Quiero dar gracias a mi Padre celestial por darme la salud, fortaleza, y todo lo necesario para c... more Quiero dar gracias a mi Padre celestial por darme la salud, fortaleza, y todo lo necesario para completar Cristianismo en crisis. El me ha bendecido con una junta directiva y un personal maravillosos cuyas oraciones fueron absolutamente necesarias para la realización de este proyecto. Estoy especialmente agradecido por la perspicacia y la ayuda de Bob Lyle y el equipo de investigaciones del Christian Research Institute. Unas gracias especiales a Elliot Miller, Ron Rhodes, Ken Samples, Paul Carden, Brad Sparks, y B.J. Oropeza por revisar críticamente el manuscrito del libro antes de su publicación. Además, mi gratitud no tiene límites por la dedicación incansable de mi asistente personal, Erwin de Castro. Durante los tiempos difíciles él siempre ha estado a mi lado. El no sólo es un amigo en quién se puede confiar sino un intelecto verdaderamente extraordinario. Otros que merecen ser mencionados incluyen: Norman Geisler, por revisar el manuscrito teológicamente antes de ser publicado. Berit Kjos, por su perspicacia, contribuciones, y especialmente por sus oraciones. Rolly DeVore, por escuchar las enseñanzas del movimiento de la Fe con diligencia (él ha llegado a ser un experto en este campo). Kathie Delph, por escribir al dictado cuando mis dedos estaban muy entumecidos para escribir a máquina. Ed Decker, por su aliento constante y respaldo fiel en oración. Bob Hawkins Sr. y el equipo de Harvest House Publishers, por su respaldo y compromiso valiente para publicar la edición en inglés. Así mismo se hace extensivo al equipo que ha trabajado arduamente en la preparación de la edición en español. Steve Halliday, no sólo por prestar sus habilidades editoriales para este proyecto sino por haberse quedado despierto una noche entera para cumplir una fecha tope urgente. Gretchen Passantino, por su contribución editorial. Y al final, aunque no menos importante, mi esposa Kathy y mis seis hijos-Michelle, Katie, David, John Mark, Hank Jr. y Christy-quienes demostraron paciencia increíble hasta el fin. David, en particular, me dejaba saber que la hora de terminar había llegado por preguntarme sin cesar: "¿Cuántas páginas quedan, papá?
Quiero dar gracias a mi Padre celestial por darme la salud, fortaleza, y todo lo necesario para c... more Quiero dar gracias a mi Padre celestial por darme la salud, fortaleza, y todo lo necesario para completar Cristianismo en crisis. El me ha bendecido con una junta directiva y un personal maravillosos cuyas oraciones fueron absolutamente necesarias para la realización de este proyecto. Estoy especialmente agradecido por la perspicacia y la ayuda de Bob Lyle y el equipo de investigaciones del Christian Research Institute. Unas gracias especiales a Elliot Miller, Ron Rhodes, Ken Samples, Paul Carden, Brad Sparks, y B.J. Oropeza por revisar críticamente el manuscrito del libro antes de su publicación. Además, mi gratitud no tiene límites por la dedicación incansable de mi asistente personal, Erwin de Castro. Durante los tiempos difíciles él siempre ha estado a mi lado. El no sólo es un amigo en quién se puede confiar sino un intelecto verdaderamente extraordinario. Otros que merecen ser mencionados incluyen: Norman Geisler, por revisar el manuscrito teológicamente antes de ser publicado. Berit Kjos, por su perspicacia, contribuciones, y especialmente por sus oraciones. Rolly DeVore, por escuchar las enseñanzas del movimiento de la Fe con diligencia (él ha llegado a ser un experto en este campo). Kathie Delph, por escribir al dictado cuando mis dedos estaban muy entumecidos para escribir a máquina. Ed Decker, por su aliento constante y respaldo fiel en oración. Bob Hawkins Sr. y el equipo de Harvest House Publishers, por su respaldo y compromiso valiente para publicar la edición en inglés. Así mismo se hace extensivo al equipo que ha trabajado arduamente en la preparación de la edición en español. Steve Halliday, no sólo por prestar sus habilidades editoriales para este proyecto sino por haberse quedado despierto una noche entera para cumplir una fecha tope urgente. Gretchen Passantino, por su contribución editorial. Y al final, aunque no menos importante, mi esposa Kathy y mis seis hijos-Michelle, Katie, David, John Mark, Hank Jr. y Christy-quienes demostraron paciencia increíble hasta el fin. David, en particular, me dejaba saber que la hora de terminar había llegado por preguntarme sin cesar: "¿Cuántas páginas quedan, papá?
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