Pep Bruno dice cosas como tan estupendas como esta:
"Insisto, las imágenes descargan al cuento de dramatismo, le dan
ligereza, aire, y una cierta alegría, que no es poca cosa tocando el
tema que toca.
Y por otro lado insistir en que el cuento es muy amable, divertido (¡caray!, divertido y hablando de la pérdida) y con muchas posibilidades, relecturas y niveles de interpretación. Un texto aparentemente sencillo pero lleno de complejidades y muy rico. Un tipo de texto poco habitual en el panorama de la LIJ actual y que sólo son capaces de escribir escritores con gran dominio del oficio.
En suma, el álbum me ha gustado mucho mucho, de verdad mucho, y os lo recomiendo encarecidamente."
Y por otro lado insistir en que el cuento es muy amable, divertido (¡caray!, divertido y hablando de la pérdida) y con muchas posibilidades, relecturas y niveles de interpretación. Un texto aparentemente sencillo pero lleno de complejidades y muy rico. Un tipo de texto poco habitual en el panorama de la LIJ actual y que sólo son capaces de escribir escritores con gran dominio del oficio.
En suma, el álbum me ha gustado mucho mucho, de verdad mucho, y os lo recomiendo encarecidamente."
Además de contarnos como su lectura creo un rico diálogo con sus hijos, sobre la pérdida y los abuelos:
Anoche se lo leía a mis hijos y nos dio pie para conversar y volver a
leer y comentar el cuento. Resultó muy jugosa la lectura posterior. En
este sentido ayudó a mi hijo más pequeño la idea de que la abuela (y el
abuelo) son, en realidad, la personificación del recuerdo de la abuela
(y del abuelo), al mismo tiempo que su marcha (la marcha hacia la luz,
al atardecer) era una metáfora bien clara de la partida, de la muerte.
Si queréis leer entera la estupenda reseña:
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