Papers by Esteban Alvarez
Aunque un hombre pueda leer a otro por sus acciones, de un modo perfecto, sólo puede hacerlo con ... more Aunque un hombre pueda leer a otro por sus acciones, de un modo perfecto, sólo puede hacerlo con sus circunstantes, que son muy pocos. Quien ha de gobernar una nación entera debe leer, en si mismo, no a este o aquel hombre, sino a la humanidad, cosa que resulta más difícil que aprender cualquier idioma o Leviatán. Thomas Hobbes Biblioteca del Político. INEP AC ciencia; cuando yo haya expuesto ordenadamente el resultado de mi propia lectura, los demás no tendrán otra molestia sino la de comprobar si en sí mismos llegan a análogas conclusiones. Porque este género de doctrina no admite otra demostración. Leviatán. Thomas Hobbes Biblioteca del Político. INEP AC PRIMERA PARTE D E L H O M B R E CAPÍTULO I
El Tratado de la reforma del entendimiento está comprendido en las Obras póstumas, publicadas, tr... more El Tratado de la reforma del entendimiento está comprendido en las Obras póstumas, publicadas, tras algunos meses de la muerte del autor, por sus amigos 1 . Le precede un Aviso al lector, que se hallará más adelante. También se menciona en el prefacio general, verosímilmente escrito por Jarig Jelles 2 . Sabemos así que este escrito es uno de los más viejos de Spinoza y que quedó inconcluso, a despecho del deseo del autor de completarlo, debido a «la dificultad de la obra, a las profundas investigaciones y al infinito saber que requería».
Traducción, notas y posfacio de Francisco Socas Gavilán [el autor] Lucio Anneo Séneca, hijo de un... more Traducción, notas y posfacio de Francisco Socas Gavilán [el autor] Lucio Anneo Séneca, hijo de un rico provincial de la clase de los caballeros (equites), nació en Córdoba en torno al año 1 d.C. Pronto marchó a Roma donde recibió una buena formación con los mejores maestros, oradores, juristas y fi lósofos. Ejerció la abogacía, destacando por sus dotes de orador. Sufrió las represalias de Claudio y Mesalina, que lo manti enen desterrado en la isla de Córcega durante ocho años, hasta que Agripina, la nueva esposa del emperador, lo hace regresar y le encarga la educación de su hijo, que más tarde, con el nombre de Nerón, alcanza el poder. Durante el mandato de éste, Séneca controla la políti ca romana intentando dar juego al Senado y reparti endo cargos entre gente fi el a sus proyectos. Poco a poco, Nerón se emancipa de las infl uencias de la madre (a la que hace asesinar) y del viejo maestro, al que, tras haber sido revelado su nombre como parti cipante de un complot políti co, se le envía la orden de suicidarse. La muerte se muestra esquiva al condenado y sólo llega después abrirse las venas de brazos y piernas, tomar la cicuta y sofocarse con los humos de unos baños (65 d.C.). Séneca compuso tragedias (a imitación de los clásicos atenienses), tratados fi losófi cos (algunos de ellos llamados Diálogos en recuerdo de Platón), Consolaciones, y las Epístolas morales a Lucilio, sin duda, su obra más conocida. Colección Una Galería de Lecturas Pendientes Dirección y coordinación editorial: Jesús Jiménez Pelayo Edita: JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura © 2010 JUNTA DE ANDALUCÍA, Consejería de Cultura © de la traducción, notas y posfacio: Francisco Socas Gavilán Maquetación y diseño: Carmen Piñar ISBN: 978-84-9959-007-3 D.L. : GR-701-2010 Ilustración de cubierta: José de Ribera. Prometeo (1630 ca.) Colección particular. POSFACIO SÉNECA Y LA ADMINISTRACIÓN DE NUESTRA MORTALIDAD 65 Francisco Socas Ganímedes SÉNECA • Sobre la Brevedad de la Vida 9
Todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felices, pero al ir a descubrir lo que hace feli... more Todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felices, pero al ir a descubrir lo que hace feliz la vida, van a tientas, y no es fácil conseguir la felicidad en la vida, ya que se aleja uno tanto más de ella cuanto más afanosamente se la busque, si ha errado el camino, si éste lleva en sentido contrario, la misma velocidad aumenta la distancia. Hay que determinar, pues, primero lo que apetecemos; luego se ha de considerar por dónde podemos avanzar hacia ello más rápidamente, y veremos por el camino, siempre que sea el bueno, cuánto se adelanta cada día y cuánto nos acercamos a aquéllo que nos impulsa un deseo natural. Mientras erremos de acá para allá sin seguir a otro guía que los rumores y los clamores discordantes que nos llaman hacia distintos lugares, se consumirá entre errores nuestra corta vida, aunque trabajemos día y noche para mejorar nuestro espíritu. Hay que decidir, pues, a dónde nos dirijamos y por dónde, no sin ayuda de algún hombre experto que haya explorado el camino por donde avanzamos, ya que aquí la situación no es la misma que en los demás viajes; en éstos hay algún sendero, y los habitantes a quienes se pregunta no permiten extraviarse; pero aquí el camino más frecuentado y más famoso es el que más engaña. Nada importa, pues, más que no seguir, como ovejas, el rebaño de los que nos preceden, yendo así, no a donde hay que ir, sino a donde se va. Y ciertamente nada nos envuelve en mayores males que acomodarnos al rumor, persuadidos de que lo mejor es lo admitido por el asentimiento de muchos, tener por buenos los ejemplos numerosos y no vivir racionalmente, sino por imitación. De ahí esa aglomeración tan grande de personas que se precipitan unas sobre otras. Lo que ocurre en una gran catástrofe colectiva, cuando la gente misma se aplasta, nadie cae sin arrastrar a otro y los primeros son la perdición de los que siguen, puedes verlo suceder en toda vida; nadie yerra sólo por su cuenta, sino que es causa y autor del error ajeno. Es dañoso, pues, apegarse a los que van delante; y como todos prefieren creer que juzgar, nunca se juzga acerca de la vida, siempre se cree, y nos perturba y pierde el error que pasa de mano en mano. Perecemos por el ejemplo de los demás; nos salvaremos si nos separamos de la masa. Pero ahora la gente se enfrenta con la razón, en defensa de su mal. Y sucede lo mismo que en los comicios, en los cuales los mismos que han nombrado a los pretores, se admiran de que hayan sido nombrados, cuando ha mudado el inconstante favor; aprobamos y condenamos las mismas cosas; éste es el resultado de todo juicio que se falla por el voto de la mayoría.
Librodot 2 Tú viste, Señor, cómo cierto día, siendo aún niño, fui presa repentinamente de un dolo... more Librodot 2 Tú viste, Señor, cómo cierto día, siendo aún niño, fui presa repentinamente de un dolor de estómago que me abrasaba y me puso en trance de muerte. Tú viste también, Dios mío, pues eras ya mi guarda, con qué fervor de espíritu y con qué fe solicité de la piedad de Librodot Confesiones de San Agustín San Agustín Librodot 6 6 mi madre y de la madre de todos nosotros, tu Iglesia el bautismo de tu Cristo, mi Dios y Señor. Se turbó mi madre carnal, porque me daba a luz con más amor en su casto corazón en tu fe para la vida eterna; y ya había cuidado, presurosa, de que se me iniciase y purificase con los sacramentos de la salud, confesándote, ¡oh mi Señor Jesús!, para la remisión de mis pecados, cuando he aquí que de repente comencé a mejorar. En vista de ello, se difirió, mi purificación, juzgando que sería imposible que, si vivía, no me volviese a manchar y que el reato de los delitos cometidos después del bautismo es mucho mayor y más peligroso.
donde los libros son gratis 3 ADVERTENCIA Este tratadito ha sido extractado de una obra más exten... more donde los libros son gratis 3 ADVERTENCIA Este tratadito ha sido extractado de una obra más extensa, emprendida sin haber consultado mis fuerzas y abandonada tiempo ha. De los diversos fragmentos que podían extraerse de ella, éste es el más considerable y el que me ha parecido menos indigno de ser ofrecido al público. El resto no existe ya.
"Descubrir al Demiurgo del universo es difícil", dice Platón. En efecto, el descubrimiento se obt... more "Descubrir al Demiurgo del universo es difícil", dice Platón. En efecto, el descubrimiento se obtiene de dos maneras: una procede a partir de los Primeros por la vía de la ciencia y la otra a partir de los Segundos por vía de la reminiscencia. Cabe decir que la procedente de los Primeros es difícil toda vez que el descubrimiento de las propiedades intermediarias está ligado a la más alta doctrina; en cuanto al
En este ambiente hay que situar al neoplatonismo y a Porfirio en concreto, sirviendo a la vez tan... more En este ambiente hay que situar al neoplatonismo y a Porfirio en concreto, sirviendo a la vez tanto de síntoma com o de diagnóstico.
1. Todos los seres tienen su existencia por el Uno, no sólo los seres así llamados en el primer s... more 1. Todos los seres tienen su existencia por el Uno, no sólo los seres así llamados en el primer sentido, sino los que se dicen atributos de esos seres [i] . Porque, ¿qué es lo que podría existir que no fuese uno? Si lo separamos de la unidad deja inmediatamente de existir. Ni el ejército, ni el coro, ni el rebaño tendrían realidad alguna si no fuesen ya un ejército, un coro o un rebaño. Del mismo modo, la casa y la nave carecen de existencia si no poseen unidad; porque tanto la una como la otra son una unidad y, si ésta se pierde, dejan también de ser nave y casa. Las magnitudes continuas no tendrían razón de ser si no poseyesen la unidad. Ahí tenéis un ejemplo: dividís una magnitud, y perdida ya su unidad, cambia necesariamente de ser. Igual acontece con las plantas y con los animales; cada uno de ellos es un cuerpo; pero un cuerpo que, si pierde su unidad, se descompone en múltiples partes, dejando de ser lo que antes era. Lo que surge entonces son tantos seres cuantas partes haya y cada uno de ellos presenta a su vez una unidad. Se da la salud cuando hay en el cuerpo unidad armónica, la belleza cuando la unidad mantiene unidas las partes, y la virtud en el alma cuando la unión de las partes resulta de un acuerdo. Pues bien, dado que el alma, fabricando y moldeando el cuerpo y concediéndole la forma y el orden, lleva todo a la unidad, ¿convendrá acercarse hasta ella y decir que es ella misma la que dirige este coro de la unidad o incluso que es ya el Uno? O, puesto que el alma otorga a los cuerpos unas cualidades que no posee, como la forma y la idea que son algo diferente a lo que ella es, y asimismo la unidad, que del alma proviene, ¿ha de creerse que esa unidad que el alma da es diferente de ella, y que lo que hace realmente el alma es que cada ser sea uno por la contemplación del Uno, no de otro modo que como ocurre con el hombre, donde se recoge y plasma la unidad por la contemplación del hombre ideal? De los seres de los que decimos que son un ser hacemos esta afirmación con una referencia concreta a su propia realidad. De modo que cuanto menos ser menos unidad, y cuanto más ser más unidad. Así también el alma, que es diferente del Uno, tiene más unidad en la medida en que posee más ser; pero eso no quiere indicar que ella sea el Uno. Naturalmente que el alma es una, mas la unidad es para ella como un accidente. Alma y uno debemos considerarlos, pues, como dos cosas distintas, como si fuesen cuerpo y uno. La magnitud discontinua, cual es el caso del coro, está muy lejos de la unidad; la magnitud continua, en cambio, está muy cerca. El alma, por su parte, aún tiene ahí una participación mayor. Si, puesto que el alma no puede existir sin ser una, se quisiera identificar el alma y la unidad, habría que hacer notar ante todo que lo que ocurre con el alma acontece con todos los demás seres, esto es, que no pueden existir sin la unidad y; sin embargo, la unidad es algo diferente de ellos, porque el cuerpo, por. ejemplo, no es lo mismo que la unidad, aunque participe desde luego de ella. Además, el alma, que nosotros consideramos una, es múltiple, aunque no se advierten en ella partes componentes. Es múltiple, porque se encuentran en ella diversas facultades, como la facultad de razonar, o la de desear, o la de percibir, todas enlazadas entre sí por el vínculo de la unidad. He aquí por consiguiente, que el alma da una unidad a los seres, que, a su vez, ella recibe de otro ser [ii] . 2. ¿No es acaso cierto que en cada ser particular su esencia y su unidad son una misma cosa, y que, en lo que atañe a la totalidad del ser y de la esencia, esencia del todo y unidad del todo son también idénticas? Así es que basta descubrir el ser para descubrir igualmente su unidad. Veamos: si, por ejemplo, la esencia es la Inteligencia, el Uno será también la Inteligencia, como primer ser y primera unidad que es, por la cual las demás cosas participan en el ser y, según esto, en la unidad. ¿Qué podría decirse del Uno sino que es el ser mismo? Porque es realmente idéntico al ser. Decir "hombre" y decir "un hombre" es afirmar lo mismo. Aunque también podría ocurrir que cada cosa tuviese su número y que así como de una pareja digo dos, así de una sola cosa digo que es una. Pero es claro que si el número es un ser, también naturalmente lo será la unidad y convendrá entonces averiguar lo que es. Ahora bien, si el número no es otra cosa que un acto del alma, que recorre los seres contándolos, la unidad pierde ya todo valor. Mas la razón nos decía que un objeto que pierde su unidad no es en absoluto. Habrá que ver, 'por tanto, si la unidad y el ser se identifican en lo particular y en lo universal. Porque, si el ser de un objeto no es otra cosa que una multiplicidad de partes y si, por otra parte, es imposible que la unidad sea una multiplicidad, el otro y el ser son realmente cosas diferentes. El hombre es un animal racional y, además, muchas otras cosas, enlazadas todas ellas por la unidad. Así pues, el hombre es distinto de la unidad dado que él es divisible y la unidad no lo es. El ser universal, que reúne en sí todos los seres, es, con mucha más razón, un ser múltiple y diferente de la unidad, y ello aunque participe de esta misma unidad. Porque el
PROLOGO 1-Los temas de la Enéada segunda Como es bien sabido, la estructura de la obra plotiniana... more PROLOGO 1-Los temas de la Enéada segunda Como es bien sabido, la estructura de la obra plotiniana no responde en absoluto al criterio personal del autor más preocupado de la enseñanza oral y más ansioso de su propia perfección, habría desdeñado en vida, y con imprevisión de futuro, el sentido metódico y constructivo de su misma enseñanza.
Resumen: El libro I de la Historia Natural de Plinio el Viejo ha sido considerado, tomando como b... more Resumen: El libro I de la Historia Natural de Plinio el Viejo ha sido considerado, tomando como base las palabras del propio autor en la carta dedicatoria a Tito, un recurso paratextual que facilita al lector la localización de los temas buscados en la extensa obra. Sin embargo, el análisis de los elementos que componen el libro I -tablas de materias, summae de datos y listas de autores-y de la importancia del desfi le triunfal en su construcción, revelan que éste posee autonomía con respecto al cuerpo de la obra. Es más, teniendo en cuenta el propósito propagandístico de Plinio y su pretensión de llegar a un público medio, el libro I puede funcionar en determinadas ocasiones como un posible sustituto de la obra completa y constituir un texto con entidad, modos de difusión y público propios. Todo ello indica que el autor no quería cerrarse a las distintas posibilidades de lectura que sin duda existían en Roma.
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