L'Ordinaire des Amériques
216 (2014)
Villes et violences dans les Amériques
................................................................................................................................................................................................................................................................................................
Olga L. González
Violencia homicida en América Latina
Cómo la mundialización de las políticas de drogas,
comercio y migraciones fragiliza la sociedad
................................................................................................................................................................................................................................................................................................
Avertissement
Le contenu de ce site relève de la législation française sur la propriété intellectuelle et est la propriété exclusive de
l'éditeur.
Les œuvres figurant sur ce site peuvent être consultées et reproduites sur un support papier ou numérique sous
réserve qu'elles soient strictement réservées à un usage soit personnel, soit scientifique ou pédagogique excluant
toute exploitation commerciale. La reproduction devra obligatoirement mentionner l'éditeur, le nom de la revue,
l'auteur et la référence du document.
Toute autre reproduction est interdite sauf accord préalable de l'éditeur, en dehors des cas prévus par la législation
en vigueur en France.
Revues.org est un portail de revues en sciences humaines et sociales développé par le Cléo, Centre pour l'édition
électronique ouverte (CNRS, EHESS, UP, UAPV).
................................................................................................................................................................................................................................................................................................
Référence électronique
Olga L. González, « Violencia homicida en América Latina », L'Ordinaire des Amériques [En ligne], 216 | 2014, mis
en ligne le 11 juillet 2014, consulté le 12 juillet 2014. URL : http://orda.revues.org/1216
Éditeur : Université de Toulouse 2 - Le Mirail; Institut pluridisciplinaire pour les études sur les Amériques à Toulouse
(IPEAT)
http://orda.revues.org
http://www.revues.org
Document accessible en ligne sur :
http://orda.revues.org/1216
Document généré automatiquement le 12 juillet 2014.
© Tous droits réservés
Violencia homicida en América Latina
Olga L. González
Violencia homicida en América Latina
Cómo la mundialización de las políticas de drogas, comercio y
migraciones fragiliza la sociedad
Este texto está dedicado a la memoria de JD Martínez y D. Prieto.
1
2
3
4
Introducción
La violencia homicida individual golpea el día a día de miles de personas : en muchos países
de América latina, la primera causa de mortalidad entre los hombres jóvenes es la violencia
homicida y existen zonas de las ciudades latinoamericanas donde se vive cotidianamente bajo
riesgo de muerte.
Que ciertas zonas o ciertas clases sociales o etáreas estén siendo fuertemente golpeadas
por la violencia homicida amerita una atención particular. Sin embargo, en este artículo no
circunscribiremos el perímetro de esta violencia según los criterios de clase, sexo o edad.
Postulamos que los altos índices de violencia homicida hablan de la sociedad en su conjunto,
entendida ésta como una comunidad que comparte una visión del mundo, más allá de la suma
de individuos. Si en la idea de sociedad confluyen una historia compartida, unas instituciones,
un imaginario común, en los países con elevados índices de homicidios, es la idea misma de
sociedad la que está amenazada.
Desarrollaremos tres puntos : en el primero ilustraremos el aumento de la violencia homicida
en el mundo y especialmente en América Latina en los últimos 35 años, que corresponde a la
última fase de la mundialización. Los siguientes dos apartados analizan la forma en que dos
políticas centrales de la mundialización han fragilizado las sociedades en América Latina : la
primera es la política de drogas, la segunda es la política de libre comercio y control migratorio.
Exacerbación de la violencia homicida en los últimos 35
años
En los últimos 35 años, la violencia homicida se ha exacerbado en todo el mundo. Esto se
verifica tanto en los países industrializados como en los no industrializados, como lo muestra
el gráfico siguiente, elaborado originalmente por Buvinic y Morrison (2000) :
1
Gráfico 1. Tasa mundial de homicidios entre 1970 y 1994
Fuente : Cálculos de Buvinic y Morrison (2000), a partir del United Nations Crime Survey y datos del Banco Mundial.
La muestra incluye a 13 países industrializados, 2 países de Europa del Este, 5 países árabes, 6 países del Pacífico
asiático y 8 países de América latina y el Caribe.
5
Como se aprecia, desde mediados de los años 70 la curva es ascendente, con un aumento de
62 % entre mediados de los setenta y principios de los noventa, y siendo que la tendencia de
principios de los setenta era a la baja.
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
2
Violencia homicida en América Latina
6
El aumento de la violencia homicida en América Latina es generalizado desde fines de los
setenta. Como se ve en el cuadro 1, en todas las regiones del continente se verifica la tendencia :
Cuadro 1. Tasas de homicidio en América latina y el Caribe entre 1984 y 1994
Regiones
1984
1994
Área andinaa
25.2
51.9
América central y Caribe latino
17.5
21.1
Brasil
23.2
30.1
México
18.2
19.5
Caribe inglésc
5.2
8.7
5.4
6.2
b
d
Cono Sur
Fuente : Organización Panamericana de la Salud, 1998
a Área andina : Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela
b América central y Caribe latino : Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá y República Dominicana
c Caribe inglés : Anguila, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Guyana, Islas Caimán, Islas Trucas y Caicos, Saint Kitts
y Nevis, Santa Lucía, Surinam y Trinidad y Tobago.
d Cono Sur : Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay
7
El continente resalta muy por encima de otras regiones del mundo, como se puede ver en
el gráfico 2. Sólo regiones del mundo como el Sur de África, donde abiertamente existía un
régimen de apartheid y donde la colonización y las guerras fueron particularmente atroces, se
comparan con los niveles de violencia homicida de varios países de América latina.
Gráfico 2. Tasas de homicidio intencional por 100 000 habitantes por regiones, 2004
Fuente : Gráfico realizado por la autora con base en los datos del Global Burden of Armed Violence Report, Geneva
Declaration on Armed Violence and Development, 2004.
8
Hoy en día, doce países latinoamericanos figuran entre los veinte primeros países del mundo
con mayores tasas de homicidio intencional :
Cuadro 2. Los veinte países con la tasa de homicidio intencional más alta
País
Tasa de homicidios
Honduras
58
Sierra Leone
50
Jamaica
49
Venezuela
48
El Salvador
48
Guatemala
47
Trinidad and Tobago
42
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
3
Violencia homicida en América Latina
Angola
40
South Africa
37
Colombia
36
Somalia
33
Liberia
33
Belize
31
Brazil
26
Dominican Republic
24
Iraq
21
Puerto Rico
19
Ecuador
19
Russia
17
Swaziland
14
Fuente: United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC), Crime Statistics, http://www.unodc.org/unodc/en/data-andanalysis/Crime-Monitoring-Surveys.html. Los datos corresponden a los años 2004, 2005, 2006, 2007, 2008.
9
10
11
12
Que América Latina es violenta es algo que la producción cinematográfica de la región también
revela, con la violencia extrema de las ciudades como co-protagonista. Mencionemos sólo tres
cintas que tuvieron una base documental importante para su realización : la película brasileña
Tropa de elite (basada en el trabajo del sociólogo Luiz Eduardo Soares y en el testimonio de
capitanes de la brigada de élite), la película colombiana La vendedora de rosas (basada en la
historia real de jóvenes de Medellín, actores de la cinta de Víctor Gaviria) y la película francosalvadoreña La vida loca (de Christian Poveda, quien fuera asesinado después de terminar su
película).
Esta especificidad violenta del continente tiene que ver con su historia (desde la Conquista,
muchas y profundas formas de violencia han marcado a América Latina), y con sus procesos
sociales, donde se ejercen/legitiman formas de apropiación violentas. En otros trabajos hemos
tratado sobre el peso de la historia latinoamericana y los factores endógenos de la violencia2.
En las líneas que siguen no ahondaremos en los procesos internos. De forma complementaria,
nos detendremos en dos elementos desestructuradores ligados a la fase más reciente de la
mundialización, caracterizada por desregular los flujos comerciales y financieros, reducir el
Estado y homogenizar las leyes mundiales.
Dos políticas centrales de la mundialización afectan de forma muy particular al continente :
1) la política de drogas y 2) la liberalización comercial y el control migratorio. Mostraremos
cómo han transformado y fragilizado las sociedades de América Latina, y cómo han implicado
un aumento de las violencias y en particular de la violencia homicida.
La política antidrogas y sus efectos en la sociedad
13
14
15
16
En general, es ampliamente admitido que el narcotráfico genera mafias y que éstas producen
o incrementan la violencia. En las líneas que siguen queremos ir más allá de esta evidencia.
Queremos mostrar que las mafias son la consecuencia de la política antidrogas, y que ésta tiene
otros efectos sociales profundamente devastadores.
Ante todo, no se debe olvidar que han sido los países del Norte quienes han impulsado e
impuesto una legislación mundial que penaliza la comercialización de un producto del que no
poseen de forma cabal las condiciones de producción.
La represión y el tráfico de drogas son un hecho propio de la mundialización : la ilegalidad
o legalidad de determinadas sustancias es algo que ha sido definido por los países del Norte,
ateniéndose a sus criterios. La prohibición de estimulantes se ha sustentado, y esto sigue siendo
verdad hoy en día, en el daño que ocasiona en los usuarios del Norte3.
Pocas veces se recuerda que en su momento, los mismos países que hoy aplican la prohibición
forzaron al consumo a los países del Sur (verbigracia, las guerras del opio en la China de fines
del siglo XIX). Es preciso recordar, asimismo, que las mayores compañías farmacéuticas de
hoy en día amasaron su fortuna con la comercialización de drogas que hoy son consideradas
prohibidas (así, Merck con la cocaína, Bayer con la heroína4).
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
4
Violencia homicida en América Latina
17
18
19
20
21
22
Por eso, al lado o antes incluso que las preocupaciones de salud pública, la prohibición obedece
a poderosos intereses económicos y políticos y a una buena dosis de ideología WASP. Las
raíces culturales de la prohibición han sido subrayadas por autores como Copel y Bachmann
(1989). El racismo de personas influyentes explica en buena medida el cambio de actitud hacia
la cocaína, que a principios del siglo XX era bien considerada socialmente5.
Lo que hubiera podido ser un diagnóstico interno, propio a los Estados Unidos, se convirtió
en un tema impuesto al conjunto de los países por medio de las instituciones internacionales
dominadas por… los Estados Unidos. Las instituciones internacionales encargadas de trabajar
sobre estos temas (en particular la UNODC y su predecesora UNDCP) y las principales
convenciones de la ONU que rigen estas sustancias (las de 1961 y 1988) han sido piloteadas
por los Estados Unidos, además de que dependen económicamente de este país para su
funcionamiento. Por esta vía, el “control de drogas”, o la “guerra contra las drogas”, la política
imaginada y planeada en Estados Unidos, se ha convertido en la política oficial del conjunto
de los países.
La política estadounidense frente al narcotráfico ha sido exportada a los demás países, aún
cuando va en contravía de sus mayorías. Bajo estos parámetros, se ilegaliza el arbusto de coca
(la Convención única de estupefacientes de la ONU de 1961, llamada también Convención
de Viena, no solamente definió la coca como un estupefaciente : buscó también prohibir
su mambeo o acullicado. En cambio, mantuvo una derogación para que Coca-cola siguiera
haciendo su bebida con hojas de coca6) ; se busca reducir la oferta (en vez de atacar la demanda)
por medio de la represión (lo que a su vez sirve a los intereses de la industria militar). Para esto,
se afecta a las partes más débiles de la cadena (concretamente, los campesinos que cultivan la
hoja de coca y cuyos beneficios son hasta 5 veces mayores a comparados con otros cultivos
legales (J-C Grimal, 2002, p. 62).
Los grandes desequilibrios regionales y los complejos circuitos de transporte y financieros
explican que miles de personas decidan volverse eslabones de la cadena del narcotráfico. Como
explica J-C Grimal : “Si la multiplicación del precio de los productos de base transformados es
algo que se da para todos los productos provenientes del tercer mundo, la droga se caracteriza
por la amplitud de dicha multiplicación : entre 2 500 y 3 000 para la cocaína y la heroína,
versus alrededor de 40 para el petróleo”7. El narcotráfico acentúa los desequilibrios, así como
los efectos perversos de la mundialización, pues el negocio supone enormes beneficios para
el Norte, donde van a parar los mayores márgenes de ganancias (Ziegler, 1990). Algunos
autores sostienen, incluso, que la ilegalidad y la opacidad de este sistema son funcionales a la
mundialización neoliberal, pues permite desregular aún más la finanza8.
Por otra parte, la lucha antidrogas mundializada, pese a su inoperancia9 ha servido como eficaz
estrategia geopolítica -y no sólo en América Latina, también en otras regiones del mundo
donde los Estados Unidos intentan extender su influencia (Chouvy, 2008 ; McCoy, 2004). En
América Latina, el caso de Colombia es emblemático : la ayuda y el comercio exterior de este
país se condicionan a la cooperación antidrogas ; las instituciones colombianas se subordinan
a los intereses de Estados Unidos –la legislación, la administración de justicia están permeados
por la lucha antidrogas10. La agenda de la política interna está determinada por estos intereses
–así, fue un embajador de Estados Unidos quien acuñó el concepto de “narcoguerrilla”, con
una función de propaganda11. Las fuerzas armadas colombianas se han convertido en uno de
los principales receptores de ayuda de Estados Unidos –con el pretexto oficial, hasta el 11S, de
servir a “la lucha antidrogas”12, y en general se admite que un problema económico, político
y social se ataque con helicópteros artillados13.
La pregunta real es cómo todo esto afecta y transforma a las sociedades latinoamericanas.
Estamos hablando de países donde estos cultivos son endémicos (Perú, Colombia, Bolivia) y
en donde se concentra la producción y su transformación en pasta base. Estamos hablando de
países donde el cultivo de la coca se practica de forma tradicional desde hace milenios (Perú,
Bolivia) y en otros donde no hay un uso tradicional extendido (Colombia14). Hablamos, sobre
todo, de países que tienen un papel importante en el tránsito y expedición de la pasta base y
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
5
Violencia homicida en América Latina
23
24
25
26
27
28
de la cocaína, es decir, prácticamente todos los países de América latina y el Caribe , aunque
con menor incidencia del Cono Sur.
Con características y trayectorias diferentes, el cultivo de la coca (unas 200 000 hectáreas
anuales en el área andina) y la comercialización de la cocaína han “pegado” fuertemente en
estos países, pese a que tienen leyes estrictas en cuestiones de narcotráfico (en varios países
de América Latina el mayor porcentaje de presos –condenados o en espera de juicio– lo están
por violaciones a las leyes antinarcóticos, siguiendo el mismo patrón de Estados Unidos).
Las razones por las cuales muchos individuos se han volcado hacia los cultivos de coca tienen
que ver con el empobrecimiento del campo, a su vez resultado de la mundialización. Tienen
que ver, también, con el ethos de estos años neoliberales (ganancia rápida, adopción de normas
bajo el precepto de que “todo vale”, acomodamiento de lo público y de la ley a los intereses
privados, individualismo).
Sin embargo, la guerra contra las drogas no ha implicado ni el fin de los cultivos (se habla
de “efecto globo” para explicar el desplazamiento de los cultivos), ni mucho menos el fin de
las mafias. Por el contrario : parece que los narcotraficantes han aprendido la lección, pues 18
años después de la muerte de Pablo Escobar existen centenares de carteles en Colombia. De
igual forma, la muerte de algunos capos mexicanos no ha hecho mella en la guerra que han
desatado los carteles en ese país.
Las mafias han respondido a los ataques de las autoridades con la diversificación de
los puntos de abastecimiento y embarque, han densificado y complejizado las rutas de
tránsito, han cambiado sus perfiles (evitando, por ejemplo, participar abiertamente en política
o diversificando sus actividades económicas), y han buscado nuevos aliados (han sido
documentadas las alianzas de los narcotraficantes colombianos y mexicanos, así como la
participación de la Mafia siciliana y de la camorra napolitana en operaciones de gran
envergadura). Todos estos factores permiten comprender porqué, aunque la coca no es
cultivada en su territorio, muchos países de América Central y del Caribe han sido permeados
por las mafias.
¿Cómo se articula la violencia con el narcotráfico, las mafias y la lucha antidrogas ? Pensamos
que en algunas ocasiones, estos producen violencia homicida directamente : ésta ocurre, por
ejemplo, en los ajustes de cuentas entre mafiosos ; en el fenómeno del sicariato (como ha sido
el caso en Colombia y especialmente de la Medellín de los años 80) ; en los ataques directos
a la autoridad, como sucede actualmente en México –donde policías, periodistas, alcaldes y
funcionarios son asesinados por las mafias.
Anotemos sin embargo que el narcotráfico y la mafia no siempre producen una explosión de
violencia homicida (pensamos en un país como Bolivia, un país con baja tasa de homicidio
pese a ser un gran productor de coca para los mercados legal e ilegal)15. Sobre todo, recordemos
que el efecto más pernicioso de la lucha antidrogas (1), las mafias (2) y el narcotráfico (3), es
la fragilización social que generan.
Para cada uno de los niveles señalados, esta acaece de las siguientes formas :
• En tanto respuesta represiva, la lucha antidrogas incrementa la espiral armada. Esta
modalidad es contra productiva, pues implica darles mayores atribuciones a reconocidos
agentes violadores de los derechos humanos (Méndez, O’Donnell, & Pinheiro, 1999).
En las circunstancias actuales, unas fuerzas armadas con mayores atribuciones son un
agente intrínseco de desestructuración social. No se señala suficientemente que la guerra
antidrogas es un factor de violencia tanto o más contundente que el tráfico de drogas.
En otros hemisferios (Canadá) donde se ha indagado con mayor rigor sobre la relación
entre violencia homicida y represión, se ha encontrado que : “La violencia armada
y los altos índices de homicidios son una consecuencia natural de la prohibición de
las drogas y (…) los cada vez más sofisticados métodos para atacar a las pandillas
canadienses involucradas en la distribución de drogas podían incrementar la violencia
sin proponérselo”16.
Además, la lucha antidrogas, que como vimos se usa con fines de control geopolítico,
incita a la participación en el narcotráfico de los grupos armados (guerrillas,
paramilitares, bandas, ex paras, pandillas), pues estos deben estar en capacidad de
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
6
Violencia homicida en América Latina
responder militarmente, y su fuente de financiamiento más rápida será el dinero de la
droga. La experiencia de las guerrillas colombianas en este sentido es clara17.
Por último, el pretexto de la lucha antidrogas se esgrime para criminalizar a algunos
movimientos sociales18 y mantener bajo control a la población. La experiencia de los
líderes campesinos cultivadores de coca en Perú y Bolivia19, encarcelados o muertos
por la autoridad luego de oponerse a la erradicación forzosa de la coca, es elocuente.
También lo es el encarcelamiento, que ya mencionamos, de amplias capas pobres de la
población latinoamericana por infringir las leyes antinarcóticos en América Latina, y que
habría que interpretar a la luz de lo que Loïc Wacquant (1999) llama la “glorificación
del Estado penal”.
• Las mafias no desaparecen. Penetran en la economía legal de forma duradera y generan
dependencia (Champeyrache, 2004). Hay que aprehender a las mafias como una clase
emergente que luchará por permanecer en los negocios y en el poder y que buscará a
toda costa preservar los bienes que ha adquirido a sangre y fuego. Por esta razón, es
totalmente falso suponer que se acerca el fin de los carteles en América Latina. Incluso en
donde existe un Estado de Derecho, como en Italia, los trabajos muestran cómo la mafia
y la camorra saben adaptarse, cambiar el perfil cuando es necesario, incursionar en otros
negocios legales e ilegales, acomodarse en los negocios de la burguesía y aprovechar
las múltiples zonas grises del sistema (Calabria, 2008). Las mafias corroen el poder
(parlamentos, ejecutivo y sistema judicial, sector privado son corrompidos, controlados,
amenazados). La organización social se ve abruptamente modificada.
• El narcotráfico genera un nuevo sistema de valores y un nuevo imaginario, que
combina los valores individualistas del capitalismo salvaje y los valores excluyentes de
sociedades que nunca llegaron a la modernidad. El caso de Colombia es paradigmático.
El narcotráfico refuerza trazos arcaicos como el uso indiscriminado de la violencia,
el machismo crudo (como en las exitosas series de televisión donde se escenifica
la adaptación de los cuerpos de jóvenes mujeres a los “traquetos” o mafiosos20), la
concentración del capital (en amplias capas medias se justifica la contrarreforma agraria
emprendida por el capital mafioso), las desigualdades (se desestima la pobreza y se
considera que es un problema que debe cada uno resolver), la exclusión naturalizada
y el individualismo desintegrador (en otros trabajos hemos propuesto la noción de
“rebusque” para dar cuenta de estas prácticas21).
El narcotráfico acentúa la indiferenciación entre lo legal y lo ilegal, lo justo y lo
injusto. Es el triunfo de los cínicos22, de los violentos, la confirmación en los albores
del siglo XXI de la lección que ha dejado la historia en América Latina : la violencia
da réditos. Los mafiosos son elevados a héroes (como en la telenovela El cartel
de los sapos o como en Jamaica, donde más de 70 civiles murieron en la defensa
del narcotraficante Dudus Coke en junio de 2010) ; sus vidas y sus trayectorias
resultan siendo ejemplos de superación. Como lo dice irónicamente el escritor Manuel
Hernández, refiriéndose al cambio rápido que tuvieron las sociedades latinoamericanas
en unos pocos decenios : “La única revolución que ha habido por estas tierras ha sido
la revolución del narcotráfico”.
Liberalización del comercio y control migratorio y
desestructuración social
29
30
Un propósito central de la mundialización ha sido organizar el comercio internacional y las
migraciones. De nuevo, la forma como se han llevado a cabo estas políticas responden a los
intereses de un puñado de poderosos países, con un costo social alto para amplios sectores en
el resto del mundo.
Recordemos cómo se han puesto en marcha estos mecanismos. Un pulmón del sistema
comercial actual es la OMC, Organización Mundial del Comercio. Creada en 1995 (pero
heredera del GATT, General Agreement on Tariffs and Trade), esta organización establece
y negocia las reglas del comercio mundial, y dispone y sanciona su cumplimiento. La OMC
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
7
Violencia homicida en América Latina
31
32
33
34
35
es un instrumento que beneficia a unos pocos, pero muy poderosos, medios de negocios :
aunque tiene un registro de más de 60 000 empresas transnacionales, tan sólo 300 a 500
empresas norteamericanas, europeas y japonesas controlan el sistema (Jean Ziegler, 2002).
Por eso Pascal Lamy, su director, tiene arrebatos de duda sobre a quién sirve realmente esta
organización23.
Y es que los efectos devastadores globales del sistema establecido por la OMC (y por otras
instituciones similares) han sido documentados ampliamente (ver por ejemplo los trabajos de
Vandana Shiva sobre las transformaciones en el campo y los trabajos de Lori Wallach sobre
el comercio en la era post-OMC). La desregulación y el libre comercio han aumentado las
disparidades entre ricos y pobres adentro y afuera de las fronteras nacionales. Algunos datos
lo subrayan : en los años sesenta, los veinte países más ricos tenían un ingreso per capita
dieciséis veces superior a los de los países no productores de petróleo ; al final del siglo XX,
esta brecha había aumentado a más del doble24. La concentración actual hace que hoy en día,
las cinco mayores empresas controlan el 52 % del PIB total del planeta. Estas cinco empresas
son más ricas que los bienes sumados de 133 países. Si se traduce en términos de individuos,
los estudios demostrarán que el 1 % de la población es dos mil veces más rica que el 50 % más
pobre25. Lori Wallach recuerda que un estudio de las Naciones Unidas concluyó que, “en la
mayoría de los países en desarrollo que han emprendido una rápida liberalización comercial, la
desigualdad salarial ha aumentado, generalmente en el contexto de la disminución del empleo
industrial de los trabajadores no especializados y la caída absoluta de los salarios reales, que
en los países de América Latina ha sido del orden del 20-30 %”26. Las proyecciones del Banco
Mundial muestran que la Ronda de Doha podría empeorar las cosas, pues sólo un puñado de
países en desarrollo tendría grandes posibilidades de ganar, mientras que la mayoría sufrirá
pérdidas netas27.
Otros instrumentos del comercio mundial en la era de la mundialización son los acuerdos
de libre comercio. Se trata de herramientas que no contemplan las enormes diferencias entre
economías y países. Uno de los casos más elocuentes de la capacidad de destrucción de
este tipo de acuerdos asimétricos es el TLC entre México y Estados Unidos. Humberto
González y Alejandro Macías (2007) señalan precisamente que “México es considerado un
caso paradigmático en los estudios de desarrollo porque ha aplicado radicalmente la política
de apertura y liberalización económica, además de firmar el mayor número de tratados
comerciales en el mundo”. El modelo mexicano, la firma de tratados con “países con (…)
grandes diferencias económicas, y sin establecer un fondo compensatorio que las aliviara”,
fue repetido en otros países, confortando la nueva ideología del desarrollo.
La consecuencia de la regulación comercial impuesta con la colaboración de los gobiernos
locales ha tenido como efecto, en el nivel micro, cambios profundos que alteran la organización
social. Esto se manifiesta de múltiples maneras. Una de las más notables es la metamorfosis del
campo. Aun siendo mayoritariamente urbanos, durante muchos años varios países de América
Latina tenían en el campo reservas importantes de producción de alimentos variados, y miraban
con respeto las formas de vida campesinas.
Pero con la ideología de la mundialización, el campo ha perdido su función económica,
los campesinos han perdido su cultura, y la identidad de muchos países y regiones ha sido
sacudida en un breve lapso. Los tratados de libre comercio son una puntada decisiva en
esta transformación. En el caso de México, la modificación del artículo 27, que posibilita la
privatización del ejido para quitar las trabas al libre flujo del capital extranjero hacia el campo
mexicano era un mensaje claro del gobierno.
La llegada del gran capital ha modificado las formas de relación con la tierra. Esta se ha
privatizado, se ha convertido en un bien cuya vida útil se agota rápidamente (González y
Macías, 2007), un bien que se renta (Arias, 2009, p. 187). El campo ya no produce los cereales
que han sido la base de su alimentación y debe importarlos (es el caso de los granos, por
ejemplo y paradigmáticamente del maíz en México) y destina sus mejores tierras a los cultivos
de exportación (hortalizas y frutas para Estados Unidos en el caso de México28, soja en el
caso de Brasil) o a los biocarburantes (palma en el caso de Colombia). Las consecuencias
ambientales son graves (González y Macías, 2007) e incluso desconocidas (la disminución
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
8
Violencia homicida en América Latina
36
37
38
39
40
mundial de las abejas es una de las serias advertencias sobre el problema de los monocultivos
de gran extensión).
Las consecuencias sociales son, asimismo, hondas : a menudo se ha señalado el problema de
la vulnerabilidad alimentaria y el aumento de la brecha entre poblaciones rurales y urbanas en
un contexto donde, de por sí, el crecimiento fue débil o nulo.
Es importante anotar que esta transformación del campo y de la ciudad tiene consecuencias
notables en cuanto a los movimientos migratorios. En efecto, las comunidades rurales
de América latina han tenido tradicionalmente una gran movilidad interna, fronteriza e
internacional (Lara Flores, 2008), pero este modelo de comercio agrícola mono exportador va
a introducir cambios radicales.
Por una parte, se va a exacerbar la movilidad. De la nueva situación en el campo, se desprende
que se agotan las posibilidades de trabajo. Lo que concluye Patricia Arias (2009, p. 261)
en su extenso trabajo sobre el campo mexicano cuando afirma que “las comunidades han
perdido población de manera irreversible”, lo expresa a su vez M. Hernández en su escrito
“Abuelo campesino, nieto desplazado” (2011). Pero no son sólo las comunidades rurales.
También en las ciudades, muchos sectores que vivían de la economía del campo han tenido que
emigrar : esto lo percibimos claramente en nuestro trabajo de tesis doctoral entre los migrantes
colombianos de las ciudades de la región cafetera (González, 2007). Con la ruptura del pacto
internacional del café y la liberalización del mercado, no sólo el tradicional y emblemático
cultivo del café colombiano entró en crisis. También lo hicieron los sectores urbanos que
propiciaban servicios al sector agroindustrial del café (degustadores, comerciantes, etc.). Por
todas estas razones, la constatación que hacía V. Shiva hace algunos años (p. 337) no es
exagerada : “El libre-cambio mundial en la agricultura es la mayor fábrica de refugiados,
mucho más que la tragedia de Kosovo”.
Además de lo irreversible de este proceso, la novedad radica en que, simultáneamente, se
dificultan o se cierran las posibilidades a la movilidad. Así, en el plano interno, se producen
movimientos encaminados al establecimiento definitivo en las periferias de las grandes
ciudades (es el famoso éxodo urbano hacia urbes que no están en capacidad de recibir a
estos grupos humanos). La urbanización se da de manera caótica (Fadda Cori, 1993). Se
produce la favelización, a la vez que los precios de la tierra en áreas urbanas explotan. El
desorden urbano está directamente relacionado con estos procesos, que suelen profundizar la
desestructuración social. En este punto, es importante recordar que la violencia, y sobre todo la
violencia homicida, están hoy en día concentradas en las ciudades y sobre todo en los barrios
marginales, pero muy extensos, de las ciudades latinoamericanas.
La movilidad se producirá también hacia destinos internacionales, ya sea prolongando redes
construidas con anterioridad (como sucede entre México y Estados Unidos), ya sea explorando
nuevos caminos (por esta vía, un millón y medio de peruanos, ecuatorianos y colombianos se
han instalado en Europa en los últimos 20 años). Estos movimientos de población incidirán en
las sociedades de origen (y no sólo en los individuos que migran o se quedan). Tres formas por
medio de las cuales se acentúa la desestructuración social y, en algunos casos, la violencia,
son las siguientes :
• La criminalización de la migración y de los migrantes genera violencia y fragiliza la
sociedad. Como se ha dicho repetidas veces, las reglas de la mundialización pregonan
el libre cambio para los bienes y servicios, a la vez que mantienen un sistema de estricto
control a los movimientos de población. El camino de la migración se convertirá en
un viaje cada vez más arriesgado : de esto dan testimonio el libro El hueco (Castro
Caycedo, 1989), sobre el paso a Estados Unidos en los años 80 ; el libro Fuir l’Equateur,
une histoire de clandestins (Boris, 2007) sobre el naufragio en el Pacífico de un barco
que transportaba a un centenar de indocumentados ecuatorianos en los años 2000, o la
masacre de Tamaulipas, donde 72 migrantes fueron asesinados por los Zetas en agosto
de 2010.
La criminalización determina la vida de los migrantes, pero también, más globalmente,
incide en la sociedad, por ejemplo mediante la organización de redes de tráfico de seres
humanos y de explotación de los migrantes (las mafias que “trabajan” en estos sectores
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
9
Violencia homicida en América Latina
suelen estar ligadas al narcotráfico y a los ejércitos o para-ejércitos, pero también a las
instituciones oficiales29).
En los países del Norte, los indocumentados pueden ser abiertamente perseguidos
(los grupos de milicias en Estados Unidos trabajan legalmente) y son regularmente
expulsados. Después del 11S, se multiplicaron las expulsiones. En el caso de
Centroamérica, los países del Triángulo Norte de América Central, Guatemala, El
Salvador y Honduras, que son los más violentos de la región son a su vez aquellos adonde
fueron reenviados de forma masiva los migrantes indocumentados :
30
Gráfico 3. Centroamericanos expulsados
cargos criminales)
de Estados Unidos entre 1998 y 2008 (con y sin
*No incluye a los expulsados contabilizados por la oficina de Customs and Border Protection
Fuente : Gráfico elaborado por la autora con base en U.S. Department of Homeland Security, Enforce Alien Removal
Module (EARM), Enforcement Case Tracking System (ENFORCE), in : 2009 Yearbook of Immigration Statistics, Table 38.
• Desde los años noventa, los migrantes se habían convertido en los agentes privilegiados
de la importación de divisas en sus países de origen. Aunque estas no estaban
contribuyendo a generar proyectos productivos, servían como fuente de financiación
para afrontar gastos de la vida diaria y pagar salud y educación (La Caixa, 2007 y
Salas Alfaro, 2006), por lo que eran consideradas como un recurso financiero ideal
que se dirigía directamente a sus beneficiarios. A mediados de los años 2000, esta
fuente de dinero representaba hasta el 20 % del PIB (en países como Honduras o El
Salvador), generando a menudo el “síndrome de la dependencia”. En efecto, debido
a las disparidades de ingreso generadas por las remesas, cesaban o se reducían las
actividades productivas de quienes se quedaban en el país de origen. En el contexto
de crisis económica desde el 2008, las remesas han caído bruscamente en varios
de los países receptores. Con la crisis, ha quedado en evidencia la fragilidad de un
sistema económico que suponía que los agentes individuales resolverían por sus propios
medios sus necesidades básicas. De hecho, el dinero enviado por los migrantes se había
convertido en un sustituto a la inversión del Estado en las comunidades de origen y en
un sustituto a la ayuda internacional al desarrollo (S. Weber, 2007). Hoy, el retraimiento
casi definitivo de las instituciones que podrían mitigar la pobreza agrava la crisis social.
• La nueva configuración migratoria implica un profundo cambio social en
las comunidades (Arias, Mummert, Román Arnez). Como hemos señalado, la
mundialización le ha puesto fin a los antiguos movimientos pendulares. Esto, de por
sí, genera importantísimos cambios : el abandono del campo implica un definitivo
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
10
Violencia homicida en América Latina
cambio demográfico : además de la emigración, sobreviene la caída de la natalidad, ya
que quienes se van son quienes están en edad de procrear. Las comunidades rurales
pierden mano de obra para trabajar la tierra, lo que conlleva consecuencias económicas y
transformaciones sociales. Pero además, las jerarquías se trastocan. Se pierden los cargos
y estatus que habían regido durante años (por ejemplo, el cargo de “mayordomo”, tan
importante para asegurar la cohesión en las comunidades rurales mexicanas, se trueca
por una suma de dinero o incluso se pierde por ausencia del migrante). La familia
tradicional entra en crisis. Los adolescentes sueñan con irse (esto mismo sucede en la
región más próspera pero también con mayor porcentaje de emigrantes en Malí, como
documenta Daum, 2009). Sobre las mujeres recaen las exigencias (las que se quedan
deben cuidar de ancianos y niños, las que se van son estigmatizadas si dejan a sus hijos o
si forman un nuevo hogar). En síntesis, con la emigración y los cambios en la agricultura,
no solamente la comunidad pierde el acceso a la tierra y la posibilidad de explotarla,
también pierde el control social.
Conclusión
41
42
43
44
45
46
Hemos visto cómo políticas centrales de la mundialización son concebidas en el Norte,
acorde con sus necesidades, y cómo se organizan los dispositivos encargados de su aplicación
(Convenciones de droga de la ONU, acuerdos de la OMC…).
Estas políticas han resquebrajado las a menudo precarias estructuras sociales de muchos
países de América Latina. En estos países, la importante progresión de la violencia homicida
debe aprehenderse como resultado de la aceleración del cambio social introducida por
estas políticas, que fragiliza sus instituciones e introduce nuevos valores. Tres aspectos
característicos en este contexto de fragilización social son la libre competencia en el uso de la
violencia, la valoración de la fuerza y el debilitamiento de los lazos sociales.
El monopolio legítimo de la violencia, una de las condiciones del Estado weberiano, es puesto
en duda cotidianamente. Las instancias de mediación de conflictos se multiplican, compiten
entre sí, y ejercen una violencia que busca a la vez regular los conflictos y demostrar su
primacía. Las autoridades encargadas de ejercer la violencia legítima, y en particular las
fuerzas armadas y policiales, centrales dada su disponibilidad de armas, nutren y se nutren
de este sistema. Los ejemplos de colusión y coalición entre fuerzas armadas y los ejércitos
o grupos ilegales son numerosos, de las rutas migratorias a Estados Unidos en México, a las
favelas de Rio de Janeiro o la competencia por la violencia en los municipios del Arauca
en el rico oriente colombiano (una de las regiones con mayores yacimientos de petróleo).
Paralelamente, a nivel individual se extiende el fenómeno social del sicariato. Cada vez
más a menudo y en más países, existe un mercado de asesinos que trabajan contra una
remuneración31. En un mundo en el que la impunidad no es la excepción, sino la regla, los
individuos optan por los sistemas de resolución de conflictos inmediatos en vez de acudir a
los inciertos mecanismos legales.
En este contexto, se valora positivamente la fuerza. Esta valoración se manifiesta de muy
diferentes maneras : el apoyo a soluciones violentas para defender la propiedad (“seis de cada
diez ciudadanos mexicanos, colombianos y brasileños aprueban la violencia en defensa propia
o de la familia”, subrayaba hace pocos años una encuesta32), el apoyo de amplios sectores de
clases medias a prácticas de “limpieza social”, el no cuestionamiento del recurso a la violencia
para defender el honor, la legitimación social y política de los actores armados violentos (como
los paramilitares, aplaudidos en el Parlamento colombiano).
Estas políticas han debilitado o destruido el tejido social solidario (familia, organizaciones
comunitarias), así como las instancias de mediación, como los sindicatos. De hecho, un
indicador como el “nivel de confianza interpersonal” es estimado por la misma empresa
encuestadora33 en los países de América latina en un 22 % en promedio, frente a niveles de
70 % en promedio en Europa occidental. Las ideas de “comunidad”, “interés común”, “bien
público” corren una fuerte devaluación en dichos entornos.
A manera de conclusión académica, subrayaremos la necesidad de aprehender el problema
de la violencia homicida en una perspectiva que tenga en cuenta el contexto en el que
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
11
Violencia homicida en América Latina
47
48
se produce. Pensamos que es fértil utilizar las herramientas de las ciencias sociales para
entender la disposición particular de América Latina en torno a la violencia homicida, más
que aislar algunos factores de incidencia (grupos de edad, nivel de desigualdad…). En esta
línea, la configuración social del continente, y su pasado (la conquista violenta de tierras
y cuerpos, el perdurable sistema de exclusión establecido desde la Colonia, el artificio de
sus instituciones importadas en el siglo XIX, la continuidad de las guerras en el siglo XX)
permitirían comprender de qué manera la mundialización actual fragiliza las instituciones, el
imaginario y el tejido que urden la sociedad y cómo esto se traduce en violencia.
En cuanto a la conclusión política de este artículo, la pregunta es porqué los países afectados
por un conjunto de políticas particularmente desestructuradoras de la mundialización parecen
tener tan poco margen de maniobra. ¿Por qué los países andinos, los principales afectados,
han sido incapaces de proponer soluciones alternativas a las que han sido llevadas a cabo
en los últimos 40 años en cuanto al tratamiento de las drogas ? ¿Por qué se ha impuesto la
ideología neoliberal con tanta fuerza pese a que constituye una amenaza para la sociedad en
su conjunto ? ¿Cuál es el margen de maniobra del que disponen estos países ? ¿Qué principios
y qué prácticas rigen a las élites del Sur ?
Pensamos que es un verdadero desafío afrontar este tipo de preguntas. Creemos que hay
que obrar de manera urgente para descolonizar la imaginación política : conocer el real
funcionamiento de las instituciones internacionales y dilucidar las alianzas entre los dirigentes
de los países del Sur y los responsables políticos del Norte ; afianzar una visión que represente
los intereses de la mayoría de los habitantes de este planeta, el Sur ; coordinar esfuerzos para
trazar otros caminos, son algunas de las tareas pendientes.
Bibliographie
Ouvrages publiés
ACOSTA ORTEGÓN, Joaquín. El idioma chibcha o aborigen de Cundinamarca. Bogotá : Imprenta del
Departamento, 1938.
AMNESTY
INTERNATIONAL.
Protégez
les
migrants
au
Mexique
(2010)
[en
ligne]
http://www.amnesty.org/en/library/asset/AMR41/014/2010/en/e78b5ce3-7933-4f8eb424-7132e1f8ffe2/amr410142010fra.pdf
ARIAS, Patricia. Del arraigo a la diáspora : dilemas de la familia rural. México : Universidad de
Guadalajara, 2009.
BORIS, Jean-Pierre. Fuir l’Equateur. Une histoire de clandestins. Paris : Hachette Littératures, 2007.
BURKATZKI, Eckhard. “Is the Market Eroding Moral Norms? A Micro-analytical Validation of Some
Ideas of Anomie Theory”. International Journal of Conflict and Violence 2.2 (2008): 268–287.
BUVINIC, Mayra et MORRISON, Andrew. “Living in a more violent world”. Foreign Policy 118
(2000): 58–72.
CAMARA, Mamadou et SALAMA, Pierre. “Homicidios en América Latina : ¿los pobres son
peligrosos ?” Revista de Economía institucional 6.10 (2004) : 159-181.
CARSTAIRS, Catherine. “‘The Most Dangerous Drug of All’: Images of Cocaine and AfricanAmericans in the Progressive Era” Left History 7 (2001): 46-60.
CASTRO CAYCEDO, Germán. El hueco. Bogotá : Editorial Planeta, 1989.
CALDEIRA, Teresa. City of walls: crime, segregation and citizenship in Sao Paulo. Berkeley: University
of California Press, 2000.
CHAMPEYRACHE, Clotilde. Entreprise légale, propriétaire mafieux. Paris: CNRS Éditions, 2004.
CHOUVY, Pierre-Arnaud. « L’échec mondial de la lutte antidrogue : quelles leçons pour
l’Afghanistan ? ». ÉchoGéo (2008) [En ligne] http://echogeo.revues.org/8813
COPPEL, Anne et BACHMANN, Christian. Le dragon domestique : deux siècles de relations étranges
entre l’Occident et la drogue. Paris : Albin Michel, 1989.
DAUM, Christrophe. « Le travail de la terre et le salaire du chantier, à propos des logiques migratoires en
région de Kayes au Mali ». In DUREAU, F. et HILLY, M. (eds). Les mondes de la mobilité : exploration
d’un paradigme. Rennes : Presses Universitaires de Rennes, 2009, 39-66.
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
12
Violencia homicida en América Latina
DEPARTMENT OF HOMELAND SECURITY. Yearbook of inmigration statistics [en ligne] http://
www.dhs.gov/files/statistics/publications/YrBk08En.shtm
DURKHEIM, Émile. Les règles de la méthode sociologique. Paris : Flammarion, 1988 ELIAS, Norbert.
La Société des individus. Paris : Fayard, 1991.
FADDA CORI, Giulietta (ed). La urbe latinoamericana, balance y perspectivas a las puertas del tercer
milenio. Caracas : Universidad Central de Venezuela, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico,
1993.
FALQUET, Jules. “Hommes en armes et femmes ‘de service’ : tendances néolibérales dans l’évolution
de la division sexuelle et internationale du travail”. Cahiers du Genre, Travail et mondialisation.
Confrontations Nord/Sud 40 (2006) : 15-38.
GENEVA DECLARATION SECRETARIAT. Global Burden of Armed Violence Report. Geneva:
Geneva Declaration Secretariat, 2008.
GOLDSMITH, Edward, et MANDER, Jerry. The case against the global economy. San Francisco : Sierra
Club Books, 1996.
GÓMEZ-MÜLLER, Alfredo. “Lenguaje de la guerra, muerte de la política”. In SIERRA MEJÍA, R. : La
crisis colombiana : reflexiones filosóficas. Bogotá : Universidad Nacional de Colombia, 2008, 23–55.
GONZÁLEZ CHÁVEZ, Humberto, et MACÍAS MACÍAS, Alejandro. “Vulnerabilidad alimentaria y
política agroalimentaria en México”. Desacatos 25 (2007) : 47-78.
GONZÁLEZ, Olga L., et LANIEL, Laurent. « Drogues et antidrogue en Colombie ». Les cahiers de la
sécurité 59 (2005).
GONZÁLEZ, Olga L. « La ‘débrouille’ : migrants andins et accès aux droits en France », Thèse de
Sociologie à l’École des Hautes Études en Sciences Sociales, EHESS de Paris, 2007.
GONZÁLEZ, Olga L. « Violence homicide en Colombie : déviance ou ’débrouille’ ? ». Socio-Logos 5
(2010). http://socio-logos.revues.org/2490
GONZÁLEZ, Olga L. “Permanencia de la violencia histórica en América Latina”, mimeo.
GRIMAL, Jean-Claude. Drogue : l’autre mondialisation. Paris : Gallimard, 2000.
HERNÁNDEZ, Manuel. “Colombia, una experiencia cotidiana”. Conferencia realizada en la Biblioteca
Nacional el 7 de septiembre de 2010.
HERNÁNDEZ, Manuel. “Abuelo campesino, nieto desplazado”, mimeo 2010. Una versión francesa será
publicada en 2011 por la Universidad de Lausanne.
LA CAIXA. "Remesas a Latinoamérica : ¿maná caído del cielo ?". Informe mensual (2007) [en ligne]
http://www.esade.edu/guiame/comun/file_view.php?MTc2NDE5
LANGEBAEK, Carl H. Mercados, poblamiento e integración étnica entre los Muiscas, siglo XVI, Banco
de la Republica, 1987.
LARA FLORES, Sara María. « Agriculture et migrations en Amérique latine » Migrations société 20.115
(2008).
LEDERMAN, Daniel, LOAYZA, Norman, et MENENDEZ, Ana Maria. “Violent Crime: Does Social
Capital Matter?” Economic Development and Cultural Change 50.3 (2002): 509-539.
McCOY, Alfred, “The stimulus of prohibition: a critical history of the global narcotics trade”. In
STEINBERG, M., HOBBS, J. J., et MATHEWSON, K. Dangerous harvests. Drug plants and the
transformation of indigenous landscapes. Oxford: Oxford University Press, 2004, 24-111.
MÉNDEZ, Juan E., O’DONNELL, Guillermo et PINHEIRO, Paulo Sérgio (ed.). The (Un) Rule of Law
and the Underprivileged in Latin America. Notre Dame, Indiana: University of Notre Dame Press, 1999.
MIRON, Jeffrey A. “Violence, Guns, and Drugs: A Cross-Country Analysis”. Journal of Law and
Economics 44.2 (2001): 615-633.
MARAÑÓN, Boris et FRITSCHER, Magda. « La agricultura mexicana y el TLC : el desencanto
neoliberal ». Debate agrario : Análisis y Alternativas 37 (2004) : 183-210.
MUMMERT, Gail. “Siblings by telephone. Experiences of Mexican children in long-distance
childrearing arrangements”. Journal of the Southwest 51.4 (2009) : 515-538.
MUMMERT, Gail. “La reinvención de lazos familiares en contextos migratorios”. In JIMÉNEZ, Nora
(ed.) Familia y Tradición : Herencias tangibles e intangibles en escenarios cambiantes, Zamora, El
Colegio de Michoacán, en prensa, 2010.
OSPINA, William. Ursúa. Bogotá : Alfaguara, 2005.
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
13
Violencia homicida en América Latina
POTTHAST, Barbara. Madres, obreras, amantes.. : protagonismo femenino en la historia de América
latina. Madrid : Iberoamericana, 2010.
PUBLIC CITIZEN. “Prosperity undermined: Economic Outcomes During the Era of Fast Tracked
NAFTA and WTO Model Trade Agreements”. [en ligne] http://www.citizen.org/documents/
ProsperityUnderminedFINAL.pdf
ARNEZ ROMÁN, Olivia. “De Cochabamba (Bolivia) a España : Migración de mujeres-madres y sus
efectos”. (sin fecha) [en ligne] http://www.ciudadaniabolivia.org
SALAMA, Pierre. “Informe sobre la violencia en América Latina”. Revista de Economía institucional
10.18 (2008) : 81-102.
SALAS ALFARO, Renato. “El efecto de las remesas internacionales sobre la distribución del ingreso
en una comunidad campesina”, Aportes 11.33 (2006) : 133–144.
THOME, Helmut ; “Explaining the Long-Term Trend in Violent Crime : A Heuristic Scheme and Some
Methodological Considerations”, International Journal of Conflict and Violence, 1.2 (2007):185-202.
URBAN HEALTH RESEARCH INITIATIVE, British Columbia Centre for Excellence in HIV/AIDS.
Effect of Drug Law Enforcement on Drug-Related Violence: Evidence from a Scientific Review (2010)
[en ligne] http://uhri.cfenet.ubc.ca
VARGAS LLOSA, Mario. La guerra del fin del mundo. Barcelona : Seix Barral, 1981.
VARGAS SOLÍS, Luis Paulino. « La atracción subordinada de la América latina en los procesos de la
globalización neoliberal”, p. 59 – 68, El verdadero rostro de la globalización vol 2, San José, Euned,
(2008).
WACQUANT, Loïc. Les Prisons de la misère. Paris : Éditions Raisons d’Agir, 1999.
WEBER, Serge. Nouvelle Europe, Nouvelles migrations : frontières, intégration, mondialisation. Paris :
Éditions du félin, 2007.
WOODIWISS, Michael, et BEWLEY-TAYLOR, Dave. The global fix: the construction of global
enforcement regime. Amsterdam: Transnational Institute, 2005.
ZIEGLER, Jean. La haine de l’Occident. Paris : Albin Michel 2008.
ZIEGLER, Jean. La Suisse lave plus blanc. Paris : Seuil, 1990.
2. Filmographie
CALABRIA, Esmeralda, D’AMBROSION, Andrea, et RUGGIERO, Peppe. Biùtiful cauntri (película),
2007.
GAVIRIA, Víctor. La vendedora de rosas (film), 1998
PADILHA, José. Tropa de elite (film), 2008.
POVEDA, Christian. La vida loca (film). 2009.
Notes
1 La tasa de homicidios refiere el número de ocurrencias por cien mil habitantes.
2 Señalemos acá tan solo algunas de estas expresiones: la apropiación y violación de las mujeres desde
la Conquista (Potthast, 2010); el ethos de la rapiña (Ospina, 2005); las rebeliones masacradas (como la
gesta de los Canudos relatada por Vargas Llosa, 1981); el recurso, por parte de las élites en el poder, a la
guerra, para “la dominación incondicional, que excluye la expresión de toda diferencia y toda disidencia”
(Gómez-Müller, 2008).
3 La discusión sobre los daños, que ocupa un lugar destacado, no se sostiene a la luz de la permisividad
de drogas mucho más dañinas en términos de salud pública, como el tabaco y el alcohol. En cambio, la
singularidad de la cocaína debido al hecho de que el cultivo de la coca tiene rasgos endémicos (sólo se
cultiva en las zonas tropicales de los países andinos) y que es producida y transformada esencialmente
en países del Sur, se suele relegar en la discusión.
4 Ver Denis RICHARD, Jean-Louis SENON, Marc VALLEUR, Dictionnaire des drogues et des
dépendances (Paris: Larousse, 2004).
5 En 1903, el American Journal of Pharmacy señalaba que la mayoría de consumidores de cocaína
eran “bohemios, apostadores, prostitutas de alta y baja clase, porteros de noche, ladrones, estafadores,
proxenetas, y trabajadores ocasionales” En 1914, Christopher Koch, de la State Pharmacy Board de
Pensilvania hacía explícita la conexión racial: “La mayoría de los ataques a las mujeres blancas del Sur
son el resultado directo de un cerebro negro enloquecido por la cocaína”. Ver Catherine Carstairs (2001).
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
14
Violencia homicida en América Latina
6 Sobre lo primero, dice la Convención: “La masticación de hoja de coca quedará prohibida dentro de los
25 años siguientes a la entrada en vigor de la presente Convención”. Sobre el segundo punto, el artículo
27 dice: “Las Partes podrán autorizar el uso de hojas de coca para la preparación de un agente saporífero
que no contenga ningún alcaloide y, en la medida necesaria para dicho uso, autorizar la producción,
importación, exportación, el comercio y la posesión de dichas hojas”. Ver Woodiwiss y Bewler-Taylor,
2005
7 Jean-Claude GRIMAL, 2000, 144.
8 Ver Jean DE MAILLARD, Les flibustiers de la finance (Paris: Gallimard, 2010).
9 En « The Stimulus of Prohibition » (2004), Alfred McCoy escribe: « Pese a cuatro ‘guerras contra
la droga’, impulsadas por los Estados Unidos con un costo total de 150 mil millones de dólares US, la
producción ilícita mundial de opio se multiplicó por cinco, pasando de 1 200 toneladas en 1971 a 6 100
toneladas en 1999. De la misma forma, después de quince años de erradicación realizada en los países
andinos por los gobiernos ante el pedido de Estados Unidos, la producción de hojas de coca se multiplicó
por dos, alcanzando 6 000 toneladas en 1999. En las tres décadas que han seguido a la ‘guerra contra
las drogas’, el número de consumidores de heroína en Estados Unidos se multiplicó por más de diez,
pasando de de 68 000 a 980 000 ».
10 Muestra de ello son: la “certificación” en materia de cooperación antidrogas (una nota negativa
implica el final de las preferencias arancelarias en el comercio con Estados Unidos); los tratados de
extradición que los Estados Unidos han obligado a los países suramericanos a firmar (en 1989 esto
le significó a Colombia una guerra terrorista de los carteles contra el Estado, dejando más de 5 000
muertos); la injerencia de Estados Unidos en las decisiones que involucran a las fuerzas armadas; las
filtraciones a la prensa de informaciones afines a sus intereses (el escándalo de los “narcocassettes” en
1996, que perjudicó a un presidente que años atrás había sugerido la idea de legalizar la droga, es apenas
un ejemplo).
11 Para los años en que fue acuñado el término (1984), la participación de las Farc en el narcotráfico
consistía en el cobro del “gramaje” o impuesto a cultivadores y negociantes, pero no intervenían en la
cadena de transformación ni exportación.
12 A partir de esa fecha se contempló la lucha “antiterrorista”. Recordemos que por cuenta del Plan
Colombia, entre el año 2000 y 2009 la “ayuda” fue de 6 700 millones de US dólares.
13 La Iniciativa Mérida para México y Centroamérica recoge a su vez varios componentes del Plan
Colombia.
14 En tiempos de la Colonia el uso de la coca era extendido en el territorio de la Nueva Granada.
Carl H. Langebaek (1987, 79), apoyándose en Acosta Ortegón (1938, 42) anota: « Según los cronistas,
los indígenas del altiplano cundiboyacense consumían coca, corrientemente, durante labores agrícolas,
hecho que estaría confirmado por las gramáticas de lengua chibcha en las cuales "coger maíz" figura
como sinónimo de ‘mascar coca’ (zeb chuscua)”.
15 Creemos que la estructura social de Bolivia, y en particular el peso de los lazos sociales comunitarios,
permiten explicar su débil nivel de violencia homicida, pese a la presencia del narcotráfico.
16 Ver Urban Health Research Initiative, 2010.
17 Durante muchos años, las Farc se opusieron a la participación en el narcotráfico, alegando argumentos
nacionalistas, pero al cabo del tiempo, los frentes que mejores resultados militares tuvieron fueron los que
se empezaron a financiar con el “gramaje”, como el Bloque Sur. Además de que su actitud y valoración
del narcotráfico ha cambiado, esta guerrilla se fortaleció mucho gracias a los impuestos sobre el cultivo
y tránsito de coca y cocaína.
18 Los movimientos de cocaleros son importantes en los países productores (Evo Morales ha surgido
de uno de ellos).
19 Notables dirigentes han sido perseguidos, como Leonilda Zurita en Bolivia, Nelson Palomino y Nancy
Obregón en Perú.
20 Pensamos en telenovelas de éxito mundial como Sin tetas no hay paraíso.
21 Ver mi tesis doctoral, Olga L. González, « La ‘débrouille’ : migrants andins et accès aux droits en
France », Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, París, 2007.
22 El padre jesuita Francisco de Roux lo expresa directamente: “Creo que los cínicos ganan en
Colombia porque se la juegan a fondo. (…) Hasta ahora (…) han predominado y han dominado el
Congreso, la política, la concepción empresarial, así como la guerrilla y en general a los ilegales”. http://
www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-7882334
23 Citado en Raoul-Marc JENNAR, et KALAFATIDES, Laurence, L’AGCS. Quand les États abdiquent
face aux multinationales (Paris: Raisons d’agir, 2007) 85. En noviembre de 2010, el mismo Lamy
afirmaba: « Desde hace algunos años, me cuestiono sobre las raíces culturales y antropológicas del
capitalismo de mercado, que es intrínsecamente injusto y que agobia cada vez más los recursos naturales
y humanos ». Ver « Pascal Lamy s'interroge sur le capitalisme », Le Monde, 5 de noviembre de 2010.
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
15
Violencia homicida en América Latina
24 United Nations Conference on Trade and Development, Least Developed Countries Report, 2002,
122-123.
25 James B. Davies, Susanna Sandström, Anthony Shorrocks, and Edward N. Wolff, “The World
Distribution of Household Wealth,” UNU-Wider Discussion Paper 2008/03, February 2008, p. 7.
26 United Nations Conference on Trade and Development, Trade and Development Report, 1997, at V.
27 Dentro del grupo de los perdedores anunciados figuran Bangladesh, México, Vietnam, Medio Oriente
y el Norte de África, así como la mayor parte de África Sub-Sahariana, Asia Central y Europa del Este.
Ver Kym Anderson y Will Martin et. al., Agricultural Trade Reform and the Doha Development Agenda,
(Washington, D.C.: World Bank, 2005) 370-371.
28 Se trata de una producción muy concentrada, que impone contratos de producción inequitativos,
generando empleos precarios. Ver Boris Marañón y Magda Fritscher, « La agricultura mexicana y el
TLC: el desencanto neoliberal », Debate agrario: Análisis y Alternativas 37 (2004): 183 – 210.
29 Amnesty International, 2010.
30 Removals are the compulsory and confirmed movement of an inadmissible or deportable alien out of
the United States based on an order of removal. An alien who is removed has administrative or criminal
consequences placed on subsequent reentry owing to the fact of the removal.
31 En Cali y Medellín, las autoridades locales estiman que la mitad de los homicidios responden a
esta modalidad. En Cartagena, la tercera parte de los sicarios son menores de edad. En Ecuador, en el
año 2009, 4000 homicidios fueron ejecutados por sicarios. En México, el fenómeno también está en
expansión. Ver González Roa, 2010 [1].
32 Encuesta "Promoción de la Cultura Ciudadana para el Mejoramiento de la Seguridad y Convivencia",
octubre de 2008. Ver « La mayoría en México, Colombia y Brasil aprueba la violencia en defensa
propia », in soitu.es, http://www.soitu.es/soitu/2008/10/02/info/1222915197_606209.html
33 Fuente : Latinobarómetro, 1996–2011.
Pour citer cet article
Référence électronique
Olga L. González, « Violencia homicida en América Latina », L'Ordinaire des Amériques [En
ligne], 216 | 2014, mis en ligne le 11 juillet 2014, consulté le 12 juillet 2014. URL : http://
orda.revues.org/1216
À propos de l’auteur
Olga L. González
Docteur en Sociologie de l’Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales,
[email protected], http://
olgagonzalez.wordpress.com/
Droits d’auteur
© Tous droits réservés
Résumés
La violencia homicida individual golpea el día a día de miles de personas : en muchos
países de América latina, es la primera causa de mortalidad entre los hombres jóvenes. Este
artículo muestra que la violencia homicida se ha incrementado de forma sostenida en este
continente en el período de la mundialización neoliberal. Sostenemos que políticas centrales
de la mundialización han fragilizado la sociedad, y que en América latina este fenómenos
se ha traducido en el fuerte aumento de la violencia homicida.Tras llevar a cabo un examen
de fuentes especializadas, el artículo analiza dos políticas centrales de la mundialización que
inciden en la desestructuración social : la política de drogas y la política de libre comercio y
control migratorio.
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
16
Violencia homicida en América Latina
Violence homicide en Amérique Latine. De comment la
mondialisation des politiques de drogues, commerce et migrations
affaiblit la société
La violence homicide affecte de larges couches de la population en Amérique latine. Ainsi,
dans plusieurs pays de ce sous-continent, la violence homicide est la première cause de
mortalité chez les hommes jeunes. A partir de l’exploration des bases de données spécialisées,
cet article montre que celle-ci a remarquablement augmenté durant les dernières trente cinq
années, lesquelles correspondent à la période de la mondialisation néolibérale. Dans cet article,
nous montrons comment des politiques centrales de la mondialisation ont fragilisé la société
en Amérique latine, et comment cette situation se traduit dans une augmentation de la violence
homicide. Après un examen rigoureux des bases de données sur la violence homicide, deux
politiques au cœur de la mondialisation sont examinées : la politique anti-drogue et la politique
de libre-échange et de contrôle migratoire. Pour chacune d’entre elles, nous montrons leur
capacité à déstructurer la société et à contribuer à l’augmentation de la violence homicide.
Homicidal violence in Latin America. How the globalization of the
politics of drugs, their commerce and migrations weaken society
Homicidal violence is responsible for the death of thousands of individuals, daily. In many
Latin American countries, it is the first cause of mortality for young males. This article
shows that homicidal violence had grown consistently across the continent under neoliberal
globalization. We argue that policies central to globalization have weakened societies, leading
to sharp increases in homicidal violence. This article reviews specialized data and explores
two globalization policies that tend to disturb social structures: drug control, migration control,
and free trade.
Violência homicida na América Latina. De como a mundialização das
políticas de drogas, comércio e migrações fragiliza a sociedade
A violência homicida afeta amplas camadas da população na América Latina. Em muitos
países do subcontinente, a violência homicida é a primeria causa de mortalidade entre os jovens
de sexo masculino. A partir da análise de bases de dados especializadas, este artigo mostra
que a violência homicida aumentou de forma notável nos trinta e cinco últimos anos, período
que corresponde à mundialização néo-liberal. Neste artigo, mostramos como algumas políticas
centrais da mundialização fragilizaram a sociedade na América Latina, e como essa situação
se traduz do ponto de vista de um aumento da violência homicida. A partir de um exame
rigoroso das bases de dados existentes sobre violência homicida, duas políticas centrais na
mundialização são focalizadas : a política anti-drogas e a política de livre comércio e controle
migratório. Para cada uma delas, mostramos seu impacto do ponto de vista da desestruturação
da sociedade e da contribuição para o aumento da violência homicida.
Entrées d’index
Mots-clés : violence, homicide, Amérique latine, politique anti-drogue, politique
migratoire
Keywords : violence, homicide, Latin America, anti-drugs policy, migratory policy
Palabras claves : violencia, homicidio, América Latina, política anti-drogas, política
migratoria
Palavras chaves : violência, homicídio, América Latina, política anti-drogas, política
migratória
L'Ordinaire des Amériques, 216 | 2014
17