2017: Preludio de un ciclo electoral determinante
Olivier Dabène, Erica Guevara, Frédéric Louault
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Olivier Dabène, Erica Guevara, Frédéric Louault. 2017: Preludio de un ciclo electoral determinante. Les Études du CERI, 2018, 233-234, pp.63 - 80. 10.25647/etudesduceri.233-234.10.esp.
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2017: Preludio de un ciclo electoral determinante
Olivier Dabène, Erica Guevara y Frédéric Louault
El intenso calendario electoral de los años 2018 y 20191, hizo parecer 2017 una apertura
de telón. Solo tres elecciones presidenciales tuvieron lugar (Ecuador, Chile, Honduras), donde
una de ellas (Chile) se tradujo, sin embargo, por una alternancia importante que viene a
confirmar el viraje conservador de América del Sur. En Ecuador, Lenín Moreno, por mucho
tiempo vicepresidente del país, consiguió ganar las elecciones con apretada ventaja, lo cual
no anuncia necesariamente la continuidad de la revolución ciudadana de Correa2. En Honduras
también la continuidad prevaleció, con la reelección bien controvertida de Hernández.
Otras elecciones tuvieron lugar en el continente. Cuatro Estados de México celebraron
elecciones (gobernador del Estado de México, gobernadores, diputados y alcaldes en los
Estados de Nayarit y Coahuila, y elecciones de alcaldes en Veracruz). El Partido Revolucionario
Institucional (PRI) perdió en Nayarit y conservó por muy poco Coahuila3 y el Estado de
México, este último su bastión hace ochenta y siete años. Paralelamente, la Argentina renovó
la mitad de su Cámara de Diputados (ciento veintisiete escaños) y un tercio del Senado
(veinticuatro escaños), otorgando una gran victoria al presidente Macri. Por su parte, Bolivia
designó los titulares de cuatro órganos del poder judicial4 entre una lista de noventa y seis
candidaturas preseleccionadas por la Asamblea Legislativa en el transcurso de una sesión
agitada el 31 de agosto. La oposición protestó ante esta elección y llamó a los electores a
anular sus votos el 3 de diciembre. En un contexto tenso marcado por el anuncio de la Corte
Suprema autorizando a Evo Morales a presentarse a las elecciones de 2019, el voto nulo
sobrepasó el 50% en las cuatro elecciones. Finalmente, Nicaragua designó los alcaldes y
consejeros municipales de sus ciento cincuenta y tres comunas, dándole una victoria rotunda
al partido del presidente Daniel Ortega.
Más allá de las enseñanzas que se pueden obtener de estas diversas elecciones, el año 2017
estuvo marcado por las citas electorales que puntuaron el desarrollo de la crisis venezolana.
Después del reporte de elecciones regionales y la anulación del referéndum revocatorio en
2016, los venezolanos fueron llamados a las urnas cuatro veces este año: la primera vez de
manera irregular con la finalidad de denunciar la organización de una elección para una
Asamblea Constituyente5; la segunda para elegir los quinientos cuarenta y cinco miembros
de esta Asamblea; la tercera para escoger los gobernadores de veintitrés Estados; y la cuarta
para designar los trescientos treinta y cinco alcaldes de las comunas del país. Las elecciones
regionales concluyeron con una larga victoria de la facción chavista, al término de una
1
Elecciones presidenciales previstas en 2018 en Costa Rica, Cuba, Colombia, Paraguay, México, Brasil y
Venezuela, y en 2019 en Bolivia, Argentina, Guatemala, El Salvador, Panamá y Uruguay.
2
Remitirse al análisis de Marie-Esther Lacuisse en este volumen.
3
Múltiples irregularidades retardaron el anuncio oficial de los resultados.
4
Consejo de la Magistratura, Tribunal Agro-medioambiental, Tribunal Constitucional Plurinacional, Tribunal
Supremo de Justicia.
5
Referéndum organizado por la Asamblea Nacional donde la oposición es mayoría.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
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campaña electoral marcada por múltiples maniobras destinadas a evitar por todos los medios
la victoria de la oposición6. En reacción, la oposición boicoteó las elecciones municipales.
Cuadro 1
Elecciones en 2017
Fecha
País
Tipo de elección
Vencedor y partido**
Tendencia
Lenín Moreno (AP)
Izquierda
ra
19 de febrero
Ecuador*
Presidencial 1 Vuelta,
legislativas y referéndum
2 de abril
Ecuador
Presidencial 2da vuelta
Lenín Moreno (AP)
Izquierda
México: del Mazo (PRI)
Nayarit: Echevarría (PAN)
Coahuila: Riquelme (PRI)
Centro y
derecha
4 de junio
México
Estados (4)
16 de julio
Venezuela
Referéndum***
Oposición
30 de julio
Venezuela
Asamblea Constituyente****
GPPSB (545/545)
Izquierda
15 de octubre
Venezuela
Regionales****
GPPSB (18/23)
Izquierda
22 de octubre
Argentina
Legislativas
Cambiemos
Derecha
5 de noviembre
Nicaragua
Municipales
FSLN (135/153)
Izquierda
Generales
Sebastián Piñera
(Chile Vamos)
Derecha
Juan Orlando Hernández (PN)
Derecha
19 de noviembre
Chile
26 de noviembre
Honduras*
Generales****
3 de diciembre
Bolivia
Instituciones judiciarias
10 de diciembre
Venezuela
Municipales
GPPSB (306/335)
Izquierda
17 de diciembre
Chile
Presidenciales 2da vuelta
Sebastián Piñera (Chile Vamos)
Derecha
Izquierda
*País donde el OPALC desplegó observadores en el marco de su cooperación con la Organización de Estados Americanos (OEA).
**Partidos: Alianza País (AP, Ecuador); Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB, Venezuela); Partido Revolucionario Institucional
(PRI, México); Partido de Acción Nacional (PAN, México); Cambiemos (Coalición que apoyó al Presidente Macri, compuesta por
Unión Cívica Radical [UCR], Proposición Radical [PR], y la Coalición Cívica [CC], Argentina); Frente Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN, Nicaragua); Partido Nacional (PN, Honduras); Chile Vamos (Alianza entre la Unión Democrática Independiente [UDI],
Renovación Nacional [RN], el Partido Regionalista Independiente [PRI], y Evolución Política [Evópoli], Chile).
*** Referéndum no oficial
**** Resultados rebatidos por la oposición
Las ediciones del 2015 y el 2016 de América Latina - El año político7 concluyeron que las
alternancias no deben ser sobreinterpretadas en términos de transición izquierda/derecha.
El desgaste “natural” de los gobiernos de izquierda en el poder desde hace una década o
más, unido a la mala coyuntura económica, explica de manera suficiente las derrotas
electorales, sin que ello implique un nuevo alineamiento decisivo de las preferencias de los
electores hacia la derecha. En Chile, Sebastián Piñera aseguró una victoria más hacia la
derecha en 2017, pero conviene de nuevo ser prudentes. La débil participación electoral
ofrece más influencia al voto de rechazo del que ya fueron víctimas Michelle Bachelet (en
2009 y 2017) y Piñera (en 2013). La impopularidad de la clase política es tal en Chile, que
el país parece condenar a las alternancias políticas cada cuatro años.
6
Remitirse al análisis de Javier Corrales en este volumen.
Opalc, América Latina - El año político / Les Etudes du CERI n° 217-218 (www.sciencespo.fr/ceri/sites/sciencespo.
fr.ceri/files/Etude_217-218.pdf) y n° 226-227 (www.sciencespo.fr/ceri/sites/sciencespo.fr.ceri/files/Etude_226-227.
pdf).
7
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
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Figura 1
Alternancias y continuidades en las elecciones presidenciales, 2011-2017
Alternancias
Continuidades
a la izquierda
al centro
al centro derecha
a la derecha
© FNSP. Sciences-Po - Atelier de cartographie, 2017
México ()
La pertinencia de las categorías
usadas y su aplicación a los
distintos países son obviamente
objetos de debates.
Costa Rica ()
Honduras ()
Haití ()
Guatemala ()
Rép. dominicana ()
El Salvador ()
Nicaragua ()
Panamá ()
Venezuela ()
Colombia ()
Ecuador ()
Perú
()
Brasil* ()
Bolivia ()
Paraguay** ()
Chile
()
Argentina ()
Uruguay
()
* Alternancia consecutiva a la destitución de D. Rousseff.
Ninguna elección tuvo lugar en Brasil.
** Alternancia con respecto al presidente F. Lugo, destituido en .
Fuente : compilación de los autores.
¿En qué contexto se desarrollaron estas elecciones? ¿Cómo explicar estos resultados? ¿Y
qué perspectivas generales se desprenden? Este capítulo responde a estas preguntas y propone
centrarse en Ecuador, analizando la geografía y sociología del voto.
ElEmEntos dE contExto
Un contexto económico menos desfavorable8
Con un crecimiento estimado de 1,2% contra el 0,9% en 20169, la coyuntura económica
y social de América Latina en 2017 mejoró, pero el ritmo y amplitud de la reanudación no
permite disipar totalmente los temores de las clases medias. En los países que celebraron
elecciones, la coyuntura es muy variable, siendo mucho más favorable en América Central
(Nicaragua y Honduras), menos en Argentina, Chile y México. Venezuela por su parte, continúa
debatiéndose ante una crisis de una amplitud sin precedentes, un crecimiento negativo (-7,2%)
y una inflación estimada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en más de 650%.
Los países donde el crecimiento está fuertemente correlacionado con la demanda exterior
mostraron signos de debilidad. Por ejemplo, en Ecuador la bajada del precio del petróleo
8
Esta parte retoma y actualiza los análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL): Estudio económico de América latina y el Caribe 2017 (www.cepal.org/es/ publicaciones/42001estudio-economico-america-latina-caribe-2017-la-dinamica-ciclo-economico-actual).
9
Estimación del FMI en octubre de 2017.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
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provocó una caída de ingresos fiscales en 2016. El país debió recurrir a préstamos, acentuando
su endeudamiento respecto a China en particular. No obstante, el crecimiento cobró impulso
a principios del 2017, en parte gracias al consumo doméstico. México también vivió un
crecimiento mas lento. Las incertidumbres ligadas a las medidas proteccionistas anunciadas
por Donald Trump son una limitante adicional. Chile, por su parte, fue castigado por el
precio del cobre que descendió por debajo de los niveles de 2015. La contracción de ingresos
fiscales supuso un aumento del déficit público.
En Argentina, la reanudación del crecimiento económico prometida por Macri ha tardado
en sentirse, pero este se aceleró con la proximidad de las elecciones. Luego de una contracción
de 2,2% en 2016, el crecimiento rebasó el 4,5% en el tercer trimestre de 2017, gracias a un
alza de la inversión pública. La recuperación se ve también favorecida por el mejoramiento
de la situación económica de su vecino brasileño. Los consumidores más modestos fueron
penalizados por una inflación que alcanzó el 41% en 2016. Esta disminuyó sustancialmente
en 2017.
Finalmente, Honduras y Nicaragua se beneficiaron de la disminución de sus facturas
petroleras. En estos dos países, la demanda interna alimenta un crecimiento sólido.
Cuadro 2
Indicadores económicos
País
Crecimiento*
Inflación**
Términos de intercambio***
Ecuador
0,7 % (+2,2)
1,1 % (+0,1)
81,6 (-2,2)
México
2,2 % (-0,1)
6,2 % (+2,8)
89 (-4,3)
Venezuela
-8 % (+1,7)
650 % (+400)
52,3 (-11)
Argentina
2,4 % (+4,6)
24 % (-18,4)
107,3 (+6,5)
Nicaragua
4,5 % (-0,2)
3,1 % (=)
115,4 (+1,7)
Chile
1,5 % (-0,1)
2,6 % (-0,1)
87,9 (+1,9)
Honduras
3,7 % (-0,1)
4,1 % (+1,1)
87,3 (+0,1)
*Previsiones de crecimiento para el 2017. Entre paréntesis figura la variación con respecto al 2016.
**Variación anual de precios en mayo de 2017. Entre paréntesis figura la variación con respecto a diciembre de 2016.
*** Cifras provisionales correspondientes a 2016. Índice 100 en 2010. Entre paréntesis figura la variación con respecto al 2015.
Fuente: CEPAL, Estudio económico de América latina y el Caribe 2017. Cifras de la inflación de Venezuela: FMI, World
Economic Outlook 2017.
Movilizaciones sociales sostenidas
La conflictividad social no disminuyó en 2017 en América Latina. Varias tendencias que
alimentan los movimientos sociales continúan convergiendo: debilidad de la crecimiento
económica, aumento de casos de corrupción a gran escala, proyectos de infraestructura
potencialmente peligrosos para el medio ambiente y las condiciones de vida de los pueblos
indígenas e ineptitud de algunos gobiernos.
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El caso de Guatemala que en América Latina - El año político 2016 se calificaba de
emblemático, retiene todavía la atención en 201710. El presidente Jimmy Morales intentó
expulsar al jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG),
situación que provocó numerosas protestas. El Paraguay, otro de los países tradicionalmente
clasificado entre las democracias de mediocre calidad, ofreció una lección de vigilancia
ciudadana. La tentativa de reforma de la Constitución que aspiraba autorizar la reelección del
presidente, ocasionó manifestaciones masivas en el país. Finalmente, la reforma fue abandonada.
En los países andinos, los proyectos mineros suscitan preocupaciones legítimas. En Colombia,
un estudio mostró que el 63% de la población estima que las actividades mineras son buenas
para el país. En las zonas mineras, sin embargo, solo el 36% de los habitantes tienen una
opinión positiva de las empresas que operan en sus regiones11. No es para nada llamativo
entonces que las consultas a escala local se traduzcan en un rechazo masivo de los proyectos
mineros. En 2017, numerosas comunas organizaron referéndums: el 26 de febrero el 97,3%
de los habitantes de Cabrera (Cundinamarca) rechazaron las actividades mineras, el mismo
resultado fue registrado el 26 de marzo en Cajamarca (Tolima) y el 4 de junio en Cumaral
(Meta), con un 97,9% y 96,9% respectivamente. Animados por una sentencia de la Corte
Constitucional (SU 133, 2017) que reconoce la autonomía de las comunas y su libertad de
decidir si desean o no el desarrollo de actividades mineras en sus territorios mediante consultas
populares12, alrededor de cuarenta comunas contemplan la organización de consultas análogas.
En los otros países mineros de América del Sur y en México, tales consultas son menos
probables y los conflictos se multiplican y recrudecen. En el Perú, los conflictos “sociomedioambientales” provocados por las actividades mineras representaron el 72,5% del
conjunto de conflictos sociales en 2017. Aunque el número de conflictos disminuyó en el
primer semestre de 201713. En el sector minero aumentan también los conflictos sociales
“clásicos” que versan sobre las reivindicaciones de las condiciones de trabajo y salariales. En
Chile, los trabajadores de la mina Escondida (20% de la producción nacional de cobre)
estuvieron en huelga del 9 de febrero al 23 de marzo de 2017.
Ligadas o no a los proyectos mineros, las infraestructuras suscitan también una oposición
en ocasiones violenta. En Bolivia, el proyecto de construcción de una ruta que atraviese el
Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS) había ocasionado en 2011
una marcha de poblaciones indígenas hasta la capital, exigiendo a Evo Morales la votación
de una ley que consagre la inviolabilidad de este territorio. Las condiciones de organización
de estas elecciones fueron fuertemente criticadas por numerosas organizaciones en defensa
de los pueblos indígenas14. Haciendo caso omiso, Morales relanzó el proyecto en 2017 e
hizo votar una ley anulando el carácter inviolable del parque, suscitando nuevamente la
cólera de los defensores del territorio.
10
Remitirse al análisis de Nordin Lazreg en este volumen.
Asociación Colombiana de Minería, “Brújula Minera 2017”.
12
Decisión disponible en línea: www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2017/su133-17.htm.
13
Defensoría del Pueblo: www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2017/Reporte-Mensualde-Conflictos-Sociales-N-162---Agosto-2017.pdf.
14
Leer por ejemplo el análisis de Gonzalo Colque publicado en el sitio de la Fundación Tierra (15 de
septiembre de 2017): www.ftierra.org/index.php/opinion-y-analisis/780-tipnis-bajo-asedio.
11
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
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En Colombia, la política de lucha contra el narcotráfico engendra deslices y violencia,
como la del 6 de octubre en la municipalidad de Tumaco en la costa del Pacífico, con un
saldo de siete muertos, o el 27 de noviembre en Nariño (trece muertos asumidos por la
Ejercito de Liberación Nacional). Las zonas de cultivo de la hoja de coca aumentaron en
más de 50% en 2017, provocando una nueva guerra contra los traficantes.
En Chile, la lucha interminable de los pueblos Mapuches provocó nuevamente en 2017
actos violentos. Las demandas de restitución de tierras ancestrales y de reconocimiento de
los usos y costumbres no están siendo consideradas. Y, a los actos violentos (camiones
incendiados), el Estado chileno respondió con una ley antiterrorista. El conflicto continuó
desesperadamente estancado.
Por último, el año 2017 estuvo además marcado por la “primavera venezolana”15. Las
manifestaciones contra la deriva autoritaria del régimen fueron violentamente reprimidas.
La lenta recuperación de los precios de las materias primas no fue suficiente para calmar
los movimientos sociales. América Latina continúa privilegiando el modelo extractivo de
desarrollo, poco respetuoso del medio ambiente y de los derechos humanos.
Apoyo electoral variable
En los países que tuvieron elecciones en 2017, la popularidad de los presidentes fue muy
variable. En América Central, los presidentes de Nicaragua y Honduras se beneficiaron de
apoyos elevados, lo que les permitió a ambos ser reelegidos, Daniel Ortega en 2016 y
Juan Orlando Hernández en 2017 (cabe decir que, en el último caso, bajo dudosas
condiciones). En Ecuador, Correa consiguió preservar su apoyo a lo largo de sus dos mandatos.
Sin embargo, su nivel de popularidad se deterioró al final, lo que explica en parte la victoria
cerrada de su sucesor Lenín Moreno. Este último disfrutó enseguida de un estado de gracia.
Mauricio Macri en Argentina, se enfrentó a las elecciones legislativas en posición de fuerza.
Su nivel de popularidad, cayó al 45% en julio y remontó al 54% en septiembre.
La situación fue bien diferente en Chile, Venezuela y México. La remontada de Bachelet
en la opinión pública chilena en 2017 no fue suficiente para evitar el cambio. En Venezuela,
Maduro que se sabe minoritario en el país, multiplicó las maniobras para protegerse de una
derrota electoral. El caso mexicano, por último, es complejo. Tratándose de elecciones de
tres gobernadores del mismo partido que el presidente (PRI), las realidades nacionales y
locales se entremezclan. Aunque Peña Nieto es ampliamente rechazado por los mexicanos,
son menos los gobernadores que sufren del mismo rechazo. Según una encuesta realizada
por Mexicopina16 en junio de 2017, el apoyo a nivel nacional a los treinta y dos gobernadores
era de un 39,5%, contra el 22% de apoyo al presidente. En el Estado de México, el gobernador
saliente se benefició del 35,9% del apoyo, contra el 31,1% en Nayarit y 28,3% en Coahuila.
Al final, el PRI solo perdió Nayarit.
15
16
Remitirse al análisis de Javier Corrales en este volumen.
“4 panistas y 4 priistas: Los gobernadores ‘mejor’ evaluados”, SPD Noticias, 15 de junio de 2017.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
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Figura 2
Índice
de
apoyo
a
los
presidentes
Índice de popularidad de los presidentes
enen
el2016-2017
período 2016-2017
100 %
2017
Izquierda
Centro
Derecha
Ecuador
Nicaragua
Honduras
Argentina
Chile
México
N. Maduro
E. Peña Nieto
M. Bachelet
M. Macri
J.O. Hernández
D. Ortega
L. Moreno
10 %
R. Correa
50 %
Venezuela
Fechas de las encuestas :
- Para : Ecuador (septiembre), Nicaragua (octubre), Honduras (enero), Argentina (abril), Chile & México (agosto), Venezuela (junio).
- Para : Ecuador (septiembre), Nicaragua (febrero), Honduras (septiembre), Argentina (abril), Chile & México (agosto), Venezuela (junio).
© FNSP. Sciences-Po - Atelier de cartographie, 2017
2016
La clasificación de los países
corresponde al orden
decreciente de apoyo en 2017
Fuentes: CEDATOS (Ecuador); CidGallup (Honduras & Nicaragua); Poliarquía (Chile); Consulta Mitofsky (México), Datanálisis (Venezuela).
Aunque la pérdida de apoyo a los presidentes no se traduce necesariamente en votos de
desconfianza respecto a su partido político, se crea un clima perjudicial que impacta en las
campañas electorales.
Una participación electoral distinta
En los tres países que tuvieron elecciones presidenciales, la participación fue diferente:
constante en Ecuador y en Honduras, donde el voto es obligatorio; en baja en Chile en la
primera vuelta de las elecciones presidenciales. En este último país, la reforma electoral de
2012 restituyó la inscripción automática, pero suprimió el voto obligatorio, lo que se tradujo
en una caída de la participación de más de treinta y ocho puntos en 2013 con relación a
2009. Una nueva reforma en 2016 limitó fuertemente el financiamiento de campañas
electorales. Aun en un clima de crisis de confianza, y en ausencia de la renovación de la
clase política, la elección presidencial consiguió polarizar al país, lo que provocó un aumento
de la movilización de los electores en la segunda vuelta.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
69
Cuadro 3
La participación en las elecciones en 2017
Estado del voto
Obligatorio con sanciones
Obligatorio sin sanciones
País
Tasa de participación
Tipo de elecciones
Diferencia con la
elección anterior
Ecuador
81,6%
Presidenciales
+0,5 (2013)
Honduras
57,5%
Presidenciales
-3,6 (2013)
Argentina
78%
Legislativas
-3 (2015)
Bolivia
78%
Judiciales
-1,7 (2011)
México
59,2%*
Gobernadores
+5,9* (2016)
Chile
49%
Presidenciales (2da vuelta)
+7 (2013)
Nicaragua**
51,7%
Municipales
-5,3 (2012)
Venezuela**
61%
Regionales
+7,1 (2012)
Venezuela**
47,3%
Municipales
-11 (2013)
No obligatorio
* Promedio de las tres elecciones de gobernadores en 2017 (comparado con el promedio de las doce elecciones de gobernadores en 2016)
** Cifras oficiales rebatidas por la oposición
En Venezuela, el año 2017 fue testigo del desarrollo de una batalla feroz en torno a las cifras
de la participación electoral. El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el 41,5% de
participación en las elecciones para la Asamblea Constituyente del 30 de julio, lo que
representa un poco más de 8 millones de electores. La oposición estimaba por su parte que
solo el 12% de los venezolanos había votado. Para Maduro era importante demostrar que su
poder de convocatoria estaba intacto, o incluso superior al del año 2013. Dicho año, ganó
las elecciones presidenciales con 7 millones de votos. Por su parte, la oposición estimó que
más de 7 millones de venezolanos habían participado en el referéndum del 16 de julio. Fueron
llamados a pronunciarse sobre la oportunidad de elegir una Asamblea Constituyente y el
98,5% votó “no”. En octubre, en las elecciones regionales, la CNE anunció una tasa de
participación de más del 60%, lo que representa un aumento con relación a las elecciones
regionales de 2012; luego el CNE descontó nueve millones de sufragios emitidos en las
municipales. En ambos casos, la oposición refutó las cifras.
Análisis dE los rEsultAdos: lA vAriEdAd dEl pAnorAmA ElEctorAl lAtinoAmEricAno
Las elecciones celebradas en 2017 abren un ciclo electoral determinante en América Latina,
con no menos de trece elecciones de primer orden (presidenciales y/o generales) entre 2018
y 2019. Habida cuenta de su lugar específico en la agenda electoral de la región, resulta tentador
analizar los resultados de estas elecciones como un indicador que permite descifrar algunos
de los principales desafíos del próximo ciclo, principalmente la hipótesis bastante comentada
ya –pero todavía poco argumentada– de un “giro hacia la derecha” en la región.
La diversidad de contextos y de configuraciones electorales (tipos de elección, modos de
votación y niveles de poder) llama no obstante a la prudencia a la hora de interpretar los resultados
ahora que se abre el telón de las elecciones. En efecto, ninguna de las teorías clásicas de análisis
de comportamientos y resultados electorales permiten darle sentido de manera general a las
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
70
elecciones en 2017 en América Latina. La ambición de generalización mediante un análisis
comparativo riguroso de los resultados se disipa en la pluralidad de las elecciones consideradas.
Escogimos entonces retomar simplemente algunos de los desafíos presentes en 2017 y
susceptibles de marcar el ciclo electoral 2018-2019. Centramos a continuación nuestra atención
en el análisis de resultados de un solo estudio de caso: la elección presidencial en Ecuador,
donde la continuidad en el poder del partido Alianza País muestra una serie de cambios relativos
a los comportamientos electorales y a la geografía electoral.
El llamado modelo de “elecciones intermediarias”17 permite en cierta medida entender los
resultados de las elecciones legislativas en Argentina, las elecciones municipales en Nicaragua
y las regionales en México, donde la coalición gubernamental Cambiemos, el FSLN y el PRI
resistieron al fenómeno del voto-castigo (de manera bastante clásica en Argentina y en Nicaragua
a la vista de la popularidad de los jefes de Estado y del lugar de las elecciones en las agendas
políticas nacionales; de manera lógica en México con motivo de la fuerte localización de
desafíos por las elecciones regionales y de la relativa desconexión con los intereses políticos
nacionales). El modelo de “elecciones intermediarias” habría podido constituir una herramienta
estimulante para interpretar los resultados de las elecciones regionales del mes de octubre en
Venezuela, si estos no hubieron sido rebatidos, por lo tanto delicado a movilizar.
En cualquier caso, las buenas actuaciones electorales de los candidatos pro-gubernamentales
–cualquiera sea la orientación política– no debe dar lugar a sobreinterpretación. Estas no
indican una posición de fuerza de sus titulares en la perspectiva de las elecciones presidenciales
de 2018 en México y en Venezuela, y las de 2019 en Argentina18. Por otra parte, este modelo
no es útil para aquellos que desean comprender las luchas de poder alrededor de la elección
a la Asamblea Constituyente que tuvo lugar en Venezuela en el mes de julio seguidas de las
elecciones municipales en el mes de diciembre. Un año electoral marcado por tres elecciones
oficiales, dos de ellas fueron boicoteadas por la oposición y la tercera fue contestada, lo que
merma toda tentativa de análisis de los resultados que buscaban articular las elecciones
intermediarias locales con los objetivos de las políticas nacionales (traducción electoral de la
impopularidad del gobierno, abstención diferencial, voto-castigo).
En lo que respecta a las elecciones llamadas de “primer orden” (elecciones generales en
Ecuador, en Chile y en Honduras), el giro a la derecha es solo relativo. El cambio en Chile,
marcado por el retorno al poder de Sebastián Piñera, consolida de manera indiscutible el giro
conservador en el Cono Sur después de las elecciones de Horacio Cartes en el Paraguay (2013)
y de Mauricio Macri en Argentina (2015), seguido de la destitución de Dilma Rousseff en el
Brasil (2016). Múltiples factores permiten explicar la alternancia chilena, principalmente la
puesta en práctica de una agenda de reformas ambientales (sobre la base del proyecto “Cincuenta
reformas en cien días”) en una coyuntura económica delicada y marcada por una baja de los
17
J.-L. Parodi, “Dans la logique des élections intermédiaires”, Revue politique et parlementaire, n° 903,
abril de 1983, pp. 42-72; R. Magni-Berton, “Pourquoi les partis gouvernementaux perdent-ils les élections
intermédiaires ?”, Revue française de science politique, Vol. 58, n° 4, 2008, pp. 643-656.
18
En Nicaragua, donde Daniel Ortega fue reelegido en noviembre de 2016, la próxima elección presidencial
no está prevista hasta el 2021.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
71
precios del cobre19. La falta de pedagogía en las acciones gubernamentales reforzó, entre otros,
el descontento de la opinión pública –en particular el electorado joven– respecto de la mayoría
saliente, mientras que el electorado conservador se movilizaba, indignado por las reformas
sociales progresistas del gobierno de Bachelet (despenalización parcial del aborto terapéutico,
unión civil para parejas del mismo sexo). De manera más general, esta tercera alternancia
consecutiva (después de las del 2009 y 2013) traduce ante todo una pérdida de referencia y
una volatilidad creciente del electorado en un contexto político, económico, social y societal
en plena mutación, como una crisis de confianza más general en lo relativo a la capacidad de
los dirigentes políticos de responder a las nuevas demandas. Más allá del entusiasmo por el
programa o la personalidad de Piñera, el voto de los chilenos se puede interpretar como un
castigo en contra del balance del gobierno de Bachelet. Este voto de rechazo está marcado por
dos evoluciones considerables del comportamiento electoral: la deserción20 y la dispersión
electorales a costa de los partidos gestores. La participación fue solamente del 46,7% en la
primera vuelta y los candidatos de las dos alianzas principales (Chile Vamos y Nueva Mayoría)
lograron alcanzar entre los dos apenas el 60 % de los votos emitidos, contra más del 70,1%
obtenido en 2013 y el 73,6% en 2009. Los candidatos protestatarios destacaron tanto a la
izquierda como a la derecha (20,3% de votos para Beatriz Sánchez del Frente Amplio; 7,9%
para el candidato de extrema derecha José Antonio Kast). El alcance político y simbólico de la
alternancia en Chile es notable, ya que gracias en parte al apoyo brindado en la segunda vuelta
del candidato de extrema derecha, Piñera logró ganar las elecciones. Sin embargo, este último
deberá gobernar con una base legislativa frágil y navegar a través de un sistema político en
plena recomposición después de la reforma del sistema electoral aprobada durante el gobierno
de Bachelet. La instauración del sistema de representación proporcional21 hizo evolucionar las
modalidades de representación y la nueva fragmentación del poder legislativo implica una
adaptación de las prácticas políticas. Las relaciones ejecutivo-legislativas inauguran entonces
una configuración inédita, lo que constituye un reto de gobernabilidad para el nuevo presidente.
Este doble movimiento de deserción electoral y de afirmación de una oferta política protestataria
constituirá uno de los desafíos a seguir durante el ciclo electoral de 2018-2019.
En Honduras, la reelección de Juan Orlando Hernández (Partido Nacional) frente al candidato
de izquierda Salvador Nasralla (Alianza de Oposición contra la Dictadura) podría ser considerada,
en teoría, como un elemento complementario respaldando la hipótesis de un giro a la derecha
de magnitud continental. Pero las condiciones rocambolescas en las cuales las elecciones
fueron preparadas y se desarrollaron tienden al contrario a deslegitimar al presidente saliente,
reconocido vencedor el 17 de diciembre por el Tribunal Supremo Electoral después de tres
semanas de tensiones post-electorales. En el segundo reporte preliminar publicado el mismo
día por la Organización de Estados Americanos (OEA) en el marco de la Misión de Observación
Electoral, el proceso en su conjunto fue juzgado además “de baja calidad electoral” y la misión
19
Remitirse al análisis de Antoine Faure y Antoine Maillet en este volumen.
Este fenómeno es visible sobre todo después de las elecciones de 2013, tras la reforma electoral de 2012
que aprobó la inscripción en las listas electorales de forma automática y el voto voluntario.
21
La Ley 20.840 del 5 de mayo de 2015 puso fin a un sistema binomial a favor de un sistema proporcional
inclusivo para las elecciones legislativas. El nuevo sistema fue inaugurado en las elecciones de 2017 (www. leychile.
cl/Navegar?idNorma=1077039).
20
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
72
considera que “no puede afirmar que las dudas sobre el mismo estén hoy esclarecidas22”. De
cara a estas “serias dudas” en relación a la integridad de los resultados, la OEA recomendó a
continuación la organización de un nuevo escrutinio. En cuanto a los Estados Unidos,
reconocieron los resultados oficiales, despreciando las múltiples denuncias de fraude y la
posición adoptada por la OEA23. Después de la noche de las elecciones, la oposición hondureña,
bajo la dirección del candidato perdedor y del antiguo presidente Manuel Zelaya (que fue
destituido en 2009 después de un golpe de Estado militar), se movilizaron en las calles para
reivindicar la victoria y protestar contra la reelección de Hernández. Al mismo tiempo, la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) denunciaron un “uso excesivo de la fuerza” habiendo causado la muerte de
una docena de manifestantes. Honduras está sumida en un estancamiento político que recuerda
la situación en México luego de la elección de Calderón desafiada por López Obrador24.
En tal contexto, un análisis serio de los resultados es imposible. Esta deriva electoral deja en
revancha al parecer otro reto que será crucial para el período 2018-2019: el acompañamiento
interno e internacional de procesos electorales con anticipación, durante y después de los
escrutinios. Sobre este punto, se pueden identificar dos retos mayores: 1) la independencia de
las autoridades electorales y su eficacia para asegurar la competitividad electoral; 2) la implicación
de organizaciones internacionales en el acompañamiento de escrutinios y su capacidad para
desalentar los fraudes sin injerencia en los asuntos internos de los Estados donde se desarrollarán
las elecciones. Retomando la frase del politólogo Willibald Sonnleitner25, América Latina se
dirige en efecto hacia un ciclo de elecciones disputadas y en contextos polarizados. Estos dos
factores plantean riesgos que revisten especial importancia para la estabilidad de las democracias
de la región, ya que la confianza en las instituciones electorales es débil en muchos países26.
Finalmente, el caso de Ecuador, que analizaremos con más detalle en las líneas que siguen,
actualiza toda la complejidad de recomposiciones electorales en el decenio que acaba de
concluir. Lejos de constituir una excepción dentro de una región donde el electorado estaría
basculando hacia una “derecha” que a los analistas les resulta difícil conceptualizar, este
estudio de caso nos lleva a exponer un análisis minucioso de las configuraciones nacionales
y de sus mutaciones para interpretar los resultados electorales en la región27.
22
OEA, Informe MOE. Segundo informe preliminar de la Misión de Observación Electoral en Honduras, 17 de
diciembre de 2017, pp. 12-13 (www.oas.org/fpdb/press/Segundo-Informe-Preliminar-MOE-Honduras-18dicFINAL.pdf). En el primer reporte preliminar, la OEA emitió serias dudas en cuanto a la calidad del escrutinio y,
con anterioridad, en cuanto a la legitimidad misma de la candidatura de Juan Orlando Hernández (este último,
aunque autorizado por el Tribunal Supremo, va en contra del principio constitucional de no reelección).
23
“U.S. signals support for incumbent president in disputed Honduras election”, Los Angeles Times, 20 de
diciembre de 2017.
24
Después de haber agotado los recursos legales, López Obrador se declaró “presidente legítimo” de México.
Ver H. Combes, “Battre campagne avec le “président légitime” du Mexique. Carnet de terrain”, Problèmes
d’Amérique latine, n° 71, 2009, pp. 47-67.
25
W. Sonnleitner, “Elections serrées dans des contextes polarisés”, en O. Dabène (dir.), Amérique latine. Les
élections contre la démocratie ?, Paris, Presses de Sciences Po, 2008, pp. 131-159.
26
Latinobarómetro, Informe 2017, p. 24 (“Confianza en el tribunal electoral/institución electoral, 2006-2017”).
La confianza promedio hacia las instituciones electorales para el conjunto de América Latina cayó del de 44%
en 2015 al 29% en 2017.
27
En esta óptica, el OPALC-Sciences Po desarrolla un ambicioso proyecto de análisis electoral que permitirá
seguir la evolución de los comportamientos electorales en América Latina para el período 2017-2019, sobre la
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
73
Análisis dE lA cArtogrAfíA dEl voto En lAs ElEccionEs prEsidEnciAlEs En EcuAdor En 2017
Marcando el fin de diez años al poder de Rafael Correa, la elección presidencial de 2017 en
Ecuador suscitó numerosas interrogantes: ¿es el fin de la omnipotencia del partido Alianza País,
que mostraba signos de estancamiento después de las elecciones municipales de 2014?
¿Regresaremos a una situación de inestabilidad política similar a la de los años 1996-2006?
¿En qué medida la “era Correa” condujo a una reconfiguración sostenible de los comportamientos
electorales y las alianzas partidistas? A pesar de la victoria del candidato de Alianza País,
Lenín Moreno (con 51,2 % de votos), contra el candidato de la coalición CREO-SUMA28
Guillermo Lasso (48,8%), los resultados disputados y las dinámicas particulares de distribución
de votos entre las dos vueltas electorales revelaron la aparición de nuevas lógicas de voto a
escalas regional y local. Estas nuevas configuraciones conducen entre otros, a replantearse
parcialmente el clivaje electoral clásico entre los habitantes de las tres zonas geográficas
principales del país, la Costa, la Cordillera (Sierra) y la Amazonía (ver el mapa debajo). Un
análisis cartográfico de la evolución del voto para Alianza País entre 2006 y 2017, así como
de las dinámicas particulares de la elección de 2017, permiten además poner en evidencia
cambios profundos en el comportamiento electoral de los ecuatorianos, cada vez más difícil
a predecir y a explicar a la luz de criterios clásicos de comprensión de la política en Ecuador.
Figura 3
Mapa de Ecuador
San Lorenzo
Valdez
Esmeraldas
Tulcan
CARCHI
ESMERALDAS
O C E A N O PA C I F I C O
COLOMBIA
San Gabriel
IMBABURA
Ibarra
Cayambe
QUITO
Quito
MANABI
S. DOMINGO
Chone
Manta
Jipijapa
Santa Cruz
NAPO
SIERRA
Portoviejo
COSTA
SUCUMBIOS
Sangolqui
Tena
COTOPAXI
BABAHOYO
BOLIVAR
TUNGURAHUA
Guaranda
Babahoyo
Puyo
Puerto
Villamil
Salinas
Puerto
Baquerizo
Moreno
Guayaquil
SANTA
ELENA
Milagro
GUAYAS
PATAZA
Riobamba
AMAZONÍA
CHIMBORAZO
GALAPAGOS
ORELLANA
Ambato
Alausi
CAÑAR
GALAPAGOS
Azogues
Macas
MORONA
SANTIAGO
Yaupi
Cuenca
AZUAY
Machala
EL ORO
Pinas
Loja
0
100
LOJA
Zamora
Macara
ZAMORA
CHINCHIPE
200 km
PERÚ
© FNSP. Sciences-Po - Atelier de cartographie, 2018
Muisne
base de investigaciones electorales aplicadas en los principales países donde se desarrollarán elecciones.
28
Alianza entre el partido liberal-conservador Creando Oportunidades (CREO) y el partido liberal-progresista
de centro derecho Sociedad Unida Más Acción (SUMA) creado en 2012. Este último había participado en la
elección de 2013 con el candidato Mauricio Roldas, que obtuvo 3,9 % de los votos.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
74
¿Una inversión de las tendencias regionales?
A nivel provincial, la comparación de la repartición geográfica de los resultados obtenidos
por Alianza País en las diferentes elecciones organizadas entre 2006 y 2017 muestra en primer
lugar una inversión muy clara y similar, del comportamiento electoral de la costa, de la sierra
y de la selva, que tienden a confirmar, a primera vista, la pertinencia de una división regional
como variable explicativa del voto. En 2006, fueron los electores de provincia, situados en
la sierra y en la selva29, los que votaron mayoritariamente por Rafael Correa en la segunda
vuelta. Las provincias costeras, donde se concentra la mayor parte de la población urbana del
país, no mostraron interés hacia el nuevo partido Alianza País, que obtuvo en promedio entre
un 30 y un 40% de los votos. Diez años después, la situación se invirtió. El electorado de
Lenín Moreno se encuentra esencialmente concentrado en los territorios costeros: en las
provincias de Esmeraldas, Santa Elena, Los Ríos y, sobre todo, en la densamente poblada
Manabi (más de un millón de electores), el voto por Alianza País fue del 66,8%. Lenín Moreno
ganó también en la provincia costera de Guayas, aunque los resultados son más dispares pues
la segunda ciudad del país, Guayaquil, no apoyó a Alianza País, lo que no había sucedido
desde las elecciones presidenciales de 2006. El candidato Lasso ganó la batalla en la provincia
montañosa de Pichincha, donde Alianza País perdió siete de ocho circunscripciones,
incluyendo, por vez primera Quito, que hasta entonces siempre fue ganada indiscutiblemente
por Correa, con resultados que a menudo superaban el 58%30. La oposición tuvo progresos
en las provincias montañosas que en otro momento eran correístas, como Chimborazo,
Cotopaxi o Loja. Por último, Alianza País obtuvo sus peores resultados en las seis provincias
amazónicas, perdiendo cinco de estas. Por ejemplo, la provincia de Morona Santiago31 sólo
alcanzó el 34,8% de los votos en comparación al 73,8% obtenido diez años antes. La
capitalización de este viraje de electores por el candidato Lasso no bastó sin embargo para
ganar la elección. En efecto, aunque las provincias amazónicas ocupan una gran parte del
territorio, estas acumulan menos de un millón de electores de doce que es la cifra total.
Numéricamente, son las provincias de la costa las que acumulan mayor electorado (más de
seis millones), no obstante, las de la sierra siguen de cerca (más de 5,7 millones). Así, y a
pesar del cambio regional del electorado, la elección de 2017 es testigo de la capacidad de
Alianza País de movilizar en las provincias más estratégicas del país y conservar el electorado
suficiente para ganar una elección presidencial.
La división regional sigue siendo una variable interesante para estudiar las elecciones de
2017, aunque estuvo oculta por la victoria indiscutible de Correa en todo el país en 2013,
donde Alianza País ganó en la primera vuelta (alcanzando el 56,9% de votos y ganando el
conjunto de provincias, menos Napo, feudo del antiguo presidente y candidato Lucio Gutiérrez).
De esta manera, parecen confirmarse signos de transformación regional del voto que habían
29
Incluida la provincia de Napo, de donde es originario uno de los principales candidatos opositores, Gilmar
Gutiérrez, diputado de este territorio y hermano del antiguo presidente Lucio Gutiérrez.
30
Correa obtuvo 73,9% de los votos en Quito en la segunda Vuelta de las elecciones de 2006, 58,10% en
2009, 58% en 2013.
31
Alianza País ganó también Sucumbios con 50,5%.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
75
podido ser observados ya en 2009, en las que un cierto número de circunscripciones de las
provincias montañosas de Bolívar, de Chimborazo y de Cotopaxi fueron ganadas por el antiguo
presidente Lucio Gutiérrez, así como la mayor parte de circunscripciones de las provincias
amazónicas (de Morona Santiago, Napo, Orellana, Pastaza y Zamora Chinchipe).
Figura 4
© FNSP. Sciences-Po - Atelier de cartographie, 2017
Ecuador: candidatos encabezando las elecciones presidenciales, 2016-2017
2006
2009
(1ra vuelta)
(1ra vuelta)
Correa
Correa
Alvaro Noboa
(PRIAN)
Correa/
Lucio Gutiérrez
(ex æquo)
Lucio Gutiérrez
(PSP)
0
100
200 km
0
2013
2017
(1ra vuelta)
(2da vuelta)
Correa
Moreno
Lasso
Lasso
100
200 km
100
200 km
Lucio Gutiérrez
(PSP)
Alberto Acosta
(MPD/MUPP)
0
100
200 km
0
La importancia de las variables socio-económicas
No obstante, esta desafección de provincias amazónicas respecto a Alianza País apenas
algunos años después de la llegada al poder de Rafael Correa suscitó numerosos cuestionamientos
y trabajos. Permitieron identificar las nuevas variables de explicación, principalmente socioeconómicas, que ponen en cuestión la hipótesis de una continuidad de determinaciones
regionales, y concluye con la desaparición parcial de ciertos esquemas de análisis habituales.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
76
Según la hipótesis del investigador Carlos Larrea32, los ecuatorianos votan en función de sus
expectativas en términos de mejora de sus condiciones de vida, basándose en su experiencia
previa. Así, los grupos más beneficiados por las políticas de gobierno de Correa votan
mayoritariamente por Alianza País, en una lógica electoral de tipo clientelar.
Esta hipótesis parece estar confirmada por los estudios y los reportes sobre la evolución
de la pobreza en Ecuador que muestran que, si bien la tasa de pobreza disminuyó fuertemente
en el país después de 2002, esta disminución es diferenciada y concierne principalmente a
los habitantes de la costa, los afro-ecuatorianos y la población de zonas rurales. Los habitantes
de las regiones de la sierra, así como los indígenas, vieron en menor medida los beneficios
de las políticas públicas de reducción de la pobreza33. Los territorios de la costa donde se
encuentran numerosas comunidades de afro-ecuatorianos, votaron en su mayoría por
Rafael Correa, principalmente en las provincias Esmeraldas, Manabi y Santa Elena. Estos
territorios se beneficiaron también de inversiones masivas del Estado después de los fuertes
movimientos telúricos de 2016. A pesar de los estragos dejados por los sismos, los esfuerzos
desplegados por el gobierno para socorrer las zonas afectadas fueron recompensados en las
urnas. Lo contrario se produce en la mayor parte de los territorios con fuerte concentración
de población indígena de las regiones de la Amazonía y la Cordillera, donde el voto tuvo la
tendencia a favorecer al candidato Lasso.
El análisis sin embargo debe ser matizado en función de los diferentes grupos indígenas34.
Así, tanto los Huaorani como los Quechuas de las provincias amazónicas de Orellana, Pastaza
y Napo se alejan de Alianza País desde 2009. El abandono de Rafael Correa de la iniciativa
Yasuní ITT en 2013, que buscaba evitar la explotación petrolera en las reservas naturales de
esas provincias, refuerza aún más la desafección de los habitantes indígenas. Es no obstante
más al sur, en las circunscripciones de Morona Santiago y Zamora Chinchipe, habitadas
principalmente por los Shuar, donde los electores guardan sus distancias con relación a este
partido, estos prefieren rotundamente al Movimiento de la Unidad Plurinacional-Nuevo
Pachakutik (MUPP-NP) o a un candidato de la oposición, en la primera vuelta de cada
elección. No obstante, es importante resaltar que, en 2017, este partido (aliado a otros
partidos de izquierda socialista, dígase Izquierda Democrática) obtiene buenos resultados
(entre 10 y 19,5% de votos) en las provincias de la sierra con la mayor concentración de
indígenas, principalmente en Cotopaxi, Cañar o Chimborazo. Excepciones notables entre
las provincias más densamente pobladas por los indígenas, las circunscripciones de Imbabura
(sierra) y las de Sucumbios (selva) que fueron también ganadas de una manera bastante clara
por Lenín Moreno, sugiriendo dinámicas provinciales específicas.
32
Ver principalmente la síntesis de los resultados del estudio realizado por Carlos Larrea y su equipo de
investigación de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB): “Configuración regional y social del voto en
Ecuador: 2002-2011”, disponible en: http://uasb.edu.ec/UserFiles/372/File/pdfs/NOTICIASYSUCESOS/2013/
Comportamientoelectoral2012UASB.pdf.
33
Ver, por ejemplo, S. Burgos Davila, “Evolución de la pobreza y desigualdad de ingresos, 2006-2012”,
Nota técnica de investigación, Económica – CIC, abril 2013, disponible en: www.sciencespo.fr/opalc/sites/
sciencespo.fr.opalc/files/Evoluci%C3%B3n-de-pobreza-y-desigualdad-de-ingresos-2006-2012_SBD_def.pdf.
34
M. Le Quang, “Hilos de continuidad en el voto de oposición a AP (2009-2017), Panel: Elecciones 2017.
Los territorios del voto”, FLACSO, 2017; M. Le Quang, “Elecciones presidenciales y tendencias políticas, 20092013”, Revista Estado & Comunes, n° 1, 2013.
Les Etudes du CERI - n° 233-234 - Opalc - Enero 2018
77
La inclusión de criterios socio-económicos en el análisis permite entonces atenuar la intensidad
de las discrepancias regionales, en la medida en que estos ponen también en evidencia las
desigualdades sociales en las provincias mismas, entre zonas urbanas y zonas rurales, pero
también al interior de las ciudades. Carlos Larrea insiste sobre el hecho de que, si bien
Alianza País atrae siempre las clases populares, no son las poblaciones más pobres las que
votan por Lenín Moreno, sino sobre todo las clases medias y la parte más acomodada de las
clases populares35. El autor pone también en evidencia un acercamiento entre el comportamiento
electoral de segmentos de población más pobres y los más ricos en las grandes ciudades y sus
alrededores, que votarian sobre todo por la oposición, lo que aporta elementos de explicación
a la pérdida de Quito o de Guayaquil por Alianza País, dos ciudades donde la desigualdad
social es fuerte. Una división aparece igualmente entre territorios rurales y urbanos: figuran
entre las poblaciones más beneficiadas por políticas gubernamentales, las zonas rurales votaron
más por Alianza País que las zonas urbanas más pobres. Más allá de las escisiones regionales,
estos elementos revelan un electorado fragmentado y polarizado por el correísmo, sensible a
las consecuencias de la crisis económica (debido a la caída de los precios de las materias
primas) después de 2015, y pone en evidencia “nuevas configuraciones regionales flexibles”36.
Debilidades de la oposición y volatilidad del electorado
A pesar del estancamiento del modelo económico neo-extractivista de Rafael Correa, la
victoria del partido Alianza País y la dificultad de las instituciones de sondeo para estimar los
resultados de las votaciones entre candidatos en las dos vueltas de la elección de 2017, dan
muestra sobre todo de la fragmentación de la oposición y de su incapacidad para consolidar
un electorado donde la volatilidad es cada vez mayor. Si la división partidista principal se
expresa siempre en términos de izquierda y derecha, la evolución de los votos entre 2006 y
2017 revela una fuerte caída del apoyo ofrecido a los candidatos tradicionales tales como
Álvaro Noboa (Partido Renovador Acción Nacional, centro derecha, partido desaparecido) o
Lucio Gutiérrez (Partido Sociedad Patriótica, derecha), cuyo electorado disminuye drásticamente
entre la elección de 2009 y la de 2013. Por tanto, es posible afirmar que si Correa ganó en las
provincias del centro y la Cordillera (Bolívar, Chimborazo, Tungurahua y Cotopaxi) en 2013,
se lo debe más al debilitamiento de la oposición de Lucio Gutiérrez en estos territorios que al
fortalecimiento de la posición de Alianza País. El candidato Guillermo Lasso, que emerge en
2013 con un nuevo partido liberal-conservador, el movimiento CREO, participa en la erosión
de votos de Lucio Gutiérrez, antes de afianzarse como el principal candidato de derecha en
2017, haciendo una alianza con el partido de centro derecha SUMA. La fragmentación partidista
es, sin embargo, muy elevada en la oposición: cuatro de ocho candidatos defienden las
posiciones de derecha.
35
Ver la entrevista realizada a Carlos Larrea para la revista Vistazo el 23 de marzo de 2017: www.vistazo.
com/seccion/ edicion-impresa/carlos-larrea-el-comportamiento-electoral-es-menos-predecible.
36
Ver C. Larrea, “Configuración regional y social del voto en Ecuador: 2002-2011”, art. cit.
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78
Al cabo de la primera vuelta de 2017, lo que estaba en juego era la transferencia de los
votos de los terceros y cuartos candidatos, Cynthia Viteri (Partido Social-Cristiano, derecha,
16,3% de votos) y Paco Moncayo (Alianza de Izquierdas37, 6,7% de votos). Este trasvase de
votos es muy difícil de estimar de manera precisa, en la medida en que ninguna tendencia
se desprende claramente del análisis de los resultados de la segunda vuelta. Si bien el
electorado de Cynthia Viteri se sitúa principalmente en las provincias costeras de Guayas,
El Oro y Los Ríos, ganadas luego por Lenín Moreno, ésta cuenta igualmente con numerosos
electores en las provincias montañosas de Carchi (19,7%) y Cañar (17,8%), donde la mayor
parte de las circunscripciones fueron ganadas por Guillermo Lasso. Además, las
circunscripciones ganadas por Cynthia Viteri en El Oro en la primera vuelta (Atahualpa y
Zaruma) votaron en la segunda vuelta por CREO-SUMA. Asimismo, es difícil identificar
tendencias claras en el comportamiento electoral de las mujeres (para las que se cuenta con
estadísticas precisas por mesa de votación en Ecuador), pues el importante electorado
femenino de Cynthia Viteri (57%) parece haber votado tanto por Lenín Moreno como por
Guillermo Lasso. En el caso de los electores de Paco Moncayo, concentrados en las provincias
montañosas de Pichicha, Cotopaxi, Tungurahua, Cañar y en las provincias amazónicas de
Orellana, el trasvase de votos es también difícil de estimar en la medida en que se trata de
territorios donde Alianza País se encontraba precisamente en dificultad. El análisis de las
divisiones partidistas conduce entonces a concluir más bien sobre la incapacidad de los
partidos de izquierda a articular y a proporcionar una alternativa de izquierda diferente a la
encarnada por Alianza País.
La elección presidencial de 2017 es entonces difícilmente comparable a las otras elecciones
en Ecuador, y eso a distintos niveles. El fracaso de Alianza País en las elecciones municipales
de 2014 no permitió anticipar los resultados de las presidenciales, pues pocas regularidades
entre las dos elecciones pudieron ser identificadas. Se puede igualmente constatar la expresión
de un comportamiento electoral nacional por los dos partidos mayoritarios que supera las
divisiones regionales, pero también las locales, o la personalización política. Tampoco es
banal, que el candidato elegido, Lenín Moreno, haya perdido las elecciones en su provincia
amazónica de origen, Orellana38. A pesar de su victoria nacional, la fuerte impugnación de
resultados electorales por parte de la oposición, al igual que los comienzos muy tensos de
su gobierno, testifican su posición bien delicada y un riesgo de inestabilidad política creciente.
Algunos meses después de la toma de posesión, el primer presidente de la era post-Correa
perdió a su vicepresidente (y antiguo vicepresidente de Rafael Correa) Jorge Glas, incitado
a la dimisión tras acusaciones de corrupción en el marco del caso de Odebrecht39. En
diciembre de 2017 se ve excluido igualmente de su propio partido40 tras el anuncio de un
proyecto de referéndum que buscaba validar por voto popular una serie de proposiciones
contrarias a las acciones llevadas a cabo por Correa. Entre ellas, la reforma de la Constitución
37
Paco Moncayo, antiguo militar, es el candidato de una alianza que reagrupa al partido Izquierda
Democrática, Unidad Popular y al movimiento indígena Pachakutik.
38
Aunque ganó en la circunscripción de Nueva Rocafuerte, de donde es originario.
39
Ver “Se mantiene prisión preventiva de Jorge Glas en caso Odebrecht”, El Universo, 13 de octubre de 2017.
40
“Rafael Correa: Alianza País va a “expulsar” a Lenín Moreno del movimiento”, El Universo, 23 de
noviembre de 2017.
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para prohibir la reelección presidencial y medidas para controlar o prohibir la explotación
minera y petrolera en las reservas de Yasuní y sobre otros territorios. Las tensiones internas
al partido Alianza País ponen bien en evidencia que, lejos de poder cantar victoria, la
continuidad de esta organización partidista no está del todo asegurada. Esta se encuentra en
un momento decisivo donde se ve obligada a reinventarse e independizarse de Rafael Correa
con el fin de poder asegurar el relevo.
Traducción: Lianne Guerra (Universidad Complutense de Madrid)
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