Poesia Surrealista en Español. Antología
Poesia Surrealista en Español. Antología
Poesia Surrealista en Español. Antología
ÉDITIONS DE LA SIRÈNE
15, rue Grenelle
PARIS
2002
IL A ÉTE TIRÉ DE CET OUVRAGE:
Exemplaire numéro 38
NOTE À L’ÉDITION
3
4
PRELIMINAR
1 Los poetas españoles suscribirían sin dudas las declaraciones colectivas de 1936
y 1939 del surrealismo francés: “Rechazamos todos los nacionalismos en arte
y literatura y establecemos una identidad internacional para los problemas de
toda índole, dentro de los cuales todo artista por necesidad ha de moverse”. Y
en 1939: “Esperábamos no volver a recordar que el arte, la ciencia, el sueño,
el amor, la salud, la enfermedad y la muerte no conocen fronteras políticas ni
barreras étnicas”.
2 Pessoa: Livro do desassossego.
3 Vallejo titula “Estado de la literatura española” un breve ensayo publicado en la
revista Favorables París Poema (París, nº 1, julio 1926), donde no solamente se
mencionan a Unamuno y a Ortega, sino a Vasconcelos, Chocano y Lugones.
5
cas”. Los poetas surrealistas pertenecieron a una especie de sociedad secreta
aunque algunos de ellos sólo durante el tiempo en que participaron en los
ritos y palabras de la tribu. Otros, por carácter o por lejanía, participaron
sólo con su palabra. Tal vez de aquí surge la división de poetas surrealistas
y poetas surrealizantes faceta que algunos críticos creen distinguir entre los
poetas que forman parte del grupo y participan en los actos comunitarios
(surrealistas) de los que, lejos del tumulto, ejecutan en solitario el ritual
(surrealizantes)
Para los lectores de los fulgurantes textos que componen la Antología,
espero dejar claro en las páginas de la introducción que ciertas ideas reci-
bidas no son vinculantes, o no vinculan totalmente, el surrealismo de un
poeta. La biografía del surrealismo y su evolución debe conocerse por sus
textos. Conviene recordar que es allí, en sus textos, donde se produce el
asedio, acoso y derribo de la literatura establecida, de sus pontífices máxi-
mos y mínimos y que sin duda la formación de su carácter (la palabra
idiosincrasia es ajena a lo que es algo más que una cultura) es consecuencia
de esta conquista irrenunciable que durante casi cincuenta años un grupo
de escritores de la misma familia aunque con distinta derrota fueron apor-
tando a un acervo común.
Esta Poesía surrealista en español pretende ser heredera de las publicadas por
los críticos franceses: Georges Hugnet (1934), Maurice Nadeau (1948),
Benjamín Péret (1959), Jean Louis Bedouin (1964) y también la del ar-
gentino Aldo Pellegrini editada en español (1961). Desde 1985 año en el
que publiqué la primera edición de este libro4 numerosos investigadores
han aportado nuevos datos, nuevos puntos de vista y mejores lecturas a este
siempre cuestionado surrealismo español. Mis propias lecturas han modi-
ficado algunas apreciaciones sobre el impacto del surrealismo en la poesía
escrita en español por lo que esta nueva edición es, en rigor, un nuevo libro,
dada la importancia de los cambios en la selección de los poemas y la incor-
4 Ediciones Júcar, Madrid, con el título Antología de la poesía surrealista (en lengua
española).
6
poración de poetas que no se incluyeron en la edición anterior. Afirmaba
entonces que el criterio seguido en la selección de los poemas era, ade-
más de su valor literario, la utilización de la escritura surrealista del mismo
modo que lo hicieron los poetas franceses. Afirmarlo de nuevo es obvio.
7
RAZONADO DESORDEN
El surrealismo fue sin duda la gran aventura intelectual del siglo XX. Lo
que empezó siendo un grupo literario que acabó para siempre con los ges-
tos y actitudes de la vanguardia rezagada, contaminó pronto e hizo suyas
pintura, escultura, cine. Sólo la música parece haber estado fuera de su
influencia. Intervino en política con la contundencia de una izquierda sin
ataduras, ajena al escalafón y al consenso, uniendo a Marx y a Rimbaud en
una frase que ha hecho fortuna: “Transformar el mundo, cambiar la vida,
rehacer de arriba a abajo el pensamiento humano”. Aunque hasta 1924 no
se publica el primer Manifiesto del Surrealismo, acta fundacional del grupo5,
es en 19206 con la publicación de Les champs magnétiques (Los campos mag-
néticos) de Breton y Soupault cuando se inicia la aventura surrealista.
Un texto de André Breton de 1922 parece anunciar ya la ruptura con
el grupo Dadá:
9
A despecho de ellos mismos que siempre se consideraron al margen
del orden instituido fue la literatura su campo de acción y en muchas oca-
siones su campo de batalla. André Breton, Paul Éluard, Benjamín Péret,
René Crevel, Antonin Artaud, Louis Aragon y el reencontrado Tristan
Tzara, en compañía de numerosos escritores surrealistas forman parte de
la literatura francesa del siglo XX. Saber lo que se quiere era una forma de
ser del surrealismo y nunca se encontraron a gusto en el escalafón de los
manuales: “Desaparecer es triunfar” (Éluard, 1921), “Cuando no se tiene
genio el consuelo es tener éxito” (Leiris, 1929), “Es precisa la perseverancia
para llegar al fracaso” (Chavée, 1958).
Aunque en materia de revuelta los surrealistas afirmaron no necesitar
antepasados, fueron, sin embargo, muy cuidadosos al señalar su genealo-
gía literaria. Desde Valery, después rechazado, que sugirió el título de la
revista Littérature, título por antífrasis y un claro precedente de posteriores
publicaciones surrealistas7, hasta Apollinaire del que tomaron el nombre
del movimiento8, pasando por Pierre Janet primero en utilizar la expresión
“escritura automática”, según Philippe Soupault.
Señalaron con detalle la distancia que les separaba de otros escritores,
considerándose herederos de Baudelaire, Sade, Rimbaud, Lautréamont,
Marx y Freud, entre otros, aunque muchos de los nombres deben enten-
derse como “gente de paso”. Gente de paso a quienes una actitud vital,
un párrafo o un poema aislado de su conjunto servirían de ejemplo en
7 Las revistas son una muestra de la actividad frenética del surrealismo. Publi-
caciones siempre militantes contra la estulticia y la vulgaridad. Desde La Ré-
volution Surréaliste (1924-1929, doce números); Le Surréalisme au Service de la
Révolution (1930-1933, seis números); Minotaure (1933-1938, doce números),
hasta la revista aparecida en EEUU durante la segunda guerra mundial VVV
(1942-1944, cuatro números) y ya en la Francia liberada Le Surréalisme, Même
(1956-1959, cinco números) y La Brèche. Action Surréaliste (1961-1965, ocho
números).
8 “Je crois en effet qu’íl vaut mieux adopter surréalisme que surnaturalisme que
j’avais d’abord employé. Surréalisme n’existe pas encore dans les dictionnaires,
et il sera plus commode à manier que surnaturalisme, déjà employé par MM. les
Philosophes » (Carta de Apollinaire a Paul Dermée, marzo de 1917, publicada
por Maurice Nadeau en Histoire de surréalisme, p. 23)
10
una situación concreta9. Son conocidas las agrias polémicas, los insultos a
Barbusse, Anatole France, Barrés o Claudel (asno oficial, granuja, pedante,
canalla). Y en el límite de la crítica la displicencia de André Breton hacia la
literatura realista al exclamar, ante la descripción de un cuarto en la novela
Crimen y Castigo de Dostoievsky: “yo no entro en esa habitación”.
Descubridores de olvidados o menospreciados poetas, feroces enemi-
gos de la literatura consagrada los surrealistas han modificado la sensibili-
dad artística de nuestro tiempo. En literatura, los poetas que elevaron a su
particular altar laico –Baudelaire, Rimbaud, Lautréamont- son hoy, si se
quiere, lectura obligada; los escritores que atacaron -Paul Claudel, Maurice
Barrés, Henri Barbusse, Anatole France, Jean Moréas- han ido descendien-
do hasta el limbo de los autores menores. En modernidad los surrealistas
no fueron arbitrarios.
El tiempo transcurrido ha remansado la cólera que provocaron. Si
para algunos críticos no les faltó teatralidad y en la mecánica del escándalo
“se contentaron demasiado a menudo con encender un infiernillo artificial
a cuya lívida luz, medio embozados melodramáticamente en la penumbra,
ahuecan la voz y hacen resonar la caja convencional de los misterios”10, para
otros –Tzara, Buñuel- ha desaparecido con ellos la provocación, tal como
ellos la entendieron. Hoy las provocaciones surrealistas (proyección de Un
chien andalou o L’Age d’Or, panfletos pidiendo la apertura de las cárceles
y la disolución del ejército o insultando a Anatole France durante las exe-
quias de su muerte, cartas al Papa o al Dalai-Lama, acción tumultuaria en
un banquete literario, etc.) pasarían desapercibidos, pasan completamente
desapercibidos, ante la magnitud de los escándalos y provocaciones “lega-
les” de nuestros días.
9 Cito algunos de ellos : Charles Cros, Victor Hugo, Petrus Borel, André Gide,
Germain Nouveau, Alphonse Allais, Tristan Corbière, Achim von Arnim, Charles
Fourier, Saint-Pol-Roux.
10 Juan Larrea: “El surrealismo entre viejo y nuevo mundo”, en Del surrealismo a
Macchupicchu, Méjico, 1967.
11
II
12
experiencia me parece irrealizable, al menos en forma absoluta. Y
más que método la considero una meta: no es un procedimiento
para llegar a un estado de perfecta espontaneidad e inocencia sino
que, si fuese realizable, sería ese estado de inocencia. Ahora bien,
si alcanzamos esa inocencia –si hablar, soñar, pensar y obrar se
ha vuelto ya lo mismo-, ¿a qué escribir? El estado a que aspira la
“escritura automática” excluye toda escritura.
11 “Nous n’avons jamais prétendu donner le moindre texte surreáliste comme exem-
ple parfait d’automatisme verbal. Même dans le mieux ‘non dirigé’ se perçoivent,
il faut bien le dire, certains frottements (encore que je n’ai pas désesperé de les
eviter tout à fait, par un moyen à découvrir). Toujours est-il q’un minimum de
direction subsiste, géneralement dans le sens de l’arrangement en poème ». Cito
el párrafo completo, sin traducir, para una mejor comprobación textual. Los
subrayados son de Breton.
13
Larrea y César Vallejo. Durante 1924 y 1925 Larrea viajará con frecuencia
a París hasta fijar allí su residencia en 1926. De esas fechas es el inicio de
la amistad de Larrea y Vallejo que vivía en la capital francesa desde 1923.
Otro surrealista español –José María Hinojosa- vive en París desde julio
de 1925 hasta abril de 1926. No fue Hinojosa el primero en utilizar la
escritura surrealista pero es, con Larrea, su introductor en España. La pu-
blicación en 1988 del Cahier de la permanence -curioso libro de visitas y de
incidencias que estuvo en el ‘Bureau de Recherches Surréalistes’, situado
en el número 15 de la calle Grenelle- señala el envío, a finales del mes de
abril de 1925, de ejemplares de La Révolution Surréaliste y del panfleto ‘Un
cadavre’ a Corpus Barga, Valentín Andrés Álvarez, Edgar Neville, Antonio
Marichalar y Jiménez (seguramente Alberto Jiménez Fraud ya que la direc-
ción del envío era la Residencia de Estudiantes de Madrid).
La influencia del surrealismo en los poetas españoles y americanos
es evidente. Algunos de ellos –Huidobro, Larrea, Hinojosa- leyeron los
libros directamente en francés y en el momento de publicarse. Otros co-
nocieron los textos surrealistas por traducciones en las revistas literarias
(Alfar, traducciones de Breton y Éluard; Favorables Paris Poema, de Tzara
y Ribemont-Dessaignes; Litoral, de Paul Éluard traducido por Cernuda;
Gaceta de arte, de Breton, Péret, Éluard). Recordemos que Larrea publicó
poemas surrealistas en 1926 (Favorables Paris Poema) y en 1927 (Carmen);
Lorca escribe en 1929 algunos de los poemas publicados en 1940 en el
libro póstumo Poeta en Nueva York y también el guión cinematográfico
claramente surrealista Viaje a la luna; Rafael Alberti publica en 1929 Sobre
los ángeles; Vicente Aleixandre Espadas como labios en 1932 y Pasión de
la tierra, libro publicado en 1935 pero escrito entre 1927 y 1929; Luis
Cernuda escribe entre 1928 y 1929 los poemas del libro Un río, un amor,
publicado en 1936 en sus poesías completas.
No debe olvidarse, en este posible recuento de influencias, la partici-
pación de artistas españoles en el grupo surrealista de París. Joan Miró pin-
ta en 1926 Perro ladrando a la luna y Caballo junto al mar; el pintor español
Oscar Domínguez se une al grupo en 1927; Un chien andalou se estrena
en la capital francesa el 1 de octubre de 1929 (en Madrid se proyecta el 8
de diciembre de ese año) y el 28 de noviembre de 1930 l’Age d’or. Como
14
el profeta de la buena nueva o el adelantado de un nuevo territorio, el 18
de abril de 1925 Louis Aragon da una conferencia sobre surrealismo en la
Residencia de Estudiantes de Madrid. Encendido discurso que sin duda
ejerció una gran influencia, aunque por desgracia faltan testimonios12:
15
parece aceptable la afirmación de Dámaso Alonso sobre la influencia del
surrealismo en los poetas españoles de la generación del 27 pues es conoci-
da la pasión con que algunos leyeron sus textos13. Ni la de Pedro Salinas en
su ensayo sobre Aleixandre14, cuyos argumentos no contradicen la cuestión
de fondo pues el contagio llegó por diferentes caminos y de forma simultá-
nea. Más explícitos Cernuda y Guillén escriben:
Los libros que quisiera son Les pas perdus de André Breton;
Les aventures de Télémaque, Le Libertinage y Le Paysan de Paris, de
Louis Aragon. ¿Crees acaso que esos libros volverán pronto a una
casa mía? Yo lo dudo. Además, de esos libros sólo me interesan
16
ahora unos cuantos. Los otros, si fuera fácil, me libraría de ellos,
Azorín, Valle-Inclán, Baroja, ¿qué es eso? ¿Qué me importa toda
esa estúpida, inhumana, podrida literatura española?16
17
del surrealismo. Darío Carmona recordando sus años malagueños de 1926
a 1928 decía en 1972:
18
conferencias: el primero sobre surrealismo, la relación del arte y la
política, el segundo sobre religión, ante una numerosa asistencia
preocupada al máximo por los problemas de nuestro tiempo. Los
redactores de Gaceta de Arte han aportado a nuestro esfuerzo una
adhesión s reservas21.
Tenerife, isla surrealista, formó el grupo más activo del surrealismo espa-
ñol. André Breton soñó su viaje a la isla en uno de sus más bellos poemas:
III
19
ínsulas extrañas en 1933, el surrealismo en la América de lengua española
no formó parte de su entramado cultural hasta los primeros años cuarenta.
Las revistas surrealistas son, sin duda, una buena muestra22
No fue ajena al desembarco del surrealismo en América la actividad
de César Moro que de 1925 a 1933 participó con el grupo surrealista de
París, actividad que continuó en Lima de 1934 a 1938 y en Méjico de
1938 a 1948. Entre 1938 y 1939 escribió en español (aunque no fue-
ron publicados hasta 1958) los rutilantes poemas de La tortuga ecuestre.
En mayo de 1935 César Moro expone en Lima sus cuadros surrealistas.
En su catálogo se incluían textos de Francis Picabia, Westphalen, Giorgio
de Chirico, André Breton, Louis Aragon, Petrus Borel, Paul Éluard, René
Crevel, César Moro, Salvador Dalí, Gérard de Nerval, Marqués de Sade,
entre otros. Francis Picabia escribía en el texto que iniciaba el catálogo,
probablemente traducido por César Moro:
Esta exposición, muestra sin embargo, tal cual es, por primera vez
en el Perú, una colección sin elección de obras destinadas a pro-
vocar el desprecio y la cólera de las gentes que despreciamos y que
detestamos. No tenemos ni el deseo ni la sospecha de Gustar; sabe-
mos que no estamos sino con nosotros mismos y con aquellos que
quisieran hacernos creer que están a nuestro lado; pero no hay que
temer: los sabremos desenmascarar a su debido tiempo. Del otro
lado están los zumbones, los astutos, los sabios, los perros guardia-
nes, los artistas, los profesionales de los vernisages, etc.., etc..
20
La estancia de Breton en Méjico desde el 18 de abril al 1 de agosto de
1938 enviado por el gobierno francés para dar un ciclo de conferencias
sobre literatura francesa (el 13 de mayo en la Universidad, el 21 y 25 de
junio en Bellas Artes y el 26 en la Asociación Méjico-Francia, presentación
el 17 de mayo de Un chien andalou, entrevistas en la prensa escrita, fueron
algunas de las celebradas), aunque se había previsto participar en muchos
más actos que fueron suspendidos a causa de medidas de obstrucción de di-
versas facciones políticas, estas intervenciones removieron las, sin embargo,
intranquilas aguas de la literatura mejicana. Tuvo una especial relevancia la
creación en junio de la “Fédération international de l’art révolutionnaire
indépendant (F.I.A.R.I.)” y la publicación en julio, en francés y en español,
del manifiesto “¡Por un arte revolucionario independiente!” (Pour un art
révolutionnaire indépendant) escrito por André Breton y León Trotsky,
pero finalmente firmado por André Breton y Diego Rivera. De regreso
a Francia en agosto de 1938 la ocupación del país por las tropas hitleria-
nas obliga a Breton, con otros muchos surrealistas, a exiliarse en Estados
Unidos hasta el final de la guerra.
Benjamin Péret, otro importante componente del surrealismo francés,
llega a Brasil en febrero de 1929 donde permanecerá hasta su expulsión
el 30 de diciembre de 1931 por la policía de Getulio Vargas. Durante su
estancia publica numerosos artículos en el Diario da Noite y en otras pu-
blicaciones brasileñas. Desde agosto de 1936 hasta abril de 1937 participa
en la guerra civil española en el bando republicano. En enero de 1942 se
exilia en Méjico con su mujer la pintora surrealista Remedios Varo; regresa
a Francia al finalizar la segunda guerra mundial. En junio de 1955 vuelve a
Brasil de donde es expulsado nuevamente en agosto de 1956.
21
nunca se cuestionó sus orígenes y muchos de sus poetas mantuvieron lazos
más o menos estrechos con el grupo de París. La obra de Aldo Pellegrini,
Enrique Molina, César Moro y Octavio Paz, entre otros, parece desmentir
que el surrealismo había llegado en 1939 al límite de sus posibilidades. Si
esto hubiera sucedido debería entenderse como un fracaso, a pesar de la
continuidad de propósitos y del valor de muchas de las obras surrealistas
posteriores a la segunda guerra mundial. Llegar al límite significa adoptar
una norma y la adopción de una norma impide cualquier cambio.
Los poetas de Chile, Perú, Méjico y Argentina representan lo más
importante de la poesía surrealista de la América española. En el resto de
los países algunos poetas giraron en su órbita, pero el aislamiento y la in-
comprensión redujo su poesía a acercamientos discontinuos porque tanto
como la relación con el grupo de París contaba que la actividad surrealista
debía de desarrollarse “dentro de un proceso específicamente americano,
que si recibe ciertos estímulos de Europa la hace para integrarlos en una
corriente original”23.
Si en Argentina el impulso se debió en gran parte a la actividad de
un excelente grupo de poetas encabezados por Aldo Pellegrini, en Perú las
solitarias figuras de César Moro y Adolfo Emilio Westphalen hacen de ellos
solos un literatura. En Méjico, Octavio Paz cubre –y hasta ahoga- con su
poesía y sus ensayos críticos el panorama de los últimos cincuenta años. En
Chile, los poetas pertenecientes a la revista La Mandrágora (Braulio Arenas,
Jorge Cáceres, Teófilo Cid y Enrique Gómez-Moreno) con el antecedente
necesario de Vicente Huidobro, que a pesar de discusiones exaltadas con
el grupo chileno publicó en La Mandrágora24 y, en 1937, absolutamente
inmerso en la órbita surrealista, escribe a Madrid a Vicente Aleixandre soli-
22
citando su permiso para incluir textos de Pasión de la tierra en un proyecto
de antología del surrealismo que finalmente no se llevó a cabo.
El surrealismo encuentra en el misterio una puerta abierta. Los poetas
chilenos abrieron, con frecuencia, esa “puerta hacia lo desconocido” de la
que habla Simone Breton, aunque algunas de sus provocaciones auguraban
un destino similar al de Salvador Dalí. Si la intervención de Braulio Arenas
subiendo al escenario de un teatro de Santiago de Chile para romper los
poemas que leía Pablo Neruda puede considerarse un acto surrealista, su
posterior evolución (aunque la palabra evolución no parece la adecuada)
como devoto partidario del Chile de Pinochet, no tiene ya nada que ver
con la “civilización surrealista”. El diario chileno El Cronista Dominical del
12 de septiembre de 1976 publicaba el poema “Chile es así” de Braulio
Arenas. Estos son algunos de sus versos:
“Era la angustia por doquier,/era el hampón y era el terror,/el tribu-
nal al que se dio/falsa etiqueta popular,/(...) era el canalla, como rey,/era la
orgía más bestial,/y por la calle, a plena luz,/se paseaba el criminal.//Y de
improvisó terminó,/la pesadilla tuvo un fin:/Chile se alzó con gran poder/y
disipó la oscuridad.//(...) Chile es así:/no tiene nada que ocultar,/aquí no
hay muro de Berlín./tampoco existe el paredón,/de cara siempre a la ver-
dad.”
Chile no era así, pero si la premonición pueden ser también un arca-
no surrealista el propio Braulio Arenas decía en 1957: “Cada gota de agua
lleva en sí su desierto”.
***
Julien Gracq en una entrevista de 1986 decía que “la experiencia poética,
que es una experiencia verdadera y completa, no es utilizable, no puede
traspasarse directamente al universo práctico”. René Char, en 1931, es-
cribe “la poesía se incorpora al tiempo y lo absorbe”. Tiene también otras
facultades. Aldo Pellegrini explica en 1961: “La poesía tiene una puerta
herméticamente cerrada para los imbéciles de par en par abierta para los
inocentes. No es una puerta cerrada con llave o con cerrojo, pero su es-
23
tructura es tal que por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden
abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más
opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es
su aspiración sistemática a cierto orden de poder. El inocente, en cambio,
se niega a ejercer el poder porque los tiene todos. El texto tiene como título
Se llama poesía toda aquella que cierra la puerta a los imbéciles y termina con
esta frase: “La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea
sólo habitable para los imbéciles”.
24
ABREVIATURAS EMPLEADAS
B. = Barcelona.
Ba = Barcarola. Albacete.
De = Destino. Barcelona.
D16 = Diario 16. Madrid
DJ = Diario de Jerez. Jerez de la Frontera.
25
EL = La Estafeta Literaria. Madrid.
EM = El Mundo (Diario). Madrid
EP = El País (Diario). Madrid (1976-2002)
ES = El Sol (Diario). Madrid.
Esp = Espadaña. León
M. = Madrid.
Me = Mediodía. Revista de Sevilla
MLN = Modern Language Notes. Baltimore.
26
PLU = Plural. Méjico.
PSA = Papeles de Sons Armadans. Madrid-Palma de Mallorca
PV = Poesía de Venezuela. Caracas
Q = Quimera. Barcelona.
V = Verbo. Alicante.
27
A N T O L O G Í A
29
PABLO PICASSO
(Málaga, 1881-Mougins, Francia, 1973)
31
32
20 AGOSTO XXXV
la persiana que el aire sacude mata jilgueros que vuelan les envía a golpear
y manchar de sangre la espalda del cuarto escucha pasar la blancura del
silencio que la muerte se lleva en la boca aroma de armonio su ala tira del
pozo la cuerda
los jilgueros son el aroma que golpea de su ala el café que refleja la persiana
en el fondo del pozo y escucha pasar el aire que el silencio de la blancura
de la taza
17 SEPTIEMBRE XXV
doy arranco tuerzo mato atravieso incendio y quemo - acaricio lamo beso
miro - repico a todo vuelo las campanas hasta que sangren – espanto a
los palomos y los hago volar alrededor del palomar hasta caer al suelo ya
muertos de cansancio – taparé todas ventanas y las puertas con tierra y
con tus cabellos ahorcaré todos los pájaros que cantan – y cortaré todas las
flores – meceré en mis brazos al cordero y le daré a devorar mi pecho – lo
lavaré con mis lágrimas de placer y de penas – y lo adormiré con el canto
de mi soledad por soleares – y grabaré con aguafuerte los campos de trigo y
33
de avena y los veré morir tendidos cara al sol – y envolveré los ríos en papel
de periódicos y los tiraré por la ventana al arroyo que arrepentido pero con
todos sus pecados a cuestas se va contento y riendo a pesar de todo hacer
su nido en la cloaca – y romperé la música del bosque contra las rocas de
las olas del mar – y morderé al león en la mejilla – y haré llorar al lobo de
ternura delante de un retrato del agua que en el baño deja caer su brazo
34
en sus brazos
sin un ole
estallando en su mirada la radio amanecida
que fotografiando
en el beso
una chinche de sol
se come el aroma de la hora
que cae
y atraviesa la página que vuela
deshace el ramillete
que se lleva metido
entre el ala que suspira y el miedo que sonríe
el cuchillo que salta de contento
dejándole aún hoy
flotando como quiere y de cualquier manera
al momento preciso y necesario
en lo alto del pozo
el grito
del rosa
que la mano
le tira
como una limosnita
5 DICIEMBRE XXXV
35
cantándole como si cantar pudiese la calavera que le muerde la mano y se la
lleva suspendida por el anillo envuelto en el ruido de las alas de las moscas
que la nota que sostiene el violín no deja de respirar apretándole el cuello
con sus tenazas roe la puñalada que hincha en el globo atado con longanizas
extremeñas la razón perentoria del azul tan gracioso que sentado en su silla
curula y arreglándose las faldas a cada momentito cuando pasa la flecha tan
veloz le echa pimienta y sal y lee el porvenir en el ojo del toro puchero roto
cuchara hecha de boj y reloj de pulsera orégano laurel y aljofaina de plata y
zapato de seda y recuerdo del paso de una mano por la rodilla inscrito en su
cabeza retratada en el cartel con su nombre primoroso y el de su ganadería
adornada con jazmines junta las mil razones de estar callado y sordo a la
pulga que mea la lluvia de tanto café con leche que sacude la cabellera que
espera escondida detrás de la puerta de hierro que hincha la vela la buena
educación que recibió tendido todo el día en la cama el trozo de cristal para
que el viento envuelto en el embozo del mandoble chorreando caricias no
haga más que correr y maldecir las castañas pilongas y el cardo y no se le
pueda decir que si reparte el pan olvida al ciego y a la paloma color de lilas
pero ahora que ya es tarde y que la noche se pone ya el sombrero y busca
su paraguas y cuenta los naipes de la baraja de 2 a 4 y de 50 a 28 si asesina
y aprieta de toda su maldad contra los labios del limón del espejo ardiendo
como un loco y se quema la boca el cántaro flautín y pide al ciego que le
indique el camino más corto que raje su color en la capa el cuero retorcido
ya sabes tú por quién la luz que cae y se estrella en su cara repica en la cam-
pana que espanta con sus gestos de adiós la catedral que el aire que persigue
a latigazos el león que se disfraza de torero se desmaya en sus brazos sin ole
ahora ya así estallando y en su mirada la radio amanecida con tantas cuentas
atrasadas a cuestas reteniendo el aliento y llevando en el plato en equilibrio
la tajada de luna la sombra que el silencio desmorona hace que el reo siga fo-
tografiando en el beso una chinche de sol sin la fa re si mi fa do si la do fa se
come el aroma de la hora que cae y atraviesa la página que vuela y si después
de hacer su petate deshace el ramillete que se lleva metido entre el ala que ya
sé por qué suspira y el miedo que le da su imagen vista en el lago si la punta
del poema sonríe tira el telón y el cuchillo que salta de contento no tiene
más remedio que morir de placer cuando dejándole aún hoy flotando como
36
quiere y de cualquier manera al momento preciso y necesario necesario para
mí nada más ve pasar como un rayo en lo alto del pozo el grito del rosa que
la mano le tira como una limosnita
7 DICIEMBRE XXXV
37
del plato de caracoles trenzando tripas – meñique en erección ni uva ni
breva – comedia del arte de mal tejer y teñir nubes – productos de belleza
del carro de la basura – rapto de las meninas en lágrimas y lagrimones –
al hombro el ataúd relleno de chorizos y de bocas – la rabia retorciendo
el dibujo de la sombra que lo azota los dientes clavados en la arena y el
caballo abierto de par en par al sol que lo lee a las moscas que hilvanan a
los nudos de la red llena de boquerones el cohete de azucenas – farol de
piojos donde está el perro nudo de ratas y escondrijo del palacio de trapos
viejos las banderas que fríen en la sartén se retuercen en el negro de la salsa
de la tinta derramada en las gotas de sangre que lo fusilan – la calle sube
a las nubes atada por los pies al mar de cera que pudre sus entrañas y el
velo que la cubre canta y baila loco de pena – el vuelo de cañas de pescar
y alhiguí alhiguí del entierro de primera del carro de mudanza – las alas
rotas rodando sobre la tela de araña del pan seco y agua clara de la paella
de azúcar y terciopelo que pinta el latigazo en sus mejillas – la luz se tapa
los ojos delante del espejo que hace el mono y el trozo de turrón de las
llamas se muerde los labios de la herida – gritos de niños gritos de mujeres
gritos de pájaros gritos de flores gritos de maderas y de piedras gritos de
ladrillos gritos de muebles de camas de sillas de cortinas de cazuelas de
gatos y de papeles gritos de olores que se arañan gritos de humo picando
en el morrillo de los gritos que cuecen en el caldero y de la lluvia de pájaros
que inunda el mar que roe el hueso y se rompe los dientes mordiendo el
algodón que el sol rebaña en el plato que el bolsín y la bolsa esconden en la
huella que el pie deja en la roca
38
EL ENTIERRO DEL CONDE DE ORGAZ
(Fragmento)
21.7.58
Toro de cardenillo y tripa de borrego hijo de puta puta y sastre de curas
ojos de perdiz de plata y oro nariz de rata y rueda de Alcañiz y fruta verde
la carta de su suegra deshizo la alcancía en aleluyas. Las tres hijas del novio
del alpargatero se vistieron de ricas y se fueron de casa a eso de las cinco de
la mañana. Cogieron la tartana y hechas un lío llegaron a eso de las nueve
y media al cortijo. Nadie las esperaba aquel día que sino ya hubiesen reba-
ñado el mundo y sacado de sus entrañas algún trapo viejo que ponerse para
el festejo pero no más pudieron que sacarse las tripas fuera y enseñarles el
mondongo risas y misas de verano se fueron a cantar por esos cielos de azú-
car y alfajores y biznagas de jazmines se pusieron de pie y a golpes de nubes
y de puñados de rosas se desnudaron en pelo y cogieron a brazo partido
las tres lunas del armario sin colgaduras de damasco y sin cantos funerales
hechas unas sopas paso a paso. El tío Juan estaba aún a esas horas en el café
tendido en el tendido esperando la hora del almuerzo. La más chiquitilla
de las tres hermanas se sacó la picha y orinó en el caldo se puso el gorro de
dormir se limpió el culo y se puso a rezar como una santa y por el ojo de la
aguja empezaron a salir más y más luces y farolillos en manojos de estrellas
puestas a secar sobre el mar. Cepillo quitamanchas tocino frito peladillas
y olor de albahaca y sus melenas sueltas boca arriba sobre la almohada las
piernas abanicando las sábanas a gritos de marfil y de azucena y besos con
las tijeras de sus dedos pintando el telón de la alcoba derretido en la salsa
de goma arábiga del brochazo de cal viva cayendo silenciosa gota a gota
sobre el ruedo.
Y después o un poco antes debajo o encima del tejado las palmatorias en-
cendidas de las navajas de las golondrinas cruzando el tiro el azul de sus
heridas sobre las caras o cruz fosforeando sus trigos ahúman la piel el queso
y los riñones a las pulgas de las banderas dorándose en la playa.
Otra vez fue peor el juez y el cura se pusieron de acuerdo para mecer el
niño en cuna y cantarle el gori-gori sin vergüenza alguna la piel curtida
39
hasta la raíz de tantos arañazos y besos y tomando varas y más varas de
escamas de juretes boqueros y mochuelos rascándose el ombligo de juergas
y guitarras torcidas mojándose los pies en el chorro de sangre colgando del
cuello del cordero de plata de las escarapelas de seda de la línea retorcida
hecha migajas en el plato de leche puesto en el borde de la ventana al sereno
y ni una mariposa más hizo su trigo en la tajada de sandía y melones llevada
a hombros por las tres niñas.
Qué vergüenza les dio de verse así pintadas de conejo muertas de risa y
miedo hechas chorizo rascándose la panza y los pechos madrugando y so-
ñando todo el día y pintando por las noches al sereno si su tía las viese la
tía Clara la novia del sepulturero el Nicodemo el más burro del pueblo y el
más mozo más guapo eso sí el más pobre pero que le haremos qué queréis
que le hagamos ya está hecho y no hay más que decir ya está hecho las
tres chicas son así y ni Dios ni el demonio las cambiará tienen su gracia su
ángel y su duende y si joden es porque les da la gana o la tienen y después
se duermen y no sueñan para qué tanto soñar ellas que siempre están des-
piertas cuando sueñan y así dijo el que lo sabe que es el tonto del pueblo el
que siempre está tirándoles piedras a las campanas de la iglesia o cantando
en la plaza sentado en el golpe de hacha que da la sombra guillotinada por
los miles de quintales de sol del colchón de luz pateado por las pezuñas de
los años.
5.8.58
Castiza de pelo en pecho y brújula de afeitar cuentos y refranes por esos
higos chumbos del cielo máquina de escribir mentiras alcahueteras y copa
de cristal en fuego la primitiva imagen solitaria cogida a la solapa dibu-
ja encima del tejado de injurias su juego hoja de parra puesta en el ojo
de la amargura su tinta china y sus lágrimas colgando de la mesa adoban
el besugo de sus problemas improbables las rendijas por donde mete sus
dedos el sol, cada silla en su sitio y cada trapo sucio plantado de pie de
cara a cara a la corteza de la piel de la estopa metida hasta las nalgas en la
salsa repicando a rebato en la caldera tomo primero y capítulo cualquiera
40
del mendrugo ojo abierto a la murga ratonera de rodillas delante del altar
de la sartén. Milagro y hechizo del sastre y verdugo cubierto de manchas
de aceite y lamparones de sangre verde del fondo a medio hacer del gran
paisaje azul puesto en el caballete a secar su jugo de limón y cebolla hechos
un lío en el charco amarillo de las sábanas sobre la barretina azul el gorro
negro el abanico rojo y el manojo de tripas dando patadas flor de granado
festón de hilos de oro y plata jazmín agua y pan seco plato lleno de tomates
judías y cebolla aceite sal y pimientos almuerzo clandestino vestido de cura
loco llevado por las angarillas rollizas de la puente de cal derretida sobre el
estiércol de las nubes caldeando el azul tumbado durmiendo su mona al
asomo de la punta de la nariz del mico en saludos y gracias y genuflexiones
en raíces cuadradas y redondas al muy señor vuestro y no mío bodas de
mierdas finas y lisas como seda de los balcones colgando del palacio de
azúcar y turrón lamiéndose los labios grandes y pequeños de esta tarde de
verano coleccionadora de mentiras y negro de huevo centenario puesto por
la gallina clueca del tío vivo borracho volando sus cuentos y sus risas de
vieja por esos cielos como un niño.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
9.8.58
al acecho del día que sube de rodillas la escalera que da al patio y rodea de
verde almendra la luciérnaga la frialdad del canto del ruiseñor encendido
en el frío relleno de luz del ovillo lácteo derrumbando sus flecos sobre la
colcha azul ultramarino ahorcado al palo mayor del pegote de blanco que
pinta el trozo de pared salpicada de ocre. A pimienta que raspa la corteza
de la noche ya despierta y descubierta en la cama deshecha una pierna caída
tocando casi el suelo y la otra tendida a la pared hacia arriba inflada por
el chorro de luna que las cuatro rendijas de la persiana chupan de su luz
blanco pintado de blanco sobre blanco y azul y blanco moreno y blanco de
su blanco puro y limpio y blanco y plata
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
41
20.8.59
secante que al revés timan el oleaje que se lame la barba de media sandía
cruje sus angarillas en la espuma blancuzca de la ropa tendida sobre el teja-
do – la cariñosa seda de su cuerpo embiste el nácar y la concha de la espada
hincada en bizcocho de miel de sus danzas – el estribillo que chispea el
jazmín de la parra canta la luz que sopla el jardín enamorado del pellizco de
azul que cuelga de las uvas – el rosado sabor de la tarde silba sus caracolas y
mece en sus brazos la gota de rocío que estalla en la falda el corderito
Una cebolla desarrolla sus cuerdas dentro del acaramelado despertar de la
luna – el encaje plateado que levantan las palomas ríen sus penas.
8.1.59
42
casa tirada al mar y mosca del paisaje
frito en la sartén helando sus manos
en el caño del grifo.
9.1.59
43
OLIVERIO GIRONDO
(Buenos Aires, 1891-Ibíd., 1967)
45
ENCALLADO EN LAS COSTAS DEL PACÍFICO
A Enrique Molina
47
junto a ese móvil tótem de muslos agua viva
flagélate si quieres con las violentas trenzas que le hurtaste al olvido
pero por más que sufras en cada cruz vacante una pasión suicida
y tu propia cisterna con semivirgen luna reclame tu cabeza
ya sin velero ocaso
ni chicha de pestañas
ni cajas donde late la agónica sequía
huye por los senderos que arrancan de tu pecho
con tu hijo entre paréntesis
tu hormiguero de espectros
tus bisabuelas lámparas
y todos los frutales recuerdos florecidos que alimentan tu siesta.
48
ISLAS SÓLO DE SANGRE
ALTA NOCHE
DE VÉRTICES quemados
de subsueño de cauces de preausencia de huracanados rostros que
transmigran
de complejos de niebla de gris sangre
49
de soterráneas ráfagas de ratas de trasfiebre invadida
con su animal doliente cabellera de líbido
su satélite angora
y sus ramos de sombras y su aliento que entrecorre las algas del pulso de
lo inmóvil
desde otra arena oscura y otro ahora en los huesos
mientras las piedras comen su moho de anestesia y los dedos se apagan y
arrojan su ceniza
desde otra orilla prófuga y otras costas refluye a otro silencio
a otras huecas arterias
a otra grisura
refluye
y se desqueja
TRAZUMOS
LAS VERTIENTES las órbitas han perdido la tierra los espejos los
brazos los muertos las amarras
el olvido su máscara de tapir no vidente
el gusto el gusto el cauce sus engendros el humo cada dedo
las fluctuantes paredes donde amanece el vino las raíces la frente todo
canto rodado
su corola los muslos los tejidos los vasos el deseo los zumos que fermenta
la espera
las campanas las costas los trasueños los huéspedes
sus panales lo núbil las praderas las crines la lluvia las pupilas
su fanal el destino
pero la luna intacta es un lago de senos que se bañan tomados de la mano
50
ANTE EL SABOR INMÓVIL
51
ante el incierto ubicuo muy quizás equis deifico se malciña la angustia
interrogante
aunque el sabor no cambie
DESTINO
52
mientras se rota quedo ante el fugaz aspecto sempiterno de lo aparente o
lo supuesto
y vuelta y vuelta hundido hasta el pescuezo
con todos los sentidos sin sentido
en el sofocatedio
con uñas y con piensos y pellejo
y porque sí nomás
53
VICENTE HUIDOBRO
(Santiago de Chile, 1893-Ibíd., 1948)
55
POEMAS GIRATORIOS
II
57
Como las advertencias de la historia
Mensajero afiebrado del porvenir entregado a domicilio
ELLA
Cuando ella llegaba dejaba una parte más hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se formaba en el horizonte para esperarla
58
Reía como el mar que siente carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se mira ahogarse
Como el mar que ha mordido todas las playas
El mar que desborda y cae en el vacío en los tiempos de abundancia
Cuando las estrellas arrullan sobre nuestras cabezas
Antes que el viento norte abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes de huesos
Con su camisa ardiente y sus miradas de árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre las palomas
59
profunda latitud inferior de su ceniza contempla los sonidos vagabundos
de los hombres los caminos en filas de sonámbulos los pájaros en fiestas de
mirajes o en tumores del aire la mujer que lava la vidriera de los pulpos y
mañana las cascadas en magnífico estado y el oso como regalo de miel.
MOMENTO EN ARMONÍA
60
Seguramente lejanas como la pequeña arena en los pies de los niños
Mordiste el vacío enamorado de sus actitudes
Más grande que nuestros dos fantasmas juntos
Más poderosos que mis ojos concentrados en tu cuerpo
Y aún que el día preocupado de tus manos
De tu color que crece como una campanada
De tus palabras rodeadas de palomas de tu luz de carne y hueso tu luz
En sus anhelos de saber andar y de poder morirse
Para angustiar al tiempo ajeno a las estrellas
ACTUAL
61
Detrás del último suspiro de una flor sin espacio en el espacio
Y sobre el halo tembloroso de las manos que descorren los días
Hora tras hora descendiendo por la fiebre de los párpados
La aparición secreta haciendo temblar la tierra
La aparición que va bajando por los ojos
VIAJERO
62
EL PASAJERO DE SU DESTINO
63
Porque él es el jefe único él guarda el secreto
Él puede levantar el brazo y desatar de la muerte el cadáver reciente
Ahora que tú tiemblas como el mar
El horizonte va a hundirse para siempre
Ahora que la selva se pasa al enemigo
Lánzate sobre el mar
Separando las olas como el cadáver separa la eternidad
Hombre tú ves que el mar se amalgama y tienes miedo
Tú bien podrías saltar por encima de la conflagración de mentiras
[unánimes
Invade el terreno sideral sin vacilar
Invade los países del loco que te desprecia y te mira con la parte inferior
[de su alma
Proclama tu importancia a la tribu sometida que empieza a aparecer en el
[fondo del cielo
II
64
En vano él quisiera cerrar el mar
Mañana las espumas emitirán un pensamiento nuevo
Harán coronas brillantes para mi corazón capaz de rodar como
[vuestros mejores veleros
La catástrofe memorable huye sin esperar el resultado
Se hunde a velas desplegadas en las aguas antiguas
Sin siquiera mirar al rey a la deriva que ha olvidado las maniobras de
[excepción
He visto como nadie surgir bajo mis pies la abierta soledad
Y he sentido en mis ojos el sobresalto estelar
El tal vez idéntico a los parajes desconocidos
La lejanía sin solución
El sitio de la altura en donde alguien ha dejado la huella de sus pies
La punta extrema del árbol en donde empieza el infinito
Y el mar a lo lejos como el terror de la noche
Silencio os suplico silencio
Hay un sueño que pasa entre los hombres
Hay un sueño en marcha entre los hombres y los presagios
Tenemos sed de un sitio sin inquietud y sin cálculo
En donde el demonio de la tempestad tendrá los ojos marchitos y
[los cabellos cortados
Silencio te suplico
Mira pasar la nave hipnotizada de mi alma
Arrastrando una larga barba de agua
Mira esa estrella en el fondo del cielo
Una estrella que se aleja con todos sus marineros
III
65
Te digo que no hay que dejarse enrollar por el viento
Que es necesario llamar a la puerta del torbellino
Nunca debes huir al acercamiento del horror ni de la simple
[novia que canta la alegría de sus arterias
Ningún abismo debe perturbar el reír de tus dientes heroicos
Ningún aliento debe empañar el metal de tu alma
Ni remecer tus edificios internos
Quiero verlos brillar siempre con el mismo fósforo del tiempo
Encima del ala viril inmovilizada a causa de su blancura
No esperes ese encuentro prometido en los profundos terciopelos eternos
Es preciso cubrir el naufragio bajo un edredón de lana
Es preciso saludar los oráculos del mar
Encadenar el paraíso bajo el fuego de nuestra voz
Devolver nuestro corazón a su tienda
No queremos reparticiones gratuitas antes de la vida
Es preciso tapar el naufragio con un corcho cualquiera
Olvidar el vuelo de las manos desesperadas
No hay circunstancias atenuantes para el cielo
Yo no quiero resbalar sobre las nubes ni caer en trampas
[tendidas por el enemigo que no se nombra
Que la muerte desesperada aúlle y que lance su simiente
Que tambalee entre la piedra de sus abismos
Que divida los hombres
Que divida los hombres digo en rangos de sombra y de luz
La insinuación del misterio
La alternativa de dos orillas a escoger
Tampoco así me verás temblar
He aquí el polo sin fin he aquí el mar
He aquí el naufragio bajo una tapa de metal
El naufragio es el plato del cielo
No me verás temblar
Ni aun al ras de la medianoche definitiva
De esa virginal medianoche de todo hombre que nos espera a la orilla de
[nosotros mismos
66
De esa última medianoche que recae a veces con la quilla en el aire
No me verás temblar
Muy al contrario meceré las sombras en torno mío
Prepararé yo mismo el viento que deba empujarme
El gran viento solitario que quiere abrazar el destino
Tras de la postrera roca en donde se aferra la última sirena
[fatigada bajo el peso de sus cabellos sonoros
He aquí la roca sombría o primer semáforo del infinito
[irresistible sólo semejante a los ojos del vértigo
He aquí erguida la roca tenebrosa como la estatua del destino
Más allá está la zona sin frente ni cuerpo
La zona amarga como el viento después del rayo
La zona vacía en donde una pluma planea desde el principio del mundo
En donde todo se sepulta y se disuelve en el espesor de un manto
[irrisorio que cubre a los mendigos cósmicos
Los mendigos en agonía milenaria que se arrastran atados por la
[ley de las alucinaciones buscando una evidencia
67
JUAN LARREA
(Bilbao, 1895-Córdoba, Argentina, 1980)
69
CENTENARIO
71
La noche agranda el grito del navegante eterno
que anuncia ¡tierra! ¡tierra! en toda carne, en todo hueso, en toda
[ambición humana,
y en transportes de amor va llegando el invierno.
72
por las curvadas hoces
mas la vida se amolda a la carne que aún queda
entre dientes y losas
OCUPADO
73
OTOÑO IV EL OBSEQUIOSO
74
Horizonte horizonte ¿estás seguro?
PUESTA EN MARCHA
Mi temperamento superficial
está helando a favor de un alma fina
y el viento se escuece en un balido roto
75
EN LA NIEBLA
DULCE VECINO
Llega un punto en que la tierra endurecida por los talones del viajero y en
el fondo molesta por su silencio, se esconde entre rocas negándose a dejarse
pisar. Entonces es cuando ante unos ojos atónitos se dibujan las cordilleras,
glaciales de gesto en colaboración con los desmelenados días del otoño.
Pero el viajero lanza un suspiro y emprende la ascensión. Ya no son sus
talones sino la afilada punta de sus pies la que se hinca, hasta que viajero y
tierra acaban por comprender su mutuo error; quisieran satisfacerse. Y si
algo les detiene es mera vanidad –Ud. primero.- Oh, de ninguna manera,
primero Ud. Sigilosamente viene la hierba a suavizar asperezas, después,
y a un mismo tiempo, palabras y florecillas, hasta que por último en fácil
pendiente abajo todo reingresa en la normalidad.
-Ud. primero, Ud. primero... Se trata de coger al otro por la espalda,
posición por muchos motivos ventajosa. Se puede cerrar la puerta dejando
76
al adversario dentro. Es el caso de aquel pintor que puesto ante su cuadro
llegó al prodigio de esta insolente técnica, -Ud. primero, consiguiendo que
su modelo penetrara descuidadamente. Después ya no era cuestión sino de
a rápido brochazo tapiar la salida. La verdadera dificultad apareció cuando
quiso hacer su autorretrato, mas, ingenioso como era, no tardó en descubrir
la fórmula. Ayudado por el silencio de una noche se coló él mismo dentro
del lienzo y desde el otro lado cerró. Todo el universo quedó prendido en
la ratonera. Murió, cierto es, pero con él la pintura realista. Desenterrado
años más tarde, se pudo comprobar la existencia de una inscripción en
la parte interna de la tapa de su ataúd: “Aquí yace el mundo entero de la
pintura”. Había conseguido su autorretrato.
El que dude, antes de proseguir, debe llevar a cabo una sencilla expe-
riencia. Tome un revólver cargado y como jugando aproxímeselo a la sien,
inmediatamente sentirá el anuncio de una nueva primavera y el licuarse de
las piernas del mundo que se niegan a sostenerle. Si no dispone de razones
en contra, dispare, dé paso a su masa encefálica, distribúyase como el sol
al mediodía equitativamente, abandonando su orgullo de verticalidad. La
dulzura que en torno se extiende no es comparable sino con las violetas que
deja crecer una mano que se enfría. Una a una las banderas interiores irán
saliendo. Paz, Paz, Paz.
Porque cuando el caos logró su primer esbozo de postura, hundido hasta
los hombros en la levadura cenicienta y al sol se puso sin esfuerzo buscando
una corteza protectora, todas las otras posibilidades incumplidas medita-
ron la venganza que se cumple día tras día. Basta considerar el espectáculo
que nos ofrece el cerebro humano, donde quedó acechando un puñado de
esa materia prima, informe hasta en latencia, y donde todas aquellas frus-
tradas posibilidades se albergan sosteniendo su derecho contra el vigente
código de la naturaleza. Ahí está, ahí, el imposible físico encerrado en for-
ma vaga de fruto, el actualmente imposible físico que desdeñó el universo
al limitarse. Se pone el hombre a mirar, por ejemplo, la corriente del agua
y se siente irse, pero al mismo tiempo se siente llegar; ¿de dónde? Y se dice:
Es preciso poseer la longitud plena, el antes y el después. En el fondo no es
otra la lucha empeñada. Es preciso hacer regresar el mundo a su primitiva
77
informidad para vivir en él a capricho, dosificar de modo variable tiempo
y espacio, sometiéndolos a diferentes presiones mentales sin más asesor
que el propio sentimiento del ritmo, libertándonos de esa triste velocidad
que nos hace llegar tarde a todas partes. Es preciso anular la muerte de tan
sencilla manera, llegando a tiempo y no quedándose en el andén perdido
el aliento.
Para caminar de dentro afuera se necesita haber hecho antes el camino
contrario, de fuera a dentro y viceversa; lo que aplicado a nuestra humana
naturaleza nos demuestra que si en alguna parte somos, el tiempo no tiene
realidad sino como respiración del espacio. El antes y el después son sim-
ples perspectivas parciales. En prueba de ello me asomo a un espejo, que
evidentemente existía con anterioridad a mi impulso, y me encuentro en él
y contemplo mi satisfacción al verme tenido en cuenta y hasta comentado
por la materia que hemos dado en llamar insensible. Pero por mis perso-
nales sentidos, única verídica fuente de conocimiento, nunca me atrevería
a afirmar mi inexistencia dentro del espejo antes de entonces. La simulta-
neidad que observo es meramente cerebral. A causa de la refracción aún no
bien estudiada de ciertas materias brillantes hacia la eternidad, mi cerebro
logra en aquel momento aislarse del tiempo, situándome en el preciso ins-
tante en que el cristal piensa en mí. De otro modo me vería obligado a ad-
mitir que siempre permanecía dentro del espejo, que ni a fumar salía jamás
de él, que el espejo era el infinito donde se encuentran las líneas paralelas
de la lluvia. Y cuando un espejo se hace añicos...
el poeta entra en escena como el zafiro sin pulir al llegar el alba montada
en oro, en su asno de oro a puros dedos.
78
DIENTE POR DIENTE
(fragmentos)
III
79
viejos lobos de esperanza fumando
en el origen de las lágrimas lejos de las
montañas que sangran por la nariz de las flores
amargura reemplaza las úlceras de lacre
los cangrejos en las tardes de lluvia
CAMINO DE CARNE
80
ESPINAS CUANDO NIEVA
Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha
81
GERARDO DIEGO
(Santander, 1896-Madrid, 1987)
83
VALLE VALLEJO
85
para ver el mundo tu mundo con la mula y
el hombre guillermosecundario y la tiernísima niña y
los cuchillos que duelen en el paladar
Porque el mundo existe y tú existes y nosotros probablemente
terminaremos por existir
si tú te empeñas y cantas y voceas
es tu valiente valle Vallejo
ESPERANZA
Registrad mi bolsillo
Encontraréis en él plumas en virtud de pájaro
migas en busca de pan dioses apolillados
palabras de amor eterno sin
carta de aterrizaje
y la escondida senda de las olas
1931
86
LAMIENDO LAMIENDO
Espera espera
Una catedral enrojece cuando se le ponderan sus pacientes agujas
87
QUIÉN SABE
A Vicente Aleixandre
88
Todo esto y mucho más sucede
cuando mis huesos alteran su dominó correlativo
buscando otra solución más razonable
1932
CONTINUIDAD
La presencia de la muerte
se hace cristal de roca discreta
para no estorbar el intenso olor a envidia joven
que exhalan los impermeables
89
dejadme salir en busca de mis guantes
perdidos en un desmayo de cielo acostumbrado a mudar de pechera
Transparencia o reflejo
el amor diafaniza y viaje sin billete
de alma a alma o de alma a cuerpo
según todas las reglas que la mecánica canta
ÉXODO
COMO las flores que brotan boca debajo de los techos cuando no
[los miramos
y nos abandonan su fragancia triste entrelazada
a nuestros ocultos pensamientos
como esos timbres invisibles que suenan pertinazmente en las espaldas
de nuestros amables interlocutores
90
o como el deseo póstumo de un clavo en el testamento de los mártires
así es de discreta y constante la circulación de los odios
91
CONDICIONAL
1941
92
A LA LUZ DE LOS FAROS
AL TRASLUZ
93
a través de la fiebre
mientras mis dedos innumerables se
disponen en encaje de helechos
94
AGUSTÍN ESPINOSA
(Puerto de la Cruz, Tenerife, 1897-Los Realejos, Ibíd., 1939)
95
ODA A MARÍA ANA, PRIMER PREMIO
DE AXILAS SIN DEPILAR DE 1930
***
Fue así.
Fue tras remontar el vientre sin una arruga de María Ana.
Antes que la gota de sudor que bebiera en su ombligo se secara del todo.
97
Tengo aún en mi boca el cosquilleo de la radiosa axila que María Ana
destapó, al levantar su brazo derecho, para celebrar el regocijo de podérse-
me dar en un bello erizo asustado.
Tengo aún en mis ojos el primer centelleo de la estrella negra que María
Ana encendió, al levantar su brazo izquierdo, para celebrar el regocijo de
podérseme dar en un bello erizo incendiado.
Con el hueco rosa y caoba de tus axilas sin depilar, María Ana, haré el
nido blanco donde mi lengua empolle sus horas más claras.
Cada vello, y aun cada fragmento de vello, de tus axilas, María Ana, sabe
un vocabulario nuevo que enseñar a mi sexo casi analfabeto frente a la
sabiduría de 489 vellos de cinco años.
Cada centésima, y aun cada milésima de centímetro cuadrado de tus
axilas tendrá un recuerdo de mis dientes de aprendiz de mordedor de
axilas sin depilar.
***
98
No esperes nada de tus caderas de jaca de reyes.
No esperes nada de tu vientre, que aprendió su curva en una concha
bastante rosada.
Ni de tu boca.
Ni de tu cabello.
Ni de tus piernas, siempre de luto voluntario.
Ni menos aun de tu sexo, que semeja una campana recién nacida.
Sólo tus axilas, María Ana, te han traído el epinicio primogénito y te
traerán los epinicios futuros.
***
Al borde de tus dos fuentes negras se asomarán todos los nuevos hom-
bres de Europa.
Beberán, únicamente, los que deban beber: los iniciados en la caricia
indeclinable; los verdaderos catadores de axilas sin depilar.
Para éstos, manosearás picos de estrellas y lomos de nubes, María Ana.
Despedirás amigos desde extremos de muelles o ventanillas de vagones,
desde cubiertas de barcos o desde bordes del andén.
Saludarás a la manera deportiva, que has aprendido en los campos de
fútbol.
Cogerás nidos altos y descolgarás cuadros, estirando tu cuerpo en su
estiraje más estirado.
En otros casos, te bastará con acariciarte graciosamente las rodillas.
99
PRIMAVERA
HAZAÑA DE SOMBRERO
100
ponerle el sombrero, que, como le estaba algo estrecho, le congestionaba
cruelmente el rostro y le alargaba aún más las arrugas de la frente.
Debí de hacerle mucho daño, porque cuando salimos de la sombrerería
lloraba.
Al amanecer del día siguiente era encontrado en una alameda de las afue-
ras el cadáver de una niña de seis años. Llevaba puesto un sombrero de
hombre, sujeto por un grueso alfiler, que, perforándole ambos apriétales, le
atravesaba la masa encefálica.
LA NOCHEBUENA DE FÍGARO
Sentía una ternura que me llevaba a acariciar todas las cosas: lomos de
libros, filos de navajas, hocicos de gato, rizos de pubis, prismas de hielo,
cucarachas mohosas, lenguas de perro y pieles de marta, gusaneras y bolas
de cristal.
Mis manos estaban tocando algo frío y repugnante. Primero las orejas, lue-
go la nariz, después las cejas del cadáver de un hombre como de cincuenta
años, escorzado horizontalmente en un gran primer plano de gran ‘film’,
que fuera a la vez un gran cuadro. Tenía aquel hombre un ojo medio cerra-
do, y el otro, vidrioso, desmesuradamente abierto, y una barba de enfermo
de una semana. No llevaba puestos zapatos, sino unos calcetines negros,
de muy mala clase, rotos por el talón y sobre los dedos. Tenía la cabeza
recién afeitada, y cubría únicamente su ya macabra humanidad un abrigo
de señora, impecable, sin una sola arruga, abrigo de maniquí de escaparate
de sastrería, demasiado largo para el muerto, al que sólo dejaba en libertad
los pies. El abrigo llevaba cosido aún en un costado un papel donde se leía:
“Mª A., soltera, de 16 años, desconocida”.
101
Todo esto entre dos hileras de cubiertos, sobre el mantel blanco de una
mesa de comedor preparada para una gran cena de Nochebuena. Los mal
vestidos pies, rozando la blancura de unos pasteles de coco y la ligera ar-
quitectura de un castillo de hojaldre; una de las manos, de uñas curvas y
oscuras, medio sumergida en una fuente de ‘chantilly’.
En una mesa próxima, había varias botellas de champaña y una flamante
cabeza de cerdo, de colmillos muy largos, que se parecían demasiado a los
del difunto.
La posición horizontal alargaba un poco la estatura del cadáver; pero, de
todos modos, no debía medir menos de dos metros.
No sin grandes esfuerzos lo había podido traer hasta allí. Y colocarlo sobre
la mesa, sin interrumpir demasiado la complicada retórica del banquete. Se
trataba ya sólo de separar la cabeza del tronco, y ninguno de los calados cu-
chillos de plata cortaba bien. Esto empezaba a angustiarme, con el miedo
de tener que invertir más tiempo que el fijado.
Me invadía una ternura que me llevaba a acariciar todas las cosas: picapor-
tes, barandas de escaleras, frutas podridas, relojes de oro, excrementos de
enfermo, bombillas eléctricas, sostenes sudorosos, rabos de caballo, axilas
peludas y camisitas sangrientas, pezones, copas de cristal, escarabajos y azu-
cenas naturalmente húmedas.
Aunque sólo acariciaba las orejas, los labios, las mejillas de un hombre a
quien había asesinado unas horas antes en su misma habitación, para sus-
tituir su cabeza por una cabeza más clásica: capricho último, de noche de
Navidad, de una mujer de pelo rojo y caderas ampulosas. Por quien había
llegado hasta el crimen. Y que esperaba, en tanto, voluptuosamente, mi
retorno imperioso a su casa, portador de la cena mágica, en la cual habría
de ser yo, a la vez, ‘maître’, matarife y comensal enamorado.
102
VERANO
Junto a cada árbol una aguda piedra para cada pie desgarrado. Navajas so-
bre carne viva, luz espejeada, fuente sórdida sobre desmedrados estanques.
Van a mi espalda los peores adioses. Van ladridos de perros detrás de mi
sombra, detrás del sudor caído en el polvo. Y todavía. Una cortina rota.
Un sueño encadenado. Una tormenta ejemplar. Un toro enfermo. Un río
de sangre.
El concierto está más allá. Aquí, el desconcierto. Llueve la luz en compli-
cidad con ecos deseados. Como un mar, satisface mis dos eternas hambres.
Es todo –cielo, aire, alcohol- temblor de la sensualidad escondida. Trapos.
Ya está. ¿Dónde más trapos que por los costados de Dios? Sombras mo-
jadas de los suburbios, ávidas de cuentos celestes y de plurales jardines.
Manchas de aceite de unos ordenados olivos cuyo verde tiembla aún en
mis ojos turbios de odios amontonados por no sé qué miradas adversas,
qué manos crueles, qué palabras esquivas.
103
FEDERICO GARCÍA LORCA
(Fuentevaqueros, Granada, 1898-Granada, 1936)
105
PAISAJE DE LA MULTITUD QUE VOMITA
(Anochecer de Coney Island)
107
Esta mirada mía fue mía, pero ya no es mía,
esta mirada que tiembla desnuda por el alcohol
y despide barcos increíbles
por las anémonas de los muelles.
Me defiendo con esta mirada
que mana de las ondas por donde el alba no se atreve,
yo, poeta sin brazos, perdido
entre la multitud que vomita,
sin caballo efusivo que corte
los espesos musgos de mis sienes.
108
Todos comprenden el dolor que se relaciona con la muerte,
pero el verdadero dolor no está presente en el espíritu.
No está en el aire ni en nuestra vida,
ni en estas terrazas llenas de humo.
El verdadero dolor que mantiene despiertas las cosas
es una pequeña quemadura infinita
en los ojos inocentes de los otros sistemas.
109
y para la tierna intimidad de los volcanes.
CIELO VIVO
YO no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba.
Cerca de las piedras sin jugo y los insectos vacíos
no veré el duelo del sol con las criaturas en carne viva.
110
Allí bajo las raíces y en la médula del aire
se comprende la verdad de las cosas equivocadas,
el nadador de níquel que acecha la onda más fina
y el rebaño de vacas nocturnas con rojas patitas de mujer.
Yo no podré quejarme
si no encontré lo que buscaba;
pero me iré al primer paisaje de humedades y latidos
para entender que lo que busco tendrá su blanco de alegría
cuando yo vuele mezclado con el amor y las arenas.
CEMENTERIO JUDÍO
111
Los niños de Cristo bogaban y los judíos llenaban los muros
con un solo corazón de paloma
por el que todos querían escapar.
Las niñas de Cristo cantaban y las judías miraban la muerte
con un solo ojo de faisán,
vidriado por la angustia de un millón de paisajes.
112
Tres mil judíos lloraban en el espanto de las galerías
porque reunían entre todos con esfuerzo media paloma,
porque uno tenía la rueda de un reloj
y otro un botín con orugas parlantes
y otro una lluvia nocturna cargada de cadenas
y otro la uña de un ruiseñor que estaba vivo;
y porque la media paloma gemía
derramando una sangre que no era la suya.
113
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.
114
Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.
Pero el viejo de las manos traslúcidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.
115
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.
INFANCIA Y MUERTE
116
que busca por la cocina las cáscaras de melón,
y un solitario, azul, inexplicable muerto
que me busca por las escaleras, que mete las manos en el aljibe
mientras los astros llenan de ceniza las cerraduras de las catedrales
y las gentes se quedan de pronto con todos los trajes pequeños.
Para buscar mi infancia ¡Dios mío!
comí limones estrujados, establos, periódicos marchitos
pero mi infancia era una rata que huía por un jardín oscurísimo
y que llevaba un anda de oro entre sus dientes diminutos.
117
VICENTE ALEIXANDRE
(Málaga, 1898-Madrid, 1984)
119
DEL COLOR DE LA NADA
Se han entrado ahora mismo una a una las luces del verano, sin que nadie
sospeche el color de sus manos. Cuando las almas quietas olvidaban la mú-
sica callada, cuando la severidad de las cosas consistía en un frío color de
otro día. No se reconocían los ojos equidistantes, ni los pechos se henchían
con ansia de saberlo. Todo estaba en el fondo del aire con la misma sereni-
dad con que las muchachas vestidas andan tendidas por el suelo imitando
graciosamente al arroyo. Pero nadie moja su piel, porque todos saben que el
sol da notas altas, tan altas que los corazones se hacen cárdenos y los labios
de oro, y los bordes de los vestidos florecen todos de florecillas moradas.
En las coyunturas de los brazos duelen unos niños pequeños como yemas.
Y hay quien llora lágrimas del color de la ira. Pero sólo por equivocación,
porque lo que hay que llorar son todas esas soñolientas caricias que al borde
de los lagrimales esperan sólo que la tarde caiga para rodar al estanque, al
cielo de otro plomo que no nota las puntas de las manos por fina que la piel
se haga al tacto, al amor que está invadiendo con la noche.
121
de su esfera, acabarían brillando como puntos de dolor, con peligro de atra-
vesarse en las gargantas. Se adivinaba la certidumbre de que las montañas
acabarían reuniéndose fatalmente, sin que pudiera impedirlo las manos de
todos los niños de la tierra. El día en que se aplastaría la existencia como
un huevo vacío que acabamos de sacarnos de la boca, ante el estupor de las
aves pasajeras.
122
cuentos cansados abrirán su vacilación nacarina para entonar su vaticinio
subyugante? Corramos, antes que los telones se desplieguen. Antes que los
pelos del lobo, que el hocico de la madriguera, que los arbustos de la cata-
rata se ericen y se detengan en su caída. Antes que los ojos de este subsuelo
se abran de repente y te pregunten. Corramos hacia el espanto.
123
ANSIEDAD PARA EL DÍA
Esta conciencia del aire extenso ocupa su sitio justo, su centímetro sobre
mi pecho alerta. El campo está vencido y si canto no podré rematar mi
canción que se mueve bajo el agua. Un pez dormido en el regazo no puede
sonreír, por más que se deslía sobre su lengua fría la imagen ya perdida.
Quién pudiera encontrar aquella dulce arena, aquella sola pepita de oro
que me cayó de mi silencio una tarde de roca, cuando apoyaba mis codos
sobre dos lienzos vacilantes que me ocultaban mi destino. Una bota per-
dida en el camino no reza en desvarío, no teme a la lluvia que anegue sus
pesares. Y un hombre que persigue perderá siempre sus bastones, su lento
apoyo, enhebrado en la hermosura de su ceguera. Nada como acariciar una
cuesta, una cuneta, una dificultad que no sea de carne, que no presienta
la nube de metal, la que concentra la electricidad que nos falta. Por eso es
bueno encontrar un navío. Para hogar, para perder la lista de las cosas, para
que de pronto nos falte el dedo de una mano y no lo reconozcamos en el
pico de una gaviota. Poderse repasar sin saludo. Poder decir no soy aunque
me empeñe. Poder decir al timonel no hay prisa, ¿sabe usted?, porque la luz
no desciende en forma de naipes, y no tengo miedo de marrar mi triunfo.
Puedo tener un lujo, el de la superficie, el de esta burbuja, el de aquella
espina, parece mentira, que viene bogando, que no encuentra la carne que
le está destinada. Estoy perdido en el océano,
Porque no me contemplo. Podéis enseñarme esa ola gigantesca hecha
sólo de puños de paraguas, esa ruidosa protesta sin resaca. No me asom-
bro, conservo mi nivel sobre el agua, puedo todavía mojar mi lengua en
el subcielo, en el azul extático. Pero si llegas tú, el monstruo sin oído que
lleva en lugar de su palabra una tijera breve, la justa para cortar la explica-
ción abierta, no me defiendo, me entrego a sus aletas poderosas. ¿Qué falsa
alarma ha rizado las gargantas de las sirenas húmedas que yo solo presiento
en forma de lijas traspasadas, dormidas sobre su silencio? Una orilla es mi
mano. Otra mi pierna. Otra es esta canción silvestre que llevo en anillo
dentro de mí, porque no quiero jaulas para los canarios, porque detesto el
oro entre los dientes y las lágrimas que no sirven para abrir otras puertas.
Porque voy a romper este cristal de mundo que nos crea; porque me lo está
124
pidiendo ese bichito negro que os sale por la comisura de la boca. Porque
estáis muertos e insepultos.
125
¿Entonces? No se esperaba entonces, ni ya mañana, ni ayer, más que el
eclipse único, la vela lozanísima que obscureciese el vello de la axila, ese
cuento despacio que acaba detenido en el calor del seno de tu pájaro, don-
de la pluma miente una caricia al párpado cerrado, a la imagen de alambre
que sostiene entramada a la pupila.
Abre la puerta y llora. Llora el viento que llega, el que llega y se cae, el que
se arrodilla y declama con el pecho los latidos del árbol que no sabes, las
ramas verdes que estás sintiendo enlazarse a la cintura. Llora y canta. Amor
proclama su victoria en forma siempre, en forma de blancura, no sudario
de pájaro, ni yema de pez, ni espada ni seno vivo. Sino dolor-pisada, dolor
estampa y cobre, dolor de letras sin sentido que escriben en el torso sus
no-besos, ese zumo de nube que está cayéndose en los ojos, incendiando la
zarza de tus pinchos, ahogando las burbujas que se rompen una a una en el
hondo misterio de tus pelos.
EL VALS
126
o acaso adornando las cabelleras.
Unas faldas largas hechas de colas de cocodrilos.
Unas lenguas o unas sonrisas hechas con caparazones de cangrejos.
Todo lo que está suficientemente visto
no puede sorprender a nadie.
127
Adiós, adiós, esmeralda, amatista o misterio;
adiós, como una bola enorme ha llegado el instante,
el preciso momento de la desnudez cabeza abajo,
cuando los vellos van a pinchar los labios obscenos que saben.
Es el instante, el momento de decir la palabra que estalla,
el momento en que los vestidos se convertirán en aves,
las ventanas en gritos,
las luces en ¡socorro!
y ese beso que estaba (en el rincón) entre dos bocas
se convertirá en una espina
que dispensará la muerte diciendo:
Yo os amo.
SIN LUZ
Al fondo de ese mar donde el inmóvil pez respira con sus branquias un
[barro,
ese agua como un aire,
ese polvillo fino
128
que se alborota mintiendo la fantasía de un sueño,
que se aplaca monótono cubriendo el lecho quieto
donde gravita el monte altísimo, cuyas crestas se agitan
como penacho –sí- de un sueño oscuro.
129
Ese profundo oscuro donde no existe el llanto,
donde un ojo no gira en su cuévano seco,
pez espada que no puede horadar a la sombra,
donde aplacado el limo no imita un sueño agotado.
130
EMILIO PRADOS
(Málaga, 1899-Ciudad de Méjico, 1962)
131
LO QUE ES ES PORQUE EL CORAZÓN...
NI LA MISERIA NI EL ESCÁNDALO...
133
Y MI SILENCIO NO HA SIDO UNA CRUELDAD...
Y mi silencio no ha sido una crueldad que se perdía oculta entre mis ropas
Yo no sé predecir
La luz únicamente más allá de mi mismo
Todo lo conocía
Conocía el mar y esos cuerpos desnudos
pero me devoraba la sangre entre las manos
Pedir perdón sería recordar un poema
y si yo escribo es únicamente porque no sé si he muerto
Tan lejos
La emancipación de nuestros sentidos está en recuperar la palabra
A B C D nos referían nuestras antiguas historias
134
si cayera una piedra sobre mis ojos
yo subiría del agua sin palomas.
EL LLANTO SUBTERRÁNEO
135
ando en ropa nocturna,
ando en seres que velan sus rebaños o el ansia de otros muertos.
Ando en los secos odres que la luna dormita
y en los altos cipreses que arrastran sus cadenas y engrandecen su marcha
[bajo los anchos puentes:
bajo los anchos puentes donde duele la vida
y los hombres se acercan a morir en silencio
uno a uno, millones desde los cuatro olvidos,
desde los cuatro mares que los pescados lloran.
Unos, largos maullidos que empañan los cristales
y enormes avestruces
y húmedas arpilleras
o blancas cicatrices como largos caminos
y negras fajas como ríos donde duermen barajas y las manos cortan.
Unos, medias palomas que arrastran por los huertos
las hojas de su muerte y el dolor del viaje
y el dolor de las balas que los perros devoran
allá junto a un costado de llamas en peligro.
Unos, lana dejada que desmorona enloquecida sus balidos
entre rubios espartos o iracundas pestañas.
Unos, lacias estrellas
y manos machacadas como balanzas diminutas,
como pequeños pájaros redondos que hieren, hieren, hieren por la sangre
[que horadan:
esa sangre que grita y atraviesa las cercas de la sal y la hondura y sus
fuertes delfines:
esos gritos que elevan sin latón gaviotas,
que enhebran los cabellos del vino con los peces
mientras cuelga la luna como un grueso pescado
donde juegan los dedos a un dominó sin ojos ni futuras monedas
y canciones de espinas que se olvidan del aire.
Unos, enormes girasoles
y entre las sienes máquinas
y plomo o cirios que se funden y andan,
136
avanzan y se paran de pronto como una fiebre o puerta:
un goterón que mira y duele,
que enrojece sus bordes y abandona:
un tracoma que escuece sobre casas humildes que huelen como arañas
[entre blandas palmeras y flautas que se pudren.
Unos, llevan cigarras
y les siguen palomas y lombrices y niños
y pequeñas banderas
y estampas como luces
o el rumor de las ruedas y el barro del aceite:
estos no son campanas ni hormigas ni amapolas:
huelen a barro y a tristeza
a mujer y a vinagre
a caña verde que se mece
y a cuerpo o piedra que se hunde lentamente en el agua.
Bajo los anchos puentes donde duele la vida
llegan, llegan luciérnagas y pesadas maromas:
allí los muslos obedecen sin temblor y sin gozo
a la sombra en que escupen y al rumor de la espuma:
allí los hombres se ennegrecen
y las caras se olvidan:
uno a uno, millones desde los cuatro vientos,
se acercan los navíos para morir bajo los puentes.
Son otro peso errante sobre la inmensa Tierra,
otra apesadumbrada voluntad que camina,
otros cuerpos que cuelgan de las pesadas rocas,
otro canto desnudo,
otro crimen reciente.
¡Así gimen las olas! ¡Así gimen las olas!
¡Oh sed, sed de los montes y de las altas nubes!
¡sed de cobre y escama!
¡sed de las amplias frentes en que el hombre navega:
de esas bandejas rápidas que ruedan como lunas
y terminan de pronto en un bolsillo diminuto!
137
Junto al mar, ese canto que el silencio origina,
donde los niños lloran
y las cabezas de los hombres miran y mueren contra el vino,
yo he visto, yo he visto a veces cernerse un ancho pájaro en la bruma
como bajo los puentes hoy los ápteros brazos de los viejos obreros.
II
138
Yo pertenezco al fondo de esas viejas lagunas
de esos hombres que marchan sin conocerse sobre el mundo;
a esos largos racimos que duelen contra el cáñamo,
que abandonan sus nombres como las hojas del aceite.
Yo pertenezco a ese pez que resiste como la nieve cae, como la nieve cae;
a esas aguas durísimas que se alejan cantando
y que un día amanecen junto a la orilla erectas.
“Si yo pudiera como esos seres del olvido que pasan y repasan su soledad bajo
[la luna,
dejar sobre la nieve
todo el ardor del ansia que circunda mi frente...”
Hay gotas de una lluvia que no encuentran, perdidas, los roces de su cielo
y hay pájaros que olvidan la plenitud de la distancia en que han sido
[engendrados.
Yo pertenezco a esos hombres que mueren.
Vivo aquí entre mis brazos, porque no encuentro el límite que los separa.
139
Canto, canto a la sombra de los más anchos ríos;
canto bajo la luz difusa de los puentes:
140
LUIS BUÑUEL
(Calanda, Teruel, 1900-Ciudad de Méjico, 1983)
141
MENAGE A TROIS
Por mucho que lo intenté no pude ver el rostro del chófer, algo así
como un cosaco que conducía nuestro auto. Junto a mí viajaba una mujer
enlutada de una distinción de diosa, de una palidez de alba. No la conocía.
Pero sentía despertarse mi piel empapada de lujuria. Atravesábamos un pai-
saje sin cielo, sin cielo hasta perderse de vista. La tierra se hallaba cubierta
de flores negras que exhalaban un penetrante aroma a alcoba de mujer.
Mi desconocida mandó detener al chófer junto a un gran lago re-
pleto, un lagrimal repleto de angustia. “Este es –me dijo- el lagrimal repleto
lago de angustia”. No le hice caso, ocupado como me hallaba ahora en
besarle el pecho entre los senos que ella ocultaba con las manos, llorando
sin consuelo, sin fuerzas casi para defenderse de mi lascivia.
Hasta nosotros llegó el chófer con la gorra en la mano no sé a qué.
Creí reconocer su rostro y ya no me cupo duda sobre su personalidad cuan-
do con una sonrisa exclamó: “Lago, amigo mío”. Loco de contento repuse:
“Eres tú, mío lago amigo viejo lagrimal”. Con que alborozo nos acogimos,
abrazándonos con una alegría de resurrección de los muertos.
Junto a nosotros acababa de detenerse un entierro. Amortajada en
el ataúd yacía la dama desconocida de momentos antes. ¡Pálida flor de car-
ne sin saber cantar! Aún resbalaba por su mejilla la última lágrima detenida
milagrosamente en el pómulo como un pájaro en la rama.
Mi amigo se precipitó a ella y la besó frenéticamente en los labios,
en los labios que de lívidos fueron insensiblemente transformándose en
verdes, luego en rojos, luego en fuego, luego en infierno.
Comencé a sentir un odio mortal por el chófer que ya no era mi
amigo. Comencé a sentir una repugnancia sin límites por aquel gusto de
limón en llamas que debían dejar en sus labios los labios insepultos de la
desconocida.
143
POLISOIR MILAGROSO
BACANAL
144
Cuando cruzamos los pulgares para formar un aspa
se renueva el martirio de San Bartolomé
que como se supo después era un fauno
o un miembro
que se crispaba delante de la cruz.
PALACIO DE HIELO
145
Quedan mis órbitas solas sin mirada, sin deseos, sin mar, sin po-
lluelos, sin nada;
146
JUAN SIERRA
(Sevilla, 1901-Ibíd., 1989)
147
PALMA ROSA RÍO
Alegría
al divisar el secreto de la gimnasia en la perdiz que nubla
islas obtenidas con ampliaciones de lágrimas
Joven costumbre de gozar una aptitud para los juramentos en falso
Aprovechando su esterilidad frente a márgenes endebles
149
LA ORACIÓN DEL HUERTO
Tiembla el mundo
gótico como el resto de una división inexacta
hubo un instante de almendra tan elocuente
él quería unir todas las ciudades en las letras de un nombre
sin tener en cuenta
que los imanes se encabritan sobre los ríos
sólo para que los ojos de las vírgenes pierdan su asombro vegetal
150
SUR CUANDO QUIERO
151
La vida nunca llega con retraso a unos ojos bellamente protegidos
Cada día que pasa te considero más niña
LUIS CERNUDA
(Sevilla, 1902-Ciudad de Méjico, 1963)
153
HABITACIÓN DE AL LADO
154
DUERME, MUCHACHO
CARNE DE MAR
155
Dolor frente a dolor,
Sin esperar amor tampoco?
VIEJA RIBERA
156
Mientras los años, muertos como un muerto,
Abren su tumba de estrellas apagadas.
Gritemos sólo,
Gritemos a un ala enteramente
Para hundir tantos cielos,
Tocando entonces soledades con mano disecada.
157
DIRÉ COMO NACISTEIS
158
No sabía los límites impuestos,
Límites de metal o papel,
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta
Adonde no llegan realidades vacías,
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
Parece como el viento que se mece en otoño
Sobre adolescentes mutilados,
159
Mientras las manos llueven,
Manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
Cataratas de manos que fueron un día
Flores en el jardín de un diminuto bolsillo.
DE QUÉ PAÍS
160
Mirando aquellas ruedas fugitivas
Hacia las cuales levantaba la arcilla un puño amenazante.
El país es un nombre;
Es igual que tú, recién nacido, vengas
Al norte, al sur, a la niebla, a las luces;
Tu destino será escuchar lo que digan
Las sombras inclinadas sobre la cuna.
ALGUIEN MÁS
161
Su amor sin forma descifrable
Marchaba sujetando recuerdos entre lunas
Una luna apagada o encendida era un recuerdo muerto o vivo
Mientras la juventud dormía con los ojos abiertos
O mientras la tormenta descendía al nivel de las cejas
Hasta los ojos mismos después hasta los labios
Sorprendidos en su trabajo insomne
De cantar las blasfemias con guitarra partida.
162
RAFAEL ALBERTI
(Puerto de Santa María, Cádiz, 1902-Ibíd., 1999)
163
EXPEDICIÓN
164
y la tarde cerraba compases para al alba abrir libros.
Sólo sabíamos que una recta, si quiere, puede ser curva o quebrada
y que las estrellas errantes son niños que ignoran la aritmética.
PERO por fin llegó el día, la hora de las palas y los cubos.
No esperaba la luz que se vinieran abajo los minutos
porque distraía en el mar la nostalgia terrestre de los ahogados.
Nadie esperaba que los cielos amanecieran de esparto
ni que los ángeles ahuyentaran sobre los hombres astros de cardenillo.
165
y un hastío sin rumbo haga estallar las flores y las calderas.
BUSCAD, buscadlos:
en el insomnio de las cañerías olvidadas,
en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras.
No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube,
unos ojos perdidos,
una sortija rota
o una estrella pisoteada.
Porque yo los he visto:
166
en esos escombros momentáneos que aparecen en las neblinas.
Porque yo los he tocado:
en el destierro de un ladrillo difunto,
venido a la nada desde una torre o un carro.
Nunca más allá de las chimeneas que se derrumban
ni de esas hojas tenaces que se estampan en los zapatos.
En todo esto.
Mas en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se enfrían en las paredes.
Buscad, buscadlos:
debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro
o la firma de uno de esos rincones de cartas
que trae rodando el polvo.
Cerca del casco perdido de una botella,
de una suela extraviada en la nieve,
de una navaja de afeitar abandonada al borde de un precipicio.
A Benjamín Palencia
167
Ved.
Mirad esto:
ha sido un falso testimonio decir que una soga al cuello no es agradable
y que el excremento de la golondrina exalta al mes de mayo.
Pero yo os digo:
una rosa es más rosa habitada por las orugas
que sobre la nieve marchita de esta luna de quince años.
168
HALLAZGOS EN LA NIEVE
Dame un poco de ese agua que depositan los látigos dormidos en las
[orejas de los perros.
Faltan aún quince ayes y doce escalofríos.
Tienes tiempo de explicarme el origen de las llanuras y la pena de los
[bosques cuando se acuerdan del viento.
Escucha.
Asesíname.
Hojas de otro hemisferio vendrán algún día a buscarme.
Abandóname.
169
ELEGÍA A GARCILASO
(LUNA, 1503-1536)
HUBIERAIS visto llorar sangre a las yedras cuando el agua más triste se
[paso toda una noche velando a un yelmo ya sin alma,
a un yelmo moribundo sobre una rosa nacida en el vaho que duerme
los espejos de los castillos
a esa hora en que los nardos más secos se acuerdan de su vida
al ver que las violetas difuntas abandonan sus cajas y los laúdes se ahogan
[por arrullarse a sí mismos.
Es verdad que los fosos inventaron el sueño y los fantasmas.
Yo no sé lo que mira en las almenas esa inmóvil armadura vacía.
¿Cómo hay luces que decretan tan pronto la agonía de las espadas
si piensan en que un lirio es vigilado por hojas que duran mucho más
[tiempo?
Vivir poco y llorando es el sino de la nieve que equivoca su ruta.
170
CÉSAR MORO
(Lima, 1903-Ibíd., 1956)
171
VISIÓN DE PIANOS APOLILLADOS CAYENDO EN RUINAS
EL OLOR Y LA MIRADA
173
[estrellas de cielo bajo la nieve incalculable de tu mirada
Tu mirada de holoturia de ballena de pedernal de lluvia de diarios de
[suicidas húmedos los ojos de tu mirada de pie de madrépora
Esponja diurna a medida que el mar escupe ballenas enfermas y cada
[escalera rechaza a su viandante como la bestia apestada que puebla los
[sueños del viajero
Y golpes centelleantes sobre las sienes y la ola que borra las centellas para
[dejar sobre el tapiz la eterna cuestión de tu mirada de objeto muerto tu
[mirada podrida de flor
174
A VISTA PERDIDA
175
[en el bosque y transita la pradera limitada por procesos mentales no
[bien definidos sobrellevando interrogatorios y respuestas de las piedras
[desatadas y feroces teniendo en cuenta el último caballo muerto al nacer
[el alba de las ropas íntimas de mi abuela y gruñir mi abuelo de cara a la
[pared
El estupor las sillas vuelan al encuentro de un tonel vacío cubierto de
[yedra pobre vecina del altillo volador pidiendo el encaje y el desagüe
[para los lirios de manteleta primaria mientras una mujer violenta se
[remanga las faldas y enseña la imagen de la Virgen acompañada de cer
[dos coronados con triple corona y moños bicolores
La medianoche se afeita el hombro izquierdo sobre el hombro derecho
[crece el pasto pestilente y rico en aglomeraciones de minúsculos carneros
[vaticinadores y de vitaminas pintadas de árboles de fresca sombrilla con
[caireles y rulos
Los miosotis y otros pesados geranios escupen su miseria
El grandioso crepúsculo boreal del pensamiento esquizofrénico
La sublime interpretación delirante de la realidad
No renunciaré jamás el lujo primordial de tus caídas vertiginosas oh
[locura de diamante
176
Donde Wagner hace la guardia a la puerta con la fidelidad
Del can royendo el hueso de la gloria
Mientras lluvias intermitentes y divinamente funestas
Corroen el peinado de tranvía aéreo de los hipocampos relapsos
Y homicidas transitando la terraza sublime de las apariciones
En el bosque solemne carnívoro y bituminoso
Donde los raros pasantes se embriagan los ojos abiertos
Debajo de grandes catapultas y cabezas elefantinas de carneros
Suspendidos según el gusto de Babilonia o del Trastévere
El río que corona tu aparición terrestre saliendo de madre
Se precipita furioso como un rayo sobre los vestigios del día
Falaz hacinamiento de medallas de esponjas de arcabuces
Un toro alado de significativa alegría muerde el seno o cúpula
De un templo que emerge en la luz afrentosa del día en medio de las
[ramas podridas y leves de la hecatombe forestal
177
El viento se levanta sobre la tumba real
Luis II de Baviera despierta entre los escombros del mundo
Y sale a visitarme trayendo a través del bosque circundante
Un tigre moribundo
Los árboles vuelan a ser semillas y el bosque desaparece
Y se cubre de niebla rastrera
Miríadas de insectos ahora en libertad ensordecen el aire
Al paso de los dos más hermosos tigres del mundo
178
en el crepúsculo para familias retiradas al estercolero o en gallinas
[endemoniadas
en un ojo de avestruz de trapo sangriento coronada de humo de cabelleras
[de momias reales evaporantes infanticidas
en la sonrisa afrentosa de un lagarto destripado al sol
a las doce del día
bajo un árbol
sobre un techo
a oscuras
en la cama
a mil pies bajo el mar
sobre la almohada húmeda de lluvia en el bosque desnudo
como un espectro de perro de familia dinástica violenta y salitrosa
como soplo de elefante sobre un muro de piedra fina
en el empobrecimiento progresivo y luminoso de un tigre que se vuelve
[translúcido sobre el cuerpo de una mujer desnuda
una mujer desnuda hasta la cintura
un hombre y un niño desnudos varios guijarros desnudos bajo el frío de
[la noche
una azotea a todo sol
unos despojos de aves de corral un baño y su bañadera rota por el rayo
un caballo acostado sobre un altar de ónix con incrustaciones de piel
[humana
una cabellera desnuda flameante en la noche al mediodía en el sitio en
[que invariablemente escupo cuando se aproxima el Ángelus
179
La familiaridad de los espirituosos
Vuelve espirituales los bolsones de los vertiginosos
[colibrís
180
ALDO PELLEGRINI
(Rosario de Santa Fe, Argentina, 1903-Buenos Aires, 1973)
181
182
MARTIRIO DE LAS FORMAS
Siento frío
en el viento que nace de tu cerebro
Las llamaradas eternas sueñan con arquitecturas inextinguibles
Dos pasos atrás
para que el peligro se transforme en una lluvia amedrentada
Los vigilantes conducen a las holandesas borrachas
y las mujeres escotadas apagan una multitud de luces
Profundidades deslumbradas de esplendores superficiales
por efecto de terremotos incalculables
En las oficinas caminaba por un laberinto de celuloide
En la noche se deslizaba, pensativo, por el corredor del insomnio
Caja de cartón perdida en un mal humor metálico
Las miradas rechinaban contra las puertas
Esferas fosforescentes rodeadas de soldados paralíticos y de termómetros
[rotos
y de pájaros amenazantes y de manos sangrientas, lejanas
que hacen alusión a las rutas inhallables
Silencio transparente
nunca alcanzarás el soberbio olvido de ver
aunque abras la puerta de la vida y te desvanezcas con la rapidez de un
[relámpago.
HORIZONTAL
Horizontal
frente al pájaro irreparable, la herida lenta
el tiempo acosado por lobos verdes
la columna destrozada, el ojo que habla a la noche
los lobos se apaciguan
183
sólo es verde el paisaje
sólo es horizontal la mirada
anteojos rotos, materia de fuego
la llamaremos la exquisita sal de los misterios.
184
y calcular la distancia del hombre implacable
que se incorpora
para vomitar.
Saltarás sobre el punto en que la garganta cede, huella invisible del desertor
y los idiomas parlamentan en la conjunción de la voz ahogada
y encontrarás palabras llenas de natural encanto
como poeta, catequista, político honrado, visión crepuscular
y te espantará el recrudecimiento de la gripe
en las estaciones abiertas a todos los impulsos
abiertas a medianoche con sus sonrisas de días templados
para llegar jadeando casi a la puerta de la izquierda
donde descubrirás a la mujer que huye, oh tu castigo
roedor, murciélago
vendiendo porcelanas hasta la culminación de agosto
hasta que las ratas abandonen tu próximo viaje, el que no se decide
hasta alcanzar la fecha, la fecha frágil de los encuentros
y perder a los naipes y asomarse a la molesta ventanilla del suicidio
y nada más, oh trenes, descendiendo a tiempo de la fiebre
descendiendo del hambre con prudencia rectangular
185
navegante que recorres el sentido vertical del agua
con cierta elegancia sostén de un declinante prestigio
y con la agonía del último esfuerzo
interpretarás fielmente la locura de los dioses, la confusión de los hombres
Desequilibrio
puerto seguro para refugio de una convulsión de milímetros por segundo
y viajeros que multiplican rumores en el gran corazón de tu equipaje
con su prédica descorazonante y su capacidad de viaje ilimitada
bebedor, bebedor de oscuridad y violencia
recorres a grandes saltos la cámara de los errores
persiguiendo sin alcanzarlas
mujeres apasionadas envueltas en su lluvia insinuante
y con la existencia en estado de alerta
recoges el secreto impalpable de las palabras, el encantamiento del
[séptimo día
186
LAS GRANDES SEQUÍAS
EL MUNDO ES TUYO
187
Quizás suben lentas escaleras en busca del lugar más alto
para la cita del humo la cólera se niega a despertar
los trenes descarrilan detrás de tus párpados y en medio de una gran
[incomodidad
el horizonte circula por tus venas
188
TROFEOS
189
GRACIAS AMIGOS
190
¿qué hago entonces aquí? el día se muere y alguien arrastra la noche tras
[sus pasos
la resaca una forma de la felicidad gracias mis amigos cuando me necesitéis
tres golpes en la puerta la avasalladora red de timbres eléctricos la
[insoportable
campanada la casa se derrumba la hospitalidad cumplida la gran
[liquidación de las llamaradas el juego siniestro
del intercambio de sonrisas
no debo nada a nadie muerdo el aire que respiro los consabidos golpes
hacen saltar mi cerebro me ofrecen el regalo de la distancia
la rueda de la fortuna atraviesa la calle ¿para ir adónde?
ninguna comarca de la tierra me acepta
la única entrada tapiada esos golpes
gracias amigos no esperaba menos de vuestro odio.
191
guardan el paisaje para una oportunidad mejor
Pequeño monstruo
desecha la altura inmóvil y el cobre del canto
observa atentamente la inclinación de los cuerpos
los viajes tienen el sentido de una condena quizás puedan ser sustituidos
con enorme ventaja por el beber
trenes de espuma cuando la rapidez aumenta se despierta la voracidad de
[los insaciables
se desplazan las órbitas de la ausencia se contemplan en el espejo del
[vértigo
se multiplica la humillación y un gran pájaro irónico devora al tiempo
192
¿Dónde estás? ya no lo sabes la tierra te arrastra
y una empobrecida alegría nocturna te acecha el rostro de la disipación se
[desmorona
la torpe comicidad de la miseria con dientes inútiles y ojos escarlatas
un uno por ciento de esperanza se recoge en el agua helada de la catarata
[del odio
y una especie de tintineo rutilante que suele conocerse con el nombre de
[compasión
Pequeño monstruo
apresúrate a encontrar la desorientación quítate el sombrero ácido
desnuda tu paso conquista tu posición impersonal medita en la
[insuficiencia del amor
ensaya clamores de auxilio busca los caminos peligrosos
ejercita tus manos en rasgar las vestiduras del cielo
inmenso es el sueño del mundo inmenso es el porvenir
toda la sorpresa del espacio te espera.
193
JOSÉ MARÍA HINOJOSA
(Campillos, Málaga, 1904-Málaga, 1936)
195
LOS GUANTES DEL PAISAJE
A Martín Saralegui
HIZO dar al volante una vuelta completa y el automóvil giró sobre sus
cuatro ruedas y se puso en dirección contraria a la que llevaba.
El cielo quedó revocado de nubes.
Sacaba el paisaje de sus ojos con un balde y lo vertía a lo largo de la
carretera. La cuerda era la velocidad y de garrucha le servía el horizonte que
no cesaba de rechinar en su constante cimbreo de colinas y cañadas.
Se sentía un pozo de paisaje y gozaba vertiéndolo a su gusto por donde
pasaba y como es natural lo iba construyendo de la manera que más le
placía. Sus manos asidas con fuerza al volante cambiaban de color e iban
del rojo intenso al anaranjado y amarillo; después subían de color paulati-
namente hasta alcanzar otra vez el rojo.
El paisaje oscilaba al compás del cambio de color de las manos y descri-
bía un ciclo desde Fiésole hasta las selvas vírgenes brasileñas.
El trébol tejió una guirnalda alrededor del encéfalo caldeado y el ho-
rizonte dio un quejido al verse amarrado a un punto fijo por la mirada.
Los paisajes frenados en seco se derrumbaron unos sobre otros y encima
de todos flotaba uno, aquél que se le presentó con los brazos en alto por
mandato de un guardia de la circulación.
Si nos hubiésemos asomado al brocal de sus ojos en este momento,
creeríamos ahora firmemente en la teoría de la estaticidad esferoidal de los
paisajes circunflejos.
(Dos noticias aparecidas aquel día en los periódicos de la noche: “el au-
tomóvil m-56565656 ha sido multado por exceso de velocidad.- el
papa empeña su solideo para comprar un matasuegras”.
Sentía sus ojos exhaustos de paisaje y sus manos palidecían con fre-
cuencia; a veces esta decoloración le alarmaba y quiso poner coto a ella
inyectándose paisaje intensivo.
Para conseguir aquello se valía de una serie de guantes de distintos colo-
res. Calzábalos del color apropiado para obtener el correspondiente paisaje
que él deseaba. Cuando se sentía saturado de aquel paisaje cambiábase los
196
guantes que llevaba puestos por otros de color diferente. Así iba reponién-
dose de su anemia de paisaje.
Durante este periodo de convalecencia no hubo un día siquiera que
llegase a dar al volante un cuarto de vuelta. El automóvil no había vuelto a
girar sobre sus cuatro ruedas.
* *
*
197
(Última noticia recibida con retraso: “el papa en el consistorio em-
broma a los cardenales con el matasuegras.”
Madrid, 1926
TEXTOS ONÍRICOS
III
198
dos se cobijaban bajo la parra moscatel unidos por un beso condensado en
éxtasis. Los enamorados transcribían exactamente las palpitaciones lunares
y siempre que comenzaban a contar no pasaban del uno. Aquella mañana
de bramidos encandiló mis oídos que se rindieron a la menor indicación
del silencio a la muerte.
VI
TODAS las verdades llevan la sangre a flor de piel aunque sus huesos sean
firmes como aquella roca que tendida a nuestros pies pugnaba, por ser
rinoceronte, en vano. Esta verdad y aquélla y todas las verdades no llevan
en su frente más que calaveras. Calaveras ilustres. Pueden ser la calavera
de Lord Byron, la calavera de Villon, la calavera de Azorín, la calavera de
Rimbaud; pero nunca la calavera de Proust porque ésa tiene en su interior
1327 gusanos de verdad que la defienden de todas las verdades. Un gusano
no es más que una ecuación resuelta sobre la vida. Marcelo Proust nos mira
a través de sus gafas ahumadas para imponernos su silencio por solo uno
instantes pero quedó burlado porque nos escapamos, entre una doble fila
de ranas y mujeres que croaban y reían, para ir a perdernos de sus mira-
das entre la luz del sol. Y ahora que somos libres, ¿cuál es vuestra verdad?
¿Podremos evadirnos de nuestros límites en esta limitada evasión? ¿Dónde
comienzo y dónde termino? Una multitud de cuerpos míos corrían sobre
las olas del Océano Atlántico en busca de un horizonte fijo. Mi cuerpo se
multiplicaba en la lejanía y yo, amarrado en la playa a una roca, vomitaba
olas y más olas de sangre que llevaban mi verdad roja hasta la negra profun-
didad de la luz. ¿Dónde comienzo y dónde termino? Esta evocación llevará
en sus entrañas la agria arquitectura de una granada del ayo y al final de este
desorden matemático encontrará a la estatua de la Libertad iluminando al
mundo con sus tinieblas. Mis diez dedos temblorosos rasgan poco a poco
las vestiduras negras de este cuerpo de nieve y al tenerlo entre mis manos
se derrite con el fuego que brota de mi piel. ¿Será posible la libertad? ¿Será
imposible el amor?
199
Mi alma, aquí la tengo. Sin aumentar ni disminuir puede extenderse
ella sola por el mundo entero. Mi alma y mi cuerpo aquí los tengo y ahora
crepitan entre las llamas de todas las verdades y bajo las miradas de todas
las calaveras.
Una sola pregunta bastaría para que mis manos dejasen de dar sombra
cayendo confundidas en el mar todas las dimensiones de la tierra.
¿Por qué ocultas detrás de tus ojos esa avestruz morada capaz de atravesar
un desierto?
200
se evaporaba durante el sueño antes que la vigilia formase con ella estatuas
de mármol o iceberg flotantes en estas aguas turbias pobladas de trozos de
esqueletos y de sonrisas largas de pieles rojas. Entonces el amor se fundió
con el fuego sagrado de tu lengua en llamas y todos los pájaros asistían en
silencio a aquella aurora boreal con el mismo respeto que los fieles presen-
cian el Sacrificio Divino. Pero tu piel era transparente y en la conciencia
ocultabas una raíz cúbica amarilla que se resolvía en margaritas a las pri-
meras lluvias siendo imposible que llegases al fin del itinerario sin el menor
desfallecimiento. Estaba cierto de esto y también tenía la certeza de que
una margarita entre tus manos originaría una copiosa nevada. Mis pala-
bras flotaban en torno tuyo, en torno a tu piel transparente sin atreverse
a lanzarse por el torrente de tu pecho para disolver el nudo en las aguas
profundas de estos dos pozos abiertos en las cuencas de mis ojos. A pesar
de todo yo sabía que en el verano nacían espigas de tu carne, pero nadie,
ni mis dientes siquiera, supieron romper la blancura almidonada de tus
cabellos húmedos, despiertos en la noche mientras enjugaban el sudor de
mi frente. Sí, sabía que en tu carne nacían espigas y yo seguía acariciándote
los cabellos sin el menor remordimiento, con la conciencia en alas de los
pájaros. Tus manos en un tiempo me traían la sombra de los caminos a los
labios mientras escapaban por las rendijas los últimos restos de aquel gran
ejército de corazones blancos para zambullirse en el río después de haber
cantado tu canción favorita. Y oías como las espigas crujían a nuestros
besos cuando mis ojos se derramaban sobre tu carne y era posible el vuelo
de las mariposas alrededor de tu sexo, de tu ombligo, de tus pechos, de tu
boca entreabierta por donde salían nubes blancas que humedecían con sus
lluvias nuestros dos corazones. Mis manos huyeron de mí y fueron a per-
derse tras el horizonte de aquella llanura amarilla. Cuando vuelvan traerán
entre ellas una espiga dorada que puede ser tu corazón.
201
VINIERON AVES HERIDAS
MI CORAZÓN PERDIDO
202
Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas.
203
GILBERTO OWEN
(El Rosario-Sinaloa, Méjico, 1904-Filadelfia, EE UU, 1952)
205
ESPEJO VACÍO
PARTÍA Y MORÍA
La casa sale por la ventana, arrojada por la lámpara. Los espejos –despilfa-
rrados, gastan su sueldo el día de pago- lo aprueban.
En ese cuadro en que estoy muerto, se mueve tu mano, pero no
puedes impedir que me vea, traslúcida. Acabo de ganar la eternidad de esa
postura, y me molesta que me hayan recibido tan fríamente. No me atrevo
a dejar el sombrero; le doy vueltas entre mis dedos de atmósfera. Los tres
ángulos del rincón me oprimen cerrándose hasta la asfixia, y no puedo
valerme. Ese marco rosado no le conviene al asunto. Déjame mirarme en
tus dientes, para ponerle uno del rojo más rojo.
Los números me amenazan. Si los oigo, sabré todo lo de tu vida,
tus años, tus pestañas, tus dedos, todo lo que ahora cae, inmóvil, como en
las grutas –espacio de sólo tres dimensiones.
Nada. Vivimos en fotografía. Si los que duermen nos soñaran,
creerían estar soñando. ¿Qué negro ha gritado? Vamos a salir desenfocados,
y se desesperará el que está detrás de la luna, retratándonos. El viento em-
puja el cielo, pero tú dices que ha bajado el telón de la ventana. Duérmete
ya, vámonos.
206
INTERIOR
Las cosas que entran por el silencio empiezan a llegar al cuarto. Lo sabe-
mos, porque nos dejamos olvidados allá adentro los ojos. La soledad llega
por los espejos vacíos; la muerte baja de los cuadros, rompiendo sus vitrinas
de museo; los rincones se abren como granadas para que entre el grillo con
sus alfileres; y, aunque nos olvidemos de apagar la luz, la oscuridad da una
luz negra más potente que eclipsa la otra.
Pero no son éstas las cosas que entran por el silencio, sino otras
más sutiles aún; si nos hubiéramos dejado olvidada también la boca, sa-
bríamos nombrarlas. Para sugerirlas, los preceptistas aconsejan hablar de
paralelas que, sin dejar de serlo, se encuentran y se besan. Pero los niños
que resuelven ecuaciones de segundo grado se suicidan siempre en cuanto
llegan a los ochenta años, y preferimos por eso mirar sin nombres lo que
entra por el silencio, y dejar que todos sigan afirmando que dos y dos son
cuatro.
1. Perfil
207
qué David tira la piedra de aire y esconde la honda
y no hay al frente una frente que nos justifique habitantes de un eco en
[sueños
sino un sonámbulo ángel relojero que nos despierta en la estación precisa
adiós sensual sueño sensual Teología al sur del sueño
hay cosas ay que nos duele saber sin los sentidos
2. Vuelo
208
LA SEMILLA EN LA CENIZA
209
PABLO NERUDA
(Parral, Chile, 1904-Santiago de Chile, 1973)
211
ESTRELLA RETARDADA
ADMITIENDO EL CIELO
212
pero el aire estaba frío en tu corazón como en una campana
un cordel delirante iba a romper tu frío
se me durmió una pierna en esa posición y hablé con ella
cantándole mi alma me pertenece
el cielo era una gota que sonaba cayendo en la gran soledad
pongo el oído y el tiempo como un eucaliptus
frenéticamente canta de lado a lado
en el que estuviera silbando un ladrón
ay y en el límite me paré caballo de las barrancas
sobresaltado ansioso inmóvil sin orinar
en ese instante lo juro oh atardecer que llegas pescador satisfecho
tu canasto vivo en la debilidad del cielo
ALIANZA (SONATA)
213
fundé mi sueño, mi actitud callada.
COMUNICACIONES DESMENTIDAS
214
Loros, estrellas, y además el sol oficial y una brusca humedad hi-
cieron nacer en mí un gusto ensimismado por la tierra y cuanta cosa la
cubría, y una satisfacción de casa vieja por sus murciélagos, una delicadeza
de mujer desnuda por sus uñas, dispusieron en mí como de armas débiles y
tenaces de mis facultades vergonzosas, y la melancolía puso su estría en mi
tejido, y la carta de amor, pálida de papel y temor, sustrajo su araña trémula
que apenas teje y sin cesar desteje y teje. Naturalmente, de la luz lunar, de
su circunstancial prolongación, y más aún, de su eje frío, que los pájaros
(golondrinas, ocas) no pueden pisar ni en los delirios de la emigración, de
su piel azul, lisa, delgada y sin alhajas, caí hacia el duelo, como quien cae
herido de arma blanca. Yo soy sujeto de sangre especial, y esa substancia a la
vez nocturna y marítima me hacía alterar y padecer, y esas aguas subcelestes
degradaban mi energía y lo comercial de mi disposición.
De ese modo histórico mis huesos adquirieron gran preponde-
rancia en mis intenciones: el reposo, las mansiones a la orilla del mar me
atraían sin seguridad pero con destino, y una vez llegado al recinto, rodea-
do del coro mudo y más inmóvil, sometido a la hora postrera y sus perfu-
mes, injusto con las geografías inexactas y partidario mortal del sillón de
cemento, aguardo el tiempo militarmente, y con el florete de la aventura
manchado de sangre olvidada.
DESESPEDIENTE
215
Examinemos ahora los títulos y las condiciones,
las actas especiales, los desvelos,
las demandas con sus dientes de otoño nauseabundo,
la furia de cenicientos destinos y tristes decisiones.
216
Rodad conmigo a las oficinas, al incierto
olor de ministerios, y tumbas, y estampillas.
Venid conmigo al día blanco que se muere
dando gritos de novia asesinada.
217
SALVADOR DALÍ
(Figueras, Gerona, 1904-Púbol, Gerona, 1989)
219
220
POEMA DE LAS COSITAS
(Dedicado a Sebastián Gasch)
Hay una cosita mona que nos mira sonrriendo mi amiga tiene la
mano de corcho y llena de puntas de París.
Mi amiga tiene las rodillas de humo
El azúcar se disueve en el agua, se tiñe con la sangre, y salta como una
pulga.
Mi amiga tiene ahun un reloj de pulsera de macilla.
Los dos pechos de mi amiga el uno es un suavevisimo avispero y el
otro una calma gorota.
Los pequeños erizos, los pequeños herizos, los pequeños erizos, los
pequeños herizos, los pequeños erizo, los pequeños herizos
Los pequeños erizos, pinchan
El ojo de la perdiz es encarnado.
Cositas, cositas, cositas, cositas, cositas
Cositas, cositas, cositas, cositas, cositas
Cositas, cositas, cositas, cositas, cositas
Cositas, cositas, cositas, cositas, cositas
Cositas, cositas, cositas, cositas, cositas
1927
221
POEMA
A Lydia de Cadaqués
CON EL SOL
222
y otro moco, de pie, en la cumbre de mi dedo a punto de volar
y otro moco derecho a 20 m. encima una piedra que parece un
[monumento a los loros,
y otro moco quieto encima una arna a 40 m, que es un alegre canción,
y otro moco seco, que es un viraje,
y otro moco volador, que es un traje sastre,
y otro moco enrampado, que es la historia de una nuez,
y otro moco, dado a la bebida, que es los ruidos de la guerra europea.
Cuando hace sol, cuando hace sol, cuando hace sol, cuando hace
[sol, cuando hace sol, cuando hace sol!
Cuando hace sol, hago bonitos castillos
Con corchos pintados de rojo.
Con plumas de colores.
Con saliva.
Con los pelos de las orejas de mi familia.
Con el vómito de los felices animalitos.
Con los hermosos marcos de los cuadros artísticos.
Con los excrementos de las cantantes, de las bailantes, de las cabras, de los
[aficionados a la grisantema, de las bestias secas.
Este castillo lo hago expresamente para que lo habite un curioso matrimo-
nio compuesto de un saltamontes viejo y una cenicita de cigarro. El salta-
montes está formado por más de 100/000.000 diminutos peces espada; si
se sopla, los diminutos peces espada se esparcen por el aire y sólo queda de
él una antigua y delgadísima pluma estilográfica peluda.
En cuanto a la cenicita, ¿tendré que insinuar aún que se trata de un simple
MOCO?
1929
223
UNA PLUMA, que no es tal PLUMA, sino una diminuta HIERBA, repre-
sentando un caballito de mar, mis encías sobre la colina y al mismo tiempo un
hermoso paisaje primaveral
***
224
***
***
***
Por qué esperar que la espuma se pose sobre las rocas lisas
si precisamente las nubes viven
dentro las plumas de dentro las rocas lisas
pero las nubes, la espuma y las rocas lisas
no forman otra cosa que un antiguo y conocido paisaje
225
donde viví mi adolescencia
mis labios, mis ojos perdidos entre los guijarros...
mis cabellos imitando los gestos de las piedras
y vigilado únicamente
por una aceitunita vigiladora
alegre
como un violento puntapié en medio del culo.
226
y en tangos secos
y en valencianos secos
y en músicos secos debajo una pequeña hierba
y en peluqueros secos debajo una pluma
y en pulgares secos atraídos por el alta mar
y en narices secas puestas en fila
y en sardinas secas delgadas como un hilo25 que quisieran ir a
[alguna parte
pero tiene los ojos encima una caña seca
las escamas en el fondo de un charco seco
las espinas las crestas las narices y las codornices
extraviadas en un pequeño ano seco llevado por la brisa
como una tortuga
o como una semilla.
Pequeño ano
tú habías vivido cerca del sexo de una joven y bonita nadadora
habías jugado
habías leído novelas instructivas
habías ido y venido
paseabas
traspapelabas
y ahora estás seco y la brisa se te lleva como una semilla.
***
227
verse aún cada vez más diminutas la carita de una liebre, dentro la carita
de una liebre la carita de un pez, y dentro de la carita de un pez la carita de
una patata, pero mejor será volver a las piedras del principio.
26 Los niños, los ancianos, los adolescentes, los hombres y los ancianos forman el
sexo masculino; las niñas, las mujeres, las ancianas, forman el sexo femenino;
el padre, la madre, el abuelo, la abuela, las hermanas y los hermanos, son los
miembros de la familia; los hombres son jóvenes, viejos, bajos, altos, delgados, ro-
bustos, enfermizos, sanos, activos, perezosos, buenos, malos. Los hombres, viven,
piensan, hablan, ríen, lloran, comen, beben, andan, bailan, leen, escriben, hacen
media, cosen, tejen, enseñan, estudian y juegan. El hombre piensa, la niñita ríe.
Son muchas las niñas que cosen una camisa, son muchas las mujeres que tejen.
Mi abuela hace medias pequeñas. Todos los hombres comen, beben y respiran.
Las madres enseñan a los niños a contar; el niño aprende a calcular. Papá tiene
toda la barba. Enrique no tiene todavía barba. El abuelo tiene el cabello cano.
¿Cómo son tus cabellos? La mamá es una buena y amable persona. Berta es una
buena hija. Carlos es un escolar, Juana es la nieta del abuelo, Francisco se parece a
papá ¿A quién te pareces tú? Tu serás adolescente, hombre y después anciano. El
hombre tiene cabeza, cuello, espalda, vientre, un lado derecho y un lado izquier-
do, dos brazos, dos manos y dos pies; tenemos una frente, dos ojos, dos orejas,
dos mejillas, dos labios, una barba, una lengua, treinta y dos dientes, un paladar,
muchos cabellos, diez dedos en las manos, diez en los pies y veinte uñas.
228
al lado de un grito de ave
dentro de otra piedra había un piñón quieto barnizado de negro
al lado de un ruido lejano de tormenta
y de una magnolia iluminada por el sol
dentro de otra piedra había un diminuto piñón con bigote y un
[excremento encima la cabeza
VIVA
dentro de otra piedra había aún un pequeño piñón derecho quieto
[enrampado rabioso y confitado
con un microscópico sombrero de Napoleón
VIVAN VIVAN Y VIVAN los tales piñones
esportivos y demás
***
***
229
llevan un saltamontes arrapado a la boca
y están ocultos
detrás del último muro
que separa los andenes de las estaciones del paisaje
[primaveral
para ocultarme
el vuelo lleno de crueldad de las palomas de ojos vacíos
para ocultarme
el sufrimiento y el esfuerzo estéril
de las patas de las gallinas
al intentar salir del cuello de las bestias previamente podridas y secas
para ocultarme
los dientes afilados de las mujeres bellísimas
esculpidos en los jarrones artísticos
que rematan los lugares más altos
de los preciosos y decorativos edificios de yeso
para ocultarme
ciertos objetos malvados
cuya vista me revela la más irremediable desesperación
ciertas cajas de ébano de uso desconocido
de forma parecida al estuche de un violín
cuya tapa imita exactamente en relieve una magnífica y rubia
[cabellera de mujer
para ocultarme
este saltamontes erizado de hormigas
cuyo contorno coincide con la extraña mancha negra
que tengo en mi espalda
para ocultarme
esta hora demasiado avanzada del día.
***
Pero no tengo necesidad de girarme, para saber que detrás de mis espaldas
es ya la tarde, ni para saber exactamente lo que allí está pasando. Sé que si
230
me girara vería aquella playa a la que alguna vez me he acercado en sueños,
sembrada de animales fósiles, ramas de coral y el mar cubierto de hormigas
aladas. A lo lejos habría aquellos tres angustiosos personajes de siempre
encubiertos bajo la apariencia de tres solitarios montones de conchas.
***
Un montón
es un personaje exquisito con moño de mujer
que está olvidándose del nombre de su hermana
el otro es un loco
y el montón más lejano
aquél del final de la playa cubierto hasta la mitad por una sábana
aquél es el tercer personaje
va vestido como yo
y sigue con la mirada el contorno de una piedra.
Folleto perdura
al mismo tiempo declinando
una tasa
una tasa portuguesa cualquiera
que se fabrica hoy
en una fábrica de vajillas
pues una tasa
se parece por su forma
a una dulce antinomia municipal árabe
montada al final del alrededor
231
como la mirada de mi bella Gala
la mirada de mi bella Gala
olor de litro
como el tisú epitelial de mi bella Gala
su tisú epitelial chocarrero y lamparista
si yo lo repetiría mil veces.
Folleto perdura
al mismo tiempo declinando
una tasa
una tasa portuguesa cualquiera
que se fabrica hoy
en una fábrica de vajillas
pues una tasa
se parece por su forma
a una dulce antonomía municipal árabe
montada al final del alrededor
como la mirada de mi bella Gala
la mirada de mi bella Gala
olor de litro
como el tisú epitelial de mi bella Gala
su tisú epitelial chocarrero y lamparista
si yo lo repetiría mil veces.
232
OCTAVIO PAZ
(Ciudad de Méjico, 1904-Ibíd., 1998)
233
TRABAJOS FORZADOS
Fragmento
VII
LA HIGUERA
235
centro: sopor visitado de pájaros, vibraciones de élitros, entrañas de fruto
goteando plenitud.
En los días de calma la higuera era una petrificada carabela de
jade, balanceándose imperceptiblemente, atada al muro negro, salpicado
de verde por la marea de la primavera. Pero si soplaba el viento de marzo,
se abría paso entre la luz y las nubes, hinchadas las verdes velas. Yo me tre-
paba a su punta y mi cabeza sobresalía entre las grandes hojas, picoteada de
pájaros, coronada de vaticinios.
¡Leer mi destino en las líneas de la palma de una hoja de higuera!
Te prometo luchas y un gran combate solitario contra un ser sin cuerpo.
Te prometo una tarde de toros y una cornada y una ovación. Te prometo
el coro de los amigos, la caída del tirano y el derrumbe del horizonte. Te
prometo el destierro y el desierto, la sed y el rayo que parte en dos la roca:
te prometo el chorro de agua. Te prometo la llaga y los labios, un cuerpo y
una visión. Te prometo una flotilla navegando por un río turquesa, bande-
ras y un pueblo libre a la orilla. Te prometo unos ojos inmensos, bajo cuya
luz has de tenderte, árbol fatigado. Te prometo el hacha y el arado, la espiga
y el canto, te prometo grandes nubes, canteras para el ojo, y un mundo por
hacer.
Hoy la higuera golpea en mi puerta y me convida. ¿Debo coger el
hacha o salir a bailar con esa loca?
NOTA ARRIESGADA
Templada nota que avanzas por un país de nieve y alas, entre despeña-
deros y picos donde afilan su navaja los astros, acompañada sólo por un
murmullo grave de cola aterciopelada, ¿adónde te diriges? Pájaro negro tu
pico hace saltar las rocas. Tu imperio enlutado vuelve ilusorios los precarios
límites entre el hierro y el girasol, la piedra y el ave, el fuego y el liquen.
Arrancas a la altura réplicas ardientes. La luz de cuello de vidrio se parte
en dos y tu negra armadura se constela de frialdades intactas. Ya estás entre
236
las transparencias y tu penacho blanco ondea en mil sitios a la vez, cisne
ahogado en su propia blancura. Te posas en la cima y clavas tu centella.
Después, inclinándote, besas los labios congelados del cráter. Es hora de
estallar en una explosión que no dejará más huella que una larga cicatriz en
el cielo. Cruzas los corredores de la música y desapareces entre un cortejo
de cobres.
GRAN MUNDO
LECHO DE HELECHOS
237
escamas resplandecientes. Se retira la ola de oro líquido. Tendida sobre la
lava que huye, eres un gran témpano lunar que enfila hacia el ay, un pedazo
de estrella que cintila en la boca del cráter. En tu lecho vertiginoso te en-
ciendes y apagas. Tu caída me arrastra, oh herida que parpadea, oh círculo
que cierra sus pestañas, oh negrura que se abre, despeñadero en cuyo fondo
nace un astro de hielo. Desde tu caer me contemplas con tu primer mirada
–la mirada que pierde suelo-. Y tu mirar se prende al mío. Te sostienen
en vilo mis ojos, como la luna a la marea encendida. A tus pies la espuma
degollada canta el canto de la noche que empieza.
ENTRADA EN MATERIA
238
La boscosa hendidura de la profecía
Crece la marea invisible
La marea del espanto
Torres ceñudas con el miedo al cuello
Sonámbulos palacios
Graves moles de sueño y orgullo
Calado hasta los huesos tiembla el hierro
Y la piedra pelada hasta los huesos
El mal promiscuo el mal sin nombre
Todos los nombres del mal
El mal que tiene todos los nombres
Hasta el meollo del hierro
Y la juntura ciega de la piedra
Entre tus muslos un reloj da la hora
Demasiado tarde
Demasiado pronto
En tu cama de siglos fornican los relojes
En tu cráneo de humo pelean
Las edades del humo
Memoria que se desmorona
Ciudad de frente indescifrable
Tu discurso demente
Tejido irrefutable de razones
Corre por mis arterias
Y repica en mis tímpanos tu sílaba
Tu frase inacabada
Entre los quicios del lenguaje
Relojes que se desmoronan
Como un enfermo desangrado se levanta
La luna
Sobre las altas azoteas
La luna
Como un borracho cae de bruces
Los perros callejeros
239
Mondan el hueso de la luna
Pasa un convoy de camiones
Sobre los cuerpos de la luna
Un gato cruza el puente de la luna
Los carniceros se lavan las manos
En el agua de la luna
La ciudad se extravía por sus callejas
Se echa a dormir en los lotes baldíos
La ciudad se ha perdido en sus afueras
Un reloj da la hora
Ya es hora
No es hora
Ahora es ahora
Ya es hora de acabar con las horas
Ahora no es hora
Es hora y no ahora
La hora se come al ahora
Ya es hora
Las ventanas se cierran
Los muros se cierran las bocas se cierran
Regresan a su sitio las palabras
Ahora estamos más solos
La conciencia y sus pulpos escribanos
Se sientan a mi mesa
El tribunal condena lo que escribo
El tribunal condena lo que callo
El ojo fijo del muro descarado
Ruidos imperceptibles
Pasos del tiempo que aparece y dice
¿Qué dice?
Qué dices de mi pensamiento
No sabes lo que dices
Trampas de la razón
Crímenes del lenguaje
Borra lo que escribes
240
Escribe lo que borras
El haz y el envés del español artrítico
Hoy podría decir todas las palabras
Un rascacielos de erizadas palabras
Una ciudad inmensa y sin sentido
Un monumento grandioso incoherente
Babel babel minúscula
Otros te hicieron
Los maestros
Los venerables inmortales
Sentados en sus tronos de cascajo
Otros te hicieron lengua de los hombres
Galimatías
Palabras que se desmoronan
Vuelve a los nombres
Ejes
Anchas espaldas de este mundo
Lomos que cargan sin esfuerzo al tiempo
Materias reales y espirituales
Vidrio mirada congelada
Pared máscara de nadie
Libros de frente despejada
Hinchada de razones enemigas
Mesa servil a cuatro patas
Puerta trasera condenada
Materias irreales
Verdades desfondadas
No pesa el tiempo
Es pesadumbre
No están las cosas en su sitio
No tienen sitio
No se mueven
Y se mueven
Echan alas
Echan raíces
241
Garras dientes
Tienen ojos y uñas uñas uñas
Son reales son fantasmas son corpóreas
Están aquí
Son intocables
Los nombres no son nombres
No dicen lo que dicen
Yo he de decir lo que no dicen
Yo he de decir lo que dicen
Piedra sangre esperma
Ira ciudad relojes
Pánico risa pánico
Yo he de decir lo que no dicen
Promiscuidad del nombre
El mal sin nombre
El nombre de los males
Yo he de decir lo que dicen
El sagrario del cuerpo
El arca del espíritu
242
PEDRO GARCÍA CABRERA
(Vallehermoso, La Gomera, 1905-Santa Cruz de Tenerife, 1981)
243
244
LA CITA ABIERTA
EL RELOJ DE MI CUERPO
245
Toda la tierra tiene ahora un frescor de ceniza y de arena.
Las botellas recuerdan aquel último beso estallado en sus cuellos
sin que puedan los líquidos hacerlas olvidar que te marchaste.
Te lloro con mis manos y con mis muslos que ya no encuentro
Más que a través de trincheras abandonadas y de globos cautivos.
He puesto el latir de mis sienes al compás de tus pasos subiendo la escalera
para oír cómo pisa tu sangre sobre las yemas de mis dedos ausentes.
Sigue el dolor rodando. Y es tan duro
que podría servir de rieles a los trenes cargados de heridos.
Y tengo miedo. Miedo de que se escape de mi insomnio
helando las palabras que dicen las cerillas a los niños.
MI PENSAMIENTO A LA RULETA
246
Y lo mismo el broche de presión con que lacra tu boca
pliegos de una aritmética de ternura,
que tus almíbares escorados en los arrecifes de la nostalgia,
que los lobos hambrientos con que la presa del goce
retornan por los desfiladeros de las caricias,
se ensombrecen como el aroma, como el sonido, como el llanto y el
[ademán
si se hacen presentes tus ojeras en las violetas crepusculares.
Y quedas tú, en la noche cerrada de la ausencia,
como un vendaje de alcanfor:
única bandera de claridad victoriosa
en medio del olvido.
HABLA UN INTERRUPTOR
247
me sugiere una pelota que se hincha de turbias patadas
y porque las bocinas de los automóviles
tienen olor a arcoiris.
Las ventanas que dan al patio de los contratiempos
son del mismo matiz de mi frente
y desde ellas prefiero, de tarde, la letra m si es pelirroja,
al amanecer, una entre la g y la h,
y al mediodía, la misma que picotean los tirabuzones del alba.
Como mis sentidos nacieron en una naranja con relámpagos,
a veces,
cuando la noche no está de guardia,
la lluvia puede dilucidar la joroba de un centinela.
Pero a pesar de todo eso
nunca acariciaré los rayos del sol
porque mi soledad está siempre libertando
cerrojos del tamaño de hombres.
248
sobre mi mano convertida en isla.
O que el viento que recogió los manteles
de los comedores infantiles
hace cuatro tinieblas y veinticinco segundos
fue el que reconociendo mi sangre verde
se puso una bata de cirujano.
O que el objeto amado
por quien levanto el brindis de mis candelabros
es la Gran Muralla de la China.
Yo vi como los ladrones repartían sus piedras y torreones
mientras mis hombros se encogían
al estilo del año 2000 antes de los crepúsculos.
Pero quien sabe si lo más lujurioso
es el que nadie diga que mi sordera no tiene remedio
porque está a la vista de quien tenga
un despertador en la mirada.
O de que di los buenos días a las cigüeñas
porque las vi reflejadas en mi esqueleto de pez.
O que al descender por los barrancos
pensaba que por los arcoiris
escapan los insomnios de las alcantarillas.
Sólo quisiera evadirme de mis brazos
para que no señalasen hogar a los aviones
y ahora mismo los sustituiría
por una sopa de ametralladoras hirvientes.
Estos brazos son culpables
de que me despierte en la noche
tantas veces como un fósil terciario aún no descubierto.
Ellos también me dictan que
la flor que prefiere el terciopelo negro
es aquella que mantiene un matiz
entre nidos de esquinas y las esquinas del fuego.
Creo que no sea preciso volver a recordaros
que todo lo que soy
249
-pluma, punta, jilguero encadenado-
es función de mi altura sobre el nivel del mar.
250
una máquina de coser virgos
y esto por ser asexual por excelencia
como un embudo de luceros.
Cuando cruzan los bosques sobre sus sederías y esmeraldas
espero que en las ramas
brote mi propio corazón hecho piedra,
lirio de plomo o montaña de rojo hielo.
Pero desterrado de los puntos cardinales
pues en ningún caso se orientarán
ya que mi presencia les hace perder los estribos.
Todo, hasta las nubes vacías, hasta el ciego cantil,
está lleno de mis pulsaciones. Es mi sabiduría.
Y sin embargo, hay un mundo que desconozco:
no sé si una docena de nueces
es mayor que la cola de un león.
Sólo lo que habla en cristal raya el diamante de mi vuelo.
Así que tuteadme con las voces
de los ecos de los guiños de los suspiros
y podréis ser visibles
al trono del aire florido que me sostiene
en los dientes de un pataleo de acordeones.
HABLA EL HUMO EN EL VIENTO DE LA MANZANA
251
entre las páginas de un libro.
Mi humo elegiría como destierro
aquel país que estuviese habitado
por estatuas desconocidas.
El aire de mi vuelo piensa
simultáneamente con un timbre
que el perfume de un silbo prolongado
es el de un horizonte que condujese
una transfusión de rumores entre fruteros.
Y el de mi manzana
tendría las horas quemadas por el remordimiento
de no ser un volcán submarino.
Mis tres elementos coinciden sin embargo
en que el mejor instante
para bautizar un cocodrilo es aquél
en que un arroyo cabalgue sobre el humo del desengaño,
a espaldas del hastío,
fertilizando mi pulpa gris madura.
Esto no es óbice de nieve
para que mi única mancha consista en no disponer
de una alcayata en donde colgar mi pensamiento.
Bien veis qué sencilla es mi historia de enana titiritera
y de cómo todo lo ignoro si me pregunta el mar
y como todo lo sé
si un locutor pez terremoto me interroga.
Aún así
la madera con que se construyen los guardabosques
es de risa de sándalo y flores de mazapán muy estudiosas.
Tal vez por eso
hay un signo capaz de despertar unos ojos
y unos hombres que esperan una flecha vestido de arlequín
y un espejo que se suicida en la boca de un muerto
como síntomas de una neurosis de venganzas y de prisiones.
Por toda nuestra vida de intrigas diplomáticas
252
mi última voluntad
es dejar en herencia mi tripartito avatar
de la siguiente arca de confites;
la manzana
el aroma de una bombilla fundida;
el humo
el oso de seda para que respire panderetas
y mi aire
a los castillos que levantan los desiertos.
Con estas disposiciones, segurísimo estoy,
dejará de salir el sol todos los viernes.
VIDAS A CONTRAPUNTO
Tú me dirás que hay noches en que bordan las estrellas con agujas de plata
rostros de altos estores convocados a nieblas.
Yo te diré que hay noches que bordan las sorpresas de los golpes de mano
de espaldas al murmullo que corre bajo el puente de mis sienes.
Tú me dirás que las raíces de los sauces de la tierra y el mar
se han dado la cita de la soledad en la red de tus venas.
Yo te diré que hay vidas cuyas órbitas se solazan
fuera del sistema de lamentos que nuestro dolor acaudilla.
Tú me dirás que este año irás a veranear a playas de olvido
y que el albornoz del viento descansará en tu hornacina de calvarios.
Yo te diré que hay carreras inusitadas
para dislocar las patas de frío del primer lobo del invierno.
Tú me dirás que deseas verme en tus brazos de frente contra cristal
bajo doseles de silencio.
Yo te diré que también en la guerra hay rincones
que ven florecer la paz en el vaso de una mujer desnuda.
Tú me dirás finalmente que tus ojos endurecen las piedras que miras.
253
Y yo te responderé con un sí de horizontes despedazados
al socaire de bellas palabras de humo y de arena.
254
SALVADOR NOVO
(Ciudad de Méjico, 1904-Ibíd., 1974)
255
NEVER EVER
(fragmento)
257
a ver señorita Inesita no sé el patio pequeñito
es indigno muchachito ahora verás mu mu el pie desnudo tan bonito
y el chorrito calientito cochi cochi cuino cuino
la media entera negra toda mojada mojada ah delicia
la risa que le dio debí indignarme contarlo todo
entonces arroz carne sssssssss temprano
los saltos dos ya se va no importa córrele
las puertas cerradas o como si lo estuvieran
otra vez otra vez otra vez otra vez se acabó
se lo dije a mi papá me odió más ya se ha de haber muerto
nunca me contestó todos se dispersaron el negrito
sus tíos eran malos con él también la abuela de aquélla
pobre nombre como lo ha puesto esa otra en las carpas
los Reyes Magos los trajeron a dormirse en el suelo
yo no podía subir tanto me caía me cansaba me resbalaba
el vértigo todavía me sobrecoge y sin embargo
la busqué palabra que tenía el dinero suficiente porque
aquella noche ya por nada cerca tenso todo pronto casi contra
arroz carne sssssssss ah pero ya era más grande
cuántos otros seguramente muchos pero yo pude pero no pude pudor
Pedro perder perderla para never ever ah ya nunca
las frutas el día todos mis amiguitos en la mesa
ni más están Facultad de México a ver escriba usted
pobre pobres sin el rapto de puro platicar a ver arriba
no nadie toma pronto acaba de llegar adiós
ellos siempre como amaneciste ahora no se puede le buscaremos
padrino madrina salud abcd vuelta a comenzar
‘t would take seventeen years to replace him
years are yours oh years but how in hell hello
acaso pero de qué carajos sirve pensarlo si ya
siempre si ya aun cuando si ahora lo pensamos mejor
todavía entonces era mucho más delicioso y luego
por todas las rutas que la vida abría cómo elegir
la música verbigracia o simplemente el tango
258
o las matemáticas yodoformo realmente yo sé más
y pase usted voy al momento tic tac tic tac
y si no pues ya estaba escrito resignación
nada se pierde allá en los grandes laboratorios
y cuando la resurrección pero qué has hecho todos estos años
vamos a ver qué nos sirven y cómo la dejaste
pobrecita si me acuerdo me acuerdo mucho del último
o por lo menos hay que creerlo y esperarlo
al mismo tiempo que despiertas como todos los días
a fregar los suelos de las tabernas de Shanghai
o a ordeñar las vacas los arados la hoz los platos
la gimnasia el agua caliente los periódicos los camiones
las corbatas y los zapatos que se van quedando en la calle
por quince centavos de saliva con el sol cada vez más débil
II
259
amor
no señora es verdaderamente imposible
que usted esté satisfecha con esta vida algo le falta
si le faltaban siquiera otros tres pero ella quería decir
amor
amor
amor
como ella lo entendía lo extendía día a día
una vez puede pasar porque a cualquiera le pasa a todos
les ha pasado pero cuando el llanto y el quebranto de
quererte tanto en fin yo cómo voy a entender eso ella sabrá
y todos los que hacen traducciones de Omar Kayam detective
tampoco a mi amiga la pueden acusar de enamorarse porque
yo la he visto y qué descanso cuando simplemente nos vamos
y sobre una máquina cualquiera mientras es oscura y propicia
todo es cuestión de luz más luz o menos luz licht mehr licht
aber wir alle wir zwei sind genug heute nur heute nur Goethe
es lebt die freiheit tatachún tatachún tatatatá rachún
valiente pendejada dedicarse a cubrir un siglo
el Siglo de las Luces las Rosas las Juanas y las Celias
para al fin venirse a casarse con Adela y tener relaciones con los parnasianos
étre un fou qui se croyait un fou ergo quod eram demonstrandum
al fin de los siglos todavía estarán royendo el pan como
enormes ratas semejantes a osos que disgregan el maíz
260
FRIDA KAHLO
(1935)
Cuando los pinceles vuelven a ser pinzas las posibilidades del vientre
Vulcano lleno de gasolina con un aneurisma en potencia
seres como Ceres o Ícaro con paracaídas en el Hospital Morelos
la organización roja de los glóbulos con el mapa de las terminales
puntos de partida y partido partidos a todas las partes parciales
correspondencia aérea tejida con una sola mano de cinco agujas
en el piso en el quinto piso en el canto paso en el conto peso
en el hondo pozo en el ando buzo en el indo beso
hasta que no salga de la tierra la escuela anatómica
de otro cadáver anciano hasta las mariposas de otro cadáver anciano
para volver a llevarse todas las ramas consigo
como un cohete como una granada como un vidrio estrellado
como una noticia como un telégrafo como la sangre
por las venas rojas y azules como los semáforos regularizados
como los sistemas de riego de riesgo de rasgo de raso de rizo
de Diego de ciego de llego de pego de niego
el color de la tierra entre algodones al pie de la cama
la langosta con el pensamiento en los cangrejos
vigilada por la policía que violó el reglamento
desde su condecoración de la Legión de Honor y los siete puñales
y la cabeza parlante instaló su teléfono su televisión
con ínfulas y tirabuzones a larga distancia
instalación local hacia los azahares azarosos
e instalación oculta y clima artificial hacia la terminal
de suerte que uno puede con ayuda del microscopio
leer en las líneas de la mano las constelaciones
de suerte que uno puede con ayuda del telescopio
observar como los colorantes revelan la existencia de las hormonas
asistir a una música estática elástica y sintonizarse
261
con la utilería del mundo llena de los trajes desechados de
Wanamaker’s
Wanamaker’s y Child’s han sido allí objeto de un monumento
y del puente colgante más grande del mundo
el camisón de la tehuana puesto a secar ha miado todo el Hudson
por donde los barcos de papel higiénico salen de vacaciones
con saludos de Christmas para Pompeya y sus productos
cuando la millonaria ha hecho que le bajen todo el almacén
y ha examinado las compañías de seguros contra la seguridad
los salones de belleza los discos de Ruddy Vallee
los cereales llenos de vitaminas las espinacas llenas de tiempo
la complicación de los subterráneos previstos en los teléfonos
en las venas en el vidrio estrellado en el vidrio ahumado del eclipse
observado como un microscopio desde el Empire State Building
cuyo último piso también se hizo bajar la millonaria para sus sobrinos.
262
EDUARDO CHICHARRO
(Madrid, 1905-Ibíd., 1964)
263
MÚSICA CELESTIAL
(como suele decirse de lo que es sin
sustancia ni provecho alguno)
(1947 y 1958)
(fragmento)
El amor.
El gran amor loco, de dimensiones desorbitadas.
Aquel que brota con ímpetu de todo bicho viviente.
De la encina, de la casa, del alero y de la brizna de hierba, del pecado y
[del odio
Que se posa con mansedumbre en la faz de las cosas más sencillas, como
[por ejemplo, la hoja, la mosca, el almirez.
Luego los múltiples artículos de fe, así seleccionados:
La rosa abierta de los vientos, el viento de la discordia, la rosa pútrida, las
[plumas remeras del ala con el viento devasta el exuberante
[cuerpo de la rosa
264
y el sueño del hombre se puebla de seres de la noche,
vagos, monstruosos; dulcísimas palomas de lenguas largas y serpiformes.
La noche duerme tendida sobre la superficie de media Tierra
y sus bordes tiemblan como corolas de humo,
como flecos de niebla movidos por las manos y las patas de los seres que
[despiertan restregándose los párpados,
temblorosos en la angustiosa incertidumbre de su suerte.
Porque el sueño es la vida sin fin ni principio,
y el despertar es entrar en los dominios de la muerte,
es la cancela entreabierta de un sendero silencioso y corto
en cuyo límite está sentada, en el césped, debajo de una palmera,
pacientemente aguardando, la muerte de uno,
de un hombre grande o de un pequeño, de una mujer o de un niño.
Concluido el sueño, huída la noche, abrimos la cancela:
la vemos siempre agobiada por nuevas flores,
empapada de hojas verdes y duras,
atada con mimbres, juncos, espinos y yedras.
Al atardecer, un ciprés negro atranca la cancela
y un cuerpo se tiende al borde del sendero,
pegado a la puerta ya cerrada.
Se vierten en el cielo torrentes de estrellas.
Fuegos fatuos, llamaradas místicas nacen del suelo en derredor.
Dos inmensas montañas de calaveras se levantan a los márgenes,
como dos montes largos.
La sangre coagulada se funde y gotea.
Los muertos hablan un lenguaje de siglos
y el Señor coge su regadera y se pone a rociar las flores del jardín.
El cuerpo tumbado ha echado brotes.
Un rumor de colmena suena dentro de su cráneo.
Las Horas pasan una tras otra, portadoras de antorchas encendidas.
Al pasar, cada una murmura palabras en el oído del durmiente,
y él sonríe o trasuda humedad.
Sus pies se han hundido en el terreno,
sus dedos se agitan, su boca tiembla como si pronunciase palabras,
265
su rostro está grave y sereno,
su frente es una fina película tendida sobre un mundo de sueños que se
[entrelazan tejiendo sentencias, pariendo formas movedizas,
llenándose de voces agudas, altas, largas, tensas, profundas, acaso
[desgarradoras.
De tales materias están hechos los sueños.
El cuerpo astral vive, mientras el cuerpo físico recibe descanso y fuerzas
[que acumula.
Mas una vez en vigilia, el hombre puede sacar alimento del recuerdo y del
[sedimentado poso de sus sueños.
Un caballo que relincha es un alma en pena, y es también un metal noble;
Un asno que rebuzna es un caballo en pena,
pero también es un intestino tendido que sale de las entrañas del terror;
una violeta caída en el polvo tiene su voz ya sin sonido,
mientras una gardenia prendida aún a su tallo, aún en la rama de su
[planta
es una provocación a los sentimientos más íntimos y cordiales;
una mujer que pasa de los quince años
es una boca de podredumbre debajo de un interculumnio de mármoles
[pentélicos;
un grito solo, sólo por ser grito, no tiene misterio alguno;
no tiene misterio una mano separada de su brazo,
ni un brazo separado de su cuerpo y sin dueño expresado;
no lo tiene un espejo, ni una figura de espaldas,
ni un promontorio, ni la solitaria estrella,
ni la hierba pisada, ni la madre de nadie,
ni el alacrán, ni el sollozo, la peña,
ni la punta, la liendre, el sorbo;
ni el vaso, el dedo, el cisne, el musgo, el ramo, el cautiverio de cadenas;
ni la laguna, la sombra, la sortija, la imagen, la encrucijada, la reja, de por sí.
No lo tienen de por sí, y es loco afán y destemplado propósito
el querer provocar misterio con agentes tan livianos.
El misterio no existe:
aquello que creemos y llamamos misterio
266
es soledad, inclinación, miedo oscuro, interrupción y llamada.
Existe el enigma, mas no el misterio.
El misterio no puede existir:
es nombre que llamamos a todo aquello que ha de sustentarse por falta de peso.
El misterio ha existido: en donde nadie sabe ya.
Un cañón.
De pronto un estampido.
Detonación horrorosa y estridente.
El telar de los mortales sacudido por la descomunal deflagración.
Luego, la suave paz de las aguas
por cima de las cuales se libra el Espíritu, tal y como se ha expresado.
Como si todo hubiese muerto,
como si ya no hubiese un ojo para ver las cosas.
Una teoría de blancas colinas,
campos sin hierbas ni tiernas corolas,
sin insectos bordoneantes,
sin lombrices bajo las primeras capas de la tierra;
cavernas en que al agua caliza cae con gotas de ruido sordo,
aquí y allá, como los pasos de una muerte subida en zancos,
y forma en su gotear de siglos largas estalactitas y largas estalagmitas,
gruesas estalagmitas y gruesas estalactitas;
profundas y húmedas cavernas abiertas en la entraña de los montes,
de levantadas bóvedas y fríos y negros lagos en su centro,
y una arena fina, blanca, muerta;
estrechos corredores sembrados de piedras lisas y redondas,
grises, rosadas, pardas, verdes, negras,
no humectadas por ningún líquido viscoso;
túneles moldeados como largos y redondos intestinos,
sin telarañas, sin ningún ciego ser de las tinieblas.
Y afuera, un aire helado o tibio,
en estremecimientos o quieto,
sin perfumes, sin vuelos de alas, sin suspensión de corpúsculos celulares;
aire que envuelve la esterilidad de una tierra ya sin germinación ni
[podredumbre;
267
ríos y arroyos en cuyas aguas cristalinas y compactas no hay ponzoña ni
[infusorios,
donde los peces dejaron de existir y dejaron borrado su nombre por la
[eternidad;
lagos profundos como mares, mágicos reinos de las aguas, con sumergidos
[palacios,
recuerdos de sumergidas civilizaciones hundidas en la noche clara de los
[tiempos;
mares de tempestades, tan oscuros de día como bajo las estrellas,
en los que no grita la procelaria;
mares tranquilos, de superficie apenas encrespada,
mares sin gaviotas ya, mares vacíos desde el tope al abismo,
mares sin algas,
mares de grandes bancos de huesos, de conchas, de caparazones huecos y
[pelados,
de muertos corales, de esponjas sin vida,
de deshecha carne de actinias y moluscos,
mares de detritus,
mares sin bantos, sin plasmón,
sin protoplasmas,
mares bajo cuya superficie cae sin cesar la lluvia
cada vez más fina de un poso cada vez más menudo
del residuo del desmoramiento del cadáver del cuerpo de los seres antes
[vivos;
y sobre cuya cara cae liviana una lluvia que no engloba, no arrastra, no
[contiene,
no aprisiona la menor huella de materia
de organismos, gota a gota, ya sin sentido ni razón;
una superficie ligeramente surcada por suaves curvas,
apenas movida, o lisa como un espejo,
o turbada por cataclismos del abismo, removida
por olas colosales, verdes en el fondo, coronadas
de orlas de espuma en juegos muertos,
o desasosegada por la mano de los vientos,
268
u otra vez tranquila y tersa como un velo de aceite, mientras que en el
[fondo,
allá donde las más hondas marejadas no alcanzan a remover la
[estratificación última,
el rescoldo de lo antiguamente en lucha, la tumba de los restos del universo,
es paz estática, inmovilidad más quieta que la masa del cristal de roca,
que las titánicas capas de las concreciones ígneas...
En el yerto cuerpo de esta fría luna,
donde los montes se desgastan en polvo bajo el roce de los céfiros y la
[atracción del Centro,
donde nada se mueve, a no ser el aire, el vapor, las aguas,
los cuerpos fósiles que caen enteros, en fragmentos, o molécula a molécula;
no un grito, no una voz, no un nombre, no un recuerdo,
no un sitio, no una pausa, no un silencio, no una muerte ya.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
269
el huracán donde ya no hay nada
la nada a la derecha del muerto
el muerto por encima de la niebla...
Son apariencias todos estos casamientos. A producirlas ha bastado el
situar los elementos varios. Y más aparente y eficaz resultaría
siempre el nombrar cosas concretas que mostrar las abstractas. La
preeminencia de lo abstracto sobre lo concreto se deriva únicamente
de la imagen. La imagen nace de la relación de cosas concretas entre
sí. Reducir vuestra casa al silencio y veréis cómo cada cosa os empie-
za a hablar. Hace la oscuridad en vuestra razón y veréis cómo dentro
de vosotros ya hablan las cosas. Vaciaros por completo de deseos
y veréis cómo os llenáis de música. Volcad todo vuestro sentimen-
talismo en un cubo, ponedle encima una tapadera y veréis cómo
en vuestro interior canta el pájaro mágico de mil colores. Detened
vuestras manos sobre vuestras rodillas conservándoos absolutamente
inmóviles y veréis como emprendéis un largo viaje sin levantaros de
vuestro asiento. Luego, antes de que hayáis llegado a sitio alguno,
comenzad una vuelta por las estancias de vuestra casa o id colocan-
do cada objeto junto a otro que os plazca que le está al lado; debajo
de otro, encima, dentro, fuera, alrededor; cortándolo, cruzándolo,
sosteniéndolo, aprisionándolo, según vuestro antojo. Veréis como
vuestra casa, en este desquiciamiento, en este desorden, os empieza
a hablar. Salid al campo y recomenzad el juego. Pero esta vez sin
tocar nada ni nada contrariarlo de sitio: sólo ordenando en vuestra
imaginación, deseo, memoria, experiencia, curiosidad, todos los
elementos que caigan bajo vuestros cinco sentidos; sólo cambiándo-
les su ser aparente por otro también aparente; sólo moviendo luego
las cosas, retrasando unas, deteniendo otras, acelerando algunas,
poniendo en marcha a nuevas de ellas. Introducid en el paisaje ele-
mentos de afuera, llenadlo de enseres caseros y de vuestras mismas
cualidades, y apartad de allí todo aquello que huelgue, que inte-
rrumpa o distraiga, que huela a toda clase de comercio ideológico.
Si es de día, apoderaos también de la noche, para impregnar el día
de noche. Si es de noche, volveos al día para de él recoger cuanto
270
necesitéis en animación la noche. Y no os dejéis, por fin, nunca, en
ningún momento, vencer por la agitación o por la razón, pues la
misma construcción que habéis hecho, el mundo de las cosas que
habéis despertado de su sueño y de su mutismo, se os echarían enci-
ma y no sabemos como podría acabar la aventura entonces. Cuando
habéis descubierto que un ruiseñor
puede salirse de su vida natural y sacarse de golpe
pegado a la rama de un cuerpo de amatista,
cuando un eucaliptus es capaz de sustentar en sus brazos una catedral
[negra,
cuando conseguís que una carátula escupa madejas de serpientes,
que de la luz crepuscular salga un barco fantasma,
que el musgo rechace el tacto de las corolas que vuelan,
que el agua transporta mecedoras,
que los tejados escondan llagas sanguinolentas
y que por el aire vuelen brazos
y que en el cielo se vean frentes pensativas de profeta,
y que por los suelos se arrastren los recuerdos,
y fogatas entre los árboles,
mientras patas de perdiz soportan arquitrabes y encima de vuestros ojos y
[vuestros dedos dejan ángeles invisibles tenues hilachas de telaraña
y las piedras trasudan resplandores,
y las hierbas cantan con horroroso estruendo
y una madre no ha dado al mundo más hijos que los pertenecientes a
[otras mujeres
y la sombra del peine reproduce un verso del Korán
y el escorpión nace de las fabulosas cenizas del Ave Fénix,
entonces será peligroso querer devolver las cosas a la perfecta coincidencia
[de esencia, materia y apariencia.
No razonéis en esos momentos. Contemplad y escuchad y seguid
aumentando el ritmo del aquelarre quimérico. Gritad: ¡Más! ¡Más!
¡Adelante! ¡Adelante! Veréis la sombra de una torre entrar poco
a poco toda ella en el cáliz de una campánula, veréis a un burro
tumbado levantarse sobre sus cuatro remos a una altura de pavor
271
y asomar las orejas y el hocico para soltar un rebuzno como un
torrente de rubíes en la morada de los difuntos; y asistiréis a una
congregación de monolitos en el que toda clase de piedras tomará
la palabra pura. No tardaréis en entrar en el mundo real, aunque
invisible, de las cosas. Ya no os sorprenderá ver junto a una tapia un
hombre que anda con un saco al hombro, ni os asustará un tenedor
hincado en el suelo, ni os preguntaréis por que junto a una puerta
cerrada hay una percha;
no os excitará la vista de un anillo en la mano de un marinero,
ni una lupa encima de una mesa que veréis pasando ante una ventana,
ni un calendario con una mancha grasienta,
ni un perro postizo como adorno en el sombrero de una vieja señora,
ni un pulgón de mar cayendo en una palangana de permanganato
[potásico,
ni dos personas que hablan bajo junto a la esquina,
ni nubes en el cielo con forma de irrigador, tubo de caucho y culo en
[pompa,
ni el espanto en la boca de un hombre que acaba de tragarse las narices,
ni un loro arrastrando un cochecito de mimbres con dos panes dentro,
ni una barca sin timón,
ni un niño llorando y con al cuello una cinta con unas tijeras colgando,
ni el Juicio Final representado en un tatuaje,
ni que las palabras “Está amaneciendo” puedan proporcionar siempre un
sentimiento de dolorosa angustia en un joven mientras
[el amanecer en sí no le perturba,
así como tampoco una calva en forma de milano, ni algo semejante
a una puesta de sol en una mañana lluviosa, ni un balcón que
cuelga, ni el rabo pelado de un bicho de tamaño regular asomando
por debajo de una cortina azul con estrellas de oro, ni la desazón
temblorosa de una mano al abrir un monedero, ni la vista de un
estropajo en la colcha de una cama, ni la figura de una muchacha
jorobada oliendo una clavelina, ni el apresuramiento con que las
mujeres recogen la ropa tendida al aproximarse un temporal, ni el
carro del basurero que circula con una banderita nacional en los
272
arreos del caballo, ni el mazo que cae sobre el hierro sostenido por
dos manos sucias de un obrero, ni el grito nocturno de una voz
igual a la de una de las personas reunidas alrededor de la camilla,
ni el hallazgo en la carbonera de un objeto perdido años atrás, ni el
monólogo de un viejo, ni la sed que entra después de los entierros,
ni el pensar que el cuerpo de un tranvía puede pasar de pronto
sobre el de una criatura que está en su mesita escribiendo lenta y
dificultosamente en su cuaderno de hule negro, o el pensar en las
mieles del crepúsculo vespertino, o en los antiguos modales de un
duque descalzo, o en la risa de una cotorra, o en el aposento vacío
de un paralítico, o en la pata trasera de un canguro que al pronto
no reconocemos, o en la marcha de un grupo de gentes guiadas por
una muchacha con la melena suelta, o en la duda entre pasar y no
pasar de un mancebo a la puerta de una mancebía, o en la pestaña
que obstruye la garganta de una calandria mecánica, o en el aburri-
miento de verse perseguido por una mujer casada y con trenzas, o
en el espanto de despertarse en la litera de un coche-cama que viaja
fuera del mundo, o en la comandancia de un puerto invadida por
legiones de ratas, o en el perfil de un camafeo raspado hasta sangrar
con una escofina para callos, o en la apariencia malsana descubierta
en un abrir y cerrar de ojos, o en la encuesta para saber el número
total de no- nacidos por causas criminales, o en el tesón incalcu-
lable y proverbial de todos los buenos samaritanos que pueblan la
tierra, o en la paciencia de los maridos, la fiebre de los Dióscuros,
la hoja del calendario, el húsar mentiroso, la hora de acostarse, la
mueca lívida, o la vista de los Alpes, de camellos, fanerógamas,
resplandores, praderas rojas de cochinillas, maremotos, difuntos,
barcos, sueños, ramos, monos, piras, puentes, piaras, burros y miles
de cosas más que a cualquiera que no se hallara con capacidad
suficiente para interpretarlas le llenarían de desazón. Como ir a
agarrar el paraguas y encontrarse con una camelia entre las manos,
preguntar la hora a una tapia y oírse contestar en compás de 2 por
3, o salir al sol y verse en cueros...
273
CARLOS OQUENDO DE AMAT
(Puno, Perú, 1906-Sierra de Guadarrama, Madrid, 1936)
275
EL ÁNGEL Y LA ROSA
276
Música entretejida en los abrigos de invierno
Tu boca surtidor de ademanes ascendentes
Palmeras cálidas alrededor de tu palabra itinerario de viajes fáciles
Tómame como a las violetas abiertas al sol
COMPAÑERA
cuando tú me decías
la vida es derecha como un papel de cartas
qué pena
la lluvia cae desigual como tu nombre
277
JOSÉ MARÍA DE LA ROSA
(Madrid, 1908-Santa Cruz de Tenerife, 1989)
279
280
ANTE LA ‘ANATOMÍA’ DE PICASSO
281
como una carabela que vuelve a navegar entre coches y radios,
con la firma mesana de rosas de polilla,
sondeando el espacio con sus patas deformes,
vigas, como barquillos tostados y chasqueantes.
De vértices redondos,
con un cráneo suspenso
la esbelta guillotina de rodillas infladas,
como senos repletos de existencias,
amenaza al esófago –zepelín naufragado-,
entre la indiferencia o
el acero –tornillo de redondo hachazo en el cerebro-,
mientras las púas circulares como huesudos traseros
dejan al aire blanco,
la firmeza de una invisible pantorrilla
escrutando las terrazas vírgenes, pobladas de triángulos,
con sólo una vaina
desconsuelo de alondras y naranjas; de dedos enguantados
que se hunden en firmes y geográficas esferas.
282
la dama, abanicando una sospecha
se inicia en la dulzura de un vino de asteroides
que le ofrece el jinete
en la tarjeta de sus globos colgantes y gemelos...
MI TÍA
283
¿Habrá llegado su hora? Tonterías. Ya dije
que no había ninguna hora capaz de sostenerse.
Todas han caído, una detrás de otra,
en la versión de mi bigote blanco,
irisado, como una patrulla de cazadores de ninfas,
muy recatadas ellas, pero con curvas lunares
en exceso tangibles. Menguantes o crecientes. Váyase a saber.
284
VÉRTICE DE SOMBRA
XIV
285
XIX
286
JOSÉ LEZAMA LIMA
(Campamento Militar de Columbia, Cuba, 1910-La Habana, 1976)
287
AISLADA ÓPERA
Para qué poner las manos en el estanque si existen las heridas de mármol,
si existen los años que se tienden como el morir del marfil en los pianos,
o del que vive separando el hastío de las armadas quejumbrosas,
del galope de un corcel ciego que come en las azoteas.
288
brillarán sintiendo sus pecados doloridos tocarse en el lamento o el insulto
con las oscuras caracolas recostadas en una mano tirada al fuego.
Oh los bordes tan negros para las manos que se perderán en el río,
que no podrán reconstruir la estatua de la mujer apagada
por las prisas de la mandolina sumergida hasta el talle del clavel,
errante en un mercado de matemáticos japoneses.
289
quedaré en una gruta recorriendo la precisión de las tarjetas polares
despertando por los timbres ocultos y por el ruiseñor
que despierta para bruñir sus pesadas canciones.
Por el cielo de ahora los toros blancos pasan con un muslo vendado.
Quedaré cosiendo insectos, despertado inseguro entre el tálamo y el ruido
[del arco.
¿Para qué habrá largas procesiones de marquesas
si la traición de la luna nieva un largo bostezo?
290
DADOR
(fragmento)
291
pero sus labios resbalaban por el interior de la oreja del perro.
El perro descansaba recorriendo los dos círculos.
El billetero no regresa incomprensiblemente al Salón Alaska,
la música le lanzaba el reto gimiente,
pero adormecido esperaba el regreso del can,
misterioso como una constelación en las pascuas.
292
hablador, que sumerge las interjecciones en la boca del diablo.
El humo desprendido por el acordeón
se espesaba como una muralla saltada por el perro
de la oreja doblada, por el jovial billetero de las cejas
de maíz, que parecía pulsar una voluminosa
viola en un tapiz medieval.
293
PRIMERA GLORIETA DE LA AMISTAD
Tú sabías,
que al aroma de la piña era el vals del paladar;
que la reaparición del juglar era en un patio del Cerro;
que el ángel y la tortuga paseaban por nuestras azoteas
en el mediodía, con la transparencia espesa de la piscina
invadida de cuerpos intocables en su embriaguez,
pues podías haber pintado la Legión tebana o La retirada
de los diez mil, pero preferiste llevar a tus banquetes
nuestra novela de bolsillo, donde la dama con un mantecado
sombrerón y un lazo para los mosquitos,
lanza el mantel en las confusiones del naufragio.
Cuando la luna desciende a los infiernos
o enciende las plateadas chozas incaicas en las altas rocas,
el juglar tiembla al elevar una escalerilla de copas,
soplando la alfombra que volará tirada por halcones ciegos.
El ángel que salta asustado, como si saliese de un cascarón
vigila la ciudad donde pasas el invierno,
donde planchas tus corbatas con la receta del Doctor Fausto.
Tus banquetes donde el hijo del carnicero sirve la jarra
al monarca de incógnito, reconocible por su indiferencia
ante el pescado de ojeras babilónicas,
van recibiendo invitados, que surgen de un desfiladero,
escapados a las flechas de los persas minuciosos.
Parece decir:
las corbatas escocesas son un dije en la eternidad.
Pero dice:
la imaginación es una casa al lado del río,
y el río es la primera ley de lo visible invisible,
que no se transparenta hasta que el ángel
se zambulle uniendo sus manos, mordiendo la mejorana.
294
Cuando te mudas la ciudad habla por sus grietas,
pues las voces subterráneas te soplan sobre las nuevas pesadillas,
que las brisas aconsejan en tus ventanas desdoblables:
la que va de tu pincel a la granada de Deméter,
la que trae Orfeo huyendo de las amazonas.
FRAGMENTOS
***
***
295
Alguien pasa por el medio, y así consigue el espectador que no aplaude.
La anterior lluvia encera el piso, riesgosa lección
para el rubiales que atiesa su contemplación en un entreacto trabajado.
296
ENRIQUE MOLINA
(Buenos Aires, 1910-Ibíd., 1996)
297
AMANTES VAGABUNDOS
298
Y los andenes disueltos en una espuma férrea
-Desvarío tiempo y consumación-
Tumba de viejos días
Bella como el deseo en las venas terrestres
Su fuego es la nostalgia
La celosía del trópico tras la cual hay arañas cortinas en jirones y una vieja
[victrola con la misma canción inacabable
Pero los amantes exigen frustraciones tormentos
Peligros más sutiles:
Su pasado es incomprensible y se pierde como el mendigo
Dejado atrás en el paradero borrascoso
299
Demasiado feroces demasiado azuzados
Donde jamás la Rueda de la Fortuna deja de tender sus brazos
[perpetuamente jóvenes y amenazadores
Y nunca tocamos un objeto que no se convirtiera en polvo de idolatría
[sobre los sentidos
Y nunca hombre ni mujer se destruyeron tan apasionadamente en el
[esplendor de su amor
Así conocimos las fórmulas de la locura
La pasión de los perros vagabundos
Frases ininteligibles que sólo las caricias descifran
Las lluvias y el desenfreno de la noche
Y las águilas ardientes que caen de pronto sobre los cuerpos queridos para
[tributarles su cólera
En las barcazas de plumas varadas a modo de lechos sobre la arena de los
[dormitorios
Con esas nubes de insectos como grandes esferas que hacen tan bella luz
[suspensa en los lugares más perdidos de este mundo
Iguales al farol de ciertos carros con largos ejes de canciones en ruinas
[recogiendo los despojos de la tormenta
(La ventana se abría a una neblina misteriosa de color azul pálido
Que pegaba a los vidrios su rostro de niña embellecida por el frío
El piso era un colchón de hojas rojas con el tornasol de la hermosura
[inalcanzable
Con la fascinación de los abandones súbitos
Y restos de aves marinas preferidos a todos los juegos de la memoria)
CANCIÓN AMARILLA
Tenía el sueño
Sus bellas cavernas sagradas
Tenía los labios ávidos
El gusto de estar de pie
300
Tenía los gestos impuros
De recoger migajas sombrías
Siempre esos labios que no tuve nunca
Una ausente mujer a mi lado
El terror de las metamorfosis
ESCENA DE TORMENTA
Heroína invisible
Vestida de mendiga con coronas salvajes en un antiguo romance
Haz la señal al amante tras la ventana en la casa desierta
Con un candelabro de lobo entreabriendo sus fauces en el viento
En la lejanía de las rosas
Te precipitas al escenario iluminada por la locura
Cantando tu vieja aria de lluvias
Desvanecida por el aplauso de los años
¡Oh! Y sin embargo tu rostro perfumado por el aliento de esas planicies
301
[sin fin que se recorren en un beso
No deja sospechar tu extravío mientras la ola te arrastra entre los enormes
[telones de la muerte
O escoges esa almendra sombría que no se abre jamás en este lado del
[mundo
Pero toda la escena está llena de escombros
Y flores rotas sollozos y bebidas bajo esta cúpula de vientre de barco
[suspendida en ruinas sobre un salón saqueado donde se cruzan
[los caminos
Con vieja sangre de comedia
De fango
De plumas erizadas por la sal del olvido
¡Pájaro! Yo sólo duermo en los rincones a donde llegan los cantos ajenos
[las voces de los desconocidos y los juramentos de esos
[mártires hechizados por la ternura de lo imprevisto
Donde nunca se posa el buitre ambiguo de la costumbre
Lejos de la vajilla entre las estatuas mojadas por el mar
Mientras resplandecen de nuevo tus antiguas cabezas
Restauradas un instante a la luz de la luna:
La cabeza sonriente en una jaula de raíces
La cabeza cubierta de lentejuelas nocturnas sobre una piedra de carnaval
[pintada de escarlata
La cabeza de cielo de abismo en la que una gaviota no cesa nunca de caer
Cuando te llamo algunas noches muy lejos
Con una emoción sin nombre a la vista de una bujía o de una hoja de
[afeitar cuyo significado se pierde de pronto como tus pisadas
Y el espectáculo de la dicha me exalta como esos mensajes celestes que
[impulsan a la manada a perseverar en la lujuria del hambre
¡Pájaro! Nada más bello que la piedad materna perdiéndose en el alba
[hacia un lugar futuro donde los días dejarán caer todo
[su peso con una lágrima
302
Yo me unía a los cazadores de piojos
A los saqueadores de tumbas
A los desesperados por la esperanza
En los lugares cálidos como la tempestad
En las guaridas donde aúllan los trenes
Donde las grandes serpientes que cruzan el cielo
Se enlazan en mi corazón formando un monograma misterioso
Deslumbrador como el infierno
SANGRE VIVA
A Luis Seoane
Después de verte abrir la vieja casa del planeta y cargar su cielo de pájaros
y su tierra de tumbas
y deslizar en los acontecimientos de la primavera tus regueros sin
memoria para poner un fuego de yegua en la habitación que se
bambolea en las corrientes del cielo con el despertar perezoso junto
al tesoro irradiante de otro cuerpo en incomparables mañanas con
un terrible tajo en la garganta
en ciudades nómadas y lugares que se escurren bajo mis pies y el
rumor de las eternas ruedas del año sobre toda comarca y ser y a
orillas de cualquier cementerio y en cualquier guarida de amantes
depositada como un fardo sobre los hombros de la tierra y en la
que haya muslos que se entrelazan y ellos se desvisten para resplan-
decer como el océano libres hasta los huesos y mucho después en el
bisel del día el brazo desnudo se dobla en lo alto sobre la cabeza de
la mujer con una chispa de sol en el codo mientras se peina ante el
mundo con el líquido del azul y el rojo abisal de los besos
303
¡Oh sangre viva todo lo espero entonces de tu terror y de tu hambre!
el fósforo blanco de los muertos en sus vagas terrazas donde aúllan
los perros
y tanta delicia sombría en la cintura del instinto
la idolatría la revelación la sensualidad
¡esas manos ardientes que de pronto deslizan la almendra de la luna y el
olor de la noche!
304
RESPIRACIÓN NOCTURNA
Pero todavía bautizas con nombres salvajes las flores la costa y las piedras
que fueron inocentes en la luz
¡oh noche perdida en la desnudez del mundo!
verde hormiguero en marcha
cubierta de plumas y de briznas como los dioses que se revuelcan en los
cubiles de la jungla
¡Ah fiera solemne de las estrellas!
lame las criaturas violentas que circulan en tu grito
el sueño de los huérfanos deja caer en ti todas sus hojas
y hay una gota de sangre de dólmenes en tus labios
como el fósforo vago que ilumina en la estela el rostro sin dueño de las
olas!
305
Noche mía tierna desnuda
con cabeza de tigre
en la maleza de las tumbas
lava mi pecho con el polen de la tormenta
húndete en mis costillas
cúbreme con una piel de leyenda de campesinos
dime adiós sobre mis ojos con ciudades que se abren como frutas
mientras jadeo en un musgo de sentidos ansiosos que palpan en lo oscuro
el revés de la trama
aquí donde se sella para siempre el pacto del hombre y el miedo
la alianza de las venas y los astros
Rostros que llevan más lejos que cualquier camino, se incendian entre los
tapices, jalonan los bordes del mundo.
306
lluviosas que exaltan la intemperie, sonrisas entrevistas como una
brasa instantánea sobre la palma viva del instante.
Ahora que brillan en su carne bajo la aurora de sus cabellos, ahora que
desnudan sus facciones eternas entre los tesoros
humeantes de la cosecha.
NOCHE NOCHE
ANIMALES ÍNTIMOS
308
Aún desconocido para los poderes de esta guarida mercenaria
que de pronto se puebla de animales perezosos
Bestias con ojos de ola y de vía férrea que se abren de par en par
en lo profundo de la sombra
Con duras lenguas de cuchara en un comedor de otro país amor-
tajado por las moscas
Animales de sopa
Cubiertos por un caparazón gris de insomnio de grito
De adiós en la lluvia piojos de ascua y de calendario bestias de
caderas viscosas y ambiguas enemigas de la certeza
Con rostros de hormiguero deshecho
Y un soplete oxhídrico en el sexo la pavorosa llama azul que
empuñan los soldadores de ataúdes
Bestias que esparcen el rumor de un sordo remate de objetos an-
tiguos y deteriorados erizos enormes con tocas o tal vez cerdos que aúllan
espantosamente
Al penetrarles en la garganta un largo cuchillo
309
LUIS A. PIÑER
(Gijón, 1910-Madrid, 1999)
311
ENTRE LA COSTUMBRE DEL SUELO...
312
CLIENTE DE ANATEMAS AZULES...
313
que llena de rodeos y otoño su lengua
Los animales no cambian de propósito por eso
Se aturden como personajes trágicos frente al reloj
y caen como sueños por la abertura de tus párpados
que disparan el perdón de un discreto destino
314
ABORREZCO EL METAL DE TU VOZ...
315
Quiero instalar un termómetro en la más bella palabra
y un maniquí ligero para los cielos antiguos
limpiando esa poca ceniza que deforma los bolsillos del alma
EMILIO ADOLFO WESTPHALEN
(Lima, 1911-Ibíd., 2001)
317
HOJAS SECAS PARA TAPAR...
319
Medita en el destino de una línea para arriba
O para abajo
Siempre concluye en paralela a la muerte de los cisnes
Esto no tiene explicación
Si te pones el pulgar a dos centímetros de ese mismo pulgar
El otoño no quiere morir
Yo también tengo pico pico pico
Un día no hay flores y el otoño se sube a una nube
Los brazos son finos si no fuera por esa línea
Acaso oyera mi corazón
Está declarado a sus resonancias
A las de otro corazón
Éste es el destino del otoño
Su presencia y una luna que aparece de para llegar a
Es una falsa espiral para cazar insectos
Se llega de
O una estampa triste el otoño una vaca
La foca usa navaja de afeitar
Pero todavía es más triste la canción del loco
Cerca de la arquitectura fría de una mujer anunciada
Por el pico las hojas el otoño
La foca baila mejor que el otoño y su sangre es más dulce
Las muchachas tienen una ausencia o un violín sin cuerdas
Mire usted ésta sin rabo
La otra alarga el pie insigne de silencio
Quien pinta el sueño con sangre de buey de otoño
Las muchachas son más dulces
Hay que pasar
El agua llega a las barbillas
Es más dulce
Hay que pasar no olvides
Cuánta sangre y no agua
Cuánto olvido y no otoño
La última elegía de las hojas muertas
320
UNA CABEZA HUMANA VIENE...
321
No me dices en cuál cielo tienes tu morada
En cuál olvido tu cabeza humana
En cuál amor mi amor de varios siglos
Cuento la noche
Esta vez tus labios se iban con la música
Otra vez la música olvidó los labios
Oye si me esperaras detrás de ese tiempo
Cuando no huyen los lirios
Ni pesa el cuerpo de una muchacha sobre el relente de las horas
Ya me duele tu fatiga de no querer volver
Tú sabías que te iba a ocultar el silencio el temor el tiempo tu cuerpo
Que te iba a ocultar tu cuerpo
Ya no encuentro tu recuerdo
Otra noche sube por tu silencio
Nada para los ojos
Nada para las manos
Nada para el dolor
Nada para el amor
Por qué te había de ocultar el silencio
Por qué te habían de perder mis manos y mis ojos
Por qué te habían de perder mi amor y mi amor
Otra noche baja por tu silencio
322
Mi garra no te alcanza
En esta ausencia quién me ha mordido
Llevo un siglo bajo la sombra
La noche crece y nadie creía que creciera tanto
Nadie oye estos golpes pregunto fuera
Tan hondo como la mina tan hondo como mi cuerpo
Resuena tan fuerte el silencio
Tan tristes estas lágrimas que no han de cruzarse nunca
Me levantaba o es que caía más sombra
Quién creyera que tanta noche encerraran tus ojos
Me ha ahogado esa hondura negrura
Recuerdo un hombre que daba sus pasos
Miraba y había cosas
Pero
Cosas o eran cosas o eran
No recuerdo
Un hombre miraba
Si pudiera partir en dos este sueño
Una parte para el dolor
Otra para encontrar
Aunque fuera una imagen difuminada borrada
De hombre que supiera algo más que dar unos pasos
Que mirar algo que se aleja tanto de ser un árbol
Como un pensamiento que regresa de ser un pensamiento
Se despega una nada tras otra
Crece una nada sobre nada
Y había ríos que se iban en vueltas y derechas
Y había árboles con algo más que ramas y algunas hojas
El sol no hacía en vano su camino
Y tantas risas me dijeron que la luz también nace de sonidos entrechocados
Pero cómo has vomitado ese mundo
Y ahora si vas a la deriva o si no derivas
Nada alcanzas y una sombra llama a otra
Uno masca nada suena
323
Masca sombra con sombra da golpes
Me habré perdido en mi cuerpo
Acaso las tinieblas andan de puntillas
Y tú vas en su seno
Toda la noche eran unos puntos inmensos
O eran ojos o eran noches sin estrellas que me sorbían
Apagaban las madrugadas
Me deslumbra tanta noche
La muerte que mira con los ojos de los vivos
Los muertos que hablan con los loros de los vivos
Cuidado no despierten no duerman cuidados
TE HE SEGUIDO...
324
Llevando el corazón secreto y el talismán seguro
Marchando sobre cada noche con renacidas ramas
Ofreciéndome a cada ráfaga como la flor se tiende en la onda
O las cabelleras ablandan sus mareas
Perdiendo mis pestañas en el sigilo de las alboradas
Al levantarse los vientos y doblegar los árboles y las torres
Cayéndome de rumor en rumor
Como el día soporta nuestros pasos
Para después levantarme con el báculo del pastor
Y seguir las riadas que separan siempre
La vid que ya va a caer sobre nuestros hombros
Y la llevan cual un junco arrastrado por la corriente
Te he seguido por una sucesión de ocasos
Puestos en el muestrario de las tiendas
Te he seguido ablandándome de muerte
Para que no oyeras mis pasos
Te he seguido borrándome la mirada
Y callándome como el río al acercarse al abrazo
O la luna poniendo sus pies donde no hay respuesta
Y me he callado como si las palabras no me fueran a llenar la vida
Y ya no me quedara más que ofrecerte
Me he callado porque el silencio pone más cerca los labios
Porque sólo el silencio sabe detener a la muerte en los umbrales
Porque sólo el silencio sabe darse a la muerte sin reservas
Y así te sigo porque sé que más allá no has de pasar
Y en la esfera enrarecida caen los cuerpos por igual
Porque en mí la misma fe has de encontrar
Que hace a la noche seguir sin descanso al día
Ya que alguna vez le ha de coger y no le dejará de los dientes
Ya que alguna le ha de estrechar
Como la muerte estrecha a la vida
Te sigo como los fantasmas dejan de serlo
Con el descanso de verte torre de arena
Sensible al menor soplo u oscilación de los planetas
325
Pero siempre de pie y nunca más lejos
Que al otro lado de la mano
HE DEJADO DESCANSAR...
326
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda para estar más seguro de alcanzarte
Porque llevas prisa y tiemblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar
Ya que no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llaman con mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo por los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarse
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?
327
Sobre una sucesión de mares labrados a maravilla
Con el canto de las aves como cauce y lecho de las barcas
Y la cola del pavorreal como nimbo de las más pequeñas cosas
Los caracoles transparentes las algas de porcelana
Los dedos cercenados de los niños y los dedales nacidos
Bajo la corteza de los hongos entre los fangales
En la cabellera enredada de una niña en la vía láctea
En la entraña misma de la música pisando
Con el sol contra nuestros pechos ahondando
Dejando correr la sangre como un río bueno
Porque es la misma la que yo recibo y tú llevas
Y las mismas florestas resuenan en nuestros gritos
Y las mismas palomas reposan sobre nuestros ojos
Y las mismas flautas nos recorren para establecer nuestro dominio
Volviendo la luna sobre los caseríos
Y las serpientes sobre los bosques
Trayendo el cielo sobre nuestra ventura
Salpicando su espuma nuestras playas
Los árboles febriles continuando su vida en nuestras venas
Las alamedas inclinándose al compás de nuestros corazones
Tú como la laguna y yo como el ojo
Que uno y otro se compenetran
Tal el árbol y la brisa tal el sueño y el mundo
De la noche cogiendo la profundidad y del día la extensión
A qué cuevas huyendo contra tanto resplandor
Día que nunca te mueves cielo que por nosotros caminas
Ríos que no sabéis herir y barcas que se agolpan en nuestras entrañas
Las bocas flotan como los signos del zodiaco
Los brazos se entrecruzan como flores sobre las aguas
Las frentes siguen las corrientes y los ojos nada separan
Es la gloria llameante que descansa en nuestros cuerpos
Levantando sobre el combate atroz de la tiniebla y la luz
La enseña de la santa compañía y las miradas quietas
Es la gloria caída a nuestros pies
328
Es el triunfo llagado como un crepúsculo subterráneo
Cambiando de estación en el corazón del azogue
Como una rosa ahogada entre nuestros brazos
O como el mar naciendo de tus labios
MUNDO MÁGICO
329
Luego besé sus ojos blancos y él se convirtió en ella
Y la desposé por sus ojos blancos y tuvimos muchos hijos
Mis hijos o sus hijos
Cada uno tiene un periódico para leer
Los periódicos de la muerte que están muertos
Sólo que ellos no saben leer
No tienen ojos ni rojos ni inmóviles ni blancos
Siempre estoy escribiendo y digo que todos ustedes se están muriendo
Pero ella es el desasosiego y no tiene ojos rojos
Ojos rojos ojos inmóviles
Bah no la quiero
CÉSAR MORO
330
Extendida en medio de un patio de mármol rosado
Atrae a los alacranes y a las serpientes de aire
Que zumban como un molino dedicado al amor
CIUDAD ESCONDIDA...
331
El mar a veces se oculta en la más gruesa
El viento también a veces llora la indescriptible fauna polar
Que intenta vanamente escalar los bordes lisos de las columnas
Que giran con el movimiento del corazón y que además adelantan
Al paso cortado y suave del camello
Un oso pende de un capitel y se convulsiona prisionero en la extraña
trampa
Un ave hunde varias veces el pico en el mármol hasta sacarle sangre
En tropel los renos corren por la llanura helada desaparecen y vuelven
Un hongo y un pedazo de oreja o simplemente la oreja completa
Sólo quedan para servir de puntos de referencia
332
EUGENIO F. GRANELL
(La Coruña, 1912-Madrid, 2001)
333
HORIZONTE EN PUNTA
26 de febrero, 1949
334
ESTELA DE PRESAGIOS
335
En el fondo del río sin cortinas así como suena sin cortinas
En el fondo del río el reinado de su cuerpo de ámbar
en el fondo del río
En el fondo del río
en el fondo del río
En el fondo del río
336
Eran tantos los gorriones horadando el espejo
que nos apresuramos a guardar la aspirina
CASTILLO CIEGO
337
separando las uñas de los senos nublados
mordiéndose los labios de argamasa
Así los lagartos nos obstruían sus ojos
En su esfera de acantos
la Mujer Alada se desliza por la rama del viento
encaramándose a la revuelta cumbre
que tejen bandadas de colchas y tinteros
Se encrespa e ilumina
y flota entre los planos opacos de su cuarto
irradiando trompas victoriosas
entusiasta
la Mujer Alada
338
intrépida descifradora de las turbulencias nocturnales
POSTAL DE ANIVERSARIO
339
BRAULIO ARENAS
(La Serena, Chile, 1913 - Santiago de Chile, 1988)
341
DISCURSO DEL GRAN PODER
(Fragmento)
343
con gran poder atravesamos su pecho ustorio más exigente que
la noche ciclotímica
y salimos a lo que ambiguamente llaman vida
atraídos por el reflejo de un centellear de plumas
mientras a nuestra espalda el espejo borra minuciosamente sus
imágenes
y nosotros inermes no encontramos la entrada nosotros que
encontramos la salida
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
344
La lámpara de mercurio diariamente descendía a un lago de
mercurio
seguía como una flor carnívora la carrera del sol
hablaba de las cenizas del alba cristalizada por un pájaro ella
fermentaba el amor el ojo de su espectro de mercurio
el mismo mar no sabría hablar de sus gaviotas con un menor
número de plumas
la misma nieve no sabría describir París con un menor número
de ventanas en fuego
yo no sabría recordar tus pies desnudos con un menor número
de huellas en la playa
en contra del cielo tú eras el paraíso
y en contra del oficio de tinieblas
tu oficio era de luces
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
345
cuando los círculos mágicos se retuercen
como en una catástrofe ferroviaria
ven lámpara y escucha
aquí a la mujer que en un iceberg se desliza por las calles de una
ciudad cuyos astrólogos habían anunciado su venida
a la mujer que distribuye con equidad los espejos de lujo a los
seres del amor en la extraña noche de los gritos en harapo
el espectro solar se arroja sobre el espectro lunar en una prueba
que consiste en atravesar sin morir la luz supersticiosa
el sueño le hace creer la noche le hace sentirse en una patria
única
la selva le da su color enardecido cuando sus hojas llenas de
lágrimas revolotean
al mismo tiempo que ella para indicar el día
hace volar sus senos como el azúcar granulada
El grito del amor pesa tanto como el grito del azufre que anuncia
la combinación feliz del delirio y pureza
tus cabellos son los bienes públicos de la noche son las raíces de
la memoria la fecha de oro del día del encuentro
noche concédeme tu noche así como ella te concedió su día
en cuerpo y alma este consorcio de amor le dará al mundo su
razón de existir
amor tú pesas tanto como el error que desalojas
346
en ese monograma cada pareja reconocerá su signo
347
Cada gota de agua lleva en sí su desierto
cada mujer en sí mi amor todo mi amor
imagen innombrable aun desprendida de tu espejo virtual res-
pondes al placer
en la concatenación de espejos que viven unos de otros
y de ellos emana la luz afrodisíaca del amor
que ríe al hendir la multitud y al anunciar de viva voz su luz
como noche el amor atraviesa un río de seres por decirlo así
y trepa como un helecho de aves por mi persona
siempre que tú (mi amada) seas mi propio pensamiento mi
propia cima mi propio ventisquero
mi propia pureza la cascada el desierto
Abeja que hueles la chimenea para reconocer las cenizas de las flores que
se arrojaron ellas mismas al fuego,
después de haber dudado si valía la pena bruñir la panoplia de la sala
de billar,
segundos antes de ver saltar a la mujer de sueño en sueño.
Colilla de cigarro aplastada con furia segundos antes de la pasada del tren.
El tren ha pasado y la abeja ha reído.
Viejo algodón en rama más eterno que la esclavitud.
348
Amor maravilloso más eterno que la juventud,
y que dirás, un día, las palabras del viajero
segundos antes de la catástrofe ferroviaria.
EL CORAZÓN
349
TANTAS LUNAS
350
ENRIQUE GÓMEZ-CORREA
(Talca, Chile, 1915-Santiago de Chile, 1995)
351
LA LISTA NEGRA DE MANDRÁGORA
352
Y que tú pueblas con innumerables hipocampos.
III
353
Que aquello que es construido con la sustancia misma del sueño no
puede perecer
Que el pájaro más bello es el que se espanta frente a su sombra
Porque siempre la mano que desata el corazón sufre las consecuencias del
cielo.
Tú lo sabías
Toda altura es un principio de lo desconocido
Y por eso el árbol siempre intenta devorar la nube que lo provoca
Se nos hace una marca de fuego una marca de maldición
Y desde entonces uno se transforma en un extraño de este mundo.
Tú lo sabías
Viviendo en el mundo invisible
Tú pasas al mundo invisible
No haces más que cambiar de guantes
Porque somos
Tú lo sabías
Sólo vibración de las membranas de la noche.
354
Te vas Jorge Cáceres
Como el labio que desafía el infinito.
JACQUES HÉROLD
LA SONNERIE NE MARCHE PAS
Yo no sabía que ese rayo de luz era la amenaza constante de las puertas
Las veía abrir y cerrarse con tal naturalidad
(El hábito crea el misterio)
Que no me daba a pensar en la ausencia de contornos humanos
En la carrera dislocada del mundo invisible.
355
Tú comprendías el misterio, entrabas en el círculo del fuego
Veías las estrellas saltando del agua como peces azotados por el sol
Hablabas a los amigos del mundo desconocido
Del calor de los cielos
De la tiranía de la eternidad.
Otras veces
Cuando las manos de Vera fustigaban las sombras del tarot
Tú pensabas en esos gusanos que alimentan la soledad
Y también en los espejos que nos precipitan a la locura
Y aún en los colores de lo invisible.
Torturado por una noche sin término, por una estrella sin término
Eres el que hace el mimetismo de la noche
El mimetismo de lo desconocido
El mimetismo del amor, del olvido, de los gatos
Pero a pesar de todo
Tú me dices balanceando la cabeza
Me lo dices tú mi amigo Jacques Hérold
La sonnerie ne marche pas.
ZONAS ERÓTICAS
XX
Cómo salir del laberinto que se pega a tu cuerpo como perros unidos por
el amor
Cómo liberarse de la obsesión del sonido de la sangre
Del niño que se vuelve mujer y resulta ser el anciano que se apropiaba de
356
las limosnas
Cuando la lluvia te fascinaba y hacía de tus ojos una carpa de circo
A todo espacio a todo ser
Convirtiéndote en la devoradora de tu imagen
De tu cabeza
Que cortó el escultor
Olvidando el busto junto a la pared celeste
Que te hace perecer
Rostro de ilusión.
357
JUAN-EDUARDO CIRLOT
(Barcelona, 1916-Ibíd., 1973)
359
DAMA DEL HORIZONTE
DEGOLLADO
Degollado
mi corazón todavía puede abrir los ojos
y emitir los sonidos que el cielo sollozaría.
360
Abierto
todavía respiro las grandes esperanzas azules
y verdes,
como en un siglo XIV donde está
la herida y el plomo de los sellos colgantes.
No puedo reconocer
los campos donde estaría al atardecer la dama,
ni el oro dorado y gris
me puede acompañar en estas noches quemadas
por la luz de otros astros que nadie ha dibujado.
Sin voz
aún puedo acercarme a la fuente. Y a rastras
mojo mis manos lejanas,
mi frente cortada por los látigos,
mis palabras cosidas con un hilo de seda
entre los alfabetos, que aparecen al fin
al excavar los fondos,
los campos donde estaría la guerra de hierros,
donde mi estandarte negro con una lis roja
y mi boca de siempre estarían.
Degollado
mi corazón todavía puede mover los labios
y avergonzarse con cada amanecer y con cada anochecer
porque la Gran Corona cayó de mi frente.
361
En la sábana blanca
un corazón enorme como una catedral despedazada
palpita y sus estrellas iluminan el espacio.
Las puertas se desprenden.
Las murallas violetas
y las murallas rojas murmuran unos nombres alejados.
EGO
Aquí me reconozco;
miro atento
la anatomía negra de mis páginas,
la piedra refulgente,
el sol
que me recubre entera la vergüenza
362
de estar quieto
cuando a la gran reunión de los abismos
todos los comensales aparecen.
Aquí me reconozco
lejos de las muchachas que sonríen
enseñando los muslos dulcemente
al final de una calle
que puede ser muy bien mesopotámica.
363
llagando mis ventanas,
llenando un corazón de peces negros,
un corazón que ignoro de quién es.
ORACIÓN ATONAL
Las largas horas quebradas cavan con su tormento las jaulas del
fondo del océano. Porque el mar es de color anaranjado y oxidado: de
hierro. Dentro de mi cabeza, responde mi cabeza y las horas quebradas
responden con agujas a mi Dios. Suéltame, caverna de colores y de llamas
de piedra, caverna corazón de mi abandono. Llegan las hojas rosas con
sus dedos calientes y sus radios de oscilación progresiva. Llegan las llamas
como acordes a través de las ramas del bosque rojo, y aplastan con su peso
las rocas oscuras de la palpitación. Las largas horas se mueven por las grietas
como esmeraldas que se encienden y apagan, en la noche sonrosada del
sufrimiento. Cada destrucción pone su epígrafe espeso en la jaula que elige.
Los hierros se mueven y trepidan, chirriando. Oh, Dios mío, toma mis
siete manos, arráncame las cabezas de los cuerpos, pero déjame recobrar
aquellos labios que perdí en la línea del horizonte, junto a la afilada raza
del temblor. Porque avanzo a borbotones y crezco en las grietas y llevo entre
los sentimientos una montaña lenta que se alimenta, impura, de mis inte-
rrupciones sin regeneración. Detrás del muro aquel, las largas horas que-
bradas lanzan sus agujas y las meten por los intersticios de las piedras hasta
alcanzar la hoguera de mi voz. Dios mío, sálvame del mar de las entrañas
adversarias. Aléjame del turno de las esmeraldas. Apaga las malditas pedre-
rías encanecidas por el odio letárgico y latente. Tenme como otro Lábaro
de bronce. Y elévame por encima de las ruinas de Roma y de Cartago, en
las que se persignan todavía los pájaros agonizantes de mis días primeros.
Y cuando por fin tus delgados decretos me corten a rodajas de cristal; si
me oyes llorar, cántame. Y cuando me perfores las manos de dragón y las
cabezas de hidra, háblame de aquel jardín en el que yo era todavía un pobre
364
y solo niño de cabellos rizados y juguetes de horror... Háblame de los mo-
mentos en que mis abandonos tenían forma de catedral, no de caverna. Y
déjame subir por la escalera de oro con mis trajes de púrpura sangrienta. Sí,
Dios mío, déjame morir con luz en la ceniza, con terror insoportable, con
tortura aplacada. Quiero poder mirarte y beber en el éxtasis de mi propio
martirio, rompiéndome a pedazos y en acordes ardientes, encendimiento
en procesión.
OFRECIMIENTOS ROJOS
Ofrecimientos rojos
siembran dorados pedazos,
rayas alucinadas por un sol descubierto.
LAS LLAVES
Las llaves
se deshacen cuando llegan las ruinas.
El cielo
rompe las grandes frondas de los vientos inmóviles,
365
roe los monasterios de las hierbas que sangran.
EL VERDADERO MAR
El verdadero mar es negro con plantas grises y está lleno de sombras os-
cilantes. Su fondo perforado es un plomo que ha perdido los signos. El
verdadero mar es negro.
366
CARLOS LATORRE
(Buenos Aires, 1916-Ibíd., 1980)
367
EL GALLO RONCO
(Fragmento)
368
lecho de la ramera
para gozar sus caricias de vendedora de collares en las ferias
hasta que el sol les cierre los ojos sobre el vientre.
(Un hombre sobre un vientre es inmortal.)
Y muchos desearían ser los primeros en saber por qué una bala en el
corazón nivela el poder de todos los dioses.
Mas un gran miedo de foros y de catástrofes les obliga a repetir las letras
del alfabeto,
la suma de los números nones,
los días del año,
las maneras innombrables,
el precio de la sal y del reino de los cielos,
y la cruel desolación de la cifra par en un mismo lecho.
(Hay quienes matan el fervor con la destreza con que un niño sacrifica a
un pájaro.)
LAS PEREGRINACIONES
(Fragmento)
10
369
Existe una radiante geografía ignorada por las cartas y los manuales,
comarcas de atroz celeste donde se quiebra el mimbre de los hombres y
sólo puñales alumbran las mujeres.
No era posible amar solamente al amor
y no alcanza la voraz pacificación del ocio para soportar el alba iniciada
siempre en la voz del mismo gallo.
Dos caminos bastan para una encrucijada.
Detrás quedó tendido un gran grito de tabla rajada.
EL VIÁTICO
370
LOS AMANTES CIRCUNSCRIPTOS
Llegó con ese oscilar temible que tienen los camarotes en los largos viajes
de ir y venir
No hubiera dejado de volver jamás, jamás borraba con su mano izquierda
lo que decían sus órganos de ver y palpar
Todas sus noches eran de golpe de timón de así se hace la historia
Su peligrosa costumbre consistía en comenzar de nuevo
Y yo la amé sin saber que cuatro ojos ven más que dos
Quizá fuera por su manera de dormir tal para cual
Llegó
La esperé con disco de oír decir la quiero por los cuatro costados
Soltar los cables de amarre la vela mayor henchida por la brisa de las tor-
mentas interiores encandiladas alrededor del fuego fatuo
Soltar las correas de los baúles que guardan los paisajes nevados y música
de cerveza en fermentación
Soltar al amor para que dance hasta el sacrificio como una mujer que cede
ante la cualidad normal de las necesidades terrestres
Soltar desde el nacimiento de la tentación hasta su muerte prematura-
mente decidida por la insidia de la razón
Soltar los signos vivos de la inteligencia revelada por la actitud de toda
melancolía
Soltarlo todo
La determinación
Los meandros de la aventura
La bala perdida
La locura del lógico terror especial
Y sobre todo soltar la libertad encadenada a la falsa movilidad del
movimiento continuo
371
EL MISMO LUGAR EN EL ESPACIO
Estamos solos en este día en que todas las noches son bellas
Las que traen las enfermedades infecciosas
Las de segunda mano también
Excelentes noches para ocupar el mismo lugar
Para dar vuelta la hoja
Pero yo te amo con vistas a la calle
Te quiero a marcha forzada
Y me quedaré a tu lado como los objetos extraviados en las salas de
espectáculos
Siempre te querré
Entre las cuatro paredes
Antes o después que aparezcan los barcos en los dormitorios
Tus ojos sobre la mesa de juego apuestan al amor a primera vista
NO QUIERO
Lo he oído decir en la calle, en un concierto, en una asamblea, en un
barco durante una travesía. Un crucero de placer, si no recuerdo mal.
El segundo de a bordo trajo la tormenta. Nadie podía decir dónde la
había ocultado, pero lo cierto es que la trajo consigo.
-¡Las mujeres y los niños primero!- Gritó el capitán como si fueran tan
preciosos como los elefantes que transportan algunos navíos para los zoo-
lógicos de Amberes.
Mal hecho. Si quieren nadar que naden. Los que prefieran taparse los
oídos que se venden la cabeza. Yo por mi parte les expliqué que el deber de
un hombre en esas circunstancias consiste en escupir al cielo.
Claro está que también se puede morir en estado de gracia, pero eso no
viene al caso.
El problema es más profundo. Cuestión de principios.
372
No hay principio sin fin. No hay fin sin principio. El fin no justifica los
medios.
No quiero saber nada. Él lo hizo. Que él lo remedie.
No voy a dejarme seducir por el naufragio.
373
MANUEL VIOLA
(Zaragoza, 1916-San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1987)
375
376
EN LA ESCUPIDERA DEL SOL
De las ramas secas de los árboles cuelgan pequeñas masas gelatinosas que
despiden un brillo fosforescente. Los faroles se han convertido en peceras,
conteniendo los más multicolores y raros ejemplares. ¡Es angustioso an-
dar por las calles llenas de cenizas pisoteando tantos ojos de vidrio! ¿Por
qué han sustituido los huecos de las ventanas por grandes esferas de reloj?
Fue de pronto cuando me hallé en una de las salas del antiguo Hospital
de Santamaría y comprobé la inesperada presencia de Leandre, el cual se
entretenía en hacer mover en lentas oscilaciones un guante encarnado de
goma dentro de una vitrina romboídrica. Debiéndose ello a un naipe en el
que se hacía notar la ausencia de toda figura, y que él agitaba desesperada-
mente con la mano.
-Que fas Leandre- le pregunté. Por toda contestación sacó una “Gillette”
y cortó por la mitad el naipe. En aquel instante en la pared de enfrente se
377
abrió un boquete rectangular que mostraba este insospechado paisaje: una
pirámide de yeso que proyecta una sombra azul en cuyo vértice hay una
piedra negra, lisa, redonda y pulimentada, y encima de ella tres gotas de
mercurio y un pájaro disecado.
Será dentro de un mes que en la playa yo presenciaré la ausencia total del
mar y su sustitución por un extenso desierto de arena blanca y brillante. Si,
fue en este desierto cuando vi de nuevo a Leandre (entre un paisaje lunar
de mi infancia hecha de tres mil manos de alabastro con raíces de seda),
traducir en líneas orbitales sobre una pizarra los mensajes luminosos que
recibe el alto obelisco de cristal, de los peces eléctricos que iluminan las
inmensas bellezas submarinas.
VENTANA DESNUDA
378
la sombra fermenta dentro de un marco de ardiente memoria
y un rebaño de conjuros estalla en las rosas calcinadas de las sienes.
Entonces vimos que un torbellino de sangre desprende crines incendiadas
que un brazo afilado en tijeras nocturnas corta insectos de tierno metal
que una calavera se cambia en planisferio de cera
que una constelación se derrumba en gusanos de plomo
sobre el tragaluz de las celestes minas
para que la duda se estrangule en un nudo resplandeciente
y los reflejos de agua virgen
dormidos en el corazón agrietado de los toros
hablen de un viento borrando corolas de pólvora negra
de una sumergida pasión de rocas huecas.
De un cerrojo de menta en el calabozo de un eco
de una lenta ascensión de hiedras secretas
de los interrogantes hipocampos
y de la cuerda de savia tendida a las rojas manos de la ausencia
manos segadoras de espigas segadoras.
ONIRO
379
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Llegaría hasta el bosque. Los árboles los han pintado de encarnado y entre
los grises tentáculos de las raíces retráctiles alguien ha abandonado unos
guantes marchitos. Llegaría hasta el bosque... Mas es imposible. Mi cuerpo
yace poseído de un anquilosamiento secular. Encima de mi pecho de car-
tón piedra, Madam, Pau-ple-d’ulls ha dejado caer su corsé ortopédico y su
dentadura postiza. Moluscos litófagos van abriendo diminutos túneles en
mis pies. De mi cuerpo insensible, sólo los ojos tengo abiertos a la percep-
ción a las delgadas y extrañas nerviaciones de los astros, en un cielo morado
cruzado de vetas mercuriales y fibras con luz fatua que se hunden hasta la
arena fría de la plazoleta desierta.
Las dos figuras humanas con el cuerpo cubierto ajustadamente de hules
que permanecen absortas ante la esfera armilar –en cuyo interior las som-
bras aéreas de los peces agonizantes, en las tinajas ocultas en las cuevas de
la montaña, evolucionan lentamente alrededor de una esponja metálica- se
dirigen de pronto al almacén de la esquina para decorrer la cortina decora-
da de símbolos solares que pende en la puerta, y dar paso a una gran masa
nuvolar de escayola, flotante a ras de suelo entre alineamientos de tubos y
cilindros de uralita.
380
La plazoleta se ha cubierto de cuerpos semejantes al mío. Lentamente
la nube de escayola va cubriendo nuestros cuerpos, eternamente anquilo-
sados, produciendo crujidos semejantes al de mi pedazo de yeso húmedo
aplastado entre dos manos metálicas.
Por la bocacalle de enfrente pasa presurosa Elvira, sosteniendo en la cabe-
za, con sus manos vitrificadas, una tabla cargada de huevos de mármol azul.
¡Son ellos los que abandonan entre las piedras los ojos de las alondras! –ha
gritado Elvira al desaparecer calle arriba, ajena a las cabezas de madera bar-
nizada, y de miradas persistentes asomando desde todas las ventanas que
están rodeadas de cartabones de celuloide negro y gallardetes estampados
con una de las letras finales del abecedario: x, y, z.
La llamaría, gritaría su nombre para que ante mis ojos ardientes coloca-
ra sus manos, y calmara mis deseos de mundos abisales. Mas la nube de
escayola...
381
MIGUEL LABORDETA
(Zaragoza, 1921-Ibíd., 1969)
383
SONATA 1
ASESINADOS JÓVENES
384
a los tranvías azules.
***
***
***
385
***
En la esquina de enfrente
un hermoso niño miserable
medita sobre el final que tendrán las inmensas ciudades
cuando las aguas cubran sus horrendos campanarios de zinc.
CUARTETO IRREMEDIABLE
-CUANDO TÚ ME LEAS
cuando tú te tomes el pulso de los siglos
en las tumbas de los tigres amorosos
y oleajes de ancianas infinitas
386
lluevan por las noches iluminadas de capricornio
sobre dormitorios de pequeños poetas moribundos
acuérdate del mar y de la invisible mujer entre cenizas
mesándose los crímenes del corazón tardío para qué
y sin embargo en lo que el macho aúlla eternidad fatal
los planetas quemantes los sortilegios ignominiosos
oh jardín desconsolado y ebrio
de este hombre remoto de esta luna peluda
de este impenetrable infierno de alegría!
PLUS VALÍA
en el inodoro
las especulaciones
del ríete oh anciano vete
enésima agonía
viviente mendas usado
bailad bailad hacia adentro
antes de desaparecer
en el umbral del paraíso
387
apoquiñando nefasto su tristeza
su nutritivo suicidio
del odio corporal los pequeños alimentos
remotos animales caramba una balada
ESTÍO TAL
388
LAS VIEJAS MANSIONES ABRASADAS
VOLVERÍAN LOS CANSANCIOS
389
interruptus con los ángeles descarriados
que piden limosna y sus violines rotos
y sus manos quemadas a la entrada del derecho
de los antropófagos deliciosas ninfas codiciosas
ojazos de los vejestorios ansiosos y tímidos
que perdieron el zapato debido a la influencia
postconciliar cicutas de gorriones sinvergüenzas
y librepensadores se elevan locamente
del pequeño huerto de los canónigos
hacia la perpetua maravilla
de los espacios azules
390
tus días perdidos en el amén
absoluto tú dirás
391
JORGE CÁCERES
(Santiago de Chile, 1923. Ibíd., 1949)
393
MAX ERNST
394
medianoche
Moscas que se posan sobre un vaso de agua
Donde ella acaba de beber.
PALABRAS A RADAR
a Enrique Gómez-Correa
Esta mañana las luces que suben de los arrabales más negros
Como la mirada tambaleante del ciervo en el incendio de gardenias y la
bocanada de aire puro en la espalda desnuda es más propicia
La escalera secreta es de ópalo de quimeras
Pero de la derecha surgen la gota de veneno y el lazo imantado que son
la abolición del amor y la noche se escapa porque ella lleva un fardo
de plumas de ave del paraíso
Y hay una mano sin guante sobre cada puerta hermética el guante cae
Y del lecho de los amantes surgen esas señales de molinete
Ida y vuelta y pasa el silbido del tren
Pero en el fondo de los fanales colocados sobre las cómodas empiezan a
aparecer el rostro del hombre y la mano de la mujer dando a
entender con su aparición que un cometa va a cruzar el desierto de
México por espacio de un minuto
El amor fantasma la pasarela imantada
Y el castor invernal en las fauces de un animal superior
Y la momia de perfumes de palmera de armiño
De princesa totémica
O el balcón que se abre de improviso en el Baile de la Prensa y por el cual
penetra un delegado de esos hombres-leopardos que se dejan ver de
vez en cuando en las selvas del Congo Belga
La piel a la espalda y la garra en actitud de atacar
Y sobre la frente la señal de la secta
395
Pero en los espejos empiezan a aparecer manchas negras
Y en los frascos de los licores alineados según la disolución del bismuto
comienza la tarea del alambique
En medio del Salón los perfumes toman cuerpo de mujer rubia
Ida y vuelta y ahora el blanco del ojo es violeta
Como el león heráldico en la superficie de la turquesa pulida en pleno
Brasil
Brasil aquí en letras doradas
En el borde de las cataratas hay un broche de pestañas torcidas cuatro
veces por estar cuatro veces vuelto hacia la salida de la luna
Y en la noche están las cuatro ventanas encendidas en una casa en pleno
bosque
El Baile a la memoria del Marqués de Sade.
396
Y el vino de champagne en la mesa del pobre.
397
El balcón se abre a la noche con un gesto de desafío
Y dos brazos negros toman su puesto en la esfera del reloj
Pero en la playa se ha escuchado el rumor de unos pasos
Y el impacto del bosque cesaba bajo los astros al fin del proceso del
encantamiento
El balcón se cierra tras el paso del duende
Suspendido en la punta de una casa que parece haber sido un hotel a
decisiones rápidas
En pleno siglo XVIII
Cortad la fecha maldita
Y el arco del amor está tendido entre dos toneles color de destreza
El cristal de las videntes ha hecho explosión
Y es por esa brecha por donde nosotros penetramos al bosque
Sin perder un cabello.
POEMA
398
Nada en el lecho bajo la amenaza del armiño
Sino un ala de geranio salvaje cuando la sangre lanza su perfume
Nada en el pozo sino el aire del sur y la varilla imantada
Y el cazador en el momento de apretar el gatillo
El paisaje desaparece
Nada en la costa sino el sol de amar que ha subido a dejar la perla en el
cenicero cerrado con llave
Pero la torre a lo lejos siente la primavera
Y de la chimenea aún salen esas señales de eclipse
Que atraviesan el campo en forma de seno
En forma de fuego.
JUSTINE
El 8 de julio de 1787 una mujer ha cruzado por el sitio que hoy ocupa el
puente de Enrique IV
Abatida por el peso de un pensamiento ella se ha inclinado al pozo
Con un gesto de ráfaga todos los párpados del mundo se han cerrado
Y sin un presentimiento de socorro las ventanas daban al sótano
Y las copas de los castaños más familiares que entonces
Con una mueca de socorro erraban bajo la tempestad de París
Sorprendida por un ojo que se ha posado en su presa
Una mujer sobre la nieve con manchón de armiño
En un sentido inverso a la línea negra que cruza su pecho
El rayo la ha detenido no obstante en el bosque
Los árboles dejan caer sus últimas señales y expiran
Pero una ventana se ha abierto en la niebla a todo escape
Una mujer de blanco con aretes de fieltro
Con cabellos de fósforo demasiado fresco
Se ha detenido en la costa ella ha tomado el mal paso
Pasajera misteriosa ha sabido ocultar su nombre bajo un signo de talismán
399
Entonces sobre cada ventana de Viena una lámpara se ha evaporado
Como una rama en el bosque al paso del hormiguero
El relámpago primo del hada en los hilos telegráficos
Juega al amor detrás del seto
Si yo digo Bressac es para dar al lector un sentido más lúcido
De ese juego de manos su esclavo el pararrayos siniestro
El sol se ha desplomado para siempre en el bouquet de la pasajera
Que gira sin cesar bajo la Vía Láctea
Todos los perfumes del día se han encerrado en el observatorio
Donde dos canarios helados han descubierto un bombón de vitriolo
Sobre el marco de la ventana una flor momentánea
En el gabinete negro de la fotografía aplicada al sueño
Haciéndose llamar por un nombre de generación un tanto sórdida
Ella sabe que mi pensamiento da vueltas
Como los latidos negros sobre blanco de la aguja sobre la esfera
La noche cae en un abrir y cerrar de ojos sin contar que ella ya estaba ahí
Una mujer con cinturón de castidad de plumas de cuervo
Se pasea desnuda al borde de una ciudad que se llama yo no sé
Bajo su guante yo he notado la señal del grillo
Cuando pasaba ha levantado la cabeza
Ella me ha dicho Monsieur de Bressac me espera para el té
Un rendez vous de pacotilla sobre la nieve a vista de reno
Delante del abismo de límites vagos
Una cabeza con doble lengua de muñeca que dice sí y no
Ha caído la muerte ha rodado sobre el parquet encantado violeta doble
En todas direcciones unos ojos galvanizados en dos direcciones
Enmascarados ellos han pasado por el ancho del alero
El tornasol ha girado en dos direcciones a conocer su propia presa
Justine una vez yo he dicho Justine el 8 de julio de 1944 para las
generaciones al fondo del día
El rayo se ha detenido un instante en su dedo
Pero el mundo ha pasado solo ha errado bajo la luz que tapiza el bosque
Él se ha mantenido disponible al amor de dos siglos consecutivos
400
Una patada en pleno rostro
Los mejores han pasado.
401
CARLOS-EDMUNDO DE ORY
(Cádiz, 1923)
403
CINCO POEMAS EDMUNDIANOS
II
404
III
IV
405
V
(Madrid, 1945)
406
en un rincón de ala de alguna mariposa
Mi poesía no sale por la puerta de todos:
sale por la rendija del mundo
por las alcantarillas del siglo
por las uñas de un criminal arrepentido
Vamos a la cama vamos a jugar a las tinieblas
Vamos a soñar con un perfil de lobo
(Madrid, 1948)
TEORÍA FINITA
407
El idioma sale de los brazos
Y de los muebles del paraíso
El barco sale de los mares
Y el mar de una vieja canción
(Madrid, 1950)
Volvamos a la tierra
Bastante expuse mi esqueleto a la risa de las lechuzas
cuando encerrado bajo llave en el sueño
huí hacia el más allá
Soy una perla caída en el fango
408
ODA EN LOS JARDINES
409
para soñar un derramado humo de paloma,
una cadencia pacífica de buen ángel y olvido.
Los jardines han dejado brotar sus minerales
porque mi voz encuentre un choque ilustre
mientras suben mujeres y mujeres y musgo
por la escalera de caracol de mi espalda,
mientras el Amor con el rostro en los pies
pregunta sin motivo con su idioma de talco:
“¿Qué sinfín de lobómunos desacordados balan
entre tus dulces pasos de alquitrán geotérmico?”
No hay más hombre que yo por los jardines,
no hay otra espina humana que aquí amanezca
y que pueda desenterrar con una rama al guardadurmiente
y que pueda cambiarse barro en las venas capilares
y que pueda llorar y terminar llorando.
Los jardines vacíos me miran con los ojos
guardados como pañuelos de los pavos reales
y se creen que soy Dios aburrido de todo
en busca de la meca incómoda de un banco
para ver desde lejos como un pintor su cielo
y descubrir el sitio del retoque
¡o un milano de carne en el espacio!
O se creen que soy un niño borracho y enlutado
que ha cerrado de un golpe la puerta de su casa
con sonámbulos párpados
para buscar su aro por detrás de los árboles.
Pero no es eso. Lo sé yo que no es eso.
Los jardines son para mí un maldito pasillo
lleno de besos y de cucarachas,
de nata y muselina y de sobres abiertos.
Estoy aquí porque soy como un príncipe sin dientes
que ha muerto sin rezar en una cama baja
y quiere cantar, cantar, cantar dulce y perdido
sobre un fondo de polvo y de colores puros
410
como la agonía entre anémonas de Nema-Lyyh.
Pero aunque no haya puertas la muerte tiene puertas
sin llaves muy hermosas de sal y crisantemos
para huir como vine más príncipe que nunca
y montado en el caballo blanco de un cisne
a través de Lyyh, ¡oh sueño mélico! ¡Oh murciélago etolio!
Pero quiero quedarme aquí, aquí, aquí,
Y hacerme íntimo amigo del viento y las serpientes.
Puedo decir a Eva que venga con escolta
de monos o aliviados tigres rituales
y puedo besar con su pelo entre las bocas
y puedo más todavía, dormir con ella un libre
paraíso parado por dos bultos de piel feroces
y todavía puedo verla agonizar terriblemente, ¡oh tísica Nema!
Oliendo a mí y a ella. ¡Oh Eva-Nema,
oh evónimos!...
Los jardines: ¡ay, palacios ocultos donde las mariposas
se posan en la luna
donde la muerte pasa con bufanda y con canto
y yo me llamo zarevitch del mundo!
411
JULIO LLINÁS
(Buenos Aires, 1929)
413
ANTIGUO
Cuervo miedoso, has de saber que mi cerebro es visitado por un gran sol
violáceo, un daño heroico que calienta y despedaza las glorias carniceras de
los atletas del siglo.
LA REINA ESCLAVA
Una mañana el corazón saltó hacia los pantanos y abrió una celda en la
frescura.
(Vides del hambre y los estíos en la sagrada encarnación del día).
Plantas de muerte y gran limosna, ah pájaros de un día, la curandera ator-
mentada ahuyenta el crimen de su pueblo, como una reina de la amnesia.
Fogatas, fogatas de ternura.
EL GERMEN
414
CIUDAD
VENTANA
415
LO QUE VENDRÁ
He visto andar entre tus dientes, entre tus pieles, entre tus víctimas, esa
pequeña inundación, esa medida inexorable.
No habrá perdón para el aliento. No habrá refugio para el ojo bañado en
inocencia, no habrá otro rastro que ese tallo que crece sobre tu alma, esa
pequeña corrosión, como una queja impartida a un cuerpo ausente.
Y un día vendrá, en el que un hombre y su muerte se concilien, en el que
un pueblo de sombras te frecuente, en el que un solo infortunio te des-
pierte.
FAYAD JAMIS
(Zacatecas, Méjico, 1930-La Habana, 1988)
417
LA DESTRUCCIÓN DE LA MENTIRA
EN UN BARQUITO DE PAPEL
418
De cada naufragio salta una roca
para el mundo por venir
OCTUBRE
419
EL HOMBRE QUE TOSE Y ESTORNUDA
420
ANTONIO SAURA
(Huesca, 1930-Cuenca, 1998)
421
PROGRAMIO
(fragmentos)
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
pintar fantásticas mansiones con espectrales pasillos con el ojo del silencio
al final, habitaciones astrales, amplias salas ocupadas por vírgenes lagos, la
sala de las gigantescas manos cortadas, salas de grandes pudrideros, salas de
torturas para los sádicos, salas cubiertas con amplias cortinas rojas o verdes,
salas doradas, la sala de los fetiches, la sala de las religiones, la sala-museo
de los fetos increíbles, salas con lechos inmensos, salas cubiertas por diez
mullidas alfombras, salas desiertas únicamente ocupadas por un piano en
una esquina, salas para los féretros dorados, salas de cristal y de espejos,
salas-cavernas, salas sin final.
422
pintar la suprema belleza de las geometrías exactas.
423
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
pintar las impresiones sentidas, estando con los ojos cerrados, ante los ma-
res, frente al cielo, bajo el sol, bajo la luna, rozándonos el viento, escuchan-
do el movimiento de los árboles o los ruidos nocturnos.
AQUELLA DROSERA
424
Tristes muertes, tristes sueños, cárceles de agua
ruiseñores de azúcar
Mar abierto, mar abierto, mar abierto
Tan tristes los ojos inmensos del cielo muerto.
1950
425
EL SURREALISMO Y SU TIEMPO (1918 - 1945)
1918
En Rusia: Armisticio de Brest-Litvosk. Guerra civil. Moscú, decorado por
los futuristas. Ingenieros alemanes construyen el primer aeroplano metáli-
co (ener). En julio Vicente Huidobro llega a Madrid. Tropas árabes man-
dadas por Faisal y Lawrence de Arabia toman Damasco. El cañón ‘Gran
Berthe’ bombardea París (jun). Epidemia de gripe en Europa (sept). Fin de
la Primera Guerra Mundial (nov).
Mueren Apollinaire (n. 1890), Claude Debussy (n. 1862) y el
pintor Egon Schiele (n. 1890).
En Mount Wilson (California) instalación del telescopio (sept).
En Madrid primer manifiesto Ultra (otoño). Instalación en Nueva York
del primer semáforo de tres colores para regular la circulación (dic). Max
Planck, Premio Nobel de Física.
Chaplin: Vida de perro. Stravinski: Historia de un soldado.
J. R. Jiménez: Eternidades. Huidobro: Ecuatorial, Poemas árticos,
Hallali, Tour Eiffel.
1919
Breton, Aragon y Soupault inician la publicación de la revista Littérature
(mar) que en sus números de octubre a diciembre incluye los tres
primeros capítulos de Les Champs magnétiques, de Breton y Soupault y
en los números de abril y mayo Les poésies d’Isidore Ducasse con un nota
de André Breton. Éluard se une al grupo de Littérature (may). El poeta
español César A. Comet publica en la revista Cervantes la traducción del
426
primer folleto de las Poésies de Ducasse con el titulo Contra el arte malsano
acompañado de una breve introducción (jun).
Proclamación de la República de Irlanda (enero). Huelga de ‘La
Canadiense’, en Barcelona (feb). En España se implanta la jornada labo-
ral de ocho horas (abr). Fundación en Moscú de la Tercera Internacional
(mar). Inauguración del primer tramo del Metro de Madrid (oct).
Suicidio de Jacques Vaché (n. 1919). Asesinatos de Emiliano
Zapata (n. 1879), Karl Liebnecht (n. 1871) y Rosa Luxemburgo (n. 1871).
Rutheford consigue dividir el átomo (ener). Empieza a utili-
zarse el teléfono de disco, sustituyendo a las operadoras. John Alcock y
Arthur Whitten cruzan por primera vez el Atlántico en un vuelo sin escalas
(jun). Roland Rohifs establece en 10.550 m. el nuevo record de altura
(sept). Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel. Wiene: El gabinete del Dr.
Caligari. Fundación de la Bauhaus en Weimar (abr).
Muere el pintor Auguste Renoir (n. 1841)
Proust: A la sombra de las muchachas en flor. Salvat-Papasseit:
Poemes en ondes hertzianes. Lasso de la Vega: El corazón iluminado. Riba:
Estances. J. R. Jiménez: Piedra y cielo.
1920
El 5 de enero Tristan Tzara llega a París. Breton y Soupault: Les Champs
magnétiques. Collages de Max Ernst en Au sans Pareil. Publicación de Les
chants de Maldoror con prólogo de Remy de Gourmont.
En París primera reunión de la Sociedad de Naciones (ener).
Implantación de la ‘Ley Seca’ en EE UU (ener). Fundación del Partido
Comunista de España (abr). Entra en vigor en EE UU el voto femenino
(ag). Domingo sangriento en Dublín (nov); El Reino Unido separa irlanda
en dos territorios. Fin de la guerra civil en Rusia (nov).
Mueren Amedeo Modigliani (n. 1884) y Benito Pérez Galdós (n.
1843).
1921
Breton visita a Freud en Viena (oct).
427
La patronal catalana ofrece un homenaje a Martínez Anido. La policía
empieza a aplicar la ley de fugas. El cinco de mayo empieza a venderse en París
el perfume ‘Chanel nº 5’. Hambruna en Rusia (ag). Mussolini elegido ‘Duce’
(nov). Independencia del sur de Irlanda (dic). Muerte de Enrico Caruso (n.
1873) y Kropotkin (n. 1842). Asesinato de Eduardo Dato (n. 1856) (mar).
Velada ultraísta en el Ateneo de Madrid (abr). Proceso dadaísta a
Maurice Barrès; Breton le acusa de “crimen contra la seguridad del espíri-
tu” (13 may).
Chaplin: El chico. Einstein Premio Nóbel de Física. Encuentro en
Madrid de Huidobro y Larrea (dic).
F. Scott Fitgerarld: A este lado del paraíso. Salvat-Papasseit:
L’irradiador del port i les gavines.
1922
Llegada de Man Ray y Max Ernst a París. En vísperas de la celebración del
“Congreso para el establecimiento y las directrices del espíritu moderno”,
Breton, Aragon y Péret rompen con el Dadaísmo. Para acompañar la ex-
posición de Picabia en las Galerías Dalmau de Barcelona, el 17 de noviem-
bre conferencia de Breton “Caractères de l’évolution moderne et ce qui
en participe” en el Ateneo barcelonés. Dalí se instala en la Residencia de
Estudiantes de Madrid. Desnos: Rose Selavy. Ernst: Au rendez-vous des amis.
Fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (dic).
Mueren Graham Bell (n. 1847) y Marcel Proust (n. 1871).
Miró: La Masía. Tzara: Le coeur à barbe. Murnau : Nosferatu.
El arqueólogo británico Howard Carter descubre en Egipto la tumba de
Tutankamón (nov). En Toronto, primer tratamiento de diabetes con insu-
lina. Niels Bohr, Premio Nobel de Física.
Joyce: Ulises. Salvat-Papasseit: Les cospiracions. Valéry : Charmes
ou poèmes. Diego: Imagen. J. R. Jiménez: Segunda antolojía poética.
1923
Breton: Claire de terre. Delteil: Choléra. Soupault: Le bon apôtre y A la
dérive. Tzara: De nos oiseaux. Marcel Duchamp finaliza el “gran vidrio» La
mariée mise à nu par ses célibataires, même.
428
Implantación en España de la dictadura del General Primo de
Rivera (sept). El terremoto en Tokio mata a 300.000 personas (sept).
Kemal Atartuk proclama la república en Turquía (oct).
Muere Röntgen (n. 1845) descubridor de los Rayos X, Francisco
‘Pancho’ Villa (n. 1878).
Bessie Smith graba ‘Downhearted blues’ su primer disco. Invitado
por la Junta de Ampliación de Estudios Einstein visita España durante
los meses de marzo y abril (Barcelona, Zaragoza, Madrid y Canarias).
Comienza a publicarse en Madrid la Revista de Occidente (jul). César
Vallejo en París (jul). Pruebas del autogiro de Juan de la Cierva. Jacob
Schick fabrica la primera afeitadora eléctrica (abr).
De Torre: Hélices. Salvat-Papasseit: El poema de La rosa als llavis.
Salinas: Presagios.
1924
En diciembre se publica el primer número de La Révolution Surréaliste,
dirigida por Pierre Naville y Benjamin Péret y se abre en el número 15 de
calle Grenelle la “Oficina de Búsquedas Surrealistas”. La muerte de Anatole
France el 12 de octubre y sus exequias fúnebres indignan a los surrealis-
tas que publican el panfleto “Un cadavre” con textos de Aragon, Breton,
Delteil, Drieu, Éluard y Soupault. Paul Éluard emprende “un viaje ridículo
alrededor del mundo”. Se estrena Entr’acte filme de Francis Picabia y René
Clair y el ballet Parade, música de Satie y vestuario y decorados de Picasso.
Masson introduce a Miró en el grupo surrealista. Marco Ristic crea el gru-
po surrealista yugoslavo. Dalí pinta el retrato de Luis Buñuel.
Aragon: Une vague de rêves. Le Libertinage. Arp: Der Pyramidenrock.
Baron: L’Allure poètique. Breton: Les pas perdus. Manifeste du Surréalisme,
suivi de Poisson soluble. Crevel: Détours. Delteil: Les cinq sens. Desnos: Deuil
pour deuil. Éluard: Mourir de ne pas mourir. Péret: Immortelle maladie.
Ribemont-Dessaignes: L’autruche aux yeux clos. Vitrac: Les mystères de l’amour.
El 21 de enero muere Lenin, Stalin publica Principios de leninis-
mo. Primer gobierno laborista en el Reino Unido (en). Matteoti es asesi-
nado por los fascistas italianos. Establecimiento de leyes antiinmigratorias
en Estados Unidos. Gran Bretaña y Francia establecen relaciones diplo-
429
máticas con la URSS. El Directorio Militar español destierra a Miguel
de Unamuno y a Rodrigo Soriano. Creación en España de la Compañía
Telefónica. Guerra colonial en Marruecos. Sobrevolando el Polo Norte y
con salida y llegada a Seattle, Byrd da la vuelta al mundo. Empiezan a ven-
derse en EE UU los ‘kleenex’, primeros pañuelos de papel (dic).
Mueren Franz Kafka (n. 1883), Joseph Conrad (n. 1857),
Giacomo Puccini (n. 1858) y Eleonora Duse (n. 1859).
El astrónomo Edwin Hubble demuestra la existencia de varias
galaxias similares a la nuestra. Encuentro de Rilke y Valéry en Muzot.
Viaje de Valéry a España en junio para dar la conferencia “Baudelaire y la
posteridad” en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Kandinsky, Klee,
Feininger y Jawlensky fundan “Die blauen Vier” (Los cuatro azules). Sonia
Delaunnay edita sus creaciones de tejidos simultáneos. Fernand Léger
dirige el filme El ballet mecánico, con fotografía de Man Ray y Dudley
Murphy. Se publica el primer libro de crucigramas (abr). Creación de la
Metro-Goldwyn-Mayer (mar). En Barcelona empieza a emitir la primera
emisora de radio (dic).
Mann: La montaña mágica. Benn: Escombros. Saint John Perse:
Anabasis. Forster: Viaje a la India. Joyce publica los primeros fragmentos
de El despertar de Finnegan. Antonio Machado: Nuevas canciones. Valle-
Inclán: Luces de Bohemia. Diego: Manual de espumas. Neruda: Veinte poe-
mas de amor y una canción desesperada. Del Vando: La sombrilla japonesa.
1925
La “Oficina de Búsquedas Surrealistas”, bajo la dirección de Artaud,
toma un rumbo insurreccional y revolucionario. De esta época son la
“Declaración del 27 de enero de 1925”, los textos “Abrid las prisiones,
licenciad al ejército” y las cartas al Papa, al Dalai-Lama y a los rectores de
las universidades europeas. En la carta abierta a Paul Claudel, firmada co-
lectivamente, se dice: “Poco nos importa la creación. Deseamos, con todas
nuestras fuerzas, que las revoluciones, las guerras y las insurrecciones co-
loniales destruyan esta civilización occidental cuya miseria usted defiende.
[...] No queda en pie más que una idea moral; a saber, por ejemplo, que no
se puede ser a la vez embajador de Francia y poeta”. Esta carta, colocada
430
por sus firmantes debajo de los cubiertos del banquete ofrecido a Saint-Pol-
Roux, fue el preludio al escándalo que promovieron los surrealistas ante
una frase desdeñosa de Rachilde. Marcel Duchamp filma Anemic cinéma.
Conferencia de Louis Aragon en la Residencia de Estudiantes de Madrid
el 18 de abril; Aragon pregunta a su estupefacto director “¿Conoce usted
algún meadero interesante?; no olvidemos que la “Residencia es una asocia-
ción de estudiantes españoles [...] que pretende contribuir a formar en su
seno, por mutua exaltación, al estudiante [...] capaz de cumplir dignamen-
te [...] lo que de él exigen los destinos históricos de la raza”. Michel Leiris,
Jacques Prévert, Marcel Duhamel, y Pierre Brasseur se incoporan al grupo
surrealista. Primera exposición de pintura surrealista, inaugurada el 14 de
noviembre en la Galería Pierre, de París, con cuadros de Arp, Chirico,
Ernst, Klee, Ray, Masson, Miró y Picasso. Llegan a París tres personas que
beberían tempranamente del licor surrealista: el peruano César Moro y los
españoles José María Hinojosa y Luis Buñuel. Dalí pinta Natura morta,
invitació a la son, para el que sirvió de modelo Lorca. El 14 de noviembre,
en la Galería Dalmau de Barcelona, primera exposición individual de Dalí.
Primeros “frottages” de Max Ernst.
Aragon: Le Mouvemant perpétuel. Artaud: L’Ombilic des Limbes y
L’Opium pendu. Crevel: Mon corps et moi. Éluard y Péret: 152 proverbes mis
au goût du jour. Leiris: Simulacre. Péret: Il était une boulangère. Ribemont-
Dessaignes: Ariane. Soupault: En joue!. Tzara: Mouchoir de nuages.
Guerra colonial en Marruecos: las tropas españolas desembarcan
en Alhucemas. Atentado en Barcelona contra los reyes de España. Acuerdos
de Locarno. Calvin Coolidge es elegido presidente de los Estados Unidos
por un mandato de cuatro años, coincidiendo su final con el crac del 29.
De él son estas palabras: “El hombre que construye una fábrica, construye
un templo. El hombre que allí trabaja, reza”.
Suicidio de Essenin (n. 1895) y Max Linder (n. 1883). Mueren
Flammarion (n. 1842) y Pablo Iglesias (n. 1850).
Comienza a utilizarse la máquina de lavar. Bonnard pinta Mujer
sentada mirando una revista. Se estrenan las películas La quimera del oro
de Chaplin, El acorazado Potemkin y la ópera Wozzeck de Alban Berg.
431
Construcción del Planetarium de Jena por los arquitectos Dischinger y
Finsterwalder. Chaplin: La quimera del oro (jun).
Huidobro: Automne régulier, Tout à coup, Manifestes. Alberti:
Marinero en tierra. Eliot: Poemas 1909-1925. Benn: Anestesia y
Desdoblamiento. Pound: Un borrador de XVI Cantos. Dreiser: Una tragedia
americana. Scott Fitzgerald: El Gran Gatsby. Gide: Los monederos falsos.
Cummings: XLI poemas. Kafka: El proceso. Montale: Huesos de jibia. Hitler:
Mi lucha.
1926
Dos nuevos filmes surrealistas: Emak Bakia (Dar la paz, en vasco) de Man
Ray, con guión de Robert Desnos, y La coquille et le Clergyman de Germaine
Dulac, guión de Antonin Artaud. Protestas de Artaud y el grupo surrealista
por la pomposa dirección de Dulac. Joan Miró se une al surrealismo; en
colaboración con Max Ernst pinta los decorados de Romeo y Julieta para
los Ballets Rusos: una violenta protesta del grupo por su “desclasamiento
de la idea surrealista. Idea totalmente subversiva que no puede colaborar
con empresas semejantes y en las que el fin ha sido siempre domesticar, en
provecho de la aristocracia internacional, los sueños y revueltas del hambre
física e intelectual”. Expulsión de Soupault y Artaud. Del 11 al 26 de abril
Dalí viaja por primera vez a París; a finales de año expone nuevamente en
las Galerías Dalmau de Barcelona.
Aragon: Le paysan de Paris. Éluard: Capitale de la douleur. Breton:
Légitime défense. Crevel: La mort difficile. Desnos: C’est les bottes de sept
lieues cette phrase «je me vois». Éluard: Capitale de la douleur y Les dessous
d’une vie ou la pyramide humaine. Ernst: Histoire naturelle. Soupault: Carte
postale, Georgia y Corps perdu. Vitrac: Connaissance de la mort.
Miró: Perro ladrando a la luna, Caballo junto al mar. Mano atra-
pando a un pájaro. Desnudo.
Alemania ingresa en la Sociedad de Naciones. Vuelo del “Plus
Ultra” de Palos a Buenos Aires. En Italia, proceso y encarcelamiento de
Gramsci. En España creación de la Federación Anarquista Ibérica FAI.
Perú y Bolivia disputan Tacna y Arica. Finaliza la huelga de siete meses de
los mineros ingleses (nov).
432
Mueren Monet (n. 1840), Rilke (n. 1875), Gaudí (n. 1852), el
escritor anarquista y director de El Motín José Nakens (n. 1841) y el actor
Rodolfo Valentino.
Wenwer Heisenberg formula el principio de incertidumbre.
Shostakovich: Primera Sinfonía. Falla: Concierto para clavecín. Hindemith:
Cardillac. Varese: Integrales. Estreno de las películas La madre, de Pudovkin
El maquinista de la General, de Keaton y Metrópolis, de Lang.
Kafka: El castillo. Pound: Personae. Valle-Inclán: Tirano Banderas.
1927
Firmada por los miembros del grupo surrealista y promovido por Raymond
Queneau se redacta la protesta “Permettez”, por la colocación de un mo-
numento al viajero Rimbaud en la plaza de la estación de Charleville. El
pintor español Oscar Domínguez se une al grupo surrealista de París. Con
el título A la grande nuit ou le bluff surréaliste Artaud publica un panfleto
contra Breton.
Alexandre: Les desseins de la liberté. Aragon: Voyageur. Artaud: Le
pèse-nerfs. Correspondance avec Jacques Rivière. Breton: Introduction au dis-
cours sur le peu de réalité. Crevel: Babylone y L’esprit contre la raison. Desnos:
La liberté ou l’amour. Leiris: Le point cardinal. Péret: Dormir, dormir dans
les pierres y Et les seins mouraient. Vitrac: Cruautés de la nuit, Humoristiques
y Giorgio de Chirico.
Vuelo de Lindberg en solitario Nueva York-París, sin escalas (may).
Ejecución de Sacco y Vancetti en Estados Unidos (agost). Expulsión de
Trotski del Partido Comunista (sept).
Mueren Isadora Duncan (n. 1878) y Juan Gris (n. 1887).
Comienza utilizarse el frigorífico. Se estrenan Elena Egipciaca de
Strauss y Oedipus Rex de Stravinsky. Varios poetas de la generación del
27 celebran en Sevilla un homenaje a Góngora (diciembre). Comienza la
construcción de la Ciudad Universitaria de Madrid. Gris: Femme au panier.
El 23 de octubre, en el Warner Theatre de Nueva York, nace el cine sonoro:
Al Jolson, en El cantor de jazz, dice: “You ain’t heard nothin’ yet”. Después
oiríamos mucho más. Descubrimiento en China de la tumba de Gengis
Khan (oct).
433
Valle-Inclán: La Corte de los Milagros. Foix: Gertrudis. Ser y
Tiempo, tesis doctoral de Heidegger es rechazada por la Universidad de
Berlín. Pasternak: El año 1905. Benda: La traición de los intelectuales.
Prados: Vuelta. Hinojosa: La rosa de los vientos.
1928
Estreno del filme de Man Ray L’Etoile de mer con guión de Desnos. Buñuel
colabora en el rodaje de La chute de la maison Usher, de Epstein; a finales
de año escribe con Dalí el argumento de Un chien andalou. Exposición
de Max Ernst en París (dic). Publicación del Manifiesto Groc (Manifiesto
Antiartístico Catalán), de Dalí, Montanyá y Gasch. Publicación del primer
número de la revista argentina Qué. En la sala de la Revista de Occidente
de Madrid, Maruja Mallo expone diez lienzos y treinta estampas. Luis
Cernuda, lector de español en Toulouse.
Aragon: Traité du style. Breton: Le Surréalisme et la peinture y
Nadja. Éluard: Défense de savoir. Péret: Le grand jeu. Tzara: Indicateur des
chemins de coeur. Hinojosa: La flor de Californía.
Establecimiento de la línea aérea Madrid-Barcelona (abr).
Primer plan quincenal soviético (oct). Caza de urogallos en el castillo de
Achnacarry (Escocia) y formación del cartel petrolero internacional cono-
cido como “Las siete hermanas” que monopolizaría la producción mundial
de petróleo, con excepción del de la URSS; la historia no nos cuenta sí ade-
más cazaron urogallos. Pacto Briand-Kellog. Comienza la construcción en
Francia de la línea Maginot. El diario alemán El Nacionalsocialista del 8 de
junio amenaza a Thomas Mann: “a un futuro estado popular no le queda
otro medio de limpieza que el siguiente: deportar al extranjero a todos éstos
que nos ensucian la casa”. Exilio de Trotski (en).
Muere Vicente Blasco Ibáñez (n. 1867).
Alexander Fleming descubre la penicilina (sept). Einstein formula
la teoría del campo unitario. Primeros receptores de televisión (jul). Ezra
Pound se instala en Rapallo. T. S. Eliot, que en 1927 se había nacionalizado
británico, manifiesta que es “clásico en literatura, monárquico en política y
anglocatólico en religión”. Le Corbusier construye la Villa Savoie, en Poissy
(1928-1930) y el Centrosoyuz de Moscú (1928-1933). Conferencias
434
de Marinetti en el teatro Novedades de Barcelona y en la Residencia de
Estudiantes de Madrid. Carl Dreyer rueda La pasión de Juana de Arco y
Eisenstein Octubre. Matisse: Odalisca sentada. Ravel: Bolero. Schönberg:
Variaciones, op. 31. Brecht-Weill: La opera de cuatro cuartos (agost).
Gershwin: Un americano en París (dic). Louis Armstrong, con los Savoy
Ballroom Five: West End Blues. Albert Szent-György aisla la vitamina C (dic).
Valle-Inclán: Viva mi dueño. García Lorca: Primer romancero gi-
tano. Guillén: Cántico. Huxley: Contrapunto. Lawrence: El amante de lady
Chatterley.
1929
Invitados por Dalí llegan a Cadaqués Paul y Gala Éluard, René y Georgette
Magritte y Camille Goemans. Dalí pinta El gran masturbador y el retrato de
Paul Éluard. Alejamiento de las actividades surrealistas de Baron, Limbour,
Masson, Queneau, y Vitrac. Incorporación de Buñuel y Dalí. Fundación
del grupo surrealista checo con Vitezlav Nezval, Jindrich Styrsky, Karel
Teige y Toyen. El 1 de octubre se estrena en París Un chien andalou de
Buñuel y Dalí y el 8 de diciembre en Madrid. Entre los asistentes a la
proyección parisina están Picasso, Le Corbusier, Ernst, Cocteau, Breton,
Éluard, Magritte, Aragon, Ray, Tzara, Tanguy, Arp, Unik y Char. También
de este año es el filme La perle de Hugnet y Les mystères du Château de Dé
de Man Ray. El segundo manifiesto del surrealismo se publica en el núme-
ro 12 de La Révolution Surréaliste que aparece a finales del año. Durante
casi dos años (el número 11 tiene fecha de marzo de 1928) había dejado de
publicarse la revista. El número 12 da una explicación: reproduce impresos
los rojos labios de Yvonne Goemans, Suzana Muzard, Marie-Berthe Ernst,
Jeanette Tanguy, Gala Éluard, Nancy Cunard y Ruta Sadoul. Dalí expone
en París del 20 de noviembre al 5 de diciembre. La influencia del surrea-
lismo se extiende a España: Cernuda escribe los poemas surrealistas de Un
río, un amor y traduce para la revista malagueña Litoral nueve poemas de
Éluard de L’amour la poésie. Estancia de Lorca en Nueva York donde escribe
su Viaje a la luna y los poemas que formarían parte de Poeta en Nueva York.
Alberti publica Sobre los ángeles y Aleixandre escribe Pasión de la tierra.
435
Aragon: La Grande Gaité. Baron: Paroles. Char: Arsenal. Chirico:
Hebdomeros. Crevel: Etes-vous fous?. Éluard: L’amour, la poésie. Ernst: La
femme 100 têtes.
Tratado de Letrán y creación del Estado Vaticano. Al Capone eli-
mina a la banda rival de Bugs Moran en la matanza del día de San Valentín
en Chicago. Fundación del Partido Nacionalsocialista alemán. Richard
Byrd vuela sobre el Polo Sur y Juan de la Cierva lo hace en autogiro de
Londres a París. El trasatlántico ‘Bremen’ cruza el Atlántico en poco más
de cuatro horas (jul). El 24 de octubre ‘crash’ en la Bolsa de Nueva York.
Unificación de Serbia, Croacia y Eslovenia con el nombre de Yugoslavia (oct).
Muere Diaghilev (n. 1872). Suicidio de Jacques Rigaut (n. 1899).
Investigaciones de Berger sobre electroencefalografía. Estreno
de La Chinche de Maiakovski. Fundación del MOMA de Nueva York.
Eisentein: La línea general. Hindemith: Noticias del día. Gershwin: Rapsodia
en blue. Primeras actuaciones en Harlem de Billie Holiday. Edwin Hubble
publica su teoría sobre el Big Ban. Thomas Mann, Premio Nobel (nov).
Hemingway: Adiós a las armas. Faulkner: El ruido y la furia.
Salinas: Seguro azar.
1930
Texto colectivo contra Breton, llamada también Un cadavre, firmado por
Ribemont-Dessaignes, Baron, Leiris, Queneau, Desnos, Prévert y Bataille.
‘La moral del surrealismo’ conferencia de Dalí en el Ateneo de Barcelona
(mar). Estancia de Dalí y Gala en Torremolinos y encuentros con Prados,
Hinojosa, Cano y Carmona; proyecto de edición de una revista surrea-
lista. Alejamiento del grupo de Desnos. Aparece el primer número de Le
Surréalisme au service de la Révolution. El estreno de L’Age d’or el 28 de
noviembre en París provoca violentas manifestaciones de los “Camelots
du roi” y de la “Action Française”. La campaña de prensa, organizada
por Le Figaro y L’Echo de Paris pidiendo su prohibición es atendida por
la Comisión de Censura el 10 de diciembre. Breton en L’Amour fou, dice
que esta película “sigue siendo hoy la única empresa de exaltación del amor
total según yo lo concibo. [...] El amor, en todo lo que pueda haber para
dos seres de limitado a ellos, de aislante del resto del mundo, no se ha
436
manifestado nunca de una manera tan libre y con tanta tranquila audacia.
[...] En un amor como éste existe en potencia una verdadera edad de oro
en ruptura completa con la edad de fango que atraviesa Europa y una in-
agotable riqueza de posibilidades futuras”. Dalí explica que “su intención
al escribir con Buñuel el guión de La Edad de Oro ha sido presentar la
línea pura y recta de conducta de un ser que persigue al amor a través de
innobles ideas humanitarias, patrióticas y de otros miserables mecanismos
de la realidad”.
Aragon: Le peinture au défi. Arp: Gedichte. Wisst du schwarzt du.
Konfiguration. Breton: Second Manifeste du Surréalisme. Breton y Éluard:
L’Immaculée Conception, ambos con ilustraciones de Dalí. Breton, Éluard
y Char: Ralentir travaux. Char: Le tombeau des secrets y Artine. Dalí: La
femme visible. Desnos: Corps et biens y The night of loveless nights. Éluard:
A toute épreuve. Ernst: Rêve d’une petite fille qui voulut entrer au Carmel.
Hugnet: Le droit de varech. Tzara: L’arbre des voyageurs.
L’heure des traces de Giacometti, primer «Objeto de funciona-
miento simbólico». Dalí: El hombre invisible.
Colectivización de la tierra en la URSS (en). En España finaliza la
dictadura de Primo de Rivera (en). Frustrado levantamiento republicano
de las guarniciones de Jaca y Cuatro Vientos. Fusilamiento de los capita-
nes Galán y García Hernández. Gandhi inicia la ‘Marcha de la Sal’ (mar).
Trujillo en el poder en la República Dominicana.
Suicidio de Maiakovski (n. 1893).
El 12 de marzo C. W. Tombaugh en el Observatorio Lowell des-
cubre un nuevo planeta: Plutón. Se aisla, por primera vez, el virus de la
gripe. Construcción en Nueva York del Chrysler Building, de Van Halen.
Bartok: Cantata profana. Shostakovich: La nariz. Stravinsky: Sinfonía de los
salmos. La sangre de un poeta de Cocteau, Vampiro de Dreyer, El ángel azul
de Sternberg y Aleluya de Vidor, filmes del año.
Cocteau: Opium y La voz humana. Ortega y Gasset: La rebelión de
las masas. Eliot: Miércoles de ceniza. Thomas Mann: Mario y el mago. Freud:
El malestar de la cultura. Musil: El hombre sin cualidades. Keynes: Tratado
sobre el dinero. Hammett: El halcón maltés.
437
1931
En mayo se inaugura en París la exposición colonial. El grupo surrealista
lanza panfletos anticolonialistas y participa en la antiexposición colonial,
organizada por el Partido Comunista. Aragon publica el poema “Front
Rouge”, a causa del cual es procesado. Los surrealistas distribuyen una carta
de protesta con más de trescientas firmas, entre las cuales, además de Breton,
Char, Crevel, Éluard y Péret, se encuentran los españoles Altolaguirre,
Buñuel, Dalí, Espina, García Lorca (Francisco), Garfias y Moreno Villa.
Panfleto “Au feu” apoyo de los surrealistas a la quema de conventos en
España. Incorporación a Giacometti y de Meret Oppenheim. Esprit contre
Raison conferencia de René Crevel en la Sala Capsir de Barcelona. Los su-
rrealistas se adhieren a la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios
“A.E.A.R.” En diciembre, expulsión de Albert Valentin a causa de su cola-
boración en el rodaje de A nous la liberté de Clair.
Alexandre: Le corsage. Aragon: Persecuté persécuteur. Breton:
L’union libre. Char: L’action de la justice est éteinte. Crevel: Dalí ou l’anti-
obscurantisme. Dalí: L’amour et la mémoire. Huidobro: Altazor o el viaje en
paracaídas y Temblor de cielo. Tzara: L’homme approximatif.
Dalí: La persistencia de la memoria y Evocación de Lenin.
El 14 de abril, proclamación de la República en España. Auguste
Piccard y Paul Kipfer alcanzan la altura de 15.281 m. en un globo de hidró-
geno (may). El imperio colonial inglés se transforma en Commonwealth.
Japón invade Manchuria (sept). ‘New Deal’ de Roosevelt (nov).
Muere Edison (n. 1847).
Comienza a publicarse en Buenos Aires la revista Sur. Termina
la construcción en Nueva York del Empire State Building (1929-1931),
de Shreve, Hammon y Lamb. Ravel: Los dos conciertos para piano. Duke
Ellington: Creole Rhapsody. Creación conjunta de esculturas de Picasso y
Julio González. Bonnard: El gran desnudo amarillo. Películas de este año:
Chaplin: Luces de la ciudad. Browning: Drácula. Whale: Frankestein. Lang:
El vampiro de Dusseldorf. Los científicos alemanes Knoll y Ruska constru-
yen el primer microscopio electrónico.
Woolf: Las olas. O’Neil: El luto le sienta bien a Electra. Seferis:
Strofi.
438
1932
Buñuel rueda en España Las Hurdes, tierra sin pan. Aragon rompe con el
surrealismo y se adhiere al Partido Comunista. Se incorporan a las activi-
dades del surrealismo Brauner, Caillois, Henry, Oppenheim, Pastoureau,
Rosey, entre otros. Lorca lee y comenta en Madrid poemas de su libro Poeta
en Nueva York.
Aleixandre: Espadas como labios. Breton: Misère de la poésie. Le
revolver à cheveux blancs. Les vases communicants. Crevel: Le clavecin de
Diderot. Dalí: Babaouo. Éluard: La vie inmédiate. Hugnet: Ombres portées.
Rosey: La guerre de 34 ans.
Exposición de Maruja Mallo en la Galería Pierre de París. Brauner:
La puerta.
En España, disolución de la Compañía de Jesús y promulgación
de la Ley de Reforma Agraria. Guerra del Chaco entre Bolivia y Uruguay.
Exterminio de campesinos en El Salvador.
Suicidio de Hart Crane (n. 1899). Mueren Ramón Casas (n.
1866), María Blanchard (n. 1881), King Camp Gillette, inventor de
la cuchilla de afeitar y el músico francés Petrus de Geyter, autor de La
Internacional.
Gran exposición retrospectiva de Picasso en París; Corpus Barga
escribe en su crónica: “Como otros verdaderos representantes de España
en el extranjero, Picasso no ha existido para la España oficial. Acabará por
decirse que es francés”. Aparece en Tenerife el primer número de Gaceta
de arte. Descubrimiento del neutrón por el físico inglés Chadwick. Gira
europea de Louis Armstrong. Schönberg: Moisés y Aarón. Shostakovich:
Lady Macbeth en Mzensk. Ravel: Don Quijote de Dulcinea. Bonnard: La
pedicura. Scarface, filme de Hawks.
Diego: Poemas adrede y Fábula de Equis y Zeda. Foix: Krtu. Seferis:
La Cisterna. Huxley: Un mundo feliz (Brave new world). Edición de las
poesías de Mallarmé con treinta aguafuertes de Matisse.
1933
Del 7 al 18 de junio exposición surrealista en la Galería Pierre Colle, de
París. Max Ernst y Tristan Tzara la describen así: “Objetos desagradables,
439
sillas, dibujos, órganos genitales, cuadros, manuscritos, objetos para olis-
quear, objetos automáticos o inconfesables, madera, vaciados en yeso,
fobias, souvernirs intrauterinos, porciones sueltas de sueños proféticos,
espiritualización de antojos, gafas, uñas, amistades que funcionan sim-
bólicamente, marcos, ruinas de chimeneas de campanas, libros, objetos
de uso corriente, conflictos reprimidos, cartas geográficas, manos, bustos
femeninos retrospectivos, embutidos, carroñas exquisitas, palacios, marti-
llos, libertinos, parejas de mariposas, orejas que degeneran, mirlos, huevos
fritos, cucharas atmosféricas, farmacias, retratos malogrados, panes, foto-
grafías, lenguas”. Oscar Domínguez expone en el Círculo de Bellas Artes
de Santa Cruz de Tenerife del 4 al 15 de mayo. Primer número de la revista
Minotaure.
Crevel: Les pieds dans le plat. Éluard: Comme deux gouttes d’eaux.
Hugnet: Enfances y La belle en dormant. Mesens: Alphabet sourd-aveugle.
Rosey: Drapeau nègre. Tzara: L’antitête. Westphalen: Las ínsulas extrañas.
Neruda: Residencia en la tierra (1925-1931).
En España, sucesos de Casa Viejas (en). Algunos sucesos en
Alemania: Hitler, canciller (en). Incendio del Reichstag (febr). Goebbels,
ministro de cultura (mar). Quema pública de libros en la plaza de la
Opera de Berlín (may). Promulgación de la “Ley para la Prevención del
Surgimiento de Enfermedades Hereditarias” que autoriza la esterilización
forzosa de personas (jul). “Una juventud plenamente activa, dominadora,
brutal; he ahí lo que yo deseo... Quiero ver en sus miradas esa chispa de
orgullo y de independencia que se lee en la mirada de las fieras. No de-
seo entrenamiento intelectual. El conocimiento es la ruina de los jóvenes”,
Hitler dixit. Comienzo el éxodo de los intelectuales alemanes. Un decre-
to nazi de abril legaliza la existencia de los campos de concentración en
Alemania. El Estado Novo en Portugal. New Deal de Roosevelt. Comienza
la construcción del puente Golden Gate en San Francisco (1933-1937) y
se finaliza el Centro Rockefeller de Nueva York. Mueren Cavafis (n.
1863), Stefan George (n. 1868) y Raymond Roussel (n. 1877).
Picasso graba la serie de aguafuertes conocidos como El taller del
escultor. Hindemith: Matías el pintor. Stravinsky: Perséfona. Lang: El tes-
tamento del doctor Mabuse. Machaty: Extasis. Schoedsack y Cooper: King
440
Kong. El matrimonio Joliot-Curie trabaja en la radioactividad artificial.
Comienza a utilizarse el plexiglás.
Celine: Viaje al fondo de la noche. Malraux: La condición humana.
Stein: Autobiografía de Alice B. Toklas. Valle-Inclán: Divinas palabras. León
Felipe: Drop a Star. Alberti: Consignas. Un fantasma recorre Europa.
1934
El 5 de febrero Dalí es expulsado del grupo surrealista por “glorificación del
fascismo hitleriano”. (“Hitler encarna para mí -son sus palabras- la imagen
perfecta del gran masoquista que desencadenaría una guerra por el único
placer de perderla”). Georges Hénein anima un grupo surrealista en Egipto.
Homenaje de los surrealistas a Violette Nozières, condenada a muerte por
parricida. Incorporación al grupo surrealista de Jacques Hérold, Gisèle
Passinos, Dora Maar, entre otros.
Breton: Qu’est que le Surréalisme?. L’aire de l’Eau. Point du jour.
Char: Le marteau sans maître. Éluard: La rose publique. Espinosa: Crimen.
Hugnet: Onan y Petite anthologie poétique du surréalisme. Larrea: Oscuro
dominio. Péret: De derriere les fagots. Rigaut: Papiers posthumes. Unik: Le
théâtre des nuits blanches.
Magritte: El atentado.
Revuelta fascista en París el 6 de febrero. Escándalo Stavisky en
Francia. “Noche de los cuchillos largos” en Alemania (jun). Comienza
la Gran Marcha en China (oct). Lázaro Cárdenas, presidente de Méjico.
Levantamiento obrero en Austria. Descubrimiento de grandes yacimientos
de petróleo en Arabia Saudí. Somoza asesina a Sandino y se hace con el po-
der en Nicaragua. Roosevelt comenta: “es un hijo de puta, pero es nuestro
hijo de puta”. Revolución de octubre en Asturias. En diciembre, congreso
fascista mundial en Montreux. Earle Haas fabrica las primeras compresas
con el nombre de Tampax. Inauguración en la bahía de San Francisco de la
cárcel de Alcatraz (agost). Pirandello, Premio Nobel (nov).
Mueren Ramón y Cajal (n. 1852) y Marie Curie (n. 1867).
Klee: El miedo. Se inicia la serie de tiras de dibujos de Flash
Gordon y de Merlín el Mago. Se funda en Nueva York Partisan Review.
441
Flaherty: Hombres de Arán. Bartok: Cuarteto de cuerda número 5. Strauss:
La mujer callada.
Aragon: Les cloches de Bâle. Pessoa: Mensagem. Miller: Trópico de
Cáncer. Fitzgerald: Tierna es la noche.
1935
Picasso escribe en español sus primeros poemas surrealistas que Breton
publica en francés y con un prefacio suyo en la revista Cahiers d’Art.
Incorporación de Oscar Domínguez, Pierre Mabille y Jacques B. Brunius
a las actividades surrealistas. Congreso de intelectuales para la defensa de
la cultura. Éluard lee un texto de Breton, según comunica a su periódico
en Madrid Corpus Barga: “En el congreso de París ha hablado Éluard en
representación del suprarrealismo para oponerse a la alianza francorrusa y
a la colaboración entre Francia y la Unión Soviética, por considerar am-
bas favorables a la burguesía francesa”. René Crevel se suicida como había
escrito diez años antes, en su libro Detours: «une tisane sur le fourneau à
gaz; la fenêtre bien close, j’ouvre la robinet d’arrivée, j’oublie de mettre
l’allumette. Reputation suavé et le temps de dire son confiteor». Publicación
del primer «Bulletin International du Surréalisme en Praga y del número
dos en Bruselas. «Exposiciones surrealistas en Praga, Lima y Tenerife. Péret
y André y Jacqueline Breton llegan a Tenerife el 4 de mayo a bordo del
frutero «San Carlos». El 16 de mayo, conferencia de Breton en el Ateneo
de Santa Cruz de Tenerife con el título «Arte y Política». Publicación del
Manifiesto Surrealista de Tenerife firmado por Breton, Espinosa, García
Cabrera, López Torres, Péret, Pérez Minik y Westerdhal. Exposiciones
en Barcelona de Arp, Calder y Ray. Encuentro en Madrid de Aleixandre,
Neruda y Altolaguirre con Robert Desnos.
Aleixandre: La destrucción o el amor y Pasión de la tierra. Breton:
Position politique du Surréalisme. Chavée: Pour cause déterminé. Dalí: The
conquest of the irrational. Éluard: Nuits partagées. Ernst: Une semaine de
bonté. Jean: Mourir pour la patrie. Mayoux: Trainoir. Neruda: Residencia en
la tierra (1925-1935). Tzara: Sur le champ, Grains et issues y La main passe.
Westphalen: Abolición de la muerte. Andreas Embirikos: Altos Hornos.
442
Oscar Domínguez: Mariposas perdidas en la montaña y Máquina
de coser electro-sexual.
En EE UU comienza la comercialización de la lata de cerveza (en).
El 7 de mayo, plebiscito en el Sarre. Se establece la Seguridad Social en EE
UU (agost). Italia invade Abisinia (oct). En Alemania Promulgación de las
“Leyes Raciales de Nüremberg”. Fin de la ‘Larga Marcha’ en China (oct).
Mueren Pessoa (n. 1888), T. E. Lawrence (n. 1888), Manuel
Bartolomé Cossío (n. 1857), Alban Berg (n. 1885), Carlos Gardel (n.
1890) y Malevich (n. 1878).
Primer número de la revista madrileña Caballo verde para la poe-
sía, dirigida por Neruda. La feria de la vanidad primera película en techni-
color (mar). Comienza a utilizarse el radar (febr). Publicación del catálogo
Schlesinger que contiene 7534 estrellas. Berg: Lulu. Gershwin: Porgy and Bess.
Santayana: El último puritano. Seferis: Leyenda.
1936
Exposición retrospectiva de Picasso en Barcelona, Bilbao y Madrid.
Conferencia de Éluard en Barcelona. Exposición de Max Ernst en Madrid.
Del 4 al 15 de mayo en la Llibreria Catalonia de Barcelona, Exposición
Logicofobista de 39 obras casi todas de surrealistas españoles: Carbonell,
Cristófol, Ferrant, Francés, Gamboa-Roth-Wos, Lamolla, Marinel-lo,
Massanet, Mallo, Planeéis, Sans, Sokalova, Varo e Ismael. Del 11 de junio
al 4 de julio Exposición Internacional del Surrealismo en Londres, con
cuadros de Picasso, Miró, Dalí, Domínguez, Mallo y Planells y con in-
tervenciones de Breton, Dalí, Éluard. Publicación en Londres del tercer
“Bulletin International du Surréalisme”. Exposición “Fantastic Art Dada,
Surrealism” en el MOMA de Nueva York. Panfleto surrealista denuncian-
do los Procesos de Moscú. Primera exposición de “objetos surrealistas” en
la galería Charles Ratton, de París.
Breton: Au lavoir noir. Breton y Éluard: Notes sur la poésie. Chavée:
Le cendrier de chair. Éluard: Les yeux fertiles. Hugnet: La septième face de dé.
Pastoureau: Le corps trop grand pour un cercueil. Péret: Je ne mange de ce
pain-là y Je sublime. Prados: El llanto subterráneo.
443
Oscar Domínguez inicia la “decalcomanía sin objeto preconcebi-
do”. Oppenheim: Le couvert de fourrure.
Las tropas alemanas ocupan Renania (mar). Comienza la guerra
civil española (18 julio). Folletos de los surrealistas franceses apoyando la
causa popular en España. Alemania e Italia intervienen con hombres y
material. En noviembre llegan a Madrid los primeros voluntarios de las
Brigadas Internacionales. En junio el Frente Popular gana las elecciones en
Francia: Institución de vacaciones pagadas y semana laboral de cuarenta
horas. Procesos de Moscú.
En España asesinatos de Federico García Lorca (n. 1898), José
María Hinojosa (n. 1904), del teniente Castillo y José Calvo Sotelo. Mueren
Ramón del Valle-Inclán (n. 1866), Miguel de Unamuno (n. 1864), Carlos
Oquendo de Amat (n. 1906), el fisiólogo soviético Pávlov (n. 1849), Gorki
(n. 1868) y Pirandello (n. 1867).
Chaplin: Tiempos modernos. Lang: Furia. Bartok: Música para
cuerda, percusión y celesta. Prokofiev: Romeo y Julieta.
Valéry: Varieté III. Faulkner: Absalón, Absalón. Huxley: Ciego
en Gaza. Keynes: Teoría general del empleo, el interés y el dinero. Jiménez:
Canción. Cernuda: La realidad y el deseo. Borges: Historia de la eternidad.
Foix: Sol, i de dol.
1937
Internamiento de Artaud en una clínica psiquiátrica. Kurt Seligman se in-
corpora a las actividades surrealistas. Primeros “fumages” de Paalen. Breton
abre “Gradiva” galería surrealista en la calle Seine de París. Itkine pone en
escena Ubu enchaîne de Jarry, con decorados de Max Ernst.
Arp: Des taches dans le vide. Breton: Le Château étoilé y L’amour
fou. Éluard: L’évidence poétique y Les mains libres. Hugnet: La lampe de
l’imaginaire. Jean: Peche pour le sommeil jeté. Mayoux: Maïs. Pastoureau: Le
cri de la Méduse. Rosey: André Breton, poème épique. Dalí: Metamorphose de
Narcisse.
Miró: Naturaleza muerta con zapato viejo.
En la guerra civil española se producen en este año importan-
tes batallas: Jarama (6-25 febrero), Guadalajara (8-18 marzo), Brunete
444
(5-28 julio). La aviación franquista bombardea Guernica el 26 de abril.
Carta colectiva de la iglesia española el 1 de julio apoyando al ejército
rebelde; nace un nuevo nombre para la guerra civil: cruzada. Se celebra en
Barcelona, Valencia y Madrid el II Congreso de Intelectuales en Defensa
de la Cultura (jul). Pabellón de la República Española en París, donde se
exhibe el Guernica de Picasso y otras obras de Miró, Alberto. Guerra chino-
japonesa (jul). Matanza de miles de haitianos en la República Dominicana.
Las autoridades nazis presentan por diferentes ciudades de Alemania la
exposición que llamaron “El arte degenerado”; en ella estaban los más im-
portantes artistas europeos de vanguardia.
Mueren Lovecraft (n. 1890), Ravel (n. 1875), Marconi (n. 1874)
y Gershwin (n. 1898).
El británico Frank Whittle construye un prototipo de reactor
(abr). La gran ilusión, film de Renoir y Tierra española de Ivens. Partiendo
de varios documentales Buñuel monta la película España leal en armas.
Benjamin Boss publica el “catálogo general de 33.342 estrellas para la épo-
ca 1950”.
Malraux: La esperanza. Bataillon: Erasmo y España. Sartre: La
náusea. Brecht: Los fusiles de la madre Carrar. Hemingway: Tener y no tener.
Neruda: España en el corazón. Hernández: Viento del pueblo. Lezama Lima:
Muerte de Narciso.
1938
Exposición internacional del surrealismo en la Galería Beaux Arts de París.
Incorporación de Roberto Matta. Penrose y Mesens fundan en Londres la
revista London Bulletin. Estancia de Breton en Méjico. Publicación del ma-
nifiesto “Pour un art révolutionnaire indépendent” firmado por Breton y
Diego Rivera, aunque en su redacción también intervendría Leon Trostki.
Dalí visita a Freud en Londres. Exposición Internacional del Surrealismo
en Ámsterdam. Alejamiento de Éluard y expulsión de Dalí del grupo su-
rrealista. César Moro escribe los poemas de su libro La tortuga ecuestre.
Fundación en Chile de la revista La Mandrágora. En el transcurso de una
riña y “por un golpe que no le estaba destinado” de Óscar Domínguez el
pintor Victor Brauner pierde su ojo izquierdo.
445
Arp: Sciure de gammes. Breton y Éluard: Dictionnaire abrégé du
surréalisme. Calas: Foyers d’incendie. Éluard: Cours naturel. Hugnet: Une
écriture lisible. Mabille: Egrégores. Mayoux: Le fil de la nuit. Péret: Trois ce-
rises et une sardine y Au paradis des fantômes. Rosey: Les moyens d’existence.
Ray: Retrato imaginario de D. A. F. Sade.
Batalla del Ebro. Salen de España las Brigadas Internacionales.
Méjico nacionaliza su petróleo. Anexión de Austria por Alemania.
Persecución antisemita en Alemania: «noche de los cristales rotos» (nov).
Pactos de Munich entre Alemania, Italia, Francia e Inglaterra (sept).
Suicidio de Leopoldo Lugones (n. 1874). Mueren D’Annunzio
(n. 1863), Meliès (n. 1861), Mustafa Kemal (n. 1881), Husserl (n. 1859)
y César Vallejo (n. 1892).
V - Hechos culturales y científicos
Bartok: Concierto para violín número 2. Honegger: Juana de Arco
en la hoguera. Eisenstein: Alejandro Nevski. Carné: Muelle de las brumas.
Aparecen en EE UU Los primeros tebeos de Superman. Emisión radiofó-
nica de Orson Welles sobre la guerra de los mundos (30 octubre). Chester
Carlson produce la primera copia electrostática conocida con el nombre de
xerocopia. Utilización industrial del nailon. Enrico Fermi, Premio Nobel
de Física.
Villaurrutia: Nostalgia de la muerte. Brecht: Madre Coraje. Beckett:
Murphy. Leiris: L’age d’homme.
1939
Clé, Boletín de la Federación Internacional del Arte Revolucionario
(F.I.A.R.I.). Exilio de Tanguy y Matta a Estados Unidos y de Paalen a
Méjico. Paul Éluard se aparta de las actividades surrealistas.
Arp: Muscheln und schirme. Césaire: Cahier d’un retour au pays
natal. Mayoux: Ma tête à couper. Pastoureau: La rose n’est pas une rose.
Pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética. Entrada
de las tropas franquistas en Barcelona (26 de enero) y Madrid (28 de mar-
zo): fin de la guerra de España. El gobierno de Franco prohíbe la coedu-
cación en las escuelas, el divorcio y el matrimonio civil (may). El régimen
nazi quema pinturas, acuarelas y libros en el Parque Central de Bomberos
446
de Berlín. Adhesión del gobierno de Franco al Pacto Antikomitern el 27 de
marzo. Las tropas italianas invaden Albania el 7 de abril. Alemania invade
Checoslovaquia en marzo y Polonia en septiembre: comienza la Segunda
Guerra Mundial. La Unión Soviética invade Finlandia (nov). Einstein, ante
el temor de que el gobierno nazi dispusiera de la bomba atómica, escribe al
presidente Roosvelt pidiendo ayuda económica para su fabricación en EE
UU (agost).
Mueren Yeats (n. 1865), Freud (n. 1856) y Antonio Machado (n.
1875).
Otto Hahn y Fitz Strassmann dividen el átomo de uranio (en). El
francés Lyot fotografía el sol utilizando un nuevo filtro de polarizadores de
espato. Paul Hermann Müller inventa el DDT (abr). Primeras fotografías
en color de Kodak (abr). César Moro escribe los poemas Le Château de
grisou. Representación de Rojo y Negro de Shostakovich, con decorados
y figurines de Matisse. Salen a la venta en EE UU las primeras medias de
nailon (dic). Britten: Las iluminaciones. Ford: La diligencia.
Montale: Las ocasiones. Joyce: El despertar de Finnegan. Sartre: El
muro. Freud: Moisés y la religión monoteísta. Steinbeck: Las uvas de la ira.
Vallejo: Poemas humanos.
1940
Incorporación de Wifredo Lam al grupo Surrealista. Exposición
Internacional del Surrealismo en Méjico organizada por César Moro en la
Galería de Arte Mexicana. Muere Maurice Heine.
Breton: Anthologie de l’humour noir. Chavée: La question de
confiance. Mabille: Le miroir de merveilleux. Marien: La chaise de sable y
Malgré la nuit. Rius: Frappe de l’echo. Lorca: Poeta en Nueva York.
Las tropas nazis entran en París (jun). Descubrimiento del pluto-
nio. Comienza la construcción del Valle de los Caídos (abr). Bombardeos
masivos de Londres (sept).
Asesinato de Trotski en Méjico (n. 1879). Suicidio de Walter
Benjamin en Port-Bou (n. 1892). Muere en prisión Julian Besteiro
(n. 1870). Muere F. Scott Fitzgerald (n. 1896) y Paul Klee (n. 1879).
Fusilamiento de Lluis Companys (n. 1883).
447
Chaplin: El gran dictador.
Hemingway: Por quien doblan las campanas. Cunqueiro: Elegías y
canciones.
1941
Exilio surrealista: Breton, Masson, Ernst a los Estados Unidos, Péret a
Méjico.
Arp: Poèmes sans prénoms.
Alemania invade Yugoslavia y Grecia (abr). Comienza la invasión
alemana de la URSS (jun); tropas españolas de la ‘División Azul’ participan
en la invasión. En Auschwitz utilización del gas Ciclón B (sept). Ataque
japonés a Pearl Harbor (dic). EE UU participa en la Segunda Guerra
Mundial.
Mueren Joyce (n. 1882). Suicidio de Virginia Woolf (n. 1882).
Wells: Ciudadano Kane. Brecht: Madre Coraje. Huston: El halcón
maltés. Hitchcock: Sospecha.
Diego: Primera antología de sus versos.
1942
En Nueva York primer número de la revista VVV y en Méjico, animada por
Paalen, de Dyn. Exposición Internacional del Surrealismo en Nueva York.
Breton: Fata Morgana. Chabrun: Les désert de l’enthousiasme.
Jean: Mnésiques, Rêves et récits.
Picasso: Cabeza de toro (escultura)
Batalla de Midway (jun). Eisenhower comandante en jefe de las
tropas de EE UU (jun). Alemania construye el primer caza a reacción (jul).
Batalla en El Alamein (nov).
Muere Julio González (n. 1876). Muere en prisión Miguel
Hernández.
Curtiz: Casablanca.
Riba: Elegies de Bierville.
448
1943
Breton: Pleine Marge. Chabrun: Qui fait la pluie et le beau temps. Moro: Le
Château de grisou.
Los alemanes se rinden en Stalingrado (en). Bombardeos de Berlín
(en). Matanza en el gueto de Varsovia (abr). Disolución del Komitern (jun).
Desembarco aliado en Palermo (jul). Bombardeos de Hamburgo (agost).
Derrocamiento de Mussolini (jul).
Se realizan las primeras pruebas de hemodiálisis con un riñón ar-
tificial (abr). Ladislao Biro inventa el bolígrafo (jun).
1944
En casa de Leiris, en París, lectura de Le désir attrapé par la queue, de
Picasso.
Arp: Rire de coquille. Marien. Les poids et les mesures. Moro: Lettre
d’amour.
Las tropas aliadas utilizan helicópteros de combate (en). Las V-1
alemanas bombardean el Reino Unido (jun). Desembarco de las tropas
aliadas en Normandía (jun). Independencia de Islandia (jun). Creación del
Fondo Monetario Internacional (jul). A manos del ejército nazi mueren
Sylvain Itkine y Robert Rius. Liberación de París (agost).
Mueren Jean Giraudoux (n. 1882), Piet Mondrian (n. 1872) y
Edvard Munich (n. 1863).
Primera grabación en alta fidelidad (dic).
Sartre: A puerta cerrada. Borges : Ficciones. Alonso: Hijos de la ira.
Aleixandre: Sombra del paraíso.
1945
Péret publica en Méjico Le déshonneur des poètes, denunciando como anti-
poesía la poesía comprometida escrita durante la guerra. Muerte de Robert
Desnos en el campo de concentración nazi de Teresine, en Checoslovaquia y
de Pierre Unik en el intento de evasión de un campo de concentración checo.
Breton: Situation du Surréalisme entre les deux guerres. Ferry: La
société secrete. Péret: Le deshonneur des poètes y Dernier malheur, dernière
449
chance. Pyeyre de Mandiargues: Hédera ou la persistance de l’amour pendant
une rêverie. Scutenaire: Mes Inscriptions.
Las tropas soviéticas liberan Auschwitz (en). Bombardeos de
Dresde (febr). Reunión de Churchil, Roosevelt y Stalin en Yalta (febr). Los
partisanos italianos fusilan en Milán a Mussolini y a Clara Petacci (abr).
Las tropas soviéticas entran en Berlín. Fin de la guerra en Europa (may).
Lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki (agost).
Rendición de Japón (sept). Ho Chi Min proclama la república en Vietnam
(sept). Juicio de Nüremberg (nov).
Muere Paul Valery (n. 1871), José Gutiérrez Solana (n. 1886),
Ignacio Zuloaga (n. 1870) y Franklin D. Roosevelt (n. 1882).
Flemming, Premio Nobel de Medicina (nov).
Rosellini: Roma, ciudad abierta. Carné: Los niños del paraíso.
Eisenstein: Iván el terrible. Britten: Peter Grimes. Hitchcock: Recuerda.
Laforet: Nada.
450
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TEXTOS: “La cita abierta” y “El reloj de mi cuerpo” se reproducen del
libro de Domingo Pérez Minik Facción española surrealista de Tenerife. “Mi
pensamiento a la ruleta”, de A la mar fui por naranjas. “Habla un inte-
rruptor”, “Habla la araucaria del amor”, “Habla la atmósfera del vidrio” y
“Habla el humo en el viento de la manzana”, de Dársena con despertadores.
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“Instancias a un poeta –encallado en las costas del Pacífico-. “Islas sólo de
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pertenecen a La masmédula. Todos los poemas se reproducen de sus Obras
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PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “El gallo ronco” (Fragmento). “Un
ocaso de lejano barco” (Fragmento), de Puerta de arena. “El viático”, de La
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LIBROS DE POESÍA: Panta Rhei, Buenos Aires, Cuarta Vigilia, 1950.
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ESTUDIOS SOBRE SU POESÍA: J. Cofreces: Siete surrealistas argentinos
(Bs. As., 1987). G. de Sola: Proyecciones del surrealismo en la literatura ar-
gentina (Bs. As., 1967).
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “Antiguo”, “La reina esclava”, “El
germen”, “Ciudad”, “El pabellón de los Ilustres” y “Ventana”, de La ciencia
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PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “Visión de pianos apolillados ca-
yendo en ruinas”, “El olor y la mirada”, “Un camino de tierra en medio de
la tierra”, “A vista perdida”, “La vida escandalosa de César Moro”, “Varios
leones al crepúsculo lamen la corteza rugosa de la tortuga ecuestre”, del
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la Exposición Surrealista realizada en Perú en mayo de 1935 y se repro-
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Chile, Nascimiento, 1926. Anillos. El habitante y su esperanza, Santiago de
Chile, Nascimiento, 1926. El hondero entusiasta, Santiago de Chile, Letras
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LIBROS DE POESÍA: El muro secreto, Bs. As., Argonauta, 1949. La valija
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A partir de cero, 1957. Distribución del silencio, Bs. As., Argonauta, 1966.
Escrito para nadie, Bs. As., Argonauta, 1989 (Poemas inéditos 1972-1973).
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con el seudónimo Adolfo Este en el número 2 de Que, diciembre de 1930,
se reproduce de sus poesías completas La valija de fuego. “Horizontal” de
El muro secreto. “Necesidad de la máquina de calcular” de La valija de fuego.
“Para que las momias se tornen incandescentes” y “Las grandes sequías”
de Construcción de la destrucción. “El mundo es tuyo”, “Trofeos”, “Gracias
amigos” y “Variaciones sobre los viajes” de Distribución del silencio.
PICASSO, PABLO
(Málaga, 1881-Mougins, Francia, 1973)
LIBROS DE POESÍA: Poemas y declaraciones, Méjico, Darro y Genil,
1944. Trozo de piel, Málaga, Cuadernos de María Cristina, 1961. El entie-
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479
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París, 1970, nº 492-493). A. Carpentier: “Toutes portes ouvertes”. Prefacio
a ‘Enterrement du Comte d’Orgaz’ (París, 1978). M. Durán: El superrea-
lismo en la poesía española contemporánea (Méjico, 1950). A. Fernández
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poésie” (Commentari, Roma, 1953, nº 3).
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “La persiana que el aire sacude...”.
“Doy arranco tuerzo...”, de Écrits. “Lengua de fuego abanica”, Lengua que
hace su cama”, de Trozo de piel. “Poca vergüenza tiene el cristal”, “Sueño y
mentira de Franco”, de Écrits. “El entierro del conde de Orgaz”, fragmento
del libro de igual título. “A la orilla de un pozo” y “Las cajas de betún”, de
Trozo de piel.
PIÑER, LUIS A.
(Gijón, Asturias, 1910-Madrid, 1999)
LIBROS DE POESÍA: Suite alucinada, Oviedo, Ojanguren, 1936. En re-
sumen (1927-1988), Valencia, Pre-textos, 1990 (Prólogo de J. M. Díaz de
Guereñu). Poesía, Valencia, Pre-Textos, 1995 (Edición de J. M. Díaz de
Guereñu).
ESTUDIOS SOBRE SU POESÍA: F. Aramburu: “L. A. P., el poeta que
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nuestra (L. A. P. al fin entre nosotros)” (Ins, 1996, nº 595-596). M. Borras
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PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “Entre la costumbre del suelo y
el destino de tu mirada”, “Cliente de anatemas azules pródigo de cálculos
nubosos”, “Aborrezco el metal de tu voz”, de Suite alucinada (1936). Se
reproducen de Poesía (1995).
PRADOS, EMILIO
(Málaga, 1899-Ciudad de Méjico, 1962)
LIBROS DE POESÍA: Vuelta (seguimientos-ausencias), Málaga, 5º
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PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “Lo que es es porque el corazón...”,
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SAURA, ANTONIO
(Huesca, 1930-Cuenca, 1998)
LIBROS DE POESÍA: Programio, M., Edic. del autor, 1951.
ESTUDIOS SOBRE SU POESÍA: A. Fernández Molina: “A. S., surrealis-
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PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: Fragmento de “Programio”, del li-
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482
SIERRA, JUAN
(Sevilla, 1901-Ibíd., 1989)
LIBROS DE POESÍA: Claridad sin fecha, Sevilla, Gráficas la Gavidia,
1947
ESTUDIOS SOBRE SU POESÍA: M. J. Florencio: “El discreto estar de J.
S.” (ABC, 5.11.77). A. Reyes: Vida y obra de J. S. (Sevilla, 1983).
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: Todos los textos proceden del libro
Claridad sin fecha.
VIOLA, MANUEL
(Zaragoza, 1916-San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 1987)
LIBROS DE POESÍA: Escritos surrealistas (1933-1944), Teruel, Museo de
Teruel, 1996 (Introduc. de Emmanuel Guigon).
ESTUDIOS SOBRE SU POESÍA: J. M. Bonet: “A la altura de su sue-
ño” (ABC, 7.3.97). J. M. Bonet: Diccionario de las vanguardias en España
(1907-1936) (M., 1995). A. Fernández-Molina: Reseña de ‘Escritos surrea-
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contemporáneos (B., 1946). C. González-Ruano: Mi medio siglo se confiesa a
medias (B., 1951). L. López Anglada: “Uno de esos que raptaron el fuego se
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(EL, 1969, nº 412). M. Vázquez Montalbán: “M. V., un superviviente del
diluvio” (Tri, 1972, nº 507).
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “En la escupidera del sol”, “Leandre
Cristofol: el silencio diminuto e inmenso como la batalla de la rosa y el
bisturí”, “Brújulas del silencio”, “Ventana desnuda” y “Oniro”, de Escritos
surrealistas.
483
Lisboa, Tip. Ideal, 1982 (Grabado de Judith Westphalen. Edición no ve-
nal). Máximas y mínimas de sapiencia pedestre, Lisboa, Tip. Ideal, 1982
(Grabado de Judith Westphalen. Edición no venal). Nueva serie de escritos,
Lisboa, Tip. Minigráfica, 1984 (Dibujo de César Moro. Edición no venal).
Bajo zarpas de la quimera. Poemas 1930-1988, M., Alianza Editorial, 1991
(Poesías completas con textos inéditos. Presentación de José Ángel Valente
y del autor).
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reza” (ABC, 29.10.98).
PROCEDENCIA DE LOS TEXTOS: “Hojas secas para tapar”, “Una ca-
beza humana viene” y “No es válida esta sombra”, de Las ínsulas extrañas.
“Te he seguido”, “He dejado descansar” y “Por la pradera diminuta”, de
Abolición de la muerte. “Mundo mágico”, “César Moro”, “Ciudad escon-
dida” y “La leche vinagre se extiende”, de Belleza de una espada clavada en
la lengua.
484
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Antologías:
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España (Lérida, 2001).
488
ÍNDICE
NOTE À L’ÉDITION . 3
PRELIMINAR . 5
RAZONADO DESORDEN . 9
ABREVIATURAS EMPLEADAS . 25
ANTOLOGÍA
Pablo Picasso . 31
Oliverio Girondo . 45
Vicente Huidobro . 55
Juan Larrea . 69
Gerardo Diego . 83
Agustín Espinosa . 95
Federico García Lorca . 105
Vicente Aleixandre . 119
Emilio Prados . 131
Luis Buñuel . 141
Juan Sierra . 147
Luis Cernuda . 153
Rafael Alberti . 163
César Moro . 171
Aldo Pellegrini . 181
José María Hinojosa . 195
Gilberto Owen . 205
Pablo Neruda . 211
Salvador Dalí . 219
Octavio Paz . 233
Pedro García Cabrera . 243
Salvador Novo . 255
Eduardo Chicharro . 263
Carlos Oquendo de Amat . 275
José María de la Rosa . 279
José Lezama Lima . 287
Enrique Molina . 297
Luis A. Piñer . 311
Emilio Adolfo Westphalen . 317
Eugenio F. Granell . 333
Braulio Arenas . 341
Enrique Gómez-Correa . 351
Juan Eduardo Cirlot . 359
Carlos Latorre . 367
Manuel Viola . 375
Miguel Labordeta . 383
Jorge Cáceres . 393
Carlos Edmundo de Ory . 403
Julio Llinás . 413
Fayad Jamis . 417
Antonio Saura . 421
EL SURREALISMO Y SU TIEMPO (1918-1945) . 426
BIBLIOGRAFÍA SURREALISTA DE LOS POETAS
ANTOLOGADOS . 451
BIBLIOGRAFÍA GENERAL DEL SURREALISMO
EN ESPAÑOL . 485
ACHEVÉ D’IMPRIMER LE 15 JUIN 2002 PAR L’IMPRIMERIE
WILLAUME A SAINT-GERMAIN-LÉS-CORB