Hall, Kirsten y Dasha Tolstikova. Mi amigo Libro. Barcelona: Blackie Books, 2016.
Supongo que los lugares comunes se reconocen en la adultez,
¿no? Mientras tanto, la idea de un libro como buen amigo da lugar a lindas
asociaciones. Este señor Libro en apariencias tiene todo lo que un libro puede
soñar: es fuerte y resistente y cuenta una historia ingeniosa y divertida
(parece ser que eso es lo que buscamos en nuestros libros). Él, como todo libro
solitario, busca ser descubierto y cuidado por un niño. Entre la bibliodiversidad,
una niña lo elige y se lo lleva a su casa. Pronto se convierte en el favorito
indiscutido.
Se disputará la atención de su dueña con aquel llamado "mejor amigo del hombre", sí, un perro. Que como todo cachorro es salvaje,
divertido y baboso. Natillas. Libro, como buen conocedor que es, comprenderá
las razones de ese vínculo tan poderoso. Pero eso no limitará su entusiasmo por
llamar la atención de la pequeña lectora. El problema surgirá cuando Libro, en
un bello y pacífico día de campo, sea embarrado por perro. ¿Será abandonado y
confinado a días parado de lomo en alguna biblioteca perdida? ¿O su dueña hará
lo imposible por recuperarlo?
Leí en algún lado que surge de la pregunta de un niño, ¿para
qué sirve la sobrecubierta? Y este el ensayo de respuesta (tardía y tierna). En
inglés, el juego de palabras con The
jacket es perfecto: la denominación tanto de la sobrecubierta como de la
prenda de ropa. A nosotros nos bastará con “camisa”.
La narración es simple y las ilustraciones también. En la
edición han cuidado respetar todos los elementos, por lo que la sobrecubierta
está impresa al dorso también (con una advertencia de propiedad privada) y la
faja es donde Libro lleva su nombre. Los ojos del amigo Libro nos ven en cada
momento. La propuesta final es el paso a paso de instrucciones para hacer tu
propia camisa para un libro muy especial.
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