Valoración de Flujos de Efectivo Futuros
Valoración de Flujos de Efectivo Futuros
Valoración de Flujos de Efectivo Futuros
efectivo futuros.
¿Cuáles son los principales métodos de
valoración de acciones?
Básicamente, los métodos de valoración de acciones que existen se pueden clasificar en las siguientes
categorías:
Métodos basados en el valor patrimonial: son aquellos que determinan el valor de la compañía en
función de su balance. Por tanto, se trata de una valoración estática, que únicamente tiene en cuenta
la situación de la sociedad en un momento concreto y determinado.
Métodos basados en el descuento de flujos de caja: el valor de la compañía se calcula como el valor
actual neto de sus flujos futuros de dinero. El flujo de dinero o flujo de caja mide la caja generada
por la empresa; se calcula a partir del beneficio neto de la empresa, añadiendo las amortizaciones y
provisiones1, y restando las necesidades de circulante (también llamadas "necesidades operativas de
fondos") y la inversión en activo fijo. Así, este método incide en el potencial de la entidad para
generar recursos.
Métodos basados en ratios bursátiles: el método se basa en valorar una empresa buscando
otras similares (sector, tamaño, etc.) que coticen en bolsa para aplicarles las mismas ratios y
compararlas. La ratio por excelencia es la PER (Precio por acción/Beneficio por acción), si
bien hay otras comúnmente usadas como:
Rentabilidad por dividendo: Dividendo por acción / Precio por acción.
Precio/Valor contable: compara el valor de mercado de la compañía con su valor contable, esto es, indica en qué
proporción valora el mercado el valor en libros de la sociedad.
ROE (Return on Equity o rentabilidad financiera): mide la capacidad de la sociedad para generar beneficios con los
recursos propios de los accionistas (capital social + reservas).
ROE = Beneficios / Fondos Propios.
Deuda/EBITDA: esta ratio incorpora una indicación sobre la capacidad de la entidad de contraer deuda adicional y
de refinanciar la que vence. Es, por tanto, una ratio que mide el nivel relativo de apalancamiento financiero (deuda
contraída). El EBITDA representa el margen o resultado bruto de la explotación, es decir, el beneficio antes de
intereses, impuestos y amortizaciones. Esta ratio nos indica cuántos ejercicios serán necesarios para cancelar toda la
deuda utilizando el resultado de explotación.
Ejemplo.
La cotización de las acciones de una sociedad, que tiene 100 millones de acciones, es de 30 euros por
acción; la sociedad ha obtenido un beneficio (neto de impuestos) de 300 millones de euros en el último
ejercicio.