Cat Reconciliación 2
Cat Reconciliación 2
Cat Reconciliación 2
Nuestra
reconciliación
con Dios
33
Compendio del Catecismo
303. ¿Cuáles son los actos
propios del penitente?
1450-1460
1487-1492
Los actos propios del penitente
son los siguientes: un diligente
examen de conciencia; la
contrición (o arrepentimiento), que
es perfecta cuando está motivada
por el amor a Dios, imperfecta
cuando se funda en otros motivos,
e incluye el propósito de no volver
a pecar; la confesión, que consiste
en la acusación de los pecados
hecha delante del sacerdote; la
satisfacción, es decir, el
cumplimiento de ciertos actos de
penitencia, que el propio confesor
impone al penitente para reparar el
daño causado por el pecado.
Introducción
Miedo, vergüenza, falta de
sinceridad..., son peligros a
evitar en la confesión. Si
somos conscientes de que es
Jesucristo mismo quien
perdona los pecados por medio
del sacerdote, superaremos
mejor esas actitudes que a
ciertos cristianos les retraen de
confesarse.
Baciccio
La piedad (María llorando a Cristo muerto)
1667
Galleria Nazionale d'Arte Antica, Roma
Ideas
principales
1. Condiciones para una buena confesión
Para hacer una buena
confesión son necesarias cinco
cosas:
examen de conciencia,
dolor de los pecados,
propósito de enmienda,
decir los pecados al confesor
y cumplir la penitencia.
Hay que confesarse
procurando vivir bien estas
disposiciones, sin caer en la
rutina, ya que cada confesión
STOMER, Matthias (1600-1650)
es un encuentro personal con
El penitente San Pedro Jesucristo.
2. Examen de conciencia
Es preciso recordar los pecados
mortales cometidos desde la última
confesión bien hecha,
considerando:
los mandamientos de la ley de
Dios,
los de la Iglesia
y las obligaciones del propio
estado.
Si se descubren pecados mortales,
hay que saber la clase de pecado,
las circunstancias que cambian su
especie y el número de veces o al
menos una media aproximada.
Conviene ver también los pecados
veniales.
SHEITS, Matthias
Normalmente el examen debe ser David y Natán
breve, lo que no quiere decir 1672
"superficial". Es más fácil Hamburger Kunsthalle, Hamburg, Alemania
confesarse bien cuando uno se
examina habitualmente.
3. Dolor de los pecados
El dolor puede ser de atrición (por el
castigo o por la fealdad del pecado)
o de contrición (por haber ofendido a
Dios, siendo quien es).
El dolor de contrición o dolor
perfecto, fruto de una ardiente
caridad hacia Dios ofendido, cuando
existe la imposibilidad de confesarse,
reconcilia al hombre con Dios antes
de que de hecho se reciba el
sacramento de la Penitencia. Pero
este dolor no hace superflua la
confesión oral de los pecados, sino
que presupone su deseo y a ella se
ordena por naturaleza.
El dolor de atrición o dolor imperfecto
de suyo no perdona el pecado, pero
es suficiente para recibir el
sacramento de la Penitencia.
EL GRECO (1541-1614)
La penitente Magdalena
Colección privada
4. Propósito de la enmienda
Consiste en la determinación
de no volver a pecar, como se
lo indicó Jesús a la mujer
pecadora: "Anda, y no peques
más" (Juan 8,11).
Aunque no sea posible tener
certeza de que no se ofenderá
más a Dios, hay que estar
dispuesto a poner los medios
para no volver a hacerlo. Esto
lleva a quitar las ocasiones
próximas y voluntarias de
pecado: malas amistades,
lecturas, conversaciones, etc.; BOTTICELLI, Sandro
a poner los medios La lamentación de Cristo
c.1490
sobrenaturales y humanos Alte Pinakothek, Munich
para fortalecer la voluntad y no
volver a pecar.
5. Confesión o acusación de los pecados
Para hacer una buena confesión es
necesario decir todos los pecados al
confesor. Hay que confesar todos los
pecados mortales según su número y
circunstancias importantes.
Por ejemplo, las que cambian la
especie del pecado, que hacen que
en un solo acto se cometan dos o
más pecados específicamente
distintos, como sería el robo con
violencia.
Se cometería un sacrilegio y la
confesión sería inválida, si se callara
un pecado mortal a sabiendas; si se
olvida algún pecado y uno se da
TISSOT, James Jacques Joseph
El retorno del hijo pródigo
cuenta después, queda perdonado
1862 ese pecado pero hay obligación de
Colección privada decirlo en la próxima confesión;
mientras tanto se puede comulgar.
Aunque no es necesario, es muy
conveniente confesar también los
pecados veniales.
6. Cumplir la penitencia
La penitencia impuesta por el
confesor es para satisfacer la
deuda debida a Dios por el
pecado.
Es muy bueno que, además de
cumplirla en seguida, el penitente
procure libremente hacer por su
cuenta otras obras que le ayuden a
sentir y reparar el pecado.
Si teniendo intención de cumplir la
penitencia, luego no se cumple, la
confesión es válida, aunque este
incumplimiento puede ser grave o
leve según los casos.
BOUGUEREAU, William
¡Compasión!
1897
Colección privada
Propósitos de
vida cristiana
Un propósito para avanzar
Aprender a confesarse bien
conforme a las indicaciones
que se dan en el tema o
preguntando al sacerdote,
padres, profesor o catequista,
las dudas que se tengan.
Preparar una buena confesión
y hacerla cuanto antes.