Formación de Constelaciones Familiares Individuales
Formación de Constelaciones Familiares Individuales
Formación de Constelaciones Familiares Individuales
Familiares Individuales
y Proceso evolutivo del Ser
- La familia de origen
- La red familiar
- Las amistades
- Las parejas
- La relación con nuestros hijos
- Las relaciones con el mundo como Todo
Las condiciones a tener en cuenta para que las relaciones crezcan y prosperen,
consiguiendo el amor sin impedimentos, están predeterminadas por los efectos de nuestros
actos. Cada relación sigue un patrón y un orden diferente, sin embargo todas tienen las
mismas necesidades fundamentales:
- La necesidad de vinculación
- La necesidad de mantener el equilibrio entre Dar y Tomar
- La necesidad de encontrar seguridad
El niño vive esta vinculación con amor, fidelidad y felicidad, independientemente si en este grupo puede
desarrollarse favorablemente o no, sin tener en cuenta quienes son, qué hacen o cómo son sus padres.
Este vínculo es amor primitivo o primario. Tan profundo,que incluso está dispuesto a sacrificar su vida y su
felicidad por el bien del vínculo. Ese lazo lo une al sistema de pertenencia.
El amor impulsa la conducta pero si hay desorden se oculta y solo puede aflorar al restablecerse el orden.
Las conductas infantiles enmascaran y distorsionan el amor. En nombre del amor se construye y destruye
indiscriminadamente. Para que fluya, primero el orden y luego el amor.
Estamos vinculados con personas con las que no nos relacionamos y podemos relacionarnos con personas
sin que exista una vinculación.
Sea el sistema familiar, una empresa, una agrupación, un club, una escuela etc. Este ser parte o
pertenecer cobija tanto a los vivos como a los muertos, y aun a quienes por pérdida o aborto no han
llegado a ver la vida, es decir, a los bebés que no alcanzaron a nacer.
Pertenecer también significa que ocupamos un lugar en la familia, otorgado por el imperativo biológico
innegable de la concepción. La pertenencia no es opcional sino que es inherente a la existencia misma.
•Los hermanos y medios hermanos, incluso los que no llegaron a nacer, nacieron y murieron o nacieron
muertos.
•Aquellos que tuvieron un destino difícil, como los que fueron asesinados, estuvieron en la cárcel, fueron
torturados, esclavizados, padecieron hambruna, miseria, etc.
•Aquellos que pertenecieron a la familia o al sistema y que cedieron el lugar para que otros lo
ocuparan,como es el caso de las primeras parejas de padres o abuelos u otras relaciones significativas
Estas personas voluntaria o involuntariamente dejaron su espacio de pareja para que fuera ocupado por
quien vino después.
•Incluye relaciones de alianza más allá de las meramente consanguíneas, como las que se dan con
algunos socios: los del pasado o los actuales. Estos miembros llegan a pertenecen por el simple hecho
de haberse vinculado de esta manera con la red familiar.
•También incluye a aquellos que desde el dolor han afectado al sistema y así quedan vinculados a él, por
ejemplo un perpetrador, violador o asesino.
• Los benefactores, ellos han desempeñado un papel importante en nuestra vida puesto que, desde
actuar, han facilitado o permitido nuestro desarrollo personal o familiar.
No es posible no pertenecer. Si se niega la pertenencia: otro ocupa el lugar. Se restituye: dando el lugar
y reconociendo la igualdad.
Los vínculos son los lazos que nos unen al sistema al que pertenecemos, son las arterias por las que
circulan las relaciones sistémicas operan lo sepamos o no y se manifiestan por medio de sus efectos.
Existe diversidad de vínculos y todos son permanentes, no se pierden, solo se fortalecen o se debilitan.
La información viaja por estos vínculos sin límites de espacio o tiempo poniendo de manifiesto un eterno
presente.
Inclusión: Incluir significa contener y es el camino más adecuado para la integración del sistema, puesto
que hace presente todo. La inclusión permite la integración y la integración permite la libertad. Cuando
no se ha incorporado internamente la presencia de los ancestros, el crecimiento personal es falso
porque el que no ha tomado a sus ancestros se excluye a sí mismo al excluir sus raíces y sus orígenes.
Para ser yo mismo necesito ser parte de algo. Cuando tomó por completo mis orígenes y mis raíces
puedo decir: “Puedo ser yo, porque los tengo a ustedes” y eso libera y da fuerza. Incluir es contener,
incluir integra.
Exclusión: El excluido es aquel cuyo destino no es aceptado. Un evento trágico, vergonzoso o que
genere gran inconformidad siempre es el origen de la exclusión. Cualquier forma de exclusión produce
desorden. El desprecio es un desorden, y también lo son la violencia, la marginación, la vergüenza, la
culpa, el dolor, el olvido, etc.
Según Hellinger: en esta comunidad unida por el destino, que comprende hombres y mujeres que al
unirse conforman sistemas familiares, todos se hallan ligados a todos, y es el mismo sistema el que se
encarga de restablecer el orden de pertenencia, cuando algún miembro de la familia ha sido excluido u
olvidado, o cuando otro miembro lo sustituye desplazándolo y ocupando su lugar. Todo aquel que ha
sido excluido reaparece más adelante en otra persona del sistema, con el propósito de equilibrar el alma
familiar que ha sido vulnerada en su integridad con el acto de la exclusión, es decir que cuando a un
integrante de la red familiar se le niega la pertenencia, por ejemplo a un hijo ilegítimo, a un hijo que no
llegó a nacer o a un tío que se encuentra al margen de la ley, un nuevo integrante de la red familiar, en
generaciones posteriores, ocupa su lugar en el intento de reparar el vacío de la ley de pertenencia.
Ocupar el lugar de otro arrastra una pérdida de autonomía, de poder personal y finalmente de la
¿Quiénes son excluidos?
• Las parejas anteriores: Al negarles el lugar que les corresponde en una familia. Dejaron el espacio para
otra pareja e hijos, incluso han pagado un alto precio personal para la felicidad de éstos. Si en el nuevo
sistema no son reconocidas como tales, las parejas anteriores son representadas más tarde por un hijo de
la nueva relación. Este hijo adopta los sentimientos de rabia y los manifiesta frente a sus padres, adopta
su destino, muchas veces repitiendo su historia.
• Hijos de las primeras uniones. Puede existir un hijo de una primera unión que por desconocimiento o
ausencia es ignorado por la segunda pareja y sus hijos, los hermanos. Uno de sus hermanos menores
podría ser incapaz de estar plenamente en la vida mostrándose ausente, hiperactivo, con dificultades para
relacionarse o lograr los objetivos que se propone. Y si el hijo de la unión anterior ha muerto, el hermano
implicado podría querer morir también.
• El suicidio: Quien se suicida por derecho propio se excluye al decidir qué quiere dejar de vivir y
pertenecer. A su vez es excluido por los otros, que ante su incapacidad de mirar y ver al que se suicidó
se quedan con su enojo, culpa, dolor o vergüenza. El implicado por este motivo podría experimentar
desde una falta de sentido en su vida hasta el deseo de morir. En ocasiones se ha visto que en el intento
de suicidio la persona 1 estaba implicada con un ancestro que se quitó la vida anteriormente.
• Los padres biológicos de los hijos adoptados: En muchos casos éstos tienen una triple condición
de exclusión:
- Se excluyen a sí mismos como padres desde el momento en que toman la decisión de entregar a
su hijo.
- Son excluidos por los padres de crianza cuando no informan a los hijos sobre su procedencia.
- Son excluidos por los propios hijos, al desconocer quiénes son sus padres biológicos.
Las implicaciones de la adopción se manifiestan cuando los hijos no se enteran del hecho y por lo tanto
son incapaces de tomar la fuerza de vida de los padres biológicos con amplias consecuencias en la
niñez y la vida adulta como:
- dificultad para relacionarse, problemas de aprendizaje
- falta de claridad sobre lo que se desea en la vida y la forma de lograrlo
- problemas con las relaciones de pareja y la paternidad.
Cuando alguno de los padres se ausenta de su hijo, éste puede decidir no re- conocerle más como su
progenitor excluyéndose de su vida.
• Las madres que mueren durante el parto o con posterioridad a él, son excluidas de varias maneras:
- Por la persona que toma el lugar de la madre para cuidar del bebé, olvidándose con el tiempo de que
ella no es su madre biológica.
- Por el desconocimiento del hecho por parte del hijo.
- Porque todos con el tiempo se olvidan de ella. Quienes se hacen cargo del cuidado pueden llegar a
criar al pequeño haciéndole creer que ellos son sus verdaderos padres, lo que es común en el caso de
los abuelos que crían a sus nietos como si fueran sus hijos más pequeños tomando el lugar de los
padres.
Este principio se refiere al lugar que cada miembro de una familia ocupa dentro del
sistema familiar, que está determinado por su tiempo de llegada al sistema (concepcion,
nacimiento o adopción).
Los padres son los primeros en llegar y, por lo tanto, ocupan el lugar más alto en la
jerarquía. Los hijos, a medida que nacen o sean adoptados, ocupan lugares secuenciales
más abajo de la jerarquía.
Los hijos nunca pueden dar a los padres en la medida de lo que ellos recibieron.
Porque el equilibrio tiene que ver también con el tiempo y el orden respeta una jerarquía:
Aquellos que vinieron antes, dan a aquellos que vienen después. Esto vale también entre hermanos.
Una relación tiene éxito solamente si estas tres condiciones están siendo observadas
simultáneamente:
Compensación neutra
Compensación negativa:
Aportar, apoyar y hasta hacerse cargo del bienestar de los padres no implica hacerse padres de
los padres.
Estas personas son arrogantes pues creen que se lo merecen todo, toman tanto que se arrogan derechos
que no les pertenecen incluso hasta decidir por el otro y les falta humildad para permitir el libre fluir de la
energía del tomar y dar que enriquece y fortalece al individuo, las relaciones y los vínculos.
Este desequilibrio se ve con frecuencia en algunas relaciones de pareja, o entre amigos, o entre jefes y
subalternos, donde se toma y se toma, o se exige y exige sin tener en cuenta cómo se compensa, o si se
compensa, no se tiene en cuenta la medida en la que se está haciendo para restituir lo que se ha tomado.
Desde la culpa no se puede tomar ni se puede expresar gratitud, impidiendo que el entregar y el tomar
fluyan libremente”. Quienes se niegan a tomar o recibir para no asumir ningún compromiso están en
riesgo de entrar en depresión por el vacío que genera esta actitud.
- Negarse a tomar por arrogancia y por un excesivo costo. Hijos que se creen superiores a sus padres.
El negarse a tomar por arrogancia sucede cuando los hijos se ubican en un nivel superior al de los
padres creyendo que saben más que ellos, por ejemplo, por haber estudiado más o por considerar que
ya son obsoletos para la época.
Entonces el hijo se niega a tomar lo que le ofrecen los padres porque considera erradamente que él lo
hace mejor que ellos, olvidando de quién y de dónde provino y proviene su éxito, y garantizando con esta
actitud implicaciones para sí mismo y su descendencia.
La mayor felicidad de un padre se da al ver cómo sus hijos crecen, avanzan, progresan y obtienen
éxitos materiales y como personas de bien, en respuesta a la dinámica en la que los padres dan y el
hijo recibe, para más tarde compensarlo con su proyección personal y la de sus propios hijos.
Negarse a tomar por excesivo costo significa no recibir por creer que nunca se podrá pagar, se da
con frecuencia en las relaciones entre padres e hijos y entre las parejas, en las que nos negamos a
tomar sobre todo lo no material como el afecto, la compañía, las caricias, por miedo a
comprometernos, a no poder compensar, a una posible desilusión o fracaso; caso en el que se hace
necesario inspeccionar el mecanismo interior que allí se vivencia con el fin de esclarecer la
presencia de Lealtades Invisibles, Amores Ciegos o Exclusiones que estén interfiriendo el saludable
y fortificante intercambio entre el tomar y el dar.
IMPLICANCIAS SISTÉMICAS:
- Es una conexión invisible que lleva a repetir, cargar, compensar, imitar, la historia, el destino, o los
sentimientos de uno o más integrantes del sistema familiar que en general estuvieron antes
- Movimiento inconsciente guiado y dirigido por la conciencia familiar como intento de compensación
sobre los post-génitos de alguna alteración en los órdenes del amor padecida o producida por los
ancestros.
LEALTADES INVISIBLES
Se denomina "Lealtad Invisible" a aquella lealtad consciente o inconsciente hacia un ancestro o familiar que
nos impulsa a repetir una conducta de un modo ciego, sobre el que no tenemos el menor control.
Da lo mismo si esa persona ha muerto hace mucho o poco tiempo, si sigue viva, si nos caía bien o mal, si
tuvimos mucho o poco contacto con ella, si sabemos algo de su vida… la lealtad a esa persona nos impulsa
a repetir conductas que esa persona llevaba a cabo, o lleva aún a cabo en su vida si sigue con vida… e
incluso muy habitualmente nos hace repetir literalmente, partes de o su vida entera como si fuera una
historia que se perpetúa.
Por ejemplo, una mujer fue infeliz en el amor y sus hijos repiten esa infelicidad con recurrentes fracasos en
su vida de pareja. El mensaje de la lealtad es el siguiente: si mi madre no fue feliz, nosotros no tenemos
derecho a serlo.
Importa realmente poco lo que tu consciente piense al respecto… es tu
inconsciente el que tiene el control de la situación. Todo el control, incluso
aunque tú pienses y opines todo lo contrario.
Desde el origen del hombre su supervivencia ha dependido de ella, pues ser desleal
al grupo o al clan era y sigue siendo tanto como morir.
Se puede ser leal por los siguientes factores:
● Por coerción externa: se pertenece a un grupo no por elección, sino por presión de alguien. Este
no es un acto voluntario y la persona se puede sentir obligada. Es el caso de la mayoría de las
adopciones.
● Por reconocimiento consciente: se hace movido por el interés de pertenecer al grupo. Por ejemplo,
la afiliación voluntaria a una organización en particular: un grupo religioso, un partido político, etc.
● Por obligación de pertenencia: aquí la persona está ligada de modo inconsciente. Es el caso de
nuestro sistema familiar. Los individuos de una familia tienen una deuda de lealtad compartida con
los principios y creencias del grupo, y ese compromiso de lealtad se da para que el grupo se
mantenga y prevalezca; el individuo leal lucha por alinear su propio interés con el del clan.
Lealtades Verticales: Van de generaciones posteriores a una anterior, por ejemplo cuando los hijos
sienten la obligación de compensar a sus padres y erradamente creen que la mejor forma de lograrlo es
repitiendo sus historias, lo que los priva del derecho a todo goce, a la felicidad, a vivir su propia vida y a
tener éxito y prosperidad.
Lealtad Horizontal: Se da entre la pareja o entre los hermanos. Cuando la pareja se casa no solo se
unen la novia y el novio, sino también dos sistemas familiares con méritos de lealtades diferentes.
Hay elementos que hacen que se mantengan estas lealtades invisibles inamovibles:
Los códigos pasan de generación en generación, y van creando leyes de interacción familiar que se
asumen como ciertas sin que nadie las cuestione, pues hacerlo significa una falta de compromiso con
las estructuras que se heredan dentro del sistema familiar.
Todos estamos atados a lealtades invisibles, y mientras no conozcamos su tras- fondo, las neguemos o
las reafirmemos, no podremos trabajar desde nuestro interior en ellas para cambiar el patrón de
comportamiento y deshacer la cadena de: bloqueos, limitaciones, fracasos. Adicciones, quiebras,
enfermedades, etc.
Amor Ciego
El amor por los miembros del clan, por aquellos que nos dieron la vida y de quienes
pudimos aprender a conservarla, sigue vivo.
Este amor en muchas ocasiones es ciego debido a que está regido por la
consciencia familiar inconsciente.
Este amor es el que nos lleva a desear que la vida sea de manera diferente para
nosotros y aquellos a quienes amamos. Las enfermedades, fracasos o muerte de
nuestros ancestros, padres, hermano o seres más queridos; son asuntos que
desearíamos resolver por ellos, o al menos liberarlos de lo que a nuestros ojos parece
ser una carga que no pueden llevar.
Sólo percibimos sus efectos, somos incapaces de ver el origen sistémico de las
mismas. Por eso se le llama ciego a este amor que buscando lo mejor para nuestros
antecesores, progenitores, y personas que más amamos nos lleva a perpetuar
situaciones familiares que pasan de generación en generación sin resolverse.
Solo en el reconocimiento de que hay algo más grande que nosotros de por medio, y
que no tenemos el poder de resolverlo todo, podremos librarnos de la implicación y
darnos cuenta de nuestras limitaciones frente a situaciones que no nos corresponde
vivir o resolver.
El amor ciego es incapaz de reconocer que existen situaciones más allá de nuestro alcance, no conoce
de límites, sólo de fantasías infantiles, a medida que crecemos nos hacemos conscientes de nuestras
limitaciones y podemos actuar en consecuencia, con conductas y comportamientos. La verdadera
libertad consiste en el reconocimiento de nuestros límites y la capacidad de elegir lo que deseamos
hacer.
El Amor Ciego: Acompaña Las Lealtades Invisibles. Es infantil, no tiene límites. Siempre quiere
ser bueno, No toma responsabilidad. Debilita y agota. Es arrogante.
“La buena conciencia”, es la que hace que cada miembro de la familia gane méritos para pertenecer
a la familia, perpetuando el rol que se ha ocupado en la familia (abandono, soledad, divorcio, desamor,
etc). Esto lo hace una persona por seguir al “amor ciego”, ese que en su inocencia infantil cree que
para ser buen miembro de familia requiere seguir el mismo destino que sus antecesores.
“La mala conciencia”, es aquella que hace que una persona transcienda los límites de su conciencia
familiar atreviéndose a hacerlo diferente que los otros y que es producto de un proceso profundo de
“individualidad”, y que en oportunidades requiere un camino de soledad, pero de comunión con una
consciencia más grande que es producto del “amor esclarecido.
La solucion: Dejar de estar en contra de tu sistema familiar: cuando críticas o haces juicios de tu familia
estás condenándote a repetir su propia historia.
- Acepta a todos tal como son: El asentir te otorga la paz del amor, cuando aceptas abres la puerta a
la transformación.
- Honrar a tus ancestros: Los que vivieron antes que tú… hicieron lo mejor que sabían hacer, darte
la vida.
- Agradece cada día a todos los miembros de tu sistema: No es necesario que corras hacia a ellos a
darles un abrazo, el agradecer sincero surge cuando le das un lugar en tu corazón y los
reverencias desde el alma.
Camina hacia la Vida con humildad: vive con alegría, ríndete en sus manos,
acepta tu destino con amor y valentía.
AGRADECIDA INMENSAMENTE
Vanesa Fernández
Nos vemos en el Módulo 2