Javier Ruiz Santamarta
METODOLOGIES QUALITATIVES PER A LA INTERPRETACIÓ HISTÒRICA
VIDA I HISTÒRIA DELS OBJECTES: DRESSEL 2-4 EN XANTEN
INTRODUCCIÓN
El objetivo del presente estudio es el análisis de una pieza cerámica hallada en una
excavación en el limes romano de la zona de Germania que se corresponde con el tipo
Dressel 2-4. La intención, pero, es de desarrollar un pequeño estudio desde una
perspectiva cualitativa, lo que nos permita determinar las diferentes fases de dicho
objeto a lo largo de su existencia. Para tal fin, nos centraremos en establecer unas líneas
generales alrededor de la época, tanto a nivel político-administrativo como a nivel
económico-social, para posteriormente centrarnos en el estudio con más detenimiento
del yacimiento. De esta manera intentaremos adquirir una visión general del contexto
que envuelve la pieza que nos permita establecer algunas líneas de interpretación al
respecto.
CONTEXTO GENERAL
La localidad de Xanten se encuentra situada al oeste de Alemania, muy cerca de la
frontera con Holanda. Su andadura romana se inicia en torno al año 13/12 a.C. cuando
las legiones romanas al mando del general Druso, sobrino del emperador Augusto,
inician la construcción de Castra Vetera, un campamento militar en la ribera derecha del
Rin utilizado como base de la expansión hacia el este, comandada por el propio Druso y
su hermano Tiberio, el futuro emperador. Hacia el año 8 a.C. se producirá la migración
forzada de la tribu de los sugambri, posteriormente conocida como los cugerni, a la
ribera este del río por orden de Tiberio estableciéndose en las cercanías de Castra
Vetera. El oppidum cugernorum, nombre antiguo de la ciudad de los cugerni, muy
pronto se vería evocada a un proceso de crecimiento sin igual, convirtiéndola en el
asentamiento principal de las tropas romanas de la zona1. Se cree que su principal
función era de puerto fluvial en las orillas del Rin como punto de abastecimiento
principal del campamento romano (CARRERAS 2009: 173).
Durante la revuelta bátava del año 70 d.C. este primer asentamiento fue destruido.
Posteriormente, con la llegada de nuevas tropas a la zona, se produjo la construcción de
un nuevo campamento, Castra Vetera II, y la ciudad volvió a tomar su posición
destacada hasta que el año 98/99 d.C. se le concede el rango de colonia de manos del
1
El hallazgo de numeroso material ánforico, además de construcciones de madera, la presencia de
material de época de Augusto y Tiberio y una serie de monedas junto a ciertos entierros indígenas, han
confirmado la presencia de un primer asentamiento, Oppidum Cugernorum, con una datación anterior a
la fundación de la colonia en época trajana. (CARRERAS 2006: 33-34)
emperador Trajano, cambiando también su nombre por el de Colonia Ulpia Traiana.
Tal nombramiento llevaría implícita una nueva remodelación de la ciudad, esta vez a
gran escala, convirtiéndola en una de las ciudades de mayor status urbano el imperio
romano. Finalmente, en el s. III d.C. la invasión de los francos de la Germania Inferior
redujo la ciudad a mínimos, un status del cual ya no ser recuperaría, siendo
paulatinamente abandonada, sirviendo únicamente como base del ejército ya en época
Bajo imperial.
La excavación de la zona se ha llevado a cabo por un amplio equipo de especialistas y
los hallazgos de la misma han dado respuesta a muchas de las hipótesis planteadas.
Actualmente, el lugar de la antigua colonia se ha convertido en un parque arqueológico,
recreando las construcciones de época imperial sobre los antiguos yacimientos romanos
permitiendo al público conocer como era el mundo romano desde una perspectiva
diferente. Debemos tener en cuenta que la creación de este parque es el resultado de un
tipo de excavación orientada especialmente a la conservación del patrimonio y al
turismo, dando prioridades a ciertos elementos a la hora de desarrollar su estudio. Un
hecho que, sin duda, puede influir en el desarrollo de nuestro estudio y debemos de
tener muy presente a la hora de analizar ciertos datos.
Sin embargo, antes de introducirnos en este ámbito, es interesante que analicemos la
situación de la ciudad dentro del ámbito romano para obtener una visión más completa
de la importancia del hallazgo de una pieza de estas características en esta zona.
COLONIA ULPIA TRAIANA Y EL LIMES
La zona de Germania siempre fue un gran misterio para los romanos hasta César llegue
hasta la zona del Rin, llegando incluso a cruzar dicho río. Esta zona pronto llamó la
atención romana, haciendo que incluso Augusto decidiera llevar la frontera hasta aquí,
un envite al que finalmente de acabe renunciando en el año 16 d.C., cuando Tiberio
haga llamar de vuelta a Germánico, sobrino y general en jefe de la tropas del Rin. Nos
encontramos, por tanto, ante casi un siglo en que la actividad romana en el centro y
norte de Europa se caracteriza por un increíble esfuerzo militar, que será más marcado
tras el final de los enfrentamientos civiles en la batalla de Accio. (GONZÁLEZ, 2015:
207)
Durante todo el dominio romano de la zona, la impronta militar estará del todo presente.
A pesar de la renuncia por parte de Tiberio de la invasión de la zona germánica, en el
Rin se optará por el establecimiento de una frontera fuertemente militarizada y
fácilmente defendible que tendrá su principal protección en la amplitud del río. La
creación del sistema del limes acabará de fraguarse en la segunda mitad del s. I d.C. y,
como bien apunta González, no fue otra cosa que un sistema de protección fronterizo en
el que pequeñas fortalezas, torres y campamento de legionarios se encontraban
perfectamente comunicados entre sí con el fin de defender la frontera de la mejor forma
posible (2015: 207).
Será precisamente esta concentración de tropas en el entorno del Rin el desencadenante
de una necesidad de abastecimiento, agravadas por la falta de cultivos y de población,
especialmente en los primeros momentos de los asentamientos. Durante el período de
ocupación romana será necesario el abastecimiento de las tropas de ciertos productos
básicos, como el aceite de oliva, que no podía ser producido en la zona, el vino o el
garum2. La presencia de este abastecimiento, por tanto, va ligada a la creación de una
estructura militar y administrativa creando una demanda de abastecimiento totalmente
nueva, masiva y continua, que se verá sostenida por las necesidades de los
campamentos y núcleos civiles de la zona. Sin embargo, podemos señalar que esta
demanda presentaba un carácter artificial (al menos en sus inicios) siendo una creación
súbita y ex novo de mercados y circuitos de distribución nuevos, donde antes no
existían, haciendo que el papel del Estado a la hora de reglarlo sea fundamental.
(REVILLA 1993: 174-175) Si nos fijamos en el caso del vino, y en especial en el vino
tarraconense, nos damos cuenta que dicho producto aparece en contextos de
asentamientos, tanto civiles como militares, desde la constitución del limes y siguiendo
el ritmo de la evolución política romana en la zona, inserto en un fenómeno general de
evolución que implicará una gran cantidad de cambios en todos los ámbitos que
debemos tener en cuenta a la hora de analizar este comercio a gran escala.
VITICULTURA, ARTESANADO Y COMERCIO
Actualmente se tiene constancia de la existencia de unos 80 alfares en el litoral catalán,
especialmente cercanos a las ciudades más importantes y con una densidad poblacional
mayor donde la demanda urbana proporcionaba en gran parte las necesidades para el
desarrollo de los mismos. Sin embargo, la extensión de la producción cerámica se
asocia al desarrollo general de una economía provincial ya que su organización implica
agricultura, intercambios, mercados y situaciones de consumo diversas. (REVILLA
2004: 166). El estudio minucioso de estos yacimientos ha demostrado cómo esta
proliferación de hornos cerámicos de la segunda mitad del s. I a.C. estaba destinada a
producir sobre todo ánforas vinícolas, lo que nos induce a pensar en un desarrollo
importante de la viticultura durante este período siendo el desencadenante del proceso
que comportó el desarrollo de una agricultura orientada a la comercialización del
excedente (ARRAYÁS 2005: 183) Por otro lado, debemos tener presente que la
viticultura, y por extensión el artesanado, constituyen tan solo una parte de un fenómeno
más amplio de desarrollo socioeconómico ligados a los cambios producido en Hispania
desde finales de la República, donde el vino tarraconense se inserta en una situación de
abastecimiento de productos alimentarios y manufacturados de la zona del limes en que
el estado romano se interesa directamente mediante procedimientos como la fiscalidad,
contrataciones, etc.; y la vinculación preferente de ciertas áreas para tal fin (REVILLA
2005: 170; 1993: 169).
2
Numerosos hallazgos de ánforas en la ciudad de Xanten confirman la llegada masiva de estos tres
productos como los más importados a la zona. (CARRERAS 2006: 33)
Paralelamente nos encontramos con la continua llegada de emigrantes romano-itálicos a
los territorios de Hispania, mucho de ellos vinculados al orden senatorial y ecuestre o a
los ordines municipales, quienes acabaran convertidos en los principales promotores,
inversores y comerciantes encargados de la estimulación de la producción del vino, con
un papel destacado de la masa indígena en tal proceso, y de su posterior distribución.
Como bien nos apunta Arrayás, sería este elemento indígena quien, bajo tutela romana,
se convertiría en el artífice del paso de una producción de consumo a una producción
orientada al comercio. (2005: 185-186)
Por otro lado, desde una perspectiva más particular, a través del estudio arqueológico de
los alfares se ha podido observar que la gran mayoría de ellos parecen encontrarse
vinculados de alguna forma en la organización de un fundus, donde asociados a una
villa, formarían parte de un conjunto de infraestructuras productivas diversas integradas
de alguna forma en un mismo sistema económico generado alrededor de un edificio
residencial. La dificultad de definir tal proceso, especialmente por la falta de estudios al
respecto, conforman el reflejo de las dificultades que presenta el estudio del desarrollo
de la viticultura en la costa catalana. (REVILLA 2004: 166) Sin embargo, también se
han documentados alfares vinculados a explotaciones agrarias especializadas que no
responden a la idea de villa e incluso alfares que han superado el marco de la actividad
complementaria de la agricultura, llegando a actuar como entes autónomos. Tales
descubrimientos nos inducen a pensar que, a pesar de que la coexistencia de agricultura
y artesanado en la mayoría de estos lugares es indudable, la integración de los modelos
de producción dentro de un sistema más complejo, organizado alrededor de un eje
central dentro del fundus como podía ser la villa, no formaba parte de un proceso
generalizado.
EVOLUCIÓN COMERCIO DEL VINO
La proliferación de alfares son un reflejo de una necesidad en constante aumento de
material cerámico paralela al crecimiento de la producción vinícola de la zona, lo que
hará que hacia finales del s. I a.C. la exportación de vino tarraconense alcance unas
dimensiones considerables, situando la ciudad de Tarraco como principal centro de
concentración y distribución del producto (ARRAYÁS 2005: 186) Este crecimiento se
verá reflejado en la utilización de barcos de mayor envergadura para el transporte, con
una capacidad de carga superior y capaces de realizar un viaje de larga duración sin
necesidad de escalas. La información aportada por los derrelictos hallados nos indica un
predominio de dos clases de cerámicas (Pascual 1 y Dressel 2-4) cuyo análisis ha
indicado el primer cuarto del s. I d.C. como el momento de máximo esplendor del
comercio de ánforas tarraconenses. (CARRERAS, 2009: 168)
Ya desde el año 20 a.C. asistimos al momento de la llegada de un mayor número de
tropas a la frontera del Rin, coincidiendo con el inicio de ese momento de máxima
exportación de los productos tarraconenses, especialmente a la zona de las Galias 3. Será
precisamente a través de la ruta de las Galias que llegaran los productos tarraconenses a
la zona renana, en cierto modo motivada por una especia de inercia en su distribución a
través de los mercados galos; se podría decir que la llegada de vino tarraconense a esta
zona es un aspecto secundario dentro de la dinámica comercial del momento.
(GONZÁLEZ 2015: 210) De lo que no hay ninguna duda es que la época augustea será
el momento de máximo esplendor del comercio tarraconense.
En los yacimientos renanos puede documentarse la llegada de tres tipos principales de
ánforas de la tarraconense: la Pascual 1, Oberaden 74 y Dressel 2-4. (GONZÁLEZ
2015: 210; REVILLA 1993:174) Tal variedad de contenedores irá ligada a la dinámica
productiva de época augustal en los alfares del noroeste de la península Ibérica, donde
se realizan diferentes tipos de ánforas al mismo tiempo (REVILLA 1993: 122; 1995:
316-318) Tras el estudio de los restos hallados en los yacimientos renanos se ha podido
concluir que el modelo de ánfora Oberaden 74 presenta un papel más destacado 4, por
encima de la Pascual 1 y muy por encima de la Dressel 2-4, cuya presencia en Germania
parece ser del todo anecdótica (GONZÁLEZ 2015: 211); una afirmación que refuerza la
importancia del hallazgo de un material de estas características en esta zona. A pesar de
ello, será precisamente a partir del cambio de era que se producirá un cambio drástico
en la fabricación de cerámica en los alfares hispanos, promoviendo una sustitución
generalizada de los modelos de Pascual 1 por los de Dressel 2-4. (REVILLA 2004: 176)
Paralelamente a este cambio de modelo ánforico nos encontramos con una variación de
las zonas de distribución del vino hispano, convirtiéndose Italia, y más concretamente
Roma, en el destino preferente de las exportaciones tarraconenses durante la primera
mitad del s. I d.C. El hallazgo de un elevado número de pecios en la zona datados de
este momento cargados con este nuevo tipo de ánfora confirma tales evidencias
(HIDALGO 2011: 81-82; ARRAYÁS 2005: 186; REVILLA 2004: 176)
Una vez finalizado el principado de Augusto se hace mucho más difícil percatarse de
envases tarraconenses en la zona del Rin. Parece ser que a partir de mediados del s. I d.
C. el vino tarraconense se verá desplazado por las producciones galas, dejando las
producciones tarraconenses como meros residuos de una gloria pasada, llegando de
forma muy marginal a la región5. (GONZÁLEZ 2015: 211; REVILLA 1993: 174)
Como hemos visto, las producciones vinícolas del noreste hispano representan un papel
secundario en los puestos militares del Rin siendo los mercados galos, en un primer
momento, y los itálicos, posteriormente, los destinos preeminentes de los productos
3
La distribución de este tipo de cerámicas es muy importante en la zona de las Galias y el limes
germánico (sustituyendo parcialmente en ambos casos al vino itálico) pero también tenemos constancia
de la llegada de tales productos a zonas de Britania, norte de África e Italia. (REVILLA 1995: 317)
4
A pesar de ser un modelo cerámico producido de manera minoritaria en la zona de Cataluña, tales
ánforas parecen encontrar su mercado prioritario en los establecimientos militares de la ribera del Rin
(GONZÁLEZ 2015: 211)
5
El impacto de los edictos de Domiciano de finales del s.I d.C. fueron un elemento más a tener en
cuenta a la hora de analizar las posibles causas que conllevaron el inicio de la decadencia del comercio
vitícola de la zona tarraconense. (HIDALGO 2011: 82; REVILLA 2004: 161)
tarraconenses. El desplazamiento de estos mercados ha generado un gran debate en
torno a la calidad de los vinos tarraconenses. El hecho de se considere un producto
secundario nos permite plantearnos diversas hipótesis al respecto, siendo una
posibilidad su condición de vino de alta calidad, accesible solo a ciertos sectores
poblacionales. El análisis de las fuentes escritas al respecto nos confiere una idea del
vino de Tarraco de alta calidad. Plinio (NH XIV, 71), Marcial (Epigr. XIII, 118) y Silio
Itálico (Púnica III, 369, 70; XV, 77) destacan la calidad de los mismos. A su vez,
González plantea la posibilidad de establecer una relación entre los vinos de calidad
referidos en sus obras y los envasados en las Oberaden 74, dándonos pie a plantearnos
algunas hipótesis en cuanto al hallazgo de una pieza catalogada como Dressel 2-4 en un
contexto de asentamiento del limes germánico.
EXCAVACIÓN EN XANTEN (Colonia Ulpia Traiana)
Antes de hablar plenamente de la pieza en cuestión, es necesario que planteemos ciertos
elementos importantes a tener en cuenta cuando nos referimos al contexto de
excavación en la cual ha sido hallada, es decir, en la colonia romana de Xanten o
Colonia Ulpia Traiana.
El primer momento de asentamiento de esta zona está datado del año 12 a.C. sin
presentar ningún tipo de urbanismo ordenado. La colonia presenta una densidad de
ánforas de un valor extraordinario en comparación con densidades de otros yacimientos
del Mediterráneo. Si tenemos en cuenta que las ánforas son el material más voluminoso
que nos permite estudiar la evolución de un yacimiento, la situación de Xanten habla
por sí sola. Dentro del asentamiento existen cuatro zonas de excavación que han sido
estudiadas en profundidad, especialmente en lo referente a la cuantificación del material
ánforico y la información aportada por las mismas. (CARRERAS 2006)
Los restos encontrados nos han permitido establecer el aceite, el garum y el vino como
los tres productos más importados de esta zona. El volumen de productos exóticos,
como el vino de falerno contenido en envases Dressel 2-4 Campaniana, sugiere un
elevado poder adquisitivo de los habitantes de la colonia así como de los soldados del
campamento vecino. Además, el elevado número de hallazgos con procedencias de
otros lugares del Imperio frente a las producciones locales han dejado patente la
importancia y la dependencia entre los mercados interprovinciales, teniendo una
especial relevancia en las zonas de la frontera germana. (CARRERAS 2006: 33)
De entre las cuatro zonas de excavación, la que presenta un mayor número de material y
dentro de la cual se enmarca nuestra pieza, es la zona conocida como Ostmauer. Su alta
densidad de ánforas y cerámica concuerdan con los patrones de los vertederos cercanos
al asentamiento que solían darse en época romana. (CARRERAS 2006: 34;
CARRERAS 2009: 173) A pesar de que el tipo de ánfora más numeroso es el Haltern
70, de origen bético, el abanico de restos encontrados es muy amplio. El caso de las
Dressel 2-4 es particularmente interesante puesto que, vinculadas al transporte de vinos
lujosos de origen italiano, revelan la importancia del poder adquisitivo de la población
del asentamiento. En cuanto a las producciones tarraconenses, datadas del momento de
máxima extensión de su comercio, las evidencias se reducen a unos pocos vestigios,
identificados como restos de Pascual 1, Dressel 2-4 y Oberaden 74, (CARRERAS 2009:
174) entre los que encontramos los restos de ánfora en que se centra nuestro análisis.
ANÁLISIS DE UNA DRESSEL
PERSPECTIVA CUALITATIVA
2-4
TARRACONENSE
DESDE
UNA
Como bien decíamos al principio, el objetivo de nuestro estudio es el análisis de un
objeto, en este caso un ánfora del tipo Dressel 2-4 excavada en el limes romano de
Germania, mediante la utilización de una metodología cualitativa con la intención de
discernir acera de las diferentes etapas de dicho objeto a lo largo de su vida y ser
capaces de elaborar hipótesis que nos permitan comprender el porqué de la llegada de
un objeto de estas características a esta zona de la frontera germana. Sin embargo, es
necesario que tengamos en cuenta algunos aspectos importantes que pueden influir en
nuestro enfoque cualitativo del objeto.
El primero y más importante es la falta de un contacto in situ con el objeto. Nuestro
análisis se basa en fuentes secundarias, estudios de otros autores que han tenido acceso
a información más privilegiada. A pesar de ello, en muchos de los casos las
conclusiones extraídas del estudio de las distintas fuentes a su disposición (literarias,
arqueológicas, numismáticas, etc.) forman parte de teorías aún en fase de desarrollo por
la falta de contrastación de muchas de las hipótesis planteadas. Es por estos motivos que
debemos ser muy cautos a la hora de establecer paralelismos con nuestro caso.
Por otro lado, como se ha comentado anteriormente, el asentamiento de Xanten ha sido
convertido en tiempos contemporáneos en un parque arqueológico, destinado a la
educación acerca de épocas pasadas y a la difusión del material encontrado, permitiendo
un contacto más cercano con sus visitantes. Esta clara vocación patrimonial llevará
implícitas una serie de medidas, entre las que destaca una fuerte intervención estatal en
el proyecto de excavación con la intención de destinar un mayor volumen de recursos al
estudio de ciertas zonas, más adecuadas para recibir este enfoque turístico.
De entre todos los objetos, nuestro estudio se centra en el hallazgo de un ánfora del tipo
Dressel 2-4 tarraconense en el asentamiento de Xanten. La datación de los restos la
sitúan en época augustea, concretamente en torno al primer cuarto del s. I d.C.,
momento de máximo esplendor del comercio de los productos de la zona tarraconense.
Como hemos visto, la fabricación de este tipo de ánfora aparece paralelo al tipo Pascual
1 y a otros tipos de material ánforico en estas décadas. Por lo tanto, su fabricación puede
ser contrastada con los restos hallados en los alfares del litoral catalán, que confirman
este hecho. Sin embargo, la llegada de este tipo de material a una zona tan alejada de su
punto de producción es lo que nos ha generado más problemas a la hora de analizar.
Las Dressel 2-4 tuvieron un fuerte empuje principalmente como contenedores de los
vinos tarraconenses destinados a la zona de Itália, y concretamente a Roma, y a la zona
de las Galias. Siguiendo esta primera línea, la presencia del ánfora en la zona de Xanten
puede residir en la propia inercia del comercio de estas zonas. Destinadas a alguna zona
de las Galias cercana al limes germano, una pequeña parte de una partida de vino
hispano pudo haber sido transportado, mediante una serie de acuerdos comerciales,
hasta los asentamientos militares de la zona limítrofe siguiendo una simple vocación
comercial, sin más. A pesar de ello, el análisis con más detenimiento del contexto de la
época nos ha llevado a plantearnos otras hipótesis que pudieran dar una explicación
coherente a la aparición de ese producto vinícola tan lejos de casa.
Como hemos comentado, el vino tarraconense fue tratado por los autores clásicos como
un vino de calidad superior a la de otros vinos del momento. Paralelamente, los
hallazgos en Xanten plantean el alto nivel adquisitivo que debía presentar la población
del asentamiento, cuyo paladar se decantaba más por el vino de origen itálico, pero
sobre todo de gran calidad. Será precisamente esta línea la que nos ha llevado a
plantearnos la posibilidad de que la llegada de una pequeña partida de vino tarraconense
al asentamiento de Xanten puede estar estrechamente relacionada con la calidad del
mismo6. En la época en que está data el ánfora, la ciudad ocupaba las funciones de
abastecimiento del ejército asentado en la ribera del Rin, por lo que no es de extrañar
que, tanto altos cargos del propio ejército como algunos de los habitantes más notables
del momento, se interesaran por obtener un vino de esa calidad, un vino que además
estaba siendo de los más extendidos por el territorio galo y en las costas italianas. Un
factor de calidad pero también cierto elemento de romanización pudo afectar a esta
visión. Era el vino que se demandaba en Roma, en la capital del imperio, por lo que no
es de extrañar que en zonas lejanas se intenten mantener lazos con la patria que les
recuerde de donde venía y porque estaban allí, por la grandeza de Roma, un idea que en
nuestra opinión está presente en todos los actos llevados a cabo por Roma durante toda
su existencia.
En conclusión, podemos plantear la fabricación de un ánfora del tipo Dressel 2-4 en uno
de los alfares de la zona tarraconense con una clara orientación al transporte del vino de
la zona cuya distribución pudo estar sometida al control de una villa. Una vez
preparados, parte del cargamento será destinado a las naves con destinos itálicos,
mientras que la mayoría tendrá como destino los asentamientos situados en las riberas
fluviales de territorio galo. A tales efectos, la demanda de una pequeña partida de vino
por parte de un asentamiento de reciente creación en la zona del limes germano, pero
con una progresión de crecimiento descomunal, pudo ser el desencadenante de la
llegadas de dicho producto hasta zonas germanas, generando un residuo cerámico que
acabará desahuciado en el vertedero de la ciudad.
6
Esta hipótesis ya ha sido planteada por González (2015: 214) pero estableciendo su relación con el tipo
anfórico de la Oberaden 74, caracterizada por su reducida producción en el litoral catalán. En este
sentido nuestra propuesta perdería fuerza por tratarse de un tipo de ánfora estandarizado en este
momento.
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