Diaconisas

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Las diaconisas estaban incluidas entre los dirigentes regulares de

la iglesia cristiana primitiva. «Os recomiendo además nuestra


hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea.
Recibidla en el Señor, como es digno de los santos, y ayudadla en
cualquier cosa en que necesite de vosotros, porque ella ha ayudado
a muchos y a mí mismo» (Rom. 16: 1-2).
Las diaconisas tienen que ser elegidas tomando en cuenta su
consagración y otras cualidades que las capaciten para desempeñar
las funciones correspondientes.
Cualidades de una Diaconisa
• Una mujer espiritual: Que tenga el hábito de orar. Que
le guste estudiar la Biblia. Que convierta al Señor Jesús
en el modelo de su vida. Que sepa encarar los problemas
como los encararía Cristo. Que dé buen testimonio. Que
pueda ser utilizada por el Espíritu Santo.
• Una mujer humilde: La Biblia enseña que debemos ser
benignos y misericordiosos con nuestros semejantes
(Efesios 4:32). Para lograrlo, la diaconisa necesita que
Cristo more en su corazón.
Cualidades de una Diaconisa
• Una mujer responsable e integra: El cargo de
diaconisa lleva aparejadas algunas responsabilidades
delicadas. Requiere que no esquive problemas, que no
pase por encima de las decisiones; que cumpla fiel y
alegremente los deberes; que llegue a tiempo a sus
compromisos, cultos, juntas, visitas y, sobre todo, que
busque la limpieza y la impecabilidad de su alma.
• Una mujer leal a Dios, a su iglesia y a sus dirigentes:
Cualquiera que sea desleal a Dios, a sus dirigentes y a
sus compañeros de trabajo, es indigno de la posición de
confianza que tiene.
La junta de diaconisas
Cuando una iglesia elija varias diaconisas, debe constituirse una
junta de diaconisas, con la directora de diaconisas como presidenta
y otra diaconisa como secretaria. Esta junta tiene autoridad para
asignar funciones a cada una de las diaconisas, y coopera
estrechamente con la junta de diáconos, especialmente en la tarea
de dar la bienvenida a los miembros y los visitantes, y en la
visitación de los hogares (ver manual de iglesia pp. 70-72). Esta
junta servirá también para capacitar e instruir en sus deberes a las
nuevas diaconisas.
Ceremonia de ordenación
Esta ceremonia, igual que la ordenación de los diáconos, debe estar
presidida por un pastor ordenado con credenciales en vigor emitidas por
la asociación. La ceremonia de ordenación tiene que caracterizarse por
su sencillez y debe realizarse en presencia de la iglesia. Cuando se elija
a una diaconisa que ya ha sido ordenada previamente y que se ha
mantenido en plena comunión con la iglesia, no es necesario ordenarla
nuevamente, aunque haya venido trasladada de otra iglesia.
Si al terminar el año eclesiástico la iglesia desea que continúe sirviendo
como diaconisa, tendrá que reelegirla.
Limitaciones de las funciones de las diaconisas
Las diaconisas no están autorizadas a
presidir ninguna de las ordenanzas de la
iglesia, ni las reuniones administrativas,
ni pueden ser oficiantes de una
ceremonia matrimonial, y tampoco
pueden oficiar en la admisión o el
traslado de miembros.
Deberes de la Diaconisa
1. Ayudan en las ceremonias bautismales, preparando las toallas para
las bautizadas, el lugar donde se puedan cambiar (vestideros).
2. Ayudan en el servicio de comunión (la Cena del Señor) preparando
el vino y el pan sin levadura, arreglan la mesa de la comunión, hacen
provisión suficiente de pan y vino y hacen parte de la ceremonia
ayudando a quitar el mantel de la mesa de comunión.
3. Ayudan a mantener limpias las toallas que se utilizan en el rito de
humildad y los manteles y las mesas del rito de comunión.
Deberes de la Diaconisa
4. Cooperan con el aseo y la limpieza de la iglesia cuando la iglesia no tiene
como pagar a una persona que realice el aseo del local usado para la
iglesia.
5. Cuidan y mantienen las propiedades de la iglesia en cooperación con los
diáconos.
6. Saludar y visitar a los visitantes y a los miembros. En muchas iglesias,
las diaconisas colaboran en el saludo a los visitantes y a los miembros en
las reuniones y en la visitación de sus hogares cuando ellos no pueden
asistir a los cultos, cooperan en el cuidado de los enfermos.
7. En las campañas de evangelización cooperan en las comisiones que se les
nombre, que pueden ser ujieres, aseo, oración, registro y estadísticas, etc.

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