LAS ARDILLAS DE NICARAGUA (RODENTIA, SCIURIDAE)
Arnulfo MedinA-fitoriA1, José MArtínez-fonsecA2, AllAn Gutiérrez3, eric vAn den BerGhe4, orlAndo JArquín5, Yuri AGuirre5, Milton sAlAzAr5, silviA roBleto3, nelson tovAl6, MArvin tórrez7 Y fABricio díAz8
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
¹ Asociación Mastozoológica de Nicaragua (AMAn)
2
Student at Northern Arizona University
3
Grupo de Especialistas de anfibios de Nicaragua (AsG)
4
Director of Biodiversity and Associate professor of Ecology, University Zamorano
5
Programa para la Conservación de los Murciélagos de Nicaragua (pcMn)
6
Consultor independiente Especialista en vegetación
7
Universidad Centro Americana (ucA)
8
Wildlife Conservation Society (wcs).PA 91070, Ver. México.
Resumen
Relevancia
Actualizamos el conocimiento de la riqueza, distribución y taxonomía de las ardillas nicaragüenses. En
el país están registrados tres géneros y seis especies: Glaucomys volans, Microsciurus alfari, Sciurus
deppei, Sciurus granatensis, Sciurus richmondi y
Sciurus variegatoides. Una especie, G. volans, habita en los bosques de coníferas del norte; S. deppei
se encuentra en las montañas del norte y el Caribe;
M. alfari, S. granatensis y S. richmondi son propias
del bosque caribeño. Sciurus variegatoides se distribuye en todo el país y está representada por seis
subespecies: S. variegatoides dorsalis del Pacifico y
la zona central; S. variegatoides adolphei del noroeste; S. variegatoides underwoodi y S. variegatoides
boothiae del norte; y S. variegatoides belti y S. va-
Se presenta la primera síntesis sobre la diversidad,
distribución y estado de conservación de las especies de ardillas de Nicaragua. Se incluyen datos y
una clave taxonómica para diferenciar a las seis
subespecies de Sciurus variegatoides. El registro
de Glaucomys volans es el primero para el país, y
representa el límite sur de la distribución de la especie en el Continente.
Revisado:27-agosto-2018
Aceptado:25-octubre-2018
Publicado:15-diciembre-2018
Autor de correspondencia: Arnulfo Medina-Fitoria,
[email protected]
riegatoides thomasi del Caribe. Una especie (S. richmondi) y una subespecie (S. variegatoides adolphei)
son endémicas del país. Microsciurus alfari y S. granatensis presentan el límite norte de su distribución
en el continente en el sureste del país. Glaucomys
volans, que es el primer registro de la especie para
Nicaragua, encuentra el límite sur de su distribución
continental en el norte del país. La lista roja nacional de especies en riesgo incluye a S. richmondi y
G. volans como en peligro de extinción y a M. alfari
como amenazada. A nivel mundial se cataloga a S.
richmondi como casi amenazada.
Cita: Medina-Fitoria, A., J. Martínez-Fonseca, A. Gutiérrez, E. van den Berghe, O.
Jarquín, Y. Aguirre, M. Salazar, S. Robleto, N. Toval, M. Tórrez y F. Díaz 2018. Las
ardillas de Nicaragua (Rodentia, Sciuridae). Revista Mexicana de Mastozoología,
nueva época, 8(2):48-80.ISSN: 2007-4484.www.revmexmastozoologia.unam.mx
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Palabras clave: amenazado, endémico, Glaucomys volans, Microsciurus alfari, Sciurus deppei,
S. granatensis, S. richmondi, S. variegatoides.
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abstRact
We update the knowledge of the diversity, distribution, and taxonomy of Nicaraguan squirrels.
Three genera and six species have been recorded
in the country: Glaucomys volans, Microsciurus alfari, Sciurus deppei, Sciurus granatensis, Sciurus
richmondi, and Sciurus variegatoides. One species,
G. volans, lives in the northern coniferous forest; S.
deppei is found in the mountains of the north and
the Caribbean side; M. alfari, S. granatensis, and
S. richmondi are typical of the Caribbean forests.
Sciurus variegatoides is distributed throughout the
country and is represented by six subspecies: S.
variegatoides dorsalis from the Pacific and central
regions; S. variegatoides adolphei from the northwestern region; S. variegatoides underwoodi and
S. variegatoides boothiae from the north; S. variegatoides belti and S. variegatoides thomasi from
the Caribbean. One species (S. richmondi) and one
subspecies (S. variegatoides adolphei) are endemic
to the country. Microsciurus alfari and S. granatensis reach the northern limit of their distribution in
the continent in the southeast of the country. Glaucomys volans represents the first record of the species for Nicaragua, where it finds the southern limit
of its continental distribution. The national red list
species at risk includes S. richmondi and G. volans
as endangered and M. alfari as threatened. Sciurus
richmondi is listed as almost threatened globally.
Key words: endangered, endemic, Glaucomys
volans, Microsciurus alfari, Sciurus deppei, S. granatensis, S. richmondi, S. variegatoides.
intRoducción
Los roedores (Orden Rodentia) son el orden más
diverso ya que representan el 42% con 2,277 especies, de los mamíferos a nivel mundial (Fabre et al.,
2012). En Nicaragua, son el segundo orden más diverso, con 44 especies (21% de la mastofauna), de
las cuales solo tres son especies introducidas. Son
el único orden de mamíferos en el país que esta
representado por dos especies endémicas (Martínez-Sánchez et al., 2000; Medina-Fitoria y Saldaña,
2012; Zúñiga, 1999).
Una de las familias de roedores más diversas
son las ardillas Sciuridae, las cuales han mostrado
una gran capacidad de adaptación a cambios continuos del ambiente mediante mecanismos fisioló-
gicos, morfológicos y conductuales, por lo que presentan una amplia distribución mundial, a excepción
de la Antártida, Australia, Madagascar y el sur de
Sudamérica. La mayoría son diurnas a excepción
de las ardillas planeadoras que son nocturnas (Wilson y Reeder, 1993).
La importancia de las ardillas radica principalmente en contribuir con el equilibrio ecológico de
los ecosistemas donde viven, debido a su estrecha
relación con asociaciones vegetales particulares y
por su importancia en la red trófica. Son consumidoras de una gran cantidad de semillas e insectos,
lo que promueve la diversidad del bosque y controla las plagas. Además, son una fuente de proteína para mamíferos como los cánidos, mustélidos,
felinos, aves de presa (halcones, águilas), reptiles
(serpientes) e incluso de primates. Además son un
importante indicador del estado de conservación
del ecosistema (Emmons y Feer, 1999).
mateRiales y métodos
Se realizó una exhaustiva revisión bibliográfica y
evaluación de información inédita de los autores
que fueron la base para la elaboración de este estudio. La información procesada está basada principalmente en un análisis fenotípico, primordialmente
de las observaciones directas con registros fotográficos (fotocapturas). Se analizaron 350 fotocapturas
de 27 sitios en Nicaragua, lo cual incluyó fotografías
de especímenes nicaragüenses depositados en la
Academy of Natural Sciences of Philadelphia, en
el Museo of Vertebrate Zoology (Mvz) University of
California, Berkeley y del Natural History Museum,
University of Kansas, Lawrence (ku).
Cada fotografía fue catalogada a nivel de especie,
utilizando como apoyo las características propuestas
por Álvarez y Álvarez-Castañeda (2000), Emmons y
Feer (1999), Hall (1981) y Méndez (1993). Esta fue
la base de datos de referencia para la elaboración de
claves para la identificación de las especies mediante características morfológicas externas.
Conforme las especies fueron determinadas, se
les clasificó hasta el nivel de subespecie de acuerdo a la revisión bibliográfica (Allen, 1908; Anthony,
1920; Goodwin, 1936; Hall, 1981). Una de las especies que presenta más de una subespecie en Nicaragua es Sciurus variegatoides. En este caso se
realizó una clasificación de las fotos comparándolas
con las 15 subespecies descritas por Harris (1937),
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
de acuerdo a su patrón de coloración (zona ventral,
dorsal y cola). Como resultado, se proponen claves
para subespecies centroamericanas de la especie.
Debido a que la identificación basada principalmente en fotografías puede ser subjetiva, éstas han
sido utilizadas con prudencia para la identificación
de formas o variedades no descritas, por lo que los
rasgos externos y la distribución geográfica de cada
individuo analizado fueron características prioritarias a tomar en cuenta cuando se designó un nombre específico. Por ello fue menester comprobar la
procedencia de cada fotocaptura y determinar datos biofísicos de cada una de ellas tales como la
región ecológica, tipo de cobertura, altitud y clima.
Se presenta información nueva para todas las
especies, incluyendo nuevas localidades con nuevas distribuciones. Sin embargo, también queda demostrado la presencia de formas no descritas y cuya
variación es a menudo excesiva, lo cual las hace extremadamente difíciles de ubicar a nivel taxonómico,
principalmente por falta de material de comparación
en el país. Por lo tanto, en este caso nos limitamos a
registrar las localidades (Coordenadas UTM - WGS
84; altitud - metros) y asignar a estas nuevas formas
una clasificación como intermedias con intergradación entre algunas de las subespecies que a nuestro
juicio se asemejan. Finalmente, se proporcionaron
fichas descriptivas para una mejor comprensión de
las especies y subespecies reconocidas taxonómicamente. Esto incluye fotografías, mapas, medidas
morfológicas (milímetros) como: largo de cuerpo
y cabeza (lc-c), cola (c), largo de pata trasera (Lp),
oreja (O) y peso (gramos); así como descripción fenotípica, historia natural, distribución (general y nacional) y situación actual. Los mapas de distribución
se obtuvieron con el modelo predictivo MaxEnt, utilizando datos de presencia, las cuales se analizaron
con variables ambientales, biofísicas y climáticas
(Anderson y Martínez-Meyer, 2004; Phillips et al.,
2004). Reconocemos no haber podido revisar todo
del material depositado en museos extranjeros, por
lo que carecemos de toda la descripción pertinente
sobre las ardillas del país. Esto nos exigió compilar
la mayor cantidad de las publicaciones al respecto y
revisar material esencial depositado en dos museos
de Estados Unidos que creímos necesario.
descRipción
Origen de las ardillas Mesoamericanas. La historia evolutiva de Centroamérica según evidencia
50 •
geológica, oceanográfica y paleontológica animal
y vegetal apuntan a implicaciones básicas sobre
el tiempo en que este se conectó con Sudamérica
(Briggs, 1967; Howell y MacDonald, 1969; Stuart,
1957). Este proceso ecológico y evolutivo denominado Gran Intercambio Biótico Americano es determinante en la configuración de la biota americana
actual (Pelegrin et al., 2018).
Tradicionalmente se ha considerado que la formación del istmo de Panamá ocurrió hace 3 a 6 Ma
durante el periodo Plioceno-Pleistoceno, lo cual facilitó el movimiento de especies entre Sudamérica
y Norteamérica (Coates y Obando, 1996). Sin embargo, el conocimiento actual de las especies derivado de estudios biogeográficos, filogenéticos y de
un sustancial incremento del registro fósil, así como
el aumento significativo del conocimiento geológico de la región, han permitido plantear escenarios
que sugieren un panorama de menor aislamiento
para Sudamérica durante el Cenozoico (66 Ma - actualidad; Pelegrin et al., 2018). Las evidencias más
recientes apuntan a múltiples procesos de colonización que ocurrieron a finales del Oligoceno hace
23 Ma, con la entrada de algunos grupos de aves y
durante el Mioceno (23 - 7,2 Ma) con la colonización
de taxones de aves y mamíferos; estos eventos
serían previos a lo que habitualmente se ha considerado como proceso de intercambio; seguido por
al menos cuatro pulsos principales de intercambio
faunístico recíproco durante el periodo Plio-Pleistoceno (5,3 - 10,000 ac; Pelegrin et al., 2018; Woodburne, 2010).
No obstante, a pesar de estos primeros intercambios de fauna antes de la unión definitiva de las
Américas, la parte existente del istmo centroamericano pudo caracterizarse casi exclusivamente de
fauna norteamericana, debido a su conexión por tierra; siendo el norte de Centroamérica una extensión
del suroeste de México (Kirby y MacFadden, 2005;
Whitmore y Stewart, 1965). Según Vrba (1992), ambientes abiertos continuos de afinidad norteamericana cubrían la mayor parte de esta región (principalmente sabanas). Esta afinidad es respaldada
por el único fósil de dinosaurio Centroamericano
que se conoce, un fémur ornitópodo posiblemente Cenomaniano de 100 a 94 Ma., encontrado en
1971 en Honduras, de afinidad netamente norteamericana (Horne, 1994; Horne et al., 1990). Uno de
los fósiles más antiguos de mamíferos terrestres de
América Central también corresponde taxonómicamente a norteamericana, a pesar de ser encontrado en Panamá, una localidad relativamente cerca
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de América del Sur. Estos fósiles provienen de la
Formación Cucaracha o "Corte Gaillard" y datan del
Mioceno Medio (16 Ma; Kirby y MacFadden, 2005).
Otros fósiles del Mioceno tardío (6 Ma) de proboscídeos gonfotéridos , que se consideran provenientes
de Norteamérica, también han sido descubiertos en
Honduras (Frick, 1933).
Otras especies de origen norteamericano, como
los sciúridos, también pudieron haberse dispersado
de manera temprana por Centroamérica. Esto permitió que se generara un linaje genético único de ardillas responsables de las primeras migraciones que
llegaron hasta Sudamérica (Black, 1972). Villalobos
y Cervantes-Reza (2007) y Villalobos y Gutierrez-Espeleta (2014), utilizando análisis filogenéticos, demostraron una estrecha relación entre las especies
de ardillas mesoamericanas y sudamericanas, con
especies que evolucionaron a partir de una población ancestral común.
Este ancestro común de los sciúridos se originó
en el Hemisferio Norte durante el Oligoceno, particularmente en Norteamérica hace 36 Ma. Estos
primeros fósiles registrados como Protosciurus jeffersoni (antes: Douglassciurus jeffersoni Douglas,
1902), aunque presentaban un cráneo primitivo
comparado con miembros actuales de la familia, el
resto del esqueleto era notablemente similar al de
las ardillas modernas (Emry y Thorington, 1982).
Otros fósiles similares a la actual ardilla planeadora representados por la especie tipo Hesperopetes
thoringtoni Emry y Korth (2007), también se encontraron en Norteamérica en depósitos de finales del
Eoceno hace unos 33 Ma.; esto pudo representar la
aparición más temprana de un casta que condujo
al grupo de las ardillas planeadoras (Emry y Korth,
2007). No obstante, los primeros registros fósiles de
verdaderas ardillas terrestres datan de comienzos
del Mioceno, hace unos 23 Ma (Black, 1972); época en la cual se estima que se dio una separación
entre los grupos de ardillas planeadoras y terrestres, que demuestra una divergencia temprana en
la historia evolutiva de la familia Sciuridae (Mercer
y Roth, 2003).
Al estudiar la diversificación de los esciúridos
con datos moleculares, Mercer y Roth (2003) encontraron una rápida especiación de los géneros Spermophilus, Cynomys y Sciurus durante fluctuaciones
climáticas en el Mioceno tardío y Plioceno temprano
(7.5 a 5 Ma). McPherson (1985), empleando datos
de distribución geográfica sugiere que ya con el
continente unido y como parte del gran intercambio,
las oleadas migratorias hacia el sur en los periodos interglaciales del Pleistoceno (2.5 Ma) fueron el
principal factor para el surgimiento de especies de
Sciurus mesoamericanas.
Según McPherson (1985), durante el periodo Pleistocénico surgió en Mesoamérica el género Syntheosciurus, el cual fue desplazado hasta
su actual distribución (Costa Rica y Panamá) por
una migración posterior compuesta por el complejo Sciurus granatensis - Sciurus deppei, complejo
que eventualmente habría especiado en Sciurus
richmondi y el género Microsciurus. Finalmente,
otra oleada migratoria introduciría gradualmente
en esta región a Sciurus variegatoides, la cual habría derivado de una población de S. carolinensis
de Norteamérica. Estas migraciones producirían
en Mesoamérica dos diferentes clados o grupos a
partir del género Sciurus: el primero formado por
S. aureogaster, S. variegatoides y S. yucatanensis,
mientras que S. deppei, S. richmondi, S. granatensis y M. alfari formarían un segundo clado (McPherson, 1985; Musser, 1968). Asimismo, poblaciones
relictas de migraciones anteriores de Glaucomys
volans habitarían durante esta misma época hábitats montañosos de coníferas al norte de América
Central (Peterson y Stewart, 2006).
Sistemática. Sciuromorpha es uno de cinco subórdenes del orden Rodentia e incluye siete familias,
de las cuales, tres aún sobreviven. Aplodontiidae;
que incluye al castor de montaña, Gliridae; que
agrupa a los lirones y Sciuridae; que incluye todas
las especies de ardillas (Wilson y Reeder, 2005). La
familia Sciuridae, cuyo nombre proviene del griego
skioros (cola de sombra), es una de las familias de
roedores más diversas con 278 especies y 51 géneros; incluye a las marmotas, perritos de las praderas, ardillas planeadoras, ardillas rayadas y ardillas
arborícolas y terrestres (Hoffman et al., 1993).
Históricamente la familia Sciuridae ha comprendido dos subfamilias: Sciurinae que comprende las ardillas de árbol y tierra, Pteromyinae
que incluye las ardillas planeadoras (Hoffman et
al., 1993; McKenna y Bell, 1997). Empero datos
morfológicos basados en características craneales (Roth, 1996) en conjunto con datos moleculares (Mercer y Roth, 2003; Oshida et al., 1996
y Steppan et al., 2004), indican que ambas subfamilias son cercanas evolutivamente proporcionando un fuerte apoyo para la monofilia de las
ardillas planeadoras como un grupo hermano de
un linaje de las ardillas arbóreas.
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Estos nuevos análisis proponen clasificar al grupo
en cinco subfamilias: Ratufinae, que incluye cuatro
especies de ardillas arborícolas gigantes de la región
Indomalaya; Sciurillinae, con una especie arborícola
de Sudamérica; Callosciurinae, incluye especies de
ardillas arborícolas de Oriente; Xerinae, comprende
especies en su mayoría terrestres que habitan América del norte, África y Eurasia, tales como las marmotas, perros de las praderas y otras especies holárticas; y Sciurinae, que incluye todas las ardillas del
Nuevo Mundo y las ardillas planeadoras (Thorington
y Hoffmann, 2005; Villalobos, 2013).
La subfamilia Sciurinae se divide en dos tribus:
Pteromyini (ardillas voladoras) y la Tribu Sciurini
(ardillas arborícolas). Los pteróminos o ardillas planeadoras incluye 43 especies distribuidas en gran
parte del mundo, entre ellas la más grande de la
familia Sciuridae, la ardilla voladora lanuda de Asia
(Eupetaurus cinereus); la ardilla voladora siberiana
(Pteromys volans), nativa del norte de Europa; y
las dos especies del género Glaucomys nativas de
Norteamérica (Hoffman et al., 1993). De este grupo
solo una especie se encuentra en Centroamérica,
la ardilla planeadora mexicana G. volans Linnaeus,
1758 (Goodwin, 1936; Reid, 2009), cuyo límite de
distribución sur es referido para Nicaragua (Medina-Fitoria y Saldaña, 2012).
Por su parte, la tribu Sciurini está comprendida
en cinco géneros: Reinthrosciurus, Tamiasciurus,
Synteosciurus, Microsciurus, y Sciurus, con 37 especies distribuidas en América, Europa, Asia y Borneo (Hoffman et al., 1993); diez de las cuales se
encuentran en Centroamérica (Reid, 2009).
El género Reinthrosciurus es monotípico y se
encuentra en Borneo, Tamiasciurus incluye dos
especies autóctonas de América del Norte (Hoffman et al., 1993); Synteosciurus es monotípico y
endémico de Costa Rica y Panamá (Villalobos y
Gutiérrez-Espeleta, 2014). Por su parte el género
Microsciurus agrupa cuatro especies, M. flaviventer
y M. santanderensis del norte de Sudamérica; y del
sur de Centroamérica M. mimulus y M. alfari, esta
última presenta su límite de distribución norte en Nicaragua (Anthony, 1920; Hall, 1981).
Por último, el género Sciurus presenta 30 especies reunidas en siete subgéneros distribuidos en
Europa, Asia y América. Dos de estos subgéneros
se encuentran en Centroamérica, el subgénero
Sciurus que agrupa las especies S. aureogaster, S.
yucatanensis, S. variegatoides y S. deppei, mien52 •
tras que S. granatensis y S. richmondi son ubicadas
en el subgénero Guerlinguetus (Hall, 1981). Entre
las especies neotropicales del género Sciurus, únicamente S. variegatoides, S. yucatanensis y S. richmondi se limitan a la región mesoamericana, el
área entre el istmo de Tehuantepec y el istmo de
Panamá (Reid, 2009).
Reseña histórica de las ardillas nicaragüenses.
La primera referencia de las ardillas de Nicaragua
apareció en París en 1842 en el Nouveau Tableau
du Regne Animal, el cual menciona siete especies
para la región tropical americana. Una de ellas
estaba asociada a Nicaragua, Macroxus adolphei
(Lesson) que fue colectada en el puerto El Realejo, departamento de Chinandega entre 1837 y
1838, durante la exploración mundial del barco
H.M.S. Sulphur (Alston, 1882; Nelson, 1899). En
1863 apareció en Berlín una nueva publicación
describiendo una segunda especie de Nicaragua,
pero sin localidad precisa, Sciurus aestuans Peters (Alston, 1882).
Gray (1867) realizó el primer intento formal por
examinar las ardillas neotropicales en su Sinopsis de
Especies de Ardillas Americanas con apoyo de la Colección del Museo británico, reconociendo 18 especies al norte del Darién, incluyendo las dos especies
reportadas en Nicaragua y otras nuevas de la región.
Sin embargo, según Nelson (1899), Gray prestó poca
atención a trabajos anteriores y por ello renombró varias especies, sus descripciones eran pobres y algunas de las especies tenían rangos imposibles.
En afán de aclarar los resultados de Grey, Allen
curador de mamíferos del American Museum of
Natural History de New York revisó este grupo de
ardillas en 1877, concluyendo en seis especies y
tres variedades (Nelson, 1899). Al año siguiente, E.
Alston, Secretario de la Sociedad Linneana, realizó
un análisis más amplio sobre las ardillas neotropicales que incluyó los museos de Berlín, París y británicos, con nuevas muestras enviadas por Allen,
reconociendo siete especies entre el sur de México
y Centroamérica (Nelson, 1899).
Los reportes del siglo XIX fueron recopilados por
Alston (1882) en un volumen sobre mamíferos centroamericanos en la obra Biologia Centrali Americana,
donde se reconocen siete especies de sciúridos para
la región, incluyendo las dos referidas para Nicaragua, descritas como Sciurus hypopyrrhus Wagler (antes: M. adolphei) y S. aestuans var. hoffmanni Peters.
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Nuevos informes de S. hypopyrrhus se conocieron en
1889 por parte de F. W True, curador del US National
Museum (usnM), producto de unas ardillas colectadas
por L. F. Birt en Greytown, Rio San Juan (Allen, 1910).
Posteriormente, Charles W. Richmond asistente
curador del usnM reunió en 1892 una significativa
colección de mamíferos que colectó en el río Escondido Caribe sur, incluyendo unas ardillas que
envió a E. W. Nelson del U. S. Department Agriculture, que resultó en la descripción de las especies
Sciurus boothiae belti y la ardilla endémica nicaragüense, S. richmondi la cual fue descrita en 1898
(Allen, 1908; Allen, 1910).
Nelson (1899) en una nueva revisión de las ardillas de México y Centro América aclara que la especie S. hypopyrrhus (descrita para Nicaragua), es
nativa de México y es la especie tipo del subgénero
Echinosciurus, en el cual se agruparon la mayoría
de las ardillas grandes de Norteamérica tropical.
Nelson define a Sciurus aureogaster hypopyrrhus
como la especie tipo para este subgénero y la restringe a los bosques húmedos del sur de Veracruz,
el sureste de Oaxaca, Tabasco, Chiapas oriental y
el extremo noroeste de Guatemala. De acuerdo con
este mismo autor el nombre de S. hipopyrrhus fue
utilizado indiscriminadamente por varios autores
para las ardillas de vientre rufo de México, América
Central e incluso el norte de América del Sur, por lo
que muchas ardillas de América Central recibieron
erróneamente ese nombre.
No obstante, los individuos de Centroamérica
catalogados erróneamente como S. hipopyrrhus
fueron asignados a diferentes especies, siendo S.
variegatoides, la especie en la cual se ubicaron los
ejemplares nicaragüenses (Nelson, 1899). Asimismo, S. aestuans var. hoffmanni, también reportada
para Nicaragua con anterioridad (Alston, 1882), es
definida por Nelson (1899) como una especie tipificada por S. aestuans de América del Sur y perteneciente al subgénero Guerlinguetus, un subgénero característico del norte de América del Sur y
que según él es intrusivo en Centroamérica. Según
este mismo autor, S. aestuans fue propuesto para
un gran grupo de ardillas neotropicales valiéndose
por su parecido, por lo que Lesson en 1842 y Gray
en 1867 incluyeron erróneamente bajo este nombre
algunas especies centroamericanas.
Nelson (1899) considera que S. aestuans var.
hoffmanni no se presenta en Nicaragua, sino que se
distribuye entre Costa Rica y Colombia, por lo que
el único representante del grupo Guerlinguetus al
norte de Costa Rica es la especie endémica nicaragüense S. richmondi. De manera que los ejemplares nicaragüenses tratados anteriormente como S.
aestuans var. hoffmanni, al parecer fueron incluidos
provisionalmente por este autor como S. boothiae
belti. Actualmente, S. aestuans es una especie considerada endémica de Sudamérica, que se encuentra al sur de Colombia y Venezuela, Surinam, Guyanas, Brasil y el noreste de Argentina (Hall, 1981).
Nelson (1899) al final reconoce para México y
Centroamérica 43 especies y subespecies; para
Nicaragua ubicó cuatro taxones, referidos como
Sciurus adolphei (M. adolphei) del El Realejo, Chinandega; S. variegatoides, que ubica para la costa
pacífica y la zona central del país; con S. boothiae
belti y S. richmondi para el Caribe sur.
Establecido en Nicaragua a finales el siglo XIX,
W.B. Richardson conformó una importante colección
de mamíferos que envió al American Museum of Natural History. Esta colección fue la base para que en
1908 y 1910 Allen realizara dos publicaciones importantes sobre los mamíferos de Nicaragua.
La primera de ellas (Allen, 1908) menciona 50
especies de mamíferos para el país, cuatro de ellos
sciúridos: S. boothiae belti y S. richmondi, ambas de
la zona central y Caribe sur; el primer informe de S.
deppei matagalpae, de Matagalpa y Jinotega; y una
especie referida provisionalmente a S. griseoflavus
Gray, agrupando bajo este nombre las especies referidas por Nelson (1899) como como S. adolphei y
S. variegatoides.
En la segunda publicación se mencionan 82 especies de mamíferos para el país, incluyendo seis
sciúridos: Sciurus boothiae Gray (a esta especie son
referidas aquellas nombradas anteriormente como
S. aestuans var. hoffmanni); S. boothiae belti, con
nuevas localidades en Matagalpa; además reconoce a S. variegatoides y S. variegatoides adolphei, las
cuales habían sido referidas en 1908 como “provisionalmente” a S. griseoflavus. Informa de dos nuevas
localidades para S. richmondi en Matagalpa y nuevas localidades para S. deppei matagalpae en Matagalpa, Jinotega y río Coco (Allen, 1910).
Ya retirado de Nicaragua, Richardson envió en
1917 los últimos ejemplares al American Museum of
Natural History, incluyendo los primeros especímenes nicaragüenses de la ardilla enana, referida como
Microsciurus septentrionalis (actual: M. alfari), proce-
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dente del río Sábalo en río San Juan, lo que marcó
un nuevo límite para la especie (Anthony, 1920).
Debido a la amplia y singular diversidad de colores y patrones de las ardillas centroamericanas,
principalmente en el género Sciurus, era indudable
la confusión en cuanto a la cantidad de sinonimias
que se asignaban a una serie de especies. Interesado en ordenar esta confusión, Harris (1937) examinó 308 ejemplares centroamericanos catalogadas
como Sciurus, concluyendo que muchas de estos
nombramientos y formas debían asignarse a una
especie: S. variegatoides, debido a que muchas
de estas especies y subespecies, a excepción de
pequeñas variaciones, eran localmente constantes,
de manera que siempre que trataba de alcanzar
rangos absolutos de dos o más de estos taxones,
se demostraba claramente una interpolación.
Harris (1937) reconoció para S. variegatoides 15
subespecies, anteriormente asignadas a un sin número de diferentes taxones. Ocho de las especies
indicadas por Nelson (1899) en su revisión de las
ardillas de México y Centroamérica y siete que fueron descritas posteriormente pasaron a ser reconocidas como subespecies: thomasi (Nelson, 1899),
dorsalis (Gray, 1849), adolphei (Lesson, 1842),
boothiae (Gray, 1843), belti (Nelson, 1899), variegatoides (Ogilby, 1839), managuensis (Nelson, 1898),
goldmani (Nelson, 1898), bangsi (Dickey, 1928), underwoodi (Goldman, 1932), atrirufus (Harris, 1930),
astini (Harris, 1930) y helveolus (Goldman, 1912);
además de rigidus (Peters, 1863) y melania (Gray,
1867) que Nelson consideraba como sinónimos de
variegatoides. Harris (1937) propone como rango
de distribución de la especie S. variegatoides de
México a la parte oriental de Panamá.
Harris (1937) también ubicó cinco subespecies
en Nicaragua: S. variegatoides underwoodi, en el
occidente y norte del país; S. variegatoides boothiae, en las altas montañas del norte; S. variegatoides belti, en la vertiente del Caribe y centro-norte;
S. variegatoides adolphei, en el occidente y S. variegatoides dorsalis en el Pacífico sur. Hall y Kelson (1959) y Hall (1981), en sus obras sobre Los
Mamíferos de Norteamérica, actualizaron mucha de
la nomenclatura y distribución de los mamíferos de
Nicaragua, donde se corroboraron cuatro especies
de sciúridos para el país: M. alfari septentrionalis
(Sábalos río San Juan); S. deppei matagalpae (río
Coco y Peñas Blancas); S. richmondi (Matagalpa
y Río Escondido) y S. variegatoides, para la cual
también se confirman las cinco subespecies pro54 •
puestas por Harris (1937). Un nuevo impulso de
la investigación biomédica en los años sesenta y
setenta del siglo pasado acrecentó el conocimiento sobre los mamíferos silvestres del país, dando
inicio cuando en 1964 L.G., Clark de la Escuela de
Medicina y Veterinaria de la Universidad de Pennsylvania contrató para trabajar en Nicaragua a J.K.
Jones Jr., que era curador de mamíferos del Museo
de Historia Natural de Kansas. Él logró reunir una
colección de 5,000 especímenes, que depositó en
museos de Kansas, Washington D.C. y Nueva York
(Genoways y Timm, 2004; Jones et al., 1971; Jones
y Philllips, 1969).
Producto de estas colecciones se publicaron
importantes estudios sobre los roedores de Nicaragua (Genoways y Jones Jr., 1971; Hershkovitz,
1970; Jones Jr. y Genoways, 1971), incluyendo un
trascendental estudio sobre la biología de la ardilla
endémica S. richmondi, con base en una colección
de 53 especímenes, lo cual además incluyó nuevas localidades en el departamento de Chontales
y el Caribe sur (Jones Jr. y Genoways, 1971). Un
nuevo informe de la ardilla endémica nicaragüense
se apareció en 1995, menciona que cuatro ejemplares que permanecieron como “desconocidos”
desde 1922 en el departamento de Mammalogía
de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia
Figura 1. Vista dorsal de cuatro individuos de
Sciurus richmondi colectados en 1922 en el Caribe
norte y depositados en la Academia de Ciencias
Naturales de Filadelfia (Ansp 13608-11). Foto: Ned
Gilmore.
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
la descripción de especies y subespecies de las
ardillas mesoamericanas fueron proporcionados a
través de las dos ediciones de las obras de Reid
(1997, 2009), confirmando cuatro especies para Nicaragua y actualizando su distribución: M. alfari la
ubica en el borde fronterizo con Costa Rica, en el
sureste del país; S. richmondi distribuida en el extremo norte del Caribe sur y la zona central del país;
S. deppie en toda la zona norcentral y en el extremo sureste del lago Cocibolca y S. variegatoides en
todo el país.
Figura 2. Vista ventral de cuatro individuos de
Sciurus richmondi colectados en 1922 en el Caribe
norte y depositados en la Academia de Ciencias
Naturales de Filadelfia (Ansp 13608-11). Foto: Ned
Gilmore.
(Ansp, 13608, 13609, 13610, 13611) fueron identificados como S. richmondi (Figuras 1, 2). Estos individuos fueron parte de una colección obtenida por
W. Huber y J. Fletcher en el municipio de Bonanza
en el Caribe norte (Ulmer, 1995).
Este informe, inadvertido hasta el día de hoy amplía la distribución de la especie en 95 km al norte de la
localidad más septentrional, río Tuma Matagalpa (Jones Jr. y Genoways, 1971). Además, duplica su rango
de distribución mundial, que se estima en 20,000 km2
(Koprowski y Roth, 2008), por este motivo es considerada la ardilla más amenazada y con un alto riesgo
de conservación en el país (Martínez-Sánchez, 1990;
Zúñiga, 1999). Tres reportes más se dieron a conocer
en el siglo actual en el municipio de Bluefields, Caribe
sur (Bradford et al., 2001; Medina-Fitoria, 2016 y Medina-Fitoria et al., 2016).
La siguiente publicación que informó sobre las
ardillas del país fue la Lista Patrón de los Mamíferos de Nicaragua del año 2000, realizada por J.C.
Martínez-Sánchez y su equipo de Fundación Cocibolca, con el apoyo de Timothy McCarthy curador
del Museo Carnegie of Natural History. Esta publicación incluyó 176 especie y revalidó la presencia
de cuatro especies de Sciúridos: S. richmondi, M.
alfari, S. deppie y S. variegatoides; sin mencionar
las subespecies de esta última (Martínez-Sánchez
et al., 2000). Por su parte, importantes aportes a
De acuerdo con Harris (1937), Reid (1997, 2009)
asocia 15 subespecies a S. variegatoides, aunque
únicamente describe 11 en sus publicaciones; cuatro de éstas las ubica en Nicaragua; dorsalis en
toda la vertiente del Pacífico, underwoodi en el occidente del país, con belti y thomasi en el Caribe. Sin
embargo, no informa de las subespecies adolphei
y boothiae, aunque sí incluye a thomasi en el Caribe, descrita para Costa Rica por Harris (1937). Thorington y Hoffman (2005), en su descripción de la
familia Sciuridae también asocian 15 subespecies
a S. variegatoides y reconocen como válidas las taxas adolphei y boothiae. Genoways y Timm (2005)
colectaron en la península de Cosigüina en Chinandega 14 ejemplares que asociaron a la subespecie S. variegatoides adolphei, fueron depositados
en los Museos Natural History Museum, University
of Kansas, Lawrence (ku 115239-50) y Museum of
Vertebrate Zoology de la University of California,
Berkeley (Mvz 110304-05). Por lo que inferimos que
estas subespecies deberían actualmente ser válidas para el país.
No obstante, nuevos patrones de coloración de
S. variegatoides diferentes a las subespecies ya conocidas han sido documentadas en el país, las mayoría podrían ser formas intermedias ya conocidas o
bien nuevas subespecies. Ejemplo de ello es la isla
de Ometepe (Rivas), donde se informa desde hace
décadas de al menos cuatro patrones diferentes de
S. variegatoides (Jones Jr. y Phillips, 1969), aunque
solo una de ellas ha sido documentada como subespecie: S. variegatoides dorsalis, restringida al Pacífico sur de Nicaragua y noroeste de Costa Rica (Hall
1981, Villalobos-Chaves et al., 2016).
Jones Jr. durante su expedición de 1968 describió detalladamente estas marcadas variaciones:
“Mientras trabajabamos en la isla, aprendimos de
los residentes locales que las ardillas que aquí se
encuentran son de colores diferentes. Aun así, no
estábamos preparados para lo que encontramos en
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
• 55
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
la expedición de campo de 1968. Los pocos ejemplares que hemos colectado de la parte norte de la isla
eran de hecho inusuales y parecen representar una
subespecie no descrita. Smith y Choate, también colectaron en el volcán del sur, donde obtuvieron una
muestra interesante de las ardillas, algunas de las
cuales fueron negras, otras muy pálidas en color, algunas de color rojizo, y aún otras que combinan los
colores amarillo, rojo, blanco y negro. Esta colección,
actualmente en estudio, podría permitir a los investigadores entender mucho sobre las variaciones heredadas en el color del pelaje de las ardillas en esta
parte de América Central” (Jones Jr. y Phillips, 1969).
Lamentablemente estos datos no se han publicado, ya que hasta la fecha no se conoce una obra
que recopile todos estos registros. A pesar de ello,
se han podido constatar que en la isla se encontraron dos patrones de coloración: una muy colorida
con líneas laterales, posible variación de alguna de
las subespecies de banda dorsal, y otra completamente oscura o melánica. Es de esperarse que
nuevas formas o subespecies de ardillas puedan
ser descritas en esta isla de 276 km2 inmersa en el
lago Cocibolca (8,264 km2), considerado uno de los
lagos de agua dulce más grande del mundo. Según
Martínez-Sánchez et al. (2001), el carácter insular
de Ometepe la convierte en un territorio con singulares ecosistemas y especies endémicas de flora y
fauna, con un alto potencial para el registro de nuevas taxas.
Un nuevo listado a nivel de especies sobre los
mamíferos de Nicaragua fue publicado en 2012
(Medina-Fitoria y Saldaña, 2012), donde además
de las cuatro especies de ardillas reportadas a la
fecha, se mencionan dos nuevas, G. volans referida en los bosques de pino de la zona norte y S.
granatensis reportada al sureste del país. Recientemente S. granatensis también ha sido observada en
el Caribe sur (Bluefields) y zona norte (Peñas Blancas Matagalpa), lo cual marcaría un nuevo límite de
distribución mundial. Sin embargo, para ninguna de
éstas especies se menciona algún espécimen en
colecciones de museo.
En resumen, seis especies de tres géneros de
sciúridos son reconocidos para Nicaragua, cuatro
especies de Sciurus: S. variegatoides, S. deppei, S.
richmondi y S. granatensis, más M. alfari y G. volans, (Medina-Fitoria y Saldaña, 2012). Tres de estas
especies presentan su límite de distribución mundial
en Nicaragua: S. granatensis, M. alfari y G. volans y
una de ellas es endémica para el país, S. richmondi.
56 •
Además se tiene evidencia de la presencia de seis
subespecies de S. variegatoides: adolphei, dorsalis,
underwoodi, belti, thomasi y boothiae.
De las seis especies que existen en Nicaragua,
tres se encuentran incluidas en alguna categoría
de riesgo en el país: S. richmondi y G. volans catalogadas como en peligro de extinción y M. alfari
como amenazada (Medina-Fitoria et al., 2018). En
cambio iucn (2008) no incluye a ninguna de estas
especies bajo riesgo y únicamente cataloga a S.
richmondi como casi amenazada; esta última especie también presenta veda nacional indefinida
(MArenA, 2016); este es el contexto actual de las
ardillas nicaragüenses.
Nicaragua con 130,370 km2 es parte de Centroamérica en la región Mesoamericana, la cual se define como una extensión del Istmo de Tehuantepec,
desde el sur de México hasta el norte de Colombia
y noroeste de Ecuador (Halffter, 1987). Esta región
es una de las zonas con mayor biodiversidad en el
mundo y un área de prioridad para los esfuerzos globales de conservación; aunque solo cubre 0.5% de
la superficie terrestre del planeta, alberga 7% de las
plantas y animales del mundo (Miller et al., 2001).
Nicaragua se ubica en el hemisferio norte, limitando al norte con Honduras, al sur con Costa
Rica, al oeste con el océano Pacífico y al este con
el mar Caribe. La temperatura media es de 25.4°C
y la precipitación media anual es de 2,391 mm, con
extremos que van desde los 400 mm al año en ciertas sabanas hasta 6,000 mm en el sureste del país
(MArenA, 1999). El país constituye una región relativamente baja en elevación debido a una llanura
comparativamente nivelada en ambas costas entre
el mar y la base de las montañas del norte. Este
gradiente topográfico altitudinal marca el relieve del
paisaje, con las montañas del norte alcanzando
los 2,100 m en la cordillera de Dipilto y Jalapa, que
constituye un escudo de tierras altas que representa la terminación de la antigua masa continental
Norteamericana (Incer, 1975).
Este escudo desciende hacia ambas costas,
dando paso a la depresión del Pacífico dominada por los grandes lagos (Xolotlán y Cocibolca)
y la cadena volcánica paralela a la costa; hacia
el este, desciende en una extensión de llanuras
bajas, cálidas y húmedas hasta el litoral marino
del Caribe (Incer, 1975). Estos marcados gradientes de precipitación y altitud determinan las
principales formaciones ecosistémicas y vegeta-
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
ellas el Istmo de Rivas, el cual posee un microclima húmedo por la influencia de los vientos alisios
procedentes del Caribe que cruzan el lago Cocibolca cargados de humedad.
Figura 3. Regiones biogeográficas de Nicaragua.
les del país (Taylor, 1963). Según Meyrat, (2001),
Nicaragua presenta de 68 tipos de ecosistemas,
de los cuales 52 son naturales. Basándose en estas formaciones ecosistémicas y vegetales, Incer
(1975) divide Nicaragua en tres regiones biogeográficas (Figura 3).
Región Norcentral. Comprende 35% de la superficie del país. El relieve es accidentado con altitudes que van de 400 a 2,000 m y precipitaciones que
oscilan entre 1,000 y 2,000 mm. Esta zona contiene extensos pinares, predominantemente de Pinus
oocarpa, alternando con robledales (Quercus sp.) y
nebliselvas. Se sugiere que un bosque tropical húmedo, similar al de la región Caribe, se extendía a
través de las tierras bajas y valles de esta región
(Denevan, 1961). En la actualidad el paisaje está
dominado por pastos, cafetales y cultivos anuales,
formando un intricado mosaico en el que los parches de bosque van desapareciendo rápidamente.
Región del Pacífico. Representa 15% de la
superficie del país, la precipitación promedio es de
1,300 mm y es la región más degradada y densamente poblada; sus suelos son altamente fértiles.
Originalmente el bosque tropical seco o bosque
deciduo era la formación vegetal predominante,
con sabanas de jícaros (Crescentia alata) y formaciones arbustivas xerofíticas; además de la presencia de una cadena volcánica compuesta de conos activos y lagunas cratéricas. En la actualidad
ha sido reducida a pequeños parches de bosques
en las laderas de algunos volcanes y zonas costeras, con predominio de zonas urbanas, cultivos y
pastos. Algunas zonas en la parte más meridional
de esta región se consideran de transición, entre
Región Caribe. Es la más grande y comprende
50% del territorio nacional. Esta región se caracteriza por la presencia del bosque tropical húmedo, además de una considerable llanura de pinos
(Pinus caribaea) en el extremo noreste, la cual se
extiende a través de una amplia región de suelos
particularmente pobres; además se presentan lagunas costeras, pantanos y manglares a lo largo de la
línea litoral caribeña. Resultado de estas formaciones biogeográficas y confluencia de ambientes, la
fauna de Nicaragua es especialmente interesante,
con especies y subespecies restringidas a ciertos
tipos de cobertura y otras ocupando una amplia
diversidad de ecosistemas. Esto implica que especies de ardillas alcancen su límite de distribución
mundial norteño o sureño en este país; siendo quizás el caso más conspicuo el de G. volans, cuya
dispersión estaría asociada a la distribución natural
del género Pinus, que alcanza su límite meridional
en Nicaragua (Steven et al., 2001).
En este escenario se desarrollan las ardillas nicaragüenses y, aunque la mayoría de las especies
tiene una distribución amplia, lo que indica que pueden vivir en una gran variedad de ambientes, varias
tienen una distribución restringida en el país, entre
ellas la especie endémica S. richmondi, así como
G. volans, S. granatensis y M. alfari; estas últimas
alcanzan el país sólo en un extremo de su distribución mundial (Hall, 1981; Medina-Fitoria y Saldaña,
2012; Reid, 2009). La mayor diversidad de ardillas
en Nicaragua se encuentra en el Caribe, particularmente en el sureste, entre Bluefields, Río San Juan
y el este de la zona central (Chontales), donde coexisten cinco especies: M. alfari, S. richmondi, S. deppei, S. granatensis y dos subespecies de S. variegatoides. Por ende, la mayoría de las especies en
Nicaragua están asociadas principalmente al bosque húmedo caribeño, con tres especies propias de
este tipo de ecosistema: M. alfari, S. richmondi, y S.
granatensis.
En la región norcentral es posible encontrar dos
especies: S. deppei la cual puede encontrarse en
bosques húmedos y bosques de altura (montanos,
premontanos y pinares con sus asociaciones) y G.
volans la cual está restringida fuertemente a los
bosques maduros de pinos y pino-roble del norte.
Sólo una especie se encuentra en todo el país, S.
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
variegatoides la cual es la única especie típica del
Pacífico del país en una gran variedad de hábitats.
Las ardillas arbóreas del género Sciurus son sin
duda alguna las que más ampliamente se distribuyen en el país y pueden encontrarse en todos los
bosques, tanto de bajura como de altura; siendo S.
variegatoides la de mayor distribución y diversidad
con seis subespecies reconocidas en Nicaragua.
Según Harris (1937), este grupo muestra en su conjunto un estado de evolución en el cual se desarrollan grupos de especies estrechamente relacionadas o razas geográficas bien marcadas, a menudo
dentro de áreas limitadas.
De manera que es posible encontrar en algunas zonas individuos con características comunes
a dos diferentes subespecies. La variación de patrones de color en la subespecie S. variegatoides
underwoodi del norte de Nicaragua y oeste de
Honduras, sugiere intergradación con las subespecies bangsi y variegatoides en el oeste (El Salvador-oeste de Honduras) y con boothiae en el este
(Honduras-este de Nicaragua). La subespecie thomasi, al parecer también presenta intergradación
con belti a lo largo de la vertiente caribe, donde
ambas presentan grandes similitudes en color y
patrones de manchas.
Estas formas intermedias de S. variegatoides
son más evidente en áreas donde se superponen
dos o más formas, como el caso de la Isla de Ometepe (Istmo de Rivas) donde es frecuente observar
individuos de una forma colorida posiblemente intermedia a alguna subespecie con banda dorsal,
como la subespecie dorsalis del Pacífico sur de Nicaragua y noroeste de Costa Rica o, quizás, con la
subespecie rigidus del Pacífico norte de Costa Rica
(Villalobos-Chaves et al., 2016). Algunas de estas
características intermedias se vuelven localmente
constantes, llegando a veces a contrastar bruscamente con los caracteres de las poblaciones de
áreas adyacentes; por ejemplo, los individuos melánicos de la Isla de Ometepe, que actualmente son
frecuentes en sur del país tanto en el Pacífico (Rivas) y el Caribe (Río San Juan). Cabe señalar que
la única subespecie totalmente oscura descrita es
S. variegatoides melania del Pacífico centro y sur
de Costa Rica y oeste de Panamá (Villalobos-Chaves et al., 2016).
El Istmo de Rivas (zona de transición entre
el Caribe y el Pacífico) sería el único lugar documentado en Nicaragua donde convergen al menos
tres formas diferentes de S. variegatoides (aunque
58 •
solo una es reconocida como subespecie). Este
rango de convivencia de tres formas de esta especie también se describe en el noreste de Costa Rica utilizando una compleja zona de ecotono
en el Pacífico central y sur del país (McPherson,
1985) donde coexisten las subespecies atrirufus,
dorsalis y rigidus (Villalobos-Chaves et al., 2016).
Nelson (1899) sugirió una tendencia general a
la aparición de razas asociada a la variación geográfica y a la vegetación en las subespecies de S.
variegatoides, encontrando a las de color oscuro
en regiones de intensa lluvia y vegetación densa,
a las de razas pálidas a zonas de escasa precipitación y bosques abiertos. Específicamente ocurre
en las formas más oscuras y más intensamente
coloreadas y con partes inferiores rufas, como en
belti y thomasi, que viven en las regiones de mayor
precipitación. De éstas, belti presenta mayor distribución a través de toda la vertiente del Caribe y las
laderas de las tierras altas centrales; en cambio,
thomasi aunque también ocupa la mayor parte de
la costa del Caribe, parece ocupar las áreas con
mayor vegetación y mayor humedad.
La forma melánica de la isla de Ometepe es
también residente de los bosques húmedos del
Caribe sur, ambas zonas influenciadas por la humedad. De manera que el aumento de este factor
parece estar asociada a una mayor intensidad de
coloración, lo cual es evidente en los colores oscuros y variados de S. granatensis y S. richmondi,
ambas propias del Caribe. A pesar de ello, son propias de las zonas secas del Pacífico y las subespecies de S. variegatoides con colores claros a
grisáceos opacos (dorsalis, adolphei y underwoodi). Unicamente boothiae, de colores pálidos está
asociada a los bosques de altura del norte del país
(montanos y submontanos).
El hecho que tres de las especies de ardillas
marquen su límite de distribución mundial en el
Caribe de Nicaragua y no alcancen las altas montañas del norte o el Pacífico, indicaría la presencia de barreras biogeográficas. Halffter (1987)
propone en Mesoamérica como barreras bióticas, al Istmo de Tehuantepec, las tierras bajas de
Nicaragua y el Istmo de Panamá; por lo que, la
depresión de Nicaragua (al sureste del país) es
considerada no sólo un área de límites biogeográficos que divide la biota al norte y sur (Marshall y Liebherr, 2000), sino también un área de
endemismo a nivel nacional (Martínez-Sánchez,
1990; Zúñiga, 1999). Janzen (1976), usando in-
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
formes del tiempo en Costa Rica, propone la hipótesis de que las cadenas montañosas tropicales a
una altura dada podrían ser mucho más difíciles
de cruzar por los organismos, que las cadenas
montañosas extratropicales de alturas similares.
Esto se debe a que los organismos tropicales están normalmente expuestos a ámbitos menores
en los cambios estacionales (y diarios) de temperatura que los extratropicales. Por consiguiente, debe soportar las diferencias de temperatura
encontradas al cruzar los macizos montañosos
como son las montañas del norte del país.
Sin embargo, actualmente las barreras biogeográficas no son las únicas que condicionan la
existencia de las especies en Nicaragua, ya que
actualmente la distribución de la mayoría de ellas
depende en gran medida del grado de conservación y conectividad de los ecosistemas naturales.
Las ardillas nicaragüenses, aunque ocurren en
muchos ecosistemas terrestres del país, dependen en gran medida del carácter de los bosques.
La distribución actualizada de las especies de ardillas nicaragüenses se presenta en el Cuadro 1,
tomando en cuenta la consulta de mapas de distribución presentados por Hall (1981), Reid (1997,
2009) y iucn (2008); así como localidades inéditas
de los autores.
CaraCterístiCas de la familia sCiuridae que
la diferenCian de otros roedores:
•Longitud cabeza-cuerpo usualmente varía entre 108-300 mm; con un peso que oscila entre 45
y 910 gr.
•Cuerpo cubierto de pelos suaves y densos sin
distinción con respecto a los pelos guarda.
•Cola larga y cubierta de abundante pelaje, se
aprecían pelos largos (> a 10 mm) en toda su extensión.
•Ausencia de bolsas de piel externa en las mejillas.
•Piernas largas y delgadas. Los tobillos son flexibles y pueden girar, lo cual les ayuda a descender
de los arboles con la cabeza por delante.
•Patas delanteras con cuatro dedos largos, claramente menor a la longitud de las patas traseras,
las cuales presentan cinco dedos. Todos los dedos
tienen garras.
•Premolares inferiores presentes, dientes totales de 20 o más.
Cuadro1. Distribución de las ardillas de Nicaragua; revisión bibliográfica (X) y nuevas localidades (+).
Especie/Subespecie
Glaucomys volans
Microsciurus alfari
Sciurus deppei
Sciurus richmondi
Sciurus granatensis
Sciurus variegatoides
S. v. aldolphei
S. v. underwoodi
S. v. boothiae
S. v. dorsalis
S. v. belti
S. v. thomasi
S. v. (melánica)
Pacífico
norte
Pacífico
sur
X
X
X
X
+
X
Norcentro
de altura
+
Cordillera
central
X
X
X
X
X
Caribe
norte
Caribe
sur
+
+
+
+
X
X
X
X
+
X
X
X
X
X
+
X
X
+
+
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+
• 59
Clave para las espeCies niCaragüenses de
la familia sCiuridae
Presentan un pliegue dérmico entre los miembros
anteriores y posteriores modificado para planear;
cola con los pelos laterales muy largos dando la
apariencia de ser aplanada y pelo muy sedoso:
Glaucomys volans.
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
No presentan pliegue dérmico entre las patas.
La cola tiene pelos de igual dimensión dorsal y,
lateralmente, el pelo es áspero; (1).
1. La longitud de cabeza-cuerpo es menor a 150
mm; la cola es usualmente más corta que la longitud cabeza-cuerpo (80-130 mm) y nunca es de apariencia escarchada. El pelaje es oscuro en el dorso
y más claro ventralmente. Las orejas son peludas y
cortas (12-19 mm), que no sobresalen por encima
de la coronilla de la cabeza: Microsciurus alfari.
1’. La longitud de la cabeza-cuerpo es mayor a
160 mm y la cola es mayor a 130 mm. Las orejas
no tienen pelos prominentes que sobresalgan por
encima de la coronilla; (2).
2. La longitud de la cola es mayor a 230 mm;
la coloración del cuerpo muy variable, desde completamente negra, café oscuro o blanca, hasta
muy coloridas; a veces con franjas dorsales o laterales (única especie con este tipo de franjas). La
cola usualmente tiene pelos de tonos claros entremezclados con pelos oscuros y rojizos (apariencia
canosa): Sciurus variegatoides (5).
2’. Longitud de la cola menor a 215 mm. El pelaje es de café oscuro a café oliva o rojizo, pero
nunca con dorso color claro o con bandas dorsales o laterales; (3).
3’. La cola tiene las puntas finamente escarchadas de blanco o crema; el pelaje ventral varía
entre gris claro, café rojizo o amarillo pálido que
generalmente contrasta con el dorso (155-197
mm): Sciurus deppei.
3. La cola de café a rojiza brillante o negra escarchada de pelos anaranjado brillante; nunca con las
puntas claras escarchadas de blanco o crema; (4).
4. Dorsalmente es café oscuro entremezclado con naranja brillante, a menudo con una línea
oscura en la espalda hasta la base de la cola; el
pelaje ventral café rojizo profundo o anaranja60 •
do más brillante que contrasta fuertemente con
el dorso. La cola es larga y voluminosa, con la
base oscura, pero de un rojo anaranjado brillante en la mayor parte de su extensión y con la
punta negra pronunciada (142-212 mm): Sciurus
granatensis.
4’. El cuerpo uniformemente pequeño, fino, estilizado y de colores menos vivos que S. granatensis. Dorso café oscuro a ocre, ventralmente más
pálido. La cola estrecha y mayormente oscura escarchada de naranja pálido en toda su extensión
(130-184 mm): Sciurus richmondi.
Clave para las subespeCies
de sCiurus variegatoides
niCaragüenses
Aunque genéticamente no se conoce mucho
sobre S. variegatoides, sabemos que presenta
gran variación en colores, desarrollando subespecies estrechamente relacionadas entre sí con
series intermedias o intergradación de razas, algunas de las cuales necesitan ser definidas en el
país. Los colores corporales varían de casi blanco
o crema a través de amarillo y marrón rojizo a completamente negro, y los patrones varían desde la
presencia o ausencia de rayas dorsales o laterales
hasta manchas corporales. Se deben de tomar en
cuenta los cambios estacionales que influyen en el
color del pelaje, pasando por el desvanecimiento
gradual de los colores oscuros a marrones opacos,
hasta un color más brillante y más intenso con la
muda (Harris, 1937).
En este caso, los patrones en los que se basan las siguientes claves se tomaron para individuos hipotéticamente desarrollados, describiendo de manera general patrones típicos para cada
subespecie.
5. El dorso, la zona ventral y la cola es de color
negro oscuro uniforme que se convierte en marrón
con el tiempo y la exposición (los pelos marrones
viejos se sustituyen por pelos negros cuando el animal muda); sin parche ni bandas corporales: forma
melánica no definida taxonómicamente.
5’. El dorso, la zona ventral y la cola es de color variable, pero no uniformemente oscura; (6).
6. El área ventral y los lados del cuerpo son
blanco a gris claro que contrasta con una franja dorsal fuertemente marcada en negro, marrón oscuro a
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
café claro, desde las orejas o la nuca hasta la base
de la cola; la cola blanca es fuertemente lavada con
negro: S. variegatoides dorsalis.
6’. Sin franja dorsal marcada. En el área ventral
y los lados del cuerpo son de color variable; (7).
7. Ventralmente blanco, cremoso o amarillo claro.
A veces con una línea lateral amarillenta o rojiza; (8).
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
7’. El área ventral rufa a rojiza (no clara). Sin
línea lateral; (10).
8. La oreja con mechones escasos de pelaje en la parte superior y con manchas post-auriculares amarillo leonado a blanco prominentes
en las bases. Las partes superiores gris pálido,
gris-amarillento a gris oscuro lavado con negro.
Las partes inferiores blancas y a veces amarillo
leonado. Una línea lateral amarillenta a veces
presente en los lados. La cola blanca en su mayor parte lavada con negro profundo. Habita en
tierras altas del norte y este de Chinandega: S.
variegatoides underwoodi.
8’. No presenta mechones de pelo prominente
en las puntas de las orejas; (9).
9. Usualmente presenta una línea lateral rojiza.
En las partes superiores marrón amarillento lavado con negro. Las partes inferiores blancas. Un
parche post-auricular ocre leonado. La cola blanca
lavada con negro. Habita en la zona norte montañosa del país: S. variegatoides boothiae.
9’. La línea lateral es ausente. Las partes superiores y los lados del cuerpo gris oscuro a amarillo
leonado, lavado con negro; las partes inferiores es
blanco a veces con los flancos gris amarillento. Un
parche post-auricular blanco. La cola blanca lavada
con negro. Se encuentra en el occidente del país: S.
variegatoides adolphei.
10. Las partes superiores son marrón amarillento lavado con negro. Ventralmente rufo oxidado uniforme, pero variable en tono. Usualmente
con mancha blanca en la garganta, el pecho, las
axilas y la parte inferior del abdomen. Un parche
post-auricular ocre-leonado. Es común en áreas
alteradas: S. variegatoides belti.
10’. Similar a belti, pero mucho más negro por
encima y con colores más vivos, muchas veces
naranja-oscuro; lados con lavado más claro de
Figura 4. Glaucomys volans. Foto: Jon Hall.
negro. Partes inferiores y parche post-auricular
rufo-anaranjado brillante. Se encuentra en zonas
muy húmedas y conservadas: S. variegatoides
thomasi.
resumen de las espeCies y subespeCies
niCaragüenses
Glaucomys volans (Linnaeus, 1758). Figura 4.
Ardilla planeadora / Southern Flying Squirrel.
Medidas. Lc-c 117-135, C 81-120, Lp 21-33, O 1323; Peso 46-85 gr.
Descripción. Los individuos centroamericanos
son referidos a la subespecie G. volans underwoodi
(Goodwin, 1936, 1961). Muy pequeña; se distingue
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
• 61
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
por la membrana o patagio que se extiende entre las
extremidades anteriores y posteriores; y con una línea
oscura en el borde de la membrana. Esta extensión
cutánea adapta al animal para la planeación aérea.
Sus ojos son grandes y oscuros, adaptados para la
vida nocturna. El pelaje es corto, suave, sedoso y de
coloración gris-marrón claro en el dorso, con los lados de la cabeza grisácea; parte ventral de color blanco sucio o cremoso. Cola lateralmente comprimida y
densamente peluda (Cahalane, 1961).
Especies similares: Ninguna otra especie en
el país presenta membrana cutánea entre las extremidades.
Historia Natural. Estas ardillas son nocturnas
y descansan en madrigueras en la oquedad de un
tronco o un nido abandonado de pájaro carpintero,
en el cual pueden vivir varias ardillas ya que tienden
al gregarismo. Son más abundantes en áreas con
árboles grandes que tienen más grietas y huecos
para los nidos (Manzano-Fischer, 1993). Se desplazan planeando entre los árboles hasta 60 metros de
distancia, extendiendo sus cuatro patas y desplegando la membrana cutánea. Las poblaciones sureñas presentan picos de nacimientos de febrero a
marzo y de septiembre a octubre, una gestación de
mes y medio, con camadas de dos a cuatro crías.
En cautiverio logran sobrevivir hasta 13 años. Sus
principales depredadores son rapaces nocturnas y
didélfidos (Cahalane, 1961). Hábitat. Habitante de
los bosques maduros de coníferas y los bosques
mezclados entre latifoliados y pinares (Marineros y
Martínez, 1998).
Figura 5. Mapa de distribución de Glaucomys
volans.
descomposición y por no existir en el país un museo
que proporcionara las condiciones adecuadas para
su preservación.
Un segundo registro fue un individuo en su
estado natural en diciembre de 2010 a las 20:30
horas, durante un muestreo nocturno quiropterológico; este se desplazaba en el bosque de pino
a unos cinco metros de altura, municipio de Mozonte, finca Buenavista (558042/1520069. 1653
m). Estos reportes representan nuevos límites,
aumentando unos 60 km desde la localidad más
austral, en el municipio del Paraíso, al sur de
Honduras (Marineros y Martínez, 1998). Sin embargo, para esta especie aún no se cuenta con
una muestra depositada en algún museo con procedencia Nicaragua.
Distribución general. Desde Quebec y Nueva
Escocia en Canadá; Texas, Kansas y Minnesota en
EU, el noroeste de México hasta el sur de Honduras (Goodwin, 1936; Hall, 1981; Marineros y Martínez, 1998) y; norte de Nicaragua (Medina-Fitoria y
Situación actual. Rara y con bajas densidaSaldaña, 2012). Esta especie tiene una distribución
fragmentada con poblaciones montanas y dispersa des poblacionales; en Nicaragua está fuertemenen México y Centroamérica. Tierras altas arriba de te asociada a los pinares y bosques de roble-encino (límite mundial del género Pinus). El hábitat de
los 800 m. (Manzano-Fischer, 1993).
esta especie se ha reducido debido a la deforesDistribución en Nicaragua. En Nicaragua se tación causada principalmente por la extracción
ha documentado en dos ocasiones a través de de madera y la plaga del gorgojo descortezador
observaciones directas, ambas en los bosques de (Dendroctonus sp., Coleoptera); por lo que prepino de la Reserva Natural Dipilto Jalapa, departa- sumimos una disminución considerable de su dismento de Nueva Segovia (Figura 5). En noviembre tribución natural. iucn (2008) la clasifica de baja
de 2010 se reconocieron los restos de un individuo preocupación. A nivel nacional se considera en
depredado en el municipio de San Fernando, finca peligro de extinción debido a los pocos registros
Montecristo (577795 /1522798. 815m), el cual no y a la notoria disminución de los bosques de pino
pudo ser colectado debido a su avanzado estado de (Medina-Fitoria et al., 2018).
62 •
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Figura 6. Microsciurus alfari. Foto: Josué Pérez.
Reserva Privada Wastuna, Caribe Norte.
Microsciurus alfari (Allen, 1895). Figura 6.
Ardilla enana norteña / Central american dwarf squirrel.
Medidas. Lc-c 108-146, C 80-130, Lp 30-41, O 1219; Peso 72-105 gr.
Descripción. Los individuos de Nicaragua son
referidos a la subespecie M. alfari septentrionalis
(Anthony, 1920). Muy pequeña; cola peluda finamente bordeada de amarillo, más corta que la longitud cabeza-cuerpo; pelaje oscuro marrón, con la
parte ventral café claro. Hocico chato, orejas cortas y peludas que no sobresalen por encima de la
cabeza.
Especies similares: Se distingue de otras ardillas por su tamaño y sus orejas cortas y peludas que
no sobresalen; sin rojo en la cola como en S. granatensis; la especie S. variegatoides es más grande,
con la cola densamente escarchada de blanco y S.
deppei tiene cola negruzca escarchada con blanco
y cuerpo grisáceo.
Historia Natural. Diurna y arbórea, aunque
puede desplazarse rápidamente por tierra. Son tímidas, solitarias o en pareja. Es estrictamente arborícola, adaptada para usar troncos de árboles. Se
alimenta de frutas de palmas, semillas, vegetación
e insectos; a menudo roe la corteza viva de los árboles de Inga y succionan el exudado. Pocos datos
sobre apareamiento de este animal; sin embargo, al
igual que la mayoría de las ardillas se supone que
Figura 7. Mapa de distribución de Microsciurus
alfari.
las crías son altriciales, con una probable época de
reproducción entre abril y junio (Loveridge, 1935).
Hábitat: Habita los bosques maduros siempre verde
de tierras bajas y bosques húmedos de tierras altas
(Costa Rica); se encuentra en áreas con muchas
palmas (Voss y Emmons, 1996).
Distribución general. Sureste de Nicaragua
(Río San Juan), hacia el sur a través de Costa Rica,
Panamá y el oeste colombiano; desde el nivel del
mar hasta 2,600 m (Hall, 1981).
Distribución en Nicaragua. Se localiza a lo
largo de los bosques húmedos del Caribe (Figura
7). Fue descrita para Nicaragua por Anthony (1920)
producto de dos individuos capturados en 1917 en
el Río Sábalos, departamento de Río San Juan;
lo cual marcó nuevo límite de distribución mundial
(Hall, 1981). Esta especie podría presentar abundancias limitadas en el país, tomando en cuenta
que solo una localidad había sido reportada durante
todo el siglo XX.
Durante el presente siglo, nueve nuevas localidades son descritas para la especie en el país entre
2001 y 2014, cinco de las cuales marcan nuevas
localidades al norte de su distribución conocida,
siendo Bonanza en la Reserva Privada Wastuna la
localidad más septentrional, lo cual marca un nuevo
límite mundial para la especie (Cuadro 2).
Situación actual. Rara en el país y con bajas
densidades; en Nicaragua está fuertemente asocia-
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
• 63
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Cuadro 2. Nuevas localidades para Microsciurus alfari en la vertiente caribe de Nicaragua.
Fecha
Departamento
Localidad
Coordenadas - Altitud
2001-Ene
2003-Mar
2005-Sep
2005-Sep
2011-Sep
2013-Ene
2013-Oct
2013-Dic
2014-Abr
Río San Juan
Caribe Sur
Río San Juan
Río San Juan
Río San Juan
Caribe Norte
Caribe Sur
Caribe Sur
Caribe Sur
RVS Los Guatuzos
RN Cerro Wawashang
RB Indio Maíz
RB Indio Maíz
Río Sábalos
RSP Wastuna*
Río Scofram-caño Frijol
RN Punta Gorda
RN Punta Gorda
748130 / 1226075 – 75m
810874 / 1394491 – 120m
797280 / 1216259 – 74m
789585 / 1231768 – 87m
783896 / 1238474 – 136m
755855 / 1546994 – 391m
188176 / 1330874 – 27m
186767 / 1268033 – 45m
816734 / 1275122 – 32m
*= Localidad más septentrional para la especie (nuevo límite mundial).
da a los bosques húmedos de bajura del caribe. Su
distribución se ha reducido fuertemente debido a la
deforestación en el sureste del país, causado principalmente por la extracción de madera y el avance
de la frontera agrícola. iucn (2008) la clasifica de
baja preocupación. A nivel nacional se considera amenazada debido a los pocos registros y a la
acelerada disminución de los bosques en el Caribe
(Medina-Fitoria et al., 2018).
Sciurus deppei (Peters, 1863). Figura 8.
Descripción. Los individuos nicaragüenses son
referidos a la subespecie S. deppei matagalpae
(Allen, 1908). Pequeña; vista en su ambiente la cola
aparenta ser del mismo tamaño que el cuerpo y cabeza. Pelos café oscuro con puntas blancas; pelaje
marrón oliva oscuro o marrón rojizo, ventralmente
claro, gris claro, café rojizo o amarillo pálido. Dos
premolares superiores.
Especies similares: Puede ser simpátrica con
S. granatensis, S. richmondi y S. variegatoides y se
diferencia de éstas en presentar dos premolares superiores y no uno; S. deppei es más pequeña que
S. variegatoides y con la cola más corta. Las especies S. richmondi y S. granatensis presentan la cola
con las puntas del pelaje anaranjados; nunca con
las puntas claras.
Ardilla matagalpina / Deppe’s squirrel.
Figura 8. Sciurus deppei. Foto: José G. Martínez,
Bartola Río San Juan.
64 •
Medidas. Lc-c 181-225, C 155-197, Lp 46-55, O 2130; Peso 191-219 gr.
Historia Natural. Diurna y principalmente arbórea, desciende al suelo para buscar alimento o cruzar claros. Utiliza los niveles medios y superiores del
bosque para descansar, usualmente con la cola sobre su espalda. Se refugia en cavidades de árboles
o hace nidos de hojas en ramas a una altura de seis
a 20 m (Coates-Estrada y Estrada, 1986). Son solitario y discreto, pero a veces se alimentan en grupos llamándose con trinos agudos. Su dieta incluye
semillas y frutas, incluyendo Manilkara, Brosimum y
Poulsenia; hongos, brotes y hojas (Coates-Estrada
y Estrada, 1988, Emmons y Feer, 1999). Los jóvenes nacen al final de la estación seca (Reid, 2009).
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Hábitat. Se encuentra en bosques siempre verde,
favoreciéndole zonas húmedas y vegetación densa;
así como bosques semideciduos abiertos en elevaciones altas y plantaciones de café con sombra.
Visita zonas agrícolas y puede ser plaga de maíz
y otros cultivos, pero desaparece si el bosque adyacente es perturbado (Nelson, 1899).
Distribución general. Tamaulipas México, hacia el sur en ambas costas alcanzando Belice, Guatemala y El Salvador; y a lo largo de las montañas
centrales de Honduras, Nicaragua hasta el norte de
Costa Rica. Tierras bajas hasta 2.800 m (Thorington y Hoffmann, 2005).
Figura 9. Mapa de distribución de Sciurus deppei.
Distribución en Nicaragua. Habita bosques
de altura en el norte, bajando hacia la zona central
Cuadro 3. Nuevas localidades para la especie Sciurus deppei en Nicaragua.
Fecha
2001-Abr
2002-Mar
2005-Abr
2005-Jul
2005-Jul
2005-Jul
2007-Dic
2009-Jul
2009-Oct
2011-Mar
2011-Mar
2011-Mar
2011-May
2011-Oct
2013-Mar
2013-Jun
2014-Abr
2014-Sep
2015-Jul
2016-Mar
2016-Abr
2017-Abr
Departamento
Matagalpa
Caribe Sur
Madríz
Matagalpa
Matagalpa
Estelí
Boaco
Jinotega
Caribe Norte
Estelí
Estelí
Estelí
Matagalpa
Río San Juan
Caribe Norte
Caribe Norte
Caribe Sur
Río San Juan
Caribe Sur
Jinotega
Caribe Norte
Jinotega
Localidad
RN Cerro Musún
RN Cerro Wawashang*
RN Cerro La Pataste
RN Cerro Arenal
RN Cerro Apante
RN Miraflores
RN Cumaica Cerro Alegre
RN Cerro Yalí
Cerro Mistruk
RN Miraflores
RN Cerro Quiabúk
RN Tisey-Estanzuela
RN Peñas Blancas
Sábalos
RN Cola Blanca*
Francia Sirpi*
RN Punta Gorda*
Refugio Bartola
Palpunta / Tumarín*
RSP El Jaguar
RN Saslaya
RSP Santa Maura
Coordenadas - Altitud
690531 / 1438067 - 748 m
841959 / 1412421 - 80 m
540877 / 1476410 - 1166 m
609628 / 1442407 - 1340 m
617374 / 1426098 - 1400 m
580406 / 1464491 - 1385 m
636110 / 1393924 - 886 m
593459 / 1467986 - 1600 m
758654 / 1533816 - 444 m
580912 / 1464635 - 1461 m
560395 / 1447801 - 1339 m
569759 / 1435633 - 1292 m
647206 / 1462744 - 798 m
783896 / 1238474 - 136 m
774188 / 1566117 – 225 m
812320 / 1600473 – 70 m
816731 / 1276843 - 48 m
791070 / 1214208 - 59 m
780366 / 1439757 – 69 m
602515 / 1463351 - 1291 m
712849 / 1517559 – 760 m
623450 / 1456023 -1200 m
*= Nuevas localidades en la vertiente caribe que amplían su área de distribución en el país.
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
• 65
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
y zonas bajas del caribe (Figura 9). Descrita para
Nicaragua por Allen (1908) producto de individuos
capturados en Matagalpa y Jinotega. Otros reportes
incluyen Río Coco y Peñas Blancas (Allen, 1910;
Hall, 1981). Entre 2001 y 2014 al menos 22 nuevas localidades son descritas, con nuevos límites
de distribución en el Caribe (Cuadro 3).
Situación actual. Poco común a localmente común en el país. Utiliza una variedad de hábitats naturales, bosques de pino-roble, montanos de altura
y húmedos de baja altura; tolera modificación del
hábitat por lo que sus poblaciones se consideran
estables, a pesar que su hábitat está fuertemente
amenazado por la deforestación y el avance de la
frontera agrícola, por lo que en un futuro podría verse en riesgo. A nivel internacional (iucn, 2008) y a
nivel nacional (Medina-Fitoria et al., 2018) es clasificada de baja preocupación.
Sciurus granatensis (Humboldt, 1811). Figuras 10, 11.
Ardilla de cola roja / Red-tailed squirrel.
Medidas. Lc-c 188-256, C 142-220, Lp 50-58, O 2329; Peso 212-538 gr.
Descripción. Individuos nicaragüenses estarían
referidos a la subespecie S. granatensis hoffmanni
(Peters, 1863), la subespecie del norte de Costa
Rica (Hall, 1981). De tamaño mediana a grande.
Con patrones intermedios de color; sin embargo, en
Nicaragua presentan dorso café oscuro mezclado
Figura 10. Sciurus granatensis. Foto: Silvia Robleto,
Bluefields Caribe sur.
66 •
Figura 11. Sciurus granatensis. Foto: Milton Salazar,
Macizo de Peñas Blancas.
con escarchado naranja brillante, con una línea oscura en la espalda hasta la base de la cola; pelaje
ventral café rojizo profundo o anaranjado brillante
que contrasta con el dorso. Orejas largas que sobresalen notoriamente la cabeza. Cola larga y voluminosa, con la base oscura; rojo anaranjado brillante en la mayor parte de su extensión y con la
punta negra. Patas rojas a naranja pálido. Especies
similares. Puede ser simpátrica con S. deppei, S. richmondi y S. variegatoides. Sin embargo, S. deppei
y S. variegatoides, presentan la cola con las puntas
de los pelos blancos o con apariencia escarchada.
La ardilla enana Microsciurus es más pequeña, con
las orejas cortas (no sobrepasan la coronilla de la
cabeza) y con mechones de pelos; S. richmondi
presenta el cuerpo uniformemente más pequeño,
fino, estilizado y de colores menos vivos; con poco
contraste entre el dorso y el vientre; cola estrecha y
menos peluda.
Historia Natural. Es diurna, arborícola y solitaria. Utiliza todos los niveles del bosque, incluyendo
el suelo; se alimenta de hojas, hongos, corteza y
frutos, principalmente de las palmas Astrocaryum
y Scheelea. Acostumbra enterrar semillas o esconderlas en huecos de árboles para cuando la comida
escasea. Se refugia en árboles huecos o vegetación densa. Las hembras son territoriales y defiende su espacio de otras hembras; no así los machos
que son más tolerantes a compartir su espacio. En
ocasiones pueden verse varias ardillas alimentándose de un mismo árbol. El rango de hogar de un
individuo es de aproximadamente cuatro hectáreas.
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
1467370. 1123 m) lo cual marcaría un nuevo límite mundial para la especie a unos 320 km al norte
de la Selva Costa Rica. Sin embargo, para esta
especie no se cuenta en el país con un individuo
depositado en algún museo.
Figura 12. Mapa de distribución de Sciurus
granatensis.
La actividad de apareamiento se acentúa durante la
época seca, con camadas de una a tres crías, con
dos a tres camadas por año y una gestación de 4244 días; la lactancia continúa durante ocho a 10 semanas (Glanz et al., 1982; Nitikman, 1985). Hábitat.
Bosques siempreverdes y semideciduos; más común en bosques húmedos, incluyendo crecimiento
secundario y plantaciones, siendo plaga de cultivos
de banano y cacao (Morales-Jiménez et al., 2004).
Distribución general. Norte de Costa Rica,
Panamá; Ecuador, Colombia y Venezuela; Trinidad y Tobago (Wilson y Reeder, 2005); sureste de
Nicaragua (Medina-Fitoria y Saldaña, 2012). En
Centroamérica por debajo de los 1000 m (Reid,
2009).
Distribución en Nicaragua. Se encuentra en
el Caribe del país, en bosques húmedos del sureste de baja altitud, subiendo a bosques húmedos de altura hacia el norte (Figura 12). Reportada para Nicaragua por Medina-Fitoria y Saldaña
(2012) producto de un individuo observado en
2005 en la Reserva Biológica Indio Maíz, departamento de Río San Juan (797280/1216259. 74
m). Este reporte amplió el límite de distribución
mundial en 80 km desde la localidad más septentrional conocida, en la Estación Biológica La
Selva, Costa Rica (Voss y Emmons, 1996). En
2016 un individuo fue fotografiado en el municipio de Bluefields (791259 / 1353548. 72 m) y en
mayo 2018 otro fue registrado en el Macizo de
Peñas Blancas al norte de Nicaragua (639409 /
Situación actual. Poco común en el país, pero
debido a que utiliza una variedad de hábitats, inferimos en que sus poblaciones podrían no presentar
mayor amenaza. Sin embargo, su hábitat natural
está fuertemente alterado debido a la deforestación, por lo que en un futuro podría verse en riesgo.
El hecho que esta especie se presente en el país
en el límite de su distribución, podría presentar poblaciones pequeñas y aisladas de la población principal; por lo que requiere estudios tanto de taxonomía clásica morfológica y de distribución, como de
citotaxonomía para evaluar su situación en el país.
A nivel internacional (iucn, 2008) y nacional (Medina-Fitoria et al., 2018), está clasificada de baja preocupación.
Sciurus richmondi (Nelson, 1898). Figura 13.
Ardilla endémica nicaragüense / Richmond’s squirrel.
Medidas. Lc-c 160-218, C 130-184, Lp 40-55, O 1530; Peso 235-268 gr.
Descripción. De tamaño pequeña a mediana.
Dorsalmente uniforme en color café oscuro a ocre,
ventralmente más pálido. Anillo ocular amarillo opaco; orejas sobresalen sobre la corona y están esca-
Figura 13. Sciurus richmondi. Foto Yuri Aguirre,
Humedales de Bluefields Caribe sur.
REVISTA MEXICANA DE MASTOZOOLOGÍA Nueva época, 2018, Año 8 Núm. 2
• 67
Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
samente cubiertas con pelos oscuros. Cola estrecha
y mayoritariamente oscura escarchada de naranja
pálido (Jones Jr. y Genoways, 1971; Nelson, 1898).
Especies similares: La ardilla endémica presenta el cuerpo uniformemente más pequeño, fino,
estilizado y de colores menos vivos que S. granatensis. Presenta la cola estrecha y no larga y voluminosa como S. granatensis. Las ardillas S. deppei
y S. variegatoides presentan la cola con las puntas
de los pelos blancos o con apariencia de un escarchado; y Microsciurus es más pequeña, con orejas
cortas (no sobrepasan la cabeza) y con mechones
prominentes de pelos.
Historia Natural. Pobremente conocida. Es
diurna y solitaria. Forrajea en el suelo y en el sotobosque y, rara vez se ve en el dosel. Presenta una
temporada de cría de febrero a septiembre con dos
o tres crías por camada (Jones y Genoways, 1971,
1975). Hábitat. Habita el bosque maduro siempreverde de tierras bajas siguiendo los cursos de los
bosques riparios y a veces en plantaciones perennes como los cacaotales (Ulmer, 1995).
Distribución general. Especie endémica de las
zonas Central y Caribe nicaragüense (Jones Jr. y
Genoways, 1971; Ulmer, 1995). Tierras bajas hasta
aproximadamente los 400 m.
Distribución en Nicaragua. A lo largo de la costa Caribe y la zona central del país (Figura 14). Reportada históricamente para la zona central en los
departamentos de Matagalpa, Boaco, Chontales y
el Caribe sur, desde la cuenca baja del Río Grande
de Matagalpa hasta el sur de Bluefields donde fue
colectada por primera vez en 1892 en el Río Escondido; al menos 53 especímenes de 11 localidades
Figura 14. Mapa de distribución de Sciurus
richmondi.
han sido registrados de esta zona y están resguardados en museos (Jones y Genoways, 1971). Un
reporte de 1995 la ubica en el Caribe norte, municipio de Bonanza, ampliando el límite de distribución en 95 km hacia el norte, desde Matagalpa (Río
Tuma) la localidad más septentrional previamente
conocida (Ulmer, 1995).
Tres nuevos reportes son descritos para la especie en el presente siglo, todos del municipio de
Bluefields, dos en la cuenca del Río Scofram (Bradford et al., 2001; Medina-Fitoria, 2016) y uno en
el río Pijibay (cuenca baja del Río Punta Gorda) al
norte de la Reserva Indio Maíz, lo cual representa
la localidad más austral conocida (Medina-Fitoria
et al., 2016). Al menos cuatro localidades más son
descritas para la especie en el Caribe sur del país
(Cuadro 4).
Cuadro 4. Nuevas localidades para la especie Sciurus richmondi en Nicaragua.
Fecha
2002-Mar
2011-Jun
2014-Abr*
2016-Jul
2016-Oct
Departamento
Caribe Sur
Caribe Sur
Caribe Sur
Caribe Sur
Caribe Sur
Localidad
RN Cerro Wawashang
Río La Toboba
Río Pijibay /Punta Gorda
Río Kukra River
Sn. Miguel Casa de Alto
Coordenadas - Altitud
841959 / 1412421 - 80 m
807725 / 1354533 – 30 m
185426 / 1265463 – 35 m
186116 / 1317146 – 7 m
777121 / 1438906 – 63 m
*= Medina-Fitoria et al., 2016 (límite sur).
68 •
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Situación actual. Se presenta en bajas densidades por lo que se considera rara a poco común.
Es considerada la ardilla más amenazada en el país
debido a su restringido rango de distribución (Zúñiga, 1999). Está fuertemente asociada a bosques
húmedos maduros del caribe y la parte central del
país, una zona sometida a alta deforestación principalmente al occidente de su distribución (Chontales), por lo que presumimos extinciones locales en
esta zona. iucn (2008) la clasifica casi amenazada
y con tendencias poblacionales desconocidas, cercanamente a calificar como Vulnerable. A nivel nacional se considera en peligro de extinción debido a
la notoria disminución de los bosques maduros en
el sureste del país. Solo en la zona de Bluefields el
avance de la frontera agrícola ha llegado a ocupar
en el 2011 más de la mitad del municipio (Poveda
y Valerio, 2012). Esto indica que la especie ha perdido la mayor parte de su área de distribución histórica y muy probable que la población haya sufrido
una reducción considerable.
(Persea americana), mango (Manguifera indica) y
zanahoria (Daucus carota); así como especies forestales de las cuales consume hojas, brotes, frutos o semillas, entre ellas el pochote (Bombacopsis
quinata), almendro (Terminalia catappa), malinche
(Delonyx regia), palma real (Attalea butyracea),
guácimo (Guazuma ulmifolia), jobo (Spondias mobin) y roble (Quercus oleoides) (Glanz, 1984; Hilje
y Monge, 1988). Esta especie es un importante diseminador de semillas de especies como jiñocuabo
(Bursera simaruba), siendo los frutos maduros de
esta planta una importante fuente de alimento en la
época seca. En Nicaragua, también la hemos visto
depredando polluelos de aves (Zenaida asiática) en
zonas urbanas. Los nacimientos en Nicaragua se
dan a finales de la estación seca, entre mayo y junio, con camadas de cuatro a seis crías. Hábitat. Se
encuentra en una gran variedad de hábitats desde
conservados hasta alterados, incluyendo agroecosistemas; bosques siempreverdes hasta bosques
secos, montanos y pino-roble (Musser, 1968).
Sciurus variegatoides (Ogilby, 1839).
Distribución general. Desde el sur de Chiapas
(México) a través de Centroamérica hasta el centro
de Panamá (Hall, 1981). Desde el nivel del mar hasta los 2,500 m (Best, 1995).
Ardilla del pacífico / Variegated squirrel.
Medidas. Lc-c 240-300, C 239-320, Lp 45-70, O 2033; Peso 447-909 gr.
Descripción. De manera general tiene el pelo
largo, suave y de color variable. Existen seis subespecies en el país las cuales varían en color. Cola
generalmente con pelos claros (apariencia canosa)
entremezclados con pelos oscuros, rojizos; a veces
se presenta completamente negra; dos premolares
superiores.
Distribución en Nicaragua. Es la ardilla más
común, encontrándose en todo el país. Aunque
se adapta fácilmente a una gran variedad de ambientes incluyendo hábitats alterados, sí se presenta una distribución restringida para las diferentes
subespecies:
Especies similares: Puede ser simpátrica
con S. granatensis, S. richmondi y S. deppei. Se
diferencia de S. richmondi y de S. granatensis en
que éstas presentan la cola con las puntas de los
pelos anaranjados; nunca con las puntas claras
como en la mayoría de formas de S. variegatoides. La ardilla S. deppei es más pequeña y con
la cola corta.
Historia Natural. Diurna, arbórea; aunque ocasionalmente descienden al suelo. Son territoriales y
su presencia es evidente por sus nidos de hojas en
las cúspides de los árboles. Tienen dieta muy variada, compuesta por hongos y más de 25 especies
vegetales (Gómez, 1983). Se considera plaga para
muchos cultivos como banano (Musa sp.), papaya
(Carica papaya), coco (Cocos nucifera), aguacate
Figura 15. Vista dorsal de Sciurus variegatoides
adolphei (Mvz 110304), Museum of Vertebrate
Zoology (Mvz), University of California, Berkeley.
Reserva Natural Volcán Cosigüina. Foto: Robert
Timm.
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Sciurus variegatoides adolphei (Lesson,
1842); (Figuras 15, 16). Subespecie endémica de
Nicaragua. Restringida a la esquina noroeste del
país, en el departamento de Chinandega (Figura
17). Localidades: Puerto el Realejo (Hall, 1981)
y Resera Natural Volcán Cosigüina (Genoways
y Timm, 2005). Tierras bajas y medias; nivel del
mar hasta 800 m.
Sciurus variegatoides underwoodi (Goldman,
1932); (Figura 18). Se distribuye al este de El Salvador, suroeste de Honduras y el Noroeste de Nicaragua. En Nicaragua es conocida en los departamentos de Chinandega y Jinotega (Figura 19).
Localidades conocidas, Reserva Natural Volcán
San Cristóbal y el municipio de San Rafael del Norte (Hall, 1981); posiblemente más hacia el sur en
la zona central. Tierras bajas hasta 1,200 m. usualmente cerca de 800 m.
Figura 16. Vista ventral de Sciurus variegatoides
adolphei (Mvz 110304), Museum of Vertebrate Zoology
(Mvz), University of California, Berkeley. Reserva
Natural Volcán Cosigüina. Foto: Robert Timm.
Figura 17. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides adolphei.
Figura 18. Sciurus variegatoides underwoodi. Foto:
José G. Martínez. Reserva Silvestre Privada Hato
Nuevo, Chinandega.
Figura 19. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides underwoodi.
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Figura 20. Sciurus variegatoides boothiae. Foto:
Eric van der Berghe, Selva Negra Matagalpa.
Figura 21. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides boothiae.
Figura 22. Sciurus variegatoides dorsalis. Foto:
José G. Martínez, Carazo.
Figura 23. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides dorsalis.
Sciurus variegatoides boothiae (Gray, 1843);
(Figura 20). Se distribuye del este de Guatemala
a través de Honduras hasta el norte de Nicaragua.
En Nicaragua se encuentra en las montañas del
departamento de Nueva Segovia (Figura 21). Localidades conocidas, municipios de Jalapa y El Jícaro (Hall, 1981). Tierras medias y altas del norte
del país, 500-2,000 m.
Nicaragua y noroeste de Costa Rica. En Nicaragua
se encuentra a lo largo de toda la costa pacífica, desde Chinandega hasta Rivas; y las zonas secas del
Norcentro en los departamentos de Estelí, Boaco y
Chontales; abundante en el suroeste del país y alrededor de los lagos Xolotlán y Cocibolca (Figura 23).
Desde el nivel del mar hasta los 1,000 m.
Sciurus variegatoides dorsalis (Gray, 1849); (Figura 22). Se encuentra en la vertiente del pacífico de
Sciurus variegatoides thomasi (Nelson, 1899);
(Figura 24). Se distribuye del sureste de Nicaragua
a través de Costa Rica hasta el oeste de Panamá
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Figura 24. Sciurus variegatoides thomasi. Foto:
José G. Martínez, Bartola Río San Juan.
Figura 25. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides thomasi.
Figura 26. Sciurus variegatoides belti. Foto: Arnulfo
Medina, La cruz de Río Grande Caribe sur.
Figura 27. Mapa de distribución de Sciurus
variegatoides belti.
(Hall, 1981). En Nicaragua se ha reportado únicamente en el sureste, en el departamento de Río
San Juan, municipio de San Juan del Norte (Figura
25). Sin embargo, ésta podría encontrarse más al
norte, posiblemente hasta los humedales de Bluefields, debido a que se confunde con facilidad con
S. variegatoides belti (la cual se distribuye a través de toda la vertiente caribe). Esta subespecie
parece ocupar áreas con mayor densidad de vegetación y mayor humedad que belti. Únicamente
tierras bajas.
Sciurus variegatoides belti (Nelson, 1899); (Figura 26). Se distribuye desde el Caribe hondureño,
a través de la costa caribeña nicaragüense hasta
el noreste de Costa Rica (Hall, 1981); oeste de Panamá (Reid, 2009). En Nicaragua se encuentra a
lo largo de toda la costa caribe, la región central
(Chontales) hasta las laderas de las tierras altas
del norte en Matagalpa y Jinotega (Figura 27). Tierras bajas hasta los 1,500 m.
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Figura 28. Forma melánica de S. variegatoides,
(Foto: Orlando Jarquín, Bartola Río San Juan).
Figura 29. Mapa de distribución de la forma
melánica de Sciurus variegatoides.
Figura 30. Sciurus variegatoides, Isla de Ometepe:
posible intergradación no definida taxonómicamente.
Foto: Arnulfo Medina.
Figura 31. Sciurus variegatoides, Isla de Ometepe:
posible intergradación no definida taxonómicamente.
Foto: Eric van den Berghe).
Forma melánica de Sciurus variegatoides; (Figura 28). En Nicaragua se ha reportado para el sur
del país en ambas costas (Figura 29). Dos localidades son confirmadas en el país, en la isla de
Ometepe (662644 / 1264089.962 m) Pacífico sur
(Rivas), donde ocupa los bosques húmedos y montanos del volcán Maderas por arriba de los 800 m.
Una segunda localidad en el Refugio Bartola en Río
San Juan (791070 / 1214208.59m). Tierras bajas
hasta los 1,000 m.
Otras formas o intergradaciones no definidas
taxonómicamente. Isla de Ometepe departamento de Rivas, Reserva Natural Volcán Maderas: a)
Posible intergradación de alguna forma con línea
dorsal (Figura 30). b) Posible intergradación de
alguna forma sin banda dorsal (Figura 31). Otras
formas no reconocidas: Norte del país Matagalpa,
Reserva Natural Cerro Arenal, (Figura 32). Suroeste del país Rivas, Reserva Silvestre Privada
El Abuelo, (Figura 33).
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Figura 32. Sciurus variegatoides, norte del país,
departamento de Matagalpa, Reserva Natural Cerro
Arenal. Foto: Orlando Jarquín.
Figura 33. Sciurus variegatoides, suroeste del país
Rivas, Reserva Silvestre Privada El Abuelo. Foto:
Orlando Jarquín.
discusión
escudo de tierras altas, representa no solo la terminación de la antigua masa continental Norteamericana, sino también la distribución de los bosques
de coníferas y sus asociaciones, siendo ésta una
barrera natural para fauna propia de estos ecosistemas, como la ardilla G. volans.
Debido al parentesco de las ardillas nicaragüenses,
éstas son morfológicamente muy similares; sin embargo, la variación de patrones de coloración en algunas de ellas es sorprendente, debido a la gama
de aspectos que muestra S. variegatoides en todo
el país, con seis subespecies y una cantidad no
determinada de intergradaciones. La isla de origen
volcánico Ometepe (276 km2), que al parecer estuvo unida al continente es un caso muy interesante,
ya que en ella se reconoce taxonómicamente a la
subespecie S. variegatoides dorsalis, aunque se
evidencia la coexistencia al menos de cuatro patrones de coloración muy diferentes entre sí, incluyendo una población totalmente melánica.
Estos hechos nos muestran una separación geográfica que ha establecido dos o más formas debido
a condiciones naturales en la isla, como por ejemplo
la diversidad de ambientes producto de la actividad
volcánica y una marcada influencia lacustre. Estas
consideraciones plantean la hipótesis de que formas
diferentes pueden generarse en la isla unas de otras
y que la adaptación al ambiente es una parte integral
de este fenómeno de especiación.
Adaptaciones al ambiente parecen definir la distribución de las especies en Nicaragua, con barreras geográficas y ecológicas que podrían ser obstáculos de dispersión para algunas de ellas. Las
montañosas del norte, las cuales constituyen un
74 •
Este escudo se extiende por la región central del
país y desciende en dos vías, una hacia el oeste para
dar paso a la depresión del Pacífico dominada por los
grandes lagos y la cadena volcánica y otra hacia el
este que desciende en llanuras bajas, cálidas y húmedas hasta el litoral marino del Caribe. Marcados
gradientes de precipitación y altitud determinan las
principales formaciones ecosistémicas y vegetales
de estas regiones y que son las principales causales
de la distribución de las especies y subespecies. De
esta manera tenemos en el país una especie que habita única y exclusivamente en las altas montañas del
norte (G. volans), tres que son típicas de los bosque
húmedos del Caribe (S. richmondi, S. granatensis y
M. alfari); una especie (S. deppei) propia de zonas
húmedas de ambos biomas (altas montañas y tierras
bajas del Caribe) y una más que se distribuye por todo
el país, S. variegatoides; aunque las subespecies son
propias a un solo tipo de ecosistema.
ConservaCión
De las seis especies que existen en Nicaragua, tres
se encuentran en alguna categoría de riesgo y una
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
de ellas es endémica (Medina-Fitoria et al., 2018).
Una característica común de éstas, es su asociación
a ecosistemas particulares y requerimientos de hábitat específicos. Algunos de estos hábitat han mermado su cobertura en el país, a tal punto que algunas especies podrían estar presentando poblaciones
fragmentadas, pequeñas y aisladas entre sí, lo cual
las hace vulnerables a cualquier cambio de su ambiente, aunque este evento sea totalmente esporádico, como un huracán o un incendio forestal.
La especie G. volans, presenta una población
aislada en las áreas montañosas de bosques de
pino y pino-roble del norte del país y actualmente
podría estar desapareciendo de varias localidades
por la tala inmoderada de estos bosques. Casos similares son los de S. richmondi y M. alfari que se
encuentran particularmente asociadas al bosque
muy húmedo del sureste del país y sus poblaciones
que son generalmente escasas (Anthony, 1920; Jones Jr. y Genoways, 1971), podrían ya haber disminuido debido a las tasas de deforestación.
Aunque los cambios en la composición y riqueza
de las comunidades vegetales han afectado a algunas especies, también es cierto que la capacidad
de adaptación de algunas de ellas, como S. deppei
y S. variegatoides, les ha permitido superar o resistir las presiones que ocasionan los cambios de uso
del suelo, incluso en áreas degradadas. No obstante, la magnitud de amenaza en estas especies es
inminente si se considera la extinción local de poblaciones y/o subespecies, algunas de las cuales
son muy específicas a determinados hábitat.
amenazas
A partir de 1999 el 74% de las tierras en el país
está bajo producción agropecuaria (MArenA, 1999),
destacándose las pasturas para ganadería extensiva que ocupan el 46% del territorio nacional (cABAl, 2010). De manera que, con los agroecosistemas y pastos dominando Nicaragua e invadiendo
rápidamente los últimos bosques, sumado a una
población en rápido crecimiento, se debe de explorar cada vez más las opciones para el diseño y
gestión de paisajes agrícolas, para cumplir los objetivos tanto productivos y de conservación (Harvey et al., 2005); por lo que, conservar la fauna
en el país dependerá no sólo de la protección de
áreas protegidas, sino también en la gestión de
los paisajes antropizados.
Nicaragua presenta una alta tasas de deforestación con 2.1% por año (75,000 ha) producto
de las actividades de colonización espontánea,
ganadería extensiva, el fuego y la agricultura migratoria (pnud, 2000). Este fenómeno explica casi
la totalidad de la pérdida de biodiversidad en Nicaragua y lo más grave de esta pérdida, es que
se ha vuelto un fenómeno irreversible. Es decir,
gran parte de la cobertura forestal que se pierde
no se regenera, porque cada vez son menos los
bosques con ese potencial. Se calcula que si la
deforestación continúa al ritmo actual, gran parte
de los últimos bosques del país estarán destruidos al alcanzar la mitad del siglo XXI, quedando
únicamente remanentes en reservas y parques, si
es que los mismos pueden ser protegidos adecuadamente.
A pesar de este panorama, los esfuerzos que
se realizan para tratar de conservar los últimos
bosques del país no se corresponden con la gravedad del problema, nuestro marco legal parece
regular la exportación o la caza de ciertas especies pero no pareciera hacer nada sobre la destrucción de su hábitat, a pesar de que es ampliamente reconocido que es la causa principal de la
desaparición de casi todas las especies que se
encuentran en riesgo.
Por otro lado, existe un comercio ilegal y no
cuantificado de ardillas en Nicaragua, el cual se
realiza por medio de la captura de crías para venderlas como mascotas en mercados o a orillas de
carreteras en poblados rurales. Al menos una especie, S. variegatoides está sujeta a este tipo de
aprovechamiento sin ningún lineamiento de ley.
La caza de individuos cobra también un mayor número de víctimas a medida que se aumentan las
plantaciones como el cacao, cuyos propietarios
realizan control de plaga a través del exterminio
directo o con cebos envenenados.
Como consecuencia de esta problemática,
consideramos que las especies de ardillas nicaragüenses, tanto las consideradas en riesgo como
las relativamente comunes, han perdido parte de
su área natural y la perspectiva de supervivencia es mínima si no se logran frenar y revertir los
factores de deterioro; ya que en caso contrario,
algunas especies comenzarán a extinguirse, comenzando a nivel local en el país, lo cual podría
extenderse a nivel regional en el futuro y por último a nivel mundial.
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Revista Mexicana de Mastozoología,nueva época
Sabemos que aún existen poblaciones de ardillas que por falta de investigación no se han
identificado taxonómicamente y tampoco se conoce el tamaño de sus comunidades, distribución
exacta, interacción o comportamiento, por lo que
urge la realización de estudios específicos tanto
ecológicos como a nivel genético para determinar
con mayor certeza estos aspectos. Censos poblacionales, que determinen la sobrevivencia de
las crías y uso de hábitat para proteger especies
en riesgo, manejo de factores limitantes, historia
de vida, estudios sobre salud, zoonosis, nutrición
y tráfico. Educación ambiental enmarcada en la
conservación de las ardillas, su manejo como especie plaga y sus servicios ambientales.
Por otro lado, en Nicaragua la Ley N° 64723
que reforma la Ley de Medio Ambiente y Recursos
Naturales incluye el concepto de “sistema de valoración y pago por servicios ambientales, como instrumento de gestión ambiental, con el fin de valorar
y establecer un pago por servicios, así como generar financiamiento e incentivos para la promoción
de la conservación, preservación y uso sostenible
del ambiente y los recursos naturales”. Aunque se
carece de la reglamentación de la misma, esta ley
es el marco que regula la temática en el tema, por
lo que consideramos que debería existir en el actual
marco legal, incentivos directos e indirectos para la
conservación, restauración y manejo del bosque,
involucrando directamente a agricultores y ganaderos. Se desprende la necesidad de disponer de una
política diferenciada para el tema y la extracción de
leña en el pacífico del país.
agRadecimientos
Agradece a todas aquellas personas e instituciones que han colaborado para hacer posible esta
publicación. A David Villalobos Chaves de la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica
por sus valiosos comentarios. A las siguientes instituciones y personas por apoyar decididamente la
investigación en el país, Ministerio del Ambiente
MArenA, Universidad Centroamericana UCA–Nicaragua, Refugio Bartola en Río San Juan y su propietaria Sandra Castillo, Reserva Silvestre Privada
El Jaguar, Centro de Entendimiento con la Naturaleza (CEN-Peñas Blancas) y a iitf del Servicio
Forestal de los Estados Unidos y especialmente
al Sr. Jerry Bauer. El material fotográfico de especímenes extranjeros fue posible gracias a Robert
M. Timm del Department of Ecology & Evolutionary
76 •
Biology University of Kansas, Ned Gilmore Collection Manager Department of Vertebrate Zoology
Academy of Natural Sciences of Drexel University
y Robert C. Dowler por proveer los contactos. A
todos ellos nuestra gratitud.
liteRatuRa citada
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