1 - El Proceso de Una Vocación

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Objetivo del curso y materia:

 Presentar el acontecimiento vocacional como


un proceso en el cual es fundamental
conseguir unos objetivos que se realizan a
través del acompañamiento personal y
grupal. Que el alumno adquiera la convicción
de que es necesario cultivar procesos para
poder ayudar a los jóvenes en su camino
vocacional. Que conozcan también cómo se
realizan esos procesos.
 Procesos y estructuras para el
acompañamiento vocacional (05)
El proceso de una vocación
Tema 1
Es la Voluntad de Dios Padre
que, en Cristo, se manifiesta
por el Espíritu Santo como
llamado y espera una
respuesta libre y responsable
de quien lo recibe.
Concepto de Vocación
 Es la Voluntad de Dios, su “sueño”, su designio
de felicidad y salvación (Cf. 1 Tim 2, 4) para c/u.
Es lo que el Padre propone, ofrece y desea en
Cristo por el Espíritu Santo; gracias a Él, es
posible conocerla y discernirla.
 Es un llamado dirigido a la conciencia más
profunda de cada uno, a tal punto que modifica
radicalmente la existencia.
 Es una gracia (Dios llama a quién quiere,
cuando quiere y como quiere, aún cuando quien
lo escucha se sienta indigno).
Concepto de Vocación
 Es personal, pues va dirigido a la persona concreta. Es
integral, porque involucra la totalidad del sujeto y
provoca el crecimiento de todos los aspectos del ser
humano. Abarca toda la historia personal; da una visión
global de uno mismo y permite una respuesta total.
 Es permanente, porque engloba la totalidad de la vida y
es “para siempre”. Es dinámica y exige renovación. Es
carismática y tiene en cuenta los talentos de cada uno.
 Es concreta, es a “algo”. El llamado capacita a la
persona para responder y la hace responsable del
mismo.
Una Vocación, tres dimensiones
vocacionales, tres estados de vida

 La Voluntad de Dios se manifiesta como un único


llamado que posee tres dimensiones: humana o
antropológica, cristiana o bautismal y específica o
eclesial.
 Se manifiesta como un único llamado que presenta
tres estados de vida: laical (matrimonial = realidad),
sacerdotal y religioso (Distinguimos Vocación de
profesión). Desde el bautismo, cada una de ellos es
Vocación a la santidad. Cada una está orientado a la
santidad de los fieles y de la Iglesia misma (Cf. LG
39- 42) (La Vocación a la santidad es el corazón de
LG y su capítulo V). Cada una tiene carácter
misionero.
Procesos:
 De origen latino, el término refiere a un conjunto de acciones
o actividades sistematizadas, coordinadas u organizadas,
que se realizan – alternativa y simultáneamente- con un fin
determinado. El término tiene significados diferentes según la
rama de la ciencia en que se utilice. De la presente definición
destacamos tres elementos: a) hablamos de acciones y
actividades; b) estas se realizan sistemáticamente, en forma
coordinada y organizada; c) persiguen un fin.
 Podemos hablar de procesos psicológicos, pastorales,
espirituales, vocacionales, etc.
 Los procesos vocacionales dependen, directamente, de la
vitalidad de la Iglesia Diocesana en su concreción
territorial (Parroquia) o pastoral (servicio y/o
movimiento).
Procesos
 En términos psicológicos es el camino entre el yo real y
el yo ideal. Su fruto es la identidad personal.
 En términos pastorales distinguimos eventos de
procesos. Los primeros se realizan en un tiempo y lugar
determinado y están dirigidos a grupos o masas. Los
procesos pastorales suponen objetivos, tiempo,
mediaciones y están centrados en las personas. Algunos
incluyen cierto tipo de eventos. Éstos, no siempre forman
parte de un proceso.
 Nos preguntamos: ¿proponemos eventos o procesos
en nuestras pastorales?
 El proceso espiritual es una actitud permanente de
búsqueda y de concreción de la Voluntad de Dios.
Procesos
 El proceso vocacional incluye un tiempo de
búsqueda y de discernimiento, mediaciones,
acciones coordinadas y organizadas, actividades,
opciones, objetivos, propuestas formativas, etc. Ha
de ir acompañado de procesos pastorales y
espirituales previos, paralelos y complementarios.
Supone la fe, presumen la oración y la vida
espiritual. Conduce al servicio, la entrega y el
compromiso. Es un tiempo de crecimiento,
maduración y conversión. El marco del proceso
vocacional es la Iglesia -local y universal- y su
misión. Las acciones y actividades de PV han de
ser, necesariamente, organizadas, coordinadas y
han de tender al bien de la persona y de la Iglesia.
Procesos
El punto de partida es el nacimiento natural y el nacimiento
sobrenatural. El bautismo nos compromete con el estilo de vida de
Jesús, los valores del Reino y una espiritualidad de filiación y
fraternidad. La meta es la realización personal y la santidad. Entre el
punto de partida humano-cristiano y la meta-santidad, se impone un
proceso. En efecto, la Iglesia -asamblea de convocados- ha de
proponer acciones, itinerarios, etapas, que permitan a cada uno ser
lo que Dios pide que sea.
Los procesos vocacionales están íntimamente relacionados con los
catequéticos y juveniles.
El punto de encuentro entre Pastoral Juvenil y Pastoral de las
Vocaciones es la elaboración de un proyecto de vida. ¿Cuándo
proponerlo desde Pastoral Vocacional? Por un lado, Pastoral Juvenil
propone un proceso en tres etapas: nucleación, iniciación-
crecimiento y militancia. Por otro, Pastoral Vocacional también indica
tres etapas: despertar, discernir y acompañar la Vocación (Itaicí).
¿Cuándo tender los puentes?
Nucleación
I____ Iniciación____ Militancia (PJ).
Despertar...
Discernir __Acompañar (PV)
Proceso
Supone:
1) Búsqueda;
2) Huidas y crisis. La vida del hombre es un continuo descubrimiento de sí
mismo, de los otros y de Dios. Este conocimiento progresivo no se va
realizando según nuestros proyectos, sino a través de dificultades,
pruebas y crisis. Ellas tienen la función de “mantenernos despiertos y
activos”. Son períodos vitales. No toda crisis es mala. Tampoco cada
huida. Éstas revelan el núcleo que se está trabajando o que se debería
trabajar. La crisis son normales e inevitables, también en el proceso
vocacional. En la adolescencia-juventud se deben al normal desarrollo, a
factores externos e internos. Una crisis es un estado temporal de trastorno
emocional y desorganización, caracterizado principalmente por la
frustración de las expectativas de la persona sobre su vida. Son
situaciones problemáticas transitorias en las que se resuelven favorable o
desfavorablemente (depende) las oportunidades de la persona en relación
con su futuro. Reclaman una opción. Son oportunidades de crecimiento.
3) Retorno y decisión
4) Maduración
Etapas del proceso (Monterrey)

1ra 2da 3ra


Apertura Crecimiento Desarrollo

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El proceso de una Vocación
 DESCUBRIMIENTO MADURACIÓN CONFIRMACION
 Acogida, búsqueda, opción
 1ra etapa 2da etapa
 Conversión ánimo paz.
 Crecimiento seguridad opción
 Testimonio certeza Ingreso
 Realización
 Retiro de la
 Inicio de la crisis Vocación
 Dificultades.
 Enamoramientos

 Despertar vocacional acompañamiento/discernimiento V. específica

 Promoción inseguridad
 Toma de conciencia de Regreso
 la Vocación; “estado miedos
 vocacional” crisis crecimiento
 PV en general Vocación eclesial abierta
PV específica.
 ________________________________________ Dutra PesSoa
Primera etapa del proceso: despertar
Etapa de búsqueda y descubrimiento vocacional

Nos situamos entre los 16 (15) y 18 años. Pensamos en jóvenes que ya fueron
nucleados, tienen un cierto sentido de pertenencia al grupo, la Parroquia o el
movimiento. Entre la familia -hoy fragmentada- y una compleja red de vínculos
(amigos, compañeros de trabajo y/o estudio, vecinos, profesores, etc.) está el
grupo, capaz de generar vínculos personales. Es un espacio mayor que la familia
y menor que un Centro Educativo. Aporta auto conocimiento, calidad de relación,
conciencia de los problemas sociales, experiencia de trabajo en equipo y de
pequeñas opciones. Aporta la vivencia de un Cristo joven y de una Iglesia Viva.
Desde él se descubre la comunidad mayor, la Parroquia y, desde ésta, la Iglesia.
Se descubre una fe comprometida y se pasa de una visión ingenua e idealista de
la Iglesia a una visión más real, a una experiencia. Se pasa también a la
importante experiencia de hacer análisis de realidad, de ver desde el Evangelio y
de juzgar para el actuar persona o grupal. Se hace la opción por los valores de
Cristo. Esto será fundamental para el proceso vocacional. En esta etapa es
importante descubrir la Pastoral de Adolescentes, la Pastoral Juvenil, o el
movimiento. Por eso es recomendable que los grupos participen de misiones,
servicio a los pobres, campamentos de trabajo, etc., junto a otros grupos. En cada
uno de ellos es fácil observar líderes y jóvenes con inquietudes. El grupo
genera interrogantes y pone a cada uno en actitud de búsqueda. A ellos se les
puede proponer hacer un proceso.
Primera etapa del proceso: despertar

Dos elementos sobresalen durante la primera etapa y constituyen el


despertar vocacional: la búsqueda de uno mismo, de la identidad
personal y el descubrimiento de que cada discípulo “tiene”
Vocación. La psicología moderna opina que la personalidad se forja
entre el nacimiento y los siete años de edad y que, en la adolescencia,
se da “como un nuevo nacimiento”. Lo experimentamos en la vida
pastoral. Se da un descubrimiento y un redescubrimiento de uno mismo,
de los otros y de Dios. Este conocimiento progresivo no es lineal. Se da
a través de dificultades, pruebas y crisis. Durante la adolescencia y la
juventud se consolida la identidad personal. Aparece el tema de la
profesión y de lo que se va a “hacer”. Para ello, se exploran las propias
cualidades, capacidades, potencialidades y se establecen vínculos que
serán importantes para la búsqueda. La motivación principal es a “hacer
algo”, más que a ser alguien. Simultáneamente, comienza la reflexión
sobre el futuro y la Vocación personal. En términos familiares, los
vínculos tienden a clarificarse. En términos espirituales, se da una
primera conversión que lleva al crecimiento y al testimonio.
Etapa del despertar, de búsqueda vocacional

 En esta etapa proponemos ayudar a crecer en la dimensión


humana o antropológica y en la dimensión cristiana o
bautismal de la Vocación. La primera nos lleva a distinguir
profesión de Vocación. Profesión, o vocación con minúscula,
es un aspecto de la vocación, pero no es “la” Vocación. Tiene
relación con el “hacer y el saber hacer”. Supone una actividad
que incluye un período de capacitación -corrientemente en un
centro de estudios especializados- en atención a las cualidades
personales. Se expresa en un título profesional y en muchos
casos, en un grado académico. En términos generales, en una
profesión se integran de manera más o menos armónica los
intereses y las aptitudes personales. Coincidimos con Super
que afirma que la profesión es la realización del concepto que
la persona tiene de sí misma, lo que indica un proyecto de auto-
realización. Tiedman y O´Hara dicen que la profesión es auto-
desarrollo del yo-en-situación. El yo-en-situación sería la
identidad del yo. Aquí ubicamos todas las profesiones:
enfermera, maestro, carpintero, etc.
 Vocación -lo que podríamos llamar Vocación con mayúscula- es el
término que designa una realidad más amplia. Abarca el proyecto
vital, implica el llamado que cada uno recibe de parte de Dios y la
respuesta que da a lo largo de la vida. Determina el ser. La voz de
Dios se manifiesta desde las situaciones históricas, del mundo y
de la cultura contemporánea. A la vez, desarrolla las cualidades y
talentos de la persona. La Vocación es yo-en-situación en el
contexto de la historia de la salvación. Es llamado-Voluntad de Dios
que habla desde la realidad y desde las cualidades que Él mismo
da para la misión. Es respuesta que involucra a la persona y se
realiza en la historia. La escuela de Rulla afirma que la Vocación es
la realización del ideal de sí mismo y no del concepto de uno
mismo que, como ya dijimos, corresponde a una profesión. El yo
ideal es mucho más que un mirarse con auto-aceptación, es
motivación que hace trascender al yo-real para que llegue a ser yo-
ideal o ideal vocacional. El ideal vocacional incluye los ideales
propios y los ideales que la Iglesia tiene para esa Vocación
particular. El paso del yo-real al yo-ideal supone un proceso.
 Constatamos una dificultad durante el proceso y, en
especial, en esta etapa: discernir entre profesión y
Vocación. La elección es entre dos o más profesiones
por un lado y entre dos o más vocaciones por otro.
Aunque las opciones se den simultáneamente, es
distinto elegir entre estudiar ingeniería o abogacía por un
lado y contraer matrimonio con esta o aquella persona.
Tampoco es lo mismo responder a Dios desde el
sacerdocio o desde la vida matrimonial. La búsqueda de
la Voluntad de Dios se ha de hacer, pues, desde
realidades diferentes ya que una afecta el hacer y la otra
al ser.
 Es una etapa propicia para responder al llamado de
integración personal, social y eclesial.
Etapa del despertar, de búsqueda vocacional

 En esta etapa, Pastoral de las Vocaciones puede invitar a que


cada uno se descubra en “estado vocacional”, ante el desafío
de comenzar una búsqueda vocacional en sentido amplio. El
proceso parte de la realidad de cada uno-en-situación. Invita a
la búsqueda y a la construcción de la identidad personal
(¿quién soy?). Genera interrogantes como: ¿qué es la vida?,
¿cómo deseo vivir?, ¿cuál es el sentido de la vida humana y,
en especial, de mi vida? Durante el proceso se ha de con
claridad el concepto de Vocación y de profesión. El segundo
aporte -importante- es ayudar a descubrir los propios talentos,
(¿cómo soy?) pues el proceso lleva a la misión (sentido de
vida), propone la vivencia profunda del amor (¿para quién
vivir?) y se realiza en el tiempo, en lugares concretos y en la
historia. Incluye dos preguntas fundamentales: ¿quién es
Dios? y ¿qué respuesta me hará feliz? Tanto el llamado
como la respuesta se dan en un contexto de fe y a partir del
encuentro con Cristo Vivo
Segunda etapa: discernimiento
Etapa de maduración vocacional
 Es un tiempo de elección y decisión. A él se retorna
dinámicamente a lo largo de la vida. En esta etapa, la sociedad y la
cultura presentan “caminos infinitos”. También, obstáculos y
tentaciones, como: seguir siendo adolescentes, individualismo,
superficialidad o una elección provisoria. Pueden ser obstáculos
para la decisión vocacional: la imagen de Dios, la auto-percepción,
la baja auto-estima, la dificultad para amar o de dejarse amar,
vínculos no sanos no trabajados, el temor a equivocarse o ciertas
condicionantes ambientales. La decisión ha de permitir que cada
uno sea protagonista de su propio futuro. Por eso, es importante
que Pastoral de las Vocaciones ofrezca: un clima de acogida y la
posibilidad del acompañamiento vocacional, de tal manera que el
joven pueda encontrar: ánimo para discernir, ciertas certezas
vocacionales y seguridad. Es la etapa de los primeros retiros, pero
también de las crisis, las dificultades, los noviazgos. A veces,
aparecen síntomas de inseguridad o miedos. Por eso, esta etapa
también es de conversión y crecimiento. `
Tercera etapa del proceso: acompañamiento
Etapa de confirmación y formación inicial
Una Vocación consagrada comienza, por ejemplo, por la
influencia positiva de personas significativas -sacerdote,
religioso/a, educador, o madre- por una experiencia de fe
“fundante” como la misión o el voluntariado, una situación límite
que ayuda a reflexionar, una lectura, un retiro, el ingreso de un
amigo a la casa de formación, etc. La motivación inicial, que
antes permanecía unida a otras motivaciones, ahora se hace
clara y el núcleo integrador de la personalidad. Algunas
motivaciones iniciales deberán clarificarse, purificarse o
completarse con el tiempo.
Recuerdo a “A” que ingresó a una casa de formación pensando
que era la única forma de seguir a Cristo en profundidad.
Progresivamente descubrió el valor de cada Vocación y el que
todas ellas son formas de seguir a Cristo. Fue así tomando
conciencia de que realmente el Señor lo llamaba al sacerdocio.
Su motivación inicial se había clarificado y purificado.
El proceso de una Vocación
 Pasa por varias etapas.
 1) Se caracterizado por la presencia de Dios y por el llamado. Es un
proceso espiritual “en Cristo” (Cf. Gamarra).
 2) Es un proceso que incluye mediaciones. El Misterio de la
Encarnación sitúa al cristiano ante la realidad de las mediaciones y
ante su valor. La experiencia vocacional es un proceso hecho de
mediaciones. Todo esto indica la necesidad de una educación en las
mediaciones para entender el proceso de la vida cristiana:
«Levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que tienes que hacer»
(Hech 9,6; 22,10). La referencia a las mediaciones será permanente.
 3) Es un camino de hermanos. La realidad comunitaria es esencial
al proceso.
 4) Es un proceso que lleva a la plenitud, a “encontrarla” (Cf. Mc 8,
35; Mt 16, 25), pero perdiéndose en Jesús. La kénosis, que es una
realidad constante en el proceso cristiano y en la experiencia
vocacional se concreta en varias formas de no-posesión.
El proceso de una Vocación
 5) El proceso espiritual y vocacional es una travesía
pascual, en la que se vive una tensión progresiva entre el
“ya” del resucitado y el “todavía no” de quien gime
anhelando la liberación definitiva: Esta vivencia pascual
con su tensión correspon­diente lleva a la maduración de
la Vocación.
 6) Es un proceso de gracia, de acogida de un don que va
transformando a la persona. La receptividad caracteriza
al proceso. La experiencia no puede prescindir de la
gratuidad como un dato radical.
 Una dificultad: a muchos jóvenes les cuesta hacer un
proceso (en la cultura del “ya”). A veces, hacen
opciones paralelas al proceso y sin medir sus
consecuencias.
 Pero, cada uno ha hecho su “proceso” y en cada uno se
ha manifestado la Gracia.
Trabajo en grupos
1) ¿Comúnmente, proponemos eventos o procesos
pastorales?
2) ¿Proponemos a nuestros adolescentes y jóvenes elaborar
un proyecto de vida que integre el desafío de ser personas
y discípulos?

3) ¿Qué etapas percibimos en los procesos


vocacionales que proponemos y
acompañamos?
4) ¿Cuáles podríamos proponer?

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