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Las Competencias Del Docente en El Siglo XXI

Revista de Investigación en Tecnologías de la Información

The teacher in this new century is facing new situations, even always changing, putting it face to try to overcome constantly in their professional work. The teacher should be placed on a reflective level on his performance as a teacher, seek constant education about their work, seeking to motivate learning in students, using techniques and tools that are considered appropriate for the pedagogical advancement of students, since not only the books and the speech of the teacher are enough to achieve a true learning of the student.

RITI Journal, Vol. 2, 4 (Julio-Diciembre 2014) e-ISSN: 2387-0893 LAS COMPETENCIAS DEL DOCENTE EN EL SIGLO XXI TEACHER COMPETENCES IN THE 21ST CENTURY Omar Vicente García Sánchez, Carlos Eduardo Zurita Cruz Facultad de Informática Mazatlán, Universidad Autónoma de Sinaloa, México E-mail: [email protected] (Enviado Octubre 16, 2014; Aceptado Noviembre 24, 2014) Resumen El docente en este nuevo siglo está afrontando situaciones nuevas, incluso siempre cambiantes, poniéndolo de cara a tratar de superarse de manera constante en su labor profesional. El docente se debe de situar en un plano reflexivo sobre su actuación como maestro, buscar una educación constante acerca de su labor, buscando motivar el aprendizaje en los alumnos, usando técnicas y herramientas que considere convenientes para el avance pedagógico de los alumnos, ya que no solo los libros y el discurso del maestro son suficientes para lograr un verdadero aprendizaje del discente. Palabras Clave: Competencias, Pedagogía. Abstract The teacher in this new century is facing new situations, even always changing, putting it face to try to overcome constantly in their professional work. The teacher should be placed on a reflective level on his performance as a teacher, seek constant education about their work, seeking to motivate learning in students, using techniques and tools that are considered appropriate for the pedagogical advancement of students, since not only the books and the speech of the teacher are enough to achieve a true learning of the student. Keywords: Competencies, Pedagogy. 1 INTRODUCCIÓN La práctica docente es una de las piezas fundamentales en el desarrollo de las competencias de este nuevo siglo, por esta razón le dedicaremos un capítulo aparte. El docente es uno de los elementos fundamentales en el proceso educativo, su rol está basado en la orientación, ayuda y buena guía que se les proporcione a los alumnos a través de una metodología pedagógica planeada a consciencia. Esta metodología pedagógica incluirá ejemplos de situaciones o problemas que suceden en la sociedad, y buscar la respuesta a estos casos. La competencia en la docencia es algo que se ve en todas las instituciones educativas, siempre existen los maestros “buenos y malos”, bueno así son clasificados por los alumnos, y es lo que el docente siempre debe de tomarle mucha atención y tratar de mejorar continuamente, procurando que existan verdaderos profesionales de la educación, con un perfil adecuado para su praxis educativa, desarrollando las habilidades, actitudes y estrategias adecuadas para lograrlo. Existen una serie de competencias en las cuales el docente debe de estar mejor preparado para formar personas competentes en todos los sentidos para este nuevo siglo. Pese a lo anterior, no debemos de ver la actividad del docente como una práctica aislada del maestro, un voluntarismo individual del maestro, sino que interviene también su entorno, las estructuras educativas, los procedimientos administrativos y las personas con las que interactúa de manera cotidiana, haciendo su labor aún más compleja con múltiples aristas que el docente debe saber afrontar e incluso aglutinar a su favor para impedir que le afecten su labor cotidiana. El docente además no debe de estar apegado a un solo tipo de evaluación, sino que debe de estar abierto a diversas formas de evaluación, siendo esta una de las herramientas de suma importancia en el proceso educativo, es imperativo tener en claro las diversas formas de evaluación y cuáles son las más idóneas para nuestros alumnos. Fierro, Fortoul y Rosas [1] afirman que: 2 LA PRÁCTICA DOCENTE © RITI. CC BY-NC 29 García Sánchez, O. V., et al. e-ISSN: 2387-0893 Entendemos la práctica docente como una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso, así como los aspectos políticos-institucionales, administrativos y normativos que, según el proyecto educativo de cada país, delimitan la función del maestro [1]. logrando los conocimientos necesarios para mejorar su trabajo frente al alumnado. Perrenoud [2] manifiesta que “la reflexión sobre la acción permite anticipar y preparar al practicante, a menudo sin él advertirlo, para reflexionar más rápido en la acción y para prever mejor las hipótesis”. La reflexión sirve para prever nuevas situaciones o bien incluso planificar acciones que están ya previstas realizar, pero abordarlas de una mejor manera. El docente al hacerse reflexivo de manera permanente estará mejor preparado para afrontar situaciones nuevas, será más capaz al momento de programar y llevar a cabo las diversas actividades pedagógicas que lleve a cabo en el aula, logrando incluso mejores resultados, o mejor aun previendo posibles resultados negativos. Un autor sostuvo que “La reflexión está dominada por la prospección, cuando se produce en el momento de la planificación de una actividad nueva o de la anticipación de un acontecimiento, incluso de un pequeño problema inesperado” [2]. La labor del maestro es parte de la sociedad, una que está en constante cambio, y este debe estar preparado y consciente los desafíos que esta le puede presentar en su desarrollo profesional, ya que siendo congruente con su entorno estará listo para adaptarse de la mejor manera posible a estas situaciones y sacar el mejor provecho para su labor y en consecuencia promover a los alumnos a adaptarse a los cambios que pudieran presentárseles. Fierro, Fortoul y Rosas [1] aseguran que “la función del maestro está también estrechamente vinculada a todos los aspectos de la vida humana que van conformando la marcha de la sociedad”. De todas las relaciones que el docente pueda establecer, sin duda una de las de mayor importancia es la relación que el maestro establezca con sus alumnos. Las relaciones interpersonales entre el docente y sus alumnos son la base de la confianza que se establece para aclarar dudas y mejorar los resultados educativos, aunque no podrá dejar de lado otras personas con las que interactúa y que será una parte fundamental, como relacionarse con los padres de familia, colegas, autoridades escolares, la sociedad, siendo el docente una persona capaz de relacionarse con todos estos agentes, procurando la mejor armonía posible con ellos. El maestro debe mejorar y fomentar la interacción con otras personas. Acerca de lo anterior, en [1] manifiestan que “la docencia implica la relación entre personas”. Los profesores deben ser reflexivos de manera constante en cualquier situación, no solo en aquellas de apremio o dificultad, ya que incluso aquellas situaciones que resultaron bien, se pueden perfeccionar y lograr mejores resultados y no quedarnos conformes con lo obtenido. Las situaciones críticas, normalmente llevan a un proceso de reflexión en automático por la dificultad de la misma situación en si, por la problemática a sortear, llevando a un proceso reflexivo profundo en ocasiones, mismo nivel de reflexión que se debe fomentar de manera cotidiana en las demás situaciones de la labor docente del maestro. Al respecto un autor asevera que “los profesores que no reflexionan más que por necesidad y que dejan de plantearse cuestiones desde el momento en que se sienten seguros no son practicantes reflexivos” [2]. Se debe fomentar a un docente reflexivo sobre su práctica profesional, debe darse la oportunidad de ser crítico con su accionar al momento de estar realizando algún tipo de actividad, pensando en sí lo está haciendo bien o mal, si puede mejorar para lograr una mayor motivación, comprensión y concentración en el alumno en el momento de estar realizando su labor. Su reflexión al momento de actuar en su labor como docente, le permite participar de manera más eficaz. El docente debe de estar preparándose continuamente en su formación profesional, pero se le presentarán situaciones que solo las podrá resolver sobre la marcha de su labor, es decir el docente en caso de no estarlo haciendo, debe crearse una actitud de estarse educando constantemente, propiciando una educación continua, que tarde o temprano puede impactar también a los alumnos, sirviéndoles de ejemplo y motivación para ellos, pero incluso con tanta preparación los docentes suelen encararse con situaciones imprevistas y debe saber lidiar con ellas. Sobre esto, un autor asevera que “todos los enseñantes son, en grados diversos, autodidactas y están condenados a aprender, en parte, su oficio sobre el terreno” [2]. Perrenoud [2] afirma que “reflexionar en la acción es también reflexionar, aunque sea de forma fugaz, sobre la acción en curso, su entorno, sus contratiempos y sus recursos”. Otro tipo de reflexión que debe promoverse en el docente es cuando ya paso la acción, es decir cuando ya se encuentra en un momento de descanso, y puede reflexionar sobre algún suceso que aconteció en su día laboral, bajo este tipo de reflexión el docente puede estar más apto para que cuando se presenten determinadas situaciones, docente pueda actuar de una forma más eficiente e incluso pueda hacerlo de manera más expedita. Procurando eliminar en la medida de lo posible vicios y errores persistentes en el desempeño profesional, © RITI. CC BY-NC El docente debe de ser crítico con su labor docente, y en base a ello poder establecer mejoras a sus actividades en clase, estableciéndose a sí mismo mejoras en su praxis. Todo está seria de mejoras podrían eficientar o cambiar las formas en que el docente desempeña sus actividades, pudiendo incorporar algo novedoso a sus actividades. Un autor nos menciona que “innovar, en última instancia, significa transformar la propia práctica, lo que no exime 30 RITI Journal, Vol. 2, 4 (Julio-Diciembre 2014) e-ISSN: 2387-0893 del análisis de lo que hacemos y de las razones para continuar o cambiar” [2]. los conocimientos alejados de las aulas. Zavalza [4] dice al respecto que “la enseñanza trasciende el espacio concreto de las aulas y de lo que se en ellas”. Esta reflexión del docente sobre su práctica es constante, procurando el docente a partir de esa reflexión, mejorar en parte el proceso educativo y la parte que a él le corresponde. Esto no debe quedar solo para ciertas ocasiones, sino que debe de manifestarse de manera permanente en el individuo, creándose maestros autocríticos, reflexivos generando así mismos alumnos con las mismas características. Un autor nos comenta que “la práctica reflexiva, como su propio nombre lo indica, es una práctica cuyo dominio se adquiere mediante la práctica” [2]. Para mejorar la calidad de la docencia se debe tener en cuenta ciertos aspectos como: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 3 COMPETENCIAS DOCENTES Y LA CALIDAD DE LA DOCENCIA La planificación Los espacios Selección de contenidos Materiales de apoyo al aprendizaje La metodología Las nuevas tecnologías El apoyo a los estudiantes Coordinación con los colegas La evaluación La revisión del proceso El docente debe ser apto para desarrollar una serie de competencias que favorezcan un verdadero aprendizaje de los alumnos y que este sea verdaderamente significativo, claro a través de una enseñanza certera. Se puede definir al aprendizaje como el proceso a través del cual recibimos cierta información, conocimientos, habilidades y destrezas y las guardamos, para poder usarla cuando sea necesaria, para la consecución de alguna meta o fin. Esto quiere decir que el solo hecho de aprender algo no garantiza un mejoramiento al realizarlo, si no lo aprendemos en relación con algo que podemos hacer y mejorar, de tal forma que sepamos donde vamos a aprovechar esos conocimientos posteriormente. En el aprendizaje no importa solo memorizar la información es necesario también comprenderla, analizarla, valorarla con situaciones conocidas y posibles aplicaciones y sintetizar los nuevos conocimientos. Sobre los aspectos anteriores se hará énfasis en unos cuantos, por ejemplo, sobre la planificación, un autor nos comenta que “planificar nos permite decidir qué hacer, cómo hacerlo y en qué momento” [5]. Esto nos lleva a pensar que, llevando a cabo una adecuada secuenciación de actividades, previendo la mayor cantidad de escenarios posibles, podremos controlar y lograr un mejor proceso educativo para la praxis docente. Un autor nos dice acerca del aprendizaje que “por aprendizaje entendemos el conjunto de productos obtenidos por los estudiantes como resultado de la incidencia de la educación. Tales productos pueden ser tanto mediatos, como inmediatos; e incluso algunos de ellos no se manifiestan como conductas observables” [3]. Con esto se nos quiere dar a entender que el aprendizaje es consecuencia de la educación. Los resultados pueden vistos o no, incluso a corto o mediano plazo. El apoyo a los estudiantes es otro aspecto fundamental en el desempeño del maestro, ya que mientras mejor conozca el profesor al alumno, mejor podrá adoptar sus intervenciones pedagógicas de acuerdo al grado de madurez, necesidades e intereses de los alumnos, además de que la enseñanza será más fluida. Zavalza en [4] nos dice al respecto que “los alumnos aprenden con los profesores mucho más que los contenidos de la materia”. También por otro lado está el enfoque de la enseñanza, La enseñanza no depende única y exclusivamente de la labor del docente en el aula, sino que está sujeto también a condiciones externas, como los apoyos materiales y administrativos de las autoridades educativas, así como de la estructura organizativa y política de dichas autoridades. Zavalza [4] asevera al respecto que “la enseñanza está enmarcada en un conjunto de condiciones tanto estructurales como materiales y organizativas que afectan su desarrollo y excelencia”. La incorporación de las nuevas tecnologías es otro aspecto a tratar, ya que los cambios siempre se hacen presentes en toda área de conocimiento, pero tienen un ritmo más vertiginoso cuando se refiere a las especialidades tecnológicas. En un principio, los sistemas computacionales eran en modo texto, difíciles de digerir al usuario común, con grandes computadoras y equipos costosos, esto fue evolucionando hacia un ambiente más visual, más agradable y accesible al usuario, las redes computacionales mejoraron la comunicación, favoreciendo el acceso a una herramienta indispensable para nosotros los informáticos, el Internet. El proceso de aprendizaje fue favorecido por todas estas causas derivando además en que los docentes intenten su actualización de una manera constante, procurando estar a Cualquier tipo de actividad puede ser llevada con mayor éxito si esta es planificada de una manera correcta, tomando en cuenta todos los diversos factores que le atañen y podrían afectarle. Giné y Parcerisa [5] aseveran que planificar es pensar y organizar una suma de acciones o de actividades imaginando el conjunto de elementos y variables que se ponen en juego para lo que se pretende conseguir con éxito. La enseñanza parte desde la preparación de las clases, el desarrollo que se de esta en el aula y la retroalimentación que se da al final de la sesión escolar, incluso fuera de ellas con herramientas tales como la educación a distancia u otras herramientas que extiendan © RITI. CC BY-NC 31 García Sánchez, O. V., et al. e-ISSN: 2387-0893 la vanguardia de acuerdo a las innovaciones tecnológicas de nuestro mundo globalizado. Zavalza [4] comenta que “las nuevas tecnologías deben suponer un avance real en el enriquecimiento y actualización de los procedimientos de enseñanza y aprendizaje en las diversas materias de la carrera”. evaluación debe estar adecuado al contexto, al tipo de conocimiento que queremos promover, al tiempo, etc. entre otros factores que nos inclinarán hacia un método de evaluación u otro. Con esto podemos definir que la evaluación es el proceso que tiene la finalidad de brindar la máxima información para determinar el grado de eficiencia y aprovechamiento que se ha obtenido, posibilitando la adopción de medidas correctivas que garanticen un mejor desempeño de aprendizaje, teniendo para esto que darle un seguimiento, diagnóstico y retroalimentación de su desarrollo para que el alumno logre un aprendizaje significativo. La selección de contenidos propicia que el maestro deba poseer una mente sintetizadora que busque, extraiga y ensamble información de múltiples fuentes disímiles y la convierta en conocimientos útiles para él y los demás. El apoyo a los estudiantes manifiesta que el docente debe orientar a sus alumnas/os para que valoren sus propios avances y establezcan compromisos para mejorar, además de comentar los resultados de diversas evaluaciones, respetando y fomentando su autoestima. Todas las anteriores son competencias a desarrollar en el docente que faciliten su labor educativa, las competencias se van creando paulatinamente conforme el sujeto se enfrenta a situaciones nuevas y trata primero de entenderlas y luego resolverlas, para que si alguna vez se le vuelve a presentar una situación similar el sujeto sepa como solventar dicho problema, desarrollando su inteligencia, potenciando el desarrollo de sus habilidades, construyendo así mismo actitudes y valores, dejando de lado el aprendizaje mecánico. La evaluación es otro tema importante a tratar. Pimienta [3], manifiesta que “evaluar los aprendizajes de los estudiantes implica enjuiciar sistemáticamente el mérito y/o valía de las competencias adquiridas por ellos en un contexto específico”. Es decir, se debe evaluar conforme a las competencias que debió haber adquirido el alumno, son en base a ellas que se aplicará determinado tipo de evaluación. Las competencias deben establecerse en base al sujeto al que va dirigido, delineando las habilidades, destrezas, actitudes y valores que deseamos desarrollar en el individuo, planeando los indicadores que nos detallaran el grado de avance obtenido, para que de esta forma el sujeto se convierta totalmente competente. Con el desarrollo de competencias en los alumnos, estos serán capaces de resolver diversas problemáticas tanto en su vida profesional como personal, siendo mucho más competitivos en este último. Pimienta [3] afirma que “definimos el constructo competencia como un conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas y valores en un contexto socio-histórico específico, que permite a la persona humana resolver los problemas satisfactoriamente”. En realidad, la forma de evaluar actualmente tiene varios de los defectos y virtudes de las practicas antiguas de evaluación, por ejemplo, en los exámenes de grado a nivel maestría o superior se incorporan sinodales que en ocasiones tratan de evidenciar al alumno, incluso cuando se hacen exámenes orales ya esto a nivel profesional estos mismos maestros cuando evalúan de esta manera producen en ciertas ocasiones que se ridiculice al alumno. En los tiempos modernos el examen se ha vuelto una herramienta que si bien sirve para mostrar el grado de aprendizaje adquirido por el alumno, no lo hace de una manera total, sino parcial, y los maestros en varias ocasiones de dejan llevar por un examen mensual o semestral para asignar una calificación o promoción, sin analizar todo el contexto que rodea a la calificación de un alumno, sirviendo esto para hacer de la evaluación una práctica en algunas ocasiones cómoda para que el docente se aleje de la supervisión constante del alumno, dejando hasta después de dichas evaluaciones las acciones necesarias para mejorar el grado de aprendizaje de los alumnos. 4 Estamos hoy en día frente a un nuevo modelo educativo que pretender renovar en la medida de lo posible la perspectiva del docente actualizándole en diversas herramientas tecnológicas y viéndose así mismo en retrospectiva su labor en el aula tratando de generar en el maestro una autocrítica, eliminando en la medida de lo posible vicios y errores persistentes en su desempeño profesional, dotándolos de conocimientos y competencias para mejorar su trabajo frente al alumnado. Si se mejora la forma y la calidad de los exámenes no dará sin lugar a dudas una idea más aproximada de las carencias y deficiencias de nuestros alumnos, pudiendo establecer estrategias didácticas adecuadas. Un autor nos comenta que “no hay respuestas correctas, sino solo mejores o peores, y el conjunto de formatos de evaluación del que escoger es grande. Tenemos que mantener un equilibrio entre la practicidad y la validez” [6]. Con lo anterior se interpreta que no existe un único método o forma de evaluación que se adapte a todas las expectativas del docente. La forma de © RITI. CC BY-NC CONCLUSIONES El docente debe mejorar su práctica, tratar de estar en constante autocrítica, renovándose e incluso reinventándose como maestro, mejorando de manera constante, preparándose para su formación, entrando en un proceso de educación contínua. 32 RITI Journal, Vol. 2, 4 (Julio-Diciembre 2014) e-ISSN: 2387-0893 Las competencias son de suma importancia para nuestra labor docente y debemos incorporarlas en la medida de lo posible a nuestra actual profesión, tratando de esta forma sacar el mayor provecho a nuestros conocimientos y el principal beneficiado con esto, sean los alumnos, ya que ellos podrán de esta manera ser formados como personas capaces, y con los conocimientos necesarios para afrontar cualquier tipo de problemática que se le presente. 5 REFERENCIAS [1] Fierro, C.; Fortoul, B; Rosas, L. Transformando la práctica docente: Una propuesta basada en la investigación acción. México: Paidós. 2010. [2] Perrenoud, P. Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. 3era Ed. España: Grao/Colofón. 2007. [3] Pimienta, J. H. Evaluación de los Aprendizajes: Un enfoque basado en competencias. México: Pearson Educación. 2008. [4] Zabalza, M. A. Competencias docentes del profesorado universitario: Calidad y desarrollo profesional. 2da Ed. España: Narcea. 2007. [5] Giné, N.; Parcerisa, A. Planificación y análisis de la práctica educativa: La secuencia formativa: fundamentos y aplicación. 2da Ed. España: Grao. 2006. [6] Biggs, J. Calidad del aprendizaje universitario. 2da. Ed. España: Narcea. 2006. © RITI. CC BY-NC 33