas retrógradas, sea un asteroide capturado o un fragmento grande
de planeta que sobró de un gran episodio de formación
planetaria.
Urano y Neptuno, los gemelos
La Tierra y Venus tienen rasgos similares, pero Urano y
Neptuno son casi idénticos. Con una diferencia de diámetro de tan sólo un 1 por ciento, ambos muestran un color azulado, atribuible al metano de sus atmósferas (Figuras 22.18 y 22.19). Su estructura y composición son
similares. Neptuno, sin embargo, es más frío, porque, de
nuevo, está una vez y media más distante del calor del Sol
que Urano.
Urano Una característica exclusiva de Urano es que rota
«sobre su lado». Su eje de rotación, en vez de ser perpendicular al plano de su órbita, como el de otros planetas, se encuentra casi paralelo a su plano orbital. Su movimiento rotacional, por consiguiente, se parece más a
rodar que a girar sobre un eje, movimiento que caracteri-
▲ Figura 22.18 Esta imagen de Urano fue enviada a la Tierra por
el Voyager 2 cuando pasó por este planeta el 24 de enero de 1986.
Tomada desde una distancia de casi 1 millón de kilómetros, pocos
detalles de su atmósfera son visibles, excepto unas pocas vetas
(nubes) en el hemisferio septentrional. (Cortesía de la NASA.)
▲ Figura 22.19 Esta imagen de Neptuno muestra el Gran Punto
Oscuro (centro izquierda). También son visibles nubes brillantes de
tipo cirro que se mueven a gran velocidad alrededor del planeta.
Un segundo punto oval se encuentra a 54 grados de latitud sur en
el extremo este del planeta. (Cortesía del Jet Propulsion Laboratory.)
za a los otros planetas. Dado que el eje de Urano está inclinado casi 90 grados, el Sol está situado casi encima de
uno de sus polos en cada una de las revoluciones, y luego,
media revolución más tarde, está situado por encima del
otro polo.
Un descubrimiento sorprendente realizado en 1977
reveló que Urano tiene un sistema de anillos. Este hallazgo se produjo conforme Urano pasaba por delante de una
estrella distante y bloqueó su visión, un proceso denominado ocultación (occult escondido). Los observadores vieron la estrella «parpadear» brevemente cinco veces (lo
que significa cinco anillos) antes de la ocultación principal y luego otras cinco veces más. Estudios posteriores indicaron que Urano tiene al menos nueve cinturones distintos de partículas que orbitan alrededor de su región
ecuatorial.
Vistas espectaculares desde el Voyager 2 de las cinco
lunas mayores de Urano muestran paisajes muy variados.
Algunas tienen largos y profundos cañones y acantilados
lineales, mientras que otras poseen grandes áreas lisas sobre superficies, por lo demás, acribilladas de cráteres. El
Jet Propulsion Laboratory describió Miranda, la más interna de las cinco lunas más grandes, como el cuerpo del
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?
A VECES LOS ALUMNOS
PREGUNTAN
¿Por qué Urano rota sobre su lado?
La explicación más probable para la inusual rotación lateral
de Urano es que éste empezó a rotar de la misma manera que
los otros planetas, pero luego su rotación fue alterada por un
impacto gigante, que probablemente era muy común al principio de la formación de los planetas. Sin embargo, un impacto gigante sería muy difícil de verificar, porque no habría
dejado ningún cráter en Urano, cuya superficie no es sólida.
Como muchos acontecimientos que sucedieron al principio
de la formación de nuestro Sistema Solar, el motivo de la rotación lateral de Urano nunca se sabrá con certeza.
Sistema Solar con la mayor variedad de formas superficiales.
Neptuno Aun cuando se enfoque hacia Neptuno el telescopio más potente, aparece como un disco azulado borroso. Hasta que fue visitado por el Voyager 2 en 1989, los
astrónomos sabían muy poco sobre este planeta. Sin embargo, el viaje de casi 3.000 millones de millas, que duró
12 años, proporcionó a los investigadores tanta información nueva sobre Neptuno y sus satélites, que se necesitarán años para analizarla por completo.
Neptuno tiene una atmósfera dinámica, muy parecida a la de Júpiter y Saturno (Figura 22.19). Vientos que
superan los 1.000 kilómetros por hora rodean al planeta
convirtiéndolo en uno de los lugares más ventosos del
Sistema Solar. Tiene también una mancha del tamaño de
la Tierra denominada el Gran Punto Oscuro, que es una reminiscencia de la Gran Mancha Roja de Júpiter, y se supone que es una gran tormenta de rotación.
Quizá más sorprendentes sean unas nubes blancas
de tipo cirro que ocupan un estrato situado a unos 50 kilómetros por encima del principal banco de nubes, probablemente de metano helado. En las imágenes del Voyager se descubrieron 6 nuevos satélites, con lo que se
completaba una familia neptuniana de 8. Todas las lunas
recién descubiertas giran en órbitas alrededor del planeta con una dirección opuesta a la de los dos satélites mayores. Las imágenes del Voyager revelaron también un sistema de anillos alrededor de Neptuno.
Tritón, la mayor luna de Neptuno, es un objeto de
sumo interés. Su diámetro es casi el de la Luna terrestre.
Tritón es la única gran luna del Sistema Solar que exhibe
movimiento retrógrado. Esto indica que Tritón se formó
independientemente de Neptuno y fue capturado gravitacionalmente.
Tritón tiene también la menor temperatura superficial nunca medida en cualquier cuerpo del Sistema So-
lar: 200 °C. Su atmósfera está compuesta fundamentalmente de nitrógeno con un poco de metano. A pesar de
las temperaturas superficiales bajas, Tritón exhibe actividad similar a la volcánica. En 1989, el Voyager 2 detectó
plumas activas que se extendían a una altitud de 8 kilómetros y se desplazaban a favor del viento a lo largo de 100
kilómetros. Las capas superficiales de hielo de metano,
más oscuro, presuntamente absorben la energía solar con
mayor facilidad. Ese calentamiento superficial vaporiza
una parte del hielo de nitrógeno subyacente. A media que
aumentan las temperaturas subsuperficiales, se producen
erupciones explosivas.
Plutón, el planeta X
Plutón se encuentra en el borde del Sistema Solar, casi 40
veces más alejado del Sol que la Tierra. Es 10.000 veces
demasiado borroso para ser visible a simple vista. Debido a su gran distancia del Sol y su lenta velocidad orbital, Plutón tarda 248 años terrestres en completar su órbita alrededor del Sol. Desde que se descubrió en 1930,
ha completado alrededor de una cuarta parte de una revolución. La órbita de Plutón es notablemente alargada
(muy excéntrica), lo que hace que a veces viaje en el interior de la órbita de Neptuno, donde residió entre 1979
y febrero de 1999. No hay posibilidad de que Plutón y
Neptuno colisionen, porque sus órbitas están inclinadas
una con respecto a la otra y en realidad no se cruzan (véase Figura 22.1).
En 1978, se descubrió la luna Charon en órbita alrededor de Plutón. Dada su proximidad al planeta, las
mejores imágenes de Charon obtenidas desde la Tierra la
muestran sólo como un abombamiento de Plutón. En
1990, el telescopio espacial Hubble obtuvo una imagen que
resolvió claramente la separación entre estos dos mundos
helados. Charon gira en órbita alrededor de Plutón una
vez cada 6,4 días terrestres a una distancia 20 veces más
cerca de Plutón que la Luna de la Tierra.
El descubrimiento de Charon alteró en gran medida los cálculos anteriores del tamaño de Plutón. Los
datos actuales indican que Plutón tiene un diámetro de
unos 2.300 kilómetros, alrededor de una quinta parte
el tamaño de la Tierra, lo que le convierte en el planeta más pequeño del Sistema Solar (véase Recuadro
22.2). Charon tiene un diámetro de unos 1.300 kilómetros, excepcionalmente grande en proporción con
su planeta.
La temperatura media de Plutón se calcula en
210 °C, lo suficientemente fría como para solidificar la
mayoría de los gases que puedan estar presentes. Por tanto, Plutón puede describirse mejor como una bola sucia
helada de gases congelados con cantidades menores de
sustancias rocosas.
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Cuerpos menores del Sistema Solar
▲
Recuadro 22.2
643
Entender la Tierra
¿Es Plutón realmente un planeta?
Desde que se descubrió Plutón en 1930,
ha constituido un misterio al borde del
Sistema Solar. Primero se creyó que era
aproximadamente igual que la Tierra,
pero cuando se obtuvieron mejores imágenes, se calculó que el diámetro de Plutón era un poco menos de la mitad del de
la Tierra. Luego, en 1978, los astrónomos
descubrieron que Plutón tiene una luna
(Charon), cuyo brillo combinado con su
planeta hacía que Plutón pareciera mucho
mayor de lo que es en realidad (Figura
22.B). Las imágenes recientes obtenidas
por el telescopio espacial Hubble establecieron el diámetro de Plutón en sólo 2.300
kilómetros, que constituye alrededor de
una quinta parte del de la Tierra y menos
de la mitad del de Mercurio, considerado
durante mucho tiempo el enano del Sistema Solar. De hecho, siete lunas, incluida la de la Tierra, son más grandes que
Plutón.
Se prestó incluso más atención al estatus de Plutón como planeta, cuando en
1992 los astrónomos descubrieron otro
cuerpo de hielo en órbita más allá de Neptuno. Pronto se descubrieron centenares
de estos objetos que formaban una banda
similar al cinturón de asteroides situado
entre Marte y Júpiter. No obstante, estos
cuerpos en órbita están compuestos de
polvo y hielo, como los cometas, y no de
sustancias metálicas y rocosas, como los
Plutón
Charon
▲ Figura 22.B Plutón y su luna Charon.
Se muestra la Tierra para escala.
Cuerpos menores del Sistema Solar
Asteroides: microplanetas
Los asteroides son cuerpos pequeños que han sido comparados con «montañas volantes». El mayor, Ceres, tiene unos 1.000 kilómetros de diámetro, pero la mayoría de
los 50.000 que se han observado tienen aproximadamente 1 kilómetro de diámetro. Los asteroides más pequeños
se supone que no son mayores que granos de arena. La
mayoría se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter,
y tiene períodos de 3 a 6 años (Figura 22.20). Algunos tienen órbitas muy excéntricas y pasan muy cerca del Sol, y
unos pocos, más grandes, se aproximan regularmente a la
Tierra y a su luna. Muchos de los cráteres de impacto más
asteroides. Algunos astrónomos creen que
pueden existir objetos planetarios incluso
mayores que Plutón en este cinturón de
mundos de hielo situados en las zonas más
exteriores del Sistema Solar. De hecho, ya
se ha descubierto un cuerpo más grande
que la luna de Plutón Charon.
Un número cada vez mayor de astrónomos afirma que el pequeño tamaño de
Plutón y su localización en el interior de
una multitud de objetos de hielo similares
significa que debería reclasificarse como
un planeta menor, como los asteroides y
los cometas. Oros insisten en que, con independencia del cambio de identidad de
Plutón, degradar a Plutón al estatus de
planeta menor deshonraría la historia astronómica y confundiría a la gente.
De momento, parece que la Unión
Astronómica Internacional, un grupo que
tiene el poder de votar si Plutón es un
planeta o no, está satisfecho con el status
quo. Sin embargo, el estatus planetario
de Plutón nunca será el mismo. Ahora
está claro que Plutón es único entre los
planetas y es muy diferente de los cuatro
planetas interiores rocosos y distinto de
los cuatro gigantes gaseosos. Quizá una
mejor descripción de Plutón sea la de uno
de los miembros más grandes de un cinturón de millones de pequeños mundos
de hielo (cometas) que orbitan en las zonas exteriores de nuestro Sistema Solar.
recientes que hay sobre la Luna y la Tierra fueron causados probablemente por colisiones con asteroides. Inevitablemente se producirán futuras colisiones entre la Tierra y los asteroides (véase Recuadro 22.3).
Debido a que muchos asteroides tienen formas irregulares, los geólogos planetarios especularon primero con
la posibilidad de que fueran fragmentos de un planeta
roto que una vez orbitó entre Marte y Júpiter (Figura
22.21). Sin embargo, se calcula que la masa total de los asteroides es sólo de una milésima parte la de la Tierra, que
a su vez no es un planeta grande. ¿Qué le ocurrió al resto
del planeta original? Otros han planteado la hipótesis de
que pudieron existir varios grandes cuerpos muy próximos
y que sus colisiones produjeran numerosos cuerpos más
pequeños. Se ha utilizado la existencia de varias «familias»
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
▲
Figura 22.20 Las órbitas de los
principales asteroides se encuentran entre
Marte y Júpiter. También se muestran las
órbitas conocidas de unos pocos asteroides
próximos a la Tierra. Quizá un millar o más
de asteroides tienen órbitas próximas a la
Tierra. Por fortuna, se piensa que sólo unas
pocas docenas de ellos tienen un diámetro
superior al kilómetro.
Cinturón
de asteroides
Marte
Tierra
Júpiter
laba entre el polvo fino y bloques de hasta 8 metros de diámetro. Inesperadamente, los investigadores descubrieron
que los derrubios finos se concentran en las zonas inferiores que forman depósitos planos parecidos a estanques.
Alrededor de las áreas bajas, el paisaje está marcado por
una abundancia de bloques grandes.
Una de las diversas hipótesis consideradas como una
explicación para la topografía llena de bloques es el temblor sísmico, que desplazaría los bloques hacia arriba. De
manera análoga a lo que ocurre cuando se agita una lata
de frutos secos variados, los materiales más grandes suben
a la parte superior, mientras que los materiales más pequeños se depositan en el fondo.
Cometas
▲ Figura 22.21 Imagen del asteroide 951 (Gaspra) obtenida por
la nave espacial Galileo. Como otros asteroides, es probable que
Gaspra sea un fragmento de un cuerpo mayor producido por
colisión. (Cortesía de la NASA.)
de asteroides como dato para apoyar esta explicación. Sin
embargo, no se han encontrado pruebas concluyentes para
cualquiera de las dos hipótesis.
En febrero de 2001, una nave espacial estadounidense se convirtió en el primer visitante de un asteroide.
Aunque no había sido diseñada para aterrizar, la nave
NEAR Shoemaker aterrizó satisfactoriamente y generó información que ha dejado a los geólogos planetarios intrigados y perplejos. Las imágenes obtenidas mientras la
nave espacial se movía a una velocidad de 6 kilómetros por
hora hacia la superficie de Eros revelaron una superficie
rocosa y árida compuesta de partículas cuyo tamaño osci-
Los cometas se cuentan entre los cuerpos más interesantes e impredecibles del Sistema Solar. Se han comparado
con bolas de nieve sucias, porque están compuestos de gases congelados (agua, amoniaco, metano, dióxido de carbono y monóxido de carbono) que mantienen juntos pequeños fragmentos de materiales rocosos y metálicos.
Muchos cometas viajan por órbitas muy excéntricas que
los llevan más allá de Plutón. Estos cometas tardan centenares de miles de años en completar una sola órbita alrededor del Sol. Sin embargo, unos pocos cometas de período corto (con períodos orbitales de menos de 200 años),
como el cometa Halley, tienen encuentros regulares con
el interior del Sistema Solar.
Cuando se observa por primera vez, un cometa aparece como un cuerpo muy pequeño; pero a medida que se
aproxima al Sol, la energía solar empieza a vaporizar los
gases congelados, produciendo una cabeza resplandeciente, denominada cabellera (Figura 22.22). El tamaño
de las cabelleras varía mucho de un cometa a otro. Los extremadamente raros superan el tamaño del Sol, pero la
mayoría se aproxima al tamaño de Júpiter. Dentro de la
cabellera, a veces, puede detectarse un pequeño núcleo
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Cuerpos menores del Sistema Solar
▲
Recuadro 22.3
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La Tierra como sistema
¿Está la Tierra en una dirección de colisión?
El Sistema Solar está repleto de meteoritos, asteroides, cometas activos y cometas
extintos. Estos fragmentos viajan a grandes velocidades y pueden golpear la Tierra con la fuerza explosiva de una potente bomba nuclear.
En las últimas décadas, cada vez ha resultado más claro que los cometas y los asteroides han chocado contra la Tierra con
mucha más frecuencia de lo que previamente se sabía. La prueba son estructuras
de impacto gigantes. Se han identificado
más de cien (Figura 22.C). Muchos de ellos
se atribuyeron erróneamente, al principio,
al resultado de algún proceso volcánico.
Aunque algunas estructuras de impacto
son tan antiguas que ya no parecen cráteres
de impacto, sigue habiendo evidencias de
su origen (Figura 22.D). Una notable excepción es un cráter de aspecto muy reciente que se encuentra cerca de Winslow,
Arizona, y se conoce como Meteor Crater.
Cada vez hay más pruebas de que hace
65 millones de años un gran asteroide de
aproximadamente 10 kilómetros de diámetro chocó contra la Tierra. Este impacto puede haber causado la extinción
de los dinosaurios, así como casi el 50 por
ciento de todas las especies vegetales y
animales (véase Recuadro 9.5).
Más recientemente, una explosión espectacular se ha atribuido a la colisión de
nuestro planeta con un cometa o asteroide.
En 1908, en una región remota de Siberia, explotó una «bola de fuego» que parecía más brillante que el Sol, con una fuerza
violenta. Las ondas del choque rompieron
ventanas y provocaron reverberaciones
que se escucharon a una distancia de hasta 1.000 kilómetros. El «acontecimiento Tunguska», como se le denomina, descorchó, arrancó ramas, y derribó árboles a
30 kilómetros de distancia del epicentro.
Pero las expediciones a la zona no encontraron pruebas de un cráter de impacto, ni
fragmentos metálicos de ningún tipo. Evidentemente la explosión, cuya potencia
fue por lo menos similar a una bomba nuclear de 10 megatones, se produjo a muy
pocos kilómetros por encima de la superficie. Lo más probable es que fuera la
muerte de un cometa o quizá de un asteroide rocoso. No está claro por qué explotó antes del impacto.
Los peligros de vivir con estos objetos
pequeños, pero mortales, en el espacio
▲ Figura 22.C Mapa mundial de las principales estructuras de impacto. Cada año se
identifican más. (Datos de Griffith Observatory.)
resplandeciente con un diámetro de tan sólo unos pocos
kilómetros. Conforme el cometa se aproxima al Sol, algunos, pero no todos, desarrollan una cola que se prolonga a lo largo de millones de kilómetros. A pesar del ta-
▲ Figura 22.D Manicouagan, Quebec,
es una estructura de impacto erosionada
de 200 millones de años de antigüedad. El
lago perfila el resto del cráter, que tiene un
diámetro de 70 kilómetros. Las fracturas
relacionadas con este acontecimiento se
extienden hacia fuera otros 30 kilómetros.
(Cortesía del U. S. Geological Survey.)
llegaron de nuevo a la opinión pública en
1989, cuando un asteroide de casi un kilómetro estuvo a tiro de la Tierra. Estuvo a dos veces la distancia de la Luna.
Viajando a 70.000 kilómetros por hora,
pudo haber producido un cráter de 10 kilómetros de diámetro y quizá 2 kilómetros de profundidad. Como indicó un observador, «tarde o temprano volverá».
Atravesó nuestra órbita justo 6 horas por
delante de la Tierra. Las estadísticas demuestran que colisiones de esta tremenda magnitud deben tener lugar cada pocos centenares de millones de años y
podrían tener consecuencias dramáticas
para la vida en la Tierra.
maño enorme de sus colas y cabelleras, los cometas son
miembros relativamente pequeños del Sistema Solar.
El hecho de que la cola de un cometa apunte en la dirección opuesta al Sol de una manera ligeramente curvada
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
Cola de gas ionizado
Cabellera
Núcleo
Cola compuesta de polvo
Imagen aumentada
Órbita
Sol
▲ Figura 22.22 Orientación de la cola del cometa a medida que gira en su órbita alrededor del Sol.
(Figura 22.22) llevó a los primeros astrónomos a proponer
que el Sol tiene una fuerza repulsiva que hace retroceder
las partículas de la cabellera, formando así la cola. En la actualidad, se sabe que dos fuerzas solares contribuyen a esta
formación. La primera, la presión de radiación, aleja las partículas de polvo de la cabellera. La segunda, conocida como
viento solar, es responsable del desplazamiento de los gases
ionizados, en especial del dióxido de carbono. A veces, se
produce una sola cola compuesta de polvo y gases ionizados, pero a menudo se observan dos colas (Figura 22.23).
A medida que el cometa se aleja del Sol, los gases
que forman la cabellera vuelven a condensarse, la cola
desaparece y el cometa se vuelve a convertir en un depósito de frío. El material que se expulsó de la cabellera para
formar la cola se pierde para siempre. Por consiguiente,
se cree que la mayoría de los cometas no puede sobrevivir a más de unos pocos centenares de órbitas alrededor
del Sol. Una vez expulsados todos los gases, el material
restante (un enjambre de partículas metálicas y rocosas no
conectadas) continúa la órbita sin cabellera ni cola.
Los cometas se originan aparentemente en dos regiones del sistema solar externo. Se cree que los cometas
de período más corto orbitan más allá de Neptuno, en una
región denominada el cinturón de Kuiper, en honor al
astrónomo Gerald Kuiper, que había predicho su existen-
cia. (Durante la última década, se ha descubierto más de
un centenar de estos cuerpos de hielo.) Como los asteroides del sistema solar interno, la mayoría de cometas del
cinturón de Kuiper se mueven en órbitas casi circulares
que se sitúan casi en el mismo plano que los planetas. Una
colisión casual entre dos cometas del cinturón de Kuiper,
o la influencia gravitacional de uno de los planetas jovianos, puede alterar ocasionalmente la órbita de un cometa
lo bastante como para enviarlo al sistema solar interno y
a nuestro campo de visión.
A diferencia de los cometas del cinturón de Kuiper,
los cometas de largo período tienen órbitas no confinadas
al plano del Sistema Solar. Parece que estos cometas se
distribuyen en todas direcciones desde el Sol, formando
un escudo esférico alrededor del Sistema Solar, denominado nube de Oort, en homenaje al astrónomo holandés Jan Oort. Se cree que millones de cometas orbitan el
Sol a distancias mayores que 10.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Se cree que el efecto gravitacional
pasajero de una estrella distante puede ocasionalmente
enviar un cometa de la nube de Oort hacia una órbita
muy excéntrica que lo transporta hacia el Sol. Sin embargo, sólo una pequeña porción de los cometas de la
nube de Oort tienen órbitas que los lleven al sistema solar interior.
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Cuerpos menores del Sistema Solar
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Cola de iones
Cola de polvo
▲ Figura 22.23 Cometa Hale-Bopp. Las dos colas que se ven en la fotografía tienen una longitud entre 10 y 15 millones de millas.
(Fotografía de la Peoria Astronomial Society de Eric Clifton y Graig Neaveill.)
El cometa de período corto más famoso es el cometa Halley. Su período orbital tiene una media de 76 años
y cada una de sus 29 apariciones desde el año 240 a.C. fue
registrada por los astrónomos chinos. Este registro es un
testimonio de su dedicación como observadores astronómicos y de la resistencia de su cultura. Cuando se vio en
1910, el cometa Halley había desarrollado una cola de
casi 1,6 millones de kilómetros de largo y era visible durante las horas diurnas.
En 1986, la aparición nada espectacular del cometa
Halley fue una decepción para muchos habitantes del hemisferio norte. Sin embargo, fue durante su visita más reciente al Sistema Solar interno cuando se consiguió una
gran cantidad de información nueva sobre el más famoso
de los cometas. Los nuevos datos fueron recogidos por las
sondas espaciales enviadas para encontrarse con el cometa. La sonda europea Giotto se aproximó a 600 kilómetros
del núcleo del cometa y obtuvo las primeras imágenes de
esta esquiva estructura.
Sabemos ahora que el núcleo tiene forma de patata
y un tamaño de 16 kilómetros por 8 kilómetros. Su superficie es irregular y está llena de hoyos en forma de cráteres. Los gases y el polvo que se evaporan del núcleo
para formar la cabellera y la cola parecen salir de su superficie como corrientes o chorros brillantes. Sólo alrededor del 10 por ciento de la superficie total del cometa
emitía esos chorros en el momento del encuentro. El res-
to del área superficial del comenta parecía estar cubierta
por una capa oscura que puede consistir en material orgánico.
En 1997, el cometa Hale-Bopp hizo un recorrido espectacular alrededor de nuestro planeta. El núcleo del
Hale-Bopp era inhabitualmente grande, de unos 40 kilómetros de diámetro. Como se muestra en la Figura 22.23,
se extendían desde este cometa dos colas de casi 24 millones de kilómetros. La cola gaseosa azulada está compuesta por iones con carga positiva y apuntaba casi directamente en sentido contrario al Sol. La cola amarillenta
está compuesta por polvo y otros restos rocosos. Dado que
el material rocoso es más masivo que los gases ionizados,
se ve menos afectado por el viento solar y sigue una trayectoria diferente con respecto al cometa.
Meteoritos
Casi todos hemos visto un meteoro, normalmente denominado «estrella fugaz». Este rayo de luz dura entre un
parpadeo y unos pocos segundos y se produce cuando una
pequeña partícula sólida, un meteorito, entra en la atmósfera terrestre desde el espacio interplanetario. La fricción entre el meteorito y el aire calienta ambos y produce
la luz que vemos. La mayoría de meteoritos se origina a
partir de una de las tres fuentes siguientes: (1) derrubios interplanetarios que no fueron atraídos gravitacionalmente
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C A P Í T U L O 2 2 Geología planetaria
por los planetas durante la formación del Sistema Solar,
(2) material que es desplazado de manera continua desde
el cinturón de asteroides y (3) restos sólidos de cometas que
se habían movido cerca de la órbita terrestre. Se cree que
unos pocos meteoritos son fragmentos de la Luna, o posiblemente de Marte, que fueron expulsados cuando un asteroide impactó contra estos cuerpos.
Aunque algún raro meteorito es tan grande como un
asteroide, la mayoría tiene el tamaño de un grano de arena y pesa menos de 1/100 gramos. Por consiguiente, se
evapora antes de alcanzar la superficie de la Tierra. Algunos, denominados micrometeoritos, son tan pequeños que
su velocidad de caída se hace demasiado pequeña como
para quemarlos, de manera que caen en forma de polvo espacial. Cada día, el número de meteoritos que entran en
la atmósfera terrestre debe alcanzar el millar. Después de
la puesta del Sol en una noche clara, media docena o más
brillan lo suficiente como para ser vistos cada hora, a simple vista, desde cualquier parte de la Tierra.
Ocasionalmente la visión de los meteoros aumenta
notablemente a 60 o más por hora. Estas exhibiciones denominadas lluvias de meteoros, se producen cuando la
Tierra encuentra un enjambre de meteoritos que viajan en
la misma dirección y a casi la velocidad que la Tierra. La
estrecha asociación de esos enjambres con las órbitas de
algunos cometas sugiere que representan material perdido por esos cometas (Tabla 22.2). Algunos enjambres no
asociados con órbitas de cometas conocidos son probablemente los restos del núcleo de un cometa que desapareció hace ya tiempo. Se cree que la gran lluvia de meteoros de Perseida que se produce cada año en torno al 12
de agosto son los restos del cometa 1862 III, que tiene un
período de 110 años.
Los meteoritos que se cree que son los restos de cometas son pequeños y alcanzan el suelo sólo ocasionalmente. Se piensa que la mayoría de los meteoritos que son
lo suficientemente grandes para sobrevivir al calor de la
entrada se origina entre los asteroides, donde las colisio-
nes aleatorias modifican sus órbitas y los envían hacia la
Tierra. La fuerza gravitacional de la Tierra hace el resto.
Unos pocos meteoritos grandes han producido cráteres en la superficie de la Tierra que se parecen mucho a
los de la superficie lunar. El más famoso es el Crater Meteor de Arizona. Esta enorme cavidad tiene un diámetro
de aproximadamente 1,2 kilómetros, 160 metros de profundidad y un anillo que sobresale hacia arriba hasta 50
metros por encima del paisaje circundante. En el área inmediata se han encontrado más de 30 toneladas de fragmentos de hierro, pero los intentos para localizar un cuerpo principal no han tenido éxito. Teniendo en cuenta la
erosión, el impacto se produjo probablemente en los últimos 20.000 años.
Antes de disponer de las rocas de la Luna traídas a
la Tierra por los exploradores lunares, los meteoritos eran
los únicos materiales extraterrestres que podían examinarse directamente (Figura 22.24). Los meteoritos se clasificaron por su composición: (1) férreos, fundamentalmente de hierro, con un 2 a un 20 por ciento de níquel;
(2) pétreos, silicatos con inclusiones de otros minerales,
y (3) siderolitos, mezclas de los anteriores. Aunque los
meteoritos pétreos son probablemente los meteoritos más
Tabla 22.2 Principales lluvias de meteoritos
Lluvia
Quadrantida
Lyrida
Eta Aquarida
Delta Aquarida
Perseida
Draconida
Orionida
Taurida
Andromedida
Leonida
Germinida
Fechas aproximadas
Cometa asociado
4-6 de enero
20-23 de abril
3-5 de mayo
30 de julio
12 de agosto
7-10 de octubre
20 de octubre
3-13 de noviembre
14 de noviembre
18 de noviembre
4-16 de diciembre
—
Cometa 1861 I
Cometa Halley
—
Cometa 1862 III
Cometa Giacobini-Zinner
Cometa Halley
Cometa Encke
Cometa Biela
Cometa 1866 I
—
▲ Figura 22.24 Meteorito de hierro que surge de las arenas del
desierto. (Cortesía de Aramco World Magazine.)
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Resumen
comunes, normalmente se encontraban fundamentalmente meteoritos férreos. Esto es comprensible, porque
los meteoritos férreos resisten mejor el impacto, experimentan meteorización con más lentitud y son mucho más
fáciles de distinguir de las rocas terrestres por una persona no especializada. Los meteoritos férreos son probablemente fragmentos de núcleos de grandes asteroides o
de planetas pequeños diferenciados.
Se observó que una clase poco abundante de meteorito, denominada condrita carbonácea, contenía aminoácidos sencillos y otros compuestos orgánicos, que son los
bloques de construcción básica de la vida. Este descubrimiento confirma hallazgos similares de la astronomía ob-
649
servacional, que indican que existen numerosos compuestos orgánicos en el frío reino del espacio exterior.
Si los meteoritos representan la composición de planetas parecidos a la Tierra, como sugieren los geólogos
planetarios, la Tierra debe contener un porcentaje mucho
mayor de hierro del que sugieren las rocas superficiales.
Ésta es una de las razones que esgrimen los geólogos para
sugerir que el núcleo de la Tierra puede ser fundamentalmente de hierro y níquel. Además, la datación de los
meteoritos indica que la edad de nuestro Sistema Solar sobrepasa por supuesto los 4.500 millones de años. Esta
«edad antigua» ha sido confirmada por datos procedentes de muestras lunares.
Resumen
• Los planetas pueden reunirse en dos grupos: los planetas terrestres (parecidos a la Tierra) (Mercurio, Venus, la Tierra y Marte) y los planetas jovianos (parecidos a Júpiter) (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno).
Plutón no está incluido en ninguno de los grupos.
Cuando se comparan con los planetas jovianos, los planetas
terrestres son más pequeños, más densos, contienen proporcionalmente más materia rocosa, tienen velocidades más
lentas de rotación y menores velocidades de escape.
• La superficie lunar exhibe varios tipos de estructuras.
La mayoría de los cráteres se produjo por el impacto
de restos de movimiento rápido (meteoritos). Las tierras
altas brillantes y densamente cubiertas por cráteres
constituyen gran parte de la superficie lunar. Las tierras bajas, bastante lisas y oscuras, se denominan maria (singular, mare). Las cuencas lunares (maria) son
enormes cráteres de impacto que han sido inundados
por capas de lavas basálticas muy fluidas. Todos los terrenos lunares están recubiertos con una capa parecida a un suelo de derrubios grises no consolidados, denominados regolito lunar, que se han generado como
consecuencia de un bombardeo meteorítico de miles
de millones de años. Se desconocen muchos aspectos
del origen de la Luna. Una hipótesis sugiere que un
asteroide gigante colisionó con la Tierra y produjo la
Luna. Los científicos concluyen que la superficie lunar
evolucionó en tres fases: (1) la corteza original (tierras altas); (2) cuencas lunares, y (3) recientes cráteres con rayos.
• Mercurio es un planeta pequeño, denso, carente de atmósfera y que exhibe los extremos de temperatura
mayores de cualquier planeta. Venus, el planeta más
brillante del cielo, tiene una atmósfera densa y pesada compuesta en un 97 por ciento por dióxido de car-
bono, una superficie de llanuras relativamente hundidas y volcanes inactivos, una presión atmosférica superficial 9 veces la de la Tierra y una temperatura superficial de 475 °C. Marte, el Planeta Rojo, tiene una
atmósfera de dióxido de carbono cuya densidad es de
sólo un 1 por ciento la terrestre, tormentas de polvo
intensas, numerosos volcanes inactivos, muchos grandes cañones y varios valles de origen dudoso que exhiben patrones de drenaje similares a los valles fluviales que hay sobre la Tierra. Júpiter, el planeta más
grande, gira rápidamente, tiene un aspecto bandeado
causado por enormes corrientes de convección provocadas por el calor interno del planeta, una Gran
Mancha Roja cuyo tamaño es variable, un sistema de
anillos y al menos 16 lunas (una de las lunas, Io, es un
cuerpo volcánicamente activo). Saturno es mejor conocido por su sistema de anillos. Tiene también una
atmósfera dinámica con vientos de hasta 1.500 kilómetros por hora y tormentas similares a la Gran Mancha Roja de Júpiter. Urano y Neptuno suelen denominarse los gemelos debido a su composición y su
estructura similares. Una característica exclusiva de
Urano es que rota sobre su lado. Neptuno tiene nubes blancas como cirros por encima de su plataforma
nubosa principal y un Gran Punto Negro del tamaño de
la Tierra; se supone que es una gran tormenta en rotación similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter. Plutón es un pequeño mundo congelado con una luna
(Charon). La órbita notablemente alargada de Plutón
hace que a veces viaje dentro de la órbita de Neptuno, pero sin posibilidades de colisionar con él.
• Los cuerpos menores del Sistema Solar son los asteroides, los cometas y los meteoritos. La mayoría de
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asteroides se encuentra entre las órbitas de Marte y
Júpiter. No se han encontrado pruebas concluyentes
que expliquen su origen. Los cometas están compuestos por gases congelados (agua, amoniaco, metano, dióxido de carbono y monóxido de carbono)
con pequeños fragmentos de material rocoso y metálico. Muchos viajan en órbitas muy alargadas que
los llevan más allá de Plutón y se conoce muy poco
sobre su origen. Los meteoritos, pequeñas partículas sólidas que viajan a través del espacio interpla-
netario, se convierten en meteoros cuando entran en
la atmósfera terrestre y se vaporizan emitiendo un
rayo de luz. Las lluvias de meteoros se producen cuando la Tierra encuentra un enjambre de meteoritos,
probablemente material perdido por un cometa. Los
tres tipos de meteoritos (clasificados según su composición) son: (1) férreos, (2) pétreos y (3) siderolitos. Un
tipo escaso de meteorito, denominado condrita carbonácea, contiene aminoácidos y otros compuestos
orgánicos.
Preguntas de repaso
1. ¿Qué criterios se siguen para clasificar los planetas en
el grupo terrestre o en el joviano?
14. ¿Cuál es la característica distintiva del satélite Io de
Júpiter?
2. ¿Cuáles son los tres tipos de materiales que constituyen los planetas? ¿En qué difieren? ¿Cómo explica su
distribución teniendo en cuenta las diferencias de densidad entre los grupos planetarios terrestres y jovianos?
15. ¿Por qué se piensa que los cuatro satélites exteriores
de Júpiter han sido capturados?
3. Explique por qué los diferentes planetas tienen atmósferas diferentes.
17. ¿Qué dos papeles representan las lunas de los anillos
en la naturaleza de los sistemas de anulares planetarios?
4. ¿Cómo se utiliza la densidad de craterización para la
datación relativa de las estructuras de la superficie lunar?
18. ¿En qué se parecen el satélite de Saturno Titán y el
de Neptuno Tritón?
5. Comente brevemente la historia de la Luna.
19. ¿Qué tres cuerpos del Sistema Solar exhiben actividad volcánica?
6. ¿En qué se parecen los maria al altiplano Columbia?
7. ¿Por qué Marte ha sido el planeta más estudiado con
telescopios?
8. ¿Qué características superficiales tiene Marte que son
también habituales en la Tierra?
9. ¿Qué pruebas respaldan un ciclo hídrico en Marte?
¿Qué pruebas rechazan la posibilidad de un clima marciano húmedo?
10. ¿Por qué los astrobiológos están intrigados ante las
pruebas de que las aguas subterráneas han emergido a la
superficie de Marte?
11. En alguna ocasión se sugirió que las dos «lunas» de
Marte eran artificiales. ¿Qué características tienen para
inducir dicha especulación?
12. ¿Cuál es la naturaleza de la Gran Mancha Roja de
Júpiter?
13. ¿Por qué son tan famosos los satélites galileanos de
Júpiter?
16. ¿En qué se parecen Júpiter y Saturno?
20. ¿Dónde se encuentra la mayor parte de asteroides?
21. ¿Qué cree usted que ocurriría si la Tierra atravesara la cola de un cometa?
22. ¿Dónde se cree que reside la mayor parte de los cometas? ¿Qué acaba ocurriendo con los cometas que orbitan cerca del Sol?
23. Compare meteoros y meteoritos.
24. ¿Cuáles son las tres principales fuentes de meteoritos?
25. ¿Por qué los cráteres de meteoritos son más comunes en la Luna que en la Tierra, aun cuando la Luna sea
un blanco mucho menor?
26. Se ha calculado que el cometa Halley tiene una masa
de 100.000 millones de toneladas. Además, se calcula
que este cometa pierde 100 millones de toneladas de
material durante los pocos meses que su órbita se acerca al Sol. Con un período orbital de 76 años, ¿qué vida
máxima le queda al cometa Halley?
2_Capítulo 22
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Recursos de la web
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Términos fundamentales
meteorito rocoso
asteroide
cabellera
cinturón de Kuiper
cometa
lluvia de meteoros
maria
meteorito
meteoro
nube de Oort
planeta exterior
planeta interior
planeta joviano
planeta terrestre
regolito lunar
meteorito ferroso
siderolito
velocidad de escape
Recursos de la web
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y la flexibilidad de Internet para ayudarle
en su estudio de los temas de este capítulo. Escrito y desarrollado por profesores
de Geología, este sitio le ayudará a comprender mejor
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web.
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4_APENDICE_LATINOAMERICANO
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APÉNDICE A
Comparación entre unidades
métricas y británicas
Unidades
1 kilómetro (km)
1.000 metros (m)
1 metro (m)
100 centímetros (cm)
1 centímetro (cm)
0,39 pulgadas (in)
1 milla (mi)
5.280 pies (ft)
1 pie (ft)
12 pulgadas (in)
1 pulgada (in)
2,54 centímetros (cm)
1 milla cuadrada (mi2)
640 acres (a)
1 kilogramo (kg)
1.000 gramos (g)
1 libra (lb)
16 onzas (oz)
1 braza
6 pies (ft)
Conversiones
Cuando quiera
convertir:
multiplique por:
para obtener:
Longitud
pulgadas
centímetros
pies
metros
yardas
metros
millas
kilómetros
2,54
0,39
0,30
3,28
0,91
1,09
1,61
0,62
centímetros
pulgadas
metros
pies
metros
yardas
kilómetros
millas
litros
litros
galones
1,06
0,26
3,78
Masas y pesos
onzas
gramos
libras
kilogramos
28,35
0,035
0,45
2,205
gramos
onzas
kilogramos
libras
Temperatura
Cuando quiera convertir
grados Fahrenheit (°F) a
grados Celsius (°C), reste
32 grados y divida por 1,8.
Cuando quiera convertir
grados Celsius (°C) a grados
Fahrenheit (°F), multiplique
por 1,8 y sume 32 grados.
Cuando quiera convertir
grados Celsius (°C) a Kelvins
(K), elimine el símbolo de
grado y sume 273. Cuando
quiera convertir Kelvins (K) a
grados Celsius (°C), añada el
símbolo de grado y reste 273.
Área
°F
210
centímetros cuadrados
pulgadas cuadradas
metros cuadrados
pies cuadrados
kilómetros cuadrados
millas cuadradas
°C
100
200
190
180
90
80
170
160
70
150
140
60
130
120
50
110
100
pulgadas cuadradas
6,45
centímetros cuadrados
0,15
pies cuadrados
0,09
metros cuadrados
10,76
millas cuadradas
2,59
kilómetros cuadrados
0,39
90
40
30
80
70
20
60
50
10
40
Volumen
16,38
0,06
0,028
35,3
4,17
0,24
centímetros cúbicos
pulgadas cúbicas
metros cúbicos
pies cúbicos
kilómetros cúbicos
millas cúbicas
30
0
20
10
▲
pulgadas cúbicas
centímetros cúbicos
pies cúbicos
metros cúbicos
millas cúbicas
kilómetros cúbicos
cuarto de galón
Galones
Litros
Figura A.1 Comparación entre
las escalas de temperatura
Fahrenheit y Celsius.
0
–10
–20
–10
653
5_GLOSARIO_LATINOAMERICANO
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Glosario
Afluente yazoo
Abanico aluvial (alluvial
fan) Depósito de sedimentos en forma
de abanico que se crea cuando la
pendiente de una corriente fluvial
disminuye abruptamente.
Abanico aluvial
Abanico submarino (deep-sea fan)
Depósito en forma de abanico en la base
del talud continental. El sedimento es
transportado hasta el abanico por las
corrientes de turbidez que discurren por
los cañones submarinos.
Ablación (ablation) Término general
para describir la pérdida de hielo y nieve
de un glaciar.
Abrasión (abrasion) disgregación y
lijado de una superficie rocosa por la
fricción y el impacto de las partículas de
roca transportadas por el agua, el viento
y el hielo.
Acanaladuras (rills) Diminutos cauces
que se desarrollan por corrientes no
confinadas.
Acantilado litoral (wave-cut cliff)
Farallón orientado hacia el mar a lo
largo de una línea de costa empinada
formado por la erosión de las olas en su
base y por procesos gravitacionales.
Acuicludo (aquitard) Capa
impermeable que obstaculiza o impide
el movimiento del agua subterránea.
Acuífero (aquifer) Roca o sedimento a
través del cual el agua subterránea se
mueve con facilidad.
Afluente yazoo (yazoo tributary)
Afluente que fluye paralelo a la corriente
principal por la existencia de un dique
natural.
Agua subterránea (groundwater)
Agua en la zona de saturación.
Alimentación de playa (beach
nourishment) Proceso en el cual se
añaden grandes cantidades de arena al
sistema de la playa para compensar las
pérdidas causadas por la erosión de las
olas. La formación de playas mar
adentro mejora la calidad de la playa y la
protección contra las tormentas.
Altura de onda (wave height)
Distancia vertical entre el valle y la
cresta de una ola.
Aluvión (alluvium) Sedimento no
consolidado depositado por un río.
Ambiente deposicional (environment
of deposition) Lugar geográfico donde
se acumulan los sedimentos. Cada lugar
se caracteriza por una combinación
particular de procesos geológicos y
condiciones ambientales.
Ambiente sedimentario (sedimentary
environment) Véase ambiente
deposicional.
Ángulo de reposo (angle of repose)
Ángulo límite a partir del cual el
material suelto rueda pendiente abajo.
Anticlinal (anticline) Pliegue de estratos
sedimentarios que recuerda a un arco.
cli
Anti nal
Antracita (anthracite) Forma dura y
metamórfica del carbón que se quema
limpiamente y produce calor.
Arco de islas volcánicas (volcanic
island arc) Cadena de islas volcánicas,
en general situadas a unos pocos
centenares de kilómetros de una fosa en
la que hay subducción activa de una
placa oceánica por debajo de otra.
Arco insular (island arc) Véase Arco de
islas volcánicas.
Arco de islas volcánicas
Arco litoral (sea arch) Arco formado
por la erosión de las olas cuando excava
en los lados opuestos de un frente de
tierra.
Arco litoral
Arco volcánico continental
(continental volcanic arc) Montañas
formadas en parte por la actividad ígnea
asociada con la subducción de la
litosfera oceánica por debajo de un
continente. Son ejemplos los Andes y la
cordillera Cascade.
Arcosa (arkose) Arenisca rica en
feldespato.
Arista (arête) Cresta estrecha en forma
de cuchillo que separa dos valles
glaciares adyacentes.
Arranque (plucking) Proceso por
medio del cual fragmentos de las rocas
subyacentes son transportadas fuera de
su lugar por un glaciar.
Arrastre (surf) Término colectivo para
designar los rompientes; también para
655
5_GLOSARIO_LATINOAMERICANO
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Página 656
GLOSARIO
designar la actividad de las olas en el
área comprendida entre la línea de costa
y el límite externo de los rompientes.
Arrecife de coral (coral reef)
Estructura formada en un ambiente
oceánico cálido, somero e iluminado por
el Sol que está formado principalmente
por los restos ricos en calcio de los
corales, así como por las secreciones
calizas de las algas y las partes duras de
muchos otros pequeños organismos.
Asimilación (assimilation) En la
actividad ígnea, proceso de
incorporación de roca caja en un cuerpo
magmático.
Astenosfera (asthenosphere)
Subdivisión del manto situado debajo de
la litosfera. Esta zona de material dúctil
se encuentra a una profundidad de unos
100 kilómetros y en algunas regiones se
extiende hasta los 700 kilómetros. Las
rocas que hay dentro de esta zona se
deforman con facilidad.
Asteroide (asteroid) Uno de los
millares de pequeños cuerpos
planetarios, cuyo tamaño oscila entre
unos cuantos centenares de kilómetros
y menos de un kilómetro de diámetro.
Las órbitas de la mayoría de los
asteroides se encuentran entre las de
Marte y Júpiter.
Atmósfera (atmosphere) Porción
gaseosa de un planeta, el envoltorio de
aire del planeta. Una de las
subdivisiones tradicionales del ambiente
físico terrestre.
Atolón (atoll) Arrecife con forma de
anillo casi continuo que rodea una
laguna central.
Laguna
ayudados por una capa de aire atrapado
debajo de los detritos, y se sabe que han
alcanzado velocidades que superan los
200 kilómetros por hora.
Bajada (bajada) Franja de sedimentos a
lo largo de un frente de montaña creado
por la coalescencia de abanicos aluviales.
Balance glacial (glacial budget)
Equilibrio, o falta de equilibrio, entre la
formación de hielo en el extremo
superior de un glaciar y la pérdida de
hielo en la zona de ablación.
Bandeado gnéisico (gneissic texture)
Textura de rocas metamórficas en la que
los silicatos oscuros y claros están
separados, dando a la roca un aspecto
bandeado.
Barján (barchan dune) Duna de arena
independiente con forma de cuarto
creciente cuyas puntas señalan en la
dirección del viento.
Barján
Viento
Barra (bar) Término común para los
depósitos de arena y grava en el cauce de
un río.
Barra de bahía (baymouth bar) Barra
de arena que atraviesa completamente
una bahía, aislándola del cuerpo
principal de agua.
Atolón
Basalto (basalt) Roca ígnea de grano
fino y composición máfica.
Batimetría (bathymetry) Medición de
las profundidades oceánicas y
cartografiado de la topografía del fondo
oceánico.
Batolito (batholith) Gran masa de
rocas ígneas que se formó cuando el
magma se emplazó en profundidad,
cristalizó y posteriormente quedó
expuesto como consecuencia de la
erosión.
Berma (berm) Zona seca con una
ligera inclinación en la playa alta, al pie
de los acantilados litorales o las dunas.
Bioquímico (biochemical) Tipo de
sedimento químico que se forma cuando
sales disueltas en el agua precipitan por
la acción de organismos. Los
caparazones son ejemplos comunes.
Biosfera (biosphere) Totalidad de las
formas de vida que hay sobre la Tierra.
Bloque errático (glacial erratic)
Bloque transportado por el hielo que no
proviene del lecho rocoso próximo a su
posición actual.
Bomba volcánica (volcanic bomb)
Fragmento piroclástico y aerodinámico
expulsado desde un volcán mientras está
todavía semifundido.
Borde continental activo (active
continental margin) Habitualmente
estrecho y formado por sedimentos muy
deformados. Este tipo de bordes se
encuentran donde la litosfera oceánica
subduce por debajo del borde de un
continente.
Borde de falla transformante
(transform fault boundary) Borde en
el cual dos placas se deslizan una con
respecto a la otra sin crear ni destruir
litosfera.
Barra de bahía
Átomo (atom) La menor partícula que
existe como elemento.
Aureola metamórfica (aureole) Zona
o halo metamórfico situado en la roca
encajante que rodea a una intrusión
ígnea.
Avalancha de rocas (rock avalanche)
Movimiento muy rápido de rocas y
detritos pendiente abajo. Estos
movimientos rápidos pueden ser
Barra de meandro (point bar)
Acumulación de arena y grava en forma
de cuarto creciente depositada en el
interior de un meandro.
la
fal
de ante
e
rd rm
Bo nsfo
tra
Barra de meandro
Borde de placa convergente
(convergent plate boundary) Borde
en el cual dos placas se juntan, haciendo
que una de las placas de la litosfera sea
empujada por debajo de una placa
suprayacente y acabe siendo reabsorbida
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Página 657
GLOSARIO
en el manto. También puede implicar la
colisión de dos placas continentales para
crear un sistema montañoso.
Borde convergente
Caldera (caldera) Gran depresión
normalmente causada por hundimiento
de una cámara magmática.
Caldera
Placa desc
en
de
nt
e
Manto
Borde de placa divergente (divergent
plate boundary) Borde en el cual dos
placas se separan, lo que motiva el
ascenso de material desde el manto para
crear nuevo suelo oceánico.
Borde divergente
Brecha (breccia) Roca sedimentaria
compuesta de fragmentos angulosos.
Brecha lunar (lunar breccia) Roca
lunar formada cuando los fragmentos
angulosos y el polvo se funden por el
calor generado como consecuencia del
impacto de un meteorito.
Brillo (luster) Aspecto o calidad de la luz
reflejada en la superficie de un mineral.
Buzamiento (dip) Ángulo de
inclinación de una capa de roca o una
falla medido desde la horizontal. La
dirección de buzamiento se determina
en ángulo recto con la dirección de la
capa.
Cabalgamiento (thrust fault) Falla
inversa de ángulo pequeño.
Cabalgamiento
Cabecera (head) Principio o zona de
origen de una corriente.
Cabellera (coma) Componente
gaseoso y borroso de la cabeza de un
cometa.
Caliche (caliche) Capa dura, rica en
carbonato cálcico, que se forma debajo
del horizonte B en los suelos de las
regiones áridas.
Campo de nieve (snowfield) Área
donde la nieve persiste durante todo el
año.
Cañón submarino (submarine
canyon) Extensión en dirección al mar
de un valle que fue cortado en la
plataforma continental durante una
época en la que el nivel del mar era
inferior, o un cañón excavado en la
plataforma continental externa, talud y
elevación continental por las corrientes
de turbidez.
Capa (bed) Véase estratos.
Capa activa (active layer) Zona
situada por encima del permafrost que
se derrite en verano y se vuelve a helar
en invierno.
Capa D (D layer) Región situada en
los primeros 200 kilómetros del manto
en la que las ondas P experimentan un
enorme descenso de la velocidad.
Capacidad (capacity) Cantidad total
de sedimento que una corriente de agua
es capaz de transportar.
Capacidad de infiltración (infiltration
capacity) Velocidad máxima a la cual el
suelo puede absorber el agua.
Capas concordantes (conformable
layers) Capas paralelas de roca que se
depositaron sin interrupción.
Capas de base (bottomset bed) Capa
de sedimento fino depositada más allá
del borde de avance de un delta y luego
enterrada por el continuo crecimiento
del delta.
Capas de techo (topset bed) Capas
sedimentarias esencialmente
horizontales depositadas en la parte
superior de un delta durante una
crecida.
Capas frontales (foreset bed) Capa
inclinada depositada a lo largo del frente
de un delta.
657
Captura (stream piracy) Desviación
del cauce de una corriente de agua como
resultado de la erosión remontante de
otra corriente.
Cara de deslizamiento (slip face)
Superficie empinada y a sotavento de
una duna de arena que mantiene una
pendiente de unos 34 grados.
Carbón bituminoso (bituminous
coal) La forma más común de carbón, a
menudo denominada carbón negro
blando.
Carga de fondo (bed load) Sedimento
desplazado a lo largo del fondo de un río
por movimiento del agua, o partículas
desplazadas a lo largo de la superficie
del suelo por el viento.
Carga disuelta (dissolved load)
Porción de la carga de una corriente de
agua transportada en solución.
Carga en suspensión (suspended
load) Sedimento fino transportado
dentro de un cuerpo de agua o aire que
fluye.
Casquete polar (ice cap) Masa de
hielo glaciar que cubre una tierra
elevada o una meseta y se expande desde
allí en sentido radial.
Catarata (waterfall) Salto abrupto en
el cauce de una corriente de agua que
hace que el agua caiga a un nivel
inferior.
Catastrofismo (catastrophism)
Hipótesis que propone que la tierra se
modeló mediante acontecimientos
catastróficos de naturaleza breve.
Caudal (discharge) Cantidad de agua
de una corriente que atraviesa un punto
dado en un período concreto.
Caverna (cavern) Cámara subterránea
formada naturalmente o conjunto de
cámaras producidas la mayor parte de
las veces por disolución de calizas.
Cementación (cementation) Una de
las formas mediante las cuales se litifican
las rocas sedimentarias. Conforme el
material precipita del agua que se
infiltra a través del sedimento, los poros
se van rellenando y los constituyentes se
reúnen en una masa sólida.
Centro de expansión (spreading
center) Véase borde de placa divergente.
Chimenea (pipe) Conducto vertical a
través del cual han pasado los materiales
magmáticos.
Chimenea (tronera) (vent) Abertura
en la superficie de un conducto o una
chimenea.
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Página 658
GLOSARIO
Chimenea litoral (sea stack) Masa
aislada de roca situada justo al lado de la
costa, producida por la erosión de las
olas de un promontorio.
Chimenea litoral
Ciclo de las rocas (rock cycle)
Modelo que ilustra el origen de los tres
tipos básicos de rocas y la interrelación
de los materiales y los procesos de la
Tierra.
Ciclo de Wilson (Wilson cycle)
Véase ciclo del supercontinente.
Ciclo del supercontinente
(supercontinent cycle) Idea de que la
fracturación y dispersión de un
supercontinente va seguida por un largo
período durante el cual los fragmentos
se reúnen de manera gradual en un
nuevo supercontinente.
Ciclo hidrológico (hydrologic cycle)
Circulación indefinida del agua en la
Tierra. El ciclo es impulsado por la
energía del Sol y se caracteriza por
intercambios continuos de agua entre
los océanos, la atmósfera y los
continentes.
Ciénaga (backswamp) Zona mal
drenada en una llanura de inundación
que aparece cuando hay diques
naturales.
Cinturón de humedad del suelo
(belt of soil moisture) Zona en la
cual el agua se conserva como una
película sobre la superficie de las
partículas del suelo y puede ser
utilizada por las plantas o retirada por
evaporación. La parte más alta de la
zona de aireación.
Cinturón de Kuiper (Kuiper belt)
Región fuera de la órbita de Neptuno
donde se cree que se origina la mayoría
de los cometas de período corto.
Cinturones de pliegues y
cabalgamientos (fold-and-thrust
belts) Regiones en el interior de los
sistemas montañosos formadas por
compresión en las que grandes áreas se
han acortado o han engrosado por
medio de pliegues y fallas, como por
ejemplo la provincia Valley and Ridge
de los Apalaches.
Circo glaciar (cirque) Cuenca en
forma de anfiteatro situada en la
cabecera de un valle glaciar, producida
por la erosión del hielo.
Cizalla (shear) Par de fuerzas que
hacen que dos partes adyacentes de un
cuerpo se deslicen una con respecto a la
otra.
Clima seco (dry climate) Clima en el
cual la precipitación anual es menor que
la pérdida potencial de agua por
evaporación.
Col o collado (col) Paso entre valles
montañosos.
Colada aa (aa flow) Tipo de colada de
lava que tiene una superficie dentada
formada por bloques irregulares.
Colada de barro (mudflow) Véase
flujo de derrubios.
Colada de
barro
Colada de bloques (block lava)
Colada con una superficie de bloques
angulares asociada con materiales con
composiciones andesítica y riolítica.
Colada piroclástico (pyroclastic flow)
Mezcla muy caliente, en gran medida de
cenizas y fragmentos de pumita, que
descienden por los flancos de un volcán
o a lo largo de la superficie del terreno.
Coladas basálticas (flood basalts)
Torrentes de lava basáltica que surgen
de numerosas grietas o fisuras,
frecuentemente cubren amplias áreas
con potencias de centenares de metros.
Colapso gravitacional (gravitational
collapse) Subsidencia gradual de las
montañas causada por la expansión del
material dúctil situado en la profundidad
de estas estructuras.
Color Fenómeno de la luz por medio
del cual pueden diferenciarse objetos
por lo demás idénticos.
Color de la raya (streak) Color de un
mineral en forma de polvo.
Columna (column) Estructura kárstica
que se forma cuando se unen una
estalactita y una estalagmita.
Columna de erupción (eruption
column) Columna de gases calientes
llenos de cenizas que pueden extenderse
millares de metros en la atmósfera.
Combustible fósil (fossil fuel)
Término general para designar
cualquier hidrocarburo que pueda
utilizarse como combustible, entre ellos
el carbón, el petróleo, el gas natural,
arenas asfálticas y lutitas bituminosas.
Cometa (comet) Pequeño cuerpo que
generalmente gira alrededor del Sol
siguiendo una órbita elíptica muy
alargada.
Compactación (compaction) Tipo de
litificación en la cual el peso del material
suprayacente comprime los sedimentos
enterrados a mayor profundidad. Es más
importante en las rocas sedimentarias de
grano fino como la lutita.
Compensación isostática (isostatic
adjustment) Movimiento de la litosfera
cuando se añade o elimina peso. Cuando
se añade peso, la litosfera responderá
mediante subsidencia y cuando el peso
se elimina habrá levantamiento.
Competencia (competence) Tamaño
de los granos más grandes que una
corriente de agua puede transportar;
factor dependiente de la velocidad.
Complejo de diques en capas
(sheeted dike complex) Gran
agrupamiento de diques casi paralelos.
Complejo ofiolítico (ophiolite
complex) Secuencia de rocas que
constituyen la corteza oceánica. La
secuencia con tres unidades consiste en
una capa superior de basaltos
almohadillados, una zona intermedia
de diques y una capa inferior de
gabros.
Composición andesítica (andesitic
composition) Véase composición
intermedia.
Composición basáltica (basaltic
composition) Grupo composicional de
rocas ígneas que indica que la roca
contiene una cantidad sustancial de
silicatos oscuros y plagioclasas ricas en
calcio.
Composición félsica (felsic
composition) Véase composición
granítica.
Composición granítica (granitic
composition) Grupo composicional de
rocas ígneas que indica que la roca está
compuesta casi en su totalidad por
silicatos claros.
5_GLOSARIO_LATINOAMERICANO
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Página 659
GLOSARIO
Composición intermedia
(intermediate composition) Grupo
composicional de rocas ígneas, que
indica que la roca contiene al menos un
25 por ciento de silicatos oscuros. El
otro mineral dominante es la
plagioclasa.
Composición máfica (mafic
composition) Véase composición
basáltica.
Composición ultramáfica (ultramafic
composition) Grupo composicional de
rocas ígneas que contiene,
principalmente, olivino y piroxeno.
Compuesto (compound) Sustancia
formada por la combinación química de
dos o más elementos en proporciones
definidas que normalmente tiene
propiedades diferentes a los elementos
constituyentes.
Concordante (concordant) Término
utilizado para describir masas ígneas
intrusivas que se disponen paralelas a la
estratificación de la roca encajante.
Conducción (conduction)
Transferencia de calor a través de la
materia por la actividad molecular.
Conductividad hidráulica (hydraulic
conductivity) Factor relacionado con
el flujo de aguas subterráneas; es un
coeficiente que tiene en cuenta la
permeabilidad del acuífero y la
viscosidad del fluido.
Conducto (conduit) Abertura en
forma de tubo a través de la cual el
magma asciende hacia la superficie
terrestre. Termina en una abertura
superficial denominada chimenea.
Conglomerado (conglomerate) Roca
sedimentaria compuesta de granos
redondeados del tamaño de la grava.
Cono compuesto (composite cone)
Volcán constituido a la vez por coladas
de lava y por material piroclástico.
Cono
compuesto
Cono de cenizas (cinder cone)
Pequeño volcán formado
fundamentalmente por fragmentos de
lava expulsados que están compuestos en
su mayor parte de lapilli del tamaño de
un guisante a una nuez.
659
removilizado de la plataforma y el talud
continental.
Corriente de turbidez
Cono de cenizas
Cono de depresión (cone of
depression) Depresión en forma de
cono del nivel freático que aparece
alrededor de un pozo o de un sondeo.
Con
o de
n
sió
pre
de
Cono de escorias (scoria cone) Véase
cono de cenizas.
Cono parásito (parasitic cone) Cono
volcánico que se forma en el flanco de
un volcán mayor.
Convección (convection)
Transferencia de calor mediante el
movimiento o la circulación de una
sustancia.
Correlación (correlation)
Establecimiento de la equivalencia de
rocas de edad similar en áreas diferentes.
Corriente anastomosada (braided
stream) Curso de agua que consiste en
numerosos canales interconectados.
Corriente antecedente (antecedent
stream) Corriente de agua que
continuó erosionando y manteniendo su
trayectoria original cuando un área
situada a lo largo de su curso se fue
levantando como consecuencia de una
falla o de un plegamiento.
Corriente de agua (stream) Término
general para indicar el flujo de agua
dentro de cualquier cauce natural. Por
tanto, un pequeño arroyo y un gran río
son ambos corrientes de agua.
Corriente de agua efímera
(ephemeral stream) Cauce que suele
estar seco porque sólo lleva agua en
respuesta a episodios de lluvia. Casi
todas las corrientes de agua del desierto
son de este tipo.
Corriente de turbidez (turbidity
current) Densa masa de agua cargada
de sedimentos creada cuando se ponen
en suspensión la arena y el lodo
Corriente en equilibrio (graded
stream) Corriente que tiene las
características de canalización correctas
para mantener exactamente la velocidad
necesaria para el transporte de material
de que es abastecida.
Corriente exótica (exotic stream)
Corriente permanente que atraviesa un
desierto y tiene su origen en áreas bien
irrigadas situadas fuera del desierto.
Corriente litoral (longshore current)
Corriente próxima a la costa que fluye
en paralelo a ella.
Corriente mareal (tidal current)
Movimiento horizontal alterno del agua
asociado con la subida y la bajada de la
marea.
Corriente sobreimpuesta
(superposed stream) Corriente que
atraviesa estructuras tectónicas en su
recorrido. La corriente estableció su
curso en capas uniformes a un nivel más
alto con independencia de las
estructuras subyacentes y
posteriormente las erosionó.
Corteza (crust) La delgada capa
externa de la Tierra sólida.
Costa (coast) Franja de tierra que se
extiende tierra adentro desde la orilla
hasta donde pueden encontrarse
estructuras relacionadas con el océano.
Costa de emersión (emergent coast)
Costa donde la tierra, previamente
situada debajo del nivel del mar, ha
quedado expuesta por levantamiento de
la corteza o por una disminución del
nivel del mar, o por ambas cosas.
Costa de inmersión (submergent
coast) Costa cuya forma es en gran
medida consecuencia del hundimiento
parcial de una superficie anterior debida
a una elevación del nivel del mar o a la
subsidencia de la corteza, o a ambas
cosas.
Cráter (crater) Depresión en la cima
de un volcán, o depresión producida por
el impacto de un meteorito.
5_GLOSARIO_LATINOAMERICANO
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Página 660
GLOSARIO
Cratón (craton) Parte de la corteza
continental que ha alcanzado la
estabilidad; es decir, no ha sido afectada
por actividad tectónica significativa
durante el eón Fanerozoico.
Cristal (crystal) Disposición ordenada
de los átomos.
Cristalización (crystallization) La
formación y crecimiento de un sólido
cristalino a partir de un líquido o un gas.
Cuenca de antearco (forearc basin)
Región situada entre un arco volcánico y
un prisma de acreción en la que suelen
acumularse sedimentos marinos de
aguas someras.
Cuenca de drenaje (drainage basin)
Superficie donde se recoge el agua
drenada por una corriente de agua.
Cuenca de trasarco (backarc basin)
Cuenca que se forma detrás de un arco
volcánico lejos de la fosa.
Cuenca estructural o cubeta (basin)
Gran estructura en la que las capas
buzan hacia el interior.
Cuenca estructural o cubeta
Cuenca oceánica profunda (deepocean basin) La porción del suelo
oceánico que se encuentra entre el
margen continental y el sistema de
dorsales oceánicas. Esta región
comprende casi el 30 por ciento de la
superficie terrestre.
Cuña de hielo (frost wedging)
Ruptura mecánica de la roca causada por
la expansión del agua congelada en
grietas y hendiduras.
continuamente en la atmósfera y se
utiliza en la datación de acontecimientos
del pasado geológico muy reciente (las
últimas decenas de miles de años).
Datación radiométrica (radiometric
dating) Procedimiento de cálculo de la
edad absoluta de las rocas y de los
minerales que contienen ciertos isótopos
radiactivos.
Datación relativa (relative dating)
Ordenación de las rocas y de las
estructuras geológicas según una
secuencia u orden adecuado. Sólo se
determina el orden cronológico de los
acontecimientos.
Deflación (deflation) Levantamiento y
eliminación de material suelto por el
viento.
Deformación (deformation) Término
general para describir los procesos de
plegamiento, fracturación,
cizallamiento, compresión o extensión
de las rocas como consecuencia de la
actuación de fuerzas naturales.
Deformación (strain) Cambio
irreversible en la forma y el tamaño de
un cuerpo de roca provocado por el
esfuerzo.
Deformación dúctil (ductile
deformation) Proceso en estado sólido
que produce un cambio en el tamaño y la
forma de un cuerpo rocoso sin
fracturarlo. Tiene lugar a profundidades
en las que las temperaturas y las
presiones de confinamiento son elevadas.
Deformación frágil (brittle failure)
Pérdida de resistencia de un material,
normalmente en forma de fracturación
súbita.
Delta (delta) Acumulación de
sedimentos formada cuando una
corriente de agua desemboca en un lago
o en un océano.
Cuña de hielo
Delta
Datación con carbono radiactivo
(carbono-14) (radiocarbon
(carbon-14) dating) El isótopo
radiactivo del carbono se produce
Delta mareal (tidal delta) Estructura
similar a un delta pero producida
cuando una corriente mareal de
movimiento rápido sale de una ensenada
estrecha y se ralentiza, depositando su
carga de sedimentos.
Densidad (density) Masa por unidad
de volumen de un material concreto.
Depósito diseminado (disseminated
deposit) Cualquier depósito mineral de
interés económico en el cual el mineral se
encuentra en forma de partículas dispersas
en la roca, pero en cantidad suficiente
para hacer del depósito una mena.
Depósito filoniano (vein deposit)
Mineral que llena una fractura o una falla
en una roca encajante. Estos depósitos
tienen una forma tabular o laminar.
Depósitos de contacto con el hielo
(ice-contact deposit) Acumulación
estratificada de derrubios depositados en
contacto con una masa de hielo que lo
soporta.
Depresión de deflación (blowout)
Depresión excavada por el viento en
materiales fáciles de erosionar.
Depresión
de deflación
Depresiones glaciares (kettle holes)
Depresiones creadas cuando bloques de
hielo alojados en depósitos glaciares se
funden.
Deriva continental (continental drift)
Hipótesis, atribuida en gran medida a
Alfred Wegener, según la cual todos los
continentes actuales estuvieron
agrupados en el pasado como un único
supercontinente. Después, hace unos
200 millones de años, el supercontinente
empezó a romperse en continentes
menores, los cuales fueron «derivando»
hasta sus posiciones actuales.
Deriva litoral o de playa (beach drift)
Transporte de sedimentos que sigue un
modelo en zigzag a lo largo de una playa
causado por la súbita elevación del agua
de las olas que rompen oblicuamente.
Derrubios estratificados (stratified
drift) Sedimentos depositados por el
aguanieve glaciar.
Derrubios glaciares (glacial drift)
Término general para los sedimentos de
origen glaciar, con independencia de
cómo, dónde o en qué forma se
depositaron.
Desalinización (desalination) La
extracción de las sales y otros productos
químicos del agua marina.
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GLOSARIO
Descenso de nivel (drawdown)
Diferencia de altura entre el fondo de
un cono de depresión y la altura original
de la capa freática.
Desembocadura (mouth) El lugar
corriente abajo donde un río se vacía en
otra corriente o cuerpo de agua.
Desfiladero (wind gap) Barranco
abandonado. Estas gargantas son una
consecuencia típica de la captura de ríos.
Desmembramiento glaciar (calving)
Merma de un glaciar que se produce
cuando grandes trozos de hielo se
rompen en el agua.
Desplome (slump) Deslizamiento y
hundimiento de una masa de roca o
material no consolidado que se mueve
como una unidad a lo largo de una
superficie curva en una ladera.
Desplome
Desfiladero
Desierto (desert) Uno de los dos tipos
de clima seco; el más árido de los climas
secos.
Desierto de sombra pluviométrica
(rainshadow desert) Área seca situada
en el lado de sotavento de una cordillera
montañosa. Muchos desiertos de
latitudes medias son de este tipo.
Desierto de sombra
pluviométrica
Deslizamiento (slide) Movimiento
común en los procesos gravitacionales. El
material que se mueve pendiente abajo
permanece como una unidad y se mueve
a lo largo de una superficie bien definida.
Deslizamiento basal (basal slip)
Mecanismo del movimiento glaciar en el
cual la masa de hielo se desliza sobre la
superficie que tiene debajo.
Deslizamiento de derrubios (debris
slide) Véase deslizamiento de rocas.
Deslizamiento de rocas (rockslide)
El rápido deslizamiento de una masa de
rocas pendiente abajo a lo largo de los
planos de debilidad.
Deslizamiento
de rocas
Desprendimiento (fall) Tipo de
movimiento común a los procesos
gravitacionales que se refiere a la caída
libre de fragmentos sueltos de cualquier
tamaño.
Diaclasa (joint) Fractura en la roca a lo
largo de la cual no ha habido
movimiento.
Diaclasa columnar (columnar joints)
Diaclasas que se forman durante el
enfriamiento de una roca fundida,
definiendo columnas.
Diagénesis (diagenesis) Término
colectivo para todos los cambios
químicos, físicos y biológicos que se
producen después de que los sedimentos
se depositen y durante y después de la
litificación.
Diferenciación magmática (magmatic
differentiation) Proceso de generación
de más de un tipo de roca a partir de un
magma único.
Dique (dike) Intrusión ígnea de forma
tabular que atraviesa la roca encajante.
Dique (seawall) Barrera construida para
evitar que las olas alcancen el área situada
detrás del muro. Su propósito es proteger
los bienes de la fuerza de las olas.
Dique natural (natural levee) Forma
del terreno elevada compuesta de
aluvión situada en paralelo a alguna
corriente y que actúa para confinar sus
aguas, excepto durante las inundaciones.
Dirección (strike) Rumbo,
determinado con una brújula, de la línea
de intersección entre un estrato o una
falla que buza y una superficie
horizontal. La dirección es siempre
perpendicular a la dirección de
buzamiento.
661
Discontinuidad (discontinuity)
Cambio súbito con la profundidad de
una o más de las propiedades físicas de
los materiales que componen el interior
de la Tierra. Límite entre dos materiales
diferentes del interior de la Tierra,
según se ha determinado por el
comportamiento de las ondas sísmicas.
Discontinuidad de Mohorovicic
(Moho) (Mohorovicic discontinuity)
Límite que separa la corteza y el manto,
discernible por un aumento de la
velocidad de las ondas sísmicas.
Discontinuidad estratigráfica
(unconformity) Superficie que
representa una ruptura en el registro
estratigráfico, causada por erosión y
ausencia de deposición.
Discordancia angular (angular
unconformity) Discontinuidad
estratigráfica en la cual los estratos más
antiguos tienen una inclinación distinta
con respecto a los estratos más jóvenes.
Discordancia
angular
Discordante (discordant) Término
utilizado para describir plutones que
cortan las estructuras de la roca caja,
como los planos de estratificación.
Disolución (dissolution) Forma
común de meteorización química; es el
proceso de disolver en una solución
homogénea, como cuando una solución
acidificada disuelve la caliza.
Distribuidor (distributary) Corriente
de agua que abandona el flujo principal.
División de Cassini (Cassini gap)
Ancha separación del sistema de anillos
de Saturno entre el anillo A y el anillo B.
Divisoria (divide) Línea imaginaria
que separa dos cuencas de drenaje; a
menudo se encuentran a lo largo de una
cordillera.
Divisoria
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GLOSARIO
Dolina (sinkhole) Depresión producida
en una región donde las rocas solubles
han sido disueltas por el agua subterránea.
Dolina
Domo de exfoliación (exfoliation
dome) Gran estructura en forma de
domo, normalmente desarrollada sobre
granitos, y formada por diaclasas.
Domo de lava (lava dome) Masa
bulbosa asociada con un volcán antiguo,
producida cuando se produce la
extrusión de lavas muy densas en la
chimenea. Los domos de lava pueden
actuar como tapones para desviar las
subsiguientes erupciones gaseosas.
Dorsal oceánica (ocean ridge) Véase
dorsal mesoceánica.
Drumlin Colina simétrica alineada con
la dirección de flujo glaciar. El lado
abrupto de la colina da a la dirección
desde la cual el hielo avanzó.
Duna (dune) Colina o loma de arena
depositada por el viento.
Duna barjanoide (barchanoid dune)
Dunas que forman hileras festoneadas de
arena orientada según ángulos rectos con
respecto al viento. Esta forma es
intermedia entre los barjanes y las extensas
ondulaciones de las dunas transversas.
Duna parabólica (parabolic dune)
Duna arenosa similar en forma al barján
excepto en que sus extremos apuntan en
dirección contraria a la que sopla el
viento. Estas dunas se forman a menudo
a lo largo de las costas que tienen fuertes
vientos que soplan en dirección a la
costa, abundante arena y vegetación que
parcialmente cubre la arena.
Viento
Domo de lava
Domo estructural (dome) Estructura
con forma de pliegue convexo
(anticlinal) aproximadamente circular.
Dunas parabólicas
Dunas en estrella (star dune) Colina
aislada de arena que exhibe una forma
compleja y se desarrolla donde las
direcciones del viento son variables.
Viento
Viento
Domo estructural
Viento
Dorsal mesoceánica (mid-ocean
ridge) Dorsal montañosa alargada
situada sobre el fondo de las principales
cuencas oceánicas, cuya anchura varía
entre 500 y 5.000 kilómetros. Las
hendiduras situadas en las crestas de
estas dorsales representan los bordes de
placas divergentes.
Dorsal
mesoceánica
Dunas en estrella
Dunas longitudinales o seif
(longitudinal dunes) Largas lomas de
arena orientadas en paralelo a la dirección
predominante del viento; estas dunas se
forman en los lugares donde el suministro
de arena es limitado (véase ilustración).
Dunas longitudinales o seif
Dunas transversas (transverse dunes)
Serie de largas lomas orientadas en
ángulos rectos con respecto al viento
predominante; estas dunas se forman
donde la vegetación es dispersa y la
arena es muy abundante.
Dureza (hardness) Resistencia de un
mineral a la abrasión y el rayado.
Ecosonda (echo sounder)
Instrumento utilizado para determinar
la profundidad del agua. Mide el
intervalo transcurrido entre la emisión
de una señal de sonido y la vuelta de su
eco desde el fondo.
Efecto invernadero (greenhouse
effect) Dióxido de carbono y vapor de
agua de la atmósfera de un planeta que
absorben y vuelven a emitir radiación en
longitudes de onda infrarroja, atrapando
de manera eficaz la energía solar y
elevando la temperatura.
Efluente (gaining stream) Corriente
de agua que recibe agua mediante la
entrada de aguas subterráneas a través
de su lecho.
Electrón (electron) Partícula
subatómica cargada negativamente que
tiene una masa despreciable y se
encuentra en el exterior del núcleo de
un átomo.
Electrón de valencia (valence
electron) Los electrones que
intervienen en el proceso de enlace; los
electrones que ocupan el nivel de energía
principal más elevado de un átomo.
Elemento (element) Sustancia que no
puede descomponerse en sustancias más
simples por medios físicos o químicos
ordinarios.
Eluviación (eluviation) Lavado de
componentes finos del suelo desde el
horizonte A por percolación de aguas
descendentes.
Energía geotérmica (geothermal
energy) Vapor de agua de origen
natural utilizado para la generación de
energía.
Energía hidroeléctrica (hydroelectric
power) Electricidad generada mediante
turbinas accionadas por la caída del agua.
Enlace covalente (covalent bond)
Enlace químico producido cuando se
comparten electrones.
Enlace iónico (ionic bond) Enlace
químico entre dos iones de carga
opuesta formado por la transferencia de
electrones de valencia de un átomo a
otro.
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GLOSARIO
Enlace metálico (metallic bond)
Enlace químico presente en todos los
metales que puede definirse como un
tipo extremo de compartición de
electrones en el cual los electrones se
mueven libremente de átomo en átomo.
Enriquecimiento secundario
(secondary enrichment)
Concentración, por procesos de
meteorización, de cantidades mínimas de
metales que están dispersos en la roca no
meteorizada, en concentraciones valiosas
desde el punto de vista económico.
Eón (eon) La mayor unidad de tiempo
en la escala geológica, anterior en orden
de magnitud a la era.
Eón Arcaico (Archean eon) El
segundo eón del tiempo Precámbrico.
Es posterior al Hádico y previo al
Proterozoico. Se extiende desde hace
3.800 millones de años hasta hace 2.500
millones de años.
Eón Fanerozoico (Phanerozoic eon)
Parte del tiempo geológico representado
por rocas que contienen abundantes
restos fósiles. Se extiende desde el final
del eón Proterozoico (hace 570 millones
de años) hasta la actualidad.
Eón Hádico (Hadean eon) El primer
eón en la escala de tiempo geológico.
Acabó hace 3.800 millones de años y
precedió al eón Arcaico.
Eón Proterozoico (Proterozoic eon)
El eón posterior al Arcaico y previo al
Fanerozoico. Se extiende entre hace
2.500 y 540 millones de años.
Epicentro (epicenter) El lugar de la
superficie terrestre que se encuentra
directamente encima del foco de un
terremoto.
Epicentro
Falla
Frentes
de onda
Foco
Época (epoch) Unidad de la escala de
tiempo geológico; es una subdivisión de
un período.
Época Pleistocena (Pleistocene
epoch) Época del período Cuaternario
que empezó hace alrededor de 1,8
millones de años y acabó hace unos
10.000 años. Mejor conocida como la
época de la gran glaciación continental.
Era División principal en la escala de
tiempo geológico; las eras se dividen en
unidades más cortas denominadas
períodos.
Era Cenozoica (Cenozoic era) Lapso
temporal en la escala de tiempo geológico
que empieza hace aproximadamente 65
millones de años, después del Mesozoico.
Era Mesozoica (Mesozoic era) Lapso
temporal en la escala de tiempo
geológico que transcurre entre las eras
Paleozoica y Cenozoica: desde hace
unos 248 millones de años hasta hace 65
millones de años.
Era Paleozoica (Paleozoic era) Lapso
temporal en la escala de tiempo
geológico comprendido entre las eras
Precámbrica y Mesozoica: desde hace
unos 540 millones de años hasta hace
248 millones de años.
Erosión (erosion) Incorporación y
transporte de material por un agente
dinámico, como el agua, el viento y el
hielo.
Erosión remontante (headward
erosion) Ampliación pendiente arriba
de la cabecera de un valle debida a la
erosión.
Erupción fisural (fissure eruption)
Erupción en la cual la lava es emitida a
través de estrechas fracturas o grietas de
la corteza.
Escala de intensidad de Mercalli
(Mercalli intensity scale) Véase escala
de intensidad modificada de Mercalli.
Escala de intensidad modificada de
Mercalli (modified Mercalli intensity
scale) Escala de 12 puntos desarrollada
para evaluar la intensidad de los
terremotos basándose en la cuantía del
daño causado a diversas estructuras.
Escala de Mohs (Mohs scale) Serie de
10 minerales utilizados como patrones
para la determinación de la dureza.
Escala de Richter (Richter scale)
Escala de magnitud de los terremotos
basada en la amplitud de la mayor onda
sísmica.
Escala de tiempo geológico (geologic
time scale) División de la historia de la
Tierra en bloques temporales: eones,
eras, períodos y épocas. La escala de
tiempo se creó utilizando principios
relativos de datación.
Escarpe de falla (fault scarp) Resalte
creado por el movimiento a lo largo de
663
una falla. Constituye la superficie
expuesta de la falla antes de su
modificación por la meteorización y
erosión.
Escoria (scoria) Materiales vesiculares
producto del magma basáltico.
Escorrentía (runoff) Agua que fluye
sobre la tierra en vez de infiltrarse en el
suelo.
Escorrentía en lámina (sheet flow)
Aguas de escorrentía que fluyen en
láminas finas no encauzadas.
Escudo (shield) Región grande y
relativamente plana de rocas ígneas y
metamórficas antiguas situada en un
cratón.
Esfuerzo (stress) Fuerza por unidad
de área que actúa sobre cualquier
superficie dentro de un sólido.
Esfuerzo compresivo (compressional
stress) Esfuerzo diferencial que acorta
un cuerpo rocoso.
Esfuerzo
compresivo
Esfuerzo diferencial (differential
stress) Fuerzas desiguales en
direcciones diferentes.
Esfuerzo tensional (tensional stress)
El tipo de esfuerzo que tiende a separar
un cuerpo.
Esker Cresta sinuosa compuesta en
gran medida por arena y grava
depositadas por una corriente acuosa en
una cavidad situada debajo de un glaciar
cerca de su terminación.
Espeleotema (speleothem) Término
general para designar a las rocas de
precipitación química encontradas en las
cavernas.
Espigón (groin) Muro corto
construido en ángulo recto con la línea
de costa para atrapar la arena en
movimiento.
Espigones
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GLOSARIO
Espolones truncados (truncated
spurs) Acantilados de forma triangular
producidos cuando espolones de tierra
que se extienden hacia el interior de un
valle son removilizados por la gran
fuerza erosiva de un glaciar de valle.
Esquistosidad (schistosity) Tipo de
foliación característico de rocas
metamórficas de grano grueso. Estas
rocas tienen una disposición paralela de
minerales laminares, como las micas.
Estalactita (stalactite) Estructura
carambanoide que cuelga del techo de
una caverna.
Estalagmita (stalagmite) Forma
columnar que crece hacia arriba desde el
suelo de una caverna.
Estepa (steppe) Uno de los dos tipos
de clima seco. Variante marginal y más
húmeda del desierto que lo separa de los
climas húmedos limítrofes.
Estrangulamiento (cutoff) Segmento
corto de canal creado cuando un río
erosiona el estrecho cuello de tierra
situado entre dos meandros.
Estrangulamiento
Estratificación cruzada (cross-bedding)
Estructura en la cual capas relativamente
finas están inclinadas en ángulo con
respecto a la estratificación principal.
Formada por corrientes de aire o agua.
Estrato gradado (graded bed) Capa
de sedimento caracterizada por una
disminución del tamaño de grano de
base a techo.
Estratos (strata) Capas paralelas de
rocas sedimentarias.
Estrato-volcán (stratovolcano) Véase
cono compuesto.
Estriaciones glaciares (glacial
striations) Arañazos o surcos en la
superficie de roca subyacente causados
por la acción de desgaste de un glaciar y
su carga de sedimentos.
Estructuras tectónicas (rock
structure) Todas las estructuras creadas
por los procesos de deformación, desde
las fracturas menores hasta una gran
cadena montañosa.
Estuario (estuary) Entrante marino
con forma de embudo que se formó
cuando una elevación del nivel del mar o
una subsidencia del terreno hizo que se
inundara la desembocadura de un río
(véase ilustración).
Estuario
Evaporita (evaporite) Roca
sedimentaria formada por el material
depositado a partir de disoluciones por
evaporación del agua.
Evapotranspiración
(evapotranspiration) Efecto
combinado de la evaporación y la
transpiración.
Exfoliación (cleavage) Tendencia de
un mineral a romperse a lo largo de
planos con enlaces débiles.
Expansión del fondo oceánico
(seafloor spreading) La primera
hipótesis propuesta en los años 60
por Harry Hess, según la cual se
produce nueva corteza oceánica en las
crestas de las dorsales mesoceánicas, que
son los lugares donde divergen las
placas.
Extrusiva (extrusive) Actividad ígnea
que se produce en la superficie de la
Tierra.
Facies Porción de una unidad litológica
que posee un conjunto distintivo de
características que la distingue de otras
partes de la misma unidad.
Falla (fault) Plano de rotura en una
masa rocosa a lo largo de la cual se
produce movimiento.
Falla de despegue (detachment fault)
Falla casi horizontal que puede
extenderse centenares de kilómetros por
debajo de la superficie. Este tipo de
fallas representa un límite entre las rocas
que exhiben deformación dúctil y las
rocas que exhiben deformación frágil.
Falla de desplazamiento horizontal
(strike-slip fault) Falla a lo largo de la
cual el movimiento es horizontal.
Falla de desplazamiento vertical (dipslip fault) Falla en la cual el
movimiento es paralelo al buzamiento
de la falla.
Falla inversa (reverse fault) Falla en
la cual el material situado encima del
plano de falla asciende en relación con el
material situado debajo.
Falla inversa
Falla normal (normal fault) Falla en
la cual la roca situada por encima del
plano de falla se ha movido hacia abajo
en relación con la roca situada por
debajo.
Falla normal
Falla transformante (transform fault)
Gran falla de desplazamiento horizontal
que atraviesa la litosfera y acomoda el
movimiento entre dos placas.
Fecha numérica (numerical date)
Número de años que han pasado desde
que un acontecimiento tuvo lugar.
Fenocristal (phenocryst) Cristal de
gran tamaño incluido en una matriz de
cristales de grano más fino.
Fetch La distancia que ha recorrido el
viento a través del agua libre.
Fiordo (fiord) Entrante de mar
escarpado por los dos lados, formado
cuando un valle glaciar es inundado por
el mar.
Fisilidad (fissility) Separación en finas
láminas a lo largo de superficies paralelas
apretadas, que muestran algunas rocas
como las lutitas fisiles (shales).
Fisión nuclear (nuclear fission) La
escisión de un núcleo pesado en dos o
más núcleos más ligeros causada por la
colisión con un neutrón. Durante este
proceso se libera una gran cantidad de
energía.
Fisura (fissure) Grieta en la roca a lo
largo de la cual hay una separación
evidente.
Flecha (spit) Loma alargada de arena
que se proyecta desde tierra en la
entrada de una bahía adyacente.
Flujo (flow) Tipo de movimiento
común en los procesos gravitacionales
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GLOSARIO
en los cuales el material saturado de
agua se desplaza pendiente abajo como
un fluido viscoso.
Flujo de derrubios (debris flow)
Flujo de suelo y regolito que contiene
una gran cantidad de agua. Es muy
habitual en las regiones montañosas
semiáridas y en las laderas de algunos
volcanes.
Flujo de tierra (earthflow)
Movimiento descendente del sedimento
rico en arcilla y saturado de agua. Muy
característico de las regiones húmedas.
Flujo de tierra
Flujo laminar (laminar flow)
Movimiento de las partículas de agua
que siguen trayectorias en línea recta y
son paralelas al cauce. Las partículas de
agua se mueven corriente abajo sin
mezclarse.
Flujo mareal (flood current)
Corriente mareal asociada con el
incremento en altura de la marea.
Flujo plástico (plastic flow) Tipo de
movimiento glaciar que se produce
dentro del hielo por debajo de una
profundidad de 50 metros, en la cual el
hielo no se fractura.
Flujo turbulento (turbulent flow)
Movimiento del agua de una manera
errática a menudo caracterizada por
remolinos y turbulencias. La mayor
parte de los flujos de corriente son de
este tipo.
Fluorescencia (fluorescence)
Absorción de la luz ultravioleta, que es
reemitida como luz visible.
Foco (terremoto) (focus, earthquake)
La zona del interior de la Tierra donde
el desplazamiento de rocas produce un
terremoto.
Foliación (foliation) Término para
designar el ordenamiento linear de las
características texturales de una roca, es
exhibida a menudo por las rocas
metamórficas.
Foliación (rock cleavage) Tendencia
de las rocas a escindirse a lo largo de
superficies paralelas muy próximas.
Estas superficies suelen estar oblicuas
con respecto a los planos de
estratificación de la roca.
Forma cristalina (crystal form)
Aspecto externo de un mineral,
determinado por la disposición interna
de sus átomos.
Fosa (trench) Véase fosa submarina.
Fosa submarina (deep-ocean trench)
Depresión alargada en el fondo marino
producida por la deformación de la
corteza oceánica durante la subducción.
Fosa tectónica asimétrica (half
graben) Bloque de falla inclinado en el
que el lado más elevado se asocia con
una topografía montañosa y el lado más
bajo es una cuenca que se llena de
sedimento.
Fósil (fossil) Restos o huellas de
organismos conservados desde el pasado
geológico.
Fósil índice o guía (index fossil) Fósil
que se asocia con un lapso de tiempo
geológico concreto.
Fractura (fracture) Cualquier rotura
longitudinal de la roca sin que haya
habido movimiento apreciable.
Franja capilar (capillary fringe) Zona
relativamente estrecha en la base de la
zona de aireación. Aquí el agua asciende
por capilaridad entre los granos del
suelo o sedimento.
Frente de playa (beach face)
Superficie húmeda e inclinada que se
extiende desde la berma hasta la línea de
costa.
Fuente termal (hot spring) Manantial
en el cual la temperatura es 6-9 °C más
caliente que la temperatura anual media
del aire de su localidad.
Fuerza (force) Lo que tiende a poner a
los objetos estacionarios en movimiento
o a cambiar los movimientos de los
cuerpos en movimiento.
Fuerza de arrastre de placa (slabpull) Mecanismo que contribuye al
movimiento de placas en el que la
corteza oceánica fría y densa se sumerge
en el manto y «arrastra» la litosfera
posterior.
Fuerza de arrastre del manto (mantle
drag) Fuerza ejercida sobre la base de
la litosfera por el movimiento lateral de
la parte superior de las celdas de
convección del manto. La fuerza de
arrastre del manto puede fomentar o
impedir el movimiento de las placas.
Fuerza de empuje de dorsal (ridge
push) Mecanismo que contribuye al
665
movimiento de placas. Supone el
deslizamiento de la litosfera oceánica
debajo de la dorsal oceánica por efecto
de la gravedad.
Fuerza de resistencia de placa (plate
resistance) Fuerza que contrarresta el
movimiento de placas conforme una
placa en subducción roza la placa
suprayacente.
Fuerza de succión de placa (slab
suction) Una de las fuerzas impulsoras
del movimiento de placas, procede del
empuje de la placa en subducción sobre
el manto adyacente. Es una circulación
inducida del manto que empuja la placa
en subducción, así como la placa
suprayacente hacia la fosa.
Fumarola (fumarole) En una zona
volcánica, abertura de la cual escapan
gases y vapores.
Fumarola oceánica (black smoker)
Chimenea hidrotérmial en el fondo
oceánico que emite una nube negra de
agua caliente rica en metales.
Fundido (melt) Porción líquida de un
magma, excluyendo los cristales sólidos.
Fusión parcial (partial melting)
Proceso mediante el cual se funde la
mayoría de las rocas ígneas. Dado que
cada mineral tiene puntos de fusión
diferentes, la mayoría de las rocas ígneas
se funde a lo largo de un intervalo de
temperaturas de unos pocos centenares
de grados. Si se extrae la fase líquida
después de que haya habido algo de
fusión, se produce un fundido con un
mayor contenido de sílice.
Fusión por descompresión
(decompression melting) Fusión que
se produce cuando la roca asciende y se
produce un descenso de la presión de
confinamiento.
Garganta (water gap) Paso a través de
una cordillera o una montaña en la cual
fluye una corriente de agua.
Géiser (geyser) Fuente de agua
caliente expulsada de manera periódica
desde el suelo.
Geología (geology) Ciencia que
estudia la Tierra, su forma y
composición, y los cambios que ha
experimentado y está experimentando.
Geología física (physical geology)
División principal de la Geología que
estudia los materiales de la Tierra y
busca comprender los procesos y las
fuerzas que actúan debajo y encima de la
superficie terrestre.
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GLOSARIO
Geología histórica (historical geology)
División principal de la Geología que
aborda el origen de la Tierra y su
desarrollo a lo largo del tiempo.
Normalmente implica el estudio de fósiles
y su secuencia en los estratos rocosos.
Glaciar (glacier) Gruesa masa de hielo
que se origina en la superficie terrestre
por compactación y recristalización de la
nieve mostrando evidencias de flujo en
el pasado o en la actualidad.
Glaciar alpino (alpine glacier) Glaciar
confinado a un valle de montaña, que en
la mayoría de los casos había sido
previamente un valle fluvial.
Glaciar de casquete (ice sheet) Masa
de hielo glaciar muy grande y gruesa
que fluye hacia el exterior en todas
direcciones desde uno o más centros de
acumulación.
Glaciar de desbordamiento (outlet
glacier) Lengua de hielo que
normalmente fluye con rapidez hacia
fuera de un glaciar de casquete o
coberteras de hielo, normalmente a través
de terreno montañoso, hacia el mar.
Glaciar de piedemonte (piedmont
glacier) Glaciar que se forma cuando
uno o más glaciares alpinos emergen de
los valles de montaña confinantes y se
extienden en la base de las montañas
creando una amplia cubierta de hielo en
las tierras bajas.
Glaciar de valle (valley glacier) Véase
glaciar alpino.
Gondwana (Gondwanaland) Porción
meridional de Pangea, que constaba de
Sudamérica, África, Australia, India y la
Antártida.
Graben o fosa tectónica (graben)
Valle formado por el hundimiento de un
bloque limitado por fallas.
Graben o
fosa tectónica
Gradiente (gradient) Pendiente de
una corriente de agua; generalmente se
expresa como el descenso a lo largo de
una distancia fija.
Gradiente geotérmico (geothermal
gradient) Aumento gradual de la
temperatura con la profundidad en la
corteza. La media es de 30 °C por
kilómetro en la corteza superior.
Gradiente hidráulico (hydraulic
gradient) Pendiente del nivel freático.
Se determina hallando la diferencia de
altura entre dos puntos en el nivel
freático y dividiéndola por la distancia
horizontal entre los dos puntos.
Grieta de desecación (mud crack)
Estructura sedimentaria que se forma
cuando el barro húmedo se seca, se
contrae y se agrieta.
Grieta glaciar o crevasse (crevasse)
Profunda hendidura en la superficie
quebradiza de un glaciar.
Guyot (guyot, tablemount) Montaña
o pico submarino sumergido de cima
plana.
Harina de roca (rock flour) Roca
molida producida por el efecto de
abrasión de un glaciar.
Hidrólisis (hydrolysis) Proceso de
meteorización química en el cual los
minerales son alterados al reaccionar
químicamente con el agua y los ácidos.
Hidrosfera (hydrosphere) La porción
acuosa de nuestro planeta; una de las
subdivisiones tradicionales del ambiente
físico de la Tierra.
Hipocentro (hypocenter) Véase foco
(terremoto).
Hipótesis (hypothesis) Explicación
propuesta que luego es probada para
determinar si es válida.
Hipótesis de la nebulosa primitiva
(nebular hypothesis) Modelo para
explicar el origen del Sistema Solar que
supone la existencia de una nebulosa de
polvo y gases en rotación que tras su
contracción forma el Sol y los planetas.
Hogback Alineación montañosa
estrecha y en forma de cresta formada
por capas de roca resistentes a la erosión
y con elevado buzamiento.
Horizontalidad original (original
horizontality) Capas de sedimento que
se depositan en general en una posición
horizontal o casi horizontal.
Horizonte (horizon) Capa del perfil
del suelo.
Horizonte del suelo (soil horizon)
Capa del suelo que tiene características
identificables producidas por
meteorización química y otros procesos
formadores del suelo.
Horn Pico piramidal formado por la
acción glaciar de tres o más circos que
rodean la cima montañosa.
Horst Bloque alargado y elevado
limitado por fallas.
Horst
Humus Materia orgánica del suelo
producida por la descomposición de
plantas y animales.
Inclusión (inclusion) Parte de una
unidad litológica contenida dentro de
otra. Las inclusiones se utilizan en la
datación relativa. La masa de roca
adyacente a la que contiene la inclusión
debe haber estado allí primero para
proporcionar el fragmento.
Inconformidad (nonconformity)
Discontinuidad estratigráfica en la cual
las rocas ígneas metamórficas o
intrusivas están cubiertas por estratos
sedimentarios más jóvenes.
Inercia (inertia) Los objetos en reposo
tienden a permanecer en reposo y los
objetos en movimiento tienden a estar
en movimiento a menos que sobre ellos
actúe una fuerza exterior.
Infiltración (infiltration) Movimiento
del agua superficial dentro de las rocas o
el suelo a través de grietas o poros.
Inselberg Montaña aislada relicta
característica de la etapa tardía de
erosión en una región montañosa árida.
Intensidad (terremoto) (intensity,
earthquake) Medida del grado de
temblor sísmico en un lugar concreto
basada en la cantidad de daños.
Intersección (cross-cutting) Principio
de la datación relativa. Una roca o falla
es más joven que cualquier roca (o falla)
que corte.
Intervalo de recurrencia (recurrence
interval) Intervalo medio entre
acontecimientos hidrológicos como
inundaciones de una magnitud
determinada o mayor.
Inundación (flood) Desbordamiento
del cauce de una corriente de agua que
sucede cuando el caudal supera la
capacidad del cauce. Es el riesgo
geológico más habitual y destructivo.
Ion Átomo o molécula que posee una
carga eléctrica.
Isla barrera (barrier island) Banco
bajo y alargado de arena que discurre
paralelo a la costa.
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GLOSARIO
Isla
barrera
Isostasia (isostasy) El concepto de que
la corteza terrestre está «flotando» en
equilibrio gravitatorio sobre el material
del manto.
Isótopos (isotopes) Variedades del
mismo elemento que tienen diferentes
números másicos; sus núcleos contienen
el mismo número de protones, pero
diferentes números de neutrones.
Isótopos hijos (daughter product)
Isótopo que resulta de la
descomposición radiactiva.
Kame Colina de bordes escarpados
compuesta de arena y grava que se
origina cuando se acumulan sedimentos
en huecos del hielo glaciar estancado.
Karst (karst) Tipo de topografía
formado sobre rocas solubles (en
especial caliza) principalmente por
disolución. Se caracteriza por los
sumideros, las grutas y el drenaje
subterráneo.
Klippe Resto o fragmento de una
escama tectónica o manto de
cabalgamiento que fue aislado por
erosión.
Lacolito (laccolith) Cuerpo ígneo
masivo resultado de una intrusión entre
estratos preexistentes.
Lacolito
Lago de media luna (oxbow lake)
Largo curvado que se origina cuando
una corriente de agua corta un meandro.
Lago de media luna
Lago pequeño de montaña (tarn)
Pequeño lago en un circo glaciar.
Lago playa (playa lake) Lago
transitorio en una playa.
Lago pluvial (pluvial lake) Lago
formado durante un período de
aumento de lluvias. Esta situación
ocurrió en muchas áreas no cubiertas
por glaciares durante períodos de avance
del hielo.
Lagos en rosario «Pater noster»
(Pater noster lakes) Cadena de
pequeños lagos en un valle glaciar que
ocupa cubetas creadas por erosión
glaciar.
Lahar Coladas de derrubios originadas
en las pendientes de los volcanes que se
producen cuando capas inestables de
ceniza y derrubios se saturan en agua y
fluyen pendiente abajo, siguiendo
normalmente los cauces de los ríos.
Lajeamiento (sheeting) Proceso de
meteorización mecánica caracterizada
por la separación de láminas de roca.
Laterita (laterite) Tipo de suelo rojo
intensamente lixiviado presente en los
Trópicos, que es rico en óxidos de hierro
y aluminio.
Laurasia La porción septentrional de
Pangea, compuesta por Norteamérica y
Eurasia.
Lava Magma que alcanza la superficie
terrestre.
Lava almohadillada (pillow basalts)
Lava basáltica que solidifica en un
ambiente subacuático y desarrolla una
estructura que se parece a un
apilamiento de almohadas.
Lava cordada (pahoehoe flow)
Colada de lava con una superficie de lisa
a ondulada.
Ley (law) Afirmación formal de la
manera regular según la cual se produce
un fenómeno natural bajo condiciones
determinadas; por ejemplo, la «ley de la
superposición».
Ley de Darcy (Darcy’s law) Ecuación
que expresa que el caudal de aguas
subterráneas depende del gradiente
hidráulico, la conductividad hidráulica y
el área de la sección transversal de un
acuífero.
Ley de la superposición (law of
superposition) En cualquier secuencia
no deformada de rocas sedimentarias,
cada estrato es más antiguo que el que
tiene por encima y más moderno que el
de debajo.
667
Ley de Playfair (Playfair’s law)
Afirmación bien conocida y a menudo
citada de John Playfair, según la cual
un valle es el resultado de la obra
realizada por la corriente de agua que
fluye por él.
Licuefacción (liquefaction)
Transformación de un suelo estable en
un fluido que suele ser incapaz de
soportar edificios u otras estructuras.
Límite de nieves perpetuas
(snowline) Límite inferior de la nieve
perpetua.
Línea de costa (coastline) Borde del
lado del mar del litoral. Límite del lado
de tierra del efecto de las olas de
temporal más altas en la costa.
Línea litoral (shoreline) Línea que
marca el contacto entre la tierra y el
mar. Migra hacia arriba y hacia abajo
conforme la marea sube o baja.
Litificación (lithification) Proceso,
generalmente de cementación y/o
compactación, de conversión de los
sedimentos en rocas.
Litoral (shore) Lado marino de la
costa, esta zona se extiende desde el
nivel más elevado de la acción de las olas
durante los temporales hasta el nivel
más bajo de la marea.
Litosfera (lithosphere) Capa externa
rígida de la Tierra, que comprende la
corteza y parte del manto superior.
Corteza
Litosfera
Manto
superior
Lixiviación (leaching)
Empobrecimiento de materiales
constituyentes solubles de la parte
superior del suelo por percolación de
aguas descendentes.
Llanura abisal (abyssal plain) Área
muy plana del fondo oceánico profundo,
que normalmente se encuentra al pie de
la elevación continental.
Llanura de aluvión (outwash plain)
Llanura relativamente plana de
pendiente suave que consta de
materiales depositados por corrientes de
agua de fusión delante del margen de un
glaciar de casquete.
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GLOSARIO
Llanura de inundación (floodplain)
Porción plana y baja de un valle fluvial
sujeta a inundación periódica.
Llanura de inundación
Llanura mareal (tidal flat) Área
pantanosa o fangosa que es
alternativamente cubierta y expuesta por
la subida y la bajada de las mareas.
Llanura oceánica (oceanic plateau)
Región extensa del fondo oceánico
compuesta de acumulaciones gruesas de
lavas almohadilladas y otras rocas
máficas que en algunos casos superan los
30 kilómetros de grosor.
Llanura salina (salt flat) Costra blanca
situada en el suelo producida cundo el
agua se evapora y precipita los
componentes disueltos.
Lluvia de meteoritos (meteor
shower) Numerosos meteoroides que
viajan en la misma dirección y
aproximadamente a la misma velocidad.
Se piensa que están constituidos por
materia perdida por los cometas.
Loess Depósitos de limo transportado
por el viento, que carecen de capas
visibles, generalmente de color
amarillento y capaces de originar
resaltes muy verticales.
Longitud de onda (wavelength)
Distancia horizontal que separa crestas o
valles sucesivos.
Magma Volumen de roca fundida
situada en profundidad, que incluye
gases disueltos y cristales.
Magnetismo fósil (fossil magnetism)
Véase paleomagnetismo.
Magnetómetro (magnetometer)
Instrumento de alta sensibilidad
utilizado para medir la intensidad del
campo magnético de la Tierra.
Magnitud (terremoto) (magnitude,
earthquake) Cálculo de la cantidad total
de energía liberada durante un terremoto,
basado en los registros sísmicos.
Magnitud del momento (moment
magnitude) Medida de la magnitud de
un terremoto más precisa que la escala
de Richter que se deriva del
desplazamiento que se produce a lo
largo de una zona de falla.
Malecones (jetties) Un par de
estructuras que se extienden en el
océano a la entrada de un puerto o un
río y que se construyen con el fin de
protegerlo contra las olas de tormenta y
el depósito de sedimentos.
Malecones
Manantial o fuente (spring) Flujo de
agua subterránea que emerge de forma
natural en la superficie del terreno.
Manto (mantle) Una de las capas
composicionales de la Tierra.
Caparazón de roca sólida que se
extiende desde la base de la corteza
hasta una profundidad de 2.900
kilómetros.
Manto inferior (lower mantle) Véase
mesosfera.
Marca de meandro (meander scar)
Estructura de la llanura de inundación
creada cuando un lago de media luna se
rellena de sedimento.
Marea (tide) Cambio periódico en la
elevación de la superficie oceánica.
Marea muerta (neap tide) La menor
altura mareal. Se produce cerca de los
momentos en que hay cuartos crecientes
y menguantes.
Marea viva (spring tide) La marea
más alta. Se produce cerca de los
momentos en que hay cuartos crecientes
y menguantes.
Marejada (swells) Olas generadas por
el viento que han entrado en una zona
de vientos más débiles o en calma.
Maremoto (seismic sea wave) Ola
oceánica de movimiento rápido
generada por la actividad sísmica, que es
capaz de infligir graves daños en las
regiones costeras.
Mares lunares (maria) Áreas suaves en
la superficie de la Luna que se pensó,
equivocadamente, que eran mares.
Margen continental (continental
margin) Porción del fondo oceánico
adyacente a los continentes. Puede
incluir la plataforma continental, el
talud continental y el pie de talud.
Margen continental pasivo (passive
continental margin) Margen formado
por una plataforma continental, el talud
continental y el pie de talud. No están
asociados con los bordes de placa y, por
tanto, experimentan poco vulcanismo y
escasos terremotos.
Marmita de gigante (pothole)
Depresión formada en el cauce de una
corriente de agua por la acción abrasiva
de la carga de sedimento en el agua.
Material piroclástico (pyroclastic
material) Roca volcánica expulsada
durante una erupción. Son materiales
piroclásticos las cenizas, las bombas y los
bloques.
Meandro (meander) Sinuosidad en
forma de lazo en el curso de una
corriente de agua.
Meandro
Meandro encajado (incised meander)
Cauce sinuoso que fluye en un valle
inclinado y estrecho. Estas estructuras se
forman cuando un área se eleva o
cuando el nivel de base cae.
Mena (ore) Normalmente un mineral
metálico útil que puede extraerse en una
mina para sacar beneficio. El término se
aplica también a ciertos minerales no
metálicos como la fluorita y el azufre.
Mesosfera (mesosphere) Parte del
manto que se extiende desde el límite
núcleo-manto hasta una profundidad de
660 kilómetros. También se conoce
como manto inferior.
Metamorfismo (metamorphism)
Cambios en la composición mineral y
textura de una roca sometida a elevadas
temperaturas y presiones en el interior
de la Tierra.
Metamorfismo de contacto (contact
metamorphism) Cambios en la roca
causados por el calor procedente de un
cuerpo magmático próximo.
Metamorfismo de enterramiento
(burial metamorphism)
Metamorfismo de grado bajo que se
produce en las capas inferiores de
acumulaciones muy gruesas de estratos
sedimentarios.
Metamorfismo de impacto (impact
metamorphism) Metamorfismo que se
produce cuando los meteoritos golpean
la superficie terrestre.
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GLOSARIO
Metamorfismo hidrotermal
(hydrothermal metamorphism)
Alteraciones químicas que se producen
cuando el agua caliente rica en iones
circula a través de las fracturas de la roca.
Metamorfismo regional (regional
metamorphism) Metamorfismo
asociado con la formación de montañas
a gran escala.
Metamorfismo térmico (thermal
metamorphism) Véase metamorfismo
de contacto.
Meteorito (meteorite) Cualquier
porción de un meteoroide que sobrevive
después de atravesar la atmósfera
terrestre y choca contra la superficie.
Meteorito férreo (iron meteorite)
Una de las tres principales categorías de
meteoritos. Están compuestos en gran
medida de hierro con cantidades
variables de níquel (5-20 por ciento). La
mayor parte de los meteoritos
encontrados son de este tipo.
Meteorito rocoso o pétreo (stony
meteorite) Una de las tres principales
categorías de meteoritos. Estos
meteoritos están compuestos en gran
medida por silicatos con inclusiones de
otros minerales.
Meteorización (weathering)
Desintegración y descomposición de
una roca en la superficie terrestre o en
un lugar próximo a ella.
Meteorización diferencial
(differential weathering) Variación en
la velocidad y el grado de meteorización
causada por factores como la
composición mineral, el grado de
compacidad y el clima.
Meteorización esferoidal (spheroidal
weathering) Cualquier proceso de
meteorización que tiende a producir una
forma esférica a partir de una forma
inicialmente en bloque.
Meteorización mecánica (mechanical
weathering) Desintegración física de
una roca que provoca la formación de
fragmentos más pequeños.
Meteorización química (chemical
weathering) Procesos mediante los
cuales la estructura interna de un
mineral es alterada por eliminación y/o
adición de elementos.
Meteoro (meteor) Fenómeno
luminoso observado cuando un
meteoroide entra en la atmósfera
terrestre y se quema; popularmente
denominado «estrella fugaz».
Meteoroide (meteoroid) Cualquier
pequeña partícula sólida que tenga una
órbita en el Sistema Solar.
Mezcla de magmas (magma mixing)
Proceso de modificación de la
composición de un magma a través de la
mezcla con material de otro cuerpo
magmático.
Microcontinentes (microcontinents)
Fragmentos relativamente pequeños de
corteza continental que pueden
encontrarse por encima del nivel del
mar, como la isla de Madagascar, o
sumergidos como la llanura Campbell,
situada cerca de Nueva Zelanda.
Micrometeorito (micrometeorite)
Meteorito muy pequeño que no crea
suficiente fricción para arder en la
atmósfera, sino que desciende
lentamente hacia la Tierra.
Migmatita (migmatite) Roca que
muestra a la vez características de roca
ígnea y metamórfica. Dichas rocas
pueden formarse cuando se funden los
silicatos félsicos y luego cristalizan,
mientras que los silicatos máficos
permanecen sólidos.
Mineral (mineral) Material cristalino
inorgánico de origen natural con una
estructura química definida.
Mineral índice (index mineral)
Mineral que es un buen indicador del
ambiente metamórfico en el que se
formó. Utilizado para distinguir zonas
diferentes de metamorfismo regional.
Mineralogía (mineralogy) Estudio de
los minerales.
Modelo (model) Término utilizado a
menudo como sinónimo de hipótesis,
pero menos preciso, porque a veces se
utiliza para describir también una teoría.
Modelo de drenaje de red enrejada
(trellis drainage pattern) Sistema de
corrientes de agua en el cual afluentes
casi paralelos ocupan los valles cortados
en estratos plegados.
Modelo de red
de drenaje enrejada
Modelo dendrítico (dendritic pattern)
Sistema de corrientes de agua que sigue
el modelo de un árbol ramificado.
669
Modelo dendrítica
Modelo radial (radial pattern)
Sistema de corrientes de agua que fluyen
en todas las direcciones alejándose de
una estructura central elevada, como un
volcán.
Modelo radial
Modelo rectangular (rectangular
pattern) Red de drenaje caracterizada
por numerosos recodos en ángulo recto.
Se desarrolla generalmente sobre un
substrato rocoso fracturado.
Modelo rectangular
Montaña limitada por fallas (faultblock mountain) Montaña formada
por el desplazamiento de rocas a lo largo
de una falla.
Montañas compresionales
(compressional mountains)
Principales cinturones montañosos de la
Tierra generados por fuerzas
horizontales que acortan y engrosan el
material de la corteza mediante pliegues
y fallas. Con el Himalaya como ejemplo,
se forman a lo largo de bordes de placa
convergentes en asociación con
colisiones de continentes, o a veces
fragmentos de corteza más pequeños.
Monte submarino (seamount) Pico
volcánico aislado que asciende al menos
1.000 metros por encima del suelo
oceánico profundo.
Morrena central (medial moraine)
Cordón de tills formado cuando se
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GLOSARIO
juntan las morrenas laterales de dos
glaciares alpinos que se unen.
Morrena de fondo (ground moraine)
Capa ondulada de till depositada
conforme el frente de hielo se retira.
Morrena de retroceso (recessional
moraine) Morrena final formada
conforme el frente de hielo se estancó
durante el retroceso glaciar.
Morrena final (end moraine)
Alineación de aluviones glaciares que
marca una posición anterior del frente
de un glaciar.
Morrena lateral (lateral moraine)
Cordón de tills a lo largo de los bordes
de un glaciar de valle compuestos
fundamentalmente de derrubios que
cayeron al glaciar procedentes de las
paredes del valle.
Morrena terminal (terminal moraine)
Morrena final que marca el lugar más
avanzado al que llega un glaciar.
Nebulosa solar (solar nebula) Nube
de gas y/o polvo interestelar a partir de
la cual se formaron los cuerpos de
nuestro Sistema Solar.
Neutrón (neutron) Partícula
subatómica localizada en el núcleo de un
átomo. El neutrón es eléctricamente
neutro y tiene una masa
aproximadamente igual a la de un
protón.
Neviza (firn) Nieve granular
recristalizada. Una etapa de transición
entre la nieve y el hielo glaciar.
Nivel de base (base level) Nivel por
debajo del cual un río no puede
erosionar más.
Nivel de base absoluto (ultimate base
level) Nivel del mar; el menor nivel al
cual la erosión fluvial puede profundizar
en el terreno.
Nivel de base local (local base level)
Véase nivel de base transitorio.
Nivel de base transitorio (local)
(temporary -local- base level) Nivel
de un lago, una capa de roca resistente o
cualquier otro nivel de base que se sitúa
por encima del nivel del mar.
Nivel freático (water table) El nivel
superior de la zona saturada de las aguas
subterráneas.
Nivel freático
Nivel freático colgado (perched
water table) Zona de saturación
localizada por encima del nivel freático
regional creada por una capa
impermeable (acuicluido).
Niveles o capas de energía (energy
levels or shells) Zonas con forma
esférica y carga negativa que rodean el
núcleo de un átomo.
No foliado (nonfoliated) Roca
metamórfica que no tiene foliación.
Nódulos de manganeso (manganese
nodules) Tipo de sedimento
hidrogénico disperso en el suelo
oceánico, compuesto fundamentalmente
de manganeso y hierro, y que
normalmente contiene pequeñas
cantidades de cobre, níquel y cobalto.
Nube ardiente (nuée ardente) Restos
volcánicos incandescentes en suspensión
por los gases calientes que se mueven
pendiente abajo como si fuera una
avalancha.
Nube de Oort (Oort cloud) Región
esférica compuesta de cometas que
orbitan el Sol a distancias en general
superiores a 10.000 veces la distancia
Tierra-Sol.
Núcleo (core) Capa más interna de la
Tierra según la composición. Se cree
que es en gran parte una aleación de
hierro y níquel con cantidades menores
de oxígeno, silicio y azufre.
Núcleo (nucleus) Centro pequeño y
denso de un átomo que contiene toda su
carga positiva y la mayor parte de su
masa.
Núcleo externo (outer core) Capa
situada debajo del manto, de unos 2.270
kilómetros de grosor y que tiene las
propiedades de un líquido.
Núcleo interno (inner core) Capa
sólida más interna de la Tierra, con un
radio de unos 1.216 kilómetros
Manto
Núcleo
externo
Núcleo interno
Número atómico (atomic number)
Número de protones que hay en el
núcleo de un átomo.
Número másico (mass number) La
suma del número de neutrones y de
protones del núcleo de un átomo.
Ocultación (occultation)
Desaparición de luz que se produce
cuando un objeto pasa detrás de otro
aparentemente mayor. Por ejemplo, el
paso de Urano por delante de una
estrella distante.
Ola de oscilación (wave of oscillation)
Ola en la cual la onda forma avances
conforme las partículas de agua se
mueven en órbitas circulares.
Ola de traslación (wave of
translation) Avance turbulento del
agua creado por las olas rompientes.
Oleada glaciar (surge) Período de
avance glaciar rápido. Son típicamente
esporádicas y cortas.
Onda de cuerpo (body wave) Onda
sísmica que viaja a través del interior de
la Tierra.
Onda P (P wave) La onda sísmica más
rápida, que se transmite por compresión
y expansión del medio.
Onda primaria (P) (primary (P) wave)
Tipo de onda sísmica que implica la
alternancia de compresión y expansión
del material a través del que pasa.
Onda S (S wave) Onda sísmica, más
lenta que una onda P, que viaja sólo a
través de sólidos.
Onda secundaria (S) (secondary (S)
wave) Onda sísmica que implica una
oscilación perpendicular a la dirección
de propagación.
Ondas de superficie (surface waves)
Ondas sísmicas que viajan a lo largo de
la capa externa de la Tierra.
Ondas largas (L) (long (L) waves)
Estas ondas generadas por los
terremotos viajan a lo largo de la capa
externa de la Tierra y son responsables
de la mayor parte del daño de superficie.
Las ondas L tienen períodos más largos
que las otras ondas sísmicas.
Orogénesis (orogenesis) Los procesos
que, en conjunto, tienen como
consecuencia la formación de montañas.
Oxidación (oxidation) Pérdida de uno
o más electrones de un átomo o ion.
Denominado así porque los elementos se
combinan normalmente con el oxígeno.
Paleomagnetismo (paleomagnetism)
El magnetismo remanente natural en los
cuerpos rocosos. La magnetización
permanente adquirida por una roca que
puede utilizarse para determinar la
localización de los polos magnéticos y la
latitud de la roca en el momento en que
quedó magnetizada.
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GLOSARIO
Paleontología (paleontology) Estudio
sistemático de los fósiles y la historia de
la vida sobre la Tierra.
Pangea (Pangaea) Supercontinente
que hace 200 millones de años empezó a
separarse y formar las masas terrestres
actuales.
N
PA
GE
A
Paraconformidad (disconformity)
Tipo de discontinuidad estratigráfica en
la cual los estratos por encima y por
debajo son paralelos.
Paradigma (paradigm) Teoría que se
sostiene con un grado elevado de
fiabilidad y que tiene un alcance extenso.
Pasta (groundmass) La matriz de
cristales más pequeños dentro de una
roca ígnea que tiene textura porfídica.
Pavimento desértico (desert
pavement) Capa de grava y granos
gruesos creada cuando el viento ha
eliminado el material más fino.
Pegmatita (pegmatite) Roca ígnea de
grano muy grueso (normalmente de tipo
granítico) que se suele encontrar
asociada a una gran masa de rocas
plutónicas que tienen cristales más
pequeños. Se cree que la cristalización
en un ambiente rico en agua es
responsable del gran tamaño de los
cristales.
Perfil del suelo (soil profile) Sección
vertical a través de un suelo que muestra
su sucesión de horizontes y la roca
madre subyacente.
Perfil de reflexión sísmica (seismic
reflection profile) Método de
observación de la estructura del
subsuelo utilizando ondas sonoras de
baja frecuencia que penetran los
sedimentos y reflejan los contactos entre
las capas rocosas y las zonas de falla.
Perfil longitudinal (longitudinal
profile) Sección representativa de un
cauce fluvial a lo largo de su curso
descendente desde la cabecera a la
desembocadura.
Peridotita (peridotite) Roca ígnea de
composición ultramáfica que se cree
abundante en el manto superior.
Período (period) Unidad básica de la
escala de tiempo geológico que es una
subdivisión de una era. Los períodos
pueden dividirse en unidades más
pequeñas denominadas épocas.
Período de onda (wave period)
Intervalo temporal comprendido entre
el paso de crestas sucesivas en un punto
estacionario.
Período de retorno (return period)
Véase intervalo de recurrencia.
Período de semidesintegración o vida
media (half-life) Tiempo necesario
para que se descompongan la mitad de
los átomos de una sustancia radiactiva.
Permafrost Cualquier subsuelo
permanentemente helado. Se encuentra
normalmente en las regiones árticas y
subárticas.
Permeabilidad (permeability) Medida
de la capacidad de un material para
transmitir agua.
Peso atómico (atomic weight) La
media de las masas atómicas de los
isótopos para un elemento dado.
Peso específico (specific gravity)
Razón del peso de una sustancia con
respecto al peso de un volumen igual de
agua.
Pie de talud o elevación continental
(continental rise) La superficie en
suave pendiente que hay en la base del
talud continental.
Pitón volcánico (volcanic neck) Resto
aislado, con paredes empinadas y de
origen erosivo que consiste en lava que
una vez ocupó la chimenea de un volcán.
Pitón volcánico
Antiguo volcán
Pizarrosidad (slaty cleavage) Tipo de
foliación característica de pizarras en la
cual hay una disposición paralela de
minerales metamórficos de grano muy
fino.
Placa (plate) Una de las numerosas
secciones rígidas de la litosfera que se
mueve como una unidad sobre el
material de la astenosfera.
Placer Depósito formado cuando los
minerales pesados son concentrados
671
mecánicamente por las corrientes, lo
más habitual por arroyos y oleaje. Los
placeres son fuentes de oro, estaño,
platino, diamantes y otros minerales
valiosos.
Planetas exteriores (outer planets)
Planetas exteriores de nuestro Sistema
Solar, que incluyen Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno y Plutón. Con la
excepción de Plutón, estos cuerpos son
conocidos como los planetas jovianos.
Planetas interiores (inner planets)
Planetas interiores de nuestro Sistema
Solar, que incluyen Mercurio, Venus, la
Tierra y Marte. También se les
denomina planetas terrestres debido a su
estructura interna y su composición,
similares a las de la Tierra.
Planeta joviano (Jovian planet) Uno
de los planetas semejantes a Júpiter;
Saturno, Urano y Neptuno. Estos
planetas tienen densidades relativamente
bajas.
Planeta terrestre (terrestrial planet)
Uno de los planetas parecidos a la
Tierra; Mercurio, Venus y Marte. Estos
planetas tienen densidades relativamente
altas.
Plano de estratificación (bedding
plane) Superficie casi plana que separa
dos estratos de roca sedimentaria. Cada
plano de estratificación marca el final de
un depósito y el comienzo de otro con
diferentes características.
Plataforma continental (continental
shelf) La zona sumergida de suave
pendiente del margen continental que se
extiende desde la línea litoral hasta el
talud continental.
Plataforma de abrasión (wave-cut
platform) Escalón o plataforma a lo
largo de una costa al nivel del mar,
cortada por erosión de las olas.
Plataforma estable (stable platform)
Parte del cratón cubierta por rocas
sedimentarias relativamente no
deformadas y por debajo de la cual yace
un complejo de base de rocas ígneas y
metamórficas.
Plataforma glaciar (ice shelf) Es una
masa grande y relativamente plana de
hielo flotante que se extiende hacia el
mar desde la costa, pero permanece
unida a la tierra por uno o más lados,
cuando el hielo glaciar fluye en las
bahías.
Playa (beach) Acumulación de
sedimentos que se encuentra a lo largo
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GLOSARIO
del borde continental del océano o de
un lago.
Playa alta (backshore) Porción interior
del litoral, que se encuentra en el lado de
tierra de la línea de costa de mareas altas.
Suele estar seca y sólo se ve afectada por
las olas durante los temporales.
Playa árida (playa) El área central
plana de una cuenca desértica sin
drenaje.
Playa baja (foreshore) Porción del
litoral que se encuentra entre las marcas
normales de marea alta y baja; la zona
intermareal.
Pliegue (fold) Capa o serie de capas
dobladas que originalmente eran
horizontales y después se deformaron.
Pliegue monoclinal (monocline)
Flexura de un solo flanco en los estratos.
Los estratos suelen ser horizontales o
con buzamientos muy suaves a ambos
lados del pliegue monoclinal.
Pluma del manto (mantle plume)
Masa de material del manto más caliente
de lo normal que asciende hacia la
superficie, donde producirá actividad
ígnea. Estas plumas de material sólido
pero móvil pueden originarse a tanta
profundidad como el límite núcleomanto.
Plutón (pluton) Estructura que se
produce como consecuencia del
emplazamiento y cristalización del
magma bajo la superficie terrestre.
Polaridad inversa (reverse polarity)
Campo magnético opuesto al que existe
en la actualidad.
Polaridad normal (normal polarity)
Campo magnético igual al que existe en
la actualidad.
Polimorfismo (polymorphs) Dos o
más minerales que tienen la misma
composición química pero diferentes
estructuras cristalinas. Son ejemplos las
formas del carbono denominadas
diamante y grafito.
Pórfido (porphyry) Roca ígnea con
una textura porfídica.
Porosidad (porosity) Volumen de
espacios abiertos en la roca o el suelo.
Pozo (well) Apertura horadada en la
zona de saturación.
Pozo artesiano (artesian well) Pozo
en el cual el agua surge por encima del
nivel en el que se encontraba
inicialmente.
Pozo artesiano no surgente
(nonflowing artesian well) Pozo
artesiano en el cual el agua no surge a la
superficie porque la superficie
piezométrica está por debajo del nivel
del terreno.
Pozo artesiano surgente (flowing
artesian well) Pozo artesiano en el cual
el agua fluye libremente a la superficie
de la tierra porque la superficie
piezométrica está por encima del nivel
del terreno.
Precámbrico (Precambrian) Todo el
tiempo geológico anterior a la era
Paleozoica.
Prerribera (offshore) Zona sumergida
relativamente plana que se extiende
desde la línea de rompiente hasta el
borde de la plataforma continental.
Presión de confinamiento (confining
pressure) Presión que actúa igual por
todas partes.
Principio de la horizontalidad
original (principle of original
horizontality) Las capas de sedimentos
se depositan generalmente en posición
horizontal o casi horizontal.
Principio de la sucesión faunística
(principle of faunal succession) Los
organismos fósiles se sucedieron unos a
otros de una manera definida y
determinable, y cualquier período de
tiempo puede reconocerse por su
contenido fósil.
Prisma de acreción (accretionary
wedge) Gran masa de sedimentos en
forma de cuña que se acumula en las
zonas de subducción. Aquí, los
sedimentos son arrancados de la placa
oceánica en subducción y acrecionado al
bloque de corteza suprayacente.
Prisma de
acreción
Placa oc
e
Corteza continental
áni
ca
en
sub
duc
ció
n
Proceso externo (external process)
Proceso como la meteorización, los
procesos gravitacionales o la erosión
alimentado por el Sol y que contribuye a
la transformación de la roca sólida en
sedimento.
Proceso interno (internal process)
Proceso como la formación de una
montaña o el vulcanismo que deriva su
energía del interior de la Tierra y eleva
la superficie terrestre.
Procesos gravitacionales (mass
wasting) Movimiento pendiente abajo
de roca, regolito y suelo bajo por la
influencia directa de la gravedad.
Protón (proton) Partícula subatómica
con carga positiva encontrada en el
núcleo de un átomo.
Pumita (pumice) Roca vesicular vítrea
de color claro que suele tener una
composición granítica.
Punto caliente (hot spot)
Concentración de calor en el manto
capaz de producir magma, el cual, a su
vez, surge en la superficie terrestre. El
vulcanismo intraplaca que produjo las
islas Hawaii es un ejemplo.
Punto de Curie (Curie point)
Temperatura por encima de la cual un
material pierde su magnetización.
Radiactividad (radioactivity,
radioactive decay) Descomposición
espontánea de ciertos núcleos atómicos
inestables.
Rápidos (rapids) Parte del cauce de
una corriente en la cual el agua empieza
súbitamente a fluir con mayor rapidez y
turbulencia debido a un escalonamiento
abrupto del gradiente.
Rayos (rays) Haces brillantes que
parecen radiar de ciertos cráteres en la
superficie lunar. Los rayos consisten en
finos derrubios expulsados del cráter
primario.
Rebote elástico (elastic rebound)
Liberación súbita de la tensión
almacenada en las rocas que resulta del
movimiento a lo largo de una falla.
Recurso mineral no metálico
(nonmetallic mineral resource)
Recurso mineral que no es un
combustible ni es procesado por los
metales que contiene.
Recurso no renovable (nonrenewable
resource) Recurso que se forma o
acumula durante lapsos tan largos de
tiempo que su cantidad total debe
considerarse fija.
Recursos minerales (mineral
resource) Todos los depósitos
descubiertos y no descubiertos de un
mineral útil que puedan ser extraídos
ahora o en algún momento del futuro.
Recursos renovables (renewable
resource) Recursos que son
prácticamente inagotables o que pueden
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GLOSARIO
volver a reponerse en lapsos de tiempo
relativamente cortos.
Red de drenaje interior (interior
drainage) Modelo discontinuo de
corrientes intermitentes que no fluyen
hacia el océano.
Reflujo de la marea (ebb current)
Movimiento de la corriente mareal en
sentido contrario a la costa.
Refracción (refraction) Véase
refracción de las olas.
Refracción de las olas (wave
refraction) Cambio en la dirección de
las olas cuando entran en aguas someras.
La parte del oleaje en aguas someras se
ralentiza, lo que provoca que las olas se
curven y alineen con el contorno
subacuático.
Regla del octeto (octet rule) Los
átomos se combinan de manera que cada
uno pueda tener la disposición
electrónica de un gas noble.
Regolito (regolith) Capa de roca y
fragmentos minerales que cubre casi
cualquier parte de la superficie terrestre
de la Tierra.
Regolito lunar (lunar regolith) Capa
fina de color gris que cubre la superficie
de la Luna y que está compuesta por
material suelto fragmentado que se cree
formado por impactos meteoríticos
repetidos.
Rejuvenecimiento (rejuvenation)
Cambio en relación con el nivel de base,
causado a menudo por levantamiento
regional, que intensifica las fuerzas de
erosión.
Réplica (aftershock) Terremoto más
pequeño que sigue al terremoto principal.
Reptación (creep) Movimiento lento
ladera debajo de suelo y regolito.
Rep
tac
ión
Reptación de falla (fault creep)
Desplazamiento gradual a lo largo de
una falla. Esta actividad ocurre de una
manera relativamente suave y con poca
actividad sísmica apreciable.
Reserva (reserve) Depósitos ya
identificados a partir de los cuales pueden
extraerse minerales beneficiables.
Retroceso de escarpe (cut bank) Área
de erosión activa en el exterior de un
meandro.
Ribera cercana (nearshore) Zona de
una playa que se extiende desde la línea
de costa de las mareas bajas hacia el mar
hasta donde las olas rompen durante la
marea baja.
Rift continental (continental rift)
Zona lineal a lo largo de la cual la
litosfera continental se estira y se separa.
Su creación marca el inicio de una nueva
cuenca oceánica.
Río influente (losing stream)
Corrientes que pierden agua hacia el
sistema de aguas subterráneas a través
del lecho de la corriente.
Rizaduras (ripple marks) Pequeñas
ondulaciones de arena que se
desarrollan en la superficie de una capa
de sedimento por acción del agua o el
aire en movimiento.
Roca (rock) Mezcla consolidada de
minerales.
Roca aborregada (roche moutonnée)
Montículo asimétrico de roca, formada
cuando la abrasión glaciar alisa la
pendiente suave que mira hacia la capa
de hielo que avanza y que arranca el
lado opuesto, haciéndolo más empinado
conforme el hielo pasa por encima del
montículo.
Roca almacén (reservoir rock) La
porción permeable y porosa de una trampa
petrolífera que suministra petróleo y gas.
Roca de tapa (cap rock) Componente
necesario de una trampa petrolífera. La
roca de tapa es impermeable y, por
consiguiente, evita que el petróleo y el
gas, con tendencia ascendente, escapen a
la superficie.
Roca ígnea (igneous rock) Roca
formada por la cristalización del magma.
Roca intrusiva (intrusive rock) Roca
ígnea que se formó bajo la superficie
terrestre.
Roca madre (parent material) El
material sobre el cual se desarrolla el
suelo.
Roca madre (parent rock) La roca a
partir de la cual se formó una roca
metamórfica.
Roca metamórfica (metamorphic
rock) Roca formada por la
modificación de otras preexistentes en el
interior de la Tierra (pero todavía en
estado sólido) mediante calor, presión
y/o fluidos químicamente activos.
673
Roca plutónica (plutonic rock) Roca
ígnea que se forma en la profundidad.
Recibe el nombre de Plutón, el dios del
mundo inferior de la mitología clásica.
Roca sedimentaria (sedimentary
rock) Roca formada a partir de los
productos de meteorización de rocas
preexistentes que han sido
transportadas, depositadas y litificadas.
Roca sedimentaria química (chemical
sedimentary rock) Roca sedimentaria
que consiste en material precipitado del
agua por medios orgánicos o inorgánicos.
Rocas sedimentarias detríticas
(detrital sedimentary rocks) Rocas
que se forman a partir de la acumulación
de los materiales que se originan y son
transportados como partículas sólidas,
resultado de la meteorización mecánica
y química.
Rompeolas (breakwater) Estructura
que protege un área del litoral de las
olas que rompen en él.
Ruptura de plataforma (shelf break)
Punto en el cual se produce un aumento
rápido de la profundidad, que marca el
borde externo de la plataforma continental
y el comienzo del talud continental.
Salinidad (salinity) Proporción de
sales disueltas con respecto al agua pura,
normalmente expresada en partes por
mil (0/000).
Saltación (saltation) Transporte de
sedimento a través de una serie de saltos
o brincos.
Sedimentación cristalina (crystal
settling) Durante la cristalización del
magma, los minerales formados en
primer lugar son más densos que la
porción líquida y sedimentan en el
fondo de la cámara magmática.
Sedimento (sediment) Partículas no
consolidadas creadas por la
meteorización y la erosión de rocas, por
precipitación química de soluciones
acuosas o por secreciones de
organismos, y transportadas por el agua,
el viento o los glaciares.
Sedimento biógeno (biogenous
sediment) Sedimentos del fondo
marino que consisten en material de
origen marino-orgánico.
Sedimento hidrogénico
(hydrogenous sediment) Sedimento
del suelo oceánico que consiste en
minerales que cristalizan a partir del
agua del mar. Un ejemplo importante
son los nódulos de manganeso.
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GLOSARIO
Sedimento terrígeno (terrigenous
sediment) Sedimentos del fondo
marino derivados de la erosión y la
meteorización terrestre.
Selección (sorting) Grado de semejanza
que tiene el tamaño de las partículas de
un sedimento o una roca sedimentaria.
Serie de cristalización de Bowen
(Bowen’s reaction series) Concepto
propuesto por N. L. Bowen que ilustra
las relaciones entre el magma y los
minerales que cristalizan a partir de él
durante la formación de las rocas ígneas.
Siderolito (stony-iron meteorite)
Una de las tres principales categorías de
meteoritos. Este grupo, como su
nombre indica, es una mezcla de hierro
y silicatos.
Silicato (silicate) Cualquiera de los
numerosos minerales que tienen el
tetraedro silicio-oxígeno como su
estructura básica.
Silicato claro (light silicate) Silicatos
carentes de hierro y/o magnesio. En
general tienen un color más claro y
pesos específicos menores que los
silicatos oscuros.
Silicato ferromagnesiano
(ferromagnesian silicate) Véase silicato
oscuro.
Silicato no ferromagnesiano
(nonferromagnesian silicate) Véase
silicato claro.
Silicato oscuro (dark silicate)
Silicatos que contienen iones de hierro
y/o magnesio en su estructura. Tienen
un color oscuro y un peso específico más
elevado que los silicatos no
ferromagnesianos.
Sill Cuerpo ígneo tabular resultado de
una intrusión paralela a las capas de la
roca caja.
Sinclinal (syncline) Pliegue con
disposición cóncava de los estratos
sedimentarios; o encontrándose las rocas
más modernas en el centro.
Sismógrafo (seismograph) Instrumento
que registra las ondas sísmicas.
Sismograma (seismogram) Registro
realizado por un sismógrafo.
Sismología (seismology) Estudio de
los terremotos y las ondas sísmicas.
Sistema (system) Grupo de partes
interactuantes o interdependientes que
forma un todo complejo.
Sistema abierto (open system)
Sistema del que la materia y la energía
entran y salen. La mayoría de los
sistemas naturales pertenece a este tipo.
Sistema cerrado (closed system)
Sistema independiente en cuanto a la
materia; es decir, la materia ni entra ni
sale.
Solifluxión (solifluction) Flujo lento
pendiente abajo de materiales saturados
de agua, comunes en las áreas con
permafrost.
Solución hidrotermal (hydrotermal
solution) Solución acuosa y caliente que
escapa de una masa magmática durante
las etapas tardías de la cristalización.
Dichas soluciones pueden alterar la roca
caja circundante y suelen ser el origen de
depósitos significativos de menas.
Solum Los horizontes O, A y B del
perfil del suelo. Las raíces vivas y otra
vida vegetal y animal están confinadas
en gran medida a esta zona.
Sonar Instrumento que utiliza señales
acústicas (energía sónica) para medir las
profundidades del agua. Sonar es un
acrónimo de sound navigation ranging
(navegación sónica y medición de
distancias).
Stock Plutón similar a un batolito, pero
más pequeño.
Subducción (subduction) Proceso por
medio del cual la litosfera oceánica se
sumerge en el manto a lo largo de una
zona convergente.
Litosfera oceánica e
ns
ub
du
cc
ión
Manto
Sin clinal
Sismo precursor (foreshocks)
Pequeños terremotos que a menudo
preceden a uno mayor.
Subducción
Subducción flotante (buoyant
subduction) Subducción en la que el
ángulo de descenso es pequeño porque
la litosfera oceánica todavía está caliente
y flota. Sucede donde un centro de
expansión se encuentra próximo a una
zona de subducción.
Subsuelo (subsoil) Término aplicado
al horizonte B de un perfil de suelo.
Sucesión fósil (fossil succession) Los
organismos fósiles se suceden unos a
otros en un orden definido y
determinable, y cualquier período
temporal puede reconocerse por su
contenido fósil.
Suelo (soil) Combinación de materia
orgánica y mineral, agua y aire; la parte
del regolito que soporta el crecimiento
vegetal.
Suelo inmaduro (immature soil)
Suelo que carece de horizontes.
Suelo residual (residual soil) Suelo
desarrollado directamente a partir de la
meteorización del substrato de roca
subyacente.
Suelo transportado (transported soil)
Suelos que se forman en depósitos no
consolidados.
Superposición, ley de la
(superposition, law of) En cualquier
secuencia no deformada de rocas
sedimentarias, cada estrato es más
antiguo que el que tiene por encima y
más moderno que el inferior.
Surco glaciar (glacial trough) Valle
montañoso que ha sido ensanchado,
profundizado y enderezado por un
glaciar.
Sutura (suture) Zona a lo largo de la
cual se unen dos fragmentos de la
corteza. Por ejemplo, después de una
colisión continental, los bloques se
suturan.
Tabular Describe una morfología
como un plutón ígneo que tiene dos
dimensiones que son mucho más largas
que la tercera.
Talud (talus) Acumulación de derrubios
de roca en la base de un acantilado.
Talud
Talud continental (continental slope)
Cuesta empinada que se dirige hacia el
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GLOSARIO
fondo oceánico profundo y marca el
borde mar adentro de la plataforma
continental.
Taxonomía del suelo (soil taxonomy)
Sistema de clasificación del suelo que
consiste en seis categorías jerárquicas
basadas en características observables
del suelo. El sistema reconoce 12
órdenes del suelo.
Tectónica (tectonics) Estudio de los
procesos a gran escala que globalmente
deforman la corteza terrestre.
Tectónica de placas (plate tectonics)
Teoría que propone que la capa externa
de la Tierra consiste en placas
individuales que interaccionan de varias
maneras y, por consiguiente, producen
terremotos, volcanes, montañas y la
propia corteza.
Teoría (theory) Opinión comprobada
y aceptada en general que explica ciertos
hechos observables.
Terraza (terrace) Estructura plana en
forma de banco producida por una
corriente de agua, que quedó elevada
conforme la corriente erosionaba en
sentido descendente.
Terraza de kame (kame terrace)
Estrecha acumulación de derrubios
estratificados, depositados entre un
glaciar y la pared del valle adyacente.
Terremoto (earthquake) Vibración de
la tierra producida por la liberación
rápida de energía.
Terreno (terrane) Bloque de corteza
limitado por fallas, cuya historia
geológica es distinta de la de los bloques
de corteza adyacentes.
Tetraedro silicio-oxígeno (siliconoxygen tetrahedron) Estructura
compuesta de cuatro átomos de oxígeno
que rodean a un átomo de silicio que
constituye la unidad estructural básica
de los silicatos.
Textura (texture) El tamaño, la
forma y la distribución de las partículas
que colectivamente constituyen una
roca.
Textura afanítica (aphanitic texture)
Textura de rocas ígneas en la cual los
cristales son demasiado pequeños para
que los minerales individuales puedan
distinguirse sin la ayuda de un
microscopio.
Textura clástica (clastic texture)
Textura de las rocas sedimentarias que
consiste en fragmentos (granos) de la
roca preexistente.
Textura cristalina (crystalline
texture) Véase textura no clástica.
Textura fanerítica (phaneritic
texture) Textura de las rocas ígneas en
la cual los cristales son
aproximadamente iguales en tamaño y
lo suficientemente grandes para que los
minerales puedan identificarse sin la
ayuda de un microscopio.
Textura foliada (foliated texture)
Textura de las rocas metamórficas que
proporciona a la roca un aspecto en
capas.
Textura fragmentaria (fragmental
texture) Véase textura piroclástica.
Textura no clástica (nonclastic
texture) Término para designar la
textura de las rocas sedimentarias en las
cuales los minerales forman un mosaico
de cristales.
Textura pegmatítica (pegmatitic
texture) Textura de rocas ígneas en la
que todos los cristales interconectados
miden más de un centímetro de
diámetro.
Textura piroclástica (pyroclastic
texture) Textura de roca ígnea
resultante de la consolidación de
fragmentos individuales de roca que son
expulsados durante una erupción
volcánica violenta.
Textura porfídica (porphyritic
texture) Textura de roca ígnea
caracterizada por dos tamaños de cristal
claramente diferentes. Los cristales más
grandes se denominan fenocristales,
mientras que la matriz de cristales más
pequeños se denomina pasta.
Textura porfidoblástica
(porphyroblastic texture) Textura de
rocas metamórficas en la que los granos
particularmente grandes (porfidoblastos)
están rodeados por una matriz de granos
finos de otros minerales.
Textura vesicular (vesicular texture)
Término aplicado a las rocas ígneas
afaníticas que contienen muchas
pequeñas cavidades denominadas
vesículas.
Tiempo de demora (lag time)
Tiempo transcurrido entre una
tempestad y una inundación.
Till Sedimento no clasificado
depositado directamente por un glaciar.
Tillita (tillite) Roca formada cuando el
aluvión glaciar se litifica.
Toba soldada (welded tuff) Depósito
piroclástico formado por partículas
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fundidas por la combinación del calor
retenido en el depósito en reposo y el
peso del material suprayacente.
Tómbolo (tombolo) Barra de arena
que conecta una isla con el continente o
con otra isla.
Tómbolo
Trampa petrolífera (oil trap)
Estructura geológica que permite la
acumulación de cantidades significativas
de petróleo y gas.
Trampa petrolífera
Transpiración (transpiration)
Liberación de vapor de agua a la
atmósfera por parte de las plantas.
Travertino (travertine) Forma de
caliza (CaCO3) que es depositada por
manantiales calientes o como un
depósito cárstico.
Tsunami Palabra japonesa para
designar una ola marina asociada con un
terremoto.
Túnel de lava (lava tube) Túnel en la
lava endurecida que actúa como un
conducto horizontal para la lava que
fluye desde la chimenea volcánica. Los
túneles de lava permiten que las lavas
fluidas avancen largas distancias.
Turbidita (turbidite) Depósito de
corriente de turbidez caracterizada por
su estratificación gradada.
Unidad de masa atómica (atomic
mass unit) Unidad de masa
exactamente igual a un doceavo de la
masa de un átomo de carbono-12.
Uniformismo (uniformitarianism)
Concepto de que los procesos que han
conformado la Tierra en el pasado
geológico son esencialmente los mismos
que los que actúan en la actualidad.
Vacío sísmico (seismic gap)
Segmento de una zona de falla que no
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GLOSARIO
ha experimentado un gran terremoto
durante un intervalo en el que la
mayoría del resto de segmentos sí lo ha
hecho. Esos segmentos son probables
lugares para grandes terremotos en el
futuro.
Valle colgado (hanging valley) Valle
tributario que entra en un valle glaciar a
una considerable altura por encima del
suelo del valle.
Valle colgado
Viscosidad (viscosity) Medida de la
resistencia al flujo de un fluido.
Vítrea (glassy) Término utilizado para
describir la textura de ciertas rocas
ígneas, como la obsidiana, que no
contiene cristales.
Volátiles (volatiles) Componentes
gaseosos del magma disueltos en el
fundido. Los volátiles se vaporizarán
con facilidad (formarán un gas) a las
presiones superficiales.
Volcán (volcano) Montaña formada por
lava, materiales piroclásticos o ambos.
Volcán en escudo (shield volcano)
Gran volcán de pendiente suave
construido a partir de lavas basálticas
fluidas.
Volcán en escudo
Valle de rift (rift valley) Valle largo y
estrecho limitado por fallas normales.
Representa una región en la que se está
produciendo divergencia.
Valley train Cuerpo relativamente
estrecho de terrenos de acarreo
estratificados depositados en el suelo de
un valle por corrientes de aguanieve que
procede de la terminación de un glaciar
alpino.
Velocidad de escape (escape velocity)
Velocidad inicial que un objeto necesita
para escapar de la superficie de un
cuerpo celeste.
Velocidad de sedimentación (settling
velocity) La velocidad a la cual las
partículas caen a través de un líquido
estático. El tamaño, la forma y el peso
específico de las partículas influyen en la
velocidad de sedimentación.
Ventifacto (ventifact) Canto o
guijarro pulido y moldeado por el efecto
de chorro de arena del viento.
Vesículas (vesicles) Aperturas esféricas
o alargadas en la porción exterior de un
torrente de lava que fueron creados por
los gases que escapaban.
Vidrio (volcánico) (glass (volcanic))
Vidrio natural producido cuando la lava
fundida se enfría demasiado deprisa
como para permitir la recristalización.
El vidrio volcánico es un sólido
compuesto de átomos desordenados.
Volcánico (volcanic) Que pertenece a
las actividades, estructuras o tipos de
rocas de un volcán.
Volcanismo intraplaca (intraplate
volcanism) Actividad ígnea que se
produce en el interior de una placa
tectónica lejos de los bordes de placa.
Xenolito (xenolith) Inclusión de roca
madre no fundida en un plutón ígneo.
Xerofita (xerophyte) Planta muy
tolerante a la sequía.
Yardang Cresta aerodinámica, esculpida
por el viento, con el aspecto de un casco
de barco al revés, con una orientación
paralela al viento predominante.
Zona de acumulación (zone of
accumulation) Parte de un glaciar
caracterizada por la acumulación de
nieve y la formación de hielo. El límite
externo de esta zona es el límite de
nieves perpetuas.
Zona de aireación (zone of aeration)
Área por encima del nivel freático donde
los poros del suelo, el sedimento o la
roca no están saturados de agua, sino
llenos fundamentalmente de aire.
Zona de baja velocidad (low-velocity
zone) Subdivisión del manto localizada
entre 100 y 250 kilómetros y discernible
por un notable descenso de la velocidad
de las ondas sísmicas. Esta zona no
circunda homogéneamente la Tierra.
Zona de Benioff (Benioff zone)
Véase zona de Wadati-Benioff.
Zona de ablación (zone of wastage)
Parte de un glaciar más allá del límite de
nieves perpetuas donde cada año se
produce una pérdida neta de hielo.
Zona de fractura (fracture zone)
Zona lineal de topografía irregular en el
fondo oceánico profundo que sigue a las
fallas transformantes y sus extensiones
inactivas.
Zona de fractura (zone of fracture)
Porción superior de un glaciar que
consiste en hielo quebradizo.
Zona de rift (rift zone) Región de la
corteza en la que la extensión conduce al
fallado normal y a las estructuras
asociadas con este tipo de fallas. En las
zonas de rift activas se produce
expansión del suelo oceánico.
Zona de saturación (zone of
saturation) Zona donde todos los
espacios abiertos en el sedimento y en la
roca están completamente llenos de agua.
Zona de
aireación
Nivel freático
Zona de
saturación
Zona de sombra (shadow zone)
Zona comprendida entre los 105 y los
140 grados de distancia desde un
epicentro sísmico en la cual no se
reciben las ondas «P» debido a su
refracción por el núcleo de la Tierra.
Zona de subducción (subduction
zone) Zona larga y estrecha donde una
placa litosférica desciende por debajo de
otra.
Zona de Wadati-Benioff (WadatiBenioff zone) Zona estrecha e
inclinada de actividad sísmica que se
extiende desde una fosa y desciende a la
astenosfera.
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Índice analítico
Abanico submarino, 368
Abanicos aluviales, 215, 437, 459, 545
Abarrancamientos, 194, 468
Ablación, 513
Abrasión, 514, 517, 551, 565
Acanaladuras, 276, 448
Acantilados litorales, 570, 575
Ácido carbónico, 182, 499
Ácido sulfúrico, 182
Acontecimiento de Tunguska, 645
Acreción, orogénesis y, 412-414
Actividad biológica, 179
Actividad ígnea intrusiva, 157-162, 401-403
Actividad ígnea. Véase también Volcanes,
157-168
intrusiva, 157-161
recursos minerales y, 609-613
Actividad tectónica. Véase Tectónica de placas
Acuicluidos o acuicludos, 485-486, 488, 491
Acuíferos, 485-486, 487, 497
Acuñamiento de hielo, 177
Aerolitos, 648
Aerosoles, 170, 598-599
Afloramientos, 108, 298
Afluentes yazoo, 459
Ágata, 211
Agregados, 79
Agua corriente. Véase Inundaciones;
Corrientes de agua
Agua del suelo, 187
Agua dura, 180
Agua muerta, 584
Agua. Véase también Inundaciones; Aguas
subterráneas; Corrientes de agua, 179,
180, 187, 233, 427, 480, 481, 543-544,
636, 638
Aguas residuales, 497
Aguas subterráneas, 479-504
Aguja de inclinación, 46
Akrotiri, 149-150
Albita, 95
Alfisoles, 192, 194-195
Alimentación de playa, 576-577
Alpes, 408
Altímetros radar, 364
Altura de los ríos, 452
Altura de ola, 562, 563
Aluminio, 80, 92, 95
Aluviales, llanuras, 523, 524-525
Aluvión, 456
Ámbar, fosilización en el, 264
Ambiente marino poco profundo, 218
Ambiente marino profundo, 218-219
Ambiente, 2-3, 10, 83, 214-220, 268
Ambientes deposicionales continentales,
215-218
Ambientes deposicionales marinos, 218-219
Ambientes marinos de transición, 220
Americanos nativos, 119, 120
Amosita, 83
Amplificación de las ondas sísmicas, 325, 326
Amplificación de las ondas, 325, 327
Amplificación del movimiento del terreno,
325, 326
Análisis del isótopo de oxígeno, 531
Andesita porfídica, 120
Andesita, 115, 120, 634
Andisoles, 192, 194-195
Anfíboles, 58, 96, 100, 114, 121, 127
Anfibolita, 240
Ángulo de reposo, 428
Anhidrita, 101
Anillo de Fuego, 148, 161, 163
Anillos del árbol, 272
Anión, 84
Anortita, 95
Anticiclones (bajas presiones) subtropicales,
540
Anticlinales, 292, 293, 294, 594, 595
Antracita, 212, 238
«Apagamientos» (extinción de las marismas),
463
Arabia, 37
Aragonita, 87, 202
Arcaicos, 379
Arcilla abisal, 220-221
Arcilla, 98, 184, 220-221, 486, 617
Arco de islas volcánicas. Véase Arcos insulares
Arco de las Aleutianas, 399
Arcos insulares, 22, 23, 59-60, 163, 164, 369,
398-400
Arcos litorales, 570-571, 574
Arcos volcánicos continentales, 58, 164, 163,
369, 398
Arcos volcánicos, 58, 164, 163, 368, 369, 398,
401
Arcosa, 206
Archipiélagos insulares, 163
Archipiélagos insulares, 163
Arena, 194-195, 565-570, 575, 616
Arenas asfálticas, 601
Arenas asfálticas, 601-602
Arenas voladoras, 194-195
Arenisca, 25, 204, 205-206, 274
Aridisoles, 192, 194-195
Aristas, 517
Arqueología, paleontología vs., 264
Arranque, 161
Arranque, 514, 518
Arrastre, 564
Arrecife barrera, 372
Arrecife periférico, 372
Arrecifes de coral, 208-210, 372
Arrecifes, 208-210, 372
Arroyo, 544
Artefactos, 264
Asbesto, 83
Asbestosis, 83
Asimilación, 128-129
Astenosfera, 17, 18, 51, 345, 346, 351, 376
Asteroides, 246, 643-644, 645
Atlántida, 149-150
Atmósfera, 11, 596, 597, 633, 637, 639, 641,
642
Atolones de coral, 372
Atolones, 372
Átomos, 80-81, 82, 86, 267
Augita, 96, 99, 100
Aureola, 242
Avalancha de derrubios de Nuuanu, 442
Avalancha de rocas, 432-433
Avalanchas de nieve, 434
Avalanchas incandescentes (nubes ardientes),
151-152
Avalanchas, 151-152, 432-433
Avalonia, 388
Avenidas, 472-474
Azufre, 101, 618
Bajada, 545
Balance de un glaciar, 513-514
Balance hídrico, 447
Baltica, 388
Bandeado gnéisico, 235-236, 247
Baritina, 101
Barjanes, 555
Barra de bahía, 571, 575
Barras de arena, 456
Barras de grava, 456
Barras de meandro, 456, 457
Barras, 456, 571
Barreras costeras, 578-579
Basaltos de inundación de Etendeka, 383
Basaltos de inundación, 155
Basaltos, 16, 25, 71, 115, 120-121, 155, 350,
375, 378, 379
Batida, 564, 565, 569
Batimetría, 362-363
Batolitos, 158, 160-161, 403
677
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ÍNDICE ANALÍTICO
Bauxita, 615
Berilo, 78
Bermas, 562
Biocomunidades de la chimenea
hidrotérmica, 379
Biomasa, 592
Biosfera, 11
Biotita, 96, 100, 114, 121, 127
Birrefracción, 92
Bitumen, 601, 602
Bloque continental, 401
Bombas volcánicas, 86, 143
Borde de placa de tipo andino, 398, 400-405
Bordes conservadores (bordes de falla
transformante), 51, 53, 54, 61-63
Bordes constructivos (bordes divergentes),
53, 54-56
Bordes convergentes. Véase también
Montañas; Zonas de subducción, 53, 54,
56-60, 249-250
Bordes de falla transformante, 51, 53, 54,
61-62
Bordes destructivos. Véase Bordes
convergentes
Bordes divergentes (bordes constructivos),
53, 54, 55, 56
Bornhardts, 547
Bornita, 78, 614
Boro, 80
Bosque tropical, 193
Bosques, daño causado por la precipitación
ácida a los, 181
Brecha de falla, 238, 245
Brecha volcánica, 122
Brecha, 204, 207, 238, 245
Brillo metálico, 89
Brillo no metálico, 89
Brillo, 104
Brillo, 89
«Brújulas fósiles», 42
Burgess Shale, 265
Buzamiento (inclinación), 290, 291
Buzamiento, 290, 293
Cabalgamiento ciego, 294
Cabecera, 450-451
Cabellera, 644
Cabellos de pele, 112
Cadenas dobles, 93, 95, 96
Cadenas sencillas, 93, 94, 96
Calcio, 92, 95
Calcita. Véase Caliza
Calcopirita, 78, 101, 102, 614
Caldera La Garita, 154
Calderas de hundimiento, 153
Calderas de tipo Crater Lake, 153
Calderas de tipo hawaiano, 153
Calderas de tipo Yellowstone, 153, 154
Calderas, 144, 145-146, 153-155
Calentamiento global, 12, 601
Calisto, 637
Caliza oolítica, 210
Caliza, 25, 26, 27, 79, 80, 87, 101-102, 180,
203, 208, 210, 214, 498-499, 616
Calizas inorgánicas, 210
Cambio de fase, 87, 351
Campos de drumlins, 523
Campos magnéticos, 41-44, 46-50, 353-354
Canalización, control de inundaciones por,
474-475
Cáncer de pulmón, 83
Canchales o pedregales, 177, 431
Cantos, 519
Caolinita (porcelana), 99
Capa activa, 442
Capa D, 351
Capa superficial del suelo, 191
Capacidad de una corriente, 456
Capas concordantes, 258
Capas de adobe, 190
Capas de base, 460
Capas duras, 190
Capas frontales, 460
Capas, 25, 220, 222, 258, 460
Captura electrónica, 268
Captura, 470
Cara de deslizamiento, 553
Carbón bituminoso, 212-213
Carbón, 79, 212-213, 592-594
Carbonato cálcico, 208
Carbonatos, 92, 101
Carbonización, 264
Carbono fijado, 212
Carga de fondo, 454, 455, 547
Carga disuelta, 454
Carga suspendida, 445, 464, 548
Casiterita, 516
Casquetes polares del Antártico, 508
Cataratas, 464
Catastrofismo, 3-4
Catión, 84
Cavernas, 499-500
Células solares, 604
Cementación, 25, 203
Ceniza volcánica (escoria), 122
Ceniza, 125, 142, 155
Cenizas de sosa (carbonato sódico), 80
Cenizas volcánicas, 142
Ceres, 643
Ciclo de las rocas, 27, 28, 193, 506
Ciclo del carbono, 209-210
Ciclo hidrológico. Véase también Corrientes
de agua, 13, 446-448, 484, 506
Ciclones, 566
Ciclos de congelación-deshielo, 185
Ciego, cabalgamiento, 294
Ciénagas, 459
Ciencia del Sistema Tierra, 11-13
Científica, prioridad, 47
Cinabrio, 101
Cinturón circum-Pacífico, 22, 318
Cinturón de humedad del suelo, 481
Cinturón de Kuiper, 646
Cinturones de pliegues y fallas, 405
Cinturones montañosos, 21, 22, 39, 397
Cinturones sísmicos, 317
Circo glaciar, 515, 517
Clima seco, 539
Clima, 11, 168-171, 185, 188, 532, 539, 543,
598-599
Climas húmedos, 539
Climatología, 531
Clorita, 229
Cloro, 85
Clorofluorocarbonos, 601
Cobre, 80, 101, 610, 611, 613, 615
Coesita, 246
Cola de cometa, 645-646
Colada de barro (flujo de derrubios), 138,
152-153, 436-437
Coladas aa, 141, 147
Coladas almohadilladas, 141, 142
Coladas de bloque, 141
Coladas de lava, 140-142
Colapso gravitacional, 417-418
Colectores solares activos, 604
Colectores solares pasivos, 604
Cololitóforos, 221
Color de la raya, 89
Color, 89
Coloración exótica, 89
Coloración inherente, 89
Columna de agua oscilante, 609
Columnas de erupción, 140, 149
Columnas, 500
Combustibles fósiles, 181, 210, 592, 596-601
Cometa Hale-Bopp, 647
Cometa Halley, 647
Cometas, 246, 644-647
Compactación, 25, 203
Competencia de una corriente de agua, 456
Complejo de diques en capas, 377, 378
Complejo ofiolítico, 377
Complementos alimenticios, minerales en
los, 80
Comportamiento plástico, 356
Composición basáltica, 58, 114
Composición granítica, 113-115
Compuestos, 82, 85
Conchas, 221
Condrita carbonácea, 649
Conducción, 355
Conductividad hidráulica, 487
Conductividad hidráulica, 487
Conducto (tubo) volcánico, 143
Conglomerado de cantos alargados, 232, 238
Conglomerado, 204, 207
Cono de depresión, 490-491
Cono parásito, 144
Conos compuestos, 145, 147-153, 158
Conos de cenizas (escoria), 145, 146-147,
156, 158
Conos de escorias (cenizas), 145, 146-147,
156, 158
Conos volcánicos, 143, 144, 146-147, 156,
159
Contaminación del aire, 593-594, 596
Contaminación salina, 494-495
Contaminación, 197, 497-499, 593, 596
Contaminantes del aire, 596
Contaminantes primarios, 596
Contaminantes secundarios, 596
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ÍNDICE ANALÍTICO
Continentes, 19-23, 56, 404-410, 418-420
Contracorriente, 569
Convección de todo el manto, 71-72
Convección del manto, 69, 71, 72, 355-356,
418
Convección placa-manto, 41, 45, 71-73, 389
Convección. Véase Convección del manto;
Convección placa-manto
Convergencia continental-continental, 60
Convergencia oceánica-continental, 58
Convergencia oceánico-oceánica, 58-60
Coprolitos, 264
Coquina, 208, 210
Corindón, 97, 101, 103
Corriente anastomosada, 457-458
Corriente antecedente, 470
Corriente ascendente del manto, 375
Corriente gradada, 454
Corriente litoral, 569, 575
Corriente sobreimpuesta, 471
Corrientes de agua efímeras, 543-544
Corrientes de agua, 215, 447, 448-470, 483,
486, 543-544
Corrientes de resaca, 570
Corrientes de turbidez, 223, 368
Corrientes, 223, 268, 569-570, 575, 584-585
Corteza continental, 16
Corteza oceánica, 16, 17, 376-379
Corteza. Véase también Convección del
manto; Corteza oceánica, 124, 229, 344,
345, 349-351, 355, 415-419, 527, 529
Costa, 560, 572-579
Costas de emersion, 581
Costas de inmersión, 581
Costeras, zonas húmedas, 462, 463
Cráter de Copérnico, 629, 631
Cráter de impacto, 628
Cráter de Kepler, 629
Crater Lake, 153, 154
Cráteres, 143, 145, 262, 628-629, 631
Cratones, 22-23
Crecimiento de la población, 2-3, 591
Creep de falla, 312, 335
Crestas, 562, 563
Creta, 210
Crisótilo, 83
Cristal, 80
Cristales de feldespato, 118
Cristales, 86, 113
Cristalización, 28, 109, 126-129, 127, 129,
158
Crocidolita, 83
Cromitas, 611
Crones, 48
Cuarcita, 238, 241, 274
Cuarzo, 78, 79, 80, 89, 96, 98, 103, 114, 117,
182, 203
Cuarzoarenita, 206
Cuenca de drenaje, 468, 469
Cuenca de trasarco, 399-400
Cuencas de antearco, 403
Cuencas de los maria, 631
Cuencas oceánicas profundas. Véase también
Llanuras abisales; Guyots; Llanuras
oceánicas; Montes submarinos; Fosas
submarinas, 23, 368-371, 380-384
Cuencas. Véase también Cuencas oceánicas
profundas, 294-295
Cuerpos ígneos masivos, 158
Cuerpos ígneos tabulares, 158
Curvas de temperatura de fusión, 123
Charnela, 291
Charon, 642, 643
Chile, terremotos en, 329, 400
Chimenea, 143
Chimeneas litorales, 570-571, 574
Chimeneas volcánicas, 143, 156
Datación con carbono radiactivo
(carbono-14), 272-274
Datación con carbono-14 (carbono
radiactivo), 272-273
Datación con potasio-argón, 271
Datación cruzada, 272
Datación radiométrica, 262, 267-274
Datación relativa, 5, 7, 257-276
Deflación, 551
Deformación de la corteza. Véase también
Fallas; Pliegues; Diaclasas, 234, 283-306,
311
Deformación dúctil, 286, 287, 288, 313
Deformación elástica, 286, 287
Deformación frágil, 286, 287
Deformación, 286-287
Deformación, esfuerzo vs., 287
Deformación. Véase Deformación de la
corteza
Deimos, 636
Delta del Mississippi, 460-461
Delta del Nilo, 460
Delta en pata de pájaro, 460, 461
Deltas de inundación, 585
Deltas de reflujo, 584
Deltas mareales, 571, 584
Deltas, 220, 459-463, 571, 584
Dendrocronología, 272-273
Densidad de cráteres, 262
Deposición, 670, 671
Depósito diseminado, 613
Depósitos de canal. Véase también Abanicos
aluviales; Deltas; Llanuras de inundación,
456-463
Depósitos de contacto con el hielo, 525
Depósitos de loess (limo), 555-556
Depósitos de placeres, 615-616
Depósitos de plata, 615
Depósitos eólicos, 552-556
Depósitos filonianos, 613
Depresión ecuatorial, 539
Depresiones de deflación, 551
Depresiones glaciares, 525
Deriva continental, 9, 34, 45, 47, 51, 362
Deriva polar, 44-45
Derrubios estratificados, 519, 524-525
Derrubios glaciares. Véase también Derrubios
estratificados; Till, 518-519
Desarrollo de las formas del terreno, 426
Descenso de nivel, 490
679
Descompresión, 177
Desembocadura de una corriente de agua,
451
Desertización, 550
Desfiladeros, 470
Desgaste, zona de, 513
Desierto de sombra pluviométrica, 540-541,
543
Desierto de Turkestán, 542
Desiertos de latitudes bajas, 538-540
Desiertos de latitudes medias, 540
Desiertos, 218, 537-558
Deslizamiento basal, 511
Deslizamiento de derrubios, 433-436
Deslizamiento dextral, 301, 303
Deslizamientos de rocas, 431, 434-436
Deslizamientos submarinos, 442, 443
Deslizamientos, 328-329, 426, 429-430, 433,
442
Deslizamientos, 432
Desmembramiento glaciar, 513
Desplome, 431, 434, 435
Desprendimientos, 430-431
Desprendimientos, 431
Diaclasas columnares, 160, 301
Diaclasas, 160, 178, 301
Diagénesis, 202-203
Diamantes, 19, 78, 87-88, 89, 101, 246, 612
Diatomeas, 211, 221
Diferenciación magmática, 128, 129, 130, 140
Dinamo, 354
Dinosaurios, 169, 274, 276
Dione, 640
Diorita, 114, 120, 121
Dióxido de azufre, 598
Dióxido de carbono, 12, 169, 182, 209-210,
276
Diques artificiales, 463, 474, 475
Diques naturales, 458
Diques, 159
Diques, 458, 463, 474
Diques, 573-576
Dirección (rumbo), 290, 294
Discontinuidad de Lehmann, 350
Discontinuidad de Mohorovicic (Moho), 347,
351
Discontinuidad, 343, 344
Discordancia angular, 259, 260, 261, 264
Distribuidores, 460
Divisorias, 468, 469
Dolinas, 480, 500-501
Dolomia, 101, 210
Dolomita, 101
Domos de exfoliación, 178
Domos de lava, 150
Domos salinos, 595
Domos, 294-295
Donga, 544
Dorsal Centroatlántica, 45, 67, 371-373, 374,
378
Dorsal del Pacífico oriental, 373, 375, 378,
386
Dorsal oceánica (mesoceánica), 23, 45, 55,
56, 362-371, 374-375, 374, 376-377, 378
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ÍNDICE ANALÍTICO
Dorsales, 294
Drenaje ácido de mina, 181, 182
Drenaje dendrítico, 468, 469
Drenaje interior, 544
Drenaje, 468-471, 472, 544
Drumlins, 522, 553
Ductilidad, 232
Dunas barjanoides, 554, 555
Dunas en estrella, 554, 555
Dunas longitudinales o seif, 554, 555
Dunas parabólicas, 554, 555
Dunas transversas, 555
Dunas, 218, 552-553, 571-572
Dureza, 90
Dust Bowl, 196, 548, 549
Ecosondas, 362
Edades geológicas, 266
Efecto invernadero, 169, 580, 596-598
Efluentes, 483
Ejecta, 628
Electrones de valencia, 82
Electrones, 81, 82, 84
Elementos, 80, 81
Eluviación, 191
Embalses, 475
Energía eólica, 592, 605
Energía geotérmica, 592, 607-608
Energía hidroeléctrica, 592, 606
Energía liberada por los terremotos, 321-324,
325
Energía mareal, 608-609
Energía nuclear, 592, 603-604
Energía solar, 592, 604-605
Enlace metálico, 86
Enlaces covalentes, 85
Enlaces iónicos, 82, 84, 85
Enlaces químicos, 82-86
Enriquecimiento secundario, 614
Entisoles, 191, 192
Eón Arcaico, 277
Eón Fanerozoico, 5, 274
Eón Hádico, 274
Eón Proterozoico, 277
Epicentro de los terremotos, 308, 315, 317
Época Pleistocena, 526
Épocas, 275
Era Cenozoica, 274, 277
Era Mesozoica, 274, 277
Era Paleozoica, 274
Eras geológicas, 274
Erosión causada por las olas, 564-565
Erosión de la costa del Pacífico, 579
Erosión en los farallones, 579
Erosión eólica, 548-552
Erosión laminar, 194
Erosión remontante, 469, 470
Erosión, 4, 5, 28, 156, 176, 193-198, 264,
297, 417, 454 ,456, 469, 470, 506,
514-517, 544, 548-552, 564-565,
570-571, 573, 577-579, 628
Erráticos glaciares, 519
Erupciones fisurales, 155-156, 157
Erupciones laki, 156
Erupciones volcánicas, 13, 108, 137, 143,
155-156
Escala de huracanes Saffir-Simpson, 566, 567
Escala de intensidad modificada de Mercalli,
321
Escala de Mohs, 90
Escala de Richter, 321-322, 323
Escala de tiempo geológico, 256-257, 275,
274-279
Escala de tiempo magnético, 48
Escala logarítmica, 322
Escalas de intensidad, 320, 321
Escalas de magnitud, 320, 321-323
Escarpes de falla, 296, 299
Escoria («roca de lava»), 122, 143
Escorrentía, 446, 448
Escudo Canadiense, 22, 250
Escudos, 22-23, 228, 250
Esfalerita, 101, 102, 614
Esfuerzo compresional, 285
Esfuerzo de cizalla, 285-286
Esfuerzo diferencial, 231-232, 234, 285
Esfuerzo tensional, 285, 286
Esfuerzo, 231-232, 233, 284-288
Eskers, 522, 524, 525
Espacio de poros, 205
Espejos de falla, 296
Espeleotemas, 500
Espigones, 573
Espilita, 250
Espinela, 87, 103, 351, 352
Espodosoles, 190-191, 192
Espodumena, 113
Espolón, 515
Espolones truncados, 516
Esquisto clorítico (esquisto verde), 238
Esquisto, 26, 235, 237, 240
Esquistos azules, 249
Esquistosidad, 235
Estabilización dura, 573-577
Estalactitas, 500
Estalagmitas, 500
Estaurolita, 238, 249
Estepas, 540-541
Estrangulamientos artificiales, 475
Estrangulamientos, 466, 475
Estratos cruzados, 222, 553
Estratos gradados, 222, 223
Estrato-volcanes, 145, 147-148, 158
Estriaciones glaciares, 514
Estriaciones, 98
Estructura en láminas, 93, 95, 96
Estructura en red, 96
Estructuras deposicionales, 552
Estructuras rocosas, 288-289
Estuarios, 581
Estudios de campo, 248
Etna, monte, 144, 170
Europa, 637, 638
Evaporitas, 211-212, 218
Evapotranspiración, 447
Evidencias paleoclimáticas, 39-40
Excentricidad de la órbita de la Tierra, 532
Exfoliación, 90, 96, 100, 324-235, 236
Expansión del fondo oceánico, 55-56, 64, 66,
68, 69, 374-375, 376, 378
Expansión térmica, 178-179
Extinción de las marismas («apagamientos»),
463
Extinción masiva, 276
Facies, 220, 222
Falla de despegue, 298-299
Falla de San Andrés, 63, 295, 301, 302, 310,
312, 332-335, 387
Falla transformante de Mendocino, 63
Falla transformante, 301
Fallas con desplazamiento vertical, 296-299
Fallas de desplazamiento horizontal,
299-301, 302
Fallas inversas, 296-297, 299-301
Fallas normales, 297-299
Fallas, 294, 295-304, 309-312
Fango calcáreo, 221
Fango silíceo, 221
Faro del cabo Hatteras, 578
Febe, 641
Fecha numérica, 257
Fecha numérica, 257
Feldespato potásico, 96, 98, 127
Feldespato, 79, 95, 96, 97-98, 114, 121, 127,
182-183, 611
Fenocristales, 112, 118
Fertilizantes, 617-618
Fetch, 562
Fibra de vidrio, 83
Fijado, carbono, 212
Filita, 237, 240
Fiordos, 517
Fisilidad, 205
Fisión nuclear, 603
Fisión nuclear, 603
Fisura Laki, 141
Flancos, 291-292
Flechas, 232, 571-572, 575
Flujo de calor en la corteza, 355
Flujo de corriente, 448-450, 452, 480
Flujo de derrubios (colada de barro), 138,
152-153, 436-439
Flujo descendente, 356, 357
Flujo laminar, 448
Flujo laminar, 448, 570
Flujo plástico, 510, 511
Flujo turbulento, 448
Flujo, 432, 510
Flujos de tierra, 431, 439
Flujos mareales, 584
Flujos piroclásticos, 151, 152
Fluorita, 78, 101
Foco (hipocentro), 308, 310, 315
Foliación, 233-235, 236
Foliación, 234-235
Fondo de playa, 562
Fondo oceánico. Véase también Cuencas
oceánicas profundas, 19, 23, 50, 51,
63-64, 65, 351-393
Foraminíferos, 219, 221
Forma cristalina, 88-89
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ÍNDICE ANALÍTICO
Forma del cauce, velocidad de la corriente y,
448-450
Formación de montañas, 118, 415-422
Formaciones, 289
Fosas submarinas, 23, 56, 368, 369-371
Fosas tectónicas asimétricas, 298
Fosfatos, 617-618
Fósiles índice o guía, 266
Fósiles petrificados, 264
Fósiles, 5-7, 37-38, 223, 233, 262-266, 277
Fotovoltaica, 604
Fractura concoide, 90, 92
Fracturas. Véase también Fallas; Diaclasas,
90-91, 92
Fragmentación continental, 56, 57, 166,
283-386
Fragmentos sumergidos de la corteza, 412
Franja capilar, 481, 482
Fuentes o manantiales, 487-491, 493
Fuentes termales, 488-491
Fuerza de arrastre de la placa, 70, 384, 399
Fuerza de arrastre del manto, 70
Fuerza de empuje de dorsal, 70
Fuerza de resistencia de la placa, 70
Fumarola oceánica, 243, 244, 379, 613, 614
Fumarolas, 144
Fundido, 108, 126, 130
Fusión parcial, 58, 108, 129-130, 163
Fusión por descompresión, 123, 163, 375
Fusión, 58, 108, 122-125, 129-130, 163, 375
Gabro, 114, 120, 121, 377, 378
Galena, 92, 101, 102, 614
Ganímedes, 637
Gargantas, 470
Gas natural, 594-595
Gases invernadero, 12, 276, 597
Gases nobles, 81
Gases traza, 601
Gases, 12, 142-143, 276, 596, 598, 625
Gastrolitos, 264
Géiseres, 488-490
Geiserita, 489
Geiserita, 489
Gelisoles, 192, 194-195
Geología estructural, 284
Geología física, 2
Geología histórica, 2
Geología, 1-31
Giotto, 647
Glaciación, 530-534
Glaciares alpinos (de valle), 506, 514, 515
Glaciares de meseta, 507
Glaciares de piedemonte, 508, 509
Glaciares de valle (alpinos), 506, 514, 515
Glaciares, 10, 505-530
Glaciares, derrubios. Véase también Derrubios
estratificados; Till, 517, 519
Glaciares, erráticos, 519
Glossopteris, 38
Gneis, 26, 27, 236, 238-239
Gondwana, 388
Goterones, 208, 500
Grabens o fosas tectónicas, 298-299, 380
Gradiente geotérmico, 122, 229, 230, 355
Gradiente hidráulico, 487
Gradiente, 122, 229, 230, 355, 449-450, 487
Grafito, 87-88, 91, 101, 239
Gran Cañón, 5, 205, 206, 256, 258, 259, 260,
289, 427
Granate, 97, 100, 238, 249
Granito, 24, 25, 78-79, 115, 116, 117-118,
120, 126, 182-183
Granodiorita, 16, 350
Grauvaca, 206
Gravas, 206, 616
Gravedad, 427, 486, 583
Grietas de desecación, 221-222, 223
Grietas glaciares o crevasses, 513
Groenlandia, 37, 506, 507
Guyots, 45, 369, 370-371
Guyots, 45, 369, 370-371
Halita, 87, 101, 102, 179-180, 211, 618
Haluros, 101
Harina de roca, 514
Hechos científicos, 7, 8
Hematita, 101, 102, 192, 206
Hidratos de gas, 592
Hidrógeno metálico líquido, 637
Hidrólisis, 182
Hidroscopia, 490
Hidrosfera, 11, 480
Hielo glaciar, 232, 288
Hielo(s). Véase también Glaciares, 101, 510,
625
Hierro, 19, 92, 95, 648
Himalaya, 37, 60, 61, 405, 406-407
Hipocentro (foco), 308-310-315
Hipótesis (modelo), 7-8, 9
Hipótesis de la expansión del fondo oceánico,
45, 46, 48-50
Hipótesis de la nebulosa primitiva, 14, 15,
626
Histosoles, 192, 194-195
Hogbacks, 294, 411
Horizonte de suelo A, 191, 194-195
Horizonte de suelo B, 190, 191
Horizonte de suelo C, 190, 191
Horizonte de suelo E, 190, 191
Horizonte de suelo O, 190, 191
Horizontes (zonas del suelo), 190-193
Hornblenda, 79, 96, 100
Hornfels, 242
Horns, 517
Horsts, 298
Huellas fosilizadas, 264
Huellas, 264
Huida continental, 407
Humedad, meteorización y, 185
Humus, 187
Huracanes, 566-568
Icebergs, 417, 511, 513
Imágenes de satelite, 8
Imanes naturales, 92
Impactiles, 246
Impacto, invierno de, 276
681
Impresión, 264
Incendios causados por los terremotos,
329-330
Incendios, 428
Inceptisoles, 192, 194-195
Inclinación (buzamiento), 290-291, 294
Inclusiones, 258, 260
Inconformidad, 259, 261
Inconformidades, 259, 260, 261
Inercia, 313
Infiltración, 446, 448
Inselbergs, 545, 546
Interfaz, 186, 560
Interior. Véase también Núcleo; Corteza;
Manto, 341, 351
Intersecciones, principio de las, 258
Intervalo de recurrencia de las inundaciones,
471
Intervalo mareal, 582
Inundación tierra adentro, 567-568
Inundaciones por barrera de hielo, 474
Inundaciones por ruptura de una presa, 474
Inundaciones regionales, 472
Inundaciones, 3, 456, 462-463, 471-475, 544,
567-568
Inversiones geomagnéticas, 46-50
Investigación científica, 7-9
Invierno de impacto, 276
Io, 637, 638
Iones, 94-95
Iridio, 276
Irrigación, 490, 495
Islandia, 156, 607
Islas barrera, 220, 571, 572, 578-579
Islas volcánicas, 371, 373
Islas, 220, 371, 372, 571, 572, 679
Islay, 609
Isostasia, 415
Isótopo padre, 267
Isótopos del carbono, 86
Isótopos hijos o radiogénicos, 267, 271
Isótopos, 86, 267, 270, 271
Jaspe, 211
Júpiter, 15, 636-638
Kame, 522, 525
Karst de evaporitas, 502
Karst de torre, 502
Kauai, 66, 67
Kimberlita, 351, 612
Klippe, 299
Komatita, 114
Krakatoa, 153
Lacolitos, 158, 159-160
Lago de media luna, 466
Lago kettle, 523
Lago pequeño de montaña, 515, 517
Lagos Pater noster, 515, 516
Lagos playa, 218, 545-546
Lagos pluviales, 529
Lagos, 218, 466, 515, 516, 523, 529, 545-546
Lahares, 152-153, 436, 438
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ÍNDICE ANALÍTICO
Lajeamiento, 177, 178
Láminas delgadas, identificación de las rocas
y, 116
Láminas, 205
Lapilli, 142
Lateritas, 193, 615
Laurentia, 388
Lava basáltica, 141, 167
Lava rica en sílice (riolítica), 140
Lava. Véase también Magmas, 108, 109,
140-141, 166-168
Lavas almohadilladas, 376, 378, 379
Lavas cordadas, 141
Ley científica, 9
Ley de Darcy, 487
Ley de Playfair, 463
Licuefacción, 325, 327, 333, 430
Lignito, 212
Límite Cretácico-Terciario (KT), 276
Límite KT, 276
Límite núcleo-manto, 348
Limo, 548, 555-556
Limolita, 205
Limonita, 181
Líneas de costa, 11, 220, 560-588, 609
Litificación, 25, 28, 202-203
Litorales, acantilados, 570-575
Litorales. Véase también Líneas de costa, 215,
560, 577-582
Litosfera oceánica, 368, 374, 376, 384-387,
400
Litosfera. Véase también Litosfera oceánica;
Tectónica de placas, 17, 18, 51, 60,
345-346
Lixiviación, 189, 191, 193
Localidad tipo, 290
Lombrices, 189
Longitud de onda, 562, 563
Luna(s), 262, 583, 627-631, 638, 640
Lutita no físil, 205
Lutita, 25, 204-205, 228, 232-233, 248
Lutitas bituminosas, 602
Llanura abisal de madeira, 363-364
Llanura de inundación erosiva, 464
Llanuras abisales, 23, 363, 364, 367, 369
Llanuras aluviales, 523, 524-525
Llanuras de inundación deposicionales, 464
Llanuras de inundación, 215, 458-459, 464,
467
Llanuras de lava, 155-156
Llanuras de lava, 23
Llanuras mareales, 220, 584
Llanuras oceánicas, 369, 370-371, 412
Llanuras Salinas, 212
Llanuras, 369-370, 397, 412
Lluvia ácida, 181
Lluvia de meteoritos de las Perseidas, 648
Lluvias de meteoritos, 648
Madrigueras fosilizadas, 264
Magma basáltico, 115, 130, 375, 377
Magma granítico, 112, 115, 130, 611
Magmas andesíticos, 130
Magmas primarios, 130, 401
Magmas secundarios, 130
Magmas. Véase también Lava, 24, 58,
108-110, 112, 115, 122-130, 137,
139-140, 141-142, 249-250, 374,
378-401, 611
Magnesio, 92, 94, 95
Magnetismo fósil. Véase Paleomagnetismo
Magnetita, 42, 92, 101, 103, 614
Magnetómetros, 48, 49
Magnitud de onda del cuerpo (mb), 323
Magnitud de onda superficial (MS), 322
Magnitud del momento (MW), 323
Malecones, 573
Manto inferior (mesosfera), 17, 18, 345, 346
Manto superior. Véase Astenosfera
Manto, 17-18, 124, 344, 345, 351-352, 356
Mar de arena, 555
Márbol, 26, 27, 185, 236, 238, 240-241
Marca de meandro, 466
Mareas muertas, 583
Mareas vivas, 583
Mareas, 40, 41, 582
Mares lunares, 262, 627, 629
Márgenes continentales activos, 368
Márgenes continentales pasivos, 367-368,
381-382, 401
Márgenes continentales, 26, 365-368,
381-382, 401
Marmitas de gigante, 454
Marte, 633-636
Masiva, extinción, 276
Materiales de construcción, 616
Materiales piroclásticos, 122, 142-143
Matriz, 206
Meandros encajados, 466-467
Meandros, 456, 457, 464-467
Mecanismo de realimentación negativa, 12
Mecanismos de realimentación positiva, 12
Mecanismos de realimentación, 12
Menas. Véase también Minerales, 609,
614-615
Mercurio, 624, 631
Mesosaurus, 37-39
Mesosfera, 17, 18, 345, 346, 351
Mesotelioma, 83
Metaconglomerado, 232, 238
Metálico líquido, hidrógeno, 637
Metamorfismo de agua caliente. Véase
Metamorfismo hidrotermal
Metamorfismo de contacto (térmico), 26,
228, 230, 242, 403
Metamorfismo de choque, 242, 246
Metamorfismo de enterramiento, 244-245
Metamorfismo de grado alto, 26
Metamorfismo de grado bajo, 26
Metamorfismo de impacto, 241-242, 246
Metamorfismo hidrotermal, 26, 228,
242-243, 250-379
Metamorfismo regional, 29, 229, 242,
243-244, 248
Metamorfismo térmico, 26, 228, 230, 242,
402
Metamorfismo, 26, 228-233, 242-250, 379,
403
Metano, 601
Metasomatismo, 232
Meteoritos, 14, 19, 246, 262, 353, 648
Meteorización diferencial, 185
Meteorización esferoidal, 183
Meteorización mecánica, 176-179, 182
Meteorización por ácidos, 180
Meteorización química, 176, 177, 179-187,
543
Meteorización. Véase también Rocas
sedimentarias, 5, 25, 27, 176, 185, 427,
543, 614-615
Método científico, 41
Métodos de prospección sísmica, 370
Mezcla de magmas, 129, 130
Mica, 90, 91, 96, 114, 127, 242
Micaesquisto, 238
Microclina, 98
Microcontinentes, 412
Micrometeoritos, 628, 648
Microplaca Turca, 333
Microscopio de polarización, 116
Migmatita, 238, 248
Milonita, 238, 246
Mimas, 640
Minerales accesorios, 237
Minerales arcillosos, 98, 203
Minerales claros, 97-99, 114
Minerales ferromagnesianos (oscuros),
99-100, 114
Minerales formadores de rocas, 92
Minerales índice, 248
Minerales industriales, 617-618
Minerales metálicos, 590, 610
Minerales no ferromagnesianos, 97-99, 114
Minerales no silicatados, 93, 100
Minerales oscuros (ferromagnesianos),
99-100, 114
Minerales, 24, 77-106, 114, 181, 203, 229,
232, 234, 237, 248, 610, 617-618
Mineralogía, 78
Mineraloide, 79
Minería de superficie, 593
Minería subterránea, 593
Miranda (luna), 641
Modelado numérico, 357
Modelo (hipótesis), 7-8, 9
Modelo de drenaje de red enrejada, 468, 469
Modelo de drenaje radial, 468, 469
Modelo de drenaje rectangular, 468, 469
Modelo de la capa profunda de convección
del manto, 71, 72
Modelo mareal diurno, 584
Modelo mareal mixto, 584
Modelo mareal semidiurno, 584
Moldes, 264
Mollisoles, 192, 194-195
Montañas Apalaches, 39, 247, 405, 408-411
Montañas limitadas por fallas, 297
Montañas, 34, 54, 298
Montes submarinos, 23, 64, 369, 370-371,
442
Morrena central, 515, 520
Morrena de fondo, 520, 522, 523
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ÍNDICE ANALÍTICO
Morrena lateral, 520
Morrena terminal, 520, 521, 523
Morrena terminal, 520, 521, 523
Morrenas de recession, 520, 523
Morrenas, 515, 519-520, 521, 522, 523
Moscovita, 96, 98, 113, 127, 249, 611
Movimiento orbital circular, 563
Movimiento retrógrado, 637
Movimiento stick slip, 312
Muestra de núcleo, 65
Muestras de hielo, 531
Muro, 296, 297
Orientación de la pendiente, 189
Orilla, 560
Oro, 78, 91, 101, 616
Orogénesis. Véase también Formación de
montañas, 396, 412-414
Ortosa, 96, 97
Oxidación, 180, 183
Óxido nitroso, 601
Óxidos de hierro, 203, 206
Óxidos, 100, 101
Oxígeno, 92
Oxisoles, 192, 194-195
Neptuno, 642
Neutrones, 81, 267
Neviza, 232, 510
Newton, Isaac, 47, 582-583
Newton, leyes del movimiento de, 9
Nieve, 510
Nitratos, 617
Nitruro de carbono, 87
Nivel de aguas tranquilas, 562
Nivel de base absoluto, 452
Nivel de base de las olas, 563
Nivel de base, 453-454
Nivel del mar, 452, 529, 580
Nivel freático colgado, 488
Nivel freático, 481-483, 488
Niveles de base locales (transitorios), 452
Niveles de base transitorios (locales), 452
Niveles de energía (capas), 81
Nódulos de manganeso, 221
Nube ardiente, 151-152
Nube de Oort, 14, 646
Nubes, 446
Núcleo atómico, 80, 267
Núcleo externo, 18-19, 346
Núcleo interno, 19, 346-348
Núcleo, 16, 17, 18, 19, 344, 345, 346, 348,
352-355
Nullah, 544
Número atómico, 81, 82, 267
Número másico, 86, 267
Pajas de sosa, 500
Paleomagnetismo, 41-45, 67-68
Paleontología, 262, 264
Paleosismología, 333
Palomillas, 562
Pangea, 34, 35, 36-37, 40, 379, 382, 407, 532
Pantanos, 39-40, 44, 212
Pantanos, 458
Panthalassa, 34
Paraconformidad, 259, 260
Paradigmas, 8
Parícutin, 141, 147
Partícula beta, 267
Partículas alfa, 267, 268
Partículas de polvo, 142
Pasta, 112
Pavimento desértico, 548-551
Pedernal, 211
Pegmatita granítica, 113
Pegmatita, 113, 611, 612
Peligros naturales. Véase también Terremotos;
Inundaciones; Deslizamientos; Volcanes,
2-3
Pequeñas lunas, 639, 640
Perfil longitudinal, 450, 451
Perfiles de reflexión sísmica, 363
Peridotita, 17-18, 115, 130, 351, 377, 378
Periodo Cámbrico, 5, 265
Periodo Cretácico, 167, 169
Periodo de ola, 562
Periodo de retorno de las inundaciones,
471-472
Periodo de semidesintegración o vida media,
270
Periodo glacial cuaternario, 525-527, 528
Periodo natural de vibración, 326
Periodo Silúrico, 5
Permafrost, 440, 442
Permeabilidad, 485-486
Perovskita, 351
Peso atómico, 86
Peso específico, 90
Petróleo y gas natural, 594-595
Petróleo, formación de, 594
Phobos, 636, 676
Pie de talud o elevación continental, 23,
367-368
Piedra preciosa, 103
Piedra semipreciosa, 103
Piedras preciosas, 103-104
Piedras, 19, 616
Oblicuidad orbital, 532
Obsidiana, 79, 80, 112, 118, 119
Océano Atlántico, 36, 381
Ocultación, 641
Olas mareales. Véase Tsunami
Oleada de temporal, 567
Oleadas glaciares, 512
Olivino, 78, 87, 95, 99, 114, 126, 127, 129,
351, 352
Ondas de cuerpo, 314
Ondas de superficie, 314, 316, 317
Ondas L, 315
Ondas P, 314, 315, 316, 342, 343, 349, 352
Ondas S, 314-315, 316, 317, 342, 343, 349,
352, 356
Ondas sísmicas. Véase también Tsunami, 19,
313-317, 342-344
Ondas, 19, 562-565, 609
Ooides, 210
Ópalo, 79
683
Pirita, 89, 101, 181, 615
Piroxeno, 97, 99, 114, 127
Pitones volcánicos, 156, 158, 159
Pizarra, 26, 228, 233, 234, 237, 238, 240
Pizarrosidad, 234-235
Placa Africana, 54
Placa Antártica, 54
Placa de Cocos, 387
Placa de Farallón, 386-387
Placa de Juan de Fuca, 54-379, 387, 398
Placa de Nazca, 387
Placa de raya, 89
Placa oceánica, 400
Placa pacífica, 54
Placas en subducción, 386-387
Plagioclasa, 95, 96, 97, 121
Planetas, 14-15, 262, 353, 624-643
Planetesimales, 19
Plano axial, 291, 292
Planos de estratificación, 222
Plantas, formación del suelo y, 189
Plata, 109
Plataforma continental, 23, 367
Plataformas de abrasion, 570, 571, 575
Plataformas de desbordamiento, 508
Plataformas estables, 23
Plataformas glaciares continentales, 507
Plataformas glaciares, 506-507, 508, 512,
526-530
Plataformas glaciares, 507, 508
Platino, 101
Platón, 149
Playa alta, 560
Playa árida, 544, 545
Playa baja, 560
Playas, 220, 562, 565-570, 575, 577
Pliegues asimétricos, 292
Pliegues monoclinales, 294
Pliegues simétricos, 292
Pliegues tumbados (recumbentes), 292
Pliegues volcados o acostados, 292
Pliegues, 228, 229, 231, 258, 291-295
Plumas del manto, 64-67, 166-168, 375,
383-384
Plutón, 624, 642, 643
Plutones concordantes, 158
Plutones discordantes, 158
Plutones, 157, 158, 159, 403
Polaridad inversa, 47
Polaridad normal, 47
Polimorfismo, 87
Polvo lunar, 631
Polvo lunar, 631
Pompeya, 150-151
Porcelana (caolinita), 99, 184
Pórfido, 112
Porfidoblastos, 236
Porosidad, aguas subterráneas y, 485, 486
Potasio, 49, 95
Pozo artesiano no surgente, 492
Pozo artesiano surgente, 492
Pozos artesianos, 491-493
Pozos de recarga, 497
Pozos, 490-493, 495, 497
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ÍNDICE ANALÍTICO
Precámbrico, 277-278
Precesión, 532
Precipitación, 181, 188, 446-447, 539
Precursores, 331
Predicciones, 7-8
Presas, 474-475, 606, 608-609
Presión de confinamiento, 231-232, 284, 287
Presión de radiación, 646
Presión dirigida, 231
Presión, 18, 123, 125, 230-232, 233, 284, 287
Prima de acreción, 368, 403
Principio de la horizontalidad original,
257-258
Prioridad científica, 47
Procesos de extensión, 399-400
Procesos externos. Véase también Erosión;
Procesos gravitacionales; Meteorización,
176
Procesos gravitacionales, 176, 327-330,
425-443
Procesos internos, 176
Procesos metamórficos, 613-614
Propagación, ola de, 342
Protones, 80, 267
Protoplanetas, 14
Protosol, 14
Provincia basáltica de Paraná, 383
Provincia Basin and Range, 298-299,
414-415, 544-546
Puentes de tierra, 37-39
Pumita, 79, 119, 125, 143
Punto de Curie, 42
Puntos calientes, 64, 66-67, 167, 168,
383-384
Puu Oo, 146
Quásares, 68
Quimiosíntesis, 379
Radiación solar, 532
Radiactividad, 4-5, 267-270, 271
Radiactividad, 86-87, 267-268, 271
Radiolarios, 218, 221
Radiotelescopios, 68
Radón, 269
Rápidos, 464
Rayos sísmicos, 342, 343-344
Reacción en cadena, 603
Realgar, 78
Rebote elástico, 310, 311
Recolocación, 577, 578
Recristalización, 202-203, 229, 234
Recursos energéticos. Véase también
Combustibles fósiles, 590-610
Recursos minerales no metálicos, 590,
616-618
Recursos minerales, 570, 609-618
Recursos no renovables, 591
Recursos renovables, 591
Recursos. Véase también Recursos
energéticos; Recursos minerales, 2,
591-593
Redondez de la arenisca, 206
Reflujos de la marea, 584
Refracción de las olas, 568-569
Refracción, 92, 343, 569
Regiones de hielo/glaciares, 194-195
Regiones secas. Véase también Desiertos;
Estepas, 538
Regiones semiáridas, flujos de derrubios en
las, 436-438
Registros climáticos, 218, 531
Regla del octeto, 84
Regolito lunar, 187
Regolito, 186, 629-631
Relatividad, teoría de la, 9
Rendimiento específico, 486
Réplicas, 310
Reptación, 432, 439-440
Resaca, 564, 565, 569
Reservas, 609
Resonancia, 326
Resurgencia, 154
Retención específica, 486
Retroceso de escarpe, 464-465
Rift del este de África, 56, 166, 373, 380-381
Río abajo, 569
Río de recarga, 483
Río Mississippi, 450, 458, 468, 469, 472, 528
Riolita, 114, 117, 118, 141
Ríos. Véase también Corrientes de agua, 3,
446, 448, 451-452, 460-461, 470, 558
Rizaduras de oscilación, 222
Rizaduras, 222
Roca almacén, 594
Roca andesítica (intermedia), 58, 115, 120, 139
Roca basáltica (máfica), 114, 120-122, 139
Roca de tapa impermeable, 594
«Roca de lava» (escoria), 122, 143
Roca félsica (granítica). Véase también
Granito; Obsidiana; Pumita; Riolita, 16,
114, 117-119, 120, 125, 139
Roca granítica (félsica). Véase también
Granito; Obsidiana, Pumita; Riolita, 16,
114, 115, 117-119, 120, 125
Roca intermedia (andesítica), 58, 115, 120,
139
Roca intrusiva (plutónica), 24, 108
Roca madre, 187
Roca madre, 228, 232-234
Roca plutónica (intrusiva), 24, 108
Roca volcánica (extrusiva), 108
Roca yeso, 211
Roca, 194-195
Rocas aborregadas, 517
Rocas clásticas, 213
Rocas cristalinas, 109-110, 213, 287
Rocas extrusivas, 24-25, 108
Rocas foliadas, 234-236, 237-240
Rocas ígneas porfídicas, 611
Rocas ígneas. Véase también Roca félsica
(granítica); Magmas, 13, 24-25, 28, 58,
93, 107-133, 140, 485, 611
Rocas máficas (basálticas), 114, 120-122, 139
Rocas metamórficas, 26-27, 227-253, 485
Rocas no clásticas. Véase Rocas cristalinas
Rocas no foliadas, 236, 240-241, 242
Rocas sedimentarias detríticas, 25, 203-208,
214, 228, 232-233, 247, 274
Rocas sedimentarias químicas. Véase también
Rocas silíceas (sílex); Carbón; Dolomita;
Evaporitas; Caliza, 25, 207-212, 214
Rocas sedimentarias. Véase también tipos
específicos y clases, 25-26, 28, 92-94,
201-225, 278, 287-288, 485
Rocas silíceas (sílex), 211, 212
Rocas ultramáficas, 114
Rocas. Véase también Rocas ígneas; Rocas
metamórficas; Minerales; Rocas
sedimentarias; Meteorización; tipos
específicos de rocas18, 24-28, 39, 41-44, 79,
116, 228, 232-233, 277, 625
Rodinia, 388, 408
Rompeolas, 573-576
Rompientes, 563-564
Rotatorio, sondeo, 65
Rubíes, 103
Rumbo (dirección), 290, 291
Ruptura de plataforma, 367
Rupturas, 310-312
Sahel, 550
Sal de roca, 211
Sal, 84, 85, 86, 618
Salbanda de falla, 245, 296
Saltación, 455, 547
Santa Elena, monte, 50, 136-137, 138, 140,
149, 151, 153, 155, 156, 170, 437
Saturación, zona de, 481, 482
Saturno, 15, 625, 638-641
Secuencia de formación, 257
Sedimentación cristalina, 128
Sedimentación, 197, 257, 456
Sedimento. Véase también Abanicos aluviales;
Deltas; Llanuras de inundación;
Corrientes de agua, 28, 64, 66, 67, 194,
202, 218-221, 456-463, 486, 526-527
Sedimentos biógenos, 220, 221
Sedimentos del fondo oceánico, 218-221
Sedimentos eólicos, 218
Sedimentos hidrógenos, 220, 221
Sedimentos terrígenos, 220, 221
Segragación magmática, 611
Seiches, 326
Selección, 205-206, 456
Sequía agrícola, 484
Sequía hidrológica, 484
Sequía meteorológica, 484
Sequía socioeconómica, 484
Sequía, 482, 483, 484
Serie de reacción continua, 127
Serie de reacción de Bowen, 126-128, 127
Serie de reacción discontinua, 127
Shastina, 148
Siberia (continente), 388
Siderolitos, 24, 648
Silicatos, 83, 86, 92, 93-100, 108, 109, 182,
185, 186, 648
Sílice, 80, 115, 139, 203, 211
Silicio, 92, 98
Silicona, 97
Silvita, 102, 212, 618
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ÍNDICE ANALÍTICO
Sillimanita, 238, 248
Sills, 159
Sinclinales, 292, 293
Sismógrafo Wood-Anderson, 321, 322
Sismógrafos, 313, 314
Sismogramas, 314, 317
Sismología, 313-317
Sismos precursores, 310
Sistema de almacenamiento de agua
bombeada, 606
Sistema de clasificación de Köppen, 539
Sistema de tuberías de Alaska, 442
Sistema definido, 12
Sistema Solar. Véase también Planetas; Sol,
246, 633-648, 14-15
Sistemas abiertos, 12
Sistemas cerrados, 12
Sistemas de abastecimiento de agua de las
ciudades, 493
Sistemas de anillos planetarios, 640, 641
Sodio, 92, 95
Sol, 12-13, 14, 19, 354, 583-584, 624
Solifluxión, 440-442
Soluciones hidrotermales, 242, 304, 612-613
Solum, 191
Sonar lateral, 362
Sonar, 362
Sondeo rotatorio, 65
Stocks, 161
Subducción flotante, 385
Subducción, 385, 400-405
Subsidencia del terreno, 328-329
Subsidencia, 329-329, 418, 494, 496, 529
Subsuelo, 191
Sucesión fósil, principio de la, 5, 265
Suelo de cultivo, reducción del, 197
Suelo. Véase también Erosión, 13, 186-198
Suelos residuales, 187
Suelos transportados, 187
Sulfatos, 101
Sulfuros metálicos, 221
Sulfuros, 101, 102, 181, 614
Supercontinentes, 34, 382-384, 387-390
Supernova, 14
Superpluma, 418
Superposición, ley de la, 5, 257, 258
Surcos glaciares, 515, 516
Suturas, 405
Tabla periódica, 81
Talco, 91
Talcoesquisto, 238
Técnicas megascópicas, 116
Técnicas microscópicas, 116
Tectitas, 246
Tectónica de placas, 8, 9, 35-75, 140,
161-168, 248-250, 335-336, 362, 383,
387-390, 418-421, 471, 530-533, 543,
613, 633
Temblor del terreno, 333
Temperatura, 18, 137, 140, 171, 185, 188,
230, 287, 597
Teoría glaciar, 525-526
Teoría, 8-9
Terranes, 411-414, 419-420
Terrazas de kame, 525
Terrazas marinas, 570
Terrazas, 466, 467, 525
Terremoto de Alaska (1964), 323, 324-325,
328, 330
Terremoto de Loma Prieta, California
(1989), 308, 325-326, 327
Terremoto de Northridge (1994), 308, 325,
331, 429
Terremoto de San Francisco (1906), 301,
309, 312, 323, 329
Terremotos intermedios, 320
Terremotos profundos, 318, 320, 336
Terremotos superficiales, 318, 320, 336
Terremotos, 295-296, 302, 327-339, 342,
400, 429-430, 435
Tetis, 640
Tetraedro silicio-oxígeno, 93, 95, 96
Textura afanítica (de grano fino), 110, 111
Textura de grano fino (afanítica), 110, 111
Textura de grano grueso (fanerítica), 110, 111
Textura fanerítica (de grano grueso), 110, 111
Textura foliada, 26
Textura fragmentaria (piroclástica), 112-113
Textura no foliada, 26
Textura pegmatítica, 113
Textura piroclástica (fragmentaria), 112
Textura porfídica, 111, 112
Textura vesicular, 110
Textura vítrea, 110, 112
Texturas porfidoblásticas, 237
Texturas, 110-113, 213, 233, 238, 247
Tiempo de retardo, 473
Tiempo geológico, 5-6, 255-282
Tiempo, 11
Tierra. Véase también Núcleo, Corteza;
Manto; Fondo oceánico, 9-23, 28
campo magnético de la, 41-44, 46-50
circulación de los vientos, 540
mareas y rotación de la, 585
órbita de la, 532-533
Tierras altas lunares, 629
Tifones, 566
Till, 519-523
Tillita, 530
Titán, 640
Toba calcárea, 489
Toba soldada, 112, 122, 142
Toba, 122, 142
Tómbolos, 571, 574
Tomografía sísmica, 356
Topacio, 103
Topografía cárstica, 500-502
Tormentas de polvo, 196, 549
Tornados, 567
Trampa estratigráfica, 595
Trampa estratigráfica, 595
Trampa estratigráfica, 595
Trampas de falla, 594, 595
Transpiración, 446
Travertino, 208, 210, 489
Trenes de valles, 525
Triangulación, 317
685
Tritón, 638, 640, 642
Trona, 80
Troposfera, 168
Tsunami, 150, 153, 327-328, 329-330, 442
Tubos de lava, 141
Turba, 212, 213
Turbiditas, 223
Uadi, 544
Ultisoles, 192, 194, 195
Unidad de masa atómica, 86
Unidades rocosas, denominación de las, 289
Uniformismo o uniformitarianismo, 4, 525
Uranio, 267, 269, 603-604
Urano, 641-642
Vacíos sísmicos, 333, 334
Valles colgados, 515, 516
Valles de plataforma, 367
Valles de rift, 55, 373, 374
Valles fluviales, 463-466
Valles glaciares, 516
Valles, 294, 515, 516
Valles, 515, 516, 562, 563
Vegetación, 209, 428
Vehículos eléctricos, 605
Velocidad de escape, 626
Velocidad de sedimentación, 455
Ventifactos, 551
Venus, 632-633
Vertisoles, 192, 190, 191
Vibraciones sísmicas, 325-326
Vibraciones sísmicas, 325-327
Viento solar, 646
Viento, 221, 539, 540, 546-548, 566-568, 646
Volátiles, 108, 109, 140, 142
Volcán Kilauea, 127, 137, 140-141, 146, 153,
166
Volcanes de barro, 327
Volcanes en escudo, 144-146
Volcanes. Véase también Actividad ígnea, 58,
64, 135, 158, 161, 164, 168, 169, 327,
369, 370, 442, 633, 636
Vulcanismo de borde convergente de placa,
164, 163
Vulcanismo de placas divergentes, 163, 165
Vulcanismo intraplaca, 164, 165, 166-168
Wash, 544
Wegener, Alfred, 34, 35-36, 42, 47, 51, 56
Wegener, Kurt, 42
Xenolitos, 161
Yacimientos, 264
Yardangs, 551-552
Yeso, 101, 102, 211, 517
Zafiro, 103
Zona costera, 560-562
Zona de acumulación, 512
Zona de aireación, 481, 482
Zona de anteplaya, 560
Zona de desgaste, 513
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ÍNDICE ANALÍTICO
Zona de fractura, 511
Zona de rompiente, olas en la, 563-564
Zona de saturación, 481, 482
Zona de sombra de las ondas P, 348
Zona de subducción de Cascadia, 398, 400,
403
Zona de subducción Perú-Chile, 56, 386, 398
Zona del rift oriental, 146
Zona litoral, 560
Zonas de falla, 245, 295
Zonas de fractura, 62-63, 511
Zonas de metamorfismo, 242
Zonas de rift, 375
Zonas de ruptura, 332
Zonas de subducción, 249, 384, 397-401
Zonas de Wadati-Benioff, 318
Zonas húmedas costeras, 462-463
Zonas metamórficas, 247-249