2. Anestesiología
E. SOLER
M. T. FAUS
R. BURGUERA
J. A. FERNÁNDEZ
P. MULA
1
INTRODUCCIÓN
La utilización por primera vez como anestésico en 1844 del óxido nitroso, al que siguió la del
eter etílico en 1846 y el cloroformo en 1847, marcaron los inicios de la Anestesiología actual. Su objetivo primordial es la supresión del dolor mediante una pérdida total o parcial de la sensibilidad,
acompañada o no de pérdida de consciencia en el
transcurso de las intervenciones quirúrgicas. La introducción de fármacos cada vez más seguros ha
permitido el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas, la posibilidad de intervención a pacientes de
mayor edad y dar una mayor seguridad a la cirugía
urgente y al paciente con pluripatología que debe
ser sometido a una intervención quirúrgica.
La colaboración e implicación del farmacéutico de
hospital en esta especialidad se inicia con el desarrollo e
introducción en los hospitales de nuevos fármacos que
van a suponer un mayor confort para el paciente en el pe-
riodo perioperatorio, y especialmente con el advenimiento y desarrollo de las clínicas del dolor. En la actualidad dicha colaboración se materializa de distintas
formas: asesoramiento farmacoterapéutico, en especial
en lo referente a pacientes polimedicados, preparación
y dispensación de medicamentos dispuestos en cajetines
normalizados para cada tipo de intervención, preparación de medicamentos inyectables listos para su uso y
perfectamente identificados, colaboración en la elaboración de protocolos para el tratamiento del dolor y su
seguimiento, preparación de las mezclas y soluciones
requeridas para su utilización en el tratamiento del dolor,
ensayos clínicos, atención farmacéutica a pacientes con
dolor, etc.
En el presente capítulo abordamos los aspectos
farmacoterapéuticos básicos que puedan ser de utilidad
al farmacéutico de hospital para el desarrollo de su actividad asistencial en esta área.
778
2
FARMACIA HOSPITALARIA
PREOPERATORIO(1-3)
Desde la visita preoperatoria empieza a configurarse la estrategia anestésica en la que se tienen
en cuenta tanto los antecedentes familiares como
personales del paciente, la situación clínica del mismo, la intervención a que se va a someter y la técnica planteada por el cirujano.
2.1. Valoración de la situación clínica
del paciente
Una vez establecido el diagnóstico, deben valorarse múltiples parámetros como son la mayor o
menor agresividad de la intervención, la técnica
quirúrgica que se va a utilizar, la posición en la que se
va a colocar al paciente, la duración de la intervención, etc. A título de ejemplo, describimos algunas de
las situaciones que se nos plantean:
– La cirugía de estómago siempre se realiza con
anestesia general, aunque se puede combinar con
una anestesia locorregional (epidural) para obtener
una buena analgesia perioperatoria.
– Las herniorrafias inguinales por vía abierta suelen
realizarse con técnicas locorregionales, aunque se
está utilizando ya la técnica laparoscópica, lo que
obliga a la realización de una anestesia general.
– Las modificaciones en la osmolaridad de los anestésicos locales, permiten conseguir bloqueos más selectivos de la zona a operar mediante anestesia subaracnoidea.
– La posición del paciente puede determinar tanto la
técnica anestésica como la selección del fármaco.
Así, en las prostatectomías radicales se coloca al
paciente en cuña con la pelvis más elevada que la
cabeza y pies, siendo muy incómodo para el paciente y considerando además, la larga duración
de la intervención, se prefiere utilizar la anestesia
general. Habría que añadir que tratándose de una
intervención agresiva, donde la posibilidad de hemorragia moderada-intensa es alta, en el caso de
que se decidiera realizar una anestesia locorregional podríamos encontrarnos con problemas al
querer corregir la hipotensión provocada por el
propio sangrado, al cual hay que añadir el bloqueo simpático producido por los anestésicos locales.
En la valoración médica se realiza una anamne-
sis del paciente para orientarnos sobre el proceder en
quirófano. Ejemplos de ella serían:
– Los pacientes fumadores que pueden tener más
hiperreactividad bronquial, existiendo un mayor
riesgo con los fármacos histamino-liberadores y
su modo de empleo (atracurio, mivacurio etc.).
– El paciente alcohólico o drogodependiente puede
tener una metabolización de los fármacos más rápida. Aunque en el primer caso, si existe un cierto
grado de disminución de la función hepática, podemos encontrarnos en la situación contraria. Será conveniente utilizar fármacos de metabolización extrahepática o ajustar las dosis si el
metabolismo se realiza en dicho órgano.
– Las cardiopatías y coronariopatías pueden contraindicar técnicas locorregionales centrales
(anestesia raquídea o epidural) debido a los posibles
trastornos hemodinámicos que éstas pueden presentar.
– En el caso de pacientes críticos deberán administrarse hipnóticos que ofrezcan mayor estabilidad en
la inducción anestésica.
– El atracurio y cisatracurio son de gran utilidad en
los pacientes insuficientes renales o hepáticos por
su forma de metabolización intravascular.
– Las técnicas locorregionales son de elección en
los pacientes con broncopatías severas para evitar los posibles problemas a la hora de desconectarlos de los respiradores.
2.2. Premedicación
Se realiza con el fin de prevenir o contrarrestar
los efectos indeseables derivados tanto de los anestésicos como del propio acto quirúrgico, y de este
modo, aliviar la ansiedad, inducir sedación, reducir al
mínimo las posibilidades de aspiración del contenido gástrico y evitar las náuseas y vómitos postoperatorios (NVPO). También se utiliza la medicación
preoperatoria para controlar la infección (profilaxis
antibiótica), proporcionar analgesia y promover
cierta estabilidad cardiovascular.
2.2.1. Ansiolisis
Es normal que todo paciente que va a ser sometido a una intervención quirúrgica esté sometido a un estrés. Es una situación que genera angustia
y en ocasiones desconfianza.
ANESTESIOLOGÍA
Con este fin se utilizan benzodiazepinas de acción larga como el loracepam y el diazepam por vía
oral, para favorecer el descanso durante la noche
anterior. Actualmente se tiende a utilizar benzodiazepinas de inicio de acción rápido y duración corta
como el midazolam, administrado el día de la intervención inmediatamente antes de la inducción
anestésica, ya sea vía IM o IV, siendo de gran utilidad
en cirugía ambulatoria.
2.2.2. Prevención de la broncoaspiración
Está indicada en todos aquellos pacientes en los
que existe riesgo de regurgitación o vómito durante la inducción anestésica, como sería el caso de
embarazadas, obesos, pacientes con reflujo gastroesofágico, íleo, depresión del SNC, hernia de hiato
u oclusión intestinal.
Se trata pues de intentar aumentar el vaciado
gástrico, y disminuir la acidez del contenido del
mismo. Para ello se utilizan antagonistas H2 de la
histamina, inhibidores de la bomba de protones
y/o antieméticos.
2.2.3. Anticolinérgicos
La atropina es el fármaco por excelencia cuando
se va a plantear cualquier tipo de anestesia, ya sea
local, general o locorregional. Es relativamente frecuente encontrarnos con bradicardias reflejas al realizar algún tipo de punción como la canalización
de una bránula venosa o al realizar una técnica local
o locorregional. La utilidad de este fármaco en la
anestesia general viene marcada porque es casi una
constante que los fármacos utilizados sean cardiodepresores. Y durante la anestesia locorregional se
produce un predominio del sistema parasimpático
que hace frecuente las bradicardias e hipotensiones.
Es también antisialogogo, siendo de utilidad en exploraciones de cavidad oral o broncoscópica y para
disminuir la secreción de ácido gástrico. Otro anticolinérgico utilizado es el glicopirrolato que ejerce un
efecto taquicardizante menor que la atropina.
3
ANESTESIA GENERAL
La anestesia general se puede definir como un estado inconsciente, con efectos de analgesia, relajación
muscular y depresión de los reflejos. Podríamos decir que es una situación de coma farmacológico en
779
el que el paciente es incapaz de despertar al provocar un estímulo sobre él. Estos estímulos pueden
ser simplemente sonoros (exploraciones radiológicas en niños –TAC, RNM–) o dolorosos, (manipulación de una articulación o fractura, cirugía) en cuyo caso necesitaremos complementar esta situación
de hipnosis profunda con opiáceos mayores. Si
además se necesita una relajación de los tejidos que
van a ser manipulados se plantea el uso de relajantes
musculares(3).
La anestesia general presenta tres fases(3-5): a) inducción; b) mantenimiento; c) recuperación.
3.1. Inducción
En la inducción de la anestesia general debemos cumplir, en términos generales, tres objetivos:
hipnosis, analgesia y relajación muscular.
3.1.1. Hipnosis
La hipnosis se consigue mediante el uso de
anestésicos endovenosos o inhalatorios. Generalmente se realiza una inducción endovenosa, pues
es más confortable para el paciente y salvo el sevoflurano, el resto de agentes inhalatorios provocan
irritación bronquial, por lo que se reserva el uso de
los inhalatorios para el mantenimiento de la hipnosis durante el procedimiento.
En general todos los fármacos hipnóticos son
cardiodepresores, aunque el etomidato y la ketamina por sus características farmacológicas son mucho más estables clínicamente en cuanto a la hemodinámica del paciente. También es una buena
alternativa la inducción con sevoflurano en pacientes en los que interesa que la repercusión hemodinámica sea mínima (sepsis, peritonitis, hemorragias...).
3.1.1.1. Anestésicos inhalatorios (AI)(6-11)
Los más utilizados son, el óxido nitroso y los
anestésicos halogenados: halotano, enflurano, isoflurano, sevoflurano y desflurano.
Potencia anestésica
La profundidad o intensidad de la anestesia que
se alcanza con una dosis determinada depende de la
concentración alcanzada en el tejido cerebral y puede estimarse a partir de la concentración alveolar
780
FARMACIA HOSPITALARIA
mínima (CAM) de cada agente. La CAM es la concentración que evita el movimiento ante un estímulo
doloroso en el 50% de los pacientes. La CAM permite comparar la potencia de los diferentes AI. En
general, la anestesia se mantiene entre 0,5 y 2 CAM,
según las características del enfermo y la presencia
de otros fármacos. En la Tabla 1 se muestran las características fisicoquímicas más importantes de los
AI.
Otros efectos farmacológicos (Tabla 2)
Reducen de forma dosis-dependiente la presión
arterial. Este efecto es más notable para el halotano y
enflurano, que además deprimen la contractilidad
miocárdica. Desde el punto de vista cardiaco, los
más seguros son el isoflurano, desflurano y sevoflurano, aunque el isoflurano puede desencadenar isquemia miocárdica en enfermos coronarios.
Deprimen la respiración de forma dosis-dependiente hasta la apnea, siendo el enflurano el más potente. También deprimen la respuesta a la hipoxia y a
la hipercapnia, siendo isoflurano el que menos las
deprime.
Desflurano es un potente irritante de las vías aéreas (tos, intensas secreciones, laringoespasmo y apnea), especialmente en niños. Se desaconseja su uso
como inductor de la anestesia.
Los anestésicos halogenados potencian la acción
de los bloqueantes neuromusculares, isoflurano y
enflurano con mayor intensidad y además, tienen
propiedades relajantes musculares por sí mismos.
Producen relajación del útero grávido, lo que favorece el sangrado después del parto o en las operaciones de cesárea. El óxido nitroso no produce relajación miometrial.
Reacciones adversas
En la Tabla 3 se describen las principales reacciones adversas así como las contraindicaciones e
interacciones farmacológicas de los AI.
La hipertermia maligna es una complicación
muy grave caracterizada por un estado hipermetabólico del músculo esquelético, que puede presentarse durante la anestesia general o en el postoperatorio inmediato. Los agentes desencadenantes más
frecuentes son cualquiera de los anestésicos inhalatorios y los paralizantes musculares, de los cuales el de
mayor riesgo es el suxametonio. Los anestésicos locales de tipo amida, los análogos de la quinidina y las
sales de calcio pueden agravarla. El tratamiento fundamental, a parte de las medidas sintomáticas es la
administración de dantroleno. La dosis eficaz es de 12 mg/kg IV, que puede repetirse cada 5-10 minutos
hasta una dosis total de 10 mg/kg. Conviene mantener la medicación durante 12-24 h después del episodio agudo y restaurarla si se aprecian signos de aumento del metabolismo o acidosis.
Tabla 1. Propiedades fisicoquímicas de los diferentes anestésicos inhalatorios.
Óxido
nitroso
2
Enflurano
Peso molecular
44
197,5
184,5
Presión de vapor
39
244
172
Isoflurano
184,5
Desflurano
168
Sevoflurano
200
240
669
1,7
1,2
6,0
2,0
0,29
0,6
0,5
2,8
1,1
2,4
1,9
1,4
0,42
0,65
1
105
0,75
CAM (%)
(con 60% de óxido
nitroso)
–
Coeficiente
de partición
sangre/gas(2)
0,47
CAM%
1
Halotano
160
Con una CAM > 100 deben usarse condiciones hiperbáricas para conseguir una CAM de 1.
El coeficiente de partición sangre/gas es mayor cuanto más soluble sea el agente. La captación será mayor, la presión parcial alveolar aumentará más lentamente y la inducción será más lenta.
781
ANESTESIOLOGÍA
Tabla 2. Propiedades farmacológicas de los anestésicos inhalatorios.
Óxido
nitroso
Halotano
Enflurano
Isoflurano
Desflurano
Sevoflurano
Facilidad de inducción
Buena
Buena
Buena
Buena
Muy buena
Muy buena
Recuperación
de anestesia
Rápida
Rápida
Rápida
Rápida
Muy rápida
Muy rápida
No
Sí
Sí
Sí
Sí
Sí
Buena
Muy buena
Sí,
laringospasmo
Escasa
Posibilidad de intubación
Analgesia
Buena
Escasa
No
Escasa
No
Relajación abdominal
Escasa
Regular
Buena
Cardiovascular
Presión arterial
Frecuencia cardiaca
Resist. Vasc. Sistémic
Gasto cardiaco
Arritmias
s/c
s/c
s/c
s/c
s/c
↑↑
↑
s/c
↑
+++
↑↑
↑
↑
↑↑
++
↑↑
↓
↑↑
s/c
+
↑↑
s/c o↓
↑↑
s/c o ↑
+
↑
s/c
↑
↑
+
Respiratorio(3)
Vt
QR
PCO2
Reacción a hipercapnia
Reacción a hipoxemia
Capacidad residual
funcional
↑
↓
↓
↑
↑↑
↑
↑↑
↓↓
↓
↑
↑↑
↑
↑↑
↓↓
↓↓
↑↑
↑↑
↑
↑↑
↓↓
↓
↑
↑↑
↑
↑
↓
↓
↑
↑↑
↑
↑
↓
↓
↑↑
↑
↑
Cerebral
Flujo cerebral
Presión Intracraneal
CMRO2
Convulsiones
↓
↓
↓
↑
↓↓
↓↓
↑
↑
↓
↓↓
↑1
↓
↓
↓4
↑↑
↑
↓
↓4
↑↑
↑
↓
↓
↑↑
↑
↑
↑↑
↑↑↑
↑↑↑
↑↑↑
↑↑
Renal
Flujo sanguíneo
Filtrado glomerular
Diuresis
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑↑
↑
?
?
↑
?
?
Hepático
Flujo sanguíneo
↑
↑↑
↑↑
↑
↑
↑
Estimulación
de secreciones
Bloqueo muscular
no despolarizante(2)
Muy buena Muy buena
Escasa
Muy buena Muy buena
Aumenta con las convulsiones inducidas por el enflurano. La actividad epileptiforme se exacerba con la hipocapnia.
El bloqueo despolarizante probablemente también se prolonga, pero no es clínicamente significativo.
3
Todos, excepto el óxido nitroso, son broncodilatadores y pueden revertir el broncoespasmo del asma bronquial.
4
El aumento de la PIC puede contrarrestarse con la hiperventilación.
1
2
Muy buena
782
FARMACIA HOSPITALARIA
Tabla 3. Toxicidad, contraindicaciones e interacciones medicamentosas de los anestésicos inhalatorios.
Óxido nitroso
– Inhibe las enzimas vitamina B12 dependientes, como methionina-sintetasa,
necesaria para la formación de mielina y thymidylata-sintetasa, necesaria para la
síntesis de DNA.
– La exposición prolongada puede causar depresión de la médula ósea (anemia
megaloblástica) y déficits neurológicos (neuropatía periférica y anemia perniciosa).
– Teratogénico (evitar en embarazadas).
– Altera la respuesta inmunológica a la infección.
– Contraindicaciones: en embolismo aéreo, neumotórax, obstrucción intestinal
aguda, neumoencéfalo, bullas pulmonares, burbujas aéreas intraoculares e injerto de membrana timpánica (por su tendencia a difundir a las cavidades aéreas más
rápido que el nitrógeno del aire, debido a su mayor solubilidad). En hipertensión
pulmonar, debido a su efecto sobre los vasos pulmonares.
– Interacciones medicamentosas: debido a su alta CAM, debe asociarse a otro AI
para la anestesia general: su asociación atenua los efectos respiratorios y circulatorios de los
AI en los adultos y potencia el bloqueo neuromuscular.
– No es un agente desencadenante de la hipertermia maligna.
Halotano
– Hepatitis (necrosis centrolobular): infrecuente, más frecuente en exposiciones
múltiples, mujeres obesas de edad media e historia familiar de predisposición.
– Agente desencadenante de la hipertermia maligna.
– Contraindicaciones: Disfunción hepática preexistente. Lesiones intracraneales.
Hipovolemia y cardiopatías graves (estenosis aórtica). Por sensibilización del corazón a las catecolaminas contraindicado con el uso de epinefrina y en el feocromocitoma.
– Interacciones medicamentosas: Los ß-bloqueantes y calcio-antagonistas potencian el efecto
depresor cardiaco.
Enflurano
– Actividad epileptiforme, que aumenta con altas concentraciones e hipocapnia.
– Desencadenante de hipertermia maligna.
– Contraindicaciones: enfermedad renal preexistente. Epilepsia. Hipertensión
endocraneal. Inestabilidad hemodinámica.
– Interacciones medicamentosas: isoniacida (pero no fenobarbital, etanol, ni fenitoína) induce
su metabolismo (defluorinación).
Isoflurano
– Puede producir fenómeno de robo coronario por vasodilatación de las arterias
coronarias sanas.
– No existen contraindicaciones específicas, excepto la cardiopatía isquémica
(controvertido).
Desflurano
– Su baja solubilidad hace que sea el de más rápida recuperación.
– Irritación de la vía aérea en la inducción.
– Contraindicaciones: hipovolemia severa. Hipertensión intracraneal.
– Susceptibilidad a la hipertermia maligna.
Sevoflurano
– No irritante. Excelente para inducción inhalatoria.
– Potencialmente nefrotóxico por su defluorinación.
– Contraindicaciones: hipovolemia grave. Hipertensión endocraneal. Insuficiencia renal.
– Susceptibilidad a la hipertermia maligna.
ANESTESIOLOGÍA
783
3.1.1.2. Anestésicos endovenosos
1,5 mg/kg/IV en la sedación.
Los agentes utilizados en la anestesia intravenosa
son: barbitúricos, benzodiazepinas, ketamina, propofol
y etomidato.
Metohexital
Las dosis utilizadas para la inducción anestésica
a una concentración del 1% son: 1-2 mg/kg vía
IV o bien 25 mg/kg vía rectal. En la sedación se
emplea a concentración del 10% y a una dosis de
0,2-0,4 mg/kg/IV.
Barbitúricos(6,11)
En la práctica clínica se utilizan los barbitúricos de acción ultracorta, metohexital y tiopental, siendo éste último el más frecuentemente empleado.
Tiopental
Su elevada liposolubilidad induce rápidamente una
intensa acción depresora y anestésica a los 10-20 segundos de la inyección y de unos 20-30 minutos de duración, dado su redistribución y acumulación en los tejidos muscular y adiposo.
Inicialmente produce una brusca caída de presión arterial que se recupera pronto y que, en general, no afecta a la función cardiovascular, pero en situaciones de hipovolemia, toxemia, sepsis y shock, puede ocasionar
colapso circulatorio.
No produce analgesia salvo situaciones de profunda anestesia. Tampoco es buen relajante muscular.
A dosis anestésicas sigue una cinética de eliminación lineal que se debe a metabolización hepática,
con una semivida de 6-8 h. La edad, las alteraciones
hemodinámicas y la lesión hepática prolongan esta
semivida.
Se administra a concentración del 2,5% y a una dosis de 3-6 mg/kg/IV para la inducción anestésica y 0,5-
Benzodiazepinas(6,11)
Las benzodiazepinas (BZD) más utilizadas en la
práctica clínica anestésica son: diazepam, midazolam y
lorazepam.
Sirven para tranquilizar al enfermo como preanestésicos, así como para generar, mantener o completar
la anestesia. Por sí mismas ejercen buena acción hipnótica, amnesia anterógrada y cierto grado de relajación
muscular que no alcanza la parálisis.
Potencian las acciones depresoras de opioides sobre la respiración y circulación, pero no suprimen la respuesta hipertensora provocada, por ejemplo, por la maniobra laringoscópica y la intubación.
La acción anestésica depende de la alta concentración que alcanzan en el cerebro. Su permanencia y acumulación en el organismo depende de su semivida de eliminación. El más utilizado
es el midazolam, por tener una semivida más corta (2-4 h), es hidrosoluble, por lo que no requiere de solventes especiales, y es
menos irritante.
Las indicaciones y dosis de las BZD utilizadas en
anestesia se muestran en la Tabla 4.
Tabla 4. Indicaciones en anestesia y dosis de las benzodiazepinas más utilizadas.
Agente
Diacepam
Midazolam
Loracepam
Indicaciones
2
Ruta
Vida media (horas)
Premedicación
Sedación
Inducción
0,2-0,5 mg/kg
0,04-0,2 mg/kg
0,3-0,6 mg/kg
Oral
IV
IV
20-40
Premedicación
Sedación
Inducción
0,07-0,15 mg/kg
0,01-0,1 mg/kg
0,1-0,4 mg/kg
IM
IV
IV
1-4
Premedicación
0,05 mg/kg(2)
0,03-0,05 mg/kg(2)
0,03-0,04 mg/kg(2)
Oral
IM
IV
10-20
Sedación
1
Dosis
Dosis máxima 15 mg.
No recomendado para niños.
(1)
784
FARMACIA HOSPITALARIA
El flumazenil, es un antagonista específico de los receptores de las BZD. Revierte el efecto sedante e hipnótico, pero no previene el riesgo de depresión respiratoria, ya que la respuesta al dióxido de carbono
contináa alterada. Como efectos secundarios puede
provocar ansiedad, convulsión, náuseas, vómitos y aumento de la presión intracraneal en traumatismos craneoencefálicos. La administración debe hacerse de forma progresiva: 0,2 mg cada minuto hasta un máximo de
3 mg. Debido a su rápido aclaramiento, a veces es necesario repetir la dosis al cabo de 1 a 2 horas o administrar una perfusión continua a 0,5 mg/h. La insuficiencia hepática prolonga su aclaramiento.
Ketamina(6,11)
Ejerce una acción anestésica corta y disociativa, caracterizada por un estado similar al cataléptico, ya que
el paciente aparenta estar despierto, pero incapaz de
responder a estímulos sensitivos, con pérdida de la
conciencia, inmovilidad, amnesia y analgesia.
Provoca un aumento de la actividad simpática con
el consiguiente incremento de la frecuencia cardiaca y
de la tensión arterial, efectos parcialmente reducidos
por tiopental y BZD. Puede deprimir directamente la
contractilidad miocárdica y dilatar las arteriolas. El tono muscular está aumentado y puede desencadenar
movimientos musculares espontáneos no relacionados
con estímulos nociceptivos o de otro tipo. A dosis terapéuticas no deprime la respiración. Es un potente
broncodilatador.
El despertar suele acompañarse de sensaciones
psíquicas muy vivas, modificaciones del humor, experiencias disociativas de la propia imagen, sueños y estados ilusorios, que se previenen con BZD.
Alcanza rápidamente concentraciones cerebrales
anestésicas, siendo la duración media de la anestesia de
unos 20 minutos.
Las dosis utilizadas en la inducción anestésica son:
1-2 mg/kg/IV ó 3-5 mg/kg/IM.
La ketamina potencia a los relajantes musculares
no despolarizantes.
Está contraindicada en pacientes hipertensos, coronarios, insuficiencia cardiaca congestiva, aneurisma arterial o con enfermedad vascular cerebral. No deprime la función respiratoria a menos que se administre
rápidamente por vía IV.
Se emplea fundamentalmente en niños o en maniobras cortas que requieren intensa analgesia, previa administración de una BZD.
Propofol(12-15)
Posee acción sedante e hipnótica corta, antiemética y antipruriginosa.
La administración IV de propofol, a la dosis de 22,5 mg/kg, causa pérdida de la conciencia con la misma
rapidez que el tiopental. El efecto es dosis-dependiente. La duración del efecto es muy breve y la recuperación
después de una dosis única o tras infusión continua es
muy rápida, suave y con confusión postoperatoria mínima.
A nivel cardiovascular, ocasiona hipotensión por
disminución de las resistencias periféricas y bradicardia que puede llegar al paro cardiaco. Disminuye el
consumo de O2 y el flujo sanguíneo miocárdico. La
respiración es profundamente deprimida, en particular, durante la inducción, efecto potenciado por los
opiáceos. No altera las funciones hepática ni renal.
Disminuye la presión intracraneal y la presión intraocular. No interactúa con los bloqueantes neuromusculares. Tiene propiedades anticonvulsivantes. Induce
amnesia, pero de menor grado que las benzodiazepinas.
No produce liberación de histamina. El efecto secundario más frecuente es dolor en el sitio de inyección
con riesgo de tromboflebitis.
El rápido aclaramiento del propofol en perfusión
continua no plantea problemas de acumulación del fármaco. La insuficiencia renal crónica no afecta a su duración de acción.
Su principal indicación es la inducción (1-2 mg/kg/IV) y
mantenimiento de la anestesia general (50-200
mg/kg/min/IV) y la sedación (25-100 mg/kg/min/IV) de pacientes con ventilación artificial en las unidades de medicina intensiva.
Durante su administración, los pacientes deben ser
monitorizados de manera continua para detectar una
posible hipotensión, obstrucción en el tracto respiratorio o una insuficiente toma de oxígeno.
Etomidato(6,11)
Ejerce una acción sedante e hipnótica rápida. Carece de acción analgésica. La concentración máxima se
alcanza en el primer minuto tras la administración dada
su elevada liposolubilidad. La biotransformación se lleva a cabo en el hígado y por las esterasas plasmáticas.
El despertar es rápido (3-5 minutos).
Reduce el flujo sanguíneo cerebral y el consumo de
oxígeno. No altera la mecánica miocárdica ni la dinámica vascular, por lo que no reduce la presión arterial. No
favorece la liberación de histamina. Produce cierta depresión respiratoria y en algún caso, se ha llegado a una
apnea corta.
ANESTESIOLOGÍA
En la inducción anestésica se administra vía IV
a dosis de 0,2-0,5 mg/kg.
Los efectos adversos más frecuentes son: dolor
en el punto de inyección y tromboflebitis, náuseas,
vómitos y movimientos mioclónicos o discinéticos
que pueden prevenirse con opioides o BZD. La administración en infusión intravenosa continua prolongada puede provocar insuficiencia corticosuprarrenal aguda por inhibición de la
esteroidogénesis.
3.1.2. Analgesia(16-119)
En los procesos quirúrgicos con anestesia se
utilizan analgésicos de gran potencia como son los
opiáceos mayores. No producen amnesia. El fentanilo es el mórfico más utilizado en la anestesia para
cirugía, usándose remifentanilo y alfentanilo en
procedimientos cortos como legrados, desbridamiento de abcesos etc. Estos últimos se están utilizando también en procesos quirúrgicos más largos,
en perfusión continua. Al tratarse de opiáceos de
gran potencia dan una gran estabilidad hemodinámica y al mismo tiempo su tiempo de acción tan
corto los hacen muy manejables clínicamente. El
único inconveniente es que si se trata de cirugías
dolorosas, hay que comenzar con otro mórfico de
acción más larga (meperidina, cloruro mórfico) antes de retirar la perfusión, para evitar que se genere
un periodo de ventana ausente de analgesia que
provocaría intenso dolor en el paciente.
785
En el proceso anestésico se utiliza uno o varios
de los siguientes opiáceos: morfina, meperidina,
fentanilo, sufentanilo, alfentanilo y remifentanilo.
La acumulación de metabolitos activos en la insuficiencia renal produce narcosis y depresión respiratoria en el caso de la morfina y convulsiones
por la normeperidina, metabolito de la meperidina.
Producen sedación y depresión respiratoria.
Como consecuencia de la disminución de la ventilación alveolar, aumentan la PCO2, disminuyen el
pH arterial y la PO2, apareciendo acidosis metabólica. El grado de depresión no sólo depende de la
dosis sino también de la vía de administración y velocidad de acceso al SNC. Morfina y meperidona
pueden producir broncoespasmo. Fentanilo, sufentanilo y alfentanilo pueden provocar rigidez de la
pared torácica que impida la ventilación (se corrige
con relajantes musculares). Además, producen
otros efectos secundarios reflejados en la (Tabla 5).
Las principales indicaciones y dosis se describen en la Tabla 6.
3.1.3. Relajación muscular(20)
El uso clínico de los relajantes musculares se
plantea siempre que se requiere intubación endotraqueal, debido a que los tejidos de esta zona son
muy reflexógenos y siempre que la cirugía que se
va a realizar requiera la relajación de los tejidos
musculares para su realización.
Tabla 5. Otros efectos adversos de los opiáceos mayores.
– Náuseas y vómitos.
– Miosis.
– Epilepsia (sólo normeperidina, metabolito de la meperidina).
– Bradicardia (excepto meperidina que por sus propiedades anticolinérgicas produce taquicardia).
– Depresión de la contractilidad cardiaca (sólo meperidina).
– Vasodilatación periférica.
– Liberación de histamina (morfina y meperidina).
– Disminución de la motilidad gastrointestinal (mayor tiempo de tránsito).
– Espasmos del esfínter de Oddi.
– Rigidez muscular (especialmente a dosis altas, alfentanilo, en ancianos, en administración rápida y empleo simultáneo de óxido nitroso), estreñimiento y retención urinaria.
– Disminución de la tasa metabólica cerebral de O2 y del flujo cerebral, aumento de la tensión
intracraneal.
– Bloquean la liberación de hormonas de stress.
786
FARMACIA HOSPITALARIA
Tabla 6. Indicaciones en anestesia y dosis de los opiáceos mayores más utilizados.
Agente
Morfina
Potencia
equivalente
Indicaciones
Dosis
Ruta
Semivida de
eliminación
1
Premedicación
Analgesia intraoperatoria
Analgesia postoperatoria
0,05-0,2 mg/kg
0,1-1 mg/kg
0,05-0,2 mg/kg
0,03-0,15 mg/kg
0,5-1 mg/kg
2,5-5 mg/kg
0,5-1 mg/kg
0,2-0,5 mg/kg
IM
IV
IM
IV
IM
IV
IM
IV
2-7 h (IV,IM)
Meperidina 1/10 de morfina Premedicación
Analgesia intraoperatoria
Analgesia postoperatoria
Fentanilo
Sufentanilo
Alfentanilo
Remifentanilo
75-125 veces
la morfina
5-10 veces
el fentanilo
1/10-1/5
el fentanilo
2-6 veces
el fentanilo
Analgesia intraoperatoria
Bolus
2-150 mg/kg
Mantenimiento 0,05-0,1 mg/kg/min
Analgesia postoperatoria
0,5-1,5 mg/kg
Analgesia intraoperatoria
Bolus
0,25-30 mg/kg
Mantenimiento 0,015-0,05 mg/kg/min
Analgesia intraoperatoria
Bolus
8-100 mg/kg
Mantenimiento
0,5-3 mg/kg/min
Analgesia intraoperatoria
Bolus
1 mg/kg
0,05-2 mg/kg/min
Mantenimiento
Se clasifican en dos grupos: despolarizantes o leptocurares
(RMD) y no despolarizantes o paquicurares (RMND).
3.1.3.1. Relajantes musculares
despolarizantes (RMD)
Los RMD actúan como agonistas de los receptores nicotínicos de la placa motriz, pero al contrario que la acetilcolina no son metabolizados por la
acetilcolinesterasa, por lo que persisten largo tiempo en la unión neuromuscular. La activación repetida
del receptor conduce a una reducción progresiva de
la respuesta de éste y a una pérdida de la excitabilidad muscular. Inicialmente la despolarización prolongada se traduce en fasciculaciones musculares
transitorias a las que siguen un bloqueo de la transmisión con parálisis muscular.
El único RMD utilizado hoy día es la succinilcolina o suxametonio. Es el de acción más corta y
IV
Per
IV
IV
Per
IV
Per
2-6 h (IV,IM)
30-60 min (IV)
1-2 h (IM)
20-45 min (IV)
2-4 h (IM)
10-15 min (IV)
10-60 min (IM)
3-10 min
IV
Per
más rápida, su indicación por excelencia es la inducción e intubación rápida (cualquier situación en
la que existe riesgo de regurgitación o vómito en la
inducción o posibilidad de intubación difícil, en enfermos con estómago lleno, obstrucción intestinal,
hernia de hiato, obesidad, embarazo, traumatismos
y diabetes). Sus efectos relajantes se manifiestan en
primer lugar, en el músculo esquelético, tórax y abdomen, seguido de las extremidades inferiores y
resto de músculos. Puede producir aumento de los
niveles plasmáticos de potasio, liberación de histamina y efectos sobre ganglios vegetativos.
La reversión del bloqueo de los RMD se produce
por su metabolización por la colinesterasa plasmática
(pseudocolinesterasa), siendo la duración de sus efectos muy corta (7 minutos).
Las reacciones adversas más graves del suxametonio
son bradicardia, hiperpotasemia, arritmias, paro cardiaco, hipertermia maligna (sobre todo, asociado a un
ANESTESIOLOGÍA
anestésico inhalatorio), shock anafiláctico y parálisis
prolongada. Otras menos graves: fasciculaciones, mialgias, aumento de la presión intragástrica, intraocular e
intracraneal. Está contraindicado en politraumatismo,
grandes quemados, distrofias musculares como rabdomiolisis y Parkinson, miopatías no diagnosticadas, enfermedades neurológicas como encefalitis y lesiones de
médula espinal.
3.1.3.2. Relajantes musculares
no despolarizantes (RMND)
Los RMND también se unen a los receptores
postsinápticos nicotínicos, pero actúan como antagonistas competitivos. Como consecuencia, no se
produce la despolarización necesaria para propagar
el potencial de acción muscular.
Los RMND más utilizados son: pancuronio,
vecuronio y rocuronio (compuestos esteroideos) y
atracurio, cisatracurio y mivacurio (bencilisoquinolonas).
Todos los RMND muestran una alta ionización
a pH 7,4, baja liposolubilidad, baja unión a proteínas
y un volumen de distribución pequeño. No atraviesan la placenta, la barrera hematoencefálica ni la
mucosa del tracto gastrointestinal.
La instauración de la relajación muscular es rápida y se observa una debilidad motora inicial que
progresa a parálisis muscular. Los primeros músculos en paralizarse son los extrínsecos oculares y los
faciales, seguido de extremidades, cuello y tronco.
Finalmente, se paralizan los músculos intercostales
y el diafragma, lo que conduce a la apnea. La recuperación sigue el orden inverso. Rocuronio es el
RMND de elección en la inducción de secuencia
rápida.
También pueden bloquear receptores nicotínicos
ganglionares que se manifiesta como taquicardia e hipotensión (pancuronio, atracurio), estimular la liberación de histamina por los mastocitos (mivacurio y atracurio) y antagonizar receptores
muscarínicos cardiacos (pancuronio, rocuronio).
Pancuronio puede desencadenar arritmias venticulares, especialmente cuando se combina con halotano y antidepresivos tricíclicos y reacciones alérgicas al bromuro. Atracurio produce broncoespasmo
(evitar en asmáticos) y convulsiones sobre todo en
insuficiencia hepática. Vecuronio no posee efectos
cardiovasculares y no se prolonga su acción en cirrosis hasta dosis superiores a 0,15 mg/kg.
787
Mivacurio y rocuronio por su inicio de acción
rápido y corta duración se están utilizando cada vez
más, debido al auge de la cirugía sin ingreso. El resto de RMND presentan una duración de acción entre 20-40 minutos y comienzo de acción entre 2-3
minutos, se usan en todas las cirugías que requieran relajación muscular y sean de mayor duración.
El bloqueo de los RMND se revierte por su redistribución, metabolismo hepático y excreción o
por agentes reversores específicos, ya sea por la administración de acetilcolina o por la administración
de anticolinesterásicos que aumentan la cantidad de
acetilcolina endógena disponible para competir por
los receptores. El mivacurio sufre hidrólisis por las
pseudocolinesterasas y atracurio se degrada espontáneamente en el plasma al pH y temperatura corporal (eliminación de Hofmann). Rocuronio se secreta prácticamente inalterado por la bilis. El resto de
RMND se metabolizan de forma variable en el hígado. Algunos metabolitos desacetilados del pancuronio y vecuronio tienen actividad bloqueante
neuromuscular. Laudanosina es un metabolito tanto de atracurio como de cisatracurio y a dosis altas
desencadena crisis epilépticas.
El pancuronio debe dosificarse con cautela en la
insuficiencia renal (contraindicación relativa) y en
la insuficiencia hepática tiene además un efecto
prolongado. El vecuronio, rocuronio y mivacurio
pueden tener un efecto prolongado en las insuficiencias hepática y renal. Además, la duración de
acción de vecuronio se prolonga en el postparto,
SIDA y en el uso prolongado por acúmulo de su
metabolito 3-hidroxilo. El atracurio y cisatracurio
son independientes de procesos orgánicos.
Sus efectos bloqueantes neuromusculares pueden intensificarse por la acción de aminoglucósidos, polimixina, clindamicina, lincomicina, tetraciclinas, anestésicos inhalatorios (sobre todo,
enflurano y halotano), anestésicos locales, antiarrítmicos y antagonistas del calcio, así como en caso
de hipotermia, acidosis respiratoria, hipopotasemia
e hipotiroidismo. El efecto de los RMND disminuye en caso de tratamientos antiepilépticos crónicos
(especialmente fenitoína), enfermos con quemaduras y hemiplejía (realizar la monitorización en el lado sano).
En la Tabla 7 se resumen las características más
importantes en anestesia de los relajantes musculares.
788
FARMACIA HOSPITALARIA
Tabla 7. Características de los relajantes musculares.
Relajantes
Musculares
Despolarizantes:
Succinilcolina
No despolariz.3:
Acción larga:
Pancuronio
1
2
3
4
5
6
7
Inicio/duración acción
Dosis intubación/mantenimiento
30-60 seg/<10 min1
1-1,5 mg/kg2
5 min/70 min
0,08-0,12 mg/kg2/0,04 mg/kg seguidos
de 0,01 mg/kg cada 20-40 min
Acción intermedia:
Atracurio
3 min/30-40 min4
Cisatracurio5
Vecuronio
3 min/20-30 min4
3 min/20-30 min
Rocuronio6
Acción corta:
Mivacurio
60-90 seg7/20-30 min
0,5 mg/kg/0,25 mg/kg seguidos de 0,1 mg/kg
cada 10-20 min o perqusión 5-10 m g/kg/min
0,1-0,15 mg/kg/1,0-2,0 m g/kg/min
0,08-0,12 mg/kg/0,04 mg/kg seguido
de 0,01 mg/kg cada 15-20 min ó 1-2 m g/kg/min
0,45-0,6 mg/kg/0,15 mg/kg ó 5-12 m g/kg/min
2-3 min/20-30 min1
0,15-0,2 mg/kg2/4-10 m g/kg/min
La duración de acción se prolonga por: hipotermia, disminución de pseudocolinesterasa (embarazo, insuficiencia hepática y renal, fármacos), pseudocolinesterasa atípica por alteración genética (los homocigotos pueden tener un bloqueo de 6-8 horas).
En niños la dosis es ligeramente más elevada.
Es posible acortar el periodo de inicio de acción de los RMND mediante una priming dose o dosis de cebado, que consiste en administrar un 10-15% de la dosis de intubación 5 min. antes de la inducción. Esta técnica puede producir disnea o disfagia.
La duración de acción se prolonga en hipotermia y acidosis.
Isómero del atracurio.
Análogo del vecuronio.
A dosis 0,9-1,2 mg/kg.
3.2. Mantenimiento
La situación anestésica conseguida tras la inducción
debe mantenerse tanto tiempo como dure la situación
que lo ha requerido (pruebas diagnósticas –TAC,
RMN–, acto quirúrgico etc.). Esto se conseguirá con
los mismos fármacos expuestos anteriormente y nos
guiaremos tanto del conocimiento farmacológico de
los mismos, como de la situación clínica del paciente
para el correcto manejo de los mismos. Para ello se utilizan vaporizadores en caso de la anestesia inhalatoria
o en caso de anestesias endovenosas ,sistemas de perfusión o bolos de fármacos según los casos.
3.3. Recuperación
3.3.1. Hipnosis
Al cesar la administración del hipnótico, ya sea inhalatorio como endovenoso, se producirá una vuelta
progresiva al estado vigil.
3.3.2. Analgesia
Es importante que el paciente tenga una buena
analgesia en el momento del despertar, pero al mismo
tiempo hay que tener en cuenta que los opiáceos provocan sedación y depresión respiratoria, lo cual puede
impedir la recuperación. Naloxona es un antagonista
competitivo de receptores opioides que revierte estos
efectos. La administración ha de ser gradual con dosis de
0,5-1 mg/kg cada 3-5 minutos hasta conseguir el efecto deseado (máximo 0,2 mg). Por su corta duración de
acción (30-45 minutos) a veces es recomendable la perfusión continua de 4-5 mg/kg, sobre todo si se han utilizado opiáceos de larga duración. La antagonización
demasiado rápida produce una estimulación simpática
con aparición de dolor, taquicardia, irritabilidad ventricular, hipertensión y edema pulmonar.
3.3.3. Relajación muscular
Al retirar los fármacos hipnóticos debemos estar
seguros de que no existe relajación muscular, de lo
ANESTESIOLOGÍA
contrario, se produce una de las situaciones más angustiosas para el paciente.
La reversión de los relajantes musculares depende de
su mecanismo de degradación. Succinilcolina y el mivacurio, se degradan por la pseudocolinesterasa plasmática, por lo que habrá que esperar a que ésta los metabolice.
En el caso del resto de relajantes no despolarizantes
se utilizan anticolinesterásicos (inhibidores de la colinesterasa) que incrementan los niveles de acetilcolina
en la placa motriz.
Los inhibidores de la colinesterasa utilizados, neostigmina, piridostigmina y edrofonio, actúan reversiblemente, presentan baja liposolubilidad y no atraviesan la
barrera hematoencefálica. Debido a sus efectos nicotínicos y muscarínicos, provocan salivación, bradicardia,
lagrimeo, miosis, broncoconstricción, aumento del tono vesical, del peristaltismo, de las náuseas postoperatorias y de la secreción glandular, por eso suele asociarse un anticolinérgico (atropina, glicopirrolato) para
disminuir estos efectos durante el despertar de la anestesia.
Neostigmina es el anticolinesterásico más potente.
Su acción se inicia en 5-10 minutos y tiene una duración de 1 h. Los ancianos y niños son más sensibles. Se
administra a dosis de 0,04-0,08 mg/kg. Se administran
conjuntamente 0,2 mg de glicopirrolato por cada mg
de neostigmina para prevenir sus efectos adversos.
Piridostigmina presenta un inicio de acción de 10-15
minutos y duración aproximada de 2 h. Se emplea a dosis de 0,1-0,4 mg/kg. Por cada mg de piridostigmina se
administran 0,05 mg de glicopirrolato.
Edrofonio es el de inicio de acción más rápido (1-2
minutos) y de más corta duración. Es 10 veces menos
potente que neostigmina. Los ancianos y niños son
más sensibles. Cada mg de edrofonio es antagonizado
por 0,014 mg de atropina.
4
SEDACIÓN
La sedación es un estado de sopor o adormecimiento que puede ser revertido con un estímulo suficiente, y no debe confundirse con la anestesia general de corta duración, ya que ésta supone un estado
de inconsciencia. La American Dental Association la
define como un “nivel mínimamente deprimido de
la conciencia, producido por un método farmacológico o no farmacológico, que conserva la capacidad
para mantener por uno mismo y de forma continua-
789
da la vía aérea y responder de modo apropiado a la
estimulación física y órdenes verbales” Se puede conseguir con el uso de ansiolíticos (benzodiazepinas)
asociadas o no a mórficos, y con dosis bajas de hipnóticos.
5
ANESTESIA LOCORREGIONAL(3,21-35)
Actualmente se impone la anestesia locorregional para la mayoría de intervenciones de extremidades
tanto superiores como inferiores así como en muchos procedimientos abdominales bajos (cesáreas, cirugía de la incontinencia, herniorrafias, cirugía uroproctológica...).
Con la anestesia locorregional se intenta reducir la
utilización de anestésicos generales, que como ya hemos comentado, en su gran mayoría son cardiodepresores, así como evitar el manejo de la vía aérea, y
disminuir la presencia de efectos secundarios tan frecuentes como son las náuseas y vómitos postoperatorios.
Pero no podemos pensar que el uso de la anestesia locorregional está exenta de complicaciones.
Las propias técnicas locorregionales pueden tener
complicaciones, como cefalea postpunción dural accidental, hematoma subdural, inyecciones intravasculares de anestésicos locales, además de los efectos
adversos que presentan los propios anestésicos locales.
5.1. Técnicas
5.1.1. Bloqueo central
El bloqueo central (raquianestesia, anestesia epidural y caudal) condiciona un bloqueo simpático que
se refleja en muchas ocasiones con bradicardia e
hipotensión. Por ello es muy importante que previamente a estos se realice un relleno vascular con soluciones isotónicas para disminuir la acción parasimpática debida a la abolición o disminución del sistema
simpático. Este efecto es mayor cuanto más metámeras se bloqueen.
La técnica epidural consiste en depositar el anestésico local entre el ligamento amarillo y la duramadre
(espacio epidural o extradural). Al ser un espacio virtual, el anestésico no tiene que difundir en un medio
líquido por lo que no influye tanto la osmolaridad de
la solución anestésica pero sí la posición del paciente.
790
FARMACIA HOSPITALARIA
La anestesia caudal tiene las mismas características
que la anestesia epidural, diferenciándose de la anterior
en el lugar de abordaje, ya que se utiliza el hiato sacro.
En la raquianestesia, el anestésico se deposita en el
espacio subaracnoideo. Se necesitan altas concentraciones de anestésico local y se consigue una rápida instauración de la anestesia. Con pequeños volúmenes de
2-4 ml, se consigue una amplia zona de anestesia
Los bloqueos centrales presentan una serie de contraindicaciones, absolutas y relativas. Entre las primeras, se encuentran la falta de consentimiento del paciente, alergia a los anestésicos locales, hipertensión
intracraneal e infección en el lugar de punción. Las contraindicaciones relativas son: hipovolemia, coagulopatías, sepsis sistémica, trastornos neurolépticos progresivos
y lumbalgia crónica.
5.1.2. Bloqueos de grandes troncos
nerviosos y de nervios periféricos
Las técnicas que menos repercusión tienen en
cuanto a la estabilidad clínica-hemodinámica del
paciente son los bloqueos periféricos, ya sean grandes troncos nerviosos (bloqueo axilar, supraclavicular, ciático, poplíteo…) o bloqueos de nervios
periféricos (radial, cubital, safeno, bloqueos oculares…). La repercusión hemodinámica que provocan sólo se circunscribe a la zona anestesiada, con lo
que encontraremos en esos miembros o regiones
corporales vasodilatación, calor y bloqueo sensitivo motor y táctil, y que excepcionalmente pueden
desencadenar implicaciones a nivel general en caso
de sobrepasar las dosis tóxicas de anestésicos locales, si se realizan inyecciones intravasculares accidentales, o si hay una fuga de anestésico local hacia
el espacio raquídeo, como puede suceder en un
bloqueo del plexo braquial a nivel interescalénico,
o incluso en los bloqueos oculares.
5.1.3. Anestesia perivenosa
En esta técnica se coloca el anestésico local en
una extremidad, a la que previamente se le practica
una isquemia que se mantiene con el uso de un
manguito situado a nivel proximal. Los posibles
problemas de esta técnica vienen por una liberación accidental o demasiado brusca de este manguito, lo que supone una inyección intravascular de
anestésico local muy alta. Cuanto más tiempo haya
pasado menos anestésico local queda libre para pasar
al torrente circulatorio, por lo que se recomienda no liberar el manguito antes de 30 minutos. De todos modos
estos paciente deben permanecer monitorizados 30-60
minutos postliberación de la isquemia, pues la respuesta a la afluencia de anestésico local en el torrente sanguíneo es muy variable.
5.1.4. Anestesia local por infiltración
Es la técnica de elección en cirugías circunscritas
a una zona pequeña y que normalmente no implique a planos profundos. La infiltración de anestésico local es intradérmica o subcutánea y puede ser
utilizado cualquier anestésico local, eligiendo uno u
otro según la duración del proceso a realizar. Puede
plantearse el uso de la anestesia local en cirugía mayor mediante el soporte de una sedación monitorizada. Por ejemplo, cuando son necesarios manguitos
de isquemia para realizar las técnicas quirúrgicas, o
cuando es necesaria la infiltración de planos más
profundos (hernia inguinal, varicoceles...). Lo que se
pretende es evitar el dolor producido por los manguitos de isquemia, evitar los reflejos vasovagales
por dolor o por la tracción de estructuras muy reflexógenas, y al mismo tiempo disminuir la ansiedad
del paciente en quirófano.
Como ya hemos comentado, todos los anestésicos locales pueden ser utilizados para la anestesia local. Puede usarse soluciones con adrenalina para
prolongar el efecto, pero debe hacerse con precaución, pues puede producir isquemia de la zona infiltrada. Debemos evitar sobrepasar los volúmenes
máximos y la inyección intravascular del anestésico
local.
5.2. Anestésicos locales
Los anestésicos locales actúan sobre receptores
de membrana disminuyendo la permeabilidad del
canal de Na voltaje-dependiente, lo cual produce un
bloqueo reversible de la capacidad de formación del
potencial de acción y por consiguiente de la transmisión del impulso nervioso. Este bloqueo no se
acompaña de alteraciones en la repolarización o en el
potencial de reposo.
La acción anestésica se aprecia sobre cualquier
membrana excitable, ya sea neurona, centro o grupo
neuronal e incluso en la membrana muscular y en el
miocardio.
791
ANESTESIOLOGÍA
5.2.1. Propiedades fisico-qquímicas
y actividad anestésica (Tabla 8)
Los anestésicos locales se componen químicamente de:
– Un anillo aromático lipófilo.
– Una amina terciaria hidrófila.
– Una cadena intermedia con unión tipo éster o amida.
Atendiendo a esta unión se dividen en ésteres y amidas. El potencial alérgico es mucho mayor con los ésteres.
El grupo de los ésteres lo forman: cocaína, procaína,
cloroprocaína, tetracaína. El grupo amida lo constituyen: lidocaína, mepivacaína, prilocaína, etidocaína, bupivacaína, ropivacaína.
La potencia de un anestésico local depende de su liposolubilidad. A mayor longitud y ramificación de la cadena intermedia mayor liposolubilidad y por tanto, mayor potencia y también mayor toxicidad potencial.
Cuanto más se aproximen los pKa al pH del medio
orgánico, mayor será la proporción de la forma no ionizada, más rápida su penetración a través de las membranas neuronales y por tanto, más pronto comienza el
efecto del anestésico local (menor tiempo de latencia).
En medios ácidos, como tejidos infectados, aumenta la
forma ionizada, lo que retrasará la difusión del anestésico y prolongará el tiempo de latencia. Inversamente, al
alcalinizar el medio, se intenta aumentar la forma no ionizada y disminuir la latencia. Un ml de bicarbonato só-
dico al 8,4% en 10 ml de anestésico local acorta el tiempo de inicio del efecto de lidocaína y bupivacaína hasta un
50% (precaución: bupivacaína pierde su efecto a
pH>7).
El calentamiento del anestésico local hasta 38 °C reduce el pKa y el tiempo de latencia.
La mezcla de un anestésico local con CO2 produce
también una iniciación más rápida del efecto (sobre todo, lidocaína con CO2). El CO2 difunde rápidamente a través de la membrana neuronal y hace descender el pH
axoplásmico lo que conlleva a un aumento intracelular de
la forma ionizada y por tanto del efecto anestésico.
Todos los anestésicos locales son bases débiles con
un pKa entre 7,4 y 9,5, siendo difícilmente hidrosolubles. Por ello van disueltos como clorhidratos con un
pH de 4-7. A pH 7 la mayoría de ellos se encuentran ionizados.
Aprovechando la gravedad específica del líquido cefalorraquídeo pueden utilizarse soluciones anestésicas
hiperbáricas, con las que se consigue que el anestésico
local migre hacia abajo, focalizando el área a anestesiar.
Con soluciones hipobáricas sucede el fenómeno inverso.
5.2.2. Propiedades farmacocinéticas
y actividad anestésica (Tabla 8)
A mayor unión a proteínas plasmáticas mayor duración de acción de los anestésicos locales. Varios esta-
Tabla 8. Propiedades fisicoquímicas, farmacocinéticas y actividad anestésica de los anestésicos
locales tipo amida.
Nombre
Lidocaína
Pka
7,9
Coeficiente de
2,9-4
Partición
(liposolubilidad)
Unión proteínas (%)
70
Volumen
91
de distribución (l)
Aclaramiento
0,95
plasmático (l/min)
Actividad Anestésica
Potencia anestésica Intermedia
Latencia de acción
Corta
Duración de acción Intermedia
Toxicidad potencial Intermedia
Prilocaína
7,7
0,9
Mepivacaína Bupivacaína
7,6
8,1
0,8-1
27,5-30
Etidocaína
7,7
141
Ropivacaína
8,1
6-9
55
261
77,5
84
96
73
94
134
85-94
73
2,84
0,78
0,47
1,22
0,45
Intermedia
Corta
Corta
Débil
Intermedia
Corta
Intermedia
Intermedia
Fuerte
Larga
Larga
Fuerte
Fuerte
Corta
Larga
Fuerte
Fuerte
Intermedia
Larga
Fuerte
792
FARMACIA HOSPITALARIA
dos fisiológicos (edad, embarazo) y patológicos (intervención quirúrgica, traumatismo, insuficiencia renal,
etc.) pueden modificar dicha unión.
La duración de acción también está condicionada
por otras variables: vía de administración, velocidad de
disociación del complejo anestésico local–receptor, velocidad de resorción vascular, dosis, utilización de vasopresores u otros fármacos como los opiodes....
No se conoce con exactitud su distribución local
pues influyen una gran cantidad de variables:
La lidocaína, bupivacaína y etidocaína inducen vasodilatación en el lugar de inyección, mientras que la
prilocaína, mepivacaína y ropivacaína inducen vasoconstricción, no teniendo interés el uso de vasoconstrictores en estos últimos. La utilización de vasoconstrictores (adrenalina 1:200.000 = 5mg/ml) enlentece la
absorción del anestésico y se prolonga la duración de
acción. De este modo disminuyen también la concentración plasmática y consecuentemente la toxicidad.
Todos atraviesan la barrera hematoencefálica.
– naturaleza y la viscosidad del excipiente,
– características de la solución inyectada (volumen,
concentración, velocidad, temperatura),
– lugar de inyección (tamaño, pH, flujo sanguíneo local, tejido conjuntivo, densidad grasa, etc.),
– posición del paciente y
– barreras anatómicas antes de alcanzar la membrana
neuronal.
5.2.3. Aplicaciones terapéuticas
En la Tabla 9 se indican las concentraciones de los
anestésicos locales utilizados en las diversas técnicas de
anestesia locorregional.
Prilocaína (0,5%-1,5%), cloroprocaína (0,5%), lidocaina (0,5%-1%), mepivacaína (0,5%-1%) y ropivacaína (1,2 mg/kg y 1,8 mg/kg) se utilizan en la anestesia
regional intravenosa de miembros aislados mediante
torniquete (manguito) isquémico.
Con las combinaciones epidurales de ropivacaína
0,2% junto con sufentanilo 0,75-1 mcg/ml se consigue
adecuada anestesia y analgesia postoperatoria en cirugía
abdominal mayor. Concentraciones de ropivacaína superiores a 0,3% carecen del bloqueo diferencial y se
manifiestan bloqueos de miembros inferiores. La incidencia de efectos adversos por sufentanilo, especialmente el prurito, es mayor a concentraciones de 1
mcg/ml. Otra combinación igualmente efectiva a la an-
La absorción sistémica se ve afectada por el tejido donde se deposita el anestésico local, la dosis, difusión y liposolubilidad del anestésico, el flujo sanguíneo local que puede modificarse con
vasoconstrictores, la velocidad de resorción que
crece de la siguiente manera y de menor a mayor:
anestesia tópica (crema), anestesia raquídea, bloqueo del plexo braquial, inyección peridural, inyección caudal, inyección intercostal, inyección intrapleural, aplicación tópica en las vías aéreas.
Tabla 9. Uso de anestésicos locales en las diversas técnicas de anestesia locorregionala.
Infiltración
Bloqueo de nervios
Bloqueo epidural
Anestesia espinal
Anestésico
Concen. Dosis máx. Duración Concen. Dosis máx. Duración Concen. Dosis máx. Duración Concen.c Dosis máx.b Duraciónb
(mg)
(mg)
(mg)
(mg)
Procaína
Lidocaína
Mepivacaína
Prilocaína
Bupivacaína
Tetracaína
Etidocaína
Ropivacaína
1-2
0,5-1
0,5-1
0,5-1
0,25-0,5
1000
500
500
900
225
30-90
120-360
120-360
120-360
180-240
0,5-1
300
180-240
b
b
b
1-1,5
1-1,5
1--2
0,25-0,5
0,25-0,5
0,5-1
0,5-0,75
500
500
900
225
200
300
250
b
120-240
1-2
180-300
1-2
180-300
1-3
360-720 0,25-0,75
300-600
360-720 1-1,5
360-720 0,5-1
a: Adaptado de Concepción M, Covino BG 1984, y García Álvarez et al 1991.
b: Con adrenalina al 1:200.000.
c: Solución hiperbárica.
d: la adrenalina no prolonga el efecto.
b
150-500
150-500
150-600
37,5-225
150-300
40-200
b
60-120
5
60-150
2-4
60-150
5-6
120-240 0,5-0,75
1
120-240
90-180d
15-100
40-80
15-20
5-20
60-90
90-120
120-180
150-240
150-240
ANESTESIOLOGÍA
terior es bupivacaína 0,175%+ sufentanilo 1 mcg/ml, si
bien con ésta, la recuperación motora postoperatoria
es más tardía. En nuestro país, dado que el sufentanilo
no se encuentra comercializado, se utiliza el fentanilo.
En cirugía abdominal superior y torácica, la utilización de la anestesia epidural vía torácica resulta especialmente eficaz al reducir la incidencia de efectos
adversos (retención urinaria, hipotensión), a una más
pronta recuperación postanestésica y además, se asocia a una reducción de los requerimientos de anestésico local en un 30% respecto de la anestesia epidural por vía lumbar. Las principales complicaciones
de la ruta torácica son: neuropatía transitoria, punción dural, dolor radicular postoperatorio y lesión de
nervios periféricos.
Los regímenes de bupivacaína 0,1% + morfina
0,05 mg/ml y bupivacaína 0,1% + fentanilo 5 mcg/ml
se utilizan en la analgesia epidural torácica para las siguientes intervenciones: cirugía abdominal superior, cirugía torácica, cirugía colorectal, nefrectomía, adrenalectomía, cistectomía, prostatectomía abdominal
radical, histerectomía abdominal radical, mastectomía
y reparación del aneurisma aorto-abdominal.
5.2.4. Toxicidad de los anestésicos locales
La toxicidad de los anestésicos locales se debe en
la mayoría de los casos a una dosis excesiva, rápida
absorción o a una administración intravascular inadvertida.
Los primeros sígnos y síntomas de su toxicidad
son: disforia, ruidos de oídos, gusto metálico, sensación
de hipoestesia perioral, mareos, lenguaje inarticulado.
Esta fase se sigue de trastornos visuales, mioclonías en
cara (párpados) y manos, disminución de la consciencia.
Por último, aparecen convulsiones, pérdida de la consciencia, coma, parada respiratoria, arritmias, caída de la
tensión y parada cardiaca.
Reacciones alérgicas
En la metabolización de los anestésicos locales de tipo éster se forma ácido paraaminobenzoico que es un
importante alergeno. Son muy raras las alergias en los
anestésicos tipo amida. En todo caso, habrá que asegurarse si contienen derivados del ácido paraaminobenzoico como conservantes, que también pueden ocasionar alergias.
Toxicidad cardiovascular
Tetracaína, bupivacaína y etidocaína son los más tó-
793
xicos. Provocan trastornos en la contractilidad miocárdica, disminución de la velocidad de conducción y vasodilatación. La embarazada es más susceptible a la acción cardiotóxica de estos fármacos. Ropivacaína
presenta una menor cardiotoxicidad.
Toxicidad a nivel del sistema nervioso central
Es una respuesta dosis dependiente compleja, con
una mezcla de signos de depresión y de excitación secundaria al bloqueo selectivo del sistema inhibitorio
cortical. La acción estimulante se caracteriza por náuseas, vómitos, agitación psicomotriz, confusión, verborrea, temblores y comvulsiones, que deben tratarse con
tiopental (50 mg IV) o diazepan (5-10 mg IV). La depresión generalizada puede llegar al coma, parada respiratoria y muerte.
Alteraciones sobre el sistema nervioso periférico:
radiculopatía transitoria
Existe una gran controversia al respecto. Pueden
estar implicados procesos de lesión directa sobre las estructuras mielínicas, aunque se han relacionado también otros factores, como coadyuvantes (glucosa, epinefrina...), la posición del paciente en la mesa de
quirófano y la deambulación temprana. Se asocia con
mayor frecuencia a la lidocaína al 5%.
Síndrome de cauda equina
Se caracteriza por una toxicidad a nivel de los nervios
que forman la cola de caballo y se manifiesta por una
relajación de la región perianal. A menudo es irreversible. Se ha relacionado sobre todo con soluciones hiperbáricas de lidocaína al 5% administadas con microcatéter.
Otros efectos tóxicos
Metahemoglobinemia (por benzocaína, aunque
puede aparecer también con prilocaína, lidocaína y tetracaína), meningitis, mionecrosis en el lugar de inyección
y disminución transitoria de audición.
6
PARTICULARIDADES
DE LA ANESTESIA EN OBSTETRICIA(36)
En obstetricia el objetivo es el bienestar de la madre
y el feto. El manejo anestésico debe ser el adecuado a la
paciente, sin presentar efectos indeseables sobre el feto.
Aunque las embarazadas suelen ser jóvenes y sanas,
constituyen un grupo de alto riesgo anestésico.
794
FARMACIA HOSPITALARIA
En la embarazada se producen progresivamente
importantes cambios anatómicos, fisiológicos y bioquímicos, que alteran la respuesta habitual a la anestesia. El útero grávido produce, en la posición de decúbito supino, una compresión aorto-cava que
determina el descenso del retorno venoso y del gasto
cardiaco. Los efectos de las técnicas anestésicas, tanto
generales como locorregionales, pueden potenciar el
efecto deletéreo de este síndrome. Su aparición se previene desplazando manualmente el útero hacia la izquierda, o colocando a la paciente en decúbito lateral
izquierdo con una inclinación mínima superior a quince grados.
Las técnicas anestésicas pueden dividirse en dos
grandes grupos, las técnicas locorregionales, que son de
elección, y las técnicas generales, indicadas únicamente en situaciones concretas.
6.1. Anestesia general
Actualmente, la anestesia general (AG) se emplea
raramente en el parto vaginal, ya que constituye una
de las principales causas de muerte materna, siendo
esta generalmente consecuencia de la aspiración pulmonar de contenido gástrico y de los problemas de
intubación y ventilación. Anatómicamente aparece vasodilatación capilar del tracto respiratorio y edema, lo
que dificulta la ventilación con mascarilla y la intubación
orotraqueal.
Se reserva la anestesia general para una serie de situaciones concretas, que constituyen su única indicación
en obstetricia: pacientes incontrolables, contraindicación de las técnicas locorregionales, necesidad de producir relajación uterina inmediata, necesidad de “desconectar”a la madre en el parto de un feto muerto o
mal formado y el sufrimiento fetal agudo, que requiere una acción inmediata para realizar un parto instrumental o una cesárea.
La embarazada presenta cambios en la función
respiratoria que determinan una rápida inducción con
los anestésicos inhalatorios, así como la aparición precoz de hipoxia e hipercapnia. A nivel del sistema nervioso central se produce un aumento de la sensibilidad a los fármacos anestésicos. La concentración
alveolar mínima (CAM) de los anestésicos inhalados, se
reduce progresivamente durante el embarazo.
Existe una reducción en la actividad de la colinesterasa plasmática, siendo más frecuente la aparición
de un bloqueo motor prolongado, tras el empleo de
relajantes musculares despolarizantes y no despolari-
zantes metabolizados por las colinesterasas .
Prácticamente todos los opiáceos e hipnóticos pasan la barrera placentaria, por lo que su empleo debe ser
muy cuidadoso hasta que se produce el nacimiento y la
interrupción de la circulación a través del cordón umbilical.
Debe evitarse la premedicación para no deprimir
el feto. Previamente a la inducción de la anestesia se
realiza preoxigenación durante 4-5 minutos, induciéndose la AG una vez que el obstetra está preparado,
realizando una inducción anestésica y una intubación
endotraqueal rápida. Se mantiene un plano anestésico confortable para la madre y que no deprima el feto,
habitualmente con agentes inhalatorios hasta el nacimiento, añadiendo analgésicos opiáceos una vez se ha
ligado el cordón umbilical, reduciendo en este momento la concentración de los agentes halogenados
inhalatorios para evitar la atonía uterina.
6.2. Técnicas locorregionales(37)
Constituyen el medio más eficaz para proporcionar
analgesia a la madre con el mínimo efecto sobre el feto. No alteran las fuerzas del trabajo del parto, permitiendo un papel activo de la madre, disminuyendo la
morbimortalidad materna y fetal.
El bloqueo epidural lumbar continuo es la técnica
más frecuente, ya que puede proporcionar analgesia
del trabajo del parto durante toda su extensión, permitiendo, si es necesario, la realización de un parto
instrumental, de una cesárea o la prolongación de la
analgesia en las horas posteriores. La administración
de bajas dosis de anestésico local (AL) y/o opiáceos
es suficiente para alcanzar un bloqueo segmentario
eficaz durante la primera fase del parto (T10-L1). En
la segunda fase del parto, es necesario aumentar la dosis de anestésicos para poder cubrir las aferencias de los
nervios pudendos (S2-S4). Así mismo, la administración
de dosis adecuadas, permite alcanzar un nivel analgésico apropiado para la realización de una cesárea (T4T6), si fuera necesaria .
El bloqueo subaracnoideo tiene su principal indicación en la fase expulsiva del parto y en la cesárea,
cuando no existe un bloqueo epidural continuo establecido previamente.
Habitualmente se emplean AL solos o asociados a
opiáceos. La asociación de opiáceos a los AL permite
ANESTESIOLOGÍA
disminuir la dosis de éstos y proporcionar una analgesia eficaz con menor bloqueo motor. En la embarazada se requiere menor cantidad de AL para obtener
un nivel anestésico adecuado. Desgraciadamente,
también está aumentada su toxicidad. Este aumento
de la sensibilidad a los AL está asociado a cambios
hormonales y al aumento de volumen de los plexos
venosos epidurales. Los cambios hormonales determinan un aumento de la sensibilidad de las fibras nerviosas a los AL y el aumento de los plexos venosos
epidurales determinan una disminución del espacio
epidural y subaracnoideo.
Las complicaciones más significativas de los bloqueos espinales son la hipotensión severa, las convulsiones inducidas por el AL, el bloqueo espinal total
con paro respiratorio, la lesión nerviosa y la cefalea
postpunción dural. La hipotensión materna es la complicación más frecuente y es debida al bloqueo nervioso simpático. En la embarazada la hipotensión se ve
agravada por la compresión aorto-cava provocada por
el útero. Para evitar esta hipotensión, que provoca un
descenso del flujo placentario, deben tomarse sistemáticamente medidas profilácticas, que consisten en el
relleno vascular previo, el uso de la dosis mínima eficaz
de AL y evitar la compresión aorto-cava. Como tratamiento, la efedrina es el fármaco de elección, al aumentar el inotropismo y cronotropismo cardiaco
(efecto alfa) y tener un efecto vasoconstrictor venoso
predominante (efecto beta), sin disminuir el flujo
transplacentario.
El bloqueo paracervical y el bloqueo de nervios
pudendos, son dos técnicas muy utilizadas por los
obstetras. Presentan un mayor índice de fallos y un
mayor riesgo de toxicidad materna y fetal que la analgesia espinal.
6.3. Anestesia para procesos no obstétricos en la
mujer embarazada
Entre el 0,5 y el 2% de las gestantes tienen que someterse a una intervención quirúrgica durante el embarazo, con un riesgo de mortalidad fetal del 5-35%. En
esta situación debemos tener en cuenta los posibles
efectos teratógenos y de otro tipo del acto anestésicoquirúrgico, evitando el sufrimiento fetal y la inducción
de contracciones uterinas prematuras.
El periodo de mayor riesgo de teratogeneidad se
produce durante el primer trimestre, por lo que debe
evitarse en este periodo cualquier tipo de intervención
795
de carácter electivo. El riesgo de contracciones prematuras es mayor durante el tercer trimestre, por lo
que el segundo trimestre se constituye en el periodo
idóneo para realizar una intervención no urgente, pero que no pueda esperar hasta 2 o 6 semanas después
del parto.
Debemos evitar las situaciones de hipotensión, hipoxia, hipocapnia, hipertonía uterina, elevación de catecolaminas endógenas o exógenas y el uso de fármacos alfa-adrenérgicos. Siempre que sea posible debe
realizarse una anestesia locorregional, evitando la hipotensión. Debe evitarse el uso de benzodiacepinas
durante el primer trimestre. Los barbitúricos, opiáceos, halogenados inhalatorios, propofol, etomidato y
relajantes musculares son seguros. La administración de
AINE a partir de la semana 32, presenta el riesgo de
cierre del conducto arterioso.
7
PARTICULARIDADES DE LA
ANESTESIA EN EL PACIENTE
PEDIÁTRICO(38)
La anestesia pediátrica engloba tres tipos de pacientes con características propias, que los diferencian
tanto entre sí, como con respecto al sujeto adulto. Son
el recién nacido (RN) o neonato, hasta el primer mes de
vida, el lactante, hasta el primer año de vida y el niño,
hasta los quince años. Estos tres tipos de sujetos presentan características fisiológicas y farmacológicas específicas, que determinan un manejo anestesiológico diferente del adulto, principalmente en el RN y el
lactante. Los niños menores de un año, presenta mayor
incidencia de complicaciones, en relación con la oxigenación, ventilación, manejo de la vía aérea y la respuesta a los agentes anestésicos y otros fármacos. Su
vulnerabilidad se deriva de las dificultades técnicas de
proporcionar cuidados adecuados a estos pacientes de
dimensiones reducidas, de la inmadurez de sus sistemas
orgánicos, de su alta tasa metabólica, de su gran superficie corporal en relación a su tamaño y a la dificultad de calcular las dosis adecuadas de fármacos.
Los RN y lactantes son poiquilotermos, siendo frecuente la hipotermia, que aumenta la sensibilidad a los
fármacos anestésicos, provocando depresión cardiovascular, bradicardia y retraso en la recuperación.
El gasto cardiaco del RN y el lactante es dependiente de la frecuencia cardiaca. El paciente pediátrico
tiene un tono vagal aumentado con fácil tendencia a la
bradicardia. Las tres causas principales de su aparición
796
FARMACIA HOSPITALARIA
son la hipoxia, el estímulo vagal y los agentes anestésicos
volátiles. Debe contemplarse el uso de la atropina en la
premedicación.
posterior y una anestesia demasiado profunda que provoque efectos depresores cardiovasculares.
8
7.1. Características farmacológicas
Generalmente la administración de fármacos en el
paciente pediátrico se basa en la recomendación dosis
por kilo de peso. Sin embargo, la respuesta de los niños, y especialmente del RN, se ve modificada por numerosos factores que deben ser considerados de forma individual: composición corporal, unión a
proteínas, temperatura corporal, distribución del gasto
cardiaco, consumo de oxígeno, maduración renal, hepática y de la barrera hemato-encefálica. El RN durante su fase de desarrollo presenta una constante variación en su composición corporal, determinando un
cambio en sus parámetros farmacocinéticos y una gran
variabilidad interindividual. La fijación a proteínas plasmáticas está reducida, lo que lleva a un aumento de la
fracción libre de fármaco, reduciendo el margen terapéutico y aumentando las posibilidades de toxicidad.
La barrera hemato-encefálica madura durante el primer
mes de vida, hasta este momento, el RN es muy sensible a los fármacos que actúan sobre el sistema nervioso
central.
El RN y el lactante son más sensible que el niño a los
fármacos anestésicos. Este último requiere, de forma
general, una mayor dosificación (mg/kg) que el paciente adulto, principalmente por presentar un mayor volumen de distribución.
La concentración alveolar de los anestésicos inhalatorios aumenta rápidamente en el paciente pediátrico,
debido a una mayor frecuencia respiratoria, un mayor
gasto cardiaco y una menor cantidad de masa muscular
y grasa. Los coeficientes de partición sangre/gas y tejido/sangre son a su vez menores.
7.2. Manejo anestésico(39)
En pediatría habitualmente se emplea la anestesia
general, pero no debe rechazarse el beneficio de las técnicas locorregionales, ya sean solas, con sedación o en
combinación con la anestesia general, ya que proporcionan una excelente relación riesgo/beneficio.
La inducción de la anestesia general puede realizarse por vía inhalatoria o endovenosa. Esta es una de las fases más críticas del proceso anestésico en pediatría, ya que
debe encontrarse el nivel adecuado para evitar una
anestesia demasiado superficial para la manipulación
PARTICULARIDADES
DE LA ANESTESIA EN EL ANCIANO(40)
La determinación de la edad a partir de la cual se
considera a un individuo dentro del término "anciano"
es un criterio arbitrario, que se ha establecido en los 65
años. Los ancianos sufren una serie de cambios sistémicos que disminuyen su capacidad de adaptación y
respuesta frente a la agresión del acto anestésico-quirúrgico. La aparición de estos cambios y su intensidad
presenta una gran variabilidad interindividual y están en
relación con la edad biológica del paciente, más que con
su edad cronológica. A todos estos cambios hay que
añadir las alteraciones patológicas que frecuentemente
presentan los ancianos. En estos pacientes el riesgo de
morbimortalidad es mayor, asociándose una mayor
mortalidad al incremento de la edad biológica, la existencia de patología asociada, la cirugía de urgencias, las
reintervenciones y las localizaciones determinadas de
la cirugía.
El anciano presenta una aparición progresiva de
atrofia, fibrosis y pérdida de elasticidad en la totalidad de sus órganos y tejidos. En ausencia de enfermedad, la función de los órganos es suficiente para
responder a las demandas básales e incluso a un aumento moderado de los requerimientos, sin embargo,
la capacidad de reserva funcional y la capacidad máxima de todos los órganos mayores está reducida significativamente.
El anciano presenta cambios importantes en el sistema nervioso central (SNC), tales como descenso del
número de neuronas y deplección de neurotransmisores. También se observa una pérdida de fibras nerviosas
periféricas a nivel motor, sensitivo y autonómico. Todos estos cambios llevan a una reducción de las necesidades anestésicas.
El anciano es más propenso a la existencia de anemia. En la valoración preoperatoria es importante optimizar sus valores de hemoglobina si la intervención
quirúrgica es potencialmente sangrante, como sería la
cirugía protésica de cadera y rodilla, muy frecuente en este grupo de edad. En estas circunstancias es importante el uso de la eritropoyetina recombinante humana
(epoetinium alfa), indicada dentro del campo de la cirugía en dos situaciones concretas: a) para facilitar la
ANESTESIOLOGÍA
autodonación, en cualquier tipo de cirugía, en pacientes
con Hb entre 10 y 13 g/dl; b) en precirugía ortopédica
de prótesis de cadera o rodilla y en la artrodesis de columna, en pacientes que con una Hb previa entre 10 y 13
gr/dl y que no tienen la posibilidad de entrar en un programa de predonación autóloga.
8.1. Aspectos farmacológicos
En el anciano se producen cambios farmacocinéticos y farmacodinámicos, que influirán en la elección de
las técnicas anestésica y de los fármacos empleados en
ellas. Además, es muy importante conocer la medicación adicional que toma el paciente, por las posibles
interacciones farmacológicas y reacciones adversas con
los fármacos anestésicos.
Desde el punto de vista farmacocinético deben
considerarse cuatro puntos principales :
– La disminución de la función renal puede provocar
niveles plasmáticos elevados y aumento del tiempo
de vida media de algunos fármacos.
– Existe una alteración del metabolismo hepático, que
determina un descenso progresivo en el metabolismo y eliminación de numerosos fármacos que requieren biotransformación hepática.
– El descenso de las proteínas plasmáticas puede determinar un aumento de la fracción de fármaco libre.
– El descenso del peso, de agua corporal y de masa
muscular, con un aumento de las grasas, altera el
volumen de distribución. Sólo las moléculas altamente liposolubles en órganos como el cerebro y
la médula espinal y aquellos con alta afinidad por
el receptor no mostrarán cambios en el volumen
de distribución.
Todos estos factores pueden causar efectos inesperados, con una respuesta más precoz, de mayor intensidad y más prolongada a los fármacos anestésicos. Generalmente los fármacos deben administrarse en dosis
menores y de forma más cautelosa, dosificándolos según
las necesidades específicas, dada la gran variabilidad interindividual en la respuesta.
De forma global podemos decir que la diferente
respuesta del anciano frente a la anestesia, se debe
más a factores farmacocinéticos que farmacodinámicos. Existe un descenso en el número de receptores, los cuales generalmente se unen y responden a
los fármacos normalmente. Por ello, el nivel sanguíneo requerido de un fármaco determinado para al-
797
canzar una respuesta dada, suele ser inferior en el
anciano.
8.2. Manejo anestésico(41)
No se ha demostrado la superioridad de una técnica anestésica específicamente en el anciano, pero de
forma general, las técnicas locorregionales tienen menor
morbimortalidad. Los ancianos presentan una mayor
morbilidad y mortalidad perioperatoria, que se ve potenciada por las enfermedades coexistentes. La mayor incidencia de morbimortalidad se produce en el periodo
postoperatorio, siendo más importante un buen control en este periodo, que la elección de una técnica o fármacos anestésicos concretos.
Existe una reducción de la capacidad de respuesta del
sistema nervioso autónomo , apareciendo un estado de
bloqueo beta fisiológico, que provoca una reducción de
la capacidad de adaptación del sistema cardiovascular a
los periodos de estrés, con una respuesta exagerada a
los cambios inducidos por los fármacos y técnicas anestésicas, presentando mayor tendencia a la bradicardia y
la hipotensión y menor respuesta a las medidas terapéuticas.
Si se opta por una técnica espinal, debe recordarse
que en el bloqueo epidural se requieren menores dosis
de anestésico local (AL) que en el paciente joven, para alcanzar un mismo nivel de bloqueo.
A nivel subaracnoideo, se produce un descenso del
flujo sanguíneo espinal, resultando en una absorción
más lenta del AL. Además, existe también un menor
volumen de líquido cefalorraquídeo, lo que motiva una
mayor extensión del bloqueo subaracnoideo, un menor
tiempo de latencia en su instauración y una ligera prolongación de su duración.
9
CUIDADOS POSTANESTÉSICOS
9.1. Tratamiento del dolor
postoperatorio (DPO)
El dolor postoperatorio es probablemente la
complicación postoperatoria más frecuente y su
tratamiento inadecuado, fuente de importantes repercusiones clínicas.
El DPO además del sufrimiento innecesario
que proporciona al paciente, puede dar lugar a
complicaciones respiratorias, cardiovasculares, digestivas, metabólicas, etc., que en determinadas si-
798
FARMACIA HOSPITALARIA
tuaciones puede poner en peligro la vida del paciente.
La intensidad del dolor varía según el tipo de
intervención, la técnica quirúrgica, la técnica anestésica, el umbral del dolor y las características cognitivas del paciente. En la práctica se suele utilizar la
escala visual analógica (EVA) para valorar la intensidad y el grado de alivio tras el tratamiento.
Si estamos ante un dolor leve, los fármacos indicados son los analgésicos menores (AINE). Si
asociamos AINE a opioides menores podremos
controlar dolor de intensidad moderada. En el caso de que el dolor sea intenso utilizaremos opiáceos mayores y/o técnicas de bloqueo nervioso (central o periférico) con anestésicos locales y/u
opioides.
9.1.1. Fármacos analgésicos
La elección de un determinado analgésico para
su uso en el tratamiento del dolor agudo postoperatorio estará condicionada, sobre todo, en los dos
o tres primeros días, por la necesidad del uso de la
vía parenteral. Una vez recobrada la funcionalidad
del tracto digestivo, en general podremos recurrir a
la vía oral para mantener un adecuado control del
DPO.
9.1.1.1. AINE y paracetamol(42, 43)
Sus indicaciones principales son el tratamiento del dolor de intensidad leve a moderada, en pacientes en los que no están indicados los opioides
(obesos, ancianos, EPOC…) y asociados a opioides
en el dolor de gran intensidad, disminuyendo los
requerimientos de opioides y sus efectos indeseables.
Por vía oral pueden utilizarse en el DPO en cirugía ambulatoria y en el DPO tardío (a partir del
segundo o tercer día) cuando la intensidad del dolor empieza a remitir y ya se tolera la ingesta oral.
Los AINE poseen en general tres efectos comunes: antiinflamatorio, antipirético y analgésico.
Su actividad analgésica es de intensidad media moderada y posee efecto techo, lo que significa que
aunque aumentemos la dosis no conseguiremos
aumentar su efecto analgésico, pero sí los efectos secundarios que se derivan de ellos.
Los AINE más utilizados en el DPO inmediato son:
Paracetamol/Propacetamol
No produce alteraciones gástricas y son raras las reacciones alérgicas. Su metabolismo es hepático y su eliminación fundamentalmente renal. Su sobredosificación puede producir necrosis hepática.
El propacetamol es un profármaco del paracetamol, con la ventaja de poder administrarse vía intravenosa. Hay que tener presente que 1 gramo de propacetamol da lugar a 500 mg, aproximadamente de
paracetamol.
Las dosis a emplear, expresadas en paracetamol, oscilan entre 0,5-1 g/4-6 h, con dosis máxima de 4 g/día.
Los efectos secundarios a nivel gástrico y renal así como sobre la coagulación y fármacos anticoagulantes
son mínimos.
Ketorolaco
Está indicado en dolores de intensidad moderada a severa.
Las dosis recomendadas IV son de 30 mg/6-8 h o 90 mg/24 h
en perfusión continua, y la oral de 10 mg/6h.
No se recomienda su administración IV durante
más de dos días ni la oral durante más de una semana.
Metamizol
Los efectos secundarios debidos a la inhibición de
prostaglandinas son menores, con mejor tolerancia gástrica y con escasa hepato y nefrotoxicidad.
Su riesgo más importante y por el que su uso está limitado en otros países, es la aparición de agranulocitosis.
La dosis parenteral es de 1-2 g/6-8 h o perfusión
continua a razón de 300 mg/h y la oral de 0,5-2 g/6-8 h.
Diclofenaco
Su utilidad en el DPO se ve limitada por no estar
recomendada la vía IV. Su uso es compatible con la administración de antidiabéticos orales y anticoagulantes.
No produce alteraciones hepáticas.
Las dosis recomendadas son de 75 mg orales o intramusculares cada 8-12 h.
Otros AINE son igualmente válidos cuando podemos utilizar la vía oral.
9.1.1.2. Opiáceos(44, 45)
En los analgésicos opiáceos se asientan los pilares fundamentales del adecuado tratamiento del
DPO. Su administración está recomendada cuando los AINE no producen la analgesia adecuada.
No tienen efecto techo, estando limitado su uso
ANESTESIOLOGÍA
por los efectos secundarios que producen.
Indicaciones de los opiáceos:
1. Dolor no controlado con AINE o contraindicación al uso de estos.
2. DPO en cirugía mayor.
3. Politraumatizados.
4. Grandes quemados.
5. Dolor visceral.
6. Dolor en el parto.
Opiáceos mayores
Indicados en el DPO intenso. El máximo representante es la morfina. También se utilizan
otros como la metadona, meperidina, fentanilo y
remifentanilo.
Morfina
Es el analgésico opiáceo por excelencia y es el
punto de referencia para el resto de opiáceos.
Se absorbe por todas las vías a excepción de
la transdérmica o cutánea. En el tratamiento del
DPO se administra por todas las vías y según todos los métodos disponibles.
Meperidina
A dosis equipotentes los efectos clínicos son similares a la morfina, pero a diferencia de ésta, la
meperidina produce abolición del reflejo corneal, deprime muy poco el reflejo tusígeno y la motilidad gastrointestinal, es taquicardizante y vasodilatadora; no produce espasmo del esfínter de
Oddi y resulta eficaz para controlar los escalofríos postanestésicos.
799
Más recientemente se ha introducido el uso de
fentanilo en parches transdérmicos, produciendo
un alivio del dolor de lenta instauración y de una
duración aproximada de 72 h., utilizado fundamentalmente en el control del dolor crónico. Su validez
en el tratamiento del dolor agudo postoperatorio
está por determinar.
Opiáceos menores
Indicados en el DPO leve o moderado, habitualmente asociados a analgésicos no opiáceos. Los
más utilizados son: tramadol, codeína, dihidrocodeína.
Tramadol
Tiene una equipotencia de la décima parte respecto de la morfina, siendo su actividad analgésica intermedia entre la de la codeína y la de los opiáceos
mayores.
El tramadol puede provocar sedación, sequedad
de boca, irritación nerviosa, hipotensión ortostática
con taquicardia y molestias gastrointestinales. Ocasionalmente se han descrito reacciones anafilácticas
y convulsiones más frecuentes en pacientes predispuestos (epilépticos). Debe evitarse la administración concomitante de IMAO.
No produce depresión respiratoria, aunque sí
parece presentar una alta incidencia de vómitos
postoperatorios.
Codeína y dihidrocodeína
Son derivados de la morfina, con potencia y eficacia analgésica inferior a la morfina. Igualmente,
deprimen menos el SNC y no ocasionan farmacodependencia. Son útiles en dolores de tipo medio o
moderadamente intensos, bien solos o asociados a
antipiréticos y AINE.
Presentan el inconveniente de no poder administrarse por vía parenteral. Las dosis recomendadas son: codeína 30 mg/4-6 h oral, rectal y dihidrocodeína en formulación oral de liberación sostenida
60-120 mg/12 h.
Metadona
Es un agonista puro de origen sintético y
equipotente a la morfina. Su semivida de eliminación es de 23 h pero con variaciones entre 13 y 54
h.
Los efectos clínicos son similares a los de la
morfina y su duración oscila entre 6-8 h hasta 27
h. En consecuencia, las dosis de metadona deben
individualizarse teniendo en cuenta el riesgo de la
acumulación.
9.1.1.3. Anestésicos locales(46)
Fentanilo
Su uso clínico se ha centrado principalmente en
el acto anestésico-quirúrgico, pero en la actualidad se usa también en perfusión continua o en
PCA para el control del dolor postoperatorio.
Los anestésicos locales previenen las modificaciones plásticas que se producen a nivel del sistema
nervioso una vez desencadenado el estímulo nervioso, y están siendo utilizados en el tratamiento del
dolor postoperatorio y del parto, por vía epidural.
800
FARMACIA HOSPITALARIA
9.1.2. Analgesia controlada
por el paciente (PCA)(47, 48)
La técnica de la PCA consiste en la autoadministración intravenosa por parte del paciente de pequeños
bolos de un analgésico, a intervalos previamente fijados y de acuerdo a sus necesidades, permitiendo ajustar
las tres variables en las que se apoya la eficacia de cualquier tratamiento analgésico: 1) el dolor presenta a menudo un ritmo circadiano y se exacerba con el movimiento u otros estímulos, 2) los pacientes presentan
una gran variabilidad tanto en lo referente a la intensidad
del dolor como a la respuesta farmacodinámica de los
fármacos administrados y, 3) los opioides tienen un
margen terapéutico relativamente estrecho.
Es una técnica que se ha mostrado altamente eficaz comparada con las formas tradicionales de analgesia y es ampliamente aceptada por parte de los pacientes puesto que disminuye su ansiedad y el tiempo
transcurrido entre el inicio del dolor, la demanda analgésica y su administración.
La PCA puede administrarse por distintas vías,
siendo la intravenosa y la epidural las más utilizadas en
el dolor agudo; las vías intratecal y subcutánea se utilizan
para perfusiones contínua en el tratamiento de dolores
crónicos, especialmente oncológicos. La PCA intravenosa tiene su principal indicación en el alivio del dolor
agudo y en particular en el postoperatorio.
PCA intravenosa (PCA IV)
Una vez administrado el bolus se pone en marcha
automáticamente un dispositivo de seguridad que impide
cualquier posterior administración hasta que haya transcurrido un cierto tiempo desde la primera administración.
Este tiempo denominado “lock out” o tiempo de cierre,
se programa previamente y tiene como objeto dejar al
fármaco un margen de tiempo suficiente para que pue-
da ejercer sus efectos, evitando sobredosificaciones innecesarias. Esta técnica puede completarse con una
perfusión continua para asegurar el mantenimiento de la
analgesia, especialmente durante las horas de sueño
cuando el paciente no se autoadministra los bolus regularmente, si bien supone un mayor consumo de analgésicos, con los riesgos que ello conlleva. La decisión
de utilizar la PCA sola o asociada a una perfusión basal
deberá tener en cuenta las características del dolor, cíclico
o continuo.
Los parámetros a programar en una bomba de
PCA IV son: la dosis de carga, la existencia o no de una
perfusión basal, la magnitud de la dosis que puede administrarse el enfermo (dosis demanda), intervalo de
cierre (lock out) y el número máximo de dosis en un intervalo dado (dosis máxima).
La selección del analgésico ideal para su utilización
con la técnica PCA deberá tener en cuenta las siguientes:
poseer un efecto de acción inmediata, duración de acción
intermedia, carecer de efecto techo, producir pocos
efectos secundarios e interacciones con otros medicamentos y no causar tolerancia o dependencia. Los analgésicos con semividas de eliminación largas (metadona) tienden a acumularse tras las administraciones
repetidas, mientras los que poseen semividas muy cortas (fentanilo y derivados) pueden no ser capaces de
mantener concentraciones terapéuticas durante el tiempo de cierre. La morfina sigue siendo el más utilizado por
su buena relación entre la duración de acción y el índice
terapéutico.
En la Tabla 10 se describen los opioides y dosis utilizadas para la PCA intravenosa.
Es difícil predecir una dosis inicial del fármaco
que proporcione un buen control del dolor, por lo
que después de la administración de una dosis más
o menos protocolizada, deberá controlarse el dolor
(mediante la utilización de la EVA) y la aparición de
Tabla 10. Opiáceos para PCA intravenosa (PCA IV).
Fármaco
Morfina
Bolus
(mg)
T. de cierre
(min)
Perfusión basal
(mg/h)
0,5-2
5-20
1-2
10-20
Meperidina
5-30
5-15
Metadona
0,5-3
10-20
1-2
Fentanilo
0,02-0,05
3-10
2-0,1
Alfentanilo
0,2-0,3
1-3
0,4-0,5
Sufentanilo
0,003-0,015
3-10
0,005-0,1
ANESTESIOLOGÍA
efectos secundarios en relación al fármaco utilizado,
para así modificar la pauta analgésica en función de los
resultados. La dosis de carga puede ser administrada
en 15 a 30 minutos en la URPA. Una vez el paciente
se encuentra totalmente consciente se le facilita un
botón de control y se autoadministra pequeñas dosis
en bolus. Si esta dosis es insuficiente, se incrementa un
25-50%. Si el paciente experimenta excesiva sedación o mareo tras el bolo, la dosis se disminuye en
un 25-50%.
PCA epidural (PCEA)
La aplicación de la técnica de la PCA por vía epidural surge en un intento por combinar la calidad de la
analgesia espinal con la flexibilidad en la aplicación que
permite la PCA. Se persigue alcanzar concentraciones estables y duraderas, el mantenimiento continuo del efecto analgésico y la ausencia de efectos secundarios asociados a bolus grandes y repetidos.
9.1.3. Bloqueo de nervios periféricos(49 - 51)
El bloqueo de nervios periféricos con anestésicos locales en las intervenciones de miembros superiores e
inferiores ofrece una mayor calidad analgésica que la
administración de opiáceos por vía intramuscular o la
PCA IV, dado su menor riesgo de efectos adversos tales como náuseas y vómitos, sedación y depresión respiratoria, además de disminuir los requerimientos analgésicos adicionales. Con el bloqueo nervioso se
consigue analgesia intensa, de larga duración y restringida
al área quirúrgica afectada, permitiendo una más pronta recuperación postoperatoria.
Actualmente el bloqueo de nervios periféricos es costo efectivo en diversos tipos de intervención, como son la herniorrafia
inguinal, artroscopia de hombro y rodilla, cirugía de manos, fracturas de miembros superiores, cirugía de pie y tobillo y endarterectomía carotídea.
9.2. Tratamiento de las náuseas y vómitos
postoperatorios (NVPO)(52, 53)
Las náuseas y vómitos postoperatorios (NVPO)
son, junto con el dolor, los responsables más frecuentes
del disconfort que sufren los pacientes sometidos a una
intervención quirúrgica. Su incidencia durante las primeras 24 h postintervención varía según los distintos
factores de riesgo que converjan, y puede alcanzar cifras del 80%, e incluso mayores, tras cirugía abdominal
o ginecológica.
801
Las NVPO pueden dar lugar a una serie de complicaciones, entre las que cabe destacar por su gravedad, la aspiración pulmonar del contenido gastrointestinal, desgarro o rotura del esófago, dehiscencia de
heridas, pérdida del humor vítreo, aumento agudo de
la presión intracraneal, hemorragias, etc.
Se han descrito una serie de factores de riesgo en la
aparición de NVPO, entre los que cabría destacar:
– Las mujeres postadolescentes y los pacientes con antecedentes de cinetosis o que han sufrido episodios
eméticos en intervenciones previas tienen más posibilidades de sufrir NVPO.
– La incidencia de NVPO de los niños, duplica a la de los
adultos.
– Un retraso en el vaciado gástrico, la ansiedad y la obesidad aumentan el riesgo de episodios eméticos.
– Las intervenciones más emetógenas son las que involucran las vísceras abdominales, las ginecológicas y
las otorrinolaringológicas.
– En general, la anestesia local se asocia con una menor incidencia de NVPO que la anestesia general.
– La ingestión temprana de líquidos, la deambulación
precoz, los opiáceos y el dolor postoperatorio, pueden incrementar el riesgo de padecer NVPO.
Los principales fármacos antieméticos utilizados
son:
Metoclopramida
El efecto se manifiesta 1-3 min tras la administración
IV y a los 10-15 min vía IM. La duracción de acción es
de 1-2 h. Se administra a dosis de 10 mg en perfusión IV
de 20 minutos cada 6 h.
Droperidol
El efecto empieza a manifestarse a los 3-10 min
tanto por vía IV como IM y su duración es de 2-4 h para ambas vías.
Está indicado en anestesia, tanto como premedicación, como tratamiento coadyuvante en la inducción y
mantenimiento en la anestesia regional y general, así como en la reducción de la incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios.
Dosis de 2,5-5 mg IM o IV lenta administrada 3060 minutos antes del procedimiento quirúrgico reducen la incidencia de náuseas y vómitos postoperatorios.
Haloperidol
Al igual que droperidol está indicado como medicación preanestésica y prevención de los vómitos sien-
802
FARMACIA HOSPITALARIA
do las dosis recomendadas de 1-3 mg cada 8 h IV lenta
o IM.
Ondansetrón
Para prevenir vómitos postoperatorios, se administran 4 mg IV al inducir la anestesia y despúes de la operación 4 mg por vía oral cada 12 h. En el tratamiento
de los vómitos ya instaurados se administra a dosis de 48 mg IV.
Granisetrón
Indicado en el tratamiento de las náuseas y vómitos postoperatorios a dosis única de 1 mg IV
lenta en 30 segundos y dosis máxima de 3 mg/día
y en la prevención de náuseas y vómitos en pacientes sometidas a cirugía ginecológica, a dosis
única de 1 mg IV lenta en 30 segundos antes de la
inducción de la anestesia.
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