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Forum micológico
Rev Iberoam Micol 1999; 16: 82-85
Curvas de letalidad en antifúngicos
Emilia Cantón1 y Javier Pemán2
Unidad de Bacteriología Experimental, Centro de Investigación y 2Servicio de Microbiología. Hospital
Universitario La Fe. Valencia, España
1
Las curvas de letalidad o mortalidad-tiempo proporcionan una información importante sobre la dinámica
de la acción microbicida de un antimicrobiano y sobre la
relación entre la concentración de antimicrobiano y su
actividad microbicida. Las curvas de letalidad se utilizan
fundamentalmente para el estudio de nuevos antimicrobianos y para determinar el sinergismo/antagonismo de la
combinación de dos o más sustancias administradas conjuntamente.
En las bacterias, donde estos ensayos están muy
desarrollados y estandarizados, los datos que se han obtenido han ayudado a comprender el mecanismo de acción
de los antimicrobianos. De hecho, la determinación de las
curvas de mortalidad-tiempo, se ha convertido en una
herramienta de trabajo para determinar los efectos de los
antimicrobianos sobre las bacterias. A pesar de su reconocimiento y de su utilidad, en micología estos estudios son
muy escasos debido a que, hasta el año 1997, no se disponía de una metodología consensuada y estandarizada para
la realización e interpretación de las pruebas de sensibilidad con antifúngicos [1]. Es de esperar que a partir del
establecimiento de estas nuevas normas por parte del
NCCLS, el número de publicaciones con estudios de curvas de mortalidad-tiempo se incrementará ayudando a la
estandarización de las mismas [2].
Las curvas de letalidad en las levaduras se determinan como en las bacterias, aunque no todas las definiciones utilizadas en bacteriología sirven para la
micología. En los antifúngicos se utilizan tres definiciones de CMI: la CMI-100, la CMI-80 y la CMI-50, es
decir la mínima cantidad de antifúngico que inhibe el
100%, 80% y 50%, respectivamente, del crecimiento de
la levadura con respecto al control después de 48 h de
incubación. La primera definición se aplica a los antifúngicos poliénicos y la segunda y tercera, al grupo de los
azoles. De la misma manera, el concepto de fungistático,
tal y como se entiende para las bacterias, no se debería
aplicar a los azoles ya que la definición de la CMI para
los mismos admite un 20% de crecimiento de la levadura
durante las 48 h de incubación.
Dirección para correspondencia:
Dr. Javier Pemán
Servicio de Microbiología. Hospital Universitario La Fe.
Avda. Campanar, 21, 46009 Valencia, España
Tel.: .+34 96 386 2744; Fax: +34 96 398 7392
©1999 Revista Iberoamericana de Micología
Apdo. 699, E-48080 Bilbao (Spain).
1130-1406/99/5.00 Euros
Curvas de mortalidad-tiempo
La técnica para determinar las curvas de mortalidad-tiempo es tan sencilla como larga y tediosa.
Básicamente, consiste en inocular una serie de tubos que
contienen concentraciones conocidas de antifúngico, con
una concentración conocida de levaduras. A determinados
tiempos se toma una muestra de la solución que, diluida
convenientemente, se siembra en placas de agar glucosado de Sabouraud. Después de incubarlas durante 24-48 h
se cuenta el número de colonias por placa (UFC).
Multiplicando el número de colonias por la dilución ensayada, obtendremos el número de células supervivientes.
Normalmente de cada concentración se ensayan
dos o tres diluciones y más de una placa por dilución. De
las placas sembradas se cuentan aquellas que tienen entre
10 y 100 colonias, aunque si sólo se tienen placas con
menos de 10 colonias se pueden utilizar para los cálculos
pero interpretándolas con cautela. Como norma, la diferencia en el número de colonias entre las placas de la
misma concentración y tiempo no debe ser mayor del
10%. En caso contrario debemos analizar lo que ocurre.
Una de las fuentes de error es no tener en cuenta el efecto
del antifúngico arrastrado con la muestra. Otra, también
muy importante, es la falta de agitación del tubo (unos 15
segundos) antes de tomar la muestra ya que las levaduras
tienden a sedimentar rápidamente y, además, al dividirse
suelen quedar agrupadas formando grumos. Algunos
autores recomiendan para separar las células que la toma
de muestra y las diluciones posteriores de la misma, se
realicen en suero fisiológico con Tween 80 a una concentración final del 0,02%, incluso recomiendan añadir el
Tween al medio de cultivo. En nuestra experiencia no
hemos encontrado diferencias en el número de UFC tanto
si las diluciones las hacemos en suero fisiológico, en
suero fisiológico con Tween al 0,02%, o si añadimos
Tween al medio de cultivo, aunque estos estudios necesitan una mayor evaluación.
Los resultados de los recuentos de colonias de las
placas se pueden expresar en UFC/ml o bien como porcentaje de células supervivientes con respecto al tiempo
inicial. Una vez hechos los cálculos es conveniente trasladarlos a una gráfica de papel semilogarítmico poniendo
en el eje de las ordenadas el logaritmo del número de
células supervivientes y en abscisas el tiempo (Figura 1).
Observando la gráfica se puede determinar: i) si la actividad es fungicida o fungistática, y la relación entre la concentración y la letalidad producida; ii) el tiempo en el que
se inicia la actividad fungicida (en la Figura 1 a la CMI y
1/2xCMI la actividad comienza a las 2 h de incubación;
en las otras concentraciones comienza inmediatamente);
iii) la mínima concentración de antifúngico con acción
fungicida (en la Figura 1 es 1/2xCMI); iv) el número de
células viables a las 24 y 48 h de incubación; v) el incremento máximo de UFC con respecto al número inicial (en
Curvas de letalidad en antifúngicos
Cantón E y Pemán J
Figura 1. Representación gráfica de las curvas de letalidad a distintas concentraciones. La línea discontinua estima el tiempo en que se alcanza una
diferencia de tres logaritmos con respecto al control o al inóculo.
el ejemplo es de 3,4 log en el control y de 1,9 log a
1/2xCMI); vi) el tiempo en que la concentración es fungicida, es decir el tiempo en el que el descenso de UFC es
de 3 log con respecto al tiempo inicial (en la Figura 1 este
tiempo es de 6 h a 4xCMI); y vii) el tiempo en que la
diferencia en UFC entre el control y el antifúngico es de 3
log (en nuestro ejemplo, a la CMI este tiempo es de 4 h).
En las bacterias se considera que cuando se alcanza esta
diferencia el antibiótico tiene buena acción bactericida.
Sin embargo, en los antifúngicos esta relación no está
todavía determinada.
La relación entre la concentración y la letalidad la
estableceremos, calculando la tasa de crecimiento y/o
letalidad de cada concentración. Esta tasa es la pendiente
de la curva de letalidad y debe determinarse matemáticamente. Representa la velocidad a la que mueren las células y se mide en UFC/tiempo
Cálculo de la curva de letalidad
Una vez determinadas las UFC en cada tiempo y
concentración, debemos buscar la función matemática
que mejor se ajusta a los datos obtenidos. Los antifúngicos, como los antibióticos pueden mostrar distintas cinéticas: monoexponencial, en la que la letalidad aumenta
proporcionalmente con el tiempo de incubación.
Biexponencial o bifásica, en la que hay dos velocidades
de letalidad, una rápida y otra de más lenta, en este caso
se obtienen dos pendientes. La letalidad también puede
seguir una curva sigmoidea, es decir, que hay una fase de
latencia antes de empezar la letalidad, seguida de una fase
rápida y, finalmente, otra fase en la que la letalidad se
mantiene constante o bien no aumenta significativamente.
Normalmente, tanto los antifúngicos como los
antibióticos siguen una cinética monoexponencial de primer orden, cuya formula es: NT=N0.e-KT. Aplicando logaritmos se transforma en: lnNT = lnN0 - KT.
El número de UFC en un determinado tiempo (NT)
depende del inóculo (N0) y de una serie de factores que
vienen determinados por una constante, K (tasa de letalidad o crecimiento), cuyo valor depende de las condiciones de incubación, del medio de cultivo, de la
concentración del antifúngico, de la levadura, etc. Es la
pendiente de la curva o de la recta, si se aplican logaritmos, y mide la velocidad de crecimiento de la levadura
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cuando es positiva, y la velocidad a la que mueren las
células cuando es negativa.
El valor de K es un parámetro muy importante
para comparar tanto el efecto de las distintas concentraciones como de otros parámetros (inóculo, medio de cultivo, temperatura etc.) en la cinética de la acción fungicida.
Con este valor se reduce la curva a un sólo punto.
Comparando las pendientes de las distintas concentraciones ensayadas podemos determinar el efecto de la concentración o del parámetro de estudio (inóculo, medio de
cultivo, temperatura, etc.), en la letalidad. Aplicando un
análisis de varianza a las pendientes se puede determinar
la concentración a partir de la cual puede considerarse
que hay un aumento de letalidad y entre que concentraciones hay diferencias significativas de letalidad. Si la
diferencia entre las pendientes no es estadísticamente significativa puede afirmarse que el aumento de concentración no conlleva un aumento de letalidad. Para visualizar
mejor los resultados es conveniente dibujar la gráfica,
representando en la ordenada las constantes de letalidad
(K) y en la abscisa la concentración o el parámetro que
estamos estudiando (Figura 2).
B
Figura 2. Representación gráfica de las pendientes de las curvas de letalidad (K) con respecto a la concentración de antifungico.
La curva de letalidad es un concepto dinámico por
ello es conveniente que las tasas de letalidad se determinen matemáticamente y no restando al número inicial de
células el obtenido a un determinado tiempo. A partir de
la ecuación de la curva de letalidad puede calcularse el
tiempo de generación (en las curvas de crecimiento), el
tiempo que tarda la población en reducirse a la mitad (en
las curvas de letalidad) aplicando la formula: T1/2 = ln2/K;
el tiempo necesario para reducir la población viable en un
90%; etc.
Parámetros que se deben conocer antes de
realizar la curva de letalidad-tiempo
Antes de realizar los estudios de letalidad-tiempo,
hay una serie de parámetros que debemos conocer como
son: i) la CMI del microorganismo en el medio de cultivo
que vamos a determinar la curva de letalidad; ii) las concentraciones que vamos a ensayar, normalmente suelen
estudiarse las concentraciones comprendidas entre 1/2 y
4xCMI, también se utilizan la concentración media plasmática y la concentración media que se alcanza en distintos tejidos; iii) a ser posible, también es conveniente
conocer la dinámica de crecimiento de la levadura, muy
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útil para determinar los tiempos en que se debe realizar la
toma de las muestras. En los estudios realizados por nosotros con seis cepas de C. albicans, en medio de RPMI
1640, el tiempo medio de generación fue de 2 h y la duración de la fase logarítmica de crecimiento de 12 h. Según
esta cinética de crecimiento, en C. albicans, parece razonable tomar muestras al inicio, a mitad y al final de la
fase logarítmica de crecimiento, es decir a las 0, 6, 12, y
24 h. Con los antifúngicos también es conveniente tomar
muestra a las 48 h de incubación; iv) el efecto del antifúngico arrastrado con la muestra es importante determinarlo antes de realizar la curva, ya que de lo contrario puede
considerarse como fungicida una concentración en la que
la disminución del número de UFC se debe a que la cantidad de antifúngico arrastrado con la muestra es suficiente
para inhibir el crecimiento de la levadura. Esta determinación es muy sencilla, basta con extender, en una placa de
cultivo, y de cada concentración de antifúngico sin inocular, el mismo volumen que tomamos en las muestras,
dejar secar durante 30 min y, posteriormente, sembrar una
concentración conocida de levaduras. Después de incubar
24 h se compara el número de colonias de las placas con
antifúngico con el número de colonias de las placas control en la que en lugar del antifúngico se ha extendido
agua destilada. Si la diferencia de UFC entre la placa control y la de antifúngico es menor del 25% se puede considerar que no hay efecto antifúngico de arrastre.
Generalmente, en los azoles y equinocandinas suele
encontrarse este efecto a concentraciones iguales o superiores a 16xCMI y con anfotericina B a concentraciones
iguales o superiores a 2xCMI [2,3]: y v) el inóculo del
cual debemos partir. En las bacterias se utiliza el mismo
inóculo que para la CMI; sin embargo, en las levaduras
esto no es posible, ya que si partimos del inóculo utilizado en la CMI (de 0,5 a 2,5x103 UFC/ml) no se puede
determinar la concentración fungicida (el límite de detección de la técnica no lo permite). Klepser y cols. [2] han
estudiado el efecto del inóculo en la velocidad de crecimiento de tres especies de Candida, en el que concluyen
que si se parte de un inóculo de 103 UFC/ml la población
viable, a las 24 h de incubación, aumenta más de tres
logaritmos. Si oscila entre 104 y 105 UFC/ml se puede
determinar el efecto fungicida pero el aumento de la
población viable a las 24 h de incubación es menor de dos
logaritmos. Por último, si el inóculo está comprendido
entre 5x106 y 107 UFC/ml se puede determinar mejor el
efecto fungicida pero tiene el inconveniente de que el
aumento de la población viable es menor de 1 logaritmo
por lo que no se puede relacionar la dinámica de crecimiento de la levadura con la de letalidad. Según estos
datos el autor recomienda determinar las curvas de letalidad, en el medio de RPMI, partiendo de un inóculo de
105 UFC/ml.
Factores que influyen en la actividad fungicida
La actividad fungicida de los antifúngicos al igual
que la de los antibacterianos depende de una serie de factores como son: La temperatura de incubación, cuya
influencia viene determinada por su incidencia en la velocidad de crecimiento de la levadura. Se ha determinado
que la agitación no influye en la actividad antifúngica de
anfotericina B, fluconazol y de la equinocandina
LY303366, aunque se recomienda la agitación cuando se
utilizan volúmenes grandes [2]. La influencia del pH y del
tampón ha sido muy estudiada en la determinación de la
CMI, pero no hay estudios comparativos de su influencia
en la cinética de la letalidad. En cuanto a la influencia del
medio de cultivo en la dinámica de la actividad fungicida
hay pocos estudios comparativos; por ejemplo, se ha
determinado que la presencia de suero en el medio de cultivo disminuye la actividad fungicida de anfotericina B de
tal manera que cuando la concentración de suero en el
medio de cultivo es del 90% la concentración fungicida a
las 24 h de incubación aumenta 16 veces [4]. Nosotros
hemos estudiado la dinámica de la actividad fungicida del
fluconazol en dos medios de cultivo, RPMI y RPMI con
un 2% de glucosa; encontrando que a 2xCMI, el tiempo
de generación es de 3 h en RPMI y de 2,75 h en RPMI2%, mientras que en la curva control este tiempo es de
1,99 h en RPMI y de 1,66 h en RPMI-2%. Hay otros estudios comparativos de la influencia de los medios de cultivo, Antibiotic Medium nº3 (AM#3, Difco, España) y
RPMI 1640, en la actividad fungicida de la anfotericina
B, y las equinocandinas LY743,872 y LY303366. Con la
anfotericina B no hay diferencias; sin embargo con las
equinocandinas la actividad fungicida es mayor y más
rápida en el medio AM#3 [5]. Con respecto a la influencia del inóculo en la actividad fungicida también hay
pocos trabajos publicados, con la anfotericina B y el fluconazol no influye el inóculo pero si que influye en la
actividad de LY303366 [2]; sin embargo, el miconazol
dependiendo del inóculo inicial se comporta como fungicida o fungistático [6]. La influencia de la fase de crecimiento en la actividad fungicida, ha sido estudiada en el
imidazol [7], encontrando que si este se añade cuando la
levadura lleva 3 h de incubación, se comporta como fungicida, en cambio si se ponen juntos levadura y antifúngico, se comporta como fungistático. La actividad fungicida
también depende de la cepa; un mismo antifúngico, a la
misma concentración relativa (múltiplo de la CMI) puede
comportarse como fungicida o como fungistático no sólo
dependiendo de la especie sino también de la cepa de
Candida ensayada; por ejemplo, LY743,872 se comporta
como fungicida sobre un aislamiento clínico de C. albicans y sobre C. albicans ATCC 90028 tiene acción fungistática incluso a 16xCMI [8]. Y, por último, la dinámica
de la acción fungicida depende del tipo de antifúngico y
su modo de acción. En relación con la concentración se
han descrito tres tipos de antifúngicos: Los fungicidas
dependientes de la dosis, como los polienos; cuya actividad aumenta con la concentración y tiempo de incubación; los fungicidas dosis independientes, como las
equinocandinas [8] y los fungistáticos, como los azoles,
en los que se han definido tres modelos de crecimiento: el
que producen las concentraciones inferiores a la CMI
(paralelo a la curva de crecimiento del control), el que
producen las concentraciones comprendidas entre la CMI
y 2xCMI con un crecimiento inferior al control y el que
producen las concentraciones superiores a 2xCMI con
una inhibición del crecimiento menor de tres logaritmos
[9].
En resumen, en el estudio de las curvas de letalidad de los antifúngicos se recomienda partir de un inóculo entre 104 y 105 UFC/ml, utilizar el mismo medio de
cultivo que en la determinación de la CMI (generalmente
el medio RPMI 1640 tamponado con MOPS y ajustado a
pH 7), incubar a 35°C con agitación, un volumen final de
10 ml y tomar muestras a tiempo cero, al inicio, mitad y
final de la fase logarítmica, así como a las 24 y 48 h de
incubación.
Curvas de letalidad en antifúngicos
Cantón E y Pemán J
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