Los poemas que aparecen en este
libro son una muestra altamente
representativa de la poesía del
escritor norteamericano más lépero,
soez y auténtico de los últimos
tiempos. Bukowski ha sido leído en
español más por sus cuentos y
novelas que por su extensa y
maravillosa
obra
poética,
descalificada por los «exquisitos» de
toda laya y disfrutada por los
amantes de un tipo de poesía que
lejos de buscar la caricia del pétalo
se alimenta del tuétano de la vida,
sin falsos decorados ni oropeles
artificiales, de una poesía que nace
de las profundidades del ser humano
de carne y hueso, incapaz de
regatearle al lenguaje escrito nada
que se separe de su existencia real
y
concreta,
único
espacio
descarnado donde tiene lugar el
drama humano… y Bukowski es un
maestro de la poesía descarnada.
Charles Bukowski
El amor es un
perro infernal
ePub r1.0
IbnKhaldun 30.12.14
Título original: Love is a Dog from Hell
Charles Bukowski, 1977
Traducción: Victor M. Carrillo
Selección: Victor M. Carrillo
Editor digital: IbnKhaldun
ePub base r1.2
Sandra
Es la esbelta y alta
damisela
con aretes y
vestido largo
siempre anda drogada
y acelerada
con zapatos de tacón
metiéndose pastillas
borracha
Sandra se inclina
hacia fuera de su silla
hacia Glendale
pienso que se pegará
en la cabeza con la cerradura
del closet
cuando intenta
encender
otro cigarro
con el que aún
tiene encendido
a sus 32 años le gustan
los jóvenes pulcros
sin cicatrices
con cara de nalga
de princesa
me lo ha dicho muchas veces
y me ha mostrado sus trofeos:
carne joven rubia
estúpida y silenciosa
que
a) se sienta
b) se levanta
c) habla
cuando ella lo ordena
A veces me muestra uno
a veces dos
a veces tres
Sandra se ve muy bien
de vestido largo
Sandra es muy capaz de
romperle el corazón a un hombre
espero que encuentre
uno.
Tú
eres una bestia, dijo ella
con tu enorme panza blanca
y esos pies peludos
nunca te cortas las uñas además
tienes manos regordetas
garras de gato
nariz roja brillosa
y los huevos más grandes
que he visto en mi vida disparas
esperma como
una ballena arroja agua
del orificio de su espalda
bestia bestia bestia
luego me besó
¿qué quieres de
desayunar?
La diosa de 1.80
Soy un hombre grande
supongo que por eso mi mujer
se ve pequeña
es una diosa de 1.80
que vende bienes raíces
y arte
y vuela desde Texas para verme
y yo a Texas
para verla
aunque es pequeña
sobra de dónde agarrarle
y yo no me detengo
y agarro,
y le jalo los pelos
soy un verdadero macho
chupo su labio superior
su sexo
su alma
la penetro y le digo
«voy a dispararte
jugo blanco caliente. No vine hasta
Galveston para jugar
ajedrez».
más tarde estamos trenzados como
hiedras humanas
mi brazo izquierdo bajo la almohada
mi brazo derecho sobre su costado
sujeto sus dos manos
y mi pecho
panza
huevos
y pito
se enredan dentro de ella
y a través de nosotros
en la oscuridad
pasan rayos
de atrás hacia adelante
de atrás hacia adelante
hasta que me desplomo
y nos dormimos.
Es salvaje
pero amable
mi diosa de 1.80
me hace reír
la risa del mutilado
que aún necesita amor
sus benditos ojos
se pierden
en la profundidad de su cabeza
como manantiales de montaña
lejanos
calmos, bondadosos.
ella me ha salvado
de todo lo que
me espera afuera.
entumece tu culo tu cerebro y tu
corazón
salía de una relación que no había
funcionado,
la verdad me encontraba al borde
del precipicio
me sentía asqueado y deprimido
cuando tuve la suerte de meterme
con esta mujer
en su cama
cubierta con un toldo lleno de joyas
y por si fuera poco
vino
champaña
cigarros
pastillas
y TV a color.
permanecimos en la cama y
bebimos vino, champaña, fumamos y
tragamos
pastillas
por docenas
mientras yo (que me sentía asqueado
y deprimido)
trataba de superar los malos
recuerdos de mi
relación pasada.
comencé a ver la TV para anestesiar
mis sentidos
y lo que realmente me ayudó
fue ese largo
programa (especialmente escrito
para TV)
sobre espías americanos y rusos
tan hábiles y
discretos
que ni sus hijos sabían que lo eran
ni sus esposas
incluso de algún modo
ellos mismos lo ignoraban.
me di cuenta que se trataba de
contraespías, espías
dobles:
tipos que trabajaban para ambos
lados
y uno que era doble espía se
convirtió
en triple espía
una bonita confusión.
creo que ni el tipo que escribió el
guión
sabía lo que estaba pasando.
¡el programa duró horas!
hidroaviones se estrellaban contra
icebergs
un sacerdote en Madison, Wisc.
asesinó a su
hermano,
un trozo de hielo enviado por barco
en un alhajero
a Perú
en lugar del diamante más grande del
mundo
rubias yendo y viniendo
comiendo helado y nueces;
el triple espía se convirtió
en cuádruple espía y todos se
amaban
entre sí
y el programa siguió
y pasó el tiempo
y finalmente desapareció como un
clip
en el basurero
yo me estiré, me acomodé en el sofá
y
por primera vez
en semana y media
dormí bien.
una de las más calientes
llevaba una peluca rubia platinada
se había puesto rubor y maquillaje
y el bilé le delineó una gran boca
la piel de su cuello ya estaba
arrugada
pero tenía el culo de una muchacha
y buenas piernas.
le quité su pantaleta azul
le alcé el vestido
y con la TV encendida
y ella de pie, la penetré
forcejeamos alrededor del cuarto
(estoy cojiéndome una tumba, pensé,
estoy reviviendo a la muerte, es
maravilloso,
am.
maravilloso
como comer aceitunas frías a las 3
mientras media ciudad arde en
llamas)
me vine.
jóvenes quédense con sus vírgenes
y déjenme a las viejas calientes de
tacones altos
y culos que no saben envejecer.
claro que después se va
o se emborracha
lo que es igual.
tomamos vino y vimos horas TV
y cuando nos metimos a la cama
a dormir
se quitó la dentadura
toda la noche.
cenizas
recogí sus cenizas, dijo ella, y las
llevé
al mar y las esparcí
de hecho no parecían cenizas
en la urna había
piedritas verdes y azules…
¿no te dejó ni uno de sus millones?
nada, dijo.
¿después de tantas comidas,
desayunos
y cenas con él, después de escuchar
todas sus estupideces?
fue un hombre brillante
tú sabes lo que digo.
como sea, yo recogí las cenizas
y tú te cojiste a mi hermana.
nunca me cogí a tus hermanas.
sí lo hiciste
sólo a una
¿a cuál?
a la lesbiana, dije, me compraba
comida
y tragos, no podía negarme.
me voy, dijo.
no se te olvide tu botella,
regresó y la recogió.
eres tan poca cosa, dijo, que cuando
mueras
y te incineren tendrán que llenar la
urna
de piedras verdes.
está bien, dije.
¡te veré dentro de seis meses!
gritó y azotó la puerta.
bien, pensé, para deshacerme de ella
tendré
que cojerme a su otra hermana,
caminé hacia
la recámara y empecé a buscar su
número de
teléfono. todo lo que recordaba era
que
vivía en San Mateo y que tenía un
buen trabajo.
yo
las mujeres no saben amar,
me dijo. tú sabes amar
pero las mujeres sólo quieren
chupar sangre,
lo sé porque soy
mujer.
ja ja ja, reí.
así que no te preocupes por haber
roto
con Susan
porque ella le chupará la sangre
a otro.
platicamos largo rato
después me despedí
colgué
entré al baño
y expulsé una buena cagada.
pensé, bien,
todavía estoy vivo
tengo habilidad para expulsar
deshechos
de mi cuerpo y poemas.
tan pronto como esto pase
tendré capacidad para superar
traiciones
soledad
padrastro
aplausos
y las noticias económicas
de la sección financiera.
entonces
me levanté
me limpié
me enjuagué
y pensé:
es cierto:
sé cómo amar
me subí los pantalones y
me fui al cuarto.
esta noche
«tus poemas sobre tus mujeres
perdurarán
50 años después de que ellas se
hayan ido»,
me dijo mi editor por teléfono.
querido editor:
parece que las chicas
ya se han ido.
sé cómo te sientes
dame una mujer de verdad
que esta noche cruce la
recámara hacia mí
y te doy todos los poemas
que quieras
los buenos
los malos
o cualquiera que escriba
después de éstos
sé cómo te sientes
¿sabes cómo me siento?
el fin de un breve romance
esta vez
lo intenté de pie.
normalmente no funciona
pero ahora
parecía que sí…
ella no dejaba de decir
«oh, Dios, tienes unas
piernas maravillosas!»
todo estaba bien
hasta que levantó los pies
del suelo
y atenazó mi cintura
con sus piernas.
«oh, Dios, tienes unas
piernas maravillosas!»
pesaba como 70 kilos
y se colgó de mí
mientras yo hacía mi labor.
fue cuando acabé
que sentí un dolor
subiendo por la espalda.
la empujé al sofá
y caminé por la habitación,
el dolor seguía.
«mira», le dije
«mejor vete, tengo
que revelar algunas fotos
en el cuarto oscuro».
se vistió y se fue
yo fui a la cocina
por un vaso de agua,
tomé el vaso lleno
con la mano izquierda,
el dolor se extendió
detrás de mis orejas
y se me cayó el vaso
que se hizo pedazos
en el piso.
me metí a la tina llena
de agua caliente y sales
comenzaba a relajarme
cuando sonó el teléfono,
traté de levantarme
y el dolor invadió
mi cuello y brazos,
me agarré de unos tubos
y salí
con la cabeza llena
de manchas luminosas
verdes, amarillas y
rojas.
el teléfono seguía sonando
descolgué
«¿bueno?»
«TE AMO», dijo ella.
«gracias», le dije.
«¿es todo lo que tienes que decir?»
«sí»
«come mierda», dijo y
colgó.
el amor se acaba, pensé,
mientras regresaba al
baño, más rápido incluso
que el esperma.
mujidos y gruñidos
ella escribe: «mujirás
y gruñirás
en tus poemas
por haberme cojido
a esos dos tipos
la semana pasada,
te conozco»,
ella escribe para
decir que mi vibrador
funcionaba.
acababa de cojerse
a un tercer tipo
pero ella sabe que no
quiero saber quién es,
cómo o por qué fue.
termina su carta
diciendo «amor».
las ratas y las cucarachas
han triunfado nuevamente
ahí vienen corriendo
con una babosa en el
hocico, cantando
viejas canciones de amor
cierro las ventanas
mujo
cierro la puerta
gruño.
problemas por otra mujer
ella
desplegué todos mis encantos sobre
durante dos noches en un bar.
no éramos nuevos amantes,
la he amado 16 meses
pero no ha querido vivir en mi
departamento
«porque muchas mujeres han estado
ahí
le dije, está bien ¿qué quieres
hacer?»
llegó del norte buscando un lugar
donde quedarse
mientras compartía un cuarto con una
amiga
después rentó un cámper
de ahí sacó unas cobijas y me dijo
«vamos al parque»
le dije que estaba loca
que los polis nos agarrarían
pero ella dijo «no, hay neblina y
será divertido»
finalmente fuimos al parque
extendió las cobijas, comenzamos
el asunto y he aquí los faros
encendidos
de una patrulla.
me dijo «apúrate, ponte los
pantalones, yo ya
me puse los míos»,
le dije «no puedo, están volteados»
y llegaron con sus lámparas
y preguntaron qué hacíamos
y ella dijo «besándonos»
uno de los polis se me quedó viendo
y me dijo «no te culpo»
y después un chaparro dijo algo y se
fueron,
pero ella todavía no quería ir a
ninguna cama
donde otra mujer hubiera estado,
por lo que terminamos en un oscuro
y caliente
motel
sudando,
besándonos
y
manoseándonos
lo hicimos bien, así tenía que ser
después de todo lo que pasó…
finalmente la tarde siguiente
fuimos a mi departamento
para hacer la misma cosa.
aquellos polis
de la noche en el parque
no eran tan malos,
es la primera vez que
digo esto
acerca de los polis,
y
espero
la última.
meditación trascendental
ella vivía en Galveston y practicaba
meditación trascendental,
fui a visitarla
hicimos el amor todo el tiempo
aunque hiciera mucho calor
nos metimos mescalina
tomamos el transbordador a la isla
y manejamos 300 kilómetros para
llegar al hipódromo más cercano.
ambos ganamos y entramos
a un pinchurriento bar de blancos.
donde no fui bien acogido por los
nativos.
luego fuimos a un pinchurriento
motel
y nos regresamos como a los dos
días.
me quedé otra semana
pintándole un par de cosas buenas.
una era un ahorcado
y otra un lobo cojiéndose a una
mujer.
una noche me desperté y no estaba
en la cama
me levanté y caminé diciendo
«¿Gloria, dónde estás?»
la casa era grande y comencé a abrir
puerta tras puerta
hasta que abrí una que parecía un
closet
y ahí estaba ella de rodillas
rodeada de fotos
de siete u ocho hombres
rapados
la mayoría con lentes sin armazón
había una pequeña vela encendida
al verla le dije «perdón»
Gloria traía puesto un kimono con
unas águilas volando estampadas en
la espalda.
cerré la puerta y regresé a la cama.
quince minutos después regresó
comenzamos a besarnos
su larga lengua entraba y salía de
mi boca.
era una saludable chica de Texas.
«escucha Gloria», me las arreglé
para decirle,
«necesito una noche libre».
al otro día me llevó al aeropuerto
nos prometimos escribirnos
ninguno lo ha hecho.
40 grados
en la noche me cortó las uñas de los
pies
y por la mañana me dijo
«creo que me quedaré acostada todo
el día».
lo que significaba que no iría a
trabajar.
estaba en mi departamento —lo que
significaba
que se quedaría otro día y otra noche
—
era una buena persona
pero acababa de decirme que quería
tener un hijo, casarse y que afuera
había una temperatura de 40 grados.
pensar en otro hijo y en otro
matrimonio
me hacía sentir realmente mal.
me había resignado a morir solo
en un cuarto pequeño.
y ahora ella trataba de deshacer
mi plan maestro.
además ella siempre azotaba
demasiado
la puerta de mi coche
y comía con la cabeza demasiado
cerca de la mesa.
ese día fuimos al correo, a una
tienda y
a un lugar de sandwiches para
almorzar.
ya sabía lo que era el matrimonio.
metí la reversa y por poco choco
contra un Cadillac.
«vamos a emborracharnos» dije.
«no, no», me contestó, «es muy
temprano»
y azotó la puerta del coche
la temperatura seguía a 40 grados,
cuando abrí la correspondencia me
encontré
con que la aseguradora del coche
quería
76 dólares más.
de repente llegó corriendo a mi
cuarto gritando
«¡MIRA ME ESTAN SALIENDO
MANCHAS ROJAS!
¡QUE HAGO!»
«báñate» le dije.
hablé por larga distancia a la
aseguradora
y pedí informes.
comenzó a gritar y jadear desde el
baño
lo que me impedía escuchar, por lo
que dije
«espere un momento por favor».
tapé la bocina y grité
«¡CALLATE POR EL AMOR DE
DIOS,
ESTOY HABLANDO LARGA
DISTANCIA!»
La persona de la aseguradora
insistía
en que les debía 76 dólares y que me
mandarían
una carta
explicándome por qué.
colgué y me estiré en la cama
me sentía como si estuviera casado
salió del baño y me dijo
«¿me puedo acostar a tu lado?»
«sí»
diez minutos después su color era
normal.
las manchas le salieron porque se
tomó
una pastilla de niacin.
recordó que siempre que las tomaba
pasaba lo
mismo.
nos abrazamos y comencé a sudar
de nervios.
nadie en el mundo es capaz de
vencer los nervios,
pero no pude decírselo
ella quería un bebé.
con una chingada.
se dio vuelta
entra al estacionamiento mientras
estoy recargado en la defensa de mi
coche.
está
borracha
y
sus
ojos
humedecidos de lágrimas:
«hijo de puta me cojiste sin tener
ganas, me dijiste
que te hablara por teléfono, que me
cambiara
cerca de tu casa, y ahora me sales
con que quieres
estar solo».
todo es muy dramático, lo disfruto.
«claro, bueno, qué quieres».
«quiero hablar contigo, quiero ir a tu
casa y hablar contigo».
«hay alguien allá, de hecho se está
preparando un sandwich».
«quiero hablar contigo… se necesita
tiempo
para arreglar las cosas, necesito
tiempo».
«claro, espera que se vaya, hay que
ser humanos,
luego nos tomamos un trago juntos».
«mierda, dijo, mierda».
salta a su coche y se va.
luego la otra sale: «¿quién era ésa?»
«una examiga».
ahora ella se va y yo me quedo
sentado aquí
borracho con los ojos llenos de
lágrimas.
todo está tranquilo, me siento como
si tuviera un arpón clavado en el
vientre.
Voy al baño y vomito.
piedad, pienso, ¿sabrá algo la raza
humana
sobre la piedad?
para una mujer vieja dientona
conozco a una mujer
que se la pasa comprando
rompecabezas
chinos
de madera
de alambre
las piezas terminan
encajando unas con otras.
las acomoda
matemáticamente
siempre termina
sus rompecabezas
vive cerca del mar
les da azúcar a las hormigas
y cree
definitivamente
en un mundo mejor
su cabello es blanco
rara vez se lo cepilla
tiene los dientes salidos
y usa ropa holgada
con la que cubre un cuerpo
que la mayoría de las mujeres
desearía tener.
durante muchos años
me irritaron lo que consideraba
sus excentricidades.
como echar cáscaras de huevo
en el agua (para dar calcio
a las plantas).
pero finalmente cuando pienso
en su vida y la comparo
con otras
más deslumbrantes, originales
y hermosas
me doy cuenta que
de cuantas personas conozco
es quien menos gente ha herido
(y por herir quiero decir herir),
ha vivido épocas terribles,
épocas en las que quizá
debí ayudarla más
porque ella es la madre
de mi única hija
y alguna vez fuimos grandes
amantes,
pero ella ha superado eso
como dije
y es quien menos personas ha herido
de cuantas conozco
y siendo asi las cosas
bueno
ella ha creado un mundo mejor
y ha triunfado.
este poema es para ti,
Francis.
Chicago
«ya la hice», dijo, «me siento como
nueva» traía botas nuevas,
pantalones y suéter blanco.
«ahora sé lo que quiero»
venía de Chicago y
actualmente vivía en el distrito
de Fairfax, en Los Angeles.
«me prometiste champaña»
dijo.
«estaba borracho cuando te lo dije,
¿no quieres cerveza?»
«no, pásame tu toque»
fumó, lo dejó:
«no es buen material»
me lo regresó.
«hay una diferencia entre hacer
las cosas sencillas y complicarlas»,
dijo.
«¿te gustan mis botas?»
«sí, mucho»
«escucha, tengo que irme, ¿puedo
usar tu baño?»
«claro».
cuando salió tenía la boca
muy pintada, nunca había visto
una así desde que era niño.
la besé en el pasillo
sintiendo su bilé sobre
mis labios.
«adiós»
«adiós»
caminó hacia su carro
cerré la puerta.
supo que lo que quería no era
yo.
conozco más mujeres de este tipo
que de ningún otro.
chicas tranquilas y limpias con
lindos vestidos
todas las mujeres que he conocido
son putas,
exprostitutas o locas, veo a hombres
con mujeres
tranquilas y amables, los veo en los
supermercados,
caminando con ellas en la calle, en
sus
departamentos:
en paz, viviendo juntos, sé que no
siempre viven en
paz
pero sí que la viven durante horas o
incluso dias.
yo sólo conozco locas adictas a las
pastillas,
alcohólicas, putas, exprostitutas,
dementes.
cuando una se va
llega otra
peor que la anterior.
veo a tantos hombres con mujeres
tranquilas
y limpias con lindos vestidos
mujeres con rostros nada lobunos ni
destructivos.
«no me presenten a una puta», les
dije
a mis amigos, «me enamoraría».
«no soportas a una mujer buena,
Bukowsky».
necesito una buena mujer, necesito
una buena
mujer
más de lo que necesito esta máquina
de escribir,
más que mi coche, más que a
Mozart,
necesito tanto una buena mujer que
siento que la huelo en el aire,
que la siento en las yemas de mis
dedos,
que veo aceras hechas para que sus
pies caminen
sobre ellas,
que veo almohadas para su cabeza,
que siento mi sonrisa esperando,
que veo a un gato como su mascota,
que la veo dormir,
que veo sus pantuflas sobre el piso.
sé que existe
¿pero en qué lugar de la Tierra
estará
mientras las putas siguen rondando?
qué quieren
Vallejo escribiendo sobre
la soledad mientras se muere de
hambre;
la oreja de Van Gogh rechazada por
una
puta;
Rimbaud huyendo a África
buscando oro y encontrando
una sífilis incurable;
Beethoven quedándose sordo;
Pound arrastrado por las calles
dentro de una jaula;
Chatterton comiendo veneno para
ratas;
el
cerebro
de
Hemingway
derramándose
en un jugo de naranja;
Pascal rebanándose las muñecas
en una tina de baño;
Artaud encerrado por su locura;
Dostoievsky en el paredón de
fusilamiento;
Crane lanzándose a las aspas de un
barco;
Lorca baleado en el camino por
tropas
españolas;
Berryman saltando de un puente;
Burroughs disparándole a su esposa;
Mailer acuchillando a la suya.
esto es lo que ellos quieren:
un dios maldito
que muestre un anuncio de neón
en medio del infierno.
esto es lo que ellos quieren,
montón de
estúpidos
dispersos
seguros
tristes
admiradores de
carnavales.
cómo ser un gran escritor
tienes que cojerte a muchas mujeres
hermosas mujeres
y escribir algunos poemas decentes
de amor.
y no preocuparte por la edad
y/o por los jóvenes talentos
sólo toma más cerveza
más y más cerveza
y ve a las carreras de caballos al
menos una vez
a la semana
y si es posible
gana.
aprender a ganar es duro
cualquier idiota puede ser un buen
perdedor.
y no olvides tu Brahms
ni tu Bach ni tu
cerveza.
no hagas mucho ejercicio.
levántate hasta mediodía.
evita las tarjetas de crédito
y pagar las cosas a
tiempo.
recuerda que no hay un culo
en este mundo que valga más de
$50.00
(en 1977).
y si tienes capacidad para amar
primero ámate a ti mismo
y siempre sé consciente de la
posibilidad de
una derrota
aun cuando haya sido
justa.
es
una probada temprana de muerte no
necesariamente
algo malo.
mantente lejos de iglesias, bares y
museos,
y como la araña
sé paciente
el tiempo es una carga para todos
también lo son
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
no olvides la cerveza.
la cerveza es sangre que fluye
una amante constante
consíguete una gran máquina de
escribir
y mientras caminas para arriba y
para abajo
afuera de tu ventana
dale a esa cosa
dale duro
haz como si fuera una pelea de peso
completo
mata al toro antes de que te embista
recuerda a los perros viejos
que pelearon bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky,
Hamsun.
si crees que ellos no se volvieron
locos
en sus diminutos cuartos
como tú ahora
sin mujeres
sin comida
sin esperanza
entonces no estás listo.
bebe más cerveza.
tienes tiempo. y si no tienes
no te preocupes
no hay problema.
solitario con todos
a la carne que cubre el hueso
le ponen una mente
y a veces un alma,
y las mujeres avientan
floreros contra las paredes
y los hombres beben
demasiado
y ninguno encuentra al
otro
pero se mantienen
observando
arrastrándose dentro y fuera
de la cama.
la carne cubre
al hueso pero la
carne busca algo
más que carne.
no hay otra salida:
todos estamos atrapados
por un singular
destino.
nadie encuentra
al otro.
la ciudad está llena de melancólicos
de basureros llenos
de manicomios llenos
de hospitales llenos
de cementerios llenos
nada más está lleno.
dama melancólica
ella se sienta
a tomar vino
mientras su esposo
trabaja.
ella se toma
muy en serio
que le publiquen
sus poemas
en revistas poco conocidas
ella conserva dos o
tres delgados volúmenes
de sus poemas
impresos en mimeógrafo.
ella tiene dos o
tres hijos
entre los
6 y los 15 años.
ella ya no es
la hermosa mujer
que fue.
ella regala
fotos en las que está
sentada sobre una roca
en el océano
solitario y maldito.
pude haberla tenido
alguna vez. me pregunto
si ella piensa que
pude haberla
salvado.
en ninguno de sus poemas
menciona a
su esposo.
en cambio
escribe acerca de su
jardín
nosotros sabemos que es
un jardín, como sea,
quizá ella
fornique con sus capullos de rosas
y se espine
antes de escribir
sus poemas.
¿quién demonios es Tom Jones?
llevaba dos semanas
viviendo con una
chica de 24 años que venía
de Nueva York.
fue en la época de la huelga
de basureros,
una noche mi mujer
de 34 años llegó y
dijo: «quiero ver a
mi rival», la vio
y dijo, «¡oh,
eres una pequeña monería!»
y siguieron
chillidos de gatos salvajes, gritos y
arañazos,
gemidos de animales heridos, sangre
y orines…
yo andaba borracho y en
calzones, traté de
separarlas y me caí,
me golpeé la rodilla, después
cruzaron la puerta
el patio
y salieron a la calle.
llegaron escuadrones de coches
llenos de polis, un helicóptero de la
policía
sobrevolaba en círculos.
me quedé en el baño
sonriendo de oreja a oreja
frente al espejo.
no es común que a los
55 años le ocurran a uno
cosas tan espléndidas.
era algo mejor que
las broncas en
el barrio de Watts.
la de 34 años
regresó, se había
orinado por completo
su ropa
estaba rota y le
seguían dos polis que
querían saber los motivos.
mientras me ponía los calzones
traté de explicárselos.
señales de tránsito
los viejos amigos del pueblo juegan
en el parque contemplando el mar
haciendo marcas en el cemento
con bastones de madera,
juegan cuatro, dos de cada lado
mientras 18 ó 20 se sientan
bajo el sol y miran
los observo cuando me dirijo
hacia un edificio público
mientras arreglan mi coche.
hay un viejo cañón en el parque
oxidado e inútil.
seis o siete veleros surcan
mar abajo.
termino mis deberes
salgo
y siguen jugando.
una
de
las
mujeres
está
exageradamente
maquillada
usa pestañas postizas y fuma
cigarro.
los hombres son muy delgados
muy pálidos
llevan relojes de mano que hieren
sus muñecas.
hay otra mujer muy gorda
que ríe estúpidamente
cada vez que alguien logra un punto
algunos de ellos son de mi edad.
me repugna
la forma en que esperan la muerte
con la misma pasión
que una señal de tránsito.
es el tipo de gente que cree en los
comerciales
es el tipo de gente que compra
dentaduras postizas
a crédito
es el tipo de gente que celebra los
días festivos
es el tipo de gente que tiene nietos
es el tipo de gente que vota
es el tipo de gente a quien le hacen
funerales.
Son como la muerte
el esmog
el aire hediondo
la lepra.
finalmente.
así es la mayoría de la gente.
las gaviotas son mejores
las algas marinas son mejores
la arena sucia es mejor
si pudiera dirigir ese viejo cañón
hacia ellos
y hacerlo estallar
lo haría
me repugnan.
462-0614
Recibo
muchas
llamadas
últimamente.
todas son iguales.
«¿eres Charles Bukowski,
el escritor?»
«si», les digo
y me dicen
que entienden
lo que escribo,
algunos son escritores
o quieren serlo
tienen trabajos estúpidos y
horribles
y no pueden soportar su cuarto
su departamento
las paredes
en la noche.
buscan a alguien con
quién hablar,
y creen
que puedo ayudarlos
que
poseo
las
palabras
consoladoras.
no pueden creer
que hay veces como ésta
en que me doblo en mi habitación
agarrándome las tripas
diciendo
«Jesús Jesús Jesús, ¡por favor,
no otra vez!»
no pueden creer
que la gente sin amor
las calles
la soledad
las paredes
son mías también.
y cuando cuelgo
piensan que no
les confesé mi secreto.
En realidad no escribo con
sabiduría.
por eso cuando el teléfono suena
me gustaría escuchar algunas
palabras sabias.
por eso
también
mi número
está en el directorio.
lo peor y lo mejor
en hospitales y cárceles
es lo peor
en manicomios
es lo peor
en penthouses
es lo peor
en broncas de barrios de mala
muerte
es lo peor
en recitales de poesía
en conciertos de rock
a beneficio de discapacitados
es lo peor
en funerales
en bodas
es lo peor
en desfiles
en pistas de patinaje
en orgías sexuales
es lo peor
a medianoche
a las 3 am.
a las 5:45 pm.
es lo peor
mientras caen del cielo
escuadrones de fusilamiento
eso es lo mejor
pensando en la India
mirando los puestos de palomitas
viendo que el toro embiste al torero
eso es lo mejor
los locos dentro de sus cajas
un perro viejo escarbando
cacahuates dentro de una bolsa de
celofán
eso es lo mejor
fumigar cucarachas
un par de calcetines limpios
auténticas agallas venciendo
talento natural
eso es lo mejor
frente a los escuadrones
fusilamiento
echar migajas a las gaviotas
rebanar tomates
al
de
eso es lo mejor
alfombras con quemaduras
cigarro
grietas en las aceras
meseras sensatas
eso es lo mejor
mis manos muertas
mi corazón muerto
silencio
adagio de rocas
el mundo en llamas
eso es lo mejor
para mí.
de
suerte
lo que está mal de todo
esto
es ver a la gente
tomando café y
esperar, me
gustaría
empaparlos
de suerte
la necesitan.
la necesitan
mucho más que yo.
me siento en los cafés
y los veo
esperar, supongo
que no hay mucho
qué hacer, las
moscas suben y
bajan por las ventanas
y tomamos nuestro
café y fingimos
no mirar
a los demás, yo
espero con ellos.
en medio del movimiento
de las moscas
la gente pasa.
perro
Un simple perro
caminando solo sobre una acera
caliente
en pleno verano
parece tener más poder que
diez mil dioses juntos
¿por qué?
cuando pienso en mi muerte
pienso en automóviles estacionados
en un
estacionamiento
cuando pienso en mi muerte
pienso en sartenes
cuando pienso en mi muerte
pienso que alguien te hace el amor
cuando no estoy
cuando pienso en mi muerte
tengo problemas para respirar
cuando pienso en mi muerte
pienso en toda la gente que espera
morir
cuando pienso en mi muerte
pienso que no podré tomar agua
nunca más
cuando pienso en mi muerte
el aire se vuelve completamente
blanco
las cucarachas en mi cocina
tiemblan
y pienso que alguien tendrá que tirar
mi ropa interior limpia y sucia
muy lejos.
Nochebuena, solo
Nochebuena solo,
en un cuarto de motel
costa abajo
cerca del océano Pacífico
¿lo escuchas?
han tratado de hacer este lugar muy
español,
hay tapices y lámparas,
el baño está limpio y tiene
pequeños jabones rosas.
nadie nos encontrará
aquí:
ni las barracudas ni las damas ni
los adoradores de ídolos.
de regreso a la ciudad
la gente está borracha y aterrada
se pasa los altos
parte en dos sus cabezas
en honor del cumpleaños de
Cristo, qué lindo.
pronto me terminaré este cuartito de
ron portorriqueño.
en la mañana vomitaré y
me bañaré, manejaré de
regreso, me comeré un sandwich a la
1 pm,
estaré de vuelta a mi cuarto a las 2,
me echaré en la cama,
esperando que el teléfono suene,
para no contestar,
puedo evadirme
los días festivos,
pero a mi conciencia
no la puedo engañar.
lo de siempre
es lo mismo que antes
o lo de la otra vez
o lo de la otra vez antes de ésta,
he aquí un pito
he aquí un coño
y empiezan los problemas.
a veces
pienso
que ya aprendí del asunto:
la dejaré hacer esto
y yo haré aquello,
no lo quiero todo
sólo algo de comodidad
de sexo
y un poquito de amor.
pero ahora espero otra vez
y los años pasan lentos.
tengo mi radio
las paredes de la cocina
se han puesto amarillas.
sigo echando a la basura las botellas
y esperando oír
pasos de gente
ojalá que la muerte tenga
menos de esto.
el menso ha heredado
si sufro frente a
esta máquina de escribir
imagínense cómo me sentiría
recojiendo
lechugas en Salinas
pienso en los hombres
que he conocido en
fábricas
que no tienen posibilidad
de largarse,
que se ahogan mientras viven
que se ahogan mientras ríen
viendo a Bob Hope o
a Lucille Ball mientras
2 ó 3 niños lanzan
pelotas de tenis contra
la pared.
algunos suicidios nunca son
recordados.
la pelirroja
su cabello era rojo
de verdad
se le alborotaba un mechón
y me preguntaba
«¿todavía está ahí mi culo?»
una comedia así
siempre hay una mujer
que te salva de otra
y mientras esa mujer te salva
se prepara
para destruirte.
«a veces te odio»
me decía.
salía y se sentaba
en el balcón a leer mi libro
de Catulo, y se quedaba afuera
durante una hora.
la gente iba y venía
pasaba por mi casa
y se preguntaba
de dónde habría sacado
un viejo feo como yo
una chica tan bella.
yo tampoco lo sabía.
cuando entraba la agarraba
y la sentaba en mis piernas
levantaba mi vaso y le decía,
«bebe esto».
«oh, decía, mezclaste
vino con Jean Beam, te
vas a poner pesado».
«te pintas el pelo, ¿no?»
«no sabes distinguir», me decía
y se levantaba y bajaba
pantalones
y la pantaleta
y el pelo de ahí abajo era
del mismo color
que el de arriba.
los
el mismo Catulo no podría haber
deseado
una belleza tan arquetípica y
maravillosa;
luego se volvió
tonto
porque los muchachos tiernos
no están lo suficientemente locos
como para convertirse en mujeres
como una flor bajo la lluvia
me corté a la mitad la uña del dedo
medio de la mano derecha
quedó realmente corta
entonces empecé a sobarle su sexo
mientras se sentaba en la cama
con la espalda erguida
después de bañarse
y se rociaba loción en los brazos
cara
y pechos.
luego encendió un cigarro:
«no dejes de sobarme»,
fumaba y seguía rociándose
loción.
mientras yo seguía sobándole su
sexo
«¿quieres una manzana?» pregunté.
«claro, dijo, ¿te comerás una?»
pero a quien me comí fue a ella,
comenzó a girar
se puso de lado
se estaba humedeciendo y abriendo
como una flor bajo la lluvia.
giró y se recostó boca abajo
y su hermoso culo
me miraba desde lo alto
deslicé mi mano hacia abajo
hasta capturar su sexo otra vez.
buscó alrededor y agarró mi pito,
dio vuelta, giró y me puse arriba de
ella,
mi cara se hundió en la masa
de cabello rojo que salía
de su cabeza
y mi pito hinchado entró
en ese milagro.
más tarde bromeamos sobre la
loción
el cigarro y la manzana.
luego salí y compré pollo,
camarones, papas a la francesa,
bollos,
puré de papa, aderezo,
ensalada de col, y comimos, me dijo
que se había sentido bien y yo le dije
que me había sentido bien y nos
comimos
el pollo, los camarones, las
papas a la francesa, los bollos, el
puré de papa, la salsa y
hasta la ensalada de col.
libertad
ella estaba sentada en la ventana
de la habitación 1010 del hotel
Chelsea
en Nueva York,
era la vieja habitación de Janis
Joplin.
con 40 grados de temperatura
se había metido anfetaminas
recargó una pierna sobre
el alféizar de la ventana,
se asomó y dijo
«¡Dios, esto es maravilloso!»
y se resbaló
y casi se cae por la ventana,
pero logró agarrarse.
estuvo cerca.
volvió a meterse al cuarto
caminó y se echó en la cama.
he perdido a muchas mujeres
de un montón de formas diferentes
pero ésta hubiera sido
la primera vez
de ese modo.
entonces rodó en la cama
se acostó bocarriba
y cuando fui a verla
estaba dormida.
todo el día quiso ir
a la Estatua de la Libertad.
eso
ahora ella ya no me molestará con
por lo menos un rato.
oración con mal tiempo
por Dios, no sé qué
hacer.
es tan agradable tenerlas cerca.
tienen una forma de jugar con
tus huevos
y de mirarte el pito muy
solemnemente
volteándolo
pellizcándolo
examinando cada una de sus partes
mientras sus largos cabellos caen
sobre
tu panza.
no sólo se trata de coger y mamar.
lo que les cala muy dentro y
ablanda a los hombres
es lo imprevisto
todo lo imprevisto.
esta noche llueve
y no hay nadie
por ahí andan en algún lugar
examinando cosas
en nuevas recámaras
con nuevos ánimos
o quizá en recámaras
ya conocidas.
como sea. llueve esta noche
es una infernal, torrencial
lluvia.
muy poco por hacer.
leí el periódico
pagué el gas
la luz
el teléfono.
sigue lloviendo.
ellas ablandan a los hombres
y luego los dejan nadar
en su propio jugo.
necesito una puta a la vieja usanza
en mi puerta esta noche
que cierre su paraguas verde,
mientras las gotas de lluvia
iluminadas por la luz de la luna
caen en su bolsa, diciendo,
«carajo, hombre,
¿no puedes poner mejor música
que la que se oye en tu radio?
y enciende la calefacción».
siempre que un hombre
hinchado
de amor y todo lo
demás
es cuando la lluvia
salpica
inunda y
es buena para los árboles y la
hierba y el aire,
buena para las cosas que
viven solas.
está
mí
daría lo que fuera
por tener la mano de una mujer sobre
esta noche.
ellas ablandan a los hombres
y luego los dejan
escuchando la lluvia.
melancolía
la historia de la melancolía
nos incluye a todos.
me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
me he acostumbrado tanto a la
melancolía
que
la saludo como a una vieja
amiga.
ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto
PURIFICADO
aunque no haya resuelto
nada.
esto es lo que me saco por patear
a la religión por el culo.
debí haber pateado a la pelirroja
en el culo
con todo y su cerebro, su dinero,
su mantequilla.
pero no, siento tristeza
por cualquier cosa:
la pelirroja
fue sólo un golpe más
en mi vida llena
de pérdidas.
escucho los tambores en la radio
y sonrío.
hay algo mal en mí
además de la
melancolía.
la retirada
estos tiempos me han acabado
me siento como las tropas alemanas
azotadas por la nieve
o como los comunistas
avanzando encorvados
con sus raídas botas
llenas de periódicos
mi situación es así de terrible
quizá más aún.
la victoria estuvo tan cerca
la victoria estuvo ahí.
cuando ella se paraba frente a mi
espejo
más joven y hermosa que
cualquier otra mujer que haya
conocido
y cepillaba metros y metros de su
cabello rojo
y yo la observaba…
y cuando entraba en la cama
era más hermosa que nunca
y el amor era algo realmente bueno.
once meses.
ahora se ha ido se ha ido
como lo hacen las mujeres.
este tiempo me ha acabado.
es un largo camino de regreso
¿regreso a dónde?
el tipo delante de mí
cae.
camino sobre él
¿ella también lo hizo?
me equivoqué
me estiré para alcanzar lo más alto
del clóset
saqué un par de pantaletas azules
se las enseñé y
le pregunté: «¿son tuyas?»
ella las vio y dijo,
«no, son del perro».
después de eso se fue y no la
he vuelto a ver. ya no está en su
casa.
pero yo la sigo buscando, le dejo
notas clavadas
en la puerta, regreso y las notas
siguen ahí. tomo la cruz de Malta
la quito del espejo de mi carro, la
amarro
con una agujeta a la cerradura de su
puerta,
y le dejo un libro de poemas.
cuando regreso la noche siguiente
todo
sigue ahí.
no dejo de buscar en las calles el
acorazado sangre-vino que ella
maneja
con una batería vieja y las puertas
colgando de las bisagras rotas.
manejo por las calles
a sólo una pulgada del llanto.
avergonzado de mi sentimentalismo
y supuesto amor.
he aquí un hombre viejo confundido
manejando
bajo la lluvia, preguntándose a
dónde se ha ido
su buena suerte.
chicas en pantimedias
colegialas en pantimedias
sentadas en la banca de
la parada de autobús
luciendo cansadas a los 13
con sus bilés de frambuesa.
hace calor bajo el sol
y el día en la escuela ha sido
estúpido, e ir a casa es
estúpido.
yo manejo mi carro
mirando de reojo sus ardientes
piernas.
sus miradas parecen distantes.
las han alertado contra
la cuadra de viejos libidinosos e
impíos
que no se van a alejar
así nada más.
sigue siendo estúpido
esperar minutos sobre
la banca y años en
casa, y los libros que ellas
cargan son estúpidos y la comida
que comen es estúpida,
y también los viejos libidinosos e
impíos
son estúpidos.
las chicas en pantimedias esperan,
aguardan el tiempo necesario
el momento apropiado
y entonces actuarán
y conquistarán.
manejo mi carro
admirando sus piernas
complacido porque nunca
formaré parte
de sus cielos
e infiernos.
¡pero ese bilé
carmesí sobre esas tristes
y ávidas bocas!
sería agradable
besar en serio a cada una de ellas
al menos una vez,
y después darles la espalda.
pero el camión
llegará antes.
un poema poco amable
no dejan de escribir
de vomitar poemas.
muchachos, profesores y
esposas que toman vino toda la tarde
mientras sus maridos trabajan,
no dejan de escribir
con los mismos nombres
en las mismas revistas
escribiendo cada vez peor,
publicando una serie poética
y vomitando más poemas
como si fuera un concurso
de hecho es un concurso
cuyo premio es invisible.
no escriben cuentos, artículos
o novelas
se reducen
a vomitar poemas
cada uno sonando más y más
parecido a los demás
y menos como ellos mismos,
algunos muchachos se hartan y
desisten
no así los profesores
y las esposas que toman vino en las
tardes
jamás desistirán
luego llegan nuevos muchachos con
nuevas revistas
y
se
establece
alguna
correspondencia
entre mujeres y hombres poetas
no falta algo de sexo
y todo es exagerado y estúpido.
cuando les rechazan los poemas
los reescriben
y los envían a otras revistas
dispuestos a hacer lista de espera,
y dan lecturas
todas las lecturas que pueden
gratuitas la mayoría de las veces
esperando que alguien finalmente los
conozca
finalmente les aplauda
finalmente los felicite y les
reconozca su
talento
todos ellos están seguros de su
genialidad
dudan muy poco al respecto
la mayoría de ellos son de North
Beach
o Nueva York
sus caras son como sus poemas:
muy parecidos,
se conocen bien entre ellos
se reúnen, se odian, se admiran, se
discriminan, se desprecian
pero nunca dejan de vomitar y
vomitar poemas
poemas
poemas
el concurso de los estúpidos:
tap tap tap, tap tap, tap tap tap, tap
tap…
la chica en la banca de la parada
de camión
la vi cuando iba en el carril
izquierdo
hacia el este sobre Sunset Boulevard
estaba sentada
con las piernas cruzadas
leyendo un libro de bolsillo.
era italiana, hindú o
griega.
estaba parado frente a un semáforo
en rojo
esperando que el viento
levantara su falda,
directamente frente a ella
mirando
sus inmaculadas y perfectas piernas
como nunca había visto unas.
soy esencialmente tímido
pero miraba y miraba
hasta que la persona del carro de
atrás
me tocó el claxon.
nunca me había sucedido
algo así antes.
comencé a dar vueltas a la manzana
me estacioné en el supermercado
me dirigí directamente hacia ella
cargando mis oscuras sombras
mirándola
como un niño que se excita
por primera vez.
recuerdo sus zapatos
su vestido
sus medias
algunos carros pasaron y me
bloquearon la
vista.
pero luego la volví a ver.
el viento levantó su falda
arriba de sus muslos.
empecé a frotarme
justo antes de que su autobús llegara
me vine.
olí mi esperma
mi calzón y pantalón
estaban mojados.
era un feo camión blanco
el que se la llevó.
regresé al estacionamiento
pensando que era un mirón
enloquecido
pero al menos nadie descubrió
lo que hice.
soy como cualquier otro mirón
enloquecido
pero ¿por qué hacer esas cosas?
¿por qué?
¿por qué dejar que el viento actúe de
ese modo?
cuando llegué a casa
me desvestí y me bañé
salí del baño
con una toalla
puse las noticias
quité las noticias
y
escribí este poema.
el amor es un perro infernal
pies de queso
alma de cafetera
manos que odian los tacos de billar
ojos como clips
prefiero el vino tinto
estoy aburrido de viajar en avión
no hago nada cuando tiembla
me duermo en los funerales
vomito en los desfiles
soy un imprudente en el ajedrez
y con el sexo de la mujer y otros
cuidados
huelo orines en las iglesias
ya no puedo leer
ya no puedo dormir
ojos como clips
mis ojos verdes
prefiero el vino blanco
mi caja de condones
se está echando a perder
saco los
Trojan-Enz
lubricados
para una mejor sensibilidad
y me pongo tres
las paredes de mi recámara son
azules
¿dónde estás Linda?
¿dónde estás Katherine?
(y Nina se fue a Inglaterra)
tengo cortauñas
y limpiador de vidrio Windex
ojos verdes
recámara azul
sol brillante ametrallándome
todo esto es como una foca
atrapada en rocas aceitosas
y rodeada por la Banda de Marcha
de Long Beach
a las 3.36 pm.
escucho un tic tac detrás de mí
pero no hay reloj
siento algo que se arrastra
en el lado izquierdo de mi nariz:
son las memorias de mis viajes en
avión
mi madre tiene dientes postizos
mi padre tiene dientes postizos
y cada sábado de sus vidas
quitaban las alfombras de la casa
enceraban la duela
y la cubrían nuevamente con las
alfombras
Nina está en Inglaterra
Irene en ATD
tomo mis ojos verdes
y me recuesto en mi recámara azul.
si enseñaras a escribir con
creatividad, ¿qué les dirías?
les diría que tuvieran una aventura
amorosa infeliz,
hemorroides, mala dentadura
que bebieran vino barato,
que evitaran la ópera, el golf y el
ajedrez,
que no dejaran de cambiar la
cabecera de su
cama de una pared a otra
y luego les diría que tuvieran
otro amor infeliz
y que nunca usaran cinta de seda
para
su máquina de escribir,
que evitaran los días de campo
familiares
o ser fotografiados en un jardín
de rosas;
que leyeran a Hemingway sólo de
vez en cuando,
que prescindieran de Faulkner
que ignoraran a Gogol
que vieran fotos de Gertrude Stein
y que leyeran a Sherwood Anderson
en la cama
comiendo galletas Ritz,
que se dieran cuenta que la gente
que habla de liberación sexual
tiene más miedo que ellos.
que escucharan a E. Power Biggs
tocar el
órgano en su radio
fumándose un Bull Durham en la
oscuridad
de una extraña ciudad
debiendo un día de renta
después de haber tenido que dejar
amigos, parientes y trabajo.
que
nunca
se
consideraran
superiores y/
o justos
que nunca trataran de serlo.
que tuvieran otro amor infeliz.
que miraran pasar los aviones detrás
de una
cortina veraniega.
que nunca trataran de triunfar.
que no jugaran billar.
que se enojaran al ver
una llanta ponchada en sus coches.
que tomaran vitaminas pero que no
hicieran pesas
ni trotaran.
después de todo esto
que hicieran lo contrario.
que tuvieran un amor feliz.
y que lo que hay que aprender
es que nadie sabe nada
ni el Estado, ni los ratones,
ni la manguera del jardín, ni la
estrella polar.
y si alguna vez me descubres
enseñando cómo escribir
con
creatividad
y lees esto
regrésamelo
te calificaré merecidamente con MB
y te daré por el culo.
mis amigos
éste da clases
ése vive con su madre.
y a aquél lo mantiene su padre
alcohólico
con cara enrojecida y cerebro de
mosquito.
éste se mete anfetaminas y ha sido
mantenido por
la misma mujer durante 14 años.
ése escribe una novela cada diez
días
y al menos paga la renta.
éste va de un lugar a otro
durmiendo en sofás, bebiendo y
parloteando.
éste imprime sus libros en una
fotocopiadora.
ése vive en el baño
de un hotel abandonado en
Hollywood.
éste ha aprendido a conseguir una
beca tras otra,
su vida es un constante llenar formas
éste es simplemente rico y vive en
los mejores
lugares y toca en las mejores
puertas.
ése ha desayunado con William
Carlos
Williams.
y éste enseña
y ése enseña
y éste sabe cómo hacer sus textos
y habla con una cruel y dominante
voz.
los hay en todos lados,
todos son escritores.
y casi cada escritor es un poeta.
poetas poetas poetas poetas poetas
poetas
poetas poetas poetas poetas poetas
poetas
la próxima vez que suene el teléfono
será un poeta.
la próxima persona en la puerta
será un poeta.
éste enseña
y ése vive con su madre
y éste escribe la vida de
Ezra Pound.
oh, hermanos, somos
asqueroso y lo
más bajo de la creación.
lo
más
alma
oh, ¡cómo se preocupan
por mi alma!
recibo cartas
llamadas de teléfono…
«¿estás mejor?»
preguntan.
«estaré bien», les digo.
«he visto a tantos que se acaban…»
me dicen
«no se preocupen por mí», respondo.
sin embargo me ponen nervioso,
me doy un baño
termino y exprimo un barro de mi
nariz.
entro a la cocina y me preparo
un sandwich de jamón y salami.
antes no podía vivir sin dulces,
ahora he comprado mostaza alemana
para mi sandwich, debo cuidarme
por eso.
el teléfono no deja de sonar
y las cartas de llegar.
si vives en un closet con ratas
y comes pan seco
te admirarán
y te creerán
un genio
o si estás en el manicomio o
en el cuarto para borrachos
te dirán que eres un genio.
o si te emborrachas y gritas
obscenidades y
vomitas tus intestinos
en el piso
eres un genio.
pero paga un mes por adelantado de
renta
ponte un par de calcetines nuevos
ve al dentista
hazle el amor a una saludable y
limpia chica
en lugar de a una puta
y habrás perdido tu
alma.
no
estoy
lo
interesado en hablar
sobre
sus almas.
supongo
que debería.
suficientemente
un cambio de hábito
Shirley llegó a la ciudad con una
pierna rota
y conoció a un chicano que fumaba
largos y delgados cigarros
consiguieron un departamento
en un quinto piso
de la calle Beacon;
la pierna no le molestaba
demasiado y
veían la televisión juntos
y Shirley cocinaba
con muletas y todo;
tenían un gato, Bogey,
y algunos amigos
hablaban sobre deportes, sobre
Richard Nixon
y sobre cómo demonios cojer.
funcionaron algunos meses,
luego Shirley se quitó el yeso
y Manuel, el chicano,
consiguió trabajo en el Biltmore,
Shirley cosió los botones de las
camisas de Manuel y remendó sus
calcetines, pero
un día Manuel regresó a casa y
ella no estaba
se había ido
sin pleitos, ni avisos, sólo se
llevó toda su ropa
todas sus cosas,
Manuel se sentó en la ventana, miró
hacia fuera
y al otro día no fue a trabajar
ni al día siguiente
ni al otro
ni otros después,
tampoco llamó por teléfono y
perdió el trabajo, lo multaron
por estacionarse mal, se fumó
cuatrocientos sesenta cigarros,
lo apresaron por borracho, salió
bajo fianza, fue
a la corte y negó
toda responsabilidad.
cuando se acabó la renta
se cambió de la calle Beacon,
dejó al gato y se fue a vivir con su
hermano
se emborrachaban
todas las noches
y hablaban de lo
terrible
que era la vida.
Manuel nunca volvió a fumar
largos y delgados cigarros
porque Shirley siempre le dijo
lo guapo que se veía
cuando lo hacía.
sexo
manejaba hacia la avenida Wilton
cuando una chica de unos 15 años
con unos pantalones de mezclilla
ajustados
que la apretaban como si fueran dos
manos
se plantó justo frente a mi coche
me detuve para que pasara
y mientras observaba sus gracias
contonear
me miró fijamente a través del
parabrisas
con sus ojos azules
y de su boca
expelió
la bomba de chicle
más grande
que he visto en mi vida.
luego
mientras escuchaba a Beethoven
en el radio del coche
la vi entrar a una pequeña
tienda de abarrotes
después se fue
y yo me quedé
solo
con Beethoven.
las muchachas
en un lugar al norte de California
se subió al pódium
y leyó durante un rato
poemas sobre
la naturaleza y la bondad
humanas.
él sabía que todo estaba
bien, no podías culparlo:
era profesor y nunca
estuvo en la cárcel o en una casa de
putas
ni se le descompuso el coche
en un congestionamiento;
ni necesitó de más de
tres tragos durante su tarde más
desenfrenada;
nunca lo azotaron, revolcaron,
asaltaron
nunca lo mordió un perro
Gary Snyder le envió lindas cartas
su rostro era amable
sin cicatrices
y delicado.
su esposa nunca lo traicionó, ni tuvo
su suerte.
dijo, «voy a leer
tres poemas más, luego me
bajaré y cederé la palabra a
Bukowski».
«oh, no, William», dijeron todas las
muchachas, vestidas de rosa, azul
blanco y anaranjado
«¡oh, no, William,
lee más poemas, lee más
poemas!»
leyó un poema más y luego dijo:
«éste será el último poema que
leeré».
«oh, no, William», dijeron todas las
muchachas con traslúcidos vestidos
rojos y verdes
«oh, no, William,» dijeron todas las
muchachas con ajustados pantalones
de mezclilla
con corazoncitos bordados,
«oh, no, William,» dijeron todas
las muchachas, «¡lee más poemas,
lee más poemas!»
pero cumplió su palabra.
leyó un poema, bajó del pódium y
desapareció.
mientras yo me levantaba para ir al
pódium
las muchachas se levantaron
de sus asientos, algunas chiflaron y
otras me dijeron cosas
que algún día mencionaré.
dos o tres semanas después
recibí una carta de William
diciendo que disfrutó mi lectura.
era un verdadero caballero. estaba
en la cama,
en calzones
con una cruda de tres días.
perdí el sobre
pero tomé la carta e hice con ella
un avión de papel como los que
hacía en las clases de gramática,
voló por la habitación
hasta caer en medio de una
hoja para apostar en el hipódromo
y un par de calzones manchados de
caca.
no nos volvimos a escribir.
un día de campo
de lo que me acuerdo
es que estuve enredado con Jane
durante siete años
era una borracha
y yo la amaba
mis padres la odiaban
yo odiaba a mis padres éramos un
lindo
cuarteto
un día fuimos de día de campo
juntos
a la cima de las colinas
jugamos cartas, tomamos cerveza y
comimos ensalada de papa
al menos la trataron como si fuera
una persona
todos reían
yo no.
más tarde en mi casa
tomando whiskey
le dije,
que mis padres
no me gustaban
pero que estaba bien
que la trataran bien.
eres un estúpido, dijo,
¿no te diste cuenta?
¿de qué?
de que no dejaban de mirar mi panza
cervecera,
creyeron que estaba embarazada,
oh, dije, mira nuestro hermoso
niño.
sí, es muy hermoso,
dijo
y nos pusimos a beber.
las chicas del hotel verde
son más hermosas que
las estrellas de cine
holgazanean en el
césped
y toman baños de sol
una de ellas se sienta con un vestido
corto y zapatos de tacón,
cruza las piernas
y muestra sus milagrosos
muslos.
tiene una pañoleta
sobre la cabeza
y fuma un
largo cigarro.
el tráfico es lento
casi no se mueve.
las chicas ignoran
el tráfico.
están medio
dormidas por la tarde
son putas
son putas sin
alma
y son mágicas
porque se pelean
por cualquier cosa.
me subo a mi carro
esperando que pase
el tráfico,
manejo por la calle
hacia el hotel verde
buscando a mi favorita:
ahí está
tomando un baño de sol sobre el
césped cerca de la banqueta.
«hola», digo.
gira sus ojos
hacia mí como
imitando a los diamantes.
su rostro es
inexpresivo.
le aviento mi último
libro de poemas
por la ventanilla
del carro.
cae cerca de ella.
disminuyo la
velocidad,
dejo de manejar.
esta noche
habrá algunas
sonrisas.
una buena llamada
recibo demasiadas
llamadas telefónicas.
buscan al especimen.
no deberían.
nunca llamé a
Knut Hamsun
o a Ernie
o a Celine.
nunca llamé
a Salinger
ni a Neruda.
esta noche
alguien me llamó:
«hola, ¿eres
Charles Bukowski?».
«sí»
«oye, tengo
una casa».
«¿sí?»
«un burdel»
«entiendo»
«he leído tus
libros, tengo un barco
en Sausalito».
«me alegro»
«te doy
mi número.
y cuando vengas a San Francisco
te invito una copa»
«ok. dame el
número».
Lo anoté.
«la casa es de categoría
van abogados, senadores
gente de clase alta, rufianes
padrotes, gente así».
«te llamaré cuando
vaya por ahí».
«muchas chicas
leen tus libros, ellas
te aman».
«¿sí?»
«sí»
nos despedimos.
me gustó esa
llamada.
cerveza
no sé cuántas botellas de cerveza
he consumido esperando que las
cosas
mejoren.
no sé cuánto vino y whiskey
y cerveza
especialmente cerveza
he consumido después
de romper con una mujer,
esperando que suene el teléfono
esperando el sonido de sus pasos,
y el teléfono nunca suena
cuando uno quiere
y sus pasos nunca llegan
sino mucho más tarde.
cuando mi estómago se me sale
por la boca
ellas llegan como frescas flores de
primavera
«¿qué demonios te hiciste?
¡pasarán tres días antes de que
puedas cojerme!»
la mujer es perenne
vive siete años y medio más
que el hombre, y toma muy poca
cerveza
porque sabe que es mala para la
figura.
mientras nosotros enloquecemos
ellas andan por ahí
bailando y sonriendo
con tipos calientes.
lo bueno es que hay cerveza
bolsas y bolsas de botellas vacías
y cuando levantas una
las botellas caen a través del fondo
mojado
de las bolsas de papel
rodando
tintineando
derramando ceniza gris húmeda
y restos de cerveza
o las bolsas caen a las 4 am.
de la mañana
produciendo el único sonido de la
vida
cerveza
ríos y mares de cerveza
cerveza cerveza cerveza
por el radio se escuchan canciones
de amor
el teléfono permanece en silencio
las paredes están fijas
como siempre
y cerveza es todo lo que hay.
mi viejo
durante la depresión
llegué a casa borracho
y toda mi ropa,
calzones, camisas, calcetines,
mi maleta y algunas hojas
donde había escrito cuentos
estaban tirados
en el pasto y la calle.
mi madre me
esperaba detrás de un árbol:
«Henry, Henry, no
entres… te
matará… ha leído
tus relatos…»
«le puedo azotar el
culo…»
«Henry, por favor, ten
esto… y
alquila un cuarto».
pero a mi padre
le preocupaba
que no acabara
la preparatoria
y regresé.
una tarde llegó
con una hoja de
uno de mis cuentos
(que yo nunca le di)
y me dijo: «éste es
un gran cuento»
dije: «ok»
me lo entregó
y lo leí
era un cuento sobre
un hombre rico
que se había peleado con
su esposa y se había
ido en la noche
a tomar una taza de café
y había observado
a la mesera y a las cucharas
y los tenedores y los
saleros y la pimienta
y el anuncio de neón
de la ventana
y luego fue a su establo
para ver y tocar a su
caballo favorito
que le pegó
una coz en la cabeza
y lo mató.
de algún modo
la historia
significaba algo para él
aunque
cuando la escribí
yo no tenía idea
sobre qué
estaba escribiendo.
así que le dije
«ok. viejo puedes
quedártela».
la tomó
y salió
y cerró la puerta.
creo que nunca nos
acercamos tanto uno a otro
como esa vez.
Nota del traductor
Los poemas que aparecen en este libro
fueron seleccionados del libro El amor
es un perro infernal, que reúne material
poético que Bukowski escribiera entre
1974 y 1977. La presente edición
pretende dar a conocer una muestra
altamente representativa de la poesía del
escritor norteamericano, leído en
español más por sus cuentos y novelas
que por su extensa y significativa obra
poética, descalificada por los esquisitos
de toda laya y disfrutada por los amantes
de un tipo de poesía que lejos de anhelar
la perfección formal se nutre del
corazón de la vida, así, sin falsos
decorados ni oropeles artificiales, de
una poesía que emerge del ser humano
de carne y hueso, incapaz de regatearle
al lenguaje escrito nada que se separe de
su existencia real y concreta, único
espacio descarnado donde transcurre el
drama humano… y Bukowski es un
descarnado.