Papers by Álvaro Hernández
Un libro para disfrutar y compartir, la mitología Griega contada de una forma muy particular, con... more Un libro para disfrutar y compartir, la mitología Griega contada de una forma muy particular, con un lenguaje propio de la Antioquia del siglo XIX, un tema complicado abordado de una forma simple, perfecto para llamar la atención de cualquier persona, incluso aquellos que no disfrutan de la lectura.
El presente volumen, «El sueño creador», es un aspecto de la investigación acerca de los sueños y... more El presente volumen, «El sueño creador», es un aspecto de la investigación acerca de los sueños y del tiempo emprendida, por quien esto escribe, hace ya algunos años, y que, a su vez, constituye un punto de partida e investigación acerca del tiempo en la vida humana, en suma, para una concepción del tiempo humano. De las tres partes de que consta la Introducción, la primera, «Los sueños y el tiempo», es un esquema casi esquelético del camino a seguir en tal investigación, es decir, desde la atemporalidad que en los sueños se presenta en una escala, o más bien espiral, que muestra los sueños de la psique en que la atemporalidad es completa, hasta los llamados sueños de realidad o sueños de la persona, donde aparece una imagen real que sin dejar de estar dentro de la forma sueño ofrece ciertos caracteres de la realidad; el más notable de ellos se nos aparece que sea el que lo real nos sea dado como precediéndonos y como prosiguiendo nuestra atención y presencia ante ellos. La segunda parte, «Lugar y materia en los sueños», apareció en La Nación, de Buenos Aires, y «El sueño y la verdad» lo hizo en Diálogos, de México. En cuanto a «El sueño creador», fueron dadas a conocer, en los Coloquios de Royaumont, algunas pocas páginas en una comunicación titulada «Los sueños y la creación literaria», mas como es natural esas páginas han sido notablemente desarrolladas. El capítulo sobre «La Celestina» fue publicado en la revista Papeles de Son Armadans. Sin duda que algunos otros artículos acerca de los sueños y el tiempo han sido publicados en revistas que solamente con una paciente investigación, en vista de unas obras completas, podrían ser encontrados hoy. Ahora, pues, lo que al posible lector se le ofrece es una reedición, corregida y notablemente aumentada, de «El sueño creador», primero, publicado en Universidad Veracruzana, México, e incluido posteriormente en la «Obra reunida» de Aguilar, donde aparece como apéndice «El sueño de los discípulos en el Huerto de los Olivos». Las páginas del presente volumen vienen a ser como unos trozos de mineral venido a la luz desde las oscuras galerías de una mina, que el autor querría, quizá por gusto del lugar, seguir recorriendo aún, antes de ofrecer el material ya extraído de ella y el que pueda aparecer. Se trata, pues, no de un libro inconcluso, que aún lo seguiría siendo en el caso, afortunado para el autor, de poder dedicar el tiempo necesario para que estén en estado de aparecer las investigaciones ya habidas y con vislumbres de horizontes que solamente apuntan en estas páginas. MARÍA ZAMBRANO Madrid, 24 de junio de 1985 La creación humana, en tanto que proceso, se somete al tiempo, lo traspasa sin deshacerse en él, sin pulverizarse en él, sin ser arrastrada por él. Pues el tiempo humano propiamente es el tiempo que deshace esta primitiva unidad del suceso psíquico al cual los aconteceres externos están supeditados en su aparición. Lo que nos ha acontecido en la vigilia entra en el universo del sueño, en la psique originaria, sometiéndose a su falta de tiempo, inmovilizándose. Por eso se relacionan entre sí acontecimientos ocurridos en situaciones alejadas y dispares de la vida del que sueña; por eso aparecen fragmentos de vida de la infancia o de momentos alejados del presente. Pues en realidad en la psique cerrada al tiempo nada transcurre, y lo que viene de fuera viene a formar un único suceso del que emergen fragmentos como monstruos. Esta falta de poros, de vacío en el transcurrir temporal, que hace que propiamente no exista en el sueño el tiempo es lo inverso de la forma espacial de los sueños. El vacío aparece en el sueño como lugar; todo sueño tiene lugar en el vacío. Tanto que podríamos decir: el vacío espacial es el lugar natural de los sueños. Es este vacío las imágenes flotan o se deslizan privadas de gravedad, de peso. Mientras que en el Infierno de Dante el lugar de Satanás es «donde de todas partes se conducen los pasos en la gravedad universal». Y así toda la intensidad de su percepción, toda la fuerza de estas imágenes proviene de ellas mismas, de su sola significación, de su solo sentido. En la vigilia muchas de las cosas que percibimos no serían ni siquiera percibidas si estuvieran sustraídas a la gravedad, si no nos diésemos cuenta de que pesan. Este vacío, que es lo inverso de la ausencia de poros en el tiempo de los sueños, se corresponde perfectamente con ella. Pues el vacío de su parte es falta de espacio. El hecho de que en sueños acontezcan movimientos no desmiente lo dicho. Por el contrario, aparece así la condición del movimiento que en sueños se efectúa, un movimiento por así decir «puro», sin tiempo y sin espacio: de la cosa misma, el movimiento propio de una psique primaria, que no está abierta al trato con la realidad, de la psique cerrada al espacio y al tiempo, revelándose en pura acción sin condicionamiento alguno, libre y automáticamente a la vez. Entendemos por vacío: donde no hay ni peso ni resistencia (distancia que recorrer). Espacio: donde hay una resistencia para los cuerpos y para el movimiento. Una distancia a recorrer. Entonces, ¿qué carácter tienen los movimientos efectuados en sueños? ¿O los que en sueños suceden? No el de hacerse, sino de ser-movimiento, de desplegarse en un movimiento aparente, en un movimiento-quietud, sustancial, por así decir. El movimiento es un estado, o, más bien, el ser puro del movimiento; no algo que conquiste el sujeto al moverse en un espacio-tiempo. Por esto este movimiento no puede ser modificado ni rectificado. Por eso en los sueños en que hay un obstáculo a sobrepasar, un espacio por breve que sea a franquear, nunca se logra. Y cuando se logra no ha habido para nada la sensación de haber hecho algo. Por ejemplo: en un sueño aparece un objeto cualquiera cuya posesión es preciosa, a una distancia apenas perceptible de la mano; cuando la mano se mueva para cogerlo, el sueño se desvanece. Y lo más probable es que despertemos si ha habido el deseo de apoderarse de él, es decir: la tensión que precede a un movimiento real. En sueños no se puede hacer nada; la única acción que nos es permitida es despertar, hacer lo posible para despertar. En la vigilia, pues, tenemos tiempo, y de ese tiempo disponible depende el que seamos libres, el que tengamos libertad y pensamiento, que es movimiento, no simple huella del ocurrir. De este punto debería arrancar una investigación acerca de el sueño deslizado en la vigilia y las acciones automáticamente amorales: crimen, locura, como falta de libertad y de tiempo. La única acción posible en el sueño es despertar. Mas sólo se puede si pasa algo, es decir, una interrupción que crea el vacío. Por una discontinuidad. «Que pase algo» es lo que se espera y se anhela en los estados desesperados; que pase algo, aunque sea el vuelo de un mosquito; lo que importa es el vacío, la rotura que inicia la discontinuidad que es necesaria para que seamos libres. El paso, pues, del sueño a la vigilia se da en el instante de vacío en el que comienza afluir el tiempo. La vigilia es un fluir. El sueño, algo compacto, cerrado, en el que se representa algo concebido de antemano, de intención desconocida, de autor desconocido. [«Somos sueños de una sombra». (Píndaro)]. El sueño, pues, es la manifestación de la psique en su carácter ambiguo real-irreal.
El psicoanálisis nos enseña que la personalidad humana tiene una estructura dinámica. Por una par... more El psicoanálisis nos enseña que la personalidad humana tiene una estructura dinámica. Por una parte está el ELLO, dominio de las pulsiones vitales, en gran parte inconscientes, pero dotadas de una gran fuerza dinámica. El YO, instancia de adaptación, en gran parte consciente, dotado de mecanismos de defensa que encauzan las pulsiones demasiado tumultuosos. El YO se refuerza con un SUPERYO, que representa la influencia de las acciones educativas de los padres sobre el YO, es decir, de los ideales y prohibiciones que éstos dictan. Este esquema de Freud, divide la personalidad en tres instancias: ELLO, YO y SUPERYO.
Conocí a Caroline hace casi veinte años, y desde entonces, hemos trabajado juntos. Me impresionó ... more Conocí a Caroline hace casi veinte años, y desde entonces, hemos trabajado juntos. Me impresionó mucho su creencia en que todos tenemos un Contrato Sagrado que aprender para utilizar nuestro poder de forma inteligente, responsable y con cariño. Cuando Caroline empezó a elaborar el concepto de «Contrato Sagrado» en nuestros talleres y con el objetivo de escribir este libro, veía la energía en forma de arquetipos. Cada vez tenía más claro que los arquetipos son las fuerzas que nos enseñan a utilizar nuestro poder. En el mundo moderno, el descubrimiento de los arquetipos suele atribuirse a Cari Jung, aunque el primero en exponer esta idea fue Platón .Jung fue el primero en desarrollar el concepto del inconsciente colectivo: la suma omnipresente de todas las experiencias que la especie humana ha acumulado a lo largo de su historia. Estas vivencias aparecen en todas las épocas y latitudes del planeta, aunque también se manifiestan en los sueños, fantasías, visiones e ideas del individuo."' Además de presentar estos conceptos básicos, Jung describió un número muy limitado de arquetipos. Los únicos que elaboró de forma detallada frieron: la Sombra; el Anciano Sabio; el Niño y el Héroe infantil; la Madre (la Madre Primordial y la Madre Tierra); el Alma doncella (arquetipo femenino), y el Espíritu (arquetipo masculino). Cada uno de ellos, según Jung, tiene una multitud de va-riaciones^ evolucionan constantemente. Son cambiantes y no se pueden clasificar con rigidez. En opinión del estudioso, los arquetipos son los cimientos de nuestra personalidad, impulsos, sentimientos, creencias, motivación y acciones. Jung subrayó que su teoría era una mera «introducción» a la comprensión de los arquetipos y que otros teóricos tomarían el testigo de su trabajo. En realidad, un gran número de escritores, psicólogos y filósofos han reali-* Clarissa Pinkola Estés: Mujeres que corren con lobos.
Impresión: CEVAGRAF, SCCL Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de... more Impresión: CEVAGRAF, SCCL Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y sgts. Código Penal)
José Henrique Rocha Dias Correia
¿Por qué algunas mujeres valoran, ante todo, el matrimonio y la familia, mientras que otras atrib... more ¿Por qué algunas mujeres valoran, ante todo, el matrimonio y la familia, mientras que otras atribuyen más importancia a la independencia y a la propia realización? ¿Por qué una mujer se comporta, según sea el entorno, como extravertida o introvertida? Éstas y otras muchas preguntas reciben una insólita y fascinante respuesta en el presente libro. Sucede que cuanto más compleja es una mujer más probable es que tenga dentro de sí muchas diosas activas, la tarea consiste en decidir cual de ellas cultivar y cual superar. Explica que cuando una mujer comprende sus propios patrones internos puede llegar a superar toda una serie de dicotomías restrictivas, tales como: masculino/femenino, madre/amante, profesional/ama de casa, etc… Estos patrones internos toman forma de siete diosas arquetípicas que son otros tantos tipos de personalidad. Se trata de que cada mujer identifique a sus diosas dominantes (que van desde la autónoma Artemisa y la fría Atenea hasta la nutritiva Démeter y la creativa Afrodita, pasando por Hera, diosa del matrimonio, o Perséfone, reina del mundo subterráneo, o Hestia, prototipo de la mujer paciente).
Símbolo y signo: tomado de "the dynamics of symbols" de verena kast Símbolo viene de la palabra g... more Símbolo y signo: tomado de "the dynamics of symbols" de verena kast Símbolo viene de la palabra griega "symbolon" que expresa "en señal de……..", en señal de reconocimiento….. En la antigua Grecia representaba a una especie de moneda o medalla de identificación: cuando dos amigos se separaban partían por la mitad un aro, una moneda o una tableta de arcilla y, cada uno de ellos se quedaba con una mitad. Cuando el amigo o algún familiar regresaban, debía presentar su mitad y si las dos mitades encajaban perfectamente, el portador era inmediatamente reconocido como amigo. La palabra griega symballium o símbolo expresa el "comparar, semejar, en lazar, unir" La etimología nos permite conocer que un símbolo es algo que se une, añade, agrega a otra cosa y que es solo después de que las partes se unen es que se da el símbolo y este símbolo eventualmente se transforma en el símbolo de otra cosa. En el caso de los amigos, la medalla es el símbolo o representación de una realidad espiritual "la amistad" y más allá de la amistad personal, representa el derecho de los familiares a recibir hospitalidad. Un símbolo entonces es la señal de; la realidad visible de una realidad invisible. El símbolo tiene dos dimensiones: "lo externo puede revelar lo interno" "lo visible lo invisible" "lo físico lo
Cuando un bebé nace, sabe en lo más profundo de su ser que la razón por la que se ha encarnado es... more Cuando un bebé nace, sabe en lo más profundo de su ser que la razón por la que se ha encarnado es la de ser él mismo al vivir diversas experiencias. Todos tenemos la misma misión al llegar a este planeta: «vivir las experiencias una y otra vez hasta que podamos aceptarlas y amarnos a través de ellas». Al nacer nos concentr amos principalmente en las necesidades de nuestra alma, la cual desea que nos aceptemos junto con nuestras experiencias, defectos, potenciales, debilidades, deseos, personalidad... Todos tenemos esas necesidades. Sin embargo, poco después de nacer, nos damos cuenta de que cuando nos atrevemos a ser nosotros mismos, alteramos el mundo de los adultos o el de los que están cerca de nosotros. Y de ello deducimos que no es bueno ni correcto ser naturales. Este doloroso descubrimiento provoca, sobre todo en el niño, crisis de ira, las cuales llegan a ser tan frecuentes que nos vemos obligados a creer que son normales. El niño que actúa naturalmente, que es equilibrado y que tiene el derecho a ser él mismo no pasa por este tipo de crisis. Por desgracia, este tipo de niño «natural» casi no existe. He observado más bien que la mayoría de los niños pasan por las siguientes cuatro etapas: después de conocer la alegría de ser él mismo en la primera etapa de su existencia, conoce el dolor de no tener el derecho de ser él mismo, que es la segunda etapa. Llega enseguida el período de crisis, de rebeldía, que es la tercera etapa. Con objeto de reducir el dolor, el niño se resigna y termina por crearse una nueva personalidad para transformarse en lo que los demás quieren que sea. Algunas personas permanecen estancadas en la tercera etapa durante toda su vida, es decir, reaccionan continuamente, están enojados o en permanente situación de crisis. En la tercera y cuarta etapa es cuando creamos numerosas máscaras (nuevas personalidades) que sirven para protegernos del sufrimiento. Estas nuevas personalidades o «defensas» son cinco, y corresponden también a cinco grandes heridas fundamentales que vive el ser humano. En mis numerosos años de observación, he podido comprobar que todos los sufrimientos del ser humano pueden resumirse en cinco heridas. En este libro las presento por orden cronológico: en el orden en que cada una de ellas aparece en el transcurso de la vida: RECHAZO ABANDONO HUMILLACIÓN TRAICIÓN INJUSTICIA.
Los complejos y la memoria episódica ,, El mw1do tiene que dis f rnuir de alguien como yo,.
Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer. PABLO PICASSO. La ... more Todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer. PABLO PICASSO. La creatividad nace de la generosidad y florece cuando existe un sentido de la seguridad y de la aceptación. Para que nuestros hijos se desarrollen, debemos cultivar un ambiente seguro. Al hacerlo, debemos estar dispuestos a seguir los pasos necesarios hacia nuestra propia salud creativa y espiritual. Al cuidarnos a nosotros mismos, nos damos la energía y la claridad para poder cuidar a nuestros hijos. Igual que en los aviones recibimos el consejo de ponernos primero nuestras máscaras de oxígeno antes de ayudar a aquellos junto a nosotros, debemos ayudarnos a nosotros mismos para luego dar el ejemplo a nuestros hijos. Porque una casa feliz y creativa se construye a partir de padres felices y creativos, ésa es la razón fundamental por la que debemos comenzar a centrarnos en encontrar acercamientos creativos para las realidades habituales y desafiantes de lo que significa ser padres. Con unas pocas herramientas podremos entregarnos a nuestro día con un ánimo ligero y un corazón abierto, al establecer un sentido de seguridad espiritual alegre y contagioso en nuestro hogar. imaginación para escribir, ella se internaba en su imaginación para jugar. Cuando terminaba mi inmersión rápida en la página, ella, entonces, reclamaba mi atención. "¿Cuál caballo es tu favorito?", le preguntaba. A ella le gustaba el palomino dorado. "También es mi favorito", solía decirle. Y ambas poníamos la pequeña estatua en una caja de zapatos que servía como establo. "¿Cómo encuentras tiempo para escribir?", me preguntaban a veces mis amigos. Les hablé de los caballos de juguete de Domenica y del límite que había puesto: "Mamá está escribiendo." "¿Pero Domenica no lo resiente?", me preguntó otra madre que no ponía límites y que siempre estaba "de servicio" para su hijo. Al paso del tiempo, noté que su niño se volvía demandante de la atención constante de su madre. Recuerdo un encuentro de juegos donde puse a los dos niños a jugar. Muy pronto el pequeño visitante quería tener mi atención. Entonces fue cuando escuché a Domenica decir "Mamá está escribiendo". No, Domenica no se resentía porque yo tuviera que escribir. De hecho, pronto ella misma comenzó también a hacerlo. Al cabo de los años, los caballos de juguete le cedieron el paso a los diarios personales. En ellos, la pequeña componía poesía, cuentos, algunas obras de teatro breves, justamente las cosas que yo solía escribir mientras ella jugaba con su palomino dorado junto a mis pies.
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