LA HERENCIA MODERNA:
LA CONTINUIDAD DEL ESTILO EN LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA LIMEÑA
Autor:
ARQ. MANUEL BACA GARCÍA
Lima, 2013
LA HERENCIA MODERNA:
LA CONTINUIDAD DEL ESTILO EN LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA LIMEÑA
1. INTRODUCCIÓN
2. LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA EN LA ARQUITECTURA MODERNA
3. HACIA UN TEORIA INTEGRADA DE LA ARQUITECTURA
4. AFIRMACIONES CONCEPTUALES
5. LA ARQUITECTURA MODERNA COMO ARTE DE LO ESPACIAL
6. EL PROPOSITO DE LA ARQUITECTURA MODERNA
1. INTRODUCCIÓN
La arquitectura está muy asociada a otras disciplinas y se nutre de otras artes y ciencias, de
experiencias y de líneas de pensamiento, a manera de silogismo existen premisas que hay que
considerar en el momento de encarar un proyecto, premisas como las exigidas por el cliente, el
entorno, los materiales, las leyes, etc., y la conclusión sería el resultado formal y perceptual,
conformado a su vez de no solo el tiempo que le dediques sino del que usaste anteriormente para
desarrollar otros, un proceso de acumulación que permite un resultado ascendente hacia lo óptimo.
En argumentos Vitrubianos, la labor de un arquitecto es como la de un arte que no puede
cultivarse sí no es gracias a una educación completa y a un total conocimiento de todo tipo de
instrucciones, un arte que se desliga del mero trampolín para conseguir dinero, una ciencia noble que
en estos tiempo de fragmentación, cae muchas veces en manos inexpertas e incluso de individuos que
no tienen la más mínima idea ni de arquitectura ni de construcción, convirtiendo a la autoconstrucción
en una alternativa, discutible pero que es el resultado de desconocimientos y desconfianzas.
La transmisión de la experiencia de profesionales arquitectos nobles y sinceros con el oficio
proporciona una influencia significativa en sus colaboradores, es una herencia sólida con variantes
excepcionales, una visión permanente y perpetua en la misión como discípulos y profesionales.
La herencia moderna es en muchos casos una línea estilística fuerte en la producción arquitectónica,
que generación tras generación se va difundiendo a modo de enseñanza y que ha marcado la mayoría
de proyectos en los que muchos han participado en todo éste tiempo de ejercicio profesional
constante. Su controlado nivel de abstracción, su predilección por la práctica y su discreta afición por la
experimentación son características que ejemplifican la práctica de éste tipo de arquitectura, diversas
oficinas representan esta experiencia que da lugar a nuestra competencia en arquitectura y a un
“saber hacer” que se conserva y difunde.
Finalmente la arquitectura moderna, que “se ve y se toca”, que aun continúa como paradigma
vigente y que sirve de ejemplo para futuras generaciones define en gran magnitud muchas de las
obras que presentamos en el siguiente trabajo de investigación, documento que mostramos como una
manera de destacar y agradecer a los “maestros” que nos acompañaron y acompañarán en todo el
transcurso de la vida profesional.
2. LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA EN LA ARQUITECTURA MODERNA
Por desgracia, muchos profesionales de la arquitectura toman decisiones en el momento de la
proyectación arquitectónica, sin mayor soporte técnico o científico que su “intuición”, su preparación
teórica (cualquier cosa que eso signifique) y una experiencia que, en el mejor de los casos, suma a la
práctica de proyectos anteriores algunos viajes y ciertas lecturas de libros y revistas que usualmente
muestran solo a los arquitectos de moda (el fin, al igual que las revistas de arte o de modas, es el de
crear mercados a pintores, modistos y por supuesto a arquitectos). Y estas decisiones tienen efectos,
con frecuencia adversos, sobre la conducta, la salud, la convivencia, la economía y en suma, el
bienestar de los habitantes de sus proyectos.
Algunos aspectos de importancia particular mencionados en el libro de Luis Miró Quezada
Garland: Introducción a la teoría del diseño arquitectónico son que:
La arquitectura ha caído nuevamente en la mera estilística sin consideraciones al contexto
intrínseco y extrínseco que exige el ser de la obra arquitectónica.
Se reafirma la esencia especial de la arquitectura, enfatiza la necesaria educación del espacio
arquitectónico a la función que allí deberá cumplirse, (“el espacio vivible”, “el espacio eficiente”), señala
el acondicionamiento que imponen los materiales y los sistemas constructivos con los que es preciso
erigir los elementos que conformaran dichos espacios.
Tanto el acondicionamiento espacial (función), las envolventes o membranas (construcción) y los
volúmenes (expresión formal) se integran en intima relación y deben tener una aceptación de
importancia primordial.
La teoría arquitectónica es un proceso especulativo espiritual que nos permita dilucidar los principios
generales que acondicionan la creatividad, en vez del conjunto de conocimientos extraídos de
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aplicaciones particulares.
La teoría arquitectónica no es algo que se impone ni rige el proceso de una actividad, es dinámica ya
que debe entenderse como un proceso mental que me acerque al mundo de las ideas, que me haga
plantear hipótesis, juicios y síntesis para llegar a un concepto creativo particular.
La teoría es un sistema construido por el pensamiento, proviene de hipótesis total o
parcialmente comprobadas, las teorías son sometidas constantemente a críticas, con un objetivo de
disciplinar el pensamiento, la teoría de la arquitectura trata de teorías estéticas, su dominio es el de las
puras apariencias; tenemos también de manera diferenciada las teorías de diseño, cuyo campo está
relacionado con los medios con los cuales esas apariencias se consiguen. La arquitectura durante
siglos ha tenido como objetivo más común el de tratar de dirigir con una visión normativa el diseño
posterior.
Usualmente en teoría de la arquitectura encontramos tres tipos de estudios:
Los estudios descriptivos, cuyo objetivo es el de divulgar el actual (o el pasado) estado del objeto
arquitectónico, así como los usuarios relacionados con estos objetos.
Los estudios explicativos, que intentan descubrir por qué cada edificio ha tomado la forma que tiene.
Las razones se pueden tomar del pasado o del contexto concurrente, o alternativamente de las
intenciones del diseñador
Los estudios normativos, que procuran precisar en qué aspectos podrían ser mejorados el objeto del
estudio, y el método de hacerlo. Cuando el resultado de estos estudios normativos es generalizable a
objetos similares, suele denominarlo teoría del diseño.
La arquitectura durante siglos ha tenido como objetivo más común el de tratar de dirigir con una visión
normativa el diseño posterior. Se debe reflexionar sobre el estado de la teoría contemporánea,
ahondar en las relaciones entre teoría y realidad construida revisando la crítica reciente. 2
Los tipos de edificación se manejan, en cierto modo, como un catálogo, distinguiendo entre edificios
monumentales, industriales y de viviendas sobre una base puramente funcional. Este tipo de
clasificación es, sin duda, necesario, pero, en la mayoría de los casos, tiene un carácter descriptivo
que vincula los programas a tipologías convencionales.
1. Luis Miró Quezada Garland, Introducción a la teoría del diseño arquitectónico. Edit. El Comercio S.A. 2003. Pág. 11
2. Percy Acuña, Teorías de la arquitectura. Texto virtual: http://www.urbanoperu.com/node/241
Según Norberg Schulz, la calidad de la arquitectura no depende solo de la relevancia de los
componentes, sino también de su grado de articulación. Una totalidad en la que están totalmente
coordinados varios niveles articulados e interconectados dentro de cada dimensión, tiene una mayor
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calidad que una totalidad en la que se reúnen niveles relativamente inarticulados y separados.
Los resultados de la arquitectura tienen un valor público, deben satisfacer problemas comunes y
accesibles a la percepción y participación común, hacerse un símbolo común, sin ser confundido como
solo una exigencia ligera de lo que se demanda, servir a la comunidad a pesar de deseos individuales,
la calidad arquitectónica depende de la correspondencia entre el significado y la forma.
Mientras que la investigación teórica debe descubrir las posibles dimensiones de la obra de
arquitectura, la experiencia inmediata debería captarla como una totalidad, como un objeto
intermediario. La teoría y la experiencia, por lo tanto, no se sustituyen mutuamente, pero pueden
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ayudarse entre sí. No obstante, deberíamos evitar confundirlas.
3. HACIA UN TEORIA INTEGRADA DE LA ARQUITECTURA
Debemos decir que las diferencias entre unas arquitecturas mas (vale el termino) “esforzadas”
en una integración con la ciudad y las construcciones preexistentes en otras partes de una misma
ciudad son muy diversas y muestran tendencias diferentes, se hace difícil analizar que tendencias
estilísticas y que contenidos marcan el estado actual de la arquitectura. Se vive hoy en un medio en
donde los modelos de referencia son nulos, el movimiento moderno, con todas sus variedades, fue el
ultimo que ofreció modelos de referencia eficaces, sin embargo las constantes variaciones de las que
hemos hecho variaciones e interpretaciones impertinentes así como el individualismo proyectual
causan un desorden en la visión de conjunto de la nuevas y antiguas construcciones que conviven en
un mismo espacio y lugar.
¿Cuáles son los modelos aplicables?, ¿de donde son los modelos aplicables?, ¿de dónde
tienen que “copiar” los albañiles que construyen la gran masa de “arquitectura corriente”? Tendrían
que “copiar” de la “gran arquitectura” que sirve de base a los congresos y las universidades y a la cual
se da publicidad, con elogios consistentes, en las mejores revistas internacionales. Ahora bien, esa
arquitectura excelente ¿quiere dejarse copiar?, ¿tiene voluntad de ser un modelo? Me parece que no,
y quizás ello sea un hecho nuevo, insólito, en la historia de la arquitectura. No quiere ser modelo
porque su función,…es una función publicitaria-aunque sea en el mejor sentido de la palabra-para la
cual es indispensable la autonomía e incluso el distanciamiento abrupto y agresivo respecto al resto de
la arquitectura que se hace a su alrededor, no solo no quiere, sino que no puede, porque la finalidad
asumida la obliga a unos sistemas constructivos, a unas exuberancias económicas y, en general, a
unas formas no traducibles a muchos más temas, y ni tan siquiera a las series más modestas del
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mismo tema.
4. AFIRMACIONES CONCEPTUALES
Es cierto para nosotros que ha habido muy pocas proclamaciones y fundamentos que hayan
conseguido estructurar una escuela con cierta permanencia en los últimos años. Del brutalismo al
minimalismo, del situacionismo a la deconstrucción, del neorracionalismo al regionalismo critico,
además de las famosas utopías formales, todo se ha presentado de manera esporádica y hasta
superpuesta y casi nunca han llegado a definir un estilo.
Ha habido sectores que no han querido crear un estilo pero que han influido en los métodos para
encarar un proyecto arquitectónico, un ejemplo son Aldo Rossi y Robert Venturi, que publicaron sus
textos fundamentales La Architettura della Città y Complexity and Contradiction in Architecture el
mismo año 1966, pero lo importante de estos aportes es que no querían ser propuestas estilísticas,
sino afirmaciones conceptuales que cambiaran algunos presupuestos proyectuales como la relación
con la estructura urbana, la reinterpretación de las tipologías establecidas o los valores de la
comunicación. Pese a ello ambas fueron interpretadas como propuestas estilísticas, apareciendo el
rossianismo y por otra parte el posmodernismo adquirió vuelos incontrolados e inexplicables a pesar
del asombro de Venturi que no quiere ser considerado como fundador del mismo.
3. Norberg Schulz, Intenciones en arquitectura. Edit. GG, Barcelona, 1998. Pág. 117
4. Ibíd., pág. 57
5. Oriol Bohigas i Guardiola, Contra la incontinencia urbana: reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad. Barcelona, Ed. Electa, 2004.
Pág. 44
En 1964 Christopher Alexander (arquitecto, nacido el 4 de octubre de 1936 en Viena, Austria)
había publicado Notes on the Synthesis of Form, un libro que prometía cambios en el devenir de la
arquitectura por su intento en racionalizar la metodología en los procesos de diseño centrado en
investigaciones que en ese campo se realizaban, el intento se refería a aspectos funcionales y
operativos y, por lo tanto sin consecuencias estilísticas, aunque en textos posteriores profundizó su
teoría del lenguaje de patrón con el libro A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction, en el
que describía un sistema práctico de arquitectura en una forma que un matemático teórico o un
científico de la computación llamaría gramática generativa. El término lenguaje de patrón, es un
método estructurado que pone la arquitectura al alcance de personas no especializadas
profesionalmente en la materia, y que popularizó en su libro. En el libro se suministran reglas e
imágenes, y se recomienda que las decisiones sobre la construcción del edificio se tomen de acuerdo
al ambiente preciso del proyecto. Se describen métodos exactos para construir diseños prácticos,
seguros y atractivos a cualquier escala, desde regiones enteras hasta la simple perilla de una puerta.
Un aspecto notable del libro es que el sistema arquitectónico mostrado consiste únicamente de
patrones clásicos probados en el mundo real y reseñados por múltiples arquitectos por su practicidad y
belleza. Sin embargo “…el autor trato con demasiada ingenuidad de pasar al tratado metodológico al
manual para las decisiones particulares sin ninguna ideología: quería ser una colección de tipos y solo
era una serie de prótesis para socorrer el desenfreno.”6
Existen otros ejemplos de propuestas generalizadoras como Il Territorio dell’Architettura de
Vittorio Gregotti (arquitecto italiano, nacido en Novara 1927), lleno de sugerencias que hubieran podido
tener consecuencias más decisivas si su difusión hubiera sido más incidente en las nuevas
generaciones, Para el autor el proyecto en arquitectura es "...el modo de organizar y fijar
arquitectónicamente los elementos de un problema...", habiendo sido seleccionados, elaborados y
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cargados de intención subjetiva durante el proceso que implica la proyectación. Para Gregotti la
arquitectura es "la forma de las materias ordenadas en consonancia con el hábitat."8 El concepto de
hábitat rebasa a la vivienda y a la ciudad, refiriéndose a toda forma habitable y de transformación del
ambiente físico que es proyectado y construido de acuerdo a un objetivo. El problema central del autor
es, precisamente, el hábitat como territorio de la arquitectura. Alude al autor acerca de las posibles
intervenciones al hábitat: geográficas, topográficas y directas sobre objeto arquitectónico, además de
temas relativos al paisaje que circunda a la obra.
Concerniente al significado de la ciudad como una de las manifestaciones -la más complejadel hábitat, expresa la existencia de dos formas de interpretación complementarias; una objetiva
referida al ambiente físico y otra semiológica, relacionada con la concepción unitaria de los distintos
lugares que conforman el espacio urbano. Señala que la estructuración de hábitat a través del
proyecto requiere además de una visión artística y creativa, el reconocimiento del concepto de
naturaleza -ambiente- como valor. Expone además que la arquitectura se puede revisar -tanto en el
nivel teórico como en el fáctico- a través de la historia. Ella, aunque cargada de la subjetividad que le
implica su construcción por ciertos individuos o grupos, es un medio para fijar la memoria. Analiza el
papel de los materiales como parte de la obra construida; estudia la significación asociada al material,
así como la imposibilidad de continuar con esa especie de simbolización dados los procesos de
normalización industrial; de igual forma, asume una posición crítica respecto a la historia como
legitimadora de una arquitectura pasada y mejor, como valor conferido socialmente.
Procede a una revisión de los conceptos racionalidad y funcionalidad y los desmitifica, para finalmente
hacer recaer en el proyecto, la posibilidad de intervenir en los proceso de transformación que van
constituyendo la historia, como medio para que el proyectista pueda participar en ellos activamente.
Por último, se aboca al estudio de los conceptos de tipicidad, uso y significado en arquitectura.
De la tipicidad reconoce varios entendimientos, y sin señalar su cualidad de buena o mala, expresa
que en ocasiones se constituye en un auxiliar valioso como medio de clasificación conceptual;
concerniente al uso, combate su asociación semántica al funcionalismo, a la simple organización de
los espacios respecto de una sola actividad, invocando a contrario su posibilidad múltiple y subjetiva
de utilización. Y finalmente, respecto al significado, señala que el arquitecto, como sujeto de la historia,
debe concretarse a transformar a la arquitectura como soporte de la sociedad, pero no pretender ser
causa del cambio social a través de ella, ya que su papel como comunicador ha sido grandemente
rebasado por otros medios, que más rápidos y eficientes, penetran con mayor celeridad en la
conciencia social.
6. Bohigas, Oriol. Op. cit., pág. 57
7. Vittorio Gregotti, El territorio de la arquitectura. Traducción castellana, Ed. GG Barcelona, 1972. Pág. 13
8. Ibíd., pág. 29
Se trata a mi juicio de un texto muy bien logrado en el que el autor sabe separar en la
exposición, la narrativa de las ideas propias respecto de las que no lo son, sometiendo a juicio a esta
últimas no con afán destructor, sino de esclarecimiento del devenir de los conceptos, para mostrar por
último sus tesis como una consecuencia. Ubicar el territorio de la arquitectura en el hábitat, en el
ambiente que fue proyectado intencionadamente y en el que le acompaña como entorno, muestra la
preocupación de Gregotti de globalizar nuestra actividad profesional, inculcando un respeto por el
medio natural tanto como hacia el construido. Pero dicha preocupación no es motivo para que
confunda que epistemológicamente el territorio de la arquitectura puede abarcarlo todo, esto es, que
no es motivo de la arquitectura -o por lo menos no con suficiente claridad- el sin fin de actividades y
temáticas a las que el arquitecto se enfrenta pragmáticamente, por lo que éste debería de encontrar en
el proyecto un instrumento de síntesis de la información que se le brinda, como medio para regresar al
origen de su actividad. Los arquitectos no deberíamos pretender “...construir un ambiente físico desde
el que dirigir o influenciar el comportamiento humano; pretendemos simplemente hacer más disponible
el ambiente físico.”9
Christian Norberg Schulz con su libro: Intenciones en arquitectura es muestra también esbozos
de una estructura sistemática y completa para la descripción de la Arquitectura. Su estructura organiza
de manera armónica la psicología de la Gestalt, la mecánica de la percepción, la teoría de la
información, la filosofía analítica moderna y la teoría general de los signos y símbolos, articulándose de
manera que cada material tiene su lugar y propósito dentro de un plan articulado, hacia la construcción
de una teoría de la arquitectura. Una teoría capaz de tratar, no sólo la arquitectura como arte, sino de
extender y profundizar sus efectos sociales, psicológicos y culturales, integrando las divergentes
procedencias de materiales en una construcción teórica basada en la ciencia moderna y la doctrina de
la forma simbólica. Para Schulz la teoría de la arquitectura debería tener una base semiótica, los
conceptos deben estar unificados en un sistema, sin soluciones particulares, capaz de considerar
estructuras arquitectónicas de todas las épocas. Establecer la dimensión técnica de la arquitectura
como una categoría independiente, considerar la relación con el entorno como un aspecto
subordinado, teniendo a la luz como factor arquitectónico, considerando la escala de los edificios o a la
interrelaciones de las dimensiones físicas y el de la incorporación de las artes plásticas, inmersas tanto
en la dimensión funcional como la formal. La descripción de la totalidad arquitectónica debería llevarse
a cabo mediante tres dimensiones básicas: el Cometido, constituir a la arquitectura como un medio de
orden entre el ambiente y las relaciones humanas, la Forma y la Técnica. Para Schulz la teoría nos
capacita para llevar a cabo análisis estructurales y explicar la arquitectura como un sistema de
símbolos.
El texto de Schulz identifica los problemas que posee el arquitecto y la arquitectura en el
ejercicio profesional a raíz de no poseer una visión teórica para hacer y explicar su obra, su teoría se
construye a partir de explicar el cometido del edificio, la forma, la técnica, la semántica y la totalidad
arquitectónica, hace un balance así del objeto arquitectónico y la aplicación de una teoría integradora,
dejando de lado la crítica, producción e investigación de experiencias históricas.
Nosotros mostramos en esta tesis la pertinencia con la que los planteamientos de una teoría del
estudio de la construcción de lugares para vivir puede ser útil al mejoramiento de los problemas de
adecuación entre el nuevo objeto arquitectónico y su entorno, en esta ocasión con las teorías
topogenéticas del arquitecto Josep Muntañola, en esto se centra la tesis, pero reitero nuestra
necesidad en tener en cuenta lo que se ha dicho en otras teorías pues todo debe sumarse en pro del
mejoramiento del “hacer” arquitectura.
En todo caso podemos decir que la diferencia entre la teoría de Schulz la de Muntañola es que el
primero comienza su teoría a partir de los problemas que presenta la arquitectura en su concepción y
ejecución por la ausencia de una visión teórica y mas por la ausencia de una teoría unificadora que
contemple el hacer arquitectura en una sociedad fragmentada, pero su teoría, pienso, no da referencia
de una crítica de la producción histórica y de las experiencias pasadas, ya que al generalizar una
teoría a partir de las experiencias presentes no es punto fijo para analizar experiencias pasadas, esto
puede ser debido a que no parte de un concepto principal como puede ser el lugar, concepto que
Muntañola analiza para construir una teoría que abarca varios dimensiones de la arquitectura y desde
la cual puede servirse para analizar los referentes pasados y presentes, ya que el concepto de lugar
ha estado ligado a la concepción arquitectónica siempre, por lo cual el recorrido temporal no presenta
problemas.
Con esto de ninguna manera desvalidamos la teoría de Schulz, pienso que la una es tan válida
como la otra, es solo una visión crítica de su obra, la cual es un aliento significativo en la búsqueda de
una mejora en la producción arquitectónica y por consiguiente a la sociedad.
9. Gregotti, Vittorio. Op. cit., pág. 110
5. LA ARQUITECTURA MODERNA COMO ARTE DE LO ESPACIAL
La arquitectura es la creación de una entidad formal de espacios y por ello su esencia es la
espacialidad, no es mera y exclusivamente un hecho artístico; según Kant definía lo artístico como
aquello que tiene una finalidad sin fin, la expresividad artística como único fin, la finalidad
arquitectónica es una finalidad utilitaria, nace para satisfacer un fin de utilidad. El espacio es lo no
tangible, es una nada con potencialidad de convertirse en algo.
El espacio vivible: la obra arquitectónica tiene un fin, es realizada para que en ella se efectúe
tal o cual actividad, vivibles no solo conforme a requisitos fisiológicos sino también de confort,
comodidad y agrado.
La arquitectura pasa por el proceso constructivo: en la noción de construcción podemos
distinguir lo referente a los materiales de construcción, a los sistemas constructivos y a los procesos de
realización, hay una estrecha relación entre los tres aspectos.
El proceso creativo arquitectónico: Le Corbusier alguna vez escribió:”el corazón solo será
tocado cuando la razón sea satisfecha”.
Como arte que es, la arquitectura es una forma expresiva, lo cual es muy distinto a sostener
que la arquitectura es una manera de expresarse y por este camino convertir a la arquitectura, como al
arte, en un vehículo de comunicación; en un procedimiento semiótico más que en una creación
artística.10
La esencialidad de la obra arquitectónica es la de ser un ente integrado, en la que el valor
artístico de la obra arquitectónica no está determinado solo por la función, la forma o el método
constructivo empleado. En arquitectura es fundamental señalar que su tarea es organizar los
elementos participantes en elementos integrantes, formar un ente integrado, en una entidad.
Según Sullivan (arquitecto estadounidense de la Escuela de Chicago (1870-1893): “según entiendo, no
son las palabras las que hacen los poemas, es la forma en que las palabras son ordenadas,
organizadas y vitalizadas, lo que hace que de ellas nazca un poema; hay una lógica por encima de la
lógica teórica a saber, la energía subconsciente que llamamos imaginación. Con todo la lógica formal
tiene su propósito y lugar”.
La obra arquitectónica es expresiva en un sentido más bien metafórico, es un medio sensorial,
no un medio intelectual; no se hace para comunicar esto o aquello, su génesis es subjetiva.
Las formas no son signos de expresión, pero las formas pueden ser en si expresivas.
No es muy usual hablar de imágenes arquitectónicas mnémicas (aquellas que son representativas de
objetos y entidades existentes), es en cambio frecuente escuchar hablar de una arquitectura simbólica
(símbolo: figura u objeto a la que se le ha agregado una significación convencional) que suele caer en
una interpretación y no un generante (producto de la aplicación de un sistema de representaciones
simbólicas, de un conjunto de estructuras formales asociado a un grupo de significados).
Según Henri Focillón (historiador del arte francés, Dijon 1881 - New Haven 1943): la obra no
significa, la obra se significa, lo artístico no es que la forma signifique sino que la forma se signifique.
La obra debe contener una cargazón afectiva intrínseca que va mas allá de los datos perceptibles pero
que necesariamente parte de ellos.
Es de la misma estructura formal de donde surge un significado, o sea, que la forma artística es forma
significativa de su contenido formal.
La forma arquitectónica es significativa a través de la forma misma y que lo es en la medida de la
energía de creatividad artística del arquitecto.
6. EL PROPÓSITO DE LA ARQUITECTURA MODERNA
La arquitectura posee un propósito práctico y uno artístico, la arquitectura es un instrumento
práctico y un sistema de símbolos. “La arquitectura es explícitamente una actividad sintética que ha de
adaptarse a la forma de vida en conjunto. Esta adaptación no requiere que todas y cada una de las
obras deban relacionarse con la totalidad del conjunto.” Las nuevas concretizaciones arquitectónicas
no pueden imitar el pasado ni romper completamente con la tradición. Dependen de la existencia de
sistemas de símbolos que tengan capacidad de desarrollo. Esto significa que deberíamos conservar
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los principios estructurales de la tradición, antes que sus motivos.
10. Luis Miró Quezada Garland, Introducción a la teoría del diseño arquitectónico. Edit. El Comercio S.A. 2003. Pág. 46
11. Norberg Schulz, Intenciones en arquitectura. Edit. GG, Barcelona, 1998. Pág. 122