Academia.eduAcademia.edu

RELIGIOSIDAD POPULAR EN EXTREMADURA

A partir del concepto de religiosidad popular como conjunto de creencias, prácticas e instituciones surgidas en relación con los seres sobrenaturales, característicos de un pueblo, entendido éste como grupo mayoritario y no elitista de una sociedad. se exponen brevemente las características de esta en Extremadura.

1 RELIGIOSIDAD POPULAR EN EXTREMADURA Publicado: Gran Enciclopedia Extremeña, vol. 8: 261-263. Edex. Mérida, 1989-1992. ISBN 84-87420-01-X (o. c.) Conjunto de creencias, prácticas e instituciones surgidas en relación con los seres sobrenaturales, característicos de un pueblo, entendido éste como grupo mayoritario y no elitista de una sociedad. Este concepto, de amplio uso en la actualidad y de intrínsecas dificultades definitorias, está siendo muy controvertido, llegando a denominarlo algunos "falso concepto" y "concepto-fantasma". A pesar de ello tiene una fuerza comunicativa que impide su sustitución. Las posiciones se alinean en un abanico que va desde los que admiten que la religión popular existe con plena autonomía y hunde sus raíces en el paganismo y en las creencias mágicas. Habría pervivido salvándose de persecuciones y contagios en las áreas geográficas más aisladas y en las capas sociales más humildes. En el lado opuesto se sitúan los que creen que no es sino la religión católica tal como se ha ido conformando a lo largo de los siglos. Una posición intermedia, ampliamente compartida, establece que sobre los sustratos religiosos más antiguos de las culturas fue difundiéndose en una relación dialéctica la religión oficial o hegemónica en un proceso inacabado de influencias mutuas. No surge espontáneamente ni permanece inalterada en el tiempo, ni tampoco afecta sólo a las zonas rurales, y se caracteriza por ser pragmática --atiende a dar respuestas a las necesidades primarias--, afectiva y carecer de dogmas y catecismos. La Iglesia católica ha mantenido según épocas posiciones de intransigencia o tolerancia hacia las creencias populares --consideradas supersticiosas y raramente heréticas-- siendo más sensible hacia aquellas creencias o prácticas que suponían pérdida de poder y control social. En línea con la concepción dialéctica religiosidad oficial- religiosidad popular conviene recordar que Extremadura estaba dividida eclesiásticamente desde el siglo XIII y hasta el siglo XIX en diversas jurisdicciones: el obispado de Badajoz que incluía una franja fronteriza con Portugal, el obispado de Plasencia situado al norte de la región, el obispado de Coria en el noroeste de Cáceres, la archidiócesis de Toledo que incluía los pueblos de la llamada Siberia Extremeña, a la que todavía pertenecen algunas. La orden de Alcántara con los prioratos de Zalamea y Magacela y finalmente la poderosa orden de Santiago con los provisoratos de Llerena y Mérida que abarcaban la mayor parte de la actual provincia de Badajoz. Así mismo es necesario tener en cuenta la presencia de las órdenes religiosas por cuanto cada una de ellas daba una especial impronta a la evangelización difundiendo devociones, promoviendo asociaciones, creando rituales, etc. Los franciscanos presentes en la región desde el s. XIV promovieron los santuarios de la Virgen de Carrión (Albuquerque), Bótoa (Badajoz), los Remedios (Fregenal), Soterraño (Barcarrota), Aguas Santas (Jerez de los Caballeros), Loreto (Higuera de Vargas), Tentudía (Calera de León), Ara (Fuente del Arco) y la Granada (Llerena). Sobre todos ellos existen leyendas que justifican el inicio de una devoción que sobrepasará los límites comunitarios y a los que no serán ajenos los frailes mendicantes que a través de sus escritos y, sobre todo, de su movilidad llevarán estos mensajes a otros lugares. 2 Los extremeños, ya desde la Edad Media mostraban también una predilección en sus devociones por la Virgen María, que era titular de más de la mitad de las parroquias y de otras tantas ermitas. La devoción a la Virgen había sido introducida en España por los cistercienses y difundida a través de la orden de Alcántara a los otros órdenes militares y al resto de la iglesia. A finales del s. XV ya eran muchas las devociones marianas aunque las parroquias estaban dedicadas a Santa María o Nuestra Señora, sin otro calificativo. A cierta distancia se situaban los santos Fabián y Sebastián, también nombrados como los mártires, abogados contra la peste, que eran titulares de numerosos ermitas y recibían culto en otros tantos altares secundarios de parroquias, lo que era índice de que recibían más atención de la piedad popular que por parte de la iglesia. Otro santo que gozaba de gran prestigio entre los extremeños de la época era Santiago, patrón de la orden de su nombre y cuya devoción estaba bien arraigada en el pueblo; San Bartolomé, eficaz ayuda contra la hernia y el miedo, y patrón de peones y braceros; San Antón, especial protector de la agricultura y el ganado; Santa Catalina, patrona de la juventud estudiosas y las modistas, y San Pedro, que repartía su titularidad entre parroquias y ermitas. Otros santos que despertaban menos interés aunque estaban presentes en altares y eran titulares de alguna ermita eran Santa Ana, San Blas, San Juan Bautista, La Magdalena y San Miguel. Eran excepcionales los cultos a la Santísima Trinidad, a la Santa Cruz y al Espíritu Santo. Es, así mismo, poco significativo en el conjunto y a su vez tardío el culto a Cristo crucificado y al Nazareno. Por el contrario la devoción a la Virgen se mantendrá a través del tiempo y se incrementará a partir de la segunda mitad del s. XVIII llegando a representar una verdadera eclosión mariana en el siglo XIX mantenida en el presente. Los santuarios más notorios de toda la región corresponden a advocaciones de la Virgen, así Guadalupe, el más célebre de España después del de la Virgen del Pilar de Zaragoza --al decir del jesuita N. Pérez-- y que "ha superado en riqueza y ornamentos a todos los santuarios de María en el mundo y con seguridad a todos los de España"; la Virgen de la Montaña en Cáceres, La del Puerto en Plasencia, la de Argeme en Coria, la de Bótoa en Badajoz, Tentudía en Calera de León del Ara en Fuente de Arco y un gran número de ellos de ámbito exclusivamente local. En cuanto a los de Cristo hay una mayor concentración en las diócesis de Coria y Plasencia. Es necesario, así mismo citar al Cristo de la Quinta Angustia en Zalamea de la Serena, de los Baños en Alange del Humilladero en Azuaga y de la Salud en Hervás. Entre las devociones más difundidas a los santos, aunque son de "reciente" introducción en Extremadura hay que señalar la de San Isidro, patrón de los agricultores y del Instituto Nacional de Colonización. Las devociones locales, de mayor arraigo popular y de mayor antigüedad, se compatibilizan y simultanean, al menos entre las clases medias, --más devotas y atentas a los consejos de la Iglesia-- con aquellas difundidas y apoyadas desde Roma y la jerarquía eclesiástica como el Sagrado Corazón. En cuanto a rituales gozaban de predilección los Vía Crucis, el Santo Rosario y las procesiones del Corpus y las novenas. Las prácticas religiosas más populares las constituyen las romerías a los santuarios de ámbito local y comarcal y las rogativas relacionadas con las necesidades socio-económicas (sequías, plagas, pestes, etc.). Mención aparte merecen las procesiones e imágenes de Sanana Santa que desfilan durante la semana de pasión en andas o pasos, alcanzando gran belleza en lugares como Jerez de los Caballeros. El culto a la pasión parece haber sido un fenómeno típicamente urbano. Por su singularidad merece destacarse "los descendimientos" que estuvieron 3 relativamente difundidos en la diócesis de Coria, pero que fueron prohibidos a finales del s. XVIII y que se han recuperado en localidades como Ahijar; "los encuentros" en Alange, Barcarrota, Villanueva de la Serena ("la carrerita"), Ceclavín; Villafranca de los Barros (los "abrazos"); las representaciones de la pasión como "la buena mujer" en Barcarrota, Jerez de los Caballeros, Aceuchal, Higuera de Vargas y Olivenza ("paderinha"); "los empalados" de Valverde de la Vera, "los judas" de Cabezuela del Valle. También se celebraban intensamente la fiesta de los Santos y los fieles difuntos en la que participaban las cofradías de Ánimas, "los tosantos" en las que se pedían alimentos y dinero por las casas para compensar la noche en vela en el campanario tocando a difuntos. En los cementerios se celebraban misas y responsos, y en las madrugadas de los domingos y vísperas se salía a cantar el rosario de la Aurora. En relación con el canto a la aurora se crearon cofradías del Rosario o de la Aurora --habitualmente ligadas a los dominicos-- con el objeto de dar culto a estas imágenes cantando en la madrugada. En Extremadura hay una gran concentración de estas asociaciones en los municipios de la Siberia Extremeña y de la Serena en donde coincidieron las jurisdicciones eclesiásticas de Toledo y Córdoba, zonas secularmente aisladas, de trashumancia ganadera. Existen plenamente vigentes cofradías de "auroros" en Zarza Capilla, Garañuela y Puebla de Alcocer y grupos en Herrera del Duque, Májasela, Casas de D. Pedro y Tamareo. Dentro de la religiosidad popular hemos de mencionar un conjunto de prácticas y rituales consideradas por la iglesia y autoridades "supersticiosas", "diabólicas", o simplemente de gentes simples o ignorantes, nos referimos a las conocidas comúnmente como brujería, amuletos, y poderes sobrenaturales adjudicados a aguas, montañas, cuevas que se agrupan bajo el concepto frazeriano de magia. Muchas fuentes y pozos a los que se les adjudica poderes curativos, ya sea por sus cualidades minero-medicinales o milagrosas, o por ambas cosas, están sacralizados y ligados a una ermita o santuario. Cabe citar al Cristo de los Baños (Alange), al de la Salud (Hervás), El Salvador (Ceclavín), La Virgen de los Remedios (Hornachos), Aguas Santas (Salvaleón, Fuente Santa (Zorita), y otros. En Extremadura se creía y todavía se cree, como en otras partes de España y de Europa, aunque en menor grado, en la capacidad de ciertas personas --hechiceros, curanderos, zahoríes, adivinos, veedores, sabias u curieles-- para cambiar el curso de los acontecimientos y hacer el bien o el mal a personas, con o sin intervención directa de los seres sobrenaturales. Estas creencias y ritos que tenían su origen en las culturas precristianas van a ser marginados, culpabilizados y hasta perseguidas, adjudicándoles no pocas veces un origen diabólico y como tales castigadas por el Tribunal de la Inquisición. Recientemente se ha puesto de manifiesto que el Tribunal del Santo Oficio de Llerena actuó con menor severidad que otros tribunales españoles --a su vez éstos tuvieron una actitud más comprensiva que los europeos--, sobre los sujetos acusados de hechicería en los siglos XVI y XVII, dejando de ser causa penal a partir del s. XVIII las creencias y prácticas de hechizos amatorios, curanderismo, adivinación, ritos para recuperar objetos perdidos o guardar el ganado. Como medidas preventivas ante determinadas enfermedades como el alunamiento o el mal de ojo, u otras desgracias los extremeños se protegían con amuletos tales como la media luna, el pentalfa o signo de Salomón, el cuerno o la higa. 4 Bibliografía GARCIA LOBO, V. y J. M.: "La piedad popular en Extremadura al final de la Edad Media". Hispania Sacra, C.S.I.C., XXXI; 61-54: 89-151, 1978/1979. GUTIERREZ ESTEVEZ, M.: "La Virgen en tres fiestas patronales de Extremadura", en Antropología cultural en Extremadura (J. Marcos y S. Rodríguez Becerra, coords.), 95-122, Asamblea de Extremadura, Mérida, 1989. HABA QUIROS, S. y V. RODRIGO LOPEZ: "Creencia popular y naturaleza: La pervivencia del antiguo culto a las aguas en la provincia de Cáceres", en Antropología cultural en Extremadura, 163-174. Obra citada. HERNANDEZ, M. A.;I.TESTON: "Magia y superstición en Extremadura", en Antropología culturas en Extremadura, 151-161. Obra citada. MARCOS AREVALO, J.: "Aproximación al calendario festivo extremeño". Saber popular. Revista extremeña de Folklore, 1:21 - 44, 1987. MARCOS AREVALO, J.: "Apuntes al fenómeno de los auroros en Extremadura", en Grupos para el ritual festivo (M. Luna, coord.). 347-356. Editora Regional de Murcia, 1989. PEREZ, N.: "Piété mariale du peuple espagnol", en María. Etudes sur la Sainte Vèrge (H.du Manoir, dir.) París, 1956 RODRIGUEZ BECERRA, S.: "Exvotos del Cristo del Humilladero de Azuaga (Badajoz)", en Antropología cultural en Extremadura, 123-136. Obra citada. TEJADA VIZUETE, F.: "Santuarios marianos bajoextremeños". Revista Frontera, núm. 3. Badajoz, 1988. TEJADA VIZUETE, F.: "Apariciones y santuarios marianos en la Baja Extremadura". En La Religiosidad popular, I. (Alvarez, Buxó y Rodríguez Becerra, coords.), 308-323. Anthropos-Fundación Machado. Barcelona, 1989. Ilustraciones 1.- Mapa de Extremadura: AUROROS. "Reproducido por Javier MARCOS AREVALO (1989)". Pie del mapa. 2.- Fotografía de la "plaza de toros" existente en el santuario de la Virgen de Alta Gracia de Garrovillas (Cáceres). 3.- Amuletos (Varios). 4.- ¿Se ha reproducido el monasterio de Tentudía? Sería imperdonable que no apareciera. 5.- Algunas estampas del Sagrado Corazón (antigua) o algún monumento. 6.- ¿Existen algunos exvotos en la colección de fotografía en la colección de Fernando Garrorena - Adelardo Corvasí, realizados para la Exposición Iberoamericana? La colección ha sido adquirida por la Diputación Provincial de Badajoz. Si se consiguen sería conveniente poner alguno. Javier cree que no hay exvotos en esta colección. 5