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Banderita socialista, patriotismo barato
Ahí estaba con su bandera de fondo. Una bandera kilométrica. Pedro Sánchez necesita que le consideren un hombre moderado, no vaya a ser que el bolivarismo, el extremismo de izquierda, el comunismo batasuno le haya atraído demasiado y los electores le tomen por un antisistema. Él necesita más que nunca pagar el precio de sus pactos, por eso ha sacado a pasear la bandera. Por cierto, seguro que ha sido un consejo de su amigo José María Aznar, ya saben aquel que batió el récord Guinness, con la bandera de la Plaza de Colón, casi trescientos metros cuadrados de tela, del pacifista español del trío de las Azores.
Debería recordar el bueno de Sánchez que hasta las banderas más grandes se caen. Pero él no está para pensar, sino para mostrar su españolidad. Y ahí le tienen ustedes, a punto de asistir al club más poderoso del mundo, el pasado 13, el club Bilderberg –al final no fue por cuestiones de agenda, pero se excusó y apoyó al club--, el que dicen que manda por encima de gobiernos, el que más cuida a los poderosos a costa de los débiles. Todo menos enfrentarse con este club indeseado.
Y podemos hablar del apoyo socialista al TTIP, ese tratado que apoyan junto a populares a pesar de que se está elaborando en absoluto secreto y cuenta con un tribunal que antepone los deseos de las multinacionales a las decisiones de los gobiernos. ¡Otra más de este nuevo socialismo!
Y lo que faltaba, ahora resulta que los socialistas han manifestado que van a apoyar a De Guindos como candidato a presidir el Eurogrupo. ¡El colmo! La flexibilidad ideológica del PSOE siempre me ha sorprendido y me sigue sorprendiendo. Bastaría con recordar las decisiones que tanto han dañado a nuestro país del ministro de Economía como para que no se apoyara a este individuo. Además, es cuestión de seguir, simplemente, todas las críticas que el mismo PSOE ha hecho a las políticas de De Guindos, para llegar a no entender esta ayuda socialista.
No cabe duda de que Pedro Sánchez y el PSOE se están empezando a creer que ellos son los reyes del mambo, porque a pesar de haber tenido los peores resultados electorales de su historia, pensaban que la cosa iba a ser peor. Y mientras que parecía que iba a desaparecer el bipartidismo, hoy aunque ha bajado, todavía sigue estando por encima del 50% (52,1%) cuando estaba en un 65%, pero se esperaba que bajara más. Y qué duda cabe que a ellos les interesa en grado sumo el bipartidismo, y el mantenimiento o, mejor, el aumento del mismo es un objetivo deseable.
Menos banderitas, menos ayuda al individuo que ha pintado de negro nuestra vida, menos apoyo a las multinacionales y más ayuda, no sólo en el programa, a los que sufren la crisis, a los que están desclasados gracias a aquel cambio constitucional –el límite del 3% del déficit--, por el que se premiaba a los bancos y se condenada a los ciudadanos.
Y claro, para eso hay que parecerse al PP. Aparentar el patriotismo, ese patriotismo de pacotilla que se resume en mostrar la bandera española, cuanto más grande mejor, apoyar a los de siempre, mantener el status quo, olvidarse del cambio y ofrecer más de lo mismo. Eso sí, con cuidado y pareciendo que se cambia, aunque se defiendan los mismos valores. Y si no, ¿cómo se puede entender el apoyo a De Guindos, el apoyo al TTIP o la presencia de la banderita de fondo? Sólo de una forma. Está concertado con el PP, coincidencia en sus políticas. Y es que entienden que el bipartidismo todavía tiene vida y lo van a defender a capa y bandera. Todo lo demás, es poco importante. El poder es el poder, y del poder al cielo.
Todo esto sin olvidar que Sánchez es el socio de Pablo Iglesias en muchas ciudades y comunidades. ¿Hay quién entiende esta política incoherente del PSOE? Y en Podemos qué dicen…
Salud y República
30 noviembre 2013
¿Qué es ofender a España?
Pues sí, la próxima ley mordaza que saldrá adelante con pocos cambios y cuya tramitación se acelera para que la gente quede amordazada lo antes posible, entre otras lindezas, además de castigarte si haces un escrache –aunque los jueces ya hayan afirmado que no es un delito—, o cuando se insulte a un policía –francamente, ¿qué pasará si es tu palabra contra la del policía? ¿quién demostrará que el insulto se ha producido? ¿el mismo policía?, o también se considera una falta con multa de hasta 30.000 euros la ofensa a España.
Así es, ofender a España te puede costar lo que no tienes. Y yo, de forma ingenua naturalmente, me pregunto: ¿Qué es ofender a España? ¿cagarse en España –es un ejemplo, no me vayan a multar— es ofender a España? ¿Quemar una bandera de España es ofenderla? ¿Gritar contra las instituciones, por ejemplo la monarquía es insultar a España? Etc. etc.
Esta ley mordaza, llamada oficialmente ley de seguridad ciudadana, ha sido elaborada por un ministro que es miembro supernumerario del Opus Dei, capaz de defender las concertinas de Melilla sin el menor rigor y sin vergüenza, de atacar al matrimonio homosexual o de comparar el aborto con ETA. Y es que está claro que se trata de atemorizar al personal, de hacerles daño, de amenazarles, de amordazarles y de hacérselo pagar caro, muy caro, a pesar de que nos quieran hacer creer, de forma irrisoria, que se trata de aumentar libertades. Ver para creer.
Miren ustedes, lo importante es saber qué se considera una ofensa para España. Y, francamente, a mí hay cuestiones que de verdad me parecen mucho más ofensivas que las que citaba en el párrafo anterior. Hoy, que ya no es un delito blasfemar –en tiempos de Franco te podían multar o meter en la cárcel por cagarte en dios—, resulta que quieren imponerte una multa exorbitada por emitir improperios parecidos con la ‘patria’, algo que suena tan rancio como pasear bajo palio.
Y es que a mi me parece que sí, que deben ser delitos ciertas ofensas a España, aunque no coincidan con las que trata de penalizar el PP. Por ejemplo, ofender a España es:
- Cargarse el Estado del Bienestar
- Cebarse con lo débiles en favor de los poderosos, cuando hay una crisis
- Hacer leyes que esclavizan a los trabajadores
- Amnistiar a los poderosos que han defraudado a Hacienda
- Denostar y olvidarse de los dependientes
- Salvar a los bancos con el dinero de los contribuyentes honrados
- Permitir desahucios, dejando en la calle a familias necesitadas
- Tener cuentas en Suiza o en otros paraísos fiscales, para no pagar impuestos aquí.
- Incumplir a sabiendas el programa electoral para ganar las elecciones
- Mentir asiduamente para conseguir que los ciudadanos no sepan la verdad.
- Decir “que se jodan” o aplaudir cuando se gobierna contra los gobernados
- Tener contabilidades B para no pagar el IVA y no cotizar a Hacienda
- Blanquear dinero con ingeniería financiera sofisticada
Podría seguir, pero creo que son suficientes ejemplos. Y todos son ejemplos que se dan y que no se persiguen, o al menos que no se castigan como se debería.
Al gobierno pepero: Déjense de considerar ofensas a “su patria” cuestiones menores como insultar a las instituciones, quemar banderas o llevar pancartas contra ella, y sean ustedes serios. No conviertan a España en un estado policial. La libertad de expresión es mucho más amplia de lo que ustedes piensan. Elaboren leyes contra lo importante, persigan los excesos de los que nos han traído a esta crisis y que siguen actuando o delinquiendo, sin que sea delito o, si lo es, se les hacen la vista gorda.
Claro que entonces tendrían que empezar por detener y multar a muchos de ustedes, lo cual seguro que no les parecerá oportuno.
Salud y República
23 julio 2008
Los nuevos usos de las banderas

A esta pobre chica mexicana, llamada Paulina Rubio, hace unos meses le echaron una multa millonaria por esto.
Que digo yo que no será para tanto. Encima de que hace publicidad de su país y nos priva de sus encantos.
Y por qué no sentarse en una bandera nacional para que nos abrigue las partes pudendas y nos sirva de colchón bello y sedoso. Pues a esta muchacha, una modelo peruana, Leysi Suárez, la quieren penalizar en su país, por injurias a la bandera.
Hay cada remilgado por ahí. Lo único que hacen estas jóvenes es aprovechar ese fuego patrio que se desprende de la bandera, a su manera.
Porque también en otros sitios se usa y nadie dice nada. Yo he visto a muchas yankis con unos pantalones y blusa con las barras y estrella y nadie se extraña. Por no citar a los y las venezolanas que utilizan su bandera como decorado de su ropa interior. Las panteletas y paracaídas (así llaman a las
bragas y los sostenes) de las féminas y los interiores (calzoncillos) de los hombres se ven a menudo adornados con el estandarte nacional.
Y aquí arriba, una prueba más de que se han encontrado otros usos prácticos para las banderas (No se lo digan a Bono, que me empapela).
Yo ya he dicho a mi tía Genara que me haga una bandera de punto para el invierno y otra de lino para el verano, que son más fresquitas. Me voy a poner a la moda, porque no sé qué pueden tener esa Paulina o esa Leysi que uno no posea. Ahora sólo me falta que alguno de ustedes me regale el caballo, que yo pongo la silla. Me voy a la ducha ¡qué bochorno!
Les dejo con mi última foto probándome una bandera argentina. Era el día de la Eurocopa y se habían acabado las españolas.
Salud y República