PACHACAMAC:
Conservación en arquitectura de tierra
Denise Pozzi-Escot (Compiladora)
PACHACAMAC:
Conservación en arquitectura de tierra
Denise Pozzi-Escot (Compiladora)
Índice
Diana Alvarez-Calderón Gallo
Ministra de Cultura
Luis Jaime Castillo Butters
Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales
Giancarlo Marcone Flores
Coordinador General del Proyecto Qhapaq Ñan - Sede Nacional
Denise Pozzi-Escot
Directora del Museo de Sitio Pachacamac
Pachacamac: conservación en arquitectura de tierra
Ministerio de Cultura
Av. Javier Prado Este 2465, San Borja, Lima, Perú
www.cultura.gob.pe
Primera edición, Lima, 2014
Compiladora: Denise Pozzi-Escot
Corrección de textos: Daniel Rodríguez Bellido
Diseño y diagramación: Manuel Espinoza Menendez
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2014-10206
ISBN 978-612-4126-25-3
Impresión: Xxxxxxx Xxxxxxxx Xxxxxx
Xx Xxxxxxx Xxxxxxxxxxx
Foto carátula: Taurichumpi / Archivo Ministerio de Cultura
PACHACAMAC: UNA EXITOSA EXPERIENCIA DE
CONSERVACIÓN Y SU POTENCIAL PARA EL FOMENTO DE
LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO PREHISPÁNICO
MONUMENTAL DE LA COSTA SUR DEL PERÚ
Alejandro Camino D.C.
5
INTRODUCCIÓN
Denise Pozzi-Escot
9
I. ARQUEOCONSERVACIÓN DE SUPERFICIES
ARQUITECTÓNICAS DE TIERRA: DESLINDES TEÓRICOS,
METODOLOGÍA Y RESULTADOS
Ricardo Morales Gamarra
25
II. CONSERVACIÓN DE LA CALLE NORTE-SUR: ACCESO
PRINCIPAL AL SANTUARIO DE PACHACAMAC
Katiusha Bernuy Quiroga
35
III. CONSERVACIÓN DE EMERGENCIA EN TAURICHUMPI
Janet Oshiro Rivero
53
IV. CONSERVACIÓN DE EMERGENCIA EN EL SANTUARIO
DE PACHACAMAC
Henry Eduardo Torres / Hernán Chipana
77
V. PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA
CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y
NATURAL DE TÚCUME
Bernarda Delgado Elías
119
VI. CONSERVACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS Y MURALES
DEL TEMPLO PINTADO DE PACHACAMAC
Gianella Pacheco
143
VII. TRABAJOS DE CONSERVACIÓN EN EL FLANCO ESTE
DE LA SEGUNDA MURALLA
Isabel Cornejo
165
VIII. ARQUEOMETRÍA Y ARTE MURAL PREHISPÁNICO EN
EL PERÚ (1939-2009)
Veronique Wright
183
PACHACAMAC: UNA EXITOSA EXPERIENCIA DE CONSERVACIÓN
Y SU POTENCIAL PARA EL FOMENTO DE LA CONSERVACIÓN
DEL PATRIMONIO PREHISPÁNICO MONUMENTAL DE LA COSTA
SUR DEL PERÚ
Alejandro Camino D.C.
Director Ejecutivo, Patronato Cultural del Perú
El presente volumen se constituye en un claro reflejo de las más exitosas experiencias recientes en la conservación y recuperación en uno de los complejos
arqueológicos monumentales más significativos del continente, el santuario
arqueológico de Pachacamac.
Este trabajo, iniciado en 2008, va encontrando en el vasto panorama del santuario las evidencias de las afectaciones sísmicas y del intemperismo, sumados
al saqueo y vandalismo continuo desde la invasión española hasta el inicio de
las labores de Julio C. Tello en la década de 1930. A partir de esa década, bajo
la dirección de Tello, se inician labores de restauración puntuales tales como la
recuperación del Acllawasi, con los criterios de recuperación predominantes
en aquellos años. A ello siguieron algunas otras tareas de limpieza puntal y
esporádica.
A partir del 2008 el equipo asignado por el Ministerio de Cultura da inicio a una
labor planificada, secuencial y sistemática de conservación bajo las normativas
contemporáneas, empezándose a redescubrir la vastedad y majestuosidad de
un complejo conjunto de monumentos, templos, cementerios y palacios. En
4
5
este meticuloso proceso de recuperación se va manifestando la presencia e
influencia de sucesivas tradiciones culturales, a lo largo de siglos, con sus respectivos aportes arquitectónicos, iconográficos e ideológicos y demás expresiones del desarrollo de la civilización andina y de la continua interacción de las
tierras altas con los valles costeros.
A partir del 2010, a iniciativa del Global Heritage Fund y del Patronato Cultural
del Perú, se inicia un programa anual de apoyo técnico al equipo del Ministerio
de Cultura, cuyos logros ya se manifestaban en un trabajo profesional de calidad y de denodada dedicación y compromiso con el gran desafío de la recuperación de tan magnífico legado de nuestros antepasados.
A partir del segundo año se suma la Fundación Américas del Deutsche Bank,
asumiendo buena parte de los costos de implementación de estos talleres
anuales. Bajo la dirección del experto británico John Hurd se incorporan profesionales extranjeros y nacionales, los que van consolidando los logros y
avances notables que va alcanzando el equipo del Ministerio de Cultura bajo la
dirección de Denise Pozzi-Escot.
El tercer taller (2012) empieza a incorporar la asistencia de colegas asignados
al cuidado y conservación de algunos de los principales sitios arqueológicos de
la zona costera de Lima e Ica. Con ello se busca que las experiencias y logros
en la conservación de Pachacamac puedan servir para ilustrar y capacitar a los
funcionarios del Ministerio asignados a aquellos sitios. Buscábamos estimular
acciones de conservación de un invalorable patrimonio edificado, en inminente riesgo de deterioro y, en varios casos, de colapso. Esta penosa situación
caracteriza a la casi totalidad de los sitios arqueológicos del denominado sur
chico. Asimismo, en este taller se contó con expositores que mostraron experiencias de conservación en sitios arqueológicos que enfrentan problemas de
conservación semejantes, tales como los de Egipto.
estos lugares se pudieron identificar los principales riesgos que confrontan los
monumentos y las opciones de conservación posible.
Una presencia importante a lo largo de este taller fue la del reconocido conservador Ricardo Morales, cuyos significativos aportes en la conservación de
los importantes sitios de la Huaca del Brujo y la Huaca de la Luna, en Trujillo, se
han tornado en hitos que nos enseñan cómo acometer acciones para la recuperación y preservación del patrimonio costero del Perú.
A los logros del equipo trujillano liderado por Ricardo Morales y Santiago
Uceda se suma la gradual conformación de una escuela de técnicos y profesionales en conservación, que hoy vienen desarrollando una notable tarea de
recuperación del patrimonio prehispánico monumental a todo lo largo de la
costa norte del Perú.
Es precisamente la experiencia trujillana la que inspira el espíritu del empeñoso equipo de Pachacamac, esperando que en los próximos años se constituyan
en el motor que estimule la conservación del ingente patrimonio de la costa
central y sur del Perú. De allí la importancia de fomentar un diálogo continuo
entre los profesionales del norte y esta nueva generación, que se ha venido
formando en el trabajo meritorio que se viene desarrollando en Pachacamac.
Esperamos también que el nuevo Museo de Sitio de Pachacamac, cuya construcción esperamos se inicie próximamente, cuente con los servicios requeridos para apoyar la conservación del vasto legado que nos dejaron los antiguos peruanos a lo largo de las zonas costeras y vertientes occidentales de los
Andes del sur del Perú.
Cusco, 18 de mayo de 2014
El presente volumen está constituido por los aportes y experiencias resultantes
del IV Taller de Capacitación en Conservación de Estructuras Arquitectónicas
Prehispánicas de Tierra y Pintura Sobre Tierra, llevado a cabo del 5 al 9 de junio
de 2013 en Pachacamac. En esta oportunidad, por razones de salud del Dr.
Hurd, la dirección del taller recayó en la Dra. Louise Cooke. Contamos también
con la participación del Instituto Francés de Estudios Andinos y, una vez más,
con el apoyo financiero de la Fundación Américas del Deutsche Bank.
Esta vez el taller incluyó, a lo largo de tres días, visitas a sitios arqueológicos
de Lima e Ica (Huaca Tres Palos en el Parque de las Leyendas de Lima, el sitio
de Huaycán de Cieneguilla ubicado a lo largo de Qhapaq Ñan, Cerro Azul en
Cañete, Huaca Centinela en Chincha y Tambo Colorado en Humay, Pisco). En
6
7
INTRODUCCIÓN
Denise Pozzi-Esco
Museo de Sitio de Pachacamac
El santuario arqueológico de Pachacamac fue uno de los centros de peregrinación más importantes de la costa peruana prehispánica, pues albergaba un
oráculo de gran importancia. Cuando los españoles llegan a Cajamarca, el mismo Atahualpa hace mención de Pachacamac, de su gran templo y, sobre todo,
de las riquezas que poseía (Tello 2012: 214).
En sus 465 hectáreas, Pachacamac conserva aún gran parte de su monumentalidad. Sin embargo, ocupaciones sucesivas de diferentes sociedades modificaron el uso de los espacios y las estructuras, abandonando algunas y construyendo otras, de tal manera que los cronistas españoles que llegaron desde
1533 al santuario ya mencionan la existencia de varios edificios en ruinas. El
cronista Miguel de Estete escribía en 1533 que el sitio “debe ser cosa muy antigua, porque hay muchos edificios caídos...” y agrega: “…e ha sido cercado
el pueblo en épocas antiguas, aunque al presente lo más de la cerca está caída”; clara referencia a un sistema de cuatro murallas que encierran al sitio, las
9
cuales habrían servido para controlar el acceso y se encuentran, en gran parte,
en mal estado de conservación. Se trata de construcciones longitudinales que
alcanzan una altura de 2.8 metros y un espesor de 3 metros aproximadamente, edificadas con adobes paralelepípedos, expuestos en algunos sectores.
Al abandono de los edificios por opción ideológica, se suman las características constructivas y su ubicación en una zona altamente sísmica.
Hoy en día existen más de 50 edificios con arquitectura monumental en
Pachacamac que se ordenan en función de plazas, calles, cementerios, como
muestra de un importante planeamiento urbano que debe ser conservado.
Los investigadores nos enfrentamos a un gran reto para lograr la conservación
del santuario, pues muchas de las estructuras presentan problemas de estabilidad debido a la pérdida de algunas secciones producto de la fragilidad de los
materiales empleados, las condiciones medioambientales y, por supuesto, la
actividad sísmica y antrópica.
Ubicación
El santuario de Pachacamac se asienta en la margen derecha del río Lurín, a 31
km aproximadamente al sur de la ciudad de Lima.
Geológicamente, gran parte de los tablazos desérticos que se extienden a lo
largo del litoral de la región están constituidos por antiguos fondos marinos,
que fueron progresivamente elevados debido al proceso de subducción, generado por el desplazamiento de la placa de Nazca contra la placa Sudamericana.
De este proceso se derivan precisamente las características sísmicas del área
de los Andes Ccentrales.
El sitio arqueológico se encuentra emplazado, en parte, sobre este tablazo elevado, de superficie ondulada y con depósitos de arena eólica; mientras que la
arquitectura monumental de la zona nuclear del sitio se ubica en el sector sur
del área intangible. Uno de los principales edificios –el Templo del Sol– se ubica, al parecer, sobre un antiguo edificio de la época Lima que se asienta sobre
un elevado promontorio rocoso. Los principales templos, ubicados cerca al
Templo del Sol, como el Templo Pintado y Templo Viejo, que datan de distintas
épocas, se encuentran rodeados por la Primera Muralla.
Al sur se encuentra el río Lurín, uno de los tres ríos de la región Lima, generándose hacia el frente del valle la formación de acantilados y pendientes escarpadas. Dentro de la zona monumental, hacia el este, se ubica una cantera que
fue –al parecer– explotada para obtener los bloques de piedra utilizados en la
mayor parte de las construcciones del sitio hechas con material lítico.
El programa de conservación
Desde el 2008, el equipo del Museo de Sitio de Pachacamac y el Proyecto
Qhapaq Ñan –del Ministerio de Cultura–, vienen ejecutando una serie de proyectos de investigación y conservación para asegurar la preservación del sitio
arqueológico.
Vista panorámica del santuario de Pachacamac.
10
Los estudios que se han hecho nos llevan a señalar que uno de los principales
problemas relacionados con la conservación de las estructuras del santuario
de Pachacamac tiene que ver con los movimientos sísmicos (ver cuadro 1).
11
Podríamos asociar este problema a uno de los atributos de la deidad de
Pachacamac: el de originar temblores con el simple movimiento de su cabeza (Ávila 1966 [1598], en Rostworowski 2009: 42-43). La frecuencia de estos
sismos es una característica de la costa centro sur del país, y por ello resulta
obvio que la deidad tenga esta cualidad en un marco de religiosidad basado en
los poderes de la naturaleza y los elementos.
CUADRO 1
FACTORES DE DEGRADACIÓN
N°
Muro
Tipo
Sistemas
Edificio
Constructivos
Actividad
Sísmica
Acción
Antróp.
Vandalismo
1
PCR 3
T-1
X
X
2
PCR 9
T-1
X
X
3
PCR 12
T-1
X
X
4
PCR 12
T-1
X
X
5
PCR 15
T-1
6
E-21
T-2
X
X
7
E-47
T-2
X
X
8
E-47
T-2
X
X
9
E-47
T-2
X
X
X
10
E-47
T-1
X
X
X
11
E-47
T-2
X
X
X
12
E-47
T-1
X
X
13
E-47
T-2
X
14
E-47
T-1
X
15
E-47
T-2
X
16
E-47
T-2
X
X
17
C. Q.
T-2
X
X
TOTALES
13
17
3
%
76 %
100 %
6
Según
Tipo
de
muro
T-1
Capac.
Carga
Biodeterio
Otros problemas son el vandalismo y las acciones antrópicas iniciadas con la
llegada de los españoles al sitio. Tello señalaba, en 1938, que los conquistadores españoles habían destruido gran parte de este importante sitio: “el saqueo
y destrucción de estos templos iniciados por Hernando Pizarro en 1533, se han
continuado sin interrupción hasta nuestros días” (Tello 1938). En nuestras
excavaciones en la calle Norte-Sur hemos podido identificar grandes forados
probablemente de época colonial, producto del saqueo del sitio, así como también otros en diferentes edificios. Felizmente, estos últimos años, gracias a la
importante presencia del equipo de investigadores del museo de sitio, se ha
podido detener estas acciones que afectaban la arquitectura de Pachacamac.
X
X
X
X
X
X
X
X
X
De otra parte, muchos de los muros del santuario presentan inestabilidad, ya
que sus paredes se han visto afectadas por la remoción de piedras o adobes
debido a huaqueos, retiro de materiales originales y derrumbes originados por
la actividad sísmica.
X
X
X
X
X
X
6
6
1
1
17.5 %
35 %
35 %
5.8 %
5.8 %
8
1
3
3
-
-
%
46 %
47 %
34 %
50 %
50 %
-
-
T-2
7
9
2
3
3
1
1
%
54 %
53 %
66 %
50 %
50 %
100 %
100 %
Fuente: Chavez 2009 ms.
12
Factores
Climáticos
En el año 2008, en que asumimos la dirección del Museo de Sitio de
Pachacamac, se creó un programa de conservación de emergencia que nos
permite intervenir en los edificios que estaban en eminente peligro. Este programa se inició con un estudio detallado de los diferentes edificios, sus materiales, su significado y el impacto que experimenta ante cualquier intervención
moderna. Para la correcta implementación de este programa contamos con
dos estaciones meteorológicas para el registro de las condiciones medioambientales. Contamos desde el año 2010 con el valioso apoyo de John Hurd, experto en conservación de la Global Heritage Fund, quien asesora al equipo de
conservación del museo de sitio de Pachacamac; y de Julio Vargas Neumann,
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, quien ha sido igualmente un referente para nuestro trabajo. Además, hemos buscado complementar los conocimientos de ambos expertos en conservación para tratar de obtener óptimos resultados en nuestras intervenciones. Julio Vargas nos ha presentado los
riesgos sísmicos y sus efectos en los sitios del patrimonio cultural, así mismo
nos ha ayudado a integrar un plan preventivo del patrimonio con los nuevos
planes de Defensa Civil Nacionales. Ricardo Morales, experto en conservación
y co-director del Proyecto Huacas de Moche, igualmente nos ha asesorado en
nuestros trabajos iniciales.
13
Taller de conservación de arquitectura GHF (2012).
John Hurd asesorando en la conservación de capas pictóricas en el Templo Pintado (2011).
Con Aníbal Chávez, arqueólogo conservador del santuario desde 2008 hasta
2010, se hizo una primera evaluación que nos permitió levantar un inventario
para definir una programación a largo plazo. Igualmente, se hizo una clasificación de los diferentes tipos de muros existentes en el sitio y se sentaron las bases para los futuros trabajos de conservación. La presencia de Aníbal Chávez
los primeros años de trabajo en el santuario ha sido importante para iniciar los
trabajos y lograr nuestro objetivo de conservación con un mínimo de intervención, respetando las características originales del sitio.
Entre 2008 y 2009 se intervinieron 35 muros con serios problemas estructurales que hacían inminente su colapso; estos muros se encontraban en dieciséis
diferentes edificios. Se trabajó asimismo en el edificio 47 y en la pirámide con
rampa 12 (PCR12). Las causas de deterioro de estos edificios ya fueron señalados con anterioridad (Pozzi-Escot et al. 2011) y serán detallados también en
este volumen.
John Hurd dando recomendaciones para la conservación del Templo del Sol (2011).
14
15
Registro gráfico de la sección intervenida en la calle Norte-Sur.
Registro fotográfico de conservación realizada en una sección de la calle Norte-Sur.
Calle Norte-Sur – Sección de muro intervenido (2010).
16
En noviembre de 2011, el ingeniero Henry Torres asumió las tareas de conservación del santuario de Pachacamac. Desde 2013 el equipo multidisciplinario
que asume la conservación de los principales edificios del santuario viene completando las tareas de conservación en campo con una serie de análisis para
mejorar nuestro conocimiento sobre los materiales de conservación.
17
Los principales edificios intervenidos actualmente son: el Templo del Sol, el
Templo Pintado, Taurichumpi, la calle Norte-Sur, la Segunda Muralla, la pirámide con rampa 13 (PCR13), la Plaza de los Peregrinos y la pirámide con rampa 2
(PCR2). Se han establecido muros de prueba en el Templo del Sol y el Templo
Pintado para poder tener un control y monitoreo de nuestras propuestas, es
decir aplicar algunos materiales como el mucilago de cactus y el almidón de
arroz, ver la resistencia de algunos muros, etc. Esta experiencia acumulada nos
llevó a publicar el Manual de conservación de Pachacamac (Torres y Camargo
2013), en el cual están escritos los lineamientos básicos de nuestra metodología de conservación en barro.
Pirámide con rampa 1 - Inyección de arcilla
líquida en los adobes afectados por insectos
(biodeterioro).
Estudios complementarios
En el año 2013, Nicola Massini y su
equipo del CNR-IBAM, PotenzaItalia, trabajaron con el equipo del
Calle Norte-Sur – Conservación del muro
MSPAC utilizando un geo radar
colapsado entre la interfase de adobe y piedra.
GPR, para estudiar de forma no
destructiva el subsuelo a través de
la emisión de impulsos electromagnéticos de corta duración, basándose en el principio de reflexión de las ondas
electromagnéticas que permiten la identificación de estructuras del subsuelo
y la utilización de geoeléctrica para definir el estado de la napa freática en la
zona. Estos trabajos se desarrollaron en las áreas circundantes al edifico del
Acllawasi o Mamaconas, frente a la pirámide con rampa 1 (PCR1), pirámide con
rampa 4 (PCR4), Taurichumpi y Cruce de la Virgen (fuera del área monumental).
Plano de la Plaza de los Peregrinos - Diagnóstico de daños arquitectónico.
18
Equipo de
Nicola Massini
prospectando con
el georradar GPR en
Taurichumpi
19
El programa de
formación
Tomando puntos de control de variaciones estructurales en la calle Norte-Sur.
Igualmente, se realizaron algunas mediciones de puntos con la finalidad de
georeferenciar la distribución del sitio; y mediante un software con aplicación
satelital tendremos una mayor definición de variaciones en las estructuras. La
geoeléctrica es una técnica de prospección geofísica utilizada especialmente para localización de acuíferos, tanto para uso industrial como ganadero o
agropecuario.
Los trabajos de campo son interpretados en gabinete mediante el empleo de
modernos programas de control computarizados que aseguran la calidad de
los resultados. Los cortes o perfiles del subsuelo permiten visualizar claramente la geometría del reservorio de aguas subterráneas y ubicar correctamente
las perforaciones.
En el museo de sitio hemos logrado conformar un equipo multidisciplinario
que nos permite aplicar nuevas herramientas para una mejor conservación. El
equipo cuenta hoy con Jorge Abad, topógrafo que realizó el levantamiento de
los transectos realizados con el georradar para tener la ubicación de las estructuras que pudieran identificarse en el subsuelo; y realizó el corte de la línea de
exploración geoeléctrica para poder tener la relación entre la distribución de
la conductividad con la topografía.
Hemos igualmente iniciado los registros de algunas estructuras utilizando un
equipo 3d, y gracias al financiamiento del proyecto Qhapaq Ñan estamos haciendo una serie de análisis que nos permitan tener mayor precisión en la comprensión de los materiales.
20
Como parte de nuestro
programa de conservación, hemos realizado
desde el año 2010 cuatro talleres anuales de
capacitación en arquitectura en barro, bajo la
dirección de John Hurd
y con presencia de expertos internacionales
y nacionales en el tema.
El año 2012, con apoyo
del Deutsche Bank, el
Patronato Cultural del
Imagen 3D. Cuarto de los Nichos, Taurichumpi.
Perú y el Global Heritage
Fund, organizamos el III
Taller de Conservación de Arquitectura en Barro y contamos con la presencia
de profesionales responsables de los trabajos de conservación de otros sitios de
Lima y de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ica. Las ponencias del taller
del 2013, por otro lado, estuvieron orientadas a identificar patologías y mostrar
ejemplos de problemáticas y soluciones en la arquitectura en barro. La organización de estos talleres ha estado, estos últimos dos años, a cargo de Gianella
Pacheco, arqueóloga del Museo de Sitio de Pachacamac y responsable de los
trabajos de conservación del Templo Pintado.
Santiago Giraldo, director del proyecto de Ciudad Perdida en Colombia, formó
parte del equipo del primer taller; Dan Thompson, experto en mapeo de sitios
de patrimonio y Director del Global Heritage Network, nos ha acompañado en
los cuatro talleres, lo que nos han permitido capacitar al personal del Museo
de Sitio de Pachacamac, que viene aplicando nuevas y exitosas tecnologías
para la conservación de las estructuras de adobe y piedra en el santuario.
Estos talleres complementaron una parte teórica con otra parte práctica,
además de incluir la presentación y visita a los sectores conservados dentro
del santuario de Pachacamac, con la guía de los arqueólogos responsables,
Katiusha Bernuy, Isabel Cornejo, Jorge Aching, Hernán Chipana, Janet Oshiro,
Gianella Pacheco y el ingeniero Henry Torres. En el año 2013 se incluyó la visita, reconocimiento, evaluación y se presentaron propuestas de intervención
para sitios con arquitectura en barro en la zona costera de Lima e Ica; además
21
se llevó a cabo una visita al Complejo Maranga, extenso sitio constituido por
plataformas y recintos de tapia y adobe, ubicado dentro del Parque de las
Leyendas, cuyos trabajos están a cargo de Lucénida Carrión desde hace varios
años, con importantes resultados en la protección y conservación del sitio.
Igualmente, se visitó el Proyecto Integral de Huaycán de Cieneguilla-Programa
Qhapaq Ñan, a cargo de Roxana Gómez, un extenso sitio administrativo de la
época Inca ubicado en el valle medio de Lurín. En ambos casos se vieron experiencias de conservación en monumentos de barro, así como los métodos
utilizados, el monitoreo de los mismos y los problemas que aún subsisten; se
incluyeron discusiones acerca de la visita a estos sitios y el impacto que puede
conllevar su uso masivo.
Asimismo, se realizó la visita a tres sitios arqueológicos ubicados al sur del departamento de Lima, con el fin de conocer y evaluar su importancia, pero que
aún no cuentan con programas de conservación: en primer lugar, Cerro Azul,
en Cañete, bajo la guía de Rommel Angeles, arqueólogo del MSPAC-MC. Este
sitio, sede principal del Curacazgo de Guarco, destaca por su entorno natural
así como su arquitectura de tapia y estructuras ceremoniales elaboradas en
piedra canteada y almohadillada de estilo Inca, que ocupan el farallón frente al
mar, convirtiéndolo además en un paisaje cultural. Se discutieron las necesidades de este sitio y cómo se podría gestionar su conservación. Se apreciaron los
daños producidos por el terremoto de 2007 y la mampostería de piedra estilo
Inca, que podría permitir una puesta en valor de importancia, generando un
foco cultural en este balneario.
En la región Ica visitamos dos sitios emblemáticos: Huaca La Centinela, en
Tambo de Mora, y el centro administrativo Tambo Colorado, ubicado en el valle de Pisco, departamento de Ica. Este es un imponente conjunto de adobes
decorado con pintura de colores rojo, amarillo, negro y blanco. En el sitio se
presentan distintas problemáticas en la conservación de la arquitectura en barro, lo cual nos permitió discutir sobre diversas situaciones, problemáticas y
propuestas de intervención. Gracias a la presencia de Veronique Wright, del
IFEA, pudimos contar con importantes observaciones acerca de la pintura mural del sitio.
Con el asesoramiento de Hurd hemos logrado perfeccionar la metodología
empleada e implementar un programa piloto en el Templo Pintado. Para las
prácticas se levantó una “pared de prueba”, construida especialmente para
el taller, donde aplicamos las técnicas más usadas en procesos de conservación, enfatizando procesos de consolidación de grietas a través del stitching
(remendado) y grouting (rellenado-inyectado). Se utilizaron igualmente materiales orgánicos como consolidantes para evaluar su comportamiento. Las
22
sesiones prácticas nos permitieron preparar materiales para la conservación,
además de requerir una intervención activa de todos
los participantes.
Registro arqueológico, fotogrametría del “Baño del
Inca” en la Plaza de los Peregrinos.
Registro arqueológico en 3D del Templo del Sol.
El año 2013 mejoramos
nuestro registro implementando nuevas tecnologías;
tenemos fotos aéreas de
varios edificios utilizando
drones gracias a la colaboración de Luis Jaime Castillo
y Aldo Watanabe; registro
en 3D del Templo del Sol, calle Norte-Sur y Taurichumpi;
y estamos digitalizando tridimensionalmente nuestros
trabajos de conservación.
Por último, se quiere señalar
que lo mostrado hoy en el
santuario de Pachacamac,
es el resultado del trabajo
de un equipo multidisciplinario que labora en el sitio
y que cuenta con el apoyo
de expertos nacionales e
internaciones que contribuyen en la conservación de
este importante monumento para las generaciones
futuras.
Registro arqueológico, fotogrametría del acceso hacia
la pirámide con rampa 13 en Plaza de los Peregrinos.
23
ARQUEOCONSERVACIÓN DE SUPERFICIES ARQUITECTÓNICAS
DE TIERRA: DESLINDES TEÓRICOS, METODOLOGÍA Y
RESULTADOS
Ricardo Morales Gamarra
Museo de Sitio Huaca del Sol y la Luna
La preservación y conservación de un contexto arquitectónico de tierra en
condiciones ambientales adversas, como la costa norperuana, debe ser motivo de reflexión para aquellos arqueólogos que aún mantienen deficientes
prácticas de protección en sus unidades de excavación. Si bien es cierto que
exigen a sus alumnos una formación profesional de sacrificio físico innecesario, como soportar una campaña a sol y viento abiertos, resulta incomprensible que no acepten su responsabilidad deontológica frente al maltrato que
sufren las estructuras y superficies, por ser un contexto frágil por la naturaleza
del material, fatigado por la antigüedad y vulnerable por los cambios higrotérmicos que genera la investigación. Al final, la arqueología afirma su carácter de
ciencia social destructiva. Sobran ejemplos y cada uno carga en su conciencia
lo que pueda haber destruido.
Reflexiones preliminares
Un primer aspecto a desarrollar en la planificación de un proyecto es la propuesta académico-profesional, como un enfoque científico, tecnológico, estético-iconográfico y socio-económico; pero con una perspectiva interdisciplinaria, intersectorial e inter institucional. Solo bajo esta condición se conservará
la unidad geohistórica que representa el monumento, el paisaje cultural en
el cual está insertado y la comunidad nativa. Un argumento adicional en este
intento metodológico es definir el carácter del proyecto arqueológico: intervención sostenible.
Más aún, si esta investigación tiene una proyección de uso social del monumento, entendido como una palanca económica para la autogestión administrativa de este recurso, su conservación sostenida implica mejorar la calidad
de vida de la población del entorno, incrementar el desarrollo económico y
optimizar los niveles de ecoeficiencia.
Otro aspecto decisivo en este planeamiento consiste en definir los niveles de
la intervención conservadora. En este punto se caracterizan: la preservación,
definida como un tratamiento preliminar, indirecto o directo, constituyéndose
24
25
en una fase o etapa científica y técnica; la conservación, que se orienta a la
estabilización físico-mecánica del sistema constructivo (muros, columnas, pilastras, paramentos, pavimentos y cubiertas), es una etapa eminentemente
científica y técnica; la restauración, que se orienta a la reposición o reintegración de las partes perdidas (lagunas) hasta recuperar un subjetivo aspecto
“original”, volumen o unidad, es de grado técnico y estético; por otro lado,
la controversial reconstrucción, que la Carta de Venecia conceptúa como un
principio: “la restauración termina donde comienza la hipótesis”, en otras palabras, una mera especulación o falsificación: es una fase estética, escenográfica; finalmente, una nueva alternativa que facilita la imaginación interpretativa del arqueólogo conservador o arquitecto es la restauración virtual, que da
lugar a todo tipo de interpretación sin tocar el original a través de programas
de cómputo.
Obviamente, el profesional que maneje estas alternativas con criterio y consenso de equipo tendrá el reconocimiento de la comunidad académica. Los
excesos son lapidarios y no se debe tomar al turismo como una justificación
para reinventar un contexto.
Por ello, la restauración no se realiza basándose en analogías iconográficas
o morfológicas. Cada obra expresa una singularidad como imagen, técnica y
materiales, aún en un mismo contexto. Se debe respetar en absoluto la autenticidad del contexto cultural en su estado actual. La autenticidad, tomada en
consideración de esta manera y afirmada en las cartas de Venecia y Nara, aparece como un factor de cualificación esencial en lo que concierne a los valores.
La comprensión de la autenticidad desempeña un papel fundamental en todos
los estudios científicos del patrimonio cultural, en los planes de restauración
y preservación del mismo, así como en los procedimientos de inscripción utilizados por la Convención del Patrimonio Mundial y en otros inventarios de
patrimonios culturales
Por ello, consideramos que la postura de un jefe de proyecto es una cuestión
de ética profesional. Es imprescindible planificar la conservación desde la programación inicial arqueológica, como una actividad de línea y no opcional o
extemporánea, vale decir, después de varios años de excavación recién se acude a la conservación. La investigación de la arquitectura para su conservación
debe integrarse al programa de investigación.
El tratamiento conservador y su proceso
En el propósito de ordenar el proceso de intervención, tratando de darle un
sentido lógico, se propone la siguiente secuencia, que no es una cuestión inflexible, pues debe adecuarse a la patología del recurso:
26
a. Actividades y reconocimiento preliminares: protección ambiental de las
áreas a intervenir (cubiertas, cortavientos y drenajes provisionales); estudio, análisis y diagnóstico preliminar (muestreo, laboratorio, registro
y documentación).
b. Conservación preventiva: indirecta o ambiental (plan de gestión ambiental); directa (excavación, liberación y conservación preventiva
simultánea, reestructuración y limpieza preliminar). En este punto, la
Declaración de Xi’an, en su primer artículo, expresamente señala que
el entorno de una estructura, un sitio o un área patrimonial se define
como el medio característico, ya sea de naturaleza reducida o extensa,
que forma parte de –o contribuye a– su significado y carácter distintivo.
Un conjunto de acciones encaminadas a lograr la máxima racionalidad
en el proceso de decisión relativo a la conservación, defensa, protección y mejora del medio ambiente, basándose en una coordinada información multidisciplinar y en la activa participación ciudadana.
c. Conservación integral y definitiva, que implica la limpieza de las superficies arquitectónicas, previa a la consolidación química de los materiales
arcillosos y a la fijación de la capa pictórica, y la obligada readherencia
de la superficie al muro-soporte. Luego se define la etapa de mayor riesgo por las subjetividades que sugiere el tema de la presentación final de
cabeceras de muro, fisuras y fracturas, lagunas y cubiertas.
De cualquier manera, se subraya el respeto irrestricto a la autenticidad
de un contexto arquitectónico que expresa la conectividad y función de
los volúmenes y espacios, carácter de las texturas y colores insertados
en un contexto ceremonial. Así mismo, destaca el reconocimiento de
las tecnologías y materiales, la secuencia de ocupación y superposición
constructiva y cómo la ideología se expresa a través de la iconografía.
Por ello, la conservación debe configurarse como política y disciplina,
como una intervención que garantiza la estabilidad físico-mecánica de
un sistema constructivo antiguo y su medio ambiente; es una actividad
que se orienta a la consolidación de las evidencias arqueológicas, sin
alterar su originalidad como documento histórico y como obra de arte
no renovable. Es una intervención que brinda las facilidades espaciales, para acondicionar un monumento a la visita turística no erosiva, y
buscar por este concepto un ingreso que revierta en la preservación,
conservación y manejo sustentable del monumento y su entorno. Es un
trabajo que debe respetar todas las evidencias estilísticas que grafican
una secuencia histórica o la suma de varias épocas. No es limpieza estilística (Morales y Torres 1997: 193).
27
d. Intervenciones excepcionales, como la anastilosis, que se opera en dos
alternativas: desmontaje de elementos claudicados y recuperación de
elementos colapsados, para finalmente rehacer la estructura sobre la
base de evidencias reales y documentación; y la transportación o traslado de un monumento de su emplazamiento primigenio a otro que garantiza su pervivencia (caso Abu Simbel).
e. Intervenciones posconservación, la etapa más importante y que generalmente se obvia en la planificación: monitoreo y control, mantenimiento sistemático y registro, documentación secuencial y archivo.
Cubiertas arquitectónicas en la protección ambiental de los
contextos monumentales
Los edificios monumentales desarrollan una variada propuesta de muros,
cubiertas y pavimentos. Las paredes se desarrollan con materiales de arcilla,
piedra, madera o caña; y los techos son planos, de uno o varios faldones o
cónicos, con losas líticas y paja, entre otros, según los rangos pluviométricos.
Al final, estos detalles o caracteres definen los estilos arquitectónicos. Estas
estructuras presentan por lo general ciertos añadidos o superposiciones arquitectónicas completas, lo cual complejiza las condiciones de estabilidad y conservación, más aún frente a una realidad meteorológica fluctuante, siempre
agresiva y de efectos acumulativos.
La necesidad de proteger ambientalmente las frágiles y fatigadas estructuras
de un monumento arqueológico propicia un contraste entre este contexto
fragmentado y plástico, con la inserción de un lenguaje arquitectónico moderno y rígido que lo cubre y deforma visualmente. En esta propuesta se debe
advertir que el volumen y espacio monumental es una unidad arquitectónica
vulnerable ante la intemperie; por lo tanto, la nueva cubierta, organizada en
varios niveles, espacios y con un cerramiento perimetral, debe generar condiciones higrotérmicas estables e independientes de las realidades del entorno,
para garantizar su conservación integral, es decir, “construir” un microclima
controlado y ajustados a las características físico-mecánicas del edificio.
28
monumento debe exponerse al aire libre, sin volúmenes que deformen su singular o característica imagen paisajística. En este punto de controversias, cabe
subrayar, como contraparte, algunas preferencias por la reconstrucción y falsificación del contexto, creándose “neoruinas” o fundas que tratan de recrear
los volúmenes y los maltrechos perfiles irregulares del original. Obviamente,
es otra práctica que, debidamente monitoreada y evaluada, despejará dudas
sobre el comportamiento del original y la pertinencia de la propuesta.
Condiciones geográficas y ambientales de la costa norte del Perú
La costa norte del Perú es una angosta faja en donde se alternan desiertos y
valles, en una zona de vida que Holdridge (1967) clasifica como desierto desecado sub Tropical (dd-sT). Es una zona que está permanentemente amenazada
por los sismos y lluvias torrenciales de los eventos ENSO.
En el plano turístico, actualmente se promociona en el mercado como la Ruta
Moche, lo cual implica un uso público sostenido y sostenible con base en monumentos arqueológicos de tierra policromada, como Túcume, Úcupe, Cao,
Ventarrón, Moche, Chan Chan y Pañamarca, entre otros. La geotopografía plana y de ligeras pendientes, ubicada entre el borde marino y las estribaciones
andinas, la escasa vegetación arbórea, vientos y la cercanía al mar o estar en
el borde mismo (caso Chan Chan y El Brujo, entre otros), van configurando un
cuadro de deterioro acelerado, permanente e irreversible.
Esta región tiene dos estaciones muy marcadas por la temperatura y humedad
relativa, una primera de verano (diciembre-mayo) y otra de invierno (junio-noviembre), cuya magnitud depende del paralelo en que se ubiquen. Entiéndase
por invierno una estación con una temperatura mínima de 15° C y máxima de
22° C, pero sin lluvias. Como referencia base, en las Huacas de Moche la temperatura varía notablemente, en verano durante el alba registra 20°C y 32°C
al medio día, lo cual genera el mencionado proceso de dilatación-contracción
que agrieta las superficies.
En este estudio se toma como referencia la costa norte del Perú, porque es el
escenario en donde se ha asumido con responsabilidad y audacia profesional
soluciones pioneras sin antecedentes ni modelos concretos a nivel nacional.
La responsabilidad de conservar aquellos sectores que se exponen a la visita
turística y las agresivas condiciones meteorológicas son dos factores determinantes en esta decisión interdisciplinaria.
La insolación es otro agente de actividad constante y que combinado con el
viento, propicia cambios de humedad relativa del aire y que a la vez genera
severos procesos físicos de dilatación-contracción, con resultados negativos
inmediatos por el impacto directo en las superficies arquitectónicas, más aún
cuando presentan frágiles policromías por el aglutinante orgánico y cargas de
yeso usados en su ejecución. La radiación UV no genera decoloraciones en pigmentos inorgánicos, solo afecta los aglutinantes orgánicos por su naturaleza
celulósica.
Experiencias que sin duda son escuelas de campo y permanentes lecciones,
con sus aciertos y errores, para aquellos especialistas que aún creen que “su”
Sin embargo, los vientos alisios procedentes del sur y desde el mar son la
principal causa del deterioro de las estructuras de tierra por el material que
29
acarrea desde el litoral: arena, sales y todo tipo de material particulado en
suspensión. Las velocidades máximas que desarrolla constituyen una presión constante –que debe ser tomada decisivamente en cuenta en el diseño
de la estructura de la cubierta pues, por lo general, implica una sobre carga
de columnas para una mayor y mejor estabilidad de la cubierta–.
Finalmente, las lluvias presentan un comportamiento singular. En los meses de
invierno se observan como garúas (precipitación de finísimas gotas de agua)
y en verano lluvias intensas e irregulares que llegan a 16 mm cualquier día de
febrero o marzo; sin embargo, los eventos ENSO presentan lluvias intensas
propias de las regiones tropicales, que al incrementar el caudal de los ríos destruyen las estructuras de tierra, por la falta de defensas ribereñas o inexistencia de planes de manejo preventivo de cuencas. Los dos últimos mega ENSO
de 1982-83 y 1997-98 demostraron el alto nivel de vulnerabilidad de este patrimonio arquitectónico de tierra.
Presión turística y deslindes éticos preliminares
Una cuestión teórica que se propone con claridad y contundencia en la programación del acondicionamiento turístico de un contexto arqueo-arquitectónico, es el diseño de una cubierta que genere condiciones microclimáticas
estables para la conservación monumental, acústica controlada, iluminación
uniforme y natural, es decir, un espacio agradable para la visita. En otros términos, el turismo debe adaptarse a las condiciones y carácter del monumento,
y bajo ningún concepto la autenticidad del documento y su entorno debe alterarse ante las presiones y exigencias de un turismo irresponsable y mercantilista, por generar intervenciones contrarias al espíritu de la Carta de Nara y a
una gestión profesional responsable.
En este punto es necesario revisar y discutir los postulados de los Límites de
Cambio Aceptable y Capacidad de Carga, una propuesta asociada al uso sostenible de un patrimonio cultural en sus tres ángulos: ambiente (ecoeficiencia),
social (calidad de vida) y económico (equidad). Un monumento es una fuente
primaria de estudio, un recurso no renovable y un documento cuya autenticidad debe respetarse en todos sus aspectos, con el propósito de no alterar
su contenido: el conocimiento científico que expresa como excepcional creación humana. De allí que toda cubierta arquitectónica enfrenta un serio reto:
cómo integrarse a un contexto arquitectónico incompleto y de confusa lectura sin acentuar este aparente desorden y facilitando su lectura o valoración
contextual.
Otro aspecto de vital importancia en el cálculo estructural debe ser la evaluación geológica y geodinámica del sitio, la estabilidad de la estructura
30
arqueológica en todos sus sectores y la carga que generará la moderna cubierta, a fin de establecer un modelo del comportamiento físico-mecánico de
tres niveles: geológico, monumental y neoarquitectónico, en especial ante un
eventual sismo o ENSO. Obviamente, el estudio de la geodinámica resulta imprescindible por ser el factor clave en cuanto a la unidad geológica de la cual
dependen los otros componentes. En este punto se cuenta con una serie de
métodos avanzados de evaluación estructural no destructiva, desde la simple observación del geólogo, hasta los registros fotogramétricos y escaneos
láser 3D, ensayos sónico y ultrasónico, radar y termografía, entre otros, a fin
de identificar las características internas de los materiales y estructuras, que
permita identificar el comportamiento integral y la vulnerabilidad del edificio
(Binda et al 2009; Binda et al 2000).
En realidad se trata de definir con base en los cálculos de esfuerzos y deformaciones, propios o generados por el sustrato geológico y, sobre todo, la presión
de las pesadas neocubiertas. El mapeo de este comportamiento es sustancial
para el análisis integral, pues define los niveles de vulnerabilidad en cada sector y las prioridades de la consolidación o refuerzo estructural para precisar
la ubicación de los apoyos de la arquitectura intrusiva, a fin de garantizar su
estabilidad.
Argumentos arquitectónicos y autenticidad de los contextos
arqueológicos
La controversia se inicia cuando el arquitecto contemporáneo propone un diseño con cierta audacia, ante el carácter y calidades espaciales de un contexto
arquitectónico incompleto, al cual pretende proteger, y que, desafortunada
e inevitablemente impacta en mayor o menor grado. Un punto de conflicto
teórico reside en el recurrente discurso de “mínima intervención y reversibilidad de una cubierta arquitectónica contemporánea”, desconociendo o admitiendo la elemental diferencia entre la capacidad de remover o desmontar
los cimientos de concreto y hierro que se introducen y la irreversibilidad de las
profundas excavaciones en los contextos arqueológicos para la construcción
de las mencionadas bases o zapatas. La perforación de estructuras históricas
para los apoyos significa simple destrucción.
Es decir, las propuestas teóricas del intruso diseño versus los resultados tangibles y visibles dejan en claro que el conflicto entre el arquitecto prehispánico
y el arquitecto de nuestros días reside en que este último es un artista que
privilegia su creatividad muy por encima del documento histórico que debe
respetar. La supuesta de “mínima” alteración de volúmenes y espacios originales es una cuestión complicada de alcanzar; la extensión y altura definen un
31
lenguaje rígido en contra de la plasticidad del monumento, más aún cuando la
construcción es de tierra y las nuevas estructuras son de metal y vidrio.
Otro aspecto fundamental al margen de las subjetividades personales y profesionales, en la aplicación de la teoría, son las disonancias cromáticas y texturas en la lectura del contexto y la neoarquitectura intrusiva. En este punto se
discute la viabilidad de camuflar o contrastar la lectura de la nueva estructura,
que trata de integrarse visualmente al paisaje cultural que intenta proteger y
respetar y que inevitablemente impacta.
el ensamblaje de las columnas, vigas y coberturas, las pendientes que permitan un aforo controlado del agua pluvial, los arriostres estructurales y bases.
Un plan de drenaje es fundamental como parte de un programa integral, pues
las cubiertas tienden a concentrar el agua pluvial de varios metros cuadrados
en un punto específico. Otro aspecto complementario es el proyecto electromecánico, considerando los riesgos de incendio que implica una deficiente instalación eléctrica y además las posibilidades de implementar una iluminación
técnica apropiada para las visitas turísticas nocturnas y para la vigilancia de
rigor.
Ante esta controversial realidad se debe plantear una investigación y evaluación integral del paisaje cultural, contexto arqueológico y revisión de antecedentes, definiendo un planeamiento integral de cubiertas en el marco de un
plan de gestión y manejo, con base en un Estudio de Impacto Ambiental (EIA)
y de la presión turística (capacidad de carga).
Frente a esta compleja situación se debate la capacidad de obtener un diseño
discreto en el manejo de materiales, con una especial preocupación en el peso
específico de la cubierta y su comportamiento sísmico. Ante estas circunstancias, debe tenerse en cuenta que las bases de concreto y hierro incrustados
en el suelo arqueológico pueden funcionar como palancas por la permanente
presión eólica. Se insiste en que la evaluación geológica y geodinámica, así
como la caracterización del comportamiento hidrodinámico, son fundamentales y hasta determinantes, más aún cuando una nueva cubierta puede pesar
hasta 50 toneladas métricas sobre una estructura fatigada y vulnerable.
En estas condiciones, es necesario cuidar aspectos básicos como la luminosidad natural, el riesgo de incendios, la acústica y el uso social, en el marco de
una política responsable y ambientalista. Es más, toda cubierta debe tener la
capacidad de ampliarse modularmente en función a la programación arqueológica. Finalmente, es fundamental desarrollar un programa de monitoreo y
manejo de las condiciones ambientales y estructurales de la cubierta: corrosión, biodeterioro y excretas de avifauna, entre otros.
Un aspecto importante en la planificación de este tipo de cubierta es el diseño
estructural, de tal manera que se logre una visión y lectura del contexto cultural sin interferencias en el espacio cultural, es decir, sin columnas u otro tipo de
pie derecho, más aún cuando por las grandes luces a cubrir deben ser estructuras metálicas de considerables secciones, que inevitablemente “ensucian” el
contexto arqueológico. Un reto de difícil solución.
Sin embargo, quedan dos puntos por revisar. La supervisión técnica de personal calificado durante el proceso de construcción, a fin de cumplir con las
especificaciones técnicas del proyecto y el manipuleo de los materiales como
32
33
CONSERVACIÓN DE LA CALLE NORTE-SUR: ACCESO PRINCIPAL
AL SANTUARIO DE PACHACAMAC
Katiusha Bernuy Quiroga
Museo de Sitio de Pachacamac
El Proyecto de Investigación y Conservación de la calle Norte-Sur es un proyecto del Ministerio de Cultura ejecutado a través del Museo de Sitio de
Pachacamac (MSPAC) con financiamiento del Proyecto Qhapaq Ñan. Este proyecto es ejecutado desde el 2009, siendo incorporado a partir del 2010 en el
subprograma de implementación del nuevo circuito de visita peatonal establecido en el Plan de Manejo del santuario de Pachacamac, elaborado por un
equipo multidisciplinario bajo la dirección del MSPAC.
Templo
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300
400
Las líneas rojas indican las áreas intervenidas para la implementación del nuevo circuito peatonal
y que corresponden, en gran medida, a los caminos utilizados por los peregrinos para acceder a
la zona más sagrada del santuario.
34
35
Los objetivos principales del proyecto corresponden a cada uno de sus tres
componentes:
• Investigación: determinar la secuencia ocupacional y constructiva del
área ocupada por la calle Norte-Sur.
• Conservación: devolver la estabilidad estructural a la arquitectura expuesta, respetando los criterios de autenticidad y mínima intervención.
• Puesta en uso social: implementar un nuevo circuito de visita peatonal,
como una alternativa de solución a la problemática de conservación y
valoración patrimonial generada por el actual circuito.
Las intervenciones del proyecto se centraron en la calle Norte-Sur, considerada una de las principales vías de acceso y circulación interna del santuario de Pachacamac (Uhle 2003: 240-241; Jiménez 1985: 50; Bueno 1982: 17;
Paredes 1988: 42). Por la calle Norte-Sur ingresaban al santuario los peregrinos que llegaban por los dos caminos principales que se unen en el acceso
a esta calle: el Qhapaq Ñan de la Sierra y el de la Costa. Además, en enero
de 1533 debieron ingresar Hernando Pizarro y un grupo de conquistadores
españoles venidos desde Cajamarca a tomar parte del rescate ofrecido por
el Inca Atahualpa.
Durante la conquista española, el santuario fue abandonado y sus estructuras
cubiertas por el derrumbe de sus muros, ocasionado por movimientos sísmicos y por grandes acumulaciones de arena de origen eólico. Durante la década
de 1950, un equipo liderado por el Dr. Arturo Jiménez Borja1 excavó y conservó
un tramo de 110 metros de la calle Norte-Sur; desde el año 2009, el equipo de
investigacón del MSPAC ha intervenido un tramo de 220 metros, la parte final
de los caminos que conducen al santuario (Qhapaq Ñan de la Sierra y Costa),
además de realizar excavaciones restringidas destinadas a definir la secuencia
ocupacional, constructiva y la función de las estructuras asociadas a la calle.
Acceso principal al santuario tras su excavación y conservación.
Adicionalmente, los datos arqueológicos obtenidos señalan que la calle continuó siendo utilizada hasta la época colonial, cuando fue clausurada por el colapso de sus muros ocasionado por un intenso movimiento sísmico que podría
datar del año 16872. Luego ocurrieron otros derrumbes menores producidos
por daños estructurales o por otros sismos. El registro arqueológico de los
derrumbes reveló que, además del colapso de las partes altas de los muros,
habían colapsado las caras externas.
Los trabajos de investigación arqueológica realizados en el marco del Proyecto
de Investigación y Conservación de la calle Norte-Sur revelaron que el tramo
norte de la calle fue construido entre los años 1380 a 1440 d.C., es decir antes
de que el santuario fuera conquistado por los incas (1470 d.C). Mientras que
la parte sur de la calle fue construida durante la ocupación Inca, como parte
de una serie de remodelaciones hechas por estos para adaptar el sitio a sus
propios fines rituales y controlar el acceso a las zonas más sagradas, como son
la Plaza de los Peregrinos, el Templo del Sol y el Templo Pintado.
Tramos de la calle Norte-Sur antes, durante y después de ser excavada y conservada.
2
1
36
Fundador y primer director del MSPAC.
El cual corresponde a uno de los dos más intensos movimientos sísmicos ocurridos durante la época colonial, que ocasionaron el colapso de gran parte de Lima y
el Callao (Seiner 2009: 344).
37
La investigación arqueológica del área ocupada por la calle Norte-Sur ha permitido definir la secuencia constructiva de las estructuras que conforman la
calle y aquellas asociadas a la misma. Al mismo tiempo, se han reconocido las
técnicas constructivas empleadas y caracterizado los suelos sobre los que fueron construidos los muros que delimitan la calle. Con lo cual, hoy en día, se
cuenta con los datos necesarios para definir las características originales de
las estructuras y establecer su diagnóstico, el cual incluye las causas del deterioro y las patologías existentes. Todo ello con miras a definir las acciones
necesarias para restituir la estabilidad estructural de los muros, sin afectar sus
características originales y la unidad con el tramo excavado y conservado en
la década de 1950.
La premisa más importante que guió el plan de conservación fue el respeto a
la historia del monumento. Se consideró importante brindar a los visitantes
evidencias visibles de algunos de los eventos más significativos que lo han impactado, por lo cual se dejaron algunos testigos de los derrumbes ocasionados
por el sismo colonial que clausuró la calle y el acceso al santuario. Para cumplir
con esta premisa también fue indispensable respetar las características actuales de las estructuras que conforman la calle, por ser evidencias de su historia.
Debido a ello no se restauró la altura o volumen de los muros, salvo en el caso
en que las partes faltantes cumplieran la función de soporte o amarre de las
partes aún en pie y fueran indispensables para devolver a la estructura la estabilidad estructural que tuvo en el pasado.
Trabajo de conservación para devolver la estabilidad estructural a los muros.
Es importante generar un registro gráfico y fotográfico que nos permita conocer de forma detallada las características de la estructura antes de la intervención y después de ella, a fin de utilizarlo en las labores de monitoreo.
Para establecer el plan de conservación, también se tuvo en cuenta que la calle
sería transitada por visitantes, al ser parte del nuevo circuito de visita del sitio.
Por ello, cubrimos con un falso piso los apisonados, pisos originales y demás
componentes arqueológicos expuestos durante las excavaciones.
Trabajos de conservación en la zona de acceso del santuario de
Pachacamac
Utilizando la metodología planteada por el área de conservación del MSPAC,
se denominó Punto de Conservación a cada muro o segmento de muro intervenido. El tamaño de cada Punto de Conservación está dado por el área del
muro que fue expuesto en cada área de excavación, aunque en algunos casos
fue necesario extender la excavación para abarcar una parte más amplia del
muro o su totalidad.
Vista de la capa de derrumbe ocasionado por sismo colonial y sección dejada como testigo.
38
En este artículo se presenta, a manera de ejemplo, tres puntos de conservación
intervenidos durante el año 2011 en el marco del proyecto. Dichos puntos de
conservación comprenden muros excavados ubicados en o cerca del acceso
principal a la calle Norte-Sur. Estos ejemplos fueron elegidos por ser algunos
39
de los más representativos de los trabajos realizados en los cerca de 38 puntos
de conservación que ha intervenido el proyecto en 5 años de ejecución.
Los muros intervenidos se encontraron en distintos estados de conservación
y aunque cada uno presenta patologías y daños específicos, se puede afirmar
que el principal agente de deterioro de las estructuras fue un intenso movimiento sísmico. Por lo cual, además del colapso parcial, las estructuras presentaban en algunos casos grietas o habían perdido partes fundamentales
para mantener su estabilidad estructural. En este sentido, en todos los casos,
la conservación estuvo orientada a devolver la estabilidad estructural, respetando los criterios de mínima intervención y sin afectar sus características
originales.
Los trabajos de conservación ejecutados en el marco del proyecto constan
de tres etapas que se inician al finalizar la excavación de las capas de arena y
derrumbe que generalmente cubren las estructuras. La primera etapa comprende el registro gráfico de la estructura en el estado en que fue hallada tras
la excavación y el registro escrito de las patologías y daños que la afectan,
usando la ficha de conservación. Sobre la base de dicho registro y del estudio
específico de cada caso se determinan las acciones que deben ser realizadas y
las técnicas de intervención. La segunda etapa consiste en la aplicación de las
técnicas de conservación determinadas de acuerdo al registro y la observación
llevados a cado en la primera etapa. La última etapa del proceso de conservación consiste en realizar el registro gráfico de los segmentos intervenidos. Esta
etapa culminó con la supervisión de la Dirección de Arqueología del Ministerio
de Cultura y la presentación del informe de conservación del proyecto.
Para facilitar la descripción de los procesos realizados en los muros a continuación se detalla la nomenclatura usada y la forma en que fueron señalizadas las
intervenciones en cada caso:
PROCEDIMIENTO
DESCRIPCIÓN
SEÑALIZACIÓN
Reemplazar el mortero
pulverizado por mortero
nuevo.
El mortero se coloca un
centímetro de la cara del
paramento intervenido.
Anastilosis
Codificar, desmontar y
volver a colocar en su
posición original los bloques
de piedra o adobe de un
muro.
Se coloca el año de la
intervención.
Reintegración
Volver a colocar en un muro
los bloques de piedra o
adobes colapsados.
Se coloca el año de la
intervención.
Reposición
Cambiar un bloque de piedra
o adobe roto, erosionado,
salitrado o faltante* por
otro en buen estado de
conservación.
Se coloca el año de la
intervención y una geomalla
en todo el contorno del área
repuesta.
Emboquillado
* En caso que sean elementos indispensables para la estabilidad estructural.
a. Punto de Conservación 03, área de excavación 09
Luego de la excavación del área 09, de 30 por 20 metros que abarcaba el acceso a la calle Norte-Sur y la parte final del Qhapaq Ñan de la Sierra (Tramo
Xauxa-Pachacamac), se halló un segmento de 1.3 metros del muro oeste que
define el tramo final del Qhapaq Ñan de la Costa. El muro estaba compuesto
por una sección de piedra, en la parte inferior del muro, y una sección de adobe conformando la parte superior.
El segmento intervenido se encontraba muy dañado a causa de un intenso movimiento sísmico. La sección de adobe había colapsado totalmente y aunque
parte de la sección de piedra se encontraba en pie, también fueron hallados
bloques de piedra colapsados, principalmente aquellos que conformaban el
paramento sur y el paramento este. Los adobes colapsados fueron pulverizados debido a las garúas y la intensa erosión que debe soportar esta parte del
muro al encontrarse de cara al suroeste, es decir contra la dirección del viento.
A pesar de la erosión, la densa capa de adobes pulverizados no fue eliminada y
actúo como una barrera que mantuvo en buen estado de conservación los bloques de piedra que componían la sección inferior del muro. Luego de retirar la
capa de adobes pulverizados, descubrimos que el paramento de la sección de
40
41
piedra en pie había perdido totalmente la argamasa por efecto de la erosión
previa al sismo, aunque sí se conservaba argamasa intacta en la parte interna
de esta sección.
En la esquina sureste faltaban bloques de piedra que debieron colapsar al momento del sismo. Esta esquina fue anteriormente excavada por otro equipo
de arqueólogos, por lo que es probable que retiraran los bloques para seguir
profundizando su excavación, ya que en las fotos del informe sí figuraban bloques colapsados. Al iniciar la excavación se halló sobre la capa de arena que
cubría la parte más alta de este segmento, tres grandes bloques de piedra que
no debían encontrarse en esa posición; a partir de lo cual se pensó que probablemente estos bloques eran los faltantes en el colapso de la esquina sureste.
Aunque en este caso se logró identificar la ubicación de los bloques faltantes,
esta mención sirve para señalar la importancia de codificar y re-enterrar los
bloques colapsados de un muro aún cuando son hallados durante el proceso
de excavación con fines de investigación.
Como se ha descrito, los daños principales que presentaba este muro fueron
los ocasionados por un intenso movimiento sísmico y por la erosión. El sismo
y la erosión habían ocasionado la pérdida total e irreparable de la sección de
adobe. La sección de piedra sí contaba con todos los elementos necesarios
para ser conservada y restaurada. Como primer paso se emboquilló la sección
de piedra en pie y en algunos casos se devolvió a su posición original algunas
piedras desfasadas por efecto del movimiento sísmico. Luego se reintegraron
los bloques de piedra colapsados. Finalmente, se realizó un proceso de reposición de adobes sobre la sección de piedra, colocando adobes antiguos recuperados de la excavación del tramo norte de la calle Norte-Sur. Los adobes
fueron colocados de forma escalonada, ya que no se buscó devolver altura o
volumen al muro, sino que actuaran como una especie de capping para proteger el interior del muro de los efectos de las garúas y de la intensa erosión que
afecta esta esquina del muro.
ACCIONES EFECTUADAS
TIPO DE
OPERACIÓN
Liberación,
limpieza
PORCENTAJE
100 %
ÁREA
VOLUMEN
OBSERVACIONES
10 m2
8 m3
Retiro de derrumbe de adobes y
piedras
Consolidación
23.24 %
2.89 m2
0.867 m3
Emboquillado del segmento de
piedra en pie
Reintegración
24.49 %
2.4 m2
0.9135 m3
Reintegración de piedras de
paramentos y parte interna
Reposición
52.27 %
3.9 m2
1.95 m3
Reposición de adobes para
cumplir función de capping
Materiales
Preparación de mortero
Monitoreo
Monitoreo de secado del mortero
Área de
afectación
1.14 %
9.19 m2
3.7305 m3
Porcentaje con respecto al
volumen total del muro (326.7 m3)
Vista general del área antes de iniciar el proceso de conservación.
42
43
secciones de piedra halladas en pie, que corresponden a la portada oeste del
la Segunda Muralla y una pequeña sección de piedra del muro oeste de la calle
Norte-Sur en el punto en que se adosa a la portada.
Como parte de la excavación del área, se procedió a liberar o retirar todo el
derrumbe que se concentraba principalmente frente al paramento norte de
la Segunda Muralla y la portada oeste. Solo se retiró el derrumbe de adobes,
dejando en su lugar los bloques de piedra colapsados. Tras la liberación del derrumbe se halló gran parte de la portada de piedra en pie, así como una columna de piedras del paramento del muro oeste de la calle Norte-Sur, pero ambos
elementos habían perdido totalmente el mortero, por lo que se recomendó
emboquillar con mortero nuevo todas las secciones de piedra halladas en pie.
Resultado final del trabajo de conservación, vista del paramento sur.
b. Punto de Conservación 04, área de excavación 09
Otro de los puntos de conservación intervenidos en el área de excavación 09,
fue el acceso a la calle Norte-Sur. El Punto de Conservación 04 abarcó un área
de 3.20 metros del flanco oeste de la Segunda Muralla, el total de la portada
oeste de la calle, la cual fue adosada a la Segunda Muralla al momento de su
construcción, y 1.25 metros del paramento este del muro oeste que define la
calle Norte-Sur.
Tanto el flanco oeste de la Segunda Muralla como la portada oeste de la calle
Norte-Sur fueron afectados por un intenso movimiento sísmico que hizo colapsar todo el paramento de adobes existente. Una de las áreas más afectadas
fue el paramento norte del flanco oeste de la Segunda Muralla, en el cual se
perdió casi el 50 % del ancho del muro, quedando expuesta a la humedad y
erosión la base del muro. En el caso del muro oeste de la calle Norte-Sur, se
determinó que aunque la parte alta del muro fue afectada por el sismo, el paramento ya se había perdido previamente debido a la filtración de agua, quedando expuesta la parte interna de forma irregular. Por lo cual, el segmento
de adobe fue afectado fuertemente por la erosión eólica, conformándose una
serie de surcos que aunque eran profundos no afectaban la estabilidad estructural del muro. Otro de los daños registrados fue la pérdida de mortero en las
44
Los bloques de piedra que habían colapsado no presentaban un orden preciso
que permitiera definir su ubicación exacta. Pero en la parte interna y baja del
muro era posible apreciar la unión o adosamiento de la portada oeste de la calle Norte-Sur al muro del flanco oeste de la Segunda Muralla, mientras que en
la parte alta era posible distinguir cómo ambos elementos se amarraban, por
lo cual se decidió reintegrar los bloques de piedra colapsados, a fin de definir
mejor la portada y proteger la parte interna, pero teniendo especial cuidado
en respetar la disposición original de los bloques a fin de permitir la lectura del
proceso constructivo de ambos elementos.
En el paramento norte del flanco oeste de la Segunda Muralla, donde se había
perdido casi el 50% del ancho del muro, decidimos que era necesario reponer
con adobes antiguos extraídos de la excavación de la calle Norte-Sur, colocándolos de forma escalonada y conformando una especie de capping que cumple
la función de proteger la base del muro de la filtración de agua por garúas o la
erosión eólica.
Finalmente, se intervino el muro oeste de la calle Norte-Sur. Este muro presentaba una columna de bloques de piedra ubicada justamente en la unión
del muro con la portada oeste. Estas piedras ya habían sido emboquilladas,
pero se encontraban en peligro de colapso al haber perdido gran parte del
paramento de adobe que las sostenía. Por ello, se repuso con adobes nuevos
parte del paramento, creando una especie de puntal permanente que permitiera sostener la columna de bloques de piedra hallada en pie.
45
ACCIONES EFECTUADAS
TIPO DE
OPERACIÓN
PORCENTAJE
ÁREA
VOLUMEN
100 %
5 m2
6 m3
Retiro de derrumbe de adobes
Consolidación
63.14 %
6.20 m2
1.86 m3
Emboquillado de secciones de
piedra en pie
Reintegración
14.97 %
1.47 m2
0.441 m3
Reintegración de bloques de piedra
colapsados
Reposición
21.89 %
2.15 m
1.185 m
Reposición de adobes que cumple
función de capping, usando adobes
antiguos / Reposición de adobes
que cumple función de puntal
usando adobes nuevos
Liberación,
limpieza
2
3
OBSERVACIONES
Materiales
Preparación de mortero
Monitoreo
Monitoreo de secado del mortero
Área de
afectación
9.24 %
9.82 m2
2.486 m3
Porcentaje con respecto al
volumen total del muro (26.9m3)
Paramento sur de la portada
oeste (arriba); y paramento
este antes de iniciar los
trabajos de conservación
(abajo).
Paramento este de la portada oeste y Segunda Muralla antes de iniciar el trabajo de conservación.
46
47
c. Punto de Conservación 07, área de excavación 14
El Punto de Conservación 07 estaba ubicado en el área de excavación 14, que
medía 35 por 7 metros y comprendía el tramo final del Qhapaq Ñan de la Costa.
La intervención en este punto abarcaba el muro oeste del tramo externo norte
de la calle Norte-Sur; fue parcialmente intervenido al excavar el área 09.
Resultado final del trabajo de conservación del paramento norte.
Al iniciar la excavación, el muro se encontraba totalmente cubierto por una
densa capa de arena que se había acumulado frente al paramento este. Tras
excavar la capa de arena, se hallaron dos acumulaciones de derrumbe. Al igual
que otros muros del área, este también había sido afectado por un movimiento
sísmico, pero a diferencia de los otros, no había sufrido grandes daños. Por el
contrario, el muro había conservado gran parte de su paramento original, tanto en la sección de adobe como en la de piedra. Solo se encontraron dos zonas
de derrumbe, una en el extremo norte y otra en el sur. La sección derrumbada
al norte fue afectada, perdiéndose parte del paramento y ancho del segmento
de adobes del muro que posteriormente fue afectado por la erosión eólica. En
la sección derrumbada al sur se había perdido parte de los bloques de piedra
del paramento, lo cual debió ocurrir en un primer movimiento sísmico, ya que
los bloques no se encontraban en el lugar. Además de ello, se había perdido
parte del segmento de adobes del paramento y se había producido una grieta
lateral que se encontraba llena de arena. La grieta no era muy profunda, por lo
que la sección afectada no se desprendió ni se desplazó, quedando estable al
acumularse arena frente al paramento del muro.
Otro de los daños registrados fue la ausencia de bloques de piedra en varias
partes del segmento de piedra del muro. Los movimientos sísmicos probablemente también fueron la causa del desprendimiento de bloques de piedra que
debieron salir expulsados y ser retirados del lugar posteriormente. Por otro
lado, aunque la erosión no produjo daños considerables en el paramento del
muro, sí afectó a algunos adobes de la hilera ubicada entre el segmento de
piedra y el de adobe, ya que estos habían sido deformados por el peso que
debió ejercer el segmento superior durante los movimientos sísmicos y por
ello fueron más afectados por la erosión. También se registraron evidencias de
erosión en las partes del paramento que limitaban con los cúmulos de arena
y derrumbe, sin que este daño repercuta negativamente en la estabilidad y
preservación del muro. Finalmente, registramos pérdida total del mortero del
segmento de piedra.
Resultado final del trabajo de conservación del paramento sur y este.
48
Se recomendó reponer los bloques de piedra faltantes debido a que son indispensables para devolver la estabilidad estructural al muro, sobre todo
considerando que conserva aún gran parte de su altura original y por tanto
el segmento de piedra debe soportar pesos considerables que al retirar la
49
Paramento antes del trabajo de conservación.
Resultado final del trabajo de conservación.
acumulación de arena y derrumbe solo se apoyan de forma vertical sobre el
segmento de piedra. Teniendo en cuenta este hecho, se repusieron los adobes
que estaban deformados y erosionados en la hilera ubicada entre el segmento
de piedra y el de adobe. También se recomendó realizar la limpieza de la grieta
lateral y su consolidación; e igualmente realizar la reposición de los adobes del
paramento en el derrumbe al sur, debido a que constituyen elementos indispensables para mantener la estabilidad estructural de las partes aún en pie del
segmento de adobe en este punto del muro. Además, al realizar la reposición
de los adobes fue posible realizar la consolidación o sellado de la grieta, lo
que evitará que esta se haga más profunda y afecte la conservación del paramento. La reposición de los adobes fue hecha con adobes nuevos en los que
se grabó el año de la intervención. En este caso no se usaron adobes antiguos
debido a que la intensa erosión de la zona hizo que los adobes recuperados
en el derrumbe no sean aptos para su reintegración. Por otro lado, las piedras
usadas en la reposición fueron canteadas en una cantera ubicada en el límite
noreste del santuario y la intervención fue señalizada colocando una geomalla
de color negro en el contorno de las piedras nuevas. Finalmente, se recomendó emboquillar toda la sección de piedra, ya que el mortero se había perdido
totalmente y el segmento soportaba mucho peso por conservar gran parte de
su altura original.
50
ACCIONES EFECTUADAS
TIPO DE
OPERACIÓN
PORCENTAJE
ÁREA
VOLUMEN
100 %
40 m2
210 m3
Retiro de derrumbe de adobes
Consolidación
71.79 %
28 m2
14 m3
Emboquillado del segmento de
piedra
Reposición
28.21 %
11 m2
5.5 m3
Reposición de piedra y adobe
Liberación,
limpieza
OBSERVACIONES
Materiales
Preparación de mortero y adobes
nuevos. Canteo de bloques de
piedra
Monitoreo
Monitoreo de secado del mortero
Área de
afectación
4.97 %
39 m2
19.5 m3
Porcentaje con respecto al volumen
total del segmento de muro
(392.04 m3)
51
CONSERVACIÓN DE EMERGENCIA EN TAURICHUMPI
Janet Oshiro Rivero
Museo de Sitio de Pachacamac
En el 2012 se inició la conservación de Taurichumpi como parte de las labores
del Programa de Conservación de las Estructuras en Emergencia del santuario Arqueológico de Pachacamac - Programa Qhapaq Ñan del Ministerio de
Cultura. Los objetivos principales de estas intervenciones fueron devolverle
estabilidad a los muros en peligro de derrumbarse y habilitar un nuevo circuito
de visita. A la fecha se han logrado salvaguardar los muros de mayor altura, el
frontis sur, el frontis oeste, así como los muros que conforman la calle EsteOeste del edificio. Para el desarrollo de las labores de conservación se hace
seguimiento del protocolo de conservación del santuario (Torres et al 2013),
respetando las particularidades de esta estructura.
Introducción
Taurichumpi se ubica al extremo sureste del santuario arqueológico de
Pachacamac, sobre un promontorio rocoso. La técnica constructiva, el patrón
arquitectónico, así como los materiales empleados en su construcción son de
filiación Inca, similar a otras estructuras del santuario. Se observan muros de
adobes paralelepípedos y de rocas canteadas.
En las crónicas se hace mención que, a la llegada de la comitiva española liderada por Hernando Pizarro, el curaca principal del sitio se llamaba Taurichumpi
y ocupaba este edificio (Estete 1968 [1535]).
El lugar fue excavado a fines de los años sesenta por Alberto Bueno, quien recuperó materiales del periodo Horizonte Tardío (estilo Inca y afines) así como
algunos elementos del momento de la conquista española (Bueno Mendoza
1967).
Para los trabajos de registro y conservación se dividió esta estructura en dos
sectores. El sector A con 5 340.73 m2 comprende el área excavada y el sector B
con 2 212.51 m2 comprende el terreno sin excavar.
El sector excavado presenta dos patios internos de forma cuadrangular ubicados contiguamente. Asimismo, existen varios conjuntos de cuartos aglutinados que convergen en algunos de estos patios intercomunicados mediante
pasadizos. Se ha logrado identificar dos momentos constructivos: el primero
se asocia a la creación de los muros perimetrales del edificio, en cuyo interior existieron ambientes grandes y patios; el segundo momento constructivo
52
53
Borlas de filiación inca.
Adorno de plumas de
filiación inca.
Colgantes de plumas en
forma de flores de Cantuta.
Vista panorámica de Taurichumpi.
se caracteriza por la reducción de tales espacios, los que fueron subdivididos
en ambientes más pequeños a los cuales se accedía mediante corredores o
pasadizos.
Bolsa de tela de
filiación inca.
Diagnóstico de daños en las estructuras
El sector A de Taurichumpi presenta problemas estructurales de diferente
magnitud en casi todos los muros que lo conforman. Estos problemas están
asociados en su mayoría al tipo de materiales y técnicas empleadas para su
construcción, así como a la actividad sísmica, a las acciones antrópicas, al factor climático y al biodeterioro (Pozzi- Escot y Chávez 2008).
Daños asociados al sistema constructivo
Vista aérea de los principales ambientes del sector A de Taurichumpi.
En el 2006, a través del Plan COPESCO Nacional, se realizaron trabajos de limpieza y conservación en algunos puntos de las estructuras de este edificio.
Estas intervenciones se centraron en los muros internos y en una parte del
muro norte de la calle Este-Oeste.
54
Se registraron tres tipos de muros. El primero está conformado por una base
de rocas canteadas con adobes paralelepípedos colocados sobre las rocas y
unidos con mortero de barro, el ancho promedio de este muro es de 1 m; el
segundo tipo comprende muros construidos únicamente con adobes unidos
con mortero; y se han registrado muros construidos solo con rocas canteadas
medianas unidas con mortero.
En la sección de adobes de algunos muros se observaron desprendimientos como consecuencia de malos amarres entre los adobes. También se han
identificado muros construidos con adobes de mayor peso y volumen en las
filas superiores, lo que ha originado agrietamientos y pandeos en las partes
inferiores.
55
Materiales utilizados en la construcción de los muros de Taurichumpi.
Calidad de las rocas
Estado de conservación de los muros del sector A de Taurichumpi.
El análisis realizado mediante la técnica de microscopía electrónica de barrido
(MEB)1 en las rocas de las bases de los muros de Taurichumpi las ha identificado como lutitas. La lutita es una roca sedimentaria compuesta por partículas
del tamaño de la arcilla y del limo. Estas rocas se forman por la acumulación
de sedimentos, partículas finas transportadas por el agua o el aire y sometidas
a procesos físicos y químicos, que dan lugar a materiales más o menos consolidados. Las lutitas están conformadas de láminas susceptibles de desprender1
56
La microscopía electrónica de barrido es utilizada como una de las técnicas más
versátiles en el estudio y análisis de las características microestructurales de objetos sólidos.
57
Calidad de los morteros y adobes
se gradualmente de la misma forma en
que se constituyeron.
En todos los muros de Taurichumpi se
identificaron rocas en mal estado de
conservación, laminadas con pérdida
de volumen y a punto de desprenderse
del muro. Esto provoca inestabilidad a la
estructura. No obstante, los muros que
presentaron rocas canteadas en la base
han evidenciado menos erosión basal
y mayor resistencia que aquellos con
adobes.
Lutita con evidencia de cuarzo, micas,
carbón y arcilla.
Inicialmente, se asociaba el acelerado
deterioro de las rocas a la presencia de
sales producto de la evaporación marina, pero las pruebas realizadas demostraron que hay poca presencia de cloruros y sodio. Lo que parecía ser sales
corresponde según los datos obtenidos mediante la técnica MEB a carbonato
de calcio.
Estudio de una muestra de roca, con ocurrencia de carbonato de calcio intersticial.
58
El mortero fue el resultado de la mezcla de tierra limosa o arcillosa con arena fina de río (posiblemente del río
Lurín), a la que adicionaron conchas
trituradas en poca proporción, fragmentos de cerámica y gravilla. La mezcla parece haberse realizado con excesiva cantidad de arena, lo que provocó
una mala compactación del mortero.
Posteriormente, con la abrasión consMuestra de adobe con evidencia de gran
tante del viento, esta se desprendió y
porosidad y poca presencia de arcilla
desintegró totalmente. Se observa la
pérdida de casi todo el mortero en las juntas de las rocas, lo que ha provocado
pandeos y derrumbes en varios de los muros de Taurichumpi.
Un estudio realizado por el ingeniero Henry Torres, del Museo de Sitio Pachacamac,
asesorado por la doctora Gladys Ocharán, permitió identificar los elementos empleados en la fabricación de los adobes del Templo Viejo y la pirámide con rampa
Análisis de una muestra de adobe de Taurichumpi.
59
60 km, afecta los muros de esta estructura ―el último, registrado el 25 de noviembre de 2013, tuvo una intensidad de 5,8 grados en la escala de Richter―.
Entre los tipos de daños graves se encuentran los derrumbes, desplomes, pandeos, agrietamientos y fisuras en varios de los muros.
2 (PCR2) del santuario arqueológico de Pachacamac, así como
asociar su posible procedencia.
Se estudiaron también sedimentos de la laguna de Urpiwachaq,
ubicada al noroeste del santuario, tierra de chacra de Lurín y
arena fina del río Lurín. Los adobes resultaron de una mezcla de
material arcilloso y la adición de
arena a manera de carga. Por
las dimensiones de los elementos debe de tratarse de arena
eólica. Se reconoce que los adobes no fueron manufacturados
regularmente con sedimentos
de la laguna, sino que al parecer
existió un material especial para
ello (ver Torres y Chipana en
este volumen).
El estudio realizado con la técnica antes mencionada en los
adobes de Taurichumpi ha demostrado que el mal estado de
conservación en el que se encuentran actualmente es resultado de su gran porosidad, debido a la falta de tierra arcillosa
en la mezcla. Las arcillas cumplen la función de aglutinante,
su poca presencia en la mezcla
conllevó a una débil consistencia y compactación, permitiendo a la acción eólica provocar
graves daños en los adobes.
Se registraron agrietamientos por corte en forma de “X” o cruz, lo que significa una falla terminal que podría ocasionar el colapso del muro en cualquier
momento (ver Torres y Chipana en este volumen).
Daños asociados al factor humano
Muro con grieta vertical producto de los
sismos.
Daños asociados al factor climático
Un análisis realizado entre los meses de mayo y diciembre de 2012 con los datos de
la estación meteorológica del museo de sitio ha permitido identificar variaciones
de temperatura, humedad relativa, vientos y presión barométrica, además de la
intensidad con que se dieron. Estas variaciones se relacionan a las estaciones y
provocan en las estructuras cambios químicos y físicos de manera brusca, cuya
continuidad a lo largo de los años ha provocado la destrucción de muchos de los
muros de la estructura.
Muro con agrietamiento en forma de X en la
parte superior del muro.
La temperatura mínima se registró en el mes de agosto y fue de 14.4° C, la
máxima de nuestro registro (mayo-diciembre) se evidenció en el mes de diciembre y fue de 23.2° C. La humedad, otro factor causante del deterioro de
los muros, tuvo una variación brusca entre los meses de julio y octubre, fluctuando entre 70% y 100%.
CUADRO 1.- REGISTRO DE LA TEMPERATURA ENTRE MAYO Y DICIEMBRE DE 2012
Meses
Muro con pérdida de volumen por el desprendimiento
y/o extracción intencional de sus adobes.
Daños asociados a la actividad sísmica
Pese a estar construido sobre un promontorio rocoso, la frecuente actividad
sísmica en la zona, cuyos movimientos alcanzan profundidades mayores a los
60
Durante décadas, luego de la formación de los asentamientos humanos aledaños
a la zona, estas estructuras estuvieron expuestas a las afectaciones antrópicas, ya
sea por huaqueos o por actos vandálicos. Se observan grafitis en las paredes, forados en los muros y pisos, ausencia de rocas y adobes extraídos intencionalmente.
Temperatura°C
Promedio
Min
Fecha
Max.
Fecha
Mayo
18.3
16.4
29
21.3
25
Junio
18.7
16.1
2
22.1
26
Julio
18.1
15.7
29
20.8
22
Agosto
15.9
14.4
11
18.2
5
Septiembre
16.2
14.4
10
18.8
18
Octubre
16.3
14.7
10
20.1
27
Noviembre
17.4
16.1
3
20.6
18
Diciembre
19.2
15.8
1
23.2
15
61
CUADRO 2.- HUMEDAD RELATIvA REGISTRADA ENTRE MAYO Y DICIEMBRE DE 2012
Humedad %
Meses
Promedio
Min
Fecha
Max.
Fecha
Mayo
89.1
74
28
98.0
25
Junio
88.9
71
12
97.0
28
Julio
87.0
70
21
96.0
17
Agosto
91.4
77
25
97.0
16
Septiembre
92.4
75
2
98.0
15
Octubre
92.5
77
16
100.0
15
Noviembre
91.7
75
12
97.0
22
Diciembre
92.5
77.0
02/12
98.0
01/09/18/19/20/25
CUADRO 3.- PRESIóN BAROMéTRICA ENTRE MAYO Y DICIEMBRE DE 2012
Presión barométrica
Meses
Promedio
Min
Fecha
Max.
Fecha
Muro con afectaciones de líquenes en las
áreas de mayor exposición al viento.
Sección de adobes erosionados
por exposición a los vientos.
La acción del viento es el agente más agresivo que ha sido determinado en
los análisis, pues genera un efecto mecánico contra las áreas expuestas y
transporta elementos de la evaporación marina. El efecto del viento se puede
observar en la erosión y pérdida del volumen de los adobes en las partes inferiores de los muros, al igual que en la pérdida de los morteros en las juntas
de las rocas. En el mes de diciembre el viento alcanzó una velocidad de 51.5
kilómetros por hora afectando a los muros perimétricos de Taurichumpi.
CUADRO 4.- vELOCIDAD Y DIRECCIóN DEL vIENTO ENTRE MAYO Y DICIEMBRE DE 2012
Viento K/h
62
Mayo
1010.9
1008.6
30
1014.3
31
Junio
1012.2
1106.7
8
1016.8
24
Julio
1011.0
1007.8
10
1016.0
25
Agosto
1013.8
1010.4
26
1018.0
22
Septiembre
1013.2
1008.3
27
1017.2
18
Octubre
1012.5
1007.3
27
1016.4
12
Noviembre
1012.0
1008.6
17
1016.4
16
Diciembre
1010.4
1006.2
28
1012.8
4
Meses
Promedio
Min
Fecha
Dirección
Max.
Fecha
Dirección
Mayo
8.9
0
26
SE
22.5
31
S
Junio
8.3
0
24
SSE
29.0
24
S
Julio
10.6
0
31
SSE
30.5
25
S
Agosto
10.3
0
10
WSW
27.4
22
S
Septiembre
10.4
0
1
SE
27.4
18
S
Octubre
10.5
0
10
SSE
29.0
12
S
Noviembre
10.9
0
4
SE
25.7
16
W
Diciembre
19.2
0
30
---
51.5
4
WNW
63
El Biodeterioro
Se pueden registrar capas de color negro sobre los adobes erosionados y en
algunas rocas en las áreas de mayor exposición a la brisa marina. Estas son
ocasionadas por la acumulación de líquenes2. Por otra parte, también se registraron hoyos producidos por avispas y roedores.
El factor humano fue el causante de un gran forado de 2 m de alto y 1 m de ancho en el muro M-47. Se observaron además sustracciones de adobes y grafitis
modernos.
Trabajos de conservación
Frontis oeste
Las áreas intervenidas durante los trabajos de conservación de emergencia
desde el año 2012 fueron:
Comprende dos muros (M-15 y M-18) construidos con base de rocas canteadas
y adobes, que suman un largo promedio de 27 metros. En estos muros se pudo
observar la presencia de mortero original en las juntas de las rocas en la base
hacia el extremo norte del frontis. En cuanto a los agentes de deterioro, la
abrasión del viento y la humedad causaron la pérdida de casi toda la sección
de adobes del muro y del mortero de las juntas de las rocas.
Frontis sur 1
Se ubica al sureste de Taurichumpi, posee un largo de 15 metros y comprende un conjunto de muros (M-64, M-44, M-45 y M-52) construidos con rocas
canteadas en la base y adobes. Estos muros habían perdido casi el 50 % de su
volumen original.
Presentaba una gran cantidad de fisuras y grietas, así como pequeños hoyos
producidos por el factor humano y el biodeterioro. Se observó además una
sección con adobes ausentes (caídos o sustraídos). En cuanto a los agentes
naturales del deterioro, el viento y la humedad habrían provocado una gran
erosión en la superficie de los adobes, dañadando las hileras más bajas del
frontis.
Frontis sur 2
Se ubica al norte del frontis sur 1, tiene 48 metros de largo y fue la parte del
frontis sur que se encontraba en grave estado de conservación. El frontis sur
2, conformado por los muros M-47 y M-30, se subdividió para su registro y trabajo en 24 unidades de 2 metros cada una, que van de oeste a este.
A nivel estructural presentaba gran cantidad de fisuras y grietas así como
pequeñas secciones con derrumbes. Las fisuras y grietas eran paralelas a la
cara del muro y habían provocado el desplome de casi el 40 % de los adobes
del paramento, lo cual provocaba un riesgo latente al colapso de las demás
partes.
El viento y la humedad causaron una gran erosión en la superficie de los
adobes en los sectores con mayor exposición. Las áreas más dañadas comprenden las hileras de adobes o rocas de las bases de los muros. De igual
2
64
forma, se observó pérdida total del mortero en las juntas de las rocas de
las bases.
La calle Este-Oeste de Taurichumpi
Se ubica al norte de este edificio, delimitada hacia el norte por el muro M-121
y hacia el sur por los muros M-16, M-119 y M-129. La calle presenta un ancho
promedio de 2 metros y comprende un corredor de casi 80 metros de largo.
Mediante este corredor se ingresaba a este edificio desde el oeste.
El muro norte de la Calle Este-Oeste de Taurichumpi
Comprende el muro M-121 y posee un largo visible de 70 metros. Hacia el extremo oeste del muro se pudieron observar los trabajos de conservación que se
realizaron en el 2006 por el Plan COPESCO Nacional. El resto del muro presentaba una fuerte erosión en su superficie, así como la pérdida de la mayoría de
los adobes y el deslizamiento o derrumbe de las rocas producto de los fuertes
sismos y de la exposición a la brisa marina.
El muro sur de la calle Este-Oeste de Taurichumpi
Está conformado por los muros M-16, M-119 y M-129, los cuales suman un largo
visible de 77 metros. Estos muros habían perdido casi todo el volumen de su
sección de adobes y tenían menos del 50 % de sus rocas. Las superficies estaban fuertemente erosionadas como consecuencia de la constante exposición
a la brisa marina y a la actividad sísmica.
Los líquenes son organismos que surgen de la simbiosis entre un hongo llamado
micobionte y un alga o cianobacteria llamada ficobionte.
65
información es utilizada para crear modelos digitales tridimensionales, ortofotos y cortes de arquitectura. En el campo de la arqueología y conservación
es una excelente herramienta para el registro gráfico y un valioso instrumento
para la elaboración del diagnóstico de daños de las estructuras, lo que nos
permite tomar mejores decisiones en la conservación.
Imagen del cuarto de los nichos de
Taurichumpi mediante el escáner 3D.
Ortofoto realizada con los datos obtenidos del
escáner 3D.
Taurichumpi, áreas intervenidas.
La conservación de los muros de mampostería de rocas canteadas y
adobes
Registro
El trabajo de conservación se inicia y finaliza con un registro detallado. Este
consiste en el llenado de las fichas de conservación y arquitectura, en el registro fotográfico en detalle y el registro gráfico (paramentos, plantas y perfiles),
donde se especifiquen los daños e intervenciones en los muros.
Se han incorporado nuevos métodos de registro gráfico para los trabajos de
conservación, mediante los cuales se obtienen ortofotos y modelos tridimensionales de buena calidad. La ortofotografía es una técnica mediante la cual
se obtiene una fotografía corregida geométricamente (ortorectificada) que a
diferencia de una foto normal puede ser utilizada para realizar mediciones reales ya que es una representación precisa de la superficie terrestre, en la que se
han corregido las distorsiones .
Se está utilizando también el escáner 3D, un dispositivo que analiza un objeto
o una escena para reunir datos de su forma y ocasionalmente su color. Esta
66
Corte del cuarto de los nichos de Taurichumpi.
Materiales usados en la conservación
La preparación de los morteros es un proceso metódico en el que la calidad de
los insumos empleados es fundamental para asegurar la durabilidad y calidad
de la conservación. La tierra de chacra empleada en la mezcla debe ser arcillosa y lo más limpia posible, evitando su exposición a otros elementos encontrados en la superficie del suelo o transportados por el viento. A esta tierra se le
adiciona arena gruesa de río y arena fina para alcanzar la textura deseada. Se
mezclan los componentes y se humedece con agua dulce. Esta mezcla debe
reposar por lo menos un día antes de ser utilizada y mantenerse cubierta para
evitar su secado y contacto con la arena eólica.
Las rocas son extraídas de una cantera muy cercana al santuario. Estas son rocas sedimentarias similares a las existentes en los muros del edificio. Se retira
la lámina superficial de la roca con la percusión de una picota o comba para
que su cara quede lo más lisa posible. Se evita el contacto de las rocas con el
agua.
67
En Taurichumpi se han identificado dos tipos de adobes; de 44 cm x 40 cm x
14 cm y de 60 cm x 30 cm x 20 cm. Para la conservación de los muros se elaboraron adobes de dimensiones similares en cajones de madera con los mismos
insumos con los que se preparan los morteros. En estos adobes se grabó el
año de su elaboración.
Limpieza de los muros de rocas y muros de adobes
La limpieza de las rocas y adobes del muro consiste en el retiro de la arena eólica y tierra acumulada en la superficie con una brocha y herramientas pequeñas
como cucharas, espátulas y pinzas. En los casos de acumulaciones de líquenes
en la superficie de las rocas se utiliza una esponja. Hay que retirar toda la tierra
en lo posible, evitando así la filtración de elementos, como sales, durante los
trabajos de conservación.
Conservación
Los trabajos de conservación en el santuario de Pachacamac han tomado
como referencia los documentos y normativas señaladas en la Carta de Burra
(ICOMOS, 1979), la Carta de Cracovia (ICOMOS, 2000), la Carta de Venecia
(UNESCO, 1964), la Carta de Lausana (ICAHM, ICOMOS, 1990)3 y los Principios
para el Análisis, Conservación y Restauración de las Estructuras del Patrimonio
Arquitectónico (ICOMOS, 2003).
Nuestro trabajo sigue los lineamientos indicados en la Carta de Venecia4, cuyo
artículo 12° especifica que:
“Los elementos destinados a reemplazar las partes que falten deben integrarse armoniosamente en el conjunto, pero distinguiéndose a su vez de las partes
originales, a fin de que la restauración no falsifique el monumento tanto en su
aspecto artístico como histórico.
Los elementos de integración deberán ser siempre reconocibles y representarán el mínimo necesario para asegurar las condiciones de conservación del
monumento y restablecer la continuidad de sus formas”.
En la sección de roca, después de la limpieza de los muros a intervenir, se realiza el emboquillado o rellenado de las juntas de las rocas con mortero nuevo y
rocas pequeñas en las áreas con pérdida de mortero original. Luego, se alisa la
3
4
68
Carta internacional para la gestión del patrimonio arqueológico (1990) preparada por el Comité Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico
(ICAHM) y adoptada par la asamblea general del ICOMOS en Lausana en 1990.
UNESCO (1964). Carta de Venecia. Carta Internacional sobre la conservación y restauración de los monumentos y de los sitios. Venecia.
superficie del mortero con una
espátula pequeña y se graba el
año de la intervención.
Por otro lado, se identifican,
enumeran y registran las rocas
en mal estado que serán reemplazadas. En algunos casos
es necesario desmontar algunas secciones del muro para
poder sustituir las rocas en
mal estado de conservación,
tratando en lo posible de mantener las dimensiones de las
originales. Asimismo, durante
este proceso se endereza y realinea el muro.
Para diferenciar la sección del
muro de rocas original de la
sustituida o reemplazada, se
utiliza una geomalla cortada
en tiras. Las geomallas son estructuras planas en forma de
red, fabricadas por el entrelazamiento (en ángulos rectos)
de fibras sintéticas con un elevado módulo elástico.
En la sección de adobes, luego
de la limpieza, se sustituyen
los adobes erosionados por
adobes nuevos, respetando
las medidas, ubicación y orientación. Para ello, es necesario
el empleo de pequeños puntales que eviten el desplome de
las secciones del muro que no
son intervenidas.
Muro intervenido en el año 2012.
Codificación de las rocas que serán
reemplazadas.
Uso de geomalla para diferenciar la
sección original del muro.
En las secciones con faltantes, se restituyen los adobes con la finalidad de devolverle la estabilidad estructural al muro, evitando así futuros desplomes y agrietamientos. La altura
69
máxima de la restitución de adobes no debe exceder la del muro original. Los
adobes son unidos con mortero nuevo respetando la orientación y ubicación
de los adobes del muro original.
Monitoreo
Durante el proceso de conservación de los muros es posible identificar reacciones negativas en las rocas, adobes y morteros de las secciones conservadas. El
factor climático y el propio estado de los elementos empleados en la conservación ocasionan estas reacciones, debido por lo general a la humedad. En el
caso de las rocas, se puede observar cómo el carbonato de calcio es expulsado
hacia la superficie. En el caso del mortero, debido a la humedad, muchas veces
este absorbe el carbonato de calcio de las rocas destruyendo la superficie del
mortero seco. Estas secciones deben ser retiradas de forma mecánica y reemplazadas con mortero nuevo, este proceso debe repetirse hasta tres veces.
Los adobes nuevos, en algunos casos, debido a la humedad y a la abrasión
constante del viento, presentan problemas de erosión. Estos deben ser sustituidos para evitar que los daños se propaguen hacia los otros adobes nuevos
del muro.
Registro gráfico de los muros a ser intervenidos.
70
Retiro del mortero infectado por sales.
Limpieza de las partes elevadas de los
muros del frontis oeste.
Vista del muro de la calle Este-Oeste de Taurichumpi antes de su intervención
71
Vista del muro conservado. Nótese la restitución de la sección de adobes con la finalidad de
devolverle la estabilidad estructural al muro.
Apuntalamiento de los muros en riesgo de colapso
Como parte de las acciones del Programa de Conservación de Emergencia de
Taurichumpi, se decidió apuntalar los muros más importantes y en riesgo a
desplomarse. Fueron seleccionados los muros M-97 y M-127, que eran los de
mayor altura y habían sido afectados por los sismos registrados a finales del
mes del julio de 2012. Para este trabajo se emplearon cañas de guayaquil ecuatoriano de 4 pulgadas de grosor y 6 metros de longitud. Estas cañas se caracterizan por su dureza y resistencia a los agentes naturales de deterioro de la
zona.
Resultados
A inicios del 2012, Taurichumpi era una estructura con muros a punto de colapsar y gran pérdida de su volumen original como consecuencia de diversos
agentes de deterioro que van desde el factor climático hasta el humano.
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Muro del frontis sur 1 antes de su
intervención.
Trabajos de apuntalamiento (muro de
mayor altura) con cañas de guayaquil.
Apuntalamiento del muro durante
su intervención.
Vista del muro al finalizar su
conservación.
La importancia de este edificio se señala en las fuentes etnohistóricas que
lo mencionan como la residencia del último gobernante de la zona. Se reconoce además la riqueza estilística de los materiales arqueológicos ahí encontrados. Por todos estos factores se decidió iniciar los trabajos para la puesta
en valor de esta importante estructura que contiene valiosa información arqueológica para el estudio y entendimiento de la presencia de los incas en
Pachacamac.
Como resultado, luego de dos años de intervenciones, se ha logrado conservar
257 metros lineales de los principales muros. En el frontis sur se han conservado 83 metros lineales, el frontis oeste fue trabajado en su totalidad, sumando
27 metros lineales. En la calle Este-Oeste se trabajaron los lados norte y sur, en
el lado norte de la calle se intervinieron 70 metros lineales y en el lado sur 77
metros lineales.
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el área original del área integrada o sustituida; como segundo paso se procedió a sustituir los adobes erosionados en varios sectores de los muros por
adobes nuevos, respetando las medidas, ubicación y orientación. Se integraron también adobes nuevos en las áreas faltantes para devolverle estabilidad
estructural al muro y así detener el riesgo de futuros desplomes.
CUADRO 5. RESUMEN DE LAS INTERVENCIONES EN TAURICHUMPI
Subsector
Frontis Sur
Frontis Oeste
Calle
Este-Oeste
Muros
Intervenciones
(metros lineales)
2012
2013
23 m
Frontis Sur 1
M-44, M-45, M-52 y M-54
12 m
Frontis Sur 2
M-30 y M-47
48 m
Frontis Oeste
M-15 y M-18
27 m
Lado Norte
M-121
70 m
Lado Sur
M-16, M-119 y M-129
20 m
57 m
TOTAL
80 m
177 m
257 m
En todos los muros intervenidos se realizó un mismo procedimiento; primero,
la conservación de la sección de rocas de los muros, mediante la reposición de
los morteros en las juntas, integración de las rocas faltantes y sustitución de
las que se encontraban en mal estado, colocando la geomalla para diferenciar
Gracias a este trabajo, a finales del 2013 se inauguró el nuevo circuito de visita
a Taurichumpi, el cual permitirá al visitante conocer y apreciar las estructuras
y ambientes más importantes y resaltantes de este edificio. Del mismo modo,
esta intervención consiste en el primer paso para la puesta en valor de esta
importante estructura, contribuyendo así con los objetivos de la conservación
y puesta en valor del santuario arqueológico de Pachacamac.
Los trabajos de conservación en Taurichumpi han permitido la puesta en valor
de un sector, propiciando establecer un nuevo circuito de visitas que se conecta con el circuito tradicional. Esto ha logrado mayor conexión del edificio con
la ruta turística y por consiguiente la difusión de sus características y valores
monumentales.
Nuevo circuito de visitas.
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75
CONSERVACIÓN DE EMERGENCIA EN EL SANTUARIO DE
PACHACAMAC
Henry Eduardo Torres / Hernán Chipana Sotelo
Museo de Sitio de Pachacamac
Desde el 2008 se ejecuta el Programa de Conservación de Emergencia que
creó la dirección del Museo de Sitio de Pachacamac del Ministerio de Cultura
del Perú con el objetivo de conservar las estructuras de tierra que se encontraban en grave estado de conservación y cuya intervención para su preservación
era urgente.
Hasta el momento se han intervenido más de ochenta muros en todo el sitio arqueológico. Los trabajos de conservación que se han desarrollado en
estos últimos años nos han llevado a realizar el estudio de los materiales –investigación como complemento de las labores del Programa de Conservación
de Emergencia–, que implica el desarrollo de una serie de metodologías en
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diferentes campos de nuestras actividades, entre las cuales se puede mencionar: el registro gráfico que se hace previamente y al finalizar el trabajo, para
lo cual se utilizan programas fotogramétricos; el uso de un manual de conservción; el uso del método de elementos finitos para profundizar en el diagnóstico del estado de conservación de los edificios, así como para analizar el
desempeño sismo-resistente de las edificaciones patrimoniales. Finalmente,
se realizaron análisis de laboratorio con el objetivo de conocer la composición
de los materiales originales, lo cual ayudará en las tareas de conservación.
Se han tratado de optimizar los procedimientos con el objetivo de ofrecer un
trabajo mucho más integral, tarea en la que estamos encaminados para lograr
la conservación del santuario de Pachacamac para las generaciones futuras.
Introducción
Los trabajos de conservación de estructuras en tierra, con el avance tecnológico en otras ciencias, ofrecen una gama de soluciones que se puede adaptar
para optimizar su desempeño y obtener logros con una mejora en el tiempo y
en la calidad del trabajo.
Para comprender mejor toda la problemática del santuario de Pachacamac, es
necesario conocer mejor el entorno que lo rodea y las condiciones medioambientales que tienen una influencia decisiva para la conservación de su patrimonio arquitectónico.
El santuario de Pachacamac y su contexto geográfico
El santuario arqueológico de Pachacamac está ubicado muy cerca del litoral
marino. Entre la línea de costa y el santuario existen una serie de humedales
y afloramientos de agua que han formado un hábitat natural, como la laguna
de Urpiwachaq.
Toda el área que comprende el santuario posee construcciones monumentales que se han edificado sobre el manto arenoso. Las condiciones altamente
húmedas del clima, sumadas a su cercanía al litoral, las han expuesto a una
constante humedad relativa que fluctúa entre el 70 % y el 100 %; asimismo, los
sismos de gran magnitud han causado catastróficos efectos que se pueden
observar en las estructuras dentro del perímetro del sitio arqueológico.
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Metodología aplicada
La problemática de la conservación del sitio es amplia y diversa, con múltiples
factores que amenazan la conservación de sus edificaciones, razón por la cual
se creó en el año 2008 un programa de conservación de emergencia.
La metodología aplicada por el equipo de conservación emplea una serie de
procedimientos que se han ido perfeccionando a lo largo de estos últimos
años para mejorar su trabajo: registros arquitectónicos, desarrollo de un manual de conservación para el sitio, estandarización de las técnicas de las labores en campo, identificación de patologías o alteraciones, pruebas de laboratorio, análisis estructurales y de estabilidad, control de las variables climáticas,
monitoreo y control de las intervenciones realizadas, análisis de materiales en
laboratorio, entre otros procesos.
Para el registro fotográfico de los muros que se intervienen para su conservación, se están usando ortofotografías que permiten hacer un registro gráfico
mucho más exacto y en menor tiempo, lo que repercute en el desempeño en
el campo del equipo de trabajo.
En cuanto a la comprensión del comportamiento del edificio como estructura,
con la ayuda de técnicas que emplean el método de elementos finitos es posible
modelar los edificios tridimensionalmente para posteriormente evaluarlos sísmicamente, con ello se logra un mejor diagnóstico del estado de su conservación.
Con el manual de conservación de estructuras arquitectónicas se han sistematizado los conceptos y procedimientos que se siguen en campo para ordenarlos
y que, de esta manera, sirvan como guía de trabajo para los equipos de conservación que laboran en el santuario y capacitar así al personal nuevo que
ingresa a trabajar.
Desde el año 2012 se realizan análisis de laboratorio utilizando técnicas como la
microscopía electrónica de barrido para conocer mejor la composición de los
adobes y morteros.
Metodología de registro arquitectónico para las labores de
conservación: ortofotografías
Para el registro arquitectónico se utilizan equipos como el nivel óptico, la estación total, así como GPS portátiles que permiten obtener datos acerca de
la ubicación geográfica de las zonas intervenidas. Desde el año 2013 se está
haciendo el registro de los muros utilizando ortofotografías y modelado tridimensional de las estructuras arquitectónicas, una técnica adaptada de la fotogrametría, utilizada en principio para registro de la topografía, y cuyo uso en el
área de conservación patrimonial es común actualmente.
79
Con esta técnica se ha logrado un registro fotográfico preciso y en menor
tiempo. Esta técnica hace posible un registro detallado y minucioso de la
arquitectura y permite reconocer las dimensiones reales, los materiales
utilizados, la técnica constructiva y el estado de conservación, convirtiéndose
en una herramienta útil que, complementada con otros registros, permite
guardar importante información acerca de cómo se han encontrado las
estructuras al inicio de los trabajos y así servir de control a las labores de
conservación y verificar su eficacia en el tiempo.
El registro gráfico en conservación
Parte del proceso de conservación, previo a la intervención, es el registro de
daños y alteraciones que presenta el elemento a conservar, cuya información
es registrada en fichas, fotografías y gráficos. Esto último implica la realización de gráficos diferentes: gráficos de planta (planimetría), de sección (cortes
transversales) y de paramento (elevación).
El registro gráfico corresponde a la colocación de cuadriculas a manera de
gran malla que, para el caso de conservación, se hace sobre el muro a conservar. Dichas cuadriculas están niveladas tanto vertical como horizontalmente
para que las medidas tomadas reflejen la posición del muro en el terreno (por
ejemplo, si es que este se encuentra inclinado, en una pendiente, etc.). Luego,
se procede al registro gráfico en escala 1:20. Para ello se utiliza papel milimetrado donde se colocan las cuadriculas a escala y se procede a realizar el dibujo
a mano.
Registro de conservación a escala y leyenda de deterioros.
80
81
De esta forma, el registro gráfico se hace mucho más rápido, si se tiene en cuenta que el elemento a conservar podría corresponder a un muro de 20 m de largo
por 3 m de alto con graves lesiones.
Muros con daños estructurales. Izquierda: pérdida parcial de adobes; derecha: muro inestable y
en riesgo de colapso debido a efectos del sismo.
Uso de modelos 3D: un ensayo
Se ha demostrado que el tiempo de registro dentro de los trabajos es alto e
incide directamente en los plazos de trabajo de los puntos de conservación
de emergencia. Por ello, en el 2013 iniciamos el registro tridimensional, sobre
todo para tener registros mucho más precisos, mostrando al detalle las alteraciones de los materiales y daños en las estructuras. De esta manera, se tiene
un registro exacto de detalles arquitectónicos gracias al registro tridimensional de los muros. Todo ello permite desarrollar un mejor registro de los trabajos del equipo con un resultado óptimo.
El equipo del Proyecto de Conservación de Emergencia ha optado por realizar modelos 3D de la pirámide con rampa 2 (PCR 2) utilizando el software
Photomodeler Scanner 7. Este software tiene la ventaja de que el usuario puede intervenir en cada parte del proceso de modelado, por lo que cualquier
error puede ser corregido. Para el caso de la elaboración de la malla utilizamos
el software Meshlab.
Para el modelado 3D, el software solo necesita de una serie de fotografías
del objeto, los cuales presenten una sobre posición entre ellas (el 60% de
sobre posición entre fotos puede ser una medida promedio para una buena
restitución).
Ficha de conservación empleada en el Programa de Conservación de Emergencia.
82
La intención final del modelado 3D es la obtención de una foto ortográfica
del objeto modelado. La ortofoto vendría a ser una vista planimétrica del
83
objeto modelado, por lo que es posible realizar mediciones precisas sobre ella.
Además, al ser una planimetría, podemos realizar el gráfico del paramento directamente sobre ella a manera de calco, obteniendo de esta forma un dibujo
preciso del objeto a cualquier escala.
La PCR 2 se ubica en la parte central del área monumental del sitio arqueológico de Pachacamac. El edificio se orienta hacia el noreste. Para el mejor ordenamiento del registro se vio por conveniente enumerar cada recinto siguiendo el
patrón en “U”, además de ubicar cada paramento en relación con la posición
en la cual se ubica dentro del recinto. Así, se obtuvo la siguiente nomenclatura:
Re1-N1; donde:
• Re1: número del recinto
• N: dirección en la cual se ubica el paramento con respecto al recinto de
acuerdo a su orientación N: Norte, S: Sur.
Para la prueba del modelado se hizo el registro en tres muros de distintas características y dimensiones, de tal forma que se pueda medir la versatilidad
del programa y comparar su eficiencia respecto de los registros gráficos tradicionales. Los muros registrados para esta prueba están ubicados dentro de la
PCR 2 y están señalados en rojo en el plano 1.
Gráfico obtenido de la ortofoto del paramento Re5-N.
Pirámide con rampa 2
Los trabajos de conservación de emergencia en el 2013 estuvieron enfocados
a la conservación de la parte superior de la pirámide con rampa 2 (PCR 2), la
cual presenta una serie de recintos dispuestos en forma de “U”, además de la
plaza principal (ver plano 1).
Plano 1. Ubicación de los muros de prueba (en rojo) para el proceso de modelado 3D.
Método de registro en campo
Para explicar el método de registro y el proceso de modelado se usarán como
ejemplo los paramentos Re4-S/ Re5-N, que corresponden a un muro divisorio
entre ambos recintos que se encuentra muy deteriorado.
Pirámide con rampa 2.
84
Para las vistas fotográficas se utilizó una cámara Nikon D5100 con una lente de
24 mm previamente calibrada, siguiendo ciertas pautas que exige el programa.
85
Posteriormente, se realizó una calibración de campo para ajustar los parámetros de la calibración inicial. Esta calibración es necesaria para tener los parámetros de distorsión del lente. Se procedió luego a la toma de fotografías del
objeto.
Se colocó sobre el muro unas señales (dianas) que nos ayudaron a referenciar
y tener una escala para el registro del muro. La cantidad de estas señales estuvo en función del tamaño del muro. Se colocaron dos en cada extremo del
muro (en caso el muro fuera más extenso, es necesario colocar otras más).
Se considera que, como mínimo, con 3 puntos definidos se puede referenciar
el muro en el espacio. Estas dianas serán posteriormente medidas con una
estación total para obtener las coordenadas exactas de estos puntos, que se
pasaran al programa para orientar nuestro muro en el espacio.
Una vez colocadas las señales o dianas, se realizaron las fotografías del muro
siguiendo un patrón secuencial entre ellas con la intención de poder tener pares de fotografías con un 60 % de superposición. Las fotos deben ser lo más
frontales al muro. Luego se realizaron tomas de la parte superior del muro
para poder completar el modelo. En caso de que el muro presente muchas
caras, se debe fotografiar dichas caras para que no queden zonas vacías al
realizar la nube.
Secuencia de fotografías frontales tomadas al paramento Re5-N. En este caso la superposición
entre fotografías es mayor al 60 por ciento.
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Posición de las fotos en el modelo (cajas azules) ubicadas tanto al frente como en la parte
superior de los paramentos Re4-S/ Re5-N.
Procesamiento de la información en el programa
Las fotografías son descargadas al computador y posteriormente cargadas al
programa. Automáticamente, estas fotografías serán orientadas espacialmente entre ellas y se generarán puntos de referencia. Estos también pueden ser
colocados de forma manual.
Puntos de referencia colocados manualmente.
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A la izquierda, puntos de referencia colocados automáticamente por el programa.
Creación de malla y texturizado en Meshlab. Paramento Re5-N.
Luego, se procede a colocar los valores dados por la estación para darle escala
y referencia espacial al modelo. Posteriormente, se procede a crear la nube de
puntos con una distancia de 5 mm entre ellos.
Al finalizar esta primera etapa, se procede nuevamente a exportar la malla
del Meshlab al Photomodeler Scanner y a texturizar (darle color) la malla
utilizando las fotografías correspondientes. En este caso se utilizaron las fotografías más frontales para que la textura quede uniforme.
Nube de puntos de 5 mm, paramento Re5-N.
Realizada la nube de puntos, se procede a elaborar la malla. Para ello, se utiliza
el programa Meshlab. La malla es la generación de superficie sobre la nube de
puntos.
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Malla sin textura. Paramento Re5-N.
89
Malla texturizada. Paramento Re5-N.
Con ello se obtiene el modelo 3D del objeto, el cual puede ser exportado como
modelo 3D, ortofoto o en animación y video.
Ortofoto obtenida del modelo 3D correspondiente al paramento Re5-N.
Resultados
Las ortofotos tienen buena geometría. Se realizan en corto tiempo.
Son notables las diferencias y las ventajas que presenta la elaboración del
modelo 3D. Al crear un objeto tridimensional, se pueden generar secciones (o
cortes) del muro en sus diferentes ejes (entiéndase X, Y, y Z); con ello se obtiene información con respecto al grado de deterioro que presenta el muro a
nivel de su sección. Estas secciones pueden ser creadas a diferentes distancias,
sea en milímetros, centímetros o metros, independientemente del tamaño del
modelo.
Paramento sur de la Plaza de la PCR2 (Pl-S) antes de su conservación (superior) y finalizada la
conservación (inferior).
Vistas oblicuas de modelo 3D mostrando el paramento Re4-S (arriba) y el paramento Re5-N
(abajo).
90
Lo importante es el tiempo invertido en el registro de cada uno de estos muros
durante el proceso de conservación. Dependiendo del tamaño del muro y de
su complejidad, la toma de fotografías puede durar entre hora y media (Re4-S
y Re5-N) y dos horas y media (Pl-S).
91
El proceso de referenciación y orientación automática de las fotografías del
programa podría demorar cerca de dos horas (procesando no más de 90 fotos) dependiendo de la complejidad del modelo. La creación de la malla enMeshlab podría durar entre treinta minutos y una hora (dependiendo de la
densidad de la malla).
Otras ventajas que posee el modelo 3D es la posibilidad de medir el área y
el volumen de los muros, se pueden elaborar metrajes de los muros intervenidos, teniendo un estimado de la superficie registrada y por ende del área
afectada. Los cálculos de volumen podrían ayudarnos a saber cuánto volumen
ha perdido el muro hasta el momento, incluso podríamos medir el volumen
de tierra retirado de una excavación o los escombros de un muro colapsado.
El modelo 3d también podría usarse en software de ingeniería para determinar
problemas de tipo estructural, aunque en este caso sería necesario otras variables y un manejo del modelo 3D a otro nivel.
Manual de conservación del
santuario de Pachacamac
Paramento este de la Plataforma 2 (Pt2-O) antes de su conservación.
En general, desde el momento de la toma de fotografías hasta el procesamiento en el programa, podríamos considerar que el modelado de uno de estos
muros podría tomar entre dos y cinco días.
El empleo de un manual permite
ordenar y sistematizar los procedimientos de trabajo, buscando estándares para mejorar las prácticas
a través de la experiencia.
El Manual de conservación de
Pachacamac presenta lineamientos
generales para los trabajos que se
ejecutan en campo. Este documento detalla las técnicas de conservación y recomienda la forma de
manejo de materiales e insumos utilizados. En este también se detalla la
problemática de la conservación del
Manual de conservación para el santuario de
sitio arqueológico señalando las alPachacamac.
teraciones que vienen sufriendo las
estructuras y los procedimientos básicos para su preservación.
Muestra de las secciones transversales y longitudinales del Re4-S y Re5-N.
Registro de las alteraciones y daños estructurales en las
construcciones de tierra en el santuario de Pachacamac
Modelo de registro a partir de la ortofoto.
92
La determinación de las alteraciones en materiales de tierra y piedra de
las estructuras arquitectónicas del patrimonio inmueble del santuario de
Pachacamac se ha realizado con el objetivo de ejecutar los diagnósticos del
estado de conservación de las estructuras expuestas en forma ordenada y sistemática. Igualmente, se usa para la reorganización del sistema de registro,
como paso inicial para optimizar las intervenciones que se realizan en los edificios dentro del santuario.
93
Complementariamente, la ejecución del monitoreo posterior requiere de
metodologías que permitan revisar periódicamente la eficacia de las labores
realizadas en temporadas anteriores, lo que alimentará una amplia base
de datos que pueda servir de soporte a los encargados de la conservación
arquitectónica.
Las alteraciones que han sido registradas en las estructuras arquitectónicas
dentro del santuario pueden sintetizarse en el siguiente cuadro. Están agrupadas de acuerdo al indicador o señal que muestra la alteración del elemento
analizado, la segunda columna contiene los subtipos de cómo se manifiesta la
alteración y la tercera especifica la zona donde se ha detectado y una precisión
del daño para una mejor identificación en campo.
Alteraciones en estructuras de tierra y piedra en el santuario de
Pachacamac
Igualmente, se han identificado varias patologías estructurales cuyo origen se
debe, por lo general, a la fuerza de los sismos. Estas patologías han afectado
en diversos grados de intensidad casi todas las estructuras arquitectónicas del
sitio arqueológico. Los daños observados tienen directa relación con la configuración arquitectónica, con las particularidades estructurales de cada edificio
y también con la zona donde se encuentran ubicados, ya que, como se sabe,
las mejores zonas para cimentar son las de suelo rocoso y las más peligrosas
son las zonas de suelo arenoso. Por eso, es importante estar al tanto de estas
particularidades para realizar una evaluación de los daños estructurales en los
edificios. El equipo de conservación realiza este tipo de evaluaciones, cuyos
resultados permiten priorizar los trabajos en las zonas más afectadas.
CUADRO SINÓPTICO DE LAS ALTERACIONES EN SUPERFICIES DE TIERRA Y PIEDRA
Del mortero
de junta en
mampostería
de adobe
Adobe
Fracturas
Erosión
diferencial
Piedra
Pérdida total
de adobes.
Tapial
Enlucido
DAÑO SIN
PÉRDIDA
DE
MATERIAL
Adobe
Fragmentación
PÉRDIDA TOTAL
DE MATERIAL
Erosión
homogénea
Piedra
Por
colonización
Perforaciones biológica
Por acción
humana
Por animales
menores
Costras en superficies de
adobe
Depósito de excrementos de
aves
Depósito de materiales
pulverizados del muro
Desprendimiento Piedra
Enlucido
Ampollas
Adobe
Piedra
De
enlucidos
PÉRDIDA
Exfoliación
PARCIAL
DE
MATERIAL
INTRUSIONES
Manchas por humedad
De capas de
pintura
Incrustaciones Grafitis/
de materiales Incisiones
ajenos
Pátinas
En adobes
En bloques
de piedra
Adobe
Pulverización
Ensuciamiento
Algas
Enlucidos
Pisos
Adobe
Laminación de
superficies
Ralladuras,
cortes e
incisiones
Por insectos
Adobe
Enlucido
En superficies
de adobe
Abrasión
Daños
mecánicos
Tapial
Ausencias
Del mortero
de junta en
mampostería
de piedra
COLONIZACIÓN
BIOLÓGICA
Piedra
Enlucidos
Hongos
Líquenes
En piedras
En adobes
En piedras
En adobes
En piedras
Fuente: Manual de conservación de Pachacamac.
94
95
CUADRO SINÓPTICO DE LAS PATOLOGÍAS ESTRUCTURALES EN EL SANTUARIO DE
PACHACAMAC
DAÑOS ESTRUCTURALES
GRIETAS (G)
PÉRDIDAS (P)
DETERIOROS (D)
INESTABILIDAD (I)
Grieta en la sección
del muro
Pérdida de esquinas de muros y/o
plataformas
Daños por flexiones
excesivas – Péndulo
invertido
Volteo de
estructuras
Grieta en abertura de
vanos
Pérdida parcial de
estructuras/muros
Daño en la base del
muro
Asentamiento
diferencial de
estructuras
Grieta en el plano del
muro
Pérdida drástica de
sección del muro
Daño por agentes
biológicos/vandalismo
Inestabilidad local
de segmento de
muro
Grieta vertical
Pérdida total de
muros
Daño en la intersección Estructura en riesgo
de muros
de colapso
Patologías estructurales. Daños por flexiones excesivas y por corte en la sección del muro.
96
La imagen que se muestra a continuación presenta la evaluación hecha a la
pirámide con rampa 3, se puede apreciar que un 43.66 % de estructuras está
en estado grave, es decir en riesgo de perderse. Con esta evaluación podemos
definir las intervenciones más urgentes, en zonas donde el trabajo de conservación de emergencia es prioritario.
Estado de conservación de la pirámide con rampa 3, las zonas marcadas con rojo son las zonas
cuya conservación es prioritaria.
97
Análisis de estructuras utilizando el
método de elementos finitos (MEF)
El diagnóstico de las condiciones estructurales
es uno de los grandes obstáculos dentro de la
conservación arquitectónica, pues determinar
el comportamiento de una estructura y evaluar su capacidad sismo-resistente requiere de
análisis complicados.
En la actualidad, el uso de técnicas avanzadas
de elementos finitos mediante el uso de un
software especializado ha permitido ensayar
modelos virtuales que representan la arquitectura al detalle y permiten ver la respuesta de la
estructura en caso de eventos sísmicos para,
posteriormente, determinar los desplazamientos laterales y apreciar cómo se comporta dinámicamente durante un sismo la estructura.
Esta herramienta permite, además, identificar
las zonas vulnerables que deben monitorearse para evitar su colapso total. La utilización
de esta técnica se inicia con la recolección de
datos acerca de la morfología del edificio con
levantamientos topográficos o mediciones;
la identificación de los distintos tipos de materiales; y la verificación de las condiciones de
apoyo del edificio respecto del suelo de cimentación. La asignación de valores físicos de los
materiales a partir de los estudios realizados
en laboratorio determina las características
físicas de los adobes y morteros, lo que nos
permite asignar estos valores a las estructuras
modeladas.
Como ejemplo de aplicación se modeló la PCR
2 con el objetivo de verificar la utilidad de este
procedimiento. Previamente se hizo un levantamiento topográfico con el fin de obtener las
dimensiones reales del edificio. Paralelamente,
se hicieron estudios de laboratorio donde se
analizaron los adobes de la PCR 2 para obtener
Pirámide con rampa 2.
98
99
Elaboración del modelo matemático de la PCR 2 y su
comparación con los daños observados en campo.
100
101
datos acerca de la capacidad en compresión, densidad y otros parámetros que
serían útiles para colocarlos como datos dentro del software.
Resultados
En cuanto al registro gráfico, se demostró que con el escaneo de estructuras
y el uso de ortofotografías se obtuvieron registros mucho más precisos que
servirán como una fuente de documentación para el monitoreo de estructuras
arqueológicas a futuro. La fotogrametría, por su exactitud, es una herramienta útil que permite hacer un trabajo de conservación más preciso en un tiempo
más corto.
En cuanto al análisis por métodos de elementos finitos, esta metodología ayudó a comprender los agrietamientos observados en varios muros de la pirámide con rampa 2; adicionalmente pudimos comprender el funcionamiento
estructural de la PCR 2, que es un edificio importante y que posee una de las
estructuras más altas y mejor conservadas de todo el sitio arqueológico.
En cuanto al empleo del manual de conservación, este documento ayudó a
sistematizar y ordenar las patologías y alteraciones de las construcciones en el
santuario, punto de partida que permitirá implementar líneas de investigación
para comprender los efectos dañinos del medioambiente y diseñar procedimientos técnicos para conservarlos.
más vulnerables y con grave peligro de colapso, hasta las zonas con menos
riesgo. Esta tarea ha permitido priorizar los trabajos dándole un orden y planificación a las intervenciones.
En cuanto al tema de las ortofotos, resulta obvio que el tiempo invertido en
la realización de una ortofoto es menor que el tiempo invertido en el registro
gráfico manual que se haría en campo. Esto es importante en conservación de
emergencia, donde en muchos casos la intervención debe ser inmediata. En
este caso, el tiempo de registro se reduce prácticamente al tiempo de la toma
de fotografías y el trabajo en gabinete, por lo cual las fotografías deben ser
tomadas con mucho criterio, puesto que después no habrá forma de volverlas
a realizar. De esta manera, la intervención del paramento para su conservación
resulta más rápido.
El mayor tiempo estaría en el procesamiento de las fotografías en el programa, por lo que habría que considerar un equipo de registro que se dedique
exclusivamente a esa labor. Recuérdese también que la ortofoto es la base del
registro gráfico, por lo que requiere un trabajo de edición posterior, como la
colocación de los diferentes daños y lesiones que presente el muro, y la ubicación de las secciones del muro en relación con la ortofoto. En definitiva ello
conlleva a un registro más preciso, detallado y de calidad.
Discusiones y conclusiones
La aplicación de herramientas técnicas de otras disciplinas profesionales permite actualmente optimizar los trabajos de conservación arqueológica y mejorar sus resultados; es necesario, por ello, que los equipos de conservación se
capaciten permanentemente para actualizarse en el uso de nuevas técnicas
que mejoren su desempeño.
El Museo de Sitio de Pachacamac cuenta con un equipo multidiscipinario y
con la experiencia necesaria para poder aplicar estas metodologías de conservación; además, gracias a convenios con otras instituciones, se llevan a cabo
alianzas estratégicas que permiten realizar talleres de conservación, capacitación permanente de los miembros del MSPAC, intercambio de experiencias
profesionales con otros proyectos arqueológicos y un equipo de investigación
que ha logrado consolidarse en beneficio de los objetivos que se ha trazado la
dirección del Museo de Sitio de Pachacamac.
El registro de los daños en los edificios patrimoniales dentro del santuario ha
permitido ordenar los trabajos. La primera tarea consistió en hacer un registro integral del estado de conservación del edificio verificando desde las áreas
102
103
ANÁLISIS DE LA COMPOSICIóN DE LOS ADOBES DEL
SANTUARIO DE PACHACAMAC CON LA TéCNICA DE
MICROSCOPÍA ELECTRóNICA DE BARRIDO
su disposición interna con una alta resolución para observar los materiales y
compararlos. Para ello se establecieron pruebas de control que sirvieron para
evaluar e identificar elementos que pudieran ser encontrados en los adobes
prehispánicos y que coincidan con las muestras recolectadas de las posibles
canteras en los alrededores del santuario.
Introducción
Los puntos de donde se extrajeron muestras fueron:
• Laguna de Urpiwachaq
• Arenas eólicas del santuario
• Arenas de la ribera del río Lurín
• Tierra agrícola cercana al sitio arqueológico
• Pirámide con rampa 3
• Templo Viejo
Para la toma de muestras se tuvo en cuenta que los materiales empleados
en la construcción de las edificaciones deben encontrarse todavía en el actual
entorno geográfico del santuario debido a que nos encontramos en el mismo
tiempo geológico; por tanto, es válido tomar muestras de los posibles yacimientos de donde se habrían extraído los materiales que fueron utilizados en
la construcciones del santuario para investigarlos.
El área de conservación arquitectónica del museo de sitio de Pachacamac
tiene como objetivo la preservación de las edificaciones monumentales que
ocupan doscientos cincuenta hectáreas del área intangible, donde el material
predominante de construcción fue el adobe. Las condiciones ambientales de
la zona, como la humedad y los sismos han afectado en diverso grado el estado de conservación de los muros, por ello, los trabajos de conservación han
avanzado notablemente en su protección. Se está ejecutando un programa de
conservación de emergencia para salvaguardar la protección de edificios en
riesgo; en ese sentido y en forma complementaria a los trabajos de campo, se
han realizado una serie de ensayos de laboratorio que nos permitan conocer
la composición de los materiales que forman los adobes y morteros para establecer la forma correcta de conservarlos. Por último, esta investigación nos ha
permitido comparar las muestras de los adobes prehispánicos con las de los
materiales extraídos de la laguna de Urpiwachaq, del río Lurín y de terrenos
cercanos al santuario de Pachacamac, de donde posiblemente se pudo extraer
el material para la fabricación de los adobes y cuyos resultados preliminares se
exponen a continuación.
Antecedentes
Son muy pocos los trabajos previos, se tiene referencia del estudio de la composición de los adobes de Pachacamac (Mingarro y Lopez 1982), en el cual, en
el capítulo III, se analizó una muestra de adobe y se concluye que: “se debe
resaltar el carácter especial de estos adobes, ya que prácticamente carecen de
arcilla…”. Lamentablemente, no se menciona la cantidad de muestras tomadas ni se nombra la técnica empleada en los ensayos ―que fue la de difracción
de Rayos X―. Finalmente, pueden mencionarse los trabajos con adobes realizados por el arquitecto Alfio Pinasco (2010).
No conocemos otra publicación acerca de análisis de la composición de los
adobes de Pachacamac.
Metodología
La técnica utilizada fue la microscopía electrónica de barrido, técnica que permite determinar los elementos químicos que forman la muestra y apreciar
104
Entorno del santuario de Pachacamac y ubicación de las zonas de donde se extrajeron muestras
para los análisis.
105
Toma de muestras en la laguna de Urpiwachaq
Las muestras de la laguna de Urpiwachaq se tomaron de la unidad de excavación UE-15 de los trabajos de investigación realizados con el apoyo de la
Universidad del Pacífico (Oshiro ms. 2011). Esta unidad de excavación mostraba una serie de capas de sedimentos arcillosos que actualmente no se encuentran a nivel del terreno natural, las muestras se tomaron aproximadamente a
1.50 m por debajo del nivel actual del terreno.
Vista con una aproximación de 100x.
Espectro de análisis de elementos.
b) Muestra de control 2: sedimento de laguna
Clave: laguna 2
Descripción: sedimento de la laguna de Urpiwachaq. Muestra tomada a 1.50
m. de profundidad respecto del actual nivel del terreno en la UE-15 (Oshiro ms.
2011).
Análisis: se observa una matriz arcillosa abundante de Montmorillonita envolviendo las partículas de cuarzo ―Dióxido de Silicio (SiO2)―. Se advierte también la presencia de calcitas posiblemente debido a su cercanía al litoral, lo que
se confirma por la presencia de cloruros en el espectro de análisis elemental.
Ubicación de la UE-15, la laguna de Urpiqocha. Fuente: Oshiro ms. 2011.
Desarrollo de los análisis de laboratorio
a) Muestra de control 1: sedimento de laguna
Clave: laguna 1
Descripción: sedimento de la laguna de Urpiwachaq. Muestra tomada a 1.00 m
de profundidad del nivel actual del terreno en la UE-15 (Oshiro ms. 2011).
c) Muestra de control 3: sedimento de laguna
Clave: laguna 4
Descripción: sedimento de la laguna de Urpiwachaq. Muestra tomada a 1.50
m. de profundidad respecto del actual nivel del terreno en la UE-15 (Oshiro ms.
2011).
Análisis: se observa una matriz arcillosa abundante, consistente en
Montmorillonita envolviendo las partículas de Cuarzo ―Dióxido de Silicio
(SiO2)―. Se advierte también la presencia de calcitas debido posiblemente a
su cercanía al litoral, confirmado por la presencia de cloruros en el espectro de
análisis elemental. Es notable la presencia de biotitas en la mezcla analizada.
Análisis: se observan las partículas de cuarzo ―Dióxido de Silicio (SiO2)― de
forma redondeadas, siendo lo más notable la ausencia de la matriz arcillosa entre ellas; que sí se encuentra en las capas subyacentes. Este material no ha podido ser utilizado como materia prima para las construcciones porque no tiene
material aglomerante. De haber sido utilizado, debió mezclarse con otros de
consistencia plástica.
Vista con una aproximación de 100x.
106
Espectro de análisis de elementos.
107
Vista con una aproximación de 100x.
Espectro de análisis de elementos.
d) Muestra de control 4: arena eólica
Clave: Pachacamac arena eólica
Descripción: muestra de arena fina tomada en campo próximo a la PCR 3.
Análisis: la muestra observada presenta fragmentos de rocas intrusivas, cuarzos, plagiocasas, ilmenitas y elementos orgánicos. Por la forma subredondeada de sus compuestos se presume que han tenido poco transporte, por
lo que puede suponerse una fuente cercana. Es variable en tamaño, forma y
composición. Uno de los fragmentos de roca ígnea analizados tiene compuestos que están presentes en el batolito de la costa.
Vista con una aproximación de 100x.
Espectro de análisis de elementos.
e) Muestra de control 5: arena fina de
río Lurín
Descripción: la muestra se extrajo de
la ribera del río, cerca al puente Lurín.
Análisis: el 10% presenta doscientos
micrones y el material predominante
tiene cien micrones, formado por calcitas, ferromagnesianos, cuarzos, plagiocasas y biotitas.
f) Muestra de control 6: tierra agrícola vecina al santuario
Descripción: la muestra se extrajo
de los campos de cultivo vecinos al
santuario.
Vista con una aproximación de 100x.
Análisis: se detecta en la muestra presencia de material fino similar a la arena
de río, con unas dimensiones que van
desde los doscientos micrones hasta
10 y 30 micrones. Se advierte la presencia de limos en lugar de arcillas.
Vista con una aproximación de 100x.
108
Espectro de análisis de elementos.
Vista con una aproximación de 100x.
109
g) Análisis comparativo 1
Adobe Templo Viejo y sedimento de la laguna de Urpiwachaq
Cuantitativamente las dos muestras presentan en su composición cantidades
similares de elementos. En apariencia ambas muestras presentan una alta densidad del material que es una característica de los materiales compactos y bien
cohesionados. Es importante indicar que la muestra de los adobes prehispánicos tiene un menor porcentaje (1.11%) de cloruros que la muestra de sedimento
natural (4.10%).
Análisis cuantitativo
Templo Viejo Sedimento de Laguna.
Adobe Templo Viejo y sedimento de la laguna de Urpiwachaq. Vista con una aproximación de 100x.
Muestras de adobe del Templo Viejo y vista parcial del edificio.
h) Análisis comparativo 2
Comparativo: Espectro de análisis de elementos.
110
Vista con una aproximación de 100x.
111
Adobe pirámide con rampa 3 y sedimento de la laguna de Urpiwachaq
Comparando ambas muestras se observa que el mortero de los adobes, a diferencia del sedimento de la laguna, se muestra mucho más poroso, sin una matriz sólida arcillosa. La muestra de adobe parece ser el resultado de una mezcla
entre el material arcilloso y la adición de arena eólica cuyo tamaño estimado
es de 200 a 300 micrones de acuerdo a las muestras de control. Es evidente la
diferencia entre el sedimento de la laguna y el material empleado en la fabricación de adobes.
Adobe pirámide con rampa 3 / Sedimento de la Laguna de Urpiwachaq.
Comparativo: Espectro de análisis de elementos.
Análisis cuantitativo
Muestras de adobes de la PCR 3 y vista de un paramento.
112
Adobe pirámide con rampa 3/ Sedimento de Laguna.
113
i) Muestra de adobe de la pirámide con rampa 2
Discusión
El análisis del adobe muestra similitudes con el adobe de la PCR 3, son clastos
subredondeados de 300 a 500 micrones. Presenta arcillas envolviendo heterogéneamente a los cuarzos y otros granos de arena.
De los análisis de las muestras de adobes y materiales de los alrededores
del santuario arqueológico de Pachacamac pueden obtenerse los siguientes
resultados:
La arena eólica parece haber sido la carga de la mezcla empleada en la fabricación de los adobes de la PCR 3, PCR 2 y PCR 1, debido a que las partículas
de arena son subredondeadas y tienen medidas similares a las muestras de
arena eólica tomada en campo (con tamaños promedio de 500 micrones). Las
arenas del rio Lurín tienen una dimensión mucho menor. calculada en menos
de 100 micrones.
Los adobitos del Templo Viejo tienen una composición similar a las muestras de
tierra tomada en los cateos de la laguna de Urpiwachaq; no presentan adiciones de carga alguna y parece que el material no hubiera sido alterado para ser
usado en la fabricación de adobes.
Muestra de la PCR 2 y análisis de los elementos que lo forman.
j) Muestra de adobe de la pirámide con rampa 1
El análisis del adobe muestra similitudes con el adobe de la PCR 3, son clastos
subredondeados del tamaño de 200 a 500 micrones. Presenta arcillas envolviendo heterogéneamente a los cuarzos y otros granos de arena.
Los adobitos, en comparación con los adobes de la PCR 3, tienen una alta densidad de masa y son menos porosos, ello explicaría su significativa resistencia
respecto a otros tipos de adobes.
La poca cantidad de material aglomerante en las muestras de adobes de la
PCR 3 tiene incidencia en la baja resistencia a la compresión de los adobes debido a que el material arcilloso no envuelve completamente las partículas de
cuarzos y plagiocasas, componentes comunes de las arenas, contribuyendo a
una consistencia frágil de la mezcla.
De acuerdo estos primeros ensayos, el material aglomerante en la fabricación
de los adobes analizados provendría de la laguna de Urpiwachaq, puesto que
el material de los terrenos agrícolas vecinos al santuario muestra limos en su
composición en comparación con las muestras de adobes donde se aprecian
arcillas en mayor cantidad.
Muestra de la PCR 1 y análisis de los elementos que lo forman.
114
115
CUADRO 2:
COMPARATIVO ENTRE LA MUESTRA DEL TEMPLO VIEjO
Y LAS MUESTRAS DE LA LAGUNA DE URPIwACHAQ
Análisis de datos
CUADRO 1:
CUADRO COMPARATIVO ENTRE LAS MUESTRAS
DE LAS PIRÁMIDES CON RAMPA
PCR 1
PCR 2
PCR 3
W%
W%
W%
O
49.22
47.6
48.72
48.51
0.82953802
2%
Na
1.46
1.68
0.81
1.32
0.45236416
34%
Mg
1.96
1.63
1.12
1.57
0.42320208
27%
Al
8.93
9.41
7.97
8.77
0.73321211
8%
Si
28.21
28.87
27.71
28.26
0.58183617
2%
Cl
0.3
0.29
0.46
0.35
0.09539392
27%
K
1.92
2.08
2.46
2.15
0.27736859
13%
Ca
2.64
2.47
2.79
2.63
0.16010413
6%
Fe
5.35
5.98
7.04
6.12
0.85406869
14%
ELEMENTO
PROMEDIO
DESVIACIÓN
ESTÁNDAR
DESVIACIÓN
RELATIVA
Del cuadro anterior se observa que los silicatos como el Sílice (Si) y el Calcio
(Ca) tienen una variabilidad menor al 10 %, mientras que otros como el Sodio
(Na) y el Cloro (Cl) tienen una variabilidad cuyos valores son 34 % y 27 %, respectivamente. Los elementos químicos Cloro y Sodio podrían haber formado
cloruros de sodio, lo cual sería un indicador de que los suelos usados en la
fabricación los adobes prehispánicos estaban cerca al mar.
116
TEMPLO
VIEJO
LAGUNA
1
PROF:
1M
LAGUNA
2
PROF:
2M
W%
W%
W%
W%
O
48.51
47.44
48.72
45.53
27.17
1.459
5%
Na
0.41
0.98
0.89
1.37
0.52
0.394
76%
Mg
1.2
1.08
0.86
1.29
0.63
0.186
29%
Al
6.72
6.88
6.63
7.34
3.94
0.316
8%
Si
23.87
25.48
23.37
24.36
13.87
0.902
7%
Cl
1.11
2.4
4.1
5.02
1.80
1.744
97%
K
2.24
1.72
2.35
2.47
1.25
0.330
26%
Ca
7.92
3.99
5.48
4.73
3.16
1.706
54%
Fe
7.41
8.79
6.59
7.12
4.27
0.939
22%
ELEMENTO
LAGUNA
4
PROF:
DESVIACIÓN
PROMEDIO
2.5M
ESTÁNDAR
DESVIACIÓN
RELATIVA
Comparando los cuadros N.° 1 y N.° 2, se observa que el adobito del Templo
Viejo presenta a nivel de composición mayores coincidencias o cercanía de valores con las muestras de la laguna que con los adobes de las PCR sobre todo
en los valores de Cloruros, Calcio y Sodio.
117
PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DEL
PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL DE TÚCUME
Bernarda Delgado Elías
Museo de Sitio de Túcume
El complejo arqueológico Túcume
Se ubica 33 km al norte de Chiclayo, en el distrito de Túcume, en la parte baja
del valle del río La Leche, provincia y departamento de Lambayeque, en una
planicie surcada por canales de regadío y extensos campos de cultivo, en donde reside una población campesina tradicional que ha conservado varios aspectos de sus antepasados prehispánicos.
Es uno de los sitios arqueológicos más extensos de la región y es considerada
la última gran capital del antiguo reino Lambayeque, que se desarrolló entre
los 700 años d.C., luego del colapso de la cultura Moche, y continuó hasta la
llegada sucesiva de los conquistadores Chimú en 1375 d.C., luego los Incas en
1470 d.C. y finalmente los españoles en el siglo XVI.
El sitio arqueológico abarca una extensión de 221.5 ha y posee 26 pirámides de
adobe. Comprende dos sectores bien definidos: el sector norte, caracterizado
por la arquitectura monumental de grandes dimensiones; y el sector sur, con
edificios más sencillos, cementerios populares, áreas residenciales, áreas de
producción metalúrgica y de cerámica.
118
119
La arquitectura del museo responde a un patrón local de raíces prehispánicas. Para su construcción se han usado materiales tradicionales de la zona.
Su diseño, similar al de las capillas coloniales tempranas, fue inspiración del
arquitecto chiclayano Jorge Cosmópolis Bullón y ha merecido dos importantes
reconocimientos: el Hexágono de Plata otorgado en el año 2004 por el Colegio
de Arquitectos del Perú y una mención de honor en la Bienal de Arquitectura
de Quito-Ecuador en el año 2006.
El Museo de Túcume es de corte tradicional. Alberga una colección mayoritariamente arqueológica, resultado de las investigaciones científicas ejecutadas
en el complejo, que posee la mayor concentración de pirámides en la región.
Por otro lado, posee también una pequeña colección etnográfica con la representación de una mesa de curanderismo, como muestra de una de las actividades tradicionales del pueblo con mayor arraigo popular.
Las primeras excavaciones en las pirámides de Túcume se realizaron entre los
años 1989 y 1994 en el marco de las investigaciones arqueológicas llevadas a
cabo mediante un convenio establecido entre el Museo de Kon Tiki de Oslo
Noruega y el Instituto Nacional de Cultura del Perú. Se reiniciaron en el año
2004 y hasta la fecha se han ejecutado de manera ininterrumpida gracias al
aporte financiero de Fundación Backus, World Monuments Fund y últimamente entre los años 2008 y 2009 con el Fondo Contravalor Perú-Francia. A ello se
agrega que desde la creación de la Unidad Ejecutora 111 Naylamp Lambayeque,
el Museo Túcume, como los demás que la conforman, cuentan con importantes presupuestos para la continuación de las investigaciones en el sitio, lo que
ha permitido ampliar nuestro conocimiento sobre el desarrollo socio cultural
de esta gran urbe prehispánica.
El Museo de Sitio Túcume
Es una institución nacida en el seno del Instituto Nacional de Cultura del Perú
en el año 1993. A fines del año 2006 se creó la Unidad Ejecutora Naylamp 111
(hoy Unidad Ejecutora 005), que se rige bajo la administración del Ministerio
de Cultura. Este hecho permite al museo contar con financiamiento anual permanente asignado por ley, además de sus propios ingresos. Se ubica en el extremo noreste dentro de los límites del área arqueológica intangible, rodeado
por un relicto de bosque seco en la parte baja del valle La Leche. Se encuentra
a 33 km al norte de Chiclayo, capital del departamento de Lambayeque, siguiendo la Panamericana Norte.
120
El museo se inauguró el 20 de agosto de 1993 y su construcción e implementación fue gestionada por el prestigioso y reconocido arqueólogo Alfredo
Narváez Vargas, quien fuera su director fundador ad honorem entre los años
1993 y 2001. Desde aquel entonces, el museo, como estrategia de trabajo a lo
largo de sus 20 años de vida institucional, ha establecido fuertes vínculos con
el pueblo tucumano, convirtiéndolo en su socio estratégico por excelencia, y,
a su vez, con diferentes entidades públicas y privadas, regionales, nacionales
e internacionales con la finalidad de cumplir con sus funciones de protección,
defensa, investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural y natural de su zona de influencia. El museo hace uso de la educación como una
herramienta indispensable para llegar a la comunidad local, mantenerla informada e interesada en las labores de preservación de su herencia ancestral,
mediante mecanismos de sensibilización y capacitación en diversos temas relacionados con el desarrollo integral y sostenible del pueblo.
El museo cuenta además con el apoyo del Patronato Valle de las Pirámides
para la gestión y administración de fondos privados, donaciones y de cooperación internacional para la ejecución de sus actividades y proyectos. El patronato está integrado por reconocidos empresarios chiclayanos, muy identificados
con el quehacer cultural y con el desarrollo de nuestro pueblo.
Desde el año 1998, el museo desarrolla un programa de educación para la
conservación del patrimonio cultural y natural del distrito, iniciado como un
proyecto piloto con ayuda de la Dra. Yolanda Maldonado, portorriqueña de
nacimiento, quien tuvo a su cargo el primer taller de capacitación dirigido a los
profesores tucumanos y de los distritos vecinos.
En esta línea educativa, el museo ha destacado y conseguido la inserción e
interés de la comunidad por la preservación de su patrimonio, lo que se ha
121
traducido en tres reconocimientos nacionales e internacionales, como el primer lugar del VI premio CAB Somos Patrimonio, otorgado por el Convenio
Andrés Bello en el año 2006, con “Túcume una Experiencia de Apropiación
Social del Patrimonio Cultural en el Valle de las Pirámides”; el primer lugar
del cuarto concurso “Trabajemos el patrimonio cultural y natural de nuestra región 2009”, otorgado por la Dirección de Promoción Escolar, Cultura y
Deporte del Ministerio de Educación; y una Mención de Honor de parte de
IBERMUSEOS, en el II Premio Iberoamericano de Educación y Museos de 2011,
que tiene como objetivo identificar y premiar buenas prácticas de acción educativa que promuevan el desarrollo personal y la cohesión social.
El trabajo del Museo está enmarcado en el Plan de Manejo del Complejo
Arqueológico Túcume, su Entorno Rural y Urbano, un documento de gestión para el desarrollo sostenible del pueblo que contempla cuatro programas básicos: a) Patrimonio cultural, que integra la investigación científica
y la conservación arquitectónica arqueológica; b) Turismo sostenible, que
implica el mantenimiento y mejoramiento de la infraestructura turística; c)
Educación para la conservación, que promueve la valoración rescate y difusión del patrimonio cultural y natural; y d) Programa de poblamiento rural y
urbano, que permite planificar el crecimiento ordenado y formal del campo
y la ciudad.
Sobre el programa de educación para la conservación del patrimonio
cultural y natural de Túcume
Objetivos
El objetivo principal del programa educativo se basa en la inserción de la comunidad local en la implementación de actividades educativas e interactivas
dirigidas a la conservación y promoción del patrimonio cultural y natural de
la zona, con la finalidad de fortalecer los sentimientos de identidad cultural e
interculturalidad en la comunidad local, con la activa participación del gremio
estudiantil, pero también de los agricultores y artesanos tucumanos para el
disfrute de las generaciones presentes y futuras.
Se busca también insertar los contenidos del programa dentro de la formación escolar oficial de los centros educativos del distrito, para despertar entre
los jóvenes vocación relacionada a las actividades culturales productivas y de
servicios o intereses en la formación técnica y profesional en el campo de la
cultura, la educación y el turismo. Así mismo, se pretende un adecuado uso público del patrimonio arqueológico, natural, histórico y de la cultura tradicional
del distrito, destacando los aspectos de turismo sostenible y educación para
la conservación.
122
Este es sin duda, uno de los programas más intensos del museo, que ha adquirido con la participación de la comunidad una gran fuerza e interés de parte de
los estudiantes y profesores del nivel primario y secundario del pueblo. Se ejecuta todos los años y desde el pasado 2011, se ha fortalecido con la suscripción
de un convenio de cooperación interinstitucional efectuado con la Unidad de
Gestión Educativa Lambayeque (UGEL), que permite contar con especialistas
en temas de interés sobre la preservación de la salud, medio ambiente, entre
otros; también facilita la presencia y participación de los colegios locales, para
cuya clausura reciben un certificado validado por el Ministerio de Educación,
sumando con ello varias horas lectivas, que enriquece su experiencia y curriculum vitae.
El programa educativo considera como una actividad fundamental del museo
la conservación de los monumentos arqueológicos a su cargo y su entorno
natural. Para ello concibe como fundamental la formulación y desarrollo de
una estrategia educativa interactiva, lúdica y experimental dirigida a la población local en su conjunto, pero con especial énfasis en la comunidad escolar,
entendiendo por esta a los maestros, alumnos y padres de familia. Esta es una
tarea permanente, de largo aliento y que generará frutos a corto, mediano y
largo plazo. El proyecto, iniciado hace 15 año,s se ha implementado gracias al
esfuerzo de varias instituciones amigas, estando en proceso su consolidación
institucional a partir de diversos logros importantes: suscripción de convenios
interinstitucionales; creación de la oficina de educación para la conservación,
123
En este esfuerzo están involucradas, además, otras instituciones y autoridades locales como ACODET –Asociación para la Conservación del Patrimonio
Cultural y Desarrollo Turístico de Túcume–, las dos Asociaciones de Artesanos
de Túcume, la Municipalidad Distrital de Túcume y las 27 instituciones educativas del pueblo.
En el año 1998, gracias a un convenio suscrito con Promperú y la Unión
Europea, se ejecutó el Proyecto Piloto Túcume, que permitió integrar y organizar a la comunidad local en los planes conservacionistas del museo para el
desarrollo de un turismo sostenible. En ese entonces, se ejecutaron cursos talleres de rescate y fortalecimiento de la identidad cultural, de artesanía (cerámica, textilería, confecciones, juguetería, etcétera), servicios turísticos (transporte, alimentación, hospedaje); se publicaron documentos para la promoción
y difusión de Túcume (trifolios, guías de visita, afiches); se realizaron labores
de señalización externa e interna del complejo arqueológico; se recuperó y
refaccionó la casa del sabio F. Villareal, que hoy día funciona como el Centro de
Información Turística del pueblo; y muy especialmente se conformó ACODET,
asociación que en el año 2000 suscribió un nuevo convenio con PROMPERU,
continuando la labor educativa con la población.
de una productora radial educativa, de talleres y tiendas artesanales, del vivero-biohuerto, de la clínica de arqueología y de conservación para niños y de la
escuela taller de cerámica.
El proyecto pretende generar actividades interactivas que permitan una creatividad permanente de los usuarios y, al mismo tiempo, que sus actividades se
integren de manera efectiva y formal en la formación educativa de los colegios
del distrito. El interés central es la conservación del patrimonio, considerándolo como una herramienta para el desarrollo local, dentro de una perspectiva
global.
La historia del programa educativo del Museo de Sitio Túcume
El Programa de Educación para la Conservación del Patrimonio, desde sus inicios en el año 1998, contó con el aporte profesional de especialistas nacionales
y extranjeros para la elaboración de la matriz general de planificación que incluía aspectos de metodología educativa, en la que se consideraron una serie
de actividades dirigidas al fortalecimiento y revaloración de la identidad cultural, con especial énfasis en la realización de cursos talleres de sensibilización y
formación para estudiantes y profesores, así como en acciones de promoción
del patrimonio cultural y natural, y de protección y defensa de los monumentos arqueológicos de la zona que conforman la parte más importante de la
herencia prehispánica del pueblo.
124
En el año 2001 se ejecutó el Proyecto de Reconstrucción del Vínculo Cultural
Prehispánico con la Sociedad Actual, luego de obtener, junto al grupo Axis
Arte de la PUCP, el segundo lugar del concurso de proyectos innovadores de
cultura, organizado por el Banco Mundial. Con ello, se consiguió capacitar a
un grupo de pobladores y estudiantes tucumanos en la aplicación de tres técnicas artesanales, de evidentes raíces prehispánicas (orfebrería, repujado en
lámina metálica y teñido en reserva). Entre los años 2003 y 2006, el museo
suscribió un convenio con AECI, MINCETUR y AXIS ARTE de la PUCP de Lima,
mediante el cual no solamente se continuó con las actividades desarrolladas
anteriormente, sino que se consolidó su relación con la comunidad educativa
de Túcume mediante la publicación de un conjunto de libros, guías de proyectos y cuadernos interactivos que antes fueron validados por ellos. Estas publicaciones tuvieron un gran impacto en la comunidad, que vio reflejada en sus
páginas sus usos y costumbres locales con una metodología lúdica y atractiva
para el entendimiento de sus hijos. Este material fue entregado a los 3 800 niños, aproximadamente, que en ese entonces poblaban los colegios primarios
nacionales y privados de la zona rural y urbana de Túcume.
En esta misma línea y con la finalidad de potencializar el trabajo de los artesanos, se publicó el Manual de iconografía tucumana y lambayecana, que hoy
forma parte de la bibliografía de consulta obligada por artesanos, estudiantes
y maestros del pueblo.
125
A los tres talleres artesanales ya formados se adicionaron otros más: cerámica
y papel reciclado; reforzados con una serie de cursos de diseño, costos, mercadeo, comercialización, acabados y empaques de productos artesanales. Hace
siete años, en el año 2004 se promovió la creación de la Primera Asociación de
Artesanos de Túcume, que paralelo a sus acciones productivas también se encarga de capacitar a profesores y estudiantes del pueblo, a cuya solicitud acuden a los centros educativos, o de lo contrario, los reciben en las instalaciones
del museo. En este caso, también capacitan a grupos de escolares de centros
educativos limeños, dentro de un programa más amplio que el museo promueve como parte de las actividades de la oficina de educación (OFECPAC).
Muy importante en este
proceso ha sido la participación de profesores
de primaria y secundaria,
de las áreas de educación
por el arte y educación
para el trabajo, respectivamente, quienes hasta la
fecha vienen aplicando y
transmitiendo a sus alumnos, los conocimientos
adquiridos en el museo.
Los alumnos, especialmente de la IE. Federico
Villarreal de Túcume, una
de las de mayor población
y antigüedad del pueblo,
han participado conjuntamente con el museo en
algunas presentaciones
y exposiciones artesanaCuadro 1. Cursos talleres de capacitación y beneficiarios
del Proyecto de Huaca Las Balsas. 2008 - 2010.
les en la localidad y en la
región. De igual forma,
siguen utilizando los talleres de orfebrería y teñido del museo para elaborar
la vestimenta y ornamentos utilizados en las representaciones artísticas y teatrales como parte de las actividades desarrolladas por el aniversario de su institución educativa.
Fortaleciendo todo lo actuado, en el año 2006, se desarrolló otro proyecto,
con la participación de la Facultad de Arte de la Pontificia Universidad Católica
126
del Perú, para la elaboración de una paleta de color, teniendo como base los
resultados de las investigaciones científicas ejecutadas en el complejo arqueológico de Túcume y del entorno natural que lo rodea. Esto forma parte también del manual iconográfico antes mencionado.
Gracias al premio otorgado por el Convenio Andrés Bello en el año 2006, se
continuó conla labor educativa dirigida a la comunidad para la preservación de
sus valores culturales. Así, se potenciaron las instalaciones de la oficina de educación con la adquisición de equipos de cómputo e impresión y la fabricación
de muebles interactivos para niños con información sobre la vida en el bosque
seco, entre otras actividades. En el año 2007, se dieron los primeros pasos para
la creación de la clínica de arqueología y conservación para niños, y de la radio
emisora cultural y educativa, que hoy se desarrolla como una productora radial.
En virtud al convenio suscrito entre el Fondo Contravalor Perú-Francia (FCPF),
el Municipio de Túcume, la Unidad Ejecutora 111 (hoy 005), el Patronato
Valle de las Pirámides y el museo, en el año 2008 se ejecutó el Proyecto de
Investigación, Conservación, Puesta en Valor y Desarrollo Comunitario de
Huaca Las Balsas. Mediante este último componente, se aplicó un intensivo
programa de capacitación (ver cuadro 1), dirigido a los vecinos asentados alrededor de este sector del complejo arqueológico y a los estudiantes de secundaria de cuatro colegios tucumanos que participaron de nuestra escuela taller
de cerámica.
127
El significativo aporte de la municipalidad local, posibilitó que los vecinos de
los sectores de Nancolán y Tepo cuenten hoy día, luego de muchos años de
espera, con agua potable, luz eléctrica domiciliaria y pública, además de una
mejor ruta de acceso, reforzada a nivel de afirmado, facilitando la entrada y
salida de sus productos agrícolas.
Los exitosos resultados de la primera etapa de este proyecto dieron pie a un
nuevo financiamiento de parte del FCPF, que permitió integrar desde el año
2010 a Huaca Las Balsas dentro el circuito de visita al museo y complejo arqueológico. Ello ha permitido entre otras cosas, mayores oportunidades de
trabajo para la gente local con la construcción de nuevos espacios con fines
de investigación y conservación para el uso público del monumento. Desde su
apertura (abril 2010), han ingresado solo a Huaca Las Balsas más de 23 000 personas en un año. Muy interesante cifra si recordamos que en el año 1993, cuando abrió sus puertas el Museo de Túcume, se recibieron poco más de 2 000
visitantes. Esto, sin duda, va alimentando la posibilidad de generar mayores
beneficios a nuestros vecinos con la instalación de pequeños negocios ligados
a los servicios turísticos que puedan ser brindados con calidad y orden a los
visitantes, bajo la supervisión, asesoramiento y control de calidad del museo.
Esta segunda etapa del proyecto consideró entre sus componentes principales, la construcción de una cobertura moderna definitiva para la protección de
Huaca Las Balsas, que incluye una pasarela de acceso que rodea el edificio, facilitándole al visitante una visión amplia del mismo con la información necesaria
para la interpretación de este importante edificio de época Lambayeque. Se
creó además un sendero peatonal interactivo, de aproximadamente 1 km, que
une Huaca Las Balsas y el Museo de Sitio, mediante un relicto de bosque seco
con especies nativas de flora y fauna, organizado, potencializado y preparado
como un pequeño parque cultural para los visitantes, pero muy especialmente
para la comunidad local. Dentro de este sendero se instaló la clínica de arqueología y conservación para niños, un espacio de recreación y aprendizaje para
los más pequeños; el vivero-biohuerto, con especies frutales nativas, medicinales y ornamentales; y, pensando en un público adulto, un espacio para el
lanzamiento de estólicas, una antigua herramienta de caza prehispánica, replicada de una hallada durante las excavaciones arqueológicas en Huaca Las
Balsas. Unos metros más adelante aparece el túnel de chope con información
de la flora y fauna de la zona y, saliendo de este, se llega a un espejo de agua
o laguna artificial, al parque de rocas y al mirador oeste que forman parte de
un área lamentablemente destruida en el año 1983, luego que las lluvias del
Fenómeno de El Niño de ese entonces, casi echara abajo el pueblo actual de
Túcume. El CTAR Lambayeque (ahora el gobierno regional), a solicitud de la
municipalidad del distrito, utilizara casi 10 hectáreas de este sector de las pirámides para abastecerse de materiales de relleno y nivelar los caminos destruidos por las lluvias. Aquí se construyó, en memoria de esa destrucción, un
parque que muestra la diversidad pétrea del sitio y en el cual, desde el mirador
oeste, se puede admirar la belleza del sector oeste de las pirámides y su entorno paisajístico, que antes no podía disfrutarse desde los miradores del Cerro
Purgatorio, localizados en lado norte del complejo.
Un área contigua es el pueblito en miniatura con casitas campesinas, en donde
los niños juegan vistiéndolas con los usos, costumbres y materiales tradicionales de la zona rural. Esta área fue propuesta por los integrantes del directorio
de niños del m useo. Este pueblito recrea las tradicionales casas campesinas
con sus espacios de cocina y corralitos para animales domésticos, así como
una taberna para elaboración de chicha y una capilla para la Virgen Purísima
Concepción, patrona del pueblo. Cada espacio puede ser “vestido” por los niños con la vajilla, telares, canastitas y muñecos en miniatura que recrean las
tradiciones locales como la danza de los diablicos que acompañan a la virgen,
de tal manera que tanto los pequeños del pueblo como los visitantes aprenden, como jugando, sobre el patrimonio inmaterial de la zona. Son poco más o
menos 950 metros de entretenimiento y aprendizaje.
Un aporte final del FCPF se dio en el año 2010 con la publicación del libro:
Huaca Las Balsas de Túcume: Arte Mural Lambayeque, presentado en Túcume,
Chiclayo y Lima, en los últimos meses del año 2012, y que resume los resultados
de la intervención en el sitio.
128
129
• Cursos de capacitación y formación artesanal para la recuperación de
técnicas ancestrales y la aplicación de iconografía prehispánica.
• Cursos talleres, teórico prácticos y experimentales para forjar el interés
profesional de los estudiantes en carreras afines a las ciencias sociales.
• Suscripción de convenios de cooperación interinstitucional.
Plano de ubicación del sendero interactivo (Ruta B) con las áreas educativas y de visita turística.
Finalmente, en virtud a un convenio suscrito entre la UE 005 y el Plan
Copesco Nacional, desde octubre de 2012, se viene ejecutando el proyecto de
Mejoramiento del Servicio Cultural del Museo de Sitio Túcume, dentro del cual
se ha incluido la construcción de todo un pabellón para las actividades educativas del museo, oficinas de trabajo, una biblioteca, una aula taller y una sala de
reuniones para el directorio de niños: espacios que fortalecerán y optimizarán
nuestras labores en beneficio de nuestros educandos.
Metodología aplicada en el programa de educación del museo
Desde el año 2009 y gracias al aporte de la fundación Backus, el museo cuenta
con una profesora, quien tiene a su cargo establecer los vínculos y coordinaciones necesarias con las instituciones locales, regionales y con las diferentes
áreas del programa educativo dentro del museo para el desarrollo del plan
anual de actividades que está dirigido a tres clases de públicos: a) la comunidad estudiantil de la localidad; b) instituciones y gremios del pueblo; y c)
visitantes nacionales y extranjeros.
Las actividades ejecutadas comprenden los siguientes rubros:
• Talleres de planificación participativa con maestros, alumnos, agricultores y artesanos.
• Charlas o conferencias con audiovisuales en temas de promoción, difusión protección y conservación del patrimonio cultural y natural.
• Cursos de sensibilización, promoción y fortalecimiento de la identidad
cultural.
130
Para el caso de la comunidad estudiantil y las instituciones del pueblo, el museo invita a los directores o presidentes de cada una de ellas y son ellos los que
eligen o designan a sus representantes. Los visitantes, en cambio, son quienes solicitan con una semana de anticipación su participación en los talleres,
permitiendo organizar adecuadamente las actividades solicitadas. Ello incluye
un entretenido programa mediante el cual interactúan con los pobladores y
estudiantes locales. Este se inicia con la visita al museo-pirámides y con la participación en talleres artesanales conducidos por los propios artesanos. Integra
además una sesión vespertina con el cuentacuentos del pueblo, una presentación de las danzas locales y para terminar el día visitan a un maestro curandero
del pueblo, para una sesión de florecimiento. Otra jornada matutina se realiza
en uno de los colegios locales, donde los niños intercambian conocimientos,
juegos y obsequios. La jornada culmina con un desfile nocturno de antorchas
por las principales calles del pueblo, confeccionadas por un experto lugareño,
utilizando los íconos prehispánicos lambayecanos.
No cabe duda que este intercambio de experiencias es muy gratificante y valioso para todos los participantes puesto que consigue salvar las diferencias
geográficas entre ambos grupos humanos y resalta los valores que cada uno
tiene, enriqueciendo el aprendizaje de los niños y brindándoles la oportunidad
de reconocerse como peruanos viviendo en dos espacios geográficos y socio
económicos diferentes, con mayores o menores oportunidades de desarrollo,
sí, pero ambos con potencialidades personales que, dependiendo del esfuerzo
de cada uno, pueden desarrollarse con el apoyo de las entidades públicas y
privadas que apuestan por el desarrollo integral de los pueblos.
Como parte de la metodología, estas actividades se ejecutan en tres fases de
trabajo:
1. Charlas introductorias para los profesores sobre el programa educativo y
en el contexto cultural e histórico de la zona, basadas en la información
recuperada por los proyectos de investigación científica desarrollados en
el complejo arqueológico de Túcume.
2. Los profesores capacitados y asesorados por el personal profesional del
museo (arqueólogos, conservadores y educadores), lideran, dirigen y supervisan el aprendizaje de sus alumnos en las diferentes áreas del programa.
131
3. Monitoreo de lo aprendido que está cargo de los profesores, quienes en el
transcurso del año evalúan el desenvolvimiento de los niños para ayudarnos a perfeccionar nuestro trabajo en la siguiente temporada académica.
las jornadas de reforestación dentro del área intangible y de los centros educativos. El museo dona los plantones, los niños siembran, se comprometen a
cuidarlos y mantenerlos.
Nuestro programa también implica el trabajo con otros gremios importantes
de la sociedad civil de Túcume, incluyendo sus autoridades civiles, religiosas,
culturales, deportivas y educativas.
En junio de 2013 se suscribió un importante convenio con ANIA, la asociación
para la niñez y su ambiente, con la finalidad de ejecutar actividades conjuntas
para la preservación del medio ambiente de la zona. Con su asesoraría se instalaron 13 Tierras de Niños (TINI), para que los niños se inspiren, diseñen, creen
y cuiden sus espacios, aprendiendo a valorar la naturaleza y a preservarla para
beneficio de todos. Tres de estas fueron instaladas en el museo y 10 en los colegios de Túcume. No hay duda que unidos se pueden hacer más y mejores cosas
en pro de la preservación del planeta y del aprendizaje de los niños.
Las áreas educativas del programa
Oficina de Educación
En este edificio se planifican y ejecutan gran parte de las actividades educativas del museo, cuenta con personal especializado en arqueología, conservación, arquitectura y comunicación liderados por una educadora, quien mantiene una constante coordinación con la dirección y todas las áreas del programa,
como la productora de radio, la escuela taller de cerámica, las tiendas artesanales, la clínica de arqueología y conservación para niños, el vivero-biohuerto, el directorio de niños, el proyecto arqueológico, los artesanos y las instituciones del pueblo. Así, los profesionales del museo acuden a los colegios de
Túcume y de los pueblos vecinos para el dictado de cursos, talleres y charlas
sobre conservación del patrimonio cultural y del medio ambiente para profesores, padres de familia y alumnos. El personal del vivero-biohuerto coordina
Por último, la oficina, ubicada dentro de las instalaciones del museo, está implementada con muebles y equipos de cómputo e impresión, fotocopiado,
espiralado y laminado para el normal desarrollo de sus actividades. Cuenta
además con una pequeña biblioteca para el uso de la comunidad local y el personal del museo. Las áreas que integran el programa son las siguientes:
A) Productora de radio MST
Tiene entre sus objetivos principales la difusión de contenidos educativos, culturales y turísticos vinculados a la investigación científica, la defensa y conservación de los sitios arqueológicos, el patrimonio cultural y natural en el ámbito
del plan de manejo de Túcume, y los distritos vecinos. Los niños y jóvenes del
pueblo aprenden las técnicas de comunicación radial mediante talleres teórico-prácticos sobre el uso y manejo de equipos, elaboración de guiones, locución, etcétera.
B) Clínica de arqueología y conservación para niños
Tiene como objetivo general involucrar a la comunidad estudiantil local en temas relacionados con la investigación y preservación del patrimonio cultural
arqueológico de la zona, despertando vocaciones entre los jóvenes con relación a las actividades culturales o intereses en la formación técnica y profesional. Está especialmente dedicado a los niños entre 5 y 12 años de edad, quienes
dentro de un área diseñada con réplicas a escala natural de arquitectura y contextos arqueológicos de las pirámides de Túcume pueden realizar excavaciones y trabajos de conservación, de modo que experimentan la sensación del
descubrimiento y la satisfacción de la restauración de piezas “arqueológicas”.
En ambos casos se cuenta con todas las herramientas e instrumentos necesarios para el aprendizaje de los niños, tanto en el campo, en donde aprenden a excavar; como en el gabinete, para realizar labores de lavado, rotulado,
132
133
clasificado y almacenamiento de los materiales recuperados en sus “excavaciones”, así como el tratamiento de conservación o restauración de cerámica,
por ejemplo.
Desde su creación en el año 2007, la clínica se inició como una experiencia piloto, con la participación de los niños vecinos al complejo arqueológico. En los
últimos cinco años (2008 a 2015), se han incorporado 16 colegios de la zona.
C) Vivero-biohuerto “Las Pirámides”
Ubicado solo a unos 200 metros al sur de la clínica de arqueología para niños,
abarca un área de 6 030 m2 y se creó con la finalidad de recuperar y diversificar
la cobertura arbórea para restaurar la calidad del paisaje rural-urbano y contribuir con la conservación de los suelos. La formación de promotores, así como
el fortalecimiento de capacidades locales a todo nivel, asegurarán la sostenibilidad de esta iniciativa de restauración del paisaje, desencadenando nuevas
propuestas para su conservación y mantenimiento a partir de la participación
de las entidades gubernamentales y la sociedad civil.
Es interés del museo revalorar los conocimientos de la población local acerca de las especies forestales y frutales nativas, fortaleciendo las capacidades
locales; y propagar estas especies y aquellas adaptadas al ecosistema para recuperar ecotipos y variedades locales, para cubrir las demandas de reforestación en el ámbito del proyecto, mediante el tratamiento de las áreas colindantes a los cuatro sitios arqueológicos de gran interés para el proyecto (Huaca
Pintada, Huaca del Pueblo, Túcume Viejo y el complejo arqueológico Túcume),
los espacios públicos que los conectan entre sí y a los centros poblados, así
como los espacios destinados para áreas verdes en zonas urbanas y de expansión urbana.
El vivero cuenta con personal, materiales, herramientas y equipos necesarios
para la ejecución de las actividades planificadas con los escolares del pueblo
y con los visitantes, quienes pueden participar y experimentar las tareas de
sembrado, podado, cosecha de plantas y la elaboración de abonos orgánicos.
Cuenta con un sistema de riego tecnificado por goteo y por aspersión, que
coadyuva a la racionalización y buen uso del agua. Es un espacio íntegramente
orgánico zonificado en siete áreas: de almácigos, de repique, de plantas aromáticas y medicinales, de producción de abonos orgánicos (compost y humus
de lombriz), biohuerto escolar (producción de hortalizas), de secado de plantas, de exposición y venta de plantones.
Para potencializar su desarrollo, en el año 2011 se suscribió un convenio con
AGRORURAL como unidad ejecutora del Ministerio de Agricultura, cuya
134
misión es promover la articulación de programas para el fomento productivo
rural y el manejo sustentable de los recursos naturales de las cuencas para el
mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones rurales y la preservación
del medio ambiente. Se instaló, con su ayuda, una planta para el secado natural de plantas medicinales-aromáticas, y se sembró una pequeña parcela con
algodón nativo de nueve colores con 86 plantones, que se ha convertido en
nuestro primer centro piloto de germoplasma de algodón del país. La producción obtenida (25 kilos aproximadamente) fue derivada al taller de textilería
del museo.
D) Directorio de niños
En el año 2005 se creó el primer directorio de niños del Museo de Sitio Túcume,
fortalecido con los años y convertido en una de las experiencias más gratificantes de los últimos años, por diferentes razones, entre las que destacamos
la alegría, dinamismo y orgullo de los niños por su participación y porque nos
permite tener una visión más amplia con los criterios adecuados para cumplir
con nuestra obligación de incorporar y atender a todos los públicos; mucho
más si la cantidad de niños y jóvenes que acuden al museo se incrementa también por la variedad de actividades educativas, lúdicas y experimentales que
brinda. En los últimos cinco años han visitado el museo 94 074 niños y 71 398
universitarios, que conforman la mayoría con el 57.50 % del total de visitantes,
que sumaron 288 013 personas entre los años 2008 y 2013.
El directorio, a cargo de la profesora del programa educativo, está integrado
por 10 niños designados por sus colegios, que ostentan el primer lugar en orden de méritos. Los niños empiezan funciones desde el tercer grado de primaria hasta la culminación de sus estudios (quinto grado); luego son reemplazados por un nuevo grupo, quedándose ellos como directores honorarios.
Los niños directores tienen todas las prerrogativas de la dirección del museo y
tienen la oportunidad de expresarse, relacionarse e involucrarse con la gestión
cultural del mismo para promover sus aportes hacia la conservación, promoción y desarrollo del patrimonio natural y cultural de nuestro distrito, región y
el país. Los niños tienen la posibilidad de descubrir contextos y espacios que
les permitan desenvolverse por voluntad propia, observando en ellos un cambio de actitud que involucra además a sus familias y compañeros de estudios,
mediante la construcción de la identidad personal, social y el fortalecimiento
de su autoestima.
Los pequeños directores planifican, gestionan y ejecutan actividades para niños como ellos con la guía de la profesora del museo. Ellos promueven y organizan concursos diversos para los cuales gestionan la presencia de los jurados
135
y los premios para los ganadores. Es interesante ver como padres e hijos se
involucran en una misma actividad, planifican y elaboran juntos sus proyectos, además, el directorio exige como parte de las bases del concurso que se
utilicen diseños inspirados en los símbolos prehispánicos lambayecanos. Se
consolida con eso la unión familiar, se refuerzan los sentimientos de identidad
cultural dentro del seno familiar y los niños están siendo los principales actores de este esfuerzo. Es un objetivo primordial del programa mejorar la formación integral de los educandos en armonía con sus capacidades, necesidades,
intereses y aspiraciones.
CUADRO DE BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA EDUCATIvO
ACTIVIDAD
PROCEDENCIA
2008
2009
2010
2011
2012
2013
TOTAL
Clínica de arqueología
y conservación para
niños
Locales
32
243
263
618
300
277
1733
Nacionales
0
60
45
40
20
77
242
32
303
308
658
320
354
1975
Locales
0
243
263
1051
1324
277
3158
Nacionales
0
60
85
205
85
65
500
0
303
348
1256
1409
342
3658
Locales
40
23
9
260
109
12
453
Nacionales
0
40
71
119
230
49
331
109
131
683
221
326
00
597
Sub Total
Vivero-biohuerto las
pirámides
Sub Total
Escuela taller de
cerámica
Sub Total
40
23
Locales
19
31
Nacionales
0
0
0
0
0
00
0
19
31
0
221
326
00
597
Locales
0
0
0
618
300
277
1195
Nacionales
0
0
0
0
0
315
315
0
0
0
618
300
592
1510
Locales
0
0
263
69
663
15
1010
Nacionales
0
0
0
0
0
00
0
Sub Total
0
0
263
69
663
15
1010
TOTAL
91
660
968
3153
3127
1434
9433
Productora radial MST
Sub Total
Manualidades con
materiales reciclados
Sub Total
Pueblito de niños
136
E) Escuela taller de cerámica
Los inicios de nuestra actual escuela de cerámica se remontan al año 1998,
como parte del Proyecto Piloto Túcume1. De allí en adelante se han desarrollado una serie de cursos talleres dirigidos a niños y adultos, capacitándolos en la
producción de cerámica artesanal con la finalidad de reinsertar esta actividad
en la comunidad actual, que tuvo una gran prestancia en la época prehispánica
y se perdió en el tiempo por razones que no conocemos.
En el año 2008, gracias al aporte del FCPF2, iniciamos el taller con 40 estudiantes acreditados por cinco colegios secundarios de Túcume, quienes bajo la
dirección de reconocidos maestros ceramistas, aprendieron durante cuatro
años las nociones básicas para la producción de cerámica artesanal, técnicas
de modelado, moldeado, decoración y acabado final, usos de hornos (quemado en bizcocho y vidriado) etcétera. Hoy contamos con cuatro estudiantes,
bajo la conducción del maestro Agustín Moro, con la asesoría y supervisión del
personal del museo. Su producción basada en objetos utilitarios de gran calidad ya ha sido incorporada como uno de los productos estrella en las tiendas
artesanales del museo. De esta manera, el museo proporciona a los jóvenes
una herramienta para su desarrollo en busca de una mejor calidad de vida y
está sentando las bases para que en un futuro próximo puedan implementar
en sus casas sus propios talleres y conformar, tal vez, una pequeña o micro
empresa familiar. Las habilidades y destrezas de sus manos hacen presagiar un
futuro mejor para estos ceramistas.
Los resultados a la fecha son muy satisfactorios y los jóvenes ceramistas producen hoy gran variedad de formas con muy buena calidad en sus acabados
que hoy tienen alta aceptación en el mercado nacional. Además de las tiendas del museo, se venden también en las ferias nacionales organizadas por el
MINCETUR (Exhibe Perú) o por el Ministerio de Cultura (Ruraq maki, hecho a
mano), consolidándose como una excelente oportunidad para los artesanos,
no solamente para vender sus productos, sino intercambiar experiencias y establecer contactos con artesanos de otras partes del país.
Impacto social del programa educativo del museo en la comunidad
Conscientes de que aún falta un largo camino que recorrer, nos fortalece la
idea de que el programa educativo no solamente ha facilitado estrechar vínculos de trabajo conjunto con las instituciones del pueblo, sino que ha abierto una serie de caminos y posibilidades de desarrollo que son ampliamente
1
2
Ejecutado mediante el Convenio suscrito entre la Unión Europea y Promperú.
Proyecto de Investigación, Conservación, Puesta en Valor y Desarrollo Comunitario
de Huaca Las Balsas. Complejo Arqueológico Túcume. Lambayeque.
137
reconocidos por la comunidad, muy especialmente la estudiantil, que se ve
fortalecida con el continuo aprendizaje, tanto en la teoría recibida en sus aulas
como en la práctica y experimental recibida en el museo. Otro gremio con resultados interesantes es el de los artesanos que ven potencializada su producción con la actualización de sus conocimientos, diversificación de productos y
el mejoramiento de sus habilidades mediante la capacitación constante, que
busca estar a la par de las exigencias del mercado nacional e internacional.
Desde su implementación en el año 1998, han pasado diferentes promociones
de niños y jóvenes por el museo, muchos de los cuales, hoy convertidos en
adolecentes y adultos, son algo más conscientes de su importante rol en el desarrollo de su pueblo, mediante su participación en acciones de preservación
de la cultura y naturaleza. Los niños y profesores participantes del programa
educativo tienen a su disposición a todo el personal del museo que labora en
las diferentes áreas educativas, tanto profesional como asistentes y auxiliares,
quienes facilitan su estadía y procuran un ambiente cordial, agradable y divertido para la realización de un buen aprendizaje.
Solo en los últimos cinco años se han beneficiado de este programa más de 9
400 escolares, profesores de Túcume y de los pueblos vecinos, quienes participaron de manera temporal o perenne, en el caso de los estudiantes del pueblo, respondiendo a un cronograma de trabajo planificado entre los centros
educativos y la oficina de educación del museo. Los colegios tienen la potestad de elegir el horario más adecuado, para no cruzarse con la programación
curricular.
Por otro lado, hemos ejecutado también varios cursos talleres y encuentros
con los agricultores vecinos a la zona arqueológica, iniciando con ellos un
acercamiento que nos permite entender la problemática del agro en la zona.
Recientemente, la ONG CEDEPAS Norte, por encargo de la fundación Backus,
ha ejecutado un estudio para diagnosticar el nivel de humedad y salinidad que
afecta a nuestros suelos por causa del intenso uso de los campos de cultivo de
arroz, que, siendo un cultivo por inundación, empobrece la tierra, la saliniza
y al final, con el pasar de los años, la deja inoperativa. Los campos de cultivos
rodean al monumento arqueológico, razón por la cual uno de los problemas
que aquejan a nuestras pirámides, principalmente a las que se ubican cerca
al área agrícola, es la humedad que deteriora la arquitectura y obliga a ejecutar continuamente intervenciones conservacionistas que pasan por un largo
proceso que debe repetirse cada 15 días para minimizar al máximo el efecto
nocivo de la humedad sobre la arquitectura de barro, que es altamente frágil.
Esta problemática solo podrá enfrentarse con el concurso de todos los involucrados. Esperamos continuar en nuestro esfuerzo de sensibilizar a nuestra
138
comunidad y posibilitarle toda la información posible sobre los cultivos alternativos y orgánicos que podrían dar solución a este álgido problema que no
solamente saliniza los suelos, sino afecta sobremanera las construcciones pasadas y presentes.
El caso de los artesanos de Túcume
Un tema por demás interesante, es la artesanía tucumana, si se tiene en cuenta que antes del año 1998 no existía en Túcume ningún tipo de artesanía de
calidad para ofrecer a los visitantes. Gracias a las instituciones aliadas del museo, se pudo en el año 2004, luego de varios años de intensas jornadas de
sensibilización, capacitación y formación, conformar la primera Asociación de
Artesanos de Túcume, integrada por hombres y mujeres del pueblo. En el año
2010 se formó la segunda Asociación de Artesanos Valle de las Pirámides, esta
vez integrada solo por mujeres del área urbana y rural del pueblo. Ambas asociaciones están adscritas al museo y desarrollan acciones conjuntas en cuanto
a producción, promoción, difusión, control de calidad y venta de productos
artesanales, habiendo recuperado, reinsertado y potencializado antiguas técnicas prehispánicas, como la orfebrería, repujado en lámina de aluminio, teñido en reserva, cerámica y textilería, adaptando y aplicando nuevas formas
139
funcionales para el uso doméstico y de oficina, con resultados muy satisfactorios dentro del mercado local y nacional.
La textilería sobrevivió con la fuerza de una tradición de mucha valía para la
comunidad, que procuraba las prendas para usos diversos del pueblo y la clase gobernante. Sin embargo, hubo que fortalecer su producción capacitando
a las actuales tejedoras tucumanas en temas de costos, mercadeo y nuevos
diseños más apropiados para el mercado turístico, sin que eso significara la
pérdida de su esencia y tecnología tradicional. Sin duda, esta es una de las manifestaciones culturales y artesanales más importantes de la zona, de mucho
arraigo popular e histórico, que tenía como insumo principal el algodón pardo
o algodón nativo (Gossypium barbadense) para el que la naturaleza prodiga
de 9 colores: fifo (o lila), crema, fino colorado oscuro, fino colorado cremoso, marrón, pardo oscuro, colombino (rojo anaranjado), bombasí (beige), y el
verde que es de origen mexicano. Nuestras tejedoras utilizan tanto el algodón
nativo como el industrial para tejer sus prendas y además han sabido integrar
otros materiales, como cuero o telas teñidas para la elaboración de nuevos y
originales productos para el consumo popular.
representaciones prehispánicas, y a los personajes de las danzas locales de
raíces coloniales, como la danza de los diablicos que acompañan a la Virgen de
la Purísima Concepción en su feria patronal realizada en el mes febrero; y por
otro lado, las pastorcitas, que anteceden las fiestas navideñas, acompañan y
celebran luego el nacimiento del niño Jesús en un recorrido con cánticos religiosos por las principales calles del pueblo.
Como entidad del estado, promotora de cultura y desarrollo, el museo busca
proporcionar también a la comunidad local las herramientas necesarias para
su desarrollo integral, en este caso, a partir de oportunidades de trabajo más
relacionadas con los valores tradicionales del pueblo, pero con un espíritu
creativo, cambiante e innovador como indicador de su existencia dentro de un
mundo globalizado en el que debemos resaltar siempre lo nuestro con respeto, dignidad y orgullo.
Entre la variedad de técnicas para decorar las telas prehispánicas, nuestras investigaciones en Túcume nos han permitido registrar el pintado sobre telas de
algodón y el teñido por zonas o en reserva, como la llamamos ahora, utilizando para ello los insumos que la naturaleza brindaba. Los tintes eran elaborados generalmente con las hojas, frutos o cortezas de árboles del bosque seco.
En ese sentido, los artesanos modernos han sido capacitados en la aplicación
de ambas técnicas, pero, en este caso, utilizando tanto los tintes naturales
que significan un largo proceso para su obtención, como los industriales que
proveen una gran gama de colores aplicados sobre telas de algodón, teniendo
como resultado una variedad de formas utilitarias muy apreciadas por el público que visita el museo, que cuenta con dos tiendas artesanales y que es el
principal centro de ventas de la artesanía tucumana.
Es de resaltar que los productos pintados o teñidos con tintes naturales están alcanzando una especial aceptación del público en general y cada vez los
artesanos obtienen mejores resultados y mayores combinaciones de colores
obtenidos con las plantas de la zona. A ello, agregamos el hecho de haber insertado técnicas artesanales más modernas, que inducen a la conservación del
medio ambiente con la reutilización de materiales desechados en la casa y en
la oficina y aquellos que la naturaleza nos proporciona diariamente a manera
de rastrojos. En esta línea, tenemos los artesanos que producen papel reciclado para la elaboración de agendas, libretas y cuadernos hechos a mano. Otro
caso es el taller de juguetería, que reproduce la fauna de la zona, inclusive las
140
141
CONSERVACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS Y MURALES DEL
TEMPLO PINTADO DE PACHACAMAC
Gianella Pacheco
Museo de Sitio de Pachacamac
El Templo Pintado (900-1300 d.C.) es una de las edificaciones más significativas
del santuario de Pachacamac. Este edificio se caracteriza por presentar pintura
mural policroma, con diseños de peces, aves y figuras humanas. El templo, sus
murales y sus diseños han sido objeto de diferentes interpretaciones. Pese a
ello, desde que fuera descombrado en 1938, no se han realizado trabajos de
conservación, lo que ha ocasionado la pérdida de pintura mural y daños en las
estructuras. Teniendo en cuenta la importancia y el estado de conservación
del Templo Pintado, en el 2008 el Museo de sitio de Pachacamac, a través del
Proyecto Qhapaq Ñan, inició las labores de conservación e investigación. Estos
trabajos consideran el levantamiento topográfico y planimétrico, registro de
las pinturas murales, análisis de arqueometría, conservación de la pintura mural, entre otras actividades, con el objetivo de conocer y conservar tanto la
materialidad como el significado del Templo Pintado y de sus pinturas murales.
Introducción
El Templo Pintado fue construido por los Ychma (900-1300 d.C.); ha sido objeto
de estudio de muchos investigadores, quienes han planteado diferentes propuestas con referencia al significado de sus pinturas (Shimada 1991, Dulanto
142
143
2001, Marcone 2003). También se han realizado excavaciones puntuales en diferentes zonas del templo (Uhle 1903, Paredes 1985) y, en el año 1938, Alberto
Giesecke realizó el descombramiento del frontis norte del Templo Pintado,
quedando expuestas las pinturas murales al deterioro ocasionado por el medioambiente, los movimientos sísmicos y la actividad antrópica.
Después de más de setenta años de exposición y debido a la falta de protección, gran parte de la pintura mural y de los diseños se perdió. En el 2008, el
equipo del Museo de sitio de Pachacamac (MSPAC) planificó las labores de
conservación e investigación de emergencia en el Templo Pintado. Estas labores se realizaron bajo los lineamientos de conservación del MSPAC, que consideran la originalidad, la reversibilidad y la mínima intervención.
Material y métodos
La metodología de registro empleada para los trabajos de investigación y conservación en el Templo Pintado sigue la pauta planteada para las labores de conservación del Museo de Sitio de Pachacamac, la cual considera el registro previo,
durante y al final de las áreas o estructuras conservadas. Estas labores se han
desarrollado de manera integral, tratando de lograr una interpretación de las
pinturas murales, del edificio y de su entorno. Las actividades realizadas fueron:
Leyenda de Plano de Afecciones al
Templo Pintado
Humectaciòn y readherencia de enlucidos
Limpieza de estructuras
Estructuras consolidadas
Humectación y readherencia de capas pictoricas
Emboquillado de grietas
Protección de paramentos con arena
Protección de paramentos con cortavientos
Levantamiento planimétrico y topográfico del Templo Pintado
ESO
ACC
Si bien se contaba con planos anteriores del Templo Pintado realizados por
diferentes investigadores (Uhle 2003 [1896], Paredes 1983, Shimada 1991), no
había un consenso en los datos; por eso se decidió homogenizar, completar,
corregir y detallar la información de los planos y levantar una versión final del
plano del Templo Pintado. En este nuevo plano se han hecho las correcciones
de la arquitectura, se ha ampliado la información y además se ha registrado el
relieve topográfico y el área del Cementerio Uhle.
Este plano también sirvió para hacer una sectorización del Templo Pintado que
pudiera facilitar y otorgar un registro de manera más detallada. Los sectores
definidos fueron: acceso principal, frontis norte, frontis este, plaza A y plaza B.
El plano completo y corregido del Templo Pintado ha constituido la primera
herramienta para realizar un diagnóstico general del estado de conservación
del edificio. Con este plano se pudo ubicar las zonas con mayores afectaciones
y definir el tipo de afectaciones y daños con colores diferenciados, para posteriormente marcar sobre otro plano las acciones de conservación realizadas.
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Leyenda : Plano Templo Pintado con afecciones
Enlucido de barro fino en proceso de desprendimiento
Estructuras cubiertas con tierra de acarreamiento eólico
Estructuras colapsadas o a punto de colapsar
Estructuras con pintura mural en proceso de desprendimiento
Estructuras con erosión eólica
Estructuras con perdida de mortero
Este plano aporta información a los estudios arquitectónicos y estructurales del Templo Pintado, y ha servido para la planificación e instalación de las
144
Zona con afectación biotica
Zona con presencia de sales y/o salitre
Área de estructura faltante
Dibujo MSPACH 2010
145
estructuras que cubren y protegen al edificio, sobre todo en el sector del frontis norte, el cual presenta la mayor área de concentración de pintura mural.
Registro de los diseños de las pinturas murales
Las pinturas murales del Templo Pintado –como se ha mencionado– han sido
anteriormente registradas por diferentes investigadores (Uhle 1903, Muelle
1939, Bonavia 1974, Tello 2012 [1939]). Sin embargo, no hay evidencias de un
registro sistemático y ordenado, a lo que lamentablemente se suma que muchos de estos diseños ya se han perdido completamente. Dentro de las tareas
de registro se vio como prioridad el registro y recuperación de los diseños,
considerando su alto valor simbólico. Se logró recuperar 40 diseños, haciendo
uso de fotografías antiguas y de un análisis comparativo de imágenes fotográficas y dibujos. Para el registro de pinturas murales se complementó el registro
fotográfico detallado con el registro gráfico a escala.
Con la finalidad de realizar un registro fotográfico exacto y a detalle, se realizó
la cuadriculación de todo el frontis norte, cada metro lineal, con la asistencia
de un topógrafo y nivel óptico, con lo cual se establecieron líneas paralelas
exactas que guiaran las tomas de los escalones, que fueron luego empalmadas
una a una.
Ejemplo del registro gráfico de la pintura mural del escalón 1, sector 2, frontis norte.
Conservación de las pinturas murales
La conservación de las pinturas murales se ha hecho siguiendo los siguientes
pasos:
Modelo 3D del Templo Pintado.
Estos trabajos se complementaron con fotografías y dibujos realizados anteriormente por diversos autores, entre los que destacan los dibujos de Muelle y
Wells (1939), las fotografías de Paul Hanna de 1940 y las fotografías publicadas
por Bonavía (1985) que han sido consideradas como referencia para identificar
la ubicación de los nuevos diseños registrados y completarlos hipotéticamente en nuestro registro gráfico.
146
1. Definir la zona a tratar y realizar una cuidadosa limpieza, tratando de que no
queden restos de polvo o tierra entre la capa desprendida de pintura mural
y el soporte.
2. Hidratar las capas pictóricas desprendidas con agua destilada y alcohol de
96°, en proporción de 1/1, con pulverizador o mediante una aguja hipodérmica. Con este procedimiento las capas de pintura mural se vuelven más
elásticas y es fácil manipularlas sin que se resquebrajen.
3. Después de haber humectado las capas de pintura mural desprendidas del
soporte, estas se re-adhieren mecánicamente, para lo cual se pone un pedazo de papel toalla cubriendo toda el área a tratar y sobre el papel toalla
se dispone un pedazo de plástico de polietileno, sobre el que se ejerce una
suave presión mecánica con una esponja.
4. Las zonas tratadas se dejan secar; este tratamiento se debe realizar bajo
sombra para que las capas sequen lentamente evitando los resquebrajamientos de las capas de pintura mural.
147
Después de realizar estos pasos es necesario efectuar un monitoreo constante
de las zonas tratadas.
hasta seis1. Estos habrían sido los más importantes y los utilizados en mayor
proporción:
• Rojo bermellón (Cód. Munsell 7.5R 6/4). Utilizado para los paneles que
se alternan con el color amarillo. Este color rojo también ha sido utilizado para los diseños de peces, aves y plantas, probablemente de maíz.
• Amarillo pálido (Cód. Munsell 5Y 8/7). Este color habría sido dispuesto
alternadamente con los paneles de color rojo bermellón, en los escalones del frontis noreste y se habría utilizado también para los diseños de
los peces, aves, figuras humanas y plantas.
• Rojo granate (Cód. Munsell 10R 5/3). Se utilizó en el primer momento
en que el templo fue pintado. Fue usado como color de fondo; ha sido
registrado en ambos frontis y en la plaza A del Templo Pintado.
• Amarillo ocre (Cód. Munsell 4.3Y 6.6/11.8). Utilizado al mismo momento que el color rojo granate, usado específicamente para los diseños
de figuras humanas que se pintaban sobre el color rojo granate. Estos
diseños fueron registrados por Uhle (1903).
• Negro grafito (Cód. Munsell 5.0PB 1.6/1.6). Presente en las todas las
fases, utilizado para delinear los diseños de peces, plantas y figuras humanas.
Humectación y adherencia de capas pictóricas.
• Verde grisáceo (Cód. Munsell 0.5 B 8.2/3.6). Este color fue utilizado de
manera selectiva. Se ha registrado su uso en algunos pocos paneles ubicados en la parte central y alta del frontis norte, así como en algunos
diseños pequeños que no han podido ser identificados debido a su mal
estado de conservación. Es un color de uso restringido, posiblemente
debido a que, a diferencia de los colores anteriormente descritos, no se
podía conseguir o procesar fácilmente.
Este procedimiento sencillo pero importante nos han permitido recuperar
42 m2 de pintura mural en el frontis norte y, al mismo tiempo, reconocer más
diseños.
Registro de los colores de la pintura mural
Teniendo en cuenta que la pintura del Templo Pintado tiene un valor simbólico de importancia, es posible que los colores utilizados hayan sido escogidos
y dispuestos de manera que resaltaran en medio del paisaje monocromo de
la costa desértica. Este aspecto también ha sido señalado previamente por
Muelle (1939: 3), quien señala que: “[…] debía presentarse muy vistoso, no
tanto por la maestría de los motivos, que no tenía ninguna, ni por la riqueza de
la policromía, que tampoco puede celebrarse, sino por la distribución salpicada de los pocos colores que el repertorio del decorador dispuso”.
Consideramos que es posible que el Templo Pintado constituyera un gran lienzo que representaba las características de la poderosa deidad Pachacamac, al
cual los peregrinos y visitantes podrían observar desde su entrada al santuario, causando probablemente un gran impacto visual.
Con respecto a los colores que se utilizaron en las diferentes capas y diseños registrados en el frontis norte del Templo Pintado, se pueden reconocer
148
Todos estos colores fueron utilizados de manera muy creativa, sobre todo en
los últimos momentos en los que las pinturas murales se diseñaban en paneles
variados de colores rojo y amarillo, alternando el color de los diseños, que eran
delineados con color negro grafito. A esto se le añade la disposición localizada
de los diseños y colores verdes grisáceos aplicado en poca proporción, pero en
lugares estratégicamente visibles.
Registro estratigráfico de la pintura mural
Si bien no se han realizado fechados radiocarbónicos, los diseños registrados en el último momento pictórico se asocian a diseños Ychma (900-1470
d.C.). Estos diseños hacen referencia a peces y aves que también han sido
1
Se han registrado más colores en el área denominada el Altarcito.
149
representados en ceramios y en piezas textiles (Paredes 1985, Marcone 2003);
sin embargo en las capas pictóricas que pertenecen a momentos más tempranos, los diseños no han podido ser identificados completamente por encontrarse cubiertos o deteriorados.
Pese al deterioro y a la parcial ausencia de las capas pictóricas en los escalonados del frontis norte, se han podido reconocer, hasta el presente, tres momentos pictóricos, en los cuales se habría dado un cambio de diseños, colores
y probablemente también de significado. Para realizar este registro se utilizó
como unidad de análisis cada escalón del frontis norte, registrando las capas
de pintura y enlucidos superpuestos. Este registro se hizo en cinco puntos por
escalón, con el método de la matriz de Harris. El registro de las capas por cada
escalón de los cuatro sectores permitió proponer la sucesión de seis capas
pictóricas en promedio, que estarían constituyendo tres momentos pictóricos
sucesivos, momentos en los que los colores, los diseños y posiblemente el significado de la pintura cambia.
Primer momento pictórico: Una vez construido el frontis escalonado, probablemente se aplicó una capa de enlucido de barro a todos los paramentos de
los escalones, para luego ser cubierto totalmente de color rojo granate; sobre este color de fondo se habrían dibujado diseños de figuras humanas con
pigmento amarillo ocre; estos diseños representarían personajes humanos de
torso grueso y extremidades delgadas en actitud de marcha con dirección al
este, además algunos de estos personajes estarían portando especies de escudos y lanzas. La altura promedio de estos diseños variaría de 1 m a 0.60 m
y fueron registrados por Max Uhle en 1903, actualmente se pueden apreciar
parcialmente en el sector 1 y 3 del frontis norte.
Segundo momento pictórico: Los diseños del primer momento estarían cubiertos por una capa de enlucido compuesta por barro fino y arena, sobre
la cual se habrían dispuesto paneles alternados de colores rojo bermellón
y amarillo pálido. Estos paneles dispuestos a lo largo de todo el frontis tendrían un promedio de 2.0 m de largo, y habrían servido para hacer más evidente y resaltar los diseños de hombres, peces, aves y plantas, que también
habrían sido pintados de manera alternada para destacar sobre el panel de
fondo, para hacer aún más evidente y visibles los diseños que fueron delineados de color negro grafito. En este momento también se hace evidente
el uso del verde grisáceo, de manera restringida y puntual, en diseños que
lamentablemente no hemos podido definir hasta el momento debido al mal
estado de conservación. Este momento ha sido registrado en un lienzo hecho por Sabino Springuett, el cual calca los diseños de uno de los escalones
(Marcone 2003: 63).
150
Tercer momento pictórico: En este momento se mantiene el patrón bandas
de colores alternados y también los mismos diseños del momento anterior;
sin embargo, se realizan algunos cambios, como la incorporación de algunos
paneles de color verde y diseños a escenas anteriores.
Primer momento pictórico: diseños registrados por Max Uhle en 1903.
Segundo momento pictórico: en este se aprecian las bandas de colores rojo y amarillo de manera
alternada (Archivo Tello 1940).
Tercer momento pictórico: dibujo que registra la incorporación de diseños sobre diseños
anteriores (figura humana).
151
Trabajos de conservación estructural
La mayor parte de los trabajos de conservación se centraron en la limpieza,
retiro de desmonte acumulado por intervenciones anteriores, consolidación
de morteros y reposición de adobes y piedras en mal estado de conservación.
El área que demandó mayores trabajos de consolidación estructural fue el
frontis este, el cual se tuvo que intervenir de manera intensiva. En esta estructura escalonada de 28 m de largo y 9 m de altura, los paramentos y rellenos
constructivos de los escalones habían colapsado (sobre todo los de los escalones superiores). El desplazamiento de la arquitectura se produjo por la falta
de “amarres” estructurales entre los adobitos cúbicos y la tierra que conformaba el relleno constructivo y el paramento de adobes, a lo que posiblemente
se habrían sumado los movimientos sísmicos y el tránsito humano sobre los
escalonamientos.
Luego de realizar el registro de planta, cortes y la fotografía aérea, se retiraron
las capas de tierra suelta, se registraron las estructuras colapsadas y se identificaron los alineamientos de los adobes que conformaban el relleno constructivo, observándose que este relleno había sido construido por bloques de 2 m
de largo en promedio y que el relleno constructivo de los escalones se asentaba a su vez sobre un relleno de tierra suelta.
Los trabajos de conservación buscaron mantener la originalidad de la técnica
constructiva y reforzarla con elementos que no llevaran a una interpretación
errónea; por lo que se usó mortero para unir los adobitos originales desplazados; se reintegraron los rellenos constructivos con adobes recuperados de la
limpieza, dando de esta manera mayor estabilidad a los paramentos superiores y otorgándoles la estabilidad apropiada; y finalmente se dispusieron los
adobes del paramento.
Labores de reintegración, consolidación y conservación
del relleno constructivo y paramentos del frontis este.
Pruebas de conservación con productos orgánicos
Como se ha mencionado, la conservación en el santuario de Pachacamac sigue
normas que permiten conservar la originalidad del monumento, por esta razón se ha priorizado el uso de materiales originales y naturales como parte de
la investigación en conservación de las pinturas. Así, a partir de los talleres realizados en el santuario arqueológico de Pachacamac con el apoyo de la Global
Heritage Fund (GHF), bajo la dirección de John Hurd, se han realizado algunas
pruebas de conservación con productos naturales alternativos que han resultado sumamente eficaces para la conservación, consolidación y readherencia
de las capas pictóricas, morteros y enlucidos.
Las primeras pruebas se realizaron con mucílago de cactus de tuna (Opuntia
sp), producto ampliamente utilizado en el área andina para elaborar enlucidos
152
153
de barro para las casas y cuyo uso ha sido además registrado en la crónica de
Betanzos (1968 [1551]), donde se señala que el Inca Yupanqui habría mandado
untar las paredes de las casas con “Agaucolla quisca”.
Se ha comprobado la resistencia de este producto al agua y al medio ambiente, así como su alto grado de eficacia como consolidante, ya que evita las rajaduras y agrietamientos en los tarrajeos de las casas de barro moderno.
Aplicación de almidón de arroz como adhesivo y consolidante de pintura mural.
Pruebas de mucílago de cactus para enlucido de barro.
Con estos datos se iniciaron los trabajos de prueba en campo. Se usó el líquido
gomoso proveniente de la penca de tuna remojada en agua por 15 días, en la
manufactura de adobes, morteros, así como en la conservación de enlucidos y
en las readherencias de capas pictóricas y enlucidos.
El otro material utilizado fue el almidón de arroz, sugerido por el conservador
John Hurd, quien propuso utilizarlo como consolidante y readherente de las
capas pictóricas y de los enlucidos, así como aglutinante en la manufactura de
adobes.
154
En ambos casos se realizaron las pruebas en los muros acondicionados para
tal fin: en muros con restos de pintura recuperados en rellenos disturbados
y también, debido al pésimo estado de conservación en que se encontraban,
en zonas seleccionadas del Templo Pintado. Este proceso fue debidamente
registrado, presentando hasta el momento resultados óptimos que alientan a
seguir apostando por productos de bajo costo, fácil acceso y respaldados por
una larga tradición cultural.
Análisis arqueométricos
Durante las labores de limpieza y conservación del Templo Pintado se pudieron recuperar abundantes materiales arqueológicos que representaban una
fuente de datos útiles para la recomposición de la tecnología pictórica utilizada en los murales del Templo Pintado y en el santuario de Pachacamac.
Los fragmentos de pintura mural del frontis norte, frontis este y del acceso
principal que no pudieron ser reintegrados en las labores de conservación fueron almacenados y sirvieron para el análisis de caracterización. Estos fragmentos de pintura mural presentaban los mismos colores y la misma estratigrafía
que la pintura registrada en el frontis noreste. Los fragmentos se recuperaron
y se almacenaron en los gabinetes del MSPAC, algunos de los fragmentos fueron utilizados para los muros de prueba de consolidantes orgánicos y otros
fragmentos fueron utilizados para los análisis arqueométricos.
155
Además de los fragmentos de pintura mural recuperados, también llamó la
atención la cantidad de fragmentos de cerámica con restos de pintura al interior. Estos fragmentos, recuperados durante los trabajos de limpieza y conservación del acceso principal del frontis este y del frontis norte del Templo
Pintado, no presentaban decoración externa y se tratarían de ollas medianas2
que contenían restos de pintura de colores rojo bermellón, amarillo pálido y
verde grisáceo.
Durante los trabajos de consolidación estructural de los muros del acceso principal y del frontis este, se retiraron adobes y morteros salitrados, fragmentados y en mal estado de conservación; al hacer estos trabajos se pudo recuperar
mineral aglomerado de color verde que se encontraba dispuesto, aparentemente, de manera intencional entre la arquitectura. Este mineral aglomerado
presenta coloración similar a la de la pintura mural, por lo que consideramos
que podría tratarse de materia prima utilizada para hacer la pintura verde.
En cuanto a las herramientas e instrumentos recuperados, se han registrado
cantos rodados con huellas de uso y restos de pigmentos amarillo y rojo; además de un pincel de mango de carrizo y pelo animal que se encontraba entre
los adobitos del relleno constructivo del frontis este. Este pincel constituye
una de las evidencias más importantes, ya que presenta las mismas características de los pinceles registrados por Muelle en 1939. No se habían registrado en los últimos años pinceles durante los trabajos de descombramiento del
Templo Pintado.
Pachacamac. Este afloramiento rocoso de tipo sedimentario presenta abundantes betas de colores rojo y amarillo, similares al color de las pinturas murales registradas en el Templo Pintado. Consideramos de manera preliminar
que este afloramiento rocoso podría haber constituido una fuente de materia
prima.
Con todas estas evidencias se propuso determinar:
1. Si existe o no una relación de procedencia entre los pigmentos utilizados
para la pintura mural roja y amarilla del Templo Pintado y los pigmentos
rojos y amarillos de la cantera del santuario de Pachacamac.
2. Si existe o no una relación de procedencia entre los minerales aglomerados
de color verde y la pintura mural de color verde grisáceo del frontis noreste
del Templo Pintado.
Los análisis de fluorescencia de rayos X y de difracción de rayos X se realizaron gracias al apoyo de la Dra. Wright, del Instituto Francés de Estudios
Andinos, y el Dr. Brunetti de la Unidversidad di Ssassari. Asimismo, los análisis
de Microscopía Raman fueron efectuados gracias al apoyo de la Dra. Faria, de
la Universidad de Sao Paulo.
Los análisis determinaron que los pigmentos rojos y amarillos están constituidos por oxido de hierro. Para el color rojo bermellón se determinó que la pintura presentaba una combinación de oxido de hierro y calcio, mientras que el
color amarillo presentaba una composición de sulfato de hierro, yeso, calcita y
posiblemente también oxido de hierro, lo que corresponde a la naturaleza de
los minerales de la cantera.
En cuanto al mineral aglomerado de color verde recuperado en el Templo
Pintado, se determinó que se trataría de un pigmento hecho a base de una
arcilla verdosa: illita o Ferrocelodonita, lo que también corresponde con los
resultados obtenidos de la pintura mural.
Análisis de las condiciones meteorológicas3
Pincel recuperado en el relleno constructivo del frontis este y fragmento de cerámica con restos
de pintura rojo bermellón.
Además de estos materiales recuperados en el Templo Pintado, se trató de hacer una comparación con las evidencias encontradas en otros edificios del santuario, como los afloramientos rocosos ubicados al noreste del santuario de
2
156
Durante los próximos trabajos en gabinete se tiene considerado hacer la recomposición de la forma de los fragmentos recuperados.
Después de haber obtenido algunos datos generales de la naturaleza y características del Templo Pintado y de la pintura mural, nuestra preocupación se
orientó a conocer las características del medio ambiente en el que se encontraba expuesto para poder entender cuáles son las afectaciones que podría
sufrir el Templo Pintado y en especial sus pinturas murales, susceptibles a los
cambios bruscos de temperatura, a la humedad y a la impregnación de sales.
3
El Museo de Sitio cuenta con dos estaciones meteorológicas modelo Vintage Pro 2
Plus W.
157
Para realizar esta labor, el MSPAC cuenta con dos estaciones meteorológicas,
las cuales han aportado información importante para el diagnóstico de afectaciones de las pinturas murales y de las estructuras. Asimismo, estos datos
nos han ayudado a realizar la planificación de los trabajos de conservación de
manera más organizada. Los datos registrados por la estación meteorológica
vienen siendo recuperados y almacenados semanalmente y organizados en
carpetas mensuales. Durante nuestras temporadas de trabajo (2008-2013), se
ha podido observar que las afecciones son producidas principalmente por los
siguientes factores:
Fuertes vientos: presentan por lo general dirección noroeste a sureste, desde
el litoral marino ubicado a 4 km; tienen una velocidad promedio de 35 km/h.
Estos vientos afectan los escalones del frontis norte, ya que inciden directamente sobre estos, impregnándolos con sales y cloruros que arrastran del mar
y que afectan la estabilidad estructural de la capa pictórica.
Alta humedad: los niveles de humedad en el sitio son constantes y de altos
porcentajes, variando de 65 % de humedad relativa, durante los meses más
calurosos (enero y febrero) a 100 % durante los meses más fríos (julio y agosto). La humedad es absorbida por la capa pictórica, haciendo que esta expanda su estructura y, al cambio de temperatura, se contraiga, ocasionando
que paulatinamente se vaya deteriorando por el esfuerzo físico de contracción y expansión.
Radiación solar: afecta la coloración de la pintura mural, los niveles de radiación más altos se dan principalmente durante el día en los meses de verano
(diciembre-marzo).
Cuadro de humedad.
Temperatura: el promedio de temperatura mínima es de 12° C, durante el mes
de agosto, y llega a un promedio máximo de temperatura de 28° C. Las altas
temperaturas y la humedad constante afectan la conservación de las pinturas
murales al ejercer un ciclo de expansión y contracción constante.
Teniendo conocimiento del daño de estos agentes erosivos y de su comportamiento, se priorizaron las medidas de conservación para tratar de detenar sus
efectos, para lo cual se realizaron diferentes acciones como la instalación de
una cubierta y de cortavientos en el Templo Pintado.
Cubierta temporal
Después de identificar las características del medio ambiente, se consideró
importante hacer una cobertura que protegiera las pintura mural del Templo
Pintado de los cambios térmicos, de los vientos y de la humedad. Esta cobertura fue diseñada por la arquitecta Carmen Rosa Uceda, del MSPAC, y se instaló en el frontis norte, área que, como hemos mencionado, presenta mayor
concentración de pintura mural. La cubierta fue hecha con bambú y esteras de
fibra vegetal y cubre un área de 433 m2. Esta cubierta ha sido fundamental para
darle sostenibilidad a los trabajos de conservación que se vienen realizando.
Cuadro de velocidad del viento.
158
Luego de la instalación de la cubierta se realizó un monitoreo continuo cada 3
meses. A la fecha se ha podido comprobar que el clima generado al interior de
la cubierta es estable; así mismo, las fluctuaciones de temperatura entre el día
159
y la noche son menos contrastantes, logrando una mejor estabilidad ambiental. Por otro lado, la radiación solar que afectaba la coloración de las pinturas
se ha controlado satisfactoriamente; y de la misma manera los vientos y las sales que estos arrastran han sido controlados. Los trabajos de mantenimiento
de la pintura mural ahora solo se realizan cada 12 meses en la parte cubierta y
cada 6 meses en las partes expuestas. Por ello, consideramos que la cubierta
ha cumplido satisfactoriamente las expectativas.
Muralización de la cubierta con apoyo del Colegio San Silvestre y la comunidad del entorno
Teniendo en cuenta lo importante que resultaba para el visitante tener una
representación de los murales, se decidió hacer una muralización mayor en la
cubierta que protegía el frontis noreste. Esta muralización nos ha permitido
ofrecer a los visitantes una mejor interpretación de las pinturas del Templo
Pintado.
Instalación de cubierta provisional sobre frontis noreste del Tiemplo Pintado.
Monitoreo de las condiciones meteorológicas al interior y exterior de la cubierta.
Cubierta de protección del Templo Pintado.
Muralización
Además de la cubierta en el frontis noreste, se instaló un cortaviento de
madera que protegiera las pinturas murales de los vientos que venían en
dirección noroeste. Esta protección significó la cobertura parcial del Templo
Pintado.
Inicialmente se realizó una reproducción de una sección del mural del frontis
norte en la parte baja del sitio. Esta reproducción se hizo con adobes, sobre
una plancha de madera; el muro fue enlucido y pintado con la recreación de
una de las escenas de los murales; además se señalaron las diferentes etapas
del procedimiento. Los diseños fueron dibujados y pintados con la colaboración de los alumnos de la Escuela Taller Declara.
160
Resultados
Hemos podido conservar 42 m2 de pintura mural, cuya importancia trasciende
a su materialidad, ya que se han recuperado datos importantes de sus características (diseños, pigmentos utilizados, secuencia de capas pictóricas, colores,
etcétera).
Las pinturas murales han logrado ser conservadas y protegidas de las inclemencias del medio ambiente de esta zona de desierto subtropical con alta
humedad. Actualmente, se continúa con el monitoreo del estado de conservación y se ha logrado mantener la estabilidad, evitando el desprendimiento de
las capas pictóricas.
161
Discusión y conclusiones
Se han presentado los resultados de los trabajos de conservación y registro
realizados durante cuatro años. Se ha logrado conservar y proteger las zonas
más afectadas y expuestas a daños del Templo Pintado.
El Templo Pintado es uno de los edificios más significativos del santuario
de Pachacamac; sin embargo, los factores que ocasionaron el estado en
que actualmente se encuentra pudieron haberse contrarrestado y evitado.
Lamentablemente, mucha información ya se ha perdido, pero aún hay mucho
por recuperar.
Debido a la alta sensibilidad de las pinturas murales a cualquier tipo de intervención y al carácter simbólico de estas estructuras en el santuario, se ha puesto énfasis en su conservación e investigación.
La recuperación de los diseños de los paramentos del Templo Pintado es de
suma importancia, ya que reflejan parte esencial de la ideología andina prehispánica que formó parte de la cosmovisión que se veía reflejada en diversas formas
y en diversos soportes tales como los textiles, vasijas, esculturas y otros. De la
misma manera, el conocimiento de la superposición de capas pictóricas y de los
cambios que se dieron en los diseños dan cuenta de la importancia que se le dio
al mantenimiento de estas pinturas y a la manera en que probablemente habrían
sido aplicadas. Asimismo, se nos plantean interrogantes como: ¿Por qué habrían
cambiado los diseños? ¿Qué cambio social, ideológico, político o económico se
produjo para que el formato de las pinturas y los diseños cambiasen? ¿Dónde se
encuentran las áreas de procesamiento de los pigmentos y pintura?
Estas y muchas otras preguntas se han generado a partir de los trabajos de
conservación e investigación de las pinturas murales. Sin embargo, consideramos que se han dado los primeros pasos para la protección de este edificio, lo
cual permitirá plantearnos nuevas preguntas y retos para mejorar las técnicas
y procedimientos con relación a la investigación y conservación de las pinturas
murales.
y comparaciones, nos permitan ubicarlos en contextos cronológicos más
precisos. Para ello se tiene previsto realizar análisis de datación. También se
tiene planificado ampliar los análisis en otros edificios en donde se registra
pintura mural, como el Templo del Sol, el Templo Viejo y el último tramo de la
calle Norte-Sur lo cual nos permitirá tener una mejor interpretación de la tradición pictórica y de los cambios de materiales y técnicas a través del tiempo.
Finalmente se quiere verificar si existe o no una diferencia en la utilización de
los minerales para la pintura mural de aquellos utilizados para las ofrendas.
Estamos seguros que este trabajo es solo el inicio de una serie de investigaciones que esperamos puedan continuar para tratar de conservar este emblemático edificio y poner en evidencia no solo la gran importancia del templo dentro
del santuario de Pachacamac, sino también dentro de la arqueología peruana.
Los trabajos de conservación e investigación del Templo Pintado son parte de
los trabajos que viene ejecutando el Museo de Sitio de Pachacamac en todo
el santuario. Estos trabajos han sido impulsados y apoyados por diferentes
personas e instituciones.
Inicialmente contamos con el asesoramiento de Ricardo Morales en los trabajos de conservación de pintura mural, a este apoyo se sumó el asesoramiento
de John Hurd, quien ha brindado tres talleres de conservación, ha visitado el
sitio en reiteradas oportunidades y ha resuelto nuestras inquietudes a larga
distancia.
Los trabajos de muralización han sido apoyados por el Colegio San Silvestre,
que además viene apoyando al MSPAC en las muchas actividades educativas
que realiza y también se ha contado con la colaboración de los alumnos de la
Escuela Taller Declara.
Durante los trabajos de conservación se han podido determinar y contrarrestar
las afecciones de los agentes dañinos y agresivos para la conservación de las pinturas murales; los trabajos de conservación también han logrado detener y desacelerar el proceso de desprendimiento de las capas de pintura mural y, como se
ha mencionado, también se han logrado reponer capas de pintura caídas.
En cuanto a la investigaciones arqueométricas de los pigmentos, pinturas y
utensilios recuperados de las labores de limpieza y conservación, se ha considerado realizar estudios complementarios que además de caracterización
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TRABAJOS DE CONSERvACIóN EN EL FLANCO ESTE DE LA
SEGUNDA MURALLA
Isabel Cornejo
Museo de Sitio de Pachacamac
El santuario de Pachacamac, definido en sectores por la presencia de cuatro
murallas, tiene en la segunda muralla una construcción que delimita la zona
de las edificaciones del santuario con la zona extramuros, donde residían, al
parecer temporalmente, los peregrinos.
Su articulación con la calle Norte-Sur divide esta muralla en dos flancos: oeste
y este. Nuestras intervenciones se localizan en el flanco este, que se constituye como una calle enmarcada por las pirámides con rampa (PCR) 5, 6, 7 y
9. Asimismo, forma parte del tramo final del Qhapaq Ñan Xauxa-Pachacamac
proveniente de la Sierra, que mantuvo en contacto a las poblaciones prehispánicas localizadas a lo largo de su trayecto con la Costa.
Expondremos la metodología de conservación y registro de las intervenciones
realizadas en los paramentos norte y sur de la Segunda Muralla o tramo final
del Qhapaq Ñan (área 16).
Introducción
A través del programa de investigación arqueológica, el MSPAC viene ejecutando un proyecto de conservación e investigación en el tramo final del Qhapaq
Ñan: Xauxa-Pachacamac, con financiamiento del Proyecto Qhapaq Ñan, que
forma parte del subprograma de implementación del nuevo circuito peatonal.
Las intervenciones del programa de investigación arqueológica se vienen realizando en las principales vías de acceso al santuario como la calle Norte-Sur,
Este-Oeste y, recientemente, en el tramo final del Qhapaq Ñan o Segunda
Muralla, con la finalidad de contribuir a la comprensión de la organización
espacial de las estructuras prehispánicas dentro del santuario. Los objetivos
específicos del proyecto corresponden a tres componentes principales: investigación, conservación y puesta en uso social. En tal sentido, se busca determinar la filiación cronológica y cultural de la vía; realizar la conservación de
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la arquitectura expuesta luego de los trabajos de excavación, respetando los
criterios de originalidad y mínima intervención; e implementar un nuevo circuito peatonal con el fin de brindar al visitante una visión sobre la organización
interna del santuario y, al mismo tiempo, asegurar la preservación de las estructuras que lo componen.
La calle Norte-Sur divide la Segunda Muralla en dos flancos: oeste y este. Al
oeste, delimita las edificaciones del santuario y, al este, es una calle o vía de acceso definida por la presencia de las PCR 5, 6, 7 y 9, correspondiente al tramo
final del Qhapaq Ñan, camino Xauxa-Pachacamac. En este recorrido, se conecta mediante accesos a cada una de estas pirámides y se intersecta con la calle
Norte-Sur. Presenta un corte abrupto originado por la construcción de la antigua Panamericana sur, y el crecimiento urbano del asentamiento Julio C. Tello.
Las excavaciones dirigidas por Eeckhout en las PCR 5 y 6, demostraron que
fueron construidas durante el periodo de ocupación Ychma (Eeckhout y Farfán
2004; Eeckhout 2008). En las PCR 4 y 5, comprobó que “dichos edificios habían
sido parcialmente desmontados y remodelados por los Incas, los cuales sepultaron los tradicionales equipamientos de banquetas y accesos posteriores en
la plataforma superior para reemplazarlos por altares con escaleras y hueco
central con ofrendas para probables ídolos. Esto sugiere una transformación
del uso de dichos edificios, que en la época inca pasaron a ser tal vez los “altares provinciales” mencionados por el cronista Calancha…” (Eeckhout 2004:
407).
Nuestros trabajos se centraron en el área 16, conformada por 30 metros lineales de la vía de la Segunda Muralla, ubicados entre las PCR 5 y 6. Las excavaciones arqueológicas en esta área pusieron al descubierto la ultima superficie
de transito. Seguidamente, se evaluaron y diagnosticaron las condiciones de
conservación de los paramentos expuestos, para luego cubrir la superficie de
tránsito original con una capa de tierra y arena, de unos 15 cm de grosor, para
protegerla antes de la realización de las labores de conservación.
Tanto en la excavación como en el diagnóstico de conservación constatamos
que las últimas evidencias en la vía correspondían a una serie de apisonados y
áreas ausentes (por desmontaje o sustracción) en el muro de la PCR 5, al igual
que lo señalado por Eeckhout (2004) y Ramos y Paredes (2010, 2011). Estas
evidencias correspondientes al Horizonte Tardío serían, pues, parte de las modificaciones y/o reacondicionamiento de edificaciones y la presencia intensiva
de peregrinos, durante el gobierno inca, cuando la fama de Pachacamac como
oráculo se canalizó y extendió a gran escala en distancia y en número de peregrinos (Eeckhout 2004).
Vista área del santuario con indicación del área intervenida en la Segunda Muralla, parte del
tramo final: Xauxa - Pachacamac (Foto adaptada de Google Earth, 2013).
Las excavaciones en un segmento del tramo localizado dentro del asentamiento humano Julio C. Tello, conocido como Sector Puente Lurín (Ramos 2011:
153), han demostrado la existencia de apisonados y pisos que son evidencia
del continuo transito en esta vía. Estos trabajos también lograron identificar
la presencia de un vano de acceso hacia un área donde aún quedan restos de
estructuras conformadas por ocho pequeños cuartos que “pudieron cumplir
la función de depósitos” (Ramos 2011: 153) dentro del santuario. El material cerámico recuperado indica que la vía y el acceso estuvieron en funcionamiento
al final del Horizonte Tardío (Ramos y Paredes 2010, Ramos 2011).
166
En el área 16, tras los iniciales trabajos de excavación, se registraron las características y daños en los paramentos de la vía, que difieren uno del otro. El
muro norte, correspondiente a la PCR 5, alcanza unos 3 m de altura por 2.30
m de ancho. Según la tipología de muros, corresponde al tipo 2 (Pozzi-Escot y
Chávez 2008), que se caracteriza por presentar el basamento de piedras sedimentarias (canteadas) sobre el cual se superpone una sección de adobes (cuyas medidas promedio son 50 cm x 30 cm x 14 cm aproximadamente). El muro
sur, correspondiente al flanco este de la Segunda Muralla, alcanza unos 3 m de
altura por 2.70 m de ancho, y según la tipología de muros corresponde al tipo 1
(Pozzi-Escot y Chávez 2008), construido netamente con adobes paralelepípedos (con medidas promedio de 52 cm x 35 cm x 14 cm y 36 cm x 22 cm x 14 cm,
aproximadamente). El paramento exterior del muro sur está recubierto con
una delgada capa de enlucido de arcilla y tierra, de unos 5 a 10 mm de espesor.
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Las diferencias arquitectónicas de los elementos y técnicas constructivas,
ponen de manifiesto que la construcción de la vía pudo haberse realizado
por etapas. En tal sentido, se podría considerar que la PCR 5 fue construida
posteriormente a la PCR 6. Su ubicación periférica a la zona de concentración de las PCR (delimitada por la Segunda Muralla) y su disposición para
la conformación de la vía, refuerzan esta idea. Próximas excavaciones nos
permitirán definir el periodo de construcción y la historia ocupacional del
área de trabajo.
Todas las labores de conservación emprendidas en la Segunda Muralla, se
sustentaron siguiendo los lineamientos y metodología del componente de
conservación del MSPAC, los mismos que se enmarcan en la Ley General del
Patrimonio Cultural de la Nación Nº 28296, el Reglamento de Investigaciones
Arqueológicas, la RS N° 004-2000-ED y en la Carta de Venecia 1964, Carta de
Burra para Sitios de Significación Cultural 1999, Carta de Zimbabwe 2003, Carta
de Cracovia 2000, etc. que aseguran la preservación y resguardo del patrimonio (Pozzi-Escot y Chávez 2008: 13-14, Pozzi-Escot y Chávez 2009: 12-13; Torres
y Camargo 2013: 9-10).
CUADRO 2. PARAMENTO SUR
FACTORES DE DETERIORO
LESIONES O DAÑOS
Grietas y fisuras
Actividad sísmica
Humedad
Grietas, fisuras y desprendimiento del enlucido
Cambios de temperatura
Velocidad del viento
Erosión en la sección intermedia (que no estuvo cubierta
por arena) y basal (expuesta durante el periodo de uso
de la vía) del paramento.
Perdida de mortero de junta de algunos adobes
Antrópico
Grafitis y/o rayaduras modernas en la superficie del muro
Biodeterioro
Deterioro causado por insectos (agujeros)
Registro arquitectónico
Los trabajos de conservación implican un registro escrito y gráfico de los paramentos antes, durante y al finalizar las intervenciones. Para el primero, se
Diagnóstico de daños
Para iniciar los trabajos en los paramentos externos de los muros norte y sur,
se identificaron los tipos de daños y determinaron los factores y/o agentes de
deterioro que los originaron (ver cuadros 1 y 2).
CUADRO 1. PARAMENTO NORTE
FACTORES DE DETERIORO
LESIONES O DAÑOS
Movimientos sísmicos
Colapso parcial del paramento interno, en los
extremos este y oeste
Antrópico
Faltantes de piedras de la base del muro
(sustracción)
Presencia de sales
Pérdida del mortero de junta en la base
Velocidad del viento
Humedad
Pulverización de la superficie del paramento
de adobes
Velocidad del viento
Erosión en la sección basal de adobes
Ficha de registro arquitectónico.
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emplearon fichas de registro para el levantamiento de datos relativos a la técnica, el material constructivo, manufactura, etcétera. Para el registro gráfico
se hicieron fotografías, dibujos de cortes (a escalas 1:50; 1:20; 1:40) y por último
el registro estructural de lesiones o daños, basado en el dibujo sobre fotografías impresas, la digitalización de los mismos y la edición digital, mediante la
utilización de programas como Photo Stitch y CorelDRAW.
El registro gráfico se realizó en el área de intervención, calculada en 180 m2,
manteniendo la documentación detallada de las particularidades de la vía
(elementos constructivos, acabados de superficie, etc.), y principales lesiones
y/o daños. Por ello, como primer paso, los paramentos fueron divididos en
segmentos de 10 metros lineales (paramento norte) y cuadriculas de 2.5m x
1.5m (paramento sur) mediante el uso de cordeles y nivel aéreo. Luego, cada
paramento fue fotografiado, empleando escalas métricas para minimizar la
distorsión del lente de la cámara sobre las medidas de las áreas fotografiadas.
Las imágenes obtenidas fueron empalmadas en el programa Canon Utilities
Photo Stitch 3.1, lo que nos permitió contar con mosaicos que cubrían segmentos de 10 metros de longitud de cada muro; al final obtuvimos 3 mosaicos para
cada uno de los paramentos. Sobre los mosaicos impresos, se dibujaron en
campo los elementos arquitectónicos y se indicaron los daños.
Mosaico de fotos del paramento norte antes de la conservación.
Dibujo de elementos arquitectónicos y daños.
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En el paramento sur, debido al estado del acabado de la superficie, se optó
por trabajar sobre cada una de las imágenes impresas de las cuadriculas que
fueron codificadas con las siglas del paramento, el metraje correspondiente
y número de fotografía (Ej.: PS-5m-#5). En ellas se dibujaron y distinguieron
detalladamente, por colores, las lesiones en la estructura, y el acabado de superficie del paramento (desprendimientos, grafitis, etc.).
Finalmente, los mosaicos e imágenes impresas trabajadas en el campo fueron
digitalizados en alta resolución, redibujados y editados a escala seleccionada
en el programa CorelDRAW X4.
Redibujado y edición del paramento Norte en el programa CorelDRAW X4.
Codificación del paramento sur por cuadrículas y registro de daños.
Edición final del paramento norte.
Al finalizar los trabajos de conservación de los paramentos expuestos, el registro gráfico se realizó siguiendo las mismas pautas, con la utilización de un
patrón de leyenda que indica las secciones conservadas (ver Torres y Camargo
2013: 27).
Materiales utilizados
Para la conservación estructural, se emplearon piedras sedimentarias y se elaboraron adobes y mortero de junta para los trabajos de sustitución y consolidación en el paramento norte.
Ejemplo de daños por desprendimiento de enlucido.
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Las piedras se obtuvieron en la cantera ubicada en las cercanías a UPIS San
José de Lurín. Para la elaboración de adobes y mortero se empleó tierra de chacra, arena fina sin sales, cal y agua potable (ver cuadro 3). Para la elaboración
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de adobes, la tierra previamente mezclada con la arena y cal, fue humectada,
pisada y puesta a reposar por 24 horas. La mezcla fue puesta en gaveras fabricadas con la medida de los adobes arqueológicos. Finalmente, se marcó el
año de elaboración en cada uno de los adobes y fueron puestos a secar a la
intemperie por 4 a 6 semanas, aproximadamente, en temporada de verano.
CUADRO 3.
MATERIALES EMPLEADOS
EN LA ELABORACIóN DE MORTERO Y ADOBES (PROPORCIONES)
Mezcla 1
MATERIALES
ADOBES
MORTERO
Tierra agrícola o de chacra
936 kg
936 kg
Arena fina
270 kg
540 kg
Cal
20 kg
10 kg
Agua potable
450 l
300 l
Cernido
Para la conservación de acabados y/o superficies del paramento sur, se empleó tierra agrícola cernida, arena fina, agua destilada, alcohol de 96° y jeringas
(50ML 21G x 1 ½”) con agujas hipodérmicas (18G x 1 ½”).
La tierra fue procesada, empleando zarandas con una malla de 5 mm de luz
para cernir la tierra por primera vez. Luego, por segunda vez en una zaranda
de 1 mm de luz, con lo cual se obtuvo la “tierra fina”. Tras cernir la tierra por
tercera vez en una zaranda de 34 micras de luz, se obtuvo la “tierra superfina”.
El procesamiento de la tierra por las zarandas nos aseguró que esta tuviera
granos muy finos, sin inclusiones que pudieran dificultar su aplicación como
mezcla líquida.
MEZCLA 1
MEZCLA 2
MEZCLA 3
170 g
255 g
255 g
Arena cernida
-
85 g
-
Agua destilada
250 ml
250 ml
250 ml
Tierra agrícola o de chacra cernida
La mezcla entre los materiales secos y el agua destilada varió de acuerdo a los
daños identificados en el paramento. Para los trabajos en el paramento sur se
realizaron tres tipos de mezclas (ver cuadro 4).
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Mezcla 1: Para la obtención de barro líquido se empleó “tierra superfina” y
agua destilada. Su empleo se efectuó en áreas que necesitaban ser readheridas y en áreas con desprendimiento y ampollas.
Mezcla 2: Se empleó “tierra fina”, arena superfina (cernida en una zaranda de
1mm) y agua destilada. Su aplicación se hizo en los contornos de los enlucidos.
Mezcla 3: Se empleó “tierra superfina” y agua destilada para consolidar y cubrir
las áreas del enlucido afectadas por rayaduras modernas (grafitis).
Procedimientos de conservación
CUADRO 4.
MATERIALES EMPLEADOS EN LA ELABORACIóN
DE MEZCLAS PARA LA CONSERvACIóN DE SUPERFICIES (PROPORCIONES)
MATERIALES
Mezcla 2 y 3
Preparación de materiales utilizados en la conservación de superficies.
Los procedimientos para la conservación variaron de acuerdo a las características y los daños identificados en cada paramento. Tanto en el paramento norte
como en el sur se procedió de la siguiente manera:
Paramento norte
1. Limpieza. Se realizó antes de iniciar las labores de conservación, para lo cual
se emplearon brochas de cerdas suaves. No se realizó la limpieza de la cabecera del muro pues las capas que lo cubren lo protegen, de cierta manera, de la
acción eólica y otros agentes de deterioro.
2. Humectación. Para asegurar una buena adherencia entre los elementos originales y los nuevos se humectaron las superficies a trabajar antes de cada
intervención.
175
3. Consolidación de morteros en la base. Las primeras labores se centraron en
la base del paramento. Después de humectar la superficie a trabajar, se rellenaron las áreas que presentaban pérdida de mortero con un mortero semiseco para evitar que migre la humedad hacia el elemento antiguo. Se dejó una
profundidad de 3 a 4 cm con respecto a la superficie de la cara del muro para
indicar la aplicación del mortero actual.
4. Asentado de piedras y adobes nuevos. Se humectó el área antes de iniciar
los trabajos. Se empleó mortero semiseco para evitar alteraciones por el contacto de los materiales nuevos con los originales. La colocación de los adobes
y piedras se hizo siguiendo los aparejos y las medidas de los elementos originales. Las piedras y adobes se asentaron en los faltantes del paramento para
asegurar el amarre con los elementos antiguos.
Consolidación de morteros (izquierda) y asentado de adobes (derecha), paramento norte.
En el área intervenida, los adobes nuevos se colocaron a 1 cm de profundidad
de la cara exterior del paramento, de tal forma que se aprecie la diferencia entre la zona conservada del área original (Torres y Camargo 2013: 39). La marca
del año de fabricación sobre los adobes fue otro de los indicadores para señalizar el área intervenida y, por último, la marca del año de la intervención en el
mortero de junta sirve para que estos sean fácilmente visibles y reconocibles
durante el monitoreo.
Para la señalización del área intervenida con piedras nuevas, se colocó geomalla de color negro en todo el contorno de la zona, sobresaliendo unos milímetros de la superficie del mortero. Al igual que la zona intervenida con adobes
nuevos, el mortero de junta fue marcado con el año de la intervención.
Paramento norte después de la conservación.
Paramento sur
1. Limpieza. Al igual que en el paramento norte, se siguió este procedimiento
antes del inicio de las intervenciones.
Paramento norte antes de la conservación.
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2. Conservación de superficies. Para conservar las evidencias de enlucido que
presentaron mayor cantidad de daños, se humectó el área con una mezcla
de agua destilada y alcohol, previamente a la realización de cada uno de
estos procedimientos.
- Inyección de barro líquido. Se colocó la primera mezcla en jeringas. Luego
se aplicó la mezcla en las áreas con fisuras y desprendimiento. En este caso,
las áreas fueron readheridas a la superficie del paramento haciendo una
leve presión después de la aplicación del barro líquido. Además, se empleó
para consolidar adobes que presentaban agujeros causados por insectos,
que presentaban una importante pérdida en el volumen de los mismos.
- Soporte para enlucidos. Se utilizó la segunda mezcla, que fue aplicada en
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forma de tiras de 1.5 cm de ancho en todos los contornos de las evidencias
del enlucido. Las tiras fueron aplicadas haciendo una leve presión con los
dedos para ayudar a fijar los enlucidos en el paramento.
- Cobertura de grafitis modernos. Se aplicó la tercera mezcla para cubrir las
rayaduras y grafitis modernos del enlucido del paramento que tenían en
promedio una profundidad de 3 mm a 10 mm, la aplicación sirvió también
para consolidar y fijar segmentos del enlucido al paramento.
Inyección de
barro líquido.
Soporte para
enlucidos.
3. Consolidación de las áreas con pérdida de mortero. Después de aplicar la
mezcla de agua destilada y alcohol mediante un pulverizador, se rellenaron
las áreas con faltantes y pérdida de mortero con un mortero semiseco.
Cobertura de
grafitis modernos.
Labores de
conservación en
el paramento sur.
Paramento sur antes de la conservación.
Paramento sur (5 metros iniciales) antes y después de la consolidación.
Resultados
Se ha logrado conservar 30 metros lineales de la Segunda Muralla, tramo final
del Qhapaq Ñan: Xauxa-Pachacamac, en el paramento norte y sur del área 16.
Esto implicó el registro gráfico, la fotografía y digitalización del estado de la
arquitectura, antes, durante y después de las intervenciones, en un área registrada de 180 m2 que deberá ser monitoreada para una óptima conservación.
Limpieza mecánica y humectación de enlucidos.
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Ambos paramentos, por sus características particulares, requirieron diferentes labores de conservación.
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En el paramento norte se realizaron trabajos de conservación estructural: sustitución con adobes y piedras nuevas, así como consolidación del mortero de
junta en la sección base de piedras.
En el paramento sur se realizó tanto la conservación estructural como la de
acabados y superficies de enlucidos: consolidación de morteros en adobes y
en las grietas y aplicación de barro líquido en adobes con importantes pérdidas de volumen causados por insectos; aplicación de barro liquido en enlucidos con desprendimiento y fisuras; aplicación de soporte en los contornos de
los enlucidos y la cobertura de grafitis modernos.
Las intervenciones de conservación contribuyen a la preservación de las evidencias y características arquitectónicas del área intervenida, así como a su
puesta en valor, a fin de que formen parte de un nuevo circuito que permitirá
al visitante recorrer las rutas de acceso originales y de circulación interna del
santuario.
Comentarios finales
construida por fases. Próximas excavaciones puntuales dentro del área 16 nos
permitirán determinar la filiación cronológica y cultural de la vía.
La metodología de registro de daños que combina el registro de campo con el
uso de programas (Photo Stitch y CorelDRAW) para dibujo, nos permite trabajar sobre grandes extensiones en peligro, reduciendo el tiempo y aumentando
la calidad del registro arquitectónico y de daños. Los avances en las nuevas
tecnologías y herramientas para el registro de imágenes (drones, ortofotos,
etcétera) y programas de procesamientos de datos, a futuro nos permitirán
obtener resultados más precisos en los trabajos arqueológicos y de conservación en tierra (ver Torres y Chipana en la presente publicación).
Los materiales utilizados para los trabajos de conservación deben ser debidamente procesados para la consolidación de las evidencias arquitectónicas de
los edificios del santuario, en especial en los enlucidos, que son las superficies
más vulnerables de las edificaciones. Es importante señalar que este delicado
trabajo de consolidación, así como las demás labores realizadas, se pueden
diferenciar fácilmente de la arquitectura original de acuerdo a los criterios de
mínima intervención en conservación.
La presencia de las PCR 5 y 6 y la Segunda Muralla, y sus características particulares en esta parte del santuario, ponen en evidencia que la vía habría sido
Tramo final (área 16) después de las labores de conservación.
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ARQUEOMETRÍA Y ARTE MURAL PREHISPÁNICO EN EL PERÚ
(1939-2009)
Véronique Wright
Instituto Francés de Estudios Andinos
Diversidad de colores abundan en la naturaleza que nos rodea. En este universo policromo, el hombre americano siempre buscó productos capaces de
plasmar el color de manera perenne. Mezclando materiales de origen animal,
vegetal o mineral a varios soportes, el ser humano nos transmitió vestigios cromáticos testigos de sus creencias, su vida, su sociedad y su mundo. Siguiendo
esta línea, a través del estudio del arte mural prehispánico intentamos acercarnos a las sociedades del antiguo Perú.
La pintura mural, expresión artística común a las civilizaciones prehispánicas
en el área andina, fue a menudo estudiada mediante un enfoque iconográfico.
Actualmente, el uso de técnicas de análisis físico-químicas nos permite adquirir mayores datos útiles para la comprensión de estos vestigios. Esta metodología de investigación, llamada “arqueometría”, y su aplicación al arte mural
prehispánico, es utilizada desde la primera mitad del siglo XX por arqueólogos
“pioneros”, quienes entendieron el interés y los alcances de esta investigación
pluridisciplinaria.
Arqueometría y arte mural: aporte metodológico
En general, el análisis físico-químico aplicado al arte mural permite desarrollar
e investigar dos problemáticas específicas: arqueológica, para la caracterización de los materiales empleados y de las técnicas pictóricas; y de conservación del patrimonio, para entender los mecanismos de degradación y mejorar
los tratamientos aplicados.
Análisis y problemáticas arqueológicas
Uno de los primeros objetivos del uso de la arqueometría es caracterizar la
“receta” de elaboración de las mezclas colorantes empleadas en los murales. En efecto, en pintura, varios grupos de “ingredientes” participan en su
composición: los pigmentos y los colorantes, las cargas y los aglutinantes diluidos en el agua. El pigmento y el colorante son los elementos responsables
del color percibido. El pigmento es un material insoluble en su ligante y se fija
en la superficie del objeto; es esencialmente de origen mineral. El colorante,
por el contrario, de origen orgánico, es soluble y absorbido por su soporte. El
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pigmento es empleado preferentemente en pintura por su poder de cubierta y opacificante; y el colorante en tintura por su aptitud a fijarse de manera
intersecante a las fibras textiles. Sin embargo, existen pigmentos “lacados”,
correspondientes a colorantes fijados en una carga y luego utilizados como
pigmentos.
La carga es un producto insoluble en su medio en suspensión, con poco poder colorante y opacificante (Petit, Roire y Valot 1995); mejora la cohesión
de la pintura, su poder de cubierta en el soporte y su conservación (Vignaud,
Pomiès y Menu 2000). Por otra parte, permite, según su composición, añadir
una cierta brillantez de superficie al mural. El aglutinante, de origen orgánico,
confiere al color una viscosidad que no tiene naturalmente y, al mismo tiempo,
lo protege. Su papel consiste en liar los pigmentos y la mezcla para mejorar
su adherencia en el soporte; corresponde a una especie de pegamento cuya
acción se concentra, a la vez, en el pigmento y en la superficie de aplicación.
Los análisis físico-químicos permiten caracterizar estos diferentes elementos
determinando su composición y su modo de preparación (molida, tamización
y quema, por ejemplo).
Así, se busca, en primer lugar, determinar la presencia o ausencia de adyuvantes, cargas o aglutinantes, y, en caso afirmativo, precisar su origen. Estas
primeras investigaciones permiten entender el método de elaboración de la
mezcla colorante arqueológica, la naturaleza y las proporciones de cada producto. En segundo lugar, las informaciones adquiridas sobre la composición
de la mezcla colorante pueden dilucidar las problemáticas de procedencia
de los materiales empleados. Asimismo, la puesta en evidencia de elementos
“trazas” o “marcadores” permite trabajar la localización de los lugares de extracción explotados por los artesanos. Finalmente, la observación macro y microscópica de las capas pictóricas proporciona datos sobre las herramientas
empleadas en el proceso de elaboración de la pintura mural, para preparar el
soporte o aplicar la mezcla colorante.
Mediante esta aproximación analítica se puede reconstituir la “cadena operativa”, es decir, el conjunto de técnicas empleadas por el artista, desde la obtención de los materiales hasta la finalización del mural, lo que corresponde a
la “tecnología pictórica”.
Análisis y problemáticas de conservación
El segundo tema de aplicación de la arqueometría es la conservación. En efecto, una vez liberado, el mural es sometido a varios mecanismos medioambientales intrínsecos o extrínsecos. Entonces, la conservación de estos vestigios es
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problemática, pues es específica a cada sitio según varios parámetros (composición de los materiales, afectaciones, etcétera). Las técnicas científicas, en
este caso, proporcionan datos sobre el estado de conservación y las diferentes alteraciones que presenta. Además, estos métodos servirán para evaluar
la eficacidad de las restauraciones realizadas y de los tratamientos químicos
eventualmente empleados. Entender estos fenómenos y sus consecuencias,
antes y después de un tratamiento, permite una intervención conservadora
más enfocada, adaptada y eficaz.
Por tanto, es obvio que la herramienta arqueométrica aplicada al arte mural
constituye una fuente de informaciones primordial para la solución de problemáticas a la vez arqueológicas y de conservación. Ahora bien, a pesar de
su interés, esta metodología aún es poco aplicada. Sin embargo, algunos investigadores habían ya sospechado su importancia desde la primera mitad del
siglo XX.
Materiales pictóricos: un panorama de los Incas a los Moches
Desde el siglo XVII los cronistas españoles mencionan pinturas que decoraban
templos y otros edificios. Martín de Murúa1 explica que “los indígenas adoraban al mar, echándole harina de maíz blanco y almagre” (Petersen 1970).
Bernabé Cobo2 menciona “tierras coloradas” a las minas de hierro que son
utilizadas como pintura; explica que la gama cromática producida es bastante
amplia con tonos amarillos, rojos, azules, blancos, negros y verdes; y relata que
las pinturas pueden ser monocromas o policromas, pero generalmente son los
colores rojos, amarillos y blancos los que predominan; mientras que los azules
y los verdes son menos empleados. Toma como ejemplo el ocre rojo, llamado
en quechua taco o tacu, almagre y llampi; y una tierra amarilla, quellu en aymara y pitu en quechua (Petersen 1970). Jorge C. Muelle indica que la verdadera
palabra para el amarillo en quechua es kárhuash o pucamito y yulamito (Muelle
y Wells 1939), mientras que Juan Jacob von Tschudi3 indica que es karwamuki (Petersen 1970). La denominación del cinabrio es más confusa; Gaspar de
Carbajal, Bernabé Cobo y José de Acosta dicen llimpi mientras que Garcilaso de
la Vega lo llama ichma y Martin de Morúa chama. Polo de Ondegardo emplea
1
2
3
MURÚA, Martín de (1925). Historia de los Incas, Reyes del Perú. Lima: Imp.
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185
los términos ichma y llimpi, y José Eusebio Llano Zapata explica que ichma es
utilizado por los incas y sus descendientes mientras que el pueblo usa el vocablo llimpi. Diego Gonzales Holguín explica que llimpi significa “color”, mientras
que Jorge C. Muelle sugiere que este término representaba el “rojo”, también
llamado puca; este autor menciona igualmente que verde se dice komer y azul
ancash, en quechua (Muelle y Wells 1939).
Estos primeros testimonios relatados en las crónicas indican que los artistas
incas utilizaron aparentemente pigmentos de origen mineral para realizar las
pinturas murales, lo que fue confirmado por los primeros análisis físico-químicos (cuadro 1).
Materiales y pintura mural Inca (1470-1533 d.C.) e Ychma (900-1470 d.C.)
Los primeros investigadores que emplearon herramientas arqueométricas
para estudiar pinturas murales fueron J. Robert Wells y Jorge C. Muelle, en
muestras del sitio de Pachacamac en el valle de Lurín a aproximadamente 30
km al sur de la actual ciudad de Lima (cuadro 1). Sus investigaciones, publicadas en 1939, concluyen que los pintores usaron pigmentos que correspondían
generalmente a ocres naturales (óxidos de hierro). El rojo fue obtenido de hematita (Fe2O3) y el amarillo con sulfato de hierro y limonita (2Fe2O3-3H2O), posiblemente utilizada calcinada para obtener un tono rojizo. El color verde azulado se debe a un óxido ferroso y el color verde a sales de cobre, probablemente
atacamita (Cu2Cl(OH)3), mientras que el negro habría sido obtenido a base de
hematita. Finalmente, su trabajo analiza una muestra amarilla que revela la
presencia de arsénico y azufre bajo forma de pentasulfuro, As2S5, posiblemente oropimente (Muelle y Wells 1939, Bonavia 1985). No pudieron caracterizarlo
pero proponen también el uso de un aglutinante de origen vegetal como savia
de cactus Gigantón (Trichocereus pachanoi) —citando a Betanzos4— y haciendo comparaciones etnológicas con “los indios en toda la Sierra”.
Para la preparación de la pintura, estos autores proponen que el pigmento
es molido en batanes y pequeños morteritos de piedra y que el polvo obtenido podía conservarse en conchas, tubitos de madera, ataditos de cuero, ollas,
saquitos de tela y mates. Supuestamente, las mezclas eran aplicadas en las
paredes por medio de grandes motas de algodón (pues se encontraron restos
4
186
“Para que la mezcla que había de llevar en el enlucido de las casas, ansí por de dentro como por de fuera, pegase bien y no se resquebrajase, mandó (Inca Yupanqui)
que trajesen para aquel tiempo mucha cantidad de unos cardones que ellos llaman agua colla quisca, con el sumo de los cuales fuesen untados las tales paredes”.
BETANZOS, Juan de (1880 [1551]), Suma y narración de los incas, Marcos Jiménez
de la Espada (editor), Madrid (Biblioteca Hispano-Ultramarina, vol. V).
de borras de algodón adheridas con la pintura y fibras impregnadas), trapos
empapados en la pintura o pellejos con lana tipo “broqueles”. Las operaciones
más minuciosas, como el dibujo de los motivos, se hacía con pinceles hechos
de cabello humano, según lo sugieren las fibras atrapadas en las paredes pintadas. Con relación a la técnica pictórica, mencionan que el contorno negro de
los motivos es realizado a posteriori, sugiriendo también el uso de negro de
humo (Muelle y Wells, 1939).
Los siguientes análisis en materiales colorantes del periodo Inca fueron efectuados por Duccio Bonavia en tres muestras de Tambo Colorado, complejo
ubicado en el valle de Pisco, aproximadamente a 35 km del mar y a 290 km al
sur de Lima (cuadro 1). Este autor indica que el blanco, rojo y amarillo son esencialmente compuestos de aluminosilicatos ricos en calcio y hierro (Bonavia
1985).
Materiales y pintura mural Chimú (900-1470 d.C.)
Se han estudiado dos complejos del periodo Chimú: Túcume en el valle de la
Leche; y la Huaca Tacaynamo, parte del complejo de Chan Chan, en el Valle
de Moche (cuadro 1). En el sitio de Túcume, los primeros análisis fueron efectuados por Duccio Bonavia sobre dos muestras. Este autor concluye que el
rojo es compuesto de aluminosilicatos ricos en hierro, mientras que el blanco
está hecho a base de calcio con aluminosilicatos ricos en hierro y magnesio
(Bonavia 1985).
Estos datos fueron completados por una serie de análisis sobre seis muestras sacadas de las pinturas de la Huaca Larga. Los resultados indican
que el blanco es compuesto de arcilla identificada como illita ((K,H3O)
(Al,Mg,Fe)2(Si,Al)4O10[(OH)2,(H2O)])), igualmente empleada para el azul-gris,
resultando de la combinación de illita, yeso (CaSO4,2H2O) y carbón de madera.
Fueron caracterizadas dos recetas para el rojo: una a base de illita y hematita,
la otra con estos mismos elementos y cinabrio (HgS). Finalmente, el amarillo
corresponde a la mezcla de illita con óxido de hierro (probablemente goethita
(FeO(OH)). Por otro lado, fue identificada la presencia de materias orgánicas,
tipo aglutinante, que corresponderían posiblemente, según los datos de espectrometría infrarroja, a savia de San Pedro (Trichocereus pachanoi) (Wright
2008).
De la misma manera, las pinturas de la Huaca Tacaynamo fueron objeto de dos
series de análisis. Williams E. Brooks demuestra, gracias a la difracción de rayos X, que los pigmentos empleados son la atacamita para el verde, la azurita
(Cu3(CO3)2(OH)2) para el azul, la calcita (CaCO3) para el blanco, el cinabrio para
el rojo y la goethita por el amarillo (Brooks et al. 2006, Brooks et al. 2008).
187
En paralelo, otras seis muestras fueron estudiadas por técnicas diferentes,
permitiendo corroborar que el blanco es compuesto de calcita y precisar la
composición de las mezclas amarillas y rojas. El amarillo corresponde a la mezcla de illita y goethita. El rojo se realiza según dos recetas: una mezcla de illita
y hematita; y otra con los mismos minerales más cinabrio. Finalmente, el verde
resulta de una mezcla de atacamita y malaquita (Cu2(CO3)(OH)2) con inclusiones de cinabrio (Wright 2008).
Materiales y pintura mural Lambayeques (750-1375 d.C.)
El primer sitio analizado del periodo Lambayeque es la Huaca Chotuna, a 8 km
al oeste de la ciudad actual de Lambayeque (cuadro 1). Al final de la década de
1970, Hermann Trimborn realizó experimentaciones que indican que los pigmentos eran elaborados a base de óxido de hierro (hematita) (Bonavia 1985).
Charles R. Ross estudia muestras de Christopher B. Donnan sacadas en
Chornancap mediante difracción de rayos X5 (cuadro 1). Ross demuestra que
el rojo contiene hematita y goethita; el amarillo hematita, goethita y alunita
(KAl3(SO4)2(OH)6); el verde malaquita y paratacamita (Cu3(Cu,Zn)(OH)6Cl2); el
blanco calcita; y el negro grafito y calcosiderita (CuFe6(PO4)4(OH)84H2O). Este
autor menciona que el rojo y el amarillo son de la misma fuente mineral pero
que el tono final depende de las proporciones de cada elemento y del grado de
molienda. De la misma manera, la malaquita y la paratacamita serían geológicamente asociadas y el color final sería resultado de las proporciones de cada
uno de estos minerales (Bonavia 1985).
Bonavia estudió también dos muestras de pintura mural procedentes del sitio
de Illimo, en el actual departamento de Lambayeque, que tenían colores rojo y
negro obtenidos con aluminosilicatos ricos en hierro y trazas de manganeso y
un azul-gris compuesto de aluminosilicatos ricos en hierro con trazas de calcio
(cuadro 1) (Bonavia 1985).
Materiales y pintura mural Moches (100-700 d.C.)
Varias hipótesis fueron formuladas sobre la naturaleza de los pigmentos empleados por los artesanos Moches. Ricardo Morales sugiere que en Huaca de
la Luna en el valle de Moche se usó caolinita (Al2Si2O5(OH)4) para el blanco, óxido de cadmio o limonita para el amarillo y hematita para el color rojo. Richard
Schaedel trabajó sobre los murales de la Huaca Pintada en el valle de La Leche
y propuso el uso de cinabrio para el color rojo, hidróxidos de hierro para el
5
188
DONNAN C., Ms., Anancient mural from Chornancap, Peru.
amarillo y pirolusita (MnO2) y de óxido de hierro para el negro (Bonavia, 1985).
Estos postulados fueron completados por varias series de análisis fisicoquímicos de murales encontrados a lo largo del territorio moche (cuadro 1).
Valle de la Leche
La pintura mural de la Huaca Facho o Huaca La Mayanga de Batán Grande fue
estudiada por David Weide por encargo de Christopher B. Donnan (Donnan
1972). Con la fluorescencia de rayos X, este autor determina que el rojo está
esencialmente compuesto de cinabrio, el amarillo de goethita o limonita, el
negro de pirolusita y el blanco de cal (CaO) obtenida por calcinación de caliza
o de conchas (Bonavia 1985).
Valle de Lambayeque
En el valle de Lambayeque se analizaron muestras de policromía mural encontradas en la plataforma funeraria denominada Huaca III del complejo de Sipán.
Gracias a las experimentaciones se mostró que el blanco está constituido por
una arcilla blanca, el rojo por una arcilla rica en hierro mezclada con hematita, el amarillo por una arcilla rica en hierro mezclada con goethita, mientras
el negro es de origen orgánico pues corresponde a un carbón de madera. El
gris resulta de la mezcla de blanco y negro, o sea arcilla y carbón de madera,
y el morado de la asociación de negro y rojo. También se puso en evidencia
la presencia recurrente de inclusiones de yeso en las mezclas roja, amarilla,
negra y morada, y de calcio en las mezclas negra y morada. No obstante, estos
elementos podrían corresponder a una carga mineral añadida a los elementos
colorantes (Wright 2008).
Valle de Jequetepeque
En el sitio de La Mina, en el valle de Jequetepeque, fue descubierta una tumba con una pintura mural fechada en el primer siglo de nuestra era (Narváez
1994). Se sacaron cuatro muestras que fueron estudiadas con varias técnicas
que permitieron entender que el amarillo se compone de ocre amarillo, el
blanco de calcita, el rojo de ocre rojo y calcita, el negro de carbón de madera y
el verde de crisocola ((Cu,Al)2H2Si2O5(OH)4.xH2O). La observación del azul-gris
permitió entender que correspondía a la mezcla de microcristales de calcita y
de carbón de madera, produciendo un tono azul por efecto óptico de “difusión Rayleigh”6 (Scott, Doughty y Donnan 1998).
6
La difusión Rayleigh es un modo de difusión de la luz por los átomos. El pigmento
blanco difunde las pequeñas longitudes de onda y entonces el azul no penetra
profundamente en el pigmento, mientras que el negro absorbe la luz de manera
uniforme. La mezcla de blanco y de negro produce así este tono azul-gris (Scott,
Doughty, Donnan 1998).
189
Valle de Chicama
Valle de Moche
En el valle de Chicama, se realizaron cuatro series de análisis sobre las pinturas y relieves de la Huaca Cao Viejo en el complejo El Brujo. En primer lugar,
Roberto Sabana, de la Universidad de Trujillo, explica que el rojo y el amarillo
son compuestos de óxido de hierro con trazas de óxido de plomo para el rojo
(Franco, Gálvez y Vásquez 1994). Constantino Meucci, del Instituto Central de
Restauración de Roma, complementa estos primeros datos indicando el uso
de pigmentos de origen orgánico (carbón de madera para el negro y carbonato de calcio procedente de conchas para el blanco) y minerales (hematita para
el rojo y limonita para el amarillo) (Morales 1994).
En el valle de Moche fue investigada la Huaca de la Luna del complejo Moche,
cuya policromía mural es excepcional. Cuatro estudios han sido llevados a
cabo sobre las pinturas y relieves del sitio. Roberto Sabana y Mario Reyna
Linares, en 1996, proponen, mediante pruebas con cromatografía sobre papel
y reactivos químicos, que el blanco es compuesto de talco (Mg3Si4O10(OH)2), el
rojo de hematita, el amarillo de limonita, el azul de distena (SiO5Al2), el negro
de magnetita (Fe3O4) y el marrón de óxido de hierro. Mencionan también la
presencia de inclusiones de pirita (FeS2) sobre una muestra, que le confiere un
aspecto brillante (Sabana y Reyna en Uceda, Morales et al. 1998).
Ionna Kakoulli, de la Universidad de Oxford, trabajó en cinco muestras, señalando que las mezclas blanca, amarilla, azul-gris y roja son compuestas a base
de calcita y arcillas (caolinita y trazas de illita y de una arcilla, perteneciendo al
grupo esmectita). Para el azul-gris se añade carbón, para el rojo hematita, para
el amarillo goethita o limonita (Kakoulli 1997).
En paralelo, en 1997, una serie de seis muestras fue analizada por Ann
Bourgès, del Centro de Investigación en Física Aplicada a la Arqueología
(Universidad de Burdeos 3 en Francia), en el marco del programa europeo
“PACT (PhysiqueArchéologieChimieTechnique)/América Latina”. La autora demuestra que la capa pictórica blanca contiene yeso, cuarzo y otros minerales
por identificar; la roja contiene hematita y goethita, la amarilla goethita y óxidos de hierro y la negra carbono grafito tal como el azul-gris (Bourgès 1998).
Por su parte, David Scott, del Instituto de Conservación de la Getty, analizó
nueve fragmentos de pintura de la Huaca Cao Viejo, demostrando que el rojo
es compuesto de ocre rojo; el rosado de una mezcla de hematita, calcita, carbón y cuarzo; el blanco de calcita o cal; el negro de carbón de madera; y el
verde de una mezcla de carbón, de calcita y de ocres rojo y amarillo. Concluye
también que los pigmentos son de “buena calidad” para realizar una amplia
gama cromática. Explica que el carbón empleado es característico del sitio y
que el aspecto brillante de varias capas pictóricas se produciría debido a la
presencia de inclusiones de mica (Scott 1999).
Finalmente, se analizó una serie de veinte muestras con un protocolo más
completo entre 2004 y 2007. Los resultados obtenidos indican que los blancos, rojos y amarillos son pigmentos de origen mineral mientras que el negro
es orgánico. El blanco corresponde a la mezcla de calcita y arcilla a la cual se
añade hematita para el rojo y goethita para el amarillo. El negro corresponde
a carbón de madera y el azul-gris a la mezcla de blanco (calcita + arcilla) y negro (carbón de madera). Dos tipos de cargas minerales fueron añadidas a las
mezclas colorantes blanca, roja, amarilla y gris: calcita y yeso reducidos en polvo, y calcita sola en la mezcla negra. Dos aglutinantes orgánicos fueron también caracterizados: un producto de origen animal a base de proteínas, cuya
composición exacta permanece indeterminada, y savia de cactus San Pedro
(Trichocereus pachanoi). Además, la caracterización de varios indicios geológicos, como la presencia recurrente de calcita o de “tierras raras” identificadas
como monazitas, permitió proponer un origen local de los materiales (Wright
2008).
190
Estas mismas muestras son analizadas en el año 2002, completando la metodología analítica, lo que permitió concluir que todas las mezclas colorantes
presentan cuarzo y feldespatos potásicos y calco-sódicos. Además, se demostró que el blanco es generado por yeso y arcillas (caolinita e illita), el rojo contiene hematita y carbón, el amarillo goethita, y el negro y el azul-gris carbón
grafito (Wright 2002, 2005).
Finalmente, entre 2004 y 2007, el Centro de Investigación y Restauración de los
Museos Franceses (C2RMF, Museo del Louvre) en París analizó casi 150 muestras de pintura mural de la Huaca de la Luna. Este estudio permitió acceder a
informaciones inéditas respecto a la tecnología pictórica elaborada por los artesanos pintores del sitio. Primero, se concluyó que los elementos colorantes
responsables de los diferentes colores son todos pigmentos utilizados solos
o mezclados. La mezcla blanca corresponde a la combinación de dos arcillas:
la caolinita y la illita. Este blanco sirve de base para las mezclas roja y amarilla
compuestas de estas arcillas más, respectivamente, hematita y goethita en
proporciones que varían en función de la saturación de color deseada. El negro
es obtenido con carbón de madera y el azul-gris corresponde a la mezcla de
negro y blanco, es decir, este mismo carbón de madera más caolinita e illita.
Los análisis de fragmentos de pintura mural verde encontrados en el relleno
del frontis norte del último edificio señalan que el color verde era producto de
la mezcla de malaquita y atacamita con inclusiones de cinabrio. A pesar de la
191
falta de contexto de estas muestras, este resultado es interesante pues constituye el único ejemplo de pintura verde encontrado en el sitio.
Se caracterizó a continuación dos cargas pictóricas: la primera correspondió
a yeso añadido a las mezclas blanca, roja, amarilla y azul-gris; y la segunda
compuesta por calcita añadida al negro. Finalmente, gracias a un protocolo
experimental se pudo caracterizar los componentes orgánicos y fue posible
poner en evidencia la presencia de dos aglutinantes: proteínas, debido al uso
de un pegamento de origen animal cuya naturaleza exacta queda por precisar;
y una cola vegetal, que corresponde muy probablemente a savia de San Pedro
(Trichocereus pachanoi). Fue posible mostrar la validez de estos resultados sobre cinco fases constructivas estudiadas, es decir cinco siglos de ocupación del
edificio, señalando una continuidad temporal en la elección de los materiales y
de las técnicas pictóricas (Wright 2008, 2010).
Varios elementos caracterizados como marcadores de procedencia fueron
también puestos en evidencia: tierras raras asociadas a fósforo identificadas
como “monazitas” e inclusiones metálicas de cobre/estaño. Gracias a las comparaciones de análisis de materiales colorantes sacados en diferentes fuentes,
posiblemente explotadas por los artesanos de la Huaca de la Luna, se pudo
evidenciar correlaciones con la cantera de Conache, ubicada a 1,5 km al noreste
del sitio, y proponer un origen local de las materias primas (Wright 2008).
Finalmente, la presencia de fibras impregnadas en las capas pictóricas permite
indicar que se emplearon herramientas confeccionadas con pelos de camélidos (pinceles o brochas, por ejemplo), muy probablemente de llama, para
aplicar la mezcla colorante sobre el muro soporte (Wright 2008).
Valle de Virú
En el valle de Virú, las pinturas murales policromas de Castillo de Huancaco
fueron analizadas entre 2004 y 2007. Los resultados obtenidos indican que
los elementos colorantes corresponden a pigmentos. El blanco es compuesto
de calcita asociada a una arcilla (cuya identificación queda por precisar), a la
cual se añade carbón de madera para la mezcla azul-gris. Dos recetas fueron
caracterizadas para el rojo: la primera contiene hematita y una arcilla rica en
hierro y la segunda estos mismos elementos más cinabrio. Del mismo modo,
coexisten dos mezclas de amarillo: una a base de goethita más una arcilla rica
en hierro completadas por cinabrio para la segunda. El verde corresponde a la
asociación de malaquita y atacamita. La presencia de inclusiones de yeso en
la preparación blanca y de carbonato de calcio en la blanca, la gris, la roja y la
amarilla permitió sugerir que correspondían a cargas pictóricas. Finalmente,
pruebas microquímicas pusieron en evidencia proteínas producto del uso de
un aglutinante orgánico de origen animal (Wright 2008).
192
Valle de Nepeña
En 1959, Duccio Bonavia analizó 12 muestras de murales del sitio de Pañamarca
en el valle de Nepeña. Este autor demuestra que las pinturas son elaboradas
a base de carbonato de calcio mezclado con óxidos de hierro en función del
color deseado. De esta manera, el blanco crema y el sepia son obtenidos por
añadido de limonita; el azul-gris, el gris y el negro por añadido de magnetita;
el anaranjado, el rojo y el marrón por la mezcla de hematita; y el amarillo por
mezcla de limonita y hematita (Bonavia 1985).
Conclusiones
Es interesante constatar que, a lo largo del tiempo, los artesanos pintores utilizaron pigmentos de origen mineral y vegetal (carbón de madera) empleados
bajo su forma natural. Se observa una cierta continuidad espacio-temporal en
la elección de estos materiales colorantes y de los adyuvantes, tales como cargas y aglutinantes, reflejándose similitudes en la tecnología pictórica desarrollada por estas sociedades prehispánicas. Sin embargo, cuando contemplamos
los análisis aplicados al arte mural desde 1939 (cuadro 1), resalta que en 70
años se adquirieron pocos datos. En efecto, mientras la pintura mural constituye una expresión artística común a las sociedades prehispánicas andinas, permanece poco estudiada y menos aún mediante un enfoque arqueométrico.
Esta metodología se aplicó de manera escasa solamente en 14 sitios distribuidos en todo el territorio peruano actual. Sin embargo, ha permitido obtener
informaciones útiles para comprender esta actividad artesanal: además de la
composición de los materiales es posible investigar la cadena operativa seguida por los artesanos para elaborar estos murales: desde la extracción de los
materiales hasta la aplicación de la pintura en el muro.
Desde su primera utilización en Pachacamac, la arqueometría permitió trabajar sobre las herramientas empleadas y el proceso de los materiales colorantes, contribuyendo a reconstituir la tecnología pictórica prehispánica. Gracias
al desarrollo de las técnicas se pudo enfatizar temas de procedencia y de
componentes orgánicos para descubrir, para los Moche por ejemplo, el uso
de aglutinantes y ubicar fuentes minerales (Wright 2008, 2010), demostrando
cada vez más el interés por el uso de esta técnica fisico-química.
Varias preguntas, sin embargo, permanecen sin respuesta y muchos vacíos
quedan por llenar, alentando así la sistematización de la herramienta arqueométrica, más aún cuanto se trata de vestigios sometidos a problemas de conservación evidentes por la fragilidad de sus materiales y la complejidad de su
medioambiente. El impacto y los alcances de tal metodología pluridisciplinaria,
así como varios estudios desarrollados desde el año 2010, en paralelo al interés
en la formación a estas técnicas por los arqueólogos y los conservadores, sugieren que los 70 próximos años serán prometedores.
193
194
CUADRO 1:
Resumen de los datos analíticos obtenidos con el estudio arqueométrico de 14 sitios arqueológicos del Perú entre 1939 y 2009. Se mencionan las técnicas analíticas empleadas
(LB=Lupa Binocular; MO=Microscopía Óptica; PM=Pruebas Microquímicas; MEB=Microscopio Electrónico de Barrido; EDS=Energy Dispersive Spectroscopy; IR=Espectrometría
Infrarroja; DRX=Difracción de Rayos X; FRX=Fluorescencia de Rayos X; MP=Microscopio Polarizante; SC=Spectrocolorimetría; Cromato=Cromatografía; PQ=Pruebas Químicas;
SAO=Espectrometría de Absorción Óptica; CL=Catodoluminiscencia; C=Colorimetría) y el número de muestras. La letra H entre paréntesis (H) indica que no se trata de un
resultado analítico sino de una hipótesis formulada por el investigador.
195
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