Papers by David García-Asenjo
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Laura Martínez de Guereñu, Carolina B. García-Estévez (eds.)Bauhaus in and out. Perspectivas desd... more Laura Martínez de Guereñu, Carolina B. García-Estévez (eds.)Bauhaus in and out. Perspectivas desde España / Perspectives from SpainMadrid: Lampreave / AhAU Asociación de historiadores de la Arquitectura y el Urbanismo, 2019, 523 págs. Encuadernación en rústica con solapas. Idioma: español (con un extracto en inglés). 30 €.ISBN: 978-84-09-14361-0
La parroquia de Santa Ana de Moratalaz está vinculada estrechamente a la figura de Miguel Fisac. ... more La parroquia de Santa Ana de Moratalaz está vinculada estrechamente a la figura de Miguel Fisac. La inmobiliaria Urbis y el Arzobispado de Madrid decidieron dedicar esta nueva parroquia a la memoria de Anaick, la hija del arquitecto y Ana María Badell, fallecida a la edad de 6 años.
Rafael Moneo se enfrenta a la arquitectura religiosa en la madurez de su carrera profesional. Tom... more Rafael Moneo se enfrenta a la arquitectura religiosa en la madurez de su carrera profesional. Toma como punto de partida el tipo, y confía en la manipulación del mismo como herramienta proyectual, y recurre a su memoria del espacio sagrado, sus recuerdos de la mejor arquitectura religiosa. Con el primer proceso dispone el edificio en el lugar y organiza su funcionamiento. En el segundo, trata de dotar de carácter al espacio, muy importante en estos casos para que los fieles se puedan identificar con el edificio. Las arquitecturas del pasado, Bizancio, las catedrales góticas, el Barroco, y referentes más recientes, como Bryggman, Scarpa, y principalmente la capilla de Ronchamp. En la arquitectura religiosa de Rafael Moneo están presentes los temas que han sido importantes a lo largo de su trayectoria. Así la atención a los condicionantes específicos del lugar en el que se asienta la obra, la integración de la historia de la arquitectura con las nuevas disciplinas y los modos de construcción, la reflexión sobre el tipo y la simbiosis que establece entre el tratamiento de la luz y la materialidad del edificio
La iglesia parroquial de la Resurrección del Señor fue la última intervención de José Antoni... more La iglesia parroquial de la Resurrección del Señor fue la última intervención de José Antonio Corrales en el polígono Elviña de A Coruña. En este templo puede reconocerse una manera de enfrentarse al proyecto propia de Corrales, alejada de toda relación con la tradición, y trazada desde el reconocimiento de la arquitectura como una disciplina que puede afrontar con sus herramientas la realización de cualquier edificio sin necesidad de recurrir a la historia.
En la iglesia de Elviña puede apreciarse una línea común que une varios proyectos de Corrales y Molezún. Un gesto radical y potente define un sistema arquitectónico. Una cubierta ligera, metálica, bajo la que se desarrolla el edificio y que unifica los espacios. La estructura portante se ordena en una trama geométrica lo suficientemente genérica y adaptable para no interferir en la distribución de los espacios interiores. La cubierta está concebida no sólo para resolver los requisitos funcionales de cubrimiento y evacuación de agua, sino que integra los elementos que permiten la iluminación y el paso de las instalaciones. El plano del suelo se acomoda a los desniveles del terreno. Unos muros de hormigón definen los espacios y acotan el edificio. Corrales solía explicar, en los textos que acompañaban al proyecto, que las decisiones adoptadas partían de la necesidad de resolver unas necesidades espaciales y económicas. Pero una atenta lectura desvela la compleja y adecuada resolución del programa, así como la profundidad litúrgica del espacio creado.
Se comparan las parroquias del Buen Pastor, en Ponferrada, de Ignacio Vicens y José Antonio Ramos... more Se comparan las parroquias del Buen Pastor, en Ponferrada, de Ignacio Vicens y José Antonio Ramos, y del Iesu, en Donostia, de San Sebastián. Se analizan dos aproximaciones a la forma de proyectar un espacio sacro, aparentemente distantes, pero que consiguen soluciones con muchos puntos en común. Se plantea una contraposición entre un espacio orientado y espacio aparentemente indeterminado. Entre hacer expreso el conocimiento de la liturgia y el conocimiento de la tradición. Una vez desentrañados esos mecanismos, se pueden encontrar los aspectos básicos del programa sacro y así mostrarnos al arquitecto ante las decisiones de proyecto.
La figura de José Luis Fernández del Amo es importante porque unido a su obra arquitectónica, va ... more La figura de José Luis Fernández del Amo es importante porque unido a su obra arquitectónica, va indisolublemente asociada su labor como impulsor de la renovación y difusión de las artes plásticas. Su legado es este compromiso con el arte y la arquitectura propios de la época en la que se vive, y que ambos sirvan a la sociedad.
Drafts by David García-Asenjo
La figura de Julio Lafuente ocupa un lugar difícil de encajar dentro de la historia de la arquit... more La figura de Julio Lafuente ocupa un lugar difícil de encajar dentro de la historia de la arquitectura española. Sólo su origen permite relacionarlo con España, ya que su formación académica se produjo en la Escuela de Bellas Artes de Paris. Posteriormente, tras un breve paso por Madrid y por consejo de Luis Feduchi, viajó a Roma, donde pretendía conocer la arquitectura moderna que se desarrollaba en Italia. El que iba a ser un lugar de paso hacia Estados Unidos se convirtió en su residencia permanente. Una vez establecido en Piazza Navona, comenzó a desarrollar su carrera profesional en Italia.
Entre sus obras destaca el Santuario de Collevalenza, en Todi, proyectado en años de renovación profunda de la liturgia católica, en la que la arquitectura tuvo un importante papel, al situarse en el centro del debate, y traducir espacialmente las nuevas propuestas. Es muy interesante el modo en el que Lafuente combina una disposición longitudinal tradicional, adecuada al uso como basílica de peregrinación, y una planta centralizada heredera de las mejores arquitecturas del barroco. Una primera lectura de la planta muestra una organización convencional, una nave alargada con capillas laterales. Una yuxtaposición de grandes cilindros de ladrillo definen el espacio principal, pero toda la atención del espacio se centra sobre el altar, principal foco de la celebración. El presbiterio se plantea como un elemento independiente insertado en el interior del templo, que crece de forma concéntrica a partir de él. Se puede entonces leer el espacio como una iglesia de planta centralizada, que altera su forma en el eje longitudinal para funcionar como un santuario que recibe grandes peregrinaciones. La nueva liturgia, anticipada en muchos casos por las propuestas arquitectónicas próximas al Movimiento Litúrgico, parecía aconsejar esta disposición.
La obra de Lafuente aparecía regularmente en las revistas españolas de la época, encuadrada dentro de la nueva arquitectura italiana. Y aquí entra en juego la figura de Rafael Moneo. En su estancia en Roma como pensionado de la Real Academia de España entró en contacto con las figuras destacadas de la época. Allí pudo conocer a Julio Lafuente y visitar su obra. Fruto de ese contacto fue la reseña que escribió sobre el Santuario de Collevalenza para la revista Arquitectura. Años después tiene una aportación importante en el número monográfico de Nueva Forma sobre su figura. Y de nuevo analiza la iglesia en Todi. Se puede apreciar cómo pone la atención en decisiones de proyecto que luego estuvieron en el origen de su propia obra, en la Catedral de Los Ángeles. La tensión entre la planta centralizada y la longitudinal, entre el tipo y la historia, así como la reducida paleta de materiales y el tratamiento de la luz. Así, al analizar la catedral, podemos ver la arquitectura de Lafuente a través de la mirada y la formación académica del navarro y el modo en que su experiencia en Roma le abre nuevas formas de afrontar el proyecto.
Se quiere destacar con esta referencia a la labor del crítico la importancia de la disciplina para descubrir la mejor arquitectura que se realiza en el momento, y cómo este trabajo puede aportar una mirada alejada de lo convencional sobre la obra de arquitectura.
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Papers by David García-Asenjo
En la iglesia de Elviña puede apreciarse una línea común que une varios proyectos de Corrales y Molezún. Un gesto radical y potente define un sistema arquitectónico. Una cubierta ligera, metálica, bajo la que se desarrolla el edificio y que unifica los espacios. La estructura portante se ordena en una trama geométrica lo suficientemente genérica y adaptable para no interferir en la distribución de los espacios interiores. La cubierta está concebida no sólo para resolver los requisitos funcionales de cubrimiento y evacuación de agua, sino que integra los elementos que permiten la iluminación y el paso de las instalaciones. El plano del suelo se acomoda a los desniveles del terreno. Unos muros de hormigón definen los espacios y acotan el edificio. Corrales solía explicar, en los textos que acompañaban al proyecto, que las decisiones adoptadas partían de la necesidad de resolver unas necesidades espaciales y económicas. Pero una atenta lectura desvela la compleja y adecuada resolución del programa, así como la profundidad litúrgica del espacio creado.
Drafts by David García-Asenjo
Entre sus obras destaca el Santuario de Collevalenza, en Todi, proyectado en años de renovación profunda de la liturgia católica, en la que la arquitectura tuvo un importante papel, al situarse en el centro del debate, y traducir espacialmente las nuevas propuestas. Es muy interesante el modo en el que Lafuente combina una disposición longitudinal tradicional, adecuada al uso como basílica de peregrinación, y una planta centralizada heredera de las mejores arquitecturas del barroco. Una primera lectura de la planta muestra una organización convencional, una nave alargada con capillas laterales. Una yuxtaposición de grandes cilindros de ladrillo definen el espacio principal, pero toda la atención del espacio se centra sobre el altar, principal foco de la celebración. El presbiterio se plantea como un elemento independiente insertado en el interior del templo, que crece de forma concéntrica a partir de él. Se puede entonces leer el espacio como una iglesia de planta centralizada, que altera su forma en el eje longitudinal para funcionar como un santuario que recibe grandes peregrinaciones. La nueva liturgia, anticipada en muchos casos por las propuestas arquitectónicas próximas al Movimiento Litúrgico, parecía aconsejar esta disposición.
La obra de Lafuente aparecía regularmente en las revistas españolas de la época, encuadrada dentro de la nueva arquitectura italiana. Y aquí entra en juego la figura de Rafael Moneo. En su estancia en Roma como pensionado de la Real Academia de España entró en contacto con las figuras destacadas de la época. Allí pudo conocer a Julio Lafuente y visitar su obra. Fruto de ese contacto fue la reseña que escribió sobre el Santuario de Collevalenza para la revista Arquitectura. Años después tiene una aportación importante en el número monográfico de Nueva Forma sobre su figura. Y de nuevo analiza la iglesia en Todi. Se puede apreciar cómo pone la atención en decisiones de proyecto que luego estuvieron en el origen de su propia obra, en la Catedral de Los Ángeles. La tensión entre la planta centralizada y la longitudinal, entre el tipo y la historia, así como la reducida paleta de materiales y el tratamiento de la luz. Así, al analizar la catedral, podemos ver la arquitectura de Lafuente a través de la mirada y la formación académica del navarro y el modo en que su experiencia en Roma le abre nuevas formas de afrontar el proyecto.
Se quiere destacar con esta referencia a la labor del crítico la importancia de la disciplina para descubrir la mejor arquitectura que se realiza en el momento, y cómo este trabajo puede aportar una mirada alejada de lo convencional sobre la obra de arquitectura.
En la iglesia de Elviña puede apreciarse una línea común que une varios proyectos de Corrales y Molezún. Un gesto radical y potente define un sistema arquitectónico. Una cubierta ligera, metálica, bajo la que se desarrolla el edificio y que unifica los espacios. La estructura portante se ordena en una trama geométrica lo suficientemente genérica y adaptable para no interferir en la distribución de los espacios interiores. La cubierta está concebida no sólo para resolver los requisitos funcionales de cubrimiento y evacuación de agua, sino que integra los elementos que permiten la iluminación y el paso de las instalaciones. El plano del suelo se acomoda a los desniveles del terreno. Unos muros de hormigón definen los espacios y acotan el edificio. Corrales solía explicar, en los textos que acompañaban al proyecto, que las decisiones adoptadas partían de la necesidad de resolver unas necesidades espaciales y económicas. Pero una atenta lectura desvela la compleja y adecuada resolución del programa, así como la profundidad litúrgica del espacio creado.
Entre sus obras destaca el Santuario de Collevalenza, en Todi, proyectado en años de renovación profunda de la liturgia católica, en la que la arquitectura tuvo un importante papel, al situarse en el centro del debate, y traducir espacialmente las nuevas propuestas. Es muy interesante el modo en el que Lafuente combina una disposición longitudinal tradicional, adecuada al uso como basílica de peregrinación, y una planta centralizada heredera de las mejores arquitecturas del barroco. Una primera lectura de la planta muestra una organización convencional, una nave alargada con capillas laterales. Una yuxtaposición de grandes cilindros de ladrillo definen el espacio principal, pero toda la atención del espacio se centra sobre el altar, principal foco de la celebración. El presbiterio se plantea como un elemento independiente insertado en el interior del templo, que crece de forma concéntrica a partir de él. Se puede entonces leer el espacio como una iglesia de planta centralizada, que altera su forma en el eje longitudinal para funcionar como un santuario que recibe grandes peregrinaciones. La nueva liturgia, anticipada en muchos casos por las propuestas arquitectónicas próximas al Movimiento Litúrgico, parecía aconsejar esta disposición.
La obra de Lafuente aparecía regularmente en las revistas españolas de la época, encuadrada dentro de la nueva arquitectura italiana. Y aquí entra en juego la figura de Rafael Moneo. En su estancia en Roma como pensionado de la Real Academia de España entró en contacto con las figuras destacadas de la época. Allí pudo conocer a Julio Lafuente y visitar su obra. Fruto de ese contacto fue la reseña que escribió sobre el Santuario de Collevalenza para la revista Arquitectura. Años después tiene una aportación importante en el número monográfico de Nueva Forma sobre su figura. Y de nuevo analiza la iglesia en Todi. Se puede apreciar cómo pone la atención en decisiones de proyecto que luego estuvieron en el origen de su propia obra, en la Catedral de Los Ángeles. La tensión entre la planta centralizada y la longitudinal, entre el tipo y la historia, así como la reducida paleta de materiales y el tratamiento de la luz. Así, al analizar la catedral, podemos ver la arquitectura de Lafuente a través de la mirada y la formación académica del navarro y el modo en que su experiencia en Roma le abre nuevas formas de afrontar el proyecto.
Se quiere destacar con esta referencia a la labor del crítico la importancia de la disciplina para descubrir la mejor arquitectura que se realiza en el momento, y cómo este trabajo puede aportar una mirada alejada de lo convencional sobre la obra de arquitectura.