0himnario 2014
0himnario 2014
0himnario 2014
Oí bendita historia,
De Jesús quien de su gloria,
Al Calvario decidió venir
Para salvarme a mí.
Su sangre derramada
Se aplicó feliz a mi alma,
Me dio victoria sin igual
Cuando me arrepentí.
Ya tengo la victoria,
Pues Cristo me salva.
Buscóme y compróme
Con su divino amor.
Me imparte de su gloria,
Su paz inunda mi alma;
Victoria me concedió
Cuando por mí murió.
Oí que en amor tierno,
Él sanó a los enfermos;
A los cojos los mandó correr,
Al ciego lo hizo ver.
Entonces suplicante
Le pedí al Cristo amante,
Le diera a mi alma la salud
Y fe para vencer.
Ya tengo la victoria,
Pues Cristo me salva.
Buscóme y compróme
Con su divino amor.
Me imparte de su gloria,
Su paz inunda mi alma;
Victoria me concedió
Cuando por mí murió.
Oí que allá en la gloria,
Hay mansiones de victoria,
Que su santa mano preparó
Para los que él salvó.
Espero unir mi canto
Al del grupo sacrosanto,
Que victorioso rendirá
Tributo al Redentor.
Ya tengo la victoria,
Pues Cristo me salva.
Buscóme y compróme
Con su divino amor.
Me imparte de su gloria,
Su paz inunda mi alma;
Victoria me concedió
Cuando por mí murió.
Vida Abundante
Vida abundante Jesús ofrece,
Vida triunfante de día en día;
El es la fuente de vida eterna
que brota siempre en mi corazón.
En la cruz murió mi Jesús;
Con su muerte vida me dio;
Por su gracia me transformó
Y la vida abundante me concedió.
Vida abundante Jesús ofrece,
Vida triunfante de día en día;
El es la fuente de vida eterna
que brota siempre en mi corazón.
La mujer que fue y tocó
El vestido del Señor;
Por su fe salud recibió
Y la vida abundante Jesús le dio.
Vida abundante Jesús ofrece,
Vida triunfante de día en día;
El es la fuente de vida eterna
que brota siempre en mi corazón.
En la cruz pidió el malhechor
De su alma la salvación;
Vida eterna pudo alcanzar,
Pues la vida abundante Jesús le dio.
Vida abundante Jesús ofrece,
Vida triunfante de día en día;
El es la fuente de vida eterna
que brota siempre en mi corazón.
Visión Pastoral
Eran cien ovejas, las de su rebaño;
Eran cien ovejas que amante cuidó,
Pero una tarde al contarlas todas
Le faltaba una, le faltaba una y triste
lloró.
Las noventa y nueve dejó en el
aprisco,
Y por la montaña a buscarla fue;
La encontró llorando, temblando de
frío;
Ungió sus heridas, la cargó en sus
hombros y al redil volvió.
Esta antigua historia vuelve a
repetirse;
Hay aún ovejas que errabundas van;
Con el alma rota van por los
collados,
Temblando de frío, vagando en el
mundo, sin Dios y sin luz.
Pero todavía existen pastores
Que por la montaña a buscarlas van,
Y cuando las hallan las traen al
camino,
Al camino bueno, la verdad y vida
que es Cristo el Señor.
Si tú eres un alma que sufre
angustia
De sentirse sola en cruel lobreguez,
Hoy te traigo nuevas, nuevas de
gran gozo;
Es el evangelio que salva y redime y
te da la luz.
Sea en la montaña o en la cumbre
agreste,
Ya fuera en el valle o en abismo
cruel,
Cristo el buen Pastor quiere en
pastos verdes
Confortar tu alma, vendar tus
heridas y darte la paz.
Vivo por Cristo
Vivo por Cristo, confiando en su
amor,
Vida me imparte, poder y valor;
Grande es el gozo que tengo por él,
Es de mi senda Jesús guía fiel.
¡Oh Salvador bendito!
Me doy tan sólo a ti,
Porque tú en el Calvario
Te diste allí por mí;
No tengo más maestro,
Yo fiel te serviré,
A ti me doy, pues tuyo soy
De mi alma eterno Rey.
Vivo por Cristo, murió pues por mí;
Siempre servirle yo quisiera aquí;
Porque me ha dado tal prueba de
amor
Quiero rendirme por siempre al
Señor.
¡Oh Salvador bendito!
Me doy tan sólo a ti,
Porque tú en el Calvario
Te diste allí por mí;
No tengo más maestro,
Yo fiel te serviré,
A ti me doy, pues tuyo soy
De mi alma eterno Rey.
Vivo por Cristo doquiera que esté,
Ya por su ayuda sus obras haré;
Pruebas hoy llevo con gozo y amor,
Pues veo en ellas la cruz del Señor.
¡Oh Salvador bendito!
Me doy tan sólo a ti,
Porque tú en el Calvario
Te diste allí por mí;
No tengo más maestro,
Yo fiel te serviré,
A ti me doy, pues tuyo soy
De mi alma eterno Rey.
Vivo sirviendo, siguiendo al Señor;
Quiero imitar a mi buen Salvador.
Busco a las almas hablándoles de él,
Y es mi deseo ser constante y fiel.
¡Oh Salvador bendito!
Me doy tan sólo a ti,
Porque tú en el Calvario
Te diste allí por mí;
No tengo más maestro,
Yo fiel te serviré,
A ti me doy, pues tuyo soy
De mi alma eterno Rey.
Ya Pertenezco a Cristo
Cristo el Señor me ama por siempre,
Mi vida guarda él tiernamente.
Vence el pecado, cuida del mal.
Ya pertenezco a él.
Ya pertenezco a Cristo,
Él pertenece a mí.
No sólo por el tiempo aquí,
Mas por la eternidad.
Cristo bajó del cielo a buscarme;
Cubierto de pecado encontróme:
Me levantó de vergüenzas mil.
Ya pertenezco a él.
Ya pertenezco a Cristo,
Él pertenece a mí.
No sólo por el tiempo aquí,
Mas por la eternidad.
Gozo indecible inunda mi alma.
Ya libertado estoy y mi vida
Llena está de felicidad.
Ya pertenezco a él.
Ya pertenezco a Cristo,
Él pertenece a mí.
No sólo por el tiempo aquí,
Mas por la eternidad.
Yo Canto el Poder de Dios
Yo canto el poder de Dios,
Del Creador, Jesús;
Con su potente voz habló
Y apareció la luz.
Yo canto el poder de aquel
Que en alto puso el sol,
En la pradera el clavel,
En playa el caracol.
Yo canto la bondad de quien
Los árboles plantó;
El mar mantiene en su nivel,
Los pájaros creó.
La maravilla de su amor
La observo por doquier,
Ya mire al cielo en su esplendor
O al oscurecer.
Tus glorias proclamadas son
Por cuánto aquí se ve:
La flor, el viento y el gorrión,
La risa del bebé.
Bien sé que en tu presencia estoy,
Que tú conmigo vas,
Y si al confín del mundo voy,
Tú, Dios, conmigo estás.
Yo Ciego Fui
Yo ciego fui, no pude ver
Gracia en tu rostro herido allí.
Pero ahora la gloria de tu bella faz
Me alumbra y me cambia, Señor, a
mí.
Yo sordo fui, no pude oír
Las melodías de tu voz.
Pero ahora te oigo y me gozo en ti
Y tus palabras preciosas son.
Yo mudo fui, no pude hablar
La gracia y gloria de tu ser.
Pero ahora mis labios te alabarán
Pues me has tocado con tu poder.
Yo muerto fui, no pude hacer
Que mi alma muerta vaya a ti.
Pero ahora que me diste vida a mí
Del mal la victoria tengo sí.
Al ciego has hecho ver, Señor,
Al sordo oír y al mudo hablar.
Al muerto vivificas tú,
Y me libras de mi cautividad.
Yo Quiero Ser Fiel
A los que son sus hijos
Dones les da el Señor;
Y lo que él me ha dado
Es para su labor.
Yo quiero servirle, ser fiel y luchar,
Y ser verdadero en todo lugar,
Ser fiel yo deseo en tempestad,
Un siervo de Cristo con su lealtad.
Vivir por Cristo quiero,
Gozarme en su amor.
Anhelo que me diga:
“Fiel y buen servidor.”
Yo quiero servirle, ser fiel y luchar,
Y ser verdadero en todo lugar,
Ser fiel yo deseo en tempestad,
Un siervo de Cristo con su lealtad.
Si a Jesús servimos,
Sea en humildad,
Y si obedecemos,
Oiremos su llamar.
Yo quiero servirle, ser fiel y luchar,
Y ser verdadero en todo lugar,
Ser fiel yo deseo en tempestad,
Un siervo de Cristo con su lealtad.
Yo Quiero Vencer
Yo quiero vencer, yo quiero triunfar
Por fe en mi Cristo;
Yo quiero obtener, Yo quiero
alcanzar
Corona en el cielo.
Quiero obedecer, fiel siempre servir
A mi Salvador;
Yo quiero vencer, Yo quiero triunfar
Por fe en mi Señor.
Yo quiero vencer, Yo quiero triunfar
Por fe en mi Señor.
Anhelo ir en pos, muy cerca de Dios
Por toda la vida;
Y ante su altar ansío llevar
Otra alma perdida.
¡Qué dicha será ver siempre la faz
de mi Redentor!
Yo quiero vencer, y corresponder a
su gran amor.
Yo quiero vencer, y corresponder a
su gran amor.
Por fe en mi Jesús hoy vivo en la luz
Que lleva al cielo;
No habré de temer, pues Cristo ha
de ser
mi eterno consuelo.
Yo quiero sentir placer de servir
Con abnegación;
Yo quiero triunfar y siempre morar
Allá en su mansión.
Yo quiero triunfar y siempre morar
Allá en su mansión.
Yo Sé a Quién He Creído
No sé por qué la gracia del Señor
Me hizo conocer;
Ni sé por qué su salvación me dio
Y salvo soy por él.
Mas yo sé a quién he creído,
Y es poderoso para guardarme
Y en ese día glorioso
iré a morar con él.
No sé por qué la gracia del Señor
En mí por fe se demostró;
Ni sé por qué si sólo creo en él,
La paz encontraré.
Mas yo sé a quién he creído,
Y es poderoso para guardarme
Y en ese día glorioso
iré a morar con él.
No sé por qué el Espíritu de Dios
Convence de pecar;
Ni sé por qué revela al pecador,
Cuán negra es la maldad.
Mas yo sé a quién he creído,
Y es poderoso para guardarme
Y en ese día glorioso
iré a morar con él.
No sé la hora en que el Señor vendrá;
De día o en oscuridad;
¿Será en el valle o en el mar,
Que mi Jesús vendrá?
Mas yo sé a quién he creído,
Y es poderoso para guardarme
Y en ese día glorioso
iré a morar con él.
Yo Sólo Espero Ese Día
Yo sólo espero ese día
cuando Cristo volverá,
Yo sólo espero ese día
cuando Cristo volverá.
Afán y todo trabajo
para mí terminarán,
Cuando Cristo venga,
a su reino me llevará.
Cuando Cristo venga,
a su reino me llevará.
Ya no me importa que el mundo
me desprecie por doquier,
Ya no soy más de este mundo
soy del reino celestial.
Yo sólo espero ese día
cuando me levantaré
De la tumba fría
con un cuerpo ya inmortal.
De la tumba fría
con un cuerpo ya inmortal.
Entonces allí triunfante
y victorioso estaré,
A mi Señor Jesucristo
cara a cara le veré.
Allí no habrá más tristezas,
ni trabajos para mí,
Con los redimidos
al Cordero alabaré.
Con los redimidos
al Cordero alabaré.
Yo Te Seguiré
Yo te seguiré, Maestro
Por donde guíe tu luz.
Por el valle o tormenta,
Siguiendo siempre tu cruz.
Descanso en ti, creo en ti,
Mi vida entera te doy.
Yo te seguiré, Maestro,
Mi vida dirige hoy.
Viviré por ti, Maestro
En este mundo sin Dios.
Débil soy mas tú eres fuerte,
De ti yo sigo en pos.
Descanso en ti, creo en ti,
Mi vida entera te doy.
Yo te seguiré, Maestro,
Mi vida dirige hoy.
Todo entrego a ti, Maestro
Sin retener nada en mí.
En tu altar yo me consagro
En sacrificio a ti.
Descanso en ti, creo en ti,
Mi vida entera te doy.
Yo te seguiré, Maestro,
Mi vida dirige hoy.