Módulo 4
El Plan de
Marketing
Parte III
Unidad 7. Elección de la
Estrategia de Marketing
A continuación se desarrollarán los puntos más importantes vinculados a
esta importante etapa del proceso de planificación de marketing.
7.1 Definición de Estrategia
Para el desarrollo de este último módulo, seguiremos desarrollando los
contenidos según el autor Sainz de Vicuña Ancín, según el cual la definición
y selección de estrategias es el ejercicio más sutil y creativo de la
planificación de marketing y, por lo tanto, el menos susceptible de
utilizar recetarios.
Según Sainz de Vicuña Ancín, la estrategia es un conjunto consciente,
racional y coherente de decisiones sobre acciones a emprender y sobre
1
recursos a utilizar, que permite alcanzar los objetivos finales de la empresa
u organización, teniendo en cuenta las decisiones que en el mismo campo
toma o puede tomar la competencia, y teniendo en cuenta también las
variaciones externas tecnológicas, económicas y sociales.
Con lo cual, la estrategia consiste en adecuar los factores internos a los
externos con el fin de obtener la mejor posición competitiva.
INTERDEPENDENCIA DE LOS CUATRO NIVELES DE LA
ESTRATEGIA
7.2 Estrategias Corporativas
La visión trata de dar respuesta a cuestiones como:
¿Qué tipo de empresa somos?
¿Qué nos gustaría ser?
2
¿Cuáles son nuestras áreas clave del negocio?
¿Cómo añadimos valor a nuestros productos?
¿Cuáles son nuestros valores y cultura corporativa?
Según Sainz de Vicuña Ancín, en la página 216 de su libro, la misión de una
empresa supone la definición de su filosofía, valores, actitudes y estilo a
largo plazo con respecto a los diferentes grupos relacionados con ella.
Aunque suele ser mas “perenne” que la visión, está condicionada por la
actuación histórica y por las expectativas de futuro que tenga la empresa
en el momento de su definición.
Por su parte, el autor expresa que la definición del negocio significa
concretar al menos los siguientes aspectos: qué tipo de
necesidades van a ser satisfechas (funciones del producto o
servicio); qué segmentos de consumidores van a ser atendidos por
la empresa (segmentos y áreas geográficas); y con qué
tecnologías van a ser realizados los productos o servicios. Todo
ello, comparado con nuestros competidores.
ambién se encuentran dentro de este nivel las estrategias
competitivas o genéricas de Porter: liderazgo en
costes,
diferenciación, y especialización-concentración en un segmento del
mercado.
La estrategia de liderazgo en costes no debe confundirse con la
de liderazgo en precios. Los bajos costes permitirán a la empresa
reducir los precios si decide seguir una estrategia de
penetración en el mercado, pero pueden utilizarse para
aumentar la rentabilidad y destinar los beneficios adicionales a
inversiones que posibiliten el dominio del mercado.
La estrategia de diferenciación supone que la empresa decide
ofrecer productos y servicios que son únicos o superiores a los de
la competencia. No debe, por tanto, confundirse con la necesidad
que tiene toda empresa de desmarcarse/diferenciarse de sus
competidores en lo que decida en su estrategia de segmentación y
posicionamiento.
La estrategia de concentración/focalización supone defender la
marca en el nicho de mercado seleccionado. Las empresas
pequeñas, que normalmente carecen de recursos para competir en
costes o liderazgo/diferenciación, están en buena situación para
concentrarse
en
proporcionar
productos
y servicios
pe so alizados , adaptados a las necesidades de grupos de
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clientes muy concretos. La clave del éxito para estas empresas está
en su capacidad de innovación (y de respuesta a las innovaciones de
los líderes que pretenden invadir dichos nichos) ofreciendo a los
clientes del nicho elegido una gama de productos y servicios más
completa pe so alizada que la competencia.
7.3 Estrategia de Cartera
Siguiendo a Saiz de Vicuña Ancín, la estrategia de cartera debe concretar
todas las alternativas producto-mercado que la empresa contempla
dentro de esa actividad. Por ello, se puede concluir que en este nivel de
la estrategia se fija la marcha a seguir para cada unidad de negocio,
detallando las diversas combinaciones producto-mercado que deberá
desarrollar la empresa.
Normalmente, la empresa cuenta con varias herramientas de trabajo
para su definición:
Las matrices del BCG (la matriz de crecimiento-participación,
posteriormente complementada con la de la dinámica competitiva)
La matriz de gestión del valor de la empresa
La matriz de Ansoff (también recordada como matriz de dirección
del crecimiento)
La matriz de posición competitiva (bien sea la matriz de directrices
de Shell o la de Mckinsey-General Electric de posición competitivaatractivo del sector, o la de posición competitiva-madurez de ADL) o
el método del posicionamiento estratégico (también conocido como
SPACE).
De su aplicación obtendremos las conclusiones que nos inclinarán hacia
una estrategia de penetración, desarrollo de nuevos productos,
desarrollo de nuevos mercados, o diversificación, apoyando unos u otros
productos para los que habremos detectado que tenemos una buena
posición competitiva. Veremos ahora en detalle cada una de ellas.
4
7.4 Matrices de B.C.G
Esta matriz es una herramienta de gran utilidad cuando la empresa
presenta productos en todos los puntos de la matriz. Ésta se rige a través
de dos variables: la tasa de crecimiento del mercado (indicadora del
atractivo del mercado y del nivel de inversión que exige cada producto para
mantener el equilibrio
deseado),
y
la
participación
relativa
de
mercado (representativa de la posición
competitiva de la empresa y de su capacidad de generación de fondos o
cash-flow).
Las dos premisas básicas de esta matriz son:
1. Los fondos obtenidos por la empresa son función del coste unitario,
que a su vez es función del volumen de ventas y de la experiencia, que
fundamentalmente depende de la cuota de mercado.
2. Los fondos necesarios para la inversión en instalaciones, equipos y
capital circulante son función de la tasa de crecimiento del mercado.
Estas dos premisas llevan a la conclusión de que el cash-flow es una
función de la participación relativa de mercado y de la tasa de crecimiento
del mercado, por lo que serán las diferencias respecto a estas dos
variables las que determinarán la estrategia más indicada para cada
negocio.
Vale decir entonces que esta herramienta sirve para saber en qué
negocios debo invertir, desinvertir o incluso abandonar. Se trata de una
sencilla matriz con cuatro cuadrantes, cada uno de los cuales propone una
estrategia diferente para una unidad de negocio.
El eje vertical de la matriz define el crecimiento en el mercado, y el
horizontal la cuota de mercado. Así quedan conformados cuatro
cuadrantes a saber:
5
Esta matriz se basa en dos nuevas variables: el encaje con la visión de la
empresa y la creación de valor, y en una medida de rentabilidad que el
BCG ha encontrado empíricamente adecuada, de su alta correlación con el
valor de mercado de las empresas: el rendimiento del cash-flow sobre la
inversión.
Esta medida compara los flujos de caja que genera el negocio con la
inversión que éste requiere durante toda su vida útil.
6
Las decisiones estratégicas a tomar son:
7
Es importante resaltar que esta matriz no ha sido diseñada para una Pyme,
sino para empresas grandes diversificadas.
7.5 Matriz de Dirección de Crecimiento
de Ansoff
Según Sainz de Vicuña Ancín, (página 225), la Matriz de dirección del
crecimiento de Ansoff es una herramienta útil en los casos que la
empresa se ha marcado objetivos de crecimiento, y es de gran utilidad en
el caso de las Pymes.
Esta matriz está compuesta por producto-mercado en función de su
actualidad y de su novedad, para delinear estrategias de expansión o
diversificación según cada situación, expone el autor.
MATRIZ DE ANSOFF
El criterio general de la matriz es que toda empresa debe agotar todas las
posibilidades de expansión (penetración, desarrollo de nuevos productos, y
desarrollo de nuevos mercados) antes de abordar una estrategia de
diversificación.
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Es la más segura de las estrategias de expansión. Puede ir dirigida a:
a. Mejorar la atención al cliente
Aumentando unidad de compra
Reduciendo obsolescencia
Haciendo publicidad de otros usos
Facilitando la compra
Mediante incentivos en el precio para aumentar los usos
b. Atraer a clientes de la competencia
Marcando diferencias con las marcas de la competencia
Aumentando los medios de apoyo de las ventas
Ventajas de su aplicación: la experiencia desarrollada a lo largo del
tiempo en lo que a nuestro producto se refiere y al mercado en el que
éste se mueve.
Para la implementación de esta estrategia, estamos en un mercado que ya
conocemos pero que está imponiendo una regeneración o adaptación
del producto a nuevos gustos o necesidades de los usuarios.
El cambio puede manifestarse adaptando el producto a otras ideas u
otros diseños, secuencias y componentes, modificando color, sonido, olor,
forma, tamaño, entre otras cosas, invirtiendo procesos, o creando nuevas
versiones (modelos y/o tamaños).
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Puede traducirse en:
Expansión geográfica del mercado tanto regional, nacional, como
internacional.
Búsqueda de nuevos segmentos del mercado (creando nuevas
versiones que atraigan a nuevos segmentos, renovando los
canales de distribución, adoptando otros medios publicitarios,
entre otras cosas).
Búsqueda
de
nuevos usuarios
para los
segmentos actuales (induciendo a la prueba con
promociones, muestras y cupones, variando los precios, haciendo
publicidad sobre el nuevo uso, ampliando la distribución, o
mediante un mayor apoyo a la promoción y publicidad).
Para la implementación de esta estrategia, estamos lanzando nuevos
productos en mercados en los que todavía no estamos presentes.
Esta estrategia es la que lleva un mayor índice de riesgo dado que se
parte de una experiencia producto – mercado, nula.
7.6 Estrategia de Segmentación
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Siguiendo al autor (página 235 del capítulo 7), la elección del
segmento(s) se llevará a cabo en función del atractivo que presenta(n),
así como de las ventajas competitivas que tengamos.
Según Sainz de Vicuña Ancín, un segmento estratégico es aquel segmento
al que la empresa se va a dirigir, o en el que se va a concentrar, sabiendo
que en él se tiene una posición de ventaja respecto a los competidores en
aquello que el consumidor o usuario valora realmente (siendo las
actividades clave de generación de valor: calidad, precio, gama, imagen y
servicio).
Así, la estrategia de segmentación supone una toma de decisión por parte
de la dirección de marketing respecto a por cuál o por cuáles de los
segmentos en los que hemos clasificado un mercado vamos a apostar en la
empresa.
Esta clasificación puede ser fruto de un análisis de situación o de una
investigación de mercado.
CRITERIOS PARA LA ELECCIÓN DE LA ESTRATEGIA
DE SEGMENTACIÓN
Fuente: Libro “El plan de Marketing en la práctica” – José María Sainz de Vicuña Ancín,
pág. 236.
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DECISIONES QUE CONTEMPLA LA ESTRATEGIA DE
SEGMENTACIÓN
Fuente: Libro “El plan de Marketing en la práctica” – José María Sainz de Vicuña Ancín,
pág. 237.
12
7.7 Estrategia de Posicionamiento
Por su parte, y siguiendo a Sainz de Vicuña Ancín, la estrategia de
posicionamiento supone definir, en un sentido global, cómo quiero que me
perciban los segmentos estratégicos decididos, esto es, con qué atributos
de imagen quiero que se me identifique en la mente del consumidor o
usuario.
Posicionar un producto supone, según Lambin 99 , valo a un producto
por sus características o atributos más diferenciadores (objetivos o reales)
en comparación con los productos de la competencia, y ello respecto a los
o p ado es pa a uie es ese ele e to de dife e ia ió es i po ta te .
Pero es conveniente respetar un cierto número de reglas, nos dice
Lambin (1991): conocer el posicionamiento actual de nuestra marca
de los principales competidores; decidir la posición a adoptar e identificar
los elementos más pertinentes y más creíbles que permitan reivindicar ese
posicionamiento;
evaluar
el
interés de
esa
posición;
analizar
los componentes de la personalidad del producto o
de la marca que conducen a tal posicionamiento en la mente del
comprador; estimar el grado de vulnerabilidad de esa posición; y velar por
la limpieza y coherencia del posicionamiento deseado con los elementos
del marketing mix.
Un
ejemplo
consolidado
de
estrategia
de
posicionamiento es el que identifica a la marca de
coches Volvo con un valor de enorme peso en el
mercado del automóvil: la seguridad. Puede que no sea
el coche más seguro del mercado (la mayoría de las
marcas de coches han realizado un esfuerzo de
inversión en seguridad enorme en los últimos años),
pero si preguntásemos a cien conductores habituales
por una característica propia de esta marca de coches,
un
elevadísimo
porcentaje de
las respuestas
coincidirían en la idea de que el Volvo es un coche
seguro.
Cuando nos referimos a la estrategia de posicionamiento como
concepto, debemos tener presente que estamos diseñando y coordinando
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tres claves estratégicas del marketing diferentes: el posicionamiento de la
empresa y/o negocio, el del producto y el posicionamiento ante el cliente.
En el primer caso es necesario insistir en que el marketing es un
proceso de construcción de mercados y posiciones, no de
promoción y publicidad únicamente. El marketing debe ser
eminentemente cualitativo. No olvidemos que las decisiones de
los clientes se sustentan a menudo en este tipo de componentes:
servicio, confianza, imagen, etc.
Por lo que al producto se refiere, su posición en el mercado
deberá ser singularizada y significativa. Para ello, la empresa
centrará su atención en los factores intangibles de
posicionamiento. No se trata de vender por precio o por
especificaciones técnicas, sino de utilizar argumentos como el
servicio, la calidad, el liderazgo, la imagen, etc. (buscar lo
intangible y ser buenos en ello). La empresa debe dirigir sus
productos a un público específico y ser excelente en él. Esto le
ayudará a entender mejor a sus clientes, a tener menos
competencia y a conocerla mejor.
Por último, y fijando nuestra vista en el cliente, señalaremos la
importancia de un valor clave en todo proceso de
posicionamiento: la credibilidad.
Antes de finalizar este epígrafe, conviene recordar una serie de máximas
sugeridas por Ries y Trout (1993), que reflejan el grado de importancia del
posicionamiento dentro de la estrategia de marketing. Ambos autores
identificaban en su libro lo que vinieron a denominar como Las
le es
inmutables del a keti g . Desde el punto de vista de la estrategia de
posicionamiento, las más relevantes son:
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Ley del liderazgo: Es mejor ser el primero que ser el
mejor . Y para corroborarlo ponen múltiples ejemplos,
entre otros los de las marcas más importantes en 1923 en
Estados Unidos (Sweet, Kellogs, Kodak, Gillette, Singer,
Manhathan, Evory, Coca Cola, Lipton y Good Year), de las que
sólo 5 han perdido su liderazgo en todos estos años.
Ley de la categoría: “i usted no puede ser el primero en una
categoría, cree una nueva en la que pueda serlo . Como lo
hizo Moussel -frente al jabón de tocador- en los años 60
posicionándose como gel líquido para baño y ducha. O Sanex
en los años 80
-versus el gel normal- basando su
posicionamiento en que es un gel dermoprotector.
Ley de la mente: Es mejor ser el primero en la mente que
el primero en el punto de venta . Así ocurrió con IBM y
Univac: Univac fue el primero en llegar al mercado, pero el
primero que se grabó en la mente del consumidor fue IBM.
Ley de la percepción: El marketing no es una batalla de
productos, es una batalla de percepciones . Principio que
El Corte Inglés ha tenido siempre muy presente.
Ley del enfoque: El principio más poderoso en marketing
es poseer una palabra en la mente de los clientes (Volvo:
seguridad).
Ley de la exclusividad: Dos empresas no pueden poseer la
misma palabra en la mente del cliente .
Ley del sacrificio: “iempre hay que renunciar a algo para
conseguir algo .
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7.8 Estrategia de Fidelización
Según Sainz de Vicuña Ancín, en el capítulo 7 de su libro, la estrategia de
fidelización se sustenta sobre dos pilares básicos:
1 - El Marketing Relacional:
El marketing relacional es la herramienta que nos ayudará a conseguir esa
confianza del cliente a largo plazo que lo lleva a comprar en nuestra
empresa y recomendarla. Se trata de aplicar una buena estrategia de
relación con nuestra clientela, creando lazos estables que beneficien a
ambas partes.
Un nivel elemental de relación consiste en reducir los posibles motivos de
descontento o insatisfacción tras la compra del producto a nuestra
empresa. Un ejemplo son los servicios de atención al consumidor
creados por las grandes empresas para atender quejas, sugerencias u
otro tipo de comentarios, además de dar asistencia técnica al comprador
cuando el producto lo necesita (por ejemplo, en electrodomésticos para el
hogar). Ésta es una estrategia defensiva o reactiva, que aplica el
principio de que la relación con el cliente no termina con el pago del
producto.
Para subir un peldaño en la estrategia de relación, la empresa debe tomar
la iniciativa de llamar al cliente para ver si tiene problemas al utilizar el
producto. El objetivo es:
· Resolver los problemas antes de que se conviertan en quejas,
reclamaciones, publicidad negativa u otras señales de insatisfacción; y
· Demostrar al cliente que nuestro interés por él no se termina con el
cobro del producto que le hemos vendido. Que nos interesa hoy y
“mañana”.
Para poder utilizar en la práctica esta estrategia de relación, es necesario:
Conocer mejor a nuestros clientes, creando procedimientos para
descubrir qué es lo importante a sus ojos y no sólo desde el punto
de vista del negocio. Podemos utilizar diversas herramientas: el
panel de clientes, las mesas redondas entre clientes, la
personalización de la comunicación comercial
mediante
herramientas como el marketing directo, la técnica del
cliente oculto, el análisis de las reclamaciones, las encuestas de
clientes o la técnica del incidente crítico.
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Ser capaz de satisfacer sus necesidades, diferenciando a los clientes.
Ello nos permitirá jerarquizar la relación con el cliente, pues no
todos desean o merecen el mismo trato. Hay que conocerlos bien
y dar el servicio adecuado a cada tipo de cliente.
Establecer una relación a largo plazo con los clientes. Hay que
pensar en maximizar el valor que se puede sacar del cliente
durante toda su vida , no en cuánto les puedo sacar en una
operación conc eta . Para esto es necesario, entre otras
cosas, iniciar y mantener una buena comunicación en dos
direcciones con los clientes (decirles cosas y escuchar lo que ellos
dicen) y mejorar continuamente el valor que les damos, marchando
siempre un paso por delante de nuestros competidores. El
principio de no perder ningún cliente valioso sirviéndose del
marketing relacional es un método de gestión especialmente
importante para la Pyme.
2 - La gestión del valor percibido
La gestión del valor percibido trata de aumentar el valor de la compra
realizada para el cliente, con lo que estará más satisfecho y aumentará la
competitividad de nuestra empresa. Para ello, es necesario tener
información adecuada sobre las necesidades, deseos y expectativas de
nuestros clientes y, en especial, interpretar bien esta información para
elegir la estrategia de fidelización más eficaz.
Recordemos de qué depende este valor percibido. Los compradores
dan valor a los productos en función de tres aspectos claves:
1. Valor de compra. En este aspecto influye el envasado, la imagen de
marca y el posicionamiento del producto.
2. Valor de uso. Esto depende del rendimiento, la calidad, la seguridad y la
facilidad de uso del producto, y también de la imagen de marca.
3. Valor final. Se refiere tanto a la posible recuperación económica del
producto tras su uso (valor residual) como a los costes, reales o
psicológicos, necesarios para eliminar el producto y el paquete en el que
va (contaminación ambiental, etc.).
Cuando se trata de bienes de consumo inmediato, lo más importante es
el valor de compra y el valor de uso, mientras que con los bienes de
consumo duradero lo más importante es el valor de uso y el valor final.
Vamos a analizar con más detalle lo que es el valor para el cliente.
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Es una percepción personal que depende de lo que recibe, por un lado, y
del precio que ha tenido que pagar, por otro. Podemos representarlo
como el cociente entre todo lo que obtiene el cliente (producto + servicio)
y el coste que tiene que soportar (precio pagado y otros costes: de dinero,
de tiempo o psicológicos).
Satisfacción alta: cuando el valor percibido por el cliente es superior
al valor que esperaba conseguir (sus expectativas).
Insatisfacción: si su percepción es menor que sus expectativas
previas.
7.9 Estrategia funcional
El cuarto nivel estratégico que vamos a desarrollar según Sainz de Vicuña
Ancín es el que pondrá en combinación los diferentes medios e
instrumentos de marketing de los que dispone una empresa para
alcanzar sus objetivos de marketing. Se trata, por tanto, de
seleccionar las herramientas del marketing que, en cada caso concreto y
siempre en función de los objetivos marcados, resultarán más eficaces y
adecuadas (marketing mix).
Las principales áreas sobre las que trabaja el marketing mix son:
Amplitud de gama, abandono, modificación y creación de productos,
política de marcas, creación y sostenimiento de la imagen de marca.
Estrategia de precios y escala de descuentos.
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Configuración y carácter, sistema de ventas, localización de los puntos de
venta, cobertura de mercado.
Comunicación
incentivación.
interna
y
externa,
mensajes,
medios,
soportes,
Como ocurre con las demás fases del proceso, es necesario que al
adoptar decisiones operativas de este tipo se tengan muy presentes los
recursos humanos y financieros con los que realmente podemos contar.
Unidad 8. Definición de los
planes de acción
A continuación se desarrollarán los puntos más importantes vinculados a
esta importante etapa del proceso de planificación de marketing.
19
8.1 Cómo elaborar los planes de
acción
Siguiendo al autor Sainz de Vicuña Ancín en el capítulo 8 de su libro, la
definición y ejecución de los planes de acción es, sin duda, la fase de mayor
dinamismo dentro del plan de marketing. Es como si a todo el entramado
teórico-estratégico que hemos desarrollado hasta ahora le dotásemos de
extremidades con las que poder caminar, e defi itiva, es la ho a de
po e a os a la o a .
Una estrategia debe traducirse en acciones concretas para ser una
estrategia efectiva. Además es importante, según el autor, asignar un
responsable que supervise y ejecute los planes de acción marcados en los
plazos previstos, así como asignar los recursos humanos, materiales y
financieros requeridos, evaluar los costos previstos y jerarquizar la
atención y dedicación que se debe prestar a dichos planes en función de su
urgencia e importancia.
PRIORIZACIÓN DE LOS PLANES DE ACCIÓN
20
8.2 Planes de Acción sobre productos,
precios, fuerzas de ventas y
comunicación
Dentro de un nivel teórico, se pueden distinguir los siguientes tipos de
acciones:
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22
8.3 Cómo preparar un Plan de Ventas
A continuación se presenta un artículo referido a la importancia de
desarrollar e implementar un plan de ventas:
Co tar co u adecuado pla de ve tas, le per itirá alca zar
corto, mediano y largo plazo 1
etas de
MisiónPyme consultó a Carlos Fernando Villa, administrador de empresas
con estudios de especialización en Administración y Mercadeo. Con su
apoyo y la información de la Cámara de Comercio de Bogotá, diseñamos el
siguiente esquema:
1
http://www.mercadeoypublicidad.com/Secciones/Articulos/DetalleArticulos.php?recordID=99
23&pageNum_Articulo=69&totalRows_Articulo=1270&list=Ok&PHPSESSID=e5eb9d6334f2
e81a9f2f02a61c0ee7a8 – 10/01/2011
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Primero se debe hacer un análisis de mercado, el cual debe ser
segmentado de acuerdo con variables reales que permitan un
mejoramiento de los niveles de vida con el producto o servicio que se va a
ofrecer.
La clave es el desarrollo de inteligencia de mercados: se hace de acuerdo
con el producto o servicio que se venda. Se debe analizar a la competencia,
los productos o servicios que ella vende, la presentación, el empaque, las
propiedades y los valores agregados que ellos ofrecen.
De igual manera se analiza la distribución: se debe identificar a quien le voy
a vender mi producto, cómo lo voy a distribuir y definir los canales que voy
a usar. Aquí se analizan factores como el flete, y las condiciones de
transporte que necesita el producto.
El recaudo es otro tema que debe ser analizado y definido en esta etapa:
Cómo voy a recoger mi cartera. Lo mejor es fijar unos plazos y hacer
seguimiento continuo.
Luego se debe analizar las variables correspondientes a los ambientes
competitivos, socioculturales, económicos, legales, psicográficos y otros de
influencia, para que analizados a la luz de las posibilidades de la empresa
se puedan prospectar cifras reales de ventas posibles.
Se debe definir la estructura comercial de la fuerza de ventas con la que la
empresa va a jugar en el mercado.
Esta estructura debe tener tres enfoques básicos:
El primero es la distribución por zona geográfica: Puntos
estratégicos de la ciudad, país, si se tiene presencia nacional, o mundo si
se es multinacional.
Fuerza de ventas basada en productos: identificar las fortalezas del
vendedor y su afinidad con determinados productos de la empresa. Se
trata de descubrir qué es lo que sabe vender el vendedor. De
acuerdo con el diagnóstico de su vendedor, lo ideal es que se le
asigne un mayor porcentaje de eso que mejor sabe vender.
La fuerza de ventas basada en el mercado y los clientes: designar
clientes a sus vendedores de acuerdo con el perfil del vendedor. Es
decir, si al cliente le gusta el automovilismo asignarle a un vendedor que
tenga algo de empatía con el tema.
24
Además se debe elaborar un protocolo de manejo de clientes en el que se
incluya normas básicas del trato que se le debe brindar.
Una vez definida la estructura comercial, se debe establecer la fuerza de
ventas. Lo más recomendable es que se haga por número de clientes, los
actuales y los potenciales.
Se debe establecer la frecuencia de visitas que los vendedores harán a los
clientes, teniendo en cuenta el número de clientes y número de horas
hábiles laboradas por el vendedor.
Compensación de la fuerza de ventas: lo ideal es que la compensación se
divida en: porción salario fijo, porción salario variable y porción por ventas.
Tenga en cuenta que si se paga sólo salario variable no se le puede
exigir al vendedor.
De igual manera, en la compensación de los vendedores se debe incluir
bonificaciones por el cumplimiento de metas, el crecimiento de portafolio
de clientes y la rentabilidad lograda.
Selección del personal de ventas: debe identificar el perfil de
vendedores que requiere sus clientes y el portafolio actual de productos y
servicios con el que cuenta su empresa.
Ese vendedor debe ser una persona con necesidad compulsiva de ganarse y
conservar el afecto de las personas.
Con mucha energía, abundante confianza en si mismo, apetito crónico de
plata, buen hábito de trabajo y una estructura mental con la que
considere cada objeción y resistencia de un cliente como un reto.
Es importante que su empresa tenga un manual de objeciones de todos los
productos o servicios, esto le sirve para que el vendedor se adelante a las
dudas que al cliente le surjan con respecto a su producto.
Una vez hechos los análisis anteriores, cada integrante de las áreas
involucradas debe desarrollar un plan de acciones para que la venta se
produzca sin necesidad de forzar el cierre de la misma.
Evaluación de la fuerza de ventas:
Para evaluar el desempeño de sus vendedores, se deben tener
en cuenta factores como: ventas totales y la participación del
mercado que alcanzó en un período determinado.
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La rentabilidad, es decir el comparativo entre gastos de
visitas, llamadas y gestión de ventas en general versus las ventas
obtenidas.
Crecimiento de portafolio de clientes, facturación por cliente,
clientes perdidos, y evaluación de satisfacción de clientes.
Es importante que haga una evaluación periódica de la
satisfacción de sus clientes, recuerde la efectividad del
„efecto ondas‟, un cliente insatisfecho habla mal del servicio
un cliente satisfecho no lo replica.
En la ejecución del Plan de Ventas deben participar todas las
áreas de las empresas, pues a cada una le corresponde un
papel importante en las transacciones. Los planes de ventas
deben nacer de los planes de negocios y de mercadeo, lo que le
permite que la organización alcance metas y objetivos
corporativos.
¿Cuáles deben ser sus objetivos?
Deben determinarse a la luz de los objetivos corporativos y de mercadeo,
de acuerdo con la filosofía de la empresa y la cultura organizacional
(principios, creencias y valores que mueven la organización).
No pueden enfocarse solamente a la obtención de unidades vendidas,
pues las ventas juegan un papel principal en las actividades del mercadeo,
que a su vez pretende desarrollar y mantener los mercados. Es una
pregunta que requiere análisis porque no puede responderse a la ligera.
¿Por qué se debe hacer inteligencia de mercados?
Cada vez es más necesaria. Debe hacerse con la participación de todos, SIN
EXCEPCIÓN, partiendo de las bases del mercadeo relacional que no son
otras que las establecidas para generar, mantener y solidificar los
mercados. La tecnología es una herramienta, pero es más importante
la preparación del personal de la empresa para obtener y generar
información en ambas direcciones.”
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8.4 Cómo organizar el equipo de
Marketing
Siguiendo a Sainz de Vicuña Ancín respecto a la organización adecuada de
la estructura interna de la empresa, se presentan los tipos de
estructura interna más frecuentes:
1. Estructura funcional clásica: en la que dependiendo de la
dirección general
encontramos los
diversos
responsables departamentales
(marketing,
comercial,
financiero, producción, recursos humanos, y otros) de los que, a
su vez, dependen determinados jefes de sección y así
sucesivamente.
2. Estructura funcional descentralizada de marketing: en la que
aparecen los directores de producto o los directores de
mercados o de segmentos de mercado o similar. En este caso se
da cierta descentralización en el departamento de marketing
para adaptarse mejor a la heterogeneidad de los diferentes
mercados en los que trabaja la empresa.
3. Estructura divisional típica: cuando de la dirección general
dependen determinados directores de división o de unidades de
negocio, de los que a su vez dependen los correspondientes
directores departamentales. En este caso la descentralización es
total, esto es, de todas las funciones porque no sólo se trata de
mercados distintos, sino de negocios totalmente diferentes que
requieren una gestión de sus producciones, de sus
administraciones, de sus recursos humanos y de sus finanzas
totalmente separadas.
Entonces, cuando el autor señala como requisito básico para el buen
desarrollo de la planificación de marketing la existencia de una
estructura interna adecuada, quiere decir concretamente lo siguiente:
1. Si la empresa tiene homogeneidad de productos, sea cual sea
su dimensión, lo ideal es que tenga una estructura funcional.
Si la empresa es grande lo conveniente es que tenga un director de
marketing del que dependan una serie de jefes de servicios (por
ejemplo de investigación de mercados, de publicidad, de promoción,
entre otros).
27
Si la empresa es pequeña, las funciones comerciales y de marketing
recaerán sobre el director comercial, del que dependerán los jefes de
ventas y el responsable de la administración de ventas.
2. Si la empresa tiene heterogeneidad de productos (productos que
van a mercados totalmente distintos y que por lo tanto
requieren estrategias de marketing distintas) deberá de adoptar
una u otra de las estructuras citadas, según su dimensión:
Si la empresa es pequeña, la estructura interna adecuada es la funcional
porque su dimensión no justifica recargar la estructura con varios
directores de producto.
Si la empresa es de tamaño medio necesitará una estructura funcional
con directores de producto.
Si la empresa es muy grande y la heterogeneidad también, quizás
requiera descentralizar algo más que el marketing, adoptando la
estructura divisional o por unidades de negocio.
Podemos concluir entonces que son dos los criterios que se tienen en
cuenta para determinar la estructura de marketing interna adecuada:
1. La homogeneidad o heterogeneidad de productos que tiene la
empresa.
2. La dimensión de la misma.
8.5 Presupuesto de un Plan de
Marketing
Es la última etapa en la realización de un plan de marketing ya que, como
expresa Sainz de Vicuña Ancín, la dirección necesita conocer, antes de
sancionar el plan, lo que le va a costar la puesta en marcha del mismo
(presupuesto) o lo que va a producir en términos económicos (beneficios o
margen de contribución) dicho plan, si se ponen en marcha todas las
acciones en él planteadas.
28
8.6 Revisión y Evaluación de un Plan
de Marketing
Siguiendo a Sainz de Vicuña Ancín (capitulo 12), podemos afirmar que
resulta muy importante hacer un seguimiento del plan, porque lo habitual
es que pasado cierto tiempo cambien las circunstancias a las contempladas
anteriormente en el análisis de la situación, por ello es importante
plantearse algunas preguntas:
¿Sigue siendo válido el diagnóstico realizado?
¿Deben modificarse los objetivos?
¿Debemos cambiar la estrategia?
¿Son sólo los planes de acción los que se han quedado obsoletos?
Por ello, también debe realizarse un control de su cumplimiento, lo cual
implica comparar periódicamente lo realizado con los objetivos fijados,
analizar las desviaciones, y corregirlas mediante la adopción de nuevas
acciones, para lo que resulta muy importante trabajar con un cuadro de
mando.
Como expresa Sainz de Vicuña Ancín, la elaboración del cuadro de mando
comercial y de marketing se hará una vez seleccionadas e identificadas
las áreas de resultado clave, esto es, aquellos aspectos que mayor
contribución proporcionan al rendimiento de la gestión comercial y de
marketing.
8.7 Tablero de Mando
¿Por qué es tan importante la medición y la gestión
en la era de la información?
El largo NO se puede modificar, el alto SI.
Siguiendo a los autores Robert S. Kaplan y David P. Norton en su libro
Cuadro de Mando Integral, vemos que esta herramienta proporciona a
los directivos el equipo de instrumentos que necesitan para navegar
hacia un éxito competitivo futuro.
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Básicamente lo que un Tablero de Mando o Cuadro de Mando Integral hace
es traducir la estrategia y la misión de una organización en un amplio
conjunto de medidas de la actuación, que proporcionan la estructura
necesaria para un sistema de gestión y medición estratégica.
Esta herramienta mide la actuación de la organización desde cuatro
perspectivas equilibradas:
Las finanzas
Los clientes
Los procesos internos
La formación y crecimiento
De este modo, el Cuadro de Mando Integral (CMI) permite que las
empresas puedan seguir la pista de los resultados financieros, al mismo
tiempo que observan los progresos en la formación de aptitudes y la
adquisición de los bienes intangibles que necesitan para un crecimiento
futuro.
30
EL CUADRO DE MANDO INTEGRAL COMO UNA
ESTRUCTURA O MARCO ESTRATÉGICO PARA LA
ACCIÓN
Clarificar y traducir la visión y la estrategia
Siguiendo a los autores en la pág. 23 de su libro, el proceso del Cuadro
de Mando comienza cuando el equipo de alta dirección se pone a trabajar
para traducir la estrategia de su unidad de negocio en objetivos
estratégicos específicos.
31
Una vez que se han establecido los objetivos de clientes y financieros, la
organización identifica los objetivos y los indicadores para su proceso
interno.
El proceso de construcción de un Cuadro de Mando Integral clarifica los
objetivos estratégicos e identifica los inductores críticos de aquellos.
El desarrollo del CMI, aunque a veces evidencia la falta de consenso y
trabajo en equipo, también contribuye a la solución de ese problema. Los
objetivos del CMI se convierten en la responsabilidad conjunta del
equipo de altos ejecutivos, permitiendo que sirva de marco organizativo
para un amplio conjunto de importantes procesos de gestión basados en
un equipo.
Comunicar y vincular los objetivos y los indicadores
estratégicos
Los objetivos e indicadores estratégicos del CMI se comunican a través
de toda la organización por medio de boletines internos, videos o
reuniones. La comunicación sirve para indicar a todos los empleados los
objetivos críticos que deben alcanzarse, si se quiere que la estrategia
de la organización tenga éxito.
El CMI también proporciona las bases para comunicar y conseguir el
compromiso con una estrategia de la unidad de negocio, con los
ejecutivos del nivel corporativo y el consejo de administración. Esta
herramienta anima la existencia de un diálogo entre las unidades de
negocio y los ejecutivos corporativos y los miembros del consejo, no sólo
respecto a objetivos financieros a corto plazo, sino también sobre la
formulación y puesta en práctica de una estrategia para una actuación
sobresaliente en el futuro.
Al final del proceso de comunicación y vinculación, todo el mundo en la
organización debe comprender los objetivos a largo plazo de la unidad
de negocio, así como la estrategia para conseguir estos objetivos. Los
individuos
han formulado
acciones
locales que
contribuirán a la consecución de los objetivos de la unidad de
negocio, y todos los esfuerzos e iniciativas de la organización estarán
alineados con los procesos de cambio necesarios.
Planificación, establecimiento de objetivos y
alineación de iniciativas estratégicas
El Cuadro de Mando Integral causa su mayor impacto cuando se despliega
para conducir el cambio de la organización.
32
Una vez que se han establecido los objetivos para los indicadores de
clientes, procesos internos y objetivos de formación y crecimiento, los
directivos pueden alinear su calidad estratégica, tiempo de respuesta e
iniciativas de reingeniería para conseguir los objetivos de avances.
El CMI también permite que una organización integre su planificación
estratégica en su proceso anual de presupuestos.
El proceso de planificación y de gestión del establecimiento de
objetivos permite a la organización:
Cuantificar los resultados a largo plazo que desea alcanzar,
Identificar los mecanismos y proporcionar los recursos
necesarios para alcanzar estos resultados, y
Establecer metas a corto plazo para los indicadores
financieros y no financieros del Cuadro de Mando.
Aumentar el feedback y la formación estratégica
Se considera que este proceso es el aspecto más innovador e importante
de todo el proceso de gestión del Cuadro de Mando.
Hoy en día, los directivos no disponen en las organizaciones de un
procedimiento para recibir feedback sobre su estrategia y para
comprobar las hipótesis sobre las que se basa la estrategia. De este
modo, el CMI les permite vigilar y ajustar la puesta en práctica de sus
estrategias y, si fuera necesario, generar cambios fundamentales en la
propia estrategia.
8.8 Cuadro de Mando Integral
Básicamente, ¿para qué sirve el Cuadro de Mando
Integral?
33
Siguiendo a los autores Robert S. Kaplan y David P. Norton (página 161),
vemos que el Cuadro de Mando:
Describe la visión de futuro de la organización a toda la
organización, creando un entendimiento compartido.
Crea un modelo que permite que todos los empleados vean la
forma en que contribuyen al éxito de la organización.
¿Cómo podemos construir un Cuadro de Mando
Integral que traslade la estrategia a los indicadores?
Según desarrollan los autores, esto se puede realizar por medio de tres
principios:
1. Las relaciones causa – efecto
Un cuadro de mando adecuadamente construido debe contar la historia de
la estrategia de la unidad de negocio a través de una secuencia de
relaciones de causa-efecto. Cada indicador seleccionado para el CMI
debería ser un elemento de una cadena de relaciones de causa-efecto
que comunique el significado de la estrategia de la unidad de negocio a la
organización.
2. Los inductores de la actuación
En este punto podemos destacar dos conceptos centrales:
1. Indicadores genéricos: tienden a referirse a los resultados clave.
Estos indicadores genéricos del resultado tienden a ser efectos como
la rentabilidad, cuota de mercado, satisfacción del cliente, retención
del cliente y las capacidades de los empleados. Señalan los
objetivos últimos de la estrategia y si los esfuerzos han conducido a
los resultados deseados.
2. Inductores de la actuación o indicadores de previsión: son aquellos
que tienden a ser específicos para una unidad de negocio en particular,
por ejemplo, los inductores financieros de rentabilidad, los segmentos
de mercado en los que la unidad elige competir, los procesos internos
particulares y los objetivos de crecimiento y formación que constituyen
la propuesta de valor añadido a los clientes y segmentos de
34
mercado seleccionados. Son indicadores causa, que señalan a todos los
participantes de la organización lo que deberían estar haciendo para
crear valor en el futuro.
Un buen CMI debe poseer una combinación de indicadores del resultado y
de inductores de la actuación. Los indicadores del resultado sin los
inductores de la actuación no comunican la forma en que se conseguirán
los resultados, ni proporcionan una indicación temprana de si la
estrategia se está poniendo en práctica con éxito.
3. La vinculación con las finanzas
Un CMI ha de poner un fuerte énfasis en los resultados,
especialmente los financieros, como los rendimientos sobre el capital
empleado o el valor añadido económico.
A partir de la página 165 del libro se puede analizar en detalle el
ejemplo que presentan los autores respecto a Metro Bank, banco que se
enfrentaba a dos problemas principales:
1) U a depe de ia e esiva del p odu to depósitos .
2) Una estructura de costos que hacía no rentable trabajar con el
80% de sus clientes a la tasa de interés establecida en ese momento.
Para resolver esos problemas, Metro Bank desarrolló una estrategia
basada en dos puntos:
1- Crecimiento de los ingresos: Reducir la volatilidad de los
beneficios, ampliando las fuentes de ingresos con productos
adicionales para los clientes existentes.
2- Productividad: Mejorar la eficiencia operativa pasando clientes no
rentables a canales de distribución más rentables, por ejemplo, la banca
electrónica.
El proceso de desarrollo del CMI en Metro Bank tradujo cada una de
esas estrategias en objetivos e indicadores de las cuatro perspectivas.
35
LA ESTRATEGIA DE METRO BANK
COMPRENSIÓN Y DESCRIPCIÓN DE LAS RELACIONES DE CAUSA-EFECTO
SOBRE LAS QUE SE BASA LA ESTRATEGIA
Fue te: Li o Cuad o de Ma do I teg al – Robert S. Kaplan y David P. Norton, pág. 166.
36
LA FORMA DE AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD DE
LOS EMPLEADOS
Fue te: Li o Cuad o de Ma do I teg al – Robert S. Kaplan y David P. Norton, pág. 167.
37
CUADRO DE MANDO INTEGRAL DE METRO BANK
38
A modo de conclusión, y siguiendo a los autores que desarrollaron este
tema, los cuadro de mando integral debe ser algo más que una variedad
de entre 15 y 25 indicadores financieros y no financieros agrupados en
cuatro perspectivas. El CMI debe relatar la historia de la estrategia de la
unidad de negocio; esta historia se cuenta vinculando los indicadores
inductores de la actuación con los del resultado, a través de una serie de
relaciones de causa-efecto.
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Bibliografía Lectura 4
José María Sainz de Vicuña Ancín, “El Plan de Marketing en la práctica”,
Madrid, Editorial ESIC, (Enero 2000)
Capítulos: 7, 8, 12
Robert S. Kaplan y David P. Norton, “Cuadro de Mando Integral”, Barcelona,
Ediciones Gestión 2000 S.A., (2002)
Capítulos: 1, 7
40