Imprmir Los Cretinos
Imprmir Los Cretinos
Imprmir Los Cretinos
a:
Para Emma
Índice
Caras peludas
El señor Cretino
Barbas sucias
La señora Cretino
El ojo de cristal
La rana
Los gusanos–espaguetis
El bastón raro
La señora Cretino sufre de encogimiento
La señora Cretino se somete a estiramiento
La señora Cretino se eleva con los globos
La señora Cretino desciende con los globos
El señor Cretino se lleva u n susto espantoso
La casa, el árbol y la jaula de los monos
La cola pegajosa Pegamín
Cuatro niños encolados
El gran Circo de Monos Cabeza Abajo
El Pájaro Gordinflón viene al rescate
E l señor Cretino se queda sin pastel de pájaro
Sigue sin haber pastel de pájaro para el señor Cretino E l
señor y la señora Cretino salen a comprar escopetas C h i m p a
tiene u n a idea
Empieza la gran pintada de cola La
alfombra en el techo
Los muebles s u b e n al techo Los
cuervos también colaboran
¡Ahora ha y pegamento
en la jaula y en las ramas!
¡Si te posas en una o en otra,
perderás la libertad que amas!
¡Vete lejos! ¡Escapa! ¡Vuela! ¡Vuela!
¡O mañana terminarás en la cazuela!
El señor y la señora Cretino salen a comprar
escopetas
Cretino, que había salido para ver qué era todo aquel
alboroto–. No te dejaré embadurnar todo el tejado de
la c a s a con cola pegajosa.
E l señor Cretino estaba muy excitado.
– ¡Acabo de tener u n a gran idea! –gritó.
bromeando, papá!
–No estoy bromeando –dijo Chimp a–. ¡Vamos a poner al
señor y a la señora Cretino cabeza abajo con las piernas en
el aire!
–No seas ridículo –dijo el Pájaro Gordinflón–. ¿ C ó m o es
posible que pongamos cabeza abajo a esos dos viejos
monstruos agusana d os?
–¡Podemos, sí que podemos! –gritó Chimp a–. ¡Vamos a hacer
podemos alcanzarlo.
–¡Los monos pueden alcanzar todos los sitios! –gritó C h i m p a .
imposible, papá!
– ¡Te pegaré en el techo a ti si no te callas! –gritó C h i m p a .
– ¡Estás loco! –gritaron.
– ¡Está chalado!
– ¡Está chiflado!
– ¡Está sonado!
– ¡Está majareta!
–¡Está grillado! –gritó el Pájaro Gordinflón–. ¡El pobre viejo
–Me alegro de ver que los monos están todavía cabeza abajo
–dijo el señor Cretino.
–Son demasiado estúpidos para hacer otra cosa –dijo
la señora Cretino–. ¡Hey, mira todos esos
desvergonzados pájaros todavía subidos en el tejado!
Vamos dentro a cargar nuestras nuevas y maravillosas
escopetas; entonces haremos bang, bang, bang y
tendremos pastel de pájaro para cenar.
J u s t a m e n t e cuando el señor y la señora Cretino iban a entrar
en la c a s a , dos negros cuervos se abalanzaron sobre s u s
cabezas. C a d a pájaro llevaba u n a brocha en s u pata y cada
brocha estaba embadurnada con cola pegajosa. C u a n d o los
cuervos pasaron zumbando sobre ellos, pintaron u n a raya
de cola pegajosa en lo alto de las cabezas del señor y la
señora Cretino. Lo hicieron con u n toque muy suave, pero
incluso así los Cretinos lo notaron.