El Arte de Hablar

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EL ARTE DE HABLAR

Basado en los textos: “El arte de hablar bien y con


persuasión” de Jagot; Paul, C. (1998). Y “El arte de
Comunicar” Hernández; Guerrero A. y García; Tejera M.
(2015)

Por: Larrea Ponce Anthony Williams


INTRODUCCIÓN
■ En la actualidad es fundamental saber expresarse, saber comunicarse, en
pocas palabras saber hablar; ya que en todo ámbito es necesario poder
expresar en forma clara y concisa, lo que pensamos, deseamos, sentimos o
queremos; ya que a la vez esto garantiza poder establecer relaciones
acordes y duraderas y a la vez fortalecer vínculos que mejoren nuestro
desarrollo personal.
■ Lamentablemente no todas las personas dominan una adecuada habilidad
para hablar o expresarse de manera idónea; ya sea por falta de
entrenamiento, falta de cultura, de una apropiada articulación o poco deseo
de hacerlo bien; o en algunos casos desconocimiento del mismo y su poca
importancia en las relaciones sociales, profesionales, académicas, etc.
CAPÍTULO I: ORIENTACIONES GENERALES
■ Según el Instituto terapéutico de Madrid; nos explican lo siguiente: Es
fascinante cómo hemos llegado a dominar la comunicación, el lenguaje.
Esta es una habilidad tremendamente compleja y, sin duda,
exclusivamente humana, pero la llevamos a cabo con total soltura y sin ni
siquiera darnos cuenta. Expresarnos retóricamente tiene grandes ventajas,
como poder transmitir ideas, sentimientos y sensaciones complejas o
nuevas utilizando otros términos que resultan más simples o ya son
conocidos. De esta manera, por ejemplo, hablamos de “mariposas en el
estómago” para hacer referencia a la parte fisiológica de una emoción
elicitada o de “perder un tornillo” para dar cuenta de un comportamiento
anómalo. No obstante, la forma en la que manejamos el lenguaje no sólo
facilita la expresión de nuestro “mundo interior” y ayuda a la comprensión
del de los otros, sino que influye en la manera en que estructuramos el
conocimiento y la experiencia diaria.
CAPÍTULO I: ORIENTACIONES GENERALES
■ Quienes trabajamos en el ámbito clínico, de hecho, necesitamos a menudo
hablar de forma figurada, pues en ocasiones esto es lo más terapéutico Sin
embargo, en otras muchas dificulta la terapia. Cuando los clientes emplean
términos como “represión”, “bloqueo”, “herida abierta” u otros tantos términos
del lexicón popular, los psicólogos hemos de moldear esa expresión hacia otra
más adecuada para favorecer el cambio que se pretende conseguir. Pero, como
comentábamos, aunque en nuestro día a día e incluso en sesión la retórica
puede tendernos la mano, en el campo académico nos come el brazo. Y es que
las formas de hablar en psicología han ido demasiado lejos, han traspasado el
horizonte y gozan de un puesto fijo en su acervo de conocimientos, son
empleadas formalmente para describir el comportamiento.
■ También cuantas veces habremos escuchado que una imagen vale más que mil
palabras. Por ejemplo, una persona que mira constantemente el reloj,
principalmente suelen ser por dos motivos, o está esperando a alguien, o le
aburre mucho la situación. Por supuesto, siempre hay que tener en cuenta que
también depende mucho de la situación y contexto en que nos encontremos.
CAPÍTULO I: ORIENTACIONES GENERALES
■ También Picó Vila, David. (2013); en la Revista Cuadernos Gestalt; nos señala algunos
alcances:
■ En el campo de la psicoterapia también nos resulta más fácil relacionarnos con cosas
que con procesos. Nos es más fácil lo discreto que lo continuo. En la carrera de
Psicología el tema de la voz apenas se trata. Tampoco en las formaciones y en la
literatura de terapia gestalt. Sabemos mucho más sobre los aspectos verbales de la voz
(qué decimos paciente y terapeuta, con qué giros verbales, con qué palabras exactas)
que sobre los no verbales (el propio sonido).
■ Hablar con diferentes tonos, son recursos que se utilizan a veces en psicoterapia pero
suelen tener una presencia marginal. O están, pero no de forma muy consciente. La
información que nos llega del paciente a través de la calidad de su voz en cada momento
forma parte a menudo de lo que “intuimos”: lo sentimos más que lo podemos pensar.
Nuestros tonos de voz como terapeutas ante nuestros pacientes surgen de nuestra
presencia en cada momento, de nuestra actitud y nuestras intenciones. Sin embargo,
solemos ser más conscientes de nuestra posición corporal, nuestra expresión facial o
nuestras sensaciones internas, que del timbre de nuestra voz y sus matices. Sabemos
cómo mostrar una postura erguida o tranquila, pero nos suele costar más modular
nuestra voz.
CAPÍTULO I: NOCIONES FUNDAMENTALES
Paul C.Jagot (Ed. 1998) en su libro “El arte de hablar bien” nos señala lo siguiente:
■ Adquirir seguridad: A ciertas personas les faltan más o menos las ideas, las palabras, el
sentido de la construcción de las frases; a otras es sencillamente la seguridad lo que les
falta.
■ Ser claro y preciso: El que habla sin rodeo, se encuentra de pronto ventajosamente situado.
■ Saber sostener la controversia: Poseer la osadía, la claridad, la precisión es, además,
hallarse en situación de sostener el propio punto de vista, sin dejarse desconcertar, sin
doblegarse, en las inevitables respuestas que deban darse en las discusiones que a cada
paso surgen.
■ Conversar con atractivo: Es un deseo bien legítimo el de tomar parte de una manera
honorable y atrayente en la conversación.
■ Causar buena impresión: El hablar bien es actuar sobre sí mismo, vencer la propia
espontaneidad, obligarse al cuidado de la rectitud, a una intención minuciosa, a un
esfuerzo de discernimiento del alcance de los términos empleados en la conversación.
■ Influir: No es menos deseable el saber influir en el pensamiento, en las disposiciones de
aquellos que nos rodean.
CAPÍTULO I: NOCIONES FUNDAMENTALES
José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (2015) en su libro “El arte de
comunicar” nos señalan:
■ Charlar: Charlar es establecer un contacto afectivo con los interlocutores mediante las
palabras.
■ Hablar: Aunque este término posee también un significado general y los usamos para designar
cualquier tipo de uso lingüístico, en el ámbito de la comunicación solemos reservarlo para
referirnos a la transmisión de información.
■ Expresar: Expresar es descubrir el propio mundo interior. Es manifestar, de manera consciente,
intencionada o involuntaria, las sensaciones, los pensamientos o los sentimientos.
■ Convencer: Esta operación tiene por objeto mostrar y demostrar una verdad. Mediante la
convicción, por lo tanto, se pretende que el destinatario acepte una propuesta, llegue a una
conclusión a través de un razonamiento científico o de una argumentación lógica.
■ Persuadir: La persuasión posee un carácter más global y en ella intervienen, sobre todo, los
procedimientos emotivos.
■ Rebatir: La acción de rebatir se propone rechazar las propuestas y las tesis del oponente o
contrincante
CAPÍTULO I: NOCIONES FUNDAMENTALES
■ Disuadir: La acción de disuadir se dirige al destinatario y se propone hacerle cambiar de
opinión, de actitudes o de comportamientos.
■ Argumentar: Consiste en dotar de pruebas razonables y de argumentos sólidos a las
propuestas. Esta operación es el objeto preferente de la Dialéctica.
■ Conmover: Esta tarea se orienta hacia la sensibilidad y, sobre todo, hacia la afectividad de
los oyentes: consiste en estimular los sentimientos hacia un objeto, persona o acción.
■ Comunicar: La comunicación es el nivel más elevado de lenguaje oratorio y constituye su
función suprema. Engloba y culminan diferentes operaciones. La comunicación establece un
contacto, descubre los sentimientos, transmite información, favorece el intercambio de
valores y la nivelación de estimaciones: la comunicación nos une y nos reúne.
CAPÍTULO II: CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS
Paul C. Jagot (Ed. 1998) en su libro “El arte de hablar bien nos señala lo siguiente en sus Primeros
ejercicios reeducativos:
■ Domine sus espontaneidades verbales: Lo primero que hay que hacer es un esfuerzo de intervención
para llegar a hablar como le gustaría hacerlo, empiece por someter a su voluntad todas las
manifestaciones de sus mecanismos verbales que al presente le son asequibles.
■ Adopte una actitud resuelta: Hasta en los más medrosos hay latencias de valor; de igual modo entre
los más tímidos existen virtualidades de audacia. Las fórmulas deberá construírselas cada uno a su
gusto, precisando sus propias necesidades. A título de indicaciones, he aquí algunas:
– No seré tímido; no estaré nervioso al hablar a quienquiera quesea.
– Me sentiré perfectamente a gusto en cualquier circunstancia.
– Mi voluntad es fuerte; puedo y quiero hablar a todos en tono de seguridad.
– Hablo con gusto en cualquier lugar y a cualquier persona.
– Tengo sangre fría, calma y lucidez por mucha que sea la importancia de la persona que m e
hable.
– Soy invulnerable a la influencia de otro; me encuentro muy a gusto en una reunión numerosa.
– Domino perfectamente mis impresiones.
– Mi elocución se hace cada día más fácil y más clara.
CAPÍTULO II: CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS
■ Precise y frasee correctamente sus pensamientos, incluso cuando esté solo.
■ Escuche: escuche con atención a aquellos que hablan bien y busque las ocasiones de educar
así su memoria auditiva. En tal sentido es excelente asistir a conferencias, a discursos, a
comedias, tragedias clásicas, a sermones, a pleitos y discusiones entre oradores de valía.
■ Preste atención al exacto significado de las palabras:
Para expresar sus pensamientos con precisión, son necesarios dos recursos:
1°disponer de un número de palabras suficientes;
2°conocer exactamente el significado de cada una de ellas, a fin de utilizarla tan sólo
cuando a ello haya lugar, excluyendo otras palabras de acepción análoga pero no idéntica.
■ Estúdiese: La base de todo progreso personal consiste en una especie de auto vigilancia
mediante la cual se busca el darse cuenta de las propias insuficiencias, a fin de poner
enseguida remedio a cada una.
■ El papel del saber: No encontramos nada que decir mientras no poseemos suficientes
conocimientos de los asuntos de que se pueden hablar en nuestra presencia.
CAPÍTULO II: CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS
■ Utilice sus conocimientos para hablar, no hable para hacer uso de sus conocimientos:
■ Tenga en cuenta el nivel intelectual de cada uno.
José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (2015) en su libro “El arte de
comunicar” nos señalan:
■ Sólo debemos decir aquellas cosas que interesan a los oyentes.
■ No debemos hablar sin conocer los intereses de los oyentes.
■ Hablar es actuar: Hablar en público es una tarea difícil, compleja y arriesgada. Hablar bien es
una destreza cuya adquisición supone algunas dotes naturales, es una pericia que, además de
reflexión, esfuerzo y disciplina.
■ Escuchamos el discurso “en cuerpo y alma”: Como es sabido, no es lo mismo "oír" que
"escuchar". Oímos con el oído y escuchamos con todos los sentidos y con todas las facultades,
con la memoria, con el entendimiento y con la voluntad; con la mente y con el corazón.
■ Necesidad de aprendizaje: Hemos de tener suficientemente claro que la habilidad comunicativa
o el arte de hablar se aprende, pero también hemos de rechazar la idea ingenua de que existen
fórmulas mágicas para aprender a hablar en público y para llegar a ser un comunicador.
CAPÍTULO II: CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS
■ La práctica no es suficiente: La práctica por sí sola no perfecciona la actividad, no corrige los
defectos. Conocemos a algunas personas que, a pesar de estar hablando toda la vida, siguen
hablando mal.
■ Aprendemos mediante la crítica: La persona que busca aprender el arte de hablar; ha de ser un
receptor atento, un oyente respetuoso y, además, un observador de la vida, de los
comportamientos, de las actitudes, de las mentalidades, de las inquietudes.
■ La construcción de un modelo idea: La práctica se mejora y se perfecciona mediante la
imitación de unos modelos que han de ser atractivos, asequibles y estimulantes.
■ Captar la benevolencia: Es una condición previa a la transmisión de los mensajes y una
exigencia ineludible de la eficacia comunicativa. Entendemos y aplicamos el término
"benevolencia" en su significado etimológico y en su valor psicológico.
■ Plantear problemas: Para estimular la curiosidad el orador podrá plantear problemas y formular
preguntas a condición de que posteriormente los resuelva de forma correcta y las responda de
manera adecuada ya que, en el caso contrario, generaría en los oyentes irritantes frustraciones
CAPÍTULO II: CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS
■ Despertar el interés: El interés del oyente por el contenido del discurso constituye uno de los
factores determinantes de su presencia en el acto, un estímulo para su atención y una clave
para su interpretación y para su valoración.
■ Atraer y mantener la atención: A veces, la voluntad y el esfuerzo atraen sobre ellos la atención
y, por lo tanto, distraen de su objeto inicial. La atención, más que una iniciativa del sujeto, es su
respuesta a un estímulo: la atención hemos de atraerla y mantenerla.
■ Tranquilizar los ánimos: Para recibir, entender, interpretar y valorar lo que alguien nos dice, es
necesario tener el ánimo sereno y distendido.
■ Inspirar credibilidad: Hemos de ser conscientes de que un discurso convence y persuade más
que por la coherencia de los argumentos o por la fuerza de las comparaciones; que por la
credibilidad que inspira la persona que habla.
■ Crear un clima de empatía.
CAPÍTULO III: NOCIONES BÁSICAS Y CONCEPTOS
José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (2015) en su
libro “El arte de comunicar” nos dicen:
■ El ser humano es lenguaje: Los lenguajes son los soportes de nuestros
pensamientos. Podemos afirmar que, cuando hablamos, más que decir lo que y
como pensamos, pensamos lo que y como hablamos.
■ La comunicación: El hombre piensa gracias al lenguaje. Los lenguajes son los
soportes de nuestros pensamientos.
■ La voz: De la voz podemos decir como de la cara: "es el espejo del alma... y del
cuerpo". Por la voz conocemos el sexo, la edad, la procedencia, el estado de
salud y el estado de ánimo. Debemos tener en cuenta:
– Claridad de articulación: Para que la voz ejerza la función significativa,
para que la comunicación sea eficaz, cómoda y económica, es necesario
que la articulación de los sonidos sea correcta, precisa y clara
CAPÍTULO III: NOCIONES BÁSICAS Y CONCEPTOS
Paul C. Jagot (Ed. 1998) en su libro “El arte de hablar bien añade lo siguiente:
■ La voz: Es preciso, pues, hablar con una tonalidad media. Es necesario ejercitarla con ejercicios
de dicción y articulación para una adecuada modulación. En cuanto a ello se puede agregar:
– La articulación: Articular bien es pronunciar distintamente todas las consonantes. Esto
permite, entre otras cosas, hacerse comprender claramente incluso cuando se habla en voz
muy baja.
– Mecanismos de la influencia verbal: Usted puede, pues, influir sobre cualquiera no digo
dominar a cualquiera modificando más o menos sus disposiciones.
– De la repetición: La repetición de las mismas palabras, he escrito en una exposición
precedente de las leves de la influencia personal, puede fatigar, imitar o afectar cada vez
menos.
■ La conversación:
– Nociones psicológicas: El placer puro y sencillo conduce a que entablen conversación,
individuos a quienes la semejanza de puntos de vista aproxima. Con sus diversas
ocurrencias, la conversación estimula el pensamiento y le provee de elementos nuevos.
CAPÍTULO III: NOCIONES BÁSICAS Y CONCEPTOS
– Actitud general: Cuando se haya dado cuenta del nivel, de la mentalidad, de
las tendencias de cada persona asociada a una conversación, sabrá de qué
hablar: cómo hablar para hacerse atrayente y atractivo.
– El papel del saber: Cualesquiera que sean el nivel intelectual de los
interlocutores y el tema de la conversación, su saber resultado del estudio,
de la observación.
– El papel del saber: Cualesquiera que sean el nivel intelectual de los
interlocutores y el tema de la conversación, su saber resultado del estudio,
de la observación.
– El “self control”: Cuando se halle solo, acostúmbrese a dominar sus
impulsos, a gobernarse según su juicio reflexivo. La obra de este último
adquirirá autoridad, influencia, y su poder persistirá en presencia de otro.
CAPÍTULO IV: CONSIDERACIONES
José Antonio Hernández Guerrero y María del Carmen García Tejera (2015) en su libro “El
arte de comunicar” nos explican lo siguiente:
■ ¿Cuáles son las destrezas que ha desarrollar alguien desea hablar bien?
– Suscitar la curiosidad de los oyentes
– Generar preguntas
– Despertar su interés
– Mantener su atención
– Explicar con claridad un asunto
– Transmitir mensajes
– Propiciar la aceptación de propuestas
– Lograr la identificación con proyectos
– Estimular compromisos
– Cambiar las actitudes
– Mover a la acción.
CAPÍTULO IV: CONSIDERACIONES
■ ¿Dónde se apoya la eficacia comunicativa?
– Su integridad, que genera la convicción de que, aunque pueda equivocarse, no nos engañará.
– Su coherencia entre su discurso y sus comportamientos.
– Su equilibrio emocional y su capacidad de empatía.
– Su competencia profesional, que transmite la convicción de que habla de lo que sabe, de lo que
ha aprendido por el estudio o por la experiencia.
■ ¿Cuáles son los rasgos principales que definen a alguien que habla bien?
– Actitud abierta y crítica frente al entorno,
– Adaptabilidad a las diversas condiciones del medio,
– Capacidad de reacción,
– Posibilidad de percibir cambios en su campo perceptivo,
– Interés y predilección por lo nuevo
– Persistencia y confianza en la solución de los problemas,
– Fuerza del “yo”
– Aceptación de sí mismo,
– Autonomía personal e independencia de juicio,
– Rapidez para producir ideas,
– Flexibilidad de pensamiento,
– Capacidad de análisis y de síntesis
CAPÍTULO IV: CONSIDERACIONES
■ ¿Cuándo podemos afirmar que un comunicador ha hablado bien?
Por escasos que sean nuestros conocimientos teóricos y técnicos sobre la comunicación, todos los
oyentes advertimos cuándo un hablante se comunica bien o cuándo, por el contrario, lo hace mal.
En contra de lo que nos ocurre con otras artes como, por ejemplo, con la pintura, con la escultura,
con la arquitectura o con la música, nos resulta fácil diagnosticar el grado de competencia
comunicativa de los diferentes profesionales de la palabra.
■ ¿Qué cualidades son indispensables en la persona que habla bien?
– Una voluntad decidida de llegar a ser comunicador.
– Una agudeza introspectiva suficiente para analizar el significado
de sus experiencias.
– Curiosidad por conocer los sucesos de actualidad.
– Habilidad para descubrir las expectativas de los destinatarios.
– Amor a la palabra clara, transparente y exacta.
– Deseos de seguir creciendo.
– Sensibilidad solidaria.
CAPÍTULO IV: CONSIDERACIONES
■ ¿Qué destrezas debe desarrollar; tanto verbales como no verbales?
Destrezas no verbales:
– Saber callar y administrar hábilmente las presencias y las ausencias, las
actuaciones y las inhibiciones, las pausas y los silencios.
– Saber escuchar atentamente, interpretar adecuada- mente y valorar con
rigor los interrogantes, las expectativas y demandas explícitas o implícitas
de los destinatarios de sus discursos.
– Prestar atención para leer las expresiones de los rostros.
– La autocrítica serena y permanente.
– La elección de diferentes modelos de identificación
– El hábito de analizar críticamente las intervenciones de los comunicadores
profesionales.
– La paciencia y la tenacidad para progresar de manera gradual y continua
CAPÍTULO IV: CONSIDERACIONES
■ Destrezas verbales
– Agilidad y claridad en la articulación de los
sonidos.
– Corrección gramatical.
– Riqueza y precisión léxica.
– Dominio de los procedimientos retóricos.
– Creatividad literaria
CAPÍTULO V: CONCLUSIONES
■ Lo primero que debemos tener en cuenta que aunque algunas
cualidades son innatas y facilitan el aprendizaje de las destrezas y
de las técnicas que exige la tarea de hablar correctamente, es
posible alcanzar un nivel aceptable de habilidades si se adquieren
los conocimientos necesarios mediante el estudio, y si se desarrollan
las cualidades personales en ocasiones desconocidas a través de
ejercicios prácticos adecuadamente articulados y hábilmente
dirigidos.
■ El entrenamiento de saber hablar bien, es una actividad compleja
que exige, además de la adopción de diversas disposiciones
psicológicas y de diferentes actitudes sociológicas, el dominio de
algunas pautas lingüísticas y de diversas técnicas retóricas.
CAPÍTULO V: CONCLUSIONES
■ Los modelos de comunicadores, oradores, o personas expertas en el acto de saber hablar
correctamente; pueden ser diferentes dependiendo de las características personales de los
profesionales, la naturaleza de los contenidos que han de explicar y de las peculiaridades de los
mensajes que pretendan transmitir.
■ Mediante una adecuada preparación, es posible alcanzar un nivel satisfactorio de destreza y de
eficacia comunicativas, con ello se logra poder tener o perfeccionarse en el arte de hablar
correctamente.
■ La comunicación propicia la identificación, al menos parcial, con el emisor del discurso a través
de la aceptación de unas propuestas que, generando deseos o ilusiones, sirven de pautas de
comportamiento.
■ Toda persona puede lograr un mejor nivel en el campo de las habilidades comunicativas; o dicho
de otra forma toda persona que se lo proponga puede lograr, hablar “correctamente y en forma
eficaz”; solo depende de sí mismo y de las intenciones de lograrlo.
■ Toda persona que tenga como herramienta de trabajo “la comunicación” debe entrenarse para
perfeccionarse en el arte de “saber hablar”; ya que más que un compromiso son su profesión, es
un acto perfeccionamiento personal; el cual repercutirá en muchos ámbitos de su vida.
REFERENCIAS
■ Hernández; Guerrero A. y García; Tejera M. (2015). “El arte de
Comunicar”. Club de las letras. UCA

■ Jagot; Paul, C. (1998). “El arte de hablar bien y con persuasión”. Iberia.
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