Literaturas transnacionales: ponerse en las escrituras de los otros
EL CAUTIVERIO EN LA LITERATURA DEL NUEVO MUNDO
[Reseña de El cautiverio en la literatura del Nuevo Mundo, Miguel Donoso, Mariela
Insúa y Carlos Mata, eds., Biblioteca Indiana, Publicaciones del Centro de Estudios
Indianos (CEI), núm. 27, Pamplona-Madrid, Universidad de NavarraIberoamericana-Vervuert, 2011, 287 pp.]
RODRIGO FAÚNDEZ CARREÑO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BARCELONA
Diecisiete copiosos artículos integran este nuevo volumen, el número 27, de la
colección Biblioteca Indiana del Centro de Estudios Indianos (CEI) de la Universidad
de Navarra, dedicado monográficamente al tema de El cautiverio en la literatura del
Nuevo Mundo a partir del congreso internacional “¡Ay, mísero de mí! El cautiverio en la
literatura del Nuevo Mundo: de las crónicas de Indias a la época moderna” organizado
por el CEI del GRISO (Grupo de Investigación Siglo de Oro) de la Universidad de
Navarra, en conjunto con la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de
Chile, y celebrado en Santiago de Chile, durante los días 4 y 5 de julio del año 2009.
De todas esas investigaciones, cuatro están dedicadas al famoso texto colonial
chileno Cautiverio feliz y razón individual de las dilatadas guerras del reino de Chile
(1673) del criollo Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, que narra su cautiverio en el
mundo mapuche a partir de su captura en la batalla de las Cangrejeras de 1629 en las
inmediaciones de Concepción. Sus investigaciones monográficas observan con cuidado
la influencia de la literatura clásica y la teología cristiana en la composición del texto.
Bajo esta égida, Eduardo Barraza estudia la estrecha relación que cumplen la retórica, la
filosofía y la historia moral como fuentes de autoridad desde las cuales Pineda y
Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
Cuadernos de Aleph, 2013. Reseñas
Bascuñán traza una profunda analogía entre la sociedad occidental y la cultura
mapuche, que califica como “las armas de su cautiverio” (p. 15).
Una mirada similar propone Cedomil Goic al estudiar dos poemas claves del
texto “Romance en agradecimiento a Maulicán, mi amo, debido a sus agasajos y
corteses acciones” y el “Romance y Oración”. En ambos hay numerosas referencias a la
poesía clásica, citas bíblicas y de la patrística en general (Ovidio, San Anselmo, San
Bernardo, San Pablo, etc.) que permiten, en el caso del primer poema, exaltar la
dignidad del indio como líder prudente y gobernante justo, como también, en el
segundo, hacer una apología a la intimidad cristiana del cautivo. Los poemas no están
exentos de algunos tópicos literarios característicos del cautiverio como “el cautivo,
cautivado por su señor” (p. 118) y la “experiencia martirológica de la fe del cautivo” (p.
120) que contribuyen a reconstruir las cultura poética de nuestro autor formado bajo el
alero de las bibliotecas eclesiásticas del Chile colonial.
Carlos González y Hugo Rosatti, con abundantes fuentes documentales,
reconstruyen la biografía de Pineda y Bascuñán, desde su nacimiento en San Bartolomé
de Chillán en 1609 a su presunta muerte en el Perú en 1680. Se detienen en las
circunstancias históricas de la batalla de las Cangrejeras en la que Pineda fue apresado
por Maulicán, hasta su liberación seis meses y catorce días después, con especial
atención al itinerario geográfico del cautiverio: desde los pasos y derroteros que lo
introducen en el territorio mapuche, hasta la ruta final de su intercambio. A través de
extensas citas a varios pasajes del texto se traza una “geografía de la amistad” que
permite comprender el contexto natural entre los cuales Pineda y Bascuñán y su amo se
hacen amigos.
El último trabajo dedicado a esta importante obra colonial chilena propone un
enfoque desde los estudios de género. Stefanie Massman analiza la ambivalente y
contradictoria relación de Pineda y Bascuñán con la mujer mapuche: 1) sus reiterados
testimonios de castidad frente a la lascivia del mundo gentil; 2) la presencia de un
discurso misógino común entre la cultura hispana y la cultura mapuche, que en palabras
de la autora: “justifica la reserva hacia la mujer indígena y destaca una conciencia
ideológica con el mapuche que no reviste peligro alguno” (p. 167).
Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
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Literaturas trasnacionales: ponerse en las escrituras de los otros
El volumen número 27 de la colección Biblioteca Indiana del CEI también
dedica varias investigaciones a la figura de la mujer occidental cautiva, todas a partir de
la representación literaria de Lucía Miranda, primera cautiva blanca del Río de la Plata.
Su historia fue narrada originalmente por Ruy Díaz de Guzmán en La Argentina
manuscrita en 1612, y durante los siglos XIX y XX despertó el ingenio de diferentes
novelistas que reescribieron su biografía: el presente volumen ofrece un mapa general a
sus diversas facetas en las letras hispanoamericanas.
Según Díaz de Guzmán, Lucía Miranda llegó a América en 1527 junto a su
esposo Sebastián Hurtado para participar en la fundación del fuerte Espíritu Santo en los
márgenes del Río de la Plata. Su inicial vínculo de amistad con la tribu Timbú
(originaria de la zona) despertó un impulsivo amor en los caciques Mangoré y su
hermano Siripo, quienes irrumpieron en el fuerte, lo destruyeron y raptaron a Lucía.
Como consecuencia de su rechazo a unas segundas nupcias con los indígenas locales
(cual Dido en el Nuevo Mundo) Lucía fue sentenciada a morir en la hoguera, mientras
su esposo fue ajusticiado en el cadalso.
La romántica historia y traumática muerte inspiró una serie de nuevas versiones
de la historia de su cautiverio. Vania Barraza analiza la construcción del sujeto literario
femenino a partir de la novela histórica de Eduarda Mansilla Lucía Miranda (1860) que
califica como una “versión femenina a las teorías civilización-barbarie expuestas en el
Facundo de Domingo Faustino Sarmiento” (p. 39). Por su parte, Mariela Insúa investiga
la “configuración del proceso amoroso y el modo en que experimentan los protagonistas
el cautiverio sentimental” (p. 147) en cuatro textos representativos de su desarrollo
como personaje ficcional: la novela de Eduarda Mansilla Lucía Miranda (1860); la
novela de título homónimo de Rosa Guerra (1860); la Lucía Miranda o la conquista
trágica de Alejandro Cánepa (1929) y Lucía Miranda de Hugo Wast (1929), que
vincula con los diversos imaginarios políticos que exponen las novelas.
Silvia Tieffemberg contrasta el cautiverio de Lucía Miranda con la “historia de
la Maldonada”, otra cautiva blanca de La Argentina manuscrita de Díaz de Guzmán que
a diferencia de Lucía, abandonó voluntariamente el fuerte español para vivir con la
comunidad indígena. A partir de esta diferencia, Tieffemberg, recurre a las ideas de un
endon (adentro) y un ekso (afuera) de Claude Lévi-Strauss para concluir: “Lucía cruza
la frontera obligada y contra su voluntad se convierte en la mujer de otro; Lucía
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Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
Cuadernos de Aleph, 2013. Reseñas
transgrede, pero no regresa al espacio blanco y muere sacralizada por el fuego en
presencia del esposo legítimo. La Maldonada cruza la frontera compelida por el hambre
pero por propia voluntad y se convierte, también, en mujer de otro pero regresa. Y el
retorno y el perdón pueden concretarse porque la felicidad de la que participa solo
colateralmente queda del otro lado de la frontera” (p. 258). Para la autora las historias
femeninas en La Argentina manuscrita son reflejo de una nueva sociedad en la cual “lo
otro indígena” modifica desde dentro “lo otro occidental” (p. 258).
Otros siete estudios del volumen son de tipo histórico, basados en crónicas y
documentos notariales. Macarena Sánchez Pérez postula una historiografía del
cautiverio en Chile a partir del potencial de intercambio que significaron los cautivos
(españoles y mapuches) durante la guerra de Arauco; su papel como reos o agitadores
en los levantamientos generales y su situación jurídica de esclavos como botín de
guerra. Bajo este mismo enfoque de ‘nuevas perspectivas historiográficas’, Olaya
Sanfuentes propone una historiografía del hambre durante la conquista de Chile a partir
de las Cartas de relación de Pedro de Valdivia y de las crónicas de Jerónimo de Vivar,
Pedro Mariño de Lóbera (Bartolomé de Escobar), Alonso Góngora Marmolejo y Diego
de Rosales. Por su parte, Osvaldo Rodríguez, con las mismas crónicas mencionadas,
investiga el papel de la mujer blanca como objeto de cambio durante la guerra de
Arauco, los traumas que involucró la experiencia del cautiverio para ellas y el papel
político que jugó en la zona de la Araucanía.
Miguel Donoso reconstruye la casuística del cautiverio de Alonso de Monroy y
Pedro de Miranda entre los indígenas del valle de Copiapó en 1541, según el relato de la
crónica de Alonso de Góngora Marmolejo Historia de todas las cosas que han acaecido
en el reino de Chile y de los que lo han gobernado (1575), en ella se narra su
supervivencia al cautiverio gracias a unas flautas europeas que poseía la comunidad
indígena y que éstos les enseñaron a utilizar. El anecdótico pasaje –cual Orfeo en el
Nuevo Mundo– se complementa con los datos de las Cartas de relación de Pedro de
Valdivia y las noticias de Pedro Mariño de Lobera/ Bartolomé Escobar en su Crónica
del Reino de Chile.
De los trabajos históricos, tres se detienen en casos de cautiverio en la América
septentrional. Sarissa Carneiro estudia la expedición de Fernando de Soto en la Florida,
a partir del discurso filosófico-moral que propone el Inca Garcilaso de Vega en La
Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
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Florida del Inca (1605) y Lygia Rodríguez detalla las peripecias de la hueste de Pánfilo
de Narváez en Florida a partir del famoso texto los Naufragios (1542) de Álvar Núñez
Cabeza de Vaca. El último de los trabajos a partir de crónicas del Nuevo Mundo es de
Miguel Zugasti, quien estudia el proceso de indigenización de los españoles Gonzalo
Guerrero y Jerónimo de Aguilar, miembros de la fallida expedición de Diego de
Nicuesa y Alonso de Ojeda al Yucatán en 1511; cautivos durante ocho años por los
indígenas de la zona. A partir de las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, López de
Gómara, Diego de Landa y Gonzalo Fernández de Oviedo, Zugasti reconstruye su
biografía. Interesante es el caso de Gonzalo Guerrero quien rechaza su rescate y prefiere
continuar su vida entre la comunidad indígena, declara: “Yo soy casado, tengo tres
hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras; íos vos con Dios, que yo
tengo labrada la cara e horadadas las orejas […] E ya veis estos mis tres hijitos cuán
bonicos son” (p. 267). Zugasti finaliza su investigación con un inventario de cautivos en
el Nuevo Mundo, con especial atención al caso de Chile.
Los tres artículos restantes que completan este copioso volumen 27 del CEI son
de tema estrictamente poético-literario. El profesor Eduardo Godoy dedica un estudio
intertextual a las fuentes de la pieza teatral Cervantes en Argel (1886) del chileno
Antonio Espiñeira; entre ellas, la Información de Argel y Mártires de Argel (1580) de
Antonio de Sosa, que contrasta con la comedia en su construcción de personajes,
cuadros y escenas. Por su parte, Carlos Mata estudia el tópico del cautiverio de amor
entre indígenas y españoles a partir de siete comedias del teatro del Siglo de Oro
español de tema araucano (basadas en La Araucana de Ercilla); actualiza su
investigación y ofrece una moderna bibliografía sobre el tema.
Concluye el presente volumen con una investigación de tipo hagiográfico donde
Andrés Eichmann analiza la figura poética de San Pedro Nolasco en América (patrón de
cautivos) a partir de un poema de la décima musa novohispana sor Juana Inés de la Cruz
y tres poemas manuscritos del Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia. Presenta una
breve biografía del santo y su fama literaria durante el Siglo de Oro español, para
contrastar su construcción simbólica en los poemas americanos: con grilletes, prisionero
y sometido a duros tormentos; el pasaje de su supuesta lactación por la Virgen; su
imagen con un panal de abejas, en el mar y como “fuego de Dios” (p. 73). A través de
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Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
Cuadernos de Aleph, 2013. Reseñas
ellos, traza una interesante relación entre la cultura eclesiástica peninsular y la teología
cristiana del mundo andino.
La confluencia de todos estos diversos elementos históricos, poéticos y
teológicos nos permite calificar este nuevo volumen de la Biblioteca Indiana como un
compilado profundo, que actualiza desde diferentes perspectivas críticas y teóricas el
tema del cautiverio en el Nuevo Mundo. Pero también es interesante debido a que el
volumen es fruto de un trabajo colectivo entre la academia española (GRISO) y la
chilena (PUC) en el que se cruzan miradas y acercan las parcelas del cautiverio
académico. Por ello, celebramos su aparición.
Rodrigo Faúndez Carreño (2013): “El cautiverio en la literatura
del Nuevo Mundo”, Reseñas, Cuadernos de Aleph, 5, pp. 226-231.
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