Guadalupee Navarro Prado
Guadalupee Navarro Prado
Guadalupee Navarro Prado
Los mexicanos que contraen matrimonio en el extranjero ante autoridad de otro país dentro de los tres meses de su
llegada a la República Mexicana, tienen que inscribir su acta de matrimonio en el Registro Civil del lugar donde
se domicilien (artículo 161 Código Civil Federal), para que su matrimonio sea reconocido por la ley mexicana
desde la fecha de celebración.
matrimonio celebrado en el extranjero tendrá efectos civiles con carácter retroactivo; es decir, su enlace tendrá
validez desde la fecha en la que se casaron en el extranjero. Si lo hacen después de esos tres meses, la solicitud
también será aceptada, pero solamente contabilizará desde el día en el que se presenten.
CODIGO CIVIL FEDERAL
Tratándose de mexicanos que se casen en el extranjero, dentro de tres meses de su llegada a la República se
transcribirá el acta de la celebración del matrimonio en el Registro Civil del lugar en que se domicilien los
consortes.
Si la transcripción se hace dentro de esos tres meses, sus efectos civiles se retrotraerán a la fecha en que se celebró
el matrimonio; si se hace después, sólo producirá efectos desde el día que se hizo la transcripción.
Federal de México Artículo 161 Código Civil Federal
EL MATRIMONIO EN EL EXTRANJERO SE FORMALIZARA , EN EL
SENTIDO DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES
El matrimonio es válido desde el momento en que firman el acta, se han declarado su amor y hasta han dicho los
más románticos pensamientos de amor cortos, solo es necesario que quede reconocido por las oficinas del Registro
Civil de México.
Tengan en cuenta también que si ambos son extranjeros, no son competencia de las autoridades mexicanas los
matrimonios entre extranjeros celebrados fuera de las fronteras del país.
¿Por qué es importante que sea reconocido en México?
Este paso es crucial, ya que es la forma en la que les serán reconocidos, a ambos, los derechos y obligaciones que
traen consigo el matrimonio en México. Por ejemplo, la contribución al hogar, el cuidado y la educación de los
hijos, la administración de los bienes de la sociedad conyugal, así como también la protección que implica una
situación de viudez o divorcio.
EL APOSTILLAJE