Papers by Ashley Leudo Duncan
Las Habilidades de afrontamiento para la conducta de beber (HACB; Langley et al., 1994) es una de... more Las Habilidades de afrontamiento para la conducta de beber (HACB; Langley et al., 1994) es una de las intervenciones empíricamente validadas para el tratamiento del abuso y la dependencia del alcohol. La gran mayoría de estos tratamientos se incluirían bajo el rótulo de cognitivo-conductuales. Estas estrategias son diferentes al popular programa del Modelo de Minnesota, que considera al abuso y a la dependencia del alcohol como enfermedades para las que el único objetivo de intervención aceptable es la abstinencia completa. Por el contrario, el programa de HACB y los tratamientos cognitivo-conductuales similares son tratamientos a corto plazo, dado que se ha demostrado que las intervenciones breves son útiles para algunos tipos de bebedores problema (p. ej., Sobell y Sobell, 1993). Estas intervenciones abordan la adquisición de habilidades y la mejoría de la motivación del paciente para aumentar el autocontrol. Además del enfoque de las HACB que describiremos seguidamente, los lectores pueden revisar intervenciones relacionadas, como las desarrolladas por Miller y Rollnick (1991), Sobell y Sobell (1993) y McCrady (1993). Nuestro planteamiento de las HACB se basa en el manual de tratamiento de Langley et al. (1994). Su intervención se diseñó originalmente para personas con deterioro neurológico que tenían problemas con la bebida. Sin embargo, hemos adaptado su tratamiento para aplicaciones más amplias con otros tipos de bebedores problema. De este modo, los clínicos que desean tratar personas que abusan del alcohol y que tienen deterioros neurológicos comórbidos, pueden acudir al manual de Langley et al. (1994). II.1. El modelo conceptual La intervención HACB se basa en la creencia de que el consumo excesivo de alcohol es un fenómeno complejo. Es decir, se considera que vulnerabilidades fundamentales para el desarrollo de problemas con el alcohol interactúan con experiencias de desarrollo, lo que da como resultado déficit y excesos conductuales que se complican por el consumo no controlado de alcohol. El tratamiento se estructura para abordar conductas relacionadas con la vulnerabilidad subyacente, el consumo mismo de alcohol, y déficit y excesos conductuales específicos que se han identificado en el paciente. Los individuos aprenden estrategias de afrontamiento distintas a la del consumo de alcohol, con el fin de atenuar los déficit conductuales, el afecto negativo y la activación excesiva. El principio central de las HACB es que por medio de la aplicación de técnicas de aprendizaje, los individuos pueden aprender una serie de nuevas habilidades de afrontamiento para sustituir el consumo excesivo de alcohol. En este tratamiento, las habilidades de afrontamiento se definen, de forma Habilidades de afrontamiento para la conducta de beber 85 amplia, como la capacidad para utilizar pensamientos, emociones y acciones para solucionar problemas (Chaney, 1989). Aunque muchos mecanismos diferentes pueden provocar el consumo excesivo de alcohol, estudios científicos han identificado una serie de factores que parecen jugar un importante papel en la conducta problemática de beber de muchos individuos. En las HACB se evalúa la influencia de estos factores y de acuerdo con ello se estructuran las intervenciones adecuadas. Se considera que la conducta de beber en exceso es un medio desadaptativo que utilizan algunos individuos para moderar el afecto negativo y aumentar las emociones positivas. Además, se ha encontrado que la conducta problemática de beber, en adolescentes y adultos, se encuentra asociada con la creencia que el alcohol mejora el funcionamiento en una serie de áreas de la vida (p. ej., hace al individuo más sociable). Estas expectativas pueden jugar un importante papel en la conducta de beber de muchos individuos (p. ej., Annis y Davis, 1988). En estos casos, la tarea del terapeuta consiste en revisar con el paciente, de forma objetiva, la información que apoya o cuestiona la exactitud de dichas expectativas y luego identificar y, si es necesario, enseñar habilidades que puedan utilizarse para abordar problemas que la conducta de " beber en exceso " intentaba mejorar de forma errónea (p. ej., se le enseñan habilidades sociales al paciente). Se considera que los déficit en las habilidades de afrontamiento desempeñan un papel esencial en la conducta de beber en exceso. Algunos individuos nunca aprendieron las habilidades
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