REFLEXIONES POLÍTICAS
CONTEMPORÁNEAS
EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
F ERNANDO H UESCA R AMÓN
C LAUDIA T AME D OMÍNGUEZ
(C OMPILADORES )
BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS
en los márgenes disciplinarios
REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS
en los márgenes disciplinarios
Fernando Huesca Ramón
Claudia Tame Domínguez
(Compiladores)
Arturo Aguirre Moreno
Juan Manuel Campos Benítez
María del Carmen García Aguilar
Ricardo A. Peter Silva
(Coordinadores)
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Facultad de Filosofía y Letras
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
José Alfonso Esparza Ortiz
Rector
René Valdiviezo Sandoval
Secretario General
Ygnacio Martínez Laguna
Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado
María del Carmen Martínez Reyes
Vicerrectora de Docencia
Angel Xolocotzi Yáñez
Director de la Facultad de Filosofía y Letras
Esta obra es resultado de los trabajos del Cuerpo Académico “Estudios FilosóficoCulturales y su Aplicación en las Áreas de Lógica, Género y Análisis Existencial”
(BUAP-CA-260). Integrantes: Dr. Arturo Aguirre Moreno, Dr. Juan Manuel
Campos Benítez, Dra. María del Carmen García Aguilar y Dr. Ricardo A. Peter
Silva; colaboradores: Dr. Fernando Huesca Ramón, Mtra. Claudia Tame Domínguez, Mtro. Alberto Isaac Herrera Martínez y Dr. Arturo Romero Contreras.
Diseño de Portada: Gabriela Aguirre Rodríguez
Primera Edición: 2016
ISBN: 978-607-525-067-0
Primera Edición Digital: 2016
ISBN: 978-607-525-073-1
© Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
4 sur 104
Facultad de Filosofía y Letras
Juan de Palafox y Mendoza 229
CP. 72000, Puebla, Pue., México
Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o transmitida mediante ningún
sistema o método electrónico o mecánico sin el consentimiento por escrito del autor.
Impreso y hecho en México
Printed and made in Mexico
ÍNDICE
Introducción
María del Carmen García Aguilar, Fernando Huesca Ramón
y Claudia Tame Domínguez
9
I. APUNTES CULTURALES CONTEMPORÁNEOS
La izquierda maquiaveliana
Diego Tatián
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¿Por qué el ángel de la historia mira hacia atrás?
Stefan Gandler
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II. FILOSOFÍA POLÍTICA Y ESTÉTICA
Aportaciones críticas de Adolfo Sánchez Vázquez
a la estética marxista
Héctor Solano Ríos
La violencia contra las mujeres
en los medios publicitarios
María del Carmen Aguilar, Clarisa Pérez Camargo
y Jonathan Mellado Gómez
57
69
Retratos de Romanas filósofas. Imágenes de mujeres
a través de cartas y esculturas en la Roma imperial
Norma Hortensia Hernández García
77
La persuasión del discurso visual en el Barroco
Español. La imagen del poder político
Carmen Camarillo Gómez
93
Luis Buñuel, entre el surrealismo y la política
Claudia Tame Domínguez
Sensus communis y el libre juego de las facultades
en Kant
Edna B. Flores Barrios
111
119
III. REFLEXIONES SOBRE FILOSOFÍA POLÍTICA
Acerca de la existencia del trabajador
en las actuales condiciones laborales
Jesús Rodolfo Santander Iracheta
133
De la física a la fenomenología del aterrado.
La violencia en el espacio común
Arturo Aguirre Moreno
149
Democracia Ática y Mundo Antiguo
Luis Miguel Arroyo Mascarúa
El diálogo intercultural y sus repercusiones
ético-políticas
José David Hernández y Álvarez
Estado de Excepción y Deuda
Héctor Manuel Ramírez Ríos
Žižek y el regreso de la crítica
de la economía política
Fernando Huesca Ramón
159
179
189
197
INTRODUCCIÓN
María del Carmen García Aguilar
Fernando Huesca Ramón
Claudia Tame Domínguez
La filosofía, en especial la filosofía política, teje sus análisis, propuestas y
críticas en una tensión entre la tradición y lo contemporáneo. Reflexionar sobre un texto clásico o uno de nuestros tiempos, implica realizar una
lectura crítica desde los problemas perennes o los situados en una época y en
un lugar específicos, implica interpelar al texto y ser interpelado por este,
plantearle preguntas y repensar las cuestiones que aparecen y reaprecen
en la tradición filosófica. Preguntas que obedecen a causas concretas,
generadas estas de la problemática social y política del entorno; más allá
del acercamiento personal a un tema, como seres sociales no podemos desprendernos ni de la historia que nos antecede, ni del interés
propio; de ahí que tradición y actualidad se trencen en una unidad tirante.
Entre los temas irrecusables tiene preeminencia la violencia, ya desde
la remota Grecia Clásica preocupó a filósofos como Platón; en nuestro
contexto es un tema que obliga a su reflexión. El México de nuestros
tiempos vive una verdadera “crisis humanitaria” en términos de “masacres”,
“ejecuciones extrajudiciales”, “desapariciones forzadas”, “encierros
clandestinos”, “desintegraciones de personas”, “feminicidios”, “tormento a
adultos y niños migrantes”, “decapitaciones”, “extorsiones”, “tortura y
complicidades desde distintos puntos del poder” (Proceso 90); así, es
evidente que hay determinados problemas peculiares a este país que
llaman a una aguda reflexión filosófica y a una concomitante, por lo
menos, propuesta práctica para resolver, en una dimensión temporal de
corto plazo, temas de derechos personales elementales, más allá del marco
del problema más global y general de la inserción de México en la
economía mundial y en el complicado juego de las relaciones políticas
internacionales.
No obstante, el tema “crisis humanitaria”, en términos generales, no
parece ser exclusivo de nuestro país, sino que más bien, con los debidos
matices y las cualificaciones correspondientes, a escala global y planetaria un espectro de incertidumbre, desasosiego, y expectativa de una
determinada reorientación del curso de los acontecimientos y decisiones de
gobierno parece en todo momento gravitar sobre las sociedades y las
academias universitarias del planeta tierra; el historiador inglés Tony
Judt, fallecido en 2010, en ese sentido declaró:
9
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REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
Hay algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy. Durante
treinta años hemos hechos una virtud de la búsqueda del beneficio material: de hecho, esta búsqueda es todo lo que queda de nuestro sentido de
un propósito colectivo. Sabemos qué cuestan las cosas, pero no tenemos
idea de lo que valen. Ya no nos preguntamos sobre un acto legislativo o
un pronunciamiento judicial: ¿es legítimo? ¿Es ecuánime? ¿Es justo? ¿Es
correcto? ¿Va a contribuir a mejorar la sociedad o el mundo? Estos solían ser
los interrogantes políticos, incluso si sus respuestas no eran fáciles. Tenemos
que volver a aprender a plantearlos. (2010, p. 17)
En efecto, si a algo llaman tanto la crisis humanitario-institucional en
México, como la incertidumbre global en lo económico y lo político es,
precisamente, al acometimiento de aquellos temas éticos y políticos
elementales como la legitimidad, la ecuanimidad, la justicia, la corrección, el bienestar y el progreso, aunados a una miríada de cuestiones
filosóficas concomitantes como la virtud, la libertad, la felicidad, la
sociabilidad, y un larguísimo etcétera.
Las relaciones entre la ética y la política en nuestra circunstancia
pueden parecer imposibles, la situación antes descrita en nuestro país, así
como otros problemas asociados a la violencia generada al interior de las
sociedades o entre naciones, los escándalos de corrupción y el sentimiento
de decepción generalizado en relación con el papel que juegan los
gobiernos y los gobernantes en el bienestar de la población obligan a
la filosofía contemporánea a replantear las preguntas de los antiguos y
de los modernos. No se trata de abandonar la posibilidad de entender
la génesis de los problemas, sino de explicar los mecanismos sutiles que
gobiernan la aparición y despliegue de problemas como la violencia, la
desigualdad económica y social. Del mismo modo que la construcción de proyectos que lleven, si no a la construcción de una utopía,
sí a la construcción de proyectos que le permitan al individuo alcanzar
una vida que se califique como feliz y virtuosa y a una sociedad que se
aleje del calificativo de injusta.
En el trasfondo de la relaciones entre la ética y la política está siempre
la reflexión sobre la capacidad racional del ser humano para resolver sus
conflictos, para entender su génesis y, finalmente, para plantear solucio nes.
Sin embargo, el humano no es pura razón, es también irracionalidad
que se manifiesta de formas muy diversas, desde la relaciones afectivas que
construyen lazos familiares o comunitarios, hasta su expresión más
violenta y destructiva en el odio, pasión base de fenómenos como el
racismo, el machismo o en general la exclusión. En la misma línea, lo
irracional del ser humano también encuentra su expresión en el arte. Las
relaciones entre la filosofía y el arte son muy complejas, pero en el caso
INTRODUCCIÓN
11
de la filosofía política se forman vasos comunicantes en lo referente a
la denuncia de aquellas situaciones que obstaculizan el desarrollo individual y social en cuanto al goce, el bienestar y en general la vida buena.
El caso de la economía o economía política merece algunas líneas
aparte. Por un lado, hay en nuestra circunstancia histórica una creciente
desigualdad en el acceso a los satisfactores materiales más elementales,
imágenes de la África Subsahariana, de nuestra Latinoamérica o de
diversas regiones de Asia ejemplifican los devastadores efectos de la
pobreza y la desigualdad. Sin embargo, en la actualidad hay una fuerte
separación entre la economía y la filosofía, especialmente de la filosofía
política. Ideas reguladoras como el bienestar, el bien común o el mismo
ideal de vida buena de la ética están íntimamente imbricados con la
economía. De ahí que revisar las posturas de filósofos clásicos y plantear
nuevas relaciones se presenta como un reto y como una necesidad
para ofrecer explicaciones que trasciendan las fronteras disciplinares y
ofrezcan alternativas de solución.
La selección de textos que componen el presente volumen recupera
y analiza diversos aspectos ya mencionados con anterioridad; son el
resultado del esfuerzo de diálogo académico de investigadores de diversas
instituciones nacionales y extranjeras; diálogo auspiciado por la Facultad
de Filosofía y Letras y el Colegio de Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (buap).
El primer capítulo contiene las ponencias magistrales de Diego
Tatián de Córdoba, Argentina, y de Stefan Gandler de Munich, Alemania. Diego Tatián nos presenta un excelente trabajo que examina
algunas de las ideas de Nicolás Maquiavelo y su recepción, que en su
conjunto componen la llamada izquierda maquiaveliana. Es de destacar
que esta amplia revisión de autores constituye un importante aporte al
tema del conflicto; el secretario florentino no abogó por su supresión,
sino por entenderlo como parte de lo político y acentuar su inclusión
en el enriquecimiento del orden político y social. En otras palabras, el
conflicto debe de asumirse como necesario y lo que constituye un reto es
la manera en que este se resuelve, como el motivo del conflicto debe ser
examinado por los filósofos políticos para entender mejor a lo humano
y al tiempo que les toca afrontar. De ahí la caracterización de Latinoamérica en el presente como “momento maquiaveliano”, invitación a la
lectura atenta y a la reflexión.
Stefan Gandler nos ofrece un interesante trabajo en el que revisa la
concepción del tiempo de Walter Benjamin, en su trabajo titulado “¿Por
qué el ángel de la historia mira hacia atrás?”. En este analiza el uso de la
teología por Benjamin para lograr una radicalización del materialismo
12
REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
histórico planteado por Marx, mismo que es superado en la medida en
que se interpreta a la luz de los acontecimientos de la primera mitad
del siglo xx, el Nacionalsocialismo y los estados totalitarios. Conceptos
como el de tiempo lineal y el progreso son cuestionados por Benjamin,
desde la perspectiva gandleriana, para ofrecernos un sólido cimiento
sobre el cual repensar nuestro presente y nuestro futuro. Invitación a dejar
de concebir el pasado como algo muerto, “Y en esta pequeñísima fisura,
que sólo ven los que no cierran súbitamente los ojos ante el horror que
se esconde en lo que llamamos nuestro pasado, se abre por instantes,
instantes que son una eternidad, un espacio de libertad que permite a la
memoria emerger lo que había estado hundido y condenado al olvido.”
El segundo capítulo se agrupa bajo el título genérico de Filosofía
política y Estética. Este nos ofrece diversas perspectivas sobre las relaciones entre el arte, en un sentido amplio, y la filosofía política. Ya antes
se había señalado que el arte y la filosofía política comparten la vocación
de denunciar aquellas formas de opresión que son propias de la época;
ambas formas humanas de pensamiento conjugan lo irracional y lo
racional para entender el presente. El artículo “Aportaciones críticas de
Adolfo Sánchez Vázquez a la estética marxista” de Héctor Solano Ríos, nos
permite rescatar la idea de una autonomía de la producción artísti ca
frente a las condiciones materiales de su circunstancia histórica, postura que
se aleja de otras interpretaciones marxistas. En contraste, Solano también
aborda los problemas relativos a las relaciones entre el arte y la sociedad
de consumo.
En el artículo colectivo “La violencia contra las mujeres en los medios
publicitarios”, de María del Carmen García Aguilar, Clarisa Pérez Camargo
y Jonathan Mellado Gómez, se analiza la concepción del cuerpo femenino en la publicidad. El artículo hace hincapié en imágenes que pueden
parecer inocuas, pero que ocultan una forma de concebir el cuerpo que
lo hace una cosa que se puede usar y poseer, una mercancía más en
un horizonte social en el que la mujer es despojada de su humanidad;
temas que es necesario revisar y reflexionar en un mundo plagado de
estímulos visuales.
Un punto de vista contrastante lo ofrece Norma Hortensia Hernández
García en “Retratos de Romanas filósofas. Imágenes y esculturas en la
Roma Imperial”. Texto que analiza con claridad un tema poco explorado,
la presencia de las mujeres en el ámbito del pensamiento filosófico, en
este caso con el acento puesto en el Estoicismo Imperial; texto que
invita a una relectura de la historia de la filosofía como un ámbito
exclusivamente masculino. La importancia de llevar a cabo un análisis
con perspectiva de género queda manifiesta a través de estos dos últimos
INTRODUCCIÓN
13
artículos, en los cuales la intención no solo es hacer explícito un tipo
de análisis académico, sino desvelar los discursos implícitos en los imaginarios que sobre las mujeres aún prevalecen.
Carmen Camarillo Gómez nos ofrece un análisis sobre la relación
del arte como símbolo del poder político en el Barroco, como ya lo
señala el título “La persuasión del discurso visual en el Barroco Español:
la imagen del poder político”. El cómo se concibe al poder y a los gobernantes depende de generar un imaginario colectivo que se sustenta casi
en su totalidad en la imagen que de este transmite el propio poder, tema
de reflexión tanto en los albores de la modernidad como en nuestros días.
Claudia Tame Domínguez elabora una reflexión que contrasta el
ejercicio de la libertad política, en especial de la práctica revolucionaria
y la ruptura de los cánones en la época de las Vanguardias. El texto “Luis
Buñuel, el surrealismo y la política” explora la imagen que de sí mismo
da Buñuel en su postura antifranquista en la Guerra Civil Española,
análisis que invita a la reflexión sobre las difíciles relaciones entre la
revolución artística y la social. El capítulo culmina con el trabajo titulado
“Sensus communis y el libre juego de las facultades en Kant” de Edna B.
Flores Barrios, quien analiza la cuestión del gusto y su relación con el
libre juego de las facultades en el filósofo de Könisberg, y que constituye
un tema central para entender las relaciones entre ámbitos que pudieran
parecer distantes como la epistemología y la estética.
El capítulo tres contiene reflexiones sobre temas contemporáneos
como el trabajo, la violencia, la democracia, la interculturalidad y la economía. El primer artículo del apartado, “Acerca de la existencia del trabajador en las actuales condiciones laborales”, de Jesús Rodolfo Santander
Iracheta, nos confronta con las voracidad de la producción capitalista en
nuestros días; condiciones de trabajo tan extremas que han orillado a
los individuos a cometer suicidio ante la indiferencia de las autoridades,
tanto las económicas como las políticas. El trabajo, que ha sido un tema
de reflexión filosófica desde los inicios de la modernidad, muestra en el
trabajo de Santander Iracheta su vigencia.
Arturo Aguirre Moreno, en su texto “De la física a la fenomenología
del aterrado. La violencia en el espacio común”, nos interpela desde
la necesidad de aprehender la violencia como una categoría filosófica. Texto
que es pertinente en la actual situación de nuestra sociedad mexicana y que
expande su pertinencia a todas las sociedades en las que la violencia ejercida
por el Estado o por grupos que defienden sus intereses han arrebatado
el espacio a quienes lo habitaban.
Luis Miguel Arroyo Mascarúa nos traslada a la Grecia Antigua en su
texto “Democracia Ática y Mundo Antiguo”, en el que delimita con gran
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REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
precisión el uso del vocablo democracia en las polis Atenas y Esparta,
señalando las diferencias, distinción que se presenta hoy día como necesaria
dado el uso indiscriminado del vocablo. Su análisis incluye al Imperio
Alejandrino, a Persia y a Roma, lo que otorga al texto una panorámica
completa del mundo antiguo y su relación con la democracia.
El reconocimiento a la interculturalidad de América Latina y su
compleja situación actual son analizados por José David Hernández y
Álvarez en su contribución titulada “El diálogo intercultural y sus repercusiones ético-políticas”. Su análisis sitúa el problema desde el punto
de vista fáctico en la presencia de comunidades indígenas a lo largo de
Latinoamérica, hecho que ha obligado a diversos filósofos a reflexionar
el problema de una unidad nacional que no elimine las diferencias
culturales y de forma de vida, sino que afronte el reto de un país unido
en sus diferencias.
En “Estado de Excepción y Deuda”, Héctor Manuel Ramírez Ríos
analiza, a partir del concepto estado de excepción de Giorgio Agamben, la
situación en la que la ley debe ser interpelada en su necesaria generalidad
y en una pretensión de universalidad que deja de lado la existencia
permanente en las sociedades actuales de individuos que están fuera del
todo orden legal y que pertenecen a la categoría agambeniana de homo
sacer y que a decir de Solano es una categoría que permite el análisis de
la deuda en tanto que estado de excepción.
Este capítulo y el libro culminan con la investigación de Fernando
Huesca Ramón, titulada “Žižek y el regreso de la crítica de la economía
política”, quien nos señala importantes puntos en relación con la aparente
superación del pensamiento marxista y de la economía política. El
punto cero referido por el filósofo esloveno es un tema necesario para
la reflexión actual, pues el crecimiento de la pobreza y las catástrofes
ecológicas nos sitúan en un punto en el que la economía política adquiere
una renovada vigencia.
Finalmente, agradecemos el apoyo de las autoridades de nuestra Universidad: Dr. Alejandro Palma Castro, Dr. Ricardo Gibu Shimabukuro,
Dr. Ángel Xolocotzi Yañez, Dra. María del Carmen García Aguilar; al
equipo de estudiantes de la licenciatura en Filosofía sin cuyo apoyo este
texto no hubiera sido posible, especialmente a Luis Adrián Rodríguez y
Susana Bruno Ochoa. Especialmente agradecemos al Programa para el
Desarrollo Profesional Docente (prodep) a través del Cuerpo Académico
Estudios Filosófico-Culturales y su aplicación en las áreas de lógica,
género y análisis existencial, de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, por el apoyo económico
para la publicación de este volumen.
LUIS BUÑUEL, ENTRE EL SURREALISMO Y LA POLÍTICA
Claudia Tame Domínguez
¿Por qué escribir sobre Buñuel?
El cine de Buñuel merece distintos calificativos que van desde genial
hasta provocador, lo cierto es que permanecer indiferente ante su obra
es muy difícil, a pesar de la distancia temporal, películas como Un Perro
Andaluz o La Edad de oro,1 todavía generan distintas emociones en los
espectadores. Tal vez la magnitud de estas reacciones sea la principal causa
de la abundante bibliografía que encontramos sobre su obra. El presente
trabajo se inscribe en las emociones surgidas en mí ante su producción
cinematográfica. Sin embargo, también hay otra razón, que en este caso
adquiere mayor peso, es la relación entre estos movimientos y la izquierda
de ese tiempo. Relación que puede parecer casual, pero que en el caso de
Buñuel permite un acercamiento más completo a su obra.
Escribir sobre Buñuel permite explorar la relación entre un quehacer
artístico disruptivo y una postura política revolucionaria. Explorar los
vasos comunicantes entre esos dos ámbitos en el caso de nuestro autor
obliga a plantear una serie de preguntas, ¿la expresión artística en sí misma
tiene un sentido político?, ¿la toma de postura conduce necesariamente
a la acción?, ¿cuál es la relación entre lo político y lo social? y, a su vez,
¿cuál es la relación entre la creación artística como expresión individual y
el contexto que la rodea? La tesis del presente trabajo es que en el caso de
Buñuel las relaciones entre su labor de cineasta y su postura política
son ambiguas. Ambigüedad que va adquiriendo distintos matices a lo
largo de su vida.
En las siguientes líneas se analizará la primera etapa de la producción
del cineasta, en la que los elementos surrealistas son dominantes, de 1929
Un perro andaluz y de 1930 La edad de oro. Si bien este análisis se puede
realizar en el conjunto de la vida y la obra de nuestro autor, en este caso la
intención es meramente plantear ciertas líneas de análisis que permitan
profundizar en trabajos posteriores. También se hará referencia a Tierra
http://cvc.cervantes.es/actcult/bunuel/filmografia/filmografia_01.htm. La página proporciona información completa sobre todas las películas realizadas por Luis Buñuel.
1
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REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
sin pan de 1932 que se filmó en medio de la guerra civil española y a
otras de sus películas.
Los análisis de la obra de Buñuel, como ya se ha mencionado, son
abundantes; he preferido hacer mi lectura desde una apreciación personal
de su obra y desde su autobiografía titulada Mi último suspiro (2001). Lo
anterior en un ensayo de analizar a Buñuel desde él mismo, acercamiento
indispensable en el caso del arte. Por lo anterior, no se harán referencias
a la discusión sobre el carácter vanguardista del surrealismo.
La autobiografía de Buñuel responde a la necesidad de resguardar una
memoria que se va desvaneciendo poco a poco. A decir de nuestro autor,
“Ante ese olvido, y los otros olvidos que no tardarán en llegar, empezamos
a comprender y reconocer la importancia de la memoria” (2001, p.
10). Alrededor de los 60 años su memoria empieza a deteriorarse, sabe
que es un proceso irreversible y que ira de menos a más, es esto lo que le
obliga a escribir sus recuerdos en un intento de preservarlos. Al mismo
tiempo, lo que le lleva a un proceso de autoconocimiento, en el que hace
una revisión y una reinterpretación de sus acciones. Sobre lo anterior es
esclarecedor como llega a la conciencia de una falta total de sensibilidad
social durante su niñez. Recordemos que pertenece a una familia acomodada, su padre había logrado amasar una fortuna importante gracias a la
importación de habanos; recuerda “La familia al comple to –por lo menos,
diez personas– íbamos a la Torre en dos jardineras. Aquellas carretadas de
chiquillería alegre se cruzaban con frecuencia con niños desnutridos y harapientos que recogían en un capazo estiércol con el que su padre abonaría
el huerto. Imágenes de penuria que, al parecer, nos dejaban totalmente
indiferentes” (Buñuel, 2001, p. 23). No es claro el sentimiento, pero sí la
certeza de que las reacciones ante la condición humana tardarían muchos
años en surgir. Esos recuerdos, probablemente, fueron los que le llevan a
simpatizar con la República española y no con el régimen de Franco;
que le llevan, siempre con ambigüedad, a recorrer un camino distinto que
el indicado por su origen burgués.
Buñuel y el movimiento surrealista
La realización de Un perro andaluz es anterior a la adhesión de Buñuel al
movimiento surrealista, lo que podemos leer en esto, es que hubo un
conjunto de ideas individuales que le dieron forma a la película y que
resultaron ser compatibles con el ideario del grupo2; es después de ver
la película aprobada de forma unánime que el Calandés se adhiere de
LUIS BUÑUEL, ENTRE EL SURREALISMO Y LA POLÍTICA
113
forma oficial al movimiento surrealista. En este punto es importante recordar
algunas escenas de esta obra que escandalizó al público de la época y cuyo
guión se escribió en colaboración estrecha y armónica con Salvador Dalí.
La película da comienzo con el primer plano de una bella joven a la
que un hombre le corta el ojo con una navaja. El realismo de la imagen,
se ve el humor vítreo en el filo de la navaja, resulta impactante hasta
nuestros días. Las siguientes escenas se sitúan ocho años después en
una narración inconexa en la que se ve a la joven socorrer a un ciclista y
llevarlo a una habitación, luego este trata de seducirla agresivamente,
el ciclista ve a través de la ventana, un hermafrodita juega con una mano
cortada, luego lo atropellan. Continúa el juego erótico y aparecen objetos
descontextualizados, el ciclista arrastra un piano, un burro muerto.
Enseguida aparece un “doble” del ciclista que le castiga a la manera de
una escuela tradicional de principios del siglo xx, después el ciclista
dispara al doble y este muere abrazando a la muchacha. Súbitamente,
la muchacha sale de la habitación que da a una playa, sol brillante, en la
que pasea con otro joven. Finalmente, aparecen enterrados en la arena y
siendo devorados por insectos.
El uso de objetos fuera de contexto y la ausencia de una historia que
dé una sólida unidad a la trama son dos de los elementos que resaltan en
la película. Desde una primera apreciación, llama la atención el parecido
con el recuerdo de un sueño. Este último es de importancia capital para
Buñuel,
Si me dijeran: te quedan veinte años de vida, ¿qué te gustaría hacer durante
las veinticuatro horas de cada uno de los días que vas a vivir?, yo respondería: dadme dos horas de vida activa y veinte horas de sueños, con la condición de que luego yo pueda recordarlos; porque el sueño sólo existe por el
recuerdo que lo acaricia (2001, p 105).
Es notable la coincidencia de ideas entre Buñuel y el Segundo Manifiesto Surrealista de
1930. Al respecto el texto señala como objetivo central del Movimiento la necesidad de generar una crisis de conciencia, “Desde el punto de vista intelectual se trataba, y aún se trata,
de comprobar por cualquier medio, y de poner en evidencia, a cualquier precio, el carácter
ficticio de las viejas antinomias hipócritamente destinadas a prevenir toda inoportuna agitación del hombre, sea inculcándole el convencimiento de la indigencia de sus posibilidades, sea prohibiéndole zafarse, en una valedera medida de la opresión universal” (Bretón,
2001, p. 83). Es evidente que el carácter crítico del cine de Buñuel, su rechazo del clericalismo, de las costumbres burguesas y de la hipocresía en relación con las prácticas sexuales
coincide con los surrealistas en este deseo de libertad alcanzando mediante cualquier medio
que permita atenuar el peso de la opresión de la sociedad de su tiempo. Buñuel intuye el
surrealismo antes de ser reclutado en sus filas.
2
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REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
El sueño señala la importancia de lo irracional, pero la novedad de la
película está en la renuncia a cualquier intento de explicación o de
interpretación, no se sabe cuál es el sentido de las imágenes, no podemos
responder a ninguna pregunta a partir de los elementos que proporciona
la misma, ¿de dónde sale el piano o el burro muerto?, ¿cómo es posible
que la habitación dé a una playa soleada? El elemento onírico es el motivo
de la trama. De lo anterior, la concepción de surrealismo de Buñuel, “El
surrealismo fue, ante todo, una especie de llamada que oyeron aquí y allí,
en los Estados Unidos, en Alemania, en España o en Yugoslavia, ciertas
personas que utilizaban una forma de expresión instintiva e irracional,
incluso antes de conocerse unos a otros” (2001, p. 120). Esta primera
aproximación al surrealismo lo caracteriza como disruptivo, es una separación brusca de la razón; sin una crítica previa a los peligros de un exceso
de esta, simplemente rompen con ella, optan por su contrario en su
manifestación evidente, el sueño.
La adhesión de Buñuel después de Un perro andaluz se dio de forma
espontánea y fluida, fue aceptado por un grupo con el que compartía ideas
fundamentales, no solo la opción por lo irracional-inconsciente, en palabras del cineasta,
Al igual que todos los miembros del grupo, yo me sentía atraído por una
cierta idea de revolución. Los surrealistas, que no se consideraban terroristas,
activistas armados, luchaban contra una sociedad a la que detestaban utilizando como arma principal el escándalo. Contra las desigualdades sociales,
la explotación del hombre por el hombre, la influencia embrutecedora de la
religión, el militarismo burdo y materialista, vieron durante mucho tiempo
en el escándalo el revelador potente, capaz de hacer aparecer los resortes
secretos y odiosos del sistema que había que derribar (2001, pp. 121-122).3
Esa atracción por la revolución era una idea sobre todo de destrucción, se quería desaparecer todo aquello que caracterizaba a la sociedad
burguesa de su tiempo, a pesar de que todos ellos procedían de familias
acomodadas y que, por lo menos Buñuel, gozaban de una cierta estabilidad económica que les permitía una vida de ocio. El escándalo, que los
hace cercanos a los cínicos de la antigüedad, se convierte en el arma
principal. Pero es una forma de expresión que fue exitosa, que no tenía un
contenido político preciso, nadie se ocupó de responder a la pregunta, y
una vez escandalizada la sociedad ¿luego qué? De una manera un tanto
3
Cfr. Román Gubern y Paul Hammond. (2009). Los años rojos de Luis Buñuel. Madrid: Ed
Cátedra. Texto que explora su militancia política, su adhesión al Partido Comunista y su
colaboración en la Guerra Civil española.
LUIS BUÑUEL, ENTRE EL SURREALISMO Y LA POLÍTICA
115
ingenua se creía que la reacción por sí misma llevaría a la fractura de
un sistema económico, social y político. Tampoco cayeron en cuenta
que el escándalo se erosiona con gran rapidez, pierde rápidamente su
capacidad de generar un trauma y que, por tanto, no tiene la capacidad
de fracturar un orden establecido.
Hay una intención política clara, de ahí que diversos miembros del
grupo se sintieran atraídos por el movimiento comunista que reivindicaba
la desaparición de aquellas cosas que odiaban y que en épocas posteriores
se adhirieran a dicho movimiento. Sin embargo, “El verdadero objetivo
del surrealismo no era el de crear un movimiento literario, plástico, ni
siquiera filosófico nuevo, sino el de hacer estallar la sociedad, cambiar
la vida” (Bueñuel, 2001, p. 122). El modo de revolucionar la sociedad
era convulsionándola. La crítica religiosa y el antimilitarismo son especialmente claras en La Vía Láctea de 1969, en la que además nuestro
autor hace gala de sus conocimientos de historia del catolicismo y de
las disputas teológicas. Entonces, la expresión artística está en íntima
relación con sus postulados políticos, en esta época el escándalo mismo
es la acción política, aunque la parte de la transformación de la sociedad
queda olvidada. La ambigüedad de la que se parte en este escrito es
manifiesta en esta forma atenuada de acción política, lo que llevó al
surrealismo a una vida efímera.
La edad de oro, filmada un año después de Un perro andaluz, también fue
exitosa en producir un escándalo aún mayor. La película comienza con
tomas del comportamiento de los alacranes, después la acción cambia
abruptamente a un grupo de bandidos que persiguen a unos religiosos
que después son mostrados únicamente como osamentas y que son adorados por unos visitantes de aspecto burgués, mismos que encuentran
a una pareja a punto de hacer el amor en el lodo, cerca de una playa,
los separan. La acción sigue desarrollándose entre el rechazo social de los
hombres que separan a la pareja y el poder del hombre que pertenece
a la cúpula del poder y que, por tanto, escapa al castigo. Nuevamente hay
un cambio de escenario, ahora la pareja se encuentra en una fiesta de la
“alta sociedad”, su deseo sexual no se puede realizar por distintas circunstancias, aderezadas por elementos descontextualizados, habitaciones que
se incendian, un padre que mata a su hijo y otras. Al final aparece la referencia a una orgía, en la que uno de los personajes tiene la apariencia tradicional de Cristo, la mujer en esta secuencia es presentada como objeto
sexual. La escena final muestra cabelleras femeninas clavadas en una cruz.
Los elementos anticlericales, la exaltación del deseo sexual y la violencia
cumplieron su cometido de escandalizar a la sociedad francesa de la época,
de provocar disturbios en las salas de cine. Como resultado la película fue
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REFLEXIONES POLÍTICAS CONTEMPORÁNEAS EN LOS MÁRGENES DISCIPLINARIOS
prohibida. Pero a pesar de las reacciones violentas, los cambios sociales
no devinieron del escándalo. De ahí el fracaso social del movimiento
surrealista, a decir de nuestro autor,
Hoy medimos el ínfimo lugar que ocupaba el surrealismo en el mundo en
relación con las fuerzas incalculables y en constante renovación de la realidad
histórica. Devorados por sueños tan grandes como la Tierra, no éramos
más que un grupito de intelectuales insolentes que peroraban en un café y
publicaban una revista. Un puñado de idealistas que se dividían en cuanto
había que tomar parte directa y violentamente, en la acción (Buñuel, 2001,
p. 140).
Lo que se puede concluir es que el cine surrealista de Buñuel aportó una
forma inédita de expresión artística, la cual marcó sus películas posteriores, que a pesar de no ser surrealistas, siguen conteniendo elementos
surgidos de esa primera etapa, basta recordar la riqueza psicológica del
protagonista de Él o las imágenes de desolación de La Hurdes, tierra
sin pan. Sin embargo, sus intenciones de transformar a la sociedad
fracasaron.
La acción política
En 1932 Buñuel se separa del movimiento, de acuerdo con su autobiografía, “por cierta inclinación hacia el esnobismo de lujo que advertía en
él” (2001, p. 159). Tendencias hacia la exaltación del ego y a ciertas costumbres consideradas “burguesas” por nuestro cineasta. Se traslada a España en
los años previos a la Guerra Civil, etapa en la que trabaja como productor.
Al estallar la guerra, que terminará con el gobierno fascista de Franco,
Buñuel vive la experiencia directa del caos, de la muerte, del dominio de las
pasiones. Su primera reacción, el rechazo al caos y a la muerte; es notorio
que su memoria no haya evocado las veces que afirmó en entrevistas que Un
perro andaluz era una invitación al asesinato; la segunda reacción, el miedo,
“Yo mismo sentía miedo algunas veces. Inquilino de un piso burgués, me
preguntaba a veces que pasaría, si, de pronto, en medio de la noche, una
brigada incontrolada derribase mi puerta para llevarme ‘a dar un paseo’.
¿Cómo resistir? ¿Qué decirles?”(2001, p. 176). Reacciones comprensibles en el marco de lo que es una guerra, pero incompatibles con las
afirmaciones del surrealismo unos años antes. En diversas ocasiones
Buñuel afirmó su rechazo al desorden y a la anarquía, su gusto por el
orden y la limpieza, por la estructura de la sociedad.4 Durante sus dos
LUIS BUÑUEL, ENTRE EL SURREALISMO Y LA POLÍTICA
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estancias en Estados Unidos se expresó admirado de su cultura, sobre
todo por la limpieza y el orden, de nueva cuenta una contradicción
con los fundamentos del surrealismo. Su participación política, el paso
a la acción se daría entonces en el marco de una distancia de las armas,
desde un despacho en París.
La participación política de Buñuel, ahora en tanto que acción, se
dio como colaborador del embajador de la República Española en París,
trabajo en el que recababa información, repartía propaganda (se requería
de un gran ingenio para pasar de contrabando las octavillas), recababa dinero
y armas. Todo lo anterior para ayudar a resistir a los republicanos en
contra del ejército franquista. El desenlace de la guerra es bien conocido.
Buñuel termina su carrera cinematográfica viviendo en México y realizando películas en nuestro país y en Francia.
Sobre su propia participación, sus simpatías por el Partido Comunista5
y sobre el franquismo terminan, al final de su vida, en una profunda decepción, misma que tiene su origen en el caos y la destrucción que generan
la guerra, en el sufrimiento de los hombres comunes y en la ausencia de
una estructura legal que limite el daño. “Lo que me digo ahora, mecido
por los sueños de mi inofensivo nihilismo, es que el mayor desahogo económico y la cultura más desarrollada que se encontraban al otro lado, en el
lado franquista, hubieran debido limitar el horror. Pero no fue así. Por esta
razón, a solas con mi dry-martini, dudo de las ventajas del dinero y de las
ventajas de la cultura”. (Buñuel, 2001, p. 199). Entonces, pierde la confianza
en el escándalo, su deseo de transformar a la sociedad y su preferencia por
la República para España se esfuman, sin que él mismo nos refiera una
reflexión posterior sobre las relaciones entre cine y política.
En palabras de Max Aub, “La posición de Buñuel es difícil de definir. Por su propio impulso
–digamos aragonés–, la presencia de ciertas corrientes –muy claras en algunas de sus obras–
tiende a un anarquismo muy sui generis. Ahora bien, su revuelta contra lo establecido se ha
visto rodeada durante toda su vida por la amistad, y da la casualidad de que sus mejores amigos fueron o todavía son comunistas (los unos salieron ortodoxos, otros, ranas) Este hecho
ha influido en su manera de entender el mundo” (citado en Fractuoso, Manuel, 2014: http://
lbunuel.blogspot.mx/2014/09/la-ideología-política-de-luis-bunuel.html). Cita que muestra la
ambigüedad de la postura política de Buñuel, que es retratado no como poseedor de convicciones inamovibles, sino obligado por la amistad.
5
Probablemente entre 1930 y 1931 Buñuel se afilió al Partido Comunista Español; aunque
él niega esta afiliación. Max Aub en Conversaciones con Luis Buñuel, no duda de su palabra,
“Pero Buñuel no es ni será nunca anticomunista ni antisoviético. No puede serlo porque si lo
fuera se vendría abajo toda la estructura de su vida, toda su obra, todo su esfuerzo. Ha creído
durante treinta años –de los veinticinco a los cincuenta y cinco– en la supremacía moral de la
organización soviética de la sociedad” (Consultado en http://lbunuel.blogspot.mx/2014/09/
la-ideología-política-de-luis-bunuel.html).
4
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A modo de conclusión
La concepción surrealista de Buñuel al principio de su carrera tuvo
una clara intencionalidad política, la revolución, la transformación de una
sociedad injusta y represiva en una más equitativa, sin explotación y
en la que las manifestaciones del inconsciente no fueran reprimidas.
Sin embargo, este ideal careció desde un inicio de un fundamento claro
que lo llevara a la acción, a una cierta transformación, en lugar de
una sociedad completamente nueva. Sin embargo, en términos de una
expresión artística fue capaz de generar un cine inédito y de abrir las puertas
para que el cine exprese ese lado oscuro del ser humano, omnipresente
en su producción cinematográfica, y que ha marcado un hito que sería
impensable sin el cine de Buñuel.
Bibliografía
Bretón, André. (2001). Manifiestos del surrealismo. Tr. Aldo Pellegrini. Buenos
Aires: Editorial Argonauta.
Buauche, Freddy. (1976). Luis Buñuel. Madrid: Guadarrama.
Buñuel, Luis. (2001). Mi último suspiro. Tr. Ana María de la Fuente, Barcelona: Ed. Plaza & Janes.
Lauder, R.A. (1973). Luis Bunuel: The Surrealist as Moralist. (cover story).
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Fernández Sánchez, Manuel Carlos. (julio-diciembre de 2000). Luis Buñuel:
trascendiendo el tópico. Ámbitos, (5), 157-168. Recuperado de: http://
www.redalyc.org/articulo.oa?id=16800508
Román Gubern y Paul Hammond. (2009). Los años rojos de Luis Buñuel.
Madrid: Ed. Cátedra.
Rucar de Buñuel, J. & Martín del Campo, M. (1990). Memorias de una
mujer sin piano/Jeanne Rucar de Buñuel; escritas por Marisol Martín
del Campo. México: Alianza Editorial Mexicana.