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España siglo XXI

Este libro tiene nueve capítulo, además de un prólogo y un epílogo significativo. El primero está dedicado a la idea de “poder político”. ¿Cuál es su origen? ¿En qué consiste? El autor nos lleva al Paleolítico, a los pequeños clanes de homo sapiens. El segundo es un análisis de las elecciones vascas del año 2020. Tres ideas sobresalen: 1ª, hay que contar los electores que votaron a cada partido, tener en cuenta el número de los que se abstuvieron, y ver las proporciones de los que mandan sobre los que no mandan; 2ª, el autor introduce la idea de que democracia significa imperio de mayorías, nunca de minorías; y 3ª, empieza el autor una meditación sobre cómo hacer para conseguir que el pueblo español —supuesto soberano— pueda controlar por sí mismo a los detentadores del poder político —hoy, partidos políticos—. El tercero está dedicado al término “nación”. Unos defienden la existencia de una única nación: la nación española. Otros pretenden que hay más naciones. El autor nos lleva al reinado de los Reyes Católicos, reinado en que se dice que se constituyó la nación española. La tesis del autor es que entonces se creó el primer Estado moderno. El cuarto trata del derecho de secesión. La tesis del autor es fácil de resumir: ninguna de las regiones actuales tiene derecho a la secesión del resto de España. Pero si queremos resolver este conflicto “civilizadamente”, entonces hay que poner en claro qué condiciones habría que exigir a un referendum de secesión. El quinto está dedicado al cambio climático. El autor nos propone una perspectiva poco usada: analizar las tesis de los defensores del cambio climático teniendo en cuenta las pruebas que los “verdes” han aportado y pueden aportar. El clima cambia al modo como suceden los fenómenos geológicos muy, muy lentamente. Tempo geológico, afirma el autor. El sexto a la Agenda 2030. El autor nos recuerda y explica qué es el Club de Roma, el Foro de Davos, y los inserta en el legado de la Masonería. Termina llamando la atención sobre el afán de toda esa gente de imponernos desde las instituciones políticas que han de mandarnos hasta las cosas más nimias de la vida cotidiana, como pueda ser qué comer y qué beber. De nuevo resuena a lo largo de todo el capítulo la idea de que es necesario que el pueblo español se defienda de esos afanes tiránicos. El séptimo trata de la Unión Europea. Entre los ciudadanos de UE hay los convencidos y defensores de que la UE ha de acabar siendo una única nación soberana. Pero también los hay que la entienden y propugnan como un gran Tratado de libre interacción entre naciones soberanas, con mínimas instituciones y mínima burocracia. El octavo repasa la génesis de la actual vida política española. Nos habla de la ley para la Reforma política y de la Constitución de 1978. Y subraya un decreto-ley, promulgado entre ambas, en que se plasmó la ley electoral que, con mínimas rectificaciones, es la que rige después de la ley orgánica de 1985. Aquel decreto-ley dio todo el poder a los partidos políticos. Con razón, se ha hablado de “partitocracia” para calificar al régimen político español. A continuación el autor nos dibuja alternativas que evitan e intentan defendernos de los partidos políticos. Incluso dibuja una figura novedosa para la Monarquía. El Transhumanismo, esa suma de ideas cada día más predominante, ocupa el capítulo noveno. Nada diré y sí recomendaré al lector que lea con calma y atención este capítulo. El último apartado se intitula "Ética y bioéticas". Y el primero, "Superinteligencia". En el epílogo, el autor nos confiesa sus preferencias. Yo diría que se trata de una suerte de republicanismo libertario, de una república en que se pueda hacer efectiva la soberanía del pueblo español. Se puede estar en desacuerdo con Antonio Benítez, pero si se quiere hacerlo con la sinceridad y altura de miras con que él lo hace, hay que pensar tanto y tan bien como él.

texto en rojo texto en rojo España siglo XXI España siglo XXI Antonio Benítez Madrid, 2023 1.a edición, 2023 © Antonio Benítez López Cubiertas y Maquetación: Antonio Benítez ISBN: 9798393566128 Depósito legal: Reservados todos los derechos. De acuerdo con lo dispuesto en el Código Penal, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes, sin la preceptiva autorización, reproduzcan o plagien, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte. Índice general Prólogo v 1. Fuerza y Poder 1.1. Poder político . . . . . . . . . . . . . . 1.2. El origen del poder político y del saber 1.3. La pregunta básica . . . . . . . . . . . 1.4. Una última reflexión . . . . . . . . . . . . . . 1 1 3 5 6 2. Elecciones vascas del 2020 2.1. Análisis de las elecciones de julio 2020 . . . . . . 2.2. Reflexiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 9 9 3. Sobre el término nación 3.1. El reino de los Reyes Católicos . . . . . . . . . . 3.1.1. Súbditos y vasallos . . . . . . . . . . . . . 3.2. La concepción de Marías . . . . . . . . . . . . . . 15 21 23 23 4. Derecho de secesión 4.1. Discusión de los planteamientos . . . 4.1.1. Ley de claridad . . . . . . . . 4.1.2. Un hilo de pensamiento . . . 4.1.3. Tres decisiones . . . . . . . . 4.1.4. De vuelta a la ley de claridad 4.1.5. Falacias sobre falacias . . . . 31 33 33 37 39 43 48 i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ÍNDICE GENERAL ii 4.1.6. A modo de conclusión . . . . . . . . . . . 5. Sobre el cambio climático 5.1. Lo que distingue al cambio climático 5.2. Sobre la temperatura . . . . . . . . . 5.3. El termómetro y la temperatura . . . 5.4. Registros de temperatura . . . . . . 5.5. Sobre la emisión de gases . . . . . . 5.6. Efecto invernadero . . . . . . . . . . 5.7. La capa de ozono . . . . . . . . . . . 5.8. Medidas del ozono . . . . . . . . . . 5.9. Modelos y predicciones . . . . . . . . 5.10. Energía nuclear . . . . . . . . . . . . 5.11. Geotermia, placas solares y molinos . 5.12. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . 53 . . . . . . . . . . . . 55 57 60 61 62 66 67 69 70 71 73 76 78 6. La Agenda 2030 6.1. La cumbre del milenio . . . . . . . . . . . . . . . 6.2. Objetivos de desarrollo sostenible . . . . . . . . . 6.3. El foro de Davos . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81 81 83 87 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7. La Unión Europea 7.1. Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . 7.1.1. El Consejo y la Comisión . . . . 7.1.2. Del Parlamento y de la Comisión 7.2. Reflexión final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91 . 91 . 95 . 95 . 100 8. Propuestas políticas 8.1. El actual orden político español . . 8.1.1. La Constitución española . 8.1.2. El sistema electoral español 8.1.3. Gobierno y Diputados . . . 8.2. Unas propuestas alternativas . . . 8.2.1. Monarquía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 103 104 105 109 111 113 iii ÍNDICE GENERAL 9. Transhumanismo 9.1. Superinteligencia . . . . . . . . . . . . 9.2. Biomejoramiento humano . . . . . . . 9.3. Algunas tesis transhumanistas . . . . . 9.3.1. La Declaración Transhumanista 9.3.2. Las profecías . . . . . . . . . . 9.4. Algunas objeciones . . . . . . . . . . . 9.5. Ética y bioéticas . . . . . . . . . . . . 9.5.1. Valores y Transhumanismo . . 10.Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119 120 122 123 123 125 127 129 132 137 Prólogo Hace un tiempo, se me ocurrió preguntarme cómo será España en torno al 2100. Me acordé de unas lecturas sobre natalidad. La predicción de los expertos es que la población de personas de padres y abuelos y bisabuelos y tatarabuelos españoles será la mitad de la actual: unos 22 millones de personas. Como no creo que los huecos, que ese descenso de la población deje, puedan persistir sin ser llenados por americanos, asiáticos, africanos, árabes, etc., di en pensar que el significado de «España» y el de «español» podría ser ya algo bastante o muy distinto del que es hoy. ¿Qué hombres predominarán? ¿Qué culturas? ¿España, si aún se sigue llamando así, seguirá en la senda del legado cultural europeo? Si el número de hispanoamericanos es tan grande o mayor que el de los islámicos, ya sean árabes o africanos o de otras raíces, ¿cómo resolverán las tensiones sociales ya presentes hoy en Francia o Alemania, por ejemplo? Las instituciones sociopolíticas ¿serán occidentales o musulmanas? O ¿acaso se producirá una fractura de la nación española y su territorio? No tengo respuesta, solo sospechas. He reunido en este libro escritos de hace más de dos años. Ninguno tiene ánimo docente: no pretendo enseñar. Pretendo, en el mejor de los casos, dar en qué pensar. Es una invitación al lector a que elabore un pensamiento propio sobre los temas que le presento. v Prólogo vi A veces, alguien próximo a mí me ha dicho «soy de izquierdas» o «soy del PP» —es curioso que estos últimos no digan de sí mismos «soy conservador»—. Son declaraciones que me desconciertan un tanto, lo confieso, porque yo no sé cómo calificarme. He votado a unos y otros, según las circunstancias. Creo que a los partidos de Suárez, no. Sí al PP, al PSOE, a Ciudadanos y a UPyD también. Sin embargo, nunca sentí la tentación de votar ni al PC de Carrillo, ni a la Alianza Popular de Fraga, ni a Izquierda Unida —ni siquiera la de Anguita—, y mucho menos a Podemos. Ante declaraciones así, me he callado prudentemente porque creo que cada cual tiene perfecto derecho a apostar por ser políticamente lo que le dé la gana. Pero en silencio me he quedado pensando que esa persona se haría un favor a sí misma si cogiera un par de folios en blanco, un boli y encabezara el primer folio así «Soy de izquierdas/socialista/comunista/conservador/de derechas/liberal/. . . », y desarrollara en ese folio qué entiende por ser una de esas cosas. Cuando acabe, o no se lo ocurra qué más escribir, que coja el folio y lo guarde en un cajón. Un tiempo después, una o dos semanas, sáquelo del cajón y relea y rectifique lo que le parezca. Vuelta al cajón con el folio. Y un mes o dos más tarde, que vuelva a hacer la misma operación de releer y rectificar. La gente joven podría conservar el folio durante toda su vida y una vez al año, por ejemplo, aplicarle la receta «desempolvarlo, leerlo y rectificarlo». Mi consejo es hacerlo sin pedantería, «a calzón sacado». Lo que te salga «del corazón». Confío en que la lectura de este libro mío pueda ayudarte, lector, a escribir «tu folio». Capítulo 1 Fuerza y Poder En su libro Contra la democracia Jason Brennan dice: Una pregunta básica sobre la política es quién debería ostentar el poder. Lo que distingue a una monarquía, una aristocracia, una democracia y otros regímenes entre ellos es, en primer lugar, cómo distribuyen el poder. La monarquía sitúa el poder político fundamental en manos de una persona, mientras que la democracia da a cada ciudadano la misma participación básica de poder político. Me parece que Brennan no plantea bien el problema. 1.1 Poder político En el Paleolítico, según los antropólogos, existían muchos grupos pequeños —en número— de humanos (neandertales y sapiens, especialmente). Marvin Harris, en su libro Introducción a la Antropología general, dice: «En el nivel más general, las culturas del Paleolítico se basaban en la caza, pesca y recolección más que en la agricultura o ganadería. La gente vivía en pequeños grupos, la población total del mundo ascendía tan sólo a unos cuantos millones de habitantes y los grupos estaban muy 1 Fuerza y Poder 2 dispersos. Para utilizar con eficiencia los recursos de plantas y animales disponibles, los grupos de cazadores y recolectores recorrían extensos territorios y, probablemente, no se establecían en ningún campamento, cueva o abrigo durante más de unas cuantas semanas o meses». Las ideas que conviene retener son: 1) Los clanes son pequeñas agrupaciones, en número, de hombres. 2) Hay alguna diferencia entre individuos por sus distintas habilidades: mayor fuerza, mejor destreza para cierta tarea, etc. 3) Es constante el uso de la suma de fuerzas para acometer tareas de recolección de carroña y vegetales, caza y pesca, defensa del grupo ante animales y otros clanes. 4) Hay tareas que requieren algo de planificación y de disposición de las fuerzas del grupo. 5) También hay tareas que requieren de habilidades individuales. Por ejemplo, distinguir entre alimentos comestibles y no. O mayor habilidad para fabricar instrumentos, de piedra o de madera o de hueso. 6) Aquellos hombres creían sin dudar que había elementos extraños a ellos que eran asombrosos y peligrosos y, a veces, favorables. Empezando por la propia Naturaleza: el clima, los movimientos sísmicos, los parajes (peligrosos unos, y propicios otros). Algunos de esos elementos, ignotos u ocultos, alteraban la vida de los humanos, tanto que parecieron a estos humanos que eran fuertes, violentos a veces, impredecibles siempre. 3 El origen del poder político y del saber En esa noche de los tiempos que es para nosotros el Paleolítico empiezan a formarse, por la fuerza de los hechos, algunas ideas que aún hoy constituyen la base de la filosofía política. Cada individuo, mujer u hombre, tiene una cantidad de fuerza. Esta fuerza se pone de manifiesto para mover una piedra, cargar con un haz de leña o un trozo de animal muerto. La fuerza individual no es igual en todos. La mayoría de las tareas que el clan tenía que hacer para sobrevivir se llevaban a cabo por todos, excepto los niños, sumando sus fuerzas. Esta suma de fuerzas es lo que debemos entender por «Poder» del grupo, de todos y, por esto, «Poder social». Y hay que observar que mientras que la fuerza de un individuo es algo «tangible», el poder social es «intangible». Si pudiéramos observar la disposición de los individuos en una tarea de caza, las diversas acciones que los individuos llevan a cabo, nunca veríamos «el poder» ejerciéndose de hecho. El juego de la soga, consistente en que dos grupos iguales en número de individuos tiran en direcciones opuestas de una misma soga intentando que el otro grupo sobrepase una línea marcada en el suelo, es una ilustración perfecta de estas ideas: cada individuo tira «con todas sus fuerzas» y, al final, quien gana es uno de los grupos, justamente el que más poderío ha mostrado y desarrollado. 1.2 El origen del poder político y del saber El verbo «saber» proviene del verbo latino «sapere», que según parece significaba tanto gustar como saber. Algunos filósofos han dicho que el sabio primitivo era aquel capaz de distinguir las cosas mediante el gusto y, en general, mediante los sentidos. En los clanes primitivos parece que los hombres o mujeres capaces de discernir entre cosas que se podían comer y cosas que no se podían comer, o que no se estaba seguro de que se pudieran comer, Fuerza y Poder 4 eran reconocidos como individuos con una destreza particular pero que, a la vez, era necesaria para todos los demás. Al igual que la destreza de discernir entre sabores, entre alimentos que se podían y los que no se podían comer, es una destreza personal, la destreza de disponer las cosas y al resto de miembros del clan (la suma de sus fuerzas) de la manera más favorable para obtener más veces éxito que fracaso en lo que el grupo quería o necesitaba hacer, es también una destreza personal. Harris dice que «entre los esquimales, el liderazgo es especialmente difuso, estando estrechamente relacionado con el éxito en la caza. Un grupo seguirá a un cazador notable y se someterá a su opinión respecto a la elección de terrenos de caza. Pero en todas las demás cuestiones, la opinión del “líder” no tiene más peso que la de cualquier otro hombre». Y ambas descripciones nos pueden servir para entender dos funciones que pasados muchos años adquirirían un figura social definida: chamanes y caudillos. Una nota sobresaliente en ambos: sin reconocimiento del grupo, del clan, ambas destrezas quedan en nada, o no trascienden la esfera individual. En algún momento, ya fuera en el Paleolítico ya en el Neolítico, los chamanes probablemente evolucionaron en una institución social a la que podríamos llamar «sacerdotal». Los caudillos o cabecillas en otra a la que podríamos llamar «realeza». Esa evolución debió requerir ciertos rasgos o características básicas y nucleares. Si se piensa un poco en la diferencia entre líder ocasional (al que se refiere Harris) y líder permanente, la diferencia es que este último puede imponer su opinión y su voluntad a todos. Cosa que solo pudo conseguir con la colaboración de un puñado de individuos del grupo que, al sumar sus fuerzas siempre y en todo momento y someter dicha suma a la opinión y voluntad del líder, consiguieron que el líder prevaleciera sobre todo el grupo. El caudillo, líder o reyezuelo ha conseguido someter el Poder del 5 La pregunta básica pueblo a sus designios. Por esto, me gusta pensar a ese subgrupo que suma sus fuerzas y la somete al líder como la banda de la cachiporra, los secuaces del caudillo. En la historia antigua, en Asiria, Mesopotamia, Egipto, ya nos encontramos ambas instituciones en plenitud: reyes, faraones, sacerdotes, junto con bandas armadas e institucionalizadas. 1.3 La pregunta básica La pregunta básica es ¿quién tiene derecho a disponer del Poder social? Y la respuesta ha sido diferente según las épocas y los pueblos. Al parecer los romanos no pararon hasta que expulsaron a los primitivos reyes de origen etrusco. Desaparecidos éstos, aparece el Senado y el pueblo de Roma. El Senado estuvo formado inicialmente por linajes cuyos antepasados defendieron, extendieron y dieron su vida por Roma. El pueblo de Roma no tenía poder para revocar esa membresía. De ahí lo de Senatus populusque romanus. La Asamblea es quien elegía a los magistrados de entre candidatos propuestos, digamos que por el Senado. Roma, la República romana —sobre todo a partir de creación de la magistratura del Tribuno de la plebe— es un caso de una única soberanía con doble raíz: el Senado y el pueblo. Si de acordarnos de Roma pasamos a rememorar el Egipto antiguo, nos encontramos con los faraones, reyes absolutos a quienes se atribuía un origen divino. En las Monarquías occidentales, europeas, los reyes ostentaban la soberanía «por la gracia de Dios». El rey no emergía del pueblo sino del designio divino. La pregunta que Brennan quiere hacerse es: ¿hay alguna respuesta a la pregunta de quién puede y debe mandar que sea «mala» en sí misma o, por el contrario, cualquier respuesta es legítima, si es lo que un pueblo cree y quiere? Brennan piensa que hay dos enfoques posibles: Fuerza y Poder 6 la de aquellos que piensan que, en efecto, hay formas de Gobierno intrínsecamente «malas», o «buenas»; que ambos calificativos son posibles. la de otros, opuestos a los anteriores, que opinan que cualquier forma de Gobierno es válida, si la mayoría de un pueblo, no solo en un momento dado sino también sus antecesores y sucesores, tienen la misma creencia acerca de quién puede y debe mandar. 1.4 Una última reflexión ¿Sigue siendo válida la distinción entre fuerza y poder? He sostenido más arriba que la institucionalización del poder público pasó, en algún momento de la prehistoria, por el sometimiento de la opinión y voluntad de la mayoría de individuos de un grupo a la opinión y voluntad de un líder, sostenido éste por sus secuaces, la «banda de la cachiporra». Pero siempre quedaba la opción extrema de levantarse contra esa «tiranía» porque en número eran menos el líder más sus secuaces que el resto de los individuos del pueblo. Pero hay casos históricos que dejan ver que un ejército de mercenarios pueden someter a la mayoría de un pueblo levantado contra el caudillo. ¿Sería posible hoy «un levantamiento popular» contra el régimen establecido? Me parece que no. Los herederos de la primitiva banda de la cachiporra son tantos, tan entrenados y adiestrados en el uso de armas muy sofisticadas, que no creo que un levantamiento fuera posible. Solo hay que recordar la revolución de 1934 en España, liderada por el partido socialista y la UGT que cristalizó en Asturias gracias a los anarquistas de la CNT, y con cuanta prontitud y dureza fue reprimida por el Gobierno de la Segunda República. Otra cosa es una guerra civil. Para que fuera posible, sería necesario que existiera una división entre los miembros de las 7 Una última reflexión fuerzas armadas (ejército y policía). Por ejemplo, cuando se habla hoy irreflexivamente de una posible guerra civil en los Estados Unidos, no se piensa si de verdad en el ejército americano hay división, o si se trata de que se está generando un estado de discordia civil que afecta a la creencia básica de quién puede y debe mandar, sin que esa discordia afecte a la creencia en la unidad de la patria y su defensa. ¿No estamos ya en una situación muy parecida a la de la Roma republicana?, es decir, hay una clase dirigente (Senado), hoy formada por Corporaciones empresariales, financieras, etc. y «dirigentes políticos». Es el grupo de los menos que decía Aristóteles. Y el pueblo o los más, soberano titular pero no efectivo, más sí contribuyente muy importante en el mantenimiento del Estado. Mi convicción profunda es que esta situación no es de ahora, sino que ha sido la normal a lo largo de la historia del mundo occidental. De ahí el desapego por la gobernación de la nación que todos los pueblos —con importantes diferencias— han mostrado y siguen mostrando. ¿Es posible hacer algo para que el supuesto soberano se pueda defender de las tropelías que los menos perpetran contra ellos? Por hablar más en concreto, ¿hay defensa posible ante situaciones como la actual crisis de la energía eléctrica, de los carburantes, de los atropellos al estado de derecho, de los ensayos de secesión dirigidos desde el poder político, del menoscabo del bienestar general? Creo que esta última perspectiva es la correcta. Tenemos que intentar diagnosticar los «grandes males» que nos aplastan e impiden llevar adelante las vidas que queremos vivir. E imaginar, pensar y razonar alternativas que nos protejan, si no del todo, sí al menos en una gran parte. Capítulo 2 Elecciones vascas del 2020 2.1 Análisis de las elecciones de julio 2020 Totales Votos emitidos Votos nulos Votos en blanco Abstención Votos pro partidos * Votos no a favor de partidos ** 8.540 883.227 Totales 911.089 6.747 8.540 895.802 891.767 *.– Resultado de restar del total de votos emitidos los nulos y los en blanco. **.– Suma de abstención y votos en blanco. 2.2 Reflexiones 1. Puesto que no es el caso que el Gobierno del País Vasco esté formado por la suma de todos los partidos que obtuvieron representación parlamentaria: EAJ-PNV, EH BILDU PSE-PSOE, E. PODEMOS, PP+CS y VOX (EQUO BERDEAK obtuvo 11.718 votos y 0 escaños), antes bien el hecho es que el Gobierno está formado mediante un pacto de 9 Elecciones vascas del 2020 10 gobierno entre el PNV y PSE-PSOE, partidos que suman 472.208 votos, y que el total de electores era 1.794.316, Gobierna en el País Vasco una minoría: 472.208 ciudadanos frente 1.322.108, una mayoría. Los datos los he sacado de: «12J: Resultados Elecciones vascas julio 2020. Escrutinio y escaños. EL CORREO 11/12/20 16:19». Quizá esto explique el décalage entre 895.802 votos pro partidos y la suma de los votos obtenidos por los distintos partidos, incluido EQUO BERDEAK: 883.838. 2. Supuesto que por Democracia se entiende: a) Leyes iguales para todos. Que cada ley obligue a todo nacional por igual y, a la vez, ampare a cada nacional de igual manera que a todos los demás. Igualdad ante la ley. Lo que se suele llamar «Estado de derecho». b) Que una mayoría decida quién debe gobernar, ocupar las distintas magistraturas elegibles de la Nación —se suele añadir que con máximo respeto a las minorías—. De la conclusión de 1 se sigue que no es una mayoría quien ha decidido quién ha de ocupar el Gobierno del pueblo vasco sino una minoría. Ahora bien, que sea una minoría la que haya tomado la decisión de que gobierne el PNV con la aquiescencia del PSEPSOE, contradice el segundo fundamento (b) de cualquier Democracia: una mayoría del Pueblo ha de decidir. 3. Pero si una minoría ha ocupado, según ley, el lugar que debería corresponder a una mayoría del Pueblo, entonces la interpretación de los resultados electorales es ilegítima, igual que ilegítimo es el Gobierno del País Vasco y, en consecuencia las elecciones son ilegítimas. Reflexiones 11 Legitimidad y legalidad se oponen en este caso, como en otros bastantes. Ahora bien, aunque no soy muy partidario de blandir esa oposición, de alzar la voz en pro de la legitimidad, sí es verdad que en caso como éste, hay que recordar que toda legalidad tiene en sus cimientos una conformidad de base (concordia) acerca de los límites de lo legal. Dicho más directamente: no puede ser legal aquello que en su casuística permite la desvirtuación de aquello que constituye los basamentos del Orden Político existente. Y el nuestro se supone que es la Democracia, un sistema donde se ha de imponer la opinión del pueblo, de una mayoría del pueblo. El caso reciente de Venezuela es un ejemplo mayúsculo de esto mismo: una minoría del Pueblo venezolano (30 %) ha decidido quién ha de ocupar el poder, contra el 70 % del Pueblo venezolano. La abstención del 70 % obliga a dos cosas: 1. A no tomar ninguna decisión acerca de quién ha de ocupar el Gobierno, y 2. repetir las elecciones. Para acabar, ¿por qué no se tiene en cuenta la abstención —ya sé que a los partidos políticos, medios de comunicación y probablemente también al resto de la oligarquía dominante no les interesa—? Porque estoy convencido de que si en las próximas elecciones generales, a finales del 2023, hubiera un 80 % de abstención, con el 20 % restante se constituirían las Cámaras y el Rey encargaría formar gobierno al sujeto que un partido político hubiera designado. ¿Y si más del 60 % del total del 80 % de abstencionistas lo hubieran sido porque quieren que se cambie el sistema electoral por otro constituido por distritos unipersonales, incluida la elección a Presidente del Gobierno? Sigamos haciendo suposiciones. Supongamos que se ha cambiado el sistema electoral actual a otro de distritos unipersonales, incluido la elección a Presidente, y que en un distrito solo votan Elecciones vascas del 2020 12 la mitad de los electores —personas con derecho al voto—. Y que el candidato que saliera no alcanzara a sumar todos los votos emitidos. También sería un candidato electo no por una mayoría. ¿No habría que declarar igualmente ilegítima los resultados en ese distrito? La conclusión no puede ser, por tanto, que los sistemas electorales son ilegítimos, sino antes bien que el pueblo español no está dispuesto a tomar en sus manos la responsabilidad que le compete directamente, que hace dejación de su responsabilidad. Tema éste de difícil encare. Porque, por un lado, ni el pueblo de Atenas, ni el estadounidense, ni el francés de la Revolución, ni ninguno de las naciones actuales quiere tomar sobre sí la responsabilidad del Gobierno de su nación. Me parece que el pueblo de todas las «naciones que ha habido», griego, romano, y todos los que siguieron al imperio romano en occidente, aztecas y mayas, etc., etc., el pueblo de esas naciones, digo, nunca ha querido, nunca ha aspirado a tomar sobre sí la carga de la Gobernación. En el mejor de los casos, ha deseado que los detentadores del Poder lo respetaran lo suficiente como para que «fueran y gobernaran no contra su pueblo». La Democracia, allá hundida en la profundidad del tiempo, en los tiempos claros de Pericles, en los Estados Unidos de América independizados de la Corona Británica, y todas las que siguieron a la Revolución francesa, es el ensayo de implantar una forma de Gobierno basada en dos pilares: 1.o, leyes escritas que obliguen y amparen por igual a todos; 2.o, que el pueblo soberano tenga recursos para detener leyes que considere «contra el pueblo» y remover a los que proponen las leyes, a los que detentan el poder. Pues bien, hay que ejercer a fondo la imaginación hasta dar con una fórmula que facilite al pueblo participar mediante elecciones en la determinación de los Gobernantes. Para ello, los electores han de estar suficiente informados de los asuntos fun- 13 Reflexiones damentales —¿10, 20?—que afecten a toda la Nación y que se jueguen en cada cita electoral. Yo aceptaría la sugerencia de Jason Brennan de que quien quiera votar en una elección habrá de pasar un cursillo de formación donde pueda alcanzar la información suficiente para alcanzar un juicio fundado acerca de esas 10 ó 20 cuestiones fundamentales. Si no encontramos esa fórmula, una fórmula con suficientes garantías, creo que el mundo occidental entero se deslizará suave, lenta pero constantemente hacia alguna fórmula tiránica de Gobierno. En Europa quizá creando la ficción de una «Unión Federal de Naciones», naciones que terminarán sin ninguna soberanía, donde grupos decididos —los wokistas me parecen hoy el candidato más próximo a esa idea— tomarían el poder —¿al modo como lo hizo Hitler en 1933?—. Y nunca hay que perder de vista que esa tiranía primero implantaría los «nuevos usos y costumbres» con mano férrea, y solo después dejaría a los ciudadanos de a pie ser libres en ese marco, más o menos como hoy lo son los ciudadanos chinos. Capítulo 3 Sobre el término nación Nación proviene del latín natio, palabra derivada de nascor = nacer. En la Edad Media parece que se usaba para señalar la procedencia de las personas. Así una persona nacida en Burgos era burgalés aunque sus padres fueran de Linares. En las Universidades —donde el latín era la lengua común— los estudiantes eran agrupados o se agrupaban en naciones, según fuera su lugar de procedencia o su idioma materno. Por ejemplo, del Papa Luna o Benedicto XIII (1328–1423) se decía que era «español de nación, del reino de Valencia». Todavía en los siglos XVI y XVII el término nación era usado en el sentido de nacionalidad o lugar de procedencia. Así los franceses eran los habitantes del Reino de Francia, empezando por su Rey, el Rey Francés, para todos aquellos que no procedían de Francia: españoles, ingleses, alemanes, holandeses, etc. Sin embargo, los españoles para hablar y referirse a sí mismos decían «Fulano es de Bilbao, o de la Coruña, o de Badajoz» llegando a precisarse el pueblo —cuando había mili aún se conservaba este uso—. Es decir, se seguía el uso inveterado medieval. El término nación era bien poca cosa, desde luego nada por lo que discutir o llegar a las manos. 15 Sobre el término nación 16 La carga semántica y pasional con que el término hoy parece rodar sin fin por las gargantas de todos, proviene de la Ilustración y la Revolución francesa. Alrededor de la cual se gestaron dos posiciones distintas y, creo, antagónicas. Por poner nombres: Rousseau y Herder, Contrato social y Volksgeist. (*) Mientras que no diga lo contrario usaré el término «pasión» como sinónimo del latín «passio -onis». Lo propio del significado de passio es que es algo que nos pasa o padecemos sin que queramos que se produzca. Por ejemplo, bebemos un vino y, si nos gusta, no podemos hacer nada para tener un sentimiento de disgusto. Oímos una canción y nos emociona, y tampoco podemos cambiar esa emoción por otra de disgusto. O sentimos sed y no podemos cambiar ese sentimiento por otro. Emociones, sentimientos, pasiones, etc., hoy tan apreciadas, no son sino pasiones: algo que nos pasa, que cambia el estado de alguna parte de nuestro cerebro sin nuestro concurso, sin que hagamos acción alguna a favor o en contra. Veamos muy resumidamente la idea de Contrato social. Lo básico y previo es la existencia de unas personas habitantes de un territorio. Estas personas, y hay que subrayarlo enérgicamente, son concebidos como individuos desligados de cualquier tradición, de cualquier antecesor y de cualquier sucesor posibles. Cada uno de ellos es simplemente él mismo y nada más, un individuo sin vínculo con ningún otro individuo. Todos ellos son conciudadanos porque están vivos al mismo tiempo y habitan un territorio común. Cada una de esas personas tiene una cantidad de fuerza, fuerza que se puede medir y se manifiesta al levantar un bulto o empujar un coche o lanzar una piedra, por ejemplo. En español deberíamos decir Fuerza, y en alemán Kraft. Pero si los de un pueblo eligen, por el método que sea, a los diez más forzudos y forman un equipo para jugar al juego de la soga —recuérdese: hay una soga, dos equipos de igual número de individuos, hay 17 tres marcas en la soga, dos que indican desde donde cada equipo puede agarrar y tirar, y una tercera que ha de coincidir con otra que hay en el suelo. El equipo que contra su voluntad sobrepase la marca del suelo, pierde— contra otros diez forzudos de otro pueblo, cada equipo representa el Poder (Macht, en alemán) de su pueblo. Sigamos con la ficción de los dos pueblos y sus equipos para jugar al juego de la soga. Y preguntemos ¿no se han tenido que poner de acuerdo antes en: 1.o, buscar a los diez más forzudos; 2.o, establecer un método para discriminar quién es más forzudo que otro; 3.o, aceptar que esos diez hombres representarán al pueblo entero; 4.o, que esos diez hombres son el poder del pueblo en dicho juego? Los habitantes de un pueblo así habrían suscrito un contrato intangible y no necesariamente conscientes todos ellos de lo que habían hecho. Habrían acordado constituirse en nación política de la que cada uno de ellos es un miembro con iguales obligaciones y derechos que cada uno de los demás. Los elementos básicos de esta idea son, pues: individuos; territorio; fuerza individual; suma de todas las fuerzas individuales o poder colectivo o social; subscripción de un acuerdo intangible o contrato social en que se conviene en formar un único grupo social propietario del territorio que habitan con voluntad decidida de unir sus fuerzas para defenderse de cualquier agresión externa y para hacer prosperar al grupo social al que se pertenece. Esa circunstancia sería la de una situación constituyente. Pero, ¿qué pasa con las generaciones siguientes? Pues que cada persona nace ya en el seno de esa nación, todos ellos son nacionales de esa sociedad. Y si pasado el tiempo, normalmente bastante, por causas externas o por causas internas, se produjera una situación tal que hiciera pensar a los habitantes de esa nación que hay que cambiar el contrato social suscrito por sus antepasados ¿tendrían Sobre el término nación 18 legitimidad para llevar a cabo el cambio? Sí, la respuesta es sí porque la base misma de la idea de nación política por Contrato supone y se fundamenta en que son los individuos vivos los únicos que pueden tomar decisiones. Cualquier legitimidad mana de su voluntad. No obstante, cabe pensar, y es fácil hacerlo, que en algunos casos el territorio que habitan estos nuevos constituyentes, o aspirantes a serlo, es el que es gracias a que sus antepasados dieron su vida por defenderlo. Es lo que sucedió en España entre 1808 y 1814. Nuestros antepasados se levantaron en armas contra las tropas francesas y lucharon batalla tras batalla por recuperar el solar patrio. La Guerra de la Independencia enseña dos cosas: una, la voluntad decidida de la nación, en el sentido de los nacionales de España, de recuperar el territorio invadido; dos, y la vez, recuperar España, recuperar el Reino a pesar de indignidad de la Monarquía gobernante. Y ambas cosas a sabiendas de que muchos españoles morirían en el intento. Ponga cada cual la conjunción adversativa que más le guste y pregúntese: ¿se puede seguir manteniendo la idea del Contrato social? ¿Somos ciudadanos, individuos libres o somos algo más? A la idea de Rousseau hay que contraponer la idea de Herder de que lo básico es el Volksgeist, literalmente el espíritu de un pueblo. Ese espíritu, ese Geist, es como una raíz con múltiples ramificaciones: una lengua común, un acervo grande de costumbres y usos ancestrales, una herencia y una tendencia en las bellas artes y en la literatura y en las artes menores, métodos de construir y fabricar, unos paisajes comunes exclusivos de un solar propio y patrio, unos dioses vinculados con ese territorio (en Roma: lares loci) y con esa raíz. La idea de Herder es que ese Geist es la base primigenia, indiscutible, que constituye o fabrica o hace al Pueblo, al Volk. El Pueblo, cada uno de los distintos Pueblos que pudieran existir, 19 si es auténtico Volk, y no mera apariencia, incluye a todas las generaciones, no solo a las existentes en un cierto tiempo sino también a las pasadas y a las futuras. A las pasadas no como mera retahíla de generaciones, sino como un todo cuyas partes se despliegan en una serie de generaciones cuya relación es de fundamentación: la generación n construye las posibilidades de la siguiente n + 1 que, negando o haciendo suya una o algunas posibilidades cambia el acervo de posibilidades que legará a una tercera generación n + 2. Los cambios no pueden ir contra el Geist de ese Volk so pena de sucumbir y desaparecer en cuanto Pueblo y nación política. Ambas ideas, la de Contrato social, de una parte, y la de Volksgeist, de otra, se oponen en sus elementos básicos e introducen, al oponerse, una tensión. Esta tensión podría, quizá, sintetizarse así: por extraordinaria que puede ser la situación histórica de una sociedad, las personas que la componen, sus nacionales, no pueden constituirse en fuente y origen de toda nueva legitimidad, y con esta de toda legalidad, olvidándose y relegando a las generaciones que las precedieron y al legado de estas. O dicho con otras palabras: el Volksgeist limita y coarta cualquier nuevo Contrato social que las personas vivas quisieran subscribir. Esta limitación se ve bastante bien en lo tocante al territorio. Todos los españoles muertos durante la guerra de la Independencia murieron por defender España, las tierras de España, todas las tierras de España. Nadie, ninguna generación posterior puede reclamar para sí y en exclusiva las tierras de España, tampoco una parte de ellas. Quizá sea verdad que quienes habiten las tierras llamadas «País Vasco» sean todos vascos —suponiendo que «vasco» corresponde a un Volksgeist, lo que es mucho suponer a mi juicio—, pero en la medida que también esas tierras fueron defendidas y conservadas por los españoles que lucharon contra la invasión francesa napoleónica, bastantes de los cuales murie- Sobre el término nación 20 ron en dicha defensa, son parte del solar patrio no solo de los que ahora las habitan sino de todos los españoles, incluso de los venideros. (*) Desde Sabino Arana hasta hoy, el lenguaje en que se hace la propaganda de la «nación vasca» es el español, el castellano. De esa cosa que dicen hablar y a la que llaman «Euskera» no sé cuál es el grado de parentesco y proximidad con el vasco tradicional que hasta los seis años estuvo hablando Xavier Zubiri. Sobre la contraposición entre la lengua vasca tradicional y el Euskera véase Matías Múgica: «Lengua y secesión. Política lingüística y el futuro en el País Vasco». Capítulo 7 del libro La secesión de España. Bases para un debate desde el País Vasco, Coordinado por Joseba Arregui Araburu. Madrid : Tecnos, 2014. Múgica cita a «Ibon Sarasola quien en la presentación del Orotariko Euskal Hiztegia (Diccionario General Vasco), justifica de esta manera el que la lengua vehicular del gran diccionario haya sido el castellano: “Hemos utilizado el castellano como metalengua, en primer lugar por una cuestión práctica: el euskera no es todavía una lengua de cultura cómoda, y a la hora de hablar de ciertos temas cuesta verdaderamente mucho trabajo hacerlo en euskera con un rendimiento mínimo y sin chapucear demasiado. Es inútil hacer como si no supiéramos que esto es así, y la verdad, este Diccionario General ya acarreaba de por sí suficientes dificultades y quebraderos de cabeza como para añadirle una más de incierto beneficio”». Pero si algunos vivos se empeñan en hacer tabla rasa, arrasar con todos sus antepasados, desprenderse de su historia como un buzo se desprende de su botella de oxígeno, anteponer su existencia e imponer un nuevo Contrato social estarían haciendo una revolución. Revolución que como cualquier otra sería origen de toda legalidad posterior. Pero, con ello y a la vez, legitimaría cualquier otra revolución que contra la primera pudiera llevarse a cabo. 21 El reino de los Reyes Católicos La idea de Volksgeist limita y contrae cualquier apetencia de modificación o sustitución del Contrato social. Mas la historia misma y sus vicisitudes, dios ante el que ofician sus sacrificios los defensores del Volksgeist, obligan a introducir cambios en el Contrato social a fin de superar dichas vicisitudes y poder seguir siendo el mismo Pueblo. El carácter historicista de la idea de Volksgeist pone límite a la prepotencia del Volksgeist y hace posible, necesarios, momentos, situaciones históricas en las que el Contrato social ha de ser revisado, incluso sustituido. Momento o situación histórica en que las generaciones vivas, existentes se alzan por sobre encima de sus antepasados para ofrecer a sí mismos y a sus sucesores otro Contrato social, nuevo o renovado. 3.1 La España moderna. El reino de los Reyes Católicos A veces, quizá demasiadas veces, se ha dicho que España con los Reyes Católicos se constituye en la primera nación moderna. Me parece una confusión entre nación y estado, dos palabras que conviene tener asépticamente separadas so pena de contraer una septicemia. España, entonces, es el Reino de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón y V de Castilla. Quienes por vez primera logran que el ejército sea uno y real. El primer elemento del Estado del Reino de los Reyes Católicos es el ejército. El segundo, La Santa Hermandad, corporación de hombres armados, que pagaban no los Reyes sino los Concejos Municipales. La primera policía formada a partir de las Hermandades medievales e instituida en 1476. En 1824 fue disuelta al crearse la Superintendencia General de Policía. Como diría Max Weber: dos Institutos armados. La representación de la fuerza, del poder (Macht). Leyes. La potestad legislativa era del Soberano, en nuestro caso Isabel I y Fernando V de Castilla y II de Aragón. En 1480 Sobre el término nación 22 Los Reyes cambiaron la composición y estructura del Consejo Real, órgano del que se sirvieron para la realización de leyes. En dicho Consejo tuvieron un papel central los juristas formados en las Universidades y no los nobles. Un tercer Instituto. La sede del poder legislativo. La administración de la justicia. Consolidaron la Chancillería, con dos sedes: una en Valladolid y otra en Granada; más otras dos sedes en Sevilla y Santiago de Compostela de la Audiencia. La Chancillería era el tribunal superior del Reino mientras que la Audiencia era un tribunal de rango inferior. A estos dos tribunales hay que añadir el Corregidor, figura de implantación en ciudades y municipios, que costeaban los pueblos y los Reyes designaban. Un nuevo Instituto que sumar a los anteriores: el Poder judicial. También reorganizaron la Hacienda Real (1480). Resumiendo, Isabel y Fernando crean nuevas Instituciones «públicas»: Ejército; Policía; Hacienda; Cuerpo legislativo; Justicia. ¿Qué falta? Decir lo evidente: que los Reyes estaban al frente de todas esas Instituciones y, además, definían la política interior y exterior de Reino. Los Reyes, diríamos hoy, dirigían el Gobierno, el Ejecutivo. Toda actividad que echemos en falta o que no nos encaje en la primera enumeración, hay que buscarla en el ejecutivo. ¿Cómo concebir todo eso? A mi juicio, Ejecutivo, Ejército, Policía, Hacienda, Cuerpo legislativo y Justicia son los elementos del Estado del Poder Público —las instituciones en que el poder político se articula y está—, lo que es tanto como decir que es el Estado del Reino de Isabel I y Fernando V al que llaman tanto los Reyes como el resto de los nacidos en él y los extranjeros: «España». A veces las Españas para subrayar que la España perdida por los visigodos y reconquistada a los «moros» se había formado mediante la suma de los distintos reinos cristianos medievales. La concepción de Marías 23 Hablar de la nación española no tiene sentido, a mi juicio. Hay un reino y unos reyes, soberanos de dicho reino. Reyes que unificaron el Poder creando para ello un Estado Real y la Administración necesaria para sostenerlo. Afirmar que ese Estado era un Estado centralizado creo que es una afirmación más bien tonta. Un Estado Real es el Estado «propiedad» de uno o dos hombres, ¿cómo no iba a ser centralizado, si por «central o centralizado» se entiende que irradiaba de los Reyes y que estaba al servicio de su Reino? El resto de los españoles, empezando por los nobles, eran súbditos, alguien con la obligación de obedecer a los Soberanos. 3.1.1 Súbditos y vasallos Acabo de decir que «el resto de los Españoles —los dos Reyes son la parte que falta—, empezando por los nobles, eran súbditos, alguien con la obligación de obedecer a los Soberanos». El término «súbdito» viene del latín: de subditus, que es el participio de pasado del verbo subdere, someter. Súbdito es, pues, el sometido. Calderón de la Barca recoge y plasma muy bien esta idea. En El Alcalde de Zalamea hace decir a Pedro Crespo: Con mi hacienda; pero con mi fama no; al rey, la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma solo es de Dios. (Jornada primera, escena dieciocho, versos 874-875-876) 3.2 La concepción de Marías En un gran libro, España inteligible. Razón histórica de las Españas, Julián Marías defiende la tesis de que la unificación de Sobre el término nación 24 los reinos de Castilla y Aragón junto con la anexión de Granada da paso a la aparición de la nación española. En ese libro dice Julián Marías «Es lo que fue, desde los últimos años del siglo XV hasta los primeros del XIX, la Monarquía Católica o Monarquía Hispánica, esa unión de pueblos heterogéneos unidos, no ya por la Corona, sino por una concepción de ésta que habrá que precisar en su lugar. La articulación de la Nación española en sentido estricto con la Monarquía Hispánica —con las Españas, si se prefiere— será el argumento y a la vez el problema de España en los siglos XVI, XVII y XVIII.» A esta cita seguirán más. Ahora necesito citar una bastante larga: «Este es el resultado final –o casi— de la larga serie de incorporaciones. La más importante y de mayores consecuencias fue la de los dos grandes reinos, Castilla y Aragón, por el matrimonio de Isabel y Fernando en 1474. De estas fechas data la Nación española [cursivas mías], no solamente por la unión personal de dos reinos, sino por la profunda transformación política y social que experimentan, en un proceso al que acaso no se ha prestado la atención suficiente ni ha recibido una interpretación adecuada. Pero la historia de esta larga serie de incorporaciones no termina aquí. La penúltima coincide con el fin de la Reconquista: la toma de Granada el 2 de enero de 1492 cierra el ciclo abierto en 711 e incorpora el último reino musulmán a la España de los Reyes Católicos. ¿Se incorpora? ¿No es simplemente una conquista militar? Veremos cómo el Reino de Granada, aun siendo musulmán, había sido sentido como parte de España. El hecho heráldico de que el escudo de los Reyes Católicos —el primer escudo de España— se remate con la granada simbólica, me parece de suficiente elocuencia. Posteriormente, las armas de Sicilia fueron sustituidas por las cadenas de Navarra (recuerdo de las de la tienda del Miramamolín, asaltada por Sancho el Fuerte en Las Navas de Tolosa), 25 La concepción de Marías cuando Fernando el Católico anexionó la Navarra cispirenaica a Castilla en 1512, mediante conquista fácilmente realizada por el Duque de Alba. Pero cuando en 1515 las Cortes reconocieron este hecho, la anexión se convirtió en incorporación, hasta el punto de que Navarra conservó su condición de reino, y los monarcas españoles eran proclamados también en Navarra. Con ello se cierra la larga serie de incorporaciones que tienen como resultado final la constitución de la Nación española; pero veremos que en rigor no termina aquí, y esta es la mayor originalidad, tantas veces pasada por alto, de la realidad histórica de España.» (Pp. 131-132). Es el capítulo XIII el que Marías dedica a la «invención de la nación española». Tengamos pulcros, aseados y separados algunos elementos reales. Están las tierras de la península que, como ahora, no incluían las de Portugal. Las Baleares y las Canarias ya son territorio español. También existen los dos Reyes: Isabel I y Fernando V (según la ordenación castellana). Existen los nobles, que representan una minoría al menos en número. Igualmente existen los eclesiásticos: cardenales, obispos, sacerdotes, etc. Otra minoría en número. Existen los habitantes de ciudades y pueblos, incluidos mudéjares y judíos, que ni son parte de los nobles ni de los eclesiásticos. Son los más. (Entre estos hay niveles sociales, pero ahora lo podemos dejar de lado). Hay un reino único que incluye varias coronas: la de Castilla, la de Aragón, y Navarra, al menos. Sobre el término nación 26 El reino de Isabel y Fernando desde el principio, desde el matrimonio de ambos príncipes, empieza a tener nuevas instituciones —entiéndase esta palabra como la usaba Max Weber. De las significaciones que da el DRAE, me interesan la 1) Establecimiento o fundación de algo; y la 2) Cosa establecida o fundada—. Marías (p. 146) menciona «en los cinco años (1474-1479) en que Isabel y Fernando reinan juntos en Castilla, antes de que Femando herede la Corona aragonesa, avanza extraordinariamente la nueva ordenación del reino, tanto en lo militar —creación de un ejército nacional para combatir a los portugueses y afianzar a los nuevos reyes— como en la subordinación de la nobleza a una nueva forma de Estado, principalmente en Andalucía y en Galicia, lo cual hace que la Castilla de 1479 sea ya, más que un reino medieval, un fragmento —sin duda el mayor— de la España moderna». Marías recoge claramente la subordinación de los nobles al poder real. Ya no vale la actitud que recoge el juramento de los Reyes de Aragón «Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos más que vos, os hacemos Principal, Rey y Señor entre los iguales, con tal que guardéis nuestros fueros y libertades; y si no, no». Más importante me parece la creación de un ejército no nacional sino real. Todavía en las guerras que preceden a la entronización de Isabel, las batallas se podían decidir porque un Señor, noble o eclesiástico, decidía o bien participar en la contienda con su ejército o bien retirarlo. El Rey quedaba en manos de sus nobles, de los ejércitos de estos. La creación de un ejército real implica la desaparición de esos ejércitos «mercenarios» que los nobles dirigían; la aparición de tropa reclutada directamente de entre el pueblo, mandos y estructura organizada. Recordemos la figura del Gran Capitán, noble de nacimiento. ¿Por qué calificarle de «nacional»? Marías no da ninguna razón. Me parece que había «un Reino», del que eran propietarios Isabel y Fernando. El ejército real era el ejército del Reino. Ma- 27 La concepción de Marías rías cita a Fernando del Pulgar: «¡Castilla, Castilla por el rey don Fernando e por la reyna doña Isabel su muger, propietaria destos reynos!», cita en que se ve claro que hay un reino —en este caso Castilla— y un propietario del reino: Isabel. «La organización de las Hermandades representa una transformación decisiva de la vida de los territorios castellanos, una ruptura con las condiciones medievales, el tránsito a una concepción nueva, propia de una nación moderna.» (p. 148). Estoy perfectamente de acuerdo con Marías: las Hermandades, la policía de la época, en tanto que Instituto real, de creación y posesión real, son una novedad. Son un elemento más del Estado que los Reyes Católicos van creando. ¿Por qué «nación moderna»? En el mismo sentido de un Reino y dos propietarios de ese Reino, los Reyes Católicos, esta otra cita que hace Marías: «El Rey e la Reyna —cuenta el capítulo CCXLI—, visto el breve del Papa, y la carta e enbaxada que el Gran Soldán le avía enbiado, respondieron al Papa que bien sabía Su Santidad, y era notorio por todo el mundo, que las Españas en los tiempos antiguos fueron poseydas por los reyes sus progenitores; e que si los moros poseyan agora en España aquella tierra del reyno de Granada, aquella posesión era tiranía, e no jurídica. E que por escusar esta tiranía, los reyes sus progenitores de Castilla y de León, con quien confina aquel reyno, siempre pugnaron por lo restituyr a su señorío, segúnd que antes avía sido.» (p. 149). Y llegamos a algunas precisiones que Marías nos brinda. «La “españolización” de Castilla es el primer paso hacia la nacionalización, hacia la invención, descubrimiento o hallazgo de esa nueva forma de convivencia histórica, de sociedad y Estado, que va a ser la nación. Ni en la Edad Antigua ni en la Media había habido naciones, sino otras cosas —mínimas o colosales, desde las ciudades griegas hasta el Imperio Romano, desde los pequeños reinos de taifas hasta el Califato de Oriente o de Córdoba—; en otros continentes, tampoco, a no ser que se tomen así las uni- Sobre el término nación 28 dades sociales inspiradas en el modelo de las naciones europeas modernas. Pero esa nacionalización a que me refiero no fue nacionalización de Castilla —que nunca fue nación, como ningún otro reino peninsular, menos aún sus partes—, sino de España. Precisamente la asociación de esos reinos al proyecto originario es lo que hará posible la constitución de la nación española; sin ello, el matrimonio de los Reyes Católicos, como tantos otros, no hubiera pasado de una unión dinástica.» (p. 151). De acuerdo, hay no una unión dinástica sino un solo Reino: España. Ahora, si así se quiere, todo nacido en territorio español o de padres españoles, es «nacional» de España, español de nación, nacido español. En la medida que esa tendencia hacia consolidar un Reino, una Corona se consolide en otros países europeos, tendremos el uso medieval de «nación» presente en «francés o nacido en Francia», etc. Pero esos reinos europeos tendrán que emprender y seguir hasta el final lo mismo que emprendieron y crearon los Reyes Católicos: un Estado con instituciones fuertes: ejército, policía, hacienda, justicia, etc. Si usamos el término «nación política» como sinónimo de «nosotros el pueblo», entonces el soberano es el pueblo. Pero este no era el caso en el Reino de los Reyes Católicos. El pueblo, todos los demás excepción hecha de los dos Reyes, eran súbditos, carentes formalmente de cualquier título de soberanía. Es más, carentes formalmente de cualquier auctoritas (autoridad) y de cualquier potestas (potestad). Cualquier rango que alguien pudiera ostentar de autoridad o de poder lo portaba en nombre de o por delegación de los Reyes. Pues bien, creo que la idea de Marías ha de ser enfocada de otra manera. Los Reyes eran dueños y señores del Reino. Pero si querían formar un ejército tenían que contar con la anuencia de los españoles, nobles y plebeyos. Si imaginariamente hacemos que a una llamada a filas de los Reyes siga la presentación de los nobles para ocupar capitanías y generalatos, y que nadie más 29 La concepción de Marías llegara, advertiremos que por más súbditos que fueran, los españoles eran necesarios a los Reyes porque sin su concurso no hubiera habido ejército. La policía, las Hermandades tampoco podrían haber hecho su trabajo sin el consentimiento tácito del resto de los españoles de que eran necesarias no solo para los Reyes sino también para todos los demás. Y así con el resto de Institutos que conformaron el Estado: justicia, hacienda, etc. La idea que late ahí, en esa perspectiva, es que los súbditos son hombres libres que voluntariamente se prestan a los designios de los Reyes, pero en tanto que los Reyes «guarden y hagan guardar fueros y libertades de todos sus súbditos». Corriendo el tiempo, a la idea anterior se añadió el final del juramento de los Reyes de Aragón: «y si no lo hacéis, no seremos vuestros súbditos». Los reyes no siempre entendieron esa dialéctica y no se cuidaron de guardar y hacer guardar las libertades de sus súbditos. El caso de Fernando VII es paradigmático. Capítulo 4 Derecho de secesión 6 de enero de 2020. A doña Carmen Calvo, πτωχή τῷ πνεύματι (pobre de espíritu) Me parece que hay dos o tres planteamientos posibles del problema catalán y vasco. Hay uno, el de reformar el texto de la Constitución, que no se seguirá. Porque los procedimientos para reformar la Constitución son estrictos y contrarios al Gobierno del PSOE y sus secuaces. La Constitución (artículo 168) establece un procedimiento severo para modificar el Título preliminar entero (artículo 1.2.o: la soberanía reside en el pueblo español); el capítulo segundo, sección 1.a del Título I (subtítulo: De los derechos fundamentales y de las libertades públicas); Título segundo (subtítulo: De la Corona). El resto del texto de la Constitución puede ser reformado con las siguientes condiciones: que tres quintos ( 35 × 350 = 210) de diputados y tres quintos de senadores ( 53 × 265 = 159) aprueben la reforma. Que no ha de ser sometida a referendum de todos los españoles excepto que: 167.3. Aprobada la reforma por las Cortes Generales, será sometida a referéndum para su ratificación 31 Derecho de secesión 32 cuando así lo soliciten, dentro de los quince días siguientes a su aprobación, una décima parte (35 diputados o 27 senadores) de los miembros de cualquiera de las Cámaras. Otro planteamiento, el que según todos los indicios piensa seguir el Gobierno del PSOE, es: convocar un referendum en el que solo puedan votar los residentes en Cataluña con derecho al voto. Para ello tendrá que manosear y pervertir lo dicho en la Ley Orgánica 2/1980, de 18 de enero. La ley orgánica 2/1980, de 18 de enero, dice en su artículo segundo: Uno. La autorización para la convocatoria de consultas populares por vía de referéndum en cualquiera de sus modalidades, es competencia exclusiva del Estado. Dos. La autorización será acordada por el Gobierno, a propuesta de su Presidente, salvo en el caso en que esté reservada por la Constitución al Congreso de los Diputados. Tres. Corresponde al Rey convocar a referéndum, mediante Real Decreto acordado en Consejo de Ministros y refrendado por su Presidente. (BOE-A-1980-1564) El punto dos atribuye al Gobierno autorizar la consulta a propuesta de su Presidente. Una vez que el Gobierno haya acordado convocar un referendum, se publicará dicha convocatoria en un Real Decreto firmado por el Rey y el Presidente de Gobierno. El referéndum consultivo previsto en el artículo noventa y dos de la Constitución requerirá la previa autorización del Congreso de los Diputados por mayoría absoluta, a solicitud del Presidente del Gobierno. Dicha solicitud deberá contener los términos exactos en que haya de formularse la consulta. 33 Discusión de los planteamientos Pero es mejor dejarlo aquí y no entrar a analizar más vericuetos de las leyes. Por último, reclamar la formulación de una Ley de claridad (Canadá, Quebec). Dicha ley quizá debería incorporarse a la Constitución y su nombre debería ser Ley de secesión que, al incorporarse a la Constitución se convertiría en un Derecho de secesión. Dicha ley debería establecer quién puede reclamar una secesión del conjunto de España. Cuándo se podría volver a solicitar, si la consulta fuera respondida con un no. Y qué asuntos, temas o problemas deberían ser negociados por las comisiones creadas para llevar a cabo la secesión civilizadamente. No creo que haya más vías excepto que se lleve a cabo una revolución desde el Gobierno secundada por todos sus secuaces. Revolución que habría de triunfar. Aunque las revoluciones son «cosas» extrañas. Por definición, son ilegales y, por ello, ilegítimas. Solo una revolución triunfante es origen de legitimidad y legalidad. Pero en cuanto ilegales e ilegítimas, cualquiera puede alzarse contra ellas e intentar derrocarlas. Es lo que los revolucionarios de todos los tiempos han llamado la contrarrevolución. 4.1 Discusión de los planteamientos De la revolución no merece la pena ocuparse de momento. La reforma de la Constitución es muy difícil, y para mí que de todo punto imposible dada la correlación de fuerzas políticas existente en las Cortes actuales. Un momento de reflexión sí que merece la adaptación de una ley de Claridad. 4.1.1 Ley de claridad A mi juicio, la ley de Claridad es un ensayo de arreglar por las buenas, civilizadamente un conflicto político. Hay que tener Derecho de secesión 34 presente que el gran antecedente de un conflicto de secesión fue la Guerra de secesión estadounidense. Guerra que duró cuatro largos años y costó unas 620.000 vidas de unos 31,5 millones de habitantes (1860). Las guerras yugoslavas de 1991-2001, que deshicieron por completo a Yugoslavia. Terrible guerra que dejó seis nuevas repúblicas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte y Serbia). La ley de Claridad canadiense es del 29 de junio del 2000. Insisto en lo de «arreglo civilizado» porque a Quebec no se le podía considerar sujeto a un derecho de autodeterminación, según doctrina de la ONU. (Una palabra sobre el derecho a decidir, de nuevo puesto en juego por el PNV en su propuesta de reforma del Estatuto vasco. El difunto Antonio García-Trevijano enseñó, entre otros juristas, que tal cosa es una μετάβασις εἰς ἄλλο γένος, una transposición del derecho privado al público, un no sense, un absurdo. No sé por qué insisten, a no ser por aquello de que el jabalí, como la cabra, tira al monte o porque el rh+ les lleve a pegar volatines como los payasos de feria). Pero la vida política va siempre animada por dos tendencias que manan de lo más íntimo del cuerpo social. Una roussoniana: los individuos vivos de una sociedad están legitimados siempre y en toda situación a cambiar «el contrato social» que les une y obliga. Otra, también ilustrada pero con clara pátina romántica: lo básico de cada sociedad es un Volksgeist, literalmente el espíritu de un pueblo. Ese espíritu, ese Geist, es como una raíz con múltiples ramificaciones: una lengua común, una acervo grande de costumbres ancestrales, de usos y vigencias, una herencia y una tendencia en las bellas artes y en la literatura y en las artes menores, métodos de construir y fabricar y hacer ciencia, unos paisajes comunes exclusivos de un solar propio y patrio, unos dioses vinculados con ese territorio (en Roma: lares loci) y con esa raíz. 35 Discusión de los planteamientos En el capítulo anterior he dicho que esta idea sostiene «que ese Geist es la base primigenia, indiscutible, que constituye o fabrica o hace al Pueblo, al Volk. El Pueblo, cada uno de los distintos Pueblos que pudieran existir, si es auténtico Volk, y no mera apariencia, incluye a todas las generaciones, no solo a las existentes en un cierto tiempo sino también a las pasadas y a las futuras. A las pasadas no como mera retahíla de generaciones, sino como un todo cuyas partes se despliegan en una serie de generaciones cuya relación es de fundamentación: la generación n construye las posibilidades de la siguiente n + 1 que, negando o haciendo suya una o algunas posibilidades cambia el acervo de posibilidades que legará a una tercera generación n + 2. Los cambios no pueden ir contra el Geist de ese Volk so pena de sucumbir y desaparecer en cuanto Pueblo y nación política». Ambas ideas, las de Contrato social, de una parte, y la de Volksgeist, de otra, se oponen en sus elementos básicos e introducen, al oponerse, una tensión. Esta tensión podría, quizá, sintetizarse así: por extraordinaria que pueda ser la situación histórica de una sociedad, las personas que la componen, sus nacionales, no pueden constituirse en fuente y origen de toda nueva legitimidad, y con esta de toda legalidad, olvidándose y relegando a las generaciones que las precedieron y al legado de estas. O dicho con otras palabras: el Volksgeist limita y coarta cualquier nuevo Contrato social que las personas vivas quisieran subscribir. Hay que tener en cuenta el pasado, por ejemplo, lo que sucedió en España entre 1808 y 1814. Repetiré lo ya dicho en el capítulo precedente «nuestros antepasados se levantaron en armas contra las tropas francesas y lucharon batalla tras batalla por recuperar el solar patrio. La Guerra de la Independencia enseña dos cosas: una, la voluntad decidida de la nación, en el sentido de los nacionales de España, de recuperar el territorio invadido; dos, y a la vez, recuperar España, recuperar el Reino a pesar Derecho de secesión 36 de la indignidad de la Monarquía gobernante. Y ambas cosas a sabiendas de que muchos españoles morirían en el intento». Cada uno de los españoles vivos hoy podemos habitar el suelo en que vivimos, ciudad o pueblo, porque aquellos hombres y mujeres, una generación antecedente a la nuestra, lo defendieron. Hoy somos nacionales de España porque consiguieron expulsar a las tropas de Napoleón. Hay que volver a reiterar preguntas que ya he formulado: ¿se puede seguir manteniendo la idea del Contrato social? ¿Somos ciudadanos, individuos libres o somos algo más? ¿De verdad que podemos tomarnos la libertad de cambiar las ideas de soberanía nacional, de unidad de España? Pues bien, la ley de Claridad sacrifica en el altar de la civilización, del arreglo de los conflictos pacíficamente —por profundos que puedan ser—, el hecho de que somos herederos de multitud de generaciones y que, queramos o no, dejaremos una herencia a las futuras generaciones. La ley de Claridad se funda en la falacia de que como individuos libres podemos reescribir el contrato social en que se funda nuestra sociedad en cualquier momento porque es más importante «no tirarse los trastos a la cabeza» que el reconocimiento de que somos una sociedad histórica, que viene de un pasado y va a un futuro. Y da paso a otra falacia más: considerar que el territorio que hoy habitamos es nuestro, de cada uno de los habitantes de dicho territorio, a pesar de la sangre derramada. No creo que exista mucha gente en España que quiera romperse la cabeza antes que intentar un arreglo pacífico de los problemas de hoy que pueda ser una solución para muchas generaciones venideras. ¿Cómo? Si se me pregunta así, tan directamente, contestaré «no lo sé». 37 Discusión de los planteamientos 4.1.2 Un hilo de pensamiento El llamado problema de Cataluña, al que yo añadiría de inmediato, el del País Vasco, se inscribe en la configuración constitucional del Poder político en dos clases de poderes: uno, el Poder del Estado central; otro, el Poder transferido a las Regiones autónomas. Es el llamado Estado de las Autonomías. En el Estado de las Autonomías se inscribe el problema catalán y vasco. ¿Qué hubiera pasado si la salida del franquismo hubiera sido una República presidencialista, sin Autonomías? Es fácil hacerse una imagen, más o menos superficial. Un ejecutivo con el presidente de la República a la cabeza, presidente elegido por sufragio universal directo —puede precisarse esta parte de la imagen. Yo lo hago así: los candidatos no tendrían por qué ser presentados por un partido político; unos serían candidatos de un partido, otros no. Con un sistema de doble vuelta, segunda vuelta a la que pasarían los dos más votados en la primera. ¿Por qué segunda vuelta? La doble vuelta es conveniente, no necesaria, porque puede permitir a los electores no votar ideológicamente en la segunda vuelta—. Un legislativo elegido mediante elecciones en distritos unipersonales e igualmente a doble vuelta. Existiría un Estado único, con una Administración igualmente única, ambos jerárquicamente distribuidos. Creo firmemente que los españoles que subscribieron la actual Constitución también habrían subscrito ésta que dibujo. Si la salida del franquismo hubiera sido algo parecido al esbozo que he hecho de régimen político, es claro que no habría problema ni catalán ni vasco tal como se ha planteado: al hilo de las regiones autónomas. Podrían haberse dado grupos sociales que pugnaran por separar su región del resto de España. No hay que olvidar que ETA empezó sus asesinatos en vida de Franco. Pero hubieran sido grupos sociales, no grupos de gente que poseyeran parte del Poder político. Derecho de secesión 38 No entraré en si la transición de la ley a ley solo se pudo hacer del modo como se realizó. Pero creo firmemente que aunque el porcentaje de procuradores que votaron la Ley para reforma política quizá hubiera bajado del que se dio (81 % a favor), aproximadamente el mismo porcentaje de españoles hubiera votado a favor (77 %) en el referendum que siguió, si el texto de la ley hubiera sido otro que no incluyera tantos detalles de la arquitectura del Gobierno —uso esta palabra, «Gobierno», con el sentido que tiene en la expresión «forma de Gobierno»—, por ejemplo, si se hubiera dejado para otro momento una consulta sobre la forma de Gobierno. Creo que los españoles de entonces, en su inmensa mayoría, queríamos votar, poder establecer un Gobierno mediante elecciones. Queríamos un sistema democrático, lo cual significa algo más de lo que he dicho. «Democracia» significa, desde luego, elegir el Gobierno mediante votaciones. Pero significa también algo tan importante como esto, si no más, a saber: leyes iguales para todos. Que cada ley obligue a todo nacional por igual y, a la vez, ampare a cada nacional de igual manera que a todos los demás. Igualdad ante la ley. Hay que fijarse que ambas aspiraciones se retroalimentan: leyes iguales exigen legisladores revocables. No creo que el pueblo de Atenas tuviera muchas ganas de mandar, pero sí que no estaba dispuesto a transigir sin leyes iguales y magistrados elegidos y revocables. Desde entonces ruedan por el mundo estas dos aspiraciones a ver en cuántas almas cándidas y buenas pueden alojarse. Pero el caso es que en 1978 las cosas de la política no discurrieron por estos derroteros. Por ejemplo, Tarradellas volvió a España en 1977. Negoció con Adolfo Suárez hasta que éste cedió y aceptó que se proclamara Presidente provisional de la Generalidad catalana el 29 de septiembre de 1977. Es decir, antes de que la Constitución hubiera sido aprobada por las Cortes. 39 Discusión de los planteamientos Hecho grave porque prejuzgó el tema de la forma del Poder del Estado: central, autonomista. . . E introdujo la idea infeliz de que la única legitimidad remota a la que apelar era la de la Segunda República. Mas esas Cortes no tuvieron el carácter formal de cortes constituyentes. Véase el Real Decreto-Ley 20/1977, de 18 de marzo, en donde se dice: «Título primero “Disposiciones generales” Artículo uno. El presente Real Decreto-ley, en cumplimiento de lo previsto en la disposición transitoria primera de la Ley para la Reforma Política, tiene por objeto regular las primeras elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado que han de constituir las nuevas Cortes Españolas, de conformidad con lo previsto en la citada Ley.» (31 de octubre de 1978). No seguiré más por estos derroteros, pero siempre he pensado que de no andar D. Juan Carlos de Borbón por medio hubiera habido una probabilidad alta de restauración de la Segunda República. No son ganas de hacer memoria, mas la Segunda República fue un régimen impuesto ilegalmente, es decir, fue una revolución sin grandes daños personales. Si el rey Alfonso XIII no hubiera hecho cesión de sus derechos y hubiera defendido la legalidad vigente —lo que no acostumbraba—, dicha revolución probablemente no hubiera tenido lugar. La guerra civil fue una contrarrevolución. Ganaron los contrarrevolucionarios e instauraron una nueva legitimidad y legalidad. Muerto Franco, se reconquistó la posibilidad de instaurar una legitimidad y legalidad que no tuvieran su origen en revolución ninguna. Pues bien, concluiré afirmando que desde entonces hay mucho de artificioso en la vida política española para ganancia solo de los políticos y sus secuaces y adláteres. 4.1.3 Tres decisiones El pueblo español no ha podido decir sí directamente a tres asuntos decisivos: la forma de Gobierno. Es decir, no ha podi- Derecho de secesión 40 do responder nunca a la pregunta Monarquía o República como forma de Gobierno. Si Monarquía, Monarquía absoluta, constitucional o parlamentaria. Si República, República presidencialista o República parlamentaria. Tampoco se le ha dejado, y eso que formalmente se le reconoce como el único soberano, decidir sobre la forma de las votaciones: al hombre, lo que implica distritos unipersonales, o a partidos, partidos que eligen las personas que detentarán la condición de representante. Y, por último, mucho menos se le ha dejado tomar la decisión de si quiere un Poder público uno y único o un Poder público dividido y fragmentado con un Poder central más varios Poderes, de menor rango que el central. Los españoles debemos meditar sobre estos tres asuntos libre e inteligentemente, al menos hasta donde a cada uno le dé su cabeza. Para aquellos, que siempre los hay, que rezonguen algo así: «si, bueno, hasta ahí podíamos llegar, dejar que gente sin formación ninguna tome parte en decisiones sobre algo que ni entiende ni entenderá», la consecuencia debería ser la vuelta a Platón, a lo que Jason Brennan llama «epistocracia»: un sistema en el que solo el ciudadano bien informado (por usar un título de Alfred Schütz) tiene derecho al voto. A lo que habría que añadir que solo tendrían derecho a ser elegidos los mejores en acciones, inteligencia y sentimientos. Creo muy probable que hacia 2050, cuando Turing profetizó que habrá una inteligencia artificial igual o superior en todo a la humana, una forma de epistocracia sea la forma de gobierno imperante en casi todos los países europeos, sobre todo en la UE, y quizá en USA y Canadá. Pero dudo mucho que quienes gobiernen sean los mejores en acciones, inteligencia y sentimientos. Sigo. Decía que los españoles debemos meditar, y abandonar esa práctica insufrible de, a la menor, exigir esto o aquello. 41 Discusión de los planteamientos Meditar si la experiencia que hemos hecho de dos reyes, Juan Carlos I y su hijo Felipe VI, es satisfactoria, si íntimamente nos agrada la forma como se ha desenvuelto hasta hoy. Pensar que si nos oponemos a un Gobierno parlamentario, es decir, a que el Presidente del Gobierno sea elegido por el Congreso de los Diputados, y preferimos elegir directamente al Presidente mediante una elección entre candidatos personales, presentados o no por los partidos, no por ello no puede haber un Jefe del Estado que sea un rey. Aunque la cosa, como en el Reino Unido, parezca de pura guardarropía. También hay que meditar sobre si queremos elegir personas o listas. Los representantes de los españoles, o de cualquiera otra nacionalidad, han de ser personas. Podría ser que tal como nos vamos acercando a la era turinguiana, la gente prefiera que la represente una máquina computadora. En fin. . . , no sé qué pasará con la gente, yo no me apunto. Bromas aparte, el tema de personas o listas —cierto, listillo, listas de personas— lo creo crucial. Y aquí no tengo dudas: elegir personas, siempre personas. Y esforzarnos por averiguar si los candidatos se aproximan algo al ideal platónico de personas de bien, inteligentes, bondadosas y generosas. El tercer asunto es hoy el más espinoso: Autonomías. Comprendo que es difícil pensar fríamente sobre este tema porque, por el lado que tiene de descentralización, nos puede parecer bueno y conveniente. ¿La descentralización no implica que todos los servicios que el Estado presta van a estar, por así decir, a la mano de cada español? A la contra hay que pensar: mucho de esto se puede conseguir con una Administración bien organizada informáticamente. ¿No podemos pedir cita previa, casi se nos obliga, por Internet para casi todo: médicos, hacienda, bibliotecas (se llama «reserva previa»), etc.? A mí me ronda por la cabeza una idea que no me parece una ideíca: auditar las Autonomías actuales. Y el resultado de la Derecho de secesión 42 auditoria compararlo con un estudio sobre cómo habría de ser lo contrario, un Estado central que, empero, llegara con facilidad a cada una de las personas. Mientras que ambas cosas se llevaran a cabo, no habría por qué cambiar nada de lo existente. Aunque se dé de lado la idea de auditar las Autonomías, la cuestión es que el Gobierno de la Autonomía de Cataluña se ha declarado en rebeldía: dice querer imponer la independencia de Cataluña, dice no acatar algunas de las leyes del ordenamiento jurídico, es desleal con el resto de los políticos que actúan en España, gasta lo suyo y lo de los demás sin tino ni freno. Pero hasta ahora no se ha atrevido a ensayar la independencia de facto y en su lugar se limita a exigir un derecho de autodeterminación —suena lo de exigir, ¿no?—. Quiere que se le otorgue ese derecho, aunque sea irreal y tan fantástico como la quimera de Arezzo, que se le organice un referendum en el que tendrán derecho al voto los electores censados en Cataluña nada más. No se sabe si lo que contarían serían los votos emitidos o la proporción que estos representen respecto al total de electores. Tampoco se sabe si bastaría un solo voto de más para declarar que el sí a la independencia ha triunfado o se requeriría, por ejemplo, que los votos a favor del sí representaran 23 del número total de electores. Tampoco se sabe, supuesto que triunfara el no, en cuantos años no se podría volver a organizar un referendum sobre la independencia, ¿un año, dos, el tiempo de una generación o de dos, un siglo? ¿Cuánto? Menos se ha dicho de qué habría que negociar si triunfara el sí: ¿hay que valorar lo que valen los bienes inmuebles que España tendría que dejar allí? ¿Qué pasa con la deuda pública, dado que la catalana existe porque está garantizada por España? ¿Y después qué? ¿Se levantarían las vías del ferrocarril en la frontera entre Cataluña y España, se sustituiría un kilómetro de carreteras y autopistas por un foso de agua? ¿Se cortarían las líneas de alta tensión que llevan la electricidad de un sitio a otro? ¿Quedarían expulsados los equi- 43 Discusión de los planteamientos pos catalanes de las competiciones españolas? Es decir, ¿cómo serían las relaciones entre ambos países, habría que sacar visado para ir de un lado a otro cada vez? ¿Y si triunfara el sí holgadamente en, pongamos, dos provincias, escasamente en una tercera, y fuera el no quien triunfara en la cuarta y que esta fuera Barcelona? ¿Hay que obligar a las dos primera provincias a independizarse? O ¿podrían esas dos provincias y la tercera también renunciar a la independencia y mantenerse como parte de España? A veces producen la impresión de gente a la que les ha hecho la boca un fraile. Otras que son como niños con una pataleta. Las más de las veces, chulos de guardarropía. Es tan cansino, tan pesado el escucharles, aguantar sus desplantes, que he llegado a pensar que si se tratara de un barquito de papel habría que echarlo al Mediterráneo a que corriera su fortuna. 4.1.4 De vuelta a la ley de claridad El título octavo de la Constitución es un horror. Ante todo, y como toda la Constitución, en su literalidad, y no por lo que quiere Carmen Calvo sino porque se entiende mal, porque muchas veces las frases no son claras y hay que discutir acerca de lo que quieren decir. En segundo lugar, por lo que alguno de mis colegas llamaría «la arquitectónica» del sistema; es decir, la forma de organizar lo que se dice y afirma. Si se piensa en cómo organizarlo, ¿no habría que empezar por establecer quién puede tener derecho a formar una región autónoma? Y esto se puede hacer de dos maneras: una, enumerando dichas regiones; otra, estableciendo requisitos que ha de satisfacer quien aspire a ser región autónoma? En nuestra actual Constitución se optó por el establecimiento de requisitos. El artículo 143.1 dice así: Derecho de secesión 44 Artículo 143. 1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos. Texto que hace de cada provincia la unidad básica de que se puede partir para establecer una región. Las notas o requisitos «características históricas, culturales y económicas comunes» no me parecen significativas: todas las provincias de España tienen características históricas, culturales y económicas comunes entre sí. Malos requisitos porque no sirven para discriminar. A diferencia de estos, el ser «limítrofe» sí es discriminante. Por ejemplo, la Coruña y Almería no pueden aliarse para formar región porque no tienen límites comunes. Pero quizá la frase que se presupone que da paso a las llamadas «Comunidades históricas» es un ejemplo casi mayúsculo de frase que no se entiende y cuyo significado hay que discutir: «las provincias con entidad regional histórica», porque ¿acaso hay en España una provincia que no tenga historia y entidad? ¿Qué se quiere decir con «regional»? A mí me suena a los bienintencionados ensayos de Ortega y Marías, entre otros, de hablar de la «gran comarca». Los olivares que trascienden los límites provinciales, olivares de Jaén que se continúan en Córdoba, etc. ¿Por qué no considerar Castilla y Aragón las dos únicas regiones? ¡Ay!, porque en las cosas de la política de hacia 1978, como se hiciera en la Segunda República, estaba decidido que Cataluña y el País Vasco eran las regiones que aglutinaban a las provincias catalanas y vascas respectivamente. Y ello porque había grupos sociales en ambos sitios decididos a conseguirlo. Lo 45 Discusión de los planteamientos de Galicia es impuesto, no por simpatía sino para hacer como que la propuesta es coherente e incluye a todos los territorios en que se habla español y algo de otra lengua. Dejemos de lado el asunto de la insularidad. En Mallorca hay un giro expresivo que dice, por ejemplo, que el tomate de rama es muy mallorquín. Pero esta singularidad del tomate de untar mallorquín es la misma que le reconocemos al tomate rosa de Talavera de la Reina, el cual, lógicamente, es «muy talaverano». La insularidad no hace que los habitantes de las islas sean diferentes, que sean una subespecie a proteger de homo sapiens. Del artículo 144 al 158 se habla de la formación de una Comunidad autónoma, de competencias y cosas así. Excepto el 155, quizá porque se ha hecho famoso, los demás son de difícil lectura. A veces el legislador parece obsesionado intentando anticipar cada cosa de que se pueda ocupar una Comunidad, de las cosas que podrán hacerse en ella, incluso de cómo podrán reformar sus Estatutos, etc. La lectura de estos artículos es casi una tortura. Una palabra sobre el 155. Primero sobre su ubicación en el texto. ¿Por qué es el antepenúltimo, por qué está emparedado entre el 154 que habla del Delegado del Gobierno y el 156 que habla de la autonomía financiera de las Comunidades Autónomas? Da la impresión que no se le quiere dar la relevancia que tiene. Me explico. Dentro de un sistema político que otorga autonomía a entidades varias no solo a regiones, sino también a las universidades, ha de existir una norma que fije por qué, cuándo y cómo el otorgamiento de autonomía será suspendido. La autonomía no es una suerte de orgánulo con que la cosa de que se trate venga al mundo. Por ejemplo, si el Estado crea una universidad, el estado puede decir quién y cómo mandará en esa universidad; quién y cómo puede contratar su profesorado; etc. O bien, puede otorgar autonomía a dicha institución. Al otorgar autonomía no hace un acto irrevocable, antes bien ha de tratarse de un acto que Derecho de secesión 46 ha de ser regladamente revocable. Escandaliza bastante que la autonomía Universitaria parezca irrevocable en la Constitución. El 155 es el texto en que se instituye el porqué, el cuándo y el cómo de la revocación de la autonomía otorgada a una Región. Y es un texto extraño. Lo copio y después comento algo. Artículo 155. 1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. El 155.1 establece que si una Comunidad Autónoma —¿toda ella, es decir, todos los habitantes de la misma?— incumple alguna de las leyes vigentes —así creo que hay que entender «no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan», o bien lleva a cabo acciones que atentan directamente contra el interés de todos los españoles —se hace difícil otorgar interés a un ente histórico que no tiene capacidad agente por sí mismo—, hay causa para iniciar un proceso de revocación del otorgamiento de autonomía. ¿Cuándo hacer efectiva la revocación del otorgamiento de autonomía? Cuando requerido el Presidente de la Comunidad Autónoma a dejar de incumplir alguna o algunas leyes vigentes 47 Discusión de los planteamientos o a dejar de actuar contra el interés general, dicho Presidente haga caso omiso del requerimiento y siga incumpliendo leyes o siga actuando contra el interés de los españoles. ¿No quiere decir lo anterior que por «Comunidad Autónoma» hay que entender: órganos, instituciones de gobierno y de administración de una Comunidad Autónoma? Y venimos al cómo. El 155.1 es claro al respecto: el Gobierno de la Nación adoptará medidas para corregir todo aquello que la institución o instituciones de la Comunidad Autónoma esté haciendo mal —medidas que deberán ser aprobadas por mayoría absoluta del Senado—. Es bastante claro, ¿no? Si el que incumple reiterada o gravemente la ley es el parlamento regional, las medidas dispuestas pueden llegar a suspender o cerrar el parlamento. Y si lo es el gobierno regional, igualmente se puede retirar el poder ejecutivo de dicho gobierno reingresando en el poder central esa parte del poder desgajada y otorgada a la región de que se trate. Es lo que sucedió en Cataluña. Supongamos por un momento que tan solo el parlamento de una región incumple una ley o varias. El Gobierno de la nación decide cerrar el parlamento. El Senado lo aprueba. ¿A quién recurrir para que las puertas del parlamento de la región permanezcan cerradas? La repuesta nos lleva al 155.2, a mi juicio. El Gobierno de la nación podría dar instrucciones al ejecutivo regional para que cierre y mantenga cerradas las puertas del parlamento. Así entiendo yo ese «el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas». Pero la disputa entre juristas se podría haber evitado si el 155.1 dijera algo así: el Gobierno de la nación «podrá adoptar y ejecutar las medidas necesarias. . . ». Entonces el 155.2 sobraría. La idea es, creo, la siguiente: el Gobierno de la nación elabora unas medidas con cuya ejecución piensa que se pondría fin al Derecho de secesión 48 problema planteado por la región en cuestión; las presenta al Senado y éste las aprueba por mayoría; a continuación el Gobierno va ejecutando cada una de las medidas ideadas y aprobadas. Por último, el sitio del 155. A mi juicio, debería haber sido el 158. Y debería intitularse así «de la revocación del otorgamiento de autonomía». 4.1.5 Falacias sobre falacias En el País vasco y en Cataluña existían grupos sociales —los historiadores dirán, pero sin forzar las cosas, diría yo que desde finales del XIX— partidarios ya no de la autonomía sino de la secesión. Dichos grupos sociales no aceptan la autonomía sino como medio para conseguir el objetivo de una nación independiente de España. Dichos grupos sociales basan su posición en varias falacias encadenadas: 1.a, respecto al territorio. Es suyo, de los nacionales de esas regiones porque sus padres, ellos y sus hijos lo habitaban, habitan y habitarán —son no nacionales aquellos españoles nacidos en otras regiones y sus descendientes—; 2.a, respecto al sujeto político. Son ellos, los vascos de nación o los catalanes de nación —uso la expresión «los x de nación» en el sentido medieval, es decir, significando los nacidos en— quienes tienen derecho a subscribir un nuevo contrato social porque son un pueblo distinto del pueblo español. Diríase que no son una especie de los españoles sino una partición no solapante del hombre europeo: como hay daneses, polacos, italianos, etc., hay también españoles y vascos y catalanes; 3.a, respecto a la democracia. Al hacer uso de la organización del Poder político español y haberse constituido en regiones autónomas, afirman que cada uno de sus respectivos parlamentos regionales detentan la representación de una soberanía, soberanía distinta de la española, propia solo de los nacionales de sus territorios. Y que esto es así atendiendo al régimen democrático que impera en España. Los vascos, y 49 Discusión de los planteamientos solo ellos, han votado los miembros del Parlamento vasco; los catalanes, y solo ellos, han votado los miembros del Parlamento catalán. De donde deducen incorrectamente que no hay soberanía de rango superior que aquella que ha dado representación a los parlamentarios de los vascos o los catalanes. ¿Por qué es una falacia lo que he llamado «falacia del territorio»? España ha sido invadida y, si así se quiere, esclavizada en tres ocasiones históricas: por Roma. Aunque es difícil aceptar que Roma se apropiara de un ente unitario de anterior existencia al que pudiéramos llamar «Hispania»; por los árabes y bereberes, desde el siglo VII al XV; por las tropas de Napoleón, al comienzo mismo del siglo XIX. Para no remontarnos en el tiempo, atengámonos a la invasión napoleónica. Ante dicha invasión se alzaron todos los españoles para recuperar el territorio nacional o, simplemente España. Y fueron todos los españoles los que lograron derrotar al invasor y mantener la unidad territorial. Y esto gracias al coraje y la sangre derramada de miles de españoles. El territorio que cualquiera de nosotros pisa habitualmente, que considera su solar patrio, no lo sería sin aquella generación de españoles. Y no cabe un pensamiento tonto y simplista como «nosotros defendimos la tierra de los vascos y nosotros la de los catalanes» porque la objeción es contundente: si los españoles no hubieran ganado aquella guerra ni el País vasco, ni Cataluña, ni Castilla, hubieran quedado en pie y toda España hubiera sido territorio francés. Así que ninguno de nosotros es propietario del suelo que pisa, sino que somos herederos de un legado territorial, legado que nos da derecho por igual a todos los españoles, y sobre todo el territorio español. Todos los españoles somos nacionales de España, nacidos en algún lugar del territorio español, cierto, pero sin que esto se pueda anteponer al derecho sobre todo el territorio. No creo que otra cosa pensaran vascos y catalanes que lucharon y dieron su vida en la Guerra de la Independencia. Derecho de secesión 50 La segunda falacia, la que he llamado «falacia del sujeto político», es. . . la cuadratura del círculo. Y lo es porque aparentemente consigue fundir en una dos ideas contrapuestas: la roussoniana del Contrato social, la de una colectividad que es un conjunto de individuos que siempre y en todo momento tiene capacidad y legitimidad para subscribir un nuevo contrato social. Pero esta colectividad no solo es un conjunto de hombres libres para subscribir un contrato social sino también un pueblo distinto a cualquier otro. Y son un pueblo distinto de cualquier otro porque es una colectividad que cuadra a la perfección con la idea de Volksgeist, o al menos así lo piensan ellos. Pero no existen tales pueblos, esto es falaz, primero por la lengua. En Cataluña se habla catalán —un idioma pleno— aunque no solo, puesto que los que hablan catalán también saben hablar castellano. En las provincias vascas se habla una jerga que no es un idioma pleno y por supuesto castellano. Recuerdo lo ya dicho: desde Sabino Arana hasta hoy el lenguaje en que se hace la propaganda de la «nación vasca» es el español, el castellano. De esa cosa que dicen hablar y a la que llaman «Euskera» no sé cuál es el grado de parentesco y proximidad con el vasco tradicional que hasta los seis años estuvo hablando Xavier Zubiri. Sobre la contraposición entre la lengua vasca tradicional y el Euskera véase Matías Múgica: «Lengua y secesión. Política lingüística y el futuro en el País Vasco». Capítulo 7 del libro La secesión de España. Bases para un debate desde el País Vasco, Coordinado por Joseba Arregui Araburu. Madrid : Tecnos, 2014. Múgica cita a «Ibon Sarasola quien en la presentación del Orotariko Euskal Hiztegia (Diccionario General Vasco), justifica de esta manera el que la lengua vehicular del gran diccionario haya sido el castellano: “Hemos utilizado el castellano como metalengua, en primer lugar por una cuestión práctica: el euskera no es todavía una lengua de cultura cómoda, y a la hora de hablar de ciertos temas cuesta verdaderamente 51 Discusión de los planteamientos mucho trabajo hacerlo en euskera con un rendimiento mínimo y sin chapucear demasiado. Es inútil hacer como si no supiéramos que esto es así, y la verdad, este Diccionario General ya acarreaba de por sí suficientes dificultades y quebraderos de cabeza como para añadirle una más de incierto beneficio”». Ambos casos no son iguales respecto a la lengua. En un caso la hay, en otro no. Mas, también hablan catalán los alicantinos que se expresan y comunican en valenciano. ¿Es verdad que estos alicantinos: 1.o, se consideran partícipes del Volk catalán; 2.o, y sobre todo, que por hablar en valenciano se sienten un grupo de gente aparte del resto de los españoles? Demos otro paso más. El Geist del Volksgeist no solo incluye una lengua, incluye también un montón de usos y costumbres y vigencias. La cuestión a dirimir es ahora: ¿cuánto de ese montón de costumbres, de usos y de vigencias es compartido por catalanes y vascos con andaluces, castellanos, valencianos, etc.? Reconozco que haber hecho de la corta de árboles con hacha una competición deportiva es propio de vascos, como lo de los castellers es propio de catalanes. Pero, ¿se pueden enumerar usos, costumbres y vigencias que tengan alguna trascendencia histórica y que sean exclusivos de catalanes o vascos, que no compartan con otros españoles? Otro paso. ¿Acaso hay tradiciones en las bellas artes, en la literatura, incluso en las artes menores que sean específicas de vascos y catalanes, que no sean tradiciones compartidas con el resto de españoles? La pregunta se ha de reiterar respecto a las técnicas, ¿acaso se construye sin andamios o sin encofrados en Cataluña o en el País vasco? Y, por último, consideraré otro aspecto más. Se trata de los paisajes asociados a los solares propios y patrios. ¿Acaso alguien cree que las onduladas praderas verdes de las colinas vascas no son semejantes, mucho, a las que se pueden encontrar en Santander o en Asturias o en Galicia? Y cuando había dioses vinculados Derecho de secesión 52 con esos territorios, ¿acaso eran tan distintos de los propios del resto de territorios de la Península? No, nunca ha habido un Volksgeist vasco ni tampoco otro catalán. Por eso, considerar que hay un sujeto político distinto del sujeto político propio del resto de España en cualquiera de esos territorios es una falacia. La tercera falacia es la de la soberanía. Hemos oído muchas veces que el Parlamento catalán representa la voluntad del pueblo catalán. Cada ley que emane del Parlamento es, por ello, emanación de la voluntad del pueblo catalán. Pero esta falacia tiene dos bases: 1.a, que existe un Pueblo Catalán. Que el catalán no es una especie del género español, sino que es una especie del género europeo; 2.a, que en cada votación realizada en Cataluña quien se expresa es ese Pueblo Catalán. Es, pues, la soberanía del Parlamento catalán soberanía otorgada por el que lo ha votado, esto es, el Pueblo Catalán. Ya he dicho que no existe ese quimérico Pueblo Catalán. ¿Hay catalanes?, sí, sin duda. Que los catalanes cuando quieren hablan catalán, una lengua distinta del castellano, no tiene duda. Mas ambas cosas, juntas o por separado, no es fundamento suficiente para hablar, para afirmar la existencia de un Pueblo Catalán. Pero aún es peor, más fraudulenta, la idea de que el hecho de la existencia de las votaciones en Cataluña es fundamento suficiente para afirmar la soberanía del Pueblo Catalán. ¿Por qué? Porque esas votaciones existen en virtud de un régimen político que existe en España. Porque en España hay votaciones para elegir a los partidos políticos que nos van a representar y que van a detentar el Poder Político de la Nación española, en Cataluña y en el País vasco se celebran elecciones. Y porque el Poder Político de la Nación española ha sido dividido y repartido entre un Gobierno central y Gobiernos regionales, hay Gobierno y Parlamento en ambas regiones. Si imaginariamente suponemos que la Democracia en España se hubiera organizado con un único Go- 53 Discusión de los planteamientos bierno de la Nación y un único Parlamento nacional, entonces no habría ninguna elección más en esas regiones que las elecciones al Parlamento nacional y al Gobierno de la Nación, salvo quizá elecciones municipales. Y ese supuesto soberano local estaría permanentemente de vacaciones. 4.1.6 A modo de conclusión Todo lo dicho me lleva a hacer la propuesta de que se elabore una ley del derecho de secesión. Dicha ley ha de dejar claro, muy claro, varias cosas. 1. Quién puede solicitar un referendum de secesión. 2. Quién tendría derecho a votar en dicho referendum. Se formaría así el cuerpo electoral legítimo. 3. Cuál sería el porcentaje de votos del total votos que se pudieran emitir para aceptar que el referendum ha dado un sí. Para mí, dos tercios del total de electores. 4. Después de cuánto tiempo se podría volver a celebrar otro referendum igual. Para mí, el tiempo de dos generaciones, unos cincuenta años. 5. En el caso de regiones con más de una provincia, hay que establecer de antemano cómo se procederá si el resultado electoral es muy distinto en las distintas provincias. 6. Hay que enumerar todas las cosas que habría que negociar caso de que saliera el sí antes de conceder la independencia. 7. Igualmente habría que dejar claro cómo se formarían las comisiones negociadoras. 8. Y el tiempo máximo que esta negociación podría gastar. Capítulo 5 Sobre el cambio climático Hay distintas maneras de hablar de las cosas. Por ejemplo, se puede intentar hablar de fútbol sin dar opiniones, antes bien haciendo preguntas. Por ejemplo, «¿tú crees que a Vinicius le dan muchas patadas?» en lugar de afirmar que «a Vinicius le dan muchas patadas». Son dos formas de hablar de Vinicius: la primera se caracteriza por el uso de oraciones interrogativas (preguntas); la segunda, por el uso de oraciones declarativas (aserciones). Hay más tipos de oraciones y, por tanto, es posible construir otras formas de hablar. Por ejemplo, el sargento que instruye a un pelotón de soldados en un campo de entrenamiento lo que hace al hablar es mandar, dar órdenes. Habla con oraciones imperativas. Pues bien, cada ciencia habla de una cosa: no hablan de lo mismo la Geometría clásica que la teoría del electromagnetismo (Física). Tampoco La Psicología habla de lo mismo que la Geometría y la Física. Y tampoco nuestro médico habla de lo mismo que la Psicología, la Geometría y la Física. Pero todas esas ciencias (aceptemos que la Medicina es una ciencia entre las ciencias) tienen una cosa en común: al hablar, usan oraciones declarativas, asertivas. Oraciones que dan información sobre algo. Por ejemplo, «Vox ha presentado una moción de censura» es una oración declarativa porque se trata de una oración que nos da información sobre un hecho que se ha producido. Tam55 Sobre el cambio climático 56 bién un teorema de la Geometría o una ley de la Física nos dan información sobre algo. Por ejemplo el teorema de Pitágoras nos informa de relaciones existentes entre la hipotenusa y los catetos de un triángulo rectángulo cualquiera. La ley de caída de graves nos dice cómo son las relaciones entre la altura desde la que cae un grave, un cuerpo si así se quiere, la aceleración de su caída por efecto de la gravedad y el tiempo que tarda en alcanzar el suelo; todo ello supuesto que no hay rozamiento o que éste es despreciable. Matemáticas, Física, Química, Biología, Psicología, Neurología, Economía, etc., hablan, construyen sus teorías como grandes series de oraciones declarativas. Pero es curioso que también los poetas usan oraciones declarativas. Así, García Lorca dice Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas ¿Cuáles son las oraciones declarativas? Por orden de aparición: 1) «yo te sufrí» 2) «rasgué mis venas sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas» Fijémonos en la segunda. «Rasgué mis venas» empieza diciendo el poeta. Si lo tomamos como información de algo que pasó, el poeta hubo de abrirse las venas y dejar fluir su sangre «sobre tu cintura», la cintura de su amor. Mas, no hemos terminado de pensar lo que acabo de expresar y ya estamos negando con la cabeza, y afirmando «no, así no se puede entender». Ni el poeta se abre las venas ni su sangre cae sobre la cintura de su amante. No se puede entender así, concluimos. ¿Por qué? Porque el poeta no está diciendo que ni él ni nadie se abriera las venas ni que la sangre fluyera de ellas. Usa una imagen que nos induce a pensar la relación amorosa como la entrega de la propia 57 Lo que distingue al cambio climático vida en o a favor del otro. Abrirse las venas es una metáfora de vida entregada en el acto amatorio. No, no podemos entender esa segunda oración, cuya estructura sintáctica es la de una oración declarativa, como una auténtica aserción. ¿Por qué? Por que si lo fuera habría de ser susceptible de ser o verdadera o falsa. Y es absurdo pensar que Lorca quería afirmar una verdad (abrirse las venas y dejar fluir la sangre) o una falsedad (no abrirse las venas). Pues bien, a las oraciones declarativas susceptibles de ser o verdaderas o falsas es a lo que los filósofos llamamos «enunciado». Las teorías científicas son grandes series de enunciados. En síntesis, enunciado es una oración declarativa —por su forma gramatical—, cuya información ha de ser verdadera o falsa —por su función epistemológica—. 5.1 Lo que distingue al cambio climático Disculpa, lector, por haber dado un paso al frente como profesor de filosofía, pero me ha parecido necesario porque vamos a hablar de cambio climático quizá producido por la acción del hombre. Para los defensores del cambio climático es verdad que se está produciendo un cambio climático desde hace décadas por causa de ciertas acciones del hombre. Se trata de afirmaciones hechas mediante enunciados que se pretenden verdaderos. Puesto que se trata de enunciados como «existe el cambio climático» y «este cambio climático ha sido producido por acción del hombre», es posible preguntar: 1.o, ¿es o son verdaderos?; 2.o, ¿cómo se ha probado que son verdaderos? La perspectiva que voy a adoptar en este capítulo es eminentemente crítica con las formas de probar. Pretendo introducir en ti, lector, una duda razonable acerca de cómo se han obtenido las pruebas que los ecologistas y demás defensores del cambio Sobre el cambio climático 58 climático dicen tener. Por eso tendré que dejar, alguna que otra vez, que mi condición de profesor de Lógica aflore. ¿A qué llamamos «clima»? La Wikipedia lo define así: «El clima se define como las condiciones meteorológicas medias que caracterizan a un lugar determinado. Es una síntesis del tiempo atmosférico, obtenida a partir de estadísticas a largo plazo. Los elementos meteorológicos a tomar en cuenta son la temperatura, la presión, el viento, la humedad y la precipitación». Hablamos del clima de Madrid por contraposición al clima de Bilbao, por ejemplo. O del clima de la península Ibérica frente al clima escandinavo. Es una forma de hablar mediante tipos ideales. Un tipo ideal es un prototipo explícito con el podemos entender a cosas diversas, a distintas personas o a distintos episodios. Por ejemplo, Vinicius, Messi, Mbappé, son regateadores. Hablando de un gran regateador —Garrincha— decía Alfredo Di Stéfano que «todos sabíamos por donde nos iba salir, cuando encaraba, no obstante siempre conseguía irse». Podemos recoger en un ramillete todas las características que nos parecen propias de cualquier regateador —por ejemplo, analizando el rasgo más distintivo de cada uno de ellos—, lo que tendremos es un «tipo ideal». «Tipo» porque es una clasificación que distingue a los regateadores de otros tipos de jugador. E «ideal» porque ningún jugador reúne con igual perfección todas esas características que hemos puesto en el tipo. Pues bien, el «clima de Madrid» es un tipo ideal con el que nos explicamos y entendemos los diversos fenómenos atmosféricos que pasan en Madrid en distintos días de distintos meses de distintos años. La temperatura, la presión atmosférica, el viento, la humedad y las precipitaciones (lluvia, nieve) son las características a tener en cuenta. Las afirmaciones básicas de los defensores del cambio climático pueden resumirse así: 59 Lo que distingue al cambio climático Respecto a la temperatura: hay un cambio del patrón (tipo ideal) de temperaturas propio de la Tierra. Desde finales del siglo XIX hay un incremento de la temperatura media. • El incremento de la temperatura media afectará al hielo existente en los casquetes polares. • Parte de ese hielo desaparecerá y el agua existente en los océanos aumentará su volumen y subirá el nivel del mar en ciertos sitios del Planeta. Respecto a las emisiones de gases: hay un aumento del volumen total de gases emitidos a la atmósfera. • Son gases producidos por la quema de hidrocarburos tanto en motores de combustión interna (coches, barcos, aviones, etc.) como en calefacciones (quema de gas para producir calor) y en procesos industriales. • Dicho incremento de gases emitidos a la atmósfera produce un efecto invernadero, es decir, como en los invernaderos de los agricultores, donde la temperatura interior del invernadero es mayor que la que hay fuera del invernadero, el acumulo de gases en la atmósfera produce o producirá un aumento de la temperatura media en el Planeta. • Dicha emisión de gases también produce un deterioro de la capa de ozono. Como se supone que la capa de ozono sirve para que gran parte de las radiaciones ultravioletas del Sol no lleguen a la superficie de la Tierra, si hay un deterioro de dicha capa, entonces los humanos y los animales estaremos más expuestos a los efectos nocivos de un exceso en las radiaciones ultravioletas. Sobre el cambio climático 60 Respecto a otros fenómenos climáticos: temporales y sequías. La tesis de los defensores del cambio climático es que serán más extremos y más intensos. • Los temporales incluirán precipitaciones tanto de lluvia como de nieve, pedrisco, etc. más duras, cuyas condiciones serán más extremas: vientos huracanados, lluvias torrenciales, nieves de alturas cercanas o superiores al metro, tormentas con grandes aparatos de rayos y granizo. • Sequías duraderas acompañadas de intenso calor en muchos casos. El verano del 2022 en España se caracterizó, según los partidarios del cambio climático, por la falta anormal de lluvias, incluso de tormentas de verano, y de unas temperaturas superiores a los 40° durante muchos días. Me parece que se hace necesario mirar en la trastienda de las afirmaciones de los partidarios del cambio climático. Esto es, en las pruebas existentes para sostener que los enunciados que sostienen los partidarios del cambio climático son verdaderos. 5.2 Sobre la temperatura Hemos de distinguir dos aspectos respecto a la temperatura. El primero se refiere a los aparatos para medir la temperatura, ya sea de una habitación ya sea de una azotea ya sea de un sitio en una calle: el termómetro. El segundo se refiere a los registros de temperaturas. Para poder afirmar que la temperatura media de la Tierra ha subido un par de grados es necesario poder comparar diversas temperaturas, por ejemplo, la de los veranos de Madrid desde 1930 a 1990. Para ello es necesario que se tomara la temperatura en distintos puntos de Madrid en los días de 61 El termómetro y la temperatura verano, se hiciera la media y se apuntaran en un registro en que se conserven fechas, horas y puntos donde se tomaron las temperaturas. Son los registros de temperaturas y su comparación. Documentos que deben estar al alcance de cualquiera que los quiera estudiar. Citaré varias veces la Wikipedia, no porque yo sea un fanático de la información existente en ella, antes bien porque la información existente en ella sobre cambio climático ha sido redactada en su mayor parte por gente que se confiesa defensora a ultranza del cambio climático por causa de las acciones del hombre. Veamos, primero, la historia del termómetro. Serán unas breves pinceladas porque no siempre ha habido termómetros. Por ejemplo, no había termómetros en la época del emperador romano Augusto (siglo I d.C.), tampoco bajo el reinado de los Reyes Católicos. 5.3 El termómetro y la temperatura Todos los documentos que he leído sobre este tema dan la paternidad a Galileo (1564–1642) del invento del termómetro. Galileo ideó un tubo de vidrio coronado por una esfera cerrada igualmente de vidrio. La parte inferior estaba abierta. Este extremo abierto se sumergía en un líquido —alcohol y agua— que, al calentarse se dilataba y subía obligadamente hacia la esfera. Con ese artefacto Galileo podía hacer poquísimas cosas. Quizá comprobar que el agua en ebullición llegaba más alto que el agua caliente sin hervir. Es claro que aún dotándole de una escala, como hicieran Francesco Sagredo y Santorre Santorio, es un instrumento muy limitado, de uso en laboratorio y para pocas tareas. En 1714 el físico Fahrenheit invento el termómetro de mercurio. Al que se añadió una escala en 1724. Esta escala no servía Sobre el cambio climático 62 para grados negativos. Es decir, que se podían medir los grados positivos pero los grados negativos correspondientes al hielo, no. El termómetro médico se introdujo en hospitales en 1867. Thomas Allbut lo inventó. Medía 6 pulgadas (15,24 cm) y tardaba unos 5 minutos en dar la temperatura del paciente. A partir de ahí, y en distintas fechas, fueron apareciendo los demás tipos, desde el sensor temperatura (1885) hasta los digitales, electrónicos e infrarrojos, etc., ya en el siglo XX. Una primera conclusión, fácil de sacar, es que cualquier fijación de una temperatura correspondiente a un día del siglo XVII es un dato inventado. La segunda conclusión es que a lo largo del siglo XIX en distintos laboratorios, especialmente universitarios, se hicieron tomas de temperatura de distintos sólidos, líquidos y gases, pero que nunca hubo ni interés ni acción ninguna encaminada a tomar la temperatura ambiente de calles, parques, etc. Nadie sostiene que se montara en algún pueblo o ciudad una red de termómetros de ambiente y que se llevara registro de las temperaturas a distintas horas del día, en los días de distintos meses. No. No empieza a haber registro de temperatura hasta bien entrado el siglo XX. Una conclusión fácil de sacar es que no había medios, instrumentos con que tomar fiable y fácilmente la temperatura del aire ambiente, al menos no antes del siglo XX. Para mí esta afirmación es indudable. ¿Por qué? 5.4 Registros de temperatura Voy a empezar citando la Wikipedia: El registro de temperaturas muestra las fluctuaciones de la temperatura de la atmósfera y de los océanos a través de varios tramos de tiempo. La información más detallada existente comienza en 1850, Registros de temperatura 63 cuando empiezan los registros metódicos de termometría. (https://es.wikipedia.org/wiki/Registro_de_temperaturas, 22-diciembre-2022) Hay que tener en cuenta dos cosas: 1. Las medidas de temperatura de la atmósfera y de los océanos no tienen por qué dar el mismo resultado en distintos lugares —por ej., Madrid y Helsinki—. Por tanto, si se habla de la temperatura de la atmósfera en España, Finlandia y Australia en una fecha, se nos da la temperatura promedio de las temperaturas medidas en distintos lugares de esos países o ciudades. 2. La resumida historia que he narrado del termómetro hace difícil de creer que en 1850 comenzara el registro sistemático de temperaturas. No hay pruebas de que así fuera y sí de lo inverosímil de tal afirmación. La Wikipedia sigue diciendo: Los cambios de temperatura varían a lo largo del mundo, pero desde 1880, la temperatura promedio de la superficie de la Tierra ha aumentado alrededor de 0,8° C. La velocidad de calentamiento casi se duplicó en la segunda mitad de dicho periodo (0,13 ± 0,03° C por década, versus 0,07 ± 0,02° C por década). El efecto isla de calor es muy pequeño, estimado en menos de 0,002° C de calentamiento por década desde 1900. Desde 1979 y según las mediciones de temperatura por satélite, las temperaturas en la troposfera inferior se han incrementado entre 0,13 y 0,22°C por década. Sobre el cambio climático 64 Es un párrafo difícil de creer. Señalaré, primero, lo más difícil de creer: 1. La inexistencia de termómetros de ambiente en 1850 más lo improbable de una toma de temperatura coincidente en fecha y lugar lo suficientemente extensa, hace que no sea creíble las afirmaciones de que en 1850 empiezan los registros de temperatura ambiente y que desde 1880 se pueden comparar los registros. No, se necesita una red extensa, muy extensa, de estaciones de medida de la temperatura para hablar de registros en serio. 2. Antes de las medidas de temperatura por satélite (década de los 1970) se usaban globos aerostáticos. Pero esto no es importante; sí lo es que las temperaturas han de ser tomadas en fecha y hora coincidente en muchos puntos de la Tierra, en caso contrario se falsea el promedio. ¿Los satélites son tantos como para que la toma de temperatura sea a la vez y en cantidad suficiente? 3. Por otra parte, la temperatura promedio de ambos polos, más las tomadas en el ecuador, más las tomadas en los trópicos, etc., ¿se aproxima siquiera a la temperatura de Washington DC, París, Roma, etc.? En este, como en otro muchos casos, el promedio no pasa de ser una ficción, algo imaginario pero no real. Para mí resultan muy difícil de creer los supuestos datos. Y la descontextualización de otros. Volveré a citar a la Wikipedia: Mucho del calentamiento observado ocurrió durante dos periodos: 1910 a 1945 y 1976 a 2000; la zona de enfriamiento de 1945 a 1976 ha sido mayormente atribuida al aerosol de sulfato. Sin embargo, 65 Registros de temperatura un estudio en 2008 sugirió que la caída de temperatura de cerca de 0,3° en 1945 se podría deber al aparente resultado de sesgos instrumentales no corregidos en la temperatura del mar. Entre 1910 y 1945 ocurrieron las dos grandes guerras mundiales. Incluidas las bombas de Hirosima y Nagasaki. Entre 1945 y 2000 hubo multitud de ensayos nucleares. Cada potencia nuclear hizo las suyas: EEUU, URSS, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Israel, etc. Casi nunca se tienen en cuenta. Yo no sé en cuánto han podido influir en el cambio de temperaturas. Esto no se puede olvidar, creo yo. Y me parece importante no olvidarlos porque son fenómenos que no tienen que ver con el uso de hidrocarburos, uso al que se achaca el efecto invernadero y, a éste, el aumento de la temperatura media. Tampoco conviene olvidar los fenómenos naturales de naturaleza volcánica. Para no extenderme, me referiré al volcán Tonga que volvió a hacer erupción en enero del año pasado 2022. La actividad de este volcán inyectó en la atmósfera unos 150.000 millones de toneladas de vapor de agua. Este vapor de agua ha producido un efecto invernadero que explica por sí solo los extraños fenómenos climáticos que desde entonces hemos padecido. Es muy posible que los calores y la sequía del verano pasado se deban al Tonga. Se calcula que ese efecto invernadero del vapor de agua inyectado en la atmósfera durará unos cinco años más. Pero es un cálculo, no un dato. La historia del termómetro, lo dudosísimo de las afirmaciones sobre registro de temperaturas, la ignorancia sistemática de las pruebas nucleares llevadas a cabo durante años, el despreciar los fenómenos naturales como son las erupciones volcánicas, me Sobre el cambio climático 66 hace dudar de las aseveraciones sobre el aumento de la temperatura media debida al efecto invernadero producido éste por el uso continuado y sistemático de hidrocarburos. Esta es mi conclusión. Quizá el clima de la Tierra esté sufriendo un cambio en el parámetro temperatura. Pero no podemos afirmar rotundamente que se debe a un efecto sobre el clima producido por el uso sistemático de hidrocarburos, y no a otros factores —naturales, actividad volcánica; y no naturales, pruebas nucleares—. Espero haberte ayudado, lector, con todo lo que he dicho en estas últimas secciones, a sacar tus propias conclusiones. Solo quiero añadir que unos 100 años me parece muy poco tiempo para afirmar cambios en el clima, un fenómeno de tempo geológico. 5.5 Sobre la emisión de gases Pero quizá la tesis central de los defensores del cambio climático sea la siguiente: el clima de la Tierra está cambiando a peor por el uso sistemático de hidrocarburos principalmente en las economías capitalistas. Dicho uso sistemático de hidrocarburos produce un efecto invernadero, que lleva consigo un aumento de la temperatura media y destruye parcialmente la capa de ozono. No es extraño asistir a la proclamación de que hay que acabar con la economía capitalista. Al acabar con ella, lograremos eliminar el uso de combustibles fósiles y, lentamente, desaparecerá el efecto invernadero y lograremos un clima muy parecido al anterior a la primera revolución industrial. Lo extraño es advertir que economías como la China o la India no son precisamente economías de libre mercado, de libertad de empresa, de trabajo, de residencia y movimientos. Veamos, primero, lo que podemos decir del efecto invernadero y, segundo, qué hay de la destrucción parcial o total de la capa de ozono. Efecto invernadero 67 5.6 Efecto invernadero Volveré a citar a la Wikipedia: Un gas de efecto invernadero (GEI) es un gas que absorbe y emite radiación dentro del rango infrarrojo. Este proceso es la fundamental causa del efecto invernadero. Los principales GEI en la atmósfera terrestre son el vapor de agua (H2 O), el dióxido de carbono (CO2 ), el metano (CH4 ), el óxido nitroso (N2 O) y el ozono (O3 ). Sin los gases de efecto invernadero la temperatura promedio de la superficie terrestre sería de –18°C, en lugar de la media actual de 15°C. En el sistema solar, las atmósferas de Venus, Marte y Titán también albergan gases que causan un efecto invernadero. Desde el inicio de la Revolución Industrial (considerado en 1750) la actividad humana ha producido un incremento del 45 % en la concentración atmosférica del dióxido de carbono, de fórmula CO2, desde 280 ppm en 1750 a 400 ppm en 2015. Este incremento ha ocurrido a pesar de la absorción de una gran porción de las emisiones por varios depósitos naturales que participan del ciclo del carbono. Las emisiones de CO2 antropogénicas (producidas por actividades humanas) provienen de la combustión de combustibles fósiles, principalmente carbón, petróleo y gas natural, además de la deforestación, la erosión del suelo y la crianza animal. El mayor emisor de CO2 es China. Así que los gases que producen un efecto invernadero son: el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso. El óxido nitroso o gas de la risa «se forma también en condiciones anaeróbicas a partir de abonos minerales en el suelo» Sobre el cambio climático 68 —afirma la Wikipedia—. El metano se produce en la descomposición de la materia orgánica (plantas y organismos animales); se trata de un gas incoloro e inodoro. El dióxido de carbono, el tan denostado CO2 , es un gas inodoro e incoloro que se desprende de la respiración animal, en combustiones —los automóviles, camiones, y todo motor de combustión interna produce dióxido de carbono al reaccionar el carbono del combustible con el oxígeno del aire—, y en algunas fermentaciones. El vapor de agua es agua en estado gaseoso. Se produce al hervir agua, por ejemplo. El volcán Tonga se calcula que emitió, en el 2022, en torno a 150.000 millones de toneladas de vapor de agua. Además hay que mencionar el monóxido de carbono (CO), que es un gas incoloro y muy tóxico. Puede llegar a causar la muerte, si se respira en gran cantidad. Un ejemplo de esto son los braseros de carbón. Se suele producir por combustión deficiente —a diferencia del dióxido de carbono que se produce aunque la combustión sea eficiente—. Volvamos a la cita de la Wikipedia, especialmente al segundo párrafo. Las falsedades o mentiras que en este párrafo se encuentran son: La concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado «desde 280 ppm en 1750 a 400 ppm en 2015». ¿Por qué es falsa esta afirmación? Porque en 1750 no existían ni espectrofotómetros ni cromatógrafos, únicos aparatos de laboratorio con que se puede medir la presencia de este gas en la atmósfera. Se acepta que el espectrofotómetro lo inventó Arnold Beckman en 1941. De 1750 a 1940 ¿cómo se midió la evolución de 280 ppm (partes por millón) a 400 ppm? Respecto al dióxido de carbono (CO2 ) en la respiración animal. Si en la Tierra vivieran, en lugar de 8.000 millones de personas 4.000 millones, las emisiones de dióxido de carbono por 69 La capa de ozono causa de la respiración humana bajarían a la mitad. Cualquiera que haya viajado en el metro, en un vagón lleno, muy lleno de gente, habrá comprobado que la respiración se vuelve más dificultosa: la causa es el volumen de dióxido de carbono presente en el aire del vagón. Los defensores a ultranza del cambio climático producido por la acción del hombre parecen añorar la vida social anterior a la revolución industrial, cuando la población mundial no había llegado ni siquiera a 1.500 millones. Añoranza que aplicada al caso de la población hace dudar de si no se trata de la idea infeliz de que sobramos 6.500 millones de personas o más: la diferencia entre los actuales 8.000 millones y los 1.500 millones de finales del siglo XIX. 5.7 La capa de ozono No parece que la llamada «capa de ozono» sea una «capa», es decir, algo así como una nube gigante, delgada y uniforme en todos sus puntos, que se extienda por encima y alrededor de toda la Tierra a un altura de entre 15 a 50 km. Se reconoce que si todo el ozono presente en esa «capa» se comprimiese, a la presión del aire al nivel del mar, esa capa tendría unos 3 milímetros de espesor. Lo que rodea a la Tierra, según parece, es oxígeno. Los rayos del sol, los fotones de los rayos ultravioleta bombardean los átomos de oxígeno y, como resultado de esta interacción, se producen átomos de ozono. Gracias a esa interacción, una gran cantidad de las radiaciones ultravioletas solares desaparece, haciendo habitable nuestro planeta. No obstante, no toda la radiación ultravioleta solar desaparece al producirse el ozono: una parte queda y llega a la Tierra, por lo que hemos de protegernos con gafas, cremas, etc. Y gracias a que llegan a la Tierra rayos ultravioleta de longitud larga (> de 240 nm de longitud de onda) es posible la fotosíntesis en las plantas y, con esto, la vida vegetal. Sobre el cambio climático 70 El ozono, según parece, es bastante inestable —sus átomos—, tanto que si no fuera por la continua insolación tendería a desaparecer. La insolación hace que se regeneren sus átomos. Entonces, cabe preguntarse —si se detecta una disminución de la llamada «capa de ozono»— si la «causa» estriba en una disminución de la radiación ultravioleta del Sol o en una disminución del oxígeno presente en la atmósfera terrestre o en una combinación de los dos. 5.8 Medidas del ozono Se acepta que fueron los físicos Charles Fabry y Henri Buisson quienes descubrieron la «capa de ozono» en 1913. Sin embargo, fue G.M.B. Dobson, un meteorólogo británico, quien desarrolló un espectrofotómetro que servía para medir la cantidad de ozono en algún sitio de la estratosfera desde la superficie terrestre. Dobson, entre 1928 y 1958, estableció una red de estaciones terrestres desde cada una de las cuales se podía medir la cantidad de ozono en un sitio. Así logró establecer un seguimiento de la cantidad de ozono presente en la atmósfera terrestre. En su honor, se creó una unidad de medida: el dobson. No mucho más que añadir, excepto: 1. Además de las técnicas de espectrofotometría, existen hoy varias técnicas de cromatografía de gases. 2. Lo importante de todas esas técnicas es que los aparatos en que se plasman requieren calibración, calibración realizada por una empresa especializada y ajena al Laboratorio en que el aparato esté siendo utilizado. Resumiendo, es importante atender a los procesos químicos que suceden en la atmósfera terrestre. Pero tan importante como esto es tener en cuenta dos exigencias esenciales: 1.a, el número 71 Modelos y predicciones de muestras ha de ser suficiente para formar una red tupida que abarque razonablemente toda la superficie terrestre; 2.a, cada aparato de medida (espectrofotómetro, cromatógrafo) ha de estar calibrado por una empresa especializada. Finalmente, no hay que olvidar que los aparatos de espectrofotometría con microprocesadores son de principios de los ochenta (1980), si bien los existentes hasta esas fechas cumplían bien aunque con mayor lentitud su trabajo. Estos últimos son de 19411976. Y tampoco que la exigencia de centros externos especializados en calibración de todo tipo de aparatos de laboratorio es de la segunda mitad de la década de los 90 (1990) en adelante. 5.9 Modelos y predicciones Hablemos ahora de los modelos del clima. A veces se dice que son «modelos hechos por ordenador», como si ser programas de computadora fuera algo malo, perverso, o intrínsecamente erróneo. No. Hay modelos, unos más matemáticos que otros, que se programan, que son algoritmos y, por esto, pueden ser programas que se ejecutan en una computadora. Los objetivos de estos programas no tienen por qué coincidir. Así, en IA bioinspirada se construyen modelos para intentar entender conceptualmente mejor un fenómeno natural, por ejemplo, el comportamiento de las hormigas de un hormiguero durante el forrajeo, el aprovisionamiento de comida para la colonia. Los del clima persiguen alcanzar predicciones sobre cómo serán distintos aspectos del clima en un fecha dada. Una predicción es enunciado susceptible de ser verdadero o falso —no me pondré superferolítico sobre la posibilidad misma de la verdad—. Lo explicaré con un ejemplo elemental de Física experimental. Sobre el cambio climático 72 Supongamos que dejamos caer una bola de acero de 50 kg de peso desde 240,1 metros, casi la altura de la Torre de Cristal de Madrid, al final del Paseo de la Castellana. La fórmula de la Física que hay que aplicar es Altura = 21 G × t2 , donde Altura = 240,1 metros, G = aceleración debida a la gravedad, 9, 8 metros por segundo al cuadrado, y t2 es el tiempo que la bola tardará en llegar al suelo elevado al cuadrado. Suponemos que no hay resistencia del aire al avance de la bola. Según los datos del problema tenemos: 240,1 = 12 9,8 x t2 . Lo cual quiere decir que hay que calcular el tiempo, t. Se puede hacer así sustituyendo: (240,1 x 2) / 9,8 = t2 , es decir, 480,2 / 9,8 = 49. Luego el tiempo que tardará la bola en llegar al suelo será la raíz cuadrada de 49, 7 segundos. Hemos resuelto el problema con papel y lápiz. Lo que tenemos es el resultado de nuestros cálculos: el tiempo de caída de la bola será 7 segundos. Esta oración «el tiempo de caída de la bola será 7 segundos» es la predicción que hacemos. Se considera a esta oración un enunciado, por tanto, susceptible de ser verdadero o falso. Ahora hay que hacer la segunda parte: el experimento real. Hay que subir la bola a 240,1 metros en la Torre de Cristal. E ingeniárnosla para que al dar la bola contra el suelo un sensor pare el cronómetro. Igualmente hay que ingeniárselas para que al soltar la bola también un sensor dispare el cronómetro. Este es el trabajo del físico experimental: idear todos los pormenores del experimento. Se lleva a cabo el experimento y se obtiene una medida en el cronómetro. Y se dice: «el cronómetro marca 7 segundos». Pues bien, si, y sólo si, el significado de la predicción y el significado del resultado experimental coinciden, diremos que la predicción ha resultado ser verdadera. Apliquemos esto al clima, a las predicciones de los modelos computacionales del clima. 73 Energía nuclear El lector debe tener en cuenta que cuando lea u oiga que la temperatura en 2100 en España será 1, 2 o 3 o 4 grados superior a la actual, le estarán dando una predicción, como la del tiempo de caída de la bola de 50 kg de acero desde 240,1 metros. Una predicción, un enunciado susceptible de ser verdadero o falso, pero cuya verdad sólo podrá quedar establecida en el 2100, nunca, nunca, hoy en 2023. En síntesis, los modelos computacionales del clima no tienen por qué dar resultados engañosos ni falsos. No. Pero hay que tener en cuenta que lo que nos proporcionan son predicciones, enunciados que solo se podrán comprobar en el futuro, y entonces es cuando habrá que compararlos con los hechos. 5.10 Energía nuclear Hay que preguntarse en serio si hay medios técnicos para mantener el bienestar que son per se peligrosos, nefandos o la calificación de cualquier medio técnico ha de hacerse de acuerdo a su peligrosidad y a la vez a su eficiencia y su posterior reciclaje —me explicaré—. Por ejemplo, la energía nuclear. Lo primero que hay que saber es que una central nuclear de las que existen y están en funcionamiento no puede producir una explosión nuclear, nunca se podrá convertir en una bomba nuclear. ¿Por qué? Porque el material radiactivo suele ser uranio enriquecido en torno al 5 %. Una bomba nuclear necesita uranio enriquecido al 95 %. El peligro de los accidentes nucleares reside no en una explosión nuclear sino en que la radiación que emite el combustible nuclear (uranio al 5 %) salga al exterior. De los tres accidentes nucleares que ha habido en la historia: Three Mile Island (USA), Chernóbil (URSS) y Fukushima (Japón), en Chernóbil se produjo fuga radiactiva, fuga que costó la vida a 4.000 o 4.500 personas, mientras que en Three Mile Island no hubo fuga radiactiva, y sí Sobre el cambio climático 74 hubo fuga radiactiva que no afectó directamente a personas en Fukushima. De esta última dice Alfredo García (Geoestrategia de la bombilla. Península, 2022) «A pesar de no causar ninguna muerte por radiactividad, y de no haber aumentado con posterioridad la incidencia del cáncer en la zona (datos siempre acordes con UNSCEAR), la repercusión del accidente fue grave: la evacuación de la zona de exclusión causó muertes en personas mayores y dependientes, importantes daños económicos, tierras contaminadas, grandes retos tecnológicos y, en consecuencia, un parón en el desarrollo de la industria nuclear mundial». En síntesis, el peligro de las centrales nucleares son las fugas de radiactividad. Sin embargo, yo creo que el hándicap fundamental reside en que la mayoría de las que hoy están en funcionamiento desperdician mucho material radiactivo el cual hay que retirar cuando ya no se puede seguir usando y hay que almacenarlo durante cientos de años en almacenes subterráneos. He dicho hándicap, no peligro. Los proyectos de centrales nucleares nuevas, casi todos ellos, eliminan prácticamente ese hándicap porque conseguirán usar casi al cien por ciento todo el material radiactivo que usen. Así que la pregunta, desde mi punto de vista, es: ¿son las centrales nucleares de fisión (actuales y de próxima construcción) un medio técnico más peligroso que otros? ¿Hay que considerarlo per se nefando (DRAE: «Dicho de una cosa: Que causa repugnancia u horror hablar de ella»)? Hace unos días (hoy es 4 de enero del 2023) se ha empezado a hablar, y bastante, de un último experimento de fusión nuclear. Según algunos voceros, la energía limpia e imperecedera del futuro. Han logrado en dicho experimento producir más energía en la fusión que la energía necesaria para producirla. Un magnífico logro técnico. Aunque yo no sé si se han sumado todas las fuentes de energía que han participado o no. 75 Energía nuclear Pero lo que de verdad me asombra no es esto último, sino el optimismo acrítico de todos los voceros y, sin duda, también de físicos e ingenieros nucleares. Hay que ser capaz de confinar plasma, un nuevo estado de la materia. Si se abre un libro de química de hace unos 50 años (?) se leerá que la materia se puede presentar en tres estados: sólido (una piedra), líquido (agua del grifo) y gaseoso (el vapor de una cocción). Hay un cuarto estado de la materia al que se ha llamado «plasma». En National Geographic se puede leer «El término lo acuñó el físico Irving Langmuir en 1928 y esencialmente definía ese gas ionizado dotado de una alta conductividad eléctrica tan abundante en el medio interplanetario, interestelar e intergaláctico, así como en las estrellas y los vientos solares». ¿Existe en la tierra? Sí, «en la Tierra hay plasma de forma natural en ciertas capas de la atmósfera (magnetosfera e ionosfera) así como en las auroras y vientos polares, los rayos y en el denominado fuego de San Telmo». La fusión de los átomos de deuterio y tritio produce calor, este calor se pretende aprovechar para mover una turbina de vapor que produzca electricidad. El problema parece residir en el calor que emite el plasma: millones de grados. ¿Contamos con materiales capaces de soportar esas temperaturas? La instalación que se está empezando a construir en la provincia de Granada (España) se pretende que sirva, entre otros fines, para el estudio de los materiales capaces de soportar esas temperaturas. ¿De verdad que es posible conseguir «domesticar» una fusión nuclear y aprovechar todo el calor que produce para calentar agua y así mover una turbina de vapor? La creencia en la «tecnología» está tan dentro de la cabeza de muchos que no he leído a nadie que se pregunte si es posible conseguir los materiales necesarios para construir centrales de fusión. ¿Y si no lo fuera? Pareciera que en este mundo lo único que jamás podrá chocar con los límites de lo posible es la técnica. Sobre el cambio climático 76 Intentemos resumir y hacernos preguntas más sencillas. Contando con peligros y hándicaps, ¿merece la pena usar centrales nucleares de fisión (actuales y mejoradas) para producir electricidad? Yo diría que sí. Y si algún día se consiguen las de fusión, pues también merecerá la pena usarlas. 5.11 Geotermia, placas solares y molinos No se trata de tomar a los molinos de viento que producen electricidad por gigantes —aunque alguno de ellos visto a corta distancia produce miedo— y arremeter cual D. Quijote redivivo. De las placas solares y de los molinos de viento hay que tener en cuenta su eficiencia y qué podremos hacer con ellos cuando dejen de funcionar. Todos sabemos que por la noche, cuando no hay sol, las placas solares no producen electricidad porque no pueden. Igualmente, los molinos de viento tampoco producen electricidad cuando no hay viento. ¿Cuál es la eficiencia de las placas solares? La idea es preguntar por cuanta energía solar son capaces de aprovechar para producir electricidad. Las mejores de hoy aprovechan el 23 % de la energía solar. Pero no hay que perder de vista que la insolación cambia y no es la misma un día soleado de madrugada que al mediodía. ¿Y la eficiencia de los molinos de viento? Una turbina eólica puede convertir en energía mecánica como máximo un 59 % de la energía cinética del viento que incide sobre ella. ¿Qué quiere decir esto? Pues que la turbina que produce electricidad puede ser movida con ese 59 % de la energía con que el viento mueve las aspas. Empiezan a emerger aerogeneradores sin aspas. La técnica es algo distinta aunque también se trata de aprovechar la energía del viento. En algunos casos, aún con perdida de eficiencia, son 77 Geotermia, placas solares y molinos tan pequeños como el Vortex Nano, de solo 85 centímetros de altura (patente española). Todo esto está muy bien y tanto placas solares como estos pequeños aerogeneradores pueden ser utilizados en autoconsumo. Nada que objetar. Sólo tengo dos preguntas que plantear: 1.a, ¿por qué las empresas productoras de electricidad no cambian 1 Kw entregado a su red por un sistema de placas solares para autoconsumo por 1 Kw producida por ellas? No lo entiendo; 2.a, cuando un sistema de placas solares llegue al fin de sus días y haya que retirar las placas y quizá sustituirlas por nuevas, ¿qué se hará con ese inmenso arsenal de placas usadas y listas para el desguace? La misma pregunta hay que hacer respecto a los aerogeneradores, con y sin aspas. Es el mismo caso de las baterías de los coches eléctricos «a pilas», una vez que lleguen al fin de su vida útil ¿qué haremos con ellas? No hay que hacer caso a las informaciones sobre técnicas para reutilizar minerales empleados en ellas como el litio, porque confunden. Y confunden porque hoy por hoy no hay nada, excepto algunas pruebas en laboratorio que no significan nada. Por último quiero hablar de Geotermia. El interior de la tierra está caliente. La temperatura de la tierra va de mayor a menor desde el interior hacia el exterior. Si fuéramos capaces de perforar más allá de lo que suele perforarse en un pozo de petróleo, unos 5 km de profundidad, y llegar hasta los 20 km de profundidad se podrían reutilizar casi todas las centrales térmicas actuales haciendo que su combustible fuera el calor extraído del interior de la Tierra, calor con que se calentaría agua cuyo vapor se aprovecharía para mover una turbina capaz de producir electricidad. En el MIT, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, se desarrolló un taladro especial en una investigación dirigida por Paul Woskov. Woskov, junto con otros, montó Quaise —una empresa privada—. Quaise tiene la idea de perforar en lugares donde Sobre el cambio climático 78 ya existan centrales térmicas tradicionales —por ejemplo, de carbón—. En los primeros cinco kilómetros usarán perforadoras tradicionales —típicas en la extracción de hidrocarburos—, después el taladro de Woskov. El calor extraído serviría para conseguir el vapor de agua —instalación ya existente en las centrales térmicas— que mueve la turbina que produce electricidad. Si Quaise lo consigue, tendríamos centrales térmicas que no quemarían combustible contaminante sino que usarían el calor de la tierra —casi ilimitado—. Ganaríamos en instalaciones existentes y en métodos de construcción bien conocidos a los que sumaríamos la perforación y la extracción del calor. Quaise piensa contar con una instalación piloto en 2024. Si todo va bien, en 2028 cuentan con tener una primera central de uso comercial. Promete un sistema de producción de electricidad «limpio», potente y barato. Y no sólo eso, sino que también haría inútil el uso de la energía nuclear. El lector interesado puede leer este artículo: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/novaceno/2022-11-24/energia-termica-plasma-magma_3529091/. También puede buscar en Internet «Rehau», una empresa con soluciones bastante innovadoras en construcción, muebles, industria de automoción, ferrocarriles, etc. En el siguiente documento explican el aprovechamiento de la geotermia en la construcción: https://www.rehau.com/es-es/que-es-la-geotermia. 5.12 Conclusiones La primera es muy sencilla: hay que ser limpio, incluso un poco más de lo que hoy nos parece que somos. Hay que cuidar que las emisiones que hagamos a la atmósfera —combustiones, productos químicos aplicados a la agricultura o a la industria— sean cada vez un poco menores. Pero no igual a 0, porque el CO2 es necesario para la fotosíntesis, para la vida de las plantas. 79 Conclusiones Para lograrlo tendremos que invertir en la investigación técnica y química de nuevos motores, combustibles, productos químicos, etc. La segunda ha de ser también muy sencilla: hay que cuidar la economía de cada país para que los gastos en la investigación mencionada no hagan imposible el bienestar general o el desarrollo hacia un bienestar general. Para lograrlo no hay que «correr». Hay que equilibrar el bienestar con la limpieza. ¿Hay que ser limpios? Sí. Pero sin comprometer el desarrollo hacia el bienestar general o el bienestar general ya alcanzado. Todo lo que hemos visto sobre las pruebas y métodos de prueba de las afirmaciones de los defensores del cambio climático por la acción del hombre permite concluir que la tesis de que existe un cambio climático junto con la tesis de que dicho cambio climático ha sido producido por el hombre son muy dudosas si no son simplemente falsas. Acabaré con una afirmación rotunda: las agendas políticas, las prohibiciones políticas sobran. Diría más: hay que erradicarlas severamente. Capítulo 6 La Agenda 2030 6.1 La cumbre del milenio Pedro Baños en La encrucijada mundial. Un manual del mañana dice: «La Agenda 2030, como se la llama popularmente, reúne los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2015-2030 (ODS). Estos son la continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)[cursivas mías], también conocidos como Objetivos del Milenio, acordados en el año 2000 por los entonces 189 países miembros de la Asamblea General de la ONU, reunida en Nueva York. Con los ODM se pretendió cumplir, para el año 2015, ocho objetivos que, a juicio de los altos funcionarios de la ONU, eran problemas sociales cotidianos graves y/o radicales que debían ser solucionados.» Los objetivos que se fijaron fueron: 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre 2. Lograr la enseñanza primaria universal 3. Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer 4. Reducir la mortalidad infantil 81 La Agenda 2030 82 5. Mejorar la salud materna 6. Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades 7. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo Además de los objetivos anteriores, se establecieron indicadores para medir los resultados obtenidos. El interesado puede encontrar la información necesaria en: https://es.wikipedia.org/wiki/Objetivos_de_Desarrollo_del_Milenio. Llama la atención la desigualdad entre objetivos. Por ejemplo, pobreza extrema frente a igualdad de géneros. Quizá en Marruecos consigan, con o sin ayuda externa, erradicar la pobreza, pero dudo mucho de que, si no cambia el régimen político, sea posible la igualdad de géneros. ¿Qué hacemos, invadimos Marruecos y lo imponemos por la fuerza? Otro ejemplo, ¿por qué el sida y no los sabañones, que seguro que están más extendidos y son más en número los que los padecen? No obstante, ¿quién es tan insensible como para negarse al esfuerzo necesario para conseguirlos? ¡Ah, no tan deprisa! ¿Qué es eso de «asociación mundial»? ¿Quiénes se pueden asociar: naciones, gobiernos de naciones, quién? Estamos escarmentados, yo al menos, de esas asociaciones, clubes, foros y demás tinglados donde sólo están representados grandes ricos y políticos ávidos de poder? No, hay que poner pie en pared cuando se nos invite a someternos a los dictados salidos de asociaciones cuyos miembros no hemos elegido directamente después de una meditación responsable. A mí, la ONU me parece un despilfarro, por decirlo suavemente. Las palabras «sostenibilidad del medio ambiente» ¿qué quieren decir exactamente? «Sostenible», dice el DRAE, es algo que se puede sostener. Por ejemplo, una opinión; o en un frente de 83 Objetivos de desarrollo sostenible combate, la situación de los contendientes, de los pertrechos, de la intendencia necesaria para aportar material militar, comidas, medicinas, etc. Los ecologistas, sus secuaces y adláteres, lo usan aplicado a la Naturaleza, a la Tierra, cosas a las que no llaman por su nombre sino con un eufemismo «medio ambiente». La forma natural de expresarse podría ser «hay que cuidar de la Tierra», por ejemplo, previniendo los incendios o las inundaciones. Aunque habrá quien diga que a buenas horas, recordando que una ardilla —se decía— podía cruzar la península ibérica sin bajar al suelo, tal era la cantidad de árboles. Algo imposible hoy, incluso para las voladoras. No sé si quedará algún rincón de la Tierra que no haya sido hollado por el hombre, y más de una vez. Herbert Simon en su libro Las ciencias de lo artificial ya señaló esto. Los parques naturales no son naturaleza primigenia, sino «naturaleza cuidada y preservada por los hombres». En el vídeo «How Wolves Change Rivers» de la revista Sustainable Man, se cuenta cómo el exterminio hasta la desaparición de los lobos en Yellowstone, parque nacional en EEUU, cambió hasta el cauce de los ríos, al parecer porque la población de alces creció tanto que los arbustos prácticamente desaparecieron especialmente en las riberas de los ríos. Décadas después, los lobos se introdujeron de nuevo. El resultado fue, enumero: disminuyó la población de alces, aumentó la vegetación, los ríos lentamente volvieron a dibujar el mismo cauce de antaño, la población de osos aumentó, también la de pequeños mamíferos y la de zorros, disminuyó la de ciervos. Yellowstone ¿naturaleza «salvaje o primigenia» o «naturaleza artificial preservada por los hombres»? 6.2 Objetivos de desarrollo sostenible Wikipedia dice: «Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) u Objetivos Globales son 17 objetivos globales interconectados La Agenda 2030 84 diseñados para ser un “plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. Los ODS fueron establecidos en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (AG-ONU) y se pretende alcanzarlos para 2030. Están incluidos en una Resolución de la AG-ONU llamada 2030 Agenda o lo que se conoce coloquialmente como Agenda 2030. Los ODS se desarrollaron en la Agenda de Desarrollo después de 2015 como el futuro marco de desarrollo global para suceder a los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2015.» Al igual que los objetivos de la cumbre del milenio, los objetivos de desarrollo sostenible han sido promovidos en la ONU y aprobados en una Asamblea General. Se trata de 17 objetivos que paso a enumerar: 1. Fin de la pobreza, 2. Hambre cero, 3. Salud y bienestar, 4. Educación de calidad, 5. Igualdad de género, 6. Agua limpia y saneamiento, 7. Energía asequible y no contaminante, 8. Trabajo decente y crecimiento económico, 9. Industria, innovación e infraestructura, 10. Reducción de la desigualdades, 11. Ciudades y comunidades sostenibles, 12. Producción y consumo responsables, 85 Objetivos de desarrollo sostenible 13. Acción por el clima, 14. Vida submarina, 15. Vida de ecosistemas terrestres, 16. Paz, justicia e instituciones sólidas, 17. Alianzas para los objetivos. Te recomiendo lector hacer una pausa en tu lectura: pon el marcador en esta página, deja el libro, levántate de donde estés y vete a la cocina, por ejemplo, a beber una vaso de agua y luego mira por una de las ventanas de tu casa. Recuerda la lista que acabas de leer, ¿no crees que falta algo, algo como la frase final de los concursos de belleza? Supongamos que hemos acabado con la pobreza, de verdad y sin restricciones, que nadie en la Tierra es pobre. ¿Habría hambre? ¿No significaría, la ausencia de pobreza, que hay bienestar? Y si hay bienestar, ¿habría mala salud? o ¿falta de educación? Los habitantes de los países europeos, EEUU y Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y unos pocos países más, vivimos en sociedades donde hay economías que producen bienestar para todos sus habitantes. En estos países ni hay hambre, ni pobreza, ni falta de salud, ni falta de educación (de todos los niveles), ni falta el agua potable y el saneamiento, hay energía «asequible», hay trabajo y un cierto crecimiento económico sostenido, hay agricultura bien llevada y productiva, industrias, innovación científico-técnica, también hay buenas infraestructuras, hay ciudades y pueblos en que se puede vivir y desarrollar proyectos vitales. Señalo todo esto para poder añadir que hubiera bastado con un objetivo 1 que dijera algo así: economías no intervenidas —esto es, donde el libre comercio y la libertad de empresa, la libertad de trabajo, residencia y movilidad junto con la propiedad privada La Agenda 2030 86 estén establecidos como derechos sacrosantos de los individuos que forman parte de una sociedad— que produzcan un bienestar razonable para todos los habitantes de una sociedad. De haberlo definido así, los ítems 1, 2, 3, 4, 6, 7, 8, 9 y 11 sobraban por redundantes. En cuanto al item 5 —igualdad de géneros—, me parece una cuestión social antes que política. Cada sociedad tiene un gran número de usos, acciones prototípicas que no ha inventado nadie pero que copiamos y hacemos en situaciones muy parecidas. En la mayoría de las sociedades que he citado antes, hay ya usos en que se plasma la igualdad entre mujer y hombre. Y va a más, lógicamente. Me parece que sería bueno que los políticos sacaran sus manos de este tema. Me parece suficiente con el código penal, con leyes bien hechas que obliguen y amparen a todos por igual. Los objetivos 12, 13, 14. 15, 16 y 17 me parecen idioteces, si se me permite la expresión no bien sonante. Grandes ríos revueltos donde piensan pescar gentes sin escrúpulos. Pedro Baños, en su libro La encrucijada mundial dice: «En esencia, el objetivo de esta ambiciosa agenda mundial es suprimir la pobreza extrema y lograr un mayor equilibrio y redistribución de la riqueza, incidiendo sobre los ámbitos económico, social y, muy especialmente, medioambiental. Su estructura está formada por 17 objetivos, con 169 metas, cuya ejecución es medible a través de 230 indicadores. Idealistas, retóricos, interesados. . . son algunos de los calificativos que adornan a los ODS por parte de no pocos detractores en todo el mundo.» Para terminar esta sección, una reflexión más. A mi juicio el peligro está en una confusión profunda: los usos sociales se puede intentar suprimir, cambiarlos e imponer nuevos desde la acción política. Ahora bien, mediante acciones de gobierno, leyes mal elaboradas por parlamentos, no se cambia una sociedad, pero sí se la puede maniatar. El ejemplo de la URSS es claro y tajante. Durante los años del régimen tiránico de Franco también 87 El foro de Davos se intentó. . . y no se consiguió. Como confesó Franco al enviado de Nixón, Walters, su legado fue la clase media y un rey. Esa clase media adaptó algunos usos sociales a su nuevo estatus económico y creó algunos nuevos, resultando un conjunto tan sólido que ninguna institución del franquismo fue capaz de contrarrestarlos, tampoco de la democracia (década de los 80, por ejemplo). Dejo al lector que medite para qué sirvió el rey legado por Franco. La clase media ha sido el gran tapón contra las tentativas tiránicas de distintos partidos políticos. Pero ¿el rey legado? Yo tengo mi respuesta; alcanza, lector, la tuya y, si quieres las compartimos. Pero todos estos intentos, ninguno bien intencionado a mi juicio, han servido para que grupos minoritarios —ecologistas, ultra-feministas, wokistas, etc., y, sobre todos ellos, políticos—, que han advertido que es posible pescar en ese río revuelto de que hablaba más arriba, en los intersticios de todo ese pestilente guiso, intenten hacerse con el poder político y tiránicamente imponer sus ideas más o menos como se hizo en la URSS. O bien a través de medios algo, no mucho, más sutiles. 6.3 El foro de Davos Pedro Baños, en el libro que ya he citado, dice: «Lejos de eso, este ciudadano manejable y sin capacidad de crítica parece estar siendo inteligentemente encauzado por ciertas personas, las élites dominantes, que financian y orquestan las corrientes que este apoya, con un objetivo concreto. ¿Quiénes son estas élites? Es difícil, si no imposible, hacer un listado. A falta de investigaciones más profundas, siempre parecen emerger los mismos nombres: George Soros, Bill Gates. . . En definitiva, serían personas que en un primer momento lucharon por el dinero y, tras conseguirlo, pugnaron por el poder. Y una vez logrado (de manera más directa o indirecta, más formal o informal) parecen tener La Agenda 2030 88 un objetivo mayor: reorganizar la sociedad mundial a su imagen y semejanza (con la justificación de que lo hacen por el bien de los ciudadanos), erigiéndose ellos como arquitectos sociales». Tiene razón Baños, no hay forma de saber a ciencia cierta quién forma parte de esos foros. A mi me gusta recordar al Club de Roma, quizá el primero de ellos, si prescindimos de la Masonería. Wikipedia dice del Club de Roma: En abril de 1968 se reunió en Roma un grupo pequeño de científicos, políticos, que provenían de países distintos, invitados por el italiano Aurelio Peccei y el escocés Alexander King, para hablar de los cambios que se estaban produciendo en el planeta como consecuencia de acciones humanas. Dos años más tarde, el club de Roma se constituyó bajo legislación suiza. El Club de Roma encargó el informe Los límites al crecimiento (The Limits to Growth) encargado al MIT y publicado en 1972, poco antes de la primera crisis del petróleo y que ha tenido varias actualizaciones. La autora principal de dicho informe, en el que colaboraron 17 profesionales, fue Donella Meadows, biofísica y científica ambiental, especializada en dinámica de sistemas. Tras la publicación de este informe, se desató el inicio de un movimiento que sería conocido como ecología política y otras corrientes político-filosóficas derivadas tales como el ecofeminismo o el ambientalismo. En 2019, el Club de Roma emitió un comunicado oficial en apoyo a Greta Thunberg y las huelgas escolares por el clima. En el comunicado urgió al mundo a responder a esta llamada a la acción y reducir las emisiones de dióxido de carbono. 89 El foro de Davos Para 2022, el Club de Roma cuenta entre sus filas con un centenar de miembros de 52 países, y ha publicado 45 informes. No es fácil destacar los rasgos que caracterizan a este movimiento de clubes de acceso restringido. Yo los sintetizaría así: Acceso restringido. Lo que quiere decir que ni Vd. ni yo podemos acceder libremente a cualquiera de ellos, y que tampoco seremos invitados, nunca, jamás. Los integrantes de ese club se consideran así mismos «gente importante» porque son ricos o porque dirigen empresas o son técnicos y científicos algunas de cuyas publicaciones van en la línea que interesa a los patrones del club de que se trate. Una de las ideas que más llaman la atención es: hay que repartir mejor la riqueza. Eso dicen, a pesar de que Soros, Gates, etc. nunca lo han hecho. Las fundaciones que crean, especialmente los estadounidenses partícipes en estos foros, dan prestigio, dividendos y buenas desgravaciones en la Haciendo de EEUU. Pero sobre todo, dan prestigio, porque parece que entregan su dinero gratis para «causas» diversas. Pero el planteamiento que ellos hacen no es que «benéficamente todos entreguemos lo que poseamos y luego se reparta equitativamente entre todos», no. La idea es imponer «una igualdad entre todos los miembros de una sociedad», con la sola excepción de ellos. Se puede expresar la misma idea de esta otra manera: «nosotros, hombres sabios y líderes carismáticos, os diremos cómo os habéis de conducir, de dirigir vuestras vidas, para La Agenda 2030 90 reine la igualdad entre todos los hombres». Claro que ese «todos» es un falso generalizador porque tiene excepciones: ellos, los que se consideran nuestros líderes. En la mayoría de los casos, los miembros de esos clubes sobreestiman su capacidad y méritos. Para acabar volveré a citar a Baños: Mientras que el globalismo es una ideología política que pretende acabar con el Estado-nación para sustituirlo por un gran Estado mundial. Es sorprendente ver cómo, desde su juventud o su adulta inmadurez —también alentada—, muchos ciudadanos apoyan tesis y modelos sociales globalistas liderados por un reducido número de oligarcas tecnológicos y financieros que someten a millones de personas en todo el mundo a sus regímenes consumistas, más allá de lo razonable y sin hacerse el menor cuestionamiento. Los planteamientos vinculados al Nuevo Orden Mundial y al “reinicio” solo benefician a los que tienen el mundo en sus manos y lo gobiernan por y para su exclusivo beneficio. A la reunión de este año del Foro de Davos ha asistido Pedro Sánchez, empresarios españoles en representación de empresas y bancos nacionales. ¿Vd. cree que puede salir de ahí alguna idea potable que cualquiera pueda adoptar como suya? Si Vd. lo cree, permita que le diga que es Vd., en demasía, crédulo. Le aconsejo lo que ya decía en el Prólogo: coja una hoja en blanco de papel y un boli y escriba por qué le parece bien la idea de que ya sean los gobiernos nacionales o un hipotético gobierno mundial nos impongan a todos lo que debemos pensar, vestir, comprar y hacer. Y ya sabe, déjela en un cajón y vuelva a leerla y corregirla pasadas unas semanas o meses. Capítulo 7 La Unión Europea En el capítulo anterior, sobre la Agenda 2030, decía «pero todos estos intentos, ninguno bien intencionado a mi juicio, han servido para que grupos minoritarios —ecologistas, ultrafeministas, wokistas, etc., y, sobre todos ellos, políticos—, que han advertido que es posible pescar en ese río revuelto de que hablaba más arriba, en los intersticios de todo ese pestilente guiso, intenten hacerse con el poder político y tiránicamente imponer sus ideas más o menos como se hizo en la URSS. O bien a través de medios algo, no mucho, más sutiles.» 7.1 Antecedentes Me refiero al caso de la Unión Europea. ¿Sabes lector que en principio (1951) se llamó«Comunidad Europea del Carbón y el Acero»? Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo firmaron el tratado. Casi desde el principio hubo dos tendencias contradictorias. De un lado, los unionistas. Propugnan una nueva nación al estilo de los EEUU, con un gobierno nacional y un parlamento nacional. Estos detentarán el poder político de la UE. De otro lado, los soberanistas —entre los que me encuentro—. Propugnamos que las naciones que «hoy» conforman la 91 La Unión Europea 92 UE han de mantener en todo su soberanía. No habrá ni gobierno ni parlamento de la UE. El principio básico ya lo he enunciado más arriba: el libre comercio y la libertad de empresa, la libertad de trabajo, residencia y movilidad junto con la propiedad privada, han de estar establecidos como derechos sacrosantos de los individuos que formen parte de la UE. Las prácticas económicas, tanto empresariales como financieras y también las comerciales, irán paulatinamente aproximándose, las relaciones interpersonales generarán nuevos usos que, ahora sí, serán europeos. Sin embargo, en la práctica los unionistas van ganando la batalla, cierto que por la puerta de atrás, diría yo. En 1957 se firmaron los Tratados de Roma, del carbón y el acero —uno— y de energía atómica —el segundo—. El primero dio paso a la Comunidad Económica Europea (CEE) y el segundo a la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). CEE y Euratom nacieron el 1 de enero de 1958. Existía ya una Asamblea Común de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, simplemente la reunión de los jefes de gobierno de los seis miembros fundadores. Pero no como continuación de esta asamblea, sino dejándose llevar del prestigio del significado de «Asamblea», crearon (quizá con Robert Schuman —francés— a la cabeza) la Asamblea Parlamentaria Europea, con Schuman como presidente elegido. Pasó a llamarse «Parlamento Europeo» el 30 de marzo de 1962. La Asamblea Parlamentaria Europea pretendía ser una amalgama de los tres acuerdos: La Comunidad Europea del Carbón y el Acero, la Comunidad Económica Europea y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). Tenía 142 miembros y celebró su sesión constituyente el 19 de marzo de 1958 en Estrasburgo. Rápidamente los unionistas, 30 de marzo de 1962, convirtieron la Asamblea en el «Parlamento Europeo». Por entonces los diputados eran designados por los parlamentos nacionales. 93 Antecedentes Estos diputados eran miembros de sus parlamentos nacionales y también del Parlamento Europeo. En París, en 1974, en una cumbre se decidió que habría elecciones a diputado del Parlamento Europeo en torno a 1978. El Parlamento elaboró un documento que presentó a los jefes de gobierno de las naciones miembros de la CEE. En julio de 1976 dichos jefes de gobierno llegaron a un acuerdo. En el documento que me sirve de guía para elaborar esta pequeña síntesis de la historia de la UE (https://www.europarl.europa.eu/factsheets/es/sheet/11/el-) se dice «Tras su ratificación por todos los Estados miembros, el Acto entró en vigor en julio de 1978». No he conseguido averiguar qué significa «ratificación». Podría ser que se celebrará un referendum en cada país miembro, o que cada Parlamento nacional aprobará el acuerdo —cosa que ya habían hecho los respectivos gobiernos nacionales—. Según se fueron adhiriendo nuevos países a la CEE (Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido en las Comunidades Europeas en el 1973; Grecia en el 1981; en 1985, Portugal y España) hubo que ir aumentado el número de diputados del llamado Parlamento Europeo. Hoy, el Parlamento Europeo está formado por 705 diputados, correspondientes a los 27 Estados miembros. «España solicitó su adhesión el 26 de julio de 1977. Esta aspiración española se vio satisfecha el 12 de junio de 1985, con la firma del Tratado de Adhesión en Madrid y su entrada en vigor el 1 de enero de 1986.» (Ministerio de Asuntos Exteriores). La adhesión se hizo sin consulta en referendum. Sin embargo, si se convocó un referendum para votar el proyecto de Constitución de la UE. Dicho proyecto había sido aprobado el 18 de junio de 2003, siendo firmado en Roma por los jefes de gobierno de los países que formaban la Unión Europea a 29 de octubre de 2004. El 12 de enero de 2005, el Parlamento Europeo aprobó una resolución por 500 votos a favor, 137 en contra y 40 abstenciones, La Unión Europea 94 en la que recomendó a los Estados miembros que ratificaran la Constitución. En junio del 2003, hubo una cumbre en Salónica (Grecia) en que se acordó que el proyecto de Tratado Constitucional —Valéry Giscard d’Estaing fue el presidente de la Convención que lo redactó— debería estar refrendado por los países miembros antes de las elecciones europeas de junio del 2004. A finales del 2003, siendo Berlusconi presidente del Consejo Europeo, no se llegó a un acuerdo respecto al sistema de votación del propio Consejo Europeo: en el texto de la Constitución se quería un sistema de votación por mayoría, mientras que hasta entonces y hoy también los acuerdos han de ser unánimes. Los datos de la votación en España fueron: Electores registrados Opción A favor En contra Votos en blanco Votos anulados Participación 34.692.491 Votos 11.057.563 2.453.002 856.664 124.523 14.491.752 % 81,84 18,16 5,91 0,86 41,77 ¿Se puede aceptar que los españoles aceptaron el proyecto de Constitución para la UE con un 58,23 % de abstención? En números absolutos: a favor del sí = 11.057.563; abstención = 20.200.739. Es decir, una minoría de españoles dijeron sí, frente a 21.057.403 (abstención más votos en blanco) más los que dijeron no = 23.510.405. Los que no votaron a favor del sí fueron más del doble de los que sí lo hicieron. De nuevo una minoría se impone a una mayoría que en este caso dobla en número a la minoría. Pero la Wikipedia dice sin rubor: «El referéndum sobre el Tratado que establece una Constitución para Europa se celebró en España el 20 de febrero de 2005, para consultar a los ciudadanos si España debía ratificar dicha Constitución de la Unión Antecedentes 95 Europea. El resultado fue una victoria del “sí”, con el 77 % de los votos. La participación fue la más baja que se ha producido desde la llegada de la democracia en 1977.» Después vino el euro y el Banco central europeo. Pero antes hablemos del Consejo y la Comisión. 7.1.1 El Consejo y la Comisión Recordatorio: El Consejo europeo es la reunión de jefes de gobierno de los países miembros. Los acuerdos han de tomarse por unanimidad. Aún recuerdo que los periódico hablaban de Aznar, cuando fue Presidente del Gobierno, por sus posturas cerradas que impedían alcanzar acuerdos por unanimidad, y que bastantes veces obligaron a sesiones maratonianas del Consejo. La Comisión es una suerte de gobierno europeo formado por un presidente y varios comisarios. Hoy es Presidente de la Comisión Ursula von der Leyen. Borrell, el político español, es Vicepresidente y encargado de dirigir la acción exterior de la UE. El Tratado de Lisboa de 2009 estableció un número de Comisarios igual a 2/3 del total de países miembros de la UE. Sin embargo, el Consejo acordó que fueran un número igual al de países miembros. El Presidente de la Comisión ha de ser ratificado por el Parlamento —por mayoría— a propuesta del Consejo. 7.1.2 Del Parlamento y de la Comisión El tratado de Lisboa, que ya he mencionado, amplió las competencias legislativas del Parlamento. Con anterioridad, El Parlamento europeo era competente para entender de: Medio ambiente Transporte La Unión Europea Mercado interior Empleo y política social Educación Salud pública Protección de los consumidores. El tratado de Roma amplió estas competencias a: Agricultura y pesca Apoyo a las regiones más pobres Seguridad y justicia Política comercial Cooperación con terceros países Actos de ejecución En https://www.europarl.europa.eu/factsheets/es /sheet/25/la-comision-europea se dice: El presidente y los demás miembros de la Comisión, incluido el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, se someten colegiadamente al voto de aprobación del Parlamento y, a continuación, son nombrados por el Consejo Europeo. Desde el Tratado de Maastricht, el mandato de comisario coincide con la legislatura del Parlamento, que es de cinco años y es renovable. Obligación de rendir cuentas: 96 97 Antecedentes 1. Responsabilidad personal (artículo 245 del TFUE) Los miembros de la Comisión: Ejercerán sus funciones con absoluta independencia, en interés general de la Unión; en particular, no solicitarán ni aceptarán instrucciones de ningún Gobierno ni de ningún organismo externo; y no podrán ejercer ninguna otra actividad profesional, retribuida o no. Todo miembro de la Comisión que haya incumplido alguna de las obligaciones mencionadas o cometido una falta grave podrá ser cesado por el Tribunal de Justicia, a instancias del Consejo o de la propia Comisión (artículo 247 del TFUE). 2. Responsabilidad colectiva La Comisión es responsable colectivamente ante el Parlamento, en virtud del artículo 234 del TFUE. Si este último aprueba una moción de censura en contra de la Comisión, todos sus miembros deben dimitir colectivamente de sus cargos, incluido el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad en lo que respecta a sus funciones en la Comisión. Las competencias de la Comisión son las mismas, si no son más que las del Parlamento. Y si el lector es aficionado, como yo lo soy, a echar un vistazo a los acuerdos de la Comisión en asuntos como la agricultura, la ganadería o la pesca, observará que se mete en todo, en cosas que atentan contra la soberanía nacional de los países miembros: las cuotas de pesca en distintos caladeros, o la cantidad de olivos y aceite de oliva que se pueden plantar o tener en España. O haber conseguido implantar un sistema eléctrico en toda la UE que es un disparate. No conozco un solo Gobierno nacional que haya dicho «NO» a alguna medida impuesta por la UE, por la Comisión. Por dos razones: primera, La Unión Europea 98 porque si a un país como España le va bien produciendo mucho aceite de oliva, no hay por qué aceptar ninguna restricción de la UE; segunda, porque se mete, la Comisión, donde no debe meterse porque es actividad empresarial y hay libertad de empresa en la UE igual que en España. ¿Por qué se meten donde nadie les llama? Porque son políticos. Y ¿quienes son los políticos? Pues señoras y señores que no les interesa el bienestar de los individuos europeos, sino imponer usos, ideas, costumbres amparándose en leyes demenciales y obligando coercitivamente a cumplirlas —nunca olvides lector que ningún Estado puede ejercer coerción si no es apoyándose en la Policía, moderna banda de la cachiporra—. ¿Por qué hay una crisis de la energía en la UE? Por la llamada «transición ecológica». Casi todos los gobiernos de los países pertenecientes a la UE han aceptado el planteamiento y la estrategia de la «transición ecológica». Coches eléctricos «a pilas», sin saber qué haremos con las pilas cuando dejen de funcionar, porque no hay técnica disponible, ni estará disponible en diez o quince años, de recuperación de baterías. Y es muy probable que no la haya nunca. No olvides, lector, que la técnica también tiene límites, que —como cualquier ciencia— no puede chocar con la posibilidad. Nunca creas a esos creyentes en el poder ilimitado de la técnica o de la tecnología, como gustan decir. Tiene límites, y muy fuertes. Eliminación de todos los hidrocarburos como energía que transformamos en calor —calefacciones—, centrales de producción de electricidad mediante la quema de gas; o que transformamos en energía cinética o de movimiento —vehículos de combustión—; procesos industriales que necesitan grandes temperaturas y que usan gas para lograrla. El resultado de «eliminemos los hidrocarburos» ha sido paupérrimo. ¿Por qué? Porque los productores de petróleo y gas han dejado, primero, de invertir en el mantenimiento y renovación de 99 Antecedentes la maquinaría necesaria para el bombeo, y , segundo, porque han cerrado el grifo bastante. Con lo que hay menos petróleo y gas en el mercado internacional, y el que hay, está a un precio más caro y subiendo. Pero ¿por qué anunciar en lugar de hacer a «la chita callando»? Los políticos, si no sacan pecho —aunque sea por algo que nos parece una memez—, se mueren. Ellos van a salvar al planeta, al medio ambiente, como gustan decir, porque son los únicos que han entendido el problema y también son los únicos capaces de solucionarlo. ¡¡Infelices!! Suma a eso que estos grandes hombres han mandado cerrar refinerías, con lo cual tanto el diesel como la gasolina han disparado su precio por escasez. Y si el diesel está más caro que la gasolina, siendo como es un producto menos costoso de obtener por refino, no tengas duda de que ellos, esos que señorean el poder, han dado la orden de producir menos diesel. Cuando se bucea un poco en el origen de esta manía —con el significado que tiene en Psiquiatría—, allí encuentras a los verdes de todos los países, más los grandes oportunistas como Macron, Sánchez, etc. No creas ni la mitad de las imputaciones que se hacen, en estos temas, a la guerra de Ucrania. ¿Has pensado en cómo es posible que los servicios de inteligencia no alertaran a los gobiernos europeos de lo que se venía, si los estadounidenses advertían en los periódicos todos los días? ¿No había otra solución que castigar a Rusia? Rusia es una nación europea como nosotros, con un régimen político digamos que de límites difusos en elecciones, leyes, etc. Pero sobre todo con una clase política tiránica, más irrespetuosa con el pueblo ruso que el resto de los políticos europeos con sus respectivos pueblos. La Unión Europea 100 7.2 Reflexión final No me negarás, lector, que todo este aparataje de «derecho constitucional», que he repasado, no es un esfuerzo continuo de los políticos de los distintos países europeos por lograr un ámbito político en que moverse y ser y prosperar. ¿En detrimento de quién? Mi respuesta sincera es: de los ciudadanos europeos, de todos aquellos que deberían ser declarados «el soberano», en quienes debería residir la soberanía y en beneficio de cuyas vidas debería servir ese elefantiásico entramado de instituciones políticas y burocráticas que hoy constituyen la UE. No niego que hoy la UE y el Banco Central Europeo son un freno y una cierta amenaza para políticos de los países miembros, especialmente cuando llevan a cabo políticas dañinas para sus conciudadanos, como sucedió, por ejemplo, con Grecia. El gobierno socialista de Papandréu (2009–2011), a quien se opusieron las instituciones europeas cuando anunció un referendum sobre el plan de rescate. Y no olvidemos a Tsipras y Varoufakis. El deterioro de la deuda griega, de su economía fue de tal calibre que las pensiones fueron rebajadas un 40 %. O lo que está sucediendo con Pedro Sánchez y su Gobierno hoy, al que parece que las instituciones europeas amenazan si no mantiene una apariencia de respeto a las instituciones constitucionales de España. Aunque no estoy seguro de que esas amenazas sean firmes en el caso de Sánchez. Un ejemplo es la crisis de la energía por la que estamos pasando, y que no parece que vaya a remitir en los próximos años. Como dicen personas de acreditados méritos (María Teresa Estevan Bolea, Pedro Mielgo y Manuel Fernández Ordóñez) es una crisis provocada por los políticos europeos, si bien tiene su origen en las mentiras de los verdes alemanes y adláteres. En el capítulo sobre cambio climático he explicado mis razones para oponerme a los verdes alemanes, holandeses y, en general, a los defensores 101 Reflexión final del cambio climático. Lo resumiré así: no respetan ninguna de las condiciones epistemológicas que hay que exigir a cualquier enunciado científico. Un par de pinceladas. ¿En qué cabeza cabe que una central nuclear produce electricidad con un coste que es es distinto a las 10 de la mañana que a las 10 de la noche? Y lo mismo cabe decir de una central hidroeléctrica, o de carbón o de gas. Incluso fotovoltaicas y molinos de viento tienen el mismo coste a cualquier hora que produzcan electricidad. ¿Por qué se paga la electricidad que las centrales productoras entregan a REE (la red española de transporte y distribución de electricidad) según el coste de las centrales de gas, cuyo combustible no solo es un hidrocarburo sino que, además, es el más caro? Insisto en que hay que hacer análisis de costos de cada forma de producción de electricidad, y pagar la electricidad según ese coste. Todo lo que sea salirse de este guión es estafa, política y, pudiera ser empresarial también —no lo aseguro—. Para que entiendas lector lo del análisis de costos. Los sucesivos gobiernos españoles han estimado el costo de un curso anual universitario —sin diferenciar entre Físicas, Literatura, Medicina o Veterinaria— dividiendo el total del dinero que el gobierno gasta en la enseñanza universitaria por el número total de estudiantes matriculados en el mismo año. Hace unos años, cuando yo era profesor en activo, se dio la cifra de 8.500 euros por año/curso y estudiante. Pero hay carreras que tienen sobrecosto respecto a otras porque además de la enseñanza en aula existe la enseñanza práctica o de laboratorio. Por ejemplo, los estudiantes de Química tienen prácticas de laboratorio; los de Filosofía, no. En el análisis de costos se analiza la diferencia que hay de estudiar en un campus u otro. ¿Cómo? Valorando el dinero que se podría obtener si los edificios e instalaciones de la Ciudad Universitaria de Madrid se alquilaran, por ejemplo. El precio de la vida en Madrid y en La Unión Europea 102 Alicante. Etc., etc. Por eso, estudiar Medicina en la Facultad de Medicina de la UCM debería costar más que hacerlo en la UAM, quizá entre 15.000 y 20.000 euros por curso/año y estudiante en la UCM, o más. Si sacáramos a todas las Universidades públicas del Presupuesto del Estado, y se diera un cheque-beca a cada estudiante universitario, entonces el Estado daría diferentes cantidades a cada estudiante según la Universidad pública en que estudiara. Si se adoptara esa postura, me pregunto si el cheque-beca no habría que dárselo a cada universitario español, y tratar por igual a todos, con independencia de que la Universidad en la que se matricularan fuera pública o privada. En fin, dejemos a las Universidades en paz y tranquilas para que puedan seguir contratando a eximios profesores como Pablo Iglesias. Capítulo 8 Propuestas políticas Es necesario una meditación sobre algunos temas de filosofía política. Ensayaré una y tomaré el orden socio-político actual de España como referente. 8.1 El actual orden político español Partamos del texto constitucional español de 1978, tal como está en el BOE número 311 de 29/12/1978. En el Preámbulo se fija el sujeto que se supone que hace suyo el texto constitucional, el primer párrafo dice así: «La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:». «La Nación española» es el sujeto constituyente. Cuyo significado queda precisado en el artículo 1.2. «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado». Es decir, que el pueblo español es el sujeto político y, en tanto que tal, recibe el nombre de «Nación política». Mas el párrafo cuarto del Preámbulo desconcierta un tanto, dice: «Proteger a todos los españoles [y pueblos de España] en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.». ¿Acaso no es contradictorio, incompatible, con lo declarado en el artículo 1.2? A mi juicio, sí. Y lo 103 Propuestas políticas 104 es por el sesgo introducido subrepticiamente y que he colocado entre corchetes. Un paso más, el párrafo sexto del Preámbulo dice: «Establecer una sociedad democrática avanzada». Y el artículo 1.1: «España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político». ¿Acaso este artículo precisa el significado de «democracia avanzada»? Si así fuera, «democracia avanzada» significaría: Estado social, y régimen democrático, y Imperio de la Ley, y pluralismo político. ¿Es ajustado este significado de «democracia»? 8.1.1 La Constitución española ¿Acaso no hubiera dicho un ateniense clásico (Sócrates, por ejemplo) algo como: igualdad ante la ley sí es un rasgo de una «democracia avanzada», pero ni «estado social», ni «pluralismo político» son rasgos de un orden político, aunque lo puedan ser de un orden social? Para añadir a continuación: «mire, en todo orden político hay instituciones en que el poder de todos los ciudadanos se concentra y exhibe. El más llamativo: el ejército. Vd. debe identificar las instituciones cuyo detentador puede ser revocado por mandato de todos». En el caso español, esas instituciones son: la jefatura del estado, el gobierno y el parlamento. Como la Jefatura del Estado está ocupada por un Rey, la dejaré de lado. Nos quedan el Gobierno y el Parlamento, porque la Justicia se lleva a cabo por funcionarios del Estado (jueces), no elegidos sino salidos de una oposición. Las tareas encomendadas al Gobierno y al Parlamento son fáciles de expresar: del Gobierno acciones ejecutivas cuya finalidad sea procurar un bien a la mayoría si no a todos los españoles; del Parlamento elaborar leyes que habrán de ser cumplidas por todos sin excepción. 105 El actual orden político español ¿Cómo se cambia el Gobierno, cómo se cambia a los parlamentarios? La respuesta es sencilla: mediante votaciones. Nuestro amigo el griego diría que esto sí, esto sí forma parte de la democracia. Pues vayamos al sistema electoral español. 8.1.2 El sistema electoral español Antes de que la Constitución fuera redactada, aprobada en Cortes y sometida a referendum, una ley publicada en el BOE núm. 4, de 5 de enero de 1977 (https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1977-165), conocida como «Ley para la Reforma política» estableció dos rasgos esenciales del sistema electoral español: DISPOSICIONES TRANSITORIAS Primera El Gobierno regulará las primeras elecciones a Cortes para constituir un Congreso de 350 diputados y elegir 207 senadores a razón de cuatro por provincia y uno más por cada provincia insular, dos por Ceuta y dos por Melilla. Los Senadores serán elegidos por sufragio universal, directo y secreto, de los españoles mayores de edad que residan en el respectivo territorio. Las elecciones al Congreso se inspirarán en criterios de representación proporcional, conforme a las siguientes bases: Primera. Se aplicarán dispositivos correctores para evitar fragmentaciones inconvenientes de la Cámara, a cuyo efecto se fijarán porcentajes mínimos de sufragios para acceder al Congreso. Segunda. La circunscripción electoral será la provincia, fijándose un número mínimo inicial de Diputados para cada una de ellas. Propuestas políticas 106 Las elecciones al Senado se inspirarán en criterios de escrutinio mayoritario. Hay que fijarse, a mi juicio, por lo que toca al Congreso de diputados en lo siguiente: La circunscripción electoral es la provincia. Los diputados elegidos en cada provincia lo serán siguiendo criterios de representación proporcional. Se fijarán porcentajes mínimos de sufragios para acceder al Congreso. Respecto al Senado, lo sorprendente es que antes de que hubiera Constitución ya se hubiera decidido la existencia de un Senado, que el artículo segundo fija así «Tres. Los Senadores serán elegidos en representación de las Entidades territoriales. El Rey podrá designar para cada legislatura Senadores en número no superior a la quinta parte del de los elegidos.». Es decir, que se pre-juzga la existencia de «Entidades territoriales», es decir Autonomías regionales. Cabe pensar, «bueno, pero los constituyentes hubieren podido cambiarlo». Pero el caso es que no hubo constituyentes, si por tal se entiende Cortes constituyentes. Pues una vez aprobada la ley para la Reforma política se convocaron elecciones a Cortes, sin adjetivo que las cualificara. Copiaré entero el texto del Real Decreto 679/1977, de 15 de abril, por el que se convocan elecciones generales a las Cortes Españolas (BOE núm. 92, de 18 de abril de 1977, páginas 8345 a 8345. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1977-9545): TEXTO ORIGINAL Acordada por las Cortes Españolas la Ley para la Reforma Política en su sesión plenaria del dieciocho 107 El actual orden político español de noviembre de mil novecientos setenta y seis, sometido su texto a referéndum nacional el quince de diciembre del mismo año, promulgada en cuatro de enero de mil novecientos setenta y siete, y publicado el Real Decreto-ley veinte/mil novecientos setenta y siete, de dieciocho de marzo, sobre normas electorales para regular las elecciones al Congreso de los Diputados y al Senado que han de constituir las Cortes Españolas, en cumplimiento de cuanto se dispone en el artículo veintiocho del citado Real Decreto-ley, En su virtud, a propuesta del Presidente del Gobierno y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día quince de abril de mil novecientos setenta y siete, DISPONGO: Artículo único. Se convocan elecciones generales para la constitución del Congreso de los Diputados y del Senado; de las Cortes Españolas. La votación se celebrará el día quince de junio de mil novecientos setenta y siete, con sujeción a cuanto se establece en el Real Decreto-ley veinte/mil novecientos setenta y siete, de dieciocho de marzo, sobre normas electorales. Dado en Madrid a quince de abril de mil novecientos setenta y siete. JUAN CARLOS El Presidente del Gobierno, ADOLFO SUAREZ GONZALEZ Al final mismo del texto constitucional hay una «Disposición derogatoria», por la quedan derogadas todas las leyes fundamentales del régimen franquista. Y también queda derogada la ley para la Reforma política de 1/1977, de 4 de enero, a la que ya me he referido. Así que el Real Decreto-ley 20/1977, de 18 de Propuestas políticas 108 marzo, sobre Normas Electorales no fue derogado. Y esta ley regirá el sistema electoral español. El pasaje fundamental, por lo que ahora nos atañe, es el siguiente: El sistema electoral para el Congreso se inspira en criterios de representación proporcional con candidaturas completas, bloqueadas y cerradas, cuya presentación se reserva a los partidos y federaciones constituidos de acuerdo con las normas reguladoras del derecho de asociación política, a las coaliciones de estas fuerzas que pueden formarse por mera declaración ante la Junta Electoral Central, y a los propios electores que deseen promover candidaturas determinadas y no de partido. La distribución de escaños se realizará de acuerdo con la regla “d’Hondt”, que resume en una sola operación el funcionamiento del cociente electoral y el cómputo de restos de acuerdo con el sistema de la mayor media. En esta ley se fija que en cada circunscripción se presentarán candidaturas: 1.o, «completas, bloqueadas y cerradas»; 2.o, «cuya presentación se reserva a los partidos». El texto añade «y federaciones». El artículo 6 de la Constitución dice: «Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos.». Los artículos 68 y 69 de la Constitución vuelve a hablar de la elección de Diputados y Senadores sin añadir nada nuevo a lo dicho en el Real Decreto-ley 20/1977, de 18 de marzo, sobre Normas Electorales. Hasta 1985, fecha en que —siendo el PSOE el partido gobernante entonces— se elaboró Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, El actual orden político español 109 del Régimen Electoral General, estuvo vigente el Real Decretoley 20/1977, de 18 de marzo, sobre Normas Electorales. Dicha ley orgánica no cambia en nada lo fundamental respecto a las elecciones al Congreso de Diputados (ver Artículo 44). La saga de leyes fue: 1. Ley para la Reforma política (5 de enero de 1977, BOE). Derogada en la Constitución. 2. Real Decreto-ley sobre normas electorales (23 de marzo de 1977, BOE). 3. Real Decreto de convocatoria de elecciones generales a las Cortes españolas (18 de abril de 1977, BOE). 4. Constitución española (29 diciembre de 1978, BOE). Formalmente, pues, nunca se convocaron Cortes Constituyentes. La Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas del Congreso de los Diputados nombró una ponencia de siete diputados que fue encargada de elaborar un anteproyecto de constitución, los siete diputados fueron: Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo (por UCD); Gregorio Peces-Barba Martínez (PSOE); Jordi Solé Tura (PCE); Manuel Fraga Iribarne (AP); Miquel Roca i Junyent (Minoría catalana). 8.1.3 Gobierno y Diputados Lo que quiero subrayar del sistema electoral del Congreso de diputados son dos características: 1.a, el elector elige una papeleta con el nombre de un partido político y la introduce en la urna; 2.a, las personas cuyos nombres figuran en dicha papeleta no han sido elegidos por ningún elector sino por el partido político cuyo nombre figura en la papeleta. Consecuencia de esto Propuestas políticas 110 es que el elector no elige a personas, sino a un partido político. Otra consecuencia del sistema electoral es que ningún elector tiene un diputado que le represente directamente, a quien acudir para presentarle una cuita política. Del artículo 66 al 80 de la Constitución trata de las Cámaras, de los diputados y de los senadores. No cambia nada de las bases del sistema electoral. El 66.2 dice «Las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus Presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuya la Constitución». Del Gobierno habla el artículo 97 para fijar los objetivos de la acción de gobierno: «El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes». Y el 99 fija la elección del Presidente del Gobierno, lo resumo. El Rey, tras consultar con los partidos políticos que hayan obtenido diputados, propondrá al Congreso un candidato a Presidente. Recuerdo que hasta ahora, siempre ha sido propuesto la persona elegida por el partido político que más diputados haya obtenido. Dicha persona no tiene por qué ser diputado. El candidato a Presidente ha de obtener la mayoría de los votos emitidos en el Congreso, esto es: para 350 diputados, 176 votos a favor. Es, pues, el Congreso de los Diputados quien elige al Gobierno de la Nación dando un voto de confianza a su Presidente. Y, lógicamente, sólo el Congreso puede destituir al Presidente del Gobierno mediante la moción de censura. El pueblo español, todos los españoles con derecho a elegir sus representantes políticos no pueden elegir directamente al Presidente del Gobierno. El papel del elector español se limita a introducir una papeleta con el nombre de un partido político en una urna. Cada partido ha decidido qué personas pueden ocupar los escaños de Diputado. Y el rizo se cierra con la elección del 111 Unas propuestas alternativas Presidente de Gobierno por los diputados, las personas elegidas por los partidos políticos. ¿No es mucho lo que se atribuye a los partidos políticos y poco lo atribuido a cada elector español, al pueblo español? 8.2 Unas propuestas alternativas Mi primera propuesta consiste en una reforma de la ley electoral de forma que toda elección se lleve a cabo en un distrito unipersonal. Así cada diputado será diputado por el distrito X. Y el Presidente del Gobierno será elegido por todos los españoles en un distrito único que abarque todo el territorio nacional. Además, y esto es fundamental, los candidatos no tendrán necesariamente que ser presentados por los partidos políticos. Ya sé que esto implica cambios sustanciales en la Constitución actual. Sin embargo, si mi propuesta se llevara a cabo, cabría completarla con esta otra: a partir de los X días después de su elección, de cada diputado, de cada senador y del Presidente, los electores del distrito correspondiente podrán presentar una solicitud formal ante la Junta electoral que corresponda para que se convoquen elecciones en un distrito. Cuando se alcance un número de solicitudes igual al número de votos que obtuvo el elegido, más uno, la Junta electoral convocará elecciones en dicho distrito en un plazo de días fijado. Ambas propuestas conjuntamente hacen posible que el electorado español, el pueblo español disponga de un mecanismo de remoción de los elegidos por él mismo. Y ello, sin tener que esperar cuatro o cinco años a que se repitan elecciones. La experiencia que hemos tenido los españoles me parece que avalan la anterior idea, especialmente en el caso del Presidente del Gobierno. Pero también hemos sufrido la experiencia de leyes pergeñadas por el Congreso de los Diputados, también por los Parlamentos regionales, disparatadas, insensatas, que atentan contra Propuestas políticas 112 la concordia entre todos los españoles. ¿Es posible impedir la entrada en vigor de una ley elaborada en un Parlamento? Ahora no. Una propuesta para que hubiera forma de que todos los españoles podamos manifestarnos contrarios a una ley elaborada por un Parlamento sería imitar el sistema suizo de referenda. En Suiza, el referendum es obligatorio para modificar cualquier artículo de la Constitución; cualquier ley elaborada por el Parlamento federal ha de ser sometida a referendum si lo solicita un número de ciudadanos suizos. Si se medita un poco sobre este sistema suizo, se caerá en la cuenta de que es una defensa cerrada del orden legal, de la ισονομία (igualdad ante la ley) propugnada por los griegos como base del orden político. Pero seguro que son posibles otros medios para que el pueblo de una nación controle al poder político. A mí se me ocurre uno. En la Constitución se define la figura del Defensor del Pueblo (artículo 54). Se podría cambiar esa figura radicalmente de manera que su atributo esencial se pareciera al que tuvo el Tribuno de la Plebe en la antigua Roma. Elegido en distrito único coincidente con todo el territorio nacional, su potestad máxima sería decir no a cualquier ley emanada de cualquier Parlamento nacional, ya sea el Congreso, el Senado o cualquier Parlamento regional. Es claro, que al igual que el caso del Presidente del Gobierno, la elección del Defensor del Pueblo habría de ser hecha con cuidado exquisito, quizá habría también que exigir ciertas condiciones de los candidatos. Creo honestamente que nuestro amigo el griego aplaudiría los cambios propuestos por dos razones: 1.a, porque uno busca preservar el orden legal, condición básica del orden político; 2.a, porque el otro busca mantener directamente en manos del electorado español, del pueblo español, el poder de remover a los cargos políticos. 113 Unas propuestas alternativas Ahora bien, no creo que la evolución de los sistemas políticos como el español vaya a ir por el camino que acabo de proponer, antes bien estoy convencido de que las pulsiones autoritarias ya presentes en la mayoría de países occidentales, se acentuarán, dando paso a regímenes supuestamente tiránicos. 8.2.1 Monarquía He hecho unas propuestas para cambiar el modelo político que padecemos, no creo que nadie en su sano juicio diga «del que nos beneficiamos». Y no he querido hablar de la monarquía. Y no lo he hecho porque íntimamente me sigue produciendo desconcierto. España es hoy una nación política, esto es una sociedad, un pueblo histórico, cuya soberanía reside y se reconoce en el pueblo español. Es verdad que este pueblo es heredero de otros que vivieron bajo una Monarquía. Para nosotros, sin embargo, se pierde en la noche de los tiempos la saga de los monarcas: Isabel I y Fernando V; Carlos I; Felipe II; Felipe III; Felipe IV; Carlos II; Felipe V; Fernando VI; Carlos III; Carlos IV; Fernando VII, Isabel II; Amadeo I; Alfonso XII; Alfonso XIII. A los reyes Juan Carlos I y Felipe VI no les corresponde ninguna soberanía, no son soberanos de nada. El único soberano es el pueblo español. Y no solo porque así lo establece la Constitución, sino porque ninguno nos sentimos vasallo de nadie, ni de los gobernantes ni del Rey. «El Reino de España» es sólo una idea que se les metió en la cabeza a los que redactaron la Constitución. Mas ¿qué es un Rey sin Reino, sin vasallaje, sin súbditos? ¿Un Rey de una Nación, cuando «nación» dice relación directa e inextricable a «pueblo soberano»? Suele ponerse al Reino Unido como ejemplo de cómo pueden convivir la idea centenaria de un Rey cuyo reino ha dejado de ser suyo para venir a serlo de los «ingleses, galeses, irlandeses y escoceses». El Rey Carlos, como antes la Reina Isabel, es el depositario del legado ancestral, aquel que recuerda que la ma- Propuestas políticas 114 yor parte de la vida del Reino Unido se hizo bajo el mando y reinado de un rey. Bien. Nada de esto hay por qué negarlo. Pero el Reino Unido funciona en el día a día como una república de ciudadanos «dirigida» por políticos, no por el Rey. No hay una forma de Gobierno monárquica en el Reino Unido. Hay una forma nacional, republicana en la forma de Gobierno que se aplica cada día. De ahí esa sensación de puro espectáculo de los actos de la Monarquía en el Reino Unido. Algo que entre nosotros también sucede. El Rey preside desfiles, abre legislaturas en las Cortes, recibe el juramento de los Gobiernos, preside el despacho de embajadores, etc. Son actos de una figura que no se corresponde ya con la forma de Gobierno que cada día ejercen nuestros políticos, partidos políticos a los que hemos votado. Por eso produce esa sensación de espectáculo y, a la vez, de desvalimiento. Por todo esto, quizá me produce desconcierto íntimo hablar de monarquía. Nos haríamos un favor intentando pensar una función de la Monarquía que fuera útil y directa a la vida política de los españoles. ¿Cuál podría ser? No lo sé. Alguna vez he pensado que la única potestas, el único poder que un Rey actual podría detentar sería el de «Inspector de la concordia pública». Me explicaré. La «concordia pública» es el estrato más profundo de la vida social que todos los miembros de un pueblo tienen en común. Ser nacionales de España, guardar respeto a cada uno de los otros por ser un hombre y compatriota antes que por sus méritos, ninguno de los cuales negaremos. Se puede ensayar una enumeración que reúna las «creencias políticas básicas» que constituyen la concordia pública. 1. La primera de esas creencias quizá fuera: igualdad ante la ley. Cada ley debe obligar y amparar por igual a cada español. No puede haber excepciones en esto. 115 Unas propuestas alternativas 2. Somos hombres libres, no sometidos a ningún vasallaje. Quizá esta podría ser la segunda de las creencias. 3. El origen de todo poder reside en el pueblo español, único soberano. 4. Solo puede mandar aquel a quien el pueblo español, sus electores, hayan decidido entregarle la gobernación por un tiempo. 5. Aquel que se sirva de su puesto en la Gobernación de la Nación para intentar derrocar los anteriores puntos, cometerá traición en grado superlativo. Pues bien, quizá esa única potestas que ando buscando para un Rey consista en advertir que antiguamente Rey y Pueblo marchaban unidos cuando el Rey aceptaba que sin «su» pueblo no era nada, ni tenía Reino ni pueblo sobre el que reinar. El pueblo no elegía al rey, pero se aunaba con él reconociendo su derecho a reinar, a gobernar a todos porque cuidaba de todos por igual y respetaba el hecho de que eran hombres libres. Pues bien, un Rey de hoy debería de ser alguien ocupado principalmente en la inspección de la concordia pública. En que todos, pero sobremanera aquellos que ejerzan el poder político, no intenten subvertir mediante leyes o actos de gobierno ninguna de esas creencias que conforman la concordia pública. Los españoles podríamos otorgarle la potestad única de oponerse, no de sustituir, a los designios de los poderes políticos. El Rey podría ostentar una suerte de potestad tribunicia: establecer un interdicto, un no, a las acciones legislativas y de gobierno. Un rey rodeado no de cortesanos sino de una Administración pequeña pero formada por empleados públicos de muy alta cualificación que, por formar parte de la administración de esa potestad tribunicia no podrían ser ni removidos, ni apartados Propuestas políticas 116 por nadie, tampoco por el Rey —lógicamente, excepto en casos de delito o incuria—. Este Rey sería el «primer ciudadano», pero ciudadano al fin y al cabo. Podríamos seguir considerando a España un reino: el Reino de todos los españoles, cuya cabeza visible sería la del Rey. No tendríamos, como forma de Gobierno, una monarquía parlamentaria —régimen en que, según los entendidos, el Rey reina pero no gobierna—, tampoco una forma de Gobierno republicana, sino una forma de Gobierno republicana en sus buenas horas —mientras que el Rey no se viera urgido a ejercer la potestad tribunicia— y cuasi monárquica en las menos buenas — cuando el Rey no tuviera más remedio que ejercer la potestad tribunicia siguiendo el consejo de los funcionarios públicos—. Si a los dirigentes políticos elegidos por el pueblo español se les exigiera una formación previa para poder presentarse a elecciones y a los hijos del Rey se les diera una formación profunda anterior a su entronización, entonces el régimen del que estoy hablando sería en gran medida «epistocrático» o «noocrático». Para serlo plenamente sólo faltaría exigir de cada elector una formación previa antes de poder ejercer su derecho al voto. Tendríamos así un régimen cuya base fundamental sería el conocimiento, la formación. De ahí los calificativos: episto-crático, noo-crático. Δεμοκρατία es una palabra compuesta de δεμος, pueblo, y κρατία, poder. Análogamente, episto-cracia significa ciencia, conocimiento (ἐπιστήμη) y poder (κρατία); νοῦς o νόος se traduce por intellectus en latín, lo que da intelecto en español. Pero en este contexto no puede traducirse νόο-κρατία por el régimen en que el poder se otorga a los intelectuales, sino como un sinónimo de ἐπιστοκρατία: sólo gente con formación acreditada ha de detentar las dos formas esenciales del mando: la de ser elector y la de ser elegible. No haga el lector mohines y piense en el llamado tercer poder: los jueces. Los jueces tienen un gran poder, en ciertos sitios inclu- 117 Unas propuestas alternativas so sobre la vida o existencia de los seres humanos, en la mayoría sobre la vida humana. Una condena puede segar un proyecto de vida en parte ya llevado a cabo. A ninguno lo elegimos; cada uno de ellos son funcionarios del Estado, a lo que han accedido después de cursar estudios en una Universidad, egresarse y ganar una oposición y pasar por la Escuela judicial. Hemos entregado «la administración de la justicia» a profesionales con una alta cualificación, con un alto grado de formación y conocimientos. ¿Por qué no repetir la jugada con gobernantes y legisladores y electores? La soberanía seguirá residiendo en el pueblo español, pero quien quiera ser elector, elegible e incluso rey habrá de seguir una pauta severa de adquisición de formación, de conocimientos. Mi propuesta se puede concretar algo más. Electores. El derecho de ser elector lo tendría cada español desde los 22 años hasta su muerte, si antes no hubiera circunstancias de salud que hicieran obligado retirarle este derecho. Para ejercerlo, antes de cada convocatoria electoral habría de someterse a formación: hacer un curso intensivo sobre los problemas, al menos los de mayor calado, que la nación habrá de afrontar en los cuatro o cinco años siguientes. El curso habría de ser aprobado. Es una exigencia mínima. Nadie estaría obligado, pero nadie podría ejercer su derecho de elección —en la convocatoria de que se tratara— sin haberlo pasado. Elegibles. El derecho a poder ser elegido para diputado del Congreso o para ser Presidente del Gobierno lo tendrá cada español mayor de 35 años (los años no son importantes, pero sí la idea de que ha de ser un español «maduro»). Se les exigirá una formación previa y demostrable, formación que no podrá ser la de un bachillerato, habrá de ser una carrera universitaria. Pero igual que los electores, también los pretendientes a ser elegibles tendrán que pasar un curso intensivo de formación cada Propuestas políticas 118 vez que quieran presentarse, más largo y más técnico que el de los electores, curso que habrán de aprobar. Caso aparte es el del Rey. Es posible que el sucesor por nacimiento del Rey no tenga deseo de reinar o no sirva para ello, entonces habrá que elegir algún otro candidato entre los miembros de la línea sucesoria. Todos los candidatos posibles habrán de haber seguido estudios universitarios, dobles o triples grados. No creo que sea necesario que pasen por academias militares. Y el sucesor designado habrá de seguir formándose mientras reine según los designios de los altos funcionarios de «su» Administración. Capítulo 9 Transhumanismo ¿Qué es el Transhumanismo? Mi respuesta directa es: un credo, un nuevo credo. A sabiendas de que todos los credos conocidos están llenos de irracionalidades, de mitos, de conceptos algunos contradictorios y, por ello, imposibles. Para otros se trata de una nueva filosofía o de una suerte de pensamiento especulativo. Juzga tú, lector, cuando acabe de explicarte los mimbres de que está hecho el Transhumanismo. El Transhumanismo es un asiento de dos patas, difícil por tanto descansar en él. Una de las dos patas es la promesa de una superinteligencia. La otra, es la promesa de un alargamiento de la vida en 50 o 100 años, y en un futuro remoto la casi inmortalidad. La «pata» de la superinteligencia nos lleva a la Inteligencia Artificial, la computación y las supercomputadoras. La «pata» del alargamiento de la vida nos lleva a la Ingeniería Médica. Una técnica compuesta de cuidados médicos modernos, desarrollo de nuevos fármacos según una metodología bien establecida y regulada, técnicas de secuenciación del genoma aplicadas a cada individuo, técnicas de edición de los genes del DNA. Veamos algo más en detalle cada una de esas dos bases del Transhumanismo. 119 Transhumanismo 120 9.1 Superinteligencia La IA, desde sus comienzos allá por 1950, es un ensayo por resolver problemas como lo hace un hombre. ¿Qué problemas? Por ejemplo, escribir un ensayo; otro ejemplo, calcular cómo hay que dimensionar una de las torres que soportan el peso de los cables de alta tensión; o mejorar la combustión de un motor de gasolina para que sea más eficiente. Pero la aspiración mayor de la IA es empezar a resolver un problema e ir con la práctica aprendiendo a resolverlo mejor, que es como los ingenieros humanos lo hacen: aprenden la forma básica de resolver un problema y con la práctica van mejorando su forma de hacer y, con ello, la eficacia de su propio desempeño. Cojamos un problema que nos sirva de guía. Sea mejorar los motores de combustión de gasolina de manera que los gases que expulse por el escape sea una cantidad inocua. Si los ingenieros humanos consiguen un motor que cumpla con esas especificaciones, será un gran logro. Y si una IA también lo consigue, entonces esa IA será tan inteligente como los mejores ingenieros humanos. Pero, si andando el tiempo consiguiera que el motor fuera más pequeño y no obstante produjera la misma potencia; si los materiales del motor diseñado por la IA fueran más ligeros y a la vez más resistente que los motores diseñados por humanos, y si pasado el tiempo consiguiera un motor más sencillo de construir, por tanto, menos costoso, entonces esa IA habría superado a los humanos. ¿No habría que decir que no es inteligente sino superinteligente? La IA se aplica a muchos campos, a muchos problemas, y en todos parece que va ganando terreno poco a poco. Sin embargo, hoy tiene un handicap: para aplicarla a un campo, a un problema, hay que hacer un programa de computadora, lo que hoy se llama una aplicación (una app). Por tanto, hemos de contar con tantos programas como problemas queramos afrontar. Lo que da como 121 Superinteligencia resultado que cada programa es una IA, más o menos diferente de todas las demás. De aquí la costumbre de hablar en plural de la IA, decimos: «las IA». Los transhumanistas creen a pies juntillas que las técnicas de programación irán progresivamente mejorando hasta llegar a un culmen: un buen día en lugar de muchos programas solo existirá uno, y este uno será capaz de solucionar todos los problemas. Ese día, como en el hombre, en el ingeniero, que con una sola cabeza es capaz de resolver todos los problemas, la IA será una superinteligencia, un gran programa de computadora, capaz de resolver todos los problemas y mejor y más eficientemente que cualquier hombre o grupo de hombres. Al dotar a una gran computadora —las supercomputadoras son grandes instalaciones de cientos o miles de pequeñas computadoras, conectadas entre sí, que hacen un único trabajo en conjunto. También son grandes consumidoras de electricidad— de ese programa, que entonces recibirá un nombre como «IA» en singular y mayúsculas muy mayúsculas, dicha máquina será una «máquina de IA» (MIA, en lo sucesivo). La característica más sobresaliente de la MIA es que cada día aprenderá algo nuevo, con lo que podrá mejorar cada vez más su IA. Esta IA ya no sería superinteligente sino algo así como superinteligente. Un ente a medio camino entre un dios menor y un superhéroe. Cuando llegue ese día, esa superinteligencia habrá añadido una facultad nueva, novísima a la colección de sus características: será capaz de albergar una copia del estado mental de cada cerebro humano existente, copia que podría renovarse de tanto en tanto. Al fallecer un hombre, su última copia se activaría definitivamente, de modo que el hombre muerto reviviría en la supercomputadora. Y aunque sin cuerpo, ese hombre tendría una suerte de segunda vida ad aeternum. Transhumanismo 122 9.2 Biomejoramiento humano En el 31 de marzo del año 2022 se ha publicado oficialmente el primer genoma humano completo. Hoy contamos con técnicas de secuenciación que permiten secuenciar partes o la totalidad de un genoma. Estas técnicas se están utilizando para secuenciar partes del genoma de un paciente y procurarle terapias específicas para él y su caso. Esta estrategia de curación es de las más prometedoras. No hay que olvidar que, según parece, sólo el 1 % del total de genes del genoma codifica y produce proteínas. El 99 % es el «gran desconocido», se podría decir. Hay enfermedades que tienen un origen genético, es decir, que son enfermedades cuyos causantes son un gen, o varios, alterado. Hay enfermedades genéticas heredadas de nuestros progenitores y que nosotros transmitiremos a nuestros hijos. Un ejemplo bastante conocido es la hemofilia. Las personas que la padecen pueden sufrir hemorragias espontáneas o por un traumatismo o después de una operación, porque sus factores de coagulación están alterados. Los hemofílicos heredan la enfermedad de su madre. Una idea: ¿qué pasaría si pudiéramos modificar el gen o genes responsables de una enfermedad en el genoma de los futuros progenitores, que portan los genes defectuosos? Lógicamente, esa mujer y ese hombre ya no legarían a sus hijos la enfermedad. Esta idea es la estrategia seguida con las técnicas de edición y modificación de genes. Desde el año 2005 contamos con dos técnicas de edición de genes: la edición «Crispr-Cas», la gran pionera en este mundillo, y desde el 2016 contamos con otra técnica, derivada de la anterior, capaz de editar un sólo nucleótido, una letra de un gen. Ninguna es perfecta por ahora. Pero hoy no es mañana. 123 Algunas tesis transhumanistas Un último esfuerzo, lector. ¿Has oido hablar del Dr. Izpizúa Belmonte? Es un científico español afincado en EEUU que ha conseguido desarrollar una terapia de rejuvenecimiento celular (8-03-2022), que al aplicarse a ratones de laboratorio con envejecimiento prematuro, los ratones rejuvenecieron. Se puede aplicar, piensa Izpizúa, a tejidos: músculos, corazón, etc. Si esta investigación sigue su curso normal y tiene éxito, contaríamos con una técnica de ingeniería genética que permitiría alargar en el tiempo la vida humana, regenerando tejidos y órganos en viejos y en enfermos. A este conjunto de técnicas y estrategias es a lo que llamo «Ingeniería Médica». Gracias a ella, piensan los transhumanistas, alcanzaremos la longevidad primero (unos 150 años de promedio de vida) y más en el futuro, la vida eterna o casi. En resumen, te aconsejo lector que veas algunos episodios de dos series de Netflix: Altered Carbon (2018). Una ilustración de la Superinteligencia. Selección antinatural (2019). Un reflejo de la discusión existente en EEUU sobre biomejoramiento. 9.3 Algunas tesis transhumanistas Empecemos citando la Declaración Transhumanista. El texto original se puede encontrar aquí (junio-2022): https:// www.humanityplus.org/the-transhumanist-declaration. 9.3.1 La Declaración Transhumanista 1. La humanidad puede ser profundamente afectada por la ciencia y la tecnología en el futuro. Prevemos la posibilidad Transhumanismo 124 de ampliar el potencial humano superando el envejecimiento, las deficiencias cognitivas, el sufrimiento involuntario y nuestro confinamiento en el planeta Tierra. 2. Creemos que el potencial de la humanidad está en su mayor parte sin realizar. Hay situaciones posibles que conducen a unas condiciones humanas maravillosas y extremadamente valiosas. 3. Reconocemos que la humanidad se enfrenta a graves riesgos, especialmente por el mal uso de las nuevas tecnologías. Hay situaciones realistas que podrían llevarnos a la pérdida de casi todo, si no todo, lo que consideramos valioso. Algunas situaciones son drásticas, otras sutiles. Aunque todo progreso es cambio, no todo cambio es progreso. 4. Es necesario un esfuerzo investigador para entender estos pronósticos [predicciones, profecías]. También necesitamos foros en los que la gente pueda debatir de forma constructiva lo que debería hacerse, y un orden social en el que se puedan aplicar decisiones responsables. 5. La reducción de los riesgos existenciales y el desarrollo de medios para la preservación de la vida y la salud, el alivio de los graves sufrimientos y la mejora de la previsión y la sabiduría humanas deberían ser prioridades urgentes, y contar con una gran financiación. 6. La elaboración de políticas debe guiarse por una visión moral responsable e inclusiva; tomando en consideración seriamente tanto las oportunidades como los riesgos; respetando la autonomía y los derechos individuales; y mostrando solidaridad y preocupación por los intereses y dignidad de toda la gente del planeta. Debemos considerar nuestra responsabilidad moral hacia las generaciones venideras. 125 Algunas tesis transhumanistas 7. Estamos a favor del bienestar de todo ser sentiente; incluidos los seres humanos, los animales no humanos y cualquier intelecto artificial futuro, forma de vida modificada u otras inteligencias a las que puedan dar lugar los avances tecnológicos y científicos. 8. Estamos a favor de permitir a los individuos una amplia elección personal sobre cómo llevar adelante sus vidas. Esto incluye el uso de técnicas que puedan desarrollarse para ayudar a la memoria, concentración y energía mental; las terapias de extensión de la vida; las tecnologías de elección reproductiva; los procedimientos de criogenización; y muchas otras posibles tecnologías de modificación y mejora humana. 9.3.2 Las profecías La primera es que es posible, y se dará inevitablemente, un mejoramiento del ser humano tal como lo conocemos hoy. El sufrimiento causado por las enfermedades primero se reducirá a mínimos y, más tarde, desaparecerá. Esto se logrará mediante nuevos tratamientos personalizados dirigidos por la secuenciación del genoma de cada paciente, la edición y modificación de genes defectuosos y el desarrollo de fármacos novísimos. Es la metáfora de David el Gnomo. Recuerdo: David el Gnomo, una vez alcanzada cierta madurez, sigue llevando adelante su vida sin enfermedades hasta que ésta llega a su final. Un paso más allá da la segunda profecía: en un futuro, que hoy no vislumbramos aún, seremos capaces de modificar el ADN humano para que cada hombre pueda ser más inteligente, de razón más diestra, de portentosa memoria, de imaginación infatigable y de sentidos, más que mejorados, nuevos. También cabe proponer una metáfora: Citius, altius, fortius. El lema latino de los Juegos Olímpicos desde 1896: más rápido, más alto, Transhumanismo 126 más fuerte. Y, por supuesto, añadir a la extensión fabulosa de las potencias mentales la extensión de las potencias físicas. Pero no todo, en el camino hacia el novísimo-mundo, será de color de rosa. Puede haber disfunciones, precipitaciones, decisiones profundamente erróneas. Por ejemplo, si las técnicas de la ingeniería genética, de la nueva ingeniería médica resultaran ser muy caras y sólo algunas personas (los superricos como Bill Gates, por ejemplo) se las pudieran aplicar, mientras que el resto de los mortales nos tuviéramos que conformar con algunos medicamentos mejores pero siempre paliativos, tendríamos una discriminación social. Pero también son posibles precipitaciones. La más sonada quizá sea la del investigador chino He Jiankui, quien en noviembre del 2018 reveló que había editado el gen CCR5 en dos embriones humanos para que los bebés no expresen un receptor del virus VIH. Las niñas podrán legar esa modificación genética a sus hijos, si llegan a tenerlos. Y es una precipitación porque la edición genética con técnicas crispr puede producir modificación en bastantes fragmentos del ADN distintos de aquel fragmento que deseamos modificar en el gen editado. Imagínate, lector, con 90 años. Acepta que diga que eres un medio-humano porque te han implantado varias prótesis ortopédicas gracias a las cuales aún eres capaz de moverte y andar con cierto donaire; también te han colocado válvulas nuevas en tu corazón dolorido por tantas injusticias como has tenido que vivir; además, te han inyectado unos nanorrobots capaces de controlar el Parkinson que padeces; supongamos por último que te han introducido, gracias a la medicina regenerativa, células reprogramadas genéticamente para que algunos de tus músculos mantengan cierta firmeza. Podríamos seguir, pero entonces serías más cíborg que humano. Yo puedo imaginarme todo lo anterior proyectándome a 2038. Es fácil entender la profecía transhumanista si la proyectamos al 2088, medio siglo después. Algunas objeciones 127 ¿Quién se opondría a una vejez con menos dolor, con menos enfermedades, consistente en un deslizarse suavemente cuesta abajo hacia la muerte? 9.4 Algunas objeciones Advertir el potencial que encierra la Ingeniería Médica, el potencial de mejoramiento para la vida de los hombres que encierran las máquinas computadoras programadas con IA, no implica creer que ambos potenciales son ilimitados. Respecto a la superinteligencia, hay que tener en cuenta lo siguiente: Todo programa o app es un algoritmo. Todo algoritmo es un código de instrucciones que determinan estrictamente el comportamiento de la computadora en que se ejecute. Y esto es insoslayable. Lee con atención, por favor. Un programa puede dar más de un resultado dependiendo de cuál sea el input que reciba en un determinado momento de su ejecución. Por ejemplo, si el input es un color verde, el output del programa puede ser un cuadrado; si acaso es rojo, la salida del programa puede ser un triángulo; y así con cualquier color que imagines en cuanto input. Pero si hay un input verde, no es posible que el programa dé como respuesta otra cosa que un cuadrado. Es lo que se conoce como «determinismo estricto de todo algoritmo». Tú y yo no parecemos tan deterministas: con la misma entrada o input, en situaciones semejantes, podemos dar respuestas distintas. Por eso, nos consideramos entes intrínsecamente libres. Y porque esa respuesta depende de Transhumanismo 128 nuestra elección, se ha dicho que no solo somos un ente libre, sino más que eso: estamos «obligados» a tener que elegir siempre y en cada situación. La libertad es una «condena», un rasgo tan intrínsecamente humano como lo es el determinismo para un algoritmo. ¿Es posible remedar en una computadora, mediante un programa o app o algoritmo, la libertad humana, al hombre libre? Quizá lleguemos a contar con una superinteligencia, pero no será nunca un superhombre. Para acabar. Una objeción técnica. A veces se dice que gracias a la computación cuántica podremos dar el salto que separa al determinismo algorítmico de la libertad humana y, como en este caso, conseguir programas indeterministas. Para lo cual se necesitan varias cosas: 1.a, que la teoría de la computación, base última de toda programación, cambie radicalmente; 2.a, que tanto la física cuántica como la «programación cuántica», que sus seguidores, consigan explicar cómo es posible saltarse, en un único y solo salto, el principio de no contradicción, el principio de identidad y el principio de tercero excluido. En cuanto a los límites de lo que he llamado «Ingeniería Médica» —por analogía con la Ingeniería genética— he de reconocer mis limitaciones: no sé hasta dónde se puede estirar. Pero pondré de manifiesto algunas dudas que albergo hace años: Las ciencias en que se basa la Ingeniería Médica son esencialmente analíticas. Quiero decir algo muy sencillo y que todos hemos experimentado cuando hemos ido al médico por alguna dolencia grave: los médicos de la especialidad X se declaran incompetentes —y la mayoría de las veces lo son— respecto a la especialidad Y. ¿Por qué? Ética y bioéticas 129 Porque se les ha formado dividiendo el cuerpo humano en partes: corazón, pulmones, hígado, digestivo, etc., etc. El dividir una cosa en sus partes constituyentes y estudiar cada una por separado, es una estrategia útil para avanzar en el tratamiento de cada parte por separado. Pero esa estrategia es necesariamente deficitaria: lo que se necesita, además, es conseguir encajar esos estudios fragmentarios en un gran estudio de rango superior que dé cuenta de las relaciones entre las partes estudiadas. Ese gran estudio ya no hablaría del hígado, por ejemplo, sino del cuerpo humano, es decir, de un todo. Las ciencias biosanitarias están, todavía hoy, a cien años luz de esa perspectiva. Por ello, será muy difícil avanzar con paso firme por la senda del biomejoramiento humano, como pretenden los transhumanistas. 9.5 Ética y bioéticas El punto cuarto de la Declaración Transhumanista afirma que necesitamos foros en los que la gente pueda debatir constructivamente sobre todos los aspectos del Transhumanismo, especialmente sobre el mejoramiento humano. Ese debate o discusión abierta habría de ser sobre la bondad ética de las prácticas del mejoramiento humano. E ir acompañada de una reflexión profunda sobre el orden social necesario para que se pudieran aplicar las conclusiones obtenidas. Es decir, hay que elaborar una ética pro (o contra) el Transhumanismo y elaborar un orden social quizá nuevo para que las prácticas transhumanista fluyan y lleguen a ser lo que pueden ser (Píndaro). Transhumanismo 130 «Tengo alergia» a propuestas de foros donde debatir sobre ética y transhumanismo. Donde poder discutir si puede ser una norma moral universalmente aceptable modificar tanto al ser humano para llegar a otro ente ya no humano sino superhumano. Por la misma razón no entiendo qué se quiere decir cuando se habla de bioética. Entiendo que los constituyentes básicos de una ética bien elaborada son dos: 1. ¿De dónde saca una norma moral su universalidad? Esto es, ¿por qué una norma moral obliga a todos los hombres? La universalidad es lo subrayado. 2. Si al actuar, acato y sigo una norma moral, ¿es mi acción moralmente buena o hay algo más que exigirme? Es el fundamento último de la moralidad. Intentaré muy breve y muy sencillamente explicar ambos ítems. Robar es una acción, algo que alguien hace. Así no es insólito hablar análogamente de que el zorro robó una gallina del gallinero. Estamos en el mundo de lo práctico y las acciones. Las acciones suelen ser acometidas de acuerdo con un plan. Plan con el que perseguimos un fin. Y solemos escuchar y decir que el fin no justifica los medios. Por eso, nos parece odioso el protagonista de una película cuyo trabajo consiste en comprar una empresa en dificultades económicas y venderla por trozos. De manera que algunas de esas empresas, de difícil recuperación, no son vendidas sino cerradas, con perdida de empleos y perdidas para los accionistas. Él se enriquece —algo legítimo— pero a costa de empobrecer a otros —algo que no parece tan legítimo—. En ese mundo de las inter-acciones, de las relaciones entre las acciones de los hombres es donde la ética y el derecho tienen su lugar y su sentido. 131 Ética y bioéticas Ahora bien, el protagonista de la película de la que hablaba elige enriquecerse a sabiendas de que otros hombres se empobrecerán, perderán su trabajo y sus ahorros. Comprar una empresa en apuros económicos es legítimo; venderla, también. Y si en el paso de la compra a la venta él consigue un beneficio económico, no nos parece mal. A no ser que el personaje protagonista lo consiga (fin = ganar más por la venta de lo que pagó por la compra) llevando a cabo acciones como trocear la empresa en partes o empresas más pequeñas; vender aquellas empresas cuyas finanzas estén saneadas; y cerrar aquellas otras de difícil recuperación financiera, con despidos de empleados y pérdidas para accionistas. Pero dividir la empresa inicial en varias empresas, vender las saneadas de manera que la suma de lo obtenido sea mayor de lo que pagó por la empresa inicial, y cerrar las que considera inviables son medios para conseguir aquel fin. Y entre estos medios se cuenta la acción de dejar a empleados en el paro y a accionistas sin su ahorro. Ante lo cual, probablemente la mayoría de nosotros diría que este último medio: cerrar empresas, despedir a gentes, hacer perder a los accionistas sus ahorros, es moralmente reprobable, malo. Porque aplicaríamos un imperativo sin restricciones: «no te enriquecerás a costa del sufrimiento ajeno», una variante del «no robarás». Pero, «no robarás» ¿es una norma universal, que obliga a todo hombre, presente, pasado y futuro? Estos dos últimos párrafos pretenden ser una aclaración del punto 1. El punto 2, que es algo más difícil, lo aclararé someramente. Una norma de tráfico es una norma legal, obliga a todos sin distinción. Pongamos un ejemplo. Vamos conduciendo y un semáforo está cambiando al rojo. Aceleramos creyendo que nos dará tiempo a pasar pero no es así y pasamos con el semáforo en rojo. Hemos incumplido una norma legal y nos pueden denun- Transhumanismo 132 ciar y sancionar con una doble pena: una multa en euros y una retirada de puntos. Supongamos, ahora, que no aceleramos y detenemos el vehículo con el semáforo en ámbar. No hay delito, no hay sanción ni pena. Perfecto. Ahora pregúntate ¿por qué te comportas de acuerdo a la norma de tráfico? Hay dos respuestas: una, porque no quiero que me multen; otra, porque es una norma que todos debemos acatar. Sólo esta segunda respuesta es lo que hace que tu conducta sea moralmente buena. Volviendo al protagonista de la película. Él sabe que al cerrar empresas y despedir a gentes y hacer perder sus ahorros a los accionistas está obrando contra la norma «no robarás», que conoce, que acepta como norma, pero que no respeta al actuar así. Ése hombre es el auténtico delincuente moral. Si aún no te ha quedado claro, te pondré el ejemplo de los asesinos de ETA. Aceptaban la declaración de Derechos Humanos, por tanto, reconocían la norma de «no matarás a un hombre» como una norma universal. Mas cuando mataron, no solo actuaron contra leyes y esa norma moral, sino que no la respetaron. Fueron auténticos delincuentes morales. Y habría que preguntarse si aquellos que les apoyan, ya sea porque lo único que les faltó fue el coraje de actuar como otro asesino más o bien porque se apiadan de ellos porque los asesinos eran hijos, padres, tíos o primos o nietos o vecinos, no merecen el mismo calificativo moral. 9.5.1 Valores y Transhumanismo Pues bien, después de este largo preámbulo, he de plantear la duda de si todas las tesis transhumanistas pueden traducirse en normas morales universales. Hablemos más en concreto. Si nos atenemos a los puntos primero y segundo de la Declaración Transhumanista, ahí se postula que toda aquella mejora a la que un hombre se pueda someter —una mejora de la in- 133 Ética y bioéticas teligencia y sus destrezas; de la memoria; de los sentidos; de músculos y esqueleto; de pulmones y corazón, etc.— es valiosa y, por ello, habría de hacerse. Los transhumanistas creen que un hombre modificado, tanto que ya no satisfaría los criterios que hoy adoptamos para considerar que un ser vivo es un humano, es valioso. Que se trataría de una realidad, que por ser lo que es, sería valiosa. Los transhumanistas nos llevan al terreno de los valores. Postulan que ese valor que el hombre nuevo, transhumano tendría es el fundamento de cualquier norma moral que categóricamente declarara que impedir la transformación al hombre nuevo es éticamente malo. Por ejemplo, sería malo éticamente impedir cambiar el ADN para que los genes de que pueda depender la inteligencia vinieran a tener una expresión tal que el hombre nuevo sería superinteligente; o impedir cambiar los genes de que cuya expresión dependa la organización de las emociones por el sistema límbico, de forma que el hombre nuevo fuera más equilibrado emocionalmente. Incluso, si se pudiera, sería malo éticamente impedir cambiar genéticamente a los hombres para que no se pudieran dar ese tipo de hombre al que he calificado de «delincuente moral». Los filósofos de los valores, con Max Scheler a la cabeza, nos han enseñado que los valores son cualidades que las «cosas» tienen, ya sean «cosas» como un árbol ya sean «cosas» como una acción. Los valores no son algo que resida en nosotros, en nuestro ánimo o inteligencia, sino que residen en las «cosas», son una cualidad que éstas tienen. En tanto que son cualidades de las cosas, residen o están o caen del lado de los objetos, lo contrapuesto a nuestra mente. Por ejemplo, la belleza de las Meninas es algo que dicho cuadro tiene, ni Vd. ni yo. Los transhumanistas afirman que un hombre acorde con el lema olímpico: citius, altius, fortius, que pueda correr más rápido, saltar más alto, levantar más peso (fuerte), es un ser que tiene Transhumanismo 134 un valor superior al que pueda tener un hombre que no pueda correr tan rápido, ni saltar tan alto, ni levantar tanto peso. Pero algunos hombres dudan de que los transhumanistas tengan razón y no reconocen ese valor superior que los transhumanistas reconocen en el hombre transhumano. ¿Cómo es posible? ¿Acaso el ser valioso de un valor no es algo objetivo? La belleza de las Meninas está en el cuadro y existirá mientras que las Meninas existan. Y da igual que a mí no me interese su belleza o que a toda una generación, incluso varias, no le llegue a interesar su belleza o les parezca que no es para tanto. Los teóricos de los valores sostienen esto, pero no dejan de reconocer que puede haber hombres a los que las Meninas ni gusten ni disgusten, que sean «ciegos» respecto a la belleza de las obras de arte, para los que una visita al Museo del Prado sea un suplicio. Mas, entonces, se puede dudar de que un valor pueda ser el fundamento de la universalidad de una norma moral. Pues, sin negar que algo sea valioso, sí se puede sostener que, respecto a otras cosas también valiosas —es el caso de las obras de arte—, está más arriba o más abajo. Se puede decir: las Meninas son bellas, sí, pero no lo son tanto como la Mona Lisa, o la Ronda nocturna. Los filósofos de los valores reconocen el hecho de que pueden existir hombres que sean ciegos para algunos valores. Este hecho implica que los valores son discutibles. Para el ciego ante la belleza de las obras de arte cualquier apelación a la belleza de una obra concreta es irrelevante. Puedo aceptar que los valores, si son cualidad de una «cosa», entonces son lo que son con independencia de que yo sea ciego para ese tipo de valor. Mas la cuestión no es esa. De lo que se trata es de fundar en un valor la universalidad de una norma moral. Y en la medida que haya hombres que honestamente sostenga que «no ven ese valor» o que les parece «irrelevante» o de «poco valor» comparado con 135 Ética y bioéticas otros, nadie puede negarse a aceptar el juicio de éstos porque el valor, todo valor sea objetivo. Más aún, según casi todos los teóricos de los valores existe una jerarquía entre ellos. Y algunos han propuesto alguna concreta. En la de Scheler (libro: El formalismo en la ética y la ética material de los valores) la clasificación de menos a más es la siguiente: valores útiles; valores vitales; valores lógicos; valores estéticos; valores éticos; y valores religiosos. Pero si la cuestión de cuál valor he de preferir, cuando la situación en que me encuentre me lleve a tener que elegir entre dos o más de ellos, se ha de dirimir atendido a su puesto en esta clasificación, u otra, entonces se ha de aceptar que cada valor no solo es valente objetivamente sino también que lo es en un grado u otro. O dicho en otro giro. Que el valer de un valor es escalar y dependiente del hombre que apele al valor. De todo esto hay que concluir que la apelación de los transhumanistas al valor «supremo» del «hombre transhumano» carece de fundamento en lo que más debería de importarles: la apelación a un valor. Y ello porque, como cualquier otro valor, éste, el valor del hombre transhumano, tiene un valer no absoluto sino escalar. Por tanto, para unos valdrá 10 (los transhumanistas) y para otros 5. Como para muchos creyentes en el cristianismo vale 0. Capítulo 10 Epílogo Nunca hay que olvidar lo que «democracia» significa. Intentaré una síntesis ordenada: 1. Igualdad ante la ley. Lo que normalmente se llama «estado de derecho». Y hay igualdad ante la ley si tanto al poderoso como al hombre normal se les aplica la ley en tribunales de justicia de igual modo y manera, porque eso significa que la ley obliga y ampara a todos por igual. Si al Rey, al Presidente de Gobierno o a un parlamentario no se le aplica la ley del mismo modo que a Vd. o a mí, no hay igualdad ante la ley. 2. Lo segundo es que el electorado, si se quiere el pueblo español en cuanto electorado, ha de poder remover a los cargos elegidos cuando lo considere necesario, y no cuando a la persona que detente el cargo que sea le convenga. Si es antes del tiempo tasado, sea. Lo cual requiere un sistema electoral que no es el que tenemos. 3. En la democracia antigua, cuando existían Asambleas populares, la toma de una decisión exigía una mayoría. No ha de ser posible que una minoría se haga con alguno de los poderes del estado. Las minorías han de ser respetadas pero nunca deberán imponerse sobre las mayorías. 137 Epílogo 138 3.1 Por eso hay que contar números de electores en el censo y número de votos obtenidos por los diversos candidatos. Si los votos obtenidos por un candidato no son superiores a la mitad más 1 del número de electores, no puede ser considerado electo. Si alguna de estas cuatro condiciones no se da, está pervertida o es insuficiente, el pueblo español no es soberano sino vasallo de los que detenten el poder, y éstos simplemente tiranos. Sobre la Unión Europea también hay que tener las ideas claras. Si se defiende la Unión, se está defendiendo la conversión de la actual Unión Europea en un país uno y único. Donde las naciones independientes actuales vendrían a ser estados federados. Hay que pensarlo teniendo presente la estructura política de EEUU. Las naciones europeas vendrían a ser como los estados de EEUU, es decir, entes políticos con cierta autonomía política. Por encima, y pudiendo poner límites a los estados, estaría el Gobierno de la UE. Pero se puede ser anti-unionista. Es mi caso. Yo creo que la UE debe limitarse a un «tratado» entre naciones cuyos principios sean: Libertad de comercio, tanto para corporaciones como para particulares. Libertad de empresa, cualquiera ha de poder abrir y asentar su empresa en cualquier rincón de la UE. Libertad de trabajo, cualquier ciudadano europeo ha de poder trabajar en cualquier empresa residente en la UE. Libertad de residencia, también para los ciudadanos, quienes podrán fijar su residencia oficial en cualquier lugar de la UE. 139 Libertad de tránsito, en primer lugar para particulares, y también para mercancías y empresas. Reconocimiento sin condiciones de la propiedad privada. La burocracia administrativa y política ha de estar reducida a lo mínimo. No puede existir ni parlamento ni gobierno de la UE. Los países mandarán a sus representantes a algo parecido a lo que hoy se llama el Consejo Europeo para que resuelvan y se pongan de acuerdo en caso de conflicto. Un ejemplo, nadie podrá dictar una norma que imponga un sistema para fijar el precio de la electricidad —horas valle y punta; subasta—. Cada país seguirá siendo soberano para adoptar su propio sistema de fijación de precios de la electricidad. Cuando el primer ensayo de Constitución Europea se sometió a referendum en las distintas naciones, en España participó el 42 % del censo electoral. Sólo esta cifra debió bastar para declarar o bien que el referendum era inválido o que había tenido un resultado negativo. Porque aunque el sí fuera próximo a ese 42 % (77 %), no dejó de ser, claramente, el «sí» de una minoría. Nunca hay que menospreciar al abstencionista. Porque respecto a votos es mudo, pero no se le puede suponer necio. El territorio de UE es uno de los más limpios del mundo, si no el que más. Y eso no se ha conseguido ni gracias al actual Parlamento europeo, ni gracias al gobierno que ahora preside Ursula von der Leyen, ni a la imposición de una minoría —«los verdes»— sobre los demás. Hay que persistir en el cuidado y limpieza de nuestra parte del mundo, y echar una mano allí donde se nos pida y podamos. Pero nadie, nadie, ni europeos ni organismos mundiales nos pueden imponer una serie de acciones. Las emprenderemos si nos parece bien a todos los ciudadanos de los países integrados en la UE. Ni foros como el de Davos, ni clubes como el de Roma, ante nadie cederemos soberanía. Epílogo 140 Hay que tener presente siempre que de cualquier medio técnico, de cualquier producto natural, hay que tener presente: ventajas e inconvenientes. Ventajas técnicas: lo que aporta, pero también sus desventajas: por ejemplo, los residuos que deja. Sus peligros. Y desde un punto de vista económico, lo que aporta al bienestar general y lo que puede llegar a quitar. No hay que aceptar que nadie, ni Gobierno ni particulares, nos imponga una medida, o varias, contraria a nuestros intereses. Por ejemplo, el Presidente de Volkswagen ha dicho que a partir del 2033 sólo fabricará coches eléctricos. Y eléctricos «a pilas». ¿Ha dicho qué hará con las baterías cuando ya sean inservibles? ¿O sólo ha manifestado un pío deseo de que para entonces ya haya una tecnología capaz de reciclarlas sin merma de la limpieza y cuidado de la Tierra? Dan ganas de hacer campaña contra Volkswagen y pedir a la gente que desde ya deje de comprar sus vehículos. En cuanto a las propuestas políticas que he presentado a lo largo de este estudio, a las que me apunto de todo corazón son: 1. Sistema electoral: distritos unipersonales en todas las elecciones, ya sean de parlamentarios ya sea del Presidente del Gobierno. Candidato lo puede ser cualquier español sin necesidad que lo presente un partido político 2. Revocación de cargo electo: la junta electoral de cada distrito recibirá las solicitudes de adelanto de elecciones tal como los electores de ese distrito lo soliciten formalmente. Cuando el número de solicitantes supere en 1 el número de votos que obtuvo la persona que ocupe el cargo, en tiempo tasado (por ejemplo, 30 días) la junta de distrito convocará elecciones en dicho distrito. 3. El pueblo español ha de estar facultado para impedir la entrada en vigor de cualquier ley aprobada por los legisla- 141 dores. Quizá el mejor método fuera que estuviera facultado para pedir un referendum de cualquier ley. Pero no descarto la idea de un Defensor del Pueblo con potestad tribunicia. 4. Me apunto a una república presidencialista. Habría un Presidente de la República más una Cámara legislativa. El Presidente de la República tendría tasado el número de decretos presidenciales que podría hacer por año de mandato. No habría poderes regionales, nada de Autonomías. 5. Tanto electores como elegibles deben de estar exigidos, en cada convocatoria, a demostrar una formación necesaria para ejercer de tales. Todas las demás formas políticas que he ido presentando y discutiendo a lo largo de este libro son ideas que he presentado a la meditación del lector. Curriculum Vitae Antonio Benítez nació en Madrid en 1948. Estudió Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Obtuvo una beca del Deutscher Akademischer Austauschdienst (DAAD) para estudiar en la Johannes Gutenberg-Universität Mainz bajo la dirección del Professor Gerhard Funke. Se doctoró en la Universidad de Salamanca. Ha sido Profesor Ayudante en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Salamanca, y Profesor Adjunto interino en la Universidad de Málaga. Desde 1986 ha sido Profesor Titular en el departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad Complutense de Madrid. Ha dirigido las tesis doctorales siguientes: 2009: Ruy José Enríquez Garrido: El paradigma cartesiano de lo mental. 2013: Marcelo Garrido Palma: Aplicación de técnicas de inteligencia artificial para el desarrollo de interfaces de búsqueda de información. 2013: Emilio García Buendía: El Yoga como sistema filosófico. 2018: Pablo López Mezo: Sistemas complejos y mereología. 143 Epílogo 144 2022, codirigiendo: José Alejandro Fernández Cuesta: Lógicas cuánticas: formalismos e interpretaciones mecánicocuánticas.. Libros de Antonio Benítez: 2011: Fundamentos de Inteligencia Artificial. Libro primero: Programación en Scheme 2011: Fundamentos de Inteligencia Artificial. Libro segundo: Inteligencia Artificial clásica 2013: Fundamentos de Inteligencia Artificial. Libro Tercero: Inteligencia Artificial bioinspirada 2013: Lógica 2015: Lógicas no clásicas. Una introducción 2020: La Silogística de Aristóteles 2022: Inteligencia Artificial en perspectiva Antonio Benítez: [email protected] texto en rojo texto en rojo