Formación de Constelaciones Familiares Individuales

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Formación de Constelaciones

Familiares Individuales
y Proceso evolutivo del Ser

Módulo 1: Los Ordenes del Amor


¿Quién es bert hellinger?
Bert Hellinger es el padre de las Constelaciones Familiares. Nació
en Alemania en 1925, filósofo, teólogo, pedagogo, con formación
en diversas disciplinas psicoterapéuticas y psicológicas, Dinámica
de Grupos, Terapia Primal, Psicodrama, Hipnosis, Análisis
Transaccional, Terapia Gestalt, PNL, además de un gran estudioso
de los sistemas familiares y sus movimientos. Fue quien le dio
estructura y significado a las Constelaciones Familiares logrando
así, el reconocimiento como fundador de las mismas. Las CF
aparecen por primera vez en la década del 80. Una constelación es
la forma adecuada de llevar a cabo los Órdenes del Amor, que son
las leyes que subyacen en todo sistema de relaciones. Podría ser
resumido en una frase:

“El amor sigue al orden”


- Bert Hellinger
Los Ordenes del Amor en nuestras relaciones

Desde el momento en que nacemos, pertenecemos a un determinado sistema de


relaciones que, con el tiempo, va ampliándose en círculos concéntricos importantes para
nuestra supervivencia y desarrollo. Los diferentes grupos que formamos parte durante
nuestra vida son:

- La familia de origen
- La red familiar
- Las amistades
- Las parejas
- La relación con nuestros hijos
- Las relaciones con el mundo como Todo
Las condiciones a tener en cuenta para que las relaciones crezcan y prosperen,
consiguiendo el amor sin impedimentos, están predeterminadas por los efectos de nuestros
actos. Cada relación sigue un patrón y un orden diferente, sin embargo todas tienen las
mismas necesidades fundamentales:

- La necesidad de vinculación
- La necesidad de mantener el equilibrio entre Dar y Tomar
- La necesidad de encontrar seguridad

Las experimentamos de forma instintiva, percibiendo fuerzas que favorecen y exigen,


impulsan y dirigen, dan felicidad y ponen límites. Entregándonos a un poder que va más allá
de nuestros deseos.

Provocando sentimientos de culpa o inocencia, a través de la buena o mala consciencia.


Vinculación:
Así como un árbol no elige el lugar donde crece y se desarrolla de diferentes maneras según donde crezca,
de igual modo un niño se integra al grupo de origen, sin cuestionamiento, adhiriéndose a él con todas sus
fuerzas.

El niño vive esta vinculación con amor, fidelidad y felicidad, independientemente si en este grupo puede
desarrollarse favorablemente o no, sin tener en cuenta quienes son, qué hacen o cómo son sus padres.
Este vínculo es amor primitivo o primario. Tan profundo,que incluso está dispuesto a sacrificar su vida y su
felicidad por el bien del vínculo. Ese lazo lo une al sistema de pertenencia.

El amor impulsa la conducta pero si hay desorden se oculta y solo puede aflorar al restablecerse el orden.
Las conductas infantiles enmascaran y distorsionan el amor. En nombre del amor se construye y destruye
indiscriminadamente. Para que fluya, primero el orden y luego el amor.

Estamos vinculados con personas con las que no nos relacionamos y podemos relacionarnos con personas
sin que exista una vinculación.

Existen tres grandes fuerzas vinculantes: la sexualidad, el intercambio y la violencia.


1- ORDEN DE PERTENENCIA:

“Todos los miembros tienen el mismo derecho de pertenecer al sistema.”

Sea el sistema familiar, una empresa, una agrupación, un club, una escuela etc. Este ser parte o
pertenecer cobija tanto a los vivos como a los muertos, y aun a quienes por pérdida o aborto no han
llegado a ver la vida, es decir, a los bebés que no alcanzaron a nacer.

Pertenecer también significa que ocupamos un lugar en la familia, otorgado por el imperativo biológico
innegable de la concepción. La pertenencia no es opcional sino que es inherente a la existencia misma.

A la red familiar pertenecen:

•Los hermanos y medios hermanos, incluso los que no llegaron a nacer, nacieron y murieron o nacieron
muertos.

•Los padres, tíos, abuelos y bisabuelos y demás ancestros.

•Aquellos que tuvieron un destino difícil, como los que fueron asesinados, estuvieron en la cárcel, fueron
torturados, esclavizados, padecieron hambruna, miseria, etc.

•Aquellos que pertenecieron a la familia o al sistema y que cedieron el lugar para que otros lo
ocuparan,como es el caso de las primeras parejas de padres o abuelos u otras relaciones significativas
Estas personas voluntaria o involuntariamente dejaron su espacio de pareja para que fuera ocupado por
quien vino después.
•Incluye relaciones de alianza más allá de las meramente consanguíneas, como las que se dan con
algunos socios: los del pasado o los actuales. Estos miembros llegan a pertenecen por el simple hecho
de haberse vinculado de esta manera con la red familiar.
•También incluye a aquellos que desde el dolor han afectado al sistema y así quedan vinculados a él, por
ejemplo un perpetrador, violador o asesino.
• Los benefactores, ellos han desempeñado un papel importante en nuestra vida puesto que, desde
actuar, han facilitado o permitido nuestro desarrollo personal o familiar.
No es posible no pertenecer. Si se niega la pertenencia: otro ocupa el lugar. Se restituye: dando el lugar
y reconociendo la igualdad.
Los vínculos son los lazos que nos unen al sistema al que pertenecemos, son las arterias por las que
circulan las relaciones sistémicas operan lo sepamos o no y se manifiestan por medio de sus efectos.
Existe diversidad de vínculos y todos son permanentes, no se pierden, solo se fortalecen o se debilitan.
La información viaja por estos vínculos sin límites de espacio o tiempo poniendo de manifiesto un eterno
presente.
Inclusión: Incluir significa contener y es el camino más adecuado para la integración del sistema, puesto
que hace presente todo. La inclusión permite la integración y la integración permite la libertad. Cuando
no se ha incorporado internamente la presencia de los ancestros, el crecimiento personal es falso
porque el que no ha tomado a sus ancestros se excluye a sí mismo al excluir sus raíces y sus orígenes.
Para ser yo mismo necesito ser parte de algo. Cuando tomó por completo mis orígenes y mis raíces
puedo decir: “Puedo ser yo, porque los tengo a ustedes” y eso libera y da fuerza. Incluir es contener,
incluir integra.

Exclusión: El excluido es aquel cuyo destino no es aceptado. Un evento trágico, vergonzoso o que
genere gran inconformidad siempre es el origen de la exclusión. Cualquier forma de exclusión produce
desorden. El desprecio es un desorden, y también lo son la violencia, la marginación, la vergüenza, la
culpa, el dolor, el olvido, etc.

Según Hellinger: en esta comunidad unida por el destino, que comprende hombres y mujeres que al
unirse conforman sistemas familiares, todos se hallan ligados a todos, y es el mismo sistema el que se
encarga de restablecer el orden de pertenencia, cuando algún miembro de la familia ha sido excluido u
olvidado, o cuando otro miembro lo sustituye desplazándolo y ocupando su lugar. Todo aquel que ha
sido excluido reaparece más adelante en otra persona del sistema, con el propósito de equilibrar el alma
familiar que ha sido vulnerada en su integridad con el acto de la exclusión, es decir que cuando a un
integrante de la red familiar se le niega la pertenencia, por ejemplo a un hijo ilegítimo, a un hijo que no
llegó a nacer o a un tío que se encuentra al margen de la ley, un nuevo integrante de la red familiar, en
generaciones posteriores, ocupa su lugar en el intento de reparar el vacío de la ley de pertenencia.

Ocupar el lugar de otro arrastra una pérdida de autonomía, de poder personal y finalmente de la
¿Quiénes son excluidos?
• Las parejas anteriores: Al negarles el lugar que les corresponde en una familia. Dejaron el espacio para
otra pareja e hijos, incluso han pagado un alto precio personal para la felicidad de éstos. Si en el nuevo
sistema no son reconocidas como tales, las parejas anteriores son representadas más tarde por un hijo de
la nueva relación. Este hijo adopta los sentimientos de rabia y los manifiesta frente a sus padres, adopta
su destino, muchas veces repitiendo su historia.
• Hijos de las primeras uniones. Puede existir un hijo de una primera unión que por desconocimiento o
ausencia es ignorado por la segunda pareja y sus hijos, los hermanos. Uno de sus hermanos menores
podría ser incapaz de estar plenamente en la vida mostrándose ausente, hiperactivo, con dificultades para
relacionarse o lograr los objetivos que se propone. Y si el hijo de la unión anterior ha muerto, el hermano
implicado podría querer morir también.

• Los esclavos o aquellos por cuyo trabajo o


sufrimiento la familia se enriqueció, y los desterrados
cuando alguien ganó o compró con ventaja a costa de
la necesidad del otro, el fraude o el engaño.
• El aborto es una exclusión, sin importar si es provocado o espontáneo. En él no se excluye solo al
bebé pues la decisión se toma sin que él forme parte, sino que también se excluye al padre, aunque lo
hayan decidido de común acuerdo, puesto que en última instancia es la mujer quien tiene el poder de
decidir. Ningún hombre tiene la fuerza para detener una mujer que ha decidido abortar, ni tampoco tiene
la fuerza para obligar a abortar a una que ha decidido no hacerlo. Sea provocado o espontáneo, es
causa común de culpa y vergüenza, lo que lleva a que no se hable de él e incluso se mantenga en
secreto. Con frecuencia solo la mujer sabe lo que hizo, y de hecho ella misma se excluyó como madre
de ese bebé. En consecuencia la madre, el padre o ambos pueden quedar anclados en la rabia o el
dolor por la pérdida, siendo ésta una implicación del aborto.
Tanto con el aborto como cuando un bebé nace y muere, su exclusión se funda- menta en que los
padres sólo miran su dolor, no a quien muere, no lo pueden tomar porque no lo están teniendo en
cuenta. Estos sentimientos generalmente son inconscientes y se pueden manifestar como: incapacidad
para asumir la vida plenamente, dolor subyacente constante y/o dificultad para mantener la relación de
pareja. También se pueden ver implicados los hermanos siguientes, quienes muchas veces
experimentan dificultades para relacionarse con sus hermanos, con otros niños o con sus padres. O
pueden mostrarse inquietos y distraídos, manifestar dificultades de aprendizaje e incluso enfermar.

• El suicidio: Quien se suicida por derecho propio se excluye al decidir qué quiere dejar de vivir y
pertenecer. A su vez es excluido por los otros, que ante su incapacidad de mirar y ver al que se suicidó
se quedan con su enojo, culpa, dolor o vergüenza. El implicado por este motivo podría experimentar
desde una falta de sentido en su vida hasta el deseo de morir. En ocasiones se ha visto que en el intento
de suicidio la persona 1 estaba implicada con un ancestro que se quitó la vida anteriormente.
• Los padres biológicos de los hijos adoptados: En muchos casos éstos tienen una triple condición
de exclusión:
- Se excluyen a sí mismos como padres desde el momento en que toman la decisión de entregar a
su hijo.
- Son excluidos por los padres de crianza cuando no informan a los hijos sobre su procedencia.
- Son excluidos por los propios hijos, al desconocer quiénes son sus padres biológicos.
Las implicaciones de la adopción se manifiestan cuando los hijos no se enteran del hecho y por lo tanto
son incapaces de tomar la fuerza de vida de los padres biológicos con amplias consecuencias en la
niñez y la vida adulta como:
- dificultad para relacionarse, problemas de aprendizaje
- falta de claridad sobre lo que se desea en la vida y la forma de lograrlo
- problemas con las relaciones de pareja y la paternidad.
Cuando alguno de los padres se ausenta de su hijo, éste puede decidir no re- conocerle más como su
progenitor excluyéndose de su vida.
• Las madres que mueren durante el parto o con posterioridad a él, son excluidas de varias maneras:
- Por la persona que toma el lugar de la madre para cuidar del bebé, olvidándose con el tiempo de que
ella no es su madre biológica.
- Por el desconocimiento del hecho por parte del hijo.
- Porque todos con el tiempo se olvidan de ella. Quienes se hacen cargo del cuidado pueden llegar a
criar al pequeño haciéndole creer que ellos son sus verdaderos padres, lo que es común en el caso de
los abuelos que crían a sus nietos como si fueran sus hijos más pequeños tomando el lugar de los
padres.

• Los discapacitados y los enfermos mentales.


La discapacidad, ya sea física o mental, provoca la
exclusión por las repercusiones que tiene para los
miembros de la familia. Con frecuencia no es el
discapacitado o el enfermo mental el que se aísla,
sino que son los sentimientos de culpa, vergüenza,
dolor, enojo o miedo los que impulsan ésta
conducta en el entorno.
2- JERARQUÍA U ORDEN DE LLEGADA AL SISTEMA
Exige que aquellos que estuvieron antes en el sistema tengan prioridad ante los que se
agregaron posteriormente. Entonces el alma familiar y la conciencia familiar cuidan sobre
todo el derecho de los anteriores y sacrifica a los que llegaron posteriormente a la hora de
compensar. Si la prioridad de los anteriores es respetada los posteriores quedan libres.

Este principio se refiere al lugar que cada miembro de una familia ocupa dentro del
sistema familiar, que está determinado por su tiempo de llegada al sistema (concepcion,
nacimiento o adopción).

Los padres son los primeros en llegar y, por lo tanto, ocupan el lugar más alto en la
jerarquía. Los hijos, a medida que nacen o sean adoptados, ocupan lugares secuenciales
más abajo de la jerarquía.

Respetar la jerarquía es esencial para el bienestar emocional y la armonía dentro de una


familia, cuando el orden de llegada no se respeta (ejemplo un hijo trata de ocupar el lugar
de un padre), Pueden surgir conflictos y tensiones que afectan a todo el sistema.

Honrar y respetar la jerarquía ayuda a restablecer el equilibrio y liberar a cada miembro


para que ocupe su lugar y rol adecuado.
3- ORDEN DE EQUILIBRIO ENTRE DAR TOMAR:
Todos los sistemas humanos tienen la tendencia y la necesidad de equilibrar. Esto es una ley natural y
se muestra en las relaciones como la necesidad de dar y tomar. Hay que diferenciar: el intercambio
entre hombre y mujer, como una pareja es distinto al intercambio entre padres e hijos. Una pareja tiene
la necesidad de compensar lo que ha tomado y dar a su pareja de la misma manera. Entre
padres e hijos no se puede lograr el equilibrio, pues, los padres dan (la vida) y los hijos la toman.

Los hijos nunca pueden dar a los padres en la medida de lo que ellos recibieron.

Porque el equilibrio tiene que ver también con el tiempo y el orden respeta una jerarquía:

Aquellos que vinieron antes, dan a aquellos que vienen después. Esto vale también entre hermanos.

Normas y reglas del grupo:


Todas las relaciones se desarrollan bajo determinadas normas, reglas, rituales, creencias y tabúes
que tienen valor para todos los miembros de ese sistema.
De esta manera una relación se estructura bajo un sistema regido por órdenes y reglas. Estos
órdenes son conocidos y visibles, pero detrás de estos actúan órdenes invisibles, que ya están
anticipadamente allí, y que no son negociables.(la conciencia familiar inconsciente).
Resumiendo: se puede decir que hay tres necesidades elementales que son indispensables para que
una relación se logre, y la conciencia está al servicio de las tres.

Una relación tiene éxito solamente si estas tres condiciones están siendo observadas
simultáneamente:

No hay vinculación sin equilibrio entre dar y tomar y sin reglas.


No hay equilibrio sin vinculación y reglas.
No hay reglas sin vinculación y equilibrio.
Formas de equilibrar:
El amor equilibra pero el “amor ciego” causa un desequilibrio.
El equilibrio se puede lograr a través del agradecimiento o a través del perdón, pero el perdón tiene
también una condición: el que cometió un error tiene que sentir el perdón literalmente, en el sentido de
“lo siento”. Diciendo “perdóname” no es suficiente, porque no contiene el dolor de sentir la culpa.
“Perdóname” es una pretensión dirigida a aquel que fue lastimado, haciéndole responsable además de
lo que padeció, de tener que perdonar a aquel que lo lastimó. El dar y el tomar en la pareja aumentan
el amor cuando uno da al otro un poco más de lo que ha recibido y viceversa.
Formas inadecuadas son:
- La renuncia a la felicidad; la expiación; el sacrificio. Estas formas de equilibrar no satisfacen a nadie
y son en vano.
- Cuando una persona tuvo una suerte muy especial, por ejemplo: fue salvada de la muerte, tiene
que tomar la vida como un regalo, sin tratar de equilibrar. Lo mismo vale, si el destino le exige
experimentar una vida muy difícil. También tendría que asumir lo que le está siendo dado. Si lo
hace, puede recibir mucha fuerza de este destino.
- Por un acto de amor de nuestros padres nacemos los hijos, que también por un acto de amor
empezamos a retribuir de distintas maneras lo que vamos recibiendo. Retribuimos a través de la
imitación, haciéndolo como nuestros progenitores lo hacen, o simplemente por el impulso innato de
hacerlo.
- El intercambio se ve reflejado, en primera instancia, con la indescriptible experiencia de la
materialización del fruto del amor (el hijo) con todo lo que ello implica, incluidas las manifestaciones
de confort, gozo, etc.
Equilibrio entre padres e hijos

Entre padres e hijos no es posible llegar a un equilibrio.


Respecto a sus padres, los hijos siempre quedan en deuda, y por esta razón tampoco
consiguen desligarse de ellos. De esta manera, la vinculación de los hijos con sus
padres se fortalece y consolida aún mas, precisamente por ser irrealizable la posibilidad
de llegar a un equilibrio. Este mismo hecho se convierte mas tarde en el impulso de salir
de la obligación ,y esto ayuda a separarse de los padres. El que no tiene la posibilidad
de compensar un desequilibrio, tiende a alejarse.
Aquí la solución es, que los hijos pasen lo que recibieron de sus padres, a sus propios hijos. Si no
tienen hijos, puede ser que esta necesidad se vea compensada en asumir un compromiso con otras
personas o en brindar un servicio a la comunidad, beneficiando así a otras personas.
En el caso en que la reparación no sea posible como, por ejemplo, en un asesinato, tanto al
perpetrador como a la víctima sólo les queda la impotencia y la sumisión a este destino.
Lo primero que se toma es la vida, pues sin este primer acto sería imposible existir. A partir de allí
seguimos tomando aquello que los cuidadores (padres o sustitutos) nos brindan: cuidados, alimento,
abrigo, amor, y es así como recibimos la satisfacción de las necesidades básicas que se requieren para
subsistir.
También así se inicia el afecto e interacción entre los padres y los hijos, que magnifica y sublimiza el
acto de dar y de tomar, acto que no se refiere solo a cosas materiales, sino que tiene en cuenta también
los sentimientos, emociones, dedicación, tiempo, respeto, apoyo e infinidad de cosas más.
- Primero tomo y luego doy. Si tomo puedo dar, si no tomo me agoto y no tengo nada para dar.
- El que sólo recibe o sólo toma. Pierde el poder para construir su propia vida al no darse la
oportunidad de crecer por sí mismo aportando elementos de su propia creación. Se debilita, se
estanca, no genera ni se renueva.
- El que sólo da. A más de que no tiene poder pues todo lo da, tampoco se quiere ya que desconoce
el valor interior de retener y enriquecerse con su propia creación. Esta actitud lo conduce a
terminar dando desde la escasez de su propia valía. El no merecimiento es una justificación para
no tomar.

Lo que está en juego permanentemente es un impulso de compensación que busca mantener el


equilibrio, es así como una fuerza se compensa con otra fuerza lo más parecida posible para lograrlo,
siempre buscando compensar aquello que recibimos, sin importar si lo que recibimos, es desde nuestro
punto de vista bueno o malo. No es asunto de premio-castigo, sino de equilibrio de fuerzas.
Los vínculos dentro de los sistemas se ven fortalecidos o debilitados dependiendo de la manera en que
la compensación se dé. El equilibrio fortalece los vínculos y la calidad de las relaciones es una
manifestación de ello.
El acto de compensar se puede catalogar como: positivo, negativo o neutro.
Compensación positiva

Es cuando devuelvo un poco más de lo que recibo.


Si recibo algo bueno de otro se crea un desequilibrio que hace que de inmediato me sienta en deuda
con él y quiera compensarlo.
Si le doy un poco más de lo que recibí entonces la compensación es positiva y de nuevo entramos en
desequilibrio, porque ahora es el otro el que se siente en deuda conmigo y busca compensarme. Con
esta dinámica en continuo movimiento se da una armonía que fortalece los vínculos y el amor.

Compensación neutra

Cuando devuelvo exactamente lo mismo que recibí la compensación es neutra.


Es decir que sí hay compensación, pero el otro no queda en deuda y por lo tanto se llega a un punto de
neutralidad en el que el intercambio cesa. En este caso la relación no se ve fortalecida y tiende a la
disolución por inercia.
Si no buscamos la Compensación Positiva y decidimos “dejar así”, el otro acabará alejándose de la
relación porque ya no tiene qué más compensar. En cambio, al exigir que la compensación sea un poco
más, la relación sigue siendo de intercambio y perdura.
Ejemplo: en una relación de pareja cuando el aporte económico en todos los órdenes es 50% a partes
iguales, el hombre se debilita porque energéticamente y por naturaleza él es proveedor y la mujer
receptora.
El hombre provee la vida por medio de los espermatozoides y la mujer la recibe, la sostiene en su
vientre por nueve meses, la da a la luz y después la sigue cuidando, lo que hace que el hombre se
sienta en deuda y su impulso primario sea el de compensar con más.

Compensación negativa:

Si devuelvo menos de lo que recibí no hay compensación. El desequilibrio inicial permanece y el


vínculo no se fortalece, más bien se debilita, poniendo en peligro la relación.
Cuando lo que recibo es percibido como malo, que hace daño o causa dolor o sufrimiento se busca
compensar devolviendo algo de las mismas características, es decir algo que también cause dolor. En
palabras de Hellinger: “Cuando alguien comete una injusticia conmigo, siento la necesidad de
vengarme”.
Si devolvemos algo peor de lo que recibimos, el desequilibrio se mantendrá hacia el lado negativo
debilitando el vínculo y si esto sucede de manera constante, la posibilidad de compensación positiva es
cada vez menor. La compensación se tornará positiva y fortalecedora del vínculo si lo que devolvemos
en negativo es un poco menos de lo que recibimos. Es decir que si entre lo que recibimos y damos el
saldo es positivo, la relación se puede reactivar.
Si no buscamos esa compensación y decidimos “dejar así” o negativizarla más, la relación corre el
riesgo de acabarse. Al darse la compensación debida, la relación sigue siendo de intercambio y perdura.
La venganza, el resentimiento, el odio, el irrespeto, la intolerancia, la arrogancia, el orgullo y la falta de
humildad; negativizan las relaciones y las conducen a la ruptura.
Dar o recibir en exceso o sin compensación genera un desequilibrio que debilita los vínculos y acaba la
relación.
La sensación de estar debiendo algo es imposible de compensar, hace que quien recibe se sienta agobiado
por no poder compensar y se vaya de la relación. Igual sucede cuando no se recibe por el simple hecho de
no quererse comprometer, o cuando el que da se agota por no recibir la energía requerida para que se
mantenga el intercambio.
“Los derechos y obligaciones emergen del equilibrio entre el dar y el recibir”.
Dar en exceso agota, deja al otro en posición de no poder compensar - Recibir en exceso deja en deuda. Al
no compensar, la deuda crece y hace que la persona se vaya de la relación.
En el Tomar y Dar cuentan: sentimientos, emociones, dedicación, tiempo, respeto, valoración, apoyo
y muchas otras cosas más. No solo es lo material.
- Entre iguales: hermanos, esposos, socios, compañeros, colegas, amigos etc. Comparten igualdades .
- Entre desiguales: padre/hijos, maestros/alumnos, Jefe/subalternos etc. Debido a la jerarquía, los mayores
dan y los menores toman.
En el caso que los padres por su condición física, mental o económica no pueden hacerse cargo de ellos
mismos y requieren el apoyo de los hijos, estos apoyan a sus padres proporcionándoles los cuidados que
requieren y atendiendo sus necesidades tanto físicas como emocionales.
Aunque nunca será equivalente el amor o cuidado de un hijo hacia sus padres con la vida que recibió de
ellos; el hijo sí puede con la claridad de que así es y desde su lugar, contribuir, aportar, apoyar y hasta
hacerse cargo por completo del bienestar de sus padres, sin olvidar que ellos son los grandes, que por
más edad que como hijos tengamos ellos siempre serán mayores, que siguen siendo dueños de sus
vidas y sus destinos y que mientras puedan tomar sus propias decisiones, éstas se deben respetar.

Aportar, apoyar y hasta hacerse cargo del bienestar de los padres no implica hacerse padres de
los padres.

Cuando los hijos se olvidan que son hijos y actúan como si


fueran sus padres: se están saliendo de su lugar, los están
desplazando, se están arrogando derechos y de esta manera
el intercambio y la compensación se detienen afectando la
relación y debilitando el vínculo, sin contar con los
desórdenes que a nivel de jerarquía y pertenencia se
generan y que si no se reordenan se pueden proyectar en
sus hijos y generaciones venideras con consecuencias
siempre dolorosas para los que vienen después.
Desórdenes y alteraciones en el equilibrio entre el tomar y el dar:
- Sólo tomo y no doy. Las relaciones que se desarrollan bajo esta dinámica están destinadas al fracaso
puesto que quien toma y toma sin dar nada a cambio, o sin restituir lo tomado, termina por agotar la fuente
de donde toma, se convierte en vampiro que diseca y genera todo tipo de dolor, malestar y resentimiento.

Estas personas son arrogantes pues creen que se lo merecen todo, toman tanto que se arrogan derechos
que no les pertenecen incluso hasta decidir por el otro y les falta humildad para permitir el libre fluir de la
energía del tomar y dar que enriquece y fortalece al individuo, las relaciones y los vínculos.

Este desequilibrio se ve con frecuencia en algunas relaciones de pareja, o entre amigos, o entre jefes y
subalternos, donde se toma y se toma, o se exige y exige sin tener en cuenta cómo se compensa, o si se
compensa, no se tiene en cuenta la medida en la que se está haciendo para restituir lo que se ha tomado.

- Solo doy y no tomo. Están en riesgo de entrar en depresión por el vacío


que genera esta actitud. Entre esposos, entre hermanos etc.

Es el caso de las personas que solo dan creyendo que al no tomar o


recibir mantienen su libertad sin comprometerse, sin saber que con esta
actitud están comprometiendo al otro con las consecuencias que ya
conocemos.
Hay personas que se niegan a tomar o recibir de otros por miedo a quedar comprometidos o a sentirse
en deuda y prefieren que sea al contrario, que el otro se sienta comprometido, como si ello se convirtiera
en garantía de continuidad de la relación.
Lo que no saben los que adoptan esta actitud es que están generando sentimientos de minusvalía,
lastimando la estima y coartando la libertad del otro por la presión que les genera recibir y recibir sin
poder compensar, bien porque el otro no acepta lo que se le da queriendo compensar, o porque no se
tiene la capacidad de compensar en la misma medida o más. La baja estima, la presión o el
resentimiento “impiden valorar lo recibido”.

Desde la culpa no se puede tomar ni se puede expresar gratitud, impidiendo que el entregar y el tomar
fluyan libremente”. Quienes se niegan a tomar o recibir para no asumir ningún compromiso están en
riesgo de entrar en depresión por el vacío que genera esta actitud.

- Negarse a tomar por arrogancia y por un excesivo costo. Hijos que se creen superiores a sus padres.
El negarse a tomar por arrogancia sucede cuando los hijos se ubican en un nivel superior al de los
padres creyendo que saben más que ellos, por ejemplo, por haber estudiado más o por considerar que
ya son obsoletos para la época.

Entonces el hijo se niega a tomar lo que le ofrecen los padres porque considera erradamente que él lo
hace mejor que ellos, olvidando de quién y de dónde provino y proviene su éxito, y garantizando con esta
actitud implicaciones para sí mismo y su descendencia.
La mayor felicidad de un padre se da al ver cómo sus hijos crecen, avanzan, progresan y obtienen
éxitos materiales y como personas de bien, en respuesta a la dinámica en la que los padres dan y el
hijo recibe, para más tarde compensarlo con su proyección personal y la de sus propios hijos.
Negarse a tomar por excesivo costo significa no recibir por creer que nunca se podrá pagar, se da
con frecuencia en las relaciones entre padres e hijos y entre las parejas, en las que nos negamos a
tomar sobre todo lo no material como el afecto, la compañía, las caricias, por miedo a
comprometernos, a no poder compensar, a una posible desilusión o fracaso; caso en el que se hace
necesario inspeccionar el mecanismo interior que allí se vivencia con el fin de esclarecer la
presencia de Lealtades Invisibles, Amores Ciegos o Exclusiones que estén interfiriendo el saludable
y fortificante intercambio entre el tomar y el dar.
IMPLICANCIAS SISTÉMICAS:
- Es una conexión invisible que lleva a repetir, cargar, compensar, imitar, la historia, el destino, o los
sentimientos de uno o más integrantes del sistema familiar que en general estuvieron antes
- Movimiento inconsciente guiado y dirigido por la conciencia familiar como intento de compensación
sobre los post-génitos de alguna alteración en los órdenes del amor padecida o producida por los
ancestros.

Son bloqueos y dificultades que presenta una persona por miembros


del sistema familiar que fueron en contra de los órdenes del amor. Estas
personas están implicadas con un hecho familiar pendiente de resolver
en el que cualquiera de los Órdenes del Amor ha sido alterado, y hasta
que ese hecho no salga a la luz, se haga evidente y se resuelva, la
implicación permanecerá vigente y se seguirá manifestando como un
patrón de información de generación en generación. Estas Implicaciones
Sistémicas son el resultado de un sistema tratando de auto regularse
para alcanzar la armonía y el equilibrio, y mantenerse vigente en el
tiempo y el espacio. Estas implicaciones no pueden ser comprendidas ni
resueltas a menos que sean miradas en el contexto de algo más grande,
o sea el sistema, y en ausencia de juicio o culpa. El sistema tiende a
sobrevivir. Prevalece el bien común del sistema por el individual nuestro,
Está todo al servicio de algo más grande.
DESDE LA PERSPECTIVA DE CC. FAMILIAR
La implicancia no es un castigo, sino es la posibilidad que encuentra el sistema
de volver a poner en escena y traer a la luz algún tema o persona excluida,
para que desde otro nivel de conciencia, pueda verse y tratarse aquello
que se ignoró́ consciente o inconscientemente.
A TRAVÉS DE LA IMPLICANCIAS EL SISTEMA COMO UNIDAD VUELVE A
TENER LA OPORTUNIDAD DE CONCLUIR LO INCONCLUSO, DE
REPARAR LO DAÑADO, DE MIRAR LO NO MIRADO, DE INCLUIR LO
EXCLUÍDO.
Se manifiestan a través de los síntomas pueden ser físicos, psíquicos, o
actitudinales. Actúan como Diques de contención. Mantienen nuestra energía
vital contenida, Cuando las compuertas se abren son capaces de liberar su
potencial sanador reparando el pasado, conectando el presente y abriendo el
futuro..
Manifestaciones de implicancias:
Repetición de sucesos - Repetición de enfermedades - Repetición de destinos -
Expiación de culpas - Tendencia al sacrificio - Renuncia a la expansión o
crecimiento - Renuncia a la propia felicidad- Sentimientos inadecuado -
Superposición de contextos - Síndrome aniversario - Síntomas en general.
LEALTAD
La lealtad es constitutiva en el ser humano. Somos en principio leales a
nuestro sistema de origen.
Nuestra subsistencia depende de la pertenencia. Es una de las
necesidades básicas.
1- Amor y/o reconocimiento
2- Idoneidad
3- Tener sentido y significado
4- Lealtad
5- Valores
Es tan importante sentirnos pertenecientes a nuestro sistema familiar
como a su vez otorgar a los otros miembros su propio derecho a pertenecer.
Más allá́ del sistema familiar, todo grupo considerado como tal requiere
lealtad de sus miembros para garantizarles la pertenencia, la falta de lealtad
es sancionada y pone en riesgos la pertenencia.
IMPLICANCIAS Y LEALTADES INCONSCIENTES
ES IMPORTANTE DETECTAR LA LEALTAD QUE NOS LLEVA A UNA IMPLICANCIA
(podemos estar implicados con un abuelo por lealtad a nuestra madre)
ES EL PUENTE QUE UNE LA CONCIENCIA INDIVIDUAL CON LA FAMILIAR
ES MUY DIFÍCIL SALIR DE UNA IMPLICANCIA SI NO SE TRABAJA CON EL AMOR CIEGO QUE
HAY DETRÁS DE LAS LEALTADES INCONCIENTES.

LEALTADES INVISIBLES
Se denomina "Lealtad Invisible" a aquella lealtad consciente o inconsciente hacia un ancestro o familiar que
nos impulsa a repetir una conducta de un modo ciego, sobre el que no tenemos el menor control.
Da lo mismo si esa persona ha muerto hace mucho o poco tiempo, si sigue viva, si nos caía bien o mal, si
tuvimos mucho o poco contacto con ella, si sabemos algo de su vida… la lealtad a esa persona nos impulsa
a repetir conductas que esa persona llevaba a cabo, o lleva aún a cabo en su vida si sigue con vida… e
incluso muy habitualmente nos hace repetir literalmente, partes de o su vida entera como si fuera una
historia que se perpetúa.
Por ejemplo, una mujer fue infeliz en el amor y sus hijos repiten esa infelicidad con recurrentes fracasos en
su vida de pareja. El mensaje de la lealtad es el siguiente: si mi madre no fue feliz, nosotros no tenemos
derecho a serlo.
Importa realmente poco lo que tu consciente piense al respecto… es tu
inconsciente el que tiene el control de la situación. Todo el control, incluso
aunque tú pienses y opines todo lo contrario.

Según los últimos estudios científicos, nuestro inconsciente recuerda TODO,


absolutamente TODO sobre el árbol familiar hasta la séptima generación,
conoce toda la historia de la familia, los secretos, las verdades, las mentiras,
lo que ha sido ocultado por uno o varios miembros, lo que todos o casi todos
ignoran, lo que se ha escondido u olvidado, lo que es evidente y lo que no lo
es. Si hubo crímenes, abandonos, infidelidades, traiciones o graves atentados
a la dignidad de las personas, tu inconsciente lo SABE TODO.

¿Piensas, por ejemplo, que tu tristeza, tu rabia o tus adicciones


son realmente tuyas?

A menudo son las emociones de otro familiar, abriéndose paso a través de


nosotros y el campo mórfico (que une a todos los seres y que científicos de la
Universidad Max Planck, en Alemania, ya han demostrado como vehículo
transmisor de mucho de lo que sucede en un sistema familiar). Estas
conductas y emociones se reproducirán en nosotros u otros miembros del clan
hasta que el problema sea resuelto.
Muchas enfermedades son el resultado de un dolor familiar que hay que
sanar y llevar a la luz.
Cargar con éstos lastres y lealtades no son un castigo, sino un privilegio para nuestro crecimiento
personal y aprendizaje, pues sólo lleva una carga aquel que puede resolverla, sanarse y sanar su árbol
familiar, mediante un proceso de indagación y catarsis.
Al inconsciente hay que sacudirlo, convencerle de que ya no es necesario seguir con esa lealtad. Esa
es la razón por la que a veces no basta con conocer un problema con la cabeza, hace falta interiorizarlo
con el corazón y el cuerpo.

“LA MENTE ENTIENDE, EL ALMA COMPRENDE”

Podemos ser inconscientemente leales a la infelicidad de alguno de nuestros padres y, de manera


recurrente, repetimos conductas y patrones de vida que nos hacen infelices.
No necesitamos llevarnos necesariamente bien con ése familiar para serle leal, la lealtad invisible es
poderosa, incluso siendo lejanamente consciente de ella, se reproduce cada vez con mejores
estrategias de ocultamiento, a fin de que no puedas librarte de ella. A menudo, el consciente cree estar
buscando su felicidad, mientras que repite fracasadas historias de pareja o conductas que conducen a
una infelicidad constante y reiterada a corto o largo plazo en el trabajo y en la vida.

Si repites conductas de pareja fracasadas, cada vez te autoengañarás mejor, enamorándote de


parejas con las que con el tiempo todo irá mal, para ser leal a la infelicidad de pareja que vivió
una abuela o viven tu padre o tu madre…
LAS LEALTADES INVISIBLES

Las lealtades invisibles hacen que una persona se mantenga dentro de su


sistema familiar, repitiendo la misma historia, generación tras generación.
En cualquier grupo la lealtad se considera como la obligatoriedad del
cumplimiento de un compromiso que implica interiorizar sus expectativas para
poder defender lo que se cree.
Para ser miembro leal de un grupo familiar se tienen que asumir actitudes que
cumplan
Quien está con los mandatos
de acuerdo queleyes
con las normas, ya se encuentran
y mandatos institucionalizados
de la familia es leal, no en la
familia.
tiene El incumplimiento
dificultad para cumplirlos y node estosconflictos.
se genera mandatos Quienu no
obligaciones
está de acuerdogenera
con ellos entra en conflicto porque no sabe si actuar por lealtad al sistema, por evitar
sentimientos de culpa en quien no los cumple y ésta a su vez se constituye en
problemas, o si debe dejarse guiar por lo que realmente desea hacer o decir. Se le
reguladora
llama del mecanismo:
Lealtad Invisible lealtad-obligación.
porque está dada por la conciencia familiar que es
inconsciente y por lo tanto; no evidente.

Desde el origen del hombre su supervivencia ha dependido de ella, pues ser desleal
al grupo o al clan era y sigue siendo tanto como morir.
Se puede ser leal por los siguientes factores:
● Por coerción externa: se pertenece a un grupo no por elección, sino por presión de alguien. Este
no es un acto voluntario y la persona se puede sentir obligada. Es el caso de la mayoría de las
adopciones.
● Por reconocimiento consciente: se hace movido por el interés de pertenecer al grupo. Por ejemplo,
la afiliación voluntaria a una organización en particular: un grupo religioso, un partido político, etc.
● Por obligación de pertenencia: aquí la persona está ligada de modo inconsciente. Es el caso de
nuestro sistema familiar. Los individuos de una familia tienen una deuda de lealtad compartida con
los principios y creencias del grupo, y ese compromiso de lealtad se da para que el grupo se
mantenga y prevalezca; el individuo leal lucha por alinear su propio interés con el del clan.

Lealtades Verticales: Van de generaciones posteriores a una anterior, por ejemplo cuando los hijos
sienten la obligación de compensar a sus padres y erradamente creen que la mejor forma de lograrlo es
repitiendo sus historias, lo que los priva del derecho a todo goce, a la felicidad, a vivir su propia vida y a
tener éxito y prosperidad.

Lealtad Horizontal: Se da entre la pareja o entre los hermanos. Cuando la pareja se casa no solo se
unen la novia y el novio, sino también dos sistemas familiares con méritos de lealtades diferentes.
Hay elementos que hacen que se mantengan estas lealtades invisibles inamovibles:

● Los “códigos implícitos”. Son reglamentos que se adquieren en el proceso de desarrollo y


crecimiento psicológico dentro del sistema familiar, y del que la persona no es consciente. Ellos se
adhieren a los esquemas mentales con las vivencias y los vínculos que se dan entre los miembros
de la familia.
● Los “sensores automáticos”. Detectan cualquier movimiento destinado a res- quebrajar las
lealtades, tienen como aliado el sentimiento de culpa, que se incrusta por medio de frases para
hacer sentir a la persona que está rompiendo el compromiso adquirido con el objeto de lealtad.

Los códigos pasan de generación en generación, y van creando leyes de interacción familiar que se
asumen como ciertas sin que nadie las cuestione, pues hacerlo significa una falta de compromiso con
las estructuras que se heredan dentro del sistema familiar.

Todos estamos atados a lealtades invisibles, y mientras no conozcamos su tras- fondo, las neguemos o
las reafirmemos, no podremos trabajar desde nuestro interior en ellas para cambiar el patrón de
comportamiento y deshacer la cadena de: bloqueos, limitaciones, fracasos. Adicciones, quiebras,
enfermedades, etc.
Amor Ciego

El amor por los miembros del clan, por aquellos que nos dieron la vida y de quienes
pudimos aprender a conservarla, sigue vivo.

Este amor en muchas ocasiones es ciego debido a que está regido por la
consciencia familiar inconsciente.

Este amor es el que nos lleva a desear que la vida sea de manera diferente para
nosotros y aquellos a quienes amamos. Las enfermedades, fracasos o muerte de
nuestros ancestros, padres, hermano o seres más queridos; son asuntos que
desearíamos resolver por ellos, o al menos liberarlos de lo que a nuestros ojos parece
ser una carga que no pueden llevar.

Sólo percibimos sus efectos, somos incapaces de ver el origen sistémico de las
mismas. Por eso se le llama ciego a este amor que buscando lo mejor para nuestros
antecesores, progenitores, y personas que más amamos nos lleva a perpetuar
situaciones familiares que pasan de generación en generación sin resolverse.

Solo en el reconocimiento de que hay algo más grande que nosotros de por medio, y
que no tenemos el poder de resolverlo todo, podremos librarnos de la implicación y
darnos cuenta de nuestras limitaciones frente a situaciones que no nos corresponde
vivir o resolver.
El amor ciego es incapaz de reconocer que existen situaciones más allá de nuestro alcance, no conoce
de límites, sólo de fantasías infantiles, a medida que crecemos nos hacemos conscientes de nuestras
limitaciones y podemos actuar en consecuencia, con conductas y comportamientos. La verdadera
libertad consiste en el reconocimiento de nuestros límites y la capacidad de elegir lo que deseamos
hacer.

Solo a través de la comprensión, el reconocimiento, dejando de lado las imágenes fantásticas,


respetando el destino, asintiéndolo y reconociendo lo que es tal y como es, se puede llegar al
amor que ve.

El Amor Ciego: Acompaña Las Lealtades Invisibles. Es infantil, no tiene límites. Siempre quiere
ser bueno, No toma responsabilidad. Debilita y agota. Es arrogante.
“La buena conciencia”, es la que hace que cada miembro de la familia gane méritos para pertenecer
a la familia, perpetuando el rol que se ha ocupado en la familia (abandono, soledad, divorcio, desamor,
etc). Esto lo hace una persona por seguir al “amor ciego”, ese que en su inocencia infantil cree que
para ser buen miembro de familia requiere seguir el mismo destino que sus antecesores.
“La mala conciencia”, es aquella que hace que una persona transcienda los límites de su conciencia
familiar atreviéndose a hacerlo diferente que los otros y que es producto de un proceso profundo de
“individualidad”, y que en oportunidades requiere un camino de soledad, pero de comunión con una
consciencia más grande que es producto del “amor esclarecido.

La solucion: Dejar de estar en contra de tu sistema familiar: cuando críticas o haces juicios de tu familia
estás condenándote a repetir su propia historia.
- Acepta a todos tal como son: El asentir te otorga la paz del amor, cuando aceptas abres la puerta a
la transformación.
- Honrar a tus ancestros: Los que vivieron antes que tú… hicieron lo mejor que sabían hacer, darte
la vida.
- Agradece cada día a todos los miembros de tu sistema: No es necesario que corras hacia a ellos a
darles un abrazo, el agradecer sincero surge cuando le das un lugar en tu corazón y los
reverencias desde el alma.

Camina hacia la Vida con humildad: vive con alegría, ríndete en sus manos,
acepta tu destino con amor y valentía.
AGRADECIDA INMENSAMENTE

Vanesa Fernández
Nos vemos en el Módulo 2

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