sábado, 20 de marzo de 2010

¡Ay, mi amor!

-Líbrate de sucumbir a ese amor,
que dicen que no te conviene-

Si tú les escucharas, oirías los argumentos
que oyen todas las esquinas...

Señor, Señor! Como si el corazón se abriera a la razón,
al cálculo, a la suma.
¡Yo quiero a mi niña morena!
y soy sordo cuando sus ojos me miran como me miran,
y soy ciego cuando sus labios pronuncian mi nombre,
y subo al cielo cuando su piel acaricia mi piel.

Y dicen... lo que digan,
sonrían... como sonrían;
¡yo quiero a mi niña morena!

¿Podría vivir, mi amor, sin tu amor?
¿Podrían mis ojos ver, sin a ti, mi amor, verte?
¿Podría mi piel gozar,
sin mi piel gozar de tu piel?

¡Ay, mi amor, es mi alma esclava de tu alma!
Y lo que digan...y como sonrían...
no es nada... será, quizá, producto de la envidia.

(Del poemario "Me traía una sonrisa")

6 comentarios:

  1. Jorge:
    La estrofa "Podría vivir..." es preciosa.
    Abrazos.

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  2. Muchas grcias, Jesús.
    Más abrazos para tí

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  3. mi querido amigo, después de un tiempo sin entrar en mi blog ni en los vuestros, te saludo, veo que estás en forma. Me encantó volver a disfrutar de tus letras

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  4. Hola, Santiago! cuánto tiempo, es cierto. Supongo que estaréis bien.
    Un fuerte abrazo

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  5. Jorge, que bellas letras. Digan lo que digan y como sonrian, tu quieres a la niña morena, que lindo leerte. Besos, cuidate amigo.

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