ARTÍCULO ORIGINAL
Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
María Carmen Manzanoa, Isidre Vilacostaa, José A. San Románb, Paloma Aragoncilloc, Cristina Sarriád,
Daniel Lópeze, Javier Lópezb, Ana Revillab, Rocío Manchadof, Rosana Hernándeza y Enrique Rodrígueza
a
Instituto Cardiovascular. Hospital Universitario San Carlos. Madrid. España.
Instituto de Ciencias del Corazón (ICICOR). Hospital Universitario de Valladolid. Valladolid. España.
c
Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario San Carlos. Madrid. España.
d
Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. España.
e
Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitario San Carlos. Madrid. España.
f
Servicio de Medicina Preventiva y Estadística. Hospital Universitario San Carlos. Madrid. España.
b
Introducción y objetivos. Describir las características
epidemiológicas, clínicas, microbiológicas, ecocardiográficas y evolutivas de los pacientes con un síndrome coronario agudo en el seno de una endocarditis.
Métodos. Hemos analizado 586 episodios de endocarditis (481 izquierdos) diagnosticados de forma consecutiva en 5 hospitales desde 1995 hasta 2005.
Resultados. Hubo 14 pacientes (2,9%) con un síndrome
coronario agudo, con una edad media de 50 ± 17 años. El
50% tenían una prótesis valvular. Los cultivos fueron positivos en 11 episodios y el germen aislado con más frecuencia fue Staphylococcus aureus. La ecocardiografía transesofágica detectó vegetaciones en 12 casos. La localización
de la infección fue aórtica en 12 casos. Se documentaron
con más frecuencia complicaciones perivalvulares (n = 11
[78,6%] frente a n = 172 [36,8%]; p = 0,03) y su tamaño fue
mayor que el de los otros pacientes de la serie. Trece pacientes tuvieron insuficiencia valvular de moderada a severa. El síndrome coronario agudo se manifestó precozmente en la mayoría de los pacientes. El mecanismo de la
isquemia fue embólico en 3 casos y por compresión coronaria en 8. Durante la evolución, los pacientes con síndrome coronario agudo tuvieron una mayor incidencia de insuficiencia cardiaca (n = 6 [42,85%] frente a n = 77 [16,48%];
p = 0,021), shock cardiogénico (n = 5 [35,7%] frente a n =
71 [15,2%]; p = 0,038) y bloqueo auriculoventricular (n = 4
[28,57%] frente a 43 [9,2%]; p = 0,039). La mortalidad fue
también superior en estos pacientes (n = 9 [64,29%] frente
a n = 151 [32,33%]; p = 0,019).
Conclusiones. El síndrome coronario agudo es una
complicación precoz de la endocarditis. Se asocia más a
microorganismos virulentos, infección valvular aórtica, insuficiencia valvular severa, complicaciones perianulares
de gran tamaño y elevada mortalidad. El mecanismo más
frecuente fue la compresión coronaria secundaria a complicaciones perianulares.
Palabras clave: Endocarditis. Síndrome coronario agudo. Complicaciones perianulares.
VÉASE EDITORIAL EN PÁGS. 5-6
Correspondencia: Dr. I. Vilacosta.
Instituto Cardiovascular. Hospital Universitario San Carlos.
Martín Lagos, s/n. 28040 Madrid. España.
Correo electrónico:
[email protected]
Recibido el 24 de marzo de 2006.
Aceptado para su publicación el 14 de septiembre de 2006.
24
Rev Esp Cardiol. 2007;60(1):24-31
Acute Coronary Syndrome in Infective
Endocarditis
Introduction and objectives. To describe the clinical,
microbiologic, echocardiographic characteristics, and
disease progression in patients who experience an acute
coronary syndrome during an episode of endocarditis.
Methods. The study included 586 consecutive patients
who were diagnosed of infective endocarditis (481 leftsided) at one of five hospitals between 1995 and 2005.
Results. Overall, 14 patients (2.9%) had an acute
coronary syndrome. Their mean age was 50 (17) years,
and 50% had a prosthetic valve. For 11 episodes of
endocarditis, laboratory cultures tested positive, with
Staphylococcus aureus being the most frequently
isolated microorganism. Vegetations were detected by
transesophageal echography in 12 cases. The infection
was located in the aortic valve in 12 cases. In the 14
patients, periannular complications were found more
frequently (11 [78.6%] vs 172 [36.8%]; P=.03), and their
size was greater than in other patients. Thirteen had
moderate-to-severe valvular regurgitation. In most
patients, acute coronary syndrome was an early
complication of endocarditis. Myocardial ischemia was
due to an embolism in three cases and to coronary
artery compression in eight. During follow-up, patients
with acute coronary syndrome had higher incidences of
heart failure (6 [42.85%] vs 77 [16.48%]; P=.021),
cardiogenic shock (5 [35.7%] vs 71 [15.2%]; P=.038),
complete atrioventricular block (4 [28.57%] vs 43
[9.2%]; P=.039), and mortality (9 [64.29%] vs 151
[32.33%]; P=.019).
Conclusions. Acute coronary syndrome is usually an
early complication of infective endocarditis. It is associated
with virulent microorganisms, aortic valve infection, severe
valvular regurgitation, extensive periannular complications,
and increased mortality. The most frequent cause of
myocardial ischemia was coronary artery compression
secondary to periannular complications.
Key words: Endocarditis. Acute coronary syndrome.
Periannular complications.
Full English text available from: www.revespcardiol.org
Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
Definiciones
ABREVIATURAS
BAV: bloqueo auriculoventricular.
ECG: electrocardiografía.
ETE: ecocardiografía transesofágica.
SCA: síndrome coronario agudo.
Hemos considerado como SCA a la presencia de dolor torácico típico acompañado de al menos uno de los
siguientes signos: alteraciones del electrocardiograma
(ECG) y/o alteración de los marcadores enzimáticos,
siguiendo una curva típica2,3.
Las definiciones ecocardiográficas de vegetación,
absceso, seudoaneurisma y fístula ya han sido expuestas en trabajos previos4.
INTRODUCCIÓN
Análisis estadístico
Los síndromes coronarios agudos (SCA) son una
complicación infrecuente1 en los pacientes con endocarditis, tanto en el momento agudo como en períodos
posteriores. Por esta razón, el tratamiento más adecuado es desconocido.
El objetivo de este estudio es describir las características epidemiológicas, clínicas, microbiológicas,
ecocardiográficas y evolutivas de los pacientes que tuvieron un SCA en el seno de una endocarditis y proponer un esquema terapéutico para estos pacientes.
MÉTODOS
Grupo de pacientes
Se han incluido, de forma prospectiva y consecutiva,
los episodios de pacientes ingresados en 5 hospitales
con el diagnóstico de endocarditis definitiva según los
criterios de la Universidad de Duke, desde junio de
1995 hasta diciembre de 2005. Todos los hospitales
disponían de servicio de cirugía cardiaca. Los episodios se recogieron en una hoja de recogida de datos
común y se incorporaron a una base de datos general.
Para el presente estudio se han analizado 586 episodios de endocarditis, de los cuales 481 eran episodios
de endocarditis izquierdas pertenecientes a 460 pacientes. En esta serie, 14 pacientes presentaron un
SCA y son el objeto de nuestro estudio.
En todos los casos se ha recogido información acerca de las características demográficas (edad, sexo, procedencia), la presencia de cardiopatía previa predisponente, las enfermedades subyacentes, el factor
desencadenante, las manifestaciones clínicas de presentación y las alteraciones analíticas. También se han
registrado los datos microbiológicos, el número de hemocultivos, el tipo de microorganismo, los estudios de
sensibilidad, la sinergia y la serología. Los hallazgos
de la ecocardiografía, tanto transtorácica como transesofágica, se han consignado junto con la lesión valvular. Asimismo, se recogió el tipo de tratamiento antibiótico aplicado, su duración y los datos referidos a la
evolución clínica. En los casos en los que se realizó cirugía cardiaca se registraron la indicación y el tipo de
intervención. Finalmente, se consignó la fecha de alta
o de muerte y su causa.
Los datos se expresan como frecuencias absolutas o
porcentajes en el caso de las variables cualitativas.
Las variables cuantitativas se describen con la media
± desviación estándar (DE) o la mediana y el rango
intercuartílico (RIQ) según sigan una distribución
normal o no. En todos los casos se comprobó la distribución de la variable frente a los modelos teóricos y
se contrastó la hipótesis de homogeneidad de varianzas.
Se evaluó la asociación de variables cualitativas con
el test de la χ2 o la prueba exacta de Fisher, según esté
indicado. La asociación entre variables cuantitativas se
evaluó mediante el test no paramétrico de la U de
Mann-Whitney.
En todos los contrastes de hipótesis se rechazó la hipótesis nula con un error de tipo 1 o un error α < 5%
(p < 0,05).
El paquete informático utilizado para el análisis fue
el SPSS versión 12.0
RESULTADOS
Características clínicas
De los 586 episodios de endocarditis infecciosa
diagnosticados en nuestros hospitales, 481 correspondían a endocarditis sobre válvulas izquierdas. De
ellos, 14 (2,9%) se complicaron con un SCA. La
edad media de estos pacientes fue de 50 ± 17 años,
había 10 pacientes < 70 años (71%) y 12 varones
(85%). Se conocía la existencia de cardiopatía previa
en 10 casos (71%): 7 válvulas protésicas, un prolapso
mitral y 2 válvulas degenerativas. Además, 3 de los
pacientes habían tenido una endocarditis previa. La
distribución de cardiopatías previas en el grupo sin
SCA fue la siguiente: 51 válvulas reumáticas (11%),
182 válvulas protésicas (39,3%), 47 enfermedades
degenerativas (10,2%), 24 cardiopatías congénitas
(5,2%) y 17 prolapsos mitrales (3,7%), sin diferencias significativas. De los 14 episodios con SCA, 9
eran de origen comunitario (64%), 4 pacientes eran
usuarios de drogas por vía parenteral (UDVP) y 3 de
ellos estaban infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En la serie general había
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Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
TABLA 1. Manifestaciones clínicas en el momento del
ingreso de los pacientes con endocarditis infecciosa
con y sin síndrome coronario agudo
Síntomas y signos
Sin SCA (n = 467)
SCA (n = 14)
TABLA 2. Distribución de los microorganismos
causales de la endocarditis infecciosa en el grupo
con síndrome coronario agudo y sin él
p
Microorganismo
Insuficiencia cardiaca
Aparición de nuevo soplo
Tiritona
Fiebre
Disnea
Embolia pulmonar
Infiltrado pulmonar
Insuficiencia renal
Shock séptico
Dolor torácico
Dolor abdominal
Cefalea
Hemoptisis
Lumbalgia
Hematuria
Mialgias-artralgias
Lesiones cutáneas
Tos
Confusión
Náuseas-vómitos
Esplenomegalia
Pericarditis
ACV
186 (39,8%)
247 (52,9%)
168 (36%)
357 (76,4%)
211 (45,2%)
6 (1,3%)
56 (12%)
69 (14,8%)
24 (5,1%)
78 (16,7%)
58 (12,4%)
41 (8,8%)
14 (3%)
49 (10,5%)
39 (8,4%)
91 (19,5%)
63 (13,5%)
97 (20,8%)
53 (11,3%)
56 (10,7%)
52 (11,1%)
4 (0,9%)
56 (12%)
1 (7,14%)
8 (57,14%)
7 (50%)
14 (100%)
7 (50%)
0 (0%)
1 (7,14%)
3 (21,42%)
1 (7,14%)
5 (35,71%)
1 (7,14%)
1 (7,14%)
1 (7,14%)
1 (7,14%)
0 (0%)
5 (35,71%)
1 (7,14%)
3 (21,42%)
1 (7,14%)
1 (7,14%)
0 (0%)
1 (7,14%)
2 (14,28%)
0,012
0,794
1
0,047
0,79
0,742
1
0,45
0,532
0,76
1
1
0,363
1
0,115
0,492
0,705
1
1
1
0,378
0,138
0,728
ACV: accidente cerebrovascular; SCA: síndrome coronario agudo.
21 pacientes UDVP (4,5%) y 14 (3%) eran portadores del VIH. La mayoría de los pacientes con SCA no
tenía factores desencadenantes (71%), en 2 había antecedentes de manipulación dental, en uno de cirugía
previa y otro era portador de un catéter intravascular.
Presentaban distintas comorbilidades: 4 estaban inmunodeprimidos (28%), uno tenía antecedentes de
alcoholismo (7%), uno era diabético (7%), uno tenía
criterios de enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(7%), 2 tenían anemia crónica (14%) y 2 insuficiencia renal (14%); uno de estos últimos estaba en un
programa de diálisis.
La manifestación clínica más frecuente en el momento del ingreso fue la fiebre, que ocurrió en todos
los pacientes, acompañada de tiritona en la mitad de
los casos. El dolor torácico fue el motivo de consulta
en 5 pacientes. Otros síntomas frecuentes fueron la
aparición de un nuevo soplo en 8 pacientes y la presencia de disnea en 7. Sólo un paciente se presentó
con insuficiencia cardiaca y estaba en clase funcional
II, y otro lo hizo con shock séptico. Las características clínicas de ambos grupos están reflejadas en la tabla 1.
La endocarditis se presentó de forma aguda en la
mayor parte de los pacientes: en los primeros 15 días
en 10 (71%), entre el primer y el segundo mes en 2
(14%), y en 2 pacientes la presentación fue más tardía,
alrededor de los 3 meses.
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Streptococcus bovis
Streptococcus viridans
Enterococcus
Otros Streptococcus
Staphylococcus aureus
Staphylococcus
coagulasa-negativo
Bacilos gramnegativos
Hongos
HACEK
Anaerobios
Polimicrobiana
Otros
Cultivos negativos
Sin SCA
(n = 467)
SCA
(n = 14)
p
19 (4,1%)
74 (15,8%)
40 (8,6%)
28 (6%)
82 (17,6%)
0 (0%)
1 (7,1%)
0 (0%)
1 (7,1%)
5 (35,7%)
1
0,707
0,619
0,588
0,148
76 (16,3%)
26 (5,6%)
6 (1,3%)
2 (0,4%)
6 (1,3%)
29 (6,2%)
12 (2,6%)
65 (13,9%)
1 (7,1%)
0 (0%)
1 (7,1%)
0 (0%)
1 (7,1%)
1 (7,1%)
0 (0%)
3 (21,4%)
0,709
1
0,072
1
0,072
0,6
1
0,432
HACEK: Hemophilus spp., Actinobacillus actinomycetemcomitans, Cardiobacterium hominis, Eikenella corrodens y Kingella kingii; SCA: síndrome coronario
agudo.
Microbiología
Se pudo aislar el germen causal en 11 de los episodios (78,6%). La identificación del microorganismo
causal se consiguió mediante hemocultivo en todos los
pacientes excepto en uno, en el cual se aisló el germen
en el cultivo de la válvula. La distribución de los gérmenes causales fue la siguiente: Staphylococcus aureus en 5 casos, Staphylococcus epidermidis en 1,
Streptococcus viridans en 2, Propionibacterium acnes
en uno, Candida spp. en uno y polimicrobiana (S. aureus y Candida spp.) en uno. La distribución etiológica de ambos grupos se expone en la tabla 2.
Lesión valvular y hallazgos ecocardiográficos
Las vegetaciones se objetivaron mediante ecocardiografía transesofágica (ETE) en todos los pacientes excepto en 2, uno cuyas vegetaciones se documentaron
en la necropsia y otro que no presentó vegetaciones
sino tan sólo complicaciones perianulares. En 7 pacientes las vegetaciones se habían detectado previamente por ecocardiografía transtorácica. En nuestra
serie, la localización más frecuente de la infección fue
la válvula aórtica en 12 casos (85,7%), según muestra
la siguiente distribución: 4 válvulas aórticas nativas, 6
válvulas aórticas protésicas (2 mecánicas y 4 biológicas), una válvula mitral nativa y 3 afecciones multivalvulares (prótesis mitral y válvula tricúspide nativa;
válvula aórtica y tricúspide nativas, y válvula aórtica y
mitral nativas). Hubo 5 episodios de endocarditis protésica precoz y 2 de endocarditis protésica tardía. De
nuestra serie, 10 pacientes presentaron complicaciones
perianulares (4 abscesos, 6 seudoaneurismas y una fís-
Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
tula desde la aorta al tracto de salida del ventrículo izquierdo). El paciente que presentó la fístula había tenido previamente un absceso de gran tamaño. Respecto
a la disfunción valvular, 13 casos tuvieron insuficiencia valvular al menos moderada (9 severa y 4 moderada) y se objetivó estenosis de grado moderado en un
paciente portador de una prótesis biológica.
Se halló la mediana de los tamaños máximos de
las complicaciones perianulares en los pacientes con
SCA, que fue de 32,5 mm (30,0-45,75 mm), mientras que en los pacientes que no presentaron SCA la
mediana fue de 12,0 mm (10,0-20,0 mm) (p =
0,001). También se halló la mediana de los tamaños
máximos por separado de abscesos y seudoaneurismas. La mediana de los abscesos en los pacientes
que presentaron SCA fue de 30 mm (23,25-33,75
mm), mientras que en los pacientes sin SCA fue de
11,5 mm (10,0-19,25 mm) (p = 0,005). La mediana
de los seudoaneurismas en los pacientes con SCA
fue de 39 mm (30,0-48,0 mm), y en los pacientes sin
SCA de 10,5 mm (10,0-20,0 mm) (p = 0,001). Respecto al tamaño de las vegetaciones, en los pacientes
con SCA la mediana fue 11,5 mm (7,75-18,25 mm),
mientras que en los pacientes sin SCA la mediana
fue de 14,5 mm (9,0-20,0 mm) (p = 0,486).
Mediante ETE se pudo documentar que la localización de la complicación perianular, bien absceso o
seudoaneurisma, se disponía entre las 12 y las 3 del
anillo aórtico en 6 de los casos, mientras que en otro la
localización del absceso fue circunferencial. En 4 de
los casos se pudo observar que dichas complicaciones
perianulares, además de comprimir el tronco de la arteria coronaria izquierda, también producían un aumento de la velocidad del flujo diastólico coronario
mediante la técnica Doppler.
Curso clínico
En la evolución clínica, 6 pacientes (42,85%) presentaron insuficiencia cardiaca y 5 tuvieron embolias
sépticas (35%), 4 antes del tratamiento y uno, después.
La localización de las embolias fue la siguiente: 3 en
el sistema nervioso central (SNC), una en el bazo, una
en los miembros inferiores y tres en las arterias coronarias. Los 3 pacientes con embolia coronaria habían
tenido una embolia previa, uno en el SNC, otro en el
bazo y el último en los miembros inferiores. Además,
2 pacientes desarrollaron bloqueo auriculoventricular
(BAV) completo, 5 pacientes presentaron shock cardiogénico en algún momento de la evolución y 4 tuvieron signos de infección persistente. Un paciente
que ya había presentado derrame pericárdico en el momento del ingreso evolucionó a taponamiento cardiaco
y requirió una pericardiocentesis. El curso clínico de
ambos grupos se muestra en la tabla 3.
Nueve pacientes precisaron cirugía cardiaca (64%),
7 de forma urgente y 2 electiva. La indicación de ciru-
TABLA 3. Curso clínico de los pacientes
con endocarditis infecciosa con y sin síndrome
coronario agudo
Complicaciones
perianulares
Abscesos
Seudoaneurismas
Fístulas
Insuficiencia valvular
al menos moderada
Presencia de BAV
Shock
Infección persistente
ICC
Embolias sistémicas
Insuficiencia renal
Cirugía
Muerte
Sin SCA (n = 467)
SCA (n = 14)
p
172 (36,8%)
119 (25,5%)
84 (18%)
26 (5,6%)
11 (78,6%)
4 (28,57%)
6 (42,85%)
1 (7,14%)
0,003
0,794
0,03
0,565
328 (70,23%)
43 (9,2%)
71 (15,2%)
169 (36,2%)
77 (16,48%)
130 (27,83%)
120 (25,69%)
256 (54,8%)
151 (32,33%)
13 (92,85%)
4 (28,57%)
5 (35,7%)
4 (28,57%)
6 (42,85%)
5 (35,7%)
3 (21,4%)
9 (64,28%)
9 (64,28%)
0,077
0,039
0,038
0,558
0,021
0,32
1
0,483
0,019
BAV: bloqueo auriculoventricular; ICC: insuficiencia cardiaca congestiva; SCA:
síndrome coronario agudo.
gía cardiaca fue multifactorial en la mayoría de los casos y las causas fundamentales fueron la disfunción
valvular severa en 6 pacientes (42%) y la presencia de
complicaciones perivalvulares en 8 (57%). Otras razones para remitir el paciente a cirugía fueron la presencia de insuficiencia cardiaca en 2 pacientes, embolias
múltiples en 2 y a causa del propio germen en otros 2
pacientes. Los pacientes que no fueron intervenidos no
lo fueron por distintas razones: un paciente falleció antes de la cirugía, un paciente portador de VIH se negó
a ser intervenido y otro paciente tenía retraso mental y
la familia desestimó la cirugía, falleciendo ambos.
Otros dos pacientes no tenían indicación de cirugía y
no murieron durante el seguimiento realizado.
Nueve pacientes fallecieron (64%), de los cuales
disponemos de necropsia en 4 (fig. 1). Cinco de los
pacientes que murieron habían precisado cirugía urgente. La causa de la muerte fue en 8 de ellos el propio SCA (por shock cardiogénico o insuficiencia cardiaca) y en uno de ellos, fracaso multiorgánico.
Como se expone en la tabla 3, en los pacientes con
SCA fue más frecuente la presencia de complicaciones
perianulares y de BAV. Durante la evolución clínica
estos pacientes tuvieron insuficiencia cardiaca y shock
cardiogénico con más frecuencia que los que no tenían
SCA. La mortalidad fue también mayor en los pacientes con SCA.
Síndrome coronario agudo
Respecto al momento de aparición del SCA, en la
mayoría de ellos ocurrió en la primera semana del
diagnóstico. De hecho, el SCA fue el motivo de ingreso en 5 pacientes y apareció en la primera semana en
otros 5. En 2 pacientes se produjo en la segunda semaRev Esp Cardiol. 2007;60(1):24-31
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Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
B
A
na y otros 2 tuvieron una presentación más tardía, uno
a las 3 semanas del ingreso y el último paciente a los 3
meses de finalizado el tratamiento antibiótico, mientras esperaba la cirugía de forma electiva por disfunción valvular y complicaciones perivalvulares.
Las causas del SCA fueron embolias coronarias sépticas en 3 de los casos, mientras que en la mayoría de
las ocasiones la causa fue la compresión externa de las
coronarias secundaria a complicaciones perianulares
(abscesos y seudoaneurismas en 8 pacientes), un paciente presentaba enfermedad severa multivaso previa a
la endocarditis y ya había tenido más episodios de
SCA, y en los 2 restantes no se pudo especificar la causa, que quizá fuera multifactorial: insuficiencia aórtica
severa, fiebre, anemia y/o sepsis. Uno de los pacientes
que tuvo un SCA de origen embólico también presentaba un absceso periaórtico de gran tamaño.
Respecto a los factores de riesgo cardiovascular, disponemos de datos de los últimos 10 pacientes, de los
cuales sólo uno era diabético, 4 tenían hipertensión, 4
dislipidemia y 3 eran fumadores o exfumadores.
Los hallazgos electrocardiográficos están representados en la tabla 4. Se objetivó infradesnivelación del
segmento ST en 4 pacientes (2 de localización anterolateral, uno inferolateral y uno anterior), supradesnivelación del segmento ST en 4 de los episodios (2 de localización anterolateral y 2 inferolateral). En un
paciente sólo se documentó inversión de las ondas T.
Un paciente presentó un bloqueo de rama izquierda del
haz de His no conocido y BAV de primer grado que
evolucionó rápidamente a BAV completo. Además, 2
pacientes presentaron taquicardia ventricular en el
contexto del SCA. Al menos 7 de ellos tuvieron marcadores enzimáticos de necrosis miocárdica elevados,
con gran variabilidad en sus valores. La troponina osciló desde 0,23 hasta 10 ng/ml, y la creatincinasa de
295 a 2.895 U/l. En los primeros pacientes de esta serie no disponemos de los valores de la troponina.
En 8 pacientes se documentó la presencia de coronarias sin lesiones arterioescleróticas significativas,
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Rev Esp Cardiol. 2007;60(1):24-31
Fig. 1. A: Imagen de la
oclusión distal del tronco
coronario izquierdo por la
vegetación aórtica. B: cortes anatómicos de la arteria descendente anterior
del mismo paciente, donde
se objetiva la vegetación
en su interior.
TABLA 4. Manifestaciones electrocardiográficas
en cualquier momento de la evolución en pacientes
con endocarditis y síndrome coronario agudo
Alteraciones electrocardiográficas
n (%)
BAV primer grado
2 (14,28)
BAV completo
2 (14,28)
BRDIH
1 (7,14)
BRIIH
1 (7,14)
Infradesnivelación ST
Inferolateral
Anterolateral
Anterior
4 (28,57)
1 (7,14)
2 (14,28)
1 (7,14)
Supradesnivelación ST
Inferolateral
Anterolateral
4 (28,57)
2 (14,28)
2 (14,28)
Inversión ondas T
Anterior
1 (7,14)
1 (7,14)
Taquicardia ventricular
2 (14,28)
BAV: bloqueo auriculoventricular; BRDHH: bloqueo de la rama derecha del haz
de His; BRHH: bloqueo de rama izquierda del haz de His.
bien mediante cateterismo en el momento del SCA (3
pacientes) o en una coronariografía previa (menos de
un año, un paciente) o bien en la necropsia (4 pacientes). En un paciente se llevó a cabo una angioplastia
para intentar dilatar la arteria ocluida por el émbolo
séptico; no se realizó fibrinólisis en ningún caso. Un
paciente con enfermedad severa multivaso fue revascularizado mediante cirugía a la vez que se llevó a
cabo la sustitución valvular.
DISCUSIÓN
Distintos autores han descrito una elevada incidencia (hasta un 90%) de infartos miliares y microembolias en los pacientes con endocarditis5-8. Por otro lado,
Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
la obstrucción de las arterias coronarias epicárdicas o
de sus ramas principales con repercusión clínica
(SCA) es una complicación muy poco frecuente de la
endocarditis izquierda que ha sido reseñada ocasionalmente en la bibliografía1,9-13.
Infartos miliares
En 1950, Saphir et al14 revisaron los datos histológicos y electrocardiográficos de 76 pacientes con endocarditis y encontraron alteraciones intramiocárdicas en
todos ellos, áreas de infiltrado inflamatorio, degeneración miocítica, fibrosis perivascular, pequeñas cicatrices en varios estadios de reparación, infartos miliares,
abscesos y microembolias sépticas y asépticas. La correlación electrocardiográfica fue más bien escasa y se
hizo evidente que estas lesiones ocurren con mucha
más frecuencia de la que se detecta clínicamente. Este
dato ha sido ratificado por otros autores5-8. En uno de
estos estudios5, los autores encontraron focos de necrosis en los músculos papilares en el 58% de los 38
casos en que se efectuaron secciones histológicas múltiples. Doce pacientes tuvieron una embolia coronaria
y en 9 de ellos solamente las pequeñas ramas coronarias intramurales estaban afectadas. En algunos enfermos con infartos miliares y microembolias, las células
endoteliales de los capilares y las arteriolas coronarias
están edematosas, hay infiltrados celulares perivasculares, arteriolitis e incluso necrosis de la media o la adventicia arteriolar. Otro estudio más reciente15 demuestra de nuevo que los infartos miliares son un hallazgo
de la necropsia con poca o ninguna traducción clínica.
Debido a la discrepancia entre la baja incidencia de
embolia coronaria y la alta frecuencia de estas lesiones
miocárdicas, se han involucrado otros factores en la
etiología de estas lesiones, como las toxinas bacterianas o la invasión tisular directa por microorganismos o
depósitos de inmunocomplejos circulantes.
Síndrome coronario agudo
La incidencia de SCA en la endocarditis infecciosa
es difícil de estimar. En una serie rusa con 104 pacientes, 11 (10,6%) tuvieron un infarto como resultado de
una embolia séptica16. En nuestra serie de 586 episodios de endocarditis, la incidencia de SCA fue de un
2,9%. Se trata de una complicación grave de la endocarditis; en nuestra serie falleció el 64% de los pacientes. Algún caso incluso ha requerido trasplante cardiaco por disfunción ventricular e insuficiencia cardiaca17. En un estudio muy reciente, el incremento de
los valores de troponina T en el seno de una endocarditis fue predictor de un aumento de mortalidad y de
accidente cerebrovascular18. Habitualmente, el SCA
ocurre de manera precoz en el curso de la enfermedad; de hecho, el paciente puede presentar un SCA
como manifestación inicial o éste puede aparecer du-
TABLA 5. Mecanismos de isquemia miocárdica
en los pacientes con endocarditis infecciosa
Compresión coronaria secundaria a la presencia de grandes
complicaciones perianulares aórticas
Embolia coronaria
Obstrucción del ostium coronario por una gran vegetación
Presencia de lesiones arterioescleróticas coronarias
Regurgitación aórtica aguda grave
rante los primeros días del ingreso. No obstante, también puede ocurrir después de haber finalizado el tratamiento, tal y como sucedió en uno de nuestros pacientes. Es más frecuente en los enfermos con
infección valvular aórtica y no es específico de ningún microorganismo en particular1,10,11,19 aunque en
nuestra serie se asoció más con microorganismos virulentos.
La presentación y la evolución clínica del SCA de
los pacientes con endocarditis son similares a las observadas en los individuos con arteriopatía coronaria
arterioesclerótica1. En la mayoría de los casos el infarto es anterior o anterolateral, y tan sólo hemos encontrado un caso en la bibliografía con un infarto inferior
puro20. Muchos de estos pacientes tienen embolias en
otras localizaciones (riñón, bazo, etc.)21,22. En esta serie, el mecanismo más frecuente de isquemia miocárdica fue la compresión coronaria por complicaciones
perianulares aórticas (abscesos y seudoaneurismas) de
gran tamaño, sobre todo cuando están situadas entre
las 12 y las 3 del anillo aórtico. Otros autores también
han documentado este tipo de complicación23-26. Algunos grupos han encontrado que el mecanismo patogénico más común del SCA en la endocarditis es la embolia coronaria16,27. Otros mecanismos menos frecuentes de isquemia miocárdica en el seno de una
endocarditis son: obstrucción del ostium coronario por
una gran vegetación16, como en casos de endocarditis
fúngica con grandes vegetaciones; coexistencia de lesiones arterioescleróticas coronarias que se ponen de
manifiesto durante la infección activa de la enfermedad
y en la que intervienen la anemia, la fiebre y la activación del sistema de la coagulación en un paciente séptico, y la existencia de una regurgitación aórtica aguda
grave que por sí misma puede causar isquemia miocárdica por disminución de la presión de perfusión coronaria y reducción de la reserva coronaria28 (tabla 5).
El tratamiento del SCA en estos casos se complica
por el mayor riesgo que conlleva la terapia con anticoagulantes y trombolíticos en los pacientes con endocarditis. En algún caso, estos fármacos han tenido éxito29,
pero en la mayoría de los pacientes se han acompañado de hemorragias cerebrales con un desenlace fatal1,912
. Por esta razón, para algunos autores12 y también
para nosotros mismos la endocarditis es una contraindicación para el uso de trombolíticos.
Rev Esp Cardiol. 2007;60(1):24-31
29
Manzano MC et al. Síndrome coronario agudo en la endocarditis infecciosa
SCA en pacientes con endocarditis
ETE
Complicaciones
perianulares
Sin complicaciones
perianulares
Coronariografía
Cirugía
(sin coronariografía)
Obstrucción
coronaria
ACTP
Sin obstrucción
coronaria
Seguimiento clínico
Coronariografía
control (10-15 días)
Aneurisma micótico
Aunque según la experiencia de algunos investigadores30 la realización de una coronariografía en la endocarditis es un procedimiento seguro, nosotros creemos que
en el seno de una endocarditis aórtica activa existe riesgo
de que se puedan desprender fragmentos de la vegetación si el catéter contacta con la superficie valvular o al
efectuar la inyección de contraste. Por esta razón, y tras
los resultados de estos estudios, ante un paciente con un
SCA y endocarditis nuestro procedimiento diagnóstico
inicial de elección es la ETE; si hay complicaciones perianulares, sobre todo sin elevación del segmento ST en
el ECG, el paciente es remitido a cirugía sin coronariografía previa, pues lo más probable es que la isquemia
sea secundaria a la compresión extrínseca del tronco coronario izquierdo o del segmento proximal de la arteria
descendente anterior. Si, por el contrario, no se detectan
abscesos ni seudoaneurismas aórticos o en el ECG se
observa un ascenso del segmento ST, se practica una coronariografía diagnóstica. En caso de que se demuestre
una oclusión coronaria, nosotros optamos por la reperfusión mecánica por medio de angioplastia con balón y colocación de un stent si es necesario (fig. 2). Diferentes
autores han descrito la aparición posterior de un aneurisma micótico en el lugar de la angioplastia1,31,32. Por tanto, aconsejamos que se realice un seguimiento angiográfico tras la realización de la angioplastia. En caso de que
se documentara un aneurisma micótico coronario, sería
una indicación de cirugía por su tendencia a la rotura31,33.
CONCLUSIONES
En la actualidad, el SCA es una complicación poco
frecuente de los pacientes con endocarditis. Habitual30
Rev Esp Cardiol. 2007;60(1):24-31
Sin aneurisma micótico
Fig. 2. Tratamiento del síndrome
coronario agudo en los pacientes
con endocarditis infecciosa.
ACTP: angioplastia coronaria transluminal percutánea; ETE: ecocardiografía transesofágica; SCA: síndrome coronario agudo.
mente, tiene lugar en la fase aguda de la enfermedad
(primeros 15 días) y se asocia más con microorganismos virulentos, infección valvular aórtica, insuficiencia valvular grave y complicaciones perianulares de
gran tamaño. El mecanismo de isquemia miocárdica es
variable, pero la compresión coronaria extrínseca por
dichas complicaciones perianulares es frecuente. Este
síndrome, en el seno de la endocarditis, conlleva una
elevada mortalidad.
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